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PREFACTO

El. ESCEPTICISMO como visión filosófica, y no como serie de


dudas concernientes a las creencias religiosas tradiciona-
les, tuvo sus orígenes en el antiguo pensamiento griego.
En el periodo helenístico, las diversas observaciones y ac-
titudes escépticas de los pri meros pensadores griegos se
desarrollaron en un conjunto de argumentos para esta-
blecer si 1) no era posible ningún conocimiento, o 2) si la
evidencia e ra ínsuñ ciente:e inadecuada para determinar
POPKIN, Richard Henry si era posible algún conocimiento, y, por tanto, que h anf a
1983 La historia del escepticismo desde Erasmo hasta Spinoza. México que suspend er el juicio sobre todas las cuestiones Tf~latí-
D.F.: FCE, pp. 11-21, 259-287 (Prefacio y capítulo IX). vas al conocirnienrn, La· primera de estas opiniones es
llamada escepticismo académico; la segunda, escepti-
cismo pirrnniano.
El escepticismo académico, llamado así porque fue
formulado en la Academia Platónica en el siglo ¡r.r..a.C.,se
desarrolló a partir de la observación socrática, "Sólo se
que no sé nada" Su formulación teórica se atriuuyc a Ar-
césílao, G. 315-241, ~.C., y a Carnéades, e, 213-129 a.c., que
elaboraron una serie de argumentos dirigidos básica-
mente contra las afirmaciones de conocimiento de los fi-
lósofos estoicos, para mostrar que no podía conocerse
nada. Tal como estos argumentos han llegado hasta noso-
tros, especialmente en los escritos de Cicerón, Diógenes
Laercio y San Agustín, el objetivo de los filósofos escépti-
cos académicos era mostrar, mediante Ul1 grupo oc argu-
mentos y acertijos d ial écti co s, que los filósofos ..dogmáti-
ces (es ·dEcir, los filósofos que aseguraban conocer ouncna
verdad acerca de la verdadera naturaleza de las cosas), no
podían conocer con ·áosólllta certiriumbreIas proposicio-
nes que afi rmahari" conocer. Los académicos formularon
'tUHI ser io de·'dificultades para mostrar-que la información
que obtenemos por medio de nuestros sentidos puede ser
engañosa, que no podemos estar seguros de que nuestro
razonamiento es fidedigno, y que no poseemos criterios ni
11
12

normas garantizadas para determinar cuál de nuestros


i.'~

'_J
de la Academia a la escuela ele 1
que probablement.e
PREFACIO

,.
estuvo aso' . 0% escépticos pirrónicos,
'
B

ju icios es verdadero o falso. dica de Medicina, en Alej and ,cla a con la escuela Mctó-
El problema básico eH cuestión es que cualquier pro- El _. na.
J110Vlm18nto pirrónico atribu .
postc ión que equivalga a aseverar algún conocimiento gcndaria figura de Pi _' el . ye sus comienzos a la le-
_. rr'on e Elis e 360-27'" C .
acerca del mundo contiene ciertas afirmaciones que van cípul o TImón, c. 315-225 a e L:" . o a .. , y a ~u dis-
más allá ele los informes puramente empíricos ele lo que de P1lTÓn indican que Il0 ._. as cO,sas que se cuentan
nos parece que se trata. Si poseyéramos algún conoci- bi . era un teonzante s·
10, un ejemplo vivo del com 1 t '.,,' ,1110, en carn-
mi euto , esto significaría para los escépticos que conocía- que no se compromete con ~i~ ~ du.bl.tatlvo, del hombr~
mos una proposición, aseverando alguna afirmación no allá de lo que simplemente. igun JUlCIO que vaya más
empírica, o transempírica, de Iauue estábamos seguros intereses parecen hélbe~ Sid~l~~q~en las ap~~iencias. Sus
que no podía ser falsa. Si la proposición pudiera ser falsa, les " en este trató aSlc.amcnte éticos y IIlOI"'-
, J ,campo rato d itar . '. "
entonces no merecería el nombre de conocimiento, sino o
puede deberse a la aceptacióned:vI al,la mfellcldild que
tan sólo el de opinión, es decir, que así podría ser. y como gar de acuerdo con ellas. Si t 1 teo:~as de valor, ya juz-
la evidencia de cualquier proposición semejante estaría ran dudosas en algún ra ~ ~s teorías de valor resulta-
basada, según los escépticos, .epjnfQI:tpación sensorial o podría conducir él la angg dt.~)'aceptarlas y aplicarlas sólo
en razonamiento, y como .cstasdós .fuentes .hasta cierto El' . e us ia mental
, prrrorusrno, como formula· - .,.' "
grado no son dignas de fe, y como no existe o no se cono- '-" crsrno es atribuido a E id cron te r ica del escepti-
ó

cen ningún criterio último o garantizado del verdadero , . sne s r emo e 10040 CL .-
cos consideraban que tanto los do _-, a. , os p irrón i-
conocimiento, entonces siempre 'queda .alguna eluda de démicos aseveraban de masí 1 ogmatJcos como los aca-
que cualquier proposición no empírica o transempírica puede conocerse" el t Sl~~~, un grupo diciendo "Algo
sea absolutamente cierta y. por eriQ.§.',C:9_l1stituyaun cono- cerse". En cam'bio' 1'0s o rO.,l~1endo "Na.da puede cono-
cimiento ve rdarlero. Como resultado, los cscép1TcoSaca-~ el juicio en todas 'las c~:Slt~~~~cos prupusi eron .suspender
démicos dijeron que nada es cierto. -La mejóf')información pruebas conf1íctivas incl 1es en qU,e pareciese haber
que podemos obtener sólo es probable, y deb~juzgarse de berse algo o no. ' uso a cuestión de si pod ía S3-.
acuerdo con las probabilidades. ,Poc.c_.Qmjgp(_ente, Car-.
Ediücando sobre el tipo de ar . o •

néades ,desarrolló un tipo de teoría de.;l;i.~vérif:iegción y un por Arcesilao y por Carnéades Engu:nentos desarrollados
tipo de probabilismo un tanto similar a-"la'TeoÍ-l¿ del "co- compilaron una serie d~ "tro' os,~s1demo y sus sucesores
nocimiento" científico de Jos pragmáticos'v pOsitivistas de para producir suspensión ele p. , o l110_doSd,e proceder
hoy. 0"0 o_o'o_~0.0 :c':"'oo,:0":0,:.'.0:00'0·0;".' ":~"
nes. En los únicos tE~ t ]UlClO sobre vanas cucstio-
El escepticismo de Arcesilao y ele Carnéadcs dominó la l~t , . ' .. x os que se han co 1 • el
VImlento pirrónico, los de S <'. _ .~ serva o del rno-
filosofía de la Academia Platónica hasta el siglo 1 a.C. En ". !~ en grupos de diez, ocho ~in~xto I!,ml)l~l~O, se presentan
_.tj
el periodo de los estudios de Cicerón, la' Academia pasó . ',-: ~u~t? ofrece las razones ~or Jaosy dos hopos, y cada con-
del escepticismo al eclecticismo de Filón de.Larissa yAn- • .;.\¡! ,-,"
JULCLO acerca de toda r t .~ue se debe suspender el
tío co de Ase alón. Los argumentos de los académicos sub- pase de las apariencia p ~ enslO~ ~e con_ocuniento que
sí stí eron principalmente por la present.ación que de ellos ban de no compromet" _ os escépticos pirrónicos trata-
hizo Cicerón en sus AcaderniCfL y De Natura DeoTwn, y por quiera la de SI' sus. p r OplOS
~lse '¡rgu
en mngunao co'uestióll ni sí-
su refutación en la obra de San Agustín Contm Académi- t ,.
ellos el escepticis . e men os eran válidos. Para
cos, así como en el sumario hecho por Diógcnes Laercio: ' .. mo era UBa cap'-lcid d tit
d e oponer la evidencia e . o. . ~ , a o ac 1 .ud mental
sin embargo, la sede ele la actividad escéptica se trasladó , n pro y en contra, acerca de toda

._._~~
,<* ') PHEFACIO 15

14 el enfoque
sos. racional a la verdad y el cono' cimiento
, ..
re ligio-
cuestión sobre lo que no era evidente, de tal manera que
se pudiese suspender el juicio sobre ella, Este estado
.'":(: . ími~~ ~~~ii~~~ q~l: trata:-é,. 1,500-1675, ciertamente no es el
mental conducía entonces al estado de ataraxia, quietud o
imperturbabilidad, en que el escéptico ya no se preocu- ~obre el pensa~ie~1t~ %~IJ~~~oU~~ ~epercusión, escéptica
paba ni interesaba por lo que estuviese más allá de las intervalo pueden enco ntr . n es ,Y después de este
apariencias. El escepticismo era una cura de la enferme- los antiguos pensadores ~~~~etl,~flueneléIS lmp?rtnntes ele
dad llamada dogmatismo o precipitación; pero, a dife- ' escepticismo desempeña unep 1 .os. Pero, yo afl~'mo que el
renc ia del escepticismo académico, que llegaba a una el periodo que va desde l' latel especial y d ife re nte en.
conclusión negativa dogmática a partir de sus dudas, el
de la filosofía cartesiana,a e ormal hasta .la formulación
debido a " "un pape especial y diferente
escepticismo pirroniano no hacía tal afirmación, limitán-
forma COiI;~~ii~a e~'1~~\illlte1ectual producida por la Re~
dose a decir que el escepticismo es una purga que lo elimina
re aplicación de 1 i rrempo con el redescubrimiento Y
todo, incluso él mismo. Así pues, el pirrónico vive índogmá- " os argumentos de los ant ,-
ticamente, siguiendo sus inclinaciones ,naturales, las apa- griegos, En el siglo r c. 19UO¡; escé nt+cos
crítos d a Sexto h XVI, con el descubrí miento de ma nus-
riencias de que está conscicritey lasleyes y costumbres de , r_ '" ay llU a rp a el -- dI'
su sociedad, sin comprometerse'nunca con ningún juicio cepticismo antiguo y en l~ T)Ul,aCl~~ e Interés en el es-
ac ere a de ella s. "'-'--~:=:-'-::,-~-=-'_.'-~:--:" _., .., problemas de 1 .
, a epoca.
ap ucacion ele sus ideas a los
El movimiento pirrónico floreúiFpor'lo's _alrededores La selección de J:<:rasm
del año 200 d.C; fecha aproximada en que vivió Sexto Em- estudio no se ha hecho 0, como punto ele partirla de este
pír ico, y tuvo su princiP~l auge'eri~la comunidad médica fue el primero en reint pOdqU,e haya alguna prueba de que
que rodeaba a Alejandría, comQ __ar¡tídOto .a las teorías gos sino ant bi ro UClI" materiales escépticos grie-
, e, es len porque un probl 1
dogmáticas, positivas o ;negativas, de ot:ri:>~ grupoS médi- .controversla con L{ltero . e ma p ante~~o en su
cos. Su posición ha Üegs:a¿)' tiasta -f¡¡:ysCcitros'"prin.c~p almente- siva de los tiempos '~"la ~~lsale~emRl?_dC_la. cuesnon deci-
en los escritos de Sexto Emóí~lco, en S).i$.Jii'P8tiE[>sis (Li- gumentos y teorías 'ese' ti e apl icarori los antiguos ar-
neamientos deLpirronismo), Y cen_:J!l~pbra,~,iri~s:~:kt~Dsa,Ad- El hi ep icas.
ción de
I incap
i t ié 'que hacernos ,en es tee estud
estudio en la renova-
ciase
í

versus mathematicos, en que toda ,'(le. disciplinas, .~ .. n eres y consideración d 1 t


desde la lógica y las matemáticas .hasta JiXJ!§t!:Q1.qgíay la Empírico no pretende e nios pasextos de Sexto
T~~
'. menospreciar -
gramática, son sometidas ,<1 una devas{iiciÓri e-scéptlca. UnClOl1 colateral desem - d al' por alto la
f
Las dos posiciones escépticas tuvieron, al parecer, muy Diógenes Laercio o C' p:na a porautores antiguos como
poca influencia en el periodo :poshelent$.UcQ ,La opinión cépticas clásicas lla~~~~~nl al hace~ _que las opiniones es-
pirrónica parece haber sido casi desconocida en el Occi- de los siglos XVI y XVII Emp a a~enclOn ,de los pensadores
cen habe d _' ero, os escritos de Sexto pare-
dente, hasta su redescuhrimient_o_en el .síglo XVI, y la opi-
ni ón académica al parecer fue princú):~irrú:nte conocida y
, r esempenado
nante para muchos de lo filé
un pa
/e l'
ciencia aquí considerad s I oso os, teólogos y hombres de
e
e:,peclal y pred orni-
considerada en la forma en que la trató San Agustín. An-
tes del periodo que estudiaremos, hay. ciertas indicacio- fuente directa o' d i tOS,y Sexto parece haber sido la
, III i rec a de h d
nes de un moti! escéptico, sobre todo entre Jos teólogos conceptos y teorías SÓl" 1mue os e sus argumentos,
antirracionales, judíos, mahometanos y ~c)~istii:mos- Este una presentación c~mPl~t e~ ~s obras,?e Sexto aparece
movimiento teológico, que en Occidente culminó en la jO,_
cos pirrónicos, con todas s~ e a pos~cl~n ?e los escépti-
obra de Nicolás de Cusa en el siglo xv, se valió de muchos :.':.: contra otras tantas teoría; /1 a::nf_'~sdialécticas enfocadas
:~",';
e I oso leas, NI las presentacio-
de los argumentos escépticos para socavar la confianza en
16 PRE¡~.'.···· PREFACIO
.. >
.•..'. '.
nes del escepticismo académico que se encuentran en Ci- dcrn~. También Ilevó el método escéptico de Descartes al
cerón y en San Agustín, ni los resúmenes de ambos tipos ámbito del pensamiento rcl.igio so, con resultados devas-
de escepticismo, académico y pirrónico, que vemos en . tadores. Desde Sp inoz a, una de las principales funciones
Diógeues Lacrcio , eran lo bastante ricos para satisfacer a del escepticismo ha sido oponerse él la religión tradicio-
quienes se interesaban en la crisis escéptica del Renaci- nal.
miento y la Refo rma. Por tanto, pensadores como Mon- Cuando escribí el prefacio original de esta obra, hace
taigne, Mersenn e y Gassendi buscaron en Sexto materia- quince años, preví que tendría que escribir una serie de
les para enfrentarse a los problemas de su propia época. estudios ele la historia del curso subsiguiente del escepti-
Y, por consiguiente, se puede describir mejor la crisis cismo epistemológico, incluyendo a los principales pen-
como erise PYTrhonienne que como crise academicienne. sadores que desempeñan una función en este desarrollo,
Para finales del siglo XVII, el gran escéptico Fierre Bayle, desde Sp inoza, pasando por Hume y Kant, hasta Kierke-
reflexionando, pudo ver la reintroducción de los ar- gaard, Gran parte de este material ha sido examinado en
gumentos de Sexto como el comienzo de la filosofía estudios míos, ele mis estudiantes y de otros. Así pues, no
moderna. La mayoría de los escritores del periodo que estoy seguro de que dichos volúmenes sean muy necesa-
consideramos emplean el término "escéptico" como equi- rios. Mi propio interés ha pasado al estudio de la historia
valente ele "pirrónico", y a menudo ..aceptan la opinión de del escepticismo religioso. Tengo la intención de seguir
Sexto, de que los escépticos académicos no eran verdade- este volumen con otro acerca de Isaac La Peyrerc y su in-
ros escépticos sino, en realidad, dogmáticos negativos. CA fluencia, y otro sobre milenarismo, mesianismo y escepti-
este respecto, notemos que el escéptico de finales del si- cismo. .
glo XVIJ, Simon F'o ucher, se propuso reanimar el escepti- En este estudio, dos términos claves serán "escepti-
cismo académico, y trató de defenderlo de tales cargos.) cismo" y "fideísmo", y deseo ofrecer una indicación pre-
El periodo de la historia .del escepticism(U:OJiSídera.d_o. liminar sobre cómo deben entenderse estos términos en
en este volumen llega hasta el escepticismo irreligioso de el contexto de la obra. Como el término "escepticismo" ha
Spinoza y su ferviente oposición al escepticism'o "episte- sido asociado en los dos últimos siglos con la increduli-
mológico. Mi razón para limitar de esta msriéfá el estudio dad, especialmente la incredulidad en las doctrinas cen-
es que yo creo que el escepticismo desempeñó básica- trales de la tradición jud eo-cristi ana, al principio puede
mente una función hasta esta época, :i otra después de parecer extraño leer que los escépticos de los siglos XVI y
ella. El hiperescepticismo el e Descartes, incluido en su XVII aseguraban, casi unánimemente, que eran sinceros
hipótesis del demonio, inauguró una nueva fase de la his- creyentes en la religión cristiana. Más adelante veremos
toria del escepticismo, fase que había de ser desarrollada silo eran o no; pero la aceptación de ciertas creencias no
por Pascal, Bayle, Huet y después Hume y Kicrkegaard contradice en sí misma su supuesto escepticismo, ya que
También la refutación del escepticismo hecha por Descar- csceptiuismo significa una visión filosófica que plantea
tes hizo que los escépticos volvieran su ataque contra su dudas acerca de 10 adecuado o fidedigno de las pruebas
sistema, y no contra sus enemigos tradicionales. Por con- que puedan ofrecerse para justificar alguna proposición.
siguiente, hubo que alterar los argumentos escépticos, El escéptico, sea en la tradición pirrónica ° en la acadé-
adaptándolos al nuevo enemigo, y en la última parte del mica, desarrolló argumentos para mostrar o sugerir que la
siglo XVIJI, el escepticismo cambió, de antiescolástico y an- evidencia, razones o pruebas empleadas como fundamen-
tiplatónico, a anticartesiano. Sp in oz a ofreció la que sería tos de nuestras diversas creencias no eran enteramente
una de las respuestas habituales al escepticismo 1110- satisfactorias. Luego, los escépticos recomendaron la sus-

~ ...
18 ( .'~ PREFACIO 19
"'1._ .t.,..

pensión de juicio sobre la cuestión de si estas creencias bre completa y absoluta de la verdad anterior a la acepta-
eran ciertas; sin embargo, aún se pueden m~ntener las ción de alguna proposición o proposiciones por fe (es de-
creencias, pues toda clase de factores persuasIvoS no d?- cir admitir que todas las proposiciones racionales son
ben tomarse corno evidencia adecuada de que la creericra dudosas, hasta cierto grado, antes de aceptar algo por fe),
era cierta. .. . aun cuando la razón pueda desempeñar alguna función
Por tanto, "escéptico" y "creyente" no son claslfJ.caclO- relativa o probable en la búsqueda o explicación ele la
nes opuestas. El escéptico está planteando duda.s a~~.Tca verdad. Me parece que e11 estas posibles versiones de f'i-
de los méritos racionales o evidenciales de las justifi.c a- deísmo hay un núcleo común, a saber, que el conoci-
ciones dadas a una cree nc ia: duda de. q.ue se hayan des- miento, considerado como información que no puede ser
cubierto o puedan descubrirse razones ne,;esanas JI falsa acerca del mundo, es inalcanzable sjn~aceptar algo
suficientes para mostrar que alguna cr e encra en par- por fe, y que independientemente ele. la fe~l)ueden plan-
ticular tenga que ser vero an y no pueua ser farsa. pero. el tearse dudas escépticas acerca de toda supuesta .añrrna-.
escéptico, como cualquier otro, puede aceptar vanas ción de conocimiento. Algunos pensadores, por ejemplo
creencias. Bayle y Kierkegaard, han hecho presión sobre el elemento
Aquellos él quienes cl asif'i co como fide ístns son perso- de fe, insistiendo en que no puede haber ninguna relación
nas escépticas con respecto ala posibilidad de que alcan- entre lo que se acepta por té y cualquier evidencia o ra-
cemos el conocimiento por medios racionales, sin que po- zón que pueda darse de los artículos de fe. Pie rre Jurieu,
seamos algunas verdades básicas conocidas. por fe (por que primero fue colega de Bayle y luego su enemigo, re-
ejemplo, verdades no basadas en alguna evidencia racio- sumió esto al afirmar, le le erois puree que je veux le cmire
nal). Así, por ejemplo, el fideísta puede negar o dudar de :,d'
[Lo creo porque quiero creerlo]. No se piden ni se buscan
que puedan ofrecerse razones necesarias y suficientes '~$..
.;:·i más razones, y lo que se acepta por fe puede estar en opo-
para establecer 1a verdad de la proposic-ión-:'~Dios"existe':, ~ sición a lo que es razonable O hasta demostrable. Por otra
y sin embargo, el fi de ísta puede decir que sólo puede sa- $ parte, pensadores como San Agustín y muchos de los agus-
berse que la proposic ión es cierta si poseemos alguna Ji1
",\"
tinianos han insistido en que pueden darse razones de la
.~~.
información por medio de la fe, o si creemos en ciertas co- ~:: fe después de que la hemos aceptado, y de que razones que
-:0..1__
sas. Muchos de los pensadores a quienes yo deseo clasifi- I~
pueden producir In fe pueden darse antes de la acepta-
car como fideístas sostuvieron que, obien había factores T!J_ .. ción el!' la fe, pero no demuestran la verdad de lo que se
persuasivos, que podían 'inducir una creencia, pero no ,'~
cree. Yo clasifico corno de ístas a las opiniones agustinia-
ñ

probar ni establecer la verdad de lo que sceree, o ble~l que ..


: nas y kierkegaardianas, ya que ambas reconocen que no
después que se ha encontrado o aceptado la prop i a fe, :F
,~ pueden encontrarse ni establecerse verdades indudables
pueden encontrarse razones para explicar o aclarar lo sin algún elemento de fe, sea religiosa, metafísica o de
que se cree, sin probarlo ni establecerlo. otra índole.
El fideísmo abarca un grupo de posibles op im on e s, El sentido que estoy empleando corresponde, en mi-
que van desde: 1) la de una fe ciega que niega a la razó~l opinión, al de muchos escritores protestantes que clasifi-
toda capacidad de llegar a la verdad, o de hacerla ve ro sr- can a San Agustín, Lutero, Calvino, Pascal y Ki erkegaard
mil, y que fundamenta toda cerlldumbre en una adhe ren- como ñdcistas. Algunos escritores católicos, como mi buen
da completa e incondicional a algunas verdades reve la- amigo el finado padre Jul ien-Eyrnard d'Angers, creen que
das o aceptadas, hasta 2) la que da a la fe prioridad sobre el término "fideísta" debe limitarse a quienes niegan a la
la razón. Esta última idea niega a la razón toda certidum- razón todo papel o función en la búsqueda de la verdad,
20 PREFACIO '¿l

antes y después de la aceptación de la fe.' En este sentido, algún elemento de fe, y no en la evidencia. De ser así, toda
San Agustín y acaso Pascal (y algunos intérpretes dí rían , opinión dogmática se vuelve hasta cierto punto firle ísta.
Quizá Lutero, Calvino y hasta Kierkegaard) ya no podrían Empero, si esto fuera demostrable, entonces el escéptico
clasificarse como ficleístas. estaría seguro de algo, y se volvería dogmático.
La decisión de cómo definir la palabra "fide ísmo" es Las simpatías del autor están d elTad o de los escépticos
en parte terminológica y en parte doctrinal. La palabra que n a estudiado; pero al mostrar cómo ciertos elementos
puede ser definida, obviamente, de varias maneras, para de su visión condujeron al tipo de escepticismo sostenido
que corresponda a distintos usos. Pero en la decisión de por Hume, no es mi intención abogar por este resultado
precisar qué slguifica el término interviene una distin- particular del desarrollo del n07i.veau Purrhonism.e [nuevo
ción básica entre el pensamiento protestante reformado y pirronismoj. En realidad, siento mayor afinidad con quie-
el del catolicismo romano, ya que éste ha condenado al nes se valieron ele las visiones escéptica y fideista de los
Iide ísmo como herejía, considerándolo como una falla bá- nouveaux Psjrrhoruens con propósitos religiosos, antes que
sica del protestantismo, en tanto que los protestantes no seculares, y he tratado de hacer resaltar esto en otros es-
liberales han afirmado que el fideísmo es un elemento tudios.
básico del cristianismo fundamental, elemento que surge Por la dificultad de conseguir algunas de las fuentes
en las enseñanzas de San Pablo y San Agustín. Aunque el materiales en este país, y por el tiempo limitado que pude
empleo que yo le doy corrcsponClé más al de los escritores pasar trabajando en las grandes bibliotecas de Europa, he
protestantes que al de los católicos, no intento así prejuz- tenido que depender más de lo que yo hubiese queridode
gar el asunto en cuestión, ni pasarme a un bando de pre- traducciones (ya fuesen antiguas, y de años recientes) y,
ferencia sobre el otro. Al emplear el significado de "Ii- en algunos casos, he tenido que depender de citas de es-
deísmo" que yo empleo, he seguido un uso bastante tud ios modernos, que no tuve oportunidad de verificar.
común de la literatura en inglés. AdéiÜás;-cfeo~Y011lre-este Sin embargo, espero que el lector considere este estudio
uso hace resaltar más el cl ernento escéptico. implícito en como un intento inicial por revelar el papel del escepti-
la visión Fid eísta, concebida en términos generales. No cismo en el pensamiento moderno, y que otros seguirán
obstante, es obvio que s.i las clasificaciones "escéptico" y adelante, corrigiendo los defectos o deficiencias que pue-
"fidaísta" se definieran de otra manera, entonces varias dan encontrar aq uí.
figuras a las que yo clasifico así tendrían qué quedar cla-
sificad as de manera totalmente distinta. .
En este estudio, la antítesis de escepticismo es "dog-
matismo", la opinión de que puede mostrarse una eviden-
cia para establecer que al menos una proposición no ern-
pJr.i.ca no puede ser falsa. Como los escépticos él los que
consideraremos aquí, creo yo que pueden arrojarse dudas
sobre cualesquiera de tales pretensiones dogmáticas, y
que tales pretensiones se basan, en última instancia, en

, El padre .lul icn-Eymard cl'Angers analizó algunos de nuestros desacuerdos


a este respecto en su crítica de este estudio, en XVJl" Siede, núins. 58-59(1963),
pp, 105-109.

I
-\
.. ',~,,!, .
" ," "':',IX. DESCARTES, CONQUISTADOR
DEL ESCEPTICISMO

EN LA réplica de Descartes a las objeciones del padre


";'.'
Bourdin, anunció que él era el primero de todos los hom-
~- bres en disipar las dudas de los escépticos.' Más de un
.. siglo después, uno de sus admiradores dijo: "Antes de
? Descartes había habido escépticos, pero que sólo eran es-
cépticos, Descartes enseñó a su época el arte de hacer
que el Escepticismo diera a luz la Certidumbre f'ilosó-
Iica.""
Este cuadro de Descartes como oponente del nouvean
Pyrrhonisme y de su filosofía como un nuevo dogmatismo
surgido de los abismos de la duda de sus contemporáneos
escépticos ha recibido poca atención en la vasta biblloc
grafía dedicada a los orígenes y las características del .
cartesianismo. Aunque la interpretación tradicional '4e:-
Descartes le vio como el enemigo científico del escolastl-"
cisma y de la ortodoxia, que luchaba por fundar una
nueva época de libertad y de aventura intelectual, esto va
cediendo gradualmente ante una interpretación más con-
servadora de Descartes, como el hombre que trató. de
reinstalar la visión medieval frente a la novedad renacen-
tista, y como el pensador que. trató de descubrir una filo-
sofía adecuada para la cosmovisíón cristiana a la luz dc la
revolución científica del siglo XVII.3 Poca atención se ha
prestado a la cruzada intelectual de Descartes, en función
de la crisis escéptica de su tiempo. Gilson ha indicado que

I Descartes, Objetiones Septimae cum Notis Autlwris sive Dissertalio de Prima


Philosophia, Oetwres, A. T. VII, p. 550.
1 El abate Francois Para du Phanjas, Thé01ie des etres i71Sensibles ou Cours como
plet de Métaphysique, saC1Ü et profane., mise a la portée de tout le 'monde, 3 vals.
París, 1779,I, p. XX.
, Cf. ÉtiellOe Gilson, Études SU1' le rdle de la pensée médiévale dans la
du sysume cartésien, París, 1930?, y La Liberté chez Descartes et la ,,,,,,,,uU'~.
1913;Gouhier, La pensée religieuse de Descartes, París, 1924. y Essais sur
París, 1949;Koyré, Essci su,: l'idée de Dieú et les !)t'euves de son exisÚnce
ccrres, París, 1922;y Lenoble, Mersenlle Introducción.
259
260 DESCARTES, CONt ADOR DEL ESCEPTICISMO DESCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICISMO zei,
I ' '-. . •

Descartes tomó! ideas de Montaigne y de Charron; Bruns- ." Se .. <:1 dicho que el curs o de estudios en La Fleche in-'
chvicg mostró que como mej al' pueden comprenderse al- cluía una consideración de cómo la filosofía aristotélica
gunos elementos de pensamiento cartesiano es en cornp a- podía responder a los argumentos pirrónicos." y Descar-
ración con las ideas expuestas en la Apologie de Raimond tes estudió allí durante la época en que Francnis Veron
Sebond.'1 Pero, con excepción de los recientes estudios de . 'enseñó allí filosofía, teología y, posiblemente, el empleo
Dambska y Gouhier," hay pocas obras que traten de las de los materiales escépticos contra sus adversarios." En
relaciones del ,pensamiento de Descartes con el de sus temprana época de su vida, Descartes había leído a Cor-
contemporáneos pirrónicos. nelio Agrippa, y para la época de los Discours parece ha-
En contraste, con esto, vemos que el propio Descartes ber estado bien versado en los escritos de Moutaigne y de
expresó gran preocupación por el escepticismo de la Charron.? Al replicar a las objeciones presentadas por
época; que mostró un buen conocimiento de los escritos Mc rse nn e , había observado Descartes: "Hace largo
pirrónicos, antiguos y modernos; que al parecer creó su tiempo que he visto varios libros escritos por los acadé-
filosofía como resultado de haber descubierto el pleno micos y los escépticos." ro Durante el periodo de forma-
significado de la crise pyrrhonienne en 1628-1629, y que ción de sus conceptos filosóf'icos, 1628-1637,parece haber
proclamó que su sistema era la única fortaleza intelectual estudiad o los Dialogues d'Omsius Tubero, de La Mothe Le
capaz de resistir los embates de los escépticos. Es difícil Vayer, de 1630, y haber quedado profundamente pertur-
saber cuándo y cómo entró en contacto Descartes con las bado por esta obra pirrónica.!' (En realidad, esto le es-
ideas escépticas, pero parece haber estado bien familiari- .candalizó casi tanto como cuando, más adelante, él mismo
zado no sólo con los clásicos pirrónicos, sino también con fue acusado de pirrónico.)
la corriente escéptica de su época y su creciente peligro Descartes no sólo conoció algo de la literatura escép-
para la causa de la ciencia y de la religión. Escribió en su tica, sino que. también tuvo profunda conciencia de la erise
respuesta al padre Bourdin: "Tampoco debemos pensar pyrrhonienne como cuestión viva. Ya hemos visto que había
que la secta de los escépticos está ya extinguida:' FlOte examinado el intentode solución de Herbert de Cherbury.
hoy tanto como en cualquier momento, y casi todo el que Fue amigo de Mersenne y de Silhon, que constantemente
cree tener alguna capacidad superior a la del resto de la planteaban el problema de responder a los argumentos
humanidad, que no encuentra nada que le satisfaga en escépticos. y bien pudo leer sus obras, y sin duda no pudo
la filosofía común, y que no ve níngun a.otra verdad, se re-
fugia en el escepticismo." G cortes, Haldnue-Ross ed., Nueva York, 1955.volumen JI, p. 335. El latín original
está en las pp. 548-549 de Oeuvres, A.-T. VII. .
• Cf. Descartes, DiscQUTS ¡le la Méthode, Texte eL commentaire p~')' Ét.ienne Oílson, 7 Lenoble, Mersenne, p. 192. No se ofrece ninguna prueba de esta afirmación.
Parts, 1947, donde se dan, por todo el comentario, muchas lndJCaC10ne~acerca " cr. GilSOIl, Liberté chez Descarles, pp. 6-9.y 13; Y Sirven, Années d'appre.ntissage,
de que Descartes se valió de Montaigne y de Cliarron; y Leon Bru~schvlCg, D~s· pp. 41·45. Después de una minucíostsima consideración de las pruell'M dispont-
cartes et Pascal Lecteurs de Montaigne, Nueva York y París 1944. Vé ase tarnb.én bies, Sirven concluyó que Veron nunca había sido el profesor en un curso qll~'
Ad am, Vie de D~scartes, en Descartes, Oeuures, A. r., XlI, pp, 5,7 y 131; v r. Sirven, Descartes siguió en La Fléche.
Les Annees d'upprentissage de Descorres 1596-1628, abril, 1928, pp. 259-71. '. Dese artes.Oeuores, A.-T. X. pp, 63~65 y 165; las referencias a Charron ya Mon-
s Yzydo ra Dam bska, "Medítationes" Descartes na tle sce ptycyzmu fran.cus- taigne en el comentario de Gilson sobre el Discotl.l'sde Descartes; y Sirven, A 1t-
kiego XVII wíeku", en Kwa1taLnilclmozoficzny, XIX, 1950, pp, 1-24 (Resumen fran- n~es d'apprentissage, p. 271.
cés, pp. 161-162);Y Gouhier, "Doute mélhodique ou négatioll tnéthodique?," en 10 Descartes, Hep-onses de l'avtevl' uvZ secondes objectums, en Oeuvres, A._-,!,. IX, p.
Ettldes Philosophi<ltteS,IX., 1954, pp. 135-Hi2, Y Les Premiéres pensées de Desccrres, 103.
Cont-rilmtioll d ¡'histoire de ¡'anti-renaissance, París, 1958 . 11 Ce. Pintard, "Descartes et Gassendi" pp. 120·122, Y los comentarios de Des-
• Descartes, Tite Seventh Set 01 Objections with the Author's Annotat'ions theTeon, cartas sobre UlI "rneschant livre" en Sl1S cartas .~Mersenue de 1630,en Descar-
otherWÚle a Dissedation concer/ling Pi1'St Philosophy, en Philosophical Worlcsof Des- tes, OCItVl'es,A.-T. 1, pp. 144-145 Y 148-149.

:~-
:/ry:(~:.:
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, 262 DESCARTES, CONQT!f!'!'f ADOR DEL ESCEPTICISMO 'f~';~P.~( DESCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICISMO 263 '.'
. '.. -",:v.:: '.1.

dejar de ofr sus ofJínio~úe",.Asimismo, las secciones auto- ;;áé::


qué<_,:' .abía parecido aquel discurso, "que tanto había
biográficas del Discours y sus cartas indican que alrede- ;:"t: : gustado al público", 16
dor de 1628-1629 le sorprendió la gran fuerza del ataque ,)~}::::, Según la versión que tenem OS, Descartes empezó por
escéptico, y la necesidad de una respuesta nueva más'f.~:¡/:,:,·:'hablar en favor del antiescolasticismo de Ch an d oux,
enérgica. A la luz de este despertar a la amenaza escép- ;)¡.,~,;, Pasó luego a atacar el hecho de que tanto el orador como
tí ca, hallándose en París Descartes puso en marcha su re- ::,,;'; el público estaban dispuestos ',o a aceptar la probabilidad
volución filosófica, descubriendo algo "tan cierto y tan se- <7;,
como norma de la verdad, pues, SI así fuera, en rigor po-
guro que hasta las suposiciones más extravagantes de los ,'~;;:" 'd ían tomarse falsedades por verdades, Para mostrarlo,
escépticos fueran incapaces de conmoverlc"." Descartes tomó algunos ejemplos «íe verdades supuesta-
~Por desgracia, n o tenemos bastante información acerca
de la visita a París que pro d ujo este trascendental
",o,',!

resul- 'iC'
-~>
mente irrefutables, y mediante algunos argumentos aún
más probables que los de .Chandoux, demostró que eran
tado. Pero sí poseemos una clave intrigante y sugestiva. :1?'
falsos. Luego, presentó una muy aparente falsedad, y, me-
En algún momento, probablemente hacía finales de 1628, ,1K~'
diante argumentos probables, la hizo parecer una plausi-
Descartes fue invitado a una reunión en la casa del nun- ';t1i:~ ble verdad. Ante esta evidencia de cómo "nuestros espíri-
cio papal, cardenal Bagni (a quien el Libertin érudit Ga- ,~!] ': tus son engañados por la probabilidad", los allí reunidos
briel Naudé pronto serviría como secretario). Un gran ~ i:- preguntaron a Descartes si no había "algunos medios infa-
número de los másdestacados savants de la época, incluso ;'~f' libles" para evitar estas dificultades. Él contestó hablán-
Mersenne, asistió para oír una charla de un extraño quí- ~i:~'; T doles de su Methode ruitureüe, y mostrándoles que sus
mico Chandoux experto en los metales comunes, que fue i<í!l" principios "son mejor establecidos, más ciertos y más na-
ejec~tado en 16:31por falsificar moneda." Chandoux dio 1~·
turales que cualesquiera otros que hayan sido aceptados
una conferencia que debió de ser bastante típica de las .~\¡
por los sabios"."
opiniones de gran parte de la vanguardia de la época, ¡Y::, El cardenal Bérulle, quizás el más imp ortante pensa-
atacand o a la filos ofía ese ol ástica. Se nos dice que sus ~; dor religioso de la Contrarreforrnaen Francia, quedó muy

:i~~Onnnee~~~~;:n~li ~eIT:b~~~~4S~~~~~::a aO~:~i~~,~~~~~~ I:l:


impresionado por la charla de Descartes y le invitó a ir a
verle para seguir hablando del tema. Descartes acudió y

t:~
g~i~r~::~rii~f,ü~~I~~~?~~ni~:f~~~1~~f;
pirrórí'ig:ó o materralista, casi todo el mundo aplaudió sus
explicó al cardenal por qué creía que los métodos co-
múnmente empleadogen filosofía eran inútiles, y lo que,
en cambio, pensaba que debía hacerse. Bérulle quedó
muy complacido y pidió a Descartes ir y aplicar su método
como nuevo"." Dijese lo que dijese Chandoux, ya fuera ~ ': a los problemas a los que se enfrentaba la humanidad en
ir.:
sus búsquedas coti dian as.t"
ideas, excepto -Descartes. El cardenal Bérulle, fundador j,~
El episodio de Chandoux y la reunión con Bérulle bien
de la orden del Oratorio, lo notó, y preguntó ~ Descartes 'J,'
~'+. _.:', " lbid" p. 70,
" Descartes Discours de lit M~thode, en Oeuvres, A,-T. VI, p. 32, " el'. la versión dada en Baillet, pp. 70 ss; y la carta de Descartes a Villebrcs-
",' Véase LO;liSMoréri, Le Gl'and Dictíonnaire historique, 'l'omo lP, París, 1759, síeu, 1631, en Descartes, Oeuvres, A.-T, L p. 213,
art, Ch andoux (N de); p, 465, ',K Baillet, Vie de M. Descartes, p p. 72·74, Un análisis de la inforrnacié n conocida
." Ibid,~ p. 465. :l acerca del asunto Chandoux y de las relaciones de Descartes con el cardenal
" Adrien Baillet, Viede M, Descarres, Crrlle ction Granc1eurs,La 'I'able Itonde, BérlllJe aparecen en Gouhier, "La crise de la théologie au temps de Descartes,"
París, 1946,p. 70, Rev, de Tiliol. et de la Phi!., IV, 1954, pp. 45-47.
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DEsCAnTE' '. . ", 'Y~'<,"'"''''''.'';;'''•., .
ESCEPTICISMÓ··:~iJ';~~¡1~1
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;:dieron :::C:::::~n::~:;:::::: ~:C~':::::~a
cartes. Hay indicaciones de que antes del periodo de e::}]
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S, CONQ UISTADOH. DEL

uau, también había ocurrido en la filosofíla y 1 ; ...• ;;'~~,


1B' . 11'
el,u e, ~ue habla buscado y encontradó un a
a CIenCIa. y, .
1628-1629, no se había dedicado a las cuestiones metañsí. '''-','':':~:,,; ',. I1:ueva y cara vla. haci a la verdad religiosa en susM¿dita- ..
cas.'" Ha,bía llega,do a París siendo un joven científico y ''';~?'': 'oc tions, supo apreciar y alentar a un nuevo buscad . deLs
matemático de éxito, que ya había mostrado alguna de sus ,'¡l. :'. verdad hos
que había de construir una teoría sirníl
t· 1 b erul.lianismo
" .
o r. ,e .:a
asombrosas capacidades teóricas, llamando así la aten-' C os aspec os, a en filosoñ a.» 1 ar, en . l11U-'
ció n de algunos de los hombres más destacados en aquel Descartes se fue de París a Holanda, para el b .: ,
. 1 a sol e d a d su
su sclucíc
so UCiO,? a 1a eme . pyrrhonie.nne. En a alelalDis-en
campo, En París vio a Mers enne y probablemente fue in- .'
troducido en su círculo, que incluía a todos los nouveali.X .";,,;~: .. , curso deL Método nos d lce que, aun cuando de tiempo trás
] abí d id h d if a las
Pyrrhoniens célebres, y descubrió que los mejores espírí- _:'~,::. 1 la compren 1 o que ay 1 icultades e incertidumbres
tus de la época o pasaban el tiempo abogando por el es- que pesan sobre el conocimiento humano, no había "co-
cepticismo, o aceptaban opiniones simplemente proba- ~enzado a buscar el fundamento de ninguna filosofía más
bles, acaso inciertas, en vez de buscar la verdad absoluta, cIerta. que la del vulgo hasta ahora". Hasta este momento
Los estudios filosóficos y científicos que había realizado ~os, d~ce Descartes, sólo había confesado su ignorancia'
en el colegio, como las nuevas ideas de sus contemporá- .... mas .1l1genuamente de lo que suelen hacerlo los que han
, neos, no le daban la certidumbre. Todo estaba expuesto a ~;~:i!>~ estud1a~0 un poc~", y había ~udado de "muchas cosas que
los demás sostenían como ciertas"." En busca de la ver-
.t cuestión, a disputa; y meras probabilidades servían como ;;;~;'
r fundamentos de las varias teorías que se le habían ofre- ;r~¡;'
cído.t" Siendo así, la reunión con Chandoux fue el micro- ~ ..
dad,
cas
se dirigió a su retiro en Holanda, a meditar. Sus po-
cartas de la época nos dicen que estaba trabajando en
cosmos de la situación en que se encontraba todo el mundo ::)'f,i un tratado metafísico acerca de la divinidad. De la ciencia
cultivado. Allí se hallaban reunidos algunos de los hom- y las matemáticas se había vuelto a la metafísica teológica
.;
-r', bres más sabios y eruditos de la época, que no dejaron de e~ busca de un fundamento 'inconmovible para el conocí-
aplaudir a quien criticaba las ideas ai1tiifuas' y; acambio,' o;j~l: .míento humano. La Reforma, la revolución científica y los

.'~~!r~~:e~~: P:~~:!~l~d:~:ss~~~s~:i~:Sdsee
una lección viva de escepticismo,
~~~~~~a~:r~a~~:;
Si meras probabilidades
l,~,~~,
"
e,mbates del escepticismo habían hecho desplomarse los an-
tiguos fundamentos
las realizaciones
que sostenían toda la estructura
intelectuales del hombre, Una nueva
de

servían como base de las ideas, entonces nunca descubri-


.o:~~~, .
7i7i
época requería una base nueva para justificar y garanti-
ríamos la verdad, porque ya no podríamos seguir distin- ~:' zar ~o,~ue se había descubierto. Descartes, siguiendo la
guiendo la verdad de la falsedad. Se había ido la norma;.)!:~~.' tradición de los más grandes espíritus medievales, trató
la regla de verdad.Lo que supuestamente había logrado la :JE de aportar esta base afirmando la superestructura, el co-
Ref'oriná en materia de religión (según los c ontrarre- 'iL· nocimiento h;;t,tutal del hombre, sobre el fundamento más
formadores franceses), reduciendo todas las ideas a sím- ~~{. sólido posible; el Dios eterno y omnipotente, Había que
ples opiniones que debían ser juzgadas por su probabilí- ~~~¡,. superar la Crisis teológica mediante una nueva teología
que sirviese a un propósito antiguo. El mecanismo teoló-
"i'~~" gico, el teocentrismo de Bérulle, combinado con un mate-
" Cf Gouhier, Pensée retigiwse de Descarte.•, p. 72; ,T, Millet, Histoi1'edé Descar-
tes avant 1637, París, 1857, p. 160; Yla afirmación de Descartes en Ios DiscOU1'S en
1637, sobre cuándo empezó a emplear su método y a desarrollar su sistema
en Oeuvres, A.-T. VI, pp. 30-3I.
* " Cf los comentarios de Goulrier sobre Bérulle y Descartes, en SU "Crise de la
théologie", p. 47.
e e cr. La crítica de Descartes de las varias ramas de enseñanza a las que fue " Descartes, Di:;;cott1'S, Osuures, A.-T. VI, p. 30. Todo esle pasaje parece conl e-
introducido en la escuela, en Discours, Oeuvres, A.-T. VI, pp. 5-10. ner ecos del episodio de Chandoux.
266 DESCAR'fES"CONQUY~''''~ T)OR DEL ESCEPTICISMO
1!:SCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICISMO
rialismo racional, aportarrái a nueva roca para remplazar
a la que se había convertido en lodo, en arcilla y hasta en dimiento para desarrollar una crise pyrrhQnienne posible-
arenas movedizas. mente más poderosa aún que la que había creado los pi-
Si la fuga de Descartes a la te 01 ogía metafísica había rrónicos antiguos o modernos, Partiendo de la regla,
de ser su solución propuesta al desplome del conoci-
miento humano en probabilidades, opiniones y dudas, el no reconocer nunca alguna cosa por cierta si no la conocía yo
medio para lograr que la gente viese la verdadera natu- evidentemente como tal; es decir, evitar cuidadosamente la
raleza metafísica y teológica de la realidad había de con- precipitación y la prevención, y no admitir en mis ju idos
ducirla, primero, a apreciar "la miseria del hombre sin nada que no Se presentara tan clara y distintamente a mi es-
Dios". El asombro de los hombres cultos que se encontra- píritu que yo no tuviese ninguna ocasión de ponerlo en
duda·.25
ban en la reunión de Chandoux probablemente fue una
etapa en el camino hacia el método de la duda, Se había Descartes pasó entonces a revelar hasta qué punto po-
mostrado que lo que parecía más cierto era dudoso. Lo dían presentarse ocasiones de dudar. La regla misma es
que parecía más dudoso, podía ser cierto. Se echaron las
similar a otra, propuesta antes por Charron en La Sagesse;
bases de un escepticismo completo para conmover a pero al aplicarla, Descartes mostró que los niveles de
los oyentes y hacerles buscar la certidumbre absoluta. duda sobr ep as an , con mucho, a los simples y benignos
Un pasaje autobiográfico del Discours parece indicar hasta entonces introducidos por los escépticos.:"
que fue en 1628 o 1629 cuando Descartes comenzó su revo-
Los dos primeros niveles tan sólo plantean razones
lución filosófica, probablemente aplicando su método de normales para dudar. Las ilusiones sensorias, en que
la duda sistemática a todo el edificio del conocimiento tanto se exp layar on los nouveaux Pyrrhoniens, indican
humano, para descubrir ciertos fundamentos
conocernos." El método, como veremos, comienza siendo
de lo que S que hay cierta base para cuesti onar lo fidedign o o veraz de
,~, nuestra experiencia sensorial ordinaria. La posibilidad
poco más que una reforzada aplicación sistemáticad eIas W:-'oé-'que tOda-n-u-e-stra--e-xperiencia sea parte de un sueño, el
dudas de Montaigne y de Charron. En el Discours, lasMedi- .ifj segundo nivel, nos permite encontrar una ocasión para
tationes y La Recherche de la Yerité,": se esboza un proce- ~ dudar de la realidad de cualesquiera otros objetos que
"' lb-id., pp. 30-31.El pasaje no deja muy en claro cómo comenzó Descartes
~~ conozcamos, y aun de la realidad del propio mundo. En
sino, más bien, que fue entonces cuando empezó y que el resultado fue volver estos dos niveles, los habitual.es problemas escépticos nos
dudoso mucho de lo que los filósofos consideraban cierto . bastan para describir un estado de cosas en 'que Jas
." Aunque Gouhier y Cassirer h an ofrecido grandes testimonios de que esta es creencias habituales que tenernos respecto a nuestra ex-
una obra tardía de Descartes, hay ciertas indicaciones de que puede ser tem-
prana, quizá del decenio de 1630. La hipótesis del demQniq,}'1o§~.,yresenta, lo periencia ordinaria pueden ser dudosas y aun falsas. y si,
que parece sugerir que la obra acaso preceda a las M#it~:tions>Asimismo, el por tanto, aplicamos la regla, precisamente estas dos cla-
término "Pyrrhoniens" aparece en esta obra, mientras que en el Discours y las ses de dudas '''nos llevan directamente a la ignorancí a de
1'(!editations emplea la palabra "Sceptiques". En algunas de las primeras cartas
de Descartes se discuten los "pyrrhnniens". Posteriormente, los personajes de Sócrates o a la incertidumbre de los pirrónicos, que se
La Rechnclte acaso estén modelados sobre Íos Dialogues de La Mothe Le Vayer,
que Descartes probablemente leyó én 1630,ya que tienen nombres similares y che de la Vér ité por la Iurni re nature lle' dans I'ocuvre de Descartes", cn Revuc
é

opiniones un tanto parecidas. La Mothe Le Vayer escribió un "Dialogue traitant PhilosQphique de la France et: de I~Etrange,', cxxvn, 1939pp. 261·300;y para la de
de la philosophie Sceptique," cuyos personajes son Eudoxus y Efestion, mien- Gouhier, su cbrn "Sur la date de la Recherche de la Vérité de Descartes", en
tras que Descartes emplea a Polyand er. Epistemo n y Eudoxus como personajes. Revue d'Histoire de la Philosophia, UI, 1929, pp. 1-24. .
El autor tratará en un estudio futuro la cuestión de la posible fecha de La Re- ,. Descartes, Discours, en Oeuvres, A.-T. VI, p. lB,
cherche. Para las opiniones de Cassirer, véase su obra "La place de la 'Reclier- ,.. el'. Charron, Stujesse, Li b ro n, cap" 11, Sabrié, De l'humanisme al' rationaLi.sme,
pp. 303-321;Y Popkin, "Charron y Descartes", JOUT" of Phi¡os., LI 1954,p. 832.

··A:. ,~
DESCARTES, CONQUISTADORDEL E~CEPTICISMO 209
2G8 DESCARTES .JISTADOR DEL ESCEPTICISMO
'" S a brumadoras consecuencias de una fe en el derno-
parece a un agua tan profunda que nuestros pies pi .. rno, de un escepticismo respecto a nuestras pr0r:>ias fa-
ap oy o"." .. tades, fueron claras para Descartes. En el DZSCDurs
Pero el siguiente nivel, la hipótesis del demoni a planteado una versión moderada de esta clase de hi-
mucho más eficaz al revelar la incertidumbre de to frronismo, pero sin introducir e11nalin génie. El sim-
que creemos saber. Esta posibilidad revela de la m .' hecho de que nuestros sentidos a veces puedan errar,
v.

más sorprendente toda la fuerza del escepticismo y que nuestra razón a veces produzca paralogismos, y de
cubre una base para dudar que, aparentemente, ., Descartes, como cualquier otro, estuviese sujeto a
había sido siquiera soñada antes;" Si por casu , le llevó a rechazar todo lo que antes se había acep-
existe un maiin. génie, que es capaz de deformar o bié" o como demostrativamente cierto." En la Primera Me-
información que poseemos, o bien las facultades de ción, Descartes indicó que es posible que "yo me en-
disponemos para evaluarlas, entonces ¿de qué pod e cada vez que sumo dos y tres, o que cuente los lados
estar seguros? Toda norma, toda prueba de lo fided . . :'un cuadrado, o cuando juzgo de cosas más sencillas
de lo que sabemos queda sujeta a la duda, porqu si se puede imaginar algo más sencillo que esto"." La
norma o la aplicación puede estar infectada por el d ilidad de que seamos constantemente engañados por
nio. En contraste con Silhon y con Herbert de eh agente maligno plantea dudas hasta de las cosas
.., con los aristotélicos, Descartes estuvo dispuesto a identes y de cualesquiera normas de evidencia que
!. derar la más radical y devastadora de las posibilid os. Como lo vieron Pascal y Hume, se había alean-
r escépticas: que no sólo nuestra información es eng la cúspide de la duda escéptica." Una vez sugerido
ilusoria e irreal, sino que nuestras facultades, hasta en . lo fidedigno de nuestras facultades más racionales
condiciones más favorables, pueden ser erróneas. S . udoso, el hombre había quedado transformado, de
así, entonces por muy minuciosamente que exa ...... ~.., sito de la verdad en un pozo de incertidumbre y
nuestra información y la evaluemos, nunca-pe 1'.32 En sus comentarios sobre el malui génie, en las
f
estar seguros de no haber sido desencaminados por rsaciones con Burman se nos dice q ue Descartes
"
;~. únicos medios de que disponemos para llegar al co había hecho del hombre un gran dubitativo, ex-
miento. Silhon había retrocedido al borde de la posi dolo a toda objeción posible, a toda razón posible
dad demoníaca, rechazándola como una blasfemia con udar." Tan sólo cuando el escepticismo fuera Ilc-
nuestro Creador. Pero Descartes había visto que, a mer
que llevásemos la fiebre de la duda hasta este ~up Discours, en Oeuvres, A.-T. VI, p. 32.
nivel y pudiésemos superarlo, nada podría ser cler~o L.1I;~"dl,.~,.Meditations,1 en Oel.LVl'eS,
A.-T. IX, p. 16. '.
..que siempre habría allí una duda obseslOnan~e que ,Pensées (Classiques ?arnier), núm. 434; Y Hume, EnqUtl'Y 4~~t~~1-
Understandmg, Selby-Bígge ed., Oxford, 1951, SecoXII, pp. 1 .
'taría todo lo que sabemos y, en cierta medida, 10 h . Pensé es (Class iques Garnier), núm. 434, p. 184. El finado profe~or A.
incierto. z me sugirió que la posibilidad de Que Ojos sea un engañador analizada
Meditación IV, plantea una duda aún más trascendente, y que solo ,en esle
'se vuelven dudosas nuestras facultades racionales. Me parece a nu que la
" Desearles. La Recherche de La vérité par la lumiere natureUe, en Oeu.vres, . delmalin génie y la posibilidad del engaño de Dios difieren en grado
X. p. 512. . en especie. El demonio tiene suñcíente poder para lograr. un ~~rro~a-
" El profesor Alexandre Koyré ha llamado la atención hacia el hecho d~ ompleto de todas las normas, El Dios engañoso hace la sltuaClOl1 cns-
esta llueva aportación de Descartes a la argumentación escéptica es atTibul menta irremediable. El primero es la miseria del hombre sin DIOS;
Monta igne por Pascal en su "Entretien de Pascal avec Saci sur Épictéte et .. do, la ruina eterna del hombre si Dios es el Demonio.
taigne", en Oeuvres de Bla.ise Pasca.L,editadas por Brunschvicg. Boutroux et '. escartes, Entretien avec Burman, París, 1937, pp, 4-5;yOeuvl'es A.-T.V. p. 147.
zier, Grands Ecrivaíns de la Franco, Tomo IV, París 1914,p. 43.
1 . IOH DEL ESCEP'l'ICISMO DESCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICISfI'IO 271
:no DESCARTES, CONQ .~ ':
engendrar una crise pyrrhonienne . ' nierhre u abí a sido llevada a su límite último, No sólo ha-
vado a este ex t rem O , a l· bían quedado en dudas todas las opiniones y teorías de
a or ue ninguna soñada siquiera por os no~v~aux,
ro y ~ d 'a superar la fuerza del esceptlclsffi() .. los pensadores anteriores, sino también las del joven
py-rrhomens, se ~~Y~~semos dispuestos a buscar la posíbi-; René Descartes. Pero de este viaje a las profundidades
del escepticismo más completo, había de regresar Descar-
~d~~nJ: ~~~~~ar Idudas hasta ~l fin, no pO~'í~~OS t.~n~I:
tes con una nueva justificación metafísica y teológica del
siquiera esperanzas de descubrir alguna ve! a. impi e
mundo de la racionalidad hurnana.!"
d d da o incertidumbre. .
to a u , d s en 1628 al parecer antes Antes de considerar cóm o, supuestamente, el mé tod o
~I~ lt~~t~e~~~~e~~~~~~~~e ~esolv~r l~' ~rise pyrrhonienne de la duda debe llevarnos a la certidumbre, y no a una
d e lll. ' . " 'lo la antmetlca Y la total suspensión de juicio, deseo mencionar brevemente
había 1.nslstldo e~ que s~, de falsedad y de incertiduml una posible fuente histórica de la hipótesis del demonio; y
están libres de to a mane a . dubitante de un por qué esta clase de escepticismo de nuestras facultades
bre", y que la intuición, ~l c~n.cepto in e la ded ucción " pudo ser una idea poderosa y seria en su época. Uno de
P
íritu claro y atento, es clertlslma, Y u
, ando la efectua un en en 1
9
t dí ' los grandes acontecimientos del decenio de 1630 fue el
puede ser ~rronea cu , nal" 3,' Mientras Dese juicio, en Loudun, de un sacerdote, Grandier, acusado de
que en mínimo grado sea r acion ar .
recorría el camino hacia el demonismo paso, como
di ho Gilson "del plano cientlfico al plano puramen
. l
;e infestar con demonios un convento. El caso, y las pruebas
presentadas en el juicio de Grandier, en 1634, produjeron
ic , . 1 crítica de nuestro conoc un gran interés en lo demoníaco, así como en las normas
losáfico y sustituyó una sirnp e di de conocer"
miento por una crítica de nu~s~~~:: dl~~a evidencia " Una interpretación completamente contraria de la duda de Descartes y la
No es que Descartes negara _ . d 1 más cierto ' naturaleza del sistema cartesiano aparece en el interesante artículo de Willis
Doney, "The Cartesian Circle", en Journa~ of tne History of Ideas. XVI, 1955.pp.
nuestro .conb~cim~s~;~;~~s~:a~~~ ~uee mientras estemo 324-338, donde se afirma que Descartes> a lo largo de todas sus obras, mantuvo,
que, antes len,
infectados demoniacamente, lo que n~~
arece
d las
puede ser falso, El simple punt~ de pa~ lf r'bfe y pOI' t
l . en 'ías Regu!ae, la opinión de que nunca vio la necesidad de una justificación
metafísica del empleo de la razón, y que el más alto nivel de duda planteada.
aun en las 1I1editatiolls, es con respecto a la confiabílidad de la memoria antes
-. 1 intuir y deducn era m al, que la verdad de las ideas claras y distintas. En la interpretación de Doriey, se
que l a razon, a " . d dablemente ciertas, ofrece una lectura radicalmente distinta de muchos de los textos que he citado.
to que las matematlcas eran l? ,u e nuestras facult No creo yo que pueda darse una justiticación definitiva de una interpretación
sobre otra, sino que hay que examinar los pasajes clave en cuestión y decidir
desafiad o ah o~a _P or udnesce~~l~~s~~c~dad de emplearla qué versión está en mejor armonía con una interpretación general de la natura-
des y un escephclsm o e_n~es a fuerza o leza y la estructura de la filosofía de Descartes. Mis propias opiniones están
Mientras podamos ser víctimas de algun ider: coloreadas, obviamente, al colocar los escritos de las opiniones de Descartes a
_ . g ñe lo que consi eramos la luz del tipo de argumentos escéptie os y contra-escépticos por entonces co-
que, de proposlto, nos e~ a, de dudar (psicológi rrientes Y. en términos generales, creo que mi interpretación de la naturaleza
cierto, de lo que somosd lncap:~es o dudoso 36 Al introd radical del esceptícísmo de Descartes en la Meditación Primera está en armo-
mente) en realidad pue e ser a so ibilid d del nía con los análisis de Gilson, Gouhier, Koyré y otros, que durante varias déca-
cir este nivel de duda, creando la post 1 1 a ático de das han sostenido la supremacía de las consideraciones metafísicas y teológicas
géníe Descartes an uló el intuicionismo materna , en la filosofía de Descartes. (No estoy indicando que crea yo que alguna de estas
autoridades convendrá con mi evaluación de los méritos de la respuesta de
Regniae como base de toda certidumbre. La crzse Descartes al esceptlcismo.) Como io han indicado algunas citas anteriores, est~3
autoridades encuentran un desarrollo del escepticismo radical con 'respecto a
;1< Descartes> Regulae ad directioneT;¡ingenii, en OeU1~res,
A.·T.X. pp. la razón en el Diseours y las Meditations que va más allá de las opiniones de las
PhífosopldcalW01'ks, l, pp. 3-5" G·¡ 2()O del comentario por Gilson, Regulae ji que requiere una base para la certidumbre de la razón humana, radi-
;" Descartes, Discours, ed. Étlenne 1 son 4i"~94-296. calmente distinta de la que antes fue propuesta,
ae Gouhier>l';ssais su,' Descartes. pp. 146·1 ,y ~ ,

..., .
272 ))ESCARTES, !' -1STADORDEL ESCEPTICISMO DESCARTES, CON'
,de evidencia por las' ¿uales puede juzgarse de tales cosas. qué manera difiere de las ha
Algunos problemas que bien pudieron ocurrirse a la cépticas de Ch arro n, La Mothe Le "u~!tr¿~~'i'~~~:[f.'¡\
gente al considerar la cuestión de si Grandier tenía poder su ingenio? La serie de tipos d~ dud
para infestar 11 otros con demonios fueron, si tenía tal po- ' sentaciones más sistemáticas del p ildican p í

der a) ¿podría ser detenido algún día, ya que presumí- a paso lo dudoso de las di versas ere" ':opiniones ,
bl.cmcnte podía ejercer su fuerza sobre cualquiera que' ideas que tenemos. Cada una de tales indibi~iones, segúri'".,
tratase de contener sus nefandas actividades? Y, b) ¿po- la te?!--ía escéptica clásica, debe ir seguida: por una sus, "}:
dría alguna de sus víctimas presentar testimonio fide- pension de JUlCIO sobre la verdad o falsedad del asunto ._;;:>;
digno contra él ya que, presumiblemente, Grandie~ podía bajo consideración. Las afirmaciones de la posición pi- :')
influir sobre ella y engañarla? Para evaluar el te sil momo rrónica de Mont aígne, Charron y sus sucesores proponen ' .',
presentado contra Grandier por los miembros del con- una reacción más enérgica: que las ideas y opiniones de-
vento la Sorbona tuvo que pronunciarse sobre el intrin- ben ser rechazadas por el espíritu si son .dudosas aun en
cado problema de si podía ser válido el testimonio pres- el menor grado, hasta que este rechazo continuo haga
tado bajo juramento por los demonios (es decir, por los que el espíritu quede convertid o en una carte blanche.
que Grandier supuestamente había introducido en sus vícti-
Gouhier, en su magnífico e importante artículo sobre el
mas), A la luz de este problema acerca de lo fidedigno .de
método de la duda, hace de este proceso de vaciar el espí-
la evidencia, Dese artes acaso viera que sipudiere haber un ritu otro de los elementos decisivos y metódicos de Des-
agente demoniaco en el mundo, aparte del caso de Gran-
cartes, el método de la negación, que, según afirma, dife-
dier, ello implicaba un serio motivo para el escepticismo. rencia el desarrollo cartesiano de la duda del de los es-
Y si se consideraba el asunto sobre el plano más general cépticos, y nos conduce a la conquista final del esceptí-
del razonamiento humano, y no en el caso particular de , cismo en el coqito. Según Gouhier, al intensificar Desear-
las monjas del convento de Loudun, surgía una posibili- tesel método' de la duda de manera tal que todo aquello
dad alarmante, a saber, la de si, lo sepamos Ó no, 'tod que, aun en grado mínimo, esté abierto a cuestión, es con-
podemos ser víctimas de de monismo y ser incapaces de siderado como si fuese falso. pudo desarrollar un medio
saber que somos víctimas, por causa del engaño sistemá- para separar lo aparentemente evidente y cierto de lo
tico causado por el agente diabólico, Un examen más ex- .verdaderarnente evidente y cierto. Al hacer tan severa su
tenso de los problemas discutidos por el mundo. culto prueba, cambiando la ordinaria duda escéptica en una
como resultado del j uicio de Loud un puede arroj ar al- completa negación, Descartes preparó el escenario a la
guna luz sobre la fuente y la significación, en su poca, de é
fuerza única y abrumadora del cogito, de modo que por
la gran contribución de Descartes a la argumentación es- ningún acto de voluntad podamos dejar de reconocer Sil
céptica." . certidumbre. Tan sólo obligándonos a dudar y a negar
-b Pero volvamos al métod o de la duda de Descartes; hasta el mayor grado posible podemos apreciar el carác-
"ter indudable del cogito,;JU "
OO' Sobre el proceso de Loudun, véase Aldous Huxley, Tne Devils of Loud1Llt,
Nueva York, 1952, Bayle, Dictionnaire, art, "Grandier", Mersenne, Correspon- , El método! negativo así como el método de la duda ocu-
dance, IV, pp. 192, 198 Y 230, Y la carla de Ismael Bouill.ard a ~asscndi, 7 de
septiembre de 1934. publicada por P. Tamizey de Larro que en Cabmet hzsto11.q1Le,' au CL Gouhier, I'Doute méthod iqueou négation méthodique?", en Zf;tudes Phil..,
Series H, vol. IlI, 1897, pp. 1-14, Véase también Miche l de Certe a u, La possesswn IX, pp. 135-162, A este respecto,' es' interesante que Gassend i, comentando la
de Loudun, París 1970, Es interesante observar que en Pierrc Du Moulin, Ele- Méditación Prim~ra, no pudiera ver poi-q'ilé Descartes consideraba necesario
ments de la logiquefmnc,ois (de 1625), se da en la p. 12 un ejemplo de un enun- verlo lodo como falso, y fingírqiie bici{p~~¡:Ii~raser un embustero, o que pudiese
ciado, "Dios no es un mentiroso", estar suelto un demonio, ,'el,l Jug~~; ~?/f9gtel!tarse COI1indicar qué cosas eran
-.'. ,,,. ~~:¡ ',·:f-··~--: \ ~ ;'_: ,-
.."'..~.~ ,"

.. __.,_~L·,I;¡;;t,lli~;~%1;{(Q~V
274 DESCARTES, CONQ U' . , 'OR DEL ESCEPTICISMO ,

'-~ no con la misma fuerza irn- '~_.... . DESCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTrCrSMO 275
rre, hasta cierto punto a~nq~7minación mental propuesto
pel ente, en el proceso ea~Xepyrrhoniens, Pero, como lo v!o Dios. Descartes, en cambio, esperaba localizar las verda-
por algunos de ¡_osn~t~ere~eia más decisiva entre el p des fundamentales e indudables, las bases del Conoci-
Descartes, q uiza la _ tic el de Descartes se halla en miento humano, dentro del espíritu, enterradas u ocultas
cedimiento de los escep lCOS y lea el método, y en los re- " bajo los escombros de pr~juicios y opiniones. Esperaba
el propósito con el cual se ri su uso. Los escépticos, según. ubicarlas por el proceso mismo de la duda, y no por un
sultados que se alcanzan con ersidad. Son gentes "que deus ex machina despUés de dudar, Los escépticos no
Descartes, sólo dudan p~,r ~~:~ estar siempre ínciertasvw creían que estuviésemos en posesión de alguna verdad,
sólo dudan por dudar, y Sl~ étodo de filosofar que han mientras que Descartes se convenció de que sí lo estába-
y obtienen "tan poco de es e vidas y no han logrado li mos, pero éramos incapaces de verlas. Dudando y ne-
estado en el error todasnsus v.smos han introducido e111a gando, aquellas opiniones y creencias qUe de momento
rarse de las dudas que e. ,os md1, que al alcanzar la duda 110S cesaban, dijo Descartes, podían quedar suprimidas,
.'
.~ fí "41 Su pre tens ión e, d ' par . dejando brillar la verdad, .
filoso la, L mental quedarían
_ prepara os
completa y el vacIO!, la Revelación, al parecer no fue Lo que producirá este momento de revelación, este re-
recibir la verdadpo Descartes, Por lo que él pudo conocimiento de la verdad cierta y genuina es, para Des-
mada muy en seno por dudas y no lo hablan cartes, el método eSCéptico propia y diligentemente apli-
no habían logrado' nad~ con s~s preferÍan quedarse en cad o. La primera etapa de la duda engendrará una crise
grado porque ~el+be:a am~~ Pero, "aunque los p pyrrhonienne .. Los varios niveles de duda de la Primera
más completa mcer~dum~a ~ierto como resultado de Meditación nos liberarán de todas las opiniones falsas y
cos no han enc?nt~~ o na °
udieran lograrlo"." Si
. dudosas, y también nos dejarán completamente
de todo, en un "desolado escepticismo".
inciertos
Pero. precisa-
duda, esto no signífica q~re l~ c~rÜdumbre, entonces a
guíen duda para alcanz t 1 uede brotar del método mente en este momento, el más sombrío de todos, y por
de importancia m~~umen artPsiano del siglo XVIII, "el ue nos hemos 'hundido en este "pozo de incertidumbre",
escéptico. ~o~o ,diJO un C~e ~odo porque neciamente d encuentra la solución en el coaito, y el escepticismo
céptico o pirroruco d~d~ da luz" pero dudar como dud •queda
cartes, completamente derrocado. En el DiscOUTS dijo Des-
sea cerrar los ojos an e, ~, íco ~ino ser filósofo, No e
Descartes "no es ,ser Pllr~numana sino reforzarla"." Resolví hacer como sí todas las cosas que algún día hubiesen
quebrantar la certIdum~re odían' insistir en que se 1 entrado en mi espíritu no fuesen más ciertas que las ilusiones
Los nm.weaux Purrtumiens p también su objetivo e de mis sueños, Pero inmediatamente despUés noté que, mion.
representaba falsa~e~te, Y~i~~~o' pero deseaban enc tras que así deseaba yo pensar que todo era falso, eraabsoiu.
encontrar el conoClmiento·b, 1 sÚbitamente de manos d tamente necesario que yo, que lo pensaba, fuese algo: y ob-
trarlo milagrosamente, reci ir o servando que esta verdad, pienso luego existo, era tan firme y
segura que ni las más extravagantes supo.sicíones de los es-
inciertas. Cf, Gassendi, ObjectlO7Ies
. .
Qumtae, en Descartes , Oeuvres, A.-T, VII cépticos serían capaces de quebrantarla, juzgUé que podía
recibida sin escrúpulos como primer principio de la filosofía
256-257.
<o Descartes, Discoul's, en OeuvTres 'thA.-T VI p.29. h'¡ . Works ..
b 'the'Light Di Nature. en P ¡ os,
que yo buscaba.4i
., Descartes, The Searcñ aJt~l' ru Yuentra en Oeuvres, A.-T. X. pp. 5
.
Descartes, J, p. 320.
El t e xto •.,
Iatinoo de
se ene
1638. en Oeuvres, A.,'f, I1, p. 38_
-r a**'" lVia.rz El proceso mis m o de llevar la duda hasta su extrem o
•,,,, Descartes, Cal. a
Para du Phanjas, T"éorte.'. des é!1'es insensibles, p. 209.
causa el derrumbe del escepticismo completo; así,
H Descartes, Disc:ours, en OeuVres, A.-T. VI, p. 32.

......_.: ..:...~_:...
276 DESCARTES, L_ ..,'- ..ISTADOH. DEL ESCEPTICISMO DESCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICIS]I{Q

el atacante pirrónico se vuelve su propia víctima. El mé~ tes, una vez que la experiencia del ser confrontada por ei .
todo que supuestamente había de eliminar ~odas las ~la~ cogito nos ha dado un sólido y firme punto de partida; sin
nifestaciones de la enfermedad del dogmatismo termina embargo, la única verdad producida por el método de la
por eliminarse a sí mismo, al. desc~br~r una ver?ad i .• ' duda no es una premisa de la que se sigan todas las demás
conmovible que ningún Ingenio escéptico lograra hacer ,,'~ ~"'''L'''''· verdades. Antes bien, es una base para el discurso racio-
dudosa ni en el menor grado. . nal que hace posible reconocer otras verdades. La expe-
Elcogito no funciona, como han afirmado algunos crí~~';-~1~~~:tí:;~riencia del cogito gira en torno a la 1uz interna d e tal modo
cos como conclusión de un sil ogism o " (como para S que ahora podemos' ver que otras proposiciones son cier-
hon), sino como conclusión de la duda. Así como al llevar tas. Sin la dramática inversión de la duda que ocurre en
el escepticismo hasta su límite, el. ho.mbre se en.cuentra, el descubrimiento del cogito, no podríamos decir si eran
ante una verdad de la que no es siquier-a concebible du-...'";C''''''''''''''''' realmente ciertas afirmaciones como "dos más tres igual a
dar: El proceso de dudar obliga al hombre a reconocer . cinco", porque aún podríamos cuestionarlas/Lo que en
conCiencia de sí mismo, lo obliga a ver que está dudando realidad logra el cogito al producir la iluminación, es re-
pensando y que si está aquí tiene existencia. Ese des . velar también la largamente buscada norma o criterio de
brirniento del verdadero conocimiento no es milagroso, n verdad, y con ella la capacidad de reconocer otras verda-
es un acto especial de la Gracia Divina. En cambio, e.ll~. des, lo que a su vez nos permite construir un sistema de
todo de la duda es la causa, no la ocasión de la adqui conocimiento verdadero de la realidad. CA este respecto
ción del conocimiento. Su verdad, como veremos, es re es interesante que en la presentación formal que hace
'tado de la intervención divina, pero no de una súbita Descartes de su teoría, como apéndice a las réplicas del
nueva intervención, sino, antes bien, de un acto continu segundo conjunto de objeciones a las Meditations, no
y permanente de la Gracia que sostiene nuestro e ofrece. el aogito como premisa, acción o postulado, sino
con sus ideas innatas y con su luz natural que nos obl que nos,ot;rece el método de la duda como proceso men-
aceptar como cierto aquello de que no podemos dud tal que n os hará posible decir si son ciertos los axiomas
Así el método de la duda nos conduce naturalmente y p cstulad os.) 46 ,
cOgÚo, y no sobrenaturalmente a la verdad, como afi Al inspeccionar esa única verdad se encuentra el cri-
ban los nouveaux Pyrrhoniens. terio de verdad .. Como ha dicho Descartes acerca del sis-
El descubrimiento de una verdad abs olutament tema de Hcrbert de Cherbury, sólo si conocemos una ver-
cierta, el cogito, puede derrocar la actitud escéptica d dad p o de m o s proceder a construir una teoría de la
que todo es incierto pero, al mismo tiempo, una verdad n verdad. Estarn os seguros de la verdad del únic o cas o q ue.
constituye un sistema de conocimiento acerca de la re conocemos sólo porque es claro y distinto.
dad. Para 'descubrir o justificar el.conocimiento de la
turaleza de las cosas hay que construir una serie de pue Ciertamente, en este primer conocimiento no hay nada que
me asegure su verdad, salvo la percepción clara y distinta do
" Cf. Descartes, Repons€s de !'avte1>1'avx secoudes o~iectio11S.Oe1/.vres, A-T. lo que afirmo, que en realidad no bastaría para asegurarme
pp. 110-111. :Bste pasaje parece ser el más categórico en favor de la . que lo que digo es cierto si pudiera ocurrir jamás que una
ción de Doney, ya que Descartes asevera que el conocimiento de la .
de Dios no se requiere para saber algunas verdades con certidumbre. El
ejemplo ofrecido es el cogito, que Descartes insiste en que no es la concl •• Descartes, "Raisons qvi provvent I'exístence de Dicv & la clistinction qvl esl " .
de un silogismo de la premisa' mayor, "que todo lo q!le piensa es, o ex entre I'esprít & le corps hvrnain, disposées d'vne facon geometrtque". en Repon- :,;.'i
Antes bien, el cogito se conoce por sí mismo, por "un simple acto de visión ses de l'avtevr avx secondes objections Oeuvres, A.-T. IX, pp. 124-132, esp. pp. 125-. .
U7. .
tal".
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't~ 278 DESCARTES, CONQUISL "R DEL ESCEPTICISMO
':...:- .: DESCARTES, CON0UISTADOR DEL ESCEPTICISMO 279
cosa que yo concibo tan clara y distíntamente pudiese ser
falsa; y por consiguiente me parece que ya puedo establecer, ' ~ie~Cia subjeti~a ?c una verdad acerca de nuestras ideas
como regla general que todas las cosas que percibo muy clara, ' as a un conocImIento de la realidad El ap y
ofrece esta t ", ,o o que nos
,y distintamente son ciertas." . e ,apa InICIal en la reconstrucción del verda-
dero conOCImIento y este entí
I En los Principles se explican estas propiedades de cla- '
, , ! Ierro dI"
e escepticIsmo es a)
que es claro y distinto, y b) que este axioma es necesario
ridad y diferenciación, siendo la claridad aquello que se SI queremos ser capaces de conocer algo más U- d 1
encuentra presente y aparente a un espíritu atento, lo que mundo de nuestras ideas. 50 a a e
exige nuestra atención mental; y siendo la diferenciación '," , Ha?iéndonos dado un puente de las ideas a la reali-
la claridad que diferencia esta conciencia de todas las dad, ~ste s~ emplea entonces como medio para establecer
demás.v El cogito nos deslumbra tan poderosamente con la eXIstenCIa y la naturaleza de Dios La I'd d D'
su claridad y su diferenciación que no podemos dudar de , , ea e lOS re-
qurere una causa que tenga al menos las m' .
'él. Si algo pudiese ser claro y distinto y a la vez falso, po- dades, formal o eminentemente es decir IIsmas propre-
dríamos ser engañados hasta por el cogito, pero éste no objeto real independiente tiene' al menos' laa ca~sa como
- ti s mismas ca-
puede ser el caso, como lo revela la propía experiencia de r~c t eris teas esen~lales de la idea, Así pues, las erfec-
ello. " " . cienes ~e nuestra !dea de Dios también tienen que ~er las
Con un criterio de verdad, podemos descubr ir las pre- ~ cerones de DIOS.5J La, visión teocéntrica del cardenal
misas de un sistema metafísico de conocimiento verda- Berulle, se transforma de Idea en objeto, con toda verdad
de~o que, a su vez, nos ofrece la base de un sistema físico dependIente. d~ la Voluntad de esta Deidad omnipotente
de conocimiento verdadero'. EI sistema metafísico nos que debe exístír como causa de la idea de El -qu
dará una justificación o garantía de criterio. No sólo so- mos clara y distintamente. e posee-
mos tales que aceptamos como cierta, c1Jªlqu!~!.e(?s_~SI.lle , Desde. el cogito al criterio de verdad, al vínculo que
descubramos cerne clara y distinta, sino que también las Ideas en n~.~stro espíritu y la realidad objetiva,
puede mostrarse que, en realidad, lodo lo que 'es claro y almente hasta DIOS,Descartes ha creado una estruc-'
distinto es cierto, Asípues, el primer paso de todo esto es que, a la postre, sostendrá nuestro conocimiento de
establecer los princtpío s claros y distintos que nos permi- natur~leza, per,o sólo después de haber reforzado nues-
, . ten 'razonar a partir' 'de nuestras verdades intelectuales, ' . .certIdumbre mterna concertándola con la Voluntad
hacia verdades acerca de la realidad, El axioma de que la ,lvma, Hay que hacer de la Deidad Omnipotente la base
'__ '_'_ realidad objetiva de nuestras ideas requiere una caUSa en al para garantizar nuestra certidumbre, Si, como lo in-
que esté cont'eriídil'la' misma re alrdad, no objetivamente, ca la construcción del puente, estamos ciertos de varias
sino formal o eminentemente," nos da el primer y deci- ansas porque son claras y distintas, no podemos dudar de
sivo puente desde las verdades que hay en el espíritu , las por mucho que nos esforcemos ahora que hemos sido
hasta las verdades acerca de algo que está más allá de
nuestras propias ideas, el primer puente desde una con- " Descartes Reponses d l: t
(d d D ' • e av e1JTavx secondes objections Oeuures A -T IX pp
on e escaries añrmó que después de seguir su mÚodo podría v~l's·e'qlle'
" Descartes, Meditations, IIl, Oeuvres, A,-T. IX, p. 27, aXII;_,ma~,
eran "v~rdaderos e indudables") y 128 (dond; es dcfcn¡j¡do el
" Descartes, Les Principes de la J'hilosophie, Oeuvres, A-T, IX, Parte I, seco 45, p, ' ane~eas~~~ando hemos de notar que la admJsión de este axioma es suma.
44, 1 . . .. a por la razon de que debemos explicar nuestro conocimiento de '
.. Descartes, ,Meditations, IIl, Oeuures. A"T, IX, pp,32-33, y Reponses de l'avtevr D as. c~~as, tan~o de los objetos sensorios como de los no sensonos") _
escar tes, Medttatwns, m Oeuvres A T IX " " '
avx secondes objetions, Oeui-res, A,-T, IX, p, 128, secondes objections OeUV'l'es'A -T IX ,-, ,
pp, 3~-36, y Reponses de l'avtevr, _'"
, '., p, 129 (}>¡-0POSüJon Il) " ';"":,;.,, '"
, ...........,
DESCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICISMO 281
280 DESCARTES, ~V~"'tL1IS1'ADORDEL ESCEPTICISMO

iluminados por el cogito; y esta certidumbre intern Reconozco como imposible que Él me engañara nunca, pues 'lfit"
acerca de nuestras ideas nos convence de que debe habe y
en todo fraude engaño se encuentra alguna imperfección, yl¡t
un Dios objetivo del que dependemos por_ completo par" aunque puede parecer que el poder del engaño es una marCá'~'
de sutileza o de poder, sin embargo el deseo de engañar sin ti
nuestro ser y conocimiento, y por tanto, S1 nuestra certi-
duda es testimonio de malicia o debilidad, y por consiguiente ~'
dumbre interna se justifica objetivamente (o se.a, con no puede encontrarse en Dios.53 f":
ferencia al mundo real) es algo que depende de DlOS y no.
nosotros. . , .. ,__ Descartes n o consideró la posibilidad de que PUdiel'd:~'
Esta serie de percataci ones conduce a un esceptlcIsm ser el demonio, y no Dios, el que le hubiese dado su ide¡:{d·
más elevado, a un hiperpirronismo que debe se~ s~p de Dios y ique lo había obligado a llegar a conclusiones 'i'
en el cielo y no en el espíri.t~ del. hombre. jQUl~as el antidemoní acas acerca de la naturaleza moral de la Dei- .~.
monismo que en la Mcditacron Primera dcst~u~o , dad. Pero,!con este concepto de Dios, basado en una idea
fe en la razón sea un aspecto del Mundo J)l~mo. Qu clara y distinta de Él, Descartes estaba preparado ahora ":
quiere Dios que creamos; de hecho,. r:os .obliga a para marchar triunfalmente hasta su tierra prometida, el
todo tipo de cosas que son f.alsas. Qmza DIOS es un eng . nuevo mundo del dogmatismo en que el conocimiento de .:
ñador, un demonio. El caml?,o que. co.nduc.e de la dud la verdad y la realidad podía quedar completamente ase-
completa alcogito y a la realidad objetiva bien _puede ..•.. gurado, puesto que "ahora tengo ante mí mi. camino que
como el cierre final de una trampa que nos aparta de tod . nos conduce de la contemplación del verdadero Dios [ ... l
conocimiento,salvo el de nuestra propia ~xIstenc:a, Y al conocinriento de los demás objetos del uníversov.s-
deja para siempre a merced de un enemigo omrnpo Por tanto, puesto que Dios no puede engañar, y Él es
que desea que erremos en todo tiempo y en todo 1 , . mi Creado¡', y yo he sido creado con la facultad de juzgar
Esta aterradora posibilidad que p od ía transf~rmar que todo lo que es clara y distintamente concebido es
,. sueño ,cartesiano de un paraíso racional en ~a'tierra, e erto, entonces mi facultad de juzgar queda garantizada.
un infierno kafkiano en que todos nuestros mt~ntos p No sólo tengo que creer que todo lo que percibo clara y
descubrir el verdadero conocimiento d~ la reahdad .q distintamente es cierto, sino también, por la Gracia de
darían diabólicamente frustrados, requiere un exo rcis Dios en Su Bondad, que es realmente cierto. Con esta mo-
cósmico una limpia del cielo." ..' numental seguridad, Descartes pudo entonces disipar" .
. Desca~tes elimina la p osi bilidad de que la Deidad p las dudas de la Primera Meditación acerca del conocimien-
Sea rasgos demoniacos subrayando el cará.ctcr ?e to racional. Habiendo sido exore-izado el demonio de los
idea de Dios:' Si la idea de Dios no puede mC~Ul:reieme cielos y de la tierra, entonces no quedaba ninguna duda
tos demoniacos, entonces lo que es claro y.dIstmt? en ~, acerca de las verdades de las matemáticas. Una vez en-
idea también debe ser cierto acerca del objeto, el propl contrado el criterio de las ideas claras y distintas, en
Dios. garantizada probidad de Dios, las dudas iniciales, el
rronismo inicial se desvanecieron, pues ahora pedí
" En la réplica de Descartes a las obj~ciones presentadas por Me.r.se\1n~,' decir qué era cierto, qué constituía evidencia, etc.
que despuéS de la prueba de la exiate ncia de DIOS,y de nuestra pelcataclOn aquí, todo es relativamente seguro y fácil. Las
nuestra total dependencia de Él, la única ma!1e~aen que podemos a~roJar matemáticas son claras y distintas. Nos vemos co
das sobre las ideas que conccbimos clara y dlst.mtamen~e es suponer que
pueda ser un mentiroso. y si esta posibi:idad fuera sena, elJtonces no
mos confiar ni en nuestras facultades 111. en. nuestras _Ideas claras y . " Descartes, Meditations, IV,OeTwres, A.-T. IX, pp. 42-43.
Véase Reponscsde L'o.vtevravx secondes ob)ecttons, Oeu'V1es,A.-T.IX, p. 113. " lbui., p. 42.
282 DESCARTES, CONQUr:,- :R DEL ESCEPTICISMO '. DESCARTES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICISMO 283
"'--
a creerlas, y en esta compulsión estamos seguros, puesto no nos engaña, y por tanto, sólo Dios puede garantizar que
que Dios no engaña. La relación de estas verdades de na-. ' las verd~des que co~oce~os en las matemáticas y la física
turaleza también puede ser descubierta por nuestra con-. no son simples apanenClas de verdad en n
tuS.57
t - .
ues ros espino
fianza en Dios. Podemos estar seguros de que existe un
