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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

DEFENSA PÚBLICA
DEFENSORIA PÚBLICA SEGUNDA PENAL
PARA ACTUAR ANTE LOS TRIBUNALES DE PRIMERA INSTANCIA
EN FUNCIONES DE CONTROL DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS.

Caracas, 20 de Octubre de 2015


205°156°y 16°
OFICIO: N°-AMC-CV-PF-DP2°-2015-
Ciudadanos.-
Presidente y demás Jueces de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
Su despacho.-

Quien suscribe, MARGIN RUIZ VILLASMIL, Defensora Pública Penal Provisoria Segunda
(2°) del Área Metropolitana de Caracas, para actuar ante los tribunales de control en mi carácter de
Defensora designada al ciudadano: ERICK DE JESUS LÓPEZ YANEZ, respectivamente, titular de
la cédula de identidad Nº V.24.812.652, a quien se le sigue causa ante el Juzgado Trigésimo
Primero (31°) de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, signado bajo la nomenclatura 31°C-
19.968-15, con el propósito de interponer RECURSO DE APELACIÓN fundamentado en los
artículos 180 en su cuarto aparte y 439 numeral 4 Y 156 de nuestra norma adjetiva penal, en contra
de la decisión dictada en fecha Dieciocho (18) de Octubre de 2015, donde se el Tribunal decreto
Medida Preventiva Judicial Privativa de Libertad, y la declaratoria sin lugar de la nulidad alegada por
la Defensa.
ADMISIBILIDAD
Encontrándonos en la oportunidad correspondiente para impugnar la decisión y
debidamente legitimados, en apego a lo estipulado en las normas 156, 416, y 432 orgánicos y 26 y
49 de nuestra carta magna, actuando a través del principio de la doble instancia, basándonos en la
inexistencia de prohibición alguna de recurrir del asunto que hoy nos aqueja, resulta plenamente
oportuno exponer los alegatos que impulsan este requerimiento.
ANTECEDENTES
Es de establecer para una óptima asimilación de lo pretendido la cronología lógica de los
hechos, comenzando con la acotación de la forma de proceder por parte del órgano encargado de
la presente investigación, iniciándose esta por la denuncia del presunto secuestro del ciudadano
SABINO VARESANO MACCHILLI formulada por su hijo Paolo , en razón de los hechos ocurridos
en fecha 15-10-2015 donde señala: “…Resulta que el día de hoy como a las 06:45 horas de la
mañana aproximadamente en la entrada de la quinta Savimar, ubicada en la calle Macaray,
adyacente al supermercado Levebras, ubicado en la calle el Márquez… abre el Portón de su casa
para sacar su vehículo marca Corrola, de color plata , para irse a su negocio que es un taller
mecánico de nombre TALLERES VARESANO, ubicado en la avenida Romulos Gallegos en el
Marque, cuando en momentos en que se encontraba saliendo de sus casa fue interceptado por dos
vehículos un Caprice de color dorado y un Dodge Dart de color azul, del cual unicamente
descendieron dos (02) ciudadanos del sexo masculino...quienes portando arma de fuego y bajo
amenaza de muerte , sometieron a mi progenitor y se lo llevaron a la fuerza, logrando introducirlo
en el caprice , huyendo del lugar con rumbo desconocido, por lo que mi progenitora me llama a mi
celular donde me dice que se habían llevado a mi papa secuestrado... me traslade hasta la casa de
mis padres y simultáneamente llame al celular de mi padre, el cual me atendió una persona
desconocida con timbre de voz masculino y asentó Colombiano, quien manifestó que tenia a mi
padre secuestrado y que debería cancelar 150.000$ en dolares en efectivo , razón por la cual decidí
trasladarme a la sede de esta división, una vez en esta oficina las 9:30 horas de la mañana
aproximadamente recibí llamada telefónica...de parte de un sujeto desconocido con tono de voz
masculina, manifestando que tenia a mi padre secuestrado que para la liberación del mismo quería
la cantidad de 150.000$ dólares, de igual forma que no le avisara a ningún cuerpo policial y si lo
hacia rápido no lo sacaría a Colombia…” De igual forma las pesquisas llevaron a interceptar
llamadas telefónicas que condujeron a la residencia de los implicados en este caso. Del contenido
del expediente se aprecia que se pudo recuperar del plagiado de la presunta victima , y una serie
de cruce de llamadas que en nada vinculan a mi patrocinado , de igual manera constan
inspecciones, e incluso incursiones en viviendas y sitios que con una investigación apresurada
debió incluir lo que al respecto señala el allanamiento de morada, mandato previsto en el artículo 47
Constitucional, concatenado con el articulo 194 Adjetivo Penal; sin embargo, aún y cuando no se
trataba de impedir la comisión de un hecho punible en tiempo real, se vulneró de esta manera
postulados de rango Constitucional y Legal.

Tampoco de la narrativa se indica a ciencia cierta el grado de participación de mi asistido,


quien al momento de ser presentado por ante el Tribunal de Control , el juez acogió la
precalificación jurídica dada a los hechos por el Fiscal de los delitos de SECUESTRO ARTÍCULO 3
CON AGRAVANTE DEL NUMERAL 10, LEY CONTRA EL SECUESTRO Y LA EXTORSIÓN,
RESISTENCIA A LA AUTORIDAD AGRAVADA ARTÍCULO 218 NUMERAL 1, ASOCIACIÓN
PARA DELINQUIR ARTÍCULO 37 EN RELACIÓN AL 247 DEY ORGANICA CPNTRA LA
DELINCUENCIA ORGANIZADA Y FINACIAMIENTO AL TERRORISMO Y PORTE ILÍCITO DE
ARMA DE FUEGO ARTÍCULO 112 LEY PARA EL DESARME Y CONTROL DE ARMAS Y
MUNICIONES, y se requirió igualmente la incautación de los vehículos conforme a las previsiones
del articulo 20 de la Ley Especial., al mismo tiempo acordó continuar la investigación a través del
procedimiento ordinario, de conformidad con el artículo 373 del Código Orgánico Procesal Penal, la
declaratoria sin lugar de la solicitud de nulidad de la aprehensión, por no cumplir con las previsiones
de los artículo 44.1 Constitucional, con relación al artículo 47 Ejusdem, relacionado con el artículo
234 Adjetivo Penal, lo que conllevó en definitiva a la imposición de la medida privativa judicial
preventiva de libertad de acuerdo a lo establecido en el artículo 236 del Código Orgánico Procesal
Penal.
PRIMERA DENUNCIA
DE LA DECLARATORIA SIN LUGAR DE LA SOLICITUD DE LA NULIDAD
DE LA APREHENSIÓN DEL IMPUTADO.

En primer orden esta defensa no puede pasar por alto la imperante vulneración acaecida
durante la referida audiencia, cuando el Juez de control entre sus pronunciamientos acordara de
manera pasmosa declarar sin lugar el petitorio de la defensa respecto a la solicitud de nulidad de la
aprehensión de mi patrocinado, cuando de manera más que evidente dicha aprehensión jamás se
encontró ajustada a los lineamientos establecidos para su consecución.

El legislador, ha sido más que precavido al establecer la figura de la nulidad para


salvaguardar el carácter inmaculado otorgado a la normativa jurídica, enalteciendo las garantías
constitucionales como los pilares que dan cabida a una seguridad jurídica plena, delimitando estas
de forma clara y precisa a los fines de evitar tergiversaciones en su interpretación, poniendo como
ejemplo más adecuado al asunto que hoy nos compete los estipulado en el artículo 44 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que reza:

“La libertad personal es inviolable; en consecuencia:


1. Ninguna persona puede ser arrestada o detenida sino en virtud de una orden judicial, a menos que
sea sorprendida in fraganti. (…)”

Tal postulado adolece de completa precisión, acentuándose su desacato como un grave


desatino que atenta en contra del optimo desenvolvimiento del debido proceso, haciendo ineludible
efectuar un acérrimo ataque las innegables a la vulneración sucedida en el presente caso donde
luego de haber trascurrido un día desde que ocurrieron los hechos hayan sido detenido mi asistido
y presentado ante un tribunal a capricho de los funcionarios aprehensores, visto que jamás estuvo
configurada la figura de la flagrancia, siendo pertinente citar lo dispuesto en el artículo 234 del
Código Orgánico Procesal Penal, a sabiendas que no se le ha otorgado importancia a su contenido:

“Para los efectos de este Capítulo se tendrá como delito flagrante el que se esté cometiendo o el que
acaba de cometerse. También se tendrá como delito flagrante aquel por el cual el sospechoso se vea
perseguido por la autoridad policial, por la victima o por el clamor público, o en que se le sorprenda a poco de
haberse cometido el hecho, en el mismo lugar donde se cometió, con armas, instrumentos u otros objetos
que de alguna manera hagan presumir con fundamento que es el autor.”

Es evidente que la conducta del investigado no encaja de manera alguna con lo esbozado en
la anterior disposición, no requiriendo imprimirle una lógica especial para determinar tal afirmación,
resultando claramente inadmisible pasar por alto este flagelo que solo puede generar de este modo
una nulidad absoluta de las actuaciones referentes a su aprehensión, al cercenar la intervención de
los mismos al no cumplirse los mecanismos destinados para que puedan constituirse como sujetos
activos de un proceso.
Ha resultado verdaderamente incómodo para esta defensa tener que ilustrar cual ha debido
de ser el curso de este proceso, visto que parecería razonable que luego de todos los
acontecimientos acaecidos desde la comisión del hecho, si en efecto los funcionarios policiales
tenían elementos concisos para considerar que los hoy procesados estaban inmersos en los
hechos denunciados, estos fuesen citados por ante la sede del Ministerio Publico para su
imputación y posteriormente haciendo uso de sus facultades hubiese delimitado el acto conclusivo
que correspondía incoar y solicitar en todo caso si tuviese fundamento, la aplicación de una medida
de coerción personal, mas sin embargo aquí nos hemos topado con una situación donde casi todos
los intervinientes en el proceso han pretendido tomar el camino que mejor les parezca en
contravención a lo estipulado formalmente.
Resulta inconcebible que el máximo ente rector del control judicial no haya podido dilucidar
esta enorme lesión producida en las garantías procesales que le competen a los individuos
involucrados, jactándose esta defensa de que en el desenvolvimiento de la Audiencia Oral estas
vulneraciones fueron señaladas y fundamentadas a los fines de proteger los derechos que les
asisten al imputado.
Todas estas exposiciones son elevadas a la consideración de este tribunal colegiado,
considerando que tales incongruencias son óbice para continuar un adecuado proceso, no
pudiendo cercenarse de manera tan aligerada una garantía que le corresponde a mi defendido,
siendo un tema tan significativo, habiéndose reiterado constantemente, incluso hasta a nivel
jurisprudencial, siendo oportuno citar fragmento de la sentencia dictada en fecha 10 de enero del
2002, emanada de la Sala de Cesación Penal, con ponencia del Magistrado Julio Elías Mayaudón,
del siguiente modo:

