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Escuela Secundaria N° 16

“Independencia”

Pueblo Nuevo General Alvear

Prof. Laura Sokolowsky

GEOGRAFÍA 3er. año

2018

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Unidad 1:
La Argentina: su territorio y su lugar en el mundo
El territorio argentino es el resultado de un largo proceso histórico, en el cual se
definieron sus límites y su organización política en tres niveles de Estado: nacional,
provincial y municipal. Los conceptos de Estado, nación, y soberanía permiten
comprender cómo se ubica nuestro país en un sistema internacional en vías de
redefinición.
Ubicar a la Argentina
De acuerdo con su ubicación geográfica, la Argentina se encuentra en el hemisferio sur
–por estar al sur del ecuador- y en el hemisferio occidental –por ubicarse al oeste del
meridiano de Greenwich-, dentro del continente americano. El territorio de la Argentina
es uno de los más extensos del planeta, su superficie es de aproximadamente
2.800.000km2.
La Argentina forma parte de América latina, ya que comparte un pasado común con
los países que fueron colonia de España y Portugal. La principal característica común de
los países de América latina es la lengua (con excepción de Brasil, la lengua más
hablada es el español). El 97% de los habitantes de la Argentina habla español. Pero
también hay grupos que hablan lenguas autóctonas.
El actual territorio argentino es producto de acuerdos, negociaciones y conflictos entre
provincias y con los países vecinos. Algunos especialistas ubican sus orígenes en la
época colonial o en tiempos de la Independencia, otros, a mediados del siglo XIX,
cuando el Estado comenzó a adquirir características modernas. Sin embargo, el
territorio de nuestro país puede aún cambiar. El territorio es un elemento fundamental
en la formación del sistema mundial de Estados-naciones, que tomó forma en el siglo
XIX. En la actualidad, sin embargo, los científicos sociales señalan una “crisis” de este
tipo de Estados.

Los conceptos de Estado, nación y territorio


Estado, nación y territorio son palabras que utilizamos indistintamente en nuestro
lenguaje cotidiano para referirnos a nuestro país. Para la geografía política, sin embargo,
son conceptos diferentes, que es necesario entender, diferenciar y relacionar para
comprender la organización política del territorio argentino.

¿Qué es el Estado?
El Estado es el conjunto de instituciones que regulan la vida de una sociedad sobre un
territorio delimitado. Pero esas formas de regulación han sido muy diversas según los
tiempos y los lugares del planeta. El concepto de Estado incluye, por ejemplo, formas
tan distintas entre sí como la polis griega de hace más de mil años y el Estado feudal
europeo de hace cientos de años.

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El Estado tal como lo conocemos en la actualidad –el Estado moderno- surgió en
Europa a partir del siglo XIII, y quedó establecido en el siglo XVI, en Francia e
Inglaterra.
La ciencia política distingue algunos rasgos que caracterizan al Estado moderno:
 La centralización del poder, en detrimento de los poderes locales;
 La diferenciación entre la figura del gobernante (una persona) y la del poder
público (cargo que implica poder);
 La presencia de un aparato administrativo-burocrático para llevar a cabo las
tareas del Estado;
 La secularización de la política, es decir, la idea de que la base del poder no
está en la religión (como se sostenía, por ejemplo, en la Edad Media);
 La existencia de una porción de la superficie terrestre con límites definidos, es
decir, un territorio, sobre el que ejerce su autoridad y control y donde no existe
otro poder superior; si es necesario, el Estado tiene la facultad de utilizar la
fuerza para mantener su autoridad;
 El reconocimiento dentro de un sistema interestatal, es decir, el
reconocimiento por parte de los demás Estados.
La formación del Estado fue un proceso que llevó muchos años.

La soberanía estatal
En los Estados territoriales modernos el concepto de soberanía tiene una dimensión
interna: dentro de su territorio el Estado es la máxima autoridad. Y también tiene una
dimensión externa: cada Estado forma parte de un sistema de Estados en el cual cada
uno de los integrantes reconoce la soberanía de los demás.

El concepto de nación
Cuando consideramos a nuestro país como “la Nación Argentina” nos referimos a la
existencia de una identidad colectiva, más allá de nuestras individualidades, que
implica un sentido de pertenencia nacional. Esa identidad que liga a todos los
argentinos como pertenecientes a una nación está basada en una historia común y en
ciertas características culturales compartidas. El concepto de nación supone una
continuidad a través del tiempo en el marco de un territorio más o menos estable.
Algunas de las características comunes en las que se basa la nacionalidad son la lengua,
el origen étnico, y las costumbres. Por otra parte, la identidad nacional se afirma con la
creación de símbolos y la conmemoración de fechas o hechos históricos considerados
claves para la existencia de la nación.
La nación, el Estado y el territorio argentinos coinciden en el espacio. En la actualidad
no podemos imaginar esos conceptos por separado. Esa coincidencia se debe a la forma
de organización del sistema de Estados modernos: un sistema de estados-nacionales-
territoriales. Es decir, a cada Estado le corresponde una sola nación y ambos están
definidos territorialmente.

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Un poco de historia: los conceptos de nación y Estado
El concepto de nación ligado al de Estado tiene su origen a fines del siglo XVIII y
adquiere mucha importancia durante el siglo XIX. Mientras tuvieron vigencia los
Estados absolutistas, la figura del rey era considerada fuente de soberanía y el territorio
estatal era legítimo porque era propiedad del rey.
Con la disolución de los Estados absolutistas a partir de la Revolución Francesa, la
fuente de la soberanía para el nuevo Estado ya no era el rey sino “el pueblo”. Pero ese
pueblo, depositario de la soberanía, era heterogéneo y con predominio de identidades
locales o regionales. El nuevo aparato estatal comenzó a tomar medidas para crear una
identidad que incluyera a todos los miembros del pueblo. A través de la educación y de
otros aparatos estatales comenzó a reconstruirse la historia de la nación y a buscar en
ella las bases para fundar la nacionalidad, a crear símbolos y a exaltar la figura de
algunos “héroes” a quienes se consideraba modelos. Así se conforma y desarrolla la
idea moderna de nación.

El concepto de territorio
En los Estados modernos, el territorio es el área de la superficie terrestre donde el
Estado ejerce su dominio. Entre Estado y territorio hay una relación necesaria: los
Estados modernos son territoriales.
El concepto de territorio está vinculado con el concepto de soberanía, porque cada
Estado es soberano dentro de su territorio, es decir, dentro de su territorio no hay otro
poder más importante que el del Estado. Para establecer hasta dónde se extiende la
soberanía de un Estado fue necesario fijar los límites del territorio. Aunque los límites
pueden apoyarse en elementos naturales, como un río o una cadena montañosa, siempre
son líneas imaginarias, producto de luchas o negociaciones desarrolladas a lo largo de la
historia. Es importante distinguir los conceptos de límite y de frontera. La frontera es la
zona cercana a un límite, a ambos lados del mismo. Es la zona de contacto entre dos
Estados.

La formación del territorio argentino


El territorio del Estado argentino es la porción de la superficie terrestre en la cual el
Estado argentino ejerce su soberanía.
La conformación del territorio argentino es el resultado de un proceso histórico. Ese
proceso se inició a principios del siglo XIX, con la emancipación de las Provincias
Unidas del Río de la Plata del dominio español. La formación del Estado argentino
demandó muchos años, durante los cuales también se definió el territorio.

La organización del espacio colonial


Antes de 1816, el área que ocupa el actual territorio argentino era colonia del imperio
español y formaba parte del Virreinato del Río de la Plata. Los Borbones, reyes de
España, habían creado el Virreinato del Río de la Pata en 1776, entre otros objetivos,
para aumentar la recaudación de impuestos, lograr una administración más eficiente de
la colonia, impedir la expansión de los portugueses y la amenaza británica.

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El virreinato estaba organizado en un sistema de ocho intendencias y cuatro gobiernos
político-militares subordinados y su capital era Buenos Aires.
1) Superintendencia general de ejército y provincia de Buenos Aires.
2) Intendencia de Asunción del Paraguay.
3) Intendencia de Córdoba del Tucumán, Córdoba, La Rioja, y el corregimiento de
Cuyo.
4) Intendencia de Salta del Tucumán, con las ciudades de Salta, Jujuy, Santiago del
Estero, Catamarca y San Miguel.
5) Intendencia de Charcas o Chuquisaca.
6) Intendencia de Potosí.
7) Intendencia de Cochabamba.
8) Intendencia de La Paz.
Las cuatro gobernaciones subordinadas eran Montevideo, Misiones, Moxos y Chiquitos.
Las tres intendencias erigidas en el actual territorio argentino comprendieron nuestras
primeras catorce provincias. Así, la intendencia de Buenos Aires extendía su
jurisdicción sobre Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y la Banda
Oriental; la intendencia de Córdoba del Tucumán se extendía sobre los territorios
actuales de Córdoba, Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja; finalmente, la
intendencia de Salta se extendía sobre Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y
Catamarca.
Algunos autores incluyen el área de la Patagonia dentro de lo que era la provincia de
Buenos Aires y otros, integrando jurisdicción chilena, pero en realidad el área estaba
bajo dominio de los pueblos originarios.

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Luego de la Independencia
En 1810 comenzó el período independentista, y en 1816 el Congreso de Tucumán
declaró la independencia de las Provincias Unidas del Sud. Las repúblicas de Uruguay,
Paraguay y Bolivia se separaron del antiguo territorio del Virreinato del Río de la Plata.
Durante la primera mitad del siglo XIX, la existencia de un Estado nacional se
fundaba en un solo atributo: el reconocimiento externo de su soberanía política. Es
decir, la Declaración de la Independencia por sí sola no significó la creación de un
Estado nacional con todos sus atributos. El territorio extenso, las vías de comunicación
deficientes, las economías regionales precarias, las luchas civiles y los poderes políticos
locales conspiraban contra la formación de un Estado nacional. En resumen, hasta 1853
la Argentina era una Confederación de Estados provinciales, es decir, las provincias
eran casi soberanas, eran autónomas (tenían moneda y ejército propios) pero reconocían
la existencia de una unidad política mayor.
En 1853 se sancionó la Constitución de la Nación Argentina, una constitución de
orientación liberal, basada en la constitución de los Estados Unidos. Según el
liberalismo político, la autoridad del Estado no es absoluta, sino que está limitada por la
autonomía de los ciudadanos.
Entre 1853 y 1860, en el territorio actual de la Argentina existían dos entidades políticas
separadas: la Confederación –formada por todas las provincias menos Buenos Aires- y
la provincia de Buenos Aires. Sólo en 1860, la provincia de Buenos Aires se une a las
provincias de la Confederación y acata la Constitución nacional.
Entre 1860 y 1880, con Buenos Aires ya integrada, comenzó una etapa en la cual el
Estado tuvo el objetivo de lograr la integridad territorial. Para ello, creó un ejército
nacional y lo utilizó como instrumento para aplacar los intentos de rebelión locales. Esa
etapa culmina en 1880 con la federalización de la ciudad de Buenos Aires, es decir, la
separación de la ciudad de Buenos Aires de la provincia del mismo nombre y su
designación como Capital Federal de la República Argentina. A partir de esa fecha
ningún ejército pudo disputar el poder coercitivo al Estado federal.
En 1884, el territorio argentino estaba formado por catorce provincias, diez territorios
nacionales y la Capital Federal. Los territorios nacionales, a diferencia de las
provincias, respondían a una organización unitaria, es decir, no tenían gobierno propio y
dependían del gobierno federal. Los territorios nacionales comprendían las actuales
provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén, La Pampa,
Chaco, Formosa y Misiones. El territorio nacional de los Andes estaba formado por
partes de las actuales provincias de Salta y Jujuy. Esa conformación político-
administrativa continuó hasta la década de 1950, cuando se inició la provincialización
de los territorios nacionales. En 1990 se produjo la última provincialización: el
Territorio Nacional de Tierra del Fuego se convirtió en la provincia de Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur.

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Los límites del territorio argentino
Los límites del territorio argentino definen el área de la superficie sobre la cual el
Estado argentino ejerce su soberanía. En otras palabras, los límites territoriales señalan
las divisiones entre los países. Esas divisiones, llamadas límites, se extienden también
en forma “vertical”, es decir, definen un espacio aéreo y un subsuelo sobre los cuales
también el Estado ejerce su soberanía.
Al oeste, el límite entre Chile y la Argentina está trazado, en su mayor extensión,
sobre la cordillera de los Andes: desde el extremo norte hasta la provincia de Santa
Cruz. En la provincia de Tierra del Fuego, el tipo de límite cambia: es una línea
imaginaria que se corresponde con el meridiano de 68º 36’ longitud oeste, hasta el canal
de Beagle, que constituye el límite sur. El límite trazado sobre la cordillera de los Andes
une las altas cumbres divisorias de aguas. La divisoria de aguas es la línea a partir de la
cual el agua cae para uno u otro lado de las montañas, es decir, los ríos que nacen al este
de esa línea desembocan en el Atlántico y los que nacen al oeste de esa línea lo hacen en
el Pacífico. Sin embargo, ese criterio no rige en toda la Cordillera. Por ejemplo, hay un
tramo en los Andes patagónicos donde la divisoria de aguas queda dentro del territorio
argentino y las altas cumbres, en territorio chileno.
El límite con Bolivia está formado en su mayor parte por líneas convencionales, es
decir, son el resultado de tratados o acuerdos. El resto del límite se ha trazado sobre
algunos ríos, principalmente el Bermejo y el Grande de Tarija.
El límite con Paraguay está constituido por los ríos Pilcomayo, Paraguay y Paraná; la
línea que divide a ambos países pasa por el medio del cauce del río. La línea media del
cauce es la que se encuentra a igual distancia respecto de ambas márgenes del río. A
éste se le suma otro criterio que sirve para asignar las islas sobre el río Paraná. Por un
acuerdo de 1876, las islas Cerrito y Apipé fueron asignadas al territorio argentino y la
isla Yaciretá, a Paraguay. Con excepción de las islas mencionadas, las islas restantes se
distribuyen según la pertenencia de la costa más cercana a la isla a uno u otro país. De
acuerdo con ambos criterios, hay islas argentinas fuera del límite internacional.
Hacia el este la Argentina limita con Brasil y Uruguay. En el primer caso, los ríos
Iguazú y Uruguay sirven de límites. El límite con Uruguay también es de tipo fluvial:
pasa por el río Uruguay y el río de la Plata. En el caso del río Uruguay, el criterio
adoptado en general es que el límite pasa por el eje del canal navegable del río (la zona
más profunda del río). El caso del río de la Plata es más complicado. En primer lugar,
las aguas del río se dividen por su parte media, de manera similar al caso de los otros
ríos mencionados (con excepción del río Uruguay en el límite con Uruguay). En
segundo lugar, se estableció el límite exterior del río de la Plata. Es decir, se definió una
línea imaginaria que va de la costa uruguaya (Punta del Este) a la costa argentina (Punta
Rasa), y esa línea separa a su vez el río del mar. Por otra parte mediante diversos
tratados se ratificó que la isla Martín García, si bien está del lado uruguayo del río, es
argentina.

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El mar territorial
¿Cuáles son los límites de la Argentina sobre el océano Atlántico? ¿Toda la franja
costera desde Punta Rasa hasta Tierra del Fuego? Según la ley de espacios marítimos
del año 1991, el mar territorial argentino se extiende hasta 12 millas marinas desde
las líneas de base (1 milla marina son 1,852 km). Las líneas de base son líneas rectas
artificiales (ya que la costa es irregular) que se establecen a lo largo de toda la costa
para poder medir a partir de allí los espacios marítimos. En el caso de los golfos, las
líneas de base van de cabo a cabo y las aguas del golfo se consideran aguas interiores.
Dentro del mar territorial, el Estado argentino ejerce su plena soberanía, así como
también en el espacio aéreo, el lecho y el subsuelo de ese mar.
Además del mar territorial, hay otras zonas del océano sobre las cuales el Estado
argentino tiene jurisdicción.
 La zona contigua se extiende desde las líneas de base hasta 24 millas marinas;
allí el Estado argentino tiene facultad para prevenir y sancionar las infracciones
a la ley nacional de espacios marítimos.
 La zona económica exclusiva se extiende desde las líneas de base hasta 200
millas; en esa zona, la Argentina tiene soberanía sobre los recursos naturales.
 La plataforma continental está comprendida por las áreas submarinas que se
extienden hasta el borde exterior del margen continental (continuación del
continente por debajo del mar) o hasta unas 200 millas marinas medidas desde
las líneas de base, en los casos en que el margen continental no alcance esa
distancia. En esa zona el Estado nacional ejerce su soberanía para explorar y
explotar los recursos naturales.

El sector Antártico
La Argentina reclama su soberanía sobre un sector del continente antártico. Ese sector
está comprendido entre los meridianos 25º y 74º de longitud oeste, al sur del paralelo
60º de latitud sur. Los Estados de Chile y Gran Bretaña también reclaman su soberanía
sobre parte de ese sector.
En el año 1961 entró en vigencia el Tratado Antártico que creó un régimen jurídico
para la Antártida. El tratado estableció la suspensión de los reclamos de soberanía; esto
significa que, durante la vigencia del tratado, no pueden formalizarse nuevos reclamos,
y nada de lo que se haga durante ese tiempo podrá ser utilizado en el futuro como
argumento para reclamar soberanía.
La ausencia de soberanía de cualquier país en la Antártida implica, entre otras
cuestiones, que cualquier país puede establecer bases en la Antártida en cualquier sector
y que las actividades que allí se desarrollan deben ser aprobadas por todos los países
firmantes del tratado. El objetivo principal del Tratado Antártico y de los convenios
posteriores es convertir a la Antártida en un área pacífica destinada a fines científicos y
de preservación del medio ambiente.

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Las islas Malvinas
Las islas Malvinas son un conjunto de islas e islotes ubicadas al sur del océano
Atlántico, a la altura de la ciudad argentina de Río Gallegos. Las islas más grandes del
archipiélago son Gran Malvina y Soledad. Las Malvinas fueron exploradas desde el
siglo XVII. Primero, por marinos franceses y holandeses. A mediados del siglo XVIII,
un grupo de ingleses se instaló en las islas. España, que las consideraba parte de su
imperio, expulsó a los ingleses en 1774 y hasta 1811 las islas estuvieron bajo dominio
español.
En 1820, el gobierno de las Provincias Unidas estableció su dominio sobre el
archipiélago hasta 1833, cuando los ingleses retomaron el control que perdura hasta la
actualidad.
La Argentina realizó diversos reclamos por la soberanía en las islas. La vía diplomática
se interrumpió con la invasión armada a las islas decidida por el gobierno militar
argentino en abril de 1892, que desembocó en la Guerra de Malvinas. Las relaciones
con Gran Bretaña fueron reanudadas en la década de 1990 y el reclamo por la soberanía
argentina en las islas continúa.

Organización política del territorio argentino


El Estado argentino está organizado en tres niveles: el nivel nacional o federal, el
provincial y el municipal. Cada uno de ellos tiene atribuciones propias y ejerce su
jurisdicción sobre una parte del territorio. El Estado nacional ejerce su jurisdicción
sobre una parte del territorio de la República Argentina; los Estados provinciales, en el
territorio de sus respectivas provincias y el nivel municipal, sobre el territorio de cada
uno de los municipios. Cada uno de esos niveles elige sus autoridades y administra sus
recursos.

El Estado argentino: un régimen federal de gobierno


Los tres niveles están integrados en un régimen federal. La forma federal de gobierno
descentraliza el poder en relación con el territorio. Esto quiere decir que en la República
Argentina, las funciones de gobierno están distribuidas en órganos regionales que
ejercen su poder sobre porciones del territorio: las provincias.
La forma federal del gobierno argentino, establecida en la Constitución de la Nación
Argentina tiene las siguientes características fundamentales:
 La existencia de un gobierno central (o federal) que ejerce su poder sobre la
totalidad del territorio del país; sus competencias están relacionadas con los
temas de interés nacional.
 La existencia de gobiernos provinciales, que ejercen su autoridad sobre el
territorio provincial y cuyas atribuciones están relacionadas con el interés
provincial.
 La autonomía de las provincias, es decir, cada provincia dicta su propia
constitución y organiza sus propias instituciones de gobierno (de acuerdo con los
principios establecidos en la Constitución nacional).

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 La delegación por parte de las provincias de ciertas facultades vinculadas con el
interés de la comunidad nacional en su conjunto. Las provincias existían
históricamente antes que el Estado nacional. Por ese motivo, ellas debieron
delegar parte de su soberanía y depositarla en el gobierno federal. La
Constitución establece que todas las facultades que las provincias no delegaron
expresamente en el gobierno nacional son competencia de las provincias.
En esa unión de poderes territoriales, las provincias pierden su derecho a la secesión, es
decir, a separarse de la federación y volver a ser soberanas.

