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Cada vez que Nadal ve esos datos se reafirma en su política de obstaculizar cualquier
intento como los últimos de Iberdrola de cerrar plantas de carbón o nucleares.
La eléctrica que mantiene sede en Bilbao ha crecido mucho, demasiado, a ojos del
Gobierno, que empieza a ver a Iberdrola más como una amenaza, un problema potencial
para España que como una campeón nacional a proteger. «Cuando esta empresa habla
de cerrar el carbón y la energía nuclear no piensa en el interés general, piensa en su
interés para dominar el mercado», resume una fuente gubernamental. Galán, sin
embargo, sostiene que solo hace lo que debe hacer una empresa eficiente con visión a
largo plazo en el nuevo entorno energético.
Su gran rival, Endesa, ha perdido enorme fuelle por la asombrosa actuación depredadora
de su propietario desde 2009 el grupo italiano Enel. Aunque su principal accionista es el
Estado italiano, Enel ha actuado más allá de un fondo buitre sacando de Endesa sus
activos en Iberoamérica y primando el dividendo a la inversión. Eso ha limitado la
apuesta por las renovables de Endesa, que sigue fuerte en las dos energías que ataca
Galán: nuclear y carbón. Si se van cerrando y Endesa continúa en sus actuales manos,
será un actor cada vez más pequeño frente a Iberdrola.
En cuanto a la tercera empresa en liza, Gas Natural Fenosa, es una incógnita. La salida
de Repsol de su accionariado tiene ventajas como la de que tendrá manos libres para
desarrollar coches impulsados por gas. Pero los nuevos accionistas son fondos como
CVC o JIP, cuya vocación es que sea mucho más rentable a medio plazo y revender.
Para ello confían en el nuevo presidente, Francisco Reynés, que ha salido de Abertis en
plena OPA, y que va a tener la presión de vender activos más que trabajar fusiones
como con la lusa EDP. Si Endesa sigue restringida por Enel, Iberdrola tiene todas las de
ganar para ser el gran actor dominante del mercado eléctrico español en la próxima
década, según el inquietante análisis del Gobierno compartido por la Comisión de
Competencia.
Mientras tanto, Rajoy está dejando hacer a Nadal en su choque con los planteamientos
de Iberdrola. El ministro ve además intolerable que los actores de un sector regulado se
atrevan a impugnar toda norma que aparezca en el BOE y vigila que las eléctricas
españolas no hagan lobby en la UE en contra de las interconexiones con España para
que no se abarate la energía. La vieja sospecha del PP de que Iberdrola financia a
Ciudadanos ha aumentado tras cuestionar esta fuerza política un plan de interconexiones
gasísticas en el Parlamento Europeo.