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TEMA 8: LA MODERNIZACIÓN DE LA PINTURA ESPAÑOLA (1890-1925)

Es una época importante (Julio Romero de Torres, Sorolla, Ramón Casas...). Es la Edad de Plata de
la Pintura española o la 2ª Edad de Oro. El proceso de modernización de la pintura española, se
producirá por diferentes vías, algunas de carácter temático y otra por la introducción de las
vanguardias artísticas como veremos en diferentes procesos.

El realismo social y las exposiciones nacionales de bellas artes

A finales del siglo XX, se produjo una atonía. Los grandes temas de la pintura española parecían
decaer frente a lo transcendente y lo inmediato como fue el Impresionismo, aunque en España nunca
hubo impresionismo. La captación de lo cotidiano, el costumbrismo; y lo intrascendente.

Este cambio que muchos críticos consideran como extravagante, llegó a España con retraso frente
a Europa, teniendo en cuenta los grandes certámenes artísticos que había, cambian los temas del
pasado por los del presente. Este tema era el Realismo Social, temas que trataban de dar vida a lo
contemporáneo, a los valores sociales de la época; supuso un gran cambio de mentalidad, de alguna
manera era una reacción contra el paisaje y el costumbrismo.

Había que buscar un tema que renovara y diera enjundia a la pintura y ello lo encontraron en el
Realismo Social: fue una vía de escape, una alternativa. Los inicios de este realismo tuvieron un
componente inicial sevillano con:

Luis Jiménez Aranda y la obra Una sala de hospital durante la


visita del médico, 1889: un pintor sevillano que se dedicó
fundamentalmente al casacón y que junto con su hermano vivió en
París. Se presentó a la exposición de este año, obteniendo 1ª
medalla. Esta obra abrió los ojos al mundo académico.

Influencias:

- El socialismo, muy importante en la sociedad de esta época.

- La doctrina social de la iglesia promulgada por el Papa León XIII en 1891.

- La oportunidad temática que vieron algunos pintores de sobresalir en el panorama artístico.

Vertientes temáticas:

1. Una un poco más inocente e intrascendente, menos universal en su planteamiento y más


personal, a veces cargado de sentimentalismo facilón, pero otras veces es un realismo más
profundo y conmovedor.
Lazo de Unión, 1895, Cecilio Plá: La niña es el lazo entre los esposos.

Ciencia y Caridad, Picasso: vemos esta corriente, pero es un aspecto


más universal, al tratarse de una enfermedad.

¡Y tenía Corazón!, Enrique Simonet: se representa a un médico que


hace una autopsia a una mujer despiadada que sin embargo tenía
corazón. Es una obra bella pero muy sentimental.

2. Realismo de provocación temática, con denuncia de las condiciones de trabajo.

Sorolla

¡Aún dicen que el Pescado es Caro!: critica las condiciones laborales


de los pescadores, y se ve al joven que ha sufrido un accidente y está
siendo socorrido. Pintura luminista y pincelada magistral de Sorolla.

Otra Margarita: también de denuncia política. Es una presa transportada


por la G. Civil en un vagón de tercera.
Trata de Blancas, 1897: es una denuncia de estas mujeres, que van en
vagones de tercera para ir a prostituirse.

Una desgracia, José Jiménez Aranda: está tomada de una fotografía


(la joven se tapa la cara). Es una denuncia de las condiciones laborales
de la construcción. Es un estilo realista.

Cuerda de Presos, José María López Mezquita: con una mujer vestida
de folclórica que lleva al niño a su padre para que lo vea y que está siendo
llevado preso por la Guardia Civil. Esto ya es un Realismo Social con
cuestiones políticas. Realismo con un impresionismo en la captación del
momento, con el cuadro

Ramón Casas

La Carga: uno de sus cuadros más conocidos. Con movimiento casi


impresionista de la muchedumbre. La policía dispersa a la
manifestación. Nos muestra la realidad social de Barcelona.

Garrote Vil, 1894: también se critica este tipo de conductas de


ejecución en España. Todo el mundo acudía a contemplarlo.
Conciencia Tranquila, Julio Romero de Torres: la policía registra la casa
de un activista laboral. Se ha usado por parte del Anarquismo en España.

La Familia del Anarquista el día de la ejecución, Eduardo


Chicharro: refleja el sufrimiento de la familia al saber que su familiar va
a morir ejecutado. Sí puede ser una imagen emblema del anarquismo.

Castilla y la pintura de paisaje, el arte y el espíritu del 98

Año en el que se perdieron las colonias españolas y se firma el Tratado de París, España pierde su
hegemonía como potencia. Marca la decadencia española de fines del XIX y comienzos del XX.
Contra esto surgió el Regeneracionismo, y con ello movimientos como la Generación del 98, que
exaltó el paisaje español en Castilla concretamente.

Este espíritu del 98 donde más se refleja es en la pintura, especialmente en la de paisaje. En este
momento este género del paisaje tiene matiz ideológico porque sus mejores representantes se
vinculan con el pensamiento del 98 y van a ver en Castilla el sentido de la Regeneración española,
igual que ocurre en la Literatura.

El Paisaje (que en España había sido 1º romántico y luego realista) ahora es naturalista. Trata de
ser objetivo y explicar la naturaleza tal y como la ve, pero en su esencia tiene el afán científico de
mostrar el paisaje a través de la pintura, se quería luchar contra la fotografía. Se trata de ser lo más
objetivo posible en este sentido Naturalista.

La pintura es la que más se acerca al Espíritu del 98 por:

- El estudio de la España Negra, con el estudio pesimista de analizar lo peor de la imagen de


España como la pobreza, las condiciones de trabajo y las costumbres españolas religiosas -
procesiones- y los toros. Es una España Negra asociada también al luto.

El Paisaje castellano:

- Desde el s. XIX fue el paisaje una temática importante, no solo por el tamaño físico sino porque
a través del paisaje llega la Modernidad a la pintura; por lo que la pintura paisajística se
consideró moderna y progresista.
- A través de ello se habían alcanzado conquistas técnicas, como el Impresionismo. En España
estas aportaciones del Impresionismo llegaron por el Norte como hemos dicho y a través de
artistas como Beruete.

- La presencia del Impresionismo se denota en las pinceladas de colores puros y en el impacto


lumínico, pero puramente en España no hay Impresionismo (aunque algunos se quedan muy
cerca). Sorolla no fue impresionista porque pintaba con pincelada amplia y ancha.

- La revisión de los modelos paisajísticos en España se produce con una fuerte carga ideológica
progresista e intelectual, con la generación del 98 que convierten al desnudo y el paisaje en
la imagen del Regeneracionismo. Todas estas novedades del Impresionismo y todo el Post-
Impresionismo, además del Expresionismo no solo se encuentran en Castilla, sino en otros
muchos lugares.

Aureliano de Beruete (1845-1912)

Se forma en la Academia de BBAA con el realista Carlos de Haes. Partiendo del Realismo cambia
el paisaje español. Fue un pintor vocacional, doctor en Derecho-aunque nunca lo ejerció- de familia
acomodada, fue diputado también, melómano Wagneriano y también gran velazqueño.

Hizo un estudio sobre Velázquez con el primer catálogo crítico de la obra de Velázquez en España.
Fue además un hombre que se entregó a la pintura (aunque no le hacía falta pintar para vivir). Gracias
a su posición acomodada viajó por toda Europa, conoció la Escuela de Barbizon también. En la
década de los 80 hace paisajes de campos castellanos, con soltura, donde intenta aplicar el estilo
velazqueño de colores puros, y efecto luminoso patente.

En el Retrato hecho por Sorolla aparece bien retratado por su amigo.

Paisaje de Castilla

Guadarrama desde el Plantío de los Infantes: sin afán melancólico


sino científico y antropológico cuando aparecen figuras en estas obras.
Paisaje con el convento del E. Santo de Segovia, 1908: olvida la
técnica velazqueña y hace colores más vivos y luminosos, intentando
captar el paisaje cambiante.

El Tajo en Toledo: es una de las ciudades emblemáticas en el 98,


ya que se pone de moda gracias a el Greco, por parte de
intelectuales españoles y franceses también. Nos muestra el Tajo a
su paso por Toledo, con ese afán científico.

Vista de Toledo desde la Vega baja: con toques de pincel muy


vivos.

Vista de Toledo con el puente de Alcántara: demuestra la


importancia de esta ciudad para el paisaje.

Vista de Toledo desde los Cigarrales: de iguales características.

La Hoz del Júcar, Vista de Cuenca: también fue una ciudad


importante para este espíritu.
Vista de Cuenca, 1912: todas en el mismo estilo.

El Manzanares bajo el Puente de los Infantes: con técnica


derivada ya del Impresionismo.

Lavaderos del Manzanares: con personajes populares.

Vista de Madrid: esta ciudad también tuvo peso en su obra. Es una vista
desde el Manzanares.
No hizo escuela, pero fue importante para pintores posteriores.

Ricardo Baroja (1871-1953)

No es un paisajista, pintó retratos y grabados y dibujos de los ambientes deprimidos de la época. En


general era un bohemio y un hombre preocupado por captar los ámbitos más complejos de la ciudad
de Madrid.

Su obra está ilustrando periódicos como también en grabados. Surge el concepto de la España Negra
los aspectos más deplorables y atrasados de la España de aquella época. Conecta con el brutalismo
de las novelas de su hermano donde criticara la sociedad de la época a través de los bajos fondos
de la sociedad de Madrid.
No se dedicó estrictamente a la pintura, sino que también fue grabador y
escritor. Continuador de la vertiente que se inicia con Goya en la beta
madrileña del costumbrismo y que analiza la vida española del momento.
Hacia grabados que se publicaban en los periódicos de la gente más
humilde de Madrid.

Ricardo y su hermano Pío Baroja, Daniel Vázquez Díaz: donde se ve a los


2 hermanos, Pío retratado con su carácter bohemio.

Darío De Regoyos y Valdés (1857, Ribadesellas- Barcelona,1913) Examen

Retrato por Vázquez Díaz

Es junto a Beruete, uno de los grandes renovadores de paisajes españoles. Es el


primer pintor moderno de la pintura española. Se forma en la Academia de San
Fernando vinculándose con el paisajismo de Carlos de Haes, más tarde viajará a
Bélgica (Bruselas) vinculándose con la Vanguardia, especialmente con Meunier.

Participará dentro del famoso Grupo de los 20, uno de los grupos de vanguardia más importantes de
fines del XIX con personajes como Rodin, Seurat, Ensor etc. Por ello entrará en contacto con el
Simbolismo y el Expresionismo y también el Postimpresionismo. Conectó mucho con la Vanguardia
contemporánea. Formó parte de los grupos L'Essor (1881-1883) y Les XX (1883-1893). Fue pionero
en España de la llamada neoxilografía o xilografía de creación.

Publicará en 1889 la obra “España Negra” a causa de la demanda, 34 grabados donde refleja los
aspectos más sórdidos y desagradables de la época (como más tarde lo hace Zuloaga y Solana).

En 1888 conoció los paisajes y rituales de la España provinciana, más tradicional y en ocasiones
sombría, en un viaje junto al poeta Émile Verhaeren, quien a su regreso a Bélgica publicaría en una
revista sus impresiones. Diez años después fueron traducidas y Regoyos las ilustró con xilografías,
dando como resultado el conocido libro España negra. El pintor dedicó numerosos óleos y obras
sobre papel a este mismo tema, que hasta comienzos de siglo alternó con los paisajes
impresionistas.

Se le puede considerar un adelantado a su tiempo, tanto por su arte como por su pensamiento, lo
cual evidentemente supuso que fuera rechazado en muchos círculos culturales y económicos, algo
que personalmente no le preocupó excesivamente ya que tuvo la fortuna de proceder de una familia
burguesa que le garantizaba una posición económica saneada. En definitiva, Darío de Regoyos fue
un artista que principalmente abrió caminos a pintores españoles posteriores como Solana, Sorolla
o Rusiñol.
Noche de Difuntos, 1886: fragmentado en tres cuadros en el M. BBAA de Bilbao, Víctimas de la
fiesta (1894) y Vendredi Saint en Castille (Viernes Santo en Castilla) (1904) son, con su crudo
simbolismo, obras paradigmáticas de este momento

Noche de Difuntos: es un símbolo del culto a la muerte, del culto a todos


los Santos, con mujeres vestidas de negro.

Viento del Sur: refleja el mundo español con las viudas, abundaban en esa
época. Tienen los típicos velos en la cabeza, pasean alrededor de la iglesia.
Todo ello utilizando ya una técnica muy peculiar del artista, casi puntillista,
con colores muy claros. También tiene gran vitalidad cromática a pesar del
dramatismo del tema.

