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Un "Disco Solar"
Esa frase y el símbolo que la acompañaba eran una “clave”, una “llave”
para abrir códigos antiguos que encerraban una historia tan lejana
como real y despertar en mí, los recuerdos de un pasado maya-atlante.
Los años pasaron y como en todo jardín hay plantas buenas pero
también crece la cizaña, así hubo en nuestra gente seres con gran
capacidad intelectual, con el mismo gran conocimiento pero con poca
evolución espiritual; en ellos el ego creció al máximo y utilizaron todo
su saber en contra de la vida misma por el ansia de poder. Ejercieron su
gran influencia, su fuerza mental sobre los más débiles, levantándolos
en contra de nuestra paz y estabilidad con engaños. Grupos de gente
movida por estas fuerzas oscuras se rebelaron contra nuestro gran rey,
líder y maestro sabio, que había sido un verdadero padre para todos.
Kukulkán Rey de Nakan portando el penacho de “Ave del Paraíso”, grabado en uno de
los templos de Palenque (Port Ofir).
En la tumba de nuestro amado Kinich Hanab Pakal “el Ave del Paraíso”
quedó grabado el símbolo que precisamente describe a “Nakan” en la
Montaña Santa como la “ciudad Paraíso”; se le nombra “Pakal” y es por
este glifo que los arqueólogos al encontrar al Rey en ese templo, le
llamaron equivocadamente “Rey Pakal”; más nada indica que este
símbolo hiciera referencia a su nombre, y tal es así que Alberto Ruz el
arqueólogo “elegido” para reabrir tan magnífica tumba en 1952
(Templo de las Inscripciones, Palenque Chiapas, México) prefería
referirse a él como “Uaxac Ahau” “8 Ahau” (símbolos grabados
también en la Lápida) porque Ruz sabía que el glifo Pakal no hacía
referencia al nombre del Rey.
Pocos años más fueron los que vivió entre nosotros ese místico Ser,
Luz y Guía de la humanidad de aquel tiempo ancestral, mismo tiempo
en el que se mantuvo tambaleante nuestra paz, pues casi inmediato a
su partida de este plano físico, entre la desolación y la orfandad caímos
débiles ante tiempos de guerra y de grandes cambios geológicos. La
rebelión que su luz y presencia en el mundo detenían, a su partida fue
incontenible y aquella Época Dorada se convirtió en época de caos, de
desequilibrio, desunión y guerras.
Somos los mismos de aquel ayer… ¿Recuerdas?. Somos los Hijos del
Sol, nos llaman Mayas pero igual con muchos nombres se nos recuerda,
y el Gran Espíritu en el viento hoy nos llama “Hijos del Tercer Sol”. Con
este nombre se nos reconoce y ubica en aquel tiempo de gloria en que
nos levantamos y desarrollamos en todo nuestro esplendor en la tierra
del Mayab cuando aún unida se encontraba a la porción desaparecida
de la Atlántida; era parte de ella, pues no todo aquel legendario
continente se hundió. Era aquella la época de “la Tercera Bajada del
Gran Sol”, el “Tercer Mundo” de los Hopi.
Sí, hemos vuelto de un viaje de siglos. Hoy que vivo en esta época
moderna y que se me ha permitido volver a nacer en esta tierra amada,
mil recuerdos se agolpan, el “Gran Espíritu” me ha hecho retomar mi
camino, siento que he tardado demasiado en despertar pero la vida me
ha contestado que todo se está dando en su momento preciso y
marcado, nunca antes ni después.
Sí, esa fue la principal razón, pero la vida tenía que seguir adelante y
para poder continuar viviendo, el Padre Eterno nos guió a caminar otros
caminos en donde pudiéramos respirar aire nuevo y puro que renovara
nuestras fuerzas e ilusión por vivir. El cambio fue duro pero inevitable y
necesario.
Como atlantes que éramos, navegamos con facilidad sobre las aguas
profundas de un mar que por Voluntad Divina nos respetó y cuidó hasta
posarnos sobre la costa de una nueva tierra que nos abrió los brazos.
Le llamaban “Tierra Negra” y en ella sembramos y cultivamos todo el
mismo conocimiento que traíamos de nuestra amada Atlántida, la
tierra Paraíso “Pakal”; después de asentarnos en aquel lugar y amistar
con gente que llegó de otras regiones, nuestro primer gran ideal y
proyecto fue unidos construir un gran templo en honor a nuestro Kinich
Ahau “Rey Santo” por mantener siempre encendida la llama que él trajo
para nosotros desde su esfera natal, el Gran Sol de Sirio perteneciente a
la constelación del Kan Mayor, la constelación de la “Ahau Kan”
“Serpiente Mayor”, por ello desde el principio el símbolo que acompañó
a nuestro amado Rey fue “la serpiente”.
Toda esa gran sabiduría que nos forjó como una raza iluminada y que
elevó nuestras capacidades al máximo no podía desaparecer a la partida
del Gran Maestro, y a más debía quedar inmortalizado el que:
“Un Avatar posó sus pies en nuestra tierra en el final de una Época
Dorada regida por el sol, la Era de Leo”.
Los hopi en Arizona por ejemplo, recuerdan esta amada tierra con el
nombre de “Palatquapi” “Tierra Roja” (Palenque estaba originalmente
pintada de rojo), era el lugar en el cual se encontraba su amado dios y
Rey que junto a los sacerdotes les impartían gran sabiduría en un
templo que fungía como una Universidad, este edificio aún existe y le
nombran en la actualidad “el Palacio” en Pakal (Palenque Chiapas,
México).
Los de nuestra gente que recibieron la orden del Gran Espíritu de viajar
rumbo al Norte (los Hopi), iban separados en grupos a los cuales
llamaron clanes y caminaron por mucho tiempo por sendas a través de
las cuales fueron siempre guiados. La orden fue que no debían
detenerse hasta encontrar la tierra señalada en la cual permanecerían
por tiempo indefinido hasta el regreso de nuestro Gran Maestro y Rey
Kukulkan, al cual ellos actualmente llaman “el Hermano Blanco,
Pahana”. Viajaron por mucho tiempo, pero antes de marchar de la
ciudad sagrada “Nakan” o “Palátkwapi”, “Pahana” (Kukulkan) se les
presentó y les dio cuatro tabletas de piedra con instrucciones grabadas
en ellas, mismas que hasta este tiempo aún conservan.
En una tableta (Frank Waters, “Book of the Hopi”, Ed. Penguin Book)
conservada por uno de los clanes, el Clan del Oso, se observa gran
similitud con la distribución de los símbolos de la Lápida de Palenque y a
más contiene dos símbolos muy especiales que aún podemos
encontrar en su lugar de origen: las huellas de oso y las figuras que
como siluetas fantasmales dan fe de la presencia del Dios Creador.
Todo esto para comprobar que esta tableta Hopi procede de Palenque
pues es la misma “Palatkwapi” “Tierra Roja” la tierra sagrada de los
ancestros Piel Roja. Vemos en seguida la figura tan especial simboliza
“el Espíritu del Creador”:
Obsérvese con detenimiento la imagen siguiente de un incensario
encontrado en Pakal el cual representa al Kinich Uaxac Ahau. Su cuerpo
robusto y su rostro portando una máscara, que por las orejas y el corte
alrededor de la nariz y boca se sabe representa a un oso, pues esto
último simula la mancha color miel que caracteriza a estos animales de
gran fuerza física. Fíjense en sus manos que tienen la forma de las
garras del oso y no quedará duda de que si algunas manos dejaron esas
huellas en las Tabletas Hopi, fueron estas:
Este par de garras con ocho pezuñas en total nos dan de manera
codificada el “glifo-nombre” del Rey, en ellas veladamente se
encuentra el título “Uaxac” el cual en la lengua maya en su orden
natural significa “Ocho” y a la inversa “Caxau” quiere decir “Dos
Garras”: Uaxac = 8 Caxau = dos garras.
Nuestro Rey, antes de llegar a serlo y de partir hacia Nakan, vivió una
vida llena de paz en su ciudad natal a la que llamaban “Tollán”
dedicado al estudio, siendo preparado por el gran sacerdote que
levantó el primer templo en la Montaña Santa, pues cada cierto tiempo,
maestro visitaba a su alumno en aquella “ciudad Imperial”.
Muchas veces el sabio Rey, el Kinich Uaxac Ahau apacentó y llenó de luz
las mentes rebeldes, hasta que un día armado y seguido por un grupo
de hombres llegó el hermano menor lleno de ira a la morada del Rey,
amenazando con iniciar la guerra. Sintiendo profunda compasión por
su hermano y protegiendo las vidas de su pueblo, nuestro amado
dirigente salió a su encuentro arriesgando la propia vida; y lleno de
amor, de ese elevado amor que lo caracterizaba le habló pidiéndole la
paz notificándole que renunciaría al trono para cedérselo, pero también
le pedía reinara con honor y justicia por el recuerdo de sus amados
padres.
A pesar de que no hubo guerra entonces por que las divinas palabras
del Rey apacentaron la mente encendida del hermano, nuestras almas
sintieron un verdadero sufrimiento y dolor de muerte al ver ese mismo
día al Rey Santo descender de su trono dejando de lado su cetro,
corona y vestimenta real, abandonando su hogar para dirigirse en un
silencio profundo al lugar que desde entonces y hasta su muerte le
acogería con gran amor y le brindaría la paz que su ser tanto anhelaba…
Port Ofir o Nakan, “La Tierra de la Serpiente”.
Las lágrimas cubrieron nuestro rostro, y tanto era nuestro amor hacia
él que no dudamos en desterrarnos a su lado. He quedado prendida de
ese Gran Sol como mariposilla a la luz y aún hoy después de miles de
años sigo sus huellas esperando un día volverle a ver.
Nuestro amado Rey Atlante Kukulkan es el mismo “Nu Mu” o “Ra Mu”
Rey de la “Tierra de Mu”, llamada posteriormente Lemuria; era su
segunda venida o encarnación, pues en la primera fue llamado “Juno” o
“Huno”. De estas tres reencarnaciones o bajadas de este Gran Espiritu
que animaba el cuerpo de nuestro Rey Atlante teníamos conocimiento y
esto se grabó en tres templos en Port Ofir, cada uno dedicado a cada
personalidad del mismo Ser, por recordarlo para futuras generaciones.
Estos templos aún existen y los arquéologos les han llamado Grupo de
la Cruz en Pakal (Palenque), cada uno tiene grabado un panel sagrado y
en ellos nos hablan de ‘tres dioses’ de la mitología maya a los que les
conocen o clasificaron como: dios GI, GII y GIII, como la secuencia de
diferentes vidas de un mismo Ser identificado con la personalidad del
“dios del maíz”. Dichos dioses no son otra cosa que la mención a las tres
encarnaciones del Avatar y Rey de Pakal, el Kinich Uaxac Ahau
Kukulkan.
Juno, Numú y Anfión, son los nombres que les dá la escritora Josefa
Rosalía Luque Álvarez.
El glifo representativo del dios GII o “dios del maíz” está conformado
por un ser que se encuentra en la misma postura en que lo está el Kinich
Uaxac Ahau de Pakal en la lápida del Templo de las Inscripciones,
recostado con la pierna derecha levantada, un tanto recogida igual que
los brazos y mostrando la planta del pie. Por tener ambos seres la
misma postura se identifican como uno solo: el dios del maíz, Hun Nal
Yeh el creador de la vida en este mundo, el Avatar Ku Kul Kan Rey de
Pakal:
Sí, esta es la grandeza de nuestro amado Rey Santo llamado con tantos
nombres, con tantos adjetivos que llegó el momento en que se creyó
que cada uno de sus calificativos, los cuales resaltaban cualidades
diversas de su ser, eran nombres de ‘dioses diferentes’ lo que causó una
gran laguna mental en el seguimiento de nuestra historia ancestral. Mas
por increíble que parezca son el mismo ser pues “Creador” o “Tutor”
solo uno hemos tenido, aunque Él trae consigo su séquito celestial que
lo preside, Espíritus o Alianzas de alto nivel evolutivo.
El disco solar con las alas extendidas representa (lo mismo que el Ave
Fénix en los diseños maya atlante) al “espíritu libre” del Avatar. Las dos
esfinges menores de los lados con sus tocados diferentes representan
las dos etapas anteriores de época Lemur: el primer y segundo Mundo o
Era, en los que encarnara este Rey con las personalidades de Huno y
Numu. Esto quiere decir que cada esfinge representa una encarnación
pasada del mismo Avatar y Rey, lo que corresponde al dios GI y dios GIII
de Nakan (Palenque). Los dos hombres u ofrendadores que les miran de
frente representan las civilizaciones de entonces, los reinados
anteriores.
Él, bajó al mundo en varias ocasiones como así era necesario para ayuda
en la evolución de la humanidad, para enseñarnos el camino correcto y
por sacarnos de cuando en cuando del estancamiento o decadencia en
la cual caíamos. En los tres Templos del Grupo de las Cruces, en el
Templo de las Inscripciones, en la estela de Tutmes así como en la
siguiente imagen, quedó grabado mencionando sus tres “bajadas” o
“encarnaciones” que hasta ese entonces llevaba.
El diseño nos dice a través de las dos mudas de piel, que este ser tan
especial tuvo dos manifestaciones anteriores en vida física, siendo “la
tercera” (cuerpo completo de la serpiente) en la cual se le reconoció
como el Rey Ku Kul Kan “Dios Sagrado Serpiente”.
Nuestra sagrada ciudad “Na Kan” fue reconocida de modo popular con
el adjetivo de “Tierra Roja”, pero “KAN” fue el Título Imperial y se le
puede ver grabado en la misma ciudad, sobre la Lápida del Kinich Uaxac
Ahau Kukulkan.
Los Hopi en Arizona, recuerdan aún nuestra amada tierra natal con el
nombre de “Palatquapi” “Tierra Roja”, misma que en su época de
esplendor tenía las fachadas de los templos decoradas, pintadas en
fondo rojo; por esto mismo en la leyenda de Quetzalcóatl (Kukulkán) se
le conoce como “Tlapallán” “la Tierra del color rojo”, el lugar al que se
retiró en su destierro voluntario el Kinich Uaxac Ahau Kukulkan. En la
historia del Génesis Bíblico se le llama “Kanaan” término que proviene
del hebreo Kеna’an que deriva de la raíz “kinahhu” que significa “rojo
púrpura”; los Kananitas o Kananeos por lo tanto, éramos la gente que
provenía de este lugar llamado “Kan an” “la Tierra de Serpiente o
Imperio del Dragón”, la “Fenicia” “Ciudad Roja” occidental,
“Palátquapi” la “Tierra Roja”.
“Itzjak” (de la Torá) nombre del cual deriva “Isaac” (de la Biblia).
Con gran precisión cumplieron aquel mandato del “Uaxac Ahau” “Señor
Eterno”, los abuelos “u mam”, al dejar inscrito nuestro Sagrado
Conocimiento, “grabado en grandes piedras, recubiertas con una
mezcla de cal llamada estuco” en nuestra amada tierra llamada “Pakal”
“Paraíso” (Atlántida) una tierra de abundancia natural, gran diversidad
y belleza, tierra de la que fluía leche y miel.
“Somos fruto del gran Árbol de la Vida, la Gran Ceiba, el Espíritu Divino
que sustenta nuestras vidas.”
Recuerdos En La Atlántida De Itzen Caan - 8ª Parte
Por ello en el Génesis moderno se dice que “de la costilla del hombre
fue creada la mujer”, porque éste ser primigenio contenía en sí mismo
los dos principios de la energía (femenino-masculina) por lo que de él
mismo se ‘creó’, se sacó o separó su polaridad femenina.
Nos dice también la Torá que “del Edén surge un río que riega el
jardín”, esto significa que este nivel etéreo “jardín” se encuentra
conectado con el Espíritu Puro del Creador “Edén”, por un “afluente de
energía” que lo alimenta, “que lo riega”, que lo sostiene, que lo anima;
aquí se manifiesta ya la dualidad, la bipolaridad equilibradora de toda
vida (positivo-negativa, masculino-femenina). Después, ya en el jardín
“se divide y se transforma en cuatro cursos de agua”, es decir que del
plano Etéreo se divide este afluente de energía en las “cuatro fuerzas
elementales” que dieron vida y forma a toda la creación, a toda la
naturaleza proyectada en el “nivel físico”: aparecen entonces el tiempo-
espacio, las cuatro direcciones del mundo (norte, sur, este, oeste) y el
tiempo lineal (pasado, presente y futuro), etc.:
Se comprende ahora, que la simbología de “afluente de agua, río o
curso de agua” hace referencia a “afluentes de energía etéreo-
espiritual”.
Itzen Caan
Como Atlantes Iniciados se nos explicó que “La Proyección del Ser al
plano físico”, es en realidad como aquel niño pequeño que tiene que
dejar el regazo seguro de sus padres (Paraíso, Plano Etéreo-Espiritual),
para ingresar a la “escuela” (Plano Físico) llegado el momento en que
por su edad le corresponde: “iniciar su aprendizaje, su crecimiento
individual y madurez, experimentando una mayor libertad (libre
albedrío)”.
