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Bronislaw Malinowski y el concepto de función

Malinowski (1931): es la herencia social (…) Es una realidad instrumental


que ha aparecido para satisfacer las necesidades del hombre que
sobrepasan su adaptación al medio ambiente. La cultura es un todo
integrado.

1. Función de la cultura
La tesis central de Malinowski es que la cultura existe para satisfacer
las necesidades biológicas, psicológicas y sociales del individuo.

Grupo de hombres cocinando. Islas Trobriand, c 1914-1915

Articuló su teoría de la cultura en torno a tres conceptos:


 función
 jerarquía de necesidades
 papel del simbolismo.

Malinowski entiende la función en un sentido fisiológico. Si la cultura existe es porque los


individuos tienen necesidades psicobiológicas que satisfacer, son organismos vivos.

"La función, en este aspecto más simple y básico de la conducta humana, puede ser definida
como la satisfacción de un impulso orgánico por medio del acto apropiado. Como es obvio,
forma y función están inextricablemente relacionadas".

Malinowski (1944), Una teoría científica de la cultura: 90.


Esto no quiere decir que Malinowski pensara que los rasgos culturales tuviesen funciones
simples. Por ejemplo, que las tiendas de ultramarinos existieran por la necesidad que tienen
los seres humanos de alimentarse.

"Ninguna institución puede ser funcionalmente relacionada con sólo una necesidad básica,
ni tampoco, como regla general, con una simple necesidad cultural".

Malinowski (1944), Una teoría científica de la cultura: 119.

Malinowski considera la sociedad un todo integrado de institucionesrelacionadas que


cumplen funciones complementarias y la cultura como una amplia y compleja red de
comportamientos.

"Le hemos dado el nombre de "instituciones" a estos grupos organizados , que están
conectados con actividades de un propósito definido y que están invariablemente ligados
por la referencia espacial al medio ambiente y al aparato material que regentan".

Malinowski (1939), "El grupo y el individuo en el análisis funcional": 291.

Las instituciones culturales ofrecen respuestas integradas a una diversidad de necesidades.

Para Malinowski la cultura es, en primer lugar, un instrumento; pero también es un sistema
en el cual cada parte existe como un medio para un fin. El carácter integrador de la cultura
deriva de su instrumentalidad.

"Axiomas del funcionalismo.

A. La cultura es esencialmente un patrimonio instrumental por el que el hombre es colocado


en la mejor posición para solucionar los problemas concretos y específicos que encaja
dentro de su ambiente, en el curso de la satisfacción de las necesidades.

B. Es un sistema de objetos, actividades y actitudes en el cual cada parte existe como un


medio para un fin.

C. Es un conjunto integral en el que los varios elementos son interdependientes.

D. Tales actividades, actitudes y objetos están organizados alrededor de importantes y


vitales tareas en instituciones como la familia, el clan, la comunidad local, la tribu y la
actividad política, jurídica y educacional.

E. Desde un punto de vista dinámico, esto es, con referencia al tipo de actividad, la cultura
puede ser analizada en cierto número de aspectos como la educación, el control social, la
economía, los sistemas de conocimiento, creencia y moralidad y aun modos de expresión
artística y creadora".
Malinowski (1944), Una teoría científica de la cultura:159-60.

La cultura entonces nos aparece primero y principalmente como una vasta realidad
instrumental, el cuerpo de los instrumentos y comodidades, los estatutos de la organización
social, las ideas y costumbres, las creencias y valores, es decir, todo lo que le permite al
hombre satisfacer sus requerimientos biológicos con la cooperación y en un medio
remodelado y reajustado.

Malinowski (1939), "El grupo y el individuo en el análisis funcional": 289-90.

En suma, la cultura es instrumental, adaptativa y funcionalmente integrada. La explicación


de la cultura requiere, según Malinowski, determinar su función.

2. Teoría de las necesidades


"Si podemos llegar a establecer qué son las diversas necesidades, cuáles de ellas son
fundamentales y cuáles contingentes, cómo se relacionan y cómo surgen estas últimas,
podremos definir la función más precisa y comprensivamente, y mostrar la importancia real
del término. (...)