Víctimas de la Fiesta: representa a los caballos que mueren en las


plazas de toros y que se entierran en el campo o son abandonados a
los buitres.

A partir de los años 90 se intensifica su contacto con el Postimpresionismo y en el 95 se establece


en el País Vasco influyendo en artistas de esta región, y se vinculará con el paisaje del lugar utilizando
colores puros y una técnica sobria. Su cromatismo es muy vivo. Se vincula con el País Vasco donde
utiliza una técnica más puntillista, una pintura luminosa. Playa de San Sebastián o Infancia de un rey
Playa de Ondarreta. El Puente del Arenal, pintura llena de vibración cromática.

Playa de S. Sebastián o Infancia de Un rey Playa de Ondarreta, 1893:


los reyes veraneaban allí en esa época. Vemos al niño vestido de negro,
que es el rey, con su madre también de luto, un barco con la bandera de
España. Técnica ingenua, casi puntillista.
Puente del Arenal en Bilbao: se ve el teatro eclecticista
representado en la obra. Vemos el tren como elemento que denota
progreso, desvirtúa la máquina el paisaje y le da mayor bruma al cielo.
También vemos elementos tradicionales como mujeres con las
sardinas en la cabeza. Se vinculará también con Castilla en el 98, que
se conformará en el centro de sus paisajes en las que realizará con
micro puntillismo, con sentido geométrico introduciendo personajes
típicos en su pintura. En 1910 se instalará en Barcelona donde
finalmente morirá.

Huelga en Béjar: El pintor Darío Regoyos visitó Béjar justo a comienzos del
siglo XX. Parece ser que se hospedó en el edificio que hoy ocupa el
ayuntamiento, y desde él pudo pintar esta imagen, tan propia de la agitada
época que vivía Béjar.

También recorrió los alrededores, pintando algún cuadro en el valle de Huertas


y en la subida al Castañar. Se quedó embelesado por el color de los neveros
de la sierra al atardecer, y lo hizo motivo de varios de sus cuadros, como el
realizado desde Candelario titulado "Sierra de Béjar, la hora pálida".

La Catedral de Burgos: reflejada a distintas horas del día.


Con volúmenes compactos.

En 1904 hizo su obra más importante:

Viernes santo en Castilla, examen: reflejo más claro del espíritu del 98, es
la contraposición del progreso que es la máquina del ferrocarril, capaz de viajar
con relativa velocidad, pasando por un puente de piedra y de lo tradicional,
representado por una procesión castellana donde en unas parihuelas
posesiona una Virgen vestida de negro, acompañadas por damas vestidas de
capas para resguardarse del frío. Simboliza el difícil camino de casar la
tradición con la modernidad en Castilla, pero también simboliza el futuro. Es
de mediano formato, de gran importancia.

Darío de Regoyos quiere plantear con esta imagen la encrucijada en la que en aquellos años se
encuentra España, un país que por un lado está totalmente apegado a sus tradiciones, muchas de
ellas relacionadas con la importante presencia histórica de la religión en la sociedad hispana,
mientras que por otro lado los españoles tratan de evolucionar y asumir elementos que llegan de
fuera, de Europa, como el ferrocarril el cual representa la llegada de la tecnología.
El castillo de Peñafiel: retrata en el paisaje a este precioso castillo,
capta la impresión de luz.

Una calle de Córdoba: se ve la espadaña de la iglesia, los jinetes a caballo


y las calles empedradas.

Rincón árabe a la luz de Gas, Granada: pintada con sentido simbolista,


aunque algo ingenuo.

Pancorbo, 1901, Museo Nacional de Arte de Cataluña, examen:


localidad del norte de Burgos, Pancorbo es un Lugar de paso y cruce
de caminos desde tiempos remotos ya que constituye el paso natural
entre el País Vasco y la meseta castellana. Esta obra es un canto a la
luz, a los colores públicos y al progreso. Es una población captada con
el paso del tren, unas peñas, puntillista a la hora de terminar algunas
partes del paisaje. La modernidad viene del norte de España.

El Gallinero: retrata una casa humilde, realizado con la técnica del puntillismo.
Es de su etapa tardía.
El luminismo valenciano

El luminismo también se conoce como “Instantismo Valenciano” para así diferenciar al Impresionismo
del Luminismo. El Luminismo no solo se centra en la obra de Sorolla, sino que parte de la tradición
valenciana de la luz a través del color. Joaquín Sorolla fue un incansable trabajador.

Retrato de Joaquín Sorolla, por José Jiménez Aranda. Es el máximo


representante de este Luminismo, por separarlo del Impresionismo (él no es
impresionista, maneja una pincelada larga). Quería llevar lo velazqueño al color.
En este retrato pintado por su amigo en la juventud lo vemos.

En la escuela valenciana encontramos a pintores preocupados por la luz a través del color, Dentro
de esta línea de ovación por la luz encontramos personajes importantes como:

El tribunal de las aguas, Bernardo Ferrándiz.

¡Y tenía corazón!, Enrique Simonet.

Chubasco en Granada o La Gruta de los


Profetas, Antonio Muñoz Degrain:
reflejó la preocupación por la luz.

El estudio del Pintor, Francisco Domingo.


Ignacio Pinazo, que escribió sobre sus experiencias sobre la
expresión y la luz con cuadros como La Vanguardia o La
laguna, Venecia.

Cecilio Pla, no tan destacado como Sorolla,


aunque obsesionado con el color, técnica muy
suelta, con cuadros como La mosca:
reflejándola como una mujer en un visillo o En la
playa.

Todo este proceso de la escuela valenciana llega a su culminación con uno de los pintores más
importantes españoles e internacionales:

Joaquín Sorolla (1863-1923)

Nació en Valencia en 1863, en una familia de artesanos humilde y en 1877 ingresó en la Escuela de
Artesanos de Valencia, a causa de sus tempranas dotes como artista donde fue alumno de Capuz.
Sorolla siempre está pintando, trabaja desaforadamente. Es uno de los artistas más internacionales,
reconocido a nivel mundial; más reconocido fuera de España.

Pintura de historia, realismo social, el paisaje (vistas) o el retrato género que Sorolla domina a la
perfección con el uso de colores y luces.

En 1879 pasará a la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en Valencia y así prosigue su estudio
con varios maestros valencianos. Con 16 años recibe una medalla en la exposición regional de
Valencia.

En 1881 estará en Madrid, donde comenzará a copiar a los grandes maestros en el Museo del Prado
para así completar su formación.

En 1885 sería becado a Roma a la Academia Española, con profesores como Francisco Pradilla y al
sevillano José Villegas, y posteriormente la Beca sería prorrogada, donde estuvo en París, le
impresionará Lapage, y además donde se interesará por los Impresionistas y el paisaje.

En 1889 casado con Clotilde García, está trabajando ya entre Madrid y Valencia y formando ya su
familia. Se casa con la hija del fotógrafo Antonio García, su protector. Desde ese momento le influye
mucho la fotografía en su obra.
En Andalucía de manera muy rápida y realizará pinturas para exposiciones. Comenzará a cobrarse
gran fama por Europa. En 1900 obtendrá el Gran Premio del Salón de París. Su serie de las Regiones
de España (1902) se adquirió por la Hispanic Society de NY.

En 1908 expone en Londres y conoce a su protector en EE.UU, Archer Milton Huntington, uno de los
miembros de la Hispanic Society de NY.

En 1909 conocerá a un personaje perteneciente a la Sociedad Hispana en América quien le pedirá


obras para exponer en la Biblioteca en América. Grandes lienzos que fueron expuestos en lugares
concretos que ya había pensado el pintor. Se conservan bocetos y dibujos para preparar las obras.

En Argentina correrá la misma suerte, expondrá en Estados Unidos (Detroit) con más de 100.000
personas en 1910. Este éxito le valdrá para obtener el encargo más exitoso de entre los artistas
españoles.

En 1920 sufrirá una enfermedad que lo dejara paralizado hasta que murió y fue enterrado por orden
de Alfonso XIII con orden de capitán. Se percibe la influencia de un retratista americano, John Silver
Sargent.

La reina Doña Mariana de Austria, 1884: es una copia de Velázquez. No es el


único artista que copia, esto ya lo había hecho Goya.

Realismo social y tema histórico:

Dos de Mayo, 1884: cuadro por el que con 21 años consigue


segunda medalla en la exposición nacional de bellas artes.

Grito del Palleter, 1884: vinculado con la guerra de la


Independencia. Cuadro de historia.
Mesalina en brazos del Gladiador, 1886: Estando en Roma
se vinculó a la temática histórica-mitológica con cuadros. La
pintura, muestra el gusto del artista por el desnudo femenino,
revela las influencias de Mariano Fortuny (1838-1874) e Ignacio
Pinazo (1849-1916), interpretadas por Sorolla de manera ya
personal y mano maestra.

La escena se desarrolla posiblemente en el Circo Máximo, el


estadio más antiguo de Roma, ya que, al fondo, a través del vano
abierto enmarcado por la basa de una columna toscana, aparece el Aventino. La asociación entre la
belleza y sensualidad de Mesalina, ejemplo de mujer licenciosa, y la fuerza del gladiador ofrecía al
artista un tema de acusado interés naturalista, al tiempo que le permitía introducir la ambientación
romana que se esperaba de un pensionado en Italia.

El Estudio del Pintor, 1888: pintura realista que muestra el


mundo infantil, atrezos y tramoyas... pero con elementos
diferentes como las estampas japonesas.

La Otra Margarita: Sorolla también abordó la temática social, muy


presente en los autores del momento. Este fue su primer trabajo de
denuncia, enfatizado con sátira en el título, que hace referencia a la
Margarita de la novela “El drama del doctor Fausto” de Goethe, quien
fue encarcelada por matar a su hijo. El artista muestra en el cuadro a
una Margarita española, camino de la prisión en un ambiente de tristeza
muy bien retratado.

Y luego dicen que el pescado es caro, 1894: El accidente que sufre


un joven pescador y que es auxiliado por dos pecadores más mayores.
Ya se ve la preocupación de Sorolla por la luz.

Trata de Blancas: es también de esta 1ª fase de su carrera artística,


de Realismo Social.
Vistas y paisajes de España y Andalucía:

Vista del Torneo, el Pardo: con pinturas al aire libre... el iluminismo se


ve unido por influencia de pintores de la vanguardia como Menzel.
También le influyó John Singer Sargent. Este cuadro fue enviado a
Londres en 1908. Utiliza los colores oscuros y con una gran valentía a la
hora de aplicar la pincelada.

Vista de Segovia: con un estilo muy suelto.

Vista de Sierra Nevada: con gran contraste cromático entre la montaña


y la nieve.

Jardines de los Alcázares de Sevilla, 1908: Se ven al fondo, detrás del paisaje
de árboles. También pintó La Alberca, Alcázar de Sevilla.

El Nalón, Asturias: con gran realismo y minuciosidad en los detalles.

Vista de Ávila: la técnica muy suelta, la luz rebosa todo el paisaje.


Vista de Toledo: en este sentido se vincula con el 98 porque pinta
muchas ciudades españolas.

Retratos:

Madre e Hijo: Aquí aparece el nacimiento de su hija pequeña Elena


(tuvo 3 hijos). Este es uno de sus más preciosos lienzos con la joven
madre mirando a su hija, predominando los blancos sutiles y extensos
de las sábanas, por cuyo embozo asoman las cabezas de ambos.

Clotilde: aparece vestida de blanco.

María: es su hija.

La Familia del Pintor: él se refleja en el espejo, se ve la influencia velazqueña.


Clotilde: en esta ocasión vestida de negro, es muy elegante. Juega con dos
colores cromáticos fuertes, se asemeja a Goya.

Joaquín: su hijo, con una pose muy elegante.

Retrato de Benito Pérez Galdós, 1894: es el mejor de este escritor. Se


conserva en el Hispanic Society.

Aurellano de Beruete: Como revelan su correspondencia y la misma dedicatoria


del retrato ambos pintores tuvieron un trato cordial y frecuente. Dada su amplia y
sólida formación humanística y la mayor edad que tenía con respecto a Sorolla,
Beruete ejerció sin duda una notable influencia sobre su amigo, cuyo compromiso
con los objetivos del regeneracionismo se debe, en buena parte, al ideario del
paisajista, uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. Además,
por sus buenas relaciones sociales pudo introducir a Sorolla como pintor de
retratos en los círculos de la nobleza y la alta burguesía madrileñas.

