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Asertividad

En esta página encontrarás un método preciso y sencillo para


poder decir no, negociar lo que deseas, etc. Son técnicas
simples y precisas para entrenarse en asertividad

Algunos componentes básicos de la asertividad


Dr. José Antonio García Higuera
Miembro del equipo de Psicoterapeutas.com
Consúltale en el
Centro de Psicología Clínica y Psicoterapia
C/ Hermosilla, 114. 1ºC Madrid 28009
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La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable,
franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás.
Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos
son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que
queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos
nosotros mismos.

Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que
se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La
asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.

La asertividad y la ansiedad
El elemento básico de la asertividad consiste en atreverse a mostrar nuestros deseos de forma amable,
franca, etc., pero el punto fundamental consiste en lanzarse y atreverse. Lo que se expone en esta
página puede ayudarnos a mostrar lo que sentimos y deseamos, porque sabemos que lo estamos
haciendo de forma adecuada, que nadie se puede ofender. Esto nos ayudará a atrevernos a
hacerlo.Pero cuando la ansiedad y el miedo son demasiado grandes hasta el punto de que nos dificultan
o impiden expresar nuestros deseos, hemos de plantearnos una estrategia para superarla. En este
enlace puedes encontrar las formas en las que la psicología cognitivo conductual ayuda a superar la
ansiedad y en este otro enlace un curso para enfrentar y superar los límites que nos imponen nuestras
ansiedades y nuestros miedos. En este curso entenderás la aparente paradoja de que la práctica de la
asertividad conduce a una reducción notable de la ansiedad.

Con el afán de hacer asequibles a todo el mundo los medios terapéuticos más avanzados de los que se
dispone, hemos publicado un pequeño libro (86 páginas): "Entiende y maneja tu ansiedad" en formato
electrónico a un precio muy asequible (2,99€), también está en formato papel. Lo que contiene sobre la
ansiedad y su manejo está aplicado en concreto a la ansiedad social. Emplea en la explicación del
problema, de su solución y de lo que no son soluciones los medios más eficaces de comunicación: las
metáforas, acompañadas, además, de magníficas ilustraciones que las hace más eficaces y fáciles de
leer y recordar. Para el manejo de la ansiedad social propone ejercicios experienciales que concretan
los expuestos en esta página. Tiene también interés para los profesionales porque muestra una forma
de involucrar al paciente en el tratamiento y para entienda lo que le ocurre y conozca con detalle los
ejercicios experienciales que le ayudarán a solucionarlo. Consulta el libro
enhttp://www.gestopsicologia.com/entiende_maneja_ansiedad.html.
Reglas básicas para ejercer la asertividad
Existen técnicas y reglas que aprendidas y aplicadas nos permiten ejercer la asertividad de forma
eficiente. Para ello hay que prepararse a negociar y hay que cumplir las reglas que implican una
negociación eficiente. Existen también técnicas simples como el banco de niebla o asentir en principio, y
el disco rayado, que nos facilitan su ejercicio concreto y cotidiano.

Para poder ejercitar la asertividad tenemos que tener capacidad de negociación. En la negociación se
intenta conseguir lo que se quiere con el beneplácito del otro, que lógicamente también va a tener
algunos beneficios.
La realización de una negociación comprende varias fases. La primera, es la de preparación. En ella
tenemos que pensar la estrategia que tenemos que seguir en el encuentro con el otro en el que se va a
plantear los problemas y se va a hacer la negociación propiamente dicha.

Fase de preparación
Para poder conseguir cualquier cosa tenemos que saber como hacerlo y para ello hay que prepararse. Ir
a un encuentro sin tener una mínima guía de comportamiento, cuando, además, no somos negociadores
experimentados, nos expone a no lograr para nada los objetivos que perseguimos. Por tanto hay que
preparar lo que se va a decir y a hacer en la negociación cara a cara con el otro.
Dentro de la preparación habría que distinguir dos subfases. La primera de preparación personal para
evitar caer en la pasividad o en la agresividad y la segunda de preparación del diálogo que vamos a
plantear al otro.

Fase de preparación personal


Se trata de una fase previa, necesaria para
Tener muy claros los objetivos que perseguimos en el encuentro. Es lo que nos motiva a la
negociación. Cuando negociamos tenemos que tener la vista puesta en nuestros objetivos. Hay algunas
cosas que nos pueden distraer de ellos y hacernos fracasar. Por ejemplo, nuestra emoción. No
podemos confundir la emoción con el objetivo. Nos gustaría quedar bien, pero normalmente ese no es el
objetivo. Nos gustaría machacar al otro, pero así no lograremos lo que realmente queremos. Nos
gustaría que el otro reconociese que tenemos razón y que él estaba equivocado, pero nos tenemos que
preguntar si ese es nuestro objetivo o si así solamente conseguiremos una recompensa de tipo
emocional, mientras que nuestro objetivo se pierde. No hay que olvidar la máxima: “lo que cuenta son
los hechos y no las palabras”. Si nos explayamos y nos descargamos emocionalmente puede que
hayamos conseguido una recompensa a corto plazo, pero la pregunta que tenemos que hacernos es si
hemos conseguido nuestros objetivos.
Hay que huir de juicios de intenciones. Si juzgamos las intenciones de la otra persona y nos basamos
en ellas para plantear la relación con el otro, corremos el riesgo de contestar y reaccionar a las
intenciones que pensamos que tiene el otro y perdemos de vista nuestros objetivos. Así podemos llegar
a ser agresivos o a ser pasivos. Si nos han hecho algo que nos ha dolido y pensamos que lo ha hecho
con buenas intenciones, podemos estar tentados de dejarlo pasar y no decir nada. Si juzgamos que lo
ha hecho con mala intención, vamos a atacar su “maldad” y no los hechos y seremos agresivos. En una
negociación no se trata de agredir y someter al otro, aunque lo veamos como un rival. Hay que darle
una salida, más o menos airosa porque si no se revolverá contra nosotros. Querer que nos reconozca lo
equivocado que está y se someta completamente a nuestros deseos puede ser un objetivo emocional,
que compense la humillación que hemos sentido, pero ¿es realmente nuestro objetivo? Sí tenemos que
intentar entender que cosas son las pueden motivar al otro para hacer lo que nosotros queremos que
haga.
Tenemos que pensar en como crear la oportunidad de la negociación. Si es algo pendiente desde
hace mucho tiempo y que queremos abordar, hay que buscar al otro y plantear un tiempo y un espacio
en el que se pueda dar la negociación. Es lo primero que tenemos que conseguir del otro. Sin ellos no
se consigue, no es posible hacer la negociación. En muchas ocasiones no hay que buscar la
oportunidad, es la propia situación en la que se genera el problema. Pero en ella nos puede ocurrir que
cuando el otro se va es cuando se nos ocurre aquello teníamos que haber dicho. Recuerda: Siempre
hay una segunda oportunidad aunque haya que crearla. Crear la oportunidad es buscar al otro y
plantear, aunque sea por enésima vez, el tema que nos ocupa. Cualquier frase introductoria como
decirle, “de lo que hablamos ayer me gustaría comentarte algo” o frases parecidas para iniciar la
conversación son ayudas inestimables para crear la oportunidad.
Con los objetivos claros podemos controlar nuestra agresividad y motivarnos para dejar de ser pasivos,
con la oportunidad creada y el entendimiento de lo que el otro espera podemos preparar el momento
concreto de la negociación.

Preparación del diálogo


Sin perder de vista que lo importante es lo que hagamos y lo que decimos solamente puede ser una
guía para que el otro sepa cuales van a ser nuestros siguientes pasos, tenemos que preparar aquello
que vamos a decirle. El diálogo que tengamos con él tiene que cumplir los siguientes requisitos para
ser un diálogo asertivo:

1. Describir los hechos concretos. Se trata de poner una base firme a la negociación, en la que
no pueda haber discusión. Cuando describimos hechos que han ocurrido el otro no puede
negarlos y así podemos partir de ellos para discutir y hacer los planteamientos precisos. En
este punto es donde más tenemos que evitar hacer los juicios de intenciones. No se trata de
decir “eres un vago” sino decir, “vengo observando que te levantas desde hace ya varias
semanas a la hora de comer”. Diremos me has dicho 10 veces “no sirves para nada” en lugar
de “me quieres denigrar y hundir” (juicio de intenciones.)
2. Manifestar nuestros sentimientos y pensamientos. Es decir comunicar de forma
contundente y clara como nos hace sentir aquello que ha ocurrido y que juicio moral o de
pensamiento nos despierta. Es el momento de decir “estoy hasta las narices de esta situación y
no la soporto más”, o “me he sentido humillado y denigrado”. Hay que recordar que no se trata
de que el otro lo encuentre justificado o no. Le puede parecer desproporcionado, o injusto, o...
pero es lo que nosotros sentimos y tenemos derecho a hacerlo así, no aceptaremos ninguna
descalificación, defenderemos nuestro derecho a sentirnos tal y como le decimos. Le estamos
informando, no le pedimos que nos entienda o nos comprenda, por eso no puede
descalificarnos ni aceptaremos críticas a nuestros sentimientos, emplearemos la técnica del
banco de niebla combinado con el disco rayado (ver más abajo.)
3. Pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que haga. No se trata de hablar de
forma general o genérica, “quiero que seas más educado”, “quiero que me respetes” “quiero
que no seas vago”; sino que hay que ser concreto y operativo: “quiero que quites los pies de mi
mesa”, “quiero que cuando hablo me mires a los ojos y contestes a lo que te pregunto”, “quiero
que estudies tres horas diarias”. Son conductas concretas que el otro puede entender y hacer.
4. Especificar las consecuencias. Es decir, aquello que va a ocurrir cuando haga lo que se le ha
pedido. Se le podría plantear también las consecuencias que tendrá para él no hacerlo, pero es
preferible especificar lo que va a obtener de forma positiva. De otra manera lo que planteamos
es un castigo y los castigos son mucho menos efectivos que los premios o refuerzos. Muchas
veces se trata solamente de una forma de presentación, hay que tener en cuenta que
frecuentemente algo que puede ser planteado como un castigo, si no lo hace, se puede ver
como algo positivo si lo hace. “Si no lo haces tendrás un castigo” se puede convertir en “Si lo
haces evitarás que haga lo que no quiero hacer que es lo que supone un castigo para ti, que es
algo que, por supuesto, yo tengo que hacer para ser consecuente con mis objetivos y los
sentimientos que ya he expresado”.

