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No sólo café | Empoderamiento femenino para avanzar…

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Escuchaba a la diputada Flor Ayala


comentar que el trabajo legislativo es más
productivo y con mayor perspectiva de lo
que realmente preocupa a la sociedad,
desde que existe una mayor participación
de la mujer en espacios de la función
pública y, en su caso particular, en el
Congreso del Estado.

Hablar de perspectiva de género en lo que


compete a reformar las leyes que nos rigen,
es una tarea que muchas de nuestras
legisladoras se toman muy en serio y que,
afortunadamente, han logrado cabildear
hábilmente para concretar acuerdos y leyes
para realizar lo conducente.

Vemos así algunos avances importantes en lo que se refiere a llenar esos huecos legales
sobre temas que a nadie interesaba precisar, mucho menos regular, y que pueden
considerarse delitos en el contexto de esta nueva realidad social que presta más atención a la
mujer, la familia, la convivencia ciudadana y la garantía de derechos fundamentales de salud,
educación, seguridad en todos los ámbitos, y hasta a la protección de los animales.

Destacamos así la iniciativa con proyecto de decreto presentada por la diputada Kiki Díaz
Brown respecto a varias adecuaciones al Código Penal de Sonora para que los delitos de
acoso sexual y violencia intrafamiliar no queden impunes, así como de incrementar las
sanciones impuestas a las personas que incurran en estas conductas reprobables a todas
luces.

En dicha iniciativa se considerará acoso y violencia a las expresiones verbales (¿se incluirá en
ello los “dizque” piropos incómodos?), los escritos, las expresiones por redes sociales (tan
común hoy en día en aquellos que escudados en el anonimato dan testimonio del lado oscuro
de su ser), o hasta esos ademanes que usualmente rayan en lo obsceno (si de acoso se
trata) o infunden mayor temor o dolor que el maltrato físico (en los casos de violencia
intrafamiliar).

Ojalá y dicha iniciativa sea muy precisa en los qué y cómo para aplicarse. El mayor logro será,
en caso de aprobarse el decreto, que dichas acciones no tienen que ser conducta repetitiva,
sino que con una sola vez que se incurra en acoso o maltrato, podrá considerarse delito penal
que puede alcanzar hasta seis años de cárcel. Ya no más esperar a que muera el niño para
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tapar el pozo.

Acoso y violencia intrafamiliar que asociamos inmediatamente al sexo masculino, pero hay
que reconocer que el género femenino también incurre en estos hechos delictivos, tanto en el
ámbito familiar como el laboral.

Y así vamos avanzando, pian pianito, aunque todavía hay mucho por hacer para lograr eso
que llaman el empoderamiento femenino en todos los ámbitos de la vida.

Por ejemplo, Inegi reporta que el 75% del trabajo doméstico se visualiza en los hechos como
una responsabilidad exclusiva de la mujer –y con ello aportan el 23% del PIB nacional–; una
tendencia que va a la baja en las nuevas generaciones, donde la pareja comparte más las
actividades propias del hogar, sobre todo si la mujer trabaja fuera de casa.

En Sonora, el 40.5% de los espacios laborales son ocupados por mujeres. Obviamente,
estadísticas de la economía formal, porque en la informalidad, no hay mujer que no se ocupe
vendiendo fayuca, productos de belleza o nutricionales. Una veta ocupacional que raramente
es tomada en cuenta como fuente de ingresos al hogar y que, frecuentemente, representa la
diferencia entre vivir al día o poder salir adelante con mayores posibilidades de bienestar
familiar.

Correo: azaleal@golfo.uson.mx

Twitter: @Lourdesazalea

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