Toda cultura debe satisfacer el sistema biológico de necesidades, tales como las impuestas
por el metabolismo, la reproducción, las condiciones fisiológicas de la temperatura, la
protección contra la humedad, el viento y los impactos directos de fuerzas dañinas del clima
y de la intemperie, la seguridad con respecto a seres humanos o animales peligrosos, el
reposo ocasional, el ejercicio del sistema nervioso y muscular en movimiento y la regulación
del desarrollo. (...) Toda manifestación que implique el uso de utensilios materiales y la
realización de actos simbólicos, presupone al mismo tiempo, que se ha dado importancia a
un rasgo de la anatomía humana y que hay una referencia, directa o indirecta, a la
satisfacción de una necesidad corporal".

Malinowski (1944), Una teoría científica de la cultura: 181.

Malinowski dividió las necesidades en tres categorías:

 necesidades básicas (psicobiológicas)


 necesidades instrumentales (culturales)
 necesidades simbólicas o integradoras (culturales).

Este esquema tenía una estructura jerárquica, a saber, la satisfacción de las necesidades
primarias produce las necesidades secundarias y terciarias.
"La compleja satisfacción de las necesidades biológicas primarias produce en el hombre
nuevos imperativos secundarios o derivados".

Malinowski (1939), "El grupo y el individuo en el análisis funcional": 291.

La jerarquía tiene que ver con el orden de aparición de las necesidades, no con su
importancia. Las necesidades culturales son tan relevantes como las biológicas.

El funcionalismo es, en esencia, la teoría de la transformación de las necesidades orgánicas,


es decir, el individuo, en necesidades e imperativos culturales derivados.

Malinowski (1939), "El grupo y el individuo en el análisis funcional": 301.

La cultura produce nuevas necesidades. Las respuestas culturales para satisfacer


necesidades como la nutrición, la reproducción o la higiene dan lugar a nuevas condiciones
que demandaban nuevas respuestas culturales.

"La satisfacción de las necesidades orgánicas o básicas del hombre y de la raza representa
una serie mínima de condiciones impuestas en cada cultura. Los problemas planteados por
las necesidades nutritivas, reproductivas e hisgiénicas del hombre, deben ser resueltos, y lo
son mediante la construcción de un nuevo ambiente, artificial o secundario.

Este ambiente, que es ni más ni menos la cultura misma, debe ser reproducido, conservado
y administrado permanentemente. Esto produce lo que puede denominarse, en el sentido
más general de la expresión un nuevo nivel de vida, dependiente del plano cultural de la
comunidad, del medio físico y de la eficiencia del grupo. Un nivel cultural de vida significa,
a su vez, que nuevas necesidades aparecen y nuevos imperativos o determinantes son
impuestos a la conducta humana".

Malinowski (1944), Una teoría científica de la cultura: 43.

¿Por medio de qué mecanismos se satisfacen las distintas necesidades? A través de las
instituciones, a saber, formas organizadas para llevar a cabo actividades colectivas. Las
distintas instituciones de una sociedad contribuyen de forma integrada a satisfacer las
necesidades de sus miembros. El conjunto de instituciones es para Malinowski
la organización social.
Malinowski sintetiza su teoría de las necesidades en el siguiente cuadro sinóptico:
3. Papel del simbolismo
Para Malinowski el simbolismo es un componente esencial de la cultura. Su prototipo de
sistema simbólico es el lenguaje.

"El simbolismo hizo su aparición con las primeras apariciones de la cultura humana. Es en
esencia esa modificación del organismo humano que le permite transformar el impulso
fisiológico en un valor cultural".

Malinowski (1939), "El grupo y el individuo en el análisis funcional": 295.

El carácter simbólico de la cultura produce una serie de necesidades entre las que destacan
la de poder transmitir y comunicar la experiencia con principios simbólicos consistentes y
establecer formas de control intelectual, emocional y pragmático del destino y la
oportunidad. El conocimiento, por un lado, y la religión y la magia, por otro, son los sistemas
de pensamiento y fe
--> —según Malinowski— que utilizan los seres humanos para satisfacer esas necesidades.

"El conocimiento, o la estructura de símbolos abstractos y principios verbales que tienen la


capacidad de aparecer como un hecho empírico y razonamiento cierto, es una implicación
de toda conducta cultural (...)

La utilización del conocimiento no sólo le enseña al hombre cómo conseguir ciertas


finalidades, sino que también le revela las incertidumbres y limitaciones fundamentales de
su existencia (...)

