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INTRODUCCIÓN
Con el paso del tiempo todas las personas han dejado huella en el mundo,
algunos lo hacen a través de sus experimentos y aportaciones a la sociedad, otros
ayudando al que menos tiene. Pero la huella más trascendental, es aquella que dejan los
padres o cuidadores en la vida de un hijo. Hay que reconocer que detrás de un niño o
adulto que tiene talentos, habilidades estuvo una persona encargada de motivarlo,
apoyarlo, guiarlo y educarlo, por lo que la confianza y el amor son factores importante
para sobresalir.
Por otro lado, alguna vez se ha escuchado decir de los padres las típicas frases:
“Le pego porque lo quiero”; “Que lloré, ya se le pasará”; “Si lo abrazas se va a mal
acostumbrar” o “Más tarde juego contigo” y así sucesivamente. Esto sólo es parte del
reflejo del cuidado que algunos padres o cuidadores brindan a los niños. Y no es que
sean culpables de dar este tipo de tratos puesto que muchas veces educan como ellos
fueron educados.
Cabe resaltar que anteriormente los deberes de la mayoría de las mujeres era
cuidar a sus hijos, procurar al esposo y realizar los quehaceres de la casa. Todo eso ha
cambiado y ahora hombre y mujer tienen la necesidad de trabajar para sustentar su
familia y optimizar la economía. De esta forma las madres que tienen trabajo fuera de
casa han optado por dejar a su hijo al cuidado de un familiar o Guardería. Dicho
cuidador (es) se encargará (n) de atenderlo, alimentarlo y procurarlo de accidentes, pero
no de ser una figura afectiva. Se espera que las madres que trabajan tomen conciencia de
lo importantes que son en la vida de su hijo y reflexionen los riesgos que provoca a un
infante dejarlo en responsabilidad de otros.
A lo largo de la historia se ha demostrado que crear un vínculo afectivo entre
madre/ cuidador e infante es significativo, aunque para muchos inusual. Sin embargo
hoy en día dentro y fuera del hogar es notable el incremento de problemas emocionales y
conductuales que manifiestan los niños con apego de inseguro.
De modo que el apego infantil juega un papel muy importante durante la primera
infancia. Por lo que establecer un vínculo afectivo entre madre e hijo durante los
primeros años de vida le permitirá al infante desenvolverse en cualquier contexto de
manera habilidosa y responsable. De esta manera se determinará el desarrollo posterior
de la personalidad del niño y su forma de relacionarse con todo lo que le rodea.
Las emociones y las conductas que un infante refleja se determinan por la vida
que los padres o cuidadores les brindan, por esta razón surge el interés por conocer
aquellos problemas de comportamientos que sobresalen en la infancia y que son
alarmantes para el desarrollo físico, cognitivo y emocional de un niño en relación al
cuidado que se le brindó en los primeros años de vida.
Un vínculo de apego inseguro en los primeros años no tiene por qué ser
sinónimo de problemas para toda la vida .A través del cariño y la sensibilidad un
niño o una niña que inicialmente estableció un vínculo de apego inseguro con sus
cuidadores pueden, posteriormente, aprender a relacionarse de forma adecuada
con las personas y a establecer nuevos lazos afectivos seguros y adecuados. Sin
embargo conviene tener en cuenta que las huellas psicológicas de un apego
inseguro son duraderas debido que para los niños y niñas resulta esencial tener la
oportunidad de disfrutar del cariño de personas de forma estable y adecuada, de
otra manera podrá ocurrir si se cumplen las necesidades básicas de un bebé