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Curso: Geología Aplicada

Profesor: Ing. Oscar Angulo S.

USO DE ROCAS IGNEAS, Y METAMÓRFICAS


EN LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN

RESUMEN
Este trabajo trata de determinar las características propias, que deben tener
tanto las rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, para el uso en la
industria de la construcción, especialmente las rocas ígneas y las
metamórficas, pues las rocas sedimentarias debido a su amplia utilización se
tratara más adelante. Por tanto y de acuerdo con las características de las
rocas a emplearse, se divide en dos grupos:
1) Rocas para Construcciones, y
2) Rocas para Revestimientos y Ornamentales.
Se destacan como factores prioritarios, los caracteres texturales,
mineralógicos y de integración petrográfica. Se hace notar la importancia
que tienen los estudios petrográficos para verificar las características petro-
texturales de las rocas, independientemente de otros ensayos que
determinan propiedades tales como, resistencia al desgaste, a la
compresión, al corte, etc.
Debido a las diferentes composiciones mineralógicas de las rocas ígneas y
metamórficas, y la gran superficie que aflora en la corteza terrestre, el
trabajo esta dirigido a resaltar las propiedades físicas, químicas, texturales y
estructurales de dichas rocas, con la finalidad de determinar su uso en la
industria de la construcción.

INTRODUCCIÓN
Con el nombre de rocas de aplicación se agrupan en forma genérica, una
amplia variedad de ellas, que de acuerdo con su composición, coherencia,
estado de conservación y textura, pueden ser empleadas en obras civiles e
hidráulicas, y como ornamentaciones.
Asimismo y en forma explícita, se tratara la presencia negativa de algunos
tipos de cemento de las areniscas, sin llegar a tratar por separado los
defectos o virtudes de estos tipos de rocas.

Selección de rocas para su utilización


Conociendo las características que deben cumplir, para el uso que se le ha
de dar, se determinan algunas propiedades para su utilización en la industria
de la construcción como:

1º) Texturales:
Las rocas deberán carecer en lo posible de texturas Planares
(esquistosa, gnéisica, foliada) propias de rocas tales como esquistos,
pizarras, gneis, migmatitas, etc.

La presencia de estas texturas, con el correr del tiempo o por el peso


de la estructura, puede producir fisuras y probables deslizamientos
que resentirán las estructuras en que fueron empleadas esos tipos de
rocas, originando asentamientos diferenciales.

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No obstante esta particularidad negativa de las texturas y estructuras
planas, esta puede subsanarse cuando estos tipos de rocas
presenten fracturas de carácter cúbico, así podrían ser empleadas en
sustitución de otras rocas con propiedades físicas más apropiadas, si
su yacimiento estuviera en una situación de distancia más ventajosa
con relación al mejor tipo de roca
Los enrocados con rocas metamorfitas esquistosas, también trae
problemas de estabilidad, debido a la composición mineralógica de
las mismas y sería posible algún tipo de movimiento o deslizamiento,
provocado por el peso de carga que actúe sobre los niveles inferiores,
para provocar inestabilidad.

Las rocas de textura granular tipo granito o del clan granito, son más
apropiadas que las esquistosas para ser empleadas en distintas obras
de ingeniería; ejemplos clásicos de rocas con estos tipos de texturas
son los granitos, dioritas, tonalitas, gabros, etc. La distribución
adecuadamente homogénea de sus componentes, de su textura, da
lugar que su empleo en las todo tipo de obras presenten confianza.
Esta propiedad no sólo es favorable para evitar posibles movimientos,
sino porque merced a la misma, tiene lugar entre sus fragmentos un
ensamblado más fuerte, de elevada coherencia en las mezclas en que
son empleadas estos tipos de rocas.
Estas rocas con estructuras y texturas de notable homogeneidad, son
convenientes para su utilización en pantallas naturales de diques,
bocatomas, caminos, enrocados, defensas, etc. así como en la
elaboración de hormigón e inclusive para fabricación de arenas para
construcciones, como también balasto.
Además de los caracteres estructurales y texturales, se debe tener en
cuenta la composición de las rocas ígneas en general y volcánicas en
particular, la presencia de minerales tales como vidrio volcánico,
ópalo, calcedonia y los que frecuentemente son individualizados co-
mo minerales expansivos, de los cuales se tiene a la saponita (D: 1½
a 2. Densidad 2,30 g/cm3 ), bentonita, celadonita (D: 2. Densidad 3,00
g/cm3. , grifita, etc.
Debido a su fácil poder de reacción y/o transformación, a estos mine-
rales se los debe considerar como materiales no aptos, ya que su
presencia en proporciones inferiores a un 40% en algunos casos y
mayores a un 30% en otros, no permiten el empleo de las rocas que
los contienen. La presencia de tales componentes mineralógicos
permite su uso con cautela.

2º) Estado de conservación de la roca


Debe tenerse en cuenta la proporción de minerales secundarios
provenientes de la descomposición de la roca, que inciden
desfavorablemente en la coherencia, tenacidad y dureza de la misma.
Entre los minerales secundarios que afectan el estado de
conservación o inalterabilidad, de una roca determinada, se destacan
los minerales expansivos como: saponita, celadonita, griffitita y
bentonita. Otros componentes secundarios que afectan en menor
grado la homogeneidad y dureza, son carbonatos, clorita, epidoto,
serpentina, etcétera.
Evidentemente, los efectos de una descomposición con formación de
minerales secundarios en proporción estimable, deben ser tenidos
muy en cuenta; la presencia de componentes expansivos (saponita,
celadonita, etc.) llegan a provocar el desmenuzamiento de la roca
que los contiene si su porcentaje en la misma es superior a un 30% o
más del conjunto de su componentes.

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a) Aquí, debemos considerar aquellas rocas que independientemente a su origen
y textura contengan minerales inestables como ópalo y calcedonia.
El ópalo en aquellas mezclas en que se encuentra incorporado como estéril,
puede transformarse en un agente activo al modificar su volumen y
consistencia al deshidratarse, o reaccionar químicamente con los compo-
nentes activos del cemento (arcillas).
Cuando actúa como estéril en la base de carpetas asfálticas, o como in-
tegrando el hormigón en obras viales, resulta un elemento negativo por su
elevada dureza, y alta fragilidad; esta última cualidad provoca una serie de
fisuras que se transmiten a la carpeta de rodamiento, provocando su res-
quebrajamiento progresivo. Ello permite con el tiempo, la formación de fisuras
por las que penetrara agua, la que provocará, de acuerdo con la forma de
actuar, un deterioro definitivo.
Menos frágil pero más propenso de reaccionar con el cemento del hormigón,
es la calcedonia; por lo tanto tampoco resulta un componente apto en
cualquiera de las ramas de la construcción, si su porcentaje es lo suficien-
temente elevado como para perjudicar las mezclas en las cuales se encuentra
incorporada. Se estima que más de un 40% de calcedonia puede resultar
pernicioso.
b) Trataremos aquí los minerales habitualmente reconocidos como expansivos.
Entre los más perjudiciales para la estabilidad de las rocas en que se en-
cuentran alojados, actuando ya sea como parte fundamental en la consti-
tución de las mismas o como integrantes secundarios o accesorios, debemos
considerar entre otros al vidrio volcánico; su presencia en vulcanitas, ignim-
britas (sillar) y tobas, frecuentemente es común y representa un factor de
inestabilidad para estos tipos de rocas El factor de inestabilidad se manifiesta
cuando la proporción varía entre un 40% y 50%.
Mediante el proceso de desvitrificación, que se produce por la influencia de
varios procesos, como la alteración meteórica, hidrotermal e influencia del
metasomatismo de contactos, da lugar a la formación de minerales tales
como: sílice criptocristalina, cuarzo, feldespato potásico y óxidos de hierro; en
estos casos no se ve afectado el grado de estabilidad de la roca, no
importando para ello el volumen que puedan adquirir los minerales derivados
de la desvitrificacion.

Con frecuencia el vidrio volcánico en su proceso de alteración, da lugar a


arcillas del grupo de la montmorillonita (arcilla expansiva) y la bentonita de
origen generalmente volcánico, como se aprecia e en represa de Poechos en
Piura.
La celadonita y la grifitita, también provienen de la descomposición del vidrio
que conjuntamente con la bentonita, la saponita, la celadonita y el ópalo se
constituyen en minerales inapropiados para ser empleados en cualquiera de
las ramas de la construcción, debido a sus propiedades expansivas y de
inestabilidad.

3º) Tectónicas
Si bien no ejercen una influencia directa sobre la litología en que tuvieron
lugar, pueden haber afectado a las formaciones rocosas por los siguientes
motivos:
a) Diaclasas, fracturas, lineamientos y zonas de fallas que afectan la tenacidad y
homogeneidad de las rocas que se pretenden cortar en bloques; los ejemplos
más frecuentes que pueden reconocerse de estas alteraciones estructurales,
pueden ser reconocidas en mármoles, rocas graníticas y basálticas cuando
deben ser preparadas en placas para revestimientos.
b) Formación de material de molimiento conocido con el nombre de "jaboncillo
de falla" que resta tenacidad a las paredes de las rocas así afectadas; como
máxima expresión de este proceso de cataclasis se forman las filonítas.

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4º) Metamórficas
Las formaciones metamórficas, además de tener texturas esquistosas como
rasgo distintivo, se destacan por la orientación de sus componentes, los que
pueden adquirir por cataclasis (metamorfismo de dislocación) aplanamiento
y orientación de les mismos por alargamiento.
Estos molimientos y -alargamientos deformantes, transfieren a la textura
caracteres nodulosos. Estas rocas son identificadas como milonitas; siendo el
extremo más desarrollado del metamorfismo de dislocación las cataclasitas.
Si bien estas rocas podrían mostrar caracteres ornamentales interesantes,
sólo es aconsejable su empleo en determinados revestimientos de interiores
por la propensión de estas rocas a ser afectadas por los agentes at-
mosféricos.

EMPLEO DE ROCAS ÍGNEAS Y METAMÓRFICAS DE ACUERDO CON SUS


PROPIEDADES

Sí consideramos las características texturales y mineralógicas de las diversas rocas


a emplearse con fines prácticos, podríamos dividirlas en dos grandes grupos:
Grupo 1 CONSTRUCCIONES
1.1 Obras civiles (diques, puentes, edificios en general).
1.2 Obras viales.
1.3 Enrocados y terraplenes.

Grupo 2 REVESTIMIENTOS Y ORNAMENTACIONES


2.1 Revestimientos exteriores.
2.2 Revestimientos interiores.
2.3 Ornamentación.

CONSTRUCCIONES
1.1 Obras civiles (diques, puentes, edificios en general).
Podemos afirmar que este grupo abarca la mayor variedad de rocas en la
industria de la construcción y afines. Como se podrá apreciar hay una gran
semejanza en los materiales pétreos que se emplean en las construcciones
civiles en general, en las obras viales y en los enrocados.
Si bien los sub-grupos 1.2 y 1.3 son aparentemente distintos, en la práctica
se ha demostrado que hay gran similitud en el material pétreo empleado en
distintos tipos de mezclas para construir las diferentes estructuras que
integran la obra.

En las construcciones se emplean preferentemente todo tipo de roca


granítica; también son usadas aquellas rocas porfíricas como riolitas,
andesitas, basaltos, etc. cuando circunstancias favorables así lo aconsejan y
los resultados de laboratorio de mecánica de rocas lo confirman. Estas rocas
son aptas si su estado de inalterabilidad es superior al 80%, carecer de
microfisuras, con texturas coherentes, sin estructuras lanares; por otra
parte, las volcánicas además de ajustarse a estas especificaciones no deben
contener minerales expansivos.

Además de las rocas graníticas, que por sus características texturales,


estructurales y mineralógicas son consideradas como óptimas para su em-
pleo en la construcción, puede ser usado otro tipo de roca, siempre que se
adecuen sus características a las exigencias señaladas.
Uno de los rasgos predominantes que deben tener estas rocas, es su textura
granosa, no contener vidrio volcánico en más de un 30%, ni ópalo en
cantidades semejantes a la del vidrio.

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Como factores excluyentes para su empleo en este grupo, se consideran a
las rocas alteradas (por lo menos verificadas al microscopio), tener fisuras
hasta microfisuras y con texturas esquistosas.
En muchas circunstancias, cuando no se dispone de rocas apropiadas a
distancias económicamente ventajosas de la obra, y se cuenta en los alrede-
dores de la misma con otra roca que por su costo de extracción, puede sus-
tituir al material más apropiado, puede recurrirse a algún tipo de roca como
arenisca, vulcanita y metamorfita, siempre que su inalterabilidad, textura,
estructura y cubicidad de fractura, se adapten a las exigencias que su uso
requiere. Además se debe tener en cuenta en todos los casos, la convenien-
cia de no contener dichas rocas, minerales expansivos e inestables.

1.2. Obras viales

Para ser consideradas rocas aptas como elementos de carga en obras viales,
deben presentar las mismas propiedades que las señaladas para 1.1 Cons-
trucciones civiles.
Cuando algunas variedades de areniscas se ajustan a las exigencias
dadas, ellas pueden ser usadas en estas obras. Se desechan aquellas
variedades, por ejemplo de ortocuarcitas, que tienen un alto
porcentaje de ópalo y calcedonia en su cemento; dichas rocas por los
inconvenientes que tienen estos minerales no son aptas para su uso
en carpetas asfalticas.
Una exigencia fundamental por su conveniencia de los materiales pé-
treos que integran este subgrupo, es tener un fracturamiento con
buena cubicidad y carecer de minerales inestables y expansivos, por
supuesto que estas premisas son independientes al requisito
fundamental de que el 80% de los componentes de las rocas deben
encontrarse inalterados.

Entre las rocas con buenas aptitudes para ser empleadas en este
grupo, además de las graniticas en general, se debe tener en cuenta
a las rocas volcánicas, desde riolitas a basaltos, siempre y cuando
carezcan de amígdalas y diseminados en su pasta, de minerales tales
como saponita, griffitita, celadoníta e inestables como ópalo y
celadonita, o que dichos componentes sean inferiores al 20% de los
constituyentes de dicha roca.
Entre las pruebas a que deben ser sometida una roca, se destacan
los ensayos de moliendas para obtener en su fracturación la mayor
cubicidad posible de sus fragmentos, tambie se debe notar que
cuando se dispone de canteras conocidas y a distancias
económicamente convenientes de una obra vial determinada, la mis-
ma debe ser empleada con éxito en la estabilización de la base
correspondiente a la carpeta de rodamiento.
Este procedimiento también se lo emplea en las carpetas de
hormigón para restar movilidad plástica de fondo, que tiene lugar por
humedicimiento y mojado natural.

1.3. Enrocados y Terraplenes

Para el uso de rocas para este tipo de obra, se recomienda seleccionar


fragmentos con cubicidad, su tamaño más conveniente oscila entre los 20 y
25 centímetros de lado, inalterados y no contener componentes inestables y
expansivos.
Si se tiene como aporte al basalto, puede originar ciertas dificultades, pues
presentan en su composición mineralógica la celadonita y griffitita, como
rellenos de amígdalas o irregularmente diseminados en su pasta. La

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presencia de estos minerales provocan por la acción de la meteorización
modificaciones volumétricas al tener lugar en ellos los procesos de
expansión y contracción, los que producen en el período comprendido entre
los 60 y 90 días, desintegraciones progresivas de los basaltos expuestos a la
acción de los agentes atmosféricos.

Si no se encuentra otro tipo de roca que presenten mejores condiciones y es


el basalto la única roca firme que es posible hallar en muchos kilómetros a la
redonda, se puede utilizar como base para la obtención de los tipos de
arenas necesarios que hicieran falta en obras civiles.
Es tal la uniformidad de la impregnación de celadonita, griffitita en toda la
masa de este basalto, que puede provocar un serio problema, cuando se
vaya a utilizar pues son difíciles de obtener basaltos libres de dicha
contaminación.
La presencia de estos minerales expansivos constituyen un serio problema,
pues provoca por efectos de los ciclajes naturales la desintegración del
basalto expuesto y ya fracturado, si se utilizan como enrocado, porque los
minerales expuesto a variantes naturales son atacados por intemperismo.

El problema del intemperismo del enrocado basáltico puede subsanarse


mediante un lechado muy liviano de cemento, que además de cubrir a la
roca, rellena las vesículas, obrando de esta manera en favor de una mejor
coherencia de la roca resolviendo de esta manera una de las causas que
provocan inestabilidad en los basaltos.
En el caso particular en que los basaltos contaminados fueron usados como
árido en la elaboración de hormigón, los procesos de expansión y
contracción no se producen, al quedar aislados de los agentes hidratantes
por dicha fabricación, siempre que se hallen en la masa interna del hormi-
gón, los fragmentos superficiales quedarán expuestos a dicho ciclaje.
El descubrimiento de celadonita en los basaltos, como así mismo la
presencia de este mineral en los basaltos de Foz de Iguazú, Estado de Para-
ná (Brasil) detectada por Hayase y Manera; data del año 1972, en el año
1973 los mismos investigadores también encuentran celadonita en tres
localidades ubicadas en el norte de la Patagonia, pero en esta oportunidad,
dicho mineral es ubicado en andesita y no en basalto.
Una mención especial debemos dedicar a las múltiples aplicaciones que se
pueden obtener de las grandes regiones basálticas, además de ser pastori-
les, este tipo de roca permite la recepción y distribución de aguas meteórica
y sus bloques son usados con frecuencia en la construcción, como así
también revestimientos; en fragmentos menores, como árido en hormigón y
algunos tipos de asfaltos. En síntesis cuando la roca se encuentra inalterada
y sin minerales expansivos o en cantidad no inapta, se constituye en una de
las fuentes más importantes para explotación de áridos, especialmente para
la construcción de caminos; esta circunstancia es sumamente interesante si
se tiene en cuenta que las rocas basálticas cubren grandes superficies de la
Patagonia, Holmberg (1975).
Además, en Rusia y en Japón, los basaltos ricos en vidrio, ya fueron
ensayados para su fundición y utilización como vidrio trafilado en hilos y
como aislante en forma de lana de vidrio.
Otras de las propiedades que debemos tener muy en cuenta en los basaltos,
es su resistencia al desgaste, de acuerdo con los ensayos físicos-mecánicos
de los agregados gruesos con miras a su empleo como áridos, Monteverde
(1975).
Por lo que puede extraerse del trabajo de Monteverde y otros, acompañado
por la experiencia acumulada por el autor en trabajos de Geología Aplicada,
preferentemente relacionados con áridos, para fabricación de hormigones,
puede llegarse a la conclusión con carácter terminante que los resultados de

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los ensayos físicos-mecánicos, no muestran en forma directa el verdadero
grado de alteración y por ende, la verdadera dureza de la muestra ensayada.
De tal suerte, resulta que en los ensayos de desgaste del basalto, el tamaño
del grano, el polvillo producido de los primeros redondeamientos y la
elasticidad de algunos de sus componentes, inciden en la interpretación del
verdadero estado de descomposición de la roca; ello se debe a que el ta-
maño de las partículas mayores y el colchón de polvo, aquí formado, dis-
minuyen el desgaste que tendría que producirse. El resultado señala una
resistencia mayor del rodado, fragmento, etc., que el que su estado de "fres-
cura" realmente tiene.
De esta manera, quedó demostrado ingenieros geólogos y otros, que las
miles de pruebas realizadas especialmente sobre basaltos en agregados
gruesos, a través de más de un década, permite no tomar al pie de la letra
los resultados de los ensayos de Los Ángeles, por no indicar éstos, el
verdadero estado de conservación o de alteración mineralógica de la roca.

REVESTIMIENTOS Y ORNAMENTACIÓN
Este grupo abarca una amplia gama de rocas para revestimiento, que
comprende desde los mármoles, conocidos en este quehacer desde antiguo,
pasando por los granitos y sus variedades conexas hasta involucrar a los ba-
saltos, extendiéndose su aplicabilidad en algunas ocasiones alas anfibolitas
que además de ser un elemento de revestimiento, también se la emplea en la
fabricación de mesadas, baldosas y vanitory.

2.1. Revestimientos para exteriores


Preferentemente se trata de revestimientos de frentes de edificios de cierta
importancia, además de columnados; por lo habitual en estos casos que son
los más frecuentes, es aconsejable el uso de aquellas rocas de textura
preferentemente granosa fina con acentuada equidimensionalidad, y con poco
contenido de componentes micáceos.
Las rocas que tengan los caracteres aquí señalados, por su textura y
composición mineralógica permitirán un buen pulido, que se prolongara por
mas tiempo gracias a la escasa o nula alteración de sus componentes.
Entre las variedades de rocas graníticas que más aceptación tienen en
revestimientos, debemos destacar los granitos rojos, los rosados, negros y los
porfíricos y porfiroblásticos (granitos migmatíticos), además de los grises que
con su variada tonalidad y distinto tamaño de grano; constituyen la clase más
común, pero no son las más apreciadas.
Uno de los requisitos más importantes, con que deben contar estas rocas para
ser cortadas en planchas aptas para su uso en revestimientos, además de su
mejor estado de inalterabilidad, es que deben estar libres de rajaduras y
fisuras por más finas e imperceptibles que ellas sean.
Este tipo de anomalías incide negativamente en la obtención de un buen
pulido, y su durabilidad, además de permitir infiltraciones de agua,
ocasionando en poco tiempo, un amplio deterioro del revestimiento, incluso
puede llegar a provocar su desprendimiento progresivo.
La variedad del grano, en cuanto a su tamaño y distribución de tonalidades y
coloridos, constituye uno de los atractivos más interesantes en la elección de
los diversos revestimientos.
Los basaltos negros y afaníticos, cuando no tienen fenocristales de tamaño
considerable, ni tampoco ningún tipo de vesículas y de amígdalas, suele
tomar un pulido sumamente interesante; con propiedades tan especiales que
lo convierten en una roca codiciada para revestimientos, por la ranura de su
grano y el alto brillo que de él se obtiene. Además de ser usado como
revestimientos, este tipo de basaltos puede ser manufacturado en la
fabricación de azulejos especiales, baldosones, mesadas y vanitory.

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Especial atención debe tenerse en la selección de mármoles para reves-
timientos exteriores, especialmente en localidades que suelen estar expues-
tas a vientos fuertes y frecuentes. Los vientos que por lo general son porta-
dores de partículas de durezas superiores a la de los mármoles, ocasionan
una erosión pausada pero constante a través del tiempo. En esos casos, estos
revestimientos deben ser reemplazados por otros más convenientes, ya sean
naturales o artificiales.
Por otra parte, no todo lo considerado como mármoles con fines comerciales
lo son, de tal manera, algunas dolomitas de color crema y grano grueso y
sobre todo, las aragonitas de la variedad del travertino, son empleadas
erróneamente en algunos revestimientos exteriores.
Las reacciones con el anhídrico carbónico del ambiente, su baja dureza
(inferior a 3 las escalas de Mohs) sumado a su superficie no uniforme, las
oquedades típicas del travertino, los gases de los escapes de los automotores
y diversos factores atmosféricos, inciden en la aceleración de su percudido y
fina mícrogranulación secundaria.
En cambio, ese tipo de efectos corrosivos, aparecen notablemente dis-
minuidos cuando se trata de verdaderos mármoles, es decir de aquellas
calizas que muestran, recristalización, y su textura refleja tos efectos del
metamorfismo soportado mediante sus caracteres granoblásticos. En estos
ejemplos, es posible apreciar una mayor compactación, puesta de manifiesto
en un perfecto ensamblado de sus componentes carentes de espacios vacíos.
El tamaño del grano, particularmente cuando es fino incide favorablemente en
un mejor pulido, como es el caso del mármol de Carrara.
Por lo tanto, queda perfectamente aclarado que los mármoles de reves-
timientos de frentes, de columnas, etc., para que conserven su pulido inalte-
rado, deben tener un grano sano, de tamaño preferentemente fino y hallarse
perfectamente límpido de impurezas.
Deben estar totalmente recristalizados y sobre todo, carecer de espacios
vacíos.
Todas estas exigencias deben ser tenidas en cuenta para evitar los deterioros
señalados.

2.2. Revestimientos para interiores


Aquí quedan suprimidos muchos de los inconvenientes que convertían en
inaptos a ciertos “mármoles" y migmatitas para los revestimientos exteriores.
Por lo tanto, aquellas variedades de calizas mal conceptuadas como
“mármoles", por su colorido y tamaño de grano, se emplean en revestimien-
tos exteriores, en cambio son interesantes para estos revestimientos, por
cuanto aquí no hay factores exógenos que afecten su inalterabilidad.
Los mármoles compactos de grano fino, desde antiguo, se los usa en la
construcción de escaleras y monumentos.
Las distintas variedades de rocas graníticas, cuando están en revestimientos
interiores, resaltan más sus caracteres texturales y mineralógicos,
adquiriendo según los ángulos de observación, semblanzas pictóricas diver-
sas.
Aquí incorporamos los granitos de grano muy grueso a porfírico, no
recomendables en los revestimientos exteriores.
Hace algún tiempo, se han agregado a los revestimientos, planchas de
migmatitas y en particular aquellas con texturas netamente porfiroblásticas.
En estos casos particulares, podemos apreciar un mayor contraste entre los
distintos tamaños de granos que convierten al revestimiento formado por esta
roca, en sumamente decorativo y policromático.

2.3. Ornamentación
Pueden agruparse aquí todas las variedades de mármoles, a excepción de la
de travertinos, por no tener homogeneidad en su textura.

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Las rocas más aptas para esta finalidad, son aquellas que tienen un grano fino
y uniforme, inalteradas y carentes de fisuras y oquedades; algo semejante
podemos puntualizar para todas las rocas plutónicas que fueron agrupadas
genéricamente bajo la denominación de “granitos”.
Desde no hace mucho tiempo, dentro del campo de la ornamentación la
bisutería se han incorporado nuevos tipos de roca que por su composición,
caso de los mármoles, yeso, etc., deben ser consideradas como “rocas
mononominerales", nos referirnos particularmente a los mármoles “Onix,
aragonita y rodocrosita, los que están siendo manufacturados en un gran
número de piezas como ornamentaciones y bisutería; un ejemplo de esta
última artesanía, lo constituyen los juegos de ajedrez de "Onix", cuyos
principales importadores son EE.UU., Alemania Occidental y Japón.

CONSIDERACIONES GENERALES
Se ha corroborado que mediante estudios petrográficos, se llegó en forma
exhaustiva a conocer el verdadero estado físico (mineralógico-textural) de una
roca determinada, ello permite en todos los casos clasificar y evaluar los
cambios composicionales y estados físicos-químicos, modificados por el
distinto grado de alteración que puedan tener los componentes: las mo-
dificaciones texturales como consecuencia de fisuras, grietas, etc., producidas
por factores geológicos externos.
Luego de más de una década de investigaciones sobre el tema, se llega a la
conclusión que mediante el control petrológico, no sólo puede verificarse el
estado de alteración de una roca, sino también las diversas modificaciones
que pudieran afectar su estabilidad.
Este control permite seleccionar o también individualizar en la forma más
correcta posible, aquellas rocas que serán sometidas a ensayos físicos.
De esta manera han quedado fehacientemente demostrado, los incon-
venientes señalados para los ensayos físicos-mecánicos, por un lado, además
de poder extender estas experiencias a rocas de composición y texturas si-
milares.
Una vez más quedó demostrada la eficiencia de los métodos petrológicos de
investigación, volcados a problemas de la geología aplicada a la ingeniería.
Recién en la década del setenta, se han afianzado las investigaciones
petrológicas gracias a los problemas por ellas resueltos en las grandes obras
en las que surgieron problemas litológicos, los que sólo fueron posible superar
gracias a dichas investigaciones.
Al realizar esta síntesis de las principales de rocas de aplicación, no debemos
dejar de mencionar a las perlitas y pumicitas.
Ambas rocas volcánicas son tratadas térmicamente a 1,200ºC y mediante
brusco enfriamiento por cicloneado, se consigue aumentar el poder expansivo
de estos minerales, al producirse la rotura de su textura catafilar, teniendo
lugar de esta manera la formación de perlitas expandidas artificialmente.
Este material así procesado es sumamente liviano, de gran uso como aislante
múltiple en la construcción, debido a su muy bajo peso específico, sobre todo
con relación a su importante volumen adquirido artificialmente.
También muchas tobas; por su reducido peso específico y homogeneidad de
su masa, son empleadas en su estado natural como bloques de variado
tamaño (de acuerdo con las circunstancias), en la construcción de viviendas
rurales y galpones.
En resumen, serían muy escasas aquellas rocas (incluyendo las sedimentitas
no consideradas aquí) que por ingenio del hombre o las necesidades propias
del medio ambiente, no tengan una utilidad en el desarrollo de las diversas
industrias que impulsan el progreso de los pueblos.

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Importancia De La Geología Aplicada En La
Ingeniería Civil.
En ingeniero civil se enfrenta a una gran variedad de problemas, en los que el
conocimiento de la geología es necesario. Indudablemente se aprenderá más
geología en el campo y en la práctica que la que puede enseñarse en las aulas
o en el laboratorio universitario. Pero este aprendizaje será más fácil y más
rápido y su aplicación más eficaz, si en los cursos de ingeniería se han incluido
los principios básico de la geología. Merecen citarse especialmente algunas
ventajas específica, las cuales algunas de ellas se van a desarrollare en el
transcurso del curso.

 Conocimiento sistematizado de los materiales.

 Los problemas de cimentación son esencialmente geológico. Los edificios,


puentes, presas, y otras construcciones, se soportan sobre algún material
natural.

 Las excavaciones se pueden planear y dirigir más inteligentemente y


realizarse con mayor seguridad.

 El conocimiento de la existencia de aguas subterráneas, elementos de la


hidrología subterránea y la calidad química del agua, son excelentes
auxiliares en muchas ramas de la ingeniería práctica.

 El conocimiento de las aguas superficiales, la precipitación, los efectos de


erosión, transporte y sedimentación, es esencial para el control de las
corrientes, los trabajos de defensas ribereñas y conservación de suelos y
otras actividades.

 La capacidad para leer e interpretar un informe geológico, mapas, planos


geológicos y topográficos y aerofotografías, es de gran utilidad para la
planeación de muchas obras.

 La capacidad para reconocer la naturaleza de los problemas geológicos.

Ingeniería Geológica (Y Del Entorno)

Los ingenieros geólogos aplican los principios geológicos a la investigación de


los materiales naturales tierra, roca y agua superficial y subterránea
implicados en el diseño, la construcción y la explotación de proyectos de
ingeniería civil. Son representativos de estos los dizque, los puentes, las
autopistas, los acueductos, los desarrollos de zonas de alojamiento y los
sistemas de gestión de residuos. Una nueva rama, la geología del entorno,
recoge y analiza datos geológicos con el objetivo de resolver los problemas
creados por el uso humano del entorne natural. El mas importante de ellos es
el peligro para la vida y la propiedad que deriva de la construcción de casas y
de otras estructuras en áreas sometidas a sucesos geológicos, en particular
terremotos, taludes (véase corrimiento de tierra), erosión de la costas e
inundaciones. El alcance de la geología del entorno es muy grande al
comprender ciencias físicas como geoquímica e hidrológica, ciencia biológica
y sociales e ingeniería.

Geología en Obra Hidráulicas

La geología se utiliza de diversas formas en obras hidráulicas entre las cuales


podemos mencionar las siguientes.

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Pozos de punta captación: la mayoría de los problemas de drenaje en los
trabajos de ingeniería civil no tienen la magnitud de otros proyectos. por
fortuna, se dispone de otro medios para madeja el agua freática en trabajos
pequeños. Estos métodos implican el uso de pozos de captación. El sistema se
compone básicamente de una bomba especial y varios pozos de punta de
captación para abatir el nivel de agua freática bajo el nivel de la excavación
más profunda; así el material que se ve a excavarse es comportamiento es
incierto, al sólido; de esta manera se facilita el avance de la excavación y se
elimina los problemas causado por el agua. El control del agua freática en la
obras de construcción urbana, también es de vital importancia, y solo puede
ser efectuado con base en un estricto conocimiento de la capa subyacente
local de una detallada geología urbana.

Centrales hidroeléctricas subterráneas: la idea de situar centrales


hidroeléctrica o de bombeo subterráneas es casi tan conocida, que han dejado
de ser novedad en el diseño. Estos es un desarrollo que tuvo lugar a partir de
la segunda guerra mundial; aunque a fines del siglo XIX, una de las primeras
centrales eléctrica o hidroeléctrica canadienses en Niágara Falls utilizo el
subsuelo en un cierto grado. Las turbinas impulsada por agua se situaron en
le fondo de unas excavaciones circulares profundas y se conectaron con los
generadores situados en la superficie por medio de flechas de acero, y por
eso, esta no puede ser considera completamente subterránea.

Cimentación de presas: la construcción de una presa almacenadora de


agua altera más las condiciones naturales que cualquiera otra obra de la
ingeniería civil. Esta es importante por la función que desempeñan: en el
almacenamiento de agua para el suministro de avenidas, recreación o
irrigación.

Obra de control fluvial: desde hace mas de 3000 años el hombre ha


tratado de amansar algunos de los grandes ríos del mundo. Las primeras
obras de ingeniería civil fueron con toda probabilidad las de control fluvial. La
obras fluvial es esencia la regulación de la corriente natural del río dentro de
un curso bien definido, generalmente el que suele ocupar la corriente. Ya que
la desviación del curso probablemente ocurrirá durante los periodos de caudal
de avenida, la obra de control consiste en regular la avenida.

Geología en obras viales

La geología en obra viales juega un papel muy importante pues la mayoría de


las carreteras, túneles, y demás obras viales utilizan la geología para realizar
estudio de suelo de los terrenos que se utilizaran para dichas obras. Ahora
veremos algunos ejemplos donde se aplica la geología.

Perforación de Lumbreras: una de las partes más especializadas en las


excavaciones abiertas es la perforación de lumbreras para el acceso de
trabajos de túneles. Existe una experiencia abundante que nos ofrece la
industria minera; por cierto, la perforación de lumbreras es una operación de
construcción compartida por los ingenieros civiles y los de minas, pues
muchas de las galerías de las grandes minas son obras de contratistas en
ingeniería civil y muchos ingenieros mineros se les consulta acerca del
problema con lumbreras en obras civiles.

Cimentación de Puentes: como antecedente necesario deberá recalcarse la


gran importancia de la geología en la cimentación de los puentes. Por muy
científicamente que esté diseñada una columna de un puente, en definitiva el
peso total del puente y las cargas que soporta deberán descansar en el
terreno de apoyo. Para el ingeniero estructural las columnas y los estribos de

11
un puente no son realmente “interesantes”. Sin embargo, debe prestarles un
interés más que pasajero, ya que muy menudo el diseño de las cimentaciones
compete al ingeniero estructural responsable del diseño de la
superestructura.

Campos de Aviación: el crecimiento de la aviación civil ha sido


extraordinario en los últimos siglos; y es en este por su extensión en donde la
geología no es tan determinante como en otros tipos de construcciones. Los
campos de aviación modernos tienen que se áreas muy grandes y bastante
planas sin serios impedimentos para volar en los alrededores.

Carreteras: son contadas las obras de ingeniería civil que guardan relación
tan estrechamente con la geología como las carreteras. Se puede esperar que
todo proyecto de carreteras importante encuentre una gran variedad de
condiciones geológicas, puesto que se extienden grandes distancias. Aunque
será extraño que una carretera requiera actividades constructivas en las
profundidades del subsuelo, los cortes que se realizan para lograr las
gradientes uniformes que demandan las autopistas modernas proporcionan
por necesidad una multitud de oportunidades de observar la geología. No sólo
es atractivo para los conductores, sino que también revelan detalles de la
geología local que de otro modo serían desconocidos.

GEOLOGÍA EN EDIFICACIONES

La geología en las edificaciones constituye la zapata en la cual se apoyan


todas las edificaciones existentes en la actualidad, pues, se debe realizar
siempre un estudio del suelo sobre la cual los ingenieros civiles deben
construir.

Sino se realizan los estudios del suelo debido la mayoría de las edificaciones
con el tiempo pueden tener problemas los cuales son muy difíciles de reparar
estando ya la edificación terminada. Ahora veremos un ejemplo de la
explotación de canteras para conseguir la piedra para las edificaciones.

Introducción

En este trabajo que hemos realizado voy hablar respecto a la importancia de


la geología en el campo de la ingeniería civil, así como mencionare ejemplos
prácticos de la aplicación de los conocimientos geológicos aplicados a la
ingeniería civil.

Estas definiciones son medios de ayuda y conocimiento para la ingeniería


civil, como ciencia al servicio de los hombre y el progreso a favor de esta, así
como materia de esta clase para el conocimiento para la rama de la ingeniería

Conclusión

En este trabajo que he investigado sobre distintos conceptos referente ala


importancia de la geología en la ingeniería civil, he visto gran importancia que
esta tiene en la ingeniería civil y su evolución a través de los años y los
distintos avances a través de los años.

Hemos visto la gran importancia que tiene en especial en obras de


reconocimiento del terreno, para la futura construcción, por ejemplo, de
carretera, también su utilización en la construcción de grandes edificaciones
como puentes, presas, entre otras

12
USO DE ROCAS IGNEAS, Y METAMÓRFICAS
EN LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN

RESUMEN
Este trabajo trata de determinar las características propias, que deben tener
tanto las rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, para el uso en la
industria de la construcción, especialmente las rocas ígneas y las
metamórficas, pues las rocas sedimentarias debido a su amplia utilización se
tratara más adelante. Por tanto y de acuerdo con las características de las
rocas a emplearse, se divide en dos grupos:
1) Rocas para Construcciones, y
2) Rocas para Revestimientos y Ornamentales.
Se destacan como factores prioritarios, los caracteres texturales,
mineralógicos y de integración petrográfica. Se hace notar la importancia
que tienen los estudios petrográficos para verificar las características petro-
texturales de las rocas, independientemente de otros ensayos que
determinan propiedades tales como, resistencia al desgaste, a la
compresión, al corte, etc.
Debido a las diferentes composiciones mineralógicas de las rocas ígneas y
metamórficas, y la gran superficie que aflora en la corteza terrestre, el
trabajo esta dirigido a resaltar las propiedades físicas, químicas, texturales y
estructurales de dichas rocas, con la finalidad de determinar su uso en la
industria de la construcción.

INTRODUCCIÓN
Con el nombre de rocas de aplicación se agrupan en forma genérica, una
amplia variedad de ellas, que de acuerdo con su composición, coherencia,
estado de conservación y textura, pueden ser empleadas en obras civiles e
hidráulicas, y como ornamentaciones.
Asimismo y en forma explícita, se tratara la presencia negativa de algunos
tipos de cemento de las areniscas, sin llegar a tratar por separado los
defectos o virtudes de estos tipos de rocas.

Selección de rocas para su utilización


Conociendo las características que deben cumplir, para el uso que se le ha
de dar, se determinan algunas propiedades para su utilización en la industria
de la construcción como:

1º) Texturales:
Las rocas deberán carecer en lo posible de texturas Planares
(esquistosa, gnéisica, foliada) propias de rocas tales como esquistos,
pizarras, gneis, migmatitas, etc.

La presencia de estas texturas, con el correr del tiempo o por el peso


de la estructura, puede producir fisuras y probables deslizamientos
que resentirán las estructuras en que fueron empleadas esos tipos de
rocas, originando asentamientos diferenciales.
No obstante esta particularidad negativa de las texturas y estructuras
planas, esta puede subsanarse cuando estos tipos de rocas
presenten fracturas de carácter cúbico, así podrían ser empleadas en
sustitución de otras rocas con propiedades físicas más apropiadas, si
su yacimiento estuviera en una situación de distancia más ventajosa
con relación al mejor tipo de roca

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Los enrocados con rocas metamorfitas esquistosas, también trae
problemas de estabilidad, debido a la composición mineralógica de
las mismas y sería posible algún tipo de movimiento o deslizamiento,
provocado por el peso de carga que actúe sobre los niveles inferiores,
para provocar inestabilidad.

Las rocas de textura granular tipo granito o del clan granito, son más
apropiadas que las esquistosas para ser empleadas en distintas obras
de ingeniería; ejemplos clásicos de rocas con estos tipos de texturas
son los granitos, dioritas, tonalitas, gabros, etc. La distribución
adecuadamente homogénea de sus componentes, de su textura, da
lugar que su empleo en las todo tipo de obras presenten confianza.
Esta propiedad no sólo es favorable para evitar posibles movimientos,
sino porque merced a la misma, tiene lugar entre sus fragmentos un
ensamblado más fuerte, de elevada coherencia en las mezclas en que
son empleadas estos tipos de rocas.
Estas rocas con estructuras y texturas de notable homogeneidad, son
convenientes para su utilización en pantallas naturales de diques,
bocatomas, caminos, enrocados, defensas, etc. así como en la
elaboración de hormigón e inclusive para fabricación de arenas para
construcciones, como también balasto.
Además de los caracteres estructurales y texturales, se debe tener en
cuenta la composición de las rocas ígneas en general y volcánicas en
particular, la presencia de minerales tales como vidrio volcánico,
ópalo, calcedonia y los que frecuentemente son individualizados co-
mo minerales expansivos, de los cuales se tiene a la saponita (D: 1½
a 2. Densidad 2,30 g/cm3 ), bentonita, celadonita (D: 2. Densidad 3,00
g/cm3. , grifita, etc.
Debido a su fácil poder de reacción y/o transformación, a estos mine-
rales se los debe considerar como materiales no aptos, ya que su
presencia en proporciones inferiores a un 40% en algunos casos y
mayores a un 30% en otros, no permiten el empleo de las rocas que
los contienen. La presencia de tales componentes mineralógicos
permite su uso con cautela.

2º) Estado de conservación de la roca


Debe tenerse en cuenta la proporción de minerales secundarios
provenientes de la descomposición de la roca, que inciden
desfavorablemente en la coherencia, tenacidad y dureza de la misma.
Entre los minerales secundarios que afectan el estado de
conservación o inalterabilidad, de una roca determinada, se destacan
los minerales expansivos como: saponita, celadonita, griffitita y
bentonita. Otros componentes secundarios que afectan en menor
grado la homogeneidad y dureza, son carbonatos, clorita, epidoto,
serpentina, etcétera.
Evidentemente, los efectos de una descomposición con formación de
minerales secundarios en proporción estimable, deben ser tenidos
muy en cuenta; la presencia de componentes expansivos (saponita,
celadonita, etc.) llegan a provocar el desmenuzamiento de la roca
que los contiene si su porcentaje en la misma es superior a un 30% o
más del conjunto de su componentes.
c) Aquí, debemos considerar aquellas rocas que independientemente a su origen
y textura contengan minerales inestables como ópalo y calcedonia.
El ópalo en aquellas mezclas en que se encuentra incorporado como estéril,
puede transformarse en un agente activo al modificar su volumen y
consistencia al deshidratarse, o reaccionar químicamente con los compo-
nentes activos del cemento (arcillas).

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Cuando actúa como estéril en la base de carpetas asfálticas, o como in-
tegrando el hormigón en obras viales, resulta un elemento negativo por su
elevada dureza, y alta fragilidad; esta última cualidad provoca una serie de
fisuras que se transmiten a la carpeta de rodamiento, provocando su res-
quebrajamiento progresivo. Ello permite con el tiempo, la formación de fisuras
por las que penetrara agua, la que provocará, de acuerdo con la forma de
actuar, un deterioro definitivo.
Menos frágil pero más propenso de reaccionar con el cemento del hormigón,
es la calcedonia; por lo tanto tampoco resulta un componente apto en
cualquiera de las ramas de la construcción, si su porcentaje es lo suficien-
temente elevado como para perjudicar las mezclas en las cuales se encuentra
incorporada. Se estima que más de un 40% de calcedonia puede resultar
pernicioso.
d) Trataremos aquí los minerales habitualmente reconocidos como expansivos.
Entre los más perjudiciales para la estabilidad de las rocas en que se en-
cuentran alojados, actuando ya sea como parte fundamental en la consti-
tución de las mismas o como integrantes secundarios o accesorios, debemos
considerar entre otros al vidrio volcánico; su presencia en vulcanitas, ignim-
britas (sillar) y tobas, frecuentemente es común y representa un factor de
inestabilidad para estos tipos de rocas El factor de inestabilidad se manifiesta
cuando la proporción varía entre un 40% y 50%.
Mediante el proceso de desvitrificación, que se produce por la influencia de
varios procesos, como la alteración meteórica, hidrotermal e influencia del
metasomatismo de contactos, da lugar a la formación de minerales tales
como: sílice criptocristalina, cuarzo, feldespato potásico y óxidos de hierro; en
estos casos no se ve afectado el grado de estabilidad de la roca, no
importando para ello el volumen que puedan adquirir los minerales derivados
de la desvitrificacion.

Con frecuencia el vidrio volcánico en su proceso de alteración, da lugar a


arcillas del grupo de la montmorillonita (arcilla expansiva) y la bentonita de
origen generalmente volcánico, como se aprecia e en represa de Poechos en
Piura.
La celadonita y la grifitita, también provienen de la descomposición del vidrio
que conjuntamente con la bentonita, la saponita, la celadonita y el ópalo se
constituyen en minerales inapropiados para ser empleados en cualquiera de
las ramas de la construcción, debido a sus propiedades expansivas y de
inestabilidad.

3º) Tectónicas
Si bien no ejercen una influencia directa sobre la litología en que tuvieron
lugar, pueden haber afectado a las formaciones rocosas por los siguientes
motivos:
c) Diaclasas, fracturas, lineamientos y zonas de fallas que afectan la tenacidad y
homogeneidad de las rocas que se pretenden cortar en bloques; los ejemplos
más frecuentes que pueden reconocerse de estas alteraciones estructurales,
pueden ser reconocidas en mármoles, rocas graníticas y basálticas cuando
deben ser preparadas en placas para revestimientos.
d) Formación de material de molimiento conocido con el nombre de "jaboncillo
de falla" que resta tenacidad a las paredes de las rocas así afectadas; como
máxima expresión de este proceso de cataclasis se forman las filonítas.

4º) Metamórficas
Las formaciones metamórficas, además de tener texturas esquistosas como
rasgo distintivo, se destacan por la orientación de sus componentes, los que
pueden adquirir por cataclasis (metamorfismo de dislocación) aplanamiento
y orientación de les mismos por alargamiento.

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Estos molimientos y -alargamientos deformantes, transfieren a la textura
caracteres nodulosos. Estas rocas son identificadas como milonitas; siendo el
extremo más desarrollado del metamorfismo de dislocación las cataclasitas.
Si bien estas rocas podrían mostrar caracteres ornamentales interesantes,
sólo es aconsejable su empleo en determinados revestimientos de interiores
por la propensión de estas rocas a ser afectadas por los agentes at-
mosféricos.

EMPLEO DE ROCAS ÍGNEAS Y METAMÓRFICAS DE ACUERDO CON SUS


PROPIEDADES

Sí consideramos las características texturales y mineralógicas de las diversas rocas


a emplearse con fines prácticos, podríamos dividirlas en dos grandes grupos:
Grupo 1 CONSTRUCCIONES
1.4 Obras civiles (diques, puentes, edificios en general).
1.5 Obras viales.
1.6 Enrocados y terraplenes.

Grupo 2 REVESTIMIENTOS Y ORNAMENTACIONES


2.1 Revestimientos exteriores.
2.2 Revestimientos interiores.
2.3 Ornamentación.

CONSTRUCCIONES
1.2 Obras civiles (diques, puentes, edificios en general).
Podemos afirmar que este grupo abarca la mayor variedad de rocas en la
industria de la construcción y afines. Como se podrá apreciar hay una gran
semejanza en los materiales pétreos que se emplean en las construcciones
civiles en general, en las obras viales y en los enrocados.
Si bien los sub-grupos 1.2 y 1.3 son aparentemente distintos, en la práctica
se ha demostrado que hay gran similitud en el material pétreo empleado en
distintos tipos de mezclas para construir las diferentes estructuras que
integran la obra.

En las construcciones se emplean preferentemente todo tipo de roca


granítica; también son usadas aquellas rocas porfíricas como riolitas,
andesitas, basaltos, etc. cuando circunstancias favorables así lo aconsejan y
los resultados de laboratorio de mecánica de rocas lo confirman. Estas rocas
son aptas si su estado de inalterabilidad es superior al 80%, carecer de
microfisuras, con texturas coherentes, sin estructuras lanares; por otra
parte, las volcánicas además de ajustarse a estas especificaciones no deben
contener minerales expansivos.

Además de las rocas graníticas, que por sus características texturales,


estructurales y mineralógicas son consideradas como óptimas para su em-
pleo en la construcción, puede ser usado otro tipo de roca, siempre que se
adecuen sus características a las exigencias señaladas.
Uno de los rasgos predominantes que deben tener estas rocas, es su textura
granosa, no contener vidrio volcánico en más de un 30%, ni ópalo en
cantidades semejantes a la del vidrio.

Como factores excluyentes para su empleo en este grupo, se consideran a


las rocas alteradas (por lo menos verificadas al microscopio), tener fisuras
hasta microfisuras y con texturas esquistosas.
En muchas circunstancias, cuando no se dispone de rocas apropiadas a
distancias económicamente ventajosas de la obra, y se cuenta en los alrede-
dores de la misma con otra roca que por su costo de extracción, puede sus-

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tituir al material más apropiado, puede recurrirse a algún tipo de roca como
arenisca, vulcanita y metamorfita, siempre que su inalterabilidad, textura,
estructura y cubicidad de fractura, se adapten a las exigencias que su uso
requiere. Además se debe tener en cuenta en todos los casos, la convenien-
cia de no contener dichas rocas, minerales expansivos e inestables.

1.2. Obras viales

Para ser consideradas rocas aptas como elementos de carga en obras viales,
deben presentar las mismas propiedades que las señaladas para 1.1 Cons-
trucciones civiles.
Cuando algunas variedades de areniscas se ajustan a las exigencias
dadas, ellas pueden ser usadas en estas obras. Se desechan aquellas
variedades, por ejemplo de ortocuarcitas, que tienen un alto
porcentaje de ópalo y calcedonia en su cemento; dichas rocas por los
inconvenientes que tienen estos minerales no son aptas para su uso
en carpetas asfalticas.
Una exigencia fundamental por su conveniencia de los materiales pé-
treos que integran este subgrupo, es tener un fracturamiento con
buena cubicidad y carecer de minerales inestables y expansivos, por
supuesto que estas premisas son independientes al requisito
fundamental de que el 80% de los componentes de las rocas deben
encontrarse inalterados.

Entre las rocas con buenas aptitudes para ser empleadas en este
grupo, además de las graniticas en general, se debe tener en cuenta
a las rocas volcánicas, desde riolitas a basaltos, siempre y cuando
carezcan de amígdalas y diseminados en su pasta, de minerales tales
como saponita, griffitita, celadoníta e inestables como ópalo y
celadonita, o que dichos componentes sean inferiores al 20% de los
constituyentes de dicha roca.
Entre las pruebas a que deben ser sometida una roca, se destacan
los ensayos de moliendas para obtener en su fracturación la mayor
cubicidad posible de sus fragmentos, tambie se debe notar que
cuando se dispone de canteras conocidas y a distancias
económicamente convenientes de una obra vial determinada, la mis-
ma debe ser empleada con éxito en la estabilización de la base
correspondiente a la carpeta de rodamiento.
Este procedimiento también se lo emplea en las carpetas de
hormigón para restar movilidad plástica de fondo, que tiene lugar por
humedicimiento y mojado natural.

1.3. Enrocados y Terraplenes

Para el uso de rocas para este tipo de obra, se recomienda seleccionar


fragmentos con cubicidad, su tamaño más conveniente oscila entre los 20 y
25 centímetros de lado, inalterados y no contener componentes inestables y
expansivos.
Si se tiene como aporte al basalto, puede originar ciertas dificultades, pues
presentan en su composición mineralógica la celadonita y griffitita, como
rellenos de amígdalas o irregularmente diseminados en su pasta. La
presencia de estos minerales provocan por la acción de la meteorización
modificaciones volumétricas al tener lugar en ellos los procesos de
expansión y contracción, los que producen en el período comprendido entre
los 60 y 90 días, desintegraciones progresivas de los basaltos expuestos a la
acción de los agentes atmosféricos.

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Si no se encuentra otro tipo de roca que presenten mejores condiciones y es
el basalto la única roca firme que es posible hallar en muchos kilómetros a la
redonda, se puede utilizar como base para la obtención de los tipos de
arenas necesarios que hicieran falta en obras civiles.
Es tal la uniformidad de la impregnación de celadonita, griffitita en toda la
masa de este basalto, que puede provocar un serio problema, cuando se
vaya a utilizar pues son difíciles de obtener basaltos libres de dicha
contaminación.
La presencia de estos minerales expansivos constituyen un serio problema,
pues provoca por efectos de los ciclajes naturales la desintegración del
basalto expuesto y ya fracturado, si se utilizan como enrocado, porque los
minerales expuesto a variantes naturales son atacados por intemperismo.

El problema del intemperismo del enrocado basáltico puede subsanarse


mediante un lechado muy liviano de cemento, que además de cubrir a la
roca, rellena las vesículas, obrando de esta manera en favor de una mejor
coherencia de la roca resolviendo de esta manera una de las causas que
provocan inestabilidad en los basaltos.
En el caso particular en que los basaltos contaminados fueron usados como
árido en la elaboración de hormigón, los procesos de expansión y
contracción no se producen, al quedar aislados de los agentes hidratantes
por dicha fabricación, siempre que se hallen en la masa interna del hormi-
gón, los fragmentos superficiales quedarán expuestos a dicho ciclaje.
El descubrimiento de celadonita en los basaltos, como así mismo la
presencia de este mineral en los basaltos de Foz de Iguazú, Estado de Para-
ná (Brasil) detectada por Hayase y Manera; data del año 1972, en el año
1973 los mismos investigadores también encuentran celadonita en tres
localidades ubicadas en el norte de la Patagonia, pero en esta oportunidad,
dicho mineral es ubicado en andesita y no en basalto.
Una mención especial debemos dedicar a las múltiples aplicaciones que se
pueden obtener de las grandes regiones basálticas, además de ser pastori-
les, este tipo de roca permite la recepción y distribución de aguas meteórica
y sus bloques son usados con frecuencia en la construcción, como así
también revestimientos; en fragmentos menores, como árido en hormigón y
algunos tipos de asfaltos. En síntesis cuando la roca se encuentra inalterada
y sin minerales expansivos o en cantidad no inapta, se constituye en una de
las fuentes más importantes para explotación de áridos, especialmente para
la construcción de caminos; esta circunstancia es sumamente interesante si
se tiene en cuenta que las rocas basálticas cubren grandes superficies de la
Patagonia, Holmberg (1975).
Además, en Rusia y en Japón, los basaltos ricos en vidrio, ya fueron
ensayados para su fundición y utilización como vidrio trafilado en hilos y
como aislante en forma de lana de vidrio.
Otras de las propiedades que debemos tener muy en cuenta en los basaltos,
es su resistencia al desgaste, de acuerdo con los ensayos físicos-mecánicos
de los agregados gruesos con miras a su empleo como áridos, Monteverde
(1975).
Por lo que puede extraerse del trabajo de Monteverde y otros, acompañado
por la experiencia acumulada por el autor en trabajos de Geología Aplicada,
preferentemente relacionados con áridos, para fabricación de hormigones,
puede llegarse a la conclusión con carácter terminante que los resultados de
los ensayos físicos-mecánicos, no muestran en forma directa el verdadero
grado de alteración y por ende, la verdadera dureza de la muestra ensayada.
De tal suerte, resulta que en los ensayos de desgaste del basalto, el tamaño
del grano, el polvillo producido de los primeros redondeamientos y la
elasticidad de algunos de sus componentes, inciden en la interpretación del
verdadero estado de descomposición de la roca; ello se debe a que el ta-

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maño de las partículas mayores y el colchón de polvo, aquí formado, dis-
minuyen el desgaste que tendría que producirse. El resultado señala una
resistencia mayor del rodado, fragmento, etc., que el que su estado de "fres-
cura" realmente tiene.
De esta manera, quedó demostrado ingenieros geólogos y otros, que las
miles de pruebas realizadas especialmente sobre basaltos en agregados
gruesos, a través de más de un década, permite no tomar al pie de la letra
los resultados de los ensayos de Los Ángeles, por no indicar éstos, el
verdadero estado de conservación o de alteración mineralógica de la roca.

REVESTIMIENTOS Y ORNAMENTACIÓN
Este grupo abarca una amplia gama de rocas para revestimiento, que
comprende desde los mármoles, conocidos en este quehacer desde antiguo,
pasando por los granitos y sus variedades conexas hasta involucrar a los ba-
saltos, extendiéndose su aplicabilidad en algunas ocasiones alas anfibolitas
que además de ser un elemento de revestimiento, también se la emplea en la
fabricación de mesadas, baldosas y vanitory.

