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El término “Estratigrafía” proviene del latín stratum y del griego graphia, significando
el estudio de las sucesiones estratificadas de rocas y de la correlación de eventos y
procesos geológicos, tanto en el tiempo como en el espacio. Es una ciencia
fundamental entre las disciplinas geológicas, ya que permite reconstruir la secuencia
de eventos de la historia terrestre, así como la evolución de la vida en el planeta.
La Estratigrafía es una ciencia que puede ser considerada tan antigua como la
Filosofía misma, cuyos orígenes radican en las primeras observaciones acerca de los
fenómenos naturales que llevaron a pensadores antíguos a especular sobre la
naturaleza de los procesos y la estructura de la Tierra. Desde Asia Central hasta
Grecia y Egipto, diferentes puntos de vista fueron adoptados entre las varias
civilizaciones antíguas, de acuerdo a su percepción particular del mundo natural,
vinculando este conocimiento con los cuerpos de doctrinas y mitos –tanto religiosos
como filosóficos– que prevalecían en cada cultura. Los antiguos chinos, por ejemplo,
consideraban a la Tierra como eterna e inmutable, mientras que para los hindúes el
planeta estaba sujeto a cambios según ciclos infinitos de creación del Universo.
Para las culturas occidentales, particularmente la de los griegos, la Tierra estaba
cambiando contíniamente a través del tiempo y sus procesos eran controlados por
leyes naturales. En tal escenario de diversidad de pensamientos, mentes de gran
habilidad para inquirir y preguntarse sobre causas y procesos, establecieron las bases
del método científico de investigación, mediante la cuidadosa observación del mundo
físico y sus fenómenos naturales asociados, apareciendo así la tendencia para que las
teorías científicas sean tratadas como extensiones de la Filosofía.
A principios del siglo XVIII, la naturaleza orgánica de los fósiles estaba establecida;
sin embargo, la Teoría del Diluvio Universal persistió hasta bien entrado el siglo XIX.
El suizo Charles Bonnet en su trabajo “PRINCIPIOS Y CATASTROFISMO” establece que en la
historia de la Tierra cíclicamente ocurren períodos en los que todas las cosas
vivientes son destruidas por catástrofes o cataclismos (temblores o inundaciones).
Bonnet fue el primero en utilizar el término “evolución” al establecer que después de
cada catástrofe las formas vivas eran totalmente reemplazadas por muchas
poblaciones con una categoría más alta.
El escocés James Hutton en su THEORY OF EARTH (1795) postula que la Tierra debe
tener millones de años de antigüedad y establece los conceptos básicos para lo que
más tarde sería conocido como “Principio de Uniformitarismo”, que plantea que las
fuerzas geológicas y procesos que han actuado en la Tierra en el pasado, guardan
referencia a los mismos que todavía actúan sobre la superficie de la Tierra, y que
pueden ser observados directamente. Él pensaba que los procesos ígneos fueron los
agentes principales en la formación de las rocas, representando así a los “plutonistas”
que postulaban que algunas rocas se formaron a partir de magma en el interior de la
tierra o en volcanes. En contraste, los “neptunistas” mantenían que el origen de todas
las rocas era acuoso: es decir que dicho origen está relacionado con un océano
primitivo y su subsistencia.
El francés Jean- Etiénne Guettard fue el primero en reconocer la naturaleza volcánica
de cráteres y picos montañosos, siendo conocido como el primer volcanólogo y
fundador de esta escuela, aunque años más tarde propuso que el basalto se originó
como un precipitado fuera del fluido acuoso. Esta controversial teoría neptunista fue
seguida por el geólogo alemán Abraham Gottlob Werner quien inicialmente demostró
un orden de sucesión cronológica en las rocas de fondo marino, validando los
principios de la Escala del Tiempo Geológico, para luego postular que las rocas
estratificadas eran sedimentos originalmente depositados en el fondo marino, o bien
depósitos cristalizados precipitados a partir de agua marina, aunque no pudo explicar
el origen de rocas ígneas insolubles.
El inglés William Smith (1769–1839) estudió los fósiles en rocas sedimentarias y
reconoció su importancia para la investigación histórica de los estratos de la Tierra.
Smith introdujo el PRINCIPIO DE SUCESIÓN FAUNÍSTICA en base a la observación de que
cada unidad de roca sedimentaria contiene diferente conjunto de fósiles, siguiendo
un orden específico como resultado de su evolución. Smith observó además que esos
conjuntos de fósiles pueden encontrarse en diferentes lugares y pueden ser
correlacionados espacialmente, aunque dentro de los límites de la distribución
biogeográfica de especies fósiles guía. Smith publicó el primer mapa geológico de
escala mayor (1814-1815), utilizando por primera vez la herramienta de la sucesión
de fósiles para mapear rocas según su orden estratigráfico, y no necesariamente por
su composición y litología.
Sin embargo de estos avances, aun entre fines del siglo XVII y mediados del siglo
XIX, el Catastrofismo –al estar mas vinculado a las teorías teológicas sobre el origen
de laTierra– todavía perduraba y prevalecía sobre el Uniformitarianismo. Así, el
francés Georges L. Cuvier afirmaba que habían ocurrido cuatro catástrofes mundiales
siendo el “Diluvio” la más reciente. Por otro lado, el sistema de clasificación
taxonómica introducido por el botánico sueco Carolus Linnaeus en su SYSTEMA
NATURAE (1735) fue ampliado por Cuvier para los fósiles que los reconocía como
restos orgánicos de animales extintos.
Por esto, Cuvier es considerado como fundador de la Paleontología, en tanto que
ciencia separada de la Geología, aunque rechazó la teoría evolutiva y la teoría de
Jean-Bapliste Lamarck sobre la herencia de los caracteres adquiridos propuestos en el
tratado ZOOLOGICAL PHILOSOPHY (1809). Cuvier pensaba que nuevas formas eran
creadas después de cada período de cambio del nivel del mar, y que asimismo por
estos cambios algunos organismos morían y otros sobrevivían, pero ninguno
evolucionaba.
Cuvier junto con Alexandre Brongniart escribió LES ESSAI SUR LA GÉOGRAPHIE
MINÉRALOGIQUE DES ENVIRONS DE PARIS, donde desarrolla un sistema estratigráfico
basado en el uso de fósiles para fechar los estratos introduciendo en Francia el
principio de Smith sobre sucesión faunística y su método de trabajo de campo.
A partir de la década de 1830, los fósiles son reconocidos para fechar y correlacionar
rocas por el alemán Friedrich August Quenstedt, a través de su trabajo sobre
unidades de tiempo-roca del Jurásico, basándose en registros de amonites.
Quenstedt reconoce la unidad base de la bioestratigrafía: la ZONA, caracterizada por
un particular conjunto de fósiles.
Hacia finales de 1830 la mayor parte de los períodos geológicos conocidos fueron
establecidos con base en su contenido fósil y la observación de su posición
estratigráfica relativa.
1.5.3. Magnetoestratigrafía.
Nomenclatura Estatigráfíca propuso una versión del Código Estratigráfico, misma que
contenía enfoques considerablemente más amplios que los de la versión de 1976. La
clasificación estratigráfica internacional estándar fue finalmente aprobada en 1987
por la ISSC, para posteriormente ser actualizada en su segunda edición (1994).
La moderna Estratigrafía tuvo un nuevo ímpetu mayor a mediados del siglo XX, a
partir del crecimiento de las actividades de explotación petrolera, del desarrollo de
nuevas tecnologías (por ejemplo: el uso de datos de reflexión sísmica desde la
década de 1970), y de la aplicación de modelos estratigráficos a la investigación
petrolera. En 1949, L.L. Sloss y colaboradores acuñan el término SECUENCIA para
representar un paquete o juego de ciclos sedimentarios limitados por
discontinuidades o discordancias. La noción de unidades estratigráficas limitadas por
discontinuidades recibe apoyo, al finalizar la década de 1950, con los trabajos de H.E.
Wheeler (1958, 1959) quien también introdujo el concepto de CARTA CRONO-
LITOESTRATIGRÁFICA. En 1963, Sloss consolida el término de “secuencia estratigráfica” y
su uso en correlaciones cronoestratigráficas regionales. Estos estudios proveyeron el
cuadro base para la posterior formulación de modelos de secuencia, los cuales
incorporaron el uso de información de sísmica de reflexión de alta calidad en el
modelado de patrones subsuperficiales de estratos y su geometría general,
definiendo asimismo los rasgos de reflexión sísmica para diferentes asociaciones de
litofacies.
Desde 1970, Peter Vail y colaboradores presentan a la ESTRATIGRAFÍA DE SECUENCIAS
(ESTRATIGRAFÍA SECUENCIAL) como un revolucionario método estratigráfico de análisis
de cuenca, donde los modelos secuenciales son herramientas para reconstruir y
diseñar los llenados de cuenca en el tiempo. El método de la Estratigrafía Secuencial
está basado en el estudio de las relaciones entre cambios relativos del nivel del mar
global y ciclos sedimentarios a gran escala, dentro de sucesiones de depósito
equivalentes en tiempo y limitadas (por arriba y por debajo) por superficies de
discontinuidad que significan una interrupción importante del registro estratigráfico
−ya sea por efectos de erosión o de no depósito.
Suess (1906) fue el primero en proponer que los cambios del nivel del mar podrían
ser globales. La curva de variación global de los cambios eustáticos del nivel del mar,
para secuencias del Fanerozoico, fue propuesta por Vail y colaboradores (1977),
siendo refinada por Haq y colaboradores (1987, 1988), y luego por Ross & Ross
(1988). Estos trabajos se basaron en una correlación aproximada de secuencias
sísmicas, correspondientes a cierto número de márgenes continentales pasivos. En
1989, Galloway propuso el modelo de SECUENCIAS GENÉTICAS limitadas por superficies
de máxima inundación, lo cual implicaba ciertas discrepancias con las secuencias de
En las últimas dos décadas del siglo XX, nuevas teorías basadas en el
Uniformitarianismo y el Gradualismo de Lyell, combinadas con una reavivación del
Catastrofismo de Cuvier, reconocen que ambas perspectivas juegan un rol importante
en los procesos geológicos y en la evolución de la vida. Teorías como las del
CATASTROFISMO ACTUALISTA de Hsü (1983), el PUNCTUALISMO de Gould y Elderege (1977)
y la SEDIMENTACIÓN EPISÓDICA de Dott (1983), están fundamentadas en el supuesto de
que la mayor parte del registro estratigráfico fue producido durante eventos
episódicos, y que cambios ambientales abruptos modelaron la especiación (evolución
y aparición de especies) y las extinciones en masa. En este enfoque, se piensa que
eventos catastróficos mayores, tales como impactos extraterrestres y actividad
volcánica cataclísmica, han afectado en gran manera la evolución de vida en la Tierra.
En 1982, G. Einsele y A. Seilacher discuten extensamente los procesos de la
sedimentación cíclica y de eventos, introduciendo los principios de lo que más tarde
sería conocido como ESTRATIGRAFÍA DE EVENTOS. El método tiene que ver con el estudio
integral de procesos bióticos y sedimentarios, de carácter episódico y de corta
1.5.9. Quimioestratigrafía.