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BIOÉTICA Y FRONTERAS DE LA VIDA. I. DESDE LA TEORÍA / BIOETHICS AND BIOLOGIC BOUNDARIES. I. FROM THEORY
Cómo citar este artículo/ Citation: Gómez-Heras, J. M. Gª. Copyright: © 2013 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto
(2013). “Frontera: una categoría del pensamiento al bor- distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons
de del tiempo”. Arbor, 189 (762): a051. doi: http://dx.doi. Attribution-Non Commercial (by-nc) Spain 3.0.
org/10.3989/arbor.2013.762n4002
RESUMEN: Este artículo pretende caracterizar a la bioética ABSTRACT: This article seeks to characterise bioethics as a field
como un saber que acontece en la frontera del tiempo. Se trata of knowledge at the boundary of time. In this sense, bioeth-
de un saber de frontera, ubicado del lado del acontecer, por su ics is a frontier discipline. Due to its tentative and open nature,
carácter tentativo y abierto. La frontera del tiempo sitúa la con- bioethics is more easily understood as something happening.
ciencia moral en momentos de gestación, cuando la reflexión The boundary of time locates moral consciousness in gestation
abunda en perplejidades y tantea respuestas. Existen dos mo- processes where reflection is littered with perplexities and tries
dos de dar contenido a los relatos bioéticos: la memoria que to devise possible answers. There are two ways of giving con-
recuerda y la esperanza que anticipa. tent to the bioethical discourse: the memory that remembers
and the hope that anticipates.
PALABRAS CLAVE: bioética; frontera; tiempo; posibilidad. KEYWORDS: bioethics; frontier; time; possibility.
1. BIOÉTICA DE FRONTERAS beligerancias irreductibles, sino en cuanto que la re-
flexión traspasa enclaves y rebasa tiempos, desarro-
La frontera es aquello que marca el acá y el allá o
llándose al borde de estados de cosas fluctuantes y
separa el ahora del después. Puede tratarse de una
a051 lábiles y por ello exige aquella agilidad que percibe los
frontera política para los políticos, de una frontera
cambios y capta la novedad de lo que emerge y se ges-
geográfica para quienes diseñan mapas, de una fron-
ta en los confines y en los márgenes.
Frontera: una categoría del pensamiento al borde del tiempo
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ARBOR Vol. 189-762, julio-agosto 2013, a051. ISSN-L: 0210-1963 doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2013.762n4002
ininterrumpida de felicidad. Que la actividad humana pre. Es pensamiento itinerante, reflexión en camino y
aporte vida gratificante, saludable en cuanto que la peregrinación hacia un futuro. Imita al diálogo socráti-
salud, la integridad de nuestras vidas y las de otros co concebido al modo de peregrinación hacia la idea.
seres, forma parte de la vida feliz deseada. El dolor y a051
En el caso del enfermo o del paciente, ese itinerario
la enfermedad contradicen a la vida, puesto que son
es historia personal, puesto que algo acontece para
hechos aferrados a un presente deficitario y en los
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mientras que la ética de la posibilidad genera diálogo aún de los machadianos caminos que hace el andar
y tolerancia, reconocimiento. en lo desconocido y aún carente de indicadores. Son,
por ello, sendas del caminante que avanza a tientas.
Existen diferentes fronteras del tiempo: la que cie-
a051 El pensamiento bioético es un pensamiento puntual y
rra un periodo de tradición y la que abre un futuro
provisorio, ajeno a pretensiones dogmáticas. Se desa-
esperado. Entre ambas existe un intervalo de provi-
rrolla de un lugar donde las sombras se entrecruzan
Frontera: una categoría del pensamiento al borde del tiempo
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ble. La esperanza se torna docta cuando la reflexión La ética, a diferencia de la tradición, prioriza el tiem-
arroja luz cognitiva sobre las posibilidades de un fu- po de la esperanza. Es, en cualquier caso, una con-
turo mejor. La relación médico-enfermo, en ese caso, ciencia de talante optimista y reformador.