Actuando como siempre lo hace, en una atmósfera de incertidumbre, con esperanza, pero
pendiente de sus temores y ansiedades, el hombre necesita ciertas afirmaciones positivas
de estabilidad, éxito y continuidad. Las afirmaciones dogmáticas de la religión y la magia
satisfacen estas necesidades".

Malinowski (1939), "El grupo y el individuo en el análisis funcional": 298-99.

4. La función de la magia
Un ejemplo clásico de explicación funcional lo encontramos en la magia.

La magia jugaba un papel central en la vida de los nativos de la islas Trobriand, donde
Malinowski hizo su trabajo de campo. La utilizaban para matar enemigos o evitar ser
asesinado; para facilitar el nacimiento de los niños, para embellecer a los danzantes, para
proteger a los pescadores o para asegurarse las cosechas.
"La magia (...) aparece siempre en aquellas fases de la acción humana en las que el
conocimiento falla. El hombre primitivo es impotente para manejar el tiempo. La
experiencia le enseña que la lluvia y la luz del sol, el viento, el calor y el frío no pueden ser
producidos por sus propias manos, por más que haya pensado acerca de estos fenómenos
o los haya observado. Los trata entonces mágicamente".

Malinowski (1944), Una teoría científica de la cultura: 209.

El limitado conocimiento de los indígenas acerca de la enfermedad y la muerte, les llevaba


a pensar que podían explicarse mediante la brujería y la magia. La magia persistía en la
sociedades "primitivas", según Malinowski, porque parece funcionar, es útil. La magia
permitía a los nativos ejercer una forma de control sobre aspectos de la vida humana que
quedaban fuera del alcance del conocimiento y del entendimiento racional.

Cuando los trobriandeses pescaban dentro del arrecife de coral, en condiciones


controladas, no necesitaban practicar ningún tipo de magia. Sin embargo, cuando la pesca
se hacía a mar abierto, expuestos a todo tipo de riesgos y peligros, apelaban a los
encantamientos y rituales mágicos como un mecanismo de protección.

La magia también era considerada un aspecto importante en el cultivo de los huertos. La


agricultura era fuente de riqueza y poder. La magia agrícola era pública, directa y extensiva.
El hechicero era siempre el jefe de la aldea, algún descendiente suyo o un varón próximo.
En definitiva, era la persona más importante de la comunidad o la siguiente más importante
después del jefe. El trabajo agrícola y la magia agrícola eran indisociables. La magia era
considerada tan imprescindible para el éxito de las cosechas. Se utilizaba para fertilizar los
huertos, como un elemento natural más. A través de la magia los trobriandeses lograban
ejercer un control sobre la naturaleza que no podían ejercer de otra manera.
La cultura (I)

Kluckhohn (1943): son los modelos de vida históricamente creados, explícitos e


implícitos, nacionales, irraciones y no racionales que existen en cualquier tiempo
determinado como guías potenciales del comportamiento de los hombres.

Fernando Silva Santisteban


La Insignia. Perú, marzo del 2006.

Del latín cultus, forma de supino del verbo colere que originalmente significaba "cultivar",
el término cultura se volvió metafórico cuando lo empleó Cicerón (106-43 a.C.) en su
célebre tratado filosófico y moral Tusculanae disputationes, (2,5,13) para comparar el
espíritu de un hombre basto con un campo sin cultivar y su educación y formación espiritual
como el cultivo de ese campo. Este concepto clásico de cultura que excluía las actividades
utilitarias, las artes y el trabajo manual -banausía, tenido como propio de esclavos- pasó
con esos caracteres a casi todas las lenguas europeas.

En la Edad Media la palabra cultura conservó su carácter metafórico, aristocrático y


contemplativo propio del ideal clásico y se convirtió en instrumento principal de la
preparación del hombre para sus deberes religiosos y para la vida ultramundana (culto a
Dios y a los santos). El Renacimiento modificó el carácter imaginativo del ideal clásico
medieval, destacando la naturaleza activa de la sabiduría. Pico della Mirandola y Carlo
Bovillo, insistían en que a través de la sabiduría el hombre podía llegar a su realización total.
La cultura fue entonces sabiduría, pero como tal reservada solo a unos cuantos porque que
el sabio se separaba del resto de la humanidad, tenía un carácter metafísico y moral
diferente de los demás hombres. La Ilustración trató de eliminar el carácter aristocrático de
la cultura al proponer su máxima difusión por considerarla instrumento de renovación de
vida social e individual y no patrimonio de doctos. Kant define la cultura como "la
producción en un ser racional de la capacidad de escoger sus propios fines" (1), en el sentido
de otorgar fines superiores a los que puede proporcionar la naturaleza misma.

