You are on page 1of 69

SUCRE CONTEXTO SOCIO ECONOMICO

URBANISTICO Y SUS PRIMERAS


RESTAURACIONES ARQUITECTONICAS
(1825-1845)

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 1


SUCRE CONTEXTO SOCIO ECONOMICO URBANISTICO Y SUS PRIMERAS
RESTAURACIONES ARQUITECTONICAS (1825-1845)
Autora: Claudio Andrade
Corrección: Guadalupe Amuzquivar
Edición auspiciada por: Unidad Mixta Municipal Patrimonio Histórico – PRAHS
Sub – Alcaldía Distrito 1 del Nuevo Gobierno Municipal
Autónomo de Sucre
Coordinación/Proyecto: Heydy Tatiana Terrazas Ozinaga
René Rocha Michel
Gestión de recursos: Comité de Vigilancia y Juntas Vecinales del Distrito 1
Edición: Gestión 2010

Impresión: Talleres Gráficos Gaviota del Sur srl

Depósito legal 3-1-2663-10

Autorizada su reproducción citando fuente

Sucre – Bolivia 2010

2 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


ÍNDICE

PRESENTACION.......................................................................................................................5

PROLOGO..................................................................................................................................7

INTRODUCCION....................................................................................................................11

1. MARCO REFERENCIAL DEL ÁREA URBANA DEL ESTUDIO..............................13

2. “SIN AGUA..NO HAY OBRAS”. WAQ’AY PACHA (GUAYAPAJCHA)


LA MADRE TIERRA QUE ETERNAMENTE LLORA EN LAS
VERTIENTES DEL CERRO CHURUQUELLA...........................................................23

3. SUCRE (1825-1845) RELACIÓN HISTORIOGRÁFICA SOBRE SUS


REHABILITACIONES ARQUITECTÓNICAS; OBRAS CIVILES Y
DEMÁS “TASACIONES” EJECUTADAS EN EL CASCO VIEJO
URBANO CAPITALINO...............................................................................................31

3.1 CASA DE LA LIBERTAD (EXUNIVERSIDAD). PREÁMBULOS


PROTOCOLARES Y REHABILITACIÓN DEL EDIFICIO PARA LA
“FIRMA DEL ACTA DE LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA” ........................33

3.2 EL EX CONVENTO DE SANTO DOMINGO. CUARTEL GENERAL


DE LOS GUERRILLEROS PATRIOTAS CAPITALINOS. A PARTIR
DE 1825 PREFECTURA DEPARTAMENTAL DE CHUQUISACA .....................36

3.3 EL “CUARTEL DE INFANTERÍA” O EX CONVENTO DE


SAN FRANCISCO...................................................................................................39

3.4 EL EX CONVENTO DE SAN AGUSTÍN ASIGNADO


PARA UN NUEVO ESTABLECIMIENTO PÚBLICO
DENOMINADO “TAMBO DE SOCABAYA”........................................................41

3.5 MERCADO CENTRAL Y “TAMBO DE LA INDEPENDENCIA”......................43

3.6 “CASA DE ABASTO” DE CURIPATA Y EL PRADO............................................45

3.7 ARREGLOS ORNAMENTALES EN LA “PLAZA DE LA VÍCTORIA”


Y EL PRADO (PARQUE SIMÓN BOLÍVAR)........................................................48

3.8 DE PALACIO ARZOBISPAL… A PALACIO DE GOBIERNO Y


RESIDENCIA OFICIAL DEL MARISCAL ANTONIO JOSÉ DE SUCRE...........50

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 9


3.9 PROYECTO DE REHABILITACIÓN DEL COMPLEJO Y
HOSPEDAJE EN LOS “BAÑOS DE TALULA” (QUILA-QUILA) .....................52

3.10 HOSPITAL “SANTA BÁRBARA”. SUS PRIMERAS RESTAURACIONES


Y AMPLIACIONES ARQUITECTÓNICAS...........................................................55

3.11 SOLAR Y HUERTA DE LA REAL AUDIENCIA DE CHARCAS


(UBICADA FRENTE A LA “CASA DE LA MINERÍA”) ......................................60

3.12 ESTRUCTURA ARQUITECTÓNICA ORIGINAL DE


LA REAL AUDIENCIA DE CHARCAS.................................................................63

CONCLUSIONES....................................................................................................................69

10 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Introducción

Una aproximación a la historia social urbana “post guerra independentista”

Inicialmente, el emprendimiento intentó abarcar el relevamiento de todos los edificios públicos


desde la época colonial; sin embargo y considerando la opinión de la Arq. Teresa Gisbert de
Mesa, sobre el vacío historiográfico que existía respecto a la rehabilitación urbana de la ciudad de
Sucre en el período post guerra de la independencia, se limitó el estudio y la investigación a los
años de 1825 a 1845.

La exploración retrospectiva del panorama socio urbanístico de la ciudad que realizó el autor
en archivos y repositorios históricos de Sucre, sirvieron para entender que, por aquellos años,
se produjeron transformaciones arquitectónicas que fueron sucediendo paralelamente a los
acontecimientos sociales y políticos que demandaba la nueva realidad democrática y republicana.
Los cambios surgían de la necesidad de consolidar la institucionalidad estatal en los marcos que
había sellado la independencia el 6 de agosto de 1825.

El autor, por los vericuetos que dibujaban los documentos consultados, virtualmente se trasladó
hacia un ambiente enrarecido y tenso, impregnado aún por los olores que la guerra había dejado
en las calles, plazas, edificios, iglesias, casas. Infraestructura destruida en parte por los impactos de
la violencia en el combate y, por otra, afectada por el largo período de enfrentamiento entre reales
y patriotas. Bien se podría decir que la república olía a pólvora en sus albores.

Cuando el célebre explorador francés, Alcides d’Orbigny, arribó a Chuquisaca, en las primeras
décadas del siglo XIX, según registra su monumental obra de cuatro tomos de sus Viajes al
hemisferio sur como naturalista y científico, se sintió compungido ante el panorama desolador
que por aquellos años presentaba el territorio de los Charcas. Las huellas de la guerra se advertían
en las provincias y es así cómo describe, entrando a Pasopaya (Tarabuco) el estado de casas y
edificios derruidos, quintas y huertas abandonadas. Preocupado, interpuso sus buenos oficios
ante las máximas autoridades de gobierno, solicitando la urgente elaboración de un plan de
rehabilitación arquitectónica de la ciudad de Sucre.

Durante los primeros períodos gubernamentales del Mariscal Antonio José de Sucre (1825-
1828) y del Mariscal Andrés de Santa Cruz (1829-1839), se desarrollaron fundamentales obras de
rehabilitación. Luego de ambas gestiones de buen gobierno, nuevamente se ingresó a una etapa
de poca celeridad en las obras, de casi abandono.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 11


Debido a esa profunda recesión económica luego de dieciséis años de dramática confrontación,
el gobierno decide legalizar la enajenación de un serie de predios e inmuebles del fisco mediante
una orden de “subastas públicas” al mejor postor. Expropiaciones o remates practicados en
algunos edificios coloniales, los cuales -ipso facto- pasaban a propiedad del floreciente Estado
Boliviano (ver leyes y decretos supremos en anexos) aunque previamente los interesados solían
exigir su imprescindible tasación e inventario pormenorizado. En los hechos, se aplicaba un
idéntico procedimiento de avalúo arquitectónico para que las autoridades departamentales
puedan cumplir con la firma de contratos con reconocidos “maestros albañiles”, para obras de
restauración u obras civiles de construcción.

Al margen de la escasa existencia de datos netamente técnicos y arquitectónicos registrados en los


fondos documentales del período de estudio, las dos décadas de crisis económica de post guerra
independentista, se caracterizan por una total ausencia de profesionales arquitectos en Sucre. De
tal manera que el presente ensayo es de corte más historiográfico que técnico. Al margen que el
autor no es especializado en ramas afines a la arquitectura. En todo caso, el contenido del presente
libro, trasunta la responsabilidad con que el autor se ciñe a las fuentes primarias de información.

Corresponde señalar que el noventa por ciento de los manuscritos consultados, son parte de
los fondos documentales que atesora el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB).
Centenares de expedientes, “comprobantes de pago” y otros celosamente resguardados en el
fondo documental del “Tesoro Público de Chuquisaca” (ANB: TNC-Serie catalogada por cada
departamento republicano, hoy Contraloria Nacional de Bolivia). Gracias a esa “cantera virgen
documental” es que se ha podido lograr la elaboración del presente trabajo, así como por la
especial colaboración que han prestado los funcionarios de planta de la ABNB.

Al terminar el texto introductorio, corresponde destacar el apoyo del actual cuerpo directivo del
Proyecto de Rehabilitación Arquitectónica de las Áreas Históricas de Sucre PRAHS y ponderar
la cooperación inicial del ex Director, Arq. Francis Arce Bohorquez, en cuya gestión se perfiló
la presente publicación. Relievar, por otra parte, la eficiente colaboración de la señorita Beatriz
Pinto, secretaria de la Escuela Taller Sucre, dilecta amiga que, como en otras oportunidades, tuvo
la gentileza de asumir la sacrificada labor de transcribir las fichas de resúmenes de la información,
sin dejar de valorar la eficiente labor que cumple la funcionaria Heidi Terrazas, artífice del libro
que hoy, con orgullo, el autor y el PRAHS tienen a bien ofrecer al público en general.

CLAUDIO ANDRADE

Sucre, 2010

12 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


1. MARCO REFERENCIAL DEL ÁREA URBANO DE ESTUDIO

La ciudad de Sucre fue fundada entre los años 1538-1540. Heredó -según refieren las crónicas-
cuatro legendarios nombres: Charcas, Chuquisaca, La Plata y Sucre. El territorio de los Charcas
cobijó en su seno a diversas culturas prehispánicas cuyo modus vivendi y cosmovisión de sus
habitantes plurilingües y multiétnicos, hizo que preservarán sus peculiares costumbres ances-
trales, tales como los indígenas Quechuas, Jalq’as, Yamparas (Tarabuco) y las tribus guerreras
Tupi Chiriguano-Guaraníes. Aquellos tradicionales grupos étnicos que se asentaron en sitios
específicos, permiten en la actualidad estructurar un circuito de rutas etno-ecoturísticas loca-
les y departamentales, de incomparable paisaje, riqueza humana y diversa riqueza ecológico-
ambiental.

Nativos quechuas, con su vestimenta de diario

Su excelente sistema físico-geográfico, ofrece a los visitantes novedosos itinerarios de turismo


de aventura. Quien visita Sucre, se adentra en las raíces de Bolivia a través de sus prestigiosos
repositorios documentales y culturales. Presenta además una valiosa fuente fosilífera, arqueoló-
gica, antropológica, áreas geológicas, paleontológicas, parques cretácicos y pinturas rupestres.
Resguarda celosamente reliquias arquitectónicas, museos, castillos, conventos, mausoleos e
Iglesias coloniales; arte textil, artesanía, cerámica, folklore, etnografía, atributos que le han
permitido alcanzar el título de CIUDAD PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD.

ALGUNOS APUNTES PREHISTÓRICOS

A fines de 1994, se ratificó plenamente el descubrimiento de las fabulosas huellas de dinosau-


rios en inmediaciones de los yacimientos de roca caliza de la Fábrica Nacional de Cemento
FANCESA o “Cal Ork’o” de la Ciudad de Sucre. Dicho valioso e importante hallazgo pa-
leontológico de huellas fosilizadas -según los expertos- pertenecieron a gigantes tetradópodos,
saurópodos, terópodos, tiranoaurios y otras quince variedades de pisadas de animales gigantes
prehistóricos.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 13


Vista de “Cal Ork’o”

Su área geológica es Cretácica, piso Maastrichtiano, formación El Molino, con una edad cal-
culada de 66 a 72 millones años de antigüedad y su área científica de estudio se constituye en
una de las más importantes existentes en el mundo, por el valor genuino que representa para los
estudios posteriores de las demás ciencias sobre los orígenes del universo y del hombre.

Cabe acotar también que, a escasos kilómetros de la Capital Sucre, recientemente fueron des-
cubiertas otras impresionantes huellas de dinosaurios que se hallan ubicadas exactamente en la
región denominada Horepajlla, perteneciente a la Comunidad de Humaca, Cantón Quila-Quila,
en la Primera Sección de la Provincia Oropeza de Chuquisaca, a 65 kms. de la ciudad. Según
la Sociedad Científica Universitaria de Paleontología (SOCIUPA), dichas huellas fueron des-
cubiertas en un farallón de 150 metros de largo y 50 de ancho, con un ángulo de inclinación de
28 grados. Huellas de dinosaurios que provienen del período cretácico, con una antigüedad de
70 a 80 millones de años, entre carnosaurios y hadrosaurios, ornithomimosaurios, saurópodos
y terópodos.

LOS CHARCAS Y SUS RAÍCES ETNOGRÁFICAS

Los milenarios grupos étnicos del ex-reino “Charcas”, que se asentaron al pie de los cerros
Churuquella y Sicasica, aún perduran a través de la expresión de sus costumbres mitológicas,
leyendas e interpretación de sus propios dioses, fiestas religiosas de carácter pagano, que ge-
neralmente van ajustadas al calendario agrícola y entrelazadas por una descendencia consan-
guínea comunitaria. Así, por ejemplo, se tiene la celebración anual (mes de marzo) de aquella
gran fiesta ritual indígena del “Pujllay” de Tarabuco, con una serie de instrumentos aerófonos,
vestimenta y danza eminentemente autóctonos.

14 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Tarabuqueños con trajes originarios

Los Charcas son herederos de una incalculable riqueza patrimonial y cultural por sus pinturas
rupestres e inmensos yacimientos arqueológicos que últimamente fueron dados a conocer en los
ayllus de San Lucas, Presto, Azurduy. Se ha podido detectar en la fortaleza incaica de “Cusco-
tuyo” (concretamente entre las Provincias Tomina y Hernando Siles), ruinas valiosas, así como
en Calle-Calle en Zudáñez, ruinas de Pucará en Icla y restos paleontológicos de Chillijchi,
Soroma y otros dispersos por el Gran Chaco Chuquisaqueño; habitat natural de las Capitanías
Tupi Chiriguano-Guaraníes, donde también se encontraron varios fósiles pertenecientes a la
época prehispánica.

LA PLATA; UNA VILLA CONQUISTADA

La legendaria e histórica Villa de la Plata, inicialmente fue poblada el 16 de abril de 1540, por
el Capitán Español y Marqués Pedro Anzúrez de Campo Redondo. Su creación se debió a una
estrategia militar de conquista sobre las demás tierras del oriente. Sin embargo, su asentamiento
masivo y, posteriormente, el surgimiento de la Villa de la Plata como ciudad (hoy la Capital
Constitucional de Bolivia), se explica debido al fabuloso descubrimiento del Cerro Rico de
Potosí, ejecutado un quinquenio después de la creación de la Villa de La Plata.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 15


Las castas señoriales de la compleja estructura política colonial, fueron instalándose a partir de
la Presidencia y demás Ministerios (Oidores) de la Real Audiencia de Charcas (establecida ofi-
cialmente en Mayo 22 de 1561), estamento jurisdiccional y político que cogobernó rígidamente
junto a los virreinatos del Alto Perú-Lima y Buenos Aires. Detrás del señor Virrey, estaba en
rango jerárquico inmediato, el Presidente o ministro de la corte judicial audiencial.

Cabe recordar que en 1552 fue fundada en la Villa de La Plata una de las primeras sillas Epis-
copales u Obispales para la administración de la cúpula eclesiástica de todo el Cono Sur. Cin-
cuenta años después, el Obispado fue ascendido a rango de Arzobispado. Además de los altos
títulos eclesiásticos, la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chu-
quisaca (creada en Marzo 27 de 1624), a fines del Siglo XVIII, recibió los mismos privilegios
y preeminencias que la célebre Universidad Española de “Salamanca”.

Vista del Cerro Rico de Potosí, desde una de las calles


de gran valor histórico en esta ciudad.

El movimiento económico que generaba la producción minera de la plata en Potosí, posibilitó


la consolidación del centro urbano platense como eje político y religioso con todas las prerro-
gativas de noble e ilustre ciudad. La actividad socioeconómica bullía en el Cerro Rico, mien-
tras que la actividad administrativa, jurisdiccional, religiosa y académica se desarrollaba en la
ciudad de La Plata, ambas indisolublemente unidas. De esa forma, la ciudad de La Plata se vio
beneficiada con la edificación de un sin número de casas solariegas, edificios públicos, mauso-
leos, conventos, museos e iglesias.

Los encargados de la construcción de estas obras de arte, consideradas verdaderas joyas arqui-
tectónicas, fueron parte de la denominada “clase media” compuesta por un millar de hábiles ar-
tesanos que habían pasado a engrosar las filas de mestizos o cholos, quienes ciertamente fueron
excelentes talladores de piedra, madera labrada y especialistas en orfebrería en plata y oro, tal
como se puede apreciar en los artesonados de los llamados Templos Mayores. De ahí algunas
repercusiones e influencias sociológicas para que la Villa de la Plata sea providencialmente
receptora y heredera además, de una notable superioridad cultural en dicha época, más una
serie de grandes avances o logros arquitectónicos. Pues no en vano en la actualidad, la Capital
Sucre, ha sido catalogada como una de las ciudades que más monumentos históricos posee en
Sudamérica.

16 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Uno de los primeros Templos Mayores erigidos en la Villa de La Plata, fue la cuatro veces
centenaria Iglesia de San Lázaro (1543-1544), en condición de Capilla que en determinado
momento tuvo inclusive el rango de Catedral del Arzobispado de Charcas. En cambio, la actual
Catedral Metropolitana (1551), es de estilo renacentista y barroco mestizo. Su tradicional reloj
catedralicio es de origen inglés de 1765. Anexa a ella se encuentra la Capilla de la Virgen de
Guadalupe (Patrona de la Ciudad que data del siglo XVI), incluye maravillosos objetos labrados
en oro y plata incrustados con diamantes en fabulosos cuadros al óleo.

Las demás Iglesias como la de Santo Domingo (1545), es de entorno ecléctico y gótico. El
Hospital e Iglesia de Santa Bárbara (1554), de estilo renacentista. La Iglesia de San Agustín
(1-VII-1564), conserva su cúpula del gótico tardío. El Monasterio e Iglesia de Santa Mónica
(1565), con portadas en barroco mestizo. Iglesia de San Francisco (1540), que se destaca por su
impresionante arquitectura. Iglesia de la Merced (1582), de estilo barroco y ostenta cuadros de
Melchor Pérez de Holguín. Iglesia de San Sebastián (1539), erigida para las clases populares.
Iglesia de San Miguel (1621), de estilo renacentista y mudéjar. El Monasterio de Santa Clara
(1639), que cuenta con un hermoso Museo. Monasterio de las “Carmelitas Descalzas” o Santa
Teresita (1665). Iglesia y Convento de San Felipe de Neri (1796), de estilo neoclásico, de pura
piedra, con imponentes bóvedas y amplias terrazas techadas con ladrillo vidriado. Mientras
que el Convento de “La Recoleta”, merece un capítulo aparte por constituirse en un excelente
Museo Turístico e Histórico.

CHUQUISACA - CUNA DE LA LIBERTAD AMERICANA; AQUÍ NACIÓ


BOLIVIA

A raíz de la caída del precio de la plata a nivel mundial, en las postrimerías del Siglo XVIII,
estallaron las sublevaciones indígenas (1780-81), cual protesta generalizada contra el gobierno
colonial. Dichos movimientos sociales de los grupos étnicos ex- Charcas en esta vasta región,
fueron liderados por el kuraka nortepotosino Tomás Katari, apoyado por sus combatientes del
“tinku” quienes habían intentado cercar la Villa de La Plata. Al final de este histórico episodio,
dichos rebeldes fueron vilmente masacrados.

Este descontento popular que cuestionó violentamente la administración de justicia colonialis-


ta, sería aún más patente en los demás grupos sociales. Es así que en 1785 (21 y 22 de Julio), se
suscita en plena Villa de la Plata la denominada “Revolución de los Cholos”, quienes tuvieron
la osadía de apedrear los respetables portones de la Real Audiencia de Charcas haciendo circu-
lar luego “pasquines” o panfletos subversivos contra el gobierno español que a la letra decían:
“Viva la Libertad...”

En esa época, sumamente decisiva para el futuro e historia de Bolivia, fue creada en la Villa
de La Plata la Academia Carolina de Estudios de Leyes Reales y Practicantes Juristas (1776),
escuela en donde se formaron los Doctores de Charcas filosofando sobre el dogmatismo teoló-
gico y escolástico, así como aproximándose al discurso político y a los postulados de libertad
propagados por la Revolución Francesa, además de la influencia que produjo en la nueva gene-
ración de juristas, la Declaración de la Independencia de las ex-Colonias Inglesas en América
del Norte, acontecimiento singular que propició un sentimiento autonomista en los próceres de
la nación.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 17


En esas circunstancias, se produjo una inevitable alianza de clases sociales entre indios, mes-
tizos, cholos, negros y criollos con los Doctores de Charcas, coyuntura política de efervescen-
cia revolucionaria que propició la histórica revolución del 25 de Mayo de 1809 que luego se
prolongaría por quince años de sacrificada lucha hasta aplastar la última dinastía de los Bor-
bones de España; destacándose en la Guerra de la Independencia los guerrilleros patriotas Dn.
Manuel Asencio Padilla, junto a su esposa, la Coronela e inmortal Heroína de América Dña.
Juana Azurduy; los chuquisaqueños Camargo, Wallparrimachi, Calizaya, “Tambor Vargas”, “El
Quitacapas”. Por todo ello, la Capital Sucre fue legalmente reconocida como “Cuna de la Liber-
tad”, ya que en ella nacieron los más preclaros patriotas como los hermanos Zudáñez, Montea-
gudo, hermanos Urcullo, Michel, Antequera, Cavero, Lemoine y muchos otros doctores de la
Culta Charcas que se formaron en la Tricentenaria Universidad Mayor Real y Pontificia de San
Francisco Xavier de Chuquisaca, donde concibieron los máximos ideales de la Emancipación
Americana. Es así que en la Capital Sucre, se encuentra el recinto sagrado de La Casa de la
Libertad, donde otro histórico 6 de Agosto de 1825, se firmó el ACTA DE LA INDEPENDEN-
CIA, dando lugar al nacimiento de una valerosa República: Bolivia.

“La Casa de la Libertad”, como principal atractivo turístico, cuenta con un valioso Museo His-
tórico: los ex-Salones del Honorable Senado que fue Palacio del Congreso Legislativo de la
Nación. Esta joya arquitectónica ha sido declarada Monumento Nacional, pues su construcción
se remonta a principios del Siglo XVII, a cargo de la Congregación Jesuita, que formó parte de
la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca.

El 11 de Agosto de 1825, por Ley la


Asamblea General del Alto Perú, Art. 14,
aprueba que la Capital de la República de
BOLIVIA lleve el nombre de SUCRE.

Mientras que, el 1º de Julio de 1826, el


Congreso Constitucional de la nación de-
clara a la ciudad de Chuquisaca “Capital
Provisoria”.

Luego, en 1831, se reúne nuevamente en


la Capital, la Asamblea Nacional Consti-
tuyente para ejecutar importantes refor-
mas constitucionales a la Primera Carta
Magna de la Nación, que había sido re-
dactada por el Libertador Simón Bolívar,
en 1825, posteriormente sancionada y
promulgada el 6 de noviembre de 1826.

El 12 de Julio de 1839, Sucre fue decla-


rada por Ley, Capital de la República de
Bolivia. Para luego, el 18 de junio de
1843, mediante Ley, otorgarle el Honorí-
fico Título de “Ciudad Ilustre y Heroica”.

Vista del patio de Casa de la Libertad

18 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


SUCRE CIUDAD MONUMENTAL

La Culta Charcas fue, sin duda, uno de los centros sociales e intelectuales más importantes de
Bolivia. Pues en la Capital Sucre, no solamente nacieron connotados Presidentes de la Repúbli-
ca, sino también grandes escritores, poetas, historiadores, dramaturgos, novelistas, cuentistas
y ensayistas, afamados artistas plásticos y demás escultores del arte a nivel nacional e interna-
cional. Así como destacados compositores musicales, autores de cuecas y bailecitos que cons-
tituyen el símbolo de la identidad cultural sucrense. Al igual que el arte culinario netamente
sucrense, con sus exquisitos platos acompañados de rojos ajíes y elixir de los vinos y singanis
más añejos de Bolivia.

Sus hermosos balcones coloniales, adornados por rojos claveles, testigos de inolvidables no-
ches de serenata y bohemia.

El Gobierno boliviano tuvo a bien declarar MONUMENTOS NACIONALES al Castillo de


la Glorieta, Cuartel de San Francisco, Catedral Metropolitana, La Recoleta, el Parque Simón
Bolívar, La Casa de la Libertad, Museo Gutiérrez Valenzuela, la Universidad de San Francisco
Xavier de Chuquisaca, la Casa de la Cultura, el Palacio de la Excelentísima Corte Suprema de
Justicia de la Nación y la antigua Iglesia de la localidad de Tomina.

La Excelentísima Corte Suprema de Justicia


de la Nación, cabeza del Poder Judicial, con
sede permanente en la CAPITAL SUCRE,
fue solemnemente instalada un 16 de Julio de
1827. La construcción del Palacio de Justicia,
de estilo ecléctico con líneas neoclásicas, se
inició el año 1925 como uno de los actos sim-
bólicos del Primer Centenario de Fundación
de la República. Fue inaugurado dos décadas
después, el 25 de mayo de 1945, durante la
presidencia del Dr. Cástulo Chávez, por el en-
tonces Presidente de la República, Cnel. Gual-
berto Villarroel.

Por su parte, la Iglesia de San Francisco (cons-


truida en 1577-1618), con elementos arquitec-
tónicos del arte mudéjar, más el cuartel que
lleva el mismo nombre, destacan entre los
edificios arquitectónicos de la ciudad por el
singular hecho histórico que acaeció un 18 de
abril de 1828, cuando el Mcal. Antonio José
de Sucre, fue herido de bala en el brazo. Dicho
amotinamiento de la tropa militar acantonada
en esta ciudad, fue por orden del oficial argen-
tino de nombre Guillermo Cainzo. Posterior-
mente, el 25 de septiembre de 1842, fueron
erigidos los arcos que forman parte del frontis Vista de la Iglesia de San Francisco desde la
de la Iglesia de San Francisco. La hermosa pi- Calle Aniceto Arce

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 19


rámide y valiosa arquitectura del Cuartel de San Francisco y adjunta a ella su histórica campana
de la Libertad, por Decreto Supremo de 1—XII—1995, fueron declarados “Monumentos Na-
cionales”.

El imponente Castillo de los Príncipes (único en su género en Bolivia), fue construido a fines
del siglo XIX, por sus ex-propietarios, los esposos Argandoña. En sus interiores resulta impre-
sionante la fusión arquitectónica de los estilos gótico renacentista, barroco, neoclásico y arte
mudéjar, así como resulta importante destacar que el edificio cuenta con su propio Museo His-
tórico, digno de ser visitado por los turistas.

Vista general de la Glorieta

Cada uno de estos monumentos nacionales chuquisaqueños cuenta con su propia relación his-
tórica. En la presente edición se citará a los Museos Turísticos que revisten mayor importancia:
Convento de la Recoleta, Museo Catedralicio, Museo de Santa Clara, Museo Antropológico de
la UMRPSFXCH y Museos de Arte Colonial y de Anatomía dependientes de la misma Casa
Superior de Estudios. Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, Repositorio Documental del
Arzobispado, Archivo Histórico de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca,
Caserón de la Capellanía (Arte Textil a cargo de ASUR), Cementerio General de la Capital,
actual Palacio Prefectural, el ex-Banco Francisco Argandoña (hoy MUSEF), el Banco Nacional
de Bolivia.

Vista del interior Casa Capellánica

20 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


El 27 de noviembre de 1969, mediante Decreto Supremo 9004, se declaró al entorno físico
del “Casco Viejo” de la Capital Sucre, como CIUDAD HISTÓRICA Y MONUMENTAL; ra-
tificando por D.S. Nº 9665 a esta Ciudad Blanca de América, como PATRIMONIO DE LOS
BOLIVIANOS y diez años. el 31 de Octubre 1979, la Organización de los Estados Americano,
OEA la denomina “CIUDAD MONUMENTO DE AMERICA”. Finalmente, el 13 de Diciem-
bre de 1991 la Ciudad de los Cuatro Nombres y Cuna de la Libertad Americana fue oficialmente
reconocida por la U.N.E.S.C.O. con el Título de “CIUIDAD PATRIMONIO CULTURAL DE
LA HUMANIDAD”.

Vista general de la Plaza 25 de Mayo y Calles adyacentes

Calle circundante Plaza 25 de Mayo Calle circundante Plaza 25 de Mayo

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 21


Calle Estudiantes Calle España

Calle Aniceto Arce Panorama general de Sucre

Vista de la torre y arcos de San Francisco

22 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


2. “SIN AGUA…NO HAY OBRAS”; WAQ’AY PACHA (GUAYAPAJCHA)
LA MADRE TIERRA QUE ETERNAMENTE LLORA EN LAS VER-
TIENTES DEL CERRO CHURUQUELLA

Sucre, Capital Constitucional de la República de Bolivia (Cono Sur de América), se halla en el


Departamento de Chuquisaca, contando con una superficie de 51.524km2, ubicada a 19º4’ de
latitud sur y 64º28’40’’ de longitud oeste del meridiano de Greenwich; situada a una altitud de
2.844 msnm, perteneciendo a la subpuna o zona de los valles, ubicada entre los ramales meno-
res de la cordillera Central de Los Andes (según referencia de la Guía Turística Oficial de Sucre,
edición 2005). Sus asentamientos poblacionales, establecidos en una diversidad de pisos eco-
lógicos, provienen desde tiempos prehispánicos (muchos de ellos sedentarios que se dedicaban
a la agricultura, ganadería, pesca y cerámica, alfarería), con una antigüedad de un periodo for-
mativo de 1600 años a. C. hasta 400 d. C. sumándose a estos milenarios espacios demográficos
a nivel departamental: la cultura Sauces (200 d.C. a 700 d. C.), la cultura Mojocoya (100 d. C.
y 1200 d.C.), la cultura Omereque Polícrono (600 d. C al 1200 d.C.), la cultura Yura-Uruquilla
(300 d.C. hasta 1450 d.C. y con una relevante presencia en el Norte de Chuquisaca, donde se
encuentra el área de estudio de Cajamarca, más la reconocida cultura Yampara e incluyendo el
estilo Presto-puno.

Vista de la vertiente de agua entre los cerros Sica Sica y Churuquella

Entre estas memorables culturas de cabeceras de valle, se destaca aquel legendario señorío
indígena de los Charcas. Estos predios posteriormente se constituirían en su epicentro político-
religioso y socioeconómico dentro la cosmovisión andina. Luego, se crearía la ciudad de los
cuatro nombres: Charcas, La Plata, Chuquisaca y Sucre, cuyas agrupaciones poblacionales pa-
sarían a caracterizarse -señala textualmente el arqueólogo V. Edmundo Salinas C.-, por ubicarse
en las riveras de los ríos o en las colinas próximas y con frecuencia en los alrededores de las
fuentes de agua. Durante la expansión incaica (aproximadamente 1350-1550 d. C.), la cúpula
gobernante del otrora Collasuyo con su Capital Cuzco – Perú, había decidido establecerse en
las faldas de los cerros Sica Sica (serpiente) y Churuquella con el objetivo esencial de llegar

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 23


a proveerse de sus prodigiosas vertientes. Una actitud análoga asumirían los conquistadores
españoles, quienes fundarían la Villa de La Plata entre los años 1538-1540, a instancias de sus
manantiales saludables o “agua potable natural”. Dichas venas geológicas de agua cristalina y
pura, abastecerían generosamente durante toda la época colonial.

EL SERVICIO DE AGUA DURANTE LA COLONIA

Según el reconocido cronista Pedro Ramírez del Águila, se ratifica que durante el asentamiento
de los españoles en los predios de los antiguos indígenas Charcas, éstos solían aprovisionarse
de los tradicionales manantiales existentes en las faldas del cerro Churuquella y de la anexa
zona de Guayapaccha. Las cristalinas aguas eran conducidas en forma intermitente por ace-
quias y acueductos construidos con lozas de piedra,

Mientras las madres lavaban ropa, los niños jugaban en los a fluyentes
que existían en la zona del El Guereo

De principio, los pobladores que, aproximadamente llegaban a menos de un millar durante la


fundación de la Villa de La Plata, se aprovisionaban del líquido elemento de la única pileta que
se encontraba instalada en la plaza mayor, la cual ofrecía una presión de centenares de litros
por hora. La crónica señala que cada botija de agua costaba un peso. Muy pocas casas, aquellas
que el cronista llama “casas de los poderosos”, contaban con servicio particular. Dicho siste-
ma de distribución se mantuvo hasta fines del Siglo XVIII, incluyendo muchos otros “ojos de
agua” alrededor de la Villa; tal es el caso de las prodigiosas vertientes de la zona de Garcilazo,
Lechuguillas, Pacchiri, La Hoyada, Inisterio, etc. Sin embargo, las dos principales “fuentes de
agua”, continuaron constituyéndose en proveedoras “imperecederas”, tanto la reserva acuática
proveniente del cerro Churuquella como la vertiente de Guayapaccha. A propósito de este ulti-
mo topónimo, formulando un criterio muy personal, pareciera que etimológicamente el mismo
devendría de “Waqay-Pacha” (en su pronunciación original) ya que el vocablo “Waqay” en
quechua significa llorar y “Pacha” Tierra, obteniéndose como resultado de la unión de ambos
términos:“Waqay – Pacha” que significaría “La Tierra que llora”.

24 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


A principios del año 1725 (13 de enero), el Regidor del Cabildo de la Villa de La Plata, Don
Pedro Bedoya Campusano, presentó una queja formal ante el Sr. Fiscal (inserto en un escueto
expediente ANB: EC 1725, Nº 13, Fs. 2) solicitando celeridad en el desembolso de 140 pesos
para la adquisición de materiales destinados a la reparación y respectivo mantenimiento del
rústico sistema de distribución de agua potable. El “técnico” y reparador de los gruesos caños
de cerámica, señalaba que era “costumbre” (por no decir obligación de la real corona), asignar
140 pesos de presupuesto, exclusivamente para el “aderezo” o arreglo de aquella antiquísima
red de distribución de agua potable proveniente del cerro Churuquella. Ciertamente, los res-
ponsables del Gobierno Municipal (¿?) de esa época, asumieron el pedido con toda celeridad,
ya que reiteraban enfáticamente que el aludido monto asignado era: “para comprar materiales
y tenerlos prontos para remediar cualquier avería que el tiempo pueda ocasionar (…..)”.

En fecha 3 de septiembre de 1770, el Mayordomo Don Lorenzo de la Cuba, rinde un detallado


informe al Alcalde de la Villa de La Plata, sobre las obras civiles que se ejecutaron en las ver-
tientes del cerro Churuquella. En el contrato de trabajo se señala (textual fs. 35):

“practicándose varios desmontes de tierras, piedra y excavaciones para el propio efecto sobre
el mismo camino”

reflejando la actuación responsable del gobierno colonial que tuvo el suficiente criterio de cons-
truir una estructura de “canaletas de agua”, bastante funcionales en las faldas del cerro. Hacién-
dose énfasis en el informe al Sr. Alcalde Don Francisco Zeballos, que durante los trabajos de
mantenimiento general se llegó a utilizar el siguiente material:

Cal viva qq. Ladrillos qq Arena qq. Pesos Reales


A 1 R’ por 3 qq no indica 8 R’ por tarea
195 5 634 28 2
110 5 830 30 6
Totales 305 10 1464 58 Ps. 8

Proyecto de gran envergadura para su época, que contemplaba la reparación total de los acue-
ductos, los cuales se hallaban en pésimas condiciones a lo largo y ancho de la accidentada
topografía, en una extensión de cerca de 100 varas. Acotando el “maestro cañero” que, por sus
servicios prestados: “como también en haber atendido reiterados días a la reparación de la
cañería vieja sumamente quebrantada en el mismo sitio, con pérdida de casi todo el agua por
distintas partes (….)” y en cuyas labores participaron quince peones (jornal a 1 real por perso-
na), él percibía 2 reales de jornal. Tema central de discusión del prolongado juicio que se suscitó
entre el “cañero” y el Real Cabildo, por ciertos salarios devengados desde una década atrás.

El 14 de agosto de 1771, se registra una reveladora “Escritura de Transacción”, sentenciada


por la Real Audiencia de Charcas, sobre la disyuntiva que se había generado en las tradicio-
nales vertientes de Guayapaccha. Instruyéndose al Real Cabildo, después de una minuciosa
tasación e inspección pericial, el cálculo de la presión cabal de aquellos manantiales para la
determinación exacta de los litros que generaban por hora los “ojos de agua” de la “Quinta de
Guayapaccha”. Llegándose a la conclusión de un total de 23 pajas de agua, vale decir, 2300 li-
tros por hora. Asignándose mediante otro dictamen final, la cantidad de diez pajas (mil litros/h)
al propietario de la quinta Guayapaccha y las trece restantes pajas de agua (trece mil litros por
hora), revertidas con carácter obligatorio, para el uso exclusivo de la ciudad.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 25


Plano de la ciudad de La Plata, pintado por Idelfonso Lujan

Asimismo, se logró ubicar un voluminoso expediente con relación al específico tema del Ser-
vicio de agua potable en la Villa de La Plata (ANB: EC 1783, Nº 148, Fs. 183), en donde se
manifiesta que se había generado una situación de conflicto por lo complejo de aquel servicio
social, siendo el juicio ventilado en la Real Audiencia de Charcas y llegando a tener una apela-
ción judicial de duraría más de una década.

Por los documentos consultados, se puede deducir que durante las postrimerías del coloniaje,
las autoridades decidieron optar por “la fabricación” -muy rústica- de las respectivas tuberías de
arcilla cocida, bajo el consabido método de fundir los agregados en el horno, para la renovación
parcial del sistema de distribución del servicio de agua proveniente de la (textual fs.35) “Caja
Principal que llaman del monte de La Recoleta”, depósito de agua tradicional, estratégicamen-
te ubicado desde donde solía distribuirse el líquido cristalino a todas las arterias principales de
la ciudad.

ERA REPUBLICANA, SU RED DE AGUA POTABLE

Durante la era republicana, a partir del 6 de agosto de 1825, este esencial e imprescindible
servicio de agua potable, no sufriría significativos cambios con relación a las postrimerías de
la época colonial. Poco antes al estallido de la Guerra por la Independencia Americana, cuyos
sucesos revolucionarios acaecieron en el epicentro del “casco viejo” de la ciudad el 25 de mayo
de 1809, se conoce que el último Presidente de la Real Audiencia de Charcas (cita: Sucre a
través de sus planos 1639-2010, Ed. USFXCH. 1992, pág. 73), ordena se realicen mejoras en la
ciudad e incluyendo una incipiente red de alcantarillado.

Cabe recordar que -según el cronista Lic. Pedro Ramírez de Águila-, solía ser una antiquísima y
natural costumbre que las “aguas servidas” se echaran a las cuatro quebradas de la ciudad”; am-
bos servicios básicos se hallaban indisolublemente ligados, por obra de la cotidianidad urbana.

26 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Tuvieron que transcurrir otras dos décadas de vida republicana (entre 1825-1845), para conocer
a ciencia cierta, en el casco viejo de la ciudad (textual, Primer Censo, Ed. 1845 del gobierno,
pág. 3), el detalle nominal de los ciudadanos sucrenses que tenían acreditada la propiedad de
agua y la medida exacta que les correspondía. Dicha lista nominal de los inmuebles estatales,
eclesiásticos y particulares, suman un total de 257 “consumidores privilegiados” que conta-
ban con una instalación domiciliaria, lógicamente proveniente de la antigua “caja de piedra”
ubicada en la Recoleta e íntegramente aprovisionada por los manantiales del Churuquella y
Guayapaccha.

En el periodo gubernamental del Gral. José Ballivián, se instruye con carácter obligatorio la
respectiva publicación oficial de este prolijo censo de consumidores de agua potable. Los altos
funcionarios de gobierno (febrero 23 de 1845), en cumplimiento de la instrucción presidencial,
editan un tiraje de varios centenares de ejemplares. Cada ejemplar consta de tres páginas ta-
maño doble carta, constituyéndose en una suerte de testimonio en “resguardo de su derecho”
para cada consumidor. Refrendándose con la emisión de un Decreto Supremo, que a partir de
esa fecha prácticamente quedaban inutilizados (textual. Pág1), sin valor alguno cualquier libro
o cuaderno de distribución de aguas dentro la ciudad. Por lo que recomiendan a todos los inte-
resados, su necesaria adquisición del citado ejemplar en la imprenta. La “Comisión de Aguas”,
integrada por los peritos Manuel Eusebio Ruiz y José de Arrién, reitera que -en lo futuro- sola-
mente serán reconocidos legalmente aquellos consumidores insertos en el nuevo “libro oficial”.

A través del documento, se puede determinar con precisión la red de agua potable que se hallaba
vigente a mediados del Siglo XIX en la Capital Sucre, zonas y calles por donde se extendía la
instalación de los tradicionales “tubos de arcilla cocida”, un total de media docena de zonas y
casi una veintena de “Piletas Públicas” que, generalmente, ofrecían entre 1 ½ de paja, como
medida de flujo y presión de agua.

A saber:

• La primera red de distribución ubicada en la calle Recta (textual), desde la quinta de Don
Sebastián Toribio Caviedes y herederos, con dirección al extramuro de Alalaypata. Lugar
donde se halla la “fuente pública” (pileta), de la plazuela de la Iglesia La Merced -hoy plaza
Cochabamba- con 1 ½ paja de consumo (150 litros de agua por hora). Asimismo, en dicha
área existía otra fuente pública de agua, concretamente en la esquina de San Pedro (ahora
esquina formada por las arterias Bustillos-Colón), teniendo como vecinos a las reconocidas
familias: Pizarro, Toro, Poppe, Alzérreca, Malarvia, Álvarez, Cuellar, etc. Sumándose a este
“dote de agua” la congregación religiosa de San Felipe de Neri con 2 pajas de consumo de
agua.

• Segunda matriz: “la calle recta de la Recoleta…hasta los tres molles”. Vale decir, su instala-
ción abarcaba inclusive la actual y populosa calle Olañeta, en cuyo extenso tramo contaban
con un par de piletas públicas, una situada en la esquina de la familia Noguera y, la otra, en
la esquina de la familia Valda. Ambas piletas fueron instaladas a lo largo de la ahora calle
Dalence. Asimismo, se sabe que el Convento de La Recoleta a cargo de la Congregación
Franciscana, recibía excepcionalmente la cantidad de 12 pajas de agua (1200 litros de agua
por hora), juntamente el extinguido “Colegio de San Luis” que consumía apenas una paja.

• A esta misma “matriz” pertenecía además, la legendaria “Pila Pública de la Esquina de los
Caños Rotos”, la cual se hallaba ubicada en la actual calle Avaroa (cuadra entre las arterias

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 27


paralelas Dalence - Grau), donde según reza la tradición -textual del libro: Sucre a través
de sus planos 1639-2010, Ed. USFXCH, Ed. 1992, ver pág. 122-123-, “reventaban con fre-
cuencia los tubos de arcilla cocida por efecto de la presión que ejercía el agua que bajaba
desde la caja principal de depósito ubicada en La Recoleta y que abastecía a la ciudad”.
Dentro de esta importante matriz se hallaban incluidos los siguientes edificios públicos y
eclesiásticos: el monasterio de las Carmelitas Descalzas (con una paja), la antigua Casa de
los Marqueses de Casa de Palacio, o también conocida, como “Casa del Cristo del Gran Po-
der” (actual Museo Universitario, con media paja), el Colegio Seminario de San Cristóbal
(2 pajas), la Sacristía de la Catedral (media paja), más el palacio del Supremo Gobierno con
cuatro pajas.

• Culminando dicha extensa red de distribución de agua potable, con el empalme de dos pile-
tas públicas instaladas en inmediaciones de la actual Plaza Zudáñez (teniendo originalmen-
te como referencia a la Iglesia de San Agustín), ya que la otra fuente de agua de uso común,
se encontraba en el interior del “Tambo de Socabaya” que llegó a funcionar en esa época
de mercado central de abastecimiento, hoy patrimonial inmueble del Colegio Don Bosco.
Culminando esta larga cadena de piletas públicas, en la citada esquina de “Los tres molles”
o prolongación final de la calle Olañeta.

• Un tercer “punto estratégico” de distribución de agua (textual), era la “Calle Recta desde
la Plazuela de Santa Elena hasta Pantipanti”. Constituyendo esta área presumiblemente las
actuales arterias Grau-Audiencia (donde existía otra pileta pública), porque en dicho tra-
mo hacen mención al otrora “Palacio Arzobispal” (en cuyos predios, medio siglo después
se construiría la actual Prefectura Departamental), prolongándose el mismo hasta la pileta
pública ubicada detrás del templo de Santa Mónica. En esta zona convivían también ciuda-
danos prominentes como el Dr. Casimiro Olañeta, el Dr. Francisco Prudencio y Don Jorge
Mallo; quien dos décadas más tarde plantearía un novedoso e impactante proyecto para este
complejo servicio básico de agua potable en Sucre.

• La “Cuarta Ruta del Agua Potable” en la Capital (textual), tenía origen en la “Calle de la
cancha de Santa Ana que forma un codo hacia la esquina de San Lázaro (hoy final Cal-
vo) y que atravesando el ex Palacio de Justicia (antigua Real Audiencia), descendía por la
Plazuela San Juan de Dios (Hospital Central de Santa Bárbara) hasta “El Prado” o Parque
Simón Bolívar. Existiendo tres piletas públicas metódicamente distribuidas: la primera en la
esquina y justo “al frente” del monasterio de Santa Clara (Calvo-Avaroa), la segunda pileta
instalada en pleno epicentro de la Plaza Mayor “25 de Mayo”, de cuya principal fuente de
agua solían aprovisionarse casi todos los demás estratos sociales de aquel entonces, ya que
la misma contaba con un presión de nada menos que “12 pajas”, lo cual significaba una in-
termitente fluidez de 1200 litros por hora. Estando registrados en dicha área el Monasterio
de Santa Mónica (4 pajas), el Hospital Central (2 pajas), culminando con la pileta pública,
“en la cabecera del Prado” con 1 ½ pajas e incluyendo a la “Glorieta del Prado” con cuatro
pajas de consumo, paralelamente contaban con aquella privilegiada instalación domiciliaria
del agua potable, algunos personajes reconocidos dentro la reciente guerra revolucionaria
independentista, tal es el caso del Dr. Joaquín Lemoine, la familia Michel, los herederos del
patriota José Mariano Serrano y otros.

• Una penúltima red de distribución fue (textual), “la Calle Recta que baja de la quinta de
Cucucancha hasta la esquina conocida por la de Itano”, zona actual de la calle final San

28 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Alberto e incluyéndose a las cuadras de la actual calle Ravelo. En la nómina oficial hacen
mención a partir de la casa del Dr. José Mariano Calvo, continuando por el monasterio de
Santa Teresa (con un apreciable importe de 5 ½ pajas de agua al cobijar simultáneamente
“La Casa de las Recogidas”), pasando luego al “Colegio de Educandas” (tradicional colegio
de señoritas Santa Ana). Asimismo, se habían habilitado dos piletas, la primera en plena
Plazuela de San Francisco y otra bastante requerida al interior del mercado central (4 pajas
= 400 litros por hora) y en la esquina anexa, hoy conformada por las calles Loa – Ravelo,
contaban con otra pileta pública. Empalmando dichos ductos, con el Beatorio Santa Rosalía
(después denominada Capilla de Santa Rita), que tenía como vecino a la casa quinta del Dr.
José Mariano Serrano.

• La última “red de distribución de agua potable” se extendía por la calle denominada Mojo-
torillo, actual prolongación de la calle Potosí y cercanías a la antiquísima arteria denomina-
da “Pisco-Jaitana”. Desembocando el acueducto en el puente de aquel sector.

A la conclusión del indicado “censo general” (en septiembre de 1845), el gobierno decide elevar
y otorgar “150 pajas más” con destino a las Piletas Públicas, en atención al clamoroso reclamo
del pueblo que observaba el consumo de las casas solariegas, más de una docena de “casas-
quintas” y “huertas” que utilizaban entre 2 y 4 pajas mínimo. Atendiendo el reclamo general, el
gobierno de José Ballivián, prohíbe terminantemente el “uso y abuso” del agua potable en estos
predios particulares (sin descartar a sus entidades estatales más representativas; incluyendo a
los conventos, monasterios e iglesias), ya que el servicio de agua potable en Sucre por con-
ducto de sus diecisiete piletas públicas, no abastecía normalmente a toda la población. Dicha
Ordenanza Suprema es dada a los quince días del mes de diciembre del año 1845.

Finalmente, la misma “Comisión de Aguas” tenía proyectado llegar a captar otras valiosas e
imprescindibles 16 pajas (textual) “que filtran en Guayapaccha”, sumándose el consumo global
en Sucre de 456 pajas de agua (45.600 litros por hora) motivo justificado para que sus aproxi-
madamente 15000 habitantes consideren seriamente la elaboración de nuevos proyectos de
captación de agua potable.

1849-1883: INNOVADORAS PROPUESTAS DE CAPTACIÓN DE AGUA

A mediados del siglo XIX (año 1849) se conoce que el gobierno populista del General Manuel
I. Belzú -según el historiador chuquisaqueño Jáuregui Rosquellas- brindó su pleno apoyo para
intentar captar agua potable del anexo río Cachimayu. Obviamente, por hallarse éste enca-
jonado dentro un declive geológico con relación a los metros de altitud s.n.m. de la Capital,
prácticamente quedó desechado dicho ambicioso proyecto. Poco después, se insistiría con la
captación de agua mediante “el sistema de irrigación” planificado en la zona de mesa verde, con
aguas proveniente de las lluvias.

El año 1863, el dinámico chuquisaqueño Jorge Mallo presenta ante la opinión pública (a tra-
vés de un folleto de 17 páginas), una interesante propuesta de captación de agua. Haciendo un
somero estudio, sumamente ilustrativo del aspecto geológico de la ciudad, afirma categórica-
mente que por su característica composición rocosa la zona es clasificada como peña arenisca y,
por lo tanto, la urbe hallábase sobre una serranía acuosa con bastante humedad en el subsuelo.
Vale decir, Sucre se asentaba sobre profusas vertientes de agua que corrían a relativa profundi-
dad, confirmándose este privilegio natural en la forma cómo sus habitantes lograban “pozos de
agua” y suministro a domicilio, perforando apenas unos metros.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 29


Sin embargo, vale la pena recalcar que a partir de la segunda mitad del siglo XIX, los capitali-
nos comenzarían a “repensar” seriamente sobre el paulatino crecimiento demográfico y, conse-
cuentemente, sobre la escasez del líquido vital. Por ello, el proponente Jorge Mallo, siendo más
explicito con relación a la composición geológica del área de estudio en cuestión, añade que la
materia y forma de estas rocas generalmente se divide en una serie de capas cuyas estratificacio-
nes de “peña floja” arenisca o quebradiza, la hacen más propensa a constituir en sus entrañas un
sin fin de venas acuáticas. De allí que se crean manantiales naturales que desembocan al cerro
Churuquella, más sus otras vertientes existentes a la vista (textual o.a.c, pag 11), en la principal
caja de agua en La Recoleta.

Hace –además- reminiscencia de los principales “ojos de agua existentes” en torno a la ciu-
dad: Guayapaccha, Inisterio, Lechuguillas, Garcilazo, Azari, Pacchiri, La Hoyada, Sancho, etc,
-que según Jorge Mallo-, se trataba de manantiales perennes “formados por las exhalaciones y
descomposición mutua de vapores independientes de las variaciones atmosféricas (como deja
conocer la inalterable cifra estadística que vierte) sea la estación más seca o la más lluviosa”,
prueba fehaciente de que Sucre se hallaba ocupando un espacio esencialmente compuesto por
rocas acuíferas.

Con dichos antecedentes geológicos debidamente expuestos, haciendo hincapié en cálculos


geodésicos, en los estudios físico-matemáticos sobre altitud e inclinación gradual de las faldas
ubicadas en el cerro Churuquella, Jorge Mallo propone la perforación de un extenso socavón
al interior del cerro, sugiriendo que dicho socavón tenga una profundidad de casi 1 km., para
poder captar mayor cantidad de agua. Siendo que, por principios de la teoría denominada “afi-
nidad hidrostática”, se dice que la humedad atrae a la humedad “al igual que la unión de las
nubes”, -textual del aludido proponente-, pues bajo este sistema propuesto, con la apertura en
el techo del enorme socavón de dos varas de ancho y tres varas de alto, se llegaría a obtener
intermitentes goteras de agua. Paralelamente, lo mismo sucedería en sus paredes laterales y, con
mayor razón, en toda su prolongada base; obteniéndose así un espectacular receptáculo de agua
en pleno socavón de aproximadamente 10 cuadras. Agregando Mallo que fácilmente se llegaría
a obtener el doble de suministro de agua, pasando las 282 varas cúbicas por hora que ciertamen-
te causaba ya serios conflictos de escasez, especialmente durante los meses de la época de otoño
e invierno: abril, mayo, junio y julio.

Aquel intrépido proyecto en ningún momento se consideró como una idea descabellada (al
margen de esa reconocida ocurrencia temperamental o linda locura de los chuquisaqueños), se
constituyó más bien en iniciativa precursora respecto de la forestación de la ciudad y demás
serranías próximas. Ya que añade al final de su propuesta, “una vez lleno de agua el cerro ma-
yor”, automáticamente las demás vertientes dejarían de suministrar sus fuentes con dirección al
Churuquella y, por lo mismo, se registraría paralelamente un notorio excedente de agua por los
cuatro puntos cardinales del radio urbano. Fomentándose de esta manera, el futuro cultivo de
variedad de vegetales e inclusive árboles de clima templado. Refiriéndose fundamentalmente a
la ornamentación de las veredas ubicadas en las arterias coloniales, quintas, huertas, jardines,
etc donde, según el pionero ecologista Jorge Mallo, ciertamente abundarían los cedros, ceibos,
palmeras, naranjos y reconocidas plantas del lugar, exclusivamente para el fomento de la flori-
cultura.

Aunque este proyecto con un amplio criterio futurista, no tuvo ninguna objeción por aquellos
duros años de escasez, solo se conoce las observaciones publicadas por el reconocido Ing. Er-
nesto Otto Ruck (Sept. 1863), quien cuestiona el “bajo presupuesto” planteado, al extremo de

30 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


señalar que los 67.580.- Ps. requeridos para la ejecución de aquel ambicioso proyecto “en un
lapso total de 4 años de construcción civil y apertura del extenso socavón en el epicentro del
cerro Churuquella”, simple y llanamente no alcanzarían ni para la cuarta parte de los indicados
trabajos; observaciones que establece un ingeniero experto de esa época, en la explotación de
yacimientos mineralógicos en Bolivia.

Durante el gobierno del Gral. Narciso Campero, se aprueba una Orden Suprema fechada en 7
de Noviembre de 1882, instruyendo al Sr. Prefecto de Chuquisaca (el prestigioso jurisconsulto
Dr. Pantaleón Dalence), la ejecución de un nuevo “padrón general” sobre el consumo y servicio
de agua potable en la ciudad de Sucre; señalándose específicamente a través de sus artículos el
nuevo plan de provisión de agua, más el fomento que se debiera brindar a la “preplantación de
árboles” en áreas urbanas (cita Anuario Administrativo - AA 1882, pág. 246, 247 y 248).

A mediados de 1883, se cumpliría con el renovado censo de distribución de aguas en la Capi-


tal (ver edición; Padrón General, Sucre, julio de 1883, p.19), estando conformada la “Junta de
Notables” para dicho efecto, por las reconocidas personalidades Dr. Valentín Abecia, Jacobo
Ramallo y Federico Nava, quienes en su informe, hacen una ponderable remuneración del es-
tado del mismo (o. a. c., p. 17), ya que indican que en 1873 se llevó a cabo una medición de
agua y verificada por orden del Concejo Municipal, dándose como resultado la disminución de
32 pajas en el manantial “recientemente habilitado” de nombre “Yuracyacu” o “agua blanca”
ubicado en la quebrada al borde del camino que conduce a Yamparaez, anexo a Guayapaccha y
donde existía una Casa Quinta con su propio “ojo de agua” (llamado Cocchal al pie de un sauce,
de propiedad del Sr. Juan de Mata Melgarejo). El servicio que prestaban las vertientes de Yura-
cyacu se había iniciado en el Gobierno del Gral. Mariano Melgarejo (1867), con la apreciable
presión de más de medio centenar de pajas; siendo que el diámetro de “la paja” se había fijado
en seis milímetros.

3. SUCRE (1825 – 1845) RELACIÓN HISTORIOGRÁFICA SOBRE SUS


REHABILITACIONES ARQUITECTÓNICAS: OBRAS CIVILES Y DE-
MÁS “TASACIONES” EJECUTADAS EN EL CASCO VIEJO URBANO
CAPITALINO.

De acuerdo con la relación histórica que brinda el reconocido libro “Sucre a través de sus
planos 1639 – 2010” y los valiosos datos que ofrece, (editado por la Universidad de San Fran-
cisco Xavier de Chuquisaca (Serie Desarrollo Urbano – Año 1992. Obra compilada por la
Dirección y ex -funcionarios del Centro Bibliográfico Documental USFXCH; Dra. María del
Carmen Rúa de Tirado, Joaquín Loayza Valda y Ruth Balderrama de Jalíl), del estudio socio-
urbanístico del año 1838, se recoge lo siguiente:

“En nuestra ciudad se siguieron las disposiciones de Indias para su “TRAZA” o Plano
de ciudad Mediterránea: damero con la Plaza Mayor al centro, en la cual se encontra-
ban la Iglesia, el Cabildo y las casas de las familias de mayor abolengo, cada manzano
tenía, generalmente, cuatro solares, un solar correspondía a un propietario, por ello que
nuestra ciudad tenía casas grandes, con jardines y huertos “aptísimos para la vivienda
holgada, tranquila y placentera. Los españoles escogían cuidadosamente el lugar don-
de habían de fundar un poblado, vale decir “que tengan comodidad de aguas, tierras y
montes, entradas y salidas y labranzas y un éjido de una legua de largo, donde los indios
puedan tener sus ganados”. (Remitirse a páginas 11, 31, 32 --Plano de la ciudad del año
1838 y periodo de estudio del presente año--, más p.33);

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 31


Mientras otra relación complementaria al aludido contexto de análisis -según la excelente obra
Tipologías Arquitectónicas del Centro Histórico de Sucre, Ed. PRAHS. 1997-, señala textual-
mente:

“Las diferentes órdenes religiosas que llegaron a la Villa de Plata, (franciscanos, domi-
nicos, agustinos, mercedarios y jesuitas), paulatinamente fueron construyendo templos y
conventos para realizar la labor catequista que los trajo a la América. Inicialmente estos
edificios fueron construidos empíricamente, ya que en las primeras décadas no se con-
taba con arquitectos y fueron edificados en base a las experiencias de los sacerdotes. Su
labor no sólo se limitó a la construcción de este tipo de edificios, “...los frailes también
participaron en la construcción de acueductos, cajas de agua y hospitales...” (Tipologías
Arquitectónicas del Centro Histórico de Sucre, 1997:111).

Retomando el libro “Sucre a través de sus Planos”, se transcribe el análisis de la responsable de


la edición, Dra. María del Carmen Rúa, quién acertadamente haría énfasis sobre la publicación
del PRIMER PLANO REPUBLICANO DE LA CIUDAD DE SUCRE – Años 1837 –
1838, bajo los términos siguientes:

“Hemos considerado de gran interés adjuntar este plano de las calles de nuestra ciudad,
por cuanto hasta este año no hemos podido encontrar planos de Sucre donde se incluyan
los nombres oficiales de las calles, pues, como habíamos expresado antes, éstas tomaban
el nombre de alguna característica específica de ella, por ejemplo, calle de la Carnicería,
calle del Comercio, calle de La Pelota, calle de La Audiencia, calle de Santo Domingo,
calle detrás de La Merced, calle de La Retama, etc Bien sabemos que Bolivia se declara
en Estado Independiente el 6 de agosto de 1825, suponemos que los consignados en este
plano pueden ser los primeros nombres asignados durante la república, pues apenas ha-
bían transcurrido doce años desde la fundación de la república.

“La falda de dos cerros que forma una superficie bastante irregular, es el local sobre que
está construida la ciudad. Su mayor extensión es de E . a O. y sus calles tienen la misma
dirección con alguna inclinación hacia el S. N. Las que cruzan a estas en su latitud tienen
la inclinación á proporción. Está dividida en ocho cuarteles que se notan en el cuadro de
la Plaza formando por las letras A, B, C, etc. en el plano que esta al principio.

A Cuartel del Mercado


B Poder Legislativo
C Comercio Nacional
D Poder Ejecutivo
E Poder Judicial
F Poder Electoral
G Comercio extranjero
H De la Unión”

El año 1835 “la Plaza Mayor de la Capital (textual; ANB. TNC Nº 874, fs. 204), contaba con
unas pintorescas “crucetas” o veredas transversales de “piedras cuadradas” ingeniosamente
reforzadas con cal. El arreglo y la reposición de las demás lozas de piedras que cubrían los
amplios espacios de la veredas “que forman el cuadro de la Plaza” (doc. cit., fs. 204 vuelta), se
hallaban bajo la responsabilidad de los propietarios de cada inmueble, vecinos que se aprovi-
sionaban de agua de la tradicional pileta de la ahora Plaza 25 de Mayo.

32 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Vista General de la Plaza 25 de Mayo

A propósito de las fuentes de aprovisionamiento denominadas “piletas públicas”, éstas se en-


contraban bajo estricta supervisión técnica del “Juez de Aguas”, Sr. Antonio Suaso, en la ges-
tión de 1828. La red de distribución de agua potable abarcaba toda la ciudad. He aquí algunas
piletas que se hacen mención: Pileta Pública de la Plaza Mayor, la pila de la plaza La Merced,
pileta en la Casa del Mercado, pila pública de la plaza de San Francisco (“de donde se distribu-
ye al Convento y a la Casa del Dr. Córdova”), pileta pública del Prado. Restaurándose constan-
temente sus sistemas de conducción a partir de las “cajas de piedra” ubicadas en La Recoleta,
“reparaciones” en las que se solían utilizar anualmente “quintales de grasa” (ANB: TNC Nº
493 - Informe 91 del “teniente de Aguas”, fs. 1665).

3.1. CASA DE LA LIBERTAD ( EX – UNIVERSIDAD); PREÁMBULOS


PROTOCOLARES Y REHABILITACIÓN DEL EDIFICIO PARA “LA
FIRMA DEL ACTA DE LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA”.

Edificio y monumento más importante del país, mandado a construir por los jesuitas en 1612. A
principios del siglo XVII se fundó la Universidad de San Francisco Xavier y funcionó en estas
instalaciones, donde en 1776, se instaura la Real Academia de Carolina como Escuela Superior
de Prácticas Jurídicas y Preparación Retórica.

La Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, fue crea-
da por Bula Papal en fecha 27 de Marzo de 1624, sobre la base del antiguo colegio San Juan
Bautista de la Compañía de Jesús, uno de los centros más importantes de Bolivia, el tercero en
crearse en Sudamérica y el primero en el país. Inicialmente se fundó para impartir las cátedras
de Latin, Artes, Teología y Cánones. Este centro de enseñanza superior fue de vital importancia
para Bolivia, ya que en sus aulas se gestaron las ideas libertarias de América Latina.

El 6 de agosto de 1825 se reúne en este edificio el Congreso de la República para firmar el Acta
de Independencia del Alto Perú, hoy Bolivia. Actualmente funciona como museo histórico don-
de se conservan objetos y mobiliario de la época colonial y republicana.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 33


Vista de la Casa de la Libertad

Se ha podido conocer a través de valiosos documentos consultados para la investigación, por-


menores que hacen al edificio de la Casa de la Libertad, como la “Planilla de gastos para los
últimos arreglos” prolijamente elaborado por los diputados secretarios Ángel Mariano Moscoso
y José Ignacio de Sanginés (electos por Charcas y Potosí respectivamente), documento que
data del 30 de julio de 1825, a escasos siete días para la solemne FIRMA DEL ACTA DE LA
INDEPENDENCIA DE BOLIVIA. rubrican en señal de conformidad la respectiva “Planilla
de gastos impedidos en el aseo de LA SALA DESTINADA A LA SECRETARÍA DE LA ASAM-
BLEA GENERAL, trastes (léase como mobiliario), Y DEMAS ÚTILES PRECISOS PARA SU
DESPACHO: COMO TAMBIÉN EN HABILITAR EL CONDUCTO DE LA SACRISTÍA PARA
MEJOR COMODIDAD DE LOS S.S. DIPUTADOS”.