El gobierno nacional o federal


El gobierno nacional o federal ejerce su autoridad en todo el territorio argentino. Las
atribuciones del gobierno federal, delegadas por las provincias, están relacionadas con
las necesidades del conjunto del país, por ejemplo, las necesidades de defensa, y la
atención de los intereses comunes, como el desarrollo nacional.
La Constitución nacional es la norma suprema del país. Establece la organización
política en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La división de poderes es la
característica más distintiva del sistema republicano. Su objetivo es evitar los abusos de
poder. Para ello, se crean órganos que cumplen las funciones del poder (ejecutiva,
legislativa y judicial) y se establece un sistema por el cual cada poder del Estado está
sujeto al control de los otros dos. La sede de los tres poderes del gobierno nacional es la
Capital Federal del país (la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

El Poder Ejecutivo Nacional


Las funciones del Poder Ejecutivo son: la dirección de la administración del Estado, el
resguardo de la seguridad interna y exterior, el manejo de las relaciones exteriores y la
conducción política de la Nación. El Poder Ejecutivo es ejercido por un ciudadano con
el título de Presidente de la Nación Argentina, “el jefe supremo de la Nación”. El
presidente es elegido en forma directa por todos los ciudadanos del territorio nacional,
que se constituye en un único distrito electoral. El período de su mandato dura cuatro
años, al final del cual puede ser reelecto por un período más.
El Presidente designa un gabinete de ministros para que lo acompañe en las tareas de
administración general del país. También designa un Jefe de Gabinete de Ministros, que
se ocupa de la coordinación de las actividades de los ministerios, la comunicación con
el Poder Legislativo y la relación con las provincias y los municipios.

El Poder Legislativo Nacional


El Poder Legislativo tiene la función de legislar, es decir, de elaborar las leyes
nacionales, procurando el bien común en representación de los intereses de toda la
comunidad. Está compuesto por dos cámaras: la de Senadores y la de Diputados.
La Cámara de Senadores representa a las provincias y está compuesta por tres senadores
por provincia y tres por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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La Cámara de Diputados representa al pueblo de la Nación argentina. El número de
representantes por cada distrito (las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
es proporcional a la cantidad de habitantes.
Los miembros del Poder Legislativo –Senadores y Diputados- son elegidos en forma
directa por el pueblo.

El Poder Judicial de la Nación


El Poder Judicial es el encargado de administrar justicia en el país. Está compuesto por
la Corte Suprema de Justicia y los tribunales inferiores que el Congreso establece dentro
del territorio nacional. La Corte Suprema es el máximo tribunal de la Nación y sus
integrantes son propuestos por el Presidente de la Nación y evaluados y aprobados por
el Poder Legislativo.
La denominación de “tribunales inferiores” no implica una subordinación jerárquica a la
Corte Suprema. Cada instancia del Poder Judicial es independiente y ningún juez está
obligado a seguir el criterio de los precedentes ni a compartir el criterio de otro tribunal,
ni siquiera el de la Corte Suprema.

Los gobiernos provinciales


La República Argentina está organizada en veintitrés provincias y la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (Capital Federal). Cada una de esas jurisdicciones tiene igual
importancia jurídica y política en el marco del sistema federal.
Cada provincia dicta su propia Constitución, en la cual se establece la organización
política de la provincia, respetando la forma republicana de gobierno establecida en la
Constitución nacional.
En cada provincia rige el principio de división de poderes. Hay, por lo tanto, un Poder
Ejecutivo provincial, a cargo de un gobernador, un Poder Legislativo provincial
(compuesto por una o dos cámaras de representantes) y un Poder Judicial provincial
(integrado por la Corte Suprema de Justicia provincial y los tribunales inferiores
provinciales). Las autoridades del gobierno provincial tienen su sede en la capital de la
provincia.
El territorio de cada provincia está dividido en jurisdicciones menores: los
departamentos (en el caso de la provincia de Buenos Aires se denominan partidos).
En la mayoría de las provincias esa división territorial es sólo administrativa y no se
corresponde con un nivel de gobierno local o municipal. Sólo en algunas provincias,
como Mendoza y Buenos Aires, los departamentos o partidos se corresponden con
municipios, es decir, son unidades de gobierno local.

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Desde el año 1880, la ciudad de Buenos Aires es la Capital Federal de la República
Argentina, sede del gobierno federal o nacional. Hasta 1994, la ciudad de Buenos Aires
no tenía autonomía política. Sus autoridades, un intendente y un concejo deliberante, no
eran elegidas por el pueblo de la ciudad, sino designadas por los poderes nacionales. Ese
año se llevó a cabo una reforma de la Constitución que, entre otras disposiciones,

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convirtió a la ciudad de Buenos Aires en una ciudad autónoma. En 1996 se realizaron
las primeras elecciones y se sancionó la primera Constitución de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. A partir de ese momento, la ciudad sigue siendo sede del gobierno
federal, pero además posee un gobierno autónomo. El Poder Ejecutivo de la ciudad está
compuesto por un Jefe de Gobierno. Posee un poder deliberativo, cuyos representantes
también son elegidos por el pueblo de la ciudad: la Legislatura.

El nivel municipal
La máxima descentralización está representada por el tercer nivel de gobierno: el
gobierno local, en la Argentina, los municipios o comunas. En la Argentina existen
más de 2000 gobiernos locales. Más de la mitad son municipios con gobierno electivo.
Otros gobiernos locales son organizaciones municipales con comisiones de gobierno no
electivas.
Los municipios son unidades políticas; sus habitantes eligen sus propias autoridades y
cada municipio posee recursos propios. El gobierno municipal está a cargo de un
intendente. Su órgano legislativo es un Concejo Deliberante, integrado por concejales
elegidos por el pueblo del municipio.
Según la Constitución nacional (artículo 5º), definir las características que adopta la
organización municipal es una atribución de cada provincia. El régimen municipal de
cada provincia está establecido en la Constitución provincial. Las provincias de nuestro
país emplean diversos criterios para definir los municipios y dividen de manera diversa
el territorio provincial en municipios.

Criterio de población: el municipio como entidad urbana


Algunas provincias consideran municipios a los centros poblados que superan
determinada cantidad de habitantes. Por ejemplo, Corrientes (500 habitantes), Formosa
y Santa Cruz (1000 habitantes); Córdoba, Río Negro y Tierra del Fuego (2000
habitantes); Jujuy y Misiones (3000 habitantes) y Santa Fe (10000 habitantes).
En la provincia de Córdoba, son municipios las poblaciones estables de más de 2000
habitantes y son comunas las poblaciones de menos de 2000 habitantes. La Ley
provincial establece que el régimen municipal está “basado en su autonomía política,
administrativa, económica, financiera e institucional”. Definido así, el municipio es una
entidad urbana. Los municipios cordobeses no son necesariamente contiguos, ni
cubren la totalidad del territorio provincial. Si se observa un mapa de la provincia de
Córdoba, se advierte que la provincia está “salpicada” de municipios. La Ley sólo
establece que “no deben exceder los límites departamentales”.

Criterio de equivalencia departamento-municipio


En algunas provincias, los municipios equivalen a los departamentos (La Rioja,
Mendoza y San Juan) o a los partidos (Buenos Aires).
Según establece la Constitución de Mendoza, los municipios no se definen de acuerdo
con la cantidad de población. Cada departamento es un municipio. El municipio
entonces no es sólo urbano, sino que comprende todo el departamento, con sus zonas

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urbanas y sus zonas rurales. En ese caso, la división en municipios es exhaustiva, abarca
todo el territorio provincial.

La Argentina en el sistema mundial


Los países del mundo mantienen entre ellos múltiples relaciones (políticas, comerciales,
culturales, etc.) y conforman un sistema mundial. Ese sistema mundial es un sistema
capitalista, porque en la mayoría de los países del mundo la forma de organización
social y económica dominante es la forma capitalista. Las notas distintivas del sistema
capitalista son el predominio de la propiedad privada, la distribución de los
recursos a través del mercado y las ganancias o beneficios como objetivo de la
producción.
Pero el sistema mundial no es igualitario porque algunos países tienen más poder que
otros. Esas diferencias se deben al poderío económico, político o militar que cada país
posee para ejercer influencia sobre los demás. El poder de cada país no es inmutable,
varía según los momentos históricos, de acuerdo con la evolución de las relaciones entre
los países.
Los más poderosos se denominan países centrales y determinan la evolución
económica y política del sistema mundial. Esos países han alcanzado un importante
desarrollo económico, dominan los avances científicos y el desarrollo tecnológico; su
población tiene los más altos niveles de vida.
El resto de los países se denominan países periféricos y se adaptan a las relaciones
económicas, pautas culturales y tecnológicas definidas en los países centrales. El
desarrollo económico social de los países periféricos es notablemente inferior al de los
países centrales. La Argentina pertenece a la periferia del sistema mundial capitalista.
El nuevo orden mundial

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