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Discurso de presentación de candidatura de Guillermo Lasso

¡Gracias Portoviejo!, ¡Gracias Manabí!, ¡Gracias al movimiento CREO por


recibirme en esta tarde!, ¡Gracias a ustedes, los miles y miles de líderes de
CREO a nivel nacional que hoy me reciben en la ciudad de Portoviejo!

TIERRA HERMOSA DE MIS SUEÑOS


DONDE VI LA LUZ PRIMERA
DONDE ARDIÓ LA INMENSA HOGUERA
DE MI ARDIENTE FRENESÍ
DE TUS PLACIDAS COMARCAS
DE TUS FUENTES Y BOSCAJES
DE TUS VIVIDOS PAISAJES
NO ME OLVIDO MANABÍ

He citado la primera estrofa de ese hermoso pasillo Manabí, porque me trae


recuerdos. Era lo que mi madre cantaba cuando yo era niño. Mi madre, una mujer
nacida aquí, en Portoviejo, aquí, en Manabí.

Mi madre, como buena mujer manabita, tenía un corazón enorme, en el que cabíamos
mi padre, mis 10 hermanos y yo. En él también cabía Portoviejo, y sus queridas
amigas manabitas con quienes compartía café y pan de almidón por las tardes,
mientras les relataba sus proezas diarias para sacar adelante ese hogar, ese
hogar de recursos económicos escasos, pero rico en amor y solidaridad.

Aquí también nació mi abuelo, Rafael María Mendoza. Y una reconocida escuela
fiscal de esta ciudad lleva hoy su nombre, una escuela en la que se han educado
muchos manabitas honorables.

Mi madre fue un soporte emocional fundamental en mi vida, y por eso estoy aquí
hoy. Como también estoy hoy aquí por el apoyo de mi esposa, María de Lourdes, y
de mis queridos hijos, Guillermo Enrique y Diana, Santiago, Juan Emilio, Luli y
María Mercedes, que me acompañan esta tarde, quienes me respaldan, y me permiten
estar frente a ustedes.

Pero también estoy aquí, porque he recorrido el Ecuador, porque conozco el


Ecuador. He visitado todas sus provincias, la mayoría de sus cantones. He
conversado con sus mujeres y sus hombres, con los jóvenes, con los adultos, con
los abuelos, con todos.

He hablado con comerciantes, con profesionales, con agricultores, con taxistas,


con funcionarios y con maestros, con académicos, con estudiantes. Y he podido
comprobar una realidad latente, un problema crónico: la pobreza que afecta a
millones de ecuatorianos, la falta de oportunidades que brinda nuestra sociedad,
la desesperación de miles de padres que no logran completar para comer, de
hombres y mujeres que no llegan a fin de mes, que se sienten inseguros, que
tienen miedo, incertidumbre, que sienten impotencia.
A ellos me dirijo el día de hoy, para decirles que quiero, con toda la fuerza de
mi ser, trabajar para transformar su realidad.

Anuncio de candidatura

Hoy quiero compartir algo con ustedes, queridos ecuatorianos. Hace ya un buen
tiempo decidí tomar un nuevo rumbo en mi vida: trabajar por ese Ecuador de
oportunidades que todos merecemos.

Hoy, después de compartir ideas y emociones con miles de ecuatorianos en todas


las regiones, después de meditar intensamente, he llegado a una nueva etapa en
este recorrido. Ha llegado la hora de tomar una decisión.

Y porque creo en el Ecuador, creo en su gente, porque creo que es posible que
tengamos días mejores, esta tarde quiero decirles que acepto la nominación de
CREO a la candidatura a la Presidencia de la República.

Y quiero que me escuchen: ¡JUNTOS GANAREMOS LAS PRÓXIMAS ELECCIONES!


Aspiro a ser presidente del Ecuador, porque tengo la capacidad, la fuerza y las
ideas para llevarlos a ese otro Ecuador que sí es posible, el Ecuador de las
oportunidades.

Seré presidente del Ecuador porque quiero cambiar el país de la inseguridad por
el Ecuador de la tranquilidad, el país de la dádiva por el Ecuador del empleo y
el emprendimiento, el país de la confrontación y la prepotencia por el Ecuador
del diálogo y del respeto.

Este país del enfrentamiento, la pobreza, de la inseguridad, de la falta de


oportunidades, y la prepotencia, debe cambiar, para transformarse en el Ecuador
de la paz social, de la prosperidad y la libertad.

Yo CREO en ese otro Ecuador que sí es posible. Yo sé cómo lograrlo.

Vamos juntos hacia ese Ecuador de las oportunidades!!!

El Ecuador del empleo

El Ecuador necesita hoy trabajo, necesita empleos dignos, para miles y miles de
ecuatorianos. Porque los hombres y las mujeres ecuatorianas quieren un Ecuador
en el que puedan progresar y salir adelante. No esperan dádivas del Gobierno,
sino oportunidades para mejorar la calidad de su vida. Quieren empleo para los
jóvenes, empleo para los adultos que hoy son discriminados por su edad, empleo
para los adultos-mayores que aún tienen mucho que aportar gracias a su
experiencia y conocimientos.

Y para crear trabajo, para crear empleos, para que todos podamos trabajar
dignamente, necesitamos que se libere el potencial creativo de los millones de
emprendedores que tiene el Ecuador.

Esa es nuestra visión de desarrollo, una en la que ustedes, todos ustedes, sean
los soberanos de su propio destino. Una visión en la que la soberanía la ejercen
los ciudadanos, todos los días, y no solo el Gobierno.

Y quiero que me escuchen bien, desde el Carchi al Macará: mi Gobierno promoverá


el emprendimiento, y para ello vamos a eliminar el exceso de trámites que hoy
son una traba para los emprendedores, para todos los emprendedores. Y vamos a
reducir los impuestos, porque ustedes tienen derecho a gozar el fruto de su
trabajo honrado; vamos a liberar el potencial creativo de nuestra gente. En
nuestro modelo de desarrollo, ustedes, cada uno de ustedes, serán los
protagonistas. Para tener un Ecuador que les permita a todos ganarse la vida y
generar empleo, con libertad y responsabilidad.

Hay miles de profesionales, académicos, técnicos y profesores, que están


esperando una oportunidad, un Ecuador de oportunidades, que los deje crecer.
Porque cuando hablo de emprendedores, me refiero a todos: al taxista, al
tendero, al artesano, al profesional, al informal, al empresario, al
universitario, al artista, y a todo aquel que luche por alcanzar una meta, digna
y honradamente.

Y como nos preocupa el empleo y la estabilidad de quienes hoy lo tienen, quiero


referirme a los funcionarios y empleados públicos que cumplen su trabajo
honestamente. Ellos merecen estabilidad y buenas condiciones, porque también
tienen familias y aspiraciones justas. A los servidores públicos quiero decirles
que en mi Gobierno no usaremos la arbitraria figura de la renuncia obligatoria.
Desde ya les digo que contarán con mi permanente respeto a su carrera
profesional.

Vamos a despejar el camino y dar facilidad a los que buscan ganarse la vida, a
las personas honestas que quieren salir adelante creando valor para la sociedad,
creando empleos. Incluiremos zonas francas de tecnología para que vengan
inversionistas de todo el mundo, a crear empleo, a impulsar el talento local, a
dinamizar la economía nacional.

Y además, quiero ser claro: pondremos a Ecuador en el mundo. Debemos abrirnos al


mundo, comerciar con el mundo, venderle al mundo, producir para el mundo,
exportar nuestro talento al mundo desde todos los puertos del Ecuador.
Necesitamos más Ecuador en el mundo, y más mundo en el Ecuador. Y así crearemos
plazas de trabajo, así sacaremos a millones de ecuatorianos de la pobreza. Y
para ello mi Gobierno firmará acuerdos comerciales con el mayor número de
naciones a las que podamos vender nuestros productos y servicios, y de las que
podamos recibir abundante inversión.
Yo CREO en un Ecuador próspero con más y mejores empleos. Yo sé cómo lograrlo.