A continuación, se transcribe la relación sobre la adquisición de implementos considerados


imprescindibles e igualmente detalles de algunas obras emprendidas:

PINTADO GENERAL; Con la aplicación de media docena de cal y yeso.


MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN COMPLEMENTARIO; Ladrillos, arena.
NUEVA PUERTA PARA LA SACRISTÍA; (Hoy más conocido por “Salón de la
Independencia”), la cual es “afianzada” con los clavos especiales por un maestro
carpintero y siendo esta de respetables dimensiones por el volumen del madera-

34 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


men, tuvieron que contratar a varios “peones” para poder asegurarlo correctamente.
PISO DE LA SALA; Deciden renovar su “enladrillado”; mientras sus paredes son
debidamente “revocados y pintados” por un maestro del oficio.

Se adjunta, además, una lista referente a la compra de material de escritorio a utilizarse en la


deliberación del 6 de agosto de 1825. Se consigna como ejemplo, algunos que muestran la mi-
nuciosidad con que se preparó la sesión de la primera asamblea legislativa de Bolivia: adquie-
ren dos mesas grandes (“la una en cinco pesos y la otra en seis pesos cuatro reales”); cancelan
“diez y nueve pesos por dos resmas de papel”; encargan el empastado de los libros a un artesano
de imprenta que cobró siete pesos, más un mazo de plumas finas, “tinta arenilla” y sus respec-
tivos tinteros para la redacción de los documentos; dos libras de lacre con destino a los sellos,
incluyendo una vara de bayeta azul “para limpiar las plumas” de los honorables congresistas,
quienes –sin duda- estaban a punto de arribar a la capital desde todos los confines del país, con
el único objetivo -parafraseando al historiador José Luís Roca- de consolidar un nuevo “Estado
Nacional” y celebrar la creación de ese nuevo Estado en el mismo epicentro del extinto poder
colonial de Charcas.

Durante los meses de julio y agosto de 1832, LA CASA DE LA LIBERTAD sería objeto de al-
gunos trabajos de restauración complementarios. Por instrucción expresa del máximo dignata-
rio de Estado, Mariscal Andrés de Santa Cruz (periodo presidencial de Bolivia durante los años
1830–1839), se aprobaría el presupuesto de inversión fiscal. Luego, considerando el rol prota-
gónico a cumplir dentro la flamante estructura del la nueva República de Bolivia, como sede de
la Asamblea Constituyente y Palacio Legislativo de la Nación, procederían a la contratación
de “Maestros Mayores” tanto en obras civiles para albañilería más pintado, como en el ramo
especializado de carpintería bajo la responsabilidad del artesano ebanista Ildefonso Vargas.

Simultáneamente, se contrata en el cargo de “sobreestante” o fiscalizador de labores cotidia-


nas, al súbdito extranjero Juan de Dios Campusano; súbdito italiano vinculado al estudio sobre
tipologías de construcción colonial, que se hallaba de visita en la capital.

A continuación, un cuadro que se elabora sobre la base de la información contenida en los do-
cumentos, “obras de arreglo” que se hacen referencia, intentando mantener la descripción con
el léxico estrictamente técnico arquitectónico (ABN : TNC Nº 663, fs. 1041 – 1042).

DESCRIPCIÓ MATERIALES
AREAS DE RESTAURACIÓN
TÉCNICA COMPLEMENTARIOS
• Pretiles de los corredores interior/ Revoque y pintado Cal y arena,
exterior. general Cimiento de piedra, más
• 2do, Patio; construcción de una pa- Divisorio adobe y ladrillo.
red. Tejado colonial. Cañahueca, /paja
• Zaguán; reparación de techo. Tapiado/puerta Adobe y yeso.
• Noviciado del Colegio (2º Patio). “Dos piernas de tijera Suncho / correas/clavos.
• “Mudar la casa de duende del techo para cumbrera”. Tipo pastelado
de la sacristía”. “Enladrillado”
• Pisos del patio y corredores..

Fuente de referencia.- (ANB: TNC Nº 663, fs. 1041).

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 35


En la segunda fase de restauración, en los demás ambientes de la ex Universidad de Charcas, se
desollarían otros trabajos de “mantenimiento”, citando los de mayor relevancia: “embarnizado”
de sus balcones, reposición de vidrios, cambio del “tumbadillo de la dicha Sacristía” (hoy Salón
del Acta de la Independencia), requiriéndose para ello cien varas de tocuyo inglés; restauración
de una decena de escaños, “poniendo a varios de ellos barrones y largueros”; más ocho varas de
bayeta verde “para forrar cuatro mesas”.

Antes de concluir con el presente capítulo, es importante señalar que, al interior de LA CASA
DE LA LIBERTAD, simultáneamente funcionaba y con carácter provisional, la denominada
“Oficina del Crédito”. Asimismo, es de honestos reconocer, lamentablemente nos quedamos
con una gran duda: Dónde se hallaba ubicado en realidad esa “otra vivienda que da a la ca-
lle” que textualmente se hace puntual referencia durante el proceso del pintado arquitectónico.
Es más, cabe preguntarnos a propósito; ¿Acaso dicha “vivienda” contaba con su respectiva
puerta hacia la plaza central? (Para mayor información remitirse al folio 2046 del documento
citado).

A partir de la creación de la República de Bolivia, se procede a instalar un “CUARTO DEL


ARCHIVO”; instrucción previsora establecida para precautelar el invaluable fondo documental
histórico que posteriormente pasaría a conformar el repositorio cultural patrimonial más impor-
tante de Bolivia, como es LA CASA DE LA LIBERTAD AMERICANA. (ANB: TNC Nº 663v,
fs. 1042, 1043, 2046, 2056 – 2056v y 2057).

3.2. EL EX CONVENTO DE SANTO DOMINGO; CUARTEL GENERAL


DE LOS GUERRILLEROS PATRIOTAS CAPITALINOS Y, A PARTIR
DE 1825, PREFECTURA DEPARTAMENTAL DE CHUQUISACA.

Monumento eclesiástico construido en las postrimerías del siglo XVI; entre 1626-1627, son eri-
gidas la capilla mayor y el campanario. La iglesia de estilo barroco simple, cuenta con espadaña
lateral más tres vanos. Corresponde advertir que, en el proceso de búsqueda de la información,
se ha logrado ubicar documentos sobre el área urbana de su “ex Convento “.

A principios del siglo XVIII, los fundadores de la orden Dominicos, fueron seriamente afecta-
dos por el estallido revolucionario del 25 de Mayo de 1809. Las tropas insurgentes, en el dramá-
tico transcurrir de los subsiguientes años, decidieron utilizar los amplios predios del Convento
de Santo Domingo, tratando de obtener una máxima funcionalidad, ya que el mismo contaba
con un entorno físico, propio de una fortaleza.

Esquina de Santo Domingo (Calvo-Bolívar)

36 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Después de la transición política estructural de la monarquía española, el nuevo gobierno bo-
liviano vería por conveniente expropiar dichos predios con destino al funcionamiento de tres
establecimientos fiscales importantes: a Prefectura Departamental, el Colegio Nacional Junín
y un internado de niños huérfanos de guerra. Ante esta secuencia de hechos fortuitos, los “pa-
drecitos dominicos” anunciarían oficialmente suspender sus servicios religiosos en 1826, para
luego abandonar todos ellos Chuquisaca.

El patio central del ex -Convento de Santo Domingo (ubicado hacia la paralela de arriba de
la Plaza 25 de Mayo), pasaría a convertirse en el cuartel general de grupos irregulares que se
habían rebelado contra la real corona. Hoy edificio del Colegio Nacional Junín y donde última-
mente se desarrollaron las sesiones de la Asamblea Constituyente en Bolivia.

Durante la revolución independentista, las tropas patriotas chuquisaqueñas “reclutadas”, recibi-


rían la respectiva instrucción militar en los ambientes -antes religiosos- de arquitectura colonial
(verificar con el respetivo plano adjunto), en cuyos vértices arquitectónicos del corredor de ar-
quería, se erigían cuatro pequeñas “Capillas” con imágenes católicas, las cuales fueron testigos
mudos de aquellos memorables acontecimientos de revolución social.

Vista del Patio del colegio Nacional Junín

Al respecto, existen varias testificaciones jurídicas (Villa La Plata, años 1812 – 1813), en el
“juicio criminal” a Manuel Yáñez de Montenegro, patriota chuquisaqueño egresado de la Aca-
demia Militar de Buenos Aires, acusado de rebelarse contra el orden colonial establecido, “or-
ganizando y disciplinando tropas revolucionarias en el Cuartel de Santo Domingo” (ANB: Se-
rie Minas, Tomo 54, Nº 11, fs. 13 v). Capítulo a exponerse en detalle, a través del próximo libro
documentado del suscrito “CHARCAS (1809 – 1825); MINERÍA EN CRISIS Y REVOLUCIÓN
CONTINENTAL”

Una vez consolidado el nuevo Estado Boliviano, en los predios del ex Convento de Santo Do-
mingo, se decide establecer la Prefectura departamental y el Tribunal Nacional de Cuentas. Los
demás ambientes serían destinados a la creación de la mencionada escuela e internado para ni-

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 37


ños huérfanos (Escuela Lancaster), quienes se vieron prácticamente en la calle a consecuencia
de la guerra de la independencia americana. (ANB: TNC, Nº 893, Exp. 532); siendo equipados
sus dormitorios inicialmente con una veintena de catres de madera, trenzados con cuero.

En fecha 1º de abril de 1827, se ratifica oficialmente que el ex Convento de Santo Domingo


cobije en sus ambientes a la mencionada “Escuela de Lancaster”, asimismo, a partir de ese
momento, se habilitan aulas o “clases con ventanas” con destino al Colegio Nacional Junín.
Dicho emprendimiento para la creación de recinto pedagógico con estas características en esta
capital, sin duda que fue a sugerencia del Mariscal Antonio José de Sucre y en memoria de una
de las últimas batallas libradas contra el yugo español; donde además se haría acreedor a su
máxima presea o grado militar. (ANB: TNC Nº 14907, fs. 242)

Las autoridades departamentales, conforme al D.S. del 27 de febrero de 1830, aprueban un


presupuesto de mil quinientos pesos, fondos provenientes de las mesadas e impuestos eclesiás-
ticos, debidamente expuestas por el “sobreestante” Dn. Francisco Paula Sanz, “tasador de las
Fincas Urbanas del Estado”. (ANB: TNC Nº 893, fs. 3977 – 3977 v). Las refacciones arqui-
tectónicas y demás modificaciones ejecutadas hasta fines de 1832, siempre a cargo del “tasador
oficial” Francisco Paula Sanz, en los ambientes del extinto Convento de Santo Domingo, se
especifican textualmente a continuación:

CAPILLA: “Tapiado” con adobe de la puerta de la Capilla que


conectaba con el Zaguán, lugar donde funcionaba la portería.
SAGUAN: Se “remendó” su enladrillado y fueron sus paredes pintadas con cal.
CAPILLAS EMPOTRADAS.- Ratificándose la existencia de “Capillas Menores” y de-
bidamente empotradas “en las cuatro esquinas de los corredores bajos, con puertas de
tablero de dos manos, más sus lienzos”, que fueron reubicados, aunque no indican hacia
cual de los ambientes de la Iglesia, pues tan solo concluyen señalando: “se calzaron con
adobe entero los huecos, se revocó, y desató sus altares”. (doc. cit., fs. 3139).
ARCO POSTERIOR: Restauración del “pasaje” o arco principal que solía ser la puerta
del canchón y que se hallaba adyacente a dicha arquería por una “pared umbralada”.
GRADAS.- Sustitución de las piezas deterioradas con “piedra labrada”. Advirtiéndose
además que de la Iglesia hacia el ex -Convento, existía una grada con dirección al segun-
do patio.
ALACENA.- Habilitadas en las salas e igualmente antesalas, con “puertas de una mano”
(de una sola pieza).
PISOS INTERIORES.- Renovación genera y nivelación mediante empleo de “ladrillos
pastelones”.
PINTADO DE PAREDES Y TUMBADOS.- Las murallas debidamente “blanqueadas” a
base de cal y los tumbados mediante yeso y cola.
MOGINETES.- Objeto de restauración por “la caída del refectorio” y sus paredes proli-
jamente revocados con cal y arena.
CORNISA DEL NOVICIADO.- Restaurados a base de cal y ladrillo, incluyendo en di-
chos trabajos los tradicionales pilares coloniales.
BÓVEDAS.- Limpieza general y recomposición del sistema de “canales y desagües de
las bóvedas que se habían obstruido” (doc. cit., fs. 3141).

Entre los instrumentos laborales más destacados del “Maestro Albañil” figuran: “angarillas” del
adobero, escalera grande de magué (maderamen sólido y liviano a la vez) tarima de madera,
comúnmente conocida como “pampajuri”. (ANB: TNC Nº 893, fs. 3139; 3977 – 3977v.).

38 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


3.3. EL “CUARTEL DE INFANTERÍA” O EX -CONVENTO DE SAN FRANCISCO

La Iglesia y Convento de San Francisco fue mandada a construir el año de 1538 por Fray Fran-
cisco de Aroca, quien levantó inicialmente una pequeña capilla cubierta de enramada, sustituida
posteriormente, en 1580, por el templo. En 1592, se edifica una nueva capilla que fue rehecha
en 1595 y techada con artesonado. En 1610 se realizan algunas modificaciones que no afectan
su estructura original. Declarada basílica el año 2002, es una de las edificaciones religiosas más
importantes y antiguas que tiene la ciudad, destacando en su interior el hermoso artesonado de
estilo mudéjar y los altares de estilo barroco mestizo dorados a la hoja.

Se estructura con una nave a la que se adosan capillas a uno de sus lados, con fachada manie-
rista. En una de sus torres guarda la “Campana de la Libertad”, que tocó a rebato el 25 de Mayo
de 1809, declarando el Primer Grito de Libertad de América.

Con respecto al notorio deterioro arquitectónico general del ex -Convento y Cuartel de San
Francisco a mediados de 1827, el Ministro de Estado y Guerra, A. Geraldino, remite a su similar
del “Ramo de Hacienda” un revelador e histórico oficio bajo el tenor siguiente:

“Su Excelencia de la República (refiriéndose al Mariscal de Ayacucho Antonio José de


Sucre y en su calidad de primer dignatario del Estado Boliviano), habiendo visitado per-
sonalmente el Convento de San Francisco de esta ciudad, y notado el estado ruinoso en
que se halla; ha dispuesto se componga del mejor modo, a fin de evitar su destrucción, y
que quede útil al destino que quiere darle. Al efecto se ha encargado de la dirección del
trabajo al capitan Sebastián Ágreda, a quien se servirá vuestra señoría ordenar, que por
esta tesorería se le vayan dando las cantidades que pida, hasta completar la de un mil
pesos” (ANB: TCN Nº 48, 28 – Junio – 1827, fs. 865).

Arcos de San Francisco

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 39


Un sexenio después de creada la República de Bolivia (gestión 1832), “el tasador de las fincas
del Estado” Don Francisco Paula Sanz, elabora el presupuesto financiero de rigor para la re-
habilitación prioritaria de este monumento. En fecha 7 de septiembre de 1831 y en previsión a
“las próximas aguas”, el aludido técnico entendido en este tipo de obras civiles arquitectónicas,
considera la ejecución de las siguientes (NOTA.- El término de “Cuartel de Infantería” figura
en ANB: TCN Nº 1064, fs. 309):

RETEJO GENERAL.- Con la inversión de un millar de ellas, “para el retejo tanto en las
cumbreras cuanto en sus corrientes (desagües), incluso de la grada del callejón de los
altos que dan a la calle”.
ENTABLADO DE LOS ALTOS.- Para cubrir el claro que se ve en el corredor de los
altos.
BARANDAS.- Maderamen destinado a su “recomposición” con la contratación de un
maestro carpintero.
SALONES.- “Remiendos” en los enladrillados, más el consabido “blanqueo con cal” en
sus ambientes interiores.
CORREDORES.- Renovación de 1.200 ladrillos para una restauración parcial del “en-
tresuelo”.
MATERIAL COMPLEMENTARIO.- “Madera, cañahueca, paja y clavos para techar”.

Se transcribe la “Cuenta y Razón Documentada”, que presenta el Comisario e Intendente del


Policía (Chuquisaca, 5 de noviembre de 1831), con relación a los costos sobre la refacción del
CUARTEL DE INFANTERÍA DE SAN FRANCISCO y que al pie del balance indica:

“Importe de las maderas con destino al “Callejón de Jerusalén” (Es así como lo de-
nominan al área del CORREDOR), tirantillos colocados en los dos PILARES de dicho
corredor; un tercio de Maguey “que sirvió para entreverar con las tablas”, Contratación
del “Maestro Pintor” Mariano Barahona, “por haber hecho las Cintas o líneas en los
Salones”; Adquisición de “Palos que sirvieron en el mismo techo, y una costanera”.

En la nómina de los “Maestros Albañiles” y gestores principales de dichas obras de rehabilita-


ción arquitectónica figuran: Agustín Rojas, Pascual Alvarado; Mariano Cruz, Angel Maturano
y Mariano Driuna. (ANB: TNC Nº 1064, fs. 284 v, 285, 309 – 309 v).

En fecha 4 de octubre de 1835, el Intendente de la Policía de Chuquisaca, Sr. Manuel Eusebio


Ruiz, cumpliendo con los preceptos constitucionales de su unidad encargada de velar por el
bienestar social común, inicia ante el Prefecto del Departamento, Dr. Manuel Molina, los trámi-
tes formales de rigor para proseguir “con la refacción del Cuartel de San Francisco”.
Excepcionalmente asesorados por el ingeniero Pío Lozada, calculan una inversión de dos mil
pesos en la ejecución de ciertas obras consideradas prioritarias en sus amplios techos de teja
colonial (la parte más vulnerable de este patrimonial edificio), trabajos que los inspectores en
su informe final advirtieran textualmente: “Que si al menos no se toman en cuenta las goteras y
se afianzan algunos tirantes y tijeras, con las lluvias de la presente estación, amenaza una ruina
que inutilizará este edificio, y en tal caso su refacción no se haría ni con ocho mil pesos” (ANB:
TCN Nº 874, fs. 189).

40 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Portales y arbolado que hasta hace poco realzaban
el estilo del conjunto Religioso de San Francisco

La ejecución de la primera fase de obras que mereció una oportuna respuesta, fue debidamente
aprobada en fecha 8de octubre de 1835, con la dotación del material de construcción, a saber:
medio millar de tejas, decenas de quintales de cal, tareas de arena, contratación de un especia-
lista “en el arreglo de caballetes y canales maestras”. (ANB: TNC Nº 874, fs. 189 v).

3.4. EL EX –CONVENTO DE SAN AGUSTÍN ASIGNADO PARA UN NUE-


VO ESTABLECIMIENTO PÚBLICO DENOMINADO “TAMBO DE
SOCABAYA”

Fundado en julio de 1564 junto al convento que ahora funciona como el colegio Don Bosco. El
templo es de una sola nave de planta de cruz latina, con capillas y crucero de forma ochavada.
En 1608 se realizan diversos trabajos concluyéndose la portada en 1619 y la capilla mayor en
1630. Presenta dos torres idénticas y un remate central con una escultura de la virgen. Inte-
riormente tenía retablos originales tallados por Clemente Suárez y Luís Espíndola que fueron
sustituidos por altares de estuco moldeado. El altar mayor luce una pintura del italiano Rollini
que representa a María Auxiliadora.

Tambo de socabaya, en inmediaciones del conjunto Religioso de San Agustín

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 41


El ex -Convento de San Agustín (26 / Nov / 1835), es habilitado como otro mercado central de-
nominado “Tambo de Socabaya”. En la investigación, se ha podido ubicar un valioso documen-
to que el Intendente de Policía de Chuquisaca, Sr. José Martínez, remite oficio al Prefecto del
Departamento planteando, “la construcción de un Tambo por cuenta del Estado en el extinguido
Convento de San Agustín de esta ciudad”.

Aunque, a decir verdad, por los detalles que se transcriben a continuación, se trataría más bien
de una “rehabilitación arquitectónica” de los antiguos ambientes. Textual:

“Señor Gobernador.- La casa del Convento extinguido de San Agustín se halla en el día
en un estado bastante servible, con las aguas (temporada de lluvia) y de otros mil modos
se irá arruinando, si acaso no se toma una MEDIDA PARA SU CONSERVACIÓN. En el
día ésta se halla acéfala, y sin que produzca al Estado cosa alguna que pueda aún servir
para SUS REFACCIONES QUE NECESARIAMENTE LO DEMANDAN, con perjuicio
(erogación) de los fondos del Estado”.

Ponderable iniciativa de aquella autoridad, cuyo propósito era otorgarle al ex convento no sola-
mente la oportunidad de prestar un reconocido servicio para el abastecimiento de los alimentos
básicos de la población, sino que paralelamente se estaría precautelando su preservación arqui-
tectónica a través de un singular e ingenioso “proyecto auto-sostenible”, considerándose los
futuros ingresos debidamente planteados por el aludido proponente:

“Examinando su local, comodidad y proporción, he visto que en la casa expresada podría muy
fácilmente FORMARSE UN TAMBO BASTANTE CÓMODO Y PRODUCTIBLE DEL QUE
MERECE ESTA CAPITAL, con solo el trabajo de hacer algunas divisiones en las mismas ha-
bitaciones que se hallan en buen estado, lográndose de este modo LA CONSERVACIÓN DE
ELLO y consiguiendo al mismo tiempo el que la casa (refiriéndose al edificio colonial, claro
está), pueda producir alguna cantidad capaz de ella misma ( ….) “.

La autoridad policial adjunta un revelador plano (ver en foja tres; copia con dimensiones origi-
nales del expediente), tal como solía ser la estructura arquitectónica hasta la época y sus demás
terrenos perimetrales sobrantes como “corrales” o caballerizas. Área urbana donde se construyó
hace una década la infraestructura del colegio particular “Don Bosco” de Sucre.

El plano fue elaborado por el reconocido técnico Pio Sánchez de Lozada (11 de marzo de 1838),
destacándose al pie del mismo una nota donde advierte el autor:

“Las diagonales que se cortan, indican los espacios sin techo como patios y corrales”.

Ratificándose aquella referencia historiográfica, que otrora los atrios de las iglesias cumplían
la función de cementerios. Asimismo, es digno de destacar la excelente ilustración del plano en
general mediante escala de la periferia más superficie total mediante la antigua medida VARA,
con casi todos los detalles arquitectónicos, mostrando mucha calidad, sin nada que envidiar a
las cartografías de obras civiles urbanas que se elaborarían un siglo después.

Por su parte, el Prefecto de Chuquisaca, Sr. Manuel Molina (27 /Nov. / 1835), otorga el visto
bueno a este emprendimiento. Plantean al Ministerio de Estado la rehabilitación arquitectónica,
estableciendo los pormenores del trabajo de la siguiente manera:

42 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Refacción de todas las paredes incluso la colocación de sus respectivas puertas.
Calzar los PILARES del noviciado.
Rebocar las BÓVEDAS.
Abrir dieciocho medios puntos.
Reboque y BLANQUEO GENERAL.
ENLOZAR EL PATIO (con lozas de piedra).
ENLADRILLADO del Edificio.

Contratándose una veintena de ayudantes “jornaleros” entre empedradores y “rebocadores”,


que son incluidos en el presupuesto total que sobrepasa los tres mil pesos. Mientras en el “ramo
de carpintería”, consideran imprescindible la dotación de 615 cargas de tablas para la confec-
ción de puertas y ventanas. Sumándose a ello, medio centenar de chapas e igualmente aldabas.
Recayendo dichos contratos de “trabajos artesanales por mayor”, en el numeroso gremio popu-
lar de carpinteros y demás herreros capitalinos.

Finalmente, prosiguiendo con los trámites burocráticos de rigor (Chuquisaca, 24 /Marzo /


1836), su impulsor principal e Intendente de Policía Sr. José Martínez, vendría a refrendar aquel
proyecto de beneficencia social y fomento a la educación urbana, bajo el tenor siguiente:

“En cumplimiento de lo mandado por el Supremo Gobierno en decreto de 11 de Di-


ciembre último, se ha formado el presupuesto que acompaño con el PLANO, sobre la
construcción del interesante establecimiento del tambo en el extinguido convento de San
Agustín, el que espero que Vuestro Gobernador se dé curso que exige por ser de tanta
importancia y a los interesados nacionales. Considerando Sr. Prefecto, con las personas
que deben ocupar esta casa, es muy conocida su ventaja en su producción que debe re-
caer en beneficencia, la que asegura para lo sucesivo un ramo fijo para el ramo de ella,
que hay poco a poco se va extinguiendo, y el que al cabo quedará sin un fondo seguro
para sostener los establecimientos de Colegios y Escuelas sin necesarias en la Capital.
Su presupuesto asciende a 3000 pesos, nada es Sr. Prefecto, considerando que con este
gasto se consigue un establecimiento de provecho y comodidad al comercio de cocas,
efectos del país, y las personas que asistan a esta ciudad no encuentran un seguro aloja-
miento, a más de conservar un local tan sumamente costoso y apropiado a este efecto, el
que sin este reparo se podría irremisiblemente, quedando después de un solaz increíble
y asqueroso en el centro de la ciudad, perdiéndose al mismo tiempo una construcción
tan costosa y de tanta consideración que hace mucho al aseo y al ornato a la capital de
BOLIVIA”. (ANB: TNC Nº 303, fs. 3007-3007v; 3008-3008v; 3009-3009v (Plano); 3010-
3010v; 3011-3011v; 3012 y 3012v.)

3.5 MERCADO CENTRAL Y “TAMBO DE LA INDEPENDENCIA”

A mediados de 1827 se ejecuta en la capital un ponderable proyecto de “reconstrucción” arqui-


tectónica del mercado central para el abastecimiento de productos alimenticios e insumos bási-
cos. Es importante anotar que el mismo contaba por esos años con un “segundo patio” (anexo
al ahora cuartel y ex Convento de San Francisco), conformando sus prolongadas murallas un
amplio espacio urbano en el epicentro de la ciudad. Siendo “enlosetado” dicho antiguo “Centro
de Abasto”, con la implementación de millares de lozas de piedra geométricamente cuadradas;
a un costo de diez pesos el cien. Mientras las “tapas de desagüe”, como también sus característi-
cos cimientos de las columnas del corredor que conformaba el primer patio, serían íntegramente
tallados en piedra.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 43


Recabando la sucinta relación del material de construcción o técnicas arquitectónicas aplica-
das en las “Obras del Mercado” (ANB – TNC Nº 493, fs. 1495), se tiene conocimiento de la
existencia de diversos tipos de ladrillos: el ladrillo común con un precio de diez pesos el mil,
sumándose a esta sempiterna fabricación artesanal de arcilla procesada “en horno”, los requeri-
dos “ladrillos pastelones”, piezas similares a una pequeña loza de piedra que exclusivamente se
fabricaban para pisos interiores, sin dejar de registrar los extinguidos “ladrillos del largor” que
alcanzaban una dimensión de media vara, los cuales, juntamente a los peculiares “ladrillos re-
dondos”, constituían la materia prima para la erección de pilares con tipología colonial, ambos
con un mayor costo de inversión.

Vista del antiguo Mercado Público o Recoba

Mientras tanto, se cumplía igualmente con el arreglo en la estructura de los techos de teja
común y sólidamente construidos a base de voluminosas vigas, tijerales unidos con clavos
grandes reforzados con resistentes cuerdas de “cuero de buey remojado”, incluyendo las deno-
minadas “costaneras” de maderamen de pino, cañahueca proveniente de la localidad cercana de
Huanifaya, más otros aditamentos secundarios.

Al margen del aprovisionamiento de piedra, arena, cal y yeso, se tuvieron que elaborar centena-
res de “tareas de adobe” bajo estricta supervisión de cuatro maestros constructores, reconocidos
“contratistas” de la época, como eran Don Mariano Cervantes, Vicente Ulloa, Manual Pórcel
y Mariano Méndez, colaborados por una veintena de peones, más media docena de obreros
adolescentes aprendices e identificados en el argot popular de aquel entonces como “cabritos”.
Contratan éstos a “maestros herreros” chuquisaqueños para la confección de sus instrumentos
básicos de trabajo como: badilejos, “alcayatas”, azadones y picos, clavos grandes, faroles para
el alumbrado, aldabas, “chapas de una mano”, quienes también se ocuparían de “calzar las
barretas”; voluminosas barras metálicas sumamente requeridas en las labores cotidianas. Por
otra parte, requieren los servicios de un artesano en carpintería, con el objetivo de aprovisionar
puertas, ventanas, “tablas para los mesones”, más la respectiva confección de algunos catres
que llevaban en calidad de “reposo central”, un cuidadoso tejido con tiras o franjas de cuero
de ganado vacuno; deduciéndose que dichos catres de madera y cuero fueron utilizados en el

44 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


otrora Tambo de la Independencia (f. 1454v). Las obras arquitectónicas -como se advierte- de
gran envergadura, se prolongarían hasta el año 1828 inclusive. En los amplios predios del Mer-
cado Central se contaba además, con “tres tiendas y dos viviendas” de propiedad exclusiva del
municipio capitalino,

De tal manera que todos los indígenas del departamento chuquisaqueño, provincias aledañas y
comerciantes forasteros que visitaban la ciudad de los cuatro nombres, en su calidad además de
ex -guerrilleros patriotas, se beneficiaban con dicha infraestructura cómoda de hospedaje públi-
co y con destino especial a los forasteros -valga la redundancia-, al parecer los mismos fueron
recíprocamente compensados con la reconstrucción de “La Recoleta” más esta posada céntrica,
donde podían pernoctar o depositar sus productos con las garantías que el caso ameritaba.

Vista general del Mercado Público


En las inmediaciones del “Tambo de la Independencia”, ubicado en la actual intersección de
la calle Junín con la avenida Hernando Siles, estratégico punto urbano a la vera de sinuosas
quebradas, solía constituirse en una especie de “limítrofe natural” de las clases acomodadas
que convivían en torno a la plaza mayor (hoy 25 de Mayo) con la gente popular asentada por la
Iglesia de San Sebastián. En este punto de división o franja social urbana, se tenía un peque-
ño “puente colgante” que, al culminar la gestión de 1835, se desplomó a consecuencia de las
inclemencias del tiempo e inevitable desgaste de su estructura en general que denotaba rústica
fabricación, a base de “palos”, “tablas”, maderamen, que hacía de pasarela “armados con clavos
ala de mosca”, sujetando cada extremo, gruesas cuerdas o “tirantillos” que a la vez cumplían
la función primordial de barandas en resguardo de los peatones. (ANB: TNC Nº 874, fs. 429).

3.6 “CASA DE ABASTO” DE CURIPATA Y EL PRADO”

Su vocablo ancestral es Q’uri Pata que, en quechua significa, colina de las “cañas huecas”, de-
bido a que en dicha zona se encontraban dos especies: la “Socko y Q’uri”. Se ubica en lo que
hoy es la plazoleta 1º de Mayo frente a la Cooperativa de Telecomunicaciones Sucre. En torno
a la colina se encuentran atractivos turísticos como la casa de Dña. Juana Azurduy de Padilla,
insigne guerrillera de la independencia.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 45


El 6 de septiembre de 1825 (textual; ANB: TNC Nº 48, FS. 1584), los señores del ilustre cabil-
do, reunidos en sala capitular, habían decidido por unanimidad otorgar en “arrendamiento” la
Cancha de Curipata, para poder cubrir los gastos destinados y demás HONORES DE RECIBI-
MIENTO HECHOS AL LIBERTADOR SIMÓN BOLIVAR.

Plazuela 1o de Mayo
Siendo que el gobierno municipal capitalino se hallaba prácticamente “exhausto del ramo pro-
pio”, firman un contrato público de alquiler con el ciudadano Patricio Robles Gorena, por un
monto de 1.950 pesos, por el lapso de un año estableciendo el predio como centro de abasteci-
miento destinado a la oferta de productos “al por mayor”, con más “sus tiendas”. La llamada
“cancha de Curipata” contaba “con once tiendas (por 3 ps. mensual), dos cuartos (2 reales por
día), y tres chicherías (alquiler 6 reales al mes)”. Mientras que su amplio corral estaba destinado
a las recuas de carga procedentes del interior con diversos productos agropecuarios. (ANB TNC
Nº 48, FS. 1612).

Casi una década después (2 – IV- 1833), el “tasador de las fincas urbanas” Francisco Paula
Sanz, por instrucciones directas de la comandancia prefectural, ejecuta un estudio técnico de la
“Casa de Abasto de Curipata” para una pronta restauración. Las labores se inician con el res-
pectivo retejo general (usándose tejas coloniales), más el “reforzamiento” de los cimientos del
patio. Igualmente se procede con el arreglo del corral adyacente, empleándose en los trabajos
aquellos imprescindibles materiales de construcción como la piedra tallada, quintales de cal y
arena seleccionada (ANB: TCN Nº 880, fs. 1071).
Otro estratégico centro municipal de este género, pasaría a convertirse en la flamante “Casa
de Abasto del Prado” (28 – III – 1833), la cual sería diseñada con su propio corredor para el
ingreso. Dentro aquel plan de rehabilitación arquitectónica, emplean “trescientas tejas para la
barda y varias tareas de adobes”, contratándose además un maestro albañil, con el objetivo de
“calzar” los cimientos del corral e inmueble de abastecimiento público. (ANB: TNC Nº 880,
fs. 1071 – 1071v).

A principios de 1836 y mediante una “Cuenta de la composición de las tiendas de la “Cancha


de Curipata”, se informa detalladamente sobre el cambio gradual de sus “tijerales y costane-
ras” más la renovación total de los tejados (ANB: TNC Nº 874, fs. 1066). Por lo mismo, cabe
ponderar la eficiente administración municipal de aquellos antiguos centros de comercializa-
ción popular, a través del “Reglamento para las Casas de Abasto de esta ciudad y dado por el

46 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Concejo Municipal” (a través de una veintena de artículos legales) priorizando la preservación
estructural arquitectónica de dichos inmuebles.

A saber:

Art. 1º Todo rematador recibirá el local de la Casa de Abasto, bajo un formal inventario,
arreglado al cual deberá hacer la entrega, siendo responsable de todo detrimento causa-
do por omisión suya, conforme a las leyes.
Art. 2º Toda refacción del Edificio que no alcance a la suma de veinticinco pesos,
se practicará por el asentista en las casas de Abasto cuyo local corresponde a la Muni-
cipalidad; siendo de cargo de esta la refacción, cuando sea la cantidad mayor, previo el
respectivo presupuesto.
Art. 3º Es obligación del Rematador hacer barrer diariamente a su costa el patio,
y los corrales cada ochos días, consultando el bienestar de los vivanderos y sus bestias;
y no podrá criar ni permitir cerdos u otros animales perjudiciales, bajo la multa de dos
a ocho reales, que la impondrá según las circunstancias, el Comisario encargado de la
Casa de Abasto.
Art. 4º Es también de su obligación cuidar de que las habitaciones tengan toda se-
guridad por medio de buenas llaves y del todo diferentes; de manera que la llave de una
habitación no pueda abrir otra, siendo responsable de cualquier perjuicio que sufran los
vivanderos, por omisión ó falta en cumplimiento de esta artículo.
Art. 5º Ningún Rematador de las Casas de Basto puede tomar para si clase alguna
de víveres con el objeto de especular; sino puramente los necesarios para su subsistencia
y la de su familia.
Art. 6º No podrá ejercer por sí, ni por interpósita persona, los oficios de regaton,
vendedor o comisionista.
Art. 7º Llevará un Libro de las internaciones diarias con expresión de las especies,
número de cargas, y personas que las introduzcan. Estas partidas serán firmadas por el
Comisario de turno y el asentista; quien pasará una copia mensual al Administrador del
tesoro público con visto bueno del Comisario.
Art. 8º La venta de los víveres principiará en invierno á las siete de la mañana, y en
verano a las seis, hasta las cinco de la tarde, prefiriéndose hasta la diez a los vecinos,
por el Comisario encargado, quien deberá asistir por la mañana y por la tarde.
Art. 9º Los dueños de los víveres gozarán de plena libertad para contratar sobre el
valor de ellos; son sujeción a lo dispuesto en el artículo anterior, sin poder los asentistas,
ni persona alguna, intervenir para fijar su precio.
Art. 10º Los víveres de mala calidad que se internen en las Casas de Abasto, se presenta-
rán por el asentista al Comisario, quien los inspeccionará con dos peritos para que de-
clarados de mala calidad y perjudiciales á la salud de los consumidores, impida su venta.
Art. 11ºLos asentistas solo recaudarán un medio real por cada carga que se interne, y
otro medio por la persona del vivandero siempre que haga noche en la Casa de Abasto;
sin hacer exacciones violentas ni faltas á la consideración que se merecen los interna-
dores.
Art. 12ºLos vivanderos que ocuparen una habitación en la Casa de Abasto, por más tiem-
po que el de tres días, pagarán un medio real por persona, y uno, el que ocupase solo,
una habitación entera.
Art. 13º Cuidará que no se vendan las especies internadas en la Casa de Abasto con el
objeto de expenderlas, ni se saquen con pretexto alguno, mientras que el Comisario tome
conocimiento de ellas, para que tenga lugar lo dispuesto en el artículo octavo.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 47


Art. 14ºLos vivanderos que de tránsito introduzcan sus cargas, no pagarán derecho al-
guno, teniéndose cuidado por el asentista, de que el caminero respectivo las conduzcan
hasta verificar la entrega al caminero de la parte por donde ha de salir fuera del pueblo,
para evitar fraudes que sin esta precaución serían frecuentes; más si el vivandero hiciere
noche en cualquiera de las casas de Abasto, pagará un real por la ocupación que del co-
rral hagan su bestias sino llegaren a treinta, y pasando de este número dos reales; más si
continuaren en ella sin expender sus efectos se observará lo dispuesto en el artículo 12.
Art. 15ºCuidará de no permitir desorden alguno, principalmente por parte de noche, dan-
do cuenta a la policía oportunamente siempre que sus esfuerzos no basten a contenerle.
Art. 16ºLos Comisarios no podrán encargarse de una Casa de Abasto por más tiempo que
el de un mes, debiendo cada 1º turnarse respectivamente.
Art. 17ºEl Comisario de turno inspeccionará diariamente las habitaciones que no estén
ocupadas, para lo que, las tendrá abiertas el asentista.
Art. 18ºEl asentista pondrá á su costa un portero, cuya obligación será velar sobre la
seguridad de la puerta, la que se cerrará al terminar el día, cuidando de abrirla para que
salgan y entren los vivanderos hasta las diez de la noche, hora en que se echará llave sin
permitir después se abra con ningún pretexto sin su expreso consentimiento.
Art. 19ºToda persona tiene derecho para denunciar los abusos contravenciones del asen-
tista, á S. el Prefecto del Departamento para su remedio; con la seguridad de no ser
delatada la persona denunciante, la que tendrá la gratificación, de percibir los derechos
correspondientes al asentista, cuando hubiere lugar.
Art. 20ºTodo fraude ó contravención del asentista á lo dispuesto en los artículos ante-
riores, será castigados con una multa de uno hasta cincuenta pesos o con la pérdida del
contado que hubieren adelantado, según la gravedad del hecho y sus circunstancias.
Art. 21ºEl presente Reglamento estará constantemente fijado en una tablilla en la puerta
de la calle, para inteligencia de los vivanderos, compradores y demás concurrentes.
Dado en la Sala de Sesiones del Concejo Municipal, en la Capital Sucre, á 8 de Febrero
de 1841 – Mariano Fernández Bustamante, Vice – Presidente accidental—Juan de la
Cruz Benavente, Secretario. (ANB: TNC Nº 14846, fs. 1892).

3.7 ARREGLOS ORNAMENTALES EN LA “PLAZA DE LA VICTORIA”


Y EL PRADO (PARQUE SIMÓN BOLIVAR)

Don Ramón García Pizarro, Presidente de la Audiencia de Charcas, planeó y ejecutó un jardín
público rodeado de álamos al que se denominó el Prado o la Alameda, construido a mediados
del siglo XVIII.

Vista general Parque Bolívar

48 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


En conmemoración oficial al Tercer Aniversario de la Fundación de la República de Bolivia, el
dignatario de estado en coordinación con las autoridades departamentales, proceden a la entre-
ga de dos réplicas de considerables dimensiones de la BANDERA y el ESCUDO NACIONAL.

Ambas emblemas nacionales serían prolijamente erigidas en estructuras de metal, en inme-


diaciones de la plaza anexa al hospital de Santa Bárbara y simultáneamente al interior de los
predios del actual parque Simón Bolívar, cual otro homenaje a los hechos independentistas
recientemente suscitados.

Inicialmente fue denominada “Plaza de la Victoria” (una vez creada la república), siendo el hos-
pital de Santa Bárbara el edificio público más importante de su entorno. Las robustas paredes
del nosocomio, cobijaron y sirvieron de “cuartel general” a los guerrilleros patriotas chuqui-
saqueños. Las áreas verdes del otrora Prado y demás trayectos en dirección al norte de Potosí,
eran en realidad considerados los “dominios insurgentes” del reconocido guerrillero patriota
Don Manuel Ascencio Padilla, vecino de la localidad de Moromoro.

En este entendido, uno de los sagrados emblemas patrios y debidamente seleccionado por con-
senso cívico, fue precisamente la fabricación de una enorme réplica en honor a la primera Ban-
dera Nacional de Bolivia (obra artísticamente diseñado por el maestro José Piza; ANB – TNC
Nº 493, fs 1654), con la ayuda de algunas planchas e inversión de medio centenar de “latas”
para su respectivo repujado.

Aunque no se especifican las medidas exactas de la aludida Bandera Nacional, los proyectistas,
debido al tamaño, verían necesario reforzar los bordes de largo y ancho con “varillas de fierro”,
para luego fijarla en plena cúspide del “Obelisco de la Plaza de la Victoria”, constituyéndose en
un acto de profundo homenaje simbólico a la independencia republicana.

Conviene recordar, respecto del obelisco, que el mismo fue construido con dineros provenientes
de una severa imposición de parte del gobierno español en contra del gremio de los panaderos.

A propósito del reconocido sector de los “panaderos” (según otra referencia documental de la
época ANB – TCN Nº 249, fs 2698), figuran casi una decena entre los principales elaboradores,
quienes seguramente contaban con hornos a leña (hábilmente confeccionados con el tradicional
ladrillo chuquisaqueño). En fecha 2 de enero del año 1838, las panaderías son registradas por
los nombres de sus propietarios; a saber: Juan Pórcel, Manuel Chumacero, Joaquina Gallardo,
Casimira Castro, Nicolás Serrado, Rafael Campos, Victoriano Meza, María Ureta e Isidoro
Campos; tradicionales familias que aprovisionaban el “pan de cada día” a la población.

En inmediaciones del extenso perímetro del Prado (hoy Parque Simón Bolívar), las máximas
autoridades gubernamentales habían decidido construir otros dos atractivos simbólicos de ca-
rácter cívico dignos de ser mencionados. En el área de ingreso se hallaba una gran pirámide
(Ver expediente - 21 sobre “Pirámide del Prado de esta Ciudad”, ANB – TCN Nº 493, fs. 1654),
cual si fuese “obelisco gemelo” de la “Plaza de la Victoria”.

