You are on page 1of 11

Reconocimiento y

ejecución de sentencias
y laudos

Derecho
Internacional
Privado
Regulación de los problemas generales en la
Convención Interamericana sobre Normas Generales
de Derecho Internacional Privado (CIDIP II),
Montevideo 1979
En el ámbito del DIPr convencional destacamos la CIDIP II, ratificada por
nuestro país, sobre Normas Generales de Derecho Internacional Privado.
La Convención ha sido digna de los más variados elogios a nivel
internacional, pues prevé la regulación de una serie de institutos de gran
significancia para nuestra disciplina.
El aporte de esta Convención es muy importante y dentro de sus aspectos
más relevantes destacamos los siguientes:
a) En su art. 1 prevé el orden de prelación de las fuentes,
estableciendo que:
La determinación de la norma jurídica aplicable para regir
situaciones vinculadas con derecho extranjero, se sujetará a
lo establecido en esta Convención y demás convenciones
internacionales suscriptas o que se suscriban en el futuro en
forma bilateral o multilateral por los Estados Partes. En
defecto de norma internacional, los Estados Partes aplicarán
las reglas de conflicto de su derecho interno34.

b) Recepta la teoría del uso jurídico de Werner Golsdchmidt,


establecida en el art. 2 que dispone:
Los jueces y autoridades de los Estados Partes estarán
obligados a aplicar el derecho extranjero tal como lo harían
los jueces del Estado cuyo derecho resultare aplicable, sin
perjuicio de que las partes puedan alegar y probar la
existencia y contenido de la ley extranjera invocada35.
c) El orden público internacional tampoco podía estar ausente en la
Convención, pues en el art. 5 prevé: “La ley declarará aplicable por
una Convención de Derecho Internacional Privado podrá no ser
aplicada en el territorio del Estado parte que la considere
manifiestamente contraria a los principios de su orden público” 36.

34 Art. 1. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho


Internacional Privado.
35 Art. 2. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho

Internacional Privado.
36 Art. 5. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho

Internacional Privado.

2
d) También contempla el fraude a la ley. El art. 6 establece:

No se aplicará como derecho extranjero, el derecho de un


Estado Parte, cuando artificiosamente se hayan evadido los
principios fundamentales de la ley de otro Estado Parte.
Quedará a juicio de las autoridades competentes del Estado
receptor el determinar la intención fraudulenta de las partes
interesadas37.

e) En materia de calificaciones, prevé en su Art 8 que: “Las cuestiones


previas, preliminares o incidentales que puedan surgir con motivo
de una cuestión principal no deben resolverse necesariamente de
acuerdo con la ley que regula esta última”38.

La disposición transcripta ha sido objeto de fuertes críticas


en la doctrina internacionalista, pues de la redacción de la
misma se advierte que la convención no recepta
expresamente la teoría de la equivalencia, dejando la puerta
abierta a los magistrados a que, según el criterio, puedan
aplicar la teoría de la jerarquización, con todas las injusticias
que trae aparejada esta última39.

Reconocimiento y ejecución de
sentencias y laudos
El Reconocimiento y ejecución de decisiones judiciales extranjeras es un
capítulo propio del derecho procesal internacional y, más concretamente,
es un caso de auxilio judicial internacional de tercer grado.

Condiciones del reconocimiento


Cualquier documento extranjero (no sólo las sentencias), para gozar de
eficacia extraterritorial en otros Estados, debe reunir una serie de

37Art. 6. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho


Internacional Privado.
38Art. 8. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado.
39Art. 8. Ley N° 22.921. Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado.

3
requisitos. Estos requisitos son de índole formal, procesal y sustancial. A
continuación serán analizados cada uno de ellos.

Formales: Convención de La Haya de 1961


Dentro de los requisitos formales, encontramos los siguientes:

 Traducción: el documento, en caso de encontrarse en un idioma


distinto al del Estado en cual se pretende el reconocimiento, debe
estar traducido al idioma requerido. La traducción debe realizarla un
traductor público oficial.

 Legalización: consiste en la acreditación del cumplimiento de los


requisitos exigidos por la ley del Estado del cual emana el
documento. En el caso de la sentencia, ésta deberá transitar
distintas etapas hasta llegar al superior tribunal de justicia de la
provincia o hasta el ministerio de justicia, según el caso.

 Autenticación: es la comprobación de la autoría y firma del


documento. Esta fase comprende dos etapas:

1) Primera autenticación: (mal llamada legalización) realizada por los


agentes consulares acreditados en el país de donde el documento
procede. Consiste en la certificación de las firmas de las personas
que han intervenido en el documento.

2) Segunda Autenticación: realizada por el ministerio de relaciones


exteriores del país al cual va dirigido el documento. Consiste en la
certificación de la firma del cónsul interviniente.

Cabe destacar que el Reglamento Consultar (Decreto 7714/63) en su


artículo 225 establece que:

La certificación de firma tiene como único efecto autenticar


la misma y el carácter del otorgante sin entrar a juzgar el
contenido del documento, no obstante lo cual, los
funcionarios consulares se abstendrán de autenticar firmas
en documentos probatorios de actos jurídicos contrarios a la
legislación argentina40.

40 Art. 225. Decreto 7714/63. Convención de la Haya, 1961.

4
Este esquema general de la autenticación de un documento sufre algunas
variaciones según nos encontremos en el ámbito convencional o del
derecho internacional privado interno.

En el ámbito convencional, nuestro país ha ratificado (Ley 23.458/87) la


Convención de la Haya, que suprime la exigencia de legalizar documentos
públicos provenientes de un Estado Contratante. La Convención se aplica a
los documentos públicos que hayan sido expedidos en el territorio de un
Estado contratante y que deban ser presentados en otro Estado
contratante.

Esta Convención se caracteriza por suprimir la etapa de autenticación


llevada a cabo por los agentes diplomáticos o consulares del país en el cual
el documento ha de ser presentado.

La Convención establece como única formalidad exigida para certificar la


firma de las personas intervinientes en el documento el carácter en el que
actuaron y la identidad de los sellos o timbre que lleva el documento, la
inserción de un certificado denominado “acotación” o “apostilla”, que
deberá ser impreso en el mismo documento o en una extensión o
prolongación del mismo, de conformidad con un modelo que la misma
Convención proporciona en un anexo. El título “APOSTILLE” deberá ser
escrito en francés.

Cada Estado contratante designará las autoridades con competencia para


hacer la acotación prevista y deberá notificar esta designación al Ministerio
de Asuntos Extranjeros de los Países Bajos, en el momento de depositar el
instrumento de ratificación. En nuestro país, se ha designado como
autoridad competente al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, a
través de la Dirección General de Asuntos Consulares, Departamento de
Legalizaciones.

Desde el año 2003, el Consejo Federal del Notariado Latino suscribió un


Convenio con La Haya, mediante el cual se delegó al Colegio de Escribanos
la facultad de colocar la apostilla a la totalidad de los documentos públicos
(no sólo de carácter notarial).

En el ámbito interno, por Decreto 1629 de fecha 07/12/2001, se modificó


el artículo 229 del Reglamento Consular, eliminando la segunda
autenticación realizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Procesales

5
Toda sentencia declarativa, constitutiva o de condena es susceptible de
reconocimiento en un Estado distinto del cual procede. Pero sólo las
sentencias condenatorias son susceptibles de ejecución.

Para el reconocimiento y/o ejecución de una sentencia extranjera es


necesario que se cumplan, además de los requisitos formales supra
explicados, requisitos procesales y sustanciales.

La comprobación de los requisitos que debe reunir toda sentencia de


condena, para ser ejecutada, se realiza en un procedimiento especial
denominado exequátur.

Los requisitos procesales varían según la fuente consultada. Dichas fuentes


son: Los Tratados de Montevideo de Derecho Procesal Internacional de
1889 y 1940, la Convención Interamericana de Derecho Internacional
Privado sobre Eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos arbitrales
extranjeros (CIDIP II, Montevideo 1979), ratificada por ley 22.921/83, Los
Código de Procedimientos Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba y de
la Nación y el Protocolo de las Leñas de 1992 en el ámbito del Mercosur.

Los requisitos procesales son los siguientes:

a) Que la sentencia que se encuentre firme, es decir, que haya pasado


en autoridad de cosa juzgada, no sólo formal sino material. Esto
implica que la sentencia no sea susceptible de recurrir.

b) Que la sentencia haya sido dictada por un juez competente. La


competencia será juzgada conforme las reglas de jurisdicción del
juez del Estado en el que se pretende el reconocimiento y/o
ejecución de la misma, según el denominado criterio de la
“bilateralización”. Los Tratados de Montevideo sólo establecen que
la sentencia debe emanar de autoridad competente en la esfera
internacional sin dar precisiones conforme a qué reglas se juzgará
dicha competencia.

c) Que se haya respetado el derecho de defensa del demandado y el


debido proceso.

Esto implica, entre otros aspectos esenciales, que la citación al demandado


debe haberse practicado en forma personal, esto es, a su domicilio real,
aún cuando la lex fori del lugar donde se llevó a cabo el proceso admita
otros modos de citaciones (verbigracia: edictos). Este requisito de la
citación personal está expresamente establecido en los Códigos de
Procedimiento de la Provincia, cuanto de la Nación. La CIDIP II establece
una posición intermedia en este punto cuando pregona que la citación

6
debe haber sido hecha de manera sustancialmente equivalente a la forma
prevista por la ley del Estado en el cual se pretende el reconocimiento.

Sustanciales
El requisito sustancial se refiere a que la sentencia cuyo reconocimiento
y/o ejecución se pretende no vulnere los principios del orden público
internacional del Estado en el cual se pretende ese reconocimiento y/o
ejecución.

Dimensión convencional e institucional


En este caso, debemos analizar la CIDIP II y los Tratados de Montevideo.

La CIDIP II sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos


Arbitrales Extranjeros, en su art. 2, manifiesta:

Las Sentencias, laudos arbitrales y resoluciones


jurisdiccionales extranjeras a que se refiere el art. 1, tendrán
eficacia extraterritorial en los Estados Partes si reúnen las
condiciones siguientes:
a) Que vengan revestidos de las formalidades externas
necesarias para que sean considerados auténticos en
el Estado de donde proceden.
b) Que la sentencia, laudo y resolución jurisdiccional, y
los documentos anexos que fuesen necesarios según
la Presente Convención, estén debidamente
traducidos al idioma oficial del Estado donde deban
surtir efecto.
c) Que se presenten debidamente legalizados de
acuerdo con la ley del Estado en donde deban surtir
efecto.
d) Que el juez o tribunal sentenciador tenga
competencia de la esfera internacional para conocer
y juzgar del asunto de acuerdo con la ley del Estado
donde deban surtir efectos.
e) Que el demandado haya sido citado en debida forma
legal de modo sustancialmente equivalente a la
aceptada por la ley del Estado donde la sentencia,
laudo o resolución jurisdiccional deban surtir efectos.
f) Que se haya asegurado la defensa de las partes.

7
g) Que tengan el carácter de ejecutoriados o, en su
caso, fuerza de cosa juzgada en el Estado en que
fueron dictados.
h) Que no contraríen manifiestamente los principios y
las leyes de orden público del Estado en fueron
dictados41.

De lo transcripto se desprende que los incisos a, b y c se refieren a los


requisitos formales; los incisos d a g se refieren a los requisitos procesales;
y el inciso h al requisito sustancial.

El Tratado de Montevideo de Derecho Procesal Internacional de 1940, en


una redacción casi idéntica, en su Art 5, establece:

Las sentencias y los fallos arbitrales dictados en asuntos


civiles y comerciales en uno de los Estados signatarios,
tendrán en los territorios de los demás la misma fuerza que
en el país donde fueron pronunciados, si reúnen los
requisitos siguientes:
a) Que hayan sido dictados por tribunales competentes
en la esfera internacional.
b) Que tengan el carácter de ejecutoriados o pasados en
autoridad de cosa juzgada en el Estado en donde
hayan sido pronunciados.
c) Que la parte contra la cual se hubieran dictado haya
sido legalmente citada y representada o declarada
rebelde, conforme a la ley del país en donde se siguió
el juicio.
d) Que no se opongan al orden público del país de su
cumplimiento42.

