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“La importancia de la Civilidad para una comprensión pública del concepto de justicia”

Aproximándose las elecciones presidenciales en nuestro país, la cuestión de la abstención


electoral se traslada nuevamente hacia el centro de atención compuesto por las problematicas
que aquejan a la población chilena, apuntando a diferentes sectores como responsables de
este síntoma que refleja una patología mucho mayor que yace en el núcleo de la sociedad, el
cual se arrastra principalmente desde la dictadura cívico militar acontecida desde 1973 hasta
1990, donde la represión y los efectivos mecanismos de despolitización del régimen
consiguieron instaurar un nuevo “paradigma gestional” (Jaque, 2013) en el que se
enmarcarían las relaciones entre el sistema político y la ciudadanía, donde la eficacia
económica y el orden imperarían por sobre la pluralidad, afectando a su vez, las interacciones
entre estos últimos, caracterizadas por un marcado individualismo y desafección política.
Para Lechner, los elementos que inciden sobre esta nueva percepción de la política-la cual
genera rechazo y repelencia- son dos; la globalización y los cambios en la dimensión
simbolica de la política. Con el primero se refiere a una pedida de protagonismo del estado
en dimensiones especificas que permitían que aglutinara la atención, a través de la política,
de la poblacion, ante la dependencia de este del nuevo panorama internacional y de sus
acuerdos económicos, ve su protagonismo desvanecerse en un entramado supranacional. El
segundo implica una “desideologización” que merman la inteligibilidad de la política, por lo
que no genera reconocimiento desde la ciudadanía al no haber intereses en común que pudan
lograr la movilización de un grupo realmente significativo.
Estos dos factores producen un dispersión de la poblacion que finalmente ha optado por
confinarse en su propia realidad, no compartida, o mas bien en una “subjetividad fuertemente
privatizada”, estamos en presencia de una era donde lo que antes era privado, hoy se hace
público-la vida amorosa, la riqueza u ostentación, el acontecer familiar, etc…- y lo que ha de
ser un tema relevante para la mayoría es considerado un asunto que “no se toca en la mesa”
debido a que representa un tema mediatico y algo molesto.
Con estos antecedentes podemos corroborar que Chile difícilmente puede ser catalogado
como una democracia participativa, las pocas ansias de participación y el bajo nivel de interés
denotan la individualización que mencionamos anteriormente, la cual tiene consecuencias
nefastas si deseamos abordar una idea de justicia que pueda tener minimos que la mayoría
pueda aceptar, y que por lo tanto, aumentan el disenso al momento de generar unidad para
poder generar presión, y asi elevar políticas publicas y que puedan dar solución a asuntos
que, si bien involucran a todos, han sido relegados a segundo plano por las minorías
poderosas de este país.
La relativización de la idea de justicia es lo que ha llevado a que una enorme fracción de la
poblacion empatize con las declaraciones de personajes como Felipe Kast: "Si entra un
delincuente, y yo tengo un revólver, a robar, a matar o violar a mis hijas, le voy a disparar.
Sé usar mi arma (...) Basta de medidas tibias (...) Los ciudadanos no tenemos que andar
pidiendo permiso para defender lo que es nuestro"(ADN radio, 11/10/2017).

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