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EL AMBIENTE TÉRMICO EN EL PUESTO DE TRABAJO

Autor: Unidad de Accesibilidad de COCEMFE. Maika Broncano (22/02/2016)

Se entiende por ambiente térmico la combinación de variables ambientales como temperatura,


radiación, humedad e individuales (metabolismo, atuendo, etc.).

La persona debe de adaptarse al ambiente físico que le rodea durante el trabajo para evitar riesgos
en cuanto a su salud física y psíquica. Una persona que trabaja en un ambiente muy caluroso, si
además su trabajo implica un esfuerzo físico considerable, corre el riesgo de sufrir estrés térmico,
que está basado en la pérdida de agua y sales minerales,
simultáneamente a la acumulación de calor en el cuerpo. Esto provoca un aumento de la temperatura
interna, que debe permanecer constante sobre 36-37oC. Para contrarestar esta situación, el individuo
de diversos sistemas de defensa.

Existen detectores sensibles, que son los termoreceptores, en la piel y en otras zonas del cuerpo,
que informan al cerebro de los cambios de temperatura. Entonces el cerebro ordena una serie de
reacciones para compensar esos cambios. De esta manera aumenta el ritmo cardíaco y el flujo de
sangre que va hacia la piel (vasodilatación periférica). Esa sangre transporta calor desde el interior
del organismo y lo cede al ambiente. Para que la cesión de calor sea máxima se produce un aumento
dela sudoración. Cuando el sudor se evapora disminuye la temperatura por absorción de calor en la
superficie de paso de líquido a gas y disminuye así el calor de la piel, manteniéndose la temperatura
en niveles seguros.

Si el problema lo causa el frío el proceso es inverso. Se produce vasoconstricción periférica, y al


mismo tiempo, se pueden desencadenar contracciones musculares que aumentan la generación de
calor metabólico para compensar el ambiente frío y la pérdida de calor.

El número de puestos de trabajo que conlleven riesgos de estrés térmico es pequeño frente a
múltiples situaciones laborales inconfortables. Cuando se estudian las condiciones de trabajo
adecuadamente desde el punto de vista de la confortabilidad térmica se deben clasificar en dos
grupos: condiciones ambientales (temperatura del aire, temperatura radiante media, humedad
relativa, corrientes de aire) y condiciones individuales (consumo metabólico durante el trabajo y
atuendo).

1. CONDICIONES AMBIENTALES.

Temperatura del aire: Es la temperatura a la que se encuentra el aire que rodea al individuo. Se
mide por termómetro de mercurio que debe estar situado en el mismo lugar que ocupa la persona
expuesta. La diferencia entre esta temperatura y la temperatura de la piel del individuo determina el
intercambio de calor entre el individuo y el aire. Como la temperatura de la piel no varía mucho el
intercambio de calor por convección depende de la velocidad a la que el aire se mueva alrededor del
individuo. Si aumenta la velocidad, aumenta el intercambio de calor.

Temperatura radiante media. Todos los cuerpos absorben y emiten calor a través de radiaciones
electromagnéticas. El intercambio entre unos y otros dependen de la temperatura de los mismos. Si
la temperatura de la piel de un individuo es mayor a la temperatura radiante media, ese individuo
cede calor al ambiente por radiación. Si es al revés, la persona recibe calor del medio.

La medición dela temperatura radiante media necesita de un instrumento sofisticado especial.

Humedad relativa. La evaporación del agua del sudor es el sistema más efectivo para eliminar el
calor del organismo. Para que ello ocurra el sudor en estado líquido debe pasar a vapor y formar
parte del aire que rodea al individuo. Eso exige que la concentración de vapor de agua en las
inmediaciones de la piel sea más elevada que la concentración de vapor de agua en el aire. Por eso
cuando la concentración de vapor de agua en el aire es elevada es difícil que el individuo evapore el
sudor y se desprenda de calor.

La humedad relativa nos indica la concentración de vapor de agua en el aire.

En la industria existen procesos y máquinas que desprenden vapor de agua y generan alta humedad
relativa. En esos ambientes escasea la confortabilidad térmica.

Corrientes de aire. La velocidad del aire que incide en el individuo interviene un su sistema térmico.
El intercambio de calor por convección es por tanto mayor cuanto mayor es la velocidad del aire que
incide en el individuo. Lo mismo ocurre con la evaporación del sudor si las condiciones la favorecen,
aumenta si aumenta la velocidad del aire. La velocidad del aire es un parámetro que se debe de
medir para conocer el nivel de confort del puesto de trabajo. La velocidad del aire se mide con el
anemómetro.

2.CONDICIONES INDIVIDUALES.

