You are on page 1of 6

SOCIOLOGÍA DE LA EMPRESA

Renaud Sainsaulieu y Denis Segrestin fueron los primeros sociólogos


que utilizaron la expresión «sociología de la empresa», los autores
adelantaron una hipótesis que, si la valorización social de la empresa se
convierte en una moda, es porque acarrea en su seno la búsqueda por
parte de la sociedad de una nueva forma de regulación de las relaciones sociales, ya no
centrada en el consumo o en los modos de vida, sino en la esfera de la producción de
bienes y servicios.
La mirada sociológica sobre la empresa revela dos fenómenos: Por un lado, la empresa es
una entidad por sí misma que, hoy en día, encuentra su fuerza y su eficacia ya no en las
virtudes y en las posibilidades de sus dirigentes, sino en el valor creador de su propio
sistema de funcionamiento. Por otro lado, es autónoma porque se volvió social, y entonces
ya no puede limitar su eficacia únicamente al lucro económico, sino que también «fabrica»
empleo, tecnología, solidaridad, formas de vida, cultura. (Sainsaulieu 1997, pp.421-422.)

La función social de la empresa puede ser analizada, entonces, a partir de dos ejes: el
primero privilegia la relación empresa-sociedad, estudiando la forma de interacción
establecida con la dinámica social; el segundo enfatiza lo que la empresa efectivamente
realiza para asegurar la cohesión y el dinamismo de sus empleados.

Los tres orígenes o fuentes principales de la sociología de la empresa son los siguientes:

Por un lado, la tradición empirista.

Por otra parte, la confluencia de la Sociología industrial y de la Sociología de las organizaciones.

En tercer lugar, la Sociología Clásica


La sociología de la empresa es la rama de la Sociología que estudia la estructura
y organización empresarial y las relaciones entre las personas que forman una
empresa.

LA EMPRESA COMO HECHO SOCIAL

En cuanto hecho social, la empresa ha de ser analizada


primariamente como algo fuera de los individuos que la
forma, hasta el punto de constituir un elemento de la realidad
social exterior, en el que se desenvuelve la vida de cada
uno. Pero esta afirmación del carácter objetivo de la empresa, no debe hacernos olvidar su carácter
subjetivo, en cuanto que supone formas de conocer y comportarse interiorizadas por los miembros
de cualquier sociedad moderna. Se trata, pues, de una realidad que es simultáneamente objetiva y
subjetiva, material y cultural, relativamente estática y también llena de dinamismo y perseguidora de
objetivos, conscientes y racionales y a la vez supeditada a la influencia de lo racional e incluso de lo
irracional del comportamiento humano.

La empresa es, por tanto, un hecho social y, como tal encierra cuántas paradojas, posibilidades y
limitaciones propias de la realidad social. Desde esta premisa de carácter epistemológico y desde el
creciente protagonismo societal de las organizaciones económicas, se ha iniciado una teoría
sociológica de la empresa (…)

1. La empresa es una construcción social: como unidad social productiva, toma sus recursos, su
organización y sus regulaciones sociales de la sociedad en que nace. Su desarrollo supone que
la sociedad inventa formas nuevas de gestión de sus aparatos económicos. Pero también está
presente la influencia de los individuos que actúan en ella. Las empresas canalizan deseos,
imponen prohibiciones, proponen ideales colectivos, modelos de identificación, sistema de
valores y normas, en cuanto elementos que influyen en el funcionamiento psicológico, consciente
e inconsciente de sus agentes. A la inversa, los individuos contribuyen a producir sistemas de
organización que responden a sus aspiraciones y están de acuerdo a su personalidad. Así, las
estrategias de los actores en una empresa dependen a la vez de la situación económica, del
modo de gestión y de la situación personal de cada individuo. Cada uno de estos elementos es
explicativo, pero no suficiente para comprender verdaderamente su conducta.
Estas características e influencias que confluyen en la empresa hacen que esta unidad social sea
especialmente dinámica y se encuentre sometida a un proceso de cambio permanente,
persiguiendo siempre el objetivo último que le proporciona su razón de ser: el beneficio
económico.
2. Es una unidad social internamente autónoma: Independientemente de su tamaño, de su
orientación productiva y de otras características, la calidad de sus estructuras sociales internas
proporciona a la empresa capacidad colectiva de organización, de modo que pueda encontrar en
sus recursos humanos la fuerza suficiente para reaccionar a las presiones y desafíos de sus
múltiples entornos.
3. Es un agente de cambio societal: Es una institución cuya funcionalidad social se ha ampliado
considerablemente, desbordando el contenido económico de su función central y llegando,
incluso a influir decisivamente sobre aspectos de la vida individual de los miembros de las
sociedades industrializadas.

La empresa se convierte así en una especie de lugar autocreador, apareciendo como un sistema
social complejo en el que intervienen todas esas formas de articulación de las relaciones sociales
que se llaman valoración de recursos humanos, capacidad de acción colectiva, aptitud para negociar.
Esta nueva concepción supone una inversión metodológica. De la consideración de la empresa como
un elemento de la estructura social se pasa a la valoración como agente en esa misma estructura.
No se niega que, en gran medida, haya reproducido y seguirá reproduciendo las relaciones sociales
predominantes, pero ahora se le reconoce una autonomía relativa en el seno de dicha estructura y
una capacidad de creación de relaciones sociales propias, que van a tener una influencia decisiva
en el conjunto del sistema social global.

De ahí que la empresa presente un carácter necesariamente pluridisciplinar en su consideración y


se entrecruzan tres “órdenes” disciplinares distintos:
 En cuanto a la orientación de su actividad social y de la razón de ser, la empresa es objeto de la
economía. Es la unidad social encargada de la producción y distribución de bienes y servicios, en
el marco general de la búsqueda del beneficio económico.
 En cuanto que está formada por individuos que persiguen objetivos individuales de acuerdo con
motivaciones también individuales, la psicología se preocupa por las formas de comportamiento
humano en un contexto tan específico.
 En cuanto que esos individuos forman grupos de acuerdo con objetivos comunes y moldean sus
comportamientos según reglas comunes a todos; y también en cuanto que la empresa se mueve
en un entorno social más amplio, del que recibe todos sus recursos y al que orienta toda su
actividad, es decir, en cuanto que la empresa es una realidad colectiva e institucional, la
sociología también se ocupa de ella.
La empresa es una construcción social, continuamente influida por requerimientos económicos,
psicológicos, sociológicos, etc.

Partiendo de las consideraciones anteriores, se propone un modelo de empresa, entendido en su


sentido más amplio, en un sentido que tiende a asimilar al concepto de paradigma. No se le considera
como algo hecho que uno pueda tomar y aplicar sin más a una empresa u organización, sino que se
parte de su carácter de constructo, según el cual el modelo de empresa es producido y reproducido
continuamente por los actores sociales, pero teniendo en cuenta que en su creación los actores
sociales no parten de cero, pero en cierta medida, ese modelo también se les impone como un marco
preexistente, generalmente implícito de evaluación de la racionalidad de sus acciones (…)

Para comprender la empresa desde la sociología nada mejor que pararnos a observar qué hacen,
cómo se relacionan y que persiguen los individuos que la componen. Así, si nos acercamos a una
empresa, observaremos que sus trabajadores realizan actividades diversas que confluyen en la
elaboración de un producto o en la prestación de un servicio. Por otra parte, veremos que existe
entre ellos una tupida red de relaciones sociales que, en ocasiones reflejan una coordinación de la
actividad individual y colectiva, a pesar que haya otras ocasiones en que las relaciones sociales
parecen escapar de esa malla para derivar hacia formas de comportamiento extraempresarial. Con
otras palabras, si observamos las relaciones sociales predominantes en la empresa, podremos
comprobar la existencia de una estructura de posiciones que imponen determinadas relaciones
formales, estandarizadas, fijas y estables; y que esta estructura funcional se solapa con una
distribución diferenciada de poder. Es decir, que según la posición que se ocupe la tarea se realiza,
la función que se desempeña, el trabajador de la empresa dispone de más o menos poder. Se
encuentra, pues, situado en una estructura jerárquica.

Cuando un individuo accede a una empresa, se incorpora a una posición en una estructura jerárquico
- funcional que le impone un tipo determinado de relaciones sociales. Asume una posición laboral
que conlleva derechos y obligaciones respecto de los demás y que se manifiesta en formas
determinadas de relación social.
INFESTAS GR, A (2000): Sociología de la Empresa, en Hernández – Sánchez (Coor). Manual de
Sociología. Universidad de Valladolid. Págs. 302-305
LA CULTURA EMPRESARIAL: Es el proceso-producto de construcción socio-histórica (bajo la
influencia del entorno, los líderes de la organización y otros factores de
contingencia) del sistema de significados (expresado y aprendido
simbólicamente y compartidos -en menor o mayor grado- por los
miembros de esa organización) que configura la vida cotidiana de la
empresa (y le confiere una identidad que la distingue de otras).

EL DINAMISMO CULTURAL: La cultura puede surgir y cambiar, y no sólo reproducirse


mecánicamente, es porque cada miembro que la comparte, lejos de asimilarla o “consumirla”
pasivamente, también contribuye -en mayor o menor medida- a ese proceso de creación o
construcción continua. La cultura es lo que “se hace”, “se construye”, “se inventa”, integra
relacionalmente lo micro y lo macro (la cultura media entre la estructura y el individuo): los actores
son siempre artífices del orden social y modelados por él.

Desde esta perspectiva dinámica se integran relacionalmente los niveles micro y macro, pues la
cultura media entre la estructura y el individuo: los actores son siempre artífices del orden social, al
tiempo que son modelados por él. La fuente de invención cultural está en las acciones vitales de los
sujetos en relación, con el continuo proceso de interpretación y reinterpretación del patrimonio social
recibido. Después tiene lugar la objetivación o exteriorización de las innovaciones culturales, que
mediante la reiteración acaban convirtiéndose en modos habituales y generalizados, normados que
se trasmitirán a los nuevos miembros de la sociedad.

Conforme la empresa se hace más compleja, las relaciones se hacen más densas y con el tiempo
se van sedimentando. La diversificación y complejidad también influyen en la formación de
subculturas.

El momento teórico-reflexivo es posterior: es la fase de legitimación de lo que se ha hecho costumbre,


hábito, norma. Descubrir o inventar significados no es una actividad analítica o reflexiva, sino
primaria, originaria y no derivada; de ahí que sirva como elemento de estructuración de la experiencia
en la que prevalece la connotación afectiva.

La dinámica cultural culmina con la reificación del constructo inventado-institucionalizado-legitimado,


es decir, cuando ese constructo sociocultural se convierte en “el marco de referencia implícito
(interiorizado a nivel inconsciente) desde el que se comprende y se valora la totalidad del acontecer”,
constituyendo el sistema de evidencias compartidas o sentido común de los miembros integrados en
la empresa.
El sistema sociocultural reificado tiene un cierto carácter homeostático: tiende a mantener su propia
identidad. El peligro está en que la cultura deificada (cosificada) se solidifique, se vuelva rígida: deja
de ser medio y se convierta en fin. Entonces al desvincularse de su fuente -la acción vital-, paraliza
las energías e impide el cambio, se estanca y –paralelamente- se cierra sobre sí misma, incapaz de
responder a las nuevas demandas del entorno. Tampoco es ya capaz de integrar a los individuos,
que la experimentan como extrínseca e impuesta.

You might also like