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Sobre el cumplimiento de los seis (6) meses

de la ejecución del apremio, en materia de


asistencia familiar, cuando el obligado es
apremiado por segunda vez
December 9, 2017

SCP Nro. 1090/2017-S3; Sucre, 18 de octubre de 2017

El ordenamiento jurídico boliviano autoriza la privación de libertad por incumplimiento de


pago de obligaciones de asistencia familiar, a través del apremio corporal, atendiendo la
naturaleza de dicha obligación y entendiendo que su oportuno suministro es de interés
social y humano (SC 0316/2011-R), al encontrarse destinada a garantizar: “…lo
indispensable para la alimentación, salud, educación, vivienda, recreación y vestimenta…”
(art. 109.I del CF) del o los beneficiarios; en ese sentido, el art. 415 de la misma normativa
al respecto en su parágrafo III, prevé: “La autoridad judicial, a instancia de parte o de oficio
y sin otra 5 substanciación, dispondrá el embargo y la venta de los bienes de la o el
obligado en la medida necesaria para cubrir el importe de las pensiones devengadas, todo
sin perjuicio de emitir el mandamiento de apremio respectivo con facultades de
allanamiento y de ser necesario con rotura de candados o chapas de puertas. La vigencia del
mandamiento es indefinida y podrá ejecutarse por cualquier autoridad” y en su parágrafo
IV, prescribe: “El apremio no excederá el tiempo de seis (6) meses en su ejecución, que se
ejecutará por un periodo de seis (6) meses, cumplido los cuales se podrá solicitar la
libertad”.

Ahora bien, con relación a aquellos casos en los cuales el obligado nuevamente incumple el
pago de la asistencia familiar, es decir, después emitirse por primera vez, el mandamiento
de apremio contra el obligado y por consiguiente, cumplir seis meses de privación de
libertad, se dispone su libertad, bajo fianza juratoria, pero, nuevamente es apremiado por
segunda vez, por la misma razón, y luego de cumplir otra vez seis meses de su apremio,
solicita su libertad. Al respecto, la SCP 1156/2004-R de 23 de julio, razonó que: “…si bien
la interpretación sobre los alcances y efectos de la norma prevista por el art. 11.II de la
LAPACOP, fue efectuada a través de la citada SC 1049/2001-R, que establecía que: '(…)
en el caso de un apremiado por incumplimiento del pago de asistencia familiar, después de
seis meses de privación de libertad en la cárcel, durante los que no cancela su obligación,
puede el Juez disponer su libertad bajo fianza juratoria. Pero, si nuevamente es apremiado
por la misma razón y vuelve a incumplir su obligación, luego de permanecer en la cárcel
pública otros seis meses, el Juez aplicará la norma prevista por el art. 11 numeral 2) de la
Ley 1602, siendo el efecto que, entre tanto no pague la asistencia familiar no podrá
concedérsele la libertad (…)', sin embargo, al concebirse que en ningún caso se puede
someter al apremiado por asistencia familiar a una restricción de su libertad de manera
indefinida y permanente; aún así sea como efecto del reiterado incumplimiento en el pago
de pensiones de asistencia familiar; es preciso cambiar el señalado entendimiento
jurisprudencial, en sentido de que la privación de libertad del obligado de manera
indefinida constituye no solamente prolongar la limitación sino ingresar al campo de la
supresión del derecho, por lo mismo la medida se convierte en apremio indebido” (las
negrillas son nuestras).

En el marco de lo señalado, respecto al cumplimiento de los seis (6) meses de la ejecución


del apremio, en materia de asistencia familiar, cuando el obligado es apremiado por
segunda vez, no resulta suficientemente razonable sostener que el mismo solo podrá
obtener su libertad si previamente presenta una fianza personal, para asegurar el
cumplimiento de pago de la asistencia familiar devengada; pues ello, significaría generar
una privación de libertad indeterminada del obligado, toda vez que, no es posible
determinar el tiempo en que pueda tardar en 6 cumplir la fianza personal, lo cual implicaría
que el apremio pueda exceder más de los seis meses, peor aún en aquellos casos en los que
sea materialmente imposible presentar una fianza personal, por lo que, el apremio podría
tornarse en indefinido, aspectos que contrarían lo prescrito en el art 415.IV del CF, puesto
que el apremio no puede exceder de seis meses, caso contrario el mismo se torna en ilegal
restringiendo indebidamente la libertad personal, conforme se pasa a explicar.
La Ley de Abolición de Prisión y Apremio Corporal por Obligaciones Patrimoniales, como
el Código de las Familias y del Proceso Familiar, no establecen el trámite respecto de la
segunda vez que se ejecuta el apremio y ya se han cumplido los seis meses de restricción de
libertad; sin embargo, al respecto la jurisprudencia constitucional ha establecido que,
“…resulta necesario considerar la garantía constitucional por la cual, ‘No se impondrá
sanción privativa de libertad por deudas u obligaciones patrimoniales, excepto en los casos
establecidos por la ley’ (art. 117.III de la CPE), articulado que concuerda con lo también
establecido en el art. 23.III de la misma Norma Suprema, cuyo tenor refiere: ‘Nadie podrá
ser detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas
establecidas por la ley…’ (el subrayado es nuestro). Desprendiéndose de dichas previsiones
constitucionales, el principio de reserva legal que en materia de privaciones de libertad se
configura como absoluto, dada la importancia de la libertad personal como condición para
el cabal disfrute de los demás derechos.

