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Proyecto de Intervención Socioeducativa
Integrantes:
Macarena Aburto Leiva
Misly Godoy Farías
Francisca Parraguez Perez
Luis Ovalle Prado
Profesora: Gloria Cáceres Julio
Fecha: martes 4 de julio del 2017
Tabla de contenido
Justificación y Fundamentación .......................................................................................................... 2
Contextualización institucional del proyecto .................................................................................. 2
En el marco de los derechos humano ............................................................................................. 3
Maltrato Infantil .............................................................................................................................. 5
Abuso Sexual Infantil. ...................................................................................................................... 6
Comprensión de maltrato infantil ................................................................................................... 8
Fundamentos Socioeducativo ......................................................................................................... 9
Sujetos ............................................................................................................................................... 10
Ubicación ........................................................................................................................................... 11
Objetivos ........................................................................................................................................... 12
Contenidos ........................................................................................................................................ 12
Factores de riesgo ......................................................................................................................... 12
Factores protectores ..................................................................................................................... 16
Estrategia metodológica ................................................................................................................... 17
Dispositivos ................................................................................................................................... 18
Actividades .................................................................................................................................... 19
Evaluación ......................................................................................................................................... 25
Bibliografía ........................................................................................................................................ 25
Anexos ............................................................................................................................................... 25
Material socioeducativo “La Ruta de las Creencias” ..................................................................... 25
1
Justificación y Fundamentación
Contextualización institucional del proyecto
El presente proyecto de intervención se posiciona desde el Programa de Reparación
de maltrato grave y abuso sexual infantil (en adelante PRM) Paihuén de la comuna de
Valparaíso, este programa es ejecutado por la ONG Paicabi y financiado por el servicio
nacional de menores (SENAME). Su fundación radica en diciembre del 2012 con motivo de
aminorar las grandes listas de espera en el centro Maihue perteneciente a esta misma
corporación.
1
Se define como acción, omisión o trato negligente, no accidental, que priva al niño(a) de sus derechos y su
bienestar, que amenaza y/o interfiere su ordenado desarrollo físico, psíquico o social y cuyos autores
pueden ser personas, instituciones o la propia sociedad. (SENAME, 2015).
2
En cualquiera de sus formas. Incluye a violación, el estupro, el abuso sexual (propio, impropio y/o
agravado), sodomía, exposición a niños/as a actos de significación sexual y pornografía infantil. (SENAME,
2015). 2
La Norma Técnica de los PRM plantea que las problemáticas que experimentan los
niños, niñas y adolescentes y sus familias que han estado expuestas a situaciones de abuso y
maltrato constitutivo de delito, requiere la participación de distintos actores y sectores para
enfrentarla de manera integral, ampliando el marco de acción.
Uno de estos corresponde al nivel de escolar, que se presenta como un espacio donde
el niño y niña se desenvuelve a diario. De esta manera la información y orientación a la
escuela para apoyar el proceso de este último, es crucial, contribuyendo a que se transforme
en un espacio de prevención y de apoyo al proceso de intervención evitando la
estigmatización, victimización o culpabilidad de la víctima.
Por lo anterior se espera la incorporación del enfoque intersectorial como una mirada
transversal, que permite instalar a este programa no como una intervención social aislada,
sino como un aporte al desarrollo de las comunidades, generando vínculos con los distintos
actores con el propósito de instalarse en los territorios.
3
estar en una etapa evolutiva” (Dávila, Ghiardo, Hatibovic, Oyarzún, 2008, p. 35), por ende,
ya no son visto como un objeto de caridad sino como un sujeto que tiene necesidades pero
también un potencial, al tener capacidades según la etapa de desarrollo en la que se encuentre.
Este enfoque de derechos contiene ciertos elementos de interpretación de la realidad
que permiten intencionar la promoción de la ciudadanía infantil y juvenil, como expresión
práctica de ser sujetos de derechos; en este sentido se acogen los planteamientos de Valverde
Mosquera (2004), ya que se establece que la ciudadanía infantil y juvenil se fundamenta en
aquellos derechos que refieren a la libertad de expresión, de opinión, de pensamiento, de
conciencia y religión, respeto a la vida privada y el derecho a organizarse, asociarse y a
celebrar reuniones pacíficas.
Para comprender la relevancia del abuso sexual infantil en el marco de los derechos
humanos, en una primera instancia es necesario considerar que los derechos del niño
establecidos en la CDN son derechos humanos.
Si bien en 1948 la asamblea General de las naciones Unidas aprobó una declaración
universal de los derechos humanos, donde implícitamente este documento incluía a su vez
los derechos de los niños, “no tardó en llegarse al consenso mundial que las necesidades
particulares de los niños debían ser especialmente definidas”. (UNICEF, s/f. p.30). En 1959,
por lo tanto, se establece la Declaración sobre los Derechos del Niño, el cual se fundamenta
en la necesidad de contar con una declaración específica sobre la niñez, esta convención
resulta posible agruparla en cuatro principios rectores que la subyacen, ellos son: la no
discriminación; el interés superior del niño; el derecho a la vida, la supervivencia y el
desarrollo y, por último, el derecho a participar.
En este sentido, en 1990 Chile ratificó la CDN, mediante este compromiso se
reconoce a los NNJ como sujetos de derechos y actores principales de su bienestar, ampliando
el concepto de la infancia más allá de la protección, introduciendo la mirada de concebir a
los NNJ como titulares de derechos, modificación que facilita que los niños en función al
desarrollo de sus capacidades, tomen decisiones que les incumben y afectan en sus vidas.
Desde este contexto otorgado por la CDN, se considera que “el maltrato y el abuso
sexual infantil son una forma de violencia y, como tal, una violación de los derechos
humanos, en particular, los derechos a la protección y el desarrollo de los niños y niñas
4
contemplados en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño” (UNICEF,
2005, p. 22). A raíz de lo anterior, se entienden como transgredidos los siguientes derechos:
“Derecho a ser protegido contra todas las formas de explotación y abusos sexuales
(Art.34).
Derecho a la protección contra toda forma de malos tratos (Art.19).
Derecho a vivir con su familia y/o adultos significativos (Art.9).
Derecho a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual,
moral y social (Art.27).
Derecho a la educación en igualdad de oportunidades (Art.28).
Derecho al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas
propias de su edad (Art. 31)
(…)Derecho a ser protegido del uso ilícito de estupefacientes y sustancias
sicotrópicas. (Art. 33)
Derecho a ser protegido de toda forma de explotación que sea perjudicial para
cualquier aspecto de su bienestar. (Art. 36)” (Cáceres, 2007, p. 17-18)
Maltrato Infantil
A fin de poner en práctica este discurso de Enfoque de Derecho desde el plano
nacional, han emanado distintos organismos como el Consejo Nacional de la Infancia (2014)
y la Política de Niñez y Adolescencia (2015)-por mencionar algunos ejemplos- que buscan
cumplir con el mandato constitucional de garantizar el respeto, la promoción y protección de
la infancia.
En contra de lo que pudiera parecer la imagen general y predominante en torno a la
posición del Estado respecto a la infancia, la mayoría de los indicadores que evalúan la
situación en América Latina y en Chile nos señalan a los niños y niñas como un segmento de
la población particularmente “vulnerable” frente a prácticas de abuso y maltrato infantil
entendiendo esto último como “víctimas de maltrato y abandono a aquellos niños, niñas y
adolescentes de hasta 18 años que sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física,
sexual o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales”(Unicef, 2000,
p.2).
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Se plantea que dentro del grupo familiar se distinguen los siguientes tipos de
maltrato infantil:
Maltrato Activo Pasivo
Visible Abuso físico Abandono físico
Invisible Maltrato emocional Abandono emocional
Sexual Abuso sexual
De acuerdo a la base de datos de la ONG Paicabí (2010) entre 2-8% de los casos
corresponde a un agente de agresión desconocido para el niño o niña, alrededor del 70%
corresponde a agentes de agresión con un lazo de parentesco o consanguinidad, y el 25%
restante corresponde a agentes de agresión conocidos para el niño o niña sin un lazo de
consanguinidad o parentesco. Estadísticas que si bien no corresponden a un exacto reflejo de
este fenómeno, se visibiliza un preponderante porcentaje de que el mayor número de casos
de maltrato provienen de un agente que desde la concepción cultural y social “debiese”
promover y proteger al niño, niña y joven de toda situación que lo menoscabe y dañe, sin
embargo, del discurso a la práctica no habría una fiel concordancia, continuando la
reproducción del fenómeno. No hay que olvidar que se contabiliza sólo los casos
denunciados, por lo tanto la envergadura de esta situación puede ser aún mayor, pese al
despliegue de determinadas acciones emanadas por el Estado y organizaciones no
gubernamentales que promueven, protegen y defienden los derechos de los niños, niñas y
jóvenes.
6
“un desorden de poder más que una aberración sexual. Esto se explicaría por el
hecho de que la sociedad legitima la posición de autoridad y de poder del adulto sobre el
niño o niña, acuerda que el adulto ejerza poder sobre los mismos; pero esa autoridad o ese
poder, en el caso del abuso sexual y del maltrato infantil, en vez de proteger es utilizado
para causar daño, para herir, para dominar. Según la misma autora el abuso representa
una expresión sexual de la satisfacción de necesidades no necesariamente sexuales” (Roa
& Rehnfelat, 1998, p.)
Fuente Elaboración propia a partir de los datos obtenidos del: Sistema de registro e información
estadística- SENAINFO.
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Respecto a la presencia del fenómeno en la comuna de Valparaíso, de las cuales han
ingresado a programas de reparación de maltrato grave y/o abuso sexual infantil según
registra la ONG Paicabí, muestran que se han derivado desde el tribunal de familia a los PRM
del territorio, 126 casos por vulneración de derechos. Donde los principales motivos de
ingreso corresponden a un 54% por abuso sexual infantil con contacto físico, el 32% por
testigo de VIF y un 14% por maltrato psicológico grave.
8
3. Nivel exosistemico: Considera el conjunto de sistemas que median entre el individuo,
la familia y el sistema cultural, así se describen como: el entorno social inmediato de
la familia, su relación con la comunidad, con las instituciones educacionales,
laborales, recreativas, judiciales, religiosas, entre otras.
4. Nivel macrosistemico: se refiere a los sistemas de creencias y valores del contexto
cultural. Este nivel según Peroni (2005) permite considerar factores como valores y
creencias de una sociedad patriarcal, adultocéntrica, las características del momento
histórico actual (globalización, modernidad), desigualdades sociales y económicas
estructurales, entre otros, generando “climas donde se dan las reglas de las relaciones
y se naturalizan, justifican, minimizan e invisibilizan los abusos en sus diferentes
formas, y se resguarda la impunidad de los abusadores” (p. 26)
Fundamentos Socioeducativo
En el presente proyecto de intervención se plantea la educación popular como una
estrategia para la construcción de aprendizajes entre todos los actores involucrados, por lo
que los planteamientos de Paulo Freire representan los principios que guiarán dicha
intervención, inmersa en un contexto de vulneración de derechos.
El autor postula a la educación como una práctica de libertad, por ende, esta debe ser
elaborada en conjunto con los sujetos, alejándose de la “educación bancaria”, pues la tarea
del educador es “llenar” a los educandos con su narración, estos últimos se remiten solo a la
acción de recibir este depósito, guardarlos y archivarlos. La experiencia por lo tanto, es
narrada o transmitida y las personas son vistas como seres de adaptación o ajuste. La idea de
narración, implica un sujeto que narra (el educador) y objetos pacientes/oyentes (educandos)
que memorizan de manera mecánica los conocimientos que han escuchado.
Es a partir de esta concepción que Freire plantea una "educación problematizadora",
plasmando que la educación sería un proceso dialógico, en donde se superaría la
contradicción educador- educandos. Freire menciona que "la educación problematizadora,
de carácter auténticamente reflexivo, implica un acto permanente de develamiento de la
realidad... busca la emersión de las conciencias de la que resulta su inserción crítica de la
realidad" (Freire, 1970 a/ 1979:92). En relación a esto, es importante que el educador sea
capaz de desarrollar una actitud que le permita llevar a cabo una comunicación asertiva con
los sujetos, donde estos tengan una participación activa y protagónica. Este diálogo no debe
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buscar transferir conocimientos y contenidos, sino que debe posibilitar una capacidad crítica
que permita producir el conocimiento en colaboración, por ende, ambos se transforman en
sujetos del proceso de conocimiento, ambos están activamente vinculados, produciendo
dialógicamente un conocimiento del mundo.
Del mismo modo, es necesario rescatar que la educación popular presenta una
metodología participativa; no es para, ni sobre, sino con las diferentes partes involucradas,
su fin es superar cualquier tipo de adoctrinamiento, lo que exige que todos los actores de ésta
se involucren de manera (co) responsable. Es aquí donde entran en juego las distintas
intencionalidades de los actores, se habla de intencionalidad porque esta relación que se da
entre educador y educando no es ingenua ni se realiza sobre la nada, sino que en la base está
el cuestionamiento constante con respecto a cómo se nos presenta esta realidad en el contexto
donde están inmersos estos actores, teniendo en cuenta que dicha intencionalidad está
direccionada al cambio de esta realidad que se presenta y que debe ser cuestionada para que
de este modo se pueda intencionar una transformación de la misma, basada en la esperanza
de poder lograrlo. La conciencia crítica requiere auto-reflexión del individuo sobre el tiempo
y el espacio que le toca vivir, para insertarlo en la historia como autor y actor de su realidad,
y no como mero espectador. Su integración es el resultado de estar no sólo en el contexto,
sino con él. No es simple adaptación o acomodamiento, sino la capacidad de ajustarse a la
realidad y transformarla. (Freire, 2003).
