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ESTUDIOS SOCIOTERRITORIALES. Revista de Geografía. N° 13 ene-jun 2013, pág.

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KA’AGUACHU: “LA SELVA EN UN SÓLO


ÁRBOL”. UNA CONTRIBUCIÓN DE LA
MITOLOGÍA AVA CHIRIPA A LA TOPONIMIA
DE LA REGIÓN GUARANÍTICA
KELLER, Héctor Alejandro (*)

RESUMEN
A partir de narrativas de los Ava Chiripa de Misiones, Argentina,
se trabaja la expresión toponímica Caaguazú, que es frecuente en Paraguay,
Brasil, Bolivia y Argentina. La ambigüedad de dicho topónimo se debe al
vocablo “caa” (ka’a) que significa “selva” y también “yerba mate”. Las
narrativas transcriptas y traducidas aquí no resuelven esta ambigüedad, pero
la legitiman.

Palabras clave: mitografía - guaranties - isletas de selva - yerba


mate

(*)
Ingeniero Forestal. Doctor en Recursos Naturales. Doctorando en Antropología Social
(PPAS-UNaM). Instituto de Botánica del Nordeste- UNNE-CONICET
Sargento Cabral 2131. CP 3400. Corrientes, Argentina
@ kellerhector@hotmail.com

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KELLER, Héctor Alejandro Ka´aguachu: “La selva en un solo árbol”. Una contribución…

KA’AGUACHU: “THE FOREST IN A SINGLE


TREE”. A CONTRIBUTION OF THE AVA
CHIRIPA MITHOLOGY TO THE TOPONIMY
OF THE GUARANITIC REGION

ABSTRACT
On the basis of narratives of the Ava Chiripa guaranis residents in
Misiones Province, Argentina, the toponymical expression Caaguazú,
frequent in Paraguay, Brazil, Bolivian and Argentina, are treated here. The
ambiguity of this expression is due to the word “caa” (ka’a) that signifies
“forest” and at the same time “paraguayan tea”. The tales recorded and
translated here not resolve this ambiguity, but legitimate it.

Keywords: mithography - guarani peoples - patches of forest -


paraguayan tea

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Introducción
La expresión “Caaguazú” constituye un topónimo recurrente en el
área de distribución histórica de los guaraníes meridionales, tanto en los
espacios territoriales de asentamientos estables como en sitios distantes a
estos, donde ha llegado el impulso migratorio característico de este grupo
étnico. Debido a que caá (ka’a) es un vocablo que en guaraní se puede
traducir como “selva” y también como “yerba mate”, la etimología del
topónimo Caaguazú (ka’a guachu) suele ser ambigua si se comparan las
contribuciones toponímicas y/o fitonímicas que la abordan, algunas veces la
expresión es traducida como “gran yerba mate”, otras veces como “selva
exuberante”, o bien se acepta la incertidumbre explicitándose ambas
acepciones. La literatura también hace referencia a esta expresión
simplemente como uno de los nombres de la yerba mate, Ilex
paraguariensis A. St.-Hil. (Edwin, G. & Reitz, P.R. 1967), por lo que el
enunciado “yerba mate grande” en ciertos contextos podría conformar un
fitónimo que alude al porte arbóreo de esa especie, que puede llegar a
superar los 15 m de altura (Giberti, G. 1994a) en oposición a otras especies
de Ilex L. denominadas ka’a mirĩ (yerba pequeña) cuyos ejemplares no
alcanzan tales dimensiones, como es el caso de I. affinis Gardner (Keller, H.
A. & G. Giberti 2011). También se ha reportado el fitónimo “caawasu”
como un nombre genérico de plantas cuyas hojas grandes sirven para cubrir
las casas y empaquetar el pescado fresco (Tastevin, C. 1923). Pero el
significado más frecuente dentro del tronco lingüístico Tupí-Guaraní alude
a cierto tipo especial de selva cuyas cualidades ideales estarían vinculadas a
atributos de preservación y exuberancia. Así, para los guaraníes, además del
nombre de ciertas especies vegetales el término corresponde a la “gran selva
o monte virgen” (Bertoni, M. 1940:98); para los Wajapi de Amapá (Brasil)
“Kaawasu” es “un tipo especial de selva de montaña no ocupada por aldeas”
(Gallois, C. J. S. 2004:92); para los Tapieté de la provincia de Salta
(Argentina), ka’awasu quiere decir “bosque, selva, monte virgen”
(Gonzáles, H. A. 2005: 324).
En el Paraguay “Caaguazú” es el nombre de un departamento que
abarca 11.474 km2, ocupando una posición central en la región Oriental,
entre los paralelos 24º 30' y 25º 50' de latitud sur y los meridianos 55º 00' y
56º 45' de longitud oeste. De acuerdo con la Dirección General de
Estadística, Encuestas y Censos de ese país (DGEEC, 2004) dicho
departamento contaba hacia el año 2002 con una población indígena de
7040 habitantes (el 1,6% de la población). Con 98.136 habitantes, el distrito
Caaguazú constituye una de las 20 subdivisiones del departamento
homónimo, emplazándose en dicho distrito una ciudad también llamada con

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mismo nombre. Parte del área correspondiente a dicho departamento


padeció durante muchos años la constante agresión de los bandeirantes,
razón por la cual no fue poblado sino a partir del siglo XVIII. En 1790 se
volvió a fundar el pueblo Caaguazú, avanzando hacia el área de explotación
yerbatera de la colonia paraguaya. Pero la expresión homónima había sido
utilizada ya en 1635, año en que se había conformado la misión jesuítica
“San Ignacio de Caaguazú”, emplazada en el actual extremo norte de la
región Oriental del Paraguay, cerca del río Apa, limitando con lo que hoy es
el estado brasileño de Mato Grosso do Sul. En su manuscrito sobre la
catequesis colonial jesuítica en la región de Itatín, Machado de Souza, N.
(2009:48) sugiere que es posible que exista una relación entre la palabra
portuguesa “Mato Grosso” y la palabra guaraní “Caaguazú”, puesto que
ambos significan lo mismo: “selva exuberante”, tratándose por lo tanto de
“una traducción de ese término guaraní y con registro en la literatura”. Los
primeros núcleos poblacionales en el territorio actual de Mato Grosso
fueron fundados por los jesuitas y luego expulsados por los bandeirantes
paulistas, por lo que la actividad yerbatera incipiente de los misioneros fue
desplazada más hacia el sur, posiblemente junto con el topónimo
“Caaguazú”. En 1748, Portugal creó la capitanía de Mato Grosso para
asegurar los límites de su nueva frontera. En 1977, el entonces presidente de
Brasil, determinó la división de ese estado, reduciendo su superficie a 903
357 km², para crear el Estado de Mato Grosso do Sul, que cuenta con 358
159 km2. A resultas de este devenir histórico y sobre la base de la
traducción antes sugerida, dos de los estados actuales de Brasil estarían
relacionados con la expresión guaraní “Caaguazú”. Sin embargo la
ambivalencia de la expresión (selva/yerba mate) subyace a la expresión
resultante “Mato Grosso”, puesto que los emprendimientos jesuíticos en esa
región estaban muy ligados a la producción de la yerba mate, la cual
constituía una de las actividades económicas más importantes, habiéndose
establecido en las reducciones los primeros monocultivos de la especie
(yerbales) con fines comerciales (Machado de Souza, N., 2009). Así, la
reducción San Ignacio de Caaguazú aparecía en la cartografía jesuítica del s.
XVII, junto con indicaciones acerca los muchos yerbales nativos de la
región (Machado de Souza, N., 2002:98).
En el Brasil, el topónimo Caaguaçu aparece también en la región
de procedencia de los bandeirantes, en São Paulo, ciudad ubicada en el
estado homónimo, donde también ocurre naturalmente la yerba mate. La
Avenida Paulista fue emplazada en una divisoria de cuencas denominada
“Morro do Caaguaçu”, un sitio con selva virgen que explicaría la expresión
caá: “selva” y guaçu: “grande” (Cirrincione, A. 2010:61). Cabe señalar
también que la región paulista ha sido objeto del advenimiento de bandas

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migratorias guaraníes; en mayo de 1912, Curt Unkel encontró cerca de São


Paulo una comitiva de guaraníes, quienes provenientes del Paraguay se
desplazaban desesperadamente hacia el atlántico en busca de la mítica tierra
sin males (Nimuendaju, C. U. 1914).
En la Argentina, provincia de Misiones, donde la yerba mate no
sólo crece naturalmente, sino que también constituye uno de las principales
actividades comerciales, dos colonias se denominan “Caaguazú”, una en el
departamento Leandro N. Alem y otra en el depto. San Javier. Entretanto,
en el depto. Concepción, el paraje “Caaguazú” se emplaza en un sitio que
habría sido un lugar de paso entre las reducciones jesuíticas de Santa María
y Santos Mártires del Japón (Stefañuk, M. A., 2009). En la misma página el
autor añade “ca’á es por antonomasia la denominación de la yerba mate en
guaraní, y también se denomina al monte, la selva; y guasú = grande.
Bosque, selva, o monte grande”.
En el centro-suroeste de la provincia de Corrientes se encuentra
también una localidad llamada “Caaguazú”, situada en el depto. Mercedes.
En dicha provincia también crece la yerba mate, pero en los deptos. del
norte (cfr. Giberti, G. 1994b), por lo que la expresión usada para designar a
dicha localidad mercedeña debe hacer alusión a alguna formación boscosa
de tamaño relativamente importante.
En Bolivia, “Kaaguasu” es el nombre asignado en 1987 a un
territorio comunitario de los guaraníes localizado en el municipio Gutiérrez,
provincia Cordillera del depto. Santa Cruz (Albó, X. 2012), sitio donde
predominan bosques xerofíticos de montaña, densos o ralos (Cox Aranibar,
J.R., 2012). Las citas de yerba mate silvestre para Bolivia son erróneas, y se
deberían a la presencia de un congénere muy similar (Keller H. A. &
Giberti G. C. 2011), es probable entonces que la expresión haga referencia a
la condición boscosa de la cobertura vegetal del área.
En la presente contribución se aborda el problema de la
ambivalencia (selva/yerba mate) del topónimo “Caaguazú” desde un
enfoque mitográfico, sobre a base de algunas narrativas recogidas entre los
guaraníes Ava Chiripa que residen en la provincia de Misiones (Argentina).

Perspectivas y métodos
La presente contribución constituye un resultado subalterno de un
estudio etnobotánico iniciado en diversas aldeas guaraníes de la provincia
de Misiones en el año 1998. Las diversas interrelaciones que tienen lugar
entre el hombre y su medio ambiente vegetal constituyen el objeto de
estudio de la Etnobotánica (Albuquerque, U. P. & J. A. Hurrell, 2007). Para
estructurar el argumento que se expone aquí, se ha amalgamado la

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información etnobotánica de campo con la revisión de literatura


