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Teoría euclidiana de la proporción en la


construcción de los números reales:
¿un asunto útil para un profesor?

Edgar Alberto Guacaneme Suárez*

Artículo recibido: 30-08-2010 y aprobado: 04-05-2012

Euclidean Theory of Proportion in the


Construction of Real Numbers: A Useful Subject
for a Teacher?

Resumen: Desde la época dorada Abstract: From the Greek Golden


griega, la teoría euclidiana de la proporción, expresada Age, the Euclidean theory of proportion, stated in Book
en el Libro V de Elementos, se constituyó en esquema V of Elements, was established as an outline for the
para la formulación de relaciones entre magnitudes, formulation of relations between magnitudes, were
sin interesar si estas eran o no conmensurables y, en they or not measurable and, therefore, without resort
consecuencia, sin recurrir a los valores numéricos de to numerical values of its measurements to establish
sus medidas para establecer tanto las razones entre both the ratios of magnitudes as the proportion bet-
magnitudes, como la proporción entre razones. Cerca ween ratios. Nearly twenty centuries later, this way of
de veinte siglos después, esta manera de tratamiento independent treatment of arithmetic strategy seems
independiente de una estrategia aritmética parece ser to be accurate and, paradoxically, the incentive and
precisa y, paradójicamente, el acicate y guía para la guidance for the establishment of the set of real num-
constitución del conjunto de números reales. Los his- bers. Historians of mathematics have discussed the
toriadores de las Matemáticas han discutido la relación relationship between these theories and we conjecture
entre estas teorías y conjeturamos que el estudio de that the study of their positions can bring benefits to
sus posturas puede traer beneficios a la educación del the mathematics teacher education. These benefits
profesor de Matemáticas. Estos beneficios se refieren, relate with alternative visions of the mathematical
entre otros aspectos, a visiones alternas de la actividad study of a theory and the extension of the look on the
matemática de estudio de una teoría y a la ampliación mathematical objects involved in theories.
de la mirada sobre los objetos matemáticos implicados
en las teorías.
Keywords: Ratio, proportion, real
number, Euclid, Dedekind, Frege, teacher’s knowledge.
Palabras clave: Razón, propor-
ción, número real, Euclides, Dedekind, Frege, conoci-
miento del profesor.

* Profesor del Departamento de Matemáticas de la Universidad Pedagógica Nacional. Estudiante del Docto-
rado Interinstitucional en Educación – Énfasis en Educación Matemática (Sede Universidad del Valle).
guacaneme@pedagogica.edu.co
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Introducción porciones, se adapta a la versión


hipotético-deductiva y se usa en
En el intento de hacer una aproxi- la descripción de las cónicas;
mación a la historia de los conceptos
c. la época del surgimiento de lo
de razón y proporción, desde nuestra
que hoy se llama álgebra —y
posición de aprendices de la historia —y
particularmente de la geometría
no de historiadores—, hemos llevado a
analítica— en la que se hace uso
cabo una búsqueda bibliográfica que nos
de la teoría de las proporciones
ha conducido a identificar más de un
en la solución de problemas
centenar y medio de escritos de histo-
geométricos, a través de proce-
riadores de las matemáticas y filósofos
dimientos analíticos;
de las ciencias, que versan sobre dicho
asunto. Aun sin haber hecho un estudio d. la época del Renacimiento, en la
profundo de todos esos documentos, que la clásica teoría de propor-
nos atrevemos a afirmar que la gran ciones griega se transforma y
mayoría de ellos tratan momentos y he- reformula para ampliar su ám-
chos específicos del desarrollo de estos bito de aplicación a magnitudes
conceptos y exhiben análisis diversos no geométricas y su empleo en
sobre los mismos; esta especificidad las ciencias naturales y médicas;
contrasta con la ilusión —ingenua y has- e. la época de creación del Cálculo
ta romántica— que teníamos al iniciar la y del Análisis, en la que el len-
búsqueda bibliográfica de encontrar una guaje de las funciones sustituye
historia de la evolución de los conceptos el clásico lenguaje de las pro-
de razón y proporción. porciones empleado por varios
A través del estudio de algunos de los siglos, cayendo este último en
documentos identificados, hemos podi- un estado de aletargamiento;
do perfilar varios hitos que, de manera f. la época de desarrollo de los
secuencial, describen varias épocas de trabajos del matemático alemán
la historia de los conceptos de razón y Julius W.R. Dedekind y del mate-
proporción, a saber: mático y filósofo alemán Gottlob
a. La época de la escuela pitagóri- Frege, relativos a la construcción
ca, en la cual existía una teoría del conjunto de los números rea-
de las proporciones que, según les, en la que de manera un poco
la tradición hegemónica1, entra intempestiva, la teoría euclidia-
en crisis por el “descubrimiento” na parece renacer en cuanto a su
de la inconmensurabilidad; protagonismo, como acicate en
dichas construcciones.
b. la época dorada de los griegos
(fundamentalmente de Eudoxo, De estos hitos hemos estudiado, con
Euclides y Apolonio) en la que entusiasmo y relativa intensidad, varios
se “crea” una teoría de las pro- resultados de la investigación y reflexión
de la historia de la Matemática acerca
de la teoría euclidiana de la proporción
1 Esta tradición ha sido cuestionada por autores como presentada en el Libro V de Elementos
Knorr (2001).
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(Guacaneme, en prensa), y actualmente Esto significa que la defini-


investigamos sobre el potencial forma- ción de número real propuesta
tivo que algunos de tales resultados por Richard Dedekind es la
tendrían en la educación del profesor misma que la presentada por
de Matemáticas. Eudoxio. (Zubieta, 1991, p. 478)
Colateralmente —y mediado por un
Otras, por su parte, presentan esta
interesante planteamiento de Grattan-
analogía como una correspondencia,
Guinness (2004a, 2004b) acerca de la
interpretación o equivalencia:
posibilidad de estudiar las “consecuen-
cias históricas” de objetos matemáticos, …existe una correspondencia
desde al menos dos maneras de aprehen- exacta, casi una coincidencia,
der las matemáticas del pasado— hemos entre la definición euclidiana de
abordado el estudio de una problemática identidad de razones y la teoría
vinculada al último de los hitos reseña- moderna, debida a Dedekind, de
dos antes. Esta se expresa en diversos los números irracionales. (Heath,
documentos de la bibliografía consul- 1956, p. 124)
tada, a través de textos que aluden a
una cierta analogía entre la definición
Esta nota presenta la defini-
5 del Libro V de Elementos y la defini-
ción de número real atribuida
ción de los números reales expresada
a Dedekind como una interpre-
por Dedekind. Varias de las referencias
tación de la definición de pro-
presentan esta analogía como una cierta
porción de Eudoxio, tal como la
identidad de la razón de dos magnitudes
enuncia Euclides al principio de
con un número; veámoslas a través de la
su Libro V. (Zubieta, 1991, p. 477)
traducción que hemos hecho al español,
cuando ha sido necesario:
Como es bien sabido, las
La razón de una magnitud A definiciones euclidianas son un
a otra magnitud B de la misma equivalente de la técnica de De-
clase es un número real, racional dekind (a través de «cortes» en
o irracional, determinado de la los racionales) para investigar la
manera como se explican en lo propiedad de los números reales.
que sigue. Este se denota por el (Knorr, 1992, p. 3)
símbolo A:B. (Hill, 1912, p. 360)
Otras, sencillamente, exhiben un tipo
de relación de dependencia:
Estos seis resultados suminis-
tran una regla para determinar si Después de más de dos mile-
la razón A:B es mayor que, o igual nios, la teoría de las proporciones
a, o menor que, cualquier número de Eudoxio llegó a ser la base de
racional; consecuentemente, en la teoría de los números reales
concordancia con la definición de Dedekind (que data de los
de Dedekind, la razón A:B es años 1870). Aproximadamente,
considerada como un número. la teoría de las proporciones de
(Hill, 1928, p. 44)
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Eudoxio corresponde a la teoría de la proporción eudoxiana, que plantea


de los números reales (positivos) un tratamiento general para las mag-
bajo multiplicación (Shenitzer, nitudes geométricas y ha sido amplia-
1995, p. 286). mente estudiada por los historiadores
y filósofos; además, es esta teoría —y
A continuación recapitularemos
no precisamente a la de la proporción
algunos asuntos que hemos explorado
numérica tratada en los Libros VII, VIII
y estudiado sobre la relación entre la
y IX— la que se puede vincular con los
teoría euclidiana de la proporción y la
trabajos sobre los números reales de
construcción de los números reales.
Dedekind y Frege.
Inicialmente presentaremos algunos
aspectos relevantes del Libro V de Ele- Al explorar la configuración del Libro
mentos de Euclides, enfatizando en la V, en la versión de Puertas (1994, pp.
idea de que en la teoría allí expuesta no 9-54), se distinguen: un grupo de die-
es pertinente concebir las razones como ciocho definiciones, veinticinco propo-
números, ni la proporción como igual- siciones —ninguna de ellas construcción
dad entre razones, ni operaciones entre o problema— y dos porismas o corola-
razones. Luego, expondremos una mi- rios. A continuación nos referiremos
rada a la discusión en torno al uso que, primero a algunas de las definiciones
al parecer, Dedekind hizo de la teoría y posteriormente a una clasificación de
euclidiana de la proporción; igualmen- las proposiciones.
te, a modo de hipótesis, arriesgaremos
Interpretación de algunas
una interpretación de la manera como
definiciones del Libro V
Frege pudo atender a aspectos de tal
teoría. Finalmente, exhibiremos algunas En su orden, las dieciocho definicio-
conclusiones respecto de la intervención nes procuran caracterizar y nominar las
de la teoría euclidiana en la construcción ideas de: parte, múltiplo, razón, guardar
de los números reales y presentaremos razón, guardar la misma razón, magnitu-
algunas reflexiones respecto de una po- des proporcionales, razón mayor, menor
sible utilidad de incorporar un estudio proporción, razón duplicada, razón tri-
similar al presentado, en el marco de plicada, magnitudes correspondientes,
la educación de un profesor de Mate- razón por alternancia, razón por inver-
máticas. sión, composición de una razón, sepa-
ración de una razón, conversión de una
Algunos aspectos de la teoría razón, razón por igualdad y proporción
de la proporción en el Libro V de perturbada. El contenido de algunas de
Elementos las definiciones contempla otras ideas
Si bien varios de los trece libros que no definidas en Elementos, tales como:
componen Elementos, magistral obra magnitud, medir (o ser medido), tamaño,
de Euclides, abordan cuestiones sobre magnitudes homogéneas, equimúltiplo,
las razones de magnitudes geométricas comparación de magnitudes, antece-
o números y sobre las proporciones, dente, consecuente, extremos, medios,
hemos centrado nuestra atención en el adición de magnitudes y diferencia de
Libro V, debido a que en este se exhibe magnitudes.
la reelaboración euclidiana de la teoría
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Ahora bien, la historia de la teoría Respecto de la idea de homogeneidad


euclidiana de la proporción ha prestado entre las magnitudes, basta con señalar
especial atención a las definiciones de que ello refiere a que las dos magnitu-
razón, guardar la misma razón [pro- des involucradas en una razón no pue-
porción] y razón mayor [desproporción] den ser de diferente naturaleza (i.e., no
(definiciones 3, 5 y 7, respectivamente). se puede establecer una razón entre el
Veámoslas y discutámoslas brevemente tamaño de un segmento y el tamaño de
una a una. una superficie, así como tampoco entre
el tamaño de un ángulo y el tamaño de
Definición 3: una razón es de-
un volumen, entre otros).
terminada relación con respecto
a su tamaño entre dos magnitu- Bajo esta perspectiva la definición
des homogéneas. (Puertas, 1994, 3, más allá de definir la idea de razón
p. 9) y aún sin precisar la idea de relación,
condiciona parcialmente3 la posibilidad
Existe un cierto consenso en que la de su existencia y apuntala aspectos res-
definición 3 presenta un carácter gene- pecto de su naturaleza; particularmente
ral y vago, respecto de la intención de descarta la posibilidad de entenderla
definir la idea de razón. Desde nuestra como una relación entre números (pero
perspectiva, este carácter no constituye sí entre tamaños de magnitudes) e in-
una falencia en la teoría y, por el con- cluso como un número.
trario, devela que en el conjunto de la El papel aparentemente secundario
teoría euclidiana de la proporción, no es de la definición 3, contrasta con el
pertinente precisarla más. papel central en la teoría que le adju-
No obstante esta postura, adverti- dican los historiadores y filósofos a la
mos conveniente reseñar que las ideas definición 5:
de tamaño y magnitudes homogéneas,
implicadas en la definición 3, ameritan Definición 5: se dice que una
ser clarificadas, incluso a través de una primera magnitud guarda la
referencia a la intuición. Respecto del misma razón con una segunda
tamaño de una magnitud, se puede que una tercera con una cuarta,
señalar que es una característica intrín- cuando cualesquiera equimúlti-
seca del objeto geométrico, de orden plos de la primera y la tercera
cuantitativo, no numérico, y no de este excedan a la par, sean iguales a
en relación con otro; así, por ejemplo, el la par o resulten inferiores a la
tamaño de un segmento es la cantidad par, que cualesquiera equimúl-
de longitud del mismo, pero no la medi- tiplos de la segunda y la cuarta,
da2 de la cantidad de su longitud, o bien, respectivamentey tomados en el
el tamaño de una región es la cantidad orden correspondiente. (Puertas,
de superficie de esta, pero no su área. 1994, p. 11)

3 La definición 4 establece una condición adicional


2 Número asociado a este, en relación con otro seg- sobre las magnitudes para que pueda darse por
mento unidad. supuesta la existencia de la razón entre estas.
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Su interpretación en primera ins-


tancia se dificulta, desde nuestra pers-
pectiva y experiencia, por la falta de
apropiación del lenguaje retórico en que
está escrita —o la carencia de un lengua-
je simbólico o gráfico que la acompañe
y represente—, por la vaguedad de la
idea de equimúltiplo y por la generalidad
implicada en la condición que se tiene
que satisfacer para todos los equimúlti-
pos (o mejor, para todas las parejas de
equimúltiplos). Figura 2. Múltiplos dos de A y C y múltiplos
Para contrarrestar tal dificultad, tres de B y D
recurramos al lenguaje gráfico a través
de unos dibujos que representen las
magnitudes implicadas, así: sean A y B Comparando ahora los tamaños del
segmentos, y C y D cuadrados, de los múltiplo dos de A con el del múltiplo tres
tamaños indicados en la Figura 1: de B y a la vez el tamaño del múltiplo
dos de C con el múltiplo tres de D, se
establece que el múltiplo dos de A “es
menor” que el múltiplo tres de B y a la
vez el múltiplo dos de C “es menor” que
el múltiplo tres de D, existiendo enton-
ces la posibilidad de que A guarde con
B la misma razón que C guarda con D.
Si la comparación de los múltiplos de A
y B arroja siempre el mismo resultado
que la comparación de C y D (para los
Figura 1. Cuatro magnitudes geométricas homo-
respectivos equimúltiplos), entonces se
géneas dos a dos
confirmará que A guarda con B la misma
Atendiendo a la particularidad con- razón que C guarda con D.
natural de los dibujos, construyamos Para el ejemplo en cuestión se com-
los múltiplos dos de A y C así como los prueba que las cuatro magnitudes no
múltiplos tres de B y D, obteniendo los satisfacen la definición 5 o, en otras
dibujos que se muestran en la Figura 24. palabras, se verifica que A no guarda
con B la misma razón que C con D, pues
luego de construir los múltiplos dos de
4 El múltiplo dos no es otro que una magnitud del A y C y los múltiplos cuatro de B y D se
doble del tamaño que el de la inicial de referencia; de
manera análoga el múltiplo tres será una magnitud
verifica que, si bien el múltiplo dos de A
del triple de tamaño que el tamaño de la magnitud “es menor” que el múltiplo cuatro de B,
inicial de referencia. La construcción de los múltiplos el múltiplo dos de C “es mayor” que el
se puede hacer a través del uso de regla y compás;
múltiplo cuatro de D, como se observa
para el caso de los cuadrados, se puede utilizar la
proposición 47 del Libro I (o teorema de Pitágoras) en la Figura 3.
como “algoritmo de la suma de cuadrados”.
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Como se puede observar, la primera


se formula como disyunción de conjun-
ciones, en tanto que la segunda es expre-
sada como conjunción de condiciones (o
conjunción de implicaciones)5. Más allá
de la observación hecha por Puertas
(1994, p. 12) sobre la no equivalencia
lógica entre las dos fórmulas anterio-
res, resaltemos que en las expresiones
simbólicas solo se incorporan relaciones
entre múltiplos, pero no la razón entre
Figura 3. Múltiplos dos de A y C y múltiplos
dos de tales magnitudes.
cuatro de B y D Probablemente la interpretación de la
definición 5 que se ha logrado a través
de las representaciones gráfica y sim-
Notemos desde ya que en el ejemplo
bólica, expuestas antes, contrasta —y
no se requirió saber o precisar cuál era
eventualmente se complementa— con la
la relación (o razón) entre A y B, o cuál la
sugestiva interpretación que hace Fine
relación (o razón) entre C y D para esta-
(1917) y que hemos traducido al español:
blecer que no guardan la misma razón.
Otra estrategia para intentar clari- Ya que según la Definición 5
ficar la interpretación de la definición la condición para que A, B, X, Y
5, es recurrir a la traducción simbólica sean proporcionales es que: si los
del contenido de la definición a través múltiplos A, 2A, 3A, … y B, 2B, 3B,
de expresiones lógicas y algebraicas. En … son dispuestos en un arreglo
esta dirección, en los textos de los his- en una sola secuencia en el orden
toriadores se reportan varias versiones de tamaño, y de la misma manera
simbólicas (no euclidianas, por supues- se disponen los múltiplos X, 2X,
to); por ejemplo, Puertas (1994) reseña 3X, … y Y, 2Y, 3Y, …, la ley de
dos de tales versiones en las cuales a, b, distribución de los múltiplos de
c, d son unas magnitudes del dominio de A entre aquellos de B debe ser la
la teoría y m y n unos números naturales misma que la de los múltiplos
cualesquiera; en estas, respectivamente, de X entre aquellos de Y. De ahí
se establece que se da una proporción que «la identidad» de las razones
a:b :: c:d si y solo si: A:B y X:Y significa la identidad de
estas dos leyes de distribución, y
((m ⋅ a>n ⋅ b) y (m ⋅ c>n ⋅ d)) o
la razón A:B en sí misma significa
((m⋅a=n⋅b) y (m⋅c=n⋅d)) o
la relación de tamaño entre A y
((m⋅ a<n⋅ b) y (m⋅ c<n⋅ d)). (p. 12)

(Si m⋅a>n⋅b, entonces


m⋅ c>n⋅ d) y (si m⋅ a=n⋅ b, entonces 5 A través de una notación particular de la reunión de
los signos “=”, “<” y “>”, Filep (2003, p. 1) incorpora
m⋅ c=n⋅ d) y (si m ⋅ a< n ⋅ b, entonces una forma simbólica equivalente a la segunda ci-
m⋅ c<n⋅ d). (p. 12) tada.
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B que es indicada por la manera Uno de los defectos conocidos


en que los múltiplos de A están de la teoría euclidiana en el Libro
distribuidos entre aquellos de B. V es que no prueba que «no tener
(p. 73) la misma razón» sea equivalente
a «tener una razón mayor o me-
Como se aprecia, esta interpretación nor razón»(p. 8)
alude a una correspondencia entre dos
sucesiones ordenadas de múltiplos, cada Sin embargo, al explorar el uso que
una compuesta por los múltiplos de las se hace de esta definición en la teoría
dos magnitudes de una razón. Además, (por ejemplo, en el Libro V, proposicio-
Fine sostiene que para una teoría general nes 9 y 10), se corrobora que Euclides
de la proporción no se requiere una defi- sí supone tal equivalencia, con lo cual
nición de razón, en singular, aunque sí se dispone de una herramienta potente
exigen sendas definiciones de igualdad para la demostración de la proporción
y desigualdad entre razones, las cuales o desproporción de cuatro magnitudes;
son respectivamente proveídas en las en otras palabras, si se supone que tener
definiciones 5 y 7 (guardar la misma ra- una razón mayor que otra equivale a afir-
zón y razón mayor). Veamos esta última. mar que no es cierto que exista propor-
ción entre tales magnitudes, se dispone
Definición 7: entre los equi- de una herramienta para demostrar por
múltiplos, cuando el múltiplo de reducción al absurdo.
la primera excede al múltiplo de
En el marco de las interpretaciones
la segunda pero el múltiplo de la
y observaciones relatadas antes para
tercera no excede al múltiplo de
las definiciones consideradas, hemos
la cuarta, entonces se dice que la
querido dejar claro, desde nuestra
primera guarda con la segunda
perspectiva e interpretación, en la teoría
una razón mayor que la tercera
euclidiana de la proporción contenida
con la cuarta. (Puertas, 1994, p. 13)
en el Libro V:
Haciendo uso de la Definición 7 para a. Las razones son relaciones, pero
el ejemplo gráfico que planteamos antes no son números ni se establecen
como interpretación de la Definición 5, entre números, sino entre tama-
se tendría que la razón que guarda C con ños de magnitudes geométricas
D “es mayor” que la razón que guarda homogéneas dos a dos.
A con B, en tanto que, como señala Fine b. La proporción no es una igual-
(1917, p. 73) al parafrasear la Definición dad entre razones (y por tanto
7, se logró encontrar m y n tal que no es igualdad entre números)
m⋅ A<n⋅ B pero m⋅ C >n⋅ D. ni depende de estas, sino funda-
Con respecto a lo planteado por mentalmente del comportamien-
los historiadores sobre la Definición 7, to relativo y correspondiente de
resaltemos que Knorr (1992) establece los múltiplos de las magnitudes
que: implicadas.
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Una clasificación de las A:C≺ B:C; y C:A≻ C:B], respectivamente.


proposiciones y porismas del Una interpretación de estas expresiones
Libro V permitiría reconocer que las proposicio-
nes aluden a propiedades “de orden”
Las veinticinco proposiciones y los
de las razones a partir de propiedades
dos porismas se pueden clasificar en
“de orden” en las magnitudes; en otras
cinco grupos de propiedades: cuatro de
palabras, estas proposiciones expresa-
ellos atienden a los diferentes dominios
rían cómo la igualdad o desigualdad de
que relaciona cada proposición (v.g.,
las magnitudes se refleja o trasmite a
magnitudes y magnitudes, magnitudes
algunas de las razones en que ellas están
y proporciones, proporciones y magni-
implicadas.
tudes, proporciones y proporciones) en
tanto que el quinto ubica una propo- El tercer grupo está integrado por
sición que no establece relación entre proposiciones (9, 10, 14, 20, 21 y 25)
ninguno de tales dominios. que describen cómo las relaciones
entre razones determinan relaciones
Así, en un primer grupo estarían
u operaciones entre magnitudes. Sus
las proposiciones que se refieren a las
expresiones simbólicas respectivamen-
magnitudes y sus múltiplos, pero que
te son: [Si A:C::B:C, entonces A=B. Y, si
no aluden a las razones ni a las propor-
C:A::C:B, entonces A=B], [Si A:C≺ B:C, en-
ciones. En este grupo hemos clasificado
tonces A<B. Y si C:A≺ C:B, entonces A>B],
las proposiciones 1, 2, 3, 5 y 6. Las ex-
[Si A:B::C:D y A C, entonces B D], [Si
presiones simbólicas [m(A1+A2+...+An)=
A:B::D:E y B:C::E:C y A C, entonces D C],
mA1+mA2+...+mAn], [(m⨁ n)A=mA+nA],
[Si A:B ::E:C y B:C::D:E y A C, entonces
[m(nA)=(m ⋅ n)A], [m(A-B)=mA-mB] y
D C], [Si A:B::C:D y A>B y A>C y B>D
[(m⊖ n)A=mA- nA] constituyen una in-
y C>D, entonces A+D>B+C]. Una inter-
terpretación simbólica de cada una de
pretación semejante a la hecha para el
las proposiciones aludidas. Como se ve
segundo grupo referiría que las pro-
a través de estas —aunque también en
posiciones aluden a propiedades “de
la retórica enunciación euclidiana— no
orden” de las magnitudes a partir de
se incluye alusión alguna a la razón ni a
propiedades “de orden” de las razones.
la proporción, aunque sí a los múltiplos
de las magnitudes, a la suma o diferencia El cuarto grupo contiene el mayor
de magnitudes, o a la adición, diferencia número de proposiciones (4, 7’, 11, 12,
y multiplicación de los números ligados 13, 16, 17, 18, 19, 19’, 22, 23 y 24) e
a los múltiplos. En cierto sentido, este incluye propiedades de las proporcio-
conjunto de proposiciones caracteriza nes o desproporciones, es decir, de las
parcialmente el dominio de magnitudes razones en sí mismas. Sus enunciados
con la operación suma. simbólicos respectivamente son: [Si
A:B::C:D, entonces para todo m y n,
En un segundo grupo ubicamos dos
mA:nB::mC:nD], [Si A:B::C:D, entonces
proposiciones (7 —sin su porisma 7’—
B:A::D:C], [Si A:B::C:D y C:D::E:F, enton-
y 8), que se pueden representar con
ces A:B::E:F], [Si A1:B1::A2:B2:: ... ::An:Bn,
sendas expresiones: [Si A=B, entonces
entonces (A 1+A 2+...+A n):(B 1+B 2+...+B n)
A:C::B:C y C:A::C:B] y [Si A<B, entonces
::Ai:Bi, para todo i=1,…,n], [Si A:B::C:D y
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C:D≻ E:F, entonces A:B≻ E:F], [Si A:B::C:D, en otras que no hemos referenciado—,
entonces A:C::B:D (a condición que las se encuentra la siguiente traducción
cuatro magnitudes sean homogéneas)], simbólica7 de la definición 5 del Libro V
[Si (A+B):B::(C+D):D, entonces A:B::C:D], de Elementos:
[Si A:B::C:D, entonces (A+B):B::(C+D):D],
[Si (A+B):(C+D)::A:C, entonces A:B=C:D si y solo si para cua-
(A+B):(C+D)::B:D], [Si (A+B):(C+D)::B:D, en- lesquiera enteros positivos n, m,
tonces (A+B):(C+D)::A:C], [Si A1:A2::B1:B2,
A2:A3::B2:B3, ... , y An1:An::Bn1:Bn, entonces Si nA = mB entonces, nC = mD
A1:An::B1:Bn], [Si A:B::E:F y B:C::D:E, en-
tonces A:C::D:F], [Si A:B::C:D y E:B::F:D, Si nA>mB entonces, nC>mD
entonces (A+E):B::(C+F):D]).
El último grupo contiene únicamente Si nA<mB entonces, nC<mD
a la proposición 15, la cual solo alude a
Haciendo transformaciones algebrai-
una proporción. Su expresión simbólica
cas en las expresiones anteriores —sin
es simplemente [A:B‰nA:nB].
necesariamente considerar su viabilidad
Entre otros aspectos importantes, la y rigurosidad—, normalmente se obtie-
anterior clasificación permite reconocer nen las sentencias siguientes8:
que no existen proposiciones que es-
tablezcan operaciones entre razones, a Si A/B = m/n entonces, C/D = m/n
pesar de que sí se admitan operaciones
entre las magnitudes implicadas en las Si A/B>m/n entonces, C/D>m/n
razones. Este punto será trascendental
en la argumentación que adelante expli- Si A/B<m/n entonces, C/D<m/n
citaremos respecto de la imposibilidad
de reconocer en la teoría euclidiana una Al interpretar tales sentencias, se
estructura para las razones, similar a la puede argüir que, para el primer caso
que se tendría para los números reales6. (i.e., cuando las magnitudes A y B son
conmensurables) la razón A/B (o el nú-
Dedekind y la teoría de la mero racional m/n, dado que son iguales)
proporción fragmenta al conjunto de los racionales
En la mayoría de los tratamientos en dos clases definidas, respectivamen-
encontrados en los documentos de te, por los racionales mayores o menores
donde proceden las citas presentadas en
la introducción de este documento —y
7 Nótese que esta no corresponde a ninguna de las
reseñadas antes en este documento y que, respecto
de aquellas, carece de varios conectivos lógicos.
6 Debemos precisar que nuestra postura contrasta 8 La interpretación que hace Fine (1917, pp. 75-76) es
con la presentada por Berghout (1974, 1975) a un poco diferente a esta. En aquella incorpora una
través de la cual, con una lectura moderna mediada notación de parejas ordenas, similar a la que utiliza
por la identificación de estructuras algebraicas y de Dedekind en la exposición de sus cortaduras, lo cual
orden, identifica las proporciones euclidianas con hace más evidente la cercanía entre las dos teorías.
los números reales.
Teoría euclidiana de la proporción en la construcción de los números reales:
¿un asunto útil para un profesor?
123
Edgar Alberto Guacaneme Suárez

que m/n, donde este pertenece a alguna tanto que la idea moderna se refiere a
de ellas. Para el segundo y tercer caso, la cantidad como abstracta y general. En
la razón A/B fragmenta al conjunto de Elementos se establece una clara diferen-
los racionales en dos clases de núme- cia entre el contexto de las magnitudes
ros estrictamente mayores o menores geométricas (o cantidades continuas) y
que esta, en tanto que esta se da entre el de los números (o cantidades discre-
magnitudes inconmensurables y no tas), al punto que hay una formulación
puede ser expresada como un número específica de teoría de la proporción en
racional. Desde una perspectiva general, cada uno de ellos.
la anterior interpretación es en esencia Más allá de la discrepancia interpre-
análoga a la que se puede hacer de la tativa entre los historiadores, debemos
construcción de los reales presentada reseñar que también se presentó entre el
por Dedekind y recapitulada al español matemático alemán Rudolph Otto Sigis-
en una obra de divulgación de la historia mund Lipschitz y, precisamente, Julius
de las Matemáticas (Dedekind, 1968). Wilhelm Richard Dedekind. Lipschitz,
Sin embargo, como lo menciona Leo en su correspondencia con Dedekind10,
Corry (1994, p. 8)9, existen historiadores le manifestó que su teoría de las corta-
de las matemáticas que rechazan la exis- duras difería tan solo en formulación,
tencia de una correspondencia o equiva- pero no en contenido matemático, de
lencia entre la teoría euclidiana de las la concepción griega de número. De
proporciones y la teoría de los números manera específica, Lipschitz rechazaba
reales de Dedekind, bajo la idea que la la afirmación de que tal teoría fuera la
interpretación de los textos griegos debe primera en demostrar legítimamente
hacerse en el marco de las restricciones que √2•√3=√6.
en que estos fueron producidos. Más allá de la preexistencia de tal
Una de tales restricciones se refiere prueba, para Dedekind estaba la pre-
al lenguaje; en este sentido, no se acepta gunta si la teoría euclidiana contenía o
la traducción o formulación simbólica de no todas las suposiciones suficientes
las definiciones, ni las interpretaciones y necesarias para probar el teorema;
y deducciones que a partir de ellas se su respuesta era un no rotundo, y su
hacen. Otra de las restricciones obedece argumento reposaba en el hecho que
a la radical diferencia entre la idea de aquella no contemplaba el principio
número de la obra griega y la del núme- de continuidad, médula de la teoría de
ro del siglo XIX; la idea griega reconoce cortaduras. El argumento de Dedekind
a los números y las magnitudes como aludía a las condiciones del dominio de
cantidades no abstractas asociadas las razones de magnitudes euclidianas
respectivamente al contar y medir, en y a la imposibilidad de definir apropia-

9 Debemos destacar el papel iluminador de este 10 En la página http://www.uv.es/~jkliment/Documen-


documento a favor de la comprensión de la no equi- tos/Dedekind.pc.pdf está alojado un documento
valencia entre la teoría euclidiana y la propuesta de de traducciones al español de varios documentos
Dedekind. de Dedekind, entre otros, su correspondencia con
Lipschitz (pp. 15-25).
124 T e cn é , E p i st e me y Did a xi s
N.º 31 *Primer semestre de 2012* pp. 113-131

damente operaciones aritméticas para describa satisfactoriamente el hecho


estas. Tal argumento fue cuestionado histórico. A la luz de esta consideración,
por Lipschitz bajo el supuesto de que se debe reconocer el carácter original de
las magnitudes euclidianas son de por sí la definición de número real, propues-
continuas y que por tanto no se requiere ta por Dedekind, sin que ello obste la
de la formulación explícita del principio potencial intervención de la Definición
de continuidad. 5 del Libro V en la concepción de tal
Esto fue discutido por Dedekind, definición de número real.
quien apeló a la diferencia en intenciona-
Frege y la teoría de la proporción
lidad de su trabajo con la del autor grie-
go, a la naturaleza de otros supuestos Una de las referencias que permite
en la teoría de la proporción contrastada una buena aproximación al trabajo de
con la del principio de continuidad, y a la Frege en torno a los números reales es
naturaleza del espacio considerado por el capítulo 22, “Frege’s Theory of real
Euclides, y concluyó que la continuidad numbers”, del libro escrito por Dummett
del espacio no era un supuesto que va- (1991). En la primera parte de tal capí-
lidara o invalidara el sistema euclidiano. tulo se señala que al final de la sección
De esta manera, Dedekind estableció en (f) de la Parte III.1 de Grundgesetze,
qué punto su teoría podía suministrar Frege enuncia que se propone definir los
respuestas que la teoría de Euclides no números reales, positivos y negativos,
suministraba, y cuál era la base lógica como razones de cantidades. Para ello
de esta diferencia. inicialmente expresa las dificultades
Lo anteriormente planteado permite ligadas a los tratamientos que han inten-
reconocer que es anacrónico identificar tado, fallidamente, contestar la pregunta
la propuesta euclidiana contenida en el sobre qué es una cantidad, para luego
Libro V de Elementos con la elaboración señalar que el error en todos los intentos
de Dedekind para los números reales. es proponer erróneamente la pregunta.
Esto de ninguna manera niega que sea De esta manera, afirma que el concepto
válido —y hasta necesario para algunos esencial no es cantidad, sino tipo de can-
fines que trascienden la descripción tidad o, de manera más precisa, dominio
de los hechos históricos— establecer cuantitativo (Grössengebiet), y que en
relaciones de la teoría euclidiana con lugar de preguntar qué propiedad debe
la noción de número real definida por tener un objeto para ser una cantidad,
Dedekind, e interpretar aquella teoría a se debe preguntar cuál debe ser la ca-
través de construcciones matemáticas racterística de un concepto para que su
modernas11; lo que sí niega, es que la extensión sea un dominio cuantitativo.
lectura moderna de las teorías antiguas En la segunda parte, se reseña que
Frege restringe su trabajo a los dominios
cuantitativos no absolutos. Igualmente,
11 La elaboración de Berghout (1974, 1975), no muy que Frege se apropia de una sugeren-
citada, ilustra perfectamente la posibilidad y utili-
dad de lo aquí reseñado.
Teoría euclidiana de la proporción en la construcción de los números reales:
¿un asunto útil para un profesor?
125
Edgar Alberto Guacaneme Suárez

cia de Gauss12 (Gauss, 1863, citado en En la cuarta parte13, Dummett re-


Dummett, 1991, p. 278) como insumo lata que Frege se ve abocado a probar
fundamental de su caracterización de un (usando únicamente recursos lógicos)
dominio cuantitativo, y reconoce el ca- la existencia de al menos un dominio
rácter central de la necesidad de dispo- cuantitativo, para con ello asegurar la
ner de una adición y la comparabilidad existencia de los números reales. En esta
de las cantidades para la caracterización dirección, Frege asume como conjunto
de los dominios cuantitativos. Atendien- subyacente aquel conformado por un
do a ello, y para contestar la pregunta conjunto de parejas de un entero no
sobre cómo escoger la adición, el orden negativo y una clase infinita de ente-
y los elementos del dominio cuantitati- ros positivos; estas son reemplazadas
vo, Frege considera que un dominio tal por parejas que contienen un número
debe consistir en permutaciones de un natural y una clase infinita de números
conjunto subyacente y establece que la naturales (no cero). Para este conjunto
adición es la composición bajo la cual el define las permutaciones. Sin embargo,
dominio es cerrado; así, se tiene que tal observa Dummett, Frege no alcanza la
dominio debe ser un grupo de permuta- demostración formal de la existencia
ciones (ordenado cuando se defina el or- de un dominio cuantitativo, puesto que
den). Sin embargo, la postura puramente las relaciones definidas no son permu-
estructural, potencialmente subyacente taciones; igualmente, Dummett señala la
en la anterior afirmación, no es la posi- posibilidad y condiciones que podrían
ción de Frege, pues manifiesta que se haber acompañado el trabajo de Frege
requiere de los elementos para constituir para que dicha prueba fuese posible.
las permutaciones y la operación para La quinta y última parte, describe
hacer la adición. Para satisfacer tal nece- cómo Frege caracteriza la adición en
sidad, Frege alude a ilustrar el conjunto el conjunto de permutaciones y cómo
subyacente acudiendo al ejemplo de las prueba la satisfacción de tales caracte-
distancias a lo largo de una recta, pero, rísticas. Igualmente, describe la manera
según Dummett, con ello, si bien mues- en que Frege aborda el problema de
tra que algunos dominios satisfacen el introducir la noción de orden, en lo cual
modelo de Frege, no es capaz de mostrar interviene la definición de las nociones
que todos se pueden caracterizar así; se de clase positival y posteriormente clase
reconoce así una deficiencia que consiste positiva, y da cuenta de la manera como
en tomar por garantía que cada cantidad Frege caracteriza dicho orden. Adicio-
tiene un valor representable por un real. nalmente, reseña que Frege anuncia la
tarea de demostrar la existencia de una

12 Gauss señala que los enteros no deben ser asignados 13 No incluimos referencia a la tercera parte, pues esta
a los objetos, sino a las relaciones sobre un conjunto versa sobre el trabajo de Hölder y su relación con
subyacente de objetos con orden lineal discreto, el de Frege y, desde nuestra perspectiva, rompe la
no infinito en ambas direcciones. Una relación tal secuencia descriptiva del trabajo de este último.
forma un grupo de permutaciones.
126 T e cn é , E p i st e me y Did a xi s
N.º 31 *Primer semestre de 2012* pp. 113-131

clase positiva, lo cual abrirá la posibili- Algunas conclusiones sobre la


dad de definir los números reales como intervención de la teoría euclidiana
razones de cantidades que pertenecen de la proporción en la construcción
al dominio de la misma clase positiva. de los números reales
Al final del capítulo, Dummett rese- En esta parte debemos señalar que
ña que si se siguiera la ruta expresada la teoría euclidiana de la proporción
por Frege, en su propósito de definir expuesta en el Libro V de Elementos, si
los reales como razones de cantidades, bien establece como su piedra angular
se tendría la necesidad de asumir la la Definición 5, es mucho más que esta
Definición 5 del Libro V de Elementos definición, pues incorpora muchas otras
y que con ello se pudieran definir los definiciones y varias de las proposicio-
números reales como clases de parejas nes no solo se refieren o demuestran
ordenadas de cantidades. Sin embargo, con el uso de tal definición. Así, consi-
ello conllevaría a que los números reales deramos exagerado afirmar que se usa
no serían en sí mismos un dominio de la teoría euclidiana de la proporción en
cantidades, como lo demandaba Frege. la creación de una teoría matemática
Una mirada a lo anteriormente cualquiera, cuando solo se usa una de
expuesto permite reconocer que la sus definiciones.
intervención explícita de la teoría eucli- Bajo esta consideración, sería enton-
diana de la proporción en el trabajo de ces válido —y si se quiere, necesario—
Frege, no parece ir más allá del uso de estudiar la intervención de cada uno de
la Definición 5 del Libro V, pues toda la los elementos constitutivos de una teo-
elaboración reseñada antes pretende, en ría en la construcción o establecimiento
últimas, la construcción conceptual ma- de otra, para valorar su efectivo papel.
temática de los elementos del dominio Por ejemplo, con el estudio y explicita-
de magnitudes sobre los cuales definir ción de las diferencias entre las dos “re-
la razón (magnitudes para el caso de la laciones de orden” que se establecen en
propuesta euclidiana). En otras palabras, una proposición que vincula el “orden”
se puede expresar que Frege advierte, entre magnitudes con el “orden” entre
en la teoría euclidiana, la ausencia de las razones —o viceversa— (v.g., la pro-
una construcción matemática de las posición 10, [Si A:C≺ B:C, entonces A<B.
magnitudes sobre las cuales definir la Y si C:A≺ C:B, entonces A>B]), se tendría
razón de magnitudes homogéneas y, en un argumento adicional para evidenciar
consecuencia, construye unos conjun- la falta de precisión en la transformación
tos con operaciones y relaciones muy de la expresión “Si nA>mB entonces
específicas, cuyos elementos puedan nC>mD” en “Si A/B>m/n entonces C/
relacionarse a través de las razones y D>m/n” (reseñada antes como parte de
de las proporciones, generándose así la argumentación de quienes sostienen
una idea particular y muy elaborada de la identidad entre las teorías de Eucli-
número real. des y Dedekind), pues sería claro que la
Teoría euclidiana de la proporción en la construcción de los números reales:
¿un asunto útil para un profesor?
127
Edgar Alberto Guacaneme Suárez

primera expresión alude a la relación de las deficiencias de esta en función de


“orden” entre magnitudes (representada su propósito.
por el símbolo <) en tanto que la segun- Atendiendo a lo anterior, nos atre-
da se establece entre dos razones (y se vemos a afirmar que no hay una inter-
debería representar con el símbolo —)14. vención o uso del cuerpo completo de
Más aún, el análisis debería trascender la teoría del Libro V de Elementos, ni en
los elementos constitutivos explícitos, la teoría de los números reales de De-
e incluir aquellos que son tácitos y que dekind ni en la de Frege; ello no obsta
soportan la teoría misma. Así, por ejem- para aseverar que algunos componentes
plo, la teoría euclidiana de la proporción de la teoría euclidiana sí participan (por
atiende a una diferencia básica entre presencia o déficit) en la constitución de
número y magnitud, expresada en el ca- estas teorías.
rácter discreto del primero y el carácter
continuo de la segunda, entendiendo Utilidad para la educación del
este último desde la posibilidad de di- profesor de Matemáticas
visión ad infinitum (en contraste con la
Más allá de la utilidad de la historia
imposibilidad de dicha división para los
de las Matemáticas en la educación
números). Atendiendo a este aspecto,
matemática, queremos referirnos aquí
se podría entender con mayor claridad
a la potencial utilidad de un asunto
que Dedekind no está trabajando con la
histórico específico (la intervención de
misma idea de continuidad, pues de ser
la teoría euclidiana de la proporción
así, los números racionales serían para
en la construcción del conjunto de los
él también continuos.
números reales, discutido antes) en el
Un análisis ampliado a un mayor conocimiento del profesor de Matemáti-
número de elementos constitutivos de cas. Para ello, utilizaremos como marco
la teoría es precisamente lo que cree- de referencia las intenciones macro que
mos que constituye la base argumental hemos sintetizado en relación con el
que expresa Dedekind en sus cartas a estudio de elementos de la historia de
Lipschitz y, en consecuencia, instituyen las Matemáticas, como parte de la edu-
la racionalidad de la diferencia entre cación de un profesor de Matemáticas
la definición de número real del mate- (Guacaneme, 2011) y que se refieren a:
mático alemán y la idea de razón —y la transformación de las visiones de la
proporción— del matemático griego. Un actividad matemática y de los objetos
análisis similar es el que seguramente matemáticos, la transformación de la
hace parte de las motivaciones que tuvo enseñanza de las matemáticas a través
Frege para desarrollar su trabajo de de la participación de la historia de las
construcción de los reales, de la manera Matemáticas en esta, la potencialidad de
en que lo intentó, pero en este caso pro- la historia como fuente de recursos para
bablemente el análisis mostró no solo la enseñanza, el desarrollo de competen-
el potencial de la teoría, sino también cias profesionales y las posibilidades de
fortalecer la concepción de la profesión
docente en Matemáticas desde la pers-
14 Un argumento similar se podría esgrimir para el caso
de la proporción (simbolizada por ::) y la igualdad pectiva histórica.
entre magnitudes (simbolizada por =).
128 T e cn é , E p i st e me y Did a xi s
N.º 31 *Primer semestre de 2012* pp. 113-131

