Si es que los pensadores modernos han alcanzado tanta grandeza tanto en su
tiempo y nos han alcanzado sus letras, ha de ser porque están apoyados sobre los hombros de aquellos hombres renacentistas que estuvieron dispuestos a todo, incluso a dar su vida, por el conocimiento. El primer hombre que trataremos en esta parte será Gassendi, contemporáneo de Descartes, es de las pocas cosas en las cuales ha de coincidir con él; como sabemos, casi hasta el cansancio, Descartes era un racionalista, en tanto que Gassendi quiere apostar por un punto medio, los sentidos no son los que se equivocan sino es el mal uso que damos de la razón con la información que procede de ellos; recupera varios conceptos aristotélicos y varias de sus premisas, como es el hecho de que todos los conocimientos proceden de los sentidos y si un hombre careciera de ellos perdería su capacidad de formar conceptos, pero aun así toda información que provenga de los sentidos tiene que ser sometida a una crítica de la razón para evitar las equivocaciones; vemos en este punto, otro carácter en común con el padre de la modernidad, y quizás con muchos otros pensadores, la edad moderna continua con la búsqueda de la verdad pero le empieza a otorgar un método, ya no se trata de la verdad por la verdad, sino de tener una certeza he imposibilidad de error para poseer esa verdad, es por ello que el método científico se consolidara en esta época y filosofía y ciencia estarán más unidas que antes, aunque también comienzan a marcarse sus fronteras.
En el caso de Hobbes quizás el asunto de su filosofía se torna un poco
más complejo. Todo hombre de este tiempo no es especialista, sino que se atreven a hablar de casi cualquier cosa que pueden hacer filosofía, y en muchos casos de aquello que no se había hecho filosofía la hacen. En el caso del filósofo inglés, no se da una excepción puesto que habrá que ver solo el círculo en el cual se relaciona, no es un hombre que como la mayoría lo concibe, enfocado al derecho y a la filosofía política, sino que se atreve, con toda la humildad característica del filósofo, a hablar de lógica, ciencia e incluso a emitir critica de los textos de Descartes. Y es que, dejando de lado a Hobbes, al hablar de edad moderna y siglo XVII siempre habrá que referirnos a Descartes, pues ya sea para emitir una crítica a favor o en contra, no se puede negar que marca un parteaguas entre la filosofía griega y todo lo que se llega a impregnar de ella, y toda la filosofía que se devendrá.