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Un antiguo ayudante del rey Juan Carlos, nuevo presidente App hecha por más de 100 lingüistas te ayuda a…
de la… BABBEL
Escucho con atención a las personas de mi entorno que hablan con fervor
de su tierra y sus palabras me provocan una emoción encontrada entre la
envidia y la rabia. Me invade cierta culpa por no haber puesto más empeño
en esa tarea, para mí demasiado ardua, de encajar. “Podías haberlo
intentado más, Andrea”, pienso cada dos por tres. Lo pienso y me castigo,
en un bucle de culpa y coraje por no haber cumplido con el plan déspota
que se había establecido para mí. Durante mucho tiempo celebré ser la
MÁS NOTICIAS...nota discordante de mi entorno, la protestona, esa para la que nunca recomendado por
llueve a su gusto, la que no está conforme con nada y siempre tiene algo
que decir, celebré la diferencia y me creí más importante que el resto por
no tener nada que ver con lo que veía a mi alrededor. Entre mis sueños de
grandeza, el ego, las ansias de libertad y las resistencias a lo establecido
para mí huí de mi entorno como huyen los gatos del agua y mi novia de la
piscina. Pero ahora, escucho con atención a las que hablan con fervor de
su tierra, de su infancia, de sus raíces y me lamento, pero ¿quién puede
arraigarse? ¿A quién le corresponde elPatrocinado
privilegio de tener un lugar al que
volver?
Un antiguo ayudante A las
del rey que
Juan no decepcionan.
Carlos, nuevo presidenteSituarse en ese
App hecha lugar
por más dede
100decepción
lingüistas tees
ayuda a…
de la… BABBEL
doloroso. Maldigo todas las consignas que nos animan a rupturas, que
luego nadie sabe acompañar. Maldigo todos los sueños de rebeldía, que
luego se convierten en pesadillas para muchas si nadie te ayuda a buscar
lugares de calma. Repaso entonces, a todo correr, las frases subrayadas
de ‘Identidades lésbicas’, de Olga Viñuales, y encuentro, una vez más, un
poco de paz en sus palabras: “Las conjeturas sobre la identidad sexual
son dolorosas porque ponen en cuestión un sistema de valores en el que
las implicadas han sido educadas. No saber qué está sucediendo, junto a
la creciente conciencia de saberse fuera de la norma, hace que algunas
mujeres se formulen todo tipo de preguntas”, pero a esas preguntas, y a
muchas más, dan respuestas mujeres fortísimas como Gloria Anzaldúa,
que lo tiene claro y construye con sus palabras un hogar para las apátridas
emocionales: “Yo no traicioné a mi gente, sino ellos a mí. De modo que sí,
aunque el ‘hogar’ permea cada tendón y cada cartílago de mi cuerpo, a mí
también me da miedo ir a casa”.