Este documento discute la importancia de orar de acuerdo con los propósitos de Dios. Explica que Dios creó todas las cosas con propósitos específicos y que cuando oramos, debemos hacerlo en línea con Su voluntad. También señala que aunque Adán perdió su autoridad original, Jesús la restauró y ahora los creyentes tienen el poder de ejercer dominio a través de la oración y obra. Finalmente, ofrece algunas razones por las que las oraciones a veces no son respondidas, como falta de perdón, d
Este documento discute la importancia de orar de acuerdo con los propósitos de Dios. Explica que Dios creó todas las cosas con propósitos específicos y que cuando oramos, debemos hacerlo en línea con Su voluntad. También señala que aunque Adán perdió su autoridad original, Jesús la restauró y ahora los creyentes tienen el poder de ejercer dominio a través de la oración y obra. Finalmente, ofrece algunas razones por las que las oraciones a veces no son respondidas, como falta de perdón, d
Este documento discute la importancia de orar de acuerdo con los propósitos de Dios. Explica que Dios creó todas las cosas con propósitos específicos y que cuando oramos, debemos hacerlo en línea con Su voluntad. También señala que aunque Adán perdió su autoridad original, Jesús la restauró y ahora los creyentes tienen el poder de ejercer dominio a través de la oración y obra. Finalmente, ofrece algunas razones por las que las oraciones a veces no son respondidas, como falta de perdón, d
tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1ª Jn. 5:14,15).
LECTURA BÍBLICA: Efesios 1:9-11; 3:10,11
INTRODUCCIÓN: Sólo daremos pinceladas al tema que nos ocupa este día. Basta decir que es indispensable orar con pleno conocimiento de los propósitos que Dios tiene para Su creación, así sea para la naturaleza, para nosotros y para la Iglesia. Nada ha sido creado al azar, el Alfarero Divino que pensó en fabricar una preciosa vasija de cada uno de nosotros (Jer. 18:1-6), pensó también en la salvación de toda Su creación (Rom. 8:19-24). Cuando Pablo pensó en los propósitos de Dios se sintió tan anonadado que escribió: “Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios, Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos....” (Rom. 11:33-35).
I. DIOS ES UN DIOS DE PROPÓSITOS.
Cuando leemos la historia de la creación (Génesis 1:26-28; 2:15), descubrimos que todo fue creado con propósitos específicos. Cuando menciona a Adán, define para qué fue establecido en el Edén: Señorear, fructificar, multiplicarse, llenar y sojuzgar la tierra, labrar y cuidar el Edén. Cuando Dios llamó a Abraham y le ordena salir de Ur de los Caldeos (Génesis 12: 1-9) le dice con qué propósitos: “Y Haré de ti una grande nación, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Cuando el Señor habla por medio de Isaías a los cautivos israelitas les dice con qué propósitos fueron creados: “… todos los llamados de mi nombre, para gloria mía los he creado, los formé y los hice” (Isaías 43:7). Cuando Pablo habla del maravilloso plan de Dios en Efesios 1:3-14; 3:1-13, dice que nos escogió antes de la fundación del mundo con un propósito: “… hacernos santos y sin mancha…” cuando habla de la salvación de los gentiles dice que todo se hizo “conforme al propósito eterno...” y cuando nuestro Señor Jesucristo se presenta en la sinagoga de Nazaret declara cuál es el propósito de Su ministerio (Lucas 4:17-20).