principalmente geográfica e histórica; sin embargo la discusión sustancial
que se propone se circunscribe en la Mitografía, definida por la Real
Academia Española como la ciencia que trata el origen y la explicación de
los mitos. La expresión “mito” empleada en este manuscrito no intenta
reproducir la acepción etnocéntrica tradicional que aparece en los
diccionarios, y que es de uso corriente, en la cual se ponen en valor las
narrativas de otras culturas sobre la base de considerar que la verdad es un
patrimonio exclusivo de ciertas instituciones occidentales (ciencia,
religión). En este sentido se apela al relativismo epistemológico; no en la
medida de considerar que todas las perspectivas con las que se aprehende el
mundo son igualmente cercanas a la verdad, sino en la medida de considerar
que todas son igualmente cercanas al mito; incluyendo los postulados
científicos, en virtud de que, como todas las narrativas cosmológicas,
constituyen descripciones del mundo ineluctablemente elaboradas desde la
trastienda de la percepción e interpretación, ya sea subjetiva o
intersubjetiva. A la luz de estos argumentos, una mitografía no puede en
modo alguno considerarse una aproximación en la que participa un solo
mito a guisa de “material de estudio”; sino que constituye necesariamente
una experiencia de comunicación en la cual diversos mitos son, a su tiempo,
escrutados a la luz de las miradas alternativas que ofrecen los otros.
Las narrativas expuestas son transcripciones bilingües de
grabaciones en soportes de audio registradas en lengua guaraní, y
constituyen mitos e historias épicas, así como también referencias sobre el
uso y la importancia de la yerba mate desde el punto de vista del narrador.
Los narradores de estos relatos son tres integrantes de sexo masculino de
dos aldeas guaraníes Ava Chiripa del depto. Guaraní, Misiones, de entre
cuarenta y setenta años de edad, cuyas identidades y domicilios particulares
no se explicitan aquí siguiendo el criterio de Miguel Bartolomé (2009)
quien sugiere no dar a conocer tales identidades para evitar que sean
molestados por curiosos y que además no son autores de lo que narran sino
transmisores del conocimiento colectivo de su pueblo. El procesamiento del
material de audio no ha presentado grandes dificultades en tanto que fue
llevada a cabo por el autor contando con la colaboración de un intérprete
guaraní de amplia trayectoria en la intermediación de reuniones, eventos y
elaboración de documentos interculturales. La traducción no es
estrictamente literal, pues, aunque para interpretar las alocuciones se ha
hecho un examen palabra por palabra, se ha intentado ofrecer en la medida
de lo posible una lectura comprensible y amena. Para ello, básicamente se
han omitido ciertas expresiones reiterativas y se han agregado algunas

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aclaraciones (entre paréntesis). La grafía concuerda con la del diccionario


de León Cadogan (1992).

Los Ava Chiripa de Misiones


En la actualidad los guaraníes meridionales conforman una
población de más de 98.000 individuos (Azevedo, M. et al., 2009),
constituyéndose en una de las mayores poblaciones indígenas de las tierras
bajas de América del Sur (Assis, V & Garlet, I. J. 2004). En el Paraguay los
guaraníes Ava Chiripa suman más de 13.400 individuos (Zanardini, J. & W.
Biedermann 2006), población que se concentra en los departamentos
Canindeyú y Alto Paraná, ocupando una posición intermedia entre los Mbya
que son más australes y los Pa’i tavytera que se ubican al norte de la
Región Oriental. En el Brasil esta cifra casi alcanza los 12.000 individuos
distribuidos en los estados de Mato Grosso do Sul y Paraná. En Argentina la
población guaraní apenas supera los 6.500 individuos, de los cuales
alrededor de 1000 pertenecen a la parcialidad Ava Chiripa y los restantes a
la parcialidad Mbya. (Azevedo, M. et al., 2009)
En varias contribuciones sobre los guaraníes del Paraguay se ha
sugerido que los Ava Chiripa constituyen la parcialidad que manifiesta un
mayor grado de influencia occidental (Müller, F. 1935; Cadogan, L.1959;
Bartolomé, M. A. 1977; Perasso, J. A. 1987; Gonzáles Torres, D. 1991),
condición erosiva que habría tenido lugar cuando fueron obligados a
trabajar en los yerbatales hacia finales del s. XIX (Zanardini, J. & W.
Biedermann, 2006). Contrariamente, en la Argentina (Misiones) donde esta
parcialidad sólo cuenta con unas pocas comunidades e individuos dispersos
en comunidades mixtas, se los reconoce y son también reconocidos por los
Mbya por mantener con mayor integridad las pautas culturales tradicionales.
Este atributo probablemente responda al hecho de que son descendientes de
un grupo de inmigrantes procedentes del depto. Caaguazú (Paraguay) que
ingresó a la Argentina a la altura de la ciudad de Posadas alrededor del año
1860, es decir antes de que se consumara la incorporación de la mayor parte
de los integrantes de dicha parcialidad como mano de obra agrícola
paraguaya. Vera Tataendy (com. pers.) relata que su abuelo, siendo muy
joven (alrededor de veinte años), emigró de la localidad de Caaguazú,
situada al norte de Paso Yobai, con varios familiares y conocidos. Al
ingresar a nuestro país todos ellos se desplazaron hacia el norte de la
provincia asentándose en los alrededores de lo que hoy conforma la ciudad
de San Vicente, en el depto. Guaraní, que aún hoy nuclea a la mayoría de
los representantes de esta parcialidad.

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La yerba mate en la vida de los guaraníes actuales


La ingestión de la yerba mate como infusión digestiva y
estimulante es una práctica cotidiana entre los guaraníes, la cual congrega
las familias al amanecer y durante las primeras horas de la noche. Pero ante
la llegada de visitas, la ronda de mates se puede desplegar a cualquier hora
como acto de recibimiento y ámbito ritual para dar lugar al diálogo con los
huéspedes. Actualmente la yerba mate procesada para este tipo de infusión
cotidiana es aquella que se compra en los mercados, pero en algunas
comunidades ava chiripa aún se produce yerba mate para el consumo.

Ajogua jepi avi py ka’a, pero a veche oparamo, chee poromeno aĩ


ka’aguyre, tonche a vece ogueru jepi vorichegui pokito pero mbau’i
rema ramo ndoruráipy ñande vype e’i árami. A’erami chee ka’a ore
roĩ ka’aguyre a’evy ka’a roity o chino katu rojeupi mba’e a’erami,
roity ka’a rakã rovere, a’eramingua ramochavy, o chino peteĩ
choraro rojapo, a’eramingua choraro py jaupi va’e katu, etã jaupi
teĩ a’evere’i. A’erami e’ỹ e’i árami jajapura jakay’uchevy
a’eramingua katu jajokua’i, jaupi tata ary ñamombiru, a’upéri ipiru
maramo jarojy, jajocho angu’apy, a’eramingua ko e’i árami
chapya’i tevoi angu’apy rejocho a’e ja rekay’uma reiny. A’eramipy
yma ikuai’a, anỹ tinko a’erami e’ỹ ñande kuai jaruma
voricheguivema jaru ka’a; a’e ka’aguyre ikuai va’e katu el mimo
ymanguare rami tevoi ikuai ka’a ka’aguy e’iárami, overe okuapy,
oupi omongu’i, a’eraminguapy ryvepy ikay’u okuapy. A’e chee
a’eraminguare ajapokuaa tevoi ata anỹ reve e’i árami. A’e va’eko
ka’a porãveju e’i árami voriche rupiguagui, jakay’u aguã ipotĩ ka’a,
potĩpy ñande jakay’u ka’aguy rupiguaguy.

Usualmente compro yerba, pero a veces se termina, por lo menos (se


me termina) a mi que vivo en la selva, algunas veces traigo del
mercado un poco (de yerba) pero como ingiero mucho (mate), no
dura mucho (la yerba comprada). Pero para esos casos dispongo de
yerba silvestre, apeamos (un ejemplar) o bien subimos (hasta su
copa) y (desde allí) bajamos ramas con hojas, entonces las tostamos
o bien armamos una plataforma y sobre la misma alzamos (las
ramas), sobre dichas plataformas debemos alzar ramas en
abundancia. Pero a veces no es así (de lento el proceso) pues nos
urge tomar mate, entonces simplemente armamos atados, los
colgamos sobre el fogón para que se sequen, y una vez secos los
bajamos y lo molemos en el mortero, de esa manera se puede tomar

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mate enseguida después de moler la yerba. Antes así eran las cosas,
ahora ya no es así, traemos la yerba desde el mercado; pero los que
viven en la selva siguen haciendo lo que hacían los antiguos respecto
a la yerba silvestre, bajan las ramas, la alzan (sobre el fogón), la
muelen y ya están tomando mate. Yo todavía se elaborar yerba mate,
hasta el presente. Esa yerba silvestre es mejor que la que se obtiene
del mercado, (se la siente) más limpia al tomar, la yerba silvestre es
más pura para nuestro consumo.

La yerba mate es también empleada en las comunidades para tratar


diversas patologías y sintomatologías tales como verrugas, otitis, afecciones
cardíacas y renales, sarampión, cefalalgias, fiebre y hemorragias (Keller,
H.A. 2008). Las ramas y plantas secas de la yerba mate se emplean como
leña. Si bien para los diferentes usos se suelen aprovechar plantas silvestres,
la altura a la que suele encontrarse el follaje de los ejemplares arbóreos y la
distancias que se deben recorrer, son factores que han determinado el
frecuente cultivo de ejemplares en el borde de los patios de las viviendas.
Esta ubicuidad liminal habría inspirado un mito sobre el origen de la yerba
mate, obtenido entre los Mbya de la aldea Guavira Poty, depto. San Pedro
(Misiones), narrativa que refiere a una transformación de una joven en el
borde de un patio como límite impuesto por la sobreprotección de su madre.
Este mito contraviene una versión similar, pero cristianizada recogida a
fines del siglo XVIII (Ambrosetti, J. B., 2008) en la que se ponen en valor
las condiciones de nubilidad de quien fuera premiada con la metamorfosis.
La versión mbya sugiere que la transformación habría sido concebida como
un castigo, el cual fue impuesto por el sujeto supremo, a una joven cuya
madre se negaba a considerar las solicitudes matrimoniales de los
pretendientes de su hija virgen, pero ya entrada en años (Keller, H. A.
2007).
Las versiones sobre el origen de la yerba mate recogidas entre los
guaraníes Ava Chiripa de Misiones, también vinculan dicho evento con la
metamorfosis de una mujer; pero a diferencia del mito Mbya, se trataría de
la hija de “Ñamandu” o “Ñande Ru Vuchu” (Nuestro Gran Ancestro),
transformada para servir de medicina a su primera esposa.

Ñamandu a’e va’epy ombojera guajy, mba’echa rupipa ombojera


raka’e ka’arã anỹ jareko va’e. Ichy iñakarachy ndokueravéi oikovy
ramo oikuaa pota mba’echa rupipa omonguera, tonce
nda’evérimaramo ka’a ndaipói, a’e raka’e a’eramo tonche a’e
maramo Ñande Ru Yvateguagui voi oikuaa guajy ombojera ramo
ka’a rami ramo. A’e va’e rogue’ipy okay’uvy raẽ iñakarachi ovacha

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aguã rami mba’e e’i rire, a’e va’epy ombojera raka’e guajy. A’e
va’e rogue’ipy omombiru, a’e okay’u, entoce a’e va’eguipy
Ñamandu gua’ychy omonguera raka’e iñakarachi gui. A’e Ñamandu
rajypy ka’arã, a’e va’e va’ere ñande mimo amonguepy e’i árami
jakay’u va’ety, ndajakay’uvéiramo, ñande akarachi, a’e teko
ñaneñandu vai rei merami, jakay’u katu ja ñaiporãmbajuma, a’e te
ko oipe’apa vy voiju ñaneñandu vai ague, ñane akarachy va’ekue
omboachã porã reiju.

El progenitor solar transformó a su hija, en lo que hoy es la yerba


mate la convirtió. Su esposa tenía dolor de cabeza, no mejoraba y
(Él) se preguntaba con qué podía sanarla, entonces como no había
nada (que la aliviara), no había yerba, Nuestro Padre el que está en lo
alto, supo transformar a su hija en la yerba mate. De sus hojas
tomaron mate y después de ello (a su esposa) se le pasó el dolor de
cabeza, Secaron las hojas del producto de la transformación de su
hija, y así tomaban mate, y a partir de entonces la hija del progenitor
solar cura los dolores de cabeza. La hija del progenitor solar es la
yerba mate, a nosotros mismos nos cura cuando la ingerimos, si no
tomamos mate nos duele la cabeza, porqué (nuestros enemigos) nos
hacen sentir mal. Cuando tomamos mate ya nos reponemos, los que
nos hacen sentir mal se doblegan, y sencillamente así nos aliviamos
del dolor de cabeza y estamos bien.

En la cosmología guaraní, el personaje creador es el sujeto guaraní


primigenio, progenitor solar, quien luego de haberse creado a sí mismo,
creó el cosmos y fundó la cultura guaraní, siendo ambas cosas consideradas
hasta el presente como el producto de su subjetividad, de tal modo que con
frecuencia las admoniciones apocalípticas de los referentes religiosos
guaraníes se fundamentan en la desidia de este personaje para con sus
creaciones que habitan en la morada terrenal. Su mirada es la luz solar, por
lo que el hecho de dar la espalda a la tierra implica una discontinuidad en el
flujo del suministro energético que regenera la vida sobre la misma (Keller,
H. A., 2012). La morada original de esta suerte de “sujeto supremo”, es
considerada el centro de la cultura y también el centro de la tierra (yvy
mbyte), por lo que en dicho lugar, sea cual fuere, se espera aún encontrar a
su hija, transformada en un árbol de yerba mate.
Los Ava Chiripa de la aldea Ita Piru, departamento Guaraní,
Misiones, confeccionan cruces con la madera de la yerba mate y las
conservan como amuleto o dispositivo para tener buena suerte en diversos
aspectos de la vida. Afirman que estas cruces no implican reminiscencias

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cristianas o jesuíticas, sino que simbolizan el centro de la tierra (Caaguazú),


es decir el sitio en el cual el primer ancestro creó el mundo, como si fuera
una gran cesta, a partir de una estructura elemental constituida por dos varas
de madera cruzadas.
Los sacerdotes guaraníes utilizan también la yerba mate para
diversos aspectos relacionados a su quehacer como mediadores entre el
mundo de los ancestros y el de las personas corrientes. Para aminorar la
intensidad de las tormentas y tornados duraderos, o para disipar la niebla,
arrojan al fogón ramas molidas de yerba mate. Los dardos que mediante
succión y prestidigitación son “extraídos” por los sacerdotes guaraníes del
cuerpo de quienes han sido víctimas de brujería, son sahumados con yerba
mate con el fin de que pierdan sus efectos nocivos. En todos estos
procedimientos la yerba mate, elevada hacia las alturas en forma del humo
de la combustión, participa a su padre, el primer ancestro, acerca de
situaciones que preocupan a una comunidad en la cual los actos
cosmogónicos de éste, son evocados a través del consumo cotidiano de una
de sus primeras creaciones.
Juan Bautista Ambrosetti (1895) describe la aspiración nasal del
polvo de la yerba mate como elemento narcótico entre los antiguos
Kaingang de Misiones, un grupo del tronco lingüístico Ge. Entre los Ava
Chiripa, la yerba mate ocasionalmente se fuma en la pipa, como sucedáneo
del tabaco en diversos procedimientos litúrgicos de sanación; se transcribe
un ejemplo.

A veche ñande ra’y kuery ndokẽ porãi mba’e o chino ndovy porã etẽi
ramo, entonche ñande kuery jareko petỹ e’i árami, petỹ jaiporu
aguã. A’e petỹ ndajarekovéiramo tonche a’e va’epy oĩ ka’a avi oĩ,
ka’a rogue piru kue’i rerekoramo, ka’a ku’i rerekoramo lo mimo
upea petỹ rami ovale jaiporu, remoãtachĩ’i upe nde ra’y ndokẽ porãi
ramo, ndovy porãi ramo, petỹ ndorerekói ramo

A veces nuestros hijos no duermen bien, o bien no se encuentran


saludables, entonces nosotros disponemos del tabaco y lo usamos.
Cuando no tenemos tabaco también está la yerba mate, si dispones
de hojas molidas de yerba mate, de polvo de yerba mate, eso es tan
efectivo como el tabaco, puedes fumigar con eso a tu hijo cuando no
duerme bien, cuando no se siente bien y no dispones de tabaco.

Las narrativas que se transcriben a continuación comienzan con el


desenlace de la travesía épica de los mellizos Sol y Luna, quienes siguiendo
los pasos de su padre “Ñande Ru Vuchu” llegaron hasta el centro de la tierra

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y se encontraron con una inmensa planta de yerba mate. Los relatos sobre
los hermanos, en las versiones de los Ava Chiripa de Misiones, no se
transcriben en su totalidad aquí, debido a que constituyen narrativas muy
extensas y su tratamiento ameritaría otra contribución. No obstante, si se las
compara con un mito equivalente recogido entre los Ava Chiripa del
Paraguay (Bartolomé, 1977), las versiones que se han recogido en
Argentina difieren en dos aspectos fundamentales; el hecho de que Sol y
Luna sean hermanos uterinos, y, como se verá a continuación, el modo
mediante el cual estos ascendieron a la morada del creador.

Caaguazú “la selva resguardada en un sólo árbol”


Kuara’y a’upéi Jachy ja ooma, ovachama oje’ói ovaẽ ka’a guachu,
anỹ oĩ apy, anỹ oĩ aguãpy yvy mbyte ja’e, aguãpyma ovaẽ, ka’a
guachu oĩ a’epy. A’evy manje a’e kuery ojeupi, kuara’yrã’i ojeupi
ovy. A’evy je guyra pia’i oeja ovy ka’a rovapi’ipy. A’eguije a’ekuery
ovachavy oje’óima okuapy.
Ñande Ru Kuara’y ooranguãre, ootama okuapyvy entonce ko yvyra
ko ka’aguyre oĩ va’e, yvyra ko ka’aguyre ja’echa va’e rakã’i oĩmba
katui’i, upe mbytekue’i, akãmbyte te’ipy ka’a. A’eramo rami anỹ
embypype ja’e aramingua a’e va’e katu ka’a, a’upéi mbyte te’ipy oĩ
ka’a ju. Entonce ovapy ete’ipy voira kuara’y oeja guyrapa’i
oguereko va’ekue, ata anỹ peve oĩ, ja’echacheramo jaa ja’echa aguã
rami oĩ a’e va’e. A’eramivy a’e guyraparã ojapo oikovy ague ko
guyrapaju, orekuery a’eramingua roiporu, guyrapaju ore, ata anỹ
peve roiporu aguã rami guyrapaju, a’e va’e guyraparã voi raka’e,
a’e va’e kuara’y voi a’erami oikuaa, a’e va’egui a’epy ãpa rire va’e
ñande kuery jaiporu va’erã a’e va’e. A’eguy jachy rapa oiko avi,
yvyra pengy, pero a’e va’e katu ndovaléi...
Ka’a guachu oguerekopa e’i árami yvyra ko apy koropi ja’echa
va’e, entero oĩmba, ndaipori oãta va’e ka’are, ka’arakã, a’upéi
mbytekue’i tinko ka’a ete’i oĩ. A’eraminguare gui py e’i árami pecha
yvytũ ogueraa opa rupi a’ỹigue’i a’eramingua, a’eraminguare gui
eñõi aguã yvyra. A’e va’e voira yvyra rapyta ni opa jevy va’erã
e’ỹpy a’e va’e oĩ. Chee a’erami aikuaa, a’erami aendu che yma e’i
árami, chee che ramói omombe’u aguãre, a’ekuery a’eguy py ou
va’ekue-ekue oechapy mba’e chapa ka’a oĩ raka’e, oĩa, oikuaa
a’ekuery, entonce omombe’u a’erami. Entonce upe iplanta katu
a’ekuery omombe’u árami jarojerepa aguã je tre mese py
jarojereparã ka’a rembypy; a’eramingua ndaje oĩ ka’a, a’epy yvy
mbytepy ka’a oĩ va’e. A’erami rupi oenõi okuapy aguã rami ka’a

112
ESTUDIOS SOCIOTERRITORIALES. Revista de Geografía. N° 13 ene-jun 2013, pág. 101-123

guachu, e’i okuapy aguã ra’e. A’eramingua koropi pecha e’i árami
koropi yvyra ja’echa va’e, ipoty, i’a’imavy, a’eraminguaguiju py
yvytu ogueru ko opa rupi a’e va’eko ni yvyra opa rive jevy va’erã
e’ỹpy oĩ a’epy va’e. A’erami a’eramingua rupi tinko e’i árami ñande
koropy ñañotyche peteĩ yvyra ndoiko mo’ái a’epy a’erami si yvyra
a’e va’e úrtimo e’i árami, yvyra oĩ va’epy a’e ka’a guachu a’e
va’eguy ni yvyra opa va’erã e’ỹ py a’erami. Ndee remopotĩmba
retermina ko yvyra teĩ, el mimo koropi pecha e’i árami ko ñande ru
kuery ko yvy oundi ramo, ñande oundipa aguã rami ojapo ramo
a’ekuery, el mimo ko kampo va’ekue-ekue el mimo opytapaju
ka’aguypa juta a’eramingua a’egui py, oupajura upe yvyra ra’ỹi-
ra’ỹi’i va’ekue-ekue, yvytũ oguerupaju va’erã, a’eraminguaguiju
ẽñõi aguã pecha arupi, a’erami tinko oiny a’e va’e a’eraminguagui.
Chee aikuaa che ramói yma omombe’u rire aikuaa a’eramipy...
Yma che ramói ou okuapy ague, a’ekuery ouvy imaendu’a okuapy,
a’eraminguare amombe’uta amoñenduta apy ñaendu aguã. A’erami
upe yvy mbyte ja’e árami upe ka’a guachu oĩ’a, a’epy la primero
ete’i ñande kua’i raka’e, a’erami jajuma ñane ramói kuery ou
okuapy, ovacha Parana okuapy ko Argentina pyma ou okuapy
a’erami, a’eraminguare rupi a’e kuery pecha omanomba okuapy,
a’eramivy ñande katu japyta ju jakuapy, tamymyno kue’iry rive
pecha japytaju, a’e ñane ramói kuery, ñande ru, ñande chy
a’eramingua-mingua katu alguno peteĩma jareko’i teri. A’erami
raka’e ka’aguachu e’ia a’eraminguagui yvymbytegui ja ju va’ekue
meme ñande kuery ñande kua’i.

Sol y luna ya se iban (de esta tierra), al traspasar (la frontera del
mundo) llegaron hasta una gigantesca planta de yerba mate, la cual
aún hoy en día se encuentra aquí (en la tierra), todavía se encuentra
en lo que nosotros denominamos el centro del mundo. A ese (lugar)
llegaron, allí donde hay una gran planta de yerba. Mediante ese
(árbol) ellos ascendieron, quien sería el sol ya subió (en primer
lugar). Él dejó la flecha que usaba para cazar aves (1) en (lo alto) de
la copa de la yerba. Y entonces ellos ya traspasaron (la frontera
terrenal) y ya se fueron....
Nuestro padre el Sol ya estaba a punto de irse (de la tierra), se
marchaba (subiendo) por un árbol que contenía toda la selva, se
podían apreciar entre sus ramas a todos los árboles de la selva,
absolutamente a todos, su parte central, es decir las ramas del centro,
eran de yerba mate. Entonces hasta el presente existe esa planta, lo
que conocemos como su “pié” (base del fuste), corresponde a una

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KELLER, Héctor Alejandro Ka´aguachu: “La selva en un solo árbol”. Una contribución…

yerba mate y su parte central también. En lo alto de su copa el sol


nos dejó el que fuera su arco, hasta ahora existe, si deseamos
contemplarlo sólo debemos ir a verlo en el sitio donde se encuentra.
Él había hecho su arco a partir del árbol llamado “arco áureo” (2)
nosotros utilizamos (su madera), hasta ahora nosotros seguimos
usando esa (especie) con la cual él (sol) había confeccionado su arco,
esa (especie) fue creada por el sol para que sea utilizada para ese fin,
después de eso nosotros habríamos de usarla también. Además (en la
gran planta de yerba mate) se encuentra el arco de Luna (3), (pero)
su madera es frágil, no sirve (para arcos)....
La inmensa planta de yerba mate se dice que contiene todos los
árboles que nosotros podemos ver por aquí, todos sin excepción, no
falta ninguno en esa planta de yerba, (esos árboles) son sus ramas, y
en el centro se encuentra la verdadera yerba. De manera que se dice
que el viento transporta las semillas de todos esos (árboles), y es de
ese modo como pueden germinar los árboles. No hay ninguna planta
leñosa que no se encuentre allí; yo así lo tengo entendido, así lo he
escuchado de mis ancestros, tal como lo han relatado mis abuelos,
ellos vinieron del sitio donde se podía contemplar la planta de yerba
mate, está aún allí, ellos lo vislumbraron y de ese modo es que
pudieron describirla. Acerca de esa planta ellos dijeron que para
poder darle la vuelta se necesitan tres meses, es decir para poder
rodear completamente la base de la planta de yerba. Esa planta se
encuentra en el centro de la tierra. De manera que (todo vegetal
leñoso) que crece, puede hacerlo mediante esa planta inmensa de
yerba, dicen que es mediante ella. Así es que (por ejemplo) puede
decirse que los árboles que podemos ver en este (u otro) lugar,
florecen y fructifican (en su rama originaria), y siendo así el viento
trae (las semillas) de todas hacia aquí, pues todos los árboles sin
excepción se encuentran allí. Podríamos decir que deseamos sembrar
en nuestro lugar algún árbol, pero ello es innecesario puesto que
hasta el último árbol se encuentra en la inmensa planta de yerba
mate, todos los árboles están allí sin excepción. Podéis hacer una tala
raza completa, y acabar hasta con el último árbol, del mismo modo
como cuando nuestros dioses acaben con esta tierra, cuando hagan
de lo suyo para acabar con nosotros, todo quedará como si fuera un
campo, y aunque (la tierra) quede así (de diezmada) la selva se alzará
nuevamente, esos árboles se diseminarán, el viento traerá sus
semillas y de esa manera germinarán por aquí, así es como son las
cosas con esa (planta de yerba mate). Yo lo entiendo así, mi abuelo
antiguamente me lo ha contado y de esa manera puedo saberlo...

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ESTUDIOS SOCIOTERRITORIALES. Revista de Geografía. N° 13 ene-jun 2013, pág. 101-123

Hace mucho tiempo que mi abuelo vino (con su gente), ellos siempre
se acuerdan de cuando vinieron, y voy a contar ahora lo que oí para
que todos escuchemos. Lo que llamamos el centro de la tierra es un
lugar donde existe la inmensa planta de yerba mate, en ese sitio es
donde estuvimos en primer lugar, entonces desde ahí venimos,
nuestros abuelos vinieron, pasaron el río Paraná para poder llegar a
la Argentina, y de este lado es que ellos fueron muriendo, y nosotros
todavía seguimos viviendo, nosotros, sus nietos todavía estamos
aquí, respecto a nuestros abuelos, nuestros padres y nuestras madres,
algunos aún están (con vida). Todos los que estamos aquí
procedemos de Caaguazú, del centro de la tierra.

Figura Nº 1: representación alegórica a la yerba mate primigenia

Fuente: Ilustración del autor

Discusión
La noción de “la selva contenida en un sólo árbol”, que se vierte en
algunos pasajes del relato, pudo haberse inspirado en diversos atributos del
paisaje y de la biodiversidad local. Entre ellos hay que considerar la

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KELLER, Héctor Alejandro Ka´aguachu: “La selva en un solo árbol”. Una contribución…

multiplicidad de usos de la yerba mate, y la relevancia de algunas


aplicaciones específicas. Constituye un narcótico suplementario para
adquirir inspiración religiosa, se usa en un procedimiento para aminorar las
tormentas y para tornar inofensivos a los dardos de brujería. También
permite aliviar uno de los padecimientos más comunes en la vida cotidiana
(cefaleas), así como tratar epidemias severas para los guaraníes, tales como
el sarampión. Una gran cantidad de productos vegetales reputados como
curativos se ingiere mediante la infusión de la yerba mate, estos productos
se mezclan con la yerba molida o se agregan al agua caliente. Por su parte,
si bien el motivo terapéutico que ha dado lugar a la creación del ejemplar
primigenio por obra del primer ancestro ha sido el tratamiento de una
simple cefalalgia, la cosmogonía ava chiripa sugiere que el ejemplar
resultante es el banco de semillas por excelencia, a partir del cual se han
diseminado y continúan diseminándose todas las especies de la selva, valga
decir, múltiples avenidas para tratar no sólo dolores de cabeza, sino también
muchas otras enfermedades y apremios diversos de la vida cotidiana.
El gran tamaño que ostentan algunos ejemplares de yerba mate, es
un atributo sugerente que quizá haya sido considerado en la génesis del mito
sobre ka’a guachu, más aún si se tiene en cuenta que los árboles añosos
suelen estar cargados de epífitas y a veces de parásitas, rezumando la
noción de un árbol biodiverso. Pero hay aspectos fitosociológicos que
ofrecen conjeturas más razonables.
La región oriental del Paraguay está atravesada en dirección norte-
sur por afloramientos de arenisca que llegan hasta el Alto Paraná (Teruggi,
M. E. 1970), la expresión topográfica más notable de esta particularidad
geológica son los peñones de diferente altura, con paredes verticales y
techos generalmente cubiertos de selva o cerrados arbolados (Fotografía Nº
1). Este aspecto paisajístico también pudo haber inspirado el mito de la
inmensa planta de yerba mate con ramas de diferentes especies.

