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Las infecciones por hongos de las uñas de los dedos de los pies (onocomicosis). Su tratamiento
y curación permanente es generalmente bastante difícil por ser una infección rebelde, y por lo
general requieren de antifúngicos orales. Sin embargo, la práctica podológica y la eficiente
utilización de antimicóticos con propiedades queratolíticas, los cuales deben ser recetados por
un médico, pueden erradicarlas.
Las onicocriptosis o encarnación de las uñas, que son muy dolorosas y pueden llegar a provocar
diversas infecciones.
La bromhidrosis, afección de la piel provocada por la descomposición de la sudoración,
provocando un característico olor fétido. El óxido de zinc es utilizado en combinación con
productos para el calzado.
El pie de atleta, cuyo nombre científico es tinea pedis o tiña de los pies. Una infección por hongos
muy frecuente, en muchos casos bastante rebelde. Comienza generalmente en los espacios
interdigitales, pero puede invadir un área más extensa. La piel afectada presenta un aspecto
macerado y puede cursar con ampollas (vesículas).
Los callos (helomas) son durezas (hiperqueratosis) en una zona superficial circunscrita,
producidas por un traumatismo repetido, generalmente a causa de una prominencia ósea o un
defecto del calzado.
Lo primero que hará el podólogo es una historia clínica: preguntará sobre enfermedades
generales que tenga la persona en el momento o que haya tenido en el pasado, antecedentes
quirúrgicos, alergias a medicamentos, medicación permanente que esté tomando, antecedentes
podológicos, y motivo de consulta.
Si una persona es alérgica al látex se usaran guantes de vinilo.
Si el problema es una alergia al yodo del betadine se usará otro tipo de desinfectante como la
clorhexidina si se necesita desinfectar algo durante el tratamiento.
Existen numerosas enfermedades sistémicas que afectan al pie: la psoriasis (las uñas de los
pies cambian de color, forma y dureza por lo que aparecen problemas a la hora de cortarlas. La
Psoriasis también puede llegar a afectar a las articulaciones provocando una inflamación y una
artritis psoriásica que debe ser tratada por un médico, un podólogo y un fisioterapeuta para su
recuperación.
Otra enfermedad sistémica que puede afectar al pié es la diabetes tanto la tipo I como la II: los
problemas a nivel de los pies pueden ser tan graves que pueden llegar a provocar la amputación.
Es aconsejable a todas las edades realizar un revisión anual de los pies aunque no haya ninguna
molestia, simplemente para confirmar que todo está bien, aclarar dudas que se tengan sobre el
cuidado de los pies, cuál es el calzado más adecuado o cualquier otra cuestión que se pueda
presentar.
Siempre que duela un pie hay que acudir al podólogo : dependiendo de la edad puede tratarse
de un problema diferente.
Los podólogos no tratan sólo a las personas mayores.
Un podólogo puede ayudar a personas de cualquier edad: en cada etapa de la vida se pueden
presentar problemas diferentes.
En los recién nacidos y durante los primeros meses de vida comprueban que el crecimiento de
las uñas sea normal y que no aparezcan problemas de encarnamiento.
En los niños el problema más habitual es el de los papilomas que se cogen en duchas o piscinas
públicas y los problemas de pie cavo o plano.
Durante la adolescencia también son frecuentes las uñas encarnadas, los papilomas y las
infecciones por hongos (pie de atleta).
En el adulto las patologías más habituales son: