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RAQUEL TIBOL JOSE CLEMENTE OROZCO: UNA VIDA PARA EL ARTE Breve historia documental FONDO DE CULTURA ECONOMICA MENICON VI. POR FIN EN LOS MUROS og rept coprernein se seat te ht edi San {Unidos no se produjo en Nueva York sino en el lado opuesto, en Claremont, California, El espafiol Jost Pijain, director del storia del Arte en Pomona College, pensé que el muraligmo mericano debja dejar su impronta en esa zona de viejas raices hispanoamericanas. Et granrrefectorio de Ia institucién era perfeccamente decorable. Confié sus planes al cubano A-Gonzilez, profesor de literatura espafiola, y éste a Jos mexicanos Agustia—Aragén Leyva, escritor, y Jorge Juan CCeespo.de la Serna, por entonces pintor y maestro de dibujo en la Chouinard School of Art de Los Angeles. En el primer incer- cambio de ideas surgieron dos-nombres:Diege Rivera y Jost Clemente Orozco. En discusién fraternal y fotografias a la vis- ta, quedé Jorg Clemente Ornzro como Unico candidato y Cres- po de la Serna, antiguo amigo suyo, encargado de establecer el contacto. Habia un inconveniente: notentar-dinero, tampeco del colegio; pero eso si, un enorme entusiasmo y mucho optimismo. El presidence de Po- mona andaba de viaje y s6lo se podfa adelantar tomando las medidas de la pared decorable: seis-meteos-de alto por 1s_de ancho. Habfan calculado que sin mucho esfuerzo se podrfan reunir 5.000-délares y asi se lo comunicé Crespo en 1a primera catta a Orozco. Por su parte, Pijodn ya habla imaginado el asun- to: una Santa-Ceaa-coaue-Criste indio y San Juan como avia- dor. Encerado el-decane-de Pomona de estos planes ne-estu¥o muy de-aeterdo y propuso una compasicisn con los fundadores soe ast a Jobe Ht di ve ica: , Mark Hopkins, Antonio-de Mendoza. Pijoén replicé propo- 126 POR FIN EN LOS MUROS ny niendo cinco figuras protapénicas de la historia californiana: el virrey Antonio de Mendoza, el descubridor Cabrillo, el mi- sionero Junfpero Serra, el impresor Zamorano y el nacuralisca ‘Luther Burbank, rodeados de figuras anglosajonas y espafiolas que se abrazaban fracernalmente. Qrozco entendi6 que 5 000 dolares era poco, pero acepré-en- deseaba pintar un mural y suponia que ese Sica Ss Se? Fijé la fecha de arribo para marzo, pues en febrero tenia la exhibicién en los Delphic Studios y junto con Alma estaban preparando la primera mo- nografia de su obra que editarfa Brentano's. Para lograr mayor respetabilidad y mejores condiciones, proponia que los Delphic Studios, es decir Alma Reed, actuara como fepresentante. En carta a Crespo el 17 de enero de 1936 preguntaba: “jImpenen clos asunte?-No-cree-comveniente pintar cosas religiosas” Pasa un mes sin noticias y, entre preocupado y euférico, le escribe.a Crespo: Si hubiere elgdn arregla Geo podria conforriarme mienrrss con ae pagaraa los gastos de viaje estancia en da y materiales. v des- pués_los hnnorarios. EI caso es &te: hay que evitar pérdida de tiempo y como la permanencia en Nueva York y los viajes cuestan un dineral, hay que hacer un plan definido, cualquiera que sea. Quizd sea mejor-hacesle-en-el-erofe-préximo y hasta habria tiem- po para presentarles un magnifico proyecto, bien dibujado y escu- diado. Naturalmente que también ahora podemos hacerlo, si fue- re necesario.” ‘Ante la perspectiva de pintar un mural Orozco no piensa en los-centavas sine ena técnica a.emplear, “Lo importante en es- te caso es pintar fizsca precisamente —le escribe a Crespo el 10 de marzo— y no otro procedimiento porque es precisamente el ' Candoza, Apéadice, p. 280, * Ibid., p. 280, 128 POR FIN ENLOS MUROS hecho de pintar fresco lo-que-hesie-sessacién y provacarfa un granincerés.” (Ceme la pared de Pamona es de cemento da ins-_ ceuccinnes para resolvet el problema: Sobre la superficie se podria pegar_ cum cemento, una capa de Jadrillo delgado, como el que se usa en México, es decir, de-tunes-dos-y - medio o tres centimecros de grueso y sobre ese ladrillo ya se po- drfa trabajar, como usualmente se acoscumbra, con Ia mezcla de cal, Siendo 90 metros cuadrados no creo que coscara gran cosa, & Io sumo unos 50 délares, que aun podrian descontarse de lo que van adar, es decir, de lo que me corresponde, Y el tiempo para ha- cer esa capa de ladrillo no podrfa ser més de una semana.