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Cómo hablar de cada una de las enfermedades subyacentes no es posible nos vamos a centrar
en los estudios que tenemos en pacientes geriátricos, ya que como decíamos simplemente por
la edad todos los sistemas pueden estar algo afectados.
Sistema cardiovascular: existe una reducción en la capacidad cardiaca. Esto limita la
posibilidad de compensación de los cambios cardiovasculares que van a suceder
durante la anestesia. Las mascotas “mayores” tienen una merma de la función de los
barorreceptores, así como una disminución en el volumen sanguíneo, en el gasto
cardiaco, en la presión arterial y un incremento en el tono vagal. En humanos además,
el sistema de conducción cardiaco se encuentra alterado, lo que predispone a los
pacientes geriátricos a arritmias inducidas por la anestesia.
La degeneración progresiva del miocardio se hace más probable con la edad, y muchas
veces puede estar asociada a valvulopatías. Estas requieren un mayor esfuerzo del
miocardio y por ende un mayor consumo de O2, la consecuencia final puede ser un
miocardio especialmente sensible a la hipoxia. Por último, recordar que con la edad,
las paredes de las grandes arterias desarrollan fibras elásticas más gruesas y acumulan
fibras de colágeno y calcio. Estos cambios resultan en un incremento en la resistencia
periférica disminuyendo su capacidad de adaptación a la hipotensión.
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Sistema respiratorio: a medida que el paciente envejece, la función respiratoria
reduce su reserva funcional. Esto se debe a la pérdida de fuerza de los músculos
respiratorios, a la disminución de la capacidad de distensión de la pared costal y a la
pérdida de la retracción elástica pulmonar. Un estudio realizado en perros de raza
Beagle concluyó que con la edad existe una reducción en la elasticidad pulmonar, en la
frecuencia respiratoria, en el volumen corriente o tidal (cantidad que se moviliza en
una respiración normal), en el volumen minuto, en el consumo de O2 y en la
producción de CO2. A su vez, demostró una disminución de la presencia de los reflejos
protectores de las vías aéreas. Esta disminución refleja hace que nuestros pacientes
añosos puedan ser más susceptibles a la neumonía por aspiración en el posoperatorio
inmediato. Los gatos que han sufrido de asma durante toda su vida tienen con
facilidad cambios crónico‐fibrosos a nivel pulmonar, lo que los hace muy susceptibles a
los baro‐traumas.
Hepato‐biliar: el paso de los años produce una reducción en la capacidad de trabajo
del sistema de enzimas microsomiales del hígado. Esta reducción existe, incluso, con
los valores bioquímicos hepáticos dentro de sus rangos. Además, es importante
recalcar que, a menudo, en este estadio etario el hígado recibe un flujo sanguíneo
menor debido a que muchas veces existe un trabajo cardiaco disminuido. De ello se
deduce que aquellas drogas que necesiten de un metabolismo, de una conjugación o
de una excreción hepática verán incrementadas sus vidas medias. Otras alteraciones
que pueden ser resultado de una función hepática reducida son: la tendencia a la
hipoproteinemia, la reducción de la acción de los factores de coagulación y una mayor
susceptibilidad a la hipoglucemia. La hipoglucemia en el gato sobre todo en gatos muy
pequeños o muy mayores predispone a la hipotermia, y ésta a su vez a la hipotensión.
Debemos ser conscientes de este círculo vicioso para romperlo cuanto antes.
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enfermedades sistémicas, éstas deben ser investigadas antes de someter al paciente a una
anestesia/cirugía.
Estos pacientes a menudo sufren de diversas patologías o lesiones. Estas dolencias hay
que detectarlas antes y no subestimar ninguna, pues el auténtico valor en estos casos es saber
que existen, evaluar si pueden entrañar riesgo y cómo minimizarlo.
Por lo que a las pruebas sanguíneas se refiere, no es sencillo elegir qué solicitar y qué
no. No hay una receta secreta, cuantos más aspectos evaluemos más fácil será encontrar una
alteración en el caso de existir. Hay que informar al propietario para que pueda entender y
elegir el coste de las pruebas prequirúrgicas que está dispuesto a pagar. Recordémosle que no
hay ninguna prueba prequirúrgica que elimine el riesgo anestésico, sólo lo minimizan. Según la
gravedad del paciente (clasificación ASA) más pruebas deberían hacerse. (ver tabla razones
para las pruebas prequirúrgicas)
de pocos, mientras que el segundo concepto implica tratar el dolor antes de que éste ocurra.
Recordemos que una anestesia debe incluir los siguientes 4 conceptos, si no los incluye no es
una auténtica anestesia.
Pérdida de consciencia.
Relajación muscular.
Analgesia.
Amnesia.
Agentes sedantes
Fenotiacinas
Este grupo se encuentra representado básicamente por acepromacina y clorpromacina. Se
trata de potentes fármacos con acción antihistamínica, antiemética y ansiolítica. La acción
sedante se debe a la depresión del sistema de activación reticular y a la acción
antidopaminérgica en el SNC, este último efecto también es responsable de su acción
antiemética. La supresión del sistema nervioso simpático disminuye la secreción de
catecolaminas. Son potentes hipotensores por vasodilatación y sólo deben utilizarse en
pacientes normovolémicos. Esta acción viene dada por su efecto antagonista sobre los
receptores α1‐adrenérgicos. Se ha postulado que esta antagonización a nivel cardiaco reduce la
aparición de arritmias. Por último, parece ser que el efecto en la reducción del umbral de
convulsión en animales epilépticos, que siempre se les había supuesto, no ha podido ser
demostrado. Su metabolismo es hepático y deberemos evitar su uso o reducir las dosis
habituales en pacientes de edad muy avanzada o con hepatopatías.
Benzodiacepinas
Aumentan la actividad de los neurotransmisores inhibidores del SNC (ácido γ‐aminobutírico,
glicina). Los tres fármacos más utilizados son diazepam, midazolam y alprazolam. Los dos
primeros tienen formas inyectables mientras que el tercero carece de ella. Son buenos
ansiolíticos, sedantes y relajantes musculares. Como sedantes dan un efecto suave y a veces
poco fiable, pudiendo producir excitación paradójica en animales sanos que no se han
medicado con otro tipo de sedantes (opiáceos). Tienen un excelente perfil cardiorrespiratorio
pues no deprimen prácticamente ni la contracción miocárdica ni la frecuencia respiratoria. El
diazepam, debido a su diluyente (propilenglicol) es mejor administrarlo lentamente por vía
intravenosa, su duración a dosis equipotenciales parece ser mayor que la del midazolam. Éste,
al ser soluble en agua, puede mezclarse con otros fármacos hidrosolubles y puede
administrarse por vía intravenosa, intramuscular o subcutánea. El alprazolam es utilizado por
vía oral en aquellos animales que por su tendencia a la ansiedad necesitan de un tratamiento
preventivo ya en casa. Su efecto principal es el ansiolítico y parece que posee cierto efecto
amnésico, aunque este último podría ser que lo presentaran todos los fármacos de esta familia
aquí descritos. Los dos primeros tienen efectos anticonvulsivos. Su reversión, aunque
raramente necesaria, se puede conseguir con flumazenil.
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α2‐agonistas
Desde su aparición estos fármacos se han vuelto muy comunes en nuestros quirófanos.
Todos ellos funcionan de una forma muy similar y todos ellos, en mayor o menor medida,
presentan los mismos efectos tanto deseados como indeseables. Son potentes analgésicos,
relajantes musculares y sedantes. Tienen un efecto importante a la hora de reducir las
necesidades de hipnóticos (tanto inductores como de mantenimiento).
Son potentes bradicárdicos y alteran la presión arterial de forma dual. Inicialmente
provocan una vasoconstricción periférica, lo que nos lleva a un incremento de la presión
arterial y a una bradicardia refleja (el gasto cardiaco se mantiene). Pasado este efecto inicial
(que en la medetomidina dura entre 30 y 45 minutos), la vasoconstricción disminuye y esto
hace que la presión arterial disminuya (hay que estar alerta en animales sensibles a la presión:
hipovolémicos, cardiópatas o nefrópatas). Debido a su capacidad arritmogénica, no se
recomienda su uso en animales con alteraciones cardiacas. Si se utilizan en este tipo de
animales, debemos extremar las precauciones y monitorizar de cerca el ritmo cardiaco
mediante electrocardiografía continua.
Son revertidos por el atipamezol o la yohimbina, aunque esta última sólo se utiliza
actualmente como antídoto de la intoxicación por amitraz.
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Fármacos Dosis Ruta
Tiempo Duración de Disminución Analgésico Relajante
(mg/kg) del pico la acción del anestésico muscular
acción
Acepromacina 0,01- IM, 35-40 min 6 horas 25 a 40% No Sí
0,05 SC o IM/15-20
IV min IV
Diazepam 0,2-0,4 IV 5 min 2 horas 10% No Sí
Midazolam 0,1-0,4 IM, 10-15 min 1-1,5 horas 10% No Sí
SC o IM/5 min
IV IV
*
Medetomidina 2-10 IM o 15-20 min Sedación: 2-3 40 a 70% Sí Sí
µg/kg IV IM/2-3 min horas/Analgesi
IV a: 1 hora
Dexmedetomidina 1-5* IM o 15-20 min Sedación: 2-3 40 a 70% Sí Sí
µg/kg IV IM/2-3 min horas/Analgesi
IV a: 1 hora
* Dosis bajas para via iv y dosis más altas para la vía im. Atención a las unidades µg/kg
Ketamina
Es un agente disociativo poco empleado en el perro pero muy habitual en el gato, que
se ha utilizado por vía intravenosa, intramuscular y epidural. Actualmente se utiliza a menudo
en combinación con otros analgésicos como parte del protocolo de analgesia preventiva, a
dosis subanestésicas. En combinación con un relajante muscular como las benzodiacepinas
ofrece una buena seguridad cardiorrespiratoria. Si además utilizamos midazolam, que puede
ser administrado y absorbido vía intramuscular, podría ser una opción en animales de edad
avanzada donde por distintos motivos no podamos colocar un catéter inicialmente. Tras la
sedación, o incluso la anestesia proporcionada por esta combinación, es obligatoria la
colocación de un catéter intravenoso y un tubo endotraqueal para administrar O2.
El efecto analgésico de la ketamina se debe a que ejerce una fuerte acción como
antagonista del receptor NMDA. Este receptor juega un papel crucial en el establecimiento de
la sensibilización central.
Pentotal o tiopental
Ofrece pocas ventajas comparado con los inductores más modernos. Aun y así si
queremos usarlo simplemente hay que asegurarse de que la función cardiorrespiratoria es
suficiente y de que el metabolismo hepático estará asegurado. Si nuestro paciente cumple
estos requisitos podemos utilizarlo como inductor en dosis única1. Es recomendable titular a la
baja la dosis de tiopental y no repetir los bolos.
Propofol
El propofol se ha vuelto muy habitual en nuestras anestesias. Unas características
farmacocinéticas y farmacodinámicas claras, unido a una disminución de su precio y sumado a
la reducción de sus dosis al trabajar en combinación con opiáceos y/o α2‐agonistas lo han
hecho más asequible y ha desplazado a los barbitúricos como inductores más utilizados. No
vamos a profundizar demasiado en los efectos del uso de este fármaco, sólo recalcaremos los
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puntos de mayor interés para el clínico. La ventaja principal de este producto es su rápido
metabolismo y la ausencia de acumulación con significación clínica tras una TIVA (siglas en
inglés de anestesia intavenosa total).
En perros de edad avanzada un estudio demostró que la dosis de inducción debía ser
menor (5 mg/kg), en lugar de la dosis normal (7 mg/kg) que se utiliza habitualmente. Este
estudio sugirió también un incremento en el tiempo de eliminación del producto. 18 Sin
embargo, utilizado como inductor anestésico (dosis única) no ofrece una clara ventaja al
tiopental, de hecho, en un estudio comparativo, el propofol parece que provocó más
hipotensión y sin la taquicardia refleja compensatoria suficiente. Según este estudio, el
propofol disminuyó más el gasto cardiaco que el tiopental.
Alfaxalona
Inicialmente, la alfaxalona se comercializó mezclada con alfadolona y diluida en aceite
de ricino. Esta extraña mezcla fue creada debido a la necesidad de diluir en agua a la
alfaxalona. Sin embargo, el excipiente poseía un fuerte poder alergénico, llevando a esta
mezcla casi a un total desuso. Actualmente disponemos de alfaxalona comercializada en una
solución acuosa cristalina gracias al uso de las ciclodextrinas. Este fármaco es un buen agente
hipnótico que produce una rápida inducción anestésica. El mantenimiento y la recuperación
están caracterizados por una excelente relajación muscular. El sistema cardiorrespiratorio se
deprime proporcionalmente a la dosis utilizada, aunque a las dosis recomendadas (< 6 mg/kg
IV) no se altera sustancialmente. La depresión respiratoria y la apnea son los efectos adversos
más habituales. Estos pueden ser minimizados inyectando lentamente y administrando la dosis
a efecto.
La alfaxalona proporciona una alternativa a los anestésicos inyectables comercializados
para veterinaria cuando se administra para procedimientos cortos de cirugía. Puede utilizarse
por vía intravenosa e intramuscular como sedante profundo. Lo que le confiere una gran
ventaja a los otros agentes que tenemos en el mercado para gatos. En dosis im suelen ser
necesarias dosis de 0,1 ml/kg de la preparación comercial. Se puede mezclar en la misma
jeringa con otros sedantes y analgésicos típicos.
Etomidato
Es un derivado imidazólico carboxilado no relacionado con los barbitúricos. Se trata de
una solución hidrosoluble transparente utilizada como anestésico intravenoso. En el mercado
encontramos dos presentaciones: a) el primer etomidato comercializado contiene un 35% de
propilenglicol, haciéndolo que la solución sea fuertemente hiperosmolar, (Hypnomidate®,
Janssen) y b) un etomidato emulsionado con una solución lechosa similar a la que se utiliza
para el propofol (Etomidato‐Lipuro®,BBraun). Su efecto principal es la hipnosis mediante la
supresión del neocórtex. Parece que su función es mediada por la supresión del sistema
gabaminérgico. Cómo ya hemos comentado anteriormente, el ácido γ‐aminobutírico, es el
neurotransmisor inhibitorio principal en los mamíferos. El etomidato carece de acción
analgésica.
En cuanto a acciones interesantes vale la pena destacar que:
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El etomidato mantiene mejor la perfusión cerebral que el tiopental o el propofol debido a
su mínimo efecto en la presión arterial sistémica.
En el corazón y con dosis iniciales es el anestésico que menos alteraciones causa. En un
estudio se evidenció que ni la frecuencia cardiaca, ni la presión arterial sistémica, ni la
presión ventricular izquierda (tanto al final de la diástole como la presión máxima) ni la
fuerza de contracción del mismo ventrículo, así como el consumo de oxígeno por parte del
miocardio, cambiaban tras la administración del mismo.
En el sistema respiratorio, una dosis anestésica produce un incremento en la frecuencia
respiratoria y una reducción en el volumen tidal, lo que nos lleva a un volumen minuto
igual que antes de la administración del fármaco. Según los datos de que se dispone,
parece que su efecto como depresor respiratorio es dependiente de la dosis. Así como
pasa con otros inductores, la inyección lenta y seguida de una infusión a ritmo constante
(IRC) reduce o elimina esta ligera depresión.
El etomidato se ha erigido como el inductor anestésico más seguro de que disponemos si
lo comparamos con los barbitúricos, el propofol o la alfaxalona. Es de elección en pacientes
con alteraciones en la contractibilidad y ritmo cardiaco y con problemas hepáticos.Las
inducciones y los despertares con este agente, sin embargo, no son los mejores y para evitar
temblores y mioclonos es recomendable llevar a cabo una buena sedación (p. ej.: midazolam o
midazolam/fentanil).
En la siguiente tabla se muestran las dosis de inducción de los anestésicos intravenosos y en la
posterior los efectos comparados de algunos de los principales inductores anestésicos
inyectables.
Dosis de inducción de los anestésicos intravenosos para gatos geriátricos o enfermedad
subyacente sospechada.
Anestésico Dosis de inducción
Tiopental 2‐6 mg/kg
Propofol 2‐6 mg/kg
Alfaxalona 0,5‐2 mg/kg
Etomidato 0,5‐1,5 mg/kg
Ketamina 3‐5 mg/kg
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Tabla 1 Efectos comparados de algunos de los principales inductores anestésicos inyectables (1 indica el mejor
efecto y 4 el peor).
Etomidato 4 2 3 1 1
Propofol 1 1 2 3 4
Ketamina 2 3 4 2 2
Alfaxalona 1 1 2 2 2
Basado en Ilkiw, J. Injectable anesthesia in dogs ‐ Part 1: Solutions, doses and administration. En: Recent Advances in
Veterinary Anesthesia and Analgesia: Companion Animals. Gleed, R.D., Ludders, J.W. (eds.). International Veterinary
Information Service (www.ivis.org), Ithaca, New York, EE UU, 2002. (N. del A.: La evaluación de los efectos de la
alfaxalona no ha sido extraída de la misma fuente, sino de la bibliografía consultada y de la experiencia del autor).