Sujetos
La pertinencia de trabajar con los adultos y adultas significativas el abuso sexual
infantil responde a la búsqueda de una prevención de permanente y continua en cada
momento de la vida cotidiana de los niños y niñas, puesto que en materia de prevención, es
necesario que se tenga conciencia que esta debe estar presente en todos los espacios en que
se desenvuelven, como la familia, la escuela y la propia comunidad. Puesto que para prevenir
el abuso sexual infantil, no sólo significa desarrollar acciones antes de que el problema se
presente, sino que los adultos y adultas significativas deben conocer la problemática y
“trabajar permanentemente en la construcción de patrones de relación que fortalezcan a los
niños y niñas y los hagan menos vulnerables al abuso” (Fundación Plan, 2007, p.14) Por lo
tanto, los adultos y adultas significativas tiene la responsabilidad de promover y fortalecer
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los factores protectores y convertirse en figuras cercanas y de confianza las que el niño o niña
pueda recurrir.
En este sentido Martínez (2011) plantea que la tendencia más típica en la prevención
del abuso sexual está dirigida a la implementación de programas educativos, y generalmente,
de forma exclusiva a los niños, niñas y jóvenes y de forma secundaria, se incluye a los padres
y apoderados informándoles sobre lo que se le dará a conocer al niño, niña o joven. Es por
ello, que trabajar con los adultos y adultas significativos y no solo con los niños, niñas y
jóvenes es parte de una comprensión relacional de este fenómeno, donde puedan participar
de forma activa, reconociendo los diversos factores ya sean de riesgo o de protección en los
diversos niveles o entornos en los que participa el niño, niña y joven y sus adultos y adultas
significativos que contribuyen tanto a la génesis, mantención y detección del fenómeno.
Ubicación
Teniendo en consideración las estadísticas existentes en la encuesta desarrollada por
la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en el año 2006, respecto a la desagregación
espacial de los casos de abuso sexual infantil en el territorio de la comuna de Valparaíso, se
ha considerado pertinente realizar el presente proyecto en la escuela Eleuterio Ramírez
ubicada en el cerro Rocuant, dado que los casos de violación se concentran de manera
significativa en los sectores altos, específicamente “los sectores de Puertas Negras, Rocuant
y Rodelillo” (Cáceres, 2007, p.91).
11
La Escuela “Eleuterio Ramírez” F-264 ubicada en la Calle Diez s/n del cerro Rocuant,
depende de la Corporación Municipal para el Desarrollo Social. Esta cuenta con una
matrícula en la enseñanza básica de 170 alumnos, con 20 alumnos por curso
aproximadamente.
Haciendo una breve contextualización de esta unidad educativa, cabe destacar que
esta “nace como una inquietud de pobladores recién llegados al sector de Rocuant,
inicialmente funcionaba en una mediagua que era la sede vecinal del sector” ( Escuela
Eleuterio Ramírez, s/f, p.4) . Siendo a fines del año 1964 la construcción del actual
estableciendo.
Objetivos
Objetivo general:
“Visibilizar la importancia que tienen los adultos y adultas significativas como actores/as
clave en materia de prevención del abuso sexual infantil, a través de la reflexión sobre los
factores de riesgo y factores protectores”.
Objetivos específicos:
1.- “Promover la identificación de los factores de riesgo por los adultos y adultas
significativas que favorecen la ocurrencia y mantención del abuso sexual infantil con la
finalidad de posibilitar su prevención”.
2.- “Promover la identificación de los factores protectores por parte de los adultos y adultas
significativas con la finalidad de favorecer la disminución de la incidencia y prevalencia del
abuso sexual infantil”.
3.- “Reconocer las relaciones adultocéntricas como un factor de riesgo que incide en la
prevención del abuso sexual infantil, a través de la reflexión sobre las creencias existentes
que reafirman la subordinación de los niños y niñas ante un adulto”.
Contenidos
Factores de riesgo
Existen comportamientos y condiciones que inciden en un mayor riesgo de que se
posibilite un abuso sexual en niños y niñas, en este sentido, Kempe y Kempe (1982) definen
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los factores de riesgo de abuso sexual infantil como el conjunto de circunstancias en entornos
sociales, familiares y ambientales y de características personales, cuya presencia se relaciona
con la probabilidad de aparición de abuso sexual infantil. Esta valoración de los factores de
riesgo se transforma en un elemento clave de la intervención en diversas situaciones de abuso
hacia la infancia, por lo cual, se debe transformar en un eje fundamental en materia de
prevención.
A raíz de lo anterior podemos situarnos desde tres ejes para comprender de una
manera más pertinente la ocurrencia de estos factores en los diversos entornos donde se
desenvuelven los niños y niñas.
Existen varios factores que se asocian a las probabilidades del abuso sexual infantil
en la familia, siguiendo los planteamientos de Perrone (1997) existen dos tipos de estructura
y composición familiar que inciden en una mayor probabilidad de ocurrencia del abuso. La
primera de ellas hace referencias a las familias multiparentales o reconstituidas, puesto que
estas conllevan a una deslegitimación del concepto de familia y al adulto a percibir difuso el
sentimiento de filiación y responsabilidad hacia el niño o niña.
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En este sentido, es necesario considerar las convivencias múltiples dentro de un hogar,
condiciones de hacinamiento y la falta de privacidad para realizar acciones cotidianas.
Hay factores sociales que se asocian a la probabilidad de que un menor sea víctima
de abuso sexual, puesto que la perpetración de conductas inciden en la naturalización de
prácticas que se conviven como habituales en la sociedad, es decir “cuando los miembros de
la comunidad sostienen estas creencias, fallan a la hora de actuar como posibles agentes de
protección de los niños y niñas, ya que no encuentran razones para denunciar hechos de esta
índole de los que tomen conocimiento”(UNICEF, 2015, p. 34). También es necesario a
considerar, que lo anterior puede conllevar un problema más grave si es que estos argumentos
son sostenidos por instituciones, donde esta situación se configura como un círculo de
perpetuación del abusos sexual infantil.
En este sentido, las representaciones sociales existentes que posicionan a los niños y
niñas como objeto al interior de la sociedad son un factor que inciden en la emergencia y
mantención del abuso sexual infantil. Estas representaciones son influidas por los saberes
que se han posicionado como hegemónicos en la concepción de la infancia, los cuales han
sido definidos desde el adultocentrismo, donde “impone una noción de lo adulto —o de la
adultez— como punto de referencia para niños, niñas y jóvenes, en función del deber ser, de
lo que ha de hacerse y lograr, para ser considerado en la sociedad” (Duarte, 2012, p. 119).
De esta manera, designa una relación asimétrica y tensional entre los adultos y los niños y
niñas, donde estos últimos son considerados como inacabados, asociados a la obediencia y
sumisión, invisibilizando la posibilidad de acción de éstos actores en la sociedad, así como
también el reconocimiento de ellos mismos como ciudadanos con derechos.
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que pudiera parecer lejana, no obstante, es posible reconocer en la actualidad una visión de
familia como “propiedad privada”, reticente a intervenciones externas y deslegitimando otras
perspectivas, viendose materializado en relatos como “él es mi hijo y yo hago lo que quiero
con él; ¿me viene a decir usted cómo educarlo?” Frases que reflejan la forma de ver y
entender las relaciones de poder que se dan entre los miembros de la familia, distinguidas
muchas de ellas por el género y la edad ante una posible consideración de la infancia como
una etapa de “segunda categoría” en el desarrollo humano o como una propiedad de libre
administración de los padres o las instituciones. Concepciones que al parecer son
fundamentos socialmente aceptados para avalar aquellas acciones agresivas sobre otro,
puesto a que constituyen “ser una práctica adecuada para el bien de la persona”, utilizada
como medio de crianza, enseñanza o disciplina encontrándose en “preparación para ser
adultos y que, cuando lleguen a la adultez, podrán integrarse plenamente a la sociedad y ser
respetados” (Unicef, 2013, p.19).
Estas relaciones consideradas desde una mirada externa como constitutivo de “abuso”
que se producen al interior de la familia, son una de las expresiones más difíciles de
identificar e interceder, debido a esta concepción socialmente compartida de que la familia
es un espacio donde solo está presente la seguridad, apoyo y comprensión entre sus
miembros, viéndose casi inimaginable la idea de que existan situaciones de maltrato (en todas
sus formas). Situación que establece fuertes restricciones cognitivas a la posibilidad de
identificar, señalar o modificar estas situaciones. Si bien se ha ido desarrollando estudios del
tema, difusión y la construcción de estrategias de intervención de manera progresiva (más no
sencilla), se ha vuelto un escenario complejo debido a la escasa validación intercultural,
puesto que las principales víctimas son apaciguadas y calladas por el sujeto que goza de
poder. Aquello se puede observar mediante las estadísticas que históricamente han
visualizado la permanencia del fenómeno en nuestro país, cifras que cabe mencionar,
constituyen una simplificación de la realidad, como aquellas entregadas por la Unicef (2000)
donde a nivel nacional, el 73,6% de los niños y niñas sufre violencia física o sicológica de
parte de sus padres o parientes. El 53,9% recibe castigos físicos y un 19,7% violencia
psicológica.
