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Para desarrollar el análisis de los dos decretos que rigen actualmente el sistema educativo
colombiano se toma como base el concepto de la Moral, estos decretos son un conjunto de
normas establecidas para el desarrollo de la profesionalización y proletarización del
docente en el sector de la educación superior pública.
La idoneidad del maestro, la evaluación como regulador del oficio docente, los estímulos,
los deberes, el malestar docente, permanencia del cargo etc., son esos de los tantos aspectos
que configuran el perfil del docente del sector Estatal, el docente ha hecho parte de una
configuración de normas desde el siglo XX hasta el siglo XXI.
La sección 3 del Decreto ley 2277 (1979), sobre los “deberes y prohibiciones”, permite
comprender como el MEN instaura un imaginario de como debe irse configurando el perfil
docente dentro del aula y la institución educativa. Los deberes no están relacionados con la
calidad académica del docente, sino mas bien con sus cualidades humanas (por ejemplo ser
cortes y solidario), su conducta publica (que debe ser “acorde con el decoro y la dignidad
del cargo”), su responsabilidad en el cargo (cumplir los horarios, obedecer las órdenes de
“sus superiores jerárquicos”, cuidar los elementos a su cargo) y lo que se denomina como
los valores patrios (“cumplir con la constitución y las leyes de Colombia” , “inculcar en los
educandos el amor a los valores históricos y culturales de la nación y el respeto a los
símbolos patrios”) (DECRETO 2277 DE 1979 sección 3ra). El componente moral es
importante para la formación del docente y los estudiantes según el decreto 2277.
Por otro lado la permanencia del docente como trabajador del estado se define según la
directriz del siguiente artículo:
El docente que pertenece al decreto 2277 experimenta un estado de bienestar frente a las
políticas públicas de educación, dado que aquí su permanencia va a ser más segura y
estable que la de un docente perteneciente al decreto 1278, el docente va a crear una cierta
seguridad y desempeño laboral optimo dado a sus condiciones materiales de existencias
son sostenidas por el estado.
Entre el estatuto 2277 y el 1278 se presenta una gran dicotomía: entre los estímulos y los
deberes que permean al docente en su práctica pedagógica.
Para el año 2012 FECODE, en respuesta a los quiebres que presentan los estatutos ya
establecidos para con el magisterio, propone un estatuto único frente a la comisión tripartita
el cual se rige por los siguientes principios.
1. Estabilidad. El educador no puede ser suspendido o retirado del cargo sino con
aplicación del debido proceso y mediante decisión debidamente ejecutoriada de
autoridad competente.
5. Libre Concurrencia e Igualdad en el Ingreso. Todos los docentes que acrediten los
requisitos determinados en las convocatorias podrán participar en los concursos sin
discriminación de ninguna índole.
Los anteriores principios responden a las reivindicaciones del MAGISTERIO frente a las
debilidades de los otros estatutos que permean la consolidación de su bienestar tanto fuera
como dentro de la escuela, estos conjuntos de normas regulan los valores, la moral, la ética
y la identidad del docente, si bien la lucha magisterial frente las normas estatales se han
desarrollado frente a las necesidades mismas del profesor como ser humano. En conclusión,
es necesario debatir estas normas establecidas para la configuración del perfil docente y
entender cuál es el juego del Neoliberalismo en la educación secundaria publica con la
dinámica del premio y el castigo para asegurar la calidad en la educación.
Bibliografía: