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Este hecho es el que ha estallado en el Perú con gran fuerza y los mismos
escritorzuelos de la reacción tinen que reconocerlo:
“Hoy, las ondas sísmicas de la corrupción, con epicentro en Brasil, están dejando
en escombros a la clase política en su conjunto y a sectores emblemáticos del
sector privado. Lo declarado por Barata confirma una vez más que la corrupción
en el Perú no es episódica; es histórica, estructural y sistémica. Todos jugamos
a la ronda menospreciando al lobo” (Diario El Comercio, Del ‘juguemos a la
ronda’ al ‘ampay me salvo’, por José Ugaz, en política, 5 de marzo 2018).
Habla “de complicidad de actores relevantes del sector privado con las prácticas
extorsivas de un Estado corrupto” para ocultar la fusion de intereses del capital
bancario, comprador y feudal y el inmenso Poder del Estado (capitalismo
monopolista de Estado según la definición del Presidente Mao). Y este plumífero
aboga por “un acuerdo nacional de punto fijo”, es decir que no haya sanciones
contra los gobernantes y los grandes burgueses.
Luego este abogado plumífero nos revela solo en parte el botín que se parte y
reparten entre sus patrones: “Las diversas aristas estructurales de la corrupción
en el Perú: el financiamiento de la política, …, sistemas de compras públicas e
inversiones".
“Las elecciones del 2011 podrían ser conocidas como las de Odebrecht vs.
Odebrecht, pues todo indica que fue la mayor aportante de los principales
candidatos (...)
Luego de las declaraciones de Barata, las elecciones peruanas nunca serán las
mismas. Los políticos, que ya estaban desprestigiados, serán vistos con aun más
desconfianza. No solo los que recibieron aportes de Odebrecht, sino todos. La
ciudadanía verá a los candidatos con la crudeza con la que Víctor Andrés García
Belaunde los describió en una entrevista radial: “La candidatura presidencial es
un negocio. En los procesos electorales hay muchos candidatos, no solo por el
currículo o la vanidad personal sino porque siempre se recibe, a todos les cae”
(Los muertos vivientes, por Alfredo, Analista politico, El Comercio, 4 de marzo de
2018) .
ODEBRECHT
Por otro lado, los gastos en obras siguen siendo otra muestra de la
incapacidad de la derecha peruana en el gobierno pues solo se ha podido
gastar 3,123 millones siendo el Gobierno Nacional el que tiene una
ineficiencia completa pues en vez de estar en 17% de gasto en obras solo
llego al raquítico 4.7% de ejecución presupuestaria.
Ante este fracaso del manejo del presupuesto público, PPK no debe estar
ni un minuto más en el gobierno.
Cuadro 1
INGRESOS: 13,346,680,164
GASTOS: 28,000,595,840
DEFICIT: 14,653,915,676
Cuadro 2: