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MITOS SOBRE EL CELIBATO

Primer período:
Desde San pablo hasta el PRIMER CONCILIO DE NICEA. Es el primer
período de legislación de la Iglesia. Había libertad de elección respecto al
celibato. No obstante la virginidad era considerada un honor.
Tertuliano: (De exhortatione castitatis, cap. XIII). Admiración por aquellos
de las ordenes sagradas que han abrazado la continencia.
Orígenes: (En Levit. Hom. VI, § 6).
Eusebio: (Demonst. Ev., I, c. IX). es conveniente que los sacerdotes y
aquellos ocupados en el ministerio deben observar la continencia.
San Cirilo de Jerusalén: (Cat. XII, 25) insta a que el ministro del altar que
sirve a Dios adecuadamente se mantenga distante de las mujeres.
San Jerónimo: parece hablar de una costumbre generalmente observada
cuando declara que los clérigos "a pesar de que pueden tener esposa, dejen
de ser esposos".
San Epitafio: (Haer., XLVIII, 9) habla de la regla eclesiástica aceptada
del sacerdocio (kanona tes hierosunēs) como algo creado por los Apóstoles.
(Haer., LIX, 4) "La Santa Iglesia", dice, "respeta la dignidad del sacerdocio
a tal punto que no admite al diaconado, el sacerdocio, o el episcopado, ni
siquiera al subdiaconato, a cualquier persona que aún viva en
el matrimonio y engendre hijos. Ella acepta sólo al que si es casado renuncia
a su mujer o si ha quedado viudo, especialmente en aquellos lugares donde
se siguen estrictamente los cánones eclesiásticos."
San Clemente de Alejandría: (Strom., III, XIII) expresando su
veneración por una vida de castidad, Clemente añade: "De todos modos, la
Iglesia recibe plenamente al marido de una mujer independientemente de que
sea sacerdote, diácono o laico, suponiendo siempre que utiliza su
matrimonio inmaculadamente, y tal persona puede ser salvada en la
generación de los hijos ".
Sócrates (historiador eclesiástico): (HE, Lb. V, cap. XXII) declara que en
las Iglesias Orientales ni los sacerdotes ni siquiera los obispos estaban
obligados a separarse de sus esposas, aunque reconoció que en Tesalia y
en Grecia se seguía una costumbre diferente.
Segundo Período:
Está marcado por la legislación conciliar. Primero en el CONCILIO DE
ELVIRA (295-302) que en el canon XXXIII le imponía el celibato a obispos,
sacerdotes y diáconos. Si continuaban viviendo con sus esposas y
engendraban hijos después de su ordenación, habrían de ser depuestos. Esto
parece haber sido el comienzo de la divergencia en este asunto entre Oriente
y Occidente.

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