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REFRIGERACIÓN DE TURBINAS
J. L. Montañés
Madrid, 22-12-14
ETSIAE/DMT JLMG/6b/120311
Como es sabido, el aumento de temperaturas fin de combustión, en aras de obtener mejores impulsos,
es uno de los principales objetivos en el diseño de los aerorreactores. Además, el consumo específico,
también se mejora, si dicho aumento de temperatura va acompañado de un incremento apropiado de la
relación de compresión del sistema. Por consiguiente, a través de los años se ha ido incrementando
gradualmente por medio de la mejora de los materiales
utilizados en los aerorreactores. En la figura, se muestra el
aumento de las temperaturas fin de combustión en función del
año de entrada en servicio de los sistemas. La introducción de la
refrigeración de turbinas, alrededor del 1960, supuso un
pequeño incremento en la derivada de dicha función, su
consecuencia ha sido el actual nivel de temperaturas de
funcionamiento, que aún a riesgo de quedarse obsoletas en años
venideros, puede encuadrarse en valores de 1650 K para los
grandes turbofanes civiles actuales, y alrededor de 1800 K para
los motores militares de alta actuación. Algunos motores
experimentales han operado con temperaturas cercanas a la estequiométrica ( 2300 – 2500 K).
Muchos han sido los sistemas de refrigeración propuestos, pero en la actualidad sólo se utilizan los que
usan directamente aire, sangrado en las etapas convenientes del compresor, como refrigerante. El aire
sangrado se conduce aguas abajo hasta introducirlo en los álabes de la turbina por sus raíces, como se
esquematiza en la figura. No sólo se
refrigeran los álabes de las turbinas, sino
también, sus carcasas. El aire de refrigeración
puede utilizarse en distintas formas de
refrigeración; a saber, refrigeración
convectiva, por impacto, por película, etc.
(también representadas en la figura). Todos
estos sistemas de refrigeración consiguen, en
el mejor de los casos que la temperatura
metálica este unos 250 K por debajo de la
temperatura de la corriente. Para conseguir
esas refrigeraciones las cantidades de aire
utilizadas son muy grandes lo que produce una pérdida de importante de potencia. Esta pérdida se puede
paliar, en parte, eligiendo convenientemente el punto de sangrado en el compresor; o lo que es lo mismo
utilizar aire a la presión estrictamente necesaria para cumplir su misión. Todo esto ha dado lugar a sistemas
de refrigeración cada vez más complejos. En la figura se presenta la evolución de distintos sistemas de
refrigeración utilizados por Rolls Royce para sus motores RB211
Supongamos que el primer escalón de álabes fijos y móviles de la turbina están inmersos en una corriente
cuya temperatura de remanso es T4t y la velocidad absoluta es V de componentes Vz y V.
V2 Vz2 V2
T4 s T4t T4t
2C p 2C p
Despreciando el flujo de calor por conducción en el álabe, la temperatura que alcanzará la pared será la
temperatura adiabática de la pared, Taw. Esta es la que se tendría si la pared estuviera aislada y de valor
Vz2 V2
Taw T4 s rf rf 0,9 0,95
2C p
donde rf es el factor de recuperación. Si dicho factor fuera la unidad la temperatura adiabática de la pared
coincidiría con la de remanso. Es fácil comprobar que el factor de recuperación se puede definir como
Taw Ts
rf
Tt Ts
La temperatura adiabática de la pared es siempre menor que la de remanso, así que el factor
derecuperación es siempre menor que uno. Valores típicos estan entre 0,9 a 0,95.
Tt
Taw Esto se debe a que en una pared aislada en la
capa límite térmica la temperatura es mayor que
la del flujo exterior a dicha capa; por
consiguiente, existe un flujo de calor desde dicha
Ts capa a la corriente exterior, produciéndose una
disminución de la temperatura de remanso en la
pared
Figura 1
Conviene puntualizar que, para cumplir con la ecuación global de la energía, tendrá que existir una zona
donde la temperatura de remanso sea mayor que la de la corriente exterior. En el caso de pared aislada
térmicamente, los perfiles de temperatura y temperatura de remanso en la capa límite térmica serán como
los esquematizados en la figura 1. Para el caso del álabe del primer rotor, la temperatura de remanso,
T4t,rel, que se observa en ejes ligados al álabe, donde la velocidad relativa es W de componentes Wz y W ,
y la velocidad de arrastre es U, será
V 2 U 2 1 V U
2
W2 W 2 W2
T4t ,rel T4 s T4 s z T4 s z
2C p 2C p 2C p
U2 Vz 2 V 2
T4 s 1
2C p U U
siendo Ts la temperatura de los gases. La temperatura adiabática de la pared, Taw,rel, vale en este caso
U2 Vz 2 V 2
Taw,rel T4 s rf 1
2C p U U
Para tener en la pared una temperatura, Tw, diferente a Taw tendrá que existir un flujo de calor entre la
corriente del gas y la pared. Los análisis de la capa límite demuestran que el flujo de calor por unidad de
superficie, q, es proporcional a la temperatura de la pared relativa a la temperatura adiabática de la pared.
Si Tw < Twa el flujo de calor es negativo esto significa que se extrae calor del gas (refrigeración); o sea, el
calor se transfiera del gas a la pared, como es el caso de interés en las turbinas de gas. Se puede definir el
calor que recibe la pared por unidad de superficie y tiempo, qw, como
qw hgw Taw Tw
qw hgw Nu
St o
gVg C p Taw Tw gVg C p Re Pr
donde los números de Reynolds, Re, y Nusselt, Nu, están basados en la misma longitud:
hl Vl
Nu ; Re
k
El número de Stanton tiene una interpretación física muy útil. La cantidad de calor transferida a un álabe
de cuerda c por unidad de envergadura y tiempo es cqw y vale
siendo s el paso entre álabes y la solidez. La cantidad entre corchetes es el flujo total de energía del gas
entre álabes por unidad de envergadura medido relativamente a la temperatura del álabe. Por
consiguiente, se puede decir que el número de Stanton por la solidez da la relación entre la energía
transferida al alabe de la total que el gas dispone por encima de la temperatura del álabe. De suerte que
esta relación es pequeña comparada con la unidad.
El número de Stanton está gobernado por el comportamiento de la capa límite. Aplicando la analogía de
Reynolds (número de Prandtl, Pr, igual a la unidad) se tiene que
St o C f 2
La solución de Blasius para la capa límite laminar de una placa plana semi-infinita da
0,33
St o C f 2
Re x
12
mientras que, usando la aproximación de Prandtl para la capa límite turbulenta, se obtiene
0, 0295
St o C f 2
Re x
15
La longitud, x, asociada al número de Reynolds es la distancia a lo largo de la placa plana desde el punto
de remanso. Para el caso de un perfil de álabe de turbina, los anteriores valores no se pueden usar si se
quiere obtener un valor cuantitativo real. Sin embargo, sí valen para obtener tendencias y ordenes de
magnitud.
Una aproximación que tiene en cuenta números de Prandtl distintos a la unidad (entre 0.7 y 3), validada
empíricamente es
0, 0295
St o C f 2
Pr Re x
25 15
Figura 2 disminuye
conforme nos movemos aguas abajo, siempre que el flujo sea laminar. Alrededor de un Rex igual a 3105
la corriente se hace turbulenta y el flujo de calor crece súbitamente. Es en las zonas donde aparecen flujos
de calor grandes donde se tiene que refrigerar con más intensidad.
Refrigeración convectiva
Esta se realiza haciendo pasar, por el interior del álabe, aire fresco, sangrado a la salida del compresor. El
número de Stanton para la corriente de aire por el interior del álabe puede estimarse en primera
aproximación de los resultados obtenidos para flujos en conductos largos y turbulencia totalmente
desarrollada
0, 0115
St o
Re D
15
donde ahora el número de Reynolds está definido con el diámetro hidráulico, D, que es 4 veces el área de
paso dividido por el perímetro mojado.
La finalidad de la refrigeración no es solo conseguir una temperatura máxima del álabe dada sino
también, para evitar que se produzcan esfuerzos térmicos, un gradiente de temperaturas muy pequeño.
Para conseguir eso es necesario evaluar muy bien los flujos de calor y resolver con mucha precisión el
problema térmico. Para el álabe del rotor, la rotación del mismo, produce un fuerte efecto sobre el flujo de
calor, en los pasajes internos del álabe. En particular, se encuentran factores de cambios en el flujo de
calor del orden de 4.
donde Tcs es la temperatura de salida del aire después de refrigerar el álabe y Tc es la temperatura de
entrada que se puede poner igual a la de sangrado. Por tanto, la relación entre el gasto necesario para
refrigerar el álabe y el gasto de la corriente por álabe y unidad de envergadura debe ser
mc T T
St o aw w
gVg s T T
c,s c
La temperatura Tcs será función de cómo de eficiente es la refrigeración interna y como máximo solo
puede ser igual a la temperatura del álabe Tw; si ello fuera así el gasto que se tendría que emplear para
refrigerar sería el mínimo. Por consiguiente, se puede definir una especie de rendimiento del sistema de
refrigeración convectivo, c, como el cociente entre en gasto empleado para refrigerar y el mínimo que se
tendría que emplear si Tcs = Tw
mc min Tc , s Tc
c
mc Tw Tc
La relación entre el gasto necesario para refrigerar el álabe y el gasto de la corriente de gas, , empleando
la expresión anterior, es entonces
mc 1 T T
St o aw w
gVg C p c Tw Tc
Para obtener una evaluación del gasto de refrigeración necesario hay que tener en cuenta que según el
modelo planteado hay que refrigerar también la otra cara del álabe. Como a veces el aire de refrigeración
a la entrada, Tc, ha sido calentado anteriormente, se puede estimar que el aire necesario es algo mayor que
el dado por la expresión anterior.
En diseño, es usual utilizar una efectividad global de refrigeración, , que viene a ser una temperatura
adimensional del álabe y que se define de la siguiente manera
Tg Tw
Tg Tc
c m*c
St o c 1 m*c
donde m*
St o
Figura 4
La forma de proceder en un diseño preliminar es la siguiente: Conocido los parámetros del ciclo y la
temperatura máxima que puede soportar el álabe para una vida dada, se evalúa . Para cierta capacidad
tecnológica de refrigeración, medida por el c, se calcula el gasto de aire que se va a necesitar para
refrigerar .
Refrigeración pelicular
La finalidad de este tipo de refrigeración es bajar la temperatura adiabática de la pared. Esto se consigue
inyectando, a través de orificios en el álabe, aire refrigerado a la corriente del gas. Dicho aire al mezclarse
baja el flujo de calor. Los diámetros de los orificios de inyección son de 0.05 a 0.1 cm y su espaciado es
el de varios diámetros. La introducción del aire rompe la corriente de la capa límite y tiende a incrementar
tanto los esfuerzos cortantes como el coeficiente de convección. No obstante a pesar de estos efectos
adversos, la disminución de la temperatura adiabática de la pared produce un efecto lo suficientemente
beneficioso. Ya que el diámetro de los orificios es mayor que el espesor de la capa límite, el aire
inyectado atraviesa dicha capa límite y gira al desembocar en la corriente libre continua a lo largo de la
pared y finalmente se mezcla con la capa límite, produciéndose los efectos perniciosos anteriormente
mencionados. Se ha intentado usar refrigeración por transpiración en donde la escala de los orificios y su
espaciado es inferior al espesor de la capa límite para que el aire refrigerante solo se introduzca en la
corriente de baja velocidad de la capa límite pero es difícil de conseguir ese material poroso; además, es
muy susceptible a atascarse, produciéndose daños superficiales. Esta refrigeración tan ideal no ha sido
lograda en la práctica actualmente.
Figura 5
En este caso se necesita estimar, además del coeficiente de convección de película, la temperatura
adibática de la pared con película refrigerante, Taw,f. Para ello se utiliza, junto con el número de Stanton, la
efectividad de la película, f, mediante la siguiente expresión (o una análoga)
Taw Taw, f
f
Taw Tc
El número de Stanton depende, además de los números de Reynolds y Prandtl, del gasto másico de aire
inyectado y del espaciado de los orificios. También el número de Mach puede afectar tanto al número de
Stanton como a la efectividad,f.
Figura 6
El gasto másico de aire inyectado por unidad de superficie se puede escribir como n 4 d cVc ,
2
donde n es número de orificios, de diámetro d, por unidad de área. Si P es el espaciado entre orificios, el
cVc
n d 2 cVc
P d
2
4
Aun reconociendo la importancia que P/d tiene separadamente, se puede definir un parámetro
adimensional de soplado, m, como
cVc
m
g Vg
f ,St o f Pr, Re x , P d , m
En la figura 6, se muestran valores típicos f y Sto, para distintos casos, con P/d = 10.
Este tipo de refrigeración se usa a menudo para refrigerar en zonas donde el flujo de calor del gas es
elevado y la refrigeración pelicular es difícil por incertidumbres derivadas de la exacta localización del
punto de remanso. Esto ocurre, en particular, en los bordes de ataques. Como se muestra
esquemáticamente en la figura 6, la idea es incrementar el flujo de calor a través del álabe y en su interior
al dirigir un chorro de aire de refrigeración contra esa zona. Después del impacto la corriente de aire
puede o dirigirse a lo largo de la cuerda y salir por el borde de salida del perfil o dirigirse al extremo
exterior del álabe a lo largo de la envergadura del mismo con lo que el flujo total interno es muy
tridimensional.
q hwg Tw Tc
a variación del número de Nusselt desde la línea de impacto a lo largo de la cuerda del álabe se puede
encontrar en la figura 8.
Figura 7 Figura 8
La expresión del rendimiento habitual debe ser modificado para tener en cuenta la refrigeración.
Redefiniendo el rendimiento como el trabajo específico real que se obtiene de la turbina debido tanto al
flujo primario como al de refrigeración dividido por el trabajo específico ideal que se obtendría cuando
todo el flujo se expande con la relación de expansión real existente en la turbina. Se supondrá que la
corriente de refrigeración se expande con la misma relación de expansión que la principal. Si es la
masa de aire de refrigeración dividida por la masa total,
- Produciendo una presión de remanso a la salida más baja, debido a la pérdida de presión que el flujo
de refrigeración sufre a través de los pasajes del sistema de refrigeración.
- Incrementando la entropía del flujo total como un todo por la transferencia de calor que tiene lugar.
Considerando el tercer mecanismo. El incremento de entropía por unidad de masa total que resulta de
transferir una cantidad de calor Q de la corriente primaria a la temperatura T4t hasta la corriente de
refrigeración a la temperatura Tct es
1 1
s Q
Tct T4t
sustituyendo las estimaciones realizadas en los párrafos anteriores para el flujo de calor por hilera de
alabes en la ecuación anterior se tiene
s T T
2 St o 4t 11 w
Cp Tct T4t
El cambio de entropía se puede relacionar con los saltos de presión y temperatura mediante la expresión
T5t T P
s 1 C p ln C p 5t R ln 5t
T4t Tct P4t
1
P5t T5t T5t s 1
exp
P4t T4t Tct C
p
Para tener en cuenta la caída de presión del flujo de refrigeración, se puede añadir el cambio de entropía que dicha caída produce al anterior
debido a la refrigeración. Este nuevo cambio se puede expresar de la siguiente forma
1
s f 1 P4t Pt , f Pt , f
ln ln 1
Cp P4t P4t
s f 1 Pt , f
Cp P4t
t s T4t Tw 1 Pt , f
t 1 1 t 2 St o 11
1 t Cp 1 t Tct T4t P4t
ETSIA/DMT JLMG/013/291099
donde t = T5t/T4t
La relevancia de este término se puede apreciar mejor aplicándolo al siguiente caso práctico.
1; St o 0, 005
Tw Tw
0, 7; 2,5
T4t T4t
t 1 0, 027
Pt , f
t 0,82 t 0,5 ; 0,5
P4t
0, 01
O sea, aparece un 2,7% de degradación del rendimiento de la turbina por efecto de la refrigeración.
El primero de los tres mecanismos que afectan al rendimiento de la turbina es el más difícil de evaluar y
sólo estudios experimentales son capaces de dar resultados cuantitativos. Los resultados se expresan en
forma de eficiencia de energía cinética, ec, definida como
En Experimentos donde se ha estudiado la energía cinética a la salida de la turbina con y sin refrigeración,
cara de succión. Por consiguiente, sumando todos los efectos se encuentra una pérdida de rendimiento de
la turbina de alrededor del 3,2% por cada 1% de gasto de refrigeración. No hay mucha información
que un 2,5% de gasto de refrigeración del rotor producen una reducción del rendimiento de la turbina de
un 6,5%.
REFERENCIAS
Kerrebrock, J.L., “Aircraft Engines and Gas Turbines”, Cp. 6, The MIT Press, 1992
Hill, P.G. & Peterson, C.R., “Mechanics and Thermodynamics of Propulsion” , Cp. 8, Addison_Wesley
Publishing Company, 1992.