Consumo metabólico durante el trabajo. El cuerpo necesita energía para desarrollar sus
funciones. Esta energía se consigue de la oxidación de sustancias alimentarias. De esas reacciones
químicas se desprende mucha energía, de la que sólo una parte se aprovecha como tal. El resto de
esa energía es la que se cede al ambiente para que no aumente la temperatura corporal.

La energía que consume el organismo puede valorarse mediante la situación de consumo


metabólico, que se mide en watios o unidades metabólicas (MET).

1 MET = w es la energía que produce el consumo de 3.5 ml/kg/min de oxígeno.

1 Kcal = energía que produce el consumo de 2.8 ml/kg/min de oxígeno.

(Un MET es algo más que una Kcal)

En la actividad laboral el consumo de metabólico se estima como la suma del metabolismo basal y
el consumo metabólico del trabajo.

Metabolismo basal. Energía necesaria para desarrollar las funciones vitales. Está en función del
peso, la altura, la edad y el sexo.

Consumo metabólico del trabajo. Es la energía necesaria para desarrolla una tarea. Se puede
estimar mediante tablas que asignan valores de consumo de oxígeno según el tipo de trabajo, la
posición de cuerpo y el tiempo empleado. Estos sistemas no son precisos, pero tienen la ventaja de
que se puede determinar sin aparatos y en la práctica se suele hacer. También se puede determinar
utilizando parámetros fisiológicos: frecuencia cardiaca y consumo de oxígeno. Estos métodos son
más precisos, pero son más difíciles de aplicar porque se requiere un material sofisticado como el
ergonómetro y la intervención directa del individuo realizando su actividad laboral normal.

Vestido. El confort térmico se alcanza cuando hay cierto equilibrio entre el calor que se genera y el
que se puede ceder o recibir del ambiente. Así que tiene interesante saber como influye la ropa y
concreto su capacidad aislante del calor. Esa capacidad de aislar térmicamente se le denomina
“resistencia térmica del vestido”. Esta resistencia se mide en una unidad llamada CLO. Cuanto mayor
es la resistencia térmica del vestido más difícil será para el organismo desprenderse del calor que
genera.

Algunos ejemplos de resistencia térmica son:

- Atuendo tropical: pantalón corto, camisa desabrochada y sandalias 0,3 CLO.


- Atuendo veraniego: pantalón ligero, camisa corta, calcetines ligeros y zapatos 0,5 CLO.
- Atuendo invernal: prendas interiores, camisa manga larga, pantalón, jersey, calcetines gruesos
y zapatos. 1 CLO.

3.CONDICIONES DE CONFORT RECOMENDADAS.

Desde 1973, año en el que se publicaron estudios referentes al confort térmico, se sabe que es
incorrecto hablar de situación térmicamente confortable para todos, ya que intervienen variables
individuales.

Las recomendaciones de confort térmico están fijadas para que el porcentaje de personas que se
sienta insatisfechas con esta situación térmica sea menor al 10%.

Condiciones para trabajar en una actividad ligera (oficina):

· Condiciones invernales

· La temperatura operativa debe estar entre 20-24oC


· Velocidad del aire inferior a 0,15 m/s.
· Humedad relativa próxima al 50%.
· Resistencia térmica del vestido 1CLO.

· Condiciones veraniegas

· Temperatura operativa 23-26oC


· Velocidad del aire inferior a 0,25 m/s.
· Humedad relativa próxima al 50%.
· Resistencia térmica 0,5 CLO.

4. CÓMO FAVORECER EL CONFORT TÉRMICO

Para estar confortable en el lugar de trabajo hay que controlar las variables ambientales e
individuales.

Consumo metabólico. En la situación calurosa se podría reducir reduciendo el ritmo de trabajo,


aumentando las pausas, rotando al personal o automatizando el proceso. Esto tiene sentido industrial
ya que es difícil pensar en una nave industrial climatizada. Actualmente en oficinas, comercios y
otros lugares de trabajo el aire acondicionado produce un clima agradable.

Atuendo: la posibilidad de cambiar la ropa de trabajo depende de la empresa. Si no hay ropa de


uniforme los gustos personales pueden determinar este parámetro. Generalmente el atuendo
femenino ofrece menos aislamiento térmico que el masculino.

El resto de las variables ambientales se pueden modificar con las limitaciones lógicas des coste que
puedan representar. La instalación de aire acondicionado permite situar esos parámetros
ambientales dentro de los deseables.

Las superficies acristaladas ofrecen poco aislamiento al calor. Esto se puede reducir mediante la
instalación de persianas que son más eficaces si están colocadas en el exterior. Los cristales tintados
ofrecen más protección frente a radiaciones solares.