“El Código Orgánico Procesal Penal contempla en el capítulo II del título VI referido a los actos procesales y
las nulidades un capítulo referido exclusivamente al instituto procesal de las nulidades.
Comienza éste capítulo estableciendo como principio en el artículo 190 ( ahora 174) del Código Orgánico
Procesal Penal reformado: la no apreciación para fundar una decisión judicial, ni su utilización como
presupuesto de ella, de aquellos actos cumplidos en contradicción o inobservancia de las formas y
condiciones previstas en la ley procesal, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, leyes,
tratados, convenios y acuerdos Internacionales, salvo que el defecto haya sido subsanado o convalidado.
Este es un principio que va a regir durante todas las etapas del proceso e inclusive hasta más allá de la
sentencia definitivamente firme.
Este principio guarda estrecha vinculación con el contenido en el artículo 49 ordinal 8º de la
Constitución Bolivariana de Venezuela, donde se advierte la posibilidad de solicitar del Estado el
restablecimiento o reparación de la situación viciada por error judicial, retardo u omisión justificada. Lo cual
significa que aquellos actos de fuerza, usurpación, así como los ejercidos en franca contrariedad a la ley,
acarrean ineficacia, nulidad de lo actuado y responsabilidad individual del funcionario.
El sistema acusatorio contemplado en el Código Orgánico Procesal Penal es de corte principista y no
reglamentario, establece una serie de principios fundamentales que van a servir como norte a las normas que
regulan los distintos institutos procesales. La anunciabilidad de un principio es suficiente para que
sistemáticamente en la misma ley procesal penal se le busque la solución procedimental para salvaguardar el
principio anunciado. Jamás podría concluirse que algunos de los principios que constituyen reglas del debido
proceso dejen de aplicarse por carecer de procedimiento expreso que los conduzca al conocimiento del
tribunal.
Este principio de nulidad, expresamente establecido en el Código Orgánico Procesal Penal,
forma parte de las reglas mínimas que sustentan el debido proceso, concebido en un régimen
democrático como un conjunto de reglas para la adopción de procedimientos y la toma de
decisiones, tendentes a garantizar la igualdad entre las partes y la más amplia participación posible
de los interesados en la solución del conflicto respectivo, es decir: el Estado, la sociedad, la víctima
y el procesado.
En nuestro sistema procesal penal cualquier acto nulo puede llegar al conocimiento del juez
a través de los recursos de: revocación, apelación, casación y del recurso de revisión; así como
también a través de la posibilidad de aclaración o aclaratoria, del planteamiento de las excepciones,
y también mediante el Amparo Constitucional. Pero si fuera el caso de que al plantear la nulidad
del acto procesal viciado mediante algunos de éstos procedimientos y se declarara la
inadmisibilidad del mismo por no plantearse siguiendo las formalidades establecidas conforme a la
ley, el Tribunal que haya tenido conocimiento del acto viciado cuya nulidad se está pidiendo deberá
acordarla por aplicación del principio establecido en el artículo 190 del COPP en concordancia con
el artículo 191 eiusdem cuando se trate de nulidades absolutas ( ahora 174 y 175). Esto consagra
la condición de deducibilidad de las nulidades referidas por el maestro Giovanni Leone y referido a
que las partes pueden invocar la nulidad en cualquier instante del juicio.”

La opinión expuesta en el fragmento que antecede, no podría estar más acertada, es por
ello que es imperante la necesidad de que sean analizados los presentes planteamientos y de la
manera más ecuánime y garantista sean exaltados los pilares que sustentan nuestro sistema
acusatorio, decretándose la nulidad absoluta de la detención, y consecuencialmente sea acordada
la inmediata libertad a nuestros asistidos, ordenando si fuera el caso su comparecencia ante el
Misterio Público, asegurando de esta manera el respeto y aseguramiento de los derechos y
garantías procesales y por ende sea declarado con lugar el presente planteamiento que tiene como
norte principal resarcir los daños acaecidos en la garantía constitucional que les asiste a nuestros
defendidos como venezolanos de ser tratados bajo los parámetros establecidos en nuestra
constitución, especificándose en el presente asunto la improcedencia de su aprehensión, en razón
de que jamás existió una orden judicial ni fueron sorprendidos en flagrancia.

DE LA FALTA DE ORDEN JUDICIAL EN EL ALLANAMIENTO


En el mismo sentido, la defensa al unísono objetó la forma en que los funcionarios policiales
irrumpieron en viviendas la cuales ninguna de ellas guardan relación con mi asistidos pues los
propietarios, dueño o encargados no conocen a mi asistido ni el mismo habita en dicho inmueble
aunado a ellos estos funcionarios como se desprenden en acta que conforman el expediente no se
hicieron acompañar de ningún testigo de la de la vivienda ni de la revisión de la misma y aunado a
ello ni de la revisión corporal
De tal forma, se evidencia que existía una investigación de campo, que aparentemente se
disponía de gran información, por lo que se debió requerir un allanamiento, acto procesal que
garantiza un verdadero estado de derecho.

Ahora bien, es innegable que hubo tiempo suficiente para cumplir con las previsiones del
artículo 47 Constitucional, ya que existía información previa, se debió tomar en consideración la
consecuente prohibición Constitucional de irrumpir en una morada sin previa autorización de un
órgano jurisdiccional.

Así planteado, es de vital importancia recalcar que este medio de prueba utilizado como
elemento de convicción por la representación fiscal y posteriormente por el ciudadano Juez de
Instancia, sirve indistintamente para culpar a un conglomerado de personas, sin permitir
encuadrarlas dentro de los diferentes paradigmas que prevé la Ley Especial, mutilando el derecho a
saber a ciencia cierta de los cargos por los cuales se es acusado; es que si no se cumple con los
requisitos mínimos de la actividad probatoria, como son: levantamiento de acta de visita
domiciliaria, testigos instrumentales que irrumpen al mismo tiempo con los funcionarios policiales,
sino existe fijación fotográfica, video grabación entre otros medios cónsonos con una verdadera
investigación, se violenta, el poder de contradicción propios de un sistema acusatorio, violándose el
derecho a la defensa, a la igualdad de las partes, el estado de libertad, y en definitiva al debido
proceso.
La defensa esgrimió un mecanismo procesal cónsone con el quebrantamiento de sus
derechos fundamentales (Artículos 174 y 175 Orgánico), ya que como se dirá en el transcurso del
presente escrito, se transgredió de forma absoluta postulados de Rango Constitucional y Legales,
pidiéndole al Juez de Control actuara en Sede Constitucional, que procediera como depurador en
una etapa del proceso tan trascendental, reparando la seguridad jurídica infringida, y devolviendo la
confianza a unos nacionales que privados de su libertad esperan justicia.

En materia de nulidades absolutas el recurso de apelación lo incluye nuestro


Legislador Patrio novedosamente en fecha 04/09/2009 según Gaceta Oficial Extraordinaria No
5.930 enfatizando cuales son las causas de admisibilidad para los recursos (artículo 196 último
aparte Adjetivo Penal) permitiéndole a las Cortes de Apelaciones el estudio previo del petitorio para
entrar a conocer, por ello, y de manera específica concluye que fuera de los casos señalados
taxativamente deberán entrar al análisis del fondo del recurso.

