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Predicación Efesios 4:7 – 13

Efesios 4:7-13 “Empero á cada uno de nosotros es dada la gracia conforme á la medida del
don de Cristo. (8) Por lo cual dice: Subiendo á lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dió dones
á los hombres. (9) (Y que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero á las
partes más bajas de la tierra? (10) El que descendió, él mismo es el que también subió sobre
todos los cielos para cumplir todas las cosas.) (11) Y él mismo dió unos, ciertamente
apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores; (12) Para
perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;
(13) Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á
un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo”

Introducción
¿Qué es lo que quiere Dios de su iglesia?

“…que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento


del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de
la plenitud de Cristo”
Esta es la culminación de una iglesia que ha estado trabajando y perseverando en crecer en
el Señor. Una iglesia que crece en conocimiento, en servicio, en amor.

En los primeros versículos de Efesios 4, el apóstol Pablo presenta aquellas características en


común que deben poseer los hijos de Dios.

Es decir, todo lo que ha hablado el apóstol Pablo desde el versículo 1 hasta el 6, son cosas
que atañen a la iglesia en su totalidad, de forma global. Todos los hijos de Dios deben ser
humildes, mansos, pacientes y amorosos. Cada uno debe ser solícito en mantener la unidad
que el Espíritu nos ha otorgado como iglesia. Todos bajo un mismo Espíritu, un mismo Señor
y un mismo Padre. Todos juntos en un mismo cuerpo.

Sin embargo ¿Hay algo que yo tenga que aportar a la iglesia para que esta pueda llegar a ser
perfecta? Al parecer, es una gran pregunta. Me enfrenta, me recrimina ¿Tu puedes aportar
para que la iglesia alcance la plenitud que Dios busca de ella?

Creo que es una pregunta válida. A veces nos vemos rodeados por personas de la iglesia que
hacen cosas que, a los ojos de uno, son muy importantes. Son pastores, son ancianos
gobernantes, predican cada domingo, hacen clases en la clase de adultos en la iglesia cuando
no está el pastor, dirigen un grupo o local.

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Efesios 4: 7 A cada uno es dada la Gracia
Lo emocionante de la respuesta a la pregunta, es que la respuesta es que SI. Hermanos, cada
uno de nosotros puede aportar para que la iglesia sea cada vez más perfecta, cada vez mejor.

El apóstol Pablo hace esa distinción en el versículo 7. Si bien antes ruega a que todos los
hermanos de Éfeso anden como es digno del llamado de Dios, que sean humildes, mansos,
pacientes, etc. Ahora él introduce otro aspecto que aporta en el crecimiento y
perfeccionamiento de la iglesia: La contribución de cada individuo que pertenece a la iglesia.

¿Cómo vemos esto en el pasaje? Porque el apóstol Pablo nos enseña que a CADA UNO es
“dada la Gracia conforme a la medida del don de Cristo”. Es precioso. Hermanos, si se
pregunta si usted puede aportar en la iglesia para la Gloria de Dios, la respuesta es que sí y
Dios le ha dado su Gracia para que lo lleve a cabo. Dios no solo ha escogido grandes pastores
y predicadores en la historia, Dios lo escogió, desde antes de la fundación del mundo como
nos enseña Efesios 1, y le ha dado su Gracia. Lo ha hecho de distintas formas. Primero porque
lo amó y lo escogió. Lo salvó por medio de Cristo, le ha dado su Espíritu, le promete una
heredad eterna solo porque estuvo en su voluntad hacerlo, y ahora, el Señor nos imparte su
Gracia a través de los dones que nos permiten servirle. Todo gratuito, nada que nosotros
podamos obtener por nosotros mismos, sino que solo lo podemos obtener si nos es regalado.

Pero ojo, todo CONFORME a la medida del don de Cristo. Él es soberano para repartir sus
dones conforme a su voluntad. A unos les dio más, a otros menos. A unos les dio 5 dones, a
otros 2, a otros 1 solo. Pero no lo entierre, utilícelo para el Señor.

