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PYMES
Resumen
Un sistema financiero sólido y eficiente es imprescindible para alcanzar tasas
de crecimiento económico adecuadas y sostenidas. En México, a partir del año
2000, alrededor de dos terceras partes de la inversión total se financió a través
de fuentes alternativas, entre las que destacan: créditos de proveedores y
clientes, reinversión de utilidades y préstamos de la oficina matriz. El objetivo
de este trabajo de investigación es el de dar a conocer las diferentes fuentes de
financiamiento que existen en nuestro país, así como las alternativas que
ofrecen las Instituciones Bancarias y las Organizaciones Auxiliares de Crédito
del Sistema Financiero Mexicano (SFM) a las pequeñas y medianas empresas
(PyMES. En los últimos años y a pesar de ser de vital importancia para el
desarrollo económico de México, las PyMES se han visto privadas de uno de
los principales motores para su desarrollo, el financiamiento.
Palabras clave
Sistema Financiero, Financiamiento, Inversión, Banca Múltiple, Banca de
Desarrollo, Organizaciones Auxiliares de Crédito, PyMES y Proveedores.
Metodología
El trabajo de investigación realizado en este espacio, se centra principalmente
en la investigación documental, que incluye la revisión y consulta de libros,
revistas y periódicos, así como de páginas disponibles en Internet. En lo que
respecta a esta investigación, también se analizan los resultados obtenidos por
las principales encuestas relativas al tema tratado, que son realizadas por el
Banco de México (Banxico), así como, las declaraciones emitidas por
particulares, a través de las organizaciones editoriales.
Este trabajo se centra en empresas del sector formal, legalmente constituidas y
registradas en la SHCP y el IMSS, por lo que no se incluye al sector informal de
empresas y que conforman lo que se conoce como economía subterránea y
que por su misma condición, no son sujetos de crédito en las alternativas
mencionadas en este trabajo.
No se consideran las alternativas de financiamiento interno, vía capitalización o
bolsa de valores, que pertenecen al Sistema Bursátil del mismo sistema
financiero, debido a que además de ser más propias de las grandes empresas
y de una minoría de las medianas, por su misma complejidad y extensión
requieren de una investigación adicional más especializada que no forma parte
del trabajo presentado.
Las llamadas fuentes alternativas de financiamiento que pueden llegar a utilizar
las empresas como son las ofrecidas por Organismos No Gubernamentales
(ONG’s) nacionales o internacionales, no forman parte importante ni medular
de este trabajo, debido a la posibilidad de que sean motivo de futuros trabajos
de investigación.
Marco conceptual
Las fuentes de recursos en las empresas pueden ser internas, cuando los
propietarios aportan directamente su patrimonio o el de los socios, y; externas,
cuando los recursos son proporcionados por otras entidades diferentes que
prestan esos recursos a cambio del pago de intereses y comisiones, pero sin
intervenir en la toma de decisiones de la empresa receptora de los recursos.
El siglo XXI inició con un entorno mundial caracterizado por las nuevas
relaciones globales entre los países, la internacionalización de las finanzas, la
producción, el comercio, el modo de vida y los patrones de consumo, han
integrado las actividades de negocios a escala mundial. En un México
enfrentado al reto de la globalización, es indispensable el replanteamiento de
las grandes empresas para hacerlas competitivas, pero también exige la
creación de pequeñas empresas como detonador del desarrollo nacional, como
generador de empleos tan necesarios en nuestro país y como factor de
equilibrio de las riquezas humanas y materiales.
Los aspectos que se han venido produciendo desde la década de los 80 en
nuestro país y que más han impactado en el replanteamiento de las empresas
han sido:
Las empresas más afectadas han sido aquellas que por su tamaño y falta de
reservas de capital no han podido sostener un agresivo nivel de competencia y
han sucumbido y quebrado.
“La pequeña empresa constituye una de las grandes oportunidades para los
países que, como México, quieren competir y exportar. En Taiwán, por ejemplo,
la mayoría de las empresas son empresas familiares o pequeñas que han
alcanzado elevados estándares de competitividad gracias a la manera en que
son administradas con técnicas sencillas y eficientes, pero a su vez logrando la
calidad”.
Más del 90% de las empresas en Latinoamérica son pequeñas, abarcan todos
los sectores de la economía y su crecimiento y desarrollo sostenido puede
asegurar un cambio radical en cualquier país, con un potencial para aumentar
realmente su riqueza.
Para poder preservar a estas empresas sin la protección de los aranceles de
importación, es necesario hacer cambios estructurales en todos los niveles,
fortaleciendo las políticas públicas regionales, sectoriales, institucionales y
especiales que se formulan en todos los ámbitos de gobierno federal, estatal y
municipal, así como las promovidas por los sectores privado y social, para
fomentar el desarrollo de las PyMES.
Las PyMES se caracterizan en general por tener un alto grado de adaptabilidad
ante cambios en su entorno, principalmente ante los efectos nocivos en el
ambiente macroeconómico.
Pero las PyMES debido a sus propias características, también enfrentan
grandes desventajas, que son:
Participación limitada en el comercio exterior.
Acceso limitado a fuentes de financiamiento.
Capacitación deficiente de sus recursos humanos.
Falta de vinculación con el sector económico.
Falta de cultura de innovación de procesos y desarrollo tecnológico.
FUENTES DE FINANCIAMIENTO
En México las PyMES pueden recurrir a diversas fuentes de financiamiento
cuando requieren recursos económicos para su crecimiento o subsistencia.
Normalmente se piensa en la obtención de un crédito bancario o en aportación
de su patrimonio. Pero además existen muchas otras opciones para obtener los
recursos necesarios que les permitirán operar rentablemente o impulsar sus
proyectos de expansión.
Si consideramos que en los últimos años, específicamente desde la crisis
económica que se presentó a finales de 1994, los bancos han limitado y casi
eliminado los créditos a las empresas, pensaríamos que la economía del país
debería haber decrecido en la misma proporción, pero no fue así, el
financiamiento bancario fue sustituido por fuentes alternativas y de hecho la
economía ha crecido.
Aún cuando las alternativas de financiamiento son poco utilizadas por los
empresarios en México -salvo el crédito de proveedores-, la importancia de
enunciarlas resulta del mismo hecho de su existencia y posibilidad de
crecimiento como alternativas viables para las PyMES.
No nos extrañe que a falta de créditos de la banca, las alternativas observadas
y las ofrecidas por las instituciones auxiliares de crédito del SFM, puedan lograr
el milagro de reactivar el desarrollo de la economía en nuestro país. (García, V.
2001).
Las fuentes alternativas de financiamiento a las que pueden recurrir las
PyMES, son:
a) El crédito de proveedores.
b) Las tarjetas de crédito de las tiendas departamentales.
c) La venta o renta de activos obsoletos o no estratégicos.
d) Arrendamiento de activos del fabricante.
e) Patrocinio, subsidios y apoyos de proveedores.
a) El crédito de Proveedores
Las empresas grandes y exportadoras, al tener acceso a fuentes de recursos
externos, han logrado obtener condiciones de financiamiento más favorables
que las alcanzadas por las empresas pequeñas, orientadas al mercado interno,
estas últimas se han visto obligadas a financiar su expansión o a sobrevivir con
recursos propios y con crédito de proveedores.
MEXICO
EL SECTOR BANCARIO
El Sector bancario lo componen la banca múltiple (comercial), la banca de
desarrollo (de fomento), las sociedades financieras de objeto limitado (Sofoles),
los fideicomisos públicos que otorgan financiamientos al público en general, el
Banco del Ahorro Popular y Servicios Financieros (Bansefi) que promueve el
ahorro entre la ciudadanía y las empresas y por último, las Sociedades de
Información Crediticia (buró de crédito) que brindan información a los
prestadores de financiamiento acerca de los solicitantes de los créditos.
Para estudiar las alternativas de financiamiento que tienen las empresas en
México, se analiza cada una de estas agrupaciones por separado, mostrando
la situación general de operación.