No se debe olvidar que los actos procesales tienen un cometido en el todo integral del
proceso. Es decir, el acto se ha previsto con una finalidad para el proceso en el marco de las
garantías de las partes. Por ello, aislar a una de ellas le desmejora en condición, trayendo como
fatal resultado un acto ineficaz y vulnerativo del derecho a la defensa y el debido proceso.

En el caso de autos, no nos encontramos en presencia de simples errores u


omisiones, sino de actos esenciales a todo proceso.
En tal sentido, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia No. 111,
de fecha veintinueve (29) de Enero del año dos mil dos (2002), con ponencia del Magistrado Antonio García
García, dejó sentado:

“El Código Orgánico Procesal Penal contempla en el capítulo II… referido a los actos procesales y las
nulidades un capítulo referido exclusivamente al instituto procesal de las nulidades… Este es un principio que
va a regir durante todas las etapas del proceso e inclusive hasta más allá de la sentencia definitivamente
firme… Este principio guarda estrecha vinculación con el contenido del artículo 49 ordinal 8º de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde se advierte la posibilidad de solicitar al Estado
el restablecimiento o reparación de la situación viciada por error judicial, retardo u omisión injustificados. Lo
cual significa que aquellos actos de fuerza, usurpación, así como los ejercidos en franca contrariedad a la ley,
acarrean ineficacia, nulidad de lo actuado (…)
En la misma sentencia, la Sala continúa señalando:
(…) “En cuanto a las nulidades absolutas, nuestro sistema procesal vigente acoge la doctrina italiana,
manifestada en la opinión del tratadista Giovanni Leone, para quien existen una serie de aspectos que deben
seguirse plenamente y que de no ser así producen nulidades, las cuales son denunciables en cualquier
estado y grado del proceso, pues afectan la relación jurídica procesal. Por lo tanto las partes y el Juez deben
producir la denuncia de la falta cometida a objeto de imponer el correctivo (…) Señala Leone que las
nulidades absolutas pueden invocarse en cualquier momento y a las mismas pueden atribuírseles tres
condiciones: (…) La deducibilidad: las partes pueden invocar la nulidad en cualquier instante del juicio. (…) El
Juez tiene igualmente la iniciativa de establecerlas del mismo modo que lo pudieren hacer las partes. (…) La
insanabilidad, es decir, que no se puede afectar o convalidar lo realizado. (…) El Código Orgánico Procesal
Penal si bien habla de las nulidades absolutas, sin embargo, se adhiere al mundo de las nulidades implícitas,
cuya idea se adapta a los lineamientos más actuales, puesto que difícilmente se pueden acoplar todos los
casos como tantas transgresiones sean imaginables. (…) Lo que establece nuestro sistema procesal es
que cuando las nulidades sean absolutas: todo aquello que tiene que ver con la nulidad de la
actividad judicial donde esté presente la intervención, asistencia y representación del imputado, la
forma en que se establezca, la inobservancia y violación de derechos y garantías en general, en estos
casos las nulidades se hacen valer ex oficio y de pleno derecho (…)”.(Subrayado y Resaltado nuestro)

De acuerdo a las consideraciones que anteceden, se evidencia que el Juez de la recurrida


se encontraba facultado para anular la actuación policial, para retrotraer el proceso, al percibir que
existía error a la hora de incorporar un medio de prueba tan necesario para el juicio, como es el
allanamiento sin mediar su orden por algún órgano jurisdiccional, debió sopesar que el único medio
de convicción era una prueba que violentaba el derecho a la defensa, debió salvaguardar el
derecho que le asistía a los imputados, al no haber cumplido con la presencia de los testigos
instrumentales, al no hacer el registro circunstanciado exigido por la ley, y por último, debió motivar
y fundamentar su negativa al punto de que no quedara duda de su decisión.
Quiso la defensa hacer alusión a todo lo concerniente al derecho de apelación que originó la
declaratoria sin lugar del recurso de nulidad absoluta por el Juez A-quo, por lo que se sustenta lo
antes expuesto, todo ello en base a los artículos 49.1 257 Constitucional, 13, 196, 432, 433, 436,
439.4° del Código Orgánico Procesal Penal, requiriendo a ese Tribunal Colegiado decrete la nulidad
expresada en el acta de Aprehensión, con la consecuente nulidad de las actuaciones policiales,
perdiendo las mismas el sustento para atribuírselas a mi asistido.

SEGUNDA DENUNCIA.
DEL IMCUMPLIMIENTO CON RESPECTO A LA CADENA DE CUSTOIDA
Pretender considerar que la decisión de declarar sin lugar dicha NULIDAD no es ajustado a
derecho ya que la vindicta publica no demuestra la existencias de bienes (es decir celulares, Ama
de fuego , cartera con cedulas de identidad y mucho menos droga), ya que a consideración de
quien suscribe; no existe el registro de la CADENA DE CUSTODIA, y mucho menos para el
momento de la audiencia las EXPERTICIAS que demuestren la corporeidad de los objetos
SUPUESTAMENTE incautados, como tampoco la EXPERIENCIAS bien sea QUÍMICA O
BOTÁNICA, que pueda demostrar de manera INDUBITABLE que la sustancia incautada es droga
mas alla de que no sea haya acreditado un delito relacionado a la presunta sustancias encontrada
según acta. Es obvio que esta defensa tiene que solicitar la nulidad de la aprehensión, quien, es por
ello que al declarar SIN LUGAR LA NULIDAD PROPUESTA es echar por la borda principios
fundamentales, ya que la CADENA DE CUSTODIA, tiene su fundamentación jurídica en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en especifico en el ARTICULO 49, que
señala que el debido proceso se aplicara a todas las actuaciones judiciales y administrativas, y en
consecuencia serán nulas las pruebas obtenidas mediante LA VIOLACIÓN AL DEBIDO PROCESO,
asimismo; la cadena de custodia se encuentra reglamentada en el código orgánico procesal penal en
el articulo 187, la cual entre otras cosas expresa que los funcionarios que colecten evidencias físicas
deben de registrarla en la planilla diseñada para la cadena de custodia, esto con el fin de garantizar la
INTEGRIDAD, AUTENTICIDAD, ORIGINALIDAD Y SEGURIDAD del elemento probatorio y por
ultimo y no menos importante; parece que los funcionarios actuantes no tienen conocimiento de la
creación del MANUAL ÚNICO DE PROCEDIMIENTOS EN MATERIA DE CADENA DE CUSTODIA
DE EVIDENCIAS FÍSICAS, publicada en la Gaceta Oficial numero 39.784, de fecha 24 de octubre de
2011 el cual establece el tratamiento de las personas que manipulen evidencias físicas, en ese
sentido la cadena de custodia no es una simple enumeración de elementos colectados, situación
esta que pretende hacer ver el Honorable Juez de Control ya que la misma puede ser objeto de
exhibición en cualquier momento del proceso para ser controlada y controvertida entre las partes, por
tales motivos; una decisión de esa naturaleza por parte del Honorable Juez de Control es
TOTALMENTE apartada de los principios y normas que regulan nuestro proceso penal .

En tal sentido; las pruebas obtenidas o practicadas con infracción de los derechos fundamentales
de las personas, no podrán ser valoradas por el juzgador, ya que el proceso penal se perfeccionara
cuando se rompe el contrapeso que debe de existir frente al acatamiento de los derechos humanos;
por tanto, carece de validez debiendo ser considerada inexistente y nula al momento de sentenciar. En
cuanto a este tema existen muchos catedráticos que comparten esta tesis podemos mencionar a
Antonio Pablo Seva quien expresa entre otras cosas lo siguiente “..la prueba obtenida o practicada
“con violación de un derecho fundamental es radicalmente nula y no puede surtir efecto
alguno en el proceso” y es radicalmente nula no solo en si misma, sino también en sus efectos
sobre otras pruebas distintas en cuanto pudiera servir para que estas puedan ser valoradas en un
determinado sentido” (Subrayado y Negrillas Nuestro). Asimismo; Manuel Miranda Estampes
expresa entre algunas cosas lo siguiente: “…toda transgresión de los derechos y garantías
primordiales de los individuos, acreditados en la Carta Política Fundamental, en una
investigación penal, acarrea la ilicitud de la prueba..” (Subrayado y Negrillas Nuestro).

En nuestra consideración toda prueba que provenga directa o indirectamente de la prueba


ilícita, debe de ser excluida de pleno derecho, en ese sentido todos los abogados hemos oído hablar
de la doctrina del árbol envenenado, la cual se instituyo para proteger los derechos de las personas,
cuya finalidad es evitar que los funcionarios policiales realicen actuaciones que quebranten o
vulneren derechos fundamentales inherentes al hombre, la prueba ilícita obtenida se explaya y
emponzoña a las derivadas del mismo de prueba originario, en este sentido y para mayor
comprensión no es solamente ilícito la acción de torturar sino también es ilícito la confesión o
declaración obtenidas mediante tales actos de tortura, no solo es ilícito la interpretación
telefónica o de comunicaciones sino también lo es las conversaciones interceptadas o los
documentos obtenidas mediante la misma.

En conclusión la decisión del Juez Trigésimo Primero de Control, no tiene asidero jurídico
considerando así que esta en contravención con normas de naturaleza constitucional y
consecuentemente causa un gravamen irreparable toda vez que el titular de la acción penal no tuvo
elementos los cuales pudiesen adminicularse y pudiesen superficialmente comprometer a mi
asistido, vulnerando así el derecho a la defensa, y al debido proceso ya que al no existir una cadena
de custodia seria y debidamente bien estructurada es pretender atribuir unos delitos como es el
porte ilícito de arma de fuego sin existir la cadena de custodia de las evidencias recolectada aunado
a ello no esta firmada dicha acta por el funcionario quien la suscribió , esta decisión esta totalmente
apartado de la realidad, ya que como aludí anteriormente; dichos elementos fueron totalmente
insuficientes, ya que al no existir una cadena de custodia, no podría el Juez declarar sin lugar
dicha nulidad toda vez que no existe un SUSTENTO LEGAL, el Honorable Juez de Control al
declarar sin lugar esta nulidad es avalar una acusación insustancial la defensa considera que
esta decisión le da a mi defendido un tratamiento de culpable. En virtud de esta situación se
solicito la NULIDAD de la APREHENSION de conformidad a lo establecido en lo Articulo 174,
175 y 176 del Código Orgánico Procesal Penal.

Se observa que en el acta de peritación no hay una INDIVIDUALIZACION seria y


concienzuda y discriminada, de que evidencie a que persona se le incauto la supuesta sustancia
encontrada así como el arma de fuego carteras y cédulas de identidad entre otras en el sitio del
suceso así como en las dos viviendas allanadas. Considera la defensa que la decisión del Juez
pretende atribuir un delito a mi patrocinado solamente por el hallazgo de de unos objetos , que hasta
el momento no sabemos si es o tiene la certeza dela misma toda vez que NO ha presentado la
experticia ni se cumplio con la cadena de custodia que es el registro de las evidencias de ley.

TERCERA DENUNCIA
DE LA MEDIDA JUDIAL PRIVATIVA PRECVENTIVA DE LIBERTAD
De la ausencia de recurrencia de los requisitos previstos en el articulo 236 del Código
Orgánico Procesal Penal, para el decreto de la Medida Privativa Judicial Preventiva de Libertad.
No obstante la señalización efectuada de la nulidad yaciente en este proceso, es inexorable
acometer igualmente en la improcedencia del decreto de la medida privativa judicial de libertad,
vista la carencia de fundamentación de la misma, siendo que la escasez de elementos de
convicción solo nos han trasladado a un escenario completamente carente de sustento probatorio,
produciéndose una vulneración a los derechos inherentes a la condición de imputado, denotándose
como fueron socavadas las bases de este proceso mediante la trasgresión de un debido proceso.

En el presente caso, nos topamos con la afirmación de la denominación de los delitos de


SECUESTRO ARTÍCULO 3 CON AGRAVANTE DEL NUMERAL 10, LEY CONTRA EL
SECUESTRO Y LA EXTORSIÓN, RESISTENCIA A LA AUTORIDAD AGRAVADA ARTÍCULO
218 NUMERAL 1, ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR ARTÍCULO 37 EN RELACIÓN AL 247 DEY
ORGANICA CPNTRA LA DELINCUENCIA ORGANIZADA Y FINACIAMIENTO AL TERRORISMO
Y PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO ARTÍCULO 112 LEY PARA EL DESARME Y CONTROL
DE ARMAS Y MUNICIONES, lo que justificó al juzgador para imponer preventivamente medida
privativa de libertad. OBVIANDOSE QUE LA RESPONSABILIDAD PENAL ES INDIVIDUAL, y que
no sabemos ni los imputados ni sus defensores cual fue la participación de cada uno de los hoy
imputados.
Ahora bien, cuando efectuamos el análisis de la subsistencia de los factores de los
“fundados elementos de convicción para estimar que el imputado ha sido autor o participe en la
comisión de un hecho punible” y “una presunción razonable, por la apreciación de las
circunstancias del caso en particular, de peligro de fuga o de obstaculización en la búsqueda de la
verdad”, es lo que hace fundar la imposibilidad del decreto de la misma el presenta asunto, visto
que desde la audiencia para oír al imputado fue escenificada la insustentabilidad de los elementos
bajo los que se fundamentó el Ministerio Publico para su petición.

Una de las particularidades que más ha asombrado a esta defensa ha sido el poco
señalamiento hecho a mi imputado; cuando en la audiencia se alegó ser precisamente el verdadero
acto de imputación.
El tribunal de control ha explanado en su decisión como bases para presumir la autoría de
mi asistido y co-imputados en los presentes hechos, la consideración de las actas policiales, y
diversas inspecciones, pareciendo totalmente improcedente delimitar la conducta del investigado
por un cúmulo probatorio tan ínfimo en incoherente como ha sido demostrado en los planteamientos
anteriormente citados, donde ha surgido irregularidades podrían dar vicios de invalidez a las
actuaciones de los funcionarios policiales siendo idóneo plasmar lo que al respecto el tribunal
supremo ha esbozado:

ahora bien ciudadanos magistrados, vale señalar que a pesar de que el Código Orgánico
Procesal establezca que todos aquellos delitos que su pena inferior supere los diez años como
Medida Preventiva debe Decretarse una Medida Judicial Privativa de Libertad como bien lo reza el
artículo 236,237 y 238 de la Ley Adjetiva Penal, sin embargo no es menos cierto que para decretar
dicha medida tiene que existir elementos de convicción contundentes de que lleguen a presumir
que un ciudadano tuvo participación directa o Indirecta de hecho punible y por el tipo penal.

Sala de Casación Penal en fecha de fecha 19 de enero de 2000, mediante sentencia numero 3:
“el solo dicho de los funcionarios policiales no es suficiente para inculpar a los procesados, pues sólo
constituye un indicio de culpabilidad.”

Sala de Casación Penal, del 13 de diciembre de 2007, numero 714, que expresa:

“ (...) el dicho de la víctima podría constituir una presunción, ciertamente muy grave, la misma no constituye
un testimonio, a pesar de que tiene un peso importante en el proceso, por tener conocimientos que aportar
para llegar a establecer los hechos investigados, no por ello, quiere decir que el dicho de la víctima, pueda
considerarse una prueba suficiente que conlleva al convencimiento del juez para condenar o absolver una
persona”

En esta tónica, teniendo la opinión de la Sala de Casación Penal, donde se delimita el


carácter de las mismas, que si pretender desvalorarlas se podrían denominar como pruebas no
autónomas, sería absurdo concebirlas en el escenario actual como los únicos elementos de
convicción para la imposición de la referida medida. En todo proceso deben existir una cantidad de
pruebas contundentes que permitan convencer al juzgador de que estamos en presencia de un
hecho punible y de su autor, pero se presenta la interrogante de ¿qué hacer? cuando existe
oscuridad o carencia de evidencias en la investigación, como es el caso de autos donde solo
tenemos medios de carácter subjetivo, siendo que los funcionarios aprehensores ni siquiera
presenciaron los hechos, solo participan como testigos de la toma de la declaración, dejando
simplemente los señalamientos efectuados por la víctima indirecta que tampoco podría constituirse
como tal, si analizamos lo expresado en la solicitud de nulidad.
Ahora bien, referente al peligro de fuga y la obstaculización de la justicia, en definitiva son
variantes que no se encuentran comprobadas en el presente asunto, no existen circunstancias
negativas que permitan considerar que los imputados pretendan evadir la justicia, situación que
hubiera sido demostrada si se hubiera citado a los mismos para imponerlos, por lo que los mismos
cuentan con un sitio fijo de residencia, por cierto (sitio donde irrumpieron sin orden judicial) y con los
escasos recursos económicos que cuentan se hace imposible su salida fuera de la jurisdicción, no
se evidencia un comportamiento reticente a los actos procesales. La obstaculización de la justicia,
también se pone cuesta arriba, en vista de que mis asistidos no han desplegado actitud alguna
dirigida a obstaculizar el proceso y menos aun a tomar acciones que en contra de las víctimas.

La Sala de Casación Penal, ha recalcado de manera prominente su inclinación respecto a la


aplicación de los Medidas Privativas, ilustrándose a través de los siguientes fragmentos:

Sentencia Nº 714 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº A08-129 de fecha 16/12/2008:

“...las medidas de coerción personal, restrictivas o privativas de libertad, dada su naturaleza cautelar y no
sancionadora, tienen el exclusivo propósito de asegurar los fines del proceso penal (artículo 13 del Código
Orgánico Procesal Penal). De ahí que, se torna ilegal cualquier privación de libertad fuera de éste propósito o
que resulte de un proceso transgresor de las garantías del juicio previo, de presunción de inocencia y del
derecho a ser juzgado en libertad.”

