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INSTITUTO DE FILOLOGÍA
POR
BUENOS AIRES
19Í0
467.97293
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í LATR0BEUNIVERS1TY
LIBRARY
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
INSTITUTO DE FILOLOGÍA
BIBLIOTECA DE DIALECTOLOGÍA
HISPANOAMERICANA
ÜIHECTOH : AMADO ALONSO
TOMO V
BUENOS AIRES
Imprenta y Casa editora Cosí, Perú 684, Bueno* Aires
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
INSTITUTO DE FILOLOGÍA
PEDRO /HENRIQUEZ
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BUENOS AIRES
19/ío
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LlBRARY
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E X P LIC A C I Ó N
1
Los autores j obras para los cuales no se da indicación bibliográfica espe-
cialfiguranen BAE, \ueva BAE, Lect. o Las cien abras.
Textos utilizados i5
AMÉRICA
1
Trabajo distinto del anterior.
Bibliografía
1
Esta bibliografía es selectiva. En tomo posterior de esta Biblioteca se pro-
curará dar la bibliografía lingüística completa de la zona antillana, como se dio
en el tomo IV la de la zona de Méjico, la América Central y el sudoeste hispá-
nico de los Estados Unidos.
al B i b l i u g r a l í.'i
'9 2 9-
C A R L O S LARRAZ.ÁBAL B L A N C O . — Manual de la historia de Santo Domin-
go. — En la Revista de Educación, n° 39, de Ciudad Trujillo, desde
m a y o de 1937.
Lira de Quisqueya. Selección de José Castellanos. — Santo Domingo,
1874.
JOSÉ R A M Ó N LÓPEZ. — Cuentos puerloplateños. — Santo Domingo,
1898. 2á5 págs.
JOSÉ R A M Ó N LÓPEZ. — Nisia [novela]. — Santo D o m i n g o . 1898.
SVEN LOVÉN. — Leber die Wurzeln der tainischen Kultur. — G o t e m -
burgo, ig24- — V e r s i ó n inglesa del aulor: Origins of the Tainan culture,
West Iridies, Gotenburgo, ig35.
AMÉRICO LUGO. — La Española en tiempo de Fuenmayor, — E n Clío,
ig37-nj4o, n-XXVII. XXVIII. XXIX. X X X V . X X X V I , XXXVII,
XXXVIII, XXXIX...
AMÉRICO LUGO. — Historia colonial de la Isla Española o de Santo
I ha,lingo (1557-1608). — E n Clío, ig4o, n°s X L ss.
FEDERICO LLAVERÍAS. — )'icios de la dicción castellana. — Santo Do-
mingo, ig33.
JOSÉ M I G U E L MACÍAS. — Diccionario cubano etimológico crítico. — Ve-
racruz, 1880 ; segunda edición : Coatepec, 1888, L 1 V + 1264 págs.
AUGUSTO MALARET. — Diccionario de provincialismos de Puerto Rico.
- San Juan de Puerto Rico, 191 -, i5i págs.; 2 a edición : San Juan
de Puerto Rico, 1937, 293 págs.
AUGUSTO MALARET. — Panorama folklórico de Puerto Rico. — E n / ni-
versidad Católica Bolivariana, de Medellín, agosto de 1938, III (7).
70-82.
R A M Ó N M A R R E R O AHISTY. — Balsié. Narraciones, estampas v cuentos.
— Ciudad Trujillo, ig38.
IEÓFILO M A R X U A C H . — El lenguaje castellano en Puerto Rico. — San
Juan de Puerto Rico, igo3. 100 págs.
Las Antillas 27
' Esbocé esta división de zona» en mis Observaciones sobre el español en America
(en la Revista de Filología Española, 19a i, VIII, ,'558-36i). Después be descrito
los caracteres de la zona mejicana en la Introducción al lomo IV de esta Biblio-
teca (El español en Méjico, los Estados Unidos y la [mérica Central . \ In- señalado
las regiones en que se divide. Sobre las regiones en que se divide la zona chile-
na, v. los trabajos de Lenz en el tomo \ I de esta Biblioteca, que se publica al
m i s m o tiempo que el presente. D. Pedro M . Benvenutto Murrieta, en su libro
El lenguaje peruano. I, 109, señala la división del Perú en regiones dialectales
de pronunciación : litoral norte, litoral centro y sur. región serrana con el extre-
3o Zonas lingüísticas 5 '
1
Es usual dar como fecha de fundación de la Isabela el •>. de febrero de
l4o4 ; pero Colón escribe a los Beyes Católicos desde « la cibdad de La Isabe-
la i) en 3o de enero (Colección de documentos... de Indias, X X X V I , 34-54).
- Las Casas, Historia de las Indias, libro II, cap. 18, nombra las diez y sie-
te villas y adelanta en dos años (i5o3) la fecha en que estuvieron fundadas
todas. D a otros datos sobre poblaciones en el libro I, caps. 91, 100, 110, ii.'i,
li4, i65, 178, 180, y en el libro II, caps. 5, 8, 10 y i3.
32 (¡oionizacióp S a
1
Los historiadores modernos de la conquista de América no siempre se
preocupan por establecer las fechas en que comienza realmente la colonización
de las diversas regiones, distinguiéndolas de la mera exploración y délos inten-
tos de establecer contado \ comercio con los indígenas pero no de fundar ciu-
dades con población española. Para los hombres del siglo xvi, la diferencia era
bien clara : una cosa era explorar y erigir fuertes y escoger tugares donde se
pudiera comerciar con los indígenas (rescatar, decían) ; otra cosa poblar. D a n
ejemplo las disputas, al comienzo de la conquista de Méjico, sobre si a Hernán
Cortés se le habían dado facultades para poblar o sólo para establecer puntos
donde rescatar.
2 Fundación de ciudades 33
1
Indico, naturalmente, sólo las fundaciones principales.
3
3', La capital del Caribe SS 3-4
1
Además, el gobierno político tuvo carácter de virreinato bajo Diego Colón,
el hijo del Descubridor, desde i5og hasta su muerte en 1826 ; el virreinato
subsistió nominalmenle — y a doña María de Toledo, la viuda de Diego, se le
siguió llamando virreina mientras vivió — , hasta que Luis Colón hizo renun-
cia formal de sus derechos hereditarios a cambio del título y las prerrogativas
de D u q u e de Veragua.
SS 4-6 La capital del Caribe 35
1
En la zona del Caribe hay dos lugares curiosos desde el punto de vista lin-
güístico : las islas de Curazao y Trinidad. Curazao, con sus subordinadas Aruba
(u Oruba) y Buinare (o Bonaire o B u e n Aire), pertenecen a Holanda. Había
estado en poder de España desde que la colonizó Juan de Ampies, hacia i5a2,
hasta que se apoderaron de ella los holandeses en i634. L a gente culta habla
dos o tres lenguas : español, holandés, inglés. El español se cultiva literaria-
mente : recuerdo entre los escritores a J. S. Corssen, que escribía además en in-
glés y holandés ; A b r a h a m López Penha, después residente en Colombia, poeta y
novelista; David Chumaceiro. D e allí era Daniel de León, nacido en i852, primer
gran jefe del movimiento socialista en los Estados Unidos y primer catedrático
de historia de la América latina (lo fué en la Universidad de Colombia, 1883-
1889): cons. LEVVIS H A N K E , The firsl leclurer on Hispanic American diplomalic
history, en The Hispanic American Historical Review, de D u r h a m , iq36, X V I ,
399-402, y el artículo de W . ,L G H E H T , en el Diclionary of American biography.
La gente del pueblo, descendiente de antiguos esclavos negros, habla el único
dialecto criollo que el español ha producido : el papiamento. El aislamiento en
que estuvo Curazao, con relación a los países de habla española, durante l">
siglos xvu y xvín, explica la formación del 'dialecto. L o han estudiado F. A.
C O E L H O , Os dialectos románicos ou neolatinos en África, Asia o America, en el
Bolclim daSociedade Geographica de Lisboa, 1880, págs. 174-177 ; A D D J S O N \ m
ÑAME, Contributions lo Creóle grammar, en las Transactions of the American
Philological Association, de Hartford, Connecticut, 1871, I, 14Q-I5Q ; A. A.
F O K K E R , Het Papiamentoe of Baslerd-Spaans der Wats-Indiese Eilanden, en Tij-
dschrift voor Niederl. Taal. en Letlerkunde, 1 g 15, X X X I I I , 54-79', ^- L E N Z ,
S 7 Regiones dominicanas
h
7. El territorio de la actual República Dominicana se divide, a
su vez, en regiones con rasgos propios en el habla. La población
era, y es, principalmente rural: en poblados de m á s de dos mil
habitantes sólo viven alrededor de doscientos m i l — menos del ca-
torce por ciento del total de millón y medio. La lengua de las
ciudades es uniforme en todo el país, c o m o lo harían esperar los
caracteres generales del habla culta. E n el habla rural se señalan
divisiones : la principal, la de norte y sur, dos regiones que hasta
fines del siglo xix estuvieron poco relacionadas ; fuera de la c o m u -
nicación por mar, sólo había caminos que se recorrían a caballo,
con dificultades al cruzar la Cordillera Central. Las comunicacio-
nes de ferrocarril sólo existían en el norte, y datan de los últimos
veinte años del siglo xix ; en el sur los únicos ferrocarriles son los
de los ingenios de azúcar. Ahora, las excelentes carreteras de auto-
móviles, y hasta el aeroplano, ponen en fácil contacto las princi-
pales regiones del país.
' La región se llama hoy Cibao, pero los indios la llamaban Magua, palabra
que según el padre Las Casas significa ' vega' (v. por ejemplo, la Apologética
historia de las Indias, caps. 2, 3. 7, 8 y 9). Los descubridores la llamaron « la
gran vega » o « la Vega Real ». Pero el nombre de u La Vega » después se res-
tringió a la ciudad de la Concepción de La Vega Beal y sus alrededores. Ciéao
'pedregal' (de ciba, 'piedra' en taino) era para los indios la región montañosa
al sur de la gran vega (Apologética, cap. V, e Historia de las Indias, libro 1, cap.
91), la porción de la Cordillera Central donde se hallan Constanza y Jaraba-
coa : en el centro, la parte más alta se llamaba Haití, a de la cual se denominó
y llamó toda esta isla, y así la nombraban todas las gentes de las islas comar-
canas. E n ella y por ella hace mediano frío, y es menester, hasta que encum-
bra el sol. algún fuego. Por esta tierra granan las cosas que granan en Cas-
tilla X.
S 7 Regiones dominicanas 39
1
El Dr. Luis Heriberto Valdés, investigador de amplia cultura y brillante
•escritor, estudió las peculiaridades sociales que diferencian las regiones, en su
conferencia de I Q 3 2 , Cibao y Sur: ignoro si se ha publicado.
CAPÍTULO II
1
G. I. ASCOI.I, tingue e nazioni, Milán, 1860 ; llioo SCHUCHAHDT, Der Voka-
lismus des Vutgárlateins (v. lomo I, pág. 82); GLSTAV G R O R E R , en el Archiv
fue lateinische Lexikographie und Grammatik, de Leipzig, I, 204-232, \ VII,
25-64.
SS 8-9 Núcleo fundamental i.
1
Caso semejante,'pero más sorprendente : se halla en Méjico, entre los in-
dios zapotecas de Oajaca, la forma medieval sieglo, que en la lengua escrita de
España desaparece después del siglo xv (v. A N D R É S H E N E S T R O S A , Estudios sobre
la lengua zapoleca, en Inv. Ling., de Méjico, ig33, I, 28 ; registra otras formas
arcaicas, c o m o cobrir, liomillar, ñudo).
42 Significados de palabras *9
1
Cuervo demuestra cómo se transformó en su significado la palabra estancia
con citas del P. L A S C A S A S , Historia de las Indias, libro I, cap. 161, libro II,
caps. 7, i3, 5o y 102, libro III, caps. 94, 102 y i3o, y Apologética ¡listone de
las Indias, cap. 4 ; O V I E D O , Historia general y natural de las Indias, I\ . 64
y '47-
B E R N A L DÍAZ D E L CASTILLO usa la palabra (Conquista de la i\ueva España,
caps. 4, 8, 3o, 5o, ai, 54, 117, 1 18, i3o, 137 y I 5 O J ; Hernán Cortés, Carta II;
Colección de documentos... de Indias, I, 12, 16, 24 < el Oidor Echagoyan en su Rela-
ción de i568), 33, 52, 53 (año i5i4j; 331 (Alonso de Zuazo, I 5 I 8 ; ; PEDRO
D E C I E Z A D E L E Ó N , en La crónica del Perú, libro I, caps. 2 y 27 (BAE, X X \ 11 .
J U A N D E C A S T E L L A N O S , Elegías de varones ilustres de Indias, 64, 66. 67, 346, etc. ;
J U A N LÓI>EZ D E V E L A S C O , Geografía y descripción de las Indias (1371-741, 24o,
259 y 3l2 ; Documentos coloniales relutivos al... Tucumán (siglo xvi), publicados
por Manuel Lizondo Borda, Tucumán, 1936, passim ; fray BEGINALDO D E LIZÍ-
R R A G A , Descripción del Perú, Tucumán, Río de ¡a Plata v Chile, en Nueva BAE,
*V, 4 77 .
Cuando, a fines del siglo xvi, Mateo Alemán se refiere en el Guzmán de Alfa-
rache (primera parte, cap. 2) a las estancias próximas a Sevilla, debe pensarse
en reflujo de América : si en Sevilla se hubiera llamado estancias a las granjas
o cortijos heredados antes de la conquista del N u e v o M u n d o , el P. Las Ca-
sas, sevillano, no habría insistido tantas veces en explicar lo que era la estancia
en Santo D o m i n g o . Cieza de León explica también : « estancias, que los anda-
luces llaman cortijos ». Conviene advertir que las « estancias de recreación »
de que habla A l e m á n resultan idénticas a lo que han sido, en los siglos xix y
xx, las estancias de Santo D o m i n g o : propiedades campestres m u y cercanas a
poblado, generalmente no m u y grandes y dedicadas en parte a recreo de sus
dueños ; se parecían m á s a las quintas de las cercanías de Buenos Aires (« las
quintas de m i tiempo », del poeta Obligado) que a las grandes estancias moder-
nas de tipo argentino, dedicadas a la ganadería, a las cuales se les llama en Santo
D o m i n g o fincas o haciendas. Pero el primitivo vocablo estancia no se limitaba allí
en el siglo xvi ala acepción de 'quinta', según se ve en Las Casas. Estanciero apa-
rece desde la época de la conquista : v. Colección de documentos de Indias, I, 76.
1
Para mazamorra. Cuervo cita en nota a LAS CASAS, Historia, libro II, cap.
24, y a O V I E D O , Historia, III, pág. 608. V. además fray P E D R O D E A G U A D O ,
Hiitoria de Venezuela, I, i45 y 722.
II cíl auj den deutschen Wortsclialz, Hcidclberg, ig33 ; KARL LOROTSCH, Etymolo-
gisclies Worterbucli der amerikanischen (indianischenj Worter im Deutschen, Hei-
delberg, iga6.
Plátano, con el significado de banano, se encuentra ya en Oviedo, tanto en el
Sumario (i5a6) como en la Historia ( 1535) ; en GIROLAMO BENZONI, Historia del
Mondo Nuovo (i565) ; en la Relación del Oidor Echagoyan (i568), Colección de
documentos... de Indias, í, i3 ; en Relaciones geográficas de Indias, I, 88 y 123
(.plátano) ; en CIEZA D E LEÓN, La crónica del Perú, libro I, caps. 2 y 6 ; en JUAN
DE CASTELLANOS, Elegías, 345, 367, 379, etc. ; en LOPE, La Dorotea, acto I,
escena 2 ; en TIRSO, Amazonas en las Indias.
1
Manzanillo : en CIEZA D E LEÓN, La crónica del Perú, I, cap. 7. Agregúese
la pifia = ananás (cf. mira, Semántica).
- Abarrajar: Cuervo lo señala en OVIEDO, Historia, l, pág. 558, y en V A L -
BLENA, El Bernardo, XXII. Se sabe que subsiste en el Perú ven Honduras.
3
Aciprés : Cuervo lo señala en OVIEDO, Historia, III, pág. 348 ; en España,
en Lope de Rueda. Se sabe que subsiste en Costa Rica. Cons. Bibl. Dial. Hisp.,
IV, 2 3 9 .
1
Barrial: Cuervo lo señala en OVIEDO, Historia. III, pág. 398. Está en LAS
CASAS, Apobgélica, cap. 7. Subsiste en Colombia, Venezuela, Chile y la Argen-
tina.
MARÍN, DOS mil quinientas voces : citas de Boscán y Pedro de Madariaga. Pue-
den agregarse B E R N A L D Í A Z D E L C A S T I L L O y J U A N D E T I M O N E D A , El palrañuelo, ed.
1
De los principales regionalismos que he podido recoger doy lista al tratar
de la semántica.
"- El poeta García Lorca m e contaba que, viajando con rumbo a España, co-
noció en el barco a un dominicano, antiguo secretario de algún presidente.
« ¡ Hablaba un castellano estupendo! Al llegar a España ¿ sabe lo que hizo? be-
só la tierra. A Adolfo Salazar y yo, que lo veíamos, ¡a los lagrimones! ».
Aire tradicional /17
' Hablo en pasado, porque en 193 1-1 g33 pude observar que la antigua ma-
nera se va perdiendo. Santo D o m i n g o no es la capital del Caribe desde el siglo
xviu. La función de capital la ejerce hoy, de pleno derecho, La Habana, y su
tono vivaz se difunde gradualmente a través de las Antillas. C o m o egregias
representantes de aquel antiguo estilo dominicano mencionaré a doña Cristina
Morales de Billini y a la señorita Mercedes Laura Aguiar.
2
N o son tabús ni verbos c o m o coger, que todo el m u n d o emplea sin escrú-
pulos, c o m o en España, sin acudir a sustitutivos c o m o tomar o agarrar, a pe-
sar de que en parte del país ion el Cibao y en Azua, por ejemplo) se le da
además significado sexual (v. R A M Ó N E M I L I O JIMÉNEZ, El verbo coger, en El amor
del bohío, II) ; o c o m o hembra (todo el m u n d o dice, hablando de sus hijos, « va-
rones y hembras »), ni adjetivos c o m o caliente, para el cual no hay sustitutivo
ninguno, a pesar de que se usa su significado metafórico.
3
El eco de la cultura universitaria producía efectos curiosos. El nombre de
Aristóteles representaba a tal punto la noción de « el que todo lo sabe », que
en 1880 el doctor Francisco Henríquez y Carvajal, acompañando al presidente
Merino en excursión a través de la República, oyó en la apartada provincia de
Barahona esta exclamación : « ¡ Muchacho, coge esa vaca, que si se va por esos
montes ni Aristóteles la encuentra! ».
i8 I lefensa del fondo hispánico 5 11
1
El comienzo del libro, hasla este lugar, fué presentado como contribución
al Segundo Congreso Internacional de Historia de América, reunido en Buenos
\ircs, en julio de 1937.
S il Influencia de cultura 49
1
Consultar : ARTURO CAPDEVILA, Babel y el castellano, v. caps. V-VIII ; TIS-
C O R N I A , págs. i ("mapa del vos y el tú), 119-137 y 289-290.
- E n el Ecuador sobrevive también en el habla el futuro de subjuntivo.
n
Sobre excepciones, v. infra, Morfología.
CAPITULO IV
ESPAÑA Y SUS REGIONES EN LA COLONIZACIÓN DE AMERICA
1
En Buenos Aires, a principios del siglo xvn, los portugueses constituían
una cuarta parte de la población. Consultar : B . D E L A F U E N T E M A C H Á I S , LOS
portugueses en Buenos Aires siglo XVII), Buenos Aires, io3l,
1
Valdés atribuye a Nebrija preferir la e a la i en palabras como vanedad, es-
crebir, envernar, desfamar (pero en Nebrija aparecen las dos escrituras, con e y
con i) ; preferir la e a la a en freila, texbique, tresquilar (en Nebrija están frei-
la y fraila) ; preferir la e a la o en hespilal (Nebrija trac hospital y hespilal) ;
el prefijo en al prefijo a en envergonzar, enhorcar, enriscar (Nebrija trae aver-
gonzar y envergonzar, que ya estaba en el Cantar de Mió Cid ; ahorcar y cnlior-
car) ; declara que son rarezas helgado, hiniestra (fenestra), scruenda. C o m o se
ve, a Nebrija podría censurársele más c o m o ecléctico que c o m o andaluz. Las
formas que en esos casos prefiere Valdés son las que ha adoptado la lengua cul-
ta, porque eran las de la corte en el siglo xvi. Pero no siempre sucedió así :
decimos saldré y no saliré, forma que Valdés prefería ; decimos trajo y no tru-
jo ; lloro v no planto, ventana y no fenestra, carta y no letra. O bien decimos,
matizando significaciones, quemar y abrasar, tapete y alfombra ; o conservamos
una palabra en la lengua hablada y otra en la literaria : perro y con, cama y
lecho, rodillas e hinojos. Y para la formación de verbos nuevos, América ha
preferido el prefijo a-, que Valdés parecía estimar c o m o castellano, al prefijo
en-, que Valdés parecía condenar c o m o andaluz.
1
ALCALÁ VENCESLