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Los procesos administrativos y judiciales en los cuales se hallan involucrados los hijos
donde se ventila la custodia de los mismos o la regulación de visitas están viéndose afectados por
un fenómeno como la formulación de denuncias falsas de abuso sexual a niños por parte de uno
de los padres dirigidas al otro, para evitar que este pueda tener la custodia o pueda visitar a su
hijo. Es una estrategia encaminada no solo a desprestigiar al padre presuntamente abusador sino
a que no pueda tener el mínimo contacto con sus hijos. Se afecta el desarrollo emocional del hijo
y del padre al privar las relaciones vinculares entre ellos. Esta situación, que ha aumentado desde
la década de los 70 hasta nuestros días, es de tal magnitud que estudios lo han demostrado. En
esta forma en los 70 una investigación de Peters (1976, citado en Manzanero, 1996) en las
clínicas de Filadelfia (Estados Unidos) que tratan a víctimas de violencia sexual se señala que
un 6% de las denuncias por abuso sexual presentadas y derivadas a un hospital son falsas. Este
(1984, citado en Manzanero, 1996) se afirma que cuando hay procesos de custodia o regulación
de visitas el porcentaje es de 55%. En el año 2001 Bruck, Ceci y Hembrooke (citado en Garrido
& Masip, 2004 ) estiman que entre un 5 % y un 35 % de los casos que se denuncian en realidad
no han sucedido.
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Sin embargo, en el año 2007 Faller (citado en Pereda & Arch, 2009 p. 282 ) afirma que
“la falsa denuncia intencional se sitúa en un 6% de todos los casos de abuso sexual” y que “las
en los porcentajes se da por los diferentes contextos en los que se dan las investigaciones, pero
machista, no concibe aún a un padre que acaricie, bese y llore con sus hijos, y mucho menos que
los bañe, los vista o los asee. De tal forma que la esposa afectada por un interés judicial o
administrativo, puede aprovechar esas situaciones que le sirven de argumento central para
señalar que los está morboseando y tocando con fines sexuales que dan lugar a que se puedan
promover denuncias de abuso sexual a los niños, niñas o adolescentes, más aún cuando se
denuncias pretenden afectar la decisión judicial o administrativa para verse favorecido quien
evaluación del estado mental de la víctima y la evaluación del daño psicológico producido en
ella. De tal forma que debe conocer muy bien las características psicológicas que presenta un
niño abusado sexualmente, lo cual se describe en el informe pericial que rinde a la autoridad
competente con el fin de que se decida y determine si hay ese abuso sexual y si es o no una
comportamentales y sexuales que presentan los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso
sexual, al igual que las consecuencias a corto plazo del abuso sexual en esta población y las
principales secuelas psicológicas en víctimas adultas de abuso sexual en la infancia, los que
En algunos estudios se señala que dentro de los efectos a corto y largo plazo del abuso
sexual desde muy temprana edad que se refleja en una frecuencia más alta de juegos sexuales,
Beitchman, Zucker, Hood, da Costa y Akman, 1991) y Beitchman, Zucker, Hood, da Costa,
Akman, y Cassavia, 1992, citados en Garrido & Massip, 2004). Del mismo modo, en otros
estudios se ha hallado también que estos niños pueden presentar problemas conductuales y
Conforme con estos hallazgos, es fundamental que el psicólogo jurídico tenga en cuenta
Es así como la entrevista a los niños tiene una gran importancia para el psicólogo forense
por cuanto debe tener el cuidado para no desvirtuar hechos ni inducir al niño en errores,
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de tal forma que se debe adoptar una actitud analítica e integral, no asumiendo sesgos que
como los niños desde los 3 años tienen conciencia de lo que es la mentira y la ocultan y
no comentan nada al respecto (Garrido, Massip & Herrero, 2006). Larrañaga,2010 (p. 1)
Los menores suelen ser menos creídos que los adultos. No obstante esta credibilidad
depende de múltiples factores, entre los que se encuentra el tipo de delito sobre el que
declara el menor. Así, los menores víctimas de agresiones sexuales suelen ser bastante
más creídos que los adultos. La exactitud de las declaraciones de estos menores podría,
entonces, sobrevalorarse. De forma que algunas declaraciones falsas podrían pasar por
Por consiguiente estas dos situaciones hacen necesario que el psicólogo forense
continuamente esté capacitándose y preparándose para poder evaluar de manera adecuada los
un niño es creíble o no, de tal forma que Alonso-Quecuty (1992), Kohnken (1989), Luus y
Whells (1992), Trankell (1972 (citados en Manzanero, 2000) dan elementos indiciarios y
De tal forma, el psicólogo forense debe realizar una evaluación objetiva de la credibilidad
del relato del niño, niña o adolescente presuntamente abusado utilizando para ello una adecuada
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una lista de criterios sino una metodología para disminuir la subjetividad y valorar el contexto en
Referencias
en: http://scielo.isciii.es/pdf/cmf/n43-44/06.pdf
Garrido, E, & Masip, J. (2004). La Evaluación del abuso sexual infantil. En Colegio Oficial de
30 de julio de 2017, de
http://www.bienestaryproteccioninfantil.es/imagenes/tablaContenidos03SubSec/asigarrido-masip(1).pdf
Larrañaga, F. (2010) Valoración de las falsas denuncias por abuso sexual y del testimonio de los
de http://fralapi.blogspot.com.co/2010/
Pereda, N., & Arch, M.. (2009). Abuso sexual infantil y síndrome de alienación parental: