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REVOLUCIÓN Y CONTRARREVOLUCIÓN

EN VALLECAS 1936 – 1937

ATENEO PROLETARIO DE VALLECAS - 2018


INTRODUCCIÓN

Cientos de miles de libros, tesis o análisis hay sobre la Guerra Civil Española, si bien la
mayoría obvian o pasan muy por encima, la revolución y el proceso revolucionario habido. En
unos casos es debido a autores de la burguesía mas casposa, que confunden revolución con
izquierdismo radical y en otros por los representantes e ideologías de la burguesía
democrática radical, los que olvidan la revolución en pro de vender idilicamente la II
República burguesa.

Estos últimos, los ideólogos de la memoria histórica, que están estrechamente unidos
ideológicamente y de forma aberrante, para la memoria revolucionaria, con el proyecto de
maquillar y restaurar el capitalismo y estado burgués, muestran lo magnifico de la República,
mientras olvidan la memoria revolucionaria en unos casos o en otros la atacan o la ridiculizan
en nombre de su ideología ciudadanista, legalista y en el fondo burguesa.

Los historiógrafos de la burguesía radical de izquierdas, no son los narradores o analistas de la


revolución, sino del legalismo burgués, tanto en cuanto a la defensa de la República y su
orden constitucional, nos hablan de golpe de estado contra un gobierno legitimo, cuando el
nivel de agitación proletaria, nos hace dudar mucho de la legitimidad que tendría un
gobierno burgués, el cual era continuamente desobedecido por las masas en toda España.
Ellos no narran la lucha de las masas, no captan el sentir del proletariado urbano y campesino
y lo reducen todo a lo institucional, a lo democrático, a lo burocrático.

Esta forma de analizar política va estrechamente unida a una forma de hacer política. La
socialdemocracia maquilladora del sistema, que engaña al proletariado con promesas tan
viejas como que se puede “cambiar el mundo”, mediante la legalidad y las instituciones
burguesas y así desmovilizarlo, necesita de unos bardos que canten a las bondades de un
gobierno de izquierdas tipo del resultante de las primeras y las ultimas elecciones de la II
República Española, mientras borran o satirizan la memoria revolucionaria.

Es un crimen para la memoria revolucionaria y por consiguiente un ataque en la actualidad a


la ideología revolucionaria, el presentar a las masas como turbas descontroladas, con el único
objetivo de atacar sus conquistas revolucionarias, como pudieran ser la gestión obrera de las
empresas y las explotaciones rurales, la justicia revolucionaria o el armamento del
proletariado. Parece ser que una serie de mequetrefes de la burguesía democrática radical,
quieren hacer entender al proletariado, que su liberación no va a ser obra suya como clase
social, sino que le vendrá dada por una panda de burócratas.....

En el caso de Vallecas, barrio históricamente proletario desde la industrialización a mediados


del siglo XIX, es curioso que después de todo el proceso revolucionario vivido, los sectores
auto-proclamados de la clase obrera, ensalcen a la figura de Amos Acero, primer alcalde
democrático de Vallecas, cuando esta era una localidad con ayuntamiento aparte de Madrid. Y
muchos lo hacen precisamente por eso, por resaltar las bondades de instituciones controladas
por la dinámica supraestructural del capitalismo como es el ayuntamiento. Y lo ensalzan
primordialmente por eso; por ser el primer alcalde democrático de Vallecas, por significar
democracia, que es lo que buscan todos estos grupos. Obviar el papel contrarrevolucionario,
que tuvo este alcalde durante el periodo revolucionario iniciado en 1931, es obviar al
proletariado vallecano, sus luchas y sus ansias revolucionarias, es reducir al proletariado a
votantes, como gusta a la burguesía. Es recurrir a la memoria histórica donde la burguesía
radical de izquierdas se siente a gusto, para con sus que haceres actuales. En Vallecas, no ha
habido ni siquiera un estudio mínimo del proceso revolucionario vivido; la recuperación y el
levantamiento de Amos Acero como figura, fue llevada a cabo principalmente por gentes
afiliados o simpatizantes del partido socialista, con muchos intereses en la política municipal
institucional. En la transición y después de la transición el PSOE, totalmente siendo un
instrumento de las instituciones burguesas, como había venido acostumbrando antes de la
guerra, se quería deshacer de toda memoria revolucionaria que hubiera tenido que ver con la
obra de tipo socialista de militantes del PSOE o de UGT, a la vez que explotar su condición de
reprimidos por el franquismo. Bajo esta base, se quería hacer pasar al PSOE y al PCE, como de
hecho fue, de partidos legalistas defensores de un gobierno legitimo frente a unos golpistas; la
justicia revolucionaria o las expropiaciones eran cosa de turbas descontroladas. A este hecho
es a lo que han reducido a la Revolución Española, los historiadores y analistas del
progresismo. A su frente, historiadores reaccionarios como Pio Moa, que solo hace mas que
confundir, contra ataca esta postura, afirmando que la Guerra Civil, ya comenzó con el “golpe
de estado”, de Octubre de 1934, atribuyendole la máxima responsabilidad al PSOE, con el
cometido de negar el golpe de estado de los militares y sus aliados en julio de 1936, por
considerar que el PSOE en el poder significaba ya de por si un golpe de estado. Nosotros no
queremos entrar en este tipo de polémicas que solo interesan a historiadores burgueses y solo
queremos resaltar, que ambos comparten un profundo desprecio por las masas y su lucha
revolucionaria.

Se hace muy complejo hablar aquí de revolución en Vallecas y en el Estado Español, por no ser
esta muy duradera y permanente; y ademas por ser esta una revolución abortada por las
propias organizaciones reclamadas del proletariado, bajo diferentes situaciones y coyunturas
internas de cada organización en el transcurrir de la guerra. La revolución en Vallecas, duró,
lo que duró el control del proletariado urbano (Puente de Vallecas) y rural (Pueblo de
Vallecas), sobre la política, la economía, la cultura, en medio de un cambio brusco de
transformaciones revolucionarias, que se dió, no sin resistencia de la burguesía, en gran parte
del territorio donde los obreros consiguieron abortar el levantamiento de los militares,
monárquicos, derechistas, carlistas y fascistas. Revolución efímera y condenada al fracaso por
el triunfo de la política frente-populista, pero que muestra la potencia de las masas
revolucionarias en acción transformadora, a pesar de sus dirigentes, en la practica contrarios
al control directo proletario.

Es de rabiosa actualidad, hablar sobre nuestro pasado revolucionario, por muchas razones,
pero vemos que es importante especialmente por dos razones. La primera tiene que ver con
un balance necesario de nuestra lucha de clases revolucionaria, como campo científico, para
el desarrollo de la teoría revolucionaria actual. La segunda tiene que ver con ciertos balances
que se están haciendo, en pro de una utilización política actual, armándose bajo este balance
una teorización histórica de la lucha de clases en Vallecas, totalmente socialdemócrata y de
carácter burgués, la cual fija a las instituciones burguesas de la república como el
ayuntamiento y sus figuras como Amos Acero (alcalde socialista de Vallecas en los 30), como
referente de lucha proletaria actual. Nada mas lejos de la realidad, se sepulta para la memoria
revolucionaria activa, la revolución proletaria, en curso y a medio hacer, que se desarrolló en
Vallecas entre finales de 1936 y principios de 1937.

No vamos a hacer un repaso exhaustivo al desarrollo de la lucha de clases en Vallecas desde su


aparición a mediados del siglo XIX en Vallecas. En resumen, Vallecas un pueblo agrícola
pequeño, al lado de Madrid, sufrió un gran aumento de población en el siglo XIX y principios
del XX, con la llegada de muchos inmigrantes del campo, que acudían a la ciudad a buscar
empleo, mientras huían del hambre. Las condiciones de vida de la clase proletaria eran
pésima, con los típicos problemas de trabajo, salario, calidad de vida, vivienda... Que dieron
lugar a la organización clasista obrera y al desarrollo de la lucha de clases. Ya en la segunda
mitad del siglo XIX existían sociedades obreras de socorros mutuos tanto en Puente Vallecas
(Sociedad Numantina de Socorros Mutuos), como entre los obreros agrícolas, de los molinos
y del pan en el Pueblo de Vallecas. Mas tarde aparecerán los sindicatos y organizaciones,
resultantes de la experiencia internacional de la AIT (Asociación Internacional de
Trabajadores).1

“Puente de los Tres Ojos”, construido a mediados del siglo XIX. Icono de la
proletarización del Puente de Vallecas.

1 La AIT tiene en 1881 a 58.000 adscritos, en 1910, entre la CNT y la UGT cuentan con 200.000 trabajadores entre
los dos.
El advenimiento de la II República Española vino precedido de la dictadura militar de Primo
de Rivera (Dámaso Berenguer), que se impuso como salida a los fuertes enfrentamientos de
clases que se vivieron desde principios de siglo XX y que tenían como detonante la situación
social de la clase obrera y lo que suponía para ella la interminable Guerra de Marruecos. En
estos gobiernos dictatoriales, participarían figuras socialistas como Francisco Largo Caballero.

Con el ocaso de la dictadura, una vez resuelto el “problema” de Marruecos, las elecciones de
abril de 1931, fueron acogidas con entusiasmo de los partidos socialistas y republicanos.
LA LUCHA DE CLASES DURANTE EL PRIMER GOBIERNO REPUBLICANO DE
IZQUIERDAS

En Vallecas, el 9 de abril en el cine Goya se celebró el principal mitin que la Agrupación


Socialista del Puente de Vallecas organizó en campaña para las elecciones municipales al cual
acudieron al menos tres mil personas, con las intervenciones de Andrés Saborit, Hildegart
Rodríguez, Amós Acero (futuro alcalde de Vallecas) y algunos candidatos a Concejal. Amós
Acero, sugirió "boicotear a los patronos que traten de sobornar a los obreros el día
doce", ya que la practica de la compra de votos era muy habitual. En las posteriores elecciones
del 29 de junio de 1931 para elegir las cortes que debían de redactar la nueva constitución,
cuando fue descubierto Gervasio G. Muñoz párroco de la iglesia de San Ramón Nonato que
compraba votos por 10 pesetas (una pasta para el proletario de la época); ante ello jóvenes de
la Alianza Republicana montarían guardia frente a la Iglesia de San Ramón y a la Iglesia del
barrio de Doña Carlota, para evitarlo, montándose tumultos. 2

Entrevias. Enfermo es llevado a votar. Abril 1931.

El 14 de abril la victoria de las candidaturas republicano-socialistas era ya un hecho en


Vallecas. De un total de 33 concejales, 25 eran socialistas y republicanos (mas republicanos
que socialistas). La Casa del Pueblo, espontáneamente, fue llenándose de militantes, obreros
y curiosos, que acudían a celebrar la victoria, mientras que en Madrid acababa de proclamarse
la República desde el balcón del Ministerio de la Gobernación, ante una Puerta del Sol
tomada por la multitud, entre vítores y aclamaciones al nuevo Régimen republicano y al
Gobierno Provisional. La llegada de la II República fue acogida por algunos proletarios y
republicanos como una nueva era donde se iban a empezar a resolver todos los problemas de

2 Rafael Torres. 1931 Biografiá de Un Año”. La Esfera Libros. 2012. Madrid.


la población española. Parecía que el triunfo de la República por si solo iba a arreglar los
problemas de la educación, del trabajo, del campo, de la elevación de la calidad de vida de los
obreros, mediante un proyecto reformista que iba a arrasar con lo antiguo. Parecía ser, que el
problema había sido que en España, nunca había habido un gobierno de carácter popular y
con este la forma política nueva habría de cambiar de forma profunda la sociedad, a pesar de
que siempre hubo grupos de obreros que fueron conscientes de lo pernicioso que es un
gobierno burgués del tipo que sea para el proletariado.

Nada más lejos de la realidad, después del regocijo de los primeros meses de la victoria
republicana, la lucha de clases seguía haciéndose camino, al no cubrir este nuevo régimen las
expectativas mucho más revolucionarias de gran parte de los obreros y campesinos del Estado
español, hecho que por supuesto tendrá reflejo en Vallecas, como veremos más adelante.

La II República, que es acogida entre las clases populares con cierta esperanza, real de cambio,
poco a poco y a tenor de que el proceso reformista republicano no consigue avanzar
demasiado, bien por no querer profundizar el gobierno, bien por la acción de resistencia de
oposición, la agitación política continuará, en camino de conquistas sociales más amplias y se
recrudecerá con la entrada en la jefatura del gobierno de las derechas, en el llamado Bienio
Negro.

El 15 de abril de 1931, muchos vallecanos jubilosos se trasladaron al Pleno Extraordinario del


Ayuntamiento, donde tomaban posesión los nuevos Concejales y el nuevo Alcalde: Amós
Acero Pérez.3 Con Amós Acero, destacados socialistas del Puente de Vallecas entraron aquella
tarde como Concejales: Julián Vinagre Peinador, Manuel Ruiz Baisabén, Juan Antonio
Torbellino Torres, Eusebio Vázquez Cascajero, y Pedro Pintó Pomeda. Todos ellos
abandonaron su lugar en el Comité vallecano para poder desempeñar libremente su nueva
función.4

3 Amós Acero Pérez nació en Villaseca de la Sagra, 31 de marzo de 1893. Fue un maestro y político socialista
español. Fue elegido alcalde de Vallecas en las elecciones de abril de 1931 y diputado en Cortes. Tras la Guerra
Civil fue condenado a muerte y ejecutado por sus actividades políticas por las autoridades franquistas en Madrid el
16 de mayo de 1941. Fue boticario y carbonero. Se afilio al PSOE en 1920. En 1927 comienza su andadura como
maestro en las Escuelas Racionalistas de Vallecas.
4 La Casa del Pueblo. Apuntes para una intrahistoria socialista de Puente de Vallecas - Textos básicos vallecanos.
ISBN 607-6409-5 (http:/ /www. vallecastodocultura. org/ cabecera/ HISTORIA/ Casa del Pueblo/ Casa del Pueblo.
htm)
Amós Acero, en su despacho del Ayuntamiento de Vallecas.

A nivel local las reformas republicanas consistieron en que el ayuntamiento socialista


vallecano se ocupó de lanzar campañas de alfabetización, desarrolló comedores populares,
cambió la denominación de algunas calles, como la de la Carretera de Valencia (Avenida de
Alfonso XIII)5 por la de “Mártires de la Libertad” y “Avenida de Galán y García Fernández” 6.

También se hicieron los trabajos de la desaparición del transporte férreo de yeso que pasaba
por zonas urbanas.

Se traslado la sede del ayuntamiento de Vallecas de la Villa al Puente (a la Avenida de la


Albufera 34)7.

Ademas de implementar a nivel local ciertas medidas reformistas, que eran buque insignia
republicano, como las referentes a la educación (en seis años, el Ayuntamiento levantó 16
escuelas, estableció una sección de la Escuela de Artes y Oficios y retiró la subvención a los
colegios religiosos para dársela a las oficiales) y al auxilio social por parte del estado, no
conseguiría hacer muchos avances, tanto en cuanto a la conflictividad de clases generada por
su posición respecto a la producción. Si bien la constitución de la república, 8 habría el camino
legal a la nacionalización e incluso socialización de los recursos, las industrias y las tierras,

5 Hoy, en la Avenida de la Albufera, se puede ver una antigua sexualización de la calle Alfonso XIII, en la que por
estar hecha a base de cerámicas incrustadas en un edificio de ladrillos, se le ha picado el nombre de la calle y las
coronas monárquicas de los escudos de Vallecas y provincial de Madrid.
6 Los capitanes fusilados por la sublevación de Jaca.
7 Con esto acercaba las instalaciones municipales al núcleo con mayor población de Vallecas. Aun así, la
desproporción territorial se traducía en el hecho de que Vallecas, seguía dependiendo del partido judicial de Alcalá
de Henares, ciudad a mucha más distancia que Madrid a escasos 3 kilómetros. El dictamen de la Comisión
Delegada del Proyecto de Carta Municipal de Madrid, de 17 de diciembre de 1932, proponía “la ampliación del
Término Municipal (con la incorporación de Canillejas, Barajas, Vicálvaro, Vallecas,Villaverde, los dos
Carabancheles, Pozuelo, Aravaca, El Pardo, Hortaleza, Fuencarral y Chamartin)”. Pero, no había acuerdo en
como realizar el proceso de ampliación. Para García Cortés, los anexionistas planteaban “simplemente la fusión a
Madrid de los pueblos comprendidos en el núcleo urbano o, en otros términos, la absorción de estos pueblos”, lo
que consideraba difícil por los problemas que plantearía; la representación en el gobierno municipal, la considerable
diferencia entre la deuda de Madrid (que cifraba en 200 millones de pesetas) y la de los otros pueblos, lo que
gravaría fiscalmente a los vecinos de estos pueblos.
8 1º “... una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de
justicia”.
respetaba el trabajo asalariado, el capital, la propiedad privada y la iniciativa de empresa. 9
Muchos burgueses industriales, e incluso rurales se habían republicanizado como es el caso
de Vallecas. Al fin y al cabo por un lado el gobierno republicano defendía sus derechos como
clase.

Amos Acero que como joven militante socialista había sido contrario a la adhesión del PSOE
en la III Internacional, representó en el interior de su Agrupación el ala derecha sobre todo
desde que se hizo alcalde. En esta primera época recibiría fuertes criticas por las obras del
matadero municipal ya que se construyeron mal (sin agua, ni corrales) y en un terreno
perteneciente a la Sociedad Folgueras – Roig, conocida por sus anteriores corruptelas con el
ayuntamiento, lo que olía a un nuevo chanchullo, en connivencia con personas muy
impopulares dentro del proletariado vallecano. La situación en el campo tampoco cambio
mucho y los tradicionales terratenientes del Pueblo de Vallecas, convertidos ya en una especie
de burguesía rural conservadora mantendrán todo su poder, en medio de un sentimiento de
constante amenaza.

La base del socialismo vallecano siempre tendrá un carácter más “izquierdista”, que la media
estatal en todas sus épocas hasta la actualidad y el descontento general del proletariado
urbano para con la política posibilista y reformista que venia desarrollando el Partido en el
ayuntamiento y la cual no daba una respuesta clara a las profundas reivindicaciones obreras,
tendrán reflejo en la Agrupación Socialista de Vallecas y en su sede de la Casa del Pueblo. Julio
Díaz, nuevo Secretario del Comité tras el paso de Julián Vinagre (anterior secretario) al
Ayuntamiento, opuso la dirección política de la Agrupación de Vallecas al trabajo
institucional de Amós Acero. La política clasista desarrollada en la Casa del Pueblo, fue
descuidada por las direcciones política e institucional, que no podrán impedir que esta pasara
a manos de organismos como las Juventudes Socialistas o el Socorro Rojo, que en plena etapa
constituyente de la República enfatizaban en la actualidad el recrudecimiento de la lucha de
clases. La Juventud Socialista, dirigida por jóvenes con gran sentido revolucionario, llegaría a
ser un factor determinante en la radicalización del Partido Socialista y de la UGT.

Amós Acero fue elegido por la provincia de Madrid, entre los afiliados al partido para las
elecciones constituyentes del 28 de junio de 1931, convocadas por el Gobierno provisional de
la República, junto con Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero, Andrés Ovejero, José
Sanchís Banús, Manuel Cordero, Andrés Saborit y Trifón Gómez. Provincia: Antonio
Fernández Quer, Mariano Rojo. Por su parte, Evaristo Gil candidato en las elecciones
generales de junio de 1931 obtuvo escasamente 649 votos en la candidatura del PC por Madrid,
lo que demuestra la debilidad de este partido y su escasa influencia entre la clase obrera.

Como oposición dentro del movimiento obrero vallecano al socialismo institucional, estarán
los militantes y afiliados anarquistas y de la CNT, que en su tercer congreso celebrado en

9 El 7 de mayo de 1931 Largo Caballero, ministro de Trabajo y secretario general de la UGT, promulgó un decreto
ley en el que quedaban implantados los jurados mixtos, que no eran sino los comités paritarios de la Dictadura. Las
leyes laborales de Largo Caballero situaban a la CNT en clara desventaja respecto a la UGT, ya que este decreto
dejaba fuera de la ley a la Confederación, sector mayoritario del proletariado español organizado, por ir contra los
principios más básicos de ésta. Toda diferencia entre obreros y patronos tenía que ser previamente arbitrada.
Madrid en junio de 1931 se acordaba que: “Estamos frente a las Cortes Constituyentes,
como estamos, frente a todo poder que nos oprima. Seguimos en guerra abierta
contra el Estado. Nuestra misión, sagrada y elevada, es educar al pueblo, para que
este comprenda la necesidad de sumarse a nosotros con pleno estado de conciencia y
establecer nuestra total emancipación por medio de la Revolución Social. Fuera de
este principio que forma parte viva de nuestro propio ser, no sentimos temor en
reconocer que tenemos el deber ineludible de señalar al pueblo un plan de
reivindicaciones mínimas, que ha de exigir, creando su propia fuerza revolucionaria.”

En mayo de 1931, se incendia el convento de Las Bernardas en Vallecas, en medio de un


movimiento de ataque generalizador sobre los bienes de la iglesia en toda España.

El fracaso de la política y la reforma agraria del gobierno republicano de Manuel Azaña, se


hizo latente con los sucesos de Castilblanco (Badajoz), a fines de 1931, donde murió un
campesino por disparos de la Guardia Civil que reprimía la manifestación. Después la sangre
corrió por Arnedo (Logroño), cuatro mujeres muertas y decenas de heridos. Por estos sucesos
el gobierno republicano deportó a cientos de anarquistas hacia las colonias de Guinea
Ecuatorial. En algunos pueblos del Bajo Llobregat, el 18 de enero de 1932. se declara la
independencia, se iza la bandera roja y se abole la propiedad y el dinero, siendo estos intentos
aplastados.

Manifestación de parados en el Alto Aragón (1931).

En septiembre de 1932, se produce la detención de más de cincuenta socios del ateneo del
Puente de Vallecas que se encontraban reunidos en su interior, en septiembre de 1932, por
reunión “subversiva”.

El 8 de enero de 1933, se declara una huelga con tintes insurreccionales que dura tres semanas.
Obrero represaliado por la guardia de asalto por la hoy Avenida de la Albufera.

El 10 de enero de 1933, el Diario “El Sol”, informa de varios enfrentamientos y tiroteos


producidos entre las fuerzas del orden y el ejército, contra grupos anarquistas en
inmediaciones de cuarteles de Madrid, Barcelona y Lérida; en uno de estos enfrentamientos
serán detenidos dos vecinos del Puente de Vallecas (Arturo Marín de Latorre y Manuel Trecho
Lara) entre los 22 totales, en las inmediaciones del cuartel de Santa Cristina en Carabanchel,
según las informaciones se les encontraron carnets de la CNT y portaban pistolas, revólveres y
munición; en su traslado a la Dirección de Seguridad el furgón fue tiroteado con el objetivo de
rescatar a los presos. El PC, criticara ampliamente estos actos insurreccionales, por verlos
inútiles.

El 13 de enero de 1933, comienzan los famosos hechos de Casas Viejas (Cádiz). Hechos que
tendrán una incidencia directa en Vallecas, ya que se procede a la clausura en mayo de 1933 del
ateneo libertario “por precaución” a lo que pudiera pasar por una huelga general convocada
por lo ocurrido en los tensos días de Casas Viejas. En el periódico CNT publicaron la noticia
del cese del Ateneo por parte de la autoridad. El 31 de mayo de 1933 en un artículo titulado El
ateneo de Puente de Vallecas al pueblo consciente10 , explica los motivos por los que fue
clausurado este centro. El Ateneo fue reabierto tras cinco meses de clausura.

En Vallecas es arrojada una bomba en el patio del que es hoy actual Colegio de Divina Pastora
en marzo de 1933.11

El 24 de julio de 1933, son detenidos 8 anarquistas, que celebraban una reunión en un bar del
Puente de Vallecas. Adolfo Gómez Romero, Germán Alonso Galan, Angel Nazario López,
Juan Morales López, Miguel García Martínez, Toribio Blasco y Acelio Mochon García.
También en esa jornada también detendrán a los hermanos Falomir y a otros compañeros de
la CNT. Los hermanos Falomir del Sindicato Ferroviario, posteriormente serán denunciados
por un ex-miliciano del Sindicato de Artes Blancas de la UGT de Vallecas como responsables
de la “checa” del Ateneo Libertario de la calle Emilio Ortuño 11. Todas estas detenciones se
hicieron en el marco de un operación “contra – insurreccional” dirigida por Manuel Azaña, sin

10 CNT, Madrid, 31 de mayo de 1933, pág. 3.


11 "El Iris" 21 de marzo de 1933.
contar con los gobernadores civiles de las provincias donde hubo detenciones de anarquistas y
derechistas. Manuel Azaña dijo que esto era un complot orquestado conjuntamente por
anarquistas y fascistas, como excusa de iniciar la represión, por un lado contra los elementos
contrarios al régimen por considerarlo demasiado revolucionario y por otro contra los
elementos que consideraban al gobierno nada revolucionario.12

Otra organización anarquista presente en Madrid era la FAI que contaba en 1933, según sus
propios datos, con 12 grupos confederados con un total de 73 miembros en Madrid, además de
influencias y grupos en otros lugares de concentración obreros cercanos a la capital como
Vallecas, donde se contaba con 2 grupos, un ateneo libertario con más de 300 socios y una
escuela racionalista; Cuatro Caminos, 3 grupos y un ateneo con 200 socios; Ventas, un grupo
sin confederar y una escuela racionalista; Tetuán (Chamartín de la Rosa), un grupo, un Ateneo
y Juventudes Libertarias. En junio de 1934 decían contar en Madrid con 14 grupos con un total
de 100 hombres, “que controlan los 55 grupos de barriadas”, que “forman un total de 650
componentes identificados con nuestro ideario”. En su Informe a la Regional Centro la FAI,
asegura que la influencia de esta organización es total en el barrio de Vallecas, siendo esta
quizás una información muy optimista, pero que hace entender que el anarquismo estaba
bien extendido en Vallecas.

El anarquismo había arraigado en Vallecas por dos factores exteriores. El primero es que
acogió a multitud de inmigrantes del campo andaluz, extremeño y manchego, donde el
movimiento anarquista y anarcosindicalista, estuvo muy extendido desde principios del siglo
XX y el segundo por la llegada de inmigrantes de origen valenciano o levantino y que muchos
trajeron consigo las ideas de la FAI a partir de 1927.

Para finales de año se celebran elecciones generales, donde las derechas obtendrán la victoria
abriéndose de esta manera el periodo conocido como “Bienio Negro”. El l2 de diciembre se
celebra un acto de propaganda electoral en el que tomaron parte el alcalde socialista A. Acero;
M. Nelken; E. de Francisco y M. Alonso Zapata, donde el mismo alcalde dijo que sólo podía
confiar en los guardias municipales, a los que se debía acudir el día de las elecciones si se veía
algún fraude, “y que si alguien se resiste que se le den cuatro tiros”. Para Margarita
Nelken, al igual que para Victoria Kent, la participación por primera vez de la mujer en unos
comicios en España era precipitada, ya que esta, según ellas estaban demasiado influenciadas
por el trabajo doméstico y la Iglesia. Sin querer entrar en polémicas, de hecho, la
incorporación de la mujer a las votaciones, benefició a las derechas.

Mientras, en el mundo institucional Amós Acero es elegido Diputado en Cortes en las


elecciones generales de 1933 que dio la victoria a las derechas capitalistas, y además de
impulsar la inclusión de los maestros laicos históricos en el Régimen General del Magisterio
Nacional, ayudó a muchos de ellos mediante el trámite de subvenciones especiales, como es el
caso del vallecano Aurelio Mañas, que habiendo pasado media vida en las Escuelas
Racionalistas, apenas le correspondía ya una escasa pensión del Ministerio.

12 ABC 25 de julio de 1933.


Su doble condición de Alcalde y Diputado, favoreció la disposición de Amós Acero, a darse a
los tratos de favor burocráticos. Esto no era entendido por el Comité de la Agrupación, para
buscar soluciones particulares o generales, a los problemas del municipio vallecano. Así, bajo
auspicio del Alcalde, constan en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo frecuentes citas de
Diputados socialistas con vallecanos, bien líderes vecinales, bien pequeños empresarios, bien
simples ciudadanos, entre los que destacan Félix Muñoz, Rafael Mira, Manuel Lobo, Rafael
Baca y Fernando López Grass. A pesar de ello se puede decir que el Ayuntamiento de Vallecas
contó con el apoyo del Gobierno central mientras éste estuvo en manos de la izquierda.
Cuando la derecha triunfó en las elecciones generales de 1933, la cosa cambió. El malestar
entre ambas instituciones se fue incrementando.
EL “BIENIO NEGRO”

El 16 de diciembre de 1933 formó gobierno Alejandro Lerroux, de acuerdo con lo pactado entre
los radicales y la CEDA, que de momento quedó en la sombra. En este periodo la oligarquía
latifundista y financiera orientaría su actividad a destruir cuantas reformas habían sido
implementadas por el primer gobierno de la República. Esta ofensiva de las derechas será
ampliamente combatida durante todo 1934, en las calles, hasta culminarse en las jornadas de
octubre.13

El socialismo, arrojado del poder por las derechas, ahora apelaría, al espíritu revolucionario de
sus militantes y a la unidad con el anarcosindicalismo.

En junio de 1934 hubo una oleada de huelgas agrícolas en el centro peninsular de la que Villa
de Vallecas será protagonista junto con otros 18 pueblos. El gobernador civil decía que, por la
información que tenía, en estos 19 pueblos sólo participaban los afiliados de las
organizaciones socialistas (en todos los pueblos que se citan había sindicatos pertenecientes a
la FETT), trabajando los no afiliados. El 5 de junio hubo algunas coacciones, por las que se
practicaron detenciones, en Alcalá de Henares, Paracuellos, Villaverde, Torrelaguna,
Aranjuez, Arganda y Leganés; el 6, pasó lo mismo en Móstoles y Velilla de San Antonio
(donde además hubo una manifestación). En estos dos últimos pueblos se clausuraron las
Casas del Pueblo. También se clausuraron durante la huelga las Casas del Pueblo de Leganés,
Alcalá de Henares y Vallecas y el local de la FETT en Madrid capital.

El 8 de julio de 1934, el Sindicato de Trabajadores del Comercio de la provincia de Madrid de


UGT, ofrece un acto de repulsa ante los propósitos del Ministerio de Trabajo, de abrir en
domingo los establecimientos de carnes y pescados.

El 13 de julio son detenidos cuatro expropiadores de la FAI, entre los que se encuentra un
vallecano de origen levantino.

El 8 de septiembre, hubo duros enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los huelguistas
en el Puente de Vallecas. Por la tarde se apedrean varios establecimientos comerciales. La
jornada de huelga en todo Madrid se salda con 6 muertos, 46 heridos y unos 400 detenidos.

Para octubre de 1934, se desarrollo un movimiento revolucionario, en el que participaron de


manera desigual en el territorio español; socialistas, comunistas, anarquistas y algunos
elementos republicanos; se potenció el Frente Único de los trabajadores y se pusieron en

13 1934 fue el año de la huelga del 19 de febrero en solidaridad con los trabajadores austríacos, de la huelga del 17 de
abril contra el terror fascista, de la protesta popular contra los pactos militares propuestos por el Gobierno francés,
de la poderosa réplica del proletariado madrileño a la concentración fascista de El Escorial, de la huelga campesina
de junio, primer movimiento huelguístico en escala nacional de los obreros agrícolas españoles; de la huelga de
200.000 obreros madrileños el 8 de septiembre en apoyo de los «rabassaires» y contra los terratenientes catalanes,
que habían llegado a la capital a solicitar del Gobierno central la anulación de la Ley de Contratos y de Cultivos
aprobada por el Parlamento catalán; fue el año del mitin del Estadio para defender a las Juventudes Socialistas y
Comunistas, amenazadas por el Gobierno Samper; de los impresionantes actos de protesta contra el asesinato por
los pistoleros fascistas de la joven socialista Juanita Rico y del joven comunista Joaquín de Grado, de la primera
gran manifestación de mujeres contra los planes del Gobierno de movilización de reservistas, de la enérgica acción
del proletariado asturiano para evitar la concentración fascista de Covadonga y de tantas otras grandes luchas
políticas de las masas.
marcha las alianzas obreras. La huelga declarada el 4 de octubre se extendió el día 5 a casi
toda España; en Madrid, Cataluña, Guipúzcoa, Vizcaya y León estallaron luchas armadas, y en
Asturias se producía una insurrección revolucionaria en la que se llegaría a proclamar la
República Socialista y la creación de su Ejército Rojo. En Vallecas el Ayuntamiento apoyaría la
huelga revolucionaria, y Guardias de Asalto se desplegaran por el Puente Vallecas, para
reprimirla con fusiles y ametralladoras.

El movimiento revolucionario fracasó, en Vallecas, y en todo Madrid. También los demás


focos revolucionarios fueron neutralizados, extendiéndose la revuelta unos días mas en
Asturias – León. La represión que conllevo la represión de la Revolución de Octubre fue muy
dura, para el proletariado, que entró en una fase de repliegue momentánea.
INÍCIO DE LA REVOLUCIÓN EN VALLECAS

En Vallecas, 1936 comienza con enfrentamientos políticos violentos un mes antes de las
elecciones de febrero, con la muerte del joven socialista Antonio Eulogio Menéndez, a manos
de falangistas, que le propinaron tres disparos el 20 de enero. El joven, que vivía en Villa de
Vallecas, en el número 38 del Camino de la Estación, recibió dos mortales tiros en el pecho y
uno en la cabeza,. El día del entierro en el cementerio del Pueblo Vallecas, fue declarado de
huelga general,14 que se cumplió absolutamente. Al entierro acudieron numerosos militantes
socialistas, comunistas, anarquistas, del SRI y otros obreros.

Acabado el entierro se da muerte al albañil José Alcázar Herrero, de 33 años, vecino de la calle
Leonor González y afiliado de Falange, los autores del atentado nunca fueron identificados. 15
El tenso clima de violencia política no desaparecerá hasta el inicio de la guerra.

La huelga general declarada en Vallecas, con motivo del entierro del militante socialista,
acarrearía consecuencias entre los obreros que la secundaron, sufriendo una represión en
forma de castigo económico o bien con el despido. A su vez estas consecuencias
implementadas por los patronos se verán contestadas por parte de los obreros, e incluso una
vez estallada la guerra, algunos de estos patronos serán perseguidos. En “La Edificación” del
19 de marzo de 1936 se podía leer al respecto de las luchas obreras en consecuencia a la
situación comentada: “El patrono Paulino Sánchez despidió a cuatro compañeros por
faltar al trabajo con motivo de haber ido al entierro del compañero que en Vallecas
mataron unos fascistas. Después de dos semanas de huelga se consiguió su reposición
y el abono de sesenta pesetas para cada compañero, por compensación de los días de
huelga.”.

“En la fábrica de cementos Valderribas se produjo un plante porque a los readmitidos


en virtud del decreto sobre represaliados no se les respetaba en sus puestos. Después
de dos días de huelga se resolvió favorablemente el conflicto.”

Para socialistas y comunistas inmiscuidos en la política de Frente popular, era determinante el


triunfo en las elecciones de febrero de 1936. En Vallecas la preparación de las elecciones por
parte de los organismos miembros del Frente Popular, fue muy intensa.16

14 Los trabajadores de la fábrica “Marti” que abandonaron el trabajo para asistir al entierro, fueron despedidos al día
siguiente por el dueño de la empresa, Paulino Sánchez, que levantó acta ante notario de lo sucedido. A esta decisión se
achaca, en un informe de la Causa General, el que durante la Guerra Civil alguien se tomara la justicia por su mano y,
en venganza por aquel despido masivo, asesinara al empresario y a su hijo. Se sabe de la readmisión de 4 de estos
trabajadores, tras unas jornadas de huelgas hechas en la fábrica al efecto.
15Conocemos de la existencia del falangismo organizado en Vallecas por la reseña que se hace del Sindicato de la
Industria del Pan y Similares en el semanario Arriba, que se hace eco de la reunión provincial del sindicato que se
reunió el 27 de marzo de 1935 para leer el Reglamento y elegir la Directiva. Asistieron 400 afiliados, entre locales y
provinciales considerando provinciales entonces a los de Vallecas, Chamartín de la Rosa, Tetuán de las Victorias, los
Carabancheles, etc. Fueron designados Sergio García, como Presidente; Luis Foniaga, como Vicepresidente; José
García Vara, como Secretario, y Francisco Vázquez como Vicesecretario. Ceferino Maestú Barrio. La Falange y los
sindicatos obreros. Madrid. 1963.
16 “Los partidos republicanos Izquierda Republicana, Unión Republicana y el Partido Socialista, en representación
del mismo y de la Unión General de Trabajadores; Federación Nacional de Juventudes Socialistas, Partido
Comunista, Partido Sindicalista, Partido Obrero de Unificación Marxista, sin perjuicio de dejar a salvo los
postulados de sus doctrinas, han llegado a comprometer un plan político común que sirva de fundamento y cartel a
Para las elecciones de febrero de 1936, los comunistas vallecanos tuvieron que ponerse manos
a la obra empezando por el problema del local del Radio , que se hacía pequeño para la
actividad desarrollada. La oficina electoral del PC tuvo que instalarse en el local de Izquierda
Republicana que había en la Avenida de Pablo Iglesias y desde allí se organizó la campaña
electoral. Militantes del PC participaron en el mitin que el Bloque Popular celebró en el barrio
de Entrevías, el día 4 de febrero, y el comunista Gumersindo Montero fue uno de los
intervinientes en el acto celebrado en la Casa del Pueblo, de la calle Concordia, y organizado
por el Sindicato de Sastres. El día 10 de Febrero, una delegación de Vallecas acude al Círculo
Socialista del Oeste, en la calle de Hermosilla nº 2, para intervenir en la Asamblea que el PC
celebra en Madrid y que se convocaba para servir de presentación de José Díaz como
candidato por esta circunscripción a las elecciones generales.

El día de las elecciones del 12 de febrero de 1936, todos los alcaldes que habían sido
destituidos a consecuencia del apoyo del ayuntamiento a la huelga de octubre de 1934, y
vuelto a ser votados, volvieron a ocupar sus puestos. En Vallecas, a las dos y media del 19 de
febrero, Amós Acero Pérez retomaba su cargo al frente del municipio Según las crónicas, el
retorno del alcalde socialista se celebró en Vallecas; en la explanada de los Hermanos Aguirre
se situó, frente al Ayuntamiento, un gentío que pedía que saliese al balcón de la casa
consistorial el alcalde repuesto. Amós Acero no se hizo de rogar y cumplió los deseos de los
allí reunidos, que le esperaban a la puerta, vitoreando con entusiasmo a la República y al
ayuntamiento del Frente Popular. Pero no todo el mundo estaba de acuerdo con la vuelta del
alcalde. El dueño de una fábrica de dulces y su hijo, empezaron a disparar a la manifestación
que acompañó hasta su despacho en Entrevías al repuesto alcalde. La muchedumbre
reaccionó y se intentó asaltar la fábrica, indignada por la agresión. La llegada de la fuerza
pública impidió que lo realizaran. En la refriega resultó herido el hijo del fabricante, llamado
Antonio Villaseca Casal. Este y su padre quedaron detenidos.

Un día después de los comicios, el 13 de febrero, Manuel Pistoni y José Comina, ambos
afiliados a Acción Popular, acaban con la vida de Vicente Marcel Miguel, miembro de la CNT,
en Vallecas. No se sabe bien si como respuesta, el 27 de febrero se dará muerte, también en la
localidad de Vallecas, al obrero afiliado a Falange José Rodríguez Santana. El triunfo del
Frente Popular en las elecciones había sido gracias a muchos sectores proletarios que votaban
en consecuencia de la amnistía prometida en relación con la represión de Octubre de 1934 y
por deshacerse de un gobierno profundamente reaccionario, lo que no quitaba que la lucha
del proletariado continuara, ya que en su memoria aun quedaban el desarrollo de las luchas
mantenidas durante la época del primer gobierno republicano.

la coalición de sus respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral y de norma de gobierno que habrán de
desarrollar los partidos republicanos de izquierda, con el apoyo de las fuerzas obreras, en el caso de victoria.
Declaran ante la opinión pública las bases y los límites de su coincidencia política, y además la ofrecen a la
consideración de las restantes organizaciones republicanas y obreras por si estiman conveniente a los intereses
nacionales de la República venir a integrar en tales condiciones el bloque de izquierda que debe luchar frente a la
reacción en las elecciones generales de diputados a Cortes.” Manifiesto del Frente Popular. Enero de 1936.
El triunfo del Frente Popular en las elecciones de Febrero de 1936, supone el despegue de SRI
en Vallecas, creándose una Comarcal compuesta por las secciones: Norte-Carlota, Centro y
Sur, Erillas - Picazo y Pueblo de Vallecas, que, a su vez, componen diferentes grupos para un
trabajo más específico; durante algún tiempo grupos formados en Pacífico pertenecen a este
Comarcal.
LA INSURRECCIÓN DE MARZO 1936

La significación histórica de la revuelta de principios de marzo de 1936 en Vallecas, es muy


importante porque nos da a entender los ánimos, la capacidad y el nivel de lucha que podía
llegar a tener el proletariado vallecano. Ademas los sucesos de marzo, demostraban, la
situación revolucionaria contra el estado burgués que se vivía y de que el proletariado
vallecano estaba preparado para una revolución.

La revuelta de marzo, fue una revuelta puramente de clase, en la que el principal enemigo a
atacar fueron los representantes de la burguesía, los terratenientes, la iglesia y las fuerzas del
orden. Todo ello pasando por encima de la legalidad republicana. Es muy importante tener en
cuenta esto para comprender, el proceso revolucionario en Vallecas, que se inició tras el golpe
de estado y las vacilaciones y colapso del gobierno republicano. Lo que brindó al proletariado
la oportunidad de profundizar en la revolución, que seria aplastada por la acción de los restos
de las instituciones gubernamentales republicanas, que a su vez convivirían en una especie de
doble poder al no ser debidamente aplastadas por el proletariado presa de sus dirigentes,
cuando estas en lo efectivo estaban reducidas a la nada.

En marzo de 1936 Vallecas será protagonista de grandes tumultos revolucionarios y


anticlericales.17 En una jornada de intensa violencia obrera se atacaron los almacenes “Tarodo”
en la hoy Avenida de la Albufera, propiedad de un rico industrial perteneciente al Partido
Republicano Radical, Vicente Tarodo,18 también se ataco e incendio el Centro Obrero del
Puente Vallecas perteneciente a las Damas Catequistas y sito en la actual calle de Monte
Igueldo, quedando calcinado y saqueado. Se quemaron escuelas parroquiales y vehículos de
propietarios o derechistas, se asalto el convento de las Hermanas Pastoras, el colegio
parroquial y el convento anejo, quemando en la calle las imágenes y los muebles; se asaltan las
iglesias del barrio de Doña Carlota.

En Villa de Vallecas se asaltaron casas de burgueses, terratenientes y la del Teniente de la


Guardia Civil y se estuvo a punto de incendiar la iglesia parroquial en dos ocasiones, se atacó
el domicilio de Acción Popular (en donde había asistido a una asamblea Victoria Kent),
saquearon la casa de un ex teniente de alcalde, incendiaron un tejar y una fábrica de aserrar
maderas, el domicilio de un derechista, una tahona, un chalé, dos tiendas de comestibles, una
pescadería y una droguería, se quema del coche del empresario panadero Juan Cayón.

La familia Cayón tenía un importante negocio de panadería y harina en Vallecas. Juan Cayón
regentaba una panadería en la calle Nicolás Salmerón nº1. Durante la Guerra Civil se refugió
en El Escorial. Allí fue detenido y llevado a Vallecas donde fue fusilado junto a su hijo.

17Para la mayoría del proletariado, la iglesia no era más que una banda de parásitos, que ideológicamente habían estado
a favor de sus principales enemigos. En 1931, según datos obtenidos por el gobierno, existían 35.000 sacerdotes, 36.569
frailes y 8.396 monjas que habitaban en 2.919 conventos y 763 monasterios. En total, el número de personas que se
englobaba en la calificación profesional de “culto y clero” dentro del censo general de población de 1930 era de
136.181. El mantenimiento de todo este personal auténtico consumía una parte importante de la plusvalía extraída a la
clase obrera y al campesinado. Según datos del Ministerio de Justicia en 1931, la Iglesia poseía 11.921 fincas rurales,
7.828 urbanas y 4.192 censos.
18Vicente Tarodo López fue empresario con establecimientos textiles y Presidente de la Sociedad de Vecinos de
Entrevías en 1915. Miembro del partido radical de Vallecas. Concejal de Vallecas en 1931.
Más acciones de la revuelta fueron la quema de la moto de Fernando Cascales Fernández,
concejal de Vallecas desde 1917 y nombrado teniente de alcalde en 1930, fue también un
importante industrial, que poseía un tejar cerca del Abroñigal.

Quema de enseres en la hoy calle Peña Prieta.

Asalto y quema de los Almacenes Tarodo, en la hoy Avenida de la Albufera con la Calle
Melquiades Biencinto.
Bomberos que acaban de apagar el incendio de los almacenes Tarodo, junto con
Guardias de Asalto que están despejando la hoy Avenida de la Albufera con
Melquiades Biencinto.

Asalto e incendio del Centro Obrero Católico (COC).


Fachada del COC después del asalto.

Quema del coche de Juan Cayón, que será fusilado durante la guerra.
Otra fotografía de la quema del coche y otros enseres del empresario Juan Cayon.

Propaganda contra el Frente Popular francés, utiliza una imagen del asalto al COC de
Vallecas.
Ilustración recogida por la revista francesa catolica “Le Pelerin”, que en su numero
3.080 del 13 de abril de 1936, rememora la acción de ataque contra en convento de
Santa Teresa en Vallecas.

Estos sucesos de marzo se desarrollaron en plena acción huelguística desarrollada en la


industria auxiliar de la construcción en Vallecas y con un importante movimiento de
ocupación de fincas por parte de los campesinos que afectaban entre otras a la provincia de
Madrid.19

19 En las provincias de Toledo, Salamanca, Madrid, Sevilla, y otras, se ocuparon grandes fincas desde los primeros
días de marzo de 1936 para ser explotadas bajo dirección de las organizaciones sindicales. Una vez se ocupaban las
tierras, se comunicaban al Ministerio de Agricultura para que legalizase su situación. Este movimiento culminó el
25 de marzo con la ocupación de fincas simultanea de 80.000 campesinos en Extremadura.
Asalto de tiendas en la jornada de marzo.
17 DE JULIO DE 1936: COMIENZA LA REVOLUCIÓN DE LOS COMITÉS

Desde el inicio de la guerra, el 18 de Julio de 1936, el pueblo obrero de Vallecas se movilizo


rápidamente, ya alertado de la inminencia del comienzo de la guerra y a través de sus partidos
y sindicatos, entre ellos el PSOE, PCE, IR 20, UGT, CNT, JJLL y FAI tomaron el control de las
calles.

Se sabe que en mitad de la proyección de una película que se estaba ofreciendo en el cine de
verano "San Méndez", situado en la calle Felisa Méndez, (actual calle de Monte Igueldo),
pararon la proyección para comunicar a todos los miembros de los partidos políticos y
sindicatos, se presentasen de inmediato en sus respectivas sedes para organizarse. 21

Aunque parece ser que por parte de anarquistas y comunistas, todo estaba más o menos
preparado para el día 17, un día antes de que se hiciera oficial la sublevación militar.
Elementos comunistas y anarquistas, en proporción a su influencia entre el proletariado
vallecano, ya el 17, mantuvieron bajo vigilancia el Parque de Intendencia de Pacifico, ya que
era considerado un posible foco golpista. La actividad de estas organizaciones era sobre todo
de información y vigilancia, se carecía de programa militar y de armas, que no pasarían de
unos cuantos revólveres y quizás alguna escopeta.

“El Comité de Defensa se multiplica. A cada barriada se le ha encargado un objetivo


concreto. Millares de compañeros -desarmados, en su mayor parte- vigilan los
cuarteles de la Montaña, del Pacífico, del Conde Duque, de María Cristina, de la
Batalla del Salado... Otros han cercado los cuartelillos de la Guardia Civil en las
barriadas. No pocos han ido a luchar a Carabanchel, a Vicálvaro, a Getafe...” 22

20 El Partido Republicano tenia sede en la calle Puerto Alto.


21 Gabriel Pérez y Alfredo Pérez. LA II REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL EN VALLECAS (De la euforia a la
depresión/represión). Vallecas Todo Cultura. Cita este episodio según testimonio de Angel Llorente.
22 EDUARDO DE GUZMAN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDÉRALES. ACEHPM
GERMINAL. MADRID. 2014. PAG. 27.
EL ARMAMENTO DEL PROLETARIADO

La reacción al golpe fue tan rápida que la acción de cada uno de los partidos y organizaciones,
con armas conseguidas (escasas),23 el día 18 de julio por la mañana, se enviará una columna de
jóvenes voluntarios de Vallecas hacia el Cuartel de Artillería de Vicálvaro donde, unidos con
otra columna que venía de Ventas, cercaron a los militares sublevados que allí se encontraban
y que poco resistieron. “Los de Vicálvaro han cumplido su palabra. Los jefes y oficiales
son reaccionarios. Pero sargentos y soldados han sido ganados por la propaganda
anarquista. Los fascistas no harán nada. No podrán hacer nada. Si lo intentasen, los
soldados bastan para colocarlos de cara a la pared. Sin embargo, como medida de
precaución, fue preciso enviar grupos de compañeros bien armados que cercaran el
cuartel. Si los militares querían sublevarse, debieron convencerse pronto de que toda
resistencia sería inútil. El cuartel está pronto en manos de los compañeros. La
artillería de Vicálvaro ha de ser de una importancia decisiva en las jornadas
próximas.”24

Una vez tomado el Cuartel, casi sin violencia,25 unos regresaron al Puente de Vallecas, otros
marcharon a Pacífico y otros se dirigieron al Cuartel de La Montaña en Madrid. Era un día
donde conjuntamente CNT y UGT, declaraban la Huelga General Revolucionaria.

En Vallecas se organizaron rápidamente milicias obreras, socialistas, comunistas y


anarquistas, con el cometido inmediato de realizar actividades básicas de abastecimiento, que
ayudaran a la capacidad operativa de los combatientes de las milicias. Para ello, se crearon
comités en todos los barrios, montándose comedores comunales con la comida y utensilios de
cocina requisados. El convento de frailes que había en la carretera de Valencia, (actual avenida
de la Albufera a la altura del Instituto Vallecas I), fue requisado quedando como Cuartel
General donde saldría el 49 batallón26 que comandaba el Coronel Lacalle27, por su parte los
comunistas crearan el Cuartel del batallón “Sargento Vázquez”28 un poco más abajo, en la

23“Millares y millares de obreros se agrupan en los ateneos, en los círculos, en los radios. ¡Medio millón de obreros
está alerta, esperando los acontecimientos. Pero casi todos están desarmados. Apenas si para tantos hombres, para
tantas voluntades, hay unos centenares de pistolas. A cada hora se repite la petición apremiante. Grandes
manifestaciones recorren las calles proclamándolo a voz en grito: «¡Armas, armas; queremos armas!».” EDUARDO
DE GUZMAN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL. MADRID. 2014.
PAG. 25.
24EDUARDO DE GUZMAN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.
MADRID. 2014. PAG. 33.
25Se detonarían algunas granadas de aviso en el patio de armas del cuartel.
26"Aquí cuando estalló la guerra en el convento de frailes que había en la carretera de Valencia, cuando fuimos
nosotros ahí ya no había nada, sólo la cocina. Entonces comenzaron a movilizarse y se preparó para llevar comida a
los soldados y se empezó a preparar gente que guisara, con cocineros y cocineras y se recuperaron cacharros. Ese
convento quedó como Cuartel General y de allí saldría el batallón 49 que comandaba el Coronel Lacalle, aparte de
ese batallón surgieron otros muchos" ( Matilde). Gabriel Pérez y Alfredo Pérez. LA II REPÚBLICA Y LA GUERRA
CIVIL EN VALLECAS (De la euforia a la depresión/represión). Vallecas Todo Cultura.
27Víctor Lacalle Seminario (Cirauqui, Navarra, 1889, muerto en Caracas en fecha desconocida), hijo de guerrillero
liberal (activo durante la tercera guerra carlista en 1874) apodado El Cojo de Cirauqui. Ex-africanista mutilado,
simpatizaba con el PSOE.
28Este batallón toma el nombre del que fuera Sargento de Infantería, Diego Vázquez Carballo, el cual apoyó desde un
primer momento a los revolucionarios de Asturias en octubre de 1934. Ganado por la causa revolucionaria, intentó
Avenida de la República 62. Estas milicias obreras a partir del 19 de julio empezaron a ejercer
la labor de policía, solicitando documentación, realizando registros e incautando vehículos y
establecimientos.

Los anarquistas vallecanos, acudirán a la importante reunión que se dió en la calle la Luna de
Madrid. Allí acudieron militantes y afiliados de CNT y elementos anarquistas de Madrid y de
los pueblos adyacentes para integrar y ponerse al servicio del Comité de Defensa. En un
primer momento intentaron conseguir armas directamente del gobierno, pero no lo
consiguieron.29 El Comité de Defensa, de ahora en adelante llevará la dirección de la lucha
armada anarcosindicalista. El comité está formado por delegados de todas las barriadas.

Eduardo de Guzmán, director del periódico anarquista de la Regional Centro de la CNT


“Castilla Libre”, escribe: “Pronto traza sus planes el Comité de Defensa. Hace tiempo
que todos los compañeros están organizados por barriadas para la lucha
revolucionaria. Ahora hay que proporcionarles medios de transporte, de
comunicación y de combate. De la calle de la Luna sale tajante la orden: «Incautación
de automóviles». Los compañeros taxistas ponen los coches a su disposición. Como
no bastan, se cogen todos los autos que se encuentran. En cada coche una ronda
volante. Cinco, seis o siete compañeros que recorren los barrios, que merodean por
los cuarteles, que sirven de enlace rápido y directo entre el Comité de Defensa y todos
los ateneos de las barriadas. También los ateneos están en pie de guerra. A centenares
acuden a ellos compañeros y compañeras. Quien tiene una pistola la exhibe con
legítimo orgullo. Quienes no, han buscado cuchillos, palos, piedras... Todos saben que
ha llegado la lucha final. y todos están dispuestos a conquistar, a mordiscos, la
victoria preciada.”30

El mismo E. de Guzmán, relata el asalto al cuartel de la Montaña, en el que como leeremos


atribuye una actuación heroica al comité obrero del Ateneo Libertario Sur del Puente de
Vallecas: “Son las doce de la mañana del día 20 de julio cuando se inicia el asalto. Los
hombres -monos desgarrados, barbas crecidas, ojos de no dormir en cuatro noches- se
lanzan a pecho descubierto. Caen algunos en el ataque. Los demás, saltan sobre ellos
convencer a sus compañeros del Cuartel del Milán Nº 3 de Oviedo para que se unieran a la Revolución, y al no
conseguirlo, se unió a los revolucionarios. El comité revolucionario le puso al frente de un Batallón de 500 mineros
procedente de Mieres y con el asalta el Cuartel de las Pelayas. Aplastada la insurreccion por parte de la Guardia Civil y
el Ejército de Africa, será juzgado en un Consejo de Guerra en 1935, donde fue condenado a muerte y fusilado al día
siguiente. De todas las víctimas revolucionarias, fue el único participante en la Revolución de 1934 que fue oficialmente
condenado a la pena capital. Vease: Vicente A. Menéndez González Foro Milicia y Democracia. 2014.
http://www.miliciaydemocracia.org/?p=3314
29“El ministro -Juan Moles- es un hombre débil e irresoluto. Al hablar le tiembla la barbita canosa. Recibe a los
delegados de la CNT Pero no sabe aún todo lo que pasa en España. Es un buen burgués que ha hecho magníficos
negocios. Tiene miedo al populacho. Le aterra la revolución. Cuando los obreros le exigen armas, replica: «El
Gobierno no puede dar armas al pueblo. La situación es grave. Pero contamos con medios sobrados para
dominarla...».
(El señor Moles estará hundido en el pesimismo dentro de unas horas. El señor Moles huirá valientemente de
España, tan pronto como el esfuerzo heroico del pueblo le abra el camino de la frontera.).” EDUARDO DE
GUZMAN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDÉRALES. ACEHPM GERMINAL. MADRID. 2014.
PAG. 23.
30EDUARDO DE GUZMAN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDÉRALES. ACEHPM GERMINAL.
MADRID. 2014. PAG. 24.
y empuñan nerviosos las armas con que han de vengarlos. Toda la resistencia es
inútil. Los soldados -que dispararon mientras los jefes fascistas les tuvieron con la
pistola amenazándoles la nuca- levantan los brazos y dan vivas a la revolución. Los
oficiales y los fascistas huyen a refugiarse en el interior del cuartel, sin dejar de
disparar sus pistolas. Pero nada puede contener a los obreros, a los revolucionarios.
Entran por todas partes: por las puertas, que saltaron hechas añicos, por las
ventanas, por el hueco que los cañonazos abrieron en las paredes. Y a su frente,
peleando como leones, marcando el camino de la victoria, los militantes más
destacados de Madrid, todos los comités de la organización en pleno, hombres como
Mera, como Salgado, como Sanz, como Antona, como Mora, como «Nobruzán», como
tantos y tantos cientos de compañeros heroicos que desprecian la vida por conquistar
la libertad. Un dato, un solo dato concreto y ejemplar: apenas han saltado las
puertas, cuando los tiros resuenan por todas partes, un auto penetra a toda marcha
en el patio del cuartel y entabla combate con los oficiales. En el coche, va el comité
del Ateneo Libertario del sur...”31

El Comité de Defensa reparte las armas conseguidas en el cuartel de la Montaña, por


barriadas, por grupos perfectamente controlados. Las milicias anarquistas de Vallecas se
comienzan a armar, al igual que las socialistas de la mano de Lacalle. El teniente coronel
Lacalle, mandó a parte de las tropas que en un primer momento guarnecieron el frente norte
de Madrid. Sus combatientes recibieron sus armas en la Casa del Pueblo, el Círculo de
Izquierda Republicana y otros centros del Frente Popular y obreros del Puente de Vallecas. En
noviembre de 1936, según la información que manejaba el Estado Mayor de la Comandancia
Militar de Madrid, la columna Lacalle contaba con 759 hombres en la zona de Guadalajara
junto con otras fuerzas. Formaban dos compañías de milicias y el grupo de Milicias
Campesinas de Somosierra. En total había en esta columna unos 457 milicianos, reclutados en
su mayoría en los locales socialistas del Puente de Vallecas, como era el caso del Batallón
Pablo Iglesias.32

A Getafe33 también acudieron los milicianos vallecanos (al parecer ser de origen anarquista)
31EDUARDO DE GUZMAN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDÉRALES. ACEHPM GERMINAL.
MADRID. 2014. PAG. 31.
32Isaac Martín Nieto. MUERTE EN LA ALCARRIA. VIOLENCIA REVOLUCIONARIA Y ANARQUISMO EN
GUADALAJARA DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939). Universidad de Salamanca, España.
2014. (RUHM 6/ Vol 3/ 2014). Pag. 39.
33“En Getafe, la situación es más difícil. Los militares se sublevan. Por unas horas dominan el cuartel y se
apoderan, de acuerdo con los Facciosos, de la fortaleza del convento de los Escolapios. El cuartel no puede resistir
mucho. Los compañeros que tenemos dentro y los que enviados por las barriadas de Usera y Delicias lo cercan,
acaban con la resistencia. Ha habido unos muertos y varios heridos. En los Escolapios no ha quedado un solo
fascista. Pero, a mediodía ya, la situación del cuartel no es nada clara. Los militares que aparentaron someterse al
pueblo, no quieren colaborar con él para dominar la rebelión de otros reductos facciosos. No se puede consentir
esto. O están con el pueblo o están contra él. Los cañones, las ametralladoras y los fusiles de Getafe han de
emplearse de una manera activa. En la calle de la Luna hay una reunión rápida -ya está tomado el cuartel de la
Montaña- de los Comités Nacional, Regional y de Defensa. ¡Hay que solucionar de una vez lo de Getafe! Un
hombre, Isabelo Romero, sale para Getafe al mando de cincuenta compañeros para solucionar el problema. O los
militares sirven al pueblo o se toma por asalto el cuartel. Isabelo Romero es el secretario del Comité Regional. Pero
en la CNT no hay caudillos ni jerarquías. En estos momentos de lucha, los líderes marchan en cabeza, se juegan la
vida como los demás, la pierden como el último afiliado. Isabelo Romero penetra solo en el cuartel de Getafe, a
sabiendas del peligro que corre. Hay un diálogo breve y nervioso: «¿A qué esperáis para luchar al lado del pueblo
contra el sublevado cuartel. “En Getafe se ha sublevado el cuartel. Los compañeros del
pueblo, con los del Ateneo del Sur, se comprometen a dominarlo. Poco después llegan
los de Vallecas, los de Tetuán, los de Chamartín...”34

Dominado el cuartel de la Montaña, asegurados Vicálvaro y Getafe, había que aplastar la


rebelión en Campamento y Carabanchel. Sobre Campamento, concentra la CNT a sus
efectivos junto a otras fuerzas. Desde Leganés caen sobre Campamento los artilleros de Getafe
y centenares de compañeros de los pueblos cercanos.

Los trabajadores aunque sufren los ataques de elementos emboscados afectos a la rebelión
recibe instrucciones concretas de primero acabar con la resistencia en los cuarteles para luego
ocuparse del exterminio de los «pacos» o francotiradores, saboteadores y espías.

Una vez que La Montaña, Getafe, Wad- Ras, Leganés, Vilcálvaro y Campamento están en
manos del pueblo, la lucha continúa, especialmente contra los elementos
contrarrevolucionarios emboscados.

Aunque Madrid esta liberado, en torno a la ciudad se forma un cerco, el cual amenaza con
estrangular a la capital. Ávila es tomado por los fascistas, en Segovia se han sublevado los
cadetes del Alcázar; En Alcalá y Guadalajara los obreros no han podido hacerse con el control
de la ciudad y en Toledo el gobernador, con el coronel Moscardó y los alumnos de la
Academia, ha empezado a fusilar obreros.

Las operaciones de abrir el cerco al que estaba sometido Madrid los primeros días de la
guerra, han sido bastante despreciadas por la historiografía militar, ya que se suelen tratar
poco más de movimientos de bandas y turbas. Sin embargo, los méritos de esta campaña, al
igual de la que se efectuara en Aragón, serán los más importantes avances, de las fuerzas
antifascistas durante toda la guerra. En primer lugar hay que alabar la capacidad de reacción y
organización de las fuerzas milicianas que fueron encuadradas y armadas en escasos días y en
medio de los importantes combates que derrotaron la sublevación en Madrid y sus
poblaciones limítrofes, neutralizando de esta manera una importante fuerza militar en todos
los sentidos. En segundo lugar el movimiento estratégico; se avanzaron las lineas hasta el
sublevado Toledo; se abrieron pasos hacia Levante y Cataluña con el avance San Fernando de
Henares – Alcalá de Henares – Guadalajara y se estabilizó la situación en la provincia de
Cuenca, quedando Albacete y Ciudad Real, aisladas de la sublevación automáticamente, en la
Sierra Madrileña se defenderían los importantes embalses que abastecían de agua la ciudad
de Madrid y de paso se frenaba el avance de las tropas del General Mola.

contra los traidores de Campamento?». «Aguardamos órdenes del Ministerio de la Guerra...» «No hay órdenes que
valgan. El Ministerio no existe ahora. O lucháis ahora mismo al lado del pueblo o tomamos por asalto el cuartel...»
Los oficiales se deciden. Las puertas del cuartel se abren de par en par. Los soldados confraternizan con el pueblo.
Todos juntos, marchan sobre Leganés para caer por la espalda sobre Campamento. En Leganés, los ingenieros no se
atreven a ofrecer resistencia. Campamento se encuentra sitiado entre el fuego de los artilleros de Getafe y los
millares de hombres que suben al asalto por la carretera de Extremadura y por las proximidades de Carabanchel...”.
EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES.
ACEHPM GERMINAL. MADRID. 2014. PAG. 33.
34EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.
MADRID. 2014. PAG. 30.
Para la defensa de los pasos de montaña del norte y noroeste de Madrid, también partirían
obreros vallecanos de todas las filiaciones con el cometido de contener el avance de las tropas
rebeldes que desde Castilla la Vieja y Navarra, vienen directos hacia Madrid. “Miembros de
las milicias de Vallecas se fueron para la estación del norte y de allí hacia la sierra, y
cuando iban en autobuses que había de dos pisos se los cargaron a todos. Se iba sin
ninguna preparación”.35

Otra preocupación era la situación de Toledo, en la que la determinada acción de los


miembros del Ateneo Sur del Puente de Vallecas sería determinante. “... fue encargado el
Ateneo del Sur, en colaboración con los del puente de Toledo y de Delicias, de
organizar la columna que marchará sobre Toledo. Los ateneos han trabajado como
titanes. Pero no hay armas para todos los que quieren ir. Para marchar contra Toledo
se han juntado mil cuatrocientos hombres de la Confederación Nacional del Trabajo.
Fusiles no tienen arriba de seiscientos. Otros llevan pistolas, escopetas, revólveres.
Muchos van con las manos en los bolsillos para cubrir las bajas de los que caigan y
apoderarse de las armas del enemigo para luchar en defensa de la libertad.

Antes de rayar el día se pone en marcha la columna. Van cuarenta camiones,


abarrotados de hombres, muchos coches ligeros con gente hasta en las aletas. Van
decididos, alegres, cantando a coro himnos revolucionarios...” 36

Vuelven los hombres a Madrid, sucios de polvo y humo, con la alegría del triunfo en los ojos.
Traen un botín considerable: ametralladoras, morteros, fusiles, pistolas... Todos los que
fueron sin armas, vuelven con ellas. Vienen ebrios de entusiasmo dispuestos a realizar nuevas
proezas.

En torno al Alcázar37 quedan un centenar de guardias y trescientos milicianos. Unas fuerzas


muy inferiores e insuficientes para asaltar la gran mole de piedra que era el Alcázar de Toledo.

También preocupa la situación de Guadalajara, Se ataca Guadalajara por veinte sitios distintos
y después de una lucha desesperada, los milicianos se hacen con la situación y detienen a los
principales instigadores de la rebelión. Tras la toma de la capital alcarreña, esta improvisada
fuerza prosigue su avance hacia el norte de la provincia.

“ … al frente de un millar de hombres, se han quedado buenos compañeros. Son


Feliciano Benito, Guevara, Villanueva, Ivars, Ciriaco, Hernández... Durante la noche
organizan la defensa de Guadalajara contra cualquier ataque. A la mañana siguiente
comienzan nuevos avances. Los hombres se dividen en numerosos grupos. Tres,
cuatro o cinco automóviles, cargados de hombres, se lanzan a la aventura, carretera
adelante, para ir dominando los pueblos fascistas. No saben nunca si el pueblo al que

35Testimonio de “Matilde”, recogido por: Gabriel Pérez y Alfredo Pérez. LA II REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL EN
VALLECAS (De la euforia a la depresión/represión). Vallecas Todo Cultura.
36EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.
MADRID. 2014. PAG. 41 – 42.
37Fortaleza militar proyectada por Alfonso VI, fue residencia en varias ocasiones de los Reyes Católicos. Fue punto de
resistencia del movimiento comunero en la defensa de Toledo. Carlos I rehízo el alcázar. Con motivo de la “Guerra de
Independencia” ardieron sus muros en 1810. En 1936 era Museo de Infantería.
se acercan es nuestro o del enemigo. No saben si les recibirán triunfalmente o les
preparan una emboscada. Saben, sí, que una fuerte columna fascista avanza sobre
Guadalajara: que por todos lados hay señoritos fascistas y Guardia Civil dispuesta a
disparar sobre ellos; que en la torre de todas las iglesias suele haber individuos que
esperan su paso para ametrallarlos.”38

La milicias en su avance irrumpen en Taracena, Torija, Hita, Jadraque, Bujalaro, Cogolludo,


Brihuega, Cifuentes, Ledanca, Algora...

Los anarquistas vallecanos y su papel en la creación de las milicias confederales del centro es
de cierta importancia si se ven los destinos de estas fuerzas comparados con los frentes a los
que en un primer momento acudieron los vallecanos y teniendo en cuenta también la gran
actividad desarrollada por el Ateneo Sur. «En la sierra tenemos varios centenares de
compañeros luchando. También tenemos otros muchos en Toledo, en Sigüenza, en
Molina de Aragón, en Gredos y en Extremadura. No vamos a quitar a ninguno de
donde está. Pero necesitamos, con todos los hombres que tenemos armados en
Madrid, organizar una columna potente. Será la primera columna de milicias
confederales de la región centro. Tendrá como misión defender el agua de Madrid.
Habrá de salir inmediatamente. Porque la situación es muy peligrosa y Madrid puede
quedar en pleno verano sin agua...».39

Hacia la posteriormente llamada “Batalla del Agua” 40 también saldrán milicianos vallecanos
en la columna del teniente coronel Del Rosal, hombre de confianza para los
anarcosindicalistas, de ideas avanzadas, luchador en los tiempos duros contra la Dictadura
primero y contra la UME después. Valle y Barcia irán como delegados del Comité de Defensa.
Designados por las centurias y los batallones, ya que las milicias confederales elegían sus
mandos en reuniones en estos primeros envites de la guerra, figurarán en primera línea
hombres como Mera, Sanz, Domínguez, Marcelo, Parra, Arenas, Román, Mora, Julio...

La columna “Del Rosal”, se formo rápidamente en unos cuatro días, con unos cuatro mil

hombres. Su armamento son los fusiles que conquistaron en el asalto de los cuarteles de
Madrid y alrededores, algunas ametralladoras cogidas en Toledo, Alcalá y Guadalajara y un
cañón del 7,5 cogido en Campamento. Es toda la artillería de la columna. Las municiones son
muy escasas. Cuando se piden armas, artillería y municiones al Gobierno, afirma que no tiene
de nada... El 27 de julio la columna sale para Somosierra y Paredes de Buitrago. A su frente van
algunos camiones blindados apresuradamente por el Sindicato Metalúrgico. La batalla se
puede considerar un éxito, ya que se consigue el fin estratégico del control de los embalses.

La Columna Lacalle sustituye a las milicias confederales en Somosierra. Las presas ya no


corren peligro y los madrileños se aseguran el suministro del agua de gran calidad de Madrid.

38 EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.


MADRID. 2014. PAG. 48.
39 Citado del Comité de Defensa en, EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS
CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL. MADRID. 2014. PAG. 52.
40 Hoy se pueden visitar los restos de esa batalla en Paredes de Buitrago, donde hay una ruta señalizada al efecto.
Miliciana de Vallecas en el Frente de Somosierra en 1936: En las manos tiene un
proyectil que cayó junto a su lado y no explotó.

La Columna Del Rosal, una vez relevada de la zona de Buitrago y tras descansar dos días en
Madrid, se prepara para salir con rumbo al oeste, ya que el enemigo presiona en esa dirección
por parte del fulgurante avance de las tropas de África. En la madrugada del día 5 de
septiembre cuatro mil hombres montan en camiones y automóviles, cruzan Madrid y salen
hacia la sierra de Gredos.41

El avance de las tropas rebeldes, que habían hecho un pasillo en Extremadura, que les
permitió unir sus fuerzas con las que operan en el norte, se dirige hacia Madrid por el valle del
Tajo. Esta situación pone en compromiso el cerco del Alcázar de Toledo, que se mantiene ante
los débiles pero continuos ataques de los milicianos. Pronto se ha visto que los trescientos
hombres, pobremente armados, que quedaron sitiando el Alcázar eran numéricamente muy
pocos, en comparación con las fuerzas enemigas, mejor armadas y situadas, que disfrutaban
de una correlación de fuerzas de 6 o 7 a 1. “Si fueran valientes, si tuvieran arrojo, habrían
podido salir de la fortaleza y reconquistar todo Toledo”. Comentaría E. De Guzmán sobre
las fuerzas bajo el mando del general Morcardó.

Para el Comité de Defensa, se convierte en un problema al que hay que buscar una rápida
solución la rendición del Alcázar de Toledo y decide enviar refuerzos, mandando al sector a la
milicia de origen vallecano y organizada en el Ateneo Sur, llamada “Águilas de la Libertad”
(también hará labores propias de las llamadas Milicias de Retaguardia en Vallecas),
compuesta por unos 400 a 500 milicianos y también pobremente armadas como las tropas
que se quedaron en el asedio.

41 El envío de la Columna Del Rosal hacia el frente en la Sierra de Gredos fue considerado de maniobra política por
parte de los anarquistas. “Todavía hay muchos que creen marchar a Talavera. Por allí presiona el enemigo y
por allí está el máximo peligro. Pero el Estado Mayor cree suficientemente guarnecido ese frente. Acaso
también se tienen en cuenta conveniencias políticas. Talavera obsesiona a Madrid. Talavera es campo de
lucimiento para las fuerzas que en sus alrededores peleen. No interesa que los anarquistas cosechen laureles.
Se les manda aun punto más difícil aún; pero a unos lugares donde nadie se fijará en ellos, donde podrán
sufrir, pelear y morir sin que la gente se entere ni siquiera de que han existido.” EDUARDO DE GUZMÁN.
MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL. MADRID. 2014.
“En Madrid -son los días febriles de finales de julio- se ha formado, entre cien
diferentes, una milicia llamada «Águilas de la Libertad». Como jefe militar ha sido
designado Salvador Sediles. Salvador Sediles fue revolucionario antes de llegar la
República. Salvador Sediles, compañero de Fermín Galán, fue condenado a muerte
por la sublevación de jaca. Hoy Salvador Sediles marcha a Toledo al frente de medio
millar de hombres. Con él, van otros dos grandes luchadores. Uno es Francisco
Tortosa, viejo militante anarquista, hombre en quien los años no apagaron ni la
decisión ni el entusiasmo. Otro, Benito Pavón, abogado de la organización
confederal. Junto a ellos, en las «Águilas de la Libertad», van un noventa por ciento de
compañeros de la CNT. En Toledo, en la conquista de la ciudad y en el sitio del Alcázar,
apenas intervendrán más que hombres de la CNT. Sin cañones, sin aviación, sin
elementos. Sólo cuando Toledo se vaya a perder, llegarán aquí batallones de otra
significación. Y habrán de ser para orgullo nuestro los anarquistas, quienes entonces
salven el honor de todos en una jornada de grandes vergüenzas...” 42

A principios de Agosto, 700 hombres; del futuro Batallón Toledo (unos 250), y milicianos del
batallón Águilas de la Libertad (unos 450), se encontraban sitiando junto con otras pequeñas
fuerzas a unos 1.400 hombres (800 guardias civiles, cadetes, soldados y falangistas, más 360
civiles mujeres y niños)43 reunidos tras los muros del Alcázar y armados con morteros y
ametralladoras, bastantes víveres y municiones . Los milicianos poco más podían hacer,
debido a la escasa potencia de fuego que manejaban; pistolas, fusiles alguna ametralladora y
un par de cañones del 7,5 cm cuyos disparos apenas hacían algunos desconches en la fachada
del Alcázar de Toledo.

La actuación de las milicias en Toledo, de la que es parte importante la milicia vallecana, se


vera empañada por , sobre todo, dos mito historiográficos, que se llegan hasta a
complementar, a pesar de ser promocionados por bandos políticos contrarios.

El primero consiste, en un movimiento propagandístico patrocinado por los partidarios de


restaurar los poderes estatales republicanos, frente al proceso revolucionario que vivía España
y que en este caso basaba sus argumentos en la in-operatividad de las unidades milicianas, a
las que se les achaca poca actitud bélica:“En Madrid hay un desconocimiento absoluto de la
situación. La mayoría cree que la toma del Alcázar es un juego de niños. Es frecuente oír:
«¿Pero todavía resiste el Alcázar?». «Sí; los que lo sitian están veraneando plácidamente y
tienen miedo a jugarse la vida en el asalto...»”44

No obstante, la realidad del asedio al Alcázar, fue que una vez el gobierno republicano, tomara
el control sobre esta acción, se redoblaron los esfuerzos bélicos traducidos en hombre y
armamento y aun así no se consiguió tomar el Alcázar, entre otras cosas, por el avance de las
tropas de Franco y porque aunque se elevara la potencia de fuego, esta se mostraría

42 EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.


MADRID. 2014. PAG. 57 – 58.
43 Alberto Reig Tapia. Memoria de la Guerra Civil, Los Mitos de la Tribu. Alianza Editorial. Madrid. 1999. Pag. 185.
44 EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.
MADRID. 2014. PAG. 81.
insuficiente.45

Por otro lado esta el mito franquista de la resistencia del Alcázar, que pretende sobrevalorar la
acción de los sitiadores, con el cometido de engrandecer la “gesta” del general Moscardó,
cuando realmente, en casi todo el tiempo que duró el asedio, sus tropas se encontraron
bastante seguras tras los enormes muros de la fortaleza, cuya ubicación era privilegiada para
batir al enemigo.

En honor a estos combatientes vallecanos del batallón Águilas de la Libertad, se puede decir
que demasiado hicieron con mantener recluida esa fuerza dentro de los muros del Alcázar,
estando en inferioridad numérica, ocupando un terreno desfavorable al asalto, con pocas
armas y municiones y al efecto contando con nula artillería.

La situación en el valle del Tajo se agrava, las tropas rebeldes continúan su avance. Al propio
gobierno republicano, le entran las prisas por solucionar la situación en Toledo. Se comienza
con el envío de dos cañones de 10 cm, que van pobremente municionados y que no producen
mucho daño a la estructura del edificio. A primeros de septiembre con F. Largo Caballero en
el gobierno, se envían dos cañones de 155mm, tanques de gasolina y se conceden los permisos
para minar el Alcázar. A pesar de haberse aumentado la potencia de fuego artillero, las
municiones son escasas y hay días en los que no producen disparos de artillería sobre el
Alcázar. La situación no varia mucho y se decide recurrir a explotar minas: “A mediados de
septiembre están terminadas dos grandes minas. Una la han hecho las milicias confederales.
Otra los elementos marxistas. El Ministerio ha enviado técnicos. Los nuestros no se fían de
ellos. Construyen la galería, meten la dinamita en la forma que creen más conveniente. Los
marxistas aceptan la dirección de los técnicos. Casi al mismo tiempo quedan terminadas las
dos minas. La nuestra ha de afectar a uno de los grandes torreones del Alcázar. La marxista
tiene que estallar debajo de la fachada principal.

A las seis de la mañana se hace explotar la mina. Se produce un enorme estrépito. Un torreón
del Alcázar, arrancado de cuajo, vuela entero por el aire para caer deshecho en cien mil
pedazos. La realidad por el momento es que mientras la mina preparada por los libertarios
destrozó el torreón, la que construyeron los marxistas no ha movido una sola piedra de la
fachada principal.”

Lejos de ocuparnos de agrias polémicas al respecto de este asalto, el ataque con minas y
posterior asalto de infantería, el más serio hasta el momento durante todo el asedio, es
rechazado, sufriendo las unidades anarquistas y comunistas bajas considerables. A pesar del
fracaso de la operación, se decide que este método es el más adecuado a las circunstancias
para el asalto y por ello se comienza la construcción de una nueva mina, que en opinión de
algunos anarquistas se demoro demasiado su explosión.

45 Como cifra máxima de asediadores al Alcázar, se Alberto Reig Tapia. Memoria de la Guerra Civil, Los Mitos de la
Tribu. Alianza Editorial. Madrid. 1999. Pag. 185. barajan las 2.320, cifra muy distante a la propuesta por Manuel
Aznar, que da la de 25.000.
En este ataque participaron además de los grupos anarquistas que sitiaban el Alcázar, una
columna que se formó en Madrid el 17 de septiembre, con el cometido de reforzar las fuerzas
asediadoras y compuesta por; 2 grupos de Guardias de Asalto, una compañía del vallecano y
comunista Batallón Sargento Vázquez y una compañía del Batallón Canarias 46. Las unidades
fueron concentradas en la estación de Atocha partiendo hacia Toledo. El vallecano Batallón
del Sargento Vázquez se había fogueado, integrando y participando en los combates de la
sierra noroeste mantenidos por la columna Mangada.

Cuando en Madrid se conoce el fracaso de la operación el Comité de Defensa Confederal,


toma algunas medidas. Val dice: «Hay que terminar cuanto antes con el Alcázar, que es un
grave peligro para Madrid. Todos los militantes, todos los comités, sean los que sean y estén
donde estén, tienen que marchar a participar en el asalto de mañana...». 47 A este llamamiento
acuden miembros del movimiento libertario de Madrid y alrededores que se dirigen al
Alcázar por la carretera de Toledo. Con más entusiasmo que fortuna, muchos de estos
militantes libertarios, los cuales eran en muchos casos eran elementos fundamentales de la
organización en retaguardia y teniendo en cuenta el peligro que sobre Madrid acechaba con el
continuo avance de las tropas fascistas, muchos tendrían que volver y en algunos casos contra
su voluntad.

Se intentara un nuevo ataque con la explosión de otra mina y el posterior asalto de la


infantería que vuelve a fracasar. Las tropas de Yagüe ya están muy cerca en Bargas, es cuestión
de tiempo la caída de Toledo y con ello la preparación de la defensa de Madrid.

La tarde del 27 de septiembre apareció sobre el Puente de Alcántara un carro de combate


rebelde. Las compañías del batallón Canarias y del batallón Sargento Vázquez no habían
recibido orden alguna de repliegue, Toledo estaba siendo evacuado por las fuerzas
Republicanas y ocupado por los Nacionales, y ambas se habían quedado atrás. Esa misma
noche consiguieron cruzar el puente de San Martín y enfilaron la carretera de circunvalación
hacia el norte, hasta llegar a mediodía a la estación de Olías del Rey, donde tomaron el tren
con destino Aranjuez.

Una vez tomado Toledo, las tropas rebeldes irían avanzando hacia la capital en un
movimiento que a través de la comarca de La Sagra – Seseña – Valdemoro – Pinto – Getafe –
Villaverde, se plantaría en las puertas de Vallecas y de Madrid.

46 En los últimos días de Julio de 1936, nació la idea entre Canarios antifascistas residentes en Madrid de organizarse
con vistas a formar una expedición para sofocar el golpe de estado rebelde en las Islas. Ante la situación, este grupo
inicial, de no más de 30 personas, decide ingresar en el 5 Regimiento de Milicias Populares, en los primeros días de
agosto de 1936, ocupando un palacete en la calle O’Donell frente al parque del Retiro .Se organiza la recluta entre
los canarios, formándose la 1 compañía, mandada por Enrique Están Cabezudo, ex-sargento de la Legión, el
Batallón lo mandaba el Comunista Guillermo Ascanio. La instrucción se realiza, sin armas, durante el resto del mes
de agosto en las avenidas del parque del Retiro, con instructores provenientes de los cuadros del 5 Regimiento.
47 EDUARDO DE GUZMÁN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.
MADRID. 2014. PAG. 84.
Intento de asalto al Alcázar de Toledo.

Volviendo atrás y después de relatado sobre todo los movimientos de los milicianos de
Vallecas, damos un repaso a los movimientos de las milicias socialistas y comunistas.

En estos primeros meses de la guerra, la actividad de organización de la retaguardia y las


labores de reclutamiento serán las principales, además de la agitación política. El Radio de
Vallecas organizara mítines al respecto como el celebrado en su local en el que intervino el
novelista alemán Ludwig Renn48 enmarcado dentro de una campaña de movilizaciones en las
diferentes barriadas de Madrid y sus alrededores. Respecto a las campañas de reclutamiento
se distribuyo propaganda a partir de coches con altavoces, mítines en los cuarteles, en las
calles y en diferentes locales, que se dirigían a los hombres con la suficiente edad para el
alistamiento y adiestramiento y su incorporación a los diferentes batallones de, entre otros y
por parte comunista, el conocido Quinto Regimiento de Milicias Populares.