Sentencia Nº 630 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº A07-545 de fecha 20/11/2008:

“(...) en lo concerniente a las medidas de coerción personal, contempla como principio fundamental dentro del
proceso penal, el estado de libertad de los procesados, el cual tiene su base en que todo ciudadano a quien
se le impute la comisión de un hecho delictivo debe permanecer en libertad durante el desarrollo del proceso
que contra él se instaure.”

Sentencia Nº 744 de Sala de Casación Penal, Expediente Nº A07-0414 de fecha 18/12/2007:


“(...) la libertad personal es un derecho que le corresponde a todo ciudadano y, por tal razón, todas las
disposiciones que la restringen y limiten sólo pueden ser decretadas cuando sean estrictamente
proporcionales en relación con la gravedad del delito, las circunstancias de la realización y la posible sanción
a imponer.”
De este modo, parece ilógico darle un tratamiento tan severo a este tipo de situaciones, más
aun sin tener apoyo jurídico, cuando de manera vinculante la misma sala constitucional ha cedido
de forma específica en el otorgamiento de medidas de coerción menos restrictivas, para aquellos
delitos que eran considerados por la norma sustantiva como los mas lesivos, entonces si esta
norma es aligerada, teniendo como norte enaltecer el principio de la afirmación de libertad, como no
podría otorgarse una libertad restringida en el caso que hoy atrapa nuestra atención.
 POR NO ENCONTRARSE ACREDITADO EN AUTOS LA COMISIÓN DEL DELITO
DE SECUESTRO, PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, TAL COMO LO EXIGE
EL ARTÍCULO 236.1 DEL CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL.

Esta defensa estima que no se encuentra acreditado en autos la comisión del delito de
secuestro, previsto y sancionado en el artículo3 de la ley especial, toda vez que si bien es cierto la
presunta víctima indirecta denuncia haber sido secuestrado su padre ni el estar presente ni menos un
testigo presencial, no obstante indicar desconocer los detalles aunado a ello; observándose que
tampoco ha jurado la preexistancia de dichos objetos,debido que tampoco existe la cadena de
custodia de tales objetos , resulta falso e inverosímil el dicho de la víctima en cuanto a la existencia
de los objetos que describe el acta de investigación.

No cursa en actas una experticia de avalúo ni de inspección técnica con los cuales se pueda
acreditar la existencia de objeto alguno, aunado al hecho cierto que en poder de mi defendido no fue
hallado ningún elemento de interés criminalístico, solo indica que se encontró en el sitio donde fue
rescatado la presenta victima zona montañosa un cartera exclusiva con una cédula de identidad que
refleja datos filiatorios de mi defendido .

De otro lado, no se cumplen las causales descritas en el artículo 3 de la ley especial, para la
configuración del delito de secuestro, circunstancias estas que son taxativas.

Por lo tanto, en esta incipiente etapa procesal, no se puede calificar el delito de secuestro,
previsto y sancionado en el artículo 3 de la ley especial razón por la cual pido se declare con lugar la
presente apelación con la consecuencia de declaratoria de nulidad y decreto de libertad de mi
defendido.

POR NO ENCONTRARSE ACREDITADO EN AUTOS LA COMISIÓN DEL DELITO


DE PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO , TAL COMO LO EXIGE EL ARTÍCULO
236.1 DEL CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL.

Esta defensa estima que no se encuentra acreditado en autos la comisión del delito de Porte
Ilícito de Arma de Fuego, previsto en el artículo 112 de la Ley Especial, toda vez que si no se
encuentra acreditada la comisión de un hecho punible, el cual debe ser entendido como delito
principal, menos aun puede considerarse consumado el delito secundario como el que fue calificado
en la audiencia de presentación, es decir, que este tipo penal es inexistente, y menos cuando se
desprende de las actas que de su revisión corporal no se le encontró ningún objeto de interés
criminalistico y lo procedente es declarar con lugar la presente apelación con la consecuencia de
declaratoria de nulidad y decreto de libertad de mi defendido, y así pido sea declarado por los
Magistrados de la corte de Apelación que habrá de conocer el presente recurso.
FALTA DE FUNDADOS ELEMENTOS DE CONVICCIÓN QUE PERMITAN ESTIMAR QUE EL
IMPUTADO HA SIDO AUTOR O PARTÍCIPE EN LA COMISIÓN DE LOS HECHOS PUNIBLES.

La Defensa apela del auto que acordó la Medida Judicial Privativa Preventiva de Libertad, por
estimar que no existe una pluralidad de elementos de convicción para presumir que el ciudadano
ERICK DE JESUS LÓPEZ YANEZ, ha sido autor o partícipe en la comisión del hecho punible que fue
calificado antes mencionado.
Efectivamente, no rielan fundados elementos de convicción para estimar que mi defendido
haya sido autor o partícipe en la comisión del hecho punible que se atribuye, entendiéndose como
elementos de convicción: “aquellas herramientas que no están apreciadas por ningún sistema de
valoración, regla o patrón alguno que los regulen, por consiguiente los mismos serán considerados
como tal, de acuerdo, al libre criterio y discrecionalidad de las partes confrontadas, especialmente del
Ministerio Público por ser éste, el ente rector de la investigación.” (La Criminalistica, la Lógica y la
Prueba en el COPP, Visión práctica y objetiva de la prueba. Pag 86- Mario Del Giudice), toda vez que
de las actuaciones que integran el presente expediente solo se evidencian una serie de
irregularidades jurídicas cometidas por el órgano aprehensor, las cuales señalará ésta representación
a fin de que sean subsanadas por la honorable Corte de Apelaciones que habrá de resolver el
presente recurso.

