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CASPER C. DE JONGE
ταύτῃ καὶ ὁ τῶν Ἰουδαίων θεσμοθέτης, οὐχ ὁ τυχὼν ἀνήρ, ἐπειδὴ τὴν τοῦ θείου
δύναμιν κατὰ τὴν ἀξίαν ἐχώρησε κἀξέφηνεν, εὐθὺς ἐν τῇ εἰσβολῇ γράψας τῶν νόμων
“εἶπεν ὁ Θεός”, φησί, – τί; “γενέσθω φῶς, καὶ ἐγένετο· γενέσθω γῆ, καὶ ἐγένετο.”
(Longino 9.9)
Un efecto similar fue conseguido por el legislador de los Judíos, que no era un hombre
común, pues comprendió y supo expresar debidamente el poder de la divinidad. Cuando
al principio de sus leyes escribía: «Dios dijo», dice ¿qué?, «Que sea la luz». «Y la luz se
hizo»; que sea la tierra». «Y la tierra se hizo».
1. INTRODUCCIÓN
Por largo tiempo sobre lo sublime fue considerado como única y aislada pieza del
criticismo antiguo. La visión tradicional de Longino, que fue expresada muy
elocuentemente por Alexander Pope, quien sobre Longino escribió que “él mismo es la
gran sublimidad que el modela”. Peri Hupsos es, ciertamente, un tratado muy especial,
como percibimos cuando leemos sus brillantes observaciones sobre Homero, Safo o
Demóstenes. De todas maneras, Russell ha argumentado de manera correcta que
Longino es menos misterioso y enigmático que lo sugerido por las exageraciones de
muchos lectores modernos. El tópico del tratado de Longino y su elocuente estilo lo
hacen diferente a otros retóricos. Sin embargo, como señala Russell, Longino de hecho
“representa una tradición”. Siguiendo esta sugerencia, varios investigadores han
intentado conectar la doctrina de sobre lo sublime con el punto de vista de pensadores
tempranos y contemporáneos, con el fin de señalar como exactamente Longino se
adapta a la tradición filosófica, retórica y critica de la antigüedad grecorromana.
Las obras de Philo, Manilio y Plinio resultarían ser, especialmente, los frutos de esta
postura. En el siglo XXI hemos visto gran número de publicaciones estimulantes sobre
lo sublime, particularmente, los estudiosos del tema han demostrado como la categoría
de lo sublime se muestra fuera del dominio de la retórica. Dos investigadores han
contribuido con este debate. En primer lugar, Conte incluye una fascinante discusión
sobre lo sublime en su reciente estudio sobre Virgilio, “The poetry of pathos” (2007). Él
subraya que el interés de Longino en la composición (sunthesis) es una importante
fuente de lo sublime profundamente reflejada en la poesía de Virgilio. Conte afirma que
Virgilio utiliza un estilo sublime, el secreto de tal cuestión debe buscarse en la
sorpresiva y poderosa combinación de palabras más que en el vocabulario mismo. La
lectura que realiza Conte de Virgilio desde la perspectiva de Longino invita a
reflexionar más acerca de la relación entre la poesía romana en tiempos de Octavio y la
crítica literaria griega. El segundo investigador que debe ser mencionado es Porter.
Durante los últimos años Porter ha publicado una importante cantidad de artículos en
los cuales muestra como la categoría de lo sublime es relevante para la obra de muchos
autores griegos y romanos. Así, ha publicado sobre lo sublime en Cicerón, Filodemo,
Pausanias, Lucrecio e incluso en los filósofos presocráticos.
El siguiente artículo en consonancia con la tendencia a considerar el contexto intelectual
del “Peri Hupsos” más que a su supuesto único y misterioso lugar en la historia de la
literatura.
Concuerdo con los investigadores recientemente mencionados (Porter y Conte, en
particular) que el concepto de lo sublime en la antigüedad no está confinado al tratado
de Longino, y que es importante reconocer las conexiones entre su obra y otros textos
literarios, filosóficos y críticos.
Además de Longino, existe otro critico en cuyas obras el concepto de sublimidad juega
un rol importante, Dionisio de Halicarnaso, quien desarrollo su actividad literaria en
Roma entre el 30 -8 a.C.
Es llamativo que muchos estudiosos que intentan conectar a Longino con autores
tempranos o incluso contemporáneos, ignoren la visión de Hupsos que tiene Dionisio o
consideren que el autor utiliza este término exclusivamente para caracterizar aspectos
formales del estilo elevado (opuesto a un estilo simple o intermedio). Una importante
excepción es Porter, quien ha sugerido acertadamente que la obra de Dionisio es
relevante para la cronología de lo sublime.
