You are on page 1of 4

Podología

En el griego es donde se encuentra el origen etimológico de la palabra podología


que ahora nos ocupa. Y es que se halla compuesta de tres componentes de dicha
lengua:
-El sustantivo “podos”, que puede traducirse como “pie”.- El término “logos”, que es
sinónimo de “estudio”. -El sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad”.
La podología es la especialidad de la medicina que se dedica a analizar,
diagnosticar y tratar diversos trastornos vinculados a los pies. El experto en
podología (llamado podólogo) puede encargarse del tratamiento de múltiples
afecciones siempre que la acción no requiera de una cirugía compleja.
Es interesante y curioso, al mismo tiempo, saber que, aunque haya sido en las
últimas décadas cuando la podología ha cobrado protagonismo en nuestra
sociedad, era ya una ciencia o una rama médica con mucho pasado detrás. Así se
considera que ya en el Antiguo Egipto había profesionales especializados en el
cuidado de los pies. En concreto, el faraón Amenofis IV tenía a su cargo varias
personas que se centraban en que sus citados pies estuvieran en las mejores
condiciones posibles, sin callos e incluso con lacas en las uñas.
Ese fue el principio y a lo largo de la Historia siempre ha existido la podología de un
modo u otro. Así, por ejemplo, en el Imperio Romano quienes disfrutaban de las
termas también tenían la posibilidad de cuidar las uñas de pies e incluso de tratar
sus callos y durezas.
¿Y qué decir de la época de los Reyes Católicos? En ese momento, los citados
monarcas establecieron que uno de los grupos profesionales, el de protobarberatos
o barberos, era el que se dedicaba a tratar los callos. Eso sí, también procedían a
realizar vendajes e incluso a abordar todo lo que tenía que ver con las muelas.
Los podólogos cuentan con conocimientos de medicina general,
fisiología, anatomía y otras ramas del conocimiento. Esto permite que se desarrolle
un abanico muy amplio de actividades vinculadas a la salud del pie, analizando
desde la forma de caminar de la persona hasta alteraciones estructurales de los
miembros inferiores, pasando por infecciones y otros problemas.
Es importante resaltar que el podólogo tiene la facultad de recetar fármacos, tal
como hace un médico. Esto le permite tratar diversas patologías que requieren de
la ingesta de ciertos remedios por parte del paciente.
La podología también se encarga de diseñar y desarrollar aquellos soportesque
algunas personas necesitan emplear en la planta del pie para mejorar su postura o
para que su andar sea saludable.
En ocasiones, el especialista en podología debe derivar a su paciente a otros
profesionales ya que el trastorno advertido en los pies es una consecuencia o un
síntoma de una enfermedad o de una afección que surge en otra zona del
organismo. De esta manera, el podólogo puede advertir que su paciente
posiblemente sufra de diabetes o reumatismo, por ejemplo, derivando su
tratamiento integral a otro experto.
Se conoce como podología forense, por último, al uso de la podología por parte de
investigadores que deben demostrar ciertas situaciones ante la ley. El podólogo
forense puede ayudar a obtener pruebas vinculadas a un crimen.
podólogo
Toda parte del organismo humano cumple una función irremplazable, pero no todas cuentan
con un profesional especializado en su tratamiento. Nuestros pies tienen ese inmenso privilegio,
y el profesional dedicado a su cuidado es el podólogo

Los motivos de consulta más frecuentes

Las infecciones por hongos de las uñas de los dedos de los pies (onocomicosis). Su tratamiento
y curación permanente es generalmente bastante difícil por ser una infección rebelde, y por lo
general requieren de antifúngicos orales. Sin embargo, la práctica podológica y la eficiente
utilización de antimicóticos con propiedades queratolíticas, los cuales deben ser recetados por
un médico, pueden erradicarlas.
Las onicocriptosis o encarnación de las uñas, que son muy dolorosas y pueden llegar a provocar
diversas infecciones.
La bromhidrosis, afección de la piel provocada por la descomposición de la sudoración,
provocando un característico olor fétido. El óxido de zinc es utilizado en combinación con
productos para el calzado.
El pie de atleta, cuyo nombre científico es tinea pedis o tiña de los pies. Una infección por hongos
muy frecuente, en muchos casos bastante rebelde. Comienza generalmente en los espacios
interdigitales, pero puede invadir un área más extensa. La piel afectada presenta un aspecto
macerado y puede cursar con ampollas (vesículas).
Los callos (helomas) son durezas (hiperqueratosis) en una zona superficial circunscrita,
producidas por un traumatismo repetido, generalmente a causa de una prominencia ósea o un
defecto del calzado.

La visita con un podólogo

Lo primero que hará el podólogo es una historia clínica: preguntará sobre enfermedades
generales que tenga la persona en el momento o que haya tenido en el pasado, antecedentes
quirúrgicos, alergias a medicamentos, medicación permanente que esté tomando, antecedentes
podológicos, y motivo de consulta.
Si una persona es alérgica al látex se usaran guantes de vinilo.
Si el problema es una alergia al yodo del betadine se usará otro tipo de desinfectante como la
clorhexidina si se necesita desinfectar algo durante el tratamiento.
Existen numerosas enfermedades sistémicas que afectan al pie: la psoriasis (las uñas de los
pies cambian de color, forma y dureza por lo que aparecen problemas a la hora de cortarlas. La
Psoriasis también puede llegar a afectar a las articulaciones provocando una inflamación y una
artritis psoriásica que debe ser tratada por un médico, un podólogo y un fisioterapeuta para su
recuperación.
Otra enfermedad sistémica que puede afectar al pié es la diabetes tanto la tipo I como la II: los
problemas a nivel de los pies pueden ser tan graves que pueden llegar a provocar la amputación.

¿A quién puede tratar un Podólogo?

Es aconsejable a todas las edades realizar un revisión anual de los pies aunque no haya ninguna
molestia, simplemente para confirmar que todo está bien, aclarar dudas que se tengan sobre el
cuidado de los pies, cuál es el calzado más adecuado o cualquier otra cuestión que se pueda
presentar.
Siempre que duela un pie hay que acudir al podólogo : dependiendo de la edad puede tratarse
de un problema diferente.
Los podólogos no tratan sólo a las personas mayores.
Un podólogo puede ayudar a personas de cualquier edad: en cada etapa de la vida se pueden
presentar problemas diferentes.
En los recién nacidos y durante los primeros meses de vida comprueban que el crecimiento de
las uñas sea normal y que no aparezcan problemas de encarnamiento.
En los niños el problema más habitual es el de los papilomas que se cogen en duchas o piscinas
públicas y los problemas de pie cavo o plano.
Durante la adolescencia también son frecuentes las uñas encarnadas, los papilomas y las
infecciones por hongos (pie de atleta).
En el adulto las patologías más habituales son:

You might also like