¡Acompáñenme hacia ese Ecuador de prosperidad para todos!

Ecuador socialmente responsable

En el camino hacia el Ecuador de la prosperidad no podemos dejar de ser


socialmente responsables con aquellos hermanos ecuatorianos que necesitan que la
sociedad los ayude hasta que consigan un trabajo, porque viven en una situación
extrema, y no tienen nada ni nadie que los ayude. Me refiero a los más pobres de
los pobres.

Por eso estoy convencido de que no solo necesitamos mantener el bono de


desarrollo humano, sino que en mi Gobierno lo incrementaremos a 50 dólares
mensuales.

Escúchenme bien: un Ecuador socialmente responsable es compatible con un Ecuador


abierto, con un Ecuador libre, con un Ecuador emprendedor. Porque no hay mejor
política social que la creación de empleo, no hay mejor forma de distribuir la
riqueza que creando puestos de trabajo. Mientras más prósperos seamos todos, más
podremos ayudar a quienes menos tienen.

Hoy, muchos padres tienen que matricular a sus hijos en colegios particulares,
haciendo un esfuerzo sobrehumano, porque están descontentos con la calidad de
una educación pública sin infraestructura, donde faltan equipos básicos y aulas.
No tienen más elección. Oyen hablar de los millones que se gasta el Gobierno en
educación, pero no ven los resultados que ellos esperan.

Podemos anhelar a un Ecuador en el que nuestros hijos reciban, todos, educación


y salud de calidad.

Y debemos recordar también que en este país hay miles de estudiantes sin
universidad, por la novelería de algunos cuantos, que creen que la educación se
mejora por decreto, a control remoto, de la noche a la mañana. En este país hay
miles de jóvenes valiosos que se quedaron sin carrera universitaria, sin futuro,
sin aspiraciones. Ecuador les debe una oportunidad. Y escúchenme: vamos a
dársela. A ustedes, a todos los jóvenes.

En mi Gobierno reformaremos la educación, pero no motivada por prejuicios, sino


movida por el diálogo, diálogo con los padres, con los maestros, diálogo entre
ellos. Porque no satanizaremos a nadie, no estigmatizaremos a los maestros,
porque estos merecen respeto y consideración. Porque solo así obtendremos
estándares de calidad internacional, para poder medirnos a nivel mundial, con
los mejores.

Y también hay que mejorar la infraestructura en educación. Y vamos a continuar


con las escuelas del milenio. Porque es de gente decente reconocer lo bueno que
se ha hecho últimamente. Pero vamos a hacerlo mejor, a fondo, enfocándonos
primero en lograr la infraestructura necesaria para toda la red de
establecimientos educativos.

No impondremos planes de vida a los alumnos, sino que respetaremos su libertad


de optar por la carrera que ellos quieran estudiar. El que quiera ser médico,
que tenga la oportunidad de serlo. El que quiera ser arquitecto, que cumpla con
su sueño.

El Gobierno no está ahí para planificar la vida de nadie, menos la de los


jóvenes. Mi Gobierno buscará expandir los horizontes de los jóvenes, y
multiplicar sus opciones. Para ello, vamos a duplicar, cuando menos, el número
de becas para estudiar en el exterior para los estudiantes destacados.

Y también estaremos ahí para las miles de madres adolescentes muchas veces
marginadas, otras veces expulsadas de sus planteles educativos por decirle sí a
la vida, por atreverse a asumir la responsabilidad de sus actos. Eso no pasará
en mi Gobierno, ninguna adolescente será dejada atrás por defender con
sacrificio la vida de su hijo.

Además, no queremos un país donde los centros de atención médica solo atiendan
en horarios de oficina, porque las enfermedades no descansan los fines de
semana. En mi Gobierno fortaleceremos el sistema de atención primaria de salud.
Además, trabajaremos para cubrir el déficit de camas en los hospitales y
clínicas del Ecuador.