Actualmente sólo disponemos, en España, de dos productos para la anestesia
inhalatoria aprobados para su uso en pequeños animales: isofluorano y sevofluorano. Sin
embargo, es muy difícil encontrar citas y bibliografía donde no se nombren o se comparen con
su predecesor el halotano. Antes de describir brevemente estos dos productos debemos
repasar rápidamente algunos conceptos interesantes de física anestésica. A continuación
describimos brevemente ambos fármacos:
Isofluorano: isómero altamente estable del enfluorano. Es menos potente que su
antecesor, el halotano, pero es más rápido en la inducciones y las recuperaciones que
proporciona. A diferencia de éste no es arritmogénico y goza de una mayor estabilidad
cardiovascular. Se elimina por vía pulmonar en el 99,8%.
Sevofluorano: gracias a su bajo coeficiente de partición sangre/gas sus inducciones y
recuperaciones todavía son más rápidas, lo que mejora el control del plano anestésico. Sin
embargo, su CAM (concentración alveolar mínima) es mayor. En presencia de cal sodada puede
reaccionar y producir el compuesto A, producto que puede causar nefrotoxicidad. Se prefiere al
isofluorano para inducciones inhalatorias al poseer un olor menos molesto.
sospechada. El dolor incontrolado estimula la secreción de catecolaminas de forma aguda o de
cortisol de una forma más crónica, y puede llevarnos al fracaso anestésico‐quirúrgico e incluso
a la muerte de nuestro paciente. Por este motivo, es importante tratar de forma preventiva y
multimodal el dolor, tanto el que sufre como el que va a sufrir tras la cirugía.
Para evitar problemas asociados al su uso de los AINE es importante recordar:
No administrar en animales deshidratados, nefrópatas o con alteraciones electrolíticas.
Vigilar la presión arterial intra y posoperatoria.
Aconsejar al dueño del paciente al que se le ha prescrito el AINE que si no come o bebe
correctamente tras la cirugía que nos lo comunique rápidamente.
Si queremos evitar problemas gástricos inducidos por AINE, el agente preventivo de
elección debe ser el misoprostol (análogo semisintético de la prostaglandina E1), aunque
omeprazol, famotidina y sucralfato pueden ser también muy útiles.
Antiinflamatorios no esteroideos para gatos.
Opiáceos
El uso de los derivados del opio ha ido ganando adeptos en los quirófanos veterinarios
de los últimos 15 años. Esto se debe a la necesidad de contrarrestar los efectos nocivos del
dolor en los pacientes quirúrgicos y en su capacidad para reducir las dosis requeridas de los
anestésicos utilizados. Los podemos clasificar según el receptor al que afecten, según su
potencia relativa, según su vida media... sin embargo, para simplificar, diremos que como
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norma general debemos utilizar un agonista (µ/OP3) puro (morfina, petidina, metadona,
fentanilo...) para proporcionar una analgesia intensa. Para dolores moderados podemos
recetar agonistas parciales (buprenorfina). El butorfanol (un agonista‐antagonista) se debería
utilizar como sedante y analgésico suave. Su capacidad de analgesia es corta pero muy
interesante para dolores viscerales.
Opiáceos para gatos.
Metadona 0,2-0,5 mg/kg IM, IV o SC 20-30 min IM/2-5 min IV 2-6 horas
Morfina 0,2-0,4 mg/kg IM 20-30 min 2-4 horas
Petidina / Meperidna 2-4 mg/kg IM 10-30 min 1-1,5 horas
Fentanil 2-5 µg/kg IV 1 min 10-20 min
Buprenorfina 5- 20 µg/kg IM, IV o TM* 30-45 min IM/2-5 min IV 6 horas
Butorfanol 0,05-0,5 mg/kg SC, IM o IV 5-15 min IM/ < 5 min IV 1-1,5 horas
* La vía bucal o transmucosal a esta dosis sólo es válida para los gatos con la boca libre de inflamación.
α2‐agonistas
El efecto analgésico de estos fármacos está claro, pero hasta hace relativamente poco
tiempo no se habían utilizado en el posoperatorio inmediato. Esto se debe a la dificultad que se
tenía para garantizar un uso seguro de estos productos. Con la aparición de la
dexmedetomidina, mucho más fiable y con un efecto más repetible, su uso ha incrementado
considerablemente mediante infusiones a ritmo constante.