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Al tener en consideración estos factores de riesgo no son suficiente para abordar la
prevención del abusos sexual infantil en su real complejidad, debido a que “la evaluación de
factores de riesgo aporta más que nada a una comprensión retrospectiva de la
problemática” (UNICEF, 2015, p.32). Entonces es necesario comprender que el abuso
sexual infantil es el resultado de la conjunción de una serie de factores, no hay un único factor
causal. Por ello, “es importante trabajar y promover los factores de protección y evaluar los
riesgos añadidos procedente de las llamadas “poblaciones de riesgo”, pero sin
estigmatizarlas” (Save The Children, 2001, p.38).
Factores protectores
Existen factores protectores que sirven de compensación para que no ocurra el
maltrato infantil y que promueven el buen trato a niños y niñas. Al igual que con los factores
de riesgo, la presencia de ellos no asegura que no se dé el maltrato, sólo que es menos posible
su ocurrencia. Es por ello, que entendernos los factores protectores como aquellos que
“buscan disminuir el riesgo de ocurrencia del abuso sexual infantil y aumenta la capacidad
de respuesta de las comunidades, las familiar y los individuos con el fin de prevenir esta
problemática” (Fundación Plan, 2007, p.18).
En este sentido, para trabajar de manera más pertinente el abuso sexual infantil es
necesario abordar de manera simultánea varios de los factores protectores, relevando como
principales actores a los adultos y adultas, quienes deben “promover a través de sus
actitudes, acciones y relaciones en entornos más seguros para los niños y niñas y la
posibilidad de que estos crezcan fortalecidos contra el abuso”(Fundación Plan, 2007, p.18).
Finalmente, debemos considerar que para realizar una intervención preventiva que
sea pertinente, es necesario tener en cuenta los factores de riesgo que incrementan la
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probabilidad de aparición del abuso y los factores de protección que contribuyen a disminuir
o controlar los factores de riesgo a fin de reducir la posibilidad del abuso sexual. En el diseño
de una propuesta de intervención se deberá tener en cuenta la interrelación de estos dos
grupos de factores. (Movimiento Cristiano Juntos por la Niñez ,2005).
Estrategia metodológica
Modalidad grupal
Según Marjorie Murphy (1959) la modalidad grupal se entendería como “un proceso
y un método por el cual la experiencia en grupos contribuye al desarrollo de la persona
también a un nivel individual”. La modalidad grupal se configura como un método de
trabajo, cuya importancia radica en la relación que establecen los miembros entre sí del grupo
y en la situación de grupo en sí misma, que actuaría como contexto y medio de ayuda. “A
través del grupo y con la ayuda de un profesional se puede conseguir mejorar la situación
personal de los individuos y aumentar la capacidad de construir soluciones a las
problemáticas que les afectan” (Rossell, 2000). Volviendo sobre el papel del trabajador
social, éste se articula como un colaborador o facilitador del proceso que el grupo lleva a
cabo, correspondiendo a un “proceso de dinamización de las relaciones en un grupo, a través
del cual las personas se autoconcientizan de los problemas, potencialidades y recursos
propios y del medio social en el cual se encuentran, y que, simultáneamente, actúan en este
medio, movilizando sus capacidades y aptitudes en la consecución de objetivos comunes,
externos o internos al grupo” (Torres, 1982).
Facilitación dinámica
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Método creado por Jim Rough, aúna características particulares para la facilitación
grupal, “ayudando a los grupos a descubrir su propia capacidad creativa para encontrar
posibles soluciones a los problemas que los aquejan” (Zubizarreta, 2006, p.4).Se dice que
este método no requiere que los/as participantes se adhieran a reglas especiales ni que
adquieran nuevos modos de comunicación para poder dialogar. No obstante, el facilitador/a
tiene un papel activo, sin ser directivo “aceptando la postura de cada participante, mientras
crea al mismo tiempo, el espacio para la transformación” (Zubizarreta, 2006, p.7). En este
sentido, el rol del facilitador es escuchar profundamente y generar un espacio en el cual cada
participante pueda sentirse verdaderamente oído, su finalidad no es dirigir ni imponerse, sino
proporcionar empatía, respeto y apoyo a la contribución de cada participante. Puesto que, en
la medida que los/as participantes se sienten escuchados, surgiría “una motivación intrínseca
para descubrir patrones significativos, para crear nuevas posibilidades en colectivo”
(Zubizarreta, 2006, p.10).
Estrategias Participativas
Para los autores Fallas y Valverde (2000), la metodología participativa “es una forma
de trabajo en la que se procura la participación activa de todas las personas involucradas
en el proceso de construcción y reconstrucción del conocimiento, promueve el aprendizaje
y estimula un mayor involucramiento entre las personas participantes (…)” (Fallas y
Valverde, 2000, p.7), este tipo de metodología promueve el derecho a cada participante de
opinar, cuestionar y aportar, a su vez, concibe a las personas como protagonistas,
reconociendo a cada sujeto como portador de habilidades, potencialidades y capacidades, es
por ello, que este proceso depende de las personas, sus intereses y expectativas inmersas en
la interacción.
Dispositivos
Taller
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El dispositivo grupal para el desarrollo de la intervención corresponde al taller,
entendido como “Una instancia donde se integran experiencias y vivencias, en la que se
busca la coherencia entre el hacer, el sentir y el pensar, examinándose en relación con los
objetivos que se han planteado, por lo tanto, constituye un lugar de coaprendizaje, donde
todos/as las y los participantes construyen y deconstruyen socialmente conocimientos,
significados y desarrollan habilidades a partir de sus propias experiencias”(Arancibia, y
otros, 2010)
Actividades
Objetivo: “Promover la identificación de los factores de riesgo por los adultos y adultas significativas
que favorecen la ocurrencia y mantención del abuso sexual infantil con la finalidad de posibilitar su
prevención”.
19
parte de los y cuales se consideración los
las adultos deberán juntar papelógrafos
significativos en grupos de trabajados en la sesión
” 5a6 anterior, con la
personas. finalidad de generar
una reflexión crítica
sobre las diversas
aristas de riesgo del
abuso sexual infantil.
Sesión n° 3: “Potenciar la Los adultos y Sala de clases Hojas de Se pretenderá que los
visibilización adultas de Pre- Kinder. oficio adultos y adultas
“¿Cómo se
de los significativos blancas significativas
manifiestan
factores de desarrollaran describan cuales son
los factores Lápices
riesgo del un trabajo los factores familiares
de riesgo?”
abuso sexual individual. y ambientales que
infantil en la pueden ser
vida considerados como
cotidiana” factores de riesgo para
los niños y niñas.
Objetivo: “Promover la identificación de los factores protectores por parte de los adultos y adultas
significativas con la finalidad de favorecer la disminución de la incidencia y prevalencia del abuso
sexual infantil”.
20
sexual en grupos de 5 protectores del abuso
infantil” a 6 personas. sexual infantil.
21
de riesgo) en Centro (Power adultas significativas
la prevención Paihuén Point) en torno a la
del abuso prevención de los
sexual factores de riesgo,
infantil” además de relevar la
experiencia de
participación en el
taller.
Objetivo: “Reconocer las relaciones adultocéntricas como un factor de riesgo que incide en la
prevención del abuso sexual infantil, a través de la reflexión sobre las creencias existentes que reafirman
la subordinación de los niños y niñas ante un adulto”.
22
infancia las Creencias”, luego
como un proceden a situarse en
factor que la primera de las 6
incide en la estaciones que
emergencia presenta el recorrido,
y en cada una de ellas los
mantención y las participantes
del abuso deben posicionarse “a
sexual favor” o “en contra” de
infantil” la frase presentada.
Luego, se devela la
información real
respecto a dicha frase,
conllevando una
reflexión, acto seguido
se debe avanzar a la
siguiente estación
recolectando una pieza
de rompecabezas la
cual al finalizar el
recorrido se procederá
a su armado. En dicha
instancia los y las
participantes podrán
plasmar su experiencia
del juego en este
rompecabezas a modo
de culminación del
juego.
23
de estas, los cuales
serán plasmados
individualmente en las
hojas con el objetivo
de reconocer a los
niños y niñas como
objetos de derechos.
Cronograma de actividades
Año 2018
Carta Gantt
Meses
Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre
Actividades
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Los factores de riesgo en el
caso de Fabiola
¿Dónde estan los factores de
riesgo?
¿Cómo se manifiestan los
factores de riesgo?
Ideas sobre los factores de
protección
¿Dónde estan los factores de
protección?
Potenciemos la prevención
Reflexionando sobre la
prevención del abuso sexual
infantil
¿Qué piensas tú?
La Ruta de las Creencias
Mi opinión también es válida
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Evaluación
Bibliografía
Anexos
Material socioeducativo “La Ruta de las Creencias”
El material socioeducativo consistirá en un tablero a escala real, donde los y las
participantes realizarán un recorrido por cuatro estaciones, en cada una de ellas se
deberán enfrentar a una frase, la cual expresa una creencia o realidad en torno al abuso
sexual infantil. La dinámica de interacción entre los participantes y estas frases tienen como
finalidad propiciar una instancia de diálogo y argumentación respecto a la posición ocupada
tanto en “de acuerdo” como “en desacuerdo”, además de informar acerca de la veracidad de
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dichas creencias, fomentando una reflexión en cada estación así como también al concluir
el juego.
Es por ello, que este material socioeducativo tiene como finalidad abordar las
creencias existentes sobre el abuso sexual infantil, entendiéndose como una forma de
expresión de las representaciones sociales sobre la infancia como un objeto subordinado al
poder de un adulto, con ello se busca generar una reflexión y desnaturalización en torno a
estas concepciones que estructuran la noción referida a la figura infantil, que condicionan y
propician las diversas ideas respecto a este abuso. Además, estas representaciones que se
tienen de la infancia actúan como una de las formas que posibilitan que el acto del abuso
sexual infantil siga siendo invisibilizado dentro de la sociedad.
Las frases escogidas serán abordadas algunas como mito y otras como realidad, a
continuación se presentan las frases como irán en el juego, los elementos a considerar para
su develación y discusión:
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algún grado de A mediados del siglo xx en Estados acerca de la sexualidad
responsabilidad Unidos “se hablaba de las víctimas del que la niña carece, y
en las situaciones como víctimas participantes e incluso porque el placer sexual
de abuso” como personas que disfrutaban tiene una connotación
secretamente de la actividad sexual, y absolutamente distinta
que por ello la propiciaban; algunos para la niña que para el
académicos consideraban que adulto. Mientras que en la
posiblemente el niño fuera un seductor niña la excitación es una
activo más que un seducido pasivo” respuesta biológica
(UNICEF,2015, p. 18) esta idea libera natural frente a la
de responsabilidad al abusador y estimulación de su
desconoce que el adulto tiene un cuerpo, en el adulto hay
conocimiento sexual que el niño, niña o una búsqueda intencional
joven no precisa, por lo que mientras de satisfacción de sus
para “la niña la excitación es una necesidades, sean estas
respuesta biológica natural frente a la sexuales, de poder o de
estimulación de su cuerpo, en el adulto cualquier otro tipo.
hay una búsqueda intencional de
satisfacción de sus necesidades, sean
estas sexuales, de poder o de cualquier
otro tipo” (UNICEF, 2015, p. 50) Es
necesario considerar que se habla
también de conductas hipersexualizadas
presentes en algunos niños, niñas y
jóvenes, “se considera que los
acercamientos que estos niños sufrieron
en la interacción con ciertos adultos
significativos, han interferido la
capacidad para establecer vínculos,
sobre todo de tipo afectivo. Los niños
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aprendieron un modelo de intercambio
en el cual los contactos sexuales
placenteros para el adulto se
recompensaba con demostraciones de
cariño (caricias o halagos), regalos,
preferencias o privilegios” (Intebi,
1998, p. 30) por lo que tampoco es de
responsabilidad de los niños y niñas
estas conducta.
“Si un niño, niña explícita, de tinte claramente emocional abusadora] más o menos
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En relación al abuso sexual infantil “Los En relación al abuso
niños no pueden fantasear detalles de sexual infantil los niños
Creencia
una actividad sexual cuyo conocimiento no pueden fantasear
es absolutamente inapropiado para su detalles de una actividad
edad. En cuanto a las adolescentes, se sexual cuyo conocimiento
las suele tildar de engañar con estos es absolutamente
“Los niños son
relatos para llamar la atención o inapropiado para su edad.
poco creíbles”
conseguir algún tipo de beneficio. Sin
embargo, es difícil que una adolescente
desarrolle un relato de abuso sexual,
sabiendo las consecuencias que esto
originaría para sí misma y para su
familia, si no fuera verdad” (UNICEF,
2015, p. 53)
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horario de protección al menor” (Intebi,
1998, p. 29).
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Creencia Es importante reconocer que el abuso El mayor número de
sexual infantil “sucede en un gran abusos sexuales infantiles
número de casos dentro del ámbito es cometido por personas
El abuso sexual familiar es un llamado de atención de la familia de la
infantil es sobre la necesidad de proteger a las víctima. Estas tienen un
cometido por víctimas de la posibilidad de ser mayor y mejor acceso al
personas dañados donde deberían ser niño o niñas.
extrañas a la resguardados de todo tipo de peligro”
víctima. (UNICEF, 2015, p.51).
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