Beruete se retrató con la madurez de sus cincuenta y siete años, publicado ya su excelente libro
sobre Velázquez cuatro años antes en París, y en un momento como artista en el que había
comenzado a definir su estilo en su fase de mayor interés, a través de largas pinceladas de color
puro. Aparece sentado en una butaca enfundada sobre su abrigo, con los guantes y con su sombrero
de copa en la mano, como si acabara de entrar de la calle, en una pose de carácter momentáneo
frecuente en los retratos de Sorolla. También lo es la actitud del modelo, sentado de perfil, con la
cabeza vuelta hacia el espectador. Conseguía así una sensación de inmediata instantaneidad muy
característica y, al tiempo, seguía rigurosamente la misma disposición que en el retrato de su esposa,
pintado un año antes, del que es pareja.
Alfonso XIII con el uniforme de husares: se carteaba con Sorolla. Es un retrato
muy atrevido. Se ve la preocupación de la luz y el color.

Retrato de Mª Guerrero como la Dama Boba, 1897-1906: actriz que ya la


pintó Madrazo como Dña Inés.

Retrato de Louis Comfort Tiffany, 1911 (importante): creador de la


famosa joyería. Fue pintor ante una naturaleza plena de coloridos y
flores.

Paisajes valencianos:

Comiendo en la Barca, 1898: bajo las velas comen los pescadores


con sus hijos. En este espacio se influencia del Realismo social.

Después de la Pesca, 1894: fue adquirida por el gobierno francés,


se encuentra en el museo de Orsay (el museo de los impresionistas).

En esta apacible composición donde unos pescadores regresan del


trabajo la presencia de una potente luz junto a una majestuosa
quietud son los dos elementos principales de una composición donde
el viento hincha la vela que se desparrama por toda la escena.

El extraordinario torrente de colores irradia con una luz insultantemente dorada que se deposita hasta
en la superficie del agua y en las crestas de las olas y que ofrece sus mejores contrastes en el ocre
de los bueyes y en el amarillo de algunos fragmentos de la indumentaria de los hombres.
Hay un contraste entre el plano inferior, donde los animales aparecen ligeramente ladeados y las
figuras humanas adoptan un estatismo que evoca cierto aire a estatuas clásicas y el plano superior,
donde la vela –de un blanco amarillo reluciente- despliega toda su energía. Es probable que de todas
las escenas de pescadores faenando sea ésta donde mejor transmite el pintor una sensualidad que
exterioriza una visión gozosa y vitalista de la realidad que se contrapone al pesimismo de la
generación del 98.

Cosiendo velas, 1896: cosen los hombres y mujeres, gran


luminosidad. De gran tamaño, en perspectiva frontal, es una escena
de la vida cotidiana hablando mientras trabajan, con manchas de luz
y sombras a través de las ramas.

Triste herencia, 1899: representa a unos niños enfermos de un


auspicio que los religiosos llevan a la playa a bañarse. Mucho
dramatismo. El título denota protesta.

Nadadores, Jávea, 1905: era muy habitual que los niños (no las niñas)
se bañaran desnudos en el mar. Técnica suelta, sentido muy dinámico.

Madre con hijo en la playa, 1908: la madre se tapa la vista por el sol tan
fuerte.

Valencianas en la playa: donde retrata a trabajadoras con sus hijos.


Beach Promenade o Paseo por la playa, 1909: con personajes de la
burguesía.

Saliendo del Baño, 1908: con los trajes de baño de la época.

El Baño del Caballo, 1909: sin duda es uno de sus trabajos más
reconocidos y se engloba dentro de la serie de pinturas de playa que el
pintor realizó en El Cabañal de Valencia a su vuelta de los Estados
Unidos. En esta serie de lienzos que pintó en el verano de 1909, se
incluyen otras obras tan notables como Paseo a orillas del mar.

Niños en la Playa, 1910 (examen): el sol se refleja en la arena y en


los cuerpos infantiles.

La Bata Rosa, 1916: las batas rosas eran frecuentes en las playas valencianas
de finales del siglo XIX principios del XX. Era costumbre que los hijos de obreros
y pescadores se bañaran desnudos hasta los cuatro o cinco años edad en la
que, aunque los niños seguían bañándose desnudos hasta la adolescencia, las
niñas lo hacían vistiendo una bata rosa o blanca.

Sorolla pintó varios lienzos con esta misma temática, pero quizás sea en este
trabajo de 1916, una de sus obras maestras, donde el artista alcanza su mayor
madurez afianzándose plenamente como el "pintor de la luz. A partir de aquí
hablamos del Sorolla que se dedica a los temas costumbristas y regionalistas.

A partir de este momento encontraremos temas costumbristas y regionalistas.


Cuadros para la Hispanic Society para representar las regiones de España, aunque lo que se le
encargó en un primer momento que representara la hª de España (él se negó). En 1911 empieza a
realizarlos, viajando por toda España:

Cristóbal colón saliendo del puerto de palos, 1910: el mecenas Thomas


Fortune Ryan compró más de 30 cuadros de Sorolla que tenía colocados en su
casa y le hizo muchos encargos. Uno de ellos fue este cuadro de pintura de hª,
de gran formato.

Tipos del Roncal

Baile en el Café Novedades: temática de Andalucía. Ya no se


encuentra en Sevilla este cuadro. Muy inspirado en la realidad y en
la fotografía (utilizó una instantánea de Pastora Imperio) con bocetos
previos. Este café se encontraba en la Campana, donde se cantaba
y bailaba, muy famoso.

Galería Alta de artistas del Café Novedades: Desde el 3 de


marzo de 1914 hasta el 4 de mayo, Sorolla permanece en Sevilla
dedicado a la ejecución del panel para la decoración de la
Hispanic Society of America "Sevilla. Los nazarenos" y el lienzo
encargado por el americano Mr. Ryan "Baile en el Café
Novedades". En el otoño de 1914 pintará el segundo panel
dedicado a Andalucía, "Andalucía. El encierro". Ya en 1915,
trabajará en la misma ciudad los paneles "Sevilla. El baile o La
Cruz de Mayo" y "Sevilla. Los toreros". Son numerosos en estos momentos los dibujos con escenas
de café y estudios de la clientela y las bailaoras sevillanas. Se observa en ellos la diferencia de los
modelos tomados de la clientela burguesa respecto a aquellos otros que pertenecen a clases más
populares.

Hace también desnudos femeninos como:


Después del baño

Desnudo de Mujer o desnudo en Rosa, 1902: su mejor desnudo.

En cuanto a los cuadros del Hispanic Society con las escenas españolas: hizo 14 paneles históricos
de las Regiones de España:

Biblioteca de la Hispanic Society

El Gran Panel de Castilla: fiestas


posteriores a la recogida del trigo en distintas
zonas de Castilla.

Elche, El Palmeral

Galicia: están pastoreando

Valencia: se ve la recogida de las naranjas.


Extremadura: aparece el cerdo de pata negra.

De Andalucía representa 5, 3 son de Sevilla. Él viene en 1914 a Sevilla a pintar, quedándose en el


convento de S. Clemente donde pintará los bocetos de los cuadros:

Sevilla. S. Santa. Penitentes o Nazarenos: en los


bocetos preliminares los representaba muy diferentes.

Sevilla, el Baile: representando las cruces de Mayo.

Maestranza durante el paseillo, Sevilla: no representó ningún momento


sangriento. A él no le gustaban los toros.

Embarque de los toros por los campos de Jerez


La Pesca del atún, Ayamonte: es la final de esta serie. Detrás se
ve Portugal.

Regionalismo andaluz

Es una vía costumbrista pero alejada del Romanticismo. También daremos el Regionalismo
en el norte de España, lo que se conoce como "Pintura Vasca".

Julio Romero de Torres (1874-1930)

La mujer es el centro de su obra, la mujer morena, con ojos misteriosos y profundos y con sentimiento
de pena y melancolía. Nace en Córdoba en 1874 y muere en 1930. Ciudad llena de tópicos (como
este pintor y Manolete), pero va mucho más allá. Amigo de intelectuales de 1ª fila de esa época. En
su entierro se celebró como a Manolete.

Fue un personaje muy reconocido a nivel internacional, puede deberse a las colecciones particulares
donde se encuentran sus obras. Fue hijo de un pintor (Rafael Romero- pintor realista costumbrista y
director del museo de BBAA de Córdoba), desde niño se familiariza con la pintura. Su hermano
Enrique también fue pintor, pero de menos importancia. Se forma en Córdoba, recibiendo un nueva
educación cultural y académica.

Desde muy joven empieza a pintar y a participar en las exposiciones nacionales de BBAA con tan
solo 21 años. En el 95 recibe una mención honorífica, también participa más tarde. También fue
docente en la escuela de BBAA de Córdoba.

Sus 1ªs obras no tuvieron mucho éxito, en el 96 rechazaron el cuadro "Vividoras del Amor" (por no
aceptarse el tema de la prostitución), por ello en el Salón de los Rechazados fue más visitado.

Luego trabajó en Madrid y a partir de 1900 viaja por Francia, Italia, Inglaterra, Suiza, P. Bajos y
Marruecos.

En 1907 participa en una exposición independiente en el Círculo de BBAA de Madrid, haciéndose


conocer su obra, también en el extranjero (Suiza, Argentina...). Del Valle-Inclán fue su amigo y
comentará catálogos de sus exposiciones. Fue profesor de la escuela de BBAA de Madrid.

En 1930 tras una intensa vida en Madrid, agotado, regresa a Córdoba donde enferma por una
dolencia hepática que le llevará finalmente a la muerte, causando gran conmoción.
Etapas:

- Primera etapa 1906-07: fase inicial en el que al principio se preocupa por el realismo social, temas
regionales y finalmente hace pintura modernista-simbolista. Pero siempre con la mujer de
protagonista.

- Segunda etapa a partir de 1907: llena de alusiones y de trasfondos literarios y religiosos.


Presentando a la mujer andaluza como la protagonista de su trabajo y de sus obsesiones. Su obra
de esta época está llena de alusiones simbolistas, de alusiones a sus obsesiones y a su Córdoba
natal. También se mezcla con motivos regionalistas, de carácter religioso. En todos sus trabajos
hay una marcada obsesión por el erotismo y la necrofilia, además del carácter morboso. Tiene
una faceta más comercial que hace que su obra sea cotizadísima en Andalucía y en Argentina.

Obras de la primera etapa o del Realismo social:

Conciencia Tranquila, 1897: se ha usado con carácter anarquista, pero es una


obra impersonal.

Mira qué bonita era, 1895: de carácter costumbrista. Se ve el sentido


necrófilo de sus obras; es un velatorio donde velan a una muchacha
joven rodeada de familiares donde alguien se asoma a la ventana
diciendo esta expresión a la difunta.

El Jardín de Córdoba, 1898: Tema de carácter más simbolista con la mujer


presente con un paisaje espléndido de su ciudad natal.
La siesta, 1900 y Pereza Andaluza: Sus más bellos y
alegres cuadros, ambos con escenas de mujer sentada en
un interior y vistas de un patio muy colorista y soleado al
fondo.

Horas de angustias, 1900: con una mujer velando al enfermo en la cama con una
lámpara de aceite. es un lienzo con contenido social. El siglo XIX termina con una
gran crisis en el país, tras el desastre del 98 y la pérdida de las últimas colonias
americanas y asiáticas. La injusticia social produjo en España una reacción en las
clases más afectadas y en los grupos de intelectuales y artistas, que llevaron a sus
plumas y pinceles respectivamente, temas referidos como denuncia social de una
situación conflictiva. La miseria humana y sus contrastes fue pronto recogida por
el joven artista. Julio Romero de Torres realiza este cuadro dentro de la línea de la
pintura social. La escena representa el dolor de una joven madre ante el humilde
lecho de su hijo enfermo, que se debate entre la vida y la muerte. Obra de luminoso
colorido y pincelada impresionista, la luz producida por un velón ilumina el lecho
del enfermo, mientras que la figura de la joven permanece en la penumbra
acentuando más la tristeza de la escena, sentada con la cara entre las manos esperando el triste
desenlace.

La música, la Escultura, la Pintura: De carácter simbólico, ciclo decorativo donde la mujer


representa son alegorías femeninas.

Vividoras del Amor: En 1905 provoca el escándalo intentando


presentar en la Exposición nacional de BBAA esperan ante un brasero
la llegada de unos clientes, con toda la dureza. Es un cuadro de
denuncia social, es la realidad como es, por eso se rechazó por el
jurado de la Exposición Nacional de 1906. la polémica casi siempre
acompañaba a sus obras.
Obras de la segunda etapa o retratos de la mujer:

Carmen con clavel rojo, 1907: no es una composición simétrica.


Carmen se apoya en la silla y mira de frente. Al fondo hay una mujer
esperando en el quicio de la puerta, son sus recuerdos de donde
nació.

En casi todas estas obras hay un fondo de paisaje que suele estar
emparentado con la campiña cordobesa, incluso aparece el
Guadalquivir a veces; según el catálogo de la exposición, que tuvo
lugar en Madrid, en la Sala de la Fundación Mapfre en 1993, se
perciben el eco de las fuentes renacentistas en los paisajes que acompañan a sus obras.

Ángeles y Fuensanta, 1909: muy enigmáticas. Ángeles, figura de la


izquierda, viste una blusa blanca de encaje, falda parda que se ciñe a
sus piernas y mantón negro. Sus manos finas y alargadas sostienen
un medallón con retrato en miniatura. Fuensanta, figura de la derecha,
viste de negro, conencajes blancos en puños y cuellos. Sus manos
sostienen una carta abierta, donde aparece la firma del pintor, y en las
rodillas un mantón rojo.

Esta obra responde a la época en que el pintor se inspira en una


manera de expresión atrayente, algo enigmática, simbólica siempre.
La incógnita de la composición está en la carta abierta y el medallón; el motivo, en el joven que pasea
por la Ribera.

María Luisa Parodi (Nieves), 1918: de perfil recostada sobre la silla.


Vuelve a aparecer la mujer de detrás en la puerta. Tiene influencia de
Rafael. Los paisajes son siempre muy similares, de la campiña
cordobesa, de sus alrededores, de la propia Córdoba, con el puente
romano.

Ysolina Gallego de Zubiaurre, 1910


Señora Casanueva, 1914: retratos en ambos donde los pies los coloca como
Goya, con esos zapatos de puntas característicos.

La Niña de la Tanagra,1911: portando una tanagra con una


representación de un dios en una escultura de pequeño formato.
Es propio de la cultura clásica, como la ciudad natal del artista. La
joven se sienta de perfil mirándonos, ante una plaza de un pueblo
andaluz con la campiña de fondo.

Fuensanta: el cuadro, para el cual posara María Teresa López, muestra a la


joven sentada, en tres cuartos y la cabeza mirando directamente al
espectador. En la parte superior izquierda se aprecia un caño del que brota
agua, sugiriendo, quizá, que la mujer se ha sentado a reposar en su tarea de
llenar el gran cántaro plateado, sobre que apoya los brazos en actitud relajada.

Su sencilla vestimenta, falda roja y camisa blanca, contrasta con el fondo, de


tonos neutros, alejándose de otras obras de temática similar en la que
aparecen, como sacados de contexto, texturas más lujosas.

El foco se centra en la parte central del cuadro, resaltando la cara, brazos y


torso de la modelo. Ilumina, así mismo, la parte central del cántaro, incidiendo en la textura del mismo
y dejando apreciar el minucioso detallismo con el que ha sido representando. En el oscuro cielo se
abre una pequeña banda de claridad, situada a la misma altura que la cara de la modelo. Esto, junto
a su fija mirada serena, centran la atención del espectador, contrarrestando el efecto del brillo del
cántaro.

Las Hermanas de Santa Marina: representa dar de beber al sediento. Es de


1915. una obra en las que dos mujeres han ido a recoger agua a la fuente. Fue
una de las obras que el pintor cordobés realizó en sus últimos años de vida.

A partir de 1922 Romero de Torres experimentó un gran éxito en el extranjero,


concretamente en Argentina, donde exhibió su obra y recibió el aplauso de
crítica y público.
Viva el Pelo, 1928: es de su faceta comercial. Un estudio de 1928, donde
aparece parte de un perfil de una joven, con una espléndida mata de pelo
recogida por un peinecillo en un voluminoso moño, que deja caer sobre su nuca.
En tan leve asunto, el artista condensa un caudal de sensibilidad, de proyección
estética. El cuadro, constituye una de sus pequeñas obras maestras. La
sensualidad que posee esta composición, simbiosis de pelo y la manzana que
sostiene la modelo en su mano, es una de las notas características del estilo de
Romero de Torres.

Naranjas o Limones: donde mezcla el bodegón y la figura humana. La figura


central es una mujer desnuda de medio cuerpo. La joven sostiene entre sus
brazos unas naranjas sobre su pecho. La singularidad de Romero de Torres
está, en darle a la fruta el valor de integrante protagonista del cuadro.

La composición posee toda la sensualidad de los bodegones flamencos, pero


además Romero de Torres aporta su original interpretación del tema con la
participación del desnudo. En el fondo de la composición aparecen una serie
de piezas arqueológicas que el pintor suele utilizar como motivo de
decoración. La pieza rebosa sensualidad y erotismo y supuso una verdadera
provocación para los círculos más reaccionarios de la sociedad del momento.

Mari Luz, 1929: retrato de rostro femenino perteneciente a la última etapa del.
La composición de este retrato reproduce uno de los estudios de expresión que
el pintor denominó “Chiquitas Buenas”.

Estamos ante un retrato que, a pesar de ser escueto y austero en cuanto a sus
medios, posee una gran expresividad. La joven aparece peinada a lo ”garçon”.
El único adorno es la perla que pende de su oreja, de un perfecto claro-oscuro.
Un fondo de paisaje, levemente esbozado, se adivina como marco de la
composición.

Bendición Sánchez, 1926: el interés por la luz y el color están muy presentes.
La Chiquita Piconera, 1930: es un brasero antiguo, una mujer semidesnuda,
erotismo. La escena de este lienzo, se desenvuelve en el interior de una
humilde habitación, donde una joven sentada en una silla de anea, se adelanta
sobre un brasero de cobre, sosteniendo en sus manos una badila de metal.

Una puerta abierta, deja ver al fondo, el paseo de la Ribera, el Río Guadalquivir,
el Puente Romano y la Calahorra, todo bajo un cielo de anochecer. Sus
acostumbrados fondos de luminosos atardeceres, se vuelven aquí oscuro
anochecer, presagiando quizá que la vida del maestro que se apagaba.
La Chiquita Piconera: retrato de la modelo María Teresa López, es el
auténtico testamento pictórico de Julio Romero de Torres. En este cuadro
sintetiza toda su concepción de la pintura y del arte. Es una obra “resumen y
compendio” de toda su trayectoria vital y artística. En este cuadro, hay algo
de “mensaje” de lo que Romero de Torres entendía que era la pintura y de lo
que quería expresar con ella.

En un sentido amplio, es este cuadro “expresionista”, en el que nos transmite,


con su peculiar lenguaje, algo más que el placer de contemplar un bellísimo
y original retrato, es decir, añade a su concepción artística, el deseo
“inconfesado” de expresarnos su concepción de la vida, en un retrato lleno de
madurez, hondura y sosiego.

Lienzo de técnica casi fotográfica en el tratamiento de los planos, donde la modelo mira penetrante,
no al infinito como en la pintura clásica, sino de una forma directa y próxima, donde se encuentran
todos los elementos fundamentales que definen la pintura de Romero de Torres: Córdoba envuelta
en brumas, siempre distante y próxima; la belleza como ideal, reflejada en la mujer; la mezcla de
ardor y frialdad; de dulzura y desencanto, de arcaísmo y modernidad; de nostalgia y presencia. Por
último, su modo de hacer “leonardiano”, de total plenitud después de que el artista superara las
tendencias arcaizantes, asimiladas durante su proceso de formación de sus primeros años.

La mujer como alegoría:

Amor sagrado y Amor profano, 1908: con el fondo de un cementerio y


dos mujeres que representan cada uno el tipo de amor. Es fruto de sus
obsesiones. La influencia del viaje a Italia y el conocimiento de Tiziano tienen
su primera repercusión en Amor sagrado y Amor profano, citado también a
veces como Amor místico y amor profano.

En origen, Romero de Torres pensó dar a esta pintura el título de Las


Vírgenes y así consta en la inscripción al pie de uno de los dibujos
preparatorios, aunque el título original fue cambiado por Valle-Inclán, quien
le da el definitivo durante un viaje a Chile en 1910, y repite el de un cuadro
del maestro veneciano de alrededor de 1515.

Celos, 1915-20: hay 2 versiones: otra alegoría,


mujer con una fruta y una navaja con la que va a
vengar a los celos, reflejando dolor.

La Primavera, 1925: mujeres sonriendo llenas de frutas; con la fruta


de temporada.
Nuestra señora de Andalucía, 1907: con Córdoba de fondo. Es la
representación de la mujer andaluza; aparece un autorretrato. En
esta época se estaba configurando el flamenco clásico. De nuevo el
paisaje característico. Es una de las más conocidas de Julio Romero
de Torres, un genuino homenaje a los símbolos más populares de su
tierra andaluza. Se trata de un cuadro al óleo y temple sobre un lienzo
de 169 por 200 cm., que data de 1907 ejecutado inmediatamente
después del viaje que hizo por Italia, Bélgica, Francia e Inglaterra,
Marruecos y Suiza, que marcaría sus obras posteriores.

“Nuestra Señora de Andalucía” tiene el valor de ser el primer cuadro que cuenta con una composición
que tanto habría de discutirse al pintor cordobés: La forma de retablo. Esta forma procede del género
pictórico dentro de la pintura religiosa llamada “Sacra Conversazione”, que consiste en representar
una escena divina de manera más natural, uniendo personajes relacionados entre sí, pero
mostrándose de forma independiente en un mismo escenario.

La obra muestra cinco personajes, cuatro de ellos se encuentran sobre un reducido escenario
mientras que el quinto, un autorretrato de Julio Romero, se encuentra justo delante del mismo a la
derecha. Sostiene un cigarrillo con un gesto elegante de la mano y, como los demás personajes,
dirige su mirada hacia usted, tal vez identificándose como el director de la escena representada en
este retablo pagano.

En el escueto escenario teatral posan sobre un paisaje costumbrista tres mujeres y un hombre detrás
de ellas. Vagamente iluminados destaca el brillante vestido blanco de la figura central, que, según el
autor, representa la “Divinización de la mujer andaluza”. A cada lado dos mujeres posan arrodillada
junto a ella en actitud sumisa.

A la izquierda, y sosteniendo su manto blanco con las dos manos, una mujer de edad madura
simboliza “La copla”, es la personificación del cante, una famosa cantaora de la época llamada
Carmen Casena. A la derecha, una joven envuelta en un mantón rojo, que fue la famosa bailaora “La
Cartulina”, simbolizando “el baile”. El hombre, que porta una guitarra, se sitúa detrás de ella a la
derecha encarnando a “la música”, envuelto en una clásica capa negra española y cubierto por el
típico sombrero cordobés.

La obra desconcertó al público de entonces, el cual no entendía que una gitana vistiera manto y se
hincara de rodillas ante una muchacha sin divinidad alguna, por mucho que el pintor quisiera
adjudicarle dicho rango.

La consagración de la Copla, 1911: también es el momento en el


que se consagra la copla de gran vinculación con España en la que
sobresalió Concha Piquer. Es uno de los tipos de cante
fundamentales, está subiendo y se le está imponiendo la
consagración mezclándose lo religioso con lo profano.

Detrás se ve Córdoba con sus procesiones y las fiestas a caballos.


También se ven toreros. Hay un autorretrato. Un total de diecisiete
figuras que aparecen en el primer plano de la composición. Algunas
de ellas son personajes conocidos de su tiempo o cercanos al
entorno de Julio Romero, incluso aparece, en un lateral, el autorretrato del pintor”.
Tras recibir la Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908 Julio Romero de
Torres emprende la realización de una obra ambiciosa, de gran formato, dedicada a uno de sus más
sentidos temas: el flamenco. Sin duda, La consagración de la copla fue uno de los cuadros más
importantes de los que se presentaron a la Exposición Nacional de 1912 aunque no obtuviese premio
alguno. Este hecho motivó el apoyo incondicional de intelectuales como Jacinto Benavente o Valle-
Inclán. La crítica de arte pidió, incluso, la dimisión del ministro de Instrucción Pública y en desagravio
se organizaron homenajes y banquetes en honor al pintor.

Las Alegrías, 1917: Vemos en esta obra una magistral composición


con la figura femenina del centro como protagonista. En un segundo
plano aparece un guitarrista, cuyas manos son de su hijo Rafael. La
figura femenina tumbada al modo clásicamente griego atraviesa la
composición, dividiéndola así en dos zonas, una vertical y otra
horizontal. La escena compuesta a la forma de un “tablao” flamenco,
parece más bien una fiesta cortesana por el hermetismo de la
composición y los recargados ropajes.

Al fondo el río y la lejanía iluminados por la última luz del día. En este
cuadro se advierte como Romero de Torres no trata la escena como
una gitanería más, ni jaleo, ni juerga, sino todo lo contrario; en esta
obra se respira el hondo sentido místico, y el verdadero fondo clásico que hay en este rito alegre o
triste. La joven figura femenina en primer plano de rostro sereno y serio, transmite un sentir profundo,
acentuado por el dibujo que con sus manos y su mismo cuerpo hace del baile que interpreta. El
hombre de la guitarra se hace más pequeño, mientras la mujer que baila se eleva. Una vez más la
gran afición que tenía el pintor por flamenco lo impulsa a llevar a sus cuadros los temas de la copla
y el flamenco.

Cante Hondo, 1923-28: es de sus mejores obras. Está presente la


muerte, el amor, los celos, y detrás y perro negro que representa la pena
negra, el dolor en el flamenco del cante hondo.

El hombre ha matado a la mujer, al lado se ve el amor en una pareja,


detrás se ve la muerte en una joven y un hombre llorando; en el centro
hay una mujer desnuda que simboliza la pureza del flamenco,
acompañada de la típica guitarra y subida en una peana de plata
cordobesa con símbolos paganos.

Romero de Torres inicia esta magistral obra en 1922, con motivo del
Concurso Nacional de Cante Hondo de Granada, finalizándola en 1924.
En ella confluyen todas las claves de la pintura del maestro y del gran simbolista que fue.

Esta equilibrada composición encierra las notas de la lírica popular andaluza, de una poesía fruto del
paso de los siglos y de las distintas civilizaciones que la fraguaron. En torno a la figura central, mujer
y símbolo de la fatalidad, giran todos los sentimientos y pasiones del hombre: el amor, los celos y la
muerte.

La mantilla da a la figura cierto toque de erotismo, jugando entre la ambigüedad de lo sagrado y lo


profano. Sobre sus manos sostiene una guitarra que sirve de eje de simetría, al tiempo que se eleva
sobre un pedestal de platería cordobesa mezclado con angelotes barrocos.
A sus pies tiene lugar una escena en la que el amante loco de amor, acuchilla y mata a navajazos a
la mujer que quiere. A su derecha, se besan una pareja de enamorados y, tras ella, una joven yace
muerta en un ataúd, mientras, a cada lado, sus hijos lloran sobre el féretro y su galgo Pacheco aúlla
de dolor. Esta última escena parece preludiar la muerte del pintor.

Cada una de las escenas transcurre de un modo independiente, a la manera de un retablo, al tiempo
que todas juntas crean una sensación de armonía. Al fondo, bajo un cielo de tempestad, observamos
un paisaje imaginario y miniaturista.

La poesía popular que está presente en este “Cante Hondo”, ni gitana, ni flamenca, sino andaluza,
es el resultado de las canciones y músicas árabes en las que viven influencias de las distintas
civilizaciones mediterráneas.

La saeta: se ve una mujer de mantilla ante un reclinatorio de plata cordobesa


y rodeada de enfermos y pobres; en el mundo de los que tienen
enfermedades, que pasan la vejez… al fondo hay imágenes de la S. Santa
cordobesa y de noche; es una metáfora de la Saeta, que debe ser corta al
cantarse.

Musidora, 1921: con un jarrón de azucenas. La Musidora era una actriz


francesa que se enamoró de un español. Es un retrato erótico, el cántaro
es característico de Córdoba. Detrás hay una mujer que toca la guitarra.
La retrata como una Venus goyesca, salvo por la vestimenta.

Los dos caminos. La mujer está desnuda con una mantilla blanca. Está el
camino de la santidad y el de lo mundano por otro lado, enmarcados por los
arcos. La monja es recurrente en sus obras.

Belmonte
Ofrenda del arte torero, 1927: era su torero favorito. Es una mujer desnuda con
un capote de paseo y al fondo la plaza de toros con una cruz, con alusiones a la
muerte.

Musa gitana, 1907, examen: muestra el desnudo integral de una


joven, para cuya realización, Romero de Torres, tomó como
modelo a Ana López. Este cuadro consiguió la primera medalla en
la Exposición Nacional de Bella Artes en 1908, siendo adquirida
por el Estado español.

Se expone en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de


Sevilla en depósito del Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía. Fue premiada esta obra. Es de la 1ª época del pintor, está llena de erotismo, con la gitana
desnuda y el flamenco detrás que se inspira por la musa del arte gitano. Detrás la campiña
cordobesa.

La nieta de la Trini, 1929: famosa cantaora de malagueñas llamada


La Trini. En esta teatral composición se descorre una cortina y
aparece la joven desnuda, mostrando su escultural anatomía. Se trata
de una modelo profesional madrileña que también posará para
Ofrenda al Arte del toreo; aparece recostada en un diván tapizado por
un oscuro mantón de Manila, resaltando aún más su tonalidad
broncínea gracias al empleo del raso de color blanco.

El brazo derecho reposa en la cadera, sosteniendo una navaja en su mano, mientras que el izquierdo
sujeta la cabeza, adornada por una hermosa mata de pelo recogida en un moño acicalado con una
rosa. Los pendientes y una gargantilla roja son sus únicos adornos. Detrás, en las sombras, aparece
sentada al filo del diván una mujer morena que avanza hacia el desnudo, sosteniendo la guitarra.
Como fondo, tras la ventana, se observa la silueta inconfundible de la ciudad de Córdoba.

La Trini había protagonizado en su tiempo una sensacional historia de amor y muerte al asesinar con
una navaja, por celos, a su amante. Julio Romero hizo revivir esta historia en su nieta, ofreciendo el
amor con el desnudo cuerpo y la muerte con la navaja que porta en su mano derecha. Una vez
aparece la dualidad amor-muerte en las obras de Romero de Torres. Podemos apreciar cómo el
pintor ha oscurecido su paleta, interesándose por las tonalidades ocres y negra.

La venus de la poesía, 1913: es una alegoría que muestra los retratos


de la cupletista española Raquel Meller y su marido, el escritor
guatemalteco, Enrique Gómez Carrillo. Se expone en el Museo de
Bellas Artes de Bilbao.
Más allá del pecado, 1915: era algo que le obsesionaba. Se
expulsa a las 2 mujeres del Paraíso que demuestran su amor.

Rivalidad: muestra la parte más comercial del desnudo femenino. Es de


su última etapa. Tienen actitudes pintorescas.

La mujer en la temática religiosa:

La Gracia, 1913: se refiere al término religioso, de Dios, representada por


el cuerpo de una mujer desnuda adorada por mujeres. Se representa como
un descendimiento portado por 3 mujeres, una de ellas llorando y llevando
azucenas, paisaje de la campiña cordobesa.

El pecado, 1913: joven desnuda de espaldas mirándose en el espejo


acompañada de 3 mujeres mayores que le aconsejan sobre el pecado. De
nuevo el paisaje de fondo de la campiña cordobesa.

El retablo del Amor, 1910, examen: el amor como una mujer desnuda con los
símbolos de lo que el más quería, su Córdoba, y a los lados el amor divino y el
amor de luto, en el centro la anunciación y a los lados el amor en la lejanía y el
amor en la cercanía representado con el cortejo. Se estructura como un retablo.
Es una alegoría del amor, con la mujer como símbolo. La Anunciación tiene de
fondo cortijos cordobeses donde aparece María desnuda (=verdad, inocencia) y
el arcángel no es ya andrógino, sino que es una mujer también.
Al fondo hay un detalle de bodegón con azucenas. En los laterales 2 maneras de entender el amor
(el amor en la lejanía y en la proximidad). El Retablo del amor está constituido por seis paneles y en
cada uno de ellos la iconografía remite, con planteamientos distintos, a la Retablo de amor temática
relacionada con el amor. En el panel central, tal y como puede apreciarse, aparece un personaje
desnudo femenino, acompañado por otro vestido que la observa.

Por la manera de relacionarse ambos personajes podría llegarse a afirmar que Romero de Torres
acudió a la fuente de uno de los grandes maestros del pasado como fue Tiziano. Baste recordar la
famosa pintura de éste titulada Amor sacro, amor profano, en la que se dan cita dos personajes
femeninos similares a los del artista andaluz.

El erotismo inherente a la manera de tratar sus desnudos fue uno de los factores que potenciaron el
gran éxito que Romero de Torres tuvo tanto en España como en Hispanoamérica durante la primera
mitad del siglo XX. Lo cierto es que este artista supo aunar la tradición lejana con una cierta atmósfera
simbolista decadentista para conseguir un estilo propio.

Poema de Córdoba, 1913: análisis a través de la hª


de la Córdoba de las distintas épocas, centro de su
predilección a través de la mujer (córdoba judía,
romana, cristiana., barroca, religiosa, guerrera,
torera...). Detrás se ve La Muerte de Séneca. Es un
políptico compuesto por siete paneles del mismo
tamaño excepto el central, que es de mayor tamaño. Cada panel representa alegóricamente a la
ciudad a través de algunos de sus personajes más ilustres.

- Córdoba guerrera: Es una alegoría de la Córdoba del Gran Capitán. En primer plano aparece
una mujer con vestido dorado y un mantón rosado. Al fondo aparece un paisaje ficticio en el
cual pueden distinguirse el monumento al Gran Capitán, la fachada occidental de la Mezquita-
Catedral y la portada del palacio de los Paez de Castillejo. La modelo fue Dolores Castro,
conocida como «Pirola, la gitana».

- Córdoba barroca: Es una alegoría de la Córdoba de Luis de Góngora.1 En primer plano


aparece una mujer con vestido grisáceo y un mantón negro, apoyada con ambos brazos sobre
un muro. Al fondo un paisaje ficticio en el que se distingue una escultura sobre un pedestal
que representaría a Góngora. La modelo fue Encarna Rojas.

- Córdoba judía: Es una alegoría de la Córdoba de Maimónides.1 En primer plano aparece una
mujer con vestido blanco y mantón negro, con la espalda recostada sobre una pared. Al fondo
se aprecia un paisaje basado principalmente en la plaza de la Fuenseca y en la que destaca
una estatua ficticia que representaría al famoso filósofo y médico judío. Al fondo de la calle se
distingue el Arco del Portillo. La modelo fue Amalia Fernández Heredia.

- Córdoba cristiana: Es una alegoría de San Rafael, el ángel custodio de la ciudad. Es el panel
central y el de mayor tamaño. En primer plano aparecen dos mujeres en el interior de un
edificio, una vestida de negro con mantilla del mismo color y, la otra, con un vestido blanco y
mantón rosado. Ambas mujeres, situadas a ambos lados del panel, sostienen entre ambas
una escultura del arcángel San Rafael. En el exterior, tras un arco de medio punto, puede
observarse un paisaje ficticio compuesto de dos edificios y una fuente. Las modelos fueron de
izquierda a derecha Adela Portillo y Rafaela Torres.1
- Córdoba romana: Es una alegoría de la Córdoba de Séneca.1 En primer plano aparece una
mujer con vestido dorado y mantón marrón. Al fondo aparece la Puerta del Puente y una
estatua ficticia que representaría al filósofo Séneca. La modelo fue Adela Moyano.

- Córdoba religiosa: Es una alegoría de la Córdoba de San Pelagio.1 En primer plano aparece
una mujer vestida de negro con mantilla de igual color, con los brazos cruzados sobre el
pecho. Al fondo se observa un paisaje basado en la plaza de Capuchinos. La modelo fue
Rafaela Ruiz.

- Córdoba torera: Es una alegoría de la Córdoba de Lagartijo. En primer plano aparece una
mujer con un mantón rojizo sobre el hombro, simulando ser un capote de brega. Al fondo
puede distinguirse la plaza de la Corredera, así como un monumento ficticio al torero Lagartijo.
La modelo fue Ángeles Muñoz.

Samaritana, 1920: pasaje evangélico con la mujer que porta el cántaro metálico
y a su lado Jesucristo.

La muerte de Santa Inés, 1818: con magnífico cuadro


barroco. Aparece muerta sobre un sepulcro cubierta con un
sudario que nos recuerda a Cristo, y con escenas de la vida
de la santa en la parte superior. Es el mundo religioso de
este pintor, con sus obsesiones sexuales también.

El cuerpo inerte de Santa Inés se presenta sobre una losa de piedra envuelta en un sudario. Su
expresión es la de un dulce sueño y no de muerte. En cada extremo un ángel se inclina sobre la
santa, uno le sostiene la cabeza y pide silencio a través de un gesto, y el otro le sujeta los pies,
lanzando con su mano un rayo de luz vivificadora, sobre el cuerpo de la santa. En la parte superior
del altar se presentan dos fragmentos sobre la vida y martirio de Santa Inés.

En el primero, aparece en la escena el ofrecimiento tentador de riquezas materiales, y en el segundo


se representan los placeres de la carne, a los que Santa Inés consigue escapar. Esta obra es la más
importante dentro de la pintura religiosa de Romero de Torres. Aquí el pintor se muestra como un
creyente absoluto, para el que la muerte no es algo tétrico, sino el paso pacífico y dulce a otra vida,
mediante un reposado sueño. El pintor religioso que hay en Romero de Torres alcanza toda su
sublime inspiración, y lleva su obra hasta los límites de lo humano, con un realismo admirable.

Salomé, 1917 y 1926 (2): acaricia la cabeza


cortada de S. Juan Bautista.
Cabeza de Santa, 1925: la cabeza cortada en un plato de orfebrería
cordobesa.

Arcángel san Rafael, 1925: como una mujer elevada sobre una peana de plata
cordobesa. Paños pegados al cuerpo. Una de las mujeres le reza y la otra mira
al espectador sosteniendo lirios.

Diana, 1924: tema mitológico. Retratada como cazadora, de nuevo desnuda.

Machaquito como apoteosis del torero, 1911: de nuevo recurre al tema taurino.

Alfonso XIII: en este momento ya no tenía pintores de cámara pero fue muy
retratado por varios pintores.
La cartelería:

Cartel de la feria de Córdoba, 1902: modernista.

Cartel de Córdoba de 1912: regionalista y simbolista propio de su pintura.

Encendiendo la mecha, 1924

Mujer con pistola, 1925: encargado por una empresa que le encarga carteles y
calendarios, para ello se buscaron a artistas figurativos como Romero de Torres. Las
mujeres tienen actitud mordaz.

La escopeta y el Cohete, 1929: son de un año antes de morir el artista.


Formaba parte de un calendario, es muestra de su faceta más
comercial.
La pintura vasca

Es difícil de analizar. Nace a finales del siglo XIX a causa del crecimiento económico provocado por
el asentamiento de las industrias. Con ello crecerá la calidad de vida provocando la aparición de la
burguesía. El Fauvismo jugará un papel importante dentro de la pintura vasca. No tiene el colorismo
de otras escuelas de España, pero si posee un componente de compromiso social mostrando el tipo
racial vasco.

Es difícil hablar de unidad en esta escuela vasca ya que se tiende más al individualismo. Muchos de
estos pintores trabajan fuera del país y conocen las vanguardias de París y Bruselas. Ignacio Zuloaga
tendrá gran repercusión en la pintura vasca influyendo en otros artistas. Las novedades artísticas en
pintura en España llegan por Cataluña y el País Vasco (las zonas más desarrolladas
económicamente).

Las transformaciones se verán insertas dentro del Regionalismo sobre todo en el País Vasco. Hay
una unión de la renovación pictórica asimilados por una temática que es la regionalista, pero no el
sentido derivado del mundo romántico, folcloristas, sino con un sentido más antropológico (es un
regionalismo comprometido y acercado al ser humano, no se complace en la costumbre como en el
sur).

El regionalismo en el País Vasco está más comprometido con las clases humildes, con la realidad
social y política y con la realidad humana de los personajes populares. es difícil hablar del concepto
de unidad en la pintura del país vasco, no hay una escuela, sino que lo que le une es más bien los
temas costumbristas que realizan todos a veces.

Va a ser muy importante el Postimpresionismo en todas las vías, derivaciones pre impresionistas,
nabis, de Gauguin y el fauvismo. El expresionismo también influye en la obra de estos artistas. No
hay una unidad sino aportaciones y experiencias individuales de los artistas.

Francisco Iturrino (1864-1924)

Es un pintor vasco que también pintara en Paris. Le gustan las escenas de mujeres andaluzas.
Nacido en Santander, de familia vasca. Siempre fue muy bohemio. Su familia (bien acomodada) le
induce a realizar estudios de ingeniería en Bélgica, estudios que abandonó para estudiar pintura en
Bruselas, al formar parte de la burguesía vasca por lo que conoce idiomas y viaja por Europa.

Abandonará los estudios en 1890 y comenzará a estudiar en Bruselas pintura y tras ello irá a París
donde comenzará a codearse con personajes de la bohemia parisina. Realiza viajes esporádicos de
vuelta a España. En París conocerá a Picasso con quien entablará una gran amistad, también lo hará
con Matisse- el cual le vincula al Fauvismo y le acompañará a Sevilla, Tánger, etc.- Expone en París
(en galerías de las Vanguardias). Se vincula con los movimientos modernos, en la órbita
postimpresionista...sigue la estética de Manet.

Su vida transcurrida entre Paris y España se ve reflejada por las influencias de Monet, Renoir (a lo
largo de su carrera). A partir de 1904 se centra más en el Fauvismo con Derain. Tiene interés por la
obra de Gauguin y los Nabis reflejada en sus obras de mujeres andaluzas. Sus retratos también
poseen una gran calidad. Pero el destaca en su pintura que en la última etapa del siglo XIX bebe de
los Impresionistas. Entablará amistad con Matisse a quien acompañará en sus viajes a España,
Marruecos… Durante la primera guerra mundial residió y expuso en España.
Su pintura se ve influida por la órbita simbolistas, pre impresionista, y desde mediados de siglo está
influida por los fauvistas como Matisse o Derain, con obras llenas de luz y de color, representando a
la figura femenina como personaje esencial en su trabajo. Realizó algunos retratos y bodegones
influenciados por las vanguardias, fue buen dibujante y grabador.

Descanso en la hierba, 1891-1901

Moulin Rouge, 1895, parece un poco Toulosse-Lautrec, mujeres, la


bohemia francesa. Influencia del Modernismo Parisino. Cambia el
sentido cromático de Renoir.

Bañistas, 1922-23: influencia de las obras tardías de Renoir, sentido


cromático y volumétrico. Es un pintor en que los simbolistas y la poesía
se entremezcla en su obra y a partir de 1910 es un fauvista convencido.
Siempre con tonos melancólicos.

Desnudo, 1910-11: con influencia de Matisse.

Camino entre palmeras, 1913-14, de gran impacto visual y cromático. Realizó


muchas vistas, con gran luz y colorido. Se ve la tendencia fauvista.
Jardín de Málaga, 1916-17, no utiliza las masas de color de forma tan
impactante sino de una forma más poética y matizada.

Zoco de Tánger, 1912: visiones de la ciudad de forma muy geométrica


y donde el bullicio se describe mediante masas de color. Es recuerdo
de su visita con Matisse. Gran sentido cromático.

Las damas, 1915-16: las viste con traje de andaluzas, en coro, en


charla, con sentido dinámico y movimiento. Son figuras en movimiento,
con cromatismo elegante, influencia de Matisse.

Mujeres en gris, 1918: de nuevo el tema femenino que tanto le


interesaba.

Bodegón, 1910-11, hace bodegones con claras influencias fauvistas,


sentido cromático más poético, con intensidad del colorido.
Juan De Echevarría (1875-1931)

No es un artista vinculado directamente con el País Vasco. Nacido en el seno de la alta burguesía
en Bilbao. Estudió en Europa, se diplomó como Ingeniero Industrial pero sufrirá una crisis personal
en 1902 que debido al fallecimiento de su madre hace que abandone el trabajo y se dedique a la
pintura, algo fácil ya que contaba con una posición adinerada.

Se marchará a París para recibir una formación que completa con Iturrino en Paris en 1903. Hay que
decir que Echevarría no poseía una formación pictórica inicial. Volverá a España en 1909 y trabajará
en Bilbao, Granada y Madrid. Desde 1906 pintará temas populares andaluces regionalistas y vascos.

En su obra hay conocimientos de Postimpresionismo, Gauguin y el Fauvismo, lo que le permite


conformar un estilo propio. En su obra destacan las naturalezas muertas y floreros (intimismo y
sobriedad), y sus retratos, personajes de la Generación del 98 con la que compartió ideario político.

Puente de Ondárroa, lo hace a su vuelta de París, con influencias


fauvistas. Lo mejor de su obra está en el retrato y en el bodegón. Como
retratista fue sobrio e intenso, con cierta facilidad hacia el expresionismo.

Unamuno

Valle-Inclán: aparece sin brazo, se entremezcla el fauvismo con un sentido


plástico muy personal.

Retrato de Iturrino, 1919, con un cuadro de andaluzas en la parte superior, con


una magnifica naturaleza muerta y unos colores fauvistas, utiliza el negro para los
contornos. Es moderno, aparece de perfil. Este pintor es el más poético de los
bodegonistas de principios del 20.
Florero con plátanos, limones y libros, 1912: de fuerte impacto cromático.

Florero con tapiz, 1929: con un colorido especial. Era un pintor de gran
sensibilidad.

Hermanos Zubiaurre

Hijos de un padre compositor, ambos eran sordomudos, estudiarán en la Academia de Madrid.


Participarán en su juventud en las Exposiciones de Bellas Artes Prefieren en sus obras mostrar los
colectivos populares del País Vasco, mostrando una postura seria de personajes vascos.

Estarán influidos por Zuloaga porque es el primero que crea un tipo racial para Castilla y el País
Vasco, seguido por los hermanos. Crearán pinturas donde plasmarán el tipo racial vasco, del mundo
del trabajo, del campo, con cierta incidencia en el expresionismo y un uso del colorido especial.

Ramón Zubiaurre (1882-1969)

Entre 1902-04 estuvo becado en París por la diputación de Vizcaya.

Autoridades de mi aldea: tipos populares y recios, llevan sombreros de


copa y están comiendo. Figuras abruptas y marcadas por el trabajo.
Magníficos elementos de bodegón. Los coloca a estas autoridades con
ropas populares y comiendo el primer plano y detrás aparecen otros
personajes de la aldea.

Los intelectuales de mi aldea, 1912-13: son los intelectuales de su


aldea, en una meseta, con elementos de bodegón austeros.
El temerario marino Shanti Andia: un personaje mítico del mundo del mar,
recio, adusto, alargado, fuerte, colorido fuerte con impacto cromático. Estaba
dirigiendo el timón en la tempestad, marcando el camino como Colón. Colorido
fuerte que marca la vestimenta.

La abuela, también con bodegón. Son tipos populares.

La vendedora de manzanas: refleja el tipo femenino vasco.

La dulcísima Mirentxu: joven pensativa ante un bodegón.

En el jardín, no es un personaje popular. Es un retrato por encargo.


Valentín Zubiaurre (1879-1963)

En 1945 será académico de San Fernando Cultivó este tipo vasco y también castellano con el espíritu
del 28. Se dedicó a los tipos raciales vascos y castellanos, sobre todo de los segovianos, en parte
por la influencia de Zuloaga.

Autoridades del pueblo: es un pueblo castellano, sentido adusto,


intensifica la expresividad. Se ve el mundo del trabajo, la cerámica con
gran detalle.

Autoridades del Pueblo: ante un castillo y con un bodegón.

Versolaris: son personajes que se retan a versar, parte de las fiestas


populares, como también ocurre en Murcia. Se premia la originalidad
a la hora de hacer versos.

A las doce: en Castilla es la hora de almorzar. Comen alimentos humildes


como se ve, propias del campo. Tipos regionalistas castellanos.

Pescadores: con influencia fauvista.


La hilandera

Aurelio Arteta (1879-1940)

Es el más conocido de la pintura vasca. Nacido en Bilbao, pero murió en México; es el pintor que
mejor representa el mundo Vasco ya que está más vinculado que nadie a él. Fue un hombre
vinculado a la Republica por lo que tuvo que exiliarse a México D.F. donde morirá.

Desde 1893 comenzará sus estudios de arte en Bilbao y a partir del 97 culmina sus estudios en la
Academia de San Fernando yendo después a París becado. Fue el primer director del Museo de Arte
Moderno de Bilbao, profesor de Bellas Artes en Madrid, pero al iniciarse la Guerra Civil se exiliará.

Fue un pintor que incidió por el neocubismo, de obras muy expresivas en su etapa de madurez, de
pintura suave. Supero los límites temáticos del regionalismo. En el aspecto propagandístico, fue un
pintor Muralista. Tendió siempre a la simplificación en general, en formas y cromática.

Bañistas: una de sus obras más conocidas, impacto del cubismo, fuerte
impacto cromático.

Aldeanas vascas con frutas y hortalizas: con un sentido


cromático marcado del Fauvismo. Se ve la facilidad del dibujo que
tenía y transmite energía vital.

Las cargueras del muelle: e iguales características.


Pescadores en Bermeo: plasmación de los tipos raciales, con gran
colorido. Cuerpos volumétricos, expresivos, juego de las manos,
pies grandes. Fuerza vital. Son los pescadores vascos.

El ferrocarril: son pinturas que realiza antes de la guerra para el


Banco de Bilbao, con frescos que representan la vida y el trabajo
vascos. Se ve el auxiliar del ferroviario.

La mina: de la misma serie.

