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INTRODUCCIÓN
ERGE es causado por una incompetencia de la barrera antirreflujo así como de la unión
gastroesofágica. Lo que resulta en un reflujo de sustancias acidas o alcalinas al esófago. La ERGE
con el paso de las décadas se ha incrementado. La mayoría de los pacientes experimentan
síntomas intermitentes, se estima que el 20% de los pacientes experimentan síntomas semanales
y del 7 al 10% de los pacientes presentan síntomas diarios.
El tratamiento de la ERGE implica un enfoque del paciente paso a paso: en primer lugar se tiene en
cuenta la modificación de los estilos de vida y terapia medica dirigida a neutralizar el ácido. El
objetivo central del tratamiento está dirigido al control de síntomas, resolución de la esofagitis
cuando está presente y prevención de las complicaciones de la enfermedad. El tratamiento
quirúrgico para la ERGE ha evolucionado mucho desde los primeros procedimientos antirreflujo
que se realizaron hace más de un siglo. A pesar del mejoramiento de las técnicas quirúrgicas
todavía sigue el debate entre esta y un adecuado tratamiento clínico. El resultado del tratamiento
quirúrgico depende de factores preoperatorios del paciente y a una buena técnica quirúrgica. Los
cirujanos deben realizar una adecuada selección de los pacientes y conocer los principios de la
terapia quirúrgica.
INDICACIONES QUIRURGICAS
La selección adecuada del paciente es esencial para obtener óptimos resultados quirúrgicos y para
manejar las expectativas del paciente en el posoperatorio. La indicación más frecuente ha sido
tradicionalmente en pacientes con síntomas de reflujo, refractarios al tratamiento farmacológico.
Sin embrago en la era de potentes medicamentos supresores del ácido (ejm: inhibidores de la
bomba de protones), los resultados después de la funduplicatura en este grupo son subóptimos.
Múltiples estudios han mostrado peores resultados de los síntomas del reflujo en pacientes que
no responden a medicamentos antisecretorios. Sin embargo, los pacientes con síntomas
refractarios al tratamiento farmacológico deben seguir teniendo indicación para el tratamiento
quirúrgico. La prueba fisiológica debe demostrar que existe el reflujo ácido patológico y que
cuando ocurre el reflujo esto se correlaciona con los síntomas del paciente.
Los candidatos ideales para indicación quirúrgica antirreflujo son pacientes que responden a
terapia médica pero no quieren o no pueden consumir os medicamentos todos los días. A medida
que se dispongan de más datos sobre los riesgos asociados al uso de medicamentos inhibidores de
la bomba de protones a largo plazo, como la osteoporosis, estaría indicada la cirugía antirreflujo.
Adicionalmente estaría indicada en pacientes que no cumplen tratamiento médico, en
complicaciones y síntomas atípicos como dolor de pecho, asma, tos crónica, ronquera, erosiones
dentales, fibrosis pulmonar idiopática, neumonía recurrente, aspiración y bronquitis crónica.
Contraindicaciones
Absolutas
Presencia de cáncer esofágico
Mucosa de Barret con alta displacía en la mucosa.
Intolerancia a la anestesia
Alto riesgo quirúrgico por comorbilidades.
Hipertensión portal y coagulopatía no corregida
Relativa
Índice de masa muscular mayor a 35.
Experiencia del cirujano
EVAUACIÓN PREOPERATORIA
Endoscopia
Tiene alta especificidad para el diagnóstico de ERGE. Los cambios visuales o en la histopatología de
la mucosa esofágica son diagnósticos de ERGE, con especificidad mayor del 95%. La biopsia de la
mucosa es un procedimiento esencial en la evaluación de pacientes con reflujo o disfagia. El
esófago de Barret a menudo tiene un color salmón característico, por lo que la inspección visual
es suficiente para este diagnóstico. Los hallazgos endoscópicos son muy específicos para la ERGE,
pero carece de sensibilidad. Aproximadamente el 50% de los pacientes con ERGE tienen una
endoscopia normal por lo que se clasifica como enfermedad de reflujo no erosiva o ERGE no
complicada.
Quizás más importante que el diagnóstico es la capacidad que tiene la endoscopia para detectar
las complicaciones del reflujo gastroesofágico. Incluye la esofagitis erosiva, estenosis péptica,
esófago de Barret, Ca de esófago, obstrucción de la salida gástrica, hallazgos significativos en la
región gastrointestinal superior que impacten en la cirugía.
Manometría esofágica
Los datos demuestran que el mejor predictor de disfagia posoperatoria es la presencia de disfagia
preoperatoria por lo que algunos cirujanos han abandonado esta prueba como parte de la
evaluación preoperatoria. Sin embargo los autores, obtienen una manometría esofágica antes de
realizar una funduplicatura. La manometría ocasionalmente ofrece un diagnóstico alternativo
como en la acalasia en la que está contraindicada la cirugía antirreflujo. Además los hallazgos de la
manometría pueden dar lugar a una modificación del abordaje quirúrgico. En los pacientes con
peristaltismo notablemente desordenado o contracciones de muy baja amplitud, una
funduplicatura parcial o tratamiento no quirúrgico debe ser considerado. El aclaramiento
esofágico es ineficaz para pequeñas cantidades de reflujo lo cual contribuye significativamente a
los síntomas en estos pacientes. A pesar de que reduce el reflujo una funduplicatura completa
también puede hacer más difícil el aclaramiento por lo que se recomienda realizar
preferiblemente la funduplicatura parcial en alteraciones de la motilidad esofágica aunque es
objeto de controversias.
La evidencia nivel II sugiere que los pacientes con trastornos de la motilidad esofágica no
específicos pueden tener un mayor riesgo para la acidez estomacal postoperatoria, regurgitación y
disfagia después de una funduplicatura completa.
Una vez cumplida la evaluación preoperatoria, se pueden discutir las opciones quirúrgicas. La
probabilidad de que la operación alivie los síntomas está relacionada con los síntomas y la
fisiología de la enfermedad. Cando se establece una relación de causa y efecto sólida, se obtienen
buenos resultados. Variedad de técnicas y procedimientos se han descrito.
Opciones para funduplicación
Funduplicación completa
Funduplicación de Nissen: envoltura de 360°
Funduplicación parcial
Funduplicación Toupet: envolvente posterior de 270°
Funduplicación anterior: 180° o 90°
Colina de reparación: reconstrucción del ángulo de His y gastropexia posterior
Procedimiento Belsey Mark IV: envoltura transtorácica de 240°
Con el paciente en posición de Trendelenburg inversa, la disección se inicia con la división del
ligamento gastrohepático. Se debe tener cuidado en este punto para identificar una arteria
hepática izquierda. A menudo, se encuentra una arteria hepática accesoria. Si está presente, uno
puede intentar preservar este vaso; sin embargo, si se impide la exposición o el posicionamiento
de la funduplicatura, se recomienda división. Si el vaso es grande y existe preocupación de que
proporciona la mayor parte del suministro arterial en el lóbulo izquierdo del hígado, debe ser
temporalmente ocluido y el hígado observado para la isquemia. Una vez que el ligamento
gastrohepático se ha dividido, se identifica el pilar derecho y el ligamento frenoesofágico se abre.
Se debe tener cuidado durante esta parte del procedimiento para garantizar que sólo el peritoneo
se abre debido a la disección profunda puede provocar lesiones en el nervio vago anterior o el
esófago. Una vez que se abre el ligamento frenoesofágico, el pilar derecho se moviliza desde el
esófago con disección roma cuidadosa. Esta disección se realiza en sentido anterior y
circunferencialmente al pilar izquierdo. El nervio vago anterior debe ser identificado durante esta
disección para evitar la lesión inadvertida. La visualización de la disección caudal en el pilar
izquierdo puede verse obstaculizado por la grasa, especialmente en un paciente obeso. Cuando
esta disección caudal se convierte en un reto, la división de los vasos gástricos cortos por lo
general proporciona una mayor exposición a la porción caudal del pilar izquierdo. Se debe tener
cuidado durante esta parte de la operación para asegurar que los vasos se toman sin ninguna
lesión térmica al estómago. Una vez que el pilar izquierdo ha sido completamente aclarado
(despejado), la atención se dirige a continuación, a la creación de una ventana posterior por detrás
del esófago. Esta maniobra debe ser abordada con delicadeza, y la disección debe proceder
fácilmente al otro lado. El nervio vago posterior debe ser identificado en este momento. Una vez
se ha creado una ventana, se coloca una asa alrededor del esófago para facilitar la retracción.
Cuando el esófago se retrae hacia arriba, la atención ahora se puede girar para cierre crural. Los
pilares se cierran caudalmente y se mueve en dirección cefálica con sutura no absorbible
interrumpida.
El cierre Crural debe realizarse a neumoperitoneo de baja presión (8-mm Hg a 9 mm Hg) para
reducir el estiramiento diafragmático y la anatomía aproximada. El cierre crural debe dejarse
aproximadamente a uno 1,5 cm del hiato. Un exceso en el cierre crural puede dar lugar a disfagia
que no responde a la dilatación esofágica. Una vez que los pilares se han aproximado, se realiza la
funduplicatura. El fondo del estómago se capta y se trae debajo del esófago. A continuación se
realiza una maniobra de "shoeshine" en el que se sujetan ambos lados del fundus y se moviliza
hacia atrás y hacia delante por detrás del esófago para evaluar la orientación y la tensión
adecuada. Los restos de los vasos gástricos cortos deben alinearse al fundus sin hacerlo girar.
Una vez que el fundus se saca de debajo del esófago, debe permanecer en su lugar después de
que la pinza se libera. Si el fundus se retrae de nuevo bajo el esófago, disección es necesaria para
eliminar la tensión. Se debe pasar un bougie (dispositivos semirrígidos) 56F. Una vez colado el
bougie en su lugar se realiza la funduplicatura competa de 360°.
Un mínimo de 2.5 cm de longitud de esófago intraabdominal es necesario para una envoltura
adecuada, la funduplicatura se realiza en esófago distal. . Tres suturas con compresas no
absorbibles se utilizan para crear la envoltura, incorporando toda la pared esofágica.
Al término de la operación, se puede realizar una endoscopia para evaluar la adecuación de la
funduplicatura. Esto es particularmente útil en los casos difíciles o en reoperaciones.
Sangrado
Cuando se realiza disección en planos anatómicos adecuados, el sangrado significativo inusual.
El sangrado durante la disección del pilar derecho y la Unión Gastro Esofágica(UGE) por lo general
se origina en las ramas de los vasos gástricos izquierdos y por lo general significa que el cirujano ha
diseccionado demasiado cerca de los vasos de la curvatura menor. Se debe tener cuidado cuando
se utilizan dispositivos de energía para la hemostasia en la región de la UGE ya que estos pueden
causar fácilmente un daño térmico al nervio vago. En algunos pacientes, el fundus y el polo
superior del bazo aparecen fusionados y hacen que la división de los vasos gástricos cortos sea
más difícil. Esto se puede controlar mediante la apertura cuidadosa del peritoneo en esta región y
trabajando capa por capa para aislar estos vasos antes de dividirlos. Cuando se produce el
sangrado en esta región, se puede controlar mediante la aplicación de presión, mientras que el
equipo hace un esfuerzo definitivo para detener el sangrado. El cirujano puede agregar un puerto
adicional o un instrumento adicional que se utiliza para ayudar a conseguir el control de la
hemorragia de modo que la exposición puede ser mantenida.
Esófago corto
La tasa de incidencia de un esófago "corto" se estima que es de hasta 10% en pacientes sometidos
a un procedimiento antirreflujo. Un esófago corto es el resultado de la enfermedad de reflujo
crónica que implica ciclos recurrentes de inflamación y la cicatrización, con fibrosis posterior. Esta
entidad puede plantear un desafío único para el cirujano debido a que la longitud del esófago
intraabdominal es un principio clave para el rendimiento de una funduplicatura. La incapacidad de
reconocer y corregir los resultados de un esófago corto en un potencial más alto para producir un
"deslizamiento" de la funduplicatura, una hernia del mediastino, y el resultado operativo
subóptima. En la mayoría de los pacientes, esta entidad se puede manejar con más amplia
movilización de la reducción del mediastino del esófago y de una hernia hiatal, si está presente.
Sin embargo, la obtención de más de 2 cm de longitud de esófago es difícil, incluso si se moviliza el
esófago hasta el arco aórtico. Por lo tanto, algunos pacientes necesitan un procedimiento de
alargamiento de esófago, tal como una gastroplastia de Collis. Los intentos de movilización total
se deben realizar antes de cualquier procedimiento de alargamiento, y la longitud del esófago
intraabdominal deben ser evaluados después de que se complete el cierre crural. El cierre de los
pilares en dirección cefálica desplaza la apertura de hiato en una dirección anterior y cefálica. En
los pacientes con hernias de hiato de tamaño moderado, esta maniobra a menudo puede ganar
varios centímetros de longitud intraabdominal.
Cuidado posoperatorio
Después de la operación, los pacientes son ingresados a una habitación normal del hospital. No
necesitan sonda nasogástrica ni un catéter Foley. El uso de narcóticos se mantiene a un mínimo, y
se le da pie ketorolaco trometamina rutinariamente para reducir el uso de narcóticos. Se les pone
en una dieta de líquidos claros a la mañana siguiente. Son dados de alta en el día 1 tras la
operación y se mantienen en una dieta líquida completa durante 1 semana, momento en el cual se
introduce una dieta blanda. Un estudio de serie gastrointestinal superior postoperatorio no se
obtiene de forma rutinaria a menos que esté indicado clínicamente. Los pacientes con dolor en el
pecho, náuseas o taquicardia inexplicable deben ser exámenes imagenológicos inmediatos para
excluir la posibilidad de una envoltura de hernia.
Reintervención de la funduplicatura
La tasa de fracaso de funduplicatura de flujo se estima que es entre 5% y 30%, dependiendo de la
serie. No todos los pacientes con una funduplicatura no necesitan reintervención. Los candidatos
para la cirugía de reintervención deben tener evidencia de fallo en base a estudios fisiológicos o
una anomalía anatómica que puede ser corregida quirúrgicamente. La indicación más común para
la reoperación es síntomas recurrentes, bien a un "deslizado" de la funduplicatura o herniación de
la funduplicatura hacia el mediastino. Independientemente de la indicación, el principio clave de la
funduplicatura de reintervención es la restauración completa de la anatomía normal antes de
cualquier revisión. La cirugía de revisión puede intentarse por vía laparoscópica; Sin embargo, un
bajo umbral para la conversión debe mantenerse abierta. En pacientes en los que la revisión no
puede ser completada por vía laparoscópica debido a adherencias densas u otra anomalía
anatómica, un enfoque transtorácico o toracoabdominal puede ser beneficioso.