En septiembre la actividad miliciana de Vallecas, esta dedicada sobre todo al reclutamiento y


organización de unidades y a la agitación y propaganda. El diario ABC del 24 de septiembre de
1936, da cuenta del apoyo monetario del Batallón del Sargento Vázquez para con la obra del
SRI, junto a otros batallones solidarios. Este mismo numero del ABC da cuenta de que se
había completado el primer cupo del batallón Milicias Gallegas (batallón importante en la
defensa de Madrid en el sector de Vallecas) y que se iba a abrir un segundo cupo al que estaba
abierto el alistamiento a “todos los antifascistas”, que podían ir al cuartel general de la calle
48Ludwig Renn estuvo encuadrado en el Batallón Thaelmann de la XII Brigada Internacional a principios de noviembre
de 1936, siendo reemplazado, por Richard Staimler. Inmediatamente pasara a ser jefe de E.M. de la XI Brigada
Internacional durante toda la actividad de esta unidad hasta su disolución.
Juan Montalvo 18.49

En Vallecas le es encargado a Manuel Fernández Cortina la dirección de las milicias


dependientes del PC, de las que con el tiempo se organizaría el Batallón Sargento Vázquez,
compuesto por quinientos hombres. Los comunistas del Puente de Vallecas eran en el inicio
de la contienda muchos menos en número, comparados con los anarquistas y socialistas. Sin
embargo, según fue avanzando la guerra, fueron alcanzando mayores cuotas de poder dentro
de los organismos estatales y contaron con mayor apoyo popular, vía propaganda soviética. La
estrategia llevada a cabo por los comunistas del Puente de Vallecas tuvo similitudes y
diferencias con la de los socialistas.

Los primeros mandos del Sargento Vázquez fueron Ramón Fernández Cortinas, José León y
Felipe Pulgar. En las primeras operaciones, el Batallón de Milicias comunista “Sargento
Vázquez”, compuesto por algunos veteranos del necesario “asalto” al Cuartel de Artillería de
Vicálvaro se sitúa en los combates en la zona de Ávila (San Bartolomé de Pinares), siendo
parte de las tropas mandadas por Julio Mangada (Columna Mangada). La “Columna
Mangada”, fue una unidad militar improvisada, que copará el protagonismo propagandístico
de las primeras acciones de guerra entorno a Madrid. Se pueden incluir las operaciones de
esta columna en uno de los movimientos ofensivos, más importantes del inicio de la guerra
(milicias y guerra de columnas), aunque este finalmente no consiguiera sus objetivos
principales, como en contra pasara en Madrid, el valle del Henares o Cuenca. Aun así la
propaganda partidaria del orden republicano, que durante los primeros días de la guerra
había perdido toda autoridad debido a su incapacidad de enfrentarse a un golpe de estado de
corte fascista, debido a que tenían mas miedo a los proletarios armados que a los militares
reaccionarios.

La “Columna Mangada”, partió de Madrid hacia la Sierra de Gredos, el 21 de julio de 1936,


compuesta por una fuerza integrada por los batallones “Asturias”, “Aída de la Fuente” 50, “Nº4
Pueblo Nuevo – Ventas”, algunos Guardias de Asalto de Badajoz y algunos miembros de la
Guardia Civil. A ellos se unirían los efectivos del Sargento Vázquez. El 22, llegan a Cebreros, el
23 a Navalperal de Pinares y a Navas del Marques, donde se combate con éxito a una pequeña
guarnición rebelde. Superado este esta dificultad llega a Aldeavieja, con lo que el avance ha
sido un éxito, ya que este ha conseguido superar la sierra y se encuentra ya en la Meseta, desde
donde puede iniciarse un ataque sobre la débilmente guarnecida Ávila y desde donde se
pueden amenazar las posiciones rebeldes por su retaguardia que tienen bajo control el Alto
del León. La toma del puerto hubiera sido muy importante para posteriores operaciones
sobre la zona de Castilla La Vieja. El 24 la columna ocupa Villacastín en dirección al Alto del
León, en su avance una patrulla de la columna mantiene un combate en Labajos, contra un

49ABC del 24 de septiembre de 1936. Otros batallones o personalidades suscritas a la ayuda al SRI fueron: Batallón
UHP, Milicianos del Cuartel de la Montaña, Comité de Aviación de Getafe, Comité Thaellman, Comité Lozoyuela,
Milicianos de Buitrago, Guardia del 5º Regimiento, soldados del Primer Regimiento de Infanteria, Comité Thaellman –
Buitrago, Segundo Batallón del Primero Ligero de Lozoyuela, Batallón Presidencial, Grupo de Ferrocarriles, Tigres
Rojos, Frente Popular del Pardo, Columna Mangada y el propio coronel Mangada.
50Aída de la Fuente, fue una joven revolucionaria, que murió luchando en la Revolución de Octubre” de 1934,
defendiendo una posición con una ametralladora del ataque de las tropas de La Legión Española.
grupo de milicias falangistas en el que cae muerto el líder de Falange, Onésimo Redondo. El
mismo día 24, la columna retrocede hasta Navalperal de Pinares y poco después regresa a
Madrid, donde Julio Mangada es recibido como un héroe por la multitud que le hace entrega
del fajín de general. La vuelta de Magada a Madrid, ha sido muy controvertida, ya que a ella se
le achaca, el haber relajado un frente que se hacia factible a la maquinaria de guerra de la
época y el haber dejado escapar el factor sorpresa del avance inicial, no explotándolo
debidamente. El más bien “raid”, de las fuerzas de la columna Mangada, fue tratado como de
si una gran batalla se tratara. Si bien, quizás, la república necesitaba de nuevos héroes y
grandes jefes, tras haberse disuelto el ejército, el éxito de la operación se sobredimensionó
debido a intereses políticos de los afectos al gobierno republicano y su legalidad, frente a la
revolución. En realidad, este inicial avance se puede considerar como fracaso, si se tienen en
cuenta los posteriores acontecimientos, ya que el 27 de julio la columna Mangada (reforzada
por el regimiento “Wad Ras” y dos baterías de cañones) vuelve al teatro de operaciones y sin
mucho esfuerzo, ocupan el valle del rio Alberche y establecen el C.G. en Navalperal de
Pinares.51

El batallón “Sargento Vázquez”, estuvo en los primeros combates de cierta entidad que se
produjeron en este sector en los a finales de julio y los primeros días de agosto contra la
columna mandada por el comandante de la Guardia Civil Lisardo Doval, que contaba con
unas fuerzas de 800 hombres, artillería y caballería y cuyo objetivo inmediato era Navalperal
de Pinares. La columna “Doval” fue derrotada y la columna Mangada (unos 5.500 hombres y
escasa artillería) paso al ataque realizando incursiones a El Espinar (1 y 2 de agosto), pero sin
conseguir ningún avance significativo.

En septiembre se reorganizó el “Sargento Vázquez” y se le incorporaron 400 nuevos


milicianos tras una campaña de enrolamiento en Puente de Vallecas , parte de los cuales
constituían la XXVIII Compañía de Acero. El comandante del batallón será Orgáz.

Tras caer Talavera, parte del batallón se trasladó a los frentes de Toledo y en noviembre
participó en la defensa de Madrid dentro de la Columna "Arce" en el sector de Mena. A
principios de diciembre contaba con una plantilla de 1.340 hombres y un nuevo comandante,
Fernández Cortinas. Posteriormente con la creación del EPR se encuadró en la 37ª Brigada
Mixta.52

Si hablamos de las tropas que tuvieron que ver con Vallecas estos primeros días de la guerra
hemos de hablar de Evaristo Gil. Que formó el batallón de milicianos “Artes Blancas”
(sindicato ugetista de panaderos y afines donde se encontraban sindicados varios vallecanos)
que combatiría en el avance por el corredor del Henares hasta Guadalajara al inicio de la
guerra, Más tarde se convertiría en la Compañía de Artes Blancas del 5º Regimiento. Desde
este momento y hasta su muerte Evaristo Gil será su comandante. Combatió en el Frente de
Guadarrama en el mes de septiembre. Evaristo Gil compagina la lucha en el frente con los
actos políticos, ya que era miembro del Comité Central del PC. Cae el 16 de noviembre de 1936

51 El Sol, 21 de agosto de 1936. Informa de un “fuerte” combate en Navalperal de Pinares.


52 Carlos A. Pérez. El Quinto Regimiento de Milicias Populares. El Miliciano, nr. 6 (1996).
durante la Batalla de Madrid en el frente de la sierra siendo Comandante de la Compañía de
Artes Blancas, más tarde 4º Batallón de la 31.ª Brigada Mixta. 53 falleció, en la posición de
Hornillos Altos, con el grado de comandante el 16 de noviembre de 1936

La Casa del Pueblo afecta al PSOE, también sirvió durante toda la contienda de oficina de
reclutamiento, y de ella salieron a combatir muchos militantes de distinta edad, sexo y
condición, como el Concejal socialista Pedro Pintó Pomeda, el Secretario de la Agrupación
Álvaro Artigas, y las jóvenes Agustina Corporales y Ana la de Vallecas, que destacó como
zapador en el frente de Guadarrama.

El 27 de noviembre se crean las primeras unidades de tipo división del EPR en número de 4. El
4º batallón “Milicias Gallegas”, encargado de la defensa del sector de Vallecas, de la I Brigada
Mixta se encuadra en la 4ª División dirigida por el comandante comunista Juan Modesto
Guilloto y cuyo Cuartel general se instala en Vallecas. La I Brigada Mixta a primeros de 1.937
pasará a formar parte de la 11.ª División siguiendo a las ordenes de Enrique Líster.

El mismo día que pierden los rebeldes el control sobre el “Cerro Rojo”, se produce un
bombardeo en Vallecas. El 20 de enero Vallecas es bombardeada por aviones trimotores
alemanes, Junkers 52, causando daños materiales y víctimas mortales a los civiles. En la calle
Carlos Aurioles mueren 23 personas y tres resultan heridas.54 Los refugios en Vallecas se
multiplican, creándose muchos al lado de las casas. Los túneles del metro muchas veces se
encuentran muy alejados de algunos sitios del barrio. Desde que a principios de noviembre
comenzaran los bombardeos, la necesidad de la población civil de resguardarse de las
bombas, va más allá de lo que le pueden ofrecer los túneles del metro o las alcantarillas. Otros
bombardeos no muy bien documentados nos cuentan la destrucción de la boca del metro del
Puente Vallecas y la destrucción de varias viviendas en la calle Peironcely 55 y el Ateneo
Libertario que se encontraba en la misma calle. 56

53 http://www.fpabloiglesias.es/archivo-y-biblioteca/diccionario-biografico/biografias/8359_gil-lopez-evaristo
54 Arturo Barea en el cuento “Proeza” del libro titulado Valor y Miedo, recreaba el bombardeo de Vallecas del 20 de
enero de 1937 y la historia de la familia Malanda García. Es la hija pequeña la única superviviente de todo aquello
y la que explica la historia y las secuelas actuales, en una revisión médica actual todavía se le encontraran esquirlas
metálicas.
55 Calle Peironcely (Manuel Peironcely Maroto, ( , +1884) ingeniero del Ministerio de Fomento e ingeniero de
ferrocarril. Ramón Peironcely Elósegui, subdirector del ferrocarril MZA en 1919.
56 En las fotografiás de la colección “Crónicas de Retaguardia”, se encuentran varias instantáneas en las que se
muestran los efectos de los bombardeos en la zona de la calle Peironcely. Jose Latova. Los Negativos de Vallecas.
Vallecas Todo Cultura.
EL PROLETARIADO ARMADO SE HACE CARGO DE LA SEGURIDAD INTERIOR

Hasta ahora hemos hablado de la acción militar de las milicias de Vallecas, pero como
sabemos la actuación de estas milicias como fuerza armada político – militar, no solo se
circunscribió a esas tareas. Organización de la retaguardia, resolución de problemas de
suministros, combatir a la reacción interior en todas sus formas de sabotaje o espionaje,
atribuciones de seguridad y justicia, control de los sectores económicos y trabajo político eran
otras de las competencias de las que pasamos a hablar más adelante.

Como los socialistas, los comunistas vieron, en el proceso que se abrió tras el golpe de

estado, la oportunidad de introducirse en el aparato político estatal, del que ya formaban

parte como fuerza minoritaria en el Frente Popular. Un ejemplo al respecto, es que mientras
los anarquistas optaron por extender sus centros revolucionarios, los comunistas marcharon
al ejército regular, donde ocuparon principalmente el cargo de comisarios políticos. Como el
resto de fuerzas, también los comunistas crearon su propio cuartel, donde instruyeron a los
milicianos para ir al frente. Realizaron labores de reparto de ropa y alimentos, pero volvemos a
encontrar más diferencias en lo que respecta a la represión. Los comunistas optaron por
acudir a las antiguas instituciones estatales para llevar a cabo sus actividades. En el caso de las
labores de la llamada justicia revolucionaria, el centro al que acudieron fue a la comisaría del
Puente de Vallecas, estableciendo relación con sus agentes y colaborando en diversas
actividades a través del envío de un representante. También colaboraron con los socialistas en
diversas tareas, ya que ambos centros, el radio comunista y el círculo socialista, estuvieron
muy próximos entre sí.

Aunque los comunistas vallecanos tuvieron un par de sedes en el Puente de Vallecas,


centraron más su actividad en el ejército y en la guerra, por lo que pocos datos se han
conservado sobre su actividad en la zona. Es significativa la estrategia adoptada por los
comunistas durante la guerra civil española, ganar la guerra y luego hacer la revolución, al
contrario que otras corrientes ideológicas, como algunos anarquistas o comunistas de
izquierda, que antepusieron la revolución a la guerra. También pusieron en práctica su
introducción en la administración, frente a los anarquistas, que no creían en el estado y sus
organismos, aunque finalmente pasaran a formar parte de su administración.

En estos primeros días de la guerra muchos elementos golpistas de Vallecas mantenían


actividades de sabotaje y asesinato. Desde los primeros días, tras el golpe militar, las milicias
tuvieron que enfrentarse a elementos rebeldes en las mismas calles de la barriada. El día 22 de
julio un “coche negro”, por ejemplo, tiroteaba a los grupos de milicianos que patrullaban la
zona.

Al igual que el resto de Ateneos de Vallecas, el Comité de Defensa que se constituyó en el


Ateneo Libertario Sur realizó registros, detenciones y ejecuciones de sentencias (cuando estas
eran a muerte). Sin embargo, al haber efectuado este tipo de labores represivas y judiciales en
la retaguardia republicana, este centro fue recordado por la propaganda franquista como una
checa.

Tras el golpe de estado del 17 de julio de 1936, estos centros (tanto socialistas, comunistas
como anarquistas) incorporaron nuevas funciones, de las que obtuvo una mayor visibilidad
fue la labor represiva. Estos centros, a través de la creación de comités, ejercieron labores de
orden público, no solo patrullas y controles, sino también registros, detenciones y, en algunos
casos, fusilamientos. Esta actividad, legitimada por la derrota de la sublevación y por la
tenencia de armas, fue desempeñada por pequeños colectivos dentro de esos nuevos comités.
En el caso anarquista, se constituyeron dos brigadas encargadas de realizar registros,
detenciones y fusilamientos, y en el caso socialista una. La violencia que se desató desde estos
centros contra las personas consideradas enemigas, se ha calificado de numerosas maneras,
entre ellas violencia incontrolada, terror indiscriminado,… estos términos dan lugar a
imaginar una retaguardia llena de sangre injustificada. “... para vigilar Madrid no se
necesitan fusiles. Con las pistolas basta. Los fusiles han sido enviados a las
trincheras. Las armas cortas hacen buen servicio en la ciudad. Un millar de
compañeros se encargan de guardar Madrid. Persiguen a los fascistas emboscados,
exterminan a los «pacos», vigilan las carreteras, limpian cuidadosamente la ciudad
de todos los enemigos. El Comité de Defensa, de acuerdo con los ateneos y las
barriadas, organiza perfectamente esta labor. Pronto los cuarteles de la Guardia Civil
se definen abiertamente y caen no pocos de sus jefes y oficiales que quisieron hacer
armas contra el pueblo. Pronto se tiene la seguridad de que nada podrán intentar los
emboscados de la retaguardia. No realizan esta labor únicamente los hombres de la
CNT. En el mismo sentido laboran todos: republicanos, socialistas, comunistas... En
algún momento la persecución contra los elementos fascistas adquiere tonos de gran
dureza. Pero ¿se habría podido realizar en noviembre la admirable defensa de Madrid
si en nuestra retaguardia hubieran quedado millares y millares de enemigos del
pueblo armados hasta los dientes?”57

No obstante, la violencia que ejercieron estos centros fue selectiva. Sobre una población de
60.000 habitantes aproximadamente (entre el Puente y la Villa de Vallecas para 1936) fueron
ejecutadas entre 35 y 80 personas según las propias fuentes franquistas. Algunas de ellas
fueron: Alfredo Castro Camba, funcionario del ayuntamiento de Vallecas (fusilado fuera de
Vallecas); Felipe Álvarez funcionario municipal en el ayuntamiento de Vallecas; María Paz
Martínez Unciti, jefa del Auxilio Social de Falange y espia fusilada junto a la tapia del
cementerio de Villa de Vallecas; Párroco Emilio Franco párroco de la iglesia San Ramón
Nonato, falleciendo en Paracuellos de Jarama, entre otros. Después de la guerra fueron
exhumados entre 600 y 70058 cadáveres en el cementerio de Vallecas. Esto implica que,

57EDUARDO DE GUZMAN. MADRID ROJO Y NEGRO: MILICIAS CONFEDERALES. ACEHPM GERMINAL.


MADRID. 2014. PAG. 54.
58“El 22 de agosto de 1939, el alcalde y el secretario del Ayuntamiento de Vallecas firmaban la última de las 72
páginas en las que se fueron consignando los datos conocidos de las personas asesinadas durante la "dominación
roja" en el municipio vallecano (Causa General, legajo 1508, expediente 3). No aparece ninguna de las víctimas del
Tren de Jaén, pero sí otras 516 (477 hombres y 39 mujeres) asesinadas entre el 21 de julio de 1936 y el 23 de octubre
tomando estos datos por válidos, estos comités no fueron los únicos que actuaron en esta
zona. Las brigadas antes citadas pasaron a recibir órdenes del CPIP, 59 por lo que la
responsabilidad del ejercicio de la represión recae sobre este centro. Las personas ejecutadas
en el término municipal de Vallecas por orden de CPIP, en general, no pertenecieron a estas
poblaciones (Villa o Puente de Vallecas), sino que fueron personas detenidas en Madrid y
pueblos de su provincia y de las provincias cercanas y que terminarían siendo ejecutadas en
las tapias del cementerio de Villa de Vallecas, en Carrantona o a lo largo de la carretera de
Valencia. Es evidente que muchas de estas ejecuciones dependían directamente de la DGS
(primero en Bellas Artes y luego en Fomento). Aunque también hay que recordar que algunos
vallecanos serían cogidos y fusilados en otras localidades. Por lo demás, en general hay que
resaltar que los ejercicios de represión sobre el considerado enemigo, recayeron sobre todo los
primeros meses de guerra (Julio - Diciembre), en lo que sería la época de la represión inicial,
dirigida sobre todo a elementos coniderados muy recalcitrantes, seguida de una época de
represión “por despecho” coincidiéndose con los primeros bombardeos sobre sobre Vallecas y
después con la conversión de sus lindes en frentes de guerra (la semana del 5 al 11 de
noviembre registraría un máximo de 86 ejecuciones en una misma semana). En 1937 hay
registradas 15 ejecuciones. En 1938 y 1939 no he encontrado ningún registro o testimonio de
ejecución alguna. Principalmente los motivos por los que se hacían las ejecuciones venían
expresados por rótulos que se dejaban encima o al lado de los cadáveres, cuyas leyendas más
repetidas eran las de “fascista”, “espía” o “saboteador”.

De los primeros sucesos de este tipo ocurrieron muy tempranamente. El 22 de julio de 1936,
un grupo de mujeres del mismo Puente de Vallecas, sacan de su domicilio a Gumersinda
Toledo, que fue paseada, con la ropa desgarrada, por el pueblo y al llegar a un control de
milicias establecido en el lugar denominado “Pajar del Roux”, la detenida, así como dos
hermanos de la misma, Dionisio y Fernando Toledo Hortelano, fueron fusilados. 60

Folio 33: declaración del testigo Gregorio García Sánchez, en Madrid a 21 de enero de
1941, 29 años de edad, casado, natural de Alcalá de Henares (Madrid), profesión
panadero, procesado, domicilio en Pi y Margall nº 1 (Puente de Vallecas), DICE:

“Que el declarante pertenecía al Sindicato de Artes Blancas, como panadero, de la


U.G.T. de Madrid desde el año 1935 y trabajaba como panadero en el Puente de
Vallecas en la panadería de D. JUAN CAYÓN, sita en la calle de Nicolás Salmerón nº 1.

