You are on page 1of 3

DOCUMENTO DE APARECIDA

NUMERAL 276 - 300


En el Documento de Aparecida presenta un apartado de la propuesta de ser discípulos y
misioneros. En estos numerales que nos hablan del “proceso de formación”, es de particular
relieve mostrar que un discípulo de Jesucristo necesita de un proceso de formación, es decir, las
respuestas van madurando.
Hablar de la formación de los discípulos es volver nuestra mirada al Evangelio, para descubrir la
pedagogía divina. Dios, que habló de muchos modos y en diversos momentos, ahora nos habla
por su Hijo. Los relatos del evangelio nos ayudan a comprender este proceso de la vocación de
los discípulos. Los invita a que vivan una nueva experiencia de vida.
El Documento de Aparecida, afirma con seguridad que “la vocación y el compromiso de ser hoy
discípulos y misioneros de Jesucristo en América Latina y El Caribe, requieren una clara y decidida
opción por la formación de los miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los
bautizados, cualquiera sea la función que desarrollen en la Iglesia” (Aparecida, 276).
Para describir el proceso formativo, Aparecida destaca cinco aspectos fundamentales que afloran
de diversa manera en cada etapa del camino, pero que se compenetran íntimamente y se
alimentan entre sí. Son diversas etapas de un mismo proceso:
El encuentro con Jesucristo: La primera etapa es el encuentro con Jesucristo. Este encuentro con
Cristo debe renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del kerygma que
es el hilo conductor de todo el proceso que conduce a la madurez del discípulo y misionero. La
conversión: La segunda etapa es la conversión que corresponde a la respuesta inicial de quien
ha escuchado al Señor con admiración. El discipulado: corresponde a un campo de mayor
madurez en el seguimiento del Maestro. La comunión: El cuarto aspecto es la vida cristiana vivida
en comunidad. La misión: La última etapa es la misión, ya que el discípulo que conoce, ama y
sigue a su Señor se ve en la necesidad de compartir con otros su alegría de ser enviado a anunciar
al mundo a Jesucristo muerto y resucitado.
Los aspectos o etapas antes señalados del proceso formativo, para que realmente éste pueda
llevarse a cabo, necesitan de ciertos puntos de referencia o un marco de acción que permita
orientar adecuadamente dicho proceso. Aparecida establece los siguientes cinco criterios
generales que deben conducir la formación de los discípulos-misioneros en nuestro continente:
La formación debe integrar armónicamente distintas dimensiones que van dando solidez al
discípulo-misionero:
La dimensión humana y comunitaria permite desarrollar personalidades maduras
la dimensión espiritual arraiga al cristiano en la experiencia de Dios manifestada en Jesús, de
manera que pueda descubrir sus carismas y ponerlos al servicio de la Iglesia. La dimensión
intelectual es la razón humana para que busque un significado a la realidad, se abra al misterio y
dé razón de la propia esperanza y la dimensión pastoral y misionera ofrece las respectivas
competencias para ponerse en marcha, junto a los demás miembros de la comunidad, para
evangelizar y anunciar a Cristo de manera constante y alegre.
Una formación que contempla el acompañamiento de los discípulos: Se requiere capacitar a
quienes puedan acompañar espiritual y pastoralmente a otros, de manera que cada sector del
Pueblo de Dios sea formado de acuerdo al que ha sido llamado: Obispos, presbíteros, diáconos,
consagrados y consagradas, laicos y laicas. En particular, se subraya que la formación de los laicos
y laicas debe ser en función de su misión en el mundo en la perspectiva del diálogo y de la
transformación de la sociedad, sobre todo en el vasto mundo de la política, la realidad social, la
economía, la cultura, las artes, la vida internacional y los medios de comunicación.
Para los Obispos en Aparecida, hay que tomar en serio el proceso de iniciación en el camino de
la fe, porque éste es el camino del discípulo-misionero. Agrega que el itinerario formativo debe
tener el carácter de experiencia que dé la posibilidad a una profunda y feliz celebración de los
sacramentos.
Los desafíos en América Latina y El Caribe requieren de una identidad católica más personal y
fundamentada que se ha de obtener por medio de una catequesis adecuada y permanente.
SEMINARIO DIOCESANO DEL SEÑOR DE
TABASCO Y NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

ETAPA DE TEOLOGÍA

« DOCUMENTO DE APARECIDA
NUMERAL 276 – 300 »

Presenta el seminarista
JULIO MATEO ÁLVARO HERNÁNDEZ

Profesor:
PBRO. LIC. MIGUEL ÁNGEL APASTILLADO PÉREZ

Materia:
PASTORAL PROFETICA Y CATEQUÉTICA

Villa Parrilla, Centro, Tabasco; 19 de octubre 2017

You might also like