En el orden académico el concepto de cultura ha sido objeto de muchas preocupaciones así


como de propuestas y discusiones, puesto que para la antropología, como para las demás
ciencias sociales -por las propias características con las que se ha venido identificando la
condición humana- había que establecer una categoría conceptual, funcional y discernible
en la que se conjugasen los atributos de la vida social humana. Si bien no se ha establecido
ni se ha buscado establecer una definición única de cultura -salvo las definiciones
matemáticas, toda definición es siempre arbitraria- los científicos sociales estuvieron de
acuerdo sobre determinadas condiciones que, como veremos luego, hacían de la noción de
cultura una abstracción (2) válida para significar un todo integrado, funcional, objetivo y
discernible. El historiador Phillip Bagby dice:

"...Los antropólogos han conseguido establecer unas cuantas proposiciones de validez


universal, que si no fuera por su carencia de forma matemática, podrían muy bien ser
consideradas como leyes ... El establecimiento de estas regularidades universales afirma
nuestra creencia de que el mundo de las cosas humanas no es totalmente desordenado
(3)."

De manera que, como los han expresado también Kroeber y Kluckhon, la noción
de cultura resultó ser para la antropología como la noción de gravedad para la física, de
enfermedad para la medicina o de evolución para la biología, es decir, la piedra fundamental
sobre la cual se estructuraba la disciplina (4). Y no sólo para la antropología sino para la
ciencia social en general. Malinowski se refiere a la cultura como "el más central de los
problemas de todas las ciencias sociales" (5).

Pero en el orden común, es decir, en lo concerniente a la actividad social pública, el término


se ofrece elitista, confuso e inconveniente porque la noción tradicional ("humanista") de
cultura constituye un contrasentido en el entendimiento de la mecánica social cuando se la
quiere precisar diferenciándola de la educación, de la economía, de la política, del derecho
y los demás aspectos de la vida social. Este enfoque no permite expresar racionalmente la
naturaleza de las cosas en tanto se interpreta a la cultura en su connotación tradicional y
elitista, como un aspecto secundario dependiente de los demás y no como la noción
totalizante y válida que refleja la integridad de la vida social humana.

El concepto antropológico de cultura

Como sucedió con las ciencias físicas, que habían progresado muy poco mientras no fueron
abstraídos los conceptos de masa, momento, energía, etc., igual pasó con la antropología y
en general con las ciencias sociales, en las que cuando fue establecido el concepto
de cultura vino a servir de base a todo el sistema de formulaciones teoréticas de estas
disciplinas.

Fue Edward Burnett Tylor (1832-1917) fundador de la antropología académica quien


perfeccionando un enunciado de Gustav Klemm estableció el primer y más amplio concepto
de cultura, el mismo que define en su famoso libro Primitive Culture (1871) como:

"… aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el
derecho, las costumbres y cualquiera de los hábitos y capacidades adquiridas por el hombre
en cuanto miembro de la sociedad."
Agregando que:

"La condición de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la medida


en que puede ser investigada, según principios generales, es un objeto apto para el estudio
Leslie White Leslie White Leslie White de las leyes del pensamiento y la acción humanos"
(6).

El concepto formulado por Tylor tiene la gran cualidad de ser inmensamente amplio y
circunscrito a la vez, lo cual permite innumerables variantes, según el énfasis que se desee
poner en cualquier aspecto de la cultura, es decir, de todo lo que significa las
diferentes aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre en la vida social. Así, por ejemplo,
otro famoso antropólogo, Melville Herkovits, ha caracterizado también la cultura como
"algo que puede ser aprendido, estructurado analizado y divisible en diversos aspectos, algo
dinámico y variable que emerge de todos los componentes de la especie humana" (7). Por
su parte, Leslie White dice: "Cultura es el nombre de un orden o clase distinto de
fenómenos, es decir, de cosas y acontecimientos que dependen del ejercicio de una
habilidad mental peculiar de la especie humana, que hemos llamado simbolización" (8). En
tanto que Clyde Kluckhohn, en una de sus definiciones, la entiende como "todos los modos
de vida históricamente creados, explícitos como implícitos, racionales y no racionales, que
existen en cualquier tiempo determinado como guías potenciales del comportamiento de
los hombres" aunque la concibe también como "la parte del ambiente hecha por el hombre"
(9). Así como éstas, son innumerables las definiciones y la literatura antropológica escrita
sobre el concepto de cultura que difieren no sólo en los alcances que se confiere al concepto
sino también en sus orientaciones teóricas. Prácticamente no hay antropólogo que no haya
tenido que discernir o escoger un concepto funcional de cultura acorde con su formación y
su manera de pensar en las realidades que le preocupan.

En todo caso y como quiera que se tomen las definiciones, en todas ellas se entenderá
necesariamente que la cultura es un fenómeno social, es decir, algo más que un fenómeno
biológico, que si bien tiene base biológica se trasmite de cerebro a cerebro a través de la
información y la comunicación y que se puede observar, analizar y comprender como un
sistema, puesto que constituye un todo estructurado, funcional y racionalizable. La cultura,
como ya se dijo, incluye los conocimientos, técnicas, ideas, creencias, hábitos y valores
heredados. Si bien hay quien sostiene que la cultura no incluye os objetos materiales, éstos,
como resultado de los actos, se consideran formas de la cultura explícita. En todo caso, son
necesariamente productos culturales -cultura material- y objeto de estudio de algunas
disciplinas como la arqueología y la historia de la técnica (10).

Radcliffe-Brown, uno de los investigadores más connotados de la antropología social


británica, al referirse a esta discrepancia en el uso del término cultura escribe:

"… los antropólogos utilizan la palabra 'cultura' en muchos sentidos diferentes. Creo que
algunos la utilizan como equivalente a lo que yo llamo forma de la vida social" (Radcliffe-
Brown, 1969:31).
Pensamos, en efecto, que esta equivalencia a la que se refiere R-B viene a ser una de las
definiciones más claras y totalizantes de cultura, esto es, como las formas de la vida social.

En el orden epistemológico, una pregunta que no puede dejar de inquietarnos es: ¿qué
clase de realidad posee la cultura? Pregunta que ha dado lugar a diferentes respuestas y
naturalmente a discusiones, planteamientos y propuestas que sería largo referir aquí, pero
que pueden ser agrupados en tres clases de enfoques diferentes, uno denominado
superorgánico, otro conceptualista y un tercero realista.

El enfoque superorgánico, propuesto y sustentado principalmente por Alfred Kroeber,


entiende a la cultura como a una súper realidad que existe por encima y más allá de sus
portadores individuales y establece sus propias leyes, que no se debe confundir con el
hecho generalmente aceptado de que la cultura es supraorgánica, esto es, que no está
directa e inmediatamente sujeta a las leyes biológicas.

Según el enfoque conceptualista, la cultura no es una entidad per se sino el concepto que
usan los científicos sociales para relacionar y unificar conceptualmente una gran variedad
de hechos que de otro modo permanecerían separados y no podrían ser relacionados y
discernidos y, según el criterio realista, es tanto un concepto como una realidad empírica;
es un concepto porque es la principal teoría explicativa del objeto fundamental de la ciencia
antropológica y es una realidad empírica porque el concepto está reflejando la forma en
que realmente están organizados ciertos fenómenos que se agrupan bajo su contenido.
Partiendo del hecho de que la cultura es algo observable, comprensible y analizable se
aclara la cuestión de la naturaleza substancial de la cultura.

La cultura y las culturas: entre el relativismo y el universalismo

En el estudio comparativo de las culturas el problema principal es la elaboración de


características que sean lo suficientemente amplias como para aplicarlas a todas las culturas
que se estudian y, al mismo tiempo, lo suficientemente específicas para diferenciarlas o
señalar similitudes que sean más que meras aproximaciones. Este problema dio origen a
dos posiciones sobre la interpretación de la naturaleza de la cultura, una sustentaba la
relatividad o particularidad de las culturas en tanto que la otra sostenía la universalidad o
generalidad de la misma.

Los relativistas extremos negaban que pudieran elaborarse categorías o proposiciones que
fueran al mismo tiempo exactas y universales porque sostenían que cada cultura era única
y por lo tanto debía analizarse mediante sus propias categorías. Según Franz Boas cada
cultura es única porque es producto en parte de la casualidad y en parte de las
circunstancias históricas irrepetibles. Ruth Benedict sostenía que cada cultura es una
expresión única y legítima de las potencialidades humanas, en consecuencia no puede
haber normas universales de práctica cultural. También Alfred Kroeber pensaba que no se
pueden elaborar categorías generales en las que puedan incluirse de manera exacta todos
los fenómenos particulares de todas las culturas, por lo tanto las así llamadas "categorías
universales" resultaban inoperantes y en consecuencia falsas, infuncionales, cuando se
trata de aplicarlas.

El relativismo cultural y las perspectivas desde las cuales se juzgaba y analizaba una cultura
implican una serie de cuestiones que resultan muy discutibles. Es el caso por ejemplo del
relativismo moral puesto que los valores morales son válidos solamente dentro de cada
cultura e incluso de cada circunstancia. De acuerdo con esto no tendríamos derecho a
condenar la crueldad ni la inhumanidad aparentes de otros pueblos, porque al hacerlo
estaríamos proyectando nuestro propio sistema de valores más allá del único contexto en
el que son legítimos. Como explica Kneller, el relativismo crea un problema moral peculiar
a su doctrina: ¿hemos de aceptar como justificada cualquier costumbre por
contraproducente y aborrecible que nos parezca en la medida en que forma parte integral
de otra cultura? ¿no tenemos derecho -sigue preguntándose este autor- a condenar el
genocidio, el canibalismo, la esclavitud y la tortura física simplemente porque son prácticas
de otros pueblos?

Pensamos que las cosas no pueden llevarse a extremos porque se puede usar en gran
manera criterios antropológicos para estimar lo que podríamos llamar una racionalidad
universal, como los valores e instituciones, patrones y costumbres que contribuyen a la
supervivencia de la especie y a la integridad de cada grupo social. El relativismo cultural se
justifica como una posición metodológica en la investigación de culturas específicas y para
ello resulta de gran ayuda, mas no como principio orientador en la teoría antropológica,
puesto que negaría la adopción de valores de otras culturas que se consideren ventajosos.
Además, como dice Erich Fromm, el relativismo no puede admitir lógicamente que sea la
propia cultura la que distorsione el desarrollo de sus miembros porque niega que haya
criterios realmente válidos para el enjuiciamiento de las demás culturas. Eso significaría que
sólo son los individuos los que pueden ser inadaptados y no las culturas. Gravísimo
problema para el cambio cultural dirigido.

Los universalistas sostienen que todos los seres humanos comparten la misma naturaleza,
la cual requiere de los mismos principios y valores para su expresión. Si los individuos tienen
o siguen valores diferentes no es por que sus naturalezas sean diferentes sino porque no
cumplen con la naturaleza que poseen en común. Sostiene Kluckhon que todas las culturas
son esencialmente respuestas específicas a las mismas exigencias que plantean la biología
y las generalidades de la condición humana. Las pautas de vida de cada sociedad deben
ofrecer modos aprobados y sancionados de afrontar circunstancias tan universales como la
existencia de dos sexos, la desvalidez de los niños pequeños, la necesidad de requisitos
biológicos como la alimentación, etc. Del mismo modo hay ciertas necesidades de la vida
social para esta clase de animal que no importan para el caso donde se las viva o a qué
cultura pertenezcan. La cooperación para la adquisición de los elementos imprescindibles
parta la subsistencia o para otros fines requiere de un mínimo de conducta recíproca, de un
sistema común de comunicaciones y, por cierto, de valores mutuamente aceptados. Los
hechos de la biología humana y el carácter gregario de la especie lo proporcionan
determinados puntos de referencia invariables a partir de los cuales puede iniciarse la
comparación intercultural (11)

Algunas de las características que Robert Redfield sostiene como universales de la cultura
son:

-todas las culturas establecen límites morales a la violencia;


-todas plantean algún tipo de sentimiento de lealtad;
-todas poseen ciertas formas de ganarse la vida ;
-todas tienen sistemas familiares y de parentesco calificados que generan sentimientos y
dependencias;
-todas tienen alguna concepción del universo y del lugar que en él ocupa el hombre;
-todas tienen un código moral;
-todas son creativas más allá de la llana y lisa supervivencia.