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ESTUDIOS SOCIOTERRITORIALES. Revista de Geografía. N° 13 ene-jun 2013, pág. 101-123

Fotografía Nº 1: peñón de arenisca con parte superior cubierta de bosque,


Paraguay

Fuente: Foto del autor

Los fragmentos selváticos dispersos en amplias sabanas


(Fotografía Nº 2) o cerrados son muy comunes en diversas regiones de
influencia guaraní. En el Paraguay, la provincia fitogeográfica de campos y
cerrados tiene su mayor expresión en las sierras de Amambay y Mbaracayú,
con zonas elevadas ocupadas por campos, mientras en las depresiones se
encuentran selvas (Cabrera, A. L., 1970). De acuerdo con López J. A. et al.
(1987) los bosques bajos húmedos que se encuentran distribuidos en forma
de isletas en los campos, ocurren principalmente en la región sud oriental,
incluyendo el depto. Caaguazú. El tamaño y forma de estos parches de
selvas también pudieron haber constituido atributos sugerentes de las
narrativas aquí trabajadas, pues en dichas zonas de paisaje moteado los
topónimos guaraníes usados para denominar a los fragmentos boscosos
(ka’a) responden a su singularidad morfológica como elemento que irrumpe
en la monotonía lineal del horizonte. En la provincia de Corrientes
(Argentina), donde los bosques se ubican en lomadas arenosas y en
márgenes de humedales (Tressens, S. G. et al., 2005); los lugareños
guaraní-parlantes reconocen y clasifican a estos parches de vegetación
arbolada no sólo por el suministro de recursos que ofrecen, sino también
porque constituyen elementos del paisaje que permiten una orientación
precisa de aquel que recorre grandes distancias o transita por parajes

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KELLER, Héctor Alejandro Ka´aguachu: “La selva en un solo árbol”. Una contribución…

distantes. La clasificación morfológica de estas isletas de bosque hace uso


de expresiones guaraníes o híbridas a partir del término ka’a’y, compuesto
por ka’a = selva o bosque; más el sufijo ‘y= tronco o mata (es decir mata de
selva, mata de bosque). Los bosquetes de mayor tamaño se denominan
ka’a’y guazu (mata grande de selva) y también “ka’a’y viejo” (mata de
selva antigua). Esta última denominación para indicar aquellas formaciones
arboladas con mayor tamaño indica una clara percepción del tiempo como
factor determinante de la dinámica los mismos, particularmente del aumento
de la superficie que ocupan. Esta percepción, probablemente
intergeneracional podría además estar evidenciando el origen
antropogénico, y hasta quizá precolombino de muchos de los fragmentos de
selva que hoy en día ocupan las lomadas y los bajos húmedos de dicha
provincia. Es asimismo probable que en ciertas regiones de Argentina y
Paraguay, el centro de estos bosquetes antropogénicos esté constituido por
añosas plantas de yerba mate cultivadas en los patios de antiguos residentes,
tal como se sigue haciendo en las comunidades guaraníes actuales. La selva
que se extiende hacia los pastizales circundantes a partir de los árboles
cultivados en un antiguo sitio de asentamiento, ofrece una imagen sugestiva
para adjudicar a la yerba mate una función regenerativa de biodiversidad.

Fotografía Nº 2: fragmentos de bosque en sabana, provincia de Corrientes,


Argentina

Fuente: Foto del autor

En suma, las narrativas expuestas resuelven en cierto modo la


ambigüedad de la expresión ka’a (selva/yerba mate) y de sus derivativos,

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ESTUDIOS SOCIOTERRITORIALES. Revista de Geografía. N° 13 ene-jun 2013, pág. 101-123

pero sin optar por la autenticidad excluyente de uno u otro significado, sino
legitimando la ambivalencia simbólica del concepto. Puede decirse entonces
que la yerba mate es “la especie vegetal” o “la selva” por antonomasia, tal
como lo sugiere Stefañuk, M. A. (2009). Para los guaraníes Ava Chiripa de
Misiones dicha correspondencia se debe probablemente a la relevancia de
su uso, a los atributos sugerentes de algunos ejemplares de la especie o de
algunos ecotipos singulares, pero fundamentalmente, la yerba mate es
sinónimo de selva por definición cosmogónica. Sobre la base de esta
ambigüedad legitimada habría que repensar otras expresiones que incluyen
el vocablo ka’a, por ejemplo la expresión frecuente con la cual los
guaraníes meridionales definen a la selva: ka’aguy, “lo que está por debajo
de la selva”, tal vez subyace a esta expresión una cualidad de dependencia
en la sucesión ecológica, y sería más propicia su interpretación como “lo
que sucede a la yerba mate”. Por otra parte, la definición étnica de ciertos
grupos guaraníes llamados “Cainguás” definidos como “los de la selva”
(ka’a’y-gua), también podría traducirse como “los de la yerba mate”,
probablemente haciendo alusión a una relación parental (nuestra abuela)
con la hija mayor del primer ancestro y progenitor solar. Dicha categoría
parental ha trascendido hacia la vernácula, de tal manera que los tareferos o
cosechadores de yerba mate de Misiones, criollos guarani-parlantes, suelen
pedir a la abuela yerba mate (ka’a jaryi) que les conceda un mayor
rendimiento a su cosecha diaria (Keller, H. A., 2007). Puesto que el
parentesco cosmológico de los guaraníes no está basado en la heredabilidad
de genes, sino en el traspaso de energía, entendida esta como “conciencia
cultural”, la codificación como “abuela” de la planta madre de toda la selva,
es adecuada considerando que las plantas son productores primarios
autótrofos del medio terrestre.

Agradecimientos
A los Ava Chiripa de Misiones por compartir narrativas acerca de
su lugar de procedencia. A Vera Mirĩ por su ayuda durante la transcripción
y traducción de las narrativas. A Gustavo Giberti y Pablo Stampella por su
asesoramiento bibliográfico.

Notas
(1) Se trata de una flecha con punta roma, empleada para cazar aves sin
perforar la piel.

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KELLER, Héctor Alejandro Ka´aguachu: “La selva en un solo árbol”. Una contribución…

(2) Aspidosperma australe Müll. Arg. (Apocynaceae), es un árbol que


presenta madera de color amarillo que aún hoy en día es empleada por los
guaraníes para confeccionar arcos.
(3) Se trata de Albizia niopoides (Spruce ex Benth.) Burkart (Fabaceae)
cuya madera es sumamente quebradiza, en alusión a la torpeza de Luna.

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