* E-rrde-marce Orozeo-manda un telegrama anunciando su Megada y Pijodn sie pte que el problema del dinero les estd-aco- ealando. Le escribe a Crespo: Liscima que no supiéramos antes que salfa para ac porque hubie- ta recomendado que bajara en Claremont (Santa Fe), 0 en Pomona (Gouthern Pacific). Hubiéramos ahorrado dinero, [...] Aqui las cosas estin asi: los estudiantes a quienes arengué cl miércoles des- pués de Ia comida me pidieron pensarlo y contestar el viernes Esce dfa me prometieron 1,000.00. Es absolutamente seguro. Yo tengo reunides 250 mas de otras gentes a quienes he embestido y _quedan algunos mds para atacar, Pero no s¢ exactamente cuénto podremos reunir, dudo eguemos a 2,000, 0 sea 1,000 de los estu- diantes y 1,000 de otros, a menos que yo me panga muy activo y pierds mucho tiempo. Lo imporcante es que nos dejan hacer, nos dan la pared y el arquitecto pone el andamio gratis. De lo que re- caudemos ha de salir todo: tren, horel, ecc. Otra concesién es que se les dar a usted y a Orozco un sleeping porch en el dormitorio con dhaifo y dos camas. Comidas (3) habri que pagatias: a 1.00 por dia. Son buenas, en el mismo refectorio que van a pintar. Colores van a ‘cuenta de ustedes. Se les darn facilidades de taller y el profesor de > Ibid, p. 281. POR FIN ENLOS MUROS. 329 arte de Scripps College (Padelford), un chico americano que viene de Parfs, quiere también trabajar con ustedes gratis, Ademds cac- rin otros encargos, estoy seguro. Yo pensaba que en la antesala del comedor podrian pintar gente —un fresco con algunas profesores y estudiantes y cada uno que se inmortalice pagaré 30.00. Pero esto vendrd. Lo importante es que Orozco no pierda tiempo en Hollywood ni gaste en hoteles: vengan a Claremont y pénganse en seguiida 2 hacer los cartones. Yo mafiana iré a Los Angeles a ver a Spaldin (el arquitecto) para esto de la pared. {Qué lata tener que revestir de Iadrillo el muro!* Jes por un grupo de estudiantes. Apenados le comunicaron que no habian podido-sreunirtacantidad-convenida, Pijodn no habfa pondera- do las escasas simpatias hacia su persona, grave inconveniente no s6lo para la colecta sino para el trabajo artistico por él pro- movido. Ts ién contra un-mexicens por més artiste quefuera. La-cleccidn del tema fue la gota que colmé el vaso: Premeteo,mito-pagano y disolvente que el mexicano no podia jnterpretar sino con arre- batos de rebeldia. La polémica se-ericendi6 y llegé a los sermo- nes parroquiales. sealer eee oe di convencimiento. Por su pare, Orozco pidié a Alma Reed in- crementar entre los coleccionistas de Los Angeles y de Holly- wood, propiamente, la venta de sus pinturas y grabados para salir adelante, El -co lo habfa entusiasmado. Entre los cuadeos pineadas par Orozco para tecabar fondos se.cont6 El mértir, 6leo donde represent6 a Fetipe Garrity Puer- te-con toga roja, arrodillade junto a una cumba abject, ante un paisaje con arquitectura maya. La eleccién del tema —Prometeo— fue una consecuencia ‘Whid, pp. 277 y 278. 130, POR FIN EN LOS MUROS directa de-sus experiencias en el Ashram. En mayo de ese afo, 1930, el festival délGco-culminarfa en Grecia coata-represen- taci6n del Prometesoneadenado de Esquilo. En las tareas prepara- torias se habfa relefdo la tragedia y analizado sus origenes y sus analogfas. La colaboracién de Orozco en el festival habia con- sistido en los proyectos a color para dos carteles que anunciaban- el evento. Para esos disefios se inspird en anciguos vasos griegos. En la representacién al fresco de Prometeo combiné Craven valores clisicos con elementos simbélicos modernistas, Huma- nizé.el miro en un cuerpo desnudo y vigoroso, miguelangeles- co, que ocupa un primer plano a todo lo alto del eje central de ‘ocho metros y se dilata con una poderosa pierna extendida has- ta el extremo izquierdo. Atrds del héroe de imponente anato- mia, en escala muy contrastada, una-humanidadprimieiva-se ‘precipiza implorante hacia el fuego, la luz, la superaci6n, la so- lidaridad, Gestos de ahora, de danza, de éxtasis, representados con méxima economia de trazos, se desarrollan en aglomera- cién ante un fuego que sale de las manos de Prometeo y tifie el cielo herido por picos oscuros. En los angostos tableros larera~ les desarrollé algumasteigenes de centautes ¢serpiontes, L0- -seespandientes a_mitosaéa—més—primitivos, para significar 2 del dador de fuego; pero ata-vez-te- 1 mito. En su peemavisual Orozco rescaté el-contenido civico del_ reatro-helénico. Su multicud, desamparada-ancetanaturaieza, lucha por sobsevivir, alentada por el vigar titinico del héroe, capaz de desafier a fuerzas superiores para derramar beneficios entre quienes aspiran a escapar del desvalimiento y la postra- cién. El rostro de Prometeo esté trazado con la fuette-y-certera i fi arte bizantino. ‘A pesar de los enredes econdmicos, las incrigas de los retar- dataries y-los sobresalros de Pijodn ante su estilo antiacadémi- 0, Orozco goz6 plenamente su trabajo durante tres-meses. Su saan POR FINEN LOS MUK m1 honrades incelectust-st-irrestricte diseiptina le habfan ganado el respeto de maestros y estudiantes, Tan_pronse-se-realizé-el acte-de dedicaci6n, no esper6 el corte de caja y escapé-a Sunset Boulevard. Hollywood y sus candilejas le harfan olvidar excesi- vas tensiones y reciclar sus energfas. De ahi se fue a su amada San-Francisco y por carta del 12 de julio a Jorge Juan Crespo de la Serna se constata que el-problema-de los centaves-no-ha- co: Pijodn le escribié a Alma y entre otras cosas le dice cOmo esti lo de los dineros del fresco. Le copio de la carta tal como él lo dice para que vea usted lo que convenga hacer, pero por supuesto que no creo prudente le diga usted a Pijoin nada, pues hasta cierto punto es indcil. Dice P.: “El asunto de los estudiantes esti asf: dic- ron 550. Yo cobré ¢l dia antes de marchar de Claremont 25 de la Senior Class y 25 de una casa donde vivian 5 muchachos. Con este dinero pagué una cuenta de 61 del albaiil poniendo 11 délares mios, Ahora quedan por cobrar 4oo de los estudiantes. Los de la Senior Class danin (ya lo votaron) 50 més. Las nifias debfan dar 50 y los otros 300 los pagarin los muchachos que comfan en el Hall, al volver 0 antes. Yo escribo a una cierta miss Margaret Maple, Alumni Dep., Pomona College, explicando esta”, Yo creo que lo tinico que conviene hacer es aclarar un poco las cosas, especialmente lo del albafiil y hacerse presente, de vez en cuando y por muy atentas cartas con la gente del colegio, por lo ‘que se oftezca, y para que todo quede claro y sin confusiones, Realmente, Pijodn no tiene la culpa de nada.» fi ‘ion en tos muros del tay Hl das Se Se habl6, los periédicos lo anun- ciaron; munca sucedié. En 1944, seria Alftede Ramos Martinez quien Ilegarfa a Claremont para iniciar en el jardén-dete-sec- ci i i -ge, unos muralesdeamanc- id, p. 281. 12 POR FIN EN LOS MUROS rado_y superficial mexicanisme-que-penca-conctuy6; pinturas cotalmente ajenas a la estética orozquiana. Fue el {talo-norte- : i ien pinté en 1959, en el cubo de la escalera de acceso al refectorio, un mural sobre el Génesis, y lo hizo en blanco y negro pata no competir con el prometeico in- io de Orozco. Se lamentaba Orozco de ne-senet-dinero para encargar fo- tografias de su Prometeo a Edwacd Weston, a quien en 1926 co- nociera en México y cuyo trabajo apreciaba sobremanera. Ex- primiendo sus bolsillos pude-ponesse-al-corsiente de_cuanto ocurris-en-et-medie-areistice de San Francisco. Durante unos ‘dias habieé-en- casa de la familia Sullivan (el verdadero nombre de Alma Reed era Alma Maria Sullivan). Después rent6urres- tadie-enla-calle California y se puso a trabajar. Para entrar en materia pimrré-etretrate-dePasricia, una sobrina de Alma, y de inmediato-se abocé a cticipaci6n en Ja gran mues- -era_de arte mexicano en-el Metcopolican Museum-de-Nueva “York, a inaugurarse en el mes de octubre. Le habjan solicitado siete cuadros y seis dibujos.(Se habfa reunido obra de Rivera, Montenegro, Mérida, Revueltas, Maximo Pacheco, Siqueiros, ‘Abraham Angel, Abelardo Avila, Julio Castellanos, Charlot, Claussell, Miguel Covarrubias, Francisco Dosamantes, Maria Izquierdo, Agustin Lazo, Rodriguez Lozano.|La exposicién se complementarfa con una seccisn de arce popular. Su feencuen- tro con Edward Weston fue muy grato. El forégrafo lehizoun Habier rs “ concreta dentro del avance liberador de la humanidad, quiso contrar Orozco su equivalente en la historia mexicana y lo ailé en Zapata /En-su taller d Prancisco is cebir ur tratathiento de Zapata dentro de su pueblo, entregin- wu fuego. Certera es la descripel6n que de esta obra hizo Alma Reed: dedicé acon | Bet re a ee POR FIN EN LOS MUROS 3 Orozco fse-et primero entre los pintores de México que inv . Suya a Ja patridcica tarea de registrar en el lienzo la estatura del hombre que defendié a sus explotados coterrineos y desafié a sus explota- dores a través de los aiios de su existencia perseguida e inquiera, En la flama agonitante de sus ricos tonos terrosos, el cuadro de Orozco evoca una-sintesis-dramiticade-to-que-Zaparz significa para su propia poce turbuleata. La obra proporciona una valiosa incerpretacién pldstica de la pagina heroica destinada al caudillo revolucionario y del catifio que siempre reclamard en los corazones de las multicudes mexicanas. Sus aspiraciones, sus ideales, estén incorporados en el limpido ascenso de las diagonales de la compo- sici6n. Envuelto en a oscura aura de la tragedia y en contraste dramitice con el claro ciclo morelense a sus espaldas, Zapata apa- rece entrande por la puerta baja de una casa de adobe. Avanza de manera fatalista, como si obedeciera a una necesidad superior a la voluntad humana, En la solemnidad del porte y en la inefable tristeza de la mirada esti el presentimiento de su destino, Hasta el Sombrero de anchas alas sugiere el halo del mértir, asf como el pa- fuelo blanco en el cuello resalta la elegancia transicoria de la fa- nebre vestimenta. Significativamemte, el filo de una bayoneta se topa con una de sus pupilas, destellando el frio acero contra la faz tostada por el sol. Hambres_y mujeses se le acercan,-cendidas las conmovedora pa- labra de Zapata se infiere por la emocién de sus partidarios.® Al de Zapata siguieron-otros-cuadros detemm-exicano- Ey soldade-beride-y Pas, los tres de-geandes dimensiones. Para em- prender el ‘ork, Orozco debié malvender el estudio previo, en tamafio menor, del Z2- pata. i i icin mexicana en el Museo Metropolitano, auspiciada por el Insti- tuto Carnegie y la Federaci6n Americana de las Artes, con el apoyo del gobierno mexicano y del que fuera embajador de los Alma Reed, op. cif, pp. 207 y 208, 134 POR FIN EN LOS MUROS Estados Unidos en México, Dwight Morrow, el mismo que ha- bfa subvencionado a Diego Rivera para pintar la logia del Pa- lacio de Corrés en la ciudad de Cuernavaca, y que por entonces se aprestaba a lanzar su candidatura para senador. Ademés de et ae eae = z pletabs con El muerte, Echate la urea, Revoluciéa, una composi- . See eee tetra aca dela Preparatoria, De las colectivas en las que habfa. part pado, ésta del Metropolitan seguramente fue la que més le sa- tisfizo. Fue iniciativa de Alma Reed establecer el contacto con el ar- quitecto Joseph Urvan, quien se aprestabe-a-constrairen +9297 en Nueva York, la nueve-sede- deta New Schoolfor Social Re- search en la Calle Doce Poniente. La New School se dedicaba a la educaci6n-progeesive de-aduleos-Consultado el director de la institucién, Alvin S. Johnson, se entusiasmé ante la posibilidad de contar-con-un_mural de Orozco, pero aclaré de inmediato: no-habfa fondes paza-honorarios, Cuando mucho se le podrian pagar los materiales y-el salaria del albadiil, y ver en el curso del trabajo si algtin ocasional mecenas querria aportar los ho- norarios del artista. Como compensacién, Orozco tendria plena libertad tance en-el tema como en 1a forma de abordarlo, Se de- cidi6 que la decoraci6n se haria en el refectotio y que los traba- jos se podrfan iniciar-en el otofio.de 1930, cuando la construc- cién estuviera avanzada. Veinte afios después, Alvin S. Johnson relacaba en su auto- biografia: ‘Alma Reed, agente de José Clemente Orozco, me visit6 con Ia asombrosa proposicién de que el pintor contribuiria gracuitamen- te con una pinrura mural como tributo a los ideales de la New School. ;Qué podfa sentir cuando Orozco, el mds grande pintor mural de nuestro tiempo, me proponia contribuir con un mural a 4 8 hth: POR FIN EN LOS MUROS 15 la New School? Todo lo que pude decir fue: Dios lo bendiga. Haga la pintura. Pinte como quiera. Eeaseguro que tendra liber- ctcherr bretecciém det tema Tia.? Alvin S. Johnson era hombre progresista que estaba por la paz, en contra de la discriminacién, por la fraternidad y Ia juscicia social. ‘Orozco se hallaba todavia en San Francisco cuando recibié co- pias de los planos del refectorio ubicado en el sexto piso. EL-re- fo-en €1 Las preocupaciones de or- den-estructural, Quert E avers manera de eomponer: Los términos del convenio y el espiritu progresista imperante en Ia New School j . ‘én. En el circulo de Eva Sikelianos habia conocido a l-viudade Jay Hambid ge Mary, quien estaba interesada-en-compterar las inconclusas investigaciones sabe la simetria dindmica, recogi- das ya en buena parte en eli i . Habia invi- tado a Orozco a colaborat con ella, El se excusé porque ne-de- s ica-pura, a la teorfa por la teoria, cuando todas sus fuerzas espirituales se encaminaban a éctica picrori ‘por Tos factores con- cepruates que lo preocupaban por esos di att ictura, teoria, cfomatis- i i a i Tabajo: concteto 0 de planes para un futuro inmediato, No colaboré c dige, pero en los cinco tableros murales de la New School apli incipi cos, com- prendidos en la simecsie-dingmica. La simpatia de Orozco por las teorias de Hambidge tienen un precedente insoslayable: la i i Ia diagonal, En el andlisis geométrico hecho por Hambidge de los templos egipcios y griegos y las decoraciones en vasijas helénicas, hab 7: di i rte de la cual fue director Mid, pp. 177 ¥ 178 138 FOR FIN ENLOS MUROS tente-por nombre Fhe Diagonal. La diagonal es inseparable del tridngulo. La uni6n de tridngulos produce cuadrados y rectén- gulos 0, a la inversa, tede-cuadrado y todo rectingnlo puede En el articulo publicado en Extélsfer el 3 de abril de 1942, Orozco explicaba: EI nombre de simetrfa dindmica es la interpretacién que hace Hambidge del griego “conmensurable en poder 0 en cuadrado”, dado por los filsofos helénicos a las relaciones que existen encre las superiicies de Jos rectingulos “rafz cuadsada”, 0 sea, aquellos da de dos, tres, cuatro, cinco. _-Ebautor- dete simettia” explica que hay dos tipos de arre: el in, Las formas creadas por los primeros son-diadmicas porque contienen en sf mismas, por 5 : c0 pueden crecer, desarsollacse y multiplicarse de un modo semejan- (eatas-debeucrpe humane ype tesde fis cleneie-sees sivientes. Y cuando el desarrollo es normal se produce ua sitmo y una armonéa que son cabalmente lo que entendemos por belleza. Esto constitu- ye-lesupremacte-del-arte agipcio-y del griego-clisico sobre codos Jos. demés__ ELarte estético, domo el de los drabes, chinos, japoneses, hin- dies, asirios, bizantitids, géticos, ec@s.correspondea la estructura del-munde-inanimade,-come-tos-etiseales. Es estdtico porque sus clementos-eseén fos y sin ms posibilidad de crecimiento que la Externa de elementori La estructura de las formas dinémicas consiste en superfici conmensurables organizadas en proporcién geométrica y tiene por base u origen el cuadrado y su diagonal y la diagonal Bulos “raz cuadrada” y de éstos un niimero infinito de ocros rectingulos.® "Anobiegrafi p. x39. POR FIN EN LOS MUROS 17 En los tableros de dos metros de alto, teniendo como ayu- dante a la pintora Lois Willeox, con cuadrados, rectangulos y tridngulos, rigurosamente, conseruyé-Orezco entre octubre de Here rege eis Gen ciidol ene eee perseguido de la fraternidad universal, de-tacdastastams y t0- dos-tos-estratos, para el avance de Ja cultura, La contrapartida dialeceh 3 aE ‘li- Boma ees Fo peterson det cokcaraismy ct rall En_un tablero situado en el vestibule de accese-al-comeder, Orozco compuso uns-imagen de reaftemacién: el trabajo crea- dor significado por el matemético, el forjador y el arquitecto, 0 la ciencia, el trabajo y el arte, segtin Justino Ferndndez. Home- naje-at saber, a te concencracior imeteccost-y «tx coordinacion del-cuerpo y Ta mente, Aleyorta-te-tas-ciencias y las artes, se- ‘gin el propio artista. Hecramientas y manos en la parte inte- rior, encima de las puertas, dan eco al tema del vestibulo. En-te-amaritis Merete fraternittad, con uso graduado de «ojos grisexy-megror, Ororco eee Noppen, al j cetpca ental yes a Nueva York para exponet en los Delphic Studios. Junto a jini Naik tiie colaboradors-del-ider-hindd. Orozco desde el Ashram de Nueva York y Pablo Neruda en Calcuta habian seguido el Con- greso de toda la India celebrado en diciembre de 1929. El pin tor mexicano y el poeta chileno atin no se conocfan, pero s~ i i i aber sido muy Si- milar. Neruda escribié: 138 POR FIN EN LOS MUROS Una inmensa cantidad de delegados, més de veinte mil, se agru- paban junto a Gandhi y Nehru en un suburbio de Calcuta. Toda la tarde y la mitad de Ja noche, el pueblo hindé trafa alli sus desvelos, su humillaci6n, su pobreza y su esperanza. Ya se diferen- iaban Jas corrientes polfticas que van cambiando el rostro marti- rizado del mundo. Se ponia en el horizonte Gandhi, como un fla- coy viejo dios cristiano, y despuntaba como tna nueva estrella de esperanza en el coraz6n y la conciencia humana del nuevo lider, Jawaharlal Nehru. A veces Gandhi, fatigado, dormia all, a la in- temperie, como si dijéramos en Ia calle, descansando la vieja cabe- za sobre una pequefia almohada. Alguien sostenia una sombrilla sobre su suefio ligero, alguien con un abanice refrescaba su des- canso, y de ese suefio corto, de algunos minutos, volwia a salir esa inmensa energfa mistica que se ha enfrencado al gran Imperio. (...] Yo wi la lucha ganada por Gandhi en un minuto dramético. La corriente de Nehru luchaba por la libertad absoluta de la India. Gandhi pedfa s6lo el Dominion Status, como pago progresivo para Ilegar a la liberaci6n. Todo el Congreso estaba por la Inde- pendencia. ¥, al aproximarse la voracién, un murmullo recorre el ‘Congreso; Gandhi quiere romper su silencio de tres dias, que ptactica con un ayuno, y quiere decie algo. Sube, el cuerpo ligero, Ja entrepierna blanca, las gafas, la nariz puntiaguda, Sélo quiere decir que, si se aprueba la mocién contraria, él, Gandhi, el Gan- dhiji, dejaré de comer hasta morirse. Y no hay més discusién. Se hha aprobado su tesis, su tesis timida y vegetariana, y la India reza- i por el Santo, y su voz, su silencio saldré a la calle, a las ciuda- des, a la selva, a los cafiaverales, a los arias, al bazar: “el Gandhi quiere nuestra salvacién, él nos gufa". Aquel Congreso, como mu- chos aspectos de la India, me dejaba un regusto salobre, mezcla de disgusto y de incertidumbre, Me producen igual rechazo el santo y el vicioso, y tiemble por el futuro que se apoya sobre una sola cabeza humana.® “En 1943 Orozco velverfe-a pintar-a Gandhi en un cuadro al temple titulado La-ctits-def-imperio-ingté. Y Neruda en sus * Pablo Neruda, Viajes, Nascimento, Chile, 1955, pp. 68-70. POR FIN EN LOS MUROS 139 ‘memorias, con cuatro trazos verbales, harfa un certero retrato del Orozco que conociéa principios de los afios.cuarenta, cuan- do “e-vids intelectual de México estaba dominada por la pin- tara’, segiin la vio el escritor. Estos pintores de México cubrian la ciudad con historia y geogra- ffa, con incursiones civiles, con polémicas ferruginosas. En cierta cima excelsa estaba situado Jos€ Clemente Orozco, titin manco y esmirriado, especie de Goya de su fantasmagérica patria. Muchas ‘veces conversé con él. Su persona parecfa carecer de la violencia ‘gue cuvo su obra. Tenfa una suavidad de alfarero que ha perdido la mano en el torno y que con la mano restante se siente obligado a continuar creando universes. Sus soldados y soldaderas, sus cam- ppesinos fusilados por mayorales, sus sarcéfagos con te ficados, son lo mas inmortal de nuestra pintura americana y que- dardn como la revelacién de nuestra crueldad,!> Ebdfe deta inanguracién de tos murates deta New School, Orozco tuvo la aprobacién de dos notables misicos: Edgar Va- ese y Aaron Copland; pero entre les _benefactores dela New Scheol-cundié-el-repudie- El neges presidiende + el retrato-de-Lenin —explicé— fueron la causa de que 1a New School perdiers-4e-concribucién-de-varios te susmés ticos parrocinadores, cosa grave pues la inscitucién se sos- tiene solamente por la ayuda pecuniaria de sus amigos. En cam- bio, gand otras simpatias mds numerosas. Se me habia concedido absoluta libertad para trabajar; era una escuela de investigaciones y no de sumisiones."* Jo Ine E Uni : Fria los extremos de inrolerancia del macartismo, las secciones con los retratos de Lenin y de Carrillo Puerto, con el ejército ™ Pablo Neruda, Crufice que be vivid Memorias, Seix Battal, México, 1974, pp. 216 y 217 "' Auebiegrafie, p. 139. 149. POR FIN ENLOS MUROS bolchevique el primero, y entre una pirémide maya y banderas rojas el segundo, fueron-cubiercas-con-gruesas-cortinas. Antes de estas censuras oscurantistas, en-diciembre de 1932, Orozco norteamericano Wal eel como ellos, se mostraba solidario con la humanidad oprimida y sufriente y saludaba los esfuerzos por superar miseria y pos- traci6n, y ahi estaba su pincura para reafirmarlo, [Los criticos se mostraron convencidos por esa expresién Inueva pléstica donde los planos grises, negros, rojos y amari- los buscaban en todo momento remarces la bidimensionalidad fue casual que arquitectos de vanguard: Kiesler y Frank Lloyd Wright se mostraran vivamente entu- siasmados por aquel concurso de nueva composicin y nuevos pensamientos. Como de Pomona, Orozco salié-dete New School_con_tas manos vacias. De inmediato se-concentré-en-te produccién-de cuadrns que encontraron pronta acogida y le permitieron, en abril de 1931, traer-asu familia a las Estados Unidos. Prosiguié con el ciclo mexicano, tendiendo cada wez mésa la sfntesis y la simbolizacién. De aquel periodo son picras-tan-sobresalientes como Gementerio, la variance de La trinchera de la Preparatoria titulada La barricade Maguey Pueblo mexicano, Paivaje mexicano, Los-generales,Zapetistes. En este cuadro, de tema tan mexicano, se percibe, como anteriormente en la cabeza del Prometeo de Pomona, ua-paulatine acercamiento-de Orozco abate bizanti- no, Bien observé Justino Fernandez que el arte bizantino le dio al quehacer de Orozco una_queva y original visidn que lo fe- cundé notablemente."* Dé tas caltes-de Nueva York, invadidas por_ta consternacién del desastre econdmico, surge Javieruo: Justina Ferndnder, Orazo, Forma ¢ idea, Editorial Pornia, México, 1936, p. 6. POR FIN EN LOS MUROS nr hombres enfundados en gruesos abrigos que parecieran cami- nar sin rumbo. Er prestigio-de Orozco se extendfa_y consolidaba dentro y fuera-detos Estados Unidos. La-Gaterfa-Atbercinade-Viena, Austria, loinvite-en-t932 a exponer dibujes dela serie Mécico en Revoluciée yun conjunto de litograffas. EtDaremoutt-€o- llege, antigua y prestigiada insticucién educativa de la Nueva Inglaterra, en Hanover, Neo: Hampshire, lo llama en mayo del mismo afioa una demuseraciénrde-pinurrat fresco, Surge asf el pprieero-detos tableros —Eiteraciin—de ta-que serfe-st-misimporsente pine ‘tura mural en los Berades Unidos, Ese tablezo, de unos 3e-metros-cuadrados, estd situado en el corredor-de acceso“ tr bibtioreca Baker. Pero era dentro de la biblioteca edificiodeteciemte construction, donde Orozco vio lungs muros muy apropiados para desarrollat un proyecto ma- yor. De sus conversaciones con el director del Departamento de ‘Are, Arcemas Packard, surgié el convenio: el pintor recibi- tia unrsuckdo-regutar-de-profesor-durante-e}-tiempo-de-cjece- cién_detas pinturas, sueldo que percibiria incluso durante las vacaciones de verano, para poder visicar los més impor- tantes centros artisticos europeos. Ettrabajo en Dartmouth, por lo tanto, se divide en dos exapas:ta anterior y-1e-poste- 5 e ee : yEspaia En la primera etapa fue su ayudante el pintar y conferen- ci rt tf “‘gua- temaleeco Carlos Sénchez. Katz dio valioso testimonio de la disciplina de Orozco: Mi primera impresidn de Orozro en obra fue que nunca me habsa encontrado'con con una puntualidad tan al segundo o con un sentido més serena mente controlado de 1a estrategia de corco y largo alcance. Nos 142 POR FIN EN LOS MUROS alojébamos en la misma posada, apareciamos al mismo minuto en las mafianas para el desayuno; Hegibamos a cierta hora al frente del andamio, y entonces todo caminaba como reloj, lo cual es ne- ‘cesario en el fresco. Trabajbames hasta extinguirse la luz del dfa, cendbamos ligeramente y el resto de Ia jornada estaba dedicado a las preparaciones para el dia signiente. Como ayudante de Orozco uve oportunidad de participar pricticamente en codas las fases del proyecto, Yo acarreaba el agua, daba la tiltima mano de yeso al muro, ayudaba a trasponer y a teazar los dltimos dibujos en la pa- red; post para algunas figuras, incluyendo el gran Quetzalcéatl {que apunta con el dedo hacia la visién de los espafioles que legen. [...] Orozco capté las arrugas caracteristicas de mi frente para la cabeza de Quetzalcéacl. Pero para la mano que apunta a los espa- oles no usé el boceto que habia hecho de mi mano sino que quiso ‘usar la suya propia." Fundado antes de la independencia para educar a los indige- nas, Daremeuda-era en 1932 una de las mds exclusivas institu ciones educativas de los Estados Unidos. Les prejuicios-en-con- tra-dete-presencia de un_mexicano para decorar sus muros 0 tardaron en expersarse, E] entusiasmo y la cordura del director ‘Arcemas Packard serend los 4nimos y Orozco consider6 que su permanencia en Dartmouth “fue de lo més agradable y satis- factoria”."4 Tuve-absoluca libertad para expresarse y no se ejer- ta baja de la biblioteca Baker constan de-+y-tableres de-3 x4-metros,-10 de menores dimensiones. ” “Tres son tos asuntos desarrollados en una sucesién de composi- ciones que tienen valor independiente y a la vez se eslabonan ‘para formar una unidad plural, Esos tres asuntos son; Et mxndo imdigena, Et mands americana y-E/ munda industrial, En cada uno de sus cres cantos, el paema épico-visual estd integrado por ca- pitulos particulares, E/-mwade-tadigens se compone de “Migra- *5 Alma Reed, of cit, pp. 269'¥ 270. M4 Autebiografis, p- 153. POR FIN EN 105. MUROS 143 5 ificio humano”; “Guerreros aztecas, cir de QorescSeey “La ede niger El-eisnds-amerteano-sc-desgioss- en: “Las naves", “Conquista”, a res”, “Hombre leyendo”, “Los trabajadores industriales", En Dartmouth represent6 Orozco Ia-marcha-de Ja humeni- dad en este continente. Una humanidad que desarrolla ritos, mitos, clases, creaciones materiales y espirituales, capacidad para obtener fracas de Ja tierra y elaborar una concepcién del mundo. Culcura y civilizacién se ven conmecionadas al ieeum- pitel europeo con sus propios sitos, mites, concepciones-y,ade- mis, instrumentos de dominacién y explotacién, Dentro de una apretada s{ntesis simbélica, elrelate-histérico-conserva-umse- cuencia convencional hasta la poderosa figura-de-Hermi €or- téry los aborigenes postrades, humillados, A-pareicdeali, Bee idig: de cd penne a preocupantes de su presente: armamentismo, maquinismo ena-— jeante eicacin castador claro cbechior capitals: ilicari i i créndose COM COSEMUETTE CON Valid prosopopeya. Antonio Castro Leal se preguntaba con qué simbolos habia representado Orozco la falsa ciencia universicaria, la ensefianza libresca y gatrosa que se suele perpetuar en las universidades, y respondia: Orozco ha encontrado en este caso, como en rodos los demds, sim- bolos de una fuerza concentrada, de una elocuencia inquietance y de una intenci6n satitica que seria dificil encontrarlos mejores. 144 POR FINEN LOS MUROS En una mesa de operaciones hecha de libros, un esqueleto con restos de una ridicula peluca, da a luz un producto muerto, frente a doctores universitarios cuyas calaveras asoman entre la toga y el birrete, donde se distinguen los colores de las principales uni- versidades del mundo: Paris, Oxford, Salamanca, Heidelberg... €¥ qué condenaci6n més terrible de la falsa ciencia divorciada de Ia vida que Ia idea de la muerte y lo estéril que da ese homtncu- Jo de birrete que nace en un parto péstumo de un esqueleto ri- diculo?"> E dado, con las largas botas puestas, cubierto de coronas y ban- deras, homenajeado con Ilama eterna y acordes de trombones. A continuacién un Cristo bizantino, delante de un paisaje de ca- fones, blande el hacha-y-destraye st-eruzylasdeidadesdeotras igi a5. En el largo muro reservado para la represencacién de E/ mun- do industrial, con menos reas decorables debido a los anaque- les, Ja-injusticia: exalea el guste del srabajador contemporincs por iluserasseEl constructor ha dejado a un lado el martllo y, sin quitarse los guances proteccores, se ha echado a leer. ‘Orozco se revela en la biblioteca Baker como un isseconci- liable opasitor a la guerra y a la estructura social que la produ- ee. Ya en el primer tablero, “Liberacién”, en el corredor entre la biblioteca y el edificio Carpenter de la seccién de arte, habia plantado a un joven iguiéndose entre cafiones destrozados y maquinarias agresivas. AL hombre y-séle-el hombre, proclama, eee ne far macy Tinaria dest prepia_dest seruce i i nso de Hitler y el nazis a mentismo que ensombrecia ef fururo inmediato, estuvieron 5 Anconio Castro Leal, Jot Clemente Orezce, Cuaderno de Artes Plisticar, Tira de Colores, México, 194). on ee on oh es cp ce pe saerifieie-mederno, representado por el esqueleco de un sol- RRs POR FIN EN LOS MUROS 45 Presemtesen la mente de Orozco durante la ejecucién de los frescos en Dartmouth. Orozco no soslay6 su critica al-capica- li ita el Cam- Sentativas del expansionisme-imperiatista—En una de ellas un 1a creyo reconocer a Woodrow Wilson, el presidente que en 1914 ordenara el desembarco de marines en Veracruz. Con gran itritacién exigfa que el pintor borrara esa alusién ofensiva para los Estados Unidos, caso contrario renun- ciaria. Las autoridades @€ Dartmouth aceptaron suiehunetsy Esa (a ee social dado-en le primers presidencix de Franklin Delano Ri 00 iF sy la Tucha contra la-phatoctaciz. Se impusieron limicaciones en Ins actividades especulativas de los magnates financieros, se expidié una legis- lacién social tendiente a fomentar la libre organizacién de los trabajadores industriales, se dispusieron gastos de auxilio para los 15 millones de desocupados, Los Estados Unidos debian re- Cuperarse, debian aumentar Ia capacidad de consumo de las masas, lograr su resurgimienco industrial y agricola. La crisis e remecié. profundamente larcutrura burguesa de Tos Estados Unidos. Com lacatta de os Precios y el crac bursécil, los artistas plasticos fueron abandona- dos por sus clientes, no muy abundantes todavia. Muchos ar- tistas de talento debian defenderse haciendo cualquier tipo de labores como porteros, comerciantes en Pequefio, obreros en las fébricas o crabajadores en el campo. EL 12 de diciembre de 1933, en el Washington Daily News, se pudo leer: Es interesante hacer notar que, mientras nosotros hemos dejado que nuestros artistas vendan el producto de su habilidad al capri- ccho de los patrones ricos, nuestro vecine México ha estado conce- 146 POR FIN EN LOS MUROS diendo subsidios a artistas tan grandes como Diego Rivera y José Clemente Orozco, para que ejecuten majestuosos frescos en los muros de sus edificios piblicos. Nos complace que en el Nuevo Trato de Ja adminiseracién se haya tomado en cuenta que no sélo de pan vive el hombre.

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