Retomando sus observaciones, demostrare que existe una clara continuidad entre el
concepto de Hupsos en Longino y las observaciones de Hupsos en Dionisio, esta
continuidad se manifiesta evidente en ambos escritores a partir de los parámetros
religiosos del concepto de lo sublime.
Dionisio y su colega Cecilio han sido los principales representantes del clasicismo
griego en el periodo Augústeo. Al focalizar en el debate sobre Hupsos que aconteció en
el círculo de críticos durante el periodo de Augusto, este articulo colabora con la
reconstrucción de una parte del contexto intelectual al que pertenece la obra “sobre lo
Sublime” de Longino.
El principal significado de Hupsos es, por supuesto, “elevado”. Una cita de Pausanias
demuestra el significado básico de Hupselos como “alto”, mientras al mismo tiempo
muestra la connotación imponente que se asocia a la palabra
Cita
Autor y lector son frecuentemente descriptos con lenguaje religioso, el primero como
“inspirado” el segundo como un sujeto en estado de “ektasis”. Un pasaje de vital
importancia es el 36.1 de “Sobre lo Sublime” donde Longino destaca que los escritores
talentosos “están por sobre el resto de los mortales” y agrega las famosas palabras
Cita
I. Pensamientos divinos (o temas). En primer lugar, los dioses y sus acciones son el
tema ideal para la escritura sublime. En su discusión acerca de la grandeza de
pensamientos (to megalophues), la primera y más poderosa fuente de lo sublime,
Longino inicialmente cita un número de descripciones de formidables divinidades,
culminando en el pasaje de génesis en el que se describe a Dios creando la luz y la
tierra. La paráfrasis de Génesis está precedida por cuatro pasajes homéricos y seguida
de dos más (sobre lo sublime 9.4-11, representaciones de lo divino):
Cita
II. La inspiración del autor. La última observación, en la que se identifica a Homero con
uno de los dioses en su propia narrativa, nos ofrece el segundo tópico: este discurso
religioso también informa sobre la visión de Longino acerca de lo que concierne al
autor. Ya se ha observado que lo sublime eleva al autor cerca de la megalophrosuné de
la divinidad. Autores talentosos suelen ser presentados como criaturas divinas. De este
modo, cuando Longino critica el estilo poco convencional en un pasaje de Las Leyes,
subraya que Platón es de todos modos “divino” (theios). “divino Platón” es en si misma
una formula común que encontramos en Cicerón y otros más, pero Longino hace un uso
mas abundante de este tipo de vocabulario que cualquier otro autor: así, Jenofonte y
Platón son llamados héroes y escritures sublimes son denominados Isotheoi
(semidioses).
Como se observa, el legislador hebreo (en 9.9 ) es presentado como “no un hombre
común, no cualquier hombre”. Estas palabras pueden ser interpretadas como una
referencia a la condición sobrehumana de Moisés, de quien se dice que “creo una
concepción digna del poder divino”. La idea de posesión también juega un papel
importante en la caracterización que realiza Longino sobre el autor, quien en algunas
ocasiones ofrece una reminiscencia con el poeta inspirado de Platón en Ion. En su
discusión sobre el juramento de Demóstenes en Maratón (sobre la corona 208) Longino
informa que cuando el orador hace uso de sublimes figuras en su discurso, él es “como
un hombre súbitamente inspirado por un dios y por asi decirlo, Phoebus-seized
(phoiboleptos).
En primer lugar, se podría pensar que Dionisio simplemente clasifica a Lisias como
representante de un estilo simple. De todos modos, en efecto, parece ser que en este
pasaje el término Hupsele da lugar a un número de categorías que podrían fácilmente
encajar en la descripción de lo sublime que realiza Longino. Primero, Dionisio
(indirectamente) afirma que a diferencia de la lexis de Lisias, el estilo sublime moviliza
al auditorio a maravillarse; zaumastos, la palabra que él utiliza, pertenece (junto a otras
derivaciones de zauma y zaumastos) al conjunto de adjetivos favoritos de Longino para
expresar el efecto de la escritura sublime. “lo formidable” (to deinon) y “lo asombroso”
son igualmente predominantes en la descripción del impacto de Hupsos en Longino.
Además, Dionisio afirma que un pasaje sublime debe estar colmado de inspiración
(pneuma): la última palabra evoca la descripción de Longino sobre la inspiración de
Demostenes (16.2).
Finalmente, el análisis de Dionisio implica que, a diferencia del estilo de Lisias, más prudente y
menos osado, lo sublime apuntaría hacia un estilo elevado no exento de un dramático fracaso.
Este pensamiento es que se encuentra exactamente en Longino: de acuerdo con el autor de Peri
Hupsos, los escritores mediocres están a salvo “ya que nunca corren riesgos y nunca aspiran a lo
elevado”. Aquí, Longino usa precisamente las mismas palabras que Dionisio cuando realiza la
valoración del estilo de Lisias: parakindineuein (arriesgarse) como opuesto a asfales (seguro).
Longino parece estar ciertamente de acuerdo con Dionisio en que la lexis de Lisias no es
sublime. Este pasaje debería servir a modo de advertencia para aquellos que consideran que
Cecilio de Caleacte contempla a Lisias como modelo de lo sublime.
Desde luego, es sabido que Cecilio admiraba a Lisias en cuanto al estilo, y Longino afirma que
en su trabajo “sobre Lisias” Cecilio presenta al orador como superior a Platón. No obstante, a
partir de esta información no es posible arribar a la conclusión que Lisias haya sido un modelo
de lo sublime para él. Cecilio escribió varios volúmenes sobre Demóstenes; por este motivo,
este orador parece un modelo más probable de lo sublime. Dionisio también escribió una obra,
“sobre Demostenes”, en la que describe el asombroso impacto de los discursos del orador.
Aunque, no utiliza el termino Hupsos en el siguiente pasaje, ciertamente sus palabras hacen eco
de la experiencia extática que señala Longino, fruto de la escritura sublime. (Dion. Hal. Dem.
22.176.15-177.1 Us. –Rad.):
Cita
Cita
Dionisio presenta aquí a Isócrates como a un campeón de lo sublime. Aunque este pasaje
esparte de su análisis del estilo de Isócrates la discusión acerca de la grandeza del orador y la
maravilla de lo sublime es claramente no restrictiva al asunto estilístico: concierne a su retórica
en general. Es sorprendente que la sublimidad de Isócrates se exprese por tener un carácter que
es mas acorde a lo heroico que a una naturaleza humana (cita en griego). En efecto, esta
observación nos recuerda el carácter sobrehumano de lo sublime en Longino, quien como se ha
observado describe a sus autores favoritos como “héroes”.
La comparación de Dionisio con la escultura es también fascinante. Lisias es comparado con
Calamis y Calímaco, dos escultores clásicos quienes fueron famosos por modelar figuras
humanas. Vitruvio menciona a Calímaco como el inventor del capitel Corintio y lo elogia por el
refinamiento y delicadeza de su trabajo. Por otro lado Isócrates es comparado con el famoso
escultor Polícloto y Confirias, quien descolló al trabajar mayores y “divinos” temas. En otras
palabras, existe una conexión entre lo sublime y las representaciones de lo divino, una relación
que se ha encontrado ya anteriormente en nuestra discusión acerca de Longino. La similitud (o
deberíamos decir continuidad) entre el discurso e ideas dde Dionisio y Longino se vuelven más
obvias cuando se observa la explicación de Dionisio sobre el éxito de Isócrates: el orador debe
“tener pensamientos elevados por naturaleza”. Se ha observado que “megalofrocine” es una
palabra central en el tratado “sobre lo sublime”, donde señala la noble mentalidad del autor
talentoso como la primera y más importante fuente de Hupsos. Recordamos que, de acuerdo a
Longino (36.1), “lo sublime eleva al autor cerca de la noble mente del dios”. Incluso más
conocido es el aforismo de Longino (9.2): “lo sublime es el eco de una mente virtuosa”. La
discusión acerca de la sublimidad en Isócrates demuestra que, para Dionisio, hupsos es mucho
más que una categoría formal referida a un estilo grandilocuente. Tal como lo hace Longino, él
describe lo sublime en términos religiosos. Además, lejos de tratar esta categoría como un
asunto técnico de figuras y dicción elevada, Dionisio relaciona hupsos directamente al
pensamiento y al carácter del autor: en lo que respecta a esto existe una remarcada continuidad
entre Dionisio y Longino. Por supuesto, Isócrates no es uno de los ejemplos principales de
Longino: incluso él ha expresado que “Isócrates cae en una incomprensible puerilidad por su
ambición de amplificar todo”. En las valoraciones de ambos de autores individuales, Longino y
Dionisio desacuerdan en varios puntos. Pero el concepto de lo sublime en Dionisio en muchos
aspectos parece anticipar el “peri hupsos de Longino”