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Debates
/ Enero 2003
Debates
Sabemos lo que sucedió históricamente con este deba- Por supuesto, debiéramos advertir que los movimientos
te, y ésta es la cuarta similitud. Ganaron aquellos que sos- que se autodenominaban social-demócratas tendían a estar
tenían la posición de orientarse hacia el Estado. El argu- sobre todo en las zonas centrales de la economía mundial.
mento decisivo que persuadió a la mayoría fue que la fuen- Y los movimientos que se autodenominaban de liberación
te inmediata de poder real estaba en los estados, y que cual- nacional tendían a ser fuertes sobre todo en las zonas semi-
quier intento de ignorar su centralidad política era una con- periféricas y periféricas. Esto último también era mayor-
dena al fracaso dado que los estados habrían de suprimir mente cierto en el caso de los partidos comunistas. El por
–exitosamente– cualquier tendencia al anarquismo o al na- qué parece obvio. Aquellos situados en las zonas más débi-
cionalismo cultural. Los grupos orientados al Estado enun- les veían su lucha por la igualdad como vinculada con la po-
ciaron a fines del siglo diecinueve lo que se ha dado en lla- sibilidad de arrebatar el control de las estructuras del esta-
mar una estrategia en dos etapas: primero ganar el poder en do a los poderes imperiales (control que era ejercido direc-
el estado; para luego transformar el mundo. Esto fue cierto ta o indirectamente).
tanto para los movimientos sociales como para los movi-
mientos nacionales. Por otra parte aquellos ubicados en las zonas centrales,
se encontraban ya con estados fuertes. Necesitaban arreba-
La quinta característica en común es menos obvia, pe- tar el control sobre el mismo a los estratos dominantes si ha-
ro no menos real. Los movimientos socialistas a menudo in- bían de progresar en su lucha por la igualdad. Pero precisa-
cluían una retórica nacionalista en sus argumentos y, a su mente porque estos estados eran poderosos y ricos, la insu-
vez, los movimientos nacionalistas frecuentemente incorpo- rrección era una táctica improbable, y los partidos usaron la
raban una retórica social en los suyos. El resultado era un ruta electoral.
desdibujamiento de sus posiciones, mayor de lo que jamás
éstos reconocieron. Frecuentemente se ha destacado que en La séptima característica común es que ambos tipos de mo-
Europa los movimientos socialistas cumplían una función vimientos luchaban con la tensión/debate entre “revolución” y
de integración nacional, a menudo haciéndolo mejor que los “reforma” como modos primordiales de transformación.
movimientos conservadores o que el Estado mismo. Y cier-
tamente está claro que los partidos comunistas que alcanza- Interminables discursos han girado en torno a este debate
180 ron el poder en China, Vietnam, o Cuba se constituyeron en ambos tipos de movimientos. Pero el hecho es que, a la lar-
como movimientos de liberación nacional. ga, y en ambos casos, el debate se basó en último termino en
una lectura totalmente incorrecta de la realidad. Los revolu-
Hubo dos razones para ello. En primer lugar, el proce- cionarios no eran en la práctica muy revolucionarios, y los re-
so de movilización forzó a ambos tipos de movimientos a formistas no siempre eran reformistas, o al menos la diferen-
intentar incorporar a partes cada vez más grandes de la po- cia entre ambos estilos se volvió más y más oscura a medida
blación, y en este sentido ampliar el campo de acción de su que los movimientos avanzaron en sus trayectorias políticas.
retórica fue muy útil. Pero en segundo lugar, los líderes de
ambos tipos de movimientos a menudo reconocían incons- Los revolucionarios encontraron que debían hacer mu-
cientemente que tenían un enemigo común en el sistema chas concesiones si habían de sobrevivir. Y los reformistas
existente, y que por ende tenían más en común el uno con encontraron que los caminos hipotéticamente legales hacia
el otro de lo que su retórica concedía. el cambio, en la práctica a menudo se encontraban firme-
mente bloqueados, y por ende se requería la fuerza, o al me-
En sexto lugar, el proceso de movilización popular de nos la amenaza de la fuerza, para eliminar estas barreras.
ambos tipos de movimientos era básicamente muy similar.
En la mayoría de los países ambos empezaron como grupos En este sentido, fue más como consecuencia de una si-
pequeños, a menudo de intelectuales, combinados con un tuación de guerra que hizo colapsar a las autoridades exis-
puñado de militantes provenientes de otros estratos. Aque- tentes que debido a sus capacidades insurreccionales, que
llos que tuvieron éxito, lo tuvieron porque fueron capaces, los movimientos revolucionarios llegaron al poder. Tal como
a fuerza de una larga campaña educativa y organizativa, de los Bolcheviques dijeron en Rusia en 1917, “el poder estaba
asegurar la participación de bases populares en un patrón de desparramado por las calles”. Y una vez que se encontraron
círculos concéntricos de militantes, simpatizantes y simpa- en el poder (como sea que hubieran llegado ahí) buscaron
tizantes pasivos. Fue cuando el círculo exterior de simpati- permanecer, y esto a menudo requirió sacrificar tanto mili-
zantes pasivos creció lo suficiente como para que los mili- tancia como solidaridad con los movimientos de otros paí-
tantes se sintieran como peces en el agua (para usar la me- ses. Por otra parte, inicialmente el apoyo popular a estos mo-
táfora de Mao Tse Tung) que los movimientos se tornaron vimientos, hubieran llegado al poder mediante las armas o
serios contrincantes para el poder político. mediante el voto, fue igual de grande. La misma danza en las
calles saludó el acceso al poder luego de una larga lucha.
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¿Qué significa hoy. . .
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¿Qué significa hoy. . .
no es el estado. El término proviene de una distinción del si- Foro Social Mundial (FSM), cuyos encuentros iniciales se
glo diecinueve entre le pays légal y le pays réel, entre aque- han desarrollado en Porto Alegre. Para su segunda reunión,
llos situados en el poder y aquellos que representaban el en 2002, el FSM reunió a más de 50.000 delegados de más
sentir popular. La distinción lleva a esta pregunta: ¿cómo de 1.000 organizaciones, y durante el año ha habido una
puede la sociedad civil cerrar la brecha que existe entre ella gran cantidad de encuentros regionales del mismo tipo, en
y el estado? ¿Cómo puede llegar a controlar al estado, o lo- preparación para el 2003. De repente, aparecía un nuevo
grar que el estado refleje sus valores? La distinción parece protagonista en el movimiento anti-sistémico.
asumir que quienes controlan el estado actualmente son pe-
queños grupos privilegiados, mientras que la “sociedad ci- Las características de esta nueva variedad son más bien
vil” está constituida por la mayoría de la población. diferentes de todas las construidas anteriormente. En primer
lugar, el FSM busca reunir a todos los tipos preexistentes de
Estas organizaciones tuvieron su impacto y lograron movimientos anti-sistémicos (Vieja Izquierda, New Left, or-
que algunos estados, quizá todos, cambiaran el tono de sus ganizaciones de derechos humanos, y aquellos que no ca-
políticas orientándolas, en mayor medida, a los asuntos de ben con facilidad en ninguna de estas categorías). Busca
derechos humanos. Pero en este proceso llegaron a ser au- reunir también a movimientos estrictamente locales, regio-
xiliares de los estados más que oponentes a éstos, y cierta- nales, nacionales y transnacionales. Tal convocatoria se ba-
mente en su conjunto no resultaron muy anti-sistémicas. Se sa en un objetivo común –la lucha contra los males sociales
transformaron en ONGs localizadas mayormente en zonas consecuencia del neoliberalismo– y un respeto común por
centrales que buscaron implementar sus políticas en zonas las prioridades inmediatas de cada quien. Y lo que es muy
periféricas, y a menudo fueron consideradas agentes de sus importante, el FSM busca reunir a movimientos del Norte y
estados-sede más que críticas de dichos estados. En cual- del Sur en un mismo entramado. El único slogan que tienen
quier caso, estas organizaciones raras veces han movilizado hasta el momento es “otro mundo es posible”. Más raro
un apoyo masivo, y por el contario han contado más bien aún, el FSM busca lograr esto sin crear una superestructura
con su habilidad para utilizar el poder y el posicionamiento global. Actualmente, todo lo que posee es un comité de
de sus élites militantes en las zonas centrales. coordinación internacional integrado por una cantidad im-
par de miembros (aprox. 50) en representación de una va-
La cuarta y más reciente versión de los movimientos an- riedad de movimientos y locaciones geográficas. 183
ti-sistémicos post-1968 son los denominados movimientos
anti-globalización. Este término viene en realidad de sus opo- Si bien se escuchan quejas por parte de algunos de los
nentes y su utilización por los medios probablemente no sea movimientos de la Vieja Izquierda de que el FSM es una fa-
muy anterior a los reportes de las protestas ocurridas durante chada reformista, el nivel de estas críticas y de divisionismo
las reuniones de la Organización Mundial del Comercio en es hasta ahora mínimo. Los que protestan cuestionan, pero
Seattle en 1999. La globalización, como retórica de los de- no denuncian aún. Por supuesto, es fácil reconocer que el
fensores neoliberales del libre comercio de bienes y capital, éxito hasta este punto ha estado basado en la negativa –el
se tornó una fuerza poderosa durante los ‘90. Su foco mediá- rechazo del neoliberalismo, como ideología y como prácti-
tico fueron los encuentros de Davos, y su implementación ca institucional. Muchos han argumentado que es esencial
institucional estuvo dada por el Consenso de Washington, las que el FSM pase de esta posición por la negativa a la defen-
políticas del FMI y el fortalecimiento de la OMC. Se suponía sa de un programa positivo más claro. Si podrá o no hacer-
que Seattle fuera el momento clave de un esfuerzo en pos de lo y mantener a la vez el nivel de unidad y la ausencia de
expandir el rol de la OMC. Para sorpresa de la mayoría, hu- una estructura global (e inevitablemente jerárquica) es el
bo una protesta significativa que de hecho desestabilizó la gran interrogante de la siguiente década.
realización de la reunión. Entre quienes protestaban se en-
contraba una gran cantidad de organizaciones estadouniden- Si tal como he argumentado en otro lugar el sistema-
ses derivadas de la Vieja Izquierda (las organizaciones sindi- mundo moderno se encuentra en una crisis estructural, y si
cales) y de la New Left, así como de grupos anarquistas. Por hemos entrado en una “era de transición”, esto es, un perío-
cierto, el hecho mismo de que la AFL-CIO estuviera lista pa- do de bifurcación y caos, entonces está claro que las cuestio-
ra ponerse del mismo lado que las organizaciones ambienta- nes que los movimientos anti-sistémicos enfrentan se plan-
listas en una acción tan militante fue algo nuevo, y más aún tean en una forma muy diferente que en el siglo diecinueve y
tratándose de organizaciones estadounidenses. la mayor parte del siglo veinte (Wallerstein, 1998; Hopkins &
Wallerstein, 1996). La estrategia de dos etapas orientada al
Después de Seattle, hubo una serie continuada de de- estado se ha tornado bastante irrelevante, lo cual explica la in-
mostraciones en todo el mundo cada vez que se realizaban comodidad y el malestar de la mayoría de los descendientes
reuniones inter-gubernamentales inspiradas por una agenda de las organizaciones anti-sistémicas de otros tiempos en lo
neoliberal. Con el tiempo, esto llevó a la construcción del que respecta a proponer conjuntos de objetivos políticos ya
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sea a largo plazo o inmediatos. Los pocos que lo intentan son prevenir que los efectos negativos empeoren en el corto pla-
recibidos con escepticismo por aquellos a quienes quisieran zo. Esto es muy diferente psicológica y políticamente.
tener como seguidores, o peor aún, con indiferencia.
El tercer componente debe ser el establecimiento de ob-
Un período de transición sistémica posee dos caracterís- jetivos intermedios a mediano plazo que se orienten en la di-
ticas que dominan la idea misma de estrategia anti-sistémi- rección correcta. Yo sugeriría como uno de los más útiles
ca. La primera es que aquellos que se encuentran en el poder (substantiva, política y psicológicamente) al intento de orien-
ya no intentarán preservar el sistema existente (condenado tarse hacia la desmercantilización selectiva pero creciente.
como está a la auto-destrucción) sino que buscarán asegurar- Estamos hoy sujetos a una andanada continua de intentos
se que la transición lleve a la construcción de un nuevo sis- neoliberales de mercantilizar lo que nunca antes fue objeto de
tema que replique las peores características del existente (je- ello –el cuerpo humano, el agua, los hospitales. No sólo de-
rarquía, privilegio, y desigualdades). Podrían no estar usan- bemos oponernos a esto, sino que debemos movernos en la
do aún un lenguaje que refleje la caída de las estructuras dirección opuesta. La industria, especialmente aquellos sec-
existentes, pero están implementando una estrategia basada tores en crisis, debería ser desmercantilizada. Esto no signifi-
en tales presunciones. Por supuesto, sus integrantes no están ca que debieran ser “nacionalizadas”, dado que mayormente
unidos, tal como lo demuestra el conflicto entre los denomi- la nacionalización ha sido por largo tiempo tan sólo otra ver-
nados “tradicionalistas” de centro-derecha y los halcones sión de la mercantilización. Significa que debiéramos crear
militaristas de ultra-derecha. Pero están trabajando duro pa- estructuras que operen en el mercado cuyo objetivo sea la
ra obtener apoyo para cambios que no serán cambios, un performance y la supervivencia, pero no el lucro. Esto puede
nuevo sistema tan malo como (o peor que) el presente. hacerse, tal como lo sabemos a partir de la experiencia histó-
rica de universidades u hospitales –no todos, pero sí los me-
La segunda característica fundamental es que un perío- jores. ¿Por qué habría dicha lógica de ser imposible para las
do de transición sistémica se caracteriza por una profunda fábricas de acero amenazadas por la deslocalización?
incertidumbre y por la imposibilidad de conocer los resulta-
dos que deparará. La historia no está inevitablemente de Finalmente, necesitamos desarrollar el significado sus-
nuestro lado. Cada uno de nosotros puede incidir en el futu- tantivo de nuestros intereses a largo plazo, los cuales según
184 ro, pero no sabemos y no podemos saber de qué modo los entiendo son un mundo relativamente democrático y relati-
otros habrán de afectar de hecho ese mismo futuro. El con- vamente igualitario. Digo relativamente porque ello es rea-
texto básico del FSM refleja ese dilema, y lo subraya. lista. Siempre habrá brechas, pero no hay razón para que
sean enormes, o estén enquistadas, o sean hereditarias. ¿Es
Una estrategia para este período de transición debiera esto lo que solía llamarse socialismo, o incluso comunis-
por ende incluir cuatro componentes, todos más fáciles de mo? Quizá sí, pero quizá no. Ello nos lleva nuevamente a la
enunciar que de cumplir. El primero es un debate constan- cuestión del debate.
te, amplio y abierto acerca de la transición y de los resulta-
dos que esperamos de ella. Esto nunca ha sido sencillo y los Debemos dejar de dar por hecho cómo será una socie-
movimientos anti-sistémicos en el pasado nunca fueron dad mejor (no la sociedad perfecta). Necesitamos discutir-
buenos para ello. Pero es urgente e indispensable. la, bosquejarla, experimentar con estructuras alternativas
para tornarla realidad. Y necesitamos hacer esto mientras
La atmósfera es más favorable hoy de lo que lo ha sido desarrollamos las tres primeras partes de nuestro programa
jamás, y subraya el rol de los intelectuales en esta coyuntu- para un mundo caótico en transición sistémica. Si estas con-
ra (Dunaway, 2003). La estructura del FSM se ha puesto al sideraciones parecen insuficientes –y probablemente lo
servicio de alentar este debate, está por verse si será capaz sean– ello debiera formar parte del necesario debate que
de mantener su apertura. constituye el primer punto de este programa.
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