En virtud de ello considera esta defensa que en el presente caso se violaron los supuestos a
que hace mención nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el artículo 49
que desarrolla la garantía del debido proceso y afectándose de manera directa el principio de
presunción de inocencia y de libertad, contemplado, en el numeral 2° del referido artículo 49 y 44.
Actuar contrario a las normas antes mencionadas implica retrotraernos a la vigencia del
Código de Enjuiciamiento Criminal que fijaba el sistema inquisitivo, en el que el funcionario policial
contaba con amplias facultades para privar a una determinada persona de su libertad, aún sin contar
con los fundados indicios o elementos de convicción que permitieran presumir que esa persona era
responsable de la comisión de algún hecho delictivo, situación que como bien sabemos, se tornó en
un grave problema para la justicia de nuestro país, generando en la sociedad desconfianza en el
sistema judicial, en los funcionarios policiales y en consecuencia, desencadenó en impunidad.
De otro lado, al momento de practicarse la inspección ocular en el sitio donde ocurrió
presuntamente el suceso, los funcionadrios dejaron constancia no no haberse incautado ningún
elemento de interés criminalístico, tampoco fue incautado en poder del defendido ningún elemento de
interés criminalístico, no existen testigos que puedan dar fe de lo sucedido, no se cuenta con un
examen de comparación seminal que lo vincule con el hecho investigado.

Al no haber quedado acreditado en autos la comisión de delitos de antes decritos y señalado


anterirmente por las razones expresadas ut supra, no cubriéndose los extremos del ordinal 1° del
artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, es por lo que estima la defensa que se ha
contrariado la disposición contenida en el numeral 2° del artículo 236 del Código Orgánico Procesal
Penal que exige como requisito para la procedencia de la imposición de una Medida de Privación
Preventiva de Libertad la existencia de “Fundados elementos de convicción”, los cuales permitirían
fundar la acusación fiscal así como la defensa del imputado.

Sobre la autoría o participación, señala el maestro Alberto Arteaga Sánchez en su obra “La Privación de
Libertad en el Proceso Penal Venezolano”, 2da. Edición, página 47, lo siguiente:
“… En cuanto al segundo extremo del fumus delicti o probabilidad de que el imputado sea
responsable penalmente (…) no se trata de la plena prueba de la autoría o de la
participación del sujeto en el hecho, sino, como señala el COPP, de fundados elementos
de convicción. Entonces, no es suficiente la simple sospecha de que sujeto ha sido el
autor o ha participado en el hecho, ni tampoco puede fundarse el dictamen del Juez en
un indicio aislado de autoría o participación, sino que se requiere algo mas, un quid plus,
que se concreta en la existencia de razones o elementos de juicio que tienen su fundamento en
hechos aportados por la investigación que permite concluir, de manera provisional, que el
imputado ha sido autor del hecho o ha participado en él…” (Negrillas de la Defensa)

Finalmente, cabe traer a colación que la libertad individual como derecho humano fundamental
es uno de los bienes mas preciados del ser humano, pues a través de ella es posible la realización
física y mental de la persona y nos permite el goce y ejercicio de otros derechos de la misma entidad
así como otros de menor jerarquía, es por ello que dentro del artículo 2 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, la libertad se erige como uno de los valores de su ordenamiento
jurídico y actuación con el objeto de constituirse como un Estado Democrático y Social de Derecho y
de Justicia, cuyos fines previstos en el artículo 3 eiusdem en cuanto al desarrollo de la persona y su
dignidad y a la construcción de una sociedad justa, solo se encontrarán materializados en la medida
en que se garanticen los derechos de sus ciudadanos de acuerdo a los principios fundamentales que
propugna nuestra Norma Suprema, a la cual estamos sujetos todas las personas y órganos que
ejercen el Poder Público.
Así, sobre la base del derecho a la libertad personal previsto en el artículo 44 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el artículo 229 del Código Orgánico Procesal
Penal, desarrolla como principio general el Estado de Libertad a favor de aquellas personas a quienes
se les impute la participación de un hecho punible, razón por la que excepcionalmente se impondrá la
privación de libertad cuando las otras medidas cautelares sean insuficientes para asegurar las
resultas del proceso.
En este orden de ideas, las medidas de coerción personal constituyen excepciones al estado
de libertad y tienen un fin preventivo, ya que con ellas se pretende asegurar la comparecencia del
imputado a los actos del proceso y así evitar que el justiciable se aparte de su deber de someterse a
la prosecución penal con una conducta contumaz, para así hacer efectiva la garantía fundamental a
un juicio dentro de un plazo razonable y sin dilaciones indebidas, pero tales medidas deben
imponerse sin afectar a los justiciables mas allá de lo debido y conforme a los requerimientos
legalmente previstos.
PETITORIO
En base a los argumentos aquí explanados, solicitamos sea admitido el presente recurso y
declarado procedente, conforme a lo establecido en nuestro ordenamiento jurídico, y como corolario
de ello sea decretada en primer lugar la nulidad absoluta de la aprehensión y del allanamiento en
las viviendas no perteneciente a mi asistido en razón de la vulneración de la garantía constitucional
que les asiste a mi patrocinado dispuesta en el numeral 1 del artículo 44 y 47 ambos de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con todos los actos consiguientes que de
ella dimanen y en segundo orden sea revocada la imposición de la medida privativa de libertad a mi
asistido ERICK DE JESUS LÓPEZ YANEZ y por ende la restitución de su libertad vista la ausencia
de los numerales 2 y 3 del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, fundamentándonos en
los planteamientos argumentados precedentemente, todo ello basándonos en lo artículos 26, 44
numeral 1, 49 y 51 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 248, 131, 8, 9,
13, 190, 191, 26, 49 y 51 numerales 1, 2 y 3 de la y 7, 8, 9, 12, 13, 19, 190, 191, 195, 196, 432,
433, 435, 439 440 y 450 del Código Orgánico Procesal Penal.
Solicitud que se hace a los fines legales consiguientes,

MARGIN RUIZ VILLASMIL


DEFENSORIA PÚBLICA SEGUNDA PENAL
PARA ACTUAR ANTE LOS TRIBUNALES DE
PRIMERA INSTANCIAEN FUNCIONES DE CONTROL.

Exp No. 31°C-19.968-15


AMC-CV-PF-DP2°-2015-882
ASUNTO:AP02-P2015-072525

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