Señalemos que el estudio de los de la idea de razón como número o co-


aspectos históricos relativos a la teoría ciente indicado, de la idea de cantidad
euclidiana de la proporción y las teorías de magnitud geométrica como medida
de los números reales, implica la familia- o número, de la idea de número como
rización con los aspectos matemáticos punto de la recta, o de la idea que el
de tales teorías. Esto naturalmente se conjunto de reales es la unión de los con-
logra a través del desarrollo del estudio juntos de los racionales y los irracionales
de una teoría, actividad matemática (definidos estos últimos como los reales
legítima y necesaria en la educación de que no son racionales), para procurar
un profesor. Sin embargo, para las teo- comprender el sentido y los intríngulis
rías en mención, este estudio encuentra de las teorías en cuestión. Lo interesante
escollos poco habituales; uno de ellos aquí es que una experiencia tal, aparen-
se refiere al lenguaje retórico típico de temente mediada por el estudio de las
la obra euclidiana, usado también por matemáticas de otras épocas y culturas,
Dedekind —al menos en el fragmento ofrecería la oportunidad al profesor
estudiado (Dedekind, 1968)—, aunque el para reflexionar en torno a si el estudio
matemático alemán sí incorpora símbo- de una teoría no siempre implica, como
los como parte del discurso matemático. actividad matemática, la enculturación
La experiencia de estudio de unas teorías en una tradición exógena al individuo
con estas características textuales, ofre- que realiza el estudio y endógeno al
ce una excelsa oportunidad para que el autor de la teoría y a la cultura en la
profesor pueda comprender, no solo que que estuvo inmerso. Además, brinda un
la escritura de las teorías matemáticas contexto para comprender aquello que
ha evolucionado en el tiempo, sino que se ha aludido con la esquiva expresión
las exigencias cognitivas relacionadas negociación de significados, cuando se
con el estudio de una teoría dependen mira el aprendizaje de las matemáticas
tanto de los aspectos matemáticos de desde perspectivas socio-semánticas.
esta, como también de la incorporación Además de la redimensión que res-
o no de un lenguaje simbólico. En suma, pecto de la actividad matemática de
esta experiencia tiene el potencial de estudio de una teoría se pueda lograr
poner al profesor frente a —y dentro a partir de enfrentar los escollos men-
de— el problema de los procesos de cionados, la comparación de las teorías
simbolización como mediadores de la ofrece un interesante ámbito para ex-
comprensión de las matemáticas. plorar si dentro de las actividades que
Otro escollo se refiere a la necesidad llevan a cabo los matemáticos, se admite
de comprender aspectos epistemológi- la reformulación o clonación de teorías
cos relativos a los objetos tratados en la o de parte de ellas15. Este asunto apa-
teoría, en un contexto de significación- rentemente cuestionable en el contexto
comprensión que trasciende el contexto
personal/cultural coetáneo y que se
ubica en otros tiempos y culturas. Así, 15 Al respecto no podemos dejar de sugerir el estudio
por ejemplo, quien estudie las teorías de un artículo que cuestiona si tiene sentido demos-
trar un mismo teorema en diferentes momentos de
tiene que desprenderse, entre otras,
la historia (Bagni, 2008).
Teoría euclidiana de la proporción en la construcción de los números reales:
¿un asunto útil para un profesor?
129
Edgar Alberto Guacaneme Suárez

de la creación matemática, parece ser tenga acerca de las exigencias de rigor


natural en el contexto de la comunica- a las teorías matemáticas y, en especial,
ción o enseñanza de las matemáticas y a las definiciones implicadas en estas.
puede constituir parte consustancial del Asimismo, el estudio de la construcción
quehacer del profesor en su actividad de de los reales vía las cortaduras, ofrece
diseño curricular o de docencia. la oportunidad de comprender la dife-
Por otra parte, sin lugar a dudas el rencia entre la continuidad geométrica
estudio de la teoría euclidiana de la pro- y la completitud aritmética, diferencia
porción y su vínculo con las construc- que sirve de acicate a la formulación de
ciones de los reales, ofrece condiciones Dedekind. La comprensión que logre el
propicias para ampliar la visión acerca profesor a este respecto definitivamente
de conceptos matemáticos (tales como: deberá influir en su conciencia acerca
razón, definición o completitud). De de las estrategias discursivas que utilice
un lado, esta teoría pone de manifiesto en su quehacer docente, sobre todo en
la existencia de razones entre objetos aquellas en que se argumenta geomé-
matemáticos que no son precisamente tricamente en contextos numéricos o
números —o siendo redundantes, ni viceversa.
medidas de magnitudes— pero que sí En una dimensión relacionada con
comportan una naturaleza cuantitativa el uso de la historia de las Matemáticas
no numérica (usualmente nombrada en la enseñanza de las Matemáticas,
de manera errónea como cualitativa); debemos reconocer que, aunque no
colateralmente, ofrece la posibilidad de compartimos la idea del uso de la teoría
comprender que para estos objetos se euclidiana en la construcción histórica
pueden definir operaciones y relaciones, de los números reales, no tenemos nin-
pero que sobre esas relaciones no se gún argumento en contra de explorar
puede efectuar una operatividad16. De la posibilidad de construir escolar-
otro lado, la teoría euclidiana brinda mente (seguramente en el ámbito de la
la oportunidad de reconocer que una educación superior, en los programas
teoría hipotética-deductiva puede con- de formación inicial de profesores de
tener definiciones que caractericen la Matemáticas) el conjunto de los reales
existencia de objetos (como la Definición a partir de una teoría de la proporción
3, citada antes), pero que no caracteri- semejante a la euclidiana. Quizá en esta
zan suficientemente a tales objetos y dirección sea conveniente considerar
que ello no obsta para la construcción la propuesta de Berghout (1974, 1975)
de una robusta y trascendental teoría como orientadora de un diseño curricu-
matemática. Este asunto puede llegar lar propicio para construir de manera
a confrontar la visión que el profesor alternativa los reales, enfatizando en su
estructura algebraica y de orden como
una aplicación del estudio del álgebra
abstracta, que le daría un nuevo sentido
16 Desde una aproximación diferente en algún mo-
mento presentamos una pregunta relacionada a su estudio como parte de la formación
(Guacaneme, 2000) y un colega expresó su postura matemática de los futuros profesores.
a propósito de la misma (Obando, 2000).
130 T e cn é , E p i st e me y Did a xi s
N.º 31 *Primer semestre de 2012* pp. 113-131

Finalmente, debemos señalar que ed.), Vol. 4, pp. 119-128. Barcelona:


ante las implicaciones reseñadas antes, Ediciones Grijalbo S.A.
de manera hipotética, respecto de la uti- Dummett, M. (1991). Frege. Philosophy of
lidad del estudio de las relaciones entre Mathematics. Cambridge, Massachu-
la teoría euclidiana de la proporción y las setts: Harvard University Press.
construcciones de los números reales, a
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favor de la educación del profesor, nos
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resta invitar a la comunidad de forma-
tica Academiae Paedagogicae Nyíre-
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gyháziensis, 19, 167-174.
camente las bondades y limitaciones de
incorporar el estudio de aspectos histó- Fine, H. (1917). Ratio, Proportion and Mea-
ricos en sus propuestas curriculares de surement in the Elements of Euclid.
manera más intensa a como actualmente The Annals of Mathematics, Second
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se hace, al menos en el ámbito colombia-
no (Torres y Guacaneme, 2011a, 2011b), Grattan-Guinness, I. (2004a). History or
para así favorecer el conocimiento sobre Heritage? An Important Distinction
los procesos y resultados de formación in Mathematics and for Mathematics
de profesores de Matemáticas y con ello Education. American Mathematical
procurar una base firme para un cambio Monthly, 111 (1), 1-12.
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