Principales resultados
Las empresas han tenido dificultad para obtener recursos a través del sistema
financiero nacional por la escasa disponibilidad de los mismos, en particular por
el tamaño del sistema financiero mexicano, que medido en proporción del PIB,
alcanzó prácticamente el mismo nivel que tenia en 1994, ubicando al sistema
financiero mexicano en un nivel de desarrollo bajo con relación a los
estándares internacionales.
Una de las propuestas más importantes del sexenio anterior, fue la de
implementar las medidas de regulación al sistema financiero mexicano y de
aumentar los recursos para proyectos productivos a través de la banca de
desarrollo, si la banca comercial no presta dinero a los emprendedores
mexicanos, dueños de las PyMES, entonces lo haría el Gobierno Federal.
La dificultad para obtener recursos se debe principalmente a que la mayor
parte de dichos recursos son absorbidos por el sector público. Entre 1995 y
2000 los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), representaron
más del 55% del flujo de ahorro financiero de la economía.
“El ahorro financiero se define como agregado monetario M4a menos la suma
de billetes y monedas en poder del público. Considerando el M4a como el
tamaño del sistema financiero medido como porcentaje del PIB.”
El deficiente desarrollo del SFM más la fuerte absorción de recursos por parte
del sector público, se tradujeron en una cantidad muy limitada de recursos
disponibles para el financiamiento de proyectos de inversión privada.
No obstante que el ahorro financiero, en proporción al PIB, se mantuvo
constante entre 1995 y 2000, en ese lapso se ha logrado avanzar en el
saneamiento del sector. A raíz de la crisis de 1995, las autoridades
gubernamentales concentraron sus esfuerzos en la estabilización del sector
financiero, fortaleciendo los mecanismos de supervisión y regulación, apoyando
a los usuarios del sistema para evitar la pérdida de sus ahorros y promoviendo
una reforma integral del sistema financiero, para ampliar la disponibilidad de
recursos financieros al sector privado en condiciones más eficientes y
competitivas.
La falta de créditos tradicionales ha convertido a los diferentes tipos de
financiamiento alternativo mencionados en este capitulo (especialmente el
crédito de los proveedores), en el principal motor de la economía nacional, pero
como en toda cadena, si se revienta un eslabón, se rompe toda la cadena.
Cuando uno de los integrantes de la cadena de créditos del proveedor no paga,
los demás integrantes no tendrán recursos para pagar a sus propios
proveedores y esa cadena se derrumba. Los negocios, con esta base de
crédito alternativo, están sujetos a una situación muy precaria y tienden a
cerrar sus puertas cuando la falta de crédito se extiende por mas de 90 días.
Los profesionistas que ofrecemos nuestros servicios a las empresas, debemos
de conocer éstas y todas las alternativas posibles de financiamiento, con el
propósito de promover su utilización y aprovechar todas las ventajas posibles
para que las PyMES puedan desarrollarse y crecer.
El mismo Banco de México en su Informe Anual, reconoce que mientras hace
una década el 65% del financiamiento a empresas era otorgado por la banca,
actualmente sólo representa el 35%, lo que equivale al 8.9% del Producto
Interno Bruto (PIB), nivel similar al observado a mediados de la década de los
ochenta.
A falta de crédito bancario tradicional, las fuentes alternativas de financiamiento
salen a relucir y toman fuerza en las empresas, convirtiéndose en parte de su
cultura organizacional. El riesgo es para los bancos que cuando quieran ofrecer
el crédito necesario, el cliente les diga “no muchas gracias, ya me he dado
cuenta que no lo necesito” y siga basando su crecimiento en endebles
estructuras de crédito a la palabra.
CONCLUSIONES
Las PyMES son de vital importancia para el desarrollo económico de México,
durante los últimos años se han visto privadas de uno de los principales
motores para su desarrollo, el financiamiento.
La banca múltiple que debía apoyar a las empresas y proporcionar los recursos
financieros necesarios para el desarrollo de proyectos productivos, se vio
paralizada por los efectos de la crisis económica de 1994-95, sus deudores no
les pagaron por que no tenían dinero y casi hacen quebrar a los bancos, el
gobierno mexicano realizó un rescate multimillonario a través del Fondo
Bancario de Protección al Ahorro, pero el daño ya estaba hecho, los bancos
sólo se atreven a prestarle dinero al gobierno y a las grades empresas, por
temor a que se repitan los hechos.
La mayor parte de los recursos financieros de la banca múltiple es prestada al
gobierno, otra parte a las grandes empresas, otra parte son créditos al
consumo, dirigido al publico en general y que destinan mayormente para la
compra de bienes y servicios, y el resto, muy poco por cierto, es utilizado en
programas y proyectos generadores de empleo y enfocados a las PyMES.
Las empresas que sobrevivieron lo hicieron con el crédito concedido por los
proveedores mejor capitalizados, en un afán de no perder a su clientela, de por
si mermada y en franca situación de cierre. Otras opciones fueron las ofrecidas
por la banca de fomento, las sociedades de objeto limitado y las instituciones
auxiliares de crédito que cobraron fuerza en estos años.
A partir del año 2000, las PyMES contaron con la posibilidad de mejorar su
situación, el gobierno les ofreció atención y recursos a través de más de 120
programas de apoyo financiero y de capacitación, repartidas entre múltiples
Secretarias Federales y los Estados. Pero estos apoyos no siempre llegan y no
son suficientes. La banca múltiple está renuente a colaborar abiertamente y
siegue siendo muy cautelosa, condicionando los créditos con múltiples
requisitos, como la aprobación del buró de crédito y garantías adicionales,
inclusive cuando los créditos son garantizados por la banca de fomento.
Recientemente, la banca múltiple, ahora en manos de capital extranjero,
parece estar reaccionando favorablemente, abriendo programas de
financiamiento a la PyMES, disminuyendo los requisitos y aceptando los
programas de garantías del gobierno federal.
Por otra parte, varios elementos impiden que las PyMES acudan a solicitar los
recursos financieros que le son tan necesarios para su desarrollo: la falta de
información tecnológica y administrativa fuertemente arraigada en los
mexicanos; la falta de capacitación en cuanto a la administración de los
recursos y sobre todo; la desconfianza de los propietarios para endeudarse,
aún cuando los intereses sobre los préstamos han disminuido hasta en 50%
desde 2003.
Deben emprenderse acciones encaminadas a mejorar la condición y
circunstancia de estas empresas, ofreciendo en forma viable, alternativas de
financiamiento, capacitación técnica y asesoría administrativa, tal y como lo
hacen en otros países más desarrollados.
Para poder cambiar estos elementos es necesario que el sector educativo se
vincule fuertemente al sector productivo. Por una parte, promover una cultura
de emprendedores creadores de empleos entre los estudiantes, y por otra
parte; ofreciendo cursos entre los empresarios para capacitarlos en las áreas
administrativas, técnicas y proporcionando información acerca de los
programas de apoyo del sistema financiero mexicano. Estos cursos deben ser
modificadores de conducta de los empresarios, con un enfoque innovador y
tecnológico que optimice sus recursos.
El gobierno, mediante la implementación de un marco jurídico más acorde con
el nuevo entorno económico, globalizado y competitivo, deberá vigilar y
controlar a los oferentes de crédito y proteger, tanto a los ahorradores como a
los solicitantes de los créditos. Además deberá proporcionar, de forma
adecuada y masiva, sus programas de capacitación y financiamiento.
Las instituciones oferentes deberán cambiar sus condiciones y requisitos de
acuerdo a la realidad del mercado de las PyMES, depurar y disminuir los
requisitos del buró de crédito y proporcionar también en forma masiva, sus
programas de crédito a proyectos productivos enfocados a este sector, tal y
como proporcionan sus créditos al consumo.
Son necesarios más trabajos de investigación relacionados con el tema, con
enfoques específicos por sector, región y actividad, así como darlos a conocer
a las cámaras de las empresas y a las asociaciones de profesionistas para que
difundan los contenidos entre los empresarios de las PyMES.
Herramientas de financiación
El reducido y oneroso acceso al crédito de las PyMES se debe a que los Bancos
consideran a las firmas riesgosas, y además estas instituciones financieras
tratan de reducir el costo administrativo de sus fondos concentrando los
préstamos que otorgan en firmas grandes como se expresara anteriormente.
