You are on page 1of 6

T.

7 ARTE BIZANTINO
El  arte  bizantino  se  desarrolla  entre  los  s.  VI  al  XV  en  el  Imperio  Romano  de  Oriente,  asentando  
su  capital  en  Constantinopla,  pasando  a  ser  llamada  Bizancio  en  el  s.  VI,  de  donde  se  toma  el  
nombre  para  el  imperio.  Actualmente  es  conocida  como  Estambul.  Sin  embargo,  se  trata  de  un  
arte  totalmente  independiente  al  anterior  romano.  

Así  pues,  podemos  dividir  el  arte  bizantino  en  tres  etapas  fundamentales  o  edades  de  oro:  

1) Primera  edad  de  oro:  la  cual  acabará  con  la  crisis  iconoclasta  en  el  s.IX.  
2) Segundad  edad  de  oro:  que  finalizará  con  el  imperio  latino  en  el  s.XII.  
3) Tercera  edad  de  oro:  cuyo  fin  tendrá  lugar  en  el  s.XV  con  la  conquista  de  los  turcos  
otonianos.  

 
La  arquitectura  bizantina  
 
responde  principalmente  a  
La   luz   jugará   un   papel     una  función  religiosa,  con  
fundamental,   pues   actúa   tendencia  al  
 
con   un   sentido   estético,   monumentalismo,  sin  
acercando   pues   al   feligrés     embargo,  en  épocas  de  crisis  
cerca  de  dios.   las  edificaciones  disminuirán  
  considerablemente  sus  
  dimensiones.  
ARQUITECTURA  
 

 
La  planta,  suele  ser  
Continuidad  en  cuanto  al  uso  de     centralizada  y  basilicales  
materiales  y  tecnología  romanos  (uso  de   (aunque  estas  últimas  tienden  
arcos  de  medio  punto,  cúpulas,    
a  la  centralización).  
bóvedas…  )  Sin  embargo,  en  el  imperio    
de  occidente,  los  visigodos,  no  podrán   Al  igual  que  en  el  arte  
continuar  estos  avances,  puesto  que     paleocristiano,  existe  un  
con  la  caída  del  Imperio  Romano  estos   fuerte  contraste  entre  un  
 
conocimientos  serán  perdidos.   exterior  sobrio  frente  a  un  
  interior  exuberante.  
 
   

 
Búsqueda  permanente  de  la  amplitud.  
 
Empleo  sistemático  de  cubiertas  
 
abovedadas  en  particular  la  cúpula  sobre  
  pechinas.  

     
 

IGLESIA  DE  SANTA  SOFIA  DE  CONSTANTINOPLA  

Edificada por Justiniano en el s. VI, siendo esta una


expresión más de su poder y divinización del mismo ,
mostrandose cerca del creador.
Entre todos los elementos de esta suntuosa
construcción destaca principalmente su cúpula,
asentada sobre pechinas y ubicada en el centro de la cru
griega que forma en su planta. Esta a su vez se verá
reforzada por exedras o medias cúpulas, a su vez
respaldadas sopre otros dos cupulines (disposición
escalonada).
Sin embargo, actualmente se trata de una edificación muy transformada a lo largo de
su historia, en la que destraca esencialmente su subrio exterior, potenciando la
sensacion de asombro en el expectador al contemplar su rico interior.
En cuanto a su planta, como ya se ha mencionado anteriormente, se trata de una cruz
griega inscrita en un cuadrado, aunque con sentido de planta basilical que cambia al
ser centralizado en planta. Por tanto se tratará de una edificación tomada como
referencia a lo largo de la historia del arte, especialmente su cúpula, la cual, a su vez
es muestra de su elevado desarrollo tecnológico. Esta es una cubrición que requiere
un alto desorrollo matemático; la cual ha quebrado en varias ocasiones, por ello los
amteriales utilizados para su construcción han sido ligeros.También, como vestigio
paleocristiano, presenta un nártex, dedicado a los catecúmenos.
En cuanto a su interior, la exhuberante decoración original fue destruida durante la
crisi iconoclásta, la cual desolará el Imperio Bizantino. Esta tiene su origen en la
idolatración de la imagen religiosa, por lo que se desarrolla una reacción que tacha
de eregía la idolatría de las mismas. Con todo ello, se alzan con la victoria los
seguidores iconoclastas, los cuales instaurarán la iconoclástia entre los años 723-
846.
Esta crisis iconoclasta supondrá la pérdida de los Opus Musivum de las grandes
iglesias de bizancio. Así pues, durante la Segunda edad de oro, se recuperarán los
mosaicos perdidos, sin embargo estos serán de una calidad menor. Con todo ello, la
ciudad de Bizancio fue el epicentro de la citada crisis, conservándose los mejores
ejemplos lejos del mismo, especialmente en Italia, con centros neurálgicos como
Rávena.
Ya con la llegada de los turcos otomanos, la basílica de Santa Sofía perderá su
esencia original, pues será convertida al
credo musulmán, lo cual conllevará la
adicción de elementos como alminares y
decoraciones en formad de medallones
con versículos del Corán junto a vegetales
y geométricas.

     
Cuando  se  creaía  toda  decoración  bizantina  perdida,  la  aparición  de  
grietas  en  la  cúpula  a  causa  de  un  terremota,  hizo  que  durante  los  
procesos  de  restauración  se  mostrasen  a  la  luz  imágenes  en  opus  
musivum.  

A  demás  del  uso  de  opus  musivum,  también  serán  utilizados  


mármoles  de  colores,  lo  cual  demuestra  que  Justiniano  presentaba  
un  esquisito  gusto  en  la  decoración  (  lo  cual  tenía  un  sobrefondo  de  
propaganda  política).  

IGLESIA DE SAN APOLINAR IN CLASSE:


 

Fuera del área de bizancio , concretamente en la peninsula itálica encontraremos la


iglesia de San Apolinar in Classe, en Rávena (s. VI). Se trata de una edificación de
planta basilical ( de vestigio paleocristiano), la cual constrasta el sobrie exterior con
una rica decoración interior. Esta consta de tres naves, separando la central de las
laterales por arquerias de medio punto, siendo a
su vez la central de mayor altura y anchura que
las laterales.
Se trata de una arquitectura adintelada, con
cubierta a dos aguas, y en cuyo ábside
encontramos una rica decoración a base de opus
musivum, en el que se representa al buen pastor
junto a un rebaño de ovejas, que simbolizan las almas crsitianas.
 

IGLESIA DE SAN VITAL:


Otro ejemplo fundamental de arquitectura bizantina en Rávena será la basílica de
San Vital de Rávena (s. VI), la cual responderá a un esquema centralizado en planta
(octogonal, pese a no ser un baptisterio).
Será destacable s gran cúpula, apoyada sobre pilares y columnas, lo cual será
especialmente perceptible en artes posteriores como el visigodo. También como
vestigio del antiguo arte paleocristiano, aparecerá en planta el nártex y el atrio, cuya
existencia también se extenderá a lo largo de toda la producción medieval. Respecto
al nártex, este será lateralizado, y carecerá de sentido religioso.
En cuanto a la decoración del edificio, será utilizado el opus musivum, destacando
especialmente las representaciones de Justiniano y Teodora. Así pues, en el ábside
encontraremos una representación de Jesús, junto a arcángeles y ministros de la
iglesia. Bajo esta representación encontraremos los musaicos de Justiniano (a la
derecha de dios) y Teodora, por encima del punto de vista del espectador, pues ellos
están más cerca de dios que cualquier otro feligrés.

     
 

MOSAICOS  

El desarrollo del mosaico continuo la tradición romana paleocristiana, alcanzado su


máxima expresión durante la etapa de oro bizantina.
Al igual que todas las manifestaciones artísticas, se trata de elementos con un
marcado carácter religioso, y con un trasfondo político (poder imperial) y estético
(simbolismo, como por ejemplo el uso de la luz como representación de Dios). A su
vez, se trata de manifestaciones simbólicas, hieráticas, rígidas y esquemáticas, con
una compleja iconografía.
Para apreciar con una mayor precisión todos estos rasgos, tomaremos como ejemplo
los mosaicos de la iglesia de San Vital de Rávena, al ser los mejor conservados.
En primer lugar, nos centraremos en aquellos que se localizan en el ábside, en los
que aparece cristo sin barba (pues todavía no se había
tipificado la imagen cristológica).
Aparece en forma de pantocrátor, es decir como señor del
universo entronizado, el cual aparecerá sujetando con una
mano el libro de las sagradas escrituras, y con la otra una
corona. Esta representación ha dado lugar a dos hipótesis
interpretativas: una en la que se defiende a un dios señor del
universo, y por ello sujeta en su diestra la corona; o una
segunda, en la que se piensa que se trata de un gesto
simbólico, en el que Cristo corona a Justiniano como
emperador.
Es interesante también la disposición del nimbo tras Cristo, con tres rayos, es decir,
con tres potencias, siendo esto un atributo divino. (*Con potencias nos referimos a
los ángeles. Ningún ser humano ha tenido potencias a excepción de moisés, de ahí
que este sea representado frecuentemente con dos cuernos o potencias.
Más abajo, como ya se habia citado anteriormente, encontraremos el mosaico de
Justiniano, con una exquisita decoración, en la que aparece el emperador con su
sequito, dividido en cargos religiosos y civiles, recogiendo la imagen del emperador
en el centro de la composición, apareciendo este en posición oferente. Esta obra
estará elaborada con teselas policromadas y doradas, de naturaleza cerámica, con
formas variadas, tal que triangulares, gotiformes, cuadradas…
 

     
En cuanto al mosaico de Teodora, aparecerá la emperatriz con corona y nimbo de
santidad (pese haber empezado su recorrido por la vida como meretriz). Esta
presentará la corona tipica que posteriormente será portada por las zarinas. A ello se
añaden ricas túnicas y especialmente la cortina, la cual, además de funcionar como
elemento estético, nos da a conocer el protocolo bizantino , pues los emperadores se
encontraban detrás de las cortinas, sociandose ello a la idea de no visión directa de
Dios.
 

 Además,  cabe  resaltar,  que  en  caso  de  ambas  obras  no  se  trata  de  retablos,  sino  de  
representaciones  en  las  que  se  trata  de  dar  un  cierto  parecido.  

ICONOS BIZANTINOS
Con icono bizantino hacemos referencia a una manifestación artística de carácter
religioso, y con formato portatil, generalmente de madera o metal. El termino icono
procede del griego, cuyo significado es imagen.
Así pues, estos pasarán a ser objetos convencionales de
culto, y que durante la crisis iconoclasta serán
perseguidos y despruidos, por ser especialmente estos
los causantes de la misma, ya que la idolatría de los
mismos dio lugar a grandes peregrinaciones y
adoraciones de materiales.
Estos responden a una estética hierática, antinaturalista
y simbólica. También será muy frecuente que el fondo
sea dorado, para enfatizar la idea de sagrado, logrando
transcribir la escena a un espacio transcendental, y
acentuando pues su carga simbólica.
A su vez, sobre los mismos se pintará al temple de huevo, normalmente con caseína.
En cuanto a las restauraciones actuales, quitaremos los fondos enrriquecidos con
revestimientos de orfebrería, tratándose de un laborioso proceso.
Otro ejemplo de estas representaciones artísticas pueden ser las numerosas escenas
bíblicas, tal y como la resurrección de Lázaro, la adoración de los magos de
oriente…
En cuanto al deterioro de la misma, afectará principalmente al interior o alma, pues
será este el que reciba todas las cargas, perforaciones de clavos, ataque de

     
xilófagos… Así pues, las continuas intervenciones, tal y como las adicciones de
orfebrerías, conllevarán la perdida de pintura. Entre los pigmentos más utilizados y
cotizados destacará el rojo de minio, siendo este un pigmento de doble síntesis, pues
se obtendrá a partir de la calcinación del blanco de plomo.
En cuanto a la imagen de la resurrección de Lázaro, refleja uno de los milagros
fundamentales para el dogma cristiano, pues en él se recogerá su principal promesa,
es decir, la resurrección a todo aquel cristiano que profese la religión sin necesidad
de embalsamamientos u otros cultos.

Los fondos dorados son comunes, hay


fondos rojos el color rojo minio es el
color caro , es artificial de doble proceso
que da un punto naranja, con los fondos
se engrandece la obra creandose un
espacio transcendente.

     

You might also like