Puede que, a los ojos de los hombres, algunos hermanos tienen dones más importantes y otros
menos importantes, sin embargo, el mismo apóstol nos señala cómo debemos ver los dones
que Dios nos da:

1 Corintios 12:4-6 “Empero hay repartimiento de dones; mas el


mismo Espíritu es. Y hay repartimiento de ministerios; mas el
mismo Señor es. Y hay repartimiento de operaciones; mas el
mismo Dios es el que obra todas las cosas en todos.”
Así que hermanos, por la obra de Cristo nosotros hemos recibido dones para servir, pero
todos somos parte de un mismo cuerpo bajo un mismo Espíritu, con una misma esperanza.
Cada puede participar de distintos ministerios en la obra, pero todos trabajamos para un
mismo Señor, con una misma fe y bautizados en Cristo. Cada uno cumplirá distintas
funciones, pero todos somos hijos de un mismo Dios y Padre, quien obra todo en nosotros,
incluyendo los dones. No hay NADA en nosotros, todo es obra de Dios para su iglesia.

Hermano, si usted se siente RICO en dones o POBRE en ellos, entonces apliquemos lo que
dice Santiago 1: 9 – 10:

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Santiago 1: 9 – 10 “El hermano que es de baja suerte, gloríese en
su alteza (porque Dios lo ha escogido para ser su hijo y le ha
provisto de dones para su servicio): Mas el que es rico, en su
bajeza (porque todo lo que tiene, viene de Dios)”
Efesios 4: 8 – 10 ¿Qué hizo Cristo para darnos estos dones?
¿Qué precio tubo que pagar Cristo para que nosotros pudiésemos recibir estos dones? Los
versículos 8 al 10 de Efesios 4 nos muestran esto.

El versículo 8 es una cita de lo que dice el Salmo 68: 18:

Salmo 68:18 “Subiste á lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste


dones para los hombres”
El Salmo 68 lo escribió el rey David, como motivo de su victoria sobre los Jebuseos al tomar
la ciudad de Jerusalem, la cual está situada en los montes de Judea. Y este versículo destaca,
precisamente como David subió hacia la ciudad de Jerusalem, tomó los despojos propios de
la guerra y los entregó a sus hombres.

Y el apóstol toma este salmo y lo lleva a Cristo. Jesús, resucitado y después de 40 días de
haber estado en la tierra, ascendió a los cielos, victorioso y lleno de gloria. Y desde allí, en
su alta posición, provee de los dones a la iglesia para que esta se pueda edificar y crecer hasta
alcanzar la plenitud que Dios busca de ella.

Sin embargo, para que Cristo obtuviera esa gloria al ascender en las nubes, Él tubo que pasar
por penurias y humillación que no merecía.

Para que usted pudiese ser útil en el servicio del Señor, Cristo debió bajar hasta las partes
más bajas de la Tierra ¿Qué quiere decir eso? Básicamente es una forma de contrastar su
posición respecto a la nuestra antes de que Él bajara desde su infinita gloria para encarnarse
y estar en esta tierra. Para que usted pudiese servir al Señor, Jesús debió pagar muchas cosas.
Sacrificó su gloria para llegar a esta tierra en la forma de un bebé, un ser completamente
vulnerable a los ojos de los humanos. Nació en un pesebre aun cuando pudo haber nacido en
un palacio con pleno derecho a hacerlo. Creció y vivió entre pecadores y fue espectador de
las injusticias del hombre, aun cuando Él es SANTO y NO TOLERA EL PECADO. Fue
castigado por hombres de forma injusta, y recibió la infinita ira de Dios en nuestro lugar. Los
dones que usted tiene hermano son carísimos. No tenemos derecho a menospreciarlos, aun si
a nuestros propios ojos, nuestros dones puedan parecer insignificantes.

Pero, a pesar de que bajó y sufrió todo, finalmente subió nuevamente a su eterna gloria, para
que en Él se cumpliera todo. Llevó cautiva nuestra cautividad y ahora, en Él, somos realmente

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libres. Libres de la esclavitud del pecado, libres para servirle, dándonos dones para poder
hacerlo.

Efesios 4: 11 – 13 La finalidad de los dones


Por lo tanto, cómo Cristo es quien nos ha dado esos dones de forma soberana, el es quien da
a cada uno el don que debe utilizar para el servicio en la iglesia.

Pero primero, debemos tener en cuenta algunas cosas propias del contexto del tiempo de
Pablo. En el versículo 11 se habla de que Cristo dio a unos ser apóstoles, otros profetas,
evangelistas, pastores y doctores. Los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y doctores,
en los tiempos de Pablo, manifestaban los dones llamados “dones de expresión”, que son los
de apostolado, el de profecía, el de enseñanza, y en algunos casos, el de lenguas. Cada uno
de estos dones cumplen la función de proclamar el evangelio en un mundo donde estaba
surgiendo la iglesia de Cristo para llegar a todo el mundo. El apóstol Pablo le escribe a una
iglesia que era testigo de todas las manifestaciones del poder de Dios, obrando a través de
sus siervos, donde estaban en presencia de apóstoles y hermanos que recibían revelación
divina para la exhortación y edificación de la iglesia. Ahora no tenemos apóstoles, puesto
que ya no quedan testigos que hayan visto a Cristo y sido designados por Él para establecer
su iglesia. El don de profecía, como aquel donde Dios se revela de forma especial y
extraordinaria para exhortar a su pueblo se ve reemplazado con la revelación perfecta y
completa de la Palabra de Dios.

¿Significa que la iglesia de hoy ya no recibe los dones que Cristo otorgó a su iglesia? No. El
Señor sigue dando dones a sus hijos para que la iglesia sea edificada y perfeccionada. A los
dones anteriormente mencionados, podemos rescatar para la actualidad el don de la
enseñanza, a los que se suman los dones de servicio, como la fe, los dones de compasión
como la capacidad de ayudar al hermano que se encuentra débil, enfermo y/o necesitado, el
don de la misericordia, la capacidad de administración, el liderazgo en el pueblo de Dios.
Cada uno de estos dones están ahí para la edificación de la iglesia, para su perfeccionamiento,
para la obra del ministerio, para que el cuerpo de Cristo sea edificado.

Hermanos, si Dios le ha dado un don o varios, en primer lugar, debe identificarlos. Una vez
que lo haya hecho, RECONOZCA que no es una habilidad innata, no es suyo, sino que viene
de Dios. Si el Señor le ha dado dones, Él se los dio para que la iglesia se perfeccione.

Si cada persona que pertenece a la iglesia pone sus dones al servicio de Dios y de los
hermanos, entonces cada pieza individual va a sumar al todo. Si todos contribuimos vamos a
edificar una iglesia digna de la vocación con la que hemos sido llamados, vamos a estar cada
vez más cerca de cumplir con las expectativas de Dios, de agradarle.

Sumando las contribuciones que cada uno de nosotros puede hacer a la iglesia, y adherimos
una congregación perdonadora, que es humilde, que es mansa, paciente, llena de amor, que
se esfuerza en mantener la unidad que el Espíritu nos ha otorgado. Si todos nos mantenemos

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como un solo cuerpo, bajo un mismo Espíritu, si todos trabajamos con una misma esperanza
en Cristo, si todos trabajamos para un mismo Señor, siguiendo una misma fe y siendo
bautizados en su nombre, entonces vamos a ver una iglesia:

- Unida en la fe.
- Unida en el conocimiento del Hijo de Dios.
- Que refleja la perfección de Cristo en su plenitud.

Conclusiones
A partir de lo anterior hermanos, solo me queda decir:

- Cada uno de nosotros tiene algún que poner al servicio de Dios, porque A CADA
UNO ES DADA LA GRACIA como dice Efesios 4: 7. No hay excepción.
- Los dones que el Señor nos ha dado son carísimos. Es cierto que Cristo subió
victorioso a la presencia de Dios, a sentarse a su diestra y desde ahí gobernar
soberanamente, proveyéndonos de los dones que nos llevan a servirle mejor, pero
para que el pudiese subir victorioso, debió pasar por todos los sufrimientos que
significó bajar a esta tierra para morir por los pecadores.
- NO DESPRECIE el don que Cristo le ha dado, porque tiene un valor altísimo. No lo
entierre, póngalo en servicio y multiplíquelo para la gloria de Dios.
- Si entendemos todo lo anterior, tendremos una iglesia que no solamente es
trabajadora, sino que cada una de las personas de la iglesia va a contribuir en su
crecimiento en la mejor forma posible, porque estará obrando con lo que el mismo
Señor le ha dado para servir.

Si tenemos en cuenta todo esto, vamos a ver una iglesia que crece, que se edifica y que
hace todo para la alabanza de la gloria de Dios.

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