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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE


DIPLOMA EN COMUN!C4CIÓN CORPORATIVA
VERSIÓN 1995

·-)f'~23 lA)
1
f~r IL
LA IMPROBABILIDAD DE LA COMUNICACIÓN

Niklas Luhmann

Sin comunicación no existen relaciones humanas ni vida humana propiamente


dicha. Por consiguiente, una teoría de la comunicación no puede limitarse a
contemplar los aspectos parciales de la convivencia social; ni contentarse con
examinar las diversas técnicas de comunicación, pese a que éstas y sus consecuencias
despiertan, por su novedad, particular interés en la sociedad actual. Tampoco resulta
suficiente empezar por discutir el concepto 1, cosa que únicamente conducirá a alguna
parte si se supiera de antemano adónde se pretende llegar y en qué contexto teórico
resulta aplicable dicho concepto. Pero sobre este punto no hay forma de establecer
acuerdo previo alguno. Empezaremos, pues, por distinguir dos corrientes teóricas de
distinto signo, a partir de las cuales es posible elaborar una teoría científica.
Una de esta corrientes se plantea la posibilidad de mejorar las condiciones.
Sus ideas motrices son la perfección, la salud, o, en un sentido más amplio, las
mejores condiciones posibles. Este es el planteamiento de Bacon y de toda la
tendencia científica que con él se inicia. El hecho de conocer científicamente los
principios de la naturaleza y evitar los juicios erróneos no es requisito indispensable
para que el mundo continúe existiendo. Como tampoco se precisa conocer la óptica
para poder ver correctamente. No obstante, este conocimiento sirve para la
eliminación de los defectos y para la mejora progresiva de las condiciones de vida de
la humanidad. -
La segunda teoría parte de la tesis de la improhgbiJidgd: ·Tan ajena como la
primera a la mera perpetuación de la" situaciones tal cual son, disipa las expectativas
ordinarias y las seguridades de la vida cotidiana y acomete la tarea de demostrar cómo
es de esperar que se realicen, con un gran margen de seguridad, procesos en sí
improbables. A diferencia de Bacon, Hobbes basó su teoría política en esta hipótesis
de la improbabilidad; y, a diferencia de Galileo, Kant no confiaba ya en la
posibilidad de aprehender de modo espontáneo la naturaleza, sino que cuestionaba el
conocimiento sintético como tal y se interrogaba acerca de las condiciones que lo
posibilitan. La cuestión primordial no se cifra ya en las mejoras prácticas; es una
cuestión teórica previa a todas ellas: ¿cómo es posible establecer un orden gue
transforme lo imposible en posible y lo improbable en probable?.

Niklu Lahamm a profaor de a>c:iologla de la Ullivtnidod de Biclcfcld. P.O.Box 8640, .4800 Biclc:feld. Repl!btica Fcdc:nl de Alemmia.
¿

Las siguientes consideraciones guardan relación exclusivamente con este último


planteamiento y suponen la búsqueda de una teoría correspondiente, aplicable a la
esfera de la comunicación. Y ello en razón de que únicamente así cabe la posibilidad
de abarcar, en la debida forma, el conjunto de circunstancias sobre el que se asienta
toda la sociedad. Hay también, sin embargo, otras razones de orden práctico, que
cada vez son más imperiosas en una sociedad desarrollada y opulenta. No se puede
ya seguir pensando ingenuamente que existen posibilidades ilimitadas de
perfeccionamiento a partir de la "naturaleza", tanto si se trata de la naturaleza física
como de la humana.
Al concebir la naturaleza como una improbabilidad superada se accede a una]
ueva dimensión desde la que se puede valorar lo que ya se ha logrado y lo que resta
por mejorar; se hace patente entonces, cuando menos, que tocJa destrucción de un
U orden remite a la improbabilidad de una reconstrucción.

La comunicación como problema

Una teoría de la comunicación como la que aquí pretendemos esbozar implica


pues, ante todo, que ~X~~ Lo es, pese a que diariamente la
experimentamos y la practicamos y a que no podríamos vivir sin ella. Esta
improbabilidad, que se ha tornado imperceptible, requiere una captación p~evia y,
además, un esfuerzo que cabría calificar de "contra-fenomenológico". Ello es factible)
si se aborda la comunicación, no ya como fenómeno, sino como problema, dejando
de buscar un concepto que se ajuste al máx.irno a los hechos y empezando por
(. preguntarse cómo es posible la comunicación. Inmediatamente surgen una serie de
problemas y de dificultades que la comunicación debe superar para poder llegar a
producirse.
_ €) f:n primer lugar, es improbable gue alguien comprenda lo gue otro quiere
decir, habida cuenta del aislamiento y la individualización de su conciencia.. El .: 1 ,_·'
sentido únicamente se puede entender en función del contexto, y para cada cual el

L contexto es, básicamente, el que su memoria le facilita.


@La segunda improbabilidad es la de acceder a los receptores. Es improbablS:
que una comunicación llegue a más personas gue las gue se encuentran presentes en
una situación dada. El problema estriba en la extensión espacial y temporal. El
sistema de interacción de los individuos que se encuentran presentes en cada caso
garantiza la suficiente atención para que se produzca la comunicación, desintegrándose
en cuanto se comunica de modo perceptible que no desea comunicar. Una vez
sobrepasados los límites de este sistema de interacción no pueden imponerse (por la
fuerza) las reglas que dentro de él resultan válidas. Incluso cuando la comúnicación
cuenta con transmisores móviles y permanentes, es improbable que pueda encontrar la
debida atención, ya que los individuos tienen diferentes intereses en situaciones
distintas.
(j}J L~ tercera improbabilidad es la de obtener el re~tado apete.~~do. Ni siquier(!
~Ll)ecl_lo --º~~_gue una comunicación haya sido entendida ~antiza que _h'!y-ª__gQp j - --
también aceptada. ~es:ultado a~t~~iqc( -~DtieQdo el hecho de que e_Lreceptor
<!<JQ~e_l¡::()J:).~_I_!:!do s~l~ctiyo_'i~__ la_ comunicación (la informa_ÜQ.Il)_ comQ__Qremisa _<!~-su
pr_or!Q_c::Q!llPQrtamiell~C>, iJ:!corpora,IJ..QQ_ ªJª-_s§lec~lón _.IllJ~Ym; _ s~kc:.c.iml~Y elevand.Q _as(
el grado de $el~cJ:i.yjJllid. La aceptación como premisa del propio comportamiento
puede significar actuar en virtud de las directrices correspondientes, así como también
experimentar, pensar y asimilar nuevos conocimientos, en el supuesto de que una
determinada información sea correcta.
Estas improbabilidades no son solamente obstáculos para que una
Fomunicación llegue al destinatario, sino que actúan al mismo tiempo como "umbrales.
de disuasión", gue inducen a abstenerse de una comunicación que se considera
.utópica.· La regla según la cual no es posible no comunicarse es únicamente aplicable· ' -'

dentro de los sistemas de interacción en los que los individuos se encuentran presentes
e, incluso en tal caso, sólo es válida para aquello que no se comunica. Los sujetos se
abstendrán de comunicar en el momento en que no tengan las suficientes garantías de
que su mensaje va a llegar a otras personas, de que va a ser comprendido y de que va
a cumplir sus objetivos. Ahora bien, sin comunicación no pueden formarse sistemas
. · _sociales. Por consiguiente, _las improbabilidades del proceso de CO_l11\l~ca~i~~y lal
¡: . forma en que__las_.mismas se superan y se-transformgn en pro.lJªbilidades r~mlav. Jª
[\ f~~~ación de_ los sistemas sociale~ Así, pues, cabe entender el proceso de la -
evolución socio-cultural como la transformación y ampliación de las posibilidades de
establecer una comunicación con probabilidades de éxito, merced a la cual la sociedad
crea sus estructuras sociales; y es evidente que no se trata de un mero proceso de
crecimiento, sino de un proceso selectivo que determina qué tipos de sistemas
sociales son viables y qué es lo que habrá de excluirse en razón de su improbabilidad.
_, ~~ b'- · d citadas ·ctúan refor~~-
No cabé la posibilidad de suprimirlas una tras otra y convertirlas en probabilidades.J"
La solución de un problema aislado equivale a dificultar en la misma medida la de los
(
demás. Cuando una comunicación ha sido correctamente entendida se dispone de
rpayor número de motivos para rechazarla. Si la comunicación rebasa el cfrculo de
los presentes, su comprensión se vuelve más difícil y es más fácil, a su vez, que se
produzca el rechazo. Al parecer, la filosofía tiene su origen en esta ley de los
problemas que se agravan mutuamente. A partir del momento en que la escritura
permite llevar la comunicación más allá del cfrculo -espacial y temporalmente
limitado- de los presentes, no es posible ya seguir confiando en el efecto rapsódico del
ritmo de la versificación, que sólo podía arrastrar a los presentes; es preciso
argumentar con el contenido en sf.

*G
. Esta ley, según la cual las improbabilidades se refuerzan mutuamente y las]
oluciones de los problemas en un aspecto reducen las posibilidades de solución en
otros, implica que no existe ningún medio que facilite directamente un progreso ~·
constante del entendimiento entre los hombres. Al abocarse a esta tarea, se descubre
que se trata más bien de un problema del crecimiento, con exigencias cada vez más
contradictorias. En el sistema de los medios modernos de comunicación de masas se
actúa, bajo la sugestión del funcionamiento, corno si todos estos problemas estuvieran
resueltos. De hecho, han dejado de ser perceptibles desde cada uno de los distintos
puestos de trabajo en las redacciones de los periódicos o en las emisoras de radio.
Habría que preguntarse si las estructuras de la sociedad moderna no estarán]
constituidas de tal modo que en sí mismas se dificulten recíprocamente la soluciones
de los problemas y se originen constantemente nuevos problemas derivados de los
[
anteriores.

Acerca de los "medios"

---);.Esta teoría requiere un concepto que designe la totalidad de los mecanism~s


gue sirvan para transformar la comunicación improbable en probable, y que abci.rgue 1

los tres problemas básicos. La "denomj_!!_ació_I!_@e propongo para estos mecanismos es


la de ".~·. Por lo general, se habla únicamente de medios de comunicación de
masas, entendiendo por tales las técnicas que permiten extender la comunicación a
sujetos que no se encuentran presentes, sobre todo haciendo referencia a la prensa y la
radio. Parsons agregó el concepto de medios de intercambio (media of interchange),
simbólicamente generalizados, y esbozó una teoría relativa al caso prototípico del
dinero. Desde entonces, el concepto de medios se emplea en las ciencias sociales con
dos acepciones diferentes, cuyo sentido vendrá dado por el contexto o clarificado por
una serie de aclaraciones adicionales. La propuesta de aplicar el concepto al problema
de la improbabilidad en el proceso de la conmnicaf.!ón, definiéndolo, por
consiguiente, a nivel de funcionalidad, podría subsanar esa c-onfusión y contribuir al
mismo tiempo a esclarecer el significado y el alcance de los tres distintos tipos de
medios.
. O El medio que eleva la comprensión de las comunicaciones por encima de la)
percepción previa es el lenguaje, que emplea generalizaciones simbólicas para
reemplazar, representar y combinar las percepciones y solucionar los
correspondientes problemas que plantea un entendimiento unívoco. Dicho de otro
modo el lenguaje se especializa en convertir la impr~ión causada por el entendimiento
unívoco en una base útil de ulteriores comunicaciones, por muy frágil que dicha
impresión pueda ser.
O ~s me~~~~" .<:1~ _difusión no quedan suficíenteme~te definidos CO!!_ J-ª-
r- ,·,.
denorninación de medios de cornunicac;j<?!l__de _!illlSa.§_. Ante todo, la invención de la )
escritura cumple ya la función de trascender los límites del sistema de sujetos
( directamente presentes y de la comunicación cara a cara. Los medios de difusión
pueden hacer uso de la escritura, pero también de otras formas de fijación de las
~formaciones. El efecto_ selectivo que ejercen sobre la cultura es práctica~~nte
( }ncalculable, ya que amphan enormemente la memoria, aunque por su selectividad
limitan los datos disponibles para comunicaciones ulteriores.
La teo~a de la comunicación se ha centrado por lo general en estos dos tipos
de medios, lo que da lugar a una situación de profundo desequilibrio. Sólo se puede
elaborar _una teoría que_ recoja la totalidad de los problemas de comunicación que se
dan en la sociedad incluyendo la cuestión de cuáles son los medios por los que pueden
tener éxito las comunicaciones. Cabe designar al tercer tipo de medio como "medios
Q de comunicación simbólicamente generalizados", ya que en ellos precisamente se
~uinple por antonomasia el objetivo de la comunicación. En el plano de ws sistemas
sociales, Parsons cita, como medios de este tipo, el dinero, el poder, la influencia y
los compromisos morales. Yo añadiría, la verdad en el ámbito de la ciencia y el amor
en el de las relaciones íntimas. Los diversos medios abarcan los principales sectores
civilizadores del sistema social y sus subestructuras primarias en la sociedad actual.
~ Es claramente visible hasta qué punto el aumento de las posibilidades de comunicación
en el proceso de la evolución actúa formando sistemas y cómo ha dado lugar a la
diferenciación de sistemas propios para la economía, la política, la religión, la
ciencia, etc.
Los medios de comunicación simbólicamente generalizados únicamente surgen
en el momento en que la técnica de difusión permite sobrepasar los límites de la_
!!Iteracción entre los presentes y programar informaciones para un número
'!esconocido de sujetos ausentes y situaciones que no se conocen todavía con
~xactitud. Reguieren, en otras palabras, la creación de una escritura de uso univers~.
En vista del enorme auge que han cobrado las posibilidades de comunicación, las
garantías de éxito propias del sistema de interacción; derivadas de la presencia
personal, resultan ya insuficientes, siendo preciso sustituirlas por medios más
abstractos y, a la vez, más específicos o, en cualquier caso, complementarlas/ En la
Grecia clásica surgen, por este motivo, nuevas palabras de codificación (nómos,
alétheia, philia) y sistemas de normas diferenciados conforme a ellas, que designan las
condiciones en las que es de esperar que se produzcan probabilidades hipotéticas,
incluso en el caso de las comunicaciones más improbables. Desde entonces no se ha
vuelto a lograr incluir todas las condiciones que garantizan el éxito de la
comunicación en una semántica homogénea, válida para todas las situaciones y, tras la
invención de la imprenta, las diferencias entre estos medios de comunicación se
acentuan hasta el punto que llegan a quebrar las premisas de un fundamente, unico de
carácter natural, moral y jurídico: la razón de Estado y el amor-pasión, la verdad
científica obtenida metódicamente, el dinero y el derecho toman direcciones distintas,
especializándose en diversas improbabilidades de comunicación eficaz. Se sirven de
vías de comunicación diferentes- por ejemplo, la razón de estado se sirve del ejército
y de la jerarquía administrativa, el amor-pasión del salón, las cartas (publicables) y la
novela- y dan lugar a la diferenciación de sistemas funcionales de distinto tipo, que
terminan por posibilitar la renuncia a una organización constitucional de la sociedad y,
con ello, la transición a la sociedad moderna.
Esta sucinta exposición muestra el doble aspecto de nuestra concepción
teórica .. fl orden surge de gue, a wsar de todo, la comunicación improbable se h~_se <.
--P9Sible-v--se_normaliza en lps sistemas sociales. Al mismo tiempo? la improbabilida(}
de la difusión? si la técnica permite vencerla, hace aumentar el grado de
i1Jll2[Q.babilidad Jif?l éxi¡o. Las transformaciones que se producen en el ámbito de la
técnica de comunicación plantean nuevas exigencias a la cultura. La forma en que
ésta había organizado sus medios de persuasión queda sometida a la presión de las
nuevas pautas de plausibilidad, de modo que algunas cosas desaparecen -por ejemplo
el culto al pasado- y surgen otras -por ejemplo el culto a lo nuevo. Se destaca, en
conjunto, la tendencia a una diferenciación y es:>ecificación crecientes, así como la
necesidad de institucionalizar cada vez más la arbitrariedad. Simultáneamente, como
en la evolución de la vida en general, aumenta la celeridad con que se producen los
cambios, de manera que se hace preciso vencer improbabilidades cada vez mayores a
partir de lo que ya existe en una sucesión progresivamente más rápida, con lo que
dicha superación aparece como más improbable por razones de tiempo y termina por
seleccionar las vías más rápidas.

Accesibilidad a los medios de comunicación modernos

Las consideraciones en torno a las repercusiones de los nuevos medios de


comunicación de masas demuestran que los problemas se definen demasiado
limitadamente. Centrándose en el concepto de "masas", pasan a los efectos que los
medios de comunicación tienen en el comportamiento individual. En esta perspectiva,
las consecuencias sociales se explican por el hecho de que el comportamiento
individual resulta deformado por la prensa, el cine y la radio. Aun los cambios que se
ponen de manifiesto en este sector, como la accesibilidad cada vez mayor a las
emisiones o incluso, simplemente, la comunicación en la propia casa, se analizan bajo
esa óptica. Es indiscutible que se puede investigar de este modo. Pero, al restringir
así el planteé''miento pasan desapercibida.:-:; transformaciones importantes, ya que la
sociedad es siempre un sistema diferenciado; no está meramente constituida por una
gran pluralidad de hechos aislados, sino que en principio configura subsistemas y,
dentro de éstos, otros subsistemas parciales.
(Jnicamente merced a la coordinación de estos subsistemas -por ejemplo, las
familias, la política, la economía,. el derecho, el sistema sanitario, la educación- puede
cobrar relevancia la actividad social, esto es, tener efectos que trasciendan la
situación.
Por lo tanto, si se desea tener una visión panorámica de los cambios que se
producen en la sociedad actual como consecuencia de la estructura de sus
posibilidades de comunicación, es preciso adoptar un planteamiento muy amplio. El]
problema de la improbabilidád de la comunicación en sí y el concepto de sociedad
como sistema diferenciado convergen, puesto que todo sistema ~epresenta ~a 1
[ transformación de la improbabilidad de la comunicación en probabilidad. Así pues, ·
tanto los cambios que se produzcan en la técnica de la difusión, con las diferentes
posibilidades de éxito de la comunicación y sus modificaciones, tienen que ser vistos
en el contexto de su mutua interrelación. A esto viene a sumarse la cuestión de si
existen, con independencia de la intervención de la diferenciación de sistemas, otras
repercusiones directas sobre las actitudes y motivaciones individuales, que a nivel
teórico de sistemas, forman parte del entorno del sistema que es la sociedad y sobre el
que, por consiguiente, repercuten. Este problema de una efectividad latente y, por así
decirlo, demográfica, ha surgido también recientemente en algunos análisis del
sistema educacional, bajo la denominación de plan docente encubierto (hidden
curriculum).
Igualmente cabe suponer (y en este sentido se puede establecer una
comparación entre los medios de comunicación de masas y la educación de masas en
las aulas escolares) que también los medios de comunicación de masas organizados
limitan selectivamente la constelación de actitudes y disposiciones, en la que pueden
incidir también otros subsistemas de la sociedad.
E.vi4c:!t:I~~EJ:~nte, n() es p()Si~l-~-~~~Q~__ aql!í, ni siqui~~ª-Q~__f_9IP.la más o menos
aproximada, un_p_~g-~~E!~--~~--_i_!!.~~tigació_E____~e --~1 ___ envergadura. Hemos de
contentarnos, 2~~s______l____~__9E:_~_l_l:l~~ mediant~_ ej~__!!!I>los -~l_gt!_nos de los planteamientos
posibles.

G) Si ~e quiere determinar cuáles son los requisitos necesarios desde un punto de


yista funcional para el mantenimiento o la evolución de una sociedad, no se puede
partir del supuesto de que el aumento de las posibilidades de éxito de la comunicación
se da en igual medida en todas las esferas funcionales. La sociedad moderna, que
tiene su origen en Europa, se ha venido apoyando fundamentalmente hasta ahora en
contados medios de comunicación simbólicamente generalizados, que han resultado
sumamente eficaces, sobre todo la verdad científica con garantías teóricas y
metodológicas, el dinero y el poder político ejercido conforme a derecho. Ello se ha
reflejado en una preponderancia de la ciencia, la economía y la política en el
entendimiento global de la sociedad. También la teoría de Parsons del sistema
universal de acción parte del supuesto de: que todos los sectores funcionales, por la
lógica de su diferenciación, disponen en idéntica medida de un medio de
comunicación. Esto supone convertir los deseos en teoría. Sin embargo, no hay más
remedio que aceptar que no hay garantías, ni materiales ni teóricas. de gue exista tal~
(congruencia entre las necesidades funcionales y las posibilidades de comunicación.
- En este sentido reviste particular importancia el hecho de que no se ha podido
crear un medio de comunicación simbólicamente generalizado, aplicable a todas las
actividades encaminadas a modificar a los seres humanos, desde la educación hasta el
tratamiento terapéutico y la rehabilitación, pese a la estrechísima relación que hay
entre este ámbito funcional y la comunicación. En estos casos, la interacción entre los
presentes sigue siendo la única posibilidad de convencer a los individuos de la
necesidad de que cambien, para lo que no existe, stricto sensu, ninguna técnica
científicamente avalada. Ni la verdad, ni el dinero, ni el derecho, ni el poder, ni el
amor son medios dotados de suficientes garantías de éxito. Cada vez son mayores los
esfuerzos, tanto en lo que se refiere a las personas como a las interacciones, que se
realizan con vistas a solucionar estos problemas, sin saber si dichos esfuerzos pueden
compensar - ni de qué manera- la ineficacia técnica.
En este ejemplo se pone de manifiesto el gran desequilibrio del progreso. En
algunos sectores, la transformación de lo improbable en lo que es de esperar conforme
a la experiencia afecta también a las posibilidades de establecer un control técnico de
sistemas complejos, que en sus procesos básicos dependen, sin embargo, de decisiones
libres. En otros sectores, el progreso se paraliza, ya que al aumentar las exigencias
¡ de rendimiento surgen oleadas desalentadoras de improbabilidad aun en los sistema~
lje interacción más sencillos.

({;) u;s ejemplos que citaremos a continuación proceden de la observación de las


repercusiones de las técnicas de difusión en los sectores funcionales de la sociedad y
en sus medios de comunicación de masas. No hay duda de que la invención de la
imprenta provocó una rapidísima transformación de las circunstancias en las que
tienen lugar funciones importantes del sistema social. Buena parte del radicalismo]

D
~' que finalmente desembocó en los cismas, es imputable a la impre~
ésta reafirma públicamente posturas de las que luego cuesta volver atrás cuando se
está identificado con ellas.
En lo que respecta a 1~, la imprenta supuso la posibilidad de ejercer}
fluencia política y de hacer carrera sin estar al servicio del ~oberano; renunciar a

t ceptar un cargo en la corte no implicaba ya necesariamente la renuncia ni influjo


político, y la política tuvo que acomodarse a esta nueva situación/ En la esfera de la

[
~~~en la de las ~' la imprenta aportó por un lado,
posibilidades de formación y, por otro, aspiraciones fallidas, al inducir a la imitación
y rebasar al mismo tiempo las posibilidades de llevarla a cabo. Recomienda reglas y,
al mismo tiempo, recomienda atenerse a ellas únicamente en función del libre arbitrio.
~sí pues la imprenta. en términos generales, modifica los repertorios en los cuales los
sistemas funcionales seleccionan sus operaciones; tiene la facultad de ampliar las
oosibilidades. pero puede también dificultar la selección.
Esto seguirá siendo así incluso tras haber independizado los medios de
comunicación de masas de la educación y haberse incrementado considerablemente sus
posibilidades. Ahora bien, ¿es osible dete a e ·stencia dir ices? Sólo cabe
hacer conjeturas. Puede si.rrgir un tipo de cultura basada en los medios de
comunicación, acreditada únicamente por el hecho de que se la presupone en la base
de las transmisiones de esos medios. Pero, ¿acaso significa esto que la moral")
(corrompe al poder, como pensaba Arnold Gehlen en relación con los Estados Unidos
. de América? ¿No es igualmente evidente lo contrario, esto es, que al poder le resulta.)
fácil corromper a la moral, alterando los presupuestos subyacentes en las
(
transmisiones de los medios de comunicación?.
Los efectos de carácter más formal resultan más evidentes que estas tesis según
las cuales los medios de comunicación de masas modifican los principios que la
política toma como punto de partida. Los cambios más importantes son los que sufre
la estructura temporal de una política que se refleja continuamente en los medios de
comunicación de masas; ese reflejo actúa acelerándola, ya que los políticos se ven
obligados a reaccionar constantemente ante el hecho de qué se informa y cómo se
informa sobre sus acciones. Los juegos de espejos que necesariamente intervienen
aquí hacen inviable una orientación basada en una teoría política, que, desde cierto
punto de vista, han experimentado una inmensa expansión en las democracias se ven
de nuevo reducidos por la necesidad de estar constantemente informado de la última
actualidad.
Cualquiera que sea el contenido de realidad de tales análisis, su criterio
dominante es la tesis general de la selectivirud de todas las adquisiciones human~s
gracias a las cuales lo improbable se transforma en probable. En cada nuevo nivel de
comurucac1ón Improbable-probable, superior al anterior en virtud de nuevas técnicas ,
~s preciso volver a equilibrar las soluciones institucionales. Y de nuevo surge la
:Qregunta de cómo garantizar la posibilidad de hallar siempre soluciones satisfactorias
para todos lo ámbitos funcionales.

G) De todos estos problemas que acabamos de enunciar en relación con las


repercusiones inmediatas de la técnica de difusión en los sistemas funcionales hay que
destacar un interrogante. Se trata de saber si el sistema organizado de los medios de
comunicación de masas influye en las actitudes y disposiciones personales a las que la
sociedad puede dirigirse como recursos para motivar - selectivamente un
comportamiento social solidario, lo que, evidentemente, tiene a su vez repercusiones
indirectas en las posibilidades de la política, la ciencia, la constitución de la familia,
la religión, etc. Pero estos sistemas funcionales reaccionan también directamente a
los medios de comunicación de masas, sin que las motivaciones de los individuos que
los integran los fuercen a ello. Basta recordar a titulo de ejemplo, ·la problemática
político-eclesiástica del caso del teólogo Küng, en el que intervienen, en relación con
los medios de comunicación de masas, provocación y reacción, audacia y titubeos,
voluntad de reforma y dogmatismo.
Dejando ahora a un lado esta cuestión, es posible que exista también la
efectividad "demográfica" de los medios de comunicación de masas a que nos hemos
referido antes, mediante la cual se forman mentalidades colectivas que dan lugar a
condiciones que todos los sistemas sociales han de tener en cuenta. Ahora bien, es
obvio que esto no debe entenderse en el sentido de que la televisión, por ejemplo,
pueda crear actitudes masivas uniformes en el seno de la población. Más bien es de
suponer que en todo cuanto se imprime y se transmite van incluidas ciertas premisas,
en virtud de las cuales se realizan las publicaciones y transmisiones, que son las que
hacen que algo sea considerado información. Tal vez la más importante de estas
premisas sea que es necesario que algo resulte nuevo o excepcional para que merezca
ser comunicado. Esto no excluye, sino al contrario, la repetición monótona (fútbol,
accidentes, comunicados del gobierno, criminalidad). Un criterio similar de selección
es el de conflicto. Por fuerza hay que suponer que semejantes premisas, que siempre
hacen hincapié en la discontinuidad frente a la continuidad, actúan provocando
inseguridad. Es lógico que las exigencias de seguridad ante los cambios y de
participación en los mismos fomenten al mismo tiempo temores y exigencias. Es
posible que al sistema político y al sistema económico de la sociedad les resulte cada
vez más difícil hacer frente a las expectativas de la población, tanto en las estructuras
capitalistas que se basan en la iniciativa privada como en las estatales.
En una conferencia en la Unesco sobre medios de comunicación de masas
alguien preguntó: "¿estamos haciendo las preguntas que corresponde hacer?".
Tampoco nosotros estamos seguros, al llegar al final de nuestra exposición, de haber
• • lO

tratado las cuestiones "pertinentes", incluso los filósofos se pn~guntarán si acaso


existen cuestiones "pertinentes". En cualquier caso, debería ser posible afrontar con
mayor rigor y desarrollar de manera más sistemática que hasta ahora la cuestión de los
problemas propios de la investigación sobre la comunicación. La relación entre
improbabilidad y formación de sistemas es una de las concepciones que ha aportado
la teoría de los sistemas. Si se toma como punto de partida el problema de la
improbabilidad se accede espontáneamente a cuestiones que, si no correctas, son al
menos más profundas y que, en relación con la comunicación y la sociedad, no se
limitan a contemplar un tema de la investigación específica de la comunicación, sino
un tema capital de la teoría social.
(Traducido del alemán)

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