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De Gloria en Gloria

Kerim Meoño

Como Moisés, nosotros también fuimos llamados a conducir al pueblo de Dios hacia un lugar donde
puedan experimentar la realidad de Dios. Dios esta preparándonos para que llevemos a su pueblo no solo
a sentir a Dios en la unción, sino a verle en toda su gloria. Nuestros sentidos espirituales están siendo
agudizados para poder percibir ese río de su presencia que nos conduce al océano de su amor. Dios nos ha
puesto delante de un pueblo tan sediento, que si no sabemos guiarlos hacia lo verdadero, buscaran lo
verdadero en otro lugar.
La baja autoestima; el alto índice de depresión en la iglesia nos habla de que el pueblo de Dios no esta
viviendo en la plenitud a la cual ha sido llamada.
1. Dios llamó a Moisés para llevar a su pueblo ha esta plenitud.
Dios nos ha llamado para llevar al pueblo a la plenitud de la presencia de Dios, a ese lugar donde
puedan ser saciados del torrente de sus delicias. Pero hasta hoy, hemos dejado al pueblo de Dios
danzando en los atrios, y aprendiendo buena doctrina en el lugar santo. ¿No fue lo mismo con
Moisés, que siendo llamado a meter al pueblo de Dios al lugar de plenitud, solo lo dejo en las
orillas del Jordán sin lograr su propósito?
Moisés subió al Monte……pero solo!!
Dios le ordenó a Moisés que al sonido de la trompeta todos subieran al monte y se encontraran
con Dios. El pueblo tuvo temor y Moisés subió solo. El pueblo tuvo temor, pues no tenían una
realidad del amor de Dios en medio de ellos. Cuando el pueblo de Dios ignora cuanto Dios les
ama, huyen de su presencia en ves de correr hacia ella. David amó, cuidó y pastoreó las ovejas.
A través del anonimato en el redil, Dios le dio a David un amor grande por su pueblo. ¿Te
acuerdas que el único que se enojo con celo santo por las injurias de Goliat contra el pueblo de
Dios fue David? ¿por qué? Porque David amaba al pueblo mas que Saúl, mas que sus hermanos.
Cuando amamos al pueblo que ministramos Dios nos da autoridad para derribar esos gigantes de
religiosidad, apatía, y altivez que detienen la entrada del Arca en nuestras iglesias.
Muchas veces, Dios nos esconde en el anonimato para que podamos darnos cuenta si es lo
nuestro lo que anhelamos, o si es la bendición del pueblo. Lo que no anhelemos para otros
nunca lo veremos en nuestra vida. David anheló que el pueblo experimentara lo que él estaba
experimentando porque tenia corazón de pastor. El no pensó solo en él, sino también en las
ovejas. El no estaba buscando ser conocido, sino que Dios fuera conocido en medio de su
pueblo.
Todo aquel que anhele que Dios sea conocido, Dios mismo se encargara de levantarle, no
solo en su medio, sino en las naciones.
No podemos ser salmistas sino no somos pastores primeros. El pastor no es el que tiene un titulo,
sino aquel que ama las ovejas. Si no amamos al pueblo al que ministramos, Dios no nos dará el
privilegio de llevar su Arca sobre nuestros hombros.
Una iglesia que no experimenta a Dios en el monte es una iglesia que caminará de desierto en
desierto, en ves de andar de gloria en gloria. Como ministros de alabanza no podemos subir
solos a la presencia de Dios, debemos de llevar al pueblo de Dios con nosotros
2. Si queremos que el pueblo de Dios entre a una plenitud de gloria debemos sacar el Arca del
Pacto de donde esta escondida.
La religiosidad esconde el arca. Nuestros programas humanos esconden el arca del pueblo. El
exceso de música y la falta de reverencia esconden el arca. El hambre de ser conocidos esconde
el arca.
Queremos que el pueblo de Dios nos siga, pero el pueblo de Dios solo sigue el arca. El pueblo de
Dios tiene sed de adorar frente al arca, no frente a nosotros!! Moisés escondió el arca en el
santísimo como Dios le ordeno, pero…¿se le ocurrió sacarla?. Si el pueblo no sabe lo que la
gloria de Dios es, mostrémosles!!
El avivamiento no es algo que repentinamente cae del cielo. El avivamiento tiene que entrar por
las puertas de nuestras iglesias en hombros de ministros que no solo amen a Dios sino también a
su pueblo. Saquemos el arca por los pasillos de nuestras iglesias y por las calles de nuestra
ciudad y veremos que aquellos que tuvieron temor de subir al monte correrán hacia Él.
3. ¿Cómo saber si tenemos un verdadero llamado a ser salmistas y ministros del lugar
santísimo?
 Dios ha puesto un anhelo de ver a su pueblo en su presencia.
 Te llena de gozo ver al pueblo de Dios siendo visitado por la gloria de Dios.
 " Ya el estar frente a la gente no nos llena en absoluto!! Mas bien, nunca nos ha
llenado!! Nuestro clamor ya no es,- " muéstrame tu gloria!!" . Ahora clamamos,-
"muéstranos tu gloria!!"

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