se colorea de optimismo y complacencia. De suyo, la a051
Descripción científica, reflexión especulativa y con-
esperanza originaria se adscribe a estados psicológi-
ciencia moral se viven tanto del pasado, como del
cos adscritos a las emociones y pasiones, como son el
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terminan las pulsiones y fuerzas motrices de la vida. ción de lo ya conocido. La frontera del tiempo sitúa la
Fondo y superficie tensan sus propias exigencias para conciencia moral en momentos de gestación, cuando
permitir que la palabra no traicione a la idea ni esta la reflexión abunda en perplejidades y tantea respues-
a051 al contenido. La tracción de la vida arrastra al pensa- tas. Llega a ser en nuestra biografía. Son categorías y
miento, aunque este remolonee y arriesgue atascos. experiencias en las que se expresa el proceso de la
Platón (Fedro, 247 y ss.) escenificó este rasgo del pen- historia. La frontera temporal es el entreacto propio
Frontera: una categoría del pensamiento al borde del tiempo
samiento en el galope veloz de los caballos del carro de la posibilidad. Donde el horizonte se abre al tiempo
alado en el mundo de los dioses (Platón, 1998). que comienza y donde prevalecen las incertidumbres
sobre las certezas. El agente moral arriesga entonces
Quien establece fronteras que acotan espacios se
decisiones y, por ello, es espacio propio de los com-
hipoteca a un juego de lenguaje muy diferente del de
promisos responsables. La bioética comprometida no
quien reflexiona y dialoga en las fronteras de lo que
es pasatiempo especulativo sino laboratorio de super-
acontece. Entran en escena sendos juegos de lengua-
vivencia, salud y bienestar posibles. Por eso la frontera
je. Aquel se puebla abigarradamente de nombres, ad-
es el espacio de la aventura. Pero con una experiencia
jetivos y adverbios de lugar que denotan estabilidad y
del tiempo antiheideggeriana porque la vida no con-
firmeza. Se trata de un lenguaje sustantivo en el que
duce a la muerte. La frontera, en nuestro caso, marca
predomina el objeto y la cosa y cuyos verbos preferi-
el límite que acota el ahora deficitario y abre la puerta
dos son ser y estar. Es lenguaje de la identidad, en el
a lo que emerge en un futuro mejor. Por eso es el es-
que las esencias actúan a la manera de rocas inamovi-
pacio donde domina la esperanza.
bles y las definiciones aspiran a dogmas. La evolución,
el cambio o la tolerancia le son ajenos. La frontera del Las fronteras del tiempo poseen sus propias cate-
tiempo, por contra, configura un acontecer flexible y gorías y metáforas. La reflexión moral centrada sobre
resbaladizo, apto para la duda, la skepsis y el riesgo. lo posible esperado coloca en su centro a la idea de
Por eso su cualidad es la transgresión, en el sentido progreso. Cuando tal reflexión discurre por las fronte-
arriba indicado. La narración sustituye a la definición ras en el tiempo utiliza categorías específicas, y todas
y el lenguaje se puebla de verbos que anuncian que ellas arraigadas en el tiempo. Entre ellas destacan las
algo nace, acontece y puede que camine a la desapari- siguientes: novedad, juventud, creatividad, avance,
ción. La frontera del tiempo denota la interinidad de lo transición, último... Con ellas se señala el segmento
pasajero, el entreacto entre secuencias, el episodio de delantero del acontecer que denominamos frente,
la narración inacabada. Es intervalo e interludio. Sus con el que se abre un periodo de la vida mediante lu-
certezas se alojan en paréntesis con límites, épocas de cha del futuro con el pasado. La novedad aparece en
prisas, de cuestiones etiquetables de extemporáneas la raya o instante fronterizo en el que aquello hacia
o contemporáneas, de sucesos que al acontecer son lo que el acontecer camina anticipa un fragmento. Lo
ya antiguos en su pretensión de modernos. El lengua- nuevo en un presente deficitario se anuncia como lo
je pugna por ajustarse a una conciencia moral y a un otro esperado al traspasar la frontera. La juventud es
sujeto agente, que intenta lo posible y progresa con la metáfora biológica que añade algo peculiar de la fron-
historia que crea, conjuntando la frontera que marcan tera: la vitalidad y la inmadurez. Pero precisamente
la memoria y el recuerdo de un antes y el pronóstico y por ello, es la aptitud que capacita para la creatividad
compromiso con un después. El lenguaje y la reflexión innovadora, el atravesar la frontera mediante traba-
en los entreactos de la historia se convierten en pasa- jo creador. Lo último se cubre de incognoscibilidad
tiempo lúcido, en interludio gratificante. Boecio, en la aunque adquiera el rango de telos aristotélico y su
frontera temporal entre Antigüedad y Medievo, cali- conocimiento corresponde tanto al deseo como a la
ficó aquella actividad como consolatio philosophiaee sospecha. Se expresa más a través de vivencias de
(Boethius, 2012). tipo cuasi-religioso que de enunciados cognitivos. La
arquitectónica de los conceptos se torna frágil ante la
A todo mundo vivido, por tanto, corresponde su
búsqueda que renuncia a claridades cartesianas, por-
propio juego de lenguaje, según nos enseñó el Witt-
que el futuro no se clarea en los ocasos sino en los
genstein tardío de las Investigaciones Filosóficas
amaneceres. El discurrir biológico y cosmológico del
(Wittgenstein, 2003)5. Es dato también confirmado
tiempo proporciona las metáforas más expresionistas
cuando transitamos por las fronteras del tiempo. El
de la frontera del tiempo: renacer para la frontera que
pensamiento gestado en los confines y límites de lo
reproduce un pasado viviente, amanecer para el tiem-
que está aconteciendo vive sus vivencias, piensa en
po que comienza, ocaso para el día que termina. El
sus categorías y se expresa en sus palabras. Son los es-
amanecer de algo se proyecta sobre brumas y contor-
tados de cosas que marcan la salida hacia otras épocas
nos difusos. Solamente se hace claridad cuando irra-
o periodos. De suyo se trata de eventos emergentes
dia la luz y el horizonte se despeja. Tanto en el ama-
que a la manera de puntas de iceberg anuncian que
necer como en el anochecer se entrelazan las luces y
algo más pesado discurre bajo la superficie. Configu-
las sombras. La bioética se desarrolla en esas horas de
ran a su modo tierra nueva que no quiere ser repeti-
perplejidades y dudas, de tanteos y riesgos.
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ARBOR Vol. 189-762, julio-agosto 2013, a051. ISSN-L: 0210-1963 doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2013.762n4002
Si las fronteras locales se ensanchan con espacios nexo, significado, permanencia, desarrollo, progreso,
conquistados o colonizados, las del tiempo lo hacen efecto, resultado (Gadamer, 1977). Todas ellas se di-
con sucesos. El tiempo carece de cortinas que cierren ferencian profundamente de los sistemas categoriales
o prolonguen épocas. Sus fronteras son paréntesis e de Aristóteles y de Kant, que son estructuras del ser o a051
intervalos, entretiempos o interludios. Lo que está lle- del sujeto trascendental y conceptualizan la vida con
gando por el lado delantero de la frontera se anuncia dificultad. Aquellas, en cambio, son expresiones que
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la historia coinciden. A veces en soledad. A veces con rioridad impulsó la eclosión del sujeto moderno. Mi-
los otros, en el interior de una comunidad que acu- rar lo ya acontecido no quiere decir repetir el destino
ña aquella identidad como hecho social (MacIntyre, de la mujer de Loth, convertida en sal al contemplar el
a051 2013). En este caso, el sentido del relato deriva de la pasado siniestro. Existen, por tanto, dos modalidades
contextualización del mismo en un horizonte narrati- de dar contenido a los relatos: la memoria que recuer-
vo delimitado por la vida personal y social del pacien- da y la esperanza que anticipa. Entre ambos media la
Frontera: una categoría del pensamiento al borde del tiempo
te, en su situación en la vida (Sitz im Leben). frontera delantera del tiempo. Se corresponden con la
enfermedad vivida y con la sanación posible esperada.
Si Platón concibió el saber como recuerdo (anam-
En un caso se narran recuerdos; en el otro esperanzas.
nesis), al repetir nuestra reflexión un mundo anterior
Las fronteras del tiempo en la praxis médica tensan al
de ideas que se recuerdan (Platón, 2004), o si Freud
paciente, al sanitario y a la relación clínica entre am-
trazó caminos de regresión de un mundo dado con
bas situaciones: la enfermedad que oprime y la espe-
anterioridad en el inconsciente, la frontera delantera
ranza que libera. Están coloreadas por las vivencias y
del tiempo maneja la anticipación o prolepsis, donde
sentimientos de lo inmediato que abre posibilidades
naturaleza y razón se avalan, según doctrina conocida
a través de la imaginación creadora. Son estados de
de los estoicos (Sandbach, 1996). De ser ello así, la
ánimo que abundan en el lapso de tiempo que prece-
frontera del tiempo tiene mucho de despedida y por
de al quirófano. Los ritmos de la vida, en ese caso, se
ello de final de un episodio que enlaza la narración
aceleran. Coexisten al borde de la frontera del tiempo
con una escena que inaugura un acto nuevo. La he-
la salvación esperada y la angustia de un presente in-
rencia ni se ignora ni se niega. Se reconstruye en un
cierto. Son los momentos en que puede hacer acto de
futuro deseado y esperado. Las tradiciones se asumen
presencia la religión con su carga de abnegación y de
en cuanto eran portadoras de progreso e innovación.
solidaridad. Por eso, in extremis, aparecen en escena
El pasado y la tradición se aprecian en tanto contribu-
las situaciones que borran las fronteras del tiempo: el
yen al progreso, a la manera como la espiritualidad
más allá, el siempre, el nunca, la eternidad.
tardomedieval mediante redescubrimiento de la inte-
NOTAS
1 El presente ensayo sintoniza con el pen- juicio y se ponen entre paréntesis cosas teles resitúa la cuestión en su modelo
samiento de E. Bloch. Por eso, las líneas o ideas que distraen o dispersan para teleológico del obrar humano.
que siguen podrían haber estado en- permitir la concentración sobre lo que
cabezadas por el subtítulo Variaciones interesa y la reducción metodológica 4 La fe popular traduce en forma de tu-
bioéticas con E. Bloch al compás. Omiti- presenta en la originalidad del mundo rismo piadoso la misma idea en las pe-
mos, por ello, citas fácilmente compro- vivido por contraste con lo que el dato regrinaciones de los itinerantes hacia
bables en las obras Espíritu de la Utopia científico testimonia. lugares sagrados, tales como Jerusalén
y El Principio Esperanza. o Santiago de Compostela.
3 Platón en dos de sus grandes diálogos:
2 La epoché metodológica es un procedi- el Banquete (210 ss.) y el Fedro (248 ss.) 5 Los juegos de lenguaje imitan paren-
miento selectivo. No excluyente. Así, los asigna al Eros la tarea de unir los afec- tescos familiares al usar palabras cuyo
primitivos estoicos practicaban la abs- tos y las mentes de quienes buscan la sentido depende de los roles y usos que
tención ante lo incierto. Se suspende el verdad en el dialogo (dialéctica); Aristó- ejerzan en la vida.
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