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Obra: Capilla San Miguel Arcangel

Arquitecto: Arq. Javier Corvalán, Arq. Violeta Perez

Ubicacion: Barrio Cerrito, Asunción, Paraguay.


Superficie de terreno: 360 m2
Superficie construida: 180 m2

Obra: Capilla de Campo Bruder Klaus


Introducción:
Una pequeña capilla de hormigón construida por los agricultores locales en el borde de un campo.
Se echó hormigón alrededor de un grupo de 120 troncos de árboles, cortados en un bosque local, y
a continuación fueron quemados lentamente. La disposición meticulosa de los árboles en forma de
lágrima u hoja creó el óculo que proporciona la única luz directa para el pequeño espacio oscuro.
La capilla campestre está dedicada al santo suizo Nicholas von der Flüe (1417–1487), conocido
como el Hermano Klaus. Fue encargada por el agricultor Hermann-Josef Scheidtweiler y su esposa
Trudel y en gran parte construida por ellos, con la ayuda de amigos, conocidos y artesanos en uno
de sus campos por encima del pueblo.

Situación
La pequeña capilla de hormigón fue construida en el borde de un campo en Mechernich, sobre el
camino Rissdorfer Weg, en una ladera baja del Parque Natural Eifel (Naturpark Nordeife), a 55 km
de Colonia, en la zona oeste deAlemania.

Concepto
Para el diseño de edificios con una sensual conexión a la vida, hay que pensar de una manera que
va más allá de la forma y la construcción. Este concepto suena a verdad en el diseño de Peter
Zumthor para la Capilla de Campo Bruder Klaus, donde un interior
místico e íntimo que invita a la reflexión, está enmascarado por un
exterior rectangular muy rígido.
En un día soleado, el óculo se asemeja a la erupción de una
estrella, hecho que puede ser atribuido y hacer referencia a una
visión del Hermano Klaus en el útero. Los muy sombríos y
reflexivos sentimientos, que se convierten en inevitables, en el
encuentro de uno con la capilla, la convierten en una de las
piezas más notables de la arquitectura religiosa hasta la fecha.
Sin plomería, baños, agua corriente o electricidad y con su
hormigón carbonizado y suelos de metal colado, la
aparentemente poco atractiva capilla sigue siendo un destino
esperado para muchas personas.

Diseño
La Bruder Klaus Field Chapel comenzó como un boceto que con el tiempo fue evolucionando hasta
convertirse en un punto de referencia elegante y a la vez fundamental en el paisaje natural de
Alemania. El diseño fue realizado por los agricultores locales quienes querían honrar a su santo
patrono, Bruder Klaus del siglo XV. “…Para mí, los edificios pueden tener un hermoso silencio que
asocio con atributos como compostura, auto-pruebas, durabilidad, presencia e integridad, y también
con la calidez y la sensualidad; un edificio que está siendo el mismo, siendo un edificio, que no
representa nada, solo es… " ( Peter Zumthor)
Espacios
En su único e íntimo espacio interior se ubica una estatua del Hermano Klaus, un banco y algunas
velas.

Estructura
El primer paso en la construcción de esta Capilla es montar el encofrado con troncos que
posteriormente tendrá que soportar el hormigón armado. Luego se vierte el hormigón, sin cubrir
completamente el encofrado, hasta los 12m de altura, interrumpiendo el vertido unos metros antes
de la cima y dejando las puntas de los troncos libres, como una tienda india. Posteriormente, para
retirar el encofrado interior, se queman los troncos que una vez consumidos dejan un espacio que
es la forma exacta en negativo del mismo.

Método constructivo
Los aspectos más interesantes de la iglesia se encuentran en los métodos de construcción a partir
de una tienda india hecha de 112 troncos de árboles locales. Una vez terminado el encofrado, se
vertieron capas de hormigón que fueron apisonadas encima de la superficie existente, cada una con
alrededor de 50 cm de espesor y durante 24 días, a capa por día. Cuando las 24 capas de
hormigón se habían vertido y secado, la estructura de madera fue incendiada, el lento quemado
duró 3 semanas, dejando tras de sí una cavidad hueca ennegrecida, con un negativo de paredes
carbonizadas en las que quedaron pocos rastros de los troncos originales. La única superficie no
cubierta del interior, el óculo, está equilibrada por un piso de mortero de hormigón cubierto de plomo
y estaño fundido in situ mediante un crisol y vertido manualmente por Miroslav Stransky y su esposa,
propietarios de una refinada fundición de la zona que colaboraron con la construcción.

Luz
• Óculo: La evidente direccionalidad de las paredes dirige la vista hacia arriba, hasta el punto donde
el techo está abierto al cielo y las estrellas de la noche. Esta abertura controla el clima interior en la
capilla. Tanto la luz solar como el aire o la lluvia penetran por la abertura y crean un ambiente o
experiencia muy específica según la hora del día y la época del año.

• Perforaciones muros: Además de por el óculo, la luz del día penetra en la capilla a través de 350
pequeñas perforaciones ubicadas en los muros de hormigón. Estas perforaciones realizadas con
tubos de acero y utilizadas para pasar los elementos que mantenían unido el encofrado interior al
exterior antes de ser quemado, posteriormente fueron tapadas con pequeñas semiesferas de vidrio
soplado que otorgan un matiz particular a las puntuales entradas de luz y que resultaron
imprescindibles debido a las corrientes de aire que se originaban dentro de la capilla.

Materiales
La Capilla está hecha con troncos de pinos, hormigón armado. No hay plomería, baños, agua
corriente, ni electricidad, solamente una puerta triangular metálica en la entrada y el pavimento
obtenido mediante el reciclado y fundición de 4tn de latas. El hormigón se obtuvo mezclando grava
del río, cemento blanco, agua y arena amarilla rojiza, con la técnica “rammed concrete”, utilización
de materias primas naturales.
Los pequeños orificios, realizados con tubos de acero cromado, que cubren el muro de hormigón
fueron cerrados con vidrio soplado de Bohemia con forma semiesférica.
La figura en relieve de bronce colocada en la capilla es obra del escultor Hans Josephsohn.
Arquitecto: Undurraga Devés Arquitectos - Cristián Undurraga
Ubicación: Valle de Los Andes, Chile
Año de Construcción: 2009
Superficie construida: 620 metros cuadrados

Una vez más, podemos visualizar lo que es primitivo, hecho a mano-y tectónica, sin hacernos
nostálgico, sólo como una resistencia silenciosa de desperdiciar, la frivolidad y el ruido. Setenta
kilómetros al norte de Santiago se encuentra el valle de los Andes, una de las zonas más bellas y
fértiles en el centro de Chile.
Allí, el Santuario de Teresa de los Andes se encuentra, tirado al lado del Monasterio Carmelita de
Auco. Es aquí, al pie del Monte Carmelo que la Capilla del Retiro se construyó, al lado de la casa de
huéspedes donde los visitantes pueden quedarse. Es visitado por los peregrinos, llena de un deseo
de trascendencia y en busca de silencio y recogimiento.

La capilla se levanta como una confirmación de la extraordinaria geografía que lo rodea, respetando
los ejes establecidos por la serie de edificios preexistentes. El hormigón es el material principal de la
estructura del edificio. Su volumen, estrictamente económico, se eleva desde un travesaño de 4
vigas en forma de una cruz que es compatible con los elementos estructurales por lo menos
posibles a fin de que su relación con el suelo es ligero pero suficiente. Forma y estructura de aquí
son una síntesis indisoluble.

Bajo la estricta geometría del hormigón de un patio se excavó, cuya rústica pared de piedra se
eleva peligrosamente hacia arriba y alrededor de la capilla, la compresión y expansión de ese
espacio de la luz. Como contrapunto a la magnitud de la zona geográfica circundante, el interior fue
diseñado en forma de una caja de madera reciclada de antiguos trazados ferroviarios. Este cuadro
cuelga de la estructura de hormigón y se encuentra a 2 metros por debajo de las vigas que lo
soportan, lo que limita la visión del vacío exterior.

El conjunto de esta pieza, que parece levitar sobre el suelo, nos remite a la dimensión espiritual en
el interior. Este espacio se ilumina desde la parte inferior, dejando un espacio para ver un cuerpo
sin peso en el interior que oculta la racionalidad de sus soportes, mientras que el exterior nos ofrece
una visión de la pared de piedra que rodea el patio. La luz superior se ha restringido a fin de
mantener una cierta media luz en la caja, que es aumentada por el color oscuro de la madera. Aquí,
la dualidad del interior racional exterior / metafísica, tan típico de la arquitectura gótica, asume una
nueva expresión de un compromiso con la modernidad.

En Chile, un templo suspendido entre montañas, obra del arquitecto Cristián Undurriaga,
reinterpreta la arquitectura eclesiástica con un diseño que se asienta en la dicotomía interior/exterior.

La rusticidad de los materiales elegidos reproduce la naturaleza del entorno cordillerano en el


interior.

En el Valle de los Andes, 70 km al Norte de Santiago de Chile, se erige la Capilla del Retiro, un
refugio original y apacible en medio de un entorno natural majestuoso. A simple vista, se trata de un
volumen configurado por muros de hormigón que sobresalen en las aristas, lo que le da un carácter
monumental a toda la obra.

La capilla está ubicada en la base del Monte Carmelo, junto a la casa para peregrinos y en los
márgenes de un complejo formado por otros dos edificios: el Santuario de Teresa de Los Andes y el
Monasterio Carmelita de Auco.
Su autor es el chileno Cristián Undurraga, quien se hizo cargo del proyecto luego de ganar un
concurso convocado por la Casa de la Espiritualidad del Monasterio Carmelita de Auco. Este es su
segundo edificio religioso. El primero fue el Santuario de San Alberto Hurtado, en Santiago, al cual
se accede a través de una rampa curva que salva un fuerte desnivel. El santuario es circular –
siguiendo la tradición romana para esta tipología– y está rodeado por un depósito de agua que lo
separa y lo visibiliza entre la frondosa vegetación.

El mismo cuidado por el paisaje se vislumbra en este segundo trabajo, que también se caracteriza
por su simpleza, aunque aquí la arquitectura eclesiástica clásica se expresa con gestos de mayor
sofisticación. “Para nosotros fue un imperativo buscar una forma nueva de representar lo
trascendente”, explica Undurraga, quien pensó un volumen de estricta economía formal, surgido del
entrecruzamiento de cuatro vigas que forman una cruz, evocando la tradición católica de iglesia
cruciforme. A su vez, “el cruce se apoya en el mínimo estructural posible, de tal modo que la
relación con el suelo sea leve y justa”, describe el autor. De esta manera, el visitante que observa el
escenario desde lejos advierte una masa de hormigón blanco que apenas se sostiene por sobre el
suelo árido.
Sin embargo, a medida que se acerca puede reconocer otro rasgo original de la capilla. Al nivel del
suelo, un camino zigzagueante de muros de piedra rústica desciende hasta un patio que rodea los
cuatro lados de la capilla. Así se llega hasta la puerta del oratorio. Las paredes son vidriadas en la
parte inferior, por lo que desde el interior pueden verse las bases de los muros de piedra que
configuran el patio.
Undurraga admite: “Desde los primeros bosquejos quisimos que el interior tuviera una autonomía
sobre la forma exterior, que era muy nítida”, y aclara que, a diferencia de la manera tradicional de
iluminar la capilla (desde el “Cielo” hacia la Tierra) su intención fue reforzar la luz que viene desde el
propio suelo.

El interior de la capilla se configura así como un pequeño espacio en donde las paredes de vidrio se
completan en la parte superior con listones de madera reciclada de las antiguas vías del ferrocarril
que recorrían el área central del país. Undurraga lo describe como “una caja que actúa como
contrapunto de la majestuosidad del entorno” y que cuelga de la estructura de hormigón dos metros
por debajo de las vigas que la sostienen, limitando la visión del vacío exterior. El visitante no se
siente intimidado por las montañas de la cordillera. Los muros del patio lo contienen.

Sobre el sentido que transmite su obra, el autor reflexiona: “La dualidad exterior-racional/interior-
metafísico, tan propia del Gótico, se lee en clave contemporánea”. Y detalla: “El volumen, que
parece levitar sobre el suelo, nos refiere a la dimensión espiritual que el espacio interno reclama”.
Aquí, la luz superior se restringió para mantener una cierta penumbra de la caja, que se ve
acentuada por el color oscuro de la madera, presente en la parte superior de las paredes y el cielo
raso.
La ornamentación es prácticamente nula. Los austeros bancos de madera miran hacia un Cristo sin
cruz y la iluminación artificial depende de dicroicas dispuestas como estrellas, que ofrecen un clima
cálido y de recogimiento. Sobre la figura de Cristo crucificado, el arquitecto explica que la selección
de la madera ferroviaria sirvió para “simbolizar la cruz y también el tránsito de la vida”.
La elección de los materiales, como el hormigón, la piedra, el vidrio (en menor medida) y la madera,
tanto para la envolvente como para el exterior, se asienta en la necesidad de evitar un
mantenimiento muy costoso. “La idea es que los años den al edificio la dignidad del tiempo”, anhela
su autor.
Video:
Forma y estructura relación indisoluble
Reforzar luz que viene de la tierra a diferencia de otras que viene luz del cielo
El volumen interior que parece levitar del suelonos refiere a la dimension espiritual que el interior
reclama
Lo construyeron de madera reciclada de los antiguos ferrocarriles que recorrían el centro del país y
con ello simbolizar la cruz y el tránsito de la vida.

Para ellos era importante que en el interior prevaleciera el silencio y el acogimiento.

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