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ACOTACIONES TEATRALES

Nota: En una representación teatral, el director y los actores utilizan


las acotaciones como guía, para interpretar la obra según el punto de vista
del autor, indicando cómo deben de estar ciertos objetos en el escenario o
qué ademanes o expresiones debe hacer el actor, correspondiendo con los
diálogos y el contexto de la obra que se está interpretando.

Comedia: El reino animal

Por Diabul

Acto único

Personajes:

 Rey León.
 Reina Leona.
 Ministro Chimpancé.
 General Gorila.
 Reina Tigresa.

Escenarios: El castillo del rey León, el cual se representa con un cubil


en una cueva, la habitación de la reina, otro cubil.

[Narrador]

La Reina Leona acaba de regresar del salón de belleza, en donde estuvo


discutiendo con la reina tigresa, sobre cuál de las dos tiene el pelaje mejor
cuidado.

[Entra en escena la reina]

-Oh, mi gran señor León, tú que te dices el rey de la selva, demuestra que
eres el rey de este lugar y borra la ofensa que me ha hecho la reina tigresa.
-Mi querida reina, ¿pero qué te ha hecho esa desdichada Tigresa para que
estés tan alterada?
-Oh mi rey, me ha ofendido, me ha ofendido a mí tu reina, y a toda nuestra
familia.

[La reina hace gestos de llorar]


[El rey pone cara de asombro]

-¿Te ha ofendido?... Pues pagará por ello. ¡Guardias! ¡Guardias!, vengan a


mí, que les habla su rey.

[Entran los guardias de palacio, un León viejo y famélico y otro León


gordo y barrigón.]

-Quiero que traigan a la tigresa ante mí, de inmediato.


-Sí, su majestad –respondieron al unísono – de inmediato.

[Narrador] Pero el ministro chimpancé quien entraba en el recinto le dijo al


rey.

[Entra en escena el ministró]

-¡Pero su majestad, no puede hacer usted eso! acaso olvida que la tigresa
es una reina, no se le puede tratar como a un simple macaco campesino,
esto podría provocar una guerra con el reino de los tigres. Por favor piense
bien lo que hace, seguro que después de reflexionar un poco verá las cosas
con más claridad.

[Narrador] El rey León se quedó pensando un momento, y al final dijo:

-Tiene razón el ministro chimpancé, hay que pensar las cosas mejor, y no
precipitarse.
-Gracias por escuchar mi consejo su majestad – dijo el ministro chimpancé
– sabía que reflexionaría. [El ministró hace una reverencia y da un
sonoro suspiro de alivio]

- Así es, he reflexionado, y te agradezco que me detuvieras, de no ser por ti,


habría cometido una tontería. ¡Llamen al general Gorila de inmediato!
- Pero porqué mi señor – replicó el ministro chimpancé- ¿para qué necesita
al general Gorila?
-¿Acaso no lo ves? Tú mismo me sugeriste que para vengar la ofensa que
nos hizo la reina tigresa, habría que atacar el reino de los tigres, para eso
llamo al general Gorila.
-Pero su majestad, yo no dije eso – trató de hablar el ministro chimpancé-
yo lo que dije fue que…

[Narrador] En ese momento llegó el general gorila:

[Entra en escena el general gorila ataviado con uniforme lleno de


medallas en el pecho]
-He llegado su majestad, ¿para qué necesita mis servicios?
-Para hacer una guerra mí querido general.
- ¿Guerra?, ¡por fin una guerra!, ¿contra quién es la guerra su majestad?
-Contra el reino de los tigres, han ofendido a nuestra familia, y a nuestro
pueblo.
-Bien – dijo el general gorila – las tropas están listas para atacar cuando
usted lo mande mi señor.
-Bien, entonces atacaremos de inmediato.

[Cambia el escenario al cuarto de la reina]

[Narrador] Mientras tanto la reina se había retirado a sus habitaciones, y


estaba mirándose al espejo.

-Maldita reina tigresa, decir que su pelaje es mejor que el mío, ja.

[Narrador]La reina Leona se encerró en su habitación y no permitió que


nadie entrara. De modo que no se enteró de los planes guerreros del rey
León. [Se cierran las puertas de la habitación y se cambia de escenario
al desierto]

[Narrador] Mientras tanto los ejércitos del rey León estaban listos para
marchar hacia el reino de los tigres, solo faltaba la orden del rey, cuando
llegó un mensajero:

[Sale a escena el mensajero]

-¡Su majestad!, ¡su majestad!


- ¿Qué pasa mensajero? - Preguntó el rey- qué mensaje me traes.

[Narrador] El mensajero le contó que la reina tigresa se encontraba en


palacio y quería hablar con la reina Leona:

-Su majestad, la reina tigresa está en palacio y desea ver a la reina.


- ¿Qué? ¿Acaso tienen miedo los tigres de que los ataquemos, y mandan a
una hembra para suplicar la paz? [El rey León levanta su espada y toma
una pose de gallardía]

[Narrador] De cualquier forma el rey se trasladó al palacio, y cuando llegó


le desconcertó lo que vio.

La reina Leona, estaba tranquilamente charlando con la reina tigresa.


-¡Pero qué es lo que está pasando aquí!, ¿cómo pueden estar charlando
plácidamente, si estamos en guerra?
-¿Guerra? – preguntaron las dos reinas al unísono. – ¿de qué guerra estás
hablando?
-De la guerra que me dijiste les declarara a los tigres por la ofensa que
hicieron a nuestro reino y nuestra familia.
- Ah, esa ofensa, no te preocupes, ya está todo arreglado. [Haciendo un
ademán con la mano en señal de que se calme]
-¿Arreglado? ¿Y la ofensa? Qué pasó.
-Ah, la ofensa, fue un malentendido.

¿De qué estás hablando?

-La reina tigresa y yo estábamos en el salón de belleza y ella me


comentó que los tigres tenían el mejor pelaje.
- ¿Qué? - preguntó el rey desconcertado – ¿de qué ofensa se trataba
entonces?
- Bueno, dijo la reina Leona, fue un malentendido, estábamos hablando en
el salón, sobre quien tiene el mejor pelaje, la reina tigresa me dijo que las
tigresas tenían el mejor pelaje rallado.
- Y, ¿qué con ello?
-Pues que ella se refería a los pelajes rallados.
- No entiendo - dijo el rey aún más desconcertado- no entiendo nada de
nada, ¿entonces cuál es la ofensa tan grave que me dijiste, y por la cual
tengo mis ejércitos listos para atacar?
- ¿Atacar? –Preguntó la reina Leona aún más desconcertada que el rey-
¿atacar a quién?
-Al reino de los tigres, por supuesto.
-Pero ¿por qué?

Sí, todo fue un mal entendido entre la reina tigresa y yo. Ella me dijo que las
tigresas tienen el mejor pelaje rallado, y yo creí que dijo que las tigresas
tenían el mejor pelaje. Y todo el mundo sabe que el mejor pelaje de toda la
selva es el mío.

-¿Qué?, ¿estabas hablando del pelaje? ¡Pero si tú me dijiste que te habían


hecho una ofensa muy grave! Una ofensa para toda la familia.
- Ha bueno, creo que exageré un poquito je je je. [La reina esconde el
rostro]
-¿Un poquito?

- Bueno, dime y ¿tú por qué ibas a atacar el reino de los tigres? Lo que te
dije yo no era para tanto.
-Ha bueno, es que yo, este, verás, pues… [El rey comienza a mirar hacia
todos lados tratando de eludir la mirada de la reina]
Mira, mejor regreso a las tropas y dejamos todo por la paz, ¿te parece?

-¡Qué!” ¿Acaso iban a atacar mi reino por una simple confusión tan boba? -
Dijo la reina tigresa- ¿acaso ambos son idiotas?

[Narrador] En eso entró el ministro chimpancé diciendo:

[Entra en escena el ministró]

-Su majestad, su majestad, me alegro de que no haya hecho la guerra.

[Narrador] Entonces rápidamente el rey y la reina le echaron la culpa al


ministro chimpancé. [El rey y la reina se miran a los ojos haciendo una
mirada de complicidad]. “Era preferible que sufriera un inocente ministro, a
la humillación de que se conociera que los reyes de la selva
habían cometido tantas tonterías en un solo día, haciendo evidente que los
reyes eran un par de idiotas precipitados, quienes hacían las cosas sin
pensar antes de actuar”, y entonces lo mandaron al calabozo, al tiempo que
mandaban de regreso al ejército. [Se observa cómo se llevan al ministro
a la cárcel]

[El narrador comienza a hablar]

Esta historia tiene moraleja.


No hagas las cosas precipitadamente, y antes de decir algo, piensa lo que
dices, pues puedes provocar una guerra.

[Se cierra el telón]

Fin

Citado APA: (A. 2013,06. Ejemplo de Acotaciones. Revista Ejemplode.com. Obtenido


06, 2013, de http://www.ejemplode.com/41-literatura/3083-
ejemplo_de_acotaciones.html)

URL del artículo: http://www.ejemplode.com/41-literatura/3083-


ejemplo_de_acotaciones.html
Nota completa: Acotaciones

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