Torá, Génesis 3, 23
“La llama de la espada giratoria” que custodia “el camino que conduce
al Árbol de la Vida”, es el “Ciclo Evolutivo”, la “Rueda de las
Encarnaciones” a través de la cual el hombre “trabajará” o “cultivará su
Alma”, la “energía cósmico-divina” de la cual fue creado, “el suelo del
que fue tomado”. Después de que cultive su alma, la pula y se
perfeccione podrá entonces volver a su Creador, es decir al “Árbol de la
Vida”, “al Gran Espíritu” que nos anima.
Torá, Génesis 2, 7
Hombre recién formado en postura de “renacer”. Torá pétrea.
Ésta será llamada Ishá por que del Ish fue tomada”.
Esta mujer pariendo dará a luz ‘dos hijos’ simbólicos llamados “Caín” y
“Abel” como representaciones de las inclinaciones lógicas posibles del
ser creado a “lo positivo y a lo negativo”. En el diseño vemos “dos
símbolos del Espíritu”, a la izquierda (-) y a la derecha (+) de la mujer
pariendo y “dos semillas bioenergéticas” en sus manos, lo cual en unión
hará aparecer al mundo físico a esos dos seres, caracterización o
explicación de dichas inclinaciones naturales de la mente humana por su
esencia ‘dividida’ y ‘densificada’.
“El hombre conoció a su mujer Javá (Eva) y ella concibió y dio a luz a
Caín….
Torá, Génesis 4, 1 y 2.
Itzen Caan
Recuerdos En La Atlántida De Itzen Caan - 10ª Parte
Aprendimos que como creadora de los conceptos del ‘bien’ y del ‘mal’,
la “MENTE HUMANA” es su fuente original y por lo tanto, ella misma es
el “ARBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL MAL”, símbolo éste de
los Sagrados Misterios Maya Atlantes y del Génesis Bíblico como parte
clave en la proyección del ser humano al nivel físico:
Nadie los castigó, ni condenó, sino que todo fue y es una consecuencia
natural de sus cambios vibratorios, un efecto específico por una causa
bien definida. Todo funcionando bajo la regencia de las Leyes Divinas
Inamovibles e inevitables, naturales ya conocidas.
Ese paso de un nivel sutil etéreo Espiritual a un nivel más denso físico, es
representado en los Sagrados Misterios como “muerte”, mas se refiere
a que deja de manifestarse en Vida Eterna (nivel Puro Espiritual), al
proyectarse a un nivel etéreo-físico en cuerpo denso perecedero.
• Para saber que existen como base de la vida y ser concientes cómo
son cada una desde su extremo.
• Para darnos cuenta de que no existe la una sin la otra, pues son
partes complementarias de un Todo.
• Para reconocer que nada es un error y que todo tiene un por qué.
Itzen Caan
Al Señor del Código, Hun Nal Yeh “Uno Semilla de Maíz” se le llama con
este nombre maya-atlante que lo describe como el “portador de las
semillas de la creación”, pero igual se le conoció a través del tiempo y
de diferentes regiones con otros nombres, pues él es el mismo dios
“Viracocha” quien junto con los “Hijos del Sol” (dioses descendentes)
trajeron las semillas que nos conformaron, el alimento sagrado
conocido por eso como “el regalo de los dioses”.
Es por esto que la historia maya-atlante nos cuenta cómo los seres
fueron creados con un origen común y de manera simultánea para las
“cuatro razas nativas” (roja, amarilla, negra y blanca) en las cuales se
utilizó el mismo gen cósmico, simbolizado por la semilla de maíz en su
diversidad de colores, tal como lo explican los Hopi en su Génesis.
Esto nos debe llevar a comprender que en los varios escritos de culturas
antiguas contemporáneas se encuentra referencia a los mismos sucesos
y a los mismos personajes, solo con la variedad de nombres por la
diferencia de lengua y también por utilizar diversos calificativos para
resaltar las distintas cualidades de un mismo ser.
Esto era lo que daba la variante a los tantos nombres de algún dios o
rey, aún cuando se referían al mismo personaje.
“Dios descendente” Hun Nal Yeh, el Kinich Uaxac Ahau Kukulkan en el
centro
del Disco o Glifo Solar con las semillas de vida en sus manos.
Este ser cósmico por estar en el centro del Disco Solar, además de
fungir como “Eje” de toda la historia de la humanidad, se encuentra
posicionado en lo que corresponde a la “Quinta Era” o “Quinto Sol” en
la cual nos encontramos y que corresponde al “final de un Gran Ciclo”,
que contrario a lo que mucha gente cree no marca esto el fin del mundo
sino el “gran cambio de nivel vibratorio”, la “gran transformación de la
vida”.
- En cada una de sus manos trae una semilla, las cuales representan la
bipolaridad de la vida. Son el gen que nos conformó.
- También porta como orejeras dos discos solares, mismos que lleva el
“dios del maíz”, como se puede ver en la primer imagen de este escrito.
- Por todo lo anterior se comprende que ese dios en el centro del Glifo
Solar es el mismo “Hun Nal Yeh” “dios del maíz” dador de vida. El
mismo Kukulkan y Kinich Uaxac Ahau transmisor de todo nuestro
conocimiento.
Para los que saben leer los glifos mayas, es conocido que el nombre de
un rey o dios se encuentra grabado en su ajuar, es decir que en los
adornos que porta se describe su personalidad permitiendo ver quien
es; este grabado del disco solar no es la excepción, comprobemos
entonces a través de los adornos que porta, quien es él en realidad
según lo que nuestra gente atlante dejó inscrito en este glifo.
Nuestros Misterios Atlantes nos cuentan que este gran ser vino de un
sol lejano trayendo a nuestro mundo el gen que codificado guardaba un
“LENGUAJE COSMICO-ESPIRITUAL”, mismo que nos llevó a vibrar a
niveles más elevados haciéndonos despertar, comprender y razonar la
vida con “CONCIENCIA ESPIRITUAL”, permitiéndonos esto percibir el
todo de manera Universal más allá de la tercera, hasta la cuarta y quinta
dimensión.
Dejamos gracias a ello de ser una especie que formaba parte tan solo
del reino animal con todas las características de un mamífero más, pues
por y gracias a la implantación de este Gen Cósmico dimos un salto en la
evolución natural para pasar a un nivel superior que nos alejaba del
reino animal, quedando como intermediarios entre éste y el superior
Angelical.
Popol Vuh
Él, es por todo eso el “Programador”, “El Señor del Código”, nuestro
Tutor, nuestro pasado y nuestro maravilloso futuro.
- Su boca abierta con el símbolo de fuego, nos dice que traerá con él su
palabra ígnea, su verdad que purificará de toda mentira, ignorancia y
oscurantismo a esta humanidad.
Para los seres humanos que saben que “todo es causal” y no ‘casual’ en
el Universo, será ya clara esa unicidad y misma identidad espiritual en
todos estos Mesías, lo que da como resultado el reconocer a un único
Tutor de la humanidad terrestre, para todos, el mismo. Claro está que
este Ser no vino solo, sino conformando parte de una Hermandad
Cósmica de Luz que coopera con Él y le dan seguimiento al mismo
proyecto.
Escrito está, que para cumplir con dicho Plan Cósmico siguió entonces el
mismo proceso natural de procreación y nacimiento humano, pero sin
perder sus capacidades y potencial Espiritual Solar, lo que lo distinguió
siempre del común humano haciéndolo brillar tanto en su personalidad
como en cada uno de sus actos, llevándolo a vivir como un Maestro, un
Iluminado, un Mesías, un Avatar, un Guía y Líder Espiritual en todas y
cada una de sus encarnaciones.
Aclaro que ninguna de las imágenes de los grabados maya atlantes que
traduzco ha sido alterada, sino solamente decodificada por un proceso
de desdoblamiento de imágenes (las cuales aparecen como puestas en
un obelisco que se gira), siguiendo la base de la dualidad indicada por el
mismo patrón original del diseño.
Esa Verdad Única que le mostraba al hombre cual era su origen, su linaje
espiritual y le aclaraba tantas dudas, y que contenía en sí el Poder Divino
heredado al humano, se difundía no verbalmente ni de manera
escrita………… sino genética!.
Itzen Caan
En ese nivel, esta simbología oculta el misterio del origen del humano
tal cual es en su manifestación actual sapiente. En ese nivel los símbolos
especifican la unión de una “Energía Divino-Solar Masculina” que
otorgó un gen cósmico a una “Energía Terreno Femenina”.
Por ello utilizaremos dos conceptos distintos con los que definiremos la
personalidad de cada polaridad o grupo de seres que han tenido que
ver con la genética humana, para distinguirlos y no confundirnos al
hacer referencia a cada uno, ya que su intervención se entrelaza o cruza
en la historia. A los Seres de Luz, Seres Cósmicos Solares que cuidan la
evolución de la humanidad, les llamaremos los “Dioses Descendentes” y
a los seres oscuros que han esclavizado a la humanidad y ocultado la
verdad serán llamados los “Ángeles Caídos”.
Este en cambio no tiene alas por que no tiene la luz y elevación del
Espíritu, ni la manifestación de la dualidad en equilibrio sino solo la
inclinación a la energía polar masculina.
Esto indica que la utiliza tan solo como objeto para el acto sexual, por
la transmisión de su semilla y el alimento de la energía vital y poder
creador que hay en la activación de la kundalini y en la esencia
femenina, la cual usa (absorbe) con plena intención.
Con su mano derecha levantada con el dedo índice y el pulgar en alto
juntos (seña ocultista), decreta su “liderazgo viril”; por ello en
muchos símbolos antiguos se representan imágenes con esa actitud y
además se puede rastrear a través de la historia el culto al “falo”, de
lo cual los obeliscos son el símbolo mas sobresaliente.
Su molestia y rechazo por ella y todo lo que implica, es debido a que los
oscuros no tienen la Luz del Espíritu ni su vibración amorosa,
características éstas principales de la polaridad femenina.
Toda la oscuridad que nos cubría desde antaño se está acabando ya,
está siendo diluida con la Luz de la Verdad. La entrada de Acuario con su
energía predominantemente femenina sutilizará al mundo y su
humanidad ayudando al equilibrio.
Esta energía cómica sutil femenina llega en esta nueva Era, no para
imponerse sino para equilibrar y complementar la dualidad masculina
imperante, despertando la Espiritualidad integral humana, el respeto, su
amor y conexión con la naturaleza y el desarrollo de sus capacidades
suprafísicas.
Itzen Caan
Para constatar una vez más todo lo anterior, ya en época moderna este
mismo Ser Siriano de Esencia acuática, aparece como el galileo Jesuá el
“Kristo” con el título de “Pescador de hombres” y siempre
acompañado del simbolismo del “Pez”, el cual pasaría a ser signo
representativo inconfundible de sus seguidores y del Cristianismo.
Mas sin embargo no solo eso abarca ese código que acompaña al
Kristo, ya que la raíz “Ich” de dicho concepto “Ichthys” deriva de la
lengua maya antigua el Kananeo y significa “Semejante”, “Rostro,
Imagen o Fruto” y es empleado directamente en el texto Bíblico del
Génesis para nombrar a los seres humanos “recién creados” a “Imagen
y Semejanza de su “Dios Creador” identificado en su manifestación al
mundo, una vez mas con el símbolo del “Pez”.
Pero se debe tener en cuenta que por una parte se encontrará “la
Serpiente terrena” símbolo serpentino maya atlante “AhauTsab Kan”
“Gran Serpiente de Cascabel”, la cual es portadora y medidora del
“tiempo-espacio” terrenal y por ello, símbolo de la encarnación del
Alma en el nivel denso físico: con su cascabel lleva la medida del tiempo
al ir agregando (según la creencia popular) cada año un cascabel a su
cola y con su cuerpo señala el ciclo de reencarnaciones en el plano físico
de tercera dimensión (límite espacial), con cada muda de su piel como
cuerpos que va dejando el Alma y demostrando con ello que la muerte
no existe.
Por esto mismo es que “el Creador”, “Ser Cósmico Acuático Siriano”
además de portar el símbolo del “Pez” se le asocia y se le ve
acompañado de manera constante por una “Serpiente” o “Dragón”,
evocando con ello su lugar de origen, su Sistema Solar o Estelar natal
Siriano. Cuando se le acompañaba con la serpiente terrena de cascabel
se enfatizaba el hecho de que encarnó o entró en el ciclo de
reencarnación física en la Tierra.
Fue así como se originó desde entonces y hasta el día de hoy en que aún
prevalece, la llamada “Línea de la Rosa”, el “Sangreal” o “Santo Grial”,
que guarda, sigue y mantiene su lazo energético, genético y consanguíneo
original Siriano. El Cáliz Divino, por lo tanto, es el propio Ser Humano
llamado “Homo Sapiens” el cual porta la Sangre Divina y en ella el Gen
Cósmico del “Dios Pez” EaEnki, el “Ichtus” al cual se nombró para la
posteridad como “el Kristo”.