George Murdock es más explicito y ha elaborado una lista alfabética de un número


sorprendentemente grande de elementos que son comunes a todas las culturas conocidas,
comenzando por la clasificación de los individuos por edades, las formas de medir el tiempo,
las creencias mitos y rituales, las restricciones sexuales, la diferenciación de los niveles
sociales, las formas de curar, la fabricación de herramientas, etc (12).

En resumen, sobre la particularidad y universalidad de las culturas, de manera general


podemos decir que ciertas características culturales (así como las sociales y biológicas) son
universales, otras meramente generales -compartidas por muchos, pero no por todos los
grupos humanos- y otras son particulares, no compartidas en absoluto.
OTRAS DEFICINIONES

Tyler (1871): es un todo complejo que incluye los conocimientos, las


creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y todas las otras
capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la
sociedad.

Kroeber (1917): es lo superogánico.

Boas (1930): incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales en


una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se ven
afectadas por las costumbres del grupo en que vive y los productos de las
actividades humanas en la medida en que se ven determinadas por dichas
costumbres.

Linton (1940): cultura es la suma de conocimientos y modelos de


comportamiento que tienen en común y que transmiten los miembros de
una sociedad particular.

Radcliffe-Brown (1943): la cultura es una abstracción. Lo que


observan son los seres humanos y las relaciones que establecen entre sí.

Herskovits (1948): la parte del ambiente hecha por el hombre (…) La


porción aprendida de la conducta humana.

Kroeber y Kluckhohn (1952): consiste en esquemas explícitos e


implícitos del y para el comportamiento adquiridos y transmitidos con la
mediación de símbolos.

Lévi-Strauss (1958): llamamos cultura a todo fragmento de humanidad


o conjunto etnográfico que desde el punto de vista de la investigación
presenta por relaciones a otros conjuntos de variaciones significativas.
De hecho, el término cultura se emplea para reagrupar un conjunto de
variaciones significativas cuyos límites según prueba la experiencia
coinciden aproximadamente. El que esta coincidencia no sea nunca
absoluta ni se produzca jamás en todos los niveles al mismo tiempo no
debe impedirnos el empleo de la noción de cultura que es fundamental en
antropología y posee el mismo valor heurístico que el concepto de aislado
en demografía que introduce la noción de discontinuidad.

Leslie A. White (1959): es la clase de cosas y acontecimientos que


dependen del simbolizar en cuanto son consideradas en un contexto
extrasomático.

Stocking (1963): es lo interno (implícito), lo ideacional (cognitivo), lo


integrativo (a través del discurso homogeneizador), lo total (por la
consideración global de estos elementos).

Goudenough (1968): es aquello que realmente necesitamos saber o


creer en una determinada sociedad de manera que podamos proceder de
una forma que sea aceptable para los miembros de esa sociedad. Es más
bien la forma que tienen las cosas en la mente de la población y los
moderlos de la misma para percibirlas, relacionarlas e interpretarlas.

Leach (1970): el término cultura tal como lo utilizo no es esa categoría


que todo lo abarca y constituye el objeto de estudio de la antropología
cultural norteamericana. Soy antropólogo social y me ocupo de la
estructura social de la sociedad kachin. Para mí los conceptos de cultura
y sociedad son diferentes si se acepta la sociedad como un agregado de
las relaciones sociales: entonces la cultura es el contenido de dichas
relaciones. El término sociedad hace hincapié en el factor humano, en el
agregado de individuos y las relaciones entre ellos. El término cultura
hace hincapié en el componente de los recursos acumulados, materuales
así como inmateriales que las personas heredan, utilizan, transforman,
aumentan y transmiten.

Geerth (1973): el debate interminable en la antropología de que si la


cultura es objetiva o subjetiva es erróneo. Una vez que la conducta
humana se ve como una acción simbólica lo que se ha de preguntar no es
su status ontológico (qué es), lo que debe preguntarse es cuál es su
significado. Puede parecer una verdad obvia pero hay varias maneras de
oscurecerlo:

1. imaginarse que la cultura es una realidad superorgánica,


autónoma, con fuerzas y propósitos propios, es decir, materializado.

2. otra manera es decir que consiste en el modelo en bruto de los


sucesos conductistas, es decir, reducido. Pero la mayor fuente de
análisis componencial o antropología cognitiva mantiene que la
cultura está compuesta de estructuras psicológicas con las que los
individuos o grupos de individuos guían su conducta.

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