Y que quede claro: en el nuevo Ecuador habrá agua potable y alcantarillado para
todos. En este país los niños se enferman por no tener acceso a agua segura,
todos los días se enferman por la falta de alcantarillado. Y porque las tuberías
no se ven, y no dan votos, en el pasado poco se ha hecho en esta materia. En mi
Gobierno eso cambiará. El agua potable será una prioridad nacional y no solo un
privilegio de algunas ciudades del Ecuador.
Veamos hacia el futuro, porque podemos alcanzar ese Ecuador de oportunidades
para todos, próspero y solidario, donde nadie se quede atrás, donde se garantice
la salud y la educación de calidad para todos.

Yo CREO en un Ecuador socialmente responsable. Yo sé cómo lograrlo.

¡Acompáñenme hacia ese Ecuador socialmente responsable!

Ecuador de instituciones

Los ecuatorianos tienen miedo a salir de su casa. Tienen miedo de que le roben
sus pocas posesiones, de que le roben esos bienes que con tanto esfuerzo han
logrado adquirir.
Lastimosamente, en el país de hoy las instituciones no protegen adecuadamente a
los ciudadanos inocentes.

Y no les quepa ninguna duda, ninguna: en mi Gobierno los delincuentes irán


presos; los sicarios irán a la cárcel; los secuestradores estarán bajo rejas; y
los ladrones, especialmente aquellos que se enriquecen con fondos públicos, irán
a parar al calabozo.

En ese Ecuador de oportunidades, que nosotros vamos a lograr, no tendremos miedo


de salir de nuestra casa, porque habrá instituciones que nos protejan.

En ese Ecuador serán los delincuentes los que tendrán miedo, miedo al
cumplimiento de la ley, serán los criminales quienes les tendrán miedo a las
autoridades.

En ese Ecuador de oportunidades que sé cómo lograr, la policía estará equipada


para cumplir su trabajo, y contará con el respaldo moral y político del
Presidente de la República. Porque en mi Gobierno rayaremos la cancha.
Trazaremos una línea que separe a los criminales de un lado, y que ponga a los
ciudadanos decentes del otro. Desde luego, todo siempre en el marco del respeto
a los derechos humanos, pero con absoluta firmeza.

Para ello necesitamos una justicia independiente, una justicia profesional, una
justicia que actúe en Derecho, pero que actúe contra los delincuentes, sin
importar quienes sean estos.

No queremos una justicia que sirva solo para satisfacer ágilmente las demandas
de quienes gobiernan, sino una justicia que resuelva nuestros problemas con esa
misma agilidad. Y escúchenme bien: bajo ningún pretexto meteremos mano en la
justicia.

Y además es necesario un sistema penitenciario que sirva para reformar, y no uno


que convierta a los delincuentes en expertos del crimen.

El Ecuador de las instituciones será además el Ecuador de la seguridad jurídica


para el emprendedor. Para que los emprendedores locales y extranjeros dejen de
irse e inviertan su dinero aquí, y generen empleo. Porque somos gente seria y
talentosa, que respeta su palabra, que no le tiene miedo al trabajo, porque aquí
hay grandes oportunidades que se desperdician por los prejuicios ideológicos de
unos cuantos.

Aquí necesitamos una democracia que les sirva a todos los ecuatorianos. Y no
solo al Gobierno.
Necesitamos un Ecuador de soberanía. Pero no soberanía solo para el Gobierno,
sino para cada uno de los catorce millones y medio de ecuatorianos. Un Ecuador
donde sean cada uno de ustedes los soberanos de su propio destino, que sean cada
uno de ustedes los que tomen las riendas de su vida en sus propias manos, sin
miedo, sin incertidumbres.

Necesitamos una democracia en la que se proteja al ciudadano de los abusos del


poder, en la que seamos libres de opinar; una democracia en la que funcionen
pesos y contrapesos que eviten los abusos, con una asamblea independiente, para
que fiscalice al Gobierno, y que no sea el Gobierno quien fiscalice a sus
adversarios.
Necesitamos una democracia en la cual no tengamos miedo de hablar, de denunciar
la corrupción; una democracia donde nadie se sienta con el derecho de amenazar a
un periodista.

Necesitamos una democracia en la que se asegure la alternancia del poder. Una


democracia donde los prejuicios personales de unos cuantos no se conviertan en
políticas públicas obligatorias para todos.

Yo creo en ese Ecuador de instituciones. Yo sé cómo lograrlo.

¡Acompáñenme hacia ese Ecuador de instituciones!

Ecuador de valores

El Ecuador de oportunidades debe ser también un Ecuador de valores. Los


ecuatorianos tenemos muy claro el valor que tiene la familia.

Los padres estamos dispuestos a trabajar sin pausa, día y noche, por darles
esperanzas a nuestros hijos. A luchar sin pausa por criar una familia decente y
honrada.

Y para lograrlo necesitamos inspirar valores de respeto, unidad, paz y humildad.


El país no puede seguir siendo el país de la discordia, de la falta de respeto,
de la soberbia y la prepotencia. Debemos dar un buen ejemplo a nuestros hijos.
Porque las familias deben estar unidas, y aprender la importancia de la unidad
entre hermanos. Eso es fundamental.

En un Ecuador de valores, el respeto a las personas con capacidades especiales


es un valor fundamental. Por eso, con decencia y con frontalidad, reconozco el
gran trabajo del programa Manuela Espejo, y me comprometo a continuarlo,
profundizarlo y mejorarlo donde haga falta.
En un Ecuador de valores, la cohesión social es una condición fundamental para
lograr el Ecuador de la prosperidad.

Por lo tanto, el diálogo será un recurso inagotable para la búsqueda de acuerdos


y la resolución de conflictos.

En un Ecuador de valores, el respeto a la opinión diferente, y a las creencias


de cada uno de los ecuatorianos, constituye un requisito esencial para la
convivencia pacífica de la sociedad. En mi Gobierno ningún ecuatoriano se verá
en la obligación de pedir asilo en una nación extranjera, porque respetaremos
siempre su posición, por más crítica que esta sea.

El Ecuador de valores debe también preocuparse por el medio ambiente. Y quiero


ser claro: en mi Gobierno no vamos a explotar el Yasuní. Lo vamos a conservar,
sin esperar regalos de gobiernos extranjeros ni de nadie. Lo haremos por
iniciativa propia, dignamente, porque nuestro medio ambiente no puede depender
de lo que hagan los demás, debemos preservar el Yasuní porque es nuestra
responsabilidad.

Yo CREO en un Ecuador de valores. Yo sé cómo lograrlo.

¡Los invito a acompañarme hacia ese Ecuador de valores!

Les digo algo más. Que les quede claro: ¡vamos a ganar las elecciones el próximo
año! Nosotros vamos a construir ese Ecuador de oportunidades, ese Ecuador
próspero, ese Ecuador socialmente responsable, ese Ecuador de instituciones, ese
Ecuador de valores. Yo sé cómo lograrlo, junto a ustedes, junto a los catorce
millones y medio de ecuatorianos.

Y quiero recordarles una cosa: ¡nada ni nadie es invencible!

¡Yo creo en CREO, creo en Ecuador, y por eso los invito a votar por las listas
21!

¡Yo CREO en Manabí, en Guayas, en El Oro, en Esmeraldas, en Los Ríos, CREO en


Pichincha, en Santo Domingo, en Cañar, en Bolívar, en Loja, CREO en Imbabura, en
Chimborazo, en Cotopaxi, en Orellana, CREO en Azuay, en Napo, en Sucumbíos, CREO
en Morona-Santiago, en Zamora-Chinchipe, CREO en Tungurahua, Carchi, Pastaza,
Santa Elena y Galápagos.

En todos los ecuatorianos, yo CREO.

Viva el Ecuador.

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