Antagonistas NMDA
El bloqueo de estos receptores NMDA presenta una acción dual; la primera es bloquear
la sensación dolorosa crónica de neurotransmisores como glutamato o glicina, y en segundo
lugar evitar el fenómeno de wind up (aumento progresivo/potenciación del dolor) y la
sensibilización central. Los fármacos más utilizados como bloqueantes del rNMDA son la
ketamina y la amantadina. Otros fármacos con efecto sobre el rNMDA son la metadona y el
tramadol. Por último, pregabalina y gabapentina parece que son útiles para luchar contra este
tipo de dolor, aunque seguramente su efecto no se debe al bloqueo directo de los rNMDA sino
al bloqueo de los canales de calcio de alto voltaje presinápticos.
Analgésicos locales
A nivel local, además de los anestésicos locales, podemos utilizar opiáceos y α2‐
agonistas, aunque estos sólo se suelen utilizar a nivel epidural. Del mismo modo, también
existen referencias a la utilización epidural de ketamina o AINE aunque su uso todavía está muy
restringido.
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CONSEJOS PRÁCTICOS PARA UN BUEN USO DE LA ANESTESIA LOCAL
1. Calcular la dosis máxima según el peso ideal del paciente. Administrar la cantidad necesaria
y desestimar el resto.
2. Se pueden mezclar con adrenalina para aumentar el tiempo de acción (0,1 ml de adrenalina
por cada 20 ml de anestésico local).
3. Se debe aspirar siempre antes de inyectar los anestésicos locales tengan o no adrenalina.
Muchos son cardiotóxicos.
4. No se deben administrar anestésicos locales con vasoconstrictores en extremidades, colas
u otros apéndices.
5. Para evitar el dolor de su inyección, los anestésicos locales pueden mezclarse con
bicarbonato (1 parte de bicarbonato por 9 de anestésico). El tiempo para la acción también se
acorta pero la duración total también.
6. Al duplicar la concentración de un anestésico local sólo se incrementa su efecto en un 30%.
Anestésicos locales de uso no epidural.
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¿CÓMO SE PREPAPARA UN CÓCTEL DE MKL O FKL? Basado en el artículo de Aguado,
D., Benito, J., Gómez de Segura I.A.43
Material necesario:
Una botella de 500 ml de lactato de Ringer, suero salino fisiológico o glucosado
al 5%.
40 mg de sulfato de morfina o 0,75 mg de fentanilo.
500 mg de lidocaína.
100 mg de ketamina.
Preparación:
1. Se cuentan los mililitros que suman todos los fármacos y se retira la misma
cantidad de la botella de 500 ml de fluido.
2. Se introducen todos los fármacos en el interior de la botella.
3. En el caso de la morfina y la lidocaina, al ser fármacos fotosensibles, es mejor
proteger la botella (p. ej.: mediante papel de aluminio).
4. Se inyecta un bolo de carga inicial de 3 ml/kg y se inicia una infusión continua
del resto de la botella a 3 ml/kg/hora.
5. El resto de la fluidoterapia de mantenimiento durante la cirugía se toma desde
los 7 ml/kg/hora que quedan de restar los 3 ml/kg/hora a los 10 ml/kg/hora utilizados
habitualmente.
6. Si utilizamos esta solución como analgesia intraoperatoria debemos asegurar el
mantenimiento anestésico con un hipnótico intravenoso o inhalado.
Las dosis finales que estaremos administrando a nuestro paciente serán de:
Morfina: 0,24 mg/kg/hora con una concentración en la botella de 80 mg/l.
Fentanilo: 0,005 mg/kg/hora con una concentración final de 1,5 mg/l.
Lidocaína: 3 mg/kg/hora con 1.000 mg/l de concentración en la botella.
Ketamina: 0,6 mg/kg/hora con una concentración final de 200 mg/l.
* En el caso de los pacientes felinos sería recomendable preparar la dilución sin
lidocaína debido a su potencial efecto tóxico. De utilizarla deberíamos no superar la
dosis de 10 ug/kg/min o 0.6 mg/kg/hr.
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n.a.: El autor quiere hacer notar que personalmente y para los gatos utiliza la
combinación de Fentanilo/Ketamina o Morfina/Ketamina, usando las siguientes dosis
para 500 ml de dilución: Ketamina 60 mg, Morfina 60 mg o en su lugar Fentanilo 0,6
mg. La velocidad de infusión utilizada en la MK es de 1 a 3 ml/kg/hr y en la FK 1
ml/kg/hr. Si el gato ha recibido una dosis intramuscular de ketamina combinada con un
agonista opioide no utiliza dosis de carga.
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