mundo físico al que se aplican las verdades acerca de la Así pues, en suma, desde las prOfundidades de la d .
pura extensión, ya que Dios no nos haría creer ello si, en sesperaClOn de la Meditación Primera De
bí 1 . ,scar
t es creyoe_
realidad, no hubiera un mundo más allá del alcance de que h a la ogrado dar un giro completo al t' .
escep rcismo
nuestras ideas. 55 _. ruare h an d o desde la duda completa hasta la seguridad
El ateo no puede tener esta seguridad acerca de la completa. Este asombroso cambio de cosas sólo f r,
verdad objetiva de sus ideas claras y distintas, porque no ' b.le porque tomando el pirronismo sUficientement~ee;OSl_
tiene un Dios que garantice lo que piensa que sabe. AL, rIO, al dudar h~sta los limites de la capacidad humana sl~
responder a la afirmación de Mersenne de que un ateo, fu.erza del cointo pudo surgir como una marejada, ba~
puede conocer clara y distintamente una-verdad materna- rnen~o l~ cnse pyrrhonienne y llevando a la persona re.
tica, declaró Descartes, ' CIen Ilur:llnada a los ámbitos de una verdad sólida e in-
c onm oví bls. Cada etapa en el camino hacia la verdad
Yo no lo niego; simplemente afirmo que, por otro lado, s
a?s oIuta después del cogito confirma el escape del escepti-
jante conocimiento de su parte no puede constituir ve
ciencia, porque ningún conocimiento que pueda ser dudoso cl~mo: y asegura más aún las etapas ya transcurridas El
debe llamarse ciencia. Puesto que es, como hemos supuesto, cflten? conducía a Dios, Di?s a la garantía completa, ~ la
un ateo, no puede estar seguro de no engañarse en las éosas', g~r!mtIa completa al conocímíent¿ del universo mecaní-
que le ·parecen más evidentes, como ya ha sido suñcíente-, císta. Sólo habiendo pasado por el valle de la duda Como
mente mostrado; y si por casualidad no se le ocurre la duda; pleta podíamos ser llevados a la paz y la seguridad del
sin embargo puede surgir si examina la materia, Ó si otro und~ eonterrrplado. como Una teodicea, nuestras ideas y
la sugiere; no
puede estar a salvo de ello, a menos que nU0stl~s verdades VIstas como fíats divinos, garantizadas
mero reconozca la existencia de un Díos.s" para SIempre por nues!ra percatación de que el Todopo-
der?~o no pued~ enganar. Al término de la jornada del
Por tanto, cualesquiera que sean l~s verdades de qu <
esp írrtu ~as~a DIOS,Descartes pudo escribir sin vacilación
pueda tener conciencia un ateo, nunca podrá estar co en los Pnnczples,
pletamente seguro-de que sean ciertas, porque nunca .po
drá erradicar la posibilidad de que se engañe, por m " DU,neyofrece una interpretación totalmente distinta del pasaje acerca del
seguro que se
sienta. No puede encontrar ninguna J~atematLco ateo, en su "Círculo cartesiano", p. 337. Afirma que Descartes sos-
tía o base secular de la certidumbre. En un mundo secul nene q~e el at:o puede tener cierto conocimiento de verdades aisladas, o de.
mostraciones simples, pero no podía "tener una verdadera certidumbre acerca
siempre existe un'a abrumadora posibilidad de engañ ' .. de ,~as matemáticas consideradas como un cuerpo de proposiciones verdade-
demoniaco o de autoengaño aun en las cosas más eviden-, ran . Sin em~arg~: me parece a mí que Descartes va mucho más lejos aseve-
tes. Así, en un m~ndo apartado de Dios, toda "verdad" a~do que el ate.o no puede estar seguro de no ser engañado en las cosas que le
puede considerarse como dudosa (ya que posiblemente pu palece~ mas ,:vJdentcs". Por tanto, ni aun con respecto a verdades aisladas y
deducclOne.~ S¡mples~puede el ateo estar seguro, ya que el demonio no ha sido
de ser falsa), y np puede descubrirse ninguna "ve rd . 'exo~clzado de ~u universo. El ateo sabe que los tres ángulos de un tfiángulo
dera ciencia". Sólo Dios puede disipar todas las dudas SI, -equilá te ro son Iguales a dos ángulos rectos en un sentido totalmente distinto
, del matemático religioso, para quien este es un conocimiento seguro. El aLeo
,1.1 cr. Descartes, Meditajions, V y VI, Oeuvres, A.·T. IX, pp, 42-56. p~ede conocerlo ~n el mismo sentido en que la gente ordinaria s abe que la
." Descartes, Reponses de ¡.'avtevT avx seconcles objecrions, Oeuvres A.·T. IX, p. 111. :'" nieve es blanca. Piensan que así es, lo creen, pero puede ser falso.
DESCARTES, CON';" ..DOR DEL ESCEPTICISMO DESCARTES CONQUI
284 , STADOR DEL ESCEPTICISMO , .. '
<:
. •, 20')
Que n'o podemos errar si s6¿o damos nuestTO asentimiento a. las que había en el d
---.LlúlClOn '. '
cosas que conocemos clara y distintamente, ligiosa era doble; por una ~sr~ubrum.ento.de la verdad' re-
. y por la otra, por la Graci~ n.e! nos llu,mmaba la verdad,
Pero es seguro que nunca tomaremos lo falso por verdadero
si sólo damos nuestro asentimiento a cosas que percibimos,'
, como verdad. La iluminaci _
, guridad completa una
It
Illa p.odlamos reconocerla
on; a. !uz rnterna, daba una Se-
clara y distintamente. Pues, como Dios no es un engañador, la . Uva. Y, según afi¡'maba~onvlccIon .0 c~rtid~mbre subje_
facultad de conocimiento que Él nos ha dado no puede ser abrumadora seguridad ' la exper~encla misma de esta
falaz, como tampoco puede serlo la facultad de la voluntad, al sen~íamos tan cierto eran~:~~~Vnencl.a ~e que aqu~lIo que
menos mientras no la extendamos más allá de aquellas cosas decir, correspondía al verd, d objetIvamente CIerto, es
que percibimos claramente [ .. -l y aun si esta verdad no " verso.v El hombre sabe a ~ro estado de cosas del un i,
puede ser racionalmente demostrada, por naturaleza estamos
dispuestos a dar nuestro asentimiento a las cosas que perci- fe, y lo sabe porque es I~u;e a e~contrado la verdadera
bimos claramente, de cuya verdad no podemos dudar [mien- la Escritura' que él s b medIda por la regla de fe
tras las percibimos de esta maneraJ.SB Palabra de Dios que anoes~ue es la regla de fe porque es 1;
y entenderla. El
principi ab~e~ho c~pa~es de reconocerla
y pudo decir al estudiante, Burman, que nadie podía tidumbre subjetiva o o. a~l,co e IndIscutible es la cer.
ser escéptico si contemplaba atentamente sus ideas Inna- . giosa, Y para garantíz~~nv~cclOn total ~n la verdad ren.
tas, porque serfa imp9Sible dudar de ellas." no sea simplemente u q t~ ?sta certIdumbre completa
Esta dramática respuesta a la eme pyrrhonienne se en- de mostrar que aqUeI~os~n lffilento ~ersonal o locura, ha
frentó al problema' que la Reforma había planteado en su mente cierto y no sólo lo e que esta seguro es objetiva-
nivel más profundo y, en efecto, ofreció una solución de tivamellte co~o cierto A ~luebe,l hombre considera subjé-
reformador al nivel del conocimiento racional, antes que el cielo" para sosten'er s~s:a US~~~da es de "ganchos en
religioso. El desafío de Lutero y de Calvino había desa- modo que pueda transf cer 1 umbre subjetiva de
tado la búsqueda de una garantía de la certidumbre-d ual interna.en un ra~~mar~~ ~e una experiencia indi-
nuestras creencias y principios básicos. Los reformados y , guna manera, la seguridado o je lVO del mundo. Y, de al-
sus adversarios podían mostrar, unos y otros, que las opí,.· en la verdadera fe y qu pedrsonal que se ha encontrado
, e pue e comprob d"
niones contrarias no tenían un fundamento defendible y verdadera regla (de la ue _ '. arse me rante su
podían ser infectadas por dificultades escépticas. La ex- . que proviene de DI- q t esta subjetIvamente cierlo) y
, ,_ os, se ransforma d . .'
tensión de este tipo de problema al conocimiento natural opmlOn o creencia en ' e su lncuestlOl1ada
reveló que el mismo tipo de crisis escéptica existía tam- '. - una verdad obj ti d'
expenencia subjetiva de 1 '1 . . _ e rva me tanto la
bién en este ámbito. Podía cuestionarse cualquier funda- fuente. La experiencia rel~ 1. umlnaclon de la verdad y su
mento filosófico, pues un fundamento exigía otro fun-. ades religiosas al m' glOsa. nos convence de cíertae
damento, y así sucesivamente, es de modo qu - Yi isrno tí ernpo verifica las verda-
Los reformados, especialmente los calvinistas, ofrecie- , e es as son a la v 1 -
completo y lo que es verdad' El . ez, o que el cree por
ron como defensa de' sus creencias la idea de que por la que obtiene esta seguridad' tmISll:o proceso mental en
voie d'examen descubriríamos una verdad religiosa, la ver- se rascIende a sí mismo de
dadera fe, que revelaría su criterio, la regla de fe, la . el> Est j' ..
_ ay ap lcando el términu "certidumbr '.'.. .
cual a su vez revelaría su fuente y garantía, Dios. La ilu- . . tr o propIO estado mental, a nuestros ro _ es subJe~lvas para aphcarJo a
sabemos o estamos seguros de qu p plOSsentimIentos psíquicos <;lIando
;-eflere a si, independientemente ed~o:,e.Jcmplo ~ + 2 = 4, "Verdad objetiva" se
" Descartes, PrincipLes, Oeuvres, A.- T. IX, Part, r. sec, 43, p. 43, }gual a 4. .omo nos sllltamos, 2 .;-2 el! realidad es
" Descartes, EnÚetiett avec Bu.rman, pp. 4-5, Y Oe¡,wres, A.-T. V, p, 146.

•• ~ ••_- ._,___ o,, _••• _•••,.:.


DESCAR'fES, CONQUISTADOR DEL ESCEPTICISMO 287
r: \lOR DEL ESCEPTICISMO
286 DESCAR'rES, CONQ" ,
","", D" fuente del acontecí- . súnjetiva como comienzo de la resolución de la crisis eS-
alguna manera Y le revelati a lOS, ue el contenido d e 1 acon- céptica nos haría correr el riesgo de hacer dudoso todo
miento que entonces garan l~Z~q no sólo son creencias conocimiento tr ans-subje tivo. Lutero y Calvino fueron
tecimi~nto, las verda~~s re 19d1aodSeaSs'que Él ha ordenado. ..:.··:··t,:~!'l,·"~i acusados de difundir sus propias opiniones .personales y
personales, sino a, t mblen ver , .
cartes al esceptlClSmo enc en- sus sentimientos; de tratar de fundar toda la estructura de
En la respuesta de Des . 11 de la Reforma, y_el Ia religión sobre hechos subjetivos, sobre sus propias vi-
. tipo de desarro o ,,' das mentales. Insistiendo en que hay una garantía de que
tramos el mismo .' r la certidumbre sub)etIva Vll;-
mismo intento por obJetlVat, voie d,'examen es el me- aquello que es subjetivamente cierto es verdadero no.sólo
Dí s La car eswna . , d para el individuo, sino también absoluta y objetivamente,
culándola con o. de lo ue creemos. Partlen o
todo de la duda, el ~xamend d r ¿e lo fidedigno de nues- los reformadores declararon que habían evitado los pozos
del pirronismo parclal?e ~ a metafísico de la hipóte- del escepticismo. Y Descartes, iniciando su Reforma de la
tros sentidos hasta el plrronlSmo l' dad de nuestro c~noci- . filosofía, hubo de seguir el mismo camino. En el drama
sis del sueño, dudando, de l~s:oa ;otal de la hipótesls del del cogito, Descartes "socava las bases del pirronismo"."
miento, y pasando al Pl1r~~~~dignode nuestras facultades Pero, a fin de que ésta sea más que una historia personal
demonio dudando de o lb' s el cogito verdad tan acerca de las ideas de su espíritu y sus sentimientos al
racionales, !TIa n:
, f' 1 ente descu rrmo
subjetivamente cierta que1s.
' d d
omos incapaces de u ar,
r aspecto de la ilumma-
de respecto, hubo que vincular la seguridad inquebrantable
de Descartes con una fuente que pudiese garantizar, asi-
ella en absoluto._Este es e pnffide es la percatación de la mismo, su verdad objetiva. Para ser víctoriosor.Io que
da d El segun o ·t nos Descartes pensó que era cierto tuvo que ser ciertd; aque-
ción: hay una ver . arantía de verdad. El cogt o
fuente de verdad, de la g 1 d Dios y Dios aporta la llo de que es1;1}vo subjetivamente cierto tuvo que corres-
conduce a la regla de fe, la reg a t~dumb're subjetiva. Ha- ponder al estado de cosas objetivo.
seguridad objetiva de nuest~a cedrl1a verdad experimen- El derrocamiento revolucionario del escepticismo,
biendo par l? t ·d por el cammo e
. , ~. :to terminaml'\,,·-nf~r·(~aL.a.llU.U"~" .{) a ra de Descartes, y su vindicación del conocimiento ob-
tando la ilUmH~aclOn~~~~o~~d~ todas las ideas clara~.c.t 'tIe.tivo, acaso fuesen la solución más 'completa de la eme
nos de que la induda 1 la. lógic o que aceptam r,,!; :~yrrho~ienne; pero ~ue'precisamente ~n ~l desplazamiento
distintas no sólo es un.hecho ps:c:n hecho ordenado p",r :...e certidumbre subjetiva a verdad objetiva donde Descar-
y con el que vivimo~, s~no¿~t: cierto. No sólo creemos y tes y su filo sofia, así como Calvino y el calvinismo, se en-
Dios y, por tanto, obJetIVad er en cualesquiera pro po- contraron con la mayor oposición, oposición que había de
psicológicamente ~e~os e ~re que' ahora estamos garan- ;. cambiar el triunfo cartesiano en tragedia. Los enemigos
sidones claras y dIstmtas, Sl~~emos corresponde a lo que. combatieron para mostrar que, aunque acaso se hubiese
tízados de que aquello que e .conoZCOComo cierto en ,el descubierto una verdad, el heroico esfuerzo de Descartes
objetivamente es, Lo que ~o no de que estoy sub)e- no era en realidad ningún esfuerzo, ° bien era un com-
mundo de mis ideas (es de.Clrt~ aqueto que es verdad.ero en pleto fracaso, que dej aba sin solución e insoluble la cTise
. to) se conVler e en ' so pyTrhonienne en la base de toda la filosofIa moderna.
tivamente cier ~ , ndientemente de lo que yo pien ,
el mundo real, mdepe d e1'sona1e5se vuelven las
.
Siento o creo. Mis verda . es P D"os por causa de 1a ga ra
dades o~.jetivas conoCld~~Ph~rdel aceptar como verdadero
tía de DlOS. de que lo q o (Objetivamente). ., Je an-Baptiste Cochet, La ele! des sciences & des beaux arts, ou la logique Pa-
rís, 1750, p.·58.
(subjetivamente) e~ v~rdader, lógico de la certidumbre
Emplear el sentimlento pSICO

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