Esto plantea un problema para el financiamiento comercial de las empresas
chicas, y naturalmente para sus posibilidades de aumentar sus inversiones.
En resumen, debe tenerse en cuenta la importancia económica de apuntalar el
desempeño de las firmas menores, cuyo progreso contribuirá, además, a
ampliar la base imponible y consecuentemente las posibilidades recaudatorias
de impuestos del Estado.
El preconcepto de ser cumplidores es el principal condicionante para acceder a
fuentes de financiamiento. De hecho, los bancos comerciales no miran a este
segmento (Pymes) por considerarlo de alto riesgo, al tiempo que la exigua
demanda de dinero los convierten en poco rentables.
Encontrar un crédito a la medida de un microemprendimiento no es tarea
sencilla. Sus pequeñas estructuras no sirven para ser usadas en garantía y su
carácter de economía "informal", se convierte en la principal traba para que los
bancos lo cuenten entre sus clientes.
Las instituciones que apoyan este segmento saben que el riesgo es grande. Sin
embargo en la práctica sus niveles de morosidad no superan el 5%.
Veamos ahora por qué las Pymes son reacias a solicitar créditos en los Bancos:
La respuesta a esta pregunta no es simple. Una gran mayoría de Pymes, por la
crisis que atravesó el país (2001/2002) posee un stock de deuda fiscal todavía
imposible de regularizar sino a través de un plan que ate la reactivación y el
crecimiento al pago de dicha deuda. El primer requisito exigido por los Bancos
es estar al día con la AFIP por lo que este grupo de Pymes ya se encuentra
descartado.
Vamos a suponer que este punto se hubiere cumplido, si en algún momento a la
Pyme se le rechazó un cheque por falta de fondos, aparecerá "tachado" en el
requisito número dos, que consiste en no figurar en ninguna Base de Datos
Comerciales (tipo Veraz u otras).
Para aquellos que pudieron sortear estos dos primeros escollos, el Banco le
exigirá, además, que no sólo exhiba su proyecto, sino que le demuestra cómo
sobrevivió y como piensa sobrevivir en
el futuro. Por ello, en ese instante se le solicitará un Balance Proyectado y un
Flujo de Fondos a 36 meses como mínimo.
Pero, aunque todo esto sea preparado, son pocos los Bancos que se "animan" a
dar un crédito a mediano plazo y a una tasa de interés baja. Por esa razón,
muchas de estas Pymes reciben la misma respuesta: "el comité de crédito de
este Banco considera que su idea es buena pero que su plan a tres años no
cierra; por eso únicamente le podemos dar un adelanto en su cuenta corriente
por 180 días a la tasa del mercado".
Así, la Pyme abandona su ilusión y continúa trabajando con lo que tiene, es
decir, sin un verdadero desarrollo industrial y con alto atraso tecnológico.
Podemos observar a continuación lo difícil que resulta acceder a un crédito
bancario, en función del volumen de documentación exigida:
4.1 Requisitos exigidos por las instituciones financieras para el otorgamiento
de créditos.
Copia certificada por el Consejo de Ciencias Económicas de los últimos tres
balances.
Copia autenticada del Estatuto Social
Copia autenticada de Acta de Asamblea con designación de autoridades
(última)
Copia autenticada de Acta de Asamblea con distribución de cargos (última).
Copia autenticada de Acta de Asamblea que aprueba la distribución de
utilidades del último ejercicio.
Fotocopia de los comprobantes de pago del IVA de los últimos seis meses.
Fotocopia de los comprobantes de pagos de aportes jubila torios, cargas
sociales y Obra Social de los últimos seis meses.
Declaración Jurada del Impuesto a las Ganancias del último año.
Reseña breve de la actividad y destino de los fondos solicitados.
Detalle de las contragarantías a ofrecer.
Deuda bancaria actualizada.
Manifestación de bienes de los socios/directores de las empresas.
Flujo de caja estimado que acompañe el plazo del crédito solicitado
DIFICULTADES