Que al comenzar la revolución continuó trabajando en la misma panadería durante


mes y medio aproximadamente, presentándose todas las noches en la Casa del Pueblo
de 1937. Sólo 15 de estos asesinatos fueron cometidos en 1937, y de ellos nueve en enero, cuatro en febrero, uno en
marzo y el último en octubre. El 94% de ellos (483) se cometieron en las 19 semanas (133 días) comprendidas entre
el 21 de julio y el 1 de diciembre de 1936, lo que supone un ritmo de 3,63 asesinatos al día, 25 a la semana y casi 109
al mes.” La Revolución en Vallecas. 22 de abril de 2011.
59A primeros de agosto de 1936, se celebró en el edificio del Círculo de Bellas Artes una reunión, convocada y
presidida por el Director General de Seguridad, Manuel Muñoz Martínez (Izquierda Republicana). En la reunión con
asistencia de representantes de todos los partidos políticos y organizaciones sindicales, se acordó la constitución de un
Comité Provincial de Investigación Pública, que, en contacto con la Dirección General de Seguridad, debía encargarse
de dirigir la seguridad interior en la provincia de Madrid.
60Según testimonios de la Causa General.
del Puente de Vallecas en la calle de la Concordia nº 4, a recibir órdenes de los
dirigentes por si era preciso salir como movilizado. Al cabo de este tiempo fue
destinado por la Casa del Pueblo para dar escolta armado de un mosquetón al Juez
Municipal y al Alguacil del Puente de Vallecas cuando salían de servicio para
reconocer los cadáveres que aparecían en el Cementerio del pueblo.

Las órdenes para las detenciones y registros dictadas por la Casa del Pueblo, corrían a
cargo de un tal Medina y un empleado municipal llamado Víctor Marinero, teniendo
entendido el declarante que estas órdenes eran cursadas al Batallón socialista “Pablo
Iglesias”, que tenia su cuartel en el convento del Niño Jesús de Praga, sito en la Avda.
del Generalísimo, 68 ó 70, poco más arriba del convento del Ave María ocupado por
las Milicias comunistas y el Radio de dicho partido. Sabe el declarante que en la Casa
del Pueblo, en los primeros días de la revolución mandó detener a un señor llamado
MORENO dueño de una panadería que fue conducido al cuartel del Batallón “Pablo
Iglesias” y asesinado. También recuerda que al Cuartel “Pablo Iglesias” llevaron
detenido a un muchacho alto que vivía en la calle de Rodríguez Espinosa y fue sacado
de casa de José Montesa por varios individuos que tenían constituido un comité de
incautación en el Arroyo del Olivar, 30 ó 32, siendo uno de ellos un albañil conocido
por Pepe “el Cuadrado”; conducido al cuartel el referido joven, se suicidó tirándose por
la azotea del convento, sin duda por temor.

Los dirigentes del referido cuartel “Pablo Iglesias” eran un tal Mármol sin oficio
conocido que a los pocos días de la revolución fue nombrado comandante de Milicias,
cargo que conservó y Diego García que se puso las estrellas de capitán.

El Batallón “Pablo Iglesias” que más adelante se convirtió en 49 Brigada fue fundado
por el coronel Lacalle, que en la misma noche el 18 de julio de 1936 acompañado por
un capitán del Ejército a quien le faltaba un dedo y que parece ser era de Artillería y
de algunos más bajó con un camión cargado de armas repartiéndolas en la Casa del
Pueblo del Puente de Vallecas, en el círculo de Izquierda Republicana y en los demás
centros del Frente Popular; el coronel Lacalle frecuentaba el cuartel de Pablo Iglesias
durante los primeros meses de la revolución y hasta el año 1937.

En el convento del Ave María próximo al que servía de cuartel al Batallón “Pablo
Iglesias” instalaron los comunistas de la barriada un Radio y un cuartel de Milicias
fundado por Manuel Fernández Cortinas (a) “el Barbas” [MARCELO HERNÁNDEZ
SAEZ] vecino del Puente de Vallecas y repartidor de pan, que más tarde mandó a la 44
Brigada [Mixta], originada en dichas milicias del Partido Comunista del Puente de
Vallecas; eran también jefes en dicho centro o cuartel, un tal Félix Barriga, teniente;
un tal Manolo León, que era comandante y con mando político además de éstos de
milicias, un médico que se llamaba Fernando

(FOLIO 34)

Moltó Carbonell. Los que pueden ser considerados como más sanguinarios de dicho
cuartel comunista, son además del “el Barbas”; Félix Barriga, un tal Miguel, camarero
de Casa Vinagre; un tal Narciso [¿Rafael San Narciso Sancho, alias “El Hachero”?],
sobrino del referido Vinagre y que parecía enlace político y propagandista, viéndose
también en dicho centro mujeres con mono y correaje armadas de pistolas, ignorando
la misión que allí tuvieran.

En este centro comunista estuvo detenido MANUEL BIENCINTO, que fue asesinado;
también fue detenido por el Fernández Cortinas (a) “el Barbas” ELISEO CAYÓN,
también asesinado. Vio descargar en ocasiones a las puertas de dicho centro,
camiones con muebles, colchones y otros enseres que parecían procedentes de
saqueos.

Funcionaba en el Puente de Vallecas un grupo de las J.S.U. conocido por “Los Cinco
Diablos” y que estaba integrado por los siguientes individuos: Julián García [JULIÁN
GARCÍA DE LA CRUZ, alias “El Gorgonio” y alias “El Chiqui”, miembro del Comité
Revolucionario de Vallecas], Presidente de las J.S.U. de la barriada; había trabajado en
los talleres de fundición “Jareño” y llegó a comandante en el Ejército rojo en Paredes
de Buitrago y también en un Batallón disciplinario, por la Sierra. Vicente de Pablo,
Guardia Municipal de Vallecas, que luego fue Miliciano de Vigilancia de Retaguardia
y finalmente se llevó como teniente el referido Julián García. Enrique Burgos Risueño
(a) “el Soso”, también obrero de Jareño y Guardia de Asalto durante el dominio rojo.
Emiliano Soriano, fumista, que ingresó en la Policía roja, siendo jefe de Policía por la
provincia de Jaén y que actuó algún tiempo como policía en Madrid. Como chófer del
grupo actuaba un tal Julio (a) “el Corzo” [¿JULIO PASTOR, JULIO ÁLVAREZ?] que
primero conducía un coche que el declarante desconoce y después un “Delage” gris
incautado en la fábrica de bombillas. Concurrían al centro de las J.S.U. (Reina
Victoria, 1) a donde cree no llevaron detenidos, concurriendo también a la Casa del
Pueblo y al cuartel de “Pablo Iglesias”. Recuerda un asesinato realizado por dicho
grupo que fue a detener a El Escorial a D. JUAN CAYÓN, panadero, patrono por
entonces del declarante y a un hijo del mismo, de igual nombre y apellido; la
detención se practicó por virtud de un aviso de El Escorial a la Casa del Pueblo de
Vallecas, que fue al primero de dichos pueblos a recoger a los detenidos, que fueron
conducidos a la Casa del Pueblo de Vallecas de donde fueron extraídos y asesinados el
mismo día que los trajeron, a fines de julio o primeros de agosto de 1936. Los asesinos
fueron con el Guardia Municipal Vicente de Pablo, Enrique Burgos, Emiliano Soriano,
el chófer Julio y un tal Ángel Santamaría, que avanzada la guerra fue Comisario
Político de Aviación. El declarante, no obstante estar trabajando por entonces en la
panadería del Sr. Cayón, no se enteró de lo ocurrido hasta después del asesinato.

El declarante no formó parte del grupo de “Los Cinco Diablos” y a quienes sólo veía en
el bar, hasta fines del año 1936, en que se unió a ellos por tener presentada la petición
de ingreso en la Policía y encontrarse mientras tanto desocupado; estuvo con ellos
sólo quince días y en ese tiempo no practicó ninguna detención, recordando sólo
haber practicado un registro en el domicilio de D. Fernando Gallego. Por entonces ya
no estaba en el grupo Julián García que ya se había incorporado al Ejército rojo.

Niega haber intervenido en los asesinatos de los señores VILASECA, de D.


NICÓMEDES DE LA CRUZ HERNÁN y de D. ÁNGEL SAN MARTÍN. Del asesinato de los
señores Vilaseca, sabe que fue cometido por un tal Ernesto, de la Agrupación
Socialista; Vicente Embarba, camarero de Casa Vinagre y Vicente Matés así como otro
dependiente de Casa Vinagre llamado Miguel; lo sabe por conversación mantenida
con ellos mismos. Los señores Vilaseca, estuvieron encerrados primero, en el centro
comunista del Ave María, trasladados más tarde al cuartel socialista de “Pablo
Iglesias” y asesinados finalmente.

Gregorio Mesonero, que llegó a Comisario político en el Ejército rojo y un tal Mariano
“el Señorito”, comunistas del centro del Ave María, detuvieron a un patrono panadero
de la calle de Melquiades Biencinto, que fue asesinado. El Mesonero, siendo
Comisario político en la Sierra, fue castigado por asesinatos o desmanes análo-

(FOLIO 35)

gos cometidos contra soldados de su Brigada; con anterioridad a la revolución, sufría


condena por homicidio. Mariano “el Señorito” fue teniente en el Ejército rojo.
También Gregorio Mesonero y Mariano “el Señorito”, asesinaron cerca de Carabaña a
un posadero del pueblo de Vallecas, llamado JUAN FRANCISCO, a quien fueron a
buscar fuera de Madrid. También asesinaron en el término de Carabaña a LORENZO
RUIZ y su hijo, vecinos del pueblo de Vallecas.

Como queda expresado, el declarante ingresó en la Policía roja en febrero de 1937,


prestando servicio en la Comisaría del Hospital y más tarde a fines de 1937 en Ciudad
Real y en Puerto Lápice en servicios de Policía;

Niega haber participado en los asesinatos del Tren de Jaén.

Como checas, aparte de las mencionadas, recuerda en la barriada del Puente de


Vallecas, el Ateneo Libertario de la calle Emilio Ortuño, 11, dirigido por Victoriano
Buitrago, los hermanos Falomir.”

En agosto de 1936, con la creación del Comité Provincial de Investigaciones Públicas (CPIP)
en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, esta brigada pasó a actuar bajo sus órdenes, al igual
que dos brigadas anarquistas del Comité de Defensa del Puente de Vallecas. Esta situación
viene a confirmar una hipótesis de partida, y es que la violencia que ejercieron estos centros
fue limitada a la zona donde residieron y sobre población de la comunidad, y en el caso de
ejercerla sobre otros colectivos, esta fue promovida, o bien por denuncias concretas o bien por
el CPIP.

El mes de agosto fue de fervor revolucionario en Vallecas, donde era común, como en el resto
de Madrid, la persecución de derechistas, quinta-columnistas y curas derechistas. Tras el
primer bombardeo sobre Madrid que tuvo lugar el día 7 de agosto de 1936, que fue realizado
por una escuadrilla de aviones de origen alemán Junker-52, los ánimos en la capital y
alrededores estaban muy caldeados. En Vallecas se vivirá un suceso que tendrá gran calado
por sus características. A principios de agosto de 1936, el gobierno republicano (diputados
socialistas) decide enviar en tren a Madrid a la mayoría de los 800 presos que están recluidos
en la catedral de Jaén, que ha sido habilitada provisionalmente como cárcel. El segundo tren
que se dirigía a la estación de Atocha y que contaba con 254 presos custodiados por miembros
de la Guardia Civil, fue detenido a la altura de la estación de Santa Catalina situada en la zona
Este del Pozo del Tío Raimundo, por los milicianos de Vallecas. Allí los sacaron del tren y
comenzó su fusilamiento ante una multitud que acompañó a los milicianos en la operación,
sin que las fuerzas legales de la república pudieran oponerse. 189 de ellas murieron, entre
ellos el Obispo de Jaén, su hermana que fue disparada con una pistola por la miliciana Josefa
Coso apodada “la pecosa”, otros religiosos, falangistas y miembros de la CEDA. Unos 40 de
ellos sobrevivieron al no ser finalmente fusilados e ingresaron en la Cárcel Modelo de Madrid.
Posteriormente se identificaría la organización de esta controvertida matanza con el llamado
“Comité de sangre de Vallecas”. Este fusilamiento sumado a la práctica habitual de estos en la
capital, produjo reacciones de carácter internacional. La documentación diplomática ha
revelado que, al día siguiente de producirse los fusilamientos de Vallecas, algunos
embajadores extranjeros comunicaron al Gobierno republicano que admitirían en sus sedes
diplomáticas a ciudadanos españoles. El día 12 de agosto ingresaron en la Cárcel Modelo de
Madrid, los 40 supervivientes de los fusilamientos en los aledaños del apeadero de tren de
Santa Catalina.

Después de la guerra, se exhumaron un total de 206 cadáveres entre ellos el del Obispo de
Jaén; Monseñor Manuel Basulto Jiménez, junto con su hermana Teresa y el Vicario General D.
Félix Pérez Portela y demás compañeros, los cuales fueron trasladados a sus lugares de origen.
En la catedral de Jaén se encuentran varias lápidas de mármol con los nombres de todos ellos.

Hay varios factores a tener en cuenta para intentar comprender, la violencia de retaguardia. La
debilidad de la autoridad oficial republicana, cuyo sistema judicial y administrativo estaba
sumido en el caos y cuyas fuerzas de seguridad estaban denostadas por el pueblo que
desconfiaba absolutamente de ellas por haber sido en un pasado inmediato instrumento de
represión estatal era un factor, (en el Pueblo de Vallecas, los antiguos policías municipales,
tuvieron que alistarse a las Milicias de Control y Retaguardia). Otro era el desarrollo de los
acontecimientos, los cuales no habían sido favorables para un rápido aplastamiento del golpe
de estado y por contra la situación se agravaba con el avance de las tropas nacionalistas. Otro
era el fervor revolucionario de los primeros meses de la guerra donde la política unitaria de
guerra no estaba definida y se vivía en una especie de limbo revolucionario. Y el último factor
a tener muy en cuenta es la actividad de la llamada Quinta Columna, o elementos derechistas
que actuaban a favor de la sublevación dentro de las propias lineas antifascistas cuyas
acciones fueron reales en Vallecas y el efecto de los bombardeos a la retaguardia, que si bien
buscaban aterrorizar a la población civil, buscando un efecto negativo en la moral de los
trabajadores en armas, provocaba unas ansias de venganza que a veces acabaron en los
fusilamientos de retaguardia. En Madrid entre agosto y septiembre de 1936 fueron ejecutados
aproximadamente el 90% de los religiosos que murieron durante toda la guerra civil y
también la mayoría de los militares.

En Vallecas, este clima de espiral de violencia, se puede explicar a partir de varios sucesos, que
de manera ilustrativa, nos mete en la tensión social que se vivía. Casos como el de la
franciscana de la Divina Pastora “Sor Gertrudis”, nos ponen en situación. Sor Gertrudis,
pertenecía a una de las congregaciones, más odiadas por los trabajadores vallecanos. Las
dependencias de su congregación habían sido atacadas por lo menos un par de veces en la
República, antes de la guerra y ante el golpe del estado estas fueron ocupadas por las
Juventudes Libertarias y utilizado entre otras actividades como Ateneo Libertario.
Desplazadas las monjas de sus dependencias Sor Gertrudis se refugió en una casa de la calle
Almirante junto con otras de su orden de la comunidad de Vallecas. Como unos vecinos
protestaron porque era peligroso que hubiera monjas en la finca ella se marchó y se fue a la
portería de la casa de la calle Diego de León, 7 de Madrid con otras dos hermanas. Fue
detenida con un sacerdote y otra señora cuando iban a buscar a la hermana de la portera y
fueron ejecutados en Hortaleza el 13 de agosto de 1936.

Los fusilamientos se sucedieron en Madrid durante todo el mes de agosto y septiembre. El 23


de agosto, día de los sucesos de la cárcel Modelo, son fusilados Melquíades Álvarez, Ruiz de
Alda y Fernando Primo de Rivera entre otros. Se crean en Madrid los tribunales populares.
Muchos de estos fusilamientos, finalmente no se ejecutaban en la propia ciudad de Madrid,
sino que eran derivados a las poblaciones cercanas, como Hortaleza, Vicálvaro, Paracuellos
del Jarama, San Fernando de Henares o Vallecas.

El 1 de septiembre fusilan a tres hijas de la Caridad de la Casa de la Misericordia de Albacete 61


(una en el lugar conocido como los Toriles y otra en el pozo del Tío Raimundo). Expulsadas
del convento de Albacete el 25 de julio, fueron a Madrid donde se refugiaron en casa de un
sobrino de una de ellas en la plaza de Olavide, 5, de Madrid. Despues fueron a casa de unos
parientes de una de ellas que vivían en el Puente de Vallecas para librar de carga a su familia
de acogida que estaba temerosa de albergarlas. Su familia de Vallecas se negó a acogerla
porque tenía miedo de que los milicianos tomaran represalias. Al ser reconocidas como
monjas por los vecinos de Vallecas fueron detenidas y fusiladas en el Pozo del Tío Raimundo.
Fueron enterradas en el cementerio de Vallecas pero tras la guerra sus cuerpos fueron
exhumados y los trasladaron a la cripta de las Hijas de la Caridad en el Cementerio de San
Isidro de Madrid. Son actualmente beatas y conocidas como las mártires de Vallecas, por
parte de la iglesia católica.

El 12 de septiembre de 1936, el Teniente de la Guardia Civil, Román de las Heras, fue


conducido desde Madrid a Vallecas, por unos milicianos capitaneados por Antonio Ariño “el
Catalán”, los cuales, después de una breve permanencia en una plaza de Vallecas con el
detenido, llevaron a éste al lugar denominado “San Antón” donde le rociaron con gasolina y le

61 Dolores Caro Marín (nacida en Granátula de Calatrava, Ciudad Real en 1893), Andrea Calle González
(Plasencia, Cáceres, 1904) y sor Concepción Pérez Giral (nacida en madrid, 1887).
prendieron fuego, habiendo presenciado este asesinato numerosas personas.

Sobre Antonio Ariño “el Catalán”, hemos de hacer unos comentarios. Según varios de los
testimonios de la “Causa General” (testimonios recogidos bajo amenaza de muerte y sin
ninguna garantía de defensa) apuntan a este hombre como responsable de una brigadilla
dedicada a buscar y ejecutar a decenas de elementos considerados peligrosos o nocivos para la
causa de guerra republicana en Madrid, Villa de Vallecas, Fuentidueña de Tajo y algunos
pueblos más de la provincia . Identificado como anarquista es considerado como un
“malhechor común” o un atracador, por haber estado en la Penitenciaría francesa de La
Guayana. A su grupo se le ha llegado a llamar “Milicia de Información”. Estas milicias, estaban
constituidas por un jefe (responsable), y unos cuatro a ocho individuos, dedicados tanto a las
detenciones y registros como al cumplimiento de las ejecuciones acordadas por cada Tribunal.

También por septiembre el Teniente retirado de la Guardia Civil Juan Herranz y su esposa
Isabel Blanco González, fueron detenidos por milicianos socialistas del Puente de Vallecas
que acribillaron a balazos al matrimonio detenido.

El 31 de septiembre se produce el fusilamiento de las Hijas de la Caridad, Modesta Moro Briz


(nacida en Santibáñez de Béjar, Salamanca) y Pilar Isabel Sánchez Suárez (nacida en Madrid
en 1906). Tras ser expulsadas de la Casa de Salud y Maternidad se refugiaron en la Casa
Provincial sita en al calle Martínez Campos, 18, de Madrid, que se convirtió en hospital bajo la
protección de la bandera francesa. Como había ya demasiados refugiados hubieron de ir a
otro lugar. Ambas, por ser jóvenes se ofrecieron a ir a una pensión en la calle del Prado, 12, en
que estuvieron cierto tiempo. Enteradas que en la Casa Provincial había eucaristía diaria
fueron allí, pero milicianos del Ateneo Libertario de Vallecas las identificaron y las fusilaron.

Según una denuncia presentada por Luisa Rodríguez Ceballos, el 7 de octubre de 1941, los
padres de la denunciante, Ambrosio Rodríguez Cuesta y Dolores Ceballos Coscolla, así como
Antonio Rodríguez Ceballos de 14 años de edad y un sacerdote pariente de la familia, José
Coscolla Cavero, fueron detenidos en su domicilio de Madrid el 4 de septiembre de 1936 por
milicianos del Ateneo Libertario del Puente de Vallecas, y muertos probablemente fusilados.

A los milicianos de Vallecas se les atribuye algunas acciones punitivas (intento) y de


requisación de bienes en la provincia de Guadalajara (concretamente en el pueblo de
Medranda) a principios de octubre de 1936 “ … (Milicianos n. del a.) del puente de Vallecas en
busca del Sr. Alcalde, secretario, Pedro Domingo y demás para asesinarles, al no poderlos
capturar se llevaron 115 cabezas de ganado lanar, aves, jamones, judías y garbanzos y todo
cuanto podían, en total seis o siete camiones cargados por un valor de unas 20.000,-- pts. Se
rumorea que Marcos González fue el que trajo a los milicianos. Entre su cuadrilla una mujer
llamada Elena y un cuñado suyo llamado Julián Felipe que vive en el puente de Vallecas, barrio
del Tío Pío que por cierto todavía no ha sido detenido. En la marcha de estos con los
comestibles se marchó Marcos González y su cuñado Quintín Perucha, se sospecha que
fueron estos los que indujeron a la cuadrilla de rojos a venir al pueblo”. (Leg. Ayto. Medranda).

Estas acciones parecen coincidir con la estancia de las tropas del coronel Lacalle en
Guadalajara en la que se encontraban efectivos del Batallón Pablo Iglesias, aunque también de
Vallecas, por la zona se encontraban también combatientes anarquistas. La zona de Medranda
en esta época de la guerra era prácticamente linea de frente y lo más seguro es que esas
requisas se hicieran para alimentar a las tropas allí acantonadas. Muy difícilmente los
mentados vecinos del pueblo indujeran a ir a estas milicias a Medranda, ya que aparecieron
por la zona a raíz de un movimiento táctico que se inicio con la derrota de la sublevación en
Guadalajara y tenia como cometido liberar toda la provincia. La consecuencia de este
movimiento, que su momento álgido fue el avance y los combates de Sigüenza, será que la
provincia de Guadalajara se mantenga como linea de frente durante toda la guerra, con la
Batalla de Guadalajara a primeros de 1937 como principal acción bélica.

El mes de noviembre era de mucho nerviosismo en Madrid y sus alrededores, las tropas del
general Franco se encontraban a las puertas de Madrid, cuyos barrios y localidades cercanas
empezaron a recibir bombardeos indiscriminados contra la población civil, que produjeron
miles de víctimas. Ante esta situación el movimiento represivo se agudizó y dio como
resultado los famosos fusilamientos en Paracuellos del Jarama y en otras localidades como
San Fernando de Henares superándose las 2.500 víctimas.

En Vallecas este movimiento represivo tuvo su reflejo, como sitio de fusilamientos de


detenidos traídos sobre todo de Madrid. Sin saber ciertamente cuantos se produjeron en el
municipio, se puede estimar mínimamente que se supero la docena.62

La Agrupación Socialista, al igual que los Ateneos Libertarios o el Radio Comunista, siguieron
funcionando como competencias en cuanto al orden publico finalizado el año 1936. A
principios de 1937 perdieron sus atribuciones referentes al orden público y a la justicia, siguió
ejerciendo sus labores de agitación y propaganda, educativas y formativas. Cuando las tareas
de vigilancia fueron regularizadas por el gobierno, en Portazgo se estableció un puesto de
control de gestión compartida entre milicias de UGT y Guardia Civil. Por su parte la CNT
responde con la huelga general como protesta. La perdida de poder de los comités obreros, iba
a ser rechazada por amplios sectores del proletariado, no solo los anarquistas.

62 Cuatro hermanas de la Visitación de Santa María (que fueron beatificadas por el Papa Juan Pablo II el 10 de mayo
de 1998). El marido y el hermano de Araceli, la monja Cecilia Cendoya...
LOS NUEVOS CENTROS DE PODER OBRERO

En estos primeros días de la guerra, se atacarían y confiscarían varias propiedades de la


burguesía reaccionaria, los terratenientes y la iglesia, como es el caso del Convento de la
Divina Pastora, entre las calles Emilio Ortuño y Francisco Iglesias y que había sufrido otros
ataques antes, ahora pasaba a ser el Ateneo libertario del Puente de Vallecas, trasladado desde
la Calle Concordia, 7. En un primer momento se organizó aquí el Comité de Defensa de CNT
al que pertenecieron muchos miembros del ateneo, y que luego pasaría a las dependencias al
Hotel Piqueras. El Comité de Defensa de CNT de Vallecas en un principio circunscribía sus
competencias a la población, pero finalmente algunos de sus miembros partirán hacia otros
lugares como Toledo, Cuenca o Guadalajara.

Las funciones que asumió el ateneo fueron, la recogida e incautación de ropa y su reparto y/o
venta entre la población civil o su donación a las milicias, labores de reparto y venta de víveres
que se obtenían de la socialización anarquista de granjas cercanas a la capital, incautadas y
gestionadas en forma de cooperativas y de los alimentos que se cultivaban en las tierras que
circunvalaban a Vallecas, la incautación de viviendas vacías, para el realojo de población que
acudía a Madrid huyendo de las tropas sublevadas o para la población madrileña que perdió
su casa como consecuencia de los bombardeos.

Los partidos políticos y las demás organizaciones frente-populistas cambian de sedes de


manera inmediata, aprovechando la incautación de fincas y locales propiedad de elementos
reaccionarios huidos. Los edificios ocupados por partidos políticos y asociaciones obreras en
Vallecas fueron los siguientes: Las Juventudes Libertarias y el Comité de Defensa de la
barriada del Puente de Vallecas ocuparon el edificio de la calle Teresa Llorent 9 (Hotel
Piqueras), el Frente Popular ocupó el Ayuntamiento del Puente de Vallecas. La iglesia del
barrio de Entrevías en la calle Peironcely 1 y 2 (Entrevías, hoy Iglesia de San Carlos Borromeo)
fue ocupada por el Circulo Socialista de Entrevías – Picazo convirtiendose en Ateneo
Libertario, y el Ateneo Libertario Sur en la calle Los Requenas 9, el Ateneo libertario del
Puente Vallecas se traslada de Concordia 7 a la calle Emilio Ortuño, 13, el Ateneo libertario de
Carlota en la Iglesia del barrio de Doña Carlota y el Ateneo del Barrio de Picazo en la calle
Imagen, 1 (Hotel de D. Carlos en el barrio de Picazo), el Partido comunista en la calle de Doña
Sabina, 5 (Barrio de Doña Carlota) y el Partido Socialista continúa en la Casa del Pueblo sita
en la calle Concordia, 6 (Puente de Vallecas). El PC cambia su domicilio social a un amplio
espacio situado en la Avenida de la República 64. El Radio Comunista y del Círculo Socialista
de Entrevías – Picazo, ofrecieron al Ayuntamiento de Vallecas, un local incautado al
Patronato de enseñanza Rodríguez San Pedro, para que el Estado configurara en ellos una
escuela pública.

El ayuntamiento tuvo que adaptarse a la nueva situación que generó el golpe de estado y la
toma del poder efectivo (aunque no legal) del proletariado del campo y la ciudad. La sede del
ayuntamiento del Puente de Vallecas se vio anulada frente al resto de poderes que surgían
como fuerzas revolucionarias. Amós Acero, alcalde socialista de Vallecas, y con él el
ayuntamiento del Puente, quedaron ensombrecidos frente a las actividades que pusieron en
marcha los diversos centros político-sociales de la barriada. Incluso dentro de la Casa del
Pueblo del Puente de Vallecas, a la que acudió de forma ocasional (Amós Acero), pero donde
el poder residió en la cúpula directiva de este centro, no le hicieron ningún caso.

Muy distinta fue la situación en la Villa de Vallecas. Ante la noticia del golpe de estado, la
Agrupación Socialista de la Villa y Tomás Vijández tomaron la iniciativa. En una reunión que
organizaron, decidieron constituir un comité que “asumiese” las funciones del Ayuntamiento
y que centralizase toda la actividad revolucionaria del pueblo. En realidad el ayuntamiento (o
mas bien el despacho del ayuntamiento de Vallecas que había en el Pueblo de Vallecas), paso
a la historia, ya que este no era una herramienta validad, para la revolución que se estaba
haciendo y en base a la legalidad de este, no tenia por su forma la posibilidad de desarrollar
aspectos revolucionarios, que venían atacando de raíz la propia legalidad republicana.

Todas las fuerzas político sindicales de izquierdas de la localidad fueron invitadas a participar
en la constitución del comité. Socialistas y anarquistas, y posteriormente, comunistas
formaron parte de este centro, siendo su secretario el propio Tomás Vijández. Tomaron como
sede el ayuntamiento, y desde aquel, organizaron la vida local. Se encargaron de establecer
controles en las entradas y salidas del pueblo, de instalar guardias armadas en los edificios
importantes, como el almacén, el ayuntamiento o la estación, y de formar patrullas de
vigilancia. Formaron cooperativas para alimentar a la población, y a través de los registros,
incautar ropa para el mismo fin.

“Ante la noticia del golpe de estado, se procedió a realizar una reunión en la sede del
ayuntamiento, donde estuvieron presentes los principales representantes
anarquistas y socialistas del pueblo (los comunistas actuaron con los socialistas
desde que se instalaron en la Villa de Vallecas en mayo de 1936). Los allí reunidos
acordaron constituir un Comité en la sede del ayuntamiento de Villa formado por los
allí presentes, para organizar la vida en el pueblo, liderado por el teniente de alcalde
Antonio Vijández García. A partir de ese momento, el Comité de Villa de Vallecas
asumió una serie de funciones que iban más allá de las que tuvo en su día el
Ayuntamiento. Realizó labores humanitarias, como el reparto de alimentos entre la
población, o labores de seguridad, estableciendo patrullas y controles en los
principales espacios del pueblo, como las vías de entrada y salida, la plaza o el
almacén”

El Ateneo de la Villa de Vallecas, el Radio Comunista o la Agrupación Socialista, no realizaron


iniciativas del tipo a las que se hacían en el Puente Vallecas, porque la dualidad de poderes se
estaba superando mediante un nuevo comité. En ningún momento hubo competencia entre
los centros revolucionarios, sino cooperación. Fue más fácil lograr este objetivo de aunar
fuerzas, que en otros sitios como el Puente de Vallecas, porque al ser un pueblo de pequeñas
dimensiones, todos se conocían y les unían lazos culturales y familiares, es decir, hubo un
sentimiento mayor de pertenencia a una comunidad que en otros lugares con mayor
población.

Otra de las funciones que centralizó el comité de Villa de Vallecas fue la labor represiva. Una
labor diferente a la que se realizó en el Puente. Hubo diversas ejecuciones en zonas comunes,
visibles. Fueron los casos de Gumersinda, vecina del pueblo (unas fuentes defienden que fue
monja y otras jefa de Acción Católica Femenina), o el teniente de la Guardia Civil del Pueblo y
su esposa, ejecutados en la plaza. También, fueron acusados de responsables de organizar el
fusilamiento de 189 presos63, en el conocido suceso del tren de Jaén. El comité, al contrario
que el resto de centros, tanto de Villa como del Puente, desaparecerá en enero de 1937 por
normativa gubernamental, ya que para esas fechas las actividades de orden público que
asumieron este tipo de centros, volvían a estar bajo el monopolio del Estado. Los
representantes de las tendencias político sindicales que constituyeron el comité, se centraron
solo en las actividades de sus respectivos centros, y Tomás Vijández continuó durante casi
toda la guerra como Teniente de Alcalde de Villa de Vallecas.

63 Declaración de RAFAEL HURTADO RODRÍGUEZ, Madrid, 20-10-39, enterrador del cementerio municipal de
Vallecas en la época.
Antes, hemos hablado de la relación del Ateneo Sur (si nos referimos a su denominación por
el comité provincial) o Ateneo Central (si nos referimos a Vallecas), con el Comité de Defensa
central y como se relaciono y organizo en el en los primeros días de la lucha revolucionaria.
Ahora vamos a ver los aspectos del Ateneo Sur, como Ateneo Central de Vallecas.

Ante la situación que generó la sublevación, en los días próximos al golpe de estado se
produjeron reuniones en los ateneos vallecanos. La reunión más importante debió de ser la
del ateneo Central, por ser el centro anarquista más antiguo de la barriada y con mayor
presencia. De esta reunión salieron dos iniciativas: el traslado de sede, ocupando un edificio
de mayor superficie que el de la calle Concordia número 7, en la calle Emilio Ortuño número
11, y la constitución de un Comité de Defensa de la CNT en Vallecas compuesto por socios del
ateneo.

Se crearon nuevos ateneos en el barrio, identificados ya como centros de poder, como se ha


mencionado anteriormente. Además, estos centros empezaron a realizar una serie de
iniciativas que no contaban con el beneplácito del Gobierno. Se incautaron de tierras,
organizándolas en cooperativas y distribuyendo los productos entre la población. Se
incautaron de edificios, destinándolos a la creación de escuelas racionalistas o para albergar
refugiados que llegaban a Madrid huyendo del avance de las tropas sublevadas. Crearon
servicios de guardia armada para la defensa de los locales anarquistas. Repartían ropa que
conseguían de las incautaciones y registros que realizaban las patrullas de los ateneos,
comandadas por el Comité de Defensa. Por su parte, la

formación de patrullas y parapetos quedó en manos del Cuartel Confederal de la calle


Granada número 33, junto con la formación de milicias que partirían al frente.

Aunque en ningún momento hubo una jerarquía dentro de los ateneos vallecanos, si hubo
una estructuración en torno al del Puente de Vallecas o Central, el cual organizó reuniones
entre el resto de ateneos de la zona, para organizar y coordinar sus actividades, pudiéndose
escuchar los intereses y necesidades del resto de centros libertarios. Con esta afirmación no se
pretende hacer creer que el ateneo central organizó y controló la actividad represiva del resto
de centros anarquistas, ya que esta

actividad gozó de una amplia autonomía entre centros. Una muestra del poder del ateneo
Central frente al resto es que los principales cargos dentro del Comité de Defensa de la CNT
fueron ocupados por socios del Ateneo Central, al igual que todos aquellos que formaron
parte de sus brigadas. Este centro coordinó junto al Cuartel la actividad anarquista en la zona,
mientras que el Comité se encargó de la labor defensiva frente a los desafectos en retaguardia
y el Cuartel se encargó de las labores de seguridad ciudadana y labores militares.

Los ateneos fueron también los órganos encargados de ejercer labores de orden público,
incluido el Central donde estaba el Comité. No obstante, su actividad represiva fue más
efímera en el tiempo y de menor envergadura, en los ateneos, que la desarrollada por el
Comité de Defensa. Los ateneos fueron centros culturales y de solidaridad con los vecinos y
vecinas más humildes y afectados por la contienda, facilitando víveres, ropa e, incluso
vivienda, a través de los comités de vecinos. Muestra de ello fue el interés constante de los
dirigentes de los ateneos por conseguir financiación para las instalaciones de las escuelas,
pagos de profesores y profesoras o becas para sus alumnos y alumnas. Preocupación que se
mantuvo a lo largo de la guerra, ya que estos locales no cesaron sus actividades en 1937, como
si pasó con sus atribuciones jurídicas y de orden público.

Convento de las teresianas requisado.


LA REVOLUCIÓN EN LA ECONOMIA

Se montaron comedores comunales como el del Bar Centro, situado en la avenida de la


República nº 18, cuya comida y utensilios de cocina eran requisados. En el campo se
constituyeron dos colectividades: una localizada en la finca del marqués de Pavones, creada
por los obreros que trabajaban en la misma; la otra abarcaba todo el distrito de la Villa.
Ambas estaban controladas por la Unión General de Trabajadores UGT. La CNT propuso crear
una cooperativa conjunta de CNT-UGT, cuya misión sería la de distribuir los productos de las
dos nuevas colectividades agrarias. Sin embargo, la propuesta fue rechazada de plano por la
UGT local, que decidió constituir su propia cooperativa en solitario. El control de la
producción alimenticia y de su distribución era vital, para el desarrollo de la guerra. Ya para
agosto, en la provincia de Madrid se podía sentir la escasez de algún alimento en concreto,
aunque aun no se llegaría a las situaciones extremas que se vivirán más adelante. El problema
de abastecimiento de alimentos se agravará con la aparición de elementos acaparadores
(especuladores de productos alimenticios) y el extraperlo. Para combatirlo, además de
perseguir a los elementos especuladores, se vio la importancia de que la producción y
distribución de alimentos la hicieran los propios sindicatos, en detrimento de particulares,
que eran muy susceptibles de darse al mercado negro, con los perjuicios que eso suponía,
sobre todo en relación con la población más desamparada.

El control de los sindicatos sobre terrenos e industrias en Vallecas es evidente, aunque no se


sabe mucho sobre el desarrollo de estos. Por ejemplo se sabe que la famosa fábrica de ladrillos
de Valderribas, donde se desarrollaron diversas luchas obreras con anterioridad, será
incautada y posteriormente, sus ladrillos serán enviados al frente vallecano y otros anexos,
para la construcción de las lineas defensivas en las terrazas del rio Manzanares. Esta fábrica
fue gestionada por un comité obrero y probablemente esta practica se desarrollo en más
industrias del ramo de la construcción. Parece ser que la fábrica de bombillas también fue
incautada, como la fábrica de dulces o chocolates, así como otros negocios menores como
ferreterías, pequeños talleres del Metal, etc. También se sabe de dos cooperativas agrarias en
Villa de Vallecas que ocupaban toda la tierra explotada en el termino municipal de Vallecas, lo
cual fue la practica normal en el campo latifundista del territorio republicano, si bien en otras
zonas republicanas como la norte, la política agraria en la practica se basaba en el reparto de
tierras con tendencia a la protección y desarrollo de la pequeña propiedad; en los campos de
Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Toledo y Madrid, el movimiento de cooperativas
agrarias fue hegemónico. Otros pequeños comercios de abastos, panaderías, molinos, salas o
bares, también fueron incautados.

A pesar que en otros tiempos, los campos de Vallecas y de otras poblaciones de la campiña
madrileña, habían sido capaces de suministrar alimento a Madrid, la situación de guerra lo
impide. A finales de septiembre de 1936 la Comisión Nacional de UGT, admite que las
localidades de alrededor de Madrid no son capaces de poder suministrar el alimento
suficiente a la capital, que en esos momentos esta recibiendo oleadas de refugiados que huyen
de las zonas de guerra y del ejército rebelde, lo cual agrava la situación, por lo que se ve
necesario importar alimento urgentemente de la zona de Levante. Según fue avanzando la
guerra el problema de suministro de alimento se agravaría y a ellos se les acompañaría la
escasez de otro tipo de consumibles, como el tabaco, los productos de higiene o el papel en
todas sus utilidades.

Las distintas milicias de los partidos de izquierda y agrupaciones sindicales se incautaron de


distintos locales para su uso.64 El colegio del Niño Jesús de Praga (en la avenida de la
República 68) quedó en manos del batallón Pablo Iglesias; el colegio del Ave María (próximo
al anterior) fue tomado por los comunistas y el colegio de Santa Teresa (Emilio Ortuño, 13)

64 El régimen franquista, para justificar su desmedida represión, calificara de “Chekas” a todos los locales de partidos
y sindicatos ya hubiesen sido incautados araiz del golpe de estado rebelde o estuvieran en funcionamiento antes de
la guerra. Así el régimen franquista considerara en Vallecas como Chekas, las siguientes: Concordia, 6 (Puente de
Vallecas).—Casa del Pueblo, del partido socialista construida y utilizada por los socialistas vallecanos antes de la
guerra; Plaza de doña Carlota (Iglesia parroquial del barrio).—Sucursal del Ateneo libertario del Puente de
Vallecas; Doña Sabina, 5 (Barrio de Doña Carlota).---Centro comunista del Puente de Vallecas; Emilio Ortuño, 13.
—Ateneo Libertario del Puente de Vallecas; Imagen, 1 (Hotel de D. Carlos, en el barrio de Picazo del Puente de
Vallecas-Sucursal del Ateneo Libertario de la calle de Emilio Ortuño; Peironceli 1 y 2 (Puente de Vallecas).- Checa
del barrio de Entrevías; Los Requenas 9.-Ateneo Libertario del Puente de Vallecas; Ayuntamiento del Puente de
Vallecas.- Checa del Frente Popular; Carretera de Valencia 68 (Colegio de las Hermanas del Ave María) .- Checa
comunista; Teresa Llorente 9 (Hotel Piqueras, también llamado del General Ampudia).- Juventudes Libertarias y
Comité de Defensa de la barriada del Puente de Vallecas.

Causa General, legajo 1530, expediente 7, folio 1:

Pieza sobre Checas

Ramo separado nº 6 (Ateneo Libertario del Puente de Vallecas)

direcciones escritas a mano (se supone de lugares citados en los testimonios):

Calle Teresa Llorente (hoy General Sanjurjo) 9 Concordia, 6

Avda del Generalísimo 43, 68 y 70 (hoy es Albufera, antes de la guerra era Carretera de Castellón o de
Valencia)

Reina Victoria, 1

Plaza Dª Carlota, 2

Nicolás Salmerón (hoy general Sanjurjo) 9

Imagen, 1

Peironcely 1 y 2
por los anarquistas. Por otro lado, la iglesia de Entrevías fue incautada y después de limpiarla
de imágenes, se decidió establecer en ella escuelas para los hijos de los obreros. La
Agrupación Socialista se apropió del teatro de las catequistas, donde instaló las secretarías de
su organización y del Radio comunista.

Al respecto de las incautaciones que se empezaron a producir por parte de partidos y


sindicatos, en una nota remitida por el Comité Provincial de los comunistas de Madrid a sus
Radios se dice lo siguiente:

“Se hace preciso que con toda urgencia, y sin excusa alguna, todos los Radios envíen
al Comité Provincial una relación de las fincas urbanas que se hayan incautado,
mencionando la aplicación dada al edificio. El Comité Provincial, en cumplimiento
del decreto del 27 de Septiembre, entregará esas relaciones a la Junta de Fincas
Urbanas incautadas para que por esta se proceda a fijar el cartel de incautación,
levantando la oportuna acta de propiedad a favor del Estado.

Hasta el presente ya han enviado sus relaciones de fincas incautadas los Radios
Guindalera, Este, Oeste y Pacífico, así como la Agrupación Socialista Madrileña y
otros Partidos. El Partido Comunista no puede demorar por más días el cumplimiento
de una resolución del Gobierno del Frente Popular y por ello esperamos que mañana
mismo obrará en poder del Comité Provincial las relaciones de los Radios que faltan
de Madrid y dentro de dos o tres días, los de la Provincia”

Esta es la posición del PC con respecto a la política de incautaciones de fincas que,


entendemos, fue cumplida por los militantes vallecanos, aunque notamos su falta en la
comunicación reproducida. Lo que bien se sabe, es que en un principio el PC, incauto

Sª Sabina, 5

José Antonio (antes Nicasio Méndez) 73, 92, 111

Emilio Ortuño, 11

Pacífico 105

Los Requenas

Granada 4, 30, 11, 53, 50

Folio 31

Causa General de Madrid, pieza nº 4, Checas.


variedad de edificios, e incluso se contagió con el movimiento revolucionario, siendo estos
actos cortados de raíz a través de las primeras comunicaciones del PC con la Internacional
Comunista, en la que esta ultima instaba (vía J. Dimitrov), que se dejaran de revolución y
fortalecieran la política de Frente Popular de clases. Las indicaciones de la IC al PC, serian las
de respetar, la pequeña propiedad, y la gran propiedad de los que fueran afectos a la república
y solo incautar, en forma de nacionalización, las propiedades de los que se hubieran unido al
golpe de estado. Esto en el terreno agrícola; en el terreno industrial, las indicaciones eran
similares; respetar el la propiedad privada en el comercio y en la industria de los que no
habían apoyado el golpe de estado

El control sobre la carretera de Valencia se hizo muy importante estos primeros días de guerra
ya que del polvorín de Vallecas se sacaban grandes cantidades de munición destinada a los
combatientes de la sierra de Madrid y por otro lado por ser la mas importante vía de
comunicación de Madrid hacia Valencia y el Levante. Es decir, el control sobre la principal vía
de acceso a Madrid desde Valencia, entendiéndola como vía de comunicación estratégica,
estuvo controlada en un primer momento por las fuerzas proletarias. Para cuando el gobierno
republicano abandona Madrid y lo hace por la carretera de Valencia, a su paso por Vallecas, se
sucederán multitud de insultos y abucheos a la gran comitiva kilométrica que huye de un
Madrid como campo de batalla, demostrándose así el rechazo del proletariado vallecano al
gobierno.

La iglesia de San Ramón Nonato se convertirá en hospital de sangre y refugio para huérfanos
de guerra, tras ser asaltada y quemadas sus imágenes; como la de la virgen del Carmen
(“Patrona del Puente de Vallecas”). Desde esta iglesia actuara el AMA. La Asociación de
Mujeres Antifascistas65 que en Vallecas comenzaría su actividad tras el triunfo del Frente
popular en las elecciones de Febrero de 1936 (en Abril de 1936, el AMA, está ya denunciando
los delitos que cometen pistoleros fascistas en Vallecas), lanza en estos primeros días de
guerra, una convocatoria para organizar a las mujeres en la retaguardia. Esta iglesia también
sera utilizada por el SRI y las JSU.

El 28 de agosto de 1936, la Agrupación Socialista de Vallecas organiza una corrida de toros


benéfica en apoyo a los hospitales de sangre y de milicianos de UGT, CNT y PC del municipio.
Según nota del diario ABC, esta fue un éxito.66

El 30 de agosto se celebra un festival deportivo a beneficio de las Milicias Populares de


Vallecas. El acto fue organizado por el Comité pro Olimpiada Popular de Barcelona y
patrocinado por el PCE, la CNT y la Agrupación Socialista de Vallecas. El festival consistió en
unos partidos de fútbol que enfrentaron en el Estadio Dinamo (se le cambia la denominación

65 Mujeres Antifascistas surgió de un congreso mundial de mujeres contra la guerra y el fascismo que se celebró en
París en Agosto del año 1934 al que asistió una delegación de mujeres españolas. Días después, en el cine Barceló
de Madrid se celebró la reunión fundacional del movimiento de Mujeres Antifascistas de España con Catalina
Salmerón como Presidenta del mismo. Sus objetivos eran el de fomentar iniciativas de alfabetización entre las
mujeres y movilizarlas en actividades sociales de todo tipo, preferentemente en el mundo laboral. Durante el Bienio
Negro del Gobierno de la CEDA , se reconstituyó como Pro infancia Obrera, y se mantuvo así hasta que el Frente
Popular gana las elecciones de 1936.
66 ABC 29 de agosto de 1936.
al estilo soviético al antiguo estadio de Vallecas, que había sido propiedad del Atlético de
Madrid) a la Selección de Asturias, el Madrid F.C.67 y el Atleti Club de Madrid con la Selección
Vallecana de fútbol.

El día 7 de octubre, mujeres socialistas, comunistas, independientes y de la CNT, acudieron a


un acto del AMA en el que intervino la Secretaria General del Comité Nacional, Encarnación
Fuyola. Inmediatamente después, el AMA de Vallecas comienza a funcionar un taller de
confección de calzoncillos y cazadoras para los combatientes, pero que debido a la necesidad
de material, se especializó en la confección de estas últimas ya que el invierno se venia encima
y había escasez de ropa de abrigo para los combatientes. Este taller situado en la sede del PC
de la Avenida de la República, empleo a unas 25 mujeres.

Por parte de los anarquistas los primeros meses de guerra también serán de continua
agitación y propaganda y entre otros actos propios de esta actividad podemos destacar la
conferencia de Avelino Blanco, titulada “Paralelismo entre dos fechas de unidad juvenil:
octubre 1934 y julio 1936.” y efectuada en el cine Goya del Puente de Vallecas, la cual
posteriormente editada en libro por la Federación Local de Juventudes Libertarias. 68

El Ateneo Libertario Sur del barrio del Puente de Vallecas fue un centro (físicamente
hablando del edificio) que se constituyó como consecuencia de las incautaciones del golpe de
estado del 17 de julio de 1936, en un hotel incautado en el verano-otoño de ese mismo año. Se
desconoce la fecha exacta de constitución, ya que fue registrado en el Libro de Asociaciones
de la Provincia de Madrid en febrero de 1937, no obstante, los testimonios de los protagonistas
parece indicar que fue con anterioridad a esta fecha. Al constituirse durante la contienda,
incorporó a sus funciones la labor educativa y cultural de preguerra y las actividades

67 La fundación del Club en 1902, se gesta en el corazón de la ILE (Institución Libre de Enseñanza). Rafael Sánchez-
Guerra, político republicano, concejal del Ayuntamiento de Madrid por la “Conjunción Republicano-Socialista” y
miembro activo de la “Agrupación al Servicio de la República”, sube a la presidencia del Club el 31 de mayo de 1935.
El 4 de agosto de 1936 el Madrid FC es incautado por el Frente Popular a petición de sus socios. Se hacía cargo de la
presidencia de la Junta Directiva Juan José Vallejo por el Comité de la Federación Deportiva Obrera, manteniéndose
Hérnández Coronado como secretario general.
“El Frente Popular regirá los destinos del Madrid FC y anuncia que el club ha acordado la celebración de un
partido internacional con la Selección Soviética para recaudar fondos con destinos a la suscripción abierta a favor
de las víctimas de las familias caídas en la lucha contra los faciosos”. (…) “El Madrid FC ha abierto una
suscripción a favor de las víctimas del fascismo. Este club ha encabezado dicha suscripción con cinco mil pesetas
que han entregado directamente al presidente del Consejo de Ministros, Sr. Giral. Todos los empleados y obreros del
mismo han contribuido a dicha suscripción con un día de haber, importando en total 286,30 pesetas. Dentro de unos
días les imitarán los jugadores, dejando un día de haber en su sueldo”. El Liberal, 11 de agosto de 1936.
“Un club democrático como el Madrid, con un plantel de socios netamente republicanos de izquierda, no podía
temer nada. La Deportiva Obrera, que tiene un gran concepto de los principios deportivos, encontró justos los
razonamientos de algunos socios, y juntos concibieron un plan que ha sido puesto en práctica y aprobado sin
excepción alguna, por todos los sectores deportivos de Madrid. Reunidos socios del Madrid y directivos de la
Federación Obrera acordaron designar un Comité directivo que sustituya a la actual Junta directiva. El citado
Comité, nombrado ya, está integrado por dos directivos pertenecientes a la Federación Deportiva Obrera. Uno de
ellos es Juan José Vallejo”. Informaciones.
Durante 1937 Vallejo es relevado por el coronel comunista Antonio Ortega, considerado héroe popular de la lucha
contra el fascismo. Con la victoria de los rebeldes, Ortega es detenido y asesinado en julio de 1939, nombrándose
presidente a Adolfo Meléndez.
68Avelino Blanco. Paralelismo entre dos fechas de unidad juvenil: octubre 1934 y julio 1936. Conferencia pronunciada
en el cine Goya (Vallecas). Madrid, Federación Local de Juventudes Libertarias, 1938 (Imp. Sindicato Único de Artes
Gráf.), 30 p. AS, UV. Referenciado en: Ignacio C. Soriano y Francisco Madrid. BIBLIOGRAFÍA DEL ANARQUISMO
EN ESPAÑA 1868-1939. 8ª Ed. Abril de 2016. España. Pag. 106.
represivas que ejercieron los Comités de Defensa que se constituyeron en estos centros.

El primer colegio que abrieron se ubicó en la calle Libertad número 84, donde se había
constituido el Ateneo, trasladándose el mismo al número 119 de la misma calle. El colegio
contó con 20 niñas inscritas y 40 niños todos ellos atendidos por el profesor Aniceto Díaz. El
segundo grupo escolar se formó en el 119 de la calle Libertad el 21 de marzo de 1938 con 24
niños y 22 niñas, todos ellos asistidos por Eusebio Cortecero. En el mismo edificio se inauguró
el tercer grupo, el 9 de abril de 1939 con 13 niñas y 31 niños, bajo la tutela de la profesora Flora
Moya. Este modelo educativo llegó así a 150 niños (de los cuales 55 eran niñas y 95 niños).
También realizó labores humanitarias, como el reparto de víveres, ropa o inmuebles obtenida
a través de donaciones e incautaciones en los registros domiciliarios. El primer colegio que
abrieron se ubicó en la calle Libertad número 84, donde se había constituido el Ateneo,
trasladándose el mismo al número 119 de la misma calle. El colegio contó con 20 niñas
inscritas y 40 niños todos ellos atendidos por el profesor Aniceto Díaz. El segundo grupo
escolar se formó en el 119 de la calle Libertad el 21 de marzo de 1938 con 24 niños y 22 niñas,
todos ellos asistidos por Eusebio Cortecero. En el mismo edificio se inauguró el tercer grupo,
el 9 de abril de 1939 con 13 niñas y 31 niños, bajo la tutela de la profesora Flora Moya. Este
modelo educativo llegó así a 150 niños (de los cuales 55 eran niñas y 95 niños).3 También
realizó labores humanitarias, como el reparto de víveres, ropa o inmuebles obtenida a través
de donaciones e incautaciones en los registros domiciliarios. Además de estas funciones,
realizó otras relacionadas con las capacidades coercitivas y judiciales.

La Huelga General de CNT en enero de 1937. La convocatoria de una Huelga General, en una
localidad, que es linea de frente de guerra, nos lleva a entender la importancia política de
estas decisiones. La UGT, no seria muy partidaria en Vallecas de que sus comités perdieran
poder. Los decretos republicanos, sobre industria y el campo, respetaron las cooperativas
constituidas sobre la propiedad privada golpista, de esta manera, los campos de Vallecas,
siguieron siendo gestionados por los obreros agrícolas, bajo supervisión o legalización normal
del gobierno y las grandes fabricas, como la de ladrillos de “Valderribas” en manos del
Sindicato de ramo ugetista. Así también pasó con los numerosos negocios auxiliares de la
agricultura, como molinos y panaderías, que en su mayor parte pertenecieron a derechistas y
en las que el comité del sindicato de Artes Blancas, tenia mucha influencia.

Para los anarquistas, generalmente partidarios de desarrollar la revolución en medio de la


guerra, la perdida de autoridad de sus organismos, ya fuese en el terreno económico, militar o
de ejercicio de poder local, eran signos de que su revolución se desvanecía. Si bien los sucesos
de mayo de 1937 en Barcelona, son el culmen de la rivalidad política entre las fuerzas
antifascistas en torno a problemas prácticos como el de la economía de guerra centralizada
frente la gestión comunal y de sindicatos; el control centralizado de las comunicaciones frente
a su gestión por parte de sus trabajadores; la militarización de las milicias; la perdida de poder
de los comités de zona frente a, los organismos estatales, judiciales y fuerzas de orden
publico.... Esta rivalidad y esta tensión desembocó como mínimo en protestas en todos los
sitios donde el anarcosindicalismo estuvo presente, llegando estos enfrentamientos a ser
directos como fueron casos en Aragón, Cataluña o Andalucía.

Durante la contienda, y principalmente, durante el verano otoño de 1936, el ayuntamiento


quedó eclipsado frente a la movilización popular encauzada por los Ateneos Libertarios, las
Casas del Pueblo y las Radios Comunistas de la zona. No obstante, el ayuntamiento no
desapareció ni se colapso, sino que compitió con el resto de organizaciones político sindicales,
por recuperar las atribuciones perdidas, siendo políticamente foco de la contrarrevolución.
Por ello, desde el ayuntamiento se intentaron llevar a cabo iniciativas como nuevas funciones,
generalmente de carácter social, como el mantenimiento de las escuelas públicas a pesar de la
carestía impuesta por el conflicto y el éxito de las escuelas racionalistas o el reparto de
alimentos y ropa. Además de mantener antiguas funciones como mantener los vínculos con la
administración central u ofrecer servicios a sus residentes. Sin embargo, no fue hasta los
inicios del año 1937 cuando se vio impulsado por las medidas del gobierno de Largo Caballero
y pudo recuperar el monopolio perdido en las jornadas iniciales de la contienda. Una de las
formas por las cuales recuperó la totalidad de sus funciones fue la incorporación de
destacados líderes locales anarquistas, comunistas y socialistas en el consistorio,
principalmente a través del cargo de consejeros-concejales, puesto en el que se mantendrían
hasta el final de la guerra.

El día 5 de abril de 1937, el pleno del Radio Comunista acuerda dirigirse a los responsables
políticos y sindicales de Vallecas, para solicitarle la constitución de un solo partido y una sola
central sindical, fortalecer el Frente Popular y caminar a la unidad con la CNT. También por la
incidencia más doméstica, se apuesta por la intensificación de la producción de guerra y la
organización de la retaguardia.

Para la Conferencia Provincial del PC celebrada el 9 de Abril, en el informe que presenta el


delegado del Puente de Vallecas con relación a la unidad de los Partidos destaca: (...) que en
Vallecas existe un Ayuntamiento en el que están unidas las mayorías socialista y comunista
(...). También señala que la filiación supera las 5.000 personas y que ya tenían organizados dos
batallones y dos fábricas donde se venían formándose las brigadas de choque: (...) El Radio
del Puente de Vallecas ha organizado dos batallones, que han sabido ponerse en cada
momento a la altura de las mejores unidades. En las fábricas hemos creado Brigadas de
Choque que han dado por resultado obtener un 60 y un 75 por cien de aumento en la
producción.

Para abril, casi todo el movimiento revolucionario estaba liquidado. PSOE y PC se unieron en
torno al ayuntamiento, mientras CNT, JJLL y FAI, siguieron con sus comités con un poder muy
limitado ya. La UGT entró en el juego ya que mantuvo cierto control sobre la economia.

El día primero de Mayo de 1937 es un día de unidad entre socialistas y comunistas en Vallecas;
se organiza un festival con motivo de la fiesta de los trabajadores en el que colaboran ambos
partidos marxistas y en homenaje a los combatientes del frente y de la retaguardia. Las
intervenciones las llevan a cabo Pablo Diezma y Juan Muñoz, por el PC, y el compañero
Cubillo, por el PS. Pero el mes de Mayo también es el mes de la crisis en el Gobierno de la
República.

El 16 de mayo de 1937, Vallecas sufre el bombardeo de la artillería nacionalista. Estallan


proyectiles en la Avenida de la República (Av. De la Albufera) y en la calle Rodríguez Espinosa.
El bombardeo produce la muerte a 8 personas y causa 12 heridos.

Cine construido con cemento de una fabrica vallecana.

Reportaje fotográfico de R. Capa sobre Vallecas.


BALANCE

1- En Vallecas, sitio de gran tradición de lucha proletaria, se abre una revolución como
consecuencia de una coyuntura, en la que el golpe de estado y el rechazo a este
exclusivamente por fuerzas proletarias, que se arman les hace frente.

2- La revolución en Vallecas, consiste en el proceso de control obrero por medio de sus


comités, de todo lo relacionado con la vida política, social, económica y cultural.

3- Esta revolución fue mas profunda en Villa de Vallecas, que en el Puente de Vallecas, que se
encontró con la oposición del ayuntamiento.

4- Durante los meses de julio de 1936 y enero de 1937, hubo una dualidad de poder interna,
representada por los comités y el ayuntamiento. En el plano general, la revolución de los
comités en Vallecas se relacionaba con un movimiento similar que se daba por todas partes
del Estado Español.

5- Si bien el ayuntamiento de Vallecas paso a no ser nada durante los primeros meses de la
guerra, su no liquidación hizo posible que la política contrarrevolucionaria se organizara en
base a este en el plano local.

6- La revolución en Vallecas no se le puede atribuir directamente mas que a las masas


proletarias, sin distinción de filiación política, si bien la propaganda en favor de profundizar
en la revolución vino por parte de la CNT, JJLL y FAI, no debemos de dejar de recordar la
actuación de la CNT en referencia a su participación en el Estado y el Frente Popular.

7- La revolución en Vallecas fue aplastada por la implementación de la política de Frente


Popular, alentada por la burguesía republicana, el PSOE, el PC y patrocinada por la
Internacional Comunista y la Unión Soviética y seguida de forma vacilante por CNT y POUM.
En el plano político, amplias masas, sectores de CNT-FAI y de la Izquierda Comunista,
estaban por desarrollar la revolución.

8- De forma efectiva la contrarrevolución desarmó a las milicias bajo una gran propaganda
encargada de hacer ver la poca efectividad de estas en el terreno militar, deshizo el control
obrero efectivo en las actividades productivas, protegió la propiedad privada y el capital
extranjero de origen inglés y francés, compitió con los centros obreros en materia educativa,
deshizo los tribunales revolucionarios y volvió a dar estos atributos a la justicia burguesa (con
participación de las organizaciones). Las milicias de retaguardia se sustituyeron por las
fuerzas de seguridad del régimen republicano (Guardia de Asalto y Guardia Civil) que habían
sido encargados de reprimir las huelgas en Vallecas y quienes como la Guardia Civil, habían
sido atacados y muertos sus mandos. El control sobre la vivienda y sobre la distribución de
alimentos y otros artículos de primera necesidad volvieron a las instituciones reconocidas por
el gobierno.

9- Los comités revolucionarios: de milicias, de fábrica, de barrio, de explotaciones agricolas,


locales, de seguridad interior, de abastos, etcétera, eran el embrión de los órganos de poder de
la clase obrera. Iniciaron la expropiación de las propiedades de la burguesía, pusieron en
marcha la colectivización industrial y campesina, organizaron las milicias populares que
definieron los frentes militares en los primeros días, organizaron patrullas de control y
milicias de retaguardia que impusieron el nuevo orden revolucionario mediante la represión
violenta de la Iglesia, y los patrones.

10- Estos comités no fueron incapaces de coordinarse entre sí y crear un poder obrero
centralizado. Los comités revolucionarios desbordaron con sus iniciativas y sus acciones a los
dirigentes de las distintas organizaciones tradicionales del movimiento obrero.

11- No se planteó la alternativa revolucionaria de destruir el Estado republicano y convertir los


comités en órganos de un poder obrero y las Milicias en el ejército del proletariado. Por ello
no se puede hablar auténticamente de revolución proletaria, sino de un movimiento
revolucionario abortado, que en su máxima expresión, mantuvo el control hegemonía en los
primeros meses de la guerra frente a los poderes institucionales. La revolución terminó siendo
asimilada por una serie de “conquistas obreras”, dentro del marco estatal republicano.

Control Proletario de la carretera de Valencia en la entrada del Puente Vallecas desde Madrid.
Milicias tras el asalto al Cuartel de la Montaña.
STADIUM DINAMO DE VALLECAS. Acto conjunto pro Hospital de Sangre. El niño de la
bicicleta va con una bandera roja y otra negra.

Barrio proletario de Doña Carlota en 1917.


Movimientos de tropas en Vallecas. 1937.
Corrala de Doña Carlota en 1933.
Famosa casa de la calle Peironcely fotografiada por R. Capa tras un bombardeo. Esta casa
estaba a unos 50 metros del Ateneo de Entrevias. Estas viviendas eran las tipicas construidas
para el proletariado “casas baratas”.

Iglesia de San Ramón Nonato como hospital de sangre y horfanato.


Mujeres protestan por la falta de pan. 24 de julio de 1934. La escasez de pan en las tahonas,
hacían subir de precio el pan.

Disturbios del 22 de enero de 1932, en el Puente de Vallecas.


Puente de Vallecas en plena guerra.
Metro Puente de Vallecas. Refugio contra los bombardeos.

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