II. CREADOS PARA EJERCER DOMINIO.
Encontramos una semejanza en los propósitos que
Dios tuvo al formar a Adán y al constituir Su Iglesia. Los conceptos que menciona Génesis 1:26- 28; 2:15; señorear, fructificar, multiplicar, llenar y sojuzgar la tierra, labrar y guardar, indican autoridad y dominio; Sin embargo, esos derechos fueron perdidos debido al engaño del diablo y a la desobediencia de Adán y Eva. Fueron arrojados del Edén y su autoridad y dominio desapareció; Sin embargo, esa autoridad fue recuperada con la inserción en la historia del nuevo hombre, nuestro Señor Jesucristo, pues él vino a destruir las obras del diablo, (1ª Jn. 3:). Jesucristo vino a darnos vida, a restaurar al hombre a su estado original y hacerlo partícipe nuevamente de la naturaleza divina por medio del nacimiento del Espíritu y de la Palabra (Jn. 1:13; 3:8; 1ª P. 1:23). Siendo ahora “....linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido....” (1ª P. 2:9) hemos recuperado nuestros derechos de tal manera que ahora tenemos la autoridad para atar y desatar (Mt. 18:18); tenemos la autoridad para ir y hacer discípulos a todas las naciones (Mt. 28:18,19), Jesucristo mismo dijo a Sus discípulos: “De cierto, de cierto os dijo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará...” (Jn. 14:12). La historia bíblica narra de la autoridad y dominio que ejercieron grandes siervos de Dios: Los patriarcas (Génesis 32:26-28), Moisés (Ex. 32:11-14) Elías (1ª R. 18:20-40) y como un ejemplo más tenemos a los apóstoles y a la iglesia primitiva ejerciendo autoridad y dominio aún sobre la misma naturaleza (Hch. 3:1-10; 5:1-1-16; 17-42) etc.
III. ¿POR QUÉ HAY ORACIONES SIN RESPUESTA Y
PORQUE LA IGLESIA NO EJERCE AUTORIDAD Y DOMINIO?
Existen varias posibilidades del porqué algunas
oraciones quedan sin respuesta:
1. Falta de espíritu perdonador (Mt. 5:23,24).
Nunca deberíamos olvidar pedir perdón en cada oración que elevemos al Señor. Santiago dice que “si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” (Stgo. 3:2). El Salmista acepta la posibilidad de ofender aún inconscientemente (Sal. 19:12). 2. En ocasiones hacemos peticiones acompañadas con duda. (Mt. 21:21,22; Santiago 1:6). Una oración con incredulidad nos impedirá ejercer la autoridad que el Señor ya nos ha entregado. San Juan 9 14-29 cuenta de un padre que tenía un hijo poseído de espíritus malos y le hace la petición diciendo (v.22) “...si puede hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos”. El Señor contesta en el verso 23: “...Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
3. En ocasiones no oramos como conviene (Mt.
6:7,8; Romanos 8:6). Es posible en ocasiones estar orando, presentar una petición y no recordar que hay cosas ocultas en nuestras vidas, o sencillamente como dice Pablo, podrá haber ocasiones que no sabemos cómo pedir, por lo tanto será indispensable la intervención del Espíritu para pedir como conviene.
4. En ocasiones deliberadamente como dice
Santiago, alguien puede pedir mal, para gastar en sus propios deleites (Santiago 4:2,3).
5. Se pueden pedir cosas que no estén conforme
a la voluntad de Dios. (1ª Juan 5:14,15). Dios nunca va a conceder una petición que sea contraria a Su voluntad o a Sus propósitos.
CONCLUSIÓN: A través de esta meditación
hemos intentado señalar el privilegio que el Señor nos ha otorgado por medio de la oración, ejercer autoridad y dominio como embajadores de Jesucristo; vivir con la confianza que por donde vayamos, lo hacemos como representantes del Señor del universo, que por medio de la oración podemos lograr grandes victorias para Jesucristo, que nuestras oraciones, para que sean contestadas, deberán estar en sintonía con los propósitos de Dios.
AUTOEVALUACIÓN: Por favor conteste las siguientes
preguntas adecuadamente.
1. ¿Qué sección o detalle de la lección le agradó?
2. ¿Ha tenido el cuidado de pedir perdón en cada
oración que hace?
3. ¿Qué tan importante es para usted pedir
perdón?
4. ¿Qué es más fácil para usted, perdonar, o pedir