Dimensión autónoma: Código Procesal Civil y


Comercial de la Nación. Código de Procedimiento
Civil de la Provincia de Córdoba

41 Art. 2. Tratado de Montevideo de 1940.


42 Art. 5. Tratado de Montevideo de Derecho Procesal Internacional de 1940.

8
El Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba, en
una redacción idéntica a la prevista por el Código de Procedimiento de la
Nación, en su art. 825 establece:

Las sentencias de tribunales extranjeros tendrán fuerza


ejecutoria en los términos de los Tratados celebrados con el
país de que provengan.
Cuando no hubiese tratados, serán ejecutables si
concurriesen los siguientes requisitos:
1) Que la sentencia con autoridad de cosa juzgada en el
Estado en que se ha pronunciado, emane de tribunal
competente según las normas argentinas de
jurisdicción internacional y sea consecuencia del
ejercicio de una acción personal o de una acción real
sobre bien mueble, si éste ha sido trasladado a la
República durante o después del juicio tramitado en
el extranjero.
2) Que la parte demandada contra la que se pretende
ejecutar la sentencia hubiese sido personalmente
citada y se haya garantizado su defensa.
3) Que la sentencia reúna los requisitos necesarios para
ser considerada como tal en el lugar en que hubiese
sido dictada y las condiciones de autenticidad
exigidas por la ley nacional.
4) Que la sentencia no afecte los principios de orden
público del derecho argentino.
5) Que la sentencia no sea incompatible con otra
pronunciada, con anterioridad o simultáneamente,
por un tribunal argentino43.

Las dos novedades que introduce el DIPr interno con relación a la fuente
convencional son, a saber: que excluye las sentencias sobre acciones reales
respecto de inmuebles situados en nuestro país y el instituto de la
litispendencia que prevé el inc. 5 a fin de evitar sentencias contradictorias.

43 Art. 825. Ley 8465. Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba.

9
Referencias bibliográficas
Boggiano, A. (2000). Curso de Derecho Internacional Privado. Derecho de las
relaciones privadas internacionales (2da ed. ampliada y actualizada). Buenos
Aires: Abeledo Perrot.

Bueres, A. J. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación, analizado, compardo y


concordado (1ra ed. Vol. 2). Buenos Aires: Hammurabi.

Código Civil y Comercial de la Nación. Ley 26.994. Octubre 1 de 2014. Infoleg.


Recuperado de http://goo.gl/X73taJ

Código de Procedimiento Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba. Ley 8465.


Legislación Provincial. Recuperado de http://goo.gl/JXt2FQ

Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Ley 17.454. 27 de Agosto de 1981.


Infojus. Recuperado de http://goo.gl/36gKK7

Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho Internacional


Privado. Ley N° 22.921. Buenos Aires, 21 de setiembre de 1983. Infoleg.
Recuperado de http://goo.gl/7oQETV

Decreto-Ley N° 1285. Buenos Aires, 4/2/1958. Infoleg. Recuperado de


http://goo.gl/Lq4ObO

Decreto-Ley Nº 7.771. Buenos Aires, 27 de abril de 1956. Infoleg. Recuperado de


http://goo.gl/tQCqLj

Dreyzin De Klor, A. y Saracho Cornet, T. (2003). Derecho Internacional Privado:


una visión actualizadas de sus fuentes. Córdoba: Advocatus.

Dreyzin De Klor, A. y Saracho Cornet, T. (2005). Trámites judiciales


internacionales. Buenos Aires: Zavalía.

Dreyzin de Klor, A. (2015). El Derecho Internacional Privado Actual. Tomo 1.


Buenos Aires: Zavalia

Fernández Arroyo, D. (2003). Derecho Internacional Privado de los tratados del


Mercosur. Buenos Aires: Zavalía.

Goldschmidt, W. (1995). Derecho Internacional Privado. Buenos Aires: Depalma.

Holguín Holguín, C. (2005). Escritos. Bogotá: Centro Editorial Universidad del


Rosario.

Inmunidad Jurisdiccional de los Estados Extranjeros Ante los Tribunales


Argentinos. Ley Nº 24.488. Mayo 31 de 1995. Infoleg. Recuperado de
http://goo.gl/NKstCF

10
Kaller De Orchansky, B. (1995). Nuevo Manual de Derecho Internacional privado.
Buenos Aires: Plus Ultra.

Ley de sociedades Comerciales. Ley Nº 19.550. 1985. Infoleg. Recuperado de


http://goo.gl/8NYWaA

Uzal, María Elsa (s.f.). El pluralismo en el derecho internacional privado como una
necesidad metodológica. Recuperado de http://goo.gl/XoeUNO

11

You might also like