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HETEROSEXUALIDAD

Hétero proviene de la palabra griega ἕτερος [jéteros], que significa ‘otro’,34 utilizada en la ciencia

como prefijo con el significado de ‘diferente’;5 y la palabra latina para el sexo (es decir, típico el

sexo o la diferenciación sexual).

El término «heterosexualidad» fue utilizado por el médico norteamericano James G. Kiernan en

mayo de 1892 en un artículo publicado en la revista Chicago Medical Recorder sobre la

«perversión sexual» en el que la heterosexualidad era definída como un «apetito normal» hacia

las personas del sexo opuesto, de la misma forma que la «homosexualidad» sería el «apetito

anormal» hacia las personas del propio sexo. El término «heterosexual» ya había sido utilizado

por otros médicos cuando se referían a los posibles tratamientos que permitieran al

«homosexual y al heterosexual convertirse en seres humanos con inclinaciones eróticas

naturales y con pulsiones normales». Así la edición de 1901 del Dorland Medical

Dictionary definía la heterosexualidad como el «apetito sexual anormal o pervertido por el otro

sexo». Todavía en 1923 el New International Dictionary decía: «pasión sexual mórbida por una

persona del sexo opuesto». Se definían, pues, tres categorías de individuos respecto a su

actividad sexual —y así lo especificaba el alemán Richard von Krafft-Ebing en Pychopatia

Sexualis, obra publicada en 1886—: los homosexuales, los heterosexuales y los «normales»,

que son aquellos que no hacen de la sexualidad una práctica autónoma o exaltada —siempre

respecto del sexo opuesto—, que se casan y tienen hijos. En conclusión, la heterosexualidad

era definida, al igual que la homosexualidad, como una enfermedad que había que curar.6

Esta concepción de la sexualidad fue cuestionada, entre otros, por Freud que en 1905 publicó

la obra Tres ensayos sobre la teoría sexual en la que puso en duda que la atracción hacia el

otro sexo fuera una cosa «natural». «El interés exclusivo del hombre por la mujer es asimismo

un problema que requiere una explicación y no algo que viene dado», escribió. Según Freud no

se nacería heterosexual —dándole al concepto el significado actual— sino que la atracción

sexual hacia las personas del sexo opuesto sería el resultado de un aprendizaje iniciado en la
más tierna infancia. André Gide desarrolló esta idea al proponer en 1911 el concepto de

«heterosexismo» entendido como la imposición social de la atracción hacia el sexo opuesto:

«Pensemos que en nuestras sociedades, en nuestras costumbres, todo predestina un sexo al

otro; todo enseña la heterosexualidad, todo invita a ella, todo la provoca, teatro, libro,

periódico...» Sin embargo, el punto de vista de Freud, de Gide y de otros autores no tuvo

demasiados seguidores, ni siquiera entre los psicoanalistas, y la idea del carácter «innato» o

«natural» de la atracción hacia el sexo opuesto se impuso.6

Fue así como el término heterosexual dejó de referirse a una patología o a una enfermedad y

pasó a definir la sexualidad «normal». Así por ejemplo, el diccionario francés Le Petit

Robertdefinió al heterosexual como aquella persona «que experimenta una apetencia sexual

normal por los individuos del sexo opuesto». En ediciones posteriores introdujo una corrección

importante: el heterosexual es aquel «que experimenta una atracción sexual (considerada como

normal) por los individuos del sexo opuesto». Y finalmente en los años 2000 eliminó el

paréntesis: el heterosexual es aquel «que experimenta una atracción sexual por los individuos

del sexo opuesto».6

Cuando la heterosexualidad define un sistema social se estudia bajo el nombre

de heteronormatividad y según los principios de Yogyakarta es una violación a los derechos

sexuales y a los derechos humanos considerado como un tabú.

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