Ensayo
Lo que se ha preparado, preferentemente por escrito, se tiene que ensayar hasta aprendérselo de
memoria. Cuando vamos a un examen nos ponemos nerviosos y se nos olvidan muchas cosas, puede
pasarnos lo mismo en este caso y por eso hay que aprendérselo de memoria.
Si la situación nos causa alguna ansiedad, es una razón más para el ensayo. Cuando nos imaginamos
la situación de la negociación nos estaremos exponiendo a ella en la imaginación y al menos cuando
pensemos en hablar con el otro no nos pondremos nerviosos y comenzaremos nuestra negociación en
mejor posición anímica. Si nos ponemos nerviosos podemos acogernos al diálogo que hemos preparado
en la seguridad de que vamos a expresar nuestros deseos de forma completa. Cuando la ansiedad es
demasiado grande hasta el punto de que nos impide expresar nuestros deseos, hemos de plantearnos
una estrategia para superarla. En este enlacepuedes encontrar las formas en las que la psicología
cognitivo conductual ayuda a superar la ansiedad y en este otro enlace un curso para enfrentar y
superar los límites que nos imponen nuestras ansiedades y nuestros miedos y en forma de autoayuda
en "Entiende y maneja tu ansiedad"

Ejecución
En la fase de ejecución hay que tener en cuenta algunas técnicas básicas que nos permiten llevar a
cabo lo que hemos preparado. No hay que olvidar nunca que nuestros objetivos están plasmados en el
diálogo que hemos preparado y que nuestra meta inmediata es decirlo. No se trata de contestar a todas
las digresiones que nos hagan, no es necesario ser rápido y agudo para poder responder de forma
inmediata a todo lo que nos digan. Se trata de emplear la técnica del banco de niebla, que también se
llama aceptar en principio, seguida de la del disco rayado.
La forma de hacerlo es diciendo que “puede que lleves razón; pero...” (banco de niebla) lo que yo quiero
decir es que.. “ y se sigue con el diálogo en el punto en el que fuimos interrumpidos o repitiéndolo
desde el principio (disco rayado.) Puede parecer muy limitado y que vamos a hacer el ridículo, pero es
sorprendente lo efectivo y natural que resulta. Si saca otros temas, también importantes, no perdamos
de vista nuestro objetivo, tenemos que acabar con lo que ha motivado la negociación para poder seguir
más tarde con lo que acaba de plantear: en ningún momento hay que perder de vista nuestro objetivo,
plasmado en el diálogo preparado.

Ejemplos
PRACTICA

Situación 1:
Un amigo acaba llega a cenar, pero una hora más tarde de lo que había dicho. No ha llamado para
avisar que se retrasaría. Estás irritado por la tardanza. Tienes estas alternativas:
1. CONDUCTA PASIVA. Saludarle como si tal cosa y decirle “Entra la cena está en la mesa”.
2. CONDUCTA ASERTIVA. He estado esperando durante una hora sin saber lo que pasaba
(hechos). Me has puesto nervioso e irritado (sentimientos), si otra vez te retrasas avísame (conducta
concreta) harás la espera más agradable (consecuencias).
3. CONDUCTA AGRESIVA. Me has puesto muy nervioso llegando tarde. Es la última vez que te
invito.

Situación 2:
Un compañero de trabajo te da constantemente su trabajo para que lo hagas. Decides terminar
con esta situación. Puedes crear la situación preguntándole como lleva su trabajo o esperar a
que el la cree cuando te pida otra vez a le ayudes haciéndole algo. Las alternativas podrían ser:
1. CONDUCTA PASIVA. Estoy bastante ocupado. Pero si no consigues hacerlo, te puedo ayudar.
2. CONDUCTA AGRESIVA. Olvídalo. Casi no queda tiempo para hacerlo. Me tratas como a un
esclavo. Eres un desconsiderado.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Muy frecuentemente me pides que te eche una mano en el trabajo que
te asignan, porque no te da tiempo o porque no sabes hacerlo (hechos). Estoy cansado de hacer,
además de mi trabajo, el tuyo (sentimientos), así que intenta hacerlo tú mismo (conductas), seguro que
así te costará menos la próxima vez (consecuencias).

Situación 3
Vas a un restaurante a cenar. Cuando el camarero trae lo que has pedido, te das cuenta de que la copa
está sucia, con marcas de pintura de labios de otra persona. Se trata de llevarse bien con el camarero
para que nos sirva bien, pero eso no es un buen servicio, podrías:
1. CONDUCTA PASIVA. No decir nada y usar la copa sucia aunque a disgusto.
2. CONDUCTA AGRESIVA. Armar un gran escándalo en el local y decir al camarero que como el
servicio es asqueroso nunca volverás a ir a ese establecimiento.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Llamar al camarero y, mirándole a la cara y sonriendo, pedirle que por
favor le cambie la copa.

Plantilla para construir un diálogo asertivo


Hechos

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Sentimientos

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Conductas

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Consecuencias

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INFORMACIÓN SOBRE PROJECT COACHING Y SOLUCIONES PARA PROYECTOS Y EMPRENDEDORE

La asertividad es la habilidad social que nos permite expresar nuestros sentimientos,


nuestras opiniones y defender nuestros derechos respetando los ajenos
Las personas tenemos intereses y distintas formas de ver el mundo, por lo cual el conflicto está a
la orden del día, en tales circunstancias, la asertividad se muestra como la habilidad clave
para gestionar y prevenir conflictos.
En una situación de conflicto existen tres tipos de
reacciones. Algunos optan por una comunicación pasiva, dejándose llevar por los demás,
evitando el conflicto. Otros se tornan agresivos mostrando posturas egoístas y autoritarias
ganándose el rechazo de los demás. Por último están las personas asertivas que están seguras
de quienes son y de su valor, querespetan la opinión de los demás pero no se dejan
arrastrar por los demás, que expresan sus gustos e intereses de forma espontánea, que no
temen decir que no cuando es necesario, que reclaman sus derechos, entienden que
tienen derecho a cometer errores, a aceptar cumplidos, a discrepar abiertamente, a ser diferentes
y tratan a los demás con educación y respeto.
La forma de interaccionar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de estrés
en la vida. La asertividad es una destreza adquirida o aprendida, no un rasgo de la
personalidad por tanto el entrenamiento asertivo permite reducir ese estrés, y nos hace
sentir más satisfechos porque mediante esta forma de comunicación efectiva nos hace capaces de
expresar nuestras opiniones y sentimientos.
Es importante saber lo que queremos y en qué cosas no podemos ceder y en cuales
podríamos negociar, ya que de esta manera es más difícil que otros nos manipulen o
presionen.

La autoestima fuerte y sana fomenta la asertividad y a su vez, en cada ocasión en que se


práctica la asertividad se aumenta más la autoestima.
Los 8 pasos que facilitan la asertividad son:

1. Identifica tu estilo básico. ¿Eres agresivo, pasivo o asertivo?


2. Valórate. Identifica tus valores y cualidades. No pidas disculpas siempre, hazlo sólo
cuando sea necesario
3. Identifica las situaciones en las que quieres ser más asertivo.
4. Describe las situaciones problemáticas. Analiza las situaciones en términos de quién,
cuando, qué y cómo interviene en esa escena, identifica los pensamientos negativos y el
objetivo que quieres conseguir.
5. Escribe un guión para el cambio de conducta. Es un plan escrito para afrontar la
conducta de forma asertiva. Aquí se intenta poner por escrito las situaciones problema y
clarificar lo que queremos conseguir.
6. Enuncia tus argumentos con corrección y firmeza. A este respecto a la hora de
expresarte, mantén erguido tu cuerpo, fijando la vista en el otro. Habla de forma clara,
audible y firme, dando énfasis a las palabras
7. Admitamos nuestros errores y equivocaciones. Seremos más estimados y queridos.
8. Aprende a identificar y evitar las manipulaciones de los demás. Las demás
personas de forma consciente o inconsciente a veces utilizan estratagemas para manipular,
haciéndote sentir culpable, evadiéndose de la conversación o victimizándose.

A continuación proporciono una serie de técnicas probadas para evitar la manipulación de los
demás.

1. Técnica del disco roto. Repite tu punto de vista con tranquilidad, sin ceder a la presión
de la otra persona (Sí, pero… Sí, lo sé, pero mi punto de vista es… Estoy de acuerdo,
pero…)
2. Técnica del banco de niebla. Aparenta ceder terreno sin cederlo realmente. Muéstrate
de acuerdo con el argumento de la otra persona pero no consientas en cambiar de postura
(Es posible que tengas razón…)
3. Técnica del acuerdo asertivo. Responde a la crítica admitiendo que has cometido un
error, pero separándolo del hecho de ser una buena o mala persona. (Sí, me olvidé de la
cita. Por lo general, suelo ser más responsable).
4. Técnica del aplazamiento asertivo. Aplaza la respuesta a la afirmación que intenta
desafiarte hasta que te sientas tranquilo y capaz de responder a ella adecuadamente.
(Prefiero reservarme mi opinión al respecto… No quiero hablar de eso ahora, Veo que estás
muy enfadado, así que ya discutiremos esto más tarde).
5. Técnica de la pregunta asertiva. Incita a la crítica para obtener información que puedas
utilizar en tu argumentación. (Entiendo que no te guste el modo en que actué la otra noche
en la reunión. ¿Qué fue lo que te molestó?)
6. Técnica de la ironía asertiva. Responde positivamente a la crítica negativa (Gracias…).
7. Técnica del quebrantamiento del proceso. Responde a la crítica que intenta
provocarte con una sola palabra. (Sí… no… quizá).
8. Técnica DEPA ( La comunicación asertiva no violenta es un método muy
interesante). Consiste en los siguientes pasos:

1. D- Describe de manera clara la situación que te desagrada o que deseas


cambiar (ej. “Es la una de la mañana, tienes la música alta y no me dejas dormir”)
2. E- Expresa los sentimientos personales en primera persona, evitando acusar al
otro (ej. “Me siento molesto porque no me siento respetado”).
3. P- Pide un cambio concreto de conducta y negocia si procede una solución
satisfactoria para ambas partes (ej. “Me gustaría que bajaras el volumen de la
música”).
4. A- Agradece la atención del otro a tu petición (ej. “Me alegro que me hayas
escuchado”).

Hasta pronto
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Qué es la Asertividad?
Por Paola
Los estilos de comunicación:
Ser o no ser asertivo, this is the question.Probablemente muchos de
vosotros estéis familiarizados con el término, no obstante, a veces da
lugar a confusiones o no queda claro exactamente a qué nos referimos.

En ocasiones me he encontrado con personas que definen la asertividad


como "ser amable con los demás", o "saber decir que no" . No es
exactamente ésto, es algo más.

Definición de asertividad y estilos de


comunicación:
¿A qué nos referimos entonces al hablar de
asertividad?
La asertividad concepto muy ligado a la inteligencia emocional y
referido a la comunicación con los demás: ser asertivo es comunicarse
de forma efectiva, decir lo que queremos transmitir de forma firme a
la vez que respetuosa y empática con los demás y con uno
mismo. Comunicar lo que desamos, sentimos, opinamos, respetando al
interlocutor. También se refiere a la forma de reaccionar ante los
conflictos o discusiones y el saber manejarse de forma efectiva en la
comunicación con los demás.
Los estilos de comunicación están relacionados con nuestra
personalidad, nuestra forma de afrontar los conflictos y la gestión de
nuestras emociones.
Es más fácil entender éste concepto de asertividad si lo contraponemos
a estilos de comunicación No-Asertivos: como el estilo pasivo, el estilo
agresivo y el pasivo-agresivo.

1. El estilo Pasivo:
El estilo pasivo está relacionado
con una actitud sumisa, tímida, empático con los demás pero con
temor al conflicto o a la crítica por parte de otros: lo que lleva a
laevitación y el no defender los propios derechos frente a los demás.
(Pone los intereses de otros por encima de los suyos)

Se caracteriza por dificultad para intervenir en las conversaciones y


decir lo que se piensa, entrar en bloqueo en situaciones sociales o de
conflicto, no saber cómo decir que “no”, dificultad para expresar lo que
molesta.

El estilo pasivo prioriza el evitar el conflicto frente a solucionar los


problemas. Se suele preferir el no decir las cosas para “no molestar” a
los demás y “sacrificarse” a uno mismo con tal de evitar ofender o que
se genere un conflicto.

Al poner por delante los intereses y opiniones de los demás frente a las
de uno mismo nos infravaloramos. Imagino que a mucho nos ha pasado
ésto alguna vez, y genera bastante descontento con nosotros mismos.
Normalmente hay mucha “comedura de tarro” mental y no se
exterioriza nada: ésto genera una pérdida total de la espontaneidad y
favorece los bloqueos (el sentirse “paralizado”)

Esta actitud pasiva suele generar en la persona ansiedad y frustración,


sensación de que no es valorado y nadie le comprende.

2. El estilo Agresivo:

El estilo agresivo, por el contrario


está relacionado con una actitud egoísta en exceso, poco empática con
los demás, a veces sólo tiene en cuenta sus intereses o carece de
habilidades para afrontar los conflictos. Es decir, de forma opuesta al
pasivo nos ponemos a nosotros mismos primero.

El estilo agresivo suele estar relacionado conentender siempre las


discusiones como una competición donde hay que ganar a toda costa.
No buscan un acuerdo, ni una solución o que el diálogo productivo:
sino que su finalidad al discutir es tener la razón y/o machacar al
otro)

Tienen mucha facilidad para decir lo que sienten o piensan: pero


normalmente no lo hacen con mucho tacto, dado que no les importa el
herir sensibilidades (o consideran que eso es "ser sincero").

El estilo agresivo se caracteriza por una actitud en constante defensiva


ante todo lo que se les dice, se sienten siempre atacados, a
veces pierden el control de sus impulsos y su “mala leche” se
generaliza a muchas situaciones.

Suelen demostrar un pensamiento rígido en algunos casos y también


suelen provocar a los demás: lo que genera aún más hostilidad si la otra
persona entra en el juego.

Muchas veces el estilo agresivo y desafiante es un escudo que utiliza la


persona por sentirse vulnerable frente a los demás, por inseguridad,
o por no saber cómo gestionar las emociones. También puede ser una
respuesta aprendida a raíz de un daño emocional mal gestionado y que
ha generado desconfianza y resentimiento hacia los demás. El estilo
agresivo también genera ansiedad, sensación de incomprensión y
frustración.

3. El estilo Pasivo-Agresivo:
Otro estilo No-Asertivo sería la
mezcla de éstos dos últimos: El estilo “pasivo-agresivo”.
Este estilo se caracteriza por la no exteriorización de lo que se piensa y
resentimiento interior. Suelen evitar el conflicto directo y
manifiestan agresividaden sus comunicaciones de forma más sutil
oindirecta: suelen recurrir a sarcasmos, indirectas, o comentarios
irónicos sin llegar a abordar directamente el tema o “como quien no
quiere la cosa”.
También pueden manifestar desidia o desinterés encubierto,
o “boicotear” de forma encubierta, como si fuera sin intención, por
ejemplo: llegar muy tarde a una reunión a la que no se quiere ir,
preparar un café con leche a un compañero de trabajo al que sabe de
antemano que lo toma siempre sin leche, equivocarse en algo "a
propósito".. etc.
La persona con estilo pasivo-agresivo es un buen "actor", suele
mantener la calma, no demostrar sus emociones, y fingir
sorprenderse cuando los demás cansados de su hostilidad indirecta les
recriminan molestos. De hecho, parece estar buscando que los demás
pierdan su calma y cuando consigue “chincharlos” después les
recrimina: “ ¿Pero por qué te molestas?”, “No sabes aguantar un
chiste”, “no era con mala intención, eres un intolerante” etc.

Esta actitud pasivo-agresiva probablemente esconde problemas de


autoestima e inseguridades, y una falta de habilidad a la hora de afrontar
determinadas situaciones y al gestionar las emociones.
4. El estilo Asertivo:

Por último estaría el estilo de


comunicación ideal: el estilo Asertivo.
En el estilo asertivo las personas defienden sus propios derechos
respetando a los demás, son empáticos y también defienden sus
intereses.
La finalidad del diálogo es llegar a un acuerdo, no les interesa “ganar”
y afrontan los conflictos buscando una solución.

Se caracterizan por mostrar seguridad en si mismos y respeto hacia los


demás.
Son cordiales, respetuosos, saben dialogar y defender sus posturas
argumentando, aclaran equívocos, no entran en descalificaciones o
provocaciones desarmando con argumentos a las personas que les
ataque.

Manifiestan su postura de forma firme, razonada y justificada,


respetando la opinión de los demás.
Ser asertivo suele estar relacionado con la seguridad en uno mismo, la
empatía y respeto a los demás y la buena gestión de las emociones.
Por último: Ojo con las "etiquetas":
Como con todas las categorizaciones los estilos que acabamos de
comentar nos ayudan a entendernos, pero evidentemente éstas
categorías no son rígidas y son descripciones generales:
la mayoría de las personas, aunque puedan tener un estilo
predominante, no utiliza solamente uno de estos estilos de
comunicación: a veces somos asertivos, en determinados contextos, con
determinadas personas o en algunos momentos de nuestra vida
pasivos o agresivos, etc.

Difícilmente encontraremos a una persona que siempre y en todas las


situaciones sea 100% asertiva. Pero la idea es intentar siempre
acercarnos al ideal asertivo y trabajar para mejorar nuestras
técnicas de comunicación, sobre todo si detectamos que en
determinados contextos o con determinadas personas nos cuesta.
También podemos mejorar nuestras técnicas de comunicación para hacer
frente a situaciones en las que otras personas no son asertivas con
nosotros y no entrar en el juego.

En el próximo artículo profundizaremos en el lado más práctico


con Técnicas concretas de comunicación asertiva para poner en práctica
en situaciones cotidianas ¡hasta entonces!
10 EJEMPLOS DE ASERTIVIDAD Y 5 TÉCNICAS
EFECTIVAS
La asertividad es la expresión de una sana
autoestima. Es el estilo comunicativo que nos preserva, nos cuida, nos respeta. Puede que
los demás no respondan aquello que deseamos, que no actúen como esperamos. Aún así,
siempre podemos ser asertivos y posicionarnos, mostrar nuestro desacuerdo, manifestar
nuestra opinión, salvaguardar nuestro discurso, etc.

Existen variedad de ejemplos de qué es ser asertivo. Esta semana, el equipo del INSTITUT
D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos presenta algunos
de ellos.

¿Qué es la comunicación asertiva?


La asertividad es la capacidad de poner límites, de decir no, de compartir las propias
necesidades y de comunicar preservando el amor propio. El estilo comunicativo asertivo
respeta los propios derechos y los derechos ajenos. Esto no significa que consiga convencer
y compartir la misma opinión. La asertividad busca un espacio individual de expresión que
vele por los propios intereses sin pisar los intereses de los demás. Es un estilo que
construye y ayuda a funcionar a todo el sistema. Es el estilo comunicativo que, en realidad,
cuida nuestra autoestima.

¿Qué puede ayudarnos a ser asertivos? 5


técnicas efectivas para comunicar de forma
asertiva.
Para ser asertivos podemos recordar 5 titulares básicos que, si los tenemos presentes, se
convertirán en 5 técnicas altamente efectivas:
 Los límites tienen que llegar. Los síntomas como la ansiedad y el malestar nos avisan
de esta necesidad.
 Posicionarnos y mostrarnos más contundentes es distinto a la agresividad. No tenemos
que sentirnos mal por decir un NO y poner un límite.
 Nuestros derechos: si los recordamos, será más fácil decir un NO.
 En toda comunicación la responsabilidad es compartida.
 No tenemos que coger toda la responsabilidad (dar explicaciones, justificarnos,
intentar que el otro nos entienda, procurar quedar en buen lugar si nos atacan, etc.).
Intervenciones que pongan la responsabilidad en el otro es muy liberador y
constructivo,

10 ejemplos de asertividad
1) Asertividad positiva:
Se trata de hacer un reconocimiento. Con ello nos referimos a expresar con frases
adecuadas y en el momento preciso algo positivo de la otra persona. Frecuentemente nos
olvidamos de manifestar elogios que pueden facilitar la comunicación. Damos por hecho
que “lo positivo” es lo normal.

Ejemplo: “Me gusta cómo respondes a los clientes cuando realizan una consulta. Creo que
eres muy eficiente por X motivo”.

2) Respuesta asertiva elemental:


Responde a la expresión llana y simple de los propios intereses y derechos. Nos resulta
especialmente útil ante descalificaciones, interrupciones, desvalorizaciones, etc.

Ejemplo:“Disculpa, me gustaría poder hablar y no me dejas; no grites, yo no lo estoy


haciendo,…”

3) “Comprendo” + manifiesto de la propia necesidad


Para ello primero realizamos un reconocimiento hacia la otra persona y posteriormente
planteamos nuestros derechos e intereses.

Un esquema útil:
1- “Entiendo que tu hagas…”
2- “Entiendo tu posición”
3- “Entiendo tu situación…”
4- “Pero yo…”

4) “Yo me siento” + manifiesto de la propia necesidad


En este caso, uno de los pilares fundamentales de la respuesta asertiva es la expresión de
nuestros sentimientos.
Un esquema útil:
1. “Cuando tú haces…”
2. “Entonces yo me siento…”
3. “Por eso me comporto…”
4. “Preferiría…”

5) Respuesta asertiva frente a la sumisión o la agresividad


Se trata de hacer ver a la otra persona cómo se está comportando y mostrarle cómo podría
comportarse asertivamente.

Ejemplo: “Cuanto más te enfadas, más gritas y, paralelamente, no me escuchas y más me


cuesta expresarme… ¿Por qué no paras un momento y primero escuchas lo que quiero
decirte?”

6) Escuchar activamente después de decir NO


En este caso se repite lo que dijo la otra persona reflejando que sí se entendió la petición y
después se responde NO.

Ejemplo:”Lo que tú quieres decir es que acuda igualmente a la cena, ¿correcto?, NO


puedo hacerlo”.

7) NO razonado
Se dice NO y se da una explicación sincera.

Ejemplo:“Gracias por invitarme a tu fiesta, pero prefiero no ir; en realidad, el sábado lo


tenía destinado a descansar y pasar más tiempo en casa”.

8) NO temporal
Con esta respuesta se dice no por el momento pero se sugiere que se vuelva a pedir en otra
ocasión.

Ejemplo:“Hoy no puedo acudir tan tarde, pero mañana sí podría venir y ayudar a terminar
la sorpresa”.

9) “¿A qué te refieres con? Para buscar la responsabilidad ajena


Buscar la responsabilidad ajena pidiendo una explicación de aquello que nos ha
sorprendido, molestado, dañado, etc.
Ejemplo: “¿A qué te refieres con…?”, “Me sorprende que me digas esto, ¿qué quieres decir?”.
10) Recordar mis propios derechos
Este es un ejercicio que, de forma individual, todos podemos realizar. No necesitamos a
nadie, únicamente un lápiz y un papel.

Ejemplo: “Tengo derecho a...”.

CASO 1:

Tus hijos dejan su ropa y la toalla tirada en el cuarto de baño luego de


bañarse. ¿Qué les dices?
1. PASIVA. No dices nada, lo recoges, mientras protestas internamente
porque sean así de desordenados.
2. AGRESIVA. Vas a donde está tu hijo y le recriminas que sea un
desordenado, que no tenga consideración, que estás harta de decirle que
recoja sus cosas cuando se baña, que no sabe convivir con los demás.
3. CONDUCTA ASERTIVA. Vas donde está tu hijo y le dices: Hechos. Te
has bañado y has dejado tu ropa y la toalla tirada. Sentimientos: Me
siento como tu criada cuando lo dejas todo por medio. Conducta: Procura
recoger todo cuando te bañes mañana, Consecuencias: así me harás
sentir más a gusto contigo.

CASO 2:

Habías quedado con un amigo a cenar a las 9.00 y se presenta, sin


avisar que se retrasaría, una media hora más tarde. No estás de buen
humor, ¿cuál de estas conductas crees que usas más a menudo?
1. PASIVA. Le saludas, bastante falto de entusiasmo, le haces entrar y se
sientan a la mesa.
2. ASERTIVA. Le saludas, y le expones claramente estos cuatro
aspectos: Hechos: Hace una media hora que te espero y me preocupaba
no saber nada de ti. Sentimientos: He tenido tiempo para además de
preocuparme, irritarme y sentirme nervioso. Conducta concreta: Si otra
vez tienes que retrasarte Consecuencias: puedes avisarme, para que no
me preocupe.
3. AGRESIVA. ¡Llevo una hora esperando! ¿Te parece bien hacerme
esto? ¿Qué te costaba llamar para avisarme? No pienso invitarte a cenar
nunca más.
CASO 3:

Vas a cenar fuera, pides la comida y cuando te la traen está fría. ¿Cómo
reaccionas?
1. PASIVA. No decir nada y lo comes aunque internamente te quejas, o
se lo dices a la otra persona con quien estás cenando, y cuando te dice
que se lo digas al camarero, te sientes fatal y optas por no decir nada.
2. AGRESIVA. Llamas al camarero en voz alta, y le dices que luego de
esperar media hora, encima la comida llega fría, que eso es intolerable y
que no volverás a comer allí.
3. ASERTIVA. Llamas al camarero y, le pides que por favor te lo caliente,
mirándole a los ojos y con una sonrisa amable.
A diario nos enfrentamos con situaciones en las que podemos elegir
como comportarnos. Dependiendo de nuestra conducta (asertiva, pasiva,
agresiva) conseguiremos tener una mejor relación con los
demás, tener menos sufrimiento, menos irritaciones, más confianza en
nosotros mismos al respetar nuestros derechos.
Ahora… puedes recordar momentos en los que algo te hizo sentir
incómodo o molesto, (hecho) , anota los sentimientos que eso te produjo.
A continuación, escribe qué conductas preferirías de la otra persona para
no sentirte así, y cuales serían las consecuencias positivas que ese
cambio de conducta de la otra persona producirían en tí.

HECHOS
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SENTIMIENTOS
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CONDUCTAS
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CONSECUENCIAS
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Haciendo este ejercicio, podrás tener estrategias de comportamiento
asertivo y pautas de respuesta para esos momentos en los que
reconoces que actúas de forma pasiva o agresiva. El entrenamiento
asertivo es muy útil para afrontar esas situaciones. Serás consciente de
tu respuesta, de la manera en que actúas y de lo que realmente quieres
conseguir al expresar tu derecho, tu queja o tu petición a los otros.

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