Pórtico de una iglesia de Vizcaya antes de la misa: las mujeres


entran y los hombres se quedan fuera fumando.

Procesión en Ceánuri
Aurresku: Fiesta popular vasca.

Calle de la estación, el Arenal. 1920: con olor fauve.

Dialogo en el campo de sport: Se ve un futbolista ligando en el campo de


entrenamiento.

La crianza: en los años 30 se vincula con los temas sociales, del trabajo,
también se vincula con la República.

Náufragos: sentido expresionista dramático, volúmenes corporales fuertes y


alargados, uno tendido en el suelo y el otro muerto de frio consecuencia del
esfuerzo de intentar salvarse.
La recepción de la modernidad en la pintura catalana

Pintores del Modernismo-Simbolismo

Desde finales del siglo XIX a pintura en Cataluña se distancia del resto de España, porque a ella van
a llegar y se van a desarrollar a lo largo de esta etapa las aportaciones y novedades de las
vanguardias históricas del ultima tercio de siglo. Esta renovación llegó a través del paisaje (es el
género que va a revolucionar el panorama artística en Cataluña).

En pintura el Modernismo tiene un carácter simbolista, con aportaciones impresionistas,


postimpresionistas y también expresionistas. Se trata de una etapa muy fecunda en la etapa de la
puntura desarrollada en Cataluña, porque surgirá un personaje genial para la pintura europea como
será Pablo Picasso, que también se enmarcará dentro de este grupo.

Hay pintores que están dentro de la categoría de la Vanguardia como Santiago Buseñol y un artista
catalán internacional que será muy conocido en el desarrollo de la pintura europea donde es
Hermenegildo Anglada Camarasa. Las aportaciones entran a España por el País Vasco pero también
por Cataluña, desde el Expresionismo hasta el Impresionismo, Simbolismo, etc. todas las
vanguardias van llegando a Cataluña.

Hay una influencia del Realismo de Courbet, del Impresionismo de Monet...Llegan aquí porque es
un entorno rico en la geografía española, es una región industrializada, destacando la industria textil
que moverá la economía. Una Barcelona que había sido modernizada por la Exposición Universal
de 1888 (que tuvo más repercusión que el 29), una Cataluña además que ha vivido revueltas sociales
por causa de trabajo de los obreros más humildes, atentados anarquistas, la polémica nacionalista
catalanista. El catalanismo fue siempre un movimiento burgués.

La pintura se asienta sobre una pintura romántica nazarena catalana que alcanza un gran realismo
naturalista. Estos pintores jóvenes se forman en Barcelona dentro de las Vanguardias y que todos
quieren marcharse a París para conocer las vanguardias artísticas de Toulouse Lautrec o Monet. Los
galeristas de Barcelona apoyaron a estos jóvenes artistas realizando muestras de sus obras,
fundamentalmente de Ramón Casas, Isidro Nonell, etc. apoyando la presencia de la vanguardia y el
sentido estético modernista de sus obras. dentro de su pintura. En Barcelona hay además un
comercio de arte que patrocina la presencia de estos jóvenes artistas (como la Sala Pares).

Ramón Casas (1866-1932)

Nacido en Barcelona, es uno de los mejores dibujantes de la pintura española, prueba de ello
tenemos un autorretrato que él mismo se hace. Este artista realizó sus estudios en 1877, con solo
11 años.

Estudia en la Lonja de Barcelona; en 1881 está trabajando en la prensa catalana realizando carteles
publicitarios. En el año 1882 se marcha a París- de adolescente- donde es influenciado por las
Vanguardias, volviendo en 1884.

Se instala en París en 1890 con sus dos amigos Rusiñol y Mauricio Utrillo. A partir de los 90 se dedica
a pintar de una manera muy personal, captando la brumosidad de París, haciendo pinturas a plein
air e incluso pintando el Moulin de la Gallete.
En el año 94 vuelve a España vive la Bohemia catalana, con sus revueltas sociales de la época y
pinta alguna de sus obras más conocidas sobre los desórdenes sociales de la época, escenas
costumbristas como el garrote vil; sigue formando parte del club de los Cuatro Gatos. Conoce a
Picasso, sigue trabajando como dibujante publicitario.

Continua en Barcelona realizando trabajos para algunas estancias del Liceo de Barcelona, de temas
sociales; obtiene primera medalla con el tema de “la Carga”, y por esta época comienza alcanzar
fama como retratista lo cual le va a permitir vivir con soltura en su última etapa. Es un artista variado
en sus temas, tiene influencia francesa.

En su 1ª etapa parisina es un realista que ha aprendido de pintores pre impresionistas franceses:

Autorretrato vestido de flamenco, 1883: tenía un sentido del humor muy


particular. Este cuadro recuerda a las visiones españolas de Manet. Va a
beber de la bota, se ve la juventud del pintor.

Obras de tema costumbristas:

Una corrida de toros, 1884: con captación de la luz.

Obras de París:

Retratándose, 1890: Ramón Casas y Santiago Rusiñol.


Montmartre, 1890: capta el ambiente luminoso de esta ciudad.

Plein Air, 1890: en la etapa donde el artista está en París. Aquí capta la
luz y un paisaje hermoso del París de la época, representa a una señora
sentada en un velador parisino bebiendo absenta. Deriva del
Impresionismo.

El baile en el Moulin de la Galette, 1890: captando a los pocos que quedan


en el local, es una obra de interiores, brumosos, muy diferente al de Moulin
de la Galette de Renoir. Los músicos cansados siguen tocando para que no
decaiga la fiesta.

Madeleine, 1892: mujeres del mundo de la noche parisisno, con un magnifico


detalle de un espejo detrás de ella donde se refleja la gente del Moulin de la
Galette (ya lo había hecho Manet), la mujer está tomándose una copa de
Absenta y fumando. Es de sus obras más conocidas. La prensa se reía de él y
de Rusiñol en esta época.

Temas de interiores:

Muy característico de este pintor, donde las protagonistas es la mujer, pero sin ningún motivo o
alegoría concreta, son pinturas llenas de poesía intima, interior. Uno de ellos representa a la hermana
de Ramón Casas. Son escenas melancólicas.
El interior al aire libre, 1892: vemos a un señor en su casa de verano con su
hermana tomando café en el porche, se ve la luz tamizada por el resguardado
del sol por el toldo. Es Rusiñol y su hermana.

Garrote Vil, 1894: ya en España realiza obras como ésta, del realismo
social.

Corpus, Salida de la procesión de la iglesia de Santa


María, 1898: son acontecimientos de la vida catalana del
momento que él inmortaliza. Se ve a las niñas vestidas de
1ª comunión, con gran fidelidad a la realidad.

La carga, 1899, examen: producido por un descontento


social que se produjo en 1888, es decir, pero el cuadro estaba
pintado de antes (la fecha está cambiada). El cuadro es de
evocación temática, vinculado con la revuelta social. Es la
carga de la guardia civil contra los trabajadores. Se ve la gran
capacidad para mostrarnos el movimiento intenso.

Este cuadro es una de las obras más significativas del


realismo social en España, ya que representa con toda
crudeza la represión por parte de la Guardia Civil a caballo
de una manifestación obrera en Barcelona, concretamente la que con motivo de la huelga general
paralizó la Ciudad Condal el 17 de febrero de 1902.

Hay que destacar el realismo del marco donde se desarrolla la escena, que tiene como telón de fondo
el paisaje fabril de la ciudad presidido por la silueta de Santa María del Mar, y también lo audaz de
la composición, con un manifestante caído en primer término y un gran espacio vacío que le separa
de las masas que huyen despavoridas entre la represión. Premiado en la Exposición Nacional de
1904, es considerado como una de las obras maestras de este pintor.
Los Cuatro Gatos era un colectivo donde se unían artistas para hablar, donde él participa. El realizó
revistas artistas-literarias titulada "Los Cuatro Gatos" que el mismo ilustró. Casas retrató a Picasso
en París (con gran soltura del pincel).

Carteles publicitarios:

Cartel Quatre Gats montensior Barcelona

Cartel Puchunel-lis, 4 Gats

Quatre Gats, revista número 1

Anís del Mono: dibujando a señoras con mantones de manila.

Champagne Codorniu: marca muy reconocida en Cataluña aun hoy.


Rotonda del Teatro del Liceo de Barcelona, 1902: pinturas de
interiores colocadas ante de entrar en la sala de concierto, donde
aparecen señoras de la alta sociedad y clases medias estas pinturas
se perdieron en el incendio del Liceo.

La pereza: donde aparece una dama acostada sobre la cama. Y sobre todo
destaca en los retratos que realiza en la segunda época con una técnica
exquisita, con una captación de la luz muy destacable.

Retrato de la Sra. Baladia

Familia Sánchez Larragoiti

Retrato de Alfonso XIII


Charles Deering

Julia vestida de manola

Santiago Rusiñol (1861-1931)

Fue pintor y escritor. No tiene una formación reglada, pues se forma con un pintor que era paisajista.
Quedó huérfano desde muy joven quedando al cuidado de su abuelo dentro de un entorno catalán
burgués acomodado que le permitió viajar a Francia y conocer las Vanguardias acompañado por su
amigo Casas.

Formó parte de grupos de artistas jóvenes comprometidos. En París está a partir de 1889 junto con
Casas y más tarde los acompaña Zuloaga. Frecuenta los ambientes de la bohemia joven que viven
en París, vinculado con el expresionismo y el simbolismo que son las que más le influyen en sus
obras. su obra está dentro de los cauces del realismo, pero con un sentido más sintético y aclarando
en la época inicial los coloridos de su paleta. En París pinta muchos interiores, figuras de presencia
melancólica de composiciones asimétricas donde los personajes no están en el centro de los
cuadros. También se habla en la influencia de japonesa.

Desde 1892 se instala en Silches trasladándose a Paris, alternando la brumosidad de París con la
luminosidad mediterránea. Son los años de los 90 donde la estética expresionista esta presenta en
su trabajo. Realiza algunos frescos alegóricos que pinta, con influencia prerrafaelita.

Después de algunos años su pintura da un giro en la última década del siglo XIX cuando viaja a
Granada dedicándose allí a pintar paisajes, consiguiendo medalla de honor en 1908. Pero luego
perderá fama pues los críticos verán en sus obras un toque dulzón en sus jardines, que le dieron
mucha fama. Inicialmente se forma con pintores de paisajes, siendo realista con toques melancólicos
a la manera de la escuela de Barbizón.
Paisaje de 1884: que le darán paso en París (donde intenta una
representación naturalista del paisaje para destacar sus valores
poéticos).

Desde el Molino,1889. Consecuencia de un viaje que hace en este año a París, época en la que se
mostraba como un personaje acomodado. Esta etapa la documentó por escrito en su obra "Desde el
Molino, impresiones de un viaje a París" donde aparece con Casas.

Cocina del Moulin de la Galette, 1890: donde pinta el ambiente


brumoso de París, con interiores cotidianos como es el de la
cocina de este café, después de la labor intensa de todo el día y
donde aparece una mujer descansando en los escalones. Su
obra se mantiene dentro del realismo, pero es expresivo y
agilizado en cuanto al dibujo, con estudios del color y de la luz,
propio de los ambientes parisinos. Además, en esta época
parisina destaca su tono melancólico (influenciado por las
Vanguardias), son composiciones asimétricas e influenciadas
por la estampa japonesa.

Retrato de Erik Satie, 1890: composición asimétrica, donde vemos cuadros


de interior muy bellos. Es un retrato melancólico de este compositor
alentándose del frio de la noche de manera muy humilde. Representa el frío
y la humedad de París. Este es uno de los retratos más conocidos.

La Morfina, 1894: representada con una sencillez dramática, es la vida


dramática de la droga.
Vuelta a España comienza a pintar jardines y palacios:

El Jardín abandonado de 1898: donde retrata la belleza del jardín


solitaria y melancólica; es una temática propia de su pintura, que le lleva
a viajar por España a partir del 95 por Granada.

Mallorca, Gerona o Aranjuez: son obras muy aceptadas económicamente.

Cementerio viejo de los frailes de la Bisbal: cerca de Barcelona, con


luz del anochecer.

Realizó una obra histórica titulada Jardines de España, en relación a toda


esta temática. Se ve representado. El Generalife, donde Rusiñol habla de
melancolía y placer perdido. Los Jardines fueron los que más le dieron fama
en la pintura en España.

Jardines de Aranjuez: es del mismo tipo, muy bien trazados con


sentimientos poéticos y melancólicos.

La crítica artística hace duras manifestaciones sobre sus últimas obras, como por ejemplo Valle-
Inclán donde dice “En almíbar sentimental parece haber mojado ahora los pinceles, y así le han salido
de empalagosos los paisajes enviados a esta Exposición…” (Notas sobre la Exposición de BBAA de
1908).
Isidro Nonell (1873-1911)

Es de origen humilde, estudia en la escuela de la Lonja. Previamente había recibido lecciones en


academias privadas. Fue amigo de Picasso y vinculado a la Bohemia

A partir del año 1896 abandona todo lo anterior para realizar pintura de personajes marginados que
tienen un carácter expresionista siempre reflejando la miseria humana. Convierte a los personajes
más humildes de su sociedad en los protagonistas de su obra, como los gitanos; en definitiva, sus
modelos son símbolos de la sociedad española de la época, de la España Negra (que inició 1º Goya),
con tonos oscuros.

Su obra se caracteriza por una pincelada muy densa, con colores muy empastados, con estilo muy
suelto. Pero no siempre fue así, tuvo una etapa mucho más luminosa vinculada con el paisaje, muy
colorista.

Este autor pertenece al círculo de San Lucas, donde destaca el simbolismo Confesional, con temas
religiosos. Son círculos artísticos que son importantes en la Cataluña de esta época, que entienden
la Vanguardia de otra manera. Son artistas católicos que encontraron en el modernismo una vía para
expresar su religiosidad.

Sant Martí de Provençais, 1896: es de sus pinturas 1ªs.

Arenas de mar, 1891: son obras pertenecientes a un grupo de amigos


que se llamaban “los azafrán” (los Colla del Safrá) porque utilizaban unas
tonalidades muy amarillentas.

Portada de la revista los Cuatro Gatos (pertenece a este grupo) y dibujos en tono
sarcástico y también crítico.

Repatriado de Cuba en el muelle, 1898: estos soldados que volvían de la guerra


de Cuba pasaron mucha hambre, estaban muy proscritos.
Pobres esperando la sopa: con toques amarillentos anaranjados, como
el azafrán.

A partir de 1900 realiza pinturas muy densas de colorido que le darán fama.

Dolores o Pura: son mujeres gitanas encorvadas y


replegadas sobre sí mismas, en humildes sillas, son
personajes que apenas se le ve la cara, siendo una crítica
social expresionista. Se parece a las obras de la Etapa Azul
de Picasso.

Dos Gitanas: toda su obra se vincula por este mismo estilo.

Figura Reclinada, 1908: se rompe en este caso esa línea, pero no era tan
frecuente en él.

Ignacio Zuloaga (1870- 1945)

Autorretrato: con fondo azul, con su camisa sin corbata y la chapela vasca.

Fue mucho más conocido fuera de España que Sorolla durante mucho tiempo.
Su aportación de pintura, hizo un museo en su casa de Zumaya con pinturas que
adquirió (como de Zurbarán), además compró la casa natal de Goya. Este artista
fue un gran referente español.

Nació en Éibar, Guipúzcoa, en el seno de una familia de artesanos. Su padre era


armero. Abandonó sus estudios de ingeniero para dedicarse a la pintura. Principalmente se forma
copiando a los maestros españoles del Prado (Ribera, Velázquez y el Greco).
Viajó a Roma donde tuvo taller propio y luego fue a París, ciudad del crisol de las Vanguardias, allí
entra en contacto con Gauguin, Van Gogh; Toulosse-Lautrec, Bernard... se casa allí con su mujer
Valentine y se integra en el círculo de artistas españoles residentes en París, entre ellos con Rusiñol,
con el que viajará a Italia.

En París a fines de siglo empieza a triunfar, en esta etapa parisina se encuadra en la España Blanca
(que muestra escenas populares, pero sin afán crítico sino más modernista). Pero a pesar de este
éxito, le atrae mucho la Generación del 98 y marcha a Castilla y se acerca a la digna pobreza de los
personajes que ve.

Desde ese momento se consideró como uno de los autores de la España Negra, pero no como Nonell
sino como vinculado con el 98. Con la I G. Mundial regresa en el País Vasco y se establece en un
monasterio en Zumaya, que hoy es un museo, donde instaló gran parte de su colección artística,
entre ellos de Goya y el Greco.

Sus últimos años de carrera hizo retratos y bodegones muy castizos y humildes. Los retratos
destacaron en esta época. Tras la G. Civil española, en 1940 se le concede la medalla de la Bienal
de Venecia (de gran prestigio). Junto con José Gutiérrez Solana continuó la tradición del siglo XX de
esa pintura española de la sociedad del momento.

Está muy influido por el Greco, en el uso de los grises y los negros, la estilización de las figuras.
También de Velázquez y Goya tendrá influencia. De hecho, pinta campesinos, toreros, prostitutas y
enanos.

Don Plácido Zuloaga en su taller: lleva una tizona española, es una obra de
transición entre la España Blanca y la Negra.

Calle de una vieja ciudad castellana: es la decadencia de una calle,


nos habla de la tradición española de reflejar la España Negra, va de
camino de ese tipo de pinturas.
Vísperas de la Corrida, 1898: representa a las mujeres de mantilla
conversando entre ellas, con cierto afán modernista.

Celestina o las pupilas de Matilde, 1906: ya de la España Negra,


nos refleja el mundo de la prostitución.

La Enana Mercedes, 1899: esta obra la compró el gobierno francés. Hace un


homenaje al mundo de su maestro Velázquez. Es una mujer deforme y la
representa con una bola de cristal transparente donde el pintor se refleja (como
en el Matrimonio Arnolfini). Es ya el mundo del "feismo", porque huye de las
temáticas tradicionales de la pintura.

Dña. Rosita Gutiérrez: utiliza a los personajes desubicados del entorno (muy
característico de él), con gran austeridad y un paisaje yermo castellano. Está
vestida de mantilla negra, con su perrito. En el abanico tiene La Maja de Goya
pintada. No es un retrato, es una alegoría de una mujer que se ha dedicado a
la prostitución. Tonalidad con tendencia al negro, celajes muy marcados con
influencia expresionista de Van Gogh. El rostro está muy cuidado, como en
todos sus cuadros. La naturaleza es muy volumétrica y austera.

Segoviano, 1906: detrás se vuelve a ver la meseta. Representa a un agricultor del


campo, con humildad y austeridad, refugiándose del frio segoviano con la típica capa
castellana. Al fondo está su pueblo con la naturaleza árida y dura.
Mujeres de Sepúlveda: de nuevo el paisaje de fondo muy duro. Son
mujeres humildes y ajadas por el paso del tiempo.

Gregorio el Botero: fue un personaje real, en una meseta ante un pueblo y su


plaza de toros. Representando la España más atrasada y dramática. Era un
personaje que trabajaba con pieles curtidas, del cual se reían e intentaban
aprovecharse, pero realmente él cobraba lo que le daba la gana por su trabajo.
Su rostro es de sufrimiento de las circunstancias de su vida.

Cristo de la Sangre, 1911, examen: marca el espíritu del 98. representa


una meseta artificial sobre donde se asientan los personajes. Vemos un
Cristo castellano con cabello natural y sobre su cuerpo las marcas de
sangre, se ubica como en una especie de Gólgota.

A su lado un humilde sacerdote de la época, muy enjuto y acompañado de


personajes populares que le rinden culto a Cristo en el momento de la
Pasión. Son personajes del ámbito segoviano casi todos (son sus modelos). Detrás se ven las
murallas de Ávila (representa esta ciudad), ello demuestra que se mueve por varios ámbitos
siguiendo el espíritu del 98.

El tema principal comparte protagonismo con los motivos del segundo plano, concebidos a modo de
escenario o representación fotográfica. No obstante, desde el punto de vista conceptual, la obra de
Zuloaga suele interpretarse en el marco de los debates que contribuyeron a perfilar la Generación
del 98, y algunas de sus pinturas se entendieron como verdaderos emblemas de la reflexión en torno
a la condición de lo español y a su eventual regeneración.

Catedral de Segovia: retrata la arquitectura con un sentido muy moderno.

El cardenal, 1912: muy modernista y atrevido al poner decoración de flores


en las telas. Detrás un paisaje mesetario castellano.
Retrato de Maurice Barrés, 1913: era un intelectual francés que
escribió sobre Toledo, aparece en una de las peñas áridas de esta
ciudad contemplándola con admiración con sus puentes, catedrales
y todos los elementos arquitectónicos. Vuelve a retratar con el mismo
sistema ya visto.

Retrato de la condesa Mathieu de Noailles, 1913: con un sentido


modernista y elementos de bodegón.

Retrato de Pablo Uranga, 1931: retrata a su amigo, que es un pintor vasco


figurativo.

Desnudo con mantilla y clavel, 1915: sigue la tradición española


de las majas y el desnudo femenino, vinculándolo con utensilios
femeninos españoles (mantilla, mantón de Manila...) que se llevaban
en la época tanto fuera como dentro del país.

Desnudos de mujeres: todos muy similares.

Víctimas de la fiesta, 1910: no le gustaban los toros. Vemos al caballo que


en esa época morían en las plazas.
Torerillos, 1906: son personajes humildes dentro del mundo del toreo. Tiene
un sentido cromático más al gusto parisino que español.

Juan Belmonte: hizo algunos retratos a toreros dentro de su producción.

Palco de Presidentas: imagen popular española. Es un palco donde las tres


mujeres vestidas para la ocasión miran al espectador.

Manuel de Falla

Franco
Duquesa de Alba: aparece de pequeña a caballo.

Hermenegildo Anglada Camarasa (1872-1959)

Pintor barcelonés que es el representante del modernismo simbolista y a la par costumbrista (dentro
del modernismo catalán) pero que se convierte en un artista internacional y de gran prestigio en
España. En 1894 se instala en París donde adquiere sensibilidad modernista, con pinceladas muy
fluidas y ágiles donde pinta cafés parisinos o bailes flamencos.

A partir de 1900 ya aborda estos temas con más intensidad, pero sobre todo le da más fama la
temática de los personajes costumbristas valencianos. No es un pintor regionalista en sí, sino que le
interesa las vestimentas, los arreos de los caballos (la luz y el color) con un sentido cromático muy
denso (al contrario que Sorolla). También pintó retratos con estilo personal, decorativo y modernista,
lleno de belleza y sensibilidad. A partir de 1914 regresa a España y se instala en Mallorca
dedicándose a pintar bodegones y fondos marinos.

Campos Elíseos y Gitanas: son


personajes españoles, con sentido
decorativo modernista en la 1ª obra.
Los personajes son alargados y
sinuosos, con movimientos extraños.

Casino de París: con gran captación de luz y color.

Danza gitana: de nuevo con movimientos sinuosos en los


personajes.
Campesinos de Gandía, 1906: sus cuadros son una sinfonía
de luz y color.

Desnudo bajo la parra, 1906: está retratada como si fuera un olivo, con un
sentido cromático especial.

El ídolo, 1910: no le interesa el torero individual sino el traje de luces con la


riqueza cromática.

Sevillana: muy modernista en la vestimenta, el fondo azul intenso destaca sobre


la figura.
Novia Valenciana, 1911-12: de nuevo con gran riqueza cromática.

Sonia Klámery: es de sus retratos más conocidos. Era una


aristócrata, le realiza un retrato sensual y sensible. Es muy bella y
está vestida con mantón de manila ante una naturaleza exótica,
como un paraíso y coloridos artificiales, recostada sobre una cama.
Vemos una serpiente, símbolo del pecado. Es puro modernismo en
el campo del retrato. Es una obra de sensibilidad exquisita. Uno de
los mejores retratos que guarda el Museo Nacional Reina Sofía es
el que en 1913 pintó Anglada Camarasa a la condesa de Pradre,
doña Sonia Klamery. La modelo aparece recostada, vestida con un
elegante y decorativista traje largo que nos permite contemplar las
sensuales medias de seda y los zapatos de tacón. El fondo está
pintado en los mismos tonos que el vestido, resaltando el exotismo del conjunto gracias a la ubicación
del colorista pájaro. Anglada se inspira en el fauvismo a la hora de utilizar los colores, recurriendo a
tonalidades frías que contrastan con el blanco del rostro, del amplio y sensual escote y los brazos.
El decorativismo que se respira en el conjunto se relaciona directamente con los trabajos de Klimt,
obras que en aquellos momentos estaban causando sensación entre la sociedad más "chic" de
Europa. La estrecha vinculación de Anglada con la Secesión vienesa le llevará a realizar obras
modernistas de gran atractivo visual.

Granadina, 1914: de nuevo con mantón floreado.


Bóquer y Costa Nord de
Fomentor, 1936: son paisajes
de gran contenido decorativo.

Naturalezas Muertas: con gran riqueza cromática.

Fondo Marino: son reales, pero con color inventado. Este pintor no tendrá
discípulos sino imitadores.

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