En el mismo sentido, la Convención Americana sobre Derechos Humanos consagra el


referido principio de reserva legal en su art. 7.2, de la siguiente manera: ‘Nadie puede ser
privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano
por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a
ellas’ (énfasis agregado). Al respecto, la jurisprudencia interamericana estableció que: 'La
Corte ha señalado que al remitir a la Constitución y leyes establecidas ‘conforme a ellas’, el
estudio de la observancia del artículo 7.2 de la Convención implica el examen del
cumplimiento de los requisitos establecidos tan concretamente como sea posible y ‘de
antemano’ en dicho ordenamiento en cuanto a las ‘causas’ y ‘condiciones’ de la privación
de la libertad física.

Si la normativa interna, tanto en el aspecto material como en el formal, no es observada al


privar a una persona de su libertad, tal privación será ilegal y contraria a la Convención
Americana, a la luz del artículo 7.2.' (Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. Sentencia de 20 de
noviembre de 2014. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Parr. 109)”
(SCP 0446/2017- S3 de 26 de mayo). Asimismo, sobre el apremio corporal y la
procedencia de la libertad al cumplirse el plazo de seis meses establecidos en la norma la 7
jurisprudencia constitucional inicialmente asumió que, no se puede conceder la libertad del
obligado entre tanto no pague la asistencia familiar, ello en aquellos casos en que el
obligado a pagar la asistencia familiar devengada sea nuevamente apremiado -por segunda
vez- y luego de permanecer otros seis meses privado de libertad (SC 1049/2001-R de 28 de
septiembre); sin embargo, en un entendimiento posterior, razonó que tal exigencia resultaba
un exceso, por cuanto, no podía concebirse que el apremiado por asistencia familiar pueda
someterse a una restricción de libertad de manera indefinida y permanente; aun así sea
como efecto del reiterado incumplimiento en el pago de pensiones de asistencia familiar
(SC 1156/2004-R de 23 de julio). Estos dos entendimientos contrapuestos, fueron
unificados a través de las SSCC 1806/2004-R de 22 de noviembre y 1816/2004-R de 23 de
noviembre, que a través del ejercicio de la ponderación moduló los efectos y alcances de
los fallos constitucionales señalados de modo que el obligado solo podía obtener su
libertad, si previamente presentaba una fianza personal, que asegure el cumplimiento de
pago de las pensiones familiares devengadas; dicho entendimiento fue refrendado por la SC
0371/2007-R de 9 de mayo, que ratificó el requisito de la presentación de la fianza personal
con el objeto de precautelar los derechos de los beneficiarios de la asistencia familiar.

Sin embargo, el desarrollo efectuado por la citada jurisprudencia es contrario al principio de


legalidad y reserva legal, puesto que, por un lado, la exigencia de una fianza personal,
implicaría generar una privación de libertad indeterminada del obligado, en tanto al tiempo
que puede generar en cumplir la fianza personal, la misma que podría exceder de los seis
meses, establecidos en la norma, y por otro lado, la fianza personal como condicionante
para ejercer la libertad no está regulada expresamente por la ley, de ahí que, no se puede
restringir la libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas por la
Constitución Política del Estado o por las leyes dictadas conforme a ellas.

Por ello, es conveniente reconducir el criterio expuesto en las SSCC 1806/2004-R,


1816/2004-R y 0371/2007-R a la SC 1156/2004, -que si bien parte de un análisis de la
interpretación del art. 11.II de la LAPACOP, normativa que al no contradecir los nuevos
lineamientos prescritos en la actual normativa procesal familiar a través de la promulgación
del Código de las Familias y del Proceso Familiar (art. 415.IV), hace entendible su
consideración y aplicación- en aras de garantizar el derecho a la libertad y los únicos
supuestos en los que procede su restricción; no obstante lo anterior, se aclara que la
autoridad jurisdiccional podrá solicitar otras garantías reales, establecidas en el art. 415.III
del referido cuerpo normativo, a objeto de velar por el cumplimiento de la obligación de la
asistencia familiar, pero en ningún caso podrá arbitrariamente condicionar la libertad del
obligado a la presentación de una fianza personal, pues ello, -se reitera- significa
desconocer y transgredir el principio de reserva legal.

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