2.4. Revestimientos para exteriores


Preferentemente se trata de revestimientos de frentes de edificios de cierta
importancia, además de columnados; por lo habitual en estos casos que son
los más frecuentes, es aconsejable el uso de aquellas rocas de textura
preferentemente granosa fina con acentuada equidimensionalidad, y con poco
contenido de componentes micáceos.
Las rocas que tengan los caracteres aquí señalados, por su textura y
composición mineralógica permitirán un buen pulido, que se prolongara por
mas tiempo gracias a la escasa o nula alteración de sus componentes.
Entre las variedades de rocas graníticas que más aceptación tienen en
revestimientos, debemos destacar los granitos rojos, los rosados, negros y los
porfíricos y porfiroblásticos (granitos migmatíticos), además de los grises que
con su variada tonalidad y distinto tamaño de grano; constituyen la clase más
común, pero no son las más apreciadas.
Uno de los requisitos más importantes, con que deben contar estas rocas para
ser cortadas en planchas aptas para su uso en revestimientos, además de su
mejor estado de inalterabilidad, es que deben estar libres de rajaduras y
fisuras por más finas e imperceptibles que ellas sean.
Este tipo de anomalías incide negativamente en la obtención de un buen
pulido, y su durabilidad, además de permitir infiltraciones de agua,
ocasionando en poco tiempo, un amplio deterioro del revestimiento, incluso
puede llegar a provocar su desprendimiento progresivo.
La variedad del grano, en cuanto a su tamaño y distribución de tonalidades y
coloridos, constituye uno de los atractivos más interesantes en la elección de
los diversos revestimientos.
Los basaltos negros y afaníticos, cuando no tienen fenocristales de tamaño
considerable, ni tampoco ningún tipo de vesículas y de amígdalas, suele
tomar un pulido sumamente interesante; con propiedades tan especiales que
lo convierten en una roca codiciada para revestimientos, por la ranura de su
grano y el alto brillo que de él se obtiene. Además de ser usado como
revestimientos, este tipo de basaltos puede ser manufacturado en la
fabricación de azulejos especiales, baldosones, mesadas y vanitory.
Especial atención debe tenerse en la selección de mármoles para reves-
timientos exteriores, especialmente en localidades que suelen estar expues-
tas a vientos fuertes y frecuentes. Los vientos que por lo general son porta-
dores de partículas de durezas superiores a la de los mármoles, ocasionan
una erosión pausada pero constante a través del tiempo. En esos casos, estos
revestimientos deben ser reemplazados por otros más convenientes, ya sean
naturales o artificiales.

19
Por otra parte, no todo lo considerado como mármoles con fines comerciales
lo son, de tal manera, algunas dolomitas de color crema y grano grueso y
sobre todo, las aragonitas de la variedad del travertino, son empleadas
erróneamente en algunos revestimientos exteriores.
Las reacciones con el anhídrico carbónico del ambiente, su baja dureza
(inferior a 3 las escalas de Mohs) sumado a su superficie no uniforme, las
oquedades típicas del travertino, los gases de los escapes de los automotores
y diversos factores atmosféricos, inciden en la aceleración de su percudido y
fina mícrogranulación secundaria.
En cambio, ese tipo de efectos corrosivos, aparecen notablemente dis-
minuidos cuando se trata de verdaderos mármoles, es decir de aquellas
calizas que muestran, recristalización, y su textura refleja tos efectos del
metamorfismo soportado mediante sus caracteres granoblásticos. En estos
ejemplos, es posible apreciar una mayor compactación, puesta de manifiesto
en un perfecto ensamblado de sus componentes carentes de espacios vacíos.
El tamaño del grano, particularmente cuando es fino incide favorablemente en
un mejor pulido, como es el caso del mármol de Carrara.
Por lo tanto, queda perfectamente aclarado que los mármoles de reves-
timientos de frentes, de columnas, etc., para que conserven su pulido inalte-
rado, deben tener un grano sano, de tamaño preferentemente fino y hallarse
perfectamente límpido de impurezas.
Deben estar totalmente recristalizados y sobre todo, carecer de espacios
vacíos.
Todas estas exigencias deben ser tenidas en cuenta para evitar los deterioros
señalados.

2.5. Revestimientos para interiores


Aquí quedan suprimidos muchos de los inconvenientes que convertían en
inaptos a ciertos “mármoles" y migmatitas para los revestimientos exteriores.
Por lo tanto, aquellas variedades de calizas mal conceptuadas como
“mármoles", por su colorido y tamaño de grano, se emplean en revestimien-
tos exteriores, en cambio son interesantes para estos revestimientos, por
cuanto aquí no hay factores exógenos que afecten su inalterabilidad.
Los mármoles compactos de grano fino, desde antiguo, se los usa en la
construcción de escaleras y monumentos.
Las distintas variedades de rocas graníticas, cuando están en revestimientos
interiores, resaltan más sus caracteres texturales y mineralógicos,
adquiriendo según los ángulos de observación, semblanzas pictóricas diver-
sas.
Aquí incorporamos los granitos de grano muy grueso a porfírico, no
recomendables en los revestimientos exteriores.
Hace algún tiempo, se han agregado a los revestimientos, planchas de
migmatitas y en particular aquellas con texturas netamente porfiroblásticas.
En estos casos particulares, podemos apreciar un mayor contraste entre los
distintos tamaños de granos que convierten al revestimiento formado por esta
roca, en sumamente decorativo y policromático.

2.6. Ornamentación
Pueden agruparse aquí todas las variedades de mármoles, a excepción de la
de travertinos, por no tener homogeneidad en su textura.
Las rocas más aptas para esta finalidad, son aquellas que tienen un grano fino
y uniforme, inalteradas y carentes de fisuras y oquedades; algo semejante
podemos puntualizar para todas las rocas plutónicas que fueron agrupadas
genéricamente bajo la denominación de “granitos”.
Desde no hace mucho tiempo, dentro del campo de la ornamentación la
bisutería se han incorporado nuevos tipos de roca que por su composición,
caso de los mármoles, yeso, etc., deben ser consideradas como “rocas

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mononominerales", nos referirnos particularmente a los mármoles “Onix,
aragonita y rodocrosita, los que están siendo manufacturados en un gran
número de piezas como ornamentaciones y bisutería; un ejemplo de esta
última artesanía, lo constituyen los juegos de ajedrez de "Onix", cuyos
principales importadores son EE.UU., Alemania Occidental y Japón.

CONSIDERACIONES GENERALES
Se ha corroborado que mediante estudios petrográficos, se llegó en forma
exhaustiva a conocer el verdadero estado físico (mineralógico-textural) de una
roca determinada, ello permite en todos los casos clasificar y evaluar los
cambios composicionales y estados físicos-químicos, modificados por el
distinto grado de alteración que puedan tener los componentes: las mo-
dificaciones texturales como consecuencia de fisuras, grietas, etc., producidas
por factores geológicos externos.
Luego de más de una década de investigaciones sobre el tema, se llega a la
conclusión que mediante el control petrológico, no sólo puede verificarse el
estado de alteración de una roca, sino también las diversas modificaciones
que pudieran afectar su estabilidad.
Este control permite seleccionar o también individualizar en la forma más
correcta posible, aquellas rocas que serán sometidas a ensayos físicos.
De esta manera han quedado fehacientemente demostrado, los incon-
venientes señalados para los ensayos físicos-mecánicos, por un lado, además
de poder extender estas experiencias a rocas de composición y texturas si-
milares.
Una vez más quedó demostrada la eficiencia de los métodos petrológicos de
investigación, volcados a problemas de la geología aplicada a la ingeniería.
Recién en la década del setenta, se han afianzado las investigaciones
petrológicas gracias a los problemas por ellas resueltos en las grandes obras
en las que surgieron problemas litológicos, los que sólo fueron posible superar
gracias a dichas investigaciones.
Al realizar esta síntesis de las principales de rocas de aplicación, no debemos
dejar de mencionar a las perlitas y pumicitas.
Ambas rocas volcánicas son tratadas térmicamente a 1,200ºC y mediante
brusco enfriamiento por cicloneado, se consigue aumentar el poder expansivo
de estos minerales, al producirse la rotura de su textura catafilar, teniendo
lugar de esta manera la formación de perlitas expandidas artificialmente.
Este material así procesado es sumamente liviano, de gran uso como aislante
múltiple en la construcción, debido a su muy bajo peso específico, sobre todo
con relación a su importante volumen adquirido artificialmente.
También muchas tobas; por su reducido peso específico y homogeneidad de
su masa, son empleadas en su estado natural como bloques de variado
tamaño (de acuerdo con las circunstancias), en la construcción de viviendas
rurales y galpones.
En resumen, serían muy escasas aquellas rocas (incluyendo las sedimentitas
no consideradas aquí) que por ingenio del hombre o las necesidades propias
del medio ambiente, no tengan una utilidad en el desarrollo de las diversas
industrias que impulsan el progreso de los pueblos.

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