En la “cabecera del citado obelisco del Prado”, se instalaron en lo más alto los primogénitos
símbolos patrios del Escudo Boliviano. Vale decir, el Sol, el Gorro de la Libertad y, lógica-
mente, la imagen del Cóndor de Bolivia, hábilmente diseñados en metal por el maestro herrero
Tomás Flores, a través del respectivo “forjado” y aplicación de cuatro arrobas y una veintena
de libras de hierro.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 49


Haciéndose mención también a la existencia de un enorme estanque construido en pleno Pra-
do. Sólidamente estructurado a plan de “cal y canto” (cubos de piedra talladaos al pie de las
canteras ubicadas en las zonas de Gracilazo o en las faldas del cerro Sicasica), que coadyuvaba
a la mejor conservación del agua potable y que se constituía en “estanque público”. Se puede
considerar como “proyecto precursor” de la ornamentación ecológica urbana.

3.8. DE PALACIO ARZOBISPAL…. A PALACIO DE GOBIERNO Y RE-


SIDENCIA OFICIAL DEL MARISCAL ANTONIO JOSÉ DE SUCRE

Mediante Bula de 27 de junio de 1552, la Villa de La Plata es designada Obispado de Charcas


y posteriormente ascendida al rango de Arzobispado de La Plata con una extensa área de admi-
nistración eclesiástica colonial. Durante los siglos XVI, XVII XVIII, funcionó en los actuales
predios de la Prefectura Departamental de Chuquisaca.

Según documento proveniente del Archivo Nacional de Bolivia (con fecha 1º Octubre – 1827),
se conoce que el Sr. Presidente de la República, Mariscal Antonio José de Sucre, habitó y con
carácter permanente en el Palacio Arzobispal de La Plata. Después de la guerra de la indepen-
dencia, el aludido inmueble de tipología peculiar (Ver ilustración del legendario explorador y
naturista francés Alcides D’Orbigne), se conviertió en el principal establecimiento del poder
ejecutivo o Palacio de Gobierno de la República de Bolivia.

Los ambientes eclesiásticos fueron refaccionados, recomponiéndose los techos construidos con
teja colonial, más el respectivo “reboque y blanqueo en el interior del Palacio de su Excelencia
(textual); incluyendo el blanqueo de sus pilares con cal (ANB: TNC Nº 48, fs. 1404).

Vista del lateral de la Gobernación

50 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Una semana a la celebración de las fiestas cívicas mayas en la capital, el 18 del mes de mayo
de 1832, concluyen una serie de obras civiles dentro el “casco viejo”. Su responsable, Inten-
dente de Policía, ciudadano Pedro Diez Canseco, fiscaliza el cambio total del enlosetado en
las veredas que circundan al Edificio ex – Palacio del Arzobispado de Charcas de la Villa de
La Plata y sus arterias adyacentes. Utilizan 1.270 unidades de lozas de piedra. Responsable de
los trabajos, el “maestro albañil” contratista Don Mariano Corro (con un haber de seis reales
diarios), más una activa participación de peones e indígenas, quienes se encargaban de proveer
las “tareas de arena” y decenas de quintales de cal. Transcurrido un semestre (31 – dic- 1832),
se asigna medio millar de pesos con destino al amoblado y decoración lujosa del “sitial y docel”
(textual) en dicho Palacio Presidencial. Para ello adquieren más de medio centenar de varas “de
terciopelo carmesí”. (ANB; TNC Nº 8920, fs. 1668).

A través de un informe anexo, se ratifica que el Palacio Presidencial contaba con una estructura
de dos plantas, ya que hacen mención al “tabique del alto” e igualmente a la recomposición
de “dos varillas para la Azotea”. Asimismo, destaca “el techo del Correros de su Jardín”, es-
pacio de ornamentación al interior de la mansión presidencial, que era objeto de un esmerado
mantenimiento. Sumándose a este interesante complejo recreativo de aquella época, un “Baña-
dor” (pequeña piscina privada), que formaba parte del jardín del PALACIO DE GOBIERNO.
(ABNC: TNC Nº 890, fs. 2022 – 2022v).

En la ornamentación de gala y “ENCORTINAR EL CORREDOR DEL JARDÍN”, emplean un


centenar de “macanas”; maderamen de dos varas con destino al armado de la estructura gene-
ral. Más ocho docenas de argollas amarillas, diez cordeles, “una piecita (textual) de hilera para
presillas y el trabajo del sastre en la construcción del dicho cortinaje”. (ANB: TNC Nº 890, fs.
2022 – 2022 y 2080).

En fecha 24 de agosto de 1840, se presenta ante el tribunal nacional de cuentas y almonedas


establecido en Chuquisaca, “el presupuesto que se forma para la REFACCIÓN DEL PALACIO
DE GOBIERNO por orden de su gobernador el Prefecto”. Requerimiento financiero global que
refleja mejor la “cotidianidad en la vida presidencial”, el cual alcanza aproximadamente mil
pesos los cuales son invertidos en diversos ítems, entre ellos:

MATERIALES.- Mil tejas (15 ps.), cien qq. de cal (37 ps), diez tareas de arena (c/u a 1
ps), trescientas lozas (10 ps. por cien) y, quinientos ladrillos “a un peso el ciento”.
HOJALATERÍA.- Por once vidrios grandes (c/u a 3 ps.), ocho vidrios regulares (c/u a 2
ps.), siete vidrios medianos “para tiras y serchos” (a diez reales), un farol nuevo para el
segundo patio (en dos pesos), la compostura de cinco faroles (tres pesos), composición de
las vidrieras rotas y limpiaduras de todas las ventanas y puertas (11 ps. y 4 rls).
PINTURAS.- “Por pintar al óleo LOS CINCO BALCONCITOS” y puertas vidrieras y
PUERTA PRINCIPAL QUE DÁ A LA PLAZA (20 PS.), por los FRIZOS de las paredes
de la calle al temple y en los del patio principal y corredor del alto con pinturas finas (12
ps.), por dos faroles de los balcones grandes (c/u a p.- ps.).
HERREROS.- Por nueve picaportes grandes (a 6 rls.), por otros nueve picaportes pe-
queños (a 4 rls.); incluyéndose los “costos menores” por concepto de nudos de visagras,
“chapitas de los cerrojos de las ventanas” de la CUADRA DEL ALTO”, más la com-
postura de las chapas de las puertas DE LA CUADRA DE ABAJO, una llave PARA LA
ANTESALA y otros por citarse.
CARPINTEROS.- “Por compostura de veinte sillas del COMEDOR Y DEL ALTO DE LA
(textual) DE MARA, asientos de “pasua azul”, refacción de cuatro bancas forradas con

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 51


terciopelo carmesí, por tres catres para LOS CUARTOS DEL SEGUNDO PATIO, cajas
embarnizadas, mesas con su cajones, por UN ESCAÑO PARA LOS EDECANES, más por
una mesa de escribir con cuatro cajones y forro de paño PARA EL USO DE SU EXCE-
LENCIA (Presidente de BOLIVIA Mariscal Andrés de Santa Cruz), por la refacción de
sofás o de dar vuelta los forros, por UNA GARRA DE BRONCE para un pie del sofá y
costura de los mismos, por tres docenas de sillas DE JUNCO, casi un centenar de yardas
de JERGON destinado al TAPIZADO DE ALGUNAS HABITACIONES DEL PALACIO
por dos CAJONES VELAS DE ESPELMA (alumbrado del palacete), a través de CAN-
DELEROS DE TRES LUCES (c/u a diez ps.)”. (ANB: TNC 14783, FS. 2079 – 2079v. Y
2080).

De tal manera que la colección o estilo de los muebles vigentes en aquella época tenía una
fuerte influencia europea, detalles en madera tallada y cuero artísticamente repujado más (entre
sofás de lujo, sillones robustos y un sin número de “silletas apoltronadas”).

La relación de los costos en la rehabilitación del entorno físico arquitectónico en general, tiene
la función elemental de información conocer sobre los impactos o efectos socioeconómicos que
generaba este tipo de actividad gremial en los diversos estratos sociales de la ciudad.

Los antecedentes minuciosos que se han podido recoger en la investigación respecto de la


preservación arquitectónica en los albores de la vida republicana, permiten ratificar documen-
talmente sobre la cultura capitalina de protección y resguardo de su tradicional tipología arqui-
tectónica colonial, preocupación y práctica que ha posibilitado, hasta hoy, la preservación de la
arquitectura del “casco viejo” urbano, valioso potencial turístico a nivel mundial.

3.9. PROYECTO DE REHABILITACIÓN DEL COMPLEJO Y HOSPEDAJE EN


LOS “BAÑOS DE TALULA” (QUILA -- QUILA)

Área aledaña al municipio chuquisaqueño de Quila–Quila (distante a menos de cincuenta ki-


lómetros de la Capital Sucre), donde se hallan anexas las prodigiosas vertientes medicinales
de Talula. En el mapeo geológico nacional, esta área forma parte de la terminación de la Cor-
dillera de los Frailes e innegablemente sus yacimientos con brotes de agua que hierven a altas
temperaturas, son la continuación de esa gigante cadena volcánica diseminada a través de todo
el macizo andino boliviano. Pues, según expertos científicos en el tema, confirman que hace
cien millones de años se generaría dicha fuerza centrífuga que ocasiona la expulsión de líquido
elemento y compuesto a la vez, por una suerte de elementos químicos ciertamente muy benefi-
ciosos para diversos tratamientos o curaciones corporales.

En este entendido, los asiduos visitantes capitalinos hacia las “Aguas Termales de Talula”, re-
presentados por el intendente de policía, José Martínez, expresan su preocupación por la preser-
vación de aquellos predios. Conminan al gobernador de la provincia de Yamparáez, Francisco
de Mendizábal (7 /Julio / 1836), a tramitar ante la prefectura departamental un desembolso
financiero con destino a las obras de restauraciones arquitectónicas e indicándole que “La Casa
de Baños que costó grandes trabajos al formarla, requiere algunas composiciones y antes que
las aguas inmediatas (época de lluvia) no los haga mayores”. (ANB: TNC Nº Expediente
“Presupuesto aprobado por el Supremo Gobierno para la Refacción de las Casas de Baños de
Talula”, ver fs., del 20 hasta el 30)

52 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Según la división de la estructura gubernamental de ese entonces, el área de estudio era conside-
rado dentro el rango de “caserío” y dependía directamente del corregidor de Quila–Quila, Don
Justo Cervantes. Además contaban a su servicio con un “encargado” del llamado Caserío de los
Baños de Talula (con veinte pesos de honorarios anual), responsabilizándose de los cobros por
concepto del “arriendo de dichas casas”.

Transcurridos seis meses de trámites burocráticos (3 / Enero / 1837), efectuados ante el mi-
nisterio de hacienda y cuyos ejecutivos al no contar con una partida específica, sugieren más
bien recurrir a los fondos sobre “contribución indigenal del tercio de San Juan”, frente aquella
incertidumbre fiscal, saldría a la palestra un honorable cliente de los tradicionales “Baños de
Talula”; se trataba nada menos que del máximo dignatario del estado boliviano Mariscal Andrés
de Santa Cruz y que instruiría no solamente su provisional restauración, sino que aprobaría in-
mediatamente la elaboración de su respectivo plano, el cual trasluciría el ambicioso complejo
recreativo que, finalmente, se aprobaría: “El presupuesto para la obra de los Baños de Talula,
SEGÚN LAS ÓRDENES DE SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE, Y EL PLANO QUE SE
ACOMPAÑA” (ANB: TNC – CHUQ. AÑO 1836, fs.3941)

Previamente al análisis del costo global de este ambicioso proyecto (Obras civiles que incluían
el mejoramiento o apertura de caminos a herradura provenían desde la gestión de 1835), resulta
oportuno hacer mención especial a esos por demás ocurrentes denominativos asignados a cada
uno de los reducidos “espacios rústicos de veraniego”, que se pueden leer en el improvisado
plano a todo color.

Así, se invocarían por ejemplo, inspirados por el entorno geofísico peculiar de aquellas “aguas
calientes” e impregnadas por un denso vapor, que inspiraron a bautizarlos cual si se tratasen los
mismos recipientes construidos a base de calicanto como “El Purgatorio”, que se hallaba junto
al otro estanque del “Infierno”; ambos ubicados con dirección a las “serranías del frente”. O,
en cambio, mencionar también al área adjunta e identificada como “La Gloria”.

Sin el ánimo de entrar en otros detalles y los cuales saltan a la vista en el plano presente (aun-
que sin las coordenadas cartográficas de rigor), se puede deducir que dicho complejo estaba
situado casi a la vera del río Pilcomayo y muy cerca de “la población de indios”. La Casona de
los “Baños de Talula” contaba con su respectivo portón arqueado de ingreso e igualmente un
pequeño patio que le separaba por el sector superior con la “Casa para Pobres”. En las áreas ver-
des anexas se encontraban ingeniosamente distribuidos sus afamados “Estancos” o estanques a
los que se acaba de hacer referencia.

Los materiales de construcción utilizados en el mencionado complejo de LOS BAÑOS DE


TALULA sobrepasaría la suma de “mil trescientos pesos”, de acuerdo al cuadro sinóptico que
a continuación se presenta:

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 53


Croquis “Baños de Talula” 1835

Materiales / Obras Civiles Madera / Construcción “Otros Aditamentos”


90 tareas de adobe 30 tijerales 21 “mulas / cañahueca”
6.500 tejas 160 costaneras 8 cueros de vaca para ase-
gurar tijerales
6.500 ladrillos 10 “mulas de madera” 20 cargas de paja con des-
(para puertas/ventanas) tino a los “entre-techos”
200 qq. cal 6 “pilastras de madera para Incluyendo libras de cla-
los corredores” vos, más “chapas”
50 qq. yeso Tres puertas grandes
Dos ventanas grandes
20 tareas / piedra
Contratación de un “Maestro Al-
bañil y Encargado de la obra en
los techos por un carpintero”
Fuente de Referencia.- “Presupuesto de los gastos en la construcción de la Casa; y Baños de Talula con más las
cuentas de su inversión por estar conclusa ya la obra 1835 – 1837” (ANB: TNC – CHUQ. 1836, fs. 3940 (plano);
3941; 3972 y 3977)

54 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


3.10. 
HOSPITAL “SANTA BÁRBARA”; SUS PRIMERAS RESTAURA-
CIONES Y AMPLIACIONES ARQUITECTÓNICAS

Llamado también “Hospital Real o de Pobres” es uno de los pocos ejemplos del arte arquitectó-
nico renacentista en Bolivia. Su construcción data del año 1557 a 1563 y fue fundado en 1554
por Bartolomé Hernández. Su administración tuvo varias épocas, la primera hasta 1563, a cargo
de sacerdotes y almas piadosas; desde 1564 a 16664 por un administrador mayordomo, desig-
nado por el patronato Real. Desde 1665 a 1823 la administración es confiada a los religiosos de
la orden de San Juan de Dios, para luego pasar a depender, desde 1823, de personal seglar. Por
último, a fines del siglo XIX pasa a depender de la orden de las Siervas de María.

Vista de la Portada del Hospital Santa Bárbara

Posteriormente es administrado por la H. Alcaldía Municipal de la Capital Sucre hasta la ac-


tualidad. El edificio tiene tres patios: el primero aún conserva su estructura renacentista junto
a la iglesia de cuya construcción sólo queda el artesonado y la fachada, interiormente la iglesia
presenta un estilo neogótico que data de 1887.

A mediados del año 1833, el supremo gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz, instruye
la ejecución de una serie de restauraciones arquitectónicas en el centenario hospital, bajo las
especificaciones técnicas siguientes:

• Construcción de un corredor con un arco menos del que ocupa actualmente el frente de la
entrada de las salas (ANB: TNC Nº 98, fs. 1476).
• Ampliación de 150 “covachas” con 2 ¼ varas de largo por el 1 ¼ de ancho. Dichas co-
vachas de medio punto, irían separadas a través de una columna divisoria de un ladrillo y
medio de volumen, sobre tres varas de alto, más su piso de estuco.
• Apertura de sus ventanas en los ambientes en la “sala militar” e igualmente una decena de
“ventanas de medio punto ” para la sala de mujeres.
• Al margen de “ensanchar el patio” central (textual fs. 1476 v), construyen una nueva lavan-
dería anexa a dos estanquillos de cal y ladrillo. Existiendo dos piletas principales de agua

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 55


potable, una próxima al “cuarto de baños” y la otra por inmediaciones de la cocina (con
“hornagos” o chimeneas siempre a base de cal y ladrillo); el desagüe atravesaba su extenso
canchón que tenía un desnivel natural para el sistema de alcantarillado rústico.
• Rehabilitación del techo en habitaciones del segundo piso existentes al interior del subsi-
guiente patio. Renovación de los ambientes ubicados “frente al Claustro” (sector izquierdo
del pasillo principal), donde se realizaban las “prácticas mayores” de cirugía; estando ubi-
cadas sus ventanas hacia el fondo y con vista hacia el canchón.
• Asimismo, se instruye a los maestros contratistas “formar un huerto botánico en el segundo
patio actual (…)”. Anexo al aludido canchón del hospital, estaba el “campo Santo” o ce-
menterio, cuyo espacio se hallaba separado por una muralla construida de adobe.
• Construcción de “un anfiteatro para disecciones de los cadáveres”, de ocho varas de largo
por seis de ancho (otros seis de alto), “con su piso enladrillado”, incluyendo obviamente
puertas y ventanas.
• “Formar una nueva Sacristía con su puerta de entrada en la Iglesia y una ventana hacia
la calle”. Refacción general de las “paredes exteriores e interiores” del nosocomio. Más la
protección de sus ventanas a través de rejas metálicas.

A partir de 1833, al margen de las obras de restauración citadas, lo más relevante fue sin duda
la determinación de construir una “Sala nueva de Mujeres” de 50 varas de largo sobre 8 ½ de
ancho (cita el mismo documento fs. 1476 v – 1477 e inciso 18ª), con un cimiento de “dos varas
de alto”. La enorme sala daría lugar en realidad, a la creación de su arquería en el segundo patio
ya que textualmente especifican:

“Entendido que todo el terreno que sobrase de las cincuenta varas que tendrá de largo la expre-
sada SALA se empleará en formarle un patio; ESTA SALA TENDRÁ AL MEDIO UNA FILA
DE ARCOS SEMEJANTES A LOS QUE FORMAN EL CORREDOR ACTUAL DE LA EN-
TRADA PRINCIPAL DE LAS SALAS”. Añadiéndose además; “Para sostener el techo, tendrá
igualmente una buena puerta de entrada, y 16 ventanas; ocho a cada frente”. (doc. cit. fs. 1477).

De acuerdo al presupuesto pormenorizado y debidamente expuesto, se conocen las siguientes


especificaciones técnicas aplicadas en la misma:

“Los medios puntos de estuco”, arcos, cornisas, bases, capiteles y el tabique a construirse sobre
la nueva arquería, más la grada, portones, pilares y “cajones” alcanzarían la cantidad de 98.400
ladrillos comunes. Otros 7.500.- “ladrillos pastelones” destinado al revestimiento de todos los
pisos interiores. Mientras, “para la erección de los pilares de los corredores que hande formar-
se”, se requerían nada menos que cinco mil “ladrillos redondos”.

Consignan por ítems en el presupuesto 14.000 tejas, 70 cargas de “caña – hueca”, centenares
“tareas de piedras”, “tareas de adobes”, madera o tijerales del techo (con una veintena de tiran-
tes a colocarse en “cada nave”), incluyendo a cuarenta cargas menores de costaneras”, medio
centenar de puertas y ventanas con sus respectivos “bastidores” (marcos), rejas de hierro, cla-
vos, aldabones, cuero y otros materiales complementarios. El cronograma laboral del proyecto
es de 460.- días, donde además trabajarían treinta peones por cada jornada, el costo global de
dichas obras alcanza la suma de 13.774.- pesos.

56 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Vista del Hospital Santa Bárbara

La elaboración del plan de restauración arquitectónica estuvo a cargo de Francisco Sanz y la re-
cepción del mismo rubrica el Dr. O. Corrales, en calidad de director del hospital Santa Bárbara.
Mientas el “maestro contratista” para las obras en general es Tomás Pobeda. En conformidad
del mismo, rubrican el “Ecónomo del Hospital de Santa Bárbara y proto -Médico Cirujano
Mayor Dr. Don Venancio Rojas del Tejo, junto al Dr. Don Carlos Augusto Torally (galeno de
procedencia italiana), cerrando el acta el inspector fiscal Dr. O. Corrales.

Cabe hacer especial relevancia a ese acertado criterio de conservar su característica arquitectura
de tipología colonial en los trabajos de ampliación. Siendo el hospital de Santa Bárbara, objeto
de complejas obras civiles que se prolongarían inclusive hasta el año 1835.

A continuación se hará una sucinta relación del “Plan de Trabajo” adjunto al expediente, para
una mejor ilustración, teniéndose en cuenta que dicha restauración fue una de las “obras estre-
llas” del gobierno previa aprobación de una treintena de cláusulas a especificar:

1º. Formación de un Corredor con un arco menor del que ocupa actualmente al frente de la
entrada de las Salas; a este efecto desatar los dos cuartos que ocupan este sitio.
2º Formar una pared divisoria en la Sala 1ª, desatar el Coro, abrir una puerta y una venta-
na de medios puntos.
3º Formar 150 covachas de medio punto separadas con una calamina divisoria de un la-
drillo y medio de ancho, sobre 3 varas de alto, su piso de estuco: la covacha tendrá dos
varas y cuarta de largo sobre vara y cuarta de ancho.
4º Abrir más ventanas de medio punto en la sala actual de Militares.
5º Abrir 10 ventanas de medio punto en la sala actual de los Mujeres y abrir de nuevo el
arco cerrado que se halla a la entrada.
6º Desatar el cuarto de la puerta falsa de la Sala de mujeres actual, cerrar dicha puerta y
componer su corredorcito.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 57


7º Ensanchar la ropería con la parte de la Sala del santo que le corresponde, abriendo co-
municación con dicha sala del santo, formar andamios de estuco todo el rededor de la
expresada ropería para colocar la ropa y abrirle dos ventanas de medio punto.
8º Desatar el resto de la Sala del canto para formar un corredor a la sala actual de las
mujeres; este corredor será semejante a el de a fuera de la entrada principal y deberá
continuarse hasta el corredorcito existente de la puerta falsa de la sala de mujeres ex-
presada.
9º Desatar las covachas de la sala actual de incurables, abrirle tres ventanas de medio pun-
to, refaccionar su techo y paredes para formar una colchonería.
10º Desatar el altillo medio caído que existe en el patio de la sala del canto, terraplenando
al nivel del corredor que a va formarse al frente de la sala de mujeres actual, formando
un común de seis asientos, dándole desahogo por donde lo tiene el común actualmente
existente.
11º Desatar la pared de medianía del patio de la sala del canto con la actual para ensanchar
el patio y formar la lavandería y un patio a la cocina nueva.
12º Conservar de la cocina actual un lugar suficiente para formar un cuarto , baños, con-
servando el cuarto de las aguas en dicho cuarto, hacerlas pasar después en el patio
inmediato de la cocina nueva y de ay a la lavandería para seguir poniéndole pita en
medio del patio, formar en dicha lavandería dos noques o estanquillos de cal y ladrillo
para lavar la ropa , formar una pilita en el cuarto de baño nuevo, y otra en el patio de la
cocina nueva; conducir el resto de las aguas en el canchón.
13º Techar la cocina nueva que se va haciendo, formarle hornagos alrededor de cal y ladri-
llo, dando desahogo o salida al humo por chimeneas pequeñas que están en las partes
laterales del techo, formarle una mesa de adobe forrada con tablas en el centro.
14º Desatar el techo y entretecho del altillo que hace frente al 2º patio por estar dicho en-
tretecho y techo amenazando ruina, conformar sus habitaciones poniéndoles puertas y
ventanas.
15º Desatar los techos de la izquierda y del frente en el claustro donde existe el cuarto del
practicante mayor por ser vencidas la mayor parte de los tirantes que los tienen y en muy
mal estado, dichos techos; componen las habitaciones de la mano izquierda del claustro,
con dos de ellas formar una sala de oficiales y ponerles puertas nuevas y ventanas al
canchón.
16º Formar con el cuarto actual del prior una sala de incurables para hombres, y con el
cuarto del practicante mayor una sala de incurables para mujeres, con vista a un patio
pequeño que existe actualmente; abrir las 4 ventanas de medio punto a dicho patio y
componer la bajada a este.
17º Formar un huerto botánico en el 2º patio actual, conduciéndole las aguas desde el patio
principal, formarle pila, dar desagüe a las aguas de dicho huerto, abriéndolas una salida
al canchón; para formar el huerto, se responderá a una vara y media de pared o pretiles
situados entre los arcos, guarneciéndoles de picos de hierro para impedir la entrada y
formarle una puerta de rejas de palo.
18º Desatar la pared del galpón actual que da al campo santo, y la pared que concluye di-
cha sala en el mismo campo santo, reforzar la pared correspondiente a la mano derecha
del corredor, con medio adobe; en este sitio se formará una sala nueva de mayores de
cincuenta varas de largo sobre ocho y medio de ancho, las paredes elevadas sobre un
cimiento de dos varas de alto por la desigualdad del terreno, serán de adobe y medio, y
se continuarán hasta la pared que limita el campo santo, entendido que todo el terreno
que sobrase de las cincuenta varas y que tendrá de largo la esperada sala, se emplea-

58 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


rá en formarle un patio. Esta sala tendrá al medio una fila de arcos semejantes a los
que forman le corredor actual de la entrada principal de las salas, para sostener el
techo; tendrá igualmente una buena puerta de entrada y diez y seis ventanas, ocho a
cada frente.
19º Desatar la sacristía actual.
20º Formar una capilla para el depósito de los cadáveres en el sitio donde está principiada;
tendrá siete varas de largo, sobre seis de ancho, y cinco de alto con su puerta y ventana
de umbrales.
21º Formar a continuación de la Capilla dicha, un anfiteatro para disecciones de los cadá-
veres , de ocho varas de largo, seis de ancho y seis de alto, con dos mesas en el centro
con su piso enladrillado. Tendrá poyos alrededor para asientos, la puerta de medio pun-
to, la alacena espaciosa y 4 ventanas o óvalos.
22º En el sitio de la mano derecha del altar mayor de la Iglesia, donde existe un cuarto
caído, formar una nueva sacristía con la puerta de entrada en la iglesia y una ventana
a la calle, este techo únicamente será de media agua como existía antes; a este efecto se
colgaría la pared correspondiente a la plaqueta del Santo Juan de Dios, que se halla en
muy mal estado.
23º Reforzar con medio adobe toda la pared correspondiente a la Capilla y anfiteatro que se
van formando y colgarlo en varios puntos donde amenaza ruina.
24º Componer todos los pisos y techos del establecimiento.
25º Desatar la pila actual del patio principal y conservar en su lugar un reparto para las
aguas de la Casa.
26º Reunir la Capilla actual de los muertos a la botica, abriéndole la puerta de comunica-
ción y ventana al patio. Hacer las mesas de adobe forrado con ladrillo, alrededor.
27º Se advierte que para la sala nueva solamente se necesitará madera solamente unas veinte
o 30 largas más de costaneras y tirantillos.

Artículos adicionales:

1º Reconocer todas las paredes del edificio; y en caso que algunas de las que no van anota-
das en el presente plan necesitase refacciones, graduar lo que podrá importar.
2º Todas las ventanas que se abrirán en las salas serán guarnecidas con rejas de hierro,
puertas de ventanas a la parte de a fuera para cerrarlo de noche y prevenir los robos, y
sus bastidores de clarín a la parte de adentro.
3º El cuarto que tiene actualmente de dispensa la refaccionaría igualmente en cuanto sea
posible para rendirla propio a este objeto.

Fuente de Referencia.- “Presupuesto de materiales y costo en la obra del Hospital de Santa Bár-
bara de esta Ciudad, con arreglo a los treinta artículos de la instrucción del Cirujano Mayor y
Médico Dr. Don Carlos Toralli que se inserta, pues ella indica una gran y plausible obra, cuyo
Presupuesto sería difícil levantarse acaso aun por los mismos Profesionales de la Arquitectura
con aquel acierto que se desea; pero obedeciendo ciegamente los que subscriben el decreto de
Su Gobernador el Prefecto del Departamento en su cumplimiento lo efectuamos en lo posible
del modo solicitado”. (ANB: TNC Nº 98, fs. 1476 – 1476v; 1477 -1477v y 1478)

A principios de la década del cuarenta (6 / Enero / 1843), el director del hospital de Santa Bár-
bara Dr. Manuel Sánchez de Velasco, remite un oficio al prefecto del departamento Manuel
Molina con una serie de requerimientos prioritarios. El problema de restauraciones y demás
modificaciones al interior del nosocomio capitalino continuarían siendo críticos.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 59


Los miembros de la “Junta de Sanidad” comunican alarmados al señor intendente de policía,
que una de sus murallas posteriores (textual): “la pared ubicada en el traspatio formando la
testera”, se veía prácticamente desprendida del conjunto arquitectónico y corría serio riesgo de
desplomarse a corto plazo. Informes urgentes que hicieron llegar a la autoridad, en franca pre-
visión, evitando la pérdida de una parte del equipo quirúrgico depositado en la “Enfermería”,
ambiente anexado al resquebrajado muro, además del baño y el cuarto del capellán construidos
en los laterales.

A consecuencia de este otro hecho fortuito, es cuando en realidad se procedería a la confección


del plano a colores. Asimismo, por decisión de la junta sanitaria, solicitan la dotación de una
Sala de Reuniones, la misma que debía servir para convocar a los galenos tal y como indicaba
el reglamento hospitalario.

Los médicos insisten en la urgente construcción de otra “Enfermería donde puedan medicinarse
a las personas decentes u oficiales que no querían ocupar las cabachas comunes”; referiéndose
a las salas comunes para internos.

En medio de estos trámites entre autoridades, se confirmaría la culminación de obras y amplia-


ción estructural del segundo patio. Aunque sus administradores discreparan con el diseño como
tal ya que -según criterios vertidos-, se trataría de una “Sala desmedida que se formó en el
traspatio cual infraestructura deshabitada e inservible”, prosiguen con su exposición los galenos
capitalinos y, en vista de los desfases, deciden resolver por consenso en el plenario de la Junta
de Sanidad, de la manera siguiente: “Que todo puede conseguirse (solucionar) dividiendo con
tabiques de adobe el Salón actualmente inútil, y que se arruinaría sin duda sino es habitado”.

No deja de ser relevante, (en fecha 15 / Abril / 1843) la vigencia de la “Sala de los Militares”
en el hospital, pacientes que recibían un tratamiento adecuado en su calidad de beneméritos
de la guerra independista o, en cambio, internos a causa de los constantes movimientos re-
volucionarios entre militares de alta jerarquía por la consabida disputa de espacios de poder
gubernamental. A propósito, éstos solían contar en pleno nosocomio con su propio “calabozo”;
como advertencia a quienes se atrevían a violar las rígidas reglas castrenses impuestas por los
generales de turno en las esferas dignatarias. (ANB: TNC Nº 274, fs. 1-1v; 2-2v y 3-3v.)

3.11. SOLAR Y HUERTA DE LA REAL AUDIENCIA DE CHARCAS (UBI-


CADA FRENTE A LA “CASA DE LA MINERÍA”)

Durante los complejos procesos e iniciales planes socio-urbanísticos de la respectiva “TRA-


ZA”, ejecutados a mediados del siglo XVI en la Villa La Plata, el “SOLAR Y HUERTA” su-
cintamente a ser descrito (identificado “pericialmente”, en lo que ahora constituye el “Parador
Santa María La Real”; ubicada en la actual calle Bolívar), por los documentos revisados, ven-
dría a ser en realidad nada menos que la Primera Sede Oficial de la Real Audiencia de Charcas.

Todo parece indicar que, a partir de los siglos XVII-XVIII, la Real Audiencia recién fue tras-
ladada a aquel edificio en la calle que lleva su nombre; hoy valioso monumento patrimonial
donde funciona la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI).

60 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


Calle Real Audiencia de Charcas

La Real Audiencia de Charcas fue Creada por Felipe II, el 18 de Septiembre de 1559 e instalada
en 1561, con jurisdicción en las provincias de La Plata, La Paz, Potosí, Santa Cruz de la Sierra,
Moxos, Beni, Chiquitos y Cochabamba. La Audiencia, así como fundamentalmente administra-
ba justicia, al mismo tiempo intervenía en asuntos religiosos, políticos, económicos y militares.
Fue suprimida el año 1814 y se la restableció con el nombre de Audiencia Nacional de Char-
cas”.(Tipologías arquitectónicas del Centro Histórico de Sucre, 1992:65).

Estaba situada en la calle que lleva el mismo nombre, hoy destinadas a viviendas particulares
e instituciones financieras. El edificio como tal presenta una arquitectura de estilo colonial con
columnas de estilo dórico. Posteriormente fue modificada y rehabilitada siguiendo el estilo
francés, muy en boga en la década de los años 20 del siglo XX.

Bajo criterio estrictamente personal como autor del presente libro, por la inapelable evidencia
de los diversos testimonios recientemente ubicados en el ANB, se deduce que la primera cons-
trucción arquitectónica de la REAL AUDIENCIA DE CHARCAS se ejecutó en el mencionado
predio urbanístico del Parador Santa María La Real (propiedad del Lic. Luís Rodríguez Calvo),
y aquello se debió fundamentalmente a la existencia en sus anexos o “Huerta” de una pequeña
vertiente, la cual garantizaba la provisión de “agua potable” para la Real Audiencia, sus autori-
dades y todas las demás dependencias institucionales. De ahí se explicaría también, al margen
de contar con su propia fuente, la posterior erección arquitectónica, en la arteria ubicada exac-
tamente “al frente” del aludido ex Solar de la Real Audiencia de Charcas, de la casona solariega
denominada “Casa de la Señoras Minas” (espacio urbanístico entre calle Bolívar esquina Grau),
utilizado como depósito mineralógico con destino a ejercer una celosa custodia de las remesas
de plata en tránsito provenientes del cerro rico de Potosí hacia los puertos del pacífico.

Cabe señalar que los hechos sociales más relevantes de la fatídica noche del 25 de Mayo de
1809, se registraron precisamente en ambas intersecciones y dentro la extensa área que ocu-
paba la Real Audiencia. Vale decir, entre las actuales calles Audiencia y Bolívar, aunque con
mayor preponderancia en la edificación antigua.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 61


La primogénita mansión de la Real Audiencia de Charcas estaba reservada como residencia
permanente de los presidentes de turno, además de ratificarse que ese fue el sitio donde estuvo
privado de libertad el ideólogo revolucionario DR. JAIME DE ZUDÁÑEZ durante EL PRI-
MER GRITO LIBERTARIO DE AMÉRICA. Por lo mismo, dichas infraestructuras sufrirían
una violenta arremetida por parte la turba o populacho enardecido sin descartar un probable
saqueo. Ni duda cabe, estos pasajes memorables, a decir verdad constituirían “el comienzo”
para que dicha edificación pase luego a ser sistemáticamente convertido (cual máxima presen-
cia simbólica de la real corona española en la insurgente Villa La Plata 1809 -1825), en un
recinto completamente abandonado o simple “Solar” debido --valga la redundancia--, a esa
implacable lucha libertaria de diez y seis años…

En febrero de 1832, el Dr. José María de la Llosa presenta una solicitud formal ante la Prefectu-
ra del Departamento, para adquirir la “Huerta de la Antigua Audiencia (sic. Textual), hoy Corte
Superior de Justicia del Distrito”. El proponente se respalda en las nuevas leyes del estado bo-
liviano, que determinan la venta de las propiedades rústicas y urbanas del fisco. Haciendo notar,
sobre todo, que la extensa huerta (incluyendo un solar anexo y situado en la intersección arterial
superior) se hallaba abandonada desde la época de la guerra de la independencia.

Antes, en 1818, dicho solar (ubicado concretamente en torno al inmueble del Ing. Mario Ra-
mírez), se hallaba a punto de ser totalmente demolido. El proponente, con la firma intención de
llegar a construir en dicha área urbana “una mansión”, invita al administrador del tesoro público
y agente fiscal para proceder a su justiprecio. Destaca la presencia, en plena esquina (actual
intersección de las arterias Audiencia-Bolívar), de una “caja de agua” imprescindible para las
obras civiles a emprenderse, tomándose en cuenta el material rústico de construcción “a resca-
tarse” como ser, tierra para adobe, piedras talladas de tres cuartos con destino a los cimientos
de la nueva “mansión”.

Por otra parte, refiriéndose a la denominada huerta, se especifican ciertos detalles: “lo divide
una quebrada y movedizas aguas corren bajo una bóveda” (ANB: TNC Nº 1064, fs. 647 –
648). Asimismo, cabe recordar que en este sector se hallaba la cárcel pública. y donde aquel
memorable 25 de mayo de 1809, fue hecho provisionalmente preso el protomártir patriota Dr.
Jaime Zudáñez. Es más, cual un acto simbólico de reivindicación popular, el mismo habría
sido después sistemáticamente destruido; a partir precisamente del primer estallido revolucio-
nario americano contra la real corona e históricamente lanzado en Chuquisaca.

El Dr. José María de la Llosa, plantea adquirir además la mitad de aquel terreno baldío anexo
al solar y, obviamente, incluyendo “con su frente hacia la calle, para proceder allí a adornar
la Ciudad con la construcción de Edificios”. Según los peritos en planificaciones urbanas de
esa época, indican que el solar cuenta con “treinta varas de frente a la Casa de Minas” (casa
solariega ubicada en plena esquina Bolívar-Grau); hoy aún conserva vistosas puertas, ventanas
y balcones prolijamente tallados, casona llamada también de las “Señoras Minas (de Potosí)”,
y donde al parecer funcionaba una sucursal financiera del emporio minero de la Villa Imperial.

De acuerdo al detalle formalmente expuesto por el reconocido tasador Francisco de Paula Sanz
(ratificando las “treinta varas de frente y setenta de fondo), el aludido solar originalmente con-
taba además:

“Con arquería de adobes entre la dicha huerta, las paredes del cerco de adobe calza-
das de una y otra calle, la dicha perebrena con tres arcos más cuatro pilastras de cal y

62 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


ladrillo, su corredor encima, techados con madera de pino de media agua con teja, su
entresuelo enladrillado, estando la pared del molinete en estado de ruina. El empedrado,
veredas enlosadas con loza bruta de ambas calles”. (ANB. TCN Nº 1064, fs. 649 – 649
v).

El 22 de mayo de 1832, se decide ejecutar en aquel solar y huerta otra tasación aún más prolija
(a cargo de José Isidoro Patzi), ratificándose su dimensión total de 35 x 70 varas y especificán-
dose algunas tipologías arquitectónicas del derruido edificio que, textualmente reza:

“EL BUQUE de ciento vinco varas, un PUENTE en el primer patio, las paredes de sus
SALONES rajadas, los cimientos de piedra con un retazo de 18 varas de cal y piedra, 16
tijeras de madera de pino, 27 tirantes de la misma madera, y entre ellas algunas de cedro
que son las que tiene la antigua Presidencia (refiriéndose al edificio anexo de la Real
Audiencia de Charcas y actual Universidad Andina “Simón Bolívar”), sus tumbadillos
con medio centenar de tablitas cortadas, ocho mulas de caña e inservibles del techo, dos
mil quinientas tejas que pueden aprovecharse útiles. Finalmente, sus ARCOS DE CAL Y
PIEDRA que por necesidad se han de deshacer y que el trabajo ha de costar mucho más
que la piedra…”

Definiendo luego el avalúo en apenas 1.692 pesos ya que señalan:

“No hay vivienda que pueda habitarse por su estado ruinoso y que por fuerza se hade deshacer
todo para edificar de nuevo”. (ANB: TCN Nº 663, fs. 421 – 421 v).

3.12. ESTRUCTURA ARQUITECTÓNICA ORIGINAL DE LA LEGEN-


DARIA REAL AUDIENCIA DE CHARCAS.

En los predios de esta institución colonial, los patriotas de Charcas verían por conveniente (a
partir de los primeros meses del año 1825), como homenaje simbólico al nacimiento de la nue-
va patria, la instalación de las dos cabezas del Poder Judicial Boliviano, vale decir que el año
1838 en dicho edificio continuaría funcionando la Excelentísima Corte Suprema de Justicia de
la Nación y, paralelamente, la Corte Superior del Distrito de Chuquisaca.

La casona que cobijaba a la Real Audiencia, por los hechos acaecidos la noche del 25 de mayo
de 1809, pasaría a convertirse en símbolo y monumento histórico. En memoria precisamente
de ese trascendental hecho revolucionario, una vez consolidado el nuevo estado boliviano, la
arteria donde se ubicaba la casona, se vino en denominar “CALLE DEL 25”.

Sin embargo, debido al inexorable transcurrir del tiempo, se olvidarían de aquella denomina-
ción simbólica. Tal parece que pudo más la presencia del edificio y la tradición que mantenía
inalterable el recuerdo de la institución más importante de la colonia, por lo que después dicha
arteria recobraría su original nominación de “Calle de la Audiencia”.

Por la excelente descripción de su tipología arquitectónica original, debidamente expuesto en el


citado expediente notariado (avaluado en la suma de DIEZ MIL PESOS; monto suficiente para
poder adquirir en esa época dos o tres casas solariegas), más su valor historiográfico e intrínseco
para los posteriores estudios a ejecutarse en sus diversas facetas, se ha visto por conveniente
elaborar el presente cuadro sinóptico:

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 63


Vista general de la Plaza 25 de Mayo

Vista de la calle España, también denominada calle de los Bancos

64 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


“TASACIÓN ANTIGUA CASA DE LA REAL AUDIENCIA DE CHARCAS -- 1838”

CARACTERIZACIÓN
GÉNEROS Y FLUJOS OTROS
DE SUS ESPACIOS
FUNCIONALES “AVALÚOS” TÉCNICOS
ARQUITECTÓNICOS
• “Su local Edificio/Edificio “Casona que compone en cua- Más 50 varas de frente y 65
con piso enladrillado. dro un buque de 115 varas”. de fondo.
• “La Puerta de calle”, con “De dos manos”/con gorrones Laterales del portón-pared de
arco umbralado y marco do- de hierro y bronce en los qui- cal y ladrillo.
ble. cios… Largo 1 vara/Ancho ½ vara.
• -Cimientos de piedra. “calicanto de piedra labrada”. Pared de cal y ladrillo.
• Portada; “grande bajo de Con pared “doble que abra- No especifican más.
Alar”. za”. 7 vigas y 7 taloneras de cedro
• “Saliente”; en tres piezas. Piedra labrada. “todo perfilado” y moldura-
• Saguán; “bajo de alto”. De seis huecos de tablazón do.
• “Un poyo con cubierta de con cenefas (orla u orilla que De cal y ladrillo.
ladrillo. bordea). “Los huecos con magué
• -Cuarto anexa al zaguán y Con arco interior/alto sobre trenzado”.
con ventanas a la calle. calicanto. “Todo moturado y perfilado”.
• “Un corredor al patio con “De cinco huecos”; techo con Con “saliente” de piedra.
entre-cielo”. 6 vigas de cedro perfiladas. “y sus respectivas bases y
• Nueve arcos anchos. “De 31 huecos de tablazón, cornisas”.
• “Postin en el costado” cenejas y 32 vigas con sus ta- 3 varas largo x ½ de alto.
• “Sala de la Academia”; al loneras de cedro”. “(de 17 vigas), tumbado
extremo derecho (con “ala- De cal y ladrillo ---- raso” con taloneras y cenefas.
cenas en su interior”). “Con un desportillo conside- “Mabos de medio punto de
• Dos ventanas a la calle; rable”. cal y ladrillo”.
“de 2 manos de tablero a la “Bajo de los mismos altos”/ Con 5 huecos, magué trenza-
moda”. de 16 huecos con tablazón y do, 6 vigas de cedro y tumba-
• Otra “salita” (Al lado iz- magué trenzado. do raso.
quierdo del mismo corre- “Pintado al oleo, con rejas de 7 huecos de tumbado de
dor); Secretaría de la Corte fierro”. Otra ventana pequeña tablazón, inclusas las “dos
Superior de Justicia. al patio. medias estrellas” de las cabe-
• “Sala de la Corte Superior “Bajo el mismo girón de las ceras. Cabe hacer notar que
de Justicia” la continuación altos”; más un saliente de dos las salas interiores también
de la Secretaría), en la mis- piedras labradas. tenían vista panorámica libre
ma prolongación, dos corre- 4 pares de tirantes endosados hacia su extensa huerta….
dor. Más tres ventanas con y moldurados cada partido ta- Seis huecos de tablazón siete
rejas de fierro; una mediana llado y perfilado. Con cenefas vigas y “buenas de cedro”,
a la calle y dos al patio… de cedro. Dos puertas a la ca- más puertas y ventanas simi-
• “Una salita”, (al frente del becera pintadas al temple y de lares a las anteriores.
portón principal y ubicada tablero tallado de una mano…
“bajo los altos” (del ahora “El alár de toda su vereda al
Rectorado de la UASB); de patio, con las paredes dobles
pisos impecablemente enla- de cal y ladrillo; sobre ci-
drillados. mientos sólidos.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 65


CONTINUACIÓN TIPOLOGÍA/ “LOS ALTOS”

CARACTERIZACIÓN
GÉNEROS Y FLUJOS OTROS
DE SUS ESPACIOS
FUNCIONALES “AVALÚOS” TÉCNICOS
ARQUITECTÓNICOS
• La grada anexa al corredor • De piedra labrada, aunque • Peldaños “que suben hasta
(con puerta de dos manos) y con algunos “desportillos”. el primer descanso”.
de doce pasos.. • De veinte huecos y techo de • 24 tirantes y 19 “medias ti-
• --Su “entrada umbralada al caña. jeras”.
corredor”. • Y, “paramentado de cal y la- • Pilares de madera cedro.
• “Diez pilares de Madera” drillo”. • 7 tijeras y 7 tirantes con
• “Una Sala sobre la referida • De 8 huecos, techo de ma- “maderaje de cedro desnu-
de Academia” (Hoy Salón guey partido y “rango um- do”.
de Actos de la UASB). bralado para la puerta”. • Puerta de una mano y piso
• Otra Sala contigua (hacia el • De 4 huecos, techo y made- enladrillado.
ángulo izquierdo) raje con idénticas materia- • Incluyéndose 8 tirantes y 8
• “Ultima Sala” (Ahora el les. tijeras de cedro. Piso enla-
Rectorado; frente del 1er. • De 10 huecos; “techo de drillado “puerta de dos ma-
Salón); con pared entera cunqo sobre costillas de nos doble y forrada de table-
de mojinete en indivisión y maguey”. Más sus ventanas ro antiguo”.
umbralada”. de “dos manos tallada y ba-
laustrada de ½ cuerpo”.

Cabe resaltar que poco antes a la presente tasación, se había presentado un personaje notoria-
mente interesado para adjudicarse con aquel imponente monumento patrimonial. Se trataba del
ciudadano Mariano Domingo de Gumucio (“vecino de esta Capital”, reza el documento), de
profesión Azoguero en Aullagas y Maragua de la provincia Chayanta. Quien, en su calidad de
empresario minero solvente, se dirige al Prefecto del Departamento de Chuquisaca ofreciendo
cancelar por el antiguo edificio central de la Real Audiencia de Charcas, la apreciable suma de
cinco mil pesos; dos mil al contado y el resto “por armadas de a mil pagaderos en cuatro me-
ses”, con llave puesto en puerta. Poniendo como condición además, la inclusión en el contrato
de venta de “todas las vidrieras que están en la Salas de la Corte Suprema y Tribunal de Alza-
das”. Asimismo, solicita la dotación (por parte del Juez de Aguas), la provisión de media paja
del líquido elemento, dos pajas de agua “en lugares distintos de ella” (ANB: Nº 975, fs. 565).
Lamentablemente, no se logró conocer el desenlace final sobre esta interesante propuesta legal.

En el presente informe, hacen referencia a la existencia de una cañería con su propia pileta y
“que viene desde el compacto de la calle, más otro PILÓN del cual fluiría “una paja de agua”.
La puerta bilateral dividía el patio con el “canchón” mediante un corredorcito bandada de teja”
(instaladas ahí además “letrinas de cinco asientos en tablazón”), dicho portón de ingreso estaba
confeccionado de “dos manos, ancha y grande, con clavazón y cabezas o escudos de fierro”.
Añadiéndose también a la estructura rústica de la calle Audiencia “totalmente empedrada y sus
veredas con loza de piedra ordinaria; entiéndase por “común o tradicional”. Igualmente el
piso del patio solía lucir ese consabido enlosetado colonial. Antes de cerrar la empírica “Partida
de tasación” oficial, sus responsables tiene a bien adjuntar los ítems considerados “Vidrieras
de la Casa” o vidrios de sus ventanas de diversas dimensiones que ya fueron oportunamente
descritas en el presente cuadro. (ANB: TNC Nº 548 – 548 v; 549 – 549v; 550 – 550v y 551).

66 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


FUENTE DE REFERENCIA.- EXPEDIENTE DEL TESORO PÚBLIOCO DE CHUQUISACA
-- TRIBUNAL NACIONAL DE CUENTAS (ANB): “TASACIÓN, QUE EN CUMPLIMIENTO
DEL DECRETO DE S. G. EL PREFECTO EN 12 DEL PRESENTE (12-XII-1838), FORMA
EL TASADOR DE LAS FINCAS URBANAS DEL ESTADO, DE LA CASA CALLE DEL 25; DE
LAS CORTES SUPREMA Y SUPERIOR. Rúbrica del agrimensor Francisco Paula de Sanz, es
dado en Chuquisaca a los diez y ocho días del mes de diciembre del año mil ochocientos treinta
y ocho”.

FUENTE DE LAS ILUSTRACIONES.- ARCHIVO FOTOGRÁFICO DEL PRAHS Y DE LOS


LIBROS CIEN AÑOS EN LA VIDA DE SUCRE E HISTORIA DE CHUQUISACA

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 67


CONCLUSIONES

El presente trabajo, como cualquier otro aporte dentro ese gigante tablero o “rompecabezas de
la memoria larga” -y aún por complementarse-, ha intentado cubrir ese gran vacío que señalaran
los especialistas en relación a la historiografía de las primeras restauraciones arquitectónicas
de Sucre después de las acciones bélicas de la independencia. Reparaciones llevadas a cabo -a
falta de arquitectos e ingenieros- por funcionarios que mostraron gran responsabilidad, capaci-
dad e ingenio.

Aquellas joyas documentales que forman parte del acervo archivístico nacional y que minu-
ciosamente se revisaron en la ABNB, por primera vez se presentan en la obra con “lujo de
detalles”. Es el caso del escrupuloso inventario sobre los “dos ex -inmuebles” perteneciente a
la Real Audiencia de Charcas. Capítulo, sin duda, inédito dentro el contexto temático investi-
gativo arquitectónico.

Sumándose otros documentos valiosos que permitieron proseguir con el análisis de los diversos
procesos de restauración en el área central urbana capitalina, como son los casos de la tricen-
tenaria “Universidad de Charcas”; recinto que, a decir verdad, no sufrió modificación arqui-
tectónica alguna y la restauración de los ambientes de la CASA DE LA LIBERTAD que, de
igual manera, fueron rehabilitados con el mayor esmero, justo para el magno evento patriótico
e histórico del 6 de Agosto de 1825, en oportunidad de la FIRMA DEL ACTA DE LA INDE-
PENDENCIA DE BOLIVIA.

Citar igualmente las restauraciones del ex Palacio Arzobispal que cuenta con su “propia histo-
ria” hasta hoy totalmente desconocida. Asimismo, las descripciones de las demás obras civiles
de gran envergadura como la del hospital de Santa Bárbara; el ex Convento de Santo Domingo,
el histórico cuartel de San Francisco, al cual se hace referencia aunque fugazmente a través de
una graficación con carácter artesanal al hallarse anexada al Mercado Central o antiguo “Tam-
bo de la Independencia”; así como el ilustrativo plano correspondiente al ex Convento de San
Agustín, el cual sería remodelado para un nuevo centro de abasto público denominado “Tambo
de Socabaya”.

Sin omitir el interesante emprendimiento de los “Baños de Talula”, balneario de medicina natu-
ral que hoy convendría “replantear” como proyecto de desarrollo etno-ecoturístico, en coordi-
nación con el municipio y los Ayllus Originarios de Quila-Quila.

Bajo estricto criterio de análisis del real movimiento económico y socio-urbanístico que se
experimentó en aquella época, se vio por conveniente incluir algunos otros emprendimientos u
obras de beneficencia pública que en su momento jugaron un papel preponderante durante los
albores republicanos dentro la sociedad capitalina en general: tal es el caso de las “Canchas de
Abasto” en el sector de Curipata y del Prado. Luego se hace mención especial a las “pirámides
gemelas” que existían en dos áreas verdes, vale decir, la actual pirámide de la Plaza Libertad y,
la otra ya extinguida, en los predios del Prado o Parque Simón Bolívar.

La presente publicación, en definitiva, ofrece información valiosa de los esquemas de reha-


bilitación arquitectónica ejecutados a principios de la era republicana en Sucre, en el período

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 69


de 1825-1845. Detalles de trabajos realizados tanto en los edificios de gobierno como casonas
solariegas particulares, civiles y religiosas.

Por todo lo expuesto, queda tan solo destacar la extraordinaria labor que viene desarrollan-
do acertadamente el PRAHS por la preservación del patrimonio arquitectónico capitalino, en
coordinación directa con la Honorable H. Alcaldía Municipal de Sucre. Que el presente libro
coadyuve esa invalorable gestión institucional y que respalde hacia el futuro otros emprendi-
mientos editoriales.

70 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


FUENTES DOCUMENTALES PRIMARIAS Y BIBLIOGRAFÍA
COMPLEMENTARIA

1. MARCO REFERENCIAL.- Del “Calendario Histórico de Chuquisaca” (Publicado en los


periódicos capitalinos “Prensa Libre” y Página 20” durante los años 1996 -1997), más banco
de datos -- Consultoría CEIDEH con residencia oficial en la capital Sucre.

2. CAPÍTULO HISTORIA AGUA.- Extractos del libro inédito de Claudio Andrade P. e intitu-
lado: Por las vertientes del “Divortium Acuario” en Chuquisaca y Nuevas Rutas Etno –eco-
turísticas.

3. SUCRE (1825 -1845): RELACIÓN GENERAL.- Con bibliografía básica de consulta com-
plementaria;

-- Andrade Padilla, Claudio. CHARCAS (1809 – 1825): MINERÍA EN CRISIS Y REVO-


LUCIÓN CONTINENTAL. Obra inédita a ser presentada oficialmente en el próximo
BICENTENARIO.

-- Rúa de Tirado, María del Carmen (más Joaquín Loayza y Ruth Valderrama). SUCRE A
TRAVÉS DE SUS PLANOS 1639 – 2010, Centro Bibliográfico Documental e Histórico
USFXCH, 1992, Imp. Universitaria, 1º Ed., p. 131

-- Orozco Arce, Gonzalo y equipo de colaboradores. TIPOLOGÍAS ARQUITECTÓNICAS


DEL CENTRO HISTÓRICO DE SUCRE. Plan de Rehabilitación de las Áreas Históri-
cas de Sucre – PRAHS (Unidad Técnica / Conservación Arquitectura Urbana dependiente
de la H. Alcaldía Municipal de la Capital), 1997, Imp. Universitaria, 1º Ed., p. 165

3.1 CASA DE LA LIBERTAD

-- Archivo Nacional de Bolivia (ANB) Fondo Documental y Signatura del Tribunal Nacio-
nal de Cuentas -- TNC. Serie que contiene los libros de contabilidad y comprobantes
provenientes del tesoro público a nivel nacional (durante el siglo XIX), con un total de
15.000.- ejemplares.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 67; Chuquisaca 30 / Julio / 1825


Expediente.- “Planilla de gastos impendidos en el aseo de la Sala destinada a la Secretaría de
la Asamblea General, trastes (léase muebles) y demás útiles precisos para su despacho;
como también en habilitar el conducto de la Sacristía para mejor comodidad de los S.S.
Diputados”. Ver fs. 1160 -1160v y 1161.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 663, Chuquisaca 6 / Julio / 1832


Expediente.- “Cuenta de gastos que se han hecho en la Refacción de la Universidad POR
MANDATO DE SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA”. Ver fs.
De 1041 a 1043; de 1068 a 1071; más 2046, 2056-2056v y 2057.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 71


3.2 SANTO DOMINGO (MAS PLANO)

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 14907; Chuquisaca 1º / Abril 1827


Expediente.- “Razón general gastos en el COLEGIO JUNÍN y Escuela Lancaster”. Ver
fs. 242.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 893; Chuquisaca 19 / Nov / 1830


Expediente.- “Cuenta de la Obra del Colegio de Huérfanos en el Convento de Santo Do-
mingo rendida por el señor José Santos Cabero”. Ver fs. de 3037 a 3136; de 3136 a 3142
y de 3386 a 3496 (carretilla de madera).

-- Fondo y Signatura.- ANB: Sección Minas, Tomo 54, Nº 11, fs. de 1 a 13 vuelta.

-- Expediente.- Juicio criminal contra los hermanos insurgentes Yáñes de Montenegro 1812
– 1814.

-- Fondo y Signatura.- ANB; TNC Nº 296; Chuquisaca 24 / Sep / 1838.


Expediente.- “Orden suprema para que previa indemnización en dinero se tome al ciu-
dadano Tiburcio Aldao la tienda arrimada a las paredes de Santo Domingo, por ser in-
dispensable para la comodidad del local público de tribunales y Prefectura que se van a
establecer en aquel”. Ver PLANO en fs. 1171.

3.3 CUARTEL SAN FRANCISCO

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 48; Chuquisaca 28 / Junio / 1827

-- Expediente.- “Oficios del Ministro de Guerra Sr. A. Geraldino al Ministerio de Hacienda


-- Palacio del Gobierno en Chuquisaca. Ver fs. 865

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 1064; Chuquisaca 7 / Sep / 1831

-- Expediente.- “Cuenta y razón documentada que presenta el Comisario, encargado por el


señor Intendente para correr con los gastos de la Obra de Refacción del CUARTEL DE
INFANTERÍA DE SAN FRANCISCO” Ver fs. 284v.; 285 y 309-309v.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 874; Chuquisaca 4 / Oct /1835

-- Expediente.- “Cuenta documentada de la Refacción del retejo del Cuartel de San Fran-
cisco”. Ver fs. de 188 a 203 inclusive.

3.4 SAN AGUSTÍN (MÁS PLANO)

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 303; Chuquisaca 26 / Nov / 1835


Expediente.- “Sobre la construcción de un Tambo por cuenta del Estado en el extinguido
Convento de San Agustín de esta Ciudad -- Prefectura del Departamento”. Ver fs. 3007;
3008-3008v (PLANO); 3011; 3012-3012v; 3130 y 3131.

72 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


3.5 MERCADO -- TAMBO (MÁS PLANO)

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 493; Chuquisaca 11 / Junio / 1827

-- Expediente.- “Cuaderno de Materiales que se compraron para la Construcción de la Obra


del Mercado”. Ver fs. de 1435 a 1459.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 205; Chuquisaca 17 Sep / 1833

-- Expediente.- “Presupuesto Mercado y Tambo de la Independencia” Ver fs. 1580.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 890; Chuquisaca 23 / Marzo / 1835. Ver PLANO en
fs. 2089.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 874; Chuquisaca 4 / Enero / 1836


Expediente.- “Cuenta documentada de la Refacción del PUENTE PRINCIPAL de la ca-
lle y Puerta del Tambo de la Independencia”. Ver fs. 427; 428; 429 y 430.

3.6 CANCHA DE CURIPATA

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 48; Chuquisaca 6 / Sep / 1825

-- Escritura.- “Arriendo que otorga la Municipalidad por un año la Cancha de Curipata al


ciudadano Patricio Robles y Gorena”. Ver fs. 1584-1584v; 1609 y 1612.

-- Fondo y Signatura.- ANB : TNC Nº 880; Chuquisaca 2 / Abril / 1833


Expediente.- Las dos Casas de Abasto, del Prado y Curipata son Fincas correspondientes
al Estado”. Ver fs. 1071-1071v.

-- Fondo y Asignatura.- ANB: TNC Nº 874; Chuquisaca 26 / Marzo / 1836


Expediente.- “Cuenta de la Composición de la Tiendas de la Cancha de Curipata”. Ver fs.
1065; 1066 y 1067.

-- Fondo y Signatura.- ANB; TNC Nº 14846; Chuquisaca 8 / Feb / 1841

-- Reglamento.- “Artículos y reglamentos para las Casas de Abasto de esta Ciudad dado por
el Concejo Municipal”. Remitirse al expediente anterior e impreso en dos fojas.

3.7 PLAZA LIBERTAD Y EL PRADO

-- Fondo y Asignatura.- ANB; TNC Nº 493; Chuquisaca 10 / Mayo / 1828

-- Expediente.- “Cuenta que presenta esta Intendencia de Policía del costo de una Bandera
que se fijó en la Plaza de la Victoria y el Cóndor”. Ver fs. 1654.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 249; Chuquisaca 2 / Enero / 1838

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 73


-- Expediente.- “Razón nominal de los ciudadanos que deben pagar la contribución de pa-
tentes en el presente año, con arreglo a la orden Suprema de 1º de febrero de 1837”. Ver
fs. 2697-2697v y 2698.

3.8 PALACIO DE GOBIERNO

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 890; Chuquisaca 31 / Dic / 1832

-- Expediente.- Cuenta y razón documentada de los gastos impendidos en el sitial y docel


que se ha trabajado para el PALACIO PRESIDENCIAL”. Ver fs. 1668 y 2022-2022v.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 249; Chuquisaca 5 / Oct / 1838

-- Expediente.- “Cuenta de la Refacción de la Cañería perteneciente al Palacio Pretectoral”.


Ver fs. 2587; 2588; 2597 y 2599.

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 14783; Chuquisaca 24 / Agosto / 1840

-- Expediente.- “Presupuesto que se forma para la Redfacción del Palacio de Gobierno por
orden de su Gobernador el Prefecto”. Ver fs. 2079-2079v y 2080.

3.9 BAÑOS DE TALULA (MÁS PLANO)

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 893; Chuquisaca 9 / Sep / 1835


Expediente.- “Presupuesto de los gastos en la construcción de la Casa y Baños de Talula,
con más las cuentas de su inversión por estar ya concluida la obra”. Ver fs. 3939; 3940
(PLANO); 3941; 3972 y 3977. Más otro legajo adjunto con fojas del 19 al 30.

3.10 HOSPITAL SANTA BÁRBARA (MÁS PLANO)

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 98; Chuquisaca 20 / Julio / 1833

-- Expediente.- “Razón en la que se constan las varias cantidades de ingresos y gastos he-
chos en las obras del Hospital de San Juan de Dios durante los Años 1833, 1834 y 1835”.
Ver fs. a partir de 1452 hasta 1959 (Más de un centenar de folios).

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 274; Chuquisaca 6 / Enero / 1843

-- Expediente.- “Informe del Director del Hospital de Santa Bárbara y la “Junta de Sanidad”
sobre los nuevos emprendimientos u obras arquitectónicas a ejecutarse. Ver fs. 1-1v; 2-2v
y 3-3v.(Plano a colores).

3.11 SOLAR Y HUERTA…

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 1064; Chuquisaca 1º / Feb / 1832

74 Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos


-- Expediente.- “Solicitud del Señor Doctor José María de la Llosa sobre que se le venda
por el Estado la Huerta de la Antigua Audiencia; hoy Corte Superior de Justicia del Dis-
trito”. Ver fs. 555; 647; 648-648v y 649-649v.

-- Fondo y Signatura.- ANB; TNC Nº 663; Chuquisaca 24 / Mayo / 1832


Expediente.- “Retasa del Solar de la antigua Audiencia en cumplimiento de lo manda-
do”. Ver fs. 4220v; y 4221-4221v. En el mismo expediente ver las fojas del 1074 hasta el
1079v.

3.12 REAL AUDIENCIA DE CHARCAS

-- Fondo y Signatura.- ANB: TNC Nº 975; Chuquisaca 18 / Dic / 1838

-- Expediente.- “Tasación, que en cumplimiento del Decreto de Su Gobernador el Prefecto


en 12 del presente (Dic / 1838), forma el Tasador de las Fincas Urbanas del Estado, de
la Casa y Calle del 25; de las Cortes Suprema y Superior”. Ver fs. 548-548v; 549-549v;
550-550v y 551.

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 75


La presente edición se terminó
de imprimir en el mes de mayo de 2011
en Talleres Gráficos “Gaviota del Sur” srl
Camargo Nº 456 • Telf./Fax. 6428699
Sucre - Bolivia

Conservar nuestro patrimonio, valorando nuestra historia, es tarea de todos 77

You might also like