Estas soluciones disminuyen la aportación de la luz natural en los puestos de trabajo.

En ambientes industriales donde existen focos importantes de calor y un local de mucho volumen,
no se puede climatizar. Algunas de las posibles soluciones son:
- Apantallamiento o aislamiento de los focos de calor radiante, como las superficies de las máquinas
y las superficies calientes.
- Ventilación general de la nave, aportando aire del exterior si la temperatura es menor a la del
recinto.
- Extracción localizado, eliminando el aire caliente en las proximidades de los focos caloríficos.
- Extracción del aire y eliminación de la humedad que generan las máquinas.
influencia del ambiente térmico en el trabajo. Introducción
Los ambientes térmicos requieren un estudio, conocimiento y adecuado tratamiento
desde la perspectiva en el campo de la Seguridad Industrial, debido a los efectos que
altas o bajas temperaturas y la aportación incontrolada de calor pueden provocar en el
individuo y en su actividad laboral, dando lugar a riesgos profesionales.
La influencia de ambientes con temperaturas alejadas de las habituales en los locales
de trabajo, se aprecia en los índices de productividad, y en la tasa de siniestros y, es-
pecialmente, en las consecuencias sobre la salud de las personas.
Su cuantificación en general y en especial para una actividad concreta son difíciles de
definir y se basan generalmente en evaluaciones teóricas o de laboratorio, además de
estadísticas y datos experimentales, deduciéndose una relación directa o causal entre
la temperatura y los efectos producidos.
Está demostrado que a temperaturas elevadas hay una disminución de la atención y
del estado de conciencia y, como consecuencia, una alteración en la efectividad y en
la seguridad de la operación. Como ejemplo experimental la Figura 1 corresponde a
estudios realizados por Belding relativos a la influencia de la temperatura en la sinies-
tralidad en una acería, donde la curva inferior se refiere a temperaturas en ºC y la su-
perior a accidentes por millón de horas hombre trabajadas
n el post de hoy, vamos a tratar otra de las disciplinas auxiliares en las que
se apoya la Ergonomía, se trata de la Fisiología. Desde este punto de
vista, la Fisiología del Trabajo estudia y analiza el metabolismo energético del
ser humano a la hora de realizar un determinado trabajo. Dicho de otra manera,
estudia el consumo metabólico del cuerpo humano durante la realización
de un trabajo. La Fisiología también se ocupa de analizar y explicar
las modificaciones y alteraciones que se dan en el organismo humano por
el efecto del trabajo realizado y determinar las capacidades máximas de los
operarios para diversas tareas, permitiendo la realización de un trabajo de
forma eficiente y sin aparición de fatiga.
Antes de adentrarnos más en las particularidades de la Fisiología,
debemos tener clara la siguiente definición de Energía, considerándola
como “la capacidad de realizar un trabajo”. Para la realización de cualquier
trabajo es necesario que exista un movimiento corporal, dicho movimiento
tiene lugar gracias a la utilización por parte de los músculos de la energía
química transformada, aportada por los alimentos. Llegados a este punto
hay que tener en cuenta que, cada trabajo y cada tarea conlleva un gasto
energético o un consumo metabólico distinto. Algunos trabajos exigen
consumos muy bajos (trabajos ligeros y sedentarios) y otros requieren
consumos enormemente altos (trabajos pesados, en condiciones
climáticas adversas o que exijan una gran movilidad).

La unidad de energía que se emplea en la Fisiología del Trabajo para medir


ese consumo energético, es la caloría, siendo esta la cantidad de calor
necesario para elevar de 14,5 °C a 15,5 °C la temperatura de 1 g de agua.
En la práctica, la unidad que se utiliza es la kilocaloría (1 kcal = 1.000 cal),
aunque también se emplea otras como el kilojulio, por ser la unidad en la
que se mide el trabajo desde el punto de vista de la Física (1 kcal = 4,18
kJ).
El metabolismo del ser humano se basa en la obtención de energía a partir
de la degradación de los alimentos ingeridos, mediante la transformación
de estos, empleando el oxígeno como combustible, es decir, se produce
la transformación de la energía química, en la energía mecánica necesaria
para realizar el trabajo. Esta es una de las razones por la que al estudiar
el gasto energético de un sujeto, se realiza una determinación de los
gases, concretamente de su consumo de oxígeno (O2) y de la producción
de anhídrido carbónico (C02). La utilización de oxígeno, se da en las
denominadas reacciones metabólicas aeróbicas, mientras que las
anaeróbicas no necesitan dicho compuesto.
Cuando una determinada cantidad de oxígeno descompone grasas o
azúcares se libera una cantidad específica de energía que puede ser medida
por la cantidad de calor producido o por el oxígeno consumido.
En la Fisiología, para calcular el gasto energético total que requiere un
trabajo, existen varios métodos normalizados. Estos métodos analizan el
trabajo en su conjunto o dividido en subtareas, teniendo en cuenta que a
cada una de ellas se les ha asignado un consumo energético determinado,
que se ha obtenido como fruto de décadas de estudio en el campo de la
Fisiología. Mediante una serie de fórmulas asociadas a cada método de
estudio, podemos averiguar con precisión, cual es el gasto
energético necesario que conlleva cualquier tipo de trabajo que se
desarrolle, lo que nos da la información de base necesaria para prevenir la
fatiga física. Estas y otras cuestiones relacionadas con la Fisiología, serán tratadas
en el próximo post. (https://revistadigital.inesem.es/gestion-integrada/la-
fisiologia/)
En un post anterior, comentamos los principios básicos de la Fisiología del
Trabajo, la disciplina que estudia y analiza el metabolismo energético humano
al realizar un trabajo. Vimos también que el metabolismo del ser humano
se basa en la obtención de energía, a partir de la degradación de los
alimentos ingeridos, a través de la transformación de estos empleando el
oxígeno como combustible.
En reposo, los órganos vitales necesitan un aporte de energía que se
traduce en un consumo de oxígeno de 0,2 a 0,3 litros/min, sin embargo,
cuando se realiza un ejercicio intenso, el consumo de oxígeno se dispara
de los 3 a 6 litros/min. Obviamente este consumo está condicionado por
una serie de variables como pueden ser la edad, el peso y/o la condición
física.
Cuando una determinada cantidad de oxígeno descompone grasas o
azúcares, se libera una cantidad específica de energía, que puede ser
medida por la cantidad de calor producido o por el oxígeno consumido. Ese
precisamente es el principio que se usa en Ergonomía, y concretamente
en la Fisiología del Trabajo, para poder medir el gasto metabólico de una
persona a la hora de realizar un trabajo, y conocer si este trabajo puede
llegar a producir fatiga física o no.
En la Fisiología del Trabajo existen varios métodos de medida muy
generalizados, los cuales iremos viendo en próximas semanas. Hoy
simplemente apuntaremos que estos métodos se dividen en dos grandes
grupos:

 De Calorimetría Directa
En la Fisiología del Trabajo, la calorimetría directa mide el calor producido
durante la realización de una actividad concreta. El procedimiento es el
siguiente, el sujeto de estudio se coloca en un calorímetro, que es una
habitación herméticamente cerrada en la cual hay una entrada y una salida
de aire.
El sujeto debe realizar una determinada tarea, la que es objeto de estudio,
y el calor producido e irradiado por el sujeto es absorbido por el aire
circulante. La diferencia de temperatura entre el aire que entra y el que
sale representa la cantidad de calor producido por el organismo.

 De Calorimetría Indirecta
Otra forma de determinar el metabolismo energético en la Fisiología del
Trabajo, es medir el consumo del oxígeno del sujeto en la realización de una
determinada tarea. Entre todos los equipos que pueden analizar este
parámetro está la famosa Bolsa Douglas. La bolsa consiste en una pinza
en la nariz y una boquilla ajustada a la boca provistas de una válvula
respiratoria que va a través de un tubo a una bolsa, que recoge todo el aire
espirado durante un período de tiempo determinado.
Posteriormente el volumen total de aire espirado se mide por medio de
un gasómetro, analizándose una muestra para hallar el contenido de
oxígeno, anhídrido carbónico y nitrógeno. Este método es muy fiable, pero
las mediciones están limitadas a períodos cortos y las cargas máximas son
difíciles de estudiar.
En la práctica, el empleo de estos instrumentos en la Fisiología del
Trabajo, es posible solamente en situaciones más o menos estáticas. Cuando
se quiere estudiar una actividad laboral en la que el sujeto se mueve
continuamente o no puede llevar las mascarillas de registros de gases se
acude a la medida indirecta del consumo de oxígeno a través de
la Frecuencia Cardíaca (FC).
Al realizar cualquier tipo de actividad, existe una relación progresiva lineal
entre la FC y el consumo de oxígeno, por tanto si se recogen
las Frecuencias Cardiacas de una actividad laboral y se establece
posteriormente su correlación con el consumo de oxígeno, se puede hacer
una extrapolación a la actividad laboral y obtener así el gasto energético
aproximado de la misma.
En las próximas semanas veremos métodos específicos de medición del
gasto metabólico y de la carga física, relacionados con la fisiología y la
actividad laboral.

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