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LA

REFORMA UN IVERSITA RIA

T O M O I II

ENSAYOS CRITICOS
(1918 - 1940 )

COMPILACION Y NOTAS DE

GABRIEL DEL MAZO

' E D IC IO N DEL

C E N T R O E S T U D I A N T E S DE I N G E N I E R I A

LA PLATA
1941
LA
REFORMA UNIVERSITARIA
T O M O III

ENSAYOS CRITICOS
(1918 - 1940)

COMPILACION Y NOTAS DE

GABRIEL DEL MAZO

E D I C I O N DEL
CENTRO E S T U D I A N T E S DE INGENIERIA
LA P L A T A
1 941
E U R O P A h a fr a c a s a d o . Y a n o ha d e g u ia r al m u n -
d o . A m é r i c a q u e c o n o c e su p r o c e s o e v o l u t i v o y a sí
ta m b ié n la s ca u sa s d e su d e r r o ta , p u ed e y d e b e e n ­
c e n d e r e l f u e g o s a g r a d o d e la c iv i liz a c ió n c o n la s e n s e ­
ñ a n z a s d e la h is to r ia .

E S U R G E N T E h a c e r d e m o d o q u e la m a n ía fu r i o s a
d e e u r o p e i z a c i ó n q u e n o s d o m in a , n o n o s im p id a s e r
o r ig in a le s , e s t o e s , a m e r ic a n o s , p o r 4 a c r e a c i ó n d e i n s ­
tit u c io n e s c iv i le s y p o lític a s q u e g u a r d e n r e l a c i ó n c o n
n u e s tr a id io s in c r a c ia . Q u e A m é r i c a n o e s t é c ir c u n c e ñ i-
d a a p e n s a r , a s e n t ir y a q u e r e r , c o m o p ie n s a , s ie n t e y
q u ie r e E u r o p a .

S O L O h e m o s s a b id o d i f i c u l ta r n u e s tr a m es ia n ism o ,
c o n s a g r a n d o in s t it u c i o n e s q u e lo n ie g a n y tra ic io n a n .
H e m o s in v o c a d o a R o u s s e a u p a ra d e c la r a r n o s li b r e s y
n o s h e m o s s o m e t id o v o l u n ta r ia y d e lib e r a d a m e n te a
M a q u ia v c lo .

P U E S T O S e n c o n d ic io n e s d e c r e a r u n a c u ltu r a g e -
n u in a m e n te n u e s tr a , p o r o b r a d e la g e s t a q u e c o r t ó d e
u n t a jó e l c o r d ó n u m b ilic a l q u e n o s li g a r a a l c a p r ic h o
d e lo s c o n q u is ta d o r e s , d e p e n d e m o s to d a v í a d e ha c iv i­
liz a c ió n tr a n s ito r ia e la b o r a d a p o r E u r o p a .

A C I E N A Ñ O S d e d ista n c ia d e l h e r o i c o g e s t o d e
n u e s t r o s a n t e c e s o r e s , e l h o m e n a je m á s g r a n d e q u e p o ­
d e m o s tr i b u t a r le s e s c o n f i r m a r l o , y d e m o d o i n d e s ­
tr u c tib le , e n e s ta h o r a d e s u p r e m a in c e r tid u m b r e , d e
a n g u s tia u n iv e r s a l.

C I E N A Ñ O S h a c e q u e n o s d i jim o s l i b r e s : ¡ c o m e n c e ­
m o s a s e r l o ! S e a m o s a m e r ic a n o s . S e a m o s a m e r ic a n o s
p o r la o b r a y p o r la id ea . O s im p l e s f a c t o r í a s , o p u e ­
b lo s i n d e p e n d ie n te s a l s e r v i c i o d e l id ea l.

Saúl A lejandro Taborda


(R eflexiones sobre el ideal político de amébiga )

Córdoba, 1918.
PRI MEROS ENSAYOS

LA NUEVA GENERACION AMERICANA


. por
DEODORO ROCA
(argentino)

(1918)

EÑORES congresales: Reivindico el honor de ser camarada vuestro.


S Reclamo, pues, la consideración que se os dispensa. Para ello, sabed que
practico esta enseñanza de Enrique Bergson: conservar la disposición
de espíritu con que “ entráis” vosotros a la Universidad y estar siempre dis­
puesto— cualquiera que sea la edad y la circunstancia de la vida— a volver
a ser estudiante. Si esa disposición de espíritu es el aliento del trabajo fi­
losófico, lo es también del vigor juvenil. Apenas me adelanté en corta jor­
nada: la que remata el ciclo oficial d^los estudios. Ahora os estaba aguar­
dando. En el camino no había una sola sombra quieta. Alcé el zurrón de
los peregrinos y me puse en el cruce de las rutas fatales, sobre la calle
amarga de los sacrificios, seguro de que por ahí habríais de pasar. Anduve
en lo cierto. Pasasteis. Se os distinguía en la música pitagórica de las
ideas, en lo ritmos amplios, en las frentes claras; tal como en los símbolos
heráldicos, en las manos abiertas.
Y en el hondo me sentí hermano vuestro, oprimido de la misma an­
gustia, tocado de la misma esperanza. Por eso estuve en la calle estentórea
ardiendo en grito de rebelión y por eso estuve aquí oyendo profundamente
las cosas esenciales que dijisteis. La calle fué el Teatro Romántico de la Re­
volución. Es, también, su destino más glorioso. ¿Y cuál fué, desde lo in­
memorial, la que no pasó por ella, descompuesto el ademán, ronco el grito,
inflamada, heroica, magnífica? El corazón anduvo libre por plazas y ca­
lles. El congreso de'hoy se afana por expresarlo. Ahora, los vidrios rotos
representan' la consistencia frágil, los gritos cobran la dignidad de las
ideas. Caracteres esforzados timbraron de heroísmo y de locura los instan­
tes iniciales. Quedaron los sueños vivos y desde aquí los selectos imaginan
y construyen.
Pertenecemos a esta misma generación que podríamos llamar “ la de
1914” , y cuya pavorosa responsabilidad alumbra el incendio de Europa. La
anterior, se adoctrinó en el ansia poco escrupulosa de la riqueza, en la co­
dicia miope, en la superficialidad cargada de hombros, en la vulgaridad)
plebeya, en el desdén por la obra desinteresada, en las direcciones del
agropecuarismo cerrado o de la burocracia apacible y mediocrizante.
Fugábase la espiritualidad; hasta el viejo “ esprit” de los criollos —
D iscu rso de clau su ra del C ongreso de E studiantes, en C órdoba, leído en la sesión del 30-31
de ju lio de 1918.

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gala de la fuerza nativa, resplandor de los campamentos lejanos en donde
se afianzó nuestra nacionalidad — iba diluyéndose en esta grisácea uni­
formidad de la conducta, y enredándose en las obscuras prácticas de Ca-
libán. El libro recién llegado — cualquiera que fuese su procedencia y su
calidad — traía la fórmula del universo y la única luz que nuestros ojos po­
dían recoger. Asumía el carácter de un símbolo: el barco no llegaba y
entonces el rumor de la tierra perdía sentido y hasta el árbol familiar
callaba su voz inefable.
No importaba que unos pocos espíritus de escritores salieran can­
tando de la selva con el hacha al hombro. En los ojos traían copiadas las
líneas esbeltas y ágiles de la montaña nativa; el eorazón venía hecho pai­
saje de campo. Eran como islotes de la raza en donde se hubieran recogido
todas sus fuerzas vivas. Llegó con ellos la fe en los destinos de la naciona­
lidad. Y, precisamente, irrumpieron en las ciudades, cuando la turba cos­
mopolita era más clamorosa, y nuestros valores puramente bursátiles.
Entraron a codazos. De escándalo en escándalo, de pugilato en pugi­
lato, llamaron sobre sí la atención. Y en todos los campos se inició la reac­
ción. La primera y la más gloriosa y enteramente solidaria con las demás,
fué la cruzada literaria. Las penúltimas generaciones estaban espesas de
retórica, de falacia verbal, que trascendía a las otras falacias, pues lo que
en el campo literario era gandielocuencia inútil, en el campo político era
gesticulación pura, en el campo religioso rito puro, en el campo docente
simulación clínica o pedantería hueca, en la vida comercial fraude o esca­
moteo, en el campo de la sociabilidad ostentación brutal, vanidad cierta,
ausencia de real simpatía, en la vida familiar duplicidad de enseñanza, y
en el primado moral enagenación de rancias virtudes en favor de vicios or­
namentales.
Entonces, se alzaron altas las voces. Recuerdo la de Rojas: lamenta­
ción formidable, grave reclamo para dar contenido americano y para in­
fundirle carácter, espíritu, fuerza interior y propia al alma nacional; para
darnos conciencia orgánica de pueblo. El centenario del año 10 vino a pro­
porcionarle razón. Aquella no fué la alegría de un pueblo sano bajo el sol
de su fiesta. Fué un tumulto babélico; una cosa triste, violenta, obscura.
El Estado, rastacuero, fué quien nos dió la fiesta. Es que existía una
verdadera solución de continuidad entre aquella democracia romántica y
esta plutocracia extremadamente sórdida. Nuestro crecimiento no era el
resultado de una expansión orgánica de las fuerzas, sino la consecuencia
de un simple agregado molecular, no desarrollo, y sí yuxtaposición. Había­
mos perdido la conciencia de la personalidad.
Volvernos hacia la contemplación de la propia tierra, y hacia la de
nuestros hermanos; “ adentrarnos” en nosotros mismos y encontrar los
hilos que nos atan a nuestro universo en las fuerzas que nos circundan y
que nos llevan a amar a nuestro hermano, a labrar nuestro campo, a cui­
dar nuestro huerto, a dar de nosotros todo lo que los demás piden, ser
como el buen árbol del bosque nórdico del recuerdo de Bravo, que mien­
tras más hunde sus raíces, más alto se va para las estrellas y más vasta
sombra proyecta para aliviar la fatiga de los errantes viajeros: tal parece
ser el sentido de lo que llega.
Dos cosas — en América y, por consiguiente, entre nosotros — falta­
ban: hombres y hombres americanos. Durante el coloniaje fuimos materia
de explotación; se vivía sólo para dar a la riqueza ajena el mayor rendi­

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miento. En nombre de ese objetivo, se sacrificó la vida autóctona, con ra­
zas y civilizaciones; lo que no se destruyó en nombre del Trono se aniquiló
en nombre de la Cruz. Las hazañosas empresas de ambas instituciones —
la civil y la religiosa — fueron coherentes. Después, con escasas diferen­
cias, hemos seguido siendo lo mismo: materia de explotación. Se vive sin
otro ideal, se está siempre de paso y quien se queda lo admite con mansa
resignación. Es esta la posición tensa de la casi totalidad del extranjero
y esa tensión se propaga por contagio imitativo a los mismos hijos del
país. De consiguiente, erramos por nuestras cosas — sin la libertad y sin
el desinterés y sin “ el amor de amar” que nos permita comprenderlas. An­
damos entonces, por la tierra de América, sin vivir en ella. Las nuevas
generaciones empiezan a vivir en América, a preocuparse por nuestros
problemas, a interesarse por el conocimiento menudo de todas las fuerzas
que nos agitan y nos limitan, a renegar de literaturas exóticas, a medir
su propio dolor, a suprimir los obstáculos que se oponen a la expansión
de la vida en esta tierra, a poner alegría en la casa, con la salud y con la
gloria de su propio corazón.
Esto no significa, por cierto, que nos cerremos a la sugestión de la
cultura que nos viene de otros continentes. Significa sólo que debemos
abrirnos a la comprensión de lo nuestro.
Señores: jja tarea de una verdadera democracia no consiste en crear
el mito del pueblo como expresión tumultuaria y omnipotente. La existen­
cia de la plebe y en general la de toda masa amorfa de ciudadanos está
indicando, desde luego, que no hay democracia. Se suprime la plebe tallán­
dola en hombres. A eso va la democracia. Hasta ahora — dice Gasset — la
democracia aseguró la igualdad de derechos para lo que en todos los hom­
bres hay de igual. Ahora se sienta la misma urgencia en legislar, en legi­
timar lo que hay de desigual entre los hombres.
¡ Crear hombres y hombres americanos, es la más recia imposición de
esta hora!
Y bien, señores. El mal ha calado tan hondo, que está en la6 costum­
bres del país. Los intereses creados en torno de lo mediocre — fruto carac­
terístico de nuestra civilización — son vastos. Hay que desarraigarlo, ope­
rando desde arriba la revolución. En la Universidad está el secreto de la
futura transformación. Ir a nuestras universidades a vivir no a pasar por
ellas; ir a formar allí el alma que irradie sobre la nacionalidad: esperar
que de la acción recíproca entre la Universidad y el Pueblo, surja nuestra
real grandeza. La confederación de los espíritus realizada en sus formas
suplantará a las otras. Poco a poco las formas milenarias irán siendo reem­
plazadas. Probablemente la organización de los pueblos se realizará con­
forme al tipo de una cierta Universidad, que todavía no hemos delineado,
pero al que se aproximan en mucho las universidades americanas. Y yo
tengo fe en que para estas cosas y para muchas tan altas como ésta, viene
singularmente preparada nuestra generación. En palabras recientes he
dicho que ella trae una nueva sensibilidad, una posición distinta e inequí­
voca ante los problemas universales de la cultura. /
Frente a los primeros arrestos he reafirmado mi fe, recordando las
expresiones augúrales con que un poeta amigo se dirige al espíritu de las
montañas. Donde quiera que esta juventud ensaya algo, se advierte ya la
presencia del espíritu que ha de culminar en su vida.
Siempre se debe decir la verdad que se piensa. Y yo, honradamente,
pienso que lo que este congreso ha hecho es expresar aquella sensibilidad,

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tanto en la corazonada que lo reunió, como en el espíritu que le animó.
Esto quedará no como una fórmula hecha, sino como un anhelo. Ese an­
helo debe recogerlo quien sepa servirlo, pero, ante todo, ustedes deben
agitarlo como fermento de fe. Tal vez los políticos comprendan poco lo
que está pasando en el alma de la juventud de nuestra patria. Y si han
de recoger ese anhelo que lo recojan maduro, que antes de una colabora­
ción, sea más bien un reconocimiento: laffabricación de algo existente. Este
congreso no puede ser una meta, sino el tránsito a otro congreso, y en ese
tránsito de un año, debéis difundir el espíritu que os abraza. La revolu­
ción que ha comenzado, yo creo, no estaría satisfecha, con una ley sola­
mente, porque, como enuncia la recordada frase de Nelson, estos son más
que problemas de leyes: son problemas de almas. Y el alma que ha de pro­
ducir la solución de todos los problemas clarea ya. La he visto asomar en
este congreso, que es el único puro, el único que, en cierto plano, tiene real­
mente el país, en esta hora triste para la inteligencia y el carácter de los
que actúan.
Por vuestros pensamientos pasa, silencioso casi, el porvenir de la ci­
vilización del país. Nada menos que eso, está en vuestras manos, amigos
míos.
En primer término, el soplo democrático bien entendido. Por todas
las cláusulas circula su fuerza. En segundo lugar, la necesidad de ponerse
en contacto con el dolor y la ignorancia del pueblo, ya sea abriéndole las
puertas de la Universidad o desbordándola sobre él. Así, al espíritu de la
nación lo hará el espíritu de la Universidad. Al espíritu del estudiante, lo
hará la práctica de la investigación, en el ejercicio de la libertad, ise 'le­
vantará en el “ stadium” , en “ el auditorium” , en las “ fraternidades” de la
futura república universitaria. En la nueva organización democrática no
cabrán los mediocres con su magisterio irrisorio. No se les concibe. En los
gimnasios de la antigua Grecia, Platón pasaba dialogando con Sócrates.
Naturalmente, la Universidad con que soñamos no podrá estar en las
ciudades. Sin embargo, acaso todas las ciudades del futuro sean universita­
rias; en tal sentido las aspiraciones regionales han hallado una justa san­
ción. Educados en el espectáculo fecundo de la solidaridad en la ciencia
y en la vida; en los juegos olímpicos, en la alegría sana; en ed amor a las
bellas ideas; en el ejercicio que aconsejaba James: ser sistemáticamente
heroicos en las pequeñas cosas no necesarias de todos los días; y por so­
bre todo, en el afán — sin emulación egoísta — de sobrepasarse a sí mis­
mos, insaciables de saber, inquietos de ser, en medio de la cordialidad de
los hombres.
Señores congresales: No nos desalentemos. Vienen— estoy seguro —
días de porfiados obstáculos. Nuestros males, por otra parte, se han deri­
vado siempre de nuestro modo poco vigoroso en afrontar la vida. Ni si­
quiera hemos aprendido a ser pacientes, ya que sabemos que la paciencia
sonríe a la tristeza y que “ la misma esperanza deja de ser felicidad cuando
la impaciencia la acompaña” . No importa que nada se consiga en lo exte­
rior si por dentro hemos conseguido mejorarnos. Si la jornada se hace
áspera no faltarán sueños que alimentar; recordemos para el alivio del
camino las mejores canciones, y pensemos otra vez en Ruskin para decir :
ningún sendero que lleva a ciencia buena está enteramente bordeado de
lirios y césped; siempre hay que ganar rudas pendientes.

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TEORIA DEL GOBIERNO REPUBLICANO
DE LA UNIVERSIDAD
por
GUILLERMO J. WATSON
(argentino)

(1918)

A ley del 3 de julio de 1885, que ha presidido las diferentes organi­


L zaciones en las universidades de Córdoba y Buenos Aires, ha sido
estudiada y analizada profundamente cada vez que de una reforma
se ha tratado. La ambigüedad de sus términos, que por amplios, cayeron
en la imprecisión, ha dado margen a continuas discusiones sobre su in­
terpretación y alcance, facilitando con ello la coexistencia de diferentes
sistemas estatutarios, basados en idénticas prescripciones legales. Tal su­
cedió con la organización de Buenos Aires y la de Córdoba; mientras en
la primera existe desde 1906 un sistema de periodicidad y renovación en
las corporaciones directivas, en la segunda se conservó hasta la reciente
reforma del 7 de mayo último, el de permanencia e inmovilidad de los
miembros que las constituían. Esta circunstancia bien examinada podría
no constituir anormalidad, desde que, tratándose de nuestras universida­
des, conviene facilitar las diferencias orgánicas de las mismas; pero no al
punto de hacerlas antitéticas en sus bases fundamentales, como ser la
composición y ejercicio de su gobierno.
La ley rigió por mucho tiempo y los estatutos dictados de acuerdo a
ella nunca fueron observados; el gobierno y administración de las facul­
tades, se ejercicio por cuerpos cerrados, que desde el seno de su propia in­
mutabilidad formaron la casta hoy extinguida de los académicos, y obra­
ron, en consecuencia, sin temor de fiscalizaciones imposibles, ni de inter­
venciones extrañas, obstaculizadas siempre por un mal entendido con­
cepto de autonomía universitaria. El sistema electoral universitario está

La necesidad de dar una nueva org a n iza ción a las universidades argentinas, con la cual
fuese p osible el cum plim iento de los d esign ios de la ju ventud, fu e uno de los m otivos p rin cip a­
les de la reunión del P rim er C ongreso N acion a l de E stud iantes U niversitarios. T uvo su asien to
en C órdob a en ju lio de 1918 y se com p on ía de sesenta estudiantes de las cin co un iversidades
del país, a razón de d oce represen tantes por ca d a una. El C ongreso nom bró de su seno una
com isión especial de cin co m iem bros, uno por ca d a F ed eración U niversitaria, enc.argad.a de d ic ­
tam in ar sobre el tem a de referen cia. E l d espach o de la com isión con sta b a de v a rios capítulos.
L a re d a cció n del relativ o al nuevo régim en p olítico de las universidades estuvo a ca rg o del
estudiante d elega d o por Ja F e d e ra ció n U n iversitaria de B uen os A ires, G u illerm o J. W a tson . E s
el tra b a jo que se p ublica.
P or los fu nd am entos del d espa ch o de la com isión, el C ongreso san cion ó los dos p roy ectos
p resen tados p or la m ism a : 1) un “ p ro y e cto de ley un iv ersitaria” con que se asp iraba a susti­
tuir a la ley na cion al 1579, co n o cid a con el nom bre de " le y A v ella n ed a ” , vigente p ara las
u n iversid ad es de C órdoba y de B uen os A ires, y a la ley - con tra to 4699, m ediante la cu al se
n a cio n a lizó la U niversidad de L a P la t a ; 2) un p roy ecto de “ B ases generales de o r g a n iz a c ió n ” .
C on a rre g lo a estas bases se redactaron o reform a ron (1918-192 2) los estatu tos de to d a s
las un iversidades argentinas.

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circunscripto por la ley citada al círculo estrecho de los consejos directi­
vos, medio por el cual se confunden las cuestiones electorales con las ad­
ministrativas, haciendo surgir las altas autoridades de un electorado ho­
mogéneo y permanente, que es cuanto puede pedirse como sistema atra­
sado en toda organización representativa. El profesor, propuesto por los
consejos directivos arbitrariamente y sin trabas de ningún género, resul­
taba expresión fiel del ambiente en que se le ungía con gran daño de la
selección que debe procurarse al promoverlo. Los defectos de la ley se di­
señaron más aún en la práctica de la misma, al punto que, transcurrido
una década, las tentativas de reforma aparecieron y se repitieron con re­
gularidad.
En algunos de esos antecedentes legislativos no se sostiene la auto­
nomía universitaria; en otros se habla de la autonomía de las facultades;
si alguno tiende a la ampliación de los cuerpos electorales lo hace en el
sentido de otorgar el derecho del sufragio únicamente a los profesores;
otro incluye a los profesores; ninguno a los estudiantes. Así fué necesa­
rio, ante la incuria o desidia legislativa, violentar la letra y el espíritu de
1?, ley, sancionando estatutos y reglamentaciones contrarios a ella, para
dar cabida a las modernas orientaciones. La sutileza y el distingo salvaron
la reforma; pero no la colmaron. Hoy, más que nunca, ella se impone; fun­
damental, radical, revolucionaria, como la han calificado los estudiantes
en Córdoba.
Si la comisión ha seguido la actual legislación en cuanto al sistema de
independencia de las universidades y de federalismo universitario, y en
cuanto a la generalidad y flexibilidad de sus prescripciones, ha creído
necesario atacarla de plano en el punto donde carece de la amplitud {Je
concepto indispensable para asegurar el progreso gradual de estas insti­
tuciones. Nos referimos a los miembros de la Universidad; a las personas
que la componen. La ley 1579 declara miembros de la universidad a las au­
toridades superiores y a no más de 15 de cada facultad, que los estatutos
han constituido en consejos directivos. Cree la comisión que en esta cláusu­
la, suerte de rémora de nuestras universidades, tienen origen los diversos
males que las aquejan. El estancamiento de la producción científica de
las universidades es atribuible, a nuestro juicio, á la falta de hombres;
los defectos de la docencia, a la falta de sana emulación. Y no sería lícito
suponer descalificados a todos los hombres del país, aun cuando no hu­
bieran demostrado — como lo han hecho muchos — méritos indiscutibles
en trabajos realizados fuera de la universidad. Los hay muy* buenos e
ilustrados, pero están absolutamente excluidos de la Universidad por pres­
cripción de la ley. Esta exclusión legal ha creado inconvenientes situacio­
nes de hecho para los que tienen alguna relación con la Universidad. Los
profesores y alumnos, carentes de personería, han debido existir en condi­
ción de asilados sometidos a régimen tutorial. El asilo de los estudiantes

E n tales v o to s se in sp ira ro n tp m bién la s n u ev a s ley es u n iv e rsita ria s p eru a n a s 4002 y


4004. y d e cretos c o rre sp o n d ie n te s (a ñ o 19191. ley es p ro m o v id a s p or el m o v im ien to e stu ­
d ian til co rr e la tiv o en el P erú. L o s p rin cip io s de o r g a n iz a c ió n y fu n c io n a m ie n to fo r m u la d o s y
fu n d a m e n ta d o s en la s “ B a s e s ’', fig u r a r o n d espu és en el p ro g r a m a r e iv in d ic a to r ío de lo s jó v e ­
nes u n iv ersita rios de tod a n u estra A m é r ic a y re cib ie ro n esp ecia l c o n s a g r a c ió n en el P rim er
C on g reso -N acional do e stu d ian tes p eru an os, C u zco, m a rzo de 1920, y en el P rim er C on g re so I n ­
te rn a cio n a l do E stu d ian tes, M é x ico , 1921. Se ha llan co m p r e n d id o s en la “ D e c la r a c ió n de lo s
d e rech os y deberes del e stu d ia n te ", del P rim e r C on g re so N a c io n a l de E stu d ia n te s de C uba,
L a H a ban a, 1923; en los m a n ifie s to s y d o cu m e n to s p erten ecien tes a l m o v im ie n to de la ju ­
ventud en Chile, S an tiag o, 1920 y 1922; en los del m o v im ien to en C o lom b ia , ja lo n e a d o p o r el
P rim e r C o n g reso N a cio n a l de e stu d ia n tes reu n id o en M edellín y el S eg u n d o en B o g o tá , 1 9 2 2 -2 4 ;
y p osteriorm en te, en el p ro g r a m a de los e stu d a n tes de to d o s n u estros p aíses.

12
había de tener plazo limitado, luego de un mínimo de instrucción eran
despedidos, sin que la Universidad tuviera deseo de ocuparse de ellos, ni
de que por ella se interesasen. Los grados que confería venían a ser así
desconocidos por la propia universidad, que mal podía, entonces, preten­
der que otras instituciones los respetasen.
Pero si, como se ha dicho, es causa de deficiencia universitaria este
régimen legal que atribuye a quince hombres tareas muy superiores a sus
fuerzas, es también repugnante a nuestras republicanas ideas de go­
bierno, poner el de las universidades en manos de un reducido círculo por
distinguidos que sean sus componentes. Se ha dicho repetidas veces que
los estudiantes en esta cruzada perseguimos la creación de la república
universitaria; la comisión la ha establecido en el inciso F de su proyecto
de ley, prescribiendo que componen la universidad todos los que pertenez­
can a ella: los estudiantes, los diplomados y los profesores. En cuanto a
los estudiantes y profesores las facultades fijan las condiciones de admi­
sibilidad ; quienes las reúnan se incorporan por un acto de propia voluntad:
la inscripción. Para los graduados no puede pretenderse mayor califica­
ción que la posesión del grado; otra cosa sería negar validez al reconoci­
miento de competencia hecho por la misma Universidad. Es natural que no
se podrá pretender, aunque sería deseable, que todos los diplomados con­
tinuasen vinculados a la universidad. Por otra parte, la comisión se ha
hecho cargo de las objeciones formuladas contra la inclusión en el cuerpo
respectivo, de los diplomados que se desvinculan de la Universidad por
imposición de sus tareas profesionales o por desamor a la investigación
científica. Y, por consiguiente, ha establecido que quien, terminado su
curso como estudiante y calificado por la obtención de grado o título, desee
continuar siendo miembro de la Universidad, debe hacer constar expresa­
mente su propósito, renovando anualmente su inscripción en la facultad,
en la misma forma que lo hacía mientras fué alumno.
La república queda así formada por los miembros de la familia uni­
versitaria que lo deseen; en tanto que la vinculación de todos ellos asegura
la formación de una especie de escalafón organizado mediante una selec­
ción natural de los más meritorios. Iniciarán su vida plena de universita­
rios los alumnos; de entre ellos, los más aptos y perseverantes llegarán
al cuerpo de diplomados para seguir dedicados a la investigación; de este
cuerpo surgirán los más capacitados como profesores libres y por la se­
lección de éstos se llegará a la cátedra como titular.
Cree la comisión que es éste el punto fundamental de la Reforma.
Piensa que, una vez integrada la Universidad por todos sus elementos y
garantida la participación de éstos en su gobierno, la ley puede abando­
narle la orientación de la enseñanza y la dirección de la labor científica
nacional. Es dable así, tener confianza en la capacidad de las universida­
des para mejorarse continuamente.
Es de la esencia de una república democrática que, cuando 6U go­
bierno esté organizado de acuerdo al sistema representativo, participen
todos sus ciudadanos de la elección de las autoridades. Considera la comi­
sión que la ley debe sancionar este principio; y por consiguiente establece
en su proyecto que los cuerpos directivos deberán ser formados por elec­
ción de todos los miembros de la Universidad. Pero piensa que si la ley
ha de mantener la amplitud de concepto que permita, dentro de su vigen­
cia, los ensayos sucesivos que pudieran ser necesarios por fracaso en la
aplicación de alguno de ellos, o las modificaciones graduales que fueran

— 13 —
sugeridas por el desarrollo de la vida universitaria, no debe prescribir
modos especiales de elección ni determinada proporcionalidad en las re­
presentaciones. De acuerdo a este punto de vista ha redactado su proyecto,
librado a los estatutos la fijación de los sistemas de aplicación de sus pre­
ceptos.
No ha podido, sin embargo, olvidar la comisión las necesidades del
momento actual; y para proveer a ellas ha proyectado las reglas que a
su juicio deben contener los mencionados estatutos. La protesta airada
en el decano de los institutos universitarios argentinos y el descontento
latente en los demás, se refieren a la existencia de cerrados círculos go­
bernantes que impiden el desarrollo de sanas energías. Pretendieron resol­
ver este problema, ya viejo, el convenio adoptado por la ley 4699, siguiendo
el sistema alemán de elección por el profesorado, y las prescripciones esta­
tutarias que se acercan a él, en las reglas que limitaron la facultad otor­
gada por la ley 1579 a los cuerpos directivos para integrar sus miembros
por propia decisión.
Además de ser antidemocrático, que si no fuera evidente estaría abo­
nado por los fundamentos dados más arriba, lo que lo pone fuera dél es­
píritu de la ley que proyectamos, el sistema nos parece excluyente e inade­
cuado. Lo primero porque pone el gobierno de las universidades en ma­
nos de un círculo igualmente cerrado aunque más numeroso; la democrati­
zación resulta así demasiado relativa, puesto que al sistema de designa­
ción de los académicos por el propio cuerpo de que habrán de formar
parte, se sustituye simplemente la elección de los profesores del mismo
modo. Lo segundo porque será incapaz de corregir la indisciplina del pro­
fesorado, uno de los grandes males de nuestras universidades, tan grave
como difícil de remediar, puesto que la labor del profesor, por su propia
naturaleza, no puede estar sujeta a reglas fijas y preceptivas. Y no es ra­
zonable pensar que la fiscalización de su actividad quede exclusivamente
librada al profesor mismo o al cuerpo de que forma parte, expuesto como
cualquier otro al desarrollo de la camadería. Para evitar la formación de
círculos y excluir toda preponderancia, cree la comisión que sólo puede
adoptarse un sistema y es el de evitar en los cuerpos directivos el predo­
minio de cualquiera de los “ estados” universitarios. Hemos convenido en
llamar “ estados” a los diferentes cuerpos de estudiantes, profesionales y
profesores, por cuanto la soberanía universitaria reside en el conjunto de
estos diversos núcleos cuyos derechos no son proporcionales al número de
sus componentes. El sufragio, medio por el cual intervienen periódica­
mente en el gobierno de la universidad, no es proporcional al número de
sufragantes, siendo la representación fija e invariable. Se establece por
tal medio, no la democracia del número, sino la legítima y proporcional re­
presentación de los intereses. La elección directa por todos los miembros
de la facultad dejaría, por otra parte, en minoría a los del cuerpo de pro­
fesores; y aunque ellos podrán ser los elementos menos capaces para Ja
fiscalización que en primer término debe ser, como se ha dicho, de sí mis­
mos, no deben ser excluidos, a juicio de la comisión, porque su propia po­
sición supone que poseen valiosas cualidades científicas y de experiencia.
Por dichas razones la comisión cree que es garantía necesaria para
el progreso de las universidades, la formación de los consejos directivos
por igual número de representantes de los diplomados, los estudiantes y
los profesores, que impedirá la formación de círculos preponderantes, al
par que obligará a una acción solidaria y concurrente de elementos que
hoy parecen antagónicos.
— 14 —
LA REFORMA UNIVERSITARIA
por
ALEJANDRO KORN
(argentino)

(1919)

UESTROS institutos universita­ una “ confabulación siniestra” . Los


N rios se hallan labrados por una
gravísima crisis y las fases suce­
motivos aparentes de cada conflicto
en particular pueden ser diversos y
sivas del proceso, de vez en cuando ofrecer caracteres locales, pero esta
con episodios más dramáticos, sor­ perturbación general por fuerza ha de
prenden al público y obligan al comen­ responder a una causa general. Se tra­
tario de la prensa- Al fijarse la aten­ ta, no de un hecho, sino de una serie
ción en cada uno de ios incidentes sin­ continuada de hechos en los cuales se
gulares, olvidados ya los anteriores y exterioriza un estado de ánimo: la
desconocida su trabazón íntima, el jui­ protesta contra resabios anacrónicos
cio simplista y superficial no atina a del pasado y eL deseo de enaltecer la
librarse de una impresión molesta. vida universitaria. Negarlo, reducir
Peor aún si afectos o intereses heridos la Reforma Universitaria a las pro­
pretenden amenguarlos o si la apre­ porciones mezquinas de una gresca es­
ciación sincera, pero unilateral, sola­ tudiantil, explicada por tal o cual mo­
mente advierte una faz de los hechos tivo personal u ocasional, es una falta
sin ahondar sus raíces. Tan a riesgo de de visión del conjunto, es no tener la
decir cosas sabidas que, entre univer­ sensación del momento histórico que
sitarios, son casi lugares comunes, vivimos. ¡ Toda la humanidad se halla
conviene darles una difusión más am­ conmovida y rio había de inquietarse
plia. la juventud argentina!
Si un movimiento se incuba durante Ocurre que la Universidad ha per­
varios años, estalla en Córdoba, luego dido entre nosotros la dirección de la
en la Capital y repercute en La Plata, vida intelectual, la cátedra se halla
si logra apasionar a la parte mejor rezagada con relación al medio am­
de nuestra juventud, si se mantiene biente. Dejemos a salvo, como es na­
con vigor y resiste todas las asechan­ tural, las excepciones, pero la reno­
zas, debemos suponerle causas propias vación de las ideas directrices, el
y no atribuirlo con ingenuo candor a arraigo de nuevas tendencias socia-
P u b lica d o en “ E l A rg e n tin o ” do L a P lata, durante la gran huelga estudiantil. En ese
tiem po, el d o cto r K o rn era D ecan o y p ro fe so r de la F acu ltad de F ilo so fía y L etras de B uenos
A ires, a la vez que p ro fe so r u n iversitario en L a P lata. M urió en 1936. L a U niversidad de L a
P la ta ha p ublicado, hasta 1940, tres tom os de sus Obras C om p leta s.

— 15 —
les, estéticas o filosóficas, la contro­ pedantesca, ni mucho menos por la
versia entre posiciones opuestas, toda coerción física. No cabe sino una au-
la brega espiritual, se verifica fuera torida_d moral, y haberla querido su­
de las aulas. El libro y la revista son plir con el machete del gendarme ha
los vehículos del pensamiento; la cáte­ sido un delito y el origen de las reac­
dra no enseña, el estudiante se vuel­ ciones violentas. La Universidad as­
ve autodidacta y la concurrencia a pira a ser en el desenvolvimiento de
clase una obligación penosa. nuestro pueblo una entidad directriz
Sin embargo, la ausencia del maes­ merced a su alta autoridad moral y
tro se hace sentir, su dirección, su no puede ejercer otra en su propio
influencia, no puede suplirse con la recinto-
información libresca. El estudio mis­ Suprimida la asistencia obligatoria,
mo de los autores y su elección re­ profesores incapaces de reunir cuatro
quieren un guía, un comentario, una oyentes en torno de sus cátedras, cla­
apreciación fundada; la letra muerta man por medidas compulsivas en lu­
sobre todo ha de animarse, la mate­ gar de tomar resignados el camino de
ria especial subordinarse a sus con­ sus casas. Y en nombre del socorrido
ceptos generales; toda la cultura de principio de autoridad, las oligarquías
un espíritu amplio y la autoridad su­ dirigentes, también ansiosas de per­
gestiva de una personalidad son nece­ petuarse, amparan la ineptitud, tole­
sarias para dar a la enseñanza su efi­ ran la indolencia, incurren en favori­
cacia. Los estudiantes bien lo saben; tismos y postergaciones, eso sí, aten­
con acierto implacable distinguen al tas siempre al formulismo legal, sa­
maestro del simple pasante que repite tisfechas de salvar las apariencias.
su texto o toda la lección, o con des­ Entre tanto, fuera del claustro se
gano divaga para matar a todo trance derrumban viejos conceptos, germi­
la hora de academia. nan nuevas ideas, bulle la vida en al­
Todas estas deficiencias se acen­ mas jóvenes y las mentalidades aca­
túan por cierto si la universidad, aje­ démicas nada barruntan.
na a los cambios que sobrevienen en Si luego los nuevos tiempos se anun­
el mundo de las ideas, abstraída en cian con algunos aldabonazos recios,
rutinas y doctrinas pretéritas, se di­ se sobresaltan e imaginan subvertido
vorcia de las fuerzas activas y en lu­ el orden cósmico porque les peligra su
gar de irradiar su influencia en la plácida quietud.
vida nacional se convierte en refugio Así, pues, como la asistencia libre
de la desidia y de la mediocridad. es condición indispensable para esti­
¿ Cómo el desconcepto de una situación mular al docente, la renovación a bre­
semejante no había de provocar en la ve plazo de los cuerpos académicos
juventud el desdén primero, la pro­ con la cláusula de la no-reelección es
testa después y, por último, la inevi­ la segunda exigencia de la reforma a
table rebeldía? fin de evitar la estabilización, algunas
Las reflexiones serias y las decla­ veces vitalicia, de los mismos persona­
maciones fingidas sobre la falta de jes en los mismos puestos directivos.
disciplina, a su vez no tardan en ma­ No concluye, sin embargo la refor­
nifestarse. La consagración al estu­ ma universitaria con estas y otras mo­
dio no puede prosperar en el desor­ dificaciones de los estatutos vigentes,
den, la disciplina es necesaria, pero ni se la identifique con la letra de al­
en el ambiente universitario no puede guna ordenanza reciente tan permea­
imponerse ni por una reglamentación ble al fin a las arterías habituales

— 16 —
como las antiguas. La reforma es un táneos de nuestra juventud, y el des­
proceso dinámico, su propósito es quicio de la enseñanza lo achacamos a
crear un nuevo espíritu universitario, las corruptelas acumuladas durante
devolver a la universidad consciente años. En la agitación momentánea tan
de su misión y de su dignidad, el pres­ sólo vemos el punto de partida de un
tigio perdido. Al efecto, es imprescin­ gran movimiento espiritual encamina­
dible la intervención de los estudian­ do a trasmutar la orientación ideoló­
tes en el gobierno de la universidad. gica de las nuevas generaciones. He­
Ellos y solamente ellos representan el mos anunciado el advenimiento de una
ímpatu propulsor, la acción eficiente, intensa cultura ética y estética, ge-
capaz de conmover la inercia y de nuinamente argentina, ennoblecida
evitar el estancamiento. Sin ellos por el anhelo de la justicia social y
nada se ha hecho ni nada se habría destinada a superar, sin desmedro pa­
hecho. La forma en que han de inter­ ra la ciencia, la época intelectualista
venir, es cuestión secundaria; lo im­ y utilitaria. Complace ver a la juven­
portante es que constituyan un po­ tud, aunque sea por distintos rumbos,
der del cual en adelante no se pueda buscar la luz de nuevos ideales.
prescindir. Por conquistar o afirmar Una cátedra libre rodeada por es­
este poder la juventud universitaria tudiantes libres, dueños y responsa­
en un esfuerzo solidario que abarca bles de sus actos, ha de contribuir me­
todo el país, lleva dos años de gallarda jor a formar el carácter nacional que
lucha, y de su éxit odepende el por­ la tutela verbosa de quienes jamás
venir de la cultura argentina. Los ad­ dieron un ejemplo de entereza.
versarios francos de la reforma, por
suerte a la fecha han sido arrollados; Pecóse dentro y fuera de los muros
nadie osa combatirla de frente. Ene­ de Troya. Así suele acontecer cuando
migos más taimados, son otros que el conflicto de las ideas abstractas se
acuden a los recursos más insidiosos concreta en el choque áspero de sus
para desvirtuarla y los peores los ami­ representantes. No pueden, empero,
gos simulados que la aceptan con re­ equipararse los extravíos de una mu­
servas mentales. chachada impulsiva con la incompren­
Si desde luego resisten a la Reforma sión y los desplantes de hombres ma­
universitaria en primer lugar los in­ duros. Ciertos alardes serían inexpli­
tereses creados, no todos cuantos se. cables, si no conociéramos la psicolo­
le oponen son espíritus retrógrados gía risueña de la indignación— con los
o aviesos; en parte son hombres dig­ otros. He ahí gentes que impasibles
nos de respeto, que sin abrigar inten­ han contemplado largo tiempo artima­
ciones mezquinas, se alarman ante ñas y flaquezas humanas y ahora, ante
tendencias a su juicio anárquicas y unos gritos destemplados, ante unos
disolventes. Sin desconocer la existen­ trastos rotos, se emocionan con sensi­
cia de prácticas viciosas, esperan po­ bilidad femenina y no pueden conte­
derlas remediar por otros medios y ca­ ner el torrente de su indignación. Y
lifican los empleados como subversi­ hasta la revisten, si el caso llega, con
vos. Temen, pues la ingerencia directa las formas de ese mísero derecho que
de los estudiantes. se emplea, no en servir la justicia sino
Los que simpatizamos con la Refor­ al cliente.
ma, en cambio, nos resistimos a mag­ Hace poco más de un año, al asumir
nificar ciertos incidentes, conserva­ una función académica, dijimos que
mos la fe en los sentimientos espon­ algún estrépito había de ocasionar el

— 17 ~
2
crugir délos viejos moldes. U) No de- dos y una venerable poltrona perni-
bióse tomar la metáfora en su sentido quebrada nos tienen sin cuidado- Es-
literal, pero algunos vidrios estrella- tán en juego prendas más valiosas.

II

LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA AUTENTICIDAD ARGENTINA


(1920)

OBRE el problema de la enseñan­ der, ni justificar, ni sancionar una


S za superior abunda una literatu­
ra esparcida en libros, revistas y
subversión destinada, a juicio de ellos,
a conculcar todos los respetos mora­
periódicos y no me propongo agregar­ les y tradicionales, Aun cada genera­
le una página más. No voy a recomen­ ción caduca y agotada vuelve a ex­
dar ni el modelo de las universidades perimentar las mismas congojas.
germánicas, ni el ejemplo de las nor­ Casca il mondo, decía aquel fraile,
teamericanas, no pienso inspirarme porque se demolían algunas piedras
en la organización de los institutos en la Porta Pía. Gracioso es hallar
franceses o italianos. Porque a esto se la misma zozobra en quienes alguna
reduce entre nosotros el debate de los vez, antaño, también tuvieron su cuar­
asuntos universitarios: a ponderar to de hora revolucionario.
como eximio, como único, algún tra­ f ~“La Reforma Universitaria no es
sunto extraño. No podemos renunciar una obra artificial. No ha nacido en la
a la propensión simiesca de la imita­ mente pedantesca de un pedagogo,
ción tan desarrollada en el espíritu no es el programa fugaz de un mi­
argentino. nistro, ni, como propalan los despe­
Promulgadas las reformas última­ chados y los desalojados, la trama in­
mente conseguidas, más de una vez sidiosa de espíritus aviesos. Es la obra
he escuchado la angustiada pregunta: colectiva de nuestra juventud, movi­
¿En qué país ha visto usted semejan­ da por impulsos tan vehementes y es­
te cosa? Y avergonzado ante el re­ pontáneos como no habían vuelto a
proche, he debido atribuirlas a un germinar desde los días de la asocia­
remoto atavismo, pues valido de la ción de mayo, cuando el verbo román­
erudición ajena he llegado a saber que tico de Echeverría despertó las con
algo análogo se usaba en la vieja uni­ ciencias a nueva vida.
versidad de Salamanca. Todo, antes Fué en Córdoba, en el centro urba­
de confesar nuestro coraje de hacer no más argentino, más saturado de
algo propio. tradición ancestral, donde estalló el
Ante el espectáculo de la Reforma movimiento, latente de tiempo atrás.
impuesta con violencia revolucionaria, Por eso no se extravió. Con concien­
los hombres de mi tiempo se hallan cia plena de los males, con intuición
en la situación trágica de aquellos clara de su remedio, creó las nuevas
padres españoles que en la época de formas de la vida universitaria, des­
la emancipación veían afligidos a sus preocupado de fórmulas y de ficcio­
hijos criollos enrolarse en las filas de nes. E hizo obra nuestra, obra nacio­
la rebelión. No podían ni compren­ nal, pese a algunos alardes de inge-
( 1 ) E l a u to r se re fie r e a su d iscu rso al a su m ir — p rim er D e c a n o r e fo r m is ta — , el d e c a ­
n a to de la F a cu lta d de F ilo s o fía y L e tr a s de la U n iv e rsid a d d e B u en os A ir e s (2 6 de o ctu b re
de- 1 9 1 8 ). T e x to en la i í e r i s í o de d ich a U n iv e rsid a d o en la re v is ta VerJm m del C en tro de
E stu d ian tes de a q u ella F a cu lta d , n ú m ero de n o v ie m b r e -d icie m b r e 1918.

— 18 —
nuo exoticismo; al fin el carmín oca­ arraigan en nuestra tierra o experi­
sional no ha de desteñir el color na­ mentan una degeneración criolla que
tivo. las convierte en caricatura de sus
La iniciativa arribeña, tan oportu­ originales. La juventud argentina —
na, tan eficaz, de inmediato repercu­ honor a ella — supo hallar la vía pro­
tió en el litoral y este es momento en pia, la solución argentina y nacional.
que tras recia lucha, la reforma aca­ A no ser por su arrojo, todavía está­
ba de enseñorearse del último baluar­ bamos deliberando.
te, de la Universidad de La Plata. La exigencia de plantear nuestros
No ha triunfado por acaso. Si ha problemas como propios y resolverlos
podido convencer la obstinada resis­ dentro de las características de nues­
tencia, si se ha sobrepuesto a la in­ tra evolución histórica no importa
comprensión de unos y a la malevo­ incurrir en una necia patriotería.
lencia de otros, ha hallado bríos y te­ Nada tengo de común con quienes al
nacidad para mantener la larga con­ decir patria la identifican con men­
tienda, es por ser la expresión de una guadas concupiscencias y la celebran
necesidad histórica. en vulgares frases. Parte integrante
Había sobrevenido en las universi­ de la humanidad también somos nos­
dades una verdadera crisis de cultu­ otros y sus angustias, sus luchas y
ra. Por una parte la persistencia de sus esperanzas también las vivimos
Jo pretérito, el imperio de difundidas nosotros. Nuestro hogar se yergue
corruptelas, predominio de las me­ sobre los bordes del Atlántico, dis­
diocridades, la rutina y la modorra de puesto a acoger con ánimo amplio
los hábitos docentes, por otro la orien­ todas las repercusiones del proceso
tación pacatamente utilitaria y pro­ mundial. Cómo desconocer precisa­
fesional de la enseñanza, la ausencia mente en la emoción intensa que la­
de todo interés superior, el olvido de bra el espíritu de la juventud la ex­
la misión educadora y por último el pansión de corrientes universales.
autoritarismo torpe y la falta de auto­ Así también en la Reforma Univer­
ridad moral, dieron lugar a esa reac­ sitaria se expresa un anhelo de reno­
ción que nace de las entrañas mis­ vación, un deseo de quebrantar las
mas de la nueva generación. viejas formas de la convivencia so­
Y he ahí el asombro de todos los cial, de transmitir los valores con­
teorizantes, indignados porque la rea­ vencionales. Su importancia no reside
lidad se atreve a prescindir de sus en el articulado casuista de estatu­
consejos, porque las fuerzas vivas tos más o menos acertados, sino en
obedecen a su propia ley, sin curarse el contenido ideal que logre animar­
de efusiones verbales siempre reñi­ los.
das con los actos. El mal estaba a la En primer lugar se ha incorpora­
vista, no lo desconocían ni los mis­ do la acción de la juventud como un
mos autores, pero las mentes acadé­ elemento orgánico al gobierno de las
micas abstraídas en las reminiscen­ instituciones universitarias, esto es
cias del pasado, indiferentes al movi­ una energía propulsora. Por cierto
miento actual de las ideas, sin noti­ que con ello se ha perturbado la paz
cias de la llegada de un nuevo siglo, de los claustros; la existencia ha de­
ni sospechaban siquiera la inquietud jado de ser apacible; la sensación del
de las almas jóvenes. Cuando más se riesgo en el ambiente hostil, obliga
les ocurría el trasplante de institucio­ a un constante esfuerzo para mante­
nes exóticas, concebidas por y para ner el fhrestigio de la cátedra. Yo he
otras gentes. Larga es la serie de alcanzado todavía en los escaños de
esas creaciones postizas, que, o no la facultad de medicina profesores

— 19 —
consagrados a la modesta tarea de to­ sonalidad humana al nivel de una co­
mar la lección señalada en el texto sa susceptible de ser catalogada, me­
y era grave falta invertir acaso el dida y clasificada. La libertad uni­
orden de las páginas. ¡Tiempos feli­ versitaria supone en el estudiante, co­
ces, ya no volverán! Sin duda en el mo correlativo ineludible, el senti­
desenvolvimiento de la acción juvenil miento de la dignidad y de la res­
habrá habido alguna incongruencia, ponsabilidad, los fueros de una per­
algún exceso en palabras y en hechos. sonalidad consciente, regida por su
Concedamos aun que haya habido al­ propia disciplina ética.
guna injusticia. Pero, ¿por qué se en­ Sobre esta presunción reposa el
saña el juicio de ciertos círculos y de porvenir de la Reforma. Todavía no
cierta prensa con cada desplante de ha llegado la hora de juzgarla y exi­
la muchachada y guarda piadoso si­
girle frutos. Mucho ha hecho con des­
lencio para cuantos prevaricaron en
la alta función del magisterio? brozar el camino. La reforma será fe­
Luego la Reforma es libertad. Es la cunda si halla una generación que la
emancipación de trabas y tutelajes sepa merecer. Abriguemos la espe­
que constreñían el estudio y sofoca­ ranza que quienes conquistaron la li­
ban toda espontaneidad. Inspirados bertad universitaria, la afirmarán, no
por cencepciones mecanicistas, los mé­ como licencia demoledora, sino como
todos pedagógicos deprimían la per­ acción creadora.

III

CONTENIDO IDEAL DE LA REFORMA


(19,21)

L espíritu gentil, que suele rozar burguesa de reposar satisfecho en el


E con irónica insinuación los lindes
de la paradoja, no ha de experi­
seguro de una posición acabada, sin
dudas y sin problemas. No me distin­
mentar mayor sorpresa si un hombre go de mis representados porque, como
cubierto de canas se levanta para ellos, aún dudo, ignoro y hasta, algu­
ofrecer el homenaje de la juventud nas veces, estudio.
universitaria. Por delegación expre­ Hablo, pues, en nombre de aquel
sa traigo los votos de la Federación núcleo de la juventud que en 1918, en
Universitaria Argentina, de la Fede­ la ciudad de Córdoba del Tucumán, se
ración de Córdoba y de la Federación alzó en un impulso iconoclasta, que­
de La Plata. brando trabas seculares, y hablo en
Mis jóvenes amigos han creído que nombre de la juventud que extendió
a pesar de alguna divergencia crono­ el movimiento revolucionario a todas
lógica, podían acordarme esta distin­ las universidades, hasta determinar
ción, pues no ignoran que a la par de la honda crisis, que aun perdura, de
ellos no me considero sino un estu­ nuestra enseñanza superior.
diante. Y, sea dicho sin mengua de la Almas ingenuas, habituadas a con­
obligada gravedad académica, un mal templar solamente el aspecto chico
estudiante, porque todavía no he lo­ de las cosas, atribuyeron semejante
grado cumplir lo honesta aspiración estallido a causas ocasionales o arti-

D iscu rso de re ce p ció n a E u g e n io D ’Ors, en B u en os A ires, en rep re se n te ció n de la F e d e ­


ración U n iv ersita ria A r g e n tin a y de las F e d e r a c io n e s U n iv e r sita r ia s de C órd ob a y L a P la ta .

20 —
ficiales. No alcanzan a comprender tros con el estremecimiento histórico
que conmoción tan general, tan inten­ que anuncia una nueva época.
sa y tan violenta, no se explica por Tres años llevamos de agria lucha;
razones mezquinas; no logran abs­ el período inicial de la acción demo­
traer del cúmulo de hechos e inciden­ ledora termina y la tarea de la re­
tes aislados la idea inmanente que los construcción reclama nuestro esfuer­
dignifica. zo. A ello os llama la juventud de
Qué extraño, si los mismos promo­ Córdoba.
tores no sospechaban la trascenden­ No pudo inspirarla mayor acierto.
cia de su acción. De un cambio hon­ Una mentalidad humana, libre de to­
do en el estado de espíritu de las nue­ da restricción dogmática, que en lí­
vas generaciones, surgió este arran­ rica emoción no concibe el saber sin
que espontáneo, casi instintivo, y al armonía, ni la obra sin bondad, bien
repudio vigoroso de un pasado into­ señalará el camino por donde se ha
lerable, unió la expresión de vagas de satisfacer aquella que alguna vez
inquietudes y de una sensibilidad re­ habéis llamado “ sed de totalidad” .
novada. Pero luego no más, la con­ Os tocará cruzar, señor, la amplia
ciencia del contenido ideal de la Re­ llanura que fué Pampa y en la hon­
forma debió imponerse. Era necesa­ donada. al pie de la sierra, veréis acu­
rio incorporar a la evolución econó­ rrucada en torno de los templos an­
mica del país valores más altos y crear cestrales, la ciudad colonial que fun­
dó don Gerónimo Luis de Cabrera. Co­
intereses éticos y estéticos que ate­
mo en un viejo tronco una colmena,
núen el predominio exclusivo de los descubriréis afanada y hacendosa la
intereses materiales. Era necesario ciudad nueva, que convierte en luz y
superar las bases ideológicas pura­ energía la corriente de su río y el
mente utilitarias por un concepto que caudal de sus aguas en savia fecun­
no degrade la personalidad a la con­ dante del yermo. Y a la vera de am­
dición de autómata, y que conduzca bas, hallaréis en la ciudad universi­
a formas de la convivencia nacional taria, alerta y rebelde, la valiente
más saturadas de justicia. Era nece­ muchachada que os llama, os espera
sario perturbar la paz de los claus­ y ansiosa os escuchará.

21
DOCENCIA EMANCIPADORA
por
SAUL ALEJANDRO TABORDA
(argentino)
(1 920)

T ODO lo grande y trascendental


que trae al mundo el proceso de
renovación que ya se adueña de
Para los hombres que han manejado
hasta aquí la educación de la juven­
tud; para los mentores a quienes la
los seres, de las ideas y de las cosas, obra de una ilusión nunca examinada
está contenido dinámicamente en la atribuyó siempre la posesión del lo­
irreductible posición asumida, desde garitmo de toda ciencia; para los gra­
un tiempo a esta parte, por los uni­ ves maestros que conocen al dedillo los
versitarios de nuestro país frente a archivos de las edades idas, suerte de
las viejas prácticas pedagógicas y a cicerones que viven en los meandros
los hombres que las sirven y las ex­ de la leyenda y la tradición; para to­
plotan. Los estudiantes de Córdoba, dos los fieles y asalariados guardianes
primero, después los de Buenos Aires del orden establecido, nada, absoluta­
y Santa Fe, y ahora los de La Plata, mente nada expresan ni significan la
se han erguido con un gesto dema­ unánime actitud de los universitarios.
siado vivo y espontáneo para que pue­ Les basta con atribuirla a la única
da atribuirse a inquietudes inmotiva­ ley en que son doctores: la ley del me­
das o a impulsos fugitivos; han he­ nor esfuerzo, a la que aún añaden la
rido con mano demasiado segura los rara virtud de conspirar contra la dis­
intereses creados de camarillas y ne­ ciplina jerárquica y el principio de au­
potismos adheridos a las funciones toridad. Ajenos a la noción, ya incor­
burocráticas por privilegios heredita­ porada al dominio del commom sense,
rios, para que el criterio más severo según la cual de nada sirven la violen­
y más exigente pueda dudar de que cia y la negacipn suicida para resolver
el arma con que hieren no está tem­ los problemas que se presentan a una
plada en la fragua en que pondera sus sociedad en determinados momentos
instrumentos el ideal de justicia; han críticos de su historia, fían la solución
hablado con demasiada claridad y elo­ de todo afán a los preceptos de un có­
cuencia para que no se sienta y se adi­ digo punitivo que ellos tienen comen­
vine que, envuelta en la palabra como tado y anotado con la prolija pacien­
la aurora en el celaje, llega, palpitan­ cia y con el acendrado y místico amor
do, vehemente, avasallador, pleno de con que el asceta soba el látigo que
pujanza y de energía, el lampo de un ha de acallar las urgencias de su car­
pensamiento creador y novedoso. ne, o bien se aferran al sensualismo de

22
los bienes conseguidos engañando todo dos y remendados, y allana la senda a
temor con la táctica del avestruz aco­ la nueva conciencia histórica que ad­
rralado. Que acaso el avestruz antepa­ viene preñada con el destino del hom­
sado que primero hundió su cabeza en bre.
el lodazal para negar la proximidad
del adversario fué el rector de alguna II
universidad zoológica improbable y Hasta ahora los regímenes sociales,
remota. . . tanto aquellos que invocan como razón
Incapaces de comprender el sentido de ser la delegación divina, como los
profundamente vital y afirmativo del que invocan la voluntad del pueblo,
inalterable consenso público que vin­ sólo han visto en la política docente
cula la juventud y sus manifestacio­ un instrumento adecuado para asegu­
nes espirituales a la idea hoble y ge­ rar la persistencia indefinida del or­
nerosa, incontaminada por intereses den establecido. La educación como
subalternos, no sabrán nunca qué so­ medio de liberación del individuo, la
plo procedente de incognoscible lati­ educación como medio consecutorio de
tud es el que apaga la lámpara de la una plena, amplia y definitiva reali­
vigilia sobre el libro abierto en la dad del hombre, fué siempre extraña
mesa de trabajo; no sabrán nunca qué a sus actividades, en razón de su ma­
mano invisible es la que cierra la nifiesta incompatibilidad con sus de­
puerta de los laboratorios y de las bi­ signios de predominio. Mientras la ti­
bliotecas; no sabrán nunca qué man­ ranía— la tiranía de toda laya, laica y
dato misterioso es el que apaga los ru­ religiosa, oligárquica y plebocrática—
mores cotidianos en los claustros y pudo mantener a las masas sumergi­
en las aulas; no sabrán nunca qué im- das en la ignorancia llena de prejui­
' pulso supremo e inexorable es el que cios y de groseras supersticiones, los
enardece el instinto de rebelión en las institutos docentes no fueron otra co­
multitudes universitarias y las empu­ sa que seminarios conciliares encar­
ja a la protesta de la plaza con una gados de conformar con el zapato chi­
decisión y una voluntad no domeña­ no del dogma teológico, con la cristali­
das por los jerarcas de la docencia ni zación jurídica extraída de las pan­
por los desmanes de la gendarmería dectas y del digesto romano, y con la
que les opone el proconsulate medio­ cínica lección política enseñada por
cre y soberbioso. Hicieron de la muti­ Maquiavelo, los espíritus destinados
lación de la vida una profesión habi­ a perpetuar en beneficio de los amos
tual, y la vida que reivindica sus fue­ la tiranía como sistema y la ignoran­
ros se venga de ellos hiriéndolos con cia como resorte gubernativo.
la irremediable ceguera que les con­ El renacimiento filosófico del siglo
dena a asistir al glorioso espectáculo XVIII, al consagrar la soberanía del
que pone un canto de amor y de espe­ pueblo como causa, fuente y origen de
ranza a flor de labio, una palpitación toda función política, creó, como con­
de fe en el corazón, una aurora en la secuencia inmediata, la necesidad de
frente y un día en el cerebro, con el educar al soberano para ponerle en
estúpido criterio de bachilleres, de cu­ condiciones de ejercitar a conciencia
ras y de barberos escapados de las pá­ sus facultades y prerrogativas reco­
ginas del Quijote. Prudente sabiduría nocidas por la doctrina. La revolución,
que deja a un lado el pasado inútil con que puso en las manos del ciudadano
sus pequeños expedienteos, con sus se­ el voto como título de autonomía, de­
niles afanes de planes docentes toca­ bió aclarar en la inteligencia del elec-

— 23 —
tor el contenido de su derecho. Sólo struggle desesperado e inmisericor-
tenía un camino para conducir al co­ de. No ha podido escoger una manera
m ido al ciudadano y ese camino era ra más eficaz de ahondar y acentuar
el de la escuela. su merecido desprestigio que limfi-
La democracia parlamentaria ha tándose a “ reconocer” en la letra el
poseído, empero, la virtud' de la som­ derecho a educarse a una niñez que
bra del manzanillo para la fecunda in­ apenas puede agotarse y marchitarse
ferencia. El largo siglo de vida que prematuramente en las fábricas y en
tiene cumplida es prueba elocuente e los talleres en procura de un men­
intergiversable que carece de capa­ drugo.
cidad para hacer efectiva la cultura No atenúa ni suaviza en modo al­
prometida por la concepción filosó­ guno la notoria ineficacia con que ha
fica que la informa. Celosa de los pri­ desnaturalizado la doctrina de que
vilegios económicos, cuya inteligente es hijo bastardo el régimen imperan­
expropiación le hubiera proporciona­ te, el relativo número de educandos
do la libertad económica que condi­ que concurren a sus escuelas. Bien
ciona y afirma la libertad política, conocido es el cuidado con que la
se ha convertido en una hetaira al ser­ ciencia oficial, al estixfiular las jó ­
vicio de todos los partidos, de todas venes inteligencias, atisba el nacer de
las fracciones y de todas las clases, y las múltiples manifestaciones que las
ha defendido con ellos su patriótico llenan y aprovecha la oportunidad
concepto de la soberanía del pueblo propicia para adocenarlas en un sen­
como el empeño de los unos de medrar tido favorable al orden de cosas es­
a costa de ios otros. El sufragio uni­ tablecido, a la estructura social que
versal, adoptado de esta manera en la costea y que la paga. El sufragio
que domestica en los hemiciclos legis­
eficaz instrumento de predominio,
tan presto como se ha enseñoreado de lativos todo arresto de rebeldía de la
conciencia pública, ciega también con
la función gubernativa ha exhumado
mano despiadada la flor de pensa­
y remozado para su uso las viejas con­
miento que llega a brotar en el am­
cepciones pedagógicas y, afanado en
biente impropicio de una escuela.
asegurarse su posición por medio de
una enseñanza unilateral y calculada, III
ha dado en crear escuelas de clase,
para ricos y para pobres, para niños! Mientras todo esto ocurre en lo que
y para niñas, clásicas y técnicas, para se llama enseñanza elemental, en los
institutos superiores las pretéritas
gobernantes y para gobernados, para
tácticas docentes siguen formando
doctores y para obreros. Dominada
una clase de más en más definida y
por la ilusión que nace del hecho mis­ caracterizada por su cometido de de­
mo del mando en aquellos que lo ejer­ fender el régimen de injusticia, de
citan, hasta el punto de crearles la ex­ abuso, de privilegio, de acaparamien­
traña certidumbre y convicción de ha­
to y de monopolio erigido a la sombra
ber nacido signados para ello, la de­ del mito de la soberanía del pueblo.
mocracia liberal entiende haber rea­ Se puede admitir como un homenaje
lizado un cometido fundamental cuan­ al esfuerzo sincero de quienes viven
do sólo ha permitido que se afirme y entregados a la tarea de rectificar los
subsista un estado de concurrencia en planes de enseñanza y los programas
el que para adquirir un conocimien­ de estudios universitarios, que éstos
to rudimentario es necesario someter­ desechan ya y corrigen con relativa
se a las rigurosas condiciones de un eficacia la mezcla de nociones eontra-

— 24 —
dictorias y antinómicas, el amasijo de actividad social con el extraviado cri­
nociones abstractas y concretas, hu­ terio con que los Haeckel, los Le Dan-
manas y divinas, todo, en fin, lo que tec y los Bobineu se han empeñado en
ha significado siempre una’ delibera- reforzar el edificio en ruinas del ab­
da confusión en el progreso educativo; solutismo estadual.
pero lo que nadie osará negar y des­ De aquí que en todas las circuns-
conocer sin negar y desconocer a de­ táncias en que las ideas con las que
signio la verdad inmediata que perci­ el espíritu humano reconstruye, mo­
ben los sentidos en todos los hechos difica y restaura la técnica de la ci­
de la realidad, es la aparición de esta vilidad soplan desde el recóndito hon­
c l a s e universitaria que en Estados tanar de la vida sobre las formas so­
Unidos llaman ya la “ clase inteligen­ ciales inadecuadas, encuentran en las
te” y que nosotros conocemos con el universidades el muro de contención
ncmbre más elocuente y sugestivo aún que las detiene y el parapeto en que
de “ clase gobernante” . se asila la rutina. De aquí que las
No se averiguará cuál es el recurso universidades hayan sido y continúen
que conduce a este resultado, por lo siendo el lastre más gravoso, el peso
demás previsto como objetivo funda­ muerto más injusto que los pueblos
mental por la política que ha dividi­ arrastran a remolque en la corriente
do, graduado y clasificado la enseñan­ de su historia. De aquí que las facul­
za conforme a los intereses de los que tades de derecho, a las que correspon­
mandan, sin referirlo, a lo menos en de aludir en primer término desde que
gran parte, a la influencia del civilis­ son las que fijan el contenido social
mo y del romanismo exhumado y re­ de los altos institutos, mientras sigan
habilitado por la burguesía que apro­ la orientación que ahora siguen, no
vechó en su beneficio la revolución de podrán nunca llenar otra función que
1789. Normas propicias a todo privi­ la de proveedoras al por mayor de pa­
legie, como que fueron concebidas pa­ rásitos para los renglones del presu­
ra consolidar situaciones de usurpa­ puesto ; de caudillos para los turbios
ción y de violencia, las leyes de Gayo, manejos de los partidos de la dere­
de Ulpiano y de Modestino, consagra­ cha, del centro y de la izquierda;
das como “ la razón escrita” por toda de hueros verbalistas para los con­
una tradición jurídica, enquistadas en gresos legislativos; de medianías
el alma de las universidades del pre­ doctoradas para la cátedra, para la
sente, continúan suministrando al es­ magistratura y para el foro •
píritu de la juventud los elementos nu­
tricios de sus ideas, de su conducta y IV
de su acción.
La nueva voluntad humana, la nue­
Alguna vez la virtualidad construc­ va voluntad creadora, cuyo aliento de
tiva de las investigaciones científicas historia y de eternidad agita en esta
se ha erguido contra este insano afán hora a las multitudes universitarias,
de gobernar con principios cuyo único
lejos de traicionar con pasividad equí­
sitio es el museo, las múltiples activi­ voca su filiación filosófica Tevolur
dades de nuestra vida. Ma, apenas se cionaria y activa, define su actitud
ha insinuado este propósito superior, de franca beligerancia frente a la an­
cuando sociólogos y juristas, recogien­ tigua política educacional. En el mo­
do desde la cátedra universitaria la mento en que Estados Unidos hace
información de los laboratorios, con obligatoria la enseñanza del patrio­
ánimo prevenido, la han profanado y tismo, esperanzado todavía en ahu­
la han bastardeado aplicándola a la yentar con exorcismos pueriles el ro­

— 25 —
jo fantasma que se avecina; en el mo­ ,seos determina en el individuo el
mento en que la España oficial impo­ pulso vital ascendete a descendente,
ne a sus escolares la lectura del Qui­ positivo o negativo, propicio a la
jote acaso para desviar su atención energía y al amor, o a la decrepitud
de las preocupaciones del presente; y al rencor, y ha lanzado ya a la mio­
en el momento en que Francia se pe pedagogía que los mutila la pro­
prosterna en los umbrales de Cano­ testa de las palabras de Ortega y
sa, Magdalena contrita que implora Gasset: “ en lugar de apresurarse a
y que se macera las entrañas en que convertimos en instrumentos efica­
procreara el genio de Rousseau, la ces para tales o cuales formas tran­
nueva conciencia histórica afirma sitorias 4e la civilización, debe fo ­
con Pestalozzi “ que en el dominio de mentar con desinterés y sin perjui­
la educación la diferencia de clase cios el tono vital primigenio de nues­
carece de todo derecho lógico y mo­ tra personalidad” . No se detiene en
ral” . esto; después de haber colocado en
La docencia de Estado que defor­ su verdadero lugar la proyección que
ma las mentes con un ideal patrio­ en verdad corresponde a las demás
tero y sin contenido, pertenece a un disciplinas particulares en el proceso
pasado que no volverá. En el abismo social, proclama con Natorp que la
en que se hunde de día en día agita­ educación del trabajo es el punto de
rá en vano sus viejos valores, sus partida para la educación de todos
pretéritas concepciones que ya- no en común; vive en la realidad, la im­
son más que jeroglíficos insolubles; pregna y la llena de íntima esencia
sus hechos históricos, sus mezquinos ética en “ la escuela unificada del tra­
ideales, sus héroes y sus prototipos bajo” de Lunatcharski; y triunfa con
han dejado de alucinar y de ser el gesto de rebelión que ha rescatado
modelos concluidos para las genera­ para la sana alegría de los niños ru­
ciones de hoy. Que los muertos entie- sos los jardines de Tsako-Selo.
rren sus muertos, y que los entie- En el momento en que Inglaterra,
rren bien para que no resuciten. agrietada y removida por las pro­
Ahora se quiere vivir, vivir en pleno fundas trasmutaciones de esta hora,
presente, construyendo, Me cara al pone a contribución las cátedras de
futuro, sin componendas ni compro­ sus universidades para recomponer
misos con otras edades. su imperialismo tambaleante y mal­
La noción psicológica según la trecho, la nueva conciencia histórica
cual la adquisición de todo conoci­ invade los institutos superiores y re­
miento se opera de afuera adentro, suelve reemplazar el derecho del ban­
de la periferia al centro, que ha dido romano por el derecho del hom­
constituido toda la habilidad empíri­ bre; el derecho de Plutus por el de­
ca de la enseñanza oficial, no servi­ recho del productor; el código civil
rá en adelante para cercenar cere­ de las minorías privilegiadas por el
bros ni para moldearlos de acuerdo código de los cives, de los hombres
al designio del orden establecido. La todos que trabajan, que crean, que
ciencia ha acudido en defensa del elaboran con la levadura del esfuerzo
hombre. La novísima información de cada día el pan de una civiliza­
científica relativa a las secreciones ción más grande y más perfecta.
internas, adentrándose al fondo ín­ V
timo del alma infantil, ha descubier­ Se comprende bien que para el su­
to estratos profundos de vida psí­ premo designio de la nueva docencia
quica cuya riqueza o pobreza de de- que ya se anuncia revista escasa im­

— 26 —
portancia el mero prurito de refor­ por ella misma heridas de incompren­
mas y remiendos a los planes educa­ sión, ofician al dios Ganancia, el úni­
tivos. Detenerse a considerar tan só­ co dios que adora la civilidad de oc­
lo la participación de los estudiantes cidente, según el claro decir de Ra­
en el mecanismo docente, el electora- bindranath Tagore.
lismo del aula que adiestra por anti­ El justo desdén con que el pueblo
cipado para la feria del comité, y ha mirado siempre a los intelectua­
la capitis diminutio del absolutismo les, ha provenido, como lo observara
jerárquico, es ciertamente rebajar ya Eugenio D’Ors, de la irreductible
los términos del problema. No es en impotencia que éstos demuestran en
esta parte circunstancial donde se ha­ todo momento para abarcar con vi­
lla el nudo de la cuestión. Si fuera sión serena y simpática la totalidad
posible reducir a expresión sintética de la vida. Esta impotencia que les
el enorme contenido del nuevo ideal, reduce a la trágica condición de va­
podría decirse que todo obedece al sallos, de asalariados, de sometidos,
propósito de la vida de redimir de es obra exclusiva de la docencia al
la servidumbre a la inteligencia. uso. La unilateralidad mental que les
Porque el mal, el temible mal, que impide dilatar el espíritu por el pa­
la vieja política educativa ha llevado norama infinito y vario de las ideas
a la escuela, al colegio y a la univer­ y de las cosas, les ha sido impuesto,
sidad, es precisamente el de haber incrustado en la escuela y en la uni­
atentado siempre contra la integri­ versidad.
dad y la dignidad del espíritu. Ella Por eso la obra en que está empe­
ha envenenado las fuentes de la sa­ ñada la nueva conciencia histórica
biduría; ella ha operado con arte de — de la que los universitarios son
cirugía de Troppman consumado, la instrumentos activos — es obra de
circuncisión mental propicia al dog­ liberación, de liberación de los falsos
ma de la obediencia; ella ha someti­ apostolados políticos y sociales, de
do a deliberado vasallaje a hombres los trasnochados nacionalismos, de
nacidos para ser libres; ella ha le­ las deliberadas preocupaciones, de la
vantado por la mano de sus domésti­ enervante moral idealista sobrepasa­
cos — teólogos, profesores, maestros da; es empresa de amplia, de total,
y bachilleres — el altar en el que mul­ de definitiva emancipación del Espí­
titudes cegadas por ella misma y ritu.

— 27 —
RENACIMIENTO DEL ESPIRITU ARGENTINO
por
HECTOR RIPA ALBERDI
(argentino)

(1920)

UIERE la ruda y candorosa par­ jada en los moldes calientes de nuevas


Q la del romancero que “ Rey que
non face justicia-N on debiera
ideas, templada en la llama viril de
los más altos ideales, impelida por la”
de reinare” . Y nosotros que tenemos fuerza heroica de la propia convicción,
florecida en el alma una melodía de se volcó sobre nuestra tierra como un
vidalita y de cancionero no vacilamos viento pujante para agitar las selvas
en traer a los labios aquella rimada del pensamiento y barrer los campos
sabiduría de trovadores; y más que estériles de la enseñanza. Y así luchó
traerla en la palabra, la hundiremos sin tregua, sonriendo en el dolor y
en la ondulación de nuestra sangre cantando en la gloria, odiando alguna
para hacerla revivir en la acción: Por­ vez y perdonando muchas, como es ley
que si es bello el sol cuando hace can­ en las humanas aventuras donde el
tar las alondras, es más bello cuando odio suele ser fuerza de lucha y el per­
revienta los granos y hace brotar las dón alta prestancia de héroes precla­
sementeras. He aquí que nuestros re­ ros. Porque esa juventud tumultuosa
yes universitarios, como es usanza de como torrente despeñado, esta juven­
todos los reyes de todos los tiempos, tud combativa y altanera, tiene en su
tampoco hacen justicia, y nosotros, pecho viril un corazón que sabe per­
que a veces solemos tener gestos de donar porque sabe amar. Y si supo
paladines, les dijimos acaso con un atacar reciamente en la lucha, tam­
poco de ingenuidad y otro poco de in­ bién en la hora del trabajo sabrá de
solencia: “ que non debiera de reina­ recogimiento y de templanza, porque
re” . bajo su coraza de combatiente corre
Y eso fué nuestro gran delito, el de­ sangre generosa: así como entre las
lito de rebeldía que libertara nuestra rudas rocas de la montaña, nunca fal­
personalidad para exigir a los hom­ ta el manantial oculto que brinda su
bres que escucharan a los hombres. agua clara a los peregrinos.
Pero para que entrara la luz propicia Pero ante este desborde de fuerza
en esos espíritus era menester hacer' creadora muchas veces nos interro­
girar las enmohecidas puertas del mi­ gan con asom bro: ¿ A dónde váis ?
soneísmo : muchos años dormían sobre ¿Qué quimera anidó en vuestra men­
los goznes y las puertas no giraron. te? ¿Qué secreta voz murmuró en
Entonces la juventud argentina, for­ vuestros oídos palabras de encanta-

— 28
miento? ¿Qué numen pérfido enloque­ ventud argentina para emprender—
ció vuestras almas y descarrió vues­ glosando palabras de un valiente es­
tros pasos? critor español— la santa cruzada de
Y yo les d igo: ¿ Es que hay voces ir a rescatar el sepulcro del Caba­
que pregunten todavía adonde va la llero de la Locura del poder de los
juventud, en qué sueña, qué numen hidalgos de la Razón.
la inspira? ¿Acaso tomó alguna vez
un rumbo que no fuera el del porve­ * * *
nir? ¿Acaso soñó alguna vez en algo
que no fueran altos ideales? ¿Acaso la Venían gobernando nuestro país
inspiró alguna vez otro numen que no tanto en política como en enseñanza,
fuera el de la libertad y la justicia? hombres del pasado siglo, modelados
¡ Oh. sombras de Mariano Moreno y por la mano áspera de la fislosofía
Bernardo Monteagudo! Fuera menes­ positiva. Viejas ideas y viejas teo­
ter que vuestras voces salieran de la rías eran el pan desabrido que se
brindaba a las nuevas generacio-
entraña de la historia para que vinie­
n e s . Salían los jóvenes de los
ran a incendiar en llamaradas de pa­ claustros universitarios, encajados en
sión a estos sabios hombres que, de fórmulas rígidas que tan sólo les ser­
tanto amar las palabras graves, die­ vían para cruzar por la vida como
ron a la voz una sorda sonoridad de las viejas naves de Tiro y de Sidón,
tumba. ¡ A h ! hombres de poca fe que que surcaban el Mediterráneo celosas
habéis plegado las alas que os diera la del oro que guardaban en sus entra­
vida cuando os lanzó a la conquista de ñas. La tiranía de los que no van más
tan anchos espacios; hombres de poca allá del catecismo comtiano había
fe que os desesperáis preguntando: echado cadenas al alma argentina:
¿qué habéis obtenido en seis meses de ni una inquietud por superarse, ni
huelga ? equiparándoos así a aquel re­ un aleteo de esperanzas nobles o una
choncho escudero a quien le inquieta­ leve fulguración idealista. La voz au-
ba la tardanza en llegar a la suspirada gural dormía en el corazón de la ju­
ínsula de sus amores; hombres de ventud y tardaba en llegar el_ ins­
poca fe que no os atrevéis a dar un tante del glorioso amanecer. Como el
paso para alcanzar el ritmo de los arpa de Becquer, las nuevas genera­
tiempos nuevos, a vosotros os deci­ ciones argentinas, aguardaban silen­
mos contemplándoos desde la roca ciosamente la mano de nieve que hi­
ciera resucitar las olvidadas notas.
olímpica que huellan nuestras plan­
En tanto pasaba la vida con rutina­
tas : Vosotros no llegaréis nunca a ria displicencia; el pensamiento ha­
ritmar dos versos, a esculpir un trozo bía envejecido al cruzar las monta­
de mármol, a cincelar el bronce o ñas del siglo XIX, y era menester
golpear el yunque entonando una retornar a las ánforas helénicas, pa­
canción, porque habéis perdido el ra beber el vino sagrado que había
alma en los meandros del camino y de redimir a los hombres, por gra­
con ella perdisteis la libertad inte­ cia de la tríade platónica que encen­
rior que es la fuerza inspiradora de dió en los espíritus la llama inextin­
los que cantan en el verso, en el már­ guible del amor, la verdad y la be­
mol, en el bronce o en el yunque. lleza. Nadie osó pensar en lo próximo
Pero ya que aún lo ignoran las gen­ del instante supremo y heroico de la
tes, hemos de repetir que una curio­ rebelión espiritual. Pero el instante
sidad superior, una soberana ansie­ había de llegar, y así fué. Y esa fuer­
dad de cosas nuevas levantó a la ju­ za que los lanzó a la lucha, esa pu­

- 29 —
janza que les brotó en el alma, lle­ ra, desde el libro al maestro, y no
vaba en su ímpetu juvenil toda la olvidar que son complemento indis­
generosidad idealista de las nuevas pensable para la educación de un pue­
ideas. blo los ideales éticos y estéticos.
El renacimiento del espíritu argen­ Ya el primer paso hacia esa lejana
tino se opera hoy, pues, por virtud estrella lo han dado las nuevas ge­
de las jóvenes generaciones que al neraciones que por el hecho de haber
cruzar por los campos de la filosofía aprendido a pensar, también en al­
contemporánea han sentido aletear gún momento supieron dudar: y du­
en su frente el ala de la libertad. Y daron hasta de sus maestros. Y esto
estos movimientos de la juventud no que a a’ gunos antojóseles un sacri­
son más que una altiva afirmación de legio, espara otros una virtud. Yo creo
esa libertad: libertad que derriba, li­ más bien en lo último, por cuanto el
bertad que crea, libertad que avanza. mismo Cristo que era la encarnación
A su amparo un pensamiento inno­ de la virtud, llegó a dudar del Eterno
vador rejuvenece el alma de las ins­ Padre cuando el dolor le atormentara
tituciones universitarias. en el huerto de los Olivos.
Hubo un tiempo en que la pavoro­ En el seno de estas inquietudes es­
sa visión del desierto hizo nacer en tá germinando, pues, la Argentina
la mente de Sarmiento la idea de del porvenir. Pronto comenzará a ta­
llevar, aunque sea la más humilde llecer el espíritu del novecientos al
semilla espiritual para arrojarla en amparo de las nuevas aspiraciones
aquellos yermos desolados. Y esa idea filosóficas y al calor de la tierra na­
altruista, que fué la obsesión peren­ tiva, que también debemos amar,
ne del gran educador argentino, res­ puesto que el primer eslabón de la
pondía íntegramente a las necesida­ solidaridad humana, debe empezar
des de nuestro país en esa época, o por forjarlo cada uno en la llama
por lo menos era la gota de agua sagrada del propio hogar. Ya dijo
primordial para hacer abrir una flor un joven filósofo: “ para quien lo pe­
en la tristeza de nuestras montañas queño no es nada, no es grande lo
y de nuestras pampas. Pero actual­ grande” . Amemos, pues, nuestros
mente se ha desvanecido en parte campos y nuestras ciudades, para lue­
aquella visión del desierto y los hom­ go llegar a amar nuestro continen­
bres de hoy comienzan a sentir la in­ te, y de ahí será muy fácil cruzar los
quietud de otros problemas. Y he mares y hermanarnos con todos los
aquí que manos de juventud han ini­ hombres de la tierra: supremo ideal
ciado una labor de alta cultura, no que levantara la mente libre de los
sólo en el sentido de despertar en el hombres que soñaron en el bienaven­
universitario la curiosidad y el amor turado instante de arribar a las le­
por las especulaciones intelectuales janas playas de la armonía interna­
superiores, sino también tratando de cional, de la patria internacional
vincular el pueblo a la Universidad, donde pueda volar la mente humana,
para que llene esa función social que sin corrientes que detengan su rau­
es la razón misma de su existencia. do remonte y aspirando en todos los
Se trata de señalar una nueva ámbitos una misma emanación cor­
orientación al espíritu argentino, re­ dial. Hacia ella va la humanidad co­
novando valores en el aula de la es­ mo el pueblo de Israel hacia la tierra
cuela y en el claustro universitario, prometida. Y en algunos instantes de
a objeto de formar una sólida con­ meditación, me parece escuchar el in­
ciencia nacional. Para eso es menes­ menso clamoreo de los hombres que
ter purificar los elementos de cultu­ van por las rutas del mundo. Yo los

— 30 —
veo cubrirse polvo en los caminos, derno. Húndanse en el pasado los
yo los veo morirse de sed en los de­ que del pasado quieren vivir en el
siertos, yo los veo sangrarse las plan­ presente. Sirve tan sólo la nostalgia
tas en las rocas despiadadas de las de los tiempos idos como una emo­
montaañís, pero siempre tenaces y ción poética para engalanar el es­
triunfadores, avanzando hacia el al­ fuerzo de hoy, puesto que como dijera
ba remota de los tiempos nuevos, don­ un cantor nuestro hasta “ los legiona­
de los arcángeles de la libertad con rios galos llevaban una alondra sobre
sus trompetas de oro, como los siete sus cascos” .
mil clarines del rey Marsilio que ha­ En tanto, oh ciudadanos que escu­
cían temblar a Rolando, anunciarán cháis mis palabras de joven imperito
a los ciudadanos del mundo que es en la tarea de pensar, aguardemos al
llegada la hora de la redención so­ rapsoda de la tierra indiana, que, co­
cial. mo Renán ante la Acrópolis, vaya
Hacia ella vamos, señores, y ne­ hasta las sagradas ruinas de piedra
garlo fuera un empaque inútil. No en que labraron los autóctonos, y fren­
vano Cristo subió al calvario, no en te a la puerta del Sol, cante la ex­
vano tantos hombres enrojecieron el tinguida metrópoli y el desvaneci­
ara del martirio con sangre rebelde. miento de las razas que poblaron
Démosle, pues, abrigo en nuestra nuestras montañas y nuestras selvas,
mente a esa visión promisora, que si y que en su viaje hacia el misterio se
ahora no es más que un sueño ro­ llevaron el secreto de la sumergida
mántico, un día llegará para la rea­ Atlántida. Y luego que haya cantado
lización del sueño. Y en tanto que la sangre abolida, abra sus brazos
llega la aurora del futuro, luchemos como dos alas y suelte a todos los
por hacer un poco de luz en la noche vientos la canción augural que seña­
del presente. le a los hombres de América las an­
Así lo han entendido las nuevas ge­ chas rutas de venturanza, que se ex­
neraciones argentinas, y por eso pi­ tienden hacia el porvenir. Y mientras
den maestros que sepan transitar por en el poniente se hunda el sol de los
esas rutas espirituales. Quieren maes­ Incas, el rapsoda, de pie sobre las
tros que hayan acordado el ritmo de indianas ruinas, habrá dicho la ora­
su pensar al ritmo del pensar mo­ ción de los tiempos nuevos.

— 31 —
BASES PARA LA NUEVA VIDA ESTUDIANTIL

por
ADOLFO KORN VILLAFAÑE
(argentino)

(1919-20)

A Reforma Universitaria ha bierna hace ya más de 65 años. Y por


L creado una Universidad nueva.
Algunos profesores, con una
cierto que para ello no ha necesitado
ser ni presidente de la República, ni
perspicacia que sus antecedentes in­ gobernador. Alberdi ha muerto hace
telectuales no hacían sospechar, ya ya mucho tiempo ¡y todavía go­
lo han comprendido así y se han re­ bierna !
tirado prudentemente a sus casas. Debemos examinar si es justo que
Pero es necesario, también, que se­ continúe esta tiranía ideológica de
pan los estudiantes que ha empezado Alberdi o si conviene organizar, para
para ellos una nueva vida estudian­ derrocarla, una batalla de Caseros in­
til, condición indispensable para que telectual.
la Reforma produzca buenos resul­ ¡ Desarrollar la vida económica!
tados. he aquí en síntesis el principio su­
Para empezar esa nueva vida es­ premo de la ideología de Alberdi,
tudiantil, es preciso que cada uno de principio aceptado consciente o in­
los estudiantes adopte una actitud conscientemente por todos los argen­
mental, es decir, que se detenga un tinos. Consecuencia: M'ateralismo.
momento a meditar sobre la orienta­ Olvido de los valores éticos.
ción ideológica que ha de dar rumbo ¡Gobernar es poblar! he aquí el
a su actuación política, social y pro­ segundo principio de Alberdi, acepta­
fesional. do por todos los gobernantes argen­
Meditemos pues: tinos. ■Consecuencia: Cosmopolitis­
mo. Olvido de los sentimientos y tra­
I diciones nacionales.
La batalla de Caseros no significa No es el caso, por cierto, de pros­
en la historia de nuestra patria, sino cribir a Alberdi, ni de dirigirle los
la substitución de una tiranía polí­ denuestos que se le aplicaron a Ro­
tica por una tiranía intelectual. Des­ sas. Las tiranías intelectuales son
pués de Rosas que gobernó veinte las únicas respetables, porque se ba­
años, Juan Bautista Alberdi nos go­ san sobre la libertad: a nadie se le

L o s dos p rim eros ca p ítu lo s y el te rce ro , son, resp ectiv a m en te, c a r ta y d iscu r so p r o d u ­
cid o s en la ca m p a ñ a e stu d ian til r e fo r m is ta del a ñ o 19, en la F a c u lta d de D e r e c h o de B lien os
A ires. K1 ú ltim o cap ítu lo, d iscu rso en re p re se n ta ció n de lo s n u ev os estu d ian tes, en la C ola ción
de g rados, añ o 20, de la m ism a F a cu lta d .

— 32
obligó a ser alberdista! Honremos, en ciencia, en arte — tengamos una
pues, y admiremos a Alberdi, pero industria nacional. Afirmemos el con­
derroquémosle! cepto de Nación Argentina frente a
Explicar nuestro presente por todas las naciones de la tierra; ha­
nuestro pasado, tal es el pensamien­ gamos respetar la soberanía nacio­
to central que informaba ,1a kense- nal. Es una palabra: seamos nacio­
ñanza de uno de los más ilustres pro­ nalistas en todo — menos en derecho
fesores de nuestra facultad, exponen­ privado humano.
te típico de la orientación ideológica El analfabetismo ha sido y es la
que Alberdi representa. gran obsesión argentina. Se creyó
Nosotros, a la inversa, queremos que enseñando a leer y escribir, se
moldear el presente con la visión del había resuelto el problema educacio­
futuro, porque si algo demuestra el nal, cuando en realidad sólo se había
estudio de nuestra época colonial, es planteado. Corresponde a la Univer­
precisamente, que los argentinos sidad la solución de este problema y
siempre se sintieron dueños del por­ es su misión mas noble vincular al
venir y nunca se preocuparon del pa­ obrero, por intermedio de los estu­
sado, gloria de los pueblos y de los diantes, a una cultura superior. Cada
hombres agotados. estudiante sniversitario debe ser de
He aquí la diferencia que va del hecho un maestro del obrero y no
materialismo que nos amoraliza, al olvidar que la mejor enseñanza mo-
idealismo que proclamamos. ralizadora es la del ejemplo. En ver
dad que no tendría objeto disminuir
Y entendemos que idealista no es
en 3 o 4 horas el horario de trabajo
— como lo creía uno de los más dis­
de los obreros, si estas horas las han
tinguidos profesores de nuestra Fa­
de dedicar al vicio, por falta de orien­
cultad — aquél que tiene ideales-
tación ética y de ocupación mental.
idealista es únicamente el que tiene Y esta es la primera misión de la
ideales idealistas. Conseguir un títu­
Universidad Nueva.
lo profesional también es un ideal,
Urge formar una aristocracia inte­
pero no el nuestro.
lectual y de la conducta. Urge, deci­
Seamos, pues, idealistas. Pero de­ mos, porque se acentúa una desdicha­
bemos hacer una aclaración; los ro­ da corriente social que intenta fun­
mánticos también eran idealistas — dar una aristocracia sobre la base
pero nosotros no podemos, ni quere­ feudal de nombres y de fortunas. Po­
mos ser románticos. El romanticismo demos encontrar a quienes la prego­
fue divagador, pesimista, enemigo de nan todos los días en nuestra Fa­
la lucha y amigo de las lamentacio­ cultad. Es preferible ser burgués
nes. Nosotros tenemos el sentido de que aristócrata feudal, pero es mejor
la realidad, afirmamos la vida, lu­ aún no ser burgués.
chamos por nuestras convicciones y Formar una aristocracia del talen­
en lugar de lamentarnos — sonreí­ to y de la conducta es la segunda mi­
mos. En una palabra, somos los hi­ sión de la Universidad nueva.
jos del Idealismo y de la Acción.
Seamos, pues, nacionalistas. Pero II
debemos fijar una limitación, una so­
la: por encima de todas las sobera­ He expuesto en forma abstracta en
nías existe un derecho humano; por los párrafos que anteceden los prin­
encima de todos los códigos éxiste cipios ideológicos que todos conside­
una comunidad jurídica universal. ramos las bases indispensables de la
Seamos nacionalistas en ideología, nueva vida estudiantil. Un deber de

3
- 33 —
honestidad intelectual me obliga, em­ tocracia intelectual, que por una ló­
pero, a manifestaros la forma con­ gica concidencia de la historia, la
creta en que — no ya como vuestro causa proletaria es hoy por hoy tam­
candidato, sino como simple afiliado bién la más aristocrática de las cau­
de la Unión Universitaria — encaro sas — porque es la más antiburgue­
estos problemas con criterio indivi­ sa que imaginar se puede. Y no de­
dual. ben ser indiferentes para nosotros,
Para llevar una acción concorde y quienes con hambre y sed de Justicia
eficaz, basta a los hombres cultos —■porque esto es lo que impulsa a la
hallarse de acuerdo sobre las normas Revolución Social — han emprendi­
generales: cuando muchos están de do esa gran lucha por el derecho de
acuerdo en los detalles, se ha consti­ que nos *habla von Ihering. ¡ Cómo
tuido, para hablar en criollo, un re­ que para ellos el H ijo del Hombre
baño, peso no un partido. Hablaré, meditara la más bella de las bienaven­
pues, a mi modo y en mi estilo per­ turanzas !
sonal y no ha de ser obstáculo para No cabe duda alguna de que las
la solidaridad de nuestra cruzada Facultades tienden a especializarse.
idealista, la divergencia en algún de­ Así en la nuestra se busca decidida­
talle, o la diversidad de opiniones, mente la supresión de todas las ma­
sobre la forma más o menos práctica terias no codificadas. A mi juicio, es­
de llevar a la realidad los principios ta tendencia en sí, es defendible, pe­
sobre los que, en abstracto, estamos ro considero que la Universidad no
de acuerdo todos: que el hombre de debe olvidar su misión de formar
gobierno no ha de proceder en la hombres de gobierno, en el sentido ex-
acción con criterio personal o secta­ tricto de la palabra- Un título profe­
rio, sino de acuerdo a las circunstan­ sional no basta y propongo, puesto
cias que dicte la sensatez y la mesura. que se desea alejar de la Facultad de
Creo, ante todo, que debemos bre­ Derecho esta misión, que fué siem­
gar por un contacto más inmediato pre el mayor de sus prestigios, se ini­
de la enseñanza de la casa con el nue­ cien por los estudiantes gestiones pa­
vo derecho colectivo y en ese sentido ra crear una Facultad de Ciencias de
declaro mi meditada simpatía hacia Gobierno.
la Revolución Social, en lo que ésta A imitación de esos nobles univer­
tiene de legítimo, como reivindica- sitarios de Córdoba, que supieron ele­
ci n de una mayor justicia distribu­ var a la altura de un acontecimiento
tiva y como concesión de la igualdad nacional, el conflicto local de su
civil y del voto político a la mujer, Universidad, porque lucharon con
pero al mismo tiempo considero que amor, así nosotros también, hagamos
esta Revolución Social debe discutir­ de esta pasajera campaña estudian­
se en los dominios abstractos de la til, un acto permanente de nuestra
ideología y realizarse por el Estado. vida, elevándolo a la categoría de una
Pero condeno en la forma más decidi­ orientación ideológica.
da y enérgica, toda tentativa de rea­ Y me dirijo a los estudiantes de
lizarla a sangre y fuego con procedi­ las provincias y puedo hacerlo con
mientos ilegítimos. Prendamos fuego sincera simpatía porque aunque hijo
espiritual, pero no incendiemos asi­ de Buenos Aires, soy nieto de Tucu-
los. Afrontemos el gran combate de mán. Me dirijo a los estudiantes de
las ideas, pero no asesinemos a obre­ las provincias, para que se adhieran
ros y vigilantes. a este movimiento idealista y nacio­
No olvidemos tampoco, los que pro­ nalista, porque ellos, educados en el
clamamos la necesidad de una aris­ ambiente de las tradiciones de la pa-

— 34 —
tria, resguardados del cosmopolitis­ afilié a la Unión Universitaria. Mi
mo incoloro y materialista de nuestro buena voluntad intelectual es pues
ambiente, crecidos en la contempla­ el modesto título que tengo, pero con
ción de la naturaleza y en el contac­ él por único escudo, con estusiasmo
to con las grandes fuerzas elementa­ impasible, con la sonrisa de los ini­
les, vienen como representantes de ciados, avanzo por una ruta para mí
esa vida netamente argentina, que co­ bien luminosa, bajo los claros cielos
mo un tesoro inagotable y misterioso de mis visiones.
conservaron celosas las provincias;
y todo lo grande vino de allí.
Y me dirijo a los estudiantes por­ III
teños para que se adhieran a este
movimiento idealista y nacionalista, Hay en la historia de la humani­
porque ellos, exentos del circunscrip­ dad un capítulo reciente, que ningún
to criterio de capital de provincia, historiador ha sistematizado aún y
educados en el contacto de los gran­ que es una honda tragedia. Me refie­
des intereses nacionales y al amparo ro a la lucha que el obrero libre tuvo
que sostener con el industrialismo.
de una cultura humana — aunque
materialista y extranjera — levan­ En efecto, la máquina sacó al ar­
tado su espíritu y vuelta su sensibi­ tesano de su hogar, lo llevó a la fá­
lidad a las emociones nacionales, po­ brica y lentamente lo transformó en
drán ser dignamente los ciudadanos un accesorio de esa máquina, degra­
dirigentes de esta gran Buenos Aires, dándolo a la condición de una palan­
que amplía el criterio, pero que — ca mecánica.
cuando falta el idealismo — lenta­ No se crea que este hecho care­
mente torna el corazón de sus habi­ ciera de causa intelectual. Una ideo­
tantes, estrecho como sus calles. Y el logía que se insinuaba ya en la épo­
que es ciudadano de Buenos Aires, lo ca del romanticismo acababa de triun­
es de toda la Nación. far. Basada en un materialismo ver­
Creo que tendremos que vencer gonzante, estimulaba todos los ape­
muchos obstáculos para triunfar. De titos sensuales de la vida. — la ser
todos lados — con una energía digna de las riquezas y el culto del pla­
cer — y proclamaba como fundamen­
de nuestra causa — la suficiencia
to de la vida misma el automatismo
burguesa y el profesionalismo medio­
mecánico del hombre. Para esta ideo­
cre, se levantarán para cerrarnos el
logía la personalidad humana, apri­
camino. Pero con especial empeño,
sionada en leyes universales, no tie­
serenamente, pacientemente, inge­
ne mayor importancia que cualquier
nuamente, expliquémosles nuestro
otro objeto — árbol o máquina — y
credo diealista y nacionalista, a la
cumple su destino con la ciega fata­
manera de ese fabuloso peregrino de
lidad de una piedra que cae.
la utopía, que al ver erguirse en su
sendero de apóstol, rígida como una El idealismo es todo lo contrario:
vara, una víbora venenosa, se detu­ El idealismo proclama que la perso­
vo un instante, la bendijo y la trans­ na humana es un valor supremo y el
figuró en un lirio. hombre, de acuerdo con el idealismo,
Sin éxitos y sin nombre, busco en puede cumplir libre y responsable
vano con que legitimar la autoridad una misión ética en la vida, porque
moral que reclama la firma de este el hombre nunca puede ser un me­
documento. Solo puedo invocar a mi dio, sino un fin, como lo dijo Kant.
favor — y os ruego que os baste — Todos ustedes saben que el derecho
la decisión y el afecto con que me es una manifestación de la ética y

— 35 -
hé aquí por donde el idealismo se son derrotados en la lucha. Y si cada
entrelaza con la jurisprudencia. siglo de la historia tuvo su propio
No ha llegado aún a las cátedras corazón, cómo había de faltarle un
de filosofía de esta Facultad la no­ matiz sentimental novedoso y arque-
ción consciente de ese gran idealista típico a este gran renacimiento del
que se llamó Ricardo von Ihering y idealismo?
que fué el paladín de esta nueva Sabed que esa nota cívica y esté­
alianzan entre la jurisprudencia y el tica de los nuevos tiempos, es el na­
idealismo, al publicar un libro cuyo cionalismo o sea la teoría de la ar-
título es todo un sistema filosofía, gentinidad.
El fin en el derecho: Hé aquí seño­ Desde, antiguo los hombres aman­
res, la buena nueva que con una pro­ tes de la justicia intentaron consti­
funda amargura y con una explica­ tuir una comunidad jurídica univer­
ble ironía, traigo a la facultad de de­ sal, pero así como es imprescindible,
recho de Buenos Aires. para formar un gremio, que cada uno
El fin en el derecho: Es decir, que de los asociados sea previamente una
hay un fin, que podemos fija r espon­ individualidad consciente, con el má­
táneamente el arquetipo que será la ximo desarrollo de su personalidad,
norma de la vida y que la personali­ así en el orden de las naciones, no
dad humana es libre y que por consi­ podemos pensar en hacer efectiva la
guiente el hombre no puede ser ex­ gran comunidad de los pueblos, sin
plotado por el hombre y que hay que hacer antes de esos pueblos naciones
respetar su dignidad. conscientes con una máxima perso­
Este hecho, ignorado por nuestros nalidad cultural propia. Y la tenta­
profesores de filosofía, está en la con­ tiva de formar la personalidad cul­
ciencia del más humilde de los obre­ tural argentina es lo que se llama el
ros y por cierto que no lo leyó en los nacionalismo y su ineludible condi­
libros, sino que lo halló como una re- ción previa, la autonomía de la Uni­
su corazón ultrajado. versidad.
Ya el feudalismo y la burguesía Malhaya, es cierto, los días en que
de algunos países europeos pueden el nacionalismo invadió a traición la
informar de lo caro que cuesta el ol­ comarca del derecho privado huma­
vido de leer a von Ihering y por eso, no! Ese nacionalismo jurídico es pre­
señores, la Unión Universitaria, ha cisamente, el que acaba de morir —
fijado como la norma primera de su Dios quiera que para siempre — en
acción, la palabra del idealismo — esta catástrofe universal.
que es la palabra de la dignidad hu­ Y la Unión Universitaria, cons­
mana. ciente de este problema, con un alto
Hemos dado a la Nueva Universi­ y amplio espíritu de fraternidad ha­
dad con el idealismo, una orientación cia el extranjero, ha fijado, para
ética; busquemos ahora su orienta­ bien de todos, como la segunda nor­
ción estética inseparable de la pri­ ma de su acción, la palabra del na­
mera. cionalismo, que interpretada en su
Para que un movimiento social ten­ sentido moderno, es la palabra de la
ga “ carácter” , es necesario que ade­ solidaridad humana.
más de un contenido ideológico que
le fije rumbo, lleve un Contenido IV
sentimental que le dé emoción. Así
también los hombres sin carácter, es El honorable Consejo Directivo de
decir, sin armonía espiritual entre nuestra Facultad, interpretando con
sus pensamientos y sus sentimientos, acierto el espíritu de la Reforma Uni­

- 36 -
versitaria, ha concedido agregar este digo Vélez Sársfield, aunque con una
año, a las palabras tradicionales que distinta numeración. Y es que el edi­
desde antiguo pronuncian en este tor, participando sin duda de las
acto un profesor y un egresado, la ideas de alguno de nuestros profeso­
palabra menos autorizada, pero no res, entendía que una nueva edición
menos cordial, de un simple estudian­ de cosas viejas, pero con un nuevo
te de la casa. nombre, ya era mucha novedad. Dejo
Y la Comisión Directiva de nuestro librada al ingenio de mis compañeros
Centro, llevando hasta sus límites ese la interpretación jurídica de esta ino­
espíritu de la Reforma, ha querido cente aventura.
pesignar para tan alta representa­
La verdad es que falta en nuestras
ción, a un estudiante sin jerarquía aulas casi en absoluto el cultivo des­
alguna, para que su voz os traiga en interesado del espíritu jurídico. Y
este instante en verdad la emoción este es nuestro mal más grave. ¿Qué
anónima de la multitud. dirían sin embargo los señores con­
Señores egresados: Imposible es, sejeros, si afirmáramos que el espí­
para quien habla en nombre de la ritu jurídico sólo se adquiere con el
nueva vida universitaria, dirigiros estudio de las disciplinas no jurídi­
una sola palabra de despedida. Al cas?
saludaros en nombre de los estudian­
tes, de vuestros compañeros de ayer, Dirían que cincelamos paradojas:
acaso de vuestros discípulos de ma­ Y es posible que algunos estudiantes
ñana, solo puedo una vez más, seño­ participen de tan injusta opinión.
res egresados, ratificar el afecto con Son sin embargo los estudiantes, y a
que os consideramos para siempre ellos me dirijo, los únicos que pueden
solidarizados con la Facultad y con crear el nuevo espíritu jurídico, no
el Centro de Estudiantes. Hacer de porque desconozcamos los valores in­
los egresados jóvenes una fuerza vi­ dividuales, sino porque en el siglo que
va, dentro de la Universidad, es nues­ vivimos estos valores se haílan al
tra intención más decidida. Sed, pues, margen de la vida. El siglo veinte per­
sencillamente los bienvenidos, en ju­ tenece a la multitud.
gar de aquellos que, en otros años, Tal es también el verdadero alcan­
ceremoniosamente felicitados se au­ ce de la Reforma Universitaria, na­
sentaban sin regresar. Y así podréis tural reflejo académico de la formi­
ocupar en la nueva vida universita­ dable y silenciosa revolución aconte­
ria, con carácter permanente y útil, cida muy últimamente en el orden de
el sitio de honor que os corresponde las instituciones del derecho público
en esta fugitiva fiesta. nacional.
Los estudiantes de derecho sofle- Hacer extensiva esa renovación
mos tener nuestras pequeñas sorpre­ al derecho privado argentino, será la
sas. Con motivo de los últimos exá­ tarea de nuestra generación. No ol­
menes, uno de mis amigos se vió en videmos que la más alta aspiración
el compromiso de adquirir un ejem­ humana prácticamente se concreta en
plar del código. Cual no sería su un pequeñísimo libro que se llama có­
asombro, cuando al hacer el pedido digo civil: desde que Platón en Ate­
en la librería, le ofrecieron un vo­ nas lo afirmara en rueda de amigos,
lumen de tapas rojas en cuyo frente hasta que Lenín en San Petersburgo
se leía con grandes letras: Nuevo Có­ lo proclamara en medio de las turbas
digo Civil. Pero le bastó hojearlo un populares, siempre el pensamiento
instante para hallar en él todos los jurídico identificó en una misma qui­
viejos y familiares artículos del có­ mera, la esperanza terrena de la jus­

— 37 —
ticia con la promesa mística de la fe­ puje de multitud, y ante la sola alar­
licidad ! ma de sus clarines se desmoronan
Para nuestro siglo la tarea se con­ todas las actitudes artificiales. Es la
creta en hallar la fórmula legislativa Nueva Generación. Somos nosotros,
y colectiva que disciplinando las re­ que emprendemos a nuestro turno el
laciones económicas de la vida mo­ camino de la montaña.
derna, garantice la dignidad ética del Se ha dicho de la generación que
proletariado intelectual y manual. precedió a la nuestra, que la obra in­
Para esta renovación de las institu­ dividual de sus más altos represen­
ciones nada podemos esperar de las tantes podía ser figurada con el sí­
doctrinas del individualismo. Pesa mil antiguo de los jardines cerrados
sobre ellas la inculpación bien proba­ y magníficos. Para cantar a la Nue­
da de los siete pecados capitalistas. va Generación necesitamos símbolos
Fué el individualismo la promesa des­ más rudos y más heroicos.
lumbradora del naciente siglo diez y Imaginaos una inmensa selva, cu­
nueve, pero pronto, perdido en ver­ yas ramas de roble, entrelazadas, os
balismos sonoros, complicado en em­ sugieren la idea de gigantes abraza­
presas inmediatas y mediocres, olvi­ dos con gesto fraternal. Reina un si­
da su gigantesca iniciación y solo al lencio quimérico. Los ásperos robles
fin del siglo se acuerda de su román­ semejan una muchedumbre en mar­
tico origen. Hoy, como un cruzado
cha. En el fuego del medio día sus
penitente, refugiado en la torre de tiernas hojas adquieren reflejos de
marfil, cuida del arte puro, a seme­ hierro. Vigoroso y elemental un ro­
janza de aquel monarca dramatizado
ble se destaca solitario. En su rama­
cuyos cantos eran sollozos, pero que
mortalmente enfermo todavía cui­ je el ave de la leyenda nativa, a la
daba del Santo Graal. hora predestinada entonará la can­
Respetemas al individualismo mo­ ción misteriosa de la tierra america­
ribundo, pero hay que abandonarlo. na. Y al son de ese canto, en el au­
La nueva juventud tiene ideales polí­ gurio de los milagros solares, de
ticos y fuertes. Nunca malgastará las pronto toda la selva se cubrirá de flo­
horas del trabajo honrado, extravia­ res, luminosas flores del bien.
da en estériles estetismos, ni bordará Aceptad, señoras y señoritas, en el
jamás sobre una púrpura dceorativa nombre de los nuevos estudiantes, el
suntuosas y frágiles flores del mal. homenaje de esas flores futuras, co­
Ha surgido del fondo de la histo­ mo una promesa de esta fiesta que
ria, uniendo las conciencias, como los egresados justificaron, pero que
una fuerza primtiva, como un em­ vuestra presencia ha embellecido.

- 38 -
LA REFORMA UNIVERSITARIA Y EL PROBLEMA
EDUCACIONAL

por
ALBERTO PALCOS
(argentino)

(1920)

L abordar el problema educa­


A cional los pedagogos incurren,
por lo general, en el error de
mos denominarla la ilusión de los pe­
dagogos.
Es una tendencia sumamente hu­
considerarlo poco menos que comple­ mana la de exagerar la importancia
tamente desligado de los otros aspec­ del propio oficio o profesión, lo cual
tos de la vida colectiva. De ahí que es. muy excusable cuando la determi­
crean demasiado en la omnipotencia na, compensándola, el hondo amor
de la educación, y no tanto, ciertamen­ que hacia ellos se siente. En lo posi­
te, en la educación que se adquiere en ble, sin embargo, es necesario huir de
el tráfago de la existencia cotidiana, esta manifestación, apenas atenuada,
en el diario y permanente contacto con de egocentrismo. El gremio que acaso
libros, hombres y cosas, cuanto en menos huye de él, es el de los peda­
la educación que se imparte en escue­ gogos.
las, colegios y universidades, institu­ El pedagogo cree ser el modelador
ciones que, precisamente, no educan, del alma de las nuevas generaciones.
o educan muy poco, y que solamente Si fuese cierto, esto haría de la del
ilustran, según lo prueba elocuente­ pedagogo la más alta profesión y au­
mente la experiencia. torizaría a exigir que sólo se dedica­
Pedagogos hay que creen que la ran a ejercerla los hombres excepcio­
transformación social más profunda nalmente dotados para ella, animados
la operarán las escuelas, los colegios por una vocación ingénita.
y las universidades; que de esas ins­ En realidad, el poder del pedagogo
tituciones saldrá una humanidad más no es tan grande como lo supone la
libre y más justa. La educación es, frase consagrada. La “ planta huma­
para ellos, la gran panacea; la edu­ na” que cultiva, echa sus raíces en el
cación curará todos los males, todos suelo social y crece en la atmósfera
los vicios inveterados en la sociedad; creada por las instituciones vigentes.
hará a los hombres más buenos, más Suelo y atmósfera limitan de ante­
ecuánimes, más nobles, más rectos. A mano, muy fuertemente, el papel del
esta ilusión, menos generosa de lo pedagogo, y estamos por decirlo, lo
que a primera vista parece, porque anulan, o poco menos.
distrae de transformar la sociedad por ¿Puede, por ventura, el pedagogo
medios más eficientes, nos permiti­ abonar el suelo y mejorar la atmós­

— 39 —
fera de que hablamos? Teóricamente derío, de generaciones de autómatas,
s í; en los hechos, absolutamente. Ex­ uniformadas de acuerdo a un plan que
plícase, por esta contradicción entre las convierta inconscientemente en
la teoría pedagógica y su práctica, el dóciles servidoras de sus intereses. No
trágico fracaso de todos los planes de deformarán las disciplinas más estric­
educación, de todos los sistemas de tamente científicas, porque tal cosa
educación. no es posible ni conveniente. La quí­
El pedagogo debiera tratar de su­ mica, la física, las ciencias naturales,
perar el ambiente, preparando gene­ son materias objetivas que se ense­
raciones que lo mejoren, que lo trans­ ñan en la misma forma tanto en In­
formen. Esto es posible, esto es via­ glaterra y en Alemania como en la
ble; en teoría constituye uno de los Indochina y el Japón- Mas, aún así,
fines principales, de la educación. Mas la clase gobernante no se abstiene de
en la práctica se busca no superar el infiltrar el hueco prejuicio chauvi­
ambiente sino adaptarse pasivamente nista; y en Alemania se dirá que los
a él, cultivar los prejuicios y las su­ alemanes han dado los más grandes
persticiones reinantes en su seno, hombres de ciencia, que sin Alemania
apuntalar los intereses creados y los las ciencias estarían en pañales; y en
privilegios que determinan, soberana­ Francia, en Inglaterra y en todas
mente, la formación de ese ambiente partes, se deprimirá a la ciencia ex­
y obstan de manera decisiva a su tranjera para elevar a la ciencia na­
transformación por la educación. cional, como si la ciencia no fuera
La educación no constituye un ideal una elaboración completamente colec­
de mejoramiento en manos de los go­ tiva e internacional.
bernantes sino un instrumento de do­ Si esto acontece con las disciplinas
minación y de sometimiento a una más estrictamente científicas ¿qué di­
cantidad de hábitos y costumbres que remos de las ciencias sociales e his­
comportan la perpetuación del privi­ tóricas? Aquí la ocultación de la ver­
legio. dad es sistemática; aquí, a la sombra
Hay un antagonismo perfecto en­ de la bandera nacional, mentada siem­
tre los fines de la educación y los in­ pre por la gente sin escrúpulo cuando
tereses de los gobernantes, represen­ quiere ocultar alguna mercancía ave­
tantes de la clase que imprime, en el riada, se deforman los acontecimien­
Estado capitalista, orientación á la tos, se agrandan desmesuradamente
sociedad. En ese antagonismo, de na­ a unos, se achica al infinito a otros,
turaleza irreducible, los fines ideales cuando no se opta por el cómodo ex­
de la educación quedan relegados para pediente de ignorarlos, y así dispone­
las calendas griegas y se utiliza a la mos de una “ ciencia” histórica y de
educación, completamente falseada en una “ ciencia” social a gusto del prín­
sus objetivos y en sus resortes esen­ cipe. ..
ciales, para menesteres más bajos y Cuando Federico II atropellaba ig­
premiosos. La educación se convierte nominiosamente a las naciones que
en un formidable puntal del privilegio consideraba fácil presa de Prusia, al­
de la clase opresora. guien — algún imprudente 'llenó de
Al alumnado debiera enseñársele a inocencia— le pidió que mirara hacia
pensar con cabeza propia, a ser ori­ el porvenir y reparara en el juicio
ginal, a producir incansablemente, a de la posteridad. Contestó el célebre
emanciparse de todo apriorismo, de conquistador, en tono de absoluta se­
todo preconcepto y prejuicio para ren­ guridad, que sobrarían historiadores
dir homenaje, única y exclusivamen­ que tras de justificarlas, entonarían
te, a la verdad. Pero la clase domi­ un ardiente panegírico a sus empre­
nante requiere, para perpetuar su po­ sas. La previsión de Federico II se ha

— 40 —
cumplido con exceso: profesores eru­ altar capitalista; pero estallarán de
ditos, historiadores minuciosos, sabios indignación y llamarán asesinos y cri­
de fama mundial, y con ellos millares minales a las clases oprimidas de la
y millares de hombres a quienes edu­ tierra, si por emancipar de la escla­
caron y domesticaron conveniente- vitud a cientos de millones de deshe­
menmente en escuelas, liceos, gimna­ redados, y terminar, de una vez por
sios y universidades, lo proclaman, en todas, con las guerras, la miseria, el
coro delirante, como el principal autor crimen, la prostitución y el vicio, ex­
de la grandeza prusiana. La historia propian al puñado de expropiadores
se escribe a paladar de la clase gober­ que los esquilma y por una causa más
nante. Elaborándola con un criterio alta que la del Cristianismo, el Renaci­
estrechamente chauvinista, presentan­ miento, la Reforma y la Revolución
do como una obra sagrada la reali­ Francesa, la terquedad y la avidez de
zada por sus antepasados victoriosos, sangre de las fuerzas retrógradas, hi­
instauradores del privilegio, conside­ cieran caer a algunos miles de hom­
rando como un crimen toda empresa bres.
de renovación, como si quisiesen de­ Vivimos en el Estado capitalista; la
tener el curso de la Historia, y trans­ educación no puede rebasar los lími­
formando en un dogma el principio tes de tal Estado ni salirse de las nor­
de la defensa del capitalismo, enmas­ mas que lo legitiman y legalizan. Por
carado bajo la seductora túnica de esto, mientras exista el Estado capi­
ideales aparentemente altos, logran talista habrá una caricatura de edu­
justificar la dictadura de la clase di­ cación, pero los fines más nobles y
rigente y desquiciar la noción de jus­ elevados de la educación, serán bár­
ticia. baramente bastardeados. Escuelas,
Que con esa táctica, burlándose de colegios, universidades, ilustrarán,
la verdad, logran su objeto, lo corro­ pero no educarán. Cuando estalle al­
bora elocuentemente la espantosa gue­ guna guerra, negación de toda cultu­
rra mundial. La ínfima minoría de ra, campo donde vuelven a surgir los
multimillonarios que gobierna al mun­ instintos carniceros del hombre de
do en una forma más efectiva y des­ las cavernas, en lugar de presentarla
pótica que los reyes absolutistas de como un crimen y combatirla como
otras épocas, consiguió, plenamente, atentatoria a los ideales educaciona­
que, a manera de antiguos feudos, sus les, la apoyarán fervorosamente, avi­
naciones respectivas les respondiesen vando el fuego de la gran hoguera y
como un solo hombre y corrieran a los forjando, en sus aulas, el arsenal de
campos de batalla a derramar un océa­ sofismas con los cuales justificarán
no de sangre en defensa de sus inte­ a la casta gobernante ante la historia.
reses de clase, para saber si la hege­
monía comercial e industrial del mun­ II
do la ejercerán en adelante los mil
magnates del capital de este o del otro Un amigo nuestro, que tiene una
bando en conflicto, enmascarando esta preparación marxista incompleta, co­
burda finalidad con palabras sonoras mo él mismo lo confiesa, pero que es
como Democracia, Humanidad, Cultu­ admirador de la obra de la revolución
ra, Civilización. .. rusa, y especialmente, de la obra de
Diez millones de muertos y veinte Lunatcharski, decíanos que “ actual­
millones de mutilados, la fuerza y la mente ningún plan serio de educación
juventud de Europa, fueron sacrifica­ puede prescindir de aplicar e imitar
dos en homenaje a designios tan mez­ por completo las notables innovaciones
quinos y miserables. Los gobernantes de Lunatcharski, que coinciden, en lo
loan este sacrificio ofrendado en el fundamental, con mucho de lo que

— 41 —
pregonaban los mejores educacionis­ país donde se daba sin embargo, como
tas” . .. en ninguna otra parte, una intelec­
No pudimos menos que sonreímos. tualidad avanzada que en la hora de la
— ¿Por qué se sonríe?— nos pregun­ acción saboteó escandalosamente a la
tó el amigo asombrado. revolución— una Bastilla de la reac­
— Porque para poder realizar lo que ción, esforzándose por ganar las al­
llevó a cabo Lunatcharski en Rusia, turas del siglo.
es absolutamente indispensable termi­ La Universidad pretende ir a la
nar con el Estado burgués, crear en vanguardia del movimiento de la cén^
su lugar el Estado proletario, instau­ turia y va detrás de ella, como arras­
rando la dictadura del proletariado. trada mala gana por las ráfagas
Esta es una premisa fundamental e de los tiempos de renovación en que se
imprescindible del problema... desenvuelve. (Nos referimos, claro
La educación solamente se desen- . está, a la Universidad como institu­
vuelve plenamente en una sociedad ción y no, en particular, a los univer­
desprovista de privilegios y de clases, sitarios que aprovechan el método y
donde no hay ningún prejuicio que los hábitos de sistematización que
alimentar ni ningún interés creado puedan haber adquirido en su seno
que legitimar. Cuando desaparezca el para aplicarlos al estudio del pro­
régimen de clase, recién la educación, blema social, desvinculándolo de todo
libre de toda subordinación a propósi­ prejuicio e interés creado, ni a los es­
tos políticos, brillará en todo su es­ casos espíritus libres que puedan ha­
plendor y serán superados en la rea­ ber en ella y que en momentos de pe­
lidad los mejores sueños pedagógicos ligro son arrojados, como aconteció
de educacionistas y filósofos. en algunos países beligerantes duran­
¿Entonces usted no cree en la bon­ te la reciente hecatombe). La Univer­
dad de la Reforma Universitaria?— sidad va a la zaga del movimiento del
nos demandó, todavía más asombrado siglo porque sólo cuando se imprime
nuestro amigo. un cambio profundo a la base econó­
— La Reforma, contestamos, afecta mica sobre la que reposa la sociedad,
más a la forma que al fondo del pro­ se modifica substancialmente su su­
blema educacional. Mientras subsista perestructura jurídica y educacional,
el actual régimen social, la Reforma y no antes.
no podrá tocar las raíces recónditas La transformación social más hon­
de tal problema. Habrá llenado su da, la que afecta el substractum eco­
objeto si depura a las universidades nómico de la sociedad, encuentra su
de los malos profesores, que toman el génesis y su motor en fuerzas funda­
cargo como un empleo burocrático; si mentalmente extrauniversitarias. To­
permite— como sucede en otros paí­ das las universidades y los colegios
ses— que tengan acceso al profesorado nacionales juntos no operarán esa
todos los capaces de serlo, sin excluir­ transformación, si bien sus elementos
los por su convicciones sociales, polí­ más generosamente inspirados se uni­
ticas o filosóficas; si neutraliza, en rán al proletariado y lucharán, sobre
parte, por lo menos, el chauvinismo y todos los frentes, por la metamorfosis
fomenta, en lo educandos, el hábito ineludible. Inocente ilusión la de creer
de la investigación y el sentimiento de en él poder omnímodo de la educación,
la propia responsabilidad. En el me­ en la actual organización social, e ino­
jor de los casos, la Reforma, recta­ cente ilusión, igualmente, la de querer
mente entendida y aplicada, puede actualizar los ideales más hermosos de
contribuir a evitar que la Universidad la educación sin la modificación pre­
sea, como es en rigor en todos los paí­ via y substancial de la estructura so­
ses, como lo fué en la misma Rusia,— cial. El más excelso ideal educacional

— 42 —
consiste en desarrollar por entero la baladí con la revolución. Esa teoría,
personalidad de cada ser humano, sus­ cómica por lo absurda, es mucho más
citando su vocación y estimulando ilusoria y pueril que la sustentada
todas sus capacidades. Pues bien: por quienes aspiran a hacer la revolu­
mientras persista el capitalismo, la ción social desde el parlamento, me­
educación no evitará que millones y diante unas cuantas leyes tuitivas de
millones de hombres carezcan de los la clase trabajadora, y nada más. El
medios indispensables para desenvol­ centro de gravitación de las trans­
verse convenientemente, ni impedirá formaciones históricas, palpita en la
que el éxito, sensual y burdo, sea la entraña de la formidable y caótica
religión y el norte de masas conside­ economía capitalista que todo lo en­
rables de jóvenes, ansiosos de trepar vuelve y lo sojuzga, pero que lleva en
en cualquier forma, por procedimien­ sí misma los gérmenes de la propia
tos lícitos o no, y sin percatarse, se­ ruina, preludio de un sistema de eco­
gún lo advirtiera el vigoroso poeta, nomía superior y equitativa, que ven­
que: drá ineludiblemente a superarla y que
comienza ya a apuntar en el horizon-
Por un triunfador, hay mil millones y es la clase laboriosa y los que a ella
Que más abajo de sí mismo bajan. se sumen, la llamada históricamente
a operar y dirigir este cambio funda­
Por lo mismo quienes lleguen a pe­ mental, en la misma forma como la
netrarse de la verdad de este aserto, burguesía impuso revolucionariamen­
sabrán que no basta luchar en el te­ te el actual orden, considerado como
rreno universitario, persiguiendo fi­ subversivo y combatido a sangre y
nes específicamente universitarios, fuego en sus albores y sancionado y
es preciso luchar en el campo social, santificado a renglón seguido de su
mucho más duro y espinoso, sumán­ triunfo por una red de códigos, de
dose a la vanguardia del proletariado, parlamentos e instituciones educacio­
en su histórico afán de transformar nales.
el actual desorden capitalista en una
armoniosa sociedad de fraternales Solamente en una sociedad sin pri­
productores. Si alguien pretendiese vilegios no se mutilará la personalidad
hacer la revolución social no saliendo de los educandos. Al contrario: se
de la Universidad, desde la Universi­ plasmará armoniosa y completamen­
dad, en la Universidad, demostraría te, porque la educación, en lugar de
su carencia de una noción seria y cla­ domesticar y de adaptar pasivamen­
ra de la realidad histórica. Tomaría a te al ambiente al niño y al joven,
la revolución como una simple asona­ constriñéndoio a ser una rueda más
da inofensiva; jugaría, con el corazón en un rodaje vetusto, servirá de aci­
ligero, a la revolución. En otros tér­ cate a sus energías y dará alas a su
minos, sería, así se denomine a sí pensamiento y a su acción, en un me­
mismo anarquista, un burgués disfra­ dio de verdadera y augusta libertad,
zado de revolucionario, un filisteo de que no tendrá otro objetivo que la ele­
la revolución, un revolucionario ver­ vación y el perenne perfeccionamiento
bal irresponsable que hace literatura de todos los hombres.

— 43 —
SERVIDUMBRE DE LA CULTURA
por
DEODORO ROCA
(argentino)

(1920)

ADA más doloroso y trágico, en de las vidas heroicas se alumbran los


N la historia de la servidumbre,
que la servidumbre de la inteli­
caminos del Hombre, y también los
obstáculos que los atraviesan. Con
gencia, la servidumbre de la cultura, razón ha podido decir Corky a Ro-
de la profesionalidad de la cultura. main Rolland, al pedirle que escri­
Hay que reconocer con Nicolái, que biera la vida de Beerhoven: — Nos­
nunca, desde que los hombres hacen otros, los adultos, los que pronto de­
ciencia, se ha visto a los que son van­ jaremos este mundo, legaremos a
guardia en las luchas del espíritu, nuestros hijos una herencia bien po­
mostrarse tan entusiastas de la efi­ bre, una vida bien triste. Esa estúpi­
cacia de la fuerza bruta; que jamás da guerra es la prueba evidente de
los investigadores de la verdad han nuestra debilidad moral, del empo­
apoyado con tan pocos escrúpulos a brecimiento de nuestra cultura. Re­
las oscuras fuerzas de reacción y do­ cordemos, entonces, a los adolescen­
minación. La ciencia al uso, pagada tes, que los hombres no fueron siem­
de sus métodos, con sus éxitos fáci­ pre tan débiles y malos como lo so­
les, con su espíritu escolarizado, ha mos desgraciadamente nosotros.
venido adoctrinando a sus adeptos La servidumbre de la inteligencia,
en una concepción conservadora del que analizara D’Ors en un áureo libro,
mundo y matando en sus servidores aliada con el optimismo cobarde, es
toda fe en la convicción personal, te­ el más fuerte puntal de las armazo­
merosos de dar — conforme al bello nes actuales. Ahita del presente, te­
decir del maestro berlinés — el salto merosa del futuro, prostituye a la
creador, de la oscuridad de la teoría ciencia que, según es sabido, en su
a la completa tiniebla del futuro. más pura y elevada forma sólo da a
¡ Cuán distinta el alma de los sabios, la humanidad las armas para la lu­
en aquella alba romántica del 48! cha y para el progreso, sin preocu­
Pero las posibilidades del hombre parse de cómo se aprovecharán estos
son ilimitadas. Toda conquista fecun­ medios. Es por eso que llamada a
da de la personalidad o de la ciencia ocupar posición en la gran lucha de
es poema de rebeldía: de amor y dolor, intereses colectivos en que ha entra­
a un mismo tiempo. Al resplandor do el mundo, se apresta a defender el
Del d iscu rso en R o s a r io de S an ta F e, a n om b re de la U n iv ersid a d y F e d e ra ció n U n iv er­
sitaria, de C órdob a, en el a c to de in icia ció n de los cu rso s de la F a c u lta d de C ien cias E c o n ó m i­
cas, C om ercia les y P o lític a s de la U n iv ersid a d del L ito r a l, recién con stitu id a .

— 44 —
Orden, ese orden que amparan su suprema de la nueva clase dominan­
hartazgo, su insensibilidad y su co­ te, arrojada al dolor de los eterna­
bardía. Se llama a sí misma “ la cla­ mente vencidos — , corresponde, todo
se intelectual” , “ la clase inteligente” . a lo largo del siglo XIX, una abyecta
¡Oh, función de las clases; oh, enca­ esclavitud y desigualdad económicas.
nallados funcionarios! Presos en las Este orden de cosas se legaliza. Los
redes de las pequeñas miserias hu­ Códigos cristalizan las inapropiadas
manas — insiste Nicolai — no se estructuras sociales. Roma — pue­
distinguen de la masa de sus her­ blo rapaz, si los hubo — , sirve de ar­
manos no científicos que con toda quetipo. Reviven sus instituciones y
paz y tranquilidad trabajan, ganan ayudan a consolidar las nuevas situa­
dinero y desean vivir cómodamente. ciones de usurpación y de violencia.
Atados a la clase dominante, su fun­ Detrás de los códigos, se alinean las
ción es la de estructurar las jerar­ bayonetas. Más atrás, los maestros
quías y valores que la definen. Mien­ ahuecan la voz, indiferentes al do­
tras los hombres sigan mutilados, no lor de la vida, sacuden los textos mi­
aparecerá el Hombre. Cuando éste lenarios, y al “ admirable” espíritu
aparezca, pleno en la posesión de sí del derecho romano brota de sus la­
mismo, habrá otra luz en el mundo. bios, limpio como una espada! La ti­
Se derrumbarán por sí solos los fal­ ranía de clase deviene un sistema ce­
sos valones que hacen monstruosa, rrado y la ignorancia, es un resorte
que deforman, la vida libre, original, educacional, un otro instrumento gu­
espontánea. bernativo.
El punto más elevado de la con­ Cunde el virus de la “ democracia”
ciencia humana es la Idea del hom­ parlamentaria. Crea una peligrosa y
bre. La consigna oscura, tácita, del enervante ilusión colectiva. Parece la
siglo X IX fué esta: hay que desin­ anchura definitiva que ha de encau­
tegrar la educación que pide el des­ sar los afanes vitales. Humo de
envolvimiento de todas las fuerzas opio, por cuyas espirales se asciende
y sentimientos humanos, dentro de la a los mitos edénicos. Y a medida que
ética de la educación para el trabajo el pueblo eterno se marchita en la os­
que apareja la necesidad de dotar a curidad de las minas o se despedaza
todo hombre de la conciencia cultu­ en el trabajo embrutecedor de los ta­
ral, — esa inmensa perspectiva de lleres y las fábricas, se asegura la
educación social, anticipada por los dominación en los establecimientos
más puros pensadores y entrevista ya educacionales. Mientras el alma del
en la República de Platón- Hay que Hombre duerma o se mantenga mu­
retardar el advenimiento del hombre. tilada, mientras se pueda operar en
Lo que por sí sola no haga la poten­ ella, todo temor será vano. De ahí
cia de los instrumentos centrales de esa ignominia, que separa, desde los
dominación, deberá ser realizado por primeros bancos de escuela, a los hi­
los lacayos de la inteligencia. jos de los pobres de los hijos de los
Desde entonces se distribuye con ricos; de ahí esa prolija enseñanza
férrea consigna, por escuelas y uni­ unilateral y calculada que se insinúa
versidades, un ejército resonante de en la ramazón de las clases: escuelas
asalariados intelectuales, de domésti­ adaptadas a objetivos parciales, a
cos doctorados, de dómines verbalis­ categorías predeterminadas; de ahí
tas y pedantes, de parásitos de la cul­ esa hostilidad a los arrestos de la
tura. A una libertad y a una igual­ pedagogía social — reclamada por
dad puramente teóricas del ciudada­ tantos pensadores ilustres, desde
no, en el estado político — conquista Pestalozzi a Natorp — , que exige la

— 45 —
educación por y para la comunidad, teramente, que los mismos actores —
conforme a la abstracción con que lo su amplio contenido ético y social.
aniquila; de ahí esá hostilidad hacia Leyó la clara razón de su ceguera. Y
la escuela única, que se realiza en dióse todo entero a la causa de los
nuestros días bajo la fórmula de Lut- estudiantes revolucionarios. Yo he
nacharsky: “ la escuela unificada del visto correr la sangre generosa de
trabajo” , que — como dice María de lós obreros en las calles de mi ciudad
Maeztu — reclama para la sociedad mediterránea. En Santa Fe, La Pla­
el derecho absoluto de la educación ta, Rosario, Buenos Aires, Lima,
del pueblo, negando a la familia el Santiago de Chile, en todo lugar don­
presunto derecho de educar a sus hi­ de hubo jan puñado de hombres libres
jos, y combate la organización ac­ que arremetiera contra la vetusta ar­
tual de la escuela que escinde, a sa­ mazón educacional, el pueblo se sin­
biendas, la unidad humana. tió conmovido. Y con la misma an­
Pero si los poderes de privilegio, chura de ritmo cordial, vibró su ale­
de mentira, de dominación, prose­ gría en las horas diáfanas, compar­
guían tenaces en su obra de aletar­ tió sacrificios y dolores en los días
gar la conciencia histórica, el instin­ angustiosos de la derrota o del des­
to vital reaccionaba con creciente efi­ aliento.
cacia- A costa de infinitos dolores la Y los jóvenes tomaron las Univer­
rebeldía surgió en el campo prole­ sidades proclamando el Afrecho a
tario. Fué adentrándose en las almas darse sus propios dirigentes y maes­
la cálida visión de una humanidad tros. Pero bien pronto, acicateados
superior. La gran guerra vino a po­ por esa misma honda y lejana inquie­
ner al desnudo toda la miseria moral tud, van comprendiendo que el mal
de nuestro tiempo. Todos los valores de las universidades es un mero epi­
fueron ardientemente revisados. La sodio del mal colectivo, que la insti­
norma había ido marchitándose, en­ tución guarda una correspondencia
cogiéndose, pudriéndose. Y la Uni­ lógica con las demás instituciones so­
versidad era, en los días inmediatos ciales, que el problema ya no es sólo
el refugio supremo de las normas. el de darse buenos o malos maestros.
Haciendo parte de un sistema más En el antiguo régimen, los buenos
vasto, reflejaba en su agonía la de­ maestros tenían que ser, fatalmente,
cadencia de un régimen. Los grandes los peores maestros. Mansamente se
creadores de fórmulas de virtud tau­ seguirá cumpliendo la obra de muti­
matúrgica habían desaparecido. Que­ lación del Hombre, en las especiali-
daban sus sombras, sus caricaturas: zaciones profesionales y de clases.
sobadores de testos, fríos coleccionis­
tas del saber, adocenados y estériles, El problema es muy otro ya. Mien­
guardianes medrosos de una quinca­ tras subsista la odiosa división de las
llería inútil. clases, mientras la escuela actual —
Y un día, los jóvenes, inquietos que sirve cumplidamente a esa divi­
de hondas y lejanas inquietudes, sin­ sión — no cambie totalmente sus ba­
tieron un asco invencible. Abrieron ses, mientras se mantenga la socie­
las puertas y tomaron lo suyo, sin dad moderna constituida en repúbli­
pedírselo a nadie! Animaba sus men­ ca de esfuerzo que, como dice “ Xe-
tes un profundo anhelo de renova­ nius” , tienen por ley común la mate­
ción. El pueblo, con instinto seguro, rial producción, el lucro por recom­
comprendió el significado recóndito pensa, las universidades — a des­
de aquella cruzada iconoclasta. Ad­ pecho de unos pocos ilusos — segui­
virtió oscuramente — acaso más cer­ rán siendo lo que son, lo que tantas

— 46 —
veces se ha dicho de ellas: “ fábricas Y, como siempre ha acontecido, la
de títulos” , o vasta cripta, en donde inteligencia libre y pura estará au­
se sepulta a los hombres que no pue­ sente; la ciencia que se supera ofi­
den llegar al Hombre. Por un lado; ciará ante otros altares.
la ciencia hecha, lo de segunda mano, Esto me parece que debo decirlo
lo rutinario, lo mediocre. Por el otro, ahora, claramente, sin vacilaciones
la urgencia de macerarse cuanto an­ ni temores, en el aire nuevo de esta
tes para obtener el anhelado título. Universidad que se abre.

— 47 —
SIGNIFICADO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA

por
JULIO V. GONZALEZ
(argentino)

(1923)

ON la perspectiva que proporcio­ surtir exclusivamente en los círculos


C na el transcurso de cinco años,
bien se puede ya aventurar jui­
de cultura. Error semejante, llevaría
sin remedio a una solución del pro­
cios, denunciar causas y extraer en­ blema que no consultaría la realidad
señanzas, frente a un hecho produ­ en que él está planteado. Digámoslo
cido en el seno de la colectividad. Tal claramente, entonces: la Reforma
es el caso de la Reforma Universita­ Universitaria es parte de una cues­
ria. No obstante encontrarnos vivién­ tión social, que el desarrollo material
dola aún, el momento es oportuno y y moral de nuestra sociedad ha im­
la investigación resulta eficaz, si con­ puesto a raíz de la crisis producida
sideramos que la evolución del fenó­ por la guerra.
meno llega hoy al fin de su primer Refundiendo estos dos principios,
ciclo. se puede afirmar que el movimiento
Pero sentemos desde ahora la pre­ sometido al análisis no es un hecho
misa cuyo desarrollo dará lugar a es­ que se limita a la Universidad, por­
ta exposición: la Reforma Universi­ que es parte de una cuestión social.
taria acusa el aparecer de una nueva
generación que llega desvinculada de I
la anterior; que trae sensibilidad dis­ Características del momento históri­
tinta e ideales propios y una misión co porque atravesaba el país en 1918
diversa para cumplir. No es aquélla
un hecho simple o aislado, si los h a y; La guerra europea, la revolución
está vinculada en razón de causa a rusa y el advenimiento del radica­
efecto con los últimos acontecimien­ lismo al poder en nuestro país, son
tos de que fuera teatro nuestro país, las tres llaves que nos abren las puer­
como consecuencia de los producidos tas a la verdad. Lo primero, bien lo
en el mundo. Significaría incurrir en sabemos, sacudió al mundo con la cri­
una apreciación errónea hasta lo ab­ sis más aguda que haya sufrido la
surdo, considerar a la Reforma Uni­ humanidad desde la Revolución Fran­
versitaria como un problema de las cesa. La civilización occidental, con
aulas y, aún así, radicar toda su im­ todos sus postulados, se presentaba
portancia en los efectos que pudiera en bancarrota, producía con ello el
Conferencia pronunciada en el Ateneo del Centro de Estudiantes de Derecho de Buenos Aires.

- 48 -
caos y daba así libre juego a todas na negó a sus maestros, y haciendo
las fuerzas que un sistema de civi­ del dolor de su orfandad la fuente
lización había encauzado por largos de su energía, se lanzó, sola a con­
siglos. quistar su propio destino.
En medio de la desorientación, de En nuestro país, el fenómeno se
la incertidumbre y del escepticismo presentó más preciso por la interven­
que dominaba a los espíritus, apare­ ción de un factor propio: el adveni­
ce en el escenario la Revolución Rusa miento del radicalismo al poder. La
trayendo una luz nueva, ofreciendo colectividad acababa de entregarse a
ideales de humana redención, levan­ una fuerza popular nueva, que lle­
tando una voz acusadora y profètica gaba con todo el ímpetu y la cegue­
al mismo tiempo. El sordo rumor que, ra de las corrientes renovadoras.
por debajo de las banderías de la lu­ Avasalladora y brutal, invadió todos
cha bélica, acusaba la existencia de los reductos, despreció todas las ins­
una corriente de protesta, se hizo en­ tituciones que encontrara, destruyó
tonces grito rotundo de rebeldía; la todas las normas y escarneció a to­
incredulidad latente se concretó en dos los hombres del régimen que aba­
repudio de todo lo imperante; las co­ tía.
rrientes ideológicas en libertad se po­ ¿Qué traía, en cambio? Concreta­
larizaron con rapidez en un ardiente mente, nada: llegaba a destruir. Sus
anhelo de verdades nuevas. La Revo­ dirigentes no tenían la menor noción
lución Rusa, que para la mirada fría de gobierno, ni conceptos de Estado-
de la historia, era un hecho escueto Contribuyeron de este modo a sem­
que obedecía a leyes inmutables, fué brar el desconcierto, dando libre jue­
para media humanidad el símbolo de go a cuanta influencia se presentara
un idealismo rebelde y reconstructor. con un sentido popular. Pero, no obs­
Nuestra América fué, puede decir­ tante ello, no era una tendencia anár­
se, el centro adonde vinieron a con­ quica y disolvente: era una fuerza
verger estas ondas morales que des­ demagógica, es decir, esencialmente
pedía la catástrofe, porque ella, al no creadora y fecunda. Arrasaba, pero
sentir directamente la sacudida, con­ dejando el limo fértil de la sensibili­
servó la (serenidad suficiente como dad netamente popular llegada a las
para recogerlas hasta en su más ín­ esferas del gobierno.
tima vibración. La nueva generación El radicalismo, como factor social,
americana, que se mantuvo así pro­ cumplió la misión de cavar un abis­
videncialmente al margen de los su­ mo en el cual quedaba definitivamen­
cesos, y que aun se nutría en los vie­ te sepultada la generación que había
jos institutos, engendros de aquella manejado al país desde el 80 hasta
cultura agotada en su ideario y des­ 1916. Con su advenimiento, con su
provista de los principios que pudie­ imperio afirmado cada día mediante
ran salvar la situación, fué sorpren­ sucesivos y ruidosos triunfos, arrai­
dida por los hechos en el preciso ins­ gó en la conciencia nacional la con­
tante en que se preparaba para ac­ vicción de que la generación en de­
tuar. rrota, lo había sido porque resultó
Por eso, recogiendo la nueva sen­ incapaz de afrontar la solución de los
sibilidad que fluctuaba en el mundo, problemas planteados en la colectivi­
irrumpió con un solo grito de rebel­ dad.
día y de protesta contra todo. Icono­ Así, pues, la guerra europea, la re­
clasta e ¡irreverente como ninguna volución rusa y el radicalismo, carac­
otra, la nueva generación america­ terizaron el momento en que se pre-

— 49 — 4
sentaba la nueva generación. Instru­ ducto aristocrático, que el nuevo or­
mento ciego del determinismo histó­ den de los sucesos concluiría por con­
rico, traía ella la. conciencia, obscura vertir en foco de reacción.
aún pero no por eso menos vigorosa, Pero Osvaldo Magnasco, en 1899,
de que estaba llamada a afrontar la desde los estrados de la Universidad
situación y a desentrañar del caos la de Córdoba, ya les dictaba la senten­
razón de su existencia, las caracte­ cia de muerte, sin presumirlo. Refi­
rísticas de su personalidad y el con­ riéndose a las universidades, dijo:
tenido ideológico de su acción. “ Las instituciones son al fin forma­
ciones de orden moral y tienen que ad­
II quirir ^— o languidecen y mueren —
la consistencia y la morfología mis­
Vinculación entre la Reforma Uni­ ma que quiere darles el medio que
versitaria y el nacimiento de la las nutre” .
nueva generación Felizmente, la apreciación que ha­
cemos de la vieja Universidad argen­
El hecho que caracteriza al ciclo tina, no es nueva, y con mayor feli­
histórico y social cerrado en 1918, cidad aún, es un hecho que puede re­
fué la existencia de una clase diri­ gistrarse en toda América. Lo afir­
gente que cumplía su misión desvin­ mó hace ya muchos años, la palabra
culada del medio en que actuaba. Es­ autorizada del doctor Gregorio Aráoz
to vale tanto como decir que fué una Alfaro, antes de la Reforma, en una
era de valores individuales, cuya ac­ conferencia que diera en 1915 en la
ción se reflejaba en la masa en for­ Universidad de Tucumán. “ Las vie­
ma indirecta y débil. La sociedad ev jas Universidades europeas — dijo
que vivían era para aquellos hom­ — y, en grado menor las nuestras,
bres una concepción teórica, frente fueron eminentemente aristocráticas.
a la cual había que aplicar principios No se cuidaron, ni tenían por qué
abstractos. Fueron grandes maestro« cuidarse entonces, de las necesidades
que desarrollaron con ilustración los sociales, que tait sólo en las últimas
principios que los constituyentes de/ décadas sentimos. Ocupábanse sólo de
53 les legaran con la Constitución las clases sociales elevadas; trataban
Nacional. De ella hicieron su progra­ de prepararlas para las funciones di­
ma. Del pueblo se acordaban para rectivas” .
educarlo con la difusión de escuelas, Lo ha dicho también el doctor Ju­
pero nunca para consultarlo. Tenían­ lio Iribarne, cuya actuación en estas
lo por un niño sin discernimiento, a épocas difíciles de la Reforma es co­
quien era menester conducir de acuer­ nocida y aplaudida por todos. “ Pien­
do con principios y normas que él so — decía, al ser interrogado por
no podía comprender. un diario, en 1921 — que ha pasado
La Universidad fué un trasunto ya el tiempo en que la Universidad
fiel de este estado de la conciencia podía quedar como hasta ahora, cris­
social. Sus aulas, a fuerza de incubar talizada en una función única, ajena
sistemas y formar hombres imbui­ a la solución de todos los problemas
dos de principios abstractos, conclu­ que constituyen la vida misma de la
yeron por ser la matriz donde se en­ colectividad, especie de quiste exó­
gendraba una clase privilegiada que tico dentro del pueblo que trabaja y
debía gozar exclusivamente de los se agita” . No puede darse una ex­
beneficios de su enseñanza. Fué ais­ presión más feliz.
lándose en esa forma del medio en Lo afirmó también la juventud
que actuaba, hasta constituir un re­ universitaria peruana cuando en ma­

— 50 —
yo de 1921, en el manifiesto del Co­ fuerzo maraviloso de gestarse a sí
mité Revolucianario de Reforma misma, para adquirir personalidad.
Universitaria, decía: “ Sabemos por Sorprendida en las aulas por los
dolorosa experiencia histórica que la acontecimientos, se siente llamada a
Universidad, o no influyó en lo ab­ desempeñar un rol histórico, y para
soluto en la marcha benéfica del país, hacerlo debía ir en contra de la Uni­
o representó el baluarte de los pre­ versidad y repudiar a sus viejos
juicios aristocráticos” . “ La Univer­ maestros. Así lo hizo, sin un instan­
sidad se distanció de los debates en te de vacilación. En definitiva, y por
los que palpitaban las formas de la concurrencia de diversos factores,
nuevas concepciones vitales y se fra­ la nueva generación nacía enarbolan­
guaban nuevos anillos de la evolución do la Reforma Universitaria, y am­
social” . bas eran impulsadas a la vida por
Sin contar con que lo gritó hasta una fuerza recóndita de renovación
el cansancio la Revolución Universi­ social, que brotaba del fondo mismo
taria de Córdoba. de la colectividad.
Tal era la vieja Universidad cuan­
do surgió la Reforma Universitaria. III
Pero ahora se presenta una interro­
gante, que si no hubiéramos esboza­ Características originarias de la Re­
do las circunstancias del momento, forma Universitaria
no tendría respuesta. ¿Cómo se ex­ Hija legítima de la realidad social,
plica que la nueva generación, que la Reforma Universitaria llevó este
recibía la cultura y la ideología for­ sello desde la primera hora. Estudié­
jada por la precedente y plasmada mosla en su nacimiento para que com­
en los métodos de las viejas univer­ probemos la verdad incontrastable
sidades, surgiese con una sensibilidad del aserto.
nueva, con una ideología propia, y Hubo de ser en Córdoba, en la ve­
repudiase la que se le pretendía in­ tusta Universidad mediterránea. Allí
culcar? Fué debido a la presión enor­ estaban más evidentes y palpables
me de las circunstancias externas, los males del régimen, del sistema
porque, como hemos visto, la guerra, que caducaba. La Casa de Trejo era
la revolución rusa y el radicalismo, el baluarte que mayor resistencia
produjeron la crisis de todos los prin­ ofrecía al avance que se iniciaba. Por
cipios éticos y sociales, y el fracaso eso, la primera voz de protesta, el pri­
de las clases dirigentes. mer grito de rebeldía, agrio e inso­
Estas realidades concretas y pal­ lente, surgió de labios de los estu­
diantes cordobeses, insinuándose des­
pables, presionaron desde afuera y
de el instante inicial la significación
dieron lugar a que apareciese, simul­
esencial del movimiento. La juventud
táneamente, la Reforma Universita­ salió a la calle para volver de ella
ria y la nueva generación que venía contra la Universidad. Tomaba des­
a realizarla. Sin aquella aguda cri­ de el primer momento el contacto
sis total, que acusaba la terminación popular, obedeciendo así a las causas
de una era y el comienzo de otra, la mediatas e inmediatas que habían de­
nueva generación no se hubiera po­ terminado su actitud. Porque — ya
dido explicar, porque entonces no lo hemos visto — la Reforma Uni­
habría tenido misión propia, no se versitaria no fué el fruto de una con­
habría podido diferenciar, ni encon­ cepción abstracta, ni el triunfo de
trado en el trance de realizar el es­ una escuela filosófica, ni la imposi­

— 51 —
ción de un grupo de mentalidades Quedaba así definitivamente ava­
privilegiadas; fué la explosión de un sallada la vieja universidad, para ser
estado de conciencia social que se ha­ suplantada por la nueva, la que se
bía formado alrededor de los crista­ plasmaba como una resultante del me­
lizados centros de cultura. Veámoslo dio, la que se erigía como un regula­
sintéticamente. dor de la sociedad, la que viviría, en
La circunstancia ocasional del mo­ fin, según el concepto vigorosamente
vimiento cordobés, fué distinguida impuesto de función social.
por sus promotores como la necesi­ Apuntemos los hechos culminantes.
dad de la reforma de los estatutos A fines del año 1917 fueron las pri­
universitarios. Se quería un nuevo meras manifestaciones de desconten­
sistema para la renovación de los to, a raíz de la supresión del Interna­
consejos, para la elección de los deca­ do de los estudiantes de medicina en
nos y del rector, para el funciona­ el Hospital de Clínicas. Al inaugurar­
miento de la docencia. Luego se llegó se los cursos de 1918 las protestas se
al grado máximo de las pretensiones, concretan y se amplían- El Consejo
exigiendo la participación de los es­ Superior no cede, muy lejos de supo­
tudiantes en la dirección de la uni­ ner que aquello era un síntoma de al­
versidad. go más grave. Se decreta al fin la
Pero si éstas eran cuestiones pura­ huelga general, la inquietud sube de
mente universitarias, ¿qué necesidad punto y tiene que venir la interven­
había de salir a la calle para resol­ ción nacional, a cargo del doctor José
verlas? ¿Qué lógica podría explicar Nicolás Matienzo. El interventor no
la aparente incongruencia entre los presumió tampoco la profundidad del
conflicto y la naturaleza del descon­
fines y los medios? Se perseguía una
tento, y se redujo a reformar los esta­
reforma universitaria, esto era claro,
tutos de acuerdo con los que regían en
y nadie habló en el primer momento
la universidad más moderna: la de
de otra cosa, aunque el programa de
La Plata.
acción contase con algunas ideas ge­
nerales. Bien es cierto que se procla­ La intervención dejó montado el
mó la democracia, la abolición de pri­ nuevo mecanismo, que satisface a los
vilegios, de oligarquías, de dogmas alumnos, y se realiza con todo entu­
religiosos; pero todo ello era como siasmo la campaña para la elección
males arraigados en la universidad. de las nuevas autoridades, de rector
Pues bien; no obstante el título de abajo. La agitación con tal objeto se
Reforma Universitaria y del plan­ efectúa hasta ese momento dentro de
teamiento de problemas universita­ los círculos universitarios, sin dar in­
rios, los estudiantes salieron a la ca­ tervención a la colectividad.
lle, se confundieron con la masa so­ Llega el 15 de junio, día de la elec­
cial y cuando hubieron conquistado ción, y la tendencia estudiantil es de­
la conciencia nacional, volvieron con­ rrotada. La juventud despierta enton­
tra la universidad y se apoderaron ces a la realidad de un problema que
de ella. ¿Qué consecuencia tuvo esto? ella había planteado sin conocer el
La más trascendental: que los estu­ verdadero valor de sus términos, y a
diantes regresaban a la casa de es­ la verdad del momento que vivía. Si
tudios llevando el espíritu de la obra reformados los estatutos de acuerdo a
realizada en la calle, impregnados de sus aspiraciones eran igualmente de­
la sensibilidad popular, con el sello rrotados, ¿ dónde residía el mal ? Si la
de la realidad ambiente, con las pal­ modificación de los mismos no daba
pitaciones del alma colectiva. el triunfo al nuevo espíritu que aqué-

— 52 —
líos encarnaban, ¿qué era necesario bárbaro concepto de autoridad” . Lan­
hacer? Si a pesar de su campaña lle­ zaron su desafío al Orden, así, en ge­
vada con los mejores auspicios, caían nérico, y como sinónimo de opresión,
vencidos, ¿qué medios era menester porque — decían — “ si en nombre
emplear? del Orden se nos quiere seguir burlan-
El mal no estaba en los malos esta­ d o y embruteciendo, proclamamos
tutos, sino en la tendencia, en el régi­ bien alto el derecho sagrado de la in­
men, en los hombres que dominaban surrección” . Señalaron con índice acu­
en la universidad y fuera de ella. La sador, como al mal comprensivo de
reforma de los estatutos no podía ser todos, al clericalismo: “ no podíamos
todo el fin del movimiento; había vi­ dejar librada nuestra suerte a la tira­
cios más hondos, que escapaban a un nía de una secta religiosa” , “ y en­
programa basado únicamente en ello. tonces dimos la única lección que cum­
Los m e d i o s empleados, las fuerzas plía y espantamos para siempre la
puestas en juego, eran insuficientes. amenaza del dominio clerical” . Por
Los estudiantes solos no vencerían ja­ cierto que resultó justa esta aventura­
más, porque la profundidad de aque­ da afirmación, porque en t o d o el
llos males exigían la intervención de transcurso de la cruenta jornada, fué
otros elementos, de otras fuerzas. el clericalismo su enemigo más tenaz,
Para decirlo de una vez, los estu­ el único quizás que tuvieran, porque
diantes fueron derrotados porque no es el parásito odioso que se prende
habían acudido al seno de la sociedad, con saña a todo retoño de libertad y
de progreso.
que era la que en realidad planteara
el problema por intermedio de ellos. Estos fueron los postulados prime­
Instantáneamente lo comprendieron ros de la Reforma Universitaria, y
y fueron al seno de la colectividad. los que hasta hoy perduran y se im­
Hablaron al país, a la América toda. ponen como puntos del verdadero y
Ampliaron el horizonte, enarbolando genuino programa reformista, abra­
ideales más comprensivos; fueron, en zado al nacer por la nueva generación.
fin, al fondo de la cuestión, al proble­ No faltó, por supuesto, el que hoy es
ma social que el momento histórico el eje del movimiento dentro de la
porque atravesaba el país y el mundo, universidad, es decir, la ingerencia de
tenía enunciado. Todo lo dice el ma­ los estudiantes en el gobierno de la ca­
nifiesto que después del 15 de junio sa. Reclamamos — se dijo en la pri­
dirigieron “ a los hombres libres de mera hora — “ un gobierno estricta­
Sud América” . Entonces gritaron: mente democrático, sosteniendo que
“ Estamos pisando sobre una Revolu* el “ demos” universitario, la sobera­
ción, estamos viviendo una hora ame­ nía, el derecho a darse el gobierno
ricana” . propio, radica principalmente en los
estudiantes” .
Obsérvese lo que era la Reforma
Universitaria, cómo se iniciaba y cuál Así comprendida la situación, así
era el tono de su primer vagido. Pero interpretado el momento histórico, se
aún agregaban: “ la redención espiri­ lanzaron a la calle a realizar su pré­
tual ^de las juventudes americanas es dica, a vivir su vida, a entregarse en
nuestra única recompensa, pues sabe­ brazos del pueblo que los esperaba.
mos que nuestras verdades lo son — Así se inició en la vida nacional la
y dolorosas — de todo el Continente” . nueva generación, saliendo de las au­
Llegaron desde ya a concretar algu­ las en son de franca rebeldía y de pro­
nos postulados, y así hablaron con ra­ testa contra la universidad que pre­
bia y con resprecio, del “ arcaico y tendía amamantarlos con una ideolo­

— 53 —
gía exhausta, agitada por una honda cargas de caballería que sufrieron los
inquietud renovadora y encendiendo estudiantes en las manifestaciones de
los ideales imperecederos de la liber­ Córdoba, en 1918, de Santa Fe en
tad y redención para los hombres. 1919, y de Mendoza a fines de ese año,
cuando delegaciones de todas las fede­
IV raciones universitarias del país se
dieron cita para luchar por la causa
Definición de la Reforma Universita­ de los maestros, sindicalizados con la
ria a través de su evolución, como un Federación Obrera. Los edictos poli­
fenómeno social ciales como el de 20 de junio de 1918
Hagamos el proceso abarcando lar­ en Córdoba, en el que se prohibía la
gos períodos, para poder desentrañar circulación de manifiestos tenidos por
los principios ya gestados. subversivos, la portación de ciertas
Por el solo hecho de abandonar la divisas, y se amenazaba con la aplica­
universidad, a fin de hacer la campa­ ción de la ley social; o como el otro,
ña renovadora en el pueblo, identifi­ dictado en Mendoza, en la oportunidad
cándose con él, los propósitos mera­ mencionada (octubre 12 de 1919), que
mente universitarios, ceden — como pretendió amordazar a estudiantes,
hemos comenzado a verlo — ante los maestros y obreros, porque había en
ideales generales y permanentes que su acción “ incitación sediciosa al des­
brotan de la conciencia colectiva en conocimiento absoluto de la ley” e
cuanto se la interroga. “ insinuaciones a la comisión colectiva
La renovación universitaria fué e individual de graves delitos políti­
bien pronto renovación social; el re­ cos y sociales” .
pudio revolucionario de los dogmas En otras esferas, la naturaleza de
de orden y autoridad, proclamado den­ la acción que desplegaban los estu­
tro de la casa de estudios, lo fué igual­ diantes reformistas, se reconocía tam­
mente y en el mismo tono frente a los bién por el mal disimulado temor que
que sojuzgan en la sociedad; la conde­ tenía en constante zozobra a la bur­
nación del obscurantismo religioso guesía enriquecida, a los ultraconser­
que ahogaba la libertad de conciencia vadores y a las gentes de iglesia, que
desde la cátedra, se repitió ampliando motejaban a los reformistas, y los mo­
su eco contra el mismo que asfixia tejan aún, de “ anarquistas” , “ antipa­
desde el púlpito y desde el seno de la triotas” y otros títulos igualmente
clase aristocrática; el desprecio hacia honrosos; porque honrosos vienen a
los maestros del aula, se trocó en el resultar cuando los dicta el pánico de
escenario nacional, en un hondo e irre­ los que temen por sus doblones o la
conciliable divorcio entre la nueva y santa ira de los que sienten peligrar
la vieja generación; el nuevo sentido los privilegios de que gozan por la
de la democracia, creado sobre nue­ existencia de un régimen social in­
vos conceptos de disciplina, jerarquía justo.
y voluntad popular, enunciados como Tomaremos de todas aquellas diver­
base de la llamada democracia univer­ sas fases de un mismo fenómeno, las
sitaria, fué lema de combate en el am­ que lo perfilan y definen con más vi­
biente social, evidenciados en forma gor, y contribuyen a dar su significa­
de una interpretación propia de las ción social e histórica a la Reforma
fuerzas vivas de la comunidad. Universitaria. Nos referimos en pri­
Los principios fueron radicales, la mer término y con mayor amplitud, al
prédica subversiva, los medios violen­ espontáneo y recíproco acercamiento
tos- Se pueden juzgar por las reaccio­ que se produce entre la masa estudian­
nes que provocaba. Las innumerables til y la masa proletaria.

— 54 —
El hecho es innegable. Desde el pri­ bre del orden social, y al sentirlo el es­
mer momento el obrero estuvo al la­ tudiante cuando iba del brazo del
do del estudiante, alentándolo con su obrero, sintió brotar, con la ola de ra­
presencia, apoyándolo con sus armas bia, una instintiva solidaridad, y en­
de lucha. Prontq este acercamiento se tonces, estrechándose más contra él,
trocó en íntima vinculación. Los gre­ le dijo: estamos fuera de la ley, her­
mios iban a la huelga por las campa­ mano.
ñas de los estudiantes, y éstos hacian La nueva generación, que se lanzó a
lo propio con las del proletario, en­ la lucha por la Reforma Universita­
trando como en su casa a los locales ria, ¿habló acaso al pueblo de anacró­
obreros para darles conferencias y de­ nicos regímenes universitarios, de in­
liberar con ellos. gerencia estudiantil o de docencia li­
Cuando Enrique F. Barros, el ner­ bre ? Poco o nada se acordó de ello- En
vio de la revolución cordobesa, fuera nombre de la Reforma Universitaria,
víctima de aquel brutal cachiporrazo incitaban al pueblo a tomar la Basti­
con que le hundiera el cráneo el brazo lla, a barrer con las oligarquías, a des­
de un fanático católico, revistieron ca­ cubrir las mentiras sociales, a concluir
racteres conmovedores las manifesta­ con los privilegios, a extirpar los dog­
ciones de pesar y de protesta de los mas religiosos, a realizar ideales ame­
obreros, que publicaban manifiestos ricanos de renovación social, a impul­
condenatorios, amenazaban con el pa­ sar esta corriente revolucionaria has­
ro general y desfilaban en silencio por ta los reductos universitarios donde
frente a la casa de la víctima. se atrincheraba el viejo régimen, a
¿Cómo se explica esta vinculación convertir la universidad en la casa
entre el proletario, que obedece a in­ del pueblo.
tereses económicos y de clase, con los No podrá separarse nunca la Refor­
revolucionarios estudiantiles que per­ ma Universitaria de la Reforma So­
tenecían a una distinta y que enarbo­ cial, porque ambas fueron emprendi­
laban vagos principios idealistas? Se das simultáneamente y nacieron, por
explica, en concepto general, porque lo tanto, unidas.
ambos sufrían el dolor de la orfan­ La significación que aquélla tiene,
dad; huérfanos los unos, puesto que y que estamos estudiando ahora bajo
nada podían hallar en los padres espi­ la faz de su solidaridad con el prole­
rituales de la vieja generación a quie­ tariado, en cuyo seno están siempre
nes venían a combatir; huérfanos los latentes los gérmenes de toda renova­
otros, por el desprecio y la falta de so­ ción, fué comprendida a poco andar
lidaridad que siempre han padecido por los hombres en lucha y proclama­
del resto de la comunidad. Sintiéndo­ da públicamente y en términos concre­
se así solos los jóvenes de la nueva ge­ tos. La Federación Universitaria de
neración y los proletarios de todas las Córdoba, fué la primera en dar osten­
generaciones, natural era que se unie­ siblemente este paso. A raíz de la trá­
sen y se sintieran identificados en una gica semana de enero de 1919, la Fe­
lucha que debía ser forzosamente por deración Obrera Provincial decretó el
ideales comunes. paro. La Federación Universitaria se
Se explica, en segundo término, por adhirió públicamente por resolución
la lógica de los hechos. En las mani­ del 12 de enero, en la que decía:
festaciones a que nos hemos referido, “ Considerando: l f Que en el día de
de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, fue­ hoy la Federación Obrera ha decreta­
ron hermanados por el sigor del sable do el paro general a partir de las doce
policial, que cayó sobre sus espaldas de la noche de la fecha, como protesta
por igual. El sable actuaba en nom­ a los luctuosos sucesos que tuvieron

— 55 —
por teatro la Capital de la República la libertad, la verdad y la justicia en
y de adhesión al proletariado organi­ todos sus órdenes . . . ”
zado que, celoso de sus derechos bre­ Se declara a continuación la estre­
ga por defenderlos y obtenerlos: cha relación que existe “entré esos
“ 2? Que esta Federación contó en propósitos ampliamente manifestados
su último movimiento con el apoyo de por la juventud y las recientes huel­
la clase obrera, llegando a crear un gas obreras” , y en mesuradas conside­
vínculo íntimo de compañerismo, y raciones, se reconoce la justicia de las
que es éste el instante de demostrarlo; reivindicaciones obreras, condenando
“3* Que constituye un anhelo de sa­ la violencia y la intromisión de ele­
no mejoramiento social el elevar el mentos extraños, y ratificando “ su
nivel material y moral del pueblo tra­ adhesión a la causa del trabajador” .
bajador, por el cual luchan en estos Bien, pues; nada podría agregarse
momentos los obreros del país; a aquellas palabras, que por su pre­
“ La Federación Universitaria de cisión, por su sobriedad y por la fi­
Córdoba, resuelve: delidad con que reflejan la realidad
1? Expresar públicamente su adhe­ del momento histórico, podrían ser
sión a la actitud asumida por la Fe­ esculpidas en el frontispicio del tem­
deración Obrera local. 2* Comunicar a plo que levante la nueva generación
esta entidad dicha resolución” . para conmemorar la hora de su adve­
nimiento. Ellas cobran todo su valor
Y no terminaron en esto, que aún y significado, si se tiene presente que
las calles de Córdoba vieron un mani­ las juventudes universitarias organi­
fiesto encabezado así: “Al pueblo de zadas de toda la república, les han res­
Córdoba. — La Federación Obrera pondido con invariable consonancia,
Provincial. — La Federación Obrera desde un extremo al otro del país, san­
Local. — La Federación Universita­ cionándolas con los hechos en cinco
ria” . años de lucha. Es imprescindible que
Pocos días después, el 24 de enero, comprobemos esto con una rápida
la misma entidad estudiantil, en una ojeada.
resolución dictada a propósito de los En Santa Fe los exponentes univer­
acontecimientos sociales que agitaban sitarios de la nueva generación, reali­
en esos momentos al país, definió con zaron con el mismo espíritu iguales
una visión sorprendente de los he­ medios e idéntico tesón, la obra reno­
chos de entonces y sus consecuencias vadora frente a la universidad, por­
futuras, el contenido substancial de que recogieron el fuego sagrado que
la Reforma Universitaria, tal como lo los revolucionarios cordobeses ofre­
vemos hoy, a la vuelta de cinco años. cieron a las juventudes de todo el país,
Se dijo en aquella resolución: reunidas en el primer congreso nacio­
“ El movimiento universitario ar­ nal de estudiantes universitarios.
gentino, iniciado por los estudiantes
A poco de iniciado el año 1919, em­
de la Universidad de Córdoba, debe
prendieron porfiada y azarosa campa­
ser considerado como la primera ma­ ña para imponer la Reforma Universi­
nifestación de un proceso evolutivo en taria. No hay para qué detenerse en
el orden nacional, dirigido a modifi­ ello. Como decíamos, se levantaron los
car fundamentalmente el estado de mismos principios y se usó de los mis­
crisis, por así decir, porque atraviesa mos procedimientos. Loyola estaba
su organización social, económica, po­ allí — como ellos decían — encarnan­
lítica e intelectual, teniendo como fi ­ do la reacción, y proclamaron contra
nalidad inmediata el afianzamiento de la Bastilla de todos los tiempos, los

— 56 —
ideales de regeneración y de justicia cuestiones obreras han agravado la
social que conocemos. Se llegaron al necesidad ya impostergable de esa re­
pueblo, fraternizaron con los obreros visión” .
y juntos fueron perseguidos por los La Federación Universitaria de La
representantes de la autoridad. Ven­ Plata, en el movimiento reformista
cieron, al fin, después de un año. que sostuvo por más de un año, y que
En este estado de agitación, produ­ desgraciadamente ofreció fases no
jo la Federación Universitaria de muy claras, por la aparición de un
Santa Fe varios documentos, todos de factor al que luego nos referiremos,
acuerdo con el espíritu sintetizado en comprobó con los hechos, que estaba
la declaración de la Federación Uni­ tocada de la sensibilidad propia que
versitaria de Córdoba. Haremos sim­ trascendía de la Reforma. Bastaría,
ple mención de ellos, para facilitar para comprobarlo, recordar la nota
la comprobación del aserto. Son los que el gobernador de Buenos Aires
manifiestos del 25 de mayo de 1919, dirigió, en marzo de 1920, al ministro
que invoca los ideales de la Revolu- del Interior, en la que denunciaba co­
ión; del 9 de julio del mismo año, mo índice alarmante la simpatía entre
donde se manifiesta tener más fe en los obreros y los estudiantes, acusan­
los hombres de trabajo que en la “ si­ do a éstos, entre otras cosas, de “ mal
mulación patriótica de las clases pri­ inspirados” , “ verdaderos y peligrosos
vilegiadas” ; del 14 de julio, aniversa­ anarquistas” , “ acaudillados por agita­
rio de la toma de la Bastilla, festeján­ dores” C1)
dola “ como fecha revolucionaria” y “ Esta nota dió lugar a una declara­
del 1? de mayo de 1920, día de los tra­ ción de la Federación Universitaria
bajadores, con cuyo significado se so­ Argentina, en la que decía que “ la
lidarizan. Así, con esta fidelidad, en simpatía entre estudiantes y obreros
los hechos y en las palabras, la juven­ es una resultante lógica y natural del
tud universitaria santafesina respon­ momento histórico que vivimos” y que
dió al verdadero sentido que entrañó la lucha por la Reforma Universitaria
la Reforma Universitaria^ desde su que “ da vida a un hondo anhelo de
nacimiento. justicia social” , inducía a “ querer co­
La Federación Universitaria de mo hermanos a todos los que paralela­
Buenos Aires, en las oportunidades mente a nosotros, bregan en esta ho­
que se le presentaron, no fué menos ra por afianzar el imperio de la ver­
fiel. Así lo comprueba / u conocido dad” .
manifiesto en vísperas dél aniversario Pero aun está el manifiesto de la
patrio de mayo de 1920, que cobraba Federación Universitaria de La Pla­
especial significacin por haver apare­ ta, como las de Córdoba, y Santa Fe,
cido entonces la Liga Patriótica. Se dirigió al pueblo y a los estudiantes,
repudia su nacionalismo contamina­ a propósito de aquella impúdica reac­
do, enfermizo y hostil y se dicen cosas ción clerical que se llamó la Gran Co­
como éstas: “ Negar la urgencia de lecta Nacional. “ Un estremecimiento
rever los fundamentos de la sociedad, recóndito — dijo aquella entidad —
como se ha dicho por ahí, es no tener anuncia que en la entraña de la so­
el sentido de las cosas prudentes. La ciedad argentina están concentrándo­
sociedad, como todo hecho sujeto a la se poderosas fuerzas que, al expandir­
ley de la evolución, debe revisar de se, han de ocasionar el derrumbe de
tiempo en tiempo sus postulados, y en ios carcomidos muros” . “ Ya la uni­
lo que respecta a nosotros, las últimas versidad, por gracia de una juventud

(1 ) “ B oletín de la F ederación U niversitaria A r g en tin a ’ ’, N<? 3, pág. 49.

57 —
pensadora y serena, vió madurar ba­ hechos, porque son demasiado eviden­
jo sus pórticos el ansia del renuevo” y tes por sí mismos. Recordemos, para
“ no ha de transcurir mucho tiempo terminar, la actitud asumida por la
sin que las multitudes proletarias le­ Federación Universitaria Argentina,
vanten su voz, clamando una mayor al rechazar la invitación de la Socie­
justicia” . dad Científica Argentina para concu­
Por último, la Federación Universi­ rrir a un Congreso Universitario, en
taria Argentina se ofrece como el más 1920, rechazo que se fundaba en la
alto exponente del concepto integral exclusión que se había hecho de las
de la Reforma Universitaria. Ha in­ corporaciones obreras. “ Frente a esta
terpretado siempre con justeza y se­ exclusión odiosa e injusta — decía —
renidad el espíritu y los postulados nos cúihple manifestar que nos senti­
del gran movimiento- Cuando en ene­ na o s indestructiblemente solidarios
ro de 1919, la Federación Universita­ con los trabajadores. Su suerte es
ria de Córdoba hacía aquella funda­ nuestra suerte, su ideal es nuestro
mental definición que hemos comenta­ ideal y el desdén que los hiere a ellos
do, la entidad nacional ya había dicho, nos hiere también a nosotros” . “ La
en manifiesto sobre la Semana de juventud universitaria se siente toca­
Enero, que trabajaría “ por la comu­ da por el ideal de justicia que anima
nión del estudiante y del obrero” , y a las manifestaciones de la conciencia
que si este anhelo llegase a ser rea­ social” .
lidad, se habría “ logrado una conquis­ Dos años después, el l v de mayo de
ta máxima para la grandeza nacio­ 1923, hace apenas unos meses, la Fe­
nal” . Dentro de declaraciones de un deración Universitaria Argentina, en
bien entendido nacionalismo, se pro­ los tiempos que corremos y con otros
piciaba la desaparición de las clases jóvenes a su cabeza, ratifica en forma
sociales, porque ese fué el espíritu de categórica el gran espíritu que nació
los constituyentes y, a su vez, allí ha­ el 18 con la Reforma Universitaria de
bía bebido el suyo la Revolución Uni­ la nueva generación, mediante una de­
versitaria. claración sobre el significado del día
de los trabajadores, que termina di­
En la acción de ese año, puso en evi­ ciendo : “ Reafirmar su adhesión a los
dencia y en práctica los propósitos trabajadores del mundo/ que luchan
que enunciaba, con su intervención y por su emancipación definitiva, y co­
colaboración al lado de la asociación municar a las federaciones obreras y
“ Maestros Unidos de Mendoza” , que,
universitarias la presente resolución” .
organizados en gremio sindical con la
Federación Obrera Provincial, luchó
con verdadero heroísmo — y téngase V
en cuenta que eran mujeres — sobre
Otros aspectos de la Reforma
la persecución, el hambre y el escar­
Universitaria que completan
nio, contra las arbitrariedades de un
su definición
gobierno opresor. En aquella oportu­
nidad, el presidente de la Federación Como se desprende de esta rápida
Universitaria Argentina, dijo desde la reseña, los hechos se presentan con
plaza pública de Mendoza: “ El día en una evidencia abrumadora, y ellos son
que el trinomio de proletarios, maes­ tanto más significativos cuanto que
tros y estudiantes sea un hecho, se ha­ acusan una estricta uniformidad a
brá cumplido la ley que impone la re­ través de cinco años y de toda la ex­
novación de los valores sociales” . tensión del país.
No hay para qué insistir en estos Pero dijimos que el movimiento re­

- 58 -
formista, si bien denunciaba su con­ La idea religiosa como principio
tenido esencial orientándose con un del Bien en el hombre y de paz en las
arraigado espíritu de solidaridad ha­ sociedades había fracasado con la gue­
cia las fuerzas vivas de la sociedad rra, y su fracaso fué impotencia ma­
que encarna el proletariado, no es éste nifiesta cuando llegó la hora de la re­
el único aspecto que da su filiación al construcción. En otro punto de vista,
fenómeno. y limitándonos a las colectividades
La nueva generación que se forma­ americanas, hacía tiempo que aquélla
ba en las. universidades, al rechazar había degenerado en un privilegio de
en absoluto la ideología preponderan­ la clase aristocrática dirigente. La
te en la clase social que dirigía a la idea religiosa, plasmada en la religión
comunidad, hubo de chocar violenta­ católica, actúa en la colectividad como
mente contra instituciones y conceptos factor social mediante la Iglesia, y al
que aquélla había creado para soste­ resultar ésta la institución concreta
nerse : contra la idea e institución re­ que pone en juego la idea general del
ligiosa y el concepto patriótico. sistema en decadencia, la Reforma
“ Todo movimiento nuevo es una Universitaria estuvo en contra de ella.
reacción contra el pasado” , dice Lau­ Este es el concepto esencial que ex­
rents, y el pasado caduco, que por el plica los hechos del movimiento que
mismo se empecina en perpetuarse, estudiamos y las reacciones que pro­
tiene sus más fuertes reductos en las voca. No analizaremos a aquéllos por­
conciencias. Todo régimen, por el solo que nos tomaría mucho espacio. Ad­
hecho de implantarse y subsistir, se virtamos solamente que la revolución
crea un espíritu, un sistema moral, universitaria cordobesa, punto de
que tiende lógicamente a imponerse, arranque de la Reforma Universita­
a infiltrarse, para crear un estado de ria, hubo de ser un movimiento no
conciencia colectiva que forma am­ sólo anticlerical, sino también— lo que
biente favorable a su predominio. es más importare—irreligioso. “ Frai­
Lo dice Ingenieros en su estudio les no!” “ ¡Dogmas, no!” “ ¡Abajo la
sobre “ La universidad del porvenir” , Corda!” eran los lemas que aún pue­
con criterio amplio y profundo a la den verse estampados en los muros de
vez: “ Cada sociedad, en cada época, las iglesias de Córdoba.
engendra sistemas de ideas generales La importancia fundamental del
que influyen de manera homogénea hecho, está probada por la propia au­
sobre la conciencia colectiva y son toridad eclesiástica, que en 6 de junio
aplicados a la solución de los proble­ de 1918, lanzó una pastoral que debe
mas que más vitalmente la interesan” . registrarse como el documento histó­
Una de esas ideas generales que for­ rico más interesante que haya provo­
maban el vasto sistema dominante en cado la Reforma. í 1)
la sociedad argentina y americana, “ En las manifestaciones— decía el
era y es la que enunciamos. El sis­ obispo de Córdoba—paseaban con
tema se había relajado por agota­ ellas los religiosos y las religiosas col­
miento y por corrupción, y perdía gadas en pendones por escarnio. Veían
entonces su influencia sobre el me­ en ellas el obscurantismo religioso y
dio- La Reforma Universitaria signi­ la barrera que a ellos tocaba derri­
fica la derrota de aquel sistema, y su bar; paseaban al rector en forma la
derrota definitiva habrá llegado cuan­ más ignominiosa y torpe que cabe, en
do ella se imponga también definiti­ lo alto de otro pendón, afrentando
vamente y en todo su contenido. más que a su persona, el credo cató­
( 1 ) V e r el te x to ín tegro en el libro del au tor, L a R ev olu ción U niversitaria. B uenos A ires,
1922, L ib re ría M enéndez.

— 59 —
lico que profesa con laudable ente­ naba diciendo: “ Las clases ricas ya
reza” . Este es el testimonio del señor han dicho todo lo que son capaces de
obispo y la interpretación que daba a hacer para solucionar el conflicto eco­
los hechos. nómico” .
No puede objetarse que la posición Quién llegara a imaginar que el cle­
que a este respecto adoptaban los re­ ricalismo contestó el reto con los dul­
formistas, fuera un hecho accidental ces preceptos de Jesús o con llamados
provocado por causas especiales, por­ a la paz y la concordia se engañaría.
que concluida la lucha, continuaron El clericalismo es una facción como
en aquélla, y porque fué una carac­ cualquiera otra y, como todas, siem­
terística del movimiento en todo el bra el odio y la discordia. Y mírese si
país. En Santa Fe la campaña tuvo no este caso.
el mismo aspecto, pues allí, como en Cuando el malogrado estudiante
Córdoba, el predominio religioso era Viera, cayó muerto en el aula, a raíz
idéntico, sino más acentuado en aqué­ de un disturbio producido en la Uni­
lla. versidad de La Plata durante sus mo­
Pero lo que autoriza a generalizar mentos de mayor desorientación, la
es la actitud asumida por los refor­ Iglesia Católica se aprovechó del he­
mistas, por intermedio de sus órganos cho y organizó un homenaje a la me­
legítimos, cuando la iglesia católica moria del caído, que resulta toda una
argentina emprendió su campaña incitación a la venganza. Si se duda
reaccionaria, bajo el título de “ Gran de que sea ésta obra del clero, recó­
Colecta Nacional” . Entonces se puso rrase la lista de adherentes al home­
en evidencia el contenido del movi- naje, inserta en un folleto que, bajo
biento en uno de sus más profundos el título de “ La primera víctima de la
sentidos. Las federaciones de Córdoba, anarquía universitaria” , se hizo cir­
de Santa Fe y La Plata, levantaron cular con profusión. En ella se encon­
su grito de protesta y denunciaron trará patrocinando desde los monse­
aquello como una reacción contra el ñores hasta la Superior^, del Colegio
nuevo estado de cosas que la Reforma “ María Auxiliadora” ; desde la Unión
Universitaria venía a implantar. Católica Argentina hasta el Colegio
Encarando el hecho como un medio del Salvador. Explotaron en esta for­
puesto en práctica para solucionar el ma el sentimiento del dolor y de con­
problema social, la Federación Uni­ denación que el suceso produjo, para
versitaria de Córdoba dijo que aque­ fundir en bronce un odio mezquino y
llo era “ un mendrugo inútil” que se estéril. Todos nos hubiéramos adhe­
arrojaba al pueblo, hambriento, sí, rido a un homenaje en memoria del
pero de justicia. infortunado muchacho; pero como
La Federación Universitaria de La venganza, no.
Plata, dijo que veía en ello y por parte Felizmente, y por una rara casua­
de la iglesia católica, “ un profundo lidad, otro hecho igualmente desgra­
desconocimiento del concepto básico ciado, proporciona la oportunidad pa­
de la realidad social” . “ La clase aris­ ra que recojamos una lección de cómo
tocrática del país— agregaba— convo­ deben proceder los espíritus genero­
cada por la Iglesia Católica, ensaya sos y libres de prejuicios. Véase, pues,
una solución. La enunciación de sus la antítesis del caso anterior. A En­
ideas en un manifiesto insolente y rique F. Barros, el nervio de la revo­
huero, es la más profunda demos­ lución cordobesa, como dijimos, le
tración de su absoluta incapacidad hundió el cráneo de un cachiporrazo la
para afrontar la empresa” . Y termi­ mano de un fanático católico, y cuan-

— 60 —
do, arrancado por milagro de manos nueva generación arranca del fondo
de la muerte, recobró el dominio de de la historia el verdadero concepto
sus actos, se presentó al juez que pro­ de patria, el legítimo espíritu de la
cesaba al victimario, con estas pala­ nacionalidad, que se tradujo en la
bras : hora de la Revolución de Mayo con
“ No los creo delincuentes, sino los anhelos proclamados de libertad,
equivocados, y espero que la justicia igualdad y fraternidad para todos
de S. S. sabrá interpretar los hechos los hombres de América.
con un criterio amplio y tolerante, La Reforma Universitaria viene a
abriendo las puertas de la cárcel a depurar y regenerar la idea de pa­
esos dos muchachos, víctimas de una tria, y por eso ha comenzado a decla­
ofuscación que sólo es posible tenerla rarse enemiga de quienes la subvier­
una vez en la vida, y que S. S. sabrá ten. Ellos lo saben bien, porque no
explicársela, teniendo en cuenta cir­ dejan conferencia sin hablar en con­
cunstancias y hechos en cierto modo tra de lo que llaman despectivamente
extraños a la libre determinación de la “turbulencia estudiantil” , hasta
aquéllos” . Tales palabras no necesi­ declarar que 'la patria debe esperar y
tan comentarios. confiar más en la juventud de la Es­
He aquí los hechos que comprue­ cuela Militar que en la Universidad.
ban los enunciados que sentáramos
al comenzar el capítulo, según los Esta falta absoluta de fe en la ju­
cuales, la nueva generación traía con ventud universitaria, por parte de
instituciones creadas para defender
la Reforma Universitaria un espíritu solapadamente un estado de cosas
adverso a la ideología entronizada to­
davía, pero caduca ya. Citamos tam­ que cede sin remedio al avance del
bién el concepto patriótico como una nuevo espíritu, se explica si se re­
de las ideas generales del sistema, y cuerda la serie de manifiestos conde­
afortunadamente, hechos recientes natorios lanzados por las federacio­
ahorran la demostración. nes universitarias desde la primera
hora de la Reforma.
La noción de patria ha sido suver­
tida por obra de los que se abrogan La forman el de la Federación
el derecho exclusivo de cultivarla e Universitaria Argentina, de 5 de ma­
imponerla. Hoy se encuentra ella tur­ yo de 1921 y el reciente de julio 27;
biamente mezclada con los intereses el de la Federación Universitaria de
del capitalismo, con los privilegios de Buenos Aires, de 19 de mayo de 1920
las clases ricas, y corre el riesgo de y el último de 20 de julio; el de la de
perderse en el derrumbe de la ideo­ Córdoba, de mayo de 1918, y el de la
logía que cede su puesto a la que trae de Santa Fe, de 9 de julio del mismo
la nueva generación. Signo inequí­ año. Por si todo esto no bastara, fres­
voco de estos graves males, es cierta co está aún el recuerdo de la reciente
Liga, fruto espúreo de una hora de asamblea patrocinada por el Ateneo
pánico burgués, que ha venido acu­ del Centro de Estudiantes de Dere­
mulando sus humores para expelerlos cho, donde la juventud universitaria
hoy y contaminar la conciencia na­ y el pueblo de Buenos Aires, sancio­
cional. naron el contenido e hicieron suyo el
La Reforma Universitaria está en espíritu que trasciende de aquellos
contra de ese sentimiento sombrío, documentos, mediante la palabra al­
faccioso y hostil que pretende impo­ tamente inspirada de Alfredo L. Pa­
ner la clase dirigente en agonía. La lacios.

— 61 —
VI gentina, quien se encargase de llevar
por América el soplo renovador. La
La Reforma Universitaria es un juventud peruana ha reivindicado
movimiento americano de la nueva nuestras mismas conquistas, ha ido
generación al pueblo y luchado con el proleta­
riado como nosotros, y para que na­
Creemos haber revelado—y quizás die nos diferencie, en mayo de este
esto se haga por primera vez— cuál año, en unión de los obreros, impi­
es la verdadera significación de la dió, aún a costa de la vida de un com­
Reforma Universitaria- Sus causas, pañero, que el presidente de la repú­
como hemos visto, son hondas, las blica llevase a cabo, en connivencia
fuerzas que la mueven de profundo con el clero, el acto inaudito de consa­
arraigo social, y sus efectos de tal grar el Perú al Corazón de Jesús.
trascendencia que apenas si comien­ Bolivia tiene en la actualidad estu­
zan a percibirse. En tal forma, con­ diantes presos y deportados; Ecuador
tiene los puntos de partida del pro­ presencia el 9 de octubre del año pa­
grama de la nueva generación, no ya sado una revuelta de los estudiantes
argentina, sino americana, tan am­ de Quito y Guayaquil, persiguiendo
plio es el impulso renovador que la propósitos de renovación universita­
anima. ria; Colombia ha reunido su primer
En Chile, la juventud universita­ congreso nacional de estudiantes en
ria está también en campaña desde Medellín, con hermosas declaraciones
1919. Lucha con un heroísmo inaudi­ sobre la misión de la nueva genera­
to y ha soportado estoicamente los ción, en un todo de acuerdo con nues­
desmanes y crímenes de la reacción. tro espíritu, y, en fin, para decirlo
Desmanes en el asalto y destrucción en síntesis, Méjico ha visto el primer
del local de la Federación de Estu­ congreso internacional de estudiantes,
diantes, y crímenes en la muerte de con la concurrencia de los argentinos,
Domingo Gómez Rojas, que expiró en donde se han hecho votos precisos
la cárcel, y en los vejámenes y perse­ “ por el advenimiento de una nueva
cuciones contra Santiago ¿abarca, humanidad” .
Pedro León Ugalde, Juan y Pedro Todo comentario resulta inútil. Ya
Gandulío Guerra, Julio Covarrubias se ve bien lo que es la Reforma Uni­
Freire y tantos otros dirigentes del versitaria. Ya puede apreciarse si fué
movimiento. El espíritu que anima su vano alarde el del estudiante cordo­
acción, es más radical y concreto que bés, cuando con el primer grito pro­
el nuestro, como resulta de las de­ clamó que los males lo eran de todo el
claraciones que sobre todos los proble­ continente y que “ la redención de las
mas del momento hizo la convención juventudes americanas sería su única
estudiantil, reunida por la Federación recompensa” .
de Estudiantes en Santiago, en junio
de 1920. Recordemos solamente el úl­ VII
timo párrafo: “ Para cooperar al
triunfo de estas aspiraciones, la Fe­ Conclusiones — La reacción
deración luchará por obtener la re­ Bien podemos afirmar ahora que la
presentación de los estudiantes en los Reforma Universitaria tiene la más
organismos directivos de la ense­ alta significación social e histórica, y
ñanza” . que, como decíamos al comenzar, se
En el Perú, la Reforma Universita­ incurre en un grave error cuando sus
ria es un hecho. No podía ser sino sostenedores la defienden solamente
Palacios, este paladín de la Idea A r­ bajo la faz de los Estatutos Universi­

— 62 —
tarios. Grave error porque estando ha visto, y lo ha palpado con dolorosa
en él, los nuevos que se incorporan a evidencia, y lo advirtió desde un libro
la campaña, pieitlen el norte que im­ cuando dijo, que las autoridades “ ante
pide la desorientación y no pueden la hermosa afirmación idealista de
compenetrarse de su hondo espíritu 1918 y 1919, se dedicaron a desviar el
renovador, que justifica el despertar movimiento estudiantil, procurando
de una nueva generación. Error peli­ aprovecharlo para fines políticos y
groso, porque la reacción busca de burocráticos, que nunca habían entra­
colocar el problema con aquellas li­ do en el pensamiento de sus promo­
mitaciones, para sacar provecho de tores” .
las fallas del nuevo mecanismo esta­ La demuestran, por lo demás, los
tutario.* hechos de la Universidad de La Plata,
No hay que aceptar la lucha en este los de la Facultad de Derecho de Bue­
terreno- El nuevo estatuto debe ser nos Aires y los de la Universidad del
mantenido intangible en su esencia, Litoral. Cuando se hace notar todo
porque él, con o sin fallas, es el arma esto, se dice la verdad, pero no toda
que la nueva generación se forjó para la verdad, porque la Reforma Univer­
cumplir su empresa; porque sólo con sitaria no fué el fruto de una baja ma­
el nuevo estatuto la Universidad po­ niobra política, sino el instrumento de
drá jugar el rol insustituible que le que se sirvió un caudillo para realizar
está reservado en la obra que viene una maniobra. Esto vale tanto como
a realizar la nueva generación. decir que aquélla nació y se formó an­
Dando su verdadera significación a tes del presidente Yrigoyen y que vi­
la Reforma Universitaria, se tendrá ve y vivirá después del presidente
una defensa formidable contra las Yrigoyen.
reaccionarios disfrazados hoy de re­ En último análisis, los universita­
formistas. Bien sabemios que ahora, rios reformistas pueden afirmar que
cuando ven el movimiento arraigado ningún mandatario argentino, pasado
en la conciencia colectiva de la juven­ ni presente, pudo ni podrá adjudicar­
tud, como una verdad inconmovible se jamás la paternidad del'gran movi­
e indiscutible, emplean otra táctica: miento, porque él es la expresión con­
proclamarse defensores de la Refor­ creta de una nueva idealidad ameri­
ma. ¿Queréis desenmascararlos? Sa­ cana ; porque siendo así, no puede ser
cadlos del terreno universitario y lla­ comprendido por nadie que no fuese
madlos a luchar por los postulados su creador; porque, en fin, la Reforma
sociales de la Reforma Universitaria. Universitaria es el fruto legítimo de
Entonces los veréis titubear, hacer la nueva generación, que concibió en
distingos, poner peros y defeccionar pureza, engendró con la inquietud
al fin vergonzosamente. misteriosa de la maternidad y dió a
La reacción se toma de una apa­ luz al conjuro del más alto ideal.
rente verdad del movimiento para El fenómeno social que se conoce
empequeñecerlo, y dice que la Refor­ por Reforma Universitaria, há cum­
ma Universitaria no es más que el plido el primer ciclo de su evolución,
fruto de la torpe maniobra política de en el que se gestara y orientara. Por
un ex presidente argentino. Y bien; eso lo hemos visto lleno de amplios
que la hermosa cruzada revoluciona­ principios, de vagas aspiraciones, a la
ria con que se iniciara la nueva gene­ vez que de reacciones instintivas. Su
ración, fué escamoteada en un momen­ contenido renovador está allí, vigo­
to por la mano hábil de un caudillo, roso, pero impreciso.
es cierto. El que estas líneas escribe lo En el segundo ciclo, que es el que

— 63 —
comenzamos a vivir, se resolverá en el mismas, desde donde deben realizar su
sentido de una síntesis de los elemen­ obra de reconstrucción, porque la uni­
tos, para concretar el estado primario versidad es el instrumento de que han
de sensibilidad, en cuerpo de doctrina, de valerse para llevar a cabo la mi­
en normas directrices, en fines deter­ sión que les impone la aparición de
minados, que conduzcan el gran mo­ una nueva era.
vimiento al estado de conciencia. El fracaso de la Reforma Univer­
La nueva generación, al destilar los sitaria significaría así el fracaso de
elementos creados por la Reforma la Nueva Generación, que ha nacido
Universitaria, va a encontrarse a sí en las aulas universitarias del conti­
misma y a producir efectos reales en nente arrullada por la voz del pueblo
el seno de la colectividad. Para ello y tocada hasta lo más íntimo de la
es menester conservar el dominio de la sensibilidad del momento histórico en
Universidad por medio de la ingeren­ que vió la luz. Si la hora de América
cia estudiantil en su gobierno; será ha sonado, el estudiante ha sido quien
necesario que los hombres nuevos con­ diera el aldabonazo a las puertas de la
quisten honradamente las cátedras humanidad.

- 64 -
ALCANCE SOCIAL DE LA REFORMA
UNIVERSITARIA
por
PEDRO A. VERDE TELLO
(argentino)

(1922)

A Universidad—dice José Inge­ libertad electiva de los hombres, no


L nieros— debe ser una escuela de
acción social adaptada a su me­
era posible, sin negar la evolución, que
la Universidad continuase conservan­
dio y a su tiempo. Nada tan extraño do no tan solo “ el rastro de la cul­
a este pensamiento fundamental, co­ tura medioeval europea” , sino tam­
mo la vieja Universidad. Fija en su bién la organización atrasada que len­
cuadro rígido e invariable, no se in­ tamente la conducía a la muerte, por
corporaba a las aceleradas palpitacio­ faltarle sabia vivificadora, por estar
nes colectivas de su época. Seguía en acosada por la decrepitud ideológica.
su inmutable veneración a las fórmu­ El viejo andamiaje universitario,
las arcaicas, rindiendo pleitesía y ho­ enclenque, incapaz de renovarse, so­
menaje a métodos consagrados a tra­ litario, convertido en una lejana isla
vés del tiempo. Su enmohecido engra­ social, representante de un pasado
naje no se veía mover ni por el soplo sin actualidad, sombrío, empezó a des­
innovador que en todas las manifes­ moronarse con lentitud, es cierto, pero
taciones de la vida orgánica de la so­ preludiando la proximidad de su des­
ciedad se operaban, ni por el desper­ aparición. Por eso que bastó el grito
tar violento de una nueva generación de rebeldía de la juventud dispuesta a
estudiantil. Una Universidad tan ex­ iniciar una cruzada en pro de la re­
traña a su tiempo tenía que, forzosa- novación de los valores de la Univer­
nente, resultar impotente para mante­ sidad para que se descubriera que en­
ner en la quietud a las fuerzas vivas vuelta en un ropaje delicado, impre­
que actuaban dentro de ella y que se­ sionista, de colores fascinadores, se
guían los flujos y reflujos de la agi­ encontraba una*momia, lo inanimado
tada marea universal. Si los regíme­ y sin vida, los intereses creados su­
nes políticos y sociales se transfor­ jetando a Prometeo, la Edad Media
maban al impulso de fuerzas y nece­ presidiendo a la Universidad del si­
sidades nuevas, coordinadas a veces, glo XX.
en armonía con un ideal social supe­
rior y enterraban las inadaptadas for­ La Juventud estudiantil y las causas
mas de gobierno que imponían el dog­ de la huelga
ma de los mandatarios de origen semi- I
divino, sustituyéndolos por los repre­ Córdoba, primero y Buenos Aires,
sentantes producto de la capacidad o Santa Fe y La Plata, después, se re­

— 65 — 5
helaron tesoneramente contra el es­ ra elegir a los directores de la Uni­
píritu retrógrado de la vieja Univer­ versidad, en todas sus ramas, los que
sidad, contra la vieja organización legislaban sancionando la obligato­
universitaria, contra la reacción que riedad de las asistencias. A los estu­
dirigía a las universidades del país. diantes se los excluía por completo de
Era necesario, indispensable, el va­ toda participación en la marcha de la
liente gesto de la juventud estudiosa. Universidad. Se les creaban deberes
Sin él, las generaciones venideras hu- y se le^ desconocían derechos tan
biéranse avergonzado recordando que elementales como son : intervenir en
cruzábamos la vida indiferente a las la elección de autoridades, asistir o
miserias que nos acechaban, sordos al no a escuchar clases de determinados
clamor unánime de moralidad, insen­ profesores y, en fin, transmitir a la
sibles a la necesidad imperiosa de Universidad iniciativas e ideas más en
romper moldes inadaptables que se concordancia con la generación pre­
oponían a exigencias de progreso in­ sente, teniendo más en vista las ne­
discutiblemente justas. Y a nosotros cesidades del porvenir.
a los estudiantes de la Universidad En la Universidad de La Plata, un
de La Plata, tanto como a los que más escándalo producido por la corrup­
nos correspondía dignificarnos, tra­ ción administrativa en una de sus
bajando para alejar males hondamen­ facultades, fué el toque de alarma que
te arraigados, consentidos durante hizo manifestarse las ansias de reno­
mucho tiempo y por lo mismo, difíci­ vación, que desde hacía tiempo venían
les de aislar. Y honroso es el decirlo: observándose aunque sin expresarse
en aquella hora cumplimos con nues­ nítidamente, con claridad de fines. El
tro deber. pasado había creado anhelos nuevos.
El profesorado sin capacidad, se vió
turbado de pronto. Si hasta ese mo­ II
mento había disfrutado del tranquilo
pasar que la indiferencia de los estu­ La ideología en el movimiento huel­
diantes le permitía, entonces se ini­ guista : Vínculo puramente
ciaba una nueva era con exigencias sindical
razonables. Los profesores no podían
continuar desvinculados de sus alum­ Los grandes movimientos de ma­
nos, circunscribiéndose a dictar sus sas que encontramos en el curso de
cátedras con frialdad y aires pedan­ la historia, en su mayoría — entre
tescos, sin despertar ningún interés o la minoría incluimos a la Revolu­
simulando capacidades muy discuti­ ción Rusa — han iniciado marchas
bles. Y asimismo, los profesores sin y luchas sin tener un ideal amplio y
ninguna autoridad moral ni intelec­ fijo que sirviese de guía. Y siendo
tual, mercadería averiada muchas ve­ así, es natural que los triunfos ha­
ces, debían rendir cuentas ante el tri­ yan sido aprovechados únicamente
bunal de la juventud* para aquilatar por los menos, sin disminuir las
su calidad, dando lugar a la compro­ miserias y los dolores de los más.
bación de si la aureola que ostentaban Estos han sido, en definitiva, casi
era la expresión de méritos o el pre­ siempre derrotados, por haberles fal­
mio al servilismo y a la complicidad tado la orientación ideológica indis­
con procedimientos repudiables. Y pensable que les hiciese comprender
bueno es consignarlo: muy pocos re­ la necesidad de asegurar el triunfo
sistieron el análisis. . . alcanzado. Lucharon en contra de
Sin embargo, ellos eran los en­ algo malo, pero no supieron en qué
cargados de orientar a la juventud, consistía lo mejor que anhelaban.
los únicos autorizados por la Ley pa­ En el movimiento huelguista estu­

— 66 —
diantil, encontramos la repetición de régimen político y económico presen­
la historia. La inmoralidad introduci­ te. ¿Es bueno o es malo éste? De la
da en la Universidad, los intereses respuesta surge lo que pueda ser y
creados unidos contra la juventud, representar la Universidad. Eso es
el espíritu viejo pretendiendo predo­ todo.
minar en una época nueva, los hom­ Desde luego, que se han obtenido
bres del pasado empeñados en no ver las reformas estatutarias que se de­
la urgencia de renovar a la Universi­ seaban y en procura de las cuales
dad, determinaron la unión, la for­ hubo de sostenerse una huelga que ha
mación del frente único de los estu­ dejado muchas buenas enseñanzas.
diantes para combatir lo que se sa­ Reconocemos que la Universidad ac­
bía malo, pero sin tener un concep­ tual puede mejorarse, aunque no mu.
to claro respecto a lo que había de cho. Y convenimos en sostener que el
implantarse luego de conquistado el hecho de que los estudiantes puedan
triunfo. ¿Y qué sucedió? Que la vie­ participar activamente en la elección
ja Universidad, debilitada por nues­ de las autoridades universitarias es
tro poderoso empuje, se derrumbó. más conveniente que no que se deje
Y fué así, porque todos estaban con­ librado a la voluntad exclusiva de los
testes en que había que hacer desapa­ profesores. Igual cosa decimos de las
recer todo lo malo que existía, a costa representaciones estudiantiles ante el
de cualquier sacrificio, aun cuando Consejo Superior y los Consejos Aca­
fuera precisa una constante y deno­ démicos; de la asistencia libre y de
dada lucha. ¿Pero sabíamos en qué otras pequeñas ventajas que se han
consistía lo que íbamos a obtener? Obtenido y que, sin duda, colocan a
la Universidad más en consonancia
III con la época en que vivimos. Pero de
aquí a emborracharse con la Reforma
¿Reforma universitaria o reforma de Universitaria hay una gran distancia.
estatutos 1 Los nuevos estatutos nos dicen, por
ejemplo; ‘Toda persona que lo solicite
No se ha llegado a comprender será inscripta como oyente en cual­
todavía en qué consiste la Reforma quier Facultad, sin más requisito que
Universitaria. Alrededor de ella sur­ la justificación del pago de los dere­
gieron graves apóstoles y defensores. chos respectivos’’. Este artículo es
A algunos de entre ellos ni les inte­ sencillamente admirable. Sobre él se
resa ni les preocupa las cosas que pue­ pueden hacer grandes disertaciones lí­
den suceder en la Universidad, y a ricas. Ya ha habido quienes las han
otros sí les interesa y les preocupa hecho. A nosotros nos hacen reír y
sobremanera, atribuyéndole infinidad no mucho.
de virtudes, llegando hasta pretender Se le quiere asignar un alcance so­
convencernos de que con ella no es­ cial que desconocemos. No sólo esa
tamos más que a un paso de la Re­ “ libertad de aprender” , aun otras
volución Social. Se trata de palabrerío fantasías, lirismo puro, engañifas pa­
hueco, de confusionistas deliberados. ra bobos. La “ libertad de aprender”
La Reforma en la Universidad no “ libertades” de la misma índole, son
es otra cosa hasta hoy que la refor­ para los trabajadores es una triste
ma de los estatutos. Y, por lo tan­ oronía, mal que les pese a los enamo­
to, si es dable reconocer que los nue­ rados de los rimbombantes articula­
vos estatutos, constituyen un paso dos. Con ese artículo y sin él, la Uñi-
hacia adelante, de ningún modo po­ versidad, no será frecuentada más
demos equivocarnos magnificando su que por los privilegiados económica­
alcance. La Universidad responde al mente, por los que puedan hacer uso

— 67 —
de la “ libertad de aprender” , “ sin más adolecen de fallas fundamentales, fa­
requisito que la justificación del pago llas que, innegablemente, subsistirán
de los derechos respectivos” . Y aun por mucho tiempo. .. Son precisos
aceptando la gratuidad de la ense­ cambios radicales. No en la Universi­
ñanza universitaria, ¿qué.'elnse de dad, sino fuera de ella.
gente puede, por disponer de tiem­ Es indudable que con la Reforma,
po, por no haber sufrido un desgaste si contamos con una juventud sana
físico extenuador, por encontrarse de cerebro y de sentimientos, animada
en condiciones de escuchar conferen­ por propósitos elevados, podremos
cias diarias, gozar de ese privilegio? llevar a cabo una obra más o menos
buena. La obra que todavía no se ha
IV realizado.
Y bien se puede repetir como una
Aplicación de la reform a: Su alcan­ aspiración: La Reforma “ habrá lle­
ce social nado su objeto si depura a las uni­
versidades de los malos profesores,
Hemos reconocido que se han re­ que toman el cargo como un empleo
formado los estatutos de la Universi­ burocrático; si permite — como su­
dad. Evidentemente lo conseguido es cede en otros países — que tengan
superior a lo que se ha desechado. acceso al profesorado todos los ca­
Por de pronto, con la representación paces de serlo, sin excluirlos por sus
funcional se marcan nuevos rumbos, convicciones sociales, políticas o f i­
puesto que si no se pueden “ dirigir losóficas; si neutraliza, en parte, por
y orientar los estudios universitarios lo menos, el chauvinismo y fomenta
de acuerdo con los intereses e ideales en los educandos el hábito de la in­
de todos los que enseñan y apren­ vestigación y el sentimiento de la pro­
den", desde que los gobernantes tie­ pia responsabilidad” . Llegar a conver­
nen interés en reducir a la Universi­ tir en realidad estas aspiraciones, se­
dad a “ un instrumento de dominación ría sin lugar a discusión, dar pasos
y de sometimiento, a una entidad de firmes y de resultados sociales fran­
hábitos y costumbres que comportan camente positivos.
la perpetuación del privilegio” , al me­ Cualquier otro alcance que se le
nos es posible evitar, que tomen cuer­ atribuya a la Reforma en la Univer­
po y se perpetúen dogmatismos e sidad es mistificar. En la Universidad
ideas rancias. no se soluciona el problema social.
En nuestra Universidad, la Refor­ En ese sentido, el camino a recorrer
ma, hasta el presente, muy poco ha no se encuentra en la Universidad, es­
cambiado la marcha de la enseñanza, tá fuera de la Universidad. Los es­
orientación y métodos. Los hombres tudiantes que se sientan solidarios con
son los mismos y si hay algunos nue­ la clase trabajadora deben confun­
vos, dejan bastante que desear. Los dirse en sus luchas y cooperar para el
programas no satisfacen, siempre triunfo de sus ideales.

— 68 —
LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA FACULTAD
DE DERECHO DE CORDOBA
por
ARTURO ORGAZ
(argentino)
(1922)

Q UIEN conozca, siquiera de oí­


das, la fuerza del lastre miso-
neista y, así en lo histórico co­
allá donde todo era infeliz despojo
dentro de sepulcro blanqueado por
mano recelosa y fiel.
mo en lo actual, las formas patoló­ A. cuatro años de aquel formidable
gicas de nuestro mezquino ambiente y único movimiento en que nuestra
mediterráneo, podrá explicar, (que es juventud y nuestro pueblo empeñaron
cosa distinta de legitimar), el recien- horas supernacionales, hay gentes —
tísimo movimiento — subterráneo, y universitarios en el simple y pro­
recalentado y huero — en contra de fesional sentido — que ignoran el
la Universidad reformada. significado ideal de la memorable ac­
Redimida de su trisecular atara­ ción y júzganla como una desorbitada
xia, la Universidad adquiere lenta­ gesta de “ muchachos locos anarquis­
mente, amplia y vigorosa fisonomía tas” y hablan, con aspavientos orde­
en su doble carácter de organismo nadores y “ serios” , de la furia di­
decente y administrativo, y marcha, solvente que se ha metido de in­
accidentadamente sin duda, «como to­ trusa en nuestras casas de estudios,
da potencia que sabe de porfiadas y de la crisis de la cultura y de otras
nada nobles resistencias, hacia un cosas con que se hacen bellas expre­
porvenir en que tendrá nuevo, glo­ siones, precisamente por aquéllos
rioso y fecundo sentido el lema de su que creen que la cultura sea opera­
ya ridicula heráldica teológico-colo- ción de modistos o de “ clubmen” , o
nial: “ Ut portet nomem meum coram las universidades una suerte de no­
gentibus” . Porque, desde largos años ria donde toda aspiración se agota en
— años en que el espíritu argentino el incesante voltear del anteojado ru­
fué un simple acueducto del desagüe cio. Bastárales a esos tales, advertir,
cultural europeo — hasta el año 18, salvando los necesarios (así, necesa­
la Universidad fué, apenas, para la rios) errores y desviaciones que toda
ciencia, un “ flatus vocis” que dijeran grande acció» apareja, que el movi­
los escolásticos, y sólo el supersticio­ miento universitario argentino repre­
so respeto que infunde una fecha — sentó una vigorosa onda de fresco y
1614 — repetida a manera de supre­ sano optimismo acerca de la suerte
mo argumento, pudo mantener la ilu­ del espíritu en el eterno combate, con
sión de una viva y palpitante entraña las inferiores potencias del hombre;

— 69 -
que la juventud galvanizó, brillante­ de los genios de La Tempestad sha-
mente, desde la humilde fibra del kespiriana-
pueblo embrutecido en la tarea sin Si Parménides, a estar a lo que la
redención, hasta la fibra por lo re­ leyenda dice, perdió la risa y se tor­
gular insensible de los servidores nó grave y melancólico en el antro
de la cosa pública; que el año 18 fué de Trofonio y recuperó la divina fa­
un espectáculo de inesperadas virtu­ cultad en Délos, en presencia de un
des para la sociedad argentina, habi­ informe peñasco que pasaba, a fa ­
tualmente sustraída a todo lo que no vor de la imbecilidad colectiva, por
sea el aflíjente sube y baja de los imagen de la diosa Leteo; pueblo y
trigos y los novillos; que el movimien­ juvent'id, que habían perdido todo
to universitario argentino (cordobés don de ideal a favor de las imposi­
por la sede geográfica, pero argentino ciones ambientes, lo recuperaron en
por la conjunción de energías en ac­ presencia de una institución si respe­
ción) fué a golpear con recia mano table por sus años, grotesca por su
los pesados portales de casas de es­ insolencia ignorante; peligrosa por
tudios extranjeras, en trance de en- su afán histriónico; ridicula por su
orgullo de cosa yacente... Y así co­
quistamiento; que la onda liberal e
mo Parménides rió de buen grado
idealista realizó en un bello instan­
frente al pobre y feo peñasco que sim­
te, aun no logrado por los juegos
bolizaba a una diosa, así nuestra ju­
de la diplomacia, la fusión de un solo ventud, en trance de histórica irre­
anhelo de los juveniles corazones de verencia, rió frente a una casa que
Sud América; que, en fin, hombres se pretendía “ alma mater” .
como Pi y Suñer, D’Ors, Goldschmidt
El foco del enquistamiento cultu­
y Vasconcelos, un poco sorprendidos
ral, la piedra de escándalo de la Re­
por la originalidad de la empresa,
forma, fué la Facultad de Derecho y
han hablado de la Reforma Univer­ Ciencias Sociales. Ella será el ob­
sitaria con respeto y simpatía, juz­ jeto de mi análisis hoy, ya que es
gándola una puerta abierta hacia los útil y, más, necesario, saber lo que
derroteros de una nueva y dinámica ella ha sido y lo que ella es. Queda­
cultura. Bastárales a esos tales, digo, rán, de tal suerte, en evidencia, la jus­
considerar todo eso y alguna circuns­ ticia fundamental del movimiento re­
tancia más que a su tiempo pudiera formista" y su primer fruto aun no
hacerse valer, para que, elevándose bien sazonado, en verdad, pero en
un poco por sobre los zancos de la progresiva sazón.
mediocridad, fueran capaces de avi­
***
zorar el horizonte colectivo, pleno de
inquietud y de soluciones de continui­ Bajo las pesadas bóvedas, un so­
dad, grave y hosco, como un impera­ por de siesta; en las aulas frescor de
tivo de alta idealidad que, necesa­ sotabancos; en la luz de los claus­
riamente debe germinar en las uni­ tros discurrir de sombras hieráti-
versidades. . Pero ya Salomón, el sa­ cas; en los espíritus, saber sin cu­
bio de los Proverbios, flageló por los riosidad y sin renovación; saber de
siglos de los siglos a los necios e in­ rumias tradicionales.. .
sensatos, enemigos de la cien cia.. . Y Tiénese por cierto — y por eso no
la estridencia de su voz tiene reso­ caeré en el mal gusto de recordarlo
nancias siempre actuales, como tiene en extenso — que la Facultad de De­
en la tradición de toda humana glo­ recho fué, en sus comienzos, escuela
ria, eterna realidad aquella oposición de teología para gente de tonsura;

— 70 —
posteriormente, conservando la esen­ de la reforma y soñarse, como los ro­
cia monástica y obtusa, fué semillero mánticos de la política rousseaunia-
de doctores, soplados y encapirotados, na, con un retorno al pasado. La re­
doctores ungidos en los remansos ho­ forma abrió la Academia convirtien­
rrorosos de la Summa y del “ jus na- do lo que fué canongía, torniquete,
turale” y famosos en las acrobacias cepo y panteón, en consorcio de ener­
dogmático-legales. A continuación, y gías inspiradas en la ascensión de la
siempre guardando celosamente la cultura. Ya no hay representantes
tradición teológica, se engolfó en las de la Facultad por una suerte de de­
disputas de orden metafísico y jura, recho divino; ya no es menester ha­
mientras se refocila con las encanta­ ber fosilizado el espíritu o haber
doras arrogancias individualistas del transijido con el estado de cosas tra­
derecho político, defender y propa­ dicional para entrar al gobierno de la
gar el dogma de la Inmaculada Con­ casa, ya la función no permite el ca­
cepción, compromiso solemne que cicazgo, la irresponsabilidad y el re­
contraían los graduados al pie de la troceso que fueron las característi-
retorta trisecular, en trance de par­ cias de los desbaratados cuerpos aca­
tirse para la vida ordenada, dirigi­ démicos; ya no pasea su insolencia
da, santificada y extinguida por ma­ vacía y estúpida ningún “ predestina­
gia de repiques y otras maravillas del do” , ningún “ consular” , ningún “ in­
ritual abracadábrico y sedante. tangible” . . . Aquella gente había tra­
Hasta el año 18, la Facultad de De­ tado de reproducir en lo universita­
recho era círculo cerrado de cienticis- rio la gerarquía netamente teológica :
mo tóxico; era bien guardada arca de lo eterno de la misión; lo inaccesi­
una cultura que jamás floreció fecun­ ble del solio; lo difuso y vago del am­
das páginas de verdad unida al cla­ biente; lo inútil de la organización
mor de los tiempos: alguna exhuma­ petrificada por una forma bien ca­
ción de códices, alguna inquisición de racterística de las situaciones deca­
estirpes, alguna memoria de anoni­ dentes. Y así pugnaron por mante­
matos, algunos secretos robados a la nerse contra el sentido democrático
ingenuidad y mal gusto coloniales; de nuestra vida pública; contra el sen­
algunos gruesos tomos que pudieron tido renovador que la naturaleza im­
servir entonces y hoy a lo sumo co­ pone ; contra la verdad relativa y con­
tingente que la ciencia enseña; contra
mo armas arrojadizas; algunos miles todo, hasta contra la hora que la hu­
de pesos lanzados a la marchanta pa­ manidad oía sonar en el cuadrante de
ra costear publicaciones, sin valor los siglos... Y cuando fueron arrojados
universitario algunas y otras que aun malamente, gimieron... gimieron... Es
esperan la vida. . . Eso ha sido, di­ lo único que haben y pueden hacer
cho dura pero sinceramente, la Fa­ quienes han practicado la v.ida como
cultad de Derecho hasta el año 18. un juego mecánico de groseras super­
Escuece pero consuela la verdad; por cherías.
eso se la teme más que se la ama. Véase lo que era la enseñanza en
Sólo habiendo conocido la natura­ la Facultad de Derecho irredenta.
leza de las extinguidas Academias, Pero ¿cómo hablar de enseñanza si
esas costras de inmortales, esos síno­ no la había, salvo alguna excepción,
dos de varones maestros en la ciencia constituida por profesor ilustrado?...
nada oculta de la simulación, esos Los catedráticos no desarrollaban las
“ fasci” de cráneos impermeables a asignaturas a su cargo; las desarro­
todo lo que no fuera el espíritu de llaban los estudiantes que, a veces,
cuerpo; puede discutirse el beneficio llegaban a superar en conocimientos

— 7 1 —
a los maestros. Esto ya resulta inve­ circunstantes esperan de aquel hom­
rosímil pero es de rigurosa exacti­ bre de reluciente calva o de promiso-
tud. Profesores había que eran abso­ ra frente, o de fieros ojos o de luen­
lutamente incapaces; algunos capa­ ga barba o de voz profunda o de enér­
ces jamás estudiaban de modo que gico mentón o de asimétrica faz o de
conservaban ideas, principios y orien­ extático semblante o de severo rictus
taciones retardados. Imagínese una o de importantes anteojos o de impe­
sala reducida, con una mesa de cáte­ cable jacquet, todos esperan — y yo
dra montada sobre una tarima; al también esperé, a mi vez — la reve­
frente varias hileras de escaños. Ha lada palabra de la ciencia arcana, el
sonado en el insomne reloj del pa­ fluir d,q la verdad escondida, la má­
tio, alegre con sus decorados colonia­ gica fórmula, el deslumbrante y per­
les, una hora de la mañana, cualquie­ suasivo torrente de la iniciación en el
ra. Un señor aparece por la puerta sagrado misterio del derecho.. . Es­
de la secretaría; distribuye algunas peran algo; mentes juveniles propen­
paternales sonrisas; pocos estudian­ sas a la esperanza y a la aventura
tes le rodean y se entra a bromas dis­ creen clase por clase, que la del día
cretas y reticentes; a la zaga se va es la señalada por el profesor para
un grupo más compacto y, por últi­ la feliz iniciación de su enseñanza,
mo, el bedel con su lápiz infatigable de su verdad, como él la entendía y la
y su voluntad de implacable cancer­ sentía, y quede establecido, hasta el
bero con paso oblículo, sigiloso y so­ fin del curso, ese connubio de alien­
lemne. Penetra el profesor en el au­ te, de laborioso entusiasmo y de fran­
la; monta sobre la tarima; se instala ca cordialidad, entre el maestro y el
en la silla magistral con cierto aire discípulo.. . Los días, empero, trans­
de superioridad, con cierta despre­ currían monótonos, insufribles, y el
ocupación que para los circunstantes año fenecía sin que aquel hombre,
resulta distinguido y de cierta fuerza que parecía o debía ser mentor, ilus­
sugestiva y mientras el bedel anota trador, forjador de juventudes, hu­
parsimoniosamente, tose a carraspea biera dirigido, instruido, forjado otra
y ésto, si cabe, aumenta la suges­ cosa que su mixtificación.
tión pues ya se sabe que los gran­ Porque — aunque parezca absur­
des hombres, los sabios y los acadé­ do — los profesores en su mayoría
micos, completan su figura cuasi su­ “ tomaban la lección” , como en la es­
perlativa con ronca carraspera o de­ cuela primaria, previamente señala­
licada tos que no pasa del tercer gol­ da en un textito que representaba la
pe; pasea su mirada, ora fatigada, suma y resumen de las posibilidades-
como de buey, ora centellante, como docentes. Se comprende que no había
de Júpiter, por cima de las testas in­ tarea alguna encomendada a la inves­
formes y confusas de los estudiantes tigación del estudiante, desde que fal­
que se han distribuido humildes y si­ taba la curiosidad y la renovación
gilosos, como feligreses en su santua­ en el espíritu del “ magister” . Los
rio, por entre los bancos constituyen­ exámenes, por lo tanto, eran de una
do frío conjunto de forzada atención rutina, de una identidad, de una pre­
y de íntima protesta disimulada por cisión inflexibles; eran brillantes, co­
actitud que se esfuerza en alcanzar mo brillantes son las descargas me-
los bellos relieves de la inquietud y moristas, porque nada tan fácil co­
que jamás sobrepasa los desespera­ mo engullirse un libro para preparar
dos lindes de la resignación. Luego, el examen de la materia y lo que
un instante de expectación. Todos los parecía fluidez y espontaneidad no

— 72 —
eran sino mecanización y mediocri­ dras, porque es no tenerlas carecer
dad; servilismo de la inteligencia, de profesores de verdad, que imponía
dogmatismo del saber, muerte de la la obligación a los cursantes de legi­
ciencia, sacrificio de la cultura, men­ timar, a los fines del grado, un sis­
tira universitaria. Había tal descono­ tema de burda mixtificación, concu­
cimiento, tal menosprecio de la cáte­ rriendo puntualmente y sin desmayo
dra, que, amén dé los textitos-biblia, a clases en -que nada se aprendía
los programas eran inmutables como puesto que el profesor era, por lo re­
que respondían al contenido exacto gular, un simple recibidor de leccio­
del libro tal o cual y algunos — no nes durante el curso y, a la postre,
es caricatura — eran el mismo índice un regocijante recibidor de exáme­
del libro dividido en bolillas!... El nes ; una escuela de derecho en que
horror por la ciencia, concorde con el profesorado suplente no cumplía
los imperativos de la vida, de la cien­ misión alguna, si no la de integrar
cia puesta al servicio de la renova­ tribunales, y se había reclutado en­
ción del ideal de la justicia y de los tre gente, si muy estimable por su
postulados y principios que lo tra­ condición de padres o hijos de fami­
ducen, era tal, que basta recorrer las- lia, ayuna de espíritu universitario,
publicaciones, oficiales, anteriores al reñida con toda preocupación intelec­
año 18, las tesis doctorales, las mo­ tual, reacia a toda manifestación del
nografías del vanidoso dilettantismo, pensamiento; gente en que no fal­
las revistas, etc., para descubrir el taba desde el seráfico colector de pa­
porfiado intento de divorciar, total parruchas con vistas a la erudición
y definitivamente, el destino de la co­ de ratón de archivo, hasta el analfa­
lectividad con el propósito de la cul­ beto brillante que se despachaba, al­
tura universitaria. Mientras la vida guna vez, una tirada de memoria a
renovaba sus cauces, rugía su desbor­ veces súbitamente interrumpida por
dada pujanza, exhibía su misterioso “ amnesia de papagayo” , a guisa de
desequilibrio, requería obreros de la disertación magistral cuando era lla­
paz común y expertos de la ruta ig­ mado a colaborar en la cátedra por
norada, la Universidad construía mandato reglamentario; se compren­
muros y más muros, abría fosos y derá sin esfuerzo, que la revolución
más fosos: muros contra la verdad universitaria fué provocada, prepa­
no podrida en sus infolios, fosos con­ rada y alimentada por tanta infatua­
tra los espíritus alzados por encima da mentira y tanta vacía arrogancia.
de las imposiciones de la rancia tra­ Si Córdoba, con su Universidad tri-
dición. Era como un armatost^feü- secular, era algo más que un recuer­
dal en medio del hervor democrático; do, ¿cómo se concibe que no existie­
era como un cuartel de inválidos en ra, fuera de sus muros, la fértil ex­
medio del campo de la vida del pen­ presión de la mentalidad disciplina­
samiento que, según ha dicho Rodó, d a ? .. Es un caso increíble pero exac­
sin el encanto de la contradicción y el ta: Córdoba no ha tenido revistas
a veces, demoledor entusiasmo, sería ni publicaciones valiosas, no ha fun­
monótono e insoportable como que dado, sin la anemia de un vástago in­
“ la discordia renacería del seno del feliz, instituciones culturales; sus
fastidio” ; era, en fin, quebradero y doctores no han escrito nada, nada
jibadero de caracteres y, como se al­ han producido, nada han dejad o...
canzará, desafío al más alto sentido A lo sumo, ha quedado de ellos un
de la libertad. buen caudal de anécdotas. . .
Una escuela de derecho sin cáte- La Reforma encontró las bibliote-

— 73 —
cas de la Facultad y la general en antes del 18. L,a farsa docente se pro­
lamentable retraso; los catálogos al­ longaba, qué duda cabe, en la farsa
canzaban al año 1914; los pedidos de de la prueba; ésta era la causa de
libros acusaban una incapacidad pa­ aquélla y . .. ¡ ahí estaba el veneno! Se
ra la cultura y una desinteligencia conocía una escala de promoción del
del momento vivido, insuperables. La cero al diez y se aprobaba el examen
situación de la biblioteca de la Facul­ obteniendo un punto. Nadie era re­
tad se ha prolongado, por debilidad probado: daba examen el sentido co­
y contemplación, después de la Refor­ mún, la información minúscula, insus­
ma; hice lo conducente por destruir tancial y homeopática. .. ¡ Ay, de la
ese resabio de la burocracia univer­ bestezuela que abrevara en otra cis­
sitaria ; no fué posible; las raíces eran terna que la señalada por el dedo in­
hondas. Con la recientísima organi­ falible de los sabios de T r e jo ! ¡ Ay, del
zación de la Sección Librería y Pu­ que abandonara la muleta del textito
blicaciones de la Facultad, se piensa y se echara campo a fuera con su per­
dar nuevo aliento a tan importante sonalidad apenas perfilada! ¡Anate­
aspecto de la reforma: las bibliote­ ma para ellos, anatema para el levan­
cas deben ser fiel expresión de la ca­ tisco, el pedante y el irrespetuoso!
pacidad y del empeño en que se vive. i Bendiciones, prestigios sociales, llu­
Pero en Córdoba se ha leído y se via de puntos y de elogios para el que
lee poco y aburridamente. Resultante fuera mansa arcilla en los moldes des­
de esa pobreza, de esa desnutrición gastados por el trabajo de las gene­
cultural, son también nuestras libre­ raciones perdidas para las supremas
rías que, hasta el año 18, han sido re­ lides del espíritu y ganadas para la
ceptáculos de cuanta momia biblio­ estéril porfía de los leguleyos!. . .
gráfica se conoce. Todavía no tene­ Recórranse los registros de exáme­
mos librerías en esta ciudad, pero des­ nes anteriores al 18 y se verá que por
de la Reforma Universitaria hay al­ excepción algunos examinandos apa­
gún movimiento en ellas; es caracte­ recen reprobados. . . Cuando la fau­
rístico de las ciudades de verdadera na estudiantil ofrecía el ejemplar de
y honda preocupación cultural las algún monstruo que hubiera demos­
bien servidas y noticiadas casas de trado mayor incapacidad que la del
libros de primera y de segunda ma­ patán del cuento, se resolvía, sobre­
no. Córdoba las tiene deficientes; todo si era pariente del Fulano o vin­
Córdoba carece de bibliotecas popu­ culado en alguna form a a la casta
lares valiosas; las muy pocas que hay gobm-nante o muchacho bueno, buen
son raquíticas; carece de centros cul­ “ luis" o buen escribientillo de alguna
turales importantes; las exposiciones oficina, darlo por no presentado y
de arte son raras y a veces fracasan así, aquellos graves doctores, daban
lamentablemente aquí; el teatro de por no sucedido un acontecimiento co­
ideas o de alta emoción carece de pú­ mo la Inquisición daba por no pro­
blico nutrido que lo hay, en cambio, bada una tesis herética. Semejante al
para llenar noche a noche, salas de Parlamento inglés que sólo no podía
espectáculo en donde no se sale del hacer de una mujer un hombre, los
cocoliche, del tango suburbano, del tribunales de exámenes llegaban has­
cabaret y la puñalada del bajo fon­ ta dar por no recibido un examen que
do. Esta es la verdad, desnuda y re­ lo había sido y con desventura. Se
luciente como una espada, mal que sabía: uno, dos y tres puntos eran
nos pese a los mediterráneos. notas de favor, de caridad. ¿ Qué con­
Veamos lo que eran los exámenes cepto podían formarse de la seriedad

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de los estudios, de la realidad de la cas . . . Y el pueblo, el noble pueblo
justicia, de la dignidad personal, es­ que amasa con su infortunio y su
tudiantes que debían quedar humilla­ desesperanza la vanidad imbécil de
dos por la merced de tribunales cris­ tanto doctor indocto, pasaba por
tianos que cuando no podían agraciar frente a la Universidad con el espan­
con una nota de aprobación otorga­ to reverencioso con que se pasa por
ban perdón y olvido con magnanimi­ la inmediación de un cementerio, en
dad reiterada, a las embajadas del medio de la noche estremecida por el
Dislate y de la Desfechatez?. . . ¡Así viento. . . Estaba, pues, dispuesta la
se preparaba serviles e’ ineptos; así escena para la revuelta magnífica.
se mataba a la juventud!. . . * * *
Eso sí: se enseñaba, bajo el nom­
bre de Derecho Público Eclesiástico ¿Qué hizo la Reforma?. . . ¿Hizo to­
buena suma de Derecho Canónico que do cuanto d eb ió?... ¿Qué debe ha­
imponía profesiones de fe inconcilia­ cer aún?. . .
bles con el espíritu universitario; se Se hizo mucho y esto no puede per­
enseñaba con el nombre de Filosofía donarse por los que asufructuaban
del Derecho el ridículo, metafísico, la Universidad como una ínsula pre­
absurdo y laberíntico derecho natu­ supuestívora; no se hizo todo lo que
ral, superándose apenas a Grocio y debió hacerse porque, aparte de ha­
a Thomasio; se hacía tragar a los es­ cerse a medias la renovación, desde
tudiantes como Economía Política, la primera hora del nuevo orden se
las barrabasadas del padre Liberato- experimentó la sensación de una sub­
r e ; se hacía historia de las institucio­ terránea corriente que perturbaba la
nes representativas con el librito labor serena de reconstrucción- Hay
abrumador de Stevens; se intentaba mucho que realizar aún. Contra la
el estudio del derecho público general diatriba, la falsedad, la alharaca
con el undoso, mal traducido, deses­ reaccionaria, debe la voluntad refor­
perante e inactual Bluntchsli, terror mista mantener su tensión con fir­
de mentes diáfanas y aladas; se son­ meza y contestar al agravio mezqui­
reía despectivamente ante la Sociolo­ no, la la impostura despechada, al
gía y se la declaraba ridicula y dis­ afán oscurantista, a la impotencia
paratada; se hacía de las funciones hecha recua, con la obra progresiva
de tesis verdaderas simulaciones y ri­ de afianzamiento cultural que fué la
diculeces; se hacía de la colación de razón íntima del movimiento del año
grados, acto severamente académico, 18. No se caiga en la ilusión de todas
una simple bullanga mundana y tri­ las revoluciones que se pretenden
vial ; se caía, año tras año, en la cuen­ círculos cerrados de acción donde
ta de que para continuar en tan dul­ mueren por asfixia la más altas con­
ce vida de irresponsabilidad y de cepciones. Hágase la reforma progre­
abulia, había que dar gracias a la siva: la vida se dice que “ es” sólo
Purísima Concepción visitándola en por una cómoda convención; la vida
la casa de al lado entre estertores de no “ es” nunca.
órgano, fumadas de zahumerio y cen­ Fué inspirada la Reforma por el
telleo de luces, todo lo cual era cos­ ansia de renovación total: renova­
teado, como anexo de la enseñanza, ción de hombres en las funciones di­
por el tesoro universitario que no ol­ rectivas, renovación de la cultura em­
vidaba pagar cirios, flores de papel pedernida ; porque no sólo era de pie­
y sermones truculentos, pero olvida­ dra la casa sino, por simpatía esoté­
ba la adquisición de obras científi­ rica, de piedra la gente que la pobla­

— 75 —
r a ; renovación de los métodos necia­ rar el viejo feudo universitario, con
mente escolarescos por los liberales sus prebendas, sus penumbras, sus
que exige la verdadera misión cien- lacayos y sus señores, su desvergon­
ficc-profesional. zada ignorancia y su insaciable lo­
Contra las Academias vitalicias y grerismo, y la juventud envejecida,
autonombrables, quedó establecida la ajada, inservible para otra cosa que
periodicidad de la función, por una para enriquecerse sofisticando el de­
parte, la necesaria rotación de los recho y rindiendo homenaje al siste­
llamados a desempeñarla, -por la otra ma de la lujuria y de la jerarquía,
y, salvando los escollos de la ley Ave­ no es posible discutir: aquélla es la
llaneda, para evitar que los Conse­ verdadera, la sana, la victoriosa ju­
jos Directivos se alimentaran de su ventud, con todos sus errores pero
propia carne, se estableció la pro­ también con todos sus entusiasmos
puesta de candidatos por la Asam­ generosos y sus fecundantes rebel­
blea Constituyente. Contra la preocu­ días. Los pueblos sin juventudes se
pación jerárquica heredada de las han suicidado en la inicua insolven­
monarquías y de los cánones según la cia del corazón; son conglomerados
cual venía a tenderse un abismo de abyectos movidos por brutales egoís­
autoridad [entre profesores y estu­ mos.
diantes, se reconoció el derecho de Contra la cristalización de los
éstos a participar en el gobierno del maestros, se establecieron, por una
Instituto, juzgándose que la colabo­ parte, la asistencia libre y, por otra,
ración juvenil es útil toda vez que los la cátedra libre. Esta última innova­
estudiantes son tan universitarios co­ ción aun no ha dado frutos en la Fa­
mo los profesores; que la autorid?. cultad de Derecho, pues los abogados
no puede fundarse en la distancia ar­ no están dispuestos a empeñar es­
bitraria e idiota de años, y en la va­ fuerzos sin la esperanza de que les
na prepotencia sino en el prestigio del sean pagados la fiebre profesional ha
profesor que, precisamente, se conso­ podido más que la ilusión de una glo­
lida con el trato amistoso, sincero y ria íntima y realmente humanitaria.
ejemplar con sus alumnos, advirtien­ En cuanto a la asistencie libre, cons­
do en ellos la simiente aun salvada tituyó el punto severamente castiga­
de los deterioros de que son causa los do por la reacción en todo momento...
intereses creados y que se traducen ¡Hay profesor, que hace poco decía
en odio al pensamiento libre y en amor a los alumnos que era su ideal el re­
al quietismo desnaturalizador de todo greso a los tiempos en que se desig­
ideal. La función asignada a los es­ naba al estudiante una lección para
tudiantes viene a ser de control. Ellos ser preparada en un texto; la respon­
podrán equivocarse, es claro, la infa­ sabilidad del profesor estaría en !a
libilidad ha debido resolverse como elección de un buen texto!. . . desco­
dogma, es decir, como santa menti­ nocimiento tan alarmante de lo que
ra, pero mientras no se equivoquen deben ser los estudios universitarios
mantendrán la sagrada inquietud de que demostraría en el profesor pro­
la renovación que es un índice augus­ pugnante, falta total de espíritu do­
to de la verdadera vida. Entre la al­ cente y exceso de espíritu rutinario.
tivez de la juventud capaz de mar­ La asistencia libre estimula al pro­
car con su desprecio a los simulado­ fesor estudioso y consciente de su
res del talento y de la cultura, capaz responsabilidad. Hay diferencia en­
de hacer sentir su voz enérgica fren­ tre los auditorios estudiantiles de an­
te a las tentativas dirigidas a restau­ tes de la Reforma, masas informes de

- 76 —
aburridos muchachos que maldicien­ mana, habrá aprendido, desde el au­
do y bostezando penetraban al aula, la, a dirigir su libertad, a fortificar
forzados por la consigna reglamen­ su ética, no por el temor que envile­
taria, bajo la amenaza de las treinta ce y relaja sino por una suerte de
faltas que los reducía a la condición imperativo categórico emancipador y
de libres en el curso, para escuchar a dignificante; aprenderá y compro­
un compañero que, desganadamente, bará que el esfuerzo más digno es
desarrollaba como un mecanismo in­ aquél donde tiene menos entrada la
genioso algún tema prefijado y al coacción; aspirará a realizar en toda
profesor que, a la postre, daba vuelta esfera ese sistema de libertad que en
de atrás para adelante y de arriba sus juveniles años le deparó Ja satis­
para abajo, lo que aquél había dicho; facción de sentir la noble sugestión
y los auditorios espontáneos de hoy, del deber; no temerá que la libertad
conscientes de la utilidad que repor­ sea fuente de abulia como lo es, cier­
ta la asistencia, curiosos por la pa­ tamente, la coerción y el temor y, así,
labra del profesor que aparece a sus habrá logrado ser el padre de su vi­
ojos con bella aureola en la doble fun­ da: su vida será la resultante del
ción de enseñar y de señalar el cami­ amor a la libertad, del orgullo de la
no del deber científico; y que, des­ propia personalidad.
pués de la clase, rodean al profesor, En el hecho los estudiantes asisten
no en baja comparsa de adulonería, a clase; no se han visto — sino en ca­
“ para que el profesor los conozca” , sos excepcionales de huelga — las
según se estilaba antes, sino para aulas desiertas, amenaza que se ha­
conversar sobre la lección del día, cía con fervor de profecía al discu­
aclarar algún concepto, ampliar otro, tirse la Reforma por todos aquellos
estableciendo así esa colaboración que tienen de la vida un concepto me­
simpática que reconforta al maestro cánico y subalterno. Conozco profeso­
y estimula al discípulo- res (buenos profesores, bien enten­
La asistencia libre tiene para mí dido) que fueron teóricamente ene­
un valor que excede a los límites de migos de la asistencia libre y que hoy
la vida estudiantil; Kierskegaard ha se confiesan partidarios, aunque con
dicho: “ Es menester que cada hom­ retoques y complementaciones, segu­
bre sea el padre y no el tío de su pro­ ramente saludables. Será honor in­
pia vida” , es decir, que realice su signe haber enseñado a otros países
misión en el mundo de la libertad y que se envanecen de superior cultura
no en el de la necesidad. La pedago­ este resorte de libertad y de volun­
gía ha sido, generalmente, enemiga tad.
de la libertad; tanto hurtar a la es­ El modo de hacer necesaria la con­
pontaneidad del educando la reducía currencia no es el bedel sino la ilus­
a un pobre desecho del deber. Creo tración del profesor unida a la serie­
que hemos dado un gran paso hacia dad de las pruebas finales.
la dignificación del estudiante y ha­ La enseñanza hoy en la Facultad
cia la estabilidad del buen profesor de Derecho, en general, es una ver­
(sólo del bueno) con la asistencia li­ dad viva; los profesores se ven esti­
bre. Prescindiendo de los motivos de mulados a trabajar, asisten con re­
índole meramente universitaria que gularidad a su aula y cumplen su ta­
se han tenido en vista, percibo vir­ rea dando todo cuanto pueden. Tiene
tud más amplia en esa innovación. realidad, pues, el verbo enseñar que
Esta: el estudiante, futuro hombre antes yd lo he significado, estaba
en toda la amplitud de la escena hu­ equiparado al verbo “ rumiar” . Los

— 77 —
programas revelan la actualización tural del país abandonar la tarea en
de la ciencia, no están calcados en ín­ mitad de la jornada con gesto de des­
dices de manuales; acusan criterio encanto o de renunciamiento. Hoy co­
docente, significan la verdadera po­ mo antes. Entonces, es verdad, en
sibilidad del curso y no la reiterada medio del fragor de las pasiones desr
farsa de programas eternamente in­ encadenadas; ahora, felizmente, en
completos y nominales. la serena esperanza de la impercep­
La Reforma, en síntesis y sin de­ tible obra; siempre, es necesaria la
tallar, ha hecho todo eso. Es verdad acción; porque para no coronarla dig­
que, como toda obra colectiva, tiene namente hubiera sido preferible no
sus purítos vulnerables, sus desgana­ iniciarla.
* * *
dos servidores, sus defectos, no im­
putables precisamente a la reforma En la Facultad de Derecho hay
sino a lo que de la vieja y despresti­ mucho por hacer. Debe complemen­
giada Facultad ha sido conservado tarse la asistencia libre con un siste­
por aquello de que en todo movimien­ ma de capacitación del estudiante pa­
to revolucionario se proclama la vio­ ra la Investigación científica; es ri­
lenta ruptura con el pasado y sin em­ dículo pensar que se agotan los pro­
bargo en buena parte se lo recibe mis­ pósitos de las cátedras en el de que
teriosamente, pero es indudable — y los estudiantes rindan exámenes; es
he tenido la satisfacción de oirlo así menester que aprendan, y esto sí que
a algunos viejos y buenos profesores es imprescindible, a estudiar, a inves­
que la Reforma ha respetado — que tigar, a requerir su incipiente perso­
el movimiento del año 18 ha servido nalidad, colaborando así con el profe­
de mucho, ha sido imprescindible, ha sor. La tarea de éste no basta; si se
realizado no poco bueno y si se quie­ ha reconocido que la vida universita­
re perfeccionar la Reforma, rectificar ria está formada por el afán común
algún error deslizado, ajustar algún y sólo de diverso grado e intensidad
engranaje débil, retocar el conjunto, de profesores y estudiantes, deben és­
será salvando estos principios funda­ tos también ser iniciados en la per­
mentales que fueron las finalidades sonal responsabilidad de la investi­
básicas de la acción: la periodicidad gación. A eso responden los semina­
de las funciones directivas, la parti­ rios pero, mientras llegan, pueden
cipación de los estudiantes en el go­ concebirse medios más simples.
bierno representativo, la asistencia Debe procederse a una revisión
libre, la cátedra libre. prolija de las ordenanzas que con al­
Los que fuimos actores en aquella guna precipitación reconstructiva se
magna lucha del ideal colectivo, aco­ han dictado abundantemente desde el
gido por el generoso corazón de la ju­ 18 a la fech a; modificar preceptos re­
ventud y el pueblo, contra el miso­ glamentarios en puma con los Esta­
neísmo colectivo encastillado en los tutos, simplificar la legislación par­
hogares de atmósfera enrarecida por ticular, porque las muchas leyes y
el tóxico dogmático y en las clases reglamentaciones no son, por desgra­
privilegiadas por la cuna o la faltri­ cia, manifestación de mejor y más
quera, siervas de la tradición enfer­ perfecta vida. Debe emprenderse la
miza y claudicante; sabemos que no coordinación de los programas a fin
se ha realizado todo cuanto se pensó, de evitar las superposiciones, tarea
que es menester persistir en el em­ en parte realizada hace algo más de
peño inicial, que sería traición a la un año y que es susceptible de mejor
causa abrazada de la elevación cul­ ajuste.

- 78 -
Es indispensable revisar el plan cipitación, la audacia inconsciente, la
de estudios vigente desde la Refor­ incoherencia y el sentido netamente
ma y que, en mi concepto, es pasible egoísta de los mismos. Se ha encon­
de serias reformas. Pienso, por ejem­ trado útil multiplicar las épocas de
plo, que es imposible situar el apren­ recepción de exámenes desnaturali­
dizaje de la Economía Política en zándose las pruebas, el aprendizaje
primer año; que no tiene sentido uni­ y el ideal de cultura. Contra esto hay
versitario la orientación actual de la qué reaccionar; esos abogaditos “ pro­
Filosofía General, aparte de que es digios” , recibidos en año y medio o
asignatura impracticable y estéril dos y medio constituyen un peligro
para alumnos de primer año. Que se para la vida profesional y son un se­
dá excesiva amplitud a materias co­ rio enemigo que se echa encima la
mo Derecho Romano, Legislación de propia Universidad. Tendiente a re­
Minas, Derecho Público; que asigna­ parar esa situación inconciliable con
turas como Filosofía Jurídica deben uno de los sanos principios que ins­
preceder a Sociología y no a la inver­ piraron la Reforma (seriedad y au­
sa, según se halla establecido; que toridad en los estudios) he propues­
sobran especializaciones como Regis­ to una disposición en el proyecto de
tros e Instrumentos Públicos que, su­ reformas al Estatuto, que he presen­
primida, permitiría agregar un curso tado a la consideración del Honora­
de Derecho Civil con la desconges­ ble Consejo Superior; según ella, se
tión consiguiente de los cuatro actual­ exigiría un mínimo de tiempo para
mente establecidos; que deberían cursar las carreras universitarias
crearse asignaturas como Criminolo­ igual a las dos terceras partes del
gía e Historia de las doctrinas eco­ número de años o su equivalente en
nómicas; que debería, para Notaria­ meses en que estén divididos los pla­
do y Procuración, hacerse obligatorio nes de estudios de las respectivas ca­
el curso de Introducción al Derecho y rreras ; esto es, cuatro años para de­
a las Ciencias Sociales, pues de otra recho, dos para notariado y un año
manera se hace difícil la misión para y un tercio para procuración. Todo,
los profesores de esas escuelas. salvo el caso de reválida y el de ex­
En fin, múltiples tareas urge em­ cepcional preparación de un cursan­
prender en el orden particular de la te que la demostrara con trabajos de
Facultad de Derecho y no me entre­ mérito personal, a juicio del respec­
tengo en el aspecto administrativo tivo Consejo. No sólo evidentes razo­
porque dilataría abusivamente para nes de carácter universitario sino
el lector estas consideraciones dicta­ hasta las exigencias del gradual pro­
das por un sincero propósito. Sin em­ ceso de saturación de lo que llama­
bargo, tocaré un punto importante ríamos el mercado profesional, hacen
que empieza a explotarse con juicio impostergable la medida propuesta.
superficial y precipitado; me refiero De lo contrario, el proletariado pro­
a los resultados de las pruebas. Ante fesional habrá destruido todo presti­
todo, es evidente que hay que elegir gio para las universidades que deben
entre una Facultad de Derecho que ser institutos de selección, no en el
prepare para dar examen y una Fa­ sentido de la jerarquía social ni en
cultad de Derecho que, sin perjuicio otros igualmente ridículos, sino en el
de recibir exámenes como correspon­ de la aptitud intelectual y profesio­
de, prepare para la alta cultura cien­ nal.
tífica. Se ha confundido por algunos, Hoy, en la Facultad de Derecho se
la libertad de los estudios con la pre­ rechazan exámenes sin consideración

- 79 —
de ninguna especie a situaciones so­ der estudios universitarios se nece­
ciales, políticas ni de índole siquiera sita algo más que tener un padre va­
de política universitaria. Constrasta nidoso, o una novia exigente o una
esta severidad, sin duda necesaria, tozudez de bestia. Y veremos, enton­
con aquellas pruebas de la vieja Fa­ ces, que las universidades se descon­
cultad en que ningún control serio, gestionan de tanto “ condenado a es­
ninguna circunspección, podía exis­ tudiar'” y los campos se pueblan de
tir. De este hecho selectivo se pre­ “ sembradores de papas” , que dice el
tende deducir que hoy no se estudia adagio. Sería verdad universitaria
en la Facultad y, por lo tanto, que aquello d e : “ Al que natura no dá, Sa­
la reforma se ha equivocado. La po­ lamanca. no presta.”
blación de examinandos es, desde el * * *
año 18, mucho m ayor: el 17 y 18, los
estudiantes de derecho alcanzaban Lo que no debe olvidarse es la mi­
talvez a doscientos; después han os­ sión de nuestra Facultad de Dere­
cilado entre trescientos cincuenta y cho y Ciencias Sociales. Su propia
trescientos ochenta- Aparte esa cir- designación ya significa un compro­
cunsancia, los estudiantes de hoy es­ miso con el país: doctores en derecho
tán realizando, por razón de la Refor­ y ciencias sociales deben ser indivi­
ma, un formidable proceso de adap­ duos versados en la legislación posi­
tación que los que estudiamos en la tiva y en los problemas económicos,
vieja Facultad ni siquiera podemos políticos, etc., que acompañan a toda
imaginar. Primer aspecto de ese pro­ expansión colectiva. Hoy nuestros
ceso : la asistencia libre que exige un egresados no son doctos en ciencias
esfuerzo consciente y enérgico para sociales: apenas cursan Sociología y
contrariar la ley del menor esfuerzo Filosofía Jurídica que, abarcando un
que está en la base de toda actividad año, se comprenderá sólo pueden ser
humana. Segundo aspecto del mismo elementales. Existen en lo económi­
proceso: los estudiantes ya no pue­ co, en lo político, en lo financiero, en
den concurrir a examen con las san­ lo jurídico, pavorosos problemas ca­
cochadas verdades del librito tal o paces de comprometer la paz públi­
cual. Tienen que espigar aquí y allí; ca y, sobre ellos, los estudios univer­
tienen que hacer apuntes de las cla­ sitarios hasta hoy echan manto de
ses del profesor, saltar de una pá­ ignorancia como si la ciencia fuera
gina de un libro a otro, de una ver­ otra cosa que un milagro sistemático
sión a una de las varias obras que de la vida misma. Si nuestra Facul­
cada asignatura exige; estudiar unas tad no hace aún obra dinámica, le
veces en casa, otras en la biblioteca; pertenece, en cambio, en un no re­
formar criterio propio sobre lo que moto pasado la insigne vergüenza de
se estudia realizando labor de sínte­ haber sido sus profesores, sus docto­
sis, siempre compleja, y hacer mate­ res, quienes acaudillaban multitudes,
ria para una exposición larga, con­ que en nombre de la patria y de la
trolada, seria. Como se vé, no hay religión, pretendían Hresisfir la re­
que sorprenderse del fracaso de mu­ forma de las leyes de matrimonio y
chos en los exámenes; al contrario, de registro civil.
eso quiere decir que hay muchos que Nuestra Facultad debe conciliar el
no tienen capacidad o vocación para aspecto profesional con el desintere­
la vida universitaria y esos fracasos, sado y superior de la cultura porque
a la larga, producirán la aspirada se­ los hombres si han menester de un
lección y enseñará que para empren­ arma para abrirse paso a través de

— 80 —
la maraña de los intereses, tienen lo económico y en lo político y hasta
que cumplir una misión social, sino en lo doctrinario, en el tribunal su­
con la amplitud heroica que preten­ premo de la opinión pública que, cris­
diera Marco Aurelio, a lo menos con talizando, se traduce en la realidad
la generosa decisión que es como el histórica de las porfiadas justas; no
efluvio lógico de la dignificación del hay más pleitos que los de los expe­
espíritu. Lo he dicho muchas veces; dientes; no hay más justicia que la
profesionalmente, todo egresado ha de los códigos; no hay más sugestión
de ser requerido para tutelar el dere­ que la de los copiosos honorarios?.. .
cho desconocido, menoscabado, o sim­ Seamos abogados y percibamos hono­
plemente amenazado, en los debates rarios, bien está; pero no olvidemos
judiciales, con el arma de la ley y el que la justicia, el derecho, la verdad,
desiderátum de la justicia. Pero, ¿no la ley, viven en el vasto escenario de
hay, acaso, en la vida de los pueblos, la humanidad como fuente de glorio­
pleitos seculares trabados entre la so­ sa actividad y que ser universitario,
berbia omnipotente y arbitraria y la en la integral acepción, significa ser
humildad sojuzgada y envilecida; no soldado del derecho y de la justicia en
se debate el principio de justicia en todos los campos de acción.

— 81 -
CONCEPTO FUNDAMENTAL DE INGERENCIA
ESTUDIANTIL
por
CARLOS COSSIO
(argentino)

( 1923)
serie inconexa de instituciones que
LAnes
Reforma requiere dos condicio­
que llenan toda su ideología;
la ingerencia de los alumnos en
no brindaban de por sí respuestas su­
ficientes a las preguntas certeras de
la vida de .la Universidad y el desa­ la reacción. En otros casos, como en
rrollo integral de la personalidad hu­ el de asistencia libre, según veremos
mana en los sentidos ético, estético y a su tiempo, la idea se desvinculó to­
científico; el primero es el concepto talmente del medio de realizarla con­
básico de la Reforma con relación a la cluyendo de ese modo un esfuerzo con
Universidad misma, y el segundó es una hibridez que amarga y perjudi­
el principio fundamental con relación ca. Ahora, pues, voy a desenterrar
a la sociedad dentro de la cual la Uni­ de la confusión de estas instituciones
versidad vive. yuxtapuestas, el principio fundamen­
El primer principio, que es el ob­ tal que es el único que pueda reunir­
jeto de este capítulo, es el que ha re­ ías en un sistema que satisfaga la ne­
concentrado casi toda la atención de cesidad lógica y práctica de la vida,
los elementos universitarios del país, poniendo entre ellos una relación de
habiendo sido llevado a la lucha co­ causalidad, no de una respecto a otra,
mo bandera gloriosa con demasiado sino de todas directa e indirectamen­
apresuramiento porque hasta ahora te, respecto al sentido económico y
nadie ha sistematizado suficiente­ ético del principio, porque únicamen­
mente su contenido, lo que ha sido te de esta manera podremos dar a
causa de que se olvidara que es un cada modificación del régimen uni­
principio económico y ético que abra­ versitario su justo valor.
za todas las manifestaciones de la Es un hecho imposible de negar
vida universitaria, para no ver más que, así como la mayoría de los estu­
que los mecanismos o medios prácti­ diantes y profesores está desconfor­
cos por los cuales dicho principio de­ me con el modo como la Reforma se
be trasuntarse en beneficio social. ha llevado a cabo y repudia sus resul­
Por esto el concepto fundamental de tados, así también todos los estudian­
ingerencia no ha aparecido en nin­ tes y muchos profesores reconocen
gún momento como una construcción la imposibilidad de volver al sistema
ideológica capaz en su fortaleza de imperante hasta 1918, porque este
vencer las objeciones sino como una sistema tenía por característica la

— 82 —
desvinculación absoluta entre la fa­ el producto de la ambición personal o
cultad y los alumnos. La participa­ de la política degradada, es un espí­
ción de los alumnos era menos que ritu ofuscado que se ha parado en la
una participación pasiva, era un sim­ superficie del movimiento y no ha
ple deslizamiento de año tras año, de descendido a su esencia misma. Es
curso tras curso; era la pasta que verdad que esos vicios y otros mu­
entraba por un tubo a una máquina chos peores han hecho presa de él, pe­
y salía por otro más o menos elabo­ ro este hecho indudable es un estado
rada sin haber sido ningún resorte o de ánimo social que proviene direc­
engranaje en dicha máquina; era na­ tamente del progreso del país, siendo
da más que el plantel indispensable algo distinto de los pecados que con
de alumnos para que los profesores él se nos presenta, como es distinta
tuvieran a quienes enseñar; era el de la pulpa de la fruta en descompo­
conjunto insustituible de examinan­ sición la semilla propicia que en el
dos sin el cual no se justifica la exis­ interior espera un cambio de am­
tencia de una mesa examinadora. El biente para convertirse en árbol.
alumno no participaba de los proble­ La solución del problema que plan­
mas de la Universidad, el alumno no tea este hecho, o como más arriba de­
aunaba al de los profesores su es­ cía, la refundición del alma estudian­
fuerzo en el cumplimiento de los fi­ til en el alma universitaria como par­
nes de la enseñanza superior, aunque te de la misma, es obra exclusiva del
era sobre él mismo que se imprimía concepto fundamental de ingerencia
el cuño de futuro profesional como entendido en la forma y con el al­
si el alumno universitario no tuviera cance que luego señalaremos en sus
completamente desenvuelto su senti­ rasgos generales, porque antes es ne­
do moral, su aptitud para distinguir cesario mostrar los fundamentos eco­
lo malo de lo bueno; el esfuerzo del nómico y moral del principio.
estudiante se concretaba a lo más a Si alguien negara el derecho de
estudiar mucho y sacar apuntes, rea­ los alumnos a ser una fuerza viva en
lizando así un esfuerzo sin ninguna el interior de la facultad, niega el
trascendencia social inmediata e in­ fundamento ético de la Reforma y
voluntariamente egoísta, poro que ese niega al mismo tiempo la función so­
esfuerzo no salía de su persona; co­ cial que a la universidad le hemos
mo si los alumnos considerados como asignado, pues esta función no podrá
un conjunto no debieran ser tam­ llevarse a cabo en debida forma si
bién una fuerza viva en el alma de la ella no tiene la dirección resultante
facultad que en medio de la mayor de la armonía de todas las fuerzas
armonía sea como un nuevo engra­ que mueven la universidad. Contra
naje que ayude con su impulso la bue­ estas personas la discusión es impo­
na marcha del total. sible ellas; no aceptan el fundamento
Es contra este estado de cosas que moral básico, sea porque el cambio
se siente como algo indispensable la las hiere en sus intereses o porque
necesidad de hacer del alma estudian­ una observación superficial de los
til una parte del alma universitaria. hechos no les ha permitido ver el fon­
Es este vago deseo que, como un ins­ do del movimiento social que signifi­
tinto que es, flota y agita el ambien­ ca la situación de hecho puesta de re­
te universitario de la república, pues lieve más arriba, estos hombres cons­
por no haber hallado aún su expre­ tituyen la reacción deshonesta en el
sión objetiva anda en inestable equi­ primer caso y honestísima en el se­
librio buscando su consolidación. gundo.
Quien vea en este hecho únicamente El fundamento ético estaría, pues,

- 83 -
concretado así en sus dos fases: el so, y ello sólo se conseguirá cuando
derecho del núcleo de estudiantes a una ley le dé un alcance fijo que la
participar de un modo activo en la armonice con el movimiento total.
vida de la universidad en el cumpli­ El segundo fundamento económico
miento de sus fines y la conciencia de deriva directamente del completo des­
la responsabilidad que de esto deriva arrollo ético del estudiante universi­
en la medida que le corresponda. tario. En la universidad, aunque los
Si alguien dice: ¿y el electoralis- jóvenes van a aprender, están en con­
mo enfermizo? Este es un vicio que diciones de aceptar por bueno o re­
se ha presentado con la Reforma, pe­ chazar por malo lo que se les enseña,
ro que no es la Reforma; una mala igual que el profesor universitario
reglamentación no puede hacernos ante la enseñanza de algún Maestro
abandonar un principio justo y bue­ de fama mundial, acepta o rechaza lo
no. Si otra voz exclama: ¿y la dic­ que escucha. Luego es útil reconocer
tadura estudiantil (permitida por la al alumno la facultad de hacer cono­
inmoralidad del profesorado) ? Es cer al profesor en qué grado le satis­
una degeneración no remediada face la enseñanza y hasta qué punto
igualmente por una reglamentación juzga que dicha enseñanza lo benefi­
defectuosa. La discusión no puede cia. No se crea que por medio de este
hacerse sobre estas bases porque ca­ fundamento económico se quiere le­
da objeción tiene la misma respues­ galizar un resentimiento en la inten­
ta; únicamente es lícito discutir si sidad de los estudios, convirtiendo
el hecho inicial tiene el significado así a la Reforma Universitaria en un
social que le hemos dado o si el fun­ programa de declinación del saber;
damento ético de la solución es bue­ la Reforma Universitaria no puede ir
no o malo en abstracto. Discutir este en esta forma contra sí misma, pues
fundamento a través de los resulta­ ella pretende ser un perfecciona­
dos de una reglamentación concreta miento científico al par que ético y
es no tener un sentido lógico exacto estético; la Reforma en este punto
porque veinte reglamentos malos no no hace sino admitir que a veces el
destruyen la posibilidad de uno bue­ profesor puede estar equivocado, co­
no. Precisamente sobre la base de la mo a veces lo está el alumno y pro­
discusión concreta que constituye la pone el medio de franquear estas aspe­
segunda parte de esta obra, propon­ rezas que a diario se presentan. Esto
go los apéndices del fin, pero advier­ será estudiado extensamente en la
to a los reaccionarios que el hecho segunda parte, especialmente cuando
de no resultar aceptado mi proyecto, tratemos de la asistencia libre, donde
tampoco será un argumento para des­ propondremos hacer extensiva a to­
truir la posibilidad de que alguno das las facultades una institución que
más sabio lo sea. con óptimo resultado funciona en
La utilidad o fundamento económi­ nuestra Facultad de Medicina; aplazo
co de reglamentar esto es doble: pri­ hasta entonces la discusión difícil en
mero como fuerza inorgánica que vie­ lo concreto de esta base que en lo
ne del pasado surgiendo del progreso abstracto no ofrece tanta resistencia,
del país; esta fuerza, no debiendo ser más si se tiene en cuenta que en los
combatida por el Estado, porque no jóvenes estudiantes hay también un
es inmoral, ya que las inmoralida­ mínimo de moralidad capaz de ser el
des con ella presentadas son elemen­ apoyo inmediato de cualquier insti­
tos ajenos a ella, debe ser reunida tución nueva. Por otra parte, recono­
a la multiforme energía colectiva que ciendo a los profesores mayor pru­
marca los ritmos de nuestro progre­ dencia, mayor reposo y visión más

- 84 -
clara de las cosas, nq es posible que bién algo de inorgánico, de impetuo­
ellos solos dirijan la vida universita­ so, de áspero, como la juventud. . .
ria con prescindencia absoluta de ¿Cuál debe ser en general el al­
los alumnos, porque no hay que olvi­ cance de la ingerencia estudiantil?
dar que mientras los alumnos obren Esta ingerencia en su proporción fe­
como masa social, corrigiéndose mu­ cunda de equilibrio de tal modo que
tuamente las direcciones sociales que no atente ni contra ella misma ni
no respondan a la dirección del todo, contra la universidad, volviéndose
son ellos el medio dentro del cual se prepotencia o demagogia, debe llegar
lleva a cabo el perfeccionamiento de a todas las manifestaciones de la vi­
cada uno; no olvidando tampoco lo da universitaria que afecten la con­
que expusimos en el capítulo I, í 1), ciencia estudiatnil como parte del
donde vimos que pueden haber valores espíritu de la universidad en relación
individuales muy grandes que al mis­ directa con su doble finalidad. Esta
mo tiempo sean en su faz social de es la única manera de que haya una
mínimo o de negativo valor, com­ verdadera refundición del primer ele­
prenderemos la utilidad de que en al­ mento en el segundo y no una simple
guna proporción intervengan los yuxtaposición a partir de un punto
alumnos en las autoridades de la fa­ dado, porque refundir es precisamen­
cultad con representantes que apor­ te encontrar en la más pequeña mo­
ten sus puntos de vista. lécula de un compuesto un átomo por
Fundamentado así el principio de lo menos del cuerpo refundido. Aho­
ingerencia, contestemos a las cues­ ra bien, esta ingerencia debe ser in­
tiones planteadas más arriba, deter­ mediata en los que no reúnan estos
minando ahora la forma y el alcan­ caracteres, porque esto es condición
ce de esta ingerencia, dejando para indispensable para encontrar el igno­
la segunda parte los modos concretos rado equilibrio sobre el cual única­
de cómo se llevará a cabo- mente ha de levantarse la obra como
La forma urge al explicar por qué un bien.
he preferido la palabra ingerencia a El concepto fundamental de inge­
las de participación o colaboración. rencia, que, como hemos visto, es la
Participación es algo mucho más am­ única manera de refundir la concien­
plio que ingerencia, la participación cia de la universidad, satisfaciendo
puede ser pasiva en tanto que la in­ así una apremiosa necesidad social,
gerencia es esencialmente activa. La es el concepto más importante de la
colaboración tiene un contenido equi­ Reforma Universitaria y por sí solo
valente al de participación activa, bastaría para caracterizar la Nue­
pero ni uno ni otro término aclaran va Universidad. El principio de la
suficientemente el papel de la volun­ cultura integral no puede ser acep­
tad; la colaboración sugiere la idea tado por un positivista, pues el posi­
de la armonía de dos voluntades, pe­ tivismo desconoce los valores éticos
ro no de la desarmonía de las mis­ y resta importancia a los estéticos,
mas, siempre, naturalmente, sin rom­ pero puede ser aceptado por un reac­
per la unidad del total. Esta resultan­ cionario idealista, por más que este
te nueva producida por la desarmo­ caso sea algo raro debido al orden
nía de dos voluntades, lo mismo que del movimiento social. En cambio, el
la resultante producida por la armo­ concepto fundamental de ingerencia
nía de ellas, cabe perfectamente en no puede ser aceptado por un reaccio­
la palabra ingerencia que tiene tam­ nario porque es este concepto el que

( 1 ) E l au tor se refiere a su libro La R efo rm a U niversitaria. B uen os A ires, 1923.

- 85 -
viene a cambiar el estado de cosas cual se rompe el prolongado letargo
existente y el que diferencia funda­ espiritual del alma nacional. Hemos
mentalmente la Universidad Vieja de visto ya cómo la Reforma Universi­
la Nueva Universidad. taria es la repercusión del idealismo
Pero el principio de ingerencia no histórico en la Universidad argentina
sólo sirve para hacer esta distinción que vuelve los ojos a la voluntad crea­
importantísima, sino que también dora, ahora diré que el concepto de
servirá para distinguir la enseñanza ingerencia es la parte .jurídica de
secundaria de la enseñanza superior esta repercusión idealista, por cuanto
en la nueva función que la universi­ él no hace más que reconocer las nue­
dad está llamada a llenar con el con­ vas fuerzas sociales de la universi­
cepto de la cultura integral. Veremos dad y hacer entre ellas una más jus­
en el próximo capítulo cómo la uni­ ta apreciación de valores. Así consi­
versidad, sin ir en contra de la espe­ derado, el principio de ingerencia
cialidad de los estudios que es su dentro de la Reforma Universitaria,
esencia misma, se une ininterrumpi­ es el impulso que desde el pasado ani­
damente con el Colegio Nacional, te­ ma un movimiento social, pero que
niendo éste como fin la instrucción todavía no ha encontrado su forma
integral y teniendo la Universidad a concreta para lo cual recurre a la
este respecto la función cultural, sir­ voluntad creadora, puesto que quiere
viendo para fundamentar este diver­ encontrar el bien; por eso decía al co­
so objeto lo mismo que sirve para ad­ mienzo de este capítulo que este prin­
mitir en la Nueva Universidad el cipio es el concepto fundamental de
principio en la enseñanza secundaria: la Reforma con relación a la univer­
la falta de un completo desarrollo
sidad misma. Queda ahora el segun­
del sentido ético en sus alumnos que
do principio, el desarrollo integral,
la vida entrega como precioso don
algunos años más tarde. que es el concepto básico de la Re­
forma Universitaria con relación a
El concepto fundamental de inge­
rencia así estudiado se presenta co­ la sociedad dentro de la cual la uni­
mo un fruto maduro que la existen­ versidad es una función; este prin­
cia anterior nos lo brinda; él es un cipio se nos presenta entonces como
producto del gran movimiento inte­ el deseo que desde el futuro alienta
lectual con que nuestro país ha em­ a todo movimiento colectivo por el
pezado a presentarse en los círculos rumbo infinito del perfeccionamien­
superiores del mundo entero y con el to.

— 86 —
LA REFORMA UNIVERSITARIA

por
HECTOR RIPA ALBERDI
(argentino)
(1922)

S menester, camaradas de Amé­ Por lo general la juventud vive en


E rica, que levantemos la nueva
Universidad y que llevemos a sus
un realismo ingenuo y es incapaz de
distinguir el punto matemático de
aulas un amor más puro por las altas Descartes del punto metafísico de Lei-
creaciones del espíritu. Sumerjámonos bnitz. Su mentalidad no tiene el agu­
en las entrañas de la vida, disipemos zamiento intuitivo como para traspo-
sus sombras, develemos sus misterios, ner la superficie de las cosas y descu­
desde los abismos donde se elaboran brir el valor absoluto que encierran.
los sólidos principios de la ciencia has­ Eduquemos, pues, nuestras fuerzas es­
ta los espacios donde remonta su vue­ pirituales en el sentido de una com­
lo la metafísica. No desoigamos las prensión total de las cosas, y de una
inquietudes trascendentales ni despre­ visión clara de los fenómenos uni­
ciemos las humanas conquistas, que versales, que nos pone frente al ver­
tanto unas como otras nos abren rum­ dadero camino de la sabiduría, el ca­
bos de eternidad. mino de la eternización del hombre.
No olvidemos tampoco que, según La Reforma Universitaria realiza­
lo proclaman modernas teorías intui- da en los últimos años en nuestro país
cionistas, la vida es un constante de­ se debe exclusivamente a los estudian­
venir y que el hombre posee una po­ tes. Ellos la iniciaron, ellos la sos­
tencia innata que es su libertad crea­ tuvieron contra los reaccionarios y
dora. Emancipado, pues, de las fuer­ ellos se encargaron de hacerla triun­
zas del mundo, está en el deber de rea­ far. Nada, pues, se les debe a los con­
lizar su conquista. No se vive la vida sejos de profesores a no ser la resis­
dejándose arrastar por la corriente co­ tencia que ocasionó el estallido violen­
mo un tronco, sino creando las fuerzas to de la juventud. La mayoría de los
que lo impulsan, domeñando la adver­ profesores fué adversaria a la Refor­
sidad que lo detiene y elaborando el ma, lo que dió motivo para que la lu­
propio destino. Por ello los estudios cha fuera más interesante y llegara a
filosóficos han de ser la base de toda levantar el espíritu universitario en
cultura. La filosofía, a más de libertar tal forma que luego nada pudo conte­
el espíritu y darle agilidad al pensa­ nerlo hasta la completa derrota de las
miento, le descubre al hombre la se­ fuerzas enemigas. El primer acto de
creta armonía que vincula y totaliza rebeldía se produjo en el año 1918 en
las cosas del alma y del mundo. la Universidad de Córdoba, que era el
T ra b a jo enviado desde L a P la ta a B og otá , donde se p ublicó (1 9 2 2 ).

- 87 -
foco de la enseñanza dogmática. Los no aprende con sus propios medios a
estudiantes, e n ja imposibilidad de li­ descubrir la verdad. Su ciencia es cien­
bertar la enseñanza de su caparazón cia sólida y bien adquirida porque él
colonial, un buen día decretaron la mismo la arranca al misterio; no la
huelga y tomaron la Universidad co­ hueca que se aprende en el texto re­
mo quien toma una fortaleza, exigien­ cortado a la forma de los programas.
do la renuncia de sus autoridades. La Y así como el profesor mediocre no
lucha empezada así duró cinco meses podrá dirigir un seminario, porque ello
hasta que los estudiantes lograron su exige vastedad de conocimiento, asi
propósito. también el alumno advenedizo tendrá
Más tarde, en las demás Universi­ que huix porque ello exige intensidad
dades se produjo el mismo fenómeno, de estudio. De manera que el semina­
hasta que en octubre de 1919 estalló rio, a más de ser la verdadera fragua
la gran huelga violenta en La Plata, del pensamiento, es también un medio
que duró cerca de un año. En ella se de depuración de la Universidad en
derribó el armazón de la falsa disci­ sus estudiantes y personal docente.
plina ; cayeron los profesores sin auto­ Especialmente esto último es todavía
ridad moral; se derrumbó todo un sis­ un problema en nuestras naciones jó ­
tema anacrónico de enseñanza. Y so­ venes, donde sólo por casualidad se
bre esos escombros se levantó la nue­ encuentra un maestro en el sentido es­
va Universidad. La revolución ha si­ tricto de la palabra, es decir, uno de
do, pues, nuestra arma de lucha, con esos hombres que entienden como un
ella hemos templado el ánimo de la apostolado las funciones de su magis­
juventud y con ella hemos avasallado terio. La política y el profesionalismo
los más recios obstáculos. Tan grande son los males que perjudican a las
era la montaña de intereses creados Universidades americanas, puesto que
que impedía todo avance, que sólo en tanto para el político como para el pro­
en esa forma se podía dar un paso gi­ fesional que llegan a la cátedra, la
gantesco hacia lo porvenir. Hoy lo que enseñanza es una labor secundaria en
hemos dado en llamar la Reforma, im­ gu vida. Pero esos dos males y otros
pera en todas las Universidades del muchos pueden combatirse con éxito
país, que poco a poco irán abandonan­ consiguiendo la autonomía de las Uni­
do su orientación napoleónica, chata versidades y una más amplia remune­
por lo utilitarista, para afianzarse en ración de las labores magistrales. En
el cultivo de las ciencias puras. Se ha tanto esperamos que ello suceda, se
despertado una inquietud de supera­ pueden conseguir mejoras notables lle­
ción, un anhelo por aquilatar los altos gando a la implantación de lo que he­
valores del espíritu; y ese anhelo, esa mos dado en llamar en la Argentina
inquietud, se han llevado a las aulas. la reforma y que puede sintetizarse
Es algo así como un viento nuevo que así:
ha barrido el viejo polvo de los claus­
tros. La Universidad no puede seguir l p Participación de los estudiantes
siendo un organismo estático sin otra en el gobierno de las Universidades.
función que la de expedir títulos; de­ Es un error arraigado el de que la
be convertirse en un laboratorio de su­ Universidad pertenezca al profesor, lo
periores investigaciones y de elevada cual le da el derecho exclusivo a go­
especulación filosófica, sin abandonar bernarla. Grave error que es necesario
por ello el ritmo fecundo de la vida. sea rectificado por los estudiantes de
Una de las formas para combatir la América para que reivindiquen la par­
frivolidad de la enseñanza es la instau­ te que de tal derecho les corresponde.
ración de los Seminarios. Ahí el alum­ La Universidad es tanto del estudian­

88 —
te como del profesor y a ambos co­ de los valores intelectuales. Y por ello
rresponde por consiguiente su gobier­ se ve que al amparo de esos intereses
no. No sólo es imprescindible que los se perpetúan en la cátedra hombres
intereses estudiantiles tengan sus de­ sin condiciones para ejercer el alto
fensores en los consejos, sino que de­ apostolado de educar a los jóvenes.
ben llevar el impulso de las fuerzas Hay que arrojar, pues, de la cátedra
nuevas a la orientación fundamental a todo el que haga de ella un simple
de la enseñanza. Para que un gobierno modus vivendi. La asistencia libre nos
sea plenamente responsable de sus ac­ da la solución al respecto, dado que só­
tos debe ser la concentración ejecutiva lo tendrá alumnos en su clase el maes­
de todas las fuerzas. tro que sepa atraerlos con su ense­
ñanza.
2? Implantación de la asistencia li­
bre.
3? Implantación de la docencia libre.
Gran importancia le damos a ello,
porque la libertad del estudiante den­ Para que sean completos los resul­
tro de la Universidad es indispensable tados de la asistencia libre ha de ser
para una enseñanza efectiva y esen­ completada con la docencia libre. Las
cial. Sólo el amor a la ciencia como el puertas de la Universidad deben estar
amor a la casa de la ciencia no nace abiertas para todo el que haya ahon­
de la autoridad de los reglamentos, si­ dado en alguna clase de estudios y
no que surge espontáneamente de la quiera transmitirlos desde la cátedra.
sustancia medular de cada vocación. A más de ser eso un estímulo para el
Nunca puede tener la simpatía amplia estudioso, es una manera de seleccio­
del estudiante aquello que comienza nar el maestro de acuerdo con el as­
por humillarlo, por someterlo a nor­ cendiente y simpatía que despierta en
mas establecidas, encadenando así su los alumnos. Así no se dará el caso de
libertad en lo que se refiere a la elabo­ algunas Universidades de hoy, cuyo
ración de sus conocimientos. Las mo­ profesorado tiene una orientación in­
dernas orientaciones pedagógicas, nos telectual atrasada con respectq a la
llevan hacia la emancipación completa mentalidad estudiantil, que en los úl­
del educando, hacia la formación libre timos tiempos ha avanzado enorme­
de la personalidad intelectual. Por otra mente en todas las formas de la acción
parte, la asistencia voluntaria no sólo espiritual.
destruye la mecanización de la ense­ Estos puntos que dejo así esboza­
ñanza, sino que pone en manos del dos en forma harto somera, están muy
alumno un instrumento de defensa lejos de limitar nuestro ideal universi­
contra el profesor mediocre. Es un mal tario. Son apenas un paso brevísimo
común a nuestras Universidades de en el largo sendero de estudios y de
América la formación de camarillas lucha que tiene deparado el destino a
alrededor de las cuales se crean inte­ las generaciones que comienzan a ta­
reses que impiden la apreciación cabal llecer.

— 89 —
LA REFORMA EN LA UNIVERSIDAD
por
HOMERO M. GUGLIELMINI
(argentino)

(1925)

A Reforma Universitaria es un contra la filosofía oficial y subven­


L problema que se presenta en
primer plano ante los jóvenes:
cionada de su tiempo, y los sarcasmos
elegantes de Heine contra el espíritu
si la nueva generación postula, efec­ filisteo de los universitarios alema­
tivamente, una reforma integral de nes. Documental es también un
la inteligencia y de la cultura, esa Re­ opúsculo muy reciente (lo que prue­
forma debe encontrar necesariamen­ ba una vez más la eternidad del con­
te su más inmediato órgano de rea­ flicto) publicado por Adriano Til-
lización en la Universidad. La Uni­ gher contra Giovanni Gentile y su
versidad es, por definición, el esce­ reforma universitaria, librito pinto­
nario adonde los grandes conflictos resco y apasionante, por la acritud
culturales adquieren acento dramá­ de su ironía y la violencia muy me­
tico y desenvuelven todas sus posibi­ ridional del ataque. En Alemania las
lidades virtuales de lucha: el momen­ Universidades más importantes son
to en que Abelardo alzaba la voz en verdaderas constelaciones, cada una
las universidades de París, puede de las cuales encarna una orientación
considerarse como una encrucijada determinada en punto a la solución
en la historia del mundo. de los problemas generales, y res­
El caso aducido no es comparable plandecen con luz propia en el ám­
en rigor al que puede suscitarse en la bito cultural del m undo: las ciudades
Universidad de nuestro tiem po; pe- universitarias han dado allí el nom­
re, cabe invocarlo con ejemplaridad bre a escuelas filosóficas de anchu­
histórica como esencialmente análogo rosa influencia, como Marburgo. To­
al que nos inquieta. La Universidad, do esto prueba, que allí, adonde fer­
en todas partes, es y ha sido o bien menta un hervor cultural intenso, la
una rémora o bien una avanzada en Universidad se presenta como el
la historia cultural; pero en ningún campo de batalla en que la estrategia
caso ha sido indiferente a la vicisi­ mental desenvuelve sus elegantes e
tudes de la misma. En todos los tiem­ incruentas evoluciones. Solamente
pos y en todos los tonos, los hombres una Universidad atascada en la ta­
que han sentido en forma intensa el rea rutinaria y mecánica de elaborar
pathos de la cultura, le han dedicado certificados de simple idoneidad pro­
sus más fervientes apologías o sus fesional — como la nuestra — puede
increpaciones más acerbas. Docu­ substraerse a la gustadora aventura
mentales en ese sentido son las fa­ de discutir y fraguar normas espi­
mosas invectivas de Schopenhauer rituales, sean ellas ya de orden teó­

— 90 —
rico o de orden práctico. Una de las cial tiene preeminencia y determina
tareas de mayor trascendencia crí­ el problema universitario, o vicever­
tica a que, puede entregarse la nue­ sa. . . ? ” O si no: “¿Debe definirse la
va generación desde que fué pro­ Reforma Universitaria en función
movida a participar en el gobierno directa del estado social, o es que en
universitario, consiste, pues, en esa verdad nada tiene que ver el uno con
especificación, y discriminación de el otro?”
1o s valores culturales, y no otro Los pocos atisbos de fundamenta-
sentido tienen las breves palabras ción doctrinaria de la Reforma pare­
con que en una oportunidad aludimos cieron inclinarse decididamente ha­
al mismo problema. “ En este punto cia la primera solución, sin parar en
— dijimos — es necesario superar el hecho de que el problema era ab­
la interpretación puramente sociali­ surdo por su propio planteamiento.
zante y demagógica del año 18. La Afirmar que la Reforma Universita­
Reforma Universitaria debe tener, ria no puede definirse sino en fun­
también, una significación cultural” . ción de los problemas sociales, era
He ahí una tarea que, por cierto, destruir en su definición misma la
no ofrece los halagos sonoros y fáci­ posibilidad de toda efectiva Reforma
les del caudillismo ni de la fronda es­ Universitaria, convirtiéndola simple­
tudiantil : se trata de una lenta, pa­ mente en una incidencia política o
ciente y meditativa tarea de supera­ en un episodio más adentro de las mil
ción. cultural, en la cual jugarán un vicisitudes de la actualidad social.
papel importantísimo, muy desdeña­ También absurda era la posición con­
do por los movimientos demagógicos traria, en el sentido de que la Uni­
como el del año 18 la perfección in­ versidad debe desentenderse en ab­
terior de los espíritus. soluto de la realidad social ambiente.
Nuestra fórmula no fué acogida, Lo cierto es que la eliminación de uno
por cierto, con unánime aprobación solo de los términos del binomio, im­
en los ambientes adonde hubo opor­ porta suprimirlo en su totalidad.
tunidad de comentarla: se hicieron El complejo social no puede con­
dos objeciones importantes, una de templarse sino como una unidad fun­
ellas manifiestamente injusta, la cional, una síntesis a la que concu­
otra equivocada en sus fundamentos. rren en forma mediata cada función
Se dijo, en primer término, que nues­ especializada, que en su inmediativi-
tra interpretación de la reforma elu­ dad cumple su deber circunscripta al
día el aspecto social de la misma; se área que le corresponde por propia
dijo, asimismo, que nuestra aspira­ naturaleza- La Universidad, en este
ción a la reforma cultural carecía de sentido, desempeña una función ori­
contenido concreto. Las líneas que ginal, irreductible en sus contenidos
siguen van encaminadas a destruir específicos, pero que sólo logra su
ambas afirmaciones. pleno desenvolvimiento cuando ingre­
sa en forma eficiente en la totalidad
* * * de todas las funciones, llámesele a
ésta cultura, sociedad o conciencia co­
La literatura de los programas re­ lectiva. La Universidad, pues, por
formistas se perdió, en una discusión una parte, plasma a su manera la
ociosa y bizantina. . . El problema realidad en torno, y la padece a su
que dividió a la familia estudiantil, vez, en un vivo proceso de osmosis.
sobre todo en la Facultad de Derecho Su manera de influir es la de anali­
en izquierdas y derechas, con todos zar y fraguar normas espirituales, la
los matices intermedios inevitables, de devolver a la actividad social cien­
fué el siguiente: “ ¿El problema so­ tíficos, estadistas y filósofos que se­

— 91 —
rán, en la práctica, los protagonistas gación de los más urgentes proble­
de la técnica, de la política y de la mas sociales, y, por último, la selec­
pedagogía. Por otra parte, la socie­ ción racional del universitario, me­
dad, a cada instante, llama a la puer­ diante la rebaja, o supresión, si cabe,
ta del claustro y le propone proble­ de las gabelas que gravan el estu­
mas constantemente renovados, con­ dio. La extensión universitaria es el
flictos de todo orden. Lo que llamó la puente que une la Universidad con la
atención de la juventud que inauguró realidad social en torno; mediante
el movimiento reformista, fué, preci­ ella envía la Universidad sus emba­
samente, el divorcio mortal en que jadores para auscultar la conciencia
permanecían la Universidad y el me­ ambiente, y a la vez difundir el ma­
dio. Nuestra Universidad estaba he­ terial elaborado en la colmena uni­
rida de una anestesia casi total: co­ versitaria; es ella el órgano de os­
mo aquella estatua de Condillac, ca­ mosis que comunica el claustro con
recía de ojos y de oídos. Sin comuni­ la vida política y social, y le hace
cación con la realidad ambiente, lle­ aspirar a grandes bocanadas la at­
vaba una vida puramente vegetativa. mósfera densa de las muchedumbres.
Al primer aldabonazo, los cerberos Los Centros de Estudios, a su vez,
entreabrieron tímidamente la puer­ entreabren las puertas de la Univer­
ta ; pero bastó esto, para que la ma­ sidad a los problemas vitales del mo­
rea impaciente acumulada en los um­ mento, políticos o de cualquier índo­
brales, hiciera irrupción y desperta­ le, para contemplarnos con el amplio
ra los claustros dormidos al reclamo criterio deí investigador; desde las
del tumulto. Fué esa una tarea febril, filosofías tomistas y ortodoxas hasta
desmañada, contradictoria... no hu­ las más revolucionarias manifesta­
bo concierto ni orden. Pero esa fué ciones del pensamiento, desde las le­
la primera etapa — necesaria — del gislaciones más avanzadas como la
movimiento reformista; dió como bolsheviki, hasta las más conservado­
fruto más positivo el advenimiento ras, como la constitución fascista,
de la masa estudiantil a la participa­ deben ser allí objeto de estudio pa­
ción en el gobierno universitario, ciente, para que el filisteo universi­
conquista que no es por sí misma una tario deje de ser filisteo y se entere
finalidad, pero que es el medio polí­ de lo que pasa en torno, se codee y se
tico de que se servirán las nuevas ge­ encare mano a mano con la realidad
neraciones para imprimir nuevos viva, la palpe y hasta aventure una
rumbps a la vida universitaria. La solución; y por último, la selección
vieja universidad desprendida de la racional de las vocaciones y del es­
realidad vital, había quemado sus fuerzo importará el fin de todo pri­
naves: la saludable turbulencia estu­ vilegio que no sea el privilegio de la
diantil tendió un puente salvador y el inteligencia y del lungo studio.
tránsito de hechos y de ideas se ha Eso es nuestro punto de vista so­
ido restableciendo desde entonces. bre el aspecto social de la Reforma.
Muy lejos, pues, de eludir el aspec­
to social de la Reforma, no vacilamos * * *
en encararlo de frente con un crite­
rio de alto realismo político: esa vin­ El aspecto cultural de la Reforma
culación entre la Reforma y el llama­ puede concretarse, por una parte, en
do Problema Social, se hace patente la desproíesionalización — permíta­
en tres postulados unánimemente senos el neologismo — de las disci­
aceptados: el principio de la Exten­ plinas universitarias inspiradas la
sión Universitaria; el estudio me­ mayor parte de las veces en un estre­
diante Centros especiales de investi­ cho criterio de utilitarismo profesio­

— 92 —
nal. Y por otra — y aquí herimos el vidad se desenvuelve en la esfera de
punto c.entral del problema, la tan la libertad.
cacareada reforma de la inteligen­ La consecuencia ética de esta ma­
cia — en un cambio absoluto de ré­ nera de ver se hace patente con en­
gimen mental, una subversión de la tera evidencia: frente al mito del
vieja perspectiva del mundo impues­ hombre construido por la filosofía
ta por nuestros mayores. Esta tran­ naturalista, el hombre empírico y
sición, como todas las cosas que ín­ abstracto, envuelto como una brizna
timamente se refieren a la esencia deleznable en medio de la fatalidad
del espíritu, tiene mucho de inefa­ cósmica, la nueva cultura afirma la
ble : sin embargo, nosotros procura­ concepción de un hombre libre, de
mos definirla con una fórmula que una voluntad que determina por sí
fué ampliamente discutida, y que ex­ misma sus propios fines. Las disci­
presaba tal vez con demasiada crude­ plinas de la cultura recobran su dig­
za y con excesivo acento personal, nidad perdida, el Derecho, la Políti­
nuestra manera de ver: substitución ca, la Economía, se afirman en su
en los estudios de la vieja orienta­ absoluta autonomía, libres de toda
ción materialista y positivista por concomitancia con el prejuicio natu­
una amplia orientación humanista y ralista, y la Historia se convierte en
filosófica- Esta fórmula no interesa la epopeya heroica de la personalidad
sino en las disciplinas que directa­ humana que a través de los siglos
mente se refieren a los problemas de crea y modifica las normas a las cua­
la cultura, es decir, a las disciplinas les adecúa su acción. Decía Kant que
que postulan valores espirituales; las dentro de la envoltura del hombre
humanidades en general, el derecho empírico, sometido a las vicisitudes y
y las llamadas ciencias sociales, como contingencias de la naturaleza ciega,
ser la Economía y la Política. En es­ se abriga un hombre divino, ideal y
te terreno, la nueva generación en­ libre, al cual debemos amoldar nues­
contró, a su advenimiento en el claus­ tra actividad práctica. Pues bien: La
tro universitario, un legado intelec­ filosofía naturalista se ocupó del
tual lentamente amasado desde la hombre empírico y olvidó al hombre
mentalidad pragmatista de Alberdi y divino: la nueva cultura será la re­
los hombres de la organización nacio­ valoración del hombre divino.
nal, hasta la generación del 80: el El alcance de esta reforma rebasa,
positivismo comtiano, cuya postuma por cierto, el límite de la Universi­
y más integral expresión fué formu­ dad : es un cambio de altitud mental,
lada por Ingenieros. La nueva era que tiene resonancia en todas las ac­
universitaria argentina se caracteri­ tividades, teóricas o prácticas, del es­
zará por una reafirmación enérgica píritu. Pero no se puede negar que
de los valores espirituales, en el sen­ esa reforma alcanzará expresión cul­
tido de su absoluta autonomía fren­ tural definida en las orientaciones
te a la ciencia natural, tal como lo universitarias. Por eso no habrá Re­
predica la filosofía contemporánea. forma Universitaria mientras ésta
Los problemas de la cultura se des­ no aborde de una vez de frftnte el pro­
envuelven en un ámbito en el cual las blema, dándole sistematización peda­
soluciones de la ciencia naturalista, gógica y un definido contenido doc­
con su régimen de generalización em­ trinario. La primera etapa del con­
pírica y de fatalismo causalista, nada flicto entre las dos generaciones, el
tienen que hacer, porque los valores momento político de la Reforma Uni­
de la cultura pueden definirse como versitaria, debe pasar a segundo pla­
los fines últimos de la vida, que el no, devolviendo al problema cultural
hombre determina mientras su acti­ la preeminencia que por definición

— 93 —
le corresponde en todo movimiento arma y manteniendo seca la pólvora,
específicamente universitario. La pues el patrimonio político adquirido
labor futura de los órganos estudian­ hasta hoy es la garantía formal de
tiles, de los profesores y representan­ las posibilidades que la nueva gene­
tes reformistas, debe ser una labor ración puede actuar en la Universi­
de definición y difusión cultural, que dad. Y la política es ella misma una
reintegre a la Universidad aletarga­ actividad noble, y profundamente vi­
da, a su verdadera misión, la de crear tal y deportiva, cuando va encamina­
libremente una realidad espiritual da a defender y custodiar riquezas
adecuada a la realidad social. Pero espirituales.
todo esto, desde luego, sin soltar el

— 94 —
LA UNIVERSIDAD SEPARADA DEL PUEBLO
por

JOSE LUIS LANUZA


(argentino)

(1924)

I novación, no espera, por cierto que la


Universidad le señale el camino.
ALTA a la vista de una manera
S tan evidente la separación que
media entre la Universidad y el
II
pueblo que no es necesario hacer gran­ Carácter de la separación entre la
des esfuerzos dialécticos para consoli­ Universidad y el pueblo
dar esta afirmación.
Antes de seguir adelante conviene
Encastillada en sí misma, ce­ concretar los caracteres de la separa­
rrada a toda realidad exterior, guar­ ción existente entre el pueblo y la
dadora fiel de un “ sistema de ideas Universidad.
generales” que no corresponde al En primer lugar, la Universidad —
que el mundo está elaborando en aun en el caso de la facultad de De­
el momento presente, la Universidad recho y Ciencias Sociales, cuyo mate­
no atina a abrir los ojos y mirar ha­ rial de estudio debe ser la sociedad
cia afuera para reconocer que (co­ sin exclusión de ninguna de sus par­
mo hace notar A. Posada), “ los vie­ tes — no admite en su seno las in­
jos Códigos civiles se desencuadernan quietudes y los ideales que alienta
sin remedio, y, al margen de ellos, el pueblo. Fiel a su misión conser­
prodúcense brotes robustos de un vadora, se opene tenazmente a toda
nuevo derecho social de enjundia ci­ tentativa de renovación. La Exten­
vil, pero con otra savia” . sión Universitaria, cuya función, de­
A pesar de eso todavía se atri­ finida por la Reforma, es exclaustrar
buye la función de encausar al pueblo la cultura, haciendo llegar al pueblo
en su evolución y de resolver los pro­ el resumen del saber universitario,
blemas sociales. Pero no es la Univer. y recogiendo y llevando a la Univer­
sidad convertida en piedra por mirar sidad la experiencia popular — fra­
al pasado, como la mujer de Lot en casa dentro del espíritu que* anima
la leyenda bíblica, la más apropiada a nuestras casas de estudio.
para señalar caminos hacia el porve­ Así en la Facultad de Derecho y
nir. El pueblo, viviente y lleno de in­ Ciencias Sociales de Buenos Aires, los
quietudes, alentado por ideales de re­ profesores que integraban la comisión

— 95 —
de extensión, se opusieron a que en III
una serie de conferencias sobre la Elemento social que puebla la
ley de jubilaciones, se expusiera el cri­ Universidad
terio comunista., a pesar de haber sido
el seguido por ía mayoría de la clase Excluido el pueblo (la clase obre­
trabajadora. ra, el proletariado) de la enseñanza
Es natural que esta estrechez de universitaria, ¿cuál es el grupo so­
criterio de los profesores se re­ cial que aprovecha de ella? ¿la bur­
parte en unas Facultades en menor guesía?.
dosis que en otras; habiendo llegado La burguesía (alta burguesía,
alguna a jactarse de su liberalismo clase .capitalista) figura en número
afirmando que “ abre sus puertas de muy restringido en la población de
par en par al pueblo” . las facultades. Esta clase social, po­
seedora de la riqueza del país y del
Desgraciadamente, esta afirmación
carece de exactitud e implica desco­ poder del Estado, es numéricamente
nocer el verdadero carácter de la pequeña, pero la razón de que está
democracia dentro de nuestro sistema escasamente representada en la uni­
económico. Tal democracia, en efecto, versidad, es que sus componentes
no necesitan en la lucha por la vida
proclama la igualdad formal, perol
adquirir profesiones liberales; les
sanciona realmente la desigualdad,
es mucho más cómodo vivir ociosos
¿qué importa que la Universidad
y no distraer su ociosidad. La caren­
abra sus puertas de par en par al
cia de una cultura especial no les
pueblo, si el pueblo no puede entrar afecta en sus intereses de clase, por­
por ellas?
que tiene a su servicio la ciencia y
Indudablemente las clases obli­ la cultura de los profesionales. Se
gadas a someterse al salario para comprende que los intelectuales ha­
subsistir, no están en condiciones de llen el mejor premio a sus activida­
costearse los gastos de una profe­ des poniéndose al servicio de la bur­
sión liberal; pero aunque existiera guesía; aunque los que hacen tal uso
la gratuidad de la enseñanza (uno de su inteligencia, no debieran llamar­
de los ideales de la Reforma) la cla­ se intelectuales, así como (según el sí­
se proletaria se vería excluida de la mil de Dante en el Convivio) no debe
Universidad que obliga al alumno a llamarse citarista a quien tiene la
mantenerse durante 18 años en ac­ cítara íen casa para prestarla me­
tividad improductiva. Esta des­ diante un precio y no para usarla
igualdad no puede explicarse como tocando.
una consecuencia práctica de la teo­ En fin. El elemento que constitu­
ría orgánica que asigna una funf. ye casi totalmente la población de
ción determinada a cada grupo so­ la Universidad es la clase media.
cial, ni con la vieja fábula de Me- Hijos de profesionales, de pequeños
nerio Agripa (tan grata a los profe­ comerciantes o industriales, de em­
sores reaccionarios) sino como el pleados del Estado o de las grandes
resultado de un régimen social in­ empresas, clase media, pues, con to­
juste. das sus gradaciones.
De cualquier manera, queda bien Puede observarse que los elemen­
establecida la separación de' la Uni­ tos colocados más arriba en la es­
versidad y el pueblo, ya que no pres­ cala de la clase media (así como
ta sus servicios a éste, sino que es los pocos de la burguesía que deci­
privilegio de las clases acomodadas den seguir estudios universitarios)
de la sociedad. forman parte del alumnado de las

— 9 6 —
Facultades de Derecho, a las que se “ Por lo tanto, en la clase obrera
considera generalmente destinadas a deben ser comprendidos además de
dar los hombres para el gobierno los trabajadores asalariados, la
del país. Este hecho explica que di­ clase de los aldeanos y esa pequeña
chas facultades constituyan el b^-' burguesía que cae cada vez más en
luarte de la reacción y vayan a la el proletariado, es decir, todos los
zaga del movimiento reformista. que sufren las consecuencias del sis­
tema actual de la gran producción”
IV
V
La evolución de la clase media
Interpretación Social de la Reforma
En el momento presente la clase Universitaria
media se ve removida por factores
sociales que la trabajan, la debilitan El malestar acumulado lentamen­
y le quitan cada vez más todo carác­ te en los estudiantes estalla en la
ter que le diferencia como una clase Revolución universitaria del 18 en
con intereses especiales. De día en Córdoba. La masa estudiantil se le­
día encuentra más dificultades pa­ vanta en contra de la Universidad
ra mantenerse en la situación ficti­ burguesa; protesta contra sus méto­
cia de ostentar una apariencia de dos pedagógicos y su ideología; con­
burguesía, con recursos que no se tra su incomprensión del momento
diferencian mucho de los de los tra­ presente; contra el alejamiento del
bajadores. El hondo foso que la se­ pueblo y la Universidad.
para de la clase capitalista se en­ No llega a esta solución por el
sancha constantemente. estudio libresco de los problemas so­
Es un fenómeno que a nuestro al­ ciales, ni por espíritu de escuela, cre­
rededor se observa a cada paso. El do filosófico, o partido político. Lle­
estudiante universitario de clase ga a ella determinada lógicamente
media se ve a menudo en una situa­ por el ambiente exterior, sin un idea­
ción tan inestable e incierta que el rio concreto, declarando vagamente
“ dilema que ante él se plantea es que una profunda desemejanza la
el de doctorarse en la Universidad separa de la generación anterior y
o caer en el abismo sin fondo del afirmando con no menos vaguedad
proletariado” . ( J) la posesión de una sensibilidad nue­
Así, la clase media va apren­ va y una nueva ideología.
diendo a no considerarse clase pri­ ¿Cuáles son las causas que moti­
vilegiada, a no imitar a los potenta­ van este movimiento realizado sin
dos, a no despreciar al obrero; más una definida orientación teórica, mo­
aún: a identificarse con la clase vido a puro instinto de masa? ¿No
obrera, ya que una y otra tienen los es científicamente legítimo interpre­
mismos intereses y las mismas ne­ tarlo como el proceso inconsciente,
cesidades. — pero no por cierto menos lógico —
“ Comprendemos en la clase obre­ de derivación de la clase media ha­
ra todos los que viven exclusiva o cia el proletariado?
principalmente del producto dé su Muchas características de la ac­
trabajo y no se enriquecen por el ción reformista parece demostrarlo.
concurso del trabajo de otros” . Es­ La posición de los estudiantes de
cribía Liebknecht ( 12) y agregaba: Córdoba frente a las instituciones re-

(1 ) “ L a cuestión so cia l y la c u ltu ra ” , por E rnesto Nelson.


(2) C itado p or L uis S ix to C lara, “ L a clase m edia y su d eriv ación h a cia el p roleta ria d o".

— 97 — 7
ligiosas, foco oculto de la reacción; No nos referiremos aquí a las de­
su solidaridad con las agrupaciones claraciones aisladas que reflejan
obreras de Córdoba, de Buenos Ai­ nuestro concepto de la Reforma,
res, de La Plata, de Mendoza, de por ej., las que consideran que este
Santa Fe; su actitud frente a los po­ problema radica en la estructura eco­
deres públicos de Mendoza a fines de nómica capitalista. (Conclusiones de
1919, “cuando delegaciones de todas los Congresos Universitarios de Mé­
las Federaciones Universitarias del xico, de Rosario..) Vamos a refe­
país se dieron cita para luchar por rirnos en cambio a las que en medio
la causa de los maestros sindicaliza- de la vaguedad se repiten constante­
dos con la Federación Obrera” O) mente dando así contornos más o
y por fin la reacción que provoca en menos precisos a la ideología refor­
las fuerzas conservadoras, exteriori­ mista.
zada en pastorales de obispos, decre­ Se repite siempre el repudio por
tos de gobernantes y golpes de poli­ los sistemas pedagógicos imperantes,
cías. por la separación de la Universidad
Un movimiento colectivo estudian­ y el Pueblo, por la ceguera de la
til de tan vastas proyecciones socia­ Universidad ante las inquietudes
les como la Reforma Universitaria que conmueven a la sociedad. Tam­
no hubiera podido estallar antes de bién se formula con harta frecuen­
la guerra europea. Se sentía la nece­ cia la profesión de fe latinoameri­
sidad de renovar los métodos de es­ cana, opuesta al panamericanismo
tudio y se ponía de imanifieeto el imperialista yanki.
atraso de la Universidad respecto a ¿Cómo se explica esta declaración
las corrientes contemporáneas del latino-americana en el movimiento
pensamiento universal, desde la épo­ universitario?
ca de Alberdi, en la que empieza a Según nuestro modo de ver, signi­
desarrollarse nuestra industria em­ fica posición de lucha contra el capi­
brionaria. Pero entonces la clase talismo en su forma más agresiva en
media universitaria se mantenía nuestros territorios: el Imperialis­
tranquila con sus títulos de privile­ mo Yanki. Sólo así se comprende que
gio. dentro del círculo de la acción refor­
Desgraciadamente para ella, esta mista se incluyera una activa cam­
holgura disminuye a medida que cre­ paña contra el armamentismo, cuan­
ce la gran industria, se acelera la di­ do el gobierno argentino, influencia­
ferenciación de las clases, y sobre­ do por los traficantes de alarmas
viene la proletarización de los inte­ embarcó al país en el deplorable ne­
lectuales. Los maestros, los periodis­ gocio de acrecentar su material béli­
tas y los empleados de comercio se co comprando a alguna nación euro­
organizan gremialmente. Los estu­ peo y a los EE. UU. los sobrantes
diantes no podían escapar al movi­ de la guerra mundial. Así se explica
miento general. también que en “ Renovación” (Bo­
Ya se ha dicho que la ideología re­ letín Reformista de América Latina)
formista suele ser vaga, contradicto­ se desemmascarase a Wilson descu­
ria, formulándose en declaraciones briendo la esencia imperialista de su
líricas. A pesar de todo, vista en su “ democracia” .
conjunto, asume apariencias de uni­ Interpretar el latino-americanismo
dad y llega a concretarse en rasgos reformista como un conflicto de ra­
típicamente uniformes que dibujan zas — latino y sajona — sería el
la estructura social del movimiento. colmo de la puerilidad. La única in-
(1 ) "L a RevoluciCn Universitaria’’, por Julio V . González, Buenos Aires. 1922. Librería
Menéndez.

98
terpretación posible es la de posición En el orden de actividad gremial,
de lucha frente a la capitalismo agre­ los reformistas persiguen la deseen,
sivo, sea yanki o de cualquier parte. tralización de las funciones directi­
vas, la publicidad de las gestiones y
VI la realización frecuente de asambleas
que dén una base colectiva a sus ac­
Acción Social de la Reforma tos. Los reaccionarios obran en se­
Universitaria creto, por camarillas directivas y
amordazan las asambleas.
Como consecuencia de las premi­
sas que hemos establecido, se forman Estas no son todas las diferencias,
en las Facultades partidos reformis­ pero bastan para distinguir con sufi­
tas cuyos programas cada vez más ciente precisión unos de otros.
definidos los diferencian de los anti- La Reforma Universitaria pone
reformist^s o reaccionarios. Los par­ frente a frente en la Universidad, las
tidos reformistas, en un principio fuerzas que luchan fuera de la Uni­
conglomerados heterogéneos con fines versidad.
electorales e influencias políticas, se Arduo trabajo es para la Reforma
van depurando progresivamente a me­ luchar contra la pesada mole inmó­
dida que concretan sus diferencias vil de la reacción. El pasado, acumu­
con los reaccionarios. Luchan por la lando durante muchas generaciones
injusticias y mentiras en medio de
socialización de la cultura en el sen­
las cuales se ha creado nuestra pro­
tido más amplio, señalando como me­ pia generación, favorece a los intere­
dios para llegar a ella — medios ru­ ses creados y a la docilidad rebañega
dimentarios e incipientes — la reno­ de los mediocres. Pero la Reforma al
vación de los métodos docentes, la gra- ponerse frente al pasado en actitud
tuidad de la enseñanza y la extensión de lucha, tiene consigo la inquietud y
universitaria; en este sentido los re­ la sed de justicia.
accionarios no han pasado de la misa Pronto poseerá también la concien­
del estudiante realizada en vísperas cia de su propia significación.
del examen.

— 99 —
CARACTER ECONOMICO Y SOCIAL DE LA
REFORMA UNIVERSITARIA
por
MARIANO HURTADO DE MENDOZA
(a rg e n tin o )

(1 925)

ESPUES de siete años de exis­ meno social que resulta de otro más
D tencia, la Reforma Universitaria
no ha sido aún definida como un
general y extenso, producido a conse­
cuencia del grado de desarrollo eco­
fenómeno netamente social, ni concer­ nómico de nuestra sociedad. Fuera
tada en un sistema general de princi­ entonces error estudiarla únicamen­
pios que expliquen las verdaderas cau­ te bajo la faz universitaria, como
sas que la provocaron, y que den el problema de renovación del gobierno
exacto valor social que ella pueda te­ de la Universidad, o bajo la faz pe­
ner con respecto a las ideas de mejo- dagógica, como ensayo de aplicación
ración y renovación de las actuales de nuevos métodos de investigación
formas de convivencia humana. en la adquisición de la cultura. Incu­
Intentamos en estas breves líneas, rriríamos también en error si la con­
llenar estos dos vacíos definiendo la sideráramos, como hasta el momento
Reforma como un fenómeno social se ha hecho, como el resultado exclu­
de carácter económico, y dando la sivo de una corriente de ideas nuevas
justa medida de su valor; teniendo provocadas por la gran guerra y por
presente para lo primero los antece­ la Revolución Rusa O), o como la
dentes histérico-económicos que la obra de la nueva generación que apa­
determinaron y para lo segundo, la rece y “ llega desvinculada de la an­
realidad de lo que ella ha producido terior, que trae sensibilidad distinta
en el orden individual y en el co­ e ideales propios y una misión diver­
lectivo. sa para cumplir” (2)
Estudiarla y considerarla de las
I maneras expuestas, significaría, por
un lado, reducir arbitrariamente la
Carácter económico extensión que tiene la Reforma, y
por otro sentar, como definición, una
La Reforma Universitaria es antes premisa demasiado general y vaga,
que nada y por sobre todo, un fenó­ sin ningún fundamento ipientífiCo
(1) Para Fouillée, las ideas son fuerzas en el sentido de que son capaces de provocar
un movimiento individual o colectivo. Pero bueno fuera agregar que si tales movimientos no
responden a una necesidad material sentida, son siempre efímeros y superficiales.
( 2 ) Julio V. G onzález: “ Significación social de la Reforma Universitaria“ .

100
que la explique. Ello sería tomar co­ ca esto que en nuestra sociedad se
mo causa lo que ijo es más que efec­ está produciendo el fenómeno de
to; confundir lo superficial y acci­ proletarización de la clase media, y
dental con lo esencial y profundo. que la Universidad, poblada en su
Con esto, no desconocemos la enor­ casi totalidad por ésta, ha sido la pri­
me influencia que las ideas tuvieron mera en sufrir sus efectos, porque
en la formación y desarrollo de la Re­ era el tipo ideal de institución capi­
forma, pero necesario es dejar sen­ talista.
tado claramente, que no fueron ellas Aislada del medio social en que
sus causas esenciales, especialísimas. vivía, convertida en una fábrica ex­
El movimiento estudiantil comenza­ pedidora de títulos que habilitaban
do el dieciocho, aunque aparezca co­ para entrar en la clase directora y
mo fenómeno ideológico, no es más gobernante de la sociedad; con un
que el resultado de los cambios pro­ régimen administrativo que consa­
ducidos en la subestructura económi­ graba la primacía de una camarilla
ca de la sociedad argentina en el úl­ de individuos movidos únicamente
timo período de cincuenta años. Así por intereses personales; con una se­
considerada, fácilmente se explica la paración profunda entre los que en­
afinidad entre estudiantes y proleta­ señan y los que aprenden, debiendo
rios que tanto extrañan al consejero estos últimos un ciego respeto y
estudiantil Julio V. González; ambos obediencia a los primeros, que no pa­
luchan por intereses económicos y de saban de ser más que escolásticos glo­
clase, aunque con una diferencia fun­ sadores de lo que hace cien años se
damental; mientras los primeros no descubrió, se escribió y se dijo; con
tienen conciencia de ello (*), los se­ una organización económica que hace
gundos la tienen y perfecta*Dema- imposible a muchos su acceso y difi­
siado vaga es la explicación que de culta a otros su permanencia en ella;
esta afinidad da Julio V. González: centro de las ideas viejas que conde­
habla del “ dolor de orfandad” , de naba todo aquello que no estuviera
“ instintiva solidaridad brotada de la de acuerdo con las pretendidas nor­
ola de rabia al sentirse ambos azota­ mas fundamentales de orden y de
dos por el sable policial.” Nada nos moral que cien años de dominación
dice que pueda hablar claramente a capitalista habían creado, era natu­
la razón. Hay un lazo más íntimo, ral que fuera la primera institución
más profundo y fuerte que hace na­ burguesa donde se produjera la pri­
tural esta unión. Es el que señalare­ mera protesta inconsciente de la ju­
mos más adelante. ventud que contemplaba la mentira
La Reforma Universitaria no es de un organismo creado para defen­
más que una consecuencia del fenó­ der un orden de cosas injusto y que
meno general de proletarización de lastimaba sus propios derechos.
la clase media que forzosamente ocu­ La Universidad fué y es aún en
rre cuando una sociedad capitalista nuestros días, a pesar de los pequeños
llega a determinadas condiciones de triunfos de la Reforma, un baluarte
su desarrollo económico ( 2). Signifi­ del capitalismo ( :i).
f l ) O no la quieren tener. L o s estudiantes se consideran aún com o la fu tu ra clase d i­
re cto ra de la sociedad y no quieren re co n o ce r su con d ición de p roletarios..
(2 ) José L u is L an u za ha estudiado por p rim era vez en térm inos generales este a sp ecto
econ óm ico de la R e fo rm a U niversitaria.
( 3 ) Ks im posible que b a jo el actu al orden de cosas, la U niversidad sea lo que en re a li­
dad debe ser. L a R e fo r m a su prim irá alg u n os v icios de que adolece, pero ja m á s a todos. L a
U n iversid ad con la R e fo r m a triu n fa n te y sin que se h a y a m od ifica d o el régm en social, no será
m ás que una bu rda ca rica tu ra de la verdad era U niversidad, y la R eform a , pedestal p ara
el ascen so de m uchos oportun istas.

101
El movimiento universitario es el no es más que el representante de la
signo inequívoco del fenómeno antes burguesía comercial e industrial que
citado. Resulta de ese conjunto mis­ desde 1800 comenzó a tener intere­
terioso de fuerzas no perceptibles y ses verdaderamente ponderables en
aparentemente inexistentes, que en la sociedad argentina y que fueron
su subterránea combinación, va pre­ tan en aumento desde esa fecha, que
parando los movimientos sociales con determinaron el triunfo de 1916, des­
lenta seguridad, hasta 'producir el alojando para siempre del poder a los
estallido definitivo, pudiendo éste ser partidos conservadores, representan­
provocado por un accidente cualquie­ tes de la burguesía rural y feudalista,
ra, que opone, en antinomia irreduc­ cuyo predominio absoluto va desde
tible, dos intereses esenciales. 1820 hasta 1890.
Los estudiantes obraron incon­ Frente a la burguesía comercial e
cientemente, sin tener la menor idea industrial y paralelamente a ella, co­
de las causas reales que originaron mienza a aparecer el movimiento pro­
el movimiento y de aquí que se lo ha­ letario que desarrolla y organiza has­
ya explicado como puramente ideo­ ta constituir en 1901, con la funda­
lógico y se hable tanto de la nueva ción de la Federación Obrera Regio­
generación que aparece como produc­ nal Argentina (F. O. R. A .), una
to espontáneo, divino, con una misión clase social netamente diferenciada,
también divina por cumplir y cuyo con intereses y aspiraciones propias.
supremo ideal es, dicho sea sin ironía, La fundación de la F. O. R. A. es el
realizar una reforma tibia, que no hecho más importante de nuestra
lastime los múltiples intereses crea­ historia en el último período de tiem­
dos, y que haga marchar la máquina po, y recién el problema social pue­
social con un poco de aceite, sin mo­ de placearse en sus verdaderos tér­
dificaciones esenciales. minos. Desde ese momento ya no se­
Pero volvamos a nuestro tema y rán los movimientos políticos burgue­
dejemos estos comentarios para otra ses los únicos que constituyan una
ocasión. El triunfo político del par­ fuerza en la sociedad. La nueva cla­
tido Radical, obtenido en 1916, obe­ se social, formada según leyes eco­
dece a causas económicas perfecta­ nómicas fatales, comenzará a des­
mente establecidas y señala el co­ arrollar su acción, tratando de de­
mienzo de un nuevo proceso de sin­ fender o imponer los intereses que le
gular importancia en la historia de dan origen. Permítasenos reseñar en
nuestro país. Enunciaremos algunas dos palabras la perfecta conciencia
ideas generales para hacer más com­ de clase que tiene la F. O. R. A. En
prensible lo anterior. 1905 el V ? Congreso resuelve “ sos­
En las democracias capitalistas los tener los principios del coniunismo
partidos políticos no son sino repre­ anárquico, para impedir que la lucha
sentantes de una clase determinada se concrete solamente a la consecu­
que lucha contra los demás partidos ción de las ocho horas como jorna­
para obtener el poder y llegar a la da de trabajo, y propender así a la
realización de sus intereses. Claro es­ completa emancipación del proleta.
tá que la conciencia de esa represen­ rindo” . El IX Congreso celebrado en
tación no es percibida por los com­ 1915 abandona la propaganda anar­
ponentes del partido, ni aun por los quista y orienta su acción en una di­
que de afuera le observan, pero se rección netamente sindicalista, en­
manifiesta en los actos de gobierno cuadrada dentro de la orientación
que de él emanan. Así, sin ahondar el revolucionaria de la lucha de clases,
hecho, desde que el carácter de estas de la acción directa y de la absoluta
líneas no lo permiten, el radicalismo prescindencia de los grupos y parti­

102
dos que militan fuera de la organiza­ co desapareciendo en virtud del fe­
ción de los trabajadores genuinos” . nómeno antes citado, y se borra así
En ambos congresos que formaron la perspectiva del título salvador, que
tendencias separadas dentro de ¡lia abrirá las puertas del paraíso bur­
F. O. R. A. se afirma el concepto de gués. El estudiante debe recibirse o
clase social y de lucha de clases. Pero de lo contrario caerá en el “ abismo
esta patente demostración, no ha sin fondo del proletariado” . No hay
bastado para algunos que niegan aun términos medios. De esta manera la
la división de la sociedad en clases y Universidad aparece al estudiante
creen que los movimientos obreros como un baluarte de privilegio y arre­
obedecen a la propaganda agitadora mete contra ella, tratando de derri­
de ciertos elementos. Pero continue­ barla, ensayando nuevos estatutos y
mos. programas, todo ello inconsciente­
Frente a estas dos clases sociales mente, sin conocer las causas pro­
cuyas esferas de acción están perfec­ fundas que motivan su acción. De
tamente delimitadas, se forma la lla­ aquí que el contenido de la Reforma
mada clase media, integrada por to­ se modifique, se empequeñezca, se
dos aquellos poseedores de medios restrinja. La ignorancia de los facto­
económicos que permiten no caigan res que la provocan hacen que la Re­
en la estrechez de los proletarios, forma no tenga en la vida nacional
pero que tampoco llegan a procurar y en el concepto de los que la estu­
la abundancia de los burgueses. La dian, la importancia que en verdad
clase media no tiene espíritu propio, tiene, como signo de un fenómeno
y su psicología es esencialmente bur­ que a todos interesa.
guesa. Asimila con facilidad sus vi­
cios y virtudes, la imita en todo y II
trata de realizar en la práctica el es­
píritu burgués. Pero la escasez de Valor social
medios económicos no le permite des­
arrollar el lujo y el derroche de que Entendemos por valor social de la
hace gala el capitalismo. Agréguese Reforma Universitaria la justa me­
a esto que la burguesía que tiene en dida en que las fuerzas que ella ha
sus manos todas las fuerzas produc­ producido y produce contribuyen al
tivas de la nación, con su infinita avance de las ideas de renovación
voracidad va reduciendo las entradas de las actuales formas de conviven­
con que cuentan los individuos de la cia social.
clase media para sostener esa apa­ El hecho de que la Reforma haya
rente vida burguesa. Entonces co­ sido considerada como un fenómeno
mienza a producirse una derivación social explicado c o m o puramente
gradual de las clases medias hacia ideológico, ha sido causa de que su
el proletariado. En este movimiento extensión se haya reducido a la Uni­
de proletarización de las clases me­ versidad y de que su trascendencia
dias que se produce en nuestro país, no haya pasado de los límites de ella.
está el origen de la Reforma Univer­ Teniendo presente estas dos circuns­
sitaria. tancias, podemos afirmar que la Re­
Como bien lo ha explicado José Luis forma es algo enteramente descono­
Lanuza, la población de nuestras Uni­ cido para la masa social y que des­
versidades está formada exclusiva­ de los campos en que se la conoce,
mente por individuos de la clase me­ se la mira con desconfianza. La bur­
dia; sus medios económicos, únicos guesía ve con malos ojos el movi­
habilitantes para entrar y permane­ miento universitario y sospecha, con
cer en la Universidad, van poco a po­ razón, en él, un avance contra sus

— 103 —
intereses de clase dominante y direc­ una aspiración ideal, casi metafísica,
tora. Por su parte las izquierdas si­ de modificación de la sociedad, que
guen con curiosa desconfianza el ca­ es expuesta por sus sostenedores en
mino del mismo, sin atreverse a apo­ todas sus conferencias, pero que no
yarlo definitivamente ni tampoco a significa casi nada en relación con
condenarlo. la esperanza de los que desean una
Así colocada la Reforma Universi­ transformación total. Gracias a ella
taria frente a las dos clases de nues­ la Reforma Universitaria vive y ha
tra sociedad, es el de ella una especie producido ese tan mentado ambiente
de equilibrio inestable, propicio a la renovador, formado por estudiantes
corrupción de la misma y engendra- y profesionales que creen ingenua­
dor de ese vicio tan común boy día, mente que basta poner un parche a
que se denomina “ oportunismo” . An­ la sociedad para que ésta se convierta
te esta situación de neutralidad en en paraíso.
la lucha entablada entre burguesía Las tentativas más nobles de asi­
y proletariado, situación a que los milar el movimiento universitario al
hechos la obligan y que ella parece proletariado fueron: la Extensión
haber aceptado, el valor social de la Universitaria, que haría de la Uni­
Reforma es, en nuestro concepto, re­ versidad un organismo que supiese
lativo. Agreguemos que el universita­ devolver a la sociedad los esfuerzos
rio, como buen representante de la hechos en su beneficio, y la Gratitud
clase media, tiene una psicología pu­ de la Enseñanza, que permitiría el
ramente burguesa, y se considera libre acceso a todo el que quisiera ins­
además, como intelectual, es decir, truirse. Pero las dos fracasaron y
como afirma Sorel con razón, “ una fracasan cuando se trata de realizar­
persona que tiene la profesión de las. He aquí adonde ha conducido la
pensar y cobra por ello aristocráticos incomprensión del fenómeno univer­
salarios” , que sólo pueden ser satis­ sitario y sus vagas explicaciones
fechos por quienes detentan la rique­ idealistas. Al afirmar ellas que por
za social. su voluntad el individuo puede mejo­
Es lícito entonces deducir que el rarse dejaron decir que puede tam­
bién no "hacerlo. Y puestos en juego
movimiento reformista, dadas las po­
derosas fuerzas que obran sobre los el egoísmo y el sacrificio, triunfó lo
que lo alientan, se desvía hacia las que era más material, independiente
derechas, pese a las tentativas que de él, que le lleva por un camino de­
hacen los que quieren asimilarlo al terminado por sus antecedentes.
movimiento proletario. Y esta deduc­ Para nosotros que no somos idea­
ción aparece plenamente confirmada listas, pero que sabemos estudiar las
en nuestros días ante el aspecto que cosas en su realidad viviente, y que
presentan las Universidades del país. no comprendemos las vaguedades me­
La reacción triunfa y ante su victo­ tafísicas merced a las cuales se jus­
ria no surge aún el grito de protesta tifica el Bien o el Mal, según con­
airado y rebelde como en otra hora. venga a los intereses del momento, la
Basta una ilusoria intervención estu­ Reforma Universitaria es un movi­
diantil en el gobierno de la Univer­ miento materialista, esencialmente
sidad, la creación de dos o tres semi­ económico, que tiende a la proletari­
narios para profundizar los estudios zaron del estudiante de clase media.
y los discursos pomposos con que Por eso afirmamos la necesidad abso­
se afirma la fe renovadora. Pero de luta, para poder triunfar, de que el
allí no se sale. estudiante y el profesional reformis­
Queda, sin embargo, en la Reforma ta abandonen su calidad de “ intelec­

104
tuales” , intentona de aburguesamien­ realizaciones prácticas se concretan a
to, para tomar la que en realidad les discursos y escritos, como hasta aho­
corresponde; la del proletario. Sólo ra, la Reforma será un pálido fan­
así la Reforma será verdad y su va­ tasma aliado del privilegio y oculta­
lor inmenso. Pero si sus hombres con­ dor de apetitos desenfrenados. Al la­
tinúan el camino de tibio reformismo do del obrero: he ahí el lugar del ver­
en que se han iniciado, y sus únicas dadero reformista.

— 105
UNIVERSIDAD, CIENCIA Y CONTRAREFORMA

por
ENRIQUE F. BARROS
(a rg e n tin o )
(1924)

ABEIS de perdonarme, señores, Solterona colonial con la gravedad


H si llego ante vosotros -sin los cá­
lidos entusiasmos de otras ho­
prestada del miriñaque, no nos va a
convencer a fuerza de ungüentos y de
ras. No por virtud de un proceso de pinturas, ni en primaverales fogosida­
domesticación, como el que han ido e des, ni en tardíos arrepentimientos.
irán sufriendo muchos de los que allí Pavorosamente estéril, no puede os­
estuvieron, que si hay mérito en me­ tentar para su justificación, otras glo­
jorarse siempre, es un deber en Cór­ rias que la de aquel bronce municipal
doba el no modificarse nunca; en ser y dominguero que concentrara ayer la
hoy el mismo de ayer, en ser mañana carcajada nacional. ( x) Nacida en el
el mismo de hoy, con todas sus aris­ desierto, bajo la penumbra colonial es­
tas, con todos sus errores y con el ple­ pañola, fué su misión la enseñanza de
no sentido de sus ideales. aquellos dogmas que no hicieran peli­
Vengo otra vez, decía, pero sin ese grar el despotismo político y la de
entusiasmo de la juventud que es en proveer de todos los pelucones que
la tiniebla luz y en la tormenta rayo. fueron el instrumento de la tiranía y
Porque, señores, después de cuatro de la explotación. El hálito revolucio­
años de peregrinación, de ver mucho nario del 89 no logró infiltrar una
y de aprender algo, yo no creo que la lumbre en la pesada atmósfera de su
Universidad de las triseculares cam­ jesuítico claustro y fué dado así a Cór­
panillas, valgo un dolor de cabeza ni doba, el triste destino de ser la cabeza
una mala digestión. de la contrarrevolución de Mayo. Tal
Estoy dispuesto a probar que esta es sintéticamente, su alardeada histo­
Universidad de Córdoba, así como en­ ria colonial, vida inútil, silenciosa y
tidad, es la más solemne mistificación triste, con la que quiere disculparse
de la cultura científica argentina. este aburrido vegetar.
P ro n u n cia d o en un g ran a c to p ú b lico o r g a n iz a d o p o r la F e d e r a c ió n U n iv e r sita r ia de C ó r ­
d oba, en el que h a b la ro n tam b ién S a n tia g o del C a stillo, p resid en te de la F e d e r a c ió n ; C a rlo s
S ánchez V ia m o n te , co n se je ro estu d ia n til en la F a c u lta d de D e r e c h o de B u e n o s A ir e s ; R a m ó n
M elgar, presid en te del C en tro E stu d ia n te s de M ed icin a d e B u e n o s A ire s, y A g u s tín D illon , en
re p resen ta ción de la F e d e r a c ió n U n iv e r sita r ia del L ito r a l. (V e r c r ó n ic a y d iscu r so s en “ L a G a c e ­
ta U n iv e rsita ria ’ ’ , 9 de a g o s to de 1924. C ó r d o b a ). E l d iscu r so de E n riq u e F . B a r r o s es un o
de los d ocu m en tos m ás in teresan tes que se h a y a n p ro d u c id o p o r p a rte d e los jóv en es, e n fre n ta n ­
do al p o d eroso m o v im ie n to de re a cció n u n iv e rsita r ia en la A rg e n tin a , c o m e n z a d o a fin e s del
añ o 1922, co n el c a m b io de g o b ie r n o n a cio n a l, y que p a lm o a p a lm o r e a liz ó co n q u ista s de
retrog rad a ción .
(1 ) 9e re fie re a la e statu a de “ G a r c ía ” . V e r ilu str a c ió n en el p rim er^ T om o.

— 106 —
Recién hoy suena su nombre como mo no pueden ni ostentarlos aquellas
]o requiere el pretencioso lema de su universidades, que cual la de Buenos
escudo, parque recién empieza con el Aires, no tienen por galardón su pre­
periódico fragor de los vidrios rotos histórica antigüedad, sino su impor­
del 18 aquí, recién empieza, señores, tancia científica y cultural, universal­
el ut portet nome.m meum corarn gen- mente reconocidas.
tibus de su monárquico emblema. Nosotros conseguimos para el ins­
Universidad del siglo XX que aún ig­ tituto de arquitectura, que habíamos
nora la mágica potencia del radium, propuesto, la colaboración de Bruno
que desconoce la existencia de la ra­ Taut, el genial artista y erudito ale­
dioterapia ultrapenetrante, que ense­ mán, la fama de cuyas arquitecturas
ña las anatomías como en tiempo de alpinas ha traspasado las fronteras de
Vesaglio, que no puede vanagloriarse su patria. Decidido a alejarse de su
de haber salvado una sola vida por su país por la paralización consecutiva a
contribución a la higiene pública, por­ la situación económica, Taut aceptaba
que el tifus envenena a la población de hasta el concurso con quienquiera de
Córdoba como en cualquier suburbio otra nación. Pero entre gallos y me­
asiático, que no ha realizado una sola dia noche, en la misma forma que se
investigación sobre la economía social regalaba la cátedra de Filosofía, que
del país, que no tiene un solo semina­ disputara en concurso el doctor Gre­
rio, cuando en la universidad de Halla gorio Bermann, al joven musicante
funcionan desde el siglo XVIII. Que doctor Martínez Villada, así también
no tiene más institutos que los creados resolvióse llamar a un incógnito que
por el par de extranjeros aún tolera­ no presentara el peligro de ser auspi­
dos en sus cátedras, Universidad sin ciado por los hombres del 18.
bibliotecas modernas, Universidad Para la enseñanza de las anatomías,
que ha suspendido la extensión uni­ hoy a cargo de numerosos colegas en
versitaria apenas iniciada, Universi­ ejercicio de su actividad profesional,
dad a la que no se debe una sola fué propuesto desde Berlín el profesor
investigación científica de renombro Heinrich Poli, eminente morfologista,
exterior, cuando tantas ha producido actual titular de la Universidad de
la despreciada China, por ejemplo; Hamburgo y encargado de la institu­
Universidad que no ha publicado en­ ción Rockefeller para la organización
tre su profusa casuística doctoral ni del auxilio pecuniario norteamericano
una sola obra científica, es una Uni­ en favor de la ciencia alemana. En el
versidad sobre cuya portada la cien­ instituto de morfología del profesor
cia contemporánea puede estampar Poli se hubieran enseñado, como es co­
sin dolor ni amargura el guarda e pas- rriente en las cátedras europeas, cen­
sa dantesco. tros de vasta irradiación científica, no
Que no se ha querido hacer de es­ sólo las anatomías descriptivas y to­
ta casa de estudios otra cosa que una pográfica, la histología y la anatomía
casa de expósitos, que dará de hoy, en en el vivo para los artistas, sino que
evidencia con todos los antecedentes también hubieran encontrado su ho­
que me resuelvo a aportar a esta gar aquellas otras disciplinas cuyos
asamblea. nombres nunca se sintieran en la muy
Nuestro esfuerzo, el empeño ince­ secular y muy sabia Universidad de
sante de la generación del 18, que le Córdoba. Me refiero a la embriología
consagrara süs más nobles desvelos, y a la anatomía comparada y a la he­
hubo de asegurar a la Universidad de rencia y a la constitución, cuyos pro­
Córdoba el concurso de los irí&s repu­ blemas se hubieran investigado a la
tados sabios del mundo, hombres co­ par que se levantara el museo sin el

— 107 —
cual toda la enseñanza no pasa de una dica, instituto que tendría también a
vana palabrería. su cargo la formación del personal
Para la creación del instituto de cri­ técnico necesario para los consejos de
minología y para la enseñanza de la higiene y para las administraciones
materia y ramas afines, se gestionó municipales de la provincia. Contába­
y obtuvo la presentación de sabios de mos ya para realizar esta obra de ex­
la magnitud universal de Vambery, traordinaria trascendencia científica
el profesor de Budapest y de Hubner, y social con nombres de la magnitud
catedrático de la universidad de Bonn. de Prausnitz, de Breslau, cuando me­
Aquél, como hombre y como maestro, diante la colaboración artera del ac­
una cumbre europea, eminente espe­ tual ministro de instrucción pública
cialista este último, autor de una céle­ de la nación, sonó su hora para la con­
bre psiaquiatría forense y propietario trarrevolución de Córdoba.
de una soberbia colección y archivo de Más todavía: no bien se hubo pose­
criminología, que quería poner a la sionado de la casa el lacayo del señor
disposición de sus alumnos en los cur­ Marcó y actual Ministro de Instruc­
sos de seminario, así como dictar gra­ ción Pública, doctor Sagarna, cuando
tuitamente la cátedra, huérfana has­ hizo suspender telegráficamente la
ta hoy, de neurología. A tiempo de firma del contrato que nos aseguraba
salir de Europa, el profesor Hubner la adquisición del profesor Jacoby, de
me hizo saber que la universidad crio­ la universidad de Berlín, personalidad
lla y guaranga de Córdoba, no le había descollante en la investigación de la
devuelto algunos ejemplares únicos de química de los fermentos, a quien fue­
sus publicaciones, que remitiera como ra necesario convencer con la mayor
antecedente, ni siquiera contestando habilidad para que se decidiera a des­
su correspondencia. terrarse en este páramo científico e
Para el instituto de economía polí­ intelectual.
tica, fundado sobre las bases del pro­ No he de continuar enumerando la
yecto del profesor Alfonso Goldsch­ acción desplegada en el orden estric­
midt, lamentablemente perdido por la tamente científico por los hombres
universidad de Córdoba y ganado por vinculados a los destinos de la Univer­
la de México, logramos conseguir al sidad de Córdoba por la jom ada me­
profesor Wilbrandt, titular dé la ma­ morable del 18. Tampoco he de recor­
teria en la célebre universidad de Tu­ dar por demasiado frescas aún, las es­
bingen, autor de numerosas obras de cenas de sumisión del profesorado en
vasta difusión; pero ni el profesor oportunidad del mapotón del gobierno
Wilbrandt fué llamado, ni el instituto central.
realizado, ni en la Facultad de derecho Puede ante su obra el señor Sagar­
se continúa otra cosa que el masculla- na repetir con Segantini cuando la
miento más desgraciado del viejo tex­ soldadesca de Suvorow penetraba en
to de Gide, o peor aún, de alguno de la capital de Polonia: “ la paz reina en
sus plagiadores. V arsovia” .
Para la enseñanza y para la investi­ Paz de cadáver, silencio de tumba,
gación de los problemas de la salud viva mistificación. Ante ella, la gene­
pública, se proyectó por el que habla ración del 18, ni transa ni calla, ni
la creación de un gran instituto de hi­ recoge mendrugos ni perdona. Ante la
giene, con departamentos de higiene contrarrevolución, la generación del
pública en el sentido clásico de la pa­ 18 se iergue y les azota' con las pala­
labra, de bacteriología, parasitología, bras de Hugo:
investigación de substancias alimenti­ “ ¡Atfacaos bien! No tengáis otro
cias, medicina social y estadística mé­ cuidado en esas moradas regias que

— 108 —
os sirven de madriguera, que endure­ bre no puede apresurar la hora que
cer vuestros corazones y ensanchar Dios posterga; pero no atentéis al de­
la panza; atiborraos de orgullo, de va­ recho de todo un pueblo. El derecho
nidad, de dinero: bien, muy bien. Por que se alberga en el fondo de los co­
nuestra parte usaremos de indulgente razones, libre, indomable, altanero,
menosprecio, desviaremos el rostro acecha todos vuestros pasos, os juzga,
para no ver vuestros actos. El hom­ os desafía y os aguarda” .

— 109 —
INFLUENCIA DEL MOVIMIENTO ARGENTINO EN
LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS
por
AUGUSTO PI SUÑER
(español)

(1919)

tensísima, que viene produciéndose


HaunACE 15 años, el año 1904, era yo
joven de 24 años. Fui entonces
Sevilla a la Universidad de gran
en esta universidad, y que culminó en
los sucesos de ahora va a cumplirse
fama de la metrópoli andaluza, como un año, con vuestra propia renova­
profesor titular de la cátedra de fi­ ción.
siología ; y si recuerdo estas cosas Fué de Córdoba que partió el estí­
meramente personales, es para deci­ mulo, y la influencia de Córdoba se
ros cómo la impresión de esta Uni­ siente en todas las universidades de
versidad ha renovado impresiones la república; pero creo que esta in­
sentidas hace ya tiempo. No creáis fluencia va aún más lejos todavía,
que este recuerdo se limita a un sen­ influyendo también directamente so­
timiento romántico, de un hombre bre la universidad española, la uni­
que siente declinar su juventud y versidad clásica, vieja, hoy adorme­
quiere refocilarse en cosas que ya pa­ cida, que exige nuevas normas, la lle­
saron, en recuerdos gratos de los mo­ gada de vientos de afuera, la revolu­
mentos en que la vida bullía intensa ción universitaria que le infiltre la
por su espíritu y por su cuerpo; ha­ necesaria modernidad.
go de él mención porque la produci­ Ya he dicho en otros lugares, es­
da por vuestros patios tan andalu­ pecialmente dirigiéndome a la juven­
ces, por vuestras aulas, por este vues­ tud argentina, que los problemas
tro salón de grados, revive aquellos vuestros son nuestros problemas, no
años y porque por otra parte relacio­ sólo porque constituimos una misma
no inmediatamente la renovación in­ raza, sino porque vivimos los mis-
C o n fe re n cia d ad a p o r el d o cto r P i S uñ er en el a u la m a g n a de la U n iv e rsid a d d e C órd ob a ,
en setiem bre de 1919 (v e r s ió n t a q u ig r á fic a ).
E n el añ o 1925, el estu d ian te a r g e n tin o L u is D i F ilip p o d ió en la U n iv e rsid a d de B a r c e lo n a
una c o n fe r e n cia a n te n u m e ro so p ú b lic o d e p r o fe s o r e s y estu d ia n te s so b re el m o v im ie n to e stu ­
d ia n til arg en tin o, y a p ro fe s o r e s en A m é rica , y t u v o r e fe r e n c ia s e s p e c ia le s p a r a la ca m p a ñ a
d e lo s estu d ia n tes ch ile n o s y p eru an os. L a a s a m b le a d e cid ió e n v ia r a L e g u ía , g o b e r n a n te d el
P erú , un telegra m a de p ro te sta p o r la s p e rs e cu cio n e s y p risio n e s d e e stu d ia n te s y o b r e r o s p o r
cu e stio n e s sociales.
L a s re la cio n e s de lo s estu d ia n te s a r g e n tin o s y esp a ñ o le s fu e ro n p a rticu la rm e n te v iv a s en
1920 con m otiv o d e la c o n d e n a de U nam u no, en 1925 en o c a s ió n d e la v is ita del p r o fe s o r a r ­
g e n tin o M a rio S áen z a E sp añ a . P o c o despu és, c u a n d o la v is ita a la A r g e n tin a d e M aciá.
Ilustre d e p o rta d o y p a tria r c a ca ta lá n de la r e iv in d ic a c ió n r e p u b lic a n a E n 1929 co n m o tiv o de
la g ra n ca m p a ñ a de la F . U. E. (F e d e r a c ió n u n iv e rsita r ia e s p a ñ o la ) c o n tra la d icta d u r a . (V e r
J. L ópez R e y : L os E s tu d ia n tes fr e n t e a la> d icta d u ra , e d itor M ora ta , M adrid. 1 9 3 9 ). E n la
p rim era oca sión , U nam u no en v ió este m e n sa je a los estu d ia n tes a r g e n t in o s : “ A la F e d e r a c ió n

110
mos tiempos; actuaron sobre nosotros nal y una vez que los estatutos de las
los mismos siglos históricos y las in­ diez universidades españolas s e a n
fluencias de medio no son tampoco aprobados por el consejo de minis­
muy distintas. Si los problemas son tros, cada Universidad contará con su
los mismos problemas, de una manera propia ley y no estará más sujeta a
genérica vuestros problemas universi­ una legislación uniforme, sino que go­
tarios son asimismo los nuestros. zará de aquellas normas jurídicas más
Os he dicho que no creo que vues­ adecuadas a sus características, a sus
tra actitud haya influido únicamente propias necesidades.
en las universidades argentinas, si­ Pues bien, tened en cuenta, vosotros
no también sobre las universidades es­ profesores y estudiantes argentinos,
pañolas, que van despertando unas que en la redacción del proyecto cata­
tras otras de su sueño, gracias a un lán como en la redacción del estatuto
movimiento que se ha concretado re­ universitario de Barcelona, conocedo­
cientemente en el decreto del minis­ res nosotros de la renovación que en
tro Silió, el decreto de autonomía uni­ las universidades de la República Ar­
versitaria. Pues bien, esta autonomía gentina se operaba, tuvimos muy en
universitaria es consecuencia de la consideración las disposiciones de
presión ejercida principalmente por vuestra Reforma de 1918.
los escolares en sucesivos, congresos, Ved, por lo tanto, como vuestra in­
y traigo estas noticias por si os fue­ fluencia no se ha limitado a la Uni­
sen desconocidas: ha sido en los con­ versidad de Córdoba, sino que ha tras­
gresos universitarios celebrados en cendido a la república toda y ha tras­
Barcelona en los que la juventud es­ cendido allende el mar, conmoviendo
colar ha proclámado la necesidad del la vieja tradición y sacudiendo inten­
propio gobierno de la Universidad. El samente a las adormecidas universi­
último congreso, que yo tuve la honra dades españolas.
de presidir, se celebró el año pasado y La universidad española entra en
este congreso, resultado de la colabo­ vías de renovación y vuestro ejemplo
ración de profesores y alumnos, re­ ha de interesarnos, para estudiarlo
dactó el proyecto de estatuto de la con todo desapasionamiento, pero
universidad catalana autónoma. Re­ también con todo afecto.
petidas veces en el congreso de dipu­ Ya veis la razón de que mi espíri­
tados levanté mi voz para defender tu se goce a un mismo tiempo, por
nuestras aspiraciones y, efectivamen las cosas materiales, estos arcos se­
te, hace tres meses fué promulgado el micirculares de vuestros patios con
decreto concediendo la autonomía de frutales en flor, vuestros antiguos
la universidad. Cada Universidad de­ muebles tallados, y por aquellos otros
berá redactar su estatuto constitucio­ motivos espirituales que muestran en
U n iversitaria , en su presidente G abriel del M azo. S alam an ca, 28, X , 1920. En el alm a les
a g ra d ezco, a m ig os y com p añ eros de la R e fo r m a am ericana, las p ala b ra s que me dirigen a p ro­
p ósito de mi con d en a a 16 añ os de presidio por su p u esta s in ju rias al R ey. Quien sabe si así
y todo, v ie jo ya, no tendrá que irse un d ía a a ca b a r su obra entre ustedes, am igos m íos, este
español a quien tanto le duele E spaña porque la lleva en el cora zón . M ig u e l de U n a m u n o " . E n
la ú ltim a op ortu n ida d m encionad a (a ñ o 1929), los estudiantes argen tin os realizaron m ítines en
todo el país y luego en los d em á s p aíses am ericanos. La F. U. A. envió a la F . U. E., el si­
guiente c a b le : “ L a F ed eración U n iv ersitaria A rgen tin a, integrada p or las F ederacion es de L a
P lata, C órdoba, L ito ra l y T ucum án, sigue em ocion ad a y llena de esperanzas por la brillante
jo rn a d a de la ju ven tu d un iversitaria esp añ ola p or la cu ltu ra y la libertad, expresión de una
grand e y firm e con cien cia y dign ida d hum anas. Os saluda y os en vía ferv orosa solidaridad.
H u m b e r t o V e r a . S ecretario gen era l".
E n noviem bre de 1931, y a p rocla m a d a la R ep ública, se reunió el C ongreso ex traord in ario
de la Unión F ederal d e E stud iantes H ispan os (v e r Crisol de M adrid, nov. 19 31). E x am in ó todo
el p rob lem a de la ed u cación en E spaña. E n lo referen te a la org a n iza ción de las u n iv ersid a­
des, co n o c ió y tuvo en cuenta los puntos de vista a rgen tin os de 1918. E s interesante con sid e­
rar el cap ítu lo de G obierno y R égim en de la U niversidad, tra tad o en el C ongreso, así com o
el de R evisión del p rofesorad o. En rigor, esto últim o, es lo que en el sistem a de la R e fo rm a am e­
rica n a se llam ó org a n iza ción de tach as (v er, especialm ente, P e rú ).

111
esta Universidad la vieja raíz espa­ así habré de deciros unas palabras
ñola, y en la que se prueba cómo la sobre aquellas cosas que más intima­
tradición puede muy bien compagi­ mente me impresionaron por resultar
narse con los más intensos movimien­ de trabajos y meditaciones dirigidas
tos renovadores que exigen las horas en buena parte por lo que se ha dado
agudas en que vivimos. Estas consi­ en llamar, con excesiva lisonja, la es­
deraciones, estos estados afectivos,
cuela fisiológica de Barcelona.
han de pesar grandemente para hacer­
me particularmente grata mi estan­ En nombre de esta escuela, en nom­
cia en vuestra Universidad y para que bre de la entusiasta juventud españo­
considere gran honor contarme, aun­ la-catalana, yo os traigo, a través del
que sólo sea transitoriamente, entre Atlántitb una fervorosa salutación y
vuestros ilustres profesores. Siendo el eco de sus sentimientos fraternales.

1 12
LA REFORMA ARGENTINA, EJEMPLO EN
ESPAÑA
por
WENCESLAO ROCES
(español)
(1926)

UESTRA mentida Universidad


N descansa sobre un peregrino pri­
vilegio del profesorado, que es el
canse” (como si el problema fuese de
permanencia física en las clases a ne­
gados a quienes sería lo mejor pagar­
de no enseñar. Cuando en leyes, rea­ les por estarse en casa) ; pero la nube
les decretos o medidas gubernamen­ pasa pronto, y, después de todo, ¡ qué
tales se vulnera, una y otra vez, la li­ más da sestear en la cátedra o en el
bertad de enseñanza, se deja siempre cuarto casero!
a salvo como intangible esta otra li­ Los únicos que podrían turbar un
bertad, verdadero artículo fundamen­ poco esta dulce siesta del hidalguito
tal de nuestra constitución académi­ raído, serían los estudiantes; pero pa­
ca, la libertad de no enseñar. Con ésta, ra éstos — y razonablemente, tal co­
no hay ningún ministro o ficción de mo hoy están las cosas — la Univer­
tal que se atreva a meterse. Si lo hi­ sidad es estación de ruta; sólo van allí
ciera, nuestros maestros no contem­ a coger, lo más aprisa posible, el
plarían tan impasibles la medida. “ aprobado” , para seguir adelante. Al­
Cierto que este privilegio no es pri­ guien ha dicho que hoy la Universi­
vativo del burocratismo y nace preci­ dad española es un oficina expendedo­
samente de eso: de montar la Univer­ ra de títulos profesionales; y no se
sidad como una burocracia oficinesca, ve, por qué no se despachan éstos por
como una nómina de sueldos y de em­ una taquilla, como las cédulas perso­
pleomanía. El catedrático español in­ nales, o en los estancos, como el pa­
gresa en el profesorado oficial por una pel sellado. Sería más expeditivo y
especie de sorteo con trampa (no son bastante más económico, y el Estado
otra cosa las llamadas “ oposiciones” ), acabaría, muy simpáticamente, con
y, pasado el desfiladero, empieza la una irrisoria ficción.
dulce tierra de promisión, mísera, pero Pero por si acaso fuera concebible
descansada, donde, si la voz de aden­ en el estudiante español de hoy un
tro nG le inquieta, puede rumiar has­ brote de protesta o de rebeldía, es de­
ta la jubilación forzosa una siesta, que cir, un aliento de juventud, está ahí
nada ni nadie la turba. para evitar el peligro ese magnífico
De tarde en tarde viene un pobre cancerbero del examen por asignatu­
ministro de esos de disciplina de cuar­ ras, guardián celoso que vela por los
tel, de los que quieren “ arreglarlo” to­ fueros de privilegio del señor profe­
do con el grito de “ En su lugar, des­ sor, y es las más de las veces ins­

— 113 — 8
trumento propiciatorio de servilismo el de investigación personal mediante
o de su arbitrariedad. estudios y publicaciones, refrendará
Contra este mortífero burocratis­ la definitiva incorporación del docen­
mo del profesorado español no ca­ te al profesorado ordinario, sin el bár­
bría una medida salvadora, si puede baro y ridículo régimen actual de las
hablarse de una posibilidad de sal­ oposiciones. Lo cual supone, también,
vación de la Universidad española, naturamente, desmontar el absurdo
en medio del marasmo de nuestro des­ sistema de los exámenes por asigna­
coyuntamiento de nación; esta medi­ turas, porque de otro modo, las mo­
da salvadora, que los estudiantes de­ mias del profesorado, celosas defenso­
bían luchar tenazmente, por todos los ras de la “ libertad de no enseñar” , so­
medios, hasta imponerla, porque es la bornarían al estudiante con el “ apro­
única salvaguardia eficaz de una li­ bado” a favor.
bertad académica que no sea a las ve­ Diez, veinte años de ester égimen de
ces grotesca, es la libre docencia. No libertad efectiva: libertad de cátedra,
es ninguna innovación del otro mun­ de enseñanza y de asistencia, y todos
do; es una institución que funciona estos años, que hoy pesan con su peso
hoy en las Universidades de los paí­ de muerte sobre el cuerpo de la juven­
ses que realmente lo son. No es una tud escolar, se convertirían en ceni­
medida revolucionaria, aunque en un zas, que el mismo soplo de la juven­
cadáver hasta el andar sería revolu­ tud se encargaría de aventar. Por es­
cionario. to los viejos santones de la cátedra y
Que la Universidad, con un míni­ sus mandatarios en el ministerio ha­
mum de garantías de seriedad cientí­ rán esfuerzos indecibles por evitarlo,
fica y medios de labor personal acre­ bajo la máscara de reforma de la au­
tonomía. Pero la juventud estudiantil
ditados, abra libremente sus puertas
española, si tiene un poco de concien­
a cuantos tengan alguna enseñanza de
cia de su misión, laborará tenazmente
valor social que dar desde sus cáte­
hasta imponer la medida libertadora,
dras. Que se acabe esa absurda buro­
como la impusieron con valiente gesto
cracia universitaria de nómina y es­ las juventudes libres de la Argentina.
calafón, con ese medioeval plan de es­ Y cuando de este modo hayamos intro­
tudios, encasillados por asignaturas. ducido en la Universidad el principio
Que en cada Universidad — que de es­ de la libre concurrencia, y con él la lu­
te modo ha de demostrar su vitalidad cha por el estudiantes, se habrá aca­
para sostenerse — puedan explicar bado el catedrático-canónigo. La Uni­
varios profesores la misma materia, versidad se transformará en un taller,
de modo que el estudiante puede ele­ en una comunidad de trabajo, y el es­
gir libremente la cátedra de quien me­ colar no será lo que es h o y : pobre re­
jor le enseñe. Y así, el éxito efectivo cluta académico, pasto de examen y de
de labor de la cátedra, combinado con lista.

114
P ROP A GA C I ON AMERI CANA

LA REVOLUCION UNIVERSITARIA SE EXTIENDE


YA POR TODA LA AMERICA LATINA
por
JOSE INGENIEROS
(argentino)
(1924)
L generoso movimiento de renova­
E ción liberal iniciado en 1918 por
los estudiantes de Córdoba, va
novación ética, política y social de los
pueblos latino-americanos.
La vieja declamación lírica no in­
adquiriendo en nuestra América los teresa ya a la juventud continental-
caracteres de un acontecimiento histó­ Ha comprendido que necesita ideas
rico de magnitud continental. Sus ecos nuevas contra los prejuicios viejos y
inmediatos en Buenos Aires y México, trata de formarse una ideología que
en Santiago de Chile y La Habana, en la prepare a vivir las grandes horas
Lima y Montevideo, han despertado que el desastre de la guerra mundial
en todos los demás países un vivo de­ ha deparado al mundo civilizado.
seo de propiciar análogas conquistas. Instrumento muchas veces de los
En cien revistas estudiantiles se recla­ viejos declamadores que ponían todas
ma la reforma de los estudios en sen­ sus mañas a la sombra del nacionalis­
tido científico y moderno, se afirma mo verbal, los jóvenes quieren hoy
el derecho de los estudiantes a tener que el amor a la nacionalidad se de­
representación en los cuerpos direc­ fina en programas de reformas bené­
tivos de la enseñanza, se proclama la ficas para los pueblos. Y ya comien­
necesidad de dar carácter extensivo a zan a mirar como simples histriones
las universidades, y se expresa, en fin, del patriotismo a todos los viles tira­
que la nueva generación comparte los nuelos que como Castro y Leguía han
ideales de reforma política y econó­ amordazado o corrompido la concien­
mica que tiendan a ampliar en sus cia cívica de sus conciudadanos, o han
pueblos la justicia social. puesto sus pueblos a los pies del im­
Decepcionados, en todos los países, perialismo capitalista norteamericano.
de la vieja política; perdida ya la con­ Bienvenida la nueva generación
fianza en los vetustos figurones de la universitaria que en todas partes
alta burocracia oficial ; escépticos an­ alienta nobles ideales. Su obra será
te las declamaciones de los que en to­ eficaz en nuestra América si logra
das partes explotan el sentimiento pa­ que su acción se mantenga inmune de
triótico para justificar sus privilegios las filtraciones políticas y confesio­
o sus desmanes ; burlones ante los cí­ nales que en todas partes utilizan los
nicos dómines que siguen enseñando renovadores “ amarillos” que se mez­
en la cátedra las apolilladas doctrinas clan a los movimientos juveniles pa­
de los tiempos coloniales; libres, en ra desviarlos de sus originarias ten­
fin, de espíritu, las nuevas generacio­ dencias liberales y sociales.
nes proclaman su verbo de “ Renova­ La juventud que no está con las iz­
ción” , haciendo suyos los ideales coin­ quierdas es una simple vejez que se
cidentes en el triple anhelo de una re­ anticipa a las canas.
P u b lica d o com o ed itorial en “ R e n o v a ció n ’ ’ , órg an o de la Unión L atin o A m erica n a J en
m arzo de 1924.

— 115 —
LA REFORMA UNIVERSITARIA Y EL PROBLEMA
AMERICANO
por
ALFREDO L. PALACIOS
(argentino)
(1 925)

H ASTA que lleguemos a sentir


profundamente la identidad de
nuestra índole, la inexorable
Hemos de forjar una nueva religión
que constituya el camino para la su­
peración del hombre y que consagre
comunidad de toda nuestra América, la vida plenamente en vez de muti­
en ideales y destinos., no podemos afir­ larla; hemos de crear una nueva po­
mar que existimos colectivamente. No lítica que constituya la ciencia y la
habremos realizado nuestro deber práctica del bien común, dentro de la
hasta que lleguemos a vivir para la más amplia democracia social. Hemos
misión de América antes que para de fundar una nueva economía que
nosotros mismos- Ensanchemos' el estimule y favorezca las energías
área cordial y el egoísmo aldeano de creadoras del hombre y las utilice en
nuestras pequeñas patrias respecti­ beneficio colectivo. Hemos de llegar a
vas y sintámonos patriotas de Amé­ concebir una estética que no sea un
rica Latina. Abandonemos los limita­ pasatiempo de desocupados, una di­
dos y antagonistas provincianismos versión de ociosos, sino la síntesis de­
para entrar en la vasta confraterni­ purada del alma colectiva que eleve a
dad latinoamericana y podremos de todos los hombres a la comunión ideal
en la belleza. El germen de esos va­
ese modo contemplar frente a frente lores lo atesora ya el alma de nuestra
a las grandes potencias de la tierra raza. Tan sólo necesitamos extraerlos
que se disputan hoy sordamente el del fondo de nuestra índole, recoger
dominio del mundo y nos consideran la inspiración del alma popular y dar
presa codiciable. forma a sus anhelos; obedecer al más
Si resolvemos con acierto y con íntimo impulso de nuestro ser.
hondura este problema fundamental,
todo lo demás vendrá por añadidura. Los Estados Unidos y la América del
Cuanto edifiquejmos sin la base de una Sud
íntima, indestructible solidaridad, pe­ Se nos ha presentado como enemi­
recerá en el vacío. Lo que pretenda­ gos de la América del Norte. Es este
mos adoptar tomándolo del pasado o un error mezquino. No somos enemi­
de otros pueblos, se caerá a pedazos gos de ningún pueblo puesto que nues­
por sí solo. tro idealismo es universal y altruista.
Del manifiesto, publicado en “Renovación", de Buenos Aires, abril de 1925, con motivo de
un proyecto de congreso Latinoamericano de Intelectuales a celebrarse en Montevideo.

116 —
Unicamente aspiramos a forjar la tra el porvenir de nuestra raza. Los
personalidad de la América Latina pa­ Estados Unidos ya han cumplido su
ra que realice sus destinos. Tenemos misión de incomparables dominadores
un alma propia y no podemos por de la materia. Nosotros debemos aho­
tanto resignarnos al humillante papel ra emprender la nuestra, de intérpre­
de satélites de otra nación o instru­ tes del espíritu.
mentos pasivos de otra raza cuya ín­
dole e ideales difieren en absoluto de La Reforma Universitaria
los nuestros. Admiramos las virtudes
de la raza anglo-sajona, mas no hasta El advenimiento de la nueva era
el punto de renegar nuestras propias americana lo ha hecho posible la jo ­
cualidades porque sean diferentes de ven generación que despertó al calor
las suyas. Nosotros, en realidad, des­ del incendio de la guerra mundial y
conocemos aún nuestros valores por­ alumbrada por la antorcha de la re­
que nuestro estado de pasiva recepti­ volución rusa. Esos grandes aconteci­
vidad solamente hace visibles los de­ mientos favorecieron el estallido de
fectos que son la negación de nuestra su inquietud y libertaron su mente del
verdadera personalidad. Sin embargo, sopor en que habían vivido aletarga­
a través de nuestra acción se ha defi­ das, mental y moralmente, las genera­
nido ya nuestra ruta como opuesta a ciones anteriores. Así nació la Refor­
la del pueblo yanqui. Mientras aquél ma Universitaria, que aunque no rea­
ha adoptado como lema el de “ Améri­ lizada totalmente, constituye ya uno
ca para los americanos” , nosotros he­ de los hechos de más significación en
mos optado por el de “ América para nuestra historia. Tal vez en ningún
la humanidad” . Hay aquí dos mane­ país se han pronunciado los estudian­
ras contrapuestas y excluyentes de tes por el ideal de la justicia y la re­
considerar la vida. La raza anglosa­ novación humanas con impulso tan
jona es egotista; se juzga privilegia­ unánime y resuelto como el que les ha
da y superior a todas las otras razas. animado en esta América.
Nosotros, por el contrario, nos sen­ Es preciso que ese impulso no que­
timos hermanos de los hombres todos, de esterilizado en una simple refor­
y únicamente podremos sentir con­ ma burocrática. Debe ser punto de
ciencia racial cuando hayamos conce­ partida para una acción conjunta re­
bido la posibilidad de realizar un des­ formadora que redima de su inercia y
tino propio. Norte América ya se ha su aislamiento a nuestros pueblos es­
definido, desarrollando al extremo y táticos. Debe prolongarse hasta re­
perfeccionando la civilización mate­ novar los ideales educativos, realizar
rialista, mecanicista y cuantitativa de trabajos por la Confederación Ibero
la vieja Europa. Nosotros aún no he­ Americana y formular las bases de
mos dicho nuestra palabra porque lle­ una nueva orientación cultural. En
vamos latente un nuevo germen que toda obra de los jóvenes se denota
dará otra orientación a la cultura del sensibilidad más afinada y la percep­
mundo y aportará nuevos ideales a la ción de los problemas éticos que en
especie. Tenemos que replegarnos so­ épocas precedentes fueron desconoci­
bre nosotros mismos para escoger el dos o desdeñados. En toda juventud
camino que nos sea más adecuado. de este continente se evidencia una
Nada tenemos que hacer por hoy con rara comunidad de espíritu que au­
la América del Norte, sino defender­ gura una unión a realizar- Las mis­
nos de las garras de sus voraces capi­ mas inquietudes la preocupan y la ani­
talistas. Los que predican un paname­ man idénticos ideales. Hasta el esti­
ricanismo que Norte América es la lo es análogo: nervioso, limpio y pre­
primera en despreciar, conspiran con­ ciso, más cordial y más sobrio.

117
Es indudable que existe una onda feccionar la sociedad. Todo idealismo
espiritual que recorre nuestra Amé­ es renovador y fecundante, a condi­
rica y dinamiza a la juventud para ción de que trate de encarnarse en el
encaminarla a grandes realizaciones. presente. El defecto radical de la cul­
tura europea no es la falta de ideales
Ideales de la juventud sino su impotencia para realizarlos.
Ahí están, por ejemplo, Bertrand Ru-
Ya en mi alocución a la juventud ssell y Wells, dos cimas del pensa­
universitaria, precisaba los puntos miento contemporáneo cuyas ense­
que a mi juicio deben guiarla en su ñanzas se confinan en la esfera del
acción renovadora. El impulso ínti­ conocimiento, sin llegar a traducirse
mo que anima a esta generación está en realidad, paralizadas por la barre­
de acuerdo con la índole de los tiem­ ra infranqueable de los intereses
pos. Ha dicho muy bien Spengler, creados. No imitemos a los europeos
que estamos en la edad del socialis­ en esa senda suicida. Vayamos direc­
mo, es decir, del predominio de lo so­ tamente a realizar nuestros ideales,
cial y colectivo sobre lo individual. Y aun cuando esto nos obligue a redu­
ese mismo es el espíritu que mueve cirlos. Más beneficiosa es para el
hoy a los jóvenes: federación de los progreso humano una simple mejora
estudiantes, confederación de Amé­ conquistada que grandes ideales,
rica, comunidad moral con el pueblo, irrealizados, cuando éstos no pro­
reforma educativa que forje caracte­ mueven a la acción inmediata.
res y que socialice la enseñanza. Pueblos líricos y verbalistas como
Dentro de esa orientación caben somos, hemos de considerar la acción
holgadamente todos los ideales que se como el principal remedio a nuestro«
propongan elevar al hombre y per­ males-

118 —
LA OBRA CONTINENTAL DE LA REFORMA
JUVENIL
por
MANUEL UGARTE
(argentino)

(1931)

L movimiento de la juventud la­


E tino-americana en estos últi­
mos años es síntoma seguro de
El programa de todas las Uniones,
Alianzas, Asociaciones y Ligas anti­
imperialistas de la América Latina
que se acercan tiempos nuevos. Nun­ es sensiblemente el mismo, puesto que
ca se vió en nuestras repúblicas el todas aconsejan, en lo exterior, una
entusiasmo, la rebeldía, la fe en des­ resistencia a los avances del imperia­
tinos mejores que hoy vibra en to­ lismo y en lo interior una renovación
das las capitales, de Norte a Sur de que nos liberta de los cómplices que
la América Hispana, como si se en­ tal influencia tiene entre nosotros. La
cendiera el porvenir. actividad de los partidos y de los nú­
Cuando inicié hace un cuarto de cleos de izquierda responde a una in­
siglo, mi prédica en favor de la coor­ eludible necesidad renovadora.
dinación de los pueblos del Sur para Es admirable la labor de los hom­
detener el avance del imperialismo bres que dirigen o inspiran esas en­
norteamericano, y en contra de las tidades, cuya acción resulta cada día
oligarquías que nada intentaron pa­ más eficaz. Hay que saber lo que cues­
ra oponerse a él, nuestras repúblicas ta en nuestra América levantarse
dormían y fueron pocas las voces que contra lo existente. Los imperialis­
se hicieron eco de mis inquietudes. mos de afuera y nuestros propios go­
Hoy arde el Continente en un solo biernos, hacen difícil la vida a cuan­
fervor. Los raros intelectuales que se tos defienden la libertad. Hostiliza­
recluyen en el arte por el arte, lo es­ dos por los que dominan, se hallan
casos escritores que se solidarizan los disidentes desterrados dentro de
con las dictaduras, se van quedando las propias fronteras. Por oponerse
al margen de la opinión, solos en la a la injusticia y a la influencia inva-
playa de donde se retira el mar. Ata­ sora, resultan inutilizables dentro de
dos a un estado de cosas que la razón la vida nacional.
condena, hacen esfuerzos inútiles pa­ Contra este ambiente que nos hu­
ra conservar contacto con las nuevas milla reacciona hoy vigorosamente la
generaciones. Por no haber sido sin­ juventud. La Universidad en ebulli­
ceros, serán sacrificados. Y de la jus­ ción defiende la Reforma, abandonan­
ta sanción saldrán lecciones para el do viejas rémoras, que tienen que
porvenir. desmoronarse al soplo del ideal.

— 119 —
Un ímpetu generoso augura la reden­ Unidos ó al imperialismo de Ingla­
ción del indígena y la igualdad para terra, no contaron con la energía de
todos los hombres. A las oligarquías la generación que sube. Al margen
ensimismadas, a los dictadores jac­ de las mistificaciones que un instante
tanciosos, sucederán los gobiernos la desorientaron, ha llegado esa ju ­
populares que traducirán el ansia de ventud a comprender los destinos del
renovación de nuestras repúblicas y Continente y las exigencias de la
harán la patria total. hora.
Todo anuncia que se avecinan
La voluntad de perdurar prepara
acontecimientos memorables. Ha em­
la utilización inteligente de las fuer­
pezado en las conciencias la meta­
zas nativas, ansiosas de desembara­
morfosis que es posible transportar
a los hechos, pese a cuanto sostienen zarse de los parásitos, de acercarse
los políticos y los especuladores que por la identidad de situación, de re­
incubaron los conflictos actuales. organizarse ante la urgencia de la
Los malos gobiernos que fomenta­ crisis. La salvación sólo puede venir
ron la corrupción y la indiferencia de los hombres nuevos y de los mé­
para medrar a la sombra de bande­ todos nuevos. La construcción futu­
ras extrañas, como los rajahs de la ra surge ya en la mente de una gene­
India o los sultanes de Marruecos, ración que se siente predestinada al
los políticos de cortos alcances que esfuerzo histórico. De un extremo a
sólo concibieron la sujeción alterna­ otro del Continente cunde el anuncio
da al imperialismo de los Estados del glorioso incendio que se avecina.

120 —
C O L O M B I A

LOS ESTUDIANTES Y EL GOBIERNO


UNIVERSITARIO
por
GERMAN ARCINIEGAS
(colombiano)

(1922-23)

A revista “ Ariel” , de Montevi­ Desde hace muchos días, en la pren­


L deo, en el número correspon­
diente al mes de junio del año
sa, en las asambleas y congresos na­
cionales e internacionales de estudian­
pasado, publica, entre otras, la opi­ tes, no ha carecido de propaganda la
nión de Eugenio D’Ors sobre la parti­ aspiración vieja y unánime de la ju­
cipación estudiantil en los Consejos ventud, encaminada a equilibrar en
Directivos de las Universidades. He los centros máximos de la cultura y de
aquí el concepto fundamental expues­ la educación nacionales los elementos
to por el profesor catalán: de renovación con los de conservación,
“ La participación no es para el pro­ los que dan el impulso con los que lo
blema, capital. Lo primordial es otra ordenan, los que llevan la vida con los
cosa. Yo insisto siempre en la etimo­ que la encauzan, los que conciben la
logía de la palabra “ autoridad: vie­ iniciativa con los que la incorporan,
ne de autor, quiere decir autor.” los que son principalmente estudian­
Bien expresada y mejor compren­ tes con los que son principalmente
dida queda, en las palabras anterio­ maestros, o más aún, como afirman
res, la esencia del problema. Cosa im­ recientemente los universitarios ar­
portante, si se advierte que por no ha­ gentinos, “ que la democracia—fórmu­
ber penetrado en ella hondamente, la política de justicia social—debe ser
han languidecido los intentos gene­ el régimen de gobierno universitario,
rosos encaminados a solucionar una y que el “ demos” de la universidad lo
cuestión decisiva para la buena inte­ constituyen los estudiantes que son
ligencia del concepto universitario. sus destintarios directos.”
E n octu bre p róx im o pasado, presentam os y sostuvim os las prin cip ales conclusion es de este
escrito ante el P rim er C on greso N acion a l de E studiantes reunido en la ciudad de M edellín,
octu bre 1922, con clu sion es que fu eron ap robad as p or consid erarse que ellas indicaban el sis­
tem a m ás v e n ta jo so y fá c il de obtener la ingerencia de los estudiantes en el gobiern o de la
U niversidad. A qu í nos hem os prop uesto h a cer una exposición m ás orden ada y am plia de
nuestras ideas al respecto. (N . del A .)
El te x to que se p u blica fu é con sid erad o el m ejor y prem iado con el “ P rem io R ob erto A n -
cízarfc» en un con cu rso internacional, ab ierto en B uen os A ires, al m ejor tra b a jo sobre “ la
p a rticip a ció n de los estudiantes en los C on sejos D irectiv os do las universidades. (N . del C .)

121
Así, hemos tenido recientemente la menos, en el gobierno de la universi­
siguiente declaración: dad, decimos que la manera como se
“ El primer Congreso Internacio­ ha planteado el problema ha traído co­
nal de Estudiantes de la gran Colom­ mo corolario, generalmente, el que se
bia, acepta como una legítima aspira­ limite la cuantía del negocio, en de­
ción la representación de los estudian­ trimento de la holgada visión en que
tes en los Consejos Directivos, desig­ deben espaciarse las aspiraciones es­
nando al efecto, un número justo de tudiantiles.
puestos en dichos consejos, para que
sean ocupados por estudiantes elegi­ La perspectiva
dos por el voto directo de sus compa­
Así cómo el ser autor no es obra de
ñeros.”
un momento y el desarrollo de una
Pero ni en la manera como se ha idea madre requiere laboriosas ges­
iniciado la petición, ni en el desarrollo taciones, la adquisición de autoridad
que a ella se ha señalado, hemos es­ debe resultar de trabajos continuos,
tado siempre acordes con lo que se ha concientes y difíciles- La regenera­
dicho. Así que, al formular el doctor ción de un instituto cargado de abe­
Ancízar su encuesta— que como tal
rraciones y rico en defectos, impone
hemos considerado su concurso— nos
disciplinas de todo orden que den fir ­
hayamos apresurado a emitir nuestro
concepto, pensando que es un deber de meza a la reforma. Sin atender los
cuantos se crean vinculados al pro­ métodos, hoy revaluados en gran par­
blema universitario de Colombia con­ te por la pedagogía, que informaron
tribuir a que de tal encuesta pueda en sus albores a la actual Universi­
llegarse a una conclusión ventajosa. dad Nacional, es lo cierto que una sen­
Nos afirmamos, pues, en el postu­ sible decadencia ha sido notoria, por­
lado de D’Ors, para sostener que hay que en aquellos días iniciales se formó
una obra previa, una obra que debe un ambiente estupendo, que ahora ha­
ser anterior a la de participación de llamos burdamente malogrado. Así lo
los consejos. Y ella consiste en una han comprendido los estudiantes, y
organización autóctona, que sería la sus más recientes ejecutorias prue­
formación de Consejos estudiantiles ban, a lo menos, un presentimiento
en cada Facultad, con personal elegi­ de la verdad institucional, verdad
do por la totalidad de los escolares cuya realización hase mostrado esqui­
y anualmente renovado- Estos Conse­ va a sus anhelos.
jos, por medio de una labor de com-
pactación, de orientación y de realiza­ La perspectiva seduce porque lleva­
ción deben probar que los estudiantes rá un fundamento de ciencia y de vi­
están unidos en una elevada conscien­ talidad al desenvolvimiento de la casa,
cia de sus destinos, apta para tradu­ extenderá su influjo hasta dar relati­
cirse en obras afirmativas e inteligen­ va transparencia a las turbias mira­
tes. Así se es autor y así se tiene au­ das populares y será una esperanza
toridad. Y esto obtenido, apenas si es más en las luchas de la raza, que em­
preciso solicitar la participación que piezan a definirse con nitidez con­
viene a constituir un simple número tinental.
en el programa de las actividades. Pero para que la obra de los estu­
Y porque no se trata de participar diantes se haga con sabiduría, hay que
en un consejo de profesores, sino de mirar cuál ha sido el camino de la de­
tomar ingerencia directa en las más cadencia y cuál será el de la reden­
de las veces y de cooperación en las ción.

122
El ambiente literario tructiva, el ambiente literario apenas
si lle^a a un sutil e inofensivo análi­
Acabamos de presenciar la apoteo­ sis gramatical.
sis magnífica de Julio Flórez, el poeta
a quien más fácilmente ha compren­ El ambiente universitario
dido el pueblo colombiano. Casi es im­
posible dar noticia de otro acto que El resurgimiento universitario tie­
más íntima, que más extensamente ne, pues, que encaminarse a una pro­
haya conmovido a los habitantes de funda modificación de ambiente.
este país. Para afirmarlo es preciso “ Estoy convencido de que la nece­
haber visto cómo hasta las gentes sidad fundamental es una atmósfera
apartadas de los cosas del espíritu, de cultura y no un medio formalista
leían con emoción de lágrimas las in­ de enseñanza” , dice Rabindranath Ta-
formaciones referentes al acto de la gohe hablando de la cuestión escolar.
coronación popular. Nosotros recogemos esta frase para
Sucesos semejantes, admirable­ darle toda su amplitud en el problema
mente interpretativos, revelan el ca­ universitario.
rácter exclusivista en las aficiones El mejoramiento de los sistemas so­
culturales del país. Gentes que apenas ciales, a base de transformaciones
recuerdan la tabla pitagórica, os reci­ económicas, políticas y pedagógicas,
tarán quinientos mil versos del poeta, sólo puede lograrse mediante un ro­
grabados mejor en su memoria que bustecimiento, una exaltación atrevi­
las bases más precisas de otros cono­ da del sentido crítico.
cimientos indispensables. Se abre un Y el sentido crítico ha ido extra­
concurso de cuentos y pronto se apa­ viándose, debilitándose, entumecién­
recen decenas de concursantes; se pro­ dose, bajo la influencia del sistema
mueve una encuesta científica, y na­ mnemotécnico, del verbalismo que ha
die le da. la menor importancia. venido dominando en los métodos de
Es un espíritu manifiesto en cien enseñanza. Tan cierta es nuestra ob­
formas diversas, que ha puesto cerco servación, que en la Facultad de Me­
a la propia Universidad. Cuánta li­ dicina, en donde el método experimen­
teratura se hizo al debatirse la tesis tal ha debido y ha logrado obtener un
de una posible degeneración de la raza desarrollo apreciable, el gremio estu­
desvirtuando la índole científica de la diantil da. sensación de superioridad,
discusión. En las clausuras de estu­ avanza sensiblemente hacia la verda­
dios, qué de odas y de cantos y sone­ dera orientación de los altos estudios,
tos. Todos los días surgen sociedades al paso que la escuela de Derecho es
literarias, único afán de muchos com­ un ingenioso laberinto de silogismos
pañeros estudiantes, y casi no hay li­ en donde naufragan todas las genero­
terato de más o menos justa reputa­ sidades y hallan obstáculos todas las
ción, americano o español, antiguo o reformas.
moderno, que no haya visto glorifi­ Acentuar ese carácter que hace de
cado su nombre al frente de un círculo la investigación el sistema nervioso de
joven, que a su amparo comete versos la universidad, para usar una expre­
y trama revistas. Rubén Darío, Me- sión del profesor estadounidense C.
néndez y Pelayo, Jorge Isaacs, Julio M. Coulter, es llevar todo el empuje
Arboleda,, sirven de razón social a personal que estudiantes y profesores
otras tantas casas de versificación. pueden reunir al espíritu mismo de la
Y así como el ambiente cultural lle­ obra, es dar verdor de frescura al ár­
va a la crítica revaluadora y cons­ bol de la ciencia.

— 123 —
En perfecta simetría con estas interpretar la opinión que en cada
ideas queremos planear la organiza­ asunto oriente a la mayoría de los es­
ción de los estudiantes. Ella debe ser tudiantes. Y recíprocamente, es atri­
algo así como un seminario trascen­ buto del consejo de estudiantes dar­
dental, que penetre en los más íntimo les el visto bueno a los acuerdos que
de las instituciones para darles el sa­ procedan del consejo de profesores.
cuden fecundo del pensamiento nuevo. Como una aspiración remota, que
Y sea éste el momento de advertir que no puede hacerse exigible mientras el
los profesores poco o nada los deben: “ demos” no haya alcanzado la pleni­
ellos han hecho su creación a imagen tud de su autoridad, puede consignar­
y semejanza de sus ideas, y puesto que se la de que toda decisión— ley o sen­
gracias a ella han adquirido prepon­ tencia sea obra de profesores y estu­
derancia para imponer las concepcio­ diantes, colocados en idénticas condi­
nes más gratas a su natural rutina e ciones. Pero como aspiración próxima
inmovilidad. Pretender inyectarnos y principio de reivindicación debe so­
en sus consejos, es buscar un campo licitarse la concesión a los consejos de
distinto del que la naturaleza nos se­ estudiantes de una representación an­
ñala. te los de profesores, en form a de vo­
ceros y fiscales con derecho a deter­
La cooperación minado número de votos.
En manera alguna somos partida­
El estudiante no está en relación de rios de que los estudiantes pidan o
dependencia respecto al profesor, sino
arrebaten la totalidad de la reforma
en relación de cooperación, y para que desde el primer momento: creemos
esta cooperación dé la plenitud de sus
que el gradual adquirir de posiciones
frutos hay que buscar por la autono­
les hace más conscientes de su misión,
mía estudiantil el rendimiento com­
de su responsabilidad, de su derecho,
pleto de que es capaz el factor juven­
tud- de su evolución y de su conquista.
La elección hecha en forma directa La actividad Estudiantil
por los estudiantes de uno o varios
miembros fijos, para que los repre­ Quizá en varios momentos de este
senten en los consejos directivos de escrito hemos señalado la magnitud
los profesores, no se compadece con la de las funciones estudiantiles. Ellas
tarea diaria que deben realizar esos tienen un carácter íntimo que hace
mismos estudiantes en su carácter de referencia al instituto; un carácter
cooperadores. nacional, por el papel que juega la
El Consejo de estudiantes debe ac­ Universidad transformando el am­
tuar con idéntica constancia que el biente de cultura en el país, y un ca­
Consejo de profesores, tener derecho rácter racial en donde se sitúan los
a insinuar ante éste proyectos que problemas internacionales. Bajo estos
afecten la integridad del instituto., ha­ tres aspectos es visible la actividad
ciéndose representar para ello por estudiantil.
medio de voceros que lleven instruc­ Reforma institucional
ciones precisas en cada caso, que den
cuenta de sus actuaciones a sus dele­ En su obra más íntima, los estu­
gantes y que sean de libre remoción diantes deben dar una nueva “ arqui­
por el Consejo de Estudiantes. Así el tectura” a la Universidad.
representante estudiantil será porta­ La esencia de la Universidad hace
voz inequívoco, que nunca dejará de de ésta un foco revolucionario, pues

124 —
no siendo un producto del ambiente, se conseguiría con la simple y perió­
sino debiendo transformar ese mismo dica repetición de idénticos conceptos
ambiente, se encuentra en lucha con­ sobre textos exactos. Sería también
tinua con las aberraciones populares, inoficioso gastar más líneas en adver­
con los fanatismos y con la supersti­ tir que el profesorado, la clase ilustre
ciones. Sólo el desprendimiento filo­ en las sociedades por su doble carác­
sófico que tiende a libertar el criterio, ter de elaboradora y divulgadora de la
da solidez a esta obra mayúscula y ciencia no puede elegirse al azar, sino
profunda. Para llevar a una sociedad por selección hecha por toda la Uni­
a la culminación de sus destinos, se­ versidad y exclusivamente por la Uni­
gún lo que la naturaleza y la razón in­ versidad que es la única plenamente
dican, hay que abatir las más absur­ capacitada para intervenir en el asun­
das y firmes fortalezas del prejuicio. to. Y sería, por último, inoficioso en­
Por esto los estudiantes deben ha­ trar en la demostración de cómo por
cer frente a múltiples trabajos por­ su esencia, por su índole, por sus fina­
que los hechos engendrados por la ru­ lidades, por su obra, debe presentarse
tina y los intereses creados oponen la Universidad como un todo armo­
una montaña abrupta a sus aspiracio­ nioso, cuyas partes se relacionan y
nes. apoyan dentro del ritmo total del gran
El prejuicio del “ pénsum” limita .’ os organismo. Son todas esas necesida­
estudios universitarios y paraliza la des reconocidas por cuantos han tra­
investigación. Con diez y seis exáme­ tado la cuestión universitaria de
nes y en cuatro años, hácese el bachi­ acuerdo con las tendencias actuales y
ller, fatalmente, abogado. El profesor con el ánimo limpio de prejuicios. Y
es elegido por un Ministro, general­ esto es natural y lógico si al formular
mente un político, y así hay una idea el plan de los altos estudios se va tras
estrambótica del magisterio. Ni la de un rendimiento que corresponda a
aptitud pedagógica, ni el concurso, ni las necesidades de los pueblos.
el concepto estudiantil, casi ni el del Y de esta manera si fuéramos a dis­
profesorado, se tienen en la cuenta, y criminar todos los prejuicios que ha­
esto llega a producir malestares que cen ¿deficiente el sistema actual y
sólo pueden atenuarse con huelgas o que, valga la verdad, no son exclusi­
con protestas violentas, que son indi­ vos en Colombia, ni diríamos cosa
cios de un sistema que no satisface- Y nueva, ni haríamos corto el escrito.
por último, una desvinculación abso­
Pero hay uno que, por su singular
luta de las facultades, extingue todo
trascendencia desde el punto de vista
nexo universitario.
de la educación, merece señalarse con
Sería inoficioso detenernos a pro­ mayor énfasis: es el prejuicio del
bar que una facultad universitaria no
texto.
puede aprisionarse dentro de un
"pénsum” estricto, porque el empuje Hay tres momentos en la cátedra:
de sus estudios o la orientación de ia exposición—la discusión e investi­
sus investigaciones requiere grietas gación—la síntesis. En el primer mo­
que den entrada a cuanto el pénsum mento habla el maestro, que puede
no alcanza a comprender: son los se­ serlo el profesor o el estudiante. En el
minarios, las revistas, los cursillos, segundo y tercer momentos hay un
los debates fuera de clase, los inter­ trabajo colectivo. El prejuicio del
cambios, los que dan la verdadera fi­ texto rebaja el primer momento cuya
sonomía del instituto, la cual nunca belleza reside en la viva voz del maes-

125 -
tro; suprime el segundo momento, que éstas, en vez de ser un obstáculo,
que es el que forma el espíritu univer­ sean una ayuda eficaz para el avance
sitario, el que abre las corrientes de de la cultura.
simpatía entre el maestro y el estu­ Hay dos fuerzas excepcionalmente
diante, el que estimula las cualidades capacitadas para elevar el nivel de la
más valiosas del individuo; y acaba cultura, y son el estudiante y el obre­
con el encanto del tercer momento, ro. A manera de términos salientes de
porque la síntesis sólo es amable cuan­ la sociedad— el descubrimiento y la
do lleva un pedazo de nuestro trabajo. realización— ellos se enlazan y com­
Si la juventud se hace solidaria de prenden en las grandes conquistas de
estas ideas, es natural que las des­ la democracia. Donde obreros y es­
arrolle con iniciativas propias, que tudiantes se unen, mediante el aporte
ponga todo su empeño en la reforma, racional que a cada gremio correspon­
que cite por medio de sus consejos de de, se forma un centro de atracción,
estudiantes a los de profesores a reu­ un grupo de actividades privilegiado
niones o congresos en donde, identifi­ por la potencialidad y la sabiduría,
cados en el común anhelo de mejorar, que obliga a orientarse a las demás
hayan de discutirse los lincamientos fuerzas sociales. Este es el sentido de
que sirvan para modificar o para am­ la extensión universitaria. Sentido de
pliar las obras actuales. compenetración con el alma nacional,
bajo el concepto ejemplar del trabajo.
2. Una obra nacional Sentido de alianza entre el trabajo in­
La organización estudiantil vigente telectual y el trabajo muscular. Ca­
en Colombia reconoce en cada ciudad mino hacia una ética sana y vigorosa
que sirva de asiento a un centro uni­ y fraternal.
versitario, una asamblea directiva de
la Federación, Federación a la cual se 3. Una obra continental
hallan vinculados todos los estudian­
“ Concebimos los “ ideales america­
tes.
Los Consejos de estudiantes tienen nos” como el sentido propio qúe los
un papel importantísimo ante las pueblos nacientes en estas partes del
Asambleas, pues ellos son el órgano de mundo podrán imprimir a los ideales
comunicación más autorizado entre de la humanidad.” Con estas palabras
cada facultad y la directiva estudian­ sugiere el doctor José Ingenieros la
til. gran finalidad de nuestras universi­
En juego con las asambleas, corres­ dades en el escenario universal en que
deben actuar por decorosa y precisa
ponde a los consejos verificar la gran
ambición.
obra de la extensión universitaria.
Transmitir a la gran masa del país el Subrayemos en la mente la palabra
ambiente de cultura que, emanando “ propio” , para dignidad personal de
de los claustros, civilice hacia afuera una raza que tiene juventud para ser
y amplíe la zona de influencia en una fuerte y continente para hacerse dis­
manera activa de educación popular. tinguir, y que puede, por lo mismo,
Colocada la Universidad, por razón crearse un holgado patrimonio.
de su importancia, en el centro mismo Con la nitidez de un recio carácter
de las instituciones sociales, debe ex­ deben salir a flote los relieves que ha­
tender, y ésta es una obra de juven­ gan de la nuestra una raza distinta.
tud, el estímulo de los ideales nuevos, Afirmemqp sus aristas, con el orgullo
haciéndolos gratos a las gentes, para de quienes tienen algo más que una

126 —
conciencia erudita, formada con el cuerpos que actualmente dominan en
aluvión del extranjero. el gobierno universitario.
De las universidades, atrevidas co­ Y no puede, decimos, oponerse a los
mo el joven que tiene el ímpetu de un estudiantes una resistencia obstinada,
cuerpo vibrante y de un ideal vivo, no puede desconocerse la autoridad
severas con ¡a dignidad de quien no se estudiantil, porque ella queda estable­
humilla porque sabe la grandeza de cida sobre bases de fortaleza evidente.
sus destinos, ha de salir la concepción Ya hemos dicho cómo conviene a los
maravillosa de los pueblos de nuestra intereses de la juventud la gradual as­
América, despojada de ripio y de la censión de la conquista y para que
vana declamación, pero clara, fuerte y ella, así se logre ordenadamente, se
actual, como queremos que lo sea la dispone de todos los medios que pue­
juventud de nuestros pueblos. den servir a reivindicaciones seme­
Es la última finalidad, que debe jantes.
mantenerse viva a todo lo largo de la Tiene en su favor el estudiante, la
mente universitaria: ella libra de la simpatía social, que en tan claras ma­
mezquindad por el vasto futuro que nifestaciones se ha hecho visible cuan­
descubre; aplaca las vejeces prematu­ tas veces se han intentado movimien­
ras por la visión optimista que sugie­ tos análogos. En la revolución uni­
re ; desafía la indiferencia con el glo­ versitaria argentina, la más valiente
rioso empuje del idealismo; estimula y audaz conmoción que registran los
la actividad con la magnitud atrevida anales estudiantiles de los últimos
del propósito. años, y en todas las campañas que han
La constante relación de los estu­ adelantado los jóvenes federados de
diantes de América, por el intercam­ Colombia, ha sido casi unánime el
bio de misiones y aun por la simple aplauso popular en pro de los refor­
correspondencia, el acuerdo de una po­ madores.
lítica racial común, es la base más La insinuación oportuna, la propa­
segura de la amistad y de la futura ganda de toda naturaleza, y muy es­
y verdadera solidaridad hispanoame­ pecialmente la del periódico y la re­
ricana. vista, son los medios más recomenda­
bles de que disponen los consejos. Y
Posibilidad de la Reforma los mítines,, la huelga y la revolución
sólo pueden ser aceptables como re­
No hay disposiciones de ninguna ín­ cursos extremos, cuando de una ma­
dole que impidan la formación de los nera explícita y agresiva quiere hosti­
Consejos estudiantiles dentro de las lizarse la reforma. Pero esto prueba
Facultades universitarias de Colom­ que en poder de los estudiantes queda
bia. De tal manera que la posibilidad íntegra la gama de los sistemas posi­
del sistema está asegurada por su bles para asegurar una conquista que
base. Un consejo estudiantil que fun­ piden imperiosamente dictados ele­
cione con regularidad y con acierto, mentales de civilización y de justicia-
que se encamine con decisión inque­ Por amplio que sea el horizonte en­
brantable hacia la plenitud de un gran focado por nuestro óptimo anhelo, por
ideal universitario, que cuente con el difícil que parezca dominarlo en su in­
apoyo de los estudiantes, que tenga, tegridad, son tan sencillas las mane­
en una palabra, autoridad suficiente, ras de iniciar la obra, tan inmedia­
no puede encontrar en el curso de sus tos los pequeños resultados, tan cer­
labores resistencia obstinada en los canos los mayores que pueden seguir-

— 127 —
los, tan acordes con la mecánica, con un buen concepto universitario, puede
la lógica institucional los desarrollos afirmarse que el logro de la reforma
del sistema, que nos atrevemos a su­ es un deber de la juventud.
poner en una aptitud excepcional que No siempre se ha comprendido así
hace de los Consejos estudiantiles el y los partidos políticos han intentado
eje indispensable sobre el cual ha de muchas veces dirigir por sí solos el
girar la nueva Universidad de Colom­ movimiento de la reforma universita­
bia. ria; con ello sólo se ha conseguido
Al adoptar el otro sistema, general­ crear nuevas dificultades a una labor
mente propuesto, de representantes que de por sí es ardua y complicada.
elegidos en forma directa, cuyas la­ La geíruina esencia nacional de la
bores no pueden controlarse en todo causa, se desvirtúa en la trama de la
momento y en todo negocio, que no política. La unidad se fracciona y de­
pueden destituirse y reemplazarse con bilita y las soluciones de mayor clari­
facilidad, que no tienen el auxilio de dad y nitidez, tórnanse turbias y con­
un cuerpo consultivo especializado en tradictorias. Y es natural que calami­
esos asuntos, que hasta pueden burlar dades semejantes sobrevengan, si se
o falsear la opinión estudiantil hacien­ considera que las asambleas de par­
do peligrosa y poco deseable la parti­ tido no viven la vida íntima del claus­
cipación en los Consejos de profeso­ tro, el discreto comercio de las aulas,
res, al adoptar ese sistema, decimos, y no logran así palpar las fibras más
se paraliza u obstruye el desarrollo sensibles de un organismo que escapa
total de la reforma. a las limitaciones del bando y de la
El Consejo de estudiantes no sólo secta, y que sólo cabe en las esferas
da mayores garantías de acierto al de­ de mayor comprensión.
terminar en cada caso su vocero ante La obra que con respecto a los insti­
el Consejo de profesores, sino que por tutos universitarios pueden realizar
la publicidad de sus discusiones y las asociaciones que no están vincula;
acuerdos y por el número de sus das directamente en su finalidad, es
miembros, penetra más en la masa es­ una obra muy distinta de la de agen­
tudiantil. ciar el movimiento de la reforma, ya
Por otra parte, nada más simple que ésta sólo se hará estable e inteli­
que la manera de integrar tales Con­ gente el día en que no intervengan en
sejos, ya que sus miembros pueden ella manos distintas de las de los pro­
ser el principal y los suplentes que se pios elementos universitarios.
eligen en cada año de estudios para la Y como lo que en la actualidad exis­
Asamblea de Estudiantes, cosa que en te es la obra de los profesores, con al­
la actualidad se realiza con la mayor gunas lamentables limitaciones im­
exactitud, lográndose así una repre­ puestas por el Estado, y como esa obra
sentación distinguida de todos los cur­ aparece profundamente distanciada
sos. de los ideales jóvenesNno es cuerdo su­
poner que en la mente de esos mismos
El deber de la Reforma
profesores esté el germen de una or­
Establecida la necesidad de la re­ ganización distinta que satisfaga la
forma universitaria, a base de la in­ plenitud del querer estudiantil.
gerencia de los estudiantes en su go­ Porque así está dispuesto por el or­
bierno, como el sistema eficaz para den de las cosas, la obra más digna de
alcanzar finalidades sociales y racia­ la juventud queda, pues, encomendada
les que caben lógicamente dentro de en sus manos. Por conveniencia, por

— 128 —
generosidad, hasta por razones de de­ giro de su vida y tan opaco ritmo para
coro, está obligada ella a levantar el el desarrollo de su entidad.
instituto que sea digno de alojar el Hay que penetrar, y hacer dentro
pensamiento moderno, ese pensa­ de cada estudiante, el proceso y la fi­
miento que hoy se muestra esquivo, losofía de la Universidad, y llevarlo de
incómodo en la casa que, de tanto ser la contemplación a la acción y hacerlo
estrecha, parece una fábrica con el autor y darle autoridad y colocarlo en
espíritu ausente. el “ demos” frente a la democracia,
Penosa, sí, ausencia !del espíritu esto es, hacer del estudiante el estu­
que desdeña el entusiasmo de cuantos diante.
llegan ansiosos de elevar las finalida­ Ante el Estado que absorbe y ante
des de su vida, que no regala con el el partido que disuelve, se alza la ju­
espíritu cordial para las obras socia­ ventud que es preponderante y que
les, que no provoca los impulsos rebel­ colocará a la Universidad por encima
des donde germinan el descubrimien­ de los apetitos, haciéndola autónoma
to y la invención por la discusión y la y propia. Y, como en la nueva herál­
crítica. dica que la altivez mexicana ha lle­
Ausencia del espíritu, porque el es­ vado a través de nuestros pueblos,
píritu ha sido desdeñado por la misma dirá en su lengua esta generación au-
juventud que no lo evoca y que acepta gural de Colombia: por mi raza ha­
tan mezquina esfera para "límite del blará el espíritu.

II
EL ESTUDIANTE DE LA MESA REDONDA
(1932)

O que quiso el estudiante de Cór­ otros hasta iluminar maravillosamen­


L doba no fué echar por el suelo la
estatua de fray Fernando, sino
te el círculo polar de la tragedia. Pero
de un valor que recibimos de heren­
reconstruir sobre una escala más am­ cia: el civismo, dejamos dos que sir­
biciosa los planes de la Universidad vieran para fijar el equilibrio de la
americana. El liquidó la leyenda de cultura americana- el civismo y la
que eran maestros unos señores que vida.
se contentaban con repetir la lectura * * *
de los textos; él libertó los anhelos de
investigación contenidos por el con- ¿Volverá a surgir el tipo del estu­
servatismo de las academias. La Uni­ diante revolucionario, así como lo vi­
versidad, después de 1918, no fué lo mos a principios del siglo X IX ? ¿Ocu­
que ha de ser, pero dejó de ser lo que rrirá de nuevo que una gran inquie­
había venido siendo; 1918 fué un paso tud científica sea el puente para que
inicial, la condición previa para que otra vez vayan las juventudes al pue­
se cumpliera el destino de la Univer­ blo y la ciencia surja de la entraña de
sidad en América como Universidad. América? ¿Volveremos sobre la cons­
Así lo hemos sentido desde entonces, y ciencia perdida de la patria?
sólo aspiraríamos a que de nosotros Es ésta la duda que revolverán los
se dijese lo que realizamos: abrir una muchachos que llegan. Ellos lo saben,
ventana. o lo adivinan, porque sólo la juventud
La pasión de la hora ardió en nos­ tiene revelaciones. A veces parecen

— 129 — 9
demagogos. Levantan, sobre cajas de Universidad es la de un gran labora­
pino, en los mercados, sus tribunas, torio político, la de una empresa polí­
buscando caminos para llegar al co­ tica con una idealidad nueva y defi­
razón del pueblo. Y quieren apoyarse nida y un plan nacional propio, terrí-
en el pueblo para volcar un sistema gena.
que condenan con todas las fuerzas Dice el estudiante:
de su espíritu. * * *
Así se han hecho fuertes. En cinco
o diez años han puesto en fuga a to­ — El universitario que se inició en
dos los presidentes de América. Pero 1918 abrió los ojos justamente cuando
unos se van y llegan otros, y América ocurría en el mundo la transforma­
sigue siendo el mismo centro de ansie­ ción de la postguerra. En el Norte se
dades, la misma tortura para las mu­ había montado una gran fábrica que
chedumbres estudiantiles que quieren nos enviaba automóviles, editoriales,
mayor grandeza en el alma de la Re­ novelas y empréstitos. Caravanas de
pública, mayor seguridad para la vida propagandista llegaban a todas nues­
de los humildes, menos resignación en tras aldeas y nos llenaban de catálo­
quienes llevan la antorcha de nuestro gos, de muestras, de deseos de com­
destino. pra. El indio se consideró feliz con un
En el fondo, el estudiante no es encendedor automático; el barbero
sinq un político. Le interesa la vida con un automóvil — el Ford — , que le
del Estado, quiere hacer un Estado a daba el tono y gusto de los paisajes
imagen y semejanza de su pueblo, y rurales, y el hacendado, con el boton-
es muy posible que el Estado necesite cillo eléctrico que movía después de la
de él. Se ha dicho que la política es cena, desdé el fondo de un butaca, pa­
intriga, bajeza, miseria y vulgarida­ ra recibir a domicilio los Rigolettos
des- Pero, ¿por qué no ha de ser otra de Tita Ruffo, los conciertos ruidosos
cosa? ¿Por qué se ha de confundir un de la Sinfónica de Berlín y hasta el
pueblo sometiéndolo a ese criterio? palor de los aplausos prodigados en el
¿Ese concepto bajo de la política co­ Carnegie Hall.
rresponde a una fatalidad de la Repú­ Llegó un día en que la América toda
blica o es la consecuencia de una cla­ sudaba por comprar los encendedores
sificación errada de los valores socia­
automáticos, el automóvil Ford y la
les?
radiola. Fué el delirio, fué la marea
El estudiante surge con un impulso en que los mismos vendedores, ofus­
radical, dispuesto a destruir el con­ cados, sufrieron un vértigo de trópico
cepto corriente de la política. No y se precipitaron en las fantasías de
acepta la claudicación de que el Esta­ la fiebre ecuatorial. El hispanoameri­
do jamás pueda gobernarse con inte­ cano sudaba y pedía prestado. Todos
ligencia y con justicia, de que es im­ acumulaban deudas, y, como todos, el
posible tener un conocimiento real, Estado. El Estado era una truhanería
verificado, de los problemas naciona­ para empañar las generaciones por
les, una valoración justa del anhelo venir. Los agentes viajeros se convir­
popular. tieron, de comerciantes, en directores
¿Para qué ha de servir la Universi­ de la opinión pública. Fueron ellos
dad si no ha de ser para que desde ella quienes, por vender automóviles, neu­
las juventudes juzguen lo que consti­ máticos y repuestos, les hicieron ver
tuye el fundamento material y moral a los campesinos la locomotora como
de la patria? La visión futura de la uno de esos esqueletos de dinosaurios

130 —
que exhiben los Museos de Historia saba como una niña los catálogos de
Natural: monstruos antediluvianos. colores: ¡ los automóviles escarlata, los
Y ellos, los agentes, desde sus tiendas automóvlies quel llevan el brillo de los
decoradas con archivadores y con re­ pájaros, de las mariposas, de los pe­
vistas de papel satinado, determina­ ces ! Se utilizó también la psicología
ban a los ciudadanos para que le pi­ infantil; para esto se estudia Psico­
dieran al Gobierno carreteras, frag­ logía en las Universidades de Norte­
mentos de carreteras, miríadas de ca­ américa. Las agencias regalaban cua­
rreteras, carreteras troncales, carre­ dernos a los niños; el niño, decían los
teras por los despeñaderos de los An­ agentes, es la cuerda más sensible por
des y carreteras por el equilibrio de donde pueden transmitirse a los hoga­
las llanuras. Los ingenuos ciudadanos, res nuestras “ ideas” . Porque, cosa tí­
colocándose en las perspectivas que les pica de esos días, a cualquier cosa se
imponían los agentes, se sentían aca­ le llamaba una idea.
riciados por la brisa de América, que * * *
les traería la carrera vertiginosa de
los automóviles, vibrarían sobre los Es así, partiendo de sucesos trivia­
cojines resortados, gozarían del de­ les, como se hace de cada República
leite de los neumáticos al brincar so­ una colonia económica... y una colo­
bre las piedras del camino. De tal nia moral. No fué que entráramos en
suerte que una tarde lanzaba el ven­ el juego de interdependencia de las
dedor la idea de la carretera, y a la naciones, en el juego de un mundo
mañana siguiente ya la ciudad entera donde los valores se compensan y equi­
rebullía en el hervor de las manifes­ libran. N o : sencillamente fuimos per­
taciones populares exigiendo la ca­ diendo el sentido de la libertad, empe-
rretera al Gobierno corno un impera­ peñando a las generaciones futuras y
tivo del comercio, de la agricultura, forzando las ideas para acomodarles
de la civilización. El Gobierno pedía al cartabón extranjero. La “ prosperi­
prestado el dinero Los agentes de ios dad a debe” descuadernaba la moral,
Bancos del Norte comprimían a los producía confusión en las ideas, des­
Estados indefensos para que les soli­ concertaba.
citaran empréstitos. Los hijos de los * * *

presidentes, los ministros, eran sobor­


Pero en el fondo, y esta es la tra­
nados. Se hacían grandes negocios, se
gedia, América no vende su alma: no
vendían automóviles y se quebraba ¡a
la vende el pueblo, no la venden las
moral de las naciones pobres. juventudes, que son la América esen­
* * *
cial. El continente ha vivido instantes
El proceso arrancaba de los pun­ de angustia.
* * *
tos más débiles» se filtraba por ven­
tanas de candor para desenvolverse — Como siempre, ha habido tres
hasta abarcar todas las potencias de maneras de expresión en América
la nación. Los agentes aprovechaban frente al conflicto vital. Han hablado
todos los resortes que la ciencia psico­ los bandidos, los políticos y los estu­
lógica estudiaba desde los pianos hu­ diantes-
mildes. Los agentes le dieron una nue­ * * *
va ideología, un impulso desconocido
a la mujer. La mujer ya no pasaba — Los bandidos están representa­
hilos de lana haciendo tapicería en dos en Sandino. Son vaqueros o labra­
las veladas de familia, sino que repa­ dores que defienden lo único que les

131
pertenece, lo que nadie mejor que ellos taba las razas vencidas. Los pueblos
tiene: su patria. Una vez más el mun­ están de rodillas ante el paisaje des­
do ve a los comuneros ofreciendo la colorido de Santa Marta, por donde
vida en un sacrificio inútil. El indio una noche salió, camino de la muerte,
de Nicaragua levanta las huestes va­ el caballero de Caracas, llevando en
gabundas en un esfuerzo heroico por los labios el Padre nuestro de Améri­
reconquistar la tierra y la libertad de ca, que empieza: “ Si mi muerte sirvie­
su pueblo. Sus montoneras se agaza­ ra. . . ”
pan en los requiebros de las montañas, En sa lengua, “ Mi amo Bolívar” ,
mirando caer el sol o derramarse el decían los indios. Decían los vagabun­
odre de las nubes desde la miseria de dos, “jMi amo Bolívar” , y cada pala­
sus trapos de dril y sus corroscas de bra era gomo el hueco de sus almas
abierto por los ojos de Cristo.
paja descosidas. No tienen para dis­
traerse de la muerte sino humo de ta­ * * *
baco, y, para que tiemblen los yan-
quees, zurroncillos de pólvora y tres — Como ustedes saben, los campe­
o cuatro revólveres de la guerra civil. sinos fueron degollados. Los políticos
La guerrilla ironiza y piruetea frente lo vieron. La política vieja no ha po­
a los hombres de guerra dido decir nada. La última esperanza
que se ha jugado ha sido la de los
Pero este holocausto rústico apenas “ grandes estadistas” .
si resuena como el grito del hombre Cuando los ejércitos se disolvieron
que se hunde en la vorágine de la sel­ dentro de un paisaje que no los ne­
va y hiere al instante que abre su cesitaba, el general empezó a ser ape­
campana de angustia. Inútilmente los nas una leyenda, pero no el varón ho­
pueblos reclaman conductores. Afuera rrendo que conoció el X IX , con las
de las montañas, las ciudades andan botas salpicadas de sangre y los mos­
de prisa, con un ruido de rotativas en tachos ahumados en los combates de
las imprentas que no deja oír; no hay la guerra civil. El general y la guerra
grito, no hay clamor que no se aho­ se acabaron por razones económicas:
gue y se pierda en la selva de ladri­ porque los ricos juntaron cuatro rea­
llos, donde día a día sube el nivel de les y los banqueros del Norte compro­
las paredes para esconderles el cielo metieron unos millones en las colonias
a las multitudes enfermas. del S u r; así surgió la paz. Los gobier­
¿En dónde estará el Libertador? Lo nos con grandes figuras de generales
buscan los llaneros, que hace un siglo, cojos y mancos declinaron. Pero como
por él, le dieron la espalda al sol para era preciso darle una oportunidad a
alcanzar la victoria sobre planicies de esa clase de analfabetos, surgió el
escarcha. Lo buscan los indios calla­ “ gran estadista” .
dos que no dejan asomar su viveza El “ gran estadista” redactaba pros­
sino por las pupilas diminutas y es­ pectos financieros, hacía contratos.
condidas, en donde tienen agazapada Sobre una muchedumbre cándida, este
la bondad y la malicia. producto de las circunstancias se im­
Así e s : los ochenta millones de po­ ponía como un ensayo, porque Amé­
bladores que hormiguean por Amé­ rica ha tenido la virtud de aceptar las
rica besarían la tierra por donde pa­ experiencias de la “ gente que sabe” .
sara de nuevo un caballero como aquel Este avance de buena voluntad al sa­
Simón enjuto y tostado que bordaba ber es la expresión de civismo más
con su fe banderas desgarradas, ilu­ conn*)vedora que puede dar la gente
minaba los pueblos recelosos y levan­ rústica.

— 132 —
Dentro de un mundo en donde cada el fiel de la democracia que registre
organismo financiero se había per­ los hechos, aunque vengan de muy
feccionado con minuciosidad benedic­ abajo, ,y las ideas, aunque se vislum­
tina por los especialistas, donde el ca­ bren muy lejanas.
pitalista disponía a su antojo de in­ Desde luego, la idea dé darle un
fluencias que a medida que son más destino político a la Universidad cho­
poderosas se hacen menos visibles, los ca contra el prejuicio de la burguesía.
estadistas criollos, que creyeron in­ La gente que habla desde el mostra­
tuirlo todo, se colocaron a merced del dor en las tiendas de abarrotes, y que
mecanismo para ellos indescifrable constituye la más poderosa corriente
sirviendo sin saber a quién servían, del espíritu conservador, ha vaciado
entregando sin saber lo que entrega­ su pensamiento en esta fórmula: “ El
ban, como signos que ignoran su pro­ estudiante no debe mezclarse en la
pio contenido. política” . ¿Qué significa esto? Aquí
Ellos se decían “estadistas” , y con lo han dicho todos los compañeros de
esta palabra quedaban a tono con la la tabla redonda : la negación absoluta
terminología de la hora. Se sugestio­ de la historia.
naban, porque iban sobre el pavoroso La democracia se halla frente a una
engaño del individuo que sabe una doble crisis que sólo puede resolverse
cosa. Y, como el individuo que sabe
por la Universidad y por la juventud.
una cosa, un pedacito del saber, eran De un lado está la crisis de la política,
peligrosos.
que sólo puede resolverse por la Uni­
Así pasaron los grandes estadistas
versidad y de otro lado está la crisis
de la nada a la nada, dejando otra vez de la Universidad, que sólo puede re­
la angustia en sazón.
solverse por la juventud.
* * *
La crisis de la política proviene de
— El indio solo es incapaz. El polí­ que ella no se ha organizado, ni puede
tico intuitivo es incapaz. El tercer organizarse para el estudio de la rea­
personaje que reclama la alternativa lidad patria. Cuando no hay manera
es el estudiante. Su punto de vista de improvisar teorías, cuando la au­
consiste en mirar el perfeccionamien­ dacia individual no tiene aplicación
to de la República como una deriva­ porque la complejidad de los hechos
ción de la Universidad, renovando en reclama un estudio, la política, que
ésta su contenido social. Su ideal con­ venía acostumbrada a presentar fór­
siste en poner al aprendiz sobre el mulas empíricas, no puede ofrecerlas
rastro de los campesinos y artesanos hoy de nuevo sin sentir que se le van
para que estudie las condiciones de las muchedumbres de entre las manos.
vida del pueblo. Antes él se consagra­ Hay un descontento con los viejos
ba a saber cuáles eran los puntos de partidos que mueve a los de abajo a
vista de los romanos y cuáles fueron organizarse por su cuenta y riesgo,
los puntos de vista de don Alfonso el aunque el riesgo se confunda con el
Sabio para adoptarlos y darles efecto sacrificio. En los momentos desespe­
cinco siglos fuera de su momento his­ rados hay angustias inmediatas que
tórico- Hoy el estudiante busca en las no pueden contener la rebeldía de los
escuelas laboratorios sociales. Quiere pobres. Ellos tienen el problema de su
ofrecer a la República conclusiones to­ rancho, de su sin-herencia — maripo­
madas de la vida, de su realidad in­ sa empolvada, sucia, gris, que revolo­
mediata, como en los tiempos de Cal­ tea en la aureola de una civilización-
das. Quiere hacer de la Universidad cilla luminosa, alegre, liviana, que se

— 133 —
divierte y que juega. Pero la política Senado, que hace el Gobierno y que
tiene que nutrirse de esas angustias organiza la vida, cuando la Universi­
en que vive el pueblo. De ellas hay que dad adelanta una opinión sobre régi­
partir para hacerlo tod o: desde la re­ men social o sobre política aduanera,
volución hasta la República. sobre no importa qué problema deci­
La nueva organización que se le ha sivo para la felicidad de esa Repúbli­
dado a la riqueza determinó en el ca, no sólo desatiende la voz de las es­
mundo una hipersensibilidad. Un mo­ cuelas sino que se complace en humi­
vimiento que pudiera parecer insig­ llarlas y en hacerles sentir que ése no
nificante, una simple providencia le­ es su radio de acción.
gal, un detalle reglamentariado, ad­ En nuestra América, no. En nues­
quiere resonancia lejana, profunda, a tra América la Universidad es más
través de todas las capas humanas. grande que la fábrica, se tiene la con­
Hay una delicadeza extrema en el re­ ciencia de que es anterior a la Repú­
gistro de las variaciones sociales. Y blica, y no sólo la Universidad: hasta
esto no sólo en términos internos, de los muchachos mismos de las escuelas
nación. Se turba y se conmueve un le marcan el rumbo a la democracia.
país cuando en el otro hemisferio se * * *
produce un cambio cualquiera, porque — Pero a la crisis política, a la quie­
la correspondencia, el reflejo social se bra de los partidos y de la adminis­
ha dilatado hasta los racimos de islas tración pública que corresponde liqui­
al parecer solitarias, cuyos nombres dar en las escuelas, en la Universidad,
decíamos en las clases de geografía se sigue la crisis interna de la Uni­
para mostrar un lujo de erudición versidad, que debe liquidar la juven­
geográfica.
tud.
¿Qué puede hacer en estas circuns­ La sacudida de 1918 no dió la clave.
tancias la política, sin recursos cien­ Abrir una ventana hacia afuera co­
tíficos para penetrar los hechos cer­ rresponde a un deseo expansivo, cen­
canos, para captar los hechos remo­ trífugo. Y el problema de hoy es de
tos? ¿Cómo procede sin tener una ofi­ introspección. No se trata de venta­
cina en donde estas cosas se persigan nas, sino de tragaluces. Recoger la
y atiendan? ¿Dónde, si no es en la claridad de afuera para derramarla
Universidad, puede hacerse este estu­ sobre el propio panorama para ver los
dio? paisajes interiores, para sacar a luz
América goza de la ventaja excep­ los relieves que ahora se agazapan en
cional de que sus Universidades ocu­ rincones rellenos de obscuridad.
pan un primer plano en las conside­ No es el caso de renovar el profe­
ración pública. En los países indus­ sorado, no es el caso de libertar las
triales donde el capitalismo saltó en cátedras: es esto y algo más. Que el
treinta años por encima de todas las estudiante vuelva sobre sí mismo y
tradiciones y principios, quedaron las piense para qué se estudia, a qué debe
Universidades perdidas entre la selva destinarse la Universidad- Cambiar
de las chimeneas. Se las tiene ahora de perspectiva, rehacer los planes,
como un lujo, se las pinta de nuevo mudarles objeto a los estudios.
para halagar la vanidad y engañar a Hacer obra de juventud y obra de
los espectadores. En el fondo no se estudiantes. Dejar que esa entraña,
las considera, se las desatiende y des­ la Universidad, viva en todos los ins­
precia. Así, en los Estados Unidos, el tantes de la^República. No cometer el
hombre de negocios, que domina el viejo pecado de cerrar las aulas a los

— 134 —
muchachos que entraron en contacto mineros, y los gañanes zurdos, y los
con la vida y hacer del estudio una herreros tiznados de hollín, y los
fuente de renovación continua. Con el arrieros desvergonzados, y los torpes
sentido de las viejas corporaciones, en artesanos, y los bogas cantores, y los
la escuela estarán los aprendices, que, indios ladinos, y los negros zamuros,
al terminar el primer ciclo, cuando y los vaqueros libérrimos. E iremos
ahora se les separa de la actividad uni­ también, con las mujeres nuestras
versitaria con un título, pasen a ser morenas como el fragante pomo de la
compañeros para que de su contacto noche, alegres entre las banderolas de
con la juventud, con la vida de afuera, la alborada. Y llevaremos a los blan­
con el estudio y con la renovación de cos para que oigan el concierto que
los conceptos, vaya surgiendo el maes­ tejen las voces de la patria y miren
tro como una mano que ayuda a des­ cómo el cielo de América permanece
brozar los paisajes. desnudo y vean los montes alegres y
Es la juventud sin prejuicios, es la generosos que tiran los ríos por las
juventud en su diafanidad afectiva la quebradas, y para que alcen pedacitos
que puede recoger el sentido de la pa­ de oro de entre la arena de los alu­
tria, que está en el fondo del pueblo. viones.
Esa juventud que un día, escribiendo La fiesta de la Universidad, se dirá
las páginas de la Historia Natural de en las aldeas. Y saldrán las mozas ves­
América, se halló con la revelación de tidas con zarazas nuevas: así las ca-
los campesinos, que reclamaban su li­ sucas recién blanqueadas echarán una
bertad. Los viejos que no reconocen maceta de malvarrosas al camino. La
esta capacidad juvenil, ellos, que vien­ fiesta de los estudiantes, se dirá en
do reír a los muchachos les consideran los montes, y saldrán los bandidos, los
indolentes y frívolos, olvidan que los vagos y volantes, riéndose de sus pro­
muchachos, en medio de esa indolen­ pias leyendas, y en sus potros bayos y
cia y frivolidad, han determinado los en sus caballos moros y castaños ha­
movimientos más hondos de la histo­ rán crujir el oro de los caminos can­
ria. El estudiante tiene una biografíá tando galerones. Y por las ciudades
de cinco siglos. No asalta posiciones, de casas terribles, llenas de calaveras
sino que valora las que le pertenecen de cemento, pasarán los cantares que
por conquista milenaria. escondían los montes y las ansias ocul­
* * *
tas y la gloria del campo que ríe entre
— Sí: en esta jornada final iremos los dientes de las vaqueras; ¡todo por­
cogidos de la mano los mozos, y los que es la fiesta de los estudiantes!

— 135 —
III

HACIA LA UNIVERSIDAD NACIONAL


(1932)

I. TEORIA DE LA UNIVERSIDAD las obras públicas r,i adelantar un


concepto que libre de su incertidum­
El fracaso nacional no es sino un bre todos los presupuestos, desde el
fracaso universitario presupuesto elemental de una casa
hasta el más elaborado y difícil en
I bien se analizan los fracasos na­ que se descomponen las empresas
S cionales que han hecho insegura
la vida del colombiano en casi
mayores'del Estado. Ha sido la for­
mación profesional de la Escuela de
todos los días de su historia, se verá Medicina la que nos ha mantenido al
que tales fracasos no lo son de la vo­ margen de la higiene social, conser­
luntad o del espíritu del pueblo, si­ vándole a la raza esa actitud enclen­
no de la Universidad, que no ha ser­ que y zurda en donde imprime sus
vido para interpretar la vida colom­ relieves la anemia, acumula sus som­
biana. La culpa de nuestros más bras el abatimiento y labran sus des­
grandes errores puede señalarse es­ venturas males ocultos que se ceban
pecíficamente en la falta de prepa­ en el hombre desamparado.
ración, de estudio y de compenetra­ Son estas circunstancias las que
ción con los problemas colombianos obligan a considerar el problema uni­
de que adolecen los hombres de Es­ versitario como un problema nacio­
tado, salidos todos de los claustros nal. Quienes dentro y fuera de las
con una educación literaria y formu­ aulas, unas veces movidos por el pro­
lista para entrar premurosamente a pio impulso, y otras, sencillamente,
dirigir los negocios públicos. El go­ entusiasmados por ejemplos de otras
bierno de Colombia no ha sido nun­ naciones; quienes como estudiantes o
ca un gobierno de analfabetos: tene­ como agitadores hemos abogado por
mos el orgullo de proclamar como la Reforma Universitaria, estamos
una bella verdad cívica el hecho de acostumbrados a tomar un punto de
que el pueblo entre nosotros no bus­ vista errado: miramos la Reforma
ca sus conductores en el escalafón desde adentro, desde la Universidad;
militar, sino que los selecciona en consideramos el problema como un
los mosaicos de doctores- Pero a una problema interno, íntimo, como una
distinción y deferencia tan grandes, cuestión de escuela. Esto conduce,
la Universidad no ha sabido corres­ desde luego, a conclusiones falsas, li­
ponder, aislándose de la vida del país mitadas. Creemos un día que el mal
y encogiéndose dentro de los cuadros reside en un profesor, o en un rec­
de estudio de las viejas escuelas ul­ tor, o en todo el profesorado, o en los
tramarinas. reglamentos, o en los detalles de la
Ha sido la economía de la Univer­ organización. En realidad el error de
sidad, practicada por sus propios la Universidad está en su esencia, en
profesores desde los puestos de van­ que su orientación no sirve, en que la
guardia en la administración públi­ Universidad ignora sus destinos.
ca, el origen de nuestras crisis inter­ Cámbiese un rector — lo hemos cam­
nas y de nuestra incapacidad para biado — , destitúyase éste o el otro
denfendernos en el mecanismo eco­ profesor — lo hemos destituido — ,
nómico internacional. Ha sido la cien­ modifiqúense los reglamentos — los
cia de uestros ingenieros la que no hemos modificado — , y se verá que
ha podido organizar el trabajo de todo sigue igual. Abranse nuevas cá-
T o m a d o del lib ro del au tor La U n iversid a d C olom b ia n a . B o g o tá .

— 136 —
tedras — se han abierto— , créense dependencia, la iniciativa de Mutis,
nuevas escuelas — se han creado — , de Moreno y Escandón, de Caldas y
dense nuevos grados, títulos o diplo­ de Caballero y Góngora, y volverse a
mas, y se verá que estos injertos cre­ la rutina de una educación literaria
cerán, llevando la.« características que y metafísica, se cerraron los horizon­
hacen del viejo árbol un adorno de es­ tes a la esperanza de una ciencia co­
casa utilidad. lombiana. Se abandonó entonces el
Los estudiantes y la República estudio natural del país: de su flora,
misma deben prepararse para corre­ de su fauna, de sus minerales. Hasta
gir el ángulo que han venido usando los trabajadores en la ciencia del
tradicionalmente al considerar la Re­ idioma tuvieron que retirarse al
forma Universitaria. De una cues­ amor de tierras lejanas para adelan­
tión universitaria que ha sido, el te­ tar sus investigaciones. Es preciso
ma debe pasar a ser una cuestión na­ que el observador curioso de estos
cional. Es una necedad considerar fenómenos se detenga a considerar lo
otra vez una reforma apoyarse en grave que es para un pueblo surgir
la organización que existe, para bus­ a la vida perdiendo cien años, cien
carle una variante más ventajosa o años que si se hubieran dedicado, al
más científica, por medio de un plan, estudio de la República misma, como
aunque sea tan vasto como se le ocurría en los tiempos de Caldas, re­
suponga. Reformar es darle forma presentarían hoy la base más sólida
nueva a una cosa: forma nueva, as­ de la nacionalidad colombiana.
pecto nuevo. Y el mal no es un mal
de form a: es mal que está en la esen­ Mal de Colombia y mal del mundo
cia, en el destino último que se da a
la enseñanza. No se miren las consideraciones
Lo que se necesita es reorganizar, anteriores como una censura singu­
organizar de nuevo, organizar sobre larmente dirigida contra la Univer­
el plano de un espíritu diferente. sidad colombiana. El fenómeno es
La República necesita crear un De­ universal, y de él debe partirse para
partamento en donde se estudien sus hacer la crítica universitaria. El pro­
problemas inmediatos y los temas fesor y el estudiante colombianos
esenciales que afectan su vida. Ese trabajan dentro de un sistema que
Departamento no puede ser otro sino no puede dar más de lo que ha dado.
la Universidad misma- Pero una Uni­ Unos y otros son las víctimas de una
versidad destinada a ese fin, orien­ institución equivocada que se desvió
tada en un sentido radicalmente nue­ hace más de un siglo del derrotero
vo. Así el cambio del concepto uni­ colombiano para adherirse al concep­
versitario es absoluto. Mirados desde to extranjero. El hecho es que nos­
este punto de vista, los estudios, las otros giramos hoy alrededor de una
escuelas, los métodos de trabajo, la universidad napoleónica.
selección de los sujetos materia de La prueba más definida, y más
investigación resultan absurdos en la cercana para nosotros, de este cho­
actualidad. que entre las necesidades de la vida
Considerado el fracaso de la Uni­ actual y la organización de todos los
versidad en toda su significación, se países se produce en las ñamadas re
observa que no solamente ha expues­ voluciones universitarias de Hispano
to a sus hijos a una quiebra profesio­ América. La juventud de todas estas
nal cada vez que han entrado en con­ República, que se ha visto urgida,
tacto con el manejo de la República, acosada por una serie creciente de
sino que ha faltado a la urgente ne­ problemas que no puede resolver, se
cesidad de crear una ciencia propia, esfuerza por darle un sentido de co­
de echar los cimientos de una cultu­ sa presente a los estudios, y acude,
ra. Al romperse, con la guerra de In­ en su precipitud justificada, a fór-

— 137 —
muías de facto para lograr más pron­ influencia en los asuntos escolares.
to su objetivo. Hasta las mismas Universidades se
Pero la verdad es que la desadap­ preocupan hoy como nunca de las re­
tación de los estudios, de la Univer­ formas de la escuela elemental, por­
sidad, dentro de un mundo que se que la escuela pública obligatoria y
transforma a velocidades desconoci­ el “ paso libre” significan la eventua­
das en la Historia, es hoy motivo de lidad de que los alumnos de las es­
preocupaciones y de ensayos en to­ cuelas elementales se abran un día
das las latitudes. Hay escasez de obre­ paso hasta el coto académico cerrado
ros, de gerentes y de estadistas que de la Universidad. Los guardianes de
puedan vencer con éxito las dificul­ sus normas de perfección están de­
tades creadas por una industria nue­ masiada orgullosos de su gloriosa re­
va, una economía de asechanzas que putación escolástica para correr el
difícilmente logran precisar las pu­ peligro de una invasión de estudian­
pilas expertas. tes que no hayan sido debidamente
En Europa, donde las Universida­ preparados en sus años de escuela
des constituyen nudos de tradiciona­ elemental. La batalla sigue su curso,
lismo que nadie logra desatar, el es­ y está por ver si la popularización de
pectáculo tiene escenas dramáticas. la escuela superior en Alemania ten­
Hay pueblos que renuncian anticipa­ drá como consecuencia un descenso
damente a considerar el aporte de las de sus normas o un aumento de las
antiguas Universidades en la solución exigencias del programa de las es­
de sus inquietudes presentes, y acu­ cuelas elementales por iniciativa de
den a equipos de emergencia que to­ los profesores de las escuelas secun­
man a su cargo las responsabilida­ darias y de las Universidades.
des, dejando en un plano secundario En un pueblo que renuncia a sus
a los elegidos de la inteligencia, a instituciones tradicionales y que bus­
los iniciados en las disciplinas del sa­ ca una nueva manera de gobierno, en
ber. Así se abre una brecha para que una República recién formada bajo
los oportunistas y los audaces se el signo de la revolución, esta resis­
constituyan en figuras providencia­ tencia de la Universidad constituye
les, y la política retroceda a esque­ un tropiezo singularmente grave. Co­
mas primitivos. Alemania ha podido mo en el caso de Alemania, Rusia y
transformar la educación primaria España, han confrontado situaciones
dándole una movilidad viajera que semejantes. La Universidad que no
riega por toda la extensión de la Re­ ha sabido constituir dentro de su pro­
pública a los muchachos, poniéndo­ pio organismo una fuerza renovado­
los en contacto con el panorama na­ ra que siga, cuando no encauce la
cional. Pero esa voluntad revolucio­ transformación del Estado, no tiene
naria que ha podido realizar un pro­ nada que ofrecer, carece de obreros
grama semejante en la más vasta es­ que colaboren dentro de las necesi­
cala, no ha sido capaz de darle si­ dades creadas por un cambio de co­
quiera nueva forma a la Universi­ sas. El estudio de Ortega y Gasset
dad, y ésta sigue desarrollándose sobre la Universidad española casi
dentro de moldes tradicionales, en que se reduce a exponer la dificultad
donde no pueden vaciarse las angus­ en que se hallan los constructores de
tias presentes. Alexander y Parker la nueva República por la falta de
definen la actitud de la Universidad un personal capaz de llenar sus fun­
alemana frente a la transformación ciones profesionales; en las escuelas
operada en los grados inferiores de superiores hay la ausencia del senti­
la enseñanza, con estas palabras: do de las necesidades apañólas. Ru­
“ Cuanto más elevadas son las ins­ sia ha tenido que desmontar las Uni­
tituciones en Alemania, más conser­ versidades de su antiguo andamiaje
vador es su criterio y mayor es su y darles una forma y destino total­

- 138 -
mente opuestos para ajustar los es­ ningún caso su respuesta estará de
tudios al plan de reconstrucción na­ acuerdo con los centros de interés a
cional de los cinco años: el sistema que se refiere la Universidad que hoy
comprende una vinculación tan estre­ existe. Por vía de ensayo, y penetran­
cha entre la Universidad y el traba­ do en zonas muy diversas de la inte­
jo, que todo descubrimiento o inven­ lectualidad colombiana, hice el expe­
ción salida de los laboratorios tiene rimento de formular esa pregunta,
aplicación inmediata y general en to­ que en el fondo ha sido la base de
do el país, y toda dificultad que se este proyecto, a un grupo de conciu­
presente al campesino o al trabaja­ dadanos que juzgué capacitados para
dor industrial se lleva a las escuelas contestarla- Y puedo afirmar que de
superiores para que éstas estudien la las respuestas que he recibido se sa­
solución. ca la conclusión de que ninguna de
las cuestiones que afectan vitalmen­
Nacionalismo universitario te al país se estudia hoy dentro de la
Universidad. Los unos opinan porque
El proceso de nacionalización de la se enfoque como actividad principal
Universidad puede considerarse co­ de la Universidad la colonización;
mo una cosa nueva dentro de la ideo­ otros, porque problemas como los del
logía que ha presidido la organiza­ trigo, del café, el arroz o la minería;
ción de los estudios superiores. En hay quienes juzgan que debe ser la
primer lugar, la Universidad anti­ formación de profesionales que atien­
gua, cuya tradición aún se conserva dan a 'las necesidades colombianas
viva en la Universidad europea, tuvo desde una serie de carreras organi­
una sola ciencia, universal e idéntica, zadas en concordancia con los temas
que fué la ciencia escolástica. Por en que se descompone la economía
otra parte, esa Universidad fué in­ nacional; afirman otros que una es­
ternacional por obra de las circuns­ cuela de agricultura debería ser el
tancias, y el hecho de haber sido en eje de la Universidad colombiana. Pe­
ella el profesorado un cuerpo de hom­ ro lo que nadie ha señalado, entre las
bres venidos de todos los puntos de personas consultadas, como centro
Europa para enseñar a unos cuantos de interés, es el derecho romano, o
millares de estudiantes vagabundos la mecánica racional, a cuyo estudio
que corrían de Bolonia a París y de se dedica hoy buena parte de la ac­
Salamanca a Heidelberg, imprimió a tividad universitaria. Si el problema
las escuelas cierta dirección univer­ nuestro es un problema agrario y
sal que todavía hoy las cohíbe para agrícola, ocurre que la Universidad
detenerse en la contemplación pro­ no ha incluido dentro de sus estudios
funda de los problemas locales que esa cuestión: de una manera absolu­
en torno a ellas se suscitan. ta, en bloque, la ha desconocido. Si
Pero ese freno con que la tradi­ es un problema de educación, ocurre
ción trata de detener el movimiento que también se carece de una facul­
nacionalista de las Universidades de­ tad que lo estudie. Si es un problema
be despreciarse ante la consideración de colonización, tampoco se ve por
'de las urgencias materiales y mora­ parte alguna que se haya atendido
les en que cada país solicita la coo­ a tal asunto.
peración de su juventud. Todos los temas de alguna impor­
Si, dejando de lado los conceptos tancia en la vida nacional: la políti­
que tradicionalmente han estorbado ca de los impuestos, la cuestión adua­
el análisis desapasionado del proble­ nera, la reforma bancaria, lu forma­
ma, el hombre de estudio se pregun­ ción de los presupuestos, la organi­
ta: ¿a qué debe destinarse la Uni­ zación de la higiene pública, el estu­
versidad colombiana?, resolverá de dio de las enfermedades tropicales, el
cualquier modo la cuestión, pero en manejo industrial, todo ha quedado

— 139 —
fuera del radio de comprensión de la dos y desolados de sacrificios indivi­
Universidad. Sin contar con que la duales. Por eso es preciso darle a la
formación de nuestro espíritu, el es­ Universidad el sentido y carácter de
tudio de la historia y del arte nacio­ una corporación en donde se trabaje
nales, de la literatura y de los o fi­ durante los trescientos sesenta y cin­
cios, se ha dejado al azar de los in­ co días del año por los jóvenes y los
tereses extrañes o de las fuerzas vír­ viejos sobre el mismo asunto, sobre
genes que juegan sobre el destino de la misma patria, dentro del mismo
nuestra democracia. anhelo.
Estas consideraciones, que concu­ La necesidad de ofrecer al mundo
rren todas a afirmar el criterio de una afirmación cualquiera ha sido
nacionalismo universitario, prueban preocupáción frecuente de nuestras
al propio tiempo que no hay tipo de juventudes de los últimos tiempos.
Universidad en el mundo que poda­ Pero afirmar por afirmar es un jue­
mos copiar. La Universidad empieza go mental que no convence a nadie.
a definirse hoy como la síntesis de Nosotros podemos afirmar únicamen­
cada pueblo, como en el instituto en te nuestro anhelo de reforma, nues­
donde con fidelidad más exquisita se tra fe, si mucho. Y la afirmación de
reflejan sus modalidades interiores, un anhelo es poca cosa. Hay que afir­
sus ambiciones y su fe. Al meditar mar hechos. Ofrecer realidades.
en el planeamiento de una Universi­ La afirmación de la nacionalidad
dad nueva, se advierte, desde luego, colombiana tiene que arrancar de la
lo lejos que estarían de colmar nues­ tierra, del conocimiento íntimo de lo
tras ambiciones los modelos de Eu­ que nos pertenece como Nación. Nun­
ropa o Norte América. Nosotros no ca será excesivo recordar que la úni­
podemos partir sino de un hecho úni­ ca afirmación colombiana que ha va­
co, real, concreto, y este hecho es Co­ lido ante la historia y que ha sido fe­
lombia. Hay que estudiar el país, tra­ cunda en toda suerte de consecuen­
tar de comprenderlo y de organizar cias, fué la afirmación de los natu­
las juventudes para que lo trabajen ralistas de fines del siglo XV III y
inteligente y científicamente. principios del X IX , que culminó con
Se dirá que esta es una limitación la guerra de Independencia.
al pensamiento, impropia de una ins­
titución libre y liberal. Se dirá que Democracia universitaria
así va a estrecharse el ideárium de
las juventudes. Y es la verdad. El Para que la Universidad cumpla
punto de partida para ser profundo su función política y social es pre­
es limitarse. Nosotros hemos mari­ cios que se coloque en aptitud de
poseado por todos los vergeles de la mantener contactos vivos con el pue­
cultura universal, y hemos sido fuga­ blo. En este sentido nuestra Univer­
ces en nuestra tierra: hemos vivido sidad tiene una tradición democrá­
en fuga espiritual: hemos eludido tica que la favorece ampliamente.
nuestro signo: y cada aventura ha­ La Universidad democrática es,
cia afuera ha sido casi siempre una hasta cierto punto, una característi­
negación de nuestro destino. ca de nuestra América, aunque tam­
Construir una nacionalidad es obra bién se extiende a los países latinos
larga y paciente. A nosotros no pue­ de Europa y a los escandinavos. Con­
de negársenos patria, pero carecemos tra este tipo de Universidad se ofre­
de nacionalidad. Somos una nonada ce el sajón, en donde los estudios su­
en el concierto de las naciones. Y así periores están lejos de favorecer a
debe ser. Porque son las grandes las clases inferiores- La Universidad
obras colectivas las que acreditan el americana es una escuela para ricos,
nombre de una República, y nosotros adonde sólo pueden llegar los hijos
sólo podemos ofrecer ejemplos aisla­ de la burguesía acomodada. En las

— 140 —
escuelas de Boston, por ejemplo, el de­ los estudios, contagiados de su visión
recho de matrícula vale de trescien­ ceñidamente comercial.
tos a cuatrocientos dólares. En la De , esta manera la Universidad
Universidad de Columbia vale igual norteamericana ha venido a quedar
suma, y se presupuesta en unos mil subordinada a fuerzas inferiores, y
doscientos dólares el gasto por estu­ es en esa condición de subordinada
diante durante el término de los es­ como han querido verla y conservar­
tudios. En Inglaterra las pensiones la quienes dominan la vida política
anuales van desde unas setenta y cin­ del país. El caso culminante de esta
co libras anuales, que paga por tér­ situación ocurrió cuando el Senado
mino medio un estudiante de la Uni­ americano entró a discutir las nue­
versidad de Londres, hasta doscien­ vas tarifas aduaneras, tarifas que, en
tas cincuenta libras que es el prome­ opinión de la Universidad, precipi­
dio para Oxford o para Cambridge. tarían la crisis que ahora vivimos.
Tanto en los Estados Unidos como Entonces se reunieron los más céle­
en Inglaterra existe un amplio sis­ bres profesores de economía de to­
tema de-becas, pero por extenso que das las escuelas norteamericanas y
sea no alcanza sino a extraer unos prepararon un manifiesto que puede
pocos muchachos menos acomodados considerarse como el papel político
para incorporarlos en las filas de los más interesante que hayan produci­
favorecidos por la fortuna ( ’ ), de do los intelectuales del Norte en los
manera que es inútil esperar una ver­ últimos años. El Congreso recibió el
dadera compenetración social de unas documento sin considerarlo, y se li­
escuelas que descansan exclusivamen­ mitó a subrayar con unos cuantos
te sobre el criterio de las clases eco­ sarcasmos la opinión de que los pro­
nómicamente superiores. Así la in­ fesores de economía política debe­
terpretación universitaria tiene que rían permanecer silenciosos en sus
ser forzosamente falsa. La distancia gabinetes sin afanarse por los nego­
que existe entre la vida del pueblo cios del Estado, cuyo estudio compe­
inglés y los muchachos de Oxford o tía de manera exclusiva y excluyente
de Cambridge es tan grande, que pa­ a los políticos del Congreso.
ra el pueblo lo mismo da que los es­ En los países latinos se ha conser­
tudios se hagan sobre los textos de vado un derecho de matrícula tan ba­
Virgilio o sobre la racionalización del jo que puede decirse que la Universi­
trabajo. En todo caso la ausencia de dad está abierta para todo el mun­
un criterio nivelador y. justiciero se­ do. En Bélgica paga un estudiante de
rá la misma. medicina 1.500 francos por año. En
En los Estados Unidos no sólo exis­ Francia unos 1.2000- Pero donde se
te esa situación plutocrática, sino ha llegado a un sistema más admi­
que se agrava de una parte con el rable, desde este punto de vista, es
ritmo acelerado del país que empuja en los países escandinavos, y, singu­
precipitadamente a las juventudes larmente, en Dinamarca. En Dina­
por el camino de una especialización marca el estudiante no paga sino el
afanosa en donde rápidamente se re­ examen, que puede solicitar cualquier
cortan los horizontes y sólo se deja día. Además, hay un extenso sistema
al individuo la perspectiva de un tra­ de becas, de manera que todo estu­
bajo, y de otra parte con el sistema diante de probada capacidad y de es­
de legados a las Universidades por casos. recursos puede asegurar por
los magnates de la industria, que ha­ este medio la conclusión de sus estu­
ce que cada vez tengan, éstos mayor dios. Pero como si esto fuera poco,
influencia sobre la distribución de existe un sistema de crédito abierto

(1) Adviértase además que como las becas generalmente se conceden allá para los últimos
años, la oportunidad del pobre para ingresar en la Universidad, §s ninguna. (N. del A.)

— 141
para todo estudiante universitario, contemplarse los panoramas de la pa­
por medio del cual, bajo la garantía tria en toda su extensión. El estu­
de su honor, se le presta la suma ne­ diante norteamericano ignora su
cesaria para que viva durante los país, es un analfabeto de los proble­
años de estudio, a un interés del 3 mas sociales de su pueblo, está inca­
por 100 anual, suma que debe rein­ pacitado para superáí el estrecho lí­
tegrar con las primeras ganancias mite de su destino y para aventurar­
de su carrera. se en la empresa grande de hacer una
En Colombia no sólo es indispen­ interpretación espiritual de su pue­
sable mantener el criterio democrá­ blo.
tico de la enseñanza barata y abierta El segundo criterio, el criterio
para todo el mundo, sino que debe opuesto a este que dejo escrito, con­
acentuarse cada vez más, para lo cual siste en darle al universitario, al sim­
valdría la pena de estudiar en sus de­ ple profesional, capacidad de com­
talles el sistema danés. El impulso prensión nacional, que dignifique su
democrático de la Universidad colom­ trabajo y lo relacione con la vida co­
biana se confunde con los propósitos lectiva. Por eso es tan urgente ini­
iniciales de la República. Uno de los ciarlo en la investigación, no sólo co­
primeros decretos de Santander con­ mo una disciplina científica sino co­
sistió en abolir las restricciones de la mo el medio más adecuado para que
Universidad colonial, adonde no po­ establezca esos contactos con la rea­
dían llegar sino los blancos nacidos lidad nacional que le darán la con­
de legítimo matrimonio. La Univer­ ciencia social de su profesión.
sidad colonial dejaba por fuera las Difiere, pues, sustancialmente es­
cuatro quintas partes de la población ta apreciación de la misión universi­
neogranadina. taria, de la señalada por don José Or­
Sería en todo caso un error fun­ tega y Gasset en su ensayo sobre la
damental dentro de un sistema uni­ materia. Ortega y Gasset, en el fon­
versitario como el nuestro, sobre el do, lo que pide es la reducción del
cual descansa nuestra democracia y
ideal universitario a la simple for­
en donde deben resolverse científica­ mación de profesionales, con un mí­
mente los problemas sociales del país, nimum de trabajo de investigación y
hacer variación alguna que pudiera de sentido social en sus trabajos. Es­
acercarnos al tipo de instrucción pri­ te ideal es un ideal norteamericano,
vilegiada de las Universidades ame­
y para verlo realizado basta mirar de
ricanas o inglesas. -
cerca el doloroso proceso que ha pro­
ducido en la República capitalista.
Misión de la Universidad Allá están todos los grandes pensa­
Hay dos criterios diametralmente dores atormentados por la falta de
opuestos en lo que se refiere a la ma­ líderes que liberten el pensamiento
nera cómo el estudiante debe vincu­ de la mezquina celda en donde se ha­
larse a la sociedad y servirla desde lla oprimido. Allá están los estudian­
el punto de vista profesional. tes iniciándose en una rudimentaria
El primer criterio es el criterio vida de proletariado, para acentuar
norteamericano. En los Estados Uni­ los relieves empresarios de la Repú­
dos el estudiante, desde que entra a blica y encoger más aún los panora­
la escuela va limitando su visión y mas de su espíritu.
circunscribiéndola al oficio que for­ Nuestra América no puede seguir
mará su especialidad. La presión eco­ un derrotero semejante. Nosotros no
nómica, el estímulo creado por el lu­ sólo necesitamos buenos cirujanos
cro, borran en él todo horizonte más que hagan la carpintería de su oficio
amplio y le impiden* desde luego su­ sobre la clientela, y recetadores que
birse a la colina desdp donde pueden hagan fortuna de consultorio, sino

— 142 —
ciudadanos médicos que queden in­ II. CONCEPTO CORPORATIVO DE LA
corporados en el trabajo social de la UNIVERSIDAD
República. Nuestros ingenieros no
han de ser oficiales limitados que se­ Elementos constitutivos de la corpo­
pan la técnica de su oficio, sino zapa­ ración universitaria
dores exper.íos en valorar el trabajo
de nuestros obreros y la riqueza po­
tencial del país. La vuelta hacia un concepto cor­
porativo de la Universidad tiene una
No sólo en las altas esferas del doble consecuencia, que conviene se­
doctorado, sino en los primeros esca­ ñalar como capítulo especial de este
lones que llevan a la licenciatura, es estudio- En primer término imprime
necesario producir esta orientación. la noción del trabajo, que caracteriza
Profesional, dentro de la interpreta­ las disciplinas escolares contemporá­
ción corriente de nuestro tiempo, neas. Corporación, atenidos al sen­
quiere decir egoísmo, individualismo, tido viejo e irreemplazable de la pa­
aislamiento, especialización. El pro­ labra, indica taller, hogar de traba­
fesional que nuestra América busca jadores en donde, siguiendo las líneas
de una disciplina preestablecida, el
es el profesional de la corporación,
obrero se va puliendo en el oficio
el hombre dotado de espíritu social, hasta llegar a ser maestro. Es ésta la
el obrero, el trabajador, que puede línea ideal que puede señalarse al es­
apreciar desde su banco de trabajo la tudiante, la que le coloca dentro de
vinculación que tiene su labor diaria una curva de desarrollo natural que
dentro del juego de la vida colectiva. no tiene término, pero que cada día
La misión de la Universidad, se­ marca un nuevo grado de perfeccio­
gún Ortega y Gasset, será, en primer namiento. Son las etapas del apren­
término, la de formar profesionales. dizaje, el artesanado y la maestría
Además, la Universidad investigará, las que sirven mejor para calificar
hará filosofía, se internará por los lo mismo al trabajador manual que
recónditos secretos de la ciencia. La al trabajador intelectual. Y es por
medio de las obras cumplidas, de la
Universidad que América desea, for­
experiencia de un oficio, que lo mis­
mará en primer lugar al ciudadano, mo puede consistir en labrar made­
al hombre de conciencia cívica, casi ras que en afirmar la arquitectura
diría y o : conciencia rural, conciencia espiritual de la República, como se
patria, y además, arrancando de allí, pasa a las etapas superiores.
formará el profesional. Un profesio­ La segunda consecuencia que se de­
nal con arraigo, un profesional con duce del concepto corporativo es el
técnica de obrero y conciencia de equilibrio que establece entre las ge­
maestro, si fuese posible conseguir neraciones presentes. Hasta hoy sólo
este ideal. figuran dos personajes en el drama
No se trata con esto de recargar diario de la Universidad: de un lado
el estudiante de adornos inútiles pa­ el joven dinámico, impetuoso, inquie­
ra la vida, de forzar el molde de la to, enamorado del futuro y de las
transformaciones; del otro, el maes­
escuela para hacer que en él quepan
tro estático, seguro de las verdades
las utopías de un idealista enamora­ adquiridas, tradicionalista, cautivo
do de las concepciones sociales. No del pasado. De esta situación no pue­
se trata de una extensión en los es­ de surgir sino un desacuerdo cons­
tudios, sino de un método. Ponerle el tante, una pugna diaria, un estado de
alma nacional al trabajo. Prevenirse revolución que se acentúa cada vez
contra el seco esquema de la especia­ que los sucesos de la vida diaria al­
lización. canzan alguna profundidad, pero que

143 —
preside en el fondo a todos los ins­ mentos para proclamar la urgencia
tantes de la vida escolar. de una reforma, pues a la vista es­
Hoy en día, ocurre que la Univer­ tán los fracasos de la Universidad
sidad ha descartado a las generacio­ exhibiendo la pobreza de su conteni­
nes intermedias, ha sustraído del jue­ do, pero sí aclara la necesidad de dar­
go de fuerzas humanas que deben le cabida a un elemento más capaci­
combinarse en una labor cultural, lo tado, que en todos los instantes de la
que constituye el término medio de vida escolar pueda actuar con más
la vida. Justamente en las corpora­ experiencia que los jóvenes, y con
ciones se daba a ese tercer personaje menos pereza mental que los viejos.
un nombre de amistad, de concilia­
ción : se le decía, compañero. Compa­ El estudiante y el gobierno de la
ñero, camarada, zona en donde se Universidad
conjugan las actitudes extremas y en
donde las rivalidades no hallan espa­ Se ha discutido mucho la partici­
cio ni oportunidad. pación del estudiante en diversos as­
La inclusión de los antiguos alum­ pectos de la vida en América, y su
nos dentro de la vida activa de la reclamo de intervenir en el gobierno
Universidad es un paso decisivo para de la Universidad.
equilibrar las fuerzas espirituales Conviene en primer término saber
que obran en ella. Esta inclusión de que el estudiante no es un personaje
los antiguos alumnos en la forma en pasivo y anónimo de otras latitudes.
que figura en el proyecto de ley, no Si en la América española es más vi­
viene sin embargo, a llenar un sim­ sible su papel, ello se debe, entre
ple papel de mediación, de algodón otras circunstancias afortunadas, a
entre dos vidrios. Los antiguos alum­ la ya dicha de que entre nosotros las
nos son un elemento activo de primer Universidades siguen ocupando un
orden y calificado para introducir re­ primer término en el funcionamien­
formas que la juventud no alcanza a to de la República, y no son organis­
dominar y que el profesorado no ve mos secundarios que se pierdan bajo
por la misma rutina de sus labores, el empuje de otros intereses propon­
que limitan naturalmente su horizon­ derantes. Pero en todos los países el
te intelectual. estudiante, como fuerza revolucio­
Es al abandonar las aulas cuando naria, ha sido un personaje conocido,
el estudiante, puesto en contacto de­ y no ha habido movimiento espiri­
finitivo con la realidad, aprecia las tual y político de alguna significa­
deficiencias de su formación profe­ ción al cual no se encuentre vincu­
sional y mira desde un ángulo cer­ lado.
tero vacíos que son imposibles de ad­
vertir desde la escuela. Con un pleno El movimiento argentino
conocimiento de la materia podemos
hablar hoy quienes durante todo el La participación de los estudiantes
curso de nuestra vida estudiantil en en el gobierno de la Universidad his­
la Universidad luchamos por refor­ panoamericana forma capítulo apar­
marla, adquirimos en esa lucha cier­ te en un movimiento que la crónica
to prestigio de conductores, tuvimos de los sucesos se encargó de calificar
muchas veces en nuestras manos, la como la revolución universitaria. El
posibilidad de introducir cambios en centro de esta agitación puede loca­
la estructura de las escuelas, pero no lizarse en la República Argentina, en
logramos concretar nuestras aspira­ donde surgió como una consecuencia
ciones en puntos fundamentales. Es­ de la huelga ocurrida en la Universi­
ta declaración, que no sería honrado dad de Córdoba en 1918.
callar, no demuestra que las juven­ El movimiento argentino ha sido
tudes carecieran entonces de funda­ ampliamente revaluado en los últi-

— 144
mos años, en que se ha operado una nes de la Universidad argentina co­
especie de reacción contra los postu­ rrespondientes al período anterior a
lados y conquistas de 1918. Como la revolución encontrará que la Uni­
ejemplo típico de las censuras que versidad no era eso, sino algo peor.
se hacen en este sentido puede to­ La burocracia, el parasitismo, la fal­
marse el siguiente párrafo del profe­ ta de curiosidad científica, la caren­
sor Alfredo Colmo: cia absoluta de inteligencia entre es­
“ No creo, desde luego, que lo que tudiantes y profesores hicieron tan
se diera en llamar la Reforma Uni­ patente la necesidad de la Reforma
versitaria entre nosotros, esto es, la entonces, que la Argentina en bloque
intervención de los estudiantes en el se colocó de parte de los reformado­
gobierno de la institución, pueda me­ res. ¿Lograron éstos sus propósitos?
recer plácemes. Lo justificarían es­ Ciertamente que no. Y no por lo que
tas tres circunstancias: 1*. la Refor­ conquistaron, sino por lo que deja­
ma implantada en 1918 comprendía ron de alcanzar: porque no estaban
varias cosas cabalmente universita­ técnicamente preparados para la Re­
rias, como la enseñanza activa y forma; porque faltó ese tercer ele­
práctica, la obligación del seminario, mento en donde se perfeccionan las
la periodicidad de los consejos direc­ aspiraciones y se equilibran las fuer­
tivos, etc., y en realidad se redujo a zas en pugna, el tercer elemento a
esa intervención estudiantil que efec­ que aludimos en los primeros apar­
tivamente poco tenía que ver con el tes de este capítulo: los antiguos
régimen educador; 2*. no hay país del alumnos.
mundo, exceptuando algunos del con­ La Reforma Universitaria, tal co­
tinente que nos han imitado, que ad­ mo la expusieron los mentores del
mita ni conozca ese gobierno de la in­ movimiento: Julio González, Ripa Al-
experiencia y el impulsivismo; 3». ja ­ berdi, etc., no queda limitada en los
más la Universidad nuestra ha sido tres postulados del profesor Colmo;
más convulsionada que durante di­ esa Reforma tenía un contenido es­
cho régimen, que se resolvió en un piritual que no podía confiarse al
corruptor del carácter, pues desper­ viejo profesorado argentino. En rea­
tó ambiciones y luchas por puestos lidad es una utopía o un candor pen­
dirigentes, que hizo de las Faculta­ sar en que un sentido nuevo de la
des centros de agitaciones electora­ Universidad puedan imprimirlo quie­
les y no casas de estudios, que relajó nes tradicionalmente han represen­
la disciplina y minó la autoridad, que tado la fuerza de resistencia de ese
rebajó el nivel intelectual, y que, ser­ nuevo sentido. El deseo, el anhelo de
piente que se muerde la cola, ha sido llevar elementos jóvenes a las direc­
el factor decisivo de su autodestruc- tivas no obedece a un vano ahinco
ción, producida mediante la contra­ por colocarse a la altura de quienes
rreforma de nuestros días.” han puesto sobre sus diplomas el to­
La pintura que hace el profesor no exquisito y envidiable de las co­
Colmo, quien, por otra parte, es una sas viejas: se trata de otra cosa, de
de las figuras más respetables de la asegurar el triunfo de nuevos ideales,
intelectualidad argentina, no puede de resolver conflictos del espíritu
ser más lamentable y sobre este pre­ que hoy no puede nadie desconocer.
gonado fracaso de la reforma argen­ Se dice que la intervención estu­
tina edifican ahora sus críticas quie­ diantil ha dado lugar a componendas
nes no aceptan la intervención es­ electorales desgraciadas. Esta no es
tudiantil en el gobierno de la Univer­ una consecuencia de la intervención
sidad. de los estudiantes, es un defecto que
La posición del profesor Colmo es debe perseguirse en otros detalles
exagerada. Quien lea las descripcio­ de la organización. Sola la burocra­

— 145 10
cia, asentada en las cátedras sin con­ El movimiento estudiantil en
trol, en acuerdo con las autoridades Colombia
políticas, cae en males peores. Podría
repetirse aquí la historia de los so­ Dentro del panorama colombiano
bornos Rara hacerse a las cátedras la juventud que en los últimos años
en la época colonial, sobornos que ha conquistado un poder social muy
dieron margen a ciertas páginas ma­ visible, no ha obtenido por asalto es­
liciosas en las leyes de Indias. Se tra­ ta ventaja, sino mediante- un largo
ta, pues, de un viejo daño que debe proceso meritorio en donde si algo
corregirse, entre otras maneras por puede y debe admitirse es su equili­
medio de la autonomía universitaria, brio y prudencia para lograr el triun­
edificada sobre una organización en fo de sus aspiraciones sin que se pro­
donde haya un juego de poderes que duzca una perturbación inconvenien­
sean responsables y se controlen mu­ te.
El estudiante colombiano es dueño
tuamente.
de una historia extraordinaria a la
Los observadores imparciales del cual debe la República lo mejor de
movimiento argentino, aceptando que su espíritu. Si hoy se le incorpora en
en las Universidades de esa Repú­ las directivas universitarias, dentro
blica hay algo dañado, convienen en de un j)lan inteligente y ordenado,
que la revolución de Córdoba produ­ no se hará sino aprovechar la opor­
jo buenos resultados. Maurice King, tunidad de sus buenas disposiciones
en el estudio que hace sobre la ma­ en favor de los estudios y echar so­
teria — The Year Book of Education, bre sus hombros una nueva respon­
1932 — dice con grande autoridad: sabilidad que le haga más consciente
“ La Reforma ha traído ciertos de sus deberes ciudadanos-
abusos, pero también ha rejuveneci­ El error de criterio más sensible
do la vida universitaria.” en los educadores colombianos, posi­
Y esto es lo que generalmente des­ ble reflejo quizás de un error muy
precia la crítica: el rejuvenecimien­ latino, consiste en echar a la vida me­
to de la Universidad. Porque la ju­ nores de edad. En ninguna de las zo­
ventud parece desordenada, porque nas de la educación se trata de es­
implantar un orden nuevo, parece tablecer la iniciación necesaria para
que no es orden: rompe él orden acos­ que el choque con la realidad no pro­
tumbrado, rompe el ritmo en que se duzca perturbaciones y desastres que
criaron las ideas de la burguesía in­ aniquilan al individuo, representan
telectual. Pero el observador desinte­ pérdidas en la economía social y so­
meten a trastornos múltiples el siste­
resado de la vida contemporánea lo ma psíquico de la juventud.
primero que advierte es que los pue­ La iniciación en la responsabilidad
blos que no saben ponerse al día, que ha de empezar en la escuela. Echar
no tienen elasticidad suficiente para a la vida menores de edad en mate­
adaptarse con ventaja dentro de con­ ria de responsabilidades es una im­
diciones económicas que cambian sin perdonable falta de criterio en la Re­
reposo, se ven envueltos en las mayo­ pública. Familiarizando al universi­
res dificultades. El ansia de actuali­ tario con el gobierno de la escuela,
zar las cosas, que es un sentimiento poniéndolo a tomar decisiones cuyas
peculiar de la juventud, tiene su apli­ consecuencias gravitarán sobre él
cación en nuestro tiempo, y su cam­ mismo, enfrentándolo a las dificulta­
po de acción dentro de la Universi­ des propias de toda organización, e6
dad. como se le capacita para la vida ciu­
dadana, para su futuro papel en la
vida pública.

146
El hecho de que 3a Universidad paz para resolver, para ejecutar, for­
tenga que atender al equilibrio de ma los caracteres dudosos, inciertos,
un presupuesto de alguna entidad, que se disuelven a la hora de tomar
balancear los gastos sin detener el im­ una decisión.
pulso de las escuelas y afrontar to­
dos los problemas internos por sí so­ Hasta en este campo la Universi­
la, sin colgarse del Estado como un dad ha establecido un divorcio con la
menor, es asunto fundamental que realidad, divorcio que debe cancelar­
no suele tomarse en cuenta en Co­ se de plano, devolviéndole a la escue­
lombia. La idea de que al muchacho la su valor educativo y acentuando
debe guiársele hasta última hora, de su importancia en la formación del
que nunca es lo suficientemente ca­ carácter nacional.

— 147 —
C U B A

¿PUEDE SER UN HECHO LA REFORMA


UNIVERSITARIA?

por

JULIO ANTONIO MELLA


(cubano)

(1925)

STA pregunta ha brotado más de ra de la juventud. Gritamos y proba­


E una vez de nuestra inconformi­
dad y de nuestro anhelo de verla
mos que la Universidad era algo in­
útil dada su constitución. Por último
realizada integralmente. Cuando se nos “ solidarizamos con el alma del
ven los zarpazos de la reacción univer­ pueblo” .
sitaria en la Argentina, cuna de este Expulsamos a cerca de veinte pro­
ideal continental, y se sufren en Cuba, fesores inútiles por distintas causas,
último lugar donde prendió, hay dere­ inclusive por su bella oratoria. (No
cho para meditar sobre sus posibili­ deseábamos tener loros en la Uni­
dades. De sur a norte, el movimiento versidad). En nuestro Primer Con­
cordobés, como carrera de antorchas, greso de Estudiantes, sentamos las
fué iluminando los países de nuestra bases de una Universidad Nueva.
América. Es posible que no ilumine Fundamos además una Universidad
las universidades yanquis. No pode­ Popular, la José Marti, que llevase a
mos decir lo mismo de las españolas, las más escondidas capas de la socie­
donde una revista “ El Estudiante” , dad lo que debe ser patrimonio de to­
de Salamanca, y otras muestras de dos los humanos: la cultura libre.
renovación nos hacen ver la posibili­ Una Asamblea Universitaria, com­
dad de una Revolución Universitaria, puesta de treinta alumnos, treinta
cuando el clima lo permita. . . graduados y treinta profesores, es la
En Cuba tuvimos todas las carac­ encargada de determinar los postula­
terísticas de este movimiento de uni­ dos de la Reforma haciendo los nue­
dad continental. Hubo un divorcio vos Estatutos y obteniendo del Con­
absoluto entre la vieja y la nueva greso la aprobación de una ley de au­
generación. Reíamos más en las au­ tonomía universitaria. Como es ne­
las que en el circo, pues más grotes­ cesaria para toda innovación, sostu­
cos eran nuestros maestros que los vimos una fuerte hegemonía de la
payasos. Comprendimos toda la in­ clase que trataba de imponer sus idea­
utilidad de la enseñanza universita­ les. En este caso, la clase estudiantil
ria. Su traición a los ideales de cultu­ guiada por su vanguardia renovadora-

— 148 —
Los métodos fueron revolucionarios. El anterior Gobierno de la Nación era
Algunos profesores que se atrevieron uno de los clásicos gobiernos liberales
a pisar la Universidad después de ha­ de “ dejar hacer y dejar pasar” . Tomó
ber sido expulsados de ella, fueron re­ la lucha entre estudiantes y catedrá­
cibidos como merecían: piedras y ticos como una lucha entre patronos y
otros objetos más blandos, pero que obreros. Jamás intervino para solucio­
no son para las levitas sino para las narla de acuerdo con una parte u otra.
mesas de comer, sirvieron de saludo Cuando había alteración del orden pú­
cordial. Una vez el Claustro pretendió blico se limitaba a reprimirla sin mo­
reunirse para destituir al Rector de dificar las causas de la alteración.
nuestras simpatías y se lo impedimos Los pseudo reformistas aprovecha­
tomando todo el recinto universitario ron la oportunidad. Obtuvieron al ca­
con setenta estudiantes armados. Tres lor de las protestas estudiantiles una
días después, el Gobierno nombraba ley especial para “ reformar” la Fa­
una Comisión mixta de seis alumnos cultad de Medicina. No hay duda que
y seis profesores para resolver los algo se avanzó- Pero la ley tenía una
problemas universitarios. Entonces causa de corrupción grandísima. Co­
depusimos nuestra actitud. Como en mo los patronos crean puestos de ca­
Córdoba, sin que hubiesen más de tres pataces para sus obreros levantiscos,
estudiantes que conociesen el caso, la ley creaba plazas de ayudantes es­
nombramos rector, decanos y profe­ tudiantes, por cada 25 alumnos, y de
sores estudiantes. Es natural que sien­ ayudantes graduados por cada 50,
do un movimiento de unidad ideoló­ además de las innumerables plazas
gica tuviese unidad de métodos. ¿Aca­ nuevas de Catedráticos Auxiliares y
so no se trataba de echar por los sue­ Titulares. Y nadie anheló luchar por
los el prestigio de las autoridades uni­ la Reforma. Muchos supusieron que
versitarias? Los revolucionarios fran­ era más útil luchar por las plazas. Y
ceses obligaron a Luis XVI tocarse los que habían luchado se creyeron que
con el gorro frigio. Los revoluciona­ las plazas eran premio para sus labo­
rios estudiantiles, más avanzados, qui­ res anteriores. La Reforma murió des­
taron al Rey y se pusieron en su pués de esa ley. La “ reforma” de la
puesto. . . Facultad de Medicina demostró una
En el proyecto de ley acordado por cosa que nadie creía antes: en Cuba
la Asamblea Universitaria, que a su no hay hombres de estudios para las
vez fué creada por un decreto presi­ Cátedras universitarias. Cuando se
dencial, está la arquitectura de la Nue­ pusieron a oposición todo el mundo se
va Universidad, según los sueños re­ pudo dar cuenta de la pobreza de la
formistas. La actual Asamblea queda intelectualidad cubana. Es claro, si no
como Poder Legislativo, y el Consejo existía Universidad no podían existir
Universitario, Poder Ejecutivo, está sabios ni aficionados. No se trajeron
compuesto por una mitad de catedrá­ del extranjero por un mal entendido
ticos y la otra de alumnos oficiales, patrioterismo. Vienen interventores
presididos por el Rector. La Universi­ yanquis para la Hacienda Nacional, y
dad tiene en ese proyecto de ley una para otras dependencias del Estado;
amplia autonomía para crear sus la­ pero a la Universidad no podían venir
boratorios, bibliotecas, seminarios, be­ científicos de otros países. . .
cas y todo lo que constituye el comple­ ' La generación del 22, la iniciadora
mento de la enseñanza. del movimiento, fué abandonando la
En estas condiciones el movimiento Universidad. Unos por fosilizarse co­
reformista, vino su corrupción por la mo profesores y otros para cubrir car­
politiquería universitaria y nacional. gos públicos ganados con su actuación

— 149 —
universitaria. Muy pocos permanecen forma se implanten totalmente. Para
fieles a su credo. un cambio radical, de acuerdo con las
La solidaridad, por medio de la Uni­ bases reformistas, es necesario el con­
versidad Popular, entre estudiantes y curso del Gobierno. Es capaz un Go­
obreros alarmó a las autoridades uni­ bierno de los que tiene hoy la América
versitarias y a las nacionales. Los ni­ en casi todas sus naciones abrazar ín­
ños “ bien” hijos de la burguesía azu­ tegramente los principios de la Revo­
carera no pudieron comprender qué lución Universitaria? Afirmamos que
tenían que ver los estudios para obte­ es imposible. Puede la juventud uni­
ner un título universitario con los con­ versitaria imponer ella, de por sí, los
flictos sociales y humanos. Se alarma­ principios nuevos en las universida­
ron, y comenzaron, apoyados por los des ? En algunas de sus partes sí, pero
colegios religiosos, una fuerte campa­ en otras no. Podrá, por ejemplo cuan­
ña contra los “ rojos” . Más de la mi­ do el clima universitario se lo permita,
tad de los alumnos que ingresan en la agitar algunos de sus postulados so­
Universidad provienen de educación ciales y humanos. No podrá, tampoco,
jesuítica o escolapia. En estas condi­ hacer de la Universidad un centro vo-
ciones, faltando los antiguos líderes, cacional. La mayoría de los estudian­
la universidad sufrió una gran caída tes seguirán ingresando en la Univer­
en sus actividades renovadoras. sidad con la idea de salir pronto y con
La Universidad debe tomar partici­ el título que sea más productivo. . .
pación en las luchas de la sociedad, ha­ Nada se resuelve con hacer de la Uni­
bían dicho los estudiantes reformistas- versidad un centro técnicamente per­
Cumpliendo este postulado organiza­ fecto, si la masa estudiantil, que pro­
ron una contra-manifestación de pro­ viene de los colegios religiosos o de los
testa por la que el Gobierno Nacional colegios laicos privados, tiene ya for­
había hecho en señal de gratitud a los mada una mentalidad burguesa, y no
Estados Unidos, porque los magnates científica, de la Universidad. En lo
de Washington no nos habían robado que a Cuba se refiere, es necesario pri­
la Isla de Pinos. Muchos estudiantes mero una revolución social para hacer
cayeron, ensangrentando las calles de una revolución universitaria.
la Habana, por defender la soberanía Esto no quiere decir que neguemos
y la dignidad del pueblo de Cuba, que los movimientos universitarios refor­
no estaban representadas por su Go­ mistas. No. Llevamos tres años en
bierno. esta actividad y no nos pesan. Lo que
Este fué el último acto de la Revo­ creemos imposible conseguir dentro de
lución Universitaria en Cuba. Hoy el las actuales normas sociales es la inte­
nuevo Rector no convoca con regulari­ gración de todos sus postulados- Pero
dad la Asamblea Universitaria. Se afirmamos, que nada más útil se ha
han iniciado una serie de Consejos de hecho en la América en el campo de
Disciplina contra los estudiantes y va­ acción de la cultura, que estas “ revo­
rios hemos sido expulsados de la Uni­ luciones universitarias” - Sin ellas,
versidad. Los nuevos directivos de ¿qué esperanza había para el porve­
asociaciones no hacen nada temerosos nir? Sin ellas, las universidades no
del nuevo Gobierno, que adopta proce­ habrían avanzado lo poco que han
dimientos “ gomistas” para resolver avanzado.
los conflictos. .. A los movimientos universitarios se
Por todo esto nos preguntamos: debe una gran victoria. La unidad de
¿Puede ser un hecho la Reforma Uni­ pensamiento de la nueva generación
versitaria? Vemos muchas dificulta­ latino americana.
des para que los postulados de la Re­ En el mañana, cuando la América

— 150 —
no sea lo que hoy es, cuando la gene­ siderarán como uno de los puntos ini­
ración que pasa hoy por las univer­ ciales de la unidad del continente, y
sidades, sea la generación directora, de lá gran transformación social que
las revoluciones universitarias se con­ tendría efecto.

II

TRES ASPECTOS DE LA REFORMA UNIVERSITARIA


(1928)

I. La Democracia Universitaria ciudadana. Hay que recordar como en


una época las universidades — la ac­
N principio fundamental en la
U Reforma Universitaria es la or­
ganización democrática de la en­
tual de la Sorbone, por ejemplo —
e r a n verdaderas repúblicas donde
maestros y alumnos convivían en un
señanza. En cada uno de los lugares
amplio espíritu de camaradería. Ve­
donde se ha luchado por la Nueva
mos en aquellas clases donde el maes­
Universidad — Argentina, Chile, Pe­ tro trata al alumno con cordialidad
rú, La Habana — se ha dado una or­ que este corresponde. Pero en las
ganización democrática a la Univer­ otras donde el maestro pretende ser
sidad. No hay argumento posible con­ un gendarme convierte a los alumnos
tra los derechos de los estudiantes a en burladores de esa ridicula autori­
regir sus instituciones. Si reconoce­ dad.
mos que el ciudadano — inclusive el
analfabeto — puede elegir hasta al Junto a la Asamblea de Profeso­
Presidente de la República, no hay ra­ res y Alumnos de cada Escuela debe
zón para negar este derecho a los es­ existir la Gran Asamblea Universita­
tudiantes y que elijan su Rector y de­ ria, formada por todas las anteriores.
más autoridades universitarias. Pero ¿Organismo enorme? Recordemos que
la elección de Rector no es todo. Se si unos cuantos hombres cultos —
necesita que también los estudiantes profesores y estudiantes — no pueden
tomen participación y dirijan la vida ponerse de acuerdo cómo vamos a
docente — planes de estudios, refor­ creer en la posibilidad de un gobierno
mas de horarios, elección de autori­ de instituciones por el pueblo en ge­
dades subalternas en las escuelas, etc. neral. No serán menos los mexicanos
que los argentinos o los chilenos o los
— y para la realización efectiva de es­
cubanos donde las asambleas univer­
ta función hay que crear un órgano
sitarias legislan y eligen en perfecta
adecuado. Las escuelas deben tener
armonía.
una Asamblea Legislativa formada
por los Profesores e igual número de
II. Renovación del profesorado
alumnos. Nadie puede pensar que es­
te mermaría el prestigio de los maes­ La parte fundamental de la Uni­
tros. Por el contrario, habría una ma­ versidad son los alumnos- La Univer­
yor comunión laborando codo a codo sidad son los alumnos. La Universi­
por la mejora de la institución. El es­ dad existe para enseñarlos. Ellos
tudiante, con mayor responsabilidad, vienen a ser como los obreros en la
adquiriría una mayor seriedad para industria: los únicos que dan “ valor”
tratar los problemas. Así incuba­ a la producción. Pero una entidad do­
ríamos directores eficaces de la vida cente sin buenos profesores es nula.

151
Los mayores males provienen del pro­ tir a sus aliados intelectuales — los
fesorado. Los hay rutinarios, elemen­ profesores reaccionarios — que conti­
tos que han escalado las cátedras por núen ocupando sus posiciones: Ellos
favoritismos; otros, son buenos vie­ tienen un pensamiento tan estéril co­
jos fósiles que nos repiten un viejo mo un latifundio, una fé hipócrita co­
disco; algunos suspiran con don Por­ mo la de los clérigos y son tan explo­
firio. Y los hay, también, para quie­ tadores de conciencia como un patrón
nes la ciencia no avanza. Lo único que capitalista.
recuerdan es lo que saben desde jó ­
venes. También el aspecto moral es III. Función social
necesario ver. El maestro necesita es­
tar vinculado con la ideología de su En el movimiento de Reforma Uni­
época y sentir los problemas de la versitaria, no todo es conquista de de­
sociedad. De otra manera su labor re­ rechos para los estudiantes. Existen
sultaría estéril. también nuevos deberes que se con­
En todo movimiento de Reforma traen. El más importante es hacer el
Universitaria es necesario una reno­ propio alumnado una cruzada de uti­
vación del profesorado. Sin un profe­ lidad social. Debe hacerse que la Uni­
sorado revolucionario, de nada valen versidad sirva grandemente a la so-,
las otras reformas en la Universidad. ciedad.
Ellos continuarán siendo los sabotea­ Cada estudiante, como cada profe­
dores del nuevo espíritu. sor, es propietario de una cierta ri­
El Consejo Universitario o un Tri­ queza de conocimientos. Si solamen­
bunal de Honor, es decir, que no resol­ te la utiliza en su propio provecho es
verá apegado a normas legales, debe­ un egoísta, un individualista imbuido
rá recibir las acusaciones que se ten­ del criterio del burgués explotador.
gan contra profesores. Las analizará Descontando la pequeña cantidad de
y resolverá . Si el profesor no reúne estudiantes que trabajan para ganar­
los requisitos necesarios para formar se su sustento, la inmensa mayoría
parte de la Nueva Universidad debe son células muertas en la vida econó­
salir. No vemos porqué la Revolu­ mica de una nación: no producen y
ción, que no ha respetado a los anti­ consumen. Indudablemente que al­
guos políticos y militares, debe respe­ guien, socialmente hablando, tiene que
tar a los antiguos maestros. Ellos con­ producir lo que ellos no producen y
tinuarán la crítica a las reformas consumen. Son signos — en la vida so­
obreras, agrarias ¡y en materia de cial. Hay razón a exigirles algo en fa­
culto. La juventud, nutrida por los vor de esa sociedad. ¿Tienen cultura?
restos del “ cientifismo porfirista” ,
Que la pongan al servicio de la socie­
que aún perdura como tendencia, no
será impulsadora de la Revolución, si­ dad. Una ley de Reforma Universita­
no un lastre. ria debe abarcar un punto donde se
obligue al estudiante y al profesor a
En los movimientos universitarios
de Latinoamérica, la juventud es la ser útil para alguien más que para
que ha expulsado a esos maestros por ellos mismos. Debe ser obligatoria la
medios revolucionarios. Aquí, si la ju­ cruzada de enseñanza a los obreros y
ventud no lo ha hecho, si no lo hace, elementos pobres (Universidades po­
el propio llamado “ partido revolucio­ pulares), de servir como profesores en
nario” debe hacerlo por su salud y se­ la campaña contra el analfabetismo,
guridad. No hay razón para expulsar de tomar parte en los consultorios gra­
clérigos, matar latifundistas y con­ tuitos de estudiantes de Jurispruden­
denar patronos abusadores y permi­ cia, Medicina y Odontología que deben

— 152 —
establecerse en todos los barrios. Y porvenir, hacia la nueva Universidad
profesores y alumnos deben en las cla­ y no la hacemos grandemente útil a la
ses, en los seminarios de investiga­ sociedad, quedaremos en mitad del ca­
ción, en comisiones especiales, estu­ mino Las masas populares ven hoy,
diar cada uno de los problemas nacio­ con bastante justicia, a los cuerpos do­
nales: situación higiénica del país, centes como unos órganos más de ex­
c r i s i s industriales, problemas de plotación. Debe justificarse con he­
transportes, reformas a la legisla­ chos que la Universidad es un órgano
ción, etc. La Universidad debe servir social de utilidad colectiva y no una
de cuerpo consultivo al Estado. fábrica donde vamos a buscar la ri­
Si vamos hacia la Universidad del queza privada con el título...

— 153 —
PRINCIPIOS, TACTICA Y FINES DE LA
REVOLUCION UNIVERSITARIA

por
ALFONSO BERNAL DEL RIESGO
(c u b a n o )

(1923)

AS nobles aspiraciones de per­ más o menos quijotesca: me impongo


L fección humana no dejan de ser
vanas quimeras ideológicas, sin
como cualquiera de la realidad de las
cosas. En esto de los principios me
posibilidades de una realización pron­ tengo por Quijote, aunque en mi ac­
ta, si el hombre no basamente esos an­ tuación me doy por Sancho. Y es
helos sobre principios realizables. eso, por Sancho, que vengo a sostener
Cada momento histórico tiene su un ideario de izquierda, en los prin­
ideología doble: una oficial y otra de cipios, la táctica y los fines de la re­
combate; generalmente esta última, volución universitaria.
si es pura, es antigubernamental o no Quienes, como nosotros, no tene­
gubernamental. mos en esta lucha posibilidades de re­
Es cierto que algunas tendencias muneración mercantilista, podemos y
innovadoras han tenido en algunos debemos romper con los convencio­
gobiernos apoyo y hasta ayuda. For­ nalismos hueros de la sociedad en que
mados los políticos, merced a esta vivimos. No os asustéis, queridos
educación de pega y retazo, fraccio- compañeros. Hablo únicamente de
nariamiente, sin conexión idealista, vuestra actuación como estudiantes.
es posible que tengan sobre ciertos En este sentido, los ideales de la
aspectos humanos un criterio amplio, hora reclaman de nosotros lo siguien­
cuando no ocurre que ignoran sus te :
propias ideas. Esto sin contar con que I. Un plan revolucionario, cíclico e
los hombres partidarios de métodos integral, con su táctica apropiada.
conciliadores, apelan con frecuencia II. Unos principios que informen
a los extremos llamados políticos, ha­ nuestra obra.
ciéndoles el juego a los del gobierno III. Una actuación conforme a los
a cambio de una ley, decreto o presu­ principios y al plan.
puesto. Esta manera de reformar a La labor, pues, que trato de esbo­
la socialista no tiene crítica. Las zar en sus líneas generales, ya que
componendas con los elementos total­ otra cosa sería imposible, es ardua y
mente corrompidos han dado resulta­ extensa. Yo espero poder sintetizar
dos funestos. Y no crean los señores mi argumentación en pocas palabras.
del congreso que afirmo una tesis Dispensadme, si consigo mi objeto; si
D iscu rso en el P rim e r C o n g re so N a cio n a l de E stu d ia n tes. L a H a b a n a . 1923.

— 154 —
no lo consigo, dispensadme doble­ era Salinas — quien simpatizaba
mente. con ciertas ideas de Lunatcharsky —
hizo concebir a los estudiantes fun­
1. Los principios de la revolución dadas esperanzas. En la génesis de
universitaria latinoamericana esos sentimientos de noble rebeldía
no es posible olvidar los nombres de
Todo hecho humano tiene su an­ José Ingenieros y Telémaco Susini.
tecedente. La revolución universita­ Dei propio profesorado esos dos
ria de la Habana tiene su antece­ hombres — joven el uno, el otro vie-
dente en las revoluciones latinoame­ jecito, — orientaron esos anhelos
ricanas. Estudiar éstas es estu­ por sendas verdaderamente radicales.
diarnos. Obedecieron a causas simi­ El ministro Salinas observaba la
lares, si no idénticas; tuvieron una efervescencia de los espíritus, supo­
realización casi igual, y han sentido, nemos que con agrado, pues el fer­
como siente la nuestra, el acicate mento revolucionario tomó cuerpo
morboso de la reacción. hasta llegar a cristalizar en verdade­
Imposibilitados, por razones que ra lucha armada, en la ciudad de
no repetiremos, de hacer un estudio Córdoba, en el año de 1918.
detenido de esos trascendentales mo­ No relataremos, ni de visu, lo ocu­
mentos sociológicos que vivió la pa­ rrido en el célebre feudo de Trejo;
tria grande, nos limitaremos a dar tampoco diremos nada de lo ocurrido
un resumen del ideario común de to­ en Buenos Aires, Lima y Santiago
das las revoluciones latinoamerica­ de Chile.
nas. Lo que nos interesa decir es que
Antes que entremos en materia, las peticiones de gobierno democrá­
bueno será advertir algo que pare­ tico de la Universidad, por las noti­
ce — pero no es — una perogrulla­ cias habidas, fueron más templadas
da: las revoluciones universitarias que las nuestras, pero más seguras.
fueron revoluciones. El espíritu pro- Nosotros llegamos a pedir, en cierto
nuncialista de los golpes de estado y momento, la mitad de la asamblea
de los cuartelazos, que ha sido ca­ universitaria; después nos hemos
racterística de la raza española, no conformado con una tercera parte
lo tuvieron las revoluciones herma­ muy rebajada y peor retribuida- Me
nas. Los estudiantes argentinos, co­ refiero a los graduados que serán la
mo los chilenos y peruanos, concibie­ eterna rémora, la célebre quinta rue­
ron la universidad nueva y trataron da cíe la asamblea universitaria.
de fundarla por la fuerza de la re­ Lo más importante de las peticio­
volución. nes democráticas formuladas por
a) Una verdadera democracia uni­ nuestros hermanos fué la ruda since­
versitaria. ridad y valentía con que pidieron la
intervención en el gobierno de la
La forma que hasta entonces tenía Universidad. Conocedores de que la
el profesorado de tratar a los estu­ entrada en un solo organismo no se­
diantes; el absoluto desprecio por la ría suficiente, pues con neutralizar
enseñanza; el compadrazgo y la po­ de hecho, su actuación — la del orga­
lítica, indujeron a los estudiantes nismo revolucionario — se socavaba
latinoamericanos a darle una admi­ toda la Reforma Universitaria, pidie­
nistración democrática a la univer­ ron y consiguieron la tercera parte
sidad. en todos los organismos importantes.
La feliz coincidencia de ocupar la Se notaba, por tanto, un verdadero
secretaría de instrucción pública un anhelo de trabajo; una seria orien­
hombre de la amplitud de criterio que tación revolucionaria; un firme pro-

— 155 —
pósito renovador. Y no era en va­ taria de nuestra América; y José In­
no su empeño. ¿Para qué nos sirve genieros, el jefe de esa tendencia en
la asamblea universitaria, si el pro­ América, su maestro casi único.
fesorado, como lo ha hecho ahora, le En pedagogía, un nuevo antidog­
ha dado al Congreso la tarea de ha­ matismo, semianárquico, pragmático
cernos las leyes, demostrando temer y evolucionista; y en ciencias, un po­
menos a la impudicia de los legisla­ sitivismo nuevo, idealista y antireli-
dores que a la pureza de los estudian­ giosc, eran los puntos principales de
tes? la plataforma renovadora.
Después que pasen las leyes de La hojarascología — que ahora
marras — si pasan — ¿ qué funciones tiene catedrático titular en la Univer­
exclusivas le quedarán a las asam­ sidad de La Habana, además de infi­
bleas? ¡Elegir rector! Buena función nidad de auxiliares voluntarios —
para que nos estrenemos. Bien está fué suprimida. El verbalismo, clerica-
que teniendo parte en todo, la tenga­ nallismo, patrioterismo y plutocratis-
mos también en esa; pero darnos el mo universitarios fueron azotados
único encargo de elegir rector es lan­ con el fuste luminoso de la pedago­
zarnos al divisionismo, a la confu­ gía humana y Ja ciencia nueva.
sión y al fracaso. Además, si acepta­ Imposible sería, aparte que no
mos como suficiente a cumplir nues­ soy un hombre enciclopédico, deta­
tras aspiraciones con esa única ta­ llar por su variedad y extensión las
rea, demostraremos obedecer, en innovaciones introducidas en el plan,
nuestra revolución, a principios que método y contenido de los estudios
podríamos llamar de política univer­ universitarios, por los revoluciona­
sitaria; y, compañeros, en un orga­ rios hermanos de Córdoba, Buenos
nismo democrático las instituciones Aires y Lima. Sí diremos que, discí­
valen más que los hombres. Nosotros, pulos de un pequeño grupo de hom­
abandonando los consejos de Facul­ bres nuevos, repitieron sus ideas con
tad, hemos dado prueba de que sólo calor y entusiasmo. De este modo,
nos movían aspiraciones personalis­ era la selecta izquierda del país —
tas. cerebro y corazón de los pueblos, se­
Si es cierto que deseamos que el gún Spencer — la que pedía refor­
ideal de la democracia universitaria mas por boca de los jóvenes univer­
sea un hecho, tenemos que pedir dos sitarios.
cosas: nuestro ingreso a los conse­ Resumiendo, podremos decir que
jos, y exigir la delimitación exacta las peticiones de renovación pedagó­
de las funciones de la asamblea. gica y científica se contraían en es­
¡Destruyamos los conciliábulos se­ quema a lo siguiente:
cretos! Que el estudiante lo oiga to­ En el m étodo: antidogmatismo.
do y que todo lo sepa. ¿Para quiénes Fuera, el magister dixit. En la form a:
es la Universidad? ¿Para los profe­ antiverbalismo. Fuera, el maestro
sores? loro.
En el contenido: antieruditismo y
b) Una verdadera renovación pe­ tro de Larousse y sotana.
dagógica y científica. ¿ Qué hemos pedido nosotros en es­
te sentido? La mejor respuesta es no
Un verdadero neohumanismo inva­ contestar.
dió los cerebros jóvenes latinoame­
ricanos. Los ideales de izquierda, que c) Una verdadera popularización
la generación de postguerra ha hecho de la enseñanza universitaria.
devenir más fuertes y precisos, eran Concluida la obra intrauniversita-
los ideales de la revolución universi­ ria de renovación administrativa y

— 156 —
pedagógico-científica, faltaba, para voritista y embaucadora, aparte de
completar el marco ideológico de la ser jurídicamente desastrosa.
revolución, las peticiones extrauni­ S9 La candidez del alumnado en
versitarias ; y los estudiantes herma­ creer a los profesores que se hicie­
nos, sobre todo los chilenos, hubieron ron revolucionarios de pega, para
de hacerlo. salvaguardar el cocido, y ya en cal­
Una Universidad para el ciudadano ma las cosas, han vuelto a ser lo que
apto, sea el que sea. Una Universidad eran: unos farsantes. Parecido error
políticamente apartada, moralmente al que cometemos nosotros aceptan­
pura; con un profesorado nuevo; con do como buenos a profesores de cono­
una orientación, más que nacional, cidas tendencias conservadoras y
humana. Una Universidad para todos ostensible fe fascista y gubernamen­
los estudiantes, sin niños bien que tal.
taconeen su ignorancia y ostenten su Terminaremos este aparte del tra­
dinero y sus notas mal adquiridos. bajo, haciendo contar que este punto
Una Universidad con profesores; no — el de hacer una Universidad, viva,
una Universidad con caza-cátedras. popular, humana — no ha sido ni si­
Fué por el valor de estas revolu­ quiera nombrado. Y es lógico : en una
ciones, que la función social de la uni­ universidad donde se asustan los es­
versidad, de palabra vana que era, tudiantes de sólo oir la palabra co­
pasó a ser realidad viva, conseguida munista no es posible esperar peticio­
a fuerza de martillo. nes de carácter radicalmente popu­
La revolución lationamericana — lares, como son éstas, que hacen de
las universidades muertas, universi­
entiéndase universitaria — en este
dades taflerés, como las deseaba
acápite de sus principios, convirtió­
se de mero acontecimiento universi­ Martí.
tario en fenómeno de lucha social. II. — La táctica de la revolución
Por eso es explicable la ayuda obre­ universitaria
ra al estudiante y la hostilidad de
los gobiernos a esta clase de movi­ Es sincero declarar que en el te­
mientos. rreno de la táctica no es tan grande
Doloroso es decir que estas precio­ el acopio de material, ni tan sana la
sas conquistas no han logrado hacer­ doctrina de la revolución universita­
se firm es: la reacción trabaja sorda­ ria latinoamericana, como en el de
mente por anular ■ef valor ele los los principios. Bueno será, de todos
nuevos principios. El fracaso obede­ modos, recordar siquiera la actuación
ció, según nuestros compañeros mis­ revolucionaria de los universitarios
mos confiesan, a tres factores que hermanos. Justo es decir, a guisa de
vamos solamente a señalar: descargo, que ellos no se ocuparon
preferentemente de la táctica. Nos­
l-9 La no preparación revoluciona­ otros, en este punto, no debemos imi­
ria de la totalidad del alumnado, que, tarlos.
como el de Cuba, trae tarado su ce­
rebro y su corazón de los colegios re­ a) Lucha única; objetivo único;
ligiosos. frente único.
2.q El uso de tácticas ambiguas, de La revolución universitaria fué
colaboración con el gobierno: algo manchada varias veces con episodios
parecido a lo que ha tratado de ha­ de sangre; en Santiago de Chile y en
cerse en medicina, con el congreso Córdoba tomó caracteres de lucha ar­
de la república, que parece estar ya mada ; los choques fueron varios y
limpio por haber votado una ley fa- la revolución larga y episódica. La

— 157 —
elección die esta táctica 'puede ser versitario. cuestiones sociales y reli­
que dé resultados: allí, en Chile y giosas — debemos conservar el prin­
Argentina, algo se alcanzó práctica­ cipio del objetivo único, como tabla
mente; pero sea como quiera, y a de salvación de nuestras ideas educa­
reserva de utilizarla in e x t r e n iis , nos­ cionales. Manteniendo el objetivo
otros creemos que tiene serios in­ único podremos hacer de nuestra ca­
convenientes. En primer lugar es una sa, cuando la universidad lo sea, el
táctica costosa, pues generalmente, primer centro de conspiración so­
ya en el campo de la lucha directa, cial.
el gobierno reacciona brutalmente, Y en lo que respecta a distraer
sin consideraciones ¡ además, requiere nuestra atención en otros problemas
para que sea efectiva, una prepara­ que no sean los sociales, me parece
ción revolucionaria que supongo no inoportuno tocar el asunto: las revo­
poseemos. luciones civiles, políticas o militares
El otro grave inconveniente de la pasaron para no volver. Cuando al­
lucha violenta y larga nos parece gún movimiento de esta índole se in­
que está en el fácil manejo de la ma­ cuba, podemos decir, sin temor a
sa, que, cansada, puede entregarse equivocarnos, que se gesta una pseu-
en manos de cualquier dictadorzuelo do revolución. Creo a mis compañe­
a sueldo del profesorado y del gobier­ ros al tanto de la vida mundial co­
no- mo para suponerlos enterados de co­
Esta lucha a pequeños empujones, sas ya viejas; igualmente los supon­
de violencia, prepara y templa a las go moralmente puros para creerlos
filas contrarias para la labor de reac­ capaces de tomar parte en movimien­
ción, dando cabida, en nuestras or­ tos de índole reaccionaria, que tienen
ganizaciones, al escisionista-derrotis­ como móvil el oro yanqui y como fin
ta. mermar más y más nuestra ya men­
Mucho mejor nos parece pedirle guada soberanía.
todo de una vez; y lanzados a la bre­ En lo que se refiere al frente úni­
ga, cualquiera que ella sea, no cejar co seremos algo más extensos, por
hasta haber logrado las exigencias requerirlo así la naturaleza e impor­
máximas. tancia del asunto.
Esta es nuestra tesis en lo que se Nuestro frente único es un frente
refiere a la lucha única, la más con­ especial; deben de formarlos todos los
veniente, y la que debimos utilizar estudiantes de todas las edades. Así
el curso pasado para evitar sucesos también cabe pedir la colaboración
lamentables. de entidades que tienen ideales simi­
Se nos presenta ahora a nuestro lares a los nuestros: maestros, pro­
estudio, una grave interrogación: fesionales honrados, grupos revolu­
¿Debemos perseguir un objetivo úni­ cionarios y, sobre todo, organizacio­
co en nuestras luchas? La contesta­ nes obreras.
ción nuestra es de un dualismo con­ Quedarán, por tanto, fuera de es­
tradictorio. Francamente creo posi­ te frente, las corporaciones económi­
ble la revolución en cualquier cere­ cas y las entidades religiosas, bur­
bro inconformista; pero en la prác­ guesas y gubernamentales. Y es cla­
tica sólo una clase existe hoy de ver­ ro: pedir colaboración revoluciona­
dadera mentalidad revolucionaria: la ria a los hombres que llenan sus/ es­
clase obrera; ¿debemos de ayudarla? tómagos con la pitanza gubernamen­
En el momento de nuestra contien­ tal o el sudor de los que trabajan, es
da — y en esto diferimos de nues­ pedir para nuestra causa el suicidio
tros compañeros latinoamericanos anónimo, la muerte oscura.
que involucraron en el problema uni­ Es de todo punto necesario man-

- 158 -
tener la cohesión y disciplina de la Las campañas aparentemente mora-
masa colaboracionista; es necesario lizadoras de ciertos periódicos no son
cerrar filas y unir a los espíritus en más. que campañas compradas. Bien
una misma aspiración de mediorismo ha dicho el doctor Hernández, que
educacional. tras los grandes titulares que prego­
La táctica seguida en Córdoba, que nan la pureza y virtud administra­
llevó a los estudiantes a militar en tivas, se mueve siempre, absoluta­
dos filas, es desechable como peligro­ mente siempre, el oro nuestro o el
sa y sangrienta. Formemos, compa­ extranjero; y nosotros, compañeros,
ñeros, un frente único; tapemos nues­ aunque .quisiéramos pagar el precio
tros oídos a los halagos engañosos; de la honradez periodística, no po­
apartemos nuestros corazones de las dríamos hacerlo, por la sencilla ra­
aspiraciones bastardas y personalis­ zón de no tener con qué. La salida
tas y sintámonos, primero que todo, de este aparente callejón está en
y sobre todo, estudiantes- Marchemos crear una prensa estudiantil, abun­
unidos a una misma meta de bondad, dante, pura, roja, capaz de mover a
de luz y de justicia. las masas estudiantiles y de hacerse
Hagamos la revolución con estu­ oír en el país-
diantes y gente de alma juvenil. Pi­
diendo ayuda a elementos extraños III. — Los fines de la revolución
a nuestra causa justo es que, si la universitaria latinoamericana,
prestan, exijan a la hora del triun­
fo, la retribución de su trabajo. Como es fácil suponer, el fin pri­
Hagamos la revolución. Hagámos­ mordial de la revolución universita­
la por Cuba que la necesita, y para ria fué crear un régimen nuevo en la
los'estudiantes, que son la Universi­ universidad; una universidad distin­
dad misma. ta a la que tenían, no solamente en lo
que respecta al personal y progra­
b) El enojoso asunto de la prensa mas, sino en los principios, métodos
amarilla. y fines.
No era, sin embargo, posible crear
Pasando detalles referentes a las una universidad nueva sin variar
huelgas generales y parciales, “ ensa­ sus elementos componentes y su es­
ladas” , boycotts y otros medios tác­ tructura funcional; tampoco esto era
ticos de lucha, que fueron bien usa­ suficiente: un espíritu nuevo que
dos en el pasado curso, queremos ha­ subvirtiera todas las cosas era nece­
cer hincapié sobre el peligro que en­ sario introducir.
traña tener la prensa en contra y el El alumnado tendría que sometor-
bochorno que es tenerla en favor sé a una preparación ideológica que
nuestro. Ante este dilema no caben lo capacitare para sus nuevas funcio­
soluciones radicales. Pero ¿cómo uti­ nes- Concordantes con estos fines la
lizaremos la prensa? actuación de los organismos univer­
Solamente como medio informativo sitarios fué, antes que nada, separar
de nuestros asuntos generales, pues de la buena simiente la simiente en­
darle a la prensa eunuca y vendida ferma; esto fué absolutamente cier­
que padecemos informaciones tras­ to, por lo menos, para los puestos di­
cendentales, es brindarle la ocasión rectivos. Encuadrando las cosas con
de combatirnos con nuestras propias el nuevo criterio humano de que es­
armas. Tenemos que recordar que el taban imbuidos, llevaron estos fines
movimiento universitario es el único de depuración estudiantil hasta lími­
movimiento puro que ha tenido la re­ tes no pensados; verdad es que en
pública después de su constitución. Córdoba — y ya hablamos de este

— 159 —
error — la depuración parace ser dos clases de títulos : unos científicos,
que fué violenta y demasiado radical, otros técnicos.
produciéndose el doloroso caso de or­ El practicismo de la vida moderna
ganizarse en federación los estudian­ nos coacciona con la fuerza que tiene
tes reaccionarios, para luchar contra la realidad para cumplir sus desig­
sus hermanos, al lado de la fuerza nios; desoír los clamores de un gran
pública. ¡Triste fin el que le queda número de ciudadanos que sólo de­
hoy a la iglesia: dividir y emponzo­ sean una mediana instrucción cientí­
ñar las conciencias, para levantar su fica, la suficiente para ganarse la vi­
trono de sombras, como quiera que da; o desoír a la otra pequeña parte
sea, y aunque tenga que asentarlo del país que reclama un enseñanza
sobre charcos dq sangre joven! superior, exclusivamente investigado­
La depuración del profesorado fué ra, es no dejar satisfechas las nece­
otro de los fines universitarios de la sidades sociales. Los estudiantes lati­
revolución. No hemos podido saber noamericanos han tratado de conci­
cómo fué llevado a cabo, pero supo­ liar ambos intereses, creando la en­
nemos que se eligieron métodos más señanza duple. Esa reforma es otra
expeditivos que los usados por nos­ de las que necesitamos: la vieja Uni­
otros. Un profesor auxiliar amigo, versidad de La Habana ni es un cen­
de regreso de su viaje a la Argenti­ tro de estudios puramente académico
na, nos contaba, medio entristecido y de investigación, ni prepara lo su­
y asustado, a pesar de sus pocos ficientemente bien a los que aspiran
años, algo sobre este importante sólo a un título técnico, de los llama­
asunto: “ ¡Hasta el profesor Zeballos. dos por los alemanes de “ ciencia de
célebre intemacionalista y hombre pan” . La universidad de La Habana,
de cultura vasta, fué separado, no sa­ queriendo hacer ambas cosas, no.ha­
bemos cóm o!” — nos decía. Nosotros, ce ninguna.
para nuestro caletre, nos suponíamos Para terminar, repetiremos lo que
cómo había sido: conocíamos los flir­ hace poco dijim os: los universitarios
teos panamericanistas, y los tiernos hermanos al tratar de hacer la Uni­
amores que tuvo siempre el profesor versidad nueva, gestaron asimismo,
Zeballos por el derecho internacio­ ideales más amplios. Quienquiera
nal clásico; con saber esto, nos lo que lea los manifiestos lanzados a
explicábamos todo. sus respectivos países por la federa­
ción de estudiantes latinoamericanos,
Renovando al alumnado, creando notará que detrás de las aspiraciones
un espíritu nuevo en la Universidad,
universitarias, latían, en una diàs­
depurando al profesorado e introdu­
tole magnífica, plena de vida y roja
ciendo en la enseñanza los nuevos cá­
como la sangre de un enorme y joven
nones pedagógicos y las últimas pal­
corazón, otros anhelos más justos y
pitaciones de la ciencia, los estudian­
más humanos. En pos de la universi­
tes fundaban la universidad nueva,
dad nueva una sociedad nueva se pre­
verdadera y completamente nueva,
para.
cima de sus anhelos y cumbre de sus
Por lo anteriormente expuesto el
aspiraciones. Grupo Renovación, decide someter
Desde entonces, la Universidad pa­ al voto ilustrado del primer congre­
só a ser lo que debía; centro de in­ so nacional de estudiantes la siguien­
vestigación científica y luminosa te
fragua de espíritus. Respondiendo a
esta doble aspiración — la de crear Resolución
investigadores y ciudadanos — la 1? Que el directorio de la Federa­
universidad nueva debía de expedir ción tienda a crear en el alumnado

160
cubano la mentalidad revolucionaria ción gestione la ingerencia de los es­
que requieren los tiempos nuevos. tudiantes en todos los organismos
universitarios en la misma propor­
2” Que el directorio de la Federa­ ción que lo están en la asamblea; y
ción formule un programa que com­ que ésta sea una realidad verdadera.
prenda todas las aspiraciones de los
estudiantes y que para la mejor rea­ 4? Que sean los consejos de Facul­
lización del mismo, cree una prensa tad los encargados de modificar los
estudiantil, abundante* pura, roja, planes de estudios y no el congreso
de la república, como actualmente su­
capaz de mover a las masas estudian­
cede; fin que se conseguirá merced
tiles y de hacerse oír en lanación. . . a una verdadera ley de autonomía
3’ Que el directorio de la Federa­ universitaria.

— 161 — 1
EL PROBLEMA DE LA REFORMA UNIVERSITARIA
EN CUBA
por
JOSE A. FONCUEVA
(cubano)
(1927)

A BUNDARIA en interés un ensa­


yo investigativo y definido en el
que se descubrieran las raíces,
tintas. Reducido a su mínima expre­
sión, el citado problema universita­
rio no es sino el lógico resultado de
se examinara el proceso y se fijaran las deficiencias de nuestra Universi­
las modalidades, de nuestro problema dad y está íntimamente relacionado
universitario. Problema que si desde con nuestra falsa situación política.
sus orígenes se manifestó con carac­ Sus rasgos esenciales son la organiza­
teres graves, constituye ahora, des­ ción absurda de la Universidad, el
pués del económico, — y deriva de és­ descenso de nivel de la cultura nacio­
te — el más serio y urgido de rápida nal, las agitaciones estudiantiles y
solución entre los problemas cubanos la incapacidad cívica de nuestro pue­
actuales. blo, derivada esta última de su la­
Más como quiera que tal ensayo re­ mentable despreocupación respecto de
queriría mucho tiempo y demasiado las corrientes ideológicas, la cual, a
espacio, he optado por hacer una revi­ su vez, proviene de la indolencia in­
sión esquemática del rol universita­ herente a la condición de simple me­
rio, — desde los tiempos coloniales canismo burocrático de nuestra Uni­
hasta el momento presente, pasando versidad.
por el plan provisional de Varona y Definido el problema y fijados con­
por la revolución universitaria del 23 venientemente sus rasgos esenciales,
(J) — que sirve para comprender el pasemos a conocer sus orígenes y a
problema y comprender sus orígenes estudiar su evolución:
y evolución.
Creo conveniente, antes de entrar La universidad colonial
de lleno en la referida breve revi­
sión, definir el problema universita­ Desde su fundación hasta el año
rio y fijar sus rasgos esenciales, para 1898, la Universidad de la Habana,
evitar confusiones que pondrían en cortada por el patrón teológico-buro-
peligro la buena inteligencia de este crático, tan sagazmente criticado por
artículo. Así como aclarar, rectifican­ el ensayista argentino Carlos Sánchez
do ciertas apreciaciones presurosas Viamonte, no persiguió más fin que la
que a pesar de su aparente identidad, domesticación progresiva del alumno,
el problema universitario y el conflic­ mediante la infiltración de una ideo­
to estudiantil son dos cosas muy dis­ logía medularmente reaccionaria; en
( 1 ) V e r lo re la tiv o a C uba en el S eg u n d o T om o.

162
beneficio de la cual se sacrificaba sin mo afirmaba Martí, la revolución no
escrúpulos de ninguna especie el in­ era la que había terminado en los
terés educativo —, destinada princi­ campos, sino la que debía comenzar
palmente a mantener cerrados los en la paz. El retorno fatal y violento
ojos de la juventud insular para que al coloniaje, la corrupción administra­
no tomara su puesto en las fuerzas re­ tiva, y tantos otros males que padece
volucionarias que combatían por la nuestro país, son el natural resultado
emancipación de jCuba. de aquellas tristes locuras e imperdo­
Está de más insistir en el carácter nables errores. La nueva generación,
burocrático y tradicionalista de los al enjuiciar con el espíritu limpio de
maestros, en la deficiencia de los mé­ prejuicios, la realidad cubana, no pue­
todos — agravada por una rígida de por menos que condenar duramen­
cuanto estúpida censura, por la afi­ te la imprevisión de los hombres de
ción al eruditismo y por un senti­ ayer, responsables directos de nues­
miento culpable a la indiscutible au­ tra decadencia.
toridad del magister dixit — en la es­ Puede afirmarse, sin pecar por
tructura teológico - verbalista de la exageración, que el cambio de régi­
enseñanza, en la carencia de interés men no mejoró en nada la situación
investigativo y en la absoluta intras­ de la Universidad, convirtiéndose,
cendencia del trabajo universitario, por el contrario, — a consecuencia del
desde el punto de vista del interés so­ plan provisional de Enrique José Va­
cial. rona, concebido y aplicado a raíz de la
En aquella época, la Universidad instauración de la República — en
era uno de los instrumentos del go­ perjudicial para ella, toda vez que au­
bierno español y de los criollos alia­ mentó sus deficiencias y agravó bs
dos suyos, para mantener, en su pro­ achaques que la minaban desde su
fundación.
vecho, la esclavitud política de Cuba.
Apesar de mi admiración — admi­
La instauración de la República y el ración relativa y lavada de todo apa­
plan provisional de Varona sionamiento cubanista o politiquero—
por Varona, siempre, cada vez que se
Con la instauración de la Repúbli­ me ha presentado la oportunidad de
ca, si bien es cierto que varió par­ hacerlo, he censurado su imperdona­
cialmente el estado político de Cuba, ble ligereza. En los hombres de su
no lo es menos que los cubanos de en­ prestigio intelectual es un delito creer
tonces, embebidos en las manifesta­ que la enseñanza, la cultura, la cien­
ciones declamatorias de un patriotis­ cia, toleren provisionalidades de tal
mo romántico y despreocupado, — a índole. Además, por la misma razón
pesar de las poses y de las ruidosas de haber superado él en unos cuantos
explosiones oratorias — no se toma­ codos el nivel del filisteísmo intelec­
ron interés en borrar las huellas de la tual cubano — con asombro admirati­
colonia en las instituciones básicas de vo, injustificado hasta cierto punto,
la república naciente. Tal vez se ocu­ de nuestro pueblo, tan propenso a las
paron de ello, pero incurriendo en el apoteosis de galería. — Varona estaba
gravísimo error de clasificar la Uni­ en el deber de legar a la Universi­
versidad como organismo secundario; dad algo más que un plan provisio­
aunque lo más probable — casi po­ nal defectuoso; máxime cuando hu­
dría decirse lo cierto — fué que no biera sido cosa fácil, cuestión de tac­
dedicaron su atención más que a las to y de interés, adaptar a nuestra
vacuas manifestaciones de regocijo Universidad el espíritu e ideales de la
patriotero, echando en olvido que, co­ república — si es que la república,

— 163 —
simple ilusión política feble y vaci­ prédicas argentinas, — consumó la
lante, tuvo alguna vez espíritu e idea­ Reforma. Una Reforma sustancia-
les. mente análoga a la de la Universidad
de Córdoba, fundada, en lo interno,
La revolución universitaria de V T B C y en los puntos siguientes: renovación
el movimiento argentino de los métodos y de la arquitectura
universitaria, depuración; del profe­
Durante el tiempo transcurrido en­ sorado, democratización de la Univer­
tre la adopción y aplicación del plan sidad, intervención de los estudiantes
provisional y la gloriosa y tonificado- en la dirección del establecimiento,
ra revolución universitaria de 1923, la desahucio del dogmatismo y del ver­
Universidad permaneció en un quie­ balismo. En lo político, los puntos
tismo enervante. principales abarcaban la socialización
Fué la época dorada del papagayis- de la cultura, incorporación de la Uni­
mo, de la influencia política como ra­ versidad como factor de orientación
zón suprema para el nombramiento de ideológica a la vida política del país,
profesores; la época dorada del maes­ vinculación con el proletariado y or­
tro loro, de la Universidad hiperburo- ganización de un frente de batalla
crática, del estudiante apático e irres­ contra las dictaduras y el imperialis­
ponsable. Huelga decir que la crisis mo.
universitaria se intensificaba en ra­ A pesar de la escasa, efímera dura­
zón directa del tiempo, tomando cada ción de las conquistas de la Reforma,
día, para las miradas comprensivas, esta cumplió largamente su misión.
caracteres más graves y alarmantes. La misión de abrir a la verdad los
Sin embargo, a fines de 1920 co­ ojos de la juventud, de sembrar una
menzó a insinuarse una reacción par­ semilla ideológica y de poner a los
cial en el estudiantado. Tuvieron mu­ estudiantes cubanos en la ruta che
cho que ver en ellos, los informes lle­ triunfos más hondos y definitivos.
gados a Cuba, referentes a las revo­ A pesar de eso, el fracaso de la Re­
luciones universitarias de Córdoba y
forma contribuyó en cierto modo a
de Lima, efectuadas en 1918 y 1919
agravar el problema universitario.
respectivamente, así como una idea
vaga, desentrañada de la ruda expe­ El escamoteo de las conquistas de la
riencia objetiva, de las deficiencias Reforma Universitaria
universitarias. En aquellos días, un
grupo de alumnos absorbido por cre­ Pasados los días de agitación, y a
ciente interés respecto del movimien­ pesar de subsistir en la masa una no­
to renovador que se iniciaba en el table inclinación a las manifestacio­
Continente, aunque desorientado y nes de rebeldía y un vigoroso espíritu
falto de cohesión, fué creando poco a defensivo de las conquistas de la Re­
poco en ciertos sectores de la masa es­ forma, estas fueron escamoteadas há­
tudiantil, un estado de conciencia con­ bilmente por el mismo enemigo invi­
trario a 'la situación imperante. Cu­ sible a que se refiere Julio González
yo estado de conciencia concretó des­ en su historia de la rebelión de Cór­
paciosa, pero firmemente, sus formas doba, con la complicidad de algunos
y sus orientaciones. Y así, en 1923, estudiantes de espíritu reaccionario
trás un período de agitaciones am­ y con el auxilio decisivo de las auto­
plias y profundas en pro de la uni­ ridades interesadas en anular el triun­
versidad nueva, la famosa vanguar­ fo de la insurrección juvenil.
dia estudiantil reunida bajo la ban­ La última de las conquistas del mo­
dera del grupo “ Renovación” — que vimiento revolucionario estudiantil,
recibía sus alientos ideológicos de las arrebatada por los contrarios de la

— 164 —
renovación universitaria fué la inter­ der que sólo existe una solución,—que
vención del alumnado en la dirección si bien resulta incompleta, dada la
de la Universidad, mediante su repre­ magnitud del problema, es única des­
sentación ante el Consejo Mixto de de el punto de vista del máximo ren­
Profesores y Estudiantes, disuelto por dimiento inmediato. Esa solución es
decreto presidencial hace dos años. la Reforma. Pero la Reforma conce­
A partir de aquel momento, co­ bida y realizada sin temores ni limi­
menzó a agravarse el problema uni­ taciones, y que sólo puede ser obteni­
versitario. La juventud no podía re­ da si los estudiantes, conscientes de
signarse a perder pasivamente las su alta responsabilidad histórica, se
ventajas alcanzadas con la Reforma. unen estrechamente en el pensamien­
De otra parte, la Universidad, cuya to y la acción, para organizar un mo­
crisis orgánica se había intensificado vimiento destinado a conquistarla.
considerablemente, proclamaba e n Pienso, Con Francisco José Caste­
forma escandalosa su absoluta insol­ llanos, que, para nosotros, edificar es
vencia. comenzar por destruir. De ahí que me
En vista de eso, los estudiantes, pronuncie por una reforma radical,
imposibilitados de actuar temporal­ fundada en el desahucio casi total de
mente, aprovecharon el tiempo en rea­ la organización técnica existente, que
vivar la agitación, extendiéndola y nos dé la Universidad que hace tiem­
orientándola hacia la reivindicación po estamos necesitando. Una Univer­
de sus derechos y hacia la cristaliza­ sidad basada en el principio de que
ción de sus aspiraciones, conculcadas educar no es sólo dar carrera, y que
y obstaculizadas por las medidas fas­ no pretenda ser un cónclave misterio­
cistas de las autoridades. Agitación so de iniciados, sino una escuela de
que ha seguido ampliando sus proyec­ acción social adaptaba a nuestro me­
ciones y precisando sus objetivos has­ dio y a nuestro tiempo.
ta llegar a los días que corren, donde Una Universidad, en fin, que ade­
termina en una incógnita desesperan­ más de rendir un trabajo académico
te para los que se preocupan por el eficiente, sea cátedra máxima de ciu­
porvenir de Cuba y de su cultura uni­ dadanía.
versitaria, y disciernen la enorme Entendiendo por ciudadanía la acti­
trascendencia de la crisis actual. tud honrada, consciente y justiciera
Tal como queda expuesto el pro­ del hombre frente a los problemas po­
blema universitario, es fácil compren­ líticos y sociales.

165
P E R U

NUESTRA BANDERA
por
H AYA DE LA TORRE
(p eru ano )
(1924)

-g-^L afán de unidad de los pueblos de es ya espiritual por obra de las van­
¡ i j nuestra raza fué en Bolívar en­ guardias del pensamiento libre de to­
sueño precursor, más tarde, tema dos los pueblos que han sabido crear
de discursos diplomáticos y ahora fe, vigorosos lazos perdurables.
credo señuelo de lucha de nuestra Esta bandera que yo os entrego, ca­
generación. Con orgullo podemos afir­ maradas estudiantes mexicanos, no
mar, que nada ha sido más eficaz al presume originalidades recónditas. Es
propósito generoso de fundir en uno vuestro blasón vasconceliano de la
solo a los veintiún pueblos indoameri- Universidad de México, hecho pendón,
canos, — dispersos por el nacionalis­ oriflama, ala de esperanza. La juven­
mo estrecho de las viejas políticas — , tud indoamericana que tiene ya un al­
que la obra de las juventudes. Hemos ma fuerte, que entona un himno uná­
creado, sobre la fría y restringida re­ nime, adivinaba en el escudo de vues­
lación de las cancillerías imitadoras de tra casa universitaria el intento sim­
Europa, una solidaridad más amplia, bólico de la enseña del futuro, que sa­
en la alegría, en el dolor, en la noble ludaremos un día en todos los rinco­
inquietud. nes de América. La tenéis aquí: el ro­
El lírico intento de ayer es hoy jo dirá de las aspiraciones palpitantes
conciencia honda, proyectada en deci­ de justicia que en esta hora admirable
sión, en ímpetu puro de idealidad y del mundo inflama la conciencia de los
de empeño. No solo queremos a nues­ pueblos, y que nuestra generación pro­
tra América unida, sino también a clama con la humanidad, nos habla
nuestra América justa. Sabemos bien también del amor, convívito con la
que nuestro destino como raza y como justicia. Sobre el ancho campo, la fi­
grupo social no puede fraccionarse: gura en oro de la nación indoamerica­
formamos un gran pueblo, significa­ na, señala las tierras vastas, que uni­
mos un gran problema, constituimos das y fuertes brindarán hogar sin des­
una vasta esperanza. igualdades a todos los hijos de la ra­
La unidad de nuestra América no za humana.
es ahora política, porque la política de Aceptable porque es nuestra. Fla­
nuestros estadistas de Liliput jamás meará primero sobre las soñadoras
miró más allá de las fronteras arbi­ muchedumbres de las juventudes que
trarias de las patrias chicas. van abriendo el camino, y más tarde,
Pero — no es audacia afirmarlo — serán los pueblos comprendedores de

. D iscu rso p.l h a ce r en treg a a la F e d e ra ció n de E stu d ia n tes de M é jic o de la “ B a n d era de la


nu eva g e n e ra ció n h is p a n o -a m e r ica n a ". (7 de M a y o de 19 2 4 ).

— 166 —
los ideales bellos y justos los que la más gallardamente defendió la liber­
agiten en el tumulto estremecido de tad de la raza; porque de vuestra pro­
sus luchas. Os la entrego camaradas pia sangre surgió el ejemplo de una
éstudiantes de México porque sois nueva sociedad igualitaria y en avan­
vosotros los que, desde esta tierra he­ ce.
roica, que hoy mira atenta y devota Olvidaos de quién os la dió, pero re­
nuestra América, tenéis derecho a lle­ cordad siempre que es enseña de ju­
varla. Porque sois hijos del pueblo que ventud, de justicia y de unión.

II
LAS UNIVERSIDADES POPULARES “ GONZALEZ PRADA” DEL PERU
M A N IF IE S T O DESDE E L D E S T IE R R O

(1924)
A S Universidades Populares
L “ González Prada” deben ser mi­
radas por el pueblo del Perú, no
las campañas odiosas y de la tiranía
y sus agentes, el pueblo, la raza in­
dígena, los pobres del Perú en una pa­
sólo como el símbolo de una protesta labra, sienten como propios nuestros
de la juventud de esta época contra e! ideales. Día a día los ciudadanos jó­
lamentable estado de ignorancia en venes que tienen dignidad y concien­
que tienen las castas dominantes a las cia de su deber, vienen hacia las van­
clases pobres, sino como la esperanza guardias de trabajadores manuales e
viva de la obra de renovación que rea­ intelectuales que defienden y sos­
lizará esa misma juventud que hoy lu­ tienen las Universidades Populares
cha y sufre por mantener siempre el “ González Prada” . Día ha de llegar en
ideal de redención integral de los des­ que esos hombres que comprenden la
heredados. iniquidad de una persecución que sig­
Cuatro años de labor y a la vez de nifica una ofensa injustificable a los
resistencia ante la persecución enco­ derechos del pueblo, se alcen para im­
nada del terror reaccionario de una poner al fin su voluntad y acaben con
tiranía incapaz de comprender los ver­ la tiranía de gamonales privilegiados
daderos problemas del puieblo, nos y clérigos que hoy se burlan de los
han enseñado a no temer los horro­ más elementales principios de justicia
res de la fuerza y a sentir ante ellos y de libertad.
más firme y honda nuestra fé renova­ Las Universidades Populares “ Gon­
dora. zález Prada” no pueden morir. El pue­
Hoy las Universidades Populares blo las sostendrá y las defenderá pues­
“ González Prada” son la bandera de to que son su símbolo y su ideal. Con­
una gran causa. Por sostener sus prin­ tra las oligarquías opresoras que se
cipios, estudiantes y obreros cayeron llaman leguismo, pardismo, benavi-
bajo las balas de los pretorianos en dismo, pradismo, futurismo, etc., en
mayo y octubre de 1923. Pero ni la riña hoy entre sí, como los cuervos por
muerte ni la calumnia, ni la prisión el cadáver, se alzará la voz del pueblo,
ni el destierro, han sido más fuer­ el grito de los pobres, la nueva gene­
tes que nuestra obra. ración que formando un frente único
Nunca, en la historia del Perú, se invencible, acabará con la mentira,
conoce movimiento más heroico, más abolirá los privilegios e impondrá para
desinteresado y más hondo. Por eso, todos los postulados redentores de jus­
a pesar de las represiones brutales, de ticia, educación, tierra y libertad” .
V er en la secciórf Perú, Segundo T om o, las referen cias a las U niversidades G onzález P ra ­
da. cu y a crea ción fué resuelta por el C ongreso reform ista reunido en C uzco, 1920.

— 167 —
I ll

LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA REALIDAD SOCIAL

(1 925)

los compañeros redactores de yanquis, que un día rodarán sus ca­


A “ Estudiantina” : Gabriel del Ma­
zo, nuestro compañero y nuestro
ñones en todo el continente, como ya
los ruedan en Panamá y Cub^ o Cen­
amigo, a cuyo nombre está en gran tro América— , qué fuerza será capaz
parte ligada la gloria de la revolución de resistirnos? No ganaremos por las
universitaria argentina y la gloria armas más que por el santo entusias­
— ésta más rara — de la lealtad ab­ mo que en toda lucha sagrada de li­
soluta y vigilante a sus principios, me bertad y de justicia es disciplina. Pe­
ha enviado un número de “ Estudian­ ro no debemos olvidar — porque ol­
tina” y me pide unas líneas para sus vidarlo sería cobardía, autoengaño —
páginas. Lo hago sin tardanza, porque que esa lucha será la lucha de nues­
es mi deber. A toda voz de vanguar­ tra vida, que las generaciones prece­
dia de la juventud de nuestra Améri­ dentes, las generaciones de un siglo
ca he de responder yo como soldado de “ vida independiente” , de “ democra­
a grito de mando. Consagrada está mi cia” y de “ república” — generaciones
vida a la causa de nuestra generación, responsables de ignorancia, de estre­
que es causa de justicia y de unidad chez y de concupiscencia — no nos
revolucionaria para los pueblos de han dejado nada o casi nada, sino un
veinte repúblicas, cuyas fronteras de­ mar de palabras que nos ahogan, pre­
bemos destruir, cuyas castas opreso­ juicios, ejemplos de inmoralidad y, lo
ras debemos derribar, cuyos graves que es más, las manos semiatadas de
peligros comunes debemos detener. los pueblos y las puertas abiertas pa­
América latina está viviendo la hora ra el enemigo que filtra su veneno en
tremenda en que se gesta su conflicto las raíces mismas de nuestra vida co­
definitivo: de un lado, las fuerzas del lectiva.
pasado arrastrándonos traidoramente Creo que la juventud de nuestra
a la esclavitud del imperialismo que América va entrando en un camino de
acecha y corrompe, y del otro, nues­ realidad y de realismo en que los jue­
tra generación que después de la “ re­ gos literarios están de más. Debemos
volución universitaria” — la precur­ hablar y escribir con sangre en los
sora revolución de los espíritus — va labios o en la pluma, como pedía el
hallando su camino, enseñándoselo a poeta filósofo, pero debemos hablar
los maestros hasta ayer desorienta­ más para nuestras conciencias que pa­
dos y preparándose a la lucha glorio­ ra nuestros oídos. Esa es la literatura
sa y fatal. vital que necesitamos.
Estambs todos juntos bajo la mis­ Recojo las tres primeras líneas de
ma bandera. ¿Qué joven de nuestra la primera página de vuestra revista:
América, estudiante u obrero, campe­ “ Admitimos las colaboraciones de to­
sino o intelectual, empleado o soldado, dos los estudiantes y jóvenes obreros
será capaz de desoírnos ? Y ¿ qué fuer­ de cualquier parte del mundo que
za — aunque sea la de nuestros com­ quieran expresar ideas sanas, nobles
patriotas representantes del “ orden” , y valientes” . Ese es vuestro mejor
aliados al hormiguero rubio de los blasón. Hace muy pocos años habría

Trabajo enviado a la revista E stu d ia n tin a , órgano de los estudiantes del Colegio de la Uni­
versidad de La Plata.

— 168 —
sido imposible leer un llamado así en asamblea parlamentaria a respetar­
páginas de una revista de estudiantes. nos ; la aereamos llevando a ella los
Esa es la voz de la Reforma, pero no vientos de fronda que eran vientos re­
de la Reforma estancada en el simple volucionarios y eran vientos argenti­
entredicho de profesores y estudian­ nos ; vientos de fuerte y tremenda pe­
tes, de la Reforma simplemente cir­ ro saludable tempestad. Luego fuimos
cunscripta a los lindes universitarios, más allá, y al costado de la Universi­
sino de la Reforma que sale hacia la dad rejuvenecida, pero nada más que
realidad social, que no quiere hacer rejuvenecida por la Revolución, crea­
del estudiante una casta parasitaria, mos otra joven, fuerte, e hija suya
sino que lo desplaza hacia la vida, lo quizá, pero como hija “ zarastustria-
sitúa entre la clase trabajadora y lo na” , hija vencedora de la madre: nues­
prepara a ser colaborador y no ins­ tra Universidad Popular “ González
trumento de opresión para ella. La Re­ Prada” , donde fundimos nuestros es­
forma Universitaria corría riesgo de fuerzos y nuestro credo revoluciona­
perder su sentido social, su misión rio con la rebelión dolorosa de los tra­
precursora y gloriosa si quedaba como bajadores. Ella será un día la vasta
ün simple movimiento universitario Universidad social del Perú que can­
encaminado a preparar mejor, bajo tará el responso de la otra. Por ahora
más apropiadas condiciones, al profe­ es campo de lucha, laboratorio de ex­
sional. Yo he entendido siempre la Re­ perimentación, lazo de fraternidad,
forma Universitaria como todo lo con­ blanco del terror de la tiranía y ban­
trario al refinamiento de un sistema dera de agitación y de esperanza para
que creara mejor, es decir, más defi­ el pueblo del Perú.
nida y más fuerte, una casta profesio­
Y así como vosotros llamáis a la ju­
nal. Mi concepto de la Reforma es jus­
ventud obrera a vuestras páginas, allí
tamente el opuesto — y yo no he pen­
sado ni pienso sino como la mayor par­ llamamos nosotros a la juventud obre­
te de los más sinceros revolucionarios ra a nuestras aulas. Sólo así, uniéndo­
del 18 al 22— . Convertir al estudian­ nos al trabajador, daremos a la Re­
te en simple obrero intelectual, con volución Universitaria un sentido de
conciencia de clase de “ simple obrero perennidad y de fuerza futura. “ Nues­
intelectual” , democratizar, vale decir, tra generación” no es nuestra gene
proletarizar lo más posible las Univer­ ración estudiantil o intelectual, “nues­
sidades, hacer del profesional un fac­ tra generación” es el frente único de
tor revolucionario y no un instrumen­ las juventudes de trabajadores ma­
to de la reacción, un servidor cons­ nuales e intelectuales, frente único
ciente y resuelto de la mayoría de la revolucionario, frente único que debe­
sociedad, es decir, de las clases explo­ mos formar, disciplinar y extender
tadas, tender hacia la Universidad so­ como salvaguardia del porvenir de
cial y educar al estudiante en el con­ nuestros pueblos.
tacto inmediato y constante con las Muchachos de “ Estudiantina” : os
clases trabajadoras, he ahí, en mi opi­ envío un saludo cordialmente frater­
nión, los fines verdaderamente revo­ nal. Y ya os repito: estamos juntos,
lucionarios de la Reforma. Y en el Pe­ porque nuestro deber de jóvenes y de
rú no hemos hecho otra cosa. Prime­ revolucionarios lo impone. Esta
ro aereamos la vieja y carcomida Un i - juventud de hoy será la que realice
versidad de San Marcos; la aereamos la obra de unidad y de defensa de la
echando afuera dieciséis profesores en América latina, que olvidaron en cien­
pleno proceso de momificación; la ae­ to y tantos años de ceguera naciona­
reamos cambiando radicalmente los lista y ambiciones innobles, nuestras
sistemas y obligando a una servil castas dominantes.

169
IV

LA REFORMA Y LA GRAN LECCION DE LA GUERRA

(1926)

A América latina no ha sufrido de explotación y de mentira, o la conti­


L la guerra en la carne de sus pue­ nuación de nuestros pasos por las vie­
blos, pero su juventud ha extraí­ jas rutas de dolores -infinitos. En ca­
do de esa inmensa tragedia una pro­ da uno de nuestros países formados
funda lección de historia. Mientras en la escuela de la ideología burguesa
nuestras burguesías nacionales se re­ de Europa, las clases dominantes
gocijaban de que los oleajes de oro veían en la guerra una exaltación glo­
— precio maldito de los oleajes de riosa del nacionalismo, del militarismo
sangre — viniesen a llenar sus cajas, y de los odios patrióticos. La misma
gracias a la marcha magnífica que fraseología de la gran prensa europea
abría la hecatombe hacia las riquezas era repetida por nuestros viejos inte­
naturales de nuestras tierras, un es­ lectuales, nuestros hombres políticos
píritu nuevo agitaba la conciencia de y nuestros profesores. Los hombres de
la juventud latinoamericana. Muy la vieja generación latinoamericana
pronto ésta se libertó de la fascinación no vieron en la guerra más que la afir­
wilsoniana y reconoció que el que ha­ mación de las potencias armadas y
blaba apostólicamente a Europa de proclamaron, con más optimismo que
paz y libertad, era el mismo hombre .nunca, la victoria de sus sistemas,
de gobierno en nombre del cual los realzados por el vocabulario de Wil­
pueblos indefensos de la América lati­ son, que se esforzaron en imponer,
na habían sido subyugados a cañona­ por todos los medios, en las veinticua­
zos y al precio de masacres incalifica­ tro pequeñas patrias en que está di­
bles en Santo Domingo, en América vidido, gracias a nacionalismos impor­
Central y en México. Nuestra genera­ tados, nuestro gran continente latino­
ción descubrió las causas imperialistas americano.
de la Gran Guerra, comprendió, al ver Pero la juventud sintió la voluntad
el deslumbramiento de nuestras oli­ heroica de salvar a nuestros pueblos
garquías gozosas de su botín trágico, del destino de los pueblos europeos.
que la razón de tantos horrores era Desde 1918 resuena el grito de rebe­
el sistema económico del mundo y pre­ lión en nuestra nueva generación la­
sintió la abdicación moral de Wilson y tinoamericana, en oposición declarada
con ella “ la ruina del gran idealismo con la vieja ideología burguesa de las
burgués que ha asegurado desde hace clases dominantes. Viendo en las Uni­
un siglo y medio, a pesar de todos sus versidades el foco de la irradiación y
errores, el prestigio y la fuerza de la la m ejor tribuna de esta ideología, la
clase dirigente” (Romain Rolland). juventud las ataca revolucionariamen­
La Revolución de Rusia, “ libre o li­ te apelando a nuevas normas cultura­
beradora” , y el Tratado de Versalles, les. En todos los países latinoamerica­
“ infectado de bismarckismo” , marca­ nos ella se agita con el mismo espíri­
ron dos vías abiertas por la guerra a tu de rebelión y renovación. Al llama­
la conciencia del mundo. O la rebelión miento de la juventud, muchos de los
enérgica y justiciera contra un pasa­ maestros ilustres de la vieja genera­
do de nacionalismo, de imperialismo, ción, tales como Vasconcelos, Ingenie-

Traducido de la revista Europe, de! trabajo publicado en el número que se dedicó a Romain
Rolland, en su sesentenario.

— 170 —
ros, Palacios, Varona, vinieron hacia nuestros pueblos, se percibe con más
ella y se juntaron a sus banderas. Al claridad la amenaza de conquista que
mismo tiempo, los hombres de ayer, viene del imperialismo, se comprende
los militantes del derecho, se unieron la urgencia de destruir las fronteras
contra nosotros y la profunda separa­ que traicionan nuestro voto de unir
ción de las do$ ideologías f ué marcada la América latina en una sola federa­
con sangre: en Chile, en el Perú, en ción. El movimiento de la juventud
Bolivia, en Cuba, en Panamá, y en que nace hace siete años manifestando
muchos países de la América latina, el su espíritu revolucionario en Argen­
furor nacionalista de las clases que tina, en la Universidad de Córdoba,
dominan todavía ha sacrificado nume­ muestra ya la fuerza de una nueva
rosas vidas adolescentes bajo el pre­ conciencia latinoamericana, que se
texto de “ orden y patriotismo” . precisará cada vez más en el impulso
Cada día más vasta, cada día más de nuestros pueblos, que queremos
en contacto con la realidad social de sustraer del abismo imperialista.

V
EL MOVIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES DE AMERICA LATINA
(1926)

N los países latinoamericanos, los tuvo lugar en la Universidad de Cór­


E estudiantes llevan a cabo un vas­
to movimiento de renovación
doba (República Argentina). Así co­
mo las primeras manifestaciones de
ideológica, que muestra una profundí­ las reformas religiosas del siglo die­
sima diferencia entre el pensamiento ciséis eran calificadas de “ pendencias
de sus viejos hombres y la juventud. de frailes” , los primeros episodios, los
No sólo en su actitud con respecto a de esta “ Revolución de Córdoba” lo
la política y el orden social, los estu­ fueron de “ pendencias estudiantiles” .
diantes están creando nuevos concep­ Muy pocos se imaginaron la trascen­
tos y asumiendo nuevas actitudes, ca­ dental naturaleza del movimiento, pe­
paces de ser convertidas más adelan­ ro los estudiantes tuvieron una admi­
te en precisas formas de acción. rable intuición de él, cuando procla­
Una oposición, casi una lucha, entre maron la revolución: “ La revolución
las generaciones de ayer y de hoy. Es americana por la autonomía espiri­
verdad, los jóvenes no siguen a maes­ tual” .
tro alguno, pues los han negado a to­ Las universidades de la América
dos. Dos o tres hombres de gran im­ Latina son casi todas de origen espa­
portancia, como José Vasconcelos en ñol, fundadas durante las tres centu­
Méjico y José Ingenieros en la Argen­ rias del coloniaje. Hasta la “ Revolu­
tina, se aliaron con el movimiento, ción Universitaria” , el espíritu de
pero éste es espontáneo, autónomo y estas universidades se conservaba ar­
rebelde en todos los países del gran caico, basado en prejuicios religiosos
continente. y sin progreso apreciable. Las ideas
liberales apenas si lo habían penetra­
Breve historia
do, y el sistema pedagógico, tanto co­
El origen del actual movimiento es­ mo el espíritu de estas universidades,
tudiantil en América Latina es la lla­ estaba impregnado con todos los de­
mada “ Revolución Universitaria” , que fectos de las viejas universidades es­

T ra b a jo p u blicad o por prim era vez en inglés en el B oletín de la U nión Panam ericana.

171
pañolas, semieclesiásticas y controla­ todos, la libertad académica y muchas
das por el dogma. El indesmayable otras reformas. Exigieron el derecho
descontento de los estudiantes latino­ de tener representantes estudiantiles
americanos los hizo sobrepasar los lí­ en los consejos directivos de las Uni­
mites intelectuales que cual anillos de versidades y el derecho a participar
hierro marcaban las universidades. en la elección o tacha de profesores.
Nuevas ideas agitaban los jóvenes ce­ El movimiento fué violento y pictó­
rebros y nació un anhelo de trans­ rico de curiosos episodios. La Univer­
formar estas viejas universidades en sidad de Córdoba fué invadida y ocu­
nuevos laboratorios de saber y de ver­ pada manu militari por los estudian­
dadera vida. El terrible espectáculo tes. Las nuevas de la revolución re­
de la guerra europea, la intervención percutieron en seguida en toda la
norteamericana en la misma, la revo­ América Latina e inmediatamente hu­
lución rusa (que la juventud latino­ bo reconocimiento y simpatía. Mensa­
americana aclamó como el inicio de la jes de apoyo y de solidaridad llovie­
libertad del mundo), excitaron aun ron de todas las universidades a los
más las conciencias de los estudiantes. estudiantes rebeldes. El comité de
Se comprenderá fácilmente que la huelga de Córdoba lanzó un llamado
América Latina fué obligada a liber­ a los estudiantes “ sudamericanos” ,
tarse por sí misma de los viejos sis­ concebido en los siguientes términos:
temas educacionales y a intentar una “ Si en nombre del orden se nos quie­
vida mejor. Más la tradición, los in­ re seguir burlando y embruteciendo,
tereses de la dinastía de los “ doctos” , proclamamos bien alto el sagrado de­
la influencia católica, tan invariable recho a la insurrección. Entonces la
como una'reliquia española, todos for­ única puerta que nos queda abierta a
maron un frente único contra los pro­ la esperanza, es el destino heroico de
pósitos de la juventud. Los amos de la juventud. El sacrificio es nuestro
las universidades ejercían una dicta­ mejor estímulo; la redención espiri­
dura realmente implacable. Para ellos, tual de las juventudes americanas,
“ lo viejo” era símbolo de sabiduría y nuestra única recompensa, pues sabe­
negaron toda atención a las sugestio­ mos que nuestras verdades lo son —
nes de los estudiantes, fueran las que y dolorosas — de todo el Continente” .
fueran. O).
Pronto se propagó la revolución. En
La revolución
Buenos Aires y en La Plata, las dos'
La oposición entre el nuevo espíritu universidades argentinas más impor­
de la juventud y el muy extremado tantes, se decretaron huelgas estu­
conservadorismo de los sistemas uni­ diantiles. La violenta lucha entre es­
versitarios, hizo crisis a mediados de tudiantes y profesores prosiguió du­
Junio de 1918 en la Universidad de rante los años 19 y 20. La interven­
Córdoba (fundada en 1614 por el frai­ ción de los gobiernos militares con sus
le español Trejo y Sanabria). Los es­ fuerzas policiales, sólo dieron por re­
tudiantes dieron principio a una ver­ sultado el incremento de la simpatía
dadera revolución, exigiendo la aboli­ pública por la insurrección. El gobier­
ción del viejo orden universitario, el no nacional promulgó nuevos estatu­
cambio de profesores, la supresión del tos para las viejas universidades,
control eclesiástico en la enseñanza otras fueron creadas, y se comenzó la
universitaria, las cátedras abiertas a organización de un moderno sistema

( 1 ) D el m a n ifie s to “ L a J u v e n tu d de C ó r d o b a a lo s h om b res libres de S u d a m é rica ” . ( T e x ­


to ín te g ro en la co m p ila c ió n d o cu m e n ta l de G a b r i e l d e l M a z o , “ L a R e fo r m a U n iv e r s ita r ia ,’*
tom o V I. B u en os A ire s, 1 9 2 6 -2 7 ). N. del A .

— 172 —
universitario, basado en principios li­ verdadero inspirador del Congreso de
berales. México fué el estudiante argentino
Héctor Ripa Alberdi (23 ) , de la Uni­
La propagación del movimiento versidad de La Plata. La primera re­
solución del Congreso reza:: “ Los es­
En los primeros meses de 1919, la tudiantes latinoamericanos proclaman
“ Revolución Universitaria” estalló en que están luchando por el advenimien­
la Universidad de Lima, Perú, la más to de una nueva humanidad, fundada
antigua de América, fundada en 1555. sobre los modernos principios de jus­
La Universidad de Lima estaba com­ ticia en los órdenes económico y polí­
pletamente dominada por un espíritu tico” . La tercera dice: “ Los estudian­
anacrónico. Los estudiantes procla­ tes de América Latina proclaman su
maron la huelga general, exigiendo la optimismo ante los graves problemas
remoción de dieciséis profesores, la que agitan al mundo y su absoluta
supresión de los cursos de la legisla­ confianza en la posibilidad de llegar
ción eclesiástica, la completa renova­ — por la renovación de los conceptos
ción del régimen de gobierno de la económicos y morales — a una nueva
Universidad, las cátedras abiertas a organización social que permita la rea­
todos y libres y la participación de los lización de los fines espirituales del
estudiantes en los consejos directivos. hombre” (3).
La huelga duró más de cuatro meses Mientras tanto, los estudiantes chi­
en Lima. La campaña de los estudian­ lenos habían desarrollado una campa­
tes fué muy intensa y hasta llegó un ña antimilitarista en su país. A Chile
momento en que los trabajadores in­ y Perú los habían separado las cues­
dustriales del país ofrecieron su adhe­ tiones nacionales desde la guerra en
sión al movimiento. Enfrentado a tan 1879. Los estudiantes de uno y otro
fuerte agitación, el parlamento perua­ pueblo proclamaron su oposición a la
no vióse compelido a votar leyes favo­ política de rivalidad y de discordia
rables a las exigencias de los estu­ que sus gobiernos desarrollaban. En
diantes. 1920, los estudiantes chilenos fueron
Movimientos similares se llevaron a perseguidos como antipatriotas. Se
efecto en 1921, 1922 y 1923, en varias produjeron sangrientos encuentros
de nuestras universidades, siendo los entre el ejército y la policía y los es­
más notables los de La Habana y San­ tudiantes.
tiago de Chile. Desde la “ revolución” , El mismo año, los estudiantes del
en todas las universidades de Améri­ Perú, reunidos en un congreso nacio­
ca Latina ha tenido lugar un cambio nal, en la vieja ciudad del Cuzco, re­
en los métodos y un nuevo espíritu solvieron fundar “ Universidades Po­
se ha elevado a través de esta rebe­ pulares” para los trabajadores, para
lión de la juventud. estudiar problemas sociales, para exi­
gir la defensa de los derechos de los
Una nueva ideología indios y para proclamar como meta de
En 1921 se reunió en México un su actuación pública la justicia so­
Congreso de Estudiantes. Este Con­ cial. *
greso constituyó un verdadero Con­ El movimiento anti-imperialista
greso Latinoamericano, no obstante
estar presentes algunos delegados de Pero la ideología de los estudiantes
Europa, Asia y Norte América (Ale­ latinoamericanos avanza, exigiendo
mania, China y Estados Unidos). El más de sí todo el tiempo. En Perú, en

( 2 ) F a lle cid o en L a Plata, el 13 de O ctubre de 1923, a los veintiséis años. (N . del A .)


( 3 ) T e x to ín tegro en la o bra cita da. T om o VT, p ágin a 73. (N . del A .)

— 173 —
Chile, en Cuba, en Guatemala, en Mé­ de complicidad con el imperialismo.
xico y en otros países, los estudiantes Los estudiantes latinoamericanos es­
han fundado “ Universidades Popula­ tán alertas al peligro que acecha a sus
res’^ centros de educación para los pueblos. Por esta razón procuran con­
obreros y campesinos. El estrecho seguir la unión entre ellos y los obre­
contacto entre los trabajadores y los ros y campesinos, a fin de concretar
estudiantes ha formado en cada repú­ un gran movimiento de resistencia a
blica latinoamericana una fuerte van­ toda división “ nacionalista” dentro de
guardia de la juventud, la de los tra­ la misma América Latina. La solida­
bajadores manuales e intelectuales. ridad con los pueblos más amenaza­
Así, el avance de los Estados Uni­ dos por el imperialismo norteameri­
dos de Norte América sobre la Amé­ cano, tales como México, Cuba, Santo
rica Latina fué el primero compren­ Domingo, Nicaragua y Panamá, es
dido por los estudiantes y fueron ellos hoy en día el motivo de grandes cam­
los primeros que organizadamente pañas de propaganda entre los estu­
dieron la clarinada de alarma. La diantes latinoamericanos.
oposición entre los viejos y los jó ­ Creo que la idea más precisa entre
venes es más fuerte que nunca. Los los estudiantes de hoy es la de lograr
viejos son “ nacionalistas” , ansiosos de
que la América Latina siga dividida esta unidad de América Latina, supe­
en veinte repúblicas; pero los estu­ rando la doble resistencia que se les
diantes se han declarado contra ese opone a su objetivo: La política im­
nacionalismo y por el ideal de realizar perialista y el divisionismo que las
la unión política de América. Los es­ clases gobernantes mantienen vivo en
tudiantes acusan a los viejos políticos cada república.

VI
LA REFORMA UNIVERSITARIA
(1929)

OS estudiantes de América Lati­ nos ayuda a apreciarla mejor y a de­


L na saludan cada 15 de junio un
nuevo aniversario del día inicial
finirla más claramente en sus alcan­
ces futuros. La misma calidad no
de la Reforma Universitaria en la Re­ transitoria del movimiento, su eviden­
pública Argentina. La fecha conme­ te trascendencia de hecho histórico,
morativa ofrece oportunidad a nues­ en la vida latinoamericana contempo­
tras reflexiones. ránea permiten una constane revisión
Un año más transcurrido desde el de las interpretaciones anteriores, de­
grito primero de los insurrectos de purándolas de lo que la pasión o el
Córdoba, implica un mayor tiem­ fervor pudieron agregar a sus calida­
po para la confrontación, para la des permanentes. Los que en un modo
experiencia y para la verificación, en u otro, en una u otra latitud de Amé­
el estudio del verdadero significado rica fuimos actores en la jornada ga­
histórico de la Reforma. El tiempo llarda, condensamos ahora en juicio

T r a b a jo e scrito en o ca sió n del X I ? a n iv e rsa rio. F u ó p u b lica d o p or p rim era v ez en la


R e v is ta de F ilo s o fía , B u en os A ires, a ñ o X I V , n ú m eros 5 y 6.
T ra b a jo s c o rr e la tiv o s a los que a q u í se p u b lica n de H a y a de la T orre, p u ed en co n su lta rse
en sus lib r o s : P o r la em a n cip a ció n de A m é r ic a L a tin a , B u en os A ires, 1927. Id e a rio y A c c ió n
A prista , B u en os A ires. 1930. Im p r e sio n e s de I n g la te rr a Im p e r ia lis ta y de R u sia S o viética . B u en os
A ire s. E dit. “ C la r id a d ” . 1932. C o n stru y en d o el A p rism o . B u en os A ires. E d it. “ C la r id a d ” , 1933.
i A dón de vA I n d o a m é rica t S a n tia g o de C hile. E d it. “ E r c illa ” , 1935.

— 174 —
sereno los raptos encendidos de las un punto de vista representativo de
épocas de lucha. El tiempo— tempus los estudiantes intelectuales preocu­
omnia sannat—nos cura de los liris­ pados por ceñirse rígidamene a una
mos ineludibles, de los entusiasmos ortodoxia. Esta interpretación co­
ciegos por la sed de luz, de los mo­ rresponde a un período lírico, de otro
mentos ardorosos en que era necesa­ lirismo; el doctrinario y político que
rio ser lírico y ser ciego a fuerza de se abraza como debe abrazarse la po­
querer ver en la luz misma. lítica, balanceando con pasión lo que
La Reforma se hizo empujada por la reflexión no puede abarcar pronta­
la pasión, por la pasión eminente que mente. Ello se desliza hacia fáciles
mueve todas las grandes causas, espe­ conclusiones unilaterales que tienen
cialmente aquellas que son caracte­ de simpático el ímpetu paradojal y
rísticas causas de la juventud. La pa­ fascinante de los místicos exaltados.
sión exagera necesariamente y, más Empero, el error substancial de las
que todas, la pasión revolucionaria li­ afirmaciones ex-cátedra como a la
bre de intereses subalternos: pasión que me refiero, radica en que cir­
generosa. Para nosotros, para nues­ cunscribe la Reforma Universitaria
tra época, la Reforma fué una revo­ a. fronteras nacionales que no tiene.
lución. Una revolución de nosotros, Es ciertamente inobjetable que no
desplazada victoriosamente hacia los puede formularse de la Reforma Uni­
planos de la realidad. Una revolución versitaria una interpretación nacio­
cuyas causas estaban determinadas nalista, meramente argentina. Aun
por nuestro ambiente americano, por cuando la Reforma surgiera en la Ar­
el grado de nuestro desarrollo econó­ gentina y las condiciones económi­
mico, político y social que dió al mo­ cas y sociales del país, desarrollo del
vimiento legitimidad y, malgrado la capital, aumento de población, inmi­
resistencia de lo que él negaba y des­ gración extranjera, victoria del iri-
truía, creó circunstancias favorables goyenismo, etc., hubieran determina­
a la lucha, facilitando su triunfo. do las causas del movimiento y hu­
bieran favorecido su proceso en esa
La investigación de las causas de­ república — lo que no es nuevo afir­
terminantes de la Reforma ha preo­ m ar— no puede llegarse simplista­
cupado a los estudiosos del movimien­ mente a la conclusión de que aquellas
to en los últimos tiempos. jCiertay. condiciones meramente argentinas
mente esta cuestión debe contemplar­ hubieran determinado las causas ge­
se antes de interpretar y definir los nerales de la Reforma Universitaria
fines del movimieno mismo. De lo como movimiento americano. Preten­
mucho escrito resaltan sin duda, des­ der en esta forma argentinizar ex­
pués de las admirables opiniones de clusivamente la Reforma, puede ser
Ingenieros, Palacios y Korn, las avan­ un sano anhelo patriótico o el insur­
zadas y concisas de Aníbal Ponce y gir del subconciente nacionalista a
de Carlos Sánchez Viamonte, Grego­ través de una encendida nebulosa del
rio Bermann y otros. Nuevos afanes, marxismo nominal, pero es incurrir
ya contagiados de pasión tan excusa­ en dogmatismo limitado, mil veces
ble como la pasión política, han cris­ excusable por la férvida sinceridad
talizado en nuevas afirmaciones so­ partidista con que se formula.
bre la Reforma. Jóvenes entusiastas, La Reforma Universitaria nace en
estudiosos de los elementos de Marx la Argentina, pero tiene un carácter
en América Latina han insinuado una legítimamente americano. Países en
interpretación clasista. En una con­ donde los aumentos de población no
ferencia esquemática publicada en el se han producido tan rápidamente
órgano oficial del Partido Comunista como en la Argentina, donde la inmi­
Argentino, hace un año, se ha dado gración es elemental, donde el irigo-

— 175 —
yenismo no puede abarcar su reso­ Estado deviene, pues, el instrumento
nancia, han sido también campos de de opresión del imperialismo sobre la
lucha, centros de acción y baluartes masa nacional oprimida. Cuando exis­
de conquista del movimiento. Países te lucha de imperialismos, — caso
donde la clase de los pequeños agri­ argentino característicamente — , la
cultores “ situada entre los latifundis­ lucha permite el movimiento de las
tas y los trabajadores agrícolas” no clases medias inmediatamente opri­
aparece tan vigorosa como en la A r­ midas, a luchar por la captación del
gentino ni donde existen centros in­ Estado, utilizando la concurrencia.
dustriales y poblaciones despropor­ Esta lucha determina movimientos
cionadamente densas con relación al políticos en que juega rol fundamen­
resto del área nacional, como Bue­ tal la clase más afectada por el pri­
nos Aires y Rosario, sintieron pro­ mer empuje imperialista. Los movi­
fundamente la emoción reformista. mientos políticos de clase media o de
Sería más acertado recordar, quizá de pequeña burguesía que se han
reivindicando de fáciles desfigura­ producido en los últimos tiempos en
ciones al marxismo integral, que en la Argentina y en el resto de la Amé­
un orden general la Reforma está de­ rica Latina, no son en mi opinión
terminada económicamente por dos conquistas de una clase victoriosa si­
grandes causas fundamentales — sin no movimientos defensivos de una
excluir otras específicamente nacio­ clase amenazada, capturas del baluar­
nales como las que se superestiman te en riesgo, que se obtienen aprove­
en el caso argentino — causas comu­ chando la lucha de los imperialismos,
nes al total problema económico y o oyudado por uno de ellos. Los ha
social contemporáneo de nuestra movido el instinto clasista de resis­
América. La primera, es sin duda la tir a la amenaza de destrucción. En
intensificación del empuje imperia­ ciertos países como en la Argentina
lista en nuestros medios incipiente­ esos movimientos no dieron resulta­
mente desarrollados en el orden in­ dos tan favorables al imperialismo
dustrial- El desequilibrio que produ­ norteamericano como en el caso pe­
ce en nuestra América la iniciación ruano, pero no significaron en modo
de la, etapa capitalista, no como una alguno victorias apreciables contra
etapa de negación, y de sucesión del el imperialismo internacional. Fue­
período feudal, sino como un resul­ ron y son meros juegos de defensa.
tado de la expansión de los grandes Si se me permite extenderme en esta
centros capitalistas del mundo que tesis ya formulada ampliamente en
han cumplido anteriormente su evo­ un libro a publicarse próximamente,
lución histórica hacia el industria­ añadiré que en cuanto a la clase pro­
lismo, causan un enorme debilita­ letaria el empuje imperialista actúa
miento en las clases medias, o — diferentemente. El imperialismo trae
usando el lenguaje característica­ la gran industria. Temporalmente,
mente europeo — en las pequeñas mientras se realiza la formación de
burguesías. El imperialismo que trae la clase obrera industrial, que pasa
la gran industria, el gran comercio, del campo o de la pequeña industria
la gran agricultura, destruye por ab­ a proletarizarse en las grandes em­
sorción la mayor parte de las peque­ presas capitalistas, resulta favore­
ñas industrias, del pequeño comercio, cida aparentemente por las ventajas
de la pequeña agricultura. Aun cuan­ transitorias del salario proporcional­
do paradojalmente los ayude en cier­ mente elevado. La gran industria na­
tos casos, por la ley capitalista de ciente ofrece (Características de me­
concentración, les somete, les subyu­ jora respecto del feudalismo o de la
ga, les enmuralla. Políticamente, el industria pequeña. Hay un retardo en

— 176 —
la apreciación del fenómeno imperia­ apologéticos, las barreras de ortodo­
lista de explotación en la clase que la xos moldes éticos. El catolicismo
sufre. La reacción anti-imperialista nuestro, feudal en sí, difiere bastan­
tarda así en producirse en los países te dél catolicismo superviviente o
de industria incipiente, tanto como transformado de los países industria­
es lenta la presión en dejarse sentir les. Somos absolutistas y antidialéc­
y la conciencia clasista en formarse ticos. La fantasía rural nos lleva al
y definirse. entusiasmo irreflexivo, a la pasión
En las clases medias el fenómeno ardida, a la afirmación legendaria,
de la opresión imperialista es más al gran egoísmo o al gran sacrificio,
brusco por agredir clases anterior­ a la idolatría o al iconoclastismo.
mente constituidas con fines propios To be or not to be, esa es para nos­
y con perspectivas definidas de inte­ otros la cuestión máxima, como pa­
rés por mejorar. El imperialismo ra el sajón Hamlet, cuya perdurable
choca contra una clase formada y y fascinante paradoja de afirmación,
produce fenómenos económicos y po­ es, para los sajones de hoy, la expre­
líticos más violentos. Esto explica, sión de un hombre que había perdi­
—■ como ya lo he afirmado varias do el juicio!. . . El libre examen apa­
veces con anterioridad — , que in­ rece, pues, como una novedad heré­
surgiera de esa clase, vaga, confusa, tica en medio de masas acostumbra­
pero airada y sincera, la primera das a oír la voz lejana de un Vatica­
protesta contra el imperialismo en no infalible, religioso o político, si­
América. tuado en Roma o en cualquier parte
La segunda causa, — o, conside­ que no sea América. Empero el primer
rándolas paralelamente, la otra — paso del tránsito de nuestro estado
es la que usando un lenguaje con­ mental agrario, al industrial, al esta­
sagrado llamaríamos propiamente es­ do mental propiamente burgués, de­
piritual, de estado de conciencia o terminado por el industrialismo, es
mental. Siguiendo con el raciocinio un paso hacia el libre examen, el li­
determinista cabe decir que nuestra beralismo, la democracia, sus teorías
mente, malgrado sus contagios forá­ victoriosas, que coincidan con el paso
neos, es fundamentalmente agraria. inicial de la producción agrícola a
Corresponde a nuestro grado de des­ la industrial.
arrollo económico. Progresamos ha­ ¿Pero es que no hemos vivido ya
cia otro grado de cultura como pro­ en América anteriormente, la etapa
gresamos hacia otro grado de des­ liberal? ¿No vino con la independen­
arrollo económico, pero tenemos to­ cia?
das las ventajas y defectos mentales Importa responder a esta cuestión,
del campesino en tránsito al ciuda­ y para responderla yo mismo, permb
dano, usando términos genéricos. Es­ táseme que torne a citar un concepto
tas calidades las exalta y acentúa el propio ya emitido en mis conferen­
ambiente, la herencia agraria me­ cias sobre los problemas de América
dioeval, romántica por ende, de Es­ en la Universidad de México, hace
paña. Las caldea el sol. Fantasía y dos años. Repetiré que el liberalismo
misticismo, entusiasmo y versatili­ de la independencia fué un liberalis­
dad, fascinación por lo extranjero mo transplantado, “ traído de París” ,
que nos conquista con su magia irre­ pero no coincidente con nuestro gra­
sistible de advenimiento. Nuestra do de desarrollo económico. Es in­
conciencia se arrincona en los extre­ cuestionable ya que la revolución
mos. Agrariamente católicos, perde­ contra España fué el movimiento de
mos lo eclesiástico, pero superviven negación de la clase terrateniente
los moldes dogmáticos, los vericuetos criolla contra la Corona y io que ella

— 177 — 12
representaba como clase, como mo­ soluto que se disputan. El Estado co­
nopolio, como sujeción social, econó­ mo institución es elemental y la pa­
mica y políticamente. La emancipa­ radoja republicana democrática, pro­
ción americana fué la emancipación ducida por regímenes políticos in­
de la clase dominante criolla forma­ adaptables a sistemas sociales, de un
da en trescientos años de colonia. período inconcidente con ellos, avan­
El latifundista criollo fuerte ya co­ za penosamente hacia una armónica
mo clase, se emancipa- El monopolio estabilidad. En el país donde el indio
comercial obstaculiza su desarrollo y no abunda, el proceso se normaliza en
utiliza en su favor los principios de cien años en grado relativo. En la
libre cambio determinados por la re­ mayoría de los países indoamericanos
volución industrial inglesa. Política­ la contradicción subsiste. El indio es
mente, el movimiento emancipador el siervo. El problema se complica
americano carece de una ideología por las características autóctonas de
propia. No se siente capaz de crearla América, donde coexisten diversos es­
y ni es necesario que la cree. La Re­ tados de organización social. Pero el
volución francesa invade entonces liberalismo no llega a ser vertebral
al mundo con su ideología liberal y en nuestros organismos políticos- Por
democrática, burguesa y anti-monár- eso, un movimiento orgánicamente
quica. Toda la literatura política de liberal, de acuerdo con la realidad, se
la Revolución francesa sirve a. Amé­ retrasa. Aparece más tarde y apare­
ce como un movimiento moderno de
rica, pero el usar de ella nos impone
élite en los centros intelectuales de
una paradoja. La Revolución fran­
nuestros países. Las universidades lo
cesa es anti-latifundista, marca el son, y, como en la edad media euro­
advenimiento de la burguesía, abre el pea, a través de ellas piensa la colec­
camino al capitalismo industrial que tividad. Es el industrialismo el que
en su primera etapa necesita demo­ trae la democratización de la ense­
cracia y libertad. La Revolución ñanza. Mientras se vive en el medio-
francesa acaba con el feudalismo y ev , mientras la producción no exige
sacrifica el latifundio en aras de la del trabajador que sepa leer y escri­
burguesía victoriosa. Opuestamente, bir para producir mejor, — como en
la revolución americana significa la el período agrario — la universidad
afirmación del feudalismo, la inde­ es cima gerárquica; dogmatiza y mo­
pendencia de la clase latifundista que nopoliza intelectualmente; orienta y
captura el Estado. Empero, la teoría pontifica.
política no coincide con la realidad La Reforma Universitaria es esen­
económica. El feudalismo se afirma cial y legítimamente liberal. Es la
en América sobre bases ideológicas efectiva revancha del auténtico libe­
burguesas, liberales, democráticas, ralismo intelectual exigida por el
bases que corresponden a una etapa desarrollo de nuestros pueblos. Cuan­
económica que América no vive. Se do la Reforma insurge, la realidad la
explican así ciertas contradicciones. demanda ya. Es ella la que la deter­
En un rapto liberal y democrático se mina- Es el complemento de la inde­
suprime la esclavitud al iniciarse la pendencia, en el orden intelectual.
independencia sólo teórica y transito­ Ella marca el principio del fin del
riamente. La estructura de las nue­ medioevalismo intelectual. No ha si­
vas repúblicas, de acuerdo con la do, pues, desacertado afirmar que las
realidad económica de nuestros paí­ Universidades eran los virreinatos
ses, es monárquica, feudal. Nuestros del espíritu vencido por el movimien­
gobernantes son pronto reyezuelos to libertario de la juventud.
medioevales, nuestros caudillos, los Empero, la Reforma, como la in­
señores en lucha contra el poder ab­ dependencia americana de España, se

- 178 -
mueve influida por nuevos movi­ te. Saluda a la libertad absoluta, co­
mientos en Europa, por contemporá­ mo una entelequia, como un noúme­
neas crisis profundas, crisis de deca­ no, como un dogma redentor que trae
dencia del orden capitalista, del libe­ la magia de poderes misteriosos y
ralismo burgués sangrientamente es­ augustos portadores multánimes de
tablecido por la gran Revolución la justicia final.
francesa. Europa, siempre más ade­ Esa inquietud, ese estado de con­
lante, nos influye y otra vez nos in­ ciencia confuso, lírico, del que un mal
fluye imprecisamente produciendo en marxista puede mofarse, tiene cau­
nosotros nuevas paradojas. La gue­ sas determinadas. No sé si he sido
rra europea y la Revolución rusa son claro al anotarlas sintéticamente- La
el crugido gigantesco de un sistema Reforma como movimiento intelec­
ya viejo en Europa, nuevo aun en tual, consumación retardada de la in­
nuestra América, y son la anuncia­ dependencia política, surge de las ju­
ción de la etapa que adviene. La Re­ ventudes estudiantiles que son predo­
forma Universitaria, amplia, liberal, minantemente de clase media. Empe­
libérrima, recoge las corrientes de ñándose por fijarlo rígidamente en
pensamientos que esos dos grandes una clasificación de clase europea
acontecimientos históricos producen puede ser originariamente pequeño
en la Europa madura para una nueva burgués, pero no es un movimiento
crisis. Por eso la Reforma de raíces de tendencia definidamente peque-
liberales, se galvaniza con los an­ ño-burguésa. Posteriormente pueden
helos y las inquietudes sociales de la producirse en él tendencias tales o
época. No pueden ser doctrinaria­ cuales. En el Perú la Reforma se
mente precisos sus llamados. La va­ completa con una alianza de estu­
guedad y el lirismo, mezclan la lite­ diantes revolucionarios con el na­
ratura wilsoniana, canto del cisne ciente proletariado y con las reivin­
democrático, y la palabra de orden dicaciones de los siervos indígenas.
rusa, que es comando dictatorial y De la Reforma paren, pues, distintas
necesariamente antiliberal y antili- direcciones. De ella surgen hombres
bertista de una clase que se incorpora que'buscan la derecha o la izquierda.
en un esfuerzo supremo por adelan­ En Chile y en Cuba, como en la Ar­
tar la hora de su victoria. Todo lo gentina y en el Perú, la Reforma es
que aparece libertario se confunde el bautismo de sangre de muchos lí­
en los lemas iniciales de la Reforma. deres revolucionarios, aunque puede
La clase media oprimida por el impe­ ser en otros pocos casos el espaldara­
rialismo siente su comunidad con los zo de órdenes de neo-caballeros de la
oprimidos de la clase proletaria. Se reacción.
inclina hacia ella. Busca en nuestra Mas la Reforma, malgrado su va­
realidad los problemas de la explota­ guedad y su indefinición en el orden
ción industrial que hacen crisis en de la ideología política, deja huellas
Europa y que en América comienzan valederas y perfila definiciones nece­
y usan el lenguaje de incitación eu­ sarias. Predominantemente su ten­
ropea lanzado por una clase prole­ dencia es izquierdista y casi unáni­
taria definida y perfilada en la lar­ memente prepara a luchadores deci­
ga lucha. La mente agraria predo­ didos contra el imperialismo. En el
minante en América saluda ardorosa­ orden universitario la Reforma, co­
mente todo clamor de libertad que mo toda revolución idealista, sólo in­
llega de Europa sin distinguir qué sinúa la etapa de las conquistas efec­
clase de libertad es o libertad de qué tivas. Empero lleva aires nuevos a las
clase. La Reforma incorpora los an­ Universidades y establece en ellas
helos múltiples de la hora inquietan­ una eficaz gimnasia de lucha, de ex­

— 179 —
periencia y de búsqueda que implican lítica y polémica- Podía considerár­
superación. sele, un poco arbitrariamente quizá,
Los fines de la Reforma se inter­ como excediéndose de los límites de
pretan mal y bien desde el punto de la Reforma propiamente dicha. Em­
vista de quienes hemos anhelado dar­ pero, la relación existe y existe es­
le el carácter más avanzado que fue­ trechamente. La Reforma prepara a
ra posible. Para algunos fué un mo­ los intelectuales, “ a la nueva genera­
tivo de conquistas de orden inmedia­ ción universitaria” , a comprender el
to, para otros un instrumento políti­ fenómeno del imperialismo en nues­
co personal, para tantos una forma tra América, contra el que se habían
de emancipación y de afirmación de alzado ya voces precursoras que bus­
perfeccionamiento y de mayor fuer­ cándoles gaveta en el casillero clasis­
za del profesionalismo. Empero, pa­ ta diremos que fueron voces pequeño-
ra muchos es el principio de la so­ burguesas. Ciertamente, voces de la
cialización de las universidades, el clase media producidas por los pri­
primer paso hacia la Universidad, meros efectos del empuje imperialis­
instrumento de liberación y no de ta invasor contra esa clase. En honor
opresión de los explotados, y un buen a esos precursores cabe afirmar y re­
petir que son ellos los que inicial­
camino hacia el acercamiento de inte­ mente descubren a grandes lincamien­
lectuales y obreros. Las Universida­ tos, no siempre muy precisos, la mag­
des Populares González Prada del nitud del problema imperialista como
Perú, la Martí de Cuba, la Lasta,- el más vital de la presente época ame­
rria de Chile, creaciones directas o ricana. Mientras los intérpretes y lí­
indirectas de la Reforma, han sido deres avocados a la dirección intelec­
grandes esfuerzos eficaces por la tual de la lucha contra la explotación
alianza de trabajadores manuales e capitalista topeteaban en los vericue­
intelectuales y han dado gallardos tos de lo ortodoxia europea, repitien­
servidores universitarios a la causa do tesis de doctrina y de táctica sa­
obrera aun en las filas más extre­ bias para la realidad en que se pro­
mistas. En este y en otros sentidos ducían, prematuras e inadaptables
el estudioso interesado en el conoci­ para la nuestra, aparecieron los lla­
miento del fenómeno reformista ha­ mamientos, líricos y confusos, pero
llará un valioso material de informa­ nutridos de evidencia de los intelec­
ción en la obra publicada por Ga­ tuales de la clase media que señala­
briel del Mazo, que es una compila­ ban el peligro. La reforma había de­
ción admirable de documentos inv jado puertas abiertas para el estudio
portantes para la historia de Amé­ de nuevos problemas. Por ellas pasan
rica. los primeros curiosos del fenómeno.
No vale terminar estas breves De maestros y estudiantes, vibran­
apreciaciones sin detenerse aunque tes aún de las jornadas victoriosas
sea someramente en otra de las gran­ de la Reforma, surgen las voces defi­
des proyecciones de la Reforma, ya nidas que fijan las piedras angula­
insinuada “ ut supra” : la decisión de res de una nueva ideología anti-im-
los reformistas sinceros por partici­ perialista. Reputamos que la clase
par directa y eficazmente en la lucha media tiene por qué sentirse el fenó­
latinoamericana contra el imperialis­ meno, por qué protestar de él, y los
mo. Este punto de mayor actualidad intelectuales que de ella salen o a
y que me atañe más directamente, es ella van, tienen “ las armas del pen­
largo a tratarse porque incorpora samiento” p^ra afrontar la lucha. La
otros muchos. Además, es punto que exacerbación de rebeldías ejercitadas
conduce a enunciación de interpreta­ y desarroladas en la Reforma y los
ciones de más definida categoría po­ beneficios de su victoria que trae re­

180-
novación, inquietud y afán de buscar finido en nuestra América, necesita
y descubrir en la realidad, favorecen aliados y que en los países donde no
la posición de los intelectuales. Así existe o apenas se inicia debe aliar­
la Reforma deviene anti-imperialista se o incorporarse al movimiento de
predominante, más por calidad que liberación nacional. Empero, torne­
por cantidad. Los que lucharon por mos a nuestro tema central. Las cla­
ella con más ardor y con más lealtad ses medias urgidas a la lucha la han
alzan de nuevo las armas y buscan iniciado y la realizan con mayor o
puestd en las filas para la nueva menor acierto. Los intelectuales sa­
gran contienda que se perfila. lidos de esas clases se han incorpora­
En ella estamos. La decisión de lu­ do a ambas tendencias. En ambas mi­
char, el afán de eficacia, ha plantea­ litan y ambas cuentan en ellos direc­
do diferentes puntos de vista. De tores y coadyuvantes convencidos.
ellos parecen distinguirse dos: o la Este aporte intelectual ha sido evi­
lucha contra el imperialismo es una dentemente fortalecido por la Refor­
lucha de clase y de clase proletaria ma. Los más y los mejores de sus sol­
únicamente, dirigida por partidos de dados han tomado posiciones en la lu­
esa clase a los que sólo temporalmen­ cha contra el imperialismo y han con­
te pueden aliarse otras clases; o la tribuido eficientemente en ella. Pue­
lucha contra el imperialismo en su den considerar el anti-imperialismo
etapa presente es una lucha de pue­ desde diversos puntos de vista, espe­
blos coloniales o semi coloniales opri­ cialmente desde los dos principales en
midos, movimiento de liberación na­ que me he detenido. Pero son justa­
cional que debe dirigir un frente úni­ mente intelectuales, muchos de ellos
co de todas las clases directamente antiguos reformistas sinceros, los que
más ardorosamente defienden los dos
afectadas por la agresión imperialis­
puntos de táctica enunciados. Cabe
ta- Estos dos puntos de vista no pue­ afirmar, pues, que malgrado sus po­
den eludir exaltaciones y simplismos. sibles “ prejuicios pequeños-burgue­
A la vista serena está claro, sin em- ses” , los intelectuales y la Reforma
bargo, que no se excluyen. Aunque han dado buenos luchadores a la cau­
no sea este el caso para una investi­ sa anti-imperialista, aun en los sec­
gación especializada al punto, cabe tores más ortodoxamente extremis­
analizar ambas posiciones. La prime­ tas.
ra supone la existencia de una clase No es nuevo en el mundo este rol
proletaria organizada, fuerte, resul­ predominante del intelectual y espe­
tado histórico de un desenvolvimien­ cialmente del universitario en los
to industrial avanzado. ¿Existen es­ grandes movimientos históricos. Las
tas condiciones en todos los países Universidades de China y Rusia —
latinoamericanos o en la mayoría de sabido es ya — fueron semilleros de
ellos? La respuesta parece obviamen­ rebelión fecunda. Lenín y Sun-Yat-
te negativa. El imperialismo existe Sen, dos geniales representantes del
primariamente en América, como fe­ papel histórico de tantos graduados
nómeno de explotación y de opresión universitarios al servicio de las cau­
nacional. El proletariado que justa­ sas sagradas de la justicia. La uni­
mente está surgiendo como conse­ versidad puede dar fuerzas a la clase
cuencia y negación del imperialismo, opresora y defensas a la clase opri­
— para expresarnos con la dialéctica mida, aún — por negación y contras­
hegeliana — es clase naciente o inci­ te — en los ambientes más empeder­
piente, como naciente o incipiente es nidamente conservadores. Supone
el industrialismo que el imperialismo una gran ventaja, por eso, orientarla
lleva. Parece claro que el proletaria­ más y más hacia el servicio de los que
do, donde ya existe más o menos de­ necesitan liberación. En este sentido

— 18 1 —
la Reforma Universitaria tiene y ten­ seguramente influirán poco en sus
drá una honda trascendencia histó­ proyecciones futuras.
rica en América. Las conquistas efec­ De la Reforma se ha hecho ya his­
tivas, las victorias completas son di­ toria bastante completa. La lucha no
fíciles de alcanzarse aisladamente en ha terminado y el choque diario de
centros de educación y cultura más los centinelas y defensores de su es­
o menos dependientes del sistema so­
píritu contra la reacción poderosa,
cial, político y económico predomi­
da al movimiento perduración y vi­
nante. Hay que luchar por ir siem­
talidad. Aun se polemiza sobre ella
pre más allá en el propósito de eman­
ciparlas, pero la Universidad ideal, y cada día se aprecia mejor lo que
la soñada generosamente por los re­ tuvo y tiene de trascendente más
formistas del 18, surgirá en otra ho­ allá de las aulas. Punto de partida
ra y como resultado de otra organi­ de una nueva época intelectual a to­
zación. Entre tanto vale estimar sus no con nuestra época, la Reforma es
pasos de progreso y es necesario no uno de los movimientos americanos
olvidar la significación y las proyec­ más trascendentales. Los veteranos
ciones de la lucha del 18 para el fu ­ de su lucha, saludamos el día glorio­
turo de América. Las incidencias, de so en que el grito de Córdoba anun­
oportunismo o de fracaso, de desvia­ ció a América un paso más en el ca­
ción o de aprovechamiento, no afec­ mino de nuestros pueblos hacia la
tan la realidad del hecho histórico y meta anhelada de la Justicia.

182 —
¿CUAL ES LA CULTURA QUE CREARA
AMERICA?
por
ANTENOR ORREGO
(peruano)
1928

IJE en un artículo que publicó


D “ Amauta” que uno de los factores
que caracterizaban a la cultura
maquinaria, pongamos por caso, ocu­
pan toda la atención y toda la activi­
dad inteligente del obrero, del indus­
occidental era su sentido, su ins­ trial o del científico. Se pierde la vi­
tinto, su vida civil. Así es en efecto. sión panorámica de las cosas en medro
En las culturas orientales la vida ci­ de la particularidad y del detalle. Ei
vil casi no existe porque carecen de técnico devora al ciudadano. La polí­
sentido histórico, de continuidad cro­ tica misma se profesionaliza y se re­
nológica. La vida antigua se desarro­ baja. El poeta no es más que poeta, el
lla en el presente sin retrospección al químico no es más que químico, el co­
pasado ni proyecto al porvenir. merciante no es más que comerciante
América hereda este sentido euro­ y todos dejan de ser hombres civiles.
peo de la vida civil y lo agudiza has­ La ciudadanía se torna parasitaria y
ta el grado máximo. Lo hace hasta tal se reduce a una casta profesional: la
punto que se convierte en una de las de los políticos de oficio. El técnico y
fuerzas directrices de su cultura, co­ el especialista detestan a la política,
mo lo fué en Europa. neutra, vana, medrosa, miope, sin
Pero llega un momento en que la grandes alientos culturales. Llegan
c u l t u r a occidental se especializa, entonces la poesía pura, la filosofía
cuando alcanza el ápice de su poten­ pura, la historia pura y hasta la quí­
cia universal. La especialidad enton­ mica pura. De este modo poesía, filo­
ces mata a la civilidad. Hasta el si­ sofía, historia y química se impota­
glo XVIII el humanismo, el enciclo­ bilizan para la vida total. El europeo
pedismo renacentista impidieron que se torna impotente para los grandes
mediara este signo de muerte. El eu­ panoramas políticos. La política, la
ropeo va perdiendo poco a poco su ciencia, el arte, la industria se especia­
conciencia histórica, la orientación ét­ lizan. Apenas se elevan algunas cum­
nica de su destino. La ciencia se indus­ bres luminosas: Romain Rolland,
trializa y se hace ciencia aplicada. La Unamuno, Einstein. Todos los demás
confección de una cabeza de alfiler o son especialistas, hasta los políticos.
la fabricación de un simple resorte de Este hombre especializado llega has­

- 183 -
ta especializar el despotismo y crea las razas. No es la primere lección que
especialidades de Mussolini y Primo la historia nos da en este sentido. Así
de Rivera. como su vigorización y vitalizamien-
América recoge o va recogiendo el to nos revelan que un nuevo elemen­
instinto, el sentido de la civilidad. (No to y una nueva posibilidad palingené-
hay que olvidar que Estados Unidos, sica surgen en el vasto devenir huma­
el país por excelencia de la técnica, de no. Y es preciso volver otra vez ha­
la especialidad y de la ciencia aplica­ cia la Reforma Universitaria de Cór­
da, no es enteramente América sino doba, cuya trascendencia histórica
apenas es sospechada por algunos
una Europa trasplantada, superagu-
pensadores americanos. Lo de menos
dizada, elevada a la máxima poten­
en el movimiento han sido sus propó­
cia). Este sentido de la civilidad presi­
sitos inmediatos, la expresión cercana
de toda la vida nueva de América. Las
de sus fines. Su fuerza reside princi­
últimas generaciones son generacio­
palmente no en su realización ni en
nes civiles que están creando la civi­
su motivación reformista sino en su
lidad americana. El europeo ha deja­
proyección, en su sentido, que diría
do de ser un hombre civil. De otro Keyserling. El movimiento de Córdo­
modo, después de veinte siglos de ex­ ba hay que estudiarlo como impulso
periencia política, no habría caído en instintivo y vital y no como la expre­
la dictadura y en la peor de las dicta­ sión de una realidad dada y conclusa.
duras: en la dictadura del analfabe­ Estamos ante un hecho que se resiste
tismo y en el despotismo bufo de ope­
a toda racionalización sistemática,
reta. porque en su seno se encierra todo el
Para cerrar el cuadro, los intelec­ misterio, la profundidad y la riqueza
tuales, habiendo perdido su civilidad, del porvenir. Uno de aquellos hechos
son los mejor resignados a la violen­ que por su volumen vital y por su sig­
cia y a la tiranía. Recordemos las pa­ nificado son superiores a la inteligen­
labras y el espíritu de las palabras cia y a la previsión humanas y en que
que dirigió Ortega y Gasset a un “ es­ los hombres son meros actores o ins­
tudiante de filosofía en la Argenti­ trumentos del multifacético drama
na” . Es un llamamiento mesurado a la que empieza a realizarse.
disciplina de la juventud, al domesti- Y el movimiento de Córdoba, ¿qué
camiento académico del estudiante. es en su esencia última sino un movi­
Crear una patria, hacer intensa vida miento civil de las nuevas generacio­
civil es, para el intelectual europeo de nes americanas para crear una cultu­
hoy, incalificable indisciplina. Por no ra, un movimiento de la nueva Amé­
faltar a la disciplina la mayor parte rica hacia la civilidad? Porque la
de intelectuales españoles son actual­ ciudad de Córdoba no fué sino la ubi­
mente embajadores, guardasellos y cación fortuita de un impulso vital
cancilleres de Primo de Rivera. que estaba pugnando y madurándose
Y esta extirpación o debilitamien­ en toda el continente. Prueba de ello
to de la vida civil es un signo de es su fulminante repercusión y con­
muerte para las culturas y para las taminación ecuménicas.

— 184 —
II

LA CRUZADA POR LA LIBERTAD DEL ESTUDIANTE

(1932)

ESDE México hasta el Cabo de


D Hornos, hay un estremecimiento
hondamente vital en América,
con ojos europeos. Quiso aplicar la
docencia de países en que la maquina­
ria del Estado ha tomado formas fi­
cuya médula es el estudiante. En el jas y conclusas, a países como el nues­
aula europea o norteamericana hay, tro en que el Estado es apenas un es­
claro está, vigorosos fermentos de re­ bozo mimètico de las prácticas e ins­
novación, pero no existe la elevada tituciones jurídicas del Viejo Mundo.
tensión revolucionaria y transforma­ Pero, los pueblos, por un proceso
dora que caracteriza, de manera sin­ casi milagroso, crean los órganos y
gular, al claustro estudiantil latino­ los instrumentos de su salvación. La
americano. En los otros países y en las Universidad no puede vivir en la pe­
otras razas el aula es, principalmente, riferia de los pueblos sino en la mé­
docencia científica, preparación técni­ dula vital de su ambiente o contorno,
ca o capacitación profesional, pero, el en la hondura espiritual de la raza
aula latinoamericana es, ante todo, y, en que se genera la historia, en la in-
sobre todo, docencia civil, escuela de frahistoria que diría don Miguel de
ciudadanía. Este es su carácter fun­ Unamuno.
damental y el que da la tónica de la La docencia de la Universidad lati­
Universidad. noamericana tiene que ser, antes que
Esta penetración de la inquietud y nada, docencia ciudadana, educación
del tumulto cívico en el claustro, ¿es civil, fuerza política normatriz. Nues­
una desviación de los fines y de la tra universidad no puede encerrarse
docencia universitaria? en los claustros, como una ostra pa­
rasitaria, sorda al alumbramiento y
Muchos responden que sí. Especial­
al grito angustioso de las nacionali­
mente los viejos maestros burocráti­
dades. El estudiante no puede dedi­
cos se oponen con todas sus fuerzas
carse con plenitud de pasión y de áni­
a esta tendencia, que creen que es la mo al cultivo de la ciencia o al pen­
negación de la Universidad misma. samiento especulativo cuando el cri­
Los conflictos y los rozamientos que men político y social anda suelto por
se producen casi a diario en las uni­ las calles, cuando el pensamiento es­
versidades latinoamericanas se deben, tá ahogado en la mazmorra, cuando
exclusivamente, a esta divergencia no hay leyes, ni instituciones, ni par­
fundamental de criterio entre profe­ tidos lo suficientemente fuertes pa­
sorado y alumnado. ra impedir y castigar las tiranías.
De esta opinjón participan hombres Ya lo he dicho en otra ocasión, el
de mentalidad tan perspicaz como Jo­ movimiento que se inicia en la Uni­
sé Ortega y Gasset en una carta o versidad de Córdoba es un movimien­
mensaje que dirigió a los estudiantes to típico latinoamericano y marca una
argentinos hace algún tiempo. Pero, etapa en la vida y en la historia del
esta vez, la pupila del pensador espa­ Continente.
ñol no tuvo la suficiente elasticidad Desde hace tres lustros, más o me­
de acomodación a la perspectiva del nos, los estudiantes latinoamericanos,
Nuevo Continente. Vió a la Universi­ con maravillosa intuición histórica,
dad y al estudiante latinoamericano han asumido y comprendido la pleni-

- 185 -
tud de su responsabilidad ante sus amenazan devoramos, contra las po­
respectivas nacionalidades. En Méxi­ tencias negativas de la brutalidad que
co, en la Argentina, en el Perú, en Bo­ quieren sorber el protoplasma vigo­
livia, el estudiante es el primer ciu­ roso de nuestras futuras nacionalida­
dadano de la república, el más gene­ des y la miel primigenia de nuestra
roso, el más sacrificado, el más agu­ futura cultura.
do y luminoso atalayador de su raza, El maestro latinoamericano, euro­
el más resuelto para la lucha, el más peizado y descastado, pero, sobre to­
heroico, el verdadero y auténtico sal­ do, burocratizado, no está a la altura
vador de su nacionalidad. En Vene­ del estudiante latinoamericano actual.
zuela, donde todas las clases sociales Nuestros maestros — salvo raras ex­
se han sometido a la pezuña zoológi­ cepciones — quisieran encerrarse en
ca de Juan Vicente Gómez, el estu­ sus claustros y percibir, tranquila­
diante es el único que se enfrenta al mente, sus emolumentos, como sus
despotismo, y las paredes de la Rotun­ colegas del Viejo Mundo. Son los
da han visto perecer, heroicamente, a egoístas de su ciencia y de su especia­
millares de mártires estudiantes. lidad que quisieran plasmar sabios,
¿Cómo puede el hombre consagrar­ pero sabios esclavos y sumisos a los
se a la ciencia, a las artes y al ejer­ despotismos ; sabios con las vértebras
cicio de las disciplinas intelectuales lo suficientemente elásticas para in­
si no hay libertad ? Hay que esforzar­ clinarse, fácilmente, ante el poder y
se por conquistarla previamente. Ha­ reclamar su pitanza vergonzante.
gámonos, primero, países justos para Y lo que caracteriza, de manera sin­
hacernos, luego, países sabios. gular, al estudiante latinoamericano
Al europeo que censure las defi­ y lo que le salva para el porvenir, es
ciencias de nuestra educación univer­ su don, es, su vocación de servicio so­
sitaria, que ponga reparos al atraso cial o colectivo, su vocación de servi­
y desorganización de nuestros méto­ cio humano. Allí reside la grandeza
dos pedagógicos; que menosprecie el del movimiento estudiantil del Nuevo
desasosiego y la nerviosidad política Mundo y allí, reside, también, su enor­
de nuestros estudiantes, que eche de me, su inconmensurable eficacia his­
menos al investigador científico y al tórica. Alguna vez dije, que el estu­
técnico en plenitud de capacidad crea­ diante latinoamericano, constructor
dora, digámosle que estamos constru­ por excelencia en medio del caos, esta­
yendo nuestras nacionalidades, que ba engendrado, también, el tipo del
estamos haciendo el supremo esfuer­ futuro maestro latinoamericano. Des­
zo de una raza para salir del caos, que pués de algunos años, vuelvo a reafir­
estamos luchando, — con una angus­ marme en esta aparente paradoja que
tia tan aguda que sólo nosotros la responde, sin embargo, a una realidad
comprendemos porque la sufrimos en efectiva. El estudiante latinoamerica­
nuestra carne y en nuestro espíritu, no es forjador y plasmador espiritual
— contra las fuerzas del instinto que de su propio maestro.

18 6
LA REFORMA UNIVERSITARIA
por
JOSE CARLOS MARIATEGUI
(peruano)
(1928)

Ideología y reivindicaciones d.e la De igual modo, este movimiento se


Reforma presenta íntimamente conectado con
la recia marejada post-bé'ica. Las es­
L movimiento estudiantil que se
E inició con la lucha de los estudian­
tes de Córdoba, por la reforma de
peranzas mesiánicas, los sentimientos
revolucionarios, las pasiones místicas
propias de la post-guerra, repercu­
la Universidad, señala el nacimiento tían particularmente en la juventud
de la nueva generación latino-america­ universitaria de Latino-América. El
na. La inteligente compilación de do­ concepto difuso y urgente de que el
cumentos de la Reforma Universitaria mundo entraba en un ciclo nuevo, des­
en la América Latina realizada por pertaba en los jóvenes la ambición de
Gabriel del Mazo, cumpliendo un en­ cumplir una función heroica y de rea­
cargo del Centro Estudiantes de Medi­ lizar una obra histórica. Y, como es
cina de Buenos Aires, ofrece una serie natural, en la constatación de todos
de testimonios fehacientes de la uni­ los vicios y fallas del régimen econó­
dad espiritual de este movimiento (x). mica social vigentes y el anhelo de re­
El proceso de la agitación universita­ novación encontraban poderosos estí­
ria en la Argentina, el Uruguay, Chi­ mulos. La crisis mundial invitaba a los
le, Perú, etc., acusa el mismo origeñ y pueblos latino-americanos, con insóli­
el mismo impulso. La chispa de la agi­ to apremio, a revisar y resolver sus
tación es casi siempre un incidente se­ problemas de organización y creci­
cundario ; pero la fuerza que la propa­ miento. Lógicamente, la nueva gene­
ga y la dirige viene de ese estado de
ración sentía estos problemas con una
ánimo, de esa corriente de ideas que
intensidad y un apasionamiento que
se designa — no sin riesgo de equívo­
co — con el nombre de “ nuevo espíri­ las anteriores generaciones no ha­
tu” . Por esto, el anhelo de la Reforma bían conocido. Y mientras la actitud
se presenta, con idénticos caracteres, de las generaciones, como correspon­
en todas las universidades latino-ame­ día al ritmo de su época, había sido
ricanas. Los estudiantes de toda la evolucionista — a veces con un evolu­
América Latina, aunque movidos a la cionismo completamente pasivo — la
lucha por protestas peculiares de su actitud de la nueva generación era es­
propia vida, parecen hablar el mismo pontáneamente revolucionaria.
lenguaje. La ideología del movimiento estu-
(1 ) L a R efo rm a U n iversita ria (6 to m o s ). E d ición del Centro de E studiantes de M edicina
de B uen os A ires (1 9 2 6 -2 7 ). Im prenta F errari. B uenos A ires.

- 187 -
diantil careció, al principio, de homo­ como sucede en otros países — que
geneidad y autonomía. Acusaba dema­ tengan acceso al profesorado todos los
siado la influencia de la com ente wil- capaces de serlo, sin excluirlos por sus
soniana. Las ilusiones demo-liberales convicciones sociales, políticas y fi­
y pacifistas que la predicación de losóficas; si neutraliza en parte, por
Wilson puso en boga en 1918-19 cir­ lo menos, el chauvinismo y fomenta en
culaban entre la juventud latino-ame- los educandos el hábito de las investi­
ridana como buena moneda revolu­ gaciones y el sentimiento de la propia
cionaria. Este fenómeno se explica responsabilidad. En el mejor de los
perfectamente. También en Europa, casos, la Reforma rectamente enten­
no sólo las izquierdas burguesas sino dida y aplicada, puede contribuir a
los viejos partidos socialistas refor­ evitar que la Universidad sea, como
mistas aceptaron como nuevas las es en rigor en todos los países, como
ideas demo-liberales elocuente y apos­ lo fué en la misma Rusia — país don­
tólicamente remozadas por el presi­ de se daba, sin embargo, como en
dente norteamericano. ninguna otra parte, una intelectuali­
Unicamente a través de la colabo­ dad avanzada que en la hora de la ac­
ración cada día más estrecha con los ción saboteó escandalosamente a la re­
sindicatos obreros, de la experiencia volución — una Bastilla de la reacción,
del combate contra las fuerzas con­ esforzándose por ganar las alturas del
servadoras y de la crítica concreta de siglo” .
los intereses y principios en que se No coinciden rigurosamente, — y
apoya el orden establecido, podían al­ esto es lógico — las diversas interpre­
canzar las vanguardias, universita­ taciones del significado del movimien­
rias una definida orientación ideoló­ to. Pero, con excepción de las que pro­
gica. ceden del sector reaccionario, intere­
Este es el concepto de los más au­ sado en limitar los alcances de la Re­
torizados portavoces de la nueva ge­ forma, localizándola en la Universi­
neración estudiantil, al juzgar los orí­ dad y la enseñanza, todas las que se
genes y las consecuencias de la lucha inspiran sinceramente en sus verdade­
por la Reforma. Todos convienen en ros ideales, la definen como la afirma­
que este movimiento, que apenas ha ción del “ espíritu nuevo” , entendido
formulado su programa, dista mucho como espíritu revolucionario.
de proponerse objetivos exclusivamen­ Desde sus puntos de vista filosófi­
te universitarios y en que, por su es­ cos, Ripa Alberdi se inclinaba a consi­
trecha y creciente relación con el derar esta afirmación como una victo­
avance de las clases trabajadoras y ria del idealismo novecentista sobre el
con el abatimiento de viejos princi­ positivismo del siglo XIX. “ El renaci­
pios económicos, no puede ser entendi­ miento del espíritu argentino — de­
do sino como uno de los aspectos de cía — se opera por virtud de las jóve­
una profunda renovación latino-ame­ nes generaciones, que al cruzar por
ricana. Así Palcos, aceptando íntegra­ los campos de la filosofía contemporá­
mente las últimas consecuencias de la nea han sentido aletear en su frente
lucha empeñada, sostiene que “ mien­ el ala de la libertad” . Mas el propio
tras subsista el actual régimen so­ Ripa Alberdi se daba cuenta de que el
cial, la Reforma no podrá tocar las raí­ objeto de la reforma era capacitar a
ces recónditas del problema educacio­ la Universidad para el cumplimiento
nal’’. “ Habrá llenado su objetó —agre­ de “ esa función social que es la razón
ga — si depura a las universidades de misma de su existencia” .
los malos profesores, que toman el Julio V. González, que ha reunido en
cargo como un empleo; si permite — dos volúmenes sus escritos de la cam­

188
paña universitaria, arriba a conclusio­ en la que empieza a desarrollarse
nes más precisas. “ La Reforma Uni­ nuestra industria embrionaria. Pero
versitaria — escribe — acusa el apa­ entonces la clase media universitaria
recer de una nueva generación que se mantenía tranquila con sus títulos
llega desvinculada de la anterior, que de privilegio. Desgraciadamente para
trae sensibilidad distinta e ideales ella, esta holgura disminuye a medi­
propios y una misión diversa por cum­ da que crece la gran industria, se
plir. No es aquella un hecho simple o acelera la diferenciación de las clases
aislado si los hay; está vinculada en y sobreviene la proletarización de los
razón de la causa a efecto con los últi­ intelectuales. Los maestros, los perio­
mos acontecimientos de que fuera tea­ distas y empleados de comercio se or­
tro nuestro país, como consecuencia de ganizan gremialmente. Los estudian­
los producidos en el mundo. Signifi­ tes no podían escapar al movimiento
caría incurrir en una apreciación erró­ general” .
nea hasta lo absurdo, considerar a la Mariano Hurtado de Mendoza coin­
Reforma Universitaria como un pro­ cide con las observaciones de Lanuza.
blema de aulas y, aún así, radicar toda “ La Reforma Universitaria— escribe
su importancia en los efectos que pu­ — es antes que nada y por sobre todo,
diera surtir exclusivamente en los cír­ un fenómeno social que resulta de otro
culos de cultura. Error semejante lle­ más general y extenso, producido a
varía sin remedio a una solución del consecuencia del grado de desarrollo
problema que no consultaría la reali­ económico de nuestra sociedad. Fue­
dad en que él está planteado. Digá­ ra entonces error estudiarla única­
moslo claramente entonces: la Refor­ mente bajo la faz universitaria, como
ma Universitaria es parte de una cues­ problema de renovación del gobierno
tión que el desarrollo material y mo­ de la Universidad o bajo la faz peda­
ral de nuestra sociedad ha impuesto a gógica, como ensayo de aplicación de
raiz de la crisis producida por la gue­ nuevos métodos de investigación en la
rra” . González señala en seguida la adquisición de la cultura. Incurriría­
guerra europea, la revolución rusa y el mos también en error si la>considerá­
advenimiento del radicalismo al poder ramos, como el resultado exclusivo de
como los factores decisivos de la Re­ una corriente de ideas nuevas provo­
forma en la Argentina. cadas por la gran guerra y por la re­
José Luis Lanuza indica otro fac­ volución rusa, o como la obra de la
tor: la evolución de la clase media. La nueva generación que aparece y “ lle­
mayoría de los estudiantes pertene­ ga desvinculada de la anterior, que
cen a esta clase en todas sus gradacio­ trae sensibilidad distinta e ideales
nes. Y bien. Una de las consecuencias propios y una misión diversa por cum­
sociales y económicas de la guerra es plir” . Y, precisando su concepto, agre­
la proletarización de la clase media. ga más adelante: “ La Reforma Uni­
Lanuza sostiene la siguiente tesis: versitaria no es más que una conse­
“ Un movimiento colectivo estudiantil cuencia del fenómeno general de pro­
de tan vastas proyecciones sociales letarización de la clase media que for­
como la Reforma Universitaria no hu­ zosamente ocurre cuando una sociedad
biera podido estallar antes de la gue­ capitalista llega a determinadas con­
rra europea. Se sentía la necesidad diciones de su desarrollo económico.
de renovar los métodos de estudio y se Significa esto que en nuestra socie­
ponía de manifiesto el atraso de la dad se está produciendo el fenómeno
Universidad respecto a las corrien­ de proletarización de la clase media y
tes contemporáneas del pensamiento que la Universidad, poblada en su ca
universal desde la época de Alberdi, si totalidad por ésta, ha sido la pri­

189
mera en sufrir sus efectos porque era Pero no me pfopongo aquí, el estu­
el tipo ideal de institución capitalis­ dio de todas las consecuencias y re­
ta” . laciones de la Reforma Universitaria
Es, en todo caso, un hecho unifor­ con los grandes problemas de la evo­
memente observado la formación, al lución política de la América Latina.
calor de la Reforma, de núcleos de es­ Constatada la solidaridad del movi­
tudiantes que, en estrecha solidari­ miento histórico general de estos pue­
dad con el proletariado, se han entre­ blos, tratemos de examinar y definir
gado a la difusión de avanzadas ideas sus rasgos propios y específicos.
sociales y al estudio de las teorías ¿ Cuáles son las proposiciones o pos­
marxistas. El surgimiento de las uni­ tulados fundamentales de la Refor­
versidades populares, concebidas con ma?
un criterio bien diverso del que inspi­ El Congreso Internacional de Es­
raba en otros tiempos tímidos tanteos tudiantes de México de 1921 propug­
de extensión universitaria, se ha efec­ nó : l 9 la participación de los estudian­
tuado en toda la América Latina en tes en el gobierno de las universida­
visible concomitancia con el movi­ des ; 29 la implantación de la docencia
miento estudiantil. De la Universidad libre y la asistencia libre. Los estu­
han salido, en todos los países latino­ diantes de Chile declararon su adhe­
americanos, grupos de estudiosos de sión a los siguientes principios: l 9 au­
economía y sociología que han puesto tonomía de la Universidad, entendi­
sus conocimientos al servicio del pro­ da como institución de los alumnos,
letariado, dotando a éste, en algunos profesores y diplomados; 29 reforma
países, de una dirección intelectual de del sistema docente, mediante el esta­
que antes había generalmente careci­ blecimiento de la docencia libre y, por
do. Finalmente, los propagandistas y consiguiente, de la asistencia libre de
fautores más entusiastas de la uni­ los alumnos a las cátedras, de suerte
dad política de la Reforma Universi­ que en caso de enseñar dos maestros
taria que conservan así su vincula­ una misma materia la preferencia del
ción continental, otro de los signos de alumnado consagre libremente la ex­
la realidad de la “ nueva generación” . celencia del m ejor; 39 revisión de los
Cuando se confronta este fenóme­ métodos y del contenido de los estu­
no con el de las ^universidades de la dios ; y 49 extensión universitaria, ac­
China y del Japón, se comprueba su tuada como medio de vinculación
rigurosa justificación histórica. En el efectiva de la Universidad con la vida
Japón, la Universidad ha sido la pri­ social. — Los estudiantes de Cuba
mera cátedra de socialismo. En la concretaron en 1923 sus reivindica­
China, por razones obvias, ha teni­ ciones en esta fórmula: a) una verda­
do una función todavía más activa dera democracia universitaria; b) una
en la formación de una nueva cons­ verdadera renovación pedagógica y
ciencia nacional. Los estudiantes chi­ científica; c) una verdadera populari­
nos componen la vanguardia del mo­ zación de la enseñanza. Los estudian­
vimiento nacionalista revolucionario tes de Colombia reclamaron, en su
que, dando a la inmensa nación asiá­ programa de 1924, la organización de
tica una nueva alma y una nueva or­ la Universidad sobre bases de inde­
ganización, le asigna una influencia pendencia, de participación de los es­
considerable en los destinos del mun­ tudiantes en su gobierno y de nuevos
do. En este punto se muestran con­ métodos de trabajo. “ Que al lado de la
cordes todos los observadores occiden­ cátedra — dice ese programa— funcio­
tales de reconocida autoridad intelec­ ne el seminario, se abran cursos espe­
tual. ciales, se creen revistas. Que al lado

190
del maestro titular haya profesores aristocracias coloniales, — que en al-
agregados y que la carrera del ma­ g u n o s países híspanos-americanos
gisterio exista sobre bases que asegu­ subsiste todavía aunque en irrepara­
ren su porvenir y den acceso a cuan­ ble y progresiva disolución — , ha co­
tos sean dignos de tener una silla en locado por mucho tiempo las universi­
la Universidad” . Los estudiantes de dades de la América Latina bajo la tu­
vanguardia de la Universidad de Li­ tela de estas oligarquías y de su clien­
ma, leales a los principios proclama­ tela. Convertida la enseñanza univer­
dos en 1919 y 1923, sostuvieron en sitaria en un privilegio del dinero, si
1926 las siguientes plataformas: de­ no de la casta, o por lo menos de una
fensa de la autonomía de las universi­ categoría social absolutamente ligada
dades ; participación de los estudiantes a los intereses de uno y otra, las, uni­
en la dirección y orientación de sus versidades han tenido una tendencia
respectivas universidades o escuelas inevitable a la burocratización acadé­
especiales; derecho de voto por los es­ mica. Era este un destino al cual no
tudiantes en la elección de rectores de podían escapar ni aun bajo la influen­
las universidades; renovación de los cia episódica de alguna personalidad
métodos pedagógicos; voto de honor de excepción.
de los estudiantes en la provisión de El objeto de las universidades pare­
las cátedras; incorporación a la uni­ cía ser, principalmente, el de proveer
versidad de los valores extra-univer- de doctores o rábulas a la clase domi­
aitarios; socialización de la cultura; nante. El incipiente desarrollo, el mí­
universidades populares, etc. Los prin­ sero radio de la instrucción pública,
cipios sostenidos por los estudiantes cerraban los grados superiores de la
argentinos son, probablemente más enseñanza a las clases pobres. (La
conocidos, por su extensa influencia misma enseñanza elemental no llega­
en el movimiento estudiantil de Amé­ ba, — como no llega ahora — sino a
rica desde su primera enunciación en una parte de pueblo). Las universida­
la Universidad de Córdoba. Práctica­ des, acaparadas intelectual y mate­
mente, además, son a grandes rasgos rialmente por una casta generalmen­
los mismos que proclaman los estu­ te desprovista de impulso creador, no
diantes de las demás universidades la­ podían aspirar siquiera a una fun­
tino-americanas. ción más alta de formación y selec­
. Resulta de esta rápida revisión que ción de capacidades. Su burocratiza­
como postulados cardinales de la Re­ ción las conducía, de un modo fatal,
forma Universitaria pueden conside­ al empobrecimiento espiritual y cien­
rarse: primero, la intervención de los tífico.
alumnos en el gobierno de las univer­ Este no era un fenómeno exclusi­
sidades y segundo, el funcionamien­ vo ni peculiar del Perú. Entre nos­
to de cátedras libres, al lado de las otros se ha prolongado más por la su­
oficiales, con idénticos derechos, a pervivencia obstinada de una estruc­
cargo de enseñantes de acreditada ca­ tura económica semi-feudal. Pero, aun
pacidad en la materia. en los países que más prontamente se
El sentido y el origen de estas dos han industrializado y democratizado,
reivindicaciones nos ayudan a escla­ como la República Argentina, a la
recer la justificación de la Reforma. universidad es a donde arriba más tar­
de esa corriente de progreso y trans­
formación. El doctor Florentino V.
Política y enseñanza universitario, en
Sangineti resume así la historia de la
la América Latina
Universidad de Buenos Aires antes de
El régimen económico y político de­ la Reforma: “ Durante la primera par­
terminado por el predominio de las te de la vida argentina, movió modes-

191
tas iniciativas de cultura y formó nú­ universidades y el establecimiento de
cleos urbanos que dieron a la mon­ las cátedras y la asistencia libres, des­
tonera el pensamiento de la unidad tinadas a asegurar la eliminación de
política y del orden institucional. Su los malos profesores a través de una
provisión científica era muy escasa, concurrencia leal con hombres más ap­
pero bastaba para las necesidades del tos para ejercer su magisterio.
medio y para imponer las conquistas Toda la historia de la Reforma re­
lentas y sordas del genio civil. A fir­ gistra invariablemente estas dos reac­
mada más tarde nuestra organiza­ ciones de las oligarquías conservado­
ción nacional, la Universidad aristo­ ras: primera, su solidaridad recalci­
crática y conservadora, creó un nue­ trante con los profesores incompe­
vo tipo social: el doctor. Los doctores tentes, tachados por los alumnos,
constituyeron el patriciado de la se­ cuando ha habido de por medio un in­
gunda república, substituyendo poco terés familiar oligárquico; y segun­
a poco a las charreteras y a los caci­ da, su resistencia, no menos tenaz, a
ques rurales, en el manejo de los ne­ la incorporación de la docencia de va­
gocios, pero salían de las aulas sin la lores no universitarios o simplemente
jerarquía intelectual necesaria para independientes. Las dos reivindica­
actuar con criterio orgánico en la en­ ciones sustantivas de la Reforma re­
señanza o para dirigir el despertar im­ sultan así inconfundiblemente dialéc­
provisado de las riquezas que rendían ticas, pues no arrancan de puras con­
la pampa y el trópico. A lo largo de cepciones doctrinales, sino de las rea­
los últimos cincuenta años, nuestra les y concretas enseñanzas de la ac­
nobleza agropecuaria fué desplazada, ción estudiantil.
primero, del campo económico por la Las mayorías docentes adoptaron
competencia progresista del inmi­ una aptitud de rígida e impermeable
grante, técnicamente más capaz, y intransigencia contra los grandes
luego del campo político por el adve­ principios de la Reforma Universita­
nimiento de los partidos de clase me­ ria, el primero de los cuales había que­
dia. Necesitando entonces escenario dado proclamado teóricamente desde
para mantener su influencia, se apo­ el Congreso Estudiantil de Montevi­
deró de la Universidad que fué pronto deo, y así en la Argentina como en
un órgano de casta, cuyos directores el Perú, lograron el reconocimiento
vitalicios turnaban los cargos de ma­ oficial debido a favorables circuns­
yor relieve y cuyos docentes, recluta- tancias políticas, cambiadas las cua­
dos por leva hereditaria, impusieron les se inició por parte de los elemen­
una verdadera servidumbre educacio­ tos conservadores de la docencia un
nal de huella estrecha y sin filtracio­ movimiento de reacción, que en el Pe­
nes renovadoras” . rú ha anulado ya prácticamente casi
El movimiento de la Reforma tenía todos los triunfos de la Reforma,
lógicamente que atacar, ante todo, es­ mientras en la Argentina encuentra
ta estratificación conservadora de las la oposición vigilante del alumnado,
Universidades. La provisión arbitra­ según lo demuestra la reciente agita­
ria de las cátedras, el mantenimiento ción contra una tentativa reacciona­
de profesores ineptos, la exclusión de ria en la Facultad de Medicina de
la enseñanza de los intelectuales inde­ Buenos Aires.
pendientes y renovadores, se presenta­ Pero no es posible la realización de
ban claramente como simple conse­ los* ideales de la Reforma sin la rec­
cuencias de la doctrina oligárquica. ta y leal aceptación de los dos princi­
Estos vicios no podían ser combatidos pios aquí esclarecidos. El voto de los
sino por medio de la intervención de alumnos, — aunque no esté destinado
los estudiantes en el gobierno de las sino a servir de contralor moral de la

— 192
política de los profesores, — es el úni­ dadero sentimiento. La Universidad
co impulso de vida, el solo elemento que, según un concepto de clisé, era
de progreso de la Universidad, en la el alma mater nacional, había sido
que de otra suerte prevalecerían sin siempre oficialmente definida como la
remedio fuerzas de estancamiento y más alta cátedra de los principios e
regresión. Sin esta premisa, el segundo ideales de la República.
de los postulados de la Reforma — las Mientras tanto, tal vez con la sola
cátedras libres — no puede absoluta­ excepción del intante en-que Gálves y
mente cumplirse. Más aún, la “ leva Lorente, la tiñeron de liberalismo, res­
hereditaria’’, de que nos habla con tan tableciendo y continuando la orienta­
evidente exactitud el doctor Sangui- ción ideológica de Rodríguez de Men­
netti, torna a ser el sistema de reclu­ doza, la Universidad había seguido
tamiento de nuevos catedráticos. Y el fiel a su tradición escolástica, conser­
mismo progreso científico pierde su vadora y española.
principal estímulo, ya que nada em­
pobrece tanto el nivel de la enseñanza El divorcio entre la obra universi­
y de la ciencia como la burocratiza- taria y la realidad nacional, constata­
ción oligárquica. do melancólicamente por Belaúnde,—■
pero que no lo había embarazado para
gratificar a la Universidad con el tí­
La Universidad en el Peni tulo de encarnación única y sagrada
En el Perú, por varias razones, el de la continuidad histórica, — ha de­
espíritu de la Colonia ha tenido su ho­ pendido exclusivamente del divorcio,
gar en la Universidad. La primera ra­ no menos cierto aunque menos reco­
zón es la prolongación o superviven­ nocido, entre la vieja clase dirigente
cia, bajo la República, del dominio de y el pueblo peruano. Belaúnde escri­
la vieja aristocracia colonial. bía lo que sigue: “ Un triste destino se
Pero este hecho no ha sido desen­ ha cernido sobre nuestra Universidad
trañado sino desde que la ruptura con y ha determinado que llene principal­
el criterio colonialista, — vale decir mente un fin profesional y tal vez de
con la historiología “ civilista” , — ha snobismo científico; pero no un fin
consentido a la nueva generación en­ educativo y mucho menos un fin de
juiciar libremente la realidad perua­ afirmación de la conciencia nacional.
na. Ha sido necesaria para su enten­ Al recorrer rápidamente la historia de
dimiento cabal, la quiebra de la anti­ la Universidad desde su origen hasta
gua casta, denunciada por el carácter la fecha, se destaca este rasgo des­
de “ secesión” que quiso asumir el cam­ agradable r funesto: su falta de vin­
bio de gobierno de 1919. culación con la realidad nacional, con
Cuando el doctor Víctor Belaúnde la vida de nuestro medio, con las ne­
calificó a la Universidad como “ el lazo cesidades y aspiraciones del país” . La
de unión entre la república y la co­ investigación de Belaúnde no podía ir
lonia” , — con la mira de enaltecerla más allá. Vinculado por su educación
cual único y esencial órgano de conti­ y su temperamento a la casta feu­
nuidad histórica, — tenía casi el ai­ dal, adherente al partido que acaudi­
re de hacer un descubrimiento valio­ llaba uno de sus más genuinos repre­
so. La clase dirigente había sabido sentantes, Belaúnde tenía que dete­
hasta entonces mantener la ilusión in­ nerse en Ja constatación del desacuer­
telectual de la República distinta e in­ do, sin buscar sus razones profundas.
dependiente de la Colonia, no obstan­ Más aún: tenía que contentarse con
te una instintiva inclinación al culto explicárselo como la consecuencia de
nostálgico de lo virreinal que traicio­ un “ triste destino” .
naba con demasiada evidencia su ver­ La verdad era que la colonia sobre­

— 193 — 13
vivía en la Universidad porque sobre­ en el Perú, tuvo también la íntima sig­
vivía también, — a pesar de la revo­ nificación de una ponderada requisito­
lución de la Independencia y de la re­ ria contra el colonialismo de la Uni­
pública demo-liberal, — en la estruc­ versidad, responsable por los prejui­
tura económico-social del país, retar­ cios aristocráticos que alimentaba y
dando su evolución histórica y ener­ mantenía, de una superproducción de
vando su impulso biológico. Y que por doctores y letrados. Pero igualmente
esto, la Universidad no cumplía una este discurso, como todas las reaccio­
función progresista y creadora en la nes episódicas del civismo, estaba
vida peruana, a cuyas necesidades destinado a no agitar sino muy super­
profundas y a cuyas corrientes vitales ficialmente las aguas de esta quieta
resultaba no sólo extraña, sino con­ palude intelectual.
traria. La casta de terratenientes co­ La generación arbitrariamente lla­
loniales que, a través de un agitado mada “ futurista” debió ser, croríbló-
período de caudillaje militar, asumió gicamente, la que iniciara la renova­
el poder de la República, es el menos ción de los métodos y el espíritu de la
nacional, el menos peruano de los fac­ Universidad. A ella pertenecían los es­
tores que intervienen en la historia tudiantes, — catedráticos luego, —
del Perú independiente. El “ triste des­ que representaron al Perú en el Con­
tino” de la Universidad no ha depen­ greso Estudiantil de Montevideo y que
dido de otra cosa. organizaron el Centro Universitario,
Después del período de influencia echando las bases de una solidaridad
de Gálves y Lorente, la Universidad que en la lucha por la Reforma había
permaneció, hasta el período de agi­ de concretar sus formas y sus fines.
tación estudiantil de 1919, pesada­ Mas la dirección de Riva Agüero, —
mente dominada por el espíritu de la por boca de quien habló explícitamen­
Colonia. En 1894, el discurso acadé­ te el espíritu colonialista en su tesis
mico del doctor Javier Prado sobre sobre literatura peruana —, orientaba
“ El estado social del Perú durante la en un sentimiento conservador y tra-
dominación española” que, dentro de dicionalista a esa generación univer­
su prudencia y equilibrio, intentaba sitaria que, de otro lado, por sus orí­
una revisión del criterio colonialista, genes y vinculaciones, aparecía con
pudo ser el punto de partida de una la misión de marcar una reacción con­
acción que acercase más el trabajo tra el movimiento literario gonzález-
universitario a nuestra historia y a pradista y de restablecer la hegemo­
nía intelectual del civilismo, atacada,
nuestro pueblo. Pero el doctor Prado,
estrechamente mancomunado con los particularmente en provincias, por la
intereses y sentimientos que este mo­ espontánea popularidad de la literatu­
ra radical.
vimiento habría contrastado por fuer­
za, prefirió encabezar una corriente de
mediocre positivismo que, bajo el sig­ Reforma y reacción
no de Taine, pretendió justificar doc­ El movimiento estudiantil peruano
trinalmente la función del civismo do­ de 1919 recibió sus estímulos ideoló­
tándolo de un pensamiento político en gicos de la victoriosa insurrección de
apariencia moderno, y que no consi- los estudiantes de Córdoba y de la
dad; entregada al dilentantismo ver­ elocuente admonición del profesor Al­
balista y dogmático, la orientación fredo L. Palacios. Pero, en su origen,
científica que ahora mismo se echa de constituyó principalmente un amoti­
menos en ella. Más tarde en 1900, otro namiento de los estudiantes contra al­
discurso académico, el del doctor M. A] gunos catedráticos de calificada y os­
Villarán sobre las profesiones liberales tensible incapacidad. Los que exten­

— 194 —
dían y elevaban los objetivos de esta nuestros paradógicos “ futuristas” , se­
agitación, — transformando en repu­ ñaló un instante de florecimiento y re­
dio del viejo espíritu de la Universi­ novación de la literatura nacional. La
dad el que, en un principio, había sido juventud que frecuentaba los cursos
sólo repudio ue los malos profesores de letras de la Universidad, había ad­
y de la disciplina arcaica, — estaban quirido fuera, espontáneamente, un
en minoría en el estudiantado. El mo­ gusto y una educación estéticas bas­
vimiento contaba con el apoyo de es­ tantes para advertir el atraso y la
tudiantes de espíritu ortodoxamente ineptitud de sus varios catedráticos.
civista, quienes seguían a los propug- Mientras esta juventud, como vulgo,
nadores de la Reforma, tanto porque como público, había superado en sus
convenían en la evidente ineptitud de lecturas la atención del “ modernis­
los maestros tachados, como porque mo” , la cátedra universitaria estaba
creían participar en una algarada es­ todavía prisionera del criterio y los
colar más o menos inocua. preceptos de la primera mitad del
Esto revela que si la oligarquía do­ Ochocientos español. La orientación
cente, mostrándose celosa de su pres­ histórica y literaria del grupo que pre­
tigio intelectual, hubiera realizado a sidió el movimiento de 1919 en San
tiempo en la Universidad el mínimum Marcos, concurría a un procesamien­
de mejoramiento y modernización de to más severo y a una condena más
la enseñanza necesaria par no correr indignada e inapelable de los catedrá­
el riesgo de una situación de escanda­ ticos acusados de atrasados y anacró­
losa insolvencia, habría logrado man­ nicos.
tener fácilmente la intangibilidad de De la Facultad de Letras, la revi­
sus posiciones por algunos años más. sión se propagó a las otras Faculta­
La crisis que tan desairadamente des, donde también el interés y la rui­
afrontó en 1919, fué precipitada por na oligárquicas mantenían profesores
el prolongamiento irritante de un es­ sin autoridad. Pero la primera brecha
tado de visible desequilibrio entre el fué abierta en la B'acultad de Letras;
nivel de la cátedra y el avance gene­ y, hasta algún tiempo después, la lu­
ral de nuestra cultura en más de un cha estuvo dirigida contra los “ma­
aspecto. Este desequilibrio se hacía los profesores” más bien que contra
particularmente detonante en el plano los “ malos métodos” .
literario y artístico. La generación La ofensiva del estudiantado em­
“ futurista” que, reaccionando contra pezó con la formación de un cuadro
la generación “ radical” romántica y de tachas, en el cual se omitieron cui­
extrauniversitaria, trabajaba por re­ dadosamente todas las que pudieran
forzar el poder espiritual de la Uni­ parecer sospechosas de parcialidad o
versidad, concentrando en sus aulas apasionamiento. El criterio que infor­
todas las fuerzas de dirección de la mó en esa época el movimiento de re­
cultura nacional, no supo, no quiso o forma fué un criterio de valoración de
no pudo reemplazar oportunamente la idoneidad magistral, exento de mó­
en la docencia de la Facultad de Le­ viles ideológicos.
tras, la más vulnerable, a los viejos ca­ La solidaridad del rector y el con­
tedráticos retrasados e incompeten­ sejo con los profesores tachados cons­
tes. El contraste entre la enseñanza de tituyó una de las resistencias que
letras en esta Facultad y el progreso ahondaron el movimiento. El estu­
de la sensibilidad y la producción lite­ diantado insurgente comenzó a com­
raria del país, se tornó clamoroso prender que el carácter oligárquico de
cuando el surgimiento de una nueva la docencia y la burocratización y es­
generación, en abierta ruptura con el tancamiento de la enseñanza, eran dos
academicismo y el conservatismo de aspectos del mismo problema. Las rei­

— 19 5 —
vindicaciones estudiantiles se ensan­ la juventud iba a notarse menos con­
charon y precisaron. fusionismo ideológico que en las an­
El Primer Congreso Nacional de Es­ teriores a la clausura.
tudiantes, reunido en el Cuzco, en
* * *
marzo de 1920, indicó, sin embargo,
que el movimiento pro-Reforma care­
cía aún de un programa bien orienta­ La reanudación de las labores uni­
do y definido. El voto de mayor tras­ versitarias en 1922, bajo el rectorado
cendencia de ese congreso es el que dio del doctor M. V. Villarán, significó, en
vida a las universidades populares, primer lugar, el compromiso entre el
destinadas a vincular a los estudiantes gobierno y los profesores que ponía
revolucionarios con el proletariado y término al conflicto que el año ante­
a dar un vasto alcance a la agitación rior condujo al receso de la Universi­
dad. La ley orgánica de enseñanza pro
estudiantil.
mulgada en 1920 por el Ejecutivo, en
Y, más tarde, en 1921, la actitud de uso de la autorización que recibió del
los estudiantes ante el conflicto entre Congreso en octubre de 1919, cuando
la Universidad y el Gobierno, demos­ éste votó la ley núm. 4004 sancionan­
tró que reinaba todavía en la juven­ do el principio de la participación de
tud universitaria una desorientación los alumnos en el gobierno de la Uni­
profunda. Más aún: el entusiasmo con versidad, — sirvió de base al aveni­
que una parte de ella se constituía en miento. Esta ley reconocía a la Uni­
claque de catedráticos reaccionarios, versidad una autonomía que dejaba
cautivada por una retórica oportunis­ satisfechas a la docencia, más incli­
ta y democrática, — bajo la cual se nada que antes, por obvias razones, a
trataba de hacer pasar el contrabando un temperamento transaccional, y que
ideológico de las supersticiones y nos­ el Gobierno, inducido igualmente a
talgias del espíritu colonial, — acusa­ aceptar una fórmula de normalización,
ba una recalcitrante reverencia de la se allanaba a ratificar en todas sus
mayoría a sus viejos dómines. partes.
Era evidente, empero, que la derro­ Como es natural, este compromiso
ta sufrida por el civilismo tradicional ponía en peligro las conquistas del es­
había colaborado al triunfo alcanzado tudiantado, ganadas en buena parte
en 1919 por las reivindicaciones estu­ al amparo de la situación que aquel
diantiles con el decreto de 20 de sep­ venía a resolver aunque no fuera sino
tiembre, que establecía las cátedras li­ temporalmente. Y, en efecto, muy
bres y la representación de los alum­ pronto se advirtió una mal disimulada
nos en el consejo universitario y con tentativa de anular poco a poco las re­
las leyes 4002 y 4004, en virtud de las formas de 1919. Algunos catedráticos
cuales el gobierno declaró vacantes las restablecieron el abolido régimen de
cátedras ocupadas por los profesores las listas. Pero esta tentativa encon­
tachados. tró alerta a los estudiantes, en cuyo
Reabierta la Universidad — des­ ánimo tuvieron profunda resonancia,
pués de un período de receso que for­ primero el Congreso Estudiantil de
taleció los vínculos existentes entre la México, y luego el fervoroso mensaje
docencia y una parte de los estudian­ de las juventudes del Sur de que fue­
tes, — las conquistas de la Reforma ra portador Haya de la Torre.
resultaron escamoteadas, en gran par­ El nuevo rector que, al asumir sus
te, por la nueva organización. Pero, funciones, había hecho con la mode­
en cambio, el “ nuevo espíritu” tenía ración propia de su espíritu, siempre
ya mayor arraigo en la masa estu­ en cuidadoso equilibrio, una profesión
diantil. Y en las nuevas jornadas de de fe reformistas y hasta una crítica

— 196 —
de las disposiciones de la ley de en­ bles, entró a jugar un rol en el des­
señanza que sustituían la libre aso­ arrollo mismo de nuestra historia, ele­
ciación de los alumnos con un “ cen­ vando su acción del plano de las in­
tro estudiantil universitario” de or­ quietudes estudiantiles al de las rei-
ganización extrañamente autoritaria vindicáciones colectivas o sociales. Es­
y burocrática, coherente con estas de­ te hecho reanimó e impulsó en las au­
claraciones, comprendió en seguida la las las corrientes de revolución uni­
conveniencia de emplear también con versitaria, acarreando el predominio
el estudiantado la política del compro­ de la tendencia izquierdista en la Fe­
miso, evitando toda destemplada ve­ deración de Estudiantes, reorganiza­
leidad reaccionaria que pudiera exci­ da poco tiempo después y, sobre todo,
tar imprudentemente la beligerancia en las asambleas estudiantiles que al­
estudiantil. El rectorado del doctor canzaron entonces un tono máximo de
Villarán sobreponiéndose a los conflic­ animación y vivacidad.
tos locales provocados por catedráticos Pero las conquistas de la Reforma,
conservadores, señaló así un período aparte de la supresión de las listas, se
de colaboración entre la docencia y los reducían en verdad a un contralor no
alumnos. El apoyo dispensado a la in­ formalizado del estudiantado en el
teligente y renovadora acción de Zulen orientamiento o, mas bien, la admi­
en la Biblioteca y la atención presta­ nistración de la enseñanza. Estaba
da a la opinión y sentimiento del estu­ formalmente admitido el principio de
diantado, consultados frecuentemen­ la representación de los estudiantes
te sin exageradas aprensiones ideoló­ en el consejo universitario; mas el
gicas, granjearon a la política del rec­ alumnado, que disponía entonces de
tor extensas simpatías. El decano de recursos de las asambleas para mani­
la Facultad de Medicina, doctor Cas­ festar su opinión frente a cada pro­
tañeta, que adoptó la misma línea de blema, descuidó la designación de de­
conducta con los estudiantes, obtuvo legados permanentes, prefiriendo una
un consenso aún más entusiasta. Y la influencia plebiscitaria y espontánea
labor de algunos catedráticos jóvenes de las masas estudiantiles en las deli­
contribuyó a mejorar las relaciones beraciones del Consejo. Y aunque en­
entre profesores y estudiantes. cabezaba a estas masas una vanguar­
Esta política impidió la renovación dia singularmente aguerrida y diná­
de la lucha por la reforma. De un lado, mica, sea porque las contingencias de
los profesores se mostraron dispues­ la lucha contra la reacción interna y
tos a la actuación solícita de un pro­ externa acaparaban demasiado su
grama progresista, renunciando, en atención, sea porque su propia cons­
todo caso, a propósitos reaccionarios. ciencia pedagógica no se encontraba
De otro lado, los estudiantes se decla­ todavía bien formada, es lo cierto que
raron pronto a una experiencia cola­ no empleó la acción de las asambleas,
boracionista que a muchos les pare­ de ambiente más tumultuario que doc­
cía indispensable para la defensa de la trinal, en reclamar y conseguir mejo­
autonomía y aun de la subsistencia de res métodos. Se contentó, a este res­
la Universidad. pecto, con modestos ensayos y gaseo­
El 23 de Mayo reveló el alcance so­ sas promesas destinadas a disiparse
cial e ideológico del acercamiento de apenas se adormeciera o rebajara en
las vanguardias estudiantiles a las las aulas el espíritu vanguardista.
clases trabajadoras. En esa fecha tu­ La reforma universitaria — como
vo su bautizo histórico la nueva gene­ reforma de la enseñanza — a pesar de
ración que, con la colaboración de cir­ la nueva ley orgánica .y de la mejor
cunstancias excepcionalmente favora­ disposición de una parte de la ado­

- 197 —
lescencia, había adelantado, en conse­ expulsión de 26 universitarios de la
cuencia, muy poco. Lo que escribe Al­ Universidad de Trujillo en noviembre
fredo Palacios sobre parecida fase de de 1923, preludió una ofensiva reac­
la Reforma en la Argentina, puede cionaria que, poco tiempo después,
aplicarse a nuestra Universidad. “ El movilizó en la Universidad de Lima a
movimiento general que determina la todas las fuerzas conservadoras con­
reforma universitaria, en su primera tra los postulados de 1919 y 1923.
etapa, — dice Palacios, — se concretó Las medidas de represión empleadas
sólo a la ingerencia estudiantil en el por el Gobierno contra los estudiantes
gobierno de la Universidad y la asis­ de vanguardia de San Marcos, libra­
tencia libre. Faltaba lo más impor­ ron a la docencia de la vigilante pre­
tante : la renovación de los métodos de sencia de la mayor parte de quienes
enseñanza y la intensificación de los mantenían alerta y despierto en el
estudios, y esto era de muy difícil rea­ alumnado, el espíritu de la Reforma.
lización en las Facultades de Jurispru­ La muerte de dos jóvenes maestros,
dencia, que habían permanecido petri­ Zulen y Borja y García, redujo a un
ficadas en criterios viejos. Su ense­ número exiguo a los profesores de ap­
ñanza había conducido a extremos in­ titud renovadora. El alejamiento del
sospechados. Puras teorías, puras abs­ doctor Villarán trajo el abandono de
tracciones ; nada de ciencias de obser­ su tendencia a la cooperación con el
vación y de experimento. Se creyó alumnado. El rectorado quedó en una
siempre que de esos institutos debía situación de interinidad, con todas las
salir la élite social destinada a ser consecuencias de inhibición y estere-
“ clase gobernante” ; que de allí debía lidad anexas a un régimen provisorio.
surgir el financista el diplomático, Esta conjunción de contingencias
el literato, el p olítico... Salieron, en adversas tenía que producir inevita­
cambio, con una ignorancia enciclopé­ blemente el resurgimiento del viejo es­
dica, precoces utilitarios, capaces de píritu conservador y oligárquico. De­
todas las artimañas para enredar plei­ caídos los estímulos de progreso y re­
tos, y que en la vida fueron sostén de forma, la enseñanza recayó en su an­
todas las injusticias. Los estudiantes tigua rutina. Los representantes tí­
se concretaren a escuchar lecciones picos de la mentalidad civilista restau­
orales sin curiosidad alguna, sin áni­ raron su pasada absoluta hegemonía.
mo de investigar, sin pasión por la El expediente de la interinidad, aplica­
búsqueda tenaz, sin laboratorios que do cada día con mayor extensión, sir­
despertaran las energías latentes, que vió para disimular temporalmente el
fortalecieran el carácter, que discipli­ restablecimiento del conservatismo en
naran la voluntad y que ejercitaran la las posiciones de donde fuera des­
inteligencia” . alojado en parte por la oleada refor­
Por haber carecido nuestra Univer­ mista.
sidad de directores como el doctor Pa­ En las elecciones de delegados de
lacios, capaces de comprender la reno­ 1920, se bosquejó una concentración
vación requerida en los estudios por de las izquierdas estudiantiles. Las
el movimiento de reforma y de consa­ plataformas electorales sostenidas por
grarse a realizarla con pasión y op­ el grupo, que prevaleció en la nueva
timismo, este movimiento quedó dete­ federación, reafirmaban todos los pos­
nido en el Perú en la etapa a que pu­ tulados esenciales de la Reforma. Pe­
dieron llevarlo el impulso y el esfuer­ ro nuevamente la represión vino en
zo estudiantiles. auxilio de los intereses conservado­
Los cuatro últimos años han sido res.
desfavorables para el movimiento de El fenómeno característico de este
reforma universitaria en el Perú. La período reaccionario parece ser el apo­

— 198 —
yo que en él han venido a prestar a que animó a la juventud en las jorna­
los elementos conservadores de la Uni­ das de 1919 a 1923.
versidad las mismas fuerzas que, obe­ Si el movimiento renovador se
deciendo al impulso histórico que de­ muestra precariamente detenido en
terminó su victoria sobre el “ civismo” las universidades de Lima, prospera,
tradicional, decidieron en 1919 el en cambio, en la Universidad del Cuz­
triunfo de la Reforma. ca, donde la élite del profesorado acep­
No son éstos, sin embargo, los ta y sanciona los principios sustenta­
únicos factores de la crisis del movi­ dos por los alumnos. Testimonio de
miento universitario. La juventud no esto es el anteproyecto de reorgani­
está totalmente exenta de responsa­ zación de la Universidad del Cuzco
bilidad. Sus propias insurrecciones nos formulado por la comisión que con es­
enseñan que es, en su mayoría, una te encargo nombró el Gobierno al de­
juventud que procede por fáciles con­ clarar en receso dicho instituto.
tagios de estusiasmo. Este, en verdad, Este proyecto, suscrito por los pro­
es un defecto de que se ha acusado fesores señores Fortunato L. Herrera,
siempre al hispano americano. Vas­ José Gabriel C osío , Luis E. Valcárcel,
concelos, en un reciente artículo, es­ J. Uriel García, Leandro Pareja, Al­
cribe: “ El principal defecto de nues­ berto Aranibar P. y J. S. García Ro­
tra raza es la inconstancia. Incapaces dríguez, constituye incontestablemen­
de perdurar en el esfuerzo no podemos te el más importante documento ofi­
por lo mismo desarrolla^ un plan ni cial producido hasta ahora sobre la re­
llevar adelante un propósito” . Y, más forma, universitaria en el Perú. A
adelante, agrega: “ En general hay que nombre de la docencia universitaria,
desconfiar de los entusiastas. Entu­ no se había hablado todavía, entre nos­
siasta es un adjetivo al cual le debe­ otros, con tanta altura. La comisión
mos más daños que a todo el resto del de la universidad cuzqueña ha roto la
vocabulario de los calificativos. Con tradición de rutina y mediocridad a
el noble vocablo entusiasmo se ha que tan sumisamente se ciñen, por lo
acostumbrado encubrir nuestro defec­ general, las comisiones oficiales. Su
to nacional: buenos para comenzar y plan mira a la completa transforma­
para prometer; malos para terminar ción de la Universidad del Cuzco en un
y para cumplir” . gran centro de cultura con aptitud pa­
Pero más que la versatilidad y la in­ ra presidir e impulsar eficientemente
constancia de los alumnos, obran con­ el desarrollo social y económico de la
tra el avance de la Reforma, la va­ región andina. Y, al mismo tiempo, in­
guedad y la imprecisión del progra­ corpora en su Estatuto los postulados
ma y el carácter de este movimiento cardinales de la Reforma Universita­
en la mayoría de ellos. Los fines de la ria en Hispano-América.
Reforma no están suficientemente es­ Entre las “ ponencias básicas” de la
clarecidos, no están cabalmente enten­ comisión, se cuentan las siguientes:
didos. Su debate y su estudio adelan­ creación de la docencia libre como
tan lentamente. La reacción carece de cooperante del profesorado titular;
fuerzas para sojuzgar intelectual y es­ adopción del sistema de seminarios y
piritualmente a la juventud. A sus vic­ conservatorios; supresión del examen
torias no se les puede atribuir sino un de fin de año como prueba definitiva;
valor contingente. Los factores histó­ consagración absoluta del catedrático
ricos de la Reforma, en cambio, conti­ universitario a su misión educativa;
núan actuando sobre el espíritu estu­ participación de los alumnos y ex­
diantil, en el cual se mantiene intacto, alumnos en la elección de las autori­
por consiguiente, a pesar de sus mo­ dades universitarias; representación
mentáneos oscurecimientos, el anhelo del estudiantado en el consejo univer­

— 199 —
sitario y en el de cada facultad; demo­ libre y disciplinadamente. La repre­
cratización de la enseñanza. sentación estudiantil en el gobierno de
El dictamen concede, por otra par­ la Universidad, dentro de esta situa­
te, especial atención a la necesidad de ción, sería una farsa.
organizar la Universidad en modo de Renovación de los métodos pedagó­
darle, en todos sus aspectos, una am­ gicos. — Si se exceptúa las innova­
plia práctica y una completa orienta­ ciones introducidas en la enseñanza
ción científica. La Universidad del por uno que otro catedrático, la sub­
Cuzco aspira a ser un verdadero cen­ sistencia de los viejos métodos apare­
tro de investigaciones científicas, ce absoluta. Hace poco, un alto fun­
puesto íntegramente al servicio del cionario' de Educación Pública, el doc­
mejoramiento social. tor Luis E. Galván, se preguntaba en
Para comprobar el creciente con­ un artículo: ¿Qué hace nuestra Uni­
flicto entre los postulados cardinales versidad por la investigación científi­
de la Reforma Universitaria, — tales ca? A pesar de sus sentimientos de
como los han formulado y suscrito las adhesión a San Marcos, el doctor Gal­
asambleas estudiantiles de los diver­ ván se veía precisado a darse una res­
sos países hispanoamericanos, — y la puesta totalmente desfavorable. Los
situación de la Universidad de Lima, métodos y los estudios no han cam­
basta la confrontación de esos postu­ biado sino en la misma proporción de­
lados con los respectivos aspectos de la bida a la espontánea iniciativa de los
enseñanza y del funcionamiento de la pocos profesores con sentido austero
Universidad. Ensayemos esquemáti­ de su responsabilidad. En muy con­
camente esta confrontación. tados cursos se ha salido de la rutina
Intervención de los estudiantes en de la lección oral. El espíritu dogmá­
el gobierno de la Universidad. — La tico mantiene casi intactas sus posi­
reacción pugna por restablecer el vie­ ciones. Algunas reformas iniciadas en
jo y rígido concepto de la disciplina, el período de 1922-24 han sido dete­
entendida como acatamiento absolu­ nidas o malogradas. Esta es, por
to del criterio y la autoridad de la do­ ejemplo, la suerte que ha tenido la
cencia. El consejo de decanos, — o el obra de Zulen en la biblioteca,
rector en su nombre, — rehúsa fre­ docencia libre, que aun no ha sido ab-
cuentemente su permiso a las asam­ Reforma del sistema docente. — La
bleas destinadas a expresar la opinión solutamente ensayada, no encuentra
de los estudiantes. El derecho de los un ambiente adecuado para su expe­
estudiantes de reunirse a deliberar en rimentación. Los intereses oligárqui­
los claustros está, por primera vez, su­ cos que dominan en la enseñanza se
jeto a suspensión. Las designaciones oponen al funcionamiento de la cá­
de delegados estudiantiles que no son tedra libre. En la provisión de las cá­
gratas a la docencia, no obtienen su tedras continúa aplicándose el viejo
reconocimiento. El último comité de la criterio de la “ leva hereditaria” de­
Federación de Estudiantes se encon­ nunciado por el doctor Sanguinetti en
tró en la imposibilidad de funcionar, y la antigua Universidad de Buenos Ai­
hasta de constituirse plenamente por res.
falta del V9. B5. del Consejo. La cri­ Todas las conquistas formales de
sis de la Federación depende así de un 1919 se encuentran, de este modo,
factor extraño a la situación estudian­ frustradas. El porcentaje de maestros
til. El sentimiento del estudiantado ineptos, no es menor ahora segura­
ha perdido no sólo su influencia en mente, a pesar de la depuración, ele­
las deliberaciones del consejo, sino mental y moderada, que consiguieron
también los medios de manifestarse entonces los estudiantes. La Facultad

— 200 —
de Letras, de la cual partió en 1919 el se me refiere, a una curiosa labor de
grito de reforma, se presenta prácti­ reclutamiento, en la que se invocan
camente como la que menos ha gana­ razones de localismo con el objeto de
do en cuanto a métodos y docencia. inducir a los padres de familia a no
La propia pauta de reforma esta­ enviar a sus hijos a la Universidad de
blecida por la Ley Orgánica de 1920 Lima. Si no obstante la exigüidad de
está todavía, en su mayor parte, por su alumnado, la docencia de Trujillo
aplicar. No se advierte por parte del se decidió a perder veintiséis estu­
Consejo Universitario, ningún efecti­ diantes, es fácil suponer hasta qué ex­
vo propósito de avanzar en la ejecu­ tremos de intransigencia puede llegar
ción del programa trazado por dicha su cerrado conservatisjmo. La Uni­
ley. versidad de Arequipa ha sido tradi­
En la formación del tipo de maes­ cionalmente de las más impermeables
tro exclusivamente consagrado a la a toda tendencia de modernización. La
enseñanza, tampoco se ha avanzado atmósfera conservadora de la ciudad
nada. El maestro universitario sigue la preserva de inquietudes extrañas a
siendo entre nosotros un diletante su reposo. El elemento renovador, que
que concede un lugar muy subsidia­ en los últimos años ha dado algunas
rio en su espíritu y en su actividad señales simpáticas de crecimiento y
a su misión de educador. Este es, cier­ agitación, se encuentra aún en mino­
tamente, en gran parte, un problema ría. Sólo la Universidad del Cuzco se
económico. La enseñanza universita­ esfuerza vigorosamente por transfor­
ria permanecerá entregada al diletan­ marse. Me he referido ya al proyecto
tismo mientras no se asegure a los de reorganización prtesentado al go­
profesores capaces de dedicarse abso­ bierno por sus principales catedráti­
lutamente a la investigación y al es­ cos, y que, evidentemente, constituye
tudio el mínimum de renta indispen­ el bosquejo más avanzado de reforma
sable para un mediano tenor de vida. universitaria en el Perú.
Pero, aun dentro de sus actuales me­ El concepto de la Reforma, en tan­
dios económicos, la Universidad de­ to, ha ganado cada día más precisión
bería ya empezar a buscarle una so­ y firmeza en las vanguardias estu­
lución a este problema, que no será diantiles hispano-americanas. La de­
solucionado automáticamente por una finición del problema de la educación
partida del presupuesto universitario pública a que ha arribado la vanguar­
si faltan como hasta hoy los estímu­ dia argentina, así lo demuestra. He
los morales de la investigación cien­ aquí los términos de su declaración:
tífica y la especialización docente. “ 1.— El problema educacional no es
La crisis de las universidades me­ sino una de las faces del problema so­
nores reproduce, en escenarios peque­ cial; por ello no puede ser soluciona­
ños, la crisis de San Marcos. A la más do aisladamente. 2.— La cultura de
deficiente y anémica de todas, la Uni­ toda la sociedad es la expresión ideo­
versidad de Trujillo, le ha perteneci­ lógica de los intereses de la clase do­
do la iniciativa reaccionaria, como ya minante. La cultura de la sociedad
hemos visto. La expulsión de veinti­ actual es, por lo tanto, la expresión
séis alumnos, revela en el espíritu de ideológica de los intereses de la cla­
esa Universidad el más recalcitrante se capitalista. 3.— La última guerra
reaccionarismo, por ser precisamente imperialista, rompiendo el equilibrio
la falta de estudiantes una de sus de la economía burguesa, ha puesto
preocupaciones específicas. Para que en crisis su cultura correlativa. 4.—
la Universidad no vea desiertas sus Esta crisis sólo puede superarse con
aulas, el profesorado de Trujillo tiene el advenimiento de una cultura socia­
que dedicarse todos los años, según lista” .

— 201 —
Mientras el mensaje de la nueva haberlo puntualizado en este estudio,
generación, confusamente anunciado — los signos de reacción. La Reforma
desde 1918 por la insurrección de Cór­ Universitaria está amenazada, por el
doba, alcanza en la Argentina tan ní­ empeño de la vieja casta docente en
tida y significativa expresión revolu­ restaurar plenamente su dominio, que
cionaria, en nuestro panorama univer­ se beneficia de la acción policial con­
sitario se multiplican, — como creo tra los estudiantes de vanguardia.

— 202
LA REFORMA UNIVERSITARIA EN LA
UNIVERSIDAD PERUANA
por
JOSE ENCINAS
(peruano)

(1935)
SCRITAS las líneas anteriores
E en Europa, 0 ) en el año 1927,
no pensé que, cuatro años des­
Sin embargo, a mi regreso de Eu­
ropa, en donde pasé ocho años de des­
tierro político, dedicado por mi cuen­
pués, sería llamado a ocupar el Rec­ ta a estudiar problemas educativos,
torado de la Universidad Mayor de los estudiantes ya en plena actividad
San Marcos de Lima, elegido por la por la Reforma solicitaron mi coope­
voluntad de los maestros y de los estu­ ración para llevar a la práctica gran
diantes, quienes desde el 28 de agosto parte de sus exigencias ya admitidas
de 1930, en que terminó violentamen­ y consentidas en el decreto-ley de 11
te el gobierno de don Augusto B. Le- de febrero de 1931, donde habían lo­
guía, habían solicitado la reforma ra­ grado incorporar el denominado cogo­
dical del claustro. bierno, o sea, la participación directa
Si en verdad había intervenido co­ de los estudiantes en el gobierno y ad­
mo estudiante y después como dele­ ministración de la Universidad, ( 3) y
gado de los alumnos ante el Consejo el derecho de tachar a los profesores.
Universitario, y luego, en mi condi­ El libro, cuyas páginas salen a luz
ción de diputado a Congreso, en mu­ ahora, estaba redactado. Había vivido
chos conflictos universitarios, habien­ buena parte de mi destierro incorpo­
do, inclusive, presentado en 1920, a rado a las Universidades de Londres,
la consideración de la Cámara de Di­ Cambridge, París, Bolonia y Padua,
putados un proyecto de Reforma Uni­ en las tres primeras en condición de
versitaria, en jcuya redacción tuvo estudiante; por tanto, estaba entera­
principal ingerencia el doctor Julio C. do del proceso histórico de esas Uni­
Tello, uno de los más prestigiosos in­ versidades, y no podía sustraerme a
telectuales del Perú, no tuve la for­ la obligación de apoyar el deseo de los
tuna de ocupar ninguna cátedra en la estudiantes.
Universidad. ( 12) Elegido Rector, de acuerdo con el
(1 ) Se refiere al P re fa c io de su .libro H isto ria de las U niversidades d e B olon ia y P ad vd ,
E rcilla. S an tiago de Chile, 1935. E l d o cto r E ncinas fu é elegido R ector ele la U niversidad de
San M arcos de L im a, el año 31, por el C laustro con stitu ido por los p rofesores y d elega dos
de los alum nos. L a U niversidad fu é clau su rad a al año siguiente.
E l cita d o P re fa c io com ien za d icie n d o : “ L o s p rob lem as cu y a solu ción m otiv a la crisis a c ­
tual de las un iversidades h ispan o-am erica n as, pueden redu cirse a c u a tr o : 1) la p articipa ción
de los estudiantes en el g o b iern o de la U niversidad* 2) la selección de los p ro fe s o r e s ; 3) los
sistem as de en señ an za ; y 4) la d iscip lin a estudiantil” .
(2 ) E l d o cto r T ello ha p u b lic a d o : R efo rm a Universitaria-, (en sa y os y d iscu r so s), Lim a,
Sanm arti y Cía., 1928.
(3 ) V er el segun do tom o de esta obra.

203
decreto-ley referido, en cuyo estudio favor político o de los intereses de un
y redacción no tuve participación al­ grupo de familias que habían monopo­
guna, me cupo la honra de gobernar lizado las cátedras universitarias, con
la Universidad con la colaboración di­ grave e irreparable daño para la co­
recta de maestros y de estudiantes, lectividad.
quienes en acción común dieron al La Reforma abrió las puertas a to­
claustro un sello distinto de aquél con do género de inquietudes. La Univer­
que se distinguió en pasadas épocas. sidad no tuvo temor en señalar rum­
He de dedicar un libro especial a bos variados a la creciente ambición
exponer, en detalle, el proceso de de saber de los estudiantes. Ibamos
aquella reform a; por ahora basta de­ camino a la docencia libre, a la jerar­
cir que fui leal a las ideas expuestas quía en el magisterio oficial del claus­
en el prólogo anterior. tro, a la selección de los profesores
mediante el ejercicio de la misión de
Aunque no fui autor del expresado enseñar. Estábamos por ejecutar el
decreto-ley, estoy obligado a declarar proyecto aprobado que organizaba la
con sinceridad que el cogobierno fué docencia universitaria a base de aque­
un éxito en los claustros de San Mar­ llos postulados cuando vino el decre­
cos. Los estudiantes incorporados co­ to de clausura.
mo delegados de sus condiscípulos an­ No convenía a muchos intereses que
te el Consejo Universitario y ante el el claustro alcanzara semejante re­
de las demás Facultades, hicieron uso forma. El ingreso en la docencia de
de su derecho con mesura e inteligen­ profesores de gran vigor mental y de
cia. preparación indiscutible, hubiera ser­
Ha pasado el tiempo de buscar en vido para poner de relieve el falso
la interlínea, alguna intención de con­ prestigio que muchas gentes interesa­
graciarse con los estudiantes; de aquí das en el claustro gozaran por algu­
que esta declaración debe ser recibida nas decenas de años al amparo de la
con la más absoluta confianza. indolencia de los unos, y del confor­
En el cogobierno, maestros y estu­ mismo de los otros.
diantes vivieron en mutua compren­ Cuando llegué al Perú, la mentali­
sión y apoyo. No lograron todavía, por dad del estudiante habíase transfor­
la brevedad del tiempo de duración de mado radicalmente. En posesión de
la reforma, una fusión espiritual y una cultura superior, a veces, a la de
una comunidad de intereses análogas sus profesores, exigían, cada vez más,
a la que dió fuerza a las Universida­ como los estudiantes de Bolonia y de
des de Bolonia y Padua. A no haber Padua, nuevos profesores en continua
mediado el egoísmo y el rencor políti­ renovación ideológica.
cos de quienes, entonces, gobernaban Ya no eran los tiempos aquellos en
y gobiernan aún el Perú, aquella con­ que podían leerse en la cátedra las pá­
fraternidad se hubiera verificado, y ginas de un texto, o repetir de memo­
la clausura de la Universidad hubiera ria lo aprendido, a hurtadillas; el es­
encontrado la resistencia del claus­ tudiante exigía honradez profesional,
tro. consagración absoluta a la enseñanza,
Desgraciadamente no fué así. Para amor a la juventud. Quienes no se
quienes la Universidad debe estar al sentían con ánimo de seguir esta ru­
servicio de intereses personales, no ta de honor, debían abandonar el
convenía que lograra alcanzar pres­ claustro y lo abandonaron.
tancia y poderío espiritual capaz de A esta inquietud, a este deseo de
poner dique a los abusos del Poder. superarse se la ha llamado indiscipli­
Hasta la reforma de 1931, la docen­ na y se la ha confundido con aquella
cia universitaria estuvo a merced del otra inquietud política de los estudian­

— 204 —
tes de la cual nadie es responsable, ni vicios en institutos de enseñanza ofi­
en sus orígenes, ni en sus consecuen­ cial y particular.
cias. Las Facultades de Letras y de Cien­
San Marcos había vivido durante cias que hasta la época de la reforma
decenas de años al amparo de un plan habían sido antesalas de las Faculta­
de estudios único, reformado a veces des de Medicina y Jurisprudencia, que­
en su forma, mas no en su contenido. daron fusionadas para constituir el
El estudiante estaba obligado a ceñir-- Colegio Universitario, o sea, el cen­
se estrictamente al estudio de deter­ tro de la verdadera actividad univer­
minadas materias, sin oportunidad de sitaria.
buscar otros cauces de mayor activi­ Ese Colegio dejó de lado el plan de
dad mental, La Reforma rompió defi­ estudios único y amparó, por prime­
nitivamente esta vieja y nociva orga­ ra vez en San Marcos, el sistema elec­
nización. tivo de cursos para los estudiantes que
no deseaban seguir en escuelas profe­
Comenzó por la selección científica
sionales. A éstos, sin embargo, se les
de los candidatos a la vida universi­
taria. Hasta entonces se exigía un dejó en libertad relativa, obligándolos
a seguir un tercio de cursos de letras o
simple examen de ingreso donde cam­
de ciencias, dejando en libertad los
peaban el favor y el prejuicio. La Uni­
otros dos tercios.
versidad creó la sección preparatoria,
Este sistema fué seguido con entu­
llamó para dirigirla a los profesores
siasmo por los estudiantes, quienes
más jóvenes del claustro y utilizó co­
veían, por fin, rotas las cadenas con
mo profesores a los estudiantes de
las cuales se les había privado de la
años superiores de la Universidad. El
libertad.
ensayo en el primer año dió el índice
Concluidos los dos primeros años
del desastre de la enseñanza secunda­ del Colegio Universitario, pasaban a
ria. Por eso la Universidad había ya un ciclo superior, a la Escuela de Al­
preparado el proyecto de creación de tos Estudios, el cual estaba organiza­
un Instituto Preparatorio, anexo a las do a base de institutos, cuyo procedi­
Universidades nacionales, que sirvie­ miento didáctico era el Seminario.
ron de puente entre el Colegio y las El Instituto debía reunir en un solo
Universidades. Este istmus debía ser' cuerpo disciplinas similares a fin de
lo más estrecho posible, y a su paso organizar la enseñanza por masas o
debía prepararse al futuro hombre de complejos previamente seleccionados
estudio. por los profesores, a quienes debían
Por lo demás, el ensayo tuvo otras escoger los temas que se necesitaba
proyecciones: logró, en primer térmi­ investigar o aquéllos que requerían
no, que los profesores-estudiantes se mayor comprobación. Dichos temas
adiestraran en la docencia y lograran debían ser de dos categorías: unos
disciplinarse a sí mismos por haber destinados a los estudiantes y otros
asumido responsabilidad académica. a los profesores.
Fué interesante observar cómo esos De esta suerte la exposición oral del
estudiantes empeñados en seleccionar profesor quedaba eliminada, por lo
a sus maestros mediante el derecho de menos relegada a segundo plano, la
tacha, eran, ahora, objeto de la mis­ búsqueda de datos, su selección y crí­
ma depuración de parte de los candi­ tica debían se reí núcleo de la activi­
datos a estudios superiores. La Sec­ dad docente.
ción Preparatoria cumplió, así, una Este procedimiento de Seminario
elevada finalidad pedagógica. Muchos había sido ya ensayado en la Facul­
de los estudiantes que entonces pro­ tad de Ciencias Económicas con re­
fesaron prestan hoy importantes ser­ sultados sorprendentes. El acopio de

— 205 —
datos en el Seminario de Economía, sura que detuvo toda acción de bien.
sobre asuntos de esta índole, había A los institutos anteriores se su­
sido de valor inestimable. Los traba­ mó el Instituto de Extensión Cultu­
jos de investigación, catalogados en ral, cuya dirección estuvo a cargo del
la sección respectiva de la Facultad, inteligente y dinámico profesor doc­
eran un índice de lo que podía espe­ tor Luis Alberto Sánchez, a quien San
rarse del trabajo de los otros institu­ Marcos debe no sólo la organización
tos. que dió a ese Instituto, sino la defen­
San Marcos planeó diez institutos, sa en el extranjero contra los ata­
de los cuales cuatro fueron considera­ ques injustos de que era víctima la
dos como básicos: el de Antropología Universidad.
Peruana, Historia del Perú, Geografía Ese Instituto de Extensión Cultu­
del Perú y Educación, todos destina­ ral ofreció al público más de cien con­
dos a preparar no só'o a los futuros ferencias sobre diferentes temas de
hombres de ciencia, sino a los que más actualidad, organizó además concier­
tarde debieran intervenir en el go­ tos de música, exposiciones de pintu­
bierno de la cosa pública. ra, escultura, todo lo cual dió al claus­
San Marcos no pretendió reducir su tro una animación y un interés ja­
inquietud a cuestiones de cúltura ge­ más visto en la Universidad.
neral o nacional, pensó que la cultura De aquellos Institutos funcionaron
especial de otros pueblos era asunto de cuatro por tener integrado su perso­
igual importancia. nal. Los demás ya estaban en proceso
Para ello había comenzado a dar los cuando vino la clausura.
primeros pasos para organizar Insti­ Así organizada la enseñanza, el
tutos en donde podía darse enseñanza examen anual iba a quedar transfor­
especial sobre problemas históricos, mado en la obligación del estudiante
económicos, sociales, políticos, peda­ de presentar cierto número de temas
gógicos, religiosos, etc., de otros paí­ desarrollados en un tiempo determi­
ses. L a s. autoridades del claustro se nado, temas que debían ser tratados
pusieron al habla con los Ministros y comprobados ante profesores espe­
extranjeros residentes en Lima a fin cializados. Quedaba con esta práctica
de auspiciar esta nueva orientación de eliminada la tarea del examen oral o
la Universidad. Todos respondieron escrito cuya finalidad resulta incom­
con entusiasmo a esta invitación, dis­ prensible. San Marcos, en la reforma,
tinguiéndose, entre ellos, los Minis­ se dió cuenta de que el examen tradi­
tros de Estados Unidos, Inglaterra, cional ante un jurado, no era otra co­
Francia, Italia, España, México, y sa que un golpe de azar en la mayoría
Alemania. Estos países debían, va­ de los casos, sin que su práctica fue­
liéndose de representantes ad hoc, ra suficiente para comprobar la capa­
elaborar el correspondiente plan de cidad del estudiante- Servía este exa­
estudios, sugerir a sus gobiernos la men para apreciar la cantidad de co­
conveniencia de subvencionarlos, e in­ nocimientos que retenía el alumno, sin
teresar a las colonias respectivas para ser posible hacerlo en cuanto a la ca­
que la obra sea más viable. Los Esta­ lidad de los mismos, y mucho menos
dos Unidos respondieron y enviaron en cuanto a la personalidad del estu­
al Profesor Dugan para organizar diante, perdida en el fárrago de tex­
de pronto una Escuela de Verano, tos de enseñanza.
bajo los auspicios de San Marcos. Los grados académicos, en conse­
Ya estaba trazado el plan, las in­ cuencia, debían ser rigurosamente
vitaciones y propaganda habían co­ comprobados. En pasados tiempos, el
menzado a cursar cuando vino la clau­ grado de bachiller y el de doctor era

— 206 —
logrado en virtud de una tesis escri­ exclusivamente en dar a la Universi­
ta, muchas veces, en pocos días. La dad una organización académica de
reforma había reglamentado la cola­ acuerdo, con los postulados moder­
ción de grados de tal suerte que no nos de la enseñanza superior, segura­
podían conferirse sino a cambio de mente su labor habría resultado ím­
una preparación especial, en determi­ proba por haber olvidado el problema
nada disciplina de estudios y bajo la relativo a la salud física y mental del
vigilancia y continuo consejo de pro­ estudiante, así como el aspecto so­
fesor o tutor. El grado de doctor sólo cial inherente a todo proceso educa­
era posible obtenerlo después de tres tivo.
años de vida post-universitaria y a ba­ Con este objeto San Marcos dió
se de dos tesis: una de carácter gene­ gran importancia a la Educación Fí­
ral y otra de investigación. sica declarándola obligatoria, y dic­
Todo debía concurrir, como se ve, a tó para ello reglamentos que debían
llevar al estudiante hacia trabajos cuidar minuciosamente de la salud
personales de la mayor originalidad del estudiantado.
posible. La Universidad estuvo en momen­
La Facultad de Ciencias Económi­ tos de organizar un comedor para es­
cas había sido ya objeto de una in ­ tudiantes, comedor cuyo servicio de­
portante reforma en 1928. Habida bía estar vigilado por las autorida­
cuenta de que el problema económico des del claustro. En igual forma el
es el de mayor interés en la vida con­ alojamiento de los estudiantes debía
temporánea, se transformó la antigua confiarse a familias respetables bajo
Facultad de Ciencias Políticas y Ad­ el cuidado y garantía de las mismas
autoridades. Los estudiantes respon­
ministrativas en la Facultad de Cien­
dieron a esta actitud con iniciativas
cias Económicas. Los seminarios allí
dignas de tenerse en cuenta. Muchos
organizados demostraron las venta­
se agruparon en pequeñas colectivi­
jas de este procedimiento, aplicable a
dades para organizar casas de estu­
las demás facultades.
diantes administradas por ellos. Así,
Las demás Facultades de la Univer­ el problema de la higiene del estu­
sidad, la de Medicina y Jurispruden­ diante estaba contemplado y dis­
cia, fueron objeto de ligeras modifica­ puesto a darle la importancia que me­
ciones. La reforma radical de esas es­ rece.
cuelas profesionales era asunto de di­ La vida social del estudiante fuá
nero. San Marcos, en el período de la otro renglón de las actividades del
Reforma pasaba por una dolorosa cri­ claustro. No puede considerarse al
sis económica, agravada por la mani­ estudiante como un ser exótico, des­
fiesta hostilidad del Gobierno al no tinado exclusivamente a estudiar. El
pagar las subvenciones, y del Congre­ espíritu de la juventud necesita es­
so al no aprobar proyectos de leyes parcimientos que contribuyan a man­
encaminadas a darle mayor renta. tener el mayor equilibrio posible en
En el período revolucionario de la su conciencia. Con este propósito la
reforma se había pretendido suprimir Universidad en diferentes ocasiones
la Facultad de Teología, vieja y tradi­ dió a su vida académica momentos de
cional Facultad. Pero normalizada la esparcimientos honestos que sirvió
situación y ya en el ejercicio del Rec­ para que los detractores impugnaran
torado, el Consejo Universitario man­ este valioso elemento educativo. Los
tuvo esa Facultad y creó por otro estudiantes despojados de la rigidez
lado, el Instituto de Ciencias Religio­ del claustro se sentían más dueños de
sas. sí mismos, más cerca de la disciplina
Si la reforma hubiera consistido interior, sencillamente porque la men-

— 207 —
te no estaba angustiada por el diario este hombre la odiosa influencia de
menester de asistir a clases, escuchar quienes habían considerado a San
lecciones y preparar exámenes. Marcos como patrimonio suyo, y re­
Bajo estos principios, la disciplina sentidos por la violencia con que les
en el claustro hubiera alcanzado su estudiantes los despojaron de su pre­
nivel tan pronto como las luchas polí­ bendas, miraron el edificio que se es­
ticas hubieran cesado, por lo menos taca construyendo
aminorado en violencia. La célebre entrevista que tuve con
Por desgracia la Reforma se inició el referido Comandante, el 10 de di­
y pretendió cumplir su misión en un ciembre de 1931, cuyo diálogo será
ambiente de anarquía política, en publicado en mi próximo libro sobre
donde no podían vislumbrarse ningún San Marcos, dirá todo el odio que pa­
ideal. ra la juventud almacenaba en su con­
Una lucha enconada de pasiones, un ciencia. Era pues imposible que San
desquite de quienes habían sido prefe­ Marcos sobreviviera a la tempestad
ridos por el Gobierno de Leguía, una que se cernía en el horizonte.
pugna por llegar al Poder causaron En el mes de enero de 1932 se daba
malestar espiritual y San Marcos no la ley de emergencia que rompía de­
pudo sustraerse a ese ambiente. finitivamente el orden legal. Al am­
El estudiantado se agitaba en tor­ paro de esa ley se expulsó a 23 dipu­
no a ideas revolucionarias y quería tados. El atentado contra la vida del
dar al movimiento que puso término Comandante, ocurrido en el mes de
al Gobierno de Leguía un contenido marzo del mismo año, sirvió de pre­
ideológico avanzado. El caudillaje y texto para pretender que San Marcos
el personalismo estaba fuera de cuen­ se postemara ante el Poder.
ta; querían y perseguían la justicia No faltó, por supuesto, un Fouché
social, más no la presencia en el Po­ encargado de tejer la red de calum­
der de hombres cuyo pensamiento no nias donde debíamos caer todos: au­
alimentaba o no quería alimentar toridades, maestros y estudiantes del
aquella emoción tan necesaria en los claustro.
tiempos que corren. La Universidad, al intento de fu­
A esta situación excepcional y no silamiento proyectados, tuvo que po­
única en ef mundo, se debió que el es­ nerse en pie y amparar a quienes se
tudiantado estuviera en agitación per­ quería mandar al patíbulo con me­
manente amparándose en el claustro, nosprecio de las leyes existentes que
porque fuera de él era peligroso todo excluían la pena capital.
intento de dar vuelo libre a la idea. Esta conducta motivó el enojo de
Esta inquietud que para algunos es los hombres del Poder, y entonces, el
indisciplina, para San Marcos era el Ministro de Instrucción, un joven ape­
empuje natural de una juventud ator­ nas egresado de la Universidad, que
mentada por tanta injusticia. Hablá­ se había distinguido en el claustro
base de indisciplina cuando ello venía en el período de Leguía por su ex­
de arriba, de las gentes que estaban tremada combatividad contra ese ré­
en el Poder. Esas gentes habían hecho gimen, solicitó del Parlamento una
tabla rasa de todos los postulados de verdadera contrareforma, cuyo pro­
la ciencia de buen gobierno. Los mis­ pósito no era otro que dar término
mos que invocaban disciplina eran los violento a la obra de reajuste en que
más indisciplinados. estábamos empeñados.
La Universidad estaba herida de San Marcos se defendió brillante­
muerte desde el día en que un Coman­ mente de los ataques de ese funciona­
dante subió al Poder. Pesaba sobre rio. Maestros y estudiantes, en ac­

— 208 —
ción común, defendieron sus ideales. fueron amigos en la víspera y que
En una memorable Asamblea declara­ llevó a los calabozos de la Intenden­
ron estar unidos por una aspiración cia a decenas de estudiantes, y que
generosa y que nadie podría detener puso a la Universidad a merced de las
el avance de la Universidad. En la más sangrientas tiranías que ha teni­
polémica ese Ministro quedó derro­ do el Perú.
tado. El mismo Congreso tuvo que Desde aquella fecha han pasado por
ceder ante la actitud Hidalga del claus­ el Ministerio de Instrucción siete mi­
tro. Pero en la sombra seguía forján­ nistros. Ninguno ha tenido la capaci­
dose el arma con la cual debía ases­ dad, ni la hombría necesaria para rea­
tarse el golpe definitivo a la Uni­ brir la Universidad. Ellos y el Parla­
versidad. mento se han entretenido en discusio­
Así fué. El 6 de mayo de 1932 un nes bizantinas, en nombrar comisio­
grupo de marineros de la Escuadra nes y en redactar Estatutos.
surta en las aguas del puerto del Ca­ ¡Cuán fácil es destruir, y cuán di­
llao se sublevó y entonces quiso her­ fícil construir! Para lo primero basta
manarse a este movimiento la inquie­ el puño y la audacia; para lo segundo
tud de los estudiantes. El local de San es necesario corazón y cerebro.
Marcos fué asaltado a horas avanza­
El problema universitario no es
das de la noche y se apresó a los es­
tudiantes que lo custodiaban. Al día asunto de Estatutos redactados para
siguiente, el local amaneció en poder satisfacer ambiciones personales ni
cobrar agravios; la Reforma Univer­
de las fuerzas de gendarmería, ten
sitaria es de orden espiritual, donde el
virtud de un decreto que suspendía a factor hombre es lo sustantivo. San
las autoridades universitarias y en­ Marcos alcanzó en el año 1931 el Es­
tregaba la administración de su pa­ tatuto más liberal a través de su his­
trimonio a personas ajenas al claustro. toria. Fué otorgado por el gobier­
Ocho días después, se derramaba en no de don David Samanez Ocampo y
la Isla San Lorenzo la sangre de ocho refrendado por el Ministro de Instruc­
marineros fusilados sin piedad. Yo ción, doctor don José Gálves, Decano
protesté en nombre de la juventud y de la Facultad de Letras, hombre
de sus maestros por este acto salva­ probo y uno de los verdaderos maes­
je sin precedentes en la Historia del tros de la juventud peruana. En ese
Perú. Estatuto se deja al claustro en li­
Debo afirmar, que de no haberse bertad amplia para organizarse aca­
clausurado la Universidad días antes, démicamente. Es un documento de po­
en esta ocasión hubiera renunciado y cas disposiciones, las necesarias para
en forma irrevocable el cargo de Rec­ aclarar las relaciones entre la Uni­
tor, porque no era posible seguir en versidad y el Estado, para señalar las
la dirección del espíritu de la juven­ rentas con las que éste contribuye e
tud encontrándose en el Poder un gru­ indicar las Facultades, Escuelas e
po de hombres que tenían las manos Institutos que la integran. Eso basta.
manchadas con la sangre de ocho hi­ La Reforma Universitaria no con­
jos del pueblo. siste en darle un reglamento minu­
Desde entonces hasta la fecha van cioso que incapacite toda obra de re­
corridos tres años justos; el local de novación de reajuste, de rectificación.
la Universidad es un retén de solda­ La reforma es un proceso, no un acto
dos a cuyo amparo vive, usufructuan­ formal. No es siquiera, como han
do el patrimonio de San Marcos aquel creído los estudiantes, el hecho de par­
Fouché que traicionó a los suyos, a ticipar en el gobierno del claustro.
los maestros, que calumnió a quienes Con cogobierno o sin él, lo necesa­

— 209 — 14
rio es buscar y encontrar al maes­ mal del claustro había de conducir a
tro generoso que prodigue sus cono­ un tipo de Universidad burocrática.
cimientos; al hombre comprelnsivo, Para alcanzar este ideal, San Mar­
pronto a sumarse a las necesidades cos procuró la solidaridad, sin reser­
espirituales del discípulo. De otro la­ vas, entre maestros y estudiantes. Es­
do, formar el alma del estudiante por ta solidaridad y aquella espirituali­
medio de una disciplina interior, don­ dad van á salvar a San Marcos de la
de la depuración sea constante. vorágine de pasiones qúe amenaza
ahogarla.
San Marcos había comenzado esta La Universidad nacida para ampa­
obra de vastas proyecciones. No pen­ rar el orden legal de un pueblo, es in­
só que la organización académica sea mortal. Vana y pueril ilusión la de
la única capaz de resolver todos sus pensar aniquilarla. Sobrevivirá a las
problemas. Supo y sabe que sin herir pasiones y a los odios porque su mi­
la conciencia de la juventud y del sión es, precisamente, propagar la
maestro con fines espirituales ulte­ verdad y destruir toda forma de
riores, cualquiera organización for­ egoísmo.

— 210
EL ESTUDIANTE, EL CIUDADANO, EL INTELEC­
TUAL Y LA REFORMA UNIVERSITARIA
AMERICANA
por
LUIS ALBERTO SANCHEZ
(peruano) .
(1940)

trece años, acerca de “ La Reforma


QUIENES han leído las páginas de
“ El estudiante de la Mesa Re­
donda” , de Germán Arciniegas,
Universitaria” , el tema adquiere nue­
va vigencia y singular relieve.
suelen hacerse lenguas de su estilo. Aunque algo he debido decir al res­
A veces llegan hasta ponderar su va­ pecto en un reciente libro — “ Balance
lor histórico. No se detienen sin em­ y liquidación del Novecientos” — , me
bargo en su mérito documental, así, parece útil y hasta oportuno resumir
a secas, documental. El registra el iti­ ideas y debates relacionados, ya que el
nerario dramático de una generación tópico “ Reforma” , encierra también
que pretendió renovar el ambiente en el de las orientaciones y alcances de
toda América, no obstante saberse dé­ la agitación juvenil, y contiene el des­
bil ante la enorme resistencia que te­ tino de una generación: la de los cua­
nía ante sí. De una generación cuyo renta años de ahora.
lema se condensó en estas pocas, pero
tremendas palabras: “ resignémonos El estudiante medieval
a ser una generación puente” . El que Hablaré de mi experiencia. Yo en­
lo haya olvidado, que sufra su destino. tré a la Universidad en. 1917. (Algo
Que es sufrirlo, torcerlo, aunque el sobre el rumbo de mis estudios apare­
goce venga tras la viradura. ce en mi mencionado libro, cuyo pró­
El libro de Arciniegas encierra, por logo por fuerza debió ser algo autobio­
debajo y por encima dé todo, un elo­ gráfico) . En esa época, los estudian­
gio al desprendimiento y a la acción tes nos encontrábamos ante esta pa­
juveniles, y plantea la fecundidad de radójica situación:
la Reforma estudiantil, cuyo eco no a) ningún derecho dentro del claus­
se amortigua aún; cuya eficacia cre­ tro, es decir, dentro de nuestro
ce, por el contrario. Y en estos mo­ campo mismo;
mentos, en que, según se me alcan­ b) toda clase de halagos dentro de
za, prepara Gabriel del Mazo (presi­ la política, que no era exacta­
dente de la Federación Universitaria mente nuestro campo.
Argentina de la gran época: la adelan­ Así, mientras carecíamos del dere­
tada), un apéndice o volumen comple­ cho de tachar profesores rutinarios
mentario a los seis que publicó, hace en el claustro, se nos facilitaba los

211
medios de censurar a los políticos que enaltecían ni beneficiaban directa­
no gozaran de nuestra simpatía. En mente.
tanto que la expulsión rondaba nues­ Esta enumeración puede parecer
tras protestas estudiantiles, la caba­ superficial, pero tiene un sentido pro­
llería no era capaz de apalear o sa­ fundamente significativo. Aparte de
blear a la “ flor de la patria” y “ su es­ sus aspectos universitarios, posee
peranza” . honda repercusión cívica. El estudian­
Menciono esta dualidad de criterio, te era, ante todo, una “ élite” , una es­
por lo que de ello fluye sin lugar a du­ pecie de adelantado de la juventud, lo
das. La Universidad debía dormir un cual le impartía aire magisterial antes
sueño de reposo, dentro de la discipli­ de tiempo (si es que alguna vez es
na oligárquica, y, a fin de que no nos tiempo de hacerlo). Por otra parte,
ahogáramos de impaciencia, los polí­ se le tenía anestesiado entre Juegos
ticos nos acariciaban aprovechándose Florales, Fiestas de la Primavera, dis­
de nuestra congènita y cronológica ca­ cursos idealistas y citas de “ Ariel” .
pacidad de choque. La Reforma fué, antes que nada,
Los profesores lo eran casi por de­ un “ nó” rotundo a todo eso- No -— no
recho divino. No había apellidos he­ más superficialidad ni aprovecha­
terodoxos. La colonia presidía vigi­ miento de los candores juveniles. A
lante las ubicaciones. Los hijos solían pesar de su primitivo arranque estu­
heredar las cátedras de los padres, y diantil, la gente perspicaz entendió lo
los hermanos reforzaban el equipo. que había tras de ello. Y se dió más
Entre dos familias (agnados y cogna­ clara cuenta cuando distinguió jun­
dos) disfrutaban de doce cátedras en tos, en la mesnada batalladora, a los
la Universidad de San Marcos. El tí­ pocos profesores incorruptibles y pro­
tulo era invulnerable, aunque la com­ gresistas, y a jóvenes de afán ancho.
petencia sobreviniera o anteviniera- Vió ahí a Alejandro Korn y a Germán
Un profesor lo era de por vida. Na­ Arciniegas, a José Ingenieros y a Víc­
die turbaba sus derechos. Ni siquiera tor Raúl Haya de la Torre, a Alfredo
el repetir un texto de memoria, año Palacios y a Gabriel del Mazo, a José
tras año. Los alumnos se dividían en­ Antonio Encinas y a Ripa Alberdi, a
tre limeños y provincianos. Estos úl­ Saúl Taborda y a Domingo Gómez Ro­
timos soportaban una situación des­ jas, fecundo consorcio de experiencias
mejorada. Padecían el desdén de nos­ sin mácula y de apetencias sin lími­
otros, los limeños. (Yo no sé por qué tes, en lo honesto.
me sentí siempre más provinciano, sin
que eso signifique que abdicara de mis El ciudadano falsamente liberal
“ fueros” de capitalino, ni muchísimo
menos). Los exámenes decidían la Dice Burke que hay muchos capaces
suerte final, sin que importara mucho de denostar contra la tiranía en lo pa­
el trabajo del año. Por otra parte, la sado, en nombre del liberalismo, pero
asistencia era el deus ex machina de la que, ante las tiranías actuales, callan
nota promedial. Si alguien no asistía o se someten. Casi podría decirse que
porque debía ganarse el pan o porque esa fué la fórmula de la mayoría de
un texto repetido de memoria por el los pseudo liberales de Nuestro Conti­
profesor, resultaba inútil, perdía su nente, con exclusión del liberalismo
derecho a dar examen. La rutina te­ colombiano, cuya fórmula es distin­
nía todas las ventajas. La fantasía es­ ta. El joven de 1920 tropezó en la
taba constreñida. Y algo peor: la ju­ vida pública con una divergencia la­
ventud era objeto de utilizamiento en mentablemente fecunda. Maestros a
campañas que no la interesaban ni quienes oía pronunciar discursos y

212
dictar lecciones de una tolerancia — intransferible, sin duda— que le
ejemplar, se manifestaban en la vida tenga.
pública como specimen de la intole­
rancia. Un profesor que, en su cáte­ La Reforma Universitaria
dra enseñaba gradilocuentemente la primera etapa
santidad del derecho de huelga, una
vez trepado en un ministerio no ad­ La Reforma se presentó, por tanto,
mitía ni .siquiera la presentación de como un reacción de ámbito estudian­
un pliego de reclamaciones. Aquél, en til, de contenido social, de origen his­
cuyo verbo tremolaba impoluto el ideal tórico, de resonancia política, de rum­
de los jacobinos, se trocaba una vez bo pedagógico esencial. La pedagogía,
parlamentario, en irascible partidario o la docencia mejor dicho, para salvar
de la oligarquía y de la plutocracia. el escollo de lo infantil, la docencia no
Por eso tuvimos que elogiaba a Marx muere en la escuela ni en la universi­
en su cátedra, y que ya en plan polí­ dad, sino que ahí empieza, pues su fi­
tico, escribió que Marx era algo muer­ nalidad es y debe ser transformar pro­
to y putrefacto sin valor de ninguna gresivamente y progresistamente la
clase. Este, sumamente aficionado a la vida de un pueblo. Así se intuyó en­
gaseosidad discursera, dijo en el aula tonces, en 1918- Así se entiende hoy.
que José Ingenieros había aportado Córdoba era la ciudad más colonial
grandes luces sobre el desenvolvi­ de la Argentina, lo es aún. Los pre­
miento de la Revolución emancipado­ juicios del siglo XVIII se mantienen
ra americana al destacar el factor eco­ casi intactos ahí, pese a la acción y la
nómico, pero en el Congreso, pronun­ presencia de gentes alerta que ilus­
ció el De Profundis de Ingenieros co­ tran su cultura. Pues, justificando el
mo sociólogo, precisamente por tal origen histórico, a contrapelo, de la
motivo. Reforma, ésta nació de la Colonia, ir­
Quiero decir que sorprendimos una guiéndose frente a ella.
verdad desoladora. Nuestros penates Su ámbito fué la Universidad, ya
intelectuales eran tolerantes en lo que que tal es el vivero de ideas más sig­
el pasado y a lo lejno se refería, por­ nificado; ya que su elemento primor­
que eso era bello (actitud estética) ; dial, el alumno, tiene en su aljaba más
pero se mostraban cerradamente im­ inquietud y más impulso creador que
permeables y egoístas en lo presente nadie, ya que siendo las Universida­
y próximo (actitud noética). Con lo des, según dicen, nidos de futuras “ éli­
cual tuvimos que perfilar nuestra ac­ tes” , lo natural era y es educar en con­
ción en un sentido más ético que esté­ sonancia con lo moderno a estas élites,
tico, tendiendo a la “ vida peligrosa” , a fin de que no pretendan torcer el
a la combatividad, mucho antes que, cuello a lo contemporáneo e inmolarlo
remozado a Nietgsche, echaran a ro­ en aras de la valetudinario.
dar tales monsergas los dictadores eu­ Al reivindicar el derecho de todo
ropeos, empeñados en correr el peligro alumno a estudiar y ganarse la vida,
desde lo alto, parapetados tras de Ges­ cuando no disponía de patrimonio; de
tapos, Orvas y Guepeúes. ayudarlo con bolsas y becas rentadas,
No hubo, pues, remedio, andando el si lo merecía; a seleccionar la docen­
tiempo, que entrocar el movimiento cia mediante la cátedra y la asistencia
estudiantil en movimiento político; libres, el seminario y el instituto; al
pero, conste, no estoy trazando la bio­ democratizar el magisterio mediante
grafía del Apra, por muchas ganas la intervención reglamentada y nor­
que me den de hacerlo y mucho amor malizada del estudiante en los conse­

213 —
jos directivos; al decretar la tempora­ un balance honrado de sus alcances.
lidad de las cátedras facilitando su re­ Es lo que podrá hacerse sobre la do­
novación mediante concursos de méri­ cumentación que está preparando Ga­
tos no de lucimiento o de oratoria; al briel del Mazo, por encargo de es­
abrir sus puertas al pueblo, fomen­ tudiantes argentinos. Los volúmenes
tando las Universidades Populares, no que publiqué serán un esclarecimiento
electoreras, sino realmente culturiza- sobre uno de los más candentes pro­
doras y sin énfasis, — la Reforma te­ blemas de nuestra América : el divor­
nía un contenido social, noble y pre­ cio de las generaciones, el rol integra-
ciso. dor de la Universidad, el diferente
De esto mismo fluyó su resonancia punto de vista de hombres que ahora
política. El joven—maestro o alumno se hallan ya, pie a pie, por no decir
— en contacto íntimo con su pueblo, mano a mano, debatiéndose en el te­
más cerca de las ideas, mejor relacio­ rreno de la vida pública.
La Reforma separó dos épocas. En
nado con lo contemporáneo, y, a tra­
vés de ello, con lo nacional en su di­ cierto modo, equivale, entre nosotros,
mensión perdurable, no en el episodio a nuestra èra de Versalles. Quedaron
chovinista y declamatorio; al igualar allá, los adoradores del ayer colonial,
democráticamente las oportunidades, los hispanistas de faramalla, los euro­
era ya una escuela política avanzada y peizantes enragés, los anti-indigenis-
dignificante. Los jóvenes podían in­ tas, los estetistas, los tolerantes teó-
gresar a ella sin mengua de su digni­ cos e intolerantes prácticos. Se alinean
acá,— tal la raya de la Isla de Gallo— ,
dad. No se perderían ya en los clubes
los buscadores de una entraña autén­
electorales, sino que tratarían de ver­ tica, sea indígena, sea colonial, de pre­
tebrar movimientos ideológicos, de los ferencia criolla; los americanistas de
que, por agudos que sean los sufri­ veras, los intolerantes teóricos (me­
mientos, desviaciones y peleas prepa­ nudo es así) pero tolerantes prácticos.
ratorias, sale limpia y compacta la Allá la oligarquía, acá la democracia.
personalidad de un pueblo, más acusa­ La Reforma hizo eso. Clarificó posi­
da en sus valores permanentes, más ciones. Definió campos. Volvió a la
afilada para lanzarse sobre el por­ tierra a la gente nuestra. A la tierra y
venir. al pueblo. Trató de que el intelectual
Y, en fin, todo lo anterior entra­ se hiciera ciudadano, no “ clero” (en
ñaba una labor educadora primordial. el sentido de Julien Benda, y, por tan­
Educadora en lo hondo, en lo trascen­ to pasible de la traición que éste de­
dente. Educadora para el aula y des­ nuncia) . Si quisiera referirme a nom­
pués de ella. Si los hechos han defor­ bres concretos, la trayectoria apare­
mado, a veces, este sentido básico de cería m á sca ra . Prefiero, por la mis­
la Reforma, no se debe ni a mezquin­ ma eficacia de lo dicho, subrayar nada
dad de sus inspiradores, ni a error más que los apellidos citados. Ellos,
en la puntería, sino sencillamente, a las ideas y los hechos— y un examen
que todavía las fuerzas retardatarias desaprensivo de conciencia—harán el
y los elementos interesados en lo bajo, resto. O sea, la justificación de la Re­
son muy numerosos y harto pudientes. forma, inicjada en la Universidad y
Nada más que a eso. ahora clamante en otros campos, como
eco de aquélla. Si alguna vez la Uni­
La Reforma y su resonancia versidad fué comando— igual en 1800
Ahora que han pasado ya más de — ello ocurrió en 1918-21. Tiempos
veinte años, que los estudiantes de la del “ Estudiante de la mesa redonda” .
Reforma oscilamos entre los 38 y los Del “ hombre que no está sólo, y es­
45 años, nada más apasionante que pera” .

— 214 —
POLITICA Y REFORMA UNIVERSITARIA
por
ANDRES TOWNSEND EZCURRA
(peruano)

(1938)

ENOMENO social, la Reforma pagar; a la siembra de inquietud y


F Universitaria t r a s p a s ó bien
pronto los linderos de un proble­
alerta. Fuerza era que las oligarquías
alarmadas corrieran a poner violento
ma de claustro para convertirse en valladar a aquel desborde juvenil. Y
una de las corrientes más vigorosas las fuerzas reformistas toman así
y dinámicas de la vida política indo- contacto en el terreno extra-universi­
americana. En todos los países del tario, al que iban llevadas por su ím­
continente, la aparición de la Refor­ petu, con las fuerzas armadas que
ma fué seguida, a la corta o a la lar­ opone la reacción. La lucha está plan­
ga, por una honda convulsión social. teada. Allí comienzan entonces a
Como únicos responsables del suceso esbozarse las divisiones en las filas
fueron culpados los estudiantes, en universitarias, entre los moderados
el lenguaje lleno de encono, de quienes — que desean limitarla a una re­
tuvieron que perder con aquella ma­ forma de carácter estatutario y aca­
rejada- Cargo excesivo, pues su mo­ démico, inserta en el cuadro rígido
vimiento sólo fué la precursora agi­ e inalterado de la política oficial —
tación, el anuncio inconfundible, de y los radicales, que extienden su pro­
que en nuestra América maduraba testa contra los malos profesores y
otra etapa y que puertas nuevas se los malos métodos de enseñanza, a los
abrían a su historia. Gestores de la malos gobiémos y a los malos siste­
rebeldía, los estudiantes vieron luego mas de organización social. La Re­
cómo ello encontraba eco en vastas forma sufre entonces una primera
zonas del continente. No habían fal­ segregación: la de los académicos, la
tado antes los insurrectos. Ya se ha­ de los claustrales, la de los prescin-
bían alzado los estudiantes. ¿Por qué dentes. Los que siguieron, en cam­
1918 tuvo tal fuerza comunicativa? bio, extremaron sus banderas y fue­
Sin duda, América alcanzaba una ron a buscar trinchera en las fuerzas
madurez revolucionaria. de combate contra un Estado impi-
El desplazamiento de la Reforma dioso y artero. Saturado el ambiente
Universitaria al terreno político su­ de fórmulas europeas, dos membre­
pone su agudo conflicto con la poten­ tes se ofrecieron con predilección en
cia estatal. No iban los estudiantes aquellos años de universal esperan­
a engrosar las filas de los partidos za revolucionaria: el comunismo,
reaccionarios. Iban a agitar, a pro­ profiteur del fresco prestigio de la

— 215 —
revolución de octubre, y el anarquis­ en todos los frentes, era derribada al
mo de más tradición. Una nueva f i­ producirse la restauración militar del
la de luchadores abandona entonces conservadorismo. La consecuencia fué
los campos gremiales y pide su ins­ una politización, excesiva y tardía,
cripción en esos movimientos de iz­ del movimiento estudiantil.
quierda. En tanto, el núcleo vital de El ejemplo inverso está en el Perú.
la Reforma permanecía intacto e in­ La Reforma se lanza de inmediato a
deciso, ansioso de acción, pero des­ la acción social. No política: social.
orientado ante el paisaje. De un lado, ( “ Política” , fué una de las palabras
su repugnancia a la mentira oficial del Index estudiantil peruano en
de los partidos tradicionales. De otro 1920-26). Las Universidades Popula­
su desconfianza ante el irrealismo y la res González Prada promueven la vin­
desubicación. La Reforma Universi­ culación obrero-estudiantil. El go­
taria prefirió ceñirse a su tarea y bierno no tarda en abrir fuegos, que
buscar — con avidez, con pasión, a en su sentido más preciso, comienzan
veces con dolor — la ruta que mos­ con la masacre del 23 de mayo de
trara una forma auténtica de traba­ 1923- La dictadura persigue al estu­
jar por la libertad del pueblo ameri­ diante y a sus conquistas. Se intervie­
cano. ne la Universidad para quitarle las
Los factores externos inciden nue­ pocas victorias obtenidas. Se cierra el
vamente para acelerar la definición. camino a toda acción proselitista. La
Ante el hecho de la Reforma, los go­ Reforma Universitaria parecía derro­
biernos se muestran hostiles y luego tada. Pero de aquel fracaso insurgió
beligerantes. En toda América las una victoria. El estudiante compren­
clases dominantes se echan, con fu­ dió que la lucha estaba más allá y que
ror, contra ella. La Argentina ofre­ una Reforma victoriosa no podía man­
ce entonces un hecho excepcional. El tenerse como insólito islote democrá­
radicalismo gobernante, que expre­ tico en un Estado dictatorial. (La ex­
saba en lo político el destierro de la periencia de 1931-32, bajo Sánchez
oligarquía tradicional y el adveni­ Cerro lo confirmaría ampliamente).
miento del pueblo a la función públi­ Comprende el estudiante, también, que
ca, miró con simpatía la insurrección su combate era parte del gran comba­
estudiantil, tan coincidente, en ciertos te político y social del pueblo por la
planos, con su impulso y su intención. democracia y la justicia social. Un
La Reforma en la Argentina hubo de hombre de superiores cualidades cla­
luchar casi estrictamente en el plano rifica los objetivos de su generación
universiario, y no fué poca tarea, por­ concretándolos en un programa. Víc­
que en la Universidad están enquista­ tor Raúl Haya de la Torre funda la
dos los núcleos más recios y duchos de Alianza Popular Revolucionaria Ame­
al reacción. Con todo, la Reforma con­ ricana. Fueron sus lemas: Contra el
sigue vencerlos casi totalmente, arrin­ Imperialismo, por la Unidad de In-
conarles y ponerles en desprestigia­ doamérica, para la Justicia Social.
dora evidencia. El Estado Radical pro­ Allí estaban, sintetizadas, todas las
hija aquella lucha y hasta premia ma­ ambiciones de la Reforma, toda su
terialmente a muchos de sus conduc­ meta.
tores. Otros, quizás los más califica­ La ola estudiantil contenida por el
dos y sanos, se mantienen en aséptico dique de la dictadura, retrocedió para
retiro apolítico. La facilidad de la cobrar más anchura y más fuerza.
victoria enervaba impulsos. Hacia Y su vuelta poderosa en 1931, fué la
1930 la Reforma argentina vencedora de un gran movimiento revolueiona-

— 216 —
rio y social: el Aprismo. La Reforma y su liberación del yugo imperialista
había sido su vivero y su experien­ y oligarca. Pero es también impor­
cia. Y el nuevo movimiento su más tante que el frente inicial de la revo­
genuina y característica consecuencia lución americana no sea desguarne­
político-social. El Aprismo venía a ser cido. En muchos países de nuestra
en ámbito más amplio, lo que la Re­ América, y merced a la negligencia o
forma en el suyo: nueva conciencia, a los errores tácticos de las fuerzas
nueva juventud, nueva moral, mística verdaderamente democráticas y na­
nueva. Superadas y completas en él cionales, pequeños y activos grupos de
militan todas las aspiraciones del die­ consigna internacional han detentado
ciocho. puestos directivos, embarcando a las
Parecido proceso aconteció en los Federaciones y Centros en ruinosas
países donde las dictaduras empuja­ y contradictorias campañas de baja
ron a los estudiantes al terreno de ac­ politiquería. Este hecho ha favore­
ción popular. Así en Cuba. Julio An­ cido una grave desmoralización de las
tonio Mella y Antonio Guiteras, de re­ masas universitarias y el crecimiento
formistas pasan a revolucionarios. inesperado de fuertes grupos reaccio­
Grau San Martín, profesor de la Re­ narios entre los propios estudiantes;
forma, tórnase cabeza del antimperia- suceso inconcebible en los años pri­
lismo cubano. Los líderes de la Fede­ meros de la Reforma. Se trata pues,
ración de Estudiantes son los mismos de tonificar el decaído espíritu refor­
que componen el Directorio Estudian­ mista dentro de la Universidad, elimi­
til, el A. B. C. y el Partido Revolucio­ nando interferencias extrañas y ma­
nario Cubano. E igual sucedió en Ve­ lignas. Devolverle su energía, su ab­
nezuela. La cruenta represión de Gó­ negación, su espíritu de lucha- En
mez llevó a la muchachada venezolana aquellos pueblos americanos en que
a las filas activas de la conspiración. las soluciones políticas parecen distan­
Cuando muere el tirano, son los re­ tes o difíciles, la Universidad puede
formistas quienes encauzan al pueblo ser, como en 1918, la primera tronera
bajo banderas de nacionalismo antim- en que levantar el pabellón de la li­
perialista y americano. Rómulo Be­ bertad y la decencia.
tancourt, Jovito Villalba, dirigentes Los tiempos urgen. El mundo con­
de los estudiantes, son en 1936, diri­ sume velozmente etapas de historia.
gentes del pueblo. Allí también — co­ Indoamérica necesita crear o robuste­
mo en el Perú, como en Chile, como cer los moviimentos populares y revo­
en Bolivia, como en el Paraguay — la lucionarios que le pongan a cubierto
Reforma se agranda y acrece. Se vuel­ de la conquista espiritual, y que, des­
ve revolución. de el Estado, defiendan su soberanía,
La aparición de estos grandes mo­ sus riquezas y su independencia. Que
vimientos políticos y populares en volviendo al entusiasmo americano del
Indoamérica, ha postergado el proble­ 18 hagan de la unidad continental su
ma estudiantil. Es lógico y natural que señuelo y su meta. Todo incita ahora
los jóvenes se apasionen por las solu­ a que los estudiantes recojan las ban­
ciones definitivas, pensando que no deras de la Reforma y las hagan fla­
hay Reforma estable y duradera sin mear, limpias y nuevas, con apetito
transformación conjunta del Estado, de gtandes batallas.

— 217 —
U R U G U A Y

LA REFORMA UNIVERSITARIA EN EL URUGUAY


por
JOSE P. CARDOSO
(u ru g u ay o )

(1934)

ECHA la aclaración de que lo esa revista, un artículo acerca de las


H que voy a decir no es ni si­
quiera un intento de historia
actitudes de la Asociación de los Es­
tudiantes de Medicina y de su órgano
de las luchas reformistas en nuestro “ El Estudiante Libre” ante los diver­
país, séame permitido otra aclaración sos aspectos del gran movimiento re­
que considero importante y es ésta: novador de la Universidad, tarea que
no es posible incluir en el movimiento fué en aquellos momentos, como lo
llamado de la Reforma Universitaria es ahora y quizá seguirá siéndolo,
a todas las agitaciones estudiantiles superior a mis posibilidades y a mi
producidas de 1918 a la fecha. Me tiempo, pues pude comprobar que no
referiré a aquellas agitaciones o lu­ existe, no ya una documentación se­
chas que han tenido, en forma evi­ ria, ni siquiera un modesto trabajo
dente un sentido que respondía al de síntesis de las distintas agitaciones
ideario fundamental de la Reforma. que han traducido una fecunda in­
Esto no quiere decir que haya modi­ quietud en la masa universitaria des­
ficado mi convicción, expresada en pués del surgimiento de las nuevas
alguna otra circunstancia, de que en ideas que encamaron en la Reforma.
casi todos los movimientos colectivos Esas circunstancias traen una conse­
de los universitarios jóvenes de nues­ cuencia inevitable: las omisiones.
tro país realizados en estos últimos (Quizá alguno de los que me escuchan
15 a 20 años, ha habido un contenido, la adviertan en el curso de mi expo­
ya manifiesto o ya más o menos ocul­ sición). Deben ser disculpadas. Posi­
to, que puede incluirse en el de las blemente se encontrarían en una con­
luchas de las nuevas generaciones ferencia o en un libro sobre este pun­
americanas hacia la nueva Universi­ to ; con cuánta más razón han de en­
dad. Es difícil en nuestro país hacer contrarse en un simple esbozo como
un examen serio, histórico y crítico, el que hago hoy.
de esos acontecimientos. En el año Creo que el movimiento estudiantil
1929 pensé abocarme a esa tarea, reformista, con el sentido amplio que
cuando a pedido de mi compañero hay que darle, puede ser dividido de
Ricardo'Yannicelli, que era entonces 1918 hasta ahora, en tres etapas o
director de “ El Estudiante Libre” , épocas: la primera, anterior a la fun­
escribí para un número especial de dación de ía actual Federación de
E x p o s ic ió n h e c h a en el C e n t r o E s t u d ia n t e s d e D e r e c h o d e M o n t e v id e o , c e l e b r a n d o e l n u e v o
a n iv e r s a r io d o la R e f o r m a en e l U r u g u a y .
V é a s e el c a p ít u lo s o b r e U r u g u a y en el S e g u n d o T o m o .

— 218 —
Estudiantes, en Mayo de 1929, la se­ dispuesto para ordenar estos antece­
gunda desde entonces hasta el golpe dentes me haya impedido traer en
de Estado de 1933, la tercera desde forma concreta una relación de las
Marzo de 1933 hasta los actuales primeras actividades del Centro de
momentos. Demás está decir que no Estudiantes “ Ariel” . Me he de referir
es ésta una división rigurosa, ni mu­ dentro de un momento a hechos más
cho menos; es sólo un esquema, pero cercanos en que le tocó actuar; pero
creo que contribuye a configurar bien quede desde ya sentado que su papel
tres situaciones distintas; una en la fué, en verdad, decisivo, no sólo por
que, bajo la influencia de los aconte­ su acción en sí misma, sino también
cimientos producidos en la Argentina por su función fermental y porque
y en otros países americanos y com­ de sus filas surgieron elementos de
prendiendo que vivíamos realidades gran utilidad para el movimiento es­
análogas, se producen movimientos tudiantil que iba tomando cada día
— algunos serios, como veremos — una mayor amplitud.
que acusaban una coordinación sola­ La primera manifestación impor­
mente transitoria de la acción estu­ tante, la primera agitación pública
diantil ; otra en que la Federación de — que tuvo, desde luego, sus antece­
Estudiantes da cohesión, en algunos dentes, su preparación — en que se
momentos una gran cohesión, a las proclamaron abiertamente y se di­
fuerzas dispersas; y otra, finalmente, vulgaron en el pueblo los postulados
en que las organizaciones estudianti­ fundamentales de la Reforma, se pro­
les y la Universidad misma, en cuyos dujo en el año 1922 con la huelga de
organismos directivos han llegado a estudiantes de Enseñanza Secundaria
sentarse ya militantes de la Reforma, y Preparatoria. Fué un movimiento
se han encontrado abocados a una serio, que tuvo dirigentes serios. Re­
situación que reclamaba, y reclama, clamaban “ la inmediata y categórica
el cumplimiento, frente a la realidad reforma de la Enseñanza Secundaria
inconfundible de la reacción, el cum­ de todo el país” , pero al mismo tiem­
plimiento de los postulados, los prin­ po — y lo declaraba expresamente el
cipios, los propósitos proclamados en Comité de Huelga, en extenso docu­
la hora propicia de los Congresos y mento público — el conflicto se en­
de los discursos. granaba con los conflictos análogos
Al referirme a la primera época producidos en Argentina, Perú, Chile,
debo, por una razón de justicia, men­ Paraguay, etc. y quería ser, como
cionar en primer término al Centro ellos, un episodio acaso decisivo en las
“ Ariel” , que era entonces Centro de intensas luchas, decía el Comité de
Estudiantes “ Ariel” . 'Su actividad Huelga, “ en que la nueva generación
llena gran parte de esa época ante­ ha procurado polarizar el nuevo es­
rior a la fundación de la Federación píritu que agita las grandes masas de
de Estudiantes; él cumplió en muchas hombres y jóvenes que se dedican a
ocasiones esa función coordinadora enseñar y a aprender” .
de cuya falta se resentía el movimien­ De las perspectivas que aquellos
to estudiantil y bien puede afirmarse dirigentes asignaban a la huelga y de
que fué, en esa época, el organismo como la consideraban parte integran­
universitario que con más claridad te del gran movimiento americano,
planteó los problemas que desborda­ ilustran claramente algunos párrafos
ban ya los muros de las Casas de Es­ de su manifiesto al que colocaron un
tudios y reclamaban la definición co­ título sugestivo: “ La colectividad es­
lectiva de los estudiantes agrupados tudiantil en huelga, a la conciencia
en sus centros gremiales. Lamento pública” . Refiriéndose a los falsos
que el escasísimo tiempo de que he maestros a los que se quería desplazar

— 219 —
decían: “ Nada vale, nada significa, A fines de ese mismo año el Centro
nada les enseña la evidencia brutal de de Estudiantes de Derecho, presidido
los hechos colectivos y la rapidez ins­ en esos momentos por Carlos Quija-
tantánea conque las masas se congre­ no, inicia un debate público sobre las
gan en torno de la divisa de la Re­ reformas a introducir en el Estatuto
forma y de su bandera de lucha, don­ Universitario. El año anterior, en
de quiera que fuera levantada por la Mayo, el delegado de los estudiantes,
amplia extensión de las tierras de doctor Regules, había propuesto al
América” y agregaban poco después Consejo de la Facultad la reunión de
que las masas magisteriales, estudian­ una Asamblea de Profesores y Estu­
tiles y docentes reclamaban: “ Vincu­ diantes, análoga a las realizadas por
lación continental de los estableci­ la iniciativa de Ricaldoni en la Facul­
mientos educacionales de Am érica; tad de Medicina y que tan útiles fue­
unidad institucional y autonomía de ron para el porvenir de nuestra casa.
los poderes políticos de todas las casas La Asamblea no se reunió, pero el
de enseñanza pública o privada pri­ Consejo encomendó al doctor Regules
maria, secundaria, normal, especial y la redacción de un proyecto de ley, so­
superior; dirección y manejo de las bre la materia. Fué el primer proyecto
mismas por el conjunto de educadores formulado dentro de la Universidad.
y educandos a ellas vinculados — Fuera de la Universidad ya existían
maestros, discípulos, egresados; go­ varios proyectos o anuncios de pro­
bierno educacional fundado en un yectos: del entonces Ministro de Ins­
maestrazgo de amor y respeto al libre trucción Pública Pablo Blanco Aceve-
desenvolvimiento de la personalidad do, de Carlos M. Prando, Santín Car­
humana,” etc. No he podido resumir los Rossi, Gustavo Gallinal, etc. La
todos los tópicos del Pliego de Con­ Comisión Directiva del Centro de Es­
diciones presentado a las autoridades tudiantes de Derecho al iniciar el de­
de la Sección. bate con la publicación del proyecto
El reclamo fundamental era la in­ de Regules, a lo que siguieron varias
mediata reforma de la Enseñanza Se­ conferencias, declaraba: “ la Univer­
cundaria, para lo cual proponían los sidad nueva habrá de ser, pese a la
huelguistas una comisión, que inte­ inepcia o a la incuria de tantos diri­
grarían Vaz Ferreira, Ricaldoni y gentes, autónoma y democrática en Jo
form al; científica y social en lo sus­
Dardo Regules, tres delegados del
tantivo.” Por su parte, en Setiembre
Consejo y tres de los estudiantes. Se
del mismo año, la “ Asociación de los
reclamaba, además, la renuncia del
Decano Musso y el levantamiento Estudiantes <^e Medieina” realizaba
en el Salón de Actos de la Facultad
de la suspensión que pesaba sobre
una gran Asamblea pro reglamenta­
dos estudiantes, directores del perió­
ción de la Autonomía Universitaria,
dico “ La Reforma” , cuya propaganda
iniciando un intenso movimiento en
había preparado el ambiente para el
ese sentido. Incurriría en una omisión
movimiento. Uno de esos estudiantes
era Héctor González Areosa, que ha importante si no citase entre los fac­
continuado, a través de los años su tores que más han contribuido a dar
prédica por la cultura, por la justicia, al movimiento estudiantil sus caracte­
por la elevación del pueblo. Aquel res actuales, a una institución que
movimiento no alcanzó el triunfo in­ por aquel entonces empezaba a ac­
mediato que sus gestores deseaban, tuar disciplinadamente; me refiero al
pero dejó una simiente cuya influen­ “ Centro Cultural Liceo Nocturno” .
cia y repercusión en las luchas que En el año 1924, durante una cam­
lo sucedieron, no es posible medir. paña por un período de exámenes en

220
Julio que culminó en una huelga sin constituido con fines de turismo y. . .
importancia, tuve oportunidad de co­ ramas anexas, descalificado por el
nocer de cerca la acción de este centro Primer Congreso Nacional de Estu­
estudiantil y de apreciar sus caracte­ diantes.
rísticas. Eran los primeros años del Sacados de su error los argentinos,
Liceo Nocturno y su población estaba y como el programa del Centro de
constituida en su gran número por Confraternidad estaba constituido ex­
obreros y empleados que traían a la clusivamente por visitas a Ministros,
acción universitaria, por una parte el Decanos, etc., dos centros, el “ Ariel”
orden, en el buen sentido, la disci­ y la “ Cultural Universitaria” planea­
plina de la acción sindical y, por otra ron un acto a llevarse a cabo en el
parte, la manifestación auténtica del Salón de Actos de la Universidad y
auténtico pueblo obrero que, como tal, que tendría el carácter de recibimien­
venía a ocupar un lugar en las aulas to a los compañeros de La Plata, y
universitarias. Era admirable el fum de exposición pública de los proble­
cionamiento de aquel centro, claro su mas fundamentales que interesaban
criterio en la acción reformista co­ a las Universidades de nuestro país.
mo que la reforma venía, en cierto A última hora, el Rector, por animo­
modo, a comprender, por así decirlo, sidad para el Centro “ Ariel” que había
la situación de aquellos núcleos de jó ­ calificado duramente algunas de sus
venes trabajadores que eran univer­ actitudes, negó el Salón. Encontra­
sitarios sin dejar de ser trabajado­ mos la Universidad cerrada, pero va­
res. No olvidaré nunca aquél sótano liéndonos un poco del ardid y otro
de la calle Charrúa en que tenía en­ poco de la fuerza, penetramos en ella
tonces su sede el “ Centro Cultural Li­ y nos posesionamos del Salón. Con
ceo Nocturno” y declaro que, en lo nosotros entró una gran cantidad de
que me es personal — y acaso esto público.
sucedió a muchos otros — el contacto A pesar de la intervención de los
con aquella institución estudiantil me bomberos, que llegaron hasta el es­
hizo ver que la acción universitaria trado, el acto se llevó a cabo. Aquello
debía tener una amplitud mucho ma­ tuvo un gran significado, conmovió
yor que la que suele asignarle un cri­ a la opinión universitaria y al pueblo
terio estrecho, regido por el interés y fué el punto de arranque de una
o por la ignorancia. campaña que los dos Centros orga­
En el año 1925 se produjo en la nizadores llevaron a cabo, venciendo
Universidad un hecho que tuvo un diversas dificultades. El sentido de
significado que podríamos llamar esa agitación fué bien claro: se pre­
simbólico: fué la toma del Salón de tendía encauzar la acción universita­
Actos por los estudiantes a raíz de ria en un sentido netamente refor­
haber sido negado para realizar una mista. Se dieron a conocer al pueblo
conferencia en unión con los estudian­ manifiestos murales, en los que se
tes argentinos. Como no existía Fede­ decía; “ El pueblo está con los estu­
ración y nos conocíamos muy poco diantes y contra las autoridades uni­
con los universitarios argentinos, fué versitarias. Un triunfo más de la ju­
posible y explicable que un núcleo de ventud auténtica. El hecho es simbó­
distinguidos compañeros de La Pla­ lico, agregaba. Es preciso destacar la
ta, dirigentes algunos de ellos de las trascendencia del acontecimiento por­
luchas por la Reforma en la Argenti­ que él significa la entrada de la ideo­
na, llegase hasta Montevideo invitado logía renovadora de la juventud en
por el Centro de Confraternidad Uni­ esos claustros donde se perpetúa una
versitaria, al que muchos de ustedes atroz insensibilidad para con los pro­
conocerán, siquiera de nombre, centro blemas contemporáneos. La Reforma

221
Educacional necesita de esas actitudes hechos es la huelga general de estu­
enérgicas. Hay hombres interesados diantes que se produjo en Abril de
en obstaculizarlas que ocupan los 1929, como manifestación de solidari­
puestos directivos de la Universidad. dad con los compañeros de la Facul­
Frente a ese empecinamiento del con- tad de Derecho. La justa iniciativa de
servadorismo burocrático es menester la Asociación de Estudiantes de Me­
afirmar nuestras aspiraciones que son dicina tuvo un éxito rotundo. Adhe­
las mismas que definen ya el conte­ sión completa de todos los centros re­
nido ideológico de las nuevas genera­ presentativos del alumnado, absten­
ciones de América. La Universidad ción unánime de asistir a clase du­
debe cumplir una función social” y rante los días señalados para la huel­
terminaba: “ El suceso del día 15 de ga general, concurrencia numerosí­
Octubre señala una etapa de la lucha sima y entusiasta, tanto al mitin rea­
por la Reforma Educacional. A pro­ lizado frente a la Facultad de Dere­
seguir la lucha iniciada!” cho como a la manifestación que des­
Hechos de gran trascendencia pa­ filó después por las calles de la ciu­
ra la conformación del actual estado dad. Los centros organizadores ha­
de conciencia universitaria y para la bían dado un manifiesto en el que
organización estudiantil, fueron las expresaban que se había reunido para
prolongadas huelgas sostenidas por el considerar la situación de la Facultad
alumnado de la Facultad de Derecho de Derecho cuyas aulas habían sido
que añadieron al prestigio de sus f i­ abandonadas por los estudiantes des­
nalidades renovadoras la creación re­ de hacía un año. Y agregaba: “ Al
petida de la Facultad Libre de Dere­ examinar esa situación de indiscuti­
cho. Imposible resulta en estos mo­ ble gravedad y denunciadora de un
mentos hacer un resumen de las eta­ hondo mal que al aquejar al orga­
pas de aquel movimiento que, a pesar nismo universitario tiene funestas re­
de sus períodos de calma, fué, en rea­ percusiones en la vida del país, han
lidad, único por la unidad ideológica convenido unánimemente en que los
que lo caracterizó y porque no tuvo más claros deberes y los más serios
solución hasta que el alumnado no motivos les indican una posición de­
logró, tras de prolongada lucha de
finida junto a los estudiantes de
varios años, la renovación del elenco
Abogacía y Notariado en huelga” y
dirigente de la Casa y las conquistas
luego de hacer la crítica de las reac­
mínimas en materia pedagógica.
Era fácil comprender la índole re­ cionarias autoridades de la Facultad
formista de aquel movimiento orga­ de Derecho, terminaba diciendo: “ Es
nizado por estudiantes que declara­ con el convencimiento de que al apo­
ban categóricamente que no abando­ yar los propósitos y las aspiraciones
narían la lucha por “ el mísero plato de los estudiantes de la Facultad de
de lentejas” de un período de exá­ Derecho se defienden los ideales de
menes en Julio, que había sido la chis­ toda la juventud estudiantil y se tien­
pa inicial del conflicto. de a consolidar las conquistas alcan­
Voy a destacar de la lucha de los zadas en materia de organización y
estudiantes de Derecho — con la que orientación universitarias, que los
en algunos momentos llegó a identi­ de Montevideo han resuelto expresar
ficarse, como veremos, toda la acción su adhesión a los compañeros de abo­
estudiantil — ; voy a destacar sólo gacía y notariado, organizando una
algunos hechos que es necesario poner huelga general estudiantil, etc.” Los
en evidencia para la justa valoración centros estudiantiles me honraron con
de esa etapa decisiva de la acción re­ su representación en el mitin, y en
formista en nuestro país. Uno de esos esa oportunidad ratifiqué en su nom­

222
bre los motivos de nuestra actitud, el Cuerpo Legislativo. Se contempla­
declarando que la adoptábamos por ban las bases para una ley sobre au­
algo más que una reacción ante un tonomía universitaria, se establecían
Consejo intransigente y culpable, sino las atribuciones del Rector y del
porque, decía, “ es una lucha entre un Consejo Universitario, se democrati­
pasado que se defiende acantonado zaba el gobierno de la Facultad, se
tras los muros de la Facultad de De­ establecían las reformas a introducir­
recho y las realidades de esta hora se en el plan de estudios, se proyecta­
inquieta, viva en el espíritu de los ba un estatuto profesoral, se modifi­
hombres nuevos, porque es una lucha caba el régimen de exámenes, se re­
entre el concepto funesto que asigna clamaba la publicidad de sesiones, etc.
al profesor y al estudiante el destino El Consejo no cumplió el compro­
pasivo de un pasaje fugaz, sin afec­ miso de estudiar el proyecto y se pro­
tos y sin ideales, a través de las aulas dujo entonces aquel hecho resonante
extrañas, y el concepto nuestro, hu­ que fué la toma de la Facultad de
mano, que ve en el profesor y en el Derecho, el 30 de Junio de 1930, por
estudiante fuerzas activas, fecundas, Un núcleo de estudiantes de esa Fa­
responsables en la creación de los va­ cultad con el que colaboraron algunos
lores universitarios y en los destinos alumnos de otras Facultades. Aquel
de la cultura nacional” . Hablaron en acontecimiento precipitó, indudable­
aquel acto, Carlos Quijano, E. Rodrí­ mente, la solución del conflicto, aun­
guez Fabregat, y es necesario desta­ que éste sólo se solucionó cuando el
car el hecho elocuente de la interven­ Decano, doctor Irureta, abandonó la
ción en el mitin, como orador, del dirección de la Casa y cuando ele­
doctor Santín Rossi que acababa de mentos más comprensivos hicieron
ser designado Ministro de Instrucción posibles avenimientos que significa­
Pública, actitud que consideramos co­ ban positivos progresos y garantías
mo un alto ejemplo y que le valió una de futuro para la vida de la Facultad.
interpelación en la Cámara de Dipu­ En el año 1927 se había constitui­
tados en la que ratificó la firmeza de do, con delegación de los distintos
sus convicciones. centros, una “ Comisión Nacional de
No existía todavía la Federación de Estudiantes” que actuó como una Fe­
Estudiantes, pero su fundación fué deración provisoria y que debía
una consecuencia del movimiento. De echar las bases de la Federación de­
la unión accidental, resultó la unión finitiva, pero, como lo decía, ésta se
permanente. fundó recién en mayo de 1929 como
Poco después el conflicto finalizó, una consecuencia del movimiento de
al formular el Consejo la promesa de solidaridad con los estudiantes de De­
convocar a la Asamblea de Profeso­ recho en huelga. Y entramos en lo
res y Estudiantes que se abocaría al que he considerado la segunda etapa
estudio de los serios problemas esta­ del movimiento estudiantil reformis­
tutarios, docentes y sociales que la ta. Me veo obligado a resumir, dada
realidad de la hora planteaba. La la extensión que ha tomado esta ex­
Asamblea de profesores y estudiantes posición y, por otra parte, muchos de
trabajó intensamente bajo la presi­ ustedes han sido actores en los hechos
dencia del doctor Eduardo Acevedo y a que voy a referirme o los conocen
formuló un importante proyecto en bien.
el que se señalaba la obra que podía Antes de hacer una sumaria revi­
realizarse de inmediato en la Facul­ sión de los hechos más importantes
tad de Derecho y la que debía reali­ de esta etapa, es necesario que deje
zarse para toda la Universidad por una constancia aclaratoria aplicable

— 223 —
también a la etapa actual, a la que so Nacional de Estudiantes, en el que
estamos viviendo, y es que luchar con­ se definió claramente la posición de
tra las tendencias reáccionarias, con­ la juventud universitaria organizada.
tra la injusticia, contra la opresión, El Congreso fué, además, la demos­
contra las dictaduras como la nues­ tración de la madurez alcanzada por
tra, en que todo eso se aúna, es luchar el movimiento estudiantil.
por los principios fundamentales que — En Octubre de 1930, ante rumo­
animaron y son la esencia misma del res de un posible motín, fomentado
movimiento llamado de la Reforma por las fuerzas reaccionarias, la Fe­
Universitaria. Con ese concepto, y deración publicó un manifiesto enér­
abreviando mucho, debo citar como gico en el que, después de analizar la
jalones de esa etapa en la que la Fe­ situación política y económica del
deración jugó un papel verdadera­ país, se anotaban estas resoluciones:
mente decisivo, los siguientes hechos: l 9) Realizar desde este momento
La Federación se enfrentó desde el una acción pública tendiente a
comienzo al problema de la organiza­ robustecer la conciencia popu­
ción universitaria, apropósito de un lar de repudio á los gobiernos
nuevo proyecto de reforma debido al de fuerza.
doctor Santín Rossi; lo estudió con­ 2º ) Declarar que desde ahora, y
juntamente con él, y manifestó su luego si el golpe reaccionario
opinión. Poco después como se plan­ se produjese, los estudiantes
tease en el Parlamento la discusión propiciarían todo género de ac­
de un proyecto del doctor Carlos Qui- ción pública o privada que, de
janc, por el cual se creaba la Asam­ acuerdo con las circunstancias
blea de profesores y estudiantes como se oponga eficazmente a la
organismo estable en cada Facultad, dictadura.
la Federación se manifestó pública­ 3'’) Adoptar, como lo hace en esta
mente en favor de la citada iniciati­ misma sesión, una serie de
va, fijando de paso su posición fren­ medidas que aseguren el cum­
te al problema integral de la Reforma plimiento de las precedentes
y elevando al Parlamento un petito­ resoluciones.
rio. Fué entonces — dice la Memoria de
Voy a citar ahora, sin mayores co­ la Federación — , así como en la cam­
mentarios, varios hechos que ponen paña anti-“ vanguardista” donde se
claramente en evidencia cómo los uni­ hizo más efectivo, en la realidad de
versitarios del Uruguay hemos en­ los hechos el principio de la solidari­
tendido que debíamos encarar la ac­ dad proletario-estudiantil.
ción que nuestro más claro deber nos — La Federación se hizo represen­
señalaba, fuera de la Universidad: tar en el Congreso Ibero-Americano
— Campaña pública para permitir de Estudiantes, realizado en México.
la entrada de Simón Radowisky al Los delegados llevaron como normas
país, desde que la prensa reaccionaria para su acción las resoluciones ema­
había querido evitarla. nadas del Congreso Nacional de Es­
— Campaña y manifestaciones pú­ tudiantes y presentan a su regreso un
blicas, resonantes, contra la organiza­ extenso informe en el que consta do­
ción los “ Vanguardias de la patria” , cumentadamente la labor realizada.
institución netamente reaccionaria. — En Febrero de 1932 se producía
En esa ocasión se estableció una co­ el “ golpe de timón a la derecha” que
laboración estrecha con las entidades propugnaban las fuerzas reacciona­
obreras. rias y que fué un significativo ante­
— Realización del Primer Congre­ cedente del golpe de machete de 1933.

— 224 —
Distintas organizaciones estudianti­ de la Casa de Estudios y fuera de
les y obreras dieron entonces la voz ella son “ conformistas” decididos.
de alarma y se entregaron a un agi­ Mientras nosotros afirmamos que es­
tación que, en sí misma y en las ac­ tamos en deuda con el pueblo al que
titudes que provocó en el gobierno, tu­ pertenece la Universidad gratuita
vo aspectos dignos de conocerse o de que nos habilita para el trabajo, ellos
recordarse con cierto detalle en los defraudan al pueblo porque entienden
actuales momentos. Fui encargado que sus deberes de universitarios ter­
entonces de hacer una explicación de minan en las rendiciones de exáme­
la conducta estudiantil y de ella ex­ nos o, a lo más, en casi burocráticas
traigo los siguientes conceptos: gestiones directamente relacionadas
“ La explicación, por una parte, de con sus estudios.
la actitud de los mencionados centros * * *
estudiantiles, (nos referimos a los
apolíticos), y por otra parte, de la No quiero dejar de citar, en esta
de aquellos estudiantes que han ma­ etapa, en lo que se refiere a la aplica­
nifestado su desacuerdo con dichos ción práctica de los postulados de la
Centros y hasta los llaman “ comunis­ Reforma, en el campo cultural, la im­
tas” , no debe buscarse solamente en portante Universidad Popular que
una diferente apreciación de los he­ fundó e hizo funcionar con gran éxi­
chos. Ella radica fundamentalmente, to el Centro “ Ariel” , y en el campo
en la distinta forma de concebir lo social y político la solidaridad con los
que podríamos llamar la “ función so­ estudiantes y el pueblo argentinos,
cial” del estudiante, de concebir los primero, cuando la dictadura de Uri-
deberes del estudiante frente a la so­ buru trajo hasta nosotros a muchos
ciedad. Mientras nosotros creemos perseguidos por la reacción política
que las instituciones estudiantiles tie­ y social fuera y dentro de las Univer­
nen el deber ineludible de preocupar­ sidades argentinas, y, segundo, cuan­
se hondamente de los problemas co­ do aquella absurda y sospechosa rup­
lectivos y de contribuir a su mejor tura de relaciones nos dió oportuni­
solución, ellos, los que podríamos lla­ dad para proclamar en ambas márge­
mar “ enclaustrados” , creen que esas nes del Plata que las juventudes de
instituciones no deben “ mezclarse” en estos países, las auténticas, están
cuestiones extrauniversitarias. Mien­ unidas por ideales de justicia, de li­
tras nosotros pensamos que si la ac­ bertad, de solidaridad más fuerte que
ción de los Centros se limitase a los los turbios intereses que suelen mo­
asuntos extrictamente gremiales, se ver los mecanismos de las cancillerías.
negarían abiertamente los principios Repito que todo eso es, en mi opi­
fundamentales de la Reforma Uni­ nión, hacer prácticos los postulados
versitaria que establecen la estrecha que han informado el extenso e inten­
vinculación de la Universidad con los so movimiento universitario america­
problemas del medio social; ellos de­ no de estos últimos años llamados de
tienen su “ reformismo” en los límites la Reforma Universitaria. (*)

( * ) E n cu an to a la tercera etapa de la acción de lo s u n iversitarios uru gu ayos, la p osterior


al g olp e de E stad o de 1933, se estaba v ivien d o en los m om en tos en que se p ron u n cia ba la e x ­
p osición transcripta.

— 225 — 15
LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA FACULTAD
DE DERECHO DE MONTEVIDEO
por
CARLOS QUIJANO
(uruguayo)

(1928)
chiconocida frase — una “ fábrica de
Q UÉ es eso de la Reforma Uni­
versitaria sobre la cual nuestra
V ^generación hace más de diez
profesionales” . El Estado garantiza
a la sociedad que el señor A. puede
años viene hablando? curar enfermos; que el señor B. ha
Para contestar a esta pregunta no llenado satisfactoriamente los requi­
vamos a recurrir a citas de autores. sitos exigidos para defender pleitos;
En lo posible evitaremos también la que el señor C. ha estudiado para
cita de disposiciones legales, que son construir puentes. De esta primera
tantas como los autores. característica se deriva otra: puesto
Vamos a ponernos frente a la Uni­ que la Universidad tiene como fun­
versidad actual, a observar sus ca­ ción única hacer profesionales, es
racterísticas, a señalar sus defectos. una Universidad cerrada, de casta,
A medida que indiquemos aquéllas y alejada del pueblo-
éstos, se irá precisando el contenido Por la misma razón es un institu­
de la Reforma Universitaria, sobre to sin relación directa — y ésta es la
la cual, por supuesto, nada o muy última característica que señalamos
poco de nuevo podemos decir. — con la realidad nacional.
Para definir más nuestra posición * * *
agregaremos que, dado que sólo cono­
cemos suficientemente la organiza­ Examinaremos ahora cada uno de
ción de la Facultad de Derecho, nues­ estos caracteres.
tras observaciones se referirán prin­ I o— Universidad profesionalista.
cipalmente a ésta. Es posible, no Es el rasgo esencial de nuestra ense­
obstante, que esas observaciones sean ñanza, y es, por consiguiente, aquel
de aplicación a los demás institutos que la Reforma combate más.
universitarios. Sin duda que la sociedad necesita
* * *
profesionales y que el Estado tiene
¿ Qué características presenta la el deber de contralorear la prepara­
Universidad actual? Su característi­ ción y la acción de éstos. Nunca,
ca esencial es ésta: la Universidad pues, la Universidad podrá dejar de
hace abogados, médicos, ingenieros, tener escuelas de formación profesio­
etc. Nada más. Es — según la ar- nal. Pero ¿cumple el instituto uni-.

(S erie de ar tícu los a p a r e c id o s en el d ia r io “ El P a í s ” de M ontev id eo, d u r an te los m eses


de Junio, Julio y A g o s t o de 19 28 ).

— 226 —
versitario su misión reduciéndola a cumplir cabalmente su misión, ha
esa tarea? querido realizar dos finalidades en
No. La Universidad debe ser ade­ una sola enseñanza. En lugar de di­
más un gran centro de cultura, un ferenciar ha confundido. El resulta­
gran centro de investigación científi­ do es doblemente perjudicial. De to­
ca aprofesional, si se nos permite el do esto se deduce el segundo vicio o
término. defecto de nuestra casa de estudios:
Esta obligación es mayor en Amé­ la función que desempeña, no la des­
rica donde no hay, fuera de las Uni­ empeña bien.
versidades, ningún otro foco de cul­ * * *
tura. El fracaso, la decadencia de la
Universidad entre nosotros, es el fra­ En el plano de las realizaciones ¿a
caso o la decadencia de toda la cul­ qué nos conducen las observaciones
tura del país. Es preciso tener esto expuestas? A la Universidad le he­
bien presente para asignarle al pro­ mos asignado dos funciones. Decimos
blema la importancia que merece. ahora que cada una de esas dos fun­
Primer vicio, o defecto, pues, de ciones exigen métodos y planes total­
nuestra Universidad: realizar su mente distintos.
función a medias. Por un lado la Universidad prepa­
Pero, ¿esa función que cumple, la rará a los que quieran ejercer una
cumple bien? Si se observa nuestra profesión y a éstos les dará una en­
Universidad actual, se encuentra: que señanza esencialmente práctica y les
siendo su finalidad exclusivamente exigirá el conocimiento de su “ ofi­
proíesionalista, su enseñanza es hí­ cio” ; por otro, dentro de la mayor li­
brida, mezcla confusa de disciplinas bertad posible se convertirá en un
culturales y de materias prácticas. centro de investigación científica. A
Ahora bien, a una finalidad profe- los que sigan este camino no les pe­
sionalista debería corresponder una dirá el conocimiento práctico de su
enseñanza de aplicación profesional, “ oficio” , pero sí el conocimiento de
esencialmente práctica. los métodos de investigación, la rea­
lización personal de investigaciones,
La nuestra no lo es, sin embargo. etc.
Esa confusión de materias vagamen­ Es al deseo de contemplar estas
te llamadas desinteresadas, con las dos actividades que responde en las
que guardan estrecha relación con el Universidades europeas — las de
“ oficio” , impide que éste se apren­ Francia, por ejemplo, que son las que
da bien. Es difícil que un estudiante, nosotros conocemos más — la crea­
por excelente que sea, si ha reducido ción del doctorado y la licencia.
su “ práctica” a la que otorga la
Universidad, sepa al término de su II
carrera, por ejemplo, concluir un
pleito. Decíamos que la división en doc­
Y nótese bien que ese hibridismo torado y licencia, respondía a la di­
que conspira contra la eficacia de la visión en funciones existente en las
educación profesional, a nada condu­ Universidades europeas.
ce desde*el punto de vista cultural. Tomemos por ejemplo la Facultad
La función cultural no puede redu­ de Derecho de París. La licencia du­
cirse a la enseñanza de dos o tres ra tres años, o mejor dicho seis se­
materias sin relación inmediata con mestres, como mínimo, y a su tér­
la carrera. mino, queda el alumno habilitado pa­
La Universidad, consciente de no ra ejercer la profesión de abogado.

— 227 —
Vienen después los “ diplomas de cuales — hablamos del doctorado —
estudios superiores” , a cuya obten­ el profesor expone y no interroga
ción sólo pueden presentarse los li­ nunca, en las conferencias es el alum­
cenciados. Hay cuatro en la Facultad no quien debe hablar. No hay inte­
de París: derecho romano e historia rrogación propiamente dicha. El pro­
del derecho; derecho privado; dere­ fesor señala, por regla general a prin­
cho público; economía política. cipios del curso, los distintos temas
Cierra la serie el doctorado. El que el alumno debe tratar. Luego,
grado de doctor en derecho se otorga llegada la exposición de éste, se hace
a los que presenten los “ diplomas de debate con los demás estudiantes, y
estudios superiores” y una tesis. Ca­ por último el profesor resume y co­
da diploma exige por lo menos un rrige. Completa, como se ve, esta ex­
año; la tesis, que debe ser sostenida posición teórica, el trabajo “ prácti­
en un examen especial, no puede pre­ co” de las salas de seminario.
pararse en un tiempo menor. Esos * * *

tres años que comprenden los diplo­ Pero la función científica de la Fa­
mas y la tesis son años de especiali- cultad no se limita a los cursos de
zación. Los planes y los métodos de doctorado. Dentro de la Facultad, en
enseñanza están orientados en ese torno de ella, funcionan gran canti­
sentido. Así, por ejemplo, en lo que dad de institutos sin finalidad pro-
respecta a la enseñanza, el profesor fesionalista. Así, por ejemplo, siem­
no estudia, durante los dos semestres pre refiriéndonos a la Facultad de
de cada curso nada más que un pun­ Derecho, están el Instituto de Altos
to. El año 25, por ejemplo, en el aula Estudios Internacionales, el de Cri­
de economía política, el profesor minología y el de Estadística.
Charles Rist, habló nada más que so­ * * *
bre “ la balanza de pagos” . El año Hemos estado hasta ahora hablan­
anterior lo había hecho solamente so­
do jie la Facultad de Derecho; pero
bre “ la deflación — fenómeno mone­
la enseñanza de las ciencias sociales
tario — en la práctica y la teoría” . y económicas no es exclusivo de ella.
También en los cursos de doctora­ Además de los cursos de doctorado
do se realizan los trabajos llamados que encuentra en la vieja institución
de seminario. de la rué Saint Jacques, el estudian­
La Facultad tiene diez “ salas de te deseoso de ampliar sus conocimien­
trabajo” con sus bibliotecas especia­ tos, puede dirigirse a muchos otros
les, cada una bajo la dirección de un establecimientos oficiales dedicados,
profesor acompañado de varios ayu­ en su mayor parte, a la investigación
dantes. El estudiante está obligado a pura.
hacer, sobre temas que se le señalan Tenemos a mano el “ cuadro de co­
investigaciones personales, y a con­ ordinación de estudios superiores”
signar en fichas que se archivan pre­ para 1925-26. Pues bien, ese año las
vio control, el resultado de esas in­ materias de nuestra especialidad —
vestigaciones. ciencias económicas — podían estu­
Cabe todavía hablar de las “ Con­ diarse: en la Facultad de Letras,
ferencias” , que es otro método de in­ cuatro cursos — La formafción del
tensificación de los estudios. capitalismo; El comercio y la indus­
Las hay en licencia y doctorado: y tria del siglo X IX , etc. — en la Fa­
por supuesto estas últimas son las cultad de Derecho ocho cursos; en el
que requieren más trabajo. A dife­ Conservatorio de Artes y Oficios, seis
rencia de los cursos regulares en los cursos, algunos muy interesantes co-

— 228 —
mo el de Simiand sobre “ La reparti­ sos de la Universidad sólo van quie­
ción” ; en la Escuela de Altos Estu­ nes tienen interés en obtener un títu­
dios, uno; en el Colegio de Francia, lo. No existen dentro de ella, disci­
donde seguimos a Gide estudiando la plinas libres, de investigación; ni
cooperación, cinco cursos. tampoco hay disciplinas extensivas,
La lista no concluye aquí. Pero lo a las cuales pueda llegar todo el mun­
dicho basta para mostrar cómo en do.
una sola rama de estudios se puede Así, para el pueblo, la Universidad
trabajar en ios institutos universita­ no existe. Existe sólo, — es preciso
rios europeos. recalcarlo — para los que estudian
Téngase presente además que no una profesión; porque ni aún los
hemos mencionado sino estableci- mismos egresados que quieren am­
mien oficiales de enseñanza. Están pliar sus conocimientos pueden recu­
también los privados, que a veces son rrir a la Casa de Estudios.
tan o más importantes que los pri­ Ni intensidad ni extensión, es en
meros. Para nuestras asignaturas realidad la fórmula de nuestra Uni­
existen: la Escuela de Altos Estu­ versidad ; ni los cursos de investiga­
dios Sociales, El Museo Social, el Co­ ción, profundos, metodizados; ni los
legio Libre de Ciencias Sociales, el cursos de extensión, destinados a di­
Instituto Carnegie, y sobre todo, la fundir en cuanto sea posible, los co­
admirable Escuela Libre de Ciencias nocimientos necesarios a la forma­
Políticas. ción tan imprescindible y urgente de
* * *
la cultura nacional. Pues bien, la Re­
Una profesión liberal en Europa forma pretende lo contrario. La fór­
es un oficio como cualquier otro. Cul­ mula de la Reforma debe ser: — aun­
turalmente no representa nada o muy que parezca paradójica — intensidad
poco. Aquí, en cambio, entre nos­ y extensión.
otros, los “ doctores” , son todavía, a
39— Universidad sin contacto con
falta de otra cosa, la nobleza de la
la realidad nacional. — Por ese doble
sabiduría, una especie de mandarina-
carácter que acabamos de señalar, la
to americano. Sería injusto negar que
Universidad se aleja de la realidad
en nuestras inorgánicas repúblicas,
nacional. Su enseñanza es fundamen­
han sido los “ doctores” , por regla
talmente libresca. Los problemas na­
general, si no los únicos, eficaces fac­
cionales se crean y resuelven con ab­
tores de la civilización; pero hay que
soluta prescindencia de la Universi­
reconocer que ya nuestra enseñanza
dad. Esta no sólo calla su opinión —
“ doctoral” no basta a colmar las exi­
lo que tal vez pudiera defenderse —
gencias de nuestras modernas socie­
sino que ni siquiera estudia, en el
dades.
reducido ambiente de la clase, las
Hace años que lo han comprendi­
cuestiones vitales del país.
do los argentinos.
¿Por qué? Ya lo hemos dicho an­
III tes.
Para poder plantear y resolver de
Dos características más, hemos di­ una manera científica los problemas
cho, presenta nuestra Universidad nacionales, es necesario que los mé­
actual. Es una Universidad de cas­ todos de estudio cambien o por lo
ta y es una Universidad sin contacto menos se amplíen. Los textos euro­
con la realidad nacional. peos no pueden hablarnos de nuestras
29— Universidad de casta. — Lo cosas. Es necesario especialistas, in­
es por su misma finalidad. A los cur­ vestigadores, técnicos que los estu­

— 229 —
dien, que los planteen objetivamente, mas nacionales no nos referimos, por
que busquen soluciones también ob­ cierto, a aquéllos que la política lleva
jetivas. Una Universidad exclusiva­ y trae. Pero dígasenos en cambio, ¿no
mente profesionalista no puede ha­ sería necesario que la Facultad de
cerlo. Esa Universidad toma el ca­ Arquitectura hiciera oir su voz sobre
mino de la mínima resistencia: en es­ el problema de la urbanización de
te caso, lo que ya viene preparado Montevideo? ¿N o sería útil que la
desde el extranjero. Cuando hay que Facultad de Ingeniería trazara un
hacer labor personal se detiene. Y plan general de vialidad del paíc? ¿No
así se explica — no es la primera convendría que la Facultad de Dere­
vez que lo decimos — que mientras cho o la de Ciencias Económicas a
se estudia, el asunto tal o el asunto crearse, tuvieran un Instituto de In­
cual que está en el texto europeo, vestigaciones, como en Harward o co­
porque, por supuesto, en Europa ese mo en Londres, para establecer de
problema interesa vivamente, no se una manera, precisa las fuerzas pro­
estudian los problemas propios del ductoras del país, su desarrollo, etr
país o de nuestro continente. Y dígasenos todavía, ¿no sería de
Más aún, y esto tiene mayor gra­ desear que sobre todas esas cuestio­
vedad. Del estudio de esos problemas nes que a título de ejemplo hemos
extraños no suele sacarse la ense­ citado y sobre muchas otras más,
ñanza que nos sería más útil: dedu­ semejantes, la Universidad ilustrara
cir la aplicación concreta que las so­ a las grandes masas, abriendo cursos
luciones obtenidas y las dificultades públicos como en las Universidades
salvadas pueden tener en nuestro europeas que hemos conocido, man­
medio. teniendo, sin esperar a que la inicia­
El conocimiento general de los pro­ tiva venga de afuera, una organi­
blemas mundiales lo juzgamos im­ zación de conferencias, etc.?
prescindible y no seremos nosotros Intensidad, extensión, realismo,
— por cierto — quienes lo combati­ ¿no podría ser ésta la fórmula de la
remos ; pero entendemos que ese co­ Reforma ?
nocimiento debe buscarse con los
* * *
ojos puestos como término de compa­
ración, como materia de aplicación,
en la realidad nacional; porque si no Hemos hablado hasta aquí de la
¿de qué sirve? Reforma en la orientación de los es­
* * * tudios. Pero ¿acaso esta reforma bá­
sica, sustancial, puede tener cabal
Por su carencia de finalidad cien­ realización, sin que previa o por lo
tífica, la Universidad vive desconec­ menos paralelamente se haga otra
tada con la realidad nacional. Lo está reforma: la del gobierno de la Uni­
también por su hermetismo de casta. versidad ?
No estudia ningún problema nacio­ Y contestada esta pregunta nos
nal a fondo; no es capaz tampoco de quedará por contestar a otra: ¿es po­
ilustrar a las grandes masas sobre sible hacer la reforma con los medios
esos problemas. de que disponemos?
Se dirá que la Universidad no Declaramos desde ya que a nuestro
puede intervenir en discusiones que entender la Reforma es por de pronto
son patrimonio de los partidos políti­ una “ cuestión de dinero” . Puede mo­
cos, a riesgo de ver disminuida su au­ dificarse la organización de las auto­
toridad, comprometida su función- ridades, modificarse planes y méto­
Claro. Cuando hablamos de proble­ dos, trazarse nuevas orientaciones

— 230 —
pedagógicas: la nueva máquina que límite de esa autonomía. Anda por
se monte, como la vieja, marchará ahí una división tripartita de la au­
bien o mal, según sean los que la tonomía: se dice que ésta puede con­
muevan, según sean los profesores. Y siderarse desde el punto de vista ya
bien, no habrá nunca cuerpo de pro­ administrativo, ya financiero, ya pe­
fesores competentes, mientras no se dagógico, y suele afirmarse que mien­
pague lo suficiente para poder impo­ tras sobre los dos primeros cabe, con
nerle o permitirle, si se quiere, a más o menos amplitud, la interven­
quien enseñe, la obligación o posi­ ción del Parlamento o del Ejecutivo,
bilidad de dedicarse con prescinden- la última, la autonomía pedagógica,
cia de toda otra actividad al estudio debe ser absoluta.
intenso y tenaz de una rama de la Vamos a examinar de cerca las
ciencia. cosas, sin entrar por eso en detalles
técnicos-
IV * * *

Condiciones para la Reforma Autonomía administrativa. Es de­


cir, la Universidad tendría el derecho
La Reforma en la orientación de de gobernarse, de nombrar y desti­
los estudios de que hemos venido ha­ tuir sus funcionarios, de dictar sus
blando, supone la existencia de dos reglamentos, etc. Parece no obstante
condiciones: que, si no en todas, por lo menos de
A) la reorganización del gobierno las resoluciones más importantes —
de la Universidad. por los intereses o derechos que afec­
B) la posibilidad de disponer de ten — deberá poder recurrirse al Po­
un presupuesto doble o triple del ac­ der Ejecutivo.
tual.
* * * Autonomía financiera. Las Univer­
sidades francesas administran su pa­
La reorganización del gobierno de trimonio, que lo componen, además
la Universidad creemos que debe ha­ de los recursos que aportan el Esta­
cerse a su vez sobre dos principios: do y las Municipalidades, las dona­
autonomía y democratización. No va­ ciones — por cierto muy frecuentes
mos a revelar tampoco sobre esto nin­ — de los particulares.
guna verdad; pero es necesario pre­ Nada impide, sin embargo, a nues­
cisar las cosas. tro entender, que otorgando la facul­
Entendemos que la Universidad tad de libre disposición a la Univer­
debe ser autónoma, no porque las dis­ sidad en materia financiera, el Esta­
posiciones constitucionales lo esta­ do se reserve el derecho de contralo­
blezcan, sino porque es una necesidad rear esa gestión.
derivada de su misma naturaleza. Queda por ver en qué puede con­
Hay que evitar que ella padezca las sistir la autonomía pedagógica. Este
influencias de la politiquería y de la es el punto que tenemos por más de­
incompetencia. El día que de los pro­ licado, porque por una parte parece
blemas universitarios se hiciera cues­ ser función privativa de la Universi­
tión electorera, las pocas virtudes dad señalarse rumbos en cuanto a la
que aún conserva la Universidad ac­ enseñanza que debe dar, y por otra,
tual se habrían perdido. es evidente que el Estado no puede
Creemos que sobre ésto, todos los desinteresarse de la orientación y
que conocen algo los problemas uni­ forma de esa enseñanza.
versitarios, están de acuerdo. ¿Cómo resolver esta contradicción?
La dificultad reside en precisar el Tal vez — y decimos “ tal vez” porque,

— 231 —
aunque hemos pensado en más de una siste en conciliar el interés y el dere­
ocasión sobre el punto, no estamos cho del Estado a contralorear un ins­
aún muy seguros de la solución que tituto que tanta influencia tiene sobre
ofrecemos — ; tal vez reservando para toda la sociedad, con el interés — que
el Estado el señalamiento de las líneas menos social, por cierto — de que la
generales de la enseñanza y dando a Universidad sea regida por quienes
la Universidad la facultad de actuar tengan capacidad y no sufra la in­
libremente dentro de esos lincamien­ fluencia deprimente de la politique­
tos. ría.
Nos explicaremos. El Estado, por
ejemplo, tendría el derecho de esta­ V
blecer — y vigilar en consecuencia Composición de la Universidad
— que la Universidad no pudiera em­
banderarse en ninguna tendencia fi­ Retomemos el hilo de nuestra expo­
losófica, religiosa o política. Esto sición. Hemos dicho que la reforma de
parece elemental. Tendría el derecho la organización universitaria debería
de establecer que para el otorgamien­ asentarse sobre dos principios: auto­
to de ciertos diplomas, fuera necesa­ nomía y democracia.
rio haber estudiado un número mí­ Explicamos el primero. Nos queda
nimo de materias determinadas. por ver en qué consiste el segundo. El
También fijar un número mínimo de gobierno del claustro por el claustro
profesiones para las cuales la Uni­ mismo, en ya un lugar común del mo­
versidad debería preparar. En Fran­ vimiento reformista.
cia hay los diplomas de Estado y los Ahora bien; el claustro está form a­
de Universidad; pero son los prime­ do por los profesores y los estudian­
ros solamente los que habilitan para tes. Democracia dentro de la Univer­
ejercer una profesión. sidad equivale, pues, a entregar la di­
En resumen, trataría de fijarse en rección de ésta a los profesores y los
la ley, de una manera taxariva, los estudiantes.
* * *
derechos del Estado.
Esos derechos constituirían el lí­ Varias cuestiones se plantean. Una
mite a la actividad de la Universi­ de ellas ésta: no solamente — se dice
dad. Todo lo que aquéllos no impi­ — forman la Universidad los profeso­
dieran, podría realizarse. res y los estudiantes. Están también
No creemos que en estos artículos los egresados, que hay interés en man­
podamos extendernos sobre el punto. tener vinculados a la Casa de Estu­
Esta cuestión de la autonomía peda­ dios. La composición actual de los
gógica debe precisarse con absoluta consejos de Facultad, responde a esta
claridad, aún a riesgo de ser prolijos, concepción de la existencia de tres
en la ley. Hasta donde es legítima la fuerzas, aunque da a dos de ellas —■
intervención del Estado y donde ésta los egresados y los profesores — una
se convierte en abusiva y perjudicial, mayoría absoluta y reduce la repre­
puede ser en mucho cuestión de mati­ sentación de los estudiantes a un solo
ces, de apreciaciones no exentas de su­ delegado.
tileza. Es posible talvez que miradas las
Lo dicho es suficiente, sin embargo, cosas desde el punto de vista de la teo­
para mostrar que no puede concebirse ría, del ideal, si se quiere, la Universi­
la autonomía universitaria, en ningu­ dad debiera aparecer como la conjun­
no de sus aspectos, con carácter de ab­ ción de esas tres fuerzas. Pero la rea­
soluta. El problema a resolver con­ lidad se nos aparece totalmente dis­

— 232 —
tinta. No es un misterio para nadie el Estado debería tener más confian­
que la inmensa mayoría de los estu­ za en la gestión de los que él nom­
diantes, una vez que abandonan las brara que en la de aquéllos que fue­
aulas se desinteresan totalmente de ran directamente elegidos por sus co­
los problemas universitarios. Una de legas.
las cosas que más nos ha chocado — Y así llegamos al nudo de la cues­
por qué no confesarlo? — a nuestro tión. Porque ¿qué se persigue con la
regreso al país, ha sido ver a tantos y creación de esos “ delegados de la so­
tantos compañeros de viejas luchas es­ ciedad” : ejercer un contralor gene­
tudiantiles, tener la más absoluta y a ral sobre la marcha de la Universi­
veces despreciativa indiferencia para dad o intervenir directamente en el
los movimientos de las nuevas gene­ gobierno de ésta?
raciones que continuaban nuestro im­ Si se observan bien las cosas, se ve
pulso, que sin duda podrían cometer que no puede ser sino esta última
errores como nosotros mismos habría­ la finalidad perseguida. Y bien; en
mos cometido, pero que aportan a la este caso la violación de la autono­
vida universitaria, rutinaria, apática, mía es clara.
un elemento vivificante y renovador. La autonomía es el gobierno de la
Hoy por hoy, los profesionales cons­ Universidad por la Universidad mis­
tituyen por regla general una masa ma — dentro, por supuesto, de las li­
pasiva, indiferente. ¿Qué los vincula mitaciones generales y taxativamente
a la Universidad? ¿Qué interés tienen indicadas que fije la ley — y ese po­
en su progreso? ¿Por qué darles en­ der dejaría de existir o se vería des­
tonces representación en los Consejos virtuado, si entraran a participar en
directivos ? su ejercicio personajes extraños, ora
* * * porque no pertenecieran al claustro,
ora porque, perteneciendo, no ema­
Otra cuestión. Si a la Universidad nara su autoridad de éste.
se le concede la autonomía ¿no deberá Pero — se dirá — ¿y el contralor
haber entre sus autoridades represen­ de la sociedad cómo se ejerce?
tantes del interés general, de la socie­
Una cosa es contralor y otra es go­
dad o mejor dicho del Estado?
bierno. El primero lo juzgamos im­
Cuestión es ésta muy delicada que prescindible; pero no vemos por qué
podría hasta tener la desagradable ese contralor habrá de ejercerse ne­
consecuencia de hacer de la autono­ cesariamente por intermedio de re­
mía una farsa. presentantes en los Consejos direc­
El Estado — ya se sabe — es en la tivos. En la ley de autonomía — repe­
realidad de las cosas, el gobierno, el timos—deberá fijarse un número es­
Poder Ejecutivo. Este tendría una tricto de principios a los cuales la
manera de ligar la Universidad a sus Universidad tendrá que ajustarse. Y
designios o detenerla en su acción, el Estado dispone de recursos para
si pudiera disponer siempre de un nú­ evitar que ese mínimo de principios
mero determinado de votols en los sea violado. El “ contralor de la so­
Consejos Directivos. A la dirección ciedad” tendría así una manera efec­
de la Universidad no deben ir ele­ tiva de producirse.
mentos extraños. Podría responderse * **
que el escollo quedaría salvado si la
ley universitaria estableciera expre­ Hay quienes creen que es una lo­
samente que esos “ delegados de la so­ cura entregar el gobierno de la Uni­
ciedad” tendrían que ser profesores. versidad, aun parcialmente, a los es­
Pero francamente no vemos por qué tudiantes. Según los que así opinan,

— 233 —
éstos “ deben ir a estudiar” y no a dis­ Defienden la participación diri­
putarse por puestos de dirigentes, gente de los estudiantes, los que creen
para los cuales les falta experiencia en cambio que la Universidad, a se­
y ciencia. Hablar de democracia uni­ mejanza de la escuela, se ha hecho
versitaria es confundir lamentable­ para el alumno y no el alumno para
mente las cosas. La Universidad no la Universidad. Es evidente que la ta­
es, no puede ser una democracia. La rea del profesor y de las autoridades
autoridad en el Claustro no puede resulta más compleja, pero como se
surgir de “ abajo” , debe ser impuesta comprenderá, no se trata de ver si
desde “ arriba” . la Reforma resultará más o menos
Examinaremos estos argumentos. pesada para algunos, sino si resulta­
\
rá más beneficiosa o no para el ma­
VI yor número.
Los estudiantes y la Universidad Hay que hacer del alumno dentro
del claustro, no un “ repetidor” sino
Habían quedado con la palabra en un “ pensador” .
nuestro último capítulo los opositores
al aumento de la representación es­ Entre una Universidad que prepa­
tudiantil en los Consejos. Es una lo­ re adocenados memoristas, conocedo­
cura, nos decían, pretender que la res de toda la ciencia del mundo, y
Universidad sea una democracia. El otra que forme hombres capacitados
estudiante debe concurrir a ella a es­ para reflexionar y para comprender
tudiar y no a pronunciarse sobre los por sí propios, es la segunda la que
problemas pedagógicos, para lo cual realiza función más útil, la única que
le falta ciencia y experiencia. La lla­ realiza tal vez función útil.
mada democracia universitaria sería Nos permitimos creer que en esta
en la práctica el desorden, la anar­ oposición de concepciones, latente o
quía- explícita, reside todo el “ drama” de
* * * la Reforma Universitaria.
Bien; hemos dejado reposar unos Estarán contra la Reforma, aun­
días a tan fogosos contradictores y que desde ahora se declaren muy par­
hoy vamos a contestarles. tidarios de ella, los que no compren­
En realidad todo el problema gira dan que por encima de disposiciones
alrededor del concepto que se tenga estatutarias, por encima de las luchas
de las relaciones entre el estudiante en pro o en contra de exámenes, hay
y la Universidad. una cuestión de transformación ra­
Los que se oponen a que el estu­ dical, sustancial, del contenido uni­
diante intervenga de una u otra ma­ versitario.
nera en el gobierno universitario, ha­ Y en esa Universidad nueva, diri­
cen de él un ente “ pasivo” , cuya úni­ gida por profesores y estudiantes,
ca misión es recibir la enseñanza, sin con absoluta libertad de aprender,
derecho de crítica, de libre examen. pero con severísimas pruebas de con­
Se va así a la Universidad dogmá­ tralor y con no menos severísimos
tica. El profesor habla y el alumno métodos de estudio e investigación,
escucha y conviene. No hay duda de será donde reinará la verdadera dis­
que esta Universidad es la Universi­ ciplina, no la que puedan imponer por
dad ideal desde el punto de vista del un úkase las autoridades, sino la que
“ orden” . Pero nadie dejará de reco­ fluya del respeto que merezcan la
nocer que aplicando el mismo criterio, ciencia y la probidad del profesor.
los cementerios resultan maravillo­ Se dirá, como decía el doctor Ramí­
sos. rez en el Senado, que es necesario

— 234 —
obligar al alumno a estudiar y que por la voluptuosidad del poder, sino
cuando así no ocurre las clases que­ para contribuir a realizar aquella
dan desiertas. transformación sustancial de que an­
Es un grave error, a nuestro en­ tes hablaihos.
tender. Es preferible que no salgan Reducir la Reforma Universitaria
abogados — y nótese que nos coloca­ a una cuestión de cambio de autori­
mos en el mejor terreno para la tesis dades, como ha habido tendencia a
contraria, porque cuando hablamos creerlo en ciertos países, nos parece
de la Universidad nos referimos a una imperdonable falta. Sería talvez
ésta como centro de investigación y el argumento más eficaz que pudie­
no, exclusivamente, como escuela pro­ ran esgrimir contra la reforma, los
fesional — a que salgan malos- Y ma­ partidarios de la situación actual. ( J)
los serían, sin duda, los que hubieran
aprendido por imposición, y no por Conclusiones
vocación. El estudiante bueno, el que
se siente con vocación por una disci­ l 9 Hay que comprender que la Re­
plina, ese estudiará con o sin impo­ forma en la Facultad de Derecho po­
sición y más en el segundo caso que drá hacerse más o menos con éxito,
en el primero. según sea la función que a ésta se
* * * atribuya. En efecto, la Reforma en
Dos líneas finales. Cuando habla­ todos sus aspectos, el de forma y el
mos de los estudiantes en los Conse­ de fondo, puede aplicarse a todas las
jos directivos de las Facultades, no disciplinas que en la Facultad se en­
entendemos darle a aquellos una ma­ señan ; pero sin duda será más fe­
yoría decisiva. Los estudiantes debe­ cunda en aquéllas que no son estric­
rán disponer de una fuerza suficien­ tamente jurídicas, en las disciplinas
te para que sus reclamos y sugestio­ tituladas ciencias sociales.
nes sean oídas, fuerza ¡que deberá La Facultad se llama de Derecho
ser muy superior a la actual y que y Ciencias Sociales; pero es todavía
no nos parecería mal que se organi­ predominantemente de Derecho. Aho­
zara sobre la base de la representa­ ra bien; es por el lado de las ciencias
ción por años. sociales por donde la Facultad puede
No se nos ocultan tampoco los ma­ realizar su gran transformación. Re­
les posibles del régimen y en primer ducida a ser un centro de estudios
termino el “ electoralismo” . Mas en jurídicos, exclusiva o principalmen­
tendemos que las ventajas son muy te, no hay esperanzas ni posibilidad,
superiores a esos males. Tampoco se cualquiera sea la reforma a que se
nos oculta que en realidad, este pro­ la someta, de que amplíe su acción.
blema de la representación estudian­ Es capítulo esencial, pues, de la
til es, como todos los problemas for­ Reforma la conversión de la Facultad
males, menos importante que el pro­ de Derecho en un verdadero instituto
blema sustancial de la transforma­ de ciencias sociales. Este deberá
ción de los fines y métodos de la Uni­ cumplir de una manera científica, la
versidad, lo que equivale a decir que función que ya las necesidades del
los estudiantes no deberá olvidar país le han atribuido a la Facultad,
nunca que si quieren participar en la función de escuela de ciencias po­
el gobierno de la Universidad, no es líticas y económicas.
(1 ) A continuación , el au tor hace un deten ido estudio sobre el aspecto econ óm ico, in­
eludible para la re aliza ción cabal de una R e form a de fon d o, tal com o la p rop icia p ara la
F acu ltad de D erecho uru gu aya.

— 235 —
2" No puede hablarse de reformas lestar que desde hace más de diez
en una Facultad sin tener en cuenta años reina en los claustros, son deta­
todo el problema de la Reforma Uni­ lles más que concluyentes de que las
versitaria- (La reforma en Derecho cosas no andan bien en la Univer­
está estrictamente relacionada con. sidad.
la reforma en Secundaria, y de las Las autoridades podrán vanaglo­
dos es sin duda esta última la más riarse de quebrar una huelga, de que­
importante. Pero para hablar sobre brar dos, de quebrar todas las que se
la enseñanza secundaria se necesitan produzcan, y felizmente no sucede
dos cosas de que por ahora carece­ así; pero con eso nada se arregla por­
mos : una preparación especial y que subsistiendo el mal subsiste la
tiempo. causa de los conflictos, y la rebelión
No tenemos inconveniente en ma­ sofocada hoy reaparece mañana. No
nifestar, sin embargo, que cada vez hay posibilidad de trabajar con tran­
nos inclinamos más al régimen de quilidad y dedicación en la Facultad,
bachillerato intensivo sobre la base mientras la Reforma no se ponga en
de las humanidades, sin perjuicio de marcha.
que a su lado se organice como en la No sabemos hasta dónde podrá lle­
ley francesa, con iguales sanciones, gar este “ jueguito” ; pero la pasivi­
un bachillerato moderno a base de dad, la atonía de las autoridades, que
ciencias y lenguas vivas. nada hacen y que detienen todo, pre­
3" De exprofeso, a lo largo de to­ para para nuestra Universidad días
dos estos artículos no hemos hecho
peores de los que estamos pasando.
ninguna referencia directa ai con­
Lo que no se quiera dar buenamente
flicto actual entre los estudiantes y
se conquistará, y con todo derecho,
autoridades de la Facultad.
por las malas. Los hechos trabajan
Nos pareció útil separar la teoría
contra las autoridades. Los hechos y
de la acción, en este caso. Pero es in­
el tiempo, que no siempre, como en el
necesario señalar que la identidad de
proverbio italiano, es un gentilhom­
fines nos ponía cerca de los estudian­
tes. bre que arregla todas las cosas.
La única fuerza colectiva — pues­ Por lo pronto esta huelga, que ya
to que hablamos de fuerza colectiva lleva trazas de durar todo el año, será
no podemos tomar en consideración una demostración concluyente de la
a las individualidades aisladas — que perfecta inutilidad de la Facultad ac­
en etse país trabaja por la Reforma tual de Derecho.
Universitaria, es la constituida por Sin asistir a ella, los estudiantes
los estudiantes. Bien o mal, con ye­ podrán hacer la experiencia de que
rros, con tropiezos, con confusiones, les igualmente posible prepararse pa­
sin plena conciencia de lo que bus­ ra los exámenes. La Facultad mos­
can; todo lo que se quiera; pero son trará así al desnudo lo que en rea­
los únicos que pelean. Y su rebeldía, lidad toda la vida ha sido: una ofi­
su creciente “ impetuosidad” , el ma­ cina de recibir exámenes.

— 236 —
LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA
ORGANIZACION DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR
EN EL URUGUAY
por
ARTURO ARDAO
(uruguayo)

(1934)

A NTES de entrar en materia te­


nemos que hacer las siguientes
aclaraciones:
tinguido ambos órdenes de cuestiones
a los efectos de su determinación,
que se ha hecho siempre desde fuera
l 9— El tema asignado, motivo de del Claustro por parte de los Pode­
este informe, es “ la enseñanza supe­ res públicos. De acuerdo sin embar­
rior” . Dentro del régimen vigente en go con el principio de la autonomía
el país, aparece ella como el segundo universitaria, que doctrinariamente
ciclo de la enseñanza universitaria, ya nadie discute, y que tuvo su con­
constituyendo el primero, la “ media” . sagración en la Constitución del 17,
Una reforma racional de todo el sis­ aquel primer aspecto de fondo debe
tema debe sin embargo organizar es­ ser del resorte exclusivo de la Uni­
ta última fuera de la Universidad, versidad al margen de influencias
según los fines y caracteres que le deformantes. Permanece en cambio
son propios. Este es el criterio que de potestad inalienable de la ley, el
se ha seguido., de acuerdo con el com­ segundo aspecto, o sea el referente a
pañero Costa Valles, que tiene a su la arquitectura jurídica de la institu­
cargo el informe sobre dicha rama de ción.
la enseñanza pública. Nuestro tema Ahora bien: en este informe — que
queda así asimilado cabalmente al es­ quede bien entendido — sólo nos va­
tudio de la reorganización de la Uni­ mos a ocupar de la última face, que
versidad. hemos llamado formal u orgánica.
29— El problema de la Reforma Enderezado él a fijar la posición en
Universitaria comprende dos grandes el problema de una Agrupación polí­
aspectos, uno de fondo y otro de for­ tica, a los fines de la actividad orga­
ma. El primero se dirige a las orien­ nizadora del Estado, debe limitarse a
taciones pedagógicas en el sentido de dicho aspecto. Lo demás cumple a la
los planes y programas de estudio autonomía funcional del Claustro, y
y de los métodos de enseñanza; el se­ frente a cualquier otra interpretación
gundo al estatuto orgánico de la Uni­ hay que defender aquí la intangibili­
versidad. Hasta ahora no se han dis­ dad del fuero universitario.
In fo rm e en un co n g reso p o lítico de ca rá cte r d em ocrá tico y social, con asisten cia de d elega ­
cion es de M ontevideo y del interior del país.

— 237 —
I El problema así planteado, de la ac­
tual crisis universitaria, proviene de
Es apenas necesario destacar la im­ la reproducción de un hecho que
portancia que reviste la Reforma se repite en los períodos de grandes
Universitaria. Más que un problema transformaciones históricas. Cuando
del país, lo es de toda la cultura oc­ hay sustituciones de clases, hay, con-
cidental a que pertenecemos. La pro­ comitantemente sustitución de valo­
funda bancarrota del sistema de res culturales. Y desde que existen
ideas e instituciones en que ésta ha las Universidades como órganos re­
descansado, tenía que repercutir tam­ gistradores del proceso cultural, aque­
bién en los altos organismos docen­ lla sustitución trae por consecuencia
tes. Han podido así algunos publicis­ un cambio profundo en la vida uni­
tas hablar de una “ crisis universita­ versitaria.
ria” . La padecen los grandes centros: La Universidad surgió bajo el sig­
Alemania, Francia, Inglaterra, EE. no de la cultura monárquico-feudal,
UU., y en general la América del y fué así en su primera época latini­
Sur, aunque con características muy zada y teológica. En ocasión de la re­
particulares. volución democrática de fines del si­
Esta crisis que no es más que un glo XVIII, sufrió su primera gran
aspecto de la decadencia del capita­ transform ación: nuevas disciplinas,
lismo, reconoce — esquematizando — nuevo espíritu en la enseñanza y nue­
dos clases de causas: unas que dicen vo elemento humano, imprimiéronle
relación con el objeto de la institu­ el tono que mantiene, desarrollando
ción, otras que se refieren a sus su­ sus consecuencias, hasta el momento
jetos. actual. Ahora, la caducidad de un sis­
Las primeras derivan del descrédi­ tema económico-social-cultural, apare­
to de una serie de valores espirituales ja la situación crítica que para la
que venían alimentando la vida uni­ Universidad hemos señalado.
versitaria. Domina en este aspecto
el fracaso del ideal ciencista que tu­ Interesan estas referencias explica­
vo su apogeo antes de la guerra. La tivas, aunque ligeras, para poner en
posición fuertemente positivista que vanguardia la siguiente conclusión:
la Universidad había adoptado, tuvo una reforma universitaria integral no
que sufrir el embate de todo el inten­ será posible mientras no se opere el
so movimiento especulativo posterior cambio de la organización social que
y de ahí ha debido surgir una revi­ estabilice un programa de valores a
sión de sus orientaciones fundamen­ desarrollar, que permita el acceso a
tales, con el desasosiego consiguiente. los Claustros de todos los sectores de
Las segundas derivan de las exi­ la sociedad y que ponga al servicio de
gencias y necesidades de las clases la cultura los medios que hoy se des­
económicamente inferiores de la so­ vían a fines de orden material, o de
ciedad, que reivindican su legítimo orden guerrero, o de afirmación del
derecho a participar en la cultura. El Estado, que son, en definitiva, hoy,
alumnado desposeído, lleva a los fines de una clase.
Claustros su inconformismo social, Con esto señalamos que el problema
representado específicamente por la universitario, en sus últimos extre­
penuria para costear los estudios, de mos, no es un problema autónomo.
un lado, y la insatisfacción frente al Pero si no puede tener desde ya solu­
conservadorismo general de la ense­ ción de fondo, cabe en cambio ir al me^
ñanza, que refleja posiciones domi­ joramiento del régimen jurídico <fel
nantes, de otro. Claustro para asegurarle dentro de

- 238 -
las posibilidades actuales la mayor riendo un rol profesionalista; más
eficacia renovadora. tarde tomó a su cargo la investiga­
Es con ese criterio relativo de la Re­ ción científica. A ese proceso en el
forma que entramos a su análisis con­ tiempo, se agrega la circunstancia de
creto. que según el medio, prima una u otra
Obvio resulta declarar que nada de dichas funciones. Así, la primera,
hay de original en las conclusiones en la Universidad inglesa; la segun­
que se proponen. Pocos problemas da, en la francesa; la tercera, en la
tan debatidos en el país como éste. alemana o en la yanqui.
Quizás con exceso. Siguiendo de cer­ Quiere decir que, como adelantá­
ca la experiencia argentina, se le ha bamos, éste es un problema histórico.
agitado en escritos, proyectos de ley, Las necesidades o las conveniencias
congresos, y movimientos estudian­ de su mejor cumplimiento han ido
tiles. Hay, pues, gran cantidad de asignando esas funciones — sin duda
material acumulado y CQnciencia correlacionadas — a la Universidad.
casi unánime/ sobre sus 'cuestiones Pero nada obstaría a que en virtud
principales. Ahora mismo está reu­ de razones del mismo orden puedan,
nida la asamblea de los Claustros o realizarse por separado, o por el
para proyectar un nuevo estatuto, y contrario, recibir el aporte de otras
puede asegurarse de antemano que nuevas.
su labor se reducirá, como es ya cos­ Partiendo de ahí entonces, ¿cómo
tumbre, a reproducir lo expresado en debemos hoy encarar la misión de la
anteriores pronunciamientos colecti­ Universidad? En la pre-guerra, du­
vos. rante el auge del ciencismo, la res­
Se recogen, pues, aquí, posiciones puesta era clara: crear profesiona­
— aveces fórmulas textuales — que les y, sobre todo hacer ciencia. Así
ya están en el ambiente, y que, por se expedía el Congreso Internacional
otra parte, en lo fundamental, han de Enseñanza Superior realizado en
figurado en las plataformas de nues­ París en 1900, que le fijaba estas mi­
tra Agrupación. siones: búísqueda científica, formaj
ción de técnicos y accesoriamente una
II labor de vulgarización popular. Re­
cordamos esto porque es bajo ese1
Todo intento de reorganización de signo que comenzó la agitación re­
la Universidad debe partir de una formista del 18 en la Argentina. La
determinación clara de la misión o de época y la influencia inmediata de
los fines de ésta. No haberlo tenido espíritus como Joaquín V. González,
en cuenta es lo que explica las lagu­ y en especial José Ingenieros, fueron
nas por un lado y la falta de adecua­ en ese sentido decisivas, penetrándose
ción exacta de sus partes, por otro, el movimiento de una característica
del régimen actual. que no pierde sino muy recientemente.
Es evidente que dicha determina­ La quiebra del positivismo ortodo­
ción no puede hacerse con un criter;o xo, el despertar filosófico-humanista,
ontològico. La institución universita­ y la intensa especulación sobre el va­
ria es un hecho histórico, una expe­ lor cultura, han hecho variar en es­
riencia y como tal no ha respondido tos últimos quince años los términos
nunca a una concepción bien delimi­ del problema. Se tiende a restaurar
tada de antemano. Por eso sus fines la primitiva concepción de la Univer­
han ido variando. Al principio fué sidad, sin negar desde luego lo que
exclusivamente destinada al culto de fué adquiriendo en su evolución, pero
las Humanidades ; luego fué adqui­ quitándole su carácter absorbente. Sé

— 239 —
tiende a establecer como lo nuclear fluencias. Quedó evidenciado en el
de la institución, el estudio de disci­ Congreso Nacional de Estudiantes
plinas de orden cultural puro, que argentinos, del año 32, en Buenos Ai­
lleven a una formación integral de res.
la personalidad en función de sus Cultura, Ciencia y Técnica en con­
grandes problemas vitales. Es decir secuencia, integran los fines de la en­
que se quiere volver a cargar el acen­ señanza superior. Juzgamos supèrfluo
to en las Humanidades, pero conce­ aclarar que por ciencia, como fin in­
bidas éstas de una manera distinta dependiente va entendido el trabajo
a la clásica. Puede afirmarse que las de investigación, porque es evidente
Humanidades han sufrido la influen­ que la técnica se nutre de sus frutos,
cia del ciencismo en menos y en más. lo mismo que, en buena parte, la cul­
En menos, porque algunos de sus sec­ tura.
tores han caído bajo el imperio de
indagaciones científicas /particúüaf- Para el cumplimiento de sus fines
res. En más, porque se le han venido la Universidad tendrá amplia auto­
a incorporar los resultados de cien­ nomía, reglamentada en la forma
cias generales o sintéticas, como la que luego ensayaremos precisar. Sin
Sociología, o la Biología, por ejem­ embargo, debe establecerse ya en la
plo, que están en un plano de impor­ ley, que ese cumplimiento de los fi­
tancia humanista incuestionable. nes universitarios se hará en función
De ahí el nuevo punto de vista del de la realidad circundante. Quere­
fin de cultura — dentro de lo ambi­ mos comprender aquí algo de lo que
guo de este término — de la enseñan­ se involucra en la llamada “ misión
za superior, que es cosa distinta del social” de la Universidad. Esta debe
rol comúnmente llamado de “ cultura en todo momento proyectar su acción
general” que está destinada a llenar docente sobre el medio que la crea, la
la enseñanza media. No solo se tra­ vivifica y la hace su forma más alta
ta de restaurar el fin de cultura, sino de expresión. Esta exigencia que es
de darle la primacía, por cuanto vie­ elemental para la enseñanza supe­
ne a ser lo esencial de la Universidad, rior de cualquier país, se hace apre­
que, como su nombre quiere signifi­ miante en los nuestros, porque vivi­
carlo, debe perseguir la universalidad mos del reflejo de una cultura ajena.
del saber- El texto europeo, la revista europea,
la idea europea, ejercen una tiranía
En 1919, Max Sheller desarrollaba
espiritual que poco ha hecho nuestra
ya esta posición, como lo destaca
institución oficial por sacudir. Por
Curtius, pero es Ortega y Gasset que consiguiente, tenemos que insistir en
la recoge en su “ Misión de la Uni­ la adecuación de la enseñanza uni­
versidad” , el que le da verdadera po­ versitaria a la realidad nacional. En
pularidad, si así puede hablarse, en el deber, de impartir sobre la con­
el mundo hispano-americano. Des­ que estimular la actividad filosófica,
pués de él, se ha convertido en un sociológica, etc., que tenga por base
lugar común el concepto de la triple nuestros problemas, sin desconocer
misión de la Universidad: creación desde luego la universalidad de todo
y trasmisión de la cultura, investiga­ conocimiento, así como reivindicar
ción científica y formación de profe­ para la Universidad el derecho, y aún
sionales. El movimiento reformista el deber de impartir sobre la con­
rioplatense que hizo siempre la con­ ciencia pública orientaciones éticas!
fusión de los dos primeros aspectos, fundamentales. En el orden de la
ha sentido también las nuevas in­ búsqueda científica concreta, la ne­

— 240 —
cesidad se agudiza; hay que dotar a lo hemos determinado, ese sí requiere
los instituciones de investigación de la creación de nuevos órganos. Como
recursos que le permitan afrontar la puede verse es las conclusiones, pro­
vasta tarea de adueñarse de nuestro yectamos en ese sentido dos seccio­
medio natural como de nuestro me­ nes especiales: la Sección de Ense­
dio “ institucional” , empleando esta ñanza Preparatoria y la Facultad de
expresión en su sentido lato. En el Estudios Superiores.
orden de la actividad técnica, la Uni­ La primera no corresponde, como
versidad debe, por una parte, man­ pudiera creerse, a los actuales cursos
tener una preocupación “ realista” en preparatorios que subsiguen a los se­
la preparación de sus profesionales, cundarios. Dichos cursos tuvieron
y por otra, contribuir con el aseso- un fin expreso, cumpliendo en la rea­
ramiento de sus cátedras o de sus la­ lidad otro muy distinto. Se quiso que
boratorios, a la dilucidación de los fueran una introducción a los estu­
problemas inmediatos que se le van dios especializados de la carrera. Este
planteando a ,1a colectividad, espe­ papel, que no lo cumplen sino muy
cialmente por el órgano de los pode­ accesoriamente, entendemos que de­
res públicos. be ser llenado por cursos hechos den­
tro de cada Facultad al ingresar a
III
ella. En cuanto a la práctica de los
De acuerdo con los fines atribui­ actuales cursos preparatorios, éstos
dos a la Universidad, hay que esta­ son en realidad una irracional am­
blecer su estructura. pliación de Secundaria, que conside­
Hemos dicho al principio que con­ ramos urgente revisar.
cebimos la enseñanza media organi­ La Sección de Enseñanza Prepa­
zada aparte de la Universidad, por­ ra,toria que nosotros colocamos como
que la función de “ cultura general” primer ciclo, a la entrada de la Uni­
que realiza está fuera de las finali­ versidad, queremos que sea una cosa
dades de 'ésta. Dentro del sistema muy distinta a todo eso. Luego de los
que rige en el país, quedarían enton­ estudios medios y antes de los espe­
ces, como órganos universitarios sólo cializados, el estudiante debe pasar
las Facultades profesionales y los ins­ por un momento del proceso educa­
titutos a ellas anejos. En esa forma tivo donde adquiera: primero, una
estarían contemplados únicamente el seria base de cultura humanista he­
fin de técnica, que lo cumplen las pri­ cha con ese sentido “ fermentar de
meras, y el fin de investigación, que que habla Vaz Ferreira, que le sirva
lo cumplen los segundos, aunque muy de afirmación de su personalidad to­
imperfectamente por su escaso nú­ tal frente al complejo de la vida co­
mero y la precariedad de sus recur­ lectiva, y de defensa contra la acción
sos. estrechante de la especialización; se­
La organización se mantiene en gundo, un método de trabajo mental,
nuestras conclusiones. Claro que hay sea para la investigación experimen­
que proceder a la revisión de las ta,! sea para el raciocinio puro. Este
orientaciones pedagógicas dominantes ciclo debe ser previo al ingreso de
dentro de cada Facultad así como a cualquier Facultad, sin perjuicio de
tonificar los institutos de investiga­ que haya una polifurcación optativa
ción y crear muchos otros nuevos. en sus últimos cursos.
Pero eso debe hacerlo la misma Uni­ Queremos que se tenga especial
versidad, para lo cual hay que sumi­ cuidado en no confundir esta proyec­
nistrarle los medios necesarios. tada Sección, ni con la enseñanza se­
Ahora, el fin de cultura, tal como cundaria, ni con la actual prepara­
— 241 — 16
toria. Responde a lo que es una rea­ pendencia cultural. Brasil, Argenti­
lidad en otros países, especialmente en na, Chile, Perú, sin hablar de los paí­
Estados Unidos. Luego de la enseñan­ ses europeos, cuentan con él. Entre
za secundaria o intermedia, como allí nosotros sigue siendo aspiración.
se la llama, se pasa a la Universidad, I.V
en la cual existe, previo al estudio
profesional, un ciclo de formación cul­ En lo que respecta al gobierno del
tural, el “ College” , con las caracte­ Claustro vamos a ser breves, porque
rísticas, — no siempre, parece, bien es una de las cuestiones donde exis­
cumplidas — que esbozábamos recién. te acuerdo más unánime, al punto
Su fundamento es evidente. Hemos de que las ideas reformistas van te­
de citar, sin embargo, por si fuese niendo un principio de realización en
necesario, el testimonio de un peda­ la misma práctica universitaria, aun­
gogo de la significación de Spranger, que sin la fuerza legal de que es pre­
que señala como un gran mal de la ciso dotarlas. Así las Asambleas de
Universidad alemana la falta de un Profesores y Estudiantes se han reu­
estadio del tipo del Colegio ameri­ nido en varias Facultades y actual­
cano, preconizando su adopción. mente se ha conquistado la General
Sólo nos resta agregar que una de todos los Claustros.
comisión estudiantil pre-informante Des directivas deben perseguir la
de la delegación a la actual Asamblea revisión del régimen vigente: resta­
del Claustro, incluye en su proyectq blecer la unidad del gobierno de la
esta concepción. Casa y asentarlo en una base demo­
El segundo órgano del rol cultu­ crática.
ral que presentábamos, era la Facul­ Para lo primero es necesario au­
tad de Estudios Superiores. Esta es mentar las atribuciones de los órga­
de las cuestiones que se fundamentan nos centrales, el Rector y el Consejo
por sí solas. Desde hace años su crea­ Central, reducidos por la ley de 1908
ción viene siendo reclamo insistente a un papel de orden secundario, cuan­
de numerosas generaciones estudian­ do no decorativo. Está en la esencia
tiles, y de nuestros más distinguidos de la institución universitaria, la
profesores, entre los cuales hay que unidad fundamental de toda su obra.
citar a Vaz Ferreira, porque desde La cultura, como la ciencia, estricto
que emitió su proyecto se personifica sensu, por cuanto universales, tienen
en él el movimiento. Este instituto un sentido unitario. Su enseñanza,
es en los países que lo cuentan — que pues, debe reflejar tal característica.
son casi todos los civilizados, aunque De ahí que sea función natural de
con detalles diferenciales — el verda­ las autoridades centrales realizar
dero cerebro del cuerpo universita­ una labor de coordinación y de sín­
rio. Realiza la actividad coordina­ tesis en la orientación como en los
dora y motora de toda su acción, vi­ métodos de la docencia particular de
niendo a constituir la enseñanza su­ las distintas secciones.
perior propiamente tal. La especula­ En cuanto a la democratización del
ción desinteresada, el trabajo crea­ gobierno, se trata: primero, de que
dor, que en nuestro país se lleva a los órganos dirigentes se integren
cabo en forma dispersa e individual, con representación de todas las fuer­
con la precariedad de ello resultante, zas universitarias; segundo, de que
encuentra allí el modo de realizarse se organicen cuerpos deliberativos de
sistematizada y orgánicamente. Sólo cierta amplitud para dilucidar aque­
de esa clase de laboratorios puede llas cuestiones de fundamental inte­
salir, puor otra parte, la propia inde­ rés común. En consecuencia, hay que

— 242 —
aumentar la delegación estudiantil las asignaturas, los métodos de ense­
en los Consejos, al mismo tiempo que ñanza, las pruebas de fiscalización,
hacerla directa, y hay que consagrar etc.
legislativamente las Asambleas de Tal la enunciación del principio.
Profesores y Estudiantes. Reconoce sin embargo limitaciones
La ingerencia del alumnado en la en virtud de la interferencia de fi­
dirección del Claustro es uno de esos nes que cumple la Universidad. En el
asuntos sobre los cuales el debate orden cultural como en el científico
está cerrado. Más que los argumen­ puros, tomados aisladamente, la so­
tos teóricos, ha impuesto la solución beranía, por decir así, de la enseñan­
favorable, la experiencia, ciertamen­ za superior, no sería nunca exage­
te fecunda, de estos últimos tiempos. rada. Las exigencias o conveniencias
del poder deben serle ajenas. Pero
V la Universidad cumple asimismo el
rol de preparadora de profesionales
El problema de la autonomía ofre­ y ahí surge ya el interés inmediato
ce dificultades, porque si bien todos del Estado, que no podría discutirse
aceptan el principio, el acuerdo no por tratarse del ejercicio de funcio­
existe cuando se trata de reglamen­ nes— las de las profesiones liberales
tarlo. Se presenta en dos planos a — que requieren por su esencia mis­
los efectos de la Reforma: primero, ma el reconocimiento y el contralor
abatir por medio de la nueva ley or­ oficial. Esta es la valla que han en­
gánica la participación del Poder Eje­ contrado siempre los intentos de
cutivo en los destinos de la Universi­ emancipación de la Universidad fren­
dad ; segundo, establecer el límite has­ te al Éstado, principalmente en la
ta el cual es justificada la misma ac­ Argentina, donde tienen historia.
tividad de la ley; no sólo por la exi­ Se han propuesto distintas solucio­
gencia positiva de los preceptos cons­ nes : para algunos habría que ir al
titucionales, sino también por los de­ desglosamiento de esa función, ha­
rivantes de la concepción doctrinaria ciéndola cumplir por instituciones
del asunto. extrauniversitarias. Para otros, sin
Teniendo en cuenta eso, vamos a hacer tal desglosamiento, debe esta­
ver los distintos aspectos de la auto­ blecerse como única vinculación con
nomía. Pueden establecerse cuatro: el poder central, el examen de Esta­
de gobierno, docente, administrativo do que correría por cuenta de aquél y
y financiero. que sería el modo de habilitación pro­
Él primero va implícito en la demo­ fesional. En un caso como en el otro,
cratización del gobierno universita­ quedaría la Universidad esencialmen­
rio : todas las autoridades deben ser te como foco de cultura y de ciencia,
elegidas por el propio Claustro. Hay con autonomía integral.
que retirarle entonces al Ejecutivo la Como soluciones de futuro no pue­
facultad de designar al Rector y de den, sin duda, ser desechadas, sino,
confirmar a los decanos. por el contrario, deseables. Pero con
La autonomía en lo docente ha cons­ vista a reformas inmediatas, hay que
tituido una de las reivindicaciones concluir que nuestros medios no es­
esenciales de la Reforma. En su de­ tán todavía preparados para seme­
terminación pedagógica y técnica el jante innovación. Nos inclinamos así
Claustro debe ser soberano por la je­ a una posición intermedia entre esas
rarquía incuestionable de su función. y la vigente, que es por otra parte,
Ello implica: libertad para fijar los la más aceptada- Consiste en consa­
planes de estudio, los programas de grar la autonomía docente, pero re­

— 243 —
servándose el Estado, como excep­ por el Parlamento de Rentas Genera­
ción, ciertas garantías en el orden les. En el primer caso a la autonomía
profesionalista. Esta es la actitud será total ; en el segundo, deberá ad­
que se impone en nuestro país, tanto mitir la aprobación legislativa de los
más cuanto que hasta ahora entre presuupestos globales, conciliándose
nosotros ha sido la preparación para así ambos fueros.
las carreras liberales, la actividad Lo referente a las rentas de la Uni­
casi total de la Universidad. versidad tiene enorme importancia.
Esas garantías son, primordial­ Nada podrá hacerse si no se cuenta
mente, la fijación por ley de las pro­ con medios económicos. El legislador
fesiones, cuya enseñanza debe ser im­ no puede tocar el resto del problema
partida ; y el número máximo de años si no está dispuesto a ser radical en
que cada una de ellas debe durar. este punto. Creemos innecesario abun­
Además, no podría negársele al Es­ dar en una cuestión sobre la cual tan­
tado la facultad de crear dentro de to se ha hablado.
la Universidad nuevas Secciones o * * *

institutos, que quedarían desde luego


El análisis de la autonomía no está
bajo la superintendencia autónoma
agotado. Cubriendo todo esos aspec­
de aquélla, y sin perjuicio de que ésta tos que acabamos de ver, se presenta
misma pueda crearlos libremente la cuestión de los recursos adminis­
dentro de sus recursos. trativos por los actos de órganos uni­
En cuanto a la autonomía admi­ versitarios.
nistrativa, no requiere mayor funda- Toda acción legislativa, aquí como
mentación. La Universidad debe nom­ en cualquier otro punto, debe recono­
brar y revocar a sus profesores y em­ cer como base las disposiciones, cons­
pleados, dictarse sus reglamentos, re­ titucionales. La carta del 17 en su ar­
gir su marcha interna. tículo 100 establecía, entre otras atri­
Nos queda la autonomía financiera. buciones asignadas al Consejo Na­
Tiene dos sentidos: primero, que la cional sobre los entes autónomos, que
Universidad pueda ser dotada de un él entendería en los recursos admi­
fondo propio; segundo, que pueda nistrativos, según las leyes. Caída
disponer de sus dineros sin necesidad dicha Constitución por el golpe de
de fiscalización parlamentaria. fuerza del 31 de Marzo, y sin pers­
Para lo primero se han propuesto pectiva de ser restaurada, no pode­
varios procedimientos: contribución mos seguir hablando del Consejo Na­
de todo profesional que ocupe un cional. En cuanto a la pretendida
puesto público remunerado, impuesto Constitución de la dictadura, no la to­
sobre las trasmisiones hereditarias; mamos en cuenta, por ser ilegítima.
creación de un empréstito; afecta­ Por tanto, hasta que no surja una
ción al producido por las industrias carta constitucional de origen popu­
e instituciones del Estado, etc. Cual­ lar, desde nuestro punto de vista no
quiera de estas soluciones, fodab podemos especificar ante qué órga­
ellas juntas u otras que podrían sur­ nos serán entablados los recursos.
gir, deben tenerse en cuenta al tiem­ En cambio podemos señalar desde
po de ir a legislar, que es la oportu­ ya que hay que hacer una distinción
nidad de concretar en esta materia. en esta materia: los recursos pueden
En cuanto al empleo de los fondos, ser por violación o de la Constitución
la solución será distinta según que o de las leyes, o de los reglamentos.
se disponga de un patrimonio propio, De ellos, sólo los de los dos primeros
o que se manejen recursos extraídos grupos deben deducirse en forma ex­

— 244 —
tra universitaria. Los últimos deben los estudiantes, y el material de aqué­
tener solución dentro del Claustro, llas. Esta última nos parece la forma
organizando como tribunal al Con­ más racional y efectiva de llevar a
sejo Central. 1?. práctica el principio. Pero hay
que observar que no se trata de Uni­
VI versidades en su sentido propio, ni
de enseñanza superior. Nos limita­
Finalmente, corresponde tratar los mos aquí, pues, a señalar la impor­
medios por los cuales la Universidad tancia, y más que eso la urgencia de
ha de hacerse cargo de la desigualdad su creación en número bastante para,
social, procurando la participación llenar cumplidamente su misión en
en los bienes de la cultura, del ma­ los medios populares, sobre todo
yor número posible de personas. He­ obreros-
mos dicho que esto no tendrá solu­ Hemos expuesto lo que juzgamos
ción de fondo dentro de la actual so­ ser principales puntos a abordar por
ciedad. Pero cabe iniciar el proceso. la ley de Reforma Universitaria.
En ese sentido la ley debe, en pri­ En una materia tan vasta, es na­
mer lugar, asegurar la permanencia tural que puedan observarse lagunas.
en el seno del Claustro de aquellos Pero en todo caso no afectarían a lo
estudiantes que habiendo llegado a fundamental de la construcción.
él, luchan con dificultades económi­ No podría tampoco entrarse el de­
cas; en segundo lugar, hacer que la talle de las cosas en tanto no se esté
Universidad salga de sí misma para inmediato a la obra parlamentaria
acercarse al pueblo, cumpliendo una de reforma. Y hemos, además, acla­
obra de extensión cultural. rado que no nos corresponde conside­
Para lo primero, deben crearse be­ rar sino el aspecto legal del proble­
cas para costear los estudios del ma, dejando de lado el de orden do­
alumnado sin recursos, en la forma cente o técnico, salvo en lo que fuera
que reglamentarían las autoridades indispensable para definirse en aquél.
universitarias. Rey Pastor propone Esto explica que no hayamos hablado
también un sistema que rige en al­ de cuestiones tan importantes, por
gunas Universidades españolas, con­ ejemplo, como el método de enseñan­
sistente en anticipos reintegrables za por medio de seminarios, o en otro
que recibe el estudiante en los últi­ orden, más de organización, del esta­
mos años de la carrera cuando se en­ tuto del profesorado, asunto éste de
cuentra en estrecha situación econó­ trascendencia verdaderamente vital.
mica para terminarla. Todo esto po­ Toca al Congreso decir la última
dría quedar librado a la acción autó­ palabra.
noma del Claustro, pero nos parece
más garantizado fijarlo por ley. I. Conclusiones
Para lo segundo, o sea la realiza­
ción de la Extensión Universitaria, 1. Las exigencias actuales de Re­
que en otros países tiene larga tra­ forma Universitaria derivan de la ca­
dición, caben dos soluciones legisla­ ducidad del régimen capitalista que
tivas: o crear institutos anexos a las requiere suplantación en todos sus
secciones de enseñanza universitaria, órdenes. En consecuencia aquélla no
bajo su directa superintendencia, u podrá tener realización integral
organizar aparte las llamadas Uni­ mientras éste no sea totalmente sus­
versidades Populares, sin perjuicio tituido por una nueva organización
de la colaboración de los profesores, de la sociedad.

— 245 —
11. Misión de la Universidad h) Facultad de Agronomía.
i) Facultad de Veterinaria.
2. La Universidad debe concebirse 3" Los institutos de investigación
como la institución pública destinada científica adscriptos a las secciones
a crear y trasmitir la cultura supe­ designadas en el número anterior.
rior, realizar investigación científica
y preprar para el ejercicio de las pro­ IV. Gobierno
fesiones intelectuales.
3. Debe cumplir sus fines en fun- 7. La Universidad se regirá en
'ción de la realidad nacional, contri­ forma autónoma por un sistema de­
buyendo al planteamiento, estudio y mocrático de gobierno, con la parti­
solución de los problemas del país, y cipación de todas las fuerzas que la
sirviendo de orientadora del espíritu integran.
público. El voto eleccionario como las se­
siones de sus organismos dirigentes,
III. Estructura serán públicos.
8. El gobierno central lo forman el
4. La labor docente de la Univer­ Rector, el Consejo Central Universi­
sidad se llevará a cabo en dos ciclos: tario, y la Asamblea de los Claustros.
uno de formación cultural, común a 9. El Rector será electo a mayoría
todos los que ingresen a ella, y otro absoluta de votos por la Asamblea
especializado. de los Claustros, teniendo las siguien­
5. El primer ciclo se realizará por tes atribuciones principales:
medio de una Sección de Enseñanza a) la representación de la Univer­
Preparatoria que tendrá por misión sidad.
específica impartir una cultura hu­
b) la presidencia del Consejo
manística y científica básica y capa­
Central Universitario-
citar para el trabajo intelectual de
raciocinio e investigación. c) la integración y con voz y fa­
Sus cursos serán previos al ingre­ cultad de iniciativa de todos los
so a cualquier Sección especializada. Consejos Directivos de Sección.
6. El segundo ciclo comprenderá: d) la redacción del presupuesto de
la Universidad teniendo en
1" La Facultad de Estudios Supe­
cuenta en lo pertinente los pre­
riores que impartirá enseñanza des­
supuestos que le eleven las res­
interesada dirigida a fomentar la in­
pectivas Secciones.
vestigación original y profundizar e
incrementar la cultura. 10. El Consejo Central Universi­
2° Las siguientes Secciones de en­ taria estará integrado por el Rector
señanza profesional: y por el Decano, un delegado de los
profesores y otro de los estudiantes,
a) Facultad de Derecho y Cien­
cias Sociales. de cada sección.
b) Facultad de Medicina. Tendrá las siguientes atribuciones
c) Facultad de Ingeniería y Ra­ principales :
mas Anexas. a) la organización y superinten­
d) Facultad de Arquitectura. dencia de la actividad adminis­
e) Facultad de Ciencias Económi­ trativa y docente que no esté
cas. atribuida expresamente a una
f) Facultad de Odontología. Sección determinada.
g) Facultad de Química y Farma­ b) aprobar el presupuesto general
cia. de la Universidad.

— 246
e) conocer y fallar los recursos por c) convocar a la Asamblea del
violación de los Reglamentos Claustro una vez al año por lo
Universitarios. menos.
d) declarar intervenida una Sec­ 15. La Asamblea del Claustro, es­
ción. tará integrada por todos los profe­
e) crear Secciones nuevas de la sores de la Sección y una delegación
Universidad, cursos de investi­ estudiantil igual a la mitad, por lo
gación o de cultura superior, menos, del número de profesores.
y obras de extensión universi­ Tendrá las siguientes atribucio­
taria, presupuesto o signifiquen nes principales:
aumento obligatorio de los es­ a) designar al Decano.
tudios vigentes solicitará auto­ b) dictar normas sobre orienta­
rización legislativa. ción general de la enseñanza,
11. La Asamblea de los Claustros métodos de ésta, regímenes de
estará integrada por delegaciones de exámenes y provisión de cáte­
igual número de consejeros, profeso­ dras.
res y estudiantes de cada Sección.
l'endrá las siguientes atribuciones V. Autonomía
principales:
a) designar al Rector. 16. La Universidad tendrá com¡i
b) trazar normas sobre la orien­ pleta autonomía en la designación de
tación general de la Universi­ sus autoridades, así como en su ac­
dad. tividad docente, administrativa y fi­
nanciera, sin más limitaciones que
12. El gobierno de las Secciones
las que establezcan concretamente la
lo forman el Decanq, el Consejo Di­
Constitución o las leyes.
rectivo y la Asamblea del Claustro.
17. La designación de autoridades
13. El Decano será electo a mayo­
se hará en la forma electiva autóno­
ría absoluta de votos por la Asamblea ma que se especifica en el capítulo
del Claustro de la respectiva Sección, anterior.
teniendo las siguientes atribuciones
principales: 18. La autonomía docente de la
Universidad implica que ella se dic­
a) la presidencia del Consejo Di­ tará libremente los planes de estu­
rectivo de la Sección. dios, los programas de las asignatu­
b) redactar el presupuesto de la ras, los métodos de enseñanza, las
Sección. pruebas de contralor.
c) fiscalizar la marcha adminis­ Sin embargo debe la ley determi­
trativa y docente de la Sección. nar : a) las profesiones para las cua­
14. El Consejo Directivo estará in­ les la Universidad está obligada a
tegrado por el Decano, por igual nú­ preparar; b) el número máximo de
mero de delegados de los profesores años que ha de durar cada una de
y de los estudiantes y por una repre­ esas carreras.
sentación menor de los egresados. 19. La autonomía administrativa
Tendrá las siguientes atribuciones de la Universidad implica que ella
principales: tiene la facultad de nombrar y revo­
a) la organización y superinten­ car sus profesores y empleados, así
dencia administrativa y docen­ como de dictarse sus reglamentos-
te de la Sección. 19. La autonomía administrativa
b) aprobar el presupuesto de la de la Universidad implica que ella
Sección. tiene la facultad de nombrar y revo­

— 247 —
car sus profesores y empleados, así mentos los recursos tendrán solución
como de dictarse sus reglamentos. dentro del Claustro.
20. La Universidad dispondrá a
su arbitrio del patrimonio propio de VI
que, para cumplir sus fines, deberá
dotársela. Mientras ese fondo no se 22. La ley organizará subsidios
cree, dispondrá libremente de las ren­ económicos, como becas o anticipos
tas que en forma global le vote el para los estudiantes que no puedan
Parlamento. costear sus estudios.
21. No habrá más recursos admi­ 23. La ley creará organismos de
nistrativos ante órganos constitucio­ extensión universitaria con la cola­
nales extra-universitarios que por boración de los profesores, los estu­
violación de derechos emergentes de diantes y el material del Claustro, a
la Constitución o de las leyes. Cuan­ fin de llevar la cultura al seno del
do se trate de violación de los regla­ pueblo.

— 248 -
LA NUEVA UNIVERSIDAD Y LA REFORMA
UNIVERSITARIA DE FONDO
por
ELIO GARCIA AUSSTT
(uruguayo)

(1931)

CUANDO, días atrás, comentando


las incidencias del Congreso Uni­
versitario ( x) expresé el de­
es como el quicio sobre el que ha de
gravitar la juventud, si persiste en
darse un sentido y una orientación en
seo de conversar con estudian­ la vida. El reciente Congreso Univer­
tes sobre la intervención de la sitario ha ofrecido, a quien lo con­
juventud en el gobierno universitario, templara sereno e imparcialmente. un
estaba lejos de pensar que vendría espectáculo digno de atención y muy
aquí, a hacer una disertación, a expo­ significativo del estado espiritual de
ner una conferencia. Mis propósitos
este intante. A las deliberaciones del
eran más limitados y sin duda alguna
Congreso concurría un público bastan­
más en armonía con mi natural idio-
te numeroso. Lo constituían cuatro o
sincracia. Conversar, charlar, cambiar
cinco delegados extranjeros, muchos
ideas, recibir e insinuar sugestiones
en el ambiente sencillo, modesto, pero representantes del personal docente
singularmente acogedor de la Asocia­ de enseñanza secundaria, algunos de
ción de Estudiantes de Medicina, me Farmacia y Veterinaria, etc., muy po­
hubiera) complacido más que venir cos de Derecho y tres de Medicina: los
aquí, a este Paraninfo que, como todos profesores Maggiolo y Rossi que tu­
los paraninfos es grande, frío, solem­ vieron participación activa y el que
ne, protocolar y como tal encogedor habla se limitó al rol de espectador.
de ánimo, inhibidor de entusiasmos. Pero además y esto es lo importante,
Pero ya que los dinámicos animadores una tercera parte, sino la mitad del
de la Asociación no se resignan a con­ público, estaba formado por una nu­
siderarme simplemente como uno de trida delegación estudiantil y una ba­
los suyos — tal vez porque sin que­ rra igualmente numerosa. Esta inter­
rerlo ellos cultivan cómo una aristo­ vención estudiantil salvó el Congre­
cracia de la edad— y se han creído so. Mejor dicho, lo salvó a medias, ex-
obligados a ofrecerme esta tribuna, teriormente. Estoy seguro que sin la
aqui estoy, dispuesto a expresarles sin concurrencia del estudiante, el certa­
reservas ni eufemismos, mis reflexio­ men se hubiera desarrollado en un
nes sobre un problema ideológico que ambiente de fría corrección, sujeto a
(1 ) E l au tor se refiere al C on greso U n iversitario am erica n o de profesores, con delegados
estudiantes, reunido en 1931 en M ontevideo, con m em oran do el centenario de la C onstitución del
año X X X .

— 249 —
un protocolo estricto, con demostracio­ No-son soluciones de estructura, de
nes de respetuosa deferencia hacia los organización, lo mism?o de orientación,
gobiernos extranjeros que han tenido las que surgen ahora. No es recons­
la gentileza de hacerse representar, truyendo los estatutos de Universi­
con ponencias y mociones que se hu­ dad y fijándole nuevos postulados,
bieran votado casi siempre en home­ como han de corregirse los males que
naje a sus autores o por su aparente desvirtúan su acción y aminoran su in­
finalidad, pero que sólo por excepción fluencia social en el instante que corre.
expresarían un pensamiento reflexivo Pretenderlo es como querer hacer bue­
o un sentimiento dominante. Es así, nos pueblos tan sólo con buenas cons­
por otra parte, que se hace el desarro­ tituciones. El origen del mal — para
llo habitual de casi todos los congre­ emplear una banalidad médica — está
sos. Pero en este, que comento, la pre­ en otro lado. Está sobre todo en el
sencia estudiantil puso una nota, sino profesor que enseña, en el dirigente
inesperada e insólita, por lo menos in­ que manda, en el profesional que
acostumbrada, tal vez un poco descon­ ejerce, y también, aunque en menor
certante, pero de cualquier modo la grado, en el estudiante que aprende.
única digna de interés. La delegación Es un problema de hombres, de per­
estudiantil animó los debates, formuló sonas, de cultura individual, de con­
mociones atrevidas, obligó a definir textura intelectual y ética, el que hay
actitudes; trajo a las discusiones ideas que encarar y resolver, aun cuando
nuevas, aspiraciones de progreso; en para muchos teóricos importe esto re­
resumen, infundió al anémico certa­ bajar el significado de la cuestión.
men un calor y una vivacidad que le Trataré de precisar mi punto de vista.
devolvió la apariencia de la salud. Pero antes deseo responder una ob­
He ahí el rasgo saliente del Con­ jeción que sin duda ya se ha formu­
greso: una grave reunión de profeso­ lado en el espíritu de los que me es­
res, profesionales y pedagogos que se cuchan. Se preguntará por qué yo no
salva del vacío merced al inquieto di­ expresé en el seno mismo del Con­
namismo estudiantil. Pero ¿se salvó greso estas ideas que me parecen tan
realmente? Anticipémonos a decir
evidentes. Lo diré con toda franque­
que en nuestro concepto, no. Es esta
za: porque no se me hubiera com­
la idea que yo trataré de desarrollar
prendido, o mejor aún, porque no se
en la presente disertación. Este Con­
hubiera querido comprenderme. Y no
greso del Centenario, como muchos
otros, estaba necesariamente condena­ es que lo que yo pueda decir }sea
do a esterilidad e intrascendencia, a complejo, ni difícil, ni abstruso. Es
pesar también del aporte de sangre muy simple y hasta banal, si se quie­
nueva. Se habló mucho en él de ex­ re, cuando se piensa en ello. Pero
tensión cultural y universitaria, de la justamente todo está en querer pen­
democracia en las aulas, de estímulos sar en ello. Y esta sí que es tarea di­
y protección a la ciencia, de renova­ fícil, sobre todo cuando no hay un in­
ción orgánica de las universidades, terés presionante en realizarlo Para
etc., etc. Son los lugares comunes, de pensar con provecho es menester li­
los que se hace uso y abuso cada vez brarse de ese conjunto de fórmulas
que se plantean problemas fundamen­ y normas estereotipadas: esquemas
tales de enseñanza y cultura, y con los mentales, prejuicios intelectuales,
que cada uno se hace la ilusión de en­ simpatías ideológicas, atracciones
mascarar su esencial desconocimiento afectivas; de toda esa pesada carga
de la cuestión. de moldes invariables que a cambio
de facilitar el esfuerzo de cada día y
ofrecer a cada instante el surco ya

— 250 —
hecho, ahoga la espontaneidad y es­ ro no precisamente por donde cree el
claviza la inteligencia. estudiante que la hay. No es porque
Y el Congreso Universitario no ofre­ integre alguna autoridad universitaria
cía un ambiente muy propicio — es y se admita su opinión sobre alguna
ésta al menos mi opinión personal— a cuestión docente, que el estudiante ha
quien aspira a perturbar la armonía vuelto a la conciencia de sí mismo
casi envidiable en que los ¿.'¿mores como tal. El problema es más hondo,
congresales, desarrollaban su labor, y y la solución no puede ser tan sim­
plista.
donde parecía que cada cual pugnara
En realidad los estudiantes se in­
por superarse en el elogio ditiràmbico
quietan y hasta cierto punto se revo­
de la democracia y en la protección lucionan porque tienen, individual y
desinteresada de la ciencia. Manten­ colectivamente, la impresión de que la
go sí la convicción de que los estu­ Universidad de ahora no cumple su
diantes hubieran querido comprender­ cometido, no llena su misión, no sa­
me y me hubieran prestado una aten­ tisface su destino. Tal vez esa impre­
ción deferente. Hay siempre en el jo­ sión no se concrete en pensamiento
ven el deseo, y en algunos el afán, de claro y distinto, no se revela a la con­
reflexión, y por otra parte su espíritu ciencia como un hecho definido. No
está menos tocado por aquella defor­ existe menos por ello, pues el compor­
mación cultural que Jos años marcan tamiento, la conducta, la actitud es­
sin remedio. Pero hablar para ellos tudiantil, si traduce alguna cosa —y
tan sólo, hubiera parecido desplazado algo debe traducir al través de su
en el Congreso. Por eso me abstuve afán intervencionista— no puede ser
de hacerlo allí y lo hago en cambio sino un sentimiento de insatisfacción,
aquí complacido. de no conformismo con el estado ac­
Y ahora vuelvo a mi tema inicial: tual de cosas. El estudiante quiere,
el hecho saliente del Congreso Uni­ ansia que la Universidad le procure su
versitario fué la actitud estudiantil y alimento espiritual, que cultive sus
esa actitud vale sobre todo como sig­ aptitudes, que le ofrezca, en elementos
no revelador de la intensa inquietud culturales, el bagaje necesario para
espiritual que agita y estimula a la desenvolverse en la vida. Y todo eso
juventud universitaria actual. Signo tiene la sensación de que no lo ¿ori­
revelador he dicho, pero debí decir be — integralmente al menos, remo de­
signo confirmador. Pues para quien biera ser— de la Universidad adonde
medite un poco en la historia univer­ va a buscarlo. Y, entonces, interviene
sitaria de los últimos quince años, lo en los claustros, clama reformas, exi­
que se destaca con caracteres más ge cambios bruscos y radicales, se lan­
marcados — la vista saliente de la za al asalto del gobierno universita­
época— es justamente ese desasosie­ rio. Es la presión de la grey, que ex­
go pertinaz, ese dinamismo inconteni­ terioriza para algunos, ya lo liemos di­
do, esa inquietud siempre renovada cho, el deseo de reconquistar su pro­
del estudiante. Este quiere intervenir pio destino.
en el gobierno de sí mismo, no se re­ Negar este estado espiritual del
signa a un rol pasivo, parece que as­ mundo estudiantil sería negar la evi­
pirara a modelar su propio destino. dencia ; y no querer ver en el sino una
Ya se ha dicho por alguien que el es­ agitación superficial y sin arraigo ín­
tudiante recupera, recién ahora, la timo, sería caer en el grave error al
conciencia de su verdadero valimento que no han sabido sustraerse casi to­
y de su posición central en la vida das las autoridades dirigentes. En
universitaria. todo franco movimiento de las masas,
Hay mucho de verdad en esto. Pe­ —y los estudiantes constituyen una,
— 251 —
despojada la expresión masa de cual­ cia está fuertemente impregnada esta
quier sentido peyorativo— , las fuer­ disertación.
zas que resisten, —en este caso los or­ ***
ganismos dirigentes— , empiezan por
En verdad nuestro espectáculo uni­
desdeñar aquel movimiento, por res­ versitario no es sino un reflejo, o me­
tarle trascendencia. Mas la ola sube, jor aún, una modalidad y una parte
la presión aumenta; hay que aceptar del espectáculo universal de este ins­
la realidad del hecho. Entonces vie­ tante. Una onda de inquietud se pro­
nen las explicaciones simplistas: es el paga por el mundo. En algunos secto­
espíritu de revuelta, la indisciplina; en res, el económico por ejemplo, esa in­
vez de aprender, el estudiante se ocu­ quietud deriva en angustia. En el cul­
pa de cosas que no le incumben, etc. tural se manifiesta en disgusto y des­
Pero a pesar de todo, se hacen algu­ concierto.
nas concesiones: los Consejos se inte­
gran con delegados estudiantiles, se Cada tiempo tiene su altura, su ni­
reconoce personería a las Asociacio­ vel. Toda sociedad, toda institución,
nes ; y una aparente calma retorna a lo mismo todo individuo debe esfor­
los claustros. Bajo cualquier pretex­ zarse por alcanzar ese nivel, por po­
to, la historia se repite. Con ocasión nerse a tono con su tiempo. No hacer­
de la menor incidencia vuelven las re­ lo es el origen de múltiples desventu­
clamaciones y exigencias de toda ín­ ras. Quien no se- adviene a su tiempo,
dole, reglamentarias o docentes, se lo menos que importa, es una rémora.
imponen insistentemente. Las autori­ Y casi siempre significa un obstáculo;
dades discuten una vez más, se opo­ es un engranaje, pequeño o grande
nen los mismos argumentos, y por fin que no encaja en el mecanismo gene­
soluciones de transacción apartan por ral, que aporta a menudo una pertur­
el momento los conflictos. Y así ayer, bación y a veces un trastocamiento.
Cada época es una armonía, o se es­
hoy, mañana.
fuerza por ser una armonía, que cual­
Meditemos un poco el espectáculo, quier nota discordante descompone, y
que bien vale la pena. Es por lo de­ cuando la nota que disuena la da un
más lo que no hacen en general ni di­ organismo central una institución eje,
rigentes ni estudiantes. Es lo que yo como debiera ser la Universidad, el
pretendo hacer. No lo reclamo como desconcierto adquiere caracteres gra­
un privilegio. Apenas si pretendo apa­ ves. Es lo que pasa ahora. Nuestra
recer como un lector asiduo y obser­ Universidad está en franco retardo
vador atento, que ha visto lo que han con respecto a los tiempos que corren.
visto tantos y se ha tomado el traba­ Pero consolémonos, el mal no es na­
jo de meditarlo con alguna detención. cional, ni siquiera americano. Es un
Por otra parte pensadores de fuste mal del mundo occidental, vale decir
han ahondado el asunto, y han traído de toda Universidad, pues ésta es una
a la luz del libro un caudal valioso de creación exclusiva de Occidente. No se
reflexiones trascendentales. E n t r e requiere ser sociólogo penetrante, ni
ellos es justicia mencionar a José Or­ siquiera espíritu cultivado; basta, sim­
tega, y Gasset, el vigoroso ensayista plemente, saber leer en la prensa dia­
español, que en algunos de sus libros, ria algo m(ás que una crónicas de
particularemnte en “ La rebelión de las sport, para percibir la grave crisis del
masas” y en “ Misión de la Universi­ mundo occidental, nacida con la gue­
dad” ha penetrado a fondo y señalado rra y fuertemente acentuada por la
con originalidad y nitidez las diversas post-guerra. Estad tranquilos, que no
faces del problema universitario y cul­ voy a evocar el espíritu agorero de
tural de nuestra época. De su influen­ Spengler. Crisis no importa decaden­

— 252 —
cia, sino en general justamente lo con­ ciencia —todo lo vaga que su supon­
trario: un empuje para reconquistar ga, pero conciencia al fin— de su po­
un progreso que se escapa. Y es lo der; y se rebelan, reclaman para sí lo
que está pasando en este momento. que hasta entonces ha sido el privile­
El malestar del siglo X X está en no gio de unos pocos. Las masas se
haber querido ser siglo X X y persis­ mueven por un tiempo con un aplo­
tir en querer seguir siendo siglo XIX. mo, con una seguridad admirable.
Esta última fué una centuria de relie­ Tienen la más ciega confianza en su
ve singular, y no tanto por lo que sig­ incontenible poderío. No dudan un
nifican las portentosas adquisiciones instante que puedan conquistar el
técnicas de la ciencia, sino por la re­ mundo. Pero el desencanto llega. Es­
percusión de esas conquistas sobre la te magnífico siglo XIX, que importa
conciencia de las masas. Un enorme para la adquisición del bienestar ma­
crecimiento de éstas — según Gombar, terial del hombre más que los quince
la población europea ha pasado en un siglos anteriores, es precedido por la
siglo de 180 a 460 millones de habi­ Revolución y les derechos del hombre
tantes— ; el desarrollo fantástico de y es seguido de la Gran Guerra, la
las industrias; los milagros de la cien­ reacción conservadora de post-guerra,
cia ; y, sobre todo, la difusión, la infil­ y, sobre todo, de esa desconcertante
tración dé todos los espíritus por cier­ civilización norteamericana. Habiendo
mantenido como un culto el respecto
tos principios, — Jos llamados demo­
cráticos— , que afirmaban una nueva de los derechos individuales, el evan­
gelio del hombre, el siglo XIX ha ce­
creencia, y por ciertas disciplinas,
rrado su progreso paradojal con la
— las denominadas racionalistas— que
revolución rusa y la organización ca­
consolidaban una nueva fe, penetra­
pitalista americana, que tienen de co­
ron aquel inmenso conglomerado de mún el que ambas anulan totalmente
multitudes con la conciencia, vaga al la espontaneidad del individuo y lo
principio, más clara cada día, de su mecanizan al servicio de la colectivi­
omnímodo poder, de su decisiva su­ dad. El paradojalismo de esos resul­
perioridad. Y así nació, se confirmó, tados por una parte, y por otra el tor­
se magnificó, esa absoluta, esa total mento perturbador de la Gran Guerra,
seguridad en sí mismo, en la eficacia que el siglo XIX preparó, han traído
de sus normas, en la verdad de sus a todos los espíritus este desconcierto
postulados, que es el rasgo dominante punzante que tanto los inquieta y afli­
del siglo XIX, y de las masas que los ge. De la confianza pasada no queda
desbordan. Toda la evolución del pen­ sino el recuerdo de un tiempo que fué
samiento especulativo y todo el pro­ mejor. De la seguridad, la precisión,
greso social del siglo pasado, lleva la el dominio con que el hombre se mo­
misma marca. Del racionalismo espi­ vía en el siglo XIX, y de ese imperio
ritualista al ciencismo positivista, del absoluto que creía tener sobre las co­
utilitarismo al evolucionismo y mismo sas y las fuerzas, de esa fe ciega en
al Pragmatismo; de la democracia re­ la íntima penetración por cada uno del
publicana a la socialización del esta­ mundo circundante, se ha caído en es­
do y al comunismo soviético, de Kant ta total desorientación, en esta bús­
a Taine, de los Enciclopedistas a queda ansiosa de algo, en este mano­
Spencer, de Carlos Marx a Lenine, teo desesperado y atóxico por pren­
todo el siglo se desenvuelce fuerte­ derse a cualquier tabla de salvación
mente empujado hacia la misma fina­ —un principio, una norma, un ideal—
lidad: la superación de las masas, el que devuelva al hombre el mando de
dominio del mundo por las masas. Y las cosas, y sirva para sustraerlo al
éstas concluyen por adquirir una con­ caos que sube. He ahí la trágica pers­

— 253 —
pectiva de este instante. Una como cuidad de los postulados que la de­
“ conciencia de perdición” se extiende fienden. En tanto se cree en estos lo
por el mundo; y la humanidad, sin ti­ mismo da que sean falsos. Y al me­
món y sin velamen, marcha a la deri­ nos las normas del siglo X IX tenían
va, fuertemente sacudida por los ven­ para las masas, con la fe que desper­
davales, y sin poder afianzar su ruta. taban, la convicción de que eran ver­
Yo no voy a penetrar ninguna de las daderas. De cualquier modo y cual­
honduras a que llevaría el análisis quiera que fuere su causa, la verdad
— mismo sumario— de un hecho tan es que el mundo vive una hora de in­
trascendente como el que acabo de ex­ quietud intensa y desorientación pro­
poner. No he venido aquí para eso. funda. Hasta aquí hemos insistido so­
Pero deseo que se me comprenda. Por bre todo en la faz social de la pertur­
eso insisto. Lo que quiero decir — y bación presente. Digamos, asimismo,
que ya se ha dicho muchas veces en que en el terreno estricto de la cien­
todos los tonos— no es propiamente cia, la inseguridad y el desasosiego
que las normas y los principios (el han hincado también su garra des­
ciencismo, la democracia, etc.), caros piadada. Aun aquellas disciplinas más
al siglo XIX sean radicalmente falsos, firmes en apariencia, la mecánica, la
lo cual sería un soberano absurdo; si­ física, la química, han sufrido graves
no tan sólo que esas disciplinas y pos­ sacudimientos en la última década; y
tulados han perdido para las masas del atomismo al energetismo electró­
occidentales su omnipotente influen­ nico y de la concepción newtoniana a
cia de antes, y ya no ejercen la atrac­ la teoría de la relatividad, la transfor­
ción de una creencia, ni el deslumbra­ mación de los principios se prosigue
miento de una fe. El hombre para vi­ sin cesar y la conquista de un equili­
vir, y sobre todo para dominar, nece­ brio definitivo no se vislumbra. De la
sita creer en algo, tener la convicción biología quizás hablemos algo más
de algo. Cuando las circunstancias no adelante. Volvamos a repetirlo: la
lo apremian cree en la tradición o cree nota saliente, el rasgo primordial en
en lo que se le enseña. Cuando la an­ el espectáculo del mundo occidental
gustia lo perturba — que esa angustia en todos sus planos, y del hombre en
derive de un dolor individual o de un tedas sus dimensiones, es el descon­
trastrocamiento general, reniega de la cierte, la inseguridad, la desorienta­
fe recibida y busca desesperado un ción. Y si algún sentido cabe confe­
nuevo refugio. Y es un estado de espí­ rir a la expresión “ crisis cultural” no
ritu así el que ha traído la guerra en puede ser sino el que trasciende de la
el mundo occidental. No importa por honda perturbación analizada. Pero ya
lo demás que ese estado espiritual co­ es tiempo de que volvamos a nuestra
lectivo haya sido preparado en el am­ olvidada Universidad. ¿Qué papel ha
biente social por muchas desiluciones desempeñado ésta en el siglo X IX ?
ideológicas, y en el campo filosófico— ¿ Qué influencia ha tenido en la orien­
auerramos o no hemos de vivir siem­ tación cultural de la época? ¿Cuál es
pre esclavizados a alguna filosofía— y cuál debe ser'su actitud en la crisis
por la reacción anti-intelectualista de social y cultural del presente? He ahí
fin de siglo y de su severa crítica del cuestiones demasiado complejas para
ciencismo. Mientras las masas conser­ ser tratadas en el curso breve de una
van inconmovible su fe, poco importa disertación. Pero señalemos por lo me­
que la práctica provoque desencantos, nos algunos aspectos que nos intere­
y que el más lógico y penetrante de san vivamente. Destacar la influencia
los análisis pretenda demostrar la va­ inmensa de la Universidad en la vida

— 254 ^
contemporánea sería ofender la cul­ te, diversifica las. disciplinas y limita
tura de los que me escuchan. sus horizontes haciendo así de cada
* * * profesional un especialista y de cada
profesor un ultraespecialista. Ade­
Todas las grandes conquistas del más, y esto importa mucho, la Uni­
siglo XIX han tenido en la Universi­ versidad contemporánea, llenada su
dad, cuando no su origen, por lo me­ tarea para con el profesional, consa­
nos su más firme sostén. Casi todos gra todos sus desvelos a servir la
los investigadores y sabios, han reci­ ciencia: investiga, inventa, descubre.
bido de la Universidad el sustento es­ He aquí pues lo que ofrece la Univer­
piritual que los realzara. La civiliza­ sidad : especialistas (lo repetimos: to­
ción occidental está profundamente do profesional lo es) y sabios investi­
penetrada por la Universidad. Pero a gadores, sujetos consagrados, con te­
su vez ésta ha sufrido de rechazo la nacidad benedictina, a establecer un
influencia de ese ambiente que ella hecho nuevo, una relación ignorada.
misma contribuyó a crear. Y este in­ Y también, a veces, buenos profesores,
evitable intercambio ha importado pa­ vale decir, buenos trasmisores de co­
ra la Universidad un desmedro, un re­ nocimientos. Nada más.
bajamiento. Me explicaré. La Univer­ ¿Y la propagación, la irradiación
sidad tiene por encima de todo una de la cultura? La cultura es eso, se
misión primaria, que le da un signi­ dirá. La cultura es enseañr la ciencia,
ficado propio, y es como la razón mis­ cultivar la ciencia, desarrollar la cien­
ma de su existencia: es la obligación cia. Y además, hacer profesionales ins­
de “ hacer cultura” , entiéndase bien, truidos, capacitados para el ejercicio
“ crear cultura” , y no solamente enca­ de su actividad particular. Pues bien,
rrilar, organizar, aplicar cultura. eso no es la cultura. Podrá ser una
Cuando la Universidad nació en el si­ parte muy importante, la más impor­
glo XIII sabía su misión: sabía que tante en este momento, en la consti­
su único deber era intensificar y has­ tución de la cultura, pero no es toda
ta cierto punto justificar —de ahí el ésta. La confusión entre ciencia y cul­
escolastismo— la atmósfera mística, tura ha sido el factor determinante
que era también la sola cultura de la de la deformación funcional de la Uni­
época. Durante varios siglos, aún al versidad. Se han cometido dos exage­
través de los avatares del renacimien­ raciones nefastas: la de asimilar to­
to y la Reforma, la Universidad se da profesión a un ejercicio científico
mantuvo fiel a su misión esencial. Se y la de incluir toda cultura en el pe­
defendió siempre como foco de cul­ rímetro de la ciencia. Veamos, pues, lo
tura, adaptándose cada vez a la mo­ qué es cultura y, para esto, transcri­
dalidad cambiante de este concepto. bamos a Ortega y Gasset, que en la
Sus otros roles fueron siempre secun­ elegancia de su estilo admirable pre­
darios. La Universidad como escuela cisa con transparencia la cuestión:
de preparación profesional recién se “ Cultura dice, es el sistema de ideas
esboza en el siglo XVII y no se 'cons­ vivas que cada tiempo posee. (Lectu­
tituye sino en el siglo XVIII, pero ra de las páginas 108, 113, de “ Mi­
siempre en carácter de función, de sión de la Universidad” ). Se percibe,
tarea accesoria. El siglo XIX hiper­ pues bien, la diferencia. La cultura es
trofia lo secundario, lo lleva al pri­ vital, esencialmente vital, porque es
mer plano, relega al olvido la misión humana, perentoriamente humana. Es
primordial y rebaja la Universidad de cada tiempo y está hecha para que
al nivel de escuela técnica, de fá­ cada uno alcance el nivel de su tiem­
brica de profesionales. Por otra par­ po” . Es el plano mismo de la vida,

— 255 —
la guía de caminos por la selva de la quietud universal, de que es reflejo
existencia” . (Ortega y Gasset). En la de nuestra juventud universitaria
cambio “ el régimen interior de la ac­ presente, proviene del sentimiento de
tividad científica no es vital” . “ A la insatisfacción que despierta en el es­
ciencia no le importa” nuestras ur­ píritu del estudiante actual la sensa­
gencias y sigue sus propias necesida­ ción de que la Universidad no llena
des” . Está por encima de la vida y como debiera su rol, porque se ha
del hombre” . “ No acaba nunca, se es­ desviado o, mejor, porque ha persisti­
pecializa y diversifica indefinidamen­ do en el desvío fundamental del siglo
te” . (Ortega y Gasset). pasado. Esta Universidad de que pa­
La Universidad, al abandonarse a reciera debamos estar tan orgullosos,
la ciencia y desentenderse de la cul­ tal como insiste en seguir siendo,
tura, ha fallado su destino. En rigor no puede sino revelarse desorbita­
esto tuvo poca importancia durante da, escapada % la órbita del tiempo,
todo el siglo X IX porque el nivel del de este nuestro tiempo inseguro, cam­
tiempo era esencialmente científico, biante, que busca en la Universidad al­
técnico; y hasta es muy posible que go que lo afirme y encuentra sólo
no la tenga en la actualidad para normas caducas, cristalizadas; cauces
Norte América donde la civilización invariables; una enseñanza rígida en
no se ha apartado del mismo surco. su orientación, incapaz de la flexibi­
Pero la corrección de esta insuficien­ lidad de “ hacer cultura” , por la erró­
cia cultural Universitaria es en cam­ nea convicción de que basta hacer
bio apremiante para la Europa Occi­ ciencia y fabricar profesionales cientí­
dental y los pueblos, como el nues­ ficos. ¡Cuánto habría que insistir en
tro, que vive bajo su influencia. Aho­ las lamentables consecuencias de asi­
ra ya no hay conformismo con la milar, no sólo ciencia y cultura, sino
ciencia tan clara, tan bien fundada, profesión y ciencia y mismo profeso­
tan racionalizada, tan portentosa en rado y ciencia! ¡ Y señalar a propósito
sus aplicaciones, ya no satisface por­ de esto último, cuánto se ganaría,
que ha perdido, como todo en el mun­ aquí, en nuestra Facutad, al modifi­
do, la firmeza de antes. car el criterio en que se persiste de
Hace 30 .años el burgués univer­ reclamar para la enseñaaza, por en­
sitario que mandaba en Europa enton­ cima de las condiciones pedagógicas,
ces podía esperar hacerlo bien, de sintetizadoras, del profesor, las cuali­
acuerdo con las exigencias de su tiem­ dades analíticas y especializadas del
po. En cambio ahora se debate en el investigador o mismo del sabio! Todo
vacío y no sabe qué rumbo tomar. esto me llevaría muy lejos y fatiga­
Podría salvarlo una cultura integral, ría vuestra atención.
vital, que desgraciadamente no tiene, Digamos aún algunas palabras pa­
y lo que es más triste todavía, no ra responder a una objeción que ca­
podía tener porque la Universidad no bría formulárseme. Se pensará tal vez
puede dársela, y mismo no sabe dón­ que las Facultades de Medicina esca­
de encontrarla. Ese “ repertorio de pan a estas críticas que acabo de ex­
convicciones” que ha de integrar^ la poner y que sólo debieran aplicarse
cultura nueva y salvadora no aparece a la enseñanza secundaria y a las
por ningún lado, y la Universidad des­ Facultades de Ciencias, Humanidades
orientada persiste en mantener el cul­ o Derecho. La Facultad de Medicina
to de ídolos caídos. enseña a ser médico, se dirá, y lo ha­
ce mediante técnicos y procedimien­
*** tos científicos.
¿De qué otro modo podría hacerlo?
Resumiéndonos, digamos que la in­ Todo eso es muy cierto, aunque ca­

— 256 —
bría señalar ya, a propósito de este visitan Norte América. Casi todos
afán ciencista, la especie de fatuidad vuelven deslumbrados por el espec­
de la Medicina, y sobre todo de los táculo fantástico del desarrollo mate­
médicos, al creerse en posesión de rial de aquel enorme país y exponen
verdaderos y postulados científicos y el mismo deseo de tomarlo como mo­
como tales exactos, permanentes, ade­ delo. Esos hospitales inmensos, don­
cuados. No voy a insistir en la bana­ de todo está tan ordenado, tan regla­
lidad de repetirles cuando se modifi­ mentado, tan standardizado, desde la
ca cada día esta famosa ciencia nues­ tarea superior del investigador hasta
tra, como es error mañana lo que hoy la labor modesta del sirviente, desde
se afirma sin reservas, con suficien­ la exposición estereotipada del maes­
cia pedante, y como se pagan a me­ tro hasta el sufrimiento mismo del en­
nudo esos errores trágicos en angus­ fermo, todo eso arrebata la imagina­
tiosas consecuencias. Las ciencias mé­ ción y magnifica el elogio inmoderado.
dicas, como ciencias biológicas qué Ha sido necesario que un médico, que
son, están plagadas de imprevistos, de no ejerce la medicina, sino que hace
elementos que no pueden sujetarse a novelas, George Duhamel, fuera a ver
un condicionalismo estricto, que des­ allí como debe verse y pusiera en cada
bordan por tanto las disciplinas lógi­ una de sus “ Escenas de la vida futu­
cas y se nos aparecen como uno de ra” un rasgo de anvarga censura para
los muchos irracionales señalados por esa civilización que si puede arrastrar
Meyerson. Sería mismoi muy intere­ nuestra admirativa sorpresa, no puede
sante estudiar, como confirmación de de ningún modo despertar nuestro
lo dicho, la evolución, en este instan­ amor y nuestra simpatía.
te de la Medicina: como se rompen los Volvamos atrás y ahondemos un
viejos cuadros, como se transforma y tema dejado de suspenso: el de la re­
hasta desvanece el concepto de enfer­ lación de ciencia y medicina. Admita­
medad, como el factor constitucional mos que fueran inconmovibles, inata­
marca cada día más la individualiza­ cables, los postulados científicos de
ción del trastorno mórbido, y como que se sirve la Medicina. Aún así con­
la medicina se lanza así en lina vía tinuaría siendo un grave error asimi­
original y propia. Todo esto habría lar toda la medicina a la ciencia. Y
que enseñarlo a los jóvenes; habría a propósito de esto séame permitido
que inculcarles estas nociones esen­ volver de nuevo a Ortega y Gasset.
ciales ; habría que pugnar por confor­ (Pág. 105 a 107 de “ Misión de la Uni­
mar en ellos un concepto y una visión versidad” ).
de la Medicina radicalmente distinta,
La Medicina no escapa, pues, a las
por muchos aspectos, a la que se ense­
críticas generales. Las sufre por el
ña hoy.
contrario más severas si cabe que las
Habría mismo que enseñarles a re­ otras disciplinas. Pero hay además
flexionar, a desechar preconceptos, a otro aspecto en esta cuestión de la
mantener una actitud espontánea, Universidad y el estudiante que de­
franca, original frente a ciertos aspec­ seo señalar, por la importancia que le
tos de la vida humana. En este sen­ concedo. Y es que el profesional, cual­
tido para demostrar hasta qué punto quiera que fuere, médico., ingeniero,
las normas invariables del pasado si­ abogado, es ciudadano de un país y
guen presionando la mentalidad del ha de desempeñar por el hecho mismo
médico contemporáneo y lo obligan a de ser universitario un rol de primera
pensar en un sentido siempre igual, fila en los destinos de ese país. Y en
bastaría recordar la uniformidad de el nuestro es superfluo insistir, en este
impresiones de todos los médicos que sentido, sobre la influencia decisiva

— 257 — 17
del médico. Sería, pues, menester se­ ambiente de las cátedras el propósito
ñalar sus múltiples deficiencias inte­ decidido de procurar a la juventud la
lectuales — de algunas de las cuales mínima satisfacción cultural que exi­
ya se ha hablado— , su frecuente li­ gen, y ahora no se les da, es que yo
mitación de criterio, su incapacidad no veo más solución que la de reno­
para encarar problemas generales sino var dirigentes y maestros. Y esa ar­
desde un punto de vista particular, dua tarea sólo cabe esperarla de los
que ya trae de enseñanza secundaria, jóvenes, de aquellos a quienes aún no
se magnifican y luego se fijan, se an­ han esclavizado esos cauces espiritua­
quilosan, a su pasaje por la Facultad. les del pasado, que si llenaron un gran
No se podría insistir bastante en la rol en el empuje de las otras genera­
urgencia impostergable de remediar ciones, han perdido para el actual
esos males. toda influencia fecundante.
Y finalmente tocamos aquí el punto “ Contemporáneos del porvenir” lla­
más delicado y trascendente de esta mó a los jóvenes Romain Rolland; y
nunca como ahora es deseable que la
disertación, lo que nos retrotrae al
pensamiento inicial. Digamos sin am­ bella expresión del escritor francés
se revele una verdad verdadera, real,
bages que no puede dilatarse por más
tiempo la Reforma Universitaria; pe­ tangible, y no tan sólo una verdad fi­
ro no tanto para cambiar la estructura gurada de retórica.
de los organismos, cuanto para modi­ En el angustiante desconcierto de la
ficar las normas que los orientan. Hay época el joven universitario debe im­
que devolver a la Universidad a su ponerse la obligación, que es tortura,
de asir el porvenir, de prender en la
función primaria. Lo reclama peren­
fugacidad de la hora que pasa algo de
toriamente una exigencia vital del ins­
ese inmenso haz de ansias y anhelos
tante. Desentenderse de esa Reforma
importa, sobre todo para los jóvenes, que forman como el aliento mismo de
su vida. Y después, difundir ese fer­
desentenderse de su propio destino,
mento animador en todos los espíri­
Y no cabe esperarlo que lo hagan
tus, infiltrarlo en todas las volunta­
conscientemente.
des; y derramar así, en el ámbito del
Pera ¿cómo hader esta reforma, mundo, de nuestro mundo, una suma
que no es de reglamentos ni de esta­ invalorable de estímulos promisores y
tutos? No hay más que un medio: masculinos aplicados a la conquista
renovando los hombres que rigen el áspera del mejoramiento. Vuelva,
gobierno universitario y señalan sus pues, a sí misma la juventud. Pené­
pautas. trese a sí misma. Encuéntrese de nue­
El único remedio eficaz está ahí. vo. Mantenga su afán, su hambre de
Tengamos el valor de reconocerlo así. cultura. Extraiga de la intimidad tan
Y es por eso que yo he dicho ya que rica y compleja de su alma lo que ya
es de una cuestión de hombres, de sería vano esperar de normas cadu­
personas, que se trata, si se quiere cas y desvitalizadas o de maestros
afrontar y resolver la cuestión sin co­ que quieren sobrevivirse, pero han
bardías. Esas personas representan, perdido todo contacto con el mundj
sin duda, sistemas, orientaciones, ten­ y se obstinan puerilmente en preten­
dencias, direcciones. Todo eso y mu­ der hacer el porvenir con los fantas­
cho más. Pero precisamente es eso lo mas de un pasado para siempre muer ■
que se quiere, o lo que se debe que­ to. Pero sepa sentirse como es. Y
rer, porque hay urgencia en suplantar tenga el valor de querer realizar, por
las prácticas y la ideología universi­ su propio esfuerzo doloroso, la gesta­
taria que por inercia nos rige todavía, ción y el alumbramiento de una cultu­
llevando al gobierno de las aulas y al ra nueva, de una vida nueva.

— 258 —
V E N E Z U E L A

LA FEDERACION DE ESTUDIANTES Y
LA REFORMA UNIVERSITARIA EN VENEZUELA
por
JOVITO VILLALBA
(venezolano)

(1936)

NTRE las características más in­ doctores lograron siempre el servicio


E teresantes del actual momento
venezolano se cuenta sin duda
de los mandones en auge, o del ex­
tranjerismo colonizante, mesa reple­
la amplitud, el vigor, la segura orien­ ta y fácil renombre de ignominia.
tación de nuestro movimiento estu­ Las más elementales reivindicacio­
diantil. Mientras en los más de los nes de la revolución cultural que a to­
países hispanoamericanos el estudian­ do lo ancho del continente se empla­
tado vegeta hoy, cómodamente margi­ za con la hecatombre de la Guerra —
nada a la vigencia angustiosa de los alumbramiento de un mundo nuevo
grandes problemas soéiales — en­ entre los hombres — quedaron largo
claustrado en dedicación superficial a tiempo “ archivadas” . La Reforma
la ciencia de textos y magistères crio­ Universitaria, con sus consignas fun­
llos, o presa a lo sumo del más frí­ damentales de docencia libre, moder­
volo mundanismo — en Venezuela, en nización de la enseñanza y democra­
su intensa mayoría, nuestros univer­ tización del régimen administrativo
sitarios y liceístas se dan de alto en en los planteles superiores, lograda
las filas, hoy como nunca diezmados en Argentina, Colombia, Uruguay,
por la represión, de nuestra lucha Chile, México, y otros países america­
contra la barbarie y el imperialismo. nos, apenas si tuvo en Venezuela otra
La tiranía entronizada por medio resonancia que la de simple novedad
siglo sobre Venezuela, redujo la vida periodística. En la “ Universidad” de
intelectual del país al más lamentable Caracas mandaba Gómez, como en to­
atraso- Desde la escuela hasta la Uni­ das las dependencias de la gran
versidad el statu quo colonial, man­ “ hacienda” que fué para él Venezue­
tenido a todo lo largo del siglo X IX la. Y más de una vez dióse el caso de
en el régimen cultural de nuestros que cierto “ colaborador” de su go­
pueblos americanos, representó en to­ bierno, célebre en fuerza de torturas
do momento la conveniencia tácita y y atropellos ejecutados a título de
la política confesada del sistema. Gó­ jefe civil o jefe de policía en una ciu­
mez necesitaba de una universidad dad del interior, pasase por úkase a
que le diera todos los años “ hornadas” la rectoría de nuestro primer insti­
de ministros dóciles, cuadros de legu­ tuto. Esto, desde luego, cuando los
leyos con la mente atiborrada por esa “ bochinches” estudiantiles hicieron
técnica de la sutileza en que nuestros necesaria la aparición de la pezuña

— 259 —
del troglodita en el tapete venerable carcelados o perseguidos, o arrojados
de la sabiduría. al extranjero. “ Dondequiera que es­
Mas todo esto, que en lo intelec­ tén juntos dos miembros de la F. E. V.
tual significa cierto retraso para las ahí estaré yo en espíritu” — escribió
masas estudiantiles, (en la medida una vez Rodó desde la mesa de un ca­
que ello no pudo ser subsanado por fé napolitano — . Rodó confundía su
el esfuerzo autodidacta) trasciende nombre con el aliento idealista de la
a la vida moral de nuestra juventud época. Ante Gómez, a pesar de la Ro­
bajo la forma de un impulso revolu­ tunda, de los grillos y las persecucio­
cionario que había de influir decisi­ nes, la F.E.V. significó siempre ese
vamente en el destino de la nación aliento idealista, profesado lealmente
venezolana. por nuestra juventud.
A través de la propia miseria de su 1928 señala la iniciación de una
clase — miseria de la mente y del etapa decisiva en nuestro movimien­
cuerpo — los sentidos del estudiante to. He nombrado a Rodó, maestro en­
se abrieron a la percepción de cuan­ tonces de América. Sirva su nombre
to pasaba en las barriadas misera­ para caracterizar la orientación de
bles, en los cuarteles regidos por el las generaciones precedentes: las ins­
látigo, en las cárceles atestadas de piraba cierta vaga noción de una mi­
víctimas, en el agro feudalizado, en sión social, que aparecía más como
los tambos de la región petrolera, don­ “ deber” o como “ actitud” — especies
de el tacón del rubio intruso estig­ individualistas, ambcs modos román­
matiza el rostro ciudadano de nues­ ticos” — que como impulso generado
tros trabajadores. Y así, sucedió que en la entraña misma de las realidades
cuanto nuestros estudiantes apren­ sociales. El último acto de esa prime­
dían, pasaba, según la norma de Fray ra etapa “ fevista” es la Semana del
Bartolomé de las Casas, por el “ co­ Estudiante, el suceso con que empie­
razón abierto a cosas de humanidad” . za nuestra lucha en 1928: — la co­
La Universidad, llena de espías, aho­ ronación de una reina — , el habla ja ­
gada en escolásticas, atada al poste cobina — , el énfasis idealista. Nos
de la conveniencia de un régimen pa­ creíamos la generación predestinada.
ra quien la cultura tenía la signifi­ Gómez era para nosotros el hombre
cación de un suicidio, fué también el “ malo” de la tesis liberaloide. Su des­
crisol de una juventud a quien la lu­ aparición, la técnica milagrera por la
cha social habría de salvar del pro­ cual nuestra patria amanecería ej
fesionalismo egoísta y a quien el li­ día de la Pascua Revolucionaria con­
bro no servía de muralla de la Chi­ vertida en el mundo de Cándido, en
na para cuanto hay de esencial y fe­ el “ mejor de los mundos posibles” .
cundo dentro de lo humano. Pero nuestra prisión colectiva, a
Reorganizada por cuatro veces du­ consecuencia de las fiestas de la Se­
rante el Gobierno gomecista, — 1914, mana, provocó la huelga general en
1918, 1922, 1928 — , la Federación de Caracas, las batidas de las barriadas
Estudiantes de Venezuela fué otras obreras contra los “ chacharos” , espe­
tantas disuelta. La Rotunda se abrió cie de cuerpo mazorquero al servi­
siempre para sus líderes y militantes. cio de la tiranía. Desde la calle nos
Ortega Lima, el dirigente incompara­ llegó a la celda, donde nos encontrá­
ble de la promoción de 1914, murió bamos echados como bestias, el res­
tuberculoso en una celda. Zuloaga, de coldo dialéctico de lo que ya nos em­
La Plata, Machado, Damirón, Tejera, pujaba sin saberlo: la realidad social,
Leoni, Jiménez Arraiz, fueron, o en­ la tragedia y el anhelo del pueblo.

— 260 —
Aquella vez ya el pueblo hablaba por do, en el estudio de las realidades so­
nosotros. Y el estudiante venezolano, ciales hispano-americanas, un criterio
antes de enquistarse otra vez en su realista y científico acerca de lo ve­
antigua posición intelectualista, se nezolano. Gómez deja de ser para nos­
echó a la calle y al campo, a hom­ otros el autócrata dueño y señor de
brearse codo a codo con la realidad sus actos, para convertirse en el per­
en que hasa entonces había sido — sonen) de los imperialistas, de los
profesional, burócrata, artista — ape­ usureros, del terrateniente f e u d a l .
nas si una partícula de inconciencia. Nosotros, de generación predestinada
El Gobierno había ya liquidado la o de grupo “ rebelde” y “ ciudadano” ,
oposición caudillista. De la cárcel ha­ nos transformamos a nuestro turno
bían salido un año antes, (converti­ en soldados de la causa del pueblo, en
dos en fichas enclenques de consulto­ luchadores cuyo bagaje, en lo teó­
rio) los jefes militares rivales del rico, como en lo moral, viene de la
Presidente. El imperialismo, cerran­ vida social en que una gran mayoría
do filas en torno al régimen entre- “ trabaja, sufre y espera” . Para el
guista, liquidaba toda esperanza de nuevo criterio que nos llena, nuestra
obtener en el exterior elementos de obra se mide con las cifras del petró­
guerra. En tales condiciones el mo­ leo robado a la nación, del salario es­
vimiento popular suscitado y dirigi­ clavista, de los niños sin escuela, de
do por el estudiantado fué sorpresa la tierra acaparada por los usufruc­
inaudita para la tiranía. Se trataba tuarios de la tiranía. ..
por primera vez de un sacudimiento 1936 nos sorprende armados con
proyectado a fondo en el querer po­ este nuevo y fecundo sentido de la vi­
pular, sin nombres propios ni ban­ da venezolana. La F. E . V. de esta
derías. Algo contra lo cual no val­ última etapa es una organización sen­
drían de nada el terror, la persecu­ tada sobre un concepto realista de las
ción, el soborno, el todopoderoso so­ cosas, abierta a la verdad social, alia­
borno. El ministro Arcaya llamó a es­ da de su pueblo. Las Universidades
to “ comunismo” . Su objetivo era la Populares, las Misiones Rurales, la
revolución democrática. Pero la re­ prensa divulgadora, los cursos sobre
volución democrática planeada y rea­ temas sociales, la utilización de la ra­
lizada por métodos nuevos, a través dio, representan sus manos tendidas
del contacto con el pueblo, por las ma­ hacia el hombre; que ,crea, con su
nos del pueblo, por su fuerza. Hasta oscuro esfuerzo cotidiano, la vitali­
entonces las mal llamadas revolucio­ dad misma de la Nación. “ Creemos y
nes habían tratado siempre de apro­ difundamos la cultura para el triun­
vechar la fuerza de nuestras masas fo de la justicia social” es el lema de_
aniquilando en ellas la conciencia de su obra de cultura. “ Antes la muerte
esta misma fuerza. que una nueva tiranía” , es su divisa
Crear esta conciencia sería nuestra revolucionaria.
norma, para realizar con ella una obra En artículos posteriores enfocaré el
de efectiva incorporación democrática desarrollo de nuestra labor estudiantil
y de emancipación nacional. Lo que en 1936 y el anhelo abiertamente unio­
todavía, desde luego, está por hacerse, nista que nuestra Federación de Es­
A través de siete años de lucha y tudiantes abriga respecto a Colombia.
persecuciones — en que cada fracaso Un ligera advertencia me resta para
significó para nosotros un paso hacia terminar.
la depuración teórica y la dedicación Los gomecistas y en general todas
revolucionaria — los estudiantes per­ las derechas venezolanas acusan a la
seguidos o encarcelados vamos ganan­ F. E. V. de ser una organización po­

— 261 —
lítica militante, cuya labor desorienta Pero al mismo tiempo es una orga­
a la juventud y dilapida sus mejores nización llamada a suscitar preocupa­
energías en un apasionamiento pre­ ciones revolucionarias en el espíritu
maturo por las cuestiones candentes de sus militantes; a poner en la men­
de la lucha política y social. La ver­ te de éstos el fermento que pueda más
dad es muy otra. La Federación de tarde salvarlos al destino lamentable
Estudiantes es una organización ju ­ de un profesionalismo de tenderos.
venil, cuyo programa comprende las No es una organización política. Es sí
reivindicaciones do las más amplias una organización generadora de voca­
masas estudiantiles y cuya labor so­ ción política, de militancia revolucio­
cial presta preferente atención al de­ naria, de sentido de responsabilidad
porte, a la cultura, a cuanto dignifi­ social.
ca y hace alegre la vida. Sin esto no Con este título yo la presento, sin
habría podido conservar en su seno vanidades chovinistas ni pujos litera­
a la aplastante mayoría de la juven­ rios, al estudio y la imitación de nues­
tud venezolana. tros compañeros de América.

— 262 —
NUEVAS INTERPRETACIONES ARGENTINAS

SIGNIFICACION DEL DIECIOCHO


(IN V E S T IG A C IO N E S P E D A G O G IC A S )

por
SAUL ALEJANDRO TABORDA
(argentino)
(1932)

1. Libres palabras considere antes que como una labor


con pretensiones de solución defini­
E decido a publicar estas medi­
M taciones sobre los problemas
formativos de nuestro tiempo-
tiva — por lo demás, inexistente para
la vida del espíritu— como una libre
gimnasia con la que un espíritu cons­
Páginas escritas, sin propósitos ciente de la responsabilidad que com­
editoriales preconcebidos, bajo el im­ porta la civilidad, aspira a superar
perio con que la nueva conciencia his­ sus propias dificultades para com­
tórica propone sus interrogantes a to­ prender y superar también con ellas
dos los hombres, han sido elaboradas las dificultades del tiempo al cual
en circunstancias diversas, ora mar­ pertenece.
ginando el libro leído, ora en la emo­ En términos más precisos, trátase
ción socrática del diálogo pleno de su­ aquí de un anhelo de orden. El mun­
gestiones, ora al examinar la expe­ do que nace, nace como un orden y
riencia adquirida en la práctica de la quien quiera entrar a su reino ha de
docencia. A virtud de un afán cons­ aprender a orientar hacia ese orden
tante y atento, los materiales de la los problemas que le preocupen. Las
obra, ponderados y aquilatados por líneas centrales del orden que sube
una crítica que sólo aspira a la ver­ diséñanse ya, nítidas y claras, en el
dad objetiva, se han ido reuniendo y empeño de superación que mueve y
organizando en el común enlace del alienta el pensamiento de estos últi­
espíritu creador. mos lustros. La historia hace sesgo,
Así y todo, me apresuro a dejar y es necesario acomodar la visión al
constancia de que no estoy seguro de panorama que ya se anuncia, que ya
la infalibilidad de más de uno de los está delante de nuestros ojos. Para
juicios que me merecen ciertos proble­ ello no hay más que un medio: ir más
mas educativos. Una íntima duda no allá de las limitaciones de un positi­
resuelta todavía por el esfuerzo hasta vismo trasnochado y de un idealismo
aquí realizado y por el rigor metódico recalentado.
que he impuesto a mis investigacio­
nes, promueve, desde ya, recursos de 2. Mea culpa
revisión acerca de algunas cuestiones
que se tratan en este ensayo. De con­ En rigor de verdad, este libro de­
siguiente, estará en lo cierto quien le bió permanecer inédito siempre. Sos-

— 263 —
pecho que esta actitud hubiera sido gan los problemas de la formación de
más sabia y prudente que la que la personalidad. Tratan de pedagogía
adopto editándolo. Por que no es sólo en cuanto esta palabra puede hen­
que resulte de todo punto difícil el chirse de sentido vital, desligándose
intento de elaborar una ciencia for- de las acepciones y resonancias usua­
mativa de acuerdo con el novísimo les que la desnaturalizan y la limitan.
giro del pensamiento, tan complicado
y pródigo en perspectiva como es, y 3. El 18
como tiene que ofrecerse a quien se
ha formado bajo la influencia de la Por lo demás, justifica también
filosofía terre - á - terre que ha impe­ toda intromisión en estos asuntos la
rado siempre en la enseñanza argen­ actitud negativa que los pedagogos
tina, sino que, no siendo yo un pe­ de profesión han adoptado Siempre
dagogo de profesión, ni aspirando a frente a nuestro momento educacio­
serlo— y esto no tanto por el justifi­ nal.
cado desmonetizamiento en que han Pocos años hace— fué el año 18—
caído los pedagogos, sino por moti­ un núcleo reducido de universitarios
vos que me reservo— carezco del de­ se dió a la tarea de reveer la ense­
recho a expedirme en una materia ñanza vigente y de renovar los ins­
que no he aprobado ante una mesa titutos educativos. La voluntad se ex­
examinadora. presó en una acción inmediata. La
Respetuoso del celo con que nues­ masa estudiantil invadió las aulas en
tros maestros y profesores exigen de un levantamiento de franca belige­
los poderes públicos la sanción legal rancia. Son conocidos los episodios
de la fórmula “ la enseñanza para los capitales de aquella gesta, pues su
pedagogos’’, reconozco con franqueza rapercuSión alcanzó cdn rapidez a
que la tarea que aquí cometo Jes; varios pueblos del continente.
pertenece por exclusividad de (pre­ ¿Qué hicieron entonces los peda­
rrogativa. Lo reconozco sin dificul­ gogos de profesión? ¿Qué dijeron a
tad ; y, si a pesar de este mea culpa, la juventud insurreccionada que les
continuo adoptando una actitud de di­ negaba enérgicamente en Córdoba,
letante entrometido, no es ciertamen- en Buenos Aires, en Santa Fé y en
e con el designio de usurpar funciones La Plata? ¿Qué nuevas orientacio­
agenas sino porque, interesado como nes, qué rectificaciones propusieron
estoy por los problemas actuales, par­ a su disciplina ante la prueba rotun­
ticipe a título de hombre de la crisis da de la violencia que descalificaba
universal en la que se hunden y se se­ toda la obra de su docencia? ¿Qué
pultan fórmulas y sistemas válidos solución ofrecieron a la crisis, los
hasta ayer, y de cuya crisis no sabe­ normalistas de Paraná, los egresa­
mos bien qué valores reacrisolará el dos del Instituo Nacional de Profe­
esfuerzo creador del eápíritu humano, sores de Buenos Aires, los ciencia-
reputo irrenunciable deber el de pro­ dos de la Facultad de Ciencias de la
mover esta discusión, con lo que en­
Educación de La Plata? Casi todos,
tiendo cooperar, en la medida que me
sino todos, recurrieron a la prudente
está impuesta, en la consolidación de
sabiduría del buen callar. Enmudecie­
ese nuevo orden que, según ya lo dije, ron los viejos maestros. Enmude­
se está gestando en estos momentos.
cieron interrumpidos en sus augustas
La mejor prueba de que no de^eo labores por la estudiantina rebelde,
usurpar funciones ajenas está antici­ como sacerdotes antiguos sorprendi­
pada en el título con que he bautizado dos en pleno ritual por el asalto de
este libro. Estas investigaciones inda­ la barbarie- Debió parecerles un sa-

264 —
crilegio sin precedentes la actitud de colegios nacionales — está todavía
la turba docenda que destruía, delan­ en manos de pedagogos que sirven
te de ellos, la obra de tantos y tan a una pedagogía sobrepasada, y que,
largos años de arduos desvelos y de mientras esto siga así, nada de bue­
sostenida dedicación. no se puede hacer en orden a los lla­
Y sin embargo, guardaron silen­ mados estudios superiores.
cio los viejos maestros. Guardaron
silencio en el momento en que era ne­ Ningún motivo milita en favor de
cesario que hablaran los sostenedo­ una actitud de contemporización, o
res de la fórmula “ la enseñanza para de indiferencia, frente al ordena­
los pedagogos” . La deserción de la miento total de nuestra enseñanza.
justa a que les ha provocado la agu­ Todo él debe ser alcanzado por la ac­
da crisis de la enseñanza ¿no basta ción reformista. Reducir esta acción
a conferir personería a aquellos que, a los institutos universitarios es, no
sin ser iniciados, se interesan por es­ sólo acusar ignorancia del proceso
íormativo, sino también, y sobre to­
tas cuestiones?
do, es favorecer el viejo criterio que
Más todavía, justificada así la ac­ ha mutilado siempre dicho proceso
titud intervencionista ¿no se ve cla­ en mil partes diversas, con propó­
ramente la necesidad de declararse sitos y resultados contrarios a la en­
en estado de guerra contra los peda­ señanza.
gogos de profesión? Toda ingeren­
cia es un desalojo. Fuera acaso me­ Tenemos ya de esto una experien­
jor y más cómodo dejarles ahí, a los cia aleccionadora. Muchos de aque­
llos que hoy medran a la sombra del
unos, en el solemne mutismo en que presupuesto! escolar, llegaron hasta
se han encerrado; a los otros, cons­ apoyar, de modo más o menos subrep­
pirando en círculos y cofradías, con­ ticio, la reciente revuelta de los estu­
tra la novedad incomprendida que diantes mientras esta revuelta se li­
les ha privado de la comodidad de mitó a las aulas universitarias. Re­
los días ausentes; a los de más allá, conocieron entonces que una innova­
traduciendo con mano zurda en las ción era ahí necesaria y urgente. Pe­
columnas de cotidianos reaccionarios ro, tan presto como el movimiento
el sordo rencor contra las conquis­ quiso invadir, por lógica y natural
tas de una reforma que ha disloca­ derivación, los establecimientos se­
do su simple sistema de ideas; y, a cundarios, tal como aconteciera en el
los últimos, gestionando postreros Colegio Nacional de La Plata — la
aumentos de sueldos con miras a una magna quiés — se convirtieron en
más proficua jubilación; pero están reaccionarios feroces. Intuyeron el
todos tan identificados con las prác­ riesgo que va anexo a una revisión
ticas docentes seguidas hasta hoy, integral, y, lo que no les pareció pe­
que no se puede remover a estas sin ligroso mientras se concretara a esa
afectar de un modo directo, a sus sos­ oficina expedidora de certificados
tenedores. que es nuestra universidad, les pa­
El movimiento de renovación ini­ reció catastrófico cuando se trató de
ciado el año 18, si no quiere concre­ construir desde los cimientos en nom­
tarse a ser una vana intentona refe­ bre del principio de la unidad siste­
rida a los estudios universitarios, no mática de la enseñanza. Conviene
puede olvidar que toda la enseñan­ desconfiar de los reformistas — que
za — jardines de infantes, escuelas los hay en buen número — que afir­
primarias, colegios normales, liceos, man que el problema de la reforma

— 265 —
sólo está radicado en la enseñanza técnico y metodológico anexo a una
universitaria. Es gente que quiere revisión de estatutos y reglamentos,
enervar la eficacia del alto empeño. ha comunicado al movimiento un
O, por lo menos, es gente que no al­ matiz equívoco y contradictorio. En
canza a plantear la cuestión en sus cierto modo, parece como que, des­
términos justos. contentos con el atraso técnico de
una universidad que no formaba ya
4. Un miraje buenos abogados, médicos e ingenie­
ros, todo aquel movimiento se hu­
Pues, ocurre también que, en el biera propuesto corregir ese mal re­
fondo de tal afirmación, subyace un ajustando y reforzando la máquina
miraje que conviene poner de relieve docente construida por la era indus­
para definir posiciones y evitar equi­ trial. En toda la documentación de
vocaciones. diez años de lucha campea, como lu­
Trátase del miraje, — el miraje gar común, este pensamiento. Y, ca­
de una época entera, que ha ejercido da vez que se examinan los frutos de
y ejerce todavía influencia decisiva la campaña, se los aprecia y elogia
en todo, como lo veremos más ade­ comprobando .que “ hoy los profeso­
lante — según el cual el valor de la res enseñan mejor, y se estudia más” .
enseñanza, la enseñanza por antono­ ¿Habrá, pues, que convenir en que
masia, se mide por la capacidad téc­ la acción del año 18 no se propuso
nica y productora de los profesiona­ nada de nuevo sino apuntalar y reha­
les que lanza a la vida. Para dicho bilitar el ordenamiento existente?
modo de ver, las escuelas primarias Parece juicioso no avanzar una res­
y secundarias no ofrecen mayor in­ puesta afirmativa en base al miraje
terés porque ellas no producen el que acabo de señalar. Considerado
hombre faber. Dichas escuelas se le como un hecho aislado, puede fácil­
presentan como metas transitorias mente inducir en error. Quien quie­
que no pueden ser forzadas, como ra juzgar bien el movimiento del
obligados estadios sin finalidad pro­ año 18 ha de tener la paciencia de re­
pia que sólo ocasionan cuidados y ferirlo, pulcra y limpiamente, a la
gastos a la familia y a la comunidad. posición general del pensamiento del
Por esto es que, docentemente, les orden que nace-
asigna un valor relativo y subalter­ Este pensamiento no repudia al
no. Lo capital es el instituto del cual hombre faber; antes, por lo contra­
ha de egresar el abogado, el médico, rio, lo busca y lo necesita. Sólo que,
el ingeniero, el veterinario. Todo es­ en lugar de buscarlo en la Universi­
ta subordinado a este convencimien­ dad lo busca por otro camino.
to. De aquí que no sea tan urgente Para ello invierte los términos.
prestar atención al niño como niño Mientra la pedagogía de la era peri­
y al joven como joven sino al idó­ clitada, o, en vías de periclitar, se
neo. Estamos, pues, todavía en pleno propuso formar técnicos, declara la
auge de la pedagogía del hombre nueva que va a proponerse formar
faber. niños. Mientras aquella quiso llegar
La adhesión que muchos partida­ al adulto, forzando la niñez y la ado­
rios del movimiento del año 18 han lescencia, sostiene esta que no existe
prestado al miraje mentado, hasta el otro camino para llegar al idóneo que
punto de concebir la reforma auspi­ el de la niñez y la adolescencia. Su
ciada como un perfeccionamiento problema no es ya el de la capacidad

— 266 —
mera y simple: primero queremos del mundo casi impenetrable de la ni­
niños; después querremos idóneos. ñez. Con toda justicia observa Orte­
La inversión es tan simple y sen­ ga y Gasset, estudiando este asunto
cilla que empíricamente la advierte y a la luz de una información biológi­
comprende cualquiera cte aquellofe ca ponderada, que “ gran parte de la
que, alucinados por el espectáculo de pedagogía actual tiene el carácter de
los estudios universitarios y convic­ una caza al niño, de un método cruel
tos de que sólo desde su altura puede para vulnerar la infancia y producir
operarse toda reforma, ahincan el hombres que llevan dentro una pue­
esfuerzo por realizarla desde el sitial rilidad gangrenada” ( J).
de una Facultad. Breves años bastan La enseñanza secundaria no esca­
y sobran para demostrarles que no pa a la acusación que aquí se formu­
pueden existir estudios universita­ la a la enseñanza primaria, y tiene,
rios, siquiera sea con miras a formar además, la agravante de haberse em­
profesionales idóneos, mientras la peñado siempre — muchas veces, sin
enseñanza de las escuelas primarias saberlo — en la realización del má­
y secundarias, permanezcan en el ximo simplismo integralista. Median­
-estado de descuido en que ahora se te prácticas rutinarias, rejuveneci­
encuentran. das, pero no abolidas, en estos últi­
mos años por los aportes de la peda­
5. Pedagogía cinematográfica gogía llamada científica, se afana
en introducir de afuera adentro, en
La fórmula según la cual hemos el espíritu del docendo, todo el acer­
de dar primacía a la niñez como tal, vo de conocimientos hechos y digeri­
entraña un definitivo dislocamiento dos, en un término de cinco años de
del sistema pedagógico al uso y nos estudios preparatorios. No existe ar­
fuerza imperiosamente a plantear los te y ciencia que no sea objeto de su
problemas docentes con rigurosa su­ enseñanza. Ante los ojos del educan­
jeción al principio de la unidad sis­ do desfilan, en el film de cinco años,
temática de la formación. toda res scibile. Es como un desfile
La enseñanza primaria se ha guia­ de chicas guapas que se organiza en
do siempre por prácticas empíricas, la esperanza de que el escolar se ena-
ajenas, por completo, a una concep­ ■more de alguna, decía una vez Ra­
ción científica de la pedagogía. Su miro de Miaeztu de este cortejo es­
tarea no parece ser otra que la de pectacular de la enseñanza enciclo­
entretener los primeros años del ni­ pédica.
ño hasta que cumpla la edad en que, Los caracteres centrales de la pe­
de acuerdo al cálculo arbitrario del dagogía instaurada después de la Re­
reglamento, pueda ingresar “ con volución Francesa — el nacionalismo
fruto” a la escuela secundaria, a la y la idoneidad — presiden sus acti­
escuela normal, o al colegio nacional, vidades; y, bajo su señorío, las in­
sin haberse propuesto jamás el pro­ novaciones que, a veces, se admiten
blema que consiste en saber cómo y se refieren a las novedades técnicas
de qué modo un hombre maduro pue­ que se adquieren en todas partes- La
de intervenir en el medio vital infan­ física ya no se enseña en aulas des­
til, cómo y de qué modo el inventario manteladas sino en gabinetes atibo­
de ciencia de un hombre formado rrados de aparatos; la enseñanza de
puede relacionarse con el inventario la química es ahora experimental,

(1 ) O rtega y Gasset. B io lo g ía y P ed a gog ía . E n El E spectador, II, 1921.

-- 267 —
como lo es la propia psicología; la ra, conretémonos a decir que, aún
biología se aprende en anima vili en en aquellos planes de estudios secun­
bien provistos laboratorios; el cine­ darios que más se preocupan por
matógrafo está al servicio del dibu­ ajustarse a un concepto rigurosa­
jo, de la historia y de la geografía, mente pedagógico, bien sea conside­
asignatura esta última que, por aña­ rando dichos estudios como momento
didura, posee museos y colecciones de un solo y único proceso, bien sea
costosas; y, a pesar de todo este “ pro­ propugnando la división en ciclos des­
greso” que llena de orgullo y de sa­ tinados a dar mayor importancia a
tisfacción a los pedagogos, la ense­ materias básicas, bien sea prolongan­
ñanza secundaria no consigue alcan­ do el término de los estudios prepa­
zar sino resultados mediocres cuan­ ratorios, predomina siempre la idea
do no contrarios a los fines de la do­ del aprovechamiento utilitario con
cencia. un sensible olvido de la niñez esen­
Mediante el enorme cúmulo de ma­ cial.
terias que quiere meter en el espíri­ La reforma educacional habrá con­
tu en formación con un ahinco que seguido mucho con que sólo logre po­
supone la convicción de que ciencia ner de relieve que, tanto los medios
hecha, dosada, medida, susceptible empleados por la pedagogía al uso
de ser calculada para nueve o diez como el fin inmediato que ellos se
meses de clases, puede ser impuesta proponen conspiran contra la salud
a la mente del educando en lugar de espiritual de la juventud, que es la
pensar que debe ser inventada y re­ esperanza de la nueva civilidad.
creada por éste, ambiciona, a la vez, Para ello necesita revisar el actual
capacitar hombres “ para la vida” y estado de cosas a la luz de la ciencia
formar bachilleres aptos para ini­ pedagógica. Partiendo de la fórmula
ciarse en los altos estudios. El resul­ ya mencionada, es decir, la que pos­
tado de tal ambición, de evidente se­ tula el tratamiento de la niñez como
llo económico, es el de no conseguir niñez, ha de proponerse, modesta­
ni lo uno ni lo otro, o, en otros tér­ mente, aclarar el problema que en­
minos, más exactos, es el de conver­ trañan estos dos términos estudian­
tirse ella misma en algo contrario te-maestro.
a sus propios fines.
Un estudiante frente a un maes­
Todo esto deja la inevitable impre­ tro constituye ahora la enunciación
sión de que lo que trata esta pedago­ de un teorema tanto más difícil de
gía de información cinematográfica ser resuelto cuanto más simple y sen­
es de aprovechar, sin pérdida de cillo parece. Primeramente, se exige
tiempo y con las menores erogaciones establecer el derecho que asiste al
posibles, ese material humano que se maestro para enseñar; después, se
llama juventud. De hecho, se mira a necesita saber cómo y de qué modo
la juventud como una fuerza suscep­ ha de comportarse el maestro en el
tible de ser explotada con propósitos desenmpeño de su tarea. ¿Es que él
utilitarios: es necesario formar hom­ trasmite conocimiento a su docendo?
bres capaces de engrandecer el co­ ¿Es que él debe concretarse a fo­
mercio y de acrecentar la produc­ mentar en el niño el proceso de la
ción. Ya intentaremos poner de ma­ invención? ¿Es que hay que reco­
nifiesto de qué modo el mezquino nocer que la actividad procede del
propósito ha conseguido infiltrarse crear — ser autor — y que, consi­
en las actividades docentes. Por aho­ guientemente, siendo el niño el que

— 268 —
crea en el acto educativo, es él el de­ tuaciones ridiculas y cómicas como
positario legítimo, el único dueño de el que se podría formar con las que,
la autoridad? ¿Es que la antinomia a diario, nos suministra la torpe ig­
autoridad-libertad se resuelve en un norancia de la mayoría de nuestros
actotisi, en un acto de conciencia? educadores. No es desacertado dte-
¿O, cabe todavía una distinta posición cir que la reciente revuelta estudian­
basada en el examen fenomenológico til debe el éxito conseguido más a la
del acto educativo? explotación de ese anecdotario que a
La mera formulación de estos in­ las ideas expuestas en sus documen­
terrogantes parecerá escandalosa a tos más ponderados-
los pedagogos adictos al grosero em­ Cualquiera puede inferir de estas
pirismo que predomina todavía en la circunstancias la suerte de obstáculos
educación argentina, y, con más ra­ con que, en primer lugar, tiene que
zón, a los francos propugnadores de encontrarse la instauración de un
la llamada. pedagogía científica, cu­ sistema educativo digno de tal nom­
yos conspicuos representantes regen­ bre.
tean nuestros institutos educativos. Faltan orientaciones y faltan hom­
Pues, qué, ¿quiere verse en ese dua­ bres. Los hombres que hoy detentan
lismo algo más que un puro mecanis­ los institutos de enseñanza constitu­
mo mediante el cual una persona lla­ yen una clase definida menos por
mada maestro ejercita, desde afuera, preocupaciones espirituales que por
sobre un ente pasivo llamado alum­ intereses materiales especificados
no, la operación de llenarle el espíri­ que ellos saben proteger con destreza
tu de datos y de hechos con el pro­ mediante la influencia de la política
pósito de formarlo de acuerdo a una militante, detrás de la cual se res­
fisonomía preestablecida? Pero la guardan de riesgos y contingencias.
formulación es inevitable. Existe, es­ Prácticas perniciosas han conver­
tá en todas partes y exige un am­ tido esa clase de barberos y bachille­
plio y severo debate. No hay sino res en su rodaje imprescindible de la
que observar lo que ocurre con la re­ burocracia nativa, y se ve bien a las
forma italiana, con la francesa y con claras que nada se podrá hacer en el
la alemana para convencerse de esta campo educacional si no se comienza
sencilla, de esta evidente verdad. por independizar la enseñanza de la
Naturalmente, esta formulación no jurisdicción administrativa y guber­
tropieza con dificultades invencibles nativa, y se la entrega a órganos
en los pueblos donde una tradición competentes, ya sea a un consejo uni­
de cultura somete vivamente toda no­ versitario, como lo estimo aceptable,
vedad a sus actividades para ponde­ o a otra forma cualquiera que per­
rarla y analizarla; pero ese auxilio, mita utilizar la autonomía para los
de tanta eficacia, nos falta aquí, en fines propios y exclusivos de la do­
medios como el nuestro, donde el pro­ cencia.
fesorado se recluta no sólo entre los Es justamente a esos educadores,
pedólogos sino también en las ferias cuya actitud mental (si el término es
del comité, y donde las cátedras se admisible), por fuerza tiene que ser
dan como “ ayuda de costas” a las siempre contraria a la actitud men­
personas a quienes el favoritismo tal del docendo — flujo continuo y
oficial desea rehabilitar el presupues­ vivaz como un hontanar — , opuesta
to doméstico. Pocos anecdotarios pue­ a ella, en duelo constante con ella, a
den ofrecer tanta abundancia de si­ los que, con más frecuencia oigo de­

— 269 —
cir, en son de protesta, que los estu­ gurosamente científica de la forma­
diantes argentinos sólo sirven para ción de la personalidad.
hacer huelgas. No se deciden a ad­ 6. Edad Media y bolchevismo
vertir que si la insurrección de los es­
tudiantes hubiera carecido, y care­ Ciertamente, no ha ocurrido nun­
ciera hoy mismo, de fuertes razones ca que a un auge de vida interior no
de ser, una tal expresión bastaría a haya correspondido una correlativa
otorgarle una justificación más que autonomía de las corporaciones des­
aceptable, plausible. Pues, si fuera tinadas a guardar y sistematizar sus
cierto que ellos no sirven para otra valores y bienes.
cosa que para hacer huelgas a nadie En la propia Edad Media, cuando
que no sean sus mentores correspon­ florecieron doctrinas como la de San
dería hacer responsables de esa in­ Agustín, según la cual el maestro es­
eficacia. En todo caso, están de más tá dentro y no fuera del educando,
los maestros que sólo quieren enten­ existió ya una independencia de los
derse con estudiantes perfectos. institutos culturales que no ha sido
;Que la necesidad de allanar esta superada después, en ninguna parte.
rémora, con todo y ser evidente y ur­ Las universidades de aquella épo­
gente, es, empero, empresa ardua y ca, de las cuales no fueron tan nu­
difícil de acometer, nos lo dice la pro­ merosas, como se cree, las que se ce­
pia actitud gubernativa en el movi­ ñían a la enseñanza de la teología,
miento del año 18. así las fundadas por el poder real
como las fundadas por la jerarquía
Convencido de las múltiples fallas
eclesiástica, poseyeron atribuciones y
de la burocracia pedagógica, el go­
privilegios que mediante ellos los ins­
bierno general no se atrevió a pro­ titutos de aquellos tiempos pudieron
ceder, él mismo, con mano de hierro, luchar, en muchas ocasiones, con éxi­
a descuajarle los vicios. Debió ser to pleno, contra los propios avances
la suya una tarea de franca depura­ de la Iglesia y de la Monarquía.
ción ; pero, temeroso acaso de herir Hasta ese derecho de huelga que a
los intereses de la política militante, muchos ha parecido un traslado a las
maniobró de modo disimulado y su­ actividades escolares de los recursos
brepticio, acordando ingerencia a los de acción de la clase trabajadora, y
estudiantes en el manejo de los ins­ que ahora causa tan singular sobre­
titutos universitarios. Quiso hacer salto a nuestros educadores, lo tuvie­
con mano agena lo que debió hacer ron, en aquel entonces, con el nombre
con la propia. El sabrá por qué pre­ de cessatio, no solo los estudiantes si­
firió este procedimiento. La política no también los maestros. El propio
es una técnica, y no es este el caso Gregorio IX reconoció ese derecho,
de juzgar los recursos de un técnico. y fué aún más lejos, consagrándose
la facultad de abandonar la ciudad
Sólo cabe observar aquí que el fal­
sede del organismo cuando se les mo­
so electoralismo consagrado con lestara y no se les diera satisfacción
aquella ingerencia es algo que care­ nes! Espantoso extremismo el de la
cerá siempre de contenido esencial Edad Media!
mientras se concrete a ser un palia­ Y las cosas no pararon ahí. Todo
tivo de situaciones equívocas, o un eso pareció poco a aquellos pretéri­
recurso para un cambio de elenco, y tos anarquizadores. El gobierno mis­
no un instrumento de responsabili­ mo de las universidades fué adjudi­
dad vinculado a una concepción ri­ cado a los estudiantes. Agrupaciones

— 270 —
estudiantiles llamadas ilaciones deci­ bienes culturales que otrora guarda­
dieron, por el voto de sus jefes, la ron en sus arcas- La han dispersado.
designación de rector. Las universi­ ¿Para bien? ¿Para mal?
dades de Bolonia, Inglaterra, Mont- No lo sabemos aún. Una sola cosa
pellier, Praga, Lérida, Salamanca, sabemos y es que todas las incerti­
París, etc., conocieron las ardosas lu­dumbres, y las inquietudes en que se
chas de esas naciones, que todavía debate nuestra era derivan de la evi­
subsisten en algunas partes. En cier­ dente transitoriedad que le comunica
tas universidades la participación de el desorden en que se encuentra la in­
los estudiantes era directa; en otras, teligencia de los pueblos occidentales.
lo era por grados; pero, en todo ca­ Cada día que pasa echamos de me­
so, fué decisiva. Tan decisiva que, nos la falta de una jerarquía de
nuestros valores. “ Nuestra situación
con frecuencia, “ el Rector' solía ser un
estudiante elegido periódicamente cultural es parlamentarismo aplica­
por sus camaradas” , según nos lo di­ do” , clama Ernst Robert Curtius.
ce Giner de los Ríos, en su “ Pedago­ ¿Cómo hemos, pues, de prestar ad­
gía Universitaria” . En cuya obra se hesión incondicional a esta nueva
lee, también, que “ en París lo era aplicación del sufragio universal cu­
por los procuradores (jefes) u otros yo objetivo consiste en suplantar
delegados de las naciones (como hoy hombres y no sistemas y orientacio­
en Abeerden y Glasgow)” . ( x) nes en las casas de estudios?
(Pruebas evidentes, cabe advertirlo, Porque mientras la universidad no
para tranquilidad de misoneistas y consiga organizarse, o reorganizarse,
timoratos, de que la ingerencia de los como contenido de cultura, conexo
estudiantes en los institutos docentes con un orden o un sistema de ideas
de nuestros días esá lejos de ser in­ de los que confieren estilo a una épo­
vención del bolchevismo universita­ ca, un electoralismo mero y simple
rio) . sólo podrá proponerse como objetivo
un mejoramiento relativo y momen­
7. Nuestra realidad táneo del profesorado. Sólo podrá
Pero, las sugestiones de los prece­ proponerse reemplazar en la cátedra
dentes ilustres no deben hacernos per­ de derecho al abogado, Diego por el
der el sentido de la realidad históri­ abogado Juan, que es más ducho que
ca de nuestros días. La organización aquel en los negocios forenses. Este
universitaria medioeval se plasmó en propósito que, en su enunciado, pa­
torno a contenidos libres de cultura. rece fácil y simple, reabre, empero,
Las universidades fueron hogares todo el problema de la enseñanza. En
donde se cultivaron amorosamente efecto, el voto, como técnica, exige
los valores de una cultura jerarqui­ el pleno conocimiento de las altas
zada. Ifoy la cultura se ha extendido cuestiones a las cuales debe servir de
y popularizado de tal suerte que ape­ instrumento; exige, de parte de los
nas si se puede hablar de la necesi­ estudiantes, una versación en esas
dad del instituto universitario. El cuestiones, y supone la existencia de
libro, el periódico, el cinematógrafo maestros, aquí, en un medio donde
y los medios de comunicación han hay facultades que todavía no han
apurado la crisis externa de la uni­ llenado sus cuadros por que no en­
versidad. Han democratizado la uni­ cuentran profesionales idóneos.
versidad; han sembrado a voleo los1 Nótese bien que aquí no se habla

(1 ) E d u cación — M anuales G allach, B arcelona.

— 271 —
de participación; háblase de electora- mente, esta intervención, la que con­
lismo, que es cosa distinta. El electo- viene reducir a sus términos justos.
ralismo que conocemos en nuestra Hace más de setenta años, Gui­
práctica es algo artificial y postizo, llermo de Humboldt denunció la ac­
algo democrático, en suma. La par­ titud docente del Estado como un
ticipación, en cambio, es ese don que empeño de sacrificar el hombre en
acompaña espontáneamente al proce­ beneficio del ciudadano, y se antici­
so mismo de la formación. Ese don pó a postular el principio — tan sa­
que vemos presentarse fresco y lo­ ludable para la cultura alemana —
zano ahí donde se atiende con todo en cuya virtud la relación del hom­
rigor el proceso educativo, no sólo bre y del ciudadano que deriva de la
en las universidades, sino, especial­ labor educativa, ha de fundarse en un
mente, en las escuelas primarias y atento y amoroso cuidado de la ni­
medias, que es donde se ofrece más ñez. í 1) Tornamos, en cierto modo,
clara e intensamente el proceso for- al principio de Humboldt, y recla­
mativo. Esa asunción del gobierno mamos del Estado una máxima auto­
propio, que ya se perfila como una nomía en el campo de la enseñanza.
feliz adquisición pedagógica en algu­ Que el Estado se concrete a dotar
nas comunidades escolares de Ale­ las corporaciones enseñantes sin pen­
mania y Estados Unidos, es un de­ sar en intervenir ahí donde es impo­
recho inherente a toda creación espi­ tente para dirigir el pensamiento, que
ritual; pues, la educación “ como la es ageno a sus naturales actividades.
técnica, y en general, toda actividad El desastroso sistema de los pro­
de la cultura — nos dice Andró — gramas, tan caro todavía a nuestros
tiende a instituirse en poder autóno­ educadores, es una de las más nega­
mo, a organizarse con los demás, a tivas ligazones que atan los altos es­
intensificar su crecimiento propio, y tudios a la función específicamente
a agrandar su capacidad de difusión estadual. En 1852, el Estado fran­
en las masas sociales” . cés — cuya tradición docente infor­
Previa a la introducción del elec- ma nuestro sistema educacional —
toralismo en las actividades univer­ estableció, por primera vez, que el
sitarias está, pues, la urgencia de programa de un profesor debe estar
plantear y resolver bien el problema trazado de antemano, y que el “ pro­
capital enunciado en la fórmula men­ fesor no puede salirse de él” . Liard,
cionada. No hay otra manera de sa­ al comentar ese decreto, quiere ad­
lir de la concepción de la educación vertir que “ no se trata de ciencia si­
como tarea formativa de ciudadanos no de policía” ; pero sería más exacto
idóneos. decir que era la inciación del proce­
so mediante el cual el Estado se adue­
8. El Estado docente ña de la enseñanza como resorte de
policía, como técnica policial, porque
Pues, bien vistas las cosas, el elec- el Estado, como tal, no tolerará nun­
toralismo de objetivo seleccionador ca que los profesores independientes
es un paliativo aplicado a una ense­ critiquen el régimen que él extra­
ñanza superior calculada para meca­ ña. En 1858, categóricas circulares
nizar el espíritu. El Estado quiere ministeriales insistieron todavía en
rejuvenecer una institución supera­ la necesidad y el deber de ser “ fiel al
da. Interviene todavía; y es, justa­1 programa” .
( 1 ) W ilh e lm v on H u m b old t, D e r Staa, Id een zu ein em V e rsu ch , die G ren zen d e r W ir -
sam kei des S ta ats zu bestim em , D e u tsch e B ib lio tek , p. 71 y sigs.

— 272 ----
¿En qué medida hemos superado Es, sin duda, de poca eficacia, pero
nosotros este sistema? Mientras las acusa la necesidad que la alienta. La
universidades más serias del mundo, propia Norte América, que tan enér­
es decir las que se empeñan en lle­ gicamente consolida su Estado, se
var con dignidad este nombre, a pe­ esfuerza por dar a sus universida­
sar de las dificultades de los tiem­ des una plena autonomía económica,
pos, excluyen esa práctica pernicio­ según lo refiere M. Caullery, en su
sa, nosotros, que la hemos heredado obra “ Les Uiversistés et la vie scien-
de una monarquía incompatible con tifique aux Etats Unis” , y, aun cuan­
los principios republicanos, la man­ do es cierto que con ese expediente,
tenemos y favorecemos, con votos — tan curiosamente imitado por un
profesionales y medidas de espiona­ rector argentino que quiso dedicar
je, con el mismo propósito que la ins­ toda una Facultad universitaria a
tituyera la Francia de 1852. explotar petróleo — no obtendrán la
autonomía espiritual, que es la más
Técnicamente, la reforzamos con necesaria, cierto es también que re­
los postulados de la pedagogía cientí­ velan la aspiración a la independencia
fica. Pues, un programa determi­ del Estado y también de la Standard
nado supone implícitamente no una Oil Company. . .
libre investigación, que no cabe en La táctica gubernativa consisten­
sus términos dados, sino todo lo con­ te en sacar con mano agena la re­
trario, la noción de “ la ciencia he­ forma exigida por las nuevas condi­
cha” , de la ciencia concluida, mensu­ ciones sociales, entregó virtualmente
rable y dosificable. a los estudiantes el cumplimiento de
Consecuencia de todo esto es que la tarea. Caso único, sin duda, en los
los grados, los certificados profesio­ anales pedagógicos.
nales, en cuya concesión, privativa
del Estado, se quiere fundar también No era esto precisamente lo que
querían los estudiantes, cuya condi­
la persistencia del sistema de los
ción de aprendices debía, por fuer­
programas, reposan, igualmente, so­
bre un supuesto naturalista, pedoló­ za, ser excedida por la magnitud de
gico por el lado que se lo mire, y, la empresa. Ellos aspiraban a una
por ende, atentatorio a la formación suerte de liberación, la liberación exi­
libre y armoniosa de la personalidad. gida por el propio impulso de la for­
Nuestra era parece dispuesta a mación espiritual, incompatible con
juzgar en definitiva la reglamenta­ los estorbos que le propone una auto­
ción de filiación napoleónica. Esta­ ridad sin autoridad. Encargados de
mos ya en contra de la docencia de la ardua tarea, la han acometido con
Napoleón. Reaccionamos contra ella, una seriedad y con una altura de
como, desde hace años, reaccionan miras superiores a lo que era dable
contra su larga influencia los espíri­ esperar.
tus más escogidos de la propia Fran­ Pero necesariamente ellos han
cia que la ha visto nacer y que la ha atendido al lado externo y no al meo­
difundido por todo el mundo. í 1) llo de la cuestión. Los actos del con­
La ley francesa de 1896 es ya una greso estudiantil de Córdoba y las
iniciación, en el terreno legislativo.1 conclusiones aprobadas ahí, se refie­
(1 ) A lex an d re R ibot, en su libro " L a R é fo rm e de l’E nseignem ent secon d aire’ ’ — A . Colin,
editor, 1900 págs. 4 y 5, dice, expon iendo su punto de vista p ersonal y resum iendo las c o n ­
clusion es de la E nquête de 1899 : "D a n s les p ays ou le gouvernem ent tient les c lefs des p ro ­
fessons libérales et d e s em plois publics, le régim e auquel les exam enes et les con cou rs soum e-
lent la jeunesse n’a t-il pas une influencie déprim an t? L a te n d m c e a m odeler les sprits d ’ag rés
un type un iform e ne con trib u et-elle pas á leur enlever quelque chose de leur origin alité et de
leur in itia tiv e ?” .

— 273 — 18
ren a una reforma formal y relevan recurso mediante el cual un profesor
como idea dominante la de que todo incapaz puede ser boycoteado por
debe reducirse a mejorar lo presen­ sus alumnos y obligado a abandonar
te, con vagas alusiones a métodos el puesto que desempeña. (1918))
nuevos y a retoques superficiales de Basta enunciar esta novedad para
la estructura escolar en vigencia. advertir su carácter provisional. De­
Quiérese, primero, el código; des­ be concluir su vigencia tan presto co­
pués, la conciencia que ha de ani­ mo haya conseguido su fin. En una
marlo. Primero, el instrumento; des­ organización docente adecuada, par­
pués, el uso del instrumento. Tal la ticularmente en una organización
impresión que emerge de la obra de aferrada al programa y de miras
aquella reunión. Lo que más parece profesionales, no se concibe la per­
haber preocupado a los congresales manencia de tal facultad. El ausen­
es la instauración del derecho elec­ tismo de los estudiantes acentuará el
toral. Minuciosamente se especifican carácter de oficina receptora de exá­
ahí las condiciones para adquirir el menes que ya poseen nuestros insti­
derecho, el modo de ejercitarlo, las tutos, y se alejará más y más la po­
preocupaciones para evitar fraudes sibilidad de una comunidad estable
y sobornos (el argentino, al hacer y de una comunicación espiritual, co­
una ley, parte, siempre, de la pre­ sa que sólo puede conseguirse con
sunción de que todos son pillos), y, el amoroso cultivo del diálogo entre
después, todo lo atingente a los re­ estudiantes y profesores. Al no ser,
sultados del escrutinio. Tanto se ha al no poder ser una institución per­
exagerado este electoralismo docente manente, la asistencia libre deja de
— qué ya ha causado a los estudian­ ser el capítulo de una reforma. Esta
tes los perjuicios inherentes a las institución que tiene su explicación
actividades externas de los comicios en una Universidad alemana, carece
— que, por la senda así iniciada, una de justificativo en una Universidad
Universidad, la de La Plata, ha con­ argentina-
cluido por caer en la aberración del No cabe culpar a la juventud en
voto secreto y obligatorio. . . trance de reformismo los defectos de
Naturalmente, la organización cal­ su actuación. Si ella se ha circuns­
culada para la obtención del derecho cripto a escogitar remedios atingen-
del voto ha provocado espontánea­ tes al lado externo de la cuestión, y
mente la cuestión del funcionalismo. sí, en más de una ocasión, se ha afe­
Cierto consejo académico se dispuso rrado, con una estrechez de miras
a encarar un proyecto de agremia­ que acusa su procedencia magistral,
ción obligatoria a los efectos eleccio­ a la afirmación de que “ la Reforma
narios. Inmediatamente, los diarios Universitaria no es otra cosa que la
conservadores se percataron de las reforma de los estatutos y que, por
consecuencias a que puede llegar este lo tanto, si es dable reconocer que
juego al parlamentarismo, que con­ los nuevos estatutos constituyen un
fina en la organización sindical, y paso hacia adelante, no corresponde
se han dado a combatirlo con singu­ magnificar sus alcances” , (*) señal
lar energía. es de que una reforma decisiva sólo
En estrecha correlación con el de­ puede ser introducida por hombres
recho del sufragio, el congreso de compenetrados de los hondos proble­
Córdoba sancionó la asistencia libre,1 mas de nuestra hora.

(1 ) “ R e n o v a c ió n ’ ’, Organo de la F e d e r a c ió n U n iv ersita ria de L a Plc.ta, 37.

— 274 —
9. E l p r o b le m a d e M o lin e u x 10 . Tomás Gradgrin, rector

Lo dicho hasta aquí parece dar a Lo ha resuelto.


entender que, en estos afanes, los es­ Y lo ha resuelto con consecuencias
tudiantes carecieron de la asistencia inesperadas que conviene examinar, a
y del consejo de los hombres madu­ la apreciable distancia de los hechos.
ros. Me apresuro a declarar que las Quiérase o no, la reforma educa­
cosas no pasaron así. El éxito anun­ cional, con todo y haber mostrado pre­
ciado a un movimiento tan calurosa­ ferencia por la parte mecánica de la
mente acogido por tantos pueblos — enseñanza, se vincula a una posición
el argentino, el uruguayo, el chileno, filosófica. Alude a la pedagogía, y “la
el boliviano, el paraguayo, el perua­ pedagogía es un fantasma vano — es­
no —, no pudo pasarse sin la adhesión cribe Farinelli — si no se identifica
de los hombres maduros. espontáneamente con la filosofía mis­
Políticos sin mesnadas, médicos sin ma” (*). Como tal, quiso ser una rec­
clientela, listos abogados, conserva­ tificación — a lo menos una rectifi­
dores de la víspera, liberales comtia- cación — del empirismo imperante y
nos, personajes adinerados ansiosos ha resultado lo contrario a virtud de
de nombradla universitaria’ ... todos la solución dada a nuestro problema
acudieron presurosos a prestarle ayu­ de Molineux.
da, proclamándose enemigos del cle­ Asistimos ya al pleno auge de la fi­
ro y de las clases conservadoras, ácra­ losofía de Tomás Gradgrind. El re­
tas, los unos, extremistas capaces de gocijante maestro de Dickens ha ad­
superar a Lenín, los otros. quirido una reviviscencia asombrosa
en tierras americanas al conjuro de
¿Recordáis el problema de Moli- una cruzada renovadora.
neux? En filosofía se conoce con el ¡ Hechos, hechos, nada más que he­
nombre de su autor el problema que chos ! Su actividad florece en una do­
se propone averiguar si un ciego de cencia espectaculosa y sensual. Ha
nacimiento, cobrando de repente la rebasado la estrecha y pobre escuela
vista, puede distinguir la forma de de Albión y levanta aquí, en un vigo­
los cuerpos, sin el auxilio del tacto. roso avatar, para su largo reinado,
Cada época propone a la inteligen­ edificios suntuosos. Su doctrina cam­
cia, al ingenio, a la sensibilidad, a la pea, lozana y satisfecha, en los dis­
honestidad de sus hombres un pro­ cursos de los directores de la educa­
blema de Molineux. Ha tocado a nues­ ción argentina. Los discursos de sus
tra Reforma Universitaria la tarea decanos proponen como tijnbre die
de resolver una que hasta ahora no ha­ gloria de sus esfuerzos, una orienta­
bía encontrado solución en los prin­ ción inesperada: construir edificios.
cipios de la ética más tolerante: ¿pue­ Edificios, dice el de Buenos Aires;
de un Mr. Homais cualquiera — un edificios, clama el de Santa Fe; edi­
médico, un togado, un agrimensor — ficios, agrega el de Tucumán; edifi­
convertirse de la noche a la mañana cios, el de Córdoba; edificios, el de
en un espíritu tocado de luz de amor Rosario. Todavía hay quien quiere ir
y de ciencia y en apóstol ferviente el más lejos y se propone construir ur
“ problema más grande y difícil que puerto experimental, o explotar yaci­
puede ser propuesto al hombre’’, se­ mientos petrolíferos. Construcciones,
gún la frase de Kant? cuanto más gigantescas, mejor. Se

(1) Franche Parole alla mia Nazione — Frat. Bocca. 1019.

— 275 —
trata de construir casas, no almas. nada de concepción general deí dere­
Cosas, cosas que se vean, que entren cho, como no sean las sombras de los
por los ojos, que se admiren por su conceptos puros de los marburgianos,
magnificencia, como conviene a la pe­ n a d a de metafísicas trasnochadas.
dagogía brillante y suntuosa que ad­ Tengo ante mí el plan elaborado por
viene con Tomás Gradgrind rector. la Facultad de Derecho y Ciencias So­
¡ Cómo se nos llena el alma de envidia ciales de Buenos Aires, (*) busco la
cuando vemos los libros aideicos, pe­ exposición de motivos de sus autores
ro colmados de fotografías de ciuda­ y sólo encuentro la manifestación de
des universitarias que nos envía Es­ que todos ellos entienden por refor­
tados Unidos! ¡ Las cosas que no hace ma “ la mejor enseñanza” . Admirable
a h í el s a b e r estupendo de Tomás prudencia. ¿Hay por ahí quien quiera
Gradgrind rector! la peor enseñanza? Y ¿qué es lo me­
En el balance de diez años de ac­ jo r ? ¿Qué es lo peor? Hemos caído en
ción reformista, no existe saldo que la doctrina de los valores; pero no
permita establecer una neta diferen­ se nos dice cuál es el criterio valutati-
cia con el sistema anterior al año 18. vo que derime el problema.
Tomemos un programa cualquie­ Dos exposiciones de orden general
ra, para que la afirmación no parez­ sintetizan, hasta ahora, el punto de
ca tan arbitraria. Sea ese programa vista pedagógico de la afortunada he-
el de historia, elaborado por la Fa­ chología que nos invade. La una per­
cultad de Humanidades y Ciencias de tenece a un rector de la Universidad
la Educación (el matrimonio b i e n cordobesa. Es un discurso pronuncia­
avenido!) de la Universidad de La do en la fiesta del cincuentenario de
Plata. Todo en él son hechos, heehi- la Universidad de Buenos Aires. ( 2)
tos, hechititos, inconexos, dispersos, El autor, que aprecia en mucho la
pero importantes, importantísimos, “ sustitución de los valores de orden
trascendentales. Inútilmente un Mo- místico o ideológico” operada en las
nod, o un Mayer, buscará ahí una con­ universidades europeas como conse­
cepción filosófica de la historia. cuencia “ de las ideas materialistas de
O bien, tomemos el plan de estudios los filósofos de los siglos X VI a X IX ” ,
de cualquier Facultad de Ciencias Ju­ alaba la orientación positiva” y con­
rídicas. El de La Plata, el de Córdo­ traria, desde luego a “ los idealismos
ba, o el de Buenos Aires. Como en los filosóficos” que aquella ha adoptado
antiguos, todo en él son hechos, pre­ en todos los tiempos. La filosofía es
ceptos de las Pandectas, paleontolo­ la “ bête noir” . “ Hoy se reclama de la
gías de almas pretéritas, cristalizacio­ ciencia lo que en vano, desde siglos
nes mentales para usos abogadiles, atrás se reclamaba de la dialéctica y

( 1 ) H é lo aq u í — 1er, a ñ o : In tr. a la s C. S ocia le s y J u ríd ic a s. D er. R o m a n o ( l lv ). D er.


Int. P ú b lico. lC conom ía P ol. — 2? a ñ o : D er. C iv il ( 1 ? ) . D e r . R o m a n o . D e r . P o lít ic o . F i ­
nanzas — 3er. a ñ o : D er. C ivil (2 v )-D e r . C o n stitu cion a l A r g . y C om p. D er. P en al ( l v ) L eg . del
T r a b a jo — 4? a ñ o : D er. C ivil. D er. C o m e rcia l ( l 1.*). D er. P en al ( 2 ? ) . D er. P r o c e s a l (2 ? )
F ilo s o lía del D erech o. D e re ch o A d m in is tr a tiv o — 6v a ñ o : D e r . C iv il. D e r . I n t . P r iv . D e r e ­
cho C om ercia l (3 ^ ). D e r . P ú b lic o P ro v in c ia l y M un icip al.
N o se puede n eg a r que es un p lan e x ce le n te p ara fo r m a r p ro cu ra d o re s. N in g ú n c o m e n ta rio
\iene m ás e x a c to a este e x c e so de c o d ific a c ió n y de d o g m a s que la s p a la b r a s de un h om bre,
tnn p oco so sp e ch o so de v e le id a d e s iz q u ie rd ista s c o m o R a y m o n d P oin ca ré, p ro n u n cia ra en 18 99:
Je cro is v raim en t c ’est un blasph èm e, m a is je n ’h ésite p as á le p r o fé r e r que l ’ in flu en ce trop
le p a n d u e du d ro it rom a in fo r m a lis te et sa cra m en tel n ’a p as t o u jo u r s été sa n s d a n g er p ou r
l e s p n t f r a n ç a i s . . . Je cro is v ra im e n te — je v a is p eu t-ê tre un peu loin — que si n os A s s e m ­
blées p a r la m e n ta re s son t au ssi by zan tin es, c ’est p a rce que n ou s a v o n s d es h a b itu d e s r o -
ï i aiAn e ü M e +C0I?ce v ? - r J es d is c u s sio n s ju r id iq u e s ” . (V é a s e el A p é n d ice de la ob ra , y a cita d a
de A. K ibot, pág. 2 o 4 ). '
v r - L 2 dlv.ertl^ a d iscu sión del plan puede leerse en A c to s y D o cu m e n to s de la F a c. de D er.
> u.. feoc. de B u en os A ires. A ñ o 1923.
( 2 ) F ra n c isc o de la T o rre — D iscu rso . Im p. C uba, C órd ob a , 1921.

— 276 —
la retórica, un método que resolviese espíritu” la ciencia de los hechos t1)-
todos los problemas” . Trátase de una Hechos, y más hechos.
adhesión violenta al cientifismo. Toda Nuestro balance está falto. ¿Cómo
la docencia del orador consiste en corregirlo? La encrucijada señala dos
buscar “ en las especulaciones de lo rumbos: o el riguroso replanteo de la
positivo lo que la teología y la meta­ reforma educacional en toda su ex­
física le denegaba” a la actividad uni­ tensión, o el sometimiento a la peda­
versitaria. gogía de Tomás Gradgrind, rector.
La otra exposición reclama también Los que desde el año 18 venirnos lu­
ciencia, “ ciencia social y positiva” . chando por convicción en la revisión
Con esta exigencia comenzó su labor de valores que entraña la reforma
el organizador de la Universidad del educacional, tan bastardeada, en su
Litoral; cuyo es el discurso que la con­ breve período, por iscariotes disimu­
tiene. ¿Qué es ciencia social y positi­ lados y charlatanes de feria odscrip-
va? Su pieza no responde a esta pre­ tos al movimiento, no hemos dudado
gunta de un modo preciso; pero cual­ nunca de que ella, lejos de ser perfec­
quiera puede obtener la respuesta por ta, es una obra de sucesivas enmien­
las palabras que siguen:. . . “ no hay das, de indefinidas rectificaciones. Lo
más que una manera de investigar el contrario hubiera importado apreciar­
mundo social que consiste en dejar de la con un criterio naturalista, único,
lado todas las preferencias, inclina­ acaso, con el cual se puede sostener
ciones, ideas, preconcebidas o teorías, que basta con las disposiciones de los
y colocarse pura y exclusivamente en nuevos estatutos, con la nueva com­
la escuela de los hechos. “ Si el arte so­ posición de los cuerpos directivos, con
cial no ha tenido éxito — observa to­ la ingerencia de los estudiantes en el
davía el autor — ha sido porque le manejo del organismo docente y con
ha faltado “ el apoyarse en una cien­ la democratización de sus funciones
cia social positiva” . La ciencia jurídi­ centrales para darla por terminada.
ca no es “ otra cosa que el estudio de Lo dicho hasta aquí vale ya por una
los hechos que producen o modifican prueba en lo contrario.
el derecho” . Precisamente por esto, es d e c i r ,
Con tal novedosa concepción del de­ porque nunca hemos considerado este
recho, su autor ataca la enseñanza de movimiento sino como una actividad
la Edad Media y esta actitud que a del espíritu en continuo deveni, en un
cualquiera puede parecer el inútil va­ diario hacerse y rectificarse, es que
puleo de un cadáver, procura d a r hemos aceptado, a veces, sus manifes­
enérgicos relieves al parangón de si­ taciones externas, y hemos esperado
tuaciones dispares. El derecho indivi­ también, que sus adversarios leales —
si los hay — en lugar de concretarse
dualista y subjetivo, la noción del Es­
a una crítica negativa, fácil y estéril,
tado y los principios de la economía señalaran sus deficiencias, propusie­
política, han reposado hasta hoy sobre ran correcciones y sugiriesen, en to­
principios aprioristas insuficientes a do momento, iniciativas, tendientes a
calmar las exigencias del espíritu mo­ mejorarla. No existe otra manera de
derno- Para corregir estas fallas, el servir la cultura de un pueblo, con
organizador propugna y exalta la sa­ más razón si ese pueblo, como el nues­
biduría del hecho. Contra* “ las abs­ tro, no posee todavía una tradición
tracciones filosóficas, ese tóxico del1 que sirva de soporte a las actividades

(1 ) B. N azar A nchoren a. L a F acu ltad de C iencias Ju ríd icas de la U niversidad N ac. del
L ito ra l. D iscurso y plan. A beled o, 1920.

— 277 —
docentes, y, en consecuencia, los que ve que explica con insuperable efica­
hoy condenan y repudian la novedad cia no sólo la naturaleza y el valor
sin juicio fundado, o son miopes, o de los cargos que se catalogan contra
son pillos y carecen, en ambos casos, esa situación sino también los recur­
de la autoridad moral necesaria para sos utilizados para negarla y elección
inmiscuirse en este asunto porque no de los órganos de que se valen para
están en condiciones de hacer bien a a n u l a r sus conquistas. Hoy, como
las insticiones de su país. ayer, como siempre, se manifiestan de
De nada sirve decir, como con fre­ idéntica manera las obscuras fuerzas
cuencia se dice de la Reforma, que de regresión que conspiran, en las ca­
ella es mala porque “ no ha dado resul­ vernas del trogloditismo mental, con­
tados” . En tal expresión que así juz­ tra los valores más puros forjados en
ga el árbol por el fruto, campea una una brega de siglos por el espíritu hu-
filosofía q u e conviene desmenuzar. mano-
Para las personas que viven someti­
das al vasallaje de las cosas, es na­ 11. La “ mauvaise presse”
tural que, colocadas en presencia de
un objeto cualquiera aseveren que ese Como todo movimiento que alude
objeto está concluido y que lo apre­ a calidades selectas, en país regido
cien como concluido, con un criterio por la opinión pública, el del año 18
pragmático. El albañil hace una ca­ ha tenido eso que los franceses lla­
sa ; el jornalero adoquina una calle: man “ une mauvaise presse” .
el uno suele decir que la casa está Prensa carente de sensibilidad y
concluida, y el otro, a su tiempo, que de comprensión, desconoció, por cálcu­
la calle está terminada, y que ambas lo, o por ceguera, las causas profun­
cosas resultan en relación a sus fines das de la actitud juvenil y se dedicó
inmediatos. Pero este criterio que, en a desacreditarla y a calumniarla.
sí mismo, carece de ponderación, es Primero intentó convencer a todos
el menos adecuado cuando se trata de de que el movimiento iba dirigido a
actividades espirituales. La alta espe­ propósitos de índole comicial y que
culación, la ciencia y el arte son afa­ quien lo dirigía subrepticiamente era
nes que aun cuando decanten obras, el propio partido político que reem­
aquí y hoy, no se concluyen nunca, y plazara en el gobierno a la burguesía
quien, como en nuestro caso, les pida agropecuaria que lo ha detentado du­
frutos tangibles a plazo d a d o , da rante seis o siete lustros. Después, vi­
prueba de que no posee otro criterio no la novedad de calibre: la “ mauvai­
de apreciación que el vulgar de alba­ se presse” acababa de descubrir que
ñil que hace casas y el del jornalero el movimiento estudiantil estaba di­
que adoquina calles. rigido por gente adicta a las doctri­
Esta pequeña filosofía que, como nas comunistas, anarquisas y mayo-
se vé, no va más allá de los límites ritarias que pugnan “ por anular los
del sentido práctico, tan inseguro de principios orgánicos de las socieda­
suyo, para juzgar problemas tan gra­ des humanas” , según la expresión de
ves, informa y gobierna todas las ac­ un diario de Buenos Aires. ( J)
tividades contrarias a la Situación Los gansos capitolinos salvaron a
universitaria. Ella suministra la cla­1 Roma despertándola una noche de su
( 1 ) “ L a N a c ió n ” , de B u en os A ires, n ú m e ros de 25 d e J u lio de 1 9 2 1 ; 17 de M a rzo de
1931; 31 de M arzo de 1913j etc., etc. A g ita n d o el fa n ta s m a del n a cio n a lism o , el r e d a cto r
platen se de “ L a N a c ió n ” d e scu b rió una teoría d ocen te, la de la a sim ila c ió n del con o cim ie n to .
"E l p ro fe so ra d o ten d rá las o rie n ta cio n e s id e o ló g ic a s fu n d a m e n ta le s que p ro fe s e la a lta a u to ­
ridad u n iv ersitaria, y e stas serán asim ila d a s, a la v ez, p o r el a lu m n a d o ” . E n o tro s térm in os,

— 278 —
sueño, y la “ mala prensa” conserva­ es necesario que nos abstengamos de
dora, que conoce el remoto episodio, formar.reemplazantes a los que rigen
dió pruebas, en esta emergencia, de cátedras desde antes del año 18. Es
saber despertar de su sueño a un pue­ preciso dejar que se cumpla el proce­
blo dormido para las actividades del so mecánico señalado. Los jóvenes de
pensamiento. Es la Magna-quies — , hoy, tendrán siempre, respecto de
exclama señalando con el índice tem­ aquellos, las desventajas de todo el
bloroso el colegio que yo dirigiera; y que comienza las “ lentas gradacio­
una credulidad popular acentuada por nes” . Apenas si son promesas. Y, aun
los fantasmas de la ignorancia, cre­ cuando se admita que aquellos son
yó ver, en las noches de aquel estable­ unos ineptos a carta cabal, correspon­
cimiento consagrado al estudio serio de preferirlos en base a esa larga es­
y perseverante, rumores de gesta, peranza de que, con el transcurso del
aprestos guerreros, solícita propagan­ tiempo, si no se mueren, acaso se ha­
da de ideas siniestras, y no faltó quien gan mejores y den frutos sazonados-
viera flamear, en el alba, la bandera Nadie se sorprenda de las consecuen­
roja, al tope del edificio. cias que emergen de estas ideas si
Ni siquiera quiso detenerse a exa­ se tiene en cuenta que eso que, como
minar el aspecto externo de la requi­ ya se dijo, para Kant contiene el pro­
sitoria juvenil. Fiel a la táctica que blema más grande y difícil que pue­
consiste en “ echar tierra al asunto” , de ser propuesto al hombre “ consis­
erigió como principio docene incon­ te, para nuestra prensa” en un con­
movible el de que en este país, “ don­ junto de reglitas y perogrulladas de
de la falta de especializaciones deter­ de formalismo pedantesco” . ('-)
mina una escasez tan notoria de maes­ Una manera de pensar más acor­
tros consagrados” , un profesor, cual­ de con la idoneidad profesional y con
quiera sea su comportamiento respec­ el sentido de la responsabilidad, hu­
to a la enseñanza, no puede ser sepa­ biera conducido a nuestra “ mala pren­
rado de su cátedra porque “ la for­ sa” a posponer intereses materiales,
mación de un profesor universitario propugnando la exaltación de la ca­
supone un proceso de madurez que ne­ pacidad sin distingos y sin cálculos de
cesita desarrollarse en lentas gradua­ edades, sin vanos consuelos fundados
ciones a través del tiempo y que no en la esperanza pueril de que el tiem­
puede s e r acelerado artificialmente po dé lo que no ha dado el estudio, ya
sin mengua sensible para la calidad que de nada vale aquí aquello de que
del fruto” . (*) Donosa doctrina, que más sabe el zorro por ser viejo que
no ha menester de comentarios ade­ por ser zorro. Tal actitud la hubiera,
cuados, calculada para conseguir la acaso, hecho acreedora a nuestro res­
inamovilidad a todo profesor por ne­ peto.
gativas que sean sus calidades! El absurdo privilegio que quiere de­
De acuerdo a sus hondos designios, ducir de las “ nociones básicas” , que
e s ta n o v ís im a c o n c e p c ió n p o d r ía f o r m u la r s e a s í : el a c t o e d u c a t iv o e s a l e s p ír itu lo que la
m a z a m o r r a c o n le c h e a l e s tó m a g o . L a c o c in a d e b e s it u a r s e en el p is o s u p e r i o r . . .
L a “ tro u v a illa ’’ h a hech o fortu n a . E n el núm ero del 21 de E nero de 1928 del m ism o
diario, se lee lo sig u ie n te : “ E n el m ecanism o institucional, el m aestro, com o cualquier fu n ­
cion a rio de su categoría, desem peña el papel de un sim ple ejecu tor. N o le com pete fija r
orien tacion es a la enseñanza, ni determ in ar la id eolog ía que ha de inspirarla. D ebe re­
ducirse a gu iar la ed u cación de sus alu m n os de acuerd o con los p rogram as san cionad os por
la a u torid a d 1’.
¿C o m e n ta rio s? R ecord a d la fra se cara a B o u tr o u x : “ G ard ez-vou s de prendre le contre
pied d'u n s o t : vou s risqueriez de fa ire sym étrie".
(1 ) “ L a N a ció n ", de B uen os A ires. A r tícu lo intitulado "G obiern o de la enseñanza’ ’. E nero
10 de 1922.
(2 ) Id . Id .

— 279 —
propone, va contra el advenimiento de culpa no es suya. La culpa, si hay que
una juventud promisora y es por eso discernirla, está en la propia psicolo­
sólo, una conclusión que nadie puede gía del argentino que no se decide a
aceptar sin desmedro de su razón. meditar por su propia cuenta los hon­
Las ideas pedagógicas aportadas al dos problemas de los cuales depende
debate por la ’’mala prensa” no se su porvenir. Un extraño temor a en­
han reducido al punto de vista que frentarse con su conciencia, a denun­
erige la vejez en título para la cáte­ ciarse sinceramente en el espejo que
dras. Las tribunas doctrinarias han le ofrece la gimnasia ruda y fuerte
aportado también otras ideas docentes del pensamiento, le fuerza seimpre a
que, en algunos instantes, han pare­ formar sus ideas y juicios conforme
cido inclinarse a reconocer un tantico a las sugestiones extrañas, a abdicar
de justicia al impulso renovador. En lamentablemente en esos órganos que
esos contados instantes, han conve­ nutren la “ opinión pública” a costa
nido en que es bueno cambiar “ algu­ de la inteligencia y de la verdad.
nas disposiciones un tanto anticuadas La situación delineada, de un modo
de los estatutos” . No precisa cuáles general e impreciso, por las notas que
sean esas disposiciones “ un tanto an­ quedan expuestas, notas que, por cier­
ticuadas” , pero hay para contentarse to, no agotan el repertorio y que co­
con la concesión. Se trata de retocar brarán relieves más netos y definidos
la letra ; el espíritu es otra cosa. Así cuando investiguemos las condiciones
se hacen siempre las innovaciones en actuales de las comunidades enseñan­
nuestro país. Se escriben prescripcio­ tes y los caracteres centrales de la en­
nes, se enmiendan y se retocan en la señanza en vigor, plantea y perfila la
forma y parece que con esto todo está tarea que incumbe a una reforma
cumplido. Parece ser que es la letra eudducacional. En puridad de verdad,
quien dicta leyes a la conciencia y no lo que nuestra situación exige es, más
la conciencia a la letra. Pero todavía que una reforma, la instauración de­
no hemos vista que nuevas prescrip­ cisiva de un orden educativo.
ciones hayan tornado idóneos a viejos
La actitud de santa irreverencia del
pedagogos que nunca fueron idóneos.
año 18 ha roto el tabú que gravitaba
“ Es indudable — escribe Ferrière —
sobre el destino de la juventud. Ha
que los profesores de treinta y cinco, salvado de una ruina inminente al te­
cuarenta y más años, en su gran ma­
soro vital y con ello ha allanado los
yoría, por lo menos, no pueden ya mo­
senderos al orden en que ha de lo­
dificar su manera de obrar. Pueden,
grarse esa juventud.
si quieren, transformar ciertos por­
menores de su actividad exterior; pe­ ¿Sobre qué basaremos ese orden?
ro la actividad de su espíritu con res­ Este interrogante es un punto de par­
pecto de la enseñanza y de la disci­ tida- Formulado en el momento en que
plina no podrá transformarse; cali­ falla, en las manos inquietas de la ju ­
ficada de “ técnica” o de “ rutina” , se­ ventud, el inventario de ideas del
gún se la juzgue buena o mala, está hombre maduro, parece conveniente
arraigada en ellos por la costumbre, disponer la problemática que plantea
se ha convertido en su “ genio y fi­ con una previa aclaración de lo que
gura” . 0 ) queremos decir con las expresiones ni­
No cabe negar que nuestra Reforma ñez como niñez, juventud como juven­
ha tenido su “ mauvaise presse” . La1 tud.
( 1 ) Cit. en un e n sa y o de J. V a lle jo p u b lica d o en “ E l S o l’* (M a d r id ), Sep. de 1920.

— 280 —
II

EN TORNO A LOS PROYECTOS DE LEGISLACION


UNIVERSITARIA
(1932)
L legislador en trance de acome­
E ter una reforma universitaria
necesita partir de una determi­
Estos antecedentes se refieren a
una actividad especial de la política
que, de un modo general, abarca la
nada concepción de la constitución y ciencia del ser y del obrar del Esta­
política docentes a cuyos principios do. Constituyen ya una política espe­
no sean extrañas las consideraciones cíficamente escolar; pues, como defi­
conceptuales precisas y claras. ne Spranger, “ política escolar es só­
Actitud previa imprescindible, que lo aquella parte de la política prácti­
se impone con su propia enunciación ca que está dirigida a la situación de
por lo mismo que está a la base de to­ la escuela o, más en general: de la
da técnica legislativa, la exigencia que “ instrucción pública” en el Estado,
impone en estos momentos, a la acti­ en lo cual el uso del lenguaje no es­
tud tendiente a resolver el problema tablece, a su vez, ninguna diferencia
concreto mediante una articulación entre si esta política es realizada por
de normas legales es, aquí, tanto más hombres de Estado responsables o por
rigurosa cuanto que el adecuado co­ grupos en el Estado, o por ciudada­
nocimiento del problema y de las no­ nos aislados” . O)
tas que lo definen se presenta rodea­ Bajo el imperio de las prescripcio­
do de grandes y complejas dificulta­ nes fundamentales antes recordadas,
des. el Estado nacional y los Estados par­
La expresión — reforma — que ticulares, han elaborado paso a paso,
emplean, con sugestiva unanimidad, de acuerdo a necesidades inmediatas,
los proyectos de ley universitaria so­ codificaciones docentes que, aún sien­
metidos a la discusión parlamentaria, do, como son, inconexas y dispersas,
acusa la preexistencia de anteceden­ responden al propósito de establecer
tes docentes formados por actos del una relación entre la estructura esta-
poder público destinados a poner en dual y la escuela.
movimiento, en vista de una adecua­ Las principales de esas leyes son:
da realización, las promesas formula­ la de 8 de Julio de 1884; que se re­
das, en orden a la cultura, por la fiere a la escuela primaria; el plan de
Constitución nacional, por las Consti­ estudios y programas adoptados por
tuciones provinciales, y por sus prin­ el Consejo Nacional de Educación, en
cipios rectores. 1910 ; el plan de estudios para los Co-
E l tra b a jo que se incluye se o rigin a en el ca m b io de las d os n otas sig u ien tes:
C órdoba, ju n io 16 de -1932. — S eñor d o cto r Saúl A. T abord a. L a F ederación U niversi-
tria de C órdob a se dispon e a form u la r p on en cias relativ a s al orden de los estudios al II C on­
g reso U n iversitario (C o n gre so de la R e fo r m a ) que se reun irá en B uenos A ires.
C om o usted ha d edicad o la rg o s estudios a la m ateria y ha propulsado siem pre el m ov i­
m iento reform ista, esta F e d e ra ció n U n iv ersitaria le pide su ju ic io ce rca de los P roy ectos de
L ey U niversitaria presentados al C ongreso N acional, p ara a com pa ñ arlo a las ponencias.
A la espera de su a cep ta ción le saluda atte. T o m á s B o r d o n e s . — M a r c o s M e e r o f f .
U nquillo, a g o sto de 1932. — S eñor P residen te de la F ederación U niversitaria, don T o ­
m ás B ordones, C órdoba.
D e c o n fo r m id a d a l p e d id o fo r m u la d o en n o t a d e 16 d e ju n io p p d o ., e n v ío a u s te d m is
c o n s id e r a c io n e s en to r n o a lo s p r o y e c t o s d e le y de u n iv e r s id a d e s . C o r d ia lm e n te , S a ú l T a b o r d a .

E l desarrollo com p leto de la d octrin a expu esta p arcialm en te en este tra bajo, puede
leerse en In v e stig a cio n e s P ed a g ó g ica s. C uaderno I. U niversidad N acional de C órdoba. D ir e c ­
ción de P ublicidad. Sección H u m anidades. N? 3, 1932, y en los C uadernos p osteriores, hasta
el IV , a p arecidos su cesivam en te en la R ev ista de aquella U niversidad.
(1 ) E. S pranger. F un dam entos c ie n tífico s de la teoría de la C onstitución y de la P olítica
escolares. Ed. de la R ev ista de P ed a gog ía . — M adrid, pág. 19 — 1931.

— 281 —
legios Nacionales, de 1884; la ley de — que es el más delicado de todos —
setiembre de 1878 relativa a la liber­ no ha entrado nunca para nada la
tad de enseñanza; la ley de la uni­ concepción del mundo que se halla
versidad, llamada Ley Avellaneda, de en su centro, ni menos las posibilida­
1885; la Ley-Convenio que creó la des docentes de la Iglesia que lo pro­
Universidad de La Plata, en 1905; la mueve; partidarios y adversarios se
ley de creación de la Universidad del concretan a una disputa interpreta­
Litoral, en 1919; la ley de creación tiva de los principios liberales consa­
de la Universidad de Tucumán, ley grados en la Constitución nacional. Se
11.027; y el proyecto de Ley Orgáni­ trata siempre de un pleito entre abo­
ca de la Instrucción Pública del Poder gados; el interés cultural del litigio
Ejecutivo presentado al Congreso en es algo que no juega ningún papel en
1918. la controversia.
De todo ese esfuerzo legislativo, El Estado niega o limita la libertad
apreciado en su totalidad, trasciende, de enseñar no en razón de una concep­
como línea inalterable de nuestra po­ ción pedagógica sino en razón de la
lítica escolar, el designio del Estado idea que tiene de sí mismo. En la ex­
de proceder siémpre con rigurosa su- posición de motivos que precedió a la
peción a su propio derecho constitu­ sanción de la ley de Colegios Nacio­
tivo. Tan acentuada es esta actitud nales de 1884, que sirve incluso de
que no parece sino que el poder esta- doctrina a la ley relativa a la liber­
dual atribuye virtudes decisivas a la tad de enseñanza de 1878, Amando
potestad legislativa en materia de Alcorta estableció con gran precisión
educación y de instrucción como tal la naturaleza de nuestro Estado y su
sin que le sea indispensable atender a correlativa actitud respecto de la ins­
los distintos factores de otro orden trucción pública en todos sus grados.
que deban concurrir en la formación Al plantearse la pregunta de si el Es­
de una ley referida a la docencia. tado puede y debe intervenir en la ac­
Influenciado, sin duda, por la tra­ tividad docente, responde afirmati­
dición francesa que arranca de las vamente. Le deciden a ello no sólo los
vísperas de la Revolución de 1789, preceptos constitucionales que, por sí
considera que los problemas docen­ mismos, determinan la respuesta, si­
tes caen por entero en la órbita del no porque la libertad, como condición
derecho público que le sirve de base de existencia, es una conquista con­
y, por eso, se empeña en darles solu­ sagrada en nuestras instituciones que
ción mediante los recursos propios de supone limitaciones impuestas por el
la ciencia política. Hace de la cien­ orden social y por las garantías recí­
cia política una pedagogía. procas de los intereses privados. Pa­
A nadie debe sorprender el hecho, ra Alcorta, “ instruir no es un abso­
inexplicable en cualquiera situación luto dar cualquier dirección al espí­
que no sea la nuestra, de que las pro­ ritu humane* sino darle aquella que
pias cuestiones conexas con la docen­ conduce al perfeccionamiento que es
cia que se refieren a una concepción el ideal” . O)
del mundo se ventilen, dentro de las Su Estado es el Estado definido
cláusulas constitucionales, como plei­ por Thiers. Es la sociedad velando por
tos cuya solución depende de la inter­ los intereses de todos y de cada uno.
pretación ocasional de la dogmática Es inseparable de este concepto la
jurídica vigorante. En el debate del idea de suma y la consideración que
problema de la libertad de enseñanza lo concibe esencialmente como el con-
( 1 ) L a In stru cció n S ecu n d aria. — B u e n o s A ires, ed. L a jo u a n e , p á g in a 21.

— 282 —
junto de todos los ciudadanos, no so­ derechos que corresponden casi siem­
lamente aquellos que son sino aquellos pre a otros tantos deberes de la Re­
que han sido y aquellos que lo serán, pública” (12). De la misma manera se
la nación, en una oalabra, con su pa­ orientan las leyes relativas a la escue­
sado y su porvenir, con su genio, su la primaria. Hablando de esta escue­
gloria y su destino. la, en el resumen histórico de un si­
Esta institución es la que adminis-^ glo, escrito por don Juan P. Ramos,
tra la libertad en cuanto se relaciona se dice que ella nunca ha sido otra
con las pretensiones de la familia, de cosa que una “ dependencia exclusiva
la Iglesia y de cualquier otra enti­ del Estado” , que no nació de la vo­
dad. Su misión le crea el derecho de luntad activa de un pueblo sino de
intervenir en la educación y “ de que­ programas de gobierno, y se la acu­
rer que se forme un ciudadano imbui­ sa de no haber sabido acentuar enér­
do del espíritu de la constitución, que gicamente el sentimiento de la nacio­
ame las leyes, que ame al país, que nalidad a pesar de los evidentes de­
tenga todas aquellas inclinaciones que signios practicistas y nativistas que
pueden contribuir a la grandeza y a la expresan la ley de 1884 y todas las
prosperidad nacionales” . ^ sucedáneas que la han tomado como
Estado de filiación liberal, se con­ modelo de legislación (3). Y, por lo
solidó en un tiempo en que, dándose que concierne a los institutos univer­
por admitido que la educación y la sitarios ¿quién puede desconocer que
instrucción p o s e e recursos eficaces todos, sin excepción, tanto los de an­
para plasmar un tipo de hombre de­ tigua data como los de más reciente
terminado, se apoderó de su organis­ creación, se han plasmado en un to­
mo y lo reforzó convenientemente pa­ do de acuerdo con las imposiciones de
ra fiarle la conformación del ciudada­ aquellos principios rectores cuya úl­
no idóneo y nacionalista, exaltado co­ tima consecuencia se ha traducido, en
mo un ideal por su ideario nutricio. pleno auge de la técnica mera y sim­
Como forma política, se consideró y se ple, como la glorificación del hombre
considera todavía — advenido para faber?
realizar en el hombre el ciudadano No se trata ahora de juzgar la obra
libre y perfecto. Su sentido de la de­ educativa del Estado. El Estado ha
mocracia está henchido del nacionalis­ hecho, hasta aquí, lo que estaba en su
mo y la idoneidad, las dos grandes di­ propia naturaleza y en la tesitura pe­
recciones dominantes en la época de culiar a la política del siglo pasado. De
su formación. ( J) Colegios y Univer­ lo que se trata, en este momento, es de
sidades responden a esos ideales. “ Las desentrañar de la obra cumplida los
miras con que se han fundado los Co­ caracteres centrales de su política es­
legios — decía Avellaneda — son más
colar porque esta tarea es indispensa­
amplias y sus estudios tienen por ob­
jeto difundir la ilustración en los pue­ ble para considerar la reforma que se
blos, hacerla extensiva a todas las propicia y proyecta.
condiciones sociales, de tal manera De lo dicho hasta aquí se despren­
que se encuentren a cada paso hom­ de :
bres aptos para la producción de la 1") Que nuestra política escolar es
riqueza, para las funciones de la vi­ una función del Estado liberal diri­
da social, y para el ejercicio de los gida de conformidad a las normas del
(1 ) E n m is “ In v estig a cion es P e d a g ó g ic a s” (R e v ista de la U niversidad de C órd ob a ) — Nos.
3-4, 5-6, 1930) he expu esto detenidam ente la a ctitu d d ocen te del E stad o liberal y su estrecha
v in cu la ción con la idoneidad y el nacion alism o.
(2 ) Cit. en A lc o rta __ Ob. c it., p ágin a 122.
( 3 ) H ist. de la In stru cción P rim aria, 1910, páginas 587, 143, 257, etc.

— 283 —
derecho político que informan al Es­ educativo, el Estado se apresuró a
tado. instaurarla en sus escuelas, colegios
29) Que el Estado distingue y es­ y universidades. La hizo secreto de
tablece tres grados en el proceso for- Estado. Pero, previamente, deformó,
mativo — escuela primaria, instruc­ o conformó, la disciplina con su prin­
ción secundaria y estudios universi­ cipio de idoneidad. Su principio de
tarios — y les infunde idénticos idea­ idoneidad le transmitió un matiz téc­
les. nico para favorecer la formación de
39) Que, como resultado de esta su tipo ideal de hombre, el ciudadano
apostura, las doctrinas pedagógicas y idóneo, apto para producir riquezas
y desempeñar puestos públicos, de
la cultura general que rodea al Es­
tado y, en ocasiones, lo desbordan, no acuerdo al criterio predominante que
han logrado tener en la política es­ acabamos de determinar. La ciencia
colar otra repercusión que aquella que dejó de ser ciencia (o de creerse cien­
se considera compatible con la teoría cia) par^ convertirse, en manos de
del Estado. la docencia oficial, en un instrumen­
to puesto al servicio de un fin extraño
Careciendo, como carecemos, de ca­
a ella misma. Se transformó en téc­
tegorías determinadas en nuestra po­
nica de las almas.
lítica escolar, nos hemos aferrado al
hábito de adoptar cuerpos de leyes II
extranjeros, con toda preferencia los
vigentes en aquellos países que repu­ Perfilada, en lineas generales, nues­
tamos “ más adelantados” y que, por tra tradición de política escolar, cabe
eso mismo, valen como fuente de ins­ formular una primera pregunta: los
piración, sin detenernos a averiguar proyectos de ley de universidad, el
qué factores concurrieron en la for­ del Poder Ejecutivo Nacional, el del
mación de los mismos en el momento diputado Loyarte, el del diputado Bo-
inicial y qué factores locales intervie­ sano y el del senador Palacios, ¿se
nen en el acto de la adopción. proponen rectificar o trasmutar el or­
De esta manera la influencia de una denamiento vigente?
corriente cultural en la ley nos viene Ya el hecho de que los cuatro pro­
por vía indirecta. La pedagogía de yectos se concretan a la corporación
un Montaigne y de un La-Chalotais, universitaria, reclama una justifica­
con su fuerte colorido nacionalista, ción de las posibilidades actuales de
nos viene de Francia, como nos po­ un plan parcial y desligado del total
dría venir el pensamiento de Fichte y proceso formativo, justificación que
de Pestalozzi si se nos diera por co­ dé satisfacción tanto a las conclusio­
piar la educación general humana que nes pedagógicas como a la crítica pro­
ese pensamiento ha incorporado a la piamente universitaria; pero, pres­
teoría del Estado alemán. cindiendo de esto, por ahora, la res­
Los momentos más originales de puesta que exige de inmediato el in­
n u e s t r a política escolar denuncian terrogante propuesto consiste en sa­
también, a lo vivo, este proceso de ta- ber si los proyectos entienden apar­
mizamiento político que hace sufrir tarse, en algún modo, del criterio in­
el Estado docente a los principios es­ veterado del Estado liberal en mate­
pecíficamente pedagógicos. Relevemos ria de instrucción.
un ejemplo ilustrativo. Cuando la psi­ Ese criterio— acabamos de verlo—
cología experimental anunció al mun­ está configurado por lo omnipotencia
do que había encontrado un camino del Estado. Es, a su modo, un crite­
seguro para incrementar el proceso rio racionalista. En el fondo de la

— 284 —
discusión relativa a la libertad de en­ mientes en la reciente tesitura espiri­
señar hemos asistido siempre a la tual que las rectifica. Ni siquiera in­
afirmación implícita, común a parti­ tentan darles la situación que les se­
darios y a adversarios del sistema vi­ ñala esa misma rectificación.
gente, de que existe una situación in­ Dominados por la idea del hom­
mutable general y válida para todos bre faber auspiciado por Avellane­
lós países y para todos los tiempos, da, tratan de acentuar el profesio­
porque procede de la razón. En vir­ nalismo y la técnica que la sirve. Uno
tud de ella se discute la situación ar­ do los proyectos, el del diputado Bo-
gentina aduciendo confb argumento sano, recalca con tal énfasis la fun­
en contrario lo que acontece en Ho­ ción profesional (Art. P de su Pro­
landa o en Bélgica. yecto) que, en realidad, la universi­
Pero ese criterio es inavenible con dad se presenta, en su engendro, de­
el concepto histórico de la cultura, y finida por esa única función.
el Señor Ministro de Instrucción Pú­ Pero la parte de los proyectos en
blica, que invoca como fundamento de la que el derecho político carga la
su proyecto “ las exigencias de una mano con evidente fruición es en el
nueva etapa de nuestra cultura” , ne­ régimen electoral que proponen. La
cesita reconocer la insuficiencia de hora de la crisis de la idea moderna
que adolece si realmente desea ha­ del Estado asiste a una actitud del
cerse cargo de las mutaciones a que parlamentarismo que alcanza a todos
se refiere. los órganos sociales. La vida social
No es esta, empero, la más grave parece querer resolverse en técnica
de las dificultades, ya que, acaso, ella parlamentaria, y los proyectos de ley
pueda ser sorteada apoyándose en un universitaria, procediendo de acuer­
derecho natural elástico. La más gra­ do a premisas implícitas, consideran
ve de las dificultades proviene de que, que no existe otra manera de satisfa­
como consecuencia de la aplicación in­ cer las exigencias de la participación
veterada del criterio propio del dere­ estudiantil que no sea la de sancionar
cho natural, el Estado, adquiriendo un código electoral universitario.
una organización basada en su idea Es sorprendente el cuidado que po­
pura, separada y desligada de los de­ nen en esto. Todos los proyectos pro­
más poderes sociales, ha concluido ponen articulaciones tan minuciosas
señoreando sobre el todo, incluso so­ y plenas de cautela que su aplicación
bre la idea pedagógica pura. En esta motivará, de seguro, una rica biblio­
situación de predominio (en la que ya grafía de hermenéuticas y comenta­
han insurgido contra ella fuerzas ta­ rios.
les como las económicas y las técni­ El artículo 6? del Proyecto minis­
cas, que están concluyendo por domi­ terial impone como condición para
nar al Estado, a su vez) desaparece ser estudiante delegado al Consejo
la posibilidad de una fusión normati­ Superior ser alumno de los dos últi­
va inherente a una política escolar en­ mos años de estudios y tener aproba­
trelazada vivamente con la cultura dos íntegramente los cursos superio­
total. res. El proyecto del diputado Loyar-
Ninguno de los proyectos entraña, te exige menos (Art. 16). El del di­
a este respecto, una renovación. No putado Bosano concuerda con las exi­
reforman; reafirman. Todos se orien­ gencias en términos diferentes (Art.
tan de acuerdo a las directivas del 29), y el del senador Palacios propo­
nacionalismo y de la idoneidad en sus ne una condición parecida a la del di­
más agudas manifestaciones sin parar putado Loyarte (Art. 10). ¿Qué sig­

— 285 —
nifica todo esto? Significa la aplica­ necesita rodear de cuidados y pre­
ción al orden de los estudios del cri­ cauciones para evitar que el temor o
terio racional que preside el régi­ el soborno violenten su personalidad
men electoral que informa la natu­ y su juicio el que se pretende instau­
raleza del Estado. Significa, dicho de rar? ¿Y qué tiene que hacer esto en
otro modo, que aquí no se tiene en un orden de los estudios en el cual
cuenta para nada la idea de participa­ es a la idea de la participación per­
ción en el proceso formativo, que es manente y continua, en todos sus gra­
lo que importa a la vida docente: dos, a la que se debe confiar la forma­
pues, de lo contrario, los proyectos ción de la responsabilidad del docen-
no tendrían motivo alguno para pro­ do?
poner las condiciones que acabamos de No nos proponemos examinar, en
mencionar, condiciones que, en cierto este momento, la participación estu­
modo, convierten la representación diantil en sí misma. Sólo queremos
estudiantil en un estímulo y un pre­ destacar el criterio con que la afron­
mio a la buena conducta del niño apli­ tan los proyectos de ley universitaria
cado. y ya basta con lo dicho para estable­
¿Quién que entienda este problema cer que ese criterio es el viejo y reac­
de un modo más congruente con los cionario criterio que ha empleado has­
principios pedagógicos y con la cul­ ta hoy la política docente.
tura total puede cercenar ese proce­ Ese criterio mueve a los cuatro pro­
so de un modo arbitrario y, sobre eso, yectos. Discurre por la economía de
rodear el acto de participación de cau­ todos ellos y se lo vé aflorar, lozano y
telas tan incompatibles con la perso­ redivivo, en cada uno de sus precep­
nalidad que se plasma mediante la ad­ tos.
hesión de valores éticos, como son la El ideal estrecho y utilitario que lo
obligatoriedad y el secreto del voto informa manipulea con los hilos se­
que incluyen los cuatro proyectos? cretos del electoralismo propuesto.
¿Qué idea de la personalidad subya­ Desde el día que un conocido inter­
ce en estos extraños y anacrónicos ventor de universidades enriqueció el
engendros legislativos ? del “ estudiante crónico” , se presentó,
“ Es urgente que dotemos de alma como problema docente, la necesidad
a la Nueva Universidad, pero no res­ de extirparlo como se extirpa un es­
tituyéndole la del pasado, que ya no torbo. A ese fin responde visiblemen­
es más que un fantasma, sino infun­ te el sistema electoral auspiciado por
diendo en ella un sentido moral de la los diversos proyectos en cuanto dis­
vida y trocándola en laboratorio del pone que, “ ningún alumno podrá figu­
futuro” , dice el senador Palacios, en rar en el padrón electoral durante
su exposición de motivos; pero ¿qué más años que los que corresponde a
sentido moral de la vida es el que pa­ su carrera” (Art. 11 del proyecto Pa­
sará por las horcas caudinas dispues­ lacios, y Art. 6* del proyecto del P.
tas por el electoralismo mero y sim­ E.) ¿Qué se procura con esto? ¿La eli­
ple que se propone como fácil tras­ minación de elementos señalados co­
plante de los afanes del comité para mo inavenibles con la tranquilidad de
una universidad que no será nueva las casas de estudios? ¿El propósito
porque se escriba el membrete con de favorecer la producción regular y
letras mayúsculas sino por su conte­ estandardizada de profesionales para
nido esencial ponderado por el rigor servir las exigencias de la industria,
reflexivo? ¿Será, acaso, el sentido del comercio y de la burocracia? ¿Sa­
moral del sufragante a quién la ley tisfacer, en algún modo, los deseos de

— 286 —
la familia que quiere desprenderse, lo estridencia patriótico-utilitaria con-
más pronto posible, del miembro que densada, en palabras de su vocero, Ra­
estudia para aliviar el presupuesto mos Mejía, en el propósito de for­
doméstico ? mal', mediante la educación elemen­
Las exposiciones de motivos no res­ tal, “ mejores sufragantes, mejores
ponden a estas preguntas. Es de la­ ciudadanos, y mejores f u n c i o n a ­
mentarlo. Una respuesta anticipada rios” . (i)
es aquí tanto más inexcusable cuanto Y, por lo que concierne a los estu­
que el concepto de los estudios se nos dios secundarios y universitarios, la
ha presentado siempre ligado a una ley de reformas elaborada por el Po­
idea de infinitud de su proceso, infi­ der Ejecutivo Nacional, en 1918 —
nitud que, por esto mismo, no parece que tiene todavía, sobre los proyec­
prestarse a ser dosada y medida con tos actuales, la indiscutible ventaja
unidades de tiempo. Es realmente de aspirar a remozar la totalidad de
desconcertante que una institución los estudios con un loable sentido or­
que, en todas partes, ha reclamado gánico, — conducida con el criterio
siempre para sí al estudiante, de una que venimos denunciando, dejó in­
manera ilimitada e incondicionada, se demnes los problemas docentes de
resuelva ahora a excluirlo de su seno mayor importancia, constreñida por
al más breve plazo posible como si hu­ la propia estrechez de miras que só­
biera descubierto la fórmula logarít­ lo concibe la labor docente como un
mica de fraguar profesionales a pla­ instrumento para formar “ ciudada­
zo' fijo. nos capaces, instruidos, aptos y lis­
El criterio legislativo acusado en tos para bastarse a sí mismos y des­
los proyectos de ley universitaria nos empeñarse con éxito en la labor co­
coloca hoy donde estábamos ayer. Le­ tidiana, hombres conscientes de sus
jos de traernos una reforma nos en­ deberes y derechos, preparados para
dilga otra vez por la vía muerta. ejercitarlos dignamente en la vida
A virtud de haberlo empleado sin política e institucional de la Repúbli­
percatarse de la inadecuación que es­ ca” . Todo en ella se redujo al desig­
tá en su naturaleza, fracasaron ya, nio de reformas en vista de hacer la
en la irremediable limitación de esa instrucción general “ más ^nacional,
vía muerta, los propósitos innovato- más práctica y más adaptable a las
rios de anteriores ensayos legislati­ necesidades regionales” . (1
2)
1
vos atingentes a los tres grados en Esta experiencia no ha sido toma­
que se ha dividido el proceso docente. da en cuenta para nada en los pro­
En orden a la escuela primaria, la yectos que examinamos y, por eso, no
reforma propuesta, para la Capital, se apartan del carril habitual a una
en 1910, por el director del Consejo fase superada de la tradición esco­
Nacional de Educación, con todo y ha­ lar; pero es evidente que, en la épo­
berse propuesto introducir noveda­ ca en que nos hallamos, toda refor­
des pedagógicas que correspondie­ ma que aspire honradamente a ser tal
ran “ a nuestro ambiente y a nuestras necesita comenzar rectificando el cri­
necesidades y aspiraciones de pueblo terio orientador. Necesita partir de
democrático y de inmigración” , en los principios fundamentales de una
consonancia con la naturaleza huma­ constitución escolar conexa con la
na y el desenvolvimiento físico y mo­ cultura y no de la posición unilateral
ral de los alumnos, se resolvió en una y aislada que se ha creado el Estado.
( 1 ) P l a n de E s t u d i o s y P r o g r a m a s , p u b l i c a c i ó n del C o n s e j o N a c i o n a l d e E d u c a c i ó n . 1918.
p á g i n a 12.
( 2 ) V é a s e el m e n s a j e del P o d e r E j e c u t i v o a c o m p a ñ a d o al p r o y e c t o , en ln ed. o f . de 1919.

— 287 —
III futuro de tipo ético-cultural o espe­
cíficamente político. O)
Conviene insistir en procura de ma­ Son momentos del todo y, como
yor precisión. tales, pueden relevar un criterio es­
Por lo mismo que el problema su­ pecial para considerar la totalidad.
premo de la política escolar es el que Consecuentemente, se puede proce­
determina los fines que se deben po­ der: con el análisis de la vida peda­
ner en la práctica desde puntos de gógica y de la vida espiritual de la
vista ético-culturales en razón de que época en su reciprocidad de relacio­
el problema de valoración es el más nes; con la exposición de las formas
alto y arriesgado para el pensar cien­ finalistas y de los órganos en rela­
tífico, Spranger ha ensayado un bos­ ción con el valor específico buscado;
quejo estructural y teórico por el do­ con la obtención del derecho total es­
ble camino histórico - descriptivo y colar en vigencia; y con la determi­
comparativo, en el que, rechazando la nación de las exigencias enunciadas;
actitud que separa la sociología en pero, en ningún caso, se debe perder
cuanto teoría de la vida social y es­ de vista que, cualquiera de estas si­
piritual, de la teoría de la formación tuaciones, sea cual sea la que se adop­
jurídica, cuya correlación es siem­ te, está tan estrictamente ligada a las
pre íntima, considera, siguiendo las restantes que, por fuerza, la consi­
huellas de Hegel, que cada cultura na­ deración ha de comenzar haciéndo­
cional, en una época dada, es un todo se cargo de que consituyen una es­
espiritual, un complejo total pleno de tructuración unitaria.
sentido, en el que el derecho, lejos de Con esta relación de ideas concre­
acusarse como algo desligado del to­ tas — idea concreta del Estado, idea
do, puede operar determinando el mo­ concreta de la escuela— “ es ya pro­
vimiento espiritual social siempre que blemática la unidad y totalidad de la
actúe en consonancia con la totalidad. vida unitaria de la estructuración de
En una cultura centrada en el Esta­ las formas y autoridades escolares;
do cabe distinguir: los contenidos cul­ problemática la unidad evidente de
turales de la sociedad (vida espiri­ las disposiciones del derecho positi­
tual dada, históricamente) ; la fina­ vo a esto concerniente; problemáti­
lidad común que se propone un va­ ca, finalmente, la conciliabilidad de la
lor específico nacido de aquella vida idea suprema de la educación y de la
que determina la formación de órga- idea plena del Estado en la forma que
nos (establecimientos educativos, viven hoy concretamente” . (1 2)
etc.) correspondientes a la necesaria ¿ Dónde centrar el problema norma­
división del trabajo; las reglas per­ tivo de la ciencia cuyo tema surge de
tinentes de derecho positivo que ga­ las consideraciones expuestas? No ha
rantiza y asegura el Estado; los idea­ de serlo — ya se dijo — en el dere­
les culturales que se elevan sobre las cho natural; ha de serlo necesaria­
bases de las formas de organización mente en el propio complejo formado
y que constituyen exigencias para el por la situación de la cultura gene­
(1 ) Ob. cit. pág. 19 y siguien tes.
(2 ) S pranger, ob. cit., p á g in a 26. S p ra n g e r r e co m ie n d a a b o rd a r esta d ifíc il cu e stió n con
los p rin cip io s de la filo s o fía h e g e lia n a tales c o m o aq u el según el cu a l n a d a h a y a b solu ta m en te
prim ero e independiente p or lo m ism o que se tra ta de un tod o e s p ir it u a l; el que a firm a que
todo está en deven ir h is tó rico ; el que c o n cib e el presen te de un p u eb lo y su to ta lid a d e sp iritu a l-
social p ú blica com o alg o siem pre co n cre to , su m am en te in d iv id u a l, que se h a ce in telig ib le p o r ser
re presen ta ción de s ig n ifica cio n e s etern as y g e n e r a le s ; y el m á s im p orta n te que co n siste en
co n sid e ra r el su jeto c o g n o sc itiv o co m o in m erso en los o b je to s esp iritu a les, de m o d o que el
p ensar se d esarrolle en la co sa y con la cosa.

— 288
ral, por sus manifestaciones pedagó­ ¿Cómo corresponde juzgar esta ac­
gicas y por el derecho escolar en vi­ titud? Pesde luego, nos hallamos en
gencia. Esa es la cultura histórica vi­ presencia de la acentuación de un
va. En ella comprendemos las mani­ concepto jurídico. El proyecto ofi­
festaciones sociológicas actuales y la cial comienza reconociéndolo.
concreta estructura de los contenidos Pero la autonomía universitaria no
culturales (económicos, políticos, re­ se agota en un precepto legal, menos
ligiosos, artísticos, etc.), la actividad
cuando ese precepto pertenece a una
pedagógica en sus múltiples formas codificación tradicional que necesita
específicas (incluso la organización ser revisada a la luz de la constela­
técnica) y los contenidos del dere­ ción cultural del presente.
cho público y privado en relación con De acuerdo con esta, hay tres ma­
la docencia. neras de considerar la autonomía: la
IV jurídico-organizadora, la ética y la
teorética.
Vistas las cosas desde esta formu­ Estas distinciones han sido creadas
lación, tornemos al examen de los pro­ por el trabajo del pensamiento mo­
yectos y tomemos, en primer lugar, el derno. La Edad Media fué agena a su
concepto de la autonomía del campo determinación porque para el senti­
de la docencia que en ellos se ofrece do ecuménico católico la idea de la
como una novedad de trascendencia autoridad era — y sigue siéndolo, hoy
destinada a modificar, o rectificar, la mismo, para la Iglesia que lo pro­
relación del Estado con la universi­ pugna — de términos absolutos.
dad.
Según la declaración del mensaje Las universidades medioevales, in­
ministerial, se trata de establecer una cluso las de creación eclesiástica, fue­
relación jurídica de la autonomía uni­ ron autónomas dentro del concepto
versitaria, reconociéndola en estos as­ de la autoridad expresada; pero lo
pectos : fueron a virtud de la propia unidad,
a) Docente, por el nombramiento de líneas simples y sólidas del orden
de profesores titulares, previa adop­ cultural vigorante. Respondieron de
ción de las formalidades estableci­ un modo ajustado a la concepción
das en el proyecto de ley; teocéntrica y por eso fueron europeas
b) Gubernativo, porque designa y no nacionales.
sus autoridades, correspondiendo a La autonomía como afirmación de
la Universidad la iniciativa en la re­ una propia legalidad, de una propia
forma de los estatutos y planes de es­ dignidad y de una propia estructura
tudio, que el Poder Ejecutivo aproba­ esencial sólo fué posible cuando, al
rá o rechazará, sin introducir modifi­ dislocarse el orden medioeval, la idea
caciones. de lo permitido por la Iglesia fué
c) Financiero, porque, además de reemplazada por la idea de la inde­
proveer el gobierno de la Nación el pendencia en los términos relevados
subsidio necesario, se procurará do­ por la filosofía kantiana. Este sesgo
tar a las Universidades de otros re­ histórico indica ya que en la defini­
cursos, cuyo destino se establece. ción del concepto, en la época presen­
Los otros proyectos están informa­ te, poco o nada tiene que hacer un
dos por el designio de un reconoci­ derecho público derivado del dere­
miento de conclusiones semejantes, cho natural, ni menos todavía la ac­
en el fondo, a las que se acaban de titud del Estado que se reduce a per­
exponer. . mitir o a conceder una mayor o me-

— 289 — 19
ñor autodeterminación a personas y un criterio fundado en su propio de­
cosas. recho constitutivo. De hoy en más no
Hemos expuesto, antes de ahora, puede resolverse a conceder o a ne­
en otro lugar, ( x) un concepto de la gar graciablemente la autodetermina­
autonomía pedagógica que compren­ ción que reclama la actividad docente
de su aspecto ético y su aspecto teoré­ de acuerdo con su peculiar estructu­
tico. Centrando la consideración en el ra, estructura cuya esencia el dere­
acto educativo, delimitamos una pro­ cho político no puede desconocer, sino
vincia escolar coloreada por una ac­ que debe considerar preexistente. Y
tividad específica que, aún eSando, esto no de un modo parcial y, por lo
como está, íntima y vitalmente liga­ tanto, ageno a la idea del proceso edu­
da, a todas las manifestaciones de la cativo, sino de un modo total y com­
cultura, posee una peculiar estructu­ pleto por más que “ la llamada auto­
ra- Ciertamente, no se trata de una nomía universitaria — según observa
estructura a la que corresponde adu­ Spranger — ( 1 2) “ puede dar motivo
nar la idea aditiva que el positivismo para proseguir la marcha intelectual
ha atribuido a las diferentes mani­ en todo el campo educacional” .
festaciones d e 1 conocer — Estado, Consecuentemente, la primera que
ciencia, economía, técnica — , estruc­ ha debido insertarse en los proyectos
tura que entrañaría, en cierto modo, que consideramos es esa autonomía
el riesgo de un posible predominio de específica. No basta con que el Es­
“ lo pedagógico” sobre otros domjnios tado asegure a la universidad los re­
de la vida espiritual, sino la que co­ cursos pecuniarios que le son indis­
rresponde a un tipo específico de va­ pensables y la libre designación de su
lor, al valor de la educación. persoñal y la formulación de pro­
Cuando en la realización del traba­ gramas y planes de estudio para que
jo educativo exigimos hoy, al pro­ aquella exigencia ideal se tenga por
pugnar la instauración de la escuela satisfecha y cumplida.
activa, que se proceda de acuerdo a La universidad como corporación
las conclusiones de la psicología, no dotada de profesores y directores y
lo hacemos tanto en razón de que esas poseedora de aulas, laboratorios, bi­
conclusiones o leyes, muestran vías bliotecas, colecciones, museos, etc. ne­
seguras al hacer docente — vías sos- cesita disponer de los fondos indis­
titutivas de las que creyó encontrar pensables para sufragar los gastos que
la psicología experimental— cuanto su existencia supone y exige. El Es­
porque con ello reconocemos un prin­ tado debe poner a su disposición esos
cipio ético propio del alma en forma­ fondos y, en el hecho, lo hace siem­
ción y afirmamos que ese principio pre, en la medida en que se lo permi­
preside todo el proceso formativo. te su situación económica; pero con
El trabajo educativo, es, pues, in­ eso nada dice respecto de la Univer­
separable de la moralidad y por esto sidad como idea. Los multimillona­
es que el deber del Estado es el de ga­ rios de Estados Unidos crean funda­
rantizar la organización autónoma en ciones destinadas a sostener pecunia-
que se realiza. Aquí es precisamente r i a m e n t e determinados institutos
donde cobra sentido el concepto jurí­ universitarios; pero con eso no se
dico de la autonomía. En las condicio­ proponen reconocerles la autodeter­
nes actuales de la vida espiritual, ya minación inherente a su propia na­
no le es lícito al Estado proceder con turaleza. Muy por el contrario, es
( 1 ) B a ses y P ro p o sic io n e s p a ra un sistem a d ocen te. — R e v ista de la U n iv ersid a d d e C ó r ­
d oba. — 132'J, n ú m eros 3-4, 5-6.
( 2 ) Ob. cit. 65.

---- 2 9 0 —
cosa bien sabida que, en la generali­ el acto formativo, en la que surge el
dad de los casos, la dotación se opera momento moral. Esa relación formula
con sujeción a restricciones que afec­ la antinomia fundamental — libertad
tan la autonomía del trabajo espiri­ del docendo y autoridad del enseñante
tual. — y en ella el auténtico momento edu­
Tampoco se alcanza la autonomía, cativo sólo se presenta cuando el
en el concepto que le es propio, con la alumno se realiza éticamente como
delegación relativa a la designación personalidad.
del personal administrativo y docen­ Por lo consiguiente, el Estado obra,
te. El Estado que provee de dinero a efectivamente, en favor de una auto­
la universidad tiene derecho a inter­ nomía bien entendida cuando entrega
venir en su administración, y no deja a la Universidad la elección de sus
de ser plausible el que, por respeto a profesores y la formulación de sus
su carácter de corporación docente, li­ programas y planes de estudio, mo­
mite su control a su menor expresión. vido por la creencia de que ese es el
Esta limitación entraña el propósito mejor camino para que ocupe la cá­
de no intervenir como Estaclo en una tedra el hombre dotado del don com­
tarea en que la ingerencia del Estado prensivo de la libertad moral del do­
puede ofrecer peligros y riesgos; pero cendo, el hombre que alcanza y res­
esa misma abstención no ha de ser tal peta el significado creador de esa li­
que permita la formación de los círcu­ bertad ; pero la elección de ese ca­
los y camarillas a que son tan extre­ mino supone la existencia de motivos
madamente inclinados los administra­ suficientes para abonarla y justifi­
dores de las universidades argentinas, carla.
ñas- Concretamente, para que la ins­
Pues, conviene tener presente que tauración de una autonomía ético-
ninguno de los cuatro proyectos dis­ pedagógica se pueda lograr mediante
tingue la actividad administrativa de la más acertada elección del perso­
. la actividad docente sino que, lejos de nal enseñante es condición previa la
í ello, mantienen un estado de cosas en existencia de profesores auténticos.
el que para ser rector o decano se De lo contrario la ley mejor intencio­
exige la posesión del cargo docente. nada incurrirá en la evidente contra­
Con lo cual caben situaciones en las dicción de frustrarse a sí misma..
que las funciones entren en colisión, ¿Dónde se encuentran hoy esos pro­
bien sea porque el que ejercita el go­ fesores cuya existencia presume el
bierno pretenda hacer primar su inte­ pensamiento ministerial? Los cua­
rés o el interés de la camarilla, bien dros de las universidades argentinas
sea porque el que profesa se vea me­ están integrados por profesionales —
noscabado en la libertad de la cátedra. abogados, médicos, ingenieros, vete­
Pero, sin hacer hincapié en esta cir­ rinarios— que desempeñan la función
cunstancia, lo que nos importa desta­ docente como “ ayuda de costas” y no
car en este momento es que, con el or­ a virtud de una vocación magisterial
denamiento legal que los proyectos que, en nuestra realidad, sólo se ma­
proponen, apenas se roza aquel sen­ nifiesta como una rara excepción. ¿ Es
tido ético-pedagógico que es esencial a acaso, entre esos docentes, o entre los
la autonomía universitaria. profesionales que todavía no ocupan
Ese sentido está, sin duda, esbo­ cargos docentes, que se va a escoger,
zado, de un modo indirecto, en la atri­ para hacer viva la autonomía univer­
bución relativa al nombramiento del sitaria, a los hombres destinados a
personal docente porque es en la re­ ponderar y exaltar la libertad moral
lación del profesor con el alumno en de las generaciones que suben? Los

— 291 —
cuatro proyectos responden afirmati­ enseñar y aprender, la verdadera au­
vamente; pues, los cuatro exigen co­ tonomía educacional.
mo condición para el ejercicio de la Porque la autonomía universtaria,
docencia, la posesión del diploma pro­ la única autonomía universtaria digna
fesional. de este nombre, no reside en los recur­
No cabe juzgar semejante actitud. sos económicos, ni en la libertad de
Los proyectos se colocan en la reali­ escoger profesores — libertad relativa
dad. Pero, tomando las cosas en la puesto que está supeditada a la po­
realidad, nadie puede desconocer que sesión de un título profesional y a las
la solución propuesta es inadecuada restricciones impuestas por la Cons­
en razón de que ella no está en condi­ titución nacional — sino en el franco
ciones de alcanzar la autonomía anhe­ y real reconocimiento de parte del Es­
lada y auspiciada por las prescripcio­ tado de la ley del propio saber y en el
nes que se proponen dejar a las uni­ propósito decidido de someterse a esa
versidades la libre elección de los en­ ley.
señantes y la libre formulación de pro­ La Universidad es una idea- Como
gramas y planes. tal no se agota en la institución creada
Dichas prescripciones serán letra y costeada por el Estado, como pare­
muerta mientras el Estado no se per­ cen creerlo los cuatro proyectos que
cate de que la causa profunda y per­ venimos considerando. Cuando el Es­
manente de los conflictos universita­ tado da su dinero y provee a ese ins­
rios que nos preocupan desde 1918, tituto de bibliotecas, colecciones, labo­
radica en la violenta incompatibilidad ratorios, clínicas, aparatos, etc., sumi­
qua existe entre docentes y docendos, nistra los elementos necesarios al co­
entre los profesionales improvisados nocer cómo conocer, pero ese conocer
mentores de la juventud y la juven­ está presidido por el espíritu que se
tud que defiende de la torpeza de hace presente en la personalidad y no
aquellos su integridad moral. No es en las cosas. La universidad tiene de
una cuestión de estatutos; es una propio el que su vida está centrada en
cuestión de cultura. Las mentalidades personalidades y no en los objetos per­
obliteradas por el viejo criterio legis­ tenecientes a una organización insti­
lativo que venimos denunciando pue­ tucional. Esta organización es apenas
den seguir creyendo que la solución una condición de aquéllas y tanto es
de este pleito está contenida en las así que una universidad, como idea,
virtudes externas de una ley ; pueden puede existir — y existe — aun fuera
seguir entregadas al malabarismo de del instituto oficial, muchas veces en
los términos dados por las codificacio­ contra del instituo oficial, como se
nes anteriores, e insistiendo en que se puede observar hoy mismo en la rea­
entreguen las funciones docentes a los lidad argentina.
poseedores de títulos profesionales — Es — hay que repetirlo — una idea
abogados, médicos, ingenieros y vete­ susceptible de manifestarse en un ins­
rinarios— ;pero la insurgencia juve­ tituto y por esto el instituto se estima
nil quedará en pie — y es bien que por las personalidad que forma, por
quede porque en ella está todo el des­ los hombres que, de tiempo en tiempo,
tino de nuestro país— mientras no levantan el nivel moral de un pueblo
nos apresuremos a formar los autén­ y enriquecen la tradición de la idea.
ticos servidores de la docencia, los No es indispensable a esa idea la exis­
hombres que comprendan las exigen­ tencia misma del instituto. En muchos
cias espirituales de la juventud, los casos, ella cuaja y florece fuera de su
hombres, en suma, destinados a reali­ recinto, sobre todo, cuando los insti­
zar vivamente, en el acto concreto del tutos se cierran a la cultura que está

— 292 —
en su dintomo y se niegan a incorpo­ sión parlamentaria. Comprende todas
rarla a su acervo. La cultura del hu­ las concepciones del mundo y de la
manismo del Renacimiento discurrió vida, aun aquellas que discuten la tra­
largo tiempo fuera de la universidad dición ligada a la vida de la universi­
medioeval y, en nuestros días, lo más dad y al Estado mismo, porque el es­
importante del aporte cultural de es­ píritu es tradición y revolución, a la
tos últimos tiempos es desconocido por vez. Todas las ideologías, todas las
el instituto oficial. Este está anquilo­ corrientes de opinión, todas las direc­
sado, y su tradición es una cosa mera ciones científicas y filosóficas se aco­
y simple que maneja y manipulea la gen a este concepto. Y a ningún Es­
mesocracia que lo detenta. tado de filiación liberal, como es el
La universidad vive de hombres. El nuestro, le está permitido partir desde
enseñante y el investigador son tota­ otro supuesto en una codificación uni­
lidades humanas cuya esencia es la versitaria.
autonomía. La función de empleados, Va en ello su propio destino. Por­
que hoy acusan, con mucha frecuen­ que, a menos de que pretenda afirmar
cia, no reza con ellos. Son seres res­ un regalismo favorable a una idea in­
ponsables, y el Estado que, al pagar­ mutable de su forma y de su conte­
les, les crea un riesgo inminente, debe nido, no puede olvidar que la esencia
resguardarles la libertad acorde con la de los principios básicos que lo infor­
responsabilidad que les corresponde. man está íntimamente ligada a las po­
Participan en la universidad y, con sibilidades de las modificaciones con­
ellos, participa en ella el estudiante gruentes con las exigencias de las
que es tal porque comulga en su idea transformaciones históricas. Su agudo
y no en razón de que frecuenta el ins­ problema relativo a la formación de
tituto oficial. la voluntad general, (la volente géné-
El estudiante es estudiante en rale), cuya crisis se acusa en las mi­
cuanto se halla en relación socrática nuciosas precauciones de que rodea el
—emoción de diálogo — con el profe- ejercicio del sufragio, sólo puede ob­
sor, y no en cuanto se halla sometido tener una solución adecuada mediante
a una autoridad sin autoridad. el juego de las diversas e intrincadas
Por eso dice Jaspers que “ la liber­ corrientes culturales y de las libres
tad del enseñar corresponde a la li­ convicciones que necesita favorecer, a
bertad del aprender. Ninguna autori­ pesar de todos los riesgos y por des­
dad — añade — ninguna conducta concertantes que sean, a momentos las
prescripta a la tarea del estudiar debe manifestaciones de esas fuerzas para
señorear sobre el estudiante. El rea­ aquellos que todavía tienen fe en los
liza la libertad” O). El conocer no remedios anacrónicos y regresivos. El
admite condiciones. Su iniciativa per­ Estado no es una cosa separada del
tenece de pleno derecho a su fin y este hombre y su condición. Es cosa de
fin se refiere a la responsabilidad del hombres y por eso su suerte está in­
hombre. De aquí el profundo sentido destructiblemente vinculada a la for­
del lema heráldico: Ut portet nomem mación de la juventud en el espíritu
meu coram gentibus. total moral. “ Cuanto más claramente
De acuerdo a todo cuanto venimos se ve que el sentido de la educación es
diciendo, el concepto de la autonomía autónomo, — escribe Spranger — tan­
rebasa las limitaciones en que se re­ to más se estructurará la escuela de
suelve el proyecto ministerial y los Estado no sólo en el grado universita­
otros proyectos sometidos a la discu­ rio sino en todos los grados, en for-
(t ) K. Jaspers. Die Idee der Universität, pág. 51.

— 293 —
mas de autoadministración que asegu­ guntar ahora ¿qué idea de la univer­
ren a la educación, aún respecto a la sidad es la que sirve de punto de par­
presión espiritual de los poderes del tida a los autores de esos proyectos?
Estado” í 1). No es esta, desde luego, una pre­
Los proyectos que comentamos pa­ gunta susceptible de una fácil res­
recen preferir una autonomía en cuya puesta. Los elementos integradores de
virtud el Estado, atribuyéndose un la universidad actual discurren por la
dominio exclusivamente acotado den­ articulación que nos ofrecen; pero dis­
tro de la vida social, reconoce a la uni­ curren en términos tan contradicto­
versidad otro dominio, igualmente de­ rios y confusos que en realidad de
terminado, frente al cual se coloca él verdad, ya con esto distan mucho de
mismo como en presencia de una mag­ significar una innovación congruente
nitud que le fuera extraña. Actúa aquí con las exigencias del tiempo.
algo así como la afirmación de dos Los elementos constitutivos de la
zonas, la de la actividad política y la universidad, tal como ésta se nos pre­
de la actividad de la ciencia pura, es senta en su funcionamiento, son cua­
decir, la zona en la que aquélla no tro : la cultura general; la investiga­
puede inmiscuirse sino en casos ex­ ción, la formación profesional, y la
cepcionales. extensión universitaria. Estas funcio­
¿Qué significa, hoy, semejante ac­ nes, que el proceso histórico posterior
titud? Es una expresión atomista del a la Revolución Francesa ha ido en­
Estado. Acentúa un divorcio que sólo comendando al Instituto de acuerdo a
se explica si se considera al Estado las necesidades inmediatas de ocasión
como factor de potencia, como forma y de lugar, le han conferido la confi­
de derecho; pero, por plausible que guración que hoy lo distingue. Cada
sea el reconocimiento de la indepen­ una de estas funciones se define por
dencia de la ciencia y de la universi­ notas propias y específicas, y es la
dad como organismo destinado a su concurrencia de las cuatro en un ins­
fomento, no conviene perder de vista tituto único lo que ha provocado la
que universidad y -Estado integran crisis de la universidad.
una totalidad, la totalidad de la cultu­ La universidad de la Edad Media
ra. Toda determinación de funciones fué un centro dedicado casi exclusi­
propias se funda en ese concepto uni­ vamente a la vida espiritual desinte­
tario. El Estádo necesita la autonomía resada, sin finalidad, sin “ para” . El
de la ciencia porque de ella depende hecho de que formase el clero no le
su destino. Toda solución política tiene restó este carácter. Fué la posterior
en ella su fuente. Por eso la autono­ exigencia del poder público de que
mía implica el deber de la universi­ formase los miembros de la burocra­
dad de dedicar su reflexión a los pro­ cia la que le introdujo una segunda
blemas vivos que están operando las función orientada por una finalidad.
transformaciones de las formas socia­ Más tarde, acentuó esta actitud con
les y políticas. el propósito de formar médicos, maes­
V tros y profesionales ligados a la idea
utilitaria de la idoneidad. La propia
Hemos examinado hasta aquí el cri­ constitución social no pudo pasarse
terio legislativo que preside los cua­ sin llevar las cosas más lejos: valién­
tro proyectos de reforma universita­ dose de su influjo sobre la universi­
ria y el concepto de la autonomía que dad le encomendó también la tarea de
está a la base de todos ellos. Cabe pre­ la investigación y tras ella, la de la
( 1 ) Ob. cií.

— 294 —
difusión de la cultura en el pueblo. De tauración revistiendo, como reviste,
aquí proceden, históricamente, las un carácter incidental, es bastante a
cuatro funciones que debe cumplir en revelar que el Señor Ministro no le
la actualidad en términos tales que lo asigna el valor de una función pro­
que ahora está en discusión, en la bús­ piamente universitaria, no obstante lo
queda de una reforma, es saber cómo cual la refuerza encomendándole que
puede hacer el instituto único para desempeña una actividad especial res­
cumplirlas con eficacia. pecto de los profesores de enseñanza
Los proyectos no se hacen cargo de secundaria y de los maestros de las
esta circunstancia. Para ninguno de escuelas primarias (Art. 17) con lo
ellos parece revestir importancia pro­ que la convierte nada menos que en
blemática esta concurrencia de fun­ una academia.
ciones- Todos las dan por admitidas y El proyecto del diputado Loyarte
muestran por ellas una adhesión tan (Art. I9) y el del senador Palacios
decidida que insisten en querer enco­ acogen las cuatro funciones (Art. I9 y
mendarlas al instituto único. oCn lo 17 y 21 inc. b) añadiendo todavía, este
cual aluden el candente problema que último, la tarea atingente a los ense­
está reclamando una solución. ñantes contenida en el proyecto mi­
El proyecto ministerial define la nisterial.
universidad diciendo que “ son cen­ El único proyecto que se pronuncia
tros de investigación y de cultura su­ en favor de dos funciones — la profe­
perior, general y profesional, y se sional y la de extensión universitaria
componen de los siguientes órganos: — es el del diputado Bosano (Art. I9
un Rector, un Consejo Superior, un y 42) porque, para su autor, la uni­
Decano por cada Facultad, un Consejo versidad resulta algo así como una
Directivo por cada Facultad” (A r­ escuela industrial destinada a formar
tículo l 9) . profesionales a la minuta mediante
A simple vista parece que entran exámenes diarios, sin que se pueda
aquí como ingredientes del concepto, colegir que es, a su juicio, lo que co­
tres de las funciones antes nombra­ rresponde hacer con las restantes
das, esto es, la cultura general, la in­ funciones.
vestigación y la formación profesio­ ¿Qué propósito reformista trascien­
nal, más eso que el lenguaje oficial de todo esto? La actual universidad
llama “ órganos” . Pero hay que creer ha hecho crisis porque no puede car­
que estos “ órganos” no se enuncian a gar con las cuatro funciones que se le
título de notas propias del concepto han confiado y los proyectos insisten
sino que están ahí a virtud de una en el mantenimiento de esas múltiples
inadvertencia imputable a la defec­ funciones en el instituto único.
tuosa redacción del documento; pues, Y de tal modo insisten que el pro­
si esto no fuese así, si en el pensa­ yecto ministerial llega al exceso, in­
miento del Señor Ministro estuviese el creíble e inexplicable, de pretender
propósito de aducirlos como tales no­ encargarlas a una misma persona.
tas distintivas, nos encontraríamos en Los profesores titulares — dice el in­
presencia de un error único en la his­ ciso b) del Art. 11 — están obligados
toria de la pedagogía. a dictar, además de las clases técni­
El enunciado parece querer dar a cas y prácticas de sus cursos, las de
entender que se excluye la cuarta fun­ cultura general, investigación cientí­
ción, es decir, la extensión universi­ fica y extensión universitaria que es­
taria ; pero no es así. El inciso b ) , del tablezca la Universidad para la corre­
Art. 9, torna a instaurarla y esta ins­ lación universitaria” .

— 295 —
Por el mismo camino, el diputado Son estas contradicciones las que
Loyarte propone que el profesor tenga plantean acuciosamente el problema
“ la obligación de dictar más de un concreto de una reforma universita­
curso y realizar investigaciones” (A r­ ria, el problema que dejan en pié los
tículo 59) . cuatro proyectos. Todas las posibles
Parece extraño que hombres que soluciones que se propongan pueden
han ocupado los más altos cargos di­ ser diferentes; pero ninguna puede
rectivos universitarios, que han enve­ perder de vista ' los términos de la
jecido en la práctica de la docencia, cuestión sin riesgo de caer en la falsa
puedan admitir aún como hipotética posición en que han caído los proyec­
la posibilidad de que un hombre pueda tos que consideramos.
cumplir satisfactoria y honestamente Justamente, en razón de que el es­
más de una de las cuatro funciones tado de cosas señalado constituye el
universitarias. Hay como para sospe­ supuesto ineludible de todo empeño de
char de que la insurgencia juvenil es innovación universitaria es que Max
todavía más justa de lo que es cuando Scheler, discutiendo con el Ministro
se asiste a tan extraña manera de tra­ Becper respecto de la tendencia cen-
tar los problemas de la cultura. tralizadora acusada por éste, en sus
Max Scheler, cuyo pensamiento ideas reformistas, propone una es­
aduce el senador Palacios, en su expo­ tructura concebida así : l g transfor­
sición de motivos, es contrario al pro­ mación de la actual universidad en
yecto elaborado por el senador Pala­ instituto profesional; 29 instauración
cios. Max Scheler ha demostrado, de de centros de investigación, al estilo
un modo incontrovertible, analizando del Wilhelm Institut de Berlín, que es­
la suma de Facultades que forma la tén en íntima conexión con el instituto
Universidad, la contradicción que profesional y la academia; 39 instau­
existe entre la función de la investi­ ración de centros destinados al cono­
gación y la que se refiere a la forma­ cimiento del tiempo, es decir, destina­
ción del profesional, cuando se rea­ dos a lograr una síntesis espiritual
liza en la forma vigente. Ambas fun­ según el modelo del Collège de France;
ciones exigen a un profesor una vida 49 instauración de escuelas superiores
doble y con esto sólo se anulan recí­ populares, independientes de la uni­
procamente. Pero es peor todavía lo versidad; y 5V academias de ciencias
que acontece cuando esas funciones, políticas y sociales en conexión con los
adunadas en un sola persona, y en un centros de conocimiento del tiempo y
solo instituto, se enfrentan a la tarea de las escuelas superiores para tratar
superior, la tarea que una universidad lo concerniente al derecho internacio­
no puede eludir sin negarse a sí nal obrero, la historia de los partidos
misma, que es la de formar la perso­ políticos, la sociedad de las naciones
nalidad U). Esta incongruencia evi­ y otros problemas semejantes (4).
dente, señalada, antes que Max Sche­ Correspondiendo a cada una de es­
ler, por el examen a que sometió a la tas actividades, releva, como conse­
universidad francesa Jean Izoulet, cuencia inmediata, la necesidad de que
(1
2) es la que, como hemos dicho, en existan enseñantes para la actividad
un ensayo antes recordado, ha roto la profesional, investigadoras, sintetiza-
relación entre el profesionalismo y el doras espirituales, maestros adecua­
sentido humanista ( 3). dos a la escuela superior popular, e
(1 ) U n iv ersität und V o lk sh o ch sch u le , en D ie W is s e n s fo rm e n u. d, G ese llsch a ft, p ág. 449
y siguientes.
( 2 ) L ’A m e fr a n ça ise et les U n iv e rsité s N ou v elles, 1892.
( 3 ) B ases y P ro p o sicio n e s, lug. cit.
(4 ) Ob. cit.

— 296 —
ideólogos versados en cuestiones so­ En nudstro concepto, la propia fór­
ciales y políticas. No se busca con mula de Max Scheler, es inapropiada
esto un desperdigamiento de funcio­ para los fines propuestos. Con todo y
nes. La aglomeración de tareas dispa­ estar abonada por un profundo cono­
res entregadas, en la universidad, a cimiento del problema que aspira a re­
un solo profesor, han convertido al solver— problema que es universal
profesor en un técnico sin vida espi­ porque se liga a la situación total de la
ritual, sin la vida espiritual que en lo cultura del siglo — su combinación de
antiguo coloreaba su magisterio, y, Facultades, Academias y Escuelas re­
justamente, porque hay que remediar posa en un nexo que, en la práctica,
esta situación, es que ahora no existe puede mostrarse extraño al proceso
intento serio y ponderado de reforma formativo. Ernst Otto le ha señalado,
que no considere indispensable fijar a este respecto, reparos fundados que
con todo rigor un nexo espiritual que alcanzan, de un modo general, a to­
polarice todas las funciones existen­ das aquellas estructuras propuestas
tes y las funciones posibles, realizando que no se atienen con estrictez a la
vivamente la unidad en la diversidad. idea de la personalidad y de su desen­
No nos podemos pasar sin la ense­ volvimiento.
ñanza profesional reclamada por las En este orden de consideraciones,
necesidades sociales que la han creado, un defecto semejante, cabe desentra­
no nos podemos pasar sin la investi­ ñar de “ Las Bases y fundamentos pa­
gación, no nos podemos pasar sin la ra una ley de enseñanza superior”
cultura popular inseparable de la con­ aprobados, hace pocos días, por los
cepción de la democracia y no nos po­ centros socialistas de La Plata, To-
demos pasar sin una vida espiritual losa, Ensenada y Berisso. Inspirán­
desinteresada; pero, por eso mismo, dose, a lo que parece, en las orienta­
necesitamos alcanzar un orden que ciones de la juventud universitaria es­
supere la anarquía vigente en la que pañola expresadas en el Congreso de
esas funciones se contradicen y se la Unión Federal de Estudiantes His­
anulan. La investigación es insepara­ panos, de 1931, esas bases parten de
ble de la enseñanza y una y otra se una distinción entre escuelas técnicas
funde en el pathos de la verdad, y con profesionales, y la universidad conce­
sólo advertir esto afirmamos que no bida como centro de estudios sin fi­
podemos concebir la universidad sino nalidad y de investigación. De aquí
como una unidad referida a la forma­ que propongan que las actuales Fa­
ción de la personalidad- cultades se constituyan como escuelas
Consecuentemente, la tarea central profesionales prácticos y eficaces, en
impuesta a todo propósito reformista mente dedicadas a preparar buenos
no es la de buscar paliativos y remien­ médicos, buenos ingenieros, buenos
dos a una institución inadecuada y profesionales prácticas y eficaces, en
maltrecha sino la de buscar una es­ una medida en que no puede hacerlo
tructura congruente con el proceso de la actual universidad con su sistema
la formación espiritual y, al mismo mixto” ; y de que, a su vez, la univer­
tiempo, compatible con las diversas sidad se dedique a preparar a aquellos
manifestaciones que ese proceso pue­ que deseen entregarse a la investiga­
de asumir, ya sea en el terreno de la ción, y a la creación científica sin pro­
investigación, ya sea en el terreno pro­ pósitos profesionales o técnicos. Su
fesional, y en todas aquellas decanta­ pensamiento principal es de que la
ciones en que necesita aplicarse con­ universidad asuma la cultura. “ Sien­
cretamente el saber, qi¿e es de la esen­ do la cultura — dice— el conjunto de
cia de dicho proceso. las ideas actuales, vivas, necesarias,

— 297 —
que mueven nuestra civilización y que media para la reforma universitaria,
nos dan la medida de nuestro papel tan pronto como la reflexión se ahin­
dentro de ella, la universidad debe que sobre la enseñanza media se hará
dar cultura a todos los hombres, al presente, problemáticamente, todo el
pueblo, a los maestros, a los obreros y proceso formativo. Se hará presente
a los egresados de las escuelas profe­ en términos tales que habrá que re­
sionales” . conocer sin ambajes que sólo siguien­
Estas últimas palabras recalcan el do, con toda la ductibilidad posible,
propósito disgregatorio que mueve a dicho proceso, se ganará el nexo, el
los autores del documento y señalan, alma viva, que está reclamando el or­
al mismo tiempo, su más grave des­ den de los estudios en todos sus gra­
viación. Concibe la posibilidad de que dos.
el profesional se forme fuera de la No caben ya las reformas parcia­
universidad y lo escinde de la cultura les. O todo, o nada, parece ser el lema
y de la investigación. Lo escinde tan­ de la visión totalista de la cultura ad-
to que sólo admite como posible el que, viniente. Para ningún país es tan de­
una vez formado, hecho profesional, cisivo ganar claridad sobre esta tesi­
pueda acudir a la universidad a am­ tura como para el nuestro. Pues,
pliarse culturalmenté. Pero el proble­ mientras una nación como Alemania
ma no es ese; el problema es el de sa­ y como Francia puede salvar, de un
ber cómo puede formarse el profesio­ modo más o menos permanente, las
nal a través de la cultura. Primero dificultades actuales adoptando una
queremos cultura; después queremos estructura docente como la de Max
profesionales. Y también investigado­ Scheler, u otra parecida, en razón de
res. De ninguna manera podemos pro­ que la rica tradición de cultura y la
ceder a la inversa, a menos de que se intensa vida espiritual que la recrea
piense— acaso con fundamentos— que todos los días le sirve a la manera de
la cultura general es posible a través fecundo Collège de France, la nuestra
y mediante la profesión. necesita pedirlo todo, o casi todo, a la
Los autores de estas bases han incu­ virtualidad de un acertado sistema
rrido en el defecto apuntado porque educacional. Ya al propio mensaje del
no se han hecho cargo del punto de Ministro de Instrucción Pública in­
partida de los universitarios españo­ tuye la vastedad del problema, cuando
les. La ponencia de la F.U.E. (*) de promete acometer la reforma de los
Madrid, en el Congreso antes mencio­ estudios primarios y secundarios, y si
nado, comienza así: “ La Delegación hay algo que lamentar, por anticipa­
estima que cualquier intento de refor­ do, en esta expresión de una voluntad
ma. de la enseñanza universitaria en comprensiva y bien intencionada, es
España ha de ser condicionado por la que la forma en que encara la refor­
de los estudios secundarios. Declara ma universitaria le impedirá cumplir
la importancia cardinal que este gra­ sus promesas en términos acordes con
do tiene para la formación del indivi­ las nuevas corrientes pedagógicas y
duo y hace resaltar el absoluto aban­ con las exigencias de la cultura.
dono en que hasta ahora se ha hallado En el ensayo varias veces recorda­
en nuestro país.” I1) do, que publicáramos en 1930, propu­
¿Qué significa esta proposición? In­ simos una estructuración del régimen
sinúa el tema de la escuela única. docente total con rigurosa sujeción al
Pues, aun cuando se concrete a rele­ proceso formativo humano, teniendo
var la importancia de la enseñanza en cuenta las formas típicas de vida
( * ) F e d e ra ció n U n iv e rsita ria de E stu d ian tes.
( 1 ) En C risol, M adrid, 28 de o ctu b re de 1931.

— 298 —
expuestas por Spranger, en su gran troduzcan, bajo la advocación del es­
obra Lebensformen. Distinguimos píritu rector, al tipo de vida al que se
ahí, como fases del proceso, la educa­ sienta inclinado. Para el hombre ac­
ción primaria—tiempo de la natura tivo, está el de Ciencias e Industrias;
naturans— la enseñanza media como para el hombre práctico está el Profe­
punto de contacto con el espíritu ob­ sional de Mujeres y Varones; para el
jetivo— tiempo de la natura naturata hombre teorético está el Colegio Na­
—y determinamos como vías de ascen­ cional en conexión con los centros de
sión al espíritu objetivo, institutos de investigación; para el hombre artista,
formación general condicionadores de
está el de Bellas Artes; para la fo r ­
la investigación y de la vida profesio­
mación del docente está el Colegio de
nal. Viéndolo bien, entra en ello, el
designio de trasladar la universidad Preceptores. Todos ellos, siendo, como
actual a esos institutos superiores. son, institutos previos a las Faculta­
Pues, por lo mismo que esos institutos des y Academias, admiten un desarro­
han sido pensados para que acojan al llo posterior indefinido y sin término,
educando en los dinteles de la ado­ como indefinido y sin término es el
lescencia, es indispensable que lo in­ espíritu humano.

III
EN EL DECIMO ANIVERSARIO
(1928)

N hábito inveterado, cuya expli­ año 18 constituyen un título para ha­


U cación no nos hemos propuesto
nunca con excesiva severidad,
blar en este momento de intimidad,
y para hablar, sobre todo, a las ge­
nos. determina a medir cronológica­ neraciones que suben, llenas de las
mente, los fenómenos del espíritu. sugestiones de la época consagrada,
De acuerdo a ese hábito, hombres de me considero en el deber de disonar
diversas edades y de diversos mati­ en el común regocijo, afirmando que
ces ideológicos, nos hemos congrega­ estos dos lustros de Reforma Univer­
do esta noche, a iniciativa, de la ju­ sitaria, poco no nada tienen de Refor­
ventud, siempre cordial y generosa, ma y poco o nada tienen de univer­
para recordar que hace diez años, en sitarios.
el seno de nuestra comunidad, y aca­ Desde la perspectiva en la que
so a esta misma hora, multitudes in­ ahora estamos situados, para apre­
quietas, sensibilidades tocadas de re­ ciar lo acaecido después del 18, sólo
velaciones inéditas, y espíritus cla­ un sentido progresista del que toda­
reados de nueva luz, resolvieron arro­ vía no nos hemos curado, o una pe­
jar por la ventana de la vieja uni­ reza mental que engaña hedonística-
versidad la iconografía falsificada y mente con huera fraseología su pro­
los valores caducos erigidos en ta­ pia inactividad, o su inadvertida im­
bla de ley por una autoridad mera y potencia, puede crear la ilusión de
simple. Estamos, pues, en un instan­ que los diez años que van corridos
te de examen y de revalúo. Instante, desde la fecha inicial, han sido pró­
desde luego, propicio a las confiden­ digos en contenidos y en bienes para
cias y a las pláticas amistosas. nuestra cultura. En puridad de ver­
Si la participación que señalaron dad, estos diez años, pesados y len­
a mi conciencia las horas heroicas del tos, como un dolor, han sido diez
D is c u r s o p r o n u n c ia d o en la c o n m e m o r a c ió n d el 15 d e J u n io , en C ó r d o b a .

— 2 9 9 —
años de tributo pagado al espíritu an­ ingeniero, sea más o menos apto pa­
tiguo, al espíritu contra el cual se ra la industria profesional, ni lo es
pronunciara la gesta más promisora el voto como instrumento sin conte­
en creaciones de la juventud conti­ nido, ni lo es el falso democratismo
nental. Y quién haya participado que quiere resolver con palabras va­
desde la iniciación en aquella empre­ cías la socialización del saber. No se
sa con la responsabilidad inherente niega la técnica sino en cuanto es
a la personalidad en pugna con su mera mecanización. No se niega el
medio y con su tiempo, para imponer profesionalismo sino en cuanto la
un valor y ensanchar las dimensio­ instrucción que aspira al profesiona­
nes mentales de la comunidad, no lismo como fin en si, suprime y nie­
puede eludir el imperativo de decir ga, a su vez, la personalidad, la per­
con tranquila franqueza que todo lo sonalidad en cuyo concepto se resuel­
que hoy nos podemos adjudicar en ven armónicamente todos los proble­
el haber de un balance ideal, no son mas de la autoridad y de la libertad.
valores de historia, sino conatos de Las posibilidades todas del indivi­
prehistoria. Que prehistoria y no his­ duo como personalidad creadora —
toria es lo que se ha obtenido hasta que es el humanismo de nuestros
ahora, hasta este 1928, cuyo extra­ días — están latentes en el mundo
ordinario complexo de problemas le de la juventud, como juventud, y es
comunican con enérgica nitidez, la el hallazgo y la afirmación de este
fisonomía de un nuevo ciclo de cul­ mundo, lo que constituye la gloria del
tura profunda y original. año 18. Que su descubrimiento no fué
Frente a este 1928 que se perfila fenómeno aislado y casual, lo prue­
con la silueta de las grandezas eter­ ba el movimiento juvenil universal
nas, no cabe alegar en favor de los de aquel tiempo, especialmente el mo­
dos lustros de actividades docentes, vimiento juvenil alemán, cuya leva­
que quedan a nuestras espaldas, los dura informa y fomenta la novísima
lugares comunes que abonan como cultura de la Alemania republicana.
moneda corriente la vanidad, la pre­ ¿Qué hemos hecho nosotros con ese
sunción y la miopía del parti-pris, se­ mundo, punto de partida para toda
gún los cuales desde el 18 “ se estu­ futura construcción form ativa? Ke
dia más” ; los métodos “ son más aquí, a mi juicio, la más grave pre­
científicos” ; se han aumentado los gunta que cabe formular esta noche.
laboratorios experimentales; se ha ¿Qué hemos hecho de esa juventud
reconocido el derecho electoral y aún surgida, salvada, escapada, en un
se han refinado con la obligatoriedad ímpetu racional y vital, de las manos
y el secreto, el procedimiento de su de los antiguos barberos y bachille­
ejercicio; se ha reconocido eso de la res? ¿Hemos creado un orden propi­
extensión universitaria; pues, todas cio a su desenvolvimiento como per­
esas cosas carecen de significación y, sonalidad creadora de cultura? La
si la tienen, es, siempre, de secun­ hemos secularizado! Por incompren­
daria importancia. Todo eso es pura sión y por interesada adulonería, la
mecanización del espíritu y es con­ hemos secularizado, y esto es tanto
tra la mecanización del espíritu que como decir, que hemos tronchado en
nos hemos erguido en el año 18. Para flor las posibilidades históricas. Esta
aquella intuición inicial que fué ya es la confesión que corresponde hacer
una clara denuncia de la subversión esta noche, aún a riesgo de causar
de los valores éticos, religiosos y es­ desagrado en el amistoso convivio.
téticos, no fué y no es, lo capital el Es la mejor prueba de amistad que
que un abogado, o un médico, o un puede dar a la juventud de su pa-

— 30 0 —
tria un espíritu atormentado, duran­ nes de fútbol, en presencia de los
te diez años, por el espectáculo de problemas que propone la vida del
obstinada secularización de esa ju­ espíritu: antes que esas actitudes que
ventud que ha seguido a la necia “ re­ cansan y enervan es preferible la la­
forma de los estatutos” , “ seculari­ bor de la milicia tenaz y disciplina­
zación” cuyo móvil antipedagógico da.
y reaccionario pretende que tenga­ En el poema labrado con sentido
mos hombres de espíritu mecaniza­ de eternidad por Leconte de Lisie,
do por la técnica, antes de tener jó ­ Inocencio III vió descender, una no­
venes que sean jóvenes en toda la che de meditación, en el Oratorio de
extensión de la palabra, es decir, an­ San Pedro, el fantasma sutil hecho
tes de tener, lo que condiciona y ha­ de “ aurora y de azul” , del Salvador.
ce posible la técnica misma. Es entre — ¿Tú aquí? ¿Y qué quieres? — in­
nosotros donde corresponde excla­ terrogó el pontífice impasible. Nada
mar con el fervoroso Wyneken: “ Nos de lo que hay en la Iglesia te perte­
hace falta una nueva cultura juve­ nece. La Iglesia es obra nuestra.
nil, pues ella no nos ha sido dada Obra amasada con mentiras y críme­
nunca; nos hace falta una nueva y nes, pero nuestra. Nuestra, como tu
verdadera juventud, porque apenas mismo, que eres nuestra creación.
columbramos lo que sea tal juven­ Vuelve a tu cielo y no tomes. Y la
tud” . imagen se disipó sin responder. Para
Mediten sobre las graves palabras toda obra realizada bajo la advoca­
aquellos que comprenden de veras la ción del espíritu, hay un momento
responsabilidad de haber iniciado el en que el comparendo del espíritu
gesto del año 18- Duro es el esfuerzo exige una respuesta. Un dilema de
que demanda la actualización de la hierro se plantea ante nosotros: Hay
fecha pretérita. No basta proclamar que afirmar o hay que negar. O fie­
los derechos de la juventud: hay que les al espíritu, o la respuesta de Ino­
conquistarlos. No basta ensayar va­ cencio: Retourne et regne en paix
riaciones coreográficas y combinacio­ dans les hauts cieux mystiques.

— 301 —
REFORMA Y CONTRA REFORMA EN LA
FACULTAD DE DERECHO DE BUENOS AIRES
por
FLORENTINO V. SANGUINETTI
(argentino)

(1926)

UANDO Oscar Cosco Montaldo, dos extremos del momento univer­


C en nombre de la Asociación Cul­
tural de Montevideo, ocupó una
sitario, ofrece siempre problemas
categóricos y soluciones definidas.
tribuna en la Universidad de Bue­
nos Aires, dijo con palabras limpias I
y prudentes, que los estudiantes uru­
guayos habían oído hablar mucho de La historia de la Universidad de
la Reforma Universitaria argentina, Buenos Aires no es muy nutrida ni
conocían su programa y las esperan­ muy brillante. Durante la primera
zas que la animan, pero necesitaban, parte de la vida argentina movió mo­
para comprenderla prolijamente, una destas iniciativas de cultura y formó
núcleos urbanos que dieron a la mon­
noticia objetiva y clara sobre su evo­
tonera el pensamiento de la unidad
lución y los resultados obtenidos. Pa­
política y del orden institucional. Su
ra informaros sobre estos puntos he provisión científica era muy escasa,
venido hasta vosotros y he de deciros, pero bastaba para las necesidades del
sin abrigar pretensiones de que nues­ medio y para imponer las conquistas
tras cosas sean valores exclusivos o lentas y sordas del genio civil. A fir­
finales, todo lo que significa aquel mada más tarde nuestra organiza­
movimiento de emancipación espiri­ ción nacional, la Universidad, aristo­
tual y cuánto hemos hecho en la apli­ crática y conservadora, creó un nue­
cación de sus postulados. vo tipo social: el doctor. Los doctores
Comenzaré recordando brevemente constituyeron el patriciado de la se­
la situación de la Universidad de gunda república, substituyendo poco
Buenos Aires en vísperas de 1918, a poco a las charreteras y a los caci­
para referirme luego especialmente al ques rurales, sin la jerarquía intelec­
ejercicio reformista en la Facultad tual necesaria para actuar con crite­
de Derecho, no sólo por el conoci­ rio orgánico en la enseñanza o para
miento directo que me ha permitido dirigir el despertar improvisado de
obtener la participación personal en las riquezas que rendían la pampa
su gobierno, sino también porque es­ y el trópico. A lo largo de los últimos
tando localizados en esa Facultad los cincuenta años, nuestra nobleza

C o n fe re n cia d icta d a en M o n tev id eo a in v ita ció n de estu d ia n tes r e form ista s.

— 302 —
agropecuaria fué desplazada primero, res con el apoyo de la huelga general
de¡ campo económico por la compe­ proclamada por las agrupaciones pro­
tencia progresista del inmigrante, letarias, dándose el caso, por vez pri­
técnicamente más capaz, y luego, del mera en nuestro país, de que un con­
campo político por el advenimiento flicto universitario tomara caracte­
de los partidos de clase media. Nece­ res de problema nacional, a tal punto
sitando entonces escenario para man­ grave que el Poder Ejecutivo, apre­
tener su influencia, se apoderó de la miado por los rumores de la protes­
Universidad que fué pronto un órga­ ta, debió sancionar reformar medula­
no de casta, cuyos directores vitali­ res en el estatuto universitario, que
cios, turnaban los cargos de mayor cambiaron las bases mismas de la en­
relieve y cuyos docentes, reclutados señanza superior.
por leva hereditaria, impusieron una El decreto ejecutivo resumía tres
verdadera servidumbre educacional puntos fundamentales: V Formación
de huella estrecha y sin filtraciones de los cuerpos directivos; 29 La do­
renovadoras. cencia ; 39 Métodos de la enseñanza.
No había Universidad propiamen­ Explicaré suscintamente cada uno
te dicha; la enseñanza, hermética y de estos capítulos, cuyo examen y
vacía, se administraba por dosis su­ crítica aparecerán al presentar di­
ficientes para que el examinando es­ versos aspectos de los problemas que
capara al trance de fin de curso. No originan.
se agitaban ideas, ni polémicas, ni Hasta 1918 los cuerpos directivos
afanes; mecanismo burocrático, sin se constituían con la sola interven­
dirección ideológica, consideraba el ción de los profesores, y tanto los
pensamiento libre como contrabando Decanos como, los delegados al Con­
peligroso, y en 1911, al ingresar el sejo Superior Universitario, eran ele­
doctor Palacios a una suplencia, pro­ gidos por consejeros de tal proceden­
vocó el desbande de varios catedráti­ cia.
cos, cuya invalidez mental quedó com­
La Reforma trajo un régimen dis­
probada, cuando denunciaron los peli­
tinto. Una asamblea mixta, compues­
gros que podría traer la divulgación
ta por igual número de representan­
de supuestas teorías exóticas y disol­
tes de los diversos brazos que cons­
ventes. Vivíamos así amarrados a un tituyen las fuerzas activas de la Uni­
largo anclaje espiritual, cuando al versidad : profesores titulares, profe­
promediar el año 18, los acontecimien­ sores suplentes y estudiantes, desig­
tos del mundo, la presión creciente de naba a todas las autoridades dentro
nuevas ideas sociales y los cambios de cada instituto, de modo que los
introducidos en las costumbres cívi­ alumnos, por razones de táctica elec­
cas del país, anunciaron la crisis de toral, constituían un frente único, cu­
la vieja Universidad. Entonces, para yos candidatos generalmente ganaban
precipitarla, estalló el movimiento de la mayoría a causa de la indisciplina
Córdoba, que comprendía un proble­ y la incapacidad del cuerpo de pro­
ma universitario, y también un alza­ fesores para organizarse. Al propio
miento contra todo el pasado y el pre­ tiempo que la influencia estudiantil
sente de aquella ciudad, detenida toda­ penetraba por esta vía indirecta, las
vía en el dogma confederal y en la necesidades gremiales, hicieron que
sensibilidad espesa de la Colonia. Los la gente moza, usando de su fuerza
revolucionarios de Córdoba no pidie­ compacta, designara representantes
ron ; exigieron en tono mayor, emplea­ salidos de sus filas con mandato di­
ron la acción directa y derribaron recto, de manera que prácticamente
ídolos en los claustros y en los alta­ los tres estados componentes de la

303 —
asamblea tenían representados sus te. Iba arraigándose ya en los más
intereses en los cuerpos directivos de avanzados la noción de que la fuerza
cada facultad, los cuales, reunidos en restrictiva de la generación anterior
una asamblea general, procedían ca­ turbaba la fuerza expansiva de la
da cuatro años a designar rector. nueva, cuando la guerra precipitó la
El segundo punto que la Reforma divergencia entre las dos generacio­
prohijaba, era la libertad de enseñan­ nes contemporáneas. Aquella que
za, asegurada por la Constitución y históricamente desapareció con el es­
encubierta siempre por el proteccio­ tallido, y la que sobrevino en el 18,
nismo de capilla. Se autorizaron así empujada por un optimismo renova­
cursos libres, dictados no solamente dor y por un simple sentido de contra­
por pofesores oficiales, sino también dicción con sus antepasados. Yo no
por cuantos solicitasen una tribuna creo demasiado en los saltos de la
para exponer su doctrina o decir “ su” historia ni en la discontinuidad del
verdad. humano suceder, porque pienso que
De igual modo dispuso queja ense­ estamos unidos a lo pretérito como
ñanza fuera con preferencia prácti­ el árbol a la tierra y porque resulta
ca, comprendiendo al mismo tiempo imposible despojarse de todo el peso
que la exposición de las teorías, una de los prejuicios que sedimentan los
aplicación experimental en forma de antepasados, pero sí creo en la fuer­
monografías, de investigaciones, de za desquiciadora de las grandes ca­
ejercicios de seminario, de trabajos tástrofes, que como aquella lucha pa­
de laboratorio, etc., y finalmente, pa­ vorosa clausuran toda una zona del
ra tomar en todos sus extremos el vivir universal, y creo que ellas bas­
principio de que antes que nada la tan para pensar que si un sistema de
Reforma es un imperativo de liber­ ideas generales ha cumplido su ciclo,
tad, el estatuto estableció la asisten­ corresponde a los nuevos la tarea de
cia libre, que ha emancipado al alum­ ordenar otro adecuado a la perspec­
no hasta entonces sujeto a escuchar tiva histórica.
con paciente resignación la palabra La generación del 18 llegó a las
de muchos dómines sin autoridad ni aulas empujada por un brioso afán
competencia. de diferenciación. No quiso ser, sin
No pueden sospecharse, señores, embargo, un dato cronológico, ni un
las consecuencias múltiples y fecun­ gesto insurreccional. Usando del esta­
das que trajeron estas reformas, des­ tuto como instrumento de penetra­
tinadas a mudar el rumbo de la nue­ ción y cirugía, comenzó su acción
va generación. Bien es cierto que fiscalizadora y crítica, impugnando
coincidían con un momento de la la calidad de buena parte del perso­
conciencia humana cuando una reno­ nal docente, que era el órgano por
vación de valores parecía anunciar donde más había pecado la vieja Uni­
cambios profundos en la marcha de versidad. Dos signos revelaban en
la historia. Dentro de nuestro país, forma absoluta la bancarrota peda­
ya habían cumplido su misión, la ge­ gógica: el ausentismo, indicio segu­
neración orglanizado|ra . ique hizo la ro de que la enseñanza falta de dosaje
constitución nacional y la positivista científico, no aprovecha a los alum­
del 80 que había agotado su ideario fi­ nos, por cuyo motivo desertan de cla­
losófico y su actividad social. Nada se, y la decadencia intelectual de la
preparaba mejor el campo para el profesión, demostrada por la marca­
proselitismo reformista que la disi­ da inclinación hacia el arte de adel­
dencia de los jóvenes con el pasado gazar leyes y en la minúscula litera­
inmediato, y el contraste de sus as­ tura jurídica circulante. La cátedra
piraciones con la realidad circundan­ parece todavía un rango decorativo

— 304 —
que^otorga cierto prestigio mundano, cados, fácilmente reemplazables, pero
pero se la sirve después de ser po­ en la confusión de los primeros ins­
lítico, funcionario o estanciero, cum­ tantes, un núcleo de alumnos atraí­
pliendo el horario conforme al con­ dos por el viejo fetichismo del ma­
cepto filisteo del empleado público. gisterio, siguió la mayoría reaccio­
La cátedra sigue siendo eco. Vive de naria, provocando la secesión de las
prestado o de la exhumación. fuerzas estudiantiles que únicamen­
¿Quienes entre tanto titular y te son respetadas y eficaies cuan­
suplente, son conocidos por su tarea do muestran la unidad resultante de
sembradora? ¿Cuántos escapan del la convicción doctrinaria y de la ac­
olvido que es el castigo de los medio­ ción común. Felizmente para el por­
cres y de los estériles? ¿Acaso la ne­ venir de nuestros principios, los
gativa que importan estas pregun­ elementos adictos al sector reaccio­
tas no justifican el retiro de las dos nario, fueron vencidos en los comi­
terceras partes del cuerpo docente cios más reñidos que recuerdan las
eliminadas por la crítica estudiantil? crónicas de la Reforma, y una mino­
¿Acaso esos tumultos y protestas pe­ ría de profesores de sensibilidad
riódicas que agitan a la casa no están moderna comenzó a colaborar al la­
diciendo que sus directores carecen do de aquellos estudiantes ajenos a
de la autoridad que debe inspirar el toda servidumbre. Esta solución no
maestro por lo que sabe y por lo que dió sin embargo frutos duraderos.
enseña? Se ha dicho que el mal radi­ Los profesores reaccionarios discu­
ca, en la ingerencia estudiantil den­ tieron previamente la validez de la
tro del gobierno académico. Qúien elección, que fué aprobada sin reser­
sostiene esto dice falsedad. La crisis vas por el Consejo Superior Univer­
es imputable exclusivamente al gru­ sitario. Luego obtuvieron el retiro de
po de profesores incapaces de satis­ algunos candidatos de la lista refor­
facer la apetencia de los nuevos. mista, deseosos de facilitar .una con­
Mientras ellos quieren retener, nos­ ciliación, y por último, encontrando
otros queremos construir y nos agi­ cerradas todas las vías legales, solici­
tamos porque al percibir ritmos más taron desembozadamente la revisión
acelerados de la vida, una informa­ del estatuto, bajo amenaza de aban­
ción miope pretende contener las donar el ejercicio de sus cátedras.
iniciativas dinámicas de la juventud. Corresponde a mi lealtad confesar
que buena parte de aquel paso atrás
II debe adjudicarse a los estudiantes,
quienes fueron sorprendidos desorga­
Nada más lógico, pues, que estas nizados y sin la disciplina intelectual
exigencias estudiantiles provocaran necesaria para oponer una campaña
un movimiento defensivo entre los ideológica a los planes reaccionarios.
docentes, empeñados en retornar a su Hasta 1923 los estudiantes de De­
quietismo conformista, y así fué co­ recho que recibieron la Reforma del
mo, al iniciarse el curso de 1923, 18 movida desde el gobierno, como
esos hombres, sacando argumentos maná del cielo, sin que la casi tota­
de un conflicto administrativo des­ lidad sospechara en los primeros días
provisto de importancia, prepararon su valor y sus alcances, estaban to­
la reacción, presentando sus renun­ davía en la época del aprendizaje, es
cias en masa. Nada grave hubiera decir, en la ignorancia y en la ilusión.
resultado de esta actitud porque ella Durante cinco años de ejercicio' re­
ofrecía de un solo golpe la elimina­ formista habían improvisado su con­
ción de catedráticos ineptos y dosifi­ ducta por impulsos antes que por mé­

— 305 “ 20
todos. Lanzados demasiado pronto a ñados, y obtuvimos por lo menos que
la acción, les faltó saber que no sa­ el estatuto fuera modificado única­
bían, es decir, realizaron un esfuer­ mente en algunas líneas, sin lesionar
zo disperso e incoherente, sin con­ las libertades primarias consagradas
tenido ni orientación. Dotados con ar­ en el texto de 1918. Salvo algunos re­
mas de influencia, cayeron en el uti­ toques de fórmula, la única mudanza
litarismo, de modo que les pareció notable se refiere al régimen de los
más expeditivo seguir la l í n e a de consejos cuyos componentes se dis­
menor resistencia, solicitando venta­ tribuyen a sí: una asamblea de titu­
jas para ganar promociones y elu­ lares y suplentes elige diez conseje­
diendo los ejercicios de perfecciona­ ros, entre los cuales por lo menos
miento antes que cumplir con el prin­ ocho deben ser profesores titulares;
cipio reformista que manda estudiar los cuatro restantes son designados
más y mejor. Mientras proyectába­ por los estudiantes directamente, quie­
mos en las tertulias remover la cor­ nes participan también en los comi­
teza del planeta, no habíamos obser­ cios para designar decano y (dele­
vado que previamente era necesario gados al Consejo Superior Universi­
construir nuestro m u n d o interior. tario, con igual número de electores
Desprovistos por tales vicios de subs­ que los otros estados, o lo que es lo
tancia y de profundidad, fué la nues­ mismo, con un tercio de electores.
tra una revolución incompleta dete­ El Poder Ejecutivo, al sancionar
nida en su fase destructiva. Esto tra­ estas reformas, respetó la autono­
jo como consecuencia desvíos y que­ mía de la Universidad, para dictar
brantos en la actividad gremial. La sus propios estatutos, provocando con
Federación Universitaria Argentina, ello la renuncia del Ministro de Ins­
constituida por representaciones de trucción Pública, y una declaración
todas las Universidades del país, des­ de los profesores reaccionarios de la
apareció automáticamente a n t e el Facultad de Derecho, quienes mani­
desconcierto de las entidades que la festaron que si no lograban éxito en
componían, y la Federación Univer­ las elecciones, renunciarían sus cáte­
sitaria de Buenos Aires, hábil en pro­ dras, coacción de cierto corte sindical
clamas sonoras, perdía eficacia por que les resultó beneficiosa, pero que
el choque de vagas contradicciones, reveló también la finalidad del mo­
a tal punto que no obstante tener en vimiento provocado a todas luces pa­
sus manos veinticuatro votos de con­ ra obtener el gobierno de la facultad
sejeros estudiantiles, árbitros de la que habían perdido con la elección de
asamblea para elegir rector, prefirió un decano reformista.
mostrarse neutral, sin pronunciarse La contrarreforma del 23 inicia un
tampoco en favor de la minoría que momento nuevo en la marcha de la
sostuvo con fortuna la tesis contra­ Universidad de Buenos Aires; una
ria a la reelecciones en los cargos di­ etapa que a pesar de las restricciones
rectivos, saludable conquista refor­ impuestas a la intervención estudian­
mista que ha disuelto para siempre til, yo llamaría orgánica, consciente
a las tradicionales camarillas de círcu­ y constructiva. Aleccionados por tan­
lo o de familia. tos contrastes, los estudiantes se han
Felizmente, durante estos episodios, sometido a una disciplina ideológica,
no se agotó la capacidad de resisten­ trazando programas que postulan, no
cia fortalecida por el aporte de mu­ ya la cuestión social 'solamente, sino
chos estudiantes en un comienzo adic­ también un ascenso en el nivel de la
tos a los profesores que tuvieron la enseñanza, completando así la doble
dignidad moral de confesarse enga­ fórmula matriz de la Reforma: ex-

— 306 —
c la u s t m c ió n y d e s p ro fe s io n a liz a c ió n electoral y moral universitaria, más
d e la cu ltu ra . indispensable que la autonomía eco­
He de tratar estos asuntos a me­ nómica o administrativa, también re­
dida que examine una cuestión que clamada; arrancamos un voto de so­
también fué requerida por los com­ lidaridad con el maestro Unamuno y
pañeros uruguayos: me refiero a la protestamos por la violación consti­
forma cómo los consejeros estudianti­ tucional que implica el título de Doc­
les con representación directa y di­ tor “ Honoris causa” otorgado a Hum­
ferenciada trabajan dentro del actual berto de Saboya, en una ceremonia
sistema. cortesana, preparada para acreditar
(El conferenciante explica en este condecoraciones. Y es así también
punto, el criterio reformista con que cómo pedimos una cátedra para Ales-
el sector estudiantil en la Facultad de sandri en el destierro,\ y otra para Gi­
Derecho de Buenos Aires encaró prác­ ménez de Asúa, virtualmente expul­
ticamente los problemas referentes sado de su patria. En todo momento
a la organización de los consejos, a se ha mantenido el carácter de nues­
las condiciones que deben llenar los tra representación, defendiendo los in­
decanos y consejeros, a la actividad tereses espirituales de los estudiantes,
de los representantes estudiantiles, sin caer en coqueteos o renunciamien­
etc.) tos, como lo prueba el aumento de los
Sin que importe una jactancia, cua­ años de estudios y la obligatoriedad
dra declarar que el antagonismo mo­ de los trabajos prácticos. Por nues­
vido por la representación estudiantil, tra iniciativa se publica la nueva Re­
ha producido múltiples ventajas re­ vista de la Facultad, cuya redacción
gistradas entre los progresos de todo está compuesta por una representa­
orden que, según el propio Rector, ción equivalente de profesores, egre­
acusan los centros argentinos de altos sados y alumnos y se han ofrecido
estudios. Mientras los consejeros pro­ tribunas para el examen imparcial de
fesores llevan la función como una toda idea, desde las menudas cues­
carga, curándose principalmente de tiones del derecho privado hasta los
los intereses electorales o particulares problemas de la revolución rusa salu­
del grupo, nosotros ofrecemos el con­ dada durante los días iniciales por
traste de todas las minorías activas, roncas voces que hicieron estremecer
laboriosas y criticistas que dicen lo en la sala capitular las sombras ve­
que piensan y hacen lo que dicen. De­ nerables de los abuelos. Cabe recordar
finidos por un programa, hemos en­ de paso como obra substantiva del pe­
focado todos los asuntos dentro de ríodo de 1922, durante el cual colabo­
las ba s es aceptadas, conforme con ramos junto con algunos profesores
nuestro concepto de la representación reformistas, que el nuevo plan de es­
funcional, y consultando siempre a los tudios en vigencia marca la diversifi­
estudiantes que por ser nuestros elec­ cación sustancial entre los que sos­
tores, colaboran con nosotros en la tienen el profesionalismo exclusivo y
preparación de las iniciativas y de los que consideramos que la Universi­
los debates. Es así como hemos es­ dad no puede desatender las inquie­
tado atentos a todas las novedades tudes contemporáneas. Comprendien­
y como en el Consejo Directivo de la do que el instituto estaba al margen
Facultad de Derecho, no obstante el de su atmósfera social, sacamos de
concepto expuesto por su Decano, de un rango subalterno a las materias de
que es una dependencia del poder ad­ derecho público contra la opinión del
ministrador, los representantes estu- grupo de juristas que yo llamaria
d i a n ti le s defendimos la autonomía glosadores detenidos en el fetichismo

— 307 “
del Código Napoleón y fieles al dere­ estudios superiores, sin ningún requi­
cho romano, quienes parecen ignorar sito, los abogados con título expedido
que los Códigos del interés individual por universidades del extranjero.
se corrigen cada día con leyes frag­ También se debe a un proyecto
mentarias de orden colectivo que pre­ estudiantil la creación del Instituto de
paran las bases de una nueva estruc­ enseñanza práctica, llamado hasta ha­
tura jurídica. ce poco “ Consultorio Jurídico” que
Ya dije antes que la Reforma esta­ la facultad tiene instalado en el local
bleció métodos de enseñanza, prefe­ del Palacio de los Tribunales. La or­
rentemente prácticos, métodos indis­ denanza impone la concurrencia re­
pensables en un medio donde la úni­ gular del alumno, quien debe presen­
ca forma de docencia era el sistema tar monografías que resuman el cono­
teórico y verbal, que suministra siem­ cimiento personal de los casos ofre­
pre la ciencia hecha y sólo vale como cidos. Los aspirantes bajo la dirección
información para el examen. En las de técnicos calificados, atienden las
cátedras del pasado se enseñaban pa­ consultas verbales y escritas que les
labras y nociones apriorísticas; nos­ formula el público y manejan un re­
otros queremos llegar a un método de pertorio con material derivado de pie­
experiencia. Para eso se han creado zas y resoluciones tanto judiciales co­
organismos cuyo funcionamiento va mo administrativas. Esta verdadera
ajustándose poco a poco con las ob­ clínica jurídica trata de corregir la
servaciones de cada día. Corresponden exclusividad teórica y de establecer
a nuestra iniciativa: los seminarios, métodos objetivos c u y o s resultados
el instituto de práctica forense y los permiten asegurar que finalmente se
Centros de Estudios. El seminario fué ha encontrado un procedimiento para
conocido antes en un ensayo minúscu­ que los estudiantes frecuenten un cur­
lo y abandonado. Desde 1922 existe so metodológico de práctica forense,
una ordenanza que reglamenta los tra­ al propio tiempo que la Facultad pres­
bajos de investigación intensiva y me­ ta servicios gratuitos de indispensable
todológica, cuyo desarrollo deben se­ utilidad social, que han de prolongar­
guir obligatoriamente los,alumnos pa­ se instalando oficinas en los barrios
ra obtener el título profesional. En el obreros, donde resulta más necesaria
seminario, un profesor trabaja con su colaboración.
unos pocos alumnos y enseña a inves­ D e b o recordar finalmente a los
tigar determinados tópicos, debiendo “ Centros de estudios” que ofrecen an­
cada asistente presentar un estudio cho campo para la especialización vo-
especial acompañado de las fichas co­ cacional, no sólo de los egresados o
rrespondientes sobre su labor biblio­ inscriptos en la Facultad, sino tam­
gráfica. Nosotros tenemos mucha fe bién de cuantos se interesan por de­
en los resultados de esta iniciativa. Ya terminados problemas de orden jurí­
se han preparado en los cursos vigen­ dico o social. Los trabajos realizados
tes proyectos de leyes y temas espe­ conjugan el esfuerzo de quienes tie­
ciales solicitados por las comisiones nen inclinaciones particulares por el
del Congreso. Estos cursos se han asunto y se preparan colectivamente
aplicado igualmente a todas las asig­ en sesiones públicas. El Centro de
naturas del ciclo doctoral, creado pa­ Estudios Penales, entre otros, publica
ralelamente a los estudios profesiona­ una excelente revista, ha hecho el cen­
les, con el propósito de canalizar vo­ so carcelario de la República y posee
caciones y preparar a los futuros pro­ un archivo completo de las sentencias
fesores, correspondiendo decir que por que van formando la jurisprudencia
moción nuestra son admitidos en los del nuevo Código Penal.

— 3 0 8 —
Esta tendencia hacia la enseñanza voces y conocer hombres de opuesto
objetiva, hacia el diálogo y la colabo- itinerario mental, pero cabe declarar
ción en núcleos íntimos, permite espe­ que los profesores titulares, afiliados
rar que no tardará en modificarse el al supuesto de que la cátedra es pro­
régimen de promociones, eliminando piedad excluyente, han obstaculizado
las pruebas orales que constituyen en­ en toda forma las tentativas de ensa­
tre nosotros s i m p l e s contingencias yar e s t o s nuevos aspectos docentes
aleatorias inaceptables para medir su­ que sin duda van a corregir la actual
ficiencias o capacidades. Si la vieja orientación de la enseñanza, entrega­
Universidad de tipo tutoral fué casa da a examinar en forma fragmenta­
de exámenes, la nueva debe ser taller ria artículos de código, sin vistas a los
de investigación científica y foco de principios generales y a las nuevas
ideales excitantes, donde el maestro exigencias del derecho no escrito.
que señala, conduce, discute, enseña No obstante estos correctivos en los
a resolver, a pensar, a producir por métodos y la mordedura incisiva de
cuenta propia, debe ponernos en con­ la crítica estudiantil, la Facultad si­
tacto con un horizonte de verdades gue administrando una enseñanza
cada vez más dilatado. El desplaza­ profesional preferentemente jurídico-
miento ya comentado de numerosos pcsitiva que habilita para el ejercicio
profesores, nos hizo intervenir en la de un privilegio económico y atiende
formación de ternas y en la designa­ al prestigio supersticioso de la carre­
ción de suplentes, fijando al efecto ra pública. Nosotros sostenemos que
un concepto de las condiciones que re­ la Universidad debe superar al pro­
quiere el cargo magistral. Entendien­ fesionalismo unilateral y agnóstico,
do que la cátedra no es un ascenso co­ ofreciendo además de los conocimien­
mo en la carrera administrativa y tos que habilitan para la granjeria y
que la antigüedad es un título inde­ el lucro, un orden de estudios desin­
pendiente de méritos propios, votamos teresados, más amplios, de carácter
siempre por los candidatos de mayor más humano, más vital, que contribu­
dignidad científica, que habiéndose es­ yan al desarrollo integral de la perso­
pecializado en una materia, v i v e n nalidad. Es cierto que parece difícil
también atentos a las solicitaciones fundar una cultura, porque nos falta
de la época. Nuestra crítica ha sido reposo, calor, estímulo, paciencia para
empero inútil, pues en recientes se­ las actividades silenciosas, pero tam­
siones del Consejo, los dos tercios de bién lo es que la multiplicidad y va­
la mayoría han nombrado un conjun­ riedad de la vida en torno, ha des­
to de profesores destinados a servir pertado una sed de totalidad que re­
intereses electorales antes que a dar clama la desprofesionalización de la
cosechas útiles en la enseñanza. enseñanza y la formación de un géne­
La Reforma implantó igualmente la ro de cultura dirigida ante todo a per­
docencia libre, es decir, un régimen seguir por trayectorias idealistas, el
que permitirá colocar en torno de ca­ desplazamiento del positivismo agoni­
da cátedra oficial tres o cuatro estu­ zante. Entrevemos también la urgen­
diosos aguijados por la competencia, cia de que la solidaridad y el altruis­
quienes irán mejorando poco a poco mo sean virtudes cardinales que regu­
los recursos pedagógicos y ablandan­ len nuestras normas de conducta, y
do la preceptiva egocentrista del ti­ confiamos en que un día u otro una
tular, lo que implica asimismo tanto sensibilidad hecha a la emoción del
una mayor aptitud enseñante, larga­ paisaje nativo, individualice nuestra
mente madurada, como el juego de las estética peculiar dando estilo y fiso­
ideas que permite escuchar distintas nomía propia al arte americano. Pero

— 309 —
además de este anhelo de perfectibi­ los siglos, inicie la docencia social, pa­
lidad íntima, queremos acercarnos por ra devolver al pueblo siquiera sea úna
el espíritu y por el corazón, primera­ porción del patrimonio espiritual de
mente a los pueblos continentales, mo­ la especie. Países de aluvión migra­
vidos por idénticos arranques de me­ torio como los nuestros, formados en
joras, y después, a todos los hombres buena parte por aspirantes a millona­
del mundo que como nosotros luchan rios y oprimidos por la codicia del ca­
por el advenimiento de la humanidad pital extranjero, no pueden seguir en
reconciliada. sus transformaciones procedimientos
catastróficos. Si aspiramos a darle
III distinta orientación y si tenemos bríos
revolucionarios, no podemos olvidar
Junto a este problema interno de la que las únicas revoluciones estables
Facultad, surge otro de mayor sig­ son aquellas que educan. Un ideal nue­
nificación y alcance: el externo; la vo necesita eliminar ideas viejas. Por
función que le corresponde desempe­ eso los consejeros estudiantiles de la
ñar dentro de la atmósfera social Facultad de Derecho nos hemos
donde vive. Hay que exclaustrar la opuesto a la extensión universitaria
cultura, es .decir, hay que abrir las oficial, que en cierto modo es caridad
puertas enmohecidas de los viejos ins­ o filantropía, y que prácticamente
titutos para que entren en las aulas, lleva el derrotismo y la confusión a
junto con la luz y el aire, las ideas las organizaciones obreras. Nosotros
substanciales de la multitud. Bien de­ creemos con el manifiesto del 48, que
cía Lavisse, señores, que ninguna des­ la emancipación de los trabajadores
igualdad parece más injusta que el debe ser obra de los trabajadores mis­
monopolio de los medios de cultura mos y para facilitarla presentamos un
por una minoría privilegiada. Oímos proyecto, largamente discutido y aun
decir con frecuencia — agregaba — no resuelto, estableciendo la docencia
que todos somos iguales y que no hay social, exclusivamente para los medios
diferencia entre los hombres. Es una obreros organizados. Consideramos
verdad aparente peor que la mentira necesario distribuir dos tipos de en­
misma. Honradamente debemos con­ señanza: uno común, integral, y pri­
fesar que a las desigualdades de for­ mario, que administre cuantitativa­
tuna, corresponden indignas diferen­ mente a la masa trabajadora, desde
cias de cultura. La mayor parte de las primeras letras, desde el silaba­
nosotros, los universitarios, hemos es­ rio, hasta un mínimum de conocimien­
capado por azares de nacimiento, a tos útiles para las necesidades urgen­
las privaciones de una existencia du­ tes e inmediatas del proletariado; y
ra y cruel. Nosotros que tenemos ase­ otro particular, intensivo y específi­
gurado el pan de cada día, somos los co, destinado a preparar dirigentes,
privilegiados de una democracia que propagandistas, técnicos, consejeros,
proclama todas las igualdades de de­ que atenderán los intereses proleta­
recho, permitiendo sin embargo, prác­ rios, a medida que lo exijan nuevos
ticamente, que muchas inteligencias se sistemas económico-sociales o nuevas
pierdan en la ignorancia, porque los formas de gobierno.
instrumentos de cultura 'sólo están al Es menester además llevar la ense­
alcance de los ricos y de los podero­ ñanza a la usina, al sindicato, al arra­
sos. Juzgamos por lo tanto imprescin­ bal, a los sitios donde los trabajado­
dible que la Universidad, donde unos res se reúnen para el esfuerzo diario
pocos benefician ios conocimientos o para la acción corporativa. La cá­
acumulados por el esfuerzo lento de tedra debe recoger el material huma-

310
no que falta a los conocimientos aca­ formistas argentinos todo este vasto
démicos, demasiado ajenos a las nece­ programa cumplido en parte, y que en
sidades de la existencia. Entonces se­ otra es todavía una actitud negati­
rán de verse sorpresas tan extraordi­ va. Nosotros creemos, señores, que el
narias como las que recibieron mu­ destino de la nueva generación ar­
chos compañeros de la Extensión Uni­ gentina es servir a la política de la
versitaria que organicé en 1920, quie­ cultura y a la renovación de las ins­
nes al descubrir bajo la blusa azul tituciones de nuestro país Para ello
hombres comprensivos, ilustrados y cuenta con una plataforma ideológi­
curiosos, comenzaron a reconocer que ca que comienza a puntualizar asun­
el derecho está en el dolor, en las pa­ tos concretos: cuenta también con vo­
siones, en la miseria, en las necesida­ luntad creadora y con un punto de
des económicas, que después de haber coincidencia entre obreros y estudian­
provocado la guerra, continúan sien­ tes, que ya han librado unidos algu­
do los factores insurreccionales más nas jornadas fecundas anunciadoras
enérgicos de la paz. de la alianza entre los trabajadores
Consideramos también indispensa­ intelectuales y manuales. Cuenta tam­
ble entregar la cátedra a los traba­ bién con un cuerpo de leyes arcaicas
jadores, alejados de la Universidad cuyo saneamiento urge promover, si­
por absurdos prejuicios de clase, que guiendo un concepto antagónico al de
se evidenciaron en diversas resolucio­ los Códigos vigentes, que mantienen
nes de nuestro Consejo Directivo. El la organización patriarcal de la fami­
proyecto procura establecer una inter­ lia y el carácter absoluto de la pro­
dependencia efectiva e incorporar a piedad individual y cuenta, por sobre
las enseñanzas la colaboración 'del todo, con la descomposición del esta­
obrero, que trae sugestiones útiles y do contemporáneo, construido sobre
el sentido de realidad de los fenóme­ los fundamentos del canon de Juan
nos sociales, madurado en la vida mis­ Jacobo y de la metafísica de Montes­
ma. Por último es tanta la importan­ quieu. Toda la teoría del Estado de
cia que atribuimos a este acercamien­ modelo semejante, está sujeta a una
to, que hemos propuesto la obligato­ severa revisión de fondo. Los prin­
riedad de la Extensión Universitaria. cipios que cristalizaron en la decla­
Obligatoria para el profesor, que sal­ ración de los derechos del hombre y
drá un poco del claustro y del foro, pa­ del ciudadano; el dogma de la sobe­
ra ver de cerca el movimiento social, ranía, el de los derechos subjetivos,
y obligatoria, con infinitas proyec­ el de la personalidad jurídica del Es­
ciones para los estudiantes, de modo tado, todo eso y mucho más, ha ce­
que los alumnos de la casa por gra­ dido ante el análisis crítico, y anda
duales iniciativas, de origen reformis­ próxima la hora de modificar y subs­
ta, hacen práctica forense en la clíni­ tituir nuestro sistema, gastado e in­
ca jurídica, se especializan en los cen­ actual, ajeno a las necesidades que es
tros de estudios, investigan en los se­ menester constitucionalizar. Esta ta­
minarios y por vía de la extensión rea corresponde a la nueva genera­
universitaria, conocerán los grandes ción. Formaremos la generación re­
problemas colectivos, en intercambio constructora, destinada a preparar
con los trabajadores, ante quienes di­ una nueva carta básica para la Repú­
vulgarán sin retórica, lo que hayan blica. Presentes en el dislocamiento
aprendido en las aulas y en los libros. de un mundo y en la aparición de
Posiblemente muchos de vosotros nuevas fórmulas jurídico-sociales,
se preguntarán a esta altura de mi que, en un día u otro van a incorpo­
exposición, adonde enderezan los re­ rarse a nuestros cuerpos legales, cree-

311
mos que la constitución vigente no lado del Reischtag, el antiguo cole­
se conforma con las nuevas rutas de giado de linaje político. ¿Acaso esta
la historia, ni atiende a las exigen­ legalización del hecho sindical, nos
cias variadas y cambiantes de la so­ indica que el individualismo de ante­
ciedad política que gobierna, y trata­ guerra comienza a reemplazarse por
remos de enmendarla haciendo uso de un supuesto colectivista que puede
un principio que ella misma consa­ ser le tercera hipótesis que plantea­
gra, pero que nunca fué tan categó­ rán nuestros futuros reformadores?
rico como en la constitución france­ Ya Rousseau, el teorizador del esta­
sa de 1793, que dice: “ El pueblo tie­ do abstracto, señalaba la gravitación
ne siempre el derecho de revisar, re­ de las corporaciones sobre la volun­
formar y cambiar su constitución. tad pública y hoy parece que hacen
Una generación no puede someter a por sí mismas esa voluntad. En la
sus leyes a las generaciones futu­ observación de estos fenómenos, hay
ras’’. sugestiones de sobra para que la gen­
Entre el desconcierto de las teorías te moza halle excitantes y fermentos,
y la multiplicidad confusa de los in­ investigando el problema sindical, la
tereses, debemos elaborar la fórmu­ fuerza expansiva de los intereses ho­
la adecuada al medio y a la época y mogéneos, las conjeturas de una nue­
debemos preparar asimismo a los en­ va teoría integral del Estado, traza­
cargados de aplicarla. Cuando llegue da en torno de un concepto econó­
el momento de convocar a los cons­ mico : el productor que suplanta al
tituyentes del mañana, habrá de pro­ ciudadano, es decir, no la democracia
ponerse tres soluciones. Quizás algu­ cuantitativa del número, sino la de­
nos consideren más oportuna una mocracia cualitativa de las funciones,
simple enmienda, suficiente para for­ resumida ya en una fórmula política,
talecer los puntos vulnerables del “ el que no trabaja no vota” .
constitucionalismo liberal, con la Yo no sé, señores, si, como decía
adopción íntegra de su programa Enrique Heine, “ es una amarga qui­
máximo. Pero la guerra, que fué el mera querer introducir demasiado
gesto postumo del estado burgués, ha pronto el porvenir en el presente” ,
demostrado la ineficacia de los co­ pero sí sé que después de aquel gru­
rrectivos cuando se dan largas a po romántico que encendió los fuegos
los problemas, sin resolverlos, y la de la Asociación de Mayo, nunca la
conciencia pública pide una supera­ juventud argentina ha tenido como
ción del actual régimen, exigiendo ahora, un momento más propicio
cambios definitivos en la estructura para practicar el descontento activo
del Estado. Tal vez los argentinos y empeñarse en grandes realizacio­
encontrarán satisfecha esta supera­ nes. Una edad agotada y rota, se de­
ción, tomando como modelo la cons­ rrumba arrastrando tras de sí todo
titución transaecional votada en su sistema de ideas y su cuerda sen­
Weimar, que ha fijado un sistema timental. El siglo X IX fué típica­
político, económico, ético y cultural mente el siglo del detalle y del por­
a la vez y cuyos puntos centrales menor. Ha pecado de especialidad,
son : la limitación a la propiedad par­ falto de una visión panorámica de
ticular considerándola como derecho la vida. Los caminos intelectuales de
y también como deber obligatorio en antes, cambian de trayectoria ahora
beneficio de los demás y las garan­ cuando exploradores audaces han
tías concedidas al derecho sindical, abierto rumbos más derechos hacia
creando organismos técnicos de ca­ la verdad y la belleza. El Universo
rácter económico para colaborar al sin límites de Newton y de Liebnitz

— 312
no es ya el de Einstein, relativo y ción tal en los poderes espirituales
finito. Sobre ese Universo, retocado que por escondida conexión solidaria,
y removido, los hombres ya no se todos sepamos que allí donde un sa­
emocionan de la misma manera, ni bio escruta, un maestro enseña, o
se sujetan a parejas normas de con­ está trabajando por encima de to­
ducta. Antaño, la fantasía volaba das las patrias, un servidor del gé­
hacia todos los infinitos. Hogaño, nero humano. La juventud argentina
el mundo se ha comprimido y el hu­ siente ya la emoción del momento
manismo que vuelve, las grandes sín­ creador y quiere ser digna de tan al­
tesis, la euritmia, la proporción he­ tas responsabilidades, y porque sabe
lénica, están reduciendo a justo con­ que entre vosotros también se agitan
tinente la fuga vana de la imagina­ inquietudas coincidentes y tejen ilu­
ción. Dentro de esa cultura diferen­ siones, soñadores sin impaciencia, he
ciada que dará categoría a nuestro venido representándola a esta tierra
tiempo, América, cuyo destino cierto de los uruguayos hospitalarios que
es mantener la continuidad fecunda habiendo dictado leyes justas y hu­
de la civilización, está en trance de manas, trabajan y prosperan, can­
alumbramiento. Si el mundo es plás­ tan y contemplan, a orillas del mar
tico, como ha dicho Wells, y pue­ violeta y junto al cerro epónimo,
den fijarse los contornos del próximo donde un día entre los tiempos,
futuro, debemos “ americanizar” cuando sea Acrópolis de la concor­
nuestro continente, es decir darle fi­ dia americana, se ha de levantar una
sonomía original, distinta a 3a de imagen de la diosa de los ojos cla­
Europa, donde ni el sermón de la ros, que ya habló por el verbo helé­
montaña, ni los planes de imperio nico de Rodó; y he venido, compa­
universal, ni el internacionalismo ñeros del Uruguay, p a r a unir a
económico han podido poner tregua a vuestros materiales algunas piezas
la lucha fratricida que divide a las recogidas durante el esfuerzo largo,
naciones. con la secreta animadora esperanza
de que así como Ictinos frente a los
A la nueva generación de América mármoles desordenados en la cantera
latina, le corresponde modelar esa fi­ elemental concibió las líneas armo­
sonomía. Ella debe poblar el desierto niosas del Partenón, también frente
con hombres de ideas. Ella debe for­ a esos materiales dispersos el pen­
mar una conciencia jurídica, que samiento joven de América, conjuga­
iguale al débil con el fuerte. Ella do en un mismo gesto arquitecto,
debe darle a la raza un alma sono­ hará surgir la ciudad futura, pobla­
ra, donde vibren los ecos de todo do­ da de energías creadoras y de idea­
lor ajeno. Ella debe crear una direc­ les generosos.

II

UNIVERSIDAD Y UNIVERSALIDAD CULTURAL


(1928)
A Universidad es exclusivamen- hombre de la edad media, que vivía
L te profasional. Otorga un di­
ploma que vale al propio tiempo
dentro de sí mismo, suprimiendo to­
da vista hacia el exterior, limitándo­
como privilegio económico y como se al paisaje inmutable de sus vidrie­
ejecutoria de competencia. No hace ras. Nosotros estamos con la actitud
cultura. Su actitud se parece a la del del hombre moderno, curioso escruta­

— 313 —
dor de todos los horizontes. Creemos lismo histórico con el aporte de nue­
que la enseñanza debe superar al pro­ vos ideales y con la evidencia de que
fesionalismo unilateral y agnóstico, una ley de necesidad, distinta a la
creando por sobre el adiestramiento del hambre y a la sed, anime el espí­
para el lucro, un tipo de cultura des­ ritu humano, como en las tardes lu­
interesada y excitante, que rompa minosas de Athenas o de Florencia.
brecha en las murallas de la especia­ La cultura de lo inmediato ante­
lidad. rior, fué adjetiva. Nosotros queremos
Esa cultura, no puede ser la de una cultura sustantiva. Claro está
nuestros padres. La guerra desalojó que aún no podemos definir su estilo,
muchas antiguas verdades, y aspira­ su significado, su expresión exacta,
mos a rehacer la concepción del mun­ pero quizás allí radique una ventaja
do con arreglo a un sistema peculiar de nuestros esfuerzos, que se emplean
de pesas y medidas. El siglo X IX siempre sin vocación finalista, dejan­
fué el siglo de la técnica y de la crí­ do ancha grieta para el fluir de nue­
tica, del método inductivo y del posi­ vas sugestiones. Si no podemos pre­
tivismo, del análisis y de la fuga ro­ cisar esa cultura incógnita, presenti­
mántica. Fué el siglo burgués. Aho­ mos su nacimiento, porque, lejos de
ra no aceptamos todas esas maneras rastrear las creaciones del pasado,
de vivir, de ver y de conocer, que con­ encontramos un cercano parentesco
vergen en la ciencia como religión entre nuestro secreto ideal y las nue­
de reemplazo y como fuente exclusi­ vas formas espirituales que asoman
va del conocimiento. La ciencia sólo sobre la tierra. Descartado así lo sen­
conoce hechos; relaciones de hechos. timental, la imitación y el materia­
No es la cultura absoluta, ni impli­ lismo absoluto, iremos saliendo de la
ca valores educativos; ni satisface las encrucijada con ciertos elementos de
normas morales; ni da la idea de certidumbre, acercándonos a una cul­
justicia. tura de tipo universal, que suele en­
El predominio de la técnica, ha troncarse con el Renacimiento huma­
llevado necesariamente al auge de la nista. Sin embargo, no aceptamos del
civilización, es decir, ha hecho a los todo esta identidad, porque el huma­
hombres poderosos en bienes mate­ nismo era el individuo, puesto de es­
riales, pero ausentes de la vida in­ paldas al futuro, la vuelta a la anti­
terior. güedad greco-latina, que fué en suma
Asistimos al culto del hecho, del de­ una cultura incompleta, donde la mul­
porte, del record, de la eficacia, del titud, lo universal, el conjunto ca­
vellocino de oro. Vuelven los días recían de sentido- Tampoco estamos
efímeros de Tiro y de Cartago, que con el concepto de retorno, que el
carecieron de eternidad en la Histo­ Renacimiento, sin embargo, tan ori­
ria, porque las artes del pensamiento ginal, implica. Todo retorno es una
o del sentimiento, no nacieron de la frontera, un renunciamiento, un pun­
riqueza o de la fuerza, como la flor to final para la utopía creadora. No
nace de la raíz. Pero nosotros, hom­ hay que volver a nacer, sino a ser y,
bres jóvenes, ajenos a toda sorpresa, a ser con signo propio. Debemos su­
beneficiarios de la potencia liberado­ perar aquel ciclo renovador. Debemos
ra del maquinismo, habituados a las acumular nuevos ingredientes que
audacias técnicas, padecemos indi­ ensanchen el alma del humanismo, ya
gencia de bienes espirituales, y nos enriquecida, a lo largo de los siglos,
preguntamos si acaso no será posible con la técnica, la ciencia, la música
enriquecer las verdades del materia­ y la presencia de la multitud. Orde­

— 314
nándola en torno de otro centro de gia al naturalismo o al impresionis­
gravedad que no sea ni una ciudad mo, porque subordinaban el movi­
ni una Nación, ni un continente de­ miento a la persistencia de una con­
terminado, sino la fórmula kantiana: vención, debo clasificarlo como un
“ la humanidad como fin” ; fórmula arreformista, o como un contrarre-
timbrada en todo lo representativo formista. No se puede ser Reformis­
que va apareciendo. Ritmo, cohesión, ta verdadero, si no se respira por
integralidad, sinfonía, con signos todos los poros esa atmósfera de to­
mensajeros del neohumanismo o su- talidad homogénea que marcará nues­
perhumanismo de esta cultura ecu­ tra ubicación en el espacio y en el
ménica, que comienza a caracterizar tiempo. Contra ella, ya nada pueden
lo contemporáneo. las reacciones. Por esto, están equi­
Todo ese enorme caudal de suges­ vocados cuantos suponen que un go­
tiones, de verdades, de emociones bierno de involución alcance a des­
nuevas, debemos incorporarlo al pro­ truir un día u otro día, las conquis­
grama reformista. Nuestro movi­ tas del 18, mutilando el Estatuto- Ello
miento adquirirá así dimensiones in­ importaría desconocer la trayectoria
tegrales, encerrando bajo un deno­ fatal del movimiento que está fuera
minador común, los arquetipos que y por encima de todo decreto.
creará el próximo futuro. En síntesis, La Reforma, no es en consecuen­
Reforma, debe significar: captación cia, ni un Estatuto, ni un Régimen
de cuanto nace; disciplina solidaria; electoral, ni una pasajera insurrec­
fe en lo universal; equilibrio e inte­ ción de la gente moza. Ella encierra
gración de la personalidad. Sólo así una nueva manera docente, una fun­
comprenderemos la Reforma como ción social y un concepto peculiar de
un organismo vertebrado y coheren­ la cultura. La Universidad no cum­
te, con temperatura propia y su par­ ple ninguno de estos postulados. Cada
ticular sistema planetario. Todas las uno, frente a su demonio insoborna­
expresiones actuales, caerán bajo ese ble, sabe que por sí misma no ense­
símbolo expresivo, que debe envol­ ña nada. Comenzamos a creer que
vernos el espíritu, dentro y fuera de es una institución innecesaria. Bu­
las aulas. No es por tanto un fenó­ rocrática y contenciosa, tiene que des­
meno de exclusiva zona universita­ aparecer con la sobrevivencia única
ria. Es una vibración que nos llega de las escuelas especiales, dispuestas
desde todo lo universalmente crea­ para examinar idóneos en las profe­
dor. Cuando encuentro a un hombre siones fiscalizadas por el Estado. La
extasiado en el andante final de la Universidad es una casa vacía. Hay
Novena Sinfonía, pienso que cultiva, que llenarla de ideas. Destinada a
que trabaja intuitivamente por la realizar la cultura, parece ajena a to­
Reforma, a pesar de que pueda des­ da cultura, pero aun puede corregir
conocerla y a pesar de que Beethoven su destino si, sobre la ciencia filis-
sea para muchos resonancia de un tea, establece el acento, el eje, el pun­
sentimiento perimido. to geométrico de las ideas que advie­
Del mismo modo, cuando al con­ nen, ajustándola a los caracteres tí­
temporáneo disuena Strawinsky o le picos de nuestro propio medio y a
fatiga Picasso, evocando con nostal­ la realidad americana. . .

315—
Ili

CULTURA HUMANISTA Y FRACASO DE UNA


FACULTAD DE DERECHO
(1929)

OS estudiantes del partido Cen- dencia originaria y común con la ge­


I j tro Izquierda, no han querido
organizar un acto más de pro­
neración anterior: distanciamiento
de ideas, de sensibilidad, de conduc­
paganda política, donde entren en ta que resulta de un fenómeno uni­
juego las intrigas minúsculas o el versal, la clausura de una edad his­
cálculo de probabilidades; quieren tórica, y otro aspecto, específico,
simplemente recordar las responsabi­ particular, que justifica nuestro an­
lidades; que han sabido asumir en el tagonismo con las condiciones ca­
desenvolvimiento universitario, por racterísticas de esta casa, donde to­
intermedio de sus representantes en davía habita un sentido anacrónico
el Consejo Directivo de la Facultad, de la vida y, donde hace tiempo es­
demostrando cómo se consideran ha­ tán secas, todas las fuentes del fluir
bilitados para prolongar con nuevas espiritual.
energías la tarea de cotidiana afir­ Nada justifica tanto la impacien­
mación reformista. cia renovadora de nuestra genera­
Corresponde entonces acomodarse ción como el convencimiento de que
en una actitud bifronte, para mirar la Facultad de Derecho ha perdido su
un poco lo que hemos hecho y para función normativa en el desarrollo
percibir otro poco, lo que debemos nacional, por incapacidad de quienes
hacer, durante esta lucha incansable guían sus destinos.
sostenida contra un régimen caduco Sería antihistórico atribuirle el
y desacreditado. O) rumbo seguido por las fuerzas socia­
Hoy, como ayer, como siempre, les argentinas durante los últimos
proclamamos nuestra beligerancia años o una influencia decisiva en el
intransigente contra la mentalidad y proceso institucional del país, seme­
los métodos predominantes en este jante a la generación organizadora,
instituto, de tal manera que podría que hizo la Constitución y los Códi­
resumirse mi exordio en estas pala­ gos o, a la generación del 80, que nos
bras definitivas dirigidas al Consejo dió una cultura positivista con arre­
hace cinco años por el sector estu­ glo a las urgencias materiales de la
diantil: “ La nueva y la vieja gene­ época- Después que se cumplieron
ración, chocan una vez más, y en el esas etapas, no hemos tenido pensa­
encuentro, la una cumple con el dolo­ dores originales; ni clasificaciones
roso deber de desahuciar a la otra” . ideológicas precisas. Desde entonces,
Dentro de esta misma declaración, tampoco la cultura sale exclusivamen­
cabe, sin embargo, distinguir dos as­ te de la Universidad, ni la Facultad
pectos distintos de la divergencia: de Derecho, desempeña la hegemo­
uno, previo y genérico, que compren­ nía funcional de antes. Ya no vienen
de la contienda entre lo actual y el a buscarse estadistas a sus aulas: ni
pasado inmediato, es decir, la disi­ contribuye. a la estructura legislati-

S ólo es p o sib le seg u ir la la r g a lu ch a a ciuç se r e fie r e el au tor, en la s h o ja s estu d ia n tiles


de los estu d ian tes de d erech o de la U n iv ersid a d d e B u en os A ires. L a p ren sa g ra n d e a d u lteró
sistem á tica m en te los h e ch os y e n cu b rió su v e rd a d e ra in ten ción y s ig n ifica d o .

— 316 -
va: ni renueva la jurisprudencia, ni Este tipo de enseñanza, presenta
debate los negocios públicos, ni pro­ dos vicios congénitos: primero, es ex­
duce literatura jurídica, ni da sabi­ positiva, se administra oralmente,
duría, ni maestros, ni discípulos. El por dómines que son en gran parte,
país ha perdido la confianza en sus repetidores de segunda mano, lo que
doctores. Toda esa tarea se hace aho­ implica el ausentismo forzoso de los
ra lejos de los claustros, por esterili­ alumnos; en segundo lugar, solo
dad del órgano encargado de atender atiende el profesionalismo, otorgan­
los problemas de su propia competen­ do un título que vale únicamente co­
cia. mo privilegio económico.
* ** Para corregir males tan arraiga­
dos, opusimos al predominio de la
Procurando devolver a la Facultad oralidad un conjunto de instituciones
su eficacia docente y su colaboración cuyo funcionamiento han bastardea­
sc-cial, los reformistas la dotamos de do los responsables de la decadencia;
elementos orgánicos, renovando el por ello, los seminarios no alcanzan a
plan de estudios, creando la docencia evitar que la Facultad siga siendo ca­
libre, la extensión universitaria, el sa de exámenes y no proveen otra
instituto de enseñanza práctica, la estimativa para medir suficiencias
revista, los seminarios modernos, los con mayores elementos de aproxima­
centros de estudios, es decir, nuevas ción. Constituyen, en cambio, una
posibilidades de vida y crecimiento, farsa notoria, en casi todos los ca­
lamentablemente torcidas o malogra­ sos. De hecho el seminario ha sido
das por los dirigentes actuales, cu­ desnaturalizado por sus regentes. La
yas orientaciones y procedimientos tarea se limita a lo que espontánea­
hacen la enseñanza, proporcionalmen­ mente rinden los alumnos, cuyos tra­
te, menos eficaz hoy que en 1922, a bajos, por regla común mediocres, in­
pesar del pródigo refuerzo de su pre­ orgánicos o transcriptos, son apro­
supuesto y de la colaboración esco­ bados automáticamente, por cuanto
lar, que ofrece también mejores con­ ni se leen, ni se discuten. Pruebas al
diciones para los trabajos docentes.
canto: entre otras, aquel famoso se­
Ante todo, el nuevo plan de estu­
dios, flexible y homogéneo, equilibra­ minario sobre divorcio, editado por
do entre el derecho privado y el pú­ la Cámara de Senadores, donde con
blico, no ha conseguido impedir que la venia del profesor, circulan erro­
la enseñanza se mantenga amarrada res garrafales, listos para enrique­
a la tradición romanista que es pre­ cer una antología de disparates.
vivencia de un derecho muerto, y, si­ Y es así como, sin polémica, sin
gue desarrollándose en torno del Có­ investigación, sin métodos de estu­
digo Civil, a cargo de las mentalida­ dio, sin planear problemas, ha fra­
des más involucionadas del elenco, casado por falta de comprensión, de
cortas para concebir el derecho co­ ciencia o de amor a la ciencia, una de
las instituciones preparada para des­
mo fenómeno mudable y activo. Es
en suma, la cristalización de la ley pertar vocaciones y trabajos origi­
escrita. Nos enseñan códigos, frag­ nales, es decir, el ejercicio vivo, inda­
gatorio y creador que la Facultad de­
mentos de códigos, exégesis de códi­
gos. Nos muestran de qué manera be promover.
la letra se lima, se adelgaza, se pul­
veriza, y nos hacen perder los mejo­
res años de nuestras inquietudes, en De igual manera, el Instituto de
este vano frotamiento de viejas leyes Enseñanza Práctica, está lejos de
mientras a nuestro lado, fermenta un sus fines fundadores. Poco pueden
mundo nuevo. hacer, unos cuantos estudiosos meri­

— 317 —
torios, frente a la indiferencia direc­ está superando a la ley escrita o al
tiva y el desvío de su verdadero des­ orden vigente; así, nuestra enseñan­
tino. Todos los estudiantes saben que za profesional, deja de filtrarse ha­
la práctica forense, es decir, la ob­ cia el campo de la cultura, porque
servación directa, la educación clí­ agonizan olvidadas, tanto la orde­
nica, se dan con cuenta gotas y, todos nanza referente a cultura jurídica,
sabemos también, que el objetivo so­ como lo que toca un plan de conoci­
cial que sirvió de base para oficiali­ mientos desinteresados necesarios a
zar los consultorios gratuitos, funda­ la propia especialización.
dos por alumnos, no se llena, desvir­ Fuimos precisamente, nosotros, los
tuándose uno de los propósitos deter­ reformistas, quienes queriendo eva­
minantes de su misma existencia- dir los límites estrechos de la pro-
Los Centros de estudios, que cons­ fesionalidad, dimos en 1922, una pla­
tituyen también una empresa afortu­ taforma provisoria con el objeto de
nada del sector estudiantil, realiza­ dignificar los estudios, creando el
dos de antiguos proyectos, existen al curso doctoral, no para ornato de un
solo efecto de la publicidad o nacie­ título opaco, sino para sugerir cier­
ron muertos. Salvo contadas excep­ tos estudios perfecciónales que co­
ciones, cuyo éxito debe adjudicarse nexionan el derecho con otras mate­
al empeño de los alumnos, de allí no rias especulativas. Esta creación que
han resultado frutos bastantes para gracias a nuestros empeños pudo in­
admitir que estimulan el apetito cien­ corporarse al plan de estudios sin le­
tífico o la atracción de los egresados, sionar la ley Avellaneda, subsiste as­
dispuestos con frecuencia a las disci­ fixiada, en parte, por incapacidad
plinas intelectuales, no obstante el de sus docentes y, en parte, para
abandono por parte de la Facultad, ocultar pequeñas maniobras que sue­
indiferente al porvenir de sus pro­ len servir menguadas combinaciones
pios frutos. de capilla.
Esta posición negativa; esta falta
Tiempo atrás, el decano doctor Ra­
de interés pedagógico; este precario
mos, hablando como Jehová desde el
arrastrar de instituciones fundamen­
tales, ocasionado por incomprensión alto del Sinaí, lanzó una catilinaria,
o desconocimiento, marcan el índice imputando el fracaso del doctorado a
común de toda nuestra pedagogía, nuestra generación e inclinando ha­
como lo han demostrado tantas ve­ cia la frontera reformista el apego
ces los consejeros estudiantiles, al al profesionalismo utilitario.
revelar la existencia de ordenanzas Julio V. González, demostró en úl­
huecas, mantenidas solamente con el tima instancia que, el decano ignora
propósito de que ciertos mentores, en absoluto este problema, coreado
sigan siéndolo ad effectum vidden- a gran orquesta por la prensa gran­
di, o, para disfrutar alguna regalía de. En primer lugar, el doctorado es
burocrática. una tentativa para dar categoría
*** substancial a los diplomas expedidos
por la propia facultad, cuyo grado
Siguiendo el cuadro general de las máximo, el mismo que lleva el doc­
reformas aplicadas, pueden obser­ tor Ramos, significaba antes, una
varse nuevos fracasos: así, la revista verdadera mixtificación, puesto que,
órgano sin norte, es un osario donde todos los abogados eran doctores’,
se deposita material desprovisto de por imperio de una exigencia regla­
interés y extraño a los problemas na­ mentaria, no porque el doctor Ramos
cionales, no conteniendo, por afán o sus coetáneos fueran fenómenos in­
de prescindencia, ecos de la agitación telectuales o tuvieran mayores ape­
política, jurídica o económica, ' que tencias de saber. ~En segundo lugar,

- 318 -
cabe advertir que después de seis do; pero nadie ha podido todavía
años, se ha descubierto la verdadera conseguir que los ecos de la cultura
naturaleza del doctorado, que cons­ lleguen al taller, a la usina, al arra­
tituye en realidad un curso de inves­ bal, donde debe prestarse como un
tigación especial pero, lo que no se servicio público de carácter univer­
ha dicho es, que al cabo de tanto sal y obligatorio, según acaba de es­
tiempo todavía faltan llenar las cáte­ tablecerse en un departamento crea­
dras recurriendo a un curioso proce­ do en la Universidad de Litoral, por
dimiento reducido en realidad a un sugestión de iniciativas, infructuo­
curso consistente en concederlas a sas, solamente cuando surgen.bajo
determinados titulares de abogacía, las sombras de estos muros.
quienes, suplentes afortunados, gozan
los honorarios de la cátedra vacante; ***
y no se las provee, por oposición sis­
temática al reformista Alfredo L. Tal conjunto de errores y de vi­
Palacios, quien con toda justicia de­ cios, se explica por la ausencia de
bería ser nombrado titular en una una doble condición necesaria a todo
rama de Insituciones Jurídicas, más maestro; autoridad científica y den­
aún, después que la representación sidad moral, y faltan porque siendo
estudiantil impidió enérgicamente requisito indispensable para el reclu­
en 1924 que cierta maniobra sorpre­ tamiento docente, la subordinación
siva adjudicara el cargo al doctor Ruiz al absolutismo que gobierna, mejor
Guiñazú, aspirante tenaz a cualquier dicho, que manda, en la casa, no se
cátedra disponible y que por fin acaba abren las puertas al que sabe más,
de echar ancla segura en la escuela sino al que sea más adicto, aunque
de Notariado. no sepa nada. Los que como yo, co­
Y si estos pedantes de la cultura, nocen de cerca el procedimiento apli­
nada han hecho por organizaría, tam­ cado al nombramiento de profesores,
poco pusieron empeño en favor de la hace tiempo que nos explicamos la
cultura jurídica del viejo tipo, tras­ bancarrota pedagógica y social de la
tienda útil para cubrir ciertos com­ Facultad. Por sobre el legítimo inte­
promisos y, cuya tribuna se ocupa rés de la enseñanza, predomina una
ahora, solamente cuando los estu­ política corporativa, estrecha y ex­
diantes o las instituciones privadas clusivista. La resistencia deliberada
de intercambio extranjero, ofrecen te­ contra el concurso, como régimen de
mas y conferenciantes. selección, ha permitido organizar un
También corresponde denunciar el verdadero padrón electoral, en vez
derrumbe definitivo de la extensión de un cuerpo docente. Desde que ri­
universitaria oficial, a punto que la gen los reaccionarios, se ha designa­
ordenanza respectiva ha caído en do el 50 % de los profesores actua­
desuso. Aquí se tiene un criterio de les, y salvo muy honrosas excepcio­
casta con respecto a la cultura y a nes, todos ellos no han traído otros
su difusión. Cuando el doctor Casti­ antecedentes, más que la voluntad
llo habla en la Bolsa de Comercio, so­ omnímoda de una mayoría regimen­
bre ley de quiebras, asuntos de mu­ tada, cuya fuerza finca precisamente
cha miga para cuantos medran con en la disciplina de sus adictos y, cuyo
el esfuerzo ajeno, o cuando el doctor método consiste en postergar indefi­
Castro trata la prenda agraria, entre nidamente a los profesores libres,
los latifundistas de la Sociedad Ru­ como Palacios, Rébora, Cermesoni —
ral, se entiende realizar extensión sin olvidar el caso Coll — mientras
universitaria y, lo que en verdad se enfundan las ordenanzas sobre ce­
hace, es facilitar consultas gratuitas santía automática, cuando es menes­
a gentes que pueden pagar un letra­ ter aplicarlas a ciertos profesores

— 319 —
inéditos de cuyos nombres no quiero pecto muy interesantes comproba­
acordarme, que jamás han dictado ciones.
clase pero que, en cambio, jamás de­ Por ejemplo: en 1923, los profeso­
jaron de concurrir a los comicios. res malograron la colaboración que
Nada justifica tanto, como estos había dado a la facultad sus orde­
procedimientos de hegemonía a toda nanzas fundamentales. Aprovechan­
costa, el ausentismo de muchos estu­ do el retiro del gobierno que sancionó
diosos con vocación docente, aleja­ la reforma de 1918 acatada y servida
dos de las cátedras, mientras no tri­ sin reservas por todos sus actuales
buten la indispensable pleitesía y, adversarios, prepararon un golpe de
nada parece tan absurdo como la con­ mano contra el estatuto reformista,
tradicción entre esta táctica exclusi­ consiguiendo borrar el brazo estu­
vista y las voces del decano anun­ diantil en la formación de los conse­
ciando a todos los vientos que los jos directivos. De aquí nace el pe­
cuadros docentes flaquean por falta ríodo de corrupción y decadencia,
de aspirantes. Lo que falta son ga­ cuyos caracteres típicos son el mono­
rantías; respeto por la competencia polio y la clandestinidad. Comenza­
auténtica; publicidad, inscripciones ron con un gesto de inmoralidad cí­
amplias y tolerancia hacia el que vica, votándose a sí mismos para ga­
piensa sinceramente, aunque su pen­ nar las bancas del consejo, lo que re­
sar sea distinto al de la mayoría do­ vela que por sobre los principios pre­
minante. ferían las posiciones y de ese voto
Cuando se haga un análisis histó­ personal resultó un escamoteo de
rico de la facultad de Derecho con­ cargos, pues alguno de sus candida­
temporánea, será caracterizado nues­ tos obtuvo mayoría sobre el competi­
tro momento por el nepotismo como dor reformista, gracias a su propio
sistema y el oportunismo como tác­ voto- En ese primer pronunciamien­
tica. Nepotismo en la provisión de to, agudamente censurado por Sán­
cátedras, siguiendo la fórmula do­ chez Viamonte, quedó perfilada la lí­
méstica del extinto “ triclinium” y en nea moral del nuevo régimen, con sus
la designación de parientes, para des­ métodos de silencio y ocultación opo­
empeñar cargos rentados menores, niendo al contralor, la fuerza muda
mientras esperan el ascenso por ri­ del número, no ya en el nombramien­
gurosa leva hereditaria. Ya califica­ to de profesores, sino en las simples
mos en 1924, la conducta del decano funciones del consejo, la mayor par­
Castillo, distribuidor de empleos entre te de las cuales son secretas, diluyén­
los estudiantes que en vano habían dose además la responsabilidad, con
propugnado su candidatura. Ahora, recursos fáciles, por cuanto suprimi­
las cosas se perfeccionan: los deudos do el taquígrafo, no podrá conocerse
siguen usufructuando funciones re­ nunca lo que ocurre, como no podrá
saberse lo que ocurrió antes, porque
muneradas, pero, constituidos en tro­
el decano Castillo queriendo borrar
pa de “ baldías” , algo así, como una
las huellas de toda esa crítica, hizo
asociación de socorros mutuos, entra un auto de fe, mandando quemar las
profesores y demás familia, a fin de versiones archivadas, reflejos mucho
prevenir las algazaras estudiantiles más fieles que los simulacros de ac­
que pueden comprometer tantas lu­ tas circulantes.
crativas canongías o ventajosas po­ Además, creen, con Leibnitz, que el
sibilidades. poder es signo de la verdad; de ahí
Esta política suele mantenerse la dependencia de la Facultad al que
también, con hábiles golpes de ti­ manda.
món. Nuestra Facultad ofrece al res­ Primero, fué el decano Castillo que

— 320 —
consideró a la Facultad como un or­ tando las fuerzas, permitía a la reac­
ganismo subordinado al poder admi­ ción ganarnos una batalla en orden
nistrador, por cuyo motivo sus em­ disperso. Esto no ha ocurrido sola­
pleados no podían complicar las re­ mente en los tiempos del decano Cas­
laciones diplomáticas con España, tillo, sino también en los días seve­
cuando exigíamos solidaridad con Gi­ ros del decano Ramos, cuando nos
ménez de Azúa y Unamuno, en de­ otorgaron lo que pedíamos por ini­
fensa de la libertad de la cátedra, ciativa de los propios impugnadores,
mancillada por el dictador Primo de quienes pretenden cohonestar su con­
Rivera. tradicción con los mismos argumen­
Luego, fué un conflicto castrense tos que, ayer no más, consideraron
provocado por los estudiantes de De­ frágiles y nocivos para el porvenir
recho, dispuestos a impedir que nues­ de la enseñanza. Y aquí cabe señalar
tra tribuna sirviera para encender que los tiempos del decano Castillo,
veleidades militaristas y para pro­ hombre manso, cuya función inofen­
mover un intercambio que reputa­ siva consistía en sonar algunas ve­
mos peligroso dos veces: una, en ces la campanilla, son iguales a los
cuanto lesiona nuestro concepto de del decano Ramos, esperando en an­
acercamiento continental, y otra por tesalas, coma el flamígero Miguel,
su coincidencia con lejanos o próxi­ para fulminar a los ángeles rebeldes.
mos movimientos que implican el im­ Pero en el hecho, el decanato ac­
perio de la espada sobre la civilidad. tual prolonga la esterilidad y el con­
Finalmente, como remate de esa formismo del anterior, debiendo ad­
servidumbre inconfesable, el Consejo vertirse que, por extraña coinciden­
de la Facultad aplacó la cólera del cia, el tono admonitivo de los prime­
ministro de la Guerra, suspendiendo, ros discursos fué apagándose en pro­
sin forma ni proceso, a siete estu­ porción directa al auge de la tenden­
diantes que habían dicho valiente­ cia política que gobierna actualmente
mente lo que debía decirse. Y bien la República.
cuadra subrayar que, en ese episodio, Nosotros le dijimos al doctor Casti­
naufragó la dignidad universitaria, llo, en un documento cuyos funda­
salvada únicamente por los silbidos mentos el Consejo no quiso someter
de los muchachos, por la fraternidad a investigación objetiva que, no bas­
de los* compañeros de todo el país, y taba ser especialista en Derecho Mer­
por la palabra enérgica del rector cantil, para dirigir un instituto de
Rojas, que dió una lección de ente­ expansión social como el nuestro,
reza sosteniendo los fueros inaliena­ precisamente en tiempos de liquida­
bles del pensamiento. O) ción y cambio. Podemos repetir lo
Sin embargo, donde destaca mejor mismo hoy, delante del decano Ra­
el oportunismo es siguiendo las alter­ mos, porque en dos años de ejercicio
nativas experimentadas por los exá­ del cargo, nadie conoce una inicia­
menes de julio, cuya línea gráfica tiva valedera que ponga en acción la
corre paralela al proceso del pánico o prosa liviana de sus discursos. El
de la confianza, que domina a nues­ doctor Ramos, ulisida infatigable, nos
tros reaccionarios. Los exámenes de hace recorrer todos los gratos rin­
julio se han concedido cada vez que cones de Europa: nos deja asomar al
los estudiantes amenazaban exigir paisaje variado de su mundo interior
por acción directa lo que legítima­ y, algunas veces, menea el mito ro­
mente les correspondía por derecho, mántico del pedagogo, pero se man­
y se han negado cada vez que nues­ tiene en la misma pasividad del doc­
tros antagonismos estériles, debili­ tor Castillo, que, por lo menos, sabía
(1) Ver documentación en la revista Sagitario. Núm. 9. Set.-Oct. 1927. La Plata.

— 321 — 21
callar. ¿Dónde están sus reformas nar y, no pueden, por temor a la crí­
docentes? ¿Qué se hicieron las pro­ tica, a la controversia, al ausentismo
mesas y las sutiles fantasías? ¿A ca­ forzoso.
so, ha llevado al Consejo Superior, Todo su poder radica en el dogma
campo propicio para grandes reali­ de obediencia y, su sistema directivo,
zaciones, algún proyecto atañadero a en la política del silencio. El profe­
la enseñanza o a la cultura, a esa sor únicamente parece dueño de sí
cultura integral de nuestra esperan­ mismo, cuando ejecuta, sin réplica,
za? Nada de esto; hoy, como siem­ desde el tribunal inapelable. Nos­
pre, el sector de nuestra Facultad en otros repudiamos ese tipo docente.
aquel cuerpo, es el foco de la reac­ Nadie es maestro porque mande, sino
ción, es disidente de toda fórmula por lo que sabe y por lo que enseña,
emancipadora y su única actividad como enseñan y saben los pocos
ha consistido en dar a luz un pro­ maestros verdaderos cuyo contagio
yecto contrarreformista, asfixiado intelectual constituye esa medida de
en pleno parto, por falta de aire. comparación que desde 1918 anima
*** nuestra protesta.

Después del examen esquemático


y rápido que acabo de hacer, sobre Cuando la pedagogía es una cosa
nuestras prácticas docentes, respon­ aparte en el mundo de la cultura,
sables absolutas de la decadencia de subraya por ahí Zulueta, la escuela
los estudios jurídicos sociales e in­ es también una cosa aparte en el
capaz de dirigir a la juventud por mundo de la realidad, entonces surge
falta de sentido contemporáneo puede esa escuela de que todos nos queja­
reconocerse que aún queda en pie la mos, convencional, artificial, donde
causa primitiva del movimiento re­ se enseñan cosas que sirven para la
volucionario de Córdoba, cuyo origen esencia y no para la vida, antinomia
y justificación fué precisamente una que el catedrático no percibe, como
crisis semejante a la que experimen­ tampoco comprende que, la pedago­
tamos en carne propia. .. gía no puede ser ya ciencia individua­
lista ni advierte que, ninguno de sus
conocimientos, le pertenece exclusi­
Dicho sea con verdad y sin agra­ vamente, porque todo cuanto§encie­
vio, nosotros no tenemos maestros. rran : arte, ciencia, moral o técnica,
La pedagogía en uso, pertenece a un no es suyo, ni de nadie, sino del pa­
ciclo intelectual perimido- Le falta trimonio espiritual de la especie, acu­
originalidad y riesgo creador. Vive mulado en el esfuerzo lento de los
del eco y de la exhumación. Materia­ siglos.
lista y burocrática, está destinada a Frente a esa pedagogía plana; de
desaparecer irremediablemente, no longitud y latitud; recoleta y sin ho­
obstante sus afanes por durar a todo rizonte alzamos el concepto de una
precie. Sus conductores han conside­ pedagogía del espacio; de profundi­
rado la reforma del 18, como una efí­ dad y tiempo; de perspectiva y con­
mera aventura electoral, sin com­ torno universal; más arriesgada y
prender que refleja la honda necesi­ más dramática, dentro de cuyas fron­
dad de mudanza y ascenso, caracte­ teras el docente se mueve, anda, mira
rística de nuestro momento históri­ el mundo desde ángulos diversos,
co. Querer otra Universidad mejor, preocupándose también de las unida­
es para ellos, querer arrasar la Uni­ des y de la técnica, pero como parte
versidad. Han terminado por con­ del todo y como elementos integran­
fundirla con sus propias cosas. No tes de cultura.
pueden resignarse a verla evolucio­ El docente de mañana, cambiando

322 —
la posición del contemporáneo, reco­ to, señalan también, contramarchas
nocerá en el advenimiento de la mul­ respecto a la cultura individualista
titud, la nota más significativa de del ochocientos. Vamos virando en
nuestro tiempo. Después de quebrar verdad hacia el predominio espiri­
viejas servidumbres, el pueblo ha pe­ tual de las muchedumbres, pero ello
netrado en la vida moderna, empu­ está muy lejos de lesionar los valo­
jando otros ideales y otra sensibili­ res culturales vigentes; es más bien
dad. Ante un fenómeno de tal natu­ un retorno al primado de la inteli­
raleza, la Universidad necesita cum­ gencia que, por su carácter expan­
plir la función directora que le co­ sivo, de necesaria comunicación, re­
rresponde dando coherencia, ritmo, sulta fácilmente conectable en las zo­
estilo, a las energías sociales, disper­ nas más dilatadas del entendimiento.
sas y contradictorias. Llamada para Esa cultura por venir—dice alguien
contribuir en el esfuerzo de rescatar cuyo nombre se me escapa— recor­
al hombre perdido entre las sombras dará la Edad Media; edad de masas,
vacías de la ignorancia, no puede no de modelos, cuyos signos más du­
mantenerse, suministrando especiali- raderos y diferenciados: catedrales,
zaciones fragmentarias, que pulveri­ misterios, romances, hagiografía,
zan en provecho de unos pocos, la fueron anónimas creaciones de ar­
tarea integral del pensamiento. tistas desconocidos.
Universidad, equivale a universa­ Si en días próximos, la cultura
lidad, plenitud, cultura; en conse­ brotará de fuentes populares, hay
cuencia, nuestros altos institutos, de­ que sustituir el concepto individua­
ben interesarse por la educación de lista de la enseñanza decadente con
las multitudes, no con criterio ple­ una idea solidaria, de manei'a que, el
beyo, ni de filantropía, sino como un mayor número posible de inteligen­
fluir espontáneo y totalizador que cias se aproxime hasta la plenitud vi­
vaya llenando parejamente las almas, tal y, que el ejercicio del pensamiento
conforme a la ley niveladora de los sea para todos, una actividad orgá­
vasos comunicantes; porque no hay nica, como el ejercicio cotidiano del
una cultura burguesa y otra proleta­ trabajo. La misión necesaria de la
ria; hay una cultura humana, homo­ Universidad, será entonces, conducir
génea e indivisible, cuya acción al la cultura social por rutas del huma­
sobrepasar las desigualdades de cla­ nismo, porque si queda a espaldas
se, solamente procura el equilibrio de de lo que llega, sino ventila los claus­
los instintos con los ideales. tros polvorientos, si no atiende al co­
nocer integral, habrá faltado a su
destino y las nuevas generaciones
edificarán la Universidad, fuera de
Quienes presagian ese advenimien­ la Universidad oficial.

— 323 —
LA CULTURA FRENTE A LA UNIVERSIDAD
por

CARLOS SANCHEZ VIAMONTE


(a rg e n tin o )

(1926)

Hace ya algunos años que los hom­ do prematura la respuesta, que no


bres nuevos de América comenzaron intentó siquiera el balbuceo de la in­
a ponerse en contacto, a estrechar tuición, apagado mil veces por el gri­
vínculos de comprensión intelectual y to apremiante y heroico de la lucha,
sentimental y a concertar programas pero nos vamos acercando a la termi­
de acción, que la perplejidad de la nación del segundo lustro y se apro­
hora relegaba a un futuro impreciso y xima la hora de responder.
lejano. Bien está la progresiva consolida­
En el transcurso de estos años se ción de los vínculos fraternales que
ha realizado — es cierto — la única nos unen a todos los hombres de la
obra seria de aproximación entre los América nueva. Bien está la protesta
pueblos de América Latina, hasta ha­ calurosa y arrogante — pero lírica
ce muy poco aislados y recelosos, al fin — contra la torpe concupiscen­
cuando no recíprocamente hostiles; cia de los tiranos, y bien está, por úl­
pero los adolescentes de ayer son hom­ timo, la resistencia perseverante y
bres hoy y, sin embargo, los progra­ enérgica que oponemos a la glotone­
mas de entonces siguen siendo, to­ ría imperialista de yanquilandia; pe­
davía, vagas perspectivas filosóficas, ro todo eso no basta. Es necesario que
políticas, sociales o literarias, sin que orientemos positivamente nuestro es­
la urgencia de la realización perturbe fuerzo hacia algo, en favor de algo.
la placidez de los ensueños largamen­ Ir contra la dictadura y el imperia­
te planeados, pródigamente explicados lismo no constituye un verdadero pro­
y sonoramente proclamados a todos grama de acción. Es preciso que no
los vientos. confundamos. Ambas actitudes son
Cuando en el año 18 de este siglo únicamente, reacción, contra la acción
se produjo la irrupción juvenil, te­ regresiva que otros intentan; breves
níamos el derecho de rechazar, por desvíos de significación secundaria.
maligna, toda interrogación acerca de Hay quien opina que en el combate,
los propósitos o de las tendencias que la mejor táctica para la defensa es la
orientaban el impulso y precisaban su ofensiva, y se podría glosar la afir­
finalidad. Evidentemente hubiera si­ mación diciendo que, en la lucha pe-

C o n fe re n cia leíd a p or su a u tc r en la U n iv ersid a d de M on tev id eo, el 22 de ju lio de 1926,


con m o tiv o del ce n te n a rio del c o n g r e so b o liv a ria n o .

— 324 —
renne de lo nuevo contra lo viejo, la estéticas, sino en la labor abnegada y
mejor manera de destruir consiste en paciente de todos los días.
crear. Recordando que el primer estallido
Por otra parte, no en todos los pue­ se produjo en los claustros universi­
blos de América asumen formas os­ tarios, correspondería, en primer tér­
tensibles los peligros del imperialis­ mino, y como primera etapa, dirigir
mo y de la dictadura, de suerte que nuestra acción .conjunta y coordinada
ambos serían, por mucho tiempo, un hacia la orientación de la cultura, que
estímulo débil y escaso incapaz de indebidamente detenta la universidad
congregar a la nueva generación y de oficial.
concitar su actividad. Fruto genuino del Estado indivi­
La lucha contra la dictadura y el dualista y de la intriga politiquera,
imperialismo son, por el momento, el la universidad latino-americana sigue
reverso inevitable e ineludible de la siendo, a pesar de la reforma triun­
medalla, pero sólo el reverso, porque fante en apariencia nada más que una
no es iniciativa'nuestra, porque no venerable y vetusta mistificación, es­
nace de nosotros mismos, porque no pecialmente en aquellas disciplinas
lo proyecta nuestro propio espíritu, que trascienden a la vida social y que
porque no lo modela la inspiración pretenden regir sus aspectos políticos,
creadora de nuestras propias manos. jurídicos y económicos.
Conviene que vayamos advirtiendo Si no vacilamos en hablar con ab­
que. corremos el riesgo de adquirir soluta franqueza, forzoso nos será re­
el hábito estéril de la actitud defensi­ conocer que casi todo el problema cul­
va y protestante y, como consecuen- tural planteado por al reforma univer­
cia^de caer en el vicio hereditario de sitaria finca en la orientación y en el
la reclamación. carácter de la enseñanza de las cien­
cias jurídicas, sociales y económicas,
Profundizando el análisis, llegaría­ de las cuales se irradia todo el dina­
mos, tal vez, a la convicción de que mismo de la renovación.
el peligro de la dictadura proviene de . Hasta ahora hemos luchado con re­
la naturaleza individualista del Es­ sultados precarios — debemos reco­
tado y de su defectuosa organización nocerlo sin ambajes — por formar
democrática que hace del número el las universidades oficiales, y es cosa
árbitro de todo, y que el peligro del de pensar si vale la pena esforzarnos
imperialismo proviene del régimen en renovar estas instituciones cadu­
económico liberal-capitalista, que hace cas, sin espíritu ya, y sin otro porve­
posible y hasta lícito el abuso de los nir, probablemente, que el de fabricar
fuertes, que utilizan en su particular profesionales, urgidos por el afán de
provecho la riqueza social. Y esta lucro, con exclusión total del afán de
convicción, nos llevaría a procurar la cultura.
solución de ambos problemas funda­ Sin renunciar del todo a la reforma
mentales; los otros serían resueltos de las universidades oficiales, inyec­
por añadidura, como dice la Biblia. tándoles siempre que podamos la sa­
Es indispensable que comencemos a via efervescente de la vida nueva, de-
trabajar postiviamente en la realiza­ .beríamos crear la nueva universidad,
ción de una obra común, reclamada o mejor dicho, restaurar la más an­
ya de un modo concreto por el espíri­ tigua Universidad conocida, la univer­
tu del siglo y conviene que vayamos sidad libre, orientada y dirigida por
abandonando las posturas románticas, verdaderos maestros, en las que vuel­
persuadidos de que el idealismo no va a haber maestros—no profesores
reside en la gallardía de los gestos, en rentados—y en las que vuelva a haber
la sonoridad de las palabras, o en la discípulos — no alumnos ansiosos de
elegancia refinada de las doctrinas obtener un título profesional.

— 325 —
Alguna vez he pensado que si reapa­ sugestiones y enseñanzas que la reali­
reciese en este siglo y entre nosotros zada cooperativa y solidariamente por
un discípulo de Pitágoras o de Platón, un esfuerzo común, producto de afi­
se quedaría sin comprender este nues­ nidad selectiva, y tendiente a una fi­
tro empeño de convertir las escuelas nalidad común, por encima de los inte­
profesionales del Estado en emporios reses particulares inmediatos. El es­
de cultura superior, y se preguntaría, fuerzo popular espontáneamente con­
estupefacto, por qué aceptamos la imr- certado tonifica, depura y fortalece la
posíción de profesores oficiales del conciencia social, y debemos buscar en
escalafón administrativo domestica­ él la influencia saludable que nos ha­
dos, y trabados por el corral de la ga abandonar definitivamente la tra­
mentalidad gubernativa y de los in­ dicional obstinación — también here­
tereses gubernativos, cuando podría­ ditaria — de pedir todo al gobierno,
mos escoger,» libremente, a los que de esperarlo todo del gobierno, de
enseñaran con desinterés y nobleza, echar al gobierno la culpa de todo.
sin someter su verdad fecunda y alta Dejemos librada a las universidades
al control presuntuoso de graves aca­ oficiales la tarea de formar ingenie­
démicos conservadores, parapetados ros, médicos, abogados, etc., mas dis­
en la rígida comicidad de su solemne putémosles de frente la altísima mi­
gesto magistral. sión de formar hombres, de formar
La desprofesionalización de la en­ grandes hombres. Dejemos a las uni­
señanza oficial universitaria es un im­ versidades oficiales la tarea pedestre
posible, y quizás un absurdo. Mi ex­ y exigua de enseñar la ley; mas dis­
periencia de alumno y de profesor me putémosles la misión de rectificarla en
autoriza a declarar que el noventa por nombre de la justicia, sin contemplar
ciento de los estudiantes sólo se inte­ los particulares intereses creados que
resa por la obtención del título pro­ traban el libre juego de la voluntad
fesional, sin adquirir más que un sim­ social. Dejemos a las universidades
ple barniz de cultura, indispensable oficiales el triste privilegio de ense­
para el mantenimiento del decoró uni­ ñar la ética de los libros; mas dispu­
versitario ; como, asimismo »que el témosles la misión de enseñarla en la
diez por ciento restante se distingue vida, en el amplio escenario de la vi­
y se destaca luego por lo que ha estu­ da. Dejémoslas impartir el saber, do­
diado y aprendido fuera de la Univer­ sificado y lastrado burguesamente;
sidad. mas disputémosles la orientación de
Si la Universidad oficial no es ca­ la cultura puesta al servicio de la so­
paz de reformarse, fijémosle de una ciedad y penetrando su íntimo senti­
vez por todas, su papel de organismo do.
burocrático, expedidor de diplomas, y Dejémosles la multitud anónima,
su función de impartir el conocimien­ dispuesta de antemano a marcar el
to técnico, necesario para ejercer pro­ paso, con la renuncia anticipada de
fesiones u oficios; y, en lugar de per­ su personalidad; mas disputémosles
der nuestro esfuerzo procurando re­ los altos espíritus y los grandes ca­
formarla, creemos otro organismo es­ racteres. Dejémosles la masa amorfa
pontáneo y desinteresado, que nazca de los inscriptos por obligación y por
de nuestra iniciativa cordial, que re­ interés, mas disputémosles, por últi­
ciba el calor de nuestra sangre joven, mo, a todos los que busquen un am­
que lleve el sello de nuestra espiritua­ biente homogéneo de labor cordial, de
lidad y que ponga a prueba, en esta solidaridad activa y efectiva y de fe­
hora histórica, la verdadera eficacia cundo amor.
de nuestro dinamismo renovador y Que sea ese el anverso de nuestra
constructivo. medalla. Emancipémonos de la tutela
Ninguna acción es más fecunda en burocrática y construyamos con nues-

— 326 —
tras manos nuestro propio hogar es­ Y termino, compañeros y amigos,
piritual, si queremos ser los obreros formulando votos para que la próxi­
forjadores de un nuevo ciclo de cultu­ ma ocasión en que nos hallemos reuni-
ra. nidos departamos largamente, no so­
El dilema es terminante, perento­ bre lo que vayamos a hacer, sino sobre
rio: o estamos llamados a orientar, lo que hayamos hecho. Por ahora,
creando, o nos conformamos con ir a enarbolemos el estandarte de la cul­
la zaga de los que nos preceden, disi­ tura frente a la universidad y contra
mulando nuestra impotencia bajo el la universidad. La dictadura y el im­
rezongo de comadres, que será pron­ perialismo huirán, a nuestro paso, co­
to nuestra inútil protesta. mo dos sombras.

II
LA UNIVERSIDAD Y LA VOCACION POLITICA DEL SIGLO

(1926)

ASTA ahora, la Universidad ar­ fesionales, más o menos laboriosos,


H gentina sólo ha trascendido en
la vida nacional en forma de
hábiles o afortunados.
La primacía del leguleyo sobre el
acción cultural y política, realizada jurisconsulto, del politiquero sobre el
individualmente por los que en ella estadista, del verbalista sobre el in­
aprendieron o enseñaron. vestigador y del diletante sobre el fi­
La mayor parte de nuestros hom­ lósofo, hizo de nuestras dos viejas
bres de gobierno han sido universita­ universidades, organismos aparatosos
rios, particularmente abogados. Du­ y solemnes, pero inocuos, puestos al
rante mucho tiempo el grado acadé­ servicio de los gobernantes y del cle­
mico significó, más que todo, un tí­ ro. La primera tentativa de reforma
tulo habilitante para actuar en po­ se llevó a cabo con la fundación de
lítica y desempeñar funciones públi­ la Universidad de La Plata. Sus pla­
cas de importancia. El diploma pro­ nes de enseñanza y los métodos adop­
fesional comportaba una prebenda tados acusaban un esfuerzo orienta­
burocrática de la clase burguesa lla­ dor que extendió su contagio en for­
mada dirigente; de esa suerte, la ma lenta, pero definitiva, sobre toda
prudencia aconsejaba en todo mo­ la vida educacional del país; y que
mento preocuparse, más que del tec­ sirvió de fundamento, confesado o no,
nicismo profesional, de la capacidad a la acción innovadora de los años
gubernativa con que debía dotar la 18 y 19, denominada la Reforma.
casa de estudios a sus egresados. El plan de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Universi­
Sin embargo, no ha ocurrido eso.
dad de La Plata, contenía una inno­
A pesar de que el mayor incentivo de vación fundamental y era la de in­
la carrera universitaria, consistía en tensificar el estudio de las ciencias
los prestigios inherentes al título y sociales y del derecho público, disci­
al tratamiento de doctor, — hasta plinas ambas que carecen de interés
el extremo de que entre nosotros profesional, pero contienen en bue­
ofendería el simple tratamiento de na parte el problema de la cultura.
abogado, frecuente en los países eu­ Además, el espíritu de los maestros
ropeos — nuestros universitarios fundadores — nos basta indicar a
fueron y son aún nada más que pro­ Joaquín V. González y Agustín Al-

— 327 —
varez — significaba por sí solo, una acentúa entre nosotros la tendencia
garantía de rectificación frente a la a considerar la política como proble­
mentalidad colonial que imponía su ma técnico, ajeno a las pasiones in­
patrón teológico - eclesiástico - buro­ teresadas de quienes lucran con ella.
crático. Los partidos políticos no pueden con­
A partir de la Reforma Universi­ templar con serenidad el escenario
taria se viene agitando incesante­ en que actúan y rara vez resulta de
mente y en forma declamatoria las su experiencia militante la rectifica­
cuestiones sociales y políticas a las ción de errores comprobados, porque
que se halla vinculada la Universi­ suelen agotar sus energías en la ob­
dad, y ya se sostiene que a ésta le in­ tención del beneficio inmediato.
cumbe el estudio analítico de los pro­ Acaso no pueda decirse que toda
blemas, la crítica de la organización la juventud argentina es refractaria
existente y él esfuerzo constructivo al entusiasmo ingenuo y simplista
que reclama la renovación. que los caudillos electorales provo­
Fué tan vigoroso el impulso juve­ can, pero considero que la nueva ge­
nil de los años 18 y 19 que, durante neración permanece indiferente a la
un momento, pareció que la Univer­ lucha de los viejos partidos sin ideo­
sidad reformista se “ reformaba” de logía y que se mantienen por la iner­
veras e intentaba colocarse frente a cia de estímulos ya caducos. No obs­
la realidad social, procurando obte­ tante, la nueva generación argentina
ner de su análisis desinteresado un tiene una verdadera vocación políti­
fruto de experiencia y de ciencia ca, propia de nuestro siglo, ya que
aprovechable. Luego vinieron el des­ experimenta la inquietud que susci­
engaño y desalientos que nos han- tan los problemas sociales, sin creer
conducido a esta situación de cobarde en la panacea de la democracia indi­
indiferencia, dentro de la cual vege­ vidualista ni en la soberanía popular
tamos esperando que el ritmo del im­ de las solemnes declaraciones teóri­
pulso nos aporte una nueva onda de cas. Advierte ella la complejidad que
energías transformadoras. reviste el problema de conciliar el
Actualmente las universidades ar­ interés social y la libertad del indi­
gentinas continúan realizando su pa­ viduo, como así mismo la necesidad
ciente y sórdida labor de domestica­ de rectificar la naturaleza individua­
ción del alumno, oprimiéndolo en la lista y arbitraria del estado históri­
malla de sus dogmas y sofismas ju ­ co, procurando su adaptación a los
rídicos y en la red de los códigos y verdaderos fines sociales.
de las leyes con la circunstancia y la Nuestra vieja constitución — que
agravante de que los alumnos de la nunca fué un obstáculo para los abu­
post-reforma tienen una responsabi­ sos del poder — tuvo, en cambio, la
lidad directa que no puede imputar­ virtud de imponer el respeto de sus
dogmas a las clases ilustradas y es­
se a sus predecesores.
pecialmente a la juventud, que, de
La llamada extensión universita­ tiempo en tiempo, opuso a la corrup­
ria no cumple ni cumplirá sus ver­ ción del ambiente un heroico fervor
daderos fines, porque la han desna­ republicano. Pero eso no sucede y a :
turalizado los profesores y autorida­ los dogmas de la Constitución son
des del antiguo régimen, que todavía hoy para todo el mundo mentiras
se arrogan la facultad de orientarla convencionales a cuyo amparo lucran
con un criterio digno de la censura los profesionales de la politiquería, y
militar española. el gobierno se convierte en un hábil
Sin embargo, cada día que pasa se escamoteo, que sobrepone el interés

— 328 —
privado de los gobernantes al interés see ya bastante bien arraigado el sen­
social que justifica doctrinariamente tido ético de la renovación, mas ne­
su poder. cesita orientarse hacia los medios
Las hondas transformaciones que técnicos de obtenerla. La Universi­
la guerra europea precipitó y la pos­ dad, y muy especialmente la Facul­
terior reacción dictatorial y milita­ tad de Derecho y Ciencias Sociales,
rista han definido la vocación polí­ le debe el aporte de sus elementos.
tica de este siglo, inquietándolo con Por nuestra parte, creemos impo­
la presencia permanente del proble­ sible que se ponga al servicio de tan
ma social y la crisis aguda de los an­ noble aspiración mientras siga sien­
tiguos sistemas. do lo que es: el más definido baluarte
La nueva generación argentina po­ reaccionario.

III
EL PRIMER DECENIO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA
EN EL PAIS

(1928)
ON una celeridad que asombra y
C desconcierta, ha transcurrido el
primer decenio de la Reforma
cutida. Los hombres de acción tene­
mos el defecto de no saber detenernos
a mirar hacia atrás, como si la vida
Universitaria. Es necesario que reite­ se nos ofreciese en un repecho cons­
remos esta afirmación hasta tener tante, por lo que no debéis extrañar
plena conciencia de ella, ya que es el la torpeza con que llenaré mi come­
tiempo la medida obligada de todas tido en esta ocasión que me obliga a
las obras humanas y la advertencia contemplar el panorama de nuestra
inquietante y perentoria que nos sir­ obra, siquiera sea en los aspectos más
ve de estímulo y acicate en la apre­ fundamentales concernientes al pro­
miante brevedad de la vida. blema de la conducta.
Entiendo que esta celebración sería Observo, en primer término, que
un vano alarde si se limitase a con­ casi toda la literatura reformista tie­
memorar el triunfo de la causa juve­ ne por principal objeto decirnos qué
nil en su primer estallido. Toda con­ fué la Reforma Universitaria, sin ad­
memoración tiende a glorificar el es­ vertir que no se trata de un hecho
fuerzo ya realizado, y, en cierto mo­ pasado sino presente y, sobre todo,
do, a formar una mitología que, co­ futuro. Nuestro entusiasmo fervoro­
mo todas, se nutre de admiración y so y sincero nos desvía un poco de
de contemplación, formas descansa­ nuestra verdadera función y, hasta
das del sentimiento que, si bien son podría decirse, de nuestra verdadera
indispensables tónicos de la acción fu­ misión. Sin quererlo, nos hemos con­
tura, suelen cristalizar en pasado lo vertido en nuestros propios comenta­
que hasta ayer fué porvenir. dores y, cosa aún más rara, asumimos
Por lo que atañe a la Reforma Uni­ esta actitud criticista los pocos hom­
versitaria, no puedo menos que con­ bres de acción que la Reforma tiene,
fesar ante vosotros que me alarma un con el perjuicio consiguiente por la
poco la circunstancia muy singular de pérdida de energías que ello implica
haber hecho nosotros mismos la his­ y porque tal actitud no se aviene con
toria de nuestra empresa copiosamen­ la posición afirmativa que toda crea­
te documentada, interpretada y dis­ ción reclama y que debe ser exigida

— 329 —
en momentos de rectificación y re­ la cual resulta una ostensible colabo­
construcción tan agudos como el que ración así provenga el esfuerzo de la
estamos viviendo. izquierda o del centro, y sólo los re­
Es evidente la importancia que re­ fractarios a la Reforma misma, los
viste una sistemática de la Reforma, históricamente rezagados, los insensi­
desde que ella señala el rumbo de la bles al mensaje del siglo niegan su
partida — aun cuando no pueda decir­ aporte a esta obra común, tanto más
nos el punto de llegada — y vengan dinámica cuanto más informe en apa­
en buena hora a precisar y aclarar riencia.
conceptos y a revelarnos el sentido de Malgrado las imputaciones de irre­
la marcha las meditaciones serenas flexión, indisciplina e irresponsabili­
y filosóficas que tienden a descubrir dad que se nos hacen, los hombres de
el hilo interno de los acontecimientos la nueva generación constituimos un
en el cual se vitaliza la continuidad ejemplo inaudito de reflexión, de dis­
de un proceso histórico, pero mucho ciplina y de responsabilidad. Nos he­
debemos cuidarnos de no caer en el mos constituido en nuestros propios
absurdo de historiar nuestra vida an­ jueces implacables y minuciosos; ejer­
tes de haberla vivido y concretar la citamos cada uno un agudo control so­
obra de una generación que aún está bre los otros; trabamos recíprocamen­
en la infancia. te nuestra acción con la objeción fun­
No oculto mi admiración ante la dada y la censura inmediata, como si
capacidad penetrante y comprensiva nos hubiésemos propuesto ño errar,
que revelan algunos de nuestros re­ refutando así la vigorosa insolencia de
formistas más destacados, cuando Sarmiento cuyo optimismo le permitía
creer en la paradoja de que estaba
analizan hechos, ideas, actitudes y
bien hacer algo aunque ese algo estu­
tendencias, desentrañando su signifi­
viese mal hecho.
cación y precisándola como auténtica
= Perdonadme si os digo que nuestra
revelación del siglo, pero al mismo
actitud me parece un tanto finisecu­
tiempo observo que sobran los cronis­
lar y bizantina; acusa más refina­
tas autorizados y veraces, los filóso­ miento que capacidad de acción, y si
fos de alto vuelo, los críticos agudos los que vienen detrás no traen consi­
y rigurosos, pero nos faltan protago­ go un impulso poderoso, intuitivo,
nistas en este drama cuyo escenario afirmativo, rectilíneo y simplista, la
está casi vacío de actores efectivos. Reforma Universitaria quedará como
Ya tenemos la historia y la filoso­ el fruto efímero de la joven intelectua­
fía de la Reforma, mas convengamos lidad argentina momentáneamente
en que nos falta hacer la Reforma y exacerbada en la Universidad.
eso demanda un esfuerzo y una tácti­ Nos hemos intelectualizado en de­
ca, a la vez que una ética precisa y masía y eso va reportando graves per­
definida. juicios para la realización de la obra.
Basta recorrer la literatura refor­ A medida que nos intelectualizamos
mista para convencerse de que su nos vamos alejando de la masa colec­
ideología es tan vasta y compleja que tiva y de la substancia humana, cuyo
caben en ella infinidad de matices res­ contacto sugiere m ejor el rumbo y el
pondiendo a distintas exigencias del modo de marchar que todas nuestras
medio y a distintos grados de evolu­ elucubraciones de laboratorio.
ción cultural, como asimismo a distin­ No obstante que algunas de las fle­
tas y hasta opuestas actitudes de na­ chas más certeras de la Reforma fue­
turaleza política, ya que es política to­ ron dirigidas a la vacuidad y solemni­
da acción social. Pero hay una inne­ dad de la academia, nos estamos vol­
gable concordancia o convergencia de viendo un poco académicos contagia-

— 330 —
dos por la vieja Universidad aún sub­ tinuar apadrinando con nuestra brio­
sistente, y salvo alguno que otro esta­ sa juventud a ese viejo jamelgo, cuyo
llido revolucionario más o menos ais­ tardo paso nos obliga a contener el
lado, la vida actual del movimiento nuestro, tan absurdamente como si el
reformista se desenvuelve con la man­ jumento de Sancho y el espíritu de su
sedumbre de un arroyuelo perezoso y amo guiasen la fecunda locura del
airullador olvidado por completo de Quijote.
haber sido torrente alguna vez. Todos los reaccionarios juntos pue­
Tratándose de nuestra empresa uni­ den negar cuanto quieran la existen­
versitaria la palabra Reforma tuvo, cia de la nueva generación, pero se
tiene y debe tener el mismo signifi­ trata de un hecho demasiado vivien­
cado que revolución, es decir, cambio te para que su negativa sea otra cosa
total en el estado de cosas y de espí­ que un cansado gesto de impotencia
ritus si quiere ser en realidad una obra empecinada. Lo que yo no creo es
concluida, fruto de una nueva inspira­ que el fracaso de la Reforma dentro
ción y de un nuevo esfuerzo; pero si de la Universidad pueda constituir,
hemos de ser sinceros debemos reco­ por sí solo, el fracaso de la nueva ge­
nocer que nuestra actividad, reducida neración. Todo lo más, significaría
a su “ mínimum” de control oligárqui­ la incapacidad de los viejos institutos
co, administrativo y docente, no sig­ de enseñanza profesional para poner­
nifica nada como acción constructiva se a tono con la exigencia del momen­
y viene a ser algo así como el apadri- to, y la demostración de que es estre­
namiento de una vida inútil y enfer­ cho, con relación a la obra, el ámbito
miza que nos va contagiando su mor­ de la Universidad, todavía burocráti­
bo todos los días y que asegura, ante ca y pacata.
nuestra complicidad, su propia sub­ Nieguen cuanto quieran los reac­
sistencia y perpetuación, ya que no cionarios, de buena o mala fe, la ho­
falta entre los jóvenes quienes trai­ nestidad de nuestra intención, la
cionan su causa por vejez espiritual, orientación de nuestro impulso, el
por comodidad o por beneficio. Así, acierto de nuestros atisbos o el valor
los claros que dejan los viejos reaccio­ de nuestras rectificaciones. Nosotros
narios son llenados cuidadosamente hacemos algo, intentamos hacer algo
por jóvenes reaccionarios quizás peo­ propio, y lo haremos, sea dentro o
res aún. fuera de la Universidad. Por eso so­
En efecto, el espectáculo que nos mos una generación en la Universidad
ofrecen las Universidades argentinas o fuera de ella; con la Universidad o
en este instante, no es, sin duda, el de contra ella.
aquella clásica unanimidad rebañega Los viejos reaccionarios, en cambio,
de la prereforma, pero a la verdad si­ no han hecho nada, no hacen y no ha­
gue triunfando una gran mayoría pre­ rán nada más que defender posicio­
reformista o antireformista que, en el nes, prejuicios y dogmas en los cua­
mejor de los casos, nos impone el es­ les ni siquiera creen, pero que consti­
píritu del siglo XIX, y digo en el me­ tuyen su único bagaje. Ni siquiera
jor de los casos, porque de ordinario tienen el derecho de afirmar que les
esa mayoría es, como todos sabemos, pertenecen las ideas o sus actitudes,
netamente conservadora, militarista, simples prolongaciones o remedos, ca­
clerical, patriotera, provecta, medioe­ da día más debilitados y mortecinos,
val, en suma. de aquella generación del 80 que les
Ante esa situación, que no lleva mi­ precedió y a la cual siguen con una
ras de modificarse en mucho tiempo, vida apendicular, precaria y de pres­
cabe preguntar: ¿cuál debe ser nues­ tado.
tra conducta? Seguir así implica con­ Pretenden ellos, sin ser maestros,

— 331
tener discípulos; iluminar con su obs­ quienes denigran en privado; esta en­
curidad; señalar rumbos con su des­ trega subrepticia y paulatina de nues­
orientación ; encauzar la vida con sus tra soberanía y de nuestros recursos
pobres índices espectrales. Olvidan económicos desde el gobierno o desde
que no supieron nunca ir más allá del la Universidad a los imperialismos
Derecho Romano o del Código de Na­ extranjeros, económicos o políticos, a
poleón ; que no supieron rectificar a cambio de los honorarios de las em­
Rousseau ni a la Revolución France­ presas capitalistas.
sa; que no han superado a Adam No, ellos no podrán cerrarnos el pa­
Smith o a Spencer, que ni siquiera so. Son nada más que una leve sombra
se han puesto a la par de Renán. Eso proyectada por la generación del 80,
en doctrina, porque en la vida perdie­ desaparecida ya del escenario nacio­
ron todo el patrimonio de virtudes que nal. Son la desesperanza, el desaliento,
dieron personalidad a la generación el egoísmo y la impotencia que decli­
del 80, la cual, por lo menos, realizó nan y se abaten, y por encima de todo
con dignidad su tarea y nada les dejó eso pasaremos nosotros para afirmar
a ellos por hacer. nuestra fe, para destruir y para re­
Los reaccionarios que dominan hoy construir. En realidad, ellos fueron
las Universidades argentinas forman extranjeros en América; vivieron ex­
un puente de insignificancia, de si­ clusivamente reflejando a Europa con
lencio, de inacción y de descreimiento un pálido reflejo simiesco y hasta
entre la generación del 80 y la nues­ traicionaron más de una vez a la mis­
tra. Les parece suficiente negar todo ma generación del ochenta de la cual
lo nuevo, incomprensible para ellos: el son una sombra — porque ni siquie­
nuevo derecho, la nueva economía, la ra recogieron su luz — desde que pa­
nueva filosofía, el nuevo sentido uni­ ra ellos Charles Maurras ha reempla­
versal de la vida americana y hasta el zado a Michelet, Mussolini ha reem­
nuevo nacionalismo nuestro que se ex­ plazado a Mazzini y Primo de Rivera
tiende por la América toda y a la cual ha reemplazado a Castelar; desde que
contemplan con horror detrás de los niegan la democracia y ni siquiera
barrotes de su jaula patriotera que atisban la justicia social; desde que
no les impide renegar de la Revolu­ alaban la dictadura política y ni si­
ción de Mayo, de Rivadavia, Sarmien­ quiera salvan la dignidad humana,
to y Alberdi, aunque su reniego sea desde que cierran las filas burguesas
más bien un cobarde rezongo que nun­ y se estremecen de horror ante el
ca se atrevió a formular una rectifi­ avance de un nuevo orden jurídico
cación. Toda la innovación que les co­ presentido desde lejos por Moreno, Ri­
nozco es la de haber pretendido traer­ vadavia y Echeverría, cuyas palabras
nos el ejército a la Universidad y con­ son hoy, en muchos casos, tan revolu­
vertir las aulas en cuarteles, como el cionarias como las nuestras.
único recurso que les queda para im­ Por todo eso, considero imposible
ponemos su jerarquía y su disciplina la conciliación y la colaboración a la
desfallecientes. que se sienten inclinados los más dé­
Siquiera nos hubiesen dado ejem­ biles y timoratos de los nuestros. Por
plos de civismo o de abnegación. En eso, no puedo aconsejar la tolerancia
ese caso merecerían algún respeto. que, en este caso, se me ocurre un
Pero a quién sino a ellos es imputable disfraz de la complicidad vergonzante.
esta orfandad de nuestra vida colec­ A trabajar pues. Ahora más que
tiva, esta demagogia burocrática de nunca. Los que vamos dejando de ser
la que se quejan en los corrillos del jóvenes hemos comenzado ya y ha­
Club, no obstante hacer antesalas cor­ bremos de ejecutar — tiempo median­
tesanas a los mismos mandones a te — la obra rectificadora y recons­

— 332 —
tructiva que tenéis el derecho de re­ maraña preterista con que domestican
clamarnos, pero que sólo se obtiene nuestro impulso y traban nuestro vue­
emancipándose de la vieja Universi­ lo auspicioso.
dad, rompiendo los cercos mentales Ya lo sabéis, compañeros y amigos.
del aula, desbaratando la red de pre­ Si la Universidad es irredimible y es­
juicios y dogmas que nos inculcan en trecha, a la calle, a la plaza, al taller,
nombre de una falsa cultura y desga­ al pueblo, a la masa proletaria, a la
rrando, aunque sea violentamente, la vida, al porvenir, que es nuestro.

— 333 —
LA NUEVA UNIVERSIDAD
por
JOSE GABRIEL
(argentino)

(1932)

I un arranque. Pienso pues que aquí,


en el tramo postrero, sin dar un pa­
INCITACION so atrás, pero recuperando totalmen­
te el afán primitivo, debemos pug­
ODA revolución tiene un instante
T crítico: es el instante de su ma­
durez. Si los revolucionarios no la
nar en última instancia con toda
nuestra argumentación.
aprovechan en ese instante la pierden.
Creo que hemos llegado al instante II
crítico de la revolución universitaria
CRITICA
argentina: o la aprovechamos en es­
te punto o la perdemos. Una pregunta ante tod o: ¿ es necesa­
Por qué estamos en la sazón de ria en el mundo contemporáneo
nuestra revolución universitaria, me la Universidad?
parece lógico deducirlo de varios sig­
nos : el primero la notoria confusión En la vetusta casa de la Universi­
mental y hasta física de la zona dad argentina los revolucionarios
reaccionaria; el segundo el esceptis- hemos ocupado el ala izquierda; no
mo innegable de la juventud rebelde vamos más allá en la misma direc­
ante las soluciones reglamentarias y ción porque las paredes nos detienen;
personales que antes promovían su nuestra voluntad se siente en armo­
anhelo; tercero la intervención po­ nía con el contemporáneo movimien­
lémica imparcial de elementos que to mundial. Pero si de pronto nos ocu­
hasta hace poco habían desdeñado u rriese asomarnos a una ventana
orillado el conflicto. Hay un percep­ comprobaríamos que la vetusta casa
tible consenso, en la Universidad y se halla a la derecha del mundo. Nues­
fuera de ella, de que las cosas no pue­ tra izquierda sólo es pues relativa:
den permanecer como hasta aquí. resultamos hasta zurdos en casa, co­
La reacción puede aprovechar la mo puede ser zurdo respecto del me­
coyuntura para estabilizarse. Debe­ ñique de la mano derecha el pulgar
mos ganarle el tirón. Nos espera el del mismo quinteto; y somos una de­
impulso decisivo. Pero este impulso recha pronunciada en la topografía
final, si bien hemos de darlo desde mundial, como lo es en la estructura
la posición conquistada, sólo será humana la mano diestra, a pesar de
eficaz si lo damos con el ánimo de la oposición que su pulgar hace a su

— 334 —
dedo pequeño. Quiere decirse, 'que torpe y reaccionario que el proyecto
renunciamos a la honra y a la efica­ del Gobierno nacional! Denuncia (re­
cia de marchar parejos con el mundo clamando para sí el autor la priori­
presente o empujamos hacia la iz­ dad absoluta en la materia) la “ pla­
quierda absoluta la vieja casa de la ga del estudiante crónico” que servía
Universidad. Si eso no fuese posible, de tema preferente al troglodita má­
tendríamos que arrojarnos por la ximo de la Universidad argentina;
ventana o reventar las paredes. y hasta propone recursos burocráti­
¿Cómo se nos representan en su cos para evitar las huelgas estudian­
terquedad reaccionaria esos enmohe­ tiles, como si la huelga fuese otra
cidos profesores que resisten a nues­ cosa que un instrumento de guerra
tra revolución? Como una casta car­ movido por causas ajenas a sí mis­
camal enclaustrada que cree habitar mo y reemplazable. ¡ Si las sugestio­
en el mundo (acojo el supuesto pro­ nes reformistas que contiene el re­
blemático de que crea algo) y sólo ciente libro de un profesor derechis­
habita su caparazón, su costra, su li­ ta que ya como estudiante fué adver­
mitación excluyente e incomprensiva. so al reformismo, son en muchos as­
¡ Cuánta y qué legítima es nuestra pectos más avanzadas que todos los
satisfacción ante esos profesores en­ cambios introducidos desde el 18 has­
quistados al ver el mundo que ellos ta hoy!
no ven ni conciben! Nosotros hemos El nepotismo era uno de los vicios
franqueado al mundo el claustro mi­ más ostensibles de la Universidad
lenario. Sin embargo, también nos­ argentina, sobre todo en Córdoba y
otros padecemos limitación incons­ en La Plata. La rebeldía estudiantil
ciente. Por lo pronto, tratamos de re­ lo extinguió, pero para instalar en
formar la Universidad, pero consen­ su sitio la camarilla del adicto y del
timos sin debate ni problema los tra­ egresado; y también sobre este punto
dicionales cimientos universitarios. las palabras más certeras que se han
Esta actitud, contemplada desde fue­ dicho provienen, si no de un reaccio­
ra origina la misma sensación de cas­ nario, de un hombre poco aficionado
ticismo y enquistamiento que la ac­ a la Reforma, el profesor Julio Rey
titud anclaustrada de la casta pro­ Pastor. “ Más de dos lustros de régi­
fesoral. Existiendo tanta disparidad men reformista — escribe este auto­
casera entre profesores y estudian­ rizado matemático — no han acaba­
tes, unos y otros somos en el comple­ do con la oligarquías existentes, pe­
jo social tenaces académicos. ro las han sustituido por otras; ni
Debemos reconocer esa postura in­ tampoco han logrado extinguir el ré­
consciente y abandonarla. Si no so­ gimen localista de verdadero nepotis­
mos capaces de formularnos esta in­ mo imperante en algunas Universi­
terrogación: ¿es necesaria la Univer­ dades que, bajo pretexto de proteger
sidad actual?, perdemos el tiempo y a los egresados y amigos de la casa,
nos sacrificamos inútilmente. Para van formando una familia, más uni­
Jos fines del progreso mundial ,no da por intereses que por afecto; ad­
importa mucho más el reformismo ministrándose el presupuesto, al que
presente de los estudiantes que la re­ contribuye todo el país, como si fue­
sistencia de los profesores reacciona­ ra un patrimonio familiar” . Las ca­
rios. ¡ Si el proyecto de nueva ley uni­ marillas de adictos (de “ elementos”
versitaria que ha publicado en estos electorales, lo mismo que en el co­
días uno de los profesionales de la mité) son reconocidas y condenadas
Reforma del 18 (porque esa Refor­ como un resabio de la vieja situación
ma tiene sus profesionales) es más o un nuevo vicio por el reformismo

— 335 —
sincero; pero las camarillas de egre­ posiciones universitarias) se caracte­
sados, al revés, constituyen hasta una riza todavía por su exigencia titular,
aspiración de la Reforma (claro que aun cuando, para significar cabal­
con otra nominación) y revelan, por mente el nuevo nepotismo, alterne
consiguiente, el casticismo, el reac- esa exigencia con la de la adhesión.
cionarismo que mora en lo recóndito Los estudiantes opinan en su mayo­
del movimiento reformista. Dos Fa­ ría — ¿en su totalidad? — que la
cultades (una de Buenos Aires, otra exigencia del título es una conquista
de La Plata) son desde hace años de la Reforma. Pues bien: viven con
feudos de dos profesores reformistas un retraso de ochenta años, que son
que se han adueñado de ella con el los que hace que en una inteligente
expediente, no siempre real, de su previsión creadora, la Constitución
protección a los adictos y a los egre­ argentina estatuyó la obligación pro­
sados de las mismas; y los estudian­ ficua de la idoneidad frente a la va­
tes, aunque no se lo he oído, acaso cía fórmula académica de los títulos.
les reprochen la protección amisto­ Insisto: estamos'en la izquierda de
sa, pero, si no empiezan por exigirla la casona, pero la casona permanece
ellos mismos, estiman muy natural y inconmovible en la derecha social.
muy moral la protección a los egre­ Hay que mudar de casa, no de flan­
sados, esto es, a sí propios. Emplear co. Empecemos por ahí, o no empece­
en la casa a los diplomados de la mos. La Reforma Universitaria es
casa es para los aprovechados profe­ una revolución (así la llamo cuando
sores un recurso de defensa y de con­ me incluyo en ella) o no merece la
quista personal, y los estudiantes lo pena de nuestros afanes. El proble­
aceptan como un avance reformista, ma inicial que nos plantea como re­
sin advertir (sería grave descubrir volución es un problema aparente­
que lo advierten) que con ello se ins­ mente nihilista, a un pronto anona­
talan en el más riguroso clima nep’o- dante, pero rico en perspectivas pa­
tista. Se adjudican para su beneficio ra la inspección atenta: ¿es necesa­
personal la Universidad como para ria la en el mundo contemporáneo la
el suyo se lo adjudicaban los oligar­ Universidad? Esta es la cuestión pre­
cas. Carece totalmente de importan­ via. Quien no tenga el coraje de
cia el hecho de que los reformistas planteársela, debe dedicarse a acu­
aleguen el derecho de su diploma an­ mulador de cátedras: rinde más.
te el derecho familiar o de posesión
en que estribaba la oligarquía.- Todo Es preciso remover los cimientos
es, por uno u otro conducto, conver­ universitarios
tir la Universidad en una institución
privada. A los tres lustros de la Reforma,
¿Qué piensa el reformismo de la un aventurero audaz se posesiona
obligación de los títulos para el des­ por sorpresa de una rectoría univer­
empeño de la docencia universitaria? sitaria y en contados días restablece
La Universidad de Buenos Aires tu­ en la Universidad los privilegios cas­
vo hace poco un rector sin diploma tizos y los amos desplazados. Basta
universitario, aunque con título de la delincuente voluntad de un hom­
autor, y al mismo tiempo un vice­ bre para anular de un saque casi
rrector sin diploma ni título. El rec­ quince años de empeños reformistas
tor (precisamente un antirreformis­ y reimplantar de golpe el aparato in­
ta de la primera hora, no hizo a na­ erte y los hombres fosilizados que la
die cuestión de diplomas; el vicerrec­ Reforma había excluido. ¿No nos di­
tor (que debe a la Reforma todas sus ce nada la enérgica lección? ¿No es­

— 336 —
tamos viendo que una situación tan en pronunciado retraso con respecto
vulnerable tiene que carecer de soli­ al desarrollo de las demás institucio­
dez? Le falta toda la que podría dar­ nes humanas, y doctrinariamente
le su inexistente fundamento. persiste en su origen. En efecto, la
El principio de la intervención de doctrina universitaria ortodoxa con­
los estudiantes en el gobierno de la tinúa asignándole a la institución el
Universidad es el más radical de los cometido cultural originario, cuando
pocos que ha consagrado la Refor­ hace tiempo que la Universidad se
ma. No es bastante para fundamen­ ha orientado en sentido técnico, y la
tar la nueva Universidad. Prueba de práctica universitaria, si bien ha em­
ello, su eliminación brusca por el prendido la dirección del mundo mo­
asaltante reaccionario, sin que la derno, no ha tomado el correspon­
Universidad se resienta notablemen­ diente compás. Sucede pues que ni la
te. ¿Qué esperamos de los demás realidad universitaria coincide con el
principios '.reformistas (no sé cuál' mundo, ni la doctrina de la Universi­
otro que la docencia y la asistencia dad con la realidad universitaria.
libres) todos ellos más epidérmicos? Tal desinteligencia, no puede produ­
No nos engañemos: a seguir como cir más que colisiones.
vamos, todo lo que podemos esperar Claro que, estando nosotros con la
es que un año nos dejen el estatuto realidad universitaria, nos hallamos
reformado, otro año nos lo quiten, en más próximos al mundo presente que
un consejo académico se sienten estu­ los profesores que insisten en evocar
diantes, en otro no, un profesor sea un claustro dóceo depositario y trans­
discreto, el otro malo, y la Universi­ misor de la suma sabiduría; pero la
dad marche con más o menos senti­ verdad es que tampoco nosotros nos
do eficaz, liberal y honesto según ten­ encontramos con el mundo moderno.
ga o no la fortuna de un dirigente Debemos por tanto exonerar la insti­
más o menos honesto, liberal y efi­ tución de esa rémora del profesor
caz. medieval, pero también acelerar nues­
¿Podemos resignarnos a esta pers­ tra marcha hacia adelante. Lo peor
pectiva? Sería un suicidio, pues al que de cualquier manera puede acon­
cabo se extremaría el ya pronuncia­ tecer es que mantengamos el descon­
do divorcio de la Universidad con el cierto actual, en que nadie armoniza
mundo en acelerada evolución, y la con nadie. Para esta discrepancia es­
Universidad sucumbiría. Ya está en téril, es preferible que la práctica
trance de materia fósil. Lo será irre­ universitaria retroceda hasta tonifi­
mediablemente en cincuenta años carse con la anticuada doctrina sa­
más si no se remoza. Y el remoza- cerdotal. Mucho más útil que esta
miento sólo es auténtico de raíz. institución híbrida contemporánea,
Es preciso remover los cimientos insuficiente como cultura e insufi­
de la vieja casa. Hasta ahora sólo le ciente como técnica, sería una Uni­
hemos aplicado afeites. versidad declaradamente teológica.
¿Qué es un universitario de nuestros
La Universidad no coincide ya con días? Todo y nada; la negación per­
su doctrina y todavía no coincide sonal del espíritu universitario a cau­
con el mundo sa de su especialidad arisca, y la in­
eficacia de la técnica a causa de la
La Universidad es una institución insuficiencia de su especialización.
medieval que prácticamente evolucio­ Univesitario actual y farsa privile­
na con el curso de los siglos, aunque giada son una sola cosa.

— 337 ~ 22
Una fábrica de doctores que no se mió de tecnicismo, se propuso dotar
necesitan para nada técnicamente al hombre. La filoso­
fía ha superado la escolástica: hace
En su origen la Universidad se siglos que la lógica no abriga pre­
propone forjar dirigentes sociales: tensiones técnicas; su objeto, al de­
sacerdotes primeramente, porque jar de ser puramente formalista, pa­
siendo señora del mundo la Iglesia, só a ser la certera instigación de las
concebía a la religión como el destino facultades espirituales humanas. En­
superior del hombre; doctores des­ tonces, la Universidad, que debía
pués, porque siendo los doctos los go­ ejercitar al hombre en la lógica, des­
bernadores del planeta, concebían co­ lindó las facultades espirituales más
mo destino superior del hombre la generales del hombre (la facultad de
cultura. Cuando los dirigentes de la sentir, la facultad de pensar, la fa­
sociedad han de ser sacerdotes o mi­ cultad de obrar) y asignó a cada una
nistros de Dios, la Universidad los una gimnasia especial. Las diferentes
dota especialmente para el ejercicio ramas de la Universidad donde se
de la religión: he aquí la Patrística; ejecutaba esta gimnasia diferente
cuando los dirigentes han de ser doc­ fueron, por asimilación del medio al
tores o emisarios de la cultura, la fin, las diferentes Facultades univer­
Universidad los dota especialmente sitarias.
para la Filosofía: he aquí el racio­ ¿Qué instituto en la Universidad
nalismo moderno (pues la filosofía de hoy tumple una función semen
no racional no se enseña). jante? La Universidad enseña hoy a
De la Teología pasa la Universidad unos la técnica del derecho, a otros la
a la Lógica. En la lógica permanece técnica de la medicina, a otros la téc­
aún la doctrina de la Universidad. nica industrial etc. Ninguna de sus
Pero ¿es que los dirigentes sociales dependencias se dedica a cultivar una
siguen siendo los doctos? ¡Es que la facultad del hombre, pues incluso las
Universidad retiene la misión de fa­ Facultades de filosofía, las más si­
bricar dirigentes sociales! En Rusia milares a las Facultades clásicas, son
los nuevos pilotos de la sociedad son un engaño o son institutos de hu­
totalmente extraños a la Universidad manidades con vistas prácticas a la
como fábrica de lógica y sólo tienen pedagogía, en ningún caso auténticas
que ver con la institución en sus as­ Facultades. No hay una sola Facul­
pectos técnicos. El mundo todo, des­ tad en la Universidad hodierna: las
pués del fracaso de los núcleos, de han desplazado las escuelas técnicas
las selecciones, de las castas (del fra­ o profesionales. ¿A qué pues mante­
caso o del agotamiento) ¿no parece nemos la ficción de los nombres?
orientarse en el sentido del gobierno No es una ficción verbal inofensi­
multitudinario y popular? va : con la impropia denominación de
Facultades perdura una andamiada
III asimismo impropia, y con esta anda­
miada fuera de lugar, uno de los
OBJETIVOS obstáculos capitales para el adveni­
La Universidad debe ser un conjunto miento de la Universidad nueva. Ca­
de escuelas técnicas da Facultad, mientras se cree Facul­
tad, asume una jerarquía excluyente
Si la ingeniería se propone ins­ que la solemniza con detrimento de
truir al hombre, le proporciona co­ su eficacia técnica y la inhabilita pa­
nocimientos técnicos. La lógica, que ra la relación universitaria. La Fa­
también en un momento dado presu­ cultad clásica era Facultad porque

- 338 -
no era más que una parte del total; te todos los alumnos, Si estas mate­
la de hoy se siente un ente autónomo rias son filosóficas, como todo pare­
porque se llama Facultad, y como en­ ce aconsejarlo, tendremos impensa­
te autónomo se aisla de las otras, es damente restaurada la clásica Uni­
indiferente (cuando no adversa) e versidad, pues por más que demos el
impenetrable a todas las demás y se nombre de Universidad al conjunto
basta para graduar universitarios de institutos técnicos, estos institu­
que, sin embargo, no son más que tos serán realmente una adherencia
profesionales, cuando son algo. profesional de la Universidad verda­
El tinglado clásico debe desapare­ dera, constituida por las asignaturas
cer de la Universidad. No debe ha­ de las escuelas comunes. De modo que
ber Facultades, porque, en todo ca­ todos nuestros afanes revoluciona­
so, son una mentira, sino escuelas de rios vienen a parar en un desbroce
materias afines, verbigracia: escuela del enmarañado campo universitario
de medicina, de derecho, de química, para descubrir y restaurar el primi­
de física, etc., según determinación tivo núcleo sofocado por la maraña.
fácil de convenir. Cada alumno, sea Si además (como también parece in­
de una carrera o de otra, en vez de dicado) agrupamos en cada escuela
concurrir exclusivamente a un insti­ universitaria las materias afines se­
tuto, como ahora, estudiará parale­ gún cada facultad espiritual, queda­
lamente en todas las escuelas en que rá restituida la Universidad antigua
por la índole de sus asignaturas ne­ hasta con el sistema y el nombre de
cesite estudiar; por ejemplo: el alum­ sus Facultades.
no de ingeniería cursará sus estu­ No era mi propósito. Así que viro
dios en las escuelas de física y de rápidamente. Las asignaturas comu­
matemáticas, y el de derecho (si ha nes no serán filosóficas, y con esto
de aprender medicina forense) en las respondo negativamente a la pregun­
escuelas de derecho y de medicina. ta sobre la necesidad de la Universi­
(Tengo entendido que algo por el es­ dad en el mundo contemporáneo. Ha
tilo quiso en vano Joaquín V. Gonzá­ fracasado o ha cumplido su destino
lez que fuese la Universidad de La en la historia el hombre culto como
Plata). ente de cultivo mental: acaso fué un
Los estudiantes dependerán pues tiempo el filósofo el hombre más ap­
de la Universidad y no de una o de to para los superiores menesteres hu­
otra escuela, y no se graduarán en manos ; hoy no lo es. O es otro el mun­
escuela ninguna sino en la Universi­ do o es otra la filosofía. Creo que la
dad. Como queremos que no sean so­ filosofía se ha petrificado; es una
lamente técnicos o profesionales, sino técnica; ya no posee ímpetu de ge­
además hombres de cultura, es decir, neralidad. Como no hay disciplina
universitarios, antes de graduarlos que la reemplace, queda imposibilita­
la Universidad les hará cursar ma­ da la Universidad.
terias comunes que den sentido gené­ Las materias comunes serán his­
rico a su especialidad respectiva. tóricas: historia del arte e historia
de la ciencia (a ciencia y arte se re­
El nuevo vínculo humano, incapaci­ ducen en último término todas las
tada la filosofía, está en el actividades humanas). Hace más de
estudio de la historia un siglo que el mundo trae un acen­
tuado giro histórico y no queremos
Las asignaturas comunes se cursa­ convencernos. La historia ( la histo­
rán, desde luego, en escuelas deter­ ricidad) de los hombres y de las co­
minadas, que frecuentarán igualmen­ sas es lo que desde hace más de cien

— 339 —
años vincula más estrechamente a la geniero. Como tampoco el de ingenie­
humanidad, al extremo de que la fi­ ro, a no tomarlo simbólicamente, po­
losofía, vieja coordinadora del muh- see bastante extensión cultural, y co­
do, cifra sus expresiones más re­ mo por lo demás estamos en que la
cientes (su última tentativa de revi­ Universidad queda abolida y por en­
vificación) en la historicidad del de no necesitamos títulos académicos,
Universo. podemos conformarnos con que haya
Si convirtiésemos en filosofía de la abogados, médicos, contadores, ar­
historia los estudios históricos, retor­ quitectos, agrimensores, etc. Saldre­
naríamos a la Universidad; pero la mos gananciosos por partida doble,
filosofía de la historia no es historia pues nos emanciparemos de la supers­
ni es filosofía. En la filosofía no en­ tición de los títulos y seremos más
caja la noción de progreso. Si el pri­ verdaderos.
mer filósofo no lo ha sabido todo, no
ha sido filósofo. O historia o filoso­ El viejo y el nuevo tono universitario
fía : hay que escoger. Descartada por en su fundamento
su sumisión a la técnica la filosofía,
queda la historia. “ Universidad es, ante todo, colme­
Pero el vínculo histórico es vínculo na de trabajo silencioso y anónimo,
de conocimiento y no de aptitud, co­ que huye de la ostentación y de las
mo el que persigue la vieja calidad vanidades; es núcleo de hombres doc­
universitaria. Siendo pues las mate­ tos y probos para gobernarla con
rias históricas las más generalizado- ciencia y experiencia que sólo se con­
ras de la época no se bastan para ins­ quistan con los años; es cumbre in­
tituir la Universidad: no se bastan o accesible a las pasiones de la plaza
sobran, es cuestión de ángulo visual; pública y a los apetitos de la bestia
el caso es que constituyen otra cosa: humana; es vivero precioso de espí­
constituyen el técnico humanizado, ritus jóvenes, futuros elementos de
cuyo logro se propone la revolución acción por su inteligencia y su carác­
universitaria. ter; es huerto cerrado propicio a la
No propugno, empero, el cambio meditación, a la investigación desin­
de nombre en este particular: aquí teresada y aún al ensueño, como re­
no estorba la antigua denominación. fugio de los que huyen de los nego­
Aunque es otra cosa, podemos seguir cios y no persiguen la riqueza; es
hablando de Universidad, con lo cual, observatorio abierto sobre los gran­
por lo demás, sin prejudicarnos, aca­ des problemas sociales, donde se bus­
so ahorremos muchas nostalgias. can soluciones para asegurar el im­
perio de las leyes sabias y acrecen­
Profesionales en vez de doctores, son tar el bienestar de la comunidad; es
los necesarios centro que irradia luz sobre las mul­
titudes, destruyendo errores y prejui­
Me parece dejar tácitamente aus­ cios y sembrando ideales; es, en fin,
piciada en lo precedente la abolición instituto de selección severa en el al­
del doctorado universitario. No lo to sentido del vocablo, para que
olvidemos: ya no hay hombres doc­ triunfen los mejores y no escalera
tos y si los hay no se necesitan para que puedan trepar los mancos, los co­
nada. Debe haber técnicos humani­ jos y los lisiados, a fuerza de auda­
zados. Vivimos la etapa humana de cia o de paciencia” .
la técnica. Si algún título pudiera Sin duda podríamos hallar expre­
significar en esta época la generali­ siones reaccionarias mucho más ás­
dad no es el de doctor sino el de in­ peras que la que se acaba de leer;

— 340 —
pero no sería discreto hacer valer las cuido nuestro ni a consecuencia su­
propias razones en cotejo con las es­ brepticia de nuestra acción rebelde,
tupideces «ontrarias; habiendo ra­ sino a nuestra determinación franca,
zones en el otro bando, hay que otor­ que se propone descastar, desenclaus-
garles preferencia. Por eso, a pesar trar, desempacar, despertar y unlver­
de su extensión, he transcripto ínte­ salizar la Universidad.
gro el frondoso párrafo del artículo Es posible que nuestra conducta al­
periodístico ;que ha publicado hace borote las graves meditaciones, agite
unos días el doctor Enrique Herrero la investigación aparatosa, veje las
Ducloux, leal adversario de la Refor­ selecciones de “ alto sentido” ; pero
ma y diría ciudadano eminente si no nosotros no nos proponemos (como
temiese supeditar mi juicio a mi objetivo primordial, en todo caso)
afecto. Son palabras que significan meditar gravemente, investigar con
cumplidamente y serenamente (a misterio, seleccionar con sutileza;
despecho del crescendo que finaliza más bien, en postura exagerada, per­
algo enardecido) la posición de la seguimos eso que, como síntesis de
derecha universitaria argentina y tai- la corruptela revolucionaria, aterra
vez mundial. al doctor Herrero Ducloux: amparar
Un concepto fácilmente discernible a los mancos, a los cojos, a los lisia­
preside las distintas definiciones que dos. ¿Por qué no? Teóricamente, tal
enhebra en su artículo el doctor He­ es el objeto de la civilización cristia­
rrero Ducolux: el concepto de la Uni­ na, en la que se gesta la Universidad;
versidad como claustro de la sabidu­ en el mundo que nace y con el cual
ría suprema y forja exclusiva de se­ queremos nosotros acompasar 'las
lecciones dirigentes. Es el viejo con­ aulas universitarias, lo será también
cepto universitario; el antiguo con­ prácticamente.
cepto de la cultura como privilegio ¿Qué profesor en la Argentina
de grupos sostenidos por los lomos de puede llevar hoy a la Universidad la
las masas; el tuétano del mundo es­ aptitud ni la voluntad siquiera de la
clavista que ahora finaliza. Lo expre­ meditación profunda, de la investiga­
sa más redondamente todavía el re­ ción prolija, de la selección rigurosa?
putado profesor cuando en otro pá­ No hablemos por gusto de hablar : al
rrafo del mismo artículo llama a la más capacitado profesor nuestro le
Universidad “ huerto cerrado, fuen­ falta espíritu de donación. Pero aun
te sellada, cumbre en el monte, torre siendo todos ellos capaces de actuar
en el mar” . Es decir, los misterios decorosamente al viejo modo, es pre­
de Eleusis, las iniciaciones pitagóri­ ciso que comprendan que lo que está
cas, las disciplinas monacales, los en quiebra actualmente es el viejo
esoterismos, los privilegios, los jero­ modo, el criterio universitario de
glíficos, Góngora, el Monarca, Dios “ huerto cerrado, fuente sellada, cum­
nebuloso, cuando Dios extrañado del bre en el monte, torre en el mar” .
mundo es precisamente al negación Alberga el mundo antiguo imágenes
divina. más parecidas a la de nuestra aspi­
ración, una de ellas el ágora atenien­
Pues bien: la revolución universi­
se agitada, bulliciosa, luminosa, inde­
taria anhela lo opuesto de todo eso.
Si la colmena es ruidosa, si el núcleo cente y sabia.
no es docto, si las pasiones llegan a En resumen: contra el tono feudal
la cumbre, si el huerto está abierto, propiciamos para la Universidad el
si el centro no irradia luz, si el insti­ más subido tono democrático, el tono
tuto no selecciona, no se debe a des­ de la masa actuante, el tono del mun­

— 341 —
do sin amor. La Universidad no tiene criterios acaso sea lo conveniente) y
la misión de crear dirigentes ni de el pueblo asistirá por representación
derramar luces sobre la sociedad; se­ elegida en votación universal directa
ría una presunción fatua; la Univer­ o indirecta. Claro que las delegacio­
sidad crea técnicos humanizados que nes ejecutivas estarán integradas por
pondrán en movimiento los resortes miembros de los tres estados de las
que les proporcionen las masas. La asambleas. Talvez baste una delega­
dialéctica reemplaza de una vez a la ción trial para cada escuela y un tur­
utopía. no ejecutivo común para cada delega­
Organizada la institución por es­ ción.
cuelas técnicas, no hay pues dificul­ Con esto concluyen para siempre
tad en adoptar, dentro del nuevo to­ los decanatos de cartón, las rectorías
no universitario, las correspondien­ pomposas, los consejos magistrales;
tes normas administrativas, políti­ concluye la mentira o el daño.
cas y pedagógicas.
No más profesores, no 'más discípu­
El gobierno de la nueva Universidad los-. camaradas
será multitudinario
Es curioso que, mientras la peda­
La Universidad no es del claustro gogía infantil vive en constante ensa­
docente, como presume el viejo pro­ yo y agitación, no experimente con­
fesor, pero tampoco es de los estu­ moción alguna la pedagogía superior.
diantes, como en su brusca conver­ Doscientos años hace que brotan sin
sión a la izquierda sostiene ahora cesar disputas y doctrinas sobre la
José Ortega y Gasset: es del pueblo educación de los niños; la educación
que la paga para proporcionarse téc­ superior parece resuelta definitiva­
nicos. Debe ser pues gobernada y ad­ mente desde siglos atrás. Lo está, des­
ministrada por el pueblo, por los pro­ de luego, en el criterio aristocrático
fesores y por los estudiantes. de la Universidad caduca; en ella el
Pero al hablar de administración profesor sabe y el discípulo aprende,
y de gobierno no pienso en el habi­ el profesor habla y el discípulo escu­
tual aparato burocrático, sino en las cha, el profesor da y el discípulo re­
asambleas deliberativas permanentes cibe. No hay problema. Constituye
con delegaciones automáticas ejecu­ una agresión a los cimientos del sis­
tivas. No tienen función alguna los tema la 'sola posibilidad de que el
consejas académicos, los decanatos discípulo ose contrariar en algo al
ni las rectorías, cuya ocupación cons­ profesor o dudar de él o hasta tener
tituye al presente el mayor motivo de al margen de su tutela una iniciativa
discordia, de desbarajuste y de ver­ propia. Discípulo viene de disciplina,
güenza en la Universidad. Nadie tie­ y disciplina (en latín “ discipulina” )
ne nada que dirigir. Dirige la masa significa según Unamuno aquel esta­
en sus asambleas y ejecutan con obli­ do “ en que el discípulo no aprende
gaciones y atribuciones precisas las — non discit — sino que recibe pa­
delegaciones, que (al menos en su sivamente la orden, el dogma” .
parte de profesores) tampoco nece­ En la nueva Universidad la educa­
sitan ser electas, pues resultan auto­ ción se convierte espontáneamente en
máticamente de su propio turno. Los un problema y en uno de los más ar­
estudiantes, si su número es abulta­ duos, acaso el más espinoso. Es el
do, pueden asistir por vez a las asam­ punto en que menos ilusiones pode­
blea^, o bien por superioridad de cur­ mos forjarnos para un futuro veci­
sos (un régimen mixto de estos dos no. De todos modos, es evidente,

— 342 —
dentro del nuevo tono universitario, mo financiero de la institución, la
que ha fenecido el viejo profesor, el cantidad periódica de graduados, la
propietario de la sabiduría y con mu­ habilitación de docentes y la prueba
cha más razón el agente del dogma. de aptitud de los alumnos. Son parti­
No existen ministros de ninguna ver­ cularidades cuya solución discreta
dad revelada ni latifundistas de nin­ (no digo ideal) se halla tácitamente
guna sabiduría; si existen, en la Uni­ aconsejada por las reflexiones prece­
versidad estorban. Nadie transmite dentes. Me parece que la Universidad,
ciencia a nadie; sólo pueden transmi­ sea que perciba del Estado sus recur­
tirse esquemas o fórmulas muertas. sos pecuniarios o que le provengan
Es hacedero en cambio instigar a la de rentas propias, debe otorgar ense­
ciéncia a los demás y facilitarles el ñanza gratuita y remunerar a sus do­
propio desenvolvimiento. Dentro de centes según su eficacia demostrada;
esta posibilidad estará la misión del debe limitar periódicamente el nú­
nuevo profesor, misión de camarada mero de sus graduados en correspon­
entusiasta, misión de partera, misión dencia con las necesidades técnicas
socrática, única posible en el mundo ostensibles de la nación, aun cuando
cuando se tiene ante sí seres que no ponga límite al número de sus
aprenden, y no discípulos. alumnos; debe establecer como único
requisito para la habilitación docen­
IV te la aptitud palmaria; y a fin de
concluir con la farsa y la tortura de
JUSTIFICACION los exámenes, debe exigir a los alum­
nos una prueba mucho más dilatada
Dialéctica en vez de utopía y circunstanciada que la actual y en
la que el examinando, eximido| de
He diseñado los contornos de la una actitud memorista absurda, ac­
nueva Universidad, que no será Uni­ túe con biblioteca y laboratorio a dis-
versidad realmente, aunque así se cresión, como actuará en la vida
llame todavía, que no poseerá Facul­ cuando tenga que ejercitar su apti­
tades sino escuelas de materias afi­ tud. Todo esto podemos discutirlo
nes, que no graduará doctores sino oportunamente. Lo que por ahora
técnicos humanizados, que pertenece­ importa es adoptar las líneas gene­
rá al pueblo y no a ninguna casta, rales. Pueden no ser exactamente las
que será gobernada y administrada que he esbozado. Las que he esboza­
por el pueblo, por los profesores y los do, obedeciendo al mandamiento car­
estudiantes de consuno, que no ten­ dinal de la eficacia se proponen jus­
drá dirigentes sino ejecutores de la tificarse en sí mismas y cerrar el
voluntad general, y que en vez de pro­ círculo óptimo inherente a toda doc­
pietarios o de agentes de la sabiduría trina considerable. En efecto, auspi­
y discípulos albergará camaradas. cio en ellas con calidad de vínculo hu­
La imagen de la turbulenta ágora mano de nuestra época la historici­
ateniense tendrá siempre más seme­ dad del mundo, y mis teorías preten­
ja n za con ella que la imagen de la den ser una rigurosa deducción his­
Universidad medieval. Como sólo me tórica. Es decir, anuncio con proce­
propuse dibujar su pauta, no entraré der dialéctico el derrumbe de la uto­
a puntualizar detalles, entre los cua­ pía. En otros términos: practico la
les, sin embargo, noto algunos de im­ teoría que formulo, y en eso creo te­
portancia, por ejemplo: el mecanis­ ner mi justificación.

— 343 —
V sitarias, con la vigilancia regimen­
PROCEDIMIENTOS
tada sobre la vida de la Universidad,
la propaganda constante de la revo­
Primero ante el Estado; luego, por lución entre el pueblo, los profesores
cuenta propia y los estudiantes indiferentes o rea­
cios, y la organización de una Uni­
Cualquier transformación que se versidad extraoficial en la que los
adopte en la Universidad tendrá que alumnos de cursos superiores dictfcn
ser sancionada por el Congreso de la clases a los de cursos inferiores, y
Nación. Deberemos pues recurrir al profesionales competentes (pertenez­
Congreso para obtener el vuelco que can o no a la Universidad oficial)
deseamos. Desgraciadamente, el Con­ dicten clase a los alumnos de cursos
greso es un mecanismo complicado y superiores, de modo que la institu­
lerdo. Podemos presentarle detallada ción oficial perezca o languidezca,
y articulada en un anteproyecto de con el consiguiente riesgo pana el
ley nuestra aspiración revoluciona­ Estado adverso, la cultura de los es­
ria. Pero no habrá más remedio que tudiantes no sufra y la Universidad
concederle un plazo prudente para la anhelada vaya surgiendo al margen
sanción requerida. Transcurrido in­ de la voluntad reaccionaria. Claro
útilmente ese plazo, la masa estudian­ que para todo esto, y aunque no es
til se declarará en huelga; pero no el caso de adoptar actitudes épicas,
en huelga habitual, sino en huelga habrá que resolverse a soportar algu­
activa, hasta la obtención de los pro­ nas incomodidades, no por cierto ma­
pósitos perseguidos. Llamo huelga ac­ yores que las que soportan todos los
tiva al abandono de las aulas univer­ días de su existencia los pobres.

— 344 —
LA UNIVERSIDAD Y EL ESTADO
(F U N D A M E N T O S D E UNA N U E V A L E Y U N IV E R S IT A R IA )

por
JULIO V. GONZALEZ
(argentino)
(1934)

L vicio originario de la ley tarse las leyes orgánicas y reglamen­


*• j j j Avellaneda. — La ley 1579, tarias de la instruceión pública.”
que fué dictada en 1885, con Esta substancial alteración de las
bases, hecha por la Constitución pro­
declaración de sji_autoFr-echó sin em­ vincial del 73 y que importaba reem­
bargo"las'bases hasta hoy inconmo­ plazar al viejo armazón burocrático
vibles de la organización universita­ por un ordenamiento estructural, fun­
ria argentina, al extremo de estar a dado en principios lógicos y armóni­
punto de cumplir medio siglo de exis­ cos con los fines de toda institución
tencia inalterable. Su vicio originario universitaria, fué lo que suprimió la
reside en que, comctsesa ley no se pro­ ley Avellaneda.
puso resolver el vasto problema de la 2. — La tesis de Juan María Gu­
cultura, fué creada al margen y con­ tiérrez. — En efecto. La convención
tra la doctrina que, buscando aquel de 1873 congregó en Buenos Aires a
fin, ya existía formulada en 1885. los hombres más eminentes de la pro­
Digo más. La ley Avellaneda signi­ vincia, alteró radicalmente los fun­
ficó un retroceso, en vista de lo que damentos de la Universidad, con los
ya existía estatuido al sancionarse. artículos 34 y 214 de la Constitución
Para demostrarlo quiero partir de un sancionada. Desde la fundación de la
testimoriio que aporta la Universidad de Buenos Aires en 1821, hasta que
de Buenos Aires cuando, en el proyec­ Rozas le retiró los fondos en 1838, x
to presentado el año 1889, a la Comi­ desdé que le fueron repuestos en 1852
sión de instrucción pública de la Cá­ cóñTáTcaída^del Urano, hasta que se
mara de Diputados y después de ma­ promulgó la Constitución de 1873, la
nifestar que en su primera época la Universidad fué, como lo decía en
Universidad “ constituía una depen­ nota oficial el Ministro Malaver al rec­
dencia del Poder Ejecutivo de la pro­ tor Gutiérrez, nada más que “ un im­
vincia’’, agregaba: “ Esta organiza­ portante ramo de la administración
ción duró hasta la sanción de la Cons­ pública” .
titución que la provincia de Buenos El ilustre Juan María Gutiérrez fué
Aires se dió en 1873, la que alteró quien por primera vez, desde el recto­
substancialmente sus bases, al esta­ rado, embandera a la corporación en
blecer las reglas a que debían suje­ la idea emancipadora, que haría cua-

— 345 —
jar poco después la Constitución de tado. Veamos bajo qué condiciones,
la provincia. Su actitud está documen­ pará no tomar la expresión al pie de
tado en el proyecto de reorganización la letra.
universitaria, elevado al gobierno en 3. — Fórmula del Art. 34. — José
1872, a su requerimiento. Manuel Estrada fué en la Convención
Es un alegato enérgico que esgrime el miembro informante de la comisión
una idea audaz para la época. Como especial que redactó en el Art. 34 la
no puedo ni siquiera sintetizarlo aquí, fórmula de la nueva organización uni­
daré sus conclusiones solamente. El versitaria, con la disidencia parcial
rector Gutiérrez le dice al gobierno de Rufino de Elizalde, Este hizo la
que la enseñanza universitaria debe aclaración indispensable para salvar
basarse en su independencia absoluta; el principio institucional del control
que la Universidad debe ser una ins­ del Estado sobre el ejercicio de las
titución libre, sin vinculación alguna profesiones liberales, no obstante con­
con los oficios y profesiones del Es­ venir en la abolición del monopolio
tado; que “ la misión de la Universi­ de la enseñanza superior.
dad no puede ser otra que la de dis­ De acuerdo con estos antecedentes,
pensar “ ciencia” , lo cual no podrá las nuevas bases de la enseñanza su­
conseguirse con la dirección del Es­ perior quedaron echadas en los si­
tado, pues ella la convierte en una guientes términos del Art. 34, que
máquina de fabricar profesionales. transcribo con el agregado introduci­
En punto a docencia, propone “ la ma­ do por la Convención de 1889: “ Las
yor libertad posible al maestro, para Universidades y Facultades científi­
que enseñe según su doctrina y su cas erigidas legalmente, expedirán los
método, y al discípulo para que apren­ títulos y grados de su competencia, sin
da aquello que considere serle útil o más condición que la de exigir exá­
necesario” . Propone la formación del menes suficientes en el tiempo en que
profesorado libre, que “ hará imposi­ el candidato lo solicite, de acuerdo con
ble la estagnación de la ciencia” . el reglamento de las Facultades res­
Se trataba de una teoría bien radi­ pectivas, quedand^ a la Legislatura la
cal, y, sin embargo, no era más que facultad de determinar lo concernien­
el reflejo del estado ambiente. Había te al ejercicio de las profesiones libe­
contribuido a formarlo José Manuel rales” .
Estrada que, desde su “ Revista A r­ Como se ve, la cláusula constitucio­
gentina” , sostenía que “ la universidad nal importaba la manumisión de la
había caducado” , que no era una cor­ Universidad, a la cual se le reconocía
poración, ni siquiera un departamento completa libertad para realizar su la­
administrativo, sino una simple o fi­ bor científica y expedir grados aca­
cina donde un profesor tenía para con démicos sin sujeción a los intereses
el gobierno la relación jerárquica de del Estado, quien, por una ley espe­
un comisario de policía. Es indudable cial, arbitraría los medios de contro­
que Estrada procuraba llevar el agua lar y autorizar el ejercicio d!e las
profesiones. Es decir que la Univer­
para.su molino, buscando la libertad
sidad, una vez reconocida por ley,
de la universidad con la esperanza para lo cual debía ajustarse a las ba­
de hacerla católica frente al Estado ses de organización impuestas por el
laico, pero no por eso dejaba de tener Art. 214 de la misma Constitución,
razón en lo que decía. otorgaba grados puramente científi­
Gutiérrez se adelantó a sostener co­ cos, quedando a cargo exclusivo del
mo rector, lo que habría de sancionar Estado la expedición de los títulos
con su voto de convencional: la uni- profesionales.
versidad debía emanciparse del Es­ En síntesis, el sistema creado por

346
la Constitución provincial del 73, se desde la universidad, la prensa, la
fundaba en los siguientes postulados: asamblea constituyente, el poder eje­
1? Separación entre el título cientí­ cutivo y el parlamento. Tanto más
fico y el título profesional, confun­ exacto es esto cuanto que con poste­
didos hasta entonces, como ahora, en rioridad al año 1885, cada vez que los
uno solo; 29 La Universidad no expi­ poderes públicos hubieron de avocar­
de nada más que títulos científicos; se al conocimiento de la cuestión uni­
39 El Estado se reserva el monopolio versitaria, fueron recogidos los prin­
de los títulos profesionales; 4’ Régi­ cipios de aquella doctrina.
men de concurrencia entre el Estado Las fuentes no se reducen a las
y el ente privado, en la instrucción mencionadas. Existían otras que el
superior. legislador pudo consultar cuando llegó
De acuerdo con este ordenamiento el momento de dictar la actual ley
funcionó la Universidad de Buenos 1579. Debo ceñirme a su simple men­
Aires desde 1874 hasta 1881 en que, ción y no de todas.
con la federalización de la capital de El 29 de julio de 1878, Vicente Fi­
la provincia, pasó aquélla a poder de del López presentó en la Cámara de
la Nación. Al hacerse el traspaso el Diputados de la Nación, un proyecto
18 de enero, la Universidad salió del sobre ejercicio de las profesiones li­
régimen del Art. 34 y volvió a caer berales, declarándolo libre, con excep­
bajo el monopolio del Estado. Cuatro ción de la medicina. Un doble propó­
años después; vendría la ley Avella­ sito perseguía el autor, a estar a los
neda a consumar el hecho que perdu­ fundamentos, con que precedía el pro­
ra hasta hoy. yecto : dar libertad para ganarse la
Es verdad que, prácticamente, la vida con una profesión, sin necesidad
Universidad había seguido siendo la del título científico, y dejar “ para la
misma, a pesar de tan fundamental al­ esfera científica de las universidades,
teración de su régimen institucional, sólo la aspiración de la ciencia por
porque la ley provincial del 16 de la ciencia” . Es decir, lo que ya se ha
agosto de 1875, dictada en consecuen­ visto; título profesional por el Estado
cia del Art. 34, le entregó la tarea de y grado acaüemico por la universidad
tomar los exámenes profesionales por libre. Se' procuraba deshacer “esta
cuenta del Estado, pero no obstante confusión de cosas muy diversas” , co­
los sanos principios quedaron en la mo dice el mismo López.
disposición constitucional, para actua­ Desde las esferas del gobierno salió
lizarse cada vez que la Universidad por aquellos tiempos una voz que insi­
se convulsionaba dentro del estrecho nuaba el reconocimiento de la doctri­
molde de la ley Avellaneda. na emancipadora. Fué la del ministro
4. — La teoría universitaria que no Pizarro, en la Memoria correspondien­
recogió la ley 1579. — Si Avellaneda, te al año 1881. Declaraba, es verdad,
en lugar de preocuparse de ahorrar­ ser peligrosa una “ organización ente­
le tiempo y tarea al Senado nacional ramente autonómica de nuestras uni­
— según su propia manifestación — ; versidades” , pero confesaba, en cam­
si en vez de proyectar una ley “ conte­ bio, que existía un grave inconvenien­
niendo únicamente bases administra­ te en mantener a la enseñanza supe­
tivas” , se hubiese puesto — como pu­ rior bajo la influencia y control de los
do holgadamente hacerlo por su ilus­ poderes públicos, porque afectaba “ la
tración y talento — a echar las bases independencia absoluta en las especu­
orgánicas de la cultura superior, ha­ laciones de este orden, el espíritu de
bría dado al país la ley que sistema­ investigación, libre y exento de las
tizara la teoría universitaria que ha­ trabas con que lo liga la intervención
bíase ya difundido suficientemente, oficial” .

— 347 ~
independencia económica de la Uni­ El proyecto Fernández corrió la
versidad, dotándola de rentas propias; misma suerte de los anteriores: cayó
no de las bases indispensables de orga­ en el vacío y murió en el olvido.
nización interna que evite la absorción 8. — El proyecto del ministro Sa­
de los institutos por camarillas y oli­ linas. — También don José S. Salinas,
garquías, y, en tercer lugar, no dicta ministre de Instrucción Pública du­
normas reglamentarias de los exáme­ rante la primera presidencia de Iri-
nes de Estado. goyen, llevó su aporte para la solu­
En cambio, resuelve lo principal en ción del viejo asunto, cuando la cues­
punto a bases institucionales, tema de tión universitaria fué puesta de nue­
este trabajo: consagra el tan recla­ vo en debate por el movimiento estu­
mado desarrollo libre de la cultura, diantil reformista, iniciado en la Uni­
delimitando perfectamente la función versidad de Córdoba el 15 de junio de
científica de la profesional y separaji- 1918 y difundido a todos los institutos
do el título académico de la patente del país y gran parte de los del conti­
habilitaTTfé para el ejercicio de las nente.
profesiones- El mensaje de Salinas al Congreso
Ésta iniciativa, como tantas otras lleva fecha 31 de junio de 1918 y se
que se ha visto, murió en las carpetas refiere a un proyecto de “ Ley orgá­
del Congreso, sin que fuera ni siquie­ nica de la instrucción pública” . No
ra iniciado su estudio. obstante declararse en los fundamen­
7. — El proyecto del ministro Fer­tos que él tiende a poner las institu­
nández. — El brioso polemista de ciones de la enseñanza nacional, en
1898, “ leader” de la Universidad li­ concordancia “ con los adelantos cultu­
bre, conservó la idea pero modeló su rales de la civilización universal” , po­
extremismo cuando llegado al ministe­ co o nada tiene que ver con ella. A
rio de la Instrucción Pública de la Na­ lo que barrunto — pues ninguna in­
ción, envió también su proyecto de ley formación sobre fuentes trae la ex­
universitaria al Congreso, el 7 de ma­ posición de motivos del proyecto —
yo de 1904. Fué provocado por la gran ha querido inspirarse en el de Mag­
agitación reformista que conmovió a nasco. Tiene sus mismas proporciones
la Universidad de Buenos Aires du­ vastas, abarcando los tres órdenes de
rante aquel año y el siguiente de 1905. la enseñanza; su mismo ordenamiento
Las iniciativas de Juan Ramón Fer­ en títulos y capítulos; su misma enu­
nández y de Osvaldo Magnasco, se meración taxativa de profesiones y
complementan recíprocamente. La de materias para cada una de ellas.
éste es más completa en cuanto trae Responde, en cambio, en el orden
ya el plan de estudios profesionales, institucional de las relaciones entre la
que la del otro reserva a una ley es­ Universidad y el Estado, a un plan­
pecial. En cambio, la de Fernández, teamiento diametralmente opuesto al
construida sobre una línea general de Magnasco. El proyecto Salinas
exclusivamente orgánica, provee a to­ ajusta la máquina monopolizadora del
do lo que Magnasco omitió sobre ré­ Estado en materia de cultura, a tra­
gimen interno. Y aun aporta dos ele­ vés de sus tres grados, especialmente
mentos, anotados recién como ausen­ en el universitario. Con respecto a és­
tes en el de aquel: crea el tribunal de te, no se le hubiera ocurrido nada más
Estado para tomar las pruebas de ido­ completo a Napoleón, cuando creó su
neidad profesional y le otorga inde­ Universidad Imperial.
pendencia económica a la Universi­ La “ amplia autonomía” que otorgó
dad, concediéndole, a título de “ patri­ la ley Avellaneda, lejos de convertir­
monio inalienable” , 50.000 hectáreas se en independencia, como lo venían
de tierra fiscal por cada Facultad. procurando los proyectos anteriores,

— 350 —
desaparece por completo, para uncir proyectos de los ministros Magnasco
definitivamente la ciencia y la cultu- y Fernández.
rra al carro del Estado. Es la peor so­ Los principios del sistema alemán,
lución del problema de la instrucción adoptados por la ley italiana de 30 de
superior que se haya propuesto, por­ setiembre de 1923, coinciden en el
que se aparta de la línea evolutiva tan planteamiento del problema, con lo
claramente marcada por los antece­ que en distintas oportunidades han
dentes nacionales y porque niega los propuesto nuestros estadistas. De
principios que en materia de enseñan­ acuerdo con ellos, debe partirse de es­
za superior, son general y universal­ ta premisa: la función científica es in­
mente reconocidos. conciliable con la de habilitación pro­
Lo único bueno y nuevo que traía fesional. Ella debe desarrollarse con­
el proyecto era la representación es­ forme al uso alemán, sintetizado por
tudiantil en los consejos directivos, los ingleses en esta fórmula: la uni­
por medio de un delegado, entre los versidad enseña y el Estado examina.
seis que formarían el cuerpo. Pero, El examen de Estado es la institu­
asimismo, no importaba el reconoci­ ción reconocida como la más apropia­
miento del principio reformista de la da para solucionar el problema de la
representación funcional. instrucción superior. Por creerlo así
9. — Ju s t if ic a c ió n . —- Me he limi­ y por el acopio de antecedentes argen­
tado en esta ceñida relación de antece­ tinos y de razones doctrinarias que
dentes, al problema de la Universi­ recogí en mi libro “La emancipación
dad en la organización del Estado, de de la universidad” (1929), he plan­
acuerdo con el tema elegido. teado una nueva organización de la
Puede objetarse que no es necesario enseñanza universitaria, sobre estos
ponerse a exhumar viejas cuestiones principios:
que no se han planteado en la agita­ a) Separación efectiva del título
ción universitaria que perdura desde profesional del grado académico, de­
hace dieciseis años. Creo y puedo sos­ jando el primero a cargo del Estado
tener lo contrario. La propia magni­ y el segundo a cargo de la universidad.
tud del asunto exige ir a sus raíces,
ccmo en oportunidad semejante‘ fue­ b) Autonomía real de la universi­
ron Magnasco y Fernández, sin que dad con respecto al Estado liberán­
tampoco pareciera entonces estar el dola de la función burocrática de'ex­
punto en discusión. La experiencia pedir patentes profesionales y otor­
nacional enseña categóricamente, que gándole rentas propias que la inde­
el grave problema de la cultura supe­ pendicen del presupuesto general de
rior no se resuelve sino empezando la administración.
por ahí. c) Libertad de enseñar, mediante
la implantación de un régimen de con­
E x p o s ic ió n d e m o tivo s currencia oficial y privada, conser­
1. — Con el ante-proyecto de que vando, por el examen de Estado, la
soy autor, he procurado organizar la facultad inalienable en éste de habi­
enseñanza pública superior sobre nue­ litar para el ejercicio de las profesio­
vas bases, fundamentalmente diversas nes liberales, e imponiendo el carác­
de las que echó en 1885 la ley Avella­ ter laico que se reconoce a la enseñan­
neda. He consultado para elio los re­ za oficial en la República.
gímenes universitarios europeos — el d) Imposición de principios demo­
alemán, el francés, el italiano — y cráticos en la organización interna
antecedentes argentinos como el del de las universidades, para garantizar
Art. 34 de la actual Constitución de la que ellas, haciendo mal uso de la au­
Provincia de Buenos Aires y el de los tonomía absoluta otorgada, no se

— 351 —
conviertan en corporaciones oligár­ tina concepción del “ demos” universi­
quicas. tario, que consagramos en el Congre­
Reconocido, como unánimemente re­ so de Córdoba de 1918. Son dignas
conocemos hoy todos en el país, que de mención también, las innovaciones
la Universidad en su organización que significan la supresión de toda
actual ha fracasado, porque no realiza asamblea o cuerpo directivo elector;
ni puede realizar su única tarea de la elección de rector por voto general
enseñanza e investigación científicas, y la consulta de los Estatutos por “ re­
suprimo toda declaración inútil en ferendum” .
este sentido, pero pongo en cambio 4. — En el Título III, sobre “ Ré­
a la universidad en situación de ha­ gimen Docente” , dividido en dos ca­
cer aquello o no hacer nada. Creo ha­ pítulos conteniendo la docencia oficial
cer imposible con mi ante-proyecto la y la docencia libre, he recogido todo
actual superchería de realizar una ta­ lo necesario para permitir la función
rea de simple preparación profesional científica de la universidad y, me
con el títu'o de labor científica. permito creerlo, para conducirla a
2. — Así queda fundada la nueva realizar indefectiblemente esta fun­
universidad en los dos capítulos deJ ción. Se exige la labor experimental,
Título I, que, en razón de su conte­ se dan defensas contra el mal pro­
nido, he denominado: “ Régimen Ins­
fesor, incorporando el viejo principio
titucional” . Se establece en él, ade­
reformista de la periodicidad de la
más, como principio importante, la
cátedra y permitiendo la efectividad
enseñanza superior gratuita, a fin de
de la docencia libre. Consagran estas
terminar con el privilegio en favor de
directivas la supresión de los exáme­
los pudientes, prácticamente institui­
nes orales, de los programas, del bo­
do para la alta cultura, y la enseñanza
lillero y de los apuntes.
superior laica, para confirmar el prin­
cipio vigente con respecto a la prima­ Tales son, sumariamente expuestos,
ria y secundaria. los lineamientos generales de mi ante­
3. — En el Título II, que trata sobre proyecto de ley universitaria. Puede
el régimen interno, he recogido to­ ser retocado para ajustar más el sis­
dos los principios de la Reforma Uni­ tema y debe ser complementado con
versitaria, porque los dieciséis años una segunda ley, sobre plan de ma­
que lleva de fructífera existencia este terias para la obtención de los títulos
movimiento de renovación y a pesar profesionales. El proyecto Magnasco,
de su aparente declinación actual, lo al contrario del de Fernández, incluye
imponen incuestionablemente como aquel plan en la misma ley. Estimo
una realidad tan nuestra, tan viva y más apropiado el sistema de Fernán­
tan indestructible que ninguna ley que dez, porque establece delimitaciones
pretenda resolver el gran problema entre una y otra materia, necesarias
nacional de la cultura, podría dejar para dar mayor claridad al régimen
de recogerla y reconocerla como defi­ de enseñanza superior. De cualquier
nitivamente incorporada a la vida de modo, es una ley fácil de dictar, por­
la colectividad. que no hay más que recoger los ac­
Las modificaciones notables que iii- tuales planes de estudio que las Fa­
troduzco en el régimen interno son : cultades tienen para cada carrera.
IáT supresión del desdoblamiento del Mi mayor satisfacción será que esta
cuerpo de profesores en titulares y modesta labor mía, con la que cierro
suplentes, a los efectos de su repre­ el ciclo de mi ideología reformista,
sentación, y el estableciminto de la de despierte interés bastante como para
los egresados, de acuerdo con la prís­ inducir a otros a perfeccionarla.

— 352 —
LA ENSEÑANZA PUBLICA COMO PODER
DOCENTE

por
ADOLFO KORN VILLAFAÑE
(argentino)

(1934)

EÑOR presidente: Existe una pa­


S labra auténticamente universita­
ria que no ha sido pronunciada en
él propongo una reforma de la Consti­
tución, porque entiendo que tenemos
que llegar hasta ese extremo para so­
este Congreso. Me refiero a la palabra lucionar en una forma definitiva el
“ estudiante” , a la cual nadie ha hecho problema universitario argentino; y
referencia concreta y que yo me hago después de haber asistido a las ante­
el honor de pronunciar. riores sesiones, me confirmo en este
Me parece que estamos aquí como concepto. Mi trabajo tiene una rela­
en esos castillos medioevales en que ción directa con una de las ideas fun­
todos los moradores sabían que en él damentales expuestas por el doctor
habitaba un terrible fantasma, a quien Arce y con otra idea fundamental ex­
nadie quería hacer alusión, por temor puesta por el doctor Rivarola.
de que en lugar de aparecer a media Por mi parte, entiendo que la ley
noche sobre las murallas, apareciera Avellaneda debe modificarse; y voy
en pleno día. Yo creo que la mejor a aducir una razón a la que nadie ha
manera de hacer inofensivo a ese fan­ hecho referencia, pero que creo tan
tasma, es invitarlo a que se presente justa y tan jurídica como cualquier
de día. otra.
Bien, señor presidente; al transmi­ En el derecho canónico existe la ins­
tir, entonces, a los profesores de la titución del “ odium plebis” , es decir,
Universidad del Litoral el saludo de que una persona puede ser excelente,
la Facultad de Derecho de La Plata, puede ser la mejor del mundo, para
que represento, señor presidente, que decirlo de una palabra, y sin embargo
quede expresa constancia de que mis puede no ser apta para desempeñar
saludos son también para los estudian­ en una determinada circunstancia el
tes de la Universidad del Litoral. cargo del gobierno. Este criterio se
Poco ambiente, señores, puede te­ aplica también a leyes e instituciones.
ner el trabajo que traigo en este con­ Una ley puede ser muy buena, como
greso universitario, donde un fuerte lo es la ley Avellaneda, puede ser la
sector de opinión considera casi como mejor, pero es indudable que ella se
una herejía hablar de la reforma de encuentra en la situación del “ odium
la ley Avellaneda. Basta decir que en plebis” : el pueblo la rechaza. El pue-
D iscu rso y tra bajo, en el “ C ongreso U n iv ersitario” reunido en R osa rio (Q u into CongTeso
N acion a l de M e d icin a ), 3-9 sept. 1934. A c í a í y T ra b a jos, tom o II.

— 353 — 23
blo universitario pide su modificación, na: de la primaria, secundaria, uni­
y este argumento es tan justo como el versitaria, general, especial, etc.
argumento que dijera que la ley tiene Yo sostengo que esta idea del doc­
tal o cual falla. De manera que quiero tor Rivarola es fundamental y debe
dejar constancia de mi pensamiento ser considerada especialmente por es­
en el sentido de propiciar decidida­ te Congreso, y que esta idea se com­
mente la reforma de la ley Avellaneda, plementa admirablemente con la ex­
simplemente porque la opinión públi­ puesta por el doctor Arce al pedir que
ca de la Universidad así lo exige. La la autonomía de la Universidad se fun­
opinión pública, como lo explica Bry- damente en la autonomía financiera,
ce en su genial libro no puede faltar es decir, en la creación de un fondo
en ningún gobierno, y la opinión pú­ que le dé a la Universidad bienes pro­
blica universitaria son los estudiantes pios que la hagan independiente del
y profesores. Basta que haya una opi­ Poder Ejecutivo.
nión pública decidida y fuerte, inequí­ Ahora bien; un organismo que abar­
vocamente expresada, para que deba que el gobierno total de las tres ra­
ser tenida en cuenta; y tal es tam­ mas de la enseñanza pública y que
bién la marcha del derecho institucio­ disponga de bienes propios que lo ha­
nal de la post-guerra, donde con el re­ gan independiente, a mi juicio debe
feréndum y con el prebiscito se ha he­ revestir la categoría de un poder del
cho una institución jurídicamente or­ Estado, y este es mi proyecto. Sos­
ganizada de esta opinión pública, pero tengo que institucionalmente tal or­
que hoy día es un resorte legislado ganismo no puede tener sino las for­
minuciosamente por la Constitución y mas de un poder de Estado, es decir,
por las leyes reglamentarias. una organización parecida a la que tie­
Entiendo que el organismo cuya ne hoy el Poder Judicial en la Repú­
creación yo propongo es de orden se­ blica Argentina.
cundario, porque es instrumental. En­ Sostengo que esta idea que aparen­
tiendo que de nada vale una nueva ley temente es extravagante, tal vez para
constitucional, si ella no está al servi­ algunos, no tiene nada de extrava­
cio de estos legítimos fin es; y para gante. Yo no creo que haya quien es­
que no haya un equívoco, quiero de­ té dispuesto a renunciar al funciona­
clarar expresamente que los legítimos miento del Poder Judicial. La con­
fines que deben ser servidos por la ins­ cepción de un Estado sin Poder Ju­
titución a crearse, que yo propongo, dicial es imposible para los hombres
son aquellos que el doctor Baldrich cultos de este momento, y sin embar­
expresó de una manera admirable, ha­ go hubo un día en que alguien tuvo
ciéndose intérprete de ideas de toda que proponer la creación del Poder
uña nueva generación, al hablar en Judicial; y esa será la gloria eterna de
forma terminante y clara de cuál es la la Constitución de los Estados Uni­
última función de la Universidad, — dos que, por primera vez en la histo­
sin excluir todas las otras — , en el ria humana, instaló la justicia en su
sentido de propiciar la educación, la propio hogar. ¿Por qué, entonces, no
formación espiritual del hombre ar­ pensar en la posibilidad de que algún
gentino. día la enseñanza pública se instale en
Mi trabajo se encamina a recoger, su propio hogar y no sea ya la sierva
es decir, a hacer precisamente lo ex­ de ese Poder Ejecutivo, que no ha sa­
presado por el doctor Rivarola, cuya bido cumplir con las finalidades que
idea yo no conocía al redactarlo, por tuvieron presente los constituyentes?
eso no la cité, de que es necesario un porque la enseñanza pública en este
organismo que abarque el gobierno momento, a mi juicio, y por culpa de
total de la enseñanza pública argenti­ la ineficacia de los poderes federales

— 354 —
y provinciales, no realiza las finalida­ ción legal bajo cuya máscara funcio­
des que le son inherentes. nan como simples dependencias del
Mi trabajo, que es muy breve, dice poder ejecutivo, que desfoga en ellas
así: su prepotencia electoral y sus favori­
tismos políticos.
CTUALMENTE la enseñanza pú­ La reforma constitucional a reali­
A blica en nuestro país es admi­
nistrada por el poder ejecutivo
zarse para la creación del Poder Do­
cente, consistiría en incluir en el Títu­
sobre la base de las disposiciones lega­ lo Primero de la Constitución Nacio­
nal una Sección dedicada a la Ense­
les dictadas por el poder legislativo y
ñanza Pública.
las disposiciones constitucionales dic­
tadas por ‘las convenciones constitu­ Tratándose de un Poder de Estado
yentes. La fuerza de los hechos ha de índole técnica no sería posible
obligado a revestir la administración adoptar el sistema de la elección direc­
ta para la designación de la persona o
de la enseñanza pública de un carác­
cuerpo colegadio que sea cabeza de es­
ter especial, que evidentemente no le te Poder de Estado. Por nuestra parte,
puede ser desconocido, a saber: la au­ proponemos un cuerpo colegiado de
tarquía propia de los organismos ad­
cinco personas, especie de suprema
ministrativos que dirigen la enseñan­
za pública, ya sean universidades, di­ corte de la enseñanza pública que po­
dría denominarse Consejo Superior de
recciones de escuelas o consejos de la Enseñanza Pública y cuyos miem­
educación. Sobre este tema existe un bros serían designados por la Cámara
importante estudio de Rafael Bielsa de Diputados con inamovilidad por un
publicado en 1926, con el título de “ La período de diez años, sin derecho a
Autarquía de las Universidades” . reelección.
Nuestro proyecto consiste en acen­
tuar de una manera decidida este ca­ De este Consejo Superior de la En­
rácter específico que ya es propio de señanza Pública dependerían las tres
la organización administrativa de los ramas de la instrucción pública: la
organismos que imparten enseñanza primaria, la secundaria y la universi­
pública. Consideramos que no existe taria.
otro procedimiento eficaz para hacer A la cabeza del departamento de la
de la actual autarquía de las institu­ enseñanza primaria podría hallarse un
funcionario denominado Inspector Ge­
ciones docentes una realidad inequívo­
ca, al abrigo de la prepotencia del po­ neral con su cuerpo técnico de aseso­
der ejecutivo, que la de elevarlas' a la res,'de quien dependan todas las es­
categoría de Poder de Estado. Se po­ cuelas primarias en la jurisdicción fe­
drá objetar de que en nuestro país deral, es decir la enseñanza primaria
la autonomía judicial a pesar de su ca­ en los territorios nacionales y las es­
lidad de Poder de Estado ha sido y cuelas creadas por la ley Láinez.
sigue siendo un verdadero mito y que A la cabeza del departamento de la
prácticamente aún los más altos tri­ enseñanza secundaria podrá hallarse
bunales de justicia se arrodillan en ptro Inspector General, acompañado
ocasiones ante el látigo del poder eje­ también de un cuerpo técnico de ase­
cutivo. Pero este argumento es uni­ sores. De este Inspector General de­
lateral desde que sólo demuestra el penderían todas las escuelas secunda­
carácter incipiente de nuestra demo­ rias de la jurisdicción federal.
cracia y señala defectos que el progre­ En cambio a la cabeza del departa­
so institucional hará desaparecer, aca­ mento de la enseñanza universitaria
so a corto plazo. Sobre lo que no cabe podrá hallarse un cuerpo colegiado in­
discusión es que la actual autarquía de tegrado con los Rectores de las Uni­
los organismos docentes es una fic­ versidades argentinas.

- 355 -
Este Poder Docente que propone­ sitaria ; peroda intervención de los go­
mos y cuya estructuración hemos es­ biernos provinciales en la enseñanza
bozado, no sería sin embargo una ins­ primaria es de tal importancia que sus
titución democrática en la plenitud del respectivos Poderes Docentes realiza­
vocablo, si la Constitución no le asig­ rían una misión trascendente.
nara expresamente la obligación de No deja de ser extraordinariamente
impartir enseñanza pública gratuita, interesante constatar que la provincia
primaria, secundaria y universitaria. de Buenos Aires haya creado en los
Esta circunstancia de la enseñanza Consejos Escolares, a que se refiere el
gratuita, que ya existe aplicada a la inciso 5 del artículo 213 de la consti­
instrucción pública primaria y en par­ tución provincial, poderes docentes en
te a la secundaria, debe extenderse a miniatura, integrados por vecinos ele­
toda tarea docente que imparta el Es­ gidos en sufragio popular directo, a
tado. Los aranceles de la enseñanza cuyo cargo queda confiada la adminis­
universitaria significan un privilegio tración local y el gobierno inmediato
económico que af ecta la esencia demo­ de las escuelas del respectivo distrito
crática del país. municipal en cuanto no afecte la di­
rección técnica de la enseñanza. La
Consideramos que la proyectada elección directa en sufragio popular
Sección dedicada al Poder Docente só­ de los miembros que los integran no
lo debe contener la estructura general resiste la crítica de la sana razón.
de esta nueva institución, quedando , En cuanto a las atribuciones de en­
librado a la jurisdicción de las leyes señanza pública que son inherentes a
reglamentarias todas las demás dispo­ los gobiernos municipales debemos de
siciones concernientes a su organiza­ distinguir entre comunas de conven­
ción, administración y orientación; ción y comunas de delegación.
pues el Poder Legislativo no debe ser
despojado de ninguna de las atribu­ Con respecto a las comunas de con­
ciones que actualmente posee con res­ vención, se impone concederles la crea­
pecto a la enseñanza pública. ción de su poder docente municipal
dentro de las condiciones específicas
Todas las leyes reglamentarias que de su carácter de Municipalidades. Es­
dicte el Congreso Nacional deberán ta es la solución sensata para la Capi­
revestir un carácter sistemático y tal Federal y demás ciudades de más
constituirán el Código de la Enseñan­ de doscientos mil habitantes úna vez
za Pública, dentro de cuyas disposi­ que se les reconozca el carácter de mu­
ciones se deberá desenvolver la acción nicipio de convención. La designación
administrativa del Poder Docente. de los miembros de los poderes docen­
Dada la estructura federal del Es­ tes municipales estaría a cargo de los
tado argentino es evidente que los go­ concejos deliberantes.
biernos provinciales, en las condicio­ En cuanto a los municipios de dele­
nes específicas que le son propias, or­ gación, no corresponde reconocerles la
ganizarían jsus respectivos Poderes facultad de organizar un Poder Do­
Docentes y dictarían sus respectivos cente propio; pero ellos pueden, bajo
códigos de la enseñanza pública. En la dirección técnica del respectivo Po­
principio las provincias no organiza­ der Docente Provincial, costear cole­
rían enseñanza secundaria ni univer­ gios o escuelas municipales.

— 356 —
LA UNIVERSIDAD Y EL ESTADO
por
JORGE THÉNON
(argentino)
(1932)

ce. No establezco diferencias entre


C ONVIENE ver en la Reforma
Universitaria dos aspectos que
sin estar desvinculados del to­
gobierno legal o de fuerza, porque
ambos obedecen a las mismos man­
do, ofrecen perspectivas diferentes: datos imperativos de la clase domi­
uno se refiere a las reformas estatu­ nante.
tarias, democratización del gobierno Debemos estudiar entonces las re­
universitario, docencia libre, ense­ laciones forzosas que vinculan la
ñanza práctica, etc. Esto interesa par­ Universidad al Estado, que es fuerza
ticularmente a la clase estudiosa. El organizada para el mantenimiento
otro aspecto de fondo es el que se obligatorio de posiciones. Es necesa­
llama contenido social de la Refor­ rio saber por ejemplo que el pueblo
ma, que tiende hacia una verdadera laborioso no entra ni puede entrar a
socialización de la actividad docente la Universidad. Y aunque nosotros
y científica de la Universidad. pongamos en acción la metáfora de
Si combatimos para lograr o man­ abrir sus puertas de par en par, la
tener el primer núcleo de reformas, Universidad será siempre un recinto
defenderemos solamente intereses herméticamente cerrado, porque la
de un círculo estrecho. Pero si aspi­ sociedad edificada sobre la base del
ramos a ver realizado el contenido privilegio aristocrático cierra la
ideal o de fondo de la Reforma, el puerta de cada hogar obrero y cer­
problema Universitario pasa a inte­ cena de mil maneras diferentes sus
grar un grupo de problemas parcia­ aspiraciones de cultura. Ante esa ver­
les dentro del enorme proceso de re­ dad, significa un sarcasmo terrible
novación integral de la sociedad. afirmar que porque hemos abierto
Fácil es probar que si reducimos las puertas de hierro de las casas de
nuestras aspiraciones a lo poco que estudio, se ha realizado la conquista
se ha logrado hasta hoy, o a lo que democrática de la Universidad.
mediante gran fortuna y tesón pu­ Hasta ahora, lo único que sabe el
diera regalársenos más tarde, pasaría pueblo trabajador es que contribuye
siempre lo que ha pasado ya: el Es­ directamente al sostenimiento de la
tado que ha concedido por la fuerza Universidad. El resto del pueblo si
unas cuantas franquicias contradic­ contribuye también, no lo hace pre­
torias con su finalidad y estructura, cisamente por el trabajo propio sino
se apoderaría de nuevo, por la vio­ por el que expropia, de modo que
lencia, de lo que de hecho le pertene­ no interesa. El pueblo sabe asimismo

— 357 —
que de allí han de salir doctores, nue> privilegiados, sólo a ellos pertenece
va condición de nobleza y privilegia la Universidad y no podrán alentar
Y que mediante su concurso, la Uni* el propósito suicida de empujar al
tersidad sirve al Estado de un nú* proletariado a la cultura superior.
mero imponente de colaboradores 3 Sólo un Estado socialista puede rea­
servidores, los más fieles y eficaces, lizar hasta sus últimas consecuencias
de su técnica y de su derecho. el vasto contenido social de la Re­
Los hechos prueban hasta la evi- forma.
déñCt2"qué la Universidad no puede- Al servicio de una minoría de pri­
ser autonómica, que depende del E s­ vilegiados la ciencia es cómplice del
tado y por su intermedio de la clase, mal, pues es aliada de un grupo con­
dominante que exige a veces por la tra otro y proporciona instrumentos
violencia y otras~véces simecesidácT de exterminio para los pueblos. La
dé ella el cumplimiento de su depen­ última guerra imperialista ha demos­
dencia y vasallaje? Pesé al asombro trado la funesta eficacia de la téc­
puei’il de los “ ignorantes que se asom­ nica científica, desnaturalizados sus
bran” y creían en la independencia fines, pervertidos sus principios, apli­
intangible de la Universidad, el Es­ cada al perfeccionamiento de las in­
tado, llegado el momento, ha ahoga­ dustrias bélicas, sirviendo intereses
do allí la rebelión en germen. de grupos reducidos y rapaces, que
La experiencia nos enseña que la mantienen latente como hábiles do­
utilidad de una lucha parcial es li­ madores el espíritu nacionalista y la
mitada. La Reforma Universitaria agresividad polimorfa de los pueblos.
debe venir de fuera para adentro, y Ellos se apoderan del espíritu huma­
debemos procurar previamente la Re­ no desde los primeros años, modelán­
forma social adecuada a la nueva dolo en las normas rígidas de los
Universidad socializada. dogmas fratricidas como aquellos sal­
Por no haberío previsto así, la Re­ vajes que reducían a formas capri­
forma que creíamos tan segura y tan chosas las cabezas de sus hijos. La
amplia no lo era en verdad, apenas enseñanza de la infancia es tenden­
habia dado los primeros pasos; y ciosa y la escuela está aun más in-
cuando quiso serlo, cuando las inquie­ meditamente que la Universidad al
tudes subversivas del momento uni­ servicio del Estado que vigila la di­
versal penetraron en el corazón de la rectiva uniforme de la educación pri­
juventud estudiosa, la zarpa de la maria.
reacción se abatió sobre la idea y Allí ejercitan en los niños reflejos
castigó sus travesuras en la sombra condicionados: les enseñan a vivar a
de las mazmorras humillantes. la patria y a entonar cánticos guerre­
Debemos ver más claramente y pa­ ros que inflaman el orgullo de casta
sar a la categoría superior de los y de raza. Cantan y no entienden, pe­
“ ignorantes que no se asombran” de ro saben de hazañas guerreras, de
quienes nos habló alguna vez Alfre­ conquistas sangrientas y triunfos he­
do Palacios, pues no debe sorprender­ roicos. Por la exaltación del héroe,
nos que los hechos ocurran de acuer­ aprenden a estimar las cualidades ¿le
do con las leyes y principios que des­ los suyos y a desestimar por ende a
de los fundamentos de la sociedad los demás. Todos los días cuando el
contemporánea determinan la suerte sol se levanta y se acuesta, alinea­
de cada una de sus instituciones. Yo dos como lo estarán más tarde, pro­
pienso, y son muchos los que piensan claman su devoción a los símbolos y
ya así, que mientras el Estado repre­ saludan al sol exclusivo de la pa­
sente los intereses de un grupo de tria. Y luego marchan a la matanza

- 358 -
sin saber por qué y vuelven embrute­ toda la adquisición ulterior. Los otros
cidos o locos, sin sentimientos, sin es­ son un grupo de fracasados que no
tímulos, caravana de hombres tara­ pueden olvidar el tiempo perdido y
dos de regreso, víctimas de una civi­ que no han adquirido un conocimien­
lización paradógica que acrecienta to que los capacite para la lucha
bienes que nunca poseerán y multi­ por la vida. Su único ideal consiste
plica los males por la perfección in­ en el empleo público y parasitan so­
definida de la técnica científica- bre la nación con el monstruoso in­
La sugestión colectiva de los pue­ cremento de la burocracia. El nuevo
blos que marchan enardecidos a la Estado deberá expropiar la dirección
matanza es accionada por esos cantos de los institutos de Enseñanza desde
y esas creencias egotistas. Los gritos la escuela primaria inclusive. No só­
guerreros, el tambor y el clarín, des­ lo el problema de la producción, la
piertan directivas unívocas en los re­ distribución del trabajo y la riqueza
cuerdos comunes de la infancia uni­ debe constituir su preocupación más
formada de los pueblos. Porque esas inmediata sino revisar desde sus ba­
primeras impresiones permanecen y ses más hondas la educación de la in­
su ritmo nos empuja, no sabemos fancia. Modelar en otra forma sus
donde, con un /embrujo, inevitable cabezas, librarlas del yugo y del os­
y fatal. Una nueva forma evolucio­ curantismo, encarnar en ellos los
nada deberá atender la reforma edu­ principios que fundamentan la nue­
cacional en todo su desarrollo si quie­ va tabla de valores sociales.
re sobrevivir, adoptando nuevas for­ Entonces, cuando la estructuración
mas pedagógicas más racionales, que económica de la sociedad experimen­
contemplen ila realidad biológica y te una transvaloración total y el
psicológica del niño y del adolescen­ Estado represente la razón ejecutiva
te. Enseñará al niño el amor al hom­ de los designios de la clase trabaja­
bre. Susurrará en sus oídos los pos­ dora en su más amplia acepción, en­
tulados de los nuevos dogmas huma­ tonces sí se abrirán las puertas de
nitarios, sus cantos dirán palabras la Universidad al pueblo.
tiernas, no magnificarán la concien­ Por eso, cuando ¡decimos que el
cia del poderío local ni fomentarán pueblo puede entrar a la Universidad
el espíritu de supremacía interna­ libremente, no hablamos con clari­
cional. dad. El Estado actual, cuando abre
La Reforma de fuera para adentro la Universidad solo lo hace para
dirigirá pues sus golpes a la educa­ cierta parte del pueblo, para aquella
ción de la infancia y al Colegio na­ que representa. La eliminación de la
cional. Nuestra enseñanza secunda­ otra parte, de la que carece de privi­
ria es vergonzosa y en ella se quie­ legios se hace automáticamente en
bran o se anulan los anhelos juveni­ virtud del determinismo de la estruc­
les. Tampoco el Colegio nacional abre tura económica y ética de la sociedad.
sus puertas al proletariado. El pro­ En la masa social y en el tiempo
letariado tendrá que abrirlas por sí indefinido de su evolución, las excep­
sólo. Después de todo no asegura la ciones individuales no cuentan; y res­
entrada a la Universidad ni adapta ta el hecho incontrovertible de que
la cultura a la actividad de los hom­ mientras el actual régimen social
bres de acuerdo con su vocación. permanezca, la Universidad será un
Salen de sus recintos dos grupos recinto amurallado para el privilegio
de muchachos: algunos ingresan a la de clase.
Universidad, los más sin cultura ade­ En suma, la reforma parcial de la
cuada y con lagunas tales que vician Universidad no puede ser sino de cor­

— 359 —
to alcance, como ha sido probado por lo que hasta ahora conquistó la Re­
los hechos. La Reforma solo es via­ forma, ha permitido a los partidos
ble en su alcance total, en una socie­ políticos más antagónicos en apa­
dad igualmente transformada. La riencia, incluir en sus plataformas
Universidad no puede exigir al Es­ electorales las conquistas inmediatas
tado del que depende, Estado que sal­ de la Universidad. Todo eso es con­
vaguarda intereses de clase, una ra­ tingente. Aún los grupos políticos
zón que esté en pugna con lo que de­ más generosos han escamoteado bue­
fiende. Es ridículo pretender que co­ na parte de lo concedido. El conteni­
existan y se subordinen los valores do social de la Reforma es revolucio­
contradictorios, una Universidad so­ nario y los programas políticos más
cialista al servicio de un Estado bur­ oportunistas no deben seducir al es­
gués o viceversa. Es bueno saberlo tudiante con sus promesas engaño­
para no luchar en vano o para no sas.
descorazonarse, pues esto no signifi­ La Reforma de la Universidad im­
ca que los estudiantes deban desde­ plica, como la Reforma integral de
ñar las posiciones que se ofrecen en la educación, una acción extrauniver­
la lucha diaria. Al contrario. Pero si sitaria en la cual el universitario no
proceden con sinceridad y analizan puede ser sino un valioso colabora­
la hondura y alcance de sus aspira­ dor. Esto es lo que he tratado de
ciones ideales, deben ampliar como poner en evidencia al estudiar some­
individuos el radio de acción de sus ramente las relaciones entre el Esta­
problemas. El significado limitado de do y la Universidad.

— 360 —
EL AÑO MIL NOVECIENTOS DIECIOCHO
Y AMERICA LATINA
por
ANIBAL PONCE
(argentino)
(1927)

ARA los hombres jóvenes que en­ pios que suponíamos mejores; los
P trábamos a la vida entre el ho­
rror de la tragedia europea, la
cruzados de las mismas ideas que ha­
bían presidido al advenimiento de
guerra fué, como decía Guesde, la nuestra revolución.
gran “ liberatriz” , en su sentido más Con el oído tenso a los rumores le­
amplio. Todo lo que de nosotros que­ janos pasábamos los días y los días,
daba atrás de ella, eran adquisiciones junto a la urgencia inmediata de los
pasivas de la infancia, hábitos dóciles libros de estudio, la preocupación in­
de la educación; todo lo que habría de decible de lo que ocurría por el mun­
seguirle, serían conquistas dolorosas do. Voces extrañas nos llegaron muy
de la adolescencia, asombro y entu­ pronto: Rolland, Barbusse, Rusell...
siasmo de los tiempos nuevos. Con la palabra empañada de la emo­
Gracias a ella tuvimos, desde muy ción, los “ precursores” nos revelaban
temprano, la desconfianza del pasa­ todo el horror de la mentira inicua:
do. Se nos había enseñado, entre mu­ nada de guerra por el derecho, nada
chas otras cosas de las cuales en bre­ de guerra por la justicia. Mercade­
ve renegaríamos, el desprecio de la res de un lado, mercaderes del otro;
política y la indiferencia por las cosas hierro y cai'bón, hulla y petróleo. . .
públicas. Y he ahí que entonces, a pe­ Nadie podrá contar jamás la indig­
sar de la neutralidad aparente de la nación y el asco de nuestros corazo­
república, la guerra vivía entre nos­ nes: una cólera sorda nos estreme­
otros, en las calles, en las escuelas, cía, y sólo la evidencia de una gran
en los hogares. Rompía amistades, catástrofe aquietada, un tanto, la sed
desataba vínculos, enardecía pasiones. ardorosa del castigo.
¿Cómo permanecer extraños a aquel Habíamos aprendido a deletrear de­
turbión que nos arrastraba y exigía clamándonos los unos a los otros, des­
una actitud? La tradición liberal de de los bancos del colegio, los prime­
nuestra patria, el viejo amor casi fi­ ros sermones laicos de Ingenieros, y
lial hacia la Francia, el aparente idea­ el fervor idealista en que nos infla­
lismo del presidente Wilson, decidie­ mara encontraba, por fin, la realidad
ron, muy pronto, nuestra adhesión propicia. Teníamos la seguridad ab­
y nuestra simpatía. Creíamos ver en soluta de asistir al derrumbe de un
los aliados los defensores de princi­ viejo edificio carcomido y fuerza era,
P ró lo g o al libro de Ju lio V. G onzález, “ L a R efo rm a U niversita ria ” (2 to m o s ). B uenos Aires.

— 361 —
por lo tanto, empuñar el pico para ra. Para los que seguían, con ojo
preparar, sobre la limpieza de las ex­ atento, la marcha dramática de la re­
planadas, las construcciones futuras. forma, la restauración no fué ni si­
El colegio había quedado a nues­ quiera una sorpresa. Un vicio origi­
tra espalda; vivíamos ahora, en la Fa­ nario había venido con aquélla, y ese
cultad. Para nuestros ojos, ya avisa­ vicio malograba sus frutos más her­
dos, la casa universitaria debía pa­ mosos. Porque si estaba de modo tan
recer hostil y obscura. Extraña a la comprometida era porque había em­
vida que en torno suyo rumoreaba; pezado siendo un movimiento a cie­
dócil instrumento de una clase que gas, un gesto de rebeldía casi in­
por ella pasaba para llegar al poder consciente, un cambio de postura ca­
más fácilmente; tribuna poco sónora si reflejo. Para destruir puede bas­
de profesores envejecidos, incapaces tar el impulso; para edificar es nece­
de auscultar las voces de su tiempo, sario el método. Las revoluciones no
— la Universidad se alzaba desafian­ se imponen en la imprecisión o en la
te como un baluarte de ese mismo pa­ incertidumbre, aunque puedan co­
sado contra el cual nos revelábamos menzar en el desasosiego o la inquie­
en la angustia de la guerra. De Ru­ tud. Pero para triunfar y convertir­
sia llegaba, mientras tanto, un sordo se en hechos, es necesario que crista­
rumor confuso; enorme y vago como licen en las formas definidas de la
el pensamiento de las muchedumbres. idea directriz. .
La negra humareda anunciaría, en Las masas estudiantiles que toma­
breve, la magnitud del incendio, y to­ ron por asalto la vieja universidad no
dos los hombres libres saludaron en carecían, sin duda, de banderas; pe­
ella a esa misma hoguera que, trece ro las enseñanzas del “ novecentis-
años atrás, había puesto una chispa mo” , la “ nueva sensibilidad” , la “ rup­
de luz en los ojos moribundos de Re- tura de las generaciones” , no eran
clús. más que vaguedades que lo mismo
Las llamas que enrojecían a orien­ podían servir — como quedó demos­
te incendiarían, con nosotros, la v ie­ trado — a un liberalismo discreto
ja universidad. Mil novecientos die­ que a una derecha complaciente. El
ciocho, es, para América Latina, el estudiante argentino que acometió la
aniversario de las revoluciones. reforma sabíase arrastrado por el
Lo que ocurrió después en la Uni­ presentimiento de las grandes obras,
versidad es casi historia de hoy. A mas no acertó a definir la calidad
las sesiones tumultuosas de los pri­ de la fuerza que lo impulsaba. Gus­
meros días sucedieron, en breve, los tábale, sin duda, fraternizar con el
triunfos parciales, las victorias, en obrero, participar en el mitin de la
apariencia, decisivas; los seminarios, huelga, colaborar desde las hojas de
la extensión universitaria, la repre­ vanguardia. No se sentía, sin embar­
sentación estudiantil. Con sospecho­ go, proletario; restos de la vieja edu­
sa unanimidad, decanos, consejeros y cación teníanlo apresado todavía, y
profesores se dijeron, muy pronto, aunque a veces se le escuchaba el len­
“ reformistas” . En los discursos aca­ guaje de la izquierda, reconocíase
démicos, en las discusiones del con­ muy bien que era aprendido.
sejo, en las asambleas de estudiantes, El obrero, por eso, lo miró con
no se oían más que profesiones de fe simpatía, pero sin fe ; la burguesía,
en la reforma. con desconfianza, pero sin temor.
Cinco años después, en 1923, la Re­ Con una clara conciencia de sus inte­
forma estaba casi moribunda entre reses, la masa conservadora de la
las manos de la reacción conservado­ universidad lo sedujo con su política,

— 362 —
lo conquistó con sus prebendas, lo co­ quistas del reglamento o del estatuto
rrompió con sus vicios. Clamorosos no son más que instrumentos subal­
paladines de la reforma fueron, así, ternos ante la soberana belleza del
llamándose a silencio; pasáronse otros propósito: preparar, desde la cátedra,
a las filas enemigas con increíble im­ el advenimiento triunfante de la de­
pudicia, y la sana minoría de estu­ mocracia proletaria.
diantes que había puesto en la refor­ Julio V. González, que nos contara
ma toda la ilusión de los veinte años, en un libro anterior las peripecias de
la vió de esa manera convertida en un la revolución universitaria, entrega
fácil trampolín de oportunistas y adu­ hoy al público este su nuevo libro so­
lones.
bre la Reforma. Pocos hombres en me­
La dura lección habrá de serle pro­ jores condiciones para hacerlo: actor
vechosa. La guerra europea, que ace­ prestigioso y teorizador elocuente des­
leró la decadencia de la sociedad capi­ de las primeras horas, no sólo ha dado
talista, ha planteado los problemas a la Reforma su labor y su esfuerzo,
actuales en términos extremos: o sino, tal vez, lo que hay en él más res­
burgués o proletario. La nueva gene­ petable : la rectitud de la conducta.
ración, que se forma en la calle tanto
como en la escuela, y que sabe, por Los estudiantes latinoamericanos
lo mismo, adaptarse mejor al ritmo aprenderán en esta obra — tan con­
de la vida, sólo conseguirá el triunfo ceptuosa en su primer volumen, tan
de la reforma en la inequívoca defini­ vivaz y dramática en el segundo —
ción de sus propósitos. cómo la reforma universitaria tuvo
La reforma dentro de la universi­ orígenes lejanos y profundos, y cómo
dad no puede ser más que un aspec­ para servirla con eficacia y con leal­
to de esa otra transformación que tad, es menester entremezclarse a las
está echando abajo las columnas de la disputas de la plaza pública. Y ya que
sociedad en que vivimos. Toda otra he tenido la honra de ser el prime­
interpretación le haría malograr, una ro de sus lectores, permítaseme sub­
vez más, el generoso impulso que la rayar la ofrenda de este libro a la
alienta. memoria de José Ingenieros, el gran
Los hombres jóvenes que /consa­ espíritu que supo plasmar entre sus
graron a la reforma sus entusiasmos manos la generación de la Reforma y
mejores, conocen ya cuáles son sus que, cuando la vió tendida en línea de
enemigos y cuáles sus aliados, y sa­ batalla, la saludó jubiloso con su pa­
ben también que las menudas con­ labra augural.

II
CONDICIONES PARA LA UNIVERSIDAD LIBRE
(1935)

N una de las páginas más her­ samientos confusos. Pero la vida que
E mosas de su “ Juan Cristóbal” ,
Romanin Rolland nos ha conta­
no se entrega sino al claro mirar, le
había cerrado el paso con su puño
do cómo su héroe volvió una vez de­ de hierro. Ganas de llorar le venían
rrotado y deshecho. El buen mucha­ al muchacho: de llorar con esas lá­
cho había salido al encuentro de la grimas de la derrota injusta que al­
vida con esperanzas enormes y pen­ guna vez hasta el Cid dejó que le co-
D iscu rso en el a cto o rg a n iza d o por la F ederación U niversitaria de C órdoba.

— 363 —
rrieran por las barbas. Y fué en­ tual las intenciones mejores sólo con­
tonces, cuando más agudo era e! do­ ducen a la esterilidad o a la reacción
lor y más amargo el gusto de ceni­ cuando no se acepta la hegemonía in­
za, que Romain Rolland le habló de discutible del proletariado.
esta manera: “ Sufre, mi buen mu­ Semejante transformación funda­
chacho; sufre un poco, poroue una mental no implica, de ninguna mane­
derrota no viene mal cuando se es ra, la renuncia a los grandes ideales
fuerte” . que dieron al movimiento del 18 su
Así también nuestro buen Juan vasta repercusión americana; pero en
Cristóbal, que hace diecisiete años se vez de perseguirlos casi a ciegas por
lanzó a la conquista de la Universi­ caminos imposibles, se sabe ahora con
dad señorial, llevaba en el corazón ilu­ absoluta certidumbre cuáles son las
siones sin medida, y en el espíritu condiciones previas que es necesario
las doctrinas más dispares. ¿Cómo realizar. ¿ Cómo alzar el edificio de la
extrañarse entonces de que al andar Universidad futura en esta sociedad
de pocos años la realidad americana actual que detiene el avance de las
le cortara el camino, le rompiera las técnicas, que niega a las masas estu­
a r ma s y le estrujara los sueños? diantiles el derecho a la cultura, que
Aquel fuerte muchacho, a quien no las rechaza de plano bajo el pretexto
faltaba por cierto el ardor combati­ del examen de ingreso, que las per­
vo, tenía sobre el mundo y la política sigue en las casas de estudio con aran­
las ilusiones más extrañas. Creía que celes monstruosos, que alarga innece­
la juventud tenía un valor en sí; sariamente los estudios para impedir
que la historia era un choque perpe­ que salga de manos de la burguesía
tuo entre generaciones “polémicas” y el monopolio de la cultura y de la
generaciones “ cumulativas” ; y que ciencia? ¿Cómo construir el “ hom­
bastaba por tanto desalojar de los bre libre” en esta sociedad actual que
claustros a los envejecidos y arrojar sólo piensa en la guerra como solu­
del gobierno a los mediocres, para que ción de su crisis y en el terror del
empezáramos a vivir la “hora ameri­ fascismo como único sistema para
cana” . No confiaba para eso en el prolongar durante un tiempo una" do­
único auxilio de sus fuerzas. En la ca­ minación que ya ha concluido?
lle y en la plaza había descubierto a La “ nueva Universidad” a la que
un aliado formidable: el aguerrido y todos aspiramos, el “ hombre libre” ,
brioso proletariado americano. Pero cuya existencia queremos hacer una
aunque fraternizaba con él, y decía realidad sobre la tierra, exigen como
compartir sus ideales, le disputaba condición primera la transformación
de hecho los puestos de comando y radical de esa sociedad sin alma. La
hasta pretendía esclarecerlo con su Universidad nuestra será libre cuando
propia doctrina de las “generaciones” . las masas americanas hayan conquis­
Desdichada teoría y candorosa fatui­ tado también su libertad; cuando des­
dad a las que debió en buena parte pués de confiscar los latifundios, arro­
su derrota. Mías, como había en él jar a los banqueros invasores, y aplas­
voluntad de pelea, y corazón de so­ tar al enemigo de tantos siglos, em­
bra, aquella derrota le curó de ilu­ piecen a construir desde los propios
siones y le hizo entrar por los ojos cimientos la única sociedad en que
el crudo dramatismo de la realidad podrán vivir la Universidad “ nueva”
contemporánea. En las prisiones y en y el “hombre libre” . Esa Universidad
el destierro comenzó a sospechar que y ese hombre no son las viejas ilu­
las luchas de clase son las que dirigen siones de otro tiempo que se presen­
la historia, y que en el momento ac­ tan ahora remozadas. Sobre la sex-

— 364 -
ta parte de nuestro globo son ya una Con otra doctrina, con otros mé­
fresca realidad viviente. He tenido la todos, siguen pues en pie los ideales
fortuna de pasar por esas aulas, de de la Reforma. Pero las masas estu­
compartir la vida de esos hombres. Y diantiles que le dieron en otro tiem­
bien, amigos míos: todo lo que nos­ po el gesto iracundo y el ardor de lo
otros anhelamos desde hace t a n t o bélico, han ganado ahora en ampli­
tiempo, todo lo que algún día aspira­ tud, en decisión y en experiencia. Si
mos a ver con nuestros propios ojos ayer la Reforma tenía como telón de
en esta Argentina del cariño entra­ fondo la democracia evangelista de
ñable, marcha ya con paso firme en Wilson, tiene hoy — debe tenerlo —
la primera de las patrias proletarias. las acciones conjuntas del frente an­
El enorme tesoro acumulado por la tifascista. No agradeceremos bastan­
labor de siglos, está al alcance de la te al valiente proletariado de París es­
mano que lo quiera. Abiertos están ta formidable lección que nos ha da­
para todos los laboratorios y las fa­ do: el fascismo no es un proceso so­
cultades, los institutos y las escuelas, cial inevitable, una etapa cruenta y
Y mientras en el resto del mundo el trágica que es ineludible atravesar.
estudio desfallece y la investigación El fascismo, por el contrario, detie­
se agota, casi no hay allí un solo día ne su marcha o se bate en retirada,
en que no se registre un nuevo» triun­ cuantas veces encuentra a su paso, en
fo sobre la naturaleza. Emocionante actitud de batalla, la unión inconmo­
espectáculo el de aquella sociedad que vible de todas las izquierdas. En el
ha encontrado por fin “ el hombre per­ momento en que vivimos, la forma­
dido” , y en la cual la cultura no es ción de ese frente es una condición vi­
privilegio de nadie porque primero tal para nuestra propia causa. Por­
extirpó el privilegio económico. que el fascismo no sólo es la guerra,
i Significará esto renunciar a la lu­ el terror y la miseria; el fascismo es
cha dentro de la Universidad hasta también la cultura extrangulada, la
que llegue triunfante el día del Adve­ Universidad convertida en un cuar­
nimiento? Sería suicida semejante ac­ tel, la inteligencia envilecida y muda.
titud. Nada ocurre en la historia de De nosotros depende que esa ignomi­
manera mecánica. nia se instale o no en nuestra his­
Somos los hombres los que la va­ toria ; de nosotros depende que la cul­
mos haciendo con nuestros actos, y tura humana no se esterilice aquí du­
de nada serviría saber que están con rante quién sabe cuántos años.
nosotros las fuerzas del porvenir sino Sonrieron los profesores de Alema­
les saliéramos al encuentro con el con­ nia cuando el vjejo Engels afirmó
tinuo combate. No hay una sola rei­ que el proletariado era el heredero
vindicación estudiantil, por minúscu­ legítimo del pensamiento clásico.
la que sea, que no merezca la acción Pocas cosas más tristes que la son­
más tesonera. Porque lo grave y lo risa de ciertos, mandarines. Mientras
serio no es el arancel éste o el regla­ el mundo hierve y las masas que su­
mento aquél. Lo grave y lo serio está fren rumorean, ellos dicen vivir de
en saber que detrás de esas cosas en cara a lo absoluto, entre los valores
apariencia tan pequeñas vienen pre­ eternos y las esencias diáfanas. Mas
parando su ofensiva las fuerzas so­ tan pronto un tirano les pone en las
ciales enemigas, y que es necesario espaldas su bota de hierro, siempre
por lo mismo movilizar las grandes hay un Gentile para las mesnadas de
masas para montar día y noche la Mussolini, siempre hay un Heideg-
guardia vigilante. ger para los incendiarios de Hitler.

— 365 —
Y bien mis camaradas: En este nuevo puede por eso asegurar al hombre la
aniversario de un movimiento estu­ plenitud de su desarrollo. En el fren­
diantil que se propuso nada menos te resuelto de todas las izquierdas
que echar las bases de la cultura nue­ tiene, como ninguna, el derecho de
va, hagamos nuestras una vez más las ocupar su puesto en la vanguardia.
palabras de Engels, bajo la sonrisa Como ninguna también sabe con ab­
de.nuestros mandarines. El proleta­ soluta claridad qué es lo que quiere
riado sí es el heredero legítimo de la y a dónde va. Quizás por ello no jue­
cultura humana porque siendo entre ga nunca con la revolución. Pero cuan­
todas las clases sociales la única que do la toma por bandera la conduce
no aspira a perpetuarse como clase, hasta el fin entre sus puños cerrados.

— 366 —
FUNDAMENTACION JURIDICA DE LA REFORMA
UNIVERSITARIA
por
CARLOS COSSIO
(argentino)
(1927)

Alcance del concepto de lo jurídico

L derecho universitario, no como ra expresar la esencia de todo el nue­


E el antiguo fuero, sino como la or­
ganización institucional de eso
vo derecho universitario. Porque,
efectivamente, no se trata de una me­
que llamamos Universidad, es algo de ra participación, en la vida de la uni­
cuya existencia y necesidad no es da­ versidad, que puede ser pasiva; ni
ble dudar. El derecho universitario es de una simple colaboración en con­
el régimen jurídico de la Universidad cordancia de voluntades; sino de to­
en cuya virtud la materia social o da una fluctuación armónica y desar­
elemento humano asociado por y pa­ mónica: de una constante, áspera e
ra el trabajo universitario, se confor­ impetuosa como la juventud misma,
ma de algún modo ordenándose teo­ que carga de una tensión variable to­
lógicamente. do el nuevo derecho universitario,
Según esto, la ley y el estatuto que por cuanto es fuerza funcionalmen­
la reglamenta, con ser las principa­ te integrada al mecanismo, que aho­
les fuentes del derecho universitario, ra existe como tal en la medida que
están lejos de agotar su concepto. conserva su carácter de totalidad.
Caen también dentro de éste los re­ Ordinariamente se circunscribe la
glamentos, ordenanzas y en general ingerencia estudiantil al gobierno de
toda norma, escrita o no, que dé al­ las Facultades. Pero esto revela una
guna forma al elemento humano in­ consideración parcial y asistemática
tegrante del concepto de Universidad. del asunto. Todas las nuevas institu­
Esto es, que organice de algún modo ciones, cada una en su función pro­
su materia social. pia, traducen la presencia del nuevo
elemento institucional. La asistencia
libre a clase, por ejemplo, es el mero
II reconocimiento de la voluntad estu­
La ingerencia estudiantil diantil como integrante del concepto
de clase, subordinada, desde luego, a
En este sentido ninguna expresión una nueva última finalidad pedagó­
mejor que ingerencia estudiantil pa­ gica ; pero en cuanto institución sim­

— 367 —
plemente, la asistencia libre es dicho a este concepto. Pero la ingerencia
reconocimiento y nada más. La ins­ no pasa de ser un concepto orgánico.
cripción obligatoria de los estudian­ Esto es, ella sólo tiene existencia en
tes en un centro, es la ingerencia mis­ el plano jurídico de la Universidad.
ma en su forma más general. El^ exa­ Carece de sentido no bien la referi­
men, precedido de una exposición li­ mos directamente a la materia uni­
bremente hecha por el examinando, versitaria o a su última finalidad pe­
se conforma, de este modo, para per­ dagógica. Con esto se fundamenta su­
cibir lo individual del estudiante re­ ficientemente la afirmación de que,
conociendo su personalidad. Hasta si bien la ingerencia no es toda la
la misma docencia libre, que parece­ Reforma Universitaria, es en cambio
ría interesar sólo a los profesores, toda la Reforma jurídicamente con­
permite al estudiante transformarse siderada. O dicho de otro modo es el
en profesor; lo que es organizar el fin jurídico de la Reforma Universi­
antaño cerrado e intangible cuerpo taria.
docente, reconociendo la ingerencia Pero no bien se ha determinado,
estudiantil. por la observación sistemática, la
La observación metódica de todas generalidad del concepto de ingeren­
las instituciones de la Nueva Univer­ cia, y por el análisis lógico, su carác­
sidad pone de relieve un alza del ele­ ter jurídico, ambas determinaciones
mento estudiantil. Y más que un alza nos colocan frente al problema del
una verdadera aparición en la vida justificativo moral de la ingerencia
jurídica de la casa de estudios. Fren­ misma. Salimos pues del plano de su
te al viejo régimen, donde ál estu­ existencia en la realidad de la vida
diante se anulaba con una incapaci­ social universitaria, para buscar el
dad absoluta de derecho universita­ punto por donde se afirma como un
rio ( ! ! ) , el nuevo consagra el re­ valor universal (valor jurídico se en­
conocimiento de su personalidad uni­ tiende), y superhistórico por consi­
versitaria. No se trata de una dis­ guiente.
tinta proporción entre la interven­ La ingerencia estudiantil es sim­
ción universitaria de profesores y plemente el reconocimiento de la per­
alumnos, con respecto al viejo esta­ sonalidad universitaria del estudian­
tuto. Es más que una transpolación te. Y personalidad no quiere decir
de factores. Es una transvaloración cosa con oídos. “ La personalidad es
en sentido cabal- Es una verdadera la libertad de un ser racional í 1) .”
creación de un nuevo régimen, por Personalidad es vida determinándose
cuanto se determina con un elemento conscientemente. La ingerencia es el
que no registra ningún germen ni reconocimiento de que el alumno es
antecedente en el antiguo. Concep­ un fin y no un medio. Por otra par­
tualmente existe, pues, una diferen­ te, se recordará, la finalidad especí­
cia absoluta entre uno y otro. fica toda enseñanza superior es la
Un riguroso análisis sistemático' formación de la personalidad. Pero
demuestra que la clave de esta trans­ sólo se puede dar forma a aquello
valoración está dada por el concepto cuya existencia se reconoce de ante­
de ingerencia. Este es, pues, un con­ mano, como que la enseñanza secun­
cepto propiamente fundamental; las daria está entre la primaria y la su­
nuevas instituciones universitarias perior para despertar la personali­
no se definen las unas con relación dad que ésta presupone en sus fines
a las otras, sino todas con relación educacionales- Por donde se eviden­
(1 ) K a n t : C’ rit. de la R. p rá ct., 167 y 168.

— 368 -
cia la contradicción inmanente en to­ ser considerado universitariamente
da valoración negativa de la inge­ como un fin en sí y no como un me­
rencia estudiantil en la vida univer­ dio para justificar la acción del pro­
sitaria, ya que ello sería negar ju­ fesor. Por ella, y sólo por ella, el al­
rídicamente, por un lado, la persona­ ma estudiantil se refunde en el alma
lidad del estudiante que se reconoce, universitaria. Por ella, en las activi­
por otro, en toda la enseñanza uni­ dades comunes a profesor y alumno,
versitaria, en cuanto ésta se define se puede erigir la norma individual
como universitaria. universitaria, en norma universal
Y la consonancia entre el concepto universitaria. Y por ella, en las ac­
de Universidad y la vida, es decir, la tividades diferentes, puede formular­
comprobación experimental de las se en ley la limitación de las liber­
anteriores afirmaciones, puede ser tades de uno y otro, de tal modo que
recogida, sin mengua de buscarla en ambas coexisten salvando sus notas
toda la historia de Occidente, en el diferenciales. Porque mal podría eri­
reconocimiento legal de personalidad girse en universal una norma cuando
cívica a todo argentino mayor de no existe la posibilidad de tenerla;
diez y ocho años, frente al promedio y esto es la ingerencia. Y peor pue­
estadístico de la edad universitaria. den limitarse dos libertades, la una
Porque no es dable aceptar una me­ por la otra, cuando sólo se reconoce
nor trascendencia de los problemas la existencia de una. Y aquí también
políticos nacionales respecto de los la ingerencia. Con lo- que salimos ya
problemas políticos universitarios de su concepto puro, para llegar a la
(en sentido amplio), ni la desapari­ fundamentación de la teoría funcio­
ción de la personalidad del ciudada­ nal.
no por el solo hecho de ingresar a
la Universidad. III
Fundamentada éticamente la inge­ Las funciones de la materia social
rencia como el derecho del estudiante universitaria
a participar de un modo activo en
la vida de la Universidad, toda refuta­ Por encima de todo sofisma, toda
ción de índole empírica basada en al­ enseñanza, y la universitaria de con­
guna reglamentación desacertada o siguiente, se reduce a enseñar y
en algún vicio aparecido con el nue­ aprender. Términos rigurosamente
vo derecho, como el electoralismo por complementarios, pero no por eso me­
ejemplo, carece completamente de nos irreductibles entre sí. Esta doble
eficacia. Resbalará sin afectar la mé­ afirmación, cuya evidencia no es dis­
dula del fundamento, dado el carác­ cutible, es el reconocimiento de la
ter superhistórico de éste. O sea por­ existencia de dos funciones sociales,
que el conjunto de sus aplicaciones por lo menos, en la vida de la univer­
concretas no agota el conjunto de sus sidad. Por donde se ve de paso tam­
aplicaciones posibles. bién aquí, el error de circunscribir
Por último, el carácter jurídico de al gobierno de las Facultades, los
la ingerencia permite comprender la problemas de la teoría funcional.
compatibilidad entre la igualdad mo­ La irreductibilidad de una función
ral de profesor y alumno, que ella a la otra, y viceversa, patentiza la
crea, y la diversa situación de dere­ desnaturalización que sufre toda edu­
cho entre uno y otro, que fluye de cación no bien se subordina, artifi­
las diferentes funciones educaciona­ cialmente, un término a otro, creán­
les respectivas. La ingerencia estu­ dose el primado del maestro o el pri­
diantil se alza como condición sine mado del discípulo en el sistema pe­
qua non para que el alumno pueda dagógico- Y la complementariedad

— 369 — 24
absoluta de los mismos hace ver, con dagógico de s in t e s is funcional. Cri­
. mayor fuerza aún, la imposibilidad terio que se afirma en toda la Re­
de eliminar uno u otro como solución forma Universitaria y que es la co­
educacional del problema pedagógico. lumna vertebral de su pedagogía mu­
Conservar sintéticamente las dos cho más propiamente que los nuevos
funciones educacionales es, pues, el métodos, como que éstos se circuns­
único criterio sostenible de toda pe­ criben al determinado aspecto de la
dagogía. Pero no puede afirmarse tal enseñanza que llamamos investiga­
cosa cuando una de las funciones ha ción y para un determinado grupo de
sido encerrada en un molde entera- ciencias.
imente rígido, desde que siendo la Al organizar el gobierno de la Uni­
educación, vida, ésta es por esencia versidad como una representación
plástica e inestable. El régimen ins­ funcional, no se ha hecho, según es­
titucional m á s en la U n i v e r s i d a d d o n ­ to, sino extender hasta esta zona, el
de cada a lu m n o tie n e p e r s o n a lid a d , criterio orgánico que la venía reorga­
debe de ser tan elástico, en su me­ nizando desde abajo. Premisa, para
canismo interno, como sea necesario ello, ha sido la afirmación de que el
a las dos funciones educacionales pa­ gobierno de un instituto pedagógico
ra expresarse lib r e m e n te , en la exac­ debe organizarse también de acuerdo
ta medida de sus variaciones vitales. a un criterio pedagógico. Premisa cu­
Así se conoce ahora por qué resul­ ya demostración se resuelve con la
taron insuficientes a la Nueva Uni­ sola reflexión sobre el rol e influen­
versidad, las instituciones de la Vie­ cia de todo gobierno en la vida del
ja. Esta crujió en su régimen peda­ ente gobernado. Premisa que afirma
gógico porque la rigidez de su meca­ suficientemente el inmanentismo de
nismo coartaba la libre manifesta­ todo verdadero concepto de gobierno.,
ción de la función educacional resi­ Y premisa que, por último, evidencia
dente en la estudiantina y creaba, una vez más el íntimo maridaje en­
por lo tanto, el primado del m a g is t e r . tre la ingerencia y las funciones uni­
La clase de asistencia obligatoria, por versitarias, en el sentido de que si
ejemplo, no dejaba ningún margen a éstas son el reconocimiento de las
la expresión de la libertad del alum­ personalidades que hacen la vida uni­
no, en la medida en que tal clase re­ versitaria, aquélla es la expresión de
sultara educativa. El viejo examen tal reconocimiento. O de otro modo,
sólo se arquitecturaba en vista a la si se reconocen a profesor y alumno
libertad del profesor para inquirir, como fines en sí, ingerencia es el me­
sin advertir que tan indispensable co­ dio de tal reconocimiento.
mo ello, para formar un verdadero También, como corolario, de la
criterio, era la libre expresión del complementariedad del enséñar y el
examinando. Y sólo como, un error aprender, se hace una exigencia la
al interpretar al respecto el nuevo igual representación, en el gobierno
criterio, se comprende la ordenanza universitario, de ambas funciones.
de las dos bolillas, que cae en el pri­ La discusión motivada por la teo­
mado del alumno, inhibiendo la li­ ría funcional en la Nueva Universi­
bertad del profesor sin conseguir dad, no se ha planteado con la gene-
expresar la del alumno. El seminario realidad expuesta, y parece difícil que
y el estudio práctico son puros pro­ puedan sostenerse, en tal terreno, las
ductos de la libertad de expresión del viejas huestes- Encontrarían el insal­
aprender en la Nueva Universidad. vable bloque de la moderna ciencia
Y así. con un análisis bien fácil, ve­ de la educación. El debate, por lo me­
mos en cada una de las nuevas insti­ nos hasta ahora, se ha circunscrito
tuciones la pujanza del criterio pe­ casi al plano del gobierno universita-

— 370 —
rio. Los términos teóricos del pro­ do históricamente en Alemania, no
blema han sido expuestos más arriba, se ha dado en la República Argentina.
con evidenciar la contradicción fun­ Hubiérase necesitado, para ello, que
damental que hay entre presuponer el cuerpo docente respondiese al re­
personalidad a todo estudiante uni­ pertorio de ideas e inquietudes de una
versitario, desde que se lo llama uni­ conciencia novecentista, a fin de que
versitario, y desconocérsela en la or­ la materia social de la Nueva Univer­
ganización jurídica de la institución. sidad pudiese formarse deontológica-
Pero ¿son tan claros los términos mente en el siglo de su destino, y,
históricos ? por lo tanto, hacer converger la su­
ma de sus actividades libremente
desarrolladas, en la obra de restaura­
IV ción nacionalista que la define.
No es tal nuestro caso. Los docu­
Los términos históricos del problema mentos de la Revolución Universita­
ria han proclamado uniformemente,
Todos los documentos de la Revo­ y con harta razón, que la juventud
lución Universitaria, sin ninguna ex­ revolucionaria era portadora de una
cepción, han afirmado la ingerencia nueva ideología. El cuerpo docente
estudiantil en el gobierno, con rigor, de la universidad argentina, de modo
constancia, claridad y acabamiento casi unánime, está rezagado en un
de concepto no igualados por ningu­ positivismo spenceriano. Desde allí
na otra institución. El carácter re­ ve la biología, el derecho, el arte, la
volucionario más que progresivo del religión, la sociedad. Juzgúese cuán
desarrollo de la Reforma, y el carác­ grotesca le parecerá tal perspectiva
ter jurídico más que pedagógico del a un Natorp, un Rickert, un Croce
gobierno de la universidad, explican o un Bergson- Aun el propio positi­
suficientemente este hecho a estar a vismo marxista es ajeno a la univer­
la doctrina del idealismo histórico. sidad. ¡ Qué decir de la filosofía cien­
Pero, a pesar de aquello, puede con­ tífica que viene, desde Cohén y Ric­
cebirse perfectamente un distinto ré­ kert, ininterrumpidamente dando
gimen de gobierno para la Nueva cuenta de nuestros problemas en una
Universidad. En varias universidades formidable superación de cultura!
alemanas los estudiantes han recha­ Pero hablemos en fechas. El marxis­
zado la participación gubernativa que mo hizo carne en la ideología del
se les ofrecía, O ). Puede aceptarse mundo con la aparición de El Capi­
muy bien un régimen gubernamental tal, año n1867 : sesenta años de vejez
sin representación estudiantil y sin para la docencia argentina. El criti­
que sufra por ello la función social cismo trascendental hizo carne en el
de la Nueva Universidad. Ciertamen­ pensamiento universal con La funda-
te que este régimen no satisfará ya mentación de la ética por Kant, de
totalmente las exigencias de la ra­ Cohén (1877). Y con la obra de
zón teórica y que se habrá roto así Stammler, Economía y derecho se­
la integridad de un sistema, con el gún la concepción materialista de la
perjuicio inherente a toda mezcla de historia (1896), desapareció para
principios heterogéneos. Pero no siempre la interpretación marxista
por eso sería menos posible que que­ de la vida: treinta y un años de
dara incólume la función social de la muerte para la docencia argentina,
Nueva Universidad. encastillada aún en el fácil solaz de
Mas esta posibilidad, que se ha da­ los Primeros principios. ¿Cómo ad-
(1 ) A n t o n io H e r rer o , A lfre do L . P a l a c io s , p á g . 70.

— 371
mitir, entonces, que en ninguna for­ versitario exigen la presencia estu­
ma y bajo ningún pretexto se elimi­ diantil en el gobierno de la Univer­
ne del g'obierno universitario a la sidad, en nombre de esa restaura­
fuerza ideológica que representa pre­ ción nacionalista, de la cual sólo los
sente y futuro a un tiempo? Los tér­ jóvenes propiamente tales pueden ser
minos históricos del problema uni­ los intérpretes auténticos

LA REFORMA UNIVERSITARIA Y LA REACCION

(1930)

Tyr INGUN reaccionario ha discuti- dalidades de su curso, iban informán­


do en sí los principios de la Re­ dolos por fragmentos.
forma Universitaria y no existe Así, por ejemplo, con motivo del
ninguna exposición sistemática de la décimo aniversario de la Reforma es­
Reacción, lo que se explica por cuan­ talla en Córdoba ía huelga más ejem­
to ésta jamás ha puesto en discusión plar de todo el movimiento; huelga
el sistema de la Vieja Universidad. que careció de toda causa accidental,
Toda la literatura reaccionaria, que que se llevó a cabo deliberadamente
con el aporte de la prensa diaria es con uno de los programas reformis­
más copiosa que la reformista, se li­ tas más completos que hayan salido
mita a las discusión teórica de las de la acción directa, que puso a prue­
mejoras o a sus antecedentes en la ba. el desinterés estudiantil al perjudi­
Universidad argentina o, lo más fre­ carlos con la clausura de la casa y que
cuentemente, a la crónica de los he­ contó con una unanimidad de parece­
chos violentos, doblemente parcializa­ res estudiantiles realmente extraordi­
dos, por cuanto se quiere responsabi­ naria. El hecho sorprendió a los do­
lizar de ellos exclusivamente a los re­ centes, quienes nombraron una Comi­
formistas y por cuanto están expues­ sión de Vigilancia para estudiar el pe­
tos bajo la más completa confusión titorio estudiantil. El dictamen de es­
entre Revolución Universitaria y Re­ ta comisión, que traduce un estado de
forma Universitaria. conciencia del profesorado argentino
De la inconsciencia que estamos en general, prueba terminantemente
haciendo notar ha resultado un he­ lo que veníamos diciendo. He aquí sus
cho sorprendente que habla bien po­ partes principales:
co de la capacidad para la dirección “ Las innovaciones propuestas com­
pedagógica — no de la técnica — de prenden las bases orgánicas y peda­
los profesores universitarios en gene­ gógicas de la Universidad y en am­
ral: Que después de casi doce años bos aspectos penetran los cimientos de
de lucha por la Nueva Universidad la cultura social del país, los de su or­
ha resultado, para ellos, una sorpre­ ganización política, su porvenir rela­
sa la ambición de la Reforma; am­ cionado con el desarrollo de los cono­
bición sobre la que tan poco habían cimientos científicos y su bienestar
reflexionado que opinar sobre ella vinculado al ejercicio de las profesio­
hubiera significado improvisar. .. a nes liberales. Tienen así mayor im­
pesar del tiempo que dura el movi­ portancia para la Nación por las con­
miento. Porque, naturalmente, la diciones en que desenvuelve su vida,
propia duración de éste y ciertas mo­ que los que motivan en los países eu­

- 372 —
ropeos la preocupación constante de bierto, sea en formas no por más di­
los pedagogos y de los estadistas, ma­ simuladas más pacíficas. Los refor­
nifiesta en abundante bibliografía, a mistas han afirmado siempre un cri­
diario acrecida, y en actos de gobierno terio de superación universitaria, en
de trascendencia notoria” . tanto que los reaccionarios han afir­
“ Descontando el carácter subversi­ mado a lo más un criterio de mejora­
vo de la actitud y las formas de su miento. Los reformistas han busca­
presentación, incompatibles con el dig­ do una transformación absoluta y
no ejercicio de la autoridad legal que esencial de la Universidad; los reac­
el Consejo superior ejerce y con el cionarios a veces han llegado a una
prestigio moral anexo a sus funciones mejora intrínseca de ciertas institu­
y a su conducta, la magnitud, comple­ ciones envejecidas. Los primeros han
jidad y trascendencia del asunto tor­ tocado su función social; los segundos
naba inadmisible la improvisación que no. La Reacción ha tenido su fuerza
aparte de su ineficacia hubiera atraí­ más poderosa en el profesorado, cuya
do sobre el Consejo la tacha de mani­ gran mayoría le pertenecía, lo que a
fiesta informalidad” (*)• la luz del idealismo histórico se ex­
Con estas palabras, realmente deso­ plica por estar integrado por hombres
ladoras para el profesorado, termina de la pasada generación histórica. Los
este dictamen, aconsejando estudiar reaccionarios en general no han visto,
con más tiempo estas cosas tan impor­ en la Reforma Universitaria, una cri­
tantes y tan insospechadas. Lo cierto sis de la Universidad, sino una crisis
es que, con mayor o menor claridad, de la disciplina universitaria (-), lo
los estudiantes han planteado a las au­ que revela cuán lejos estaban los pro­
toridades reaccionarias situaciones fesores de las inquietudes, anhelos, co­
parecidas. En el conflicto de la Fa­ rrientes espirituales y autores extran­
cultad de Derecho de Buenos Aires, jeros que trabajan el alma de los jó­
de 19 de diciembre de 1929, los peti­ venes que ellos debían educar; distan­
torios elevados al rector-interventor cia que se acusa documentalmente en
por el Partido Unión Reformista son el hecho de que los numerosos pro­
igualmente modelos. Pero hasta la ti­ yectos presentados a los Consejos di­
morata prudencia de la Reacción no rectivos por los representantes estu­
ha producido en ninguna parte docu­ diantiles, buscando nuevas institucio­
mento más altamente autorizado que nes, traduciendo otras inquietudes,
el transcripto, para probar el estado rara vez despertaban el interés de los
de inconsciencia filosófica con que el profesores; el caso de la Facultad de
profesorado ha valorado a la Revolu­ Derecho de Buenos Aires, por ejemplo,
ción Universitaria; inconsciencia que donde, salvo una excepción, ningún
explica el caso frecuente de profeso­ proyecto mereció la atención del Con­
res pasados a la Reacción. sejo ( 3).
La cuestión es que, así como cues­ Y de la misma manera se explica el
tión de hecho, y aunque de esto tam­ ambiente hostil con que juzga a la Re­
bién quepan sacar refutaciones em­ forma Universitaria la opinión públi­
píricas en contra de los criterios reac­ ca adulta en general, de lo que dan
cionarios, reformistas y reaccionarios buena prueba los juicios emitidos fre­
han estado frente a frente en el cur­ cuentemente por las prestigiosas em­
so de los sucesos, sea a campo descu­ presas periodísticas del país, como el

( 1 ) L a N u ev a R ep ú b lica , 6 de octu bre de 1928, pág. 3, B uen os A ires. E ste p eriód ico era
rea ccion a rio, lo que conviene record a r para que no se tache la fuente.
( 2 ) C onf. con B ielsa. L a A u ta rq u ía de, las U niversidades, pág. 16.
( 3 ) J ulio V. G o n zá l e z , L a R e fo r m a U niversitaria-, pág. 289, tom o T.

— 373 —
siguiente párrafo que interpreta el se sólo como concomitante histórico
mal universitario, según indicábamos propio de la Revolución, pero nunca
más arriba y propone el consabido re­ como elemento esencial de la Refor­
medio: “ Los huelguistas solicitan la ma Universitaria misma. Y aquí es
reapertura de la universidad después el momento de sacar de los hechos
de meses de huelga y al mismo tiempo argumentos de carácter práctico
exigen un estatuto que se sancione que refutan también la posición reac­
bajo la presión de su influencia. Esto cionaria.
es suficiente para medir el caos en que ***
ha caído la Universidad y del cual sal­ En primer término, es preciso de­
drá únicamente con una reorganiza­ jar sentado que la Reforma Univer­
ción concluyente que regule los estu­ sitaria, desde que rechaza el viejo con­
dios de acuerdo con un concepto rigu­ cepto de Universidad, pretende supe­
roso de disciplina. Y es indispensable rar a la Vieja Universidad de los me­
que se vuelva al estudio y se anule al jores tiempos, a la de los Alcorta o
alumno como fuerza capaz de turbar­ los Pirovano, y no sólo a la del perío­
lo o de rebajarlo O ). do inmediatamente anterior al año
No menos característico es el edito­ 1918 en que la institución, completa­
rial del diario La Prensa, con motivo mente desquiciada, favorecía a profe­
del conflicto de la Facultad de Dere­ sores de una incompetencia notoria o
cho de 1929, aparecido el día 17 de di­ perdía a tal extremo el sentido de la
ciembre con el título de “ Recrudescen­ enseñanza que en una Facultad de In­
cia reformista” , comentando en forma geniería se llegó a dictar “ química fi­
adulterada un manifiesto del Partido losófica” , porque todos los frascos del
Unión Reformista que puntualizaba laboratorio estaban vacíos desde ha­
los más importante principios de la cía años ( 12).
Reforma y expresando, ante la mag­ En segundo lugar, la patología uni­
nitud del asunto, una sorpresa inex­ versitaria existió con mucha anterio­
plicable después de doce años de lu­ ridad a la Revolución Universitaria.
cha violenta. Así la opinión pública en An el año 1898, el catedrático de De­
general se ha sumado a la corriente recho Internacional Privado, doctor
que sólo se ve en la Reforma una cri­ Estanislao Zeballos hablaba de “ épo­
sis de disciplina. cas en que los exámenes eran más se­
Lo cierto es que esta opinión es rios” y “ de profunda crisis universi­
inaceptable, no sólo por el error teó­ taria actual” ( 3). La patología uni­
rico de su planteo según hemos seña­ versitaria, que es toda falla en la éti­
lado, en cuanto no se da cuenta que ca de la autoridad, del profesor o del
han llegado a ser repugnantes al espí­ estudiante, sólo tomó un giro particu­
ritu de la época el aislamiento so­ lar con la Revolución Universitaria.
cial de la Vieja Universidad, su ré­ Pero esto en nada afecta a la validez
gimen jurídico y su subordinación conceptual teórica y práctica de la Re­
absoluta a la formación del técnico, forma que la fundamenta.
vale decir que hay una crisis del con­ Finalmente la espontaneidad de las
cepto universitario mismo, sino en manifestaciones reformistas colecti­
cuanto con parcialidad evidente atri­ vas, la persistencia más que decenal
buye a la Reforma toda la patolo­ del fenómeno, tanto más áspero cuan­
gía universitaria, cosa que, aun en to más adversos le son los hechos, y
este supuesto extremo, debería ver­ la generalidad del mismo en todas

( 1 ) E d ito ria l del d ia rio L a N a ció n , 10 de sep tiem bre de 1924.


( 2 ) J u a n B. J u s t o , E l C o n flicto U n iv ersita rio d e C órd oba , ed. R osso.
( 3 ) R e v is ta d e D e r e c h o , ju lio de 1898.

— 374 —
nuestras universidades a pesar de la que ésta explica idealmente la totali­
hostilidad del medio ambiente tradi­ dad de aquélla no ha de ser confundi­
cional, pueden hacer sospechar a la da con la revolución; revolución que,
reacción que estamos ante algo que es como enseña la interpretación histó­
más que una mera crisis de disciplina. rica de Del Vecchio, en sus contingen­
Sería el primer caso en la Historia, de cias es el productor del choque de dos
mentira o fingimiento colectivo. To­ corrientes antagónicas una de las cua­
das las revoluciones son sinceras. Una les es la reacción; que es sólo la reali­
crisis de disciplina que no fuera del zación de la Reforma, pero no su jus­
ejercicio del derecho de revolución, tificación (cosa que la Reforma deri­
vale decir la lucha por un nuevo dere­ va de sí misma con independencia de
cho (en nuestro caso para la Universi­ su realización); y que, en cuanto he­
dad) , nos llevaría a concluir en la exis­ chos acaecidos, no puede de ninguna
tencia de una crisis de virtud moral; y manera ser discutida sino sencillamen­
con ello junto a la pregunta: — ¿Có­ te ser reconocida como un suceso pa­
mo serán los estudiantes para que sado.
ocurran tamañas cosas?, se paraleliza E igualmente inaceptable e incom­
la pregunta: — ¿Cómo sierán los pro­ prensible es llevar la discusión al otro
fesores para que suceda lo sucedido? punto señalado: al de qué cosa ha he­
Con lo que la peor parte sacarían siem­ cho hasta ahora la Reforma, pues no
pre los propios profesores reacciona­ depende de ella el haberse realizado
rios, desde que la renovación anual de con mayor o menor plenitud. Justa­
los alumnos alejaría de ellos la sospe­ mente su no realización depende en
cha de ser la fuente permanente de la buena parte de la Reacción. Lo que in­
crisis moral. Y, repito, lo sostenido no teresa saber es si la Reforma vale,
implica desconocer la patología uni­ esté o no esté realizada, pues su va­
versitaria que, principalmente como lor no depende de su existencia. Con
electoralismo universitario, ha creado esto se ve que toda discusión sobre
cánceres de urgente extirpación. ella tiene que comenzar sobre su de­
Lo que se evidencia con lo dicho es be ser y no sobre lo que es.
que cualesquiera inmoralidad o dege­ Si la Reforma es el programa o la
neración deben ser consideradas en su meta de una acción, si es una nueva
contingencia histórica y de ninguna arquitectura de la Universidad, si es
manera en conexión conceptual con la todo un ideario que se ha de traducir
Reforma Universitaria, la cual ofrece, por la vida de la Universidad, es evi­
como fenómeno y como problema, am­ dente que se la podrá discutir con
plio campo de interpretación doctrina­ eficacia discutiendo aquel programa o
ria. Y de ello no puede salir el objeto meta, aquella arquitectura o aquel
de nuestros estudios. ideario. Pero nunca se dará en el clavo
Por eso nos resulta inaceptable e discutiendo el esfuerzo para imponer
incomprensible que se lleve la discu­ tal arquitectura o la traducción — que
sión de la Reforma Universitaria al puede ser mala en algún ensayo — de
terreno que ordinariamente la quieren aquel ideario. Por eso toda discusión
llevar los reaccionarios y la prensa de sobre la Reforma que quiera tener
volumen: al terreno de preguntar qué sentido, debe empezar por discutir la
ha hecho hasta ahora, cuando no al nueva función social que asigna a la
de los acontecimientos violentos. Universidad, en contra posición al sis­
Sobre lo último ya sabemos que to­ tema caduco; y de allí pasar gradual­
dos los hechos de acción directa perte­ mente a la discusión de los principios
necen a la Reyolución Universitaria y que modifican los elementos del con-
no a la Reforma Universitaria, y aun­ cepito universitario, para djescender

— 375 —
por último, con tacto de mejorador, a situación de inexplicable incompren­
la organización concreta de sus insti­ sión por cuanto se apoya en argumen­
tuciones particulares. tos que le prestan las ideas o los he­
Seguir el camino inverso implica de chos y ya que ni siquiera ha logrado
nuevo discutir lo que es, cuando no discutirla en su lugar cabal. No es que
discutir de rosas que sirven de medio nosotros abriguemos la pretensión
para un fin sin que todavía exista tonta de negar a la Reacción el dere­
acuerdo sobre este fin y sin que, por cho de discutir la Reforma Universi­
lo tanto, pueda saberse si tales medios taria. Que se la niegue cuanto se quie­
son o no adecuados para tal fin. Que ra, pero que esta negación parta de un
en lo que toca a toda discusión sobre planteo consciente del problema y se
lo ocurrido y sobre lo que es, a ese car­ base en una desestimación fundada de
go de haber demorado en más de doce los puntos susceptibles de ser discu­
años la realización de la Reforma, es tidos con sentido. Que es lo que hasta
de creer que el juicio histórico futuro ahora no ha hecho la Reacción. Así se
depare también algunas sorpresas a nos podría impedir el cierre de esta
los reaccionarios, el día que se deslin­ investigación con la paradoja sorpren­
de la parte que les corresponde en el dente y cierta de que la Reacción a la
retraso como hecho. Reforma Universitaria, hasta ahora
Tal es la situación de la Reacción no ha discutido la Reforma Universi­
respecto de la Reforma Universitaria; taria.

— 376 —
DEFINICION DE LA REFORMA UNIVERSITARIA
por
ANGEL GUIDO
(a rg e n tin .o j

(1932)
I rio, por supuesto, subsidiario de to­
buen seguro, que pese a la nu­ da vaga doctrina propicia a la inter­
A trida bibliografía existente so­
bre la Reforma Universitaria
pretación torcida o interesada. Trajo
esto, en primer lugar, el ataque par­
cial de los incondicionales enemigos
en nuestro país (Cossio, Julio V.
de los movimientos de la juventud.
González, del Mazo, Soler, Palacios,
Y por otra parte, la actuación de
etc.) y en el extranjero (Haya de la
aquellos reformistas reaccionarios,
Torre, Seoane, Ricardo Martínez de
que sin cultura histórica, ni filosó­
la Torre), aún no se ha llegado a una fica y con un concepto doméstico de
definición clara y certera de la mis­ la Reforma, medraran a su amparo.
ma, a punto tal de satisfacer a aquel Sin embargo, repetimos, aquella
estudiante adolescente que citara So­ oscura interpretación o desestructu­
ler en su estudio sobre la Reforma, rada definición, tuvo la virtud sin­
que, lleno de ansiedad por compren­ gular, de que la juventud interpretara
der, preguntara a sus profesores: — por una suerte de certerísima in­
¿Qué es la Reforma? tuición — su espíritu, pese a la letra
Fuerza es confesar, que aun no se confusa y desorganizada de su lite­
ha expuesto con rigor universitario, ratura. Y la Reforma recogió por
con claridad gálica, podríamos decir, ello, en su seno, toda la vitalidad más
aquella definición satisfactoria y ca­ generosa, más noble y más elevada
bal. Y casualmente, este ensayo, sin de toda una generación de la juven­
pretender llenar íntegramente ese tud argentina.
vacío, tratará de colaborar en su es­ De aquí, que la Reforma, hasta
clarecimiento, cuya necesidad todos 1931 sin una filosofía definida, sin
sabemos urgente, ya que nunca como un plan orgánico de su acción social
en el momento presente lo caótico y o docente, sin programa organizado,
lo vago ha desplazado lo certero y disciplinado — razón por la cual el
sereno con que debe orientarse la estudiante todavía pregunta: ¿qué
marcha de una Universidad. es la Reforma? — ha sido compren­
Esta falta de precisión en el alcan­ dida en su espíritu, pese a su letra
ce de la Reforma, en el rigor de su urdida, en una forma realmente sor­
definición, ha tenido, sin embargo, prendente.
una virtud, conjuntamente con su Pero, esta circunstancia no debe
gran defecto. El defecto extraordina­ alarmarnos. Es habitual que las con-
El au tor es p ro fe so r de A rqu itectu ra en la escuela correspondiente de la U niversidad del
L itoral, en R o sa rio de San ta Fe. A u tor de O rientación espiritu al de la A rq u itectu ra en A m é ­
rica (1 9 2 7 ), B urin dia en la A rq u itectu ra A m erica n a (1 9 3 0 ), R ea rgefttin iza ción edilicia p or el
urbanism o (1939 ) y otro s v a lio so s estudios am ericanistas.

— 377 —
mociones colectivas, vengan presa­ ción Pública del país, se suelen ten­
giadas intuitivamente, antes de con­ der las líneas de ataque contra la Re­
cretarse en forma orgánica y cabal. forma. De allí el abismo entre las au­
Y la Reforma Universitaria — lo toridades encargadas de orientar la
demostraremos ampliamente en pró­ enseñanza y el espíritu del estudiante
ximos capítulos — no es un proble­ que recibirá esa enseñanza. Este es
ma local, una ideología “ sui-generis” el motivo, por supuesto, de la anor­
argentina, un fenómeno social-domès­ malidad latente de nuestra Univer­
tico, de entrecasa. Sino, mejor, una sidad. Y ello es debido, simplemente,
faz de esta inquietud universal, de a una preestablecida desubicación del
ese espíritu destructivo-constructivo, detractor de la Reforma en el exa­
que convulsionó no solamente el sis­ men crítico de la misma. Y lo grave
tema social y económico, sino el A r­ que no se trata de posturas ideológi­
te, la Filosofía, la Moral y toda la cas contrarias, insinceras, interesa­
Vida del hombre de nuestro tiempo. das ; sino, convencidas, cabalmente,
Sin embargo, urgente es una defi­ por aquella misma desubicación. Los
nición ancha de la Reforma. Una de­ errores interesados o chicaneros,
finición que delimite su frontera in­ siempre son menos peligrosos que los
telectual, que esclarezca su alcance, sinceros. Aquellos, a poco andar,
que trace su postura social y docente muestran su fraudulencia. Estos, lle­
en forma inconfundible, para que la van la fuerza de la fe en sus propios
polémica — si acude — se realice en errores.
un estadio de concretos y no en un La desubicación de que habláramos
campo de ideas descoloridas y vagas- es la siguiente: gran parte de los
Nunca, como en estos tiempos, es ur­ Profesores de la pasada generación
gente una definición certera, enérgi­ han visto en el movimiento reformis­
ca y profunda. ta, poca cosa más que una escara­
No tenemos pretensión, nosotros, muza propia de la juventud, una
de llegar a cumplir esta necesidad aventura más de la “ muchachada” .
que hoy todos sentimos; pero, ojalá Ausente de perspectiva intelectual, el
llegue este ensayo a colaborar en esa detractor consuetudinario, no com­
definición. prendió que la Reforma no es un fer­
vor local, doméstico, exclusivamente
Desubicación de los detractores de
argentino, sino una imagen habitual
la Reforma
en el escenario social de la hora pre­
Antes de -entrar en la definición sente. Su angostura intelectiva le
misma de la Reforma, nos ha pareci­ convenció que el movimiento refor­
do prudente traer algunas ideas ge­ mista no es nada más que asonada
nerales referentes a la situación de efímera de los veinte años, reyerta
intransigencia de los enemigos de la doméstico - universitaria. Angostura
Reforma, que nos servirán, más ade­ intelectiva, repetimos, del “ magis-
lante, para mejor penetrar en su ter” de la pasada generación, ya que
compresión y en su postura filosófi­ un leve buceo, sagaz, vivo, certero,
ca. Nos referiremos a la ubicación en las corrientes ideológicas que con­
ideológica de sus detractores. vulsionaron hoy todo Occidente, le
En efecto, esta conocida intransi­ hubiera prevenido de tamaño error
gencia, como todos sabemos no es so­ de perspectiva en la mensura del mo­
lamente de grupos, sino que desde vimiento argentino, que hoy ya no es
gran parte del Profesorado hasta las solamente argentino sino latino-ame­
más altas autoridades de la Instruc­ ricano.

- 378 -
En efecto, la Reforma fué y es, lance de la acción reformista, hasta
una suerte de polarización de parte hoy, reponsabilizando a la Reforma
de este espíritu que trata hoy de im­ — que es ideología — de los actos de
ponerse en la cultura de Occidente. algunos reformistas errados o refor­
Y en lugar de alarmarse o amargar­ mistas reaccionarios que, también
se, aquel detractor consuetudinario desubicados, actuaron y actúan tras­
de la Reforma, debiera congratular­ grediendo la Reforma misma.
se, ya que nada más favorable y an­ Para examinar la Reforma, para
cho de esperanzas, para un pueblo entenderla, para comprender su con­
culto en la grave hora presente, que cepto de transformación didáctica, pa­
polarizar aquella peligrosa y necesa­ ra familiarizarse con su '¡idealismo
ria corriente biológico-social, nada desinteresado, para pulsar su senti­
menos que en su Universidad. Co­ do histórico, no cabe aquella postura
rriente violenta y arrolladora, de la doméstica de sus detractores, ni tam­
que todo hombre culto sabe que no poco la de los seudo-reformistas. Am­
se trata de una ilusión sensiblera, ni bos pueden llegar a embrollar, o a
de un romanticismo utópico. Ahí es­ retrasar, por lo menos, la inminencia
tá el ejemplo vivo de la Europa de hoy de la realidad reformista. Porque es
convulsionada como nunca lo estuvo preciso dejar sentado, que la Reforma
en su historia, sin saber ella misma es ante todo ideológica y no puede
si estallará mañana en otra guerra o constreñirse en una acción personal;
si presentará su quiebra o si se sal­ es ansiedad de fisonomía colectiva, so­
vará- cial y no voluntad individualista y
Si el destino de pueblos, ha queri­ por tal causa, los que sincera o insin­
do que aquel espíritu generoso y ceramente hayan actuado en ella pa­
grande que floreciera en la Europa ra desvirtuarla, no han podido, no
inmediata posterior a la gran gue­ podrán destruirla ni mellarla. La Re­
rra, polarizara en nuestra Universi­ forma ya tiene un compromiso de ho­
dad, antes que en nuestra Política, nor con casi tres lustros de vida uni­
pongamos por caso, es un hecho que versitaria argentina. Y ha de cumplir
nos debe colmar de orgullo, ya que, su destino por esta causa: la Reforma
a fin de cuentas, la Universidad asi­ está encuadrada en el marco espiritual
milará aquella corriente — fatalismo de su tiempo, es una expresión viva
inevitable, por otro lado — con “ jui­ de nuestro tiempo, como el arte mo­
cio universitario” , es decir, con el derno recién nacido de la filosofía an­
más alto juicio intelectual de un país. tipositivista de hoy, como la literatura
Este razonamiento debiera tran­ antirrealista, como la interpretación
antimaterialista de la historia.
quilizar a los alarmados detractores
sinceros. Lo grave hubiera sido que
dicha corriente hubiera cristalizado Una gran ilusión de la Reforma
en otro estadio social argentino. En­ En un próximo capítulo “ La mons­
horabuena que sea nuestra Universi­ truosidad del técnico inculto” , medita­
dad el laboratorio de esa corriente remos un poco alrededor de este pro­
biológico-social, que ha conmovido los blema que pretende resolver la Re­
cimientos de los pueblos más sólidos forma. En él recordamos a aquel per­
de Occidente. sonaje de Ortega y Gasset “ El espe­
Lejos de asumir esta actitud com­ cialista inculto” , típico personaje de
prensiva, los habituales detractores corazón frígido ante el espectáculo hu­
atacan su ideología haciendo un ba­ mano y nervio fundamental del abis­

— 379 -
mo trazado entre el exacerbado pro­ La Reforma tiene la gran esperan­
greso de nuestra era “ maquinista” y za de atrapar este paisaje interior del
nuestra exigua humanidad y cultura. joven estudiante para educarle mo­
Pero este problema es pequeño al la­ delarle y fortificarle, lanzándole lue­
do del nuestro. ¡ Cuánto más mons­ go a la vida profesional sin destruir
truoso deberá considerarse al “ técni­ esa estructura preciosísima de su in­
co inculto” que al “ especialista incul­ terior, puesto que esa cualidad espi­
to” ! ritual será la única que se rebelará
He aquí un problema urgente y contra la sordidez de la vida profesio­
grave para n u e s t r a Universidad: nal minada de competencias ruines;
nuestra Universidad produce apenas contra la dignidad del arquitecto coi­
“ técnicos incultos” . Ortega y Gasset, mero y de obra impersonal; contra el
si visitara nuestra Universidad po­ abogado desescrupuloso y chicanero;
dría escribir un sabroso ensayo, no contra la técnica constructora de ar­
ya sobre el estrecho especialista, de mas y gases guerreros. He aquí el di­
lenta agilidad mental y cercado en su ploma de “ hombre” .
propia contextura positivista, sino so­
bre nuestro técnico o nuestro Profe­ Divorcio de generaciones
sional, que siente asfixiaante los pro­
Los consuetudinarios detractores de
blemas superiores del espíritu y del
la Reforma atacan esta ideología, por­
fervor social de la hora presente.
que creen que la Universidad no debe
La Reforma, tiene, pues, entre otras meterse entre los entretelones del al­
cosas, esta gran ilusión: la de adúcar ma de la juventud, teniendo la convic­
a este técnico entregándolo a la vida ción sincera, que el estudiante acude
profesional con dos diplomas: el que
a la Universidad exclusivamente para
lo habilite para ejercer la profesión
manejar el bisturí el cirujano, para
de “ técnico” y el que lo habilite para
ganar pleitos el abogado o para ma­
ejercer la grave profesión de “ hom­
nejar la escuadra el ingeniero, hacien­
bre” .
do caso omiso de esa intimidad gene­
¿Actitud romántica, diréis, utópica rosa que lleva el estudiante lleno de
o sentimental? ¿Es que, acaso, los grandes ansiedades y nobles ensueños
grandes movimientos sociales no han y que serán los constructores de ma­
sido románticos? ¿Es que, acaso Rous­ ñana.
seau, Sarmiento o Lenin, no han sido Pero, repetimos, el enemigo de la
románticos o hasta excesivamente so­ Reforma — el detractor de su ideolo­
ñadores ? gía y no de sus hombres — no comete
Cabalmente, el paisaje interior hu­ esta injusticia para con el espíritu de
manamente generoso de la juventud la nueva generación, intencionada o
de la nueva generación es singular­ sangrientamente. Lo hace así, en erra­
mente romántico. No el romanticismo da defensa de su generación. Asume
sensiblero del siglo pasado, llorón y esta actitud por convicción y de aquí
derrotista. Vive en la juventud de el divorcio y la polémica constante
nuestra generación actual un roman­ que aun debemos soportar hasta que
ticismo viril, generoso, humano, que no haya comprensión ancha de la ele­
es el que ha conciliado con el amor al vada finalidad que persigue la fla­
obrero, a lo Rousseau, el que se ha re­ mante generación que ha entrado a
belado contra la Universidad guerre­ construir en la hora presente.
ra y capitalista y del cual hablaremos No es casi, pues, una disparidad de
espaciosamente más adelante. ideologías, Es, más aún, una desafi­

— 380 —
nidad de generaciones, como bien lo idealista, generosa, negada con tal
expusiera Julio V. González en una de violencia por el “ magister” de la pa­
sus últimas obras. La nueva genera­ sada generación, asumió esa actitud
ción ha irrumpido quizá con exagera­ extremista propia de los hombres lim­
do estruendo en la vida social univer­ pios que caen en la emboscada de una
sitaria y los Profesores de la pasada flagrante injusticia. De allí su intran­
generación, los buenos profesores, se sigencia proverbial, sus movimientos
han retraído un poco amargados ante agitados, sus huelgas. Y de allí, tam­
esa suerte de ingratitud de sus alum­ bién, la ausencia de paz en los claus­
nos. tros de altos estudios desde un tiem­
Algo similar ha acontecido en el po a esta parte-
arte moderno. El arte nuevo, el fuer­ A buen seguro que una mutua com­
te, el fresco, no el descocado, ha sido prensión salvaría este escollo y aca­
traído por la juventud y los viejos llaría definitivamente esta lucha im­
maestros se han atrincherado, llenos productiva, dejando libre acción a la
de desconfianza y también indignados Reforma para que cumpla su destino.
ante la audacia del arte recién nacido, Todo entrará en su quicio ya que se
que, también, quizá por qué motivos cumpliría con aquella voluntad de for­
históricos de esta hora, le tocó en ma social y universitaria, que cruza
suerte a la nueva generación. Pocos hoy en occidente y que la Reforma po­
fueron los maestros artistas, versados lariza.
en el arte realista, que trataron de Congratulémonos, que el destino ha­
ahondar o de comprender, por lo ya querido que sea en la Universi­
menos, el espíritu de ese desbridado dad Argentina donde aquella fuerza
arte valiente y hasta insolente, que idealista se cultive. Mañana recogere­
había tomado las trincheras del arte mos el fruto de esta cruzada generosa
que ellos creían poseer eternamente. y romántica que se llama la Reforma
La mayoría renegó, atacó y detractó, Universitaria.
sin mayor resulado por supuesto, por­ Sirva este breve comentario a ma­
que por encima de la voluntad de los nera de exordio de lo que dimos en
hombres, siempre estará la voluntad llamar “ Definición de la Reforma” .
de la historia.
Con la Reforma aconteció y acon­ II
tece algo similar. Los Profesores de
la pasada generación, los buenos Pro­ Quizá cuando se avente toda la ho­
fesores, han recibido con elocuente jarasca retórica o literaria y la orato­
desconfianza el “ malón de la Refor­ ria “ sui-géneris” seudoreformista que
ma” , sin meditar que por naturaleza embrolló la Reforma misma y se co­
el joven es exagerado en su acción y mience a ver claro lo que pretende es­
muchas veces insolente en su entusias­ te gran movimiento social argentino,
mo; pero que, siempre está animado con indudable seguridad que aparece­
de aquel romanticismo que será la rá en alto relieve esta gran ilusión
energía viva que animará la vida de reformista: el “ técnico culto” , en con­
nuestro tiempo. traposición al técnico de hoy — inge­
De allí su constante ataque — que niero, médico, abogado — lanzado al
es defensa de su generación — a veces estadio de la vida extra-universitaria
con franqueza y otras emboscadamen- c o n u n a estructura intelectual de
te. “ bárbaro” , según el término de Orte­
Inversamente, el joven estudiante ga y Gasset.
que sintió su más preciada intimidad Y decimos que, casualmente, esta

381
figura del “ técnico culto” aparecerá dose al origen de la Universidad du­
en alto relieve, pues, es él, quizá, el rante la Edad Media, creada para ali­
nexo profundo de la Reforma, esa mentar al universitario de “ cultura” ,
suerte de imagen de “ hombre intelec­ iniciándose en las ideas sobre el mun­
tual” , que trabajará en el futuro con do y la actitud del hombre en su tiem­
distinto espíritu de trabajo y con un po y en su espacio, es decir, “ filoso­
antagónico repertorio de esperanzas fía, sociología, arte” .
y ansiedades en la obligada lucha por La Universidad, transfigurada pau­
la vida, con el técnico actual, según ya latinamente en el sentido de reempla­
lo comentáramos en nuestra inicia­ zar “ cultura” por “ tecnicismo” , hace
ción anterior. Y esta imagen la ha ins­ crisis a fines del siglo pasado, donde
tituido la Reforma con aquella suerte se verifica una verdadera transposi-
de adivinación maravillosa que la ju ­ c i ó n de “ valores” intelectuales. Y
ventud reformista tuvo, pese a la aquel sistema de “ ideas sobre el mun­
frondosidad y oscura definición de do y la humanidad” de que nos habla
ella misma. Ortega, no solamente fué desplazado,
En efecto, a tal punto, es nexo cen­ sino reemplazado por el magro y frío
tral del espíritu reformista esta ima­ tecnicismo. Y como aquel llenaba, en
gen que la juventud de la presente ge­ cierto sentido, el alveolo espiritual que
neración tiene forjada referente al ancestralmente lleva el h o m b r e , la
técnico futuro, que sin esa imagen, re­ “ técnica” novecentista ocupó ese fla­
petimos, no es posible justificar la do­ mante vacío con su acostumbrada ac­
ble función social y docente de la Uni­ ción brutal y excluyente y surgió la
versidad de la Reforma, su puntal “ maquinolatría” , “ phatos” social típi­
más vigoroso y también más discuti­ co de las tres décadas del presente si­
do y de lo cual hablaremos ampliamen­ glo. Y esta maquinolatría — con sus
te más adelante. adláteres: la standardización, el capi­
Sentado, pues, que hemos logrado talismo y el comunismo inhumanos, la
atrapar uno de los aspectos más fir­ guerra, la sensualidad del poder como
mes de la Reforma, necesario es, en­ único romanticismo en las revolucio­
tonces, que nos detengamos lo sufi­ nes— perfiló el estrato social de nues­
cientemente alrededor de este aspecto tro tiempo con enérgico y firme trazo.
fundamental, ya que su esclarecimien­ Sin embargo esta misma estructura
to y vivisección nos facilitará la defi­ social — de la cual cuando niños oía­
nición que pretendemos. mos hablar a los de la pasada genera­
ción con un fervor y una fe tal de que
Vivisección del “ técnico cidto” de la implantarían el reino de los cielos en
Reforma la tierra — esta estructura social, re­
petimos, está en quiebra, una de las
Ortega y Gasset — al cual acudire­ quiebras más estruendosas y escanda­
mos no en pocas ocasiones — ha estu­ losas que puede registrar Occidente.
diado ya con su acostumbrado juicio ¿Quién es el causante de esta quiebra
certero y profundo ese antropo inte­ fraudulenta que hoy pesa sobre la cul­
lectual que hoy pesa grandemente en tura occidental? Para Ortega y Gas­
la fisonomía social de Occidente y que set, es cómplice y actora, la Universi­
se llama el “ técnico” o el “ profesio­ dad- La Universidad de Occidente al
nal” . ejecutar ese quite sangriento de cul­
En su obra “ Misión de la Universi­ tura, que provenía desde la universi­
dad” , lo estudia con toda amplitud. dad medioeval, ha cometido “ una atro­
Comienza, para tal objeto, remontán­ cidad” .

— 382 —
“ El carácter catastrófico de la si­ de la Reforma. En efecto, en uno de
tuación presente — dice el mismo Or­ sus más grandes aspectos, pretende
tega y Gasset — se debe a que el in­ “ reformar” nuestras Universidades,
glés medio, el francés medio, el ale­ para cumplir con su intención de aca­
mán medio, son “ incultos” ; no poseen bar con el “ técnico inculto” y para tal
el sistema vital de ideas sobre el mun­ cometido no hay otra solución que ha­
do y el hombre, correspondientes al cer permeable a lo social, la contextu­
tiempo. Ese personaje — continúa — ra rígida, y cientifista de la actividad
es el “ nuevo bárbaro retrasado con intrauniversitaria. Solo merced a tal
respecto a su época, arcaico y primi­ permeabilidad, es posible dar lo que el
tivo” , en comparación con la terrible estudiante — por quizá qué mágica
actualidad y fecha “de sus problemas. intuición — ansia desde más allá del
Este nuevo bárbaro — continúa — año 18. De aquí las dos funciones de
es principalmente el profesional, más la Universidad reformista, la social y
sabio que nunca, pero más inculto la docente, único camino para lograr
también: el ingeniero, el médico, el aquel “ técnico culto” de que hablára­
abogado” . (Ya veremos más adelante mos. No una para destruir la otra. No
cuando hablemos sobre la “ Reforma el extremo social — la demagogia uni­
de Mañana” , de cómo la Reforma po­ versitaria — ni el extremo docente —
drá entrar en el Periodismo y en los querer convertir en sabios e investi­
Artistas, factores decisivos en la cul­ gadores a todos, lo que es solo accesi­
tura presente y cuyas actividades no ble a muy pocos — sino un mutuo
se enfocan en una unidad de acción a complemento.
la altura de nuestro tiempo). A este respecto nada más injusto
He aquí, la comprobación irrefuta­ que la actividad de “ poda científica” .
ble de la convergencia de ideales entre La Reforma — es preciso no olvidar
Ortega y Gasset y la Reforma Univer­ — surgió ante todo como una reacción
sitaria Argentina. contra los malos profesores, de inca­
Y si la Reforma se lanzara mañana pacidad probada. Y a punto tal la
a la búsqueda de un Maestro, a buen Reforma, considera capital el factor
seguro que este gran pensador espa­ “ docencia” , que el Seminario, que es
ñol lo sería en forma cabal. una de las expresiones más típicas de
Pero, continuando, no para allí el la seriedad intelectual en la enseñan­
cargo que Ortega formula a las Uni­ za universitaria, fué apoyado con ca­
versidades : “ De esa barbarie — insis­ lor por numerosos reformistas. En el
te — inesperada, de ese esencial y capítulo “ Los Seminarios y la Refor­
trágico anacronismo, tienen la culpa ma” , comentaremos espaciosamente
sobre todo las pretenciosas Universi­ este extraordinario colaborador de
dades de todos los países. El mal es cultura y el Seminario sostenido con
tan hondo y tan grave — continúa — entusiasmo por Loudet en 1918, So­
que difícilmente me entenderán las ge­ ler en 1930, y por el autor de este tra­
neraciones anteriores a la vuestra, jó- bajo en el mismo año (Proyecto de
v e n e s ” . ( “ Misión de la Universi­ Seminario en la Facultad de Ingenie­
dad” ). ría de Rosario).
Sirva este segundo capítulo como
Una Primera Contestación Concreta introducción al estudio de la Refor­
ma en su doble actividad: la función
En resumidas cuentas, ya comenza­ docente y la función social.
mos a desbrozar el horizonte de fron­ Pero, juesto es que dejemos senta­
dosidades que oscurecieron el espíritu do que ya podemos contestar a aquel

- 383 -
estudiante adolescente de que hablá­ ción y enseñanza universitaria con
ramos, que con tanto ansiedad inte­ que la Reforma escandalizó a la vieja
rrogara: ¿Qué es la Reforma? Ya le Universidad en forma harto alarman­
hemos ofrecido una imagen materia­ te, provocando ese litigio que en defi­
lizada de una de sus grandes esperan­ nitiva no es nada más que un conflic­
zas : la del “ técnico culto” . to de generaciones, como demostrára­
mos en otra ocasión.
III En efecto, la postura de la vieja
Universidad, en este sentido, era sin­
Alberto Baldrich, en una de sus úl­
gularmente enclaustrada, cerrada a
timas disertaciones sobre el momento
las corrientes ideológicas, científicas
universitario — estudio expuesto en
términos “ cultos” , es decir, con pensa­ o intelectuales del momento. La “ ac­
mientos y conceptos típicos de la Re­ ción” reformista ha logrado, en parte
forma verdadera — presentó el pro­ — en otra mayor parte lo logrará —
blema universitario como parte de que la Universidad abra sus puertas
aquel otro problema: el de la enseñan­ a las ideologías vivas que conmueven
za total. hoy al mundo científico, social o ar­
tístico. Pretende una enseñanza viva,
Por supuesto, que esta forma pano­
enérgica, ágil al compás del ritmo del
rámica de ver nuestro problema, es
singularmente certera y todo profe­ presente, a la altura de nuestro tiem­
sor universitario que haya pasado los po, como diría Ortega y Gasset.
La vieja Universidad estaba cerra­
diez años de cátedra deberá convenir
da a los ruidos de la calle — inactua­
que es exacta: el estudiante secunda­
lidad — sorda a las inquietudes del
rio que llega a la Universidad, trae
taras que entorpecen no poco el éxito presente. Oligárquica y aristocrática,
de la enseñanza superior. temió perder, a la vuelta de cualquier
Sin duda alguna que, a tal finali­ esquina, todos sus oropeles seudocien-
dad deberá llegar la Reforma de ma­ tíficos y no tuvo el coraje — impres­
cindible en la verdadera ciencia — de
ñana : la Reforma en la enseñanza in­
salir de sus claustros para medir su
tegral. Pero en el instante presente la
Reforma enfoca su más urgente pro­ envergadura intelectual en el flaman­
blema: el universitario. Y ojalá, te estrato social que irrumpía con la
arrastre consigo, el de la enseñanza nueva generación y ya había tomado
secundaria y primaria en plazo bre­ por baluartes la Filosofía, la Políti­
ve, es decir, cuando la Reforma — ca, la Economía, el Arte.
doctrina al fin — haya adquirido ese Pero, no es prudente tener la ilu­
vigor necesario y esa contextura im­ sión que esta actitud universitaria ha
prescindible que aun no tiene debido desaparecido, que está ausente ya de
a circunstancias ajenas a la anchura n u e s t r a Universidad este espíritu
y honestidad de su doctrina. anacrónico, y, vaya esto, no como un
cargo gratuito a nuestra enseñanza
Veamos por el momento la función
superior, sino como una ansiedad de
docente de la Reforma.
un mañana mejor para nuestra cultu­
Función Docente ra universitaria. A este respecto nos
permitimos reproducir una opinión de
La función docente de la Reforma Baldrich sacada de aquel trabajo que
aborda el estadio intrauniversitario más arriba aludiéramos: “ Asistimos
actuando en sus tres flancos: la es­ al paradójico espectáculo de movi­
tructura docente, la acción didáctica y mientos, partidos y hombres de au­
la enseñanza misma. Estructura, ac­ téntico fervor reformista y hasta re-

— 384 —
volucionario en cuestiones económicas cometido, olvidando que tal estructu­
y políticas, y sin embargo profesan ra no es finalidad, meta, etapa “ final” ,
un hermético conservadorismo en lo sino “ principio” , es decir, terreno pre­
cultural, hasta el extremo de querer parado para germinar la verdadera
perpetuar formas espirituales típicas doctrina reformista. La finalidad es­
de la ideología burguesa del s i g l o tá en lograr “ aquello” de que hablára­
X I X : biología darwiniana, sociología mos ya en un principio y que hablare­
naturalista, metafísica materialista, mos más adelante espaciosamente.
ética y pedagógica utilitaria, literatu­ De aquí, que los detractores consue­
ra y arte realistas, etc” . tudinarios, suelen abordar muy a me­
Tal es, pues, el pesado lastre que nudo el tema del “ saldo” intelectual
deberá arrojar el nuevo espíritu que de la obra reformista, sabiéndola aún
ha llegado hoy, en buena hora, en la informe y todavía pequeña al lado del
Universidad Argentina. Si hay hoy gran aspecto social provocado por la
se ha enfocado más hacia la “ acción” , Reforma, en el sentido espiritual, po­
que hacia la cultura, es fundamental dríamos decir, esto es: defensa ro­
desde estos momentos insistir más en mántica de la dignidad universitaria o
la c.ultura que en la acción. nacional, alzamiento violento contra
La función docente de la Reforma toda dictadura, adhesión hacia todo
trae hoy este espíritu. Veamos, pues, movimiento generoso o idealista den­
en qué consiste; pero, antes queremos tro y fuera del país, etc.
insistir un poco sobre un hecho al cual Pero, profesores y estudiantes re­
damos singular importancia a propó­ formistas de hoy, ya comienzan a ver
sito de aquel menguado saldo intelec­ claro en este episodio universitario
tual de la Reforma hasta hoy. que por largos años no malogró, pero
Una confusión: Medio y Finalidad sí retardó, el éxito reformista. Hoy se
comienza a comprender con precisión,
Siempre mos ha parecido exacto' que toda reforma estructural y toda
pensar que la eficacia de la Reforma a c c i ó n político-universitaria no es
ha sido malograda en buena parte, “ fin” , sino “ medio” para lograr aque­
por una confusión cruzada en la inter­ llo que hoy más que nunca es preciso
pretación de su doctrina. Se ha toma­ obtener, con la urgencia que requie­
do como finalidad o etapa final, lo ren los momentos gravísimos de toda
que constituye nada más que “ medio” evolución social- cultural.
o etapa intermedia para logro de fi­ Referente a este punto, con la Re­
nes superiores. forma ha acontecido algo similar que
En efecto, ¿con qué ancha finalidad con las viejas teorías de la Historia
la Reforma exigió la representación del Arte. En efecto, la antigua filoso­
estudiantil en las autoridades univer­ fía del “ medio” investiga la obra de
sitarias? ¿Qué significado tiene, qué arte estudiando más el “ medio” que
aspiración lleva escondida la agremia­ la obra misma, y al final, cuando la
ción de estudiantes, la extensión uni­ investigación llegaba a la obra en sí,
versitaria, la docencia libre o la gra- el fervor investigador estaba ya ex­
tuidad de la enseñanza? tenuado o agotado en exceso. Las mo­
Debido a aquella indefinición de la dernas filosofías del arte han aventa­
Reforma, de que habláramos en un do esta frondosa y terca búsqueda
principio, mucha acción reformista ha mediante la nueva orientación, viva y
sabido “ agotarse” , no bien conseguía profunda, con el brillante resultado
la pretendida “ estructura” directiva. que los especialistas conocen.
Y llegada a ella creíase cumplido su Mas, a la acción reformista de hoy

- 385 - 25
le será fácil solucionar su ecuación tudiantil, con denodado afán? ¿Por
universitaria presente. Sólo le basta qué la Reforma tiene fe en la juven­
comprender a fondo que la nueva es­ tud? Ya veremos más adelante su jus­
tructura y la nueva acción reformista tificación.
universitaria, no es nada más que me­ Con la “ gratuidad” de la enseñan­
dio, “ principio” para logro de una za, ahonda más aún la intención de de­
a m p li a y trascendente “ finalidad” . mocratizar la Universidad. El aristo­
Veamos, pues los medios y luego la fi­ crático concepto de que solamente los
nalidad. ricos pueden recibir enseñanza supe­
rior, era justificable antes. La Refor­
Medios reformistas ma destruyó ese resabio medioeval
tratando en el Congreso del año 18 la
Los medios de que se vale la Re­ gratuidad absoluta. ( J).
forma, para preparar la Universidad Hoy ya se ha avanzado más aún y
del futuro, podemos concretarlos en muchos reformistas sostienen la ne­
los siguientes: a) Democratización de cesidad de introducir becas para los
la Universidad; b) Representación estudiantes pobres de condiciones in­
de estudiantes y egresados; c) Gratui- telectuales excelentes. Estas becas es­
dad de la enseñanza; d) Seminarios; tarían suministradas de un fondo es­
e) Asistencia libre; f) Docencia libre; pecial sostenido por aranceles paga­
g) Periodicidad de la cátedra; h) Ex­ dos por estudiantes ricos o de padres,
tensión universitaria. relativamente pudientes. Una declara­
La vieja Universidad enclaustrada ción de bienes de los padres de cada
franca o emboscadamente, e s t a b a estudiante, por ejemplo, sería un me­
compuesta por impecables profesores, dio para establecer la escala arance­
que dueños de una ciencia cuasi eso­ laria, la que sería aplicada por los
térica, orientaban dictatorial e inape­ mismos c e n t r o s de estudiantes de
lablemente la marcha de la Universi­ acuerdo a normas y reglamentaciones
dad. De allí su aristocracia funesta confeccionadas p o r l a s autoridades
para la ciencia, para el arte, para la universitarias.
cultura que debía suministrar esa uni­ La Reforma quiere terminar cuan­
versidad. Cumplió su misión porque to antes con la injusticia flagrante que
estaba encuadrada en su marco histó­ los estudiantes pobres de probada in­
rico hasta el año 10, aproximadamen­ teligencia deben abandonar, mientras
te. Pero, más allá, comenzó su divor­ los de origen pudiente, sin condicio­
cio con las ideas del tiempo y de allí nes intelectuales, se reciban aunque
el iniciamiento de su desubicación. necesiten multiplicar por dos los años
La Reforma rompió esa estructura de su carrera. Ya veremos la justifi­
oligárquica, no para implantar porque cación amplia de esta aspiración re­
sí otra estructura, sino para lograr formista.
una finalidad más ancha y encuadrar­ C o n los Seminarios, la Reforma
se dentro de las ideas del tiempo. In­ quiere transformar el espíritu activo
troduce al estudiante y al egresado en de la enseñanza. La enseñanza nemo­
la autoridad universitaria para aven­ técnica, libresca o con esa practicidad
tar ese cerrado claustro esotérico, pa­ rítmica sin seriedad investigativa, sin
ra democratizarlo. acudir a las fuentes verdaderas, no
¿Para qué transforma aquel siste­ debe proseguir. Quiere la reforma con
ma oligárquico en el nuevo democrá­ los Seminarios dar la ocasión al es­
tico? ¿Por qué la Reforma lucha fer­ tudiante para hacer obra personal y
vorosamente por la representación es- orientarle, si tiene condiciones de in­
( 1 ) V e r el P rim e r T o m o de esta obra.
- 386 —
vestigador. Pretende la Reforma des­ sitaria no se agote en su seno. Exige
truir un poco esa actitud de especta­ que se dilate, llegando al pueblo, ac­
dor o simple “ escucha” , de las leccio­ titud que ha traído como es sabido, los
nes, más o menos elocuentes, que le escándalos más conocidos de la Re­
propina el profesor. Los Seminarios forma.
introducen la convivencia espiritual ¿Cómo realizar la finalidad refor­
entre profesor y alumno, fomentando mista mediante la Extensión Univer­
la discusión sobre temas científicos o sitaria? ¿Se ha llevado a cabo ya esa
artísticos y lleva al terreno polémico extensión en forma satisfactoria?
— si cabe — la opinión personal del Ya veremos, más adelante, que al
alumno. faltarle plan orgánico a la Reforma
El profesor que no se renueva, que no ha cumplido hasta hoy aquella mi­
no estudia, que no está al día con su sión soñada-
ciencia o con su arte, tiene en el Se­
minario un control decisivo para su IV
pereza intelectual. En el anterior capítulo comentába­
En otra ocasión, anotaremos la mi­ mos la función docente de la Reforma
sión que llevan los Seminarios de la Universitaria a través de los “ medios”
Reforma, para la formación de aquel o estructura intrauniversitaria que
“ técnico culto” de que habláramos. aquella pretende para logro de una
Con la “ Asistencia libre” , la Refor­ “ finalidad” .
ma trata de fomentar la vocación per­ Comentamos, también, el motivo
sonal, estimulando la selección intelec­ por el cual la Reforma ha arrojado un
tual y ayuda a descubrir en cada es­ saldo intelectual exiguo, hasta hoy,
tudiante su propia inclinación a las debido cabalmente, a aquella confu­
múltiples disciplinas intelectuales. sión de muchos de sus dirigentes al
Con este sistema, el “ libre docenr interpretar por “ finalidad” lo que no
te” de probada autoridad intelectual, constituía nada más que “ medio” .
tiene una puerta abierta en la Univer­ Conseguida, pues, aquella estructu­
sidad. El alumno, de ingénito espíritu ra o sistema administrativo-docente,
selectivo, acudirá al mejor profesor el reformista, sinceramente errado,
para recibir cátedra. creyó cumplida su misión, pensando
Mediante la “ asistencia libre” , la que la Universidad soñada por la Re­
Universidad se hace permeable a esta forma, vendrá fatalmente, ingenuidad
continuada necesidad de renovación. por otro lado, que ha malogrado la
Y en efecto, con la docencia libre y la Reforma misma.
periodicidad de la cátedra se introdu­ Esta satisfacción anticipada, trajo
ce en la cerrada Universidad de an­ c o m o consecuencia que aparecieran
tes un factor decisivo en su impres­ torcidas actividades intrauniversita-
cindible evolución: el aporte de nuevas rias “ sui generis” , como ser: hipertro­
ideas a la altura del tiempo. fia legalista, exacerbación de la do­
Finalmente con la Extensión Uni­ méstica universitaria, policía interna,
versitaria, la Reforma pretende una etc.
de sus más grandes aspiraciones. A De aquí que la energía que en buena
la vieja Universidad, rezagada, ais­ hora hubiera debido polarizar en los
lada del pueblo se antepone la Uni­ grandes ideales reformistas — idea­
versidad Reformista, con la Extensión les que en todo momento la reacción
Universitaria. trata de desvirtuar — agotábase en
En efecto, la Extensión Universita­ escaramuzas disciplinarias, investiga­
ria, quiere que la cultura intrauniver- ciones semipoliciales, interpretacio-

- 387 -
n e s archilegalistas de ordenanzas, sitarios. Generalmente los nombra­
conflictos internos, etc. Es decir, que mientos se fraguaban en los clubs o
el gesto de energía se colmaba en pre­ en las reuniones sociales, por lo que
sencia de una suerte de exacerbación el porcentaje de “ aciertos” debió ser
de la doméstica universitaria. fatalmente exiguo.
La Reforma, ideal de anchas pro­ El primer motivo de rebelión con
porciones, que trataba de lograr aque­ que se expresó la Reforma fué casual­
lla “ cultura” , es decir, aquel reperto­ mente contra esa insolidez intelectual
rio de acciones e ideas encaminadas a — salvo raras excepciones — del pro­
crear aquel “ técnico culto” de quien fesor surgido de las oscuras acade­
habláramos — el único que formará mias : ¿ Cómo traer entonces, un sis­
ese estrato social, generoso, ancho y tema que terminara de una vez por to­
humano que la Reforma sueña — que- das, este asalto vitalicio de un cargo
d a b a aprisionado y cohibido como tan responsable como la cátedra uni­
aquella figura de Pagnol en “ Jazz” versitaria ?
cuando el “ yo” joven pide cuentas al La Reforma no se satisface con el
“ yo” anciano sobre su vida gastada concurso. La “ asistencia 1i b r e” , la
en vano. “ docencia libre” y la “ periodicidad de
Estas conclusiones amargas las de­ la cátedra” , formarán el sistema más
bemos confesar, sin ambages; pues, estratégico para eliminar, y con jus­
todos hemos sido más o menos cómpli­ ticia, al mal profesor, aquel profesor
ces: los unos por haber cometido el que no se renueva, que no estudia, que
delito de lesa cultura y los otros por no está al día con su especialidad, que
haber callado. no investiga. El peligro de “ fosiliza­
Sin embargo, la Reforma, movi­ ción” es ya imposible. La Reforma,
miento romántico y actualizado que abriendo las puertas de la Universi­
polariza una de las corrientes más dad, democratizándola, pondrá al la­
vivas de nuestro tiempo, ha de cum­ do del mal profesqr, otro, que median­
plir su misión, pues, ya lo dijimos, te los “ cursos paralelos” lo desplaza­
por encima de la voluntad de los hom­ rá fatalmente- Con la “ asistencia li­
bres, está la voluntad de la historia. bre” se realizará esta acción de policía
intelectual y a la vez de justicia, auto­
máticamente. Si esto no es posible por
Finalidad docente de la Reforma
razones del caso, la “ periodicidad de
La finalidad docente de la Refor­ la cátedra” , es otro argumento. Para
ma apoyada en la estructura docente- el buen profesor que al cabo de los
administrativa, puede concretarse en años reglamentarios de la periodici­
lo siguiente: a) Selección rigurosa del dad, presenta un inventario de su pro­
profesorado; b) Enseñanza actualiza­ ducción intelectual en libros, trabajos,
da, y orgánica; c) Enseñanza encami­ investigaciones, repertorio de críticas
nada hacia una misión social. autorizadas sobre su obra personal,
Referente a la primera, la selección podrá estar tranquilo, continuará en
del profesorado, la Reforma — pre­ la cátedra. Pero el profesor sin ante­
ciso es no olvidarlo — surgió ante to­ cedentes, deberá retirarse para dar
do y a manera de chispa inicial, de­ paso a otros de su generación, más ca­
bido a una circunstancia: el enseñora- pacitados para ello.
miento del mal profesor universitario. Mas la Reforma no para allí, sino
El circuidlo aquel de las viejas Aca­ también pretende establecer una ne­
demias, nombraba, con una generosi­ cesaria “ jerarquía intelectual” en el
dad asombrosa, los profesores univer­ profesorado mismo. En efecto, entre

— 388 -
muchos reformistas de hoy — los de girse: l 9 Hacia una aplicación inme­
la ancha y verdadera Reforma — se diata de la enseñanza impartida en la
está confeccionando un plan de selec­ Universidad; 29 Que esa enseñanza
ción de catedráticos: los dedicados a sea “ útil” , tanto para la vida profe­
su especialidad como investigadores, sional como para la vida civil, en su
de constante producción original y faz moral y espiritual.
personal y los profesores que a su vez La Reforma entiende que deben
son profesionales. Aquéllos, en un pla­ “ actualizarse los planes de estudio, de
no superior, formarían la prez intelec­ acuerdo a su tiempo. Requiere, tam­
tual de la Universidad (Claustro de bién, que esos estudios no estén divor­
profesores, investigadores) y, serían ciados de la “ realidad” que la circun­
los que trazarían las líneas generales da. De allí, que la enseñanza deberá
de la enseñanza total. Con mayor re­ estar siempre “ alerta” respecto a la
muneración y mayor autoridad docen­ “ realidad” del medio que nos rodea
te, organizarían los institutos con sus y que componen ese repertorio de ac-
Seminarios afines y bajo su dirección t i v i d a d e s extra-universitarias. En
marcharía la Universidad. otras palabras dicho: los planes de
Los profesores sin producción per­ enseñanza deberán ajustarse a las ac­
sonal, sin trabajos de investigación, tividades extrauniversitarias de la zo­
pero de capacidad didáctica excelente, na de influencia de la Universidad,
no tienen porqué ser desplazados de para “ interpretarla, cumplirla y me­
la Universidad. C u m p l e n también jorarla” - De allí el sentido “ orgáni­
ellos su misión eficazmente; pero, de­ co” de la enseñanza que persigue la
berán supeditarse a las orientaciones Reforma.
que les indicaría aquel Claustro de Es curioso que de tantos exégetas,
Profesores de que habláramos. que nos han hablado de la ley 1597,
nadie haya pensado que en el fondo,
Es urgente en nuestra joven Uni­
lo que soñó el senador y rector Ave­
versidad introducir esta suerte de je­
llaneda, al sostener la autonomía fi­
rarquía intelectual — sin injusticias,
nanciera de la Universidad y también
por supuesto — y nos parece más no­
su absoluta autonomía docente, sin in­
ble darle su “ ubicación” precisa al
profesor que dedica su tiempo más a gerencias del Poder Ejecutivo, tuvo
también la intención de “ regionalizar’'
la profesión que a la cátedra, que pre­
las Universidades. Es decir, indepen­
tender reemplazarle. Su enseñanza es
dizarlas, para que cada Universidad
útil; pero, es urgente quitarle esa cumpliera, sin ingerencias extrañas,
gran autoridad que hoy tiene y que
con sus necesidades regionales y se
es uno de los escollos para el progre­
compenetrara mutuamente con su me­
so de la Reform a: espíritu profesio-
nalista dentro de la misma Universi­ dio.
Una reforma general de los planes
dad ; clima de admiración para el éxi­
de enseñanza, previo censo e investi­
to material, antes que de elogio para
gación estadística de las actividades
toda obra intelectual, desinteresada y
extrauniversitarias, en cada una de
de gran aliento; espíritu derrotista
las disciplinas — derecho, medicina,
para toda obra romántica y culta, etc. ingeniería, arquitectura — p o d r í a
traer soluciones inmediatas para este
Enseñanza actualizada y orgánica gran problema docente de hoy. (Re­
La enseñanza, según la Reforma, forma del Plan de Estudio de la Fa­
debe cumplir ante todo, con una ense­ cultad de Ingeniería de Rosario —
ñanza “ útil” . Esta utilidad debe diri­ 1929 — Trabajo donde se ensaya es­

— 389 —
ta interpretación estadística de la zo­ nuestro momento presente dentro y
na de influencia de la Facultad de In­ fuera de la Universidad.
geniería de Rosario). Esta actividad docente encaminada
Vayan estas ideas generales en el a fomentar la transición hacia la fun­
sentido de una “ enseñanza orgánica” . ción social la realizará le Reforma
mediante la extensión universitaria,
Actualizar nuestra enseñanza, tam­ cursos para obreros, etc. Todo ello
bién es urgente. Ciencias o artes, de orientado y dirigido por aquel Claus­
veinte y treinta años, anacrónicos ya, tro de que habláramos.
suelen servir para la enseñanza de
Y finalmente llegamos a la función
hoy. La inactualidad de buena parte
social de la Reforma, de lo cual nos
de nuestra enseñanza presente provie­
detendremos en el próximo capítulo.
ne naturalmente de la preponderancia
de aquel profesor profesional, que no
V. Función social
tiene tiempo para estar al día con su
disciplina. ¿Por qué la Reforma se ha pro­
La Reforma verdadera, tiende a sal­ puesto la gran empresa de invadir el
var todos estos escollos mediante una estadio extrauniversitario, con la fir­
enseñanza “ actualizada” y “ orgáni­ me y clara visión de abandonar el
ca” . claustro y dejar oír su palabra en la
calle?
Hacia la función social He aquí una de las actitudes más
La función docente de la Reforma, discutidas de la Reforma y que más
está articulada a la función social y, escándalo ha producido en el predio
he aquí por qué lo didáctica también de ideas del siglo pasado. En efecto,
debe apuntar hacia la formación de nada más escandaloso para un círculo
aquel “ técnico culto” de quien hablá­ educado en espíritu y en ciencia de fi­
ramos espaciosamente, quién será el nes del siglo pasado, que concebir a la
indicado para cumplir la obra que con Universidad, salida de su quicio habi­
tanta fe persigue la Reforma en su es­ tual y adoptando una postura tan des­
tado espiritual y social. acostumbradamente audaz-
Ahora bien: ¿por qué adjudicamos Pero, si en un principio de este
gran autoridad a ese grupo selecto trabajo aconsejábamos no alarmarse,
universitario del claustro, de quien a los consuetudinarios detractores de
habláramos más arriba? Porque es­ la Reforma, ante el caso feliz de la
tos, los profesores que estudian, que corriente “ viva” , social, polarizada en
se renuevan, que investigan, que viven la Universidad, cabe también ahora
dentro de la atmósfera de ideas “ a la otra observación similar. Y este nuevo
altura del tiempo” , serán los únicos motivo de no alarma es el siguiente:
que comprenderán en su esencia, esta ansiedad de la Universidad por
aquella ansiedad de la Reforma, al entrar al debate de los problemas so­
ofrecer la Universidad como crisol de ciales, es una expresión “ sui generis”
acciones, tendientes a humanizar, ele­ del tiempo presente. Como en muchos
var y enaltecer el espíritu argentino. problemas del espíritu y del conoci­
Y también, porque serán los únicos miento, la vieja Universidad egocén­
que tendrán el coraje “ útil” — hay trica y oligárquica, ante el avance de
valentías desgraciadamente inútiles las nuevas ideas, se hace egoexcéntri-
— para sostener el avance de una po­ ca y democrática, cumpliendo con un
sible “ regresión” de ideas, tal como mandato de su momento en la histo­
se presenta el escenario ideológico de ria.

— 390 —
En el arte, pongamos por caso, ha yor jerarquía de un país. Y en efecto,
acontecido algo similar. En las pos­ es ella casualmente, el receptáculo vi­
trimerías del siglo pasado— que tanto vo de lo científico, de lo ético, en una
ha tonalizado nuestras tres décadas palabra: de lo culto-
del presente siglo, aunque en franca Muy distinta es, pues, la responsa­
retirada— se trabajó un arte egocén­ bilidad de la Universidad reformista
trico de perfil semi-renacentista, con­ que la de otras entidades, políticas o
sumadamente individualista. Esta sociales. Estas, apenas si se preocupan
postura comienza a minarse a princi­ de la inmensa cultura que debe acom­
pios del presente siglo— cada vez más pañar a sus plataformas. Y nada más
extensamente— con un gesto antagó­ peligroso, sin embargo, que entrar en
nico: una marcada intención colecti­ acciones decisivas y violentas, sin lle­
vista y un progresivo degüello de var adherido un sistema claramente
aquel conformismo narcicista: crisis perfilado de su base intelectual.
del arte por el arte, crisis de la pin­ Sin razones profundas, cultas, todo
tura de caballete, resurgimiento del movimiento social tiene la fisonomía
fresco y la decoración, los rascacie­ típica de aventura, lance o cuartelazo.
los, las viviendas colectivas para obre­ Y tocamos ya, ese gesto de rebelión
ros, arte ideológico y colectivista (el del “ hombre masa” de Ortega y Ga-
americanismo, por ejemplo) estatua­ sset, que lleva consigo todos los peli­
ria monumental, crisis del miniaturis- gros de la improvisación y del troglo-
mo, etc. Todo esto con sus adláteres: ditismo intelectual. Y esto es grave en
el desantropoformismo, la maquinóla- lo social, fácil es imaginar su pavo­
tría, la standarización, el taylorismo. roso resultado si este espíritu llegara
Este espíritu dominante, colectivis­ a apoderarse de la Universidad. De
ta, en contra del recesivo individua­ aquí que la Universidad de la Reforma
lista, también contagió a la Universi­ deberá entrar en la lid con su inolvi­
dad y de allí su afán para entrar en dable bagaje universitario- Es decir,
acción en el ancho estadio colectivista no debe aceptar lo puramente intui­
de lo social. tivo, sentimental o apasionado, sino
algo más. Debe aceptar aquello que
Tipo de función social de la Reforma lleve la enjundia, por supuesto, de la
Si la Reforma ha contraído la grave fe, sea sentimental o emocional, pero
responsabilidad de cumplir también además todo un repertorio de razo­
con una función social — además ds nes intelectuales, razones universita­
la docente— ésta debe estar estructu­ rias. El político o el ciudadano podrá
rada en clima universitario. Si ha de actuar, sentimentalmente, aceptando
bregar— como ya ha tenido ocasión de cualquier doctrina. Pero el universi­
enunciarlo— hacia un nuevo sistema tario si adopta una actitud ideológica,
económico o una valiente transforma­ debe fundarla con su cultura y para
ción espiritual y por otro lado, crear ello no es suficiente el recurso apasio­
aquel “ técnico culto” de quien hablá­ nado, oratorio o emotivo. Y he aquí
ramos— único antropo intelectual ca­ por qué la Reforma no separa lo do­
paz de gestar el núcleo social que sue­ cente de lo social. Es docente en el
ña la Reforma— no ha de hacerlo des­ problema social. Es social en el pro­
avisadamente, ilusamente o inintelec- blema docente.
tualmente. La Reforma persigue ese Práctica de la función social
gran ideal, cabalmente, por que cree
que es la más capacitada para ello, ya Repetimos: para el universitario el
que en verdad es la autoridad de ma­ problema social no es escaramuza po­

— 391
lítica, ni cúmulo de actividades donde virtudes y defectos, para logro de una
es posible abrirse paso por puro libre eficaz solución profunda e insustitui­
albedrío sentimental. Esto lo hará el ble.
político y está bien. Pero el universi­ Ahora bien: ¿Cómo hacer efectivo
tario que ha construido su cultura en este suministro de cultura que persi­
el libro, debe volver al libro: el ins­ gue la Reforma, cumpliendo así su
trumento vivo y único que le ha for­ función social?
mado ese sistema de ideas que le ha­ He aquí otro gran problema que ur­
cen marchar por el mundo. gente es concretarlo, terminando de
Porque es necesario repetirlo: la una vez por todas los ensayos vagos
Reforma no ha venido para inculcar y los programas de acción indefinidos
en profesores y estudiantes desamor y desestructurados. Fuerza es, entrar
al libro, para fomentar la holganza de lleno en soluciones prácticas e in­
intelectual, para practicar exclusiva­ mediatas. Cumplir una función social
mente acción. Y ésta, cabalmente, es ya no es posible con actos simpáticos,
efímera y peligrosamente grave si no pero ineficaces, de adhesiones hacia
va acoplada de cultura. Todo lo con­ gestos y actos generosos fuera y den­
trario, la Universidad de la Reforma tro del país, ni con manifiestos aisla­
persigue cumplir su función social, dos, ni con propagandas violentas pe­
con disciplinada y prevenida concien­ ro sin programas de acción, ni con
cia intelectual. gestos rebeldes pero indisciplinados.
En su acción social intrauniversita- Hora es que se concreten normas,
ria deberá educar a aquel “ técnico que se perfile la acción, que se susten­
ten las ideas universitariamente. En­
culto” de quien habláramos, mediante
tonces el resultado será eficaz, por
un repertorio de ideas “ A ” , por ejem­
plo. En su acción social extrauniversi­ más que se extreme lo rebelde y por
taria deberá organizar su “ Extensión más que se exagere la acción.
Tal es lo que persigue la Reforma
universitaria” , sus “ Cursos para obre­
de hoy en su función social.
ros” y su “ Universidad de la Refor­
ma” — si la crea— mediante aquel mis­
mo repertorio de ideas “ A ” . Y cabal­ VI. La Reforma de mañana
mente, este repertorio de ideas “ A ” es Al iniciar este ensayo sobre la Re­
lo que la Reforma deberá precisar forma dijimos que ella ansiaba entre­
cuanto antes, con razones certeras e gar al egresado dos títulos: el título
inconfundibles. de técnico y el título de hombre.
Con estas anticipaciones, la verda­ La figura podrá ser grosera, pero
dera Reforma entrará a actuar en el interpreta, creemos, en forma aca­
escenario social en forma libre y enér­ bada una de las aspiraciones más
gica. Excluirá de su acción esas acti­ grandes de la Reforma. Y quizá vaya
vidades frívolas e insustanciales, esa en ella involucrada toda su función
demagogia descocada, esa aparatosi­ social y toda su función docente.
dad improductiva. El espectáculo so­ En concreto, volvemos a caer en
cial del momento presente será pene­ el técnico culto de quien habláramos
trado, estudiado, analizado, investiga­ espaciosamente.
do, con un espíritu—si se nos permite Ahora bien: ¿Cómo llegar, prácti­
— de Seminario. Y el problema nacio­ camente, a obtener aquel antropo in­
nal, el más cercano, será abordado en telectual que tanto preocupa a los
forma similar, mediante una exégesis reformistas verdaderos de hoy?
de nuestra realidad presente, con sus La Reforma de mañana, deberá

— 392 —
encararlo urgentemente si quiere plo, dan una imagen magnífica del
perfilar de una vez por todas su des­ beneficio aportado por esas Institu­
colorida acción universitaria y so­ ciones libres.
cial. Ha llegado el momento oportu­ Pero, el predio de vida profesional
nísimo de concretar soluciones prác­ no habrá cambiado. El profesional—
ticas y a ellas iremos desembozada­ el técnico—amparado en la ley que
mente. lo hace el único capacitado para
Sabido es, por otro lado, que este “ ejercer” , será dueño y señor de
problema preocupa ia muchísimos aquella estructura social. El hombre
círculos intelectuales y políticos del culto que ambulará al margen de los
momento. Algunos sostienen, (el gru­ “ técnicos incultos” , no tendrá una
po intelectual del partido Socialista, influencia visible. Y se exacerbará
por ejemplo) que esa enseñanza ex­ quizá, aquella petulancia tecnicista,
tensiva, ese suministro de cultura origen de la maquinolatría, de la pa­
debe realizarse fuera de la Universi­ vorosa crisis económica presente y el
dad. La cátedra se impartiría, según más poderoso factor de la pasada
ellos, desvinculada de la Universi­ gran guerra.
dad- Sin obligación, el estudiante que
No es posible, pues, caer en error
desea cultivarse acudiría a recibir
al ilusionarse que el suministro de
cátedra de esas Universidades libres.
cultura debe ser extrauniversitario.
Ndsotros no participamos de tal
Categóricamente opinamos: la cultu­
criterio. Creemos que se agravaría
aún más el sentido “ bárbaro” del ra que será imprescindible suminis­
“ técnico inculto” , de acuerdo al tér­ trar al “ técnico” debe ser “ obligato­
mino de Ortega y Gasset. ria” y debe ser impartida por la mis­
La Universidad técnica exclusiva­ ma Universidad.
mente, ante la presencia de Institu­ Ahora bien, sentado que dicha cul­
tos oficiales encargados de impartir tura debe pertenecer al engranaje
cultura, se inclinaría más hacia el interno de la Universidad. ¿Cómo
profesionalismo, justificando su ex­ organizar esta nueva enseñanza, esta
clusivo tecnicismo. Y aquellos hom­ nueva acción didáctica, imprescindi­
bres “ cultos, no técnicos” — educados ble según nuestro criterio?
en esas instituciones agenas a la Uni­ Dos soluciones caben, por supues­
versidad—no pesarían sobre la mar­ to: la enseñanza de cultura impar­
cha ni sobre la estructura principal tida en cada Facultad independiente­
de un pueblo. mente o bien, la creación de una
Sabemos bien, que en la sociedad suerte de Facultad independiente o
de hoy es el “ técnico” quien ha sen­ Escuela, encargada exclusivamente,
tado sus reales, sea éste médico, abo­ de dictar los cursos correspondientes
gado, economista o ingeniero. ¿Qué a un mínimun de disciplinas intelec­
intervención práctica tendría aquella tuales. En ambos casos, todo egre­
masas de estudiosos cultos que surgie­ sado deberá cursar aquella enseñanza
ran de las Universidades libres? y aprobarla, antes de obtener su di­
Por supuesto que toda labor cul­ ploma que lo habilite para la profe­
tural es plausible y siempre benefi­ sión. Ambas soluciones son satisfac­
ciosa. Sería absurdo negar utilidad a torias y útiles. La primera más eco­
toda expresión de cultura agena a la nómica, por cierto. Veamos, por el
Universidad. Los recientes Colegios momento el repertorio de disciplinas
Libres de Estudios Superiores de que deberá, abordar el estudiante,
Buenos Aires y Rosario por ejem­ antes de graduarse.

— 393 —
Grupo de disciplinas culturales cual pasarían todos los egresados de la
Universidad.
En términos generales, aquel gru­ Ahora bien, ya se ha estudiado en
po de disciplinas culturales pueden varios centros intelectuales el proble­
concretarse en las siguientes: a) Te­ ma referente a la época que en mejo­
mas fundamentales sobre la evolu­ res condiciones se encuentra el estu­
ción de las culturas (Historia) ; b) diante para asimilar aquellas “ ideas
Temas fundamentales sobre la vida de nuestro tiempo” .
orgánica (Biología) ; c) Temas fun­ Por nuestra parte nos parece que
damentales sobre la vida social (So­ una selección de parte del estudian­
ciología) ; d) Temas fundamentales tado sería ventajoso. El estudiantado
sobre el arte de los pueblos (Artes) ; que cursa “ técnica” , sentirá en cierto
e) Temas fundamentales sobre los momento de su carrera su mejor dis­
sistemas económicos universales posición para seguir aquellas asigna­
(Economía) ; f) Temas fundamen­ turas de cultura. Y quizá lo lleve a
tales sobre la actitud del hombre ante cabo con más entusiasmo y mejor éxi­
el universo (Filosofía). to. Tal es, pues, la “ Escuela de cul­
No tenemos la pretensión, por su­
tura” que proponemos. Sabemos bien
puesto, de haber concretado en forma
que estas ideas serán miradas con es­
definitiva, un sistema de disciplinas
cepticismo por muchos, con poca fe
capaces de cumplir con aquel progra­ por varios y con simpatía por pocos.
ma de cultura que preocupa a los re­ Pero hemos creído necesario y urgen­
formistas de hoy. Un estudio a fondo
te expresarlo, invitando a aquellos de
de la demanda intelectual en estos
poca fe a meditar sobre este gran pro­
momentos y las posibilidades prácti­ blema, que tiene hoy nuestra Univer­
cas de abastecer esa demanda, podrían
sidad y muy especialmente la del Li­
ampliar o reducir el programa que ex­
toral.
ponemos.
Pero, no dudamos en asegurar que Conclusión
las citadas disciplinas, dictadas en
Creemos, finalmente, al terminar
forma concreta, gráfica y clara, ofre­
este ensayo referente a la definición
cerá al técnico una imagen suficiente de la Reforma, que hemos satisfecho
para que pueda asimilar con ventaja aquella justificada curiosidad del es­
las “ ideas de nuestro tiempo” y que tudiante adolescente que inquiriera:
para nosotros constituye el problema ¿Qué es la Reforma?
capital que hoy debe resolver la Re­ En efecto, en nuestro exordio plan­
forma, si es que desea inclinar hacia teamos el sentido espiritual de la Re­
lo favorable su saldo intelectual, ac­ forma. En la función docente concre­
tualmente en deuda con aquél gran tamos la acción intrauniversitaria de
espíritu que existió en el año 18.
la Reforma. En la función social la
Practicidad de la enseñanza de cultura acción ego-excéntrica de la Universi­
dad para vincularse a lo “ social” .
Dichas disciplinas, se podrían su­ El espíritu de la Reforma lo defini­
ministrar, transitoriamente, desde las mos como aquella ansiedad romántico-
facakades, ya que por el momento lo redentora, que la presente generación
pueden realizar más cómodamente— joven siente agitar en su intimidad
cursos afines, gabinetes, laboratorios. espiritual. Tal es el motivo por el cual
Más adelante, cuando lo permitan las el joven de hoy— el joven completo, el
finanzas, podríase crear el Instituto o joven cabal— se adhiere a toda mani­
la Facultad independiente y por la festación generosa local o universal.

— 394 —
Explicamos que esta actitud ro­ hacia lo social es entonces no solamen­
mántico-redentora no tiene el color de te ni violento ni difícil, sino lógico y
aquella otra del siglo pasado, excesi­ natural. La realidad social argentina
vamente sentimental y teñida en de­ no puede desvincularse del Seminario
masía por el romanticismo de las pri­ intrauniversitario. Asumiría la Uni­
meras décadas del pasado siglo. Este versidad una actitud egoísta, ascética,
romanticismo de la juventud de hoy, aristocrática, de graves consecuencias
es demasiado saludable para disgre­ para el futuro de un pueblo en la hora
garse en enfermiza utopía. Es dema­ presente. Volveríamos a caer en las
siado tocado del “ espíritu de nuestro Universidades guerreras y capitalis*»
tiempo” para creerle fruto.de situacio­ tas de quién habláramos.
nes locales y transitorias. Y esta an­ La función social de la Universidad
chura generosa, esta antisiedad de de la Reforma se enmarcará dentro
justicia, este romanticismo flamante siempre de su clima universitario. Do­
lo ha recogido la Reforma y todos de­ cente en lo social y social en lo docente
bemos bregar para que ella no se ter­ quizá sea la fórmula certera que hoy
giverse y cumpla su misión en estos debe pregonar la Reforma, ya que
momentos graves para nuestro país. nada más grave que la “ acción por la
En la función docente de la Refor­ acción misma” en estos momentos di­
ma, estudiamos el problema interno fíciles, donde vemos que con toda fa­
— egocéntrico— de la Universidad que cilidad los pueblos se lanzan a las
la Reforma persigue en la enseñanza. aventuras más trágicas.
Grandes lagunas tiene hoy la enseñan­
za universitaria. Preciso es actuali­ Finalmente, ojalá estas ideas ex­
zarla y regionalizarla en su actitud puestas en este ensayo tengan eco y
egocéntrica. contribuyan, aunque en exigua pro­
En su acción egoexcéntrica, vincu­ porción, a la solución de la crisis mo­
larse a lo social— pero sin perder su ral e intelectual porque atraviesa la
carácter de Universidad. El puente Universidad Argentina.

II
ESCUELA DE CULTURA PARA LAS CARRERAS PROFESIONALES
(1934)
STE trabajo, I1) constituye una ta frase muy certera por cierto: “ La
E suerte de capítulo último de dos
trabajos de carácter universi­
Reforma ha sido elevada a la etérea
jerarquía del mito; se combate por
tario que publicáramos en el año 1932 ella o contra ella sin saber a ciencia
y que se relacionan a esta nueva mo­ cierta en qué consiste lo reformado” .
nografía. El primero, titulado “ Defi­ (Revista “ Nosotros” , 1932).
nición de la Reforma Universitaria” , Como dicha monografía nos ha ser­
tenía por objeto esclarecer y perfilar vido para fundamentar el presente
lo mejor posible esa doctrina que des­ trabajo, daremos una breve reseña de
de el año 18, ha transformado el rit­ la tesis sustentada en aquel momento.
mo de la Universidad Argentina y, sin Para llegar a perfilar nuestro pro­
embargo, aun no ha logrado una ver­ pósito de definir la Reforma, comen­
dadera definición, circunstancia que zábamos por declarar, en aque la mo­
hizo decir al profesor Rey Pastor es­ nografía, que la Reforma irrumpió
(1 ) V er A c ta s y T ra b a jos, del “ C ongreso U n iversitario A rg en tin o’ ', reunido en R osario.
T alleres Pomponi.o, R osa rio, 1934.

— 395 —
con el firme propósito de mejorar y tario como amas de casa o como ecó­
muy especialmente de “ actualizar” la, nomos prudentes que sólo nos preocu­
enseñanza universitaria en el ritmo pa la doméstica universitaria.
universal, para lo cual era imprescin­ Podráse estar conformes o descon­
dible una capacidad y una cultura su­ formes con estas apreciaciones del
perior y moderna mejor organizada ágil pensador español; podráse ver
entre sus profesores, entre los cuales una exageración apreciativa; pero, di­
había solamente honrosas excepcio­ fícil será convenir que esta sangrien­
nes. ta descripción no encierra una pro­
Este afán de “ actualizar” la ense­ funda verdad, que es urgente corre­
ñanza universitaria condujo a una gir.
“ satisfacción” o “ insatisfacción” an­ La Reforma, aunque inconciente­
te la Universidad, exclusivamente mente, en su sentido pujante llevaba
profesionalista, sin aspiraciones su­ implícita esta insatisfacción y que por
periores. Inmediatamente en el fo ­ motivos complejos no podía precisar,
lleto citado, abordamos el problema ni definir, ni explicar aunque lo com­
del “ técnico inculto” , el nuevo bár­ prendiera por ancha y profunda in­
baro de Ortega y Gasset y llegá­ tuición.
bamos a concluir que en efecto nues­ Demostramos en aquella monogra­
tras Universidades no crean otra co­ fía, que esta finalidad que antes se
sa que “ técnicos incultos” , lo cual es perfilaba vagamente, se perseguía
urgente corregir. Citábamos a propó­ con los medios reformistas, de los
sito, una apreciación del agudo filó­ cuales citamos, por ejemplo: a) De­
sofo español que nos permitimos re- mocratización de la Universidad; b)
nroducir: “ El carácter catastrófico de Seminarios; c) Asistencia libre; d)
la situación presente — dLe Ortega — Docencia libre; e) Extensión univer­
se debe a que el inglés medio, el fran­ sitaria.
cés medio, el alemán medio, son “ in­
cultos” ; no poseen el sistema vital de Dice Rey Pastor: “ La Reforma, la
ideas del mundo y el hombre, corres­ traída y llevada Reforma, vino en
pondientes al tiempo. Este persona­ buena hora a poner fin al régimen
je — continúa — es el nuevo “ bárba­ oligárquico de las facultades, gober­
ro” , retrasado con respecto a su épo­ nadas por las “ famosas academias” .
ca, arcaico y primitivo, en compara­ Estas Academias estaban desactua­
ción con la terrible actualidad y fe­ lizadas en ciencia, en arte, en filoso­
cha de sus problemas. Este nuevo fía.
bárbaro, es principalmente — dice Or­ Hoy, que tenemos perspectiva su­
tega — el profesional, más sabio que ficiente, vemos claro en aquella acti­
nunca pero más inculto también: el tud de la Reforma, al romper la es­
ingeniero, el médico, el abogado” . “ De tructura oligárquica de tal universi­
esta barbarie inesperada — insiste dad desplazada del tiempo. Pero esa
más adelante el filósofo español — de finalidad se desvirtuó y hoy, persis­
ese esencial y trágico anacronismo, te en algunos la creencia que la Re­
tienen la culpa sobre todo las preten­ forma persiguió, casualmente, exal­
siosas Universidades de todos los paí- tar al “ técnico” , exclusivamente “ téc­
ses . nico” y de ahí parte, creemos, las trai­
Comprendemos la actitud enérgica ciones leales o fraudulentas' come­
de Ortega. El filósofo ve siempre en tidas contra la misma Reforma de
altorelieve los defectos y las virtudes parte de algunos reformistas que, sin­
y esta exageración, hecha de intento, ceros o insinceros presencian impasi­
es para que dejemos de una vez por bles esta subalternización de las más
todas de mirar el problema universi­ grandes finalidades universitarias y

— 396 —
que fueran de la Reforma en el mo­ de la cultura y del saber, elaborados
mento de su irrupción: La exaltación por la historia integral de los pueblos
de la ciencia y la exaltación de la cul­ occidentales.
tura. 2P Una enseñanza e instrucción me­
Finalmente, concluíamos en aque­ tódica y pedagógica, en que se econo­
lla monografía, con la necesidad ur­ micen fuerzas para la formación pro­
gente de introducir cultura en el ám­ fesional y perital de todos los técni­
bito universitario y cultura significa­ cos que están al servicio del Estado,
ba suministrar un repertorio de ideas de la iglesia y de la sociedad, funcio­
universales, absolutamente vitales narios del Estado de toda clase, de
para el hombre moderno, para la for­ las profesiones liberales, comercian­
mación del hombre de nuestro tiempo. tes, etc.
Durante el mes de diciembre de 39 Continuación metódica de la in­
1932 presentábamos en el Congreso vestigación científica.
de la Universidad de Nueva York un 49 Una investigación y formación
trabajo complementario d e aquel, espiritual multilateral que penetre
donde insinuábamos la creación de una profundamente en la personalidad hu­
“ Escuela de Cultura” y donde nos fué mana, por medio de una solución de
muy satisfactorio constatar que has­ las “ tareas culturales generales” es­
ta en aquellas universidades del Nor­ pecíficas ; finalmente la suprema vi­
te, se siente la necesidad de nuevos talizaron de esta tarea cultural por
aportes filosóficos, espirituales, para medio de modelos personales, en los
fortificar la educación cultural del es­ cuales cada persona vea tanto un
tudiante y la necesidad también, de ejemplo como un arquetipo y norma.
vincular la Universidad a los proble­ 5P La transmisión justa, sencilla y
mas sociales, económicos y espiritua­ que corresponda a su objetivo, de to­
les vigentes en estos momentos. dos los bienes de la cultura y del sa­
Ahora bien, trabajos posteriores a ber, a través de las diferentes capas
aquella fecha, referentes al problema y clases del pueblo, es decir, también
c u l t u r a l universitario, aparecieron por mediación de instituciones inter­
profusamente en el extranjero y al­ medias que se encuentran entre las
gunos en el país. Curtius, Spranger, más altas escuelas, entre los estableci­
Scheller, en Alemania; Bouglé, en mientos de investigación y educación
Francia; Butler, en los Estados Uni­ y lo que cada uno ha aprendido por
dos, y tantos otros colaboraron con medio de la vida y de la escuela pri­
un fresco aporte bibliográfico lleno de maria” .
atinadas observaciones respecto al En resumidas cuentas podemos con­
problema universitario moderno y a la cretar en tres los aspectos consagra­
solución de sus crisis. dos universalmente como imprescindi­
Pero nos interesa poderosamente bles en toda Universidad moderna: l 9
hacer resaltar que todos estos traba­ El profesional; 29 El de la ciencia pu­
jos desembocan en una idéntica afir­ ra; 3° El de la cultura. Entendemos
mación: la necesidad de intensificar que, salvo honrosas excepciones, nues­
el factor cultura en la Universidad. tras universidades cumplen nada más
Baste sólo recordar la definición de que con el primer aspecto: el profe­
Scheller y que nos permitimos citar: sional. Las universidades europeas y
“ Los fines capitales de toda Univer­ norteamericanas con los dos prime­
sidad de un moderno pueblo occiden­ ros. Lo “ cultural” parece ser, por opi­
tal civilizado, son, para Scheller: niones vertidas por sus mismos pro­
l p Una correcta y fiel conservación fesores y pensadores, que aun no ofre­
y transmisión de los más altos bienes ce el saldo que debiera dar.

— 397 ~
A propòsito, en el último Congreso Siendo, pues, en concreto, nuestras
de Nueva York del año 1932 dedicado universidades nada más que escuelas
a discutir el tema “Misión Social de la profesionales, su mejoramiento debe
Universidad” se llegó a esta conclu­ dirigirse hacia los otros dos aspectos:
sión: “ La necesidad de extender más ciencia y cultura. ¿Cómo llegarla ello?
la vinculación de la universidad con Para quienes vuelven, después de
el país, inclinándola a descubrir su visitar las universidades norteameri­
propia realidad. Intensificarse en cul­ canas, no es posible sofocar una opi­
tura general y universal” . Compene­ nión amarga: el estudiante argenti­
trarse cada vez más de los problemas no pareciera ser muy poco dotado pa­
vitales de aquel gran país, lo cual es ra la investigación.
altamente interesante ya que a mi Mas, después de una observación
ver, no existe en el mundo, creo, uni­ más profunda, se descubre que esta
versidades más democráticas y de ma­ falta de producción constante que se
yor vinculación social que algunas de observa en nuestras universidades y
los Estados Unidos y cuya definición que contrasta con el cúmulo de traba­
la podemos encontrar en estas pala­ jos de Seminario de las universidades
bras de un eminente profesor de la norteamericanas, no provienen del es­
Universidad de California: “ La Uni­ tudiante mismo sino de una falta ab­
versidad Norteamericana es el labo­ soluta de incentivo, de sugestiones, de
ratorio de la ciudad, del Estado, del sugerencias, de ejemplos. En las uni­
país. En ellas se resuelven y se estu­ versidades nuestras, flota en general
dian problemas agrícolas de la comu­ una atmósfera inapropiada para el ca­
nidad, sociológicos del Estado, políti­ lor, la intimidad y el fervor de la cien­
cos del país. Del mismo modo las pró­ cia pura o de la cultura desinteresa­
ximas siembras, la futura inmigra­ da y aquellas energías que podrían
ción, el control de los nacimientos, el gestarse en este sentido se dilatan y
comunismo, la poda de árboles, al la­ diluyen ante una falta de ambiente
do de la filosofía, los idiomas, las ma­ apropiado.
temáticas. En algunos Estados no se La razón fundamental está en la
aprueba ninguna Ley si no ha sido misma estructura de nuestro profesor
considerada previamente en la Uni­ universitario, que, en general, es pro­
versidad. El mismo gobierno de Wàs­ fesional debido, en parte, a la ridicula
hington consulta a las autoridades remuneración que lo obliga a ello. Acá
universitarias sobre variados proble­ el profesional es Profesor. En los Es­
mas” . tados Unidos existe la profesión de
* * * Profesor. Cuatro etapas debe esca­
lar el profesor: 1’ ) Instructor; 2V)
En definitiva, de los antecedentes Assistant-professor; 39) Associate-
expuestos y de la propia definición de professor, y d51) Ful-professor. Los
Max Scheller que también a nosotros sueldos son habitualmente, tres mil,
nos toca, toda Universidad moderna cuatro mil, cinco mil, seis mil dólares
debe estructurarse en esta forma: l 9) al año, respectivamente.
Profesión o técnica ; 2") Ciencia o in­ He aquí una verdadera carrera de
vestigación, y 39) Cultura. Las univer­ profesor universitario que nos debie­
sidades europeas y norteamericanas ra hacer meditar un poco.
cumplen, repito, con los dos primeros En la reducidísima producción inte­
y pocas con los tres aspectos, por pro­ lectual del estudiante argentino qui­
pia confesión de ellas. Nuestras uni­ zás no proceda del estudiante mismo,
versidades, en general, cumplen con sino, repetimos, de una ausencia de
la primera, con la profesional sola­ ese incentivo, de ese estímulo, de ese
mente. ejemplo que debiera partir del profe-

- 398 —
sor mismo, por supuesto, salvando ca­ que confesarlo: el estudiante argen­
sos muy honrosos y admirables. tino en general no siente admiración
Es necesario, pues, crear ese ejem­ por el hombre de ciencia ni por el hom­
plo, crear una atmósfera universita­ bre culto. No porque no sea capaz de
ria que enfoque las energías disper­ ello sino porque no se ha perfilado
sas del estudiante argentino. Necesa­ aún una verdadera jerarquía de valo-
rio es crear dos mitos, si se nos permi­ r e s verdaderamente universitarios.
te el término: el mito del ’’hombre de La política electoralista ha subalter-
ciencia” y el mito del “ hombre culto” . nizado estos valores y el estudiante
Flota hoy en nuestra Universidad, mismo ha sabido desviar su admira­
el mito del “ hombre profesional” , del ción hacia aquel que mejor encuadra­
“ técnico” . ba dentro de esa atmósfera universi­
Creemos no estar errados al signi­ taria que Rey Pastor ha definido tan
ficar que la mayor parte de los dis­ crudamente con estos dos símbolos:
turbios provocados en nuestras uni­ El Bolillero y la Urna. El “ hombre de
versidades por los estudiantes, en mu­ ciencia” , el hombre insumido en los li­
cha parte procede de esta suerte de bros, el hombre verdaderamente uni­
“ disconformismo” que siente el estu­ versitario, ese hombre que se ha gas­
diante ante una atmósfera universita­ tado los ojos en largas y penosas.lec­
ria que no satisface su anhelo de algo turas, siempre autodictada, tiene en
que él mismo no podría precisar. esos momentos un valor muy peque­
El estudiante de estructura intelec­ ño, por no decir nulo.
tual aún desmembrada, des-estructu- Pero dejemos sentado que este es­
rada, indisciplinada, no sabe dónde ha­ tado de desjerarquía intelectual era
cer estallar aquel disconformismo, por antes de la Reforma, con sus fa­
aquel su romanticismo de algo que él mosas Academias oligárquicas y aris­
tampoco sabe concretar y esta actitud tocráticas, donde se repartían las cá­
lo lleva a la violencia, ya que es la úni­ tedras entre parientes y no segura­
ca postura de su desahogo juvenil con mente por su mayor bibliografía.
los resultados lamentables que todos En definitiva, opinamos que es ur­
conocemos. gente introducir en la Universidad es­
Creo, pues, firmemente que el esta­ tas dos grandes admiraciones, estos
do presente de convulsión universita­ dos grandes reconocimientos: hacia la
ria que atraviesa nuestra Universi­ Ciencia, hacia la Cultura. El amor a
dad de varios años a esta parte pro­ la ciencia trae la investigación que
cede de la ausencia absoluta de estos luego será de gran aplicación técnica
dos mitos: el “ hombre de ciencia” y y servirá provechosamente para el
el “ hombre culto” . Y de esta ausen­ país. El amor a la cultura trae la po­
cia todos somos cómplices: profeso­ sibilidad de enfrentar el problema so­
res, estudiantes y gobierno nacional. cial que nos rodea, con altura, con
Nosotros los profesores porque poco fervor realmente universitarios y to­
das las teorías sociales que tanto in­
y aisladamente nos hemos preocupa­
do por ello. El estudiante que no ex­ quietan a la juventud, serían aborda­
terioriza su afán por cultivarse. El das desde una postura verdaderamen­
gobierno que nos tiene en una situa­ te universitaria, por no decir, desde el
ción misérrima al pagarnos 270 pe­ Seminario.
sos mensuales por la cátedra univer­ Aquella ansiedad romántica, gene­
rosa, incolora aunque pujante tendría
sitaria después de 15 años de docen­
cia. su desahogo, su desembocadura ne­
*** cesaria. Ese calor de redención social,
de justicia, que es justo reconocer
Repetimos, aunque sea amargo hay existe en el estudiante argentino en

— 399 —
forma estupenda, no desembocaría en evasión posible: el hombre vive siem­
estallidos de huelga, ni en protestas ni pre desde unas ideas determinadas,
en rebeldías por motivos fútiles co­ que constituyen el suelo donde apo­
múnmente. ya su existencia. Esas que llamo
La introducción de estos dos mi­ “ ideas vivas o de que se vive” son ni
tos transformaría, creemos, el cli­ más ni menos el repertorio de nues­
ma universitario presente y el “ pa- tras efectivas convicciones sobre lo
thos” de nuestra juventud, a la cual que es el mundo y son los prójimos;
siempre tenemos que comprenderla y sobre la jerarquía de los valores que
analizarla, tendría su marco adecua­ tienen las cosas 'y las acciones: cuá­
do, su encaje más ajustado a su ínti­ les son más estimable y cuáles me­
ma realidad. nos. Claro está. — continúa — , que la
Mas, ¿cómo lograr esta admiración casi totalidad de las convicciones o
necesaria hacia la ciencia, hacia la ideas no se las fabrica robinsonesca-
cultura ? mente el individuo sino que las recibe
* **
de su medio histórico, de su tiempo.
No tenemos la petulancia, por su­ Unos son supervidencia herrumbrosa
puesto, de creer que encontramos en y torpe de otros tiempos. Pero hay
esta escuela de cultura que propone­ siempre un sistema de ideas vivas que
mos, la solución infalible. Mas, lleva­ representa el nivel superior del tiem­
mos en ello gran fe, que con la implan­ po, un sistema que es el plenamente
tación de una Escuela de Altos Es­ actual. Ese sistema es la cultura” -
tudios levantada en el corazón mis­ (Misión de la Universidad” ).
mo de nuestra Universidad, pesaría
Trasmitirlo es pues, para Ortega y
grandemente en la perfilación de
Gasset la función universitaria bási­
aquella atmósfera universitaria que
ca y propone una serie de disciplinas
soñamos, por supuesto distinta al pre­
para la formación cultural del técnico.
sente c l i m a intelectual exclusiva­
mente profesionalista. Estas disciplinas, aumentadas o dis­
Digamos de paso que Ortega y Ga- minuidas podría ser la base de la Es­
sset en su libro “ Misión de la Univer­ cuela de Cultura que proponemos y
sidad” también apunta con su habi­ que nosotros la concretamos en las si­
tual juicio certero y profundo hacia guientes : a) temas fundamentales so­
este mismo problema y abocado, co­ bre la evolución de las culturas (His­
mo se sabe, desde ha tiempo en la ta­ toria) ; b) temas fundamentales sobre
rea de extirpar lo que él llama “ bar­ la vida orgánica (B iología); c) temas
barie del tecnicismo” , responsable de fundamentales sobre la vida social
la incultura específica de nuestra épo­ (Sociología) ; d) temas fundamenta­
ca, ha señalado con estas palabras la les sobre el arte de los pueblos (Ar­
misión cultural de la Universidad: tes) ; e) temas fundamentales sobre
“ Hay que hacer del hombre medio, los sistemas económicos de los pue­
ante todo, un hombre culto — situar­ blos (Economía) ; f) temas funda­
lo a la altura de los tiempos. Por lo mentales sobre la posición del hom­
tanto la función primaria y central bre ante la vida y el universo (Fi­
de la Universidád es la enseñanza de losofía).
las grandes disciplinas culturales” . Y Dentro de nuestra estructura y
más adelante en su mismo libro, dice nuestros planes de estudio nos pare­
explicando el significado de cultura: ce aventurado introducir estas disci­
“ Cultura es el sistema de ideas vivas plinas, aunque en forma elemental,
que cada tiempo posee. M ejor: el sis­ entre la frondosidad de los estudios
tema de ideas desde las cuales el tiem­ técnicos según sostiene el filósofo alu­
po vive. Porque no hay remedio ni dido.

— 400 —
Nuestro propósito sería llevar estas cesaria hoy en el estudiante, hacia una
disciplinas a una Escuela de Cultura postura de hombres y de universita­
que, aunque independiente de las de­ rios con mejor y más ancha dignidad
más escuelas técnicas, estuviera en y responsabilidad moral e intelectual.
íntimo y constante contacto y cuya Sin títulos que expedir, ni proble­
misión principal sería aquella de con­ mas que ofrecer, esta Escuela de Cul­
centrar la atención, y de enfocar la tura no caería jamás en afán profe-
admiración del estudiante hacia aque­ sionalista. Su influencia, creemos no
llos “ mitos” que citáramos: el de la tardaría en hacerse sentir y como una
ciencia y el de la cultura.
suerte de catedral intelectual levan­
Aparte de su valor de producción
tada en el corazón de nuestra Univer­
mediante el Seminario, esta escuela de
cultura tendría una gran misión espi­ sidad, lograría polarizar hacia una fi­
ritual : la de la sugestión o propagan­ nalidad superlativa, ese “ pathos” de
da intensiva por esta cruzada de cul­ nuestra juventud argentina que, pese
tura, si se nos permite la expresión. a la crítica enérgica y a los rudos ata­
Externamente hay medios modernos ques que ha soportado, está poseída
adecuados: la publicación, la confe­ de un potencial anchamente generoso
rencia, la radio. En la intimidad, el y a la vez libre y rebelde que, en el
contacto continuado de alumno con el fondo, no es nada más que nuestra
profesor de verdadera jerarquía inte­ misma expresión profundamente ar­
lectual y moral, cuya personalidad de gentina, por no decir históricamente
por sí irradiaría esa sugestión tan ne­ argentina.

— 401 — 26
LA MISION FORMATIVA DE LA UNIVERSIDAD
DE LA REFORMA
por
ALBERTO BALDRICH
(arg entin o)

(1922)

1) La educación como formación es guiada por la visión de los valores


del hombre. — Filósofos, pedagogos y — que realiza el espíritu — hacia un
publicistas y los movimientos más des­ mundo nuevo y distinto; hacia el mun­
tacados del pensamiento en la llamada do típicamente humano: el mundo de
edad moderna y en la contemporánea, la cultura: arte, ciencia, moral, polí­
han entendido que educar, es formar tica, derecho, religión, etc.
al hombre. A un determinado tipo de En la mutua dependencia de ambos
hombre según la concepción que de és­ principios, el impulso vital originaria­
te predominó en cada época. mente ciego, presta sus potencias para
De ahí que la Universidad como úl­ la realización del espíritu — origina­
tima etapa del proceso educativo, no riamente impotente, pero “ abierto” a
pueda eludir la misión formativa que los valores — y en su constante y re­
su propia esencia le exige so pena de cíproca penetración, adviene al hom­
desvirtuarse fundamentalmente y ab­ bre — como un proceso sin fin — , por
dicar de sus fines. vivificación del espíritu y espirituali­
2) ¿Qué es el hombre? — ¿Qué es zación de la vida.
el hombre para nuestra época ? Es un Si el hombre es eso, vida y espíritu,
ser reintegrado por la concepción ac­ intencionalidad inteleqtual, emocio­
tual,— antropológica “ cheleriana” — a nal y volitiva, a él, a esa plenitud, a
la plenitud de su esencia. esa totalidad, debe dirigirse el proceso
Dotado de vida, dentro de la que se formativo.
desarrolla al máximum la actividad De lo contrario, se le mutila y es
psíquica superior, pertenece al mundo mutilarlo centrar todo en el aspecto
de la naturaleza y está sujeto a sus técnico y profesional y hacer que mire
leyes: es el “ yo” . la vida a través del lente opaco y ca­
Provisto de espíritu, es un ser libre: ricaturizante de un temperamento
“ la persona” que plasma constante­ profesional donde prima el rendi­
mente su existir, realizando, mediante miento lucrativo de esa actividad.
la voluntad, un proceso de conducción Se trata en síntesis, de que despier­
en el cual la mera vida no transcurre te “ la persona” . A ello debe tender el
de acuerdo a su estructura sino que proceso formativo.
T r a b a jo p re se n ta d o al C o n g re so U n iv ersitario. R o sa r io , 1934. V e r A r t a s y T r a b a jo s . T o m o
II. T a lle re s P o m p o n io . R o sa rio . 1934.

— 402 —
Todo hombre lleva en potencia la prensión de las estructuras históri­
actividad del espíritu: hay que hacer cas y sociales de la comunidad argen­
que esa perspectiva se convierta en tina, en el desconocimiento de aspec­
realidad, que las constelaciones de va­ tos fundamentales de su existencia y
lores irrumpan en su vida, pues sólo en una insensibilidad para apreciar el
en el hombre y por el hombre, el mun­ sentido y el ritmo de la Nación.
do de los valores toma forma en lo Como no limitan sus actividades ex­
“ sensible” . clusivamente al ejercicio de la profe-,
En el proceso formativo ese ser ad­ sión sino que las llevan a cargos que
viene hombre para vivir lo humano, implican la dirección y conducción de
mediante la irrupción siempre reno­ nuestro pueblo, se ven obligados a en­
vada de un mundo de valores que exi­ frentar, precisamente, problemas que
gen ser aprehendidos y realizados en derivan de aquellos y que se presen­
una obra cuyo conjunto constituye la tan en el orden económico, político,
cultura. educacional, etc., para resolver los cua­
Formación es así, elevación hacia la les no están preparados.
comunidad cultural. Aparece como consecuencia la im­
De donde la cultura no es una cate­ provisación sin base y sin aptitud, el
goría del saber, sino del ser; no un diletantismo, y la frivolidad que en
elemento, sino la totalidad del hom­ definitiva dañan al país que los so­
bre. porta.
3) ¿Hay un ideal formativo en la 5) La exigencia. — No es posible
Universidad argentina ? — Plasmada tolerar por más tiempo que nuestra
en una concepción utilitaria de la vida universidad siga siendo fábrica de
y en una supervaloración de lo econó­ egresados provistos de un arma so­
mico, dominante en la época, nuestra cial tan poderosa como es el título
Universidad ha tendido como conse­ universitario y con tan gravísimas
cuencia a formar el “ homo faber” ap­ insuficiencias. La modificación que se
to solo para el enriquecimiento y pro­ impone, ha de referirse pues, al sa­
greso de la técnica. ber que se imparte y a su organiza­
Porque son esos los valores objeti­ ción y extenderse tanto al que ense­
vos a los que se dirige y a la pregun­ ña como al que estudia complementán­
ta: ¿qué quiere hacer del estudian­ dose por último, con la potencialidad
te? responde: el profesional: médico, económica de la Universidad.
abogado o ingeniero. 6) La juventud argentina. — Al
Si se atiende pues a la verdadera analizar la juventud argentina parti­
acepción del concepto de formación la mos de una valoración previa de la ju­
Universidad actual, carece de ideal ventud en la que reconocemos un fin
formativo, desde que no puede enten­ en si, una etapa de la vida con pecu­
derse por tal, esa plasmación utilita­ liar significación, etapa que debe vi­
ria y prof esional desconocedora de lo virse plenamente agotando su más
que esencialmente es el hombre. profundo sentido.
4) Los males sociales que produce La juventud argentina en edad uni­
esa Universidad. — La dirección de la versitaria, a la vez que participa de
vida argentina está de hecho en manos los rasgos generales propios de toda
de abogados, médicos, ingenieros y de­ juventud, se perfila por característi­
más profesionales, — títulos obteni­ cas típicas y propias del momento his­
dos con excesiva facilidad —, quienes, tórico en que vive.
si bien tienen una preparación técnica Un mundo de valores nuevos se abre
que los capacita para el ejercicio de a la vida emocional de la juventud cu­
sus respectivas especialidades, viven yo intelecto inicia la ordenación de las
en cambio en la más absoluta incom­ ideas mientras la voluntad comienza

— 403 —
su labor impetuosa y avasallante. Es ruta de la acción, llevándola a cen­
el ingreso a la vida de los valores éti­ tros o medios inadecuados o la con­
cos, estéticos, políticos y educaciona­ crete en finalidades no sujetas pre­
les, a la actividad creadora de mitos, viamente a una revisión crítica que
símbolos y unidades sociales, a la ela­ asegure su validez de aplicación para
boración del mundo ideal del pensa­ la sociedad argentina y americana.
miento. Todo lo cual hace que en definitiva y
Los impulsos de imposición se ma­ en tesis general ese pathos político
nifiestan junto con el despuntar de la se malgaste y malbarate.
rebeldía. Aparecen las primeras dis­ Frente a tal situación, nuestra co­
yuntivas, las trágicas encrucijadas, munidad está en mora, porque no
las inevitables elecciones que obligan afronta el palpitante problema, y de­
a actuar y decidir, pronunciarse y en­ ja sin encauzar hacia válidas finali­
juiciar. dades trascendentes en el mundo de
Es la vida biográfica que comienza la cultura la “ acción” juvenil, que por
a comprometer al hombre, a dejar los sí sola parece no poder encontrar el
primeros rastros que se fijan en su camino.
faz individual y social, y a ligarle de­ Pero estas fallas, antes que destruir
finitivamente a determinadas actitu­ la virtud fundamental, que es la de
des, juicios o valoraciones. poseer un “ pathos” político, elemento
Pero todo este vigoroso despertar de validez en la hora histórica ac­
se realiza en un mundo formado ya, tual, y revelador de que la juventud
rígido e inflexible, indiferente y gene­ universitaria está bien centrada, in­
ralmente hostil ante la irrupción de dican la necesidad de que el proce­
su nueva existencia. so de “ conducción” al que hemos alu­
Surge entonces la necesidad de que dido al bosquejar una concepción del
la juventud tenga en esos momentos, hombre se realice con validez y efi­
la comprensión del comp’ ejo social en cacia.
el que le toca actuar a fin de que, ni Porque política es ejercicio de po­
se enquiste en él parasitariamente ni der para realizar algo. Y ese algo a
destruya lo que encierra de eterno y realizar consiste en un conjunto de
valedero, sino que, retomando el alien­ objetos concretos engendrado por un
to que lo anima continúe el proceso de núcleo de fines que se presentan co­
su vivificación y enriquecimiento. mo meta de nuestras tendencias y as­
Porque la cultura del mañana de­ piraciones, fines fundados a su vez
penderá de la juventud de hoy. El ma­ en la escala de valores que logra la
nejo y desenvolvimiento de aquella visión espiritual.
vida biográfica exige un proceso for- Debe haber pues, un programa de
mativo que guíe y oriente. la voluntad en el que estará encerra­
7) El “ pathos” político.— A h o r a da toda la fuerza impulsiva y toda la
bien: ¿ qué característica propia de­ visión espiritual y en el que se pon­
fine hoy al universitario argentino? ga íntegra, la vida del grupo. Y de
El nos responde terminantemente: un este programa de la voluntad, de este
“ pathos” político. cuerpo de fines, es de lo que nuestra
Un ideal ético de justicia social se juventud carece.
relaciona con ese pathos político pero Y como es la voluntad — guiada por
sin lograr aclararse en un proceso de la visión del espíritu — la que condu­
conducción válido y coherente. ce los impulsos y las fuerzas biológi­
De ahí que a veces se pierda en ver­ cas todas a realizar esa típica labor
balismos, en técnicas electoralistas, en humana, aparece claramente la tras­
minúsculos asuntos administrativos cendencia que tiene su cultivo.
de la Universidad, que equivoque la Porque el hombre, a diferencia del

— 404 —
animal que vive conforme en su mun­ la nación otorgándole el sitio de ho­
do natural, está entregado a la cons­ nor que le corresponde en la vida de
tante tarea de crear su propio mun­ la colectividad.
do, que es el de la cultura, modifi­ 8) El ideal formativo. — Como lo
cando la naturaleza que le rodea y su reconoce el gran sociólogo Freyer, un
propia naturaleza. ideal formativo no surge de meras es­
Pues bien: esa voluntad de poder, peculaciones intelectuales, sino de ver­
quiere y debe realizarse, no sólo en el daderas y urgentes necesidades vita­
marco de la Universidad que no está les del pueblo.
hecho para la totalidad de tales po­ Y el momento histórico por el que
tencias, sino en el de la comunidad ar­ atraviesa la comunidad argentina re­
gentina y americana, de donde ha de vela a través de los numerosos y cons­
trascender a la vida europea y aun al tantes movimientos estudiantiles y de
mundo todo. las declaraciones de sus congresos, de
Pero para actuar concretamente, las aspiraciones concretadas por los
para fundar sobre la visión de los va­ poderes públicos y por el Consejo Su­
lores el cuerpo de fines y objetivos perior de la Universidad Nacional del
concretos — que actualmente no exis­ Litoral al tratarse en 1932 el proyecto
ten — es necesario establecer una re­ de ley universitaria O)., de las pala­
lación entre la realidad y el debe ser. bras pronunciadas por el doctor Vi-
Relación fundamental que exige co­ centejpallo al hacerse cargo del recto­
nocimiento de la sociedad que recibe rado ae la Universidad de Buenos Ai­
la acción, amor por sus problemas, res, y del anhelo popular en general,
apreciación de su funcionamiento, po­ que se necesita dotar a nuestra juven­
sibilidades y perspectivas en las dis­ tud universitaria, de un ideal de exis­
tintas manifestaciones culturales, po­ tencia concreto y de elementos cultu­
líticas, morales, económicas y socia­ rales que hoy no posee.
les, en las vinculaciones con los de­ Es a esto a lo que llamamos ideal
formativo que la Universidad, salien­
más pueblos y visión de su trayecto­
do de su impotencia actual que le des­
ria histórica, su tradición y su des­
prestigia y la elimina como poder so­
tino.
cial y de su incapacidad para orientar
Sobre estas bases de comprensión la vida argentina debe asumir, dedi­
de grandes directivas y de sensibili­ cando al mismo tiempo su reflexión y
dad para recoger el sentido histórico sus fuerzas a los problemas vivos y
y la significación del pueblo argenti­ propios del país y a los de carácter
no, — que logrará el proceso formati- universal que presenta la cultura.
vo — , es posible obtener entonces El ideal formativo consiste pues en
aquel indispensable núcleo de fines y cultivar el espíritu y la voluntad pa­
encauzar el pathos político hacia su ra lograr su expresión en el mundo de
campo de acción. la cultura.
Mientras esto no se lleve a cabo, O dicho de otro modo: en formar el
existirá el juego descentrado de su hombre y el pueblo argentinos, ga­
funcionamiento actual. nando su espíritu y su acción para la
Solo un ideal formativo puede solu­ cultura y la afirmación de la comu­
cionar el problema, eliminar la nostal­ nidad.
gia con la cual nuestra juventud mira Se cultiva su espíritu por las mo­
las juventudes triunfantes de otras dernas humanidades, como conjunto
tierras, darle objetivos a su voluntad de ideas y principios formativos fi­
y sacarla de la orfandad y el aisla­ losóficos, históricos, sociológicos y es­
miento, para incorporarla al ritmo de téticos que le permitan abarcar el pa­

(1 ) V e r el T om o P rim ero de esta obra.

— 405 —
norama científico que le den el senti­ prensión de la Argentina y de su po­
do de su existencia personal y el de sición en América y el sentido de la
la comunidad a la que pertenece, que grandeza política a fin de que el pue­
le expliquen el ritmo de los aconteci­ blo argentino subsista como persona
mientos históricos, su nervio y finali­ espiritual, con soberanía. Porque la
dad, que proporcionen unidad, armo­ Nación Argentina, por no ser una fac­
nía y congruencia a su saber, que je ­ toría, necesita hombres que partici­
rarquicen todo lo existente, que enri­ pen de su voluntad de existencia po­
quezcan su posibilidad de compren­ lítica, de su decisión de soberanía y
sión ante otros hombres, otras cultu­ en este sentido debe modificar su
ras y otros círculos históricos, que le orientación pedagógica actual que en­
permitan percibir junto con la uni­ gendra profesionales utilitaristas al
dad esencial del género humano, las margen del espíritu y la voluntad del
fluctuaciones de cada época distinta país.
de la suya. Al enriquecer el espíritu La Nación percibe en forma inquie­
se le da la posibilidad de alcanzar el tante la existencia de un tipo de hom­
mundo de la cultura, creando sus bie­ bre interesado sólo en la productivi­
nes. dad económica de su técnica, hombre
Y se cultiva su voluntad por el en­ que ella misma está produciendo en
cauce de su actividad hacia finalida­ sus instituciones de enseñanza al preo­
des sociales concretas, vistas diáfana­ cuparse solo de su capacidad profesio­
mente ñor su personalidad espiritual, nal.
las cuales lo so’ idarizan con el destino 9) La nueva organización-----Para
de la comunidad a la que pertenece. hacer efectivos esos principios y esas
En e*te sentido, la política adquiere aspiraciones, la organización univer­
especial significado entendida como sitaria existente resulta inadecuada y
formación política integral del hom­ su economía paupérrima. Se impone
bre argentino. Téngase en cuenta pues su transformación.
que el universitario es una parte del La misión formativa y la labor de
pueblo argentino, y que éste, como la alta cultura que ella trae aparejada,
natura naturans política es un ser requieren hombres capaces e institu­
llamado a la existencia política, des­ ciones especiales, desvinculadas de las
de la cual rige la marcha histórica del actuales facultades y constituidas co­
país. mo éstas, en entidades independien­
Pues el hombre argentino debe sen­ tes.
tirse parte integrante de su comuni­ Ellas deben corporizarse en ciclos
dad y colaborador de sus valoraciones, formativos y en academias o institu­
pensamientos y progreso. Se trata tos de cultura que dispondrán de los
aquí, en esta faz formativa, de una de elementos necesarios y enviarán sus
las actividades universitarias más se­ representantes — como las escuelas
rias y delicadas que deben estar a car­ profesionales — al Consejo Superior
go de profesores capaces de estable­ de la Universidad, el que no estará
cer con el alumno la sagrada relación entonces exclusivamente en manos de
de maestro a discípulo. Freyer ha de­ los intereses profesionales como ocu­
finido claramente la finalidad del ideal rre actualmente.
formativo político sosteniendo que es­ En esta nueva Universidad, verda­
tá dirigida al hombre que enraiza en dera Universidad de la Reforma, el
sus nacionalidad, se siente solidario estudiante no verá más la fortaleza
con el destino histórico de su pueblo, que hay que asaltar por cualquier me­
y desde la libertad de su espíritu, for­ dio para abandonarla cuanto antes
ja el futuro. con el botín de un título de rendimien­
El tenderá pues a despertar la com­ to lucrativo. Sabrá que la vida de es­

— 406 —
tudiante no es un tiempo transitorio sonalidad espiritual allí despertada,
y subalterno de la existencia, que que­ aplicará a fines concretos de la exis­
da desvalorizado al superarla, sino una tencia.
etapa real y efectiva de su existencia, Vivirá pues entusiasta las discipli­
con valor, sentido, jerarquía, y signi­ nas formativas, e intensamente la pre­
ficación propias. paración cultural, científica o profe­
Etapa que se fija como permanen­ sional.
temente valiosa en su vida. La mayor dilación del tiempo uni­
No se tratará pues de correr, para versitario, no aparecerá así como una
pasar vertiginosamente por la Uni­ imposición, sino como una exigencia
versidad, hurtando sus finalidades y del propio estudiante que satisface su
esquivando astutamente sus exigen­ deseo de lograr un verdadero saber
cias y realizaciones, en una afiebrada universitario y la obtención de un tí­
intentona de evasión, que lo torna ex­ tulo prestigioso y respetado.
traño al claustro y desconfiado de su No será más, al egresar, el nuevo
ambiente. bárbaro unilateral y profesionalista,
Será en cambio el ingreso jubiloso sino el hombre culto solidarizado con
a una vida nueva que ha de vivir con su comunidad, sobre cuyo saber de
todo el apasionamiento juvenil, pero cultura se ha instalado sólidamente,
a su vez con toda la serenidad de quien y con sentido la preparación especia­
vive auténtica vida y no existencia de lizada.
antesala, de quien, por natural desen­ La misión formativa en la culmina­
volvimiento, sin anticipos anormales y ción del proceso educacional, va pues
prematuros, durante largos años, los a dilatar al hombre que vive en nues­
años de formación juvenil, sentirá tra comunidad en la cual ha de mo­
florecer allí su personalidad espiri­ ver los resortes de que ella dispone,
tual, madurar sus juicios y valoracio­ para la trascendencia individual y co­
nes, nacer la capacidad de discerni­ lectiva, al mundo universal de la cul­
miento, y aumentar su saber técnico, tura como conquista de valores eter­
que luego y en función de aquella per­ nos.

— 407 —
SOBRE LA REFORMA UNIVERSITARIA

por
MANUEL JUAN CRUZ
(arg en tin o )
(1926)

E ha impuesto definitivamente en ca de intereses de clase. La labor re­


S la vida estudiantil una sana cos­
tumbre que consiste en exigir a
formista, según esta primer postura,
deberá concretarse en lo primordial,
los dirigentes, rigurosas, precisas de­ a la transformación del régimen ju-
finiciones del problema de nuestra rídico-económico imperante.
cultura universitaria. Calificada de le­ Guglielmini ( J) por su parte, afir­
gítima la exigencia, coincidente, por ma que el problema a plantearse por
lo demás, con el propio imperativo de los universitarios en su condición es­
nuestro espíritu, intentemos discipli­ pecífica de tales, es el del contenido
nar la meditación sobre el tema. Es­ de nuestra cultura, cuyo actual signi­
bozaremos así, los puntos cardinales ficado materialista se superará en la
de nuestra opinión. dirección del idealismo. Las finalida­
Consideramos, en primer término, des sociales de la Reforma, según es­
que la polémica no siempre ha con­ te modo de ver, se logran vinculando
templado en su totalidad el complejo íntima, vivamente, la Universidad y
movimiento reformista, cuyas varia­ la realidad social que la circunda.
das interpretaciones han olvidado as­ Despreciaremos en el análisis la
pectos primordiales y característicos opinión de las derechas que aceptan
del mismo. En estos últimos tiempos, la Reforma como mera modificación
sin embargo, se han logrado dibujar de los métodos de enseñanza y reco­
con nitidez, posiciones ideológicas que gen tímidamente la exigencia demo­
contemplan integralmente el fenóme­ crática de la intervención estudian­
no, aunque se alejen de su exacta, ade­ til. De igual modo, no intentaremos
cuada comprensión. descubrir coherencia ideológica en la
No disentimos; por el contrario, una actuación confusa e inorgánica de las
halagadora unanimidad revela el sec­ entidades políticas que han gobernado
tor estudiantil, en la defensa del con­ nuestro Centro hasta época próxima-
cepto de ingerencia en sus más extre­ Desecharemos, finalmente, la contra­
mas y lógicas aplicaciones. La discre­ dictoria posición que niega primero
pancia nace al meditarse sobre el con­ al reformismo derecho a intervenir en
tenido social de la Reforma derivado el conflicto de clases, para orientarlo
por el izquierdismo, de modo coheren­ luego en la corriente del socialismo
te y sistemático, de la consideración jurídico, en una aplicación particular
de la cultura como expresión ideológi­ a los estudios de derecho.
( 1 ) L a R e fo r m a en la U n iv ersid ad . (V e r el tra b a jo en este T o m o ).

— 408 —
Y así planteada la polémica, acla­ En este sentido, el problema de la cul­
remos los aspectos fundamentales de tura se relaciona íntimamente con el
la misma y definamos nuestro pun­ social y provoca de inmediato una ne­
to de vista. cesidad política. Este punto de vista
A mi entender, es innegable que los lo concretamos tiempo atrás en el Bo­
universitarios han aportado a la ac­ letín de la Unión Reformista, al que
ción, la conciencia de una realidad so­ nos remitimos para completar los ar­
cial insuficiente y de un ideal desti­ gumentos que en esta meditación se
nado a superarla. Los jóvenes adqui­ esbozan. Decíamos entonces: “ El pro­
rieron la visión profunda de esa in­ blema que los universitarios plantean
suficiencia planteándose el problema es un problema social en cuanto lo ex­
de la Cultura, la que contemplada em­ plicamos en función de la estructura
píricamente, en sus particulares con­ jurídica de nuestras sociedades y lo
diciones de hecho, es hoy un privile­ resolvemos por medio de la acción po­
gio, no un atributo inherente a la per­ lítica. La exigencia de socialización
sona. Y ante la cuestión esbozada, se se integra en dos postulados : precisa­
enunció la ideal exigencia socializan­ mos obligar a todo individuo a tra­
te que se formula solicitando a todo bajar en la cultura, deseamos que to­
individuo la conciencia, el sentido de do trabajador se dote de conciencia
las afirmaciones de la cultura para lo­ cultural. Y ambos implican una nece­
grar así universalidad en los queha­ saria reducción de la pedagogía a po­
ceres espirituales. El movimiento re­ lítica. Reposa, en efecto, el orden edu­
formista, en tal virtud, se inspira en cativo de nuestras sociedades, sobre
el propósito de adaptar el organismo un concepto aristocrático de la cultu­
educacional a la exigencia enunciada ra, afirmada, no como “ dirección inte­
y aparece evidentemente dotado de ligente del crecimiento integral del
contenido social. individuo” , sino como “ signo de cla­
En efecto; si se considera que la se” . Pero este criterio deriva de la
finalidad específica, original de la influencia plutocrática que aleja de
Universidad consiste en elaborar y la cultura a las clases desposeídas,
sistematizar las normas espirituales gracias a la larga preparación que se
peculiares a cada momento histórico, requiere y a la consideración de la
el problema de la cultura encarado,
misma, como signo de importantes
plantea de inmediato la cuestión uni­
prerrogativas.” ( J) “ En síntesis, que­
versitaria por cuanto precisamos que remos afirmar que el ideal de la Re­
el régimen educacional ofrezca condi­
forma no se limita a la esfera univer­
ciones propicias para que la juventud sitaria; posee más amplios contornos.
actúe, realice, concrete la ideal aspi­
ración formulada. Es de índole social en cuanto expli­
Pero el inquietante problema tiene camos lo insatisfactorio de la actual
vinculaciones de otro tipo. La concep­ pedagogía, mediante el conocimiento
ción de la cultura que se desestima, del orden jurídico corre'ativo. Nos
descubre como primordial elemento obliga a una labor política en cuanto
de hecho condicionante, el particular sólo puede realizarse asegurando con­
régimen jurídico de nuestras socieda­ diciones sociales propicias, es decir,
des y se refiere a la existencia de un remediando de alguna manera los vi­
grupo más o menos diferenciado de cios de la organización civil a que per­
hombres que por razones de superiori­ tenecemos” .
dad económica, son exclusivos posee­ Ahora bien; en estos últimos tiem­
dores del privilegio de contribuir a la pos se ha generalizado un punto de
afirmación de los valores culturales. vista según el cual, colocándose en
(1 ) L as fu entes de este con cep to se señalan en el m encionado artículo.

— 409 —
rango eminente el problema social, se ción contra un sistema (normativo,
niega la autonomía del universitario, en crisis, a que la enseñanza imparti­
entendido en relación de dependencia da adquiera el rigor crítico peculiar
respecto al primero. El modo de ver a las meditaciones de nuestro tiempo.
que aquí se expone es, por el contra­ Los universitarios deben reflexionar
rio, metódicamente desenvuelto, el si­ sobre la manera que este grupo de
guiente : el ideal de cultura aportado jóvenes adopta para encarar la re­
por la Reforma implica la realización forma en los institutos de educación.
de una labor política en el seno de la El autor de estos párrafos afirma aho­
sociedad y la transformación profun­ ra, en una palabra, la necesidad de
da del régimen universitario, es decir, una posición integral que contemple
se desarrolla en ambos ambientes, pe­ en el reformismo su carácter primor­
ro no niega la autonomía de las cues­ dial y sus ideales proyecciones, es de­
tiones que la Universidad se plantea cir, sus aspectos pedagógico-social:
en el ejercicio de su original finalidad. a) No creemos, como la izquierda,
Esa función es precisamente normati­ en una cultura exclusivamente deter­
va y consiste en elaborar las afirma­ minada por el fenómeno económico de
ciones propias de cada momento de la la división de clases, por cuanto en­
cultura. tendemos que en la cultura, expresión
Es posible que una real interpreta­ de la libertad del espíritu frente a lo
ción del reformismo considere como inorganizado, colaboran todos los ele­
eminentes y fundamentales los aspec­ mentos humanos integrantes. Nos pa­
tos político y social, tal como se con­ rece absurdo afirmar que las mino­
cretan en estos párrafos. Una culta rías oprimidas no encuentran modo de
porción de estudiantes que actúa con expresarse en la estética, en la filo­
eficacia en el ambiente universitario sofía, hasta en la economía y en el
entiende, empero, que es preciso com­ derecho, cuyos elementos deontológi-
pletar estos puntos de vista y, afir­ cos, ideales, contemplan siempre si­
mando las funciones irreductibles de tuaciones de desigualdad. Reconoce­
la Universidad., descubre en el movi­ mos, sin embargo, en un examen con­
miento elementos que idealmente pro­ creto y empírico de los hechos socia­
yectados lo dotan de un significado les que el sentido de la cultura, único
más hondo. La Reforma Universita­ medio de contribuir a la afirmación
ria padece, por obra de esta interpre­ consciente y reflexiva de los valores
tación, de la inquietud espiritual de del espíritu, no es patrimonio de todos
nuestros días y aspira a complicar la los hombres. En este dato se fecunda
Universidad en el vigoroso resurgi­ la. exigencia ideal de socialización que
miento de la mentalidad crítica y filo­ formula la Reforma Universitaria;
sófica. No se trata de una mera re­ b) Admitimos la necesidad de pro­
forma de los métodos de aprendizaje. yectar el movimiento reformista, en
Es más profunda la exigencia: pre­ una dirección cultural humanista, que
téndese desterrar de nuestros institu­ libre los valores del espíritu de su
tos educacionales, las formas dogmá­ concepción mecánica y complique la
ticas y pedantescas de la filosofía del Universidad en el resurgimiento de
siglo pasado que se descubren en cla­ las rigurosas, perennes, clásicas me­
ses y discursos académicos, inspiran ditaciones. Este doble significado del
aúnalas reformas legislativas y con­ reformismo, permite afiliar nuestro
cretan la opinión de nuestros gober­ movimiento a las corrientes espiritua­
nantes. Aspiramos a que en las Uni­ les que, en estos últimos tiempos, han
versidades se fomente la inquietud enunciado aspiraciones al “ enriqueci­
que define el actual momento de reac-1 miento interior de la democracia.” ( 1)
( 1 ) F e rn a n d o de los R íos. E l sen tid o hu m a n ista d el socia lism o.

---- 4 1 0 ----
c) Desde estos puntos de vista, la formismo de significado cultural.
Reforma Universitaria es la expre­ e) Al seguir este orden, consulta­
sión de una nueva sensibilidad, pala­ mos una innegable exigencia de la Re­
bra que adoptamos para significar la forma que consiste en formar hom­
conciencia íntima y profunda de una bres dispuestos a la acción en vista
disidencia espiritual que el tiempo del ideal político necesariamente im­
madurará en pura, sistemática teoría. plicado y aspiramos, por otra parte, a
d) Entendemos haber establecido limitar a sus justas proporciones los
con claridad nuestro modo de ver so­ alcances de una peligrosa opinión
bre el problema universitario. Al vin­ culturalista que se está generalizando
cular los aspectos social y cultural del en los partidos reformistas. No debe­
reformismo, no creemos haber incu­ mos negar, sino completar, como dice
rrido en ninguna especie de empiris­ Guglielmini, superar, la interpretación
mo marxista. Por otro lado hemos va­ puramente socializante del 18. No se
lorado los debidos alcances del ideal olvide, por lo demás, cuando de tal
socializante con una fórmula que, se­ modo queremos negar a la Reforma
parándose algo de la establecida por derecho a la política, que los ideales
Guglielmini, comprende una común de justicia social, formulados en teo­
aspiración a la labor política del Cen­ ría y vividos en la acción también
tro y de la Izquierda. Finalmente, nos concurren a integrar el concepto de
hemos adherido a la doctrina del di­ cultura en cuanto expresión inmedia­
rector de “ Inicial” , que dota al re­1 ta de la vida del espíritu. ( ')

( 1 ) E sta p osición con la que quiero oponerm e a tod o a ristocra tism o de la inteligencia, fué
a d op ta d a por n oso tro s en un a rtícu lo que sobre “ O rtega y G asset y la p olítica ” , publiqué en la
revista “ In ic ia l” . U na fe cu n d a y n oved osa co n feren cia de M ax Scheler, “ El saber y la cu ltu ra” ,
contiene a p recia cion es que con sid ero, desde este punto de vista, m uy sugerentes.

411
NUESTRA JUVENTUD Y SU FE
por
GREGORIO BERMANN
(arg entin o)

(1932)

OS enemigos de la Reforma Uni­ trioterismo que bajo regímenes de


L versitaria, han “ descubierto” que fuerza pretenden poner a las naciones
ella lucha incesantemente por la de Latino-América bajo el dominio del
justicia social; que las primitivas rei­ imperialismo y de ,los círculos de la
vindicaciones liberales y anti-dogmá- política criolla, y proclama la necesi­
ticas, las de organización universita­ dad de contemplar la dolo^osa realidad
ria y docente, el respeto de los dere­ nuestra en muchos aspectos y de tra­
chos de la juventud, eran insuficien­ bajar ahincadamente por mejorarla
tes para colmar las aspiraciones de en lo social y crearla en lo cultural.
los reformistas de hoy. Esta nueva fe, profesada con digni­
En verdad, los acontecimientos han dad y sacrificio por el estudiantado
demostrado que los mismos postula­ argentino, este nuevo “ Ethos” que ya
dos planteados el 18, no pueden reali­ tiene sus actores y sus teóricos, ha
zarse bajo la éjida del privilegio y de ido creando bajo la influencia de di­
la explotación. Bajo el imperio de cir­ versas circunstancias y sobre todo de
cunstancias desfavorables (dictadura, la dictadura, los caracteres de una ac­
predominio de las camarillas en las ción política. Pero si desde las posi­
universidades, crisis mundial, impe­ ciones de la Reforma, hemos afirmado
rialismo, etc.) se ha ido formando des­ estas aspiraciones político-sociales, en
de la guerra en la juventud continen­ manera alguna debe considerársela
tal, por la lucha y el sufrimiento, una abanderada en una ideología partidis­
nueva fe, que ha subtituído a la defi­ ta, y mucho menos sometida a un dog­
nitivamente caduca de las iglesias mi­ matismo sectario. Esto es lo que me
litantes y del pseudo liberalismo co­ interesa precisar y delimitar.
rrompido que sólo pone su empeño en Doy por descontado que la Univer­
la posesión de los bienes materiales. sidad de la Reforma no puede ser li­
Ya no entra ingenuamente arrastrada beral ni clerical, conservadora ni so­
por un entusiasmo literario, ni la se­ cialista, comunista ni fascista. Hay
ducen las líricas declamaciones, sino una función específica de la Univer­
qr^ obedece a algo que viene de muy sidad, que la Reforma debe proclamar
adentro, que se impone como un im­ y defender con intrépida decisión: la
perativo vital, biológico. fe en el poder de la razón, en la fuer­
Día tras día va afirmando su volun­ za de la justicia, en la eficacia del
tad autonómica, y por espontánea de­ pensamiento, en los derechos de la in­
terminación va encontrando su propio teligencia, y en los intereses de una
camino, frente a los histriones del pa- nueva educación, cuya base sean la

— 412 —
escuela unificada y el respeto de la timos coligados hombres de diferentes
personalidad del niño y del joven. tendencias, militantes o no, inspira­
El universitario que no crea y lu­ ción que se siénte y trasluce con trági­
che por estos postulados, podrá ser ca intensidad los problemas de la épo­
un profesional o un técnico más o me­ ca. Sostengo el rol autonómico de las
nos hábil, pero que en manera alguna universidades- Sus dirigentes no son
responde a su función esencial. simplemente mandatarios de los pro­
No creo en la neutralidad política fesores o de los alumnos, sino que son,
de la Universidad, que suele no ser como los mismos profesores y alum­
más que una doctrina de compromiso nos, miembros de la Universidad, en
y de comodidad. Los reformistas no tanto representan la permanente
son neutrales. Repetidamente han de­ grandeza y deberes de las inteligencia.
clarado el sentimiento izquierdista y Cabe recordar aquí la fuerza sustan­
progresista que los anima, y las dife­ cial del pensamiento y su fundamental
rentes tendencias o grupos que inte­ acción revolucionaria; y podría apor­
gran la Reforma hallarán en tal pro­ tar para ello ejemplos significativos.
grama su punto de confluencia. Ella Aquellos que aman verdaderamente
debe distinguirse cuidadosamente de nuestra causa deberían aplicarse fer­
las tendencias partidistas que se han vorosamente a su creación, de que tan
ido infiltrando con grave daño en los carentes estamos aún.
diversos aspectos de la Reforma. Y si
En este sentido ningún otro país
no es posible despojarse por completo
como el nuestro está en condiciones
de la bandería a que se pertenece por
de elaborar una nueva cultura de tipo
el sólo hecho de traspasar los umbra­
juvenil. Los universitarios deben em­
les de la Universidad, al proponérselo
plearse a fondo en esta empresa. Y
conscientemente, ya se ha dado un
gran paso para la unidad cordial y así por diversos caminos, podrá ir
realizando la Reforma en el terreno
profunda de los diferentes sectores
específico de la inteligencia: D por
reformistas. Las actividades políticas
la vía de la ciencia y de la filosofía,
no se dirigen tan solo a defender un
programa, sino a una lista de perso­ ajenos a todo dogma y prejuicio, se
esforzará por aclarar, practicar e ilu­
nas, fatalmente mezclada con intere­ minar los problemas del mundo y de
ses y pasiones de los partidos militan­ la vida que afectan principalmente al
tes y de las ambiciones personales de hombre actual: primer camino a la
sus componentes. Por eso la Reforma liberación por la verdad. El docente
debe ser en lo posible impersonal e im­ reformista no puede ser un mero re­
partidista, lo cual no pueden signifi­ petidor, sino un investigador que com­
car que sustraiga a los que forman en prueba y elabora las nuevas verdades
sus filas de sus deberes políticos, muy que adquieren así el valor de una en­
por el contrario, los impulsa vigoro­ señanza viva y fuerte; 2? por el vigo­
samente a cumplirlos. roso reclamo de la preeminencia del
En este particular dominio podría derecho y de la razón en la vida pú­
repetir con un educador que la Refor­ blica en defensa de las libertades e
ma no es un agente electoral ni puede instauración de la justicia social; 3?
utilizársele para elecciones, sino que por el esfuerzo en crear en el seno de
forman electores conscientes- las actuales Universidades o fuera de
Dentro de este juego de factores ellas una nueva cultura de ciclo abier­
complejos, frente a las fuerzas obs­ to y en función del momento histó­
curantistas y oligárquicas, por en­ rico ; 49 por el estudio de las condicio­
cima de la acción partidista, la Re­ nes y causa de la fuerza y poder del
forma debe tener y tiene una inspira­ privilegio, y cómo es posible instau­
ción política superior, en que nos sen­ rar formas sociales más justas, que

— 413 —
hagan accesibles a quien sean los be­ propios— suele tener sólo un valor di­
neficios de la cultura y de la civiliza­ dáctico. Así lo ha sentido la genera­
ción, el reconocimiento de la verdad ción de la Asociación de Mayo, cuando
y la creación de belleza; ñ9 por la di­ la tiranía de Rosas, y nosotros en la
fusión en el medio social de las verda­ que acabamos de padecer y cuyas con­
des que ha conquistado; 69 por el estu­ secuencias sufrimos.
dio del rol jugado por los universita­ Cuando la dictadura de un grupo
rios y jóvenes en las diferentes épo­ dominante es un obstáculo al recono­
cas, para que adquieran la convicción cimiento de la verdad, a la creación
de su destino histórico; 79 por el cul­ de los nuevos valores de la cultura, a
tivo del carácter y el ejercicio de la la realización de la justicia, la lucha
voluntad en la intrépida defensa de su por el imperio de ésta se convierte
credo, enemigo decidido de toda tran­ también en un eficaz empeño por la
sacción con la mentira y la iniquidad. cultura. Hacen bien las nuevas gene­
Las generaciones que hoy se edu­ raciones de poner sus mejores espe­
can en los institutos de cultura y en ranzas en la Reforma, porque en ella
cuyas manos está el porvenir, sienten y a través de ella, se va creando una
la necesidad vital de no caer “ en po­ nueva y grande realidad argentina.
der de los adultos esclavizados por Agiles, estudiosos, combativos, labo­
otros intereses” . Debe reivindicar la riosos, de exaltada dignidad, no con­
preeminencia del pensamiento y tra­ formistas, exentos de chabacanería,
bajar por la realización de la justi­ los jóvenes que forman en sus filas
cia, sin la cual aquél no es posible. Por sabrán clarificar y perfeccionar su
eso, en ocasiones la distinción de la propio ser e imponer las más altas
lucha por la cultura y la justicia— soluciones en el frente multiforme del
que tienen ciertamente sus dominios pensamiento y de la acción.

II
LA REFORMA, MOVIMIENTO JUVENIL

(1936)
A Reforma Universitaria ha sido Periódicamente cada nueva oleada
L desde el comienzo un típico movi­
miento juvenil. En su amplio cau­
de los estudiantes que invade las aulas
ha ido entregando a la Reforma lo
ce, de tan anchas orillas que aveces la mejor de sus energías, con exuberan­
vista se perdía en el horizonte, sin dis­ cia faustica a la manera de fuerzas de
ciplina, de partido, sin dogma de escue­ choque. En esta turbulenta corriente,
la, sin cólera sectaria, la rebeldía juve­
la florida juventud dió señales de su
nil intentó hallar la forma y la norma,
el sentido y la expresión conforme a arrogancia y de su inexperiencia, mez­
sus apetencias vitales y a la época. Las clando a los justos reclamos, el grito
generaciones que en ella participaron anárquico, el gesto romántico, la ac­
respondieron al llamado de la hora no titud demagógica. Pero, además, en­
con la matemática precisión del grupo tregó su lealtad indomable, su empu­
avezado a la acción, sino con el impul­ je inicial, adornándola con la gracia
so ’del momento, conforme a las carac­ viril de los años mozos. Aunque ma­
terísticas juveniles. Y constituyó ñana estos mismos hombres que adop­
“ avant la lettre” el frente único de la taron actitudes salvadoras, “ definiti­
juventud. vas” , incurran en los vicios que gol-
, En.- el .‘AC o n Sre s ° U n iv e r sita r io ” , reu n id o en R o sa r io , 1934, el a u to r p resen tó un t r a b a jo
sobre fu n ció n que los m o v im ie n to s e stu d ian tiles y ju v e n ile s en g en era l, tu v ieron en el d esa -
rrollo ele la h isto ria con tem p orán ea .

— 414 —
pearon, se cristalicen en los mismos todos comprendieron claramente que
moldes que criticaron, ya dieron a la esto era imposible. La dictadura hizo
acción del momento, sumaria y transi­ añicos en un instante todas sus con­
toria, su contribución juvenil; sientan quistas : autonomía, libertad de la cá­
ellos el desagradable sabor de su fra­ tedra, participación estudiantil en el
caso, de su acción y de su vida incom­ gobierno universitario, selección del
pletas. En esto reside el secreto de la profesorado, universidades abiertas a
fuerza y de la debilidad de la Reforma todos los hombres y a todas las doc­
Universitaria. Movimiento que es mu­ trinas, y en fin, todo lo que tendía a
cho más serio e importante de lo que convertir las casas de altos estudios
creen sus enemigos y aún la gran ma­ en centros de elaboración de la nueva
yoría de los que que en él participa­ doctrina social y cultural del hombre
ron. Contrariamente a los que todo lo nuevo.
pedían de la Reforma, creo que aún La Segunda Convención Nacional
en su acción fragmentaria e impreci­ de Estudiantes Universitarios (1932)
sa, ha rendido más de lo que legítima­ rectificó este punto de vista erróneo,
mente podía pensarse, dada la clase comprendiendo que no puede haber un
de que provenían sus participantes. cambio verdadero en la estructura de
Pues con una gran plasticidad, propia ios institutos universitarios de acuer­
de los que en su crisol se han ido re­ do con las nuevas directivas sin una
novando en cada promoción, ha res­ previa modificación de los factores
pondido a las exigencias del momento que la condicionan. Por un tiempo,
en que le tocaba actuar. bajo la impresión de los manotones
La Reforma Universitaria no fué militares, los líderes estudiantiles sub­
simplemente el grito inorgánico de re­ valoraron la trascendencia del movi­
beldía juvenil, sino la tentativa de es­ miento. “ Todo vendrá de parte de la
tructurar a través de la Universidad sociedad socialista, decía el manifiesto
un nuevo estado de cosas. Dos corrien­ de la Agrupación Estudiantil Socia­
tes definiéronse desde el primer mo­ lista de 1933, y poco o nada se conse­
mento. La primera, intentó crear guirá desperdiciando energías en re­
grandes posibilidades para el trabajo formas educacionales y universitarias.
científico, a fin de que con mejores Tres lustros de combate reformista
instrumentos se fragüe una patria universitario lo demuestran” . En el
mejor con mejores hombres, que en la mismo sentido se pronuncian Giúdice
Universidad se formaran. Tal fué la (Encuesta de “ Claridad” ) y Agosti
directiva de las federaciones univer­ (en “ Cursos y Conferencias” ). Pero
sitarias locales y de la Federación la primacía de lo social no excluye la
Universitaria Argentina (F.U-A.). La existencia de problemas estudiantiles,
segunda, contempló la Universidad co­ universitarios y culturales. Desde hace
mo la expresión del momento político, años vengo insistiendo en la necesidad
económico-social y cultural y no se en­ de reforzar el frente universitario,
gañó respecto al rol de la institución aguzando los instrumentos y medios
universitaria. Esta corriente halló su de acción que le son específicos (pun­
expresión y su órgano en la Federa­ to de vista que sostuve ampliamente
ción de Asociaciones Culturales. Pron­ en la conferencia de Rosario “ Cultura
to se impuso la tendencia académica. y Política en la Reforma Universita­
Durante diez años esterilizáronse mu­ ria” , 1932). “ Debemos hacer valer es­
chas energías en el intento de crear tos poderosísimos instrumentos, de­
dentro de los viejos moldes un orden cía. en otra ocasión, que también son
de cosas que tenía solución principal­ de acción. Toda la historia está llena
mente fuera de la Universidad. Pero de ejemplos magníficos en que el pen­
después del 6 de Setiembre de 1930 samiento y la fe han vencido la fuerza

— 415 —
bruta y a los que poseían todo el poder símbolo y la bandera de los estudian­
y toda la riqueza” . La defensa de la tes de hoy, y se solidarizan con él sen­
cultura y de los valores que la crean tidamente. En la actualidad deben te­
debió haber sido desde el primer mo­ ner más espíritu de sacrificio, más he­
mento preocupación substancial de la roísmo que en otros tiempos, y es com­
Reforma, sin esperar a que se nos se­ prensible que muchos, tímidos o co­
ñale su importancia desde Francia, co­ bardes, se retraigan ante el impera­
mo sucede hoy en ese magnífico movi­ tivo de la acción.
miento a cuyos frente se hallan sus Todos los anteriores movimientos
mejores espíritus, sus más grandes es­ de juventud han fracasado, al menos
critores, pensadores y sabios. Si la Re­ en sus aspiraciones principales. Abri­
forma carece y no puede tener una go la convicción que éste de la Re­
doctrina social propia, puede en cam­ forma está destinado a triunfar, no
bio echar los cimientos de las direc­ por lo que signifique en el orden uni­
tivas culturales. versitario, no porque crea puerilmente
Así lo han comprendido los centros en su rol de “ clase dirigente” , no por­
estudiantiles, las federaciones, la F- que disponga de medios invencibles,
U.A., los congresos nacionales e inter­ sino porque entronca en las realidades
nacionales que se han pronunciado por más formidables de la época, porque
esta defensa de la cultura, estrecha­ conjuga dialécticamente la verdadera
mente vinculada a la lucha contra el lidad en la férvida bio-psicología de la
imperialismo, el fascismo y la guerra. doctrina social con la cambiante rea­
Desde la dictadura compruébase la lidad en la férvida bio-psicología de
creciente radicalización de las masas la edad juvenil.
estudiantiles, con exclusión del espí­ Antes que en otros países del mun­
ritu sectario y dogmático que tan fá ­ do, la Reforma esbozó en la Argentina
cil presa hacen en la edad juvenil. los lincamientos de un orden nuevo y
de una cultura de tipo juvenil, que
Esta incorporación a la lucha con­
ciertamente no ha sido lograda y cu­
tra la dictadura que fué y contra la
que se prepara, su decisión de echar yos primeros sillares apenas se han
las bases y a formar parte en el Fren­ cia y en Inglaterra, en China y en la
te Común, es decir, su participación colocádo. Por todas partes, en Fran-
creciente en las luchas políticas, da su India, en Estados Unidos y en Amé­
acento a la generación de 1936. Las rica Latina, los estudiantes han levan­
tareas del estudiante de 1936 son más tado después del 18 su clamor en estas
duras y dramáticas que las del de 18. mismas directivas. El Boletín que edi­
ta hoy el “ Comité Mondial des Etu-
Entonces, era amablemente acogido
por la gran prensa, alentado por el diants” parece redactado por gente de
la Reforma. No lo digo para reivindi­
gobierno, mimado por la opinión, te­ car una primicia o una glorióla, quie­
mido por los profesores y autoridades ro sólo mostrar que la gente del 18
universitarias. Ahora todos estos po­ supo perfectamente y lo dijo muy cla­
deres le son francamente hostiles. Y ro que pisaba los umbrales de una
los que permanecían neutrales: ejér­ nueva época, sobre todo bajo el influ­
cito, policía, finanzas — no contemos jo de la gran Revolución Rusa y del
la Iglesia y las clásicas fuerzas reac­ desengaño que dejó en nosotros la
cionarias — son sus enemigos enco­ gran guerra democrática y liberal de
nados. Antes hubiera sido imposible 1914-18. Y cualesquiera que hayan si­
que un estudiante como Agosti perma­ do las vicisitudes porque hemos pasa­
neciera encarcelado no ya diez y ocho do los que nos hemos sentido tocados
meses, ni siquiera ocho días, aunque por el aliento ardiente de la Reforma,
fueran cien veces más graves sus “ de­ no lo olvidaremos, porque es una de
litos” de opinión. Por eso Agosti es el las entrañas del cuerpo de nuestra fe.

— 416 —
LAS JUVENTUDES REFORMISTAS EN LAS
LUCHAS POR LA LIBERACION CONTINENTAL

por
PABLO LEJARRAGA
(argentino)

(1938)

OY que una voluntad de unidad y americano de los problemas que tra­


H se afirma en la conciencia demo­
crática de América, y en nom­
jo a la consideración pública, en pri­
mer término, el de fondo, del impe­
bre de su porvenir se trazan— por rialismo sometiendo económica y polí­
hombres y organizaciones—progra­ ticamente la vida de nuestros pueblos.
mas de liberación, contra las oligar­ Como entreviendo esa amplitud que
quías y los imperialismos dominantes, había de perfilarse a lo largo del mo­
me parece oportuno y justo, destacar vimiento como característica definito-
un aspecto, que por otra parte estimo ria, el ya célebre manifiesto inicial de
fundamental, de la acción de las ju­ “ la juventud argentina de Córdoba a
ventudes estudiantiles que en la Amé­ les hombres libres de Sud América”
rica Latina reconocen su filiación his­ — junio de 1918— habló al continente,
tórica e ideológica en el movimiento y en el lenguaje vibrante de las anun­
denominado Reforma Universitaria. ciaciones le decía: “ Creemos no equi­
Al hablar del movimiento reformista vocarnos, las resonancias del corazón
y a esta altura de su desarrollo, demás lo advierten: estamos pisando so­
está decir que el contenido del mismo bre una revolución, estamos viviendo
excede su denominación, pues iniciado una hora americana” . “ El sacrificio es
por igual en aulas y calles, alentó nuestro mejor estímulo; la redención
desde el primer momento afanes esco­ espiritual de las juventudes america­
lares y anhelos de reivindicación so­ nas nuestra única recompensa, pues
cial. Y lo que en un principio apareció sabemos que nuestras verdades lo son
como mezcla o confusión, hoy ha sido — y dolorosas—de todo el continente” .
precisado en un orden de relaciones Y en verdad que no se equivocaron.
que coloca al escolar dentro de lo ge­ Iniciado el movimiento en Córdoba
neral o social, y fija los alcances de la en las jornadas de junio de 1918, se
acción juvenil en estas dos direccio­ difundió de inmediato con extraordi­
nes. naria fuerza de repercusión por toda
Y vuelvo a la limitación establecida. América, en la misma actitud belige­
El aspecto a que me refiero es el de rante, enarbolando la misma bandera
la amplitud continental del movimien­ de la redención espiritual de las ju­
to, tanto en su extensión geográfica ventudes, voceando los mismos anhe­
diremos, cuanto en el carácter propio los de libertad y de justicia. Recórra-

— 417 — 27
se la compilación documental de Ga­ realización de la justicia social” , po­
briel del Mazo, relativa a la propaga­ dría considerarse definido su pensa­
ción del movimiento en América La­ miento y orientada su acción.
tina— trasunto de vida y de hechos La juventud percibió el imperialis­
que va de 1918 a 1927— ,y se verá cla­ mo como el hecho fundamental y ca­
ra y renovada esa su definición ame­ racterístico de la economía y de la po­
ricana y anti-imperialista. lítica americanas, al cual están direc­
Desde entonces, la América como tamente vinculados, cuando no depen­
América— nuevo continente— se hace den, las variantes y alternativas de la
presente; es una la lucha por la eman­ vida de nuestras naciones; y pene­
cipación política y económica de sus trando hondamente en este hecho al­
pueblos, tiene su punto de partida, y canzó a la luz de todas las comproba­
un nuevo nacionalismo, popular y con­ ciones, los términos de su realidad.
tinental, empieza a gestarse en las Por una parte, el imperialismo ex­
preocupaciones y campañas de las ju­ tranjero y las oligarquías nacionales
ventudes estudiantiles. aliadas en el disfrute de la explotación
¿ Cuál esa lucha ? ¿ Cuál ese naciona­ de las inmensas riquezas naturales y
lismo? de las poblaciones laboriosas; por
Desde los primeros pronunciamien­ otra, los pueblos del continente des­
tos de las organizaciones estudiantiles unidos, sin organización ni disciplina
contra el imperialismo mundial en que de resistencia.
se condenan sus maniobras y las san­ Por lo mismo, la unión, la unión
ciones del Congreso Internacional de para la resistencia primero, y la'
Estudiantes de México en 1921, en que unión para construir sobre nuevos
se condenan también las tendencias cimientos la organización social de
de imperialismo y hegemonía, y se la comunidad continental, fueron los
pasa revista de la situación de Amé­ pregones más altos de la juventud.
rica, hasta las asambleas y congresos Y avanzó en tesis y soluciones, que
de estos últimos tiempos, pasando por no es el caso de exponer en esta bre­
las campañas contra las dictaduras y ve evocación.
toda suerte de influencias imperialis­ A los 20 años de la Reforma Uni­
tas, contra las amenazs de guerra en­ versitaria ha de reconocerse cómo el
tre naciones hermanas, contra las in­ enunciado fué “ tema” esencial de la
vasiones a los pueblos débiles, (Nica­ meditación de la juventud, y el mo­
ragua), por la nacionalización de las tivo más fecundo de su acción. Ha de
fuentes de riqueza, (petróleo), por la reconocerse cómo al calor de la Re­
vinculación y fraternidad americana, forma maduraran esos ideales de
— por la formación de una conciencia “ unificación defensiva” que hoy son
continental, etc., la juventud ha es­ conciencia viva y exigencia perento­
tado en permanente agitación conti­ ria en la acción de las muchedum­
nental, nutriendo con hechos su ac­ bres de América. Ha de reconocerse
ción, y enriqueciendo con enseñanzas cómo de sus filas surgieron avanza­
su ideario. Por los caminos sentimen­ das y militantes de la lucha anti-im­
tales unas veces, por los del examen perialista, y cómo el ideario de las
de las realidades sociales otras, a tra­ juventudes trascendió en formacio­
vés del episodio fugaz unas veces, y el nes políticas de este tipo, pujantes y
mas trascendente otras, ha llegado a realistas.
conocer el drama de América, a su Retomaron así las juventudes es­
comprensión total. Y en las grandes tudiantiles de América, y expandie­
lineas de: “ Contra el imperialismo, ron de nuevo con vigoroso impulso,
por la unión de los pueblos, para la el ideal de la solidaridad continental,

— 418 —
que a principios del siglo pasado, riqueza, redimiendo las poblaciones
alumbró la independencia de las 20 laboriosas, que lo demás, política de­
repúblicas americanas. Idea que du­ mocrática, cultura popular, etc., ven­
rante un siglo naufragó en el aisla­ drá por añadidura; como unidos y
miento de los pueblos y en el culto solidarios han de canalizar para Amé­
de las “ patrias chicas” , por obra de rica las rutas venturosas de la liber­
la dominación imperialista extran­ tad, de la paz y de la justicia.
jera. En esta empresa de unidad, y de
Sobre otra realidad, y frente a la unidad por la liberación, se alian
otros enemigos, una misma tarea de hoy en el continente la clase trabaja­
emancipación. Que si en 1810 lo fué dora, los partidos obreros y democrá­
de la dominación monárquica espa­ ticos, y la intelectualidad libre. Uni­
ñola, en 1938 lo es del imperialismo das estas fuerzas forman el gran
frente común de la defensa y del ata­
extranjero en alianza con las oligar­ que, capaz de abrir esperanzas cier­
quías nacionales: tas de redención a la América enca­
Como entonces, una política de denada.
unidad latinoamericana surge dicta­ Lo integran las juventudes de la
da por los hechos. Reforma Universitaria, las de ayer
Que unidos y solidarios los pueblos y las de hoy, precursoras en esta
de América han de conquistar sus campaña continental, en puesto de
propios destinos, liquidando la oli­ vanguardia, formando columna fuer­
garquía, rescatando las fuentes de te y esclarecida.

— 419 —
ENSAYO DE UBICACION DE LA REFORMA
UNIVERSITARIA
por
ENRIQUE A. PUCCIO
(a rg e n tin o )

(1936)
I

NO de los puntos débiles del mo­ mente una primera aproximación al


U vimiento estudiantil lo ha cons­
tituido la carencia de un sólido
problema. Unicamente nuevos estu­
dios sobre esta cuestión podrían satis­
y depurado arsenal teórico. Como no facer la imperiosa necesidad de una
basta, ni mucho menos, la lucha pura­ justa y completa concepción.
mente física, para lograr imponer A los 18 años de estallar el arrolla­
ideales renovadores en el terreno so­ dor movimiento de más característicos
cial ; como tampoco es suficiente la perfiles americanos debemos aceptar
abnegación colectiva, la rebeldía des­ esta comprobación general: no posee­
bordada y el odio más puro para con­ mos aún una ajustada y completa in­
ducir triunfalmente un movimiento, el terpretación de la Reforma Universi­
de la Reforma Universitaria ofreció taria.
flancos no bien defendidos.
La acción teórica de la Reforma tu­ Mucho es lo escrito acerca de ella;
vo quizás el acento puesto más sobre mucho y, a veces, muy bueno. Basta­
los fines y consecuencias perseguidas, ría el desfile de nombres de vigoroso
con poca noción de la índole causal nervio reformista que se aplicaron al
que les daba nacimiento, que en la estudio del movimiento: Julio V. Gon­
concepción cabal de la dinámica que zález, Gabriel del Mazo, Haya de la
infundía vida, impulso y perduración. Torre, Gregorio Bermann, Deodoro
En los primeros tiempos, la Refor­ Roca, Juan C. Mlariátegui, Alfredo Pa­
ma no ubicó científicamente a sí mis­ lacios, José Ingenieros, Aníbal Ponce,
ma en el cauce de la historia ameri­ Alberto Palcos, Héctor P. Agosti —
cana. En esa senda, empero, muchos para comprender que no se trata de
ensayos buscaron la explicación. Haya falta de interpretación integral por
de la Torre ha sido quizás quien más carencia, de talentos. Los mismos cri­
se aproximara a la verdad. Pero hoy, terios sustentados, muchas veces con­
después de casi dos décadas, tenemos tradictorios y aún antagónicos, ponen
la obligación de elaborar una más co­ de relieve el carácter extraordinario
rrecta concepción del movimiento de ccmpleto e intrincado de la propia
la Reforma Universitaria. Tal con­ gesta juvenil.
cepción vigorizaría nuestro frente teó­ No toda la falta de concordancia en
rico y consolidaría el propio movi­ las estimaciones de la Reforma puede
miento. imputarse a la diferente ubicación po­
El presente artículo intenta sola­ lítica o ideológica, ni a la distinta nu­

— 420 —
trición cultural de quienes ensayaban europeo de fin de guerra y postgue­
su análisis. Innegable resulta, por otra rra. La revolución rusa, enraizada en
parte, la existencia de dichos facto­ el mismo núcleo, completaría el cua­
res, y asimismo es legítimo ponderar­ dro colorándolo de rebeldía social. Tal
los en su real importancia definitoria. explicación unilateral, de cuya in­
Sin embargo no pueden explicar todo fluencia pocos, reformistas se libraron,
por sí solos. adolece de un vicio fundamental: no
A juicio nuestro, la abigarrada mul­ da a conocer la historia. En efecto,
tiplicidad de criterios germinados al no nos dice porqué la insurgencia re­
calor de la Revolución Universitaria formista es americana y no mundial.
puede reconocer como fuente la mis­ No soluciona la cuestión de saber por
ma variedad de elementos humanos y qué es precisamente América Latina
sociales que la Reforma conmovió, re­ el escenario de la Revolución Univer­
movió y puso en movimiento. Cada re­ sitaria. Tampoco satisface como ex­
flejo de ese agitado mar continental plicación del reformismo de hoy, pues­
movido por el soplo reformista es re­ to que del conjunto de ideas actuales
cogido por los teóricos de la Reforma en 1918, muy pocas supervicen como
y devuelto luego en modalidad inter­ tales. Sin embargo esta concepción po­
pretativa con el acento de su cultura see una base verdadera, y es la exis­
y el enfoque de su ideología. tencia de ideas que en su tiempo tiñe­
Es capital en todo estudio de la Re­ ron el movimiento estudiantil. El
forma, la pesquisa de las causas histó­ error estriba en que este factor ideal
ricas de la misma. Establecidas las es amplificado y sobrevalorizado; se
causas de la insurgencia estudiantil y lo estima determinante siendo sólo
trabados con ellas los parámetros fun­ participante. Haciendo un símil diría­
damentales, nos será posible iluminar mos que se toma la armónica por on­
acertadamente los fines que propugna da fundamental.
el movimiento. Con estos dos puntos La segunda concepción, argentinis-
de referencia, la vida del mismo, es ta, es elaborada con elementos casi ex­
decir, su propia curva, ofrecerá menos clusivamente nacionales y muy en se­
dificultades al al análisis. gundo término americanos. También
Cuatro grandes orientaciones en la en este caso pocos teóricos reformistas
interpretación de la Reforma es posi­ escaparon a su influjo. Explícase la
ble hallar en los ensayos producidos Reforma por cincustancias focales:
hasta el presente. Un primer análisis advenimiento del radicalismo al poder,
somero de los mismos tropieza con re­ crecimiento de la población por gran
flexiones con las cuales se hace jugar afluencia inmigratoria, desarrollo vi­
un desmedido papel al factor espiri­ goroso del pequeño agricultor, etc. El
tual (nueva sensibilidad, divorcio de error de esta concepción, escribe Ha­
generaciones, etc.) ; qtras, sin excluir ya de la Torre, “ radica en que circuns­
la primera, ponen fronteras al movi­ cribe la Reforma Universitaria a fron­
miento y lo encaran en sus esenciales teras nacionales que no tiene” . Y aña­
elementos argentinos; otras, en fin, lo de : “ La Reforma Universitaria nace
circunscriben a lo docente o ven en la en la Argentina, pero tiene un carác­
Reforma una esquemática consecuen­ ter legítimamente americano. Países
cia de la lucha de clases. en donde los aumentos de población
La primera concepción, espiritua­ no se han producido tan rápidamente
lista, de la Reforma, coloca la raíz de como en la Argentina, donde la inmi­
ésta en el plano de las ideas. De acuer­ gración es elemental, donde el irigo-
do a este criterio idealista, la Reforma yenismo no puede abarcar su reso­
Universitaria concreta y da forma his­ nancia, han sido también campos de
tórica a nuevas ideas y sensibilidades lucha, centros de acción y baluartes de
emergentes sustancialmente del foco conquista del movimiento” .

— 421 —
La tercera concepción es, sin dispu­ sobre el horizonte americano, perdu­
ta, la más débil, la más superficial, rando en el tiempo y estallando en
aunque al primer examen pueda pa­ las universidades para volcarse al pue­
recer suficiente y aun subyugante. blo.
Mas, pretender el esclarecimiento de Analicemos una a una estas grandes
un movimiento de horizonte america­ líneas generales, separadas por exi­
no, y de perdurabilidad de lustros por gencias de la exposición, aunque la
la mera reforma educacional, es tan realidad las encuentra íntimamente
pueril como afirmar que las guerras enlazadas.
de independencias americanas de prin­ Se hace evidente que siendo el movi­
cipios del siglo pasado obedecieron a miento reformista un fenómeno his­
circunspectos deseos de reforma del tórico americano no pueden legitimar­
comercio exterior de los virreinatos. se como causas determinantes del mis­
Otros estudiosos de la Reforma qui­ mo las estrictamente nacionales. Es­
sieron reconocer sus causas a la luz tas causas existen, por supuesto; con­
del materialismo histórico y produje­ tribuyen al colorido y tono locales con
ron ensayos interpretativos en los cua­ que este movimiento americano se lle­
les es evidente el deseo de plantar el va a efecto en cada país.
problema sobre sus pies, descubrir el Pues bien; catear en el subsuelo eco­
hilo conductor del movimiento y en­ nómico social de nuestra América, pul­
tablar a la Reforma una crítica de sar su tragedia continental en los años
función histórica. Los resultados a que de guerra y subsiguientes, afanarse
se ha llegado en esta vía han sido en busca del denominador común res­
hasta hoy incorrectos. Partiendo de ponsable del endicamiento de nuestro
premisas no concordantes a la reali­ normal desarrollo; hallar el enemigo
dad de nuestra América, sus criterios de América Latina y señalarlo como
resultaron equivocados. Para Hurtado el número uno en cada país del conti­
de Mendoza, por ejemplo — situada nente, enemigo valido para México y
la América Latina en plena etapa de la Argentina, para Brasil y Ecuador,
desarrollo capitalista— la Reforma es es cuestión a resolverse investigando
la simple consecuencia de la proletari- la historia presente y pasada de la to­
zación de la pequeña burguesía. Héc­ talidad de los países americanos.
tor Agosti cree ver en ella un levan­ Remontémonos entonces a tiempos
tamiento pequeño-burgués que en su pasados y observemos cuál es la clave
seno abriga gérmenes revolucionarios de los problemas de la Colonia. Mi­
aunque sus manifestaciones ideológi­ tre en su “ Historia de Belgrano” , re­
cas y prácticas sean contra-revolucio­ fiere como la conquista española “ se
narias. Ambas apreciaciones parten imponía como el feudalismo europeo,
del supuesto que América Latina vive distribuyéndose entre los conquista­
etapas del desarrollo económico más dores el territorio y sus habitantes”
avanzadas de aquella en que realmen­ y luego “ explotándolos bajo el sistema
te se encuentra. Las dos no aprecian
el factor nacional por cuanto dan por de servidumbre feudal” . De esto no
sentado el cumplimiento del período se deduce, sin embargo, que la explo­
nacional emancipador, supuesto in­ tación feudal de las Américas se hizo
exacto. con entera libertad. Desde el exterior
Cumplida la rapidísima revisión de peninsular se apretó el dogal, como
las más conocidas apreciaciones de la ya en su interior se había hecho con
Reforma Universitaria cumple esbo­ moros y judíos, es decir con la fuerza
zar el criterio a que adherimos. Para entonces impelente del progreso his­
nosotros la Reforma, como hecho his­ pano, agricultores, artesanos y comer­
tórico, debe ser colocada sobre tres ciantes.
fundamentales dimensiones: tendida España, también feudalista, impu­

— 422 —
so limitaciones y trabas que entor­ “ además hasta la materialidad de la
pecieron el desarrollo expansivo del moneda para comprar, estando pro­
feudalismo americano. Al sistema de hibido que ella pasase de Potosí, ni
explotación y vasallaje monopolista que llegara al Río de la Plata el oro
que la metrópoli adoptó respecto de o la plata, aunque fuese en forma de
América resultó al final tan funesto vajilla” (Mitre, ídem.) Recién a prin­
a ésta como a sus colonias. “ Calcu­ cipios del siglo XVII se levanta el
lando erradamente para que todas las primer molino de viento en Buenos
riquezas del nuevo mundo pasaran a Aires, y, coincidencia sugestiva, se
España, y que ésta fuese la única que abre también la primera escuela.
la proveyese de productos europeos, Es bien claro e indudable que cla­
toda la legislación de la metrópoli ten­ ve que cerraba la hermética bóveda
dió exclusivamente a este objeto des­ con que España humillaba la Améri­
de los primeros tiempos. A ese fin se ca colonial — bóveda sólo resquebra­
prohibieron en América todas las in­ jada por el contrabando — lo consti­
dustrias y cultivos que pudieran hacer tuía el asfixiante sistema de monooo-
competencia a la Península” . (Mitre, lio, detestable producto del absolutis­
“ Historia de Belgrano” ) . Se le quitó ta imperialismo feudal de la península.

II

OMENZADO el período de pro­ guieron en vigor en el trabajo mine­


C greso y desarrollo de América,
sobre todo después de acabada
ro, ganadero, agrario, forestal, etc.
Hasta en los países más adelantados
la etapa de mayor agudeza de las de América, como la Argentina, se
guerras civiles y ya durante los mo­ mantiene todavía hoy esta contra­
mentos conocidos como de organiza­ dicción. La de su riqueza continúa
ción nacional, comienzan a afluir con siendo agropecuaria, a pesar del gran
creciente intensidad capitales extran­ desarrollo de sus ciudades que por
jeros. Se inicia de tal manera, como ese motivo adquieren pronunciarlos
anota justamente Haya de la Torre, perfiles de parasitismo, puesto que
“ la etapa capitalista, no como una eta­ tal desarrollo no obedece verdadera­
pa de negación y de sucesión del pe­ mente a un creciente industrialismo
ríodo feudal, sino como un resultado urbano.
de la expansión de los grandes cen­ En da Argentina, este fenómeno
tros capitalistas del mundo” . ( J) Con muéstrase nítidamente. En un re­
viene no olvidar que esta etapa del de­ ciente trabajo los ingenieros Llorens
sarrollo de la producción y explota­ y García Mata estiman que la pobla­
ción capitalista se realiza convivien­ ción urbana de la Argentina consti­
do íntimamente con etapas técnico- tuye el 60 % del total nacional; esto
económicas feudales y aún más arra­ significa que sólo el 40 % de la po­
sadas. Condujo a una cierta expan­ blación — hombres y mujeres, jóve­
sión del industrialismo (industrias nes y niños habitantes de los campos
extractivas y de elaboración; prácti­ — realiza con su trabajo la casi to­
camente no dió ni siquiera nacimiento talidad de la producción. Estos datos
a industrias pesadas, de producción permiten afirmar fundadamente dos
de máquinas, de aparatos de preci­ cosas: l 9) que la vida económica de
sión, etc.), pero no quebró los mol­ la nación ha sufrido una monstruosa
des de producción feudal. Estos si­ deformación en su contextura, hiper-
( 1 ) E l estudio m ás com p leto de H a y a de la T orre sobre este tem a es su libro El ¿íitw tti-
peria lism o y el A p ta . S egun da edición . E rcilla, S an tiago de Chile. (N . C .).

— 423 —
trofiando ciertos elementos (produc­ gran comercio y su gran agricultura.
ción agropecuaria) e impidiendo el En su casi totalidad fueron absor­
desenvolvimiento de otros (especial­ bidas o aniquiladas. Lastimados en
mente industrias pesadas) ; 29) que ese momento como ninguno, el con­
se comprueba la extraordinaria ex­ junto de las capas medias de la po­
plotación soportada por espaldas no blación, los comerciantes del merca­
urbanas, rurales. Este tipo de defor­ do interno y la incipiente burguesía
mación es característico en países industrial fueron las primeras en en­
dominados, económicamente al me­ sayar la defensa de los intereses
nos. En algún respecto recuerda en nacionales comprometidos por el em­
líneas muy generales, la contextura puje imperialista. Empuje hecho po­
vasalla de la colonia- Se sobreentien­ sible merced a los servicios venales
de que tal comprobación no sólo es de ciertos hombres allegados a las es­
válida para la Argentina sino para feras directivas del país, o de los go­
toda América; con agravantes donde bernantes mismos, interesados en el
existen indios, pues entonces el pro­ negocio. Así fueron: la gran burgue­
blema se complica más por el régi­ sía comercial, los grandes señores te­
men de servidumbre a que son some­ rratenientes, los grandes hacendados
tidos. y los infaltables corredores y aboga­
Padecemos, pues, en nuestra Amé­ dos vende-patrias. Estos sectores per­
rica una sustantiva falta de diversi­ mitieron el vasallaje. Hoy el trust
ficación de la producción material y monopolista ahoga más y mejor que
asimismo de su producción intelec­ todas las antiguas leyes de Indias;
tual. pero recordemos que contra el trust
Como en tiempos coloniales, hay in­ imperialista no poseemos — como
dustrias y cultivos prácticamente en épocas coloniales — la válvula de
prohibidos para no competir con las escape del contrabando.
grandes metrópolis inversoras de ca­ * * *
pitales en nuestros países y a las
cuales se les ha otorgado privilegios ¿Qué había sido mientras tanto de
que en verdad hieren la soberanía la Universidad?
nacional. Antes de la guerra de independen­
Como en tiempos coloniales, se ha­ cia tuvo sus raíces en el suelo colonial
ce prácticamente imposible la acu­ y de esa realidad extraía sus jugos nu­
mulación de riquezas y capitales pa­ tricios; reflejaba las vicisitudes del
ra su aplicación progresista en nues­ apaciguado ritmo virreinal y educa­
tro continente. Pero, como era de su­ ba a los jóvenes en los principios teo­
ponerse, los problemas de hoy son lógicos y aristocráticos. Nacidas a
mucho más complicados y hondos, semejanza de las españolas, algunas
más extensos y dolorosos. Universidades coloniales fueron per­
Aquel movedizo pequeño comercio meables sin embargo a las inquietu­
que tanto creció durante la guerra des que nacían de la vida de la Amé­
mundial, esos brotes de industrialis­ rica española. Los intereses netamen­
mo autóctono y aquella pequeña agri­ te americanos tuvieron sus estudio­
cultura de chacras y colonias que em­ sos criollos; y las corrientes emanci­
pezaba a extenderse con optimismo, padoras que venían de la Francia fi­
todas esas pequeñas pero promisoras losófica y republicana fueron acogi­
fuerzas vivas que alentaron en el das por universitarios y por inteli­
continente, sufrieron un rudo golpe gentes eclesiásticos. Tales excepcio­
cuando el capital imperialista empu­ nes no dieron, por supuesto, su ca­
jó contra ellas su gran industria, su rácter a ningún centro de estudio.

— 424 —
Las Universidades y colegios de la Juan B. Justo que desde la cátedra
Colonia tuvieron por su origen un ca­ de filosofía del derecho se exponían
rácter genuinamente religioso. Fué los “ deberes para con los siervos” ;
en el período de las guerras de inde­ en verdad “ punto muy peculiar en
pendencia que surgen por primera un país democrático como el nues­
vez entidades educacionales no emi­ tro” .
nentemente religiosas. La “ Escuela En lo cultural, entonces, la uni­
de Matemáticas” fundada en 1810 versidad de Córdoba — y no sólo ella,
por Manuel Belgrano respondía a la que el mal era americano — vivía en
necesidad política de formar técnicos extraordinario retraso. Constituía
militares para “ asegurar los frutos una superviviencia de la Colonia to­
de una libertad tan costosa” (Gaceta talmente desvinculada de la vida más
de Buenos Aires, cita Julio V. Gon­ avanzada que ya la rodeaba. Cerrada
zález en “ La Emancipación de la Uni­ a las sugestiones y solicitaciones del
versidad” ). La misma reorganiza­ progreso general, opuesta a todo
ción del protomedicato obedecía al aquello que significara disminuir la
fin de “ ordenar el mejor servicio de jerarquía del dogma en teología o
los ejércitos de la Patria” . (Cita Ju­ filosofía, era también cerrada y dog­
lio V. González, ídem). mática en su organización institucio­
Organizada la educación pública, nal. Sus rectores y sus consejos aca­
tanto la elemental como la superior, démicos materializaban la quinta­
por el Estado, en íntima colaboración esencia de épocas pretéritas; forma­
con el clero, es comprensible que la ban verdaderos quistes togados, im­
instrucción fuera influenciada por permeables e insensibles.
los principios ideológicos generales A pesar de todo habían ido creán­
por ambos sustentados. dose en el ambiente del país otras
La guerra de la independencia no concepciones e ideas, frescas y reno­
acarreó una sustancial transforma­ vadoras. Bastó el relativo industria­
ción institucional en colegios y Uni­ lismo para cimentar un vigoroso
versidades. Si la Universidad espa­ afán de libre examen.
ñola había sido un auténtico produc­ El sacudimiento social e intelectual
to de la vida feudal de la península, producido por la guerra y la revo­
la Universidad colonial fué un tras­ lución rusa incidieron sobre terreno
plante que prendió en terreno simi­ ya preparado. Añadamos la pujanza
lar. No desapareciendo con la inde­ del movimiento de opinión pública
pendencia la trama feudal de la vi­ opuesto a las oligarquías gobernan­
da americana, mal podía la Universi­ tes, y la imperiosa necesidad de una
dad recomponerse con elementos que mayor extensión de la cultura téc­
una nueva sociedad siempre aporta. nica, sumados al sentimiento de
Perduró la enseñanza religiosa en aversión por las camarillas universi­
las aulas, y no dejó de exponerse tarias a causa de su medievalismo, su
desde la cátedra el derecho canónico, desastrosa administración (en Cór­
Las disciplinas científicas y técni­ doba hubieron “ profesores” con goce
cas, particularmente las experimen­ de licencia durante 18 años), su re­
tales, llevaron una vida casi nominal. novación por vía hereditaria, y nos
Esta situación se extiende, con pe­ explicaremos cómo los propios ele­
queñas variantes hasta antes de la mentos contrarios que en su marcha
Reforma. En la Universidad de Cór­ cerrada y unilateral había ido crean­
doba, hasta 1918, se enseñaba, des­ do la Universidad se volvieron con­
de una cátedra única en el país, de­ tra ella; esta vez no para corregirla
recho público eclesiástico. Cuenta sino para transformarla.

— 425 —
Jóvenes con mayores luces que el Arremetió contra el más débil de
resto de sus hermanos del país, reu­ los eslabones, el más descompuesto
nidos en nutridas concentraciones es­ por el vasallaje, el exponente más de­
colares, emprenden la histórica cam­ generado de un sistema de dependen­
paña emancipadora. Embisten una cia, contra la institución que denun­
típica institución desligada de la vi­ ciaba con máfe dlara elocuencia lo­
da palpitante del continente; institu­ que llegaría a ser el país y la Amé­
ción monstruosamente atrasada, co­ rica de continuar detenidos, esclavi­
mo estaba y está la América La­ zados en nuestro desarrollo. Dispues­
tina en la económico y social, en lo to a dar cultura al pueblo, para que
técnico y cultural. Situación ésta de­ éste comprendiera su situación y
bida al final de cuentas a las pode­ llegara a estar en condiciones de
rosas trabas con que el imperialis­ transformarla, quisieron cambiar el
mo sojuzga el continente y lo man­ terreno social. Desplegaron así la
tiene en vasallaje. bandera de la emancipación america­
Enlazada la Universidad al resto na. Fué precisamente el aliento con­
de la sociedad de manera estrecha y tinental y antiimperialista de la Re­
permanente no podía librarse del forma quien dió nacimiento al A.
destino atormentado a que ésta era P. R. A. Y ese mismo aliento es la
conducida. De ahí que la Reforma verdadera y última razón por la cual
Universitaria constituyese el prime­ la Reforma es aún actual; y seguirá
ro y más airoso pronunciamiento siéndolo mientras se mantenga pla­
americano contra los factores opues­ neando sobre nuestra patria ameri­
tos al desenvolvimiento cultural y cana la rapaz águila imperialista.
material del continente; protesta de Precisamente porque ha tocado fondo
carácter juvenil por cuanto contó co­ en el drama actual de América, por­
mo propulsores y aun dirigentes — que cada vez con mayor precisión
brigada de choque del movimiento — denuncia y combate al imperialismo
a hombres jóvenes que le dieron el — enemigo número uno del continen­
sello de sus peculiaridades; movi­ te — y, a semejanza de los patriotas
miento de renovación intelectual que del siglo pasado, busca aliados y or­
tuvo la virtud de introducir el libre ganiza conciencias para aniquilar el
examen y dió comienzo a las tareas yugo extranjero, la Reforma Univer­
de crear condiciones favorables para sitaria prueba su calidad no transi­
la prosperidad de las ciencias; gesta toria viviendo en nuestros días.
social que abrió los caminos de nue­ La Reforma Universitaria es en
vos problemas y puso en aptitud a esencia la idea de la emancipación
miles de jóvenes para entender las americana, de la libertad y la cultu­
cuestiones referentes al imperialis­ ra, de la fraternidad y la justicia.
mo y su papel en la historia de Amé­ Por eso es antiimperialista y revolu­
rica. Expresó inicialmente sus iras cionaria. Por eso perdura en el tiem­
contra la institución universitaria, po, se extiende sobre América y con­
pero supo buscar en el pueblo la for­ tinúa en marcha.
taleza y la fidelidad del aliado. Fecha de oro para la Reforma Uni­
La porción más consciente y com­ versitaria y día de gozo para el con­
bativa de las capas medias, la juven­ tinente aquel que vea nuestras nacio­
tud estudiosa, sintió como nadie el nes libres y prósperas. Día de júbilo
imperativo de defenderse del humi­ americano aquel cuya aurora ofrez­
llante empuje imperialista. Decidida ca un horizonte limpio de reacción y
a iniciar la defensa y a dirigirla, pa­ radiante de justicia. Ese día la Re­
só a la ofensiva. forma se habrá cumplido.

— 426 —
III

A LOS VEINTE AÑOS DE LA REFORMA UNIVERSITARIA


(1938)

L 15 de junio de 1918 fué el día su hombro nuestra Universidad?


E en que se puso en tono mayor,
por manos estudiantiles cordo­
¿Cuál de las múltiples y abigarradas
cuestiones de gobierno cuentan con un
besas, el ritmo ya galopante de una examen orgánico y feliz de la univer­
vieja rebeldía universitaria. Estalló sidad argentina ? ¿ Cómo encara y re­
el requemante odio que embistió el suelve el estudio de los interrogantes
agrietado parapeto colonial, hacien­ que plantea el saber en sus distintas
do poco menos que trizas una vetusta ramas? ¿Cómo organiza el proceso de
forma institucional incapaz de dar ca­ aprendizaje de los alumnos? ¿De qué
bida a nuevos contenidos culturales, manera asegura la formación del in­
científicos, técnicos y éticos. vestigador y del docente? ¿ Se propone
Desconocidas las autoridades uni­ hacer del universitario un ciudadano?
versitarias por el estudiantado y apo­ No se cierra uno solo de estos pocos
derado éste de la casa de fray Fer­ interrogantes sin que un gesto amar­
nando de Trejo y Sanabria, contados go aflore y sin que el escepticismo no
espíritus reconocieron la potenciali­ parezca justificado. ¿Cómo consolarse
dad contagiosa que adquiría un movi­ de la esterilidad trágica que como una
miento de apariencia enmarcado en lo maldición humilla a las universidades
meramente docente. Algo más hondo criollas? ¿Cómo no desear otra cosa?
y substantivo, hablando el lenguaje de Transcurridos estos veinte años en
la rebelde insurgencia juvenil, expre­ desparejo tono, ora la placidez del en­
saba la queja nacional de un pueblo y tendimiento o del letargo, ora el en-
un continente. Sólo así se explica el crespamiento bravio de la lucha, la
área americana que rápidamente cu­ verdad es que el problema universita­
bre el movimiento, y sólo así se ex­ rio continúa sin solución.
plica también, que al llegar a los vein­ La Reforma Universitaria quiso
te años aun inspire, como el primer crear, dentro de las fronteras univer­
día, las levantadas aspiraciones del sitarias, las condiciones necesarias al
estudiantado continental. cultivo y florecimiento de las ciencias
El movimiento de la Reforma Uni­ y las artes. Todavía hoy perduran
versitaria constituyó, y constituye, la brotes magníficos de ese empeño. Se
crítica militante a un sistema insti­ crearon seminarios de investigación y
tucional universitario vacío de alma, se montaron laboratorios y gabinetes
breve de horizonte y mezquino de fru­ para que las- ciencias experimentales
tos. Rebasa las lindes universitarias pudieran salir de los pizarrones en
en cuanto ve en los padecimientos do­ que estaban confinadas y entumidas.
mésticos la expresión dolorosa de ma­ Un aire de frescor juvenil batía
les mayores que afectan al pueblo y a las ilusiones de quienes soñaban la
la Nación misma. ininterrupción del trabajo emipren­
Hoy como hace veinte años cabe la dido. Empero, las viejas mañas de
censura a la enseñanza superior y a los cultivadores de la ignorancia y
la crítica institucional a la Universi­ de los enemigos de la inteligencia crí­
dad, en términos parejos a los enton­ tica, haciendo pie en bastardos inte­
ces usados. ¿A la solución de qué gran reses y en ansias revanchistas, no
problema argentino o mundial pone habían abandonado nunca la visión

— 427 —
de la presa alejada ni el anhelo de rizontes. Pareciera que los tiempos
ejercitarse en la tarea de reinstalarse constructivos se avecinaran empina­
en sinecuras burocráticas. Corrom­ dos al filo de modificaciones previas
pieron más de una vez a algunos es­ que desde ya se gestan.
tudiantes venales y simularon amis­ Poco conocido del público, y muy
tad y simpatía por causas que jamás injustamente desdeñado por quienes
sintieron ni comprendieron. Introdu­ debieran apreciarlo, el movimiento
jeron e hipertrofiaron los métodos de la Reforma Universitaria ha sido
y argucias de la más nociva politi­ y es la escuela juvenil americana de
quería. Se llegó, llamándose refor­ mayores proyecciones populares y
mistas y en ocasiones “ maestro de la sociales. Palestra de iniciales balbu­
juventud” , a límites inconcebibles en ceos idealistas, los jóvenes de cortos
lo que a inmoralidad política se re­ años aprendieron sus letras y sus nú­
fiere. meros en el clima caldeado por la
Todo esto aconteció aprovechando simpatía humana y la erguida alti­
la laxitud estudiantil, de declinación vez.
de la vigilancia activa y de atomiza­ ¡Escuela de hombres jóvenes, cuán­
ción de voluntades. Cuando el impe­ to le debe nuestra generación!
rio de la necesidad exigió una defi­ ¡ El bronce de sus campanas no ha
nición y una conducta, la delimita­ diluido su sonoridad en dos décadas!
ción de los campos, que ofreció en­ Vive y combate. Es un hecho que se
tonces sus sorpresas, abrió el cami­ aplaude o rechaza, pero no se niega.
no para la depuración ético-política Sus victorias mostraron el vigor de
a que hoy se asiste. Si mencionamos su andar. Los fracasos le enseñaron
este aspecto, poco trascendente de el valor de la cautela y el arte de la
por sí, es con el solo objeto de poner oportunidad. Malo y bueno, mucho
de relieve la capacidad superadóra hizo. El balance es promisorio.
inmanente al movimiento estudiantil. Constituye una etapa juvenil de la
Capacidad superadóra que ahonda historia de América aun no sobrepa­
su significación en lo doctrinario y sada. Sus días tendrán fin cuando
lo político desde el punto mismo en las causas que la generaron y le die­
que se manifiestan deliberados inten­ ron duración hayan desaparecido o
tos de darse una concepción cabal cambiado.
unitaria y una estructuración inter­ En tanto llega ese momento ame­
pretativa ajustada a la realidad del ricano de emancipación y de encauza-
movimiento y de su historia. Sínto­ miento autónomo de su historia, la
ma de maduración, por una parte, y Reforma Universitaria celebrará su
significativo anhelo de autoexplica- vigésimo aniversario blandiendo su
ción y ubicación, por otra; exigencias hermosa bandera de libertad y cul­
densas de un movimiento que acen­ tura, democracia y dignidad, con el
túa su responsabilidad y proyecta su emocionado gesto de una generación
aliento y empuje sobre dilatados ho­ que se juega su destino.

— 428 —
VEINTE AÑOS DE REFORMA UNIVERSITARIA
por
HECTOR P. AGOSTI
(argentino)

(1938)

STA asamblea ( J) no respondería años turbulentos de su existencia, ello


E a su misma magnitud, si se limi­
tara a hacer un acto recordato­
se debe, en primer término, a su capa­
cidad de modificarse y corregirse, de
rio más, desprovisto de espíritu crí­ ponerse a tono con la realidad cam­
tico y de sentido de adecuación. 20 biante, de su capacidad para elevarse
años de Reforma Universitaria prue­ por sobre los dogmas momificados y
ban su permanente vitalidad, la im­ transformar en vivencias sociales su
posibilidad de considerarla como un teoría de acción.
hecho terminado, con una fisonomía, Toda fórmula teórica ha de mostrar
un cuerpo teórico y un repertorio de capacidad transformadora para que
soluciones para los diferentes pro­ consintamos en su virtualidad. La Re­
blemas que la vida plantea de conti­ forma la ha enseñado en el transcurso
nuo. La Reforma no es, felizmente, de su historia todavía reciente. Nues­
ese impresionante cadáver de ideas, tras Universidades — justo es decir­
en cuyo homenaje solemne y engola­ lo — son de un nivel científico desola­
do se complacen los fáciles académi­ dor. Pero lo que pudo avanzarse en
cos de todos los tiempos. La Reforma ellas, lo que hubo de progresión — li­
Universitaria es un proceso vivo, en mitada, modesta, insuficiente — ha­
elaboración constante, y por lo mis­ brá que cargarlo a la cuenta de la re­
mo, con sucesivos “ engrandecimien­ forma universitaria, aunque esto mo­
tos” , con sucesivas correcciones, con leste al mesianismo estúpido de cier­
variaciones sobre la marcha, que son tos editorialistas sesudos. El esfuerzo
la prueba de su necesidad histórica. reformista ha creado ese estado de
Precisamente en estas diferentes co­ inquietud científica y cultural que fué
rrecciones, en estos ensanches de su la única levadura de nuestras Univer­
base doctrinaria, el “ ideario” refor­ sidades exclusivamente técnicas. Las
mista — con todas las limitaciones nuestras han sido universidades de
que suponen las contradictorias fuen: técnicos. Siguen siéndolo aún. ¿Y qué?
tes en que se origina — manifiesta su Si la Universidad, antes que ese in­
genuino realismo vital. vernáculo de cultura humanista que
Si la Reforma ha podido perdurar fué la “ Universidad” tradicional, es
como realidad política, como impul­ ahora el lugar donde han de ir a re­
sión ideológica y como problemática solverse, en última instancia los pro­
educacional a lo largo de estos veinte blemas de la técnica, la Universidad
(1 ) C onm em oración del v igésim o an iversa rio, en C órdoba.

— 429 —
está demostrando con ello mismo, que Universitaria” llegaron a todos los
se sitúa en el único plano de progreso claustros del Continente, para des­
válido para el régimen capitalista, que pertar los mismos ecos de nuestra
es el plano del fomento técnico en re­ inferioridad nacional de pueblos so­
lación con las necesidades de la indus­ metidos al tutelaje imperialista. Pe­
tria. ¡ Cuidado con la miopía de la es- ro no bastaría ese homenaje. Ndls
pecialización! Digámoslo una vez más. traicionaríamos a nosotros mismos,
Pero digamos también que en cuanto traicionaríamos los deberes de nues­
al perfeccionamiento de los conoci­ tra generación, traicionaríamos la
mientos técnicos — que son siempre confianza que el país deposita en sus
la relación de la cultura humana — hombres útiles, si no procurásemos
la Universidad argentina no ha hecho que el movimiento reformista se con­
sino colocarse a la altura de las men­ cretara con la nueva realidad argen­
guadas situaciones que le tenía reser­ tina, si no nos dispusiésemos a es­
vado nuestro escaso desenvolvimiento tudiar ese cuerpo de experimenta­
material. ción viviente para extraer la regla de
La Reforma Universitaria ha sabi­ nuestra acción.
do desentrañar de manera operativa Si el movimiento reformista se en­
antes que reflexiva, estas causas ma­ cauza por una senda hasta ayer me­
teriales que han condicionado las va­ nospreciada, si se plantea tareas apa­
riaciones sobrevenidas en nuestras rentemente menos brillantes aunque
universidades. Por eso, justamente, menos útiles, si intenta reagrupar
adquiere trascendencia extra univer­ sus cuadros dispersos, y ampliarlos
sitaria, hasta transformarse en la y dotarlos de mayor flexibilidad e
expresión palpitante de un momento incorporar a todos los individuos y
de azaroso progreso de la conciencia agrupaciones susceptibles de actua­
cívica argentina. Si alguna gratitud ción reformista, aun que su fervor
debemos a la generación que nos ha ofrezca graduaciones diversas, si la
precedido, a esta generación que yo acción reformista quiere transfor­
me honro con saludar desde esta tri­ marse en cuanto ello sea posible, en
buna, ninguna mayor que por haber­ institución de bien público. ¿Será
nos enseñado a responder a los lla­ porque se han atemperado los ím­
mados de la realidad nacional, con el petus de la nueva generación? ¿Será
mismo júbilo arrojado con que Juan porque los jóvenes de ahora son me­
Cristóbal — símbolo de la juventud nos abnegados, menos capaces, me­
de siempre — partió un día en busca nos sufridos, menos sacrificados? No
de su propia perfección moral. porque sea menos bulliciosa la belige­
rancia, se han quebrado los impul­
No podemos, sin embargo, confor­
sos juveniles. Nuestra generación ha
marnos con este homenaje. Es mucho probado, después-del 6 de Setiembre,
lo que debemos a la generación del
que posee alguna capacidad de sacri­
18. Es enorme nuestra deuda con la
ficio. Nuestra generación americana
generación posterior, que condujo a
buen éxito las luchas, acaso más difí­ ha proporcionado ya algunos héroes
ciles por asegurar la verdad jurídi­ a la gesta liberadora. Los héroes, sí.
ca de las conquistas obtenidas en las Pero los héroes solos no bastan. Es­
magníficas demostraciones de hace tamos dispuestos a superar la etapa
veinte años. Les debemos, ante todo, de los héroes y volcarnos en cambio
haber ganado el sentido americano en la fertilidad política de cada día,
del acontecimiento, cuando “ los que es el heroísmo obscuro, ingrato,
vientos argentinos de la Reforma amargo y silencioso del esfuerzo te-

- 430 —
sonero, de la constancia, de la dedica­ menos sospechadas de ser heridas en
ción, de la voluntad indomable de esta inmensa quiebra de valores.
hacer de nuestra Argentina una tie­ ¿Cómo habremos de responder a
rra próspera, libre y feliz para todos este nuevo llamado? Porque los des­
los hombres del mundo. tinos del mundo que vienen jugán­
Yo no sé si basta para ello el sólo dose en las trincheras españolas, por
instrumento de la Reforma Univer­ ejemplo, tienen para nosotros una
sitaria. Pero el movimiento refclr- significación mucho mayor que la
mista puede participar en esta em­ simple referencia anecdótica. En esa
presa, cuya fórmula precisa es la de querella internacional, los problemas
un amplio sentimiento de liberación propios de nuestra Argentina se re­
total de la Nación. Vivimos en un fractan con una fidelidad iniguala­
mundo tan tremeudamene sacudido da. En esa querella internacional en­
por problemas definidores, que esa tre la democracia y el fascismo, no
sola circunstancia determina las pro­ nos corresponde un papel indiferen­
yecciones de nuestra propia acción. te, porque los mismos que en Espa­
Estamos al borde de una nueva he­ ña asesinan a un pueblo heroico que
catombe, precipitada por el fascismo jamás lograrán vencer, en nuestras
internacional, en su afán de reinar tierras pretenden la infiltración más
sobre todos los mercados de la tierra. o menos descarada, con la complici­
No es tan sólo la guerra brutal que dad de los nacionalistas que todos
se libra en los campos de batalla. Es conocemos, esos inefables nacionalis­
también la guerra solapada que se tas nuestros, cuyo nacionalismo co­
traduce internamente en el extermi­ mienza en la solapa y termina en el
nio de los opositores y en la imposi­ bolsillo. . . En esta Argentina nues­
ción de una opinión totalitaria en to­ tra, que pretendemos recuperar pri­
dos los dominios de la vida. Y hoy, meramente como individualidad na­
como hace varios años, nos encontra­ cional, la nueva generación ha de
mos situados ante problemas pare­ afirmar la continuidad histórica del
jos; las consecuencias de la guerra, pensamiento reformista, que se tra­
en un caso, la vecindad de un con­ duce en una lección principal: la de
flicto armado, en el otro; la limita­ la unidad juvenil, para la defensa de
la patria amenazada.
ción de la democracia, en un caso, el
Y pretendemos convocar para esta
ataque pugnaz contra el régimen de­
empresa no tan sólo a los núcleos uni­
mocrático, en el otro, para evitar que versitarios. Queremos forjar la
la democracia, como expresión for­ unión de la joven generación argen-
mal de precisas relaciones de clase, .tina, porque toda ella está trabajada
pueda realizar los anhelos de justicia por iguales preocupaciones y por :
social que fueron su canción de cuna. mejantes anhelos colectivos. Pero
Está en peligro no sólo la forma po­ pretendemos también, y ante todo,
lítica de la convivencia humana civi­ la unidad de todas las fuerzas pro­
lizada, sino todas las relaciones de gresistas de la Nación, porque los
cultura que esas formas determinan. que bregamos por el respeto de la
Ya no se trata de un simple proble­ ley y por la pureza de nuestras nor­
ma de política en el sentido derecho mas institucionales, constituimos la
y técnico de la palabra, sino de un inmensa mayoría del pueblo argen­
problema que por ser auténticamen­ tino, frente a la insignificante y mi­
te político invade todas las manifes­ núscula minoría de oligarcas envile­
taciones de la vida social, incluso las cidos.

— 431 —
Tenemos la pretensión de realizar culares de nuestro país, el viejo es­
en su integridad histórica el pensa­ quema simplista con que quisimos
miento de Mayo, que la Reforma re­ explicar alguna vez todo el fenóme­
cogió como afirmación doctrinaria no argentino. “ La clase obrera. . . ”
en su manifiesto inicial. Queremos Los trabajadores argentinos han
realizar hasta sus últimas consecuen­ prestado su apoyo incansable a cuan­
cias el pensamiento de Mayo, porque to movimiento de libertad se haya
la defensa de la democracia y el des­ gestado en nuestra república. Sabe­
arrollo de la justicia social tienen en mos que nada puede hacerse sin su
nuestra tierra una realidad concre­ participación. Pero sabemos también
ta: la conquista de la auténtica li­ que en esta encrucijada histórica de
bertad nacional, que nuestros mayo­ nuestra patria, hay muchos grupos
res atisbaron lúcidamente en 1810. sociales que no están incluidos en la
He aquí, pues, el problema de nues­ clase obrera y que pueden jugarse
tra generación. La Reforma Universi­ con nosotros en la partida. Ese es el
taria nos prestó, en su momento, los movimiento que queremos impulsar.
elementos que ahora podremos revi­ Ese es el espíritu libertador de la Re­
vir en una nueva certidumbre. La Re­ forma Universitaria — el eterno es­
forma reivindicó en su hora el autén­ píritu renovador y liberal de la Re­
tico nacionalismo que (levantamos' forma Universitaria — cuya bandera
ahora como voluntad de independen­ elevamos una vez más, porque hoy
cia de la patria, nacionalismo de como entonces nos está reservado
esencia constructiva y antiimperia­ accionar en favor de una Argentina
lista. libre, de una Argentina que recoja,
Ante el avance de una reacción “ to­ como mandato irrenunciable, aquella
talitaria” que pretende transformar­ sentencia con que Goethe nos incita
nos en colonias inofensivas, ya no a no desmayar jamás en el alto ejer­
cabe, para las condiciones tan parti­ cicio de la libertad.

— 432 —
PROYECCION Y ENSEÑANZA DEL PROCESO
DE LA FACULTAD DE MEDICINA
por
ERNESTO GIUDICE
(argentino)

(1985)

ISTORICAMENTE, el proceso
H de Medicina, que motivó la caí­
da del Consejo Directivo, 0 )
más, pueden ser más prudentes, más
cautelosas y más accesibles a las exi­
gencias del alumnado, por propia con­
está caracterizado, fuera de la expec­ veniencia, pero sería ilusorio creer
tativa pública despertada por tres he­ en un Consejo reformista inmediato
chos de la mayor importancia: el re­ que satisfaciera todas esas exigen­
nacer de la combatividad bajo la ban­ cias. Sin menospreciar estas situa­
dera de la Reforma Universitaria, el ciones, queremos insistir que las
carácter antirreaccionario y antifas­ esenciales tareas y móviles no son
cista del movimiento y la organiza­ esas ni pueden ser esas. Lo principal
ción del estudiantado de acuerdo a la es orientarse en el verdadero camino
unidad de acción. del verdadero triunfo, y ello sólo re­
Son muchos los que cavilan sobre side en las características básicas se­
el resultado que se obtenga con la in­ ñaladas más arriba.
tervención del Consejo Superior Uni­
versitario, sobre la orientación de las Su ubicación en el movimiento de
futuras autoridades electas y sobre el la Reforma
porvenir de algunos reclamos. Juz­
gar el proceso de Medicina, hoy pro­ El movimiento de 1905 y 1906 en
ceso de irradiación nacional, con sim­ la Universidad de Buenos Aires tuvo
ples perspectivas de éxitos electora­ como móvil nuclear la lucha contra
les, es perder de vista lo que es fun­ las academias despóticas al servicio
damental en la profunda agitación de las oligarquías políticas dominan­
actual. La intervención por el Conse­ tes, academias que sabían aprove­
jo Superior no significa nada sino en charse de la Ley Avellaneda, mien­
la medida en que el estudiantado in­ tras convertían las universidades en
sista en sus formulaciones y sepa sa­ feudos de los potentados en tierras,
car todas las enseñanzas y benefi­ haciendas y cátedras, y se encerra­
cios que derivan de su primer triun­ ban contra toda idea o persona que
fo al voltear el reaccionario Consejo implicara un peligro para su gobier­
de la Facultad; las autoridades que no particularísimo. La Universidad
surjan de los próximos comicios, a lo argentina seguía siendo una institu-

( 1 ) F acu ltad de C iencias M édicas de B uen os A ires, V er T om o P rim ero. V er tam bién c a m ­
paña de a n o ta ció n nu m érica de ingreso, en T om o V de la prim era ed ición de esta obra. (N . C .).

- 433 — 28
ción feudal y burocrática asfixiada gobierno universitario y poner, en
en la atmósfera del conservadorismo consecuencia, una valla a la supedita­
fraudulento, con pedantes profesores ción directa de esas casas de estudio
de jaquet y el espíritu de la Colonia a las oligarquías de la política nacio­
adentrado en lo más hondo de su mar­ nal. Con ese criterio, los viejos líde­
cha de tortuga. Era la Universidad res socialistas no apoyaron casi nun­
“ regiminosa” ( a) por excelencia, so­ ca al movimiento reformista, lo que
metida al imperialismo, como el resto resulta en principio extraño si se tie­
del país. ne en cuenta su innegable carácter
El movimiento de entonces, pese de lucha antifeudal y antirreaccio-
a su gravedad, no tuvo más conse­ nario. Quizás esto explique mejor la
cuencia que la pérdida de las cátedra ojeriza con que, desde “ La Vanguar­
de los profesores Justo, Repetto, dia” , se vió el último conflicto de
Texo y de Madrid y la modificación Medicina.
estatutaria que permitía en adelante Palacios, pese a su actuación refor­
el gobierno universitario por medio mista, cuando se trató de reformar
de los profesores elegidos por ellos la ley Avellaneda, presentó al Senado
mismos. De las camarillas académi­ un proyecto de suma superficialidad
cas se pasó a las camarillas de pro­ y puro retoque detallista.
* * *
fesores. Tampoco ninguno de los ac­
tores de entonces pretendió más. Re­ El movimiento reformista autén­
petto, refiriéndose al movimiento de tico, integral y político, arranca en
1918, declaró que “ uno de los más 1918. No antes. Los episodios ante­
graves errores en que incurrieron los riores sólo contemplaban aspectos
autores de la última reforma univer­ parciales del gran proble'tna social,
sitaria consiste en haber dado parti­ cultural y pedagógico que sirve de
cipación a los estudiantes en la elec­ motor a la Reforma. En 1918 se va
ción de decano” ; admitía los delega­ ya contra un sistema. La ingerencia
dos directos estudiantiles en los con­ estudiantil era, en su aspecto políti­
sejos directivos, pero nada más que co, un medio a los fines de la Re­
en esta forma restringida. En 1927 forma. Como medio entonces sí inte­
hablaba de “ las evidentes exagera­ resaba su más amplio reconocimien­
ciones de la reforma del año 18, que to. Lo que en 1905 se concretaba en
hoy es necesario corregir” . ( “ Los un repudio a las academias, en 1918
orígenes de la Reforma Universita­ era la chispa de un potente movi­
ria” , 1929). Dejando a un lado la ma­ miento juvenil, no interrumpido has­
yor o menor participación y repre­ ta el presente. La participación es­
sentación estudiantil, el fundamento tudiantil en el gobierno universitario
político del movimiento reformista empezó a romper y quebrar las vie­
no fué comprendido ni en 1905 ni jas camarillas de profesores. Las re­
por sus hombres dirigentes. El mis­ formas conseguidas únicamente va­
mo Justo, que tantos juicios acer­ lían en cuanto favorecían el movi­
tados tuvo para nuestra Universi­ miento como instrumento de lucha,
dad “ criolla” , no sostuvo la autono­ como aspiración y como camino a
mía universitaria; grave error, no formas superiores de cultura en re­
por la autonomía en sí, que nos­ lación con formas superiores de vida
otros no defenderíamos jamás en una social. La Reforma tuvo un gran con­
sociedad socialista, sino por el hecho tenido de lucha, y basta recordar es­
de impedir que las nuevas fuerzas tos puntos de su acción constante,
reformistas pudieran apoderarse del aparte su desvío frecuente, para dar-
( 1 ) E x p re sió n que p ro v ie n e de “ R é g im e n ’ ’ , con que se d en om in ó el siste m a de la o lig a r ­
qu ía a rg e n tin a desde el 80 (N . C .)

— 434 —
le una vigorosa fisonomía histórica: escasas conquistas reformistas, para
anti-imperialismo, antimilitarismo, pasar luego, después de 1932, a un
posición antiguerrera, activa partici­ período de desconcierto general. La
pación en todo acto político o social restauración oligárquica en la Uni­
de índole antirreaccionaria, combate versidad, el 31, favoreció al imperia­
incesante contra las dictaduras ame­ lismo yanqui, nos retrogradó a la aca­
ricanas, apoyo a las reivindicaciones demias primitivas, situación tan evi­
obreras, repudio del chauvinismo, de­ dente que algunos testigos del año
fensa de las libertades populares, etc. 1905 creyeron ver por ello una gran
Surge la Reforma como una nece­ semejanza entre ese movimiento y el
sidad social y cultural que agrupa a nuestro actual; retornaron los tiem­
los sectores reformistas contra la pos de la dirección universitaria des­
reacción. Pero la Reforma no es un carada desde los círculos de la bur­
conjunto de reclamos fríamente pla­ guesía vacuna argentina; se defen­
neados y exigidos por doquier, sino dieron abiertamente los intereses im­
un movimiento cuyas exigencias va­ perialistas extranjeros; los militares
rían según las circunstancias sobre franquearon los umbrales de la Uni­
la base de un contenido superador versidad hostil, y el general Medina
permanente. Su ubicación social e se mostró muy satisfecho en la pro­
histórica está dada por el carácter pia Facultad de Medicina; los deca­
revolucionario que late en el movi­ nos y rectores hacían antesalas en la
miento reformista. La autonomía Casa de Gobierno para recibir ins­
universitaria, las reformas legales y trucciones; el fascismo inspiró los ac­
estatutarias, la participación estu­ tos y las ideas de los nuevos amos;
diantil, etc., son medios encamina­ la policía se encargó de hacer respe­
dos a esa finalidad. Por lo tanto, una tar las respectivas jerarquías y la re­
reforma de la ley Avellaneda puede ligión se metió gozosa para desquitar­
o no ser conveniente según las cir­ se de la afrenta dieciochesca y el buen
cunstancias; toda reforma estatuta­ nombre del fraile Trejo y Sanabria.
ria es buena en la medida que impli­ En esta situación tiene lugar el pro­
que un reconocimiento a los derechos ceso de Medicina. Hélo así ubicado.
de la acción estudiantil. Entre esos * * *
medios figura, con un valor pedagó­
gico semejante a la participación po­ Cuando, en una reunión de comi­
lítica estudiantil, la docencia libre, sión directiva del Centro de Estudian­
pues ella permite a los profesores de tes, auguramos un potente movimien­
mañana su actuación y preparación to reformista, las autoridades actua­
consciente desde la organización uni­ les prefirieron no oír y esperar un
versitaria actual. momento más oportuno para librar
La Reforma operada en la Uni­ batalla contra la reacción. Pronto se
versidad a partir de 1918 no fué tan vió que nada había que esperar. Y
grande como el barullo hecho a su al­ Unión Estudiantil se lanzó de lleno a
rededor, pero mucho debía ser y fué la lucha. Si es mucho lo que logró con­
el peligro político que ella significaba tra la reacción, no es menos el éxito
como movimiento en ascenso, al origi­ de nuestra agrupación al obligar a
nar los mayores esfuerzos de la reac­ esas autoridades a marchar a remol­
ción para anularlo en cualquier for­ que de los acontecimientos, de tan
ma. Las maniobras son visibles en mala gana que en los momentos más
1923 y se imponen recién en 1931 con críticos se preocupaban ellas de vigi­
la dictadura. En materia universita­ larnos o atacarnos en informes ten­
ria, el estudiantado se mantiene du­ denciosos antes que colaborar en la
rante dos años en la defensiva de sus acción necesaria.

— 435 —
Rompimos muchas hostilidades y la Reforma Universitaria. Es un for­
frialdades. Otros grupos se fueron midable estallido contra la reacción
movilizando en el transcurso de la lu­ universitaria y educacional, contra el
cha. Los mismos legionarios se ma­ fascismo en la enseñanza: el proceso
nifestaron contra la inmoralidad uni­ estudiantil revela la descomposición
versitaria por no comprometerse del y corrupción de la burguesía, y la cri­
todo con las consecuencias del con­ sis de la Universidad clásica dentro
flicto que ya se entreveían. El movi­ de la organización capitalista. Es, en­
miento de Medicina llegó a movilizar tonces, un problema de hombres y de
el estudiantado en su totalidad y creó sistemas, particularmente de siste­
una expectativa pública sin preceden­ mas.
tes. En la última asamblea estudian­ El proceso de Medicina sirve para
til el triunfo de los puntos de vista de retomar el camino de la Reforma Uni­
nuestra organización fué completo. versitaria, al que supera ideológica­
En esa forma, se reiniciaba el mo­ mente con una amplia comprensión
vimiento de la Reforma. Volvía a ser del lugar que ocupa. Rompe el hielo
tal movimiento una necesidad para del 32 al 35, inspira confianza en la
poner un freno al atropello incesante acción de masas del estudiantado,
de la reacción y reconquistar luego el echa las bases de la unidad estudiantil
camino y el tiempo perdido. Como en y da actualidad a las formulaciones
1918, las circunstancias eran propi­ generales del Congreso de 1932. Exi­
cias; quizás más propicias aún. Ya no gimos como medidas previas a la elec­
se trataba de clericalismo e ineptitud, ción de autoridades, que .se separe de
sino que a todas las situaciones ante­ su cátedra al doctor Sarmiento Las-
riores se añadía ahora la inmoralidad piur, que se levanten las penas que
conocida, las más grandes irregulari­ subsisten sobre tres estudiantes, que
dades, el fascismo, la Legión y la po­ se solucione la situación arancelaria
licía dirigiendo la Universidad. Esto antes de los exámenes, que se investi­
es lo fundamental, dijimos, y no otros guen completamente las irregularida­
aspectos de la lucha, de menor tras­ des del Consejo Directivo, que cesen
cendencia. Lo fundamental es com­ sus representantes ante el Consejo Su­
prender que de nuevo nos hallamos perior y se juzgue por igual a todos
en una lucha reformista, con una fuer­ los miembros de aquél, que sea abo­
za reaccionaria considerable dentro y lido el nuevo plan de estudios. Mien­
fuera de la Universidad y con una tras tanto, formamos conciencia alre­
orientación del movimiento cuyas ca­ dedor del estatuto del 23, con su re­
racterísticas emergen de la situación posición transitoria a fin de elegir las
actual. El movimiento ha de ser ne­ próximas autoridades universitarias;
cesariamente antifascista y de uni­ luego, se pensará la manera de mejo­
dad. Ha de ser así porque así debía rar esos estatutos, ampliando, por lo
ser y así fué por natural gravitación tanto, la representación estudiantil di­
de los acontecimientos durante su recta, con sesiones públicas de los
desenvolvimiento. consejos directivos. Es posible que,
El proceso de Medicina queda ubi­ ante el actual conflicto, vuelva a po­
cado dentro de la rebeldía organizada nerse sobre el tapete parlamentario
contra la reacción pedagógico-cultu- la cuestión de la nueva ley universita­
ral, por un lado, y la reacción político- ria; será el caso de tratar una ley
social por otro. Es decir, abarca un que consagre las básicas exigencias
campo universitario y un campo so­ reformistas- El ascenso del movimien­
cial, cual se lo propone, ciertamente, to nos hace pasar de la defensiva, en

— 436 —
que nos encontrábamos, a la ofensiva Como sosteníamos en 1932: con­
enérgica y audaz; en tal situación, ya templar el conflicto actual de la Uni­
no podemos contentarnos con simples versidad con reivindicaciones inme­
reposiciones estatutarias (del 23), ni diatas y contemplar el conflicto per­
con simples defensas de la ley Avella­ manente de la estruturación universi­
neda, ante el temor que existía ante­ taria, que esas reivindicaciones no so­
riormente de una reforma peor. De lo lucionan pero sí favorecen en lo rela­
contrario, seguiríamos en una defensi­ tivo a la acción continuada dentro del
va interminable. El estatuto del 23, movimiento social y cultural de la Re­
repudiado entonces, hace 12 años, se­ forma Universitaria.
ría hoy una panacea; la ley Avella­ Que la reacción en el país y la Uni­
neda, elástica tanto para un lado co­ versidad sea hoy mayor que en 1918
mo para otro, denunciada siempre y que la Universidad haya retrogra­
como imperfecta, sería también la dado al régimen de las academias an­
ley perfecta e ideal. No se olvide que terior a 1905, que nada nos quede de
la reforma del 18 fué tachada de ile­ las pocas conquistas reformistas, no
gal por no estar comprendida dentro significa que la posición de lucha del
de la ley Avellaneda; una mayor' ga­ estudiantado corra pareja con ese evi­
rantía futura es que la representación dente retroceso. Al contrario: el es­
estudiantil, la libertad de aprender, la tudiantado, obedeciendo a condiciones
gratuidad de la enseñanza, la no li­ objetivas de lucha cada día más favo­
mitación numérica, etc., queden in­ rables, se prepara, en su ofensiva, a
corporadas a la futura ley. Es una reconquistar lo perdido e insistir en lo
norma revolucionaria allanar el ca­ no conquistado todavía. Tomamos al
mino de la acción y no trabarlo o es­ estatuto del 23 como un instrumento,
tacionarse con un repudio verbal y un medio circunstancial; y al bregar
anárquico al Parlamento, la ley, etc. por nuevas reformas estatutarias y
Las meras reformas estatutarias no legales, también lo hacemos con igual
se salvan de una suerte efímera. El criterio. Es reformismo puro quedarse
movimiento de la Reforma sigue el en esas reformas; es posición revolu­
flujo y reflujo de la situación política cionaria esgrimir esas reformas como
nacional; hoy se avanza, mañana se medios a una meta superior, que es,
retrocede. Hoy hay un gran optimis­ para nosotros, una Universidad social
en una sociedad socialista. El hecho de
mo y mañana un desgraciado pesi­
que el proletariado defienda las li­
mismo. Así no se va a ningún lado.
bertades democráticas, e incluso la
Cuando un revolucionario avanza, se ley Sáenz Peña, del ataque fascista,
asegura al mismo tiempo que el retro­ no quiere decir que retroceda hasta
ceso probable del día siguiente no el liberalismo democrático, sino que,
signifique una pérdida de lo que es ante la avalancha reaccionaria, las ca­
substancial en su movimiento; esca­ pas laboriosas se aferran a los medios
motea desde ya su retiada, si ella de un puerta libre a su acción revolu­
fuera forzosa. Aprovechar el ascenso cionaria- La Reforma Universitaria
para estar seguro después en la de­ es también un medio a la acción del
fensiva de lo conquistado. En una estudiantado progresista y renovador.
palabra: el movimiento estudian­ Un medio para fines superiores; un
til en ascenso, en la ofensiva anti- verdadero programa en lo demás.
rreaccionaria, debe imponer cuanto La lucha limitada exclusivamente
antes sus reclamos de reforma legal al terreno universitario sería, a su
y estatutaria. vez, un medio por demás insuficiente.

— 437 —
* * * proceso de Medicina en los sectores
no estudiantiles ha sido grande y
El conflicto de Medicina no quedó alentadora. Mostró a todos la podre­
ni podía quedar aislado. Se vincula a dumbre de los “ cultísimos” círculos
la lucha similar en las demás faculta­ reaccionarios; enseñó lo que puede la
des de Buenos Aires, con lo cual se organización en base a la unidad.
conseguirá, entre otras cosas, vigori­ Desenmascaró a reaccionarios dema­
zar el pedido de reimplantación del gogos de profunda conciencia fascista
estatuto del 23; se vincula al movi­ (Bullrich), a dirigentes vacilantes y
miento universitario nacional, unifi­ ambiguos (los partidarios de la cola­
cando programas que tendrían de co­ boración) y ciertos militantes socialis­
mún, en este caso, la nueva ley uni­ tas, enemigos de la unidad de acción
versitaria; se vincula al movimien­ y que clamaban a cada instante por­
to de los estudiantes secundarios, que el movimiento no siguiera ade­
yendo así a la unidad estudiantil na­ lante, incitando a los estudiantes a
cional; se vincula a la lucha de la ju­ preocuparse sólo de sus exámenes, de­
ventud antifascista, yendo también a jando pasar las actitudes fascistas del
decano y su camarilla.. .
la unidad juvenil nacional; se vincula
al movimiento de los maestros y de La Federación Universitaria del
todos los que en el plano de la educa­ Uruguay se ha dirigido a la nuestra
ción y la pedagogía luchan contra la pidiendo su protesta por la persecu-
reacción y el fascismo, yendo a la uni­ sión de que son objeto los estudian­
dad educacional antirreaccionaria; se tes. Vinculemos también nuestra ac­
vincula al movimiento de los intelec­ ción a la de ellos, fortaleciendo la
tuales y hombres de ciencia antifas­ Federación de Estudiantes del Plata,
que se fundara a raíz de la visita que
cistas, mediante el tribunal que ha
hiciéramos cuando los gobiernos de
de juzgar públicamente la situación Justo y Terra rompieron relaciones
universitaria, yendo a la unidad de ac­ diplomáticas en 1932.
ción de los que defienden los instru­
Fortalezcamos los gremios estu­
mentos de cultura de las garras del diantiles. En ellos reside nuestra
fascismo; trabajando de acuerdo con fuerza. Con ellos podremos hacer
las masas laboriosas antifascistas, frente a las situaciones adversas.
que soportan la reacción en su aspec­
El flujo y reflujo de la acción y
to político más crudo y directo, el mo­
la reacción nos puede hacer oscilar
vimiento de los estudiantes debe ser en conquista más o en conquista me­
un aporte más a la unidad de las fuer­ nos, pero en lo que nunca se está per­
zas antifascistas que en nuestro país mitido retroceder es en conciencia, en
combaten por la disolución de las le­ organización y en confianza optimis­
giones, las libertades populares y el ta, esa confianza optimista que otor­
derecho de asociación política y gre ga a los luchadores de verdad su con­
mial de los obreros y campesinos. Los vicción y su entusiasmo ilimitados.
estudiantes comunistas, al disolver a Esto es lo único que sirve de índice
“ Insurrexit” , han dado prueba de un para constatar el ascenso de un mo­
sincero afán de no omitir esfuerzo por vimiento. La reacción nos puede arre­
llegar al gran organismo único de la batar todo desde el poder, pero nues­
juventud trabajadora y estudiosa del tra fuerza — tanto obrera como es­
país. Esta formidable organización tudiantil— será siempre mayor, aun­
está en marcha. El ascenso en la lu­ que no sea tan visible como antes,
cha se ve en el estudiantado y los de­ mientras aumente la conciencia anti­
más sectores sociales (madereros, rreaccionaria o de clase, se mantenga
Tucumán, etc.). La repercusión del lo esencial de la organización y no

— 438 —
decrezca la confianza en la causa que diantes que en cualquier otro sector
defendemos. Ir escalonando con triun­ de lucha. Precisamente, porque el es­
fos de organización los ruidosos triun­ tudiantado es la fuerza más disconti­
fos de los combates más o menos nua de cuantas actúan en el campo
exitosos. Por eso decíamos que la Re­ social. Los estudiantes entran y salen
forma de la ley Avellaneda sería un por remesas de sus centros de estu­
gran paso de firme consolidación, pe­ dios. ¿Qué sería, entonces, si ellos no
ro 'esa conquista legal es también trabajaran enriqueciendo un instru­
anulable, no así la gran conquista de mento común como es la organiza­
la conciencia y la organización, que, ción? Los estudiantes se van, pero
como murallas de acero, guardan lo queda su aparato de lucha. Y así, en
más noble y esencial del movimiento otra escala más amplia, con toda otra
revolucionario de cuanta tempestad labor humana.
reaccionaria se trate. Marchamos sin descanso. Es men­
Todo otro éxito es secundario. ¡In­ tira que unos trabajan hoy para que
felices de aquéllos que condicionan su otros descansen mañana. El trabajo
acción al optimismo aparente de un no es una maldición bíblica. Siempre
esfuerzo dado! No hay fracaso, aun­ se trabajará sobre la tierra porque
que aparentemente haya ¡derrota, siempre habrá cosas que superar y
cuando no se pierden esos atributos conseguir. Nuestra sed es infinita.
esenciales que dijimos ya. El proleta­ Nos referimos a la labor social, no al
riado español perdió su intento de to­ trabajo asalariado de la sociedad ca­
ma del poder en la reciente insurrec­ pitalista.
ción, pero nadie negará que ganó en ¡ Alerta los estudiantes ! Medicina
conciencia y experiencia. !Con esto será una conquista efectiva si deja
queremos remarcar que los éxitos o una organización o si es el punto de
los fracasos son de relativa importan­ partida de una organización. No im­
cia cuando la organización no mejo­ portan tanto ciertos resultados mo­
ra o no se resiente, respectivamente, mentáneos como echar los cimientos
con ellos. de una buena organización, en el ca­
Ni marearse por un éxito ni reti­ so de los estudiantes secundarios, y
rarse de la acción por un fracaso. Se­ fortalecer definitivamente la nuestra,
parar lo efímero de lo permanente, y en el caso de los universitarios.
seguir adelante, siempre adelante. La Medicina abre un proceso nacional,
lucha tiene fines inmediatos y otros repetimos. Esto hay que entenderlo
más lejanos, pero nunca se llega al en toda su amplitud. Un proceso na­
término de esa lucha humana. La fe­ cional en contra el fascismo en la en­
licidad y la verdad no están en un señanza, la Universidad y la cultura.
punto dado hacia el cual llegaremos ¿Por qué? Porque esa manifestación
alguna vez de golpe, para estacionar­ del fascismo adquiere caracteres alar­
nos allí. La única felicidad es sentirse mantes, peculiares y propios dentro
con energías para luchar; en cuanto a de la cultura, y porque el fascismo
la verdad, se la conquista todos los en la cultura es sólo un aspecto de
días de a pedazos. la totalidad invasora de la reacción
La lucha es como una tea que re­ fascista. Ello, por un lado. Por otro,
cibimos encendida y que debemos en­ debido a la necesidad de que el estu­
tregar encendida a quienes nos sigan. diantado defienda su libertad de
Es continua y ascendente; tiene me­ aprender, que, insisto, es su bandera
tas pero no términos. Así, al menos, común. Libertad de aprender signi­
la siento yo. fica derecho al estudio, franquicias
Esa continuidad es más necesario económicas y arancelarias, estabili­
remacharla en la cabeza de los estu­ dad del estudiante cualesquiera sean

— 439 —
sus ideas políticas; implica formar porvenir próximo, el único que pode­
el frente único con los obreros mos prever y construir. Actuar hoy,
que reclaman por su derceho a la vi­ pero con un fin teórico lo más remo­
da, al negarles trabajo la sociedad to posible y permitido científicamente.
capitalista; implica comprender el Sepamos realizar desde ya la Re­
sentido de las protestas de los inte­ forma Universitaria organizándonos
lectuales y profesionales al pronun­ imperiosamente. Realizar la Reforma
ciarse en forma náloga. Derecho al Universitaria con todas las salveda­
trabajo y derecho al estudio: he aquí des que el término y el recortado y
todo. falso concepto significan. Realizarla
Con todas estas exigencias, econó­ en la etapa actual en base a la lucha
micas, políticas, docentes, técnicas, antirreaccionaria, que es lo previo. Lo
vamos realizando, a veces sin saberlo, demás se irá luego obteniendo, hasta
la Reforma Universitaria. Estableci­ donde podamos llegar en la actual
mos que es absurdo esperar la feli­ Universidad, con las limitaciones na­
cidad en un recodo dado de la histo­ turales de su estructuración feudal-
ria, y que esa felicidad — problema burguesa. Mas, lo que no tiene limita­
también absurdo en tan grave situa­ ción es la organización estudiantil
ción social— puede cada uno sentirla con conciencia cada vez más general
en la medida en que trabaja, se es­ del porvenir de la cultura merced a
fuerza y sacrifica en una lucha so­ las nuevas relaciones sociales que se
cial preñada de sinsabores pero lle­ establezcan. Contra el fascismo; por
na, asimismo, de satisfacciones al sen­ nuestra concepción de la cultura.
tirnos dueños, seguros del porvenir Comprender esto es bajarse del pe­
por obra revolucionaria de transfor­ destal pedante de la intelectualidad
mación social, revolución que vemos reformista de otros días. Pero — y por
operarse en la conciencia colectiva. ello lo mentamos— es también for­
Y este proceso nos rodea. mar conciencia de lo mucho que pue­
Nuestra verdad de hoy es nuestra de realizarse en nuestra Universidad
del presente sin necesidad de separar­
realidad de hoy. El presente no exis­
nos por planteamientos a fondo de la
te sino como realización de un futuro
cuestión. Se entienda como se quiera
por realizar, futuro que no pode­
la Reforma Universitaria, lo indiscu­
mos prever en el suceder dialéctico
tible es que, con la unidad de acción,
que destruye y crea incesantemente nos abrimos paso entre las marañas
cumpliendo etapas escalonadas, bajo del fascismo en la cultura. La unidad
la única condición de la situación ma­ de acción, sincera y sentida, nos lle­
terial y las fuerzas engendradas en va a luchar por programas concretos
cada período histórico. En lugar, pues, de inmediato interés estudiantil. Esta
de perdernos en conjeturas sobre un es nuestra bandera, y aquélla — el
porvenir remoto, actuar en nuestra fascismo en la enseñanza y la cultu­
realidad como incubadora cierta de un ra— nuestra realidad presente.

— 440 —
II

VEINTE AÑOS DE REFORMA UNIVERSITARIA


(1938)

ODOS los años — desde hace nue­


T ve o diez— , el 15 de junio me
obliga a escribir algo sobre la Re­
que refleja, deseos de progreso y su­
peración.
Cuando en pocas palabras se quería
forma Universitaria. Me halle ocupa­ explicar a un extranjero qué era la
do en cualquier otra tarea, me encuen­ Reforma Universitaria, los reformis­
tre en cualquier parte del país, no tas de Latinoamérica se veían en apu­
importa. Tengo que escribir algo; es ros. Al final optaban por regalarle
decir, meditar una hora sobre ese mo­ seis o diez libros, que tampoco aclara­
vimiento que ha de tener, seguramen­ ban el problema.
te, mucha fuerza social, intelectual o Si hoy se le dijera a ese extranjero
emotiva para que tan sólidamente nos en aquellas pocas palabras cuál es la
mantenga ligados a él. Y estoy con­ ubicación de la Reforma en nuestra
vencido que todos los reformistas ha­ cultura y nuestro medio social, la en­
bidos en veinte años pensarán y sen­ tendería mejor. Antes, nuestro imper­
tirán hoy en la misma forma. tinente extranjero nos pediría “ he­
Repito: pese a las diatribas .de los chos concretos” sobre la acción refor­
adversarios y a la indiferencia de los mista y los pocos “ concretos” que te­
que quieren simular seriedad, desco­ níamos no serían ni siquiera admiti­
nociendo este movimiento americano, dos en ese carácter, porque en relación
algo debe haber que lo hace fuerte, ca­ a su país, ese extranjero— no pertene­
da vez más fuerte. Más fuerte a medi­ ciente a nuestra América— no podría
da que va perdiendo su frondosa pala­ darle mérito. Pero en función de
brería y deja de ser un grito para con­ “ nuestro medio” , si el extranjero al­
vertirse en un aspecto concreto de las canzase a entenderlo, sí entendería
exigencias sociales y culturales de La­ la Reforma.
tinoamérica. Si la Reforma hubiera si­ El año 1918 fué el síntoma de una
do nada más que bullanguería estu­ ruptura: la conciencia social y polí­
diantil y un pretexto para declarar tica de nuevas capas sociales y de
huelgas y no dar exámenes, sin con­ nuevos intereses irrumpió en una Uni­
tenido social, la Reforma habría ya versidad que vegetaba en nuestro me­
desaparecido, máxime teniendo pre­ dio con un siglo de retraso en rela­
sente que poco ha conseguido refor­ ción a él.
mar en la Universidad. La Reforma
sigue siendo un programa, una aspi­ Si la Universidad era la cabeza pen­
ración ; y también un estado de ánimo. sante — como lo pretendían sus due­
Por eso, los pedagogos, que conocen a ños y señores — de la sociedad, la so­
fondo las teorías sobre educación, la ciedad tenía que cambiar de cabeza
consideran poca cosa desde ese punto porque las ideas de ésta no correspon­
de vista; la consideran también poca dían a las ideas del nuevo medio so­
cosa los que la contemplan desde un cial. La Argentina había dejado de ser
solo punto de vista. Nosotros ne­ un país ganadero; era ya un país agri­
gamos que sea así, pero afirmamos cultor y empezaba a respirar el humo
que uniendo esas pequeñas cosas, se de las fábricas. En la calle, desde el
tiene un movimiento social y cultural aporte inmigratorio hasta los instru­
juvenil y educacional, democrático e mentos de la técnica, todo era nuevo.
intelectual que expresa, que trasunta, En la Universidad, todo seguía siendo

441 —
viejo. Mientras el país quería — y lo siciones que jamás ganarían con el su­
necesitaba — impulsar su agricultu­ fragio ciudadano, en la calle.
ra, fomentar sus industrias, cavar la La autonomía universitaria puede y
tierra para sacar el mineral escondido, debe mantenerse porque sería peligro­
la Universidad era un museo donde se so destruirla ahora. La autonomía uni­
hablaba de “ filosofía” y se obligaba a versitaria corresponde a la etapa ac­
los alumnos a aprender aburrida teolo­ tual de la Reforma. Los principios téc­
gía. ¿Técnicos para la ganadería, la nicos no tienen valor desvinculados de
agricultura y la industria? Esos eran la realidad social. Con el control estu­
contratados en el extranjero; venían diantil, la autonomía universitaria
para ello graduados de universidades puede servir para defender la Univer­
extranjeras. sidad de nuevas amenazas reacciona­
Pero si debía producirse una ruptu­ rias. Por eso, tan inteligentemente, los
ra entre el medio social y los institu­ reformistas del 18 llevaron “ la urna”
tos educacionales anacrónicos, ¿por a la Universidad. Las Universidades
qué se produjo esa ruptura en la Uni­ de Latinoamérica son las únicas en el
versidad y no en la escuela media o mundo que han implantado ese siste­
primaria ? Porque la enseñanza prima­ ma. Ha sido, indudablemente, junto a
ria, dirigida por el Estado, se había la docencia libre, uno de los éxitos más
colocado, día a día, año a año, al ritmo grandes del movimiento reformista.
de las nuevas exigencias sociales. Gra­
cias a los legisladores y educacionis­ Las Universidades, sin dejar de ser
tas del 84, teníamos instrucción pri­ centros de cultura superior, sin dejar
maria laica, gratuita y obligatoria. las especulaciones filosóficas, porque
Teníamos una escuela democrática en lo contrario sería poner trabas al pen­
un país que comenzaba a perfeccionar samiento, y negar su carácter a la
sus instituciones democráticas. Pero, Universidad, tendrán que orientarse
la Universidad seguía siendo imper­ hacia lo técnico y lo científico. La Re­
meable al progreso social y político forma de la Universidad tendrá que
del país se cumplía un ritmo muy marchar pareja con la Reforma educa­
del país se cumplía a un ritmo muy cional en su conjunto. En la escuela
lento, pero se cumplía; en cambio, los primaria, hay que defender el laicismo
institutos de la cultura superior eran y contemplar la situación del niño que
atrasados, rutinarios, parasitarios, concurre a ella (aldeas escolares, ayu­
burocráticos. “ Renta de los inváli­ da económica a los hogares pobres,
dos” , se dijo en el 18. e t c .); deben crearse miles de escuelas
nuevas. En la enseñanza media, deben
contemplarse también las necesidades
Para mí no hay dudas, aunque no de nuestro país; más escuelas técnicas,
pueda demostrarlo aquí: la oligarquía agrícolas e industriales. No restringir
y la curia buscaron en la Universidad la entrada de los alumnos en los co­
autónoma un refugio frente a la ava­ legios nacionales y normales, sino en­
lancha democrática y liberal que em­ cauzar las voluntades juveniles hacia
pezaba a barrerlas de todos lados. Y otras tareas, más útiles para ellos y
lo consiguió. Por eso, los estudiantes para el país.
sacaron de la Universidad a persona­ Desde el punto de vista educacional,
jes que ya la urna de la democracia el problema fundamental de la Refor­
había volteado de las posiciones públi­ ma sigue siendo el de la enseñanza:
cas muchos años antes. Y por eso hoy, qué debe enseñarse (nuevos planes de
los reaccionarios, que también sostie­ estudio), quiénes deben enseñar (se­
nen a su modo la autonomía universi­ lección del profesorado) y quié­
taria, defienden en la Universidad po­ nes deben a prender (facilida-

— 442 —
des a los alumnos sin ceder en las searíamos tenerla, pero ello no impi­
exigencias impuestas por la responsa­ de que cada uno trate, desde ya, de
bilidad de la Universidad al otorgar rendir al país lo que el país espera de
un título y la responsabilidad del cada uno de nosotros.
alumno al recibirlo). La Universidad Hemos vivido veinte años de Re­
puede elevarse de jerarquía por el es­ forma. No tenemos maestros. Lo úni­
fuerzo de sus componentes: profeso­ co que se agita y vive de acuerdo con
res y alumnos. Por el esfuerzo indivi­ la Reforma son los centros estudian­
dual de sus componentes. No es una tiles. Pero, hay que seguir adelante,
excusa aceptable que los reformistas seguir luchando.
no produzcan por sí mismos — cien­ Veinte años no son nada en la histo­
cia, arte — por el sólo hecho de que ria. Es mucho en nuestra existencia
nuestras universidades sean atrasa­ individual, porque apenas si el hom­
das. El atraso cultural del país impi­ bre puede vivir très veces veinte años,
de por ahora tener una gran cultura pero es nada en el tiempo. Hay que
nacional, una definida expresión na­ tenerlo presente al hacer el balance
cional en materia cultural, como de­ reformista.

— 443 —
JUSTIFICACION de la REFORMA UNIVERSITARIA
por
JULIO V. GONZALEZ
(a rg e n tin o )

(1938)

N movimiento de tan vasta com­ ha tomado violentamente posesión de


U plejidad como es el de la Refor­ la Universidad, que hasta entonces
ma Universitaria, tiene que re­ había sido del dominio exclusivo e
conocer períodos de evolución y aspec­ indiscutido de una obligarquía. Los
tos diversos. En cuanto a lo primero, estudiantes mandan y los profesores
puede reconocerse en él una época se someten, unos pocos por simpatía
heroica durante la cual predominó la al movimiento juvenil y la mayoría
acción y la proclamación de ideales por cobardía o conveniencia.
de amplias proyecciones. Es decir, Se reforman los estatutos, para in­
acumuló hechos, la mayoría de ellos troducir en la organización univer­
compulsivos. Las universidades ar­ sitaria las exigencias de la que sus
gentinas, empezando por la de Cór­ promotores llamaron desde un prin­
doba, sufren la avalancha reformis­ cipio, Revolución Universitaria. En
ta. En Córdoba, el 15 de junio de primer término se reconoce la inge­
1918, los estudiantes expulsan a las rencia de los estudiantes en el go­
autoridades, proclaman tumultuosa­ bierno de los institutos, que viene a
mente en los mismos claustros el ad­ ser como el sello que marca el origen
venimiento de un orden universitario de la transformación. En adelante y
nuevo y como acto simbólico de todo hasta hoy — cualquiera que sea su
ello, arrojan a la calle por las venta­ forma — los estudiantes se sientan
nas los cuadros de las figuras consu­ y deliberan sobre los asuntos de la
lares de la tres veces secular Casa Universidad, alrededor de la mesa de
de Trejo. las antiguas academias, donde nunca
Todo el país asiste a episodios se­ se oyó otra voz ni se contempló otro
mejantes en el curso de varios años. interés que el de los profesores. Se
Las vías de hecho continúan en Bue­ ha introducido lo que en la teoría re­
nos Aires, en La Plata, en Santa Fe. formista llamamos integración orgá­
Huelgas generales, atropello de auto­ nica de la universidad, por una par­
ridades, asalto de los edificios, derri- te, y representación funcional, por
bamiento de estatuas, pedreas, mani­ otra. Está explicado esto en mis li­
festaciones callejeras. El estudiante, bros.
con el apoyo evidente de la opinión Si era importante la constitución
pública, de legisladores, de autorida­ de los cuerpos directivos, mayor va­
des y con frecuencia de los obreros, lor tenía aún la forma de elección de

— 444 —
las autoridades. Antes del movimien­ alumno podía adquirir directamente
to renovador, ellas surgían de asam­ los conocimientos, sin intervención
bleas de profesores, reunidos en cón­ del profesor que no hace más que re­
claves áulicos. Ahora verifican co­ petirlo. Buscamos un eje nuevo para
micios, como si se tratara de una la enseñanza y lo encontramos en el
república en pequeño. Intervienen en seminario y los centros de estudio,
ellos, profesores titulares, profesores auténtica creación reformista. La
suplentes y los estudiantes. Es la de­ realización completa se obtendrá con
mocracia en acción. Las camarillas, la supresión total de la cátedra de
las aparcerías se tornan en extreme repetición libresca, pero por las com­
difíciles. Se ha introducido en la vi­ plicaciones que tal cosa acarrea, por
da universitaria un elemento que se­ ahora aceptamos la coexistencia de
rá garantía de salud moral: el con­ las dos instituciones: la lección del
trol de la opinión pública. Es el go­ profesor y el seminario, o disciplina
bierno de puertas abiertas. El triun­ en el método y la investigación, lle­
fo del movimiento es indudable, aun­ vado por el mismo profesor titular
que no se quiera reconocer. de la materia o por otro, suplente o
En el plano del método pedagógico, adscripto. En el seminario trabajan
las innovaciones :io son menos fun­ en común el profesor y el alumno, so­
damentales. El eje del sistema radi­ bre temas especiales de la asignatura
ca en la cátedra. Su provisión y des­ y realizando una tarea que es a la
empeño comprometen toda la efica­ vez de investigación científica y de
cia de la enseñanza. En la universi­ elaboración de ideas.
dad clásica, la cátedra era otorgada Pero el reformismo enarboló, jun­
discrecionalmente por los consejos de to a la bandera de la democracia uni­
las facultades con intervención for­ versitaria, otra que cobijaba el con­
mal del consejo superior y del go­ tenido social de la empresa del hom­
bierno nacional. La Reforma impene bre nuevo. La cruzábamos con el le­
el concurso de oposición, para garan­ ma de: la Universidad para el pue­
tir el acceso de los más capaces. Pero blo. Esta consigna de lucha, tenía
no se consideró ello suficiente y se su traducción doctrinaria con la de­
obligó a reconocer el derecho del es­ signación de exclaustración de la cul­
tudiante a concurrir voluntariamente tura. Antes de estallar la Revolución
a las lecciones del profesor. Es el ré­ Universitaria, maestros consagrados
gimen de la asistencia libre, otro de como Osvaldo Magnasco, por ejem­
los grandes postulados de la Refor­ plo, habían declarado en discursos
ma Universitaria. En la universidad oficiales que la Universidad debía sa­
antigua, la asistencia era obligato­ lir de su enclaustramiento, de su en-
ria con la que el profesor se asegu­ quistamiento, poniéndose en contac­
raba el auditorio, por más notoria que to con el medio social en que actúa.
fuese su incapacidad- Nosotros llevamos más allá el con­
Pero habíase operado de tiempo cepto y exigimos que la Universidad
atrás un fenómeno que la Reforma se entregase al estudio del problema
tuvo que tomar en cuenta. Este he­ social, por una parte, y por otra, que
cho consistía en que el libro había se extendiera a las clases sociales
matado al “ magister” . El tipo clá­ ajenas a la vida de la Universidad.
sico de la cátedra desempeñada co­ La institución aparente a este fin es
mo un monólogo del profesor que re­ la Extensión Universitaria. Ha sido
cita sus lecciones, ya no tenía sentido ésta, como fácilmente se comprende,
ante la difusión del libro, donde el la reforma más resistida. Está reco­

— 445 —
nocida vagamente en el Estatuto, pe­ formistas tienen todavía un amplio
ro no se cumple en ninguna forma, margen que llenar. Se ha puesto la
salvo en la Universidad del Litoral, pica en Flandes- No será cuestión
donde, aprovechando una de las in­ ahora de volver a las vías de hecho.
tervenciones que sufrió, la dejamos Es una labor académica y legislativa
implantada, con toda la categoría de la que espera al reformismo. La lla­
una nueva Facultad, aunque con el mada ley Avellaneda es hoy un ana­
título más modesto de Departamento cronismo que ofende a nuestra cultu­
de Extensión Universitaria. ra.
Estas y otras reformas esenciales Digo para terminar y sin que ha­
son la obra de este movimiento juve­ ya ni con mucho agotado el tema,
nil que hoy festeja su vigésimo ani­ que el gran movimiento de mi gene­
versario, con la adhesión entusiasta ración que hoy se festeja, ha cum­
de todos los estudiantes universita­ plido una obra tan grande como la
rios de la república. Esta gloriosa de renovar la universidad. Ha dado
campaña de emancipación de la inte- en su lucha de veinte años, un ideario
. ligencia argentina y de regeneración político-social a los hombres de mi
de los centros de enseñanza pública tiempo, que se informa en tres pala­
superior, no quedó, como puede cole­ bras que llamaré simbólicas, como
girse por mi rápida reseña, en el pe­ las del Dogma Socialista: libertad,
ríodo herocio de la batalla campal y democracia y justicia social. Los re­
de la destrucción. Los ampulosos formistas de hoy, que no han vivido
principios proclamados en 1918, el año 1918 y sí cuando los que crea­
mientras se luchaba con intereses mos el movimiento en nada influimos
creados por castas aristocráticas y sobre sus actos, sienten a la Reforma
aun contra el orden público, cristali­ Universitaria y creen en la Refor­
zaron como lo .quería Aníbal Ponce, ma Universitaria. Es el aliento de
en un método, y el método sirvió nuestra obra que no ha muerto y que
para construir lo nuevo después de no morirá mientras la generación so­
haber destruido lo viejo. La obra no cial de 1918 no haya cumplido su mi­
está terminada. Las realizaciones re­ sión histórica.

— 446 —
EL CAMINO QUE DEBE SEGUIR LA REFORMA
por
ALCIDES GRECA
(a r g e n t in o )

(1938)

O apagado aún el eco de los tura trayectoria de la Reforma, cuá­


N aplausos que acogieron ¡as pa­
labras del Rector, en la solemne
les han sido sus resultados hasta el
presente y cuáles son los deberes de la
ceremonia de la inauguración de los juventud en esta hora trágica que es­
cursos O , aplausos que prodigáramos tá viviendo el mundo.
con cálido entusiasmo profesores y ***
alumnos para testimoniar nuestra fe
en la democracia, tan maltratada aún La Reforma de 1918 no fué un he­
por aquellos que de continuo la invo­ cho ocasional, que se produjera aisla­
can y tan valientemente defendida en damente en la ciudad de Córdoba, don­
dicha ocasión, he sido requerido por de la juventud estudiosa era víctima
la F. Universitaria del Litoral pa­ de una camarilla ultrarreaccionaria,
ra. que exponga mi pensamiento sobre que usufructuaba la Universidad con
el contenido social de la Reforma en el criterio económico-rural de nues­
esta magna asamblea del estudianta­ tros terratenientes. Fué la culmina­
do, que conmemora hoy su vigésimo ción de un largo proceso ideológico, en
aniversario. He medido mi gran res­ el que la provincia de Santa Fe tuvo
ponsabilidad, y pienso que, por mi una participación activa y trascenden­
condición de profesor, y por peterne- te. La lucha estudiantil llega a su má­
cer a una generación que ha entrado ximo vigor cuando el pueblo adquiere
ya en su declinatoria, no debo pronun­ la conciencia de sus derechos por el
ciar palabras triviales o meramente ejercicio del sufragio libre. La Refor­
circunstanciales. Se me piden directi­ ma es una derivación del movimiento
vas y, equivocado o no, trataré de dar­ renovador y democrático producido
las sin buscar el aplauso fácil que se por la implantación de la ley Sáenz
obtiene por el halago. Renegaría de Peña. Cuando la élite agro-feudal, que
mi tradición de lealtad y de franque­ se había adueñado del gobierno del
za si tratara de amoldar mis palabras país, fué desalojada de sus posiciones
al gusto y a la medida de mis oyentes. por el empuje de la voluntad popular,
Diré, con toda libertad de espíritu, se atrincheró en los institutos de en­
cuál debe ser, en mi concepto, la fu­ señanza superior como en un baluarte

D iscu rso p ron u n cia d o en el a n fitea tro de la F acu ltad de M edicina de R osario, en la cele­
b ra ció n del X X 9 an iversa rio de la R eform a . E l a cto fu é org an izad o p or la filia l en R osa rio del
C entro E stud iantes de D erech o de S an ta Fe.
( 1 ) E l orad or se refiere al m u y celebrad o d iscu rso de inauguración de los cu rsos de 1938,
leíd o en el p a ra n in fo de la U niversidad del L itoral, ciudad de Santa Fe. Está, p u blicad o en
U niversidad, revista anual Nv 4, corresp ond iente a aquella U niversidad y al año 1938.

— 447 —
o en un refugio. Las universidades y la implantación de métodos moder­
fueron su Alcázar de Toledo, su San­ nos de investigación científica, debían
tuario de Santa María de la Cabeza, constituir los medios para llegar a una
desde donde seguían disparando sus finalidad superior: la formación del
proyectiles sobre las huestes renova­ futuro hombre argentino, que debía
doras, a la espera de un Salvador, que tomar más tarde su cultura. ¡Han
llegaría tarde o temprano, acaudillan­ transcurrido veinte años! Los hom­
do la oscura morisma de la reacción. bres que entonces tenían veinte hoy
En la lucha de Santa Fe, que ini­ tienen cuarenta. Observamos apesa­
ciaron en 1912 los estudiantes de la dumbrados que, salvo muy pocas ex­
vieja Facultad de Derecho, cooperó cepciones, tan pocas que pueden ser
eficientemente el primer gobierno de contadas por los dedos de las manos,
origen auténticamente democrático aquellos jóvenes se han eclipsado de
que surgiei'a en el país. Mientras el la acción, se han deslizado hacia el si­
estudiantado, apoyado por un grupo lencio y la molicie de la vida burgue­
de hombres de tendencias liberales, sa. El gobierno del país no está en sus
entre los que tuve el honor de figurar, manos, la enseñanza tampoco está en
propiciaba la nacionalización de la sus manos. Otros hombres, prolonga­
Universidad provincial, la camarilla ción de aquellos mismos hombres que
que usufructuaba las cátedras sólo pe­ combatieron, siguen detentando las
día la nacionalización de los títulos. riendas del país en todos sus órdenes.
El pueblo de Rosario, sin proponérse­ ¿Qué ha ocurrido con la Reforma?
lo de una manera expresa, puso su La Reforma se enquistó en luchas pe­
grano de arena en favor de la causa queñas y estériles dentro de las casa3
renovadora, levantando el gran Hos­ de estudio. Se discutía un decanato,
pital del Centenario, en el que figura­ una rectoría, una elección de conseje­
ba este edificio, en cuyo frente se ha­ ros. Se luchaba contra un profesor o
bía colocado una inscripción que de­ entre los propios estudiantes. La Re­
cía : “ Escuela de Medicina” . Estas au­ forma en el dieciocho luchó en la ca­
las, vacías durante largos años, espe­ lle, con el apoyo de los gremios obre­
raban que los gobernantes las llena­ ros y de las fuerzas representativas
ran con la bulliciosa juventud que hoy de la opinión pública. Al perder más
me escucha. La Universidad del Lito­ tarde su contacto con el pueblo, per­
ral es, por tanto, una hija auténtica dió su gran empuje y quedó librada a
de la Reforma Universitaria, y al re­ sus propias fuerzas. Por eso hoy está
cordarlo, rindo un emocionado home­ casi vencida. Pese a la Reforma, el
naje al que fuera su gran líder en la país sigue gobernado con los viejos
lucna de los estudiantes santafesinos, procedimientos y por idénticos hom­
a Palio Vrillaud, todo luz y acción bres ; las universidades siguen impar­
bella alma de poeta y de conductor de tiendo enseñanza profesional, conver­
muchedumbres, que trágicamente tidas en fábricas de títulos.
abatiera su vuelo un aciago acciden­ Se me dirá que la enseñanza que se
te, que por circunstancias conocidas, imparte en las universidades argenti­
me es singularmente doloroso e inol­ nas es excelente y que de ellas egre­
vidable. san eximios médicos, eminentes abo­
Los postulados primordiales de la gados e ilustres ingenieros, pero yo os
revolución reformista: la participa­ diré que el ser buen médico, buen abo­
ción de los estudiantes en el gobier­ gado o buen ingeniero, nada significa
no de las casas de estudio; la disper­ en la vida de un pueblo si ese profe­
sión de las camarillas de profesores; sional no ha cultivado su espíritu con-
la abolición del nepotismo; la revisión j untamente con su intelecto.
de los anacrónicos planes de estudio Está demostrado que el hombre mo-

— 448 —
derno no ha progresado paralelamen­ la muerte. El hombre moderno, inte­
te en la línea de su espíritu con la lí­ lectual, técnico, dueño de los sectores
nea de su intelecto. Ni la intelectua­ de la física y de la química, ha cam­
lidad es espiritualidad, ni la ciencia biado el taparrabos por un uniforme,
forma la conciencia. La ciencia amplía el candil por la lámpara eléctrica, el
los horizontes de la conciencia, pero alarido por las bellas romanzas, el ha­
si su estudio no va acompañado de una cha y la honda por la ametralladora y
férrea disciplina moral, de un alto la granada de mano, pero en el fondo
idealismo humano, puede conducirnos, de su espíritu sigue agazapado el pite­
por nuevos y refinados procedimien­ cántropo. Es el hombre-chauffer de
tos a los mismos extremos de la hor­ Keyserlyng, es el hombre-avión, pro­
da. Atila y Krupp, Tamerlán y Sir Ba- ducto de la política realista de las dic­
sil Zaharoff, han realizado en el mun­ taduras totalitarias, que desde cinco
do idéntica tarea. Existen intelectua­ mil metros de altura, escondido entre
les sin cultura e intelectuales sin con­ las nubes, con el belfo saliente y los
ciencia. Nada más peligroso que el pu­ ojos anhelantes de matanza y estra­
ro intelectualismo, producto de una go, vuela sobre Barcelona, sobre Guer­
enseñanza unilateral, cientifista y nica, sobre Addis Abeba, sobre Shan­
ghai, sobre Hong Kong, y deja caer
deshumanizada. El intelectual puro es
el político cínico, el abogado trapalón, sus píldoras de muerte sobre los ho­
el médico mercantilizado, el ingeniero gares donde se descansa, sobre las
de las medidas falsas, y farmacéutico iglesias donde se implora, sobre las
escuelas donde se aprende y se canta,
curandero y el filósofo equilibrista que
sobre los hospitales donde se sufre,
fabrica doctrinas y teorías “ ad usum
sobre los asilos, sobre las plazas, sobre
Delphini” . También los lombrosianos
los mercados, sobre los teatros y so­
llegan a las universidades y se gra­ bre los cinematógrafos. Es el hombre-
dúan de doctores. El crimen adquiere artillero, que dispara todas las noches
entonces nuevos aspectos, y el bando­ sobre los barrios de Madrid y que ma­
lero de los robos en despoblado, pro­ ta a la madre que duerme ceñida en
pios de los pueblos pastoriles, es subs­ un trágico abrazo con sus pequeñue-
tituido por un gran señor, de finos los. Es también el gobernante que or­
modales, que parapetado en su bufete dena una purga de sangre entre sus
o en su clínica, pertrechado con un propios camaradas, sin sumarios ni
diploma que reemplaza al trabuco o al procesos, y es, asimismo, el que fusila
fusil, otea los vericuetos del Código previo proceso, pero teniendo en re­
Penal para atacar a sus víctimas a henes a la madre, a la esposa y a los
mansalva y con toda impunidad. Rara hijos del acusado para que éste se con­
vez llega a la cárcel, pero llega fácil­ fiese culpable y acepte la muerte co­
mente a la riqueza y a las altas esfe­ mo un suicidio. El hombre-bestia, el
ras del poder. Ese intelectual puro, Han de Islandia de la fantasía huguia-
lombrosiano por herencia o lombrosia- na, que bebía su vino en una taza
no por falta de conciencia, instruido formada con el cráneo de una de sus
pero inculto, permítaseme el dislate, víctimas, es un alma cándida, un in­
suele ser el estadista que encarcela o ofensivo personaje de opereta, exce­
destierra a sus adversarios, que nego­ lente para asustar a los pequeños, al
cia la riqueza de su país a costa del lado de estos intelectuales, arios pu­
hambre de sus conciudadanos, que se ros, o asiáticos puros, que admiran a
echa a la espalda la ley y los escrú­ Kant, a Goethe, a Wágner y a Nietzs­
pulos para gobernar con sus digestio­ che.
nes y sus visceras, y es también, el Estamos en lo más bajo de la cur­
que desata la guerra, la destrucción y va, en la marcha sinuosa y ascenden-

— 449 29
te de la humanidad. Si hubiésemos de ra algunos pueblos del continente. Só­
admitir como verídica la reencarna­ lo los argentinos seguimos desorien­
ción de las almas, que según los teó­ tados, perturbados, influenciados por
sofos que beben sus inspiraciones en los millones de extranjeros que con­
las doctrinas indostánicas, debe pro­ viven con nosotros, por las noticias de
ducirse cada mil quinientos años, po­ los grandes rotativos, por los libros
dríamos decir que asistimos en estos •que nos llegan de afuera. Si queréis
momentos a la reencarnación de los un ejemplo de esta desorientación es­
bárbaros, que en el siglo quinto de piritual, observad a nuestros artistas,
nuestra era surgieron de las selvas de que debieran ser creadores originales
Germania y de los desiertos del Asia por excelencia. Visitad el actual Sa­
para aniquilar la civilización greco- lón de Otoño, donde muchos pintores
romana. ¿Nos precipitamos acaso, se­ han hecho arte clásico, inspirados en
gún las observaciones del cristiano los viejos modelos, o arte de vanguar­
Berdiaeff, en una nueva edad media? dia, retorcido, alocado, de evasión,
¿ Asistimos a los últimos estertores de propio de los hombres que han esca­
una civilización que desaparece, y de pado de las trincheras o que sienten
cuyas ruinas surgirá un mundo nue­ sobre sus cabezas el zumbido de los
vo, una nueva era que, comp el cris­ aeroplanos, mensajeros de la muerte.
tianismo, dará nacimiento a una nue­ Ahí hay de todo menos arte argenti­
va cultura y dotará a la humanidad no, americano. Dos pueblos del con­
de un nuevo espíritu? América, que tinente, de gran cultura hispano-in-
debe permanecer incontaminada de dígena, de auténtica cultura america­
odios raciales, de nacionalismos exclu- na, van abriéndose paso en medio de
yentes y agresivos, de teorías aloca­ las penumbras y desorientación de es­
das, producidas por la desesperación, ta hora para resolver sus problemas
el hambre y el estrago, debe formular con verdadera visión americana, con
su ideario y aprontarse para su gran criterio americano y con métodos ame­
misión futura. Cuando el polvorín eu­ ricanos : México y el Perú. El México
ropeo salte en mil pedazos por el ai­ del General Cárdenas se está liberan­
re, debemos tenernos firmes. La ju­ do del imperialismo económico extran­
ventud de América, vosotros jóvenes jero y libera también al nativo del ca­
universitarios, debéis encontrar el ca­ ciquismo político-económico-social de
mino. Hemos estado y seguimos es­ los imperialistas de adentro. El Perú,
tando un poco desorientados. Avanza­ pese a la opresión de su dictador Be­
mos y retrocedemos, tanteando el te­ navidez y de la casta militar que los
rreno. Como alguien lo expresara con apoya, es un pueblo espiritualmente
justeza, damos dos pasos hacia ade­ libre, que por su fe en el aprismo co­
lante y uno hacia atrás. Avanzamos noce su camino y lo tomará muy pron­
tanteando, porque no sabemos hacia to. Su conductor espiritual, el creador
donde vamos. Miramos hacia la dere­ de su ideología, Víctor Raúl Haya de
cha y hacia la izquierda. ¿Por qué la Torre, es un hijo esclarecido de la
no mirar al frente, por encima de to­ Reforma del dieciocho, que, al exten­
do vericueto? ¿Por qué América ha derse por toda América, encontró su
de seguir buscando en Europa, en los mejor expresión en este varón fuerte,
conflictos de Europa, la solución de digno de figurar en el libro de Plutar­
sus propios problemas? ¿Por qué no co. Hay que decirlo con orgullo, y tam­
caminar erguidos y firmes hacia el bién con un poco de pena, Haya de la
frente? El sentido político y social de Torre es el único valor político, autén­
los problemas de América no es ya un tico y completo, que ha dado la Refor­
misterio para algunos hombres y pa- ma. La Reforma Universitaria de la

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Argentina, pese a que fué la cuna del que vengan a trabajarlas y a conver­
movimiento continental, no ha produ­ tirse en parias americanos. “ América
cido el gran conductor de la juventud para la humanidad” quiere decir:
y del pueblo que todos esperábamos, “ América para la civilización. Améri­
que tanto necesitamos; no el líder pa­ ca para el porvenir” .
ra la simple pelea electoral dentro de La Reforma debe tomar la calle, sin
las aulas, sino para la gran batalla na­ olvidar la Universidad. Si todavía
cional, continental en que la Argenti­ existen camarillas, si todavía se apli­
na y América Jeben cumplir la terce­ can planes anacrónicos, si todavía hay
ra y trascendental etapa de su histo­ santones que desconfían del espíritu
ria: su liberación espiritual y econó­ innovador de la juventud, la Reforma
mica. Por eso os digo, vuestro cami­ no debe de descuidarlos ni perderlos
no no es de izquierda ni de derecha eu­ de vista. Pero cuando la Reforma esté
ropea. Está al frente y cuando digo al en todas partes, convertida en una
frente, no digo en el centro. El centro doctrina político-social, las camarillas,
es estático y significa retroceso. El los santones y los viejos infolios se
camino recto del frente es más avan­ verán aventados por algo más violen­
zado que el de la izquierda, porque es to y expeditivo que las protestas, más
más corto y está tendido sin obstácu­ o menos líricas, de los delegados estu­
los .entre el sujeto y su meta. Liberad diantiles. El ideario de la Reforma, en­
a América del imperialismo capitalis­ tendedlo bien, jóvenes estudiantes, no
ta extranjero, liberad al hombre ame­ debe apagarse en vuestro espíritu al
ricano de la miseria y del hambre, li­ recibir el diploma profesional. Es no­
beradlo de la ignorancia y de la incul­ torio que, pese a todas las prédicas, a
tura. Colocadlo muy alto, sobre la más las grandes frases y a las solemnes
empinada cima, visible a todo el uni­ invocaciones, se sigue haciendo profe­
verso, para que se lo contemple como sionalismo en nuestras universidades,
el valor más auténtico de la nueva ci­ ingrata tarea en la que actúan man­
vilización que nace. comunados profesores y alumnos. Lo
***
que yo me atrevo a llamar “ analfabe­
tismo universitario” , es típico en el
Este es el camino que debe seguir profesional argentino y, también, en el
la Reforma. Debe salir de las aulas, estudiante argentino. Es propio del
de los claustros, de la disputa casera hombre que sólo lee el texto que pre­
y pueril. Su misión está hoy en la ca­ para para la lección mientras se estu­
lle, en la prensa, en las mil tribunas dia, y para la consulta o el caso plan­
del pueblo. Y porque su misión es ame­ teado cuando se ejerce. Este “ analfa­
ricana no podrá ser egoísta, ni resol­ betismo” , producto de una enseñanza
verse con encogimientos de hombros unilateral, ha transformado a nues­
anglo-sajón. Debe estar con su cora­ tros universitarios en verdaderas má­
zón lleno de afectos, con sus labios quinas de producción económica, co­
llenos de verdades, con sus manos lle­ merciantes de nueva laya, que hacen
nas de bellas acciones, con su cerebro digno “ pendant” con los que trafican
lleno de pensamientos luminosos, pa­ con los cereales, las carnes y demás
ra ir en auxilio de todo lo que en e! productos comestibles. Intentad ha-
mundo signifique un dolor, una injus­ biar de arte, literatura, filosofía, so­
ticia, una forma de opresión. La fra­ ciología o economía política con un
se de Sáenz Peña: “ América para la universitario argentino y os encontra­
humanidad” no tiene el significado réis, en el noventa por ciento de los
que pretende adjudicársele, y que con­ casos, con un supino ignorante o con
sistiría en señalar a los parias del un indiferente. Si se ha definido al
mundo nuestras tierras incultas para francés “ como un señor de perita, con-

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decorado, y que no sabe geografía” , yo que es toda una lección: “ Nosotros, di­
me atrevería a definir al universita­ jo, nos hemos hecho difícil la vida” .
rio argentino como “ un señor bien Esta norma es el secreto de su éxito.
vestido, de finos modales, que pasea Hacer difícil la vida, significa elegir
en automóvil, y que sólo sabe lo que la carga más pesada e incómoda, el
le interesa a sus clientes” . camino más escabroso, pero significa
Debemos reaccionar contra ese afán también, la realización de un ideal. Si
desmedido de llegar cuanto antes a la sus adversarios hubiesen hecho difíci­
obtención del título y volar con éste les sus vidas, posiblemente no ha­
bajo el brazo a la conquista de la brían sido dominados, encarcelados o
clientela y de los pesos. Ese estudian­ desterrados.
te, aparentemente idealista, contagia­ El egoísmo y el sensualismo de
do de entusiasmo, que en los claus­ nuestros profesionales universitarios,
tros luchaba por las reformas sociales rayan en lo inaudito. Nada les impor­
y políticas, imbuido, al parecer, de un ta, con tal que no se les toque su ra­
gran sentido humanista, presto, echa ción, su empleo, su clientela. Su único
todo al olvido. Ya abogado, médico o afán es que se salven sus pesos, aun­
ingeniero, sólo piensa en el confort, en que se hundan el país y el mundo.
la buena vida, en la casa puesta, en la Este crudo sensualismo se extiende
cuenta corriente de los Bancos, y nos desde la selva chaqueña hasta el de­
encontraremos con que el antiguo re­ sierto patagónico, acentuado en estos
volucionario, el idealista violento y últimos tiempos por el mal ejemplo
agresivo de los veinte años es a los que parte de las altas esferas guber­
veinticinco, cuando se compra el pri­ nativas y de los partidos políticos.
mer automóvil, un insignificante bur­ Vivimos en permanente estado de
gués, en el que hasta el físico — fiel oprobio. Pareciera que existe una con­
gués, en el que hasta el físico—fiel re­ signa, que se trasunta en humillar, co­
flejo del espíritu— va señalando con rromper y mediocrizar al pueblo ar­
un ligero abultamiento del abdomen, gentino. El que no agacha la cabeza y
que llegará a su máxima expresión, acepta las imposiciones de los gober­
cuando sea el feliz propietario de una nantes o de los jefes de partidos, el
casa de departamentos y se case con que no cierra los ojos ante el fraude o
la heredera del más rico comerciante se complica con éj, el que no tiende la
o estanciero de la zona. mano para recoger la dádiva o la coi­
ma, es castigado, perseguido, califica­
El profesional universitario olvida
do de enemigo de la patria. Defender
fácilmente sus deberes para con el
la ley es comunismo. Proclamar el im­
país. La cultura no le ha sido propor­
perio de la Constitución es un acto se­
cionada por el Estado para que sólo
dicioso.
acumule pesos, para que se constitu­ * **
ya en casta, para que haga una vida Nuestros universitarios, en su gran
fácil y que todo se deslice placentera­ mayoría, no han demostrado un coefi­
mente a su alrededor. No fué ésta la ciente de espíritu cívico superior al de
vida de nuestros antepasados. No fué los obreros manuales. La cultura pro­
esa la de los conquistadores, de los fesional trae un excesivo deseo de ri­
hombres de la independencia, de la or­ queza y de confort, que debe conquis­
ganización nacional, de la conquista tarse rápidamente, no importa por qué
del desierto, de la colonización agríco­ medios. Las duras luchas sociales _y
la. Nadie me podrá sospechar simpati­ políticas, la producción literaria o fi­
zante de los regímenes totalitarios, losófica, en una palabra, la vida di­
pero hay una frase de Mussolini, en fícil, no encuentra muchos adeptos en­
sus conversaciones con Emil Ludwig, tre los millares de egresados de nues­

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t r a s universidades. Si calculamos, combate en Europa y en Asia. Aun es­
“groso modo”, que existen en el país tá fresca la sangre de los campos del
cien mil profesionales universitarios, Chaco y Etiopía. La Reforma tiene
cálculo que no está muy lejos de la ci­ que salir a la calle y convertirse en un
fra exacta, sin incluir en ella a profe­ credo americano. Ya no basta desig­
sores y maestros, y pensamos que di­ nar autoridades y delegados, rever
fícilmente habrá mil que actúan en la programas de estudios, auspiciar la in­
política activa, y ni siquiera cien que vestigación científica, combatir las ca­
se dedican a la producción literaria o marillas y el nepotismo. Hay que sa­
filosófica, llegamos a la desconsolado­ lir a la calle y tomar contacto con el
ra conclusión de que los universitarios pueblo. Hay que asomarse a la venta­
que militan en política, apenas si lle­ na y tomar contacto con el mundo.
gan al uno por mil. Formo parte de la La Reforma debe defender la justi­
“Sociedad Argentina de Escritores” , cia, la democracia, la liberación econó­
que tiene trescientos afiliados. Puedo mica de los trabajadores, la cultura, la
asegurar que no llegan a veinte los paz, la civilización en suma. Todo está
que ostentan un título universitario. amenazado por una bárbara regre­
Esto equivale a decir que la cultura— sión. Como lo expresáramos en un co­
la verdadera cultura — no se forma mienzo, ha reaparecido el hombre de
hoy en nuestras universidades. La ac­ las cavernas y se ha apoderado de los
ción cultural del universitario, no se instrumentos que brinda el progreso.
observa siquiera en el periodismo, de Destierra a los sabios, quema sus li­
más fácil acceso y menores exigencias bros, pero sigue fabricando cañones,
técnicas. ¿Decidme, sino, cuántos mé­ ametralladoras, tanques y acorazados.
dicos, abogados e ingenieros conocéis La juventud debe cerrar filas. No
en Rosario, que actúen en forma per­ debe dejarse engañar por los grandes
manente y destacada en su vida perio­ domadores de pueblos, ni por sus ges­
dística? tos, ni por sus teorías, tan gratas a las
La Reforma Universitaria no debió clases privilegiadas. Para luchar por
estancarse, limitando su acción a los la patria no es necesario marcar el pa­
problemas de la enseñanza. La genera­ so al compás de marchas guerreras, ni
ción del dieciocho ha envejecido, aun­ ponerse una camisa negra, verde o
que su vigoroso espíritu siga orien­ amarilla. Basta el tranco reposado y la
tando a la juventud presente. ¡Han camisa limpia del hombre honesto, que
transcurrido veinte años, y no han trabaja con la conciencia limpia.
transcurrido en vano! Cuando se ini­ La juventud debe defender la liber­
ció la Reforma, el fascismo no había tad, porque ella es el camino de la paz.
hecho su aparición en el mundo, con Debe estar con el corazón, con el pen­
la imposición de sus métodos violen­ samiento y con la acción, junto a to­
tos y regresivos, con sus teorías liber­ dos los oprimidos del mundo. Cuando
ticidas y dictatoriales. Hasta las dic­ aparece un pirata del aire, que des­
taduras de la política criolla habían truye ciudades, que mata ancianos,
desaparecido casi en los pueblos de mujeres y niños, debe sentirse en el
América. La República Argentina pa­ percutor del cañón antiaéreo que lo
recía haber afianzado difinitivamente voltea de un disparo, en un acto de
su régimen democrático por medio del suprema defensa y de suprema justi­
sufragio libre. Hemos retrocedido con cia. Debe estar con la España republi­
una sensación de vértigo. Estamos al cana, traicionada y ensangrentada por
borde de la catástrofe. El mundo se ha un grupo de militares al servicio del
cubierto de tinieblas. Los pueblos tra­ feudalismo regresivo y el capitalismo
bajan febrilmente para la guerra. Se voraz. Debe estar con la China humi-

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liada, conquistada a sangre y fuego la hora más terrible de la historia.
por el militarismo japonés, debe es­ ¡Hora trascendente, comparable sólo
tar con la desdichada Etiopía some­ a la que viviera el cristianismo en los
tida a metralla limpia desde los Ca- postreros días del Bajo Imperio!
proni y los Savoia. Debe estar con los Asistís al derrumbamiento definiti­
perseguidos de todo el mundo, con los vo de un mundo caduco, de una civili­
bravos apristas peruanos, con sus pre­ zación en ruinas, para iniciar el co­
sos del Panóptico, de la isla de “ El mienzo de una nueva, en medio de la
Frontón” , de las casamatas de El Ca­ hecatombe y del estruendo de la gue­
llao y de los campos del Madre de rra. Debéis estudiar a la luz del in­
Dios, infierno verde que no alcanzara cendio y del fogonazo del cañón, mien­
a imaginar el genio del gran Floren­ tras se escucha en la noche el trágico
tino. Debe estar con los perseguidos y galope de los nuevos bárbaros que lle­
encarcelados del Brasil, con los agra­ gan.
rios de Méjico, con el frente popular Luchad con todas vuestras energías,
de Francia y con los portoriqueños, con toda vuestra fe, con todo vues­
oprimidos por la plutocracia yanqui. tro entusiasmo. Pese a nuestros conse­
Mientras en Ginebra siguen reu­ jos, seguid sólo el camino que os se­
niéndose los diplomáticos para cam­ ñale vuestra recta conciencia. El cami­
biar brindis, sonrisas y discursos, no es sólo visible para vosotros. Nos­
mientras el gabinete inglés sigue ha­ otros apenas si lo vislumbramos. Lu­
ciendo su política de doble juego, chad por la justicia del mundo y mar­
mientras protesta porque torpedean chad hacia vuestro destino, con el pa­
un barco cargado de forrajes y se ca­ so acompasado y tranquilo de los hom­
lla ante la matanza de niños y muje­ bres libres, llevando como coraza la
res de Barcelona y Hong Kong, la ju­ camisa limpia de los hombres de con­
ventud del mundo, los obreros del ciencia limpia. Penetrad en las puer­
mundo, deben levantar su voz, deben tas luminosas de la historia, revesti­
crear un clima moral que avente la dos de una noble fe y de un generoso
barbarie, deben protestar y gritar, ideal, para construir un mundo me­
gritar hasta quedar ronca, gritar has­ jor, donde no se apague jamás la lla­
ta que se estremezca el universo, has­ ma del espíritu, ni resurjan de las ti­
ta que las madres se nieguen a seguir nieblas del pasado, el bárbaro y el es­
pariendo hijos que sirvan de pasto a clavo, que levantando su diestra, im­
la metralla. ploraban la sonrisa del déspota, al que
¡ Grande y trágico es vuestro desti­ ofrecían su vida con el “Ave César” de
no, jóvenes de 1938! Vais a actuar en una suprema humillación.

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ACTUALIDAD DE LA REFORMA UNIVERSITARIA
por
DIEGO LUIS MOLINARI
(argentino)

(1938)

NA de las características me­


U dievales de la Universidad fué
el claustro cerrado. Solamente
sirvieron esta política de privilegio y
exclusión; y la Universidad recibió la
empresa imborrable, pues debía ser­
podían ingresar a ella quienes pro­ vir, como lo demás, para preparar
basen debidamente su limpieza de técnicamente a la clase dominante-
sangre; no habían de tener entre sus El claustro cerrado tomó otros as­
antepasados ni indios, ni moros, ni pectos, fuera de los ya conocidos. No
judíos, ni herejes, ni negros.. . era posible mantener, en la letra, las
La Revolución de Mayo, inspirada odiosas preferencias coloniales; pero
en generosos y amplios ideales, abrió sí en el espíritu de la institución, y
una época nueva que habría de cum­ en la práctica de sus aparentes be­
plimentarse en la sucesiva obra de neficios. Todas las posiciones univer­
las generaciones argentinas. Asimis­ sitarias se reservaron, como las po­
mo, la renovación de las estructuras líticas, a los miembros de la minoría
pretéritas halló poderosos obstácu­ conservadora privilegiada, sin curar­
los en su marcha, y la Universidad se de saber si tenían, si o no, la de­
naciente continuó, de hecho, en el es­ bida preparación para tal función.
trecho marco de la colonia. El víncu­ La pujanza demográfica de la inmi­
lo violento que ataba estas apartadas gración trajo las consecuencias in­
comarcas a la metrópoli, no fué roto evitables que siempre acarrea tan ex­
en lo que más de cerca nos aprisio­ traordinario fenómeno en la vida de
naba a las oligarquías terreras, social- todos los pueblos. Poco a poco el país
conservadoras, que se adueñaron del fué adquiriendo su verdadera fiso­
poder. La Nueva Argentina soñada nomía, de acuerdo con los postulados
por los hombres de la generación he­ esenciales de la revolución, y se lle­
roica tardó en cobrar conciencia de naron sus cuadros civiles con los va­
su existencia como tal, y el Estado lores de una Nueva Argentina que
se conformó dentro de las categorías pugnaba por aparecer limpia y pura
sociales que prohijaron la domina­ de toda mancha o baldón antidemo­
ción de los pocos sobre los más. To­ crático. La lucha por la conquista del
dos los órganos estatales, a su vez, suelo, mediante el trabajo y no por

P u blicad o en A cc ió n R efo rm ista ( “ D iez añ os de lucha u n iversitaria’ ’ ), B uen os A ires. F o ­


lleto. El au tor tuvo d esta ca d a actu ación gu b ern ativa , p olítica y un iversitaria en el m ovim iento
reform ista. N o queda d ocu m en ta ción escrita a la altu ra de la im portancia que tuvo.

— 455 —
las armas; el afán y la brega por la El movimiento respondía, dentro
adquisición de los altos valores de la de la Universidad, al espíritu de la
cultura universal, merced al estudio época. Era menester dar plenitud a
y no al favor del poderoso; la nive­ todas las instituciones taradas en su
lación efectiva de las condiciones en trayectoria inicial, por el régimen
aras de una idéntica oportunidad social-conservador a que fueron su­
para los hijos de las familias humil­ bordinadas. Y en este nuevo período
des como para los de las que a sí de su vida se podía .contar solamente
mismas se tildaban de decentes o dis­ para realizar la obra con las genera­
tinguidas, pobres las unas o ricas las ciones que no se hubiesen contami­
otras; la integración social como una nado con el oprobio de antaño.
expresión de los ideales de redención La generación de 1918 comenzó su
humana que animaron a los héroes tarea. Aún está en sus principios;
de Mayo; todos estos fueron facto­ como no está todavía concluida la
res que aparecieron en su trascen­ etapa esencial de nuestra libertad,
dental significado y benéficos frutos, tal como la quisieron y predicaron
cuando la juventud de 1918, se levan­ quienes, en 1810, sólo la concibieron
tó al grito de la Reforma Universita­ posible como consecuencia de una de­
ria. .. mocracia integralmente realizada...

— 456 —
LA REFORMA UNIVERSITARIA: EVOCACION
Y PRESENCIA
por
NOEL H. SBARRA
(argentino)

(1938)
I). ANUNCIACION La jornada es áspera y al fin vence
la nueva causa.
UANDO las centenarias campa­
C nas cordobesas descolgaban sus
llamadas a misa, el sol apenas
El descenso de la estatua de aquel
católico, frente al convento de los je­
abría su corola luminosa sobre las suítas, tenía un significado simbóli­
calles de la ciudad, en aquella maña­ co. Los estudiantes cordobeses se pro­
na de 1918. nunciaban, de tal modo, contra la uni­
Y ya camino a la iglesia las beatas versidad claustral. La sombra de fray
se detienen absortas ante el conven­ Fernando Trejo y Sanabria, el funda­
to de los jesuítas. ¿Qué manos sa­ dor, pesaba agobiante sobre la secu­
crilegas habían descendido de su pe­ lar casa de estudios- El estudiante
destal, allí, a dos pasos de la univer­ quiere ya liquidar, de una vez para
sidad, la estatua del doctor Lucero, siempre, la vieja Universidad: mitad
profesor’ ilustre y católico ferviente? teología y mitad señorial. La Uni­
Un letrero decía así: “ En Córdoba versidad era retardataria, inactual.
sobran ídolos” . Las viejas se santi­ Allí se enseñaba la verdad corriente
guaron escandalizadas. que nadie osaba discutir. Universi­
¿Qué había pasado en la ciudad dad sin contacto con la vida: el into­
donde no pasa nada? cable usufructuario de la inteligencia
Ahora el sol es una radiante flor estaba harto cómodo en ella, repitien­
de raso amarillo. De lejos llega un do la lectura de los textos.
rumor de ola, una voz de viento. Las Tocóle al estudiante cordobés ser in­
beatas se alejan presurosas. térprete de la voluntad de los estu­
Ha estallado la revolución estudian­ diantes de América Latina. Y aque­
til. Los estudiantes desbordan los llos muchachos idealistas, exaltados
claustros, salen a la ciudad, corren por por alumbramientos de futuro, habla­
las calles con los puños apretados; los ron “ A los hombres libres de Sud-
gritos se quiebran en mil pedazos américa” .
despertando a la ciudad-aldea hasta Y América comprendió por su men­
sus últimos rincones. Hay hervor de saje la ingencia del esfuerzo realiza­
plaza pública; ritmo de lucha, ritmo do. Su grito se estaba esperando. Cór­
de himno. doba era como una estrella orienta­
El pueblo mira con simpatía a los dora brillando entre las nubes.
estudiantes. Y los acompaña. Se agre­ Tan hondo es el significado y tan
ga a la columna; cierran los talleres, grande es la idea que animan a la
la huelga se provoca. Reforipa Universitaria, que ella se

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extiende pronto por toda América La­ de nuevas autoridades. Llega así el 15
tina, desenvolviéndose como una ser­ de junio, día del acto eleccionario. El
pentina de luz: primero fué Córdo­ candidato de los estudiantes y de los
ba, después Buenos Aires, Santa Fe profesores liberales era el doctor En­
(1919), La Plata (1919-20), Tucu- rique Martínez Paz. El de la “ Corda
mán (1921), Lima (1919), Cuzco y Frates” — corporación clerical que
Santiago de Chile en 1920; México manejaba a su antojo a profesores,
(1921), y más tarde Montevideo, La políticos y autoridades — era el doc­
Habana, Bogotá, Trujillo, Quito, Gua­ tor Antonio Ñores.
yaquil, Panamá, La Paz, Asunción... Una barra estudiantil, numerosa y
Por doquier las gargantas musica­ bullanguera, siguió la sesión. La ten­
les de la juventud entonan una nue­ dencia liberal es derrotada y los es­
va canción: tudiantes se precipitan sobre la sala,
rápidamente desalojada por los electo­
¡Juventud, juventud, torbellino, res, y toman posesión de la Universi­
soplo eterno de eterna ilusión; dad. La Federación Universitaria —
fulge el sol en el largo camino momentos después — reunida en la
que ha nacido la nueva canción! sala del Consejo Superior, declara la
huelga general.
Sobre el viejo pasado, soñemos; Sobre los espíritus vírgenes, aquello
en sus ruinas hagamos jardín produjo el efecto de una explosión.
y marchando al futuro, cantemos, Si la modificación de los estatutos
que a lo lejos resuena un clarín ( J) — de acuerdo a sus aspiraciones —
no les daba el triunfo ¿qué pasaba
entonces? La juventud despierta al
II). EL ESTALLIDO
fin.
En Córdoba, a fines de 1917, surge Es que el mal no estaba en los es­
el descontento a raíz de la supresión tatutos sino en el régimen, en los hom­
del Internado de los estudiantes de bres, en las camarillas, que domina­
medicina en el Hospital de Clínicas. ban en la Universidad y fuera de
En medio de las protestas se inau­ ella.
guran los cursos de 1918, pero el Había que ir más hondo: reformar
Consejo Superior de la Universidad espiritualmente a la Universidad; ha­
no cede. Se decreta la huelga el día cerla más amplia, más generosa, más
31 de marzo. Los estudiantes dicen humana. Pero también de fuera — de
en su manifiesto: “ No nos rebelamos la calle — llegaba un clam or: ¡ abajo
contra la universidad-laboratorio, si­ la oligarquía! El hecho tuvo signifi­
no contra la universidad claustral. cación popular: fué el pueblo, en ese
Vibramos en el ritmo de la ciencia instante dramático, quien mantuvo vi­
moderna y anhelamos la enseñanza vo el fuego de la rebelión estudiantil.
acorde con sus claros y amplios mé­ Al principio el mismo muchacho del
todos de investigar y aprender” . 18 — fuerza sonora y vibración emo­
La consecuencia inmediata es la in­ cionada — no acertó a definir el mo­
tervención nacional, a cargo del doc­ vimiento que le tenía por protago­
tor José Nicolás Matienzo, que se re­ nista, pero a poco que se acallaron
dujo a reformar los estatutos de los gritos y la voz volvió a su tono
acuerdo a los que regían en la Uni­ medio, todos comprendieron la signi­
versidad de La Plata. ficación democrática de ese movimien­
Ello satisface a los estudiantes y se to que acunó la Universidad.
realiza la campaña para la elección En la escena de la universidad de
(1 ) H im n o de los E stu d ia n te s A m e r ic a n o s (S o r o -G a lv e z ). I I I C on g re so I n te r n a c io n a l de
E studiantes. L im a, 1912.

- 458 ~
San Carlos entrarían ahora nuevos labor experimental de seminario y
actores que la harían crujir bajo sus centro de estudios; la extensión uni­
pasos fuertes. La revolución tenía versitaria ; los exámenes semestrales;
su triunvirato: Enrique Barros que la asistencia libre a clase; la docen­
presidía el Centro de Medicina; Is­ cia libre; la provisión de las cátedras
mael Bordabehere, el de Ingeniería y por concurso y la publicidad de los
Horacio Valdés, el de Derecho. Pero actos de los consejos que permite una
Enrique Barros era el trepidante mo­ acción de contralor.
tor de la causa: el organizador, el tác­ No podemos detenernos a analizar
tico; era el nervio y era el músculo. el sentido y el alcance de cada una
Mientras tanto Deodoro Roca — ya de las adquisiciones enumeradas, pero
graduado — redactaba manifiestos lo cierto es que tal modo el alum­
vibrantes como clarinadas en el alba. no entra a tomar parte en la resolu­
El 9 de setiembre de 1918, a las 8 ción de los problemas de la Universi­
de la mañana, ochenta y tres estudian­ dad y es, ahora, fuerza energética,
tes entraban por sorpresa en el viejo viva y palpitante.
edificio de la calle Obispo Trejo. Así Pero la Reforma quiere que la Uni­
fué copada la universidad cordobesa. versidad se ocupe no sólo de la prepa­
Horas más tarde las tropas del ración profesional, sino que extienda
ejército — el 139 de infantería — su dominio al estudio de los problemas
desalojaba a los insurrectos, a quie­ sociales, en sus distintos aspectos. Le
nes la justicia federal les abrió un da, pues, una función social que cum­
proceso por sedición. plir, y el estudiante adquiere concien­
cia de la parte de responsabilidad
La aventura tuvo un valor pura­ que a él le toca en cuanto se incorpo­
mente simbólico- Nada más. Pero ra en forma activa, al proceso histó­
tampoco el estudiante necesitaba más. rico de la universidad argentina.
La Reforma se empezó a escribir con Joaquín V. González, en el discurso
•mayúscula. Y echó a andar llevando, inaugural del ciclo de “ extensión uni­
por el ancho cauce de América Lati­ versitaria” , en la Universidad de La
na, su “ triple anhelo de renovación Plata, que acababa de fundar, decía:
ética, política y social” . Era como un “ Una Universidad moderna que no
filo de luz iluminando una esperanza toma en cuenta el problema social, es
futura. una universidad exótica, y sus fuer­
zas se perderán en el vacío si no las
III). LA MISION dirige a procurar la armonía suprema
sobre la que asienta la humana con­
La Reforma Universitaria nació vivencia” .
como una necesidad de democratizar Es que, como escribe Ortega y Gas-
los estatutos que regían los cristali­ set: “ La Universidad tiene que estar
zados centros de cultura: se pedía a abierta a la plena actualidad; más
gritos la participación estudiantil en aún, tiene que estar en medio de ella,
el gobierno universitario. sumergida en ella” .
Ese fué su gesto y ademán primero. Por eso la Reforma Universitaria
•Como directa consecuencia de la tiene a las actuales generaciones cons­
ingerencia estudiantil en el gobierno tantemente identificadas con la vida
de la casa de estudios, se alcanzan nacional. Todos los acontecimientos
otras conquistas que transforman por son abordados, estudiados y discuti­
completo la estructura universitaria. dos, con normas que asientan, exclusi­
Tales conquistas son: la participa­ vamente, en los valores de la cultura.
ción de los estudiantes en la elección La Reforma Universitaria acostum­
de decano y de consejeros; la renova­ bró a la juventud a mirar con ojos se­
ción periódica de las autoridades; la renos y penetrantes los grandes pro­

— 459 —
blemas nacionales y americanos, con sociedad y recoger en ellas nuevas
predilección- enseñanzas, impregnadas del encanto
En lo que se refiere a la misión de simple y bello de las parábolas. La
la Universidad, el “ Segundo Congre­ entrada de la Universidad en este nue­
so Nacional de Estudiantes Universi­ vo escenario de la vida nacional re­
tarios’’, reunido en Buenos Aires, en presenta, en efecto, el hallazgo de
1932, declaraba “ que la Universidad nuevas perspectivas de acción; un
debe entenderse como un organismo cambio de rumbo en su funcionamien­
para trasmitir sus conocimientos a to, el abandono de la estéril tendencia
todo el pueblo y el laboratorio donde de apartar a los hombres de ciencia
se analicen todas las ideas científicas, del resto de la colectividad.
filosóficas y sociológicas con el propó­ “ Y Córdoba d ijo: abramos las ven­
sito de dar una cultura en función tanas de la Universidad” . Para que
social para una actuación, consecuente en la Universidad entre la vida de
en las diversas manifestaciones del vi­ nuestro tiempo. De todos los tiempos.
vir individual y colectivo. La misión Para modelar con ella en la Universi­
de la Universidad es pedagógica, de dad el espíritu de la nación, más aún,
investigación y social, a) Pedagógica, el espíritu de América.
en cuanto imparte enseñanza cultu­ Ved, pues, este nuevo sentido polí­
ral, científica y técnica o profesional, tico de la Universidad.
b) De investigación, en cuanto fomen­ La palabra está, sin duda, despres­
ta e impulsa la investigación cientí­ tigiada. Nosotros la entendemos do­
fica. c) Social, en cuanto aquella ense­ tándola de una jerarquía superior.
ñanza se orienta a incidir sobre la Un intelectual ilustre de la España
marcha y el perfeccionamiento ínti­
nueva, Luis Giménez de Asúa — en
mo y formal de la sociedad en que su libro “ Al servicio de una Nueva
actúa” . Generación” — dice: “ Ha circulado
Se muestra así la doble faz del mo­ con ahinco una especie que ahora está
vimiento estudiantil: la universitaria ya claudicante: la de que los técnicos
pura, a realizarse en la Universidad, no deben preocuparse de temas polí­
y la social, más amplia, que alienta ticos. Una aclaración urge antes de
un impulso renovador como funda­ proseguir. No me refiero a la política
mento para el progreso de la sociedad, militante en partidos o grupos ban­
creando una comunión de vida entre derizos. Aludo a los altos temas polí­
universidad y pueblo. ticos, a las nobles discusiones en el
En esta segunda faz está, a nuestro área de la doctrina y de la realidad
juicio, la dimensión grande de la Re­ honrada. Los jóvenes que se preparan
forma Universitaria, para la abogacía, la medicina, las ma­
El colombiano Germán Arciniegas temáticas, la filosofía o la farmacia,
— ex-secretario de la Federación de son estudiantes de una especialidad;
Estudiantes de Bogotá — habla de es­ pero por cima de esa índole profesio­
ta guisa: “ ¿Qué reclamaba el estu­ nal, son hombres. Hay que educar el
diante? El fuero de la vida. Iba a en­ espíritu ciudadano, hay que dotar a
trar en los laboratorios del mundo nuestra conducta de un noble oriente
con las manos libres. Vida fué una político” .
expresión que cayó sobre las juven­ Y política es la santa inquietud por
tudes como un descubrimiento” . Y los problemas sociales que son al fin
recuerda es„ta frase de Renán: “ La de cuentas, los problemas de la patria.
juventud es el descubrimiento de un Permitidme que, sobre la misión so­
horizonte inmenso, que es la vida” . cial que debe desarrollar la universi­
Vida significa ponerse en contacto dad, os lea esta hermosa página, de­
con la realidad en que se vive. Descen­ bida a la pluma del licenciado Luis
der hasta las más bajas capas de la Chico Goerne, Rector de la Universi­

— 460 —
dad Nacional de México: “ Una Uni­ ro con pocas raíces- (Léase lo que
versidad que investiga hondamente a dice Aníbal Ponce en el prólogo de
su país; que alivia con la ciencia sus “ La Reforma Universitaria” , por Ju­
necesidades y con la ciencia, dignifi­ lio V. González).
ca, levanta y sirve a los desposeídos; No han faltado nunca los anhelos
que busca las capacidades brillantes nobles de mejoramiento social y mo­
en las capas más humildes de la socie­ ral de la clase trabajadora, expresa­
dad, que los educa y los entrega más da en diversas oportunidades por ins­
tarde como capitanes y como guías tituciones estudiantiles. Buena fe, sí,
auténticos de su pueblo; una Univer­ pero nada más. “ En la Universidad no
sidad generosa, que se entrega a to­ se soluciona el problema social, dice
dos sin limitaciones; qué destruye, Verde Tello, refiriéndose a la Refor­
que aniquila los escollos y las barre­ ma Universitaria. Los estudiantes que
ras que antes se levantaban frente a se sientan solidarios con la clase tra­
la pobreza; que no da la ciencia a los bajadora deben confundirse en sus
jóvenes como riqueza ni como lujo, luchas” . (“ Renovación” , órgano de la
sino como deber y como sacrificio; Federación Universitaria de La Pla­
que mezcla a la juventud y la derra­ ta, año 1922).
ma hasta los más escondidos rincones Es muy distinto actuar para el pue­
del vivir popular, que une en estrecho blo que actuar con el pueblo. Emplea­
lazo y en cordial entendimiento al jo ­ mos aquí un lenguaje de Jacques Ma-
ven culto y al hombre que trabaja: r’itain, quien define al pueblo “ como
es una Universidad, no cabe duda que una comunidad centrada sobre el tra­
al fin comienza a dar los primeros bajo manual, obrero y campesino y
pasos por la ruta que traza el espíritu por los diversos elementos que resul­
de su tiempo” . tan de hecho moralmnte y socialmen­
Se dice que la Reforma Universita­ te solidarios con ella. Al decir comuni­
ria es una parte de la reforma social: dad, expreso que el pueblo no se de­
la que atañe a la Universidad. fine solamente por esa característica
En puridad de verdad la transfor­ central de la función del trabajo, sino
mación de la sociedad tiene causas también por un cierto patrimonio his­
complejas; de raigambre extrauniver­ tórico que a ella se agrega, de dolores,
sitaria. Parécenos que algo se han de esfuerzos y de esperanzas” .
confundido los términos. Creemos — “ Actuar para el pueblo es “ hacerle
con Pedro Verde Tello, que ha escrito bien” y trabajar para su bien, mien­
sobre este mismo tema — que la Re­ tras que la categoría de actuar con el
forma está lejos de ser una panacea, pueblo, concierne a un orden de reali­
ni se debe sobreestimar su verdadero dad más profundo: es hacerse uno
y exacto significado. con él, sentir con él, existir con él,
No ha de salir de la Universidad la sufrir con él, hacer propia su pena y
revolución social, y menos con decla­ propio su destino” .
raciones puramente líricas que no tie­ Mientras no se sienta de veras esa
nen arraigo de firmes convicciones. vocación, nuestro esforzado deber ha
La verdad es que los estudiantes no de ser trabajar por elevar el nivel
le han solucionado problema alguno del pueblo, aportándole la ciencia y el
al proletariado. La unión de estudian­ arte, dignificándolo con todos los
tes y obreros ha sido episódica — en bienes de la civilización y la cultura.
momentos de refriegas callejeras, los O como decía Jules Romains, el famo­
más — y por lo tanto anecdótica. so sociólogo y novelista, filósofo y dra­
El fraternizar con el obrero, parti­ maturgo, que nos visitara en 1936,
cipar en sus huelgas, escribir en sus “ dar al hombre una definición tan
periódicos, ha sido para el estudiante, ambiciosa, que trabajar para él sea
más que nada, razón sentimental. Pe­ una tarea digna de los más grandes

461
espíritus y trabajar contra él se trans­ en permanente vínculo con las palpita­
forme en algo carente de sentido” . ciones del alma nacional. Quería subs­
(Discurso de inauguración de los P. tituir la universidad dogmática, car­
E. N. Clubs, en Buenos Aires). gada de preconceptos y prejuicios,
que fosilizan el pensamiento, para ir
IV ). EL IDEARIO tras la verdad asentada en el méto­
do científico y experimental.
El movimiento reformista no estu­ Ambicioso intento de elevar el vue­
vo — no podía estar — iluminado por lo en continuo sondeo hacia la luz.
la luz de la inteligencia sino por la agi­ Muchas veces vanamente.
tada llama del dramatismo y de la La máxima aspiración es perseguir,
pasión- bajo el signo de la Reforma, la trans­
“ La Reforma Universitaria, dice formación de la Universidad burgue­
Haya de la Torre, se hizo empujada sa y profesionalista en órgano gene­
por la pasión, por la pasión eminen­ rador de cultura- La sociedad necesita
te que mueve todas las grandes cau­ buenos profesionales, técnicos capa­
sas, especialmente aquellas que son ces, y para ello exige certificados de
características causas de juventud” . idoneidad. Pero es necesario, también,
Tiempos de forja, fueron aquellos. dotar a estos profesionales de una
Pero la Reforma Universitaria no vida superior en lo espiritual y en lo
se puede contemplar ya como un epi­ moral, para que puedan cumplir una
sodio aislado, ajeno el ánimo a su alto función transcendental en la sociedad.
y generoso significado. Ella es — en Este es el concepto de la cultura in­
su significado más simple, aün para tegral, que tiende a hacer al hombre
aquellos que no captan, sino superfi­ más verdaderamente humano y le per­
cialmente, su verdadero módulo — , mite desarrollar todas sus virtudes,
ella es, decíamos, una presencia que sus fuerzas creadoras, perfeccionán­
ha acompañado el desenvolvimiento de dolo armónicamente en los sentidos
la Universidad argentina en estos úl­ ético, estético y científico. Todavía la
timos veinte años. universidad — reformada como ins­
“ La Reforma Universitaria es uno titución — no ha realizado ese concep­
de los movimientos americanos más to de la cultura integral, fuente del
trascendentales” , escribió en 1929, el desarrollo pleno de la personalidad
líder aprista. ( “ Construyendo el humana, que queda así como un ideal
Aprismo” . - Editorial Claridad). no alcanzado.
No es, pues, un signario inerte. La Tampoco puede ser la cultura mo­
Reforma Universitaria está penetrada nopolio exclusivo de los que tienen el
de acción. De ahí que su ideología de­ privilegio económico de poder asistir
venga constantemente renovada en a la universidad. Si gozamos de ese
el hontanar del tiempo. El ideario re­ bien, meditemos en los que llevan una
formista se va creando así de la suce­ existencia dura y cruel, agobiados por
sión de acontecimientos. La Reforma el laborar fatigoso. Sintámonos soli­
evoluciona y se transforma. darios con ellos y tratemos entonces
No era sólo emprender una campa­ de devolver a la sociedad siquiera
ña por la reforma del estatuto univer­ sea un parte del patrimonio espiri­
sitario. Ese fué el punto de vista más tual — científico, filosófico, artísti­
inmediato de la Reforma. Pero sus co — acumulado durante años y años
ansias iban mucho más allá: quería de lento esfuerzo y dolorosa experien­
cambiar el carácter y la orientación cia ; esfuerzo y experiencia de los que
de la Universidad; hacer de ésta un resultamos beneficiarios por razones
centro de investigaciones superiores de nacimiento (*)•
(1 ) Kn el a r tícu lo 9* dpi esta tu to d e la n u ev a U n iv ersid a d N a c io n a l de M é x ic o __ un a d e
lar: niAs a v a n za d a s del m u n d o— se p ostu la el p en sa m ien to d e su b stitu ir el c o n c e p to de c u ltu ra
c o m o p a trim on io ind ividu a), p o r el de cu ltu ra c o m o d eb er socia l, co n la in ten ción de elim in a r
el tipo de p ro fe sio n a lista que entiende su m isión c o m o una o p ortu n id a d de lucro.

— 462 —
Pero también la cátedra debe to­ importante fué la irradiación y la in­
mar de afuera las ideas vivas, las fluencia que él tuvo sobre las mejores
ideas substanciales de un determina­ almas de la juventud argentina y la­
do momento. Vaya la Universidad a tino-americana.
morder en la realidad, en la vida y “ La intervención de la juventud en
ello le dará color humano. el gobierno de la Universidad es con­
La Universidad debe elaborar y di­ dición previa de la Reforma” , escri­
fundir la cultura integral formada bió don Alejandro Korn. Y agregaba :
por los primeros principios y conclu­ “ Su contenido espiritual surgirá lue­
siones, sobre ciencia, filosofía y arte. go de la acción. No se vive de arreglo
Es lo que en el lenguaje propio del a programas pero se marca un rumbo
movimiento reformista se dió en lla­ o un ideal a la vida. El ideal de la Re­
mar exclaustración de la cultura, y forma lo sentimos. Sus hombres, sus
para llevarla a cabo ningún organismo órganos, su táctica, su propósito in­
tan útil coijio la “ extensión universi­ mediato, pueden cambiar; la idea que
taria” , cuando se la practica con un la anima persiste sin desmedro” .
hondo sentido social. De otra suerte
es totalmente ineficaz. V ) . CAUSAS Y EFECTOS
En el orden nacional la Reforma
Universitaria vela por el manteni­ Las causas y los efectos de la Re­
miento de los principios de justicia y forma Universitaria están más allá
libertad, identificados con el régimen de la universidad misma. La investi­
democrático de gobierno. gación de las raíces genitoras de la
Reforma ha preocupado siempre a
Movimiento esencialmente liberal, los estudiosos y a los teóricos. Ello
es en el orden internacional una afir­ es necesario, sin duda, antes de inter­
mación de fraternidad humana en la pretar y definir el movimiento.
paz, sin lucha de clases o de razas; Una abundante bibliografía ofrece
antimilitarista y antiimperialista. Y ya al investigador un rico campo de
ahora, también antifascista. Recorde­ estudio. AI artículo, al ensayo y al li­
mos que la penetración nazi en nues­ bro, donde se fija una posición doc­
tro país — y en otros países de Amé­ trinaria o se le da un sentido o una
rica — ha sido el último elemento ca­ interpretación singular al movimien­
talizador para la acción reformista. to reformista, se agregan las declara­
La Reforma Universitaria prepara ciones y los manifiestos — creaciones
— en eficaz ejercicio — a las nuevas impersonales — donde queda captada
generaciones para estudiar y com­ la “ pequeña historia” del mismo, que
prender los problemas de la patria y luego proyectará clara luz sobre un
los problemas de América. Tiene así determinado momento o una determi­
una categoría política, entendida ésta nada época. Y ello tiene, para el poste­
en su más alta acepción. rior juzgamiento, tanta importancia
De todo ésto, una cosa aparece como como la “ historia grande” .
evidente: que en la Reforma Univer­ Agréguese a esto la parte episódi­
sitaria — como todos los fenómenos ca — la cincelada anécdota o el sal­
sociales — confluyen una serie no bien tarín detalle — que cobra ánimo y
determinada de factores que se van presencia en la palabra viva despren­
acumulando y corren soterráneamente dida de ese gran número de corazo­
hasta hacer eclosión cuando obra una nes — anónimos o encumbrados —
causa desencadenante cualquiera- Así, que supieron entregarse, darse, con
de esas fuerzas un tanto misteriosas, noble desinterés, a la causa auroral
nace la Reforma sin un ideario con­ de la Reforma Universitaria.
creto y adviértese vaguedad en la doc­ Todo, todo, es necesario para aqui­
trina, que no afectan, en verdad, la latar actos complejos en los que se
grandeza del movimiento, porque lo mezclan, como en todo lo humano, ele­

— 4 6 3 —
mentos heterogéneos que forman la Carlos Cossio, en su interesantísi­
trama histórica de tan típico movi­ ma tesis de doctorado “ La Reforma
miento juvenil. Universitaria” (1927) desarrolla la
Los factores que determinaron el doctrina del “ idealismo histórico” —
estallido de la insurrección estudiantil nombre que él propone — donde el se­
del año 18 son, de todos modos, difí­ gundo término de esta frase expresa
ciles de determinar. Y los actores de ya exactamente lo mismo que “ mate­
la época, protagonistas directos, di­ rialismo histórico” .
fieren notablemente en la apreciación Mientras que Adolfo Korn Villafa-
del hecho. De ahí que hayan aparecido ñe define al movimiento como una
las más variadas interpretaciones. protesta contra el positivismo y como
Se puede percibir, así, desde una un “ idealismo nacionalista” ( -), Flo­
modalidad romántica — una acentua­ rentino Sanguinetti y Saúl Taborda
ción de lo sentimental y emocional — le dan una concepción anarquista.
en la concepción del movimiento refor­ José Luis Lanuza ( “ La Universi­
mista, hasta una interpretación mate­ dad y el pueblo” , en “ Renovación” ,
rialista, cuya más alta expresión la 1924) y Mariano Hurtado de Mendo­
constituye el magistral trabajo reali­ za, más tarde ( “ Carácter económico
zado por Héctor P. Agosti (en la re­ y valor social de la Reforma Universi­
vista “ Cursos y Conferencias” , de taria” en “ Nosotros” , octubre de
Buenos Aires). 1925) asignaron un carácter económi­
Para Julio V. González — “ actor co a la Reforma Universitaria. El se­
prestigioso y teorizador elocuente, gundo de ellos se preguntaba: ¿ Cuá­
que ha dado a la Reforma su labor, su les son las causas de este movimiento
esfuerzo y su rectitud de conducta” — realizado sin una definida orientación
la causa íntima reside en haber sido teórica, movido a puro instinto de ma­
un movimiento anticlerical y más aún, sa? ¿N o es científicamente legítimo
antirreligioso. Escribe: “ Este es el interpretarlo como el proceso incons­
concepto esencial que explica los he­ ciente, pero no por cierto menos lógi­
cho? que estudiamos y las reacciones co, de una derivación de la clase me­
que provoca” ( “ La Reforma Universi­ dia al proletariado? De ahí que la
taria” , año 1927, pág. 72). Razón ésta universidad, cuya población mayor es­
muy poco atendible, a nuestro juicio, tá dada por muchachos venidos de la
ya que el invocado fué un fenómeno clase media, sufrirá los efectos de esa
típico de la universidad cordobesa, pe­ proletarización. . . ”
ro que no incidía, como problema, en Decíamos, en el capítulo IV, “ que
las universidades de La Plata o Bue­ en la Reforma Universitaria — como
nos Aires. Por lo demás debía haber, en todos los fenómenos sociales —
en potencia, una causa que trabajaba confluyen una serie no bien determi­
soterráneamente hasta estallar en nada de factores que se van acumulan­
cuanto se hace conciencia, no sólo en do y corren soterráneamente hasta
nuestro país sino en toda América hacer eclosión cuando obra una causa
Latina. No hay que olvidar que la desencadenante cualquiera” . En ese
chispa es distinta en Córdoba, en La fenómeno histórico, que se presenta
Plata y en Buenos Aires, universida­ como un movimiento ideológico, ha­
des de características también distin­ bría, también, un determinismo eco­
tas* nómico, imposible de desconocer.

(1 ) "I d e a lis ta no el que tiene ideales, sin o el que tien e “ id eales id e a lista s’ ’ y el id e a lis ­
m o p ro cla m a que la persona h u m ana es un v a lo r su p rem o y el h om bre, de a c u e r d o co n el
idealism o, puede cu m p lir libre y resp on sab le una m isión é tica en la v ida , p orq u e el h om b re
de nin gu n a m an era puede ser un m edio sin o un fin , c o m o lo d ijo K a n t ” . “ L a p a la b ra n a cio -
n lista se usa en el sen tid o de fo r m a r la p e rson a lid a d cu ltu ra l a r g e n tin a ” (A d o lfo K o r n V i-
lla fa ñ e en su libro “ 1919” , p u b lica d o por la E d ito r ia l r e fo r m is ta del C en tro de E stu d ia n te s de
D e rech o de B u en os A ir e s ).

— 464 —
Permítasenos, pues, que esquemati­ mite a esos extranjeros incorporarse
cemos un poco para ordenar, de acuer­ — más aún, fundirse en cuerpo y al­
do a su valor, los factores que pueden ma— , a la vida de la nación. La clase
haber influido en la génesis del movi­ media es ahora fuerte y extensa; toma
miento reformista, entonces, en la dinámica social, la po­
a) Factores 'predisponentes. sición de vanguardia a fin de acele­
Debemos anotar aquí un factor ca­ rar el proceso de renovación de valo­
pital : la particular estructuración de res. Esa clase media, que traía inquie­
la clase media. Sergio Bagú, en un tudes espirituales propias, se iba a
trabajo titulado “ Las dos reformas” canalizar en una corriente popular —
( “ Unidad” , febrero de 1936) expli­ el radicalismo — que llegaba a pedir
ca que. “ lo fundamental no consiste con voz fuerte el puesto que le co­
en la proletarización de la clase me­ rrespondía en el gobierno de la cosa
dia — como cree Hurtado de Mendo­ pública.
za — sino en el advenimiento en la b) Factores determinantes.
Universidad de una categoría social
nueva, formada a expensas del alu­ I9. El advenimiento del radicalismo.
vión inmigratorio, que acababa de Suma importancia es preciso asig­
plantarse en primera fila en el escena­ nar, en la génesis de la Reforma, a la
rio de la política nacional. Era una pe­ llegada del radicalismo al poder, pues
queña burguesía juvenil, engendrada significaba el ascenso de una poderosa
por la revolución demográfica que fuerza democrática nutrida, princi­
trajo el extranjero y que adquirió palmente, en aquella clase media. Por­
personería política por la consecuente que conviene destacar lo que signi­
revolución económica” . ficó para la evolución y elevación cí­
Nosotros adherimos a esta manera vica argentina la ley del sufragio li­
de pensar y la completamos, gráfica­ bre y secreto. Recuérdense las confe­
mente, con los que nos enseñan los rencias del Presidente Roque Sáenz
censos. Peña con Hipólito Yrigoyen, jefe del
' La inmigración ha ido aumentando radicalismo, en donde quedó estableci­
paulatinamente — recuérdese la fór­ da la necesidad de entregar al pueblo
mula de Alberdi: “ Gobernar es po­ la elección de sus gobernantes, como
blar” — y el último censo, realizado manera de abrir un rumbo definitivo
en 1914, nos muestra que sobre para la marcha de nuestra incipiente
7.885.325 habitantes, 2.357.952 eran democracia. Se instituye el voto secre­
extranjeros (es decir un 30 %, o lo to y obligatorio: con ello se pone en
que es lo mismo, cada mil habitantes, manos del pueblo el instrumento legal
trescientos son extranjeros). Queda­ de su soberanía y el arma necesaria
ban, pues, 5.527.285 nativos, de los para derrotar a la oligarquía vacuna
cuales más de la mitad eran hijos de que sólo podria volver al gobierno
europeos (*)• mediante la fuerza — en setiembre
La inexistencia del prejuicio racis­ de 1930 — y quedar en él mediante el
ta por parte de nuestro pueblo, per­ fraude ( 2).
( 1 ) 151 prim er censo, efe ctu a d o en 1869, da una p ob la ción de 1.737.026 habitantes, de los
culea 1.526.734 son a rgen tin os y 210.292 son ex tra n jeros. (C a d a m il habitantes h a y 121
e x tr a n je r o s ).
E l segun do cen so — año 1895— da 3.954.911 h abitan tes de los cuales_ 2.950.384 son arg en ­
tinos y 1.104.527 son extran jeros. (C a d a mil habitantes hay 254 e x tr a n je r o s ).
C onviene, adem ás, notar estas c ifr a s referen tes al m odo de d istribu ción de la p oblación .
E n 1869 la p oblación urbana era el 28% de la p ob la ción total del p a í s ; en 1895, es y a el
37% y en 1914, supera am pliam en te a la p oblación rural, es el 60% .
(2 ) El rad icalism o, por otra parte, es una r e ctifica ción del positivism o, que es la id eolo­
g ía que in fo rm a la vida argentina después de C aseros. En las “ B ases (1 8 5 2 ) no sólo está
el p ensam iento de A lberdi, sino tam bién el de S arm iento, M itre, A vellaneda, R oca , etc. La
clase u n iversitaria — v a lg a el nom bre— era expresión de ese p ositivism o alberdiano. D ice
C arlos C ossio en su libro " L a R e fo rm a U n iv ersitaria” (p ág . 9 7 ). M ás que una a firm a ción

30
— 465 —
2(1. L a s n u e v a s c o r r ie n t e s id e o ló g i­ movimiento reformista en la Univer­
ca s. sidad de La Plata. Vice-decano de la
La visita que Ortega y Gasset reali­ Facultad de Ciencias de la Educación
za el país en 1916 es verdaderamente cuando estalló la huelga de 1919, apo­
importante. yó la acción de los organismos estu­
Augusto Comte (1798), padre del diantiles, mientras la gran mayoría
moderno positivismo, y Herbert Spen- de los profesores estaba en el bando
cer (1820) ejercían su pesado domi­ contrario. Ejerce su influencia a tra­
nio en las ideas filosóficas argentinas. vés de algunos jóvenes — principal­
Con la llegada de Ortega y Gasset el mente Héctor Ripa Alberdi — que
neokantismo viene a incrustar un ai­ por aquel entonces se congregaban en
rón nuevo en la filosofía oficial: los un prestigioso organismo cultural: la
modernos sistemas encuentran rápido “Asociación de Ex-alumnos del Cole­
eco en los estudiosos de la generación gio Nacional” . En el primer número
que se venía plasmando. Pero es ne­ (marzo de 1918) de la revista “Ate­
cesario destacar aquí, que don Ale­ nea”, órgano de dicha asociación,
jandro Kom (1860-1936) si bien for­ aparece el pequeño ensayo “ Incipit
mado en el seno del positivismo, ha­ vita nova” , que es su mensaje orien­
bía abandonado la trillada senda para tador ('). Mientras tanto en Buenos
tomar otra que lo conducía al creador Aires las ideas renovadoras iban
del criticismo: Kant. fermentando en distintos grupos: el
Don Alejandro Korn, que ocupaba Ateneo Universitario — con su perió­
desde 1909 el cargo de profesor titu­ dico “ Clarín” y su revista “ Ideas” ,
lar de Historia de la Filosofía en la que dirigía José M. Monner Sans —,
facultad de Filosofía y Letras de Bue­ el centro Pro-Córdoba Libre; la
nos Aires, se convirtió en el paladín Unión Universitaria; la Federación
del antipositivismo. El positivismo de Asociaciones Culturales y, entre
ya había dado lo suyo en manos de otras varias, el Colegio Novecentista
Juan Bautista Alberdi y era preciso — fundado en 1917 — en cuyos cua­
superar esa filosofía que informaba dros formaban los iniciados en la fi­
la obra alberdiana porque eran nue­ losofía antipositivista (2).
vos problemas los que debía afrontar “ El movimiento de repudio a la
la nación. Es entonces el retorno al ideología pasada es de realidad inne­
idealismo kantiano. Había que seguir gable. La juventud “ no vulgar” lo pro­
nuevos rumbos. Y Korn estaba para clama a todos los vientos” , dice Car­
señalarlos: ¡Incipit vita n ova ! Era los Cossio- Pero cabe preguntarse:
el año 1918. ¿sobre quiénes actúan las nuevas co­
Nos detenemos un poco en Korn, rrientes? Es indudable que no sobre
porque él se constituyó — en cierta la masa estudiantil. La masa es la
manera — en el mentor espiritual del fuerza social actuante, no pensante.
ideológica el radicalism o es una afirm a ció n p rá ctica de m o do ca si exclusivo. L u ego h a y que
ju zgarlo e interpretarlo por su s hechos an tes que por su s p a la b r a s ; en Irig o y en m á s que
su s documentos, interesa su acción. T el concepto m á s im portante que surge de la acción del
radicalism o es la dem ocratización de la vid a c ív ic a del p aís. D em o cra cia es, q u izá la ú n ic a
idea que se ve en los teóricos rad icales de la iniciación, com o D e l V a lle o A le m , D e m o cra cia
es la finalidad que se ve en todos los actos de Irig o y en ”,
Sin em bargo no está dem ás ap u n tar que Y rig o y e n nó gobernó con aq u ella "c la s e u niver­
s ita r ia " com puesta, en su m a yoría, por ideólogos de v ie jo cuño y a l p ro h ijar a la R e fo rm a
U niversitaria da oportunidad a que se fu e ra form an d o una in telectu alidad que trae en sí
vm ism a una ideología idealista, antípoda de la anterior.

(1 ) 101 doctor A le ja n d ro K orn fué el prim er decano refo rm ista que tu vo la F a c u lta d de
F ilo so fía y L etras de B u en os A ire s, elegido con la particip ación de los estu d ian tes. Su contrin­
cante fué otro au tén tico m a e s tr o ; José In genieros, que en ca rn a b a el p o sitivism o dom inante.

(2 ) L os m iem bros del C olegio N o v e c e n tista se d efin ía n , ello s m ism o s, del sig u ien te m o d o :
"N o v e n e en tism o quiere ser suerte de nom bre o se ñ a de la a c titu d m e n ta l, de u n o s cu a n to s
hom bres de h oy — nu evos y del novecientos— a q uienes no co n fo rm a y a el ca tón esp iritu a l
v ig e n te ".

— 466 —
Y la Reforma Universitaria fué esen­ 39) La guerra mundial (1914-18) y
cialmente un movimiento de masa; la revolución rusa (1917).
movimiento instintivo de raigambre Son éstos, dos fenómenos que vie­
democrática. “ La Reforma Universi- nen a conmover espiritualmente a la
tria no aparece propiamente como juventud, al tiempo que amplía su vi­
una afirmación ideológica si por ideo­ sión. Al terminar la guerra dos cami­
logía hemos de entender estrictamen­ nos se abrían ante los ojos de los hom­
te la posesión clara de un sistema bres jóvenes: un camino de t’ nieblas
de conceptos, es decir una posición y de dolor que conducía al teatro de
teórica concreta en sí misma y en to­ la matanza, donde quedaban los jiro­
dos los órdenes de su desarrollo. To­ nes de una civilización y un camino
do lo que ella ha pensado es superfi­ de libertadora esperanza que llevaba
cial, vago, equívoco, elemental. Sus a Rusia, donde la hoguera de la revo­
manifiestos y congresos son más pa­ lución ya iluminaba al mundo con
labras que pensamientos. Apenas lle­ lumbraradas desconocidas.
van lo indispensable para denominar El hombre joven estaba perplejo:
la acción, casi nunca para orientarla. ¿Por qué se hace la guerra? La mis­
En cambio la Reforma Universitaria ma angustiada pregunta que formula­
se presenta como una afirmación ba a sus compañeros, durante la tre­
práctica verdaderamente admirable. gua desolada de un mañana en los
Es ante nada una conducta permanen­ campos de combate, uno de los perso­
te de casi todos los estudiantes, una najes de “ El fuego” , de Barbusse:
actitud absolutamente definida, una “ Después de todo, ¿por qué se hace
acción universitaria que constante­ la guerra? No se sabe; pero, para
mente se afirma como un claro repu­ quién sí puede decirse- Nos veremos
dio a la antigua realidad práctica en forzados a reconocer que si cada na­
un desorientado movimiento de supe­ ción lleva al ídolo de la guerra la car­
ne fresca de mil quinientos jóvenes
ración. Por eso la Reforma Universi­ para que sea desgarrada cada día, es
taria es la primera afirmación prác­ por gusto de unos cuantos cabecillas
tica de la nueva generación” O) que podría contarse: que los pueblos
“ La Reforma fué, primero, toda enteros vátt a la carnicería, ordenados
acción. Jamás se vieron multitudes en rebaños armados, para que una
tan compactas y entusiastas que des­ casta galoneada de oro escriba sus
afiaban las cargas policiales en aras nombres de príncipes en la historia;
de una aspiración puramente univer­ para que gentes doradas, también, que
sitaria, por lo menos en sus primeros forma parte de la misma gentuza,
enunciados. La teoría llegó después y abarquen más negocios” .
ella redactó la fórmula del ideal polí­ “ No habrá más guerra cuando el
espíritu de la guerra sea vencido’ . Y
tico, que amplió enseguida con una el estudiante del 18 fué pacifista, an­
planteo cultural y pedagógico. Pero timilitarista, y odió a los que alimen­
si en la necesidad de luchar para de­ tan la vanidad patriotera y el amor
rrocar el viejo régimen de las oligar­ de la supremacía por la guerra.
quías académicas estuvieron todos los El estudiante volvió los ojos a Ru­
reformistas de acuerdo, no lo estuvie­ sia. José Ingenieros (1877-1925), que
ron más tarde, cuando se buscó en el fuera uno de los más enjundiosos sos­
mundo de las ideas la explicación del tenedores de la Reforma Universita­
movimiento y el fin que se perse­ ria, seguía y estudiaba la revolución
guía” (2). rusa, a la que prestó fervorosa adhe-

(1 ) 'X a R e fo r m a U n iv ersitaria o el p roblem a de la nueva gen era ción " (p á g 94-95 ) por
C arlos C ossio. E d itad o por el C entro de E studiantes de D erecho de B uenos A ires 2
( 2 ) " V id a ejem p lar de José In g en ieros’ ’ (p á g . 203) por Sergio B agú. E ditorial Claridad.

— 467 —
sión: en mayo de 1918 dio una confe­ en la universidad. Era necesario ba­
rencia en Rosario ( “ Ideales viejos e rrerla de allí y se la barrió. Pero no
ideales nuevos” ) y en noviembre del del todo: la reacción — favorecida
mismo año habló en el teatro Nuevo por tiempos propicios — tiene todavía
de la Capital Federal, ante una gran firmes baluartes en la universidad.
concurrencia. Al día siguiente los Veamos, en forma sucinta, cuáles
diarios señalaban a dicho acto como eran las características de las tres
la primera reunión “ maximalista” que principales universidades argentinas
se realizaba en Buenos Aires. al estallar el movimiento del 18.
Como quiera que sea los jóvenes La Universidad de Buenos A ires:
que soñaban con el porvenir de una era individualista, positivista. El po­
civilización más benévola, leyeron mu­ sitivismo capitalista era dueño de la
cho, leyeron con avidez, y eso les dejó universidad e impedía la entrada de
un gran sedimento de enseñanzas y el nuevas ideas. La enseñanza era dog­
germen fecundo de un anhelo de supe­ mática y eminentemente profesiona-
ración. Y quedó, también, la influen­ lista, al punto que los planes de estu­
cia romántica de la postura revolucio­ dio excluían todas aquellas asignatu­
naria. ras que nada aportaban directamente
c) Factor desencadenante. a la formación del profesional.
¿Cómo y dónde iban a mostrarse La Universidad de Córdoba: en
las causales que hemos analizado? ella el clericalismo, por tradición tri-
El factor desencadenante fué, necesa­ secular ejercía una total absorción so­
riamente, la universidad. cial, política y educacional. Al pun­
En primer lugar porque llega el to que existía allí la única cátedra
momento en que esa mutación ideoló­ de “ Derecho públicd eclesiástico”
gica en la juventud del país va a (única en las facultades de derecho
provocar la explosión de un estado de del país) con textos oficiales debidos,
conciencia social que se había ido for­ uno a un cura jesuita y otro a un
mando alrededor de los anacrónicos obispo chileno. En un capítulo de es­
centros de cultura. La universidad te último libro se niega a.1 Estado “ el
no respondía ya a las exigencias de derecho de la instrucción primaria de
la época: era rutinaria y dogmática. los ciudadanos pretendiendo que ésta
Se sentía la necesidad de cambiar las es una función propia de la Iglesia”
bases pedagógicas, cristalizadas en ( “ El conflicto universitario de Cór­
viejos moldes. Era necesario, también, doba” , por Juan B. Justo).
dar otro sentido a la función univer­ La Universidad de La Plata. Era
sitaria en su doble aspecto cultural de tipo algo distinto a las anteriores.
y social. Había sido fundada con el propósito
Ya las “ ideas vigentes” , las que loable de que en ella imperara la in­
impartía la vieja universidad, no con­ vestigación científica y los métodos
cordaban con las ideas del nuevo me­ experimentales. Bien pronto se frus­
dio social. El país había dado un paso traron esos ideales. Ya en 1909 Joa­
adelante — nada más que un paso — quín V- González había hecho sancio­
en su progreso político y social. Para nar una ordenanza por el Consejo Su­
que la universidad siguiera el nuevo perior, según la cual no podía otor­
ritmo había, pues, que conmoverla, garse diploma profesional sino des­
qü§ agitarla. De esta tarea se encar­ pués de haber cursado filosofía en la
gó la mocedad- facultad de Ciencias de la Educación
Pero existía algo más. En 1916 el (hoy de Humanidades y Ciencias de
voto secreto desalojó de sus posiciones la Educación). Con ello se le quitaba
en el gobierno del país a la oligarquía un tanto su carácter puramente téc­
agropecuaria y ésta, ante' el empuje nico — atendiendo tanto al hombre
democrático, había ido a refugiarse como al profesional — , pero bien

— 468 —
pronto la saludable innovación fué de­ América Latina. En todos los docu­
rrocada por el positivismo al derogar­ mentos iniciales del movimiento se
se la ordenanza en cuestión. Con todo expresa el sentido americano con que
la idea de anexar a la enseñanza el se le alentaba. El 23 de junio de 1918,
Museo y el Observatorio traía un de­ la Federación Universitaria de Cór­
seo de incorporar estudios de carácter doba decía en un manifiesto que las
experimental. A pesar de ser una uni­ nuevas generaciones “ exigen un cam­
versidad de tipo técnico-profesional bio total de los valores humanos y
fué la que mejor pudo asimilar — por­ una distinta orientación en las fuer­
que en cierto modo estaba preparada zas espirituales en concordancia con
— las modificaciones institucionales una amplia democracia sin dogmas ni
que la Reforma Universitaria llevó a prejuicios” , y completaba la declara­
las universidades tradicionales (J). ción con estas palabras: “ estamos
De tal manera en su última y sin­ al comienzo de una nueva civilización,
gular esencia la Reforma Universita­ cuya sede radicará en América” .
ria sería un problema de la cultura. “ La Reforma Universitaria nace en
Nuevas verdades, nuevos ideales, nue­ la Argentina pero tiene un carácter
vas normas — que constituyen en con­ legítimamente americano” , dice Haya
junto la. cultura social de un pueblo — de la Torre. Porque en toda América
fueron formando una nueva concien­ había las mismas ansias de renova­
cia nacional (no la formación del'in­ ción, las mismas ansias de arrojar el
dividuo como ente autónomo sino en lastre de viejas tutelas. El terreno es­
conexión con la sociedad) realizada taba preparado. La voz de la juventud
por intermedio de la universidad. El americana es la voz del instante que
problema de la socialización de la cul­ adquiere en cada lugar una entona­
tura consiste en “ hacer la cultura más ción personal, un acento propio. La
social; es decir, más comprensiva de corriente partida de Córdoba pasa por
todos los problemas que origina la ellas y es aprehendida: participan en
vida en sociedad, los que están deter­ el movimiento general de la idea re­
minados por todos los valores cultura­ formista, reelaborando la doctrina
les sin excepción” . nueva que se acepta-
Un examen sucinto de la agitación
La Reforma Universitaria es el
continental lo muestra claramente.
profundo tajo que divide a dos gene­
raciones, históricamente considera­ Movimiento estudiantil peruano
das. Y “ Se dice que una generación (1919).
histórica ha llegado cuando cambia el Al iniciarse el año 1919 se empren­
tono de la sensibilidad, la línea de dió una campaña contra los malos pro­
la actitud, el ritmo de la marcha” ( 2) . fesores de la universidad, abogándose
La “ nueva generación histórica” por la Reforma Universitaria. Las
iba, pues, a cumplir su destino en campañas oratorias de Alfredo Pala-

(1 ) E n ju lio de 1919 la F ed eración U niversitaria, que entonces presidía Luis H. S om m a-


riva, eleva un m em orial d enun ciand o irreg u larid ad es de orden ad m in istra tivo y docente en la
F a cu lta d de A g ro n o m ía y V e te rin a ria y en la E scuela de Santa C atalina, pidiendo la interven­
ción de d ich os institutos. En octu bre del m ism o año, en vista de que el C onsejo Superior daba
la rg a s al asu nto en cuestión, se d ecla ra la huelga general e indefinida. En noviem bre los es­
tudiantes tom an el M useo (d e los días 18 a 23) y el 5 de d iciem bre la U niversidad. Se consigue,
al fin la cad u cida d de lag au torid ad es de la U niversidad, cu y o presidente era el Dr. R od olfo
R iv a ro la . E l 20 de ju n io de 1920 se produce la reform a de los estatutos de la universidad por
el F. E je cu tiv o de la N ación. El m ovim iento continúa con el con flicto del C olegio N acional, d es­
de la d esign ación de re cto r Saúl T a b o r d a (sep tiem bre de 1921) hasta \z elección de B enito
N a za r A n ch oren a (sep tiem b re de 1922) con el au spicio estudiantil. E ste presidente desvirtúa
bien pron to los p rin cip ios re fo rm ista s d eterm in an do un períod o de regresión ideológica.

(2 ) R ica rd o R o ja s en la revista “ N o so tro s '’, N 1? 17 4.


Julio V . G on zález d efin e a s í : “ L a gen eración h istórica es la serie de las generaciones o r g á ­
n icas que del c o m p le jo de sus elem entos p articu la res saca una ca ra cterística general, cum ple un
ciclo y se define, por tanto, con ra sg o s propios dentro de él” .

— 469 —
cios habían inflamado el ambiente. salido del seno de una rica familia li­
De pronto, en el mes de junio, un meña trabajó toda su vida, incansa­
hecho banal producido en la facultad blemente, por la liberación económica
de Letras, fué la chispa inicial de la de las clases humildes, y a cuyo lado
revuelta. Se decreta la huelga general creció la recia figura de Haya de la
en toda la universidad. El 4 de se­ Torre.
tiembre una manifestación llega fren­ Su lema decía: “ La universidad po­
te al palacio de gobierno y los diri­ pular no tiene más dogma que la jus­
gentes ponen en manos del presiden­ ticia social” . No hubo — y no hay, en
te de la República un memorial don­ el Perú — movimiento obrero que no
de solicitaban el apoyo gubernativo y tenga la solidaridad de la Universidad
pedían se hiciera defensa de los legíti­ Popular González Prada.
mos anhelos y derechos estudiantiles. Al comenzar el año 1921, Leguía,
Esto ocurría en los primeros meses en su afán de exterminar a sus enemi­
del gobierno de Leguía, llevado al po­ gos políticos desplazados por él del go­
der por las clases populares — a las bierno, empieza sus atropellos: perse­
que después traicionó — , para impe­ cuciones, prisiones, deportaciones, es­
dir la ascensión del candidato civilis­ tán a la orden del día. Intelectuales y
ta (partido conservador del Perú) profesores inician una campaña en fa ­
Aspíllaga, a quien sostenía el presi­ vor de la democracia conculcada. Con
dente de la República, que lo era el auspicio de la Federación de Estu­
José Pardo. diantes se realiza, en el patio de la
Augusto Leguía tenía interés en Universidad de San Marcos, un mitin
continuar apareciendo a los ojos de de protesta que es perturbado por la
la juventud como líder de la democra­ presencia de un grupo de gente arma­
cia y por eso accedió a las exigencias da. Se clausura la casa de estudios,
estudiantiles. hasta que se reabre en 1923, cuando
No bien hubo terminado el movi­ el gobierno declaró que estaba dis­
miento de reforma la Federación de puesto a respetar la autonomía uni­
Estudiantes renueva autoridades y versitaria.
Víctor Raúl Haya de la Torre — es­ La separación de profesores en las
tudiante de derecho — es elegido pre­ distintas facultades, tachados por in­
sidente. Fué entonces — marzo de capaces, es causa de revuelta en 1923
1920 — que se reunió en la vieja ciu­ y 1924. Se trataba de tener buenos
dad del Cuzco un congreso nacional maestros y poco a poco las autorida­
de estudiantes para tratar cuestiones des van comprendiendo el desinterés
universitarias y problemas sociales, y el fervor de los estudiantes por me­
que ya comenzaban a preocupar a la jorar la universidad. Ya en 1924 el
juventud. Dicho congreso vota una Rector y los Decanos discuten con los
resolución que habría de tener efec­ estudiantes los problemas universita­
tos trascendentes: la creación de la rios.
Universidad Popular, bajo la direc­ El dictador Leguía — que ha roto
ción de la Federación de Estudiantes ya definitivamente con el pueblo —
del Perú. Esta institución de libre cul­ amenaza a cada instante con clausu­
tura popular es el más grande y per­ rar la universidad a la que teme por­
severante de los movimientos realiza­ que los estudiantes combaten sin des­
dos por la juventud del Perú. Gana­ mayos sus métodos tiránicos, su so­
da la confianza del obrero — cuya metimiento al capital yanqui, la de­
causa defendía — la Universidad Po­ fensa de los intereses del clero y de los
pular fué bautizada, en 1923, con el terratenientes que esclavizan al in­
nombre de “ González Prada” , en ho­ dio.
menaje a ese gran luchador social — El tirano Leguía, deseoso de perpe­
desaparecido en julio de 1917 — que tuarse en el poder, había resuelto

— 4 7 0 —
efectuar una extraña ceremonia: con­ partido fundado por Haya de la To­
sagrar la República al Corazón de Je­ rre, hoy mayoritario en el Perú (*).
sús. Con ello se suprimía la libertad
religiosa mientras se daba enorme po­ Movimiento universitario chileno
der al clero, rico y extranjero. El im­ (1920).
perialismo yanqui, ambicioso del pe­ En 1920 la prensa de Chile lleva
tróleo peruano, incitaba a realizar la una infame campaña “ chauvinista”
farsa. contra la Federación de Estudiantes,
a la que se acusaba de antijDatriota
La Universidad Popular inicia, en­ y más aún, se insinuaba que recibía
tonces, un movimiento de protesta, dinero del Perú- Eran los momentos
que es apoyado por los estudiantes. de tirantez en las relaciones chileno-
Estos organizan, el 23 de mayo de peruanas por la cuestión de Tacna y
1923, una asamblea en el aula magna Arica, y la Federación de Estudian­
de la Universidad. Después del acto, tes, con espíritu pacifista, sostenía los
la concurrencia, formada por centena­ ideales de fraternidad americana lu­
res de obreros y estudiantes, se en­ chando contra el militarismo, la bur­
cauza en una manifestación que pron­ guesía y la incomprensión de los go­
to choca con la policía. La refriega biernos que deseaban arrastrar a la
fué terrible, en ella perdieron la vida guerra a los pueblos hermanos.
un obrero y un estudiante, resultando, El 21 de julio fué asaltado el local
además, numerosísimos heridos. Se de la Federación por huestes armadas
decreta la huelga general en la uni­ que dirigían oficiales del ejército y
versidad y el paro obrero. El gobier­ aristócratas partidarios de Barros
no toma represalias: destierra a Víc­ Borgoño, candidato a la presidencia
tor Raúl Haya*de la Torre, la Uni­ de la República por los partidos tradi­
versidad Popular, la Federación de cionales en contra de Arturo Alesshn-
Estudiantes y los centros obreros, son dri que a la sazón era el candidato
clausurados. popular.
. La Federación de Estudiantes, ba­ El 30 de setiembre, sobre el dolor
jo la presidencia de Manuel Seoane, y el sacrificio de estudiantes y obre­
inicia una lucha titánica contra la ti­ ros, Alessandri llega al gobierno, des­
ranía. de donde persigue y encarcela a los
El año 1924 fué de intensa agita­ mismos que le habían llevado al triun­
ción : los ideales de la Reforma ha­ fo, olvidando de tal modo sus prome­
bían hecho conciencia en la masa es­ sas de candidato.
tudiantil. Ya en el mes de junio se había rea­
No debemos terminar este breve re­ lizado la primera convención estu­
lato sin dejar de mencionar dos he­ diantil chilena, que estatuye en su
chos importantes: primero, que son “ Declaración de Principios” , la cues­
los estudiantes peruanos — como an­ tión social, las cuestiones internacio­
tes habían sido los chilenos — quie­ nales y la educación nacional, donde
nes se oponen a las manifestaciones se postulaba al advenimiento de la
patrioteras que desean arrastrar a la universidad nueva como base para el
guerra a los dos pueblos hermanos; perfeccionamiento espiritual del hom­
y segundo, que la Reforma Universi­ bre.
taria tiene en Perú una gran hija Pero es en 1922 cuando se logra el
legítima, que es el “Apra” (Alianza triunfo de los principios fundamenta­
Popular Revolucionaria Americana) les de la Reforma, aclamados en la
(1 ) E l A. P. R . A . (A lia n za P opu lar R e v olu cion a ria A m erica n a ) — fu nd ad a en diciem bre
de 1924— es el partid o rev olu cion a rio an ti-im p eria lista latin oam erica n o que org an iza el g T a n
fre n te ú n ico de tra b a ja d o re s m anuales e intelectu ales de la A m érica L atin a para defender la
soberan ía de nu estros poíses. A d em ás de luchar contra el im perialism o y por la unidad p olítica
de A m é rica L atin a, el A P R A lleva una acción por la reivin dicación del indio que es el elem ento
a u tócton o de A m érica, h oy esclav iza d o por un a situación econ óm ica inferior.

— 471 —
convención de junio de 1920. La Fe­ En México la Reforma Universita­
deración de Estudiantes dice en un ria es culminación del movimiento de­
manifiesto: “ No ha sabido nuestra mocrático iniciado en 1910, contra la
universidad cumplir su misión indi­ dictadura oligárquica de Porfirio
vidual ni tampoco acertadamente su Díaz, aunque allí no pesaba la clase
misión social. Y su producto ha sido media sino la clase campesina-
eso que se ha dado enjlam ar el pro­ Es en México donde se reúne el
fesionalismo : legiones de individuos “ Primer Congreso Internacional de
apegados a estrechos egoísmos y a Estudiantes” (septiembre-octubre de
sombrías concepciones del pasado. Ne­ 1921) en el que se formulan importan­
cesitamos derrumbar los viejos con­ tes declaraciones de orden pedagógico
ceptos y abrir nuestra universidad y social, "al tiempo que se condenan las
a todas las corrientes científicas, éti­ tendencias imperialistas y todos los
cas y estéticas” . hechos de conquista territorial por la
Y como reivindicaciones inmedia­ fuerza armada.
tas, los estudiantes quieren la autono­ Hoy la nueva Universidad Nacional
mía de la Universidad, la representa­ de México es una de las más avanza­
ción del alumnado en los consejos, la das del mundo, perfectamente identi­
docencia libre, la asistencia libre a ficada con la vida de la República y
clase y la extensión universitaria co­ llevando hasta las capas más humildes
mo medio de vincular la casa de estu­ de la sociedad los beneficios de la cul­
dios a la vida social. Claro está que tura.
todas estas conquistas no se llevaron
a cabo de una manera pacífica. Hubo El movimiento reformista en el
intervención de la fuerza armada en Uruguay (1923)
la universidad de Chile y varios estu­
diantes fueron expulsados del país por En el Uruguay no existía Federa­
el gobierno. ción de Estudiantes y sólo funciona­
ban los Centros de cada facultad, que
Se decreta la huelga general por trabajaban en forma aislada. Se fun­
ocho días. Los alumnos de la universi­ da entonces la “ Asociación Cultural
dad católica no adhieren al movimien­ Universitaria” con el fin de realizar
to. la obra eficaz de la Reforma Univer­
El presidente de la República llama sitaria y de renovación ideológica en
a su despacho a los dirigentes estu­ un sentido amplio. La Asociación es
diantiles para comunicarles que el go­ integrada y dirigida por estudiantes
bierno prestará especial atención al de todas las facultades y además de
estudio de las reformas propuestas. los principios de reforma a cumplirse
dentro de la Universidad, postula
Normalizada la situación del Con­
principios en materia social, política
sejo Superior de Instrucción reaccio­ e internacional. El movimiento se
na violentamente y en uso de una fa­ completa en definición y se vigoriza
cultad de su exclusivo manejo, expul­ en organización al fundarse la Fede­
sa a los estudiantes que se habían co­ ración de Estudiantes Universitarios
locado al frente de la campaña refor­ en 1929. Esta entidad dirige la im­
mista. Los estudiantes intentan ir portante campaña desde el 29 hasta
nuevamente a la huelga pero los el 31, que comprende las dos grandes
arumnos afectados por la arbitraria huelgas de la Facultad de Derecho y
medida no lo consintieron. Prefirieron la celebración del Primer Congreso
sacrificarse y llevándose el reconoci­ Nacional de Estudiantes, 15-22 de sep­
miento y la adhesión de sus compañe­ tiembre de 1930. El Centro de Estu­
ros se alejan de Chile para ir a con­ diantes Ariel, fué un gran factor en
tinuar sus estudios al extranjero. el movimiento uruguayo.

— 472 —
La Reforma en Guatemala tra el imperialismo yanqui; trabajar
Se puede apreciar en Guatemala un por la paz de los países latino-ameri­
canos.
movimiento tendiente a la reforma en
los centros superiores de estudios, La Reforma en Cuba (1923)
desde el derrocamiento de la tiranía
de Manuel Estrada Cabrera el 15 de A fines de 1923 se reúne en La Ha­
abril de 1920. bana el primer congreso de estudian­
Dentro de la tiranía existió la Uni­ tes, convocado “ con fines de perfec­
versidad “ Manuel Estrada Cabrera” , cionamiento de la acción estudiantil
nombre que le hicieron dar un núcleo en los campos educacional, social e in­
de diputados adictos al tirano. Se le ternacional” . Como consecuencia del
quita ese nombre y se le da el que le congreso se funda la “ Confederación
corresponde: Nacional. Después se le de estudiantes de Cuba” , la que al
dió autonomía y se la hizo libre de constituirse declara que el nuevo cuer­
todo impuesto para los estudiantes. po venía a “ luchar por los principios
Se proyecta una reforma por la cual enunciados por la juventud cordobesa
el Consejo Superior, además del Rec­ en 1918” .
tor y los decanos, estaría integrado La Reforma en Colombia (1924-25)
por un delegado estudiante por cada
facultad; la elección del Rector en vo­ En octubre de 1924 los estudiantes
tación directa y secreta de todos los de Bogotá dan a conocer una decla­
profesionales de la República; la ración en la que piden reformas para
elección de los profesores por los la universidad colombiana donde rei­
estudiantes; la docencia libre y la ex­ na el más estrecho criterio profesiona-
tensión universitaria. Este proyecto lista, al punto de que no hallan campo
no llega a ser ley porque el 5 de di­ en ella las ciencias sociales ni la pre­
ciembre de 1921 el partido liberal fe­ ocupación filosófica.
deralista toma el poder a raíz de un En las cátedras se repiten los tex­
golpe de estado j ello determina la re­ tos, que se toman al pie de la letra.
gresión de la universidad. Se declara La política manda en la universidad :
la huelga estudiantil pero el gobierno nombra autoridades y profesores.
declara cesantes a todos los estudian­ Los estudiantes exigen la autono­
tes que prestan servicios en hospita­ mía de la Universidad; desean cam­
les y oficinas públicas, expulsando del biar los textos por el laboratorio, el
país a los cabecillas del movimiento. gabinete y el seminario; quieren ar­
dientemente la Universidad social,
El movimiento en la República de instrumento de cultura popular; aspi­
“ El Salvador” (1926) ran a que los consejos estén integra­
dos por profesores y alumnos; piden
El l 9 de febrero de 1926 se funda la docencia libre y la asistencia libre
la “ Asociación General de Estudian­ a clase. Quieren, en fin, que la Uni­
tes” con el siguiente programa: auto­ versidad sea un organismo abierto,
nomía de la universidad; hacer efec­ dinámico y útil.
tiva la extensión universitaria, secun­ El Segundo Congreso Nacional de
daria y escolar en la clase obrera y Estudiantes, reunido en Bogotá, da
campesina; alfabetización de la clase una declaración por la unión de los es­
obrera prestando su concurso debido tados latino-americanos estrechando
a la universidad popular; difusión del vínculos de fraternidad.
libro científico y literario creando bi­
bliotecas; intervención de la mujer en E 11 Bolivia y Paraguay (1925) los
las luchas sociales; luchar contra to­ estudiantes se manifiestan en contra
dos los imperialismos y, por lo que se del “ chauvinismo” que trata de sem­
refiere al continente americano, con­ brar la discordia entre los pueblos y

— 473 —
declaran el deseo de producir un acer­ los estudiantes hizo que se diera a la
camiento espiritual boliviano-para­ Reforma interpretaciones disímiles y
guayo, porque, como dice la Federa­ que las divergencias se ahondaran.
ción de Estudiantes de la Asunción Había, sin duda, desconfianza- Las
(noviembre de 1925), “ después de to­ orientaciones — las famosas “ direc­
do, no han de ser los mandatarios ni tivas” — que desde afuera pretenden
los armamentistas quienes en las ho­ imponerse a las asociaciones de estu­
ras de la tragedia han de dejar sus diantes son las causas que determinan
cadáveres entre el lodo de las trinche­ aquella desconfianza. Con todo la ma­
ras” . . . Al contestar a la Federación sa estudiantil se muestra unida ante
paraguaya los estudiantes bolivianos el enemigo común: la reacción, que
dicen: “ Debemos unirnos sólidamen­ ha ido tomando diferentes modalida­
te para rechazar los peligros internos des : hoy se llama fascismo. Y si bien
(el chauvinismo) y externos (el'impe- es cierto que ambas posiciones —
rialismo).. Nuestros ideales y los vues­ “ centro” e “ izquierda” — han tomado
tros son los mismos: paz, unión y jus­ por períodos, la dirección del movi­
ticia” . miento — aunque es necesario recono­
Los estudiantes cumplen, pues, en cer que en las épocas convulsivas la
toda América Latina una misión idén­ izquierda guió la acción — las dos
tica. Fueron por todas partes una fuerzas se unieron en una sola volun­
fuerza pujante, rebeld„e e idealista, en tad realizadora cuando las circunstan­
lucha contra las oligarquías criollas cias lo exigieron. Recuérdese, como
y contra el imperialismo, por un anhe­ ejemplo de lo que decim.os, las voces
lo democrático y pacifista, para la re­ crespas y el gesto fiero de aquella he­
alización de la confraternidad y la roica muchachada de la Federación
justicia. Ese fué el sentido libertador del 31, que en nuestra ciudad luchó
de la cruzada inicial llevada a cabo contra la dictadura de Uriburu. El
por la nueva generación americana. peligro trajo la unión y la compren­
( x). sión recíproca, ganando terreno al pá­
* * *
ramo del aislamiento, del egoísmo o
Después de esta visión panorámica de la inercia. Y el signo conjuntivo
cabe preguntarnos a nosotros mismos fué el de la Reforma.
cual es el presente y futuro de la Re­ Sin embargo, los estudiantes rojos
forma Universitaria en nuestro país. tiraron piedras al tejado propio. En
La lucha política, que recrudece con un folleto editado por “ lnsurrexit”
el advenimiento del uriburismo, mues­ ( “ Quince años de derrota bajo el sig­
tra a la juventud polarizada en dos no de la Reforma” . La Plata, 15 de
bandos: la “ derecha” ultranacionalis- junio 1933) y que en su hora agitó el
ta y reaccionaria que está al margen ambiente — trayendo como consecuen­
de la Reforma y va derechamente al cia la acentuación de las divergencias
fascismo, y el sector reformista, in­ existentes — decían: “ La traición es­
tegrado por los estudiantes que per­ tá en la esencia misma de la ideolo­
tenecen a las posiciones de “ centro” gía reformista” , y agregaban “ Insu-
y de “ izquierda” . rrexit nace como el organismo de la
Pero estas dos tendencias reformis­ masa estudiantil que resuelve romper
ta,^ — “ centro” e “ izquierda” — no con la ideología fatal” . Más adelante
siempre formaron un bloque; más aún, hay un dejo de sorna: “ La Reforma
estuvieron divididas y muchas veces ahora ensancha su local: es antifas­
rudamente. La ideología política de cista. La Reforma y sus líderes han
(1 ) L o s d a to s refe re n te s a la p ro p a g a c ió n c o n tin en ta l del m ov im ien to r e fo r m is ta son o b ­
ten id os del tom o se x to de " L a R e fo r m a U n iv e r sita r ia ’ ’ (D o c u m e n to s r e la tiv o s a la p ro p a g a c ió n
del m ovim ien to en A m é rica . 1 9 1 8 -1 9 2 7 ); co m p ila c ió n h e c h a p o r G a b riel del M azo, 6 tom os,
B u en os A ires, 192C-27.

— 474 —
opuesto la democracia al fascismo. camino en la carrera. La razón le­
Hoy mismo la Federación Universita­ vantó a tiempo su lámpara para ilu­
ria de Buenos Aires y la Federación minar la senda que el sectarismo os­
Universitaria de La Plata hacen rni- curecía.
tines de “ afirmación democrática” . Y Los mismos que lanzaran otrora sus
ya cerca del final rematan con estas anatemas jupiterinos contra la Refor­
palabras: “ La Reforma cae estrepito­ ma, hablan hoy un lenguaje distinto.
samente para no levantarse más. “ In- ¿Hablaron antes convencidos? ¿Ha­
surrexit” se proclama el único y ver­ blan ahora lealmente? ¿Va, lo segun­
dadero continuador de la tradición de do, grávido de “ intención” ?
lucha sincera de los estudiantes refor­ No hemos de discurrir aquí sobre
mistas, como también se proclama el ello porque habría que agitar cedazos
sepulturero de la Reforma” . de una inútil controversia.
Estas aspiraciones necrológicas ha­ Sin embargo algo ha de tener este
brían de convertirse, con el correr del típico movimiento juvenil americano
tiempo, en su propia corona fúnebre. que es la Reforma, cuando tiende a
En efecto, “ Insurrexit” se disuelve en sumar respetos y adhesiones que has­
agosto de 1935 y al hacerlo reconocen ta ahora le eran ajenos. Cuando me­
— en una circular donde se habla de nos es tan generosa la doctrina —
“ la necesidad de adoptar una nueva aquella “ ideología de traición” que de­
táctica a aplicarse en el terreno del cía Insurrexit — que permite, sin
“ estudiantado” — que “ Insurrexit” agravios ni rencores, ocupar lugares
carecía de solidez en sus concepcio­ en los Centros y Federaciones a los
nes y a ello se debe que en sus luchas que hasta ayer la atacaban. O)
sin cuartel contra todas las concepcio­ Superar un error es, un poco, aso­
nes adversas a la del proletariado, ca­ marse a una nueva verdad. Tal vez los
yera en exageraciones y tomara posi­ estudiantes comunistas comprendan,
ciones falsas. Tales son sus suposicio­ al fin, que hay que estar en nuestra
nes sectarias frente a la Reforma, realidad social y no fuera de ella. Que
partidos reformistas y organismos sentir el drama argentino — nuestras
gremiales” . Luego dicen: “ Debemos propias angustias y dolores — es pa­
salir de nuestro círculo insurrecto y ra el estudiante la instancia de una
trabajar en los centros con los demás necesidad ineludible.
estudiantes. Forjaremos la unidad es­ Hay aquí problemas concretos que
tudiantil a través de los centros, para exigen contemplarlos con mirada za­
la acción antifascista” . Termina con hori- La juventud reformista está
este párrafo donde cantan su “ mea equipada con una ideología liberal y
culpa” : “ Insurrexit” se disuelve. An­ emancipadora que contempla nuestra
tes de hacerlo debe superar sus erro­ propia realidad nacional. Eso le falta­
res fundamentales: su posición fren­ ba. Ahora puede abordar la empresa,
te a la Reforma y a los organismos sin vacilaciones ni temores. Se ha ga­
gremiales” . nado la seguridad de saber lo que se
Según parece practicaban una po­ quiere. La decisión hará lo demás.
lítica a contrapelo que habría de de­ Hoy las instituciones gremiales de
jarles doloridos. estudiantes son organismos de “ fren­
Hay quienes corren y extravían el te único” . Pero el pensamiento ha de
( 1 ) A h o r a , c o n m o t iv o d e l v ig é s im o a n iv e r s a r io d e la R e f o r m a , a r a b a '^ p u v n ^ é
n ifie s t o t it u la d o " V e in t e a ñ o s d e lu ch a p o r la R e fo r m a *j n l ' -? r s L¡’? r !aV í 1 S ^ ‘ J P
se l e e : " C o m it é P r o v in c ia l d e l P a r t id o C o m u n is t a " ( S a lt a 81, C o r u o D a ). . , t
E l m a n ifie s t o t e r m in a c o n est^ s Pa ^ ^ re';E1e ^ e s a d 0°s y “ e s tu d ia n te s a lle v a r a d e la n te
X X f a n iv e r s a r io , h a c e u n lla m a d o a lo s p io ie s o r e s , ee ic s d u u » j , , n rn - « ACn v,n _
c o n t o d a fir m e z a la lu c h a p o r la u n i v e r s a l ; ^ o n T m p ^ t í a ^ l C o m b a t i v o e s tu d ia n t a d o r e fo r m is t a
^ ^ p r o n i e t i ^ d o s ^ a ^ ^ p o y a r ^ c o n t o d a s s u ^ f u e r z a í ^ y ^ r t to d a s .a s o c a s io n e s a e s te g r a n m o v i-
m ie n to r e n o v a d o r d e la ju v e n t u d ” .

— 475 —
ser franco para que no subsistan des­ rastro de los campesinos y artesanos
confianzas. Así como la Reforma Uni­ para que estudie las condiciones de
versitaria trae en su propio genio el vida del pueblo. Antes él se consagra­
resplandor que crea en las almas la ba a saber cuáles fueron los puntos
aurora de la nueva esperanza, poner de vista de don Alfonso el Sabio para
a su servicio el impulso solidario que adoptarlos y darles efecto cinco siglos
arranca de una leal cooperación, sin fuera de su momento histórico. Hoy
dejarse tentar por demostraciones de el estudiante busca en las escuelas la­
partido y exclusivismos temerarios, boratorios sociales” .
es para todos los estudiantes el inex­ “ Quiere hacer de la Universidad el
cusable deber del instante. De la unión fiel de la democracia que registre los
depende mucho la vida de la Reforma hechos, aunque vengan de muy abajo,
Universitaria. y las ideas, aunque se vislumbren muy
¿Y el futuro? lejanas” .
No lo alcanzamos a ceñir. La Re­ “ Desde luego, la idea de darle un
forma Universitaria es un movimien­ destino político a la Universidad cho­
to complejo, que evoluciona y se trans­ ca contra el prejuicio de la burguesía.
forma en continuo recambio con el La gente que habla desde el mostra­
ambiente social en que la Universidad dor en las tiendas de abarrotes, y que
vive, y creemos que no se puede pre- constituye la más poderosa corriente
veer su futuro porque para nosotros del espíritu conservador, ha vaciado
el futuro está en la acción, creada por su pensamiento en esta fórmula: “ El
las exigencias que tiene cada hora y estudiante no debe mezclarse en polí­
la nuestra, evidentemente, tiene las tica” . ¿Qué significa esto? Aquí lo
suyas. han dicho todos los compañeros de la
tabla redonda: la negación absoluta
VI. Las exigencias de la hora de la historia” .
Habla Germán Arciniegas. Es decir, “ La democracia se halla frente a
habla el estudiante de América. Escu­ una doble crisis que sólo puede resol­
chad : “ En el fondo, el estudiante no verse por la Universidad y por la ju ­
es sino un político. Le interesa la vi­ ventud. De un lado está la crisis de la
da del Estado, quiere hacer un Estado política, que sólo puede resolverse por
a imagen y semejanza de su pueblo, y la Universidad y de otro lado está la
es muy posible que el Estado necesite crisis de la Universidad, que sólo pue­
de él. Se ha dicho que la política es in­ de resolverse por la juventud” .
triga, bajeza, miseria y vulgaridades. “ La crisis de la política proviene de
Pero, ¿por qué no puede ser otra co­ que ella no se ha organizado, ni pue­
sa? ¿Para qué ha de servir la Univer­ de organizarse para el estudio de la
sidad si no ha de ser para que desde realidad patria. Cuando no hay ma­
ella las juventudes juzguen lo que nera de improvisar teorías, cuando la
constituye el fundamento material y audacia individual no tiene aplicación
moral de la patria? La visión futura porque la complejidad de los hechos
de la Universidad es la de un gran reclama un estudio, la política, que
laboratorio político, la de una empre­ venía acostumbrada a presentar fór­
sa política con una idealidad nueva y mulas empíricas, no puede ofrecerlas
definida y un plan nacional propio, hoy de nuevo sin sentir que se le van
terrígena” . las muchedumbres de entre las manos.
“ El punto de vista del estudiante Hay un descontento con los viejos
consiste en mirar el perfeccionamien­ partidos que mueve a los de abajo a
to de la República como una deriva­ organizarse por su cuenta y riesgo,
ción de la Universidad, renovando en aunque el riesgo se confunda con el
ésta su contenido social. Su ideal con­ sacrificio. En los momentos desespe­
siste en poner al aprendiz sobre el rados hay angustias inmediatas que

— 476 —
no pueden contener la rebeldía de los “ Los viejos que no reconocen esta
pobres. Ellos tienen el problema de su capacidad juvenil, ellos que viendo
rancho, de su sin-herencia — mari­ reír a los muchachos, en medio de esa
posa empolvada, sucia, gris, que revo­ indolencia y frivolidad, han determi­
lotea en la aureola de una gran civi- nado los movimientos más hondos de
lizacioncilla luminosa, alegre, liviana, la historia. El estudiante de nuestra
que se divierte y que juega. Pero la América tiene una biografía de cinco
política tiene que nutrirse de esas an­ siglos. No asalta posiciones, sino que
gustias en que vive el pueblo. De ellas valora las que le pertenecen por con­
hay que partir para hacerlo todo: des­ quista milenaria” .
de la revolución hasta la República” . Ya habló el estudiante. Ahora lo ha­
“ ¿ Qué puede hacer en estas circuns­ ce el maestro. Don Alejandro dijo:
tancias la política, sin recursos cien­ “ Este es el programa que todavía
tíficos para penetrar los hechos cerca­ tiene que regirnos: buscar en nuestro
nos, para captar los hechos remotos? propio ambiente la solución de nues­
¿Dónde, si no es en la Universidad, tros problemas. Pero al reconocer es­
puede hacerse este estudio? ta verdad, debemos afirmarnos sobre
“ América goza de la ventaja excep­ los antecedentes de nuestra evolución
cional de que sus Universidades ocu­ ideológica y manteniendo continuidad
pan un primer plano en la considera­ con ella, encontrar y formular las so­
ción pública- En los países industria­ luciones que la época actual reclama.
les donde el capitalismo saltó en trein­ No vamos a resolver con eso los pro­
ta años por encima de todas las tra­ blemas universales, no vamos a resol­
diciones y principios, quedaron las ver los problemas de otros pueblos;
Universidades perdidas entre la sel­ vamos a resolver, modestamente,
va de las chimeneas. Se las tiene aho­ nuestros propios problemas, que es lo
ra como un lujo, se las pinta de nuevo que nos interesa” . ( ] )
para halagar la vanidad y engañar a El actual momento argentino se
los espectadores. En el fondo no se las caracteriza por las graves fallas de or­
considera, se las desatiende y despre­ den político, social y económico que
cia. Así, en los Estados Unidos, el conmueven a nuestra sociedad. La ge­
hombre de negocios, que domina el Se­ neración nacida a comienzos de este
nado, que hace el Gobierno y que or­ siglo ha podido apreciar un cambio
ganiza la vida, cuando la Universidad brusco en el panorama argentino, que
adelanta una opinión sobre el régimen es tocado sañudamente por dos rasgos
social o sobre política aduanera, so­ tan profundos como penosos: la cri­
bre no importa qué problema decisivo sis económica que incide principal­
para la felicidad de esa República, no mente en los hombres dedicados a las
sólo desatiende la voz de las escuelas, faenas del campo — brazos que han
sino que se complace en humillarlas forjado la grandeza material de nues­
y en hacerles sentir que ese no es su tro país— , y, junto a ella, la grave
radio de acción” . crisis político-social que adviene a
“ En nuestra América, no. En nues­ consecuencia de la revolución setem-
tra América la Universidad es la Re­ brina.
pública, y no sólo la Universidad: has­ Estas dificultades graves: la entro­
ta los muchachos lirismos de las es­ nización de la violencia; la venalidad
cuelas le marcan el rumbo a la demo­ del sufragio; el desdén de la opinión
cracia” . pública; el escepticismo del pueblo
(1 ) A le ja n d ro K o rn en "U n a p osición arg en tin a " ( “ E nsayos c rític o s ". E d itorial C la rid a d ).
D ig a m os de paso, que en m uchos escritores a rgen tin os de la nueva generación. se puede
a p re cia r una c la r a v o lició n de ad en trarse angustiosam ente en nuestra realidad, de hincar en lo
n a cion al, de bu sca r lo a u tén tico criollo, de tom arle el pulso al país. A hí están. "R a d io g r a fía de
•la pam pa-’ , de E zequiel M artín ez E s tr a d a ; ‘ H isto ria de una pasión a rg en tin ” ", de E duardo
M a lle a ; “ E l h om bre que está, sólo y e sp e ra ", de R aú l S calabrini O rtlz- "T iem p o la cera d o" de
C arlos A . E r ro (e n su te rce ra p arte, titu la d a : “ E l sen tid o de m om ento actual en la A rg e n tin a ")

— 477 —
ante la palabra de los gobernantes, y el desenfreno de las oligarquías
destruida siempre por los hechos; la claudicantes, puestas al servicio de los
indiferencia en la administración de grandes capitales extranjeros.
los negocios públicos; la avilantez de Dentro de la universidad porque en
los vende-patrias en su inescrupuloso ella — a parte de las conquistas que
afán de enriquecerse; el predominio es necesario cuidar — quedan todavía
de los consorcios extranjeros; la adop­ planes que rehacer y camarillas reac­
ción— por “ snobismo” — de doctrinas cionarias que aventar, pero lo más
exóticas; la falta de solidaridad nacio­ grave no es eso, sino el crudo profe­
nal y el desprecio por las cosas del sionalismo — materialismo sin gran­
espíritu, irán disgregando lentamente deza — que ahoga en el alma de los
a la familia argentina, en medio de esa jóvenes la fe en las fuerzas espiritua­
atmósfera de mentira aceptada, si no les supremas; que mata en su interior
se reacciona buscando con angustia la toda vibración humanista, toda in­
restauración del alma nacional. Urge quietud de ideal. Que el estudiante se
recobrarse. recoja un poco introspectivamente;
El conflicto se plantea ante la nega­ que medite para qué estudia, cuál es
ción de la historia y el desconocimien­ su destino y cuál el destino de la Uni­
to de nuestra realidad social. Tal in­ versidad.
comprensión nos ha traído, como re­ Dentro y fuera, porque universidad
veses, la pérdida cada vez mayor de y sociedad no pueden desvincular sus
la autonomía económica, de la auten­ vidas; forman un todo. Aquella es
ticidad espiritual, del sentido de la reflejo de ésta; las alternativas de la
libei'tad, el alejamiento del sano ejer­ segunda repercuten sobre la primera.
cicio de la democracia. Y la universidad, a su vez, debe ser
En suma, una especie de cansan­ paradigma de la realidad nacional y
cio moral, un relajamiento de la con­ como tal, orientadora y constructiva.
ciencia argentina: tal es la obra del Las ideas que sirvieron de instru­
cosmopolitismo mercantilista y del mento, digamos así, para resolver los
cosmopolitismo de las ideas. Debe­ problemas inmediatos de nuestra vida
mos, pues, cumplir la tercera etapa social, en el amanecer de la indepen­
de nuestra historia : alcanzar la auto­ dencia, si bien fueron recogidas luego
nomía espiritual y económica. Forjar por la universidad, no han salido de
una Argentina libre: con una cultura ella sino que nacieron, desnudas, en
nacional (en sus expresiones artísti­ las calles o al campo raso. Fueron
cas, en sus manifestaciones científicas hijas de la acción y su parto costó
y filosóficas) y única dueña de sus ri­ muchos dolores. Por eso son carne y
quezas, sacudiendo el yugo económico sangre de argentinidad.
del imperialismo absorbente. Falaces doctrinas no pueden pren­
Este es el campo donde debe actuar, der en el alma argentina, ni deben,
en esta hora, la juventud universita­ tampoco, dislocar o romper la conti­
ria. Convertir el oriflama de la Refor­ nuidad de nuestra tradición— pasado
ma Universitaria en un credo político- que sobrevive — , que va fluyendo del
social. Y actuar con él para liquidar arca de la historia.
esa quiebra de valores que existe den­ Ir a lo nuestro profundo, a lo arrai­
tro y fuera de la universidad. gadamente criollo: beber en la fuente
Fuera, porque ya hemos visto la originaria el agua más clara de sus
obra devastadora de la “ politiquería vertederos. O )
criolla” —es nombre que bien define,__ Los pueblos, como los hombres, de-

^ ? o m o e je m p lo , el c a r á c t e r n a c i o n a l i s t a y lib e r a d o r q u e t ie n e la 'R e v o lu c i ó n
M e x ic a n a ( M é x ic o e n m a r c h a ” p o r e l e s c r i t o r c h ile n o M a n u e l E d u a r d o H ü ib n er. E d it o r i a l
Z ig -z a g ).
E n e s to lib r o se l e e : ” P e r o , s o b r e t o d a c o n s i d e r a c i ó n , l o s m e x i c a n o s h a n s id o m e x i c a n o s .
S e h a n in s p ir a d o e n la h is t o r ia , la r a z a , la t r a d ic ió n , la g e o g r a f í a , la. e c o n o m í a , l a s p e c u -

— 478 —
ben ser iguales a sí mismos. Los ar­ la democracia, enalteciendo su presti­
gentinos constituimos una colectividad gio. “ Para ello—ha dicho reciente­
con sentimiento, ideales e intereses mente Thomas Mann—hay que opo­
propios. Y es necesario mantenerse ner a la fascinante moda impuesta
fieles a las raíces de la argentinidad; por los dictadores, el largo e histórico
esto es, a ese sentimiento casi religioso aporte de los pueblos libres” .
de la libertad, que es su característica Lo que se necesita es, pues, levantar
más profunda. Tenemos exigencias de el espíritu popular haciendo de la de­
autenticidad en la manera de pensar, mocracia una especie de religión laica.
de sentir y de resolver nuestros pro­ Crear, en una palabra, la mística de
pios problemas, ya que no pueden ser la democracia. Y crear esa mística in­
trasladables a un ambiente particular fundidora de fe tiene que ser el acto
como el nuestro—evadiéndose de la afirmativo, intenso y fecundo de las
realidad argentina — fenómenos de corporaciones estudiantiles.
tipo específicamente local como son No se trata de imponer nuevas im­
los que estremecen a ciertos países eu­ posturas a las imposturas del pardo
ropeos. fascismo, enemigo de la democracia,
Es deber del espíritu universitario de la libertad y de la paz. No. Se trata
no aislarse en actitud contemplativa, de utilizar las verdades democráticas:
no permanecer como alma dormidas, la libertad, la supremacía del derecho
sino intervenir en los destinos del país, sobre la fuerza, la bondad del sufra­
siguiendo atento el desarrollo de las gio secreto, el pensamiento libre y la
ideas y de las fuerzas sociales, pron­ libre discusión. Exaltar esas verdades
to a defender un sistema concordante —fundamentales e inatacables— ; im­
con nuestra historia, cuyo nervio esen­ ponerlas a la inteligencia y a la emo­
cial es la libertad. Es que la libertad, ción, actuando directamente mediante
la tolerancia y la paz misma, son in­ la palabra, la prensa, las concentra­
compatibles con los regímenes totali­ ciones, los desfiles. Volver a utilizar
tarios. el olvidado recurso del canto (¡Aquel
El respecto a las individualidades hermoso “Himno de los estudiantes
humanas y a las colectividades socia­ sudamericanos”, signo del año 18!)
les ; el respeto a las ideas políticas — que estimula el espíritu de “cuerpo”
las más diversas — que deben jugar y la solidaridad en el anhelo. Una ju­
su éxito su derrota en el libre juego ventud que avanza cantando; que dice
de la libertad de pensamiento, son los sus afirmaciones y esperanzas al rit­
ideales de una democracia construc­ mo marcial de un himno o al jubiloso
tiva basada en la justicia y en el de una canción, trae al marco de la ca­
alto sentimiento de solidaridad entre lle un acento beligerante, una emo­
los hombres. ción épica.
En suma, sólo el ideal democrático Dé otro modo, suscitar permanente­
—“la libertad de todos, iluminada por mente un clima de acción democrática
el espíritu de los mejores” — se iden­ agitando el ambiente con aquellas
tifica con el más elevado estado de cuestiones de mayor palpitación y vi­
conciencia y libertad, compatible con gencia. Dotar de fervor heroico a las
la dignidad del hombre permitiéndole verdades democráticas, convertirlas
a éste alcanzar su más alto nivel mo­ en “mito” — con el sentido a que nos
ral e intelectual. hemos de referir más adelante—,
Lo esencial es, entonces, conservar dándoles, a más de su contenido ideo-
liaridades demográficas, de su propio suelo. Han ido siempre tanteando el terreno, sin apre­
surarse nunca en aras de la teoría. La propia experiencia los fué modelando; errores y vacila­
ciones : he ahí maestros........... "Estas consideraciones bastan, desde luego, y aun sobran, para
contemplar el desarrollo de la Revolución mexicana con atención, interés y hasta respeto. Una
revolución como ésta, agrarlsta, antioligárquica, anticlerical, antiimperialista, eminentemente
nacionalista y Iatinoamericanista, no contenta, no podrá satisfacer nunca a los amigos de in­
terpretar nuestras realidades con criterios y métodos europeos”.

— 479 —
lógico que marque rumbos^ un conte­ mo ha demostrado la importancia di­
nido sentimental que les dé emoción. námica del mito, del elemento emocio­
Creer— con pasión y con razón— en nal e imaginativo, en la formación y
la paz, la democracia y la libertad; la acción de las masas. El individuo
afianzar el imperio del derecho y del actuaría como condensador de las pa­
espíritu; luchar por la independen­ siones que agitan a un determinado
cia económica de nuestro país y el ad­ sector y, más tarde, como un difusor
venimiento de una mayor justicia so­ del mito, que es la sola fuerza capaz
cial. Esas son las exigencias que la de exaltar la voluntad individual y
hora actual plantea a la juventud re­ ponerla al servicio de finalidades co­
formista y ese debe ser el sentido de lectivas, “ históricas” .
nuestra marcha hacia una reforma in­ El ideal colectivo, adoptado con en­
tegral, dentro y fuera de la universi­ tera libertad, gravita continuamente
dad. — con su gran poder sugestivo— en
Así se creará una voluntad triun­ las actividades interiores del indivi­
fante. Y florecerá una Argentina me­ duo y lo impulsa a la acción. Creer y
jor. actuar porque se cree, sería la fórmu­
VI I ) . El mito la. El “ mito” transforma al partida­
rio en un militante y en un creyente:
Fué leyendo “ Reflexiones sobre la habla más a la imaginación que a la
violencia” , del sociólogo francés Jor­ razón.
ge Sorel (1847-1922) donde encontra­ Sin avanzar sobre zonas de resuel­
mos, por vez primera, la voz “ mito” ta originalidad, cada día nos hacemos
con un sentido diferente al de men­ más a la idea de que la Reforma Uni­
tira, leyenda, cuento o fábula, que se versitaria vale, en gran parte, por lo
le asigna corrientemente. que tiene de “ mito” .
Dice Sorel que “ los hombres que fi­ Trataremos de explicar este pensa­
guran en los grandes movimientos so­ miento.
ciales, imaginan su acción próxima en Han ido doblando los años y al lle­
forma de combates, aseguradores del gar justo a los veinte, el movimiento
triunfo de su causa” . Y propuso de­ reformista es algo que palpita con en­
nominar “ mitos” a dichas construc­ traña viva. Pero también es cierto que
ciones, que serían, en el fondo, expre­ la teoría de dicho movimiento es casi
sión de voluntades. desconocida y mucho más por las ge­
Así presenta como ejemplos no­ neraciones novísimas. Las exigencias
tables de “ mitos” los que erigieron el prácticas de la lucha ha hecho que el
Cristianismo y la Reforma de Calvino estudio de la Reforma Universitaria
y Lutero. se dejara de lado, aunque siempre ella
La doctrina del “ unanimismo” , que fué pendón de las luchas estudiantiles.
modernamente postula el ya citado El movimiento reformista, vago al
Jules Romains y que trata de cons­ principio, impreciso, con un progra­
truir una nueva explicación del gé­ ma vasto y una ideología confusa, fué
nesis de los movimientos colectivos afirmándose y de entonces acá ha ve­
en el mundo contemporáneo, es, en nido nutriéndose de hechos en una se­
cierto modo, análoga a la teoría de los rie de reacciones frente a cada acon­
“ mitos” creada por aquel teorizador tecimiento que se producía en el esce­
delvsindicalismo- nario nacional y latino-americano,
El autor de “ Hombres de buena vo­ preferentemente, sin cerrar los ojos,
luntad” ha demostrado la continuidad empero, a lo que ocurría en el pano­
psíquica de los individuos, cuyo espí­ rama internacional. De ahí que sobre
ritu particular no sería más que una el perfil primitivo se han ido agre­
condensación de la espiritualidad del gando otros sucesivos, pero sin coinci­
grupo social al que adhiere, y lo mis­ dir plenamente, lo que ha traído cierta

— 480 —
vaguedad de la doctrina, que en mu­ “ mito” las voluntades salen unifica­
chos espíritus produce la impresión das, convergentes, unánimes, hacia la
de una borrosa imagen visual. realización de finalidades concretas.
Difícil es, de todos modos, encerrar Es decir, aplicadas a la solución de los
la Reforma en una definición. De un problemas que más vitalmente intere­
estado primario de sensibilidad se pa­ san a cada época. Y cada momento
sa al estado de conciencia. Con todo, tiene un problema nuevo: esto impor­
parécenos que tal conciencia es un tan­ ta nueva lucha, nueva acción, que es
to difusa, subjetiva podríamos decir. la función vital y creadora de la Re­
A la Reforma Universitaria se la sien­ forma Universitaria. Por eso no mira
te, mucho más que se la co'aoce. Pero como última y definitiva ninguna con­
hay diferencia entre sentir (sensa­ quista, ninguna meta alcanzada. Así
ción) y conocer (percepción). la doctrina—credo de acción y de vida
De todos modos la Reforma ha pa­ —necesita ser recreada siempre: “ di­
sado a formar parte de la vida afec­ namismo espiritual, actividad entu­
tiva del universitario argentino. Es siasta y constante, consagración a una
algo instintivo, con el contenido emo­ causa que sobrepasa al hombre y que
ciona] de los “ mitos” . Es decir espe­ tiene sobre su vida exigencias absolu­
cie de ideas-motoras, diríamos, ple­ tas, necesidad del infinito” . U)
nas de potencia dinámica, alrededor Vemos, entonces, que la Reforma
de las cuales se congregan las volun­ se siente, sin averiguación rigurosa
tades en un esfuerzo realizador. Lue­ del pasado. Para la masa estudiantil
go, con el transcurso del tiempo, la lo esencial de la Reforma es la acción
fe se deposita en ellas con prescinden- y no un afanoso buceo en procura de
cia de toda consideración racional. los procesos interiores; de los cami­
De ahí el valor de la Reforma Uni­ nos de la doctrina. Cuando más, tiene
versitaria considerada como “ mito” , un concepto superficial de algunas de
es decir como síntesis lírica de sus f i­ las instituciones que trajo y a las que
nalidades, como exaltación idealística asigna todo el fundamento de ese mo­
que mantiene en continua vibración vimiento renovador" sin calar hondo
a la masa estudiantil. en su determinismo, en sus consecuen­
La juventud universitaria tiene fe cias y en sus relaciones con la refor­
en ella; y eso es lo principal, que ten­ ma social. (2).
ga fe. Porque filtradas a través del Que el estudiante tenga fe en la Re-

( 1 ) C o n e s ta s p a la b r a s d e fin e la c o n c e p c ió n m ís t ic a de la v id a el in g e n ie r o A u g u s t o D u -
r e lli en su lib r o “ E s s a i s u r les m e n t a lit é s c o n te m p o r a in e s ’ ' ( E n s a y o s o b r e la s m e n ta lid a d e s
c o n t e m p o r á n e a s ) p u b lic a d o en P a r ís (e d it o r ia l L o u v a in ) . d o n d e se h a lla b a p e r fe c c io n a n d o sus
e s tu d io s en u s o d e la b e c a q u e o b t u v o en la F a c u lt a d de C ie n c ia s E x a c t a s d e B u e n o s A ir e s .
E n d ic h o lib r o — q u e fu é la u r e a d o p o r la U n iv e r s id a d C a t ó lic a d e P a r ís — d i c e : “ T e n e m o s
n e c e s id a d d e u n m is t ic is m o . N o p o d e m o s s e r h o m b r e s c o m p le to s , n o p o d e m o s ser p e r s o n a s
en el s e n t id o ín t e g r o d e la p a la b r a si n o n o s c o n s a g r a m o s , si n o n o s s a c r if ic a m o s , si n o n os
e n t r e g a m o s . T e n e m o s n e c e s id a d d e d a r n o s p a r a qu e n u e stra v id a te n g a un s e n t id o " . Seríala,
p o r e je m p lo , el m is t ic is m o d el d in e r o q u e o r ig in a — s e g ú n él— el c a p i t a l i s m o ; el de p a tr ia
c r e a el n a c io n a lis m o c o n s u s d o s fo r m a s t íp i c a s : el fa s c is m o ita lia n o y el n a c io n a l-s o c ia lis m o
a l e m á n ; el d e c la s e d a p o r r e s u lt a d o el c o m u n is m o ; en fin , el m is t ic is m o de la ju v e n tu d cr e a
el c u lt o p o r la s n u e v a s g e n e r a c io n e s , q u e en A m é r ic a h a a d q u ir id o v ib r a n t e s e x p r e s io n e s . E n
el m is m o s e n t id o h e m o s h a b la d o d e la m ís t ic a d e la d e m o c r a c ia . (C a p . V I ) .

( 2 ) L a R e fo r m a S o c ia l p u e d e d e fin ir s e c o m o “ un c a m b io , a c e le r a d o p o r la a c c ió n in d iv i­
d u a l, d e lo s c a r a c t e r e s p r o fu n d o s d e u n a s o c ie d a d h e c h o en un tie m p o m u ch o m e n o r q u e el
q u e h u b ie r a s id o e fe c t u a d o o b r a n d o ú n ic a m e n te el d e t e r m in is m o s o c ip l” . E n la. p á g in a 23 del
f o l l e t o q u e tr a e 1¿ d o c u m e n t a c ió n r e la t iv a a l “ S e g u n d o C o n g r e s o N a c io n a l d e E s tu d ia n te s
U n iv e r s it a r io s ” (B u e n o s A ir e s , a g o s t o 13-18 d e 1 9 3 2 ) se d ice , r e fir ié n d o s e a l te m a L a U n iv e r ­
s id a d y lo s p r o b le m a s s o c i a l e s " : " E l S e g u n d o C o n g r e s o m a n tie n e la a f ir m a c ió n d e q u e la R e ­
f o r m a U n iv e r s it a r ia es u n a p a rte in d iv is ib le de la R e fo r m a S o cia l. Y q u e lo s e s tu d ia n t e s u n i­
v e r s it a r io s , d e b e n a d o p t a r u n a p o s ic ió n d e fin id a en la lu c h a p o r c o n s t r u ir la s o c ie d a d s o b r e
n u e v a s b a s e s , c o n v e n c id o s d e q u e la U n iv e r s id a d q u e e llo s p o stu la n s ó lo s e r á re a l iz a d a n t e g r a -
m e n te en u n a s o c ie d a d q u e o b e d e z c a a u n a e s tr u c t u r a e c o n ó m ic a , ju r íd ic a y c u lt u r a l t o t a l­
m e n te n u e v a ” . E n el c a p it u lo 39 ( “ L a m is ió n ) h e m o s d a d o — a u n q u e s in m u c h o a h o n d a r
n u e s tr a o p in ió n a l re s p e cto .

— 481 — 31
forma. Que se abrace a su ideal gene­ des de la Reforma, frecuentando los
roso, pero que trate, también, por me­ libros más significativos. Hay allí, al
dio del estudio y del conocimiento, sa­ lado de obras prietas en contenido,
lir de ese estado de mera sensibilidad, páginas que trasmiten a la historia
rasgando el velo para contemplar al­ los documentos de la perecedera cró­
gunas claves del proceso histórico que nica mutable: Julio V. González, José
él mismo va elaborando. Ingenieros, Alejandro Kom, Alfredo
Si bien es cierto que la Reforma Palacios, Aníbal Ponce, Carlos Sán­
Universitaria no puede ser una espe­ chez Viamonte, Carlos Cossio, Víctor
culación abstracta, tampoco puede ser Raúl Haya de la Torre, Gabriel del
sólo estremecimiento y emoción. Es y Mazo, Gregorio Bérmann, Deodoro
debe ser representación animada de Roca, Héctor P. Agosti, Sergio Bagú,
la realidad y para ello ha de buscarse Héctor Ripa Alberdi, Ernesto Giúdi-
el modo de conciliar la pasión y la ra­ ce, José Luis Lanuza, Saúl Taborda,
zón. Agregar al poder dinámico de Juan Lazarte y muchos, otros, han con­
la idea reformista el aporte orienta­ tribuido a formar la bibliografía pro­
dor de la inteligencia- pia de la Reforma Universitaria.
El estudiante siente a la Reforma Con todo, y a pesar de todo, pensa­
en forma instintiva pero no discrimi­ mos que el movimiento ha de tener
na certeramente acerca de ella. Urge, una gran fuerza inmanente cuando
entonces, una tarea medular: la for­ pervive con frescas energías después
mación de una conciencia reformista de dos décadas. Y tal vez eso se deba
en toda la masa estudiantil. Con ello a la acción dinámica del mito. Más
se contribuirá, en forma efectiva, a la aún, creemos en la necesidad del mi­
consolidación y perfeccionamiento de to. Soljre todo cuanto que éste es una
la Reforma Universitaria, edificando consecuencia de la Reforma y no ésta
— de acuerdo a las circunstancias— una creación de aquél.
un programa claro y concreto. La Reforma Universitaria es hoy
Año tras año llega a la Universidad una vibrante afirmación de optimismo
el caudal adventicio de nuevos estu­ colectivo, de fe, de seguridad, de con­
diantes, huestes volanderas y presu­ fianza. Es el mito lo que impulsa a
rosas, espíritus en agraz, que traen, bregar a la juventud universitaria.
apenas, vislumbres fragmentarias o Lo que le da sentido humano a la
fugitivas de aquellas palabras que se lucha-
proyectan como un símbolo: Reforma Omnipresente sugestión del “ mito”
Universitaria. que hace veinte años nació en la Cór­
Pero el fondo del problema se les es­ doba ultramontana. Y por obra del
capa. Luego es tarea de los centros de mito la Reforma Universitaria se va
Estudiantes y de las Federaciones, ini­ proyectando en el tiempo.
ciar una reaproximación de las nuevas La Reforma Universitaria tal vez
promociones estudiantiles a la idea re­ no haya tenido en los hechos aquella
formista. Es indispensable para su trascendencia que sus teorizadores del
plástica O ). ;; ;j|¡ primer momento pretendieron asig­
Al mismo tiempo la honradez inte­ narle, ni tampoco ha podido estructu­
lectual de los estudiantes exige no su­ rar la Universidad soñada por la ge­
mirse en la indiferencia, que es la neración actora de la jornada gallar­
postura más fácil, sino dar su curio­ da. Mucho se ha conquistado pero mu­
sidad y su voluntad. Ponerse en con­ cho más queda por conquistar. “ La
tacto con la ingente obra de los adali­ Universidad, después de 1918, no fué
(1 ) E l S eg u n d o C o n g re so N a cio n a l de E stu d ia n tes U n iv e r s ita r io s (B u e n o s A ires, 1932)
a c o n s e ja b a : L le v a r a los estu d ian tes se cu n d a rios y u n iv e rsita r io s la n o c ió n e x a c ta de su s p r o ­
blem as estud iantiles, p rop e n d ie n d o a l a : 1 ? D ifu sió n de lo s p rin cip io s de la R e fo r m a U n iv e r ­
s it a r ia ; ‘¿v V e n ta ja s de la a g re m ia ció n .

— 482 —
lo que ha de ser, pero dejó de ser lo líderes defeccionaron: unos se llama­
que había venido siendo” . La Univer­ ron a sosiego conquistados por las pre­
sidad ya no es oligárquica, pero tam­ bendas, otros se pasaron a las filas
poco es popular. No es todavía la afir­ enemigas, aquél de más allá se sirvió
mación de un ideal resuelto. Por eso de ella como trampolín para tomar
la Reforma es un pensamiento en ac­ ventaja en su carrera política.
ción, que tiene — aplicando una frase A todos hemos conocido y a muchos
de Goethe — “ las nobles cualidades de los estudiantes hemos llevado a altas
1a juventud y las energías que forjan posiciones.
el destino” . Esta hora de homenaje para ese
Que la reacción no niegue lo reali­ gran movimiento y de recordación
zado por el estudiante americano: esto para los hombres jóvenes que, con no­
es, que cuando menos, “ abrió una ven­ ción exacta del deber, le consagraron
tana hacia afuera” , para mirar a la sus mejores entusiasmos, ha de ser,
vida. también, hora de repudio para los trai­
Pese a las diatribas y a los ataques dores y los infidentes. Cada uno haga
de los adversarios, la Reforma Uni­ su obra. Después la conciencia paga-
versitaria ha brotado como la simien­ Cualesquiera hayan sido los altiba­
te buena y se yergue el árbol magní­ jos, las vacilaciones, los éxitos y los
fico que venciera otrora la hostilidad fracasos, los escepticismos y los an­
del medio y que vencerá hoy mismo, helos, la idea reformista ha debido ser
la furia de los vendavales, que, en este muy fuerte para dejar impresa su
caso, no son otros que el peligro de huella en el escenario social ameri­
la reacción siempre en acecho. cano. Fué el despertamiento de una
La reacción insiste con porfía en conciencia histórica que a través de
señalar vicios que achaca por entero veinte años polariza los ideales de los
a la Reforma: el electoralismo como estudiantes de América Latina. Ahora
vicio principal, el caudillismo, la ve­ continuar, esto es todo. La Reforma
nalidad de los intereses personales, no necesita más; tan sólo continuar,
caminar hacia adelante. Pongamos a
las camarillas que incuba, los apetitos contribución, para afirmarla, cuanto
deleznables que mantiene. .. nos es dable: desde nuestra voluntad
Pero todo ello no es la Reforma, a nuestra juventud, entendida esta úl­
sino, precisamente, lo que la desfi­ tima, no como juventud asentada tan
gura en forma grosera y lo que re­ sólo, en un hecho cronológico, sino
chaza con sano espíritu constructivo como posibilidad de esfuerzo y acción.
toda conciencia reformista, equilibra­ Camarada de ahora, Estudiante de
da y serena. Repetirlos sería dar pá­ 1938: como heredero del ideal que os
bulo a una bellaquería, si no fuera, iegó el estudiante del año 18, asume
de suyo, una ofensa, no sólo a la ver­ tu responsabilidad alta y directa, pro­
dad, sino también a la pureza de una funda y vital, masculina y serena, en
idea prístina en su concepción abstrac­ cuanto tienes en tus manos la antor­
ta de hecho social trascendente. cha del destino de la Reforma Univer­
La Reforma es buena; malos fue­ sitaria. Y esa será la epifanía lumino­
ron los hombres que la desvirtuaron. sa de la nueva Universidad en Amé­
Almas amonedadas, muchos de sus rica.

— 483 —
DEFINICION SENCILLA DE LA REFORMA
UNIVERSITARIA

Palabras de un estudiante a los estudiantes


por
ALFONSO HORACIO PIZZONIA
(ar g e n tin o )

(1940)

NA de las mejores definiciones cada vez más su carácter de círculos


U de la Reforma Universitaria, es
para mí la siguiente: “ es la par­
más o menos restringidos hasta lle­
gar, de ser posible, a su nivelación.
te de la Reforma Social a cumplir en Podría conducirnos también a pen­
la Universidad” . sar en la organización de la sociedad
Analicemos un poco y sin apasio­ sobre otras bases más amplias, en
namientos, ni pretendiendo hallar que las cosas y en cierto modo el va­
relaciones inexistentes, esta defini­ lor de los hombres no tenga como pa­
ción. trones de medida los que hoy tiene.
Reforma social. — He aquí el gran
problema que la edad presente tiene Tales problemas no pueden resol­
ante sí. Es menester llevar a todas verlos exclusivamente las Universida­
las actividades la igualdad humana des, pues son situaciones que en blo­
que las naciones civilizadas admiten que escapan a sus fuerzas, pero sí
sin discusión. Pero es preciso decir puede contribuir a ello en algo, y ese
que tal igualdad si bien existe en teo­ algo es lo que constituye la Reforma
ría ante la ley, dista mucho de ser Universitaria. Por ello es que a pe­
aplicada. Antes es menester aclarar sar de ser todos los principios refor­
que “ igualdad humana” no quiere mistas igualmente importantes, colo­
decir una nivelación absoluta, sino co con mayores derechos a ocupar su
igualdad de medios y oportunidades primer puesto, la:
para el libre e integral desarrollo de Apertura de la Universidad para el
la personalidad humana. Pueblo. — A pesar de la libertad de
Mucho es lo que puede decirse so­ enseñar y aprender, es forzoso reco­
bre la Reforma Social. Ella en sus nocer que la enseñanza, a medida que
aspectos extra - universitarios nos asciende, es cada vez más prohibi­
llevaría muy lejos y a disquisiciones tiva. Muchos hombres de valer, inte­
fuera de lugar. Llevaría a estudiar la ligencia y vocación, pierden por razo­
posibilidad de una mayor compren­ nes pecuniarias la oportunidad de ad­
sión y tolerancia entre las diferentes quirir su cultura superior y el diplo­
clases sociales, a que éstas pierdan ma que los habilitaría como más ap­

— 484 —
tos en la lucha por la vida, mientras En una forma totalmente carente de
que por el contrario su lugar es ocu­ lógica y creyendo a los alumnos en
pado por quienes tienen menos méri­ absoluta igualdad en cuanto a sus po­
tos pero en cambio más dinero. sibilidades intelectuales y oportunida­
En realidad este problema es de des materiales, se les obliga a hacer­
una complejidad superior a la univer­ se cargo de todas las materias del
sitaria. Su resolución integral corres­ año, aún sabiendo el alumno que no
ponde a la organización de la Socie­ las podrá cumplir lealmente. Enton­
dad y sólo será posible cuando la vida ces antes de perder todo un año, las
de relación no repose en el dinero y cumplirá como pueda con debilita­
un régimen más amplio e ideal exista miento del nivel de la enseñanza.
en el mundo. El remedio lógico es la inscripción
Pero si bien es cierto no ser ello de por materias. Ella consiste en que el
resorte universitario, se puede en la alumno inscripto sólo se compromete
Universidad hacer algo y mucho, por por aquellas en que se ha anotado, en
la disminución de tales irritantes des­ la creencia fundada (salvo casos im­
igualdades.
previstos), que podrá cumplir.
La más importante de las medidas La enseñanza quedaría teóricamen­
en tal sentido, es sin discusión, la re­
baja de los derechos arancelarios y te dividida en años, pero se puede
anotar en materias del año siguiente
de examen y de ser posible, su supre­
habiendo cursado las materias ante­
sión. Aclararé que en general y en
riores correlativas entendiéndose por
términos abstractos, considera el es­
cursar una materia el haberse ins­
píritu reformista como ilógico e in­
congruente la existencia de derechos cripto en ella con antigüedad de un
período lectivo y el haber hecho un
arancelarios, ya que implica medir con
número determinado de prácticas,
patrones materiales, cosas que como que puede ser su totalidad o sus tres
la cultura son bienes espirituales. Pe­
cuartas partes. (Este número es un
ro al considerar el problema concre­
detalle a fijar oportunamente).
tamente, los aranceles se admiten co­
mo necesarios para el sostén de los Para su eficaz funcionamiento en
gastos universitarios en la medida en la práctica de la correlación entre las
que no los provean otras fuentes, ya materias, deberá ser lógica y rígida.
Con esta idea, el desarrollo de los es­
que: prirnun vivere, deinde filoso­
tudios podría concordar con las apti­
fare. Respecto a cuales son esas
fuentes, lo diré al tratar de la auto­ tudes individuales respecto a unas dis­
nomía universitaria. ciplinas científicas más que otras.
Otra de las medidas importantes Medidas tan importantes como aque­
bajo cuyos lincamientos se organiza­ llas que la R e f o r m a Universitaria
ría la Universidad Reformista es la comprende, como aumento de las po­
modificación del régimen de promo­ sibilidades de los alumnos y para ele­
ciones a fin de hacer más eficiente la var el nivel de la enseñanza, son los
forma en que los alumnos cursan su exámenes permanentes. El actual sis­
carreras. El régimen de promociones tema de exámenes con épocas fijas y
de las Facultades tienen una falla distanciadas lleva a los alumnos a si­
fundamental, que si no se la subsana, tuaciones violentas y a rendir exá­
serán sólo paliativos más o menos pa­ menes que se saben no están bien pre­
sajeros cuanto se haga en el sentido parados. Los exámenes permanentes,
de modificación de turnos de exáme­ sean prefijados a un llamado cada
nes, regularización, etc. fin de mes o a un llamado que se hi­
Me refiero a la inscripción por año. ciera por pedido de un número mí­

— 485 —
nimo de estudiantes interesados, re­ conocimientos luego de cumplida su
solvería el problema, pues más que jornada de trabajo.
inmoral sería el alumno que rindiera La Reforma Universitaria ha con­
exámenes con una preparación defi­ seguido entre otros muchos resulta­
ciente, si sabe que podrá hacerlo poco dos, elevar la dignidad del estudian­
tiempo después y sin sobresaltos. Es­ te. Ha hecho que éste se sintiera ca­
te sistema no encierra inconvenientes paz de pensar por sí, y sostiene entre
para nadie pues no puede significar sus principios la:
molestias para los profesores dedicar Participación activa del estudian­
unas tardes por mes para tomar exá­ te en el gobierno universitario. —
menes.
Este principio que iguala en impor­
De menor importancia que los an­ tancia al de “ Apertura de la Univer­
teriores, pero siempre englobados en sidad para el pueblo” es de una tras­
el espíritu reformista de “ Apertura cendencia incalculable.
de la Universidad para el Pueblo” , Los estudiantes deben interesarse
son todas las medidas que tiendan a por el manejo de los asuntos universi­
ayudar y estimular a los estudiantes tarios, pues es sobre ellos que se ex­
necesitados que se revelen por su ca­ perimentan los más variados regíme­
pacidad, como ser ayudantías renta­ nes. La única forma en que este in­
das, exenciones arancelarias, becas terés pueda activarse y llegar a re­
de libros, becas de perfeccionamiento, sultados concretos es si el estudian­
etc. te posee igualdad en el gobierno uni­
Estas medidas que no son más que versitario. Igualdad en el gobierno no
la aplicación del principio reformista quiere decir como algunos creen, go­
que se está desarrollando permiten, bierno despótico de los estudiantes
como he dicho antes, subsanar en par­ hasta el punto que los profesores de­
te las grandes desigualdades sociales ban adular a aquéllos para poder des­
existentes y en tal forma cumplir en empeñar sus funciones.
la Universidad un aspecto de la Re­ No, nada más lejos de la verdad y
forma Social. del espíritu de la Reforma. Esta ja ­
Corolario de este principio y más más ha proclamado en sus fines la
que uno nuevo, ampliación del ante­ dominación de la Universidad por uno
rior para los Universitarios, es la: solo de sus elementos, sino una mu­
Extensión Universitaria. — Los be­ tua comprensión y colaboración que
neficios de la cultura superior no pue­ permita el entendimiento mutuo. La
den estar restringidos sólo para los Reforma también propone la partici­
estudiantes. La Universidad no es pación de los egresados en el gobier­
más que uno de los palpitares, tal vez no de las Facultades. Es lamentable
el más culto, dentro del gran palpitar que se alejen y no cooperen en la so­
colectivo de la Sociedad. lución de nuestros problemas aqué­
Su cultura debe irradiar y sus ins­ llos que hasta ayer eran nuestros com­
trumentos especializados hallarse al pañeros y sentían nuestras mismas
servicio de la elevación intelectual de inquietudes.
la comunidad. Esta cultura no sólo Los estudiantes (y t a m b i é n los
debe expandirse por medio de las egresados), deberían tener igual re­
obras de sus profesionales graduados, presentación que los profesores, es de­
sino que directamente debe llegar a cir, delegados en el Consejo Superior
aquellos que deseosos de aprender, la y un delegado por carrera para que
desigualdad social no se lo permitió éstas tengan representantes que plan­
en su juventud, impartiéndoles tales teen sus problemas y no como ahora

— 486 —
en que una escuela debe confiar su da según los principios reformistas
defensa en quien no pertenece a ella, mediante la agremiación automática
situación realmente anacrónica y cu­ del alumnado. Según ella, el estudian­
ya solución lógica, no es mediante te, al ingresar en la Universidad, se
arreglos en la terna estudiantil. convierte automáticamente en socio
La prueba de lo que antecede se del Centro y la cuota mensual se ha­
advierte en forma palpable si consi­ lla incluida en los derechos arance­
deramos el diferente estado de la Uni­ larios. En tal forma el Centro es ya
versidad con el Estatuto anterior y el prácticamente el Representante de to­
actual. Con el actual que ha estable­ dos los estudiantes por derecho pro­
cido la preminencia pr’ofesoril en la pio, cosa que daría mayor fuerza a
dirección universitaria se ha llegado las gestiones que emprendiera.
a un estado que no es de los más en- Tal carácter no lo eximiría de la
comiables. obligación de consultar a los alumnos
Diré también que los estudiantes en asambleas generales sino que lo
son aptos para entender en los asun­ obligaría aún más. Las Asambleas,
tos universitarios. Tienen en su fa­ de acuerdo al espíritu reformista, de­
vor su mayor franqueza juvenil, su ben ser amplias y soberanas e impe­
libertad no atada por compromisos, en rativas sus decisiones para los Cen­
cierto modo un mayor desprecio por tros.
la vida que le permite cumplir lo que Los Centros deben también preocu­
el Manifiesto de Córdoba llama “ el parse por la educación integral de los
destino heroico de la juventud” . To­ alumnos y asumir el papel predomi­
do ello sólo podrá dar sus frutos si nante en el cumplimiento de la
los estudiantes llegan a considerarse Función social de la Universidad.
como un todo en lo que respecta a la -— Este es ciertamente el más discu­
defensa de estos principios. Deben tido de los principios reformistas y
conocerse, entenderse éntre sí, ser no son pocos los que se alarman ante
“ todo para uno, uno para todos” , lo su solo enunciado.
que exige como medida previa la : La conmoción que significó la Re­
Vigorización de los Centros Estu­ forma llevó a las vetustas organiza­
diantiles. — La Reforma no conside­ ciones universitarias de aquellos tiem­
ra a los Centros como representantes pos un nuevo hálito de vida y de pro­
de sus socios exclusivamente. Podrá greso-
hacerse distinción entre los alumnos Hizo que ellas, saliendo del con­
en socios y no socios respecto a los suetudinario sopor que las embarga­
intereses materiales, pero en las cues­ ba, se sintieran colocadas en el palpi­
tiones de lucha estudiantil y de ele­ tar y en la inquietud humana.
vación cultural, los Centros son los La Universidad como entidad y
representantes de todos. los estudiantes como gremio, tienen
Tal es, para la Reforma, el carácter hacia la sociedad deberes ineludibles
de los Centros Estudiantiles. de guiarla en sus momentos azarosos.
Ellos no son entidades libradas a Por su condición de recintos del sa­
cumplir una acción estrictamente gre­ ber y de la cerebración pura y des­
mial sino que son, por sobre todo, el interesada, y dado el prestigio que po­
principal medio de lucha estudiantil seen ante el pueblo, las Universida­
para la dignificación de la Universi­ des, por medio de sus Consejos Supe­
dad. riores o Directivos y los estudiantes
Esta contradicción aparente o me­ por sus Centros o agrupaciones estu­
jor dicho esta dualidad, es soluciona­ diantiles, deben hacer oir su voz, decir

— 487 —
ese algo que todos callan, decirlo con legio Libre de Cultura Integral y que
valentía, y elevar en los momentos he esbozado hace dos meses en el Bo­
difíciles la antorcha que guíe al pue­ letín correspondiente al mes de julio-
blo por el sendero de la honestidad ( J) Este trato frecuente con las com­
institucional y de la elevación cultu­ plejas cuestiones ideológicas, no debe
ral. Eston no quiere decir, en absoluto, entorpecer la marcha de la Universi­
embanderamiento en situaciones ex­ dad, ni comprometer’ su libertad, sino
ternas, o la práctica de la llamada que la vida de las Facultades debe re­
“ política de partido” , pues las Univer­ girse en base a una estricta y rigurosa
sidades se hallan por sobre tales mez­ Autonomía Universitaria. — Sólo
quindades. puede ser libre una Universidad cuan­
Los momentos porque atraviesa el do es realmente autónoma.
mundo son esos en que los estudian­ La Universidad, según el criterio
tes y las Universidades deben hacer reformista, que sostiene la necesidad
oir su voz. Los hemos visto en nues­ de su más amplia autonomía, debiera
tra vecina nación hermana del Uru­ dictar sus estatutos, proveer sus cá­
guay, cuya Universidad, el 22 de ju ­ tedras y disponer de sus bienes por
nio pasado ha sentado, con una alta y el exclusivo juego de sus resortes in­
clara visión de la responsabilidad y ternos, con absoluta prescindencia del
deber que le corresponde, su posición gobierno nacional.
ante la guerra y organizado un acto Sin embargo, se ha dicho reciente­
para que las personalidades científi­ mente por boca del más alto funcio­
cas del país expongan sus ideas. nario nacional, que invirtiendo dinero
Lo hemos constatado también en el Estado en el sostén de la Universi­
nuestro país, en nuestra propia Uni­ dad, debe preocuparse por su manejo
versidad porteña, cuando hace pocos e interesarse por la vida universita­
días los estudiantes con el peso moral ria. He ahí el dedo colocado en la lla­
ga. No puede ser independiente una
que su voz tiene ante el pueblo, seña­
entidad si para su sostén pecuniario
laron a los legisladores el camino que depende de terceros. Se crean entre
en defensa de nuestras instituciones ambos ciertas relaciones que deben
era necesario adoptar para solucio­ forzosamente coartar la independen­
nar la grave crisis planteada. Actitu­ cia de la que recibe estipendios.
des como ésta y la de la defensa de
Entonces se plantea un problema en
la neutralidad adoptada hace unos me­ apariencia insoluble. Si la libertad
ses honran a nuestros universitarios universitaria es incompatible con el
independientemente de la d e c i s i ón subsidio directo gubernamental, y si
adoptada, por el hecho de haber en­ como he dicho el arancel lleva en sí
tendido plenamente que estaba en su implícito una incongruencia del pun­
deber el hacer oir su voz. to de vista de la teoría pura, ¿de dón­
El ejercicio de la función social por de se obtendrá el dinero necesario pa­
medio de los estudiantes requiere por ra los gastos universitarios ?
parte de éstos una intensa prepara­ Pues no queda más que una res­
ción ideológica y un roce constante y puesta: con fondos propios formados
familiar con tales problemas. por el aporte de impuestos especiales
Responde ello plenamente la reali­ cuya recaudación sea totalmente des­
zación práctica de una medida apro­ tinada a la Universidad. Estos im­
bada hace siete años creando el Co­ puestos d e b e n ser principalmente
( 1 ) B oletín del C en tro de E stu d ia n tes de In g e n ie ría . B u e n o s A ires.

— 488 —
aquellos que fomenten el progreso del otorgar sus mejores cargos a los más
país, como ser: impuesto al ausentis­ capaces y no permitir se distribuyan
mo, a las grandes herencias, a la tie­ por acuerdos o compromisos previos.
rra indivisa, etc. Las cátedras deben proveerse por
Además podría pensarse en ínfimos méritos y no por relaciones o influen­
impuestos que con destino a la Fa­ cias. Deben dignificarse haciendo que
cultad, se aplicarían sobre las ganan­ su buena retribución permita a los
cias de sus egresados y ocupaciones profesores dedicarle toda su pasión,
de ellos. Por ejemplo: sobre la In­ lejos de considerarlas como una fuen­
dustria para la Facultad de Ciencias te de recursos más.
Exactas, sobre los Estudios Jurídicos Ellas debieran ser periódicas, para
para la de Derecho, etc. impedir el estancamiento de personas
rutinarias, mientras nuevos contin­
Tales serían las fuentes principa­ gentes lanzados a la vida reclaman su
les, además de donaciones, herencias, puesto y para desempeñar con ma­
etc. yor entusiasmo la íabor que para,
Según estudios hechos, lo recauda­ aquellos es fatigosa e improductiva
do por tales impuestos excedería las para sus alumnos. La apertura de
necesidades de las Universidades. nuevo concurso luego de cierto nú­
En lo referente a aquellos casos en mero de años, sólo puede redundar en
que se quiebran los resortes legales y beneficio de la cátedra, ya que es de
morales previstos para el arreglo de imaginar la preocupación del profe­
situaciones de excepción, la autonomía sor en acumular antecedentes duran­
universitaria repudia por principio el te el tiempo intermedio.
hecho que el Poder Ejecutivo por de­ El período entre concursos debe ser
creto resuelva intervenir una Univer­ mayor que la duración del Consejo
sidad. La intervención de una Uni­ Directivo que lo ha nombrado para,
versidad sólo debiera hacerse cuando evitar situaciones personales siempre
- hayan resultado ineficaces los resor­ posibles.
tes legales previstos en los estatutos Estas medidas que se han esboza­
universitarios, y mediante ley especial do, que representan el pensamiento
del Congreso. reformista sobre la organización uni­
Librada así a su propio gobierno, versitaria distan mucho de ser lleva­
libre de toda ingerencia extrauniver­ das a la práctica. La conmoción y los
sitaria perturbadora, podría la Uni­ acontecimientos reformistas del año
versidad seguir su derrotero y dedi­ 18, fueron como un soplo vivificante
car sus fuerzas a la lucha por la: para la Universidad; deben ser estu­
Dignificación de la Universidad. — diada por nosotros. Compenetrados
Demás está decir que la Reforma Uni­ de su espíritu, pongamos nuestras
versitaria se opone a la implantación fuerzas en la lucha por una Universi­
del espíritu de círculo cerrado que dad amplia, democrática y justa, que
en su estrechez hace naufragar los abra sus puertas a todas las clases
mejores proyectos y las más libres sociales y cuyo gobierno se halle en
conciencias. La Universidad d e b e manos de los más capaces.

— 489 —
LA REFORMA UNIVERSITARIA
Una conciencia de emancipación en desarrollo
(D IS C U R S O D E L X X A N IV E R S A R IO )

por
GABRIEL DEL MAZO
(ar g e n tin o )

(1938)
I

ARA una estimativa integral de va prisionero su cuerpo, confundida


P la Reforma Universitaria, es in­
eludible la comprensión del dra­
su inteligencia, sofocada su propia
expresión.
ma de nuestra América, como escena­ Escuela, educación, prensa, libro,
rio secular de invasiones y conquis­ ideas políticas, valoraciones económi­
tas. Sus pueblos vivieron perenne­ cas, conceptos moralés, todo conspiró
mente sujetos a mercados e ideas ex­ en contra, para que siquiera tal cua­
traños. Económicamente explotados y dro fuese inteligible. Hoy, cuando una
políticamente negados, sufrieron ven­ conciencia de profundidad, esclareci­
ta y agravio. Los directores llamaron da en el dolor de los pueblos, está en
‘"bárbaros” a los nacionales y fué so­ el camino de conocer la íntima verdad
fisticación la historia escrita. En vez de nuestro descastamiento y despo­
de un orden de interpretaciones au­ sesión, vemos en la Reforma Univer­
ténticas de nuestro espíritu y natu­ sitaria — cualesquiera hayan sido sus
raleza se cultivó la imitación : un vivir limitaciones o desvíos — , una fuerza
de prestado. Una despreciable civili­ promovedora y principal en la for­
zación de presa, informa la extran- mación de esa conciencia, un aporte
gería de nuestros doctores, y justifica decisivo en el nuevo proceso de unifi­
la abdicación de los gobernantes. Aquí cación continental para la libertad,
fué parte de la conquista feudal, de una contribución sin precedentes en
la mercantil y de la capitalista. Lo el renacimiento de lo histórico en la
que en América se llama historia, es vida americana. Demarcadas ya las
casi siempre episodio de historia ex­ líneas de la libertad y de la conquis­
traña, como su vida internacional ley ta, de lo nacional y de lo que traicio­
de patrones. Hoy, luego de un siglo na, de la emancipación y de la entre­
de república, la tierra no pertenece a ga, prosigue, ahora sí, la vieja cam­
los pueblos y su producción está en paña de la Independencia. Hoy conté
roanos agenas. Nuestro acontecer co­ mos con una gran protesta, con una
rresponde casi totalmente a lo forá­ conciencia en marcha, y con un ideal
neo : rapiña y suplantación : barbarie: hacia el cual será posible elevar una
es anti-historia. La Historia se refie­ realidad cuyos valores y factores son
re a. la vida del Pueblo y su creación. una esperanza de cultura humana.
Falta, pues, el protagonista, si él lle­ Por eso el 15 de junio es una de las
P ro n u n cia d o en el te a tro R iv e r a In d a rte, de C ó rd ob a . el 15 de Ju n io de 1938. en el g ra n
ficto de ce le b ra ció n del v ig é sim o a n iv e rsa rio de la R e fo r m a .

- 490 —
fechas egregias de la Independencia del país en la contienda mundial, —
nacional y continental. América, mito hecho extraordinario de conciencia
de historicidad humana, sustancia de histórica — , permitió a la Nación re­
nuestra propia libertad, va incorpo­ plegarse en sus senos profundos y le
rándose, rescatada y renacida. dió perspectiva para esclarecer las
* * * causas de aquel desastre, la falacia de
una civilización superficial y preda­
La Reforma Universitaria es un toria, la inhumanidad intrínseca de
movimiento madre. Ha dado comba­ un orden social en crisis. Un hálito de
tientes, inspiración, rumbo o doctri­ renacimiento ensanchaba la vida del
na, a los que en el área continental país y en todos sus ámbitos nacía la
se desenvuelven hoy con carácter fe en lo propio y en la función y res­
emancipador en el orden social y de ponsabilidad universal de lo propio.
la cultura. La Reforma Universitaria labró su
Su nombre es ahora angosto, al ca­ cauce en esa gran corriente, fecun­
bo de veinte años, para expresar todo dándola a su vez. Frente a una cultu­
el enriquecimiento de su idea y todos ra que conducía a la muerte, era aquí
los hechos o resonancias sociales de el órgano específico en la reivindica­
su influjo en el total escenario de ción de una cultura no sólo nueva y
veintiún países; pero constituye una distinta, sino salvadora; hecha a
expresión simbólica ya consagrada, nuestra imagen y semejanza, en amor
que al señalar su origen en las aulas, de Pueblo y con el sentido universal
enseñará por siempre a la Universi­ que lleva implícito el hombre.
dad y a sus gentes, su obligación so­ Pero las universidades eran la ex­
cial, su deber de dar método, saber y presión intelectual de un pasado que
técnica para elevar estas factorías a se resistía a morir. Eran órganos pre­
naciones y para hacer de nuestra cul­ dilectos de las oligarquías mercanti­
tura órgano americano de la Historia les y extranjerizantes que en ellas to­
Universal. maban las insignias del poder y del
Así también, al cabo de veinte años, privilegio social. Una a una las uni­
la línea de su influencia no puede per­ versidades estallaron en sublevación,
cibirse con la nitidez de los tiempos desde la Argentina a México. Mostrar
iniciales cuando afloraba casi exclu­ los focos es pasar revista durante dos
sivamente en lo universitario o edu­ décadas a las grandes ciudades del
cativo, pero a poco que el observador continente. El movimiento llevaba un
estudie el proceso siguiendo las vetas, sentido de unidad y un mismo aliento.
la encuentra en los hombres o en los Americano por su origen y originali­
libros, en importantes formaciones dad, americanista por sus fines más
políticas, en la revisión del ideario próximos, imprimió su tonalidad a
social, en el caracterizado acento de toda una época, promoviendo aconte­
Independencia de toda actividad ge- cimientos, como una fuerza de la His­
nuina. toria, como una conciencia de eman­
Confluyó para su configuración cipación en desarrollo.
originaria en la Argentina, junto con Por primera vez después de cien
las revelaciones de la Gran Guerra, años, las vanguardias jóvenes de
un movimiento excepcional, de raíz nuestros pueblos retomaban su uni­
democrática e inspiración ética, con dad en América. Las juventudes en
que el pueblo argentino iniciaba por recíproca vinculación, iban descu­
primera vez en su historia su propia briendo, a través del dilatado espa­
movilización en la búsqueda y reali­ cio, su filiación común. Se acuciaba
zación de la auténtico. La abstención en ellos el imperativo de rebeldía que

491 —
iba ampliándose en el plano popular. fensa contra el estancamiento o le­
El nombre argentino fué así entre los targía; una garantía de porvenir, co­
jóvenes de la Patria Grande un nom­ mo el fluir renovado de las generacio­
bre de esperanza y de cariño; auxilio nes. (En la nueva concepción de la
de fraternidad, prestigio de experien­ República Universitaria, quedan im­
cia. Estamos ahora en retardo: so­ plicados los derechos políticos de sus
mos deudores de una deuda solemne ciudadanos y legitimada así por pri­
ante el porvenir continental. mera vez la jurisdicción autonómica
* * * de la Universidad ante un Estado De­
mocrático) .
La campaña planteó inicialmente el Pero una Universidad representa
problema de la reforma de la Univer­ como idea y realización la unidad or­
sidad. Reclamó fuese reconstruida y gánica de la cultura y por lo tanto su
nacionalizada. Amplió sus bases in­ afán integrador en búsqueda del hom­
ternas integrando su comunidad. Con bre entero, que hace de la Escuela to­
sentido pedagógico, jurídico e histó­ da, una correlación gradual. Dentro
rico, centró su actividad en el estu­ de la Universidad sus institutos o
diante. Dió con ello respuesta a la “ facultades” , tienen funciones especí­
exigencia formativa, satisfacción al ficas en relación a ramas de la cien­
orden representativo, garantía de pe­ cia o de su técnica, pero a condición
rennidad al proceso de renuevo. Or­ de que coordinadas en el conjunto
ganizó la Universidad como una de­ educativo con inspiración filosófica,
mocracia de estudiantes. Unos son satisfagan siquiera un mínimo de
maestros de los otros más jóvenes, en aquellos fines y razón de ser. ¿ “ Fa­
reciprocidad de aprendizaje y todos cultades” , de quién?; del alma. Las
van graduándose en saber sucesivo. ciencias dan en sus aplicaciones lo
Concede así autoridad a todos los cuantitativo de una civilización, sólo
“ autores” . Y esto que es ya un orga­ las humanidades dan cultura. Pero no
nismo, puede ser entonces, persona hay humanidades sin valoración mo­
de la cultura, que ha de tomar sus­ ral de la ciencia: sin ética. El proble­
tancia nutricia en la realidad de su ma de la educación en el siglo es el
pueblo, y en el ideal de su liberación. que surge de la fragmentación del
Queda reivindicada la personería hombre, desequilibrado en la parciali­
escolar del estudiante en toda la am­ dad de un saber baldío de sentido hu­
plitud pedagógica de su significado, mano. La mera técnica es radicalmen­
y desplazado hasta el joven el eje de te estéril, o peligrosa, porque no es
la vida educativa. De él arranca la ra­ dueña de su signo: es instrumento- Y
zón de ser de toda entidad que educa. nada como las cristalizaciones men­
La Escuela es para el estudiante, no tales de la técnica, impide al hombre
el estudiante para la escuela; y hará abarcar sus problemas capitales o
del educando una entidad vigorosa, crear valores de cultura. La sola téc­
no de sumisión, sino activa y creado­ nica, así sea científica, ilusiona con
ra: la Reforma es liberación. El jo ­ aparente fortaleza que oculta un ra­
ven tiene derecho a su mundo de va­ quitismo por desnutrición. (Si hay
ll e s , a su persona. La Universidad causas sociales de esta anomalía, de­
había desequilibrado su vida y su ben ser removidas). Lo técnico profe­
fraternidad en un desorden de fondo. sional tiene que ser nutrido con cul­
La Reforma restablece la participa­ tura de totalidad no sólo para que se
ción activa general de sus miembros, beneficie en su propia condición es­
la armonía en la comunidad. Es un pecífica, sino para que se encauce en
empeño fundamental que asegura de­ lo legítimo. Poner la técnica al servi­

— 492 —
ció de las expresiones eminentes del de una actitud profunda, de una am­
espíritu. Hacer que la cultura redima plia transformación que responde a
lo profesional o utilitario exigido por una crisis general del mundo y una
la subsistencia del individuo, o por el crisis particular del desarrollo nacio­
mejoramiento de los medios de crea­ nal. No es una proposición intelec-
ción cultural o de salud social, pero tualista, artificiosa, extranjera, ni
que la necesaria raíz profesional crez­ anacrónica, sino que surge de las en­
ca insertada en un suelo común y pro­ trañas de nuestro país y de nuestra
picio de humanidad. La Universidad América, de la juventud y del pueblo.
traiciona su ejecutoria de universali­ Un afán por ser, no por imitar: la
dad si con alimentar en su seno la in­ segura fo en el destino humano, cuan­
cultura del “ especialista” , consagra do un Hombre, un Pueblo, “ sea El
socialmente su arrogancia gremial, y no otro” ).
su agresiva ignorancia...
* * *
* * *

Pero las mejores estructuras y los


(Frente a este planteamiento, los más sabios planes de cultura humana
hombres del pasado protestaron en y social propuestos, no podían tener
nombre de Europa. No se ceñía al pa­ efectividad sin una transformación
trón extraño, y era pedantería o ig­ social que tuviese en cuenta el proble­
norancia tal coraje por hacer algo ma integral de nuestra Independen­
propio. Sin embargo, la agitación pe­ cia. Las luchas sucesivas dieron al
dagógica que casi simultáneamente avance estudiantil conciencia de sus
prosperó en el viejo mundo, difundida límites. Había un enlace ineludible
hoy con el nombre genérico de “ La entre los problemas de la educación
nueva educación” , lleva, a pesar de y los que dimanaban de un sistema
nuestros impugnadores, una funda- estatal apócrifo y lesivo de lo autóc­
mentación pedagógica que tuvo aquí, tono. El problema de la Reforma se
en la Reforma Universitaria, el pri­ refiere a un conjunto de cultura y de
mero y más vasto ensayo mundial; poder. De cultura, como saber plena-
el primero, por de pronto, en lo que rio, a la vez de profundidad y de ele­
a enseñanza superior respecta, y el vación ; de poder, como un problema
primero en absoluto, por sus realiza­ de acción política, capaz de vencer la
ciones, por sus conquistas en el dere­ oposición entre Pueblo y Estado. Sin
cho positivo, por las consecuencias la emancipación nacional en proceso,
sociales que ha promovido, y hasta la Universidad y la escuela toda, se­
por la extensión geográfica de sus ex­ rán, con intermitencias, un reflejo de
periencias. las oligarquías financieras o docto­
Es que la voz de 'Córdoba fué un rales. Serán también un reflejo de las
vibrante reclamo de independencia condiciones sociales relativas a la vi­
espiritual. Fué el reclamo de “ la hora da del niño o del adolescente y a sus
americana” , como dice el primer ma­ posibilidades económicas. La pedago­
nifiesto. Nuestros intelectuales, nues­ gía es sólo un devaneo intelectual si
tros maestros, nos habían enseñado a no contempla las condiciones en que
resolver nuestros problemas según las está inmersa la escuela. Frente al po­
maneras y dictados de los últimos bre niño proletario, huérfano del
compendios y figurines exóticos. Era­ mundo, desnutrido y desvalido, la pu­
mos repetidores de gestos extraños; ra Pedagogía es irreverencia. El pro­
actores de una civilización de copia. blema cultural es una de las fases del
La Reforma Universitaria es en cam­ problema social.
bio, el nombre, uno de los nombres, Los estudiantes difundieron el plan-

- 493 —
teamiento de fondo del problema so­ ta firmes y sabias bases de acción,
cial. Fueron la primera fuerza que con lo que la Reforma Universitaria
denunció nuestra sujeción al imperia­ superando el ciclo anterior, pasa del
lismo mundial, motor de nuestra frag­ movimiento educativo al plano de una
mentación continental y de nuestras política económica y social de gran
guerras fratricidas, y promotor de envergadura. Frente al imperialismo
nuestras dictaduras, sus órganos lo­ como sistema, debe oponerse otro sis­
cales, cuya ingerencia condiciona po­ tema también político, económico y
derosamente nuestra vida cultural, también cultural, que organice nues­
donde una Universidad va formando, tros pueblos en asociaciones efectiva­
con mentalidad adocenada, los aboga­ mente nacionales, de coherencia ho­
dos, economistas y filósofos, destina­ mogénea, concertadas en una Unión
dos a servir el interés invasor o el emancipadora general que permita
escarnio de la libertad. proseguir la Independencia bajo el
Si Universidad es universalidad de signo de una democracia completa.
saber, instaurar esa totalidad es Re­ (En la doctrina se señala que está
forma de la escuela toda. Pero decir invertido continentalmente el proceso
re-forma en países coloniales, es clásico capitalista: el imperialismo
recrear formas nuevas que le perte­ “ última etapa” en sus centros, es anuí
nezcan; que le nazcan de dentro. Es etapa primera. La economía local de­
favorecer un re-nacimiento, un naci­ pendiente de tal invasión queda en­
miento hacia afuera, de lo invívito; trabada por interferencia; y trastor­
es re-pensar y re-hacer la realidad nada por sobreposición o deformación
con pensamiento y acción de funda- la marcha general de lo propio. De lo
dadores. Por una parte, Reforma que resulta que el plan de lucha no
Universitaria es una demanda social puede ser, ni siquiera en lo económi­
por la creación del Estudiante en to­ co, el que enseña la revolución en
do el significado de un hecho aún Europa. Una realidad económica dis­
irrealizado, como inexistente es toda­ tinta, ahora descubierta, obliga a te­
vía la Universidad como núcleo cultu­ nerla en cuenta en su peculiaridad
ral en el plasma del pueblo. Por otra para concebir las bases de nuestro
parte, Reforma Universitaria es un futuro Estado, rescatador del patri­
elocuente reclamo y una acendrada monio y preparatorio en el avance,
tentativa de identificación de Saber entretanto los centros donde tiene su
y Justicia; saber, que no es mera cien­ asiento la internacionalidad plutocrá­
cia o técnica sin conducción ética, que tica no se transformen).
es conciencia de sí, del ser nacional, Poco después de cumplir la Refor­
del ser americano. Justicia, que es ma Universitaria su primer decenio,
justicia social: liberación del Hombre estallaron en la casi totalidad de
en el Pueblo. nuestros países, golpes de estado. Las
* + * dictaduras que se siguieron son una
exigencia del conflicto que promue­
El primer Congreso internacional ven los poderes económicos, de domi­
de los estudiantes de la Reforma Uni­ nio. De nuevo, desde la Argentina
versitaria, reunido en México en 1921, hasta Cuba, son los estudiantes o los
es órgano que expresa el nacer de ex estudiantes de la Reforma Univer­
esa conciencia. Pero tres años des­ sitaria los que en primer término
pués, en 1924, Haya de la Torre, lí­ mantienen la rebelión. Los dictadores
der del movimiento de la Reforma en los persiguen, torturan o matan. En
el Perú, funda la Alianza Popular los focos trágicos, sangre de estudian­
Revolucionaria Americana, y concier­ tes fecundó el suelo de nuestra Amé-

— 494 —
rica. Son aquí, muchachos peruanos suelo y del Pueblo para servir una
fusilados en Trujillo, son allá mucha­ cultura característica, poniendo acen­
chos cubanos asesinados en La Haba­ to propio a una causa universal. La
na. El signo de nuestra historia se procura de un orden material some­
repite. Siempre estudiantes condu­ tido a una ley de justicia. Un Estado
ciendo el verbo y el brazo de la eman­ popular a la vez defensivo y libera­
cipación. dor, que nacionalice el poder público
En el transcurso de la lucha los y organice la economía al servicio de
jóvenes hicieron suya la causa de los la Nación, de sus bajes productivas,
desposeídos, y en la intimidad del do­ de su Pueblo, bajo las directivas de
lor y la vida de los pueblos, muchos sus mayorías políticas. La economía
aprendieron el inmenso tesoro de su libre no es la libertad económica: es
riqueza subjetiva, la noble singulari­ el privilegio de minorías sobre un país
dad de lo americano. Va así sustan­ sometido. El hombre no es un valor
ciándose la idea de “ autonomía ame­ económico, es una dignidad. Sujetar
ricana” primordial del movimiento, y entonces la economía para garantir la
va animándose, como grande prome­ libertad; pero garantir a su vez tal
sa, la de una cultura auténtica con­ sujeción por la igualdad política. Ha­
cebida en la unidad del Pueblo. La cer que el Estado sea de la Nación;
Libertad será su base, porqué la Li­ que la Nación se mande a sí misma.
bertad es nuestra ley temperamen­ La llamada libertad política, sin el
tal: nuestro realismo. Y ninguna es­ resguardo económico de un Estado
tructura, ni sobreposición, ni raciona­ emancipador, es ficción jurídica para
lismo, ha logrado sofocarla en sus po­ sancionar las determinaciones de los
sibilidades germinales. Nuestros pue­ dueños de la riqueza. Dominio del
blos no son comerciantes ni poseen la hombre sobre el orden objetivo. Li­
pasión del dinero; prefieren el espí­ bertad de los hombres, no de las co­
ritu al cálculo, la hospitalidad a la sas. El liberalismo plutocrático glo­
conquista. Constituyen un orden emo­ rificó la idea de libertad referida a
cional. Su patriotismo es un senti­ las máquinas, enseres y productos,
miento político y moral de raíces pu­ de lo que resultó la esclavitud de los
ras, así como su juicio de lo humano, hombres. Humanismo, que es libera­
una valoración ética, que atiende la lismo esencial, sí; pero humanizar la
conducta por sobre la inteligencia, el economía y hacer de lo económico só­
saber o la técnica. Toda reforma so­ lo un conjunto ordenado de medios.
cial con vistas a una transformación La libertad humana es para América
actual o hacia formas de humanidad unidad no desintegrable. Debemos ha­
futura, que se funde únicamente en cernos nacionalmente dueños de las
lo material o económico, será tentati­ cosas americanas, para garantizar y
va frustránea e ilícita de empobrecer enriquecer la libertad de las gentes
una realidad tan extraordinariamente americanas. La Nación no es una abs­
afortunada. tracción ni una entelequia, como quie­
ren los adversarios de la Democracia.
* * *
La Nación es lisa y llanamente la vida
¿ Qué es ya la conciencia social y de del Pueblo; su vida y sus sueños. Y
autotocnía iniciada “ el dieciocho” ? no vive el Pueblo, ni toma posición
Es un vasto empeño para organizar como personaje de la Historia, si el
y uniformar la América indo-españo­ particularismo le toma su tierra y su
la sobre sus bases ético-sociales, pan y su techo y su vestido. No tiene
transformando sus estados bajo la posibilidad de Escuela, de Universi­
inspiración y esfuerzo del genio del dad, ni de Cultura, la Nación, si el

— 4 9 5 —
vasallaje del Pueblo coloca a sus de­ en función de libertad, conjugando
mandas en el plano de la urgencia bio­ Espíritu y Futuro. No hay concepción
lógica. Emancipar entonces la Nación digna de una nacionalidad si no se
en el Estado para que el Estado no alimenta de una esperanza del mun­
la colonice ni contrate contra ella, y do, si carece de sentido histórico. Lo
permitir así al Pueblo su moviliza­ argentino, lo americano y su impli­
ción creadora, su función histórica. cancia humana es lo que adjudica his­
* * * toricidad, perspectiva de perfección a
nuestro esfuerzo individual o social.
Es ancha y rica la idea de Pueblo, En medio del drama de una nueva
de sociedad que busca en esa morada edad, nuestra ligazón con lo que de
multánime, la unidad natural, sana lejos viene y remonta, nos dará no­
y legítima de la Nación. Supera la bles satisfacciones y no desolación;
idea de clase, que es sólo económica; estímulo de santa continuidad. (Una
supera la idea de raza que es sólo doble ribera de anchos mares confor­
biológica; supera la idea gremial o ma nuestro ser territorial en esta con­
corporativa, que adjudica primordia-
fluencia en que el Mundo Atlántico
lidad y universalidad a lo que es cir­ le llega de vuelta al Oriente con el
cunscripto interés de oficio o unilate- curso del sol. Entre la civilización de
ralidad formativa; supera la idea de Europa y las culturas de los pueblos
masa, despectiva de la individuali­ gigantes de las otras Indias, el Nue­
dad, noción física que lleva implícita vo Mundo debe descubrirse a sí mis­
una. aristocracia de dominadores. La mo. Tal vez sea aquí donde una cul­
idea de Pueblo es un valor más alto, tura de profundidad asocie al movi­
como que a su realización debe prece­ miento la meditación, distinga canti­
der 1a. liberación de lo económico y el
dad de infinitud y rime el alma con el
acendramiento de lo corporal. Es un hecho, bajo el primado del Espíritu).
enlace con lo eterno; una concepción
* * *
moral; una reivindicación de la dig­
nidad. del hombre en la lucha eterna Pueblo y América. He ahí la gran
por su integración, por su emancipa­ demanda de la Reforma Universita­
ción, que es lo histórico en la Histo­ ria. Todo lo que no siga esa línea ha
ria. sido y será limitación, ha sido y será
Debe caracterizar a los hombres desrumbo. Ni desertores de la ameri-
entre los seres, su capacidad exclusi­ canidad, que es consentir nuestro des­
va. de interpretar la Historia: de dis­ tierro, ni prevaricadores de lo popu­
tinguirla, aún del más impresionante lar que es renunciar a lo entrañable.
acontecer. Tener conciencia de ella es Derrocar la erudición sin consisten­
poseer la. convicción de la unidad cia terrígena. Abatir la vanidad inte-
esencial del género humano, poseer Iectualista que enuncia al Pueblo pe­
conocimiento de la lucha titánica por ro que lo elude en su existencia real,
su ascensión desde los orígenes remo­ de cuerpo y alma, en su sentimenta-
tos. Saber que el hombre va lográn­ lidad, en sus preferencias, en sus tra­
dose por instancias de libertad, tan­ diciones. En lo americano lo univer­
tas veces sofocadas y otras tantas sal : en lo popular la Historia. Ese es
taiunfanes en un proceso milenario. el “ destino heroico de la juventud”
No hay tarea educativa, no hay Es­ que señalaron los estudiantes argen­
cuela ni hay Universidad que se justi­ tinos, cuando hace veinte años pro­
fique, si no es capaz de revelar la en­ clamaron la Revolución Americana.
traña de esta contienda de siglos, en­ Los profesos de ayer y de hoy ve­
señando a tomar filación consciente nimos otra vez a contraer la concien­
en el verdadero linaje de lo humano, cia y a celebrar la fe.

— 496 —
II

INSTITUCION DEL ESTUDIANTE


(1940)
Mensaje a los estudiantes de Santa Fe y Rosario
en el X X aniversario de su Universidad.

A Universidad del Litoral tiene


L una prenda gloriosa que le es
propia: fué levantada por mu­
terística proclamación de americani-
dad, que al cabo de un siglo renueva,
es en el plano nacional, correlativa
chachos. Jóvenes capitanes llevaban insurgencia discipular, decisión de au­
compañía de adolescentes, casi niños; to-docencia, de autonomía espiritual;
y zapatos rotos fueron, de nuevo, sig­ a la vez protesta y voluntad de ser,
no del andar de la Historia. Hija del frente a la crisis de una civilización
estudiante de la Reforma y de la mortalista y sin autoridad, sin Magis­
primera convocatoria de la Nación terio.
en su Pueblo, nada alcanzará, por Nacida en la Universidad, la Refor­
mucho que cave su hondura, el signi­ ma planteó para ella formas origina­
ficado de esa aura bautismal, de esa les de gobierno y vida armoniosos:
subyugante y fresca tradición, que organización y libertad. La búsqueda
contiene la totalidad de su problema. del Estudiante implica actividad y
Porque puede resumirse el sentido responsabilidad, fortalecimiento d e
complejo que trae la Reforma como sus energías radicales: entereza for-
una tentativa fundadora que comien­ mativa. La Universidad queda sin
za por instituir el Estudiante. En el asentamiento si el proceso educativo
preciso momento en que la Nación iba anterior no le ofrece un terreno pro­
a centrarse, ¡ al fin !, sobre sus únicas picio de cultura; por lo que su re­
bases legítimas, sobre sus nacionales, forma debe abarcar todos los grados
reivindicando para todos su corindón de la educación. Alma universitaria
de actores en la creación argentina, es negación de todo fraccionamiento
la Reforma concitó a toda la Escue­ de ser o de saber. Será universitaria
la, para que centrara su vida total en la Universidad cuando sea capaz de
el estudiante, cultivador y protector conjugar las altas “ facultades” , con
moral de los gérmenes de aquella as­ la plenitud unificadora de la cultura
censión, rastreador y baquiano de y su ética social: fecundidad en her­
hondura, capaz de responder, a su mandad y unidad interior. Ni el bár­
tiempo, las altas o profundas pregun­ baro puro, ni el saber aséptico. In­
tas que la Nación le haga. fundir lo humano y su justicia a la
Si el militante del 18 buscó origi­ técnica, dignificando toda profesión
nariamente un Maestro, y encontró o artesanía, todo arte o ciencia de
inusitadamente un increíble mundo creación utilitaria. El hombre situa­
encubierto y falsificado, la revelación do sobre el saber. Un estudiante que
de soledad y engaño lo condujo a penetre su propia vida y la vida ge­
centrar en sí la docencia, y luego a neral humana. Clima de entonación,
reflexionar y actuar sobre el carác­ que en él exalte los valores históri­
ter permanente y pedagógicamente cos que lleva implícitos. Conciencia
esencial del hallazgo. Toda la doctri­ de servicio, en que lo nacional, lo po­
na educativa y militancia revolucio­ pular, se refleje, a f i r m e y nutra.
naria de la Reforma, su sentido libe­ Aprendizaje del dominio físico para
rador, nace allí. Y la inicial y carac­ libertarse y libertar; para que se

— 497 — 32
cumpla la ley moral sobre el destino hondo, fe en la Historia y hacer del
de la riqueza. Y un pensamiento del Pueblo su personaje.
mundo en función de los valores pro­ Reclamar n u e s t r a cultura no es
pios del país, cultivados en lo invívL buscar copias de formas o de resulta­
to y terrígena: ancha base donde pue­ dos objetivos de cultivo ajeno, como
da hacer pie cualquier ensueño digno si fueran transferibles, sino alcanzar
de hombres. expresiones propias, surgidas como
Esta concepción nació y creció por cultivo vivo, de sus elementos peculia­
rechazo. El mejor estudiante de la res, en el hombre americano. Para to­
vieja Universidad, forzosamente es­ do lo cual no empece sino ayuda, traer
tuvo fuera, en la calle. Allí el joven desde donde se halle, la más perfecta
del 18 se contagió con la emoción de técnica. La técnica es .instrumental;
lo social que caracteriza su figura; y pero sucede que, cuando el espíritu
allí aprendió a descubrir, en anchu­ no es dueño de sí, se le sobrepone, lo
ra y penetración, su problemática. Pe­ sofoca, y produce desequilibrios indi­
ro derrocar en la Universidad sus fi­ viduales o sociales con carácter de
nes oligárquicos, antinacionales, y de­ monstruosidad, razón cultural de la
nunciar su engañosa ritualidad; des­ crisis de Europa y Norte de América.
terrar del aula una innoble estrategia Los elementos mecánicos, todas las
de lucro personal y de aprovechamien­ fuerzas dimanantes de la ciencia y de
to de la Nación como empresa, reba­ su técnica, deben conceptuarse sólo
sa el cincunscripto dominio de las como medios que, con propia decisión,
instituciones educativas, así se refor­ el espíritu americano reclama para
men. Conduce a emprender una lucha su desarrollo. No se trata de que nues­
de transformación general, objetiva- tra cultura tenga nada o poco que
ble en el plano de la representación y oponer, dado su carácter naciente a lo
pensamiento del Estado; lleva a plan­ que uñ mundo ya evolucionado pue­
tear la totalidad del problema nacio­ da ofrecernos. Se trata de la creación
nal : la cultura como saber y poder de de un mundo propio, de cultivar la
Independencia. propia estirpe en servicio humano, si­
El problema pedagógico fué el pri­ tuándose en el linaje de la Historia;
mero y mejor visto, pero el grito ins­ de movilizar los posibles universales
tintivo por América, la admonición aquí; de ser lo que som os: de cumplir
[iminar — voz emocionante que tras­ la pedagogía esencial por la que la
pasó las redes y fronteras — era el Reforma combatió cuando reclamaba
nombre justo y denso de una ansiedad para el estudiante las condiciones de
incontenible de s.er: búsqueda de pro­ su libertad.
fundidad, justificación de vida; pro­ Por todo lo que Estudiante ame­
fesión de fines queridos, que impreg­ ricano quiere decir estudioso de Amé­
nó lo educativo y toda la concepción rica. Un bien patrimonial, que a ella
le la Reforma. Y como lo argentino pertenezca con lealtad de corazón y
¡e animaba con historicidad en el or­ de cabeza. Continuador que sume y
len político, y el país, con activo re- se sume, en su indagación, en descu­
úegamiento a n t e la Guerra, hacía brirla; hijo en el amor del conoci­
¡eficiencia de sí y de su misión en el miento. Trabajador que revierte con
nundo, quedaron resentidas y aflója­ u n i d a d universalista, los elementos
las viejas amarras y sujeciones de que la realidad — la realidad com­
¡xtranjería, y comenzó a surgir lo au- prende al espíritu — le ofrece, en su
éntico que estaba como muerto. Cir- animado ser. Tiempo y Espacio son
:unstancias que significaron, en lo casi virginales en la conciencia de

— 498 —
América. Falta caladora penetración de nuevo, como hace más de dos dé­
de su tierra y buceo de su alma allí cadas, al sentido americano, y nos
engastada; posesión de las humanida­ llama a reconcentración profunda y
des de su geografía: topoesencias y correctiva del desrumbo en que esta­
sustancia del tiempo. ¡ Desbordante mos. Penoso drama el de Europa, en
programa para hombres y pueblos! que, por subversión de la ley moral,
(Oculta está nuestra Historia, cu­ se arrastran quemadas altas esperan­
bierta nuestra Economía, disfrazada zas. ¿Qué podrá decirnos ye Europa
la Política). Qué inmensa tarea de como mensaje, cuando nadie allí dis­
descubrir. Qué proliferación de rum­ cute el derecho de ese Continente a re­
bos seductores para enamorar el es­ partirse el mundo? Bien sabemos que
tudio. Qué manantialidad de vida que naciones provincianas s o m o s . Bien
hoy se envenena y pierde. que rige para nosotros el “ provicto”
Tales son las humanidades de la del romano : somos provincias de con­
Universidad que la Reforma busca. El quista cesárea. Pero, por salvación de
humanisno no es abstracción, ni muer­ espíritu, desandar lo negativo y ne­
tas figuras espirituales que preten­ gación de lo contrario a nuestra vida
dan, a pesar de su categoría, sobre­ y expresión, rescataremos con re-cre­
ponerse como un vestido o una co­ ación el nombre provinciano, pero co­
yunda, sino encarnación, en hombres mo expresión tierna y dulce, aunque
de carne y hueso, de altas pasiones y polémica y dramática, de nuestra au­
formas ingénitas. Humanismo, no es tenticidad : Insurrección provinciana
entelequia o abalorio mental; es aquí, contra toda metrópoli de dentro o fue­
que lo argentino, que lo americano, ra: renacimiento de Patria-de-Nuevo-
en cuerpo y espíritu, no siga pere­ Mundo.
ciendo, o padezca destierro de sí o de Mas, lo provinciano, lo americano,
lo suyo. Humanismo es saber de hom­ es lo que se federa; como federal es
bres ; poner aliento y simpatía por lo el espíritu de cada hombre, la liber­
que de nuestras gentes nazca o crez­ tad misma, signo de nuestro génesis
ca; definiendo nuestra autonomía en y destino. Lo diferenciado de lo na­
lo educativo y político, adecuando las cional es lo variado en lo individual,
instituciones sin emigración o trai­ que permite en autonomía, desenvol­
ción de la inteligencia. Habiendo sido ver todo tesoro de espíritu. Es acen­
desnaturalizado lo nacional en todos drando diferencias que nuestro Estu­
los órdenes, por sistemática interfe­ diante revelará Humanidades. Acen­
rencia de lo extraño a nuestra índole, tuando lo regional se reactiva lo hu­
debemos reivindicar en el estudiante mano ; se le inserta en légamo univer­
su personalidad, del mismo modo que sal y unidor: histórico.
hacemos reclamo de que sea alguien El país aun no tiene Universidad
el nacional en la Nación. La fragmen­ en sentido cabal, ni puede todavía te­
tación de la lucha, reduciéndola al nerla : no se trata de un problema pe­
campo educativo, sin planteamiento dagógico sino nacional. Y no desáni­
completo del problema, es parcializar mo, sino acicate de valoración de fon­
el miraje signándolo de ineficacia o do que impulsa, es saber que las me­
desesperanza. La realización humana jores construcciones de ahora son re­
que buscamos no está en camino al­ cién escorzos de la Universidad Ar­
guno de unilateralidad, así como no se gentina que vendrá. Que vendrá, con
trata de perfeccionar sino de abolir el enriquecimiento de su idea y las
nuestras capitulaciones. posibilidades sociales de practicarla;
Pero la crisis de Europa nos vuelve cuando se establezcan, perfeccionen o

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completen las estructuras ciméntales, ción humana y nacional, las facul­
que hoy tengamos, y pueda trabajar­ tades superiores vocacionales. Nues­
se con integralidad formativa la sus­ tra Universidad debe acoger toda de­
tancia que las aliente. El tipo de Uni­ cisión de estudio, captar toda carac­
versidad que se reclama, animadora terización cultural, concertar los es­
de la vida intelectual del país y de fuerzos en todos los momentos y luga­
su emancipación mental, protectora res donde lo argentino se exprese; y
de las tendencias de independencia poner a disposición popular los resul­
argentina y americana, de las corrien­ tados, redimiéndose de su desarraigo.
tes genuinas del pensamiento entra­ Que el profesor, así sea extemporáneo,
alcance justificación siquiera en la
ñable de la tierra, asumirá, cuando
perspicacia de hallar hombres. Que las
llegue, funciones constituyentes. No
representaciones que el estudiante
le corresponde cotejo con las extra­ acuerde, no sean procuración de su co­
ñas, centros foráneos de nuestra su­ modidad, o expediente de velocidad
misión, sino por el contrario, preocu­ para irse. La Universidad no es un en-
pación de los signos inversos o dife­ señadero, sino un lugar de realización
rentes, propios de nuestra libertad: patriótica, de superación de fines par­
una autenticidad que para la Univer­ ticulares.
sidad como para todo el orden ins­ Córdoba, Tucumán y Cuyo deben
titucional, caracterice la Nación como ser centros de inteligencia nacional,
persona. mantenedores y avivadores de la A r­
La Universidad Nacional del Lito­ gentina americana; del mismo modo
ral ha llegado a un punto de proceso que una Universidad en Pampa Sur,
en que sobre la obra andada podrá vigía y luz patagónica. Y así como
completar la construcción. Es tal vez la Universidad de La Plata fué inten­
la hora de una doble integración de cionada réplica a Buenos Aires, la
sus líneas form ales: la de organizar­ del Litoral, en deslinde de contienda,
se en ciclos que den a su capacidad tiene función federalizante, correctiva
rectora un orden educativo entero, en y compensadora. La meta es síntesis:
sus tres grados, como parcialmente inmunidad contra toda propensión a
alcanzó a tenerlo; y la de alcanzar factoría.
integración cultural en cada grado, Es necesario desterrar la triviali­
sobre todo en el tercero, parado jal- dad de esta vida americana de hoy,
mente llamado “ universitario” , cuan­ de esta chatura filtrante y agobiado-
do es el más defectuoso de universali­ ra, en cuya pobreza, la anécdota pa­
dad, estableciendo para corregirlo, es­ rece categoría. El estudiante, si es ca­
tudios y órdenes humanistas y cientí­ paz, debe volver a la tónica de los
ficos de condicionamiento de lo profe­ muchachos fundadores de esta Uni­
sional, cuyo particularismo disolvente versidad que cumple veinte años. Pe­
sigue infortunadamente dominando la ro sin falsete de creencia; con pasión
Universidad argentina. Por una par­ cierta. ¡ Cuánto pudiera ser el estu­
te, formación completa, según cada
diante libertador de la libertad si se lo
edad desde la escuela elemental, ver­
propusiera! Si se lo propusiera en vo­
dadera Universidad menor. Por otra
ruarte, departamentos culturales con luntad y conciencia; si se centrara de
función totalizadora, donde la Uni­ nuevo, enquiciado y ferviente, pro­
versidad pueda asistir, con entona­ motor encendido, en el andar de la
Historia.

— 500 —
R E P E R T O R I O DE O P I N I O N E S A T R A V E S
DE T R E S P R O N U N C I A M I E N T O S

DEBATE EN CORDOBA
(1930)

Director del debate doctor Guillermo La vieja Universidad


Ahumada
La ignorancia del contenido de la Re­
El asunto que va a desarrollar forma Universitaria en la generación ac­
tual de adolescentes, puede estribar en el
esta noche el doctor Sebastián So­ hecho fundamental de desconocer la vida
ler, ya lo conocen: La Reforma y la organización de la Universidad, puede
Universitaria. El relator oficial se decirse, ha caducado en Córdoba definitiva­
ocupará, "pues, de desarrollar este mente. Pues, desde ya, hemos de afirmar
que la Reforma Universitaria ha tenido una
tema. El público podrá intervenir en virtud y ha sido la de echar deíinitivamen-
el debate y cada uno de los oradores tes abajo algo que era la esencia de la vida
hará uso de la palabra durante quin­ universitaria pasada.
ce minutos como máximo. No se per­
mitirán interrupciones, ni que un mis­ Las academias
mo orador haga uso de la palabra Para tenqr un concepto cabal de la or­
dos veces. En caso de que el debate ganización de la vieja Universidad, pode­
se prolongue más allá de lo normal, mos partir de un concepto central, alrede­
dedicaremos a este mismo asunto una dor del dual se estructuraban todos sus
segunda reunión. vicios y isus pretendidas virtudes. Es el
concepto de la academia, que era la célula,
la madre de todos los complicados engra­
¿Qué es la Reforma? najes en que penosamente se desenvolvía la
D o c t o r S o l e r . — Más de una vez algún in­ vieja Universidad.
quieto adolescente me ha formulado a mí, Academia quiere decir, ante todo, orga­
que estoy doblando la treintena y que he nización científica, preferentemente especia­
pertenecido a la generación del 18, la in­ lizada. Academia puede llamarse a lo que
quietante pregunta: ¿qué es la Reforma Uni­ era entre nosotros la Academia Nacional
versitaria? Esta conversación pretende ser de Ciencias, de gloriosa recordación y gran
una contestación sumaria. Debe ser suma­ propulsora especialmente de las ciencias na­
ria, — y ello va como aclaración del con­ turales en nuestro medio. Pero academias
tenido de mis palabras —, porque es impo­ eran, también, los organismos directores de
sible tratar en un espacio de tiempo rela­ la vieja Universidad, las que ocupaban el
tivamente corto, todos los aspectos de este lugar que hoy ocupan los consejos directi­
importante movimiento social. Especialmen­ vos. Se me preguntará de inmediato cómo
te, tiene la Reforma Universitaria una can­ puede tener un organismo de esa naturaleza
tidad de matices técnicos en la educación la importancia que yo le asigno. Veamos
que alargarían esta conferencia más! allá cómo: la Academia en la Vieja Universidad
de lo que la paciencia de ustedes pueda to­ no era ya una institución científica. Se le
lerar mis escasas dotes de conferenciante. llamaba academia pero era el organismo

El Ateneo de Córdoba, fundado a comienzos del año 30, propició el debate público sobre la
Reforma, que se transcribe, de acuerdo a la versión taquigráfica de León Roque Araoz y
Jorge W. Martínez, que fuá impresa en el número de los Cuadernos del Ateneo, correspondien­
te a julio de aquel año. Actuó como relator oficial el doctor Sebastián Soler y dirigió el debate
el doctor Guillermo Ahumada. Replicaron y contestaron los doctores Gregorio Bermann, Carlos
Sánchez Viamonte y Pablo Mariconde, y los señores Gregorio Paz, Saúl González y Elit Roque.
Editaron el Cuaderno, José A. Mercado y Roberto Smith.

501
administrador; era un grupo de profesores piar de las obras de Marx y de Engels. Es
de dudosa sapiencia que se calificaban a sí demasiado reciente el repudio de nuestra Uni­
mismos de académicos, y que regían los des­ versidad a Enrique Ferri, personalidad que si
tinos totales de la casa: nombraban profe­ bien después habrá sido claudicante, cuando
sores, nombraban o elegían el Rector, nom­ vino a Córdoba era la expresión acabada de
braban los delegados al Consejo Superior; la ciencia oficial vigente en Europa; que era
organizaban, pues, el total gobierno de la el positivismo en su máxima expresión.
casa y, para colmo, en un esfuerzo incon­
cebible de generación espontánea, nombra­ La Universidad conservadora
ban sus propios miembros. De modo que
allí se cerraba el ciclo; ellos representaban del dogma
la vida de la Universidad recluida, de for­ La Universidad era conservadora del dog­
mación y generación espontánea, que no ma. Por eso a estas manifestaciones cul­
permitía ni la salida de las producciones su­ turales, ante todo, las mataba con la cons­
puestas de sus sabios: todo quedaba en piración del silencio.
casa, Esta forma de organizar el gobierno Hay ejemplos sacados de los textos au­
aristocrático de la Universidad es todo el ténticamente en uso hasta el año 18 que
secreto de la casa vieja, especialmente re­ son muestras teratológicas de la enseñanza
ferida esta organización, sea ésto bien en­ universitaria de aque] tiempo. Decía uno
tendido. a Córdoba que es donde se plan­ de los referidos textos: ‘‘la libertad de con­
tearon en forma más viva los problemas ciencia ha sido llamada, con razón, por el
de la necesaria democratización de los es­ Sumo Pontífice libertad de perdición.” Es­
tudios universitarios. to es lo que repetían los alumnos. Dice otro:
Tengamos, pues, bien presente que las “El Estado, aunque es distinto, está, no
academias eran circuios cerrados que ellos obstante, subordinado a la Iglesia; no puede
mismos se erigían. Sus componentes y los separarse de 'ella por la pretendida libertad
profesores eran nombrados también por de conciencia y de culto, y está obligado
esta academia. Al elegirse, pues, ya elegían a proteger la Iglesia con sus leyes y a po­
entre los que habían seleccionado. El aca­ ner su espada material al servicio del reino
démico era, ya un profesor calificado, edu­ de Dios y del orden espiritual”. Es decir,
cado. dentro de lo posible, a los fines cor­ tenemos a la Universidad de Córdoba en
porativos, aristocráticos y de clase que, in­ un panorama bien claro: completamente so­
dudablemente, perseguía una institución ce­ juzgada por el vano espíritu escolástico, do­
rrada y defensora, ante todo, de la tradición minada por un dogma religioso concreto., la
y del dogma. Universidad no era nada más que sirviente
y teorizante de los dogmas políticos del de­
La enseñanza recho público eclesiástico. Siendo la ense­
ñanza dogmática la base de la Universi­
¿Cómo podia ser la enseñanza universita­ dad, el libre examen desaparece, porque el
ria, en una casa cuyo gobierno estuviese or­ libre examen es, precisamente., lo contrario:
ganizado en forma tan antidemocrática? Los el enemigo del dogma. Las enseñanzas que
profesores constituían más bien que un cuerpo se impartían debían repetirse de memoria;
de hombres de ciencia, una corporación mi­ era una enseñanza completamente nemotéc­
tad sacerdotal, mitad aristócrata, represen­ nica la que se impartía en la vieja Univer­
tando, por ún lado, el poder espiritual y sidad. No habia crítica, ni siquiera había la
por el otro, el poder rural medioeval, colo­ posibilidad de ir a informarse de las mate­
nial de nuestra aristocracia, que se ha pro­ rias en textos distintos a aquellos que de­
longado hasta el año 18. cían estos peregrinos pensamientos que
Interesaba en la cátedra, no la discusión acabo de leer.
de los hechos; los hechos no eran la ma­
teria de los estudios universitarios propia­ ¿Técnicas?
mente dichos. Allí se analizaban las verda­
des, diremos, desde el punto de vista de su Alguien a dicho, Cossio, un autor parti­
ortodoxia, de su correspondencia al dogma, dario de la Reforma, que las viejas univer­
o de su heterodoxia. Era, pues, la Universi­ sidades eran técnicas. Es que Cossio está
dad una institución conservadora del dogma; teorizando, indudablemente, para la Univer­
estaba respaldada en una tradición que era sidad de Buenos Aires, en la cual el pen­
todo su poder y que era el eje de toda su samiento .positivistja había arraigado pro­
vida. Los ejemplos que abonan mis palabras fundamente. Pero a la nuestra no le cabe
son claros y aun recientes. El doctor Justo, un juicio de esa naturaleza. En nuestra Uni­
el año 1918, denunció ante el Congreso Na­ versidad la técnica que se explicaba no era
cional que la Universidad de Córdoba, que se una técnica como pura consecuencia de la
decía culta, que se decía cultivadora de filo­ división del trabajo social. Siempre en una
sofía, no tenía en su biblioteca un solo ejem. sociedad evolucionada la técnica es una ex­

— 502 —
presión de aquella. En nuestra Universidad forma Universitaria. Sucedieron demasiadas
la técnica que se cultivaba tenía un carácter cosas para qiLe el alumnado continuara sien­
de especialidad sagrada, desconocida para do compuesto de buenos muchachos dignos
la multitud., producto de la tendencia aristo­ de tutela.
crática y de clase; no era, pues, la técnica
-una consecuencia de la división del traba­ La guerra y la revolución rusa
jo, sino una consecuencia de la división en
clases, porque nuestra Universidad era, tan­ Vino la guerra europea y vino la revo­
to en su profesorado como en el alumnado, lución rusa de 1917. Son demasiados acon­
profundamente aristocrática. Dividía a la tecimientos para pensar que en el mundo
sociedad en dos grupos: 1q_s que debían y no ha pasado nada y que los mismos prin­
podían aprender y enseñar, y los que no cipios educacionales pueden seguir informan­
debían ni podían venir a la Universidad ni do a la generación presente. Estos movi­
a aprender ni a enseñar a la juventud. mientos que nos vinieron de Europa des­
pertaron en nuestro medio una profunda
La juventud inquietud. La juventud argentina, toda, se
sintió profundamente alarmada ante el crac
¿Qué era la juventud en la vieja Univer­ de la cultura europea que terminaba en una
sidad? En la vieja Universidad la juventud catástrofe sin precedentes. De esa inquie­
estaba compuesta por esos hombres inex­ tud surgió el movimiento de la Reforma Uni­
pertos, a los cuales se les podía perdonar versitaria del año 18.
ciertas travesuras de las que se arrepenti­
rían; incluso podían enlazar vírgenes en las Democratización
procesiones, como lo han hecho algunos, El primer impulso, el primer jalón afir­
porque se sabía que, después, cuando gran­ mado por el movimiento universitario fué
des, se arrepentirían de todos estos actos. solamente un afán de democratización de
Era la juventud digna de tutela; había que la Universidad de Córdoba ante la organi­
darle consejos, porque en el fondo, todos zación aristocrática medioeval, profesional,
eran buenos muchachos y nunca pasaron, de casta, que gobernaba. La juventud uni­
en el criterio de las autoridades, del con­ versitaria afirmó la necesidad de que la
cepto de tales: de buenos muchachos. Y así Universidad marchase de acuerdo a la or­
se les tutelaba, y así la juventud ha vivido ganización política del país. Este primer
sometida a este régimen profundamente in­ impulso democrático, mejor dicho anti­
justo. aristocrático, fué lo que le dió buena aco­
Aislamiento gida, precisamente, en el radicalismo, en­
tonces imperante, y que se caracterizó, den­
La característica esencial, pues, de la vie­ tro de lo caótico de su orientación, preci­
ja Universidad era su aislamiento; ese se­ samente por un sentimiento igualmente an­
llo se lo imprimió la constitución del orga­ tiaristocrático.
nismo director, que era la academia: un Pero la Reforma Universitaria quiso po­
aislamiento técnico, porque en nuestra Uni­ ner a las universidades dentro de la Cons­
versidad se forjaba una técnica que estaba titución Argentina, desde cierto punto de
lejos de asimilar los valores vitales actua­ vista. Denunció a la opinión pública este
les; era una técnica desligada de toda fi­ fenómeno inconcebible, de que dentro de
nalidad vital concreta, y vivía, además, ais­ una organización democrática federal vivie­
lada en su aspecto cultural, porque no po­ sen instituciones cerradas, aristocráticas,
demos llamar cultura sino al trasunto de que no respondían a los principios que or­
los ideales colectivos, y nuestra Universi­ ganizaron a nuestra nacionalidad. Se aspiró,
dad ha vivido al margen de todo movi­ pues, a la organización de una democracia
miento. Ella constituía una clase; su saber iederal; es decir, con la organización de
era esotérico y de ahí se deduce, como ló­ distintas universidades, autónomas cada
gica consecuencia, el hecho evidente de que una de ellas, con una personalidad propia.
la vida de nuestra casa de estudios se haya Y éste es el segundo paso de la conciencia
desarrollado como la vida de un molusco: reformista, de la cual gradualmente iremos
cerrado en sí mismo, sin posibilidad de reci­ desentrañando otros nuevos sentidos.
bir influjos exteriores y sin posibilidad de El que se nos impone de inmediato es el
influencia en el medio; apegada a una roca valor de democracia funcional que, como
de tradición de sus trescientos años de exis­ tercer paso, exigió la Reforma Universitaria
tencia, que eran su lastre. para la organización de las casas de estu­
dios; democracia funcional, porque en ella,
¿Qué es la Reforma? por primera vez, se afirmó que la Universi­
dad no debe estar compuesta por un ciclo
Ahora voy a entrar a explicarle al adoles­ cerrado de profesores, dueños de una cien­
cente que me preguntara, qué fué la Re­ cia infusa, sino que siendo la Universidad

503 —
un ser al que los estudiantes han de darle mentos calificados que entran a funcionar
la vida, donde van a recibir los mejores en el organismo de la Universidad, es ne­
frutos que la Universidad da, son los es­ cesario la agremiación automática y obliga­
tudiantes parte integrante de su organiza­ toria del estudiantado. No es posible pen­
ción. Se afirma con ello un principio abso­ sar más en fracciones políticas, unas que
lutamente contrario al que vino rigiendo: la persiguen un fin y otras, que, fuera del cen­
Universidad no será más una institución tro, persiguen distintos fines. La organiza­
aristocrática. La Reforma Universitaria in­ ción democrática y funcional de la Univer­
troduce al estudiante, al profesor y al egre­ sidad exige el encauce total de las energías
sado como partes integrantes de la vida to­ de todas las tendencias dentro de una sola
tal del instituto y exige para cada uno de aspiración reformista en la vida de la Uni­
esos grupos una representación que, no versidad.
siendo proporcional al número de los elec­
tores, es en consecuencia funcional; igual Los profesores
para cada uno de ellos y en cuanto cada
una de esas fracciones desempeñan dentro Veamos el cuerpo de profesores hecho
de la LTniversidad un rol distinto. por la Reforma, o mejor, que aspira crear
Este es el tercer aspecto de la democracia la reforma, — pues que hablamos de la re­
universitaria. Aspiraba, pues, la Reforma a forma como ideal y no como hecho. El cuer­
la organización de una democracia funcio­ po de profesores de la vieja Universidad,
nal. Asi se destaca, pues, de inmediato, el recibía un don con la docencia, era un ob­
significado del Consejo Directivo en con­ sequio que sus amigos aristócratas le ha­
tra de la vieja academia. El Consejo Direc­ cían al regalarle una cátedra, que le permi­
tivo. cuya composición actual es viciosa por tía un mejor pasar y, sobre todo, su incor­
cuanto no consulta absolutamente el equili­ poración a una casta determinada. El cuer­
brio de los miembros que deben componerlo po docente a que aspira la Reforma Uni­
en representación de las tres fracciones a versitaria no puede estar constituido de em­
las cuales me he referido, no como fraccio­ pleados: la cátedra no es un empleo; la cá­
nes políticas, sino como organismos que tedra es una sagrada virtud que se consti­
funcionan dentro de la Universidad, que per­ tuye de fuerza, de acción y de empeño; es
siguen fines propios, el Consejo Directivo una virtud activa. El detenerse en la evolu­
es, hoy aún, imperfecto, la expresión de una ción significa ya estancarse. Por eso, por­
superación indiscutiblemente democrática que se pone la mira no en la constitución
del viejo tipo de academia cerrada, autoelec- de una casta, sino en la eficiencia cultural
tiva y absolutamente gobernante de toda de la casa; porque no se persigue el bienes­
la actividad universitaria. tar de ciertas personas, sino el bienestar de
Analicemos brevemente la función de ca­ la educación, por eso no interesa el profe­
da uno de estos tres grupos integrantes de sor como persona, sino que interesa el pro­
la Universidad, dentro de la Reforma Uni­ fesor en cuanto enseña y por lo que enseña^
versitaria. Por eso, lo primero que busca la Refor­
ma Universitaria es la selección del profe­
El alumnado sorado, la continua posibilidad de elimina­
ción del mal profesor o del rechazo del que
El alumnado, por primera vez, cobra je­ se presente sin aptitudes. La selección del
rarquía y exige, ante todo, que el alumno profesorado universitario es otra de las gran­
deje de ser el buen muchacho a quien hay des virtudes de la Reforma. Para ello es
que tutelar; debe ser el hombre que aspira necesario la organización de la docencia li­
a la formación de la propia personalidad bre y de la periodicidad de la cátedra. La
técnica y cultural, conocedora de sus de­ docencia libre debe ser una organización
rechos y, sobre todo, consciente de sus de­ que facilite la concurrencia a la Universi­
beres. Para eso, la formación cultural del dad de los elementos científicos calificados,
estudiante es una base ineludible para que de modo que, a la par de la enseñanza ofi­
pueda afirmarse que la Reforma, desde este cialmente impartida, pueda desarrollarse en
punto de vista, es sólo teórica. Antes que la casa de estudios un ciclo paralelo al cual
todo, la reforma es un esfuerzo individual los alumnos puedan asistir. Para ello es ne­
de perfeccionamiento, es una lección que cesario organizar para el docente libre, una
ct^ 2 cual deben dictarse a sí mismo, y los serie de garantías, de modo que desaparez­
estudiantes, — yo cuando lo era y los que ca plenamente el sistema, desgraciadamente
lo son hoy — deben plantearse los proble­ aún en vigencia, de concurrencia a las cla­
mas en primer lugar y hablar en primera ses de titulares ramplones, por espíritu, que
persona: ¿soy yo reformista? He aquí la pre_ no quiero nombrar, demasiado extendido en
gunta que tiene que hacerse cada uno de el alumnado.
nosotros. La periodicidad de la cátedra es otra ga­
Para dar poder y significación a estos ele­ rantía necesaria para la eficiencia de la en-

— 504 —
señanza. No interesa más el bienestar de to que insinué últimamente a los estudiantes.
cada profeson. La Universidad debe reser­ Es necesario absolutamente necesario, que
varse el derecho de eliminar al que no sirve. el alumnado se haga cargo de que la ense­
Y ese derecho, aún, debe poder estar en ñanza magistral nemotécnica y libresca ca­
situación de ejercerlo automáticamente, de rece en absoluto de importancia cultural en
acuerdo a cada período de estudio. No es un hombre cabal; es necesario que se sepa
éste un sistema automático de eliminación de una vez que el profesional, o mejor di­
de profesores. El profesor que está en paz cho el hombre culto, es fruto no de una
con Dios y con la ciencia no tiene porque actitud pasiva, de receptáculo de conoci­
temer a la caducidad periódica de su cáte­ mientos, sino de una virtud actúa: el tra­
dra. El sabrá rehabilitar su cátedra cada bajo es lo único que enseña en cualquier
vez que venza su período y no habrá quien orden de cosas. Y el estudiante que por su
discuta los titulos al profesor que sabe des­ cuenta y riesgo no trabaja investigando, con­
empeñarse enalteciendo la función de la en­ sultando las fuentes auténticas, haciendo lo
señanza. que hacen los profesores, los buenos profe­
sores, tampoco es un estudiante reformista.
G ra t u id a d
E n s e ñ a n z a a c tiv a
El Congreso de 1928 estableció un prin­
cipio que es fundamental: la enseñanza uni­ Hemos dicho que desde 1918 la orga­
versitaria debe ser totalmente gratuita. Esto nización de la enseñanza mal llamada prác­
no es más que una consecuencia del secreto tica, de la enseñanza de seminario, no es
pensamiento democrático que orientó a los nada más que la pretensión de establecer un
reformadores del año 18. Hemos de abolir régimen de enseñanza activa, en la cual el
la clásica separación entre el que debe ser alumno aprenda a formarse, formándose al
educado y el que no debe serlo. La Univer­ mismo tiempo por su propia acción, por la
sidad — y ésto no es lo que se trasunta propia iniciativa y consultando las fuentes
hoy, porque estamos lejos de haberlo alcan­ que debe consultar todo hombre de cien­
zado — debe colocarse en situación de po­ cia, no admitiendo como receptáculo pasivo
der impartir enseñanza al que tenga apti­ las lecciones que un profesor le propine,
tudes para ello. escuchando sin criterio, sin análisis, sin per­
mitirse jamás una oposición a la opinión
A s is t e n c ia lib r e oficial. Los alumnos que así no piensan
son los sirvientes de esos detestables apun­
' La asistencia libre es otro secreto de la tes tan en circulación en nuestro medio uni­
enseñanza universitaria, según las aspira­ versitario y que son el secreto de toda nu­
ciones reformistas. Ya hemos visto el co­ lidad.
rrelativo principio de la libre docencia; pe­ Pero, para no ser cansador, alejémonos
ro no hay libre docencia posible si el alum­ de estos pequeños detalles. No terminaría­
no no tiene la absoluta libertad de asistir mos nunca. Tocaremos puntos en los cua­
o no a un curso oficial. Su asistencia a un les hemos visto que la Universidad empie­
curso libre debe representar la adhesión a za a caminar; tal vez tocaríamos otro en los
las ideas de este profesor libre, el cual, cuan­ que la Universidad no piensa aún encarri­
do reúna un número de alumnos superior larse. Vayamos, pues, para evitarnos fati­
al del titular, demuestra acabadamente ma­ gas, a las grandes direcciones.
yor eficiencia docente, y debe reemplazarlo.
Para ello es necesario que el libre docente S u p e r a c ió n d e la en señ a n za té cn ica
se encuentre en situación de igualdad con
relación al titular, forme parte de los tribu­ En el Congreso Universitario del año 18,
nales calificadores y tenga las mismas pre­ Osvaldo Loudet, que fué su presidente, re­
rrogativas que aquél, salvo la indemnización cordando principios de un gran educacionis-
que tiene el titular por el tiempo empleado to español, hizo resaltar en forma admira­
en la enseñanza. ble v certera, que la Reforma Universitaria
aspiraba a un perfeccionamiento profundo
S e m in a r io s de la enseñanza. La vieja Universidad cui­
daba de la formación del técnica. En el me­
Uno de los puntos que son más objeto jor caso, en Buenos Aires, en La Plata
de discusión, en cuanto al fondo de la en­ — la nuestra .ya hemos visto que, incluso
señanza universitaria que ha perseguido la en éste, fracasaba — formaban técnicos a su
reforma, es el de la organización de los se­ manera. En el mejor caso instruía. La nue­
minarios, y es ésto algo en que con más va Universidad, aparte de instruir y formar
claridad se traduce la necesidad de hacer técnicos que estén, al día, incluso en su téc­
efectivos esos principios de automejoramien- nica, pretende educar que es algo más.

— 505 —
Aspiración cultural la encontramos, en primer lugar en Ingla­
terra El aristócrata de Oxford y de Cam­
Este solo programa enunciado por Os­ bridge descendió al sindicato obrero para
valdo Loudet, nos está demostrando que la explicar geografía y aritmética, creyéndose
aspiración de la Reforma Universitaria es­ que con ello llenaba las necesidades cultu­
tá en labrar la personalidad cultural, inte­ rales del pueblo. El pueblo se aburrió de
gral del educando, en permitir el libre des­ todas las enseñanzas y no aceptó esa aris­
arrollo de sus facultades más íntimas e in­ tocrática tutela de guante blanco que la aris­
tegrar la personalidad en forma concordan­ tocracia quería dispensarle como un favor.
te con la cultura del momento; es decir, que Estaba preocupado por otras necesidades.
la Reforma Universitaria no es más una as­ El tipo de extensión universitaria inglesa
piración a la formación de técnicos más o puede decirse definitivamente fracasado. Es
menos discretos en el manejo de la ley, en que el sistema envolvía una actitud preten­
el manejo del bisturí y del metro; la Re­ ciosa de la cultura: la cultura derramándose
forma Universitaria es una aspiración cul­ sobre la incultura y saliendo ante todo, tal
tural que pretende la formación de intelec­ vez, beneficiada, porque las enseñanzas del
tuales en el mejor sentido de la palabra; magister tendían a frenar, más bien, los ne­
es decir, conscientes, no sólo de sus valo­ cesidades que el pueblo experimentaba. Es
res intelectuales, sino de sus valores éticos, verdad que la aristocracia y el pueblo po­
y si se quiere más aún, conscientes de la pri­ dían darse la mano aunque entre ambas
macía de los valores éticos sobre los valo­ manos se interpusiese un guante.
res puramente intelectuales. Ese es un hom­
bre educado, ese es el hombre culto de la Extensión Universitaria Reformista
Reforma Universitaria, y en tal sentido la No es ese .el concepto de la extensión
Reforma Universitaria es, sobre todo, una universitaria que persigue la Reforma Uni­
orientación cultural. versitaria. La Universidad como centro de
En este aspecto de la Reforma Universi­ cultura, no puede más concebirse aislada
taria, encontramos el tercer elemento que de la vida de su cultura. Y al extender su
ha de vivificar a la Universidad del futuro. influencia, sea por sus egresados, sea por
Hemos hablado de la incorporación del cualquier otro medio, debe, sobre todo, apren­
alumnado como elemento integrante; he­ der y recibir la influencia, porque aquí, en este
mos hablado de la formación de conscrip­ sector de la extensión universitaria, hay que par­
ción de un profesorado consciente; vamos tir de la base de que la Universidad tie­
a hablar ahora de la relación de la Univer­ ne tanto que enseñar como que aprender.
sidad con el medio cultural en que vive, y La función de extensión universitaria, no
vamos a ver cómo en este tercer aspecto puede concebirse sino como el resultado
se esconde, tal vez, se oculta el significado de una acción de la Universidad y de una
más profundo y más valioso de la Reforma reacción del medio que permitan la conso­
Universitaria. Esto es lo que se ha llama­ nancia plena de los ideales de la cultura
do extensión universitaria. con los ideales de la colectividad. Persegui­
mos, pues, los reformistas, la creación de una
Extensión universitaria Universidad no rezagada, sino de una Uni­
versidad vidente, consciente, palpitante con
Como primer elemento para el ejercicio la actualidad, que sepa adecuar su vida cul­
de esta completa actividad que desde el 18 tural a las necesidades actualmente vigentes.
se señalara a los Institutos de alta cultura Este, es el punto que siempre ha sido la
para el cumplimiento de esta extensión uni­ piedra del escándalo en materia de reforma
versitaria, se ha excogitado un medio: la universitaria, Y vamos a anali?arlo con más
participación de los egresados en la vida detención.
de la Universidad; es el tercer elemento
que integra como célula el total organismo La Universidad guerrera y capitalista
universitario: estudiantes, profesores y egre­
sados. Es el secreto para conservar la Uni­ Los contrarios a este aspecto de la Re­
versidad polifurcando su influencia a los forma Universitaria olvidan una cosa que es
más dilatados territorios de la República y fundamental: ellos que desean que viva la
n^ra que reciba, al mismo tiempo, las no­ Universidad su vida de cultura, están pos­
ticias y las informaciones más dispersas, tulando, sin advertirlo, una Universidad, co­
como una antena que estuviese resonando mo aquella Universidad molusca de que he­
al captar las ondas que se le trasmiten de mos hablado; pero se equivocan: no es po­
todos los rincones de la República. Este se­ sible que viva Una Universidad así. En el
creto, sin embargo, no envuelve la total fondo esas universidades técnicas, cerradas,
organización de la Universidad en cuanto que parecen vivir desinteresadamente para
a la extensión universitaria,. la formación y el desarrollo de nuevos téc­
La práctica de la extensión universitaria nicos, no son tales. Estas Universidades hi­

— 506 —
pócritas, son las universidades que han su­ ción de principios; es una teoría como cual­
ministrado técnicos a la humanidad cuan­ quier otra. El valor vital de la Reforma
do se los ha pedido para destruirse; son Universitaria está en ser una orientación
las universidades que han hecho los inven­ cultural. En ese sentido, podemos hablar
tos de los grandes explosivos y las teorías solamente de sus luchas, de sus victorias
políticas para justificar la destrucción. Na­ y de sus derrotas; pero todas ellas jalonan
die se escandaliza que un autor de derecho en su camino una carrera incontenible. Y
internacional, un técnico universitario, jus­ nada más. — ( G r a n d e s a p l a u s o s ).
tifique la guerra y la injusticia; se escan­
dalizan solamente cuando un técnico dice S e ñ o r S a ú l G o n z á l e z . — El doctor Soler ini­
que la técnica debe ser una tecnificación, ció su notable conferencia de esta noche con
de la paz. En consecuencia, hay que ir al una pregunta que él denominaba inquietan­
contenido cultural del medio en que vi­ te: un joven adolescente — para citar sus
vimos y ésto no se puede afirmar como una palabras — le hacía esta pregunta: ¿qué
vaga fórmula. Es necesario extender el in­ es la Reforma Universitaria? Quizá, seño­
flujo de la calle en la Universidad. Es ne­ res, yo sea uno de esos jóvenes adolescentes
cesario tender la mirada al presente y de­ que le pudo haber preguntado al doctor So­
cir que contrariamente a la universidad ler qué es, la Reforma Universitaria. Y
guerrera y capitalista, queremos una Uni­ nuevamente, hoy como ayer, no obstante
versidad que esté inspirada en la paz y en su palabra autorizada me vuelvo a pregun­
la justicia. — (.P r o lo n g a d o s a p l a u s o s ). tar: ¿qué es la Reforma Universitaria?
No pretendo rectificar a mi distinguido
La nueva generación ex profesor de Derecho Penal doctor Soler.
Esta misión está reservada a la juventud. Quiero tan sólo esta noche, en pecas pa­
La juventud que ha vivido la guerra, — labras, que se me aclaren ciertas dudas, que
yo v la mayoría de los que me escuchan se desvanezcan ciertas sombras que existen
somos de esa generación — los que hemos en mi espíritu, ante las opiniones diversas,
vivido la guerra, no podemos menos que al­ ante los criterios distintos, sobre lo que
bergar un sentimiento que es poco juvenil: se entiende por Reforma Universitaria.
es el de rencor a la cultura que pudo darle No he encontrado en los diversos teoriza-
nacimiento. La juventud de hoy, que cons­ dores de la reforma, y en las opiniones dis­
tituye una nueva generación, es una nueva tintas de los compañeros, en las polémicas
generación distinta; no puede equipararse frecuentes de los claustros de la casa de
la juventud de hoy, después de la experien­ Trejo, una opinión uniforme sobre cuáles
cia que ha sufrido, con aquella juventud in­ son los principios proclamados por la Re­
experta. No soy yo sólo quien lo dice. Oíd forma Universitaria.
a Lindsey, citado por Asúa: ‘‘Antaño — Ayer nomás en los claustros de Trejo,
dice — la juventud apuntaba con un fusil 'conversando con mi distinguido amigo, ac­
de juguete —, era aquella juventud de que tual presidente de la Federación Universi­
yo hablé — pero hoy lo hace con un fusil taria, yo le manifestaba que la iniciativa por
de veras, cargado. No os hagáis ilusiones, parte de la Federación Universitaria, como
esta rebelión de la juventud actual es dis­ entidad máxima del estudiantado, de un
tinta de las otras; es la primera de su clase pedido de exámenes en julio, exámenes com­
y cuenta con medio para imponer su vo­ plementarios y transitorios, basándose en los
luntad”. Este es el sentido de que está hen­ postulados y en los principios de la refor­
chida la nueva generación, al perseguir los ma, no puede ni podía ser un principio pre­
ideales de paz y de justicia como base de gonado por la reforma; porque la Reforma
nuestra cultura de hoy y al afirmar que es Universitaria ha pretendido siempre la in­
solamente hombre culto el que persigue esos tensificación de los estudios, el mayor ba­
mismos ideales. La juventud de hoy ocupa gaje de cultura propia del alumno, y una
un lugar concreto dentro de la vida social.
ampliación de un examen más, durante un
¿Se ha realizado la Reforma? año, no puede significar intensificación de
estudios, y sí una mayor acumulación de
Después de ésto podrá preguntárseme, materias; recibirse más pronto, llenar más
como alguien me preguntara, si la Reforma rápidamente los programas, y, aunque pa­
Universitaria se ha realizado. ¿La Reforma rezca contradictorio, aprobar la materia aun­
Universitaria puede , tener alguna realiza­ que la materia no se sepa.
ción concreta? He dicho ya al principio que Y otro concepto distinto, señores: dicen
en cuanto a negación, por ejemplo, de los algunos profesores, profesores sin duda de
principios aristocráticos que organizaban la espíritu conservador, que el principio bási­
vieja Universidad, la Reforma Universitaria co que proclama la Reforma Universitaria,
ha triunfado; pero la Reforma Universita­ es el gobierno de la Universidad por los
ria no vale nada como dogma, como colec­ estudiantes, y justifican su criterio — este

— 507 —
criterio también es sustentado por algunos una juventud pesada de retórica, que no se
alumnos que se tildan de reformistas — que renovaba, porque todo estaba subvertido,
en todos los regímenes, en los regímenes que en el comercio, por ejemplo, todo era
representativos, por ejemplo, el gobierno deshonradez, todo era indignidad; que en
depende de la mayoría gobernante, los que política dominaba la verborragia vana; en
son más, de manera que aplicando este cri­ literatura, la grandilocuencia inútil, y en la
terio, es muy lógico que en la Universidad cátedra la pedantería. Yo no creo que ese
deban gobernar los estudiantes, porque son sea el problema de ahora, porque creo sin­
más. Aplican el criterio cuantitativo cuando ceramente que en el comercio puede haber
debía aplicarse en una entidad como la Uni­ personas honradas y que no todo ha de ser
versidad, un criterio de selección, de cali­ indignidad, con el concepto medioeval de
dad. Désele a los estudiantes representación, que el comercio es incompatible con la hon­
pero déseles la representación que les co­ radez. Y creo también que en política puede
rresponde. Pero, señores, cada vez que se haber honestos y bien intencionados, y en
ha pretendido una representación estudian­ literatura hombres de prestigio, de positi­
til, se ha opuesto la famosa Ley Avella­ vo valer. Pero no es ese el problema, seño­
neda, y esa ha sido la objeción más gran­ res. El doctor Soler, en su conferencia de
de a las representaciones estudiantiles. Y esta noche, ha mencionado o enumerado,
estos conceptos distintos son numerosos. mejor dicho, cuáles son los principios de la
Hace tres años más o menos, cursaba en­ reforma y nos ha hablado de la extensión
tonces el último curso del Colegio Nacio­ universitaria, nos ha hablado de la periodi­
nal, tuve un profesor muy prestigioso lite­ cidad de la cátedra, nos ha hablado tam­
rariamente, de reconocida y grande capa­ bién de lo docencia libre; pero eso es una
cidad intelectual, espíritu muy liberal y muy simple enumeración ejemplificadora, pero
amplio, abierto a todas las nobles suges­ no es limitativo. Creo que los problemas de
tiones espirituales: el Dr, Leopoldo Velaz- la reforma son muchos más. Y el proble­
co. En un artículo que titulaba “La Refor­ ma de la Reforma que no nos ha enunciado
ma Universitaria” fundaba la reforma en esta noche, es otro y esencial a mi modo de
el problema religioso, y decía que Córdo­ ver.
ba era la ciudad del clericalismo, porque
Córdoba era un lugar separado, un lugar El problema de la libertad
aparte, una hondonada. El problema de la reforma, el problema
Como en ese tiempo se rendía un home­ que se proclamó desde el año 18 hasta nues­
naje a Castro Barros y la juventud estudio­ tros días, es el problema — y ese es el prin­
sa se había adherido a ese homenaje, él pro­ cipio básico — de la libertad, y así se decía
testaba en nombre del principio reformista, en la proclama del año 18 dirigida a los
que la juventud se hubiera adherido, cuan­ hombres libres de América, que cada ver­
do Castro Barros, según sus palabras, era güenza que se fuera, era una libertad que
la personificación del obscurantismo y la nacía. Y por eso, señores, por la falta de
expresión más evidente de la intolerancia; libertad, casualmente, son los grandes pro­
es decir, que para el propio Velazco. aun­ blemas que agitan a \fi Universidad de
que no lo decía, pero se deducía de sus nuestros días. Por eso son estos choques
palabras, el problema universitario y los continuos, estos inconvenientes de cada mo­
principios reformistas tenían su base en el mento, esta falta de armonía entre profeso­
problema religioso, y la solución, tampoco res y alumnado. Por otra parte, ¿por qué
lo decía, pero se deducía, era la extirpa­ se trasuntan en dolores? Casualmente estas
ción de los miembros de la Iglesia y por la expresiones de los dolores de la Universi­
destrucción de la Iglesia se salvaban los dad de hoy son la falta de libertades, y ca­
principios reformistas, y entonces triunfaba da dolor que nace es una libertad menos,
la reforma. Y vean qué concepto distinto, una libertad que muere. Y éste es el pro­
señores. Yo creo francamente que el proble­ blema básico: el problema de la libertad.
ma religioso es uno, el problema político es Por eso yo digo, aplicando los principios
otro y el universitario otro, distinto y sepa­ del guerrero literato argentino, que así co­
rado del . problema religioso y del político. mo él decía que la libertad era el alma de
El problema universitario debe resolverse la Nación y la vida de los pueblos, así tam­
por sus propios resortejj, por su propio me­ bién trayendo este concepto, concretándolo
canismo, independientemente del uno y se­ a las entidades universitarias de hoy, yo po­
parado del otro. dría decir que la libertad es también la. vida
Hace alguno^ años — creo que fué el año de las entidades universitarias y el alma de
1919 — el doctor Deódoro Roca, en uno de las mismas. Ese es el problema básico, ese
sus discursos clausurando, creo, una asam­ es el principio esencial proclamado por la
blea de aquel entonces, decía que atravesá­
Reforma Universitaria desde el año 18 has­
bamos una época de decadentismo, que era ta nuestros días. Por eso también creo que

— 508 —
en toda reforma, y en toda Reforma Uni­ mo tiempo lo que todos ustedes han dicho,
versitaria que se plantee en la actualidad, y aún muchísimo más. Eso es un elefante.
debe haber y hay nomás, un poco de rebel­ Tendríamos que contestar así. Ño es mi pre­
día. Pero hay que entender la rebeldía que tensión dar una respuesta satisfactoria, y
estalla y debe haber en todo movimiento ojalá todos los, jóvenes hagan preguntas
universitario, no en un concepto primitivo por indiscretas que .parezcan* El deber del
sustentado, por ejemplo, por espíritus re­ joven es interrogar y llegará la hora en
tardatarios de una simple insurrección; no que se diga también que la Reforma Uni­
hay que entender la rebeldía tampoco en versitaria ha instituido este principio nuevo:
el concepto vulgar de un levantamiento en enseñar que no es ir a volcar la sabiduría ad­
masas; hay que entender la rebeldía en el quirida con paciencia y con insignificancia
concepto del pensador español Gregorio personal; enseñar es responder a las exigen­
Marañón, por ejemplo, de una sublevación, cias de la curiosidad ajena, y aprender es
si bien espiritual, al de un estado de cosas también tener úna curiosidad y buscar sa­
que no se ajusta a la realidad de los hechos. tisfacerla. Ojalá, pues, siempre se interro­
Por eso, porque las universidades de hoy gue qué es una Reforma Universitaria; y
no se ajustan ni están de acuerdo al ritmo ojalá siempre nos encontremos en la nece­
de las cosas, por eso es que debe haber sidad de contestar como el maestro a sus
en todo principio reformista y en todo le­ alumnos ciegos: es lo que estamos diciendo
vantamiento reformista, un poco de rebel­ y mucho más, porque la vida es eso, lo que
día, un poco de noble y sana rebeldía en el vemos en un instante y mucho más. Si
concepto de Gregorio Marañón. quisiéramos tener la pretensión de colocar­
Para terminar, señores, ya que el tiempo la en una mesa de laboratorio o gabinete
apremia, puedo decir que, mientras se vaya para hacer su examen, cometeríamos el gra­
plasmando este concepto de libertad bási­ vísimo error de creer que la vida es una
ca; mientras se vaya infiltrando en las uni­ cosa estática, vaga, absolutamente materia­
versidades argentinas y en los espíritus ju­ lizada, cuando es un eterno fluir que escapa
veniles este concepto de libertad, entonces a ese examen microscópico y fotográfico de
sí podemos esperar tranquilos las decisiones la inteligencia, que en un instante queda
de hoy, del presente, porque el porvenir nos paralizada en la contemplación.
corresponde por completo. — ( A p l a u s o s ) .
Hablemos con franqueza
La parábola del elefante
Ha hablado un profesor y un estudiante.
D r. Q a r lo s S á n ch ez — Cuenta
V ia m o n t e . Y perdónenme si hago la observación con
una parábola hindú que en cierta ocasión esta franqueza que tantos disgustos me ha
un maestro de una escuela de ciegos llevó a dado en la vida, de que ambos han hablado
sus alumnos a un jardín zoológico de Se­ ex cátedra* Los dos han hablado con serie­
ñares, y estando allí los ciegos se aproxi­ dad -y con solemnidad y, ojalá rompiese la
maron a un elefante que servía p^ra condu­ Reforma Universitaria para siempre esta
cir niños por los caminos del zoo, y lleva­ caparazón impermeable de que se rodea la sabi­
dos por esa curiosidad de que no podía duría para aislarse del mundo.
privarles la falta de visión, cada uno inten­ Es necesario que hablemos llanamente, con
tó enterarse de qué era un elefante. Y cada franqueza, más aún, imprudentemente y has­
uno palpó una parte del elefante. Lo hicie­ ta torpemente, si se quiere. Dejemos toda
ron meticulosa y concienzudamente. Al ca­ preocupación extraña cuando nos dirijamos
bo de un instante los reunió el maestro y a los espíritus y no únicamente al oído pa­
les preguntó: ¿Qué es un elefante? ra halagarlo con expresiones de corrección
Perdonadme que compare esa pregunta y de belleza. La Reforma es un movimiento
a la que se ha hecho aquí respecto a la tumultuoso, brusco, una sacudida de carác­
Reforma Universitaria. ter social profundo. No es posible preten­
Uno de los alumnos contestó: un elefante der limitarla a uno de esos aspectos. Siem­
es lina columna. Había tocado una pata del pre queremos — y ojalá no caigamos en el
elefante. Otro respondió: un elefante es un máximo error de decir del elefante que era
plumero. Había tocado la cola del elefante. sólo un plumero, porque no teníamos otra
Otro afirmp que el elefante era un tonel. cosa a nuestro alcance que su cola — , es ne­
Había tocado el vientre del elefante. Y no cesario comprender bien que la reforma fué
hay para qué seguir, porque se diversifica un movimiento tumultuoso, que tenía un
el concepto a medida que se hace más pro­ sentido. Eso es lo que debiera preocupar­
lijo y minucioso el examen. nos. El sentido no puede ser exclusivamen­
El maestro, entonces, que les llevaba la te el de la libertad, como se dijo hace un
ventaja de tener la visión de los ojos y del instante. Ese fué el problema de la Revolu­
espíritu, les respondió: Un elefante es lo ción de Mayo. No podemos retrotraer siglo
que cada uno de ustedes ha dicho, y al mis­ y pico nuestro problema. En lugar de mi­

— 509 —
rar hacia adelante vamos hacia atrás. No es versitaria una cosa vaga y abstracta; mien­
cierto que el, problema de la libertad sea tras esté en manos de los viejos profesores
concebido ni como una dificultad de expan­ es una cosa absolutamente inútil y, en todo
sión personal, ni como un problema jurídi­ caso, un instrumento de domesticación, por­
co en ciernes, y sea hoy la preocupación qué no decir la palabra, la Universidad ha
fundamental de nuestro movimiento univer­ sido un instrumento de domesticación y si­
sitario; en cambio sí creo que tenía más gue siéndolo.
razón aquel señor que también se colocó Los estudiantes se domestican con extra­
anacrónicamente muy lejos cuando dijo que ordinaria facilidad, y cuando yo oigo a esos
el problema religioso tenía atingencia con hombres maduros que protestan contra to­
la vida universitaria de Córdoba. A mi mo­ da esa juventud, menos contra sus hijos y
do de ver no acertó exactamente la expli­ sobrinos, pienso que lo que piden para ellos
cación del fenómeno, aunque puso el dedo es una domesticación absoluta. Siempre hay
en la llaga. El movimiento de la Univer­ el temor por las cosas nuevas y por la gen­
sidad de Córdoba tuvo origen en un máxi­ te joven, y trae como consecuencia un nú­
mo de sofocación dogmática y fué una re­ mero enorme de incapaces. Yo creo que la
volución por una ley física. Las rebeliones Universidad necesita la reforma que aún
son siempre proporcionales a las opresio­ no está hecha. El doctor Soler nos ha plan­
nes. El espíritu se rebela así con igual vio­ teado una cuestión de medios. Los proble­
lencia que se lo oprime, y es por eso que mas que él ha presentado, a mi entender
aquí dió su primer grito cuando luchó con­ muy bien presentados, por cierto, desde un
tra el fraile. El fraile, como dijo Sarmiento, punto de vista técnico y formal, se refieren
representa al que apaga la vela de la edu­ exclusivamente a uno de los grandes as­
cación. — A p l a u s o s . pectos de la Reforma Universitaria. Pero la
Perdónenme si les afirmo que hay que Reforma* Universitaria tiene dt>s grandes
hablar claro. La Reforma Universitaria im­ cuestiones planteadas: la de los medios y la
puso el deber a sus hombres de decir las de los fines. El doctor Soler se ha referido
cosas imprudentemente. Yo he pasado ya la únicamente a los medios. La extensióp uni­
edad de las imprudencias y sigo siendo im­ versitaria no es más que un medio; los fines
prudente, y tengo la mayor satisfacción de representan un problema de regular signi­
hablar como alumno, y hasta he dejado de ficación y que para tratarlo, desgraciada­
ser profesor. Soy consejero en una Faqpltad mente, se necesitan más de tres minutos y
de Derecho de Buenos Aires y tengo el má­ medio, pero de cualquier manera que sea,
ximo placer y el máximo orgullo de hablar les diré que el problema fundamental a que
como un alumno frente a viejos profesores debe aspirar la Universidad actual, no pue­
que nos quieren dar todavía una ciencia de ser el de que cada alumno sepa su ma­
jurídica que se vende por siete pesos en teria únicamente, porque eso hacen los alum­
una colección de códigos. Yo creo que el nos sobresalientes, de medalla de oro. Siem­
problema universitario es un problema’ so­ pre hemos estado en contra de esas meda­
cial vuelvo a repetirlo. No es posible con­ llas de oro que parecen especialmente des­
templarlo como la materia de perfecciona: tinadas a condecorar la mediocridad. Al
miento individual de la juventud, como lo alumno excelente en todas las materias, y
presentaba el doctor Soler, que si bien te­ que luego es un pobre hombre, la sociedad
nía razón como punto de partida, porque la no le debe absolutamente nada.
reforma de cada parte implicaría la reforma
del todo; en cambio es un movimiento co­ La justicia social
lectivo orgánico que constituye en realidad El problema de la cultura es ante todo un
la marcha de una idea y de tina tenden­ problema de fines, mucho más que un pro­
cia, representada no por individualidades, blema de medios, y por encima de todo,, co­
sino por generaciones y aparecería ella en mo una aguja imantada que señala un polo
conflicto, en conflicto de la personalidad in­ fijo y permanente, está el de la justicia
dividual de cada alumno de esta época con social.; no hay otro problema más impor­
la marcha de una tendencia que representa tante, podría afirmar que dentro de todo
corporativamente, puede decirse, una gene­ este movimiento universitario palpita la ne­
ración histórica cesidad de una transformación jurídico-so-
cial, que no puede lograrse, y no puede lo­
La extem ión universitaria grarse en este caso especialmente por la
Faltan cinco minutos, quiere decir que ciencia que es aprovechada. En la medici­
hay muy poco tiempo para exponer mis na, por ejemplo, el enfermo busca y obtiene
ideas. La extensión universitaria es otro cura. El que cura al enfermo logra al mis­
punto que interesa tanto, que podría hablar mo tiempo realizar una obra útil y lo cura
largamente. el que más sabe. En materia jurídica el en­
Se pretende hacer de la extensión uni­ fermo es la sociedad. Hay una dificultad in­

510
mensa en el avance de esta ciencia, que se D o c t o r M a r i c o n d e . — . . . y después de seña­
refiere a la sociedad y a sus hondos e ín­ lar la cola del elefante, señaló todo el ele­
timos problemas, hay una resistencia enor­ fante, asignando a la Reforma Universita­
me que no existe para los demás. Todos ria como contenido ideológico el de la jus­
los demás tecnicismos tienen vía libre; el ticia social.
tecnicismo de la justicia social no lo tiene Y bien, señores; yo debo decir lo que ha
aún, pues habría que abrir brecha, porque dicho un educacionista distinguido, días pa­
no puede haber otro problema más impor­ sados, hablando en la Facultad de Ciencias
tante dentro de ese sentido solidario de la Económicas, el profesor Llopis, espíritu jo­
vida que es nuestra, que es nuestra gene­ ven y de amplios horizontes, hombre de la
ración, que no le basta con destruir una nueva generación, que cuando oí al doctor
organización aristocrática, sino que quiere Soler sabía lo que era la Reforma Univer­
que la sociedad sea un conjunto orgánico sitaria; pero, después de escuchar al doc­
que viva con la armonía de todos sus miem­ tor Sánchez Viamonte, no sé lo que es esa
bros y que funcione en la integridad total reforma.
de su vida y. de su existencia. A eso que­ Escúchenme con paciencia, señores; yo he
remos llegar; por eso hemos dicho verda­ de intentar explicar qué es la R.eforma Uni­
des duras, por eso nuestra rebeldía ha sido versitaria
exagerada y por eso hemos abandonado to­ El doctor Soler ha historiado fielmente el
da prudencia. Decía. Sarmiento que la mo­ movimiento reformista del año 18, — por­
deración no es otra cosa que la indiferen­ qué no decirlo — ha sido un verdadero ar­
cia por el triunfo de las propias ideas, y quitecto al diseñar el estado de cosas exis­
no se concibe que en la lucha un hombre sea tentes el año 18, y también, con la misma
indiferente. El que tiene una moderación ordenación nos ha trazado toda la ideología,
completa es un domesticado; por eso yo re­ o toda la estructura, diré asi. de la nueva
comiendo siempre a los jóvenes que no mo­ Universidad concebida por el movimiento
deren sus impulsos espirituales, no solamen­ reformista. Pero el doctor Soler ha trun­
te los intelectuales. En el problema de la cado su exposición; al doctor Soler le fal­
reforma, el intelectual es un frío ser que taba decir: ¿Se ha realizado la Reforma
busca en este instrumento absolutamente Universitaria? ¿En qué medida se ha reali­
exento de toda finalidad práctica, como el zado? ¿Por qué es que la Reforma Univer­
mismo doctor Soler lo ha reconocido, la sa­ sitaria, o mejor dicho, la realidad actual uni­
tisfacción de su propia vanidad y egoísmo. versitaria está por debajo del ideal refor­
El problema social no quiere solamente téc­ mista revolucionario?
nicos, quiere que el tecnicismo, que la cien­
cia, en realidad, se ponga al servicio de la La Universidad y la vida nacional
cultura y la cultura no tiene ningún sentido
más hondo y permanente que éste de la jus­ Sí, señores. La Reforma Universitaria es
ticia social. — ( G r a n d e s a p l a u s o s ). la cola del elefante; es decir, es un aspecto
de la vida nacional. Muy bien lo ha señala­
D o c t o r P a b l o M a r ic o n d e . — Después de es­ do el doctor Soler. La vida universitaria no
cuchar al doctor Sánchez Viamonte el úl­ es sino una de las facetas del gran poliedro
timo de los oradores escuchados, declaro nacional. Y así como en la vida política del
que ya no sé lo que es la Reforma Univer­ país dominaba úna burocracia aristocrática
sitaria. — R is a s . y oligárquica, también la Universidad no
Cuando habló el doctor Soler comprendí podía sustraerse a esta ley del todo, por­
o comprendía lo que era la Reforma Univer­ que formaba parte del elefante, de ser tam­
sitaria y coincidíamos en casi todos sus bién aristocrática y oligárquica y Universi­
puntos de vista. Cuando habló el estudiante dad de clase. Este es el sentido del proble­
González, señaló uno de sus aspectos, a su ma, señores. La vida universitaria es un
modo de ver: la pata del elefante. El doctor aspectos de la vida nacional. Los mismos fe­
Sánchez Viamonte ha incurrido en doble nómenos, los mismos matices que se obser­
vicio: también señaló no la pata sino la van en la vida política, se observan en la
col?. cTel elefante, al radicar todo el proble­ vid? universitaria. ¿Por qué? Porque la vida
universitaria, porque la Universidad, es un
ma de la reforma en la influencia del fac­
tor religioso... instrumento, es una creación del medio social
y es un instrumento que sirve al estado so­
D o c t o r S á n c h e z V ia m o n t e . — No, no... Fal­
ta a la verdad; yo no he dicho eso cial de la hora. Es por esto, señores, que
D i r e c t o r d e l d e b a te d o c t o r A h u m a d a. —
con este fin político-social la Universidad
Hemos convenido que para escucharnos de­ ha de servir de instrumento político-social
bemos dejar para después las interrupcio­ ?. la sociedad de la que ha nacido. ¿Y cuál
nes. Yo les ruego la mayor disciplina. El es su expresión? La justicia social no pue­
que tenga algo que decir puede solicitar la de ser contenido de la Reforma Universi­
palabra cuando termine el orador. taria, aunque la Reforma Universitaria, es­

— 511 —
cuchadlo bien, aunque la Universidad sea un cracia de la masa, es la democracia del nú­
instrumento para los fines de justicia social. mero, es la democracia de la cantidad, que
La justicia social... — U n s ilb id o i n t e r r u m ­ es el estado necesario y previo a a q u e l l a
p e al ora d o r. otra democracia de la calidad a que aspira
— Bienvenido sea el
D o c t o r M a r ic o n d e . la Reforma Universitaria. Su alumnado, se­
silbido. El que asiste a este acto viene a ñores, es la expresión de la masa popular,
una reunión de cultura, y con esa actitud del medio social ideológico, amorfo, indis­
ha demostrado que no puede estar entre tinto. Todavía no se ha operado ese proceso
nosotros. — ¡ M u y b i e n ! ¡ M u y b i e n ! A p l a u ­ de selecció-n. Sus profesores padecen del
sos. mismo mal, su organización de gobierno y
Justicia social, sí señores; y eso que en pedagógica todavía no es, diré, adecuada pa­
la vieja LTniversidad era un instrumento de ra realizar aquella Universidad que conci­
justicia de clase sea en la Universidad que bió la reforma: esa Universidad de demo­
aspira a la reforma, un instrumento de jus­ cracia de calidad.
ticia social. Hagamos un paralglo para demostrar esta
Pero también es un instrumento de jus­ tesis: la democracia que ha inaugurado el
ticia social el gobierno. El gobierno que im­ Partido Radical, no es la democracia de la
peraba en la época de la vieja Universidad calidad, no puede serlo todavía. La demo­
era un gobierno de clase, de una burocracia cracia que caracterizó, diré así, a los gobier­
aristocrática y. por lo tanto, la justicia so­ nos llamados del Régimen, 0 ) era de aristo­
cial a que él sirvió era de justicia de clase- cracia, era de clase aristocrática, seleccionan­
Hoy, señores, el radicalismo, como lo ha do, jerarquizando sus valores con sentido de
dicho el doctor Soler, no obstante su estado solidaridad de clase. La democracia que ha
más o menos caótico, aspira también a ha­ traído el Partido Radical es la del pueblo.
cer del gobierno un instrumento de justicia Todavía no se ha operado en ella el proceso
social de selección, todavía es la masa amorfa, in­
distinta. El proceso de selección, el proceso
La Reforma se ha realizado de querarquización, es un proceso natural
Pero, — y aqui viene mi réplica al doctor que vendrá con el tiempo, para salvar una
Soler, más que réplica mi observación — etapa previa a aquella otra democracia de
¿por qué no nos ha dicho en qué medida la calidad.
se ha realizado la Reforma Universitaria, Como hay factores negativos que retar­
y por qué la realidad universitaria actual dan el advenimiento de este nuevo estadio,
está por debajo del ideal revolucionario de lo mismo ocurre en la vida de la Universi­
la reforma? La Universidad ha cambiado de dad: hay factores negativos que retardan
fin en este sentido; ya no es la Universidad la realización del ideal reformista; pero él
destinada al servicio de una clase determi­ vendrá, estamos en camino poco a poco; len­
nada de la sociedad. Tampoco es un instru­ tamente se irá operando este proceso de se­
mento de cultura de clase. La Universidad lección, de querarquización, y, entonces, de
ha abierto sus puertas a la vida que ha esta democracia universitariá de la masía
irrumpido en ella: es la Universidad de to­ iremos necesariamente a la democracia uni­
dos. Se ha democratizado algo. El doctor versitaria de la calidad.
Soler ha dicho: se ha democratizado; la Uni­ Y bien, señores; para terminar, voy a
versidad hoy es para todos. Pero, ¿por qué recordar las palabras del profesor Llopis,
la Universidad actual no ha realizado ínte­ en su conferencia de la Facultad de Cien­
gramente el ideal revolucionario que aspi­ cias Económicas de Buenos Aires, al hablar
raba la Reforma, es decir, por qué no ha del proceso de la Reforma Universitaria:
realizado esa organización universitaria que “ Nuestra Universidad se caracteriza, seño­
diseñaba el Dr, Soler como la adecuada pa­ res, por un doble fenómeno: en primer lu­
ra que esta organización pueda servir de gar, no ha hecho entrar todavía en el medio
instrumento de justicia social; es decir, que social toda la influencia que ella debe irra­
la Universidad pueda ir hasta el seno de la diar, es decir, llevando la cultura al seno
sociedad y hacer sentir su influencia, rea­ de las masas populares y., viceversarla vida
lizando ese fin de política social y, a su de afuera se ha infiltrado en la Universi­
vez, viva la vida exterior dad, llevando todas las malas artes de la
v Democracia cuantitativa calle.’’
Para terminar, señores, diré que la reali­
Y bien, señores: en mi concepto, la Uni­ dad universitaria está todavía por debajo del
versidad actual no ha podido aún realizar ideal universitario, del ideal revolucionario,
y satisfacer el ideal reformista, porque la y, así. por una ley del ritmo histórico, jamás
democracia universitaria actual es la demo­ una idea se realiza íntegramente; siempre

( 1 ) N om bre que d ió Y rig o y e n , al sistem a de la o lig a r q u ía a rg en tin a .

— 512 —
la realidad está por debajo de ella. — {P r o ­ observo que el Decano de la Facultad de
lo n g a d o s a p l a u s o s ) . Derecho ha concluido por reconocer que la
D o c t o r S á n c h e z V ia m o n t e . — D e c l a r o que
Universidad, la Reforma Universitaria, tie­
yo sabía muy bien antes de ocupar esta tribu­ ne por último sentido, el de la justicia so­
na cuáles eran los inconvenientes humani­ cial. Después de haberse burlado de esta co­
zados, los obstáculos materiales y morales la, que equivocó probablemente de sitio por­
que obstruían el paso de la Reforma Uni­ que la puso sobre los ojos. ( R i s a s ) , ha lle­
versitaria; pero si se me preguntara ahora gado a convenir en que la justicia social es
cuáles son, les diría que ellos están perso­ el ú l t i m o y, más trascendental problema a
nificados en el señor que acaba de hablar. — resolver, porque polariza por su poderoso
( A p l a u s o s d e u n a p a r te d e la c o n c u r r e n c i a ) .
vigor sugestivo a todos los otros problemas.
La única diferencia, — y voy a terminar —,
He preguntado quién era ese señor y se porque no quiero ser piedra de escándalo,
me ha dicho que es el Decano de la Fa­ — la única diferencia que existe entre las
cultad de Derecho. concepciones desarrolladas por el doctor
D i r e c t o r d e l d e b a te d o c t o r A h u m a d a . — Le Mariconde y el que habla, consiste en con­
ruego al doctor Sánchez Viamonte trate de evi­ siderar que el problema social puede ser no
tar conflictos personales. resuelto, pero sí facilitado en su solución,
D o c t o r S a n c h e z V ia m o n t e . — C u a n d o he por la obra cíe la Universidad, y él cree que
hablado de escollos materiales y morales, me debe dejarse todo librado a la panacea del
he referido a ideas y pensamientos, y no a Partido Radical.
personas Se ha equivocado el doctor Ahu­ Yo no voy a entrar en el debate político,
mada si cree que puede darme lecciones en que no debiera traerse a este sitio-. Por otra
materia de educación intelectual. — A p la u s o s . parte, observo que el doctor Mariconde ha
Prefiero no seguir hablando... — ¡ Q u é h a ­ leído con mucho provecho mis artículos pu­
b l e ! ¡Q u é h a b le! ¡Q u é h a b le! blicados en “El País”.
En cuanto al problema en sí mismo de la
D i r e c t o r d e l d e b a te d o c t o r A h u m a d a . —
Reforrna Universitaria debe resolverse, me­
No vamos a entendernos en esta forma si jor dicho, está en encontrarle solución inme­
no se observa un poco de orden y disci­ diata. Podrán los que hagan luego la histo­
plina. .. ria d? este gran movimiento, que apenas en­
D o c t o r S á n c h e z V ia m o n t e . — No podré se­ trará a madurar cuando el país se libre de
guir hablando si no se restablece el orden y este estado caótico y absurdo que vivimos,
la disciplina, si no hay un poco de paz y de en el que buena parte podría corresponder,
tranauilidad. Les ruego, entonces, que escu­ y en todo caso a una organización buro­
chen tranquilos. Voy a decir muy pocas pa­ crática, hoy tan calamitosa como antes, es­
labras y me voy a retirar. tudiarlo debidamente. No hago diferencia
Probablemente tendría oportunidad de ha­ entre gobiernos del régimen y gobiernos
blar en otra forma y en otro sentido, si se radicales, únicamente que los primeros son
quiere, menos calurosa, pero yo creo que la más técnicos.
Reforma Universitaria es, ante todo, calor Aspiro a que la Universidad del tipo de
espiritual y entusiasmo. Yo no creo que la hombres nuevos, no del Régimen ni del Par­
cultura consista, precisamente, en no silbar. tido Radical, llegue a dejar esa política la­
No hay que confundir urbanidad con cultu­ mentable que ya no puede tener defenso­
ra, y si queremos para la Universidad una res, sino en los hombres que al mismo tiem­
cultura formal, que c o n s is t a en t e n e r los po defienden a este reducto mental del si­
labios cerrados, de no silbar, únicamente glo anterior, que es la bastilla que debe
veo que, en realidad, es esa una posición interesar para quebrar de una vez por to­
negativa que no interesa. El sentido de la das esta maraña de prejuicios y de dogmas.
cultura es otro, y cuando he hablado del Habría que hablar mucho sobre eso, pero
punto de partida, de arranque, del movi­ no es posible que con el tiempo tan limi­
miento universitario en Córdoba, señalé una tado, que viene a ser como una escopeta de
circunstancia histórica y de ningún modo dos "caños dirigida hacia el orador, pueda
he auerido — y lamento mucho que la oca­ hacerse una disertación extensa y fundada
sión de haber encontrado en mis palabras un sobre el tema. Sería interesante el debate.
sentido que, en realidad no tienen, utilizán­ No tendría inconveniente en aceptarlo, ,pero
dolas para hacer un juego más o menos ar­ con un poco más de quince minutos de
tero de intelectual, a fin de presentarme co­ tiempo. De modo que diré como algunos
mo un, individuo desconocedor de los pro­ pugilistas: acepto el desafío y estoy dis­
blemas que se plantean para convertirlo, en puesto a entrar en él en cualquier momento
definitiva, como contrario al fraile. que se presente, y vamos a hablar sobre el
Declaro que no puedo aceptar eso, que tema, llana y sencillamente, sin solemnidad
yo no he dicho eso, he hablado del sentido sin desviaciones políticas, y ojalá entremos
de la Reforma Universitaria, y ese no sería a este recinto y el futuro nos_ depare una
más que el punto de partida. Por otra parte vida política infinitamente más noble y

33
— 513 “
más limpia que la que hasta ahora tenernos, tribuna de la prensa!; yo también como Vd.
de una vida universitaria, en donde cada pro­ soy hijo de la nueva democracia y algo más:
fesor haya llegado a ser un maestro, y don­ ostento un mayor título que Vd., porque soy
de cada alumno sea discípulo de una idea hijo de mis propias obras! — A p l a u s o s .
y de una tendencia, y no un aspirante a Doctor Sánchez Viamonte: no monopoli­
burócrata, dispuesto a integrar esa cultura zo la ciencia ni la capacidad intelectual,
formal y domesticada que se le suministra opongo a su ciencia otra ciencia, a sus co­
por la primera pitanza que se le ofrezca. nocimientos otros conocimientos, y a su ca­
D o c t o r P a b l o M a r i c o n d e . — No es de caba­ pacidad, otra capacidad. — A p l a u s o s .
llero abandonar la palestra intelectual cuan­ Dijo, doctor Sánchez Viamonte, que con
do se ha retado a un debate de esta natu­ mi presencia en esta tribuna se explica aho­
raleza. — ( A p l a u s o s ) . ra cuáles son los factores que han hecho
Frente a las ideas de los que me han su­ que el ideal reformista revolucionario esté
cedido en el uso de la palabra había opuesto todavía por debajo de la realidad universi­
otras Nada importa, pero colocándome en taria,
un terreno impersonal de crítica puramente quieroque no se ha realizado todavia. No
tomarlo como agravio, porque no
a las ideas expuestas, ¿a qué venia esto del bastaría que él quisiera agraviarme para
titulo de Decano si no es esa la cuestión en que me agraviara.
juego?... Tanto mejor, señores. El hecho
de que el Decano de la Facultad de Dere­ Yo he sostenido — y no ha de ser segu­
cho esté en este recinto participando de este ramente Vd. quién lo replique con éxito —
debate, está demostrándole que es un hom­ que la realidad universitaria está por debajo
bre de la nueva democracia universitaria. — del ideal universitario reformista; porque
A p la u so s . todos estos factores negativos y, sobre to­
Debo decir, entonces, que la cola está en do, por la ley del ritmo histórico, la natura­
los ojos, esta vez, del elefante. El doctor Sán­ leza no marcha a saltos, hay que ir por eta­
chez Viamonte no ha reparado en esa cir­ pas. Hoy nosotros vivimos, señores, uno de
cunstancia que dice mucho, señores, del es­ los estadios de la democracia universitaria
píritu que anima a este hombre y de sus anterior e inferior a aquella a que aspira la
sentimientos de democracia. Yo no he atri­ Reforma Universitaria; y así como en el or­
buido al doctor Sánchez Viamonte que el fac­ den político, en el orden económico y en
tor religioso sea todo el contenido de la Re­ el orden social se vive un momento histó­
forma Universitaria. El ha señalado la in­ rico determinado, también en la vida de la
fluencia del fraile como influencia decisiva Universidad se vive ese mismo momento
en la organización de la vieja Universidad, histórico, pero ya no es sino una de las fa­
y yo le digo que no, porque la vieja Univer­ cetas del gran poliedro de los nuevos tiem­
sidad es un aspecto de la vida nacional, es pos, que se presenta a esta tribuna como
una expresión del momento histórico que abanderado del ideal de justicia social, nos
vivió el pais en aquel entonces; que el fac­ habla de la reforma, de la ordenación jurí­
tor religioso, como el factor social, como el dica como el secreto para realizar la justi­
factor político y hasta como el factor eco­ cia social. No, señores. Antes es necesario
nómico influyeron en aquella organización. modificar la estructura económica de la
Yo se bien que el doctor Soler piensa, (cuan­ Universidad; antes es necesario modificar,
do trazaba en forma magistral la estructu­ señores, el reparto de la riqueza, la distri­
ra de la vieja Universida.d, pero, en cam­ bución y las relaciones entre el capital y el
bio, el doctor Sánchez Viamonte lo ha di­ trabajo. — ¡M u y bien ! A plausos.
cho — y en eso no me va a rectificar —) Ahí está, señores, la raíz verdadera del
que el fin de la Universidad era la justi­ nuevo estado social a que todos aspiramos;
cia social, y yo le digo que no es exacto. ahí está, diré así, el modelo de aquella nue­
Ea Universidad puede servir de instrumento va sociedad a que todos nosotros aspira­
a la justicia social, pero no es ese el fin mos como un ideal más o menos cercano y
de la Universidad. realizable, pero una vez que esta propie­
Bien; cuando he venido a este debate, se­ dad individualista con sus atributos de ex­
ñores, he venido no solamente libre de pre­ clusivismo, de privilegio y de egoísmo am­
juicios, he venido sin jactancias, sabiendo plíe sus horizontes y realice ese fin social,
de tue yo no soy depositario único de la de dar a cada uno lo que es suyo, hacer un
ciencia ni de la capacidad intelectual, que reparto más equitativo de la riqueza, en una
yo no soy quien monopoliza eso. Pero el palabra, haciendo la distribución más equi­
doctor Sánchez Viamonte, que se titula ex­ tativa. y justa, se realizará, señores, la jus­
ponente de la nueva Universidad llega a ticia social en los otros aspectos de la vida.
preguntarme o a decirme si he leido sus —A plau sos.
artículos de “ El País” ! Doctor Sánchez D ire cto r d el debate dodtor A hum ada. —-
Viamonte yo también como Vd. tengo las Tiene la palabra el doctor Soler, a quien
mismas ideas que puedo exponerlas en la se la concedo en mérito de ser relator ofi-

— 514 —
cial yL por lo tanto, tiene el derecho de re­ pulares y que recibe el influjo de toda idea,
plicar cuando lo crea conveniente. elaborándola en su contenido y formas. En
D o c t o r S e b a s tiá n S o l e r . — Ningilna de mis primer lugar, no voy a utilizar alusiones,
afirmaciones ha sido contestada esta noche, no voy a utilizar tampoco apólogos de pro­
y afortunadamente, hay taquígrafos. verbios hindúes, ni voy a utilizar personalis­
Solamente se me ha imputado un defecto mos de ninguna naturaleza, sino que voy a
formal, del cual puedo tener la culpa: se me exponer mis puntos de vista particulares al
ha dicho que he hablado ex-cátedra. Yo ad­ respecto. La crisis universitaria que actual­
vierto al que tal imputación me ha hecho, mente impera no es ni más ni menos que
que todos los que hemos pertenecido a la una detención en la segunda etapa del ca­
generación universitaria de 1918, hemos mino, presentado aqui por la brillante ex­
aprendido mucho a perder la línea en las posición del doctor Soler. El doctor Soler
calles y en la barricadas. — ¡ M u y b i e n ! A p l a u ­ ha hecho desfilar lg Universidad, mejor di­
sos. cho, las etapas del camino; trazó toda la
El doctor Sánchez Viamonte necesitaba cultura medioeval aristocrática, que yo ca­
otro discurso que el que he hecho para que lifico mejor de aristológica. Lo ha hecho
sus réplicas fuesen verdades. He afirmado que deteniéndose un instante para estudiarla en
yo he distinguido solamente el aspecto de todas sus características, en la situación ac­
la importancia en la formación técnica del tual de movimiento de Universidad demo­
alumnado, y eso no es exacto. He afirmado crática. Y ha proyectado como una radia­
que la Universidad de la reforma tenía sim­ ción sobre todos nosotros las perspectivas
plemente nuevos fines que no son los fines luminosas de una nueva cultura sobre la
de la vieja Universidad, y repetiré lo que Universidad.
dije al que se permitió la réplica: que la vie­ ¿Puede una Universidad ser democrática?
ja Universidad, no de Córdoba, sino del mun­ Creo que la Universidad lleva intrínseca­
do entero era lo que, hipócritamente, bajo mente el sentido de lo universal, la pala­
la capa de una técnica sospechosa, había fa­ bra misma lo dice. No puede ser ni demo­
cilitado y desarrollado la guerra, el capita­ crática ni puede ser aristocrática; no puede
lismo y el imperialismo. He dicho que el ser monárquica, ni puede tener ninguna
probjema cultural de la nueva Universidad particularidad política. La Universidad debe
era crear la Universidad de la Cultura, de tener una tendencia hacia la libertad, debe
la Paz y de la Justicia. Y lo repito, .para recoger dentro de si misma todas las in­
que no haya ninguna duda, ningún equívoco fluencias, todas las corrientes de las dis­
en mis palabras, que en ese sentido nadie, tintas ideas que se van elaborando ya en el
ni él ni nadie me va a rectificar. Podrán aspecto individual, como en el aspecto co­
■sostener criterio contrario, pero no supo­ lectivo. De manera que el individuo entra
ner algo que yo no he afirmado, y nada en la colectividad para perfeccionar a la co­
más. Esto con respecto al doctor Sánchez lectividad y desarrollar el esfuerzo del in­
Vianjonta. En cuanto a un punto mucho me­ dividuo dentro de su seno. Con este pro­
nos importante que tocó el doctor Mari- blema por delante la crisis universitaria ac­
conde, a quien le a g r a d e z c o sus palabras, tual adquiere sus características más agu­
das, puesto que ella no es sino el reflejo de
debo decir que yo no he afirmado la coinci­
una corriente electoralista. Bien se ha dicho
dencia de los_fines de la Reforma Universi­
aquí por el Decano de Facultad de Dere­
taria con los fines del radicalismo; me he
cho que la Universidad es un aspecto del
limitado a decir que el primer impulso anti­ poliedro social. Y si nosotros consideramos
aristocrático de la Reforma Universitaria la Universidad como un reflejo de la vida
encontraba en el radicalismo amorfo, caóti­ actual, no podemos negar que en el movi­
co, pero anti-aristocrático, un terreno pro­ miento actual en que nos encontramos sa­
picio. cudidos de todos lados por el vicio poli-
El radicalismo, como toda política con­ tico, por la función electoralista, por el afán
servadora, le tiene que negar y le ha ne­ de adquisición de mayores poderes intelec­
gado camino, paso libre, cuando la Reforma tuales, de jerarquía de clases, la Universi­
Universitaria ha exigido lo que debe exigir. dad no se ha podido desligar de esa in­
Nada más. — A p l a u s o s . fluencia. Y es así que el Consejo Universi­
S e ñ o r R o q u e . — Se ha afirmado mu c h a s tario de Buenos Aires que tiene como con­
veces que nunca terceras partes fueron bue­ sejero al doctor Sánchez Viamonte, ha es­
nas. Yo voy a oficiar aquí de tercera parte tablecido recientemente que la relación no
y cometeré, quizá, el riesgo de ser más im­ puede considerarse ya de profesor con alum­
prudente que ninguno. Creo que tengo el no, sino debe considerarse esta relación en­
derecho de ser más imprudente que ningu­ tre el profesor y el Consejo Universitario,
no, puesto que, si bien he actuado en el mo­ en el sentido de sometimiento y de discipli­
vimiento revolucionario del 18, hoy no soy na, considerando al profesor como un ele­
estudiante ni profesor, soy un hombre que mento a sueldo de la Universidad y, al mis­
está en contacto con los movimientos po­ mo tiempo, sometido a los distintos influ-

- 515 —
jos de la política en el desplazamiento de ma social. No se podría casi decir que es
profesores en lugar de tener en cuenta su su misma esencia. La obligación de la en­
capacidad de cultura, y tegiendo solamente señanza universitaria, se dice que tiende a
en cuenta los intereses egoístas del partido la democratización,
político que se encuentra en un determinado ¿Y acaso consigue la democratización?
momento en el poder. ¿Acaso con la democratización, el hombre
que tiene una vocación, que tiene un deseo
La unidad del proceso educativo de aprender puede llegar hasta la Univer­
sidad a aprender? Hay que tener en cuenta
Yo concibo — y lástima es que no tenga las privaciones de orden económico, hay que
mucho tiempo para desarrollarlo — el mo- tener en cuenta las pretensiones de jerar­
viniienío de la Reforma Universitaria, no quía intelectual, que los sostenedores del
t>or el aspecto estático, sino únicamente por ideal universitario quieren mantener en pie,
el aspecto dinámico, es decir el aspecto fu­ hay que tener en cuenta muchísimos as­
turo trabajando en el presente el dinamis­ pectos del problema. Creo yo que en los
mo del hombre que tiene una concepción momentos actuales, en que los aspectos so­
revolucionaria en todos los problemas. Ha­ ciales individuales tratan de conmover al
blaré mucho con respecto de algo que está mundo, tratan de unificar todos los proble­
discutida. El aspecto de la Reforma Uni­ mas, el educacional, el social y el econó­
versitaria no debe desligarse del proceso mico, creo yo que la Universidad debe
educacional en sí: creo que deben los es­ abrir bien ¡as puertas a todas estas cuestio­
tudiantes, los profesores, en general todos nes, debe abrir bien las puertas, porque sino
los'hombres cultos, no en el sentido de ur­ los problemas sociales entrarán por los es­
banidad, sino en el sentido del desarrollo condrijos, entrarán por las barricadas, pe­
del ser, que interpreta la moderna cultura de netrarán por cualquier rendija de la Uni­
la filosofía alemana; en el sentido del des­ versidad y será muchísimo peor porque se
producirá en la Universidad lo que vatici­
arrollo biológico del individuo, de la ten­
naba Nicolai, el gran sabio alemán deste­
dencia a la adquisición de nuevos elementos rrado de Córdoba: Quien niega la filosofía
para la formación del individuo. Digo yo revolucionaria tendrá la revolución en la
que la educación debe entenderse en cuatro casa. — { A p l a u s o s ) .
graduaciones distintas que forman ni más ni
menos que cuatro aspectos de la unidad del D o c t o r G r e g o r i o B e r m a n n . — Me es grato
proceso educativo en toda su grandeza y saludar a este Ateneo cordobés, sonoro y
que comprende los cuatro períodos de cre­ libre que se ha impuesto por la feliz inspi­
cimiento en la vida del hombre: la edad ración de algunos amigos. Tengo ante mis
del párvulo, del niño, del adolescente y del pupilas todavía aquella sala de] Faubourg
joven. de París, ante un auditorio de miles y mi­
Alrededor de este problema podría ha­ les de personas, donde se exponen desde
blarse horas y horas. Yo recuerdo bien el hace muchos años las más diversas y en­
movimiento estudiantil de Chile cuando fren­ contradas doctrinas e ¡deas, en un ambiente
te a un mismo caso como el problema del de exquisita cultura, de dignidad, de elegan­
18 en Córdoba abrieron las puertas de las cia v de espiritualidad.
universidades a las nuevas corrientes socia­ Yo espero que no sea esta tierra tan in­
les, a las nuevas ideologías sociales con el grata como para no alentar la vida de otra
propósito y ánimo de infundir a la Univer­ institución semejante a aquélla.
sidad nuevos vigores y nuevas energías. Desde hace algunos años, desde el naci­
Aquel movimiento se paralizó porque la ma­ miento de la Reforma Universitaria, cada
yor parte después se acobardó participando vez, todas las semanas,, en los diarios de la
en la política y la reforma fue al fracaso. República aparece la noticia de la necrolo­
Es necesario estudiar los distintos proble­ gía de la Reforma Universitaria, y aquí la
mas que intervienen en la Universidad, es tenernos más viva, más vibrante y más pre­
necesario estudiar al alumno, es necesario sente que nunca. Es sin duda, el problema
estudiar al profesor para llegar a adquirir nuestro, desde hace mucho tiempo, que no
una concepción completa, integral de la Re­ ha hallado aún solución y que busca a tra­
forma Universitaria. Un joven que ha pa­ vés de todos nuestros espíritus por plasmar­
sado por los tres períodos anteriores de la se v realizarse.
gradad del proceso educativo, que ha sido He vivido los primeros años de la revo­
educado en el egoísmo de clase desde la lución Universitaria ,y después los años de
escuela primaria, que no se ha hecho de él la decadencia, los de este resurgimiento, de
un Darticipante en la escuela activa del tra­ este renacimiento. Desde el primer momen­
bajo, puede llegar a la Universidad para to yo he creído que el problema de la Re­
hacer de ella una Universidad torpe. El forma no era un problema localizado a las
otro aspecto, aparte de ser úna simple par­ cuestiones puramente universitarias. Se ha
te integrante del proceso educacional en si repetido hasta el cansancio; pero no se lo
es también una parte integrante del proble­ ha sentido con la suficiente eficacia, con la

— 516 —
suficiente intensidad. Para los que lo hemos cacionales, como lo han expuesto todos los
sentido, todos sabemos que ha sido, en pri­ oradores que han hablado antes; el proble­
mer término, una disconformidad con nos­ ma universitario, la Universidad, no es más
otros mismos y, en segundo lugar, una dis­ que un reflejo del medio social, una expre­
conformidad con las instituciones y con la sión individualizada, específica de todos los
sociedad en que nos ha tocado actuar. Dis­ problemas, de todas las instituciones que
conformidad con nosotros mismos, porque forman la armonía de un país o un momen­
frente a los grandes problemas de concien­ to histórico. Por lo tanto, no nos podemos
cia y a los grandes problemas sociales y de desligar de los problemas político-sociales,
cultura, no nos sentíamos con suficientes cobijándonos sólo en la Universidad y tra­
elementos, con suficiente capacidad y tai- tando de dirigirla con criterio puramente
vez con suficiente virilidad para afrontar­ universitario Debemos comprender la Uni­
los. Frente a la sociedad, frente a sus orga­ versidad como un aspecto de la vida sociai.
nizaciones, frente a sus instituciones, fren­ En ese sentido hay una cantidad de mati­
te a los problemas que se nos planteaban ces que es muy difícil describir y exponer
todos los días, vemos que los hombres di­ en pocos minutos.
rigentes de la cosa pública y los hombres ¿En qué medida debe influir la política
dirigentes de la Universidad no sabían ra­ en la Universidad y en cuál debe reaccionar
zonar debidamente; con un criterio enve­
ante los acontecimientos sociales y políti­
jecido y' caduco, razonaban conforme , se
cos? Pero, de cualquier manera, este estado
hacia antes del 90. Era una generación ya
de ánimo nuestro que hemos vivido y sen­
virtualmente rpuerta el año 18, después de
la guerra y de la revolución rusa, como tido, y que es tan semejante al que ha pro­
bien lo hizo presente el doctor Julio Gonzá­ vocado la revolución de la juventud univer­
lez en una gran conferencia, y lo repitió sitaria francesa y alemana del 48 y de la
nuestro amigo Soler. Yo lo he sentido tan­ juventud universitaria española, que está
to, que desde el primer momento, en vez dando un tan simpático ejemplo de virilidad
de encerrarme en los centros de estudiantes, y de grandeza. Este estado de ánimo se ex­
fundé con Barros la Federación de Asocia­ presa en diversas maneras ante las diferen­
ciones Culturales de Buenos Aires, que lle­ tes cuestiones. Por ejemplo, en política in­
gó a tener no menos de ciento veinte aso­ ternacional nos interesa a los hombres de la
ciaciones de cultura popular, bibliotecas de Reforma Universitaria la unión de las re­
izquierda y centros obreros que se allega­ públicas latinoamericanas, nos interesa la
ron a nosotros con un entusiasmo y con abolición de ciertas trabas y de esta diplo­
un ímpetu que se impuso a la opinión pú­ macia caduca y vieja que está trabando las
blica, a los grandes diarios y a todos los relaciones entre las repúblicas latinoameri­
centros de opinión del país. canas, de manera a alcanzar el ideal verda­
dero de Bolívar, pero con otro sentido es­
No fueron los estudiantes de Buenos Ai­ tructural. Nos interesa en el orden social el
res, en el año 1918, los que acompañaron a problema de la justicia social, problema ca­
sus compañeros de Córdoba; fueron, sobre pital, que es, sin duda, uno de los grandes
todo, los obreros; fueron, sobre todo, los puntos por los cuales hemos combatido des­
hombres libres o de izquierda asi agrupados de el primer momento; talvez no sea sino
bajo este rótulo un poco vago, pero que esa la imputación que se nos ha hecho, por
tiene nomás un sentido. ejemplo, a Sánchez Viamonte y a mí, de
¿Se han resuelto acaso, estos problemas? vendidos al oro ruso: nos interesa en el
¿No sentimos todos que el descalabro po­ orden cultural la extensión de la cultura a
lítico, moral y financiero es mucho mayor las masas; nos interesa en el orden político
ahora que hace doce años? Sin duda; estos el alejamiento de los viejos partidos polí­
mismos problemas son los que nos hosti­ ticos y la constitución de una idealidad y
gan aún, y si bien en la actualidad el pro­ de una acción nueva; nos interesa en la Uni­
blema universitario se ha concretado y se versidad los ideales expuestos por Soler.^ y
ha pulido en la forma limpia e inequívoca en nosotros mismos una actitud viril, enér­
en la que lo ha expuesto el doctor Sebas­ gica, firme, inteligente, que nos lleve a la
tián Soler, todavía faltan muchas otras realización de nuestro propósito.
cuestiones’ que no han sido expuestás y Y ya que se ha hablado aquí de hom­
que son, precisamente, las que más hosti­ bres de la nueva generación y de hombres
gan el espíritu y los sentimientos de la ju­ que combaten por sus ideales, yo debo de­
ventud, sin que ella, muchas veces, se dé cir que desde el primer momento lo he vis­
cuenta de ello. to a Sánchez Viamonte en esta actitud vi­
Yo no he venido aqui a hacer una expo­ ril, alta, agresiva hasta el exceso en defen­
sición actual universitaria, ni de la Repú­ sa de las grandes causas que nosotros sos­
blica, ni tampoco, a definir la Reforma Uni­ tenemos y que queremos realizar; he visto
versitaria; pero no podemos olvidar que no a Sánchez Viamonte en el reconocimiento
son sólo postulados universitarios o edu­ de la juventud que ha tenido en él en horas

517
de inquietud en horas tristes, un gran lí­ a obtener un título de médico-cirujano. Pues
der. — P r o l o n g a d o s a p la u s o s . bien: hasta ahora no he tenido jamás un
bisturí en las manos, y cuando salga a la
S e ñ o r G r e g o r i o P a z . — Como han hablado calle con el título técnico que me da la
en esta tribuna profesores y algunos alum­ Universidad, de cirujano, tendré que asesi­
nos, el alumno ha preguntado qué es la nar al primer sujeto que se me presente;
Reforma Universitaria, y algún otro alum­ porque la Universidad, técnicamente, no
no ha hecho preguntas similares. Yo seibo a me ha capacitado para ello. Entonces hoy,
hablar como alumno, y como alumno voy la Universidad también técnicamente, es pe­
a ver si puedo repetir la lección que he ligrosa, y el pueblo que siente estas cosas,
aprendido esta noche de mis profesores. En el país mismo que siente estas cosas, la
un momento dudé si se debatía la cuestión sociedad que siente estas cosas, necesita que
de la Reforma Universitaria o la fábula del la Universidad llene otro fin. Y por eso este
elefante; pero me percaté de inmediato que movimiento de la Reforma Universitaria, no
el doctor Sánchez Viamonte en la fábula puede explicarse de otra manera, sino por
hindú se refería a ciegos de verdad, y que la revolución universitaria, por la violencia
en la cuestión de la Reforma Universitaria universitaria, porque en esto difiero con uno
los ciegos similares, son ciegos Rorque quie­ de los maestros que me ha precedido, por­
ren; y como no hay peor ciego que el que que todos los movimientos biológicos, por­
no quiere ver, es lógico que haya todavía que todas las reacciones biológicas son vio­
quién se haga la pregunta de qué es la Re­ lentas; se producen por la violencia, porque
forma Universitaria. Pero he aprendido una biológicamente se progresa a saltos y pis­
cosa; que la Reforma Universitaria persi­ toletazos, como alguien dijo, y no se pro­
gue un fin de justicia social. Lo han dicho gresa jamás con un criterio absolutamente
todos los maestros que han hablado, inclu­ evolutivo. En la rama que yo estudio sólo
so cuando han repetido las ideas ya expues­ los tumores malignos son largamente evo­
tas ; y he aprendido también otra cosa: que lutivos y a los tumores se les estirpa siem­
la Universidad tiene un fin y ese fin es la pre violentamente. Por eso mismo esos jó ­
justicia social. Y lo he aprendido tanto del venes que sienten hoy la necesidad de es-
doctor Sánchez Viamonte como del doctor
tirpar el tumor maligno que se ha creado
Mariconde porque el doctor Mariconde di­
por la propia Universidad, se han levanta­
jo que la Universidad debia ser el instru­
do violentamente en contra de la misma,
mento de la justicia social. Y he aprendido
hasta tanto la Universidad llene sus fines,
siempre también de mis maestros que los hasta tanto deje de ser la fábrica actual de
instrumentos se crean para un fin y que técnicos.
cuando un instrumento tiene un objetivo de­
terminado ese instrumento tiene un fin. Yo Pero también he creído aprender otra co­
no he visto hasta la fecha crear un instru­ sa; sobre ésto tengo una enorme duda: se
mento rin un fin y entonces creo que nues­ dijo aquí que la Universidad estaba abierta
tros maestros se han puesto perfectamente a todos, que la Universidad había abierto
de acuerdo al establecer que el fin y el ins­ sus puertas a todos; desgraciadamente yo
trumento de la Universidad es la justicia so­ no he visto eso hasta ahora en la realidad.
cial. La Universidad que ha corrido a un maes­
tro como Nicolai; la Universidad que le ha
Ahora, voy a explicar qué es lo que yo
cerrado las puertas a Goldsmith. no puede
entiendo por Reforma Universitaria. La re­
tener sus puertas abiertas. — ( A p l a u s o s ) .
forma no creo que sea una aspiración estu­
diantil ni una aspiración profesoral; yo creo La Universidad que tiene policías arma­
que es una aspiración social y que se ex­ das para realizar una simple elección de
plica por una necesidad biológico-social que Rector, o para debatir un problema del Con­
es la siguiente: la Universidad ya ha llena­ sejo Directivo; la Universidad que impide
do su fin y ha fracasado o, mejor dicho, es­ el acceso, mediante la fuerza policial, a sus
tá actualmente en su fin. Cuando nuestro propios alumnos, no es Universidad de puer­
país era exclusivamente agrícola-ganadero, tas abiertas. No creo, tampoco, que los
necesitábamos técnicos, y entonces la Uni­ hombres que recurren cada momento a la
versidad cumplía brillantemente la función fuerza pública para llenar estos fines subal­
crear los técnicos que necesitaba; pero ternos, puedan abrirnos las puertas. Nos
se estancó allí y siguió creando técnicos e ofrecerán las puertas abiertas mientras
hizo plétora de técnicos, y ha creado el pro­ aplaudamos sus arcaicas ideas, pero nunca
fesionalismo y el proletariado profesional. nos ofrecerán las puertas abiertas para dis­
Ahora hay una nueva necesidad. ¿Por qué? cutir sus doctrinas. Entonces, entiendo que
Porque los técnicos que la Universidad crea la Reforma Universitaria es una necesidad
hoy son malos. Un ejemplo bien demostra­ biológico-social; que no es un problema ex­
tivo: yo estoy estudiando medicina, posi­ clusivamente de los estudiantes, sino un pro­
blemente me reciba dentro de poco y voy blema del país entero.

- 518 -
¿Por qué — se dice — la Universidad está social y que es más: el propio doctor Ma-
hoy a más bajo nivel que cuando estalló el riconde lo ha dicho: que la Reforma Uni­
movimiento de la reforma? ¿Por qué la Uni­ versitaria se logrará integralmente el día que
versidad sigue siendo tan arcaica como en la justicia social se haya realizado; el día
el año 50? ¿Porqué la Reforma Universi­ que no exista la propiedad privada; el día
taria no se ha logrado y continúa siendo una que. se haga la revolución social y se supri­
aspiración? ¿Por qué ni un sólo postulado man las castas privilegiadas, que no se van
de la reforma se ha puesto en vigencia? Sim­ a desprender de sus privilegios buenamente,
plemente porque no puede un plan integral evolutivamente, sino que se desprenderán
docente, social, cultural, ponerse en vigen­ de ellos cuando el pueblo, cuando los opri­
cia parcial y experimentalmente, por trozos, midos les arranquen esos privilegios por la
porque es un conjunto único armónico, com­ violencia siempre, como ha progresado siem­
pleto, que no puede experimentarse sino en pre la humanidad, como seguirá progresan­
conjunto; porque la Universidad continúa do siempre, como el mismo Cristo hizo pro­
hoy tan arcaica, tan cerrada y tan llena de gresar sus ideas echando del Templo a los
prejuicios como lo era el año 50 y mucho mercaderes a latigazos. Y por eso ha pasa-
antes. de la época del fraile. La aspiración del
mundo ha sido siempre la justicia social; el
Reforma y vanidad fraile también la ha perseguido, pero los
intereses creados que surgieron al lado de
¿Por qué la Reforma Universitaria, sien­ Cristo, erigieron la Iglesia y ella estancó la
do un ideal tan generoso, no progresa? revolución que proclamó Cristo cuando echó
A mí me parece esta pregunta de fácil a los mercaderes del Templo. Por eso nos­
explicación: la Reforma Universitaria ha otros debemos echar a la Iglesia reformista
creado el tipo reformista; al magister de la que se levanta para impedir que nosotros
ciencia le ha sucedido el magister de la re­ los estudiantes, los que todavía nos sentimos
forma. Y mientras los hombres que se dicen jóvenes, los que no tenemos todavía inte­
reformistas no aprendan a desligarse de sus reses materiales que defender, ni intereses
pasiones, de sus mezquinas vanidades, la pequeños, echemos también a los mercade­
reforma no marchará nunca adelante, por­ res del templo y continuemos la obra que
que el magister de la reforma se opone al ha emprendido y sigamos el camino que
progreso de ella. Por eso entiendo que la lleva siempre la humanidad: la justicia so­
reforma, como problema docente, dentro de cial, perseguida por Cristo, perseguida por
la Universidad, es un problema esencialmen­ los frailes, perseguida por los doctores, per­
te estudiantil, y cuando alguna vez los es­ seguida por todos los hombres y que es la
tudiantes nos hemos levantado para lograr gran aspiración humana. — A p la u s o s .
siquiera algo de esa mentada reforma, he­
mos chocado contra los reaccionarios, y los D o c t o r S á n c h e z V ia m o n te . — V o y a h a-
reaccionarios han sido vencidos en 1918; he­ blar solamente tres minutos. Declaro que
mos chocado contra los magister de la re­ en los primeros momentos de esta reunión
forma, que han opuesto la más tenaz ba­ empecé a arrepentirme de haber traído la
rrera al progreso del movimiento juvenil. parábola del elefante. — R is a s .
Hoy es una realidad evidente, bien lo ha di­
cho el doctor Sánchez Viamonte: la Refor­ Me dió la impresión de haber traído un
ma Universitaria es lucha, lucha continua, elefante de cristalería y sentí ruidos de vi­
drios rotos. Por eso es que empecé a la­
y cuando los literatos de la reforma se ven
mentarme. Pero ahora ya estoy satisfecho
frente a la lucha se asustan de ella, quieren
porque comprendo que hay mucha gente
sofrenarla y constituyen, entonces, el peor
que no se ha asustado del elefante.
obstáculo para la marcha de la misma re­
forma que preconizan. Necesito rectificar dos cosas, más bien
La juventud entiende la reforma si ella dicho tres: dos del doctor Mariconde y una
tiene ideal reformista, si ese ideal es supe­ del doctor Soler.
rior al mezquino interés de una prebenda. Empiezo por observar que esta tribuna
La juventud sabrá muy bien cuál es el ver­ “libre”, es libre a medias. En este sentido
dadero derrotero; sabrá muy bien a dónde el doctor Soler, se permitió rectificarme en
hay que ir a destruir intereses creados, por­ forma y severidad tal, que me ha creído yo
que desgraciadamente, la vida es siempre: alumno y a él lo he sentido viejo magister.
intereses creados que aparecen también jun­ Esa es la primera rectificación que hago.
to a los más nobles ideales. Esos intereses La segunda, del doctor Mariconde. Dijo el
creados es lo primero que ha de derrumbar doctor Mariconde que me llevaba la ven­
la juventud universitaria cuando quiera taja de ser hijo- de sus obras. Yo no sé en
marchar adelante con su bandera reformista. realidad cuáles son sus obras; pero vo sé
De modo, entonces, que la lección que he también que he tenido que ser hijo de mis
recibido esta noche nos dice claramente que obras, contra las obras de tradición. Y
la Reforma Universitaria es una aspiración quién, en este país, es capaz de apartarse

— 519 —
de la vaca, llena sus ubres de buena leche, dentro de poco, una transformación del de­
para no tener la tentación de ordeñarla va­ recho, que no es más que la estructura de
le más que el individuo que asciende tramo un orden económico; no es otra cosa. El
a tramo, porque a medida que avanza tiene derecjio por sí mismo carece de fines y se
mejores alimentos en cada escalón. propone ante todo regir un determinado or­
El otro punto era éste: dijo el doctor Ma- ganismo económico, porque ese régimen,
riconde — y eso me ha preocupado sobre­ ese orden, es una estructura: el derecho no
manera — que yo he presentado el proble­ es más que estructura; es un cotinente, el
ma jurídico omitiendo el problema econó­ contenido de la vida bullente de la sociedad,
mico. Debo advertir que dije juridico-eco- y lo económico busca plasmarse en forma
nómico y que, precisamente, estoy en vías estructural. Si el orden hace que se aparte,
de realizar una transformación, por lo me­ lo mejor será suprimir esa Facultad de de­
nos en un esbozo doctrinario que presentaré recho porque no sirve para nada — A p l a u s o s .

— 520 —
II

REVISTA MEGAFONO
(1931)

ARA precisar nuestra posición reformismo. La universidad argen­


P acudimos en el número anterior
a la fórmula según la cual sólo
tina no existe fuera de la Reforma
Universitaria. Todo auténtico uni­
una profunda reforma de las inteli­ versitario es “ reformista” , cuales­
gencias argentinas llevaríanos al des­ quiera que sean las actitudes que
plazamiento de menguados valores in­ mantenga. Quien según la jerga polí­
telectuales y a la sustitución del orden tica es “ antirreformista” , sólo lo es
basado en una concepción utilitaria en cuanto no coincide con ciertas so­
de la vida— la que nos hace ser país luciones, pero acredita su calidad in­
de factoría. Pero aquél era momen­ versa cuando concurre, él también, a
to urgente de definiciones. Fué así co­ la disputa. Los que han actuado en
mo asentamos categórica declaración las facciones universitarias saben el
‘.‘reformista” . Quedaba para otra mote que siempre aplícanles sus ad­
oportunidad indagar sin recato los versarios: el de “ antirreformistas” .
principios en que se sustenta, pues Ser “ antirreformista” , pues, ¡signi­
nuestra simpatía únicamente compor­ fica disentir en las soluciones del
ta un alistarse, una aceptación plena problema, pero aceptándolo en su in­
de su problemática en lo que tiene de tegridad. Nosotros llamaremos así
estricto planteo del tema universita­ al que niega la problemática.
rio nuestro. Análogamente a la disidencia que
No es posible referirnos a la “ Uni­ puntualizamos frente a otros tópicos
versidad” , que nada significa por sí de la “ nueva generación” , aquí la di­
misma: antes bien, al hablar de Uni­ ferencia se encamina a las soluciones.
versidad considerada no abstracta­ Intentar, en las escasas páginas de un
mente sino en su realidad, reparamos editorial, un examen valedero sobre
tan sólo en una institución dada, con la significación de la universidad ar­
determinados propósitos y cuyo con­ gentina— en lo que es y en lo que es
cepto se agota en la teoría de las ideas posible que sea— cumpliría con el ri­
que la mueven. Por ello, porque hablar tual del más riguroso arbitrismo.
de la Universidad presupone la con­ También es preciso atajar el equívoco
textura ideológica que la hace precisa­ que pudiera esbozarse: nuestra adhe­
mente tal, es que nuestro problema sión no intentará— como lo hicieron
universitario se limita a la crítica del muchos—preconizar una nueva refor-
R e v ista ed itad a en B uen os A ires, ed itorial del núm ero 9. D irectores: S ig f r id o A.
R a d a h l l i, E r w in F . R ubens y V íc t o r M. W u l l ic h .

— 521
too universitaria bajo el rótulo repu­ cotejando sus tendencias y aspiracio­
tado, ni recabará para sí el privilegio nes divergentes, un denominador co­
de una taxativa autenticidad. mún, una nota que clasifica en “ re­
Hay una psicología argentina que formista” o “ antirreformista” . El
es menester cambiar. Democracia y estudiante participa en la elección de
reforma universitaria son dos fases, las autoridades universitarias, tal
dos estadios a los que se recurre para como un ciudadano en regímenes de­
que una nueva era decante. Es en la mocráticos.
Universidad donde han de valorarse Cuando el “ antirreformista” niega
aquellas reglas metodológicas de se­ el voto del estudiantado, de su argu­
riedad y probidad intelectual que mentación despréndese tan sólo la
enunciamos como necesarias. No im­ afirmación optimista que la universi­
porta la desestima a la cultura euro­ dad esjjaba m ejor antes de dicha par­
pea : limitémonos a copiarle el afina­
ticipación electoral. Ellos — los alum­
miento del órgano mental. Obsérvese
nos— han traído el actual malestar.
lo ingenuo de campear en la confec­
ción de nuevas culturas cuando no se ¿Pero qué significa estar mejor la
posée limpio temple mental. Petulan­ universidad ? Porque precisamente,
temente hemos querido lograr pecu­ del lado “ reformista” , ha prevalecido
liares formaciones y súbitas albora­ el denuesto contra la universidad an­
das culturales, sin habernos dotado terior al 18.
antes del auténtico instrumento. El gobierno universitario en ma­
La iniciación depende del compor­ nos del profesorado o en poder del
tamiento de la universidad. ¿Es ella alumnado no era el problema a dilu­
capaz de realizarla? Porque si no lo cidar. Algo más importante para la
es, urge su reforma. universidad ocultábase tras el cómpu­
Gran parte del confusionismo en el to electoral. La universidad había
que se debaten estos puntos, consiste fracasado y a quienes les iba la exis­
en la imprecisa diferenciación entre tencia en ello era preciso que rindie­
teorías sobre “ una posible reforma de ran cuenta quienes eran toda la uni­
la universidad argentina” y el movi­ versidad, es decir, los que ejercían
miento estudiantil dado en llamarse su gobierno. El estudiantado asumía
reforma -'universitaria. O sea, que es la dirección como única posibilidad
necesario separar radicalmente los dos de mejoramiento. Vía de acceso a la
significados de reforma universitaria Reforma, forma posible de hacer
— en cuanto es o teoría de la universi­ triunfar.
dad o un determinado suceso— . Es in­ En cuanto a su origen, el movi­
dudable que éste contiene su afirma­ miento “ reformista” puede caracte­
ción educacional sobre lo que debe ser rizarse por lo que hemos denominado
una Universidad, pero como anexa al “ irrupción juvenil en el claustro” , o
movimiento mismo. Por ello hacemos sea, participación de los estudiantes
una distinción inicial. Para nosotros en el gobierno universitario, a fin
es Reforma Universitaria, la surgida de solucionar los problemas cuyo no
en 1918, en Córdoba, y las diferentes planteamiento ocasionaba el fracaso
íases que prohijó en su desenvolvi­ de la universidad. A su vera nos de­
miento y aplicación en las universi­ tendremos prolijamente, porque ya en
dades argentinas. Es de un plan de 1918, al diagnosticarse los males de
acción de toda una juventud que nos nuestra universidad, aunque muchas
ocuparemos, y no de pedagogías in­ soluciones fueron incipientes, hincóse
dividualísimas. el análisis en las verdaderas causas,
La Reforma Universitaria posee, que no son de índole pedagógica sino
— 522 —
sociales. Cuando contraponemos lo so­ frustrarlas a acometerlas por sí mis­
cial a lo pedagógico no queremos sig­ mo- Permútanse así los términos, y el
nificar más que la oposición existen­ universitario es un autodidacta. La
te entre los factores causales de una universidad vegetaba sin interrogar
determinada situación universitaria; el mundo circundante, como si en sus
pedagógicos como referencia a los aulas e institutos hubiera una atmós­
atributos propios de la universidad; fera tan sutil que pueda atosigarle
sociales como sinónimos de los extra­ el golpe violento de la calie. Había
universitarios, cualesquiera que sean. olvidado que sus problemas propios
Más adelante veremos cómo el úni­ eran aquellos mismos que desestima­
co alivio de la crisis universitaria ba por su estridencia. Desgajada del
hállase en ío que ella pueda gestar contemporáneo ambiente, expedía di­
sin franquear sus límites. Causas so­ plomas como quien reparte condeco­
ciales que originan el actual estado raciones ; melodramáticamente pro­
de las cosas frente a la pedagógicas yectaba conceptos ajenos, y quien
que, no siendo su fuente, la solucio­ fuese creador le era extraño.
nan. Para salvar la aparente parado­ Crisis de la universidad, de la cul­
ja es preciso rehacer el camino que a tura universitaria, se dijo entonces.
su hora recorriera la Reforma Uni­ Se supuso que al no ejercer ésta su
versitaria. función, y al reconocerlo así el medio
Hay un momento previo y anterior social, era porque la sociedad estaba
a la formulación de programas sis­ capacitada para regenerarla. Pero
temáticos : la irrupción de una vitali­ ella le exigía lo que notaba bien por
dad juvenil en el claustro. La uni­ su ausencia. ¿En qué relación, qué
versidad nada estimable para la ju­ clase de vínculo une la universidad
ventud, representaba en 1918: casa y el medio social? O sea, ¿en qué re­
que sólo merecía el honor de un asal­ lación de dependencia están una y
to. En toda hora de agitación estu­ otro? ¿Tienen ambos, independiente­
diantil surge dramático el sentido mente, temas peculiares? La Univer­
primigenio: escueta dinamicidad, dis­ sidad, ¿entra a considerar problemas
conformismo. ¿Es que la Universidad propios o ellos son los mismos que
no merece respeto? formula la sociedad ? La llamada
Una institución como la universi­ “ cuestión social de la Reforma” , par­
taria no realiza su misión, y por en­ tiendo de la negación de los proble­
de está en bancarrota, en dos oca­ mas propios de la universidad, trata
siones: cuando quien la cursa reco­ de inquerir el máximo problema de la
noce no conviviría, y cuando a su sociedad circundante. ¿Cuál es?, es el
actividad en lo social — hombre de la punto de partida de la mayor parte
calle e intelectual — no le confiere de las beligerancias estudiantiles.
importancia. Situémonos en 1918. El Izquierda, centro y derecha — co­
estudiante arriba ,a la universidad mo en política — , es la denominación
dispuesto a obtener un título profe­ escogida. La derecha rechaza la pre­
sional ,y a satisfacer determinadás sentación unitaria del problema; lo
apetencias intelectuales. Tropieza con universitario llena su cometido en su
la ciencia y el profesor — ambos con propio territorio. El centro acepta en
mayúscula — . Asiste cinco o seis su integridad lo de la derecha, mas,
años. Comprueba luego que profesio­ al replantear aquella posición, le des­
nalmente debe aprenderlo casi todo. cubre un sentido inédito: la Universi­
Y de las ideas que ambicionaba hur­ dad presenta, en su interior, el hecho
gar, al cabo de tanto tiempo, ha de de su sometimiento a las clases do­

— 523 —
minantes. De la enseñanza impartida del saber individual, y éste mismo,
no participan determinadas catego­ cuando ha sido adquirido en estudios
rías sociales; hay, por lo tanto, que disciplinados. Estas cuatro versiones
socializar la institución — sociali­ — que se complementan por dirigir­
zación como extensión del adoctrina­ se cada una a zonas diferenciadas —
miento a todas las posibilidades — . generan las fútiles divergencias so­
La izquierda considera especialísima bre si la Universidad debe practicar
función universitaria la reforma de una u otra. Nuestra cultura adolece
la sociedad — como redención so­ de los cuatro defectos que se yuxta­
cial — según rigurosa interpretación ponen a las tantas interpretaciones
marxista. del vocablo. No somos una nación si­
Aquella pregunta referente a las no un conglomerado. Nuestros pro­
relaciones entre Universidad y me­ fesionales reputan por única la par­
dio social no examina si hay o no celada verdad que les procura su ofi­
factores específicamente universita­ cio. Nuestro conocimiento intelectual
rios — desde que existe la Univer­ y científico es limitado y carece de
sidad es porque posee un repertorio la independencia y profundidad exi-
temático que le es peculiar — ; tam­ gibles. Y de la disciplina y método
poco alude a la clase social donde son de nuestros estudios vale más no ha­
reclutados los alumnos. Entre los sig­ blar.
nos interrogantes se quería averiguar ¿Qué es lo que puede hacer la Uni­
si el origen de la crisis se hallaba en versidad para remediarnos? La iz­
la institución misma o en el ambiente quierda, que patentizara el origen del
circundante; y de estar en el am­ mal, asume aquí actitud contradic­
biente, cómo modificarlo. La izquier­ toria. Dada la causa social, hay que
da contesta que en la sociedad, y ahí modificar la sociedad. La cultura, y
está bien. Es nuestra actualidad na­ por ende la Universidad donde se ela­
cional la que precisa reforma, en to­ bora, es un “ epifenómeno” de las
dos sus ámbitos, en sus más tensas di­ clases dominantes. Pero del mal nos
recciones. Pero el conflicto visto habíamos percatado dentro de la Uni­
desde la universidad, a través de versidad cuando nos preguntamos
sus problemas especiales, no signifi­ qué era posible gestionar para que
ca acaso la necesidad que en lo social sirviera. Admitíamos el dualismo de
prospere una cultura? Y aun sin la Universidad y sociedad. Dualismo que
lupa universitaria, esto que nos acon­ acepta la izquierda, al afirmar que la
tece ¿no es reductible, en su esencia, Reforma Universitaria es una etapa
a falta de cultura? en la lucha por la redención social.
Hay una fatalidad terminológica Aunque mera pieza de juego, no por
que ha traído el vocablo “ cultura” eso pierde la Universidad el dominio
por voz principal de toda meditación de sus temas específicos.
en torno a estos tópicos. No corres­ En ellos, a nuestra manera de ver,
ponde escrutar aquí las varias acep­ se oculta la clave- De los defectos
ciones y menos especificar con es­ enumerados, tres pueden subsanarse
trictez su concepto. En una común en la Universidad — pues ser un
expresión se dice: en cuanto signi­ conglomerado es nuestra momentá­
fica una aspiración a imprecisa e in­ nea manera histórica — . Si para re­
determinada modalidad del ser na­ formar la Universidad fuera necesa­
cional ; cultura como conocimiento rio trocar antes la estructura popu­
ajenos a la profesión que se ejerce; lar — y como con ésta no valen
cultura como vastedad y profundidad fórmulas ni reglamentaciones sino el

— 524 —
destino que lleva en su intimidad — , esencia de la Reforma Universitaria.
el problema no tendría solución. En Ya es hora de gritar, en nuestro país,
cambio, sí es posible aplicar méto­ que los problemas de la inteligencia
dos que modifiquen sustancialmente son tan importantes como los proble­
la Universidad. A raíz del reciente mas sociales.
cambio del estatuto, un brillante pro­ La actividad docente en cuanto tie­
fesor de filosofía de la Universidad ne un fin en sí misma — o sea, qué
de Buenos Aires dijo que tres eran propósito tórico la guía, ajeno a to­
los puntos más importantes a cuya do interés no estrictamente pedagó­
solución debía ocurrirse: “ la consa­ gico — puede proponerse: ya incul­
gración exclusiva del profesor a la car determinadas enseñanzas técni­
función docente y científica” , que cas, o bien formar espiritualmente al
traería la creación e investigación que la recibe. Aquí hablaron los “ re­
por parte del docente, y la afirma­ formistas” de orientación humanista
ción de vocaciones en los alumnos, y allá de pragmática. Ante el vacuo
por el directo contacto con el profe­ profesionalismo anterior a la “ refor­
sor dedicado a ellos; “ la constitución ma” indujeron a un más prolijo es­
de los claustros académicos con to­ tudio, a una real compenetración
dos los profesores de cada facultad” , con los temas propios de cada espe­
“ como organización del profesorado cialidad. Añadióse a ello el cultivo
en cuerpo profesional” , o sea, convi­ de materias colindantes a las exclu­
vencia espiritual entre los profesores sivamente técnicas. Graduados do­
cuyos medios pecuniarios no les per­ minando las bases de sus respectivas
mitan seguir estudios mediante sus ciencias, y con el rigorismo mental
propios recursos” . Es decir, que ya a que habitúa el trato con discipli­
en la misma Universidad se piensa nas extrañas a todo particularismo.
seriamente en el salto espontáneo que Unos fingen el problema universi­
la lleve a cumplir su misión: Do­ tario en un saber desinteresado, co­
tarnos del único instrumento forma- mo si todo auténtico saber no impli­
tivo de una cultura nacional. cara un interesarse, un gustar de
A aquella división de los motivos los objetos del mundo. En nuestro
originarios del fracaso universitario país se ha abusado de la repetición
en pedagógicos y sociales, se le pu­ de tales conceptos, que entrañan la
diera formular ahora una no trivial sobrevivencia de intelectuales enaje­
objeción: en la realidad no se daría nados a la rigurosa especialización de
más que fusión de ambos elementos;' sus disciplinas. Es preciso que ese
elevaríamos a un primer plano, como “ sabio desinteresado” se profesiona­
con pinzas,- lo puro universitario o lo lice, que adquiera el máximo de téc­
puro social. Pero si escindimos los nicas y cumpla con el máximo de
factores en dos campos — no anta­ rendimiento que es dable exigir a su
gónicos sino concurrentes — y vimos oficio.
cómo se halla en el uno la fuente del La orientación pragmática ha te­
mal diagnosticado y en-el otro la po­ nido en cuenta tan sólo aquel profe­
sible superación, fué ateniéndonos a sionalismo dirigido al campo de ac­
los datos mismos de la realidad uni­ ción de las llamadas carreras libera­
versitaria y social. Buscar soluciones les, y cuando habla de técnicos, en­
sociales a ese problema cultural es su­ tiende: expertos en maquinarias- Al
mergirse en la acción política, la que ejemplo yanqui los humanistas pre­
es extraña a la universidad. La mili­ sentan el inglés o el alemán.
cia política nos parece contraria a la La cuestión de los fines de la en­

— 525 —
señanza universitaria, considerada crisis del profesorado dirigente 'lo
abstractamente en sus dos únicas di­ era en cuanto el estudiantado no con­
recciones posibles, debe ser llevada al taba en las decisiones por la suerte
terreno social, es decir, formularse de la institución. Obtuvo así la Re­
en función del tipo humano que sea forma Universitaria, al decir de mu­
ideal para la nacionalidad. No es el chos, su más característico contenido,
caso deliberar aquí respecto a cuál ajeno a los intereses administrativos
debe ser nuestro particular tipo hu­ y educacionales.
mano, lo que supondría el absurdo ¿Tiene o no personalidad el estu­
de que su formación dependiera de diante, es decir, derecho a influir en
la universidad. el desenvolvimiento de la universi­
¡Un nuevo hombre, manifestación dad? Pero ¿de qué personalidad se
de nuestro ser nacional, creador de trata? Porque aquí no nos referimos,
su autóctona cultura! Por ello se re­ sin duda, a los caracteres intrínsecos
pitió tanto lo de la decadencia euro­ al estudiante, sino a una personali­
pea y del mesianismo americano. Tra­ dad polémica que brota en él cuan­
duciendo ese vocabulario, nos topa­ do se lo menoscaba en la institución,
mos con que la Reforma Universita­ cuando ésta lo defrauda. El estudian­
ria sería un jalón en la historia del te posee, antes de su ingreso a la
mundo. Sin embargo, la trascenden­ universidad, un repertorio de temas
cia social de los fines no legitima ta­ cuya solución demanda. La personali­
les intentos. Se trata, sencillamente dad estudiantil emerge al constatar
de determinar las necesidades cultu­ la no vivencia, en la Universidad, de
rales de la sociedad, El equívoco nace aquellos temas vertebrales. Si ésta
de la falta de análisis de la función los satisface con amplitud, identifí-
para la que fueron creadas las uni­ canse estudiante y Universidad.
versidades. El país necesitaba, urgen­ Que la masa estudiantil gobierne
temente, técnicos. Erigió institutos la universidad, significa — aquí tie­
para proveerse de ellos. Los sustentó, ne razón el “ antirreformista” —
pues, finalidad pragmática y no cul­ profunda subversión universitaria,
tural. Y cuando en la Universidad se pero implica — y es su justifica­
vocea por la cultura, ¿qué se quiere ción — que, al perderse las nociones
decir con ello? ¿Que la Universidad de jerarquía, está, por eso mismo,
está para eso? — ya vimos cómo no perturbada la Universidad. La uni­
lo está — . ¿Que la sociedad lo exige? versidad padecía crisis periódicas
Pero ¿realmente interesa a nuestra que los gobernantes no atinaban a
actividad nacional que sus universi­ remediar. Estaba ya trastornada des­
dades laboren una cultura? No que­ de que no cometía su función. El es­
da, por lo tanto, sino que la Univer­ tudiante no tiene personería por tal
sidad se satisfaga a sí misma, y lue­ o cual razón, sino para realizar, den­
go, en una hipotética transfusión, co­ tro de la Universidad, algo que úni­
munique a los demás su obra cum­ camente él cumplirá.
plida. Cuando a la iniciación de este edi­
^ Conforme adquirió derechos polí­ torial postulamos la estudiantil par­
ticos, al verse el estudiantado en el ticipación en el gobierno quisimos
gobierno de la universidad, compro­ tan solo marcar nítidamente la pecu­
bó que, aparte de los factores peda­ liar nota “ reformistas” , ¿Por qué
gógicos, el fracaso anterior se apoya­ votan los estudiantes? “ Para” dar
ba en su falta de personalidad como nueva estructura a la Universidad.
integrantes de la misma. Aquella Es así como constituye — no sólo

526 -
históricamente sino en la actualidad cencia libre y la periodicidad en la
— el primer momento de toda posi­ cátedra trocáronse en instrumentos
ble Reforma. dirigidos contra los enemigos de las
Se ha intentado explicar dicha par­ camarillas. Y la extensión universi­
ticipación electoral por intermedio taria plagió el desenfado demagogis-
de una llamada “ república universi­ mo de la otra política. Se iba hacia el
taria” . Se partía de la bienintencio- pueblo, no para enseñarle, no para
nalidad del alumno frente al profe­ resolver los problemas que io angus­
sor y de la igualdad de derechos en­ tiaban, sino para captar el posible
tre ambos. prestigio que luego redundaría en la
El estudiante no aumenta su indi­ posible disputación.
vidualidad como tal con esa iguala­ En Córdoba, en 1918, se habló de
ción política al profesor. Hasta el de­ experimentación y de ciencia, de re­
nominador común de profesor y dención social y del mesianismo de
alumno, consistente en la acción po­ América, como si todo ello fuera la
lítica, es restarle personalidad. Vote última palabra en la investigación y
o no, ejerza o no el gobierno, queda­ en la política. Eternos atrasados, vo­
rá siempre, en lo que se relaciona a ceábamos ya en Córdoba principios
su condición de estudiante, atado a muertos, y lo que era nuestra origi­
lo que semejante naturaleza determi­ nal interpretación del mundo ya ha­
na. Hay tiempos en los cuales es pre­ bía cumplido su curso en las regio­
ciso volver de revés las condiciones, nes donde madurara.
otrora irreductibles. Epocas nihilis­ Dijimos cómo el estudiantado iden­
tas desde un punto de mira de jerar­ tificó universidad con el gobierno de
quía estricta, pero arrebatadas del la misma, momento político en la ac­
impulso vital, deseoso, no de subro­ ción “ reformista” . El significado
garla, sino de restablecerla en un más exacto del movimiento lo trasciende,
perfecto engranaje. pero afirmándose en él como funda­
Se quiso — con toda buena fe, en mento. La polémica trabada respecto
1918 — corregir los defectos que los a la validez de ese primer momento le
estudiantes advertían en sus insti­ otorga primacía y escamotea de su
tutos superiores. Aunque el mal era perspectiva todo interés ajeno al ejer­
más profundo — el vicio impugnado cicio político que comporta. A la con­
era el estado del alma colectiva — , troversia se suma el ademán belige­
primó bien la tendencia formalista rante, la impugnación, violenta, im­
de dotar de nuevos regímenes de en­ pregnada de irreductibilidad.
señanza. Hallaron las fórmulas de Vive todavía la Universidad argen­
democracia universitaria, docencia tina para las variantes de tal discre­
libre, periodicidad en la cátedra, ex­ pancia, sin posibilidades de superar­
tensión universitaria, etc. Creyeron la, y en nombre de uno u otro orden
que su exacta aplicación enmendaría ofician las cabezas en las picas. En­
la Universidad. Pero el mal estaba en tretanto, abjura de su cometido espe­
ía conciencia circundante y en los cífico y en vez de instar por la refor­
mismos que lo querían remediar; le­ ma de las inteligencias, única mane­
yes, votos de congresos, estatutos, no ra de asimilarnos la cultura — o sea,
ofrecían sino recetas. Vino en segui­ de reformarnos o de crearnos como
da la política a desvirtuarlas. La de­ Nación — , se solaza bachilleramente
mocracia universitaria convirtióse en en su pacto con las ideas coetáneas-
remedio de nuestra democracia del Ya que no se enfrenta a su destino,
comité y del puesto público. La do­ hay que reformar la Universidad.

— 527 —
I ll

ENCUESTA SOBRE LA REFORMA


de la Revista “ Flecha'' (Córdoba 1936)

1918 — LA PRIM ERA PALABRA


(M E N S A J E D E L A F E D E R A C I O N U N I V E R S I T A R I A D E C O R D O B A
A LOS H O M B R E S L IB R E S D E SUD A M E R IC A )

el derecho a darse el gobierno propio


radica principalmente en los estu­
Las Universidades han sido has­ diantes.
ta aquí el refugio secular de los me­
diocres, la renta de los ignorantes, la
hospitalización segura de los inváli­ La reforma Matienzo no ha inau­
dos y — lo que es peor aún — el gurado una democracia universita­
lugar en donde todas las formas de ria, ha sancionado el predominio de
tiranizar y de insensibilizar hallaron una casta de profesores- Los intere­
la cátedra que las dictara. Las uni­ ses creados en torno a los mediocres
versidades han llegado a ser así el-, han encontrado en ella un inespera-
fiel reflejo de estas sociedades deca­ de apoyo. Se nos acusa ahora de in­
dentes, que se empeñan en ofrecer surrectos en nombre de un orden que
el triste espectáculo de una inmovili­ no discutimos, pero que nada tiene
dad senil. que hacer con nosotros. Si ello es así,
si en nombre de un orden se nos quie­
Nuestro régimen universitario — re seguir burlando y embruteciendo,
aun el más reciente — es anacrónico. proclamamos bien alto el derecho sa­
Está fundado sobre una especie de grado a la insurrección. Entonces es
derecho divino: el derecho divino del la única puerta que nos queda abier­
profesorado universitario. Se crea a ta a la esperanza, es el destino heroi­
sí mismo. En él nace y en él muere. co de la juventud. El sacrificio es
Mantiene un alejamiento olímpico. nuestro mejor estímulo; la redención
La Federación Universitaria de Cór­ espiritual de las juventudes ameri­
doba se alza para luchar contra el canas nuestra única recompensa, pues
régimen y entiende que en ello le va sabemos que nuestras verdades lo
la vida. Reclama un gobierno estric­ son — y dolorosas — de todo el Con­
tamente democrático y sostiene que tinente.
el demos universitario, la soberanía,

1936 — LA U L T IM A .. .
(M E N S A J E D E L A F E D E R A C IO N U N IV E R S IT A R IA A R G E N T IN A A L O S E S T U D IA N T E S )

Pero ahora es preciso comprender


Aparece ya con suficiente claridad, la recíproca interacción de ambas.
que no es posible, aunque lo quisiéra­ Así como en los claustros se veri­
mos, separar las cuestiones de polí­ fica en traducción universitaria la
tica general con las de política uni­ reacción retrógrada, así también, las
versitaria. sacudidas rebeldes de los estudiantes

— 528 —
aun cuando no excedan los contornos versidad, ni siquiera una Facultad en
puramente universitarios, repercuten la Argentina, que no padezca aguda­
en lo político. Precisamente esa re­ mente el proceso general de desmo­
percusión hizo factible que movi­ ronamiento en lo científico y en lo
mientos estudiantiles, carentes de la docente. Ni hay tampoco un solo lu­
necesaria conciencia de sí mismos, gar de enseñanza superior en que los
fueran aprovechados con móviles oligarcas de la Universidad no inten­
reaccionarios en el orden social (dic­ ten colmar sus vaciedades pasatistas
tadura setembrina). mediante dogmatismos de arcaica rai­
De ahí se deduce esta gran ense­ gambre y, particularmente justificar
ñanza de incalculable valor práctico: el vandalismo reaccionario elaboran­
Que allí donde exista un movimiento do teorías cuyo valor se expresa en
renovador estudiantil debe buscar el sueldo de una cátedra o en la sine­
aliados en movimientos similares de cura administrativa. Los ultra-mon­
la multitud popular; y a la recípro­ tanos y empolvados pelucones de las
c a : todo movimiento popular progre­ viejas Academias retoñan ante nues­
sista debe contar con la simpatía y tros ojos, pero esta vez con la nue­
solidaridad estudiantil. va savia reaccionaria que les infun­
diera la dictadura de Uriburu.
No existe en el día de hoy una Uni­

Cuestionario de “Flecha”
para la encuesta

PUEDE USTED DECIRNOS:?

1° __Lo que fue la “ Reforma Universitaria” .


2o — Lo que no alcanzó, o no pudo ser.
3o — Lo que es.
4o — Lo que será.
5o — Semejanzas y diferencias entre el estudiante de 1918 y el
de 1936.
6° __Semejanzas y diferencias entre el profesor de 1918 y el
de 1936.

34
— 529 —
EL DRAM A SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD
por
DEODORO ROCA
(a rg e n tin o )

(1 936)

U E la U n iv ersidad , acaso, lo m á s alto de u n a cu ltu ra que ten ía que con vertirse en

F que E u r o p a dió d u ra n te el siglo X I X .


P o r ello, m á s que todo, fué respetad a
en el m u n d o . U n iv e rs id a d r e p r e s e n ta ­
sa n g re y en gesto. S ig uiend o a este últim o,
un a m in o ría co m en z ó a a firm a r que había
en el m u n d o algo m á s que lo nacional. Y
ba allí, universalización, en u n a totalidad, los teó rico s p rocedentes de M a r x m ira ro n
de la técnica, de la investigación, de la e n ­ c o m o defin itivam ente e x h a u to s los ideales
señ anza, del espíritu. L o s g ra n d e s h om bres, culturales de un a b u rg u es ía que había ya
con su ejem plaridad y sus teo rías habían perd id o —■ c o m o clase — to d a significación
dado a las u niv ersid ad es la m ás alta a t m ó s ­ histórica. Se em p ez ó a h a b la r del h o m b r e
fera y la m á s p ro fu n d a ton alidad espiritual. integral, del individualism o de la cultura,
U n a b u rg u es ía rica, optimista, educada en de soledad creadora. E n este p u n to preciso,
trad ició n — limpia tradición, n o en tu r b ia llegó la g u e rra . Y luego la “crisis” de la
y falsa c om o la n u e s tra — sostenía to do el p o st-g u erra, que, en u n sen tid p m oral, n o
sistem a. E l tip o m o r a l del h o m b re b u rg u é s fué crisis, sino o tr o m o m e n t o histórico, al
dió a las escuelas los valores m orales que que ha segu ido un cam bio fu n d a m e n ta l en
les c a racterizab an : técnica, ciencia, e n s e ñ a n ­ la conciencia de la época. D espués, la T é c ­
za de E stad o . Y com o cim a de to d o — flor nica. Y con ella el olvido de los ideales de
y tam b ié n fr u to — se m ovía el ideal h u m a ­ la personalidad. E l individuo se ha disuelto
nitario que Hivmboldt bien d e fin iera: el ideal en función. S er, es ser objetivo. Ser, es ser,
de la personalidad, realizándose en el plano en relació n a un as cosas. V aler significa
de u n a educación estético-hum anística. E l tener cosas y p o d er desp u és con vertirlas
E s t a d o - F u e r z a era tam b ién E s ta d o - Id e a . Su en dinero. Y esto, p o r últim o, significa un
co ncepción del h o m b r e y del universo era poder, o posibilidad de vivir. Y este es el
e n tr e g a d a a las Universidades p ara su p r o ­ pro b lem a que señ ala la división de dos é p o ­
p a g a n d a y realización. cas.
P e ro , m ien tras el E sta d o , a lo la r g o del L a "posibilidad” de vivir se ha c o nvertid o
siglo X I X , v a d esp ojándose, p o co a poco, para .el h o m b r e de esta épo ca en p ro b le m a
de su c a rá c te r cosm opolita y h u m an ista y se central. L a s eg u rid ad eco nóm ica se ha pro-
d esarro llan los g é rm e n e s nacionales, la U n i ­ blem atizad o con c aracteres d ra m á tic o s . Y
versid ad sigue d ictan d o n o rm a s y realizan ­ universales P o r q u e la b u rg u e s ía se ha a n i­
do totalidad. Su f u n d a m e n to apenas v aría. quilado c o m o función eco nóm ica nutricia.
El g lorio so sistem a parecía d o tad o de vida E s te fe n ó m e n o se lo ad v ierte en la U n i­
perenne. versidad con m á x im a claridad. E l estu dian te
P ero , he aquí que al av a n z a r la seg u n d a m edio qu e a ella c o n cu rre llega, en cierto
m itad del siglo, ap arecen en el escen ario de modo, proletarizado. L a instabilidad de la
E u ro p a dos h o m b res, o b stin ad o s y terribles clase a que p e rten ece y la insegu ridad de la
.»egadores, p ro v e n ie n te s de las m á s d iv er­ vida, son, a la vez, im pu lso y contención. Y
ja s concepciones filosóficas y diferentes por ocasión p a ra su desborde. De esas fuerzas
sus ideales m o rales. Y nieg an los v alores y de su d ra m a ti s m o ha recibido H itl e r el
culturales y h u m a n o s de la U n iv ers id ad y p od er dictatorial.
del E stad o . A m b o s se a p a rta n de los idea­ L a técnica y su conciencia social — j u n ­
les universitarios n o rm a tiv o s : M arx, en n o m ­ to a la ly o le ta riz a c ió n — h a n disuelto los
b re de u n h u m a n ism o c o n creto y de una antiguos ideales de la U niversidad . C o n sti­
p ro b le m á tic a social; N ietzsche, en n o m b re tu ye aú n el “ p rim e r” principio de la clásica

— 530
In stitució n ese maridaje de investigación y de modo, sin duda oscuro, un disconformis­
en señ an za P e ro se ha transform ado en in­ mo radical y total. Como diría gustosam en­
vestigación y enseñanza de “técnica”, de
te Ortega, su program a era “un repertorio
“cosas”. P rácticam en te la Universidad ha vital". Se ciñó a un problema de maestros.
dejado de ser la form adora de hombres, la Alguno dijo que la “R eform a” era un cami­
en gen drad ora de grandes ideales. Se resig­ no que iba a dar a un maestro. ¡D ram ática
na a ser la gran expedidora de títulos y
y dolorosa peregrinación en busca de un
renuncia a la gran ambición que hiciera su
m aestra! E so fué, inicialmente, la Reform a
pasada grandeza. L a Universidad tiene las Universitaria.
mism as grietas que el Estado. D en tro de
ella una minoría heroica — gloriosa supervi­ Se ha tornado después, por virtud de la
misma ambición, en programa de Reforma
vencia. .sin duda — se afana y lucha por educacional total. Y luego, de profundo cam­
salvar siquiera su antiguo decoro. ¿Se sal­ bio social.
v ará? N o lo creemos. P o r lo menos dentro
de la actual vigencia social. Y, precisamen­ Confluencia fecunda de un alma de m aes­
te, por virtud de la actual vigencia social, tro y de un alma de alumno, es ausencia
áspera y declinante. T o d o depende, n o obs­ de que padecía y sigue padeciendo la U ni­
versidad Argentina. Y Americana.
tante, del ru m b o que tome el Estado, del
Nada m á s extraño a esa aventura que la
cual es casi su som bra. Asi y todo, no se
presencia, po r una parte de un dómine, y
olvide que el h om b re e stá elaborando una
por la otra, de un alma servil. E sta relación
“nueva cultura”.
repugnante era característica de ia U niver­
P e ro si aquellos elementos actúan en la
sidad anterior al 18. Contra ella se levantó
"gran crisis universitaria” de estos días, una generación defraudada.
aplicándonos a observar el fenóm eno uni­ Disciplina, viene de "aprender” . P ero en­
versitario arg en tin o tenem os que hacer un señando se aprende, y aprendiendo “se en­
g ra n esfuerzo de acomodación a nuestra seña”. Sólo así era posible enseñar en el
g r a n penuria. té rm ino socrático. P a ra establecer ese tipo
E s to no es, "una cosa seria”. fecundo de relación entre maestros y discí­
L a Universidad, salvando lo que haya de pulos — vano empeño en un tórrido mundo
salvarse, h a sido aquí una cosa de aproxi­ de simios — se acusó la rebeldía reformista!
mación, un remedo, una imitación, en alg u­ ¿P uede hablarse al cabo de 18 años de
nos aspectos deliciosamente cómica. Pero, que el movimiento ha fracasado? P o r lo m e­
en su totalidad, penosa. nos parece haber caído en un "impasse” p ro ­
U n g rup o de jóvenes sintió en el 18, a lo longado. P e ro no ha sido estéril. N o habrá
vivo, el descontento de esa triste bufonada logrado, de momento, un objetivo concreto
que era la Universidad, pretenciosa y esté­ o formal, pero el m ovim iento ha servido pa­
ril. Y de ese d escontento nace la Reforma. ra señalar con diamantina claridad el pro ­
H a y que record ar en esta ocasión, con ceso de un mal, cuyas raíces entroncan en
claridad, sus orígenes. Se olvida, con harta lo social. Y ha adiestrado generaciones m a ­
frecuencia, que la exigencia inicial — ¡m aes­ duras ya para hacer y regir.
tros! — sigue justificando, frente a la rea­ A parte del espectáculo grotesco que ofre­
lidad, la prim era posición reformista. ¡La ce la Universidad, merced a su penuria y
m ism a penuria, la m ism a falsificación! falsificación, hoy se sabe que no habrá ver­
¿ L a R efo rm a es la culpable del actual es- daderam ente Reform a m ientras no se refor­
estado de cosas? ¡N o! Ella ha servido sólo me profundam ente la estructura del Estado.
p ara desencadenar un m ovimiento de defen­ ¡Y esto es lo más im portante! E n el 18 era
sa más vasto. Ese aparato defensivo ha sal­ un “sentim iento” ; acaso un atisbo. E n el 36
vado no a la Universidad, sino “a esa” U n i­ es un estado clarísimo de conciencia y una
versidad. E l árbol hay que juzgarlo por sus voluntad inequívoca.
frutos. Salvando lo que haya de salvarse, la Lo social, sí. Pero, el hom bre también.
U niversidad arg entin a sólo produce "apun­ N o todo ha de resolverse en el simplismo —
te s”. E s su gran producción cientifica. dramático, sin duda — de lo político. Se de­
¡ A p u n t e s ! . . . Todavía sus profesores siguen nuncia, ahí, flagrante, la “crisis de una cul­
apeteciendo cátedras, no por la enseñanza, tu ra”. El problema político de torna inse­
sino p o r la “clientela” . Las universidades, parable del "problem a de la cultura” . H e
ciertamente, no son aquí refugio del pensa­ aquí una zona desatendida en el paisaje de
miento vital. la Reforma. N o verla con anticipada clari­
L a R eform a expresó, desde el comienzo, dad, sería, a esta altura, un mal síntoma.

— 531 —
EN TORNO AL SIGNIFICADO HISTORICO DE LA
REFORMA UNIVERSITARIA
por
JUAN LAZARTE

U A N TO nos da una verdadera sensa­ fuerzas activas y generadoras también de la


C ción de lo que fue ese movimiento de
masas estudiantiles y obreras, que se
misma procedencia. Las tres pugnan por
surgir a la superficie desde lo hondo de la
consciencia colectiva, las tres tienen por
llamó “La Reforma”, es la visión de
conjunto, no parcial, sí totalitaria y que no vehículos los esfuerzos de masas y mino­
toque única y exclusivamente el aconteci­ rías más o menos numerosas. Ninguna
miento estudiantil universitario, sino también triunfa específicamente. Cerca de veinte
sus antecedentes y consecuencias, vale de­ años después de su iniciación pública, toda­
cir función colectiva y anatomía histórico- vía están en el terreno vital de las posibles
social. Así concebida la Reforma tiene una realizaciones, porque la Universidad sigue
característica distinta y bien clara, no di­ invicta. Claro que también se concibe una
minutiva ni pequeño burguesa, sino tam­ interpretación integral del momento en la
bién en un sentido vital de reconstrucción tercera y parcial limitadísima en las dos pri­
societaria e históricamente de incitación a meras.
la lucha. Movimiento que corresponde a El estudiantado que fragua en sus movi­
un estado económico, social y político y a mientos la Reforma, pertenece a una clase
una fuerza dinámica de voluntad batallera media importantísima en el país, que en el
y creación, quiere decir, a la nueva historia orden político maduraba con la asunción del
de una época colectiva. mando por el partido Radical en el año 1916.
Hemos de encontrar, por consiguiente, en Las universidades fueron propiedades de
ella el reflejo de pasiones, ideas, intereses las oligarquías conservadoras, que las ha­
de clase, moral y política de la sociedad cían funcionar en beneficio de una clase que
oligárquica y semicolonial de la misma épo­ preparaba en ellas a los futuros gobernan­
ca. La Reforma sistemáticamente obedece tes y alta burocracia del aparato estatal. La
y es hija de un momento social que vive clase media había avanzado y representaba
reflejada en su acción, ideología, táctica, en el 18 un mayoría estudiantil. Este aspec­
medios y métodos de lucha y comprensión to de número, anunciaba ya la superproduc­
científica. Es así que su estudio histórico ción profesional. En líneas generales, en el
significa una honda e integral interpreta­ país desde entonces comienza, sino en he­
ción de los momentos nacionales e interna­ cho, el pensamiento de dificultar el estudio
cionales, dentro del sector de la economía a dicha clase y limitar el privilegio de la
capitalista y sus fenómenos básicos. cultura universitaria a las clases “dirigen­
Se puede distinguir en estos movimien­ tes".
tos, (acentúo el plural, pues no es uno solo La tendencia liberal de la Reforma, ali­
aunque haya aparecido cronológicamente en mentada por la tradición democrática, coin­
Córdoba, como ensayo sistemático de orde­ cide, en su parte negativa, con las otras,
nación y clasificación dentro de la relativi- pero su contenido es Duramente circunstan­
d vi de las cosas humanas), tres fuertes co­ cial y su empuje máximo es percibido en la
rrientes: l 9 La liberal; 29 La pedagógica; lucha anticlerical. La emoción de los prime­
39 La social. Tales corrientes no se conci­ ros tiempos de la Reforma, se siente, como
ben solas o aisladas, son partes de un todo es lógico, contra la Iglesia que domina la
indivisible, tienen fenómenos comunes y Universidad. Las manifestaciones y mítines

C orresp on de al a u to r y tom o, el lib ro " L in c a s y tr a y e c to r ia d e la R e fo r m a U niversitaria'*.


J u a n L a z a r t e . L ib r e ría R u iz. R o sa r io , 1935.

— 532 —
de C órdoba se adornaban con canciones y lucha integral por una Reforma o cambio
gritos pintorescos que term inaban con: fundamental del régimen institucional. P ara
“ abajo los frailes” , “curas n o ”, a los cuales ella la Universidad no era un problema ais­
respondían las fuerzas contrarias con: “cu­ lado que pudiera resolverse definitivamente
ra s sí’’, “viva Cristo re y ” . . . al m argen de la vida y evolución colectiva.
L a corriente general tuvo su valor, in­ U nió a estudiantes y obreros en un solo
ofensivo, por otra parte, como manifestación frente y propició la acción revolucionaria de
colectiva de pro pag an da; con ella o no, la m asas y pensamiento como condición previa
U niversidad quedaba intacta y la Reform a de un cambio en los aspectos culturales del
se caricaturizaba con los líderes liberales, pais que llegara a las más profundas capas
q ue term inaban casándose por la iglesia con de proletarios y campesinos, lo cual signi­
obispo y t o d o . . . con la notable invención, ficaba una verdadera transformación de la
que la religión era un asun to p r i v a d o . . . Universidad en Escuelas técnicas y una ex­
La corriente pedagógica pretendió redu­ tensión totalitaria de la instrucción supe­
cir la Reform a, a una reform a de los E s ta ­ rior, que sólo era posible con una nueva
tutos. C ontó con serios adeptos. L o mismo base económica fundamental: la economía
en B uenos A ires que en La Plata se em pe­ socializada
zaro n a fabricar estatutos, se los aplicaron, L a corriente social que une proletarios y
cam biaro n y recam biaron según el ministro, estudiantes, siguió hasta nuestros dias los
la au to ridad presidencial o el interventor. La ritm os y sinsabores de la lucha general re­
U niversidad quedó como antes o peor, p o r­ volucionaria del pais y mundial, siendo cada
que los reaccionarios se encontraron que vez m ás importante, confundiéndose con el
h aciend o sus estatu to s podian dominar den­ movimiento renovador colectivo que se opo­
ne al imperialismo, guerra y fascismo en
tro de las form as legales. Resultó que tales
cambios entregaron definitivamente la U n i­ indoamérica.
La R eform a en su gran sentido social
versidad a conservadores y latifundistas. subsiste como un movimiento estudiantil co­
Al contem plar la evolución y acción de nectado con los movimientos proletarios.
estas dos corrientes percibimos como fueron Más como efecto que como causa, pero siem­
incapaces para cambiar la naturaleza clasis­ pre im portante por sus fuerzas de lucha ju ­
ta, privilegiada y reaccionaria de la U niver­ venil, por ser escuela de capacitación en la
sidad argentina. En el sentido de estas co­ labor heroica de la transformación de un
rrientes, todos los que se llamaron refo r­ m undo y finalmente por trabajar en la di­
mistas, es decir, los que creyeron que el con­ rección de hacer a los hombres y jóvenes,
tenido de la R eform a era liberal o pedagó­ más cultos y buenos. H o y concretamente se
gico fueron francam ente reaccionarios y te­ levanta como oposición sil fascismo, que
nían perfecta razón en llamarse reform istas: avanza en la captación de la juventud de
así se reconocieron públicamente N azar An- clase mecha, que estudia en las universida­
chorena, Castex, etc. des; se proyecta como símbolo de lucha,
L a dirección Social que es la corriente bandera en to rno a la cual batallan en su
v erd ad eram en te revolucionaria de la R efor­ sector la m ás alta consciencia estudiantil y
ma estuvo p ro p u gn ad a por una minoría que cultural de las juventudes de hispanoamé-
planteó el problema de la Universidad como rica que tienen la responsabilidad histórica
un?, cuestión social y p o r consiguiente, de y trágica de su tiempo.

— 533 —
ESTAMOS EN LO MISMO
por
HECTOR P. AGOSTI

stam os en io mismo. sa de la n ueva clase, h a m b r ie n ta de p o rv e ­


E Hace dieciocho años la “reform a uni­
versitaria” se p ro p u s o e x p u ls a r a la
oligarquía docente, h acien d o la U n i ­
nir y de h orizo ntes? E n el clima de nu estra
tierra, resentida eco nóm icam ente, so m etida
al im perialismo, las nacientes clases medias
versidad del estu dian te y del pueblo. concidían con el p ro le ta ria d o y con secto­
Hoy, la m ism a tarea ren u ev a el afán de las res de la b u rg u es ía n a cio n a l-refo rm ad o ra in­
flamantes, generaciones. O lig arq u ías co n cu ­ teresado s en n u e s tra independencia eco nó­
pis centes e ig no ran tes, entonces. O lig arq u ías mica. I n t e re s e s a p e n a s presentidos, acen­
venales e inservibles, aho ra. Si la U n iv e r ­ tuados en los a ñ o s del n u ev o siglo, halla­
sidad no fué n u n ca del estud ian te — n o d i­ b a n su p u n to n eurálg ico en la expulsión del
g am o s del pueblo — h o y lo es m en o s que p atriciado conservador, exigencia legitim a
siempre. de la h o ra E x p re s ió n política de ese p r o ­
P e r o no es un proceso v an o el de la R e ­ ceso — con las necesarias limitaciones his­
fo rm a U niversitaria, ni son ta m p o c o e stéri­ tó ricas — en el ascenso del radicalism o al
les los años tr a n sc u rr id o s en guerrillas dis­ poder. E x p re s ió n social, la R eform a.
pares. L a R e fo rm a es un m o v im ie n to de p e q u e ­
A tiem p o de h acer h isto ria a d v ertim o s su ña b u rg u e s ía liberal. A sí nace. S u rg e en
p e rm a n e n te — su p erd urab le — actualidad. un inj.tante h is tó rico propicio. L a gu erra, la
L a R e fo rm a es hoy, c o m o entonces, u n p r o ­ revolución ru sa, dan el to n o de alg u n as ex ­
blem a de “r e g e n e r a c ió n ” universitaria. M as presiones de m in o ría revolucionaria. E n el
si entonces n o se lo entendió cabalm ente, fondo está el im pu lso de las nuevas f o r m a ­
h o y sabem os que n o h a b r á R e fo rm a U n iv e r ­ ciones sociales, que clam an p o r la d e m o c r a ­
sitaria — v erd ad era, au té n tic a — m ien tras cia en la vida política y quieren tr a s la d a rla
la sociedad m a n t e n g a su actu al e s tru c tu r a ­ a la U n iv ers id ad — del pu eb lo y p a r a el
ción. E s to es fácil decirlo, p e ro su c o m p r e n ­ pueblo — al tiem p o que p u g n a n p o r a b r i r ­
sión n o p u ed e ser otr.a cosa que u n a c o m ­ se un ru m b o vital.
prensió n activa. P o r eso, cuando en 1930 N ace la R e f o r m a c o m o ex p re s ió n d e m o ­
unr. a g ru p a c ió n de p artid o s estudiantiles d i­ crática, antioligárquica, antifeudal. S u e ñ a
jo que “la militancia en la izquierda u n iv e r­ con u n a revolución — “ u n a h o ra am e ric a ­
sitaria co m p o r ta la militancia an álo ga en las n a ” — que irra d ia rá desde los claustro s sus
izquierdas en la lucha política y social” , fuerzas lib ertad o ras so b re el continente.
ab rió se u na n uevo capítulo en la h istoria re ­ P ro c l a m a la un idad de ob rero s y e stu d ia n ­
form ista, acaso el m á s ce rte ro en la discri­ tes. A firm a m á s ta r d e un antiim perialism o
minación de sus objetivos reales. rom án tico , im preciso, que alc anza a intuir,
L a R e fo rm a U n iv ers itaria obedece a un sin em bargo , el trá g ic o presen te de A m é r i ­
fen ó m en o social: la form ació n de la clase ca. Y allí reside el sen tid o social de la R e ­
media argen tina, en g e n d ra d a p o r la inm i­ fo rm a U n significado inequívoco, a p esar
gración E s e fen ó m en o llena tod o un p erío ­ de todas las filosofías de nu evo c u ñ o que
do de n u e s tra historia que algún día deberá reclamaban el “divorcio de las generaciones”
ser estudiado con v e rd a d e ra dedicación. E n cuando A m é ric a exigía im p e rio sa m e n te su
el am b ien te finisecular — olor de colonia unidad c o n tr a los enemigos' c o m u n e s de
española plena de b atería — la n uev a “cla­ a d e n tr o y de afu era.
se” chocaba con los rancios prejuicios p a ­ L a R e fo rm a es a n te to d o — y oor enci­
tricios. Clase nueva, traía el v ig o r de su ma de sus proyecciones p ed ag ó g ic as — un
m o ced ad y el im pulso de su energía. C o n s ­ m ov im ien to político de peq u eñ a b u rg u es ía
treñ id a p or una o rg an izació n social a tr a s a ­ liberal. E n t r a b a sus raíces en lo m á s p r o ­
da, ¿có m o n o iba a estallar la sa n g re b rio ­ fun do de la realidad argen tin a. D e allí su

— 534 —
im pulso genuinam ente democrático. E s de­ agradecer a la dictadura este precipitado.
cir, libertador. P o rq u e en América la d em o ­ Inicióse una nueva etapa en la historia de
cracia no se entiende separada del proceso la Reform a. N o podría entenderse sin ella
de liberación nacional de nuestros pueblos. la postura beligerante que asumen en la ac­
L a R eform a surge de las “clases medias” . tualidad los gremios estudiantiles.
P o r eso el fenóm eno es primariamente a r ­ H a y que precaverse contra la fácil místi­
gentino. Aquí, en una diferente correlación ca de la Reform a. H a y que creer, en cam ­
de fuerzas sociales que en otros países del bio, en su dinámica, en su profundo dina­
continente, las “clases medias” afirman una m ism o que la torna siempre actual.
categoría histórico-social y política. Y es­ L a R eform a ha superado la miopía doc­
tas clases medias, que han de ser — deben trinaria de su nacimiento. H a afinado su
ser — actores sobresalientes en el dram a puntería histórica. H a vuelto a la calle —
de nu estra liberación nacional, tuvieron en de donde salió — p ara tornar de ella a ven­
19 18 la intuición de lo que hoy ha llegado a tilar el ambiente podrido de la Universidad.
certidum bre. C uando el manifiesto inicial se La Reform a reivindica así la autoctonía
reclam ó “heredero de M ayo” apuntaba en en el proceso formativo de nuestra cultura.
esta dirección, acaso sin advertirlo coheren­ Y al hacerlo, ensámblase en el movimiento
tem ente. Allí e stá la v erdadera significación de liberación nacional. P a ra decirlo más
del fenóm eno reformista. M ás que en la prietamente, en la revolución democrática.
“revolución pedagógica”, que ya sabemos del P o rq u e aho ra entendemos — más claro
desdichado espectáculo docente de nuestra Uni­ que nunca — que el problema de la cultura
versidad. no lo resolveremos con sinapismos áulicos.
S ob re la R efo rm a Universitaria se ha vol­ Si la R eform a afirm a el derecho inmediato
cado un to rren te de interpretaciones biblio­ de los estudiantes a estudiar sin traba al­
gráficas. ¿D ebem os decir que nada tienen guna, amplía su exigencia propugnando una
de común con ella quienes quieren limitarla extensión general dé la cultura. E so es cul­
a un simple problema de procedimientos tu ra de masas. Y eso desborda los límites
educacionales? Si la Reform a ha perdurado, de la Reform a. E so es ya la revolución de­
n o es por su aspecto educacional sino por mocrática, el cambio social que traiga la
su pura en trañ a social. m anum isión nacional del país y la m anum i­
Socialmente considerada, la pequeña b u r­ sión material de las masas.
guesía que actuó en la revolución universi­ N osotros queremos eso. Queremos defen­
taria es la que hoy deriva sus esfuerzos, der la cultura. P e ro queremos hacerla pa­
con más claro instinto antiimperialista, a la trim onio de todo el pueblo, dándole una só­
pelea p or la liberación nacional. La R efor­ lida base económica. Ni nos ilusionamos, ni
m a, como proceso combativo, ha generado atropellamos tampoco contra molinos de
esa conciencia de la actividad tray en d o al viento. Sabemos que nos espera algo más
contacto popular a núcleos presuntamente “su­ que una querella de claustros. Y la afron­
periores” . El movimiento reform ista adquie­ tam os con la segura tranquilidad de ir labo­
re. por lo mismo, una decisiva significación rando el futuro argentino.
histórica en el p an o ram a argentino, no obs­ E stam o s en lo mismo.
tan te las brillantes doctrinas nocivas que E ero no se han perdido las energías gas­
generó. tadas.
A dieciocho años de su nacimiento corres­ El estudiante de 1936, advenido en una
ponde decir que el valor intrínseco de la castigada realidad económica y política, se
R efo rm a U niversitaria mantiénese inaltera­ ha elevado por sobre muchas miras de sus
ble. N o es «1 m o m en to de historiarlo aquí. camaradas de 1918.
S urgido como actuación de pequeña b u r­ L a Reform a perdura por su pasado de
guesía revolucionaria en sentido nacional, combate y en perm anente afirmación de li­
ese envión inicial prosigue, completándose bertad democrática. Su pasado es su pre­
en conceptos cada vez m ás amplios y p re ­ sente, depurado ahora de alg u n as_ ilusiones
cisos. C uando el movimiento reform ista su ­ ideológicas que limitaron el vuelo inicial.
fre la prueba dictatorial, en 1930 , depúrase Si los estudiantes argentinos aprenden la
con ella de todas sus vacilaciones. Y desde lección, si hacen de la Reform a un instru­
entonces será una incongruencia el “izquier- m ento de pelea en la liberación de nuestra
dism o” encerrado en una torre de mármol tierra, no se habrán perdido los esfuerzos
d esdeñosam ente universitaria. desparram ados en dieciocho años.
E l movim iento reformista acaso deba C á rcel, Junio de 1936 .

— 535 —
PROBLEMAS DE LA REFORMA
por
SANTIAGO MONTSERRAT

A R e fo rm a U n iv ers itaria plantea tres H a c e r esfuerzos p a ra se p a ra r la U n iv e r­


L p rob lem as fu n d am en tales en to r n o a su
contenido ideológico o disposición e s ­
piritual i n t e r n a : . 1?. U n p ro b le m a de
sidad de las inquietudes políticas y sociales
dom in antes, es pe c a r de un excesivo celo
especulativo. L a Universidad no puede libe­
cultura (relaciones de la U n iv e rs id a d con ra r s e de u n a cierta “inteligencia" con la
el espíritu del tiem p o : la U n iv ers id ad como realidad viva de su tiem po. Y ello por dos
o rgan ización de u n sab er c ie n tífico -técn ico ); razones:
29. U n p ro b le m a social (la U n iv ers id ad y la a) P o r q u e es un p u n to de intersección
realidad política y eco n ó m ica socialm ente de las co rrientes qu e circulan en el m u n d o
d a d a ); 3". U n p ro b le m a estrictam en te p e d a ­ m aterial y cultu ral en que desenvuelve sus
gógico (la U n iv e rs id a d com o institución d o ­ ta r e a s ;
cente) b) P o r q u e la U n iv ers id ad y el E s ta d o son
1. - L a U n iv ers id ad es o rg an izació n o es­ dos m o d o s de un m is m o ob rar. N o es un a
tr u c tu ra c ió n de u n saber. P e r o no de un sa­ casualidad que la prim era , c o m o cuerpo do­
ber ideal, sino de un sab er histórico, co n ­ cente superior, se org anice en instituciones
creto, es decir, de u n p ro ceso cultu ral d e ­
ríg id as c o n ju n ta m e n te con el E s t a d o e u r o ­
cantado, sustantivo. U n a teo ría sociológica peo en el sentido que le a tr ib u y e A lfredo
del m ism o, pone en evidencia el origen s o ­ W e b e r ; com o ta m p o c o la hay en la estrech a
cial de la U niversid ad c o m o cen tro vivo de
relación de aquél, b a jo las fo rm a s de t o t a ­
recepción y tr a n sm isió n de este saber. E sto ,
lidades políticas con stituid as so b re a n tig uas
a p a rte de su o tr a función específica que c o n ­
co m u n id ad es te r rito ria lm e n te confusas, con
siste en velar p o r la cu ltu ra con el firme
la v o lu n tad económ ica que a n im a el m o d e r ­
sentido de u na a c titu d histórica que lleve en
no capitalismo.
su seno las infinitas posibilidades del espí­
ritu h u m a n o Su papel co nserv atista de los 3. - N o siendo la U n iv e rs id a d u n a fuente
bienes culturales debe enten derse, pues, en originaria de la cu ltu ra no puede exigir su
el to n o de u na ín tim a disposición valorativa monopolio. L a cu ltu ra nace de un co m p le­
cuya e s tru c tu r a in te rn a re p re se n ta la multi- jo encendido de vida histórica y p e n e tra
lateralidad especulativa y p ráctica de to d o en la U niv ersidad, cuya m isió n fu n d a m e n ­
saber, cu ya idiosincracia sociológica lo p o ­ tal consiste en la tr a sm isió n de sus valo­
ne en tr a n c e de co n sta n te renovación. res esenciales. P re c is a m e n te p o r esto la U n i­
2. - L a R e fo rm a n o es un p ro b le m a que versidad es u n cen tro de cultivo espiritual
pueda circunscribirse p u r a m e n te al o rd en — fu nció n científica y filosófica — y un
universitario. E s la rep ercu sió n de un p r o ­ m edio de aplicación de aquellas conclusio­
ceso que ab arca la to talid ad de la vida s o ­ nes científicas — técn ica: docencia y p re p a ­
cial y hace que la U n iv ersid ad se sienta ració n profesional — y n u n ca un o rg a n is ­
acuciada p o r las u rg en cias de u n a re v a lo ra ­ m o creado r de saber.
ción in m ediata. P o r lo tan to, no h ay que N e g a r la “ educación de las m a s a s ” a r g u ­
c ipcebir a ésta com o d eterm in ad a p o r la m en tán d o se, com o hacen J a s p e r s y C urtius,
sola legitimidad in m a n e n te del espíritu si­ que cuanto más la nación llega a ser masa tanto
n o p or una v o lu n tad histórico-social. N o más necesarias son sus “élites”, p ara de allí con­
púede p reten der erigirse en r e c to ra absoluta cluir que la Universidad tiene que servir en pri­
de la personalidad h u m ana, p ro m o v ien d o en mer término tal formación de minorías selec­
ella una v o lu n tad espiritual en el sentido de tas, es cerrar los ojos a la realidad o concebir
Spnanger, que ten d ría p o r fu n d a m e n to la s u ­ la Universidad esencialmente como una catego­
p re m a instancia de u n a idea esencial de la ría espiritual suprahistórica, ajena a los moti­
U niv ersidad com o catego ría metafísica. vos determinantes de su existencia y función es­

— 536 —
pecífica. L a Universidad como idea no se puede y de la sociedad. L a verdadera educación
separar de la Universidad como experiencia. universitaria sólo podrá alcanzarse en una
Y al decir experiencia nos estamos refirien­ comunidad en que el E stad o se refleje en la
do al m undo de las fuerzas reales v m o ­ Universidad como un todo político sin di­
rales que mueven el acaecer histórico. ferencias de clases sociales.
A menos de hacer gala de un profundo Aquí los hechos nos demuestran la ín­
desprecio por el hombre, puede la U n iv er­ tima relación de estas dos instituciones y
sidad dejar de recoger en su seno este hálito el legítimo derecho que sustenta la U ni­
de hum anidad que hoy sube en el mundo versidad al sentirse henchida d? preocupa­
desde las esferas m á s hondas de la vida ciones políticas.

- 537 —
CALLE = UNIVERSIDAD = CALLE
por
FRANCISCO C. DEFFIS

STE es el itinerario de la juventud auténtica capacidad. Las fuerzas no se han


E univesitaria de hoy. De la calle a la
Universidad y luego, de la Universidad
a la calle. O lo que es lo mismo, par­
dejado, como se presume, en la ruta andada
y desandada de la Reforma Es que hoy, la
salud política y cultural del universitario no
tir de la política y regresar a ella. Hoy, esto le permite el esfuerzo que se le exige. Co­
se ve claramente. Hoy nos explicamos por­ mo tampoco la salud política del pueblo, per­
qué en el transcurso azaroso de la lucha por mite a éste una superación.
la Reforma Universitaria sin más armas que Reforma, estrictamente Reforma Univer­
estas dos palabras generosas y vacías, nada sitaria, es en la actualidad para los más, una
se ha logrado. sarcástica utopía; para otros, palabras blan­
A través de 18 años se registran pequeños das, maleables, que entran en los discursos
triunfos efímeros y repetidos altos en el ca­ académicos y en las vociferaciones calleje­
mino para tomar orientación. Nunca ésta se ras de la más ínfima demagogia. Reforma
logró con exactitud. Muchos 15 de junio en­ Universitaria es todavía, un escaso conjun­
contraron a la extendida falange reformis­ to de proposiciones inofensivas capaces en
ta — nada más que reformista— . dando vuel­ definitiva de, gestar incitaciones de corto al­
tas en el mismo sitio, o encerrada súbita­ cance; a tal punto, que el más crudo reac­
mente en oscuros callejones sin salida. Ape­ cionario de la Universidad las encuentra in­
nas se cuidaba entre duras alternativas, el ofensivas, revueltas dentro de i:na mecanismo
legado que dejara a la juventud, aquel movi­ cuyo control está todavia en sus manos.
miento primario: un cúmulo de informes de­ 1936 ha encontrado la misma minoría, de­
seos, el aliento de una ilusión, la imagen tenida en el camino de la Reforma, pregun­
esquemática de un mundo mejor. tándose a sí misma, adonde va, cómo va y a
Aproximadamente de 10 años hasta hoy, qué va.
sólo se mueve dentro de la Universidad una Hoy puede ver, que el movimiento de 1918
minoría. El resto, la gran masa estudiantil, fué un típico movimiento de la pequeña bur­
parece rendida de una sospechosa extenua­ guesía nacional. Las pequeñas burguesías
ción. El deseo heroico de ayer que conmo­ forman siempre en la vanguardia de las re­
vió a los universitarios en su totalidad, dió voluciones, y siempre también son despla­
paso insensiblemente a las reminiscencias. zadas y absorbidas. Estos son sus destinos.
Y para esa mayoría la reminiscencia fué el La clase media argentina, socialmente “ma­
único programa posible de lucha. Mayoría dura”, hizo explotar el movimiento.
y minoría universitarias perfectamente de­ Coincidió, porque eran fenómenos de la
finidas. Divorciadas a veces en los momen­ misma raíz histórica, con el triunfo del ra­
tos más tremendos de la lucha. Minoría dicalismo en la política — política de la cla­
alerta y mayória extenuada, con una mala se media— sobre un viejo sistema colonial
fatiga de salud desvanecida. y oligárquico. Sol, agua y abono para que
.Los estudiantes de 1918 pudieron lamen­ reventara este retoño de 1810. Proletariado
tar el fracaso de sus intentos. Pero hoy, y burguesía se comunicaron a través de ese
justamente en esta hora trágica del mun­ puente. Por supuesto, no se pudo "revolu­
do, el universitario ya no intenta. Tampoco cionar” sino destruir y desterrar los fatídi­
puede hacerlo. Para que hoy pueda ensayar cos patriarcas, quemar los beatos en la plaza
un programa de lucha, debe cambiar el re­ pública. Se libró así, al campo de la polí­
pertorio de ideas, sentimientos y métodos tica, un tipo liberal, “come frailes” y huma­
que sirvieron en el año 18, que eran “sufi­ nista. resultando de las lecturas cautivantes
cientes” en el año 18. De ahí que la difi­ de fin y principio del siglo.
cultad de la empresa exija, antes que nada, La revolución rusa del 17 sirve en esos

- 538 -
días para m eter miedo y anunciar con voz queña burguesía, y mantiene como ella, un
de cuco, la p ró x im a “au ro ra ro ja”. equilibrio inestable. F o rm a en las filas de
E n lo social, este movimiento, fué el des­ la clase media, que fué la clase revoluciona­
p e rta r de una clase nueva que en lo político, ria del 18, clase que hoy está imposibilitada
sólo aspiró al ejercicio del poder. Los estu­ de dar, como clase, un solo paso distinto del
diantes del 18, arrem etieron a su vez contra que le marquen.
el patriarcado universitario y contra la U n i­ La Universidad es pues su reflejo y el r e ­
versidad colonial. N o podía ser de otra m a ­ flejo de su clase: pequeña burguesía some­
nera. E ra n los enemigos m ás aparentes, m á s tida al gran capital, al imperialismo y a la
representativos. F u é un m o m ento en que se Iglesia. Talvez Universidad democrática, en
había de disparar contra todos los blancos. la m anera que son democráticos los regí­
El fuego reformista parece alcanzar a la menes políticos de nuestra democracia am e­
vetu sta universidad argentina. P e ro en ver­ ricana.
dad sólo quema lo m á s hueco y podrido. Hoy, la m ayoría universitaria aspira a
L o único que la universidad podia darle para servirse de la Universidad para "s up erarse1’
que quemara. Y pasada la ola de fuego, socialmente, para adquirir el pasaporte que
cuando empieza la reconstrucción, la Refor­ la lleve al contacto de la burguesía mayor,
ma alcanza a la vieja enemiga algunas tin­ para ingresar a la política nacional ba_tida
tu ras y un aparato ortopédico p ara que se por todos los vientos capitalistas y allí cerca
presente m ás remozada. Y nada más. Y es de la lumbre, consolidar su posición econó­
m ucho; es todo lo que podía hacer. P o rq u e mica. El estudiante lleno de_ savia juvenil,
política y socialmente, el añ o 18 m arca una henchido de informes pero nobles deseos, el
etapa, da plenitud a un trance histórico. P e ­ profesional después, desaparecen integral­
ro, a la vez, te rm ina allí mismo, se periclita. mente digeridos. N o se busque por otra parte
Q u ed a el ejemplo, la enseñanza, el adies­ el fracaso de la Reforhia.
tramiento, la posibilidad Se prolonga el es­ El sentido vital de la Universidad, su am ­
píritu del año 18 , pero no pueden prolongar­ plia trascendencia social como realizadora de
se sus métodos, sus objetivos inmediatos. la cultura,— aparte de su capacitación téc­
El cambio docente, la superación técnica, y n ic a — , po se logrará con periódicos tum ul­
las concesiones del régim en universitario, tos, con estridencias, con “asaltos1’. Estamos
son suficientes para limitarlo, para cerrar sus en una etapa en que los universitarios deben
caminos. ser orientados con agudeza, en que a la luz
L as castas universitarias aceptaron el p re­ de todas las claridades p osibles,— claridad
sente conform ado en definitiva a su manera, a costa de t o d o — , les sean m ostrados los
como lo aceptó la alta burguesía en el cam ­ secretos del camino. Si persiste este confuso
po político y aún entró a colaborar con esta y artificial porvenir que ahora aceptan como
clase nacida tan vigorosamente. destino de “su ” Universidad, se los obliga
Pero, lograda su cohesión, la clase media a que por sí mismos, con lamentables y es­
reacciona, hace su conciencia, y se acerca casos materiales se construyan una realidad
desaprensivam ente al enemigo, aspira a “ser” sujeta a los factores políticos y sociales que
ese enemigo. Como siempre. los influyen.
La R eform a U niversitaria se debate en Reformar una Universidad, es reformar un
este campo a través de 18 años. Cumplidos régimen político y social. E sto está demos­
é s to s u la R eform a no se ha iniciado. Que la trado. El estudiante debe salir a la calle.
universidad se ha superado técnicamente, que H oy su destino está en la calle. Si la polí­
ha cambiado su beaterío por otras posicio­ tica debe cobrar a la masa, junto con la
nes espirituales equivalentes, no se puede masa debe ser cobrado el estudiante que no
negar. Y es porque su vida, su superación se ha resuelto aún en este terreno. Ni tem or
o su decadencia, es la vida, la superación o a la realidad, ni cobarde optimismo. Hay
la decadencia del régim en político y social que arrancarle las dos cosas, porque entre
de que se sustenta D em ocracia en la polí­ tanto es víctima y es culpable.
tica, U niversidad democrática, un poco m á s El universitario, ni nadie tampoco, puede
expuesta al asedio de las corrientes cultura­ sustraerse ya a la lucha política. No se puede
les que vienen de afuera, con alguna posi­ refugiar bajo el rótulo de una “actividad
bilidad de alb ergar voces distintas. superior”. Nuestro tiempo vive, se nutre y
Más, siempre bajo el contralor vigilante cambia merced a ella.
de los que marcan su destino, como lo mar­ Dentro de la Universidad, hoy, nada es
can tam bién p ara la política. posible. Salir sí de ella, entrar en la vida de
Con ese horizonte, macizo y opaco ho­ la calle, conquistarla, para que, al propio
rizonte, que o tra cosa que no sea mejora­ tiempo, desde un sistema filosófico, {lesde
miento técnico, exclusivam ente técnico, se una doctrina y desde un específico y con­
le puede exigir ahora. Nada más. Absolu­ creto m étodo de lucha volver a entrar y re­
tam en te nada más. mover hasta sus cimientos. Todo lo demás,
E l universitario actual pertenece a la pe­ todo, es tiempo perdido.

— 539 —
cQUE ES LA “REFORMA UNIVERSITARIA” ?

1 2
LLA, no fue, sino que e s un movi­ I llE N S O que la Reforma Universitaria
E miento de categoría histórica con que
surgió en 19 1 8 de las universidades
una nueva generación social latino-americana,
I significó el primer pronunciamiento
juvenil americana contra los factores
que reprimían el desenvolvimientQ cultural y ma­
cuyo designio supremo consiste en la substi­ terial del continente a causa del vasallaje a
tución del régimen oligárquico imperante, por que estaba sometido. Por ello constituyó ob­
un orden nuevo fundado en principios econó­ jetivamente una insurgencia antiimperialista.
micos, sociales y políticos que permitan y Quiso libertad, cultura, justicia, emancipa­
garanticen el libre desarrollo de la personali­ ción.
dad humana. 29 — La meta final postulada por la Re­
29 —■ Puede encauzarlo todo y puede serlo forma no fué alcanzada, posiblemente porque
todo, porque hallándose hoy en el apogeo de no hubo orgánica uniformidad ideológica y
la parábola de treinta gjios que, según la ley política acerca de las cuestiones esenciales,
sociológica de Dromel'y de Lorenz, describen excluidas las cuales no puede llevarse a efec­
las generaciones sociales, el movimiento re­ to certeramente la acción emancipadora. En
formista nacido en 19 18 se encuentra, a consecuencia, no tuvo fuerzas suficientes pa­
pesar de apariencias adversas, en su des­ ra propender a la organización de las fuerzas
arrollo pleno. He predicho hace cinco años populares y obtener para ellas una auténtica
en uno de mis libros, que la ideología de la orientación y dirección revolucionarias. No
generación del 18, comenzaría a realizarse alcanzando o no pudiendo educar las multi­
alrededor de 193 3 , “regida por nosotros pero tudes en la idea reformista emancipadora,
ejecutada por los nuevos”, tal como parece retornó a lo meramente universitario y allí
que se cumplirá, a juzgar por esta sed del se enquistó.
agua primordial de la Reforma, que comprue­ 3’ — A pesar de todo la Reforma Uiver-
bo en los estudiantes de hoy. sitaria es hoy en América la idea libertado­
La Reforma Universitaria logrará sus fi­ ra dominante en la mayoría de la porción,
nes, reorganizando la sociedad argentina y más organizada y adelantada de su juven­
latipo-americana, sobre las nuevas bases que tud. Es el ideal que mantiene encendido el es­
ya tiene formuladas en un denso cuerpo de píritu de emancipación continental entre los
doctrina. De lo contrario, la Nueva Genera­ jóvenes estudiantes. Desarrollada, puede ser
la gran palanca educativa del resto de la ju­
ción habrá fracasado y con ello, producido
ventud y de la población. Es la bandera de
un “hiato” que dejará vacia toda una época las luchas antidictatoriales y antirreacciona-
de nuestra historia.
rias. Es el anhelo de difundir elementos de
Las demás preguntas no pueden ser con­ cultura, de aventar mentiras sociales y pro­
te Vadas porque, de acuerdo con mi plantea­ pender a. la dignificación del hombre. Hay
miento fundamental de la cuestión propuesta algo en la Reforma de renacentismo; pero
por el cuestionario de “Flecha”, aquéllas en­ renacentismo militante.
cierran el enunciado de una premisa falsa: 49 — Es y será abanderada de fila en la
la que resulta de la formulación en pretérito gesta americana; precursora y vanguardia.
de un movimiento que es todo actualidad. Será uno de los movimientos que con mejo­
res títulos concurrirá a libertar las mentes
J ulio V . González de los pueblos, barriendo oscurantismos y
(Ex-Consejero y Profesor) mentiras, engaños y supersticiones.

— 540 —
■ En cuanto a confrontar distingos y cación de la pedagogía social del filósofo de
coincidencias entre ambas épocas, me incli­ Marburgo, si por si sola no basta a probar
no a preferir establecerlos sobre el estudian­ la influencia del neokantismo, sobra para
tado y el profesorado. El estudiantado del 18 concluir que si se la ha utilizado ha sido co_
poseia, sin duda, un optimismo lírico y un mo u" ,simDle instrumento de lucha contra
desborde tumultuoso propios del primer le­ el positivismo
vantamiento El del 36, pasada la dictadura 2? — En cuanto irrupción del flujo vital,
uriburista y en plena curva ascendente hoy, la Reforma debió ser: de una parte, una des­
es más experimentado a fuerza de luchar, trucción de los valores del orden (mejor di­
más depurado a fuerza de marchar y de com­ cho, del desorden), imperante; y, de la otra,
prender. Pienso que los dirigentes reformis- el planteamiento severo y riguroso de la nue­
tos del 18 fueron más caudalosos y ardientes, va problemática exigida por la cultura de tan
de mentalidad más amplia y rumorosa; los grandes como ricas perspectivas, con que se
d_el 36 — en medio de su proceso de forma­ ha inugurado este siglo.
ción apuntan más exactos y quizá más 39 — Pocos, muy pocos (se puede hablar,
flexibles, más prudentemente audaces. licitamente, en plural?) son los que han que­
. — Con referencia al profesorado veo una rido hacerse cargo de esa problemática. E11
diferencia que puede resultar importante. En el mayor número de los reformistas quedó
su mayoría el del 18 ubicaba su "habitat” en vacilante el pulso rebelde, y. a favor de esta
la humedad claustral y defendía el muro colo­ vacilación suicida, cobró la reacción una fá­
nial a cuya sombra perpetuaba la especie. cil victoria.. Por eso es que todo está hoy
Era enemigo del aire y del sol. Sobre todo como era antes. El balance del 18 no arroja
de la calle. En el 36_. aún sin constituir un otra ganancia que la incorporación a la do­
cuerpo óptimo, existen indicios que permiten cencia de algunos hombres ilustrados. Esca­
suponer con fundamento la existencia de un so aporte, cuando se trata de problemas ge­
gran sector docente antidogmático y contra­ nerales.
rio a camarillas, amante de una Universi­ Se ha producido también un mayor acer­
dad de vida expansiva y honda, desdeñoso camiento entre los estudiantes y los obreros.
de las frases escolásticas oficiales, inclinado Esto es, sin duda muv importante. Pero con­
fervientemente a la investigación y a la do­ viene no perder de vista que, mientras ese
cencia, enemigo de la reacción antiuniversi­ acercamiento se acentúa en el tiempo del estu­
taria y anticultural. Es, pues, un valioso alia­ diante, no se prolonga siempre en el tiempo
do por ganar Creo que no lo tuvieron los del profesional.
primeros reformistas en el mismo grado al 4' — La Reforma Universitaria puede ser.
menos en que podemos obtenerlo los refor­ Debe ser. Para ello me parece indispensable
mistas de 1936. que el hombre afiliado a su causa profundice
E n r i q u e A. Puccio
estas dos lineas de problemas: la de la for­
(Estudiante). mación del estudiante a favor de un proceso
de la enseñanza acorde con los estadios vita­
les (niñez, adolescencia, juventud); y la de
3 la reforma le los estudios universitarios, de
modo que estos se propongan una adecuada
1® T T organización de la vida espiritual desintere­
I A Reforma Universitaria, en 1918 , fue sada. de la preparación técnica y de la in­
I una expresión del movimiento juvenil,
J vestigación.
movimiento concomítantemente acusa­ ¿Que la vigencia armónica de las conclu­
do en todos los pueblos de Occidente, según lo siones de ambas lineas sólo es posible dentro
he dicho en uno de los capítulos de mi “Inves­ de un orden social compatible con ellas? Lo
tigaciones Pedagógicas”, f1) admito.
Como expresión juvenil, fué una insurrec­ Lo admito, y afirmo que la obtención de
ción contra el intelectualismo — de las peo­ esas condiciones es el deber más ineludible
res calidades, en nuestro pais — , consagrado que impone a todos los hombres responsables
en la rutina de los estudios. esta hora crucial de los destinos humanos.
Consecuentemente, debe ser considerado 59 — No encuentro diferencias fundamen­
como el resultado de una apostura vital an­ tales entre los estudiantes de 1918 y los de
tes que como el resultado de una determina­ hoy. Ayer como hoy, son las víctimas propi­
da dirección filosófica. Pues, nada abona la ciatorias de un régimen deseducativo calcu­
opinión según la cusí el neokantismo de Na- lado para mutilar sus mejores calidades. Ayer
torp le sirvió de doctrina. Natorp mismo se como hoy, los estudiantes son los personajes
negó a dar crédito a esta opinión, cierta vez que buscan un autor para su drama.
que le piostré un ensayo en que se la expo­ 6 ’ — Semejanzas y diferencias entre el pro­
ne; y el profesor Honecker, a su vez, la re­ fesor de 1918 y el profesor de 1936? ¿A qué
chazó de plano, diciéndome que la mera invo­ profesor se refiere esta optimista pregunta?

( 1 ) V e r la S e c c ió n t e r c e r a d e e s te T o m o .

— 541 —
¿No parece más exacto preguntar por las se­ 1936. la mayoría es materialista y la minoría
mejanzas y diferencias entre el abogado, el romántica.
médico y el ingeniero de 1918 y el abogado 6 9 — Las semejanzas son muchas. Las dife­
y el médico y el ingeniero de 1936? rencias también. Es indudable que actualmen­
Saúl T aborda te hay mayor capacidad técnica en el profe­
(Ex-Rector del Colegio Nacional sorado, pero también es cierto que a la ma­
de La Plata). yoría le falta contacto con las ideas que de­
ben unir la técnica especializada, con el am­
biente social.
4 C arlos B randan C araffa
Profesor.
1° "T" A “Reforma Universitaria” fué un
I . magnífico geiser de entusiasmo, un es-
J —* tupendo borbollón de palabras. Pero el 6
agua se fué por entre las manos. Y no quedó la
suficiente para cocinar un par de huevos... 1° TT A Reforma Universitaria, fué un mo-
2 ? — La Reforma no ha alcanzado otra I 1 vimiento renovador y antidogmático,
cosa que la virtualidad de su fracaso. Basta * que saliendo de la Universidad se
leer los libros de actas de las tres Faculta­ proyecta en el campo social, como un elemen­
des, para constatar la sistemática masacre de to progresista y liberal. Fué un paso adelante;
sus ideales. La Universidad sigue siendo una tuvo algo del torrente, que no encuentra su
ruina colonial. . . rumbo, pero que avanza. Significó el despertar
3'-' — Recuerdo la risita ambigua de Mar­ un poco sentimental, pero combativo, de un po­
tin ex-Gil durante el episodio iconoclástico deroso movimiento popular. Dentro de la tra­
del 15 de junio. Una sorna secreta comentaba yectoria nacional fué la “continuación del
el ímpetu juvenil, como diciendo: pensamiento que se echó a andar por Amé­
¡Bah, bah! Humo de paja... Hervor de rica, una lluviosa mañana de Mayo”. El mo­
leche..’ ¡ l a t e g ó , a e r é ! vimiento reformista, forma en las tradicio­
4* — El paisaje humano no cambia en diez nes más puras, de las luchas por la libera­
y ocho años Cuanto más, oscila un poco. El ción nacional. Este es su mayor elogio.
estudiante de entonces es el mismo de aho­ 2’ — Una minoría de pendantuelos, avasa­
ra. Tara: tanto; neto: tanto. ¿Para qué ha. llando el límite de las atribulaciones histó­
cer distingos? Strdente? V u o l d ic e u n ta le ricas del movimiento, quiso: a) lograr para
c h e n o n s tu d ia n i e n t e . .. La cultura es faena si, la hegemonía de las luchas reivindicado-
ultra-universitaria. ras del proletariado; b) hacer de la Refor­
59 — Aquí no hay vocación, sino abordaje ma, como ideología, la teoría americanista de
a la docencia. Un reformista escribió: “La liberación continental: c) organizar el par­
huelga de las ideas” Ahora es profesor. En tido político de la “Nueva Generación” .
la Universidad, los profesores — haciendo pen- Esto es lo que "no alcanzó y no pudo ser”
dant con los alumnos — viven en huelga la Reforma Universitaria, a pesar del inten­
permanente.... to de los que se creyeron cerebros predes­
ó9 — La verdadera “Reforma Universita­ tinados, para la salvación del continente. Este
ria” se logrará — tal vez pronto, quizás nun­ es el aspecto negativo, oscuro, que preten­
ca — sin intervención de ninguna especie de dieron inyectarle a la Reforma. Con esta ac­
alumnos y docentes. Por simple férula de titud nada tuvieron que ver las masas que
hombres bien intencionados. Cuando arrasen lucharon en la calle
con todo las fuerzas filoneistas. 39 — El movimiento reformista, comprende
Juan F il l o y que el enemigo de los estudiantes, es el mis­
(Magistrado y Escritor). mo de toda la juventud y de la mayoría del
pueblo argentino. Un hilo de sangre corre,
hoy, a los pies de esta generación; es la gue­
5 rra civil, que la impulsa el capital extranjero
y los vende patria, que con Fresco y Pinedo
1° ~W~A Reforma Universitaria, fué un mo- a la cabeza, les sirven de agentes. Por eso la
I , vimiento romántico. Reforma, une a los estudiantes; trabaja ,por
“ 29 — No pudo alcanzar ni pudo ser agrupar a la juventud y se suman al Frente
íxás que un movimiento romántico, porque no Popular, que detendrá la guerra civil, o aplas­
tuvo ningún programa concreto. tará a los que la provoquen.
3’ — Actualmente es un mito. Y un “ta­ 4 9 — Mañana, el movimiento reformista,
bú” para mucha gente. siguiendo esta corriente, que tiene honda raí­
4* — Mientras no se concrete un progra­ ces en nuestra trayectoria histórica, será una
ma, la Reforma Universitaria seguirá siendo parte activa, audaz, del gran movimiento pa­
un mito. triótico y libertador, que se levanta en todos
5* — En 1918, la mayoría del estudiantado los caminos, en la lucha contra el imperialis­
era romántica y la minoría materialista. En mo, y que traerá una Universidad nueva; que

— 542 —
dará solución a los problemas de la juven­ 1918. Un gran sector discutía a José Inge-
tud v proporcionará pan. paz y libertad, a nieroSj se abrevaba en Comte y en Spencer
las masas populares del país. y se entusiasmaba con “el grupo científico”
5' — Semejanzas. Hoy como ayer, el mis­ (Hertz, Maxwell, Mach, Ostwall); gustaba
mo sentimiento de lucha y el mismo afán de exclamar con este último: “todo es energía,
democratizar la enseñanza. no hay más que energía” ; consideraba a la
Diferencias no las hay. Existe el lógico ciencias como un esquema de ordenamiento
desarrollo del movimiento. Los estudiantes económico de las cosas o como el único me­
han penetrado, hoy, más hondamente en el dio capaz de encontrar el encadenamiento re­
estudio del problema universitario y social; gular del acaecer y, sobre todo y vocinglera-
y esto, no obedece a que sean más inteligen­ rnentej había resuelto desentenderse del pro­
tes que sus compañeros del 18; sino que no blema de la personalidad. (Quien osara ha­
han pasado en vano cuatro décadas de lu­ blar del alma, del yo o del espíritu corría
chas, de avances y retrocesos, que han ido grave riesgo de padecer el mote de moda:
acumulando experiencias, y dando lucidez en “¡cristiano!”). De aquí surgieron los caudillos
el ideario; y luego, el factor fundamental, y más dinámicos y eficaces, quienes no fueron
es que la misma evolución histórica, ha ido "ni desinteresados ni puros”. (Excepcional,
aclarando el panorama. mente uno de ellos, muy enfurruñado hoy
El capitalismo, pulpo de poderosos tentácu­ en su castillo interior, permanece aún tan in­
los, realiza la explotación dosificando sus contaminado que la “generación enigmática"
fuerzas, graduándolas a las condiciones de ca­ —■ “enigmática” para los que tenemos 40 años
da período Observando las luchas del estu­ — debe obsequiarle un alcázar ubicado en un
diantado, desde la toma de la Universidad el cuerno de la luna).
15 de junio de 19 18 , vemos que sobre ellas Una reducida peña, apasionada y cejijunta,
gravita un mismo sis_tema, una misma confa­ devoraba a Dostoiewsky, hablaba el recio len­
bulación de fuerzas, presentada con distinto guaje de Miguel de Unamuno y se desvivía
ropaje. Entonces, aparecía en primer plano, por dar a la Revolución la sangre de su ser,
pesando sobre todo el movimiento popular, su vida perduradera, identificándola con la
el jesuitismo; eso íué conformando la men­ causa de “todos los humillados y de todos los
talidad estudiantil, en un sólido anticlerica­ ofendidos”
lismo. Luego, en 1932. va modificándose su Burguesitos barbilindos, adoradores de
pensamiento, abandonando el período infan- “Afrodita”, exaltaron las figuras simbólicas,
tilista y un poco confuso, frente a los ru­ repentinamente agrandadas, de los jóvenes,
dos combates contra la dictadura de Uriburu. oligarcas spencerianos, traidores a su clase,
Así penetra en la mentalidad estudiantil el quienes intituyeron, con la toma del poder
odio al fascismo. Entonces se encauzan las por el radicalismo, el tórrido clima propicio.
energías y se delinea el rumbo En 1936, este Así Hipólito Yrigoyen es el ejecutor indiscu­
proceso entra en su madurez, el estudianta­ tido. En la letra 4 años después y en Córdoba
do golpeado por 6 años de cris.is económica, "ejecuta”, en las mismas letras de los Esta­
comprende a través de una violenta ofensiva tutos, el insigne interventor Sagarna. Des­
que el capital extranjero lleva sobre todos los pués. odas, elegías, mascarones de proa de
sectores de la vida pública, que el imperia­ bajejes vencidos. ..
lismo y sus hábiles secuaces nacionales, son 2 9 — Ni alcanzó ni pudo ser lo que quería
los verdaderos enemigos de la Universidad la minúscula peña: la formación de hombres
y del pueblo Contra ellos descarga sus lu­ capaces de participar vivientemente en la vi­
chas. *■ da de la comunidad humana; la r e a li z a c ió n d e
69 — La Universidad es parte del engra­ u n a U n iv e r sid a d .
naje social; hoy, como en el 18 , está en ma­ 3° — Profesionalmente una superación.
nos de los oligarcas. Los profesores son par­ 49 — Un instrumento de la lucha de clases.
te de la Universidad, hoy como en el 18, es­ 59 — Mientras el líder del 18 gozaba de la
tán al servicio de la oligarquía. Solo una pe­ protección del presidente de la Repúblisg, el
queña minoría salva la dignidad del profeso­ líder del 36 está encarcelado desde hace 17
rado argentino, estudiando, investigando acor­ meses.
des con la hora y con la ciencia. 6 9 — Los profesores de la Facultad de Me.
J u a n E. Z a n e t t i dicina de Córdoba enseñaban que los micro­
(Estudiante). bios no existían v que “las enfermedades
se debían a los miasmas” ; hoy, la mayoría
del profesorado de la misma Facultad .posee
7 algún idioma sajón o tiene un traductor a
sueldo y, con la lectura de las revistas ex­
1° TT A gran masa estudiantil en 19 1 7 —pe- tranjeras especializadas, puede afirmarse que
I . queña burguesía— recitaba fragmen- “está simpre al día”. Desde todo otro punto
* ■* tos de “Afrodita”, de Pierre Louis. de vista, constituyen una identidad apodíctica.
Ella proveería, un año más tarde, de la indes- Y llegado a esta encuesta — que también
pensable levadura iconoclasta. es historia — observaremos que guardarán

— 543 —
hosco silencio precisamente los más gran­ los, sino porque técnica ni culturalmente pue­
des usufructuarios de la “Reforma Universi­ de desligarse de su tiempo.
taria”. 2* — La Reforma ha sido y seguirá siendo
H o r a c io M ir a v e t
una cosa confusa, porque ni los misincs re­
(Ex-Presidente de la Federación formistas tienen clara conciencia de que ac­
Universitaria de Córdoba). túan en el campo social, aunque sus objetivos
inmediatos, concretos, sean muchas veces es­
trictamente universitarios.
3* — El 18 sacudió a la Universidad y ob­
8 tuvo algunas de sus reivindicaciones. Poste­
riormente, en forma episódica, la oposición
1° ']V''r ADIE puede negar que el movimiento de todos los días aflora en actitudes de com­
X del 18 fué un despertar. Despertar bate, pero la lucha no se define ni puede de­
-A- ’ del profundo y poderoso “sentido de finirse. Eso fué y seguirá siendo la Reforma
humanidad” de nuestro pueblo. mientras la sociedad esté dividida en clases.
Los beneficios de la Universidad son pa­ 4 ? — Los estudiantes del 18 y del 3 6 se
trimonio de la comunidad, se dijo la juven­ asemejan por su edad, la juventud; avidez
tud del 18; v no patrimonio de una casta. Y de lo nuevo, idealismo. Ayer un objetivo con­
hacia ese blanco lanzó su flecha, plena de creto cuando quería librarse del dogma, íe-
rebeldía, pasión y emoción. presentado por el profesor y el fraile; hoy
2? — Las “transmutaciones bruscas” no una aspiración vaga todavía, que no se atre­
existen en el mundo de la cultura. En él los ve ni puede concretarse.
cambios se operan lentamente. Han menester 5 » — El profesor del 18 era dogmático, se
del abono de la tradición v del viejo, pero sabía único y estaba al servicio de una sola
siempre creador “querer” de muchas genera­ clase. Tampoco habia otra que tuviera con­
ciones jóvenes. ciencia de que existiese. El de 1936, en cuan­
¿Qué son 18 años en la vida de un pue­ to se aparta de la técnica, ve que la clase
blo? dirigente tiene frente a sí otra que le disputa
Nuestra flecha fué una flecha de ensueño el derecho a la vida. Y tiene que tomar par­
lanzada en busca del cielo y por ello nada la tido.
detiene en su trayectoria. 6 9 — Eso es la Reforma Universitaria y
3'-’ y 49 — Lo que se desea fervientemente esa su trayectoria, dicho sea sin ánimo de
existe. haberla descubierto ni de señalarle rumbos.
Lo que se defiende ardiente y apasionada­ Jo sé M artorelli
mente no muere nunca. (Ex.Secretario del Centro de Estudian­
Toda esa fuerza y pujanza vital estaba con­ tes de Medicina de Córdoba).
tenida en el movimiento del 18. Fué, pues, al­
go vivo de vida eterna y como tal hov tiene
pasado, presente y porvenir En esto reside 10
su grandeza, su servidumbre y su esperanza.
59 — El estudiante del 18. soñaba. I o ~ T X ROGRAMA vasto, nobilísimo, atento
El del 36 no atina zafarse del limbo mate­ r * a los problemas de la época. Un puro
rialista de la época. Son lastre muy pesados acierto de tópicos y democrático. Ex­
las normas d e v id a • y e d u d a c i ó n de hogares y tensión cultural para las gentes desposeídas de
sistemas que n o s o n de nuestro suelo. medios económicos. Estudios experimentales. Se­
6 ? — Profesional y técnicamente está a la minarios. Humanización de ciencia de nues­
altura de la época. Esta es una diferencia. tras universidades y algún otro afloramiento
Sentimental y einocionalmente falsea y trai­ de menor importancia. Y lo que no era tópi­
ciona los dictados de nobleza y espontanei­ co pero sí era rótulo el desenmascaramiento
dad de nuestra tradición v de nuestro suele de los seudos profesores y el achicar sus pre­
Esta es una semejanza. tensiones y posturas académicas en su signo
A n t o n io N avarro
natural al que correspondía. No aceptar — co­
(Profesor). mo se dice— un precio para el pito en más de
lo que el pito valía.
29— Poca cosa o nada en esa vastedad de
programa. Poca cosa o nada después de 18
9 años. Programa incumplido con un fiel re­
flejo de lo insignificante que somos como or­
Io T " A Reforma fué — y sigue siendo— una ganizadores y disci.plinatfores. Pretensiones en
I • manifestación universitaria de la cues- diversidad. Uso de la reforma no siempre en
* * tión social. Puesto que la Universidad beneficio de su cuidado y custodia. Sirvió en
se nutre de una_ sociedad agitada por hondos y muchos trances para alzar el tono y en otros
trascendentes problemas — cada vez más clara­ como salvo conducto
mente definidos— debe sentir sus efectos, EL camino recorrido por la reforma en el
no precisamente porque ella vaya a resolver­ programa esencialmente educacional y res­

— 544 —
trictivamente universitario, está jalonado con “La Reforma” fué campo sin espigas, pero
jalones torcidos v puestos sin entusiasmo. Un se hicieron surcos y se abonó la gleba y hu­
vientecillo cualquiera, un céfiro los ha dejado bo cuidados. Y de ese campo, al parecer per.
tendidos en e! camino. Y lo peor es que no dido y sin florecimiento, han nacido pocos
haya quien los recoja ahora. Y aunque hu­ y magníficos brotes desperdigados por toda
biere. probablemente esta generación no es América, constituyendo una nueva concien­
de portaestandarte. Ni optimismo ni pesimis­ cia que puede ser la esperanza de superación
mo, pero hace falta otro clima espiritual pa­ sobre el egoísmo y la falsedad
ra pensar en empresas de esa índole. J. B e n j a m í n B arros
3* — Justamente, eso es lo que es. (Ex-Rector de la Universidad
4" — Es tan terminante la formulación de de Córdoba).
“ lo que será” que, realmente, no acierto a en­
sayar una contestación. Demasiada categó­
rico y con postura falsa quizá “lo que será”,
pero, ¿ y si no ha sido ?
11
5 — Mis recuerdos del 18 un tanto velados, 1'° 1 1 UE —es— el movimiento de juven­
alcanzan a darme la sensación de un estu­ i l tud” más rico y germinativo de Amé-
diante vehemente, valiente, de modales sim­ J - rica Latina, desde su emancipación po­
páticos, de una fina cultura, con un fervor lítica. Entronca con ella. Sin duda —como se ha
por la causa que defendían puesto de mani­ dicho tantas veces para filiarlo— tuvo en sus
fiesto constantemente. Estaban seguros del comienzos un contorno pequeño-burgués. ¿Y
triunfo. Toda la razón era de ellos y el pue­ qué? Lo importante es que ha sido una cosa
blo los alentaba calurosamente. Una expre­ fluente y viva. Hay grandes ríos que comien­
sión la más categórica también muv signifi­ zan en un ojo de agua.
cativa es el recuerdo de una manifestación La Reforma comenzó siendo una discusión
grandiosa que desfijó en la ciudad. Se habló en torno a la penuria docente de unos cuan­
de veinte mil personas, con un solo pensa­ tos maestros pintorescos, pedantes y dogmá­
miento, el del triunfo de los ideales de la ticos, que cobraban remontada expresión
Reforma. Quizá la cifra sea cierta, pero io en la Universidad colonial de Córdoba. En la
que es cierto, sin ninguna duda, es que nun­ Universidad de 1918 atizaba el fuego un frai­
ca hubo mayor entusiasmo en actos de esa le. En la de 1936 la “Sección Especial” de la
naturaleza. Ese haz de izquierda, magnífico y Policía de Buenos Aires, la “ockrana” argen­
denso tenía un contenido espiritual. El haz tina.
cíe izquierda de hoy, a diferencia, es hueco, El estudiante de 191S tenía, frente a sí, las
como de cañas, suena, pero le faltan jugos vi­ “cóleras divinas” : excomunión y anatema.
tales. Entonces, herían, estremecidas, las campa­
ó9 — El profesor de 1918, hombre sin pre­ nas. El estudiante de 1936 tiene frente a sí
ocupaciones del mundo, arrastrando su saber la “Sección Especial” v la Cárcel de Villa
junto al libro, en el capítulo pertinente a la Devoto.
clase que da cada día. De una bonhomía y sen­ El problema “univei sitarió” se ha tornado,
cillez muy estimables, cristero o liberal, siem­ para el Estado, en problema de policía. No
pre en su rango de profesor sistemático, casi interviene para solucionarlo el Ministerio de
nunca o muy escasamente en calidad de maes­ Instrucción Pública, sino el del “ Interior ’ .
tro. Es va, para quienes orientan la instrucción,
Alguna que otra vez una conferencia densa ante todo, “problema de policía”, y de policía
de saber apuntaba ia esperanza de que en la “especial”. En la “cuestión” universitaria hay
Universidad habría algún dia universalidad, un elemento nuevo: la ley de Residencia 4144.
pero eran tan pocas... Un cuerpo de aca­ Y otro más: la finanza internacional. Jueces,
démicos vegetando, sin glorias ni penas en policías y banqueros señorean la Universidad
la rebotica de los museos, con la excepción Plutócrata de 1936. cuya penuria docente si­
de algunos pocos hombres, generalmente eu­ gue siendo la misma de 1918. Acaso ahora
ropeos que dieron honra y ciencia, y cuyos más “tóxica” que antes.
libros constituyen un permanente ejemplo pa­ ■2’ La Reforma fbé todo lo que pudo ser.
ra el alumnado. No pudo ser más de lo que fué, en drama y
El profesor de hoy muy semejante en lo actores. ¡Dió de si. todo! Dio pronto con
hondo , del ser con el de 1918. Eso sí más sus límites infranqueables. Y realizó un mag­
exterioridad y más imbuido y poseído de po­ nífico descubrimiento. Esto solo la salvaría:
lítica y religión. al descubrir la raiz de su vaciedad y de su
En el elemento joven apunta una esperan­ infecundidad notoria, dió con este hallazgo:
za, pero me refiero a los dedicados al saber “Reforma Universitaria” es lo mismo que
auténtico y no al apasionado político o apa­ “reforma social”.
sionado religioso, a quien le interesa más que Sin reforma social no puede haber cabal
su pasión el presupuesto universitario. Reforma Universitaria. En la memorable lu­
Pero no todo es olvido y ausencia de ser. cha, la Universidad fué para la juventud una

35
— 545
especie de microcosmos social. Descubrió el apariencia revolucionaria. Incluso, “vestía”
problema social. Y ligado a su dramático des­ bien. Ahora (probablemente también enton­
tino. Bien pronto advirtió que Estado, Socie­ ces), la "postura” anticlerical ya no conven­
dad. Universidad, se alimentan de la misma c e ... ni al clero! Los jóvenes de_l 18 eran
amarga raíz. Y los mismos comandos. Las más ruidosos y tenían más aliados. Tenían
mismas manos manejando los mismo compa­ también — acaso por eso mismo — más ca-
ses. Lo que empezó como defensa contra la pacidad de entusiasmo y más combatividad.
toxicidad de los malos maestros, y afán os­ Ahora son menos, pero más lucidos. Entonces
curo y torpe de "reformar” el ‘‘sistema edu­ adivinaban. Ahora saben.
cacional” que los “hacía posibles”, se con­ 6 ? — Es el mismo fósil. Sólo que ahora es
virtió, al cabo, en proceso al sistema social, más joven. Y sabiendo más, le es más inútil
que es de donde arrancan la dogmática, la todo lo que sabe.
regresión y la penuria de la Universidad de D eodoro R oca
entonces, v — más visiblemente aún — de (Ex-Frofesor y Ex-Consejero).
la de ahora.
Ese sentido tienen las vicisitudes del mo­
vimiento reformista, que ha dado con sus li­ 12
mites y los ha rebasado, también. Los guar­
dias de asalto del Capitalismo y los cuadros lo - w "'y N movimiento “juvenil, laico y demo-
del Ejército custodian la Universidad donde I crático” que en el momento en que
la ciencia se empobrece y la pobreza espiri­ la ley Sáenz Peña y el triunfo del
tual cobra rango. P. Radical desplazaba políticamente las llamadas
Pero, la juventud va adquiriendo — mer­ minorías selectas, advino a la Universidad, do­
ced a este movimiento fluente y vivo — ma­ minada or el “clericalismo” y el “oligarquis-
yor conciencia de su destino y escoge mejor mo” en todas sus formas y significados. Por
los medios de realizarse. Aquel movimiento eso la Reforma Universitaria tuvo originaria­
pequeño-burgués y romántico de 1918 es hoy mente y aun no ha podido perder, junto con
un movimiento social caudaloso y profundo. levadura democrática y laica, ingrediente ra­
Está ganando el mundo juvenil, pues hoy la dical y anticlerical.
juventud comprende bien aue no puede ha­ 2 « — No alcanzó a ser lo que pudo ser,
ber reforma educacional "a fondo” sino con pues la Reforma Universitaria cristalizada en
reforma social, también a fondo. un Estatuto por Yrigoven que vió, valoró y
39 — Fué un camino provinciano que "iba” aprovechó la intención y trascendencia an­
a dar a un maestro. Buscando un maestro tioligárquica del movimiento, perdió impulso
ilusorio se dió con un mundo. Eso “es” la y claridad en el remanso de las antesalas ofi­
reforma: enlace vital de lo universitario con ciales y en ias combinaciones episódicas de
lo político, camino y peripecia dramática de 1?. política politiquera. Hoy mismo, dentro del
la juventud continental, que conducen a un propio partido Radical que la ha incorporado
nuevo mundo social. Antes que nosotros lo ?. su plataforma, la Reforma es un postulado
adivinaron, ya en el 18 , nuestros adversarios. confuso y equivoco.
El “puro” universitario apenas si tiene sen­ 3? — Dentro de la Universidad es la orga­
tido. Es un troglodita, lo diga, o no lo diga. nización democrática del gobierno y la asis­
El “puro” universitario — se dan todavía tencia libre. Nada más.
algunos, mediocres y canijos — es una cosa Fuera de ia Universidad es un motivo para
monstruosa. Todo esto es más visible en actuar en el campo social propugnando, por
nuestras Universidades organizadas no en tor­ lo menos, la utilización honrada de la inte­
no de los más aptos (aptitud integral) _ sino ligencia y del conocimiento.
de los más “próximos”. 49 — Dentro de la Universidad, nada fun­
4» — i . . . ? damentalmente distinto a lo que sea el Es­
5? — En 1918: pequeña nurguesía liberal, tado. Cuando éste ha sido dictatorial, la Uni­
encendida de anticlericalismo; vagos entusias­ versidad también lo ha sido.
mos, americanismo confuso, mucha fiebre. Cer­ Fuera de la Universidad admite todas las
cando el horizonte a manera de “decoración”, posibilidades y será siempre una expresión
la Revolución y la Guerra... Adivinaciones, de las ocupaciones y preocupaciones de la
rumbo... juventud. Esto es ya razón suficiente para
\936: el anticlerical es ant'i-imperialista. Ha cuidarla.
ganado en lucidez. El clerical, “defensor” de 5“ — Nos diferenciamos en el nombre y en
la Universidad dei 18, es ahora fascista. Y el tiempo. Los que fuimos estudiantes en 1918
muchos "liberales”, también. Mucho refor- no podemos ni debemos compararnos con los
mismo del 18 es íascispio del 36. La pequeña de 1936; nos falta imparcialidad... Por otra
burguesía ha acabado por jioner su “cordón parte, debemos cuidarnos de otorgarnos nin­
sanitario” frente a la “continuidad” de la Re­ gún saldo favorable, pues esto suele ser una
forma. maniobra consoladora del propio desaliento
En 1918 el anticiericalismo daba una fácil o de la propia decepción.

— 5 4 6
6° — Hay una manifiesta superioridad téc­ intención y su esfuerzo. Siempre mantuvo su
nica del profesor de 1936 imputable al sim­ combatividad fervoiosa y dió a la política del
ple tráfico de las ideas, de los libros, de los continente caudillos de la talla de Haya de la
hombres. El hecho comprende por igual a re­ Torre y movimientos de la pujanza del A frra
formistas y no reformistas. Pero desde el que aquél dirige.
punto de vista esencial del profesorado hay
una gran semejanza: la b u r o c r p t i c a c ió n d e la 3’ —• Localizamos en las etapas iniciales
c á te d r a .
del proceso de la Reforma un pensamiento in­
J o rg e O r g a z
forme. En 1930 se cierra ese ciclo. Lo clau­
sura la dictadura de Uriburu qu'' pone a la
(Ex-presidente de la Federación
Universidad reformista al margen de su le­
Universitaria Córdoba. Profesor).
galidad. Entcnces madura una nueva concep­
ción del movimiento. Entonces se presenta
una nueva generación reformista de persona­
13 lidad estudiantil y ciudadanía social. La re­
forma es — 1930 a esta parte —■ la defini­
ción social del estudiante de nuevo tipo que
I algarada esencialmente estudiantil,
N ni avanzada en la Universidad de la
revolución proletaria en una hora de
inquietudes y enunciaciones, la Reforma — fenó­
sabe de presecucioncs y cárceles, represiones
y torturas. Es su militancia en la Universi­
dad. El pensamiento reformista actual ha
madurado en la acción intensa y abnegada.
meno social de nuestra América, con caracte­ A la exclamación de la hora primera sucede
rísticas propias y conformación peculiar — pue­ en buena parte, la afirmación que levanta la
de ser considerada a la luz de análisis crítico experiencia de un recorrido de 18 años.
acometido a la distancia de 18 años de su 49 — Cumplirá el movimiento de la Refor­
manifestación inicial, como expresión de una ma en el orden actual una función de puen­
clase media de composición reciente en el te entre la inquietud juvenil del estudiante
país y que de acuerdo a su propio destino y la militancia social del mismo. Le iniciará.
histórico se encuentra frente a una realidad Le pondrá en contacto con los grandes pro­
de pauperización y crisis. blemas. Aclarado su pensamiento se aproxi­
2 ° — En sus teóricos — que los contó nu­ mará al movimiento de las masas laboriosas
merosos — y sus militantes — que los halló que se sublevan y a las acciones que concu­
en todo el continente — no prendió un pen­ rren a realizar la liberación nacional. Como
samiento uniforme. Puede decirse de dos pen­ ensayo pedagógico — La Reforma también es
samientos centrales de la Reforma alrededor eso. No solo en ella movimiento — procurará
-de los cuales se situaron variadas concepcio­ echar en el régimen las bases de la Univer­
nes del movimiento. Lo anotábamos en “Iz­ sidad y la escuela dfl régimen futuro.
quierda” al comentar un libro de Saúl Tabor. 5" — Animoso y combativo uno y otro, hay
da. Son pensamientos centrales el que pugna entre el estudiante del 18 y el del 36 la dife­
por reconocer filiación social al movimiento rencia que existe entre quien vacila y quien
y el que lo desvincula del pleito social. El marcha. Dijimos del pensamiento del movi­
que lo enrola y el que lo aisla. En la zona miento de la Reforma en su etapa inicial y en
primera — en ello insistimos en la oportuni­ sus últimos años. En aquella es informe. En
dad mencionada — puede advertirse el con­ estos ha madurado una definición social que
cepto que evolucionado en ese sentido logra­ halló en la acción. El estudiante del 18 que
ría servir de contenido cultural a la adhesión asiste al asalto de la Universidad de Trejo
de la clase media al fascismo. Se enunciaba y se pronuncia contra la enseñanza religiosa
en los voceros de la etapa inicial en estos en su “¡Frailes, no!” llevaba consigo la des­
términos: “revolución desde arriba”, “jerar­ orientación del iniciado, acudía a Ortega y
quía”. Reflejóse en el proceso ideológico de Gasset y resistia a sus pupilas la visión le­
la Reforma la confusión que acompaña en su jana de la revolución bolchevique triunfante.
itinerario histórico a la clase media de la que El estudiante del 36 que vive la época de
venian sus tropas. Por eso fué el suyo un la crisis y la desocupación juvenil, que es ac­
pensamiento impreciso. Así cuando ubicaba tor de su propio di ama interior de no poder
el hecho en el problema social para analizarle realizarse y conoce la cárcel como conoce la
en él o le apartaba para desvincularlo total­ persecución, ha vuelto la desorientación por
mente y negarlo como su consecuencia, o afirmación. Aquel enunció un pensamiento.
prolongación. Impreciso su pensamiento, Este lo maduró. La primera generación re­
orientgda en distintas direcciones, por lo tan­ formista no dió definición a sus problemas.
to, su acción, con la Reforma y su movimien­ Esta — la nuestra, la del 30 — halla esa de­
to se presenta una generación. Sobre esta pe­ finición en la acción.
sa no haber aclarado su propio pensamiento. 6'’ — El panorama político ha variado. Y
Con ello el de aquella. Explica esta ausencia siendo uno mismo -- las excepciones son ra­
de definición exacta lo que no alcanzó a ser, ras — profesor y político, con este ha variado
lo que no pudo ser. No por ello se diluyó su aquel. El profesor reaccionario y clerical de

— 547 —
ayer nomás es ahora — después del 30 — el de conocimientos técnicos y tenía un criterio
profesor fascista. más avanzado en materia político-social,
D ardo C uneo b) E q sue el nuevo estudiantado, especial­
(Estudiante, Buenos Aires). mente los sectores pequgño-burgueses que
eran mayoría, sentían el peso del imperialis­
mo y del latifundio. Vagamente su posición
14 antiimperialista, contra la oligarquía, dueña
de la tierra, tomaba la forma de un lenguaje
1 • | "^ N el décimo aniversario de la Reforma ora liberal moderado, ora jacobino, c) La
. Universitaria debí ya tratar el tema, Universidad era conservadora. La mayoría
J —*4 en una conferencia que fué publicada del país radical. Se trataba también de dar pa­
por “Revista de Filosofía” mayo de 1928 y so en la Universidad al partido nacionalmen­
otras publicaciones de entonces. En diversos te gobernante.
trabajos sobre el tema, especialmente en los de La guerra aceleró el crecimiento de la in­
Agosti, se han recogido ampliamente las con­ dustria y el desenvolvimiento de la agricul­
clusiones' a que arribé entonces. tura, fortaleciéndose los elementos burgueses
Evidentemente, el movimiento reformista y el proletariado. Ideológicamente, representó
universitario está íntimamente vinculado al una ola de liberalismo, difundido por los pro­
desenvolvimiento de las relaciones capitalis­ pagandistas de la intervención pro imperia­
tas en el país. Este fenómeno, expresado en lismo aliado. La revolución rusa fué el se­
el desarrollo de la agricultura y el crecimien­ gundo momento de conmoción de la concien­
to del campesinado, la extensión del comercio cia juvenil. En tales circunstancias, con im­
de campaña, la creación de ciudades en el precisión y confusión ideológica, surgió el
interior, manifestado luego en el desarrollo movimiento reformista en Córdoba, extendido
de cierta industria y el acrecentamiento del después por toda Sud y Centro América. Fué
comercio, tuvo su expresión política especial­ un movimiento hondamente democrático; de
mente en el radicalismo por un lado, y en el contenido nacionalista libertador que no apa­
crecimiento de las organizaciones obreras — reció en los primeros momentos pero que luego
del Partido Socialista inclusive — por el otro. se manifestó ampliamente. Como que refle­
La casa sociai del país había cambiado. jaba fenómenos producidos en la estructura
A la oligarquía terrateniente-ganadera, a económico-social, que entraban en conflicto
los peones de campo y a la magra población con la característica del país: restos feudales
de ciudades sin industria que mereciera te­ y dependencia dei imperialismo. Por eso la
nerse muy en cuenta, se sumaba una nueva bandera de la Reforma, debe ser levantada
burguesía, descendiente de inmigrantes en hoy sin vacilaciones, por todos los que estén
buena parte, desvinculada en su origen de la dispuestos a batirse contra la reacción fascis.
oligarquía, una pequeña burguesía en proce­ tizante y contra el imperialismo extranjero
so de pauperización y un proletariado crecien­ y sus agentes interiores.
te. Todo este proceso entraba en contradic­ 2" — La Reforma Universitaria no pudo
ción: a) con el peso del imperialismo, que ser, como creyeron algunos de sus hombres,
estorbaba el desarrollo económico del país un movimiento que sustituyese con una ideo­
al ajustarlo a las conveniencias propias; b) logía propia, al marxismo y al doctrinaris-
con el obstáculo que representaba la oligar­ mo “europeizante”. Movimiento esencialmen­
quía terrateniente-ganadera, monopolizadora te pequeño burgués, aun cuando fué acompa­
del suelo, al desarrollo de las fuerzas econó­ ñado por muchos sectores obreros, tuvo la
micas argentinas, y al afianzamiento de la ilusión de la singularidad. Algunos de sus
nueva burguesía. Esto creaba el malestar que. hombres, creyeron que era posible mover a
se refleja vagamente en el radicalismo, par­ América con manifiestos que, en nombre de
tido, no partidario de una revolución burgue­ la no europeización, repetían frases ¿e la
sa democrática, pero sí sostenedor de ciertas burguesía europea en su época revoluciona­
reformas democráticas (voto secreto, etc.) ria.
que iban dirigidas contra el predominio de la Como movimiento, la Reforma constituyó
oligarquía. una de las grandes jornadas latinoamerica­
Estas transformaciones se reflejaron: a) en nas por las libertades populares. Como ideolo­
un cambio de la composición social del estu- gía no se ha concretado ni podía concretarse.
d %ntado. Ya no solo los hijos de la oligar­ Determinada por el hecho de que la revolu­
quía fueron a la Universidad a aprender a ser ción democrática, que en Francia se realizó
“clase dirigente”. en 1789, no ha terminado en los países lati­
Llegó el hijo del nuevo industrial o del co­ nos americanos que éstos siguen oprimidos
merciante; del chacarero acomodado, del pe­ también por el imperialismo extranjero, ese
queño burgués de las ciudades y hasta de movimiento ha constituido una muy impor­
los obreros altamente calificados. Naturalmen­ tante batalla preparatoria en la lucha por la
te que la vieja enseñanza no servía para este liberación nacional y contra la oligarquía la­
nuevo estudiantado que precisaba otra clase tifundista. Pero no pudo la reforma crear

— 548 — .
un partido como se propusiera, que asegura­
ra la dirección tirina de esas luchas. En los
15
paises de movimiento obrero menos desarro­
llado, han nacido partidos, como el Apra, ba_ Io I A Reforma Universitaria fué un movi-
jo la influencia del movimiento reformista. I J miento social, de grandes masas popu­
Pero por sus características contradicciones lares, dirigido contra un sistema re­
internas, no podrán ser ellos la fuerza que dé tardatario de opresión feudal”. Reproducimos
el triunfo a la revolución libertadora y demo­ la conclusión a que arriba H. P. Agosti en el i?
crática, como no ha podido serlo el Kuo- capítulo de su obra "Critica de la Reforma
Mintag chino, pese al gran papel que jugó Universitaria”, por entender que es una de­
finición clara, justa y precisa que lleva im­
en su hora. Será ei proletariado su ideología
plícita las causas que promovieron esa ac­
marxista-leninista, su partido de clase, quien
ción. Introdujo la lucha de clases en el ce­
podrá marcar rumbos seguros en esas lu­
rrado claustro universitario: al incorporarse a
chas, a toda esa gran mayoría del pueblo, uni­
éste la clase media, Fué un movimiento be­
ficada, pese a las diferencias de clase, en la ligerante y popular. Arremetió contra la uni­
lucha de emancipación nacional y agrupadas versidad aristocrática, contra su enseñanza
en organismos de frente popular nacional. oscurantista y contra los dirigentes de esta
3 ? y 4 » — Me aventuraría a decir que la
Universidad pertenecientes al patriciado y a
Reforma Universitaria, como movimiento en la gran burguesía.
si, ha jugado ya su papel histórico y no es Se alió a las capas populares de la pobla­
ya cosa del presente ni del porvenir. El es­ ción, y con todo ello impulsó a los estudian­
tudiantado hoy, está unificado, y sin preten­ tes hacia la izquierda, creando una conciencia
siones dirigentes, pero jugando un gran pa­ antl-clerical y anti-patriotera. En ocasiones
pel, con todas las demás fuerzas democráti­ significó también una lucha anti-imperialista,
cas, en la lucha conlra la reacción. La lucha especialmente en Centro América.
por los estatutos reformistas, por las con­ 29 — No alcanzó, ni pudo ser, como lo pre­
quistas de la reforma dentro de la Universi­ tendieron sus iniciadores y sus ideólogos, la
dad, forman hoy un aspecto parcial y no in­ solución de los problemas universitarios. Ni
significante, de la lucha contra la reacción un cambio radical del gobierno ni de la es­
comenzada el 6 de setiembre de 1930. Las tructura de la Universidad. No fué tampoco
pretensiones de ciertos dirigentes reformistas, una “revolución americana” como lo dijera
de hacer del estudiantado el organizador, o su manifiesto liminar. Ni el triunfo de una
por lo menos el dirigente, de una nueva Amé­ generación, la Nueva, sobre otra generación
rica a través de la resonancia de las luchas caduca, la Vieja.
universitarias, son ya cosas olvidadas. Las ba­
En muchos sentidos, pese a lo que se ha
talles son decisivas, y en ellas, los estudian­
luchado, estamos como entonces. Algunos de
tes, han ocupado con responsabilidad, valen­
los párrafos de ese manifiesto que citamos,
tía e inteligencia, su lugar.
serían hoy de rigurosa actualidad. Pero los
S —- E l estudiante de hoy, bajo las ense­ maestros, por más buenos que fuesen y aun­
ñanzas de la crisis económica y de los golpes que fuesen de la "Nueva Generación” no po­
de la reacción, ha clarificado mucho su ideolo­ dían resolver los problemas de América. Ni
gía; ha hecho más metódica su combatividad. podian resolver los de la Universidad, los
Ha sabido recoger la herencia histórica del magníficos planes de enseñanza que se pro­
18, pero no para copias serviles, sino para yectaban.
adaptarla a las necesidades de la hora.
3° — La Reforma Universitaria sigue sien­
6 ? — En algunas casas de estudio — De­ do un anhelo de mejoramiento. Una bandera
recho en Buenos Aires — todo está como es­ gloriosa — por sus principios de superación,
taba. Pocos son los profesores con nueva vi­ de democratización v de justicia social — de
sión que se han incorporado a la Universidad lucha de la juventud estudiosa. Es cuestión
Argentina, y tengo la impresión de que el pe­ ahora, de manejar bien esa bandera.
so de la reacción en ella a partir del 6 de
Después de diez y ocho años y en las ac­
setiembre de 1930, y la subsistencia mediante tuales condiciones sociales del mundo, ya se
una adaptación a las nuevas circunstancias puede ver claro. Los estudiantes no pueden
de muchos viejos profesores inservibles, des­ luchar solos, independientemente de otros
de 1918 a 1930, no nos permiten ser optimis­ sectores de ia sociedad. Sus problemas son
tas sobre las transformaciones en el profe­ similares a los de aquéllos. La Universidad
sorado. no es, ni puede ser, un ente aislado de la rea­
Creo por otra paite que el mejoramiento lidad del medio en que vive. El l 9 de Mayo
de la enseñanza, es algo ligado intimamente de este año, en la Capital Federal, la nume­
a la derrota de la reacción y a la transfor­ rosa columna de la Federación Universitaria
mación social del pais. Argentina, con el Frente Popular de partidos
P aulino González A lberdi democráticos y de organismos obreros, rati­
(Escritor). ficó estos conceptos. Quiere decir que el re-

— 549 —
formismo deportivo y hueco va dejando lu­
gar al reformismo serio y consciente.
16
4 ? — La Universidad del 36 permanece co­ 1 * ■ ,^L movimiento de la Reforma Univer-
mo la Universidad del 18 en sus lincamien­ .sitaría fué una acción que se desenca-
tos generales. No se interprete con ello que ^ denó a influjo de acontecimientos tras­
la lucha de los estudiantes reformistas ha cendentales de la historia: la guerra del 14 y la
sido estéril. Pero es necesario llegar a la re­ Revolución Rusa; el cual no iba sólo dirigido
forma integral de la cultura, de la economía, contra los malos maestros y arcaicos métodos
de la organización universitaria. Y la refor­ de enseñanza, sino también, como un ataque al
ma universitaria lo conseguirá condicionando último reducto dei “viejo régimen”.
la acción a la verdadera realidad histórico- 29 — Lo gue no alcanzó o no pudo ser, es­
social del momento. Luchará, con los secto­ tá en que no le era d_able desbordar los de­
res populares, por la democracia, por la in­ signios del nuevo conglomerado .político po­
dependencia económica, por un nuevo dere­ sesionado del Estado: el radicalismo, que lo
cho social y llegará así a la verdadera re­ propició porque necesitaba de la Universi­
forma universitaria. Porque entonces podrá dad para imponer su propia ideología a la
trabajar, por nuevos planes de estudio, por generación de entonces; la ideología confusa
una verdadera enseñanza científica; porque de la pequeña burguesía, orgánicamente in­
entonces podrá haber verdaderos profesores capaz de condecir, la verdadera revolución.
y no maestros de opereta. 3’ — La Reforma Universitaria es hoy una
59 — El estudiante de 1936, como el de bandera eficaz que se agrega al incontenible
1918 — nos referimos al estudiante de la cla­ movimiento de liberación nacional en que es­
se media y no a la minoría privilegiada — tá empeñada la juventud americana.
tiene el mismo afán de libertad y superación 4" — La Reforma Universitaria será una
y sabe como aquél que la cultura que imparte importantísima experiencia en el intenso ba­
la Universidad es pésima. Pero tiene otros tallar contra el privilegio y la opresión a to­
problemas más candentes: La situación po­ do lo largo de América Latina. Nada más.
lítica del país y del mundo; el porvenir cada Porque su “justicia social” no es la misma
vez más oscuro, terminados sus estudips. La por la que lucha ei proletariado. Ya lo decían
prolongada crisis económica que repercute en el 18: “ Nosotros 110 podemos permitir que
sobre estudiantes y profesionales; y 18 años se pretenda estudiar el fenómeno de la lucha
de experiencia y de lucha. de clases con espíritu de hostilidad hacia
Las fuerzas se polarizan en dos sectores. una de ellas y, lejos de eso, queremos que
La minoría “selecta” y opresora y el pueblo se encare con simpatía hacia el proletariado
oprimido. El Frente Nacional y el Frente Po­ sin que se pierda por esto el punto de vista
pular. Necesariamente entonces el estudiante de la equidad’ .
de 1936 tiene que dejar el romántico y de­ 59 — El estudiante de 1918 y el de 1936
clamatorio idealismo del 18 y no confiar de­ son semejantes únicamente por el hecho de
masiado en la Juventud, en la Nueva Genera­ ser estudiantes. Sus diferencias estriban en
ción y en los Maestros. Plantado frente a la que el de 1936 está ya casi por completar el
cruda realidad busca la salida a sus graves y importantísimo proceso de asimilación a la
perentorios problemas y es entonces cuando calle con sus luchas y problemas. Todo hace
comienza a ver con claridad. Ya no se deja ver que acabarán por comprender que no son
embaucar con espejismos de ilusiones utópi­ sólo ellos los que “están pisando sobre una
cas de quiméricos principios, ni de especula­ revolución, viviendo una hora americana” .
ciones ortega-gasetianas. 6 9 — Lo mismo entre los profesores. Aun
6 " — El profesor del 18 y el del 36, siguen aquellos “magisters” que haciendo alarde de
formando una casta privilegiada dentro de la una insensibilidad e indiferencia rayana en lo
sociedad. No existe vinculación espiritual en­ patológico, pretextan su “silenciosa labor de
tre el que enseña y el que aprende. Como que gabinete”, pretendiendo ser neutrales, están
el que enseña quiere que la Universidad que­ ganados para la calle: pero al otro lado de
de reservada a los pudientes y siga siendo la barricada.
escalón para la clase “dirigente” de la socie­ V icente M occiaro
dad. En general el profesorado sigue siendo (Estudiante).
tan mediocre — pues la enseñanza es para
ellqg medio y no fin — como el de entonces.
Es claro que la fuerza de las circunstan­
17
cias y el cambio de época les ha hecho ba­ I o | A Universidad Nacional de Córdoba,
jar un tanto de su estrado, abandonar un I 1 viejo mecanismo que vivía sin más
poco su aire de “magister’’ y su tono doctoral. * •* brillo que el que proyectaba su pasado,
A lberto M ay Z u b ir ia alejada de todo control superior, carente de otra
.(Ex-Presidente de la Federación finalidad que la que fincaba en el mantenimien­
Universitaria Argentina). to de un “modus vivendi” para quienes usufruc­

— 550 —
tuaban su dirección administrativa y docente de la humanidad sirvieran de ejemplo, se po­
había caído en el más absoluto abandono y dría inculcar desde la Universidad a las nue­
cumplía en forma harto .precaria la función vas generaciones, una cultura más humana
cultural que teóricamente le correspondía. El capaz de poner fin a las divergencias que po­
alejamiento sistemático de todos los hombres co a poco aniquilan a la humanidad conde­
que llegaban a ella con espíritu renovador, nándola a una vida de luchas y de odios.
mantenía inexpugnable la dominación aristo­ La Universidad misma podría ser el la­
crática v sectaria que presidía su destinos. boratorio donde se elaboran las bases de
La juventud que poblaba sus aulas allá una humanidad mejor.
por el año 18. venida del ambiente nacional 59 — El estudiante de 1918, porque tra­
ya transformado por el paulatino surgimien­ bajaba menos, reclamó más seriedad y exi­
to de valores de origen democrático y popu­ gencia en los estudios, el de ly36, obligado
lar. e imbuida de un concepto más humano a un mayor esfuezo, parecía reclamar lo con­
de organización social, propugnó por destruir trario. Pienso que en ’el tiempo que nos se­
todo; lo que significara un privilegio en la para del año 18, la orientación de los estu­
Universidad y en los universitarios, sostenien­ diantes ha pasado por diversos períodos de
do la necesidad de que en el control docen­ crisis, que los alejaron a veces de su verda­
te y en la organización y desenvolvimiento dero rol, llegando hasta a claudicar de los
de la actividad universitaria, fuera tenida en principios de generosidad que inspiraron la
gestión de la juventud' de 1918. Entonces, nos
cuenta la opinión estudiantil.
inspiró un espíritu de sacrificio, que nos con­
La Reforma Universitaria fué un movi­
denó hasta a la miseria, después la Refor­
miento generoso de juventud, inspirado en
el propósito de lograr por la democratiza­ ma Universitaria llegó hasta a ser una indus­
ción de la Universidad, por la intensifica­ tria.
Felizmente me parece notar una saludable
ción de sus estudios, por la destrucción del reacción en la generación actual y abrigo la
sectarismo y los privilegios y por su sana esp.eranza que ella sabrá campear por los
influencia en la conciencia popular, la base prestigios de la Reforma Lhuversitaria en­
de una transformación social y política, ca­ caminándola hacia su verdadero fin. y a pe­
paz de imponer mediante una rápida evolu­ sar de que tal vez, con más vigor que nun­
ción. los principios de justicia social que pa­ ca, surgen los grupos fascistas y reaccionarios.
recían desconocerse entre nosotros y para 69 — Para los profesores de 1918, la cá­
cuyo avance la Universidad constituía el ma­ tedra era una canongía, que se alcanzaba
yor obstáculo. por la claudicación o la obsecuencia. Para
29 — Siendo la Reforma Universitaria un los profesores de 1936 — en general — la
idealismo en marcha que debía adaptarse en cátedra constituye un premio a sus mereci­
todo momento al ritmo de las grandes con­ mientos y se conquista a base de un leal co­
quistas científicas, sociales y políticas, no tejo de los mismos.
ha logrado alcanzarlo, dentro ni fuera de la La tarea del profesor de 1918 era insigni­
Universidad. Su influencia ha tenido algunas ficante y rutinaria, la del de 1936 exige con­
manifestaciones aisladas e intrascendentes, sagración y un constante mejoramiento. La
sofocadas por la incomprensión de algunos, función docente se ha acrecentado positiva­
por la desviación de otros y por la reacción mente.
de los más Cabe señalar sin embargo que fuera de la
39 — La Reforma Universitaria es hoy cátedra, el profesor de 1936 no ha ocupado
solo una aspiración. Muchos de los que la el lugar que le asignaba el ideario reformista.
defendieron la desvirtuaron, otros hicieron I s m a e l C. B o r d a h é h e r e ,
de ella un escudo para defender intereses (Ex presidente de la Federación
personales o políticos y la juventud misma, Universitaria de Córdoba del 18 y
cuando más airadamente la ha invocado, ha ex Rector.)
sido para alcanzar un dominio absoluto e
inadmisible en el gobierno Universitario o
para embanderarse en cuestiones personales 18
o políticas ajenas al interés universitario.
Aunque existen verdaderos y sinceros par­
tidarios de la Reforma Universitaria, opino 10 — T ) U E D E usted decirnos lo que fué la
que de ella se han adueñado muchos de los I Reforma Universitaria?
La Reforma Universitaria fué un
elementos que siendo genuinos defensores
de la más cruda reacción, simulan defender­ movimiento juvenil que se inició en Cór-
la y la invocan, para servir ideologías in­ doba y que luego se extendió por la Ame­
compatibles con su contenido espiritual. rica Latina. Los paises en cuyo pasado forma
49 — Si se lograra encauzar la acción de
ya un capítulo importante tienen entre ellos
profesores y estudiantes, hacia la construc­ grandes similitudes sociales y psioológicas,
ción de un ideario liberal y si las grandes pero su evolución no es la misma, así como
contingencias que perturban la tranquilidad no son exactamente iguales su realidad eco-

— 551 —
nómica o sus problemas demográficos. La se cumplieron o no se cumplieron. Pero la as­
Reforma prendió en casi todas partes, pero piración medular — el propio gobierno — n o
cada lugar tuvo sus causas y circunstancias fu é .
esenciales propias. ¿Por qué? Porque la juventud reformista
Los hechos sociales — y la Reforma lo es — parte integrante de la pequeña burguesía
— son partes de procesos extraordinariamen­ o parte emancipada de la gran burguesía —
te complejos, que recién empieza el hombre jamás podrá resolver por su sola cuenta el
a observar con lucidez y fortuna; procesos en problema que ella se ha planteado. La Re­
los que actúan multitud de causas, algunas fun­ forma Universitaria tiene una tragedia inter­
damentales y todas las demás secundarias. na y es la imposibilidad de su triunfo total.
Mientras nuestro acervo no se enriquezca con Por eso, vuelven las camarillas. Por eso,
una metodología sociológica más precisa, mu­ tantas protestas generosas y pujantes termi­
chos de nuestros criterios de interpretación nan siendo usufructuadas por los peores.
tendrán que ser forzosamente provisorios. En
el análisis del origen y significado de la Re­ 3" — ¿Lo qué es?
forma. deben tenerse en cuenta el momento Sin embargo, los movimientos no fracasan
social que se vivía, la trayectoria y la situa­ porque no puedan cumplir los programas in­
ción de la Universidad y la índole del mo­ tegralmente y la Reforma tampoco ha fra­
vimiento juvenil que surgía. Cualquiera de es­ casado. Muy por el contrario, ha obtenido
tos tres no es tema que se haya agotado y un triunfo hermoso y de mucho valor. Magüer
siempre el lugar en que se radica el fenóme­ sus tumbos demagógicos — la obra disolven­
no modificará su característica. Sin embargo, te del comité, por ejemplo la necesidad de
la Reforma recorre América en pocos años, conquistar el gobierno universitario ha ido
lo que hace pensar que hay un nexo común volcándose por otros lados y se ha trocado,
que ata todas sus manifestaciones locales. en buena parte, en la necesidad de asegurar
Tal vez en explicar ese nexo consiste la el gobierno para todo el pueblo. Por eso, la
mejor definición de la Reforma, que siem­ juventud reformista en su mayoría — pasi­
pre debe tener en cuenta su carácter de mo­ vamente unos, activamente otros — fué cada
vimiento continental. Por de pronto, nos pa­ vez más y mejor — y lo es ahora más y me­
rece que lo que hay de común en todos los jor que antes — contraria del imperialismo,
lados es que ciertas masas de la población se de la guerra y de la reacción.
aprestan, desde 1918 y aún antes, a participar Hoy, la Reforma es un movimiento juve­
en e) gobierno de la Universidad, que es una nil que sigue aspirando a participar en el go­
parte del gobierno de toda la nación. Esas bierno universitario — aunque sepamos ya
masas fueron en algunos lugares de forma­ que no lo obtendrá íntegramente — v que,
ción reciente — como en la Argentina, don­ también, tiende a asegurar al pueblo traba­
de surgía una poderosa pequeña burguesía — jador un régimen social sin opresión econó­
o, simplemente, generaciones nuevas dentro mica, política y espiritual.
de clases viejas 49 — ¿Lo que será?
Gobernarse a sí misma y gobernar la Uni­ Pronosticar en materia social es faena har­
versidad pudo ser la consigna de la juven­ to peligrosa. De cualquier manera, nosotros
tud reformista. En algunos lados se levanta­ ya hemos involucrado una profecía en las
ron programas culturales y se aplaudieron lineas anteriores y no tenemos más que con­
renovaciones filosóficas. Fueron productos del cretarla. La Reforma Universitaria continua­
ambiente. Pero lo que caracteriza y enlaza rá teniendo su suerte ligada a los vaivenes de
el fenómeno en toda América, es, lo repeti­ la política nacional. Unas veces se acercará
mos, aquella necesidad política. más el estudiantado al gobierno de la Uni­
2- — ¿Lo que no alcanzó a ser o no pudo versidad; otras, se alejará. Pero lo muy im­
ser? portante es que será el puente de unión co.i
Cuando se inició el movimiento, se enun­ movimientos más profundos y amplios, que
ciaron programas en los que se enunciaba la tomarán aquella parte de sus elementos que
confianza que en las propias fuerzas tenía la sepa comprender y sentir mejor el incesante
juventud de 1918 y la ignorancia en que es­ devenir humano y la incorporación a las fi­
taba de ciertas características de la sociedad las de la gran columna proletaria en marcha.
capitalista, que nosotros — la llamada gene­ La Reforma Universitaria nunca podrá re­
ración del 30 — conocemos mejor. Posible­ solver el problema de gobierno que se tienen
mente, los jóvenes del 18 llegaron a creer planteados los jóvenes estudiantes, pero en­
que su programa de gobierno iba a cumplir­ señará a muchos de ellos cómo deben hacer
se en un plazo más o menos corto y .de una para resolverlo efectivamente y totalmente.
manera^integral. Y esto es lo que la Refor­ En cuanto a los temas que siguen, el es­
ma n o a lc a n z ó o s e r . Secundariamente, otros pacio nos impone silenciarlos. Y es lástima,
propósitos de orden pedagógico o administrativo porque habría algo que decir sobre el estu­

— 552 —
diante y el profesor de todas Tas épocas de la ción final del auténtico reformismo la de in­
Reforma. tensificar el trabajo científico y exaltar, al
S e r g io B agu mismo tiempo, la dignidad del pensamiento.
Ex presidente de la Fede­ La acción es grande y hermosa; pero carece
ración Universitaria de jurisdicción para enjuiciar a la Inteligen­
Argentina. cia.
R aúl A . O rcaz
Profesor.
19
UY brevemente me es dado participar
20
M en la encuesta promovida por FLE­
L movimiento universitario sudameri­
taria. ■
CHA acerca de la Reforma Universi­

He creído siempre que toda Universidad es


E cano que se conoce con el nombre de
“ Reforma Universitaria” estalla en un
momento excepcional de la historia mundial:
expresión más o menos fiel de la comunidad fin de la gran conflagración europea y es­
a que pertenece. Por ello, el movimiento de tallido de la revolución rusa. El estudian­
1918 tendió (y en parte lo consiguió), a tado argentino se acuerda en esos momentos
ajustar la vida universitaria argentina al rit­ que necesita facultades para la enseñanza téc­
mo general alcanzado por la evolución nacio­ nica, con buenos, profesores en vez de maes­
nal. En unos casos, el desajuste existia en la tros en teología. En esa época, el estudian­
función “política” de la Universidad, goberna­ tado aún no sabe de dificultades económicas.
da por circuios que, en definitiva, formaban Las llanuras argentinas absorben médicos
un?, pseudo-aristocracia. En otros casos, el que a los pocos años vuelven a los grandes
desajuste era visible en la función “cultural” centros repletos de dinero. Hay que ponerse
de la Universidad, desdeñosa u hostil hacia ?, tono con las exigencias de un país de ad­
expresiones radicales del libre trabajo de la mirables perspectivas de progreso. La_ievo-
inteligencia. Ambas circunstancias generales lución proletaria nada tiene que ver con el
contaron con un "accidente” histórico: la gue­ movimiento universitario. Este es puramen­
rra europea y sus consecuencias espirituales. te pedagógico y aspira a convertir la uni­
Aquel trastorno del metabolismo universita­ versidad en un instrumento técnico que la
rio — la falta de elasticidad del núcleo direc­ burguesía argentina pide. Por eso su conte­
tivo para renovar y ensanchar sus cuadros nido social es puramente anticlerical y su
— hi.zo alianza con un estado de fermentación relación con los levantamientos obreros tan
en las almas de la nueva generación, promo­ solo verbal, auspiciado únicamente por un
vido por aquel acontecimiento histórico. grupo de elementos de izquierda sin que
La Reforma acertó, en consecuencia, cuan­ eso hallara eco en la masa estudiantil.
do modernizó criterios y métodos, y corrigió Sus líderes no traicionaron el movimiento
ciertos abusos de las pseudo-aristocracias. si poco después se convirtieron en capacita­
dos profesores universitarios, pero a eso solo
Acertó, asimismo, cuando quiso unir a los
se concretaron. Porque a eso reducían sus an­
sectores juveniles de la América Latina en helos: a tener profesores competentes.
un ímpetu común, destinado a acelerar la Por eso también ese afán “lírico’ por la
extinción de las supervivencias acumuladas autonomía universitaria, concepción burgue­
por una falsa cultura. Erró, en cambio, cuan­ sa tras la que se oculta la total dependencia
do pareció empeñarse en hacer servir la reno­ de aquella a los intereses de los grandes ca­
vación universitaria a fines extra-universi­ pitalistas, aparentes mantenedores de las ca­
tarios confundiendo lo espiritual con lo tem­ sas de estudio, pero sus indudables autorida­
poral, y haciendo de un simple “medio” — des v dirigentes. Algo parecido a la fórmula
la democratización del régimen político de del arte por el arte que preconizan los ar­
los institutos superiores — un “ fin” de sí. tistas lacayos de la burguesía que creen hacer
Si estuviéramos en Francia, Julián Brenda arte cantando a la luna, mientras se indignan
habría, acaso, observado que algunas deriva­ cuando un auténtico artista canta a la Re­
ciones del movimiento reformista constitu­ volución de Asturias o a los éxitos del plan
yeron ejemplos tipicos de esa tr a h is o n d e s quinquenal. ,
e l e e s tan finamente denunciado por él; pe­ Por eso la Reforma Universitaria no fue
ro, ¿estamos seguros de que existe en el país hasta el año 25 más que eso; un movimiento
una verdadera clericatura universitaria, un de mejora pedagógica auspiciado por un go­
núcleo influyente de hombres consagrados al bierno nacional que concretaba a eso sus
culto puro y supremo de la verdad? En^ defi­ ideales en materia de enseñanza superior.
nitiva, si aventamos cierta fronda romántica Pero, junto con el tiempo, la reforma ha
y parasitaria que ahoga lo que fué — para al­ ido creciendo y adquiriendo contenido social,
gunos, al menos, — una inspiración generosa paralelamente a la crisis de nuestra economía
del movimiento de 1918, queda como admoni­ y a la debacle en pendiente vertical de las

- 553 —
finanzas de los profesionales argentinos. una civilización que se hundía en el fango y
El estudiantado va adquiriendo la convic­ la sangre de las trincheras de una nueva que
ción de que no se trata solamente de tener se insinuaba en el Oriente. Su ideología inci­
buenos profesores, sino también de tener piente. más definida que la del fascismo en
aranceles bajos, de poder estudiar aun siendo su origen, ha sido estructurada, como la de
pobre, de tener, mañana, ya profesional, éste, en las etapas sucesivas. Y hoy en la
adonde ir. Reforma, por las generaciones de la Reforma
Y abre los ojos. El estado no le asegura que han entrado generosas y conscientes a la
nada de eso. Al contrario, sólo se preocupa lucha social, está la esperanza de América.
de restringir los derechos estudiantiles y for­ He ahí la trascendencia y el destino del sim­
mar escuadras de técnicos sirvientes y de bólico movimiento juvenil de 1918.
reducir aun asi su número. Apunta desde ese En el orden universitario, y menos que en
instante el contenido social de la reforma ninguna parte en Córdoba, no alcanzó a plas­
universitaria que se va afirmando a través marse en otras instituciones que no fueran
de los movimientos del 28, 30. 31, 32 y madura la expresión del medio. Y con ello queda con­
ahora, en que la juventud universitaria cons­ testado también el punto 6 del cuestionario
tituye la vanguardia del frente popular y se cultural De la Refornía, sí, hay ese tipo
lanza a la calle a luchar por las libertades de­ nuevo de juventud que lucha contra el anal­
mocráticas y contra el fascismo, enemigo de fabetismo entre las masas, que se codea con
toda cultura. los trabajadores manuales en los sindicatos,
Es que ya también la burguesía no nece­ que llena las cárceles bajo la Dictadura, que
sita técnicos. No sabe qué hacer con ellos. sigue de cerca el panorama político universal,
En ese camino orientado el movimiento uni­ y siente y comprende su responsabilidad so­
versitario, tenemos la plena confianza que el cial. Son los estudiantes que denuncian la pe­
estudiantado argentino cumplirá su deber y netración imperialista de América, los que
luchará junto con los obreros e intelectuales combaten el fascismo y la guerra, los que
por la justicia social, por la liberación de los luchan contra la explotación política y el em­
oprimidos del mundo entero y por lograr que brutecimiento de las masas, son los estu­
la técnica se ponga al servicio de la huma­ diantes del Frente de la libertad en el Bra­
nidad y de su bienestar. Eso debe ser la re­ sil como en la Argentina y el Uruguay, son
forma universitaria si quiere ser algo. Esa las vanguardias de la Alianza Democrática
es la reforma universitaria que, sin concre­ Americana que estos días un espíritu emi­
tarla como lo hacemos ahora, soñamos los nente de la Reforma, Julio Noble, procla­
que el año 32 luchamos en Córdoba. mará en Montevideo.
Los profesores del año 18 eran curas con E nribue B arros
sotanas. Los del año 36 son de dos clases: Ex-Presidente de la F. U. del 18 ,
con o sin sotanas. Mientras el movimiento Córdoba.
estudiantil fué exclusivamente intrauniversi-
tario, encontró eco entre los que enseñaban.
Sólo un grupo de viejos profesores —cadáve­
res ambulantes— se opusieron, pero rápida­
22
mente fueron dejados de lado.
ARA comprender lo que entre nos­
P
...Ahora, que tiene tan amplia trayectoria
y se liga tan íntimamente a la rebeldía popu­ otros ha dado en llamar Reforma
lar frente al terrorismo fascista de una bur­ Universitaria hay que mirar con pe­
guesía en plena podredumbre, el profesorado netración hacia los móviles sociales que este-
es anti reformista, salvo honrosas excepciones vieron en su base. Estos móviles originarios
que confirman la regla. Los profesores echa­ dan la clave de todo el proceso seguido en el
dos del año 18 eran malos por incompeten­ curso de los años por el movimiento reformista
tes, los de ahora son peores porque reciente­ La Reforma insurgió como un movimiento
mente sirven el privilegio de unos cuantos y ascendente de la pequeña burguesía nacional
sólo se preocupan por hacer de la ciencia un que, desde la última década del siglo pasado,
arma de esclavización. empezó a manifestarse como una fuerza so­
M arcos M ef.roff cial ansiosa de alcanzar las funciones direc­
Ex-Presidente de la F. U., Córdoba. tivas de la vida del país. Como tal, la Refor­
ma se dió una ideología típicamente pequeño-
buirguesa, con la inconsistencia que pudo ob­
21 servarse antes y después en el movimiento po­
lítico que la pequeña burguesía nacional, apo­
L 15 de junio fué en Córdoba la primera
E lumbre en la noche dilatada de la Uni­
versidad colonial. La Reforma fué luego
yada por grandes masas populares, alimentó
y empujó: el radicalismo.
El estallido de la Reforma Universitaria
inspiración y símbolo en la lucha por la liber­ siguió inmediatamente a la conquista del po­
tad del Continente. der político por el radicalismo, es decir, por
Como que surgió ante el espectáculo de la pequeña burguesía liberal y democrática.

— 554 —
Desalojó de la Universidad — aunque no cora, II. Pero de seis años a esta parte, el mo­
pletamente— a una “élite” intelectual estre­ vimiento reformista va siendo otra cosa, es
chamente ligada a la gran burguesía nativa, decir, va tomando otro contenido. El golpe
ciepositaria del saber y encargada de prepa­ de Estado del 6 de Setiembre de 1930, ha de­
rar los núcleos gobernantes del pais. vuelto el poder político y lasinstituciones uni­
Derrotada en el plano político, esta burgue­ versitarias a las fuerzas ayer desplazadas. La
sía nativa que entregaba la economía nacio­ regresión ha sido violenta y total. Por otra
nal a la acción opresora y colonizadora del parte, el panorama económico-social, nacio­
capitalismo imperialista extranjero, debía ser nal y mundial, ha variado fundamentalmente.
extrarradiada de las instituciones del saber y Otras son las condiciones impuestas al movi­
la cultura, especialmente de la Universidad, miento estudiantil.
que ha sido y es, socialmente considerada, La ideología reformista originaria resulta,
la más importante de ellas. En la Universi­ ahora, impotente. Todas las imperfecciones
dad se habían refugiado los francotiradores y limitaciones que fué dable observar en ella
de la' clase hasta entonces gobernante. El go­ algunos años atrás, son hoy más visibles. La
bierno nacional— ejercido a la sazón por el se­ impresión de que una etapa ha terminado y
ñor Irigoyen— se encargaría de estimular el agotado sus posibilidades, domina los mejo­
movimiento reformista, que estaba en la lí­ res espíritus.
nea de sus objetivos políticos, arrancaba de Las masas estudiantiles y los profesores
una misma capa social y representaba, en que las apoyan, comprenden ahora que la
otra esfera, los mismos intereses. lucha por la Nueva Universidad se confunde
El desarrollo histórico de la cultura enseña con la lucha por la liberación del país de la
que sus productos y las formas sociales tí­ opresión imperialista y por la liquidación de
picas en que éstos se organizan se correspon­ la burguesía nativa, feudal y terrateniente.
den con los desplazamientos de clase que se La nueva Universidad sólo es posible como
operan en la sociedad. El saber tiene un ori­ un producto de la revolución socialista, como
gen, de clase. Sus instituciones se lo asimi­ una institución de la cultura socialista en la
lan y se ponen en la corriente histórica domi­ sociedad socialista.
nante a que deben su nacimiento. Este proceso tiene etapas propias. Cada
una debe cumplirse hasta el fin. Sólo una
Los objetivos culturales que persiguia el clara conciencia de lo que ellas significan en
movimiento reformista, la “Nueva Universi­ la marcha hacia la meta señalada, puede
dad” democrática, era el ideal de cultura y llevar al triunfo.
educación que necesitaba ver realizado la pe­ En esta lucha, la unión de los estudiantes
queña burguesía nacional para jugar su pa­ con los otros sectores de la juventud es un
pel histórico. hecho decisivo. Sin una poderosa unidad ju­
Parece evidente que este ideal de cultura venil previa, el movimiento reformista no po­
y educación no alcanzó a precisarse con toda drá imponerse. Estructurar esa unidad es hoy
nitidez. Se explica sí que la imagen de la la tarea más urgente.
“Nueva Universidad” no haya tenido en los A la unidad juvenil debe seguir la coordi­
teóricos de la Reforma— por lo menos hasta nación con el movimiento emancipador del
esos últimos años, y siempre en forma muy proletariado. El proletariado organizado sin­
contradictoria— una expresión acabada. Qui­ dical y políticamente es la fuerza que diri­
zás haya que explicarse todo esto por la cir­ girá la lucha revolucionaria a la victoria más
cunstancia de que el movimiento juvenil, en completa.
la persona de sus actores, parece no ser nunca Los estudiantes que desde 1918 conocen el
aprehendido en categorías rigurosas. valor de la colaboración de los obreros, de­
De todos modos, es evidente que para rea­ ben buscar las formas adecuadas para sellar
lizar la democratización de la Universidad era una alianza orgánica y perdurable.
necesario romper su organización anterior al La unidad juvenil y su coordinación con el
18, liberar el saber del yugo teológico, ex­ movimiento obrero ascendente, son hoy los
pulsar de la cátedra a un profesorado inepto métodos de lucha que exigen las nuevas cir­
y cavernícola, realizar la participación estu­ cunstancias.
diantil en el gobierno de la Universidad y III. Lo que distingue en forma neta a es­
hacer que ésta saliera de su aislamiento so­ tudiantes y profesores reformistas de 1936
cial desdeñoso y entrara en la corriente his­ respecto de los estudiantes y profesores de
tórica viva de su tiempo. El movimiento re­ 1918 es su certidumbre absoluta de que la lu­
formista logró buena parte de ese objetivo— cha por la nueva Universidad no tendrá éxito
la democratización de la Universidad—que lia si se la libra dentro del terreno puramente
sido, a nuestro entender, su tendencia más universitario y cultural. A ambos— estudian­
profunda. tes v profesores—enciende la misma convic­
El ideal de cultura y educación del movi­ ción de que la nueva universidad será ganada
miento reformista queda apenas aludido. La en la nueva sociedad.
A d e l m o R. M o n t e n e g r o
limitación de espacio de la encuesta, nos cons­
triñe a la simple apuntación que hacemos. Presidente de la Casa del Maestro.

— 555 —
3? En el momento actual la Reforma Uni­
23 versitaria es un movimiento que no ha arrai­
gado en el sector más grande y valioso de
1 ° ~ tp L movimiento del 18 , fué un estalli- la sociedad: el pueblo; y si bien en 1932, el
do “espasmódico” de una juventud 29 Congreso Universitario dilucidó claramen­
que se lanzó a la lucha callejera, em­ te la posición del estudiante en las luchas so­
pujada por un largo y doloroso proceso de re­ ciales, en 1936, del sector más. izquierdista
beldías, provocado y fomentado, más que nada de ellos, se lanzó la peligrosa y suicida con­
por la torpeza de la reacción ignorante. signa del apoliticismo en la Universidad...
Movimiento “espasmódico” porque en su Claro está que existen problemas específi­
preparación no tuvo por base un meditado y camente universitarios; pero ello no es razón
sereno estudio de los problemas que comen­ para que los que tienen la suerte de estar
zaban a apuntar en la vida civil: porqiíe le comprendidos en dicha clase, renieguen de su
faltó un rigido planteamiento de las necesi­ condición de hombre integral, componentes
dades vitales del pueblo y de las soluciones de la comunidad, que vale únicamente por la
necesarias, ya que amén de la indignación que suma de las “personalidades” que la consti­
rebelaba a la juventud, por las maniobras tuyen.
reaccionarias, los espíritus estaban sacudidos Aceptar lo contrario, es coincidir con aque­
por la hecatombe europea v porque en todo, llos que propugnan un “centro” de estudios
alentaba la esperanza romántica, de la repeti­ en que se estudie... para rendir y luego a
ción del ensayo colosal y mal conocido de lucrar.
Rusia. 4 9 Mientras los viejos militantes, muchos de
Por eso y nada más que por eso los estu­ ellos profesores de la Universidad, no cum­
diantes se lanzaron a la lucha y el pueblo los plan en todos los actos y circunstancias de
acompañó porque presentía en la acción el 1?. vida, con el rol de maestros de los que vie­
camino que anhelaba le fuera mostrado: el nen la Reforma sólo será una nebulosa y el
de la libertad. avance de la reacción seguirá impertérrito;
De allí el valor simbólico del grito “frailes en tanto que los nuevos sigan llegando a las
no” y del acto de la toma de la Universidad aulas, tarados por una educación absurda que
hechps que prueban la afirmación que hacía aumenta aún más la pobre y materialista con­
la juventud y el pueblo a decidir de su des­ cepción de la vida que reciben en sus hoga­
tino. res (hijo; sé médico o abogado, etc., para
2 9 El estudiante del 18 , sin saberse com­ que salgas de esta miseria), nada se habrá
prendido en la lucha social, por la situación ganado: huelgas, manifiestos, protestas de ca­
económica del país, tuvo la intuición, que al jón y después. .. a rendir y todo queda como
expulsar a la casta que gobernaba a la Uni­ antes, más el desencanto o la “conversión”
versidad, abría el camino de la cultura a las de muchos.
capas populares: que con ello tomaba una po­
El estudiante de 1936, desenvolviéndose en
sición clara y categórica en defensa de la
un medio ultrarrápido, no creo piense ni
auténtica revolución nativa frente al capita­
sueñe mucho mejor que el del 18: falta con­
lismo e imperialismo, sostenedores de la reac­
ción: se jugaron por tales aspiraciones: se cepto de la responsabilidad y la culpa no es
venció... es decir, se cambiaron profesores, de ellos únicamente.
se modificaron Estatutos y . . . al cabo de El profesor actual está más al tanto de
unos pocos años la Universidad estaba peor los adelantos de la técnica y más leído— salvo
que antes y el pueblo se fué apartando, des­ las nociones que todos conocemos— en una
alentado y sin fe en quienes, en cierto mo­ palabra, más preparación libresca; pero con
mento, creyó o deseó creer. tan poco sentido humano como aquellos que
¿Dónde están los responsables de tal de­ leían un capítulo de cualquier texto y daban
sastre? terminada con eso su misión.
¿Acaso no existió entre los hombres del 18, Las excepciones no hacen sino confirmar
un núcleo dispuesto a persistir la acción; dis­ la regla.
puesto en una palabra a renunciar al brillante
porvenir personal, en aras de la comunidad? Se cambiará cuando todos trabajen con hu­
Los hombres del 18, apenas recibidos, hu­ mildad y fe; educando y educándose y fomen­
ye ipn de la Córdoba reaccionaria— no por tando el estudio consciente del problema de
ambición creo,— sino por ignorar el rol social la vida, no como universitario sino como ente
que debieron cumplir; quedándose en el foco total: entonces veremos nuevamente cómo el
de la reacción callada, .pero no vencida, para pueblo se acerca a los intelectuales y lucha
que su ejemplo, su predica continuada, su de­ y cree en ellos, y como el derecho a la cul­
dicación al estudio, su desinterés personal, su tura no seguirá puesto fuera de la ley.
desprecio por oro, hubiesen constituido el nú­ T omás B ordones
cleo originario del movimiento popular que (Ex presidente de la Federación
quedó en balbuceo. Universitaria de Córdoba).

— 556 —
24 Reforma; en cambio, los buenos estudiantes
de hoy superan a los de antes del 18 porque
éstos, por regla general, sólo dedicaban sus
L Amiento
Reforma Universitaria fué un comple­
jo movimiento social de perfecciona­
y democratización integral de las
estudios a prepararse para ser buenos profe­
sionales y mejorar su economía individual
mientras que aquéllos, sin descuidar sus estu­
Universidades y de la cultura superior dios profesionales, tienen mayor vocación por
para hacer que éstas, profundamente mejora­ el estudio de los problemas sociales, que
das y rejuvenecidas, dejaran de ser monopo­ orientan generalmente en un sentido favora­
lio de una clase social privilegiada y sé con­ ble al mejoramiento de las clases económica­
virtieran en instrumentos de progreso y de mente inferiores de la sociedad; primaba en
transformación social. aquellos el individualismo, por egoísmo o por
La reforma implicaba, para cumplir sus incomprensión, predominando, en cambio, en
trascendentes finalidades, la necesidad de pro­ éstos sentimientos y orientaciones intelectua­
fundas renovaciones en materia de legislación, les de renovadora justicia y de fuerte solida­
organización, personal y tendencias univer­ ridad.
sitarias. E milio B aquero L azcano,
En ninguno de sus aspectos ha sido cum­ (Profesor).
plido totalmente, hasta hoy, la Reforma uni­
versitaria; ha tenido solamente realizaciones
parciales, pues.ha sido objeto del más enco-
nadq y constante sabotaje, dentro y fuera de
25
la Universidad. 1 °— A Reforma de 1918 , luchó por la re-
Las leyes universitarias son hoy las mis­ I novación democrática del sistema
1
mas que antes del 18; no se ha conseguido, de organización interna de la Uni­
hasta la fecha, que sea sancionada la nueva versidad. con esta consigna: Com­
ley orgánica de las Universidades argentinas, ponen la Universidad todos los que pertenez­
que consagre los principios de la Reforma can a ella: los estudiantes, los diplomados y
en la legislación. los profesores.
Los estatutos y reglamentos, organizacio­ Fué el primer acto, de la voluntad argen­
nes, personal, métodos y tendencias fueron tina, hacia el desiderátum universal: reinte­
mejorados y democratizados por la Reforma; grar la fuente del gobierno al pueblo, el todo-
pero muchos de esos progresos innegables orgánico, sin diferencias de clase; la sociedad.
han sido destruidos o aminorados por la con­ 2 . La juventud no alcanzó su intento: en­
tra-reforma y por el “pronunciamiento” sep­ tregar a la sociedad, la directa administración
tembrino. de su cultura. Porque, es previa a toda refor­
La tendencia reformista de democratización ma parcial y específica, la transformación to­
de la cultura superior podría sintetizarla en tal de los problemas de la' vida común, sobre
esta frase: es necesario que el pueblo vaya las bases de un plan'de justicia integral, que
hacia la Universidad y que la Universidad comprenda: todos sus aspectos, desde la di­
vaya hacia el Pueblo; pero la contra refor­ rección de la economía hasta el espíritu.
ma. que ha estado perturbando empeñosa­ 3 . La letra de la Reforma, discernida ya por
mente el orden en las Universidades argen­ la conciencia general, ha cobrado su puesto
tinas. ha impedido, hasta hoy. a toda costa, en la visión panorámica de los deberes ac­
que sea cumplida esta esencial tendencia re­ tuales del hombre, y galvanizada por la ac­
formista. ción, constituye ahora, una fuerza espiritual
La Reforma Universitaria se mantiene, aún, que no es solamente el verbo de la juventud,
en gran parte, en su categoría de Ideal inal­ sino que encarna silenciosa, en potencia, la
canzado porque no ha sido sino incompleta masa.
c imperfectamente realizada, a causa de la 4. La colectividad, consciente de sus idea­
anarquizante acción de los .antirreformistas, les totalitarios, espera la aparición del genio
pero, tarde o temprano, tendrá que ser cum­ social, que organice la carta de la nueva es­
plida en su integridad porque la cultura supe­ tructura jurídica, para salir a la liza.
rior debe ser puesta al servicio de todo el 5. El estudiante de 1918, sacudido, azo­
pueblo y no sólo de una clase social privile­ rado todavía entonces, por los acontecimien­
giada. tos que convulsionaban el mundo, apenas in­
El estudiantado se ha beneficiado en gene­ tuyó el caso, a través del caos, regulado por
ral con la Reforma porque ésta lo ha orien­ la catástrofe de la guerra 1914-18 y los res­
tado hacia la comprensión de los dolores y plandores de la revolución de Moscú.
necesidades del pueblo. En el estudiantado El estudiante de 1936 pasado el colapso,
hubo, siempre, en todas partes, buenos, ma­ es ya el dueño del problema universal, ayu­
los y mediocres: los de es^as dos últimas ca_ dado por los efectos morales de la tragedia,
tegorías son idénticas a los anteriores a la y los progresos de la técnica científica, apli-

— 557 —
cada a los grandes inventos como la avia­ estudiantado y la clase media con los obre­
ción y la radio, que han suprimido los fantas­ ros de las fábricas y los talleres.
mas del espacio y del tiempo. Y va más aún. Como hecho real y efectivo
6. El profesor de 1918, fué el divulgador con la significación callejera obrero-estudian­
escolástico, de teorías y dogmas del pasado, til de los días siguientes que costara algunas
sin trascendencia, sobre los que su concien­ vidas de obreros y estudiantes siempre uni­
cia, no alcanzó a comprender, el terrible fra­ dos hasta en el estertor final de la agonía
caso de los mismos que ofrecía el mundo, en sobre el pavimento de las calles de Lima, cabe
los hechos circundantes. resaltar un hecho claro y evidente: el naci­
El profesor de 1936, no está en la Univer­ miento y bautizo de sangre de úna formida­
sidad actual, es el poseedor de una ideología ble corriente de protesta, latente tiempo atrás
realizada en la práctica, que espera inédito, en todos los corazones, culminada con la
la prueba de fuego que se avecina. formación de un gran partido político social
José L ópez González .
—el Partido Aprista—enarbolador entonces
de la bandera antiimperialista y antioligárquica.
Ese fué el hecho más saliente surgido de
la Reforma Universitaria del 23 de mayo.
26 Hoy, que las cosas cobran un giro diferente,
agudizado por una desesperante realidad po-
lítica-económica-social más definida y más
INDISCUTIBLEMENTE el movimiento
universitario iniciado el 15 de junio del
18—gran fecha en la historia política de
clara, vuelve a desdoblarse un ala de ese aba­
nico nacido y crecido de la fracción naciente
del 23 de mayo, y surge una nueva juven­
América — marca toda una etapa de concul- tud vigorosa y potente con una ideología ya
sión y desperezamiento de la juventud in- plenamente definida y dispuesta a combatir
doamericana. El gesto rebelde de la mucha­ la resaca y el amainamiento de aquellos hijos
chada cordobesa del 18, aunque un tanto con­ de la Reforma Universitaria que todavía se
fuso, producto mismo de esa rebeldía en resisten a ponerse a tono con la realidad pe­
ponchera que se venia agitando desesperada­ ruana y del Continente todo.
mente como consecuencia de una economía Esa juventud se está agrupando construc­
ieudal rezagada legada por la independencia tivamente. Al gesto rebelde le nacen alas de
primero, luego una incipiente etapa de la eco­ serenidad y organización. Y esa nueva ju­
nomía social impregnada por la república y ventud la forman quienes no vivieron los años
por último el empuje de los grandes aconte­ álgidos del 18 o del 23, pero que forjados en
cimientos europeos que epilogaron principal­ el yunque agitador de la Reforma Universi­
mente en el estallido de la guerra del 14 y el taria, recogen sus enseñanzas y las aplican
triunfo de la revolución rusa del 17, arrastró yuxtaponiéndolas a inquietudes más defini­
?. las juventudes de América, digo, a la ac­ das, constituyendo así un recio frente unido
ción rebelde—aunque no claramente definida entre apristas de izquierda y comunistas.
—de un movimiento universitario de clase me­ Y algo nuevo y evidente habrá de salir de
dia y por consiguiente pequeño burgués, de allí, de ese constante devenir histórico. L.
emancipación universitaria, partida inicial de Reforma ha cumplido su ípisión. Vayamos
una gran convulsión en todo orden de cosas. ahora hacia esa otra Gran Reforma de he­
El movimiento de la Reforma del 18 no chos y doctrinas trascendentalmente positivas.
fué gesto que murió entre una mayor o me­ ¡Allí se encamina resuelta y consciente la
nor rebeldía que poco a poco se iría apagan­ juventud marxista de América! '
do, ni tampoco actitud que quedaría sepul­ E n r i q u e S. P o r t u g a l .
tada simplemente en el recuerdo o en la in­
diferencia. Subrayemos que al grito vigoroso
del 15 de junio siguieron otros en distintos 27
países de América clasificados por una ma­
yor definición antiimperialista y en un más Io—T A Reforma Universitaria ha sido im
alto grado de intensidad política. I i gran movimiento universitario que
En el Perú—mi país—el movimiento del * "* aparece en una época de gran agi­
23 de Mayo de 1923, cobró el viso patente de tación social. El triunfo de la revo­
un .taovimiento anticlerical-civilista en el or­ lución rusa, lleva a los sectores obreros, a lu­
den interno y antiimperialista en el orden de char por mejoras de vida y es imitado por los
extensión panorámica. Este nuevo grito uni­ estudiantes, que luchan contra las autorida­
versitario que retomaba el vigor de los días des de la casa por romper el dogma y la es­
cordobeses de junio, fué el gesto macho y clavitud. Ideológicamente, es un confuso mo­
fecundo de un encorchetamiento entre traba­ vimiento liberal, sin directivas claras; más
jadores manuales e intelectuales. Fué la pie­ que nada es un movimiento de corazón, una
dra de toque que selló por vez primera en la actitud juvenil de protesta y rebeldía contra
historia peruana el abrazo cordial entre el un estado de oligarquía y opresión feudal.

- 558 -
2. Lo que el movimiento reformista, no al­ cambiado. Por odios políticos quedan anula­
canzó a realizar, fué la amalgama con la dos los concurso^ y cesantes los profesores.
clase obrera, para lograr una universidad au­ S er gio M ayor
ténticamente popular. Los triunfos consegui­
dos con las renovaciones universitarias no so­
lucionaban a pesar de la extensión universi­
taria, el problema del alejamiento de la Uni­ 28
versidad a las clases laboriosas de la pobla­
ción.
UE un movimiento de dignificación de
No pudo llegar a ello, porque el estado po­
lítico hubiese quebrado el movimiento. El
partido político liberal que tenía el poder, no
F la Universidad. Pero si bien el atraso
de la Universidad argentina — especial­
mente la de Córdoba — en revelación a la
vió en ningún momento la posibilidad de per­ época, podía justificar en cualquier momento
derlo .Por eso tuvo concesiones con los es­ el estallido, la trascendencia del movimiento
tudiantes que protestaban contra la iglesia. y su desarrollo se explican fundamentalmente
Debido a la mejor situación económica de la por dos factores, de orden nacional el uno, el
época no había una conciencia de clase tan otro internacional.
clara como hoy.
En primer lugar ese atraso se hace más
3? — Ha sido y es el primer campanazo patente con la llegada a la Universidad de
dado en la Córdoba medioeval, contra la mú­ nuevos sectores sociales, los misinos que, en
sica de sascristia y contra la pose académica el orden político, trataban de asentar y con­
y el aire doctoral. Es el primer movimiento solidar su hegemonía con la primera presi­
universitario que tuvo repercusión america­ dencia de Yrigoyen. La ingerencia oficial, ba­
na. Es un activo movimiento social que to­ jo la forma de ún amplio auspicio, no fué
ma características distintas de acuerdo a las más que uno d'e los aspectos de esa consoli­
épocas en que se desarrolla. Este movimiento dación. Y ese es el factor nacional al que
ha abandonado el campo universitario para hice referencia. El otro fué la Revolución
llegar al plano social, de lo "contrario eran Rusa.
reformistas hasta los reaccionarios. Ni el triunfo del programa inmediato de la
4? — Lo que será, depende de la situación Reforma hubiera sido tan rápido y amplio
económica del país, de los acontecimientos sin aquella alianza, ni el movimiento hubiera
politicos que se desarrollen y de la orienta­ tenido, desde el comienzo su inequívoco fer­
ción de sus organismos directores. Logrando vor de superación social sin la atmósfera
la completa unidad estudiantil con la clase creada universalmente por el triunfo de la
■obrera se puede llegar a la conquista del po­ Revolución Rusa.
litico. Consiguiendo un Estado de izquierda, Este anhelo de superación cada vez más
se logrará la universidad de izquierda. Es preciso, planteaba un objetivo específico en
una. quimera pretender una Universidad libe­ la Universidad, una reivindicación irrenuncia-
ra] en un estado político conservador. No se ble, que aún hoy, una vez más, o más que
puede aislar el movimiento universitario del nunca, debe ser su objetivo inmediato: barrer
movimiento social y la unión llevará al triun­ las camarillas oligárquicas.
fo y solución del problema universitario. Pero el programa netamente pedagógico de
5" — El estudiante del 36 vive otra época la Reforma demostró ser poco menos que
que la del 18; ha visto el triunfo de la revo­ inocuo. La experiencia demostró que ni la
lución rusa, contempla el desequilibrado na­ extensión universitaria — simple limosna cul­
zismo alemán, observa la salida guerrera del tural para obreros y empleados— ni la do-
fascismo italiano y está ansioso por el por­ dencia libre ni la participación en el gobier­
venir de España. Ha sido encarcelado por no de la Universidad, podían transformar a
las dictaduras, se ha empeorado su situación ésta en una avanzada en el movimiento ha­
económica y le han aumentado los aranceles cia la justicia ni en un centro auténtico de
y los años de estudio. Ve la universidad con­ investigación y enseñanza. Eso no lo hizo la
vertida en carrera de vallas, sus centros des­ Reforma, no podía haber hecha sin demolerlo
conocidos. barridas todas las conquistas ob­ todo para empezar de nuevo. Y eso ya ten­
tenidas. Piensa que la solución de todos sus dría que ser algo más que Refornia Univer­
problemas no debe encontrarse, en puros mo­ sitaria. ..
vimientos uhiversitarios y alterna las obras Cuando llegó la Contrareforma, el movi­
de Marx y Lenín con las lecciones de Clíni­ miento reformista había demostrado ya, en
ca Médica. Piensa que la Universidad nueva, realidad, su impotencia y sus vicios.
surgirá de un estado político nuevo. Gente que sabia, sin duda, lo que tenía
entre manos, había magnificado, para sus fi­
6 ? — Desde el 18, desde aquella célebre
nes, los objetivos pedagógicos y la impor­
anécdota, que un provinciano llegó con una tancia de la colaboración estudiantil en el go­
carta de un amigo del rector para que le die­
ran un título de doctor, la situación poco ha bierno universitario. Y al no poder realizar

— 559 —
tales objetivos esa colaboración degeneró movimiento más amplio. Los estudiantes del
pronto — con gran contento de los interesa­ 18 estaban más solos. La misma trascenden­
dos — en electoralismo y poli^uería al servicio cia de la Reforma se debió, en parte, a que
de sus intereses personales. „ no existiera en ese momento ningún otro
La exageración de los objetivos pedagó­ movimiento universitario ni juvenil. Hoy te­
gicos de la Reforma fué ya, prescindiendo nemos, paralelamente al movimiento estudian­
de toda intención, un verdadero atentado a til, el de los egresados. Junto a la inquietud
su alcance social, auténtica raíz idealista del de los estudiantes, el desasosiego del inmen­
movimiento. so ejército de profesionales en vías de prole­
La reforma Lanari. en la Universidad de tarizaron. Unos y otros deberán elaborar el
Buenos Aires — antielectoral en apariencia, nuevo programa de la Reforma. Deberán
pero reaccionaria en el fondo, porque, al anu­ mantener y refirmar la consigna de barrer
lar la influencia estudiantil, preparó la vuel­ las camarillas oligárquicas. Al ideal de éstas,
ta de las camarillas reaccionarias — no tuvo de utilizar la Universidad para la formación
que dar así más que un paso. Siendo el obje­ de una supuesta “élite” que haya de suceder-
tivo primordial de la Reforma el mejoramien­ íes en el oficio de defender a las clases pri­
to de la enseñanza, no había por qué decla­ vilegiadas y de ayudar a hipotecar el país a
rarse antirreformista. Se podía hacer la “re­ los intereses imperialistas, el ideal reformis­
forma a la Reforma” en nombre de los pos­ ta que quiso hacer de la Universidad, ya
tulados de la Reforma... desde el 18, un verdadero centro de ense­
Pero ese primer amago de retroceso no ñanza y un órgano vivo de una sociedad en
bastó para provocar la necesaria saludable constante superación.
reacción del espíritu estudiantil. Era preciso Supongo que interesa la comparación del
que llegara la época de la franca reacción estudiante de entonces con el de ahora en re­
oficial, la dictadura del año 30, los Estatu­ lación con los problemas universitarios y so­
tos reaccionarios, la Sección Especial, para ciales. A favor del apoyo oficial del gobierno
que se formara una nueva conciencia estu­ radical y del ambiente creado por la Revo­
diantil. lución obrera triunfante en Rusia, los diri­
La Reforma es hoy un movimiento en cri­ gentes reformistas encontraron, durante lar­
sis, pero no porque se hayan impuesto los go tiempo, una barra ruidosa, verbalista y de
Estatutos reaccionarios, o porque imperen abundantes posturas de izquierda. Hoy es
nuevamente las camarillas desplazadas u otras menos cómoda la postura izquierdista. Hay,
peores Está en crisis porque su programa por lo tanto, menos ruido. Pero hay más es­
específicamente universitario debe rehacerse, píritu de lucha y de sacrificio. Hay también
ó se está rehaciendo ya. más conciencia. Por eso, y por el hecho mis­
En el aspecto social, en cambio, su pro­ mo de hallarse en crisis la Reforma, el esce­
grama se ha clasificado y vigorizado. Y esa nario en que actúa el estudiante rebasa la
es la garantía de su persistencia. Dispuesta Universidad. El estudiante de hoy, en lugar
a combatir a la reacción en todos los te­ de las conferencias de extensión universita­
rrenos, la simpatía obrerista de la juventud ria, conoce la calle, el sindicato, la lucha ás­
del 18, es, en la juventud de hoy, consciente pera contra la reacción en todos los terre­
colaboración con sus naturales aliados, las nos. Del 18 al 36 se ha formado y se vigoriza
fuerzas democráticas y liberales agrupadas aceleradamente una solidaridad continental y
bajo el signo del Frente Popular por la de­ una consciencia antiimperialista completa­
fensa de la cultura y la democracia. Por eso mente ausentes entonces.
la Reforma Universitaria no es una causa En más efe una Universidad persisten los
muerta. profesores de viejo cuño y se han reforzado
No sólo dió su sello a una generación in­ las camarillas reaccionarias con profesores
telectual e influyó poderosamente en los mo­ nuevos. En general, la cátedra sigue siendo
vimientos juveniles del continente, sino que una profesión o una palanca para la profe­
es y debe ser una bandera. sión. El profesor de hoy, un poco más sujeto
Pero su 'programa debe rehacerse. En a la crítica del estudiante y acogido a méto­
primer lugar, no puede prescindir de los espe­ dos menos verbalistas de prep.aración y de
cíficos problemas universitarios en un país exposición, es, en gran parte, menos defi­
en que no existen casi en absoluto otros ciente. Pero, devorciada la Universidad de la
cenaos de formación cultural que las Uni­ vida, en lo que tiene de neutral, y abiertamen­
versidades. Pero tampoco puede tener ya co­ te reaccionaria en lo dem4s. no puede alber­
mo programa la docencia libre o la extensión gar sino como excepción al profesional que
Universitaria. quiera llenar su cometido a consciencia. Y
Pero acaso sus reivindicaciones en el terre­ aún éste se salvaría, apenas, por la intención.
no universitario deban formar parte de un M a r io C a r l is k y

— 560 —
C I E R R E DE L A E N C U E S T A

DICTADURA + BUROCRACIA = UNIVERSIDAD


DE CORDOBA
?

N esta página final de la encuesta, cuya efectiva importancia la torna en documento


E vivo para la actual generación reformista, no podia faltar una referencia, también
documental, a un instante que fué decisivo en la “vida y andanzas de la Reforma” :
la del avasallamiento de la Universidad por la dictadura.
Era en 1931, 19 de Julio. Uriburu: dictador. Ibarguren: panegirista del tirano Ro­
sas, su „último biógrafo. Panegirista de tiranos y servidor de dictadores. Procónsul de
Uriburu en Córdoba. A cargo, transitoriamente, del gobierno insular, Torino: sobrino
del tirano y ex-reformista del 18.
En el mensaje del 6 de Setiembre se anunciaba que la revolución, entre otras cosas,
venía a restablecer “el orden” en las universidades. El “desorden”, era, desde luego, la
"participación de los estudiantes” en el manejo de la Universidad, el contralor, mejor
dicho, de los estudiantes: única garantía, mientras existió, de decencia y dignificación
de la vida universitaria. Cuando ese contralor desapareció, volvieron las camarillas, los
“chanchullos", la entrega de la Universidad — con mengua de la cultora y de su progre­
so — al aprovechamiento de los inmorales y al usufructo de los paniaguados e incapaces.
La dictadura de Uriburu fué servida por el ideario de las gentes desalojadas de la
Universidad por la práctica honrada y leal del estatuto reformista. Fueron, esos elemen­
tos, sus ministros y asesores áulicos. Lo primero que hicieron fué arrasar, “manu militará”,
con todo lo bueno que la Reforma había creado y estaba en camino de afirmar, para
bien de la Universidad. En la de Buenos Aires la contraofensiva se hizo con métodos
de fuerza gubernamental. Ofensiva victoriosa de los estatutos “Nazar” y “Castex”. Hacia
el 3 1 , la Universidad de Córdoba, a pesar del estatuto “Sagarna” — otro plan reaccio­
nario, — había logrado que el espíritu inicial de la Reforma se afirmara y que los es­
tudiantes hicieran triunfar un rector reformista: el ingeniero José Benjamín Barros. La
voluntad de ese rectorado no se plegaba a los planes del dictador. Inaudito. Era minis­
tro de Instrucción Pública el candidato a rector derrotado poco antes por los reformis­
tas. En la Universidad se estudiaba, se trabajaba, se salía penosamente de la confusión
en que la había sumido la orgía contrareformista. Hasta que un buen dia — el 19 de
Julio de 1931 — la fuerza policial del dictador, del historiador-procónsul y de sus adya­
centes, invadió, “porque sí”, la Universidad.
Ajuste de relojes. El ministro Rothe — de oscura memoria para la cultura argen­
tina— encaramado a la “torre” mayor ponía en la Universidad de Córdoba, la hora
“fuera del tiempo” de Setiembre. El rector Barros renunció, ese mismo día, en un docu­
mento memorable y sereno.No podia responder con Fuerza a La Fuerza. Respondió
con palabras ejemplares, que no hallaron eco, por cierto, entre la recua docente ame­
drentada. Todos “tragaron la pildora”. Nadie más renunció. Sólo años después hubo
síntomas de reacción. Fiflé otra vez decapitada.
La Universidad de Córdoba, sin el contralor de los estudiantes,—abandonada, incluso,
por los mismos estudiantes— ha vuelto a ser lo que antes: B u r o c r a c ia . Instituto, “secular”
del Acomodo. Presupuesto, parientes, parientes, muchos parientes... Paniguados. Tarta­
mudos dictando cátedras de declamación. Enseñando, para cobrar sueldo, precisamente,
todos los que necesitan aprender. Profusión de fundaciones hueras. Institutos. Institu­
tos para todo: institutos de Derecho Civil, de Filosofía, de Ciencias Mercantiles y Eco­
nómicas, de Aeronáutica, etc., etc. Salvo el de Tisiología que fundara un joven y ya ilus­
tre profesor, todos los demás son o la pompa verbal, y retórica que disimula un viejo

— 561 —
complejo de inferioridad, o el pretexto decoroso para repartir empleos entre parientes
sin saber y sin clientela. La enseñanza se ha mediatizado de tal suerte que el profesorado,
en el mejor de los casos, sólo produce “apuntes” , o sea: saber “ congelado” . Son gentes
que no producen. “ Reproducen” . Y reproducen mal. Y por eso conservan un aire de arisca
e irresponsable clandestinidad. Los, pocos que en vez de “ reproducir” producen, no alcan­
zan a salvar a los otros, ni a cambiar el clima letal del Instituto Universitario. Ahi na­
die produce. T odos reproducen. Y — lo que es más grave — se reproducen. La Universi­
dad de Córdoba— muchas se le estarán pareciendo— es, en suma, el caldo de cultivo donde
proliíera una burocracia astuta, tenaz, que sabe desplazarse con una singular rapidez. Es
la característica del burócrata cordobés,— variedad ya famosa en la Argentina— que halla
en la Universidad, en sus adyacencias y subyacencias, su mejor caldo de cultivo.
He aquí los párrafos de la renuncia del ex-rector Barros, pronunciados cuando Uri-
buru era todopoderoso:
“ La Universidad ha sido afectada en su autonomía y en su dignidad. La fuerza pú­
blica ocupa sus aulas y sus claustros. El señor je fe de Policía, invocando órdenes supe­
riores, ha dirigido a este Rectorado una nota desconsiderada y la fuerza policial ocupa
en este momento su interior. Este Rectorado no tiene noticias de que el Superior Go­
bierno de la Nación, haya resuelto intervenir a esta Universidad” .
“ Considero esta situación incompatible con mi dignidad personal y universitaria. La
considero también incompatible con la existencia misma de la Universidad y con su alta
función de cultura.
“ Sólo un grosero sensualismo y un triste ejemplo que soy incapaz de dar, podría en
estas circunstancias, retenerme en el cargo que vengo ahora a renunciar indeclinable­
mente”'.

— 562 —
INDICE D E L T O MO T E R C E R O

P R I M E R A P 'A R T E

Primeros Ensayos

(Paginas 7 a 114)
15 16
D E O D O R O R O C A . L a nueva gen eración am ericana.
G U IL L E R M O J. W A T S O N . T eoría del g obiern o repu blican o de la U niversidad.

1919-1921
ALEJAN DRO KORN. I. L a R e fo rm a U niversitaria.
II. L a R e fo r m a U n iversitaria y la au ten ticidad argentina.
III. C ontenido ideal de la R eform a .
SAÚL A . T A B O R D A . D o ce n cia em ancipadora.
H É C T O R R I P A A L B E R D I. R en a cim ien to del espíritu argentino.
A D O L F O K O R N V IL L A F A Ñ E . B ases p ara la nueva vida estudiantil.
A L B E R T O P A L C O S . L a R e fo r m a U n iversitaria y el p rob lem a educacional.
D E O D O R O R O C A . S ervidum bre de la cultura.

1922-1925
JU L IO V . G O N Z A L E Z . S ig n ifica d o de la R e fo r m a U niversitaria.
P E D R O A . V E R D E T E L L O . A lca n ce social de la R e fo rm a U niversitaria.
A R T U R O O R G A Z. L a R e fo r m a U n iv ersitaria y la F a cu lta d de D erecho de Córdoba.
C A R L O S COSSIO. C oncepto fundam ental de in g eren cia estudiantil.
H É C T O R R I P A A L B E R D I. L a R e fo r m a U niversitaria.
H O M E R O G U G L IE L M IN I. L a R e fo r m a en la U niversidad.
JOSÉ L U IS L A N U Z A . L a U niversidad separada del pueblo.
M A R IA N O H U R T A D O D E M E N D O ZA . C arácter econ óm ico y social de la R e fo rm a U niver­
sitaria-.
E N R IQ U E F. B A R R O S . U niversidad, C iencia y C ontrarreform a.

R ep ercu sió n en E spaña


A U G U S TO P I SU Ñ ER. In flu e n cia del m ovim iento argen tin o en las un iversidades españolas.
W E N C E S L A O R O C E S . L a R e fo r m a A rgen tin a, ejem p lo en E spaña.

S E G U N D A P A R T E
Propagación americana
(Páginas 115 a 262)
JO S E IN G E N IE R O S . L a R ev olu ción un iversitaria se extiende y a por toda la
A m érica L atina. ■
A L F R E D O L. P A L A C IO S . L a R eform a U niversitaria y el p roblem a am ericano.
» M A N U E L U G A R T E . L a o bra continental de la R e fo rm a U niversitaria.

COLOMBIA
G E R M Á N A R C IN IE G A S . I. L o s estudiantes y el gobierno universitario. (1922-23).
II. E l estudiante de la M esa redon da (1 9 3 2 ).
I II. H a cia la U niversidad N acional (1 9 3 2 ).

CUBA
J U L IO A . M E L L A . I. ¿P u ed e ser un h ech o la R eform a U niversitaria (1 925).
II. T res asp ectos de la R e fo rm a U niversitaria (1 9 2 8 ).
A L F O N S O B E R N A L D E L R IE SG O . P rin cipios, táctica y fin es de la R evolu ción un iversita­
ria (1 9 2 3 ).
JO SE A. F O N C U E V A . E l p roblem a de la R e fo rm a universitaria en C uba (1 9 2 7 ).

563 —
PERU
H A T A D E L A T O R R E . I. N u estra b a n d e ra (1 9 2 4 ).
II. L a s U n iv e rsid a d e s P o p u la re s ‘G on zá lez P r a d a ” , del P erú (1 9 2 4 ).
I II. L a R e fo r m a U n iv e rsita ria y la rea lid a d socia l. (1 9 2 5 ).
IV . L a R e fo r m a y la g r a n le c ció n de la g u erra . (1 9 2 6 ).
V . E l M o v im ie n to «d e lo s estu d ia n tes de A m é r ic a L a tin a (1 9 2 6 ).
V I. L a R e fo r m a U n iv e rsita ria (1 9 2 9 ).
A N T E X O R O R R E G O . I. ¿ C u á l es la c u ltu ra que c re a rá A m é r ic a ? (1 9 2 8 ).
II. L a cru za d a p o r la lib erta d d el estu d ia n te (1 9 3 2 ).
JOSÉ C A R L O S J IA R IA T E G U I. L a R e fo r m a U n iv e rsita ria (1 9 2 8 ).
JOSÉ E N C IN A S . L a R e fo r m a U n iv e rsita ria en la U n iv ersid a d p e ru a n a (1 9 3 5 ).
L U IS A L B E R T O S A N C H E Z . E l estu d ian te, el c iu d a d a n o, e l in telectu a l y la R e fo r m a U n iv e rsi­
ta ria A m e r ic a n a (1 9 4 0 ).
A N D R E S T O W N S E N D E Z C U R R A P o lític a y R e fo r m a U n iv e rsita ria (1 9 3 8 ).

URUGUAY
L o s a co n tec im ie n to s

JOSÉ P. C A R D O S O . L a R e fo r m a U n iv e rsita ria en el U ru g u a y (1 9 3 4 ).

E l p ro b lem a in stitu cion a l.


C A R L O S Q U IJA N O . L a R e fo r m a U n iv e r sita r ia y la F a c u lta d de D e r e c h o de M o n tev id eo (1 9 2 8 ).
A R T U R O A R D A O . L a R e fo r m a U n iv e rsita ria y la o r g a n iz a c ió n de la en señ a n za su p erior en
U ru g u a y (1 9 3 4 ).

E l p ro b lem a ed u ca tivo .
E L IO G A R C ÍA A U S S T T . L a n u e v a U n iv e rsid a d y la R e fo r m a de fo n d o . (1 9 3 1 ).

VENEZUELA
JO TTTO V T L L A L B A . L a F e d e r a c ió n de e stu d ia n tes y la R e fo r m a U n iv e rsita ria (1 9 3 6 ).

T E R C E R A P A R T E

Nuevas interpretaciones argentinas

(Páginas 263 a 500)


S A U L A L E J A N D R O T A B O R D A . I. S ig n ific a c ió n del D ie c io c h o (1 9 3 2 ).
II. E n to rn o a lo s p r o y e c to s de le g isla ció n u n iv ersita ria . (1 9 3 2 ).
m. E n el d é cim o a n iv e r sa rio (1 9 2 8 ).
F L O R E N T IN O V . S A N G U IN E T T I. L R e fo r m a y C o n tr a r re fo rm a en la F a c u lta d de D e r e c h o d e
B u e n o s A ir e s (1 9 2 6 ).
I I . U n iv e rsid a d y u n iv e rsa lid a d cu ltu ra l (1 9 2 8 ).
m . C u ltu ra h u m a n ista y fr a c a s o de u n a F a c u lta d d e D e ­
re ch o . (1 9 2 9 ).
C A R L O S S A N C H E Z V IA M O N T E . I. L a cu ltu ra fr e n te a la U n iv ersid a d . (1 9 2 6 ).
II. L a U n iv ersid a d y la v o c a c ió n p o lític a del sig lo . (1 9 2 6 ).
. I I I . E l p rim e r d ecen io de la R e fo r m a U n iv e r sita r ia en el
p aís. (1 5 2 8 ).
JOSÉ G A B R I E L . L a Nueva. U n iv e rsid a d (1 9 3 2 ),


- J U L IO V . G O N Z A L E Z . L a U n iv e rsid a d y el E sta d o (1 9 3 4 ).
A D O L F O K O R N Y I L L A F A x E . L a enseñanza, p ú b lica c o m o p o d e r d oce n te (1 9 3 4 ).
»J O R G E T H É N O N . L a U n iv e rsid a d y el E sta d o (1 9 3 2 ).
A N I B A L P O N C E . I. E l a ñ o M il N o v e cie n to s D ie c io ch o la A m é r ic a L a tin a (1 9 2 7 ).
II. C o n d icio n e s p a ra la U n iv ersid a d lib re (1 9 3 5 ).
%

C A R L O S COSSIO. I. F u n d a m e n ta ció n ju r íd ic a d e la R e fo r m a U n iv e rsita ria (1 9 2 7 ).


II. L a 'R e f o r m a U n iv e rsita ria y la R e a c c ió n (1 9 3 0 ).

564 —
A N G E L G U ID O . I. D efin ición de la R e fo r m a U n iv ersitaria (1 9 3 2 ).
II. E scu ela de cu ltu ra p a ra las ca rrera s p rofesion ales (1 9 3 4 ).
A L B E R T O B A L D R IC H . L a m isión fo rm a tiv a de la U niversidad de la R eform a (1 934).
M A N U E L JU A N C R U Z. Sobre la R e fo r m a U n iversitaria (1 9 2 6 ).

G R E G O R IO B E R M A N N . I. N uestra ju ven tu d y su fe. (1 9 3 2 ).


II. L a R e fo rm a , m ovim iento ju venil (1 9 3 6 ).
P A B L O L E J A R R A G A . L a s ju ven tu d es reform istas en las luchas por la liberación continental.
(1 9 3 8 ).
E N R IQ U E PU C CIO . I y II. E n sa y o de ubica ción de la R eform a U niversitaria (1 9 3 6 ).
H É C T O R A G O S T I. V einte añ os de R e fo r m a U n iversitaria (1 9 3 8 ).
E R N E S T O G IU D IC E . I. P ro y e cció n y enseñanza del proceso de la F a cu lta d de M edicina. (1 9 3 5 ).
II. V einte añ os de R e fo r m a U niversitaria (1 9 3 8 ).
JU L IO V. G O N Z Á L E Z. J u stifica ció n de la R e fo rm a U niversitaria (1 9 3 8 ).

A L C ID E S G R E C A . E l cam in o que debe seg u ir la R e fo rm a (1 9 3 8 ).


D IE G O L U IS M O L IN A R l. A ctu alida d de la R e fo rm a U niversitaria (1 9 3 8 ).
N O E L H . S B A R R A . L a R e fo r m a U n iv e rsita ria : ev ocación y p resencia (1 9 3 8 ).
A L F O N S O H. P IZ Z O N IA . D efin ición sencilla de la R e fo rm a U niversitaria (1 9 4 0 ).

G A B R IE L DEL M A ZO . I. L a R e fo r m a U niversitaria. (U n a con cien cia de em ancipación en


d e sa rro llo ) (1 9 3 8 ).
II. Institución del E studiante. (1 9 4 0 ).

C U A R T A P A R T E

APENDICE
Repertorio de opiniones a través de tres pronunciamientos

(Páginas 501 a 568)


I. D ebate en C órdoba. (1 9 3 0 ).
II. R e v ista "M e g á fo n o ’ *. (1 9 3 1 ).
III. E n cu esta de la R e v ista "F le c h a ” C órdoba. (1 9 3 6 ).

D IS T R IB U C IO N DEL C O N T E N ID O D E LOS S E IS TOM OS D E LA P R IM E R A E D IC IO N


DE ESTA OBRA
(B u en os A ires, 1926-1927. Im prenta F errari. F o r m a to : 65 x 95 ).

TOM O I. Ju icio de los hom bres de la nu eva g eneración a cerca de su sig n ifica d o y alcan ces
1918-1926). 164 páginas.
TOM O II. D ocu m en tos re la tiv o s al m ovim iento estudiantil en las U niversidades de C órdoba y
B uenos A ires (1 9 1 8 ). 218 páginas.
TOM O III. E l P rim er C ongreso N acion a l de E stud iantes U niversitarios (C órd oba, 1918). Con un
A p énd ice relativ o a la crea ción de la U niversidad del L itora l y a la nacion aliza ción de la
do Tucum án. 276 páginas.
TOM O IV . D ocum entos re la tiv o s al m ovim iento estudiantil en L a P la ta (1919- 1920), con N otas
y C om entarios. 239 páginas.
TOM O V . D ocum entos com p lem en tarios que se refieren a la acción directam ente social del m o­
vim ien to estudiantil argentino (1 918-192 1). C on un A pénd ice relativo a la cam paña contra
la lim itación de ingreso a las U niversidades (1 9 2 6 ). 247 páginas.
TOM O V I. D ocum entos relativos a la p rop ag ación del m ovim iento en A m érica L atin a (1918-
19 27). 464 páginas.

565
INDICE DE A U T O R E S

A G O S T I H E C T O R ..................................... 429, 534 MARIATEGUI JOSE C................................... 187


A R C IN IE G A S G E R M A N ...................................... 121 MARICONDE PABLO............................. 511, 514
A R D A O A R T U R O .................................................. 237 MARTORELLI JOSE....................................... 544
MAY ZUBIRIA ALBERTO............................. 549
R A G U S E R G IO .......................................................... 551 MELLA JULIO A............................................ 148
B A L D R I C H A L B E R T O ................................... 402 MEEROFF MARCOS ..................................... 553
B A R R O S E N R IQ U E F ................................ 106, 554 MIRAVET HORACIO...................................... 543
B A R R O S JO S E B ..................................................... 544 MOCCIARO VICENTE.................................... 550
B E R M A N N G R E G O R IO .............................. 412, 516 MOLINARI DIEGO LUIS, .......................... 455
B O R D A B E H E R E I S M A E L C ............................ 550 MONTENEGRO ADELMO R.......................... 554
B O R D O N E S T O M A S , ........................................... 556 MONTSERRAT SANTIAGO........................... 536
B R A N D A N C A R A F F A C A R L O S ................... 542
B E R N A L D E L R IE S G O A L F O N S O ........... 154 NAVARRO ANTONIO...................................... 544
ORGAZ ARTURO........ ................................... 69
C A R D O S O J O S E P ................................................. 218 ORGAZ JORGE................................................. 546
C O SSIO C A R L O S ............................................... 82, 367 ORGAZ RAUL A .............................................. 553
C R U Z M A N U E L J U A N ........................................ 408 ORREGO ANTENOR....................................... 183
C U N E O D A R D O ....................................................... 547
PALACIOS ALFREDO L................................ 116
D E F F I S F R A N C IS C O C ....................................... 538 PALCOS ALBERTO......................................... 39
D E L M A Z O G A B R I E L .......................................... 490
PAZ GREGORIO............................................. 518
E N C IN A J O S E .......................................................... 203
PI SUÑER AUGUSTO.................................... 110
F I L L O T JU A N , ...................................................... 542 PIZZONIA ALFONSO H., . ................... 484
F E D E R A C IO N U N I V E R S I T A R I A A R G E N ­
PONCE ANIBAL................................. 361
T I N A ............................................................................ 528
PORTUGAL ENRIQUE S............................. 558
PUCCIO ENRIQUE A............................ 420, 540
F E D E R A C IO N U N IV E R S IT A R IA D E C O R ­
D O B A .......................................................................... 528
QUIJANO CARLOS........................................ 226
F O N C U E V A JO S E A ............................................ 162
REVISTA MEGAFONO, .............................. 521
RIPA ALBERDI HECTOR....................... 28, 87
G A B R I E L J O S E ....................................................... 334
ROCA DEODORO,...................... 7, 44, 520, 545
G A R C IA A U S S T T E L I O ...................................... 249
ROCES WENCESLAO, .................................. 113
G IU D IC E E R N E S T O .............................................. 433
ROQUE ELIT.................................................... 515
G O N Z A L E Z A L B E R D I P A U L I N O ............... 548
G O N Z A L E Z J U L IO V ........... 48, 345, 444, 540 SANCHEZ LUIS ALBERTO......................... 211
G O N Z A L E Z L O P E Z J O S E .................................. 557 SANCHEZ VIAMONTE CARLOS, 324, 509,
G O N Z A L E Z S A U L ................................................... 507 513.................................................................. 519
G R E C A A L C ID E S , ................................................ 447 SANGUINETTI FLORENTINO V............... 302
G U G L IE L M IN I H O M E R O , ..................... ' ........ 90 SBARRA NOEL H......................................... 547
G U ID O A N G E L ......................................................... 377 SOLER SEBASTIAN.............................. 501, 515
H A T A D E L A T O R R E , ........................... 166 TABORDA SAUL A., .................... 22, 263, 541
H U R T A D O D E M E N D O Z A M A R IA N O , . . . 100 THENON JORGE............................................ 357
TOWSEND EZCURRA ANDRES ................ 215
IN G E N IE R O S JO S E , .......................................... 115
UGARTE MANUEL........................................ 119
K O R N A L E J A N D R O ........................................... 15
K O R N V I L L A F A Ñ E A D O L F O , ............... 32, 353 VERDE TELLO PEDRO A......................... 65
L A N U Z A J O S E L U I S ............................................ 91
VILLALBA JOVITO....................................... 259
L A Z A R T E J U A N ...................................................... 532 WATSON GUILLERMO J.............................. 11
L A Z C A N O B A Q U E R O E M IL IO ....................... 557
L E J A R R A G A P A B L O ............................................ 417 ZANETTI JUAN E........................................ 542

566
Terminóse de imprimir en los
Talleres Gráficos “Olivieri y Domínguez”
de la ciudad de La Plata, el día
15 de Mayo de 1 9 4 1 , colaborando en la
confección de la Obra el
siguiente personal:
E n c a r g a d o d e T ip o g r a fí a : Valerio Higuera; L in o tip is ta s: Manuel Blanco,
Alfredo Agosti, Celedonio Fernández, Luis Vermeire, Jorge F. Cuñado, Pedro
Corvera, Juan Fagnani, Miguel A. Vercesi; T ip ó g r a fo s a rm a d o r es
y p la tin e r o s : Juan Rodríguez, Arístides Paloschi, Adolfo
Ostrofski, Juan Carlos Suarez, Anselmo Ramos, José Mendoza, Juan Ojeda,
Arsenio Meza, Alejandro Buttermann, Guillermo Martínez,
Rodolfo Ojeda; E n c a r g a d o d e M á q u in a s : Raimundo Coltrmari; Im p r e so r e s: Eladio
González, Carlos Sapia, Juan Gironda, Arturo Cimili, Luciano Ziderich,
A y u d a n te s : Carlos Capparelli, Mario M. Martín, Heriberto Pérez;
E n c a r g a d o d e e n c u a d e r n a ció n : Juan Bartolomé Antonini;
E n c u a d e r n a d o r e s: Marcos Gatti, José Rossi, Isolina Galimberti,
Reina Tolosa, Jorgina Pérez, Andrés Zagaglia,
José Del Carmen, Cristina Cajmmi, José
Avolio; C o r re c to r : Edgardo Ricetti.

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