Professional Documents
Culture Documents
INERVACIÓN
La inervación del tubo digestivo se caracteriza por la presencia de un sistema nervioso
propio diseminado, en forma intramural, al que Langley dio el nombre de "sistema
nervioso entérico". Este sistema está conectado con el SNC a través de los nervios
simpáticos y parasimpáticos, permitiendo la integración del funcionamiento
gastrointestinal. El sistema nervioso autónomo está constituido principalmente por los
plexos mientérico de Auerbach y submucoso de Meissner, pero el esófago carece de
este último mientras que el plexo de Auerbach adquiere mayor identidad morfológica en
la medida que se analizan los sectores más distales. El plexo mientérico se presenta
como agrupamientos celulares (ganglios) ubicados entre la capa muscular circular y la
longitudinal. Estos ganglios están interconectados entre sí por fibras nerviosas llamadas
de primer orden de las que se desprenden fibras de segundo y tercer orden que se
distribuyen por ambas capas musculares. En el esófago proximal los ganglios del plexo
de Auerbach están diseminados y ralos mientras que en la parte distal son más
numerosos y compactos. La porción más proximal del esófago, lo mismo que la faringe,
está constituida por fibras musculares estriadas que reciben inervación por fibras
somáticas nacidas del núcleo ambiguo, en el piso del cuarto ventrículo, que luego son
vehiculizadas por el nervio vago. Estas fibras alcanzan al esófago a través de los nervios
recurrentes y terminan en el músculo con una placa mioneural similar a la de cualquier
músculo esquelético. La estimulación de los nervios somáticos provoca la contracción
muscular manteniendo el tono del esfínter esofágico superior (EES). Durante la
deglución dichos estímulos cesan permitiendo la relajación del esfínter en forma
coordinada con la musculatura faríngea.
Deglución
La deglución es un proceso complicado, sobre todo porque la faringe ejecuta una
función tanto respiratoria como deglutoria y se transforma, durante sólo unos pocos
segundos cada vez, en un conducto que propulsa los alimentos. Es especialmente
importante que la respiración no se afecte como consecuencia de la deglución.
En general, la deglución puede dividirse en:
Vómitos
Los vómitos son el medio por el que el tramo alto del tubo digestivo se libra de su
contenido cuando una de sus regiones se irrita o distiende en exceso o cuando se halla
hiperexcitable. La dilatación o la irritación excesivas del duodeno constituyen un
estímulo muy potente para el vómito. Las señales sensitivas que inician el vómito
proceden sobre todo de la faringe, el esófago, el estómago y las primeras porciones del
intestino delgado. Los impulsos nerviosos se transmiten por las vías aferentes, tanto
vagales como simpáticas, a varios núcleos distribuidos por el tronco del encéfalo que en
conjunto se conocen como «centro del vómito». Desde allí, los impulsos motores que,
de hecho, provocan el vómito se transmiten desde el centro del vómito por los pares
craneales V, VII, IX, X y XII a la parte alta del tubo digestivo, por los nervios vago y
simpáticos a la parte inferior y por los nervios raquídeos al diafragma y a los músculos
abdominales.
«Zona gatillo quimiorreceptora» del bulbo raquídeo desencadenante del vómito por
fármacos o por cinetosis.
Además de los estímulos irritantes del propio aparato gastrointestinal, los vómitos
también se deben a señales nerviosas procedentes de áreas del propio encéfalo. Así
sucede en especial con una pequeña zona localizada a ambos lados del suelo del cuarto
ventrículo, que recibe el nombre de zona gatillo quimiorreceptora. Su estimulación
eléctrica puede iniciar el vómito, pero, lo que es más importante, la administración de
algunos fármacos, como la apomorfina, la morfina y algunos derivados de la digital, la
estimula directamente con el mismo resultado. La destrucción de la región bloquea este
tipo de vómitos, pero no influye en los secundarios a los estímulos irritantes del propio
tubo digestivo. Además, es bien conocido el hecho de que los cambios rápidos de la
posición o del ritmo motor del cuerpo pueden producir vómitos en algunas personas. El
mecanismo es el siguiente: el movimiento estimula a los receptores del laberinto
vestibular del oído interno; los impulsos se dirigen fundamentalmente al cerebelo a
través de los núcleos vestibulares del tronco del encéfalo, luego a la zona gatillo
quimiorreceptora y, por último, al centro del vómito para producir el vómito.
Náuseas
Todo el mundo ha experimentado la sensación de náusea y sabe que a menudo
constituye un pródromo del vómito. Las náuseas son el reconocimiento consciente de la
excitación inconsciente de un área del bulbo íntimamente asociada al centro del vómito
o que forma parte del mismo. Su actividad puede deberse a: 1) impulsos irritantes
procedentes del tubo digestivo, 2) impulsos originados en el encéfalo posterior
asociados a cinetosis o 3) impulsos procedentes de la corteza cerebral para ocasionar
el vómito. A veces, los vómitos ocurren sin sensación previa de náuseas, lo que indica
que sólo algunas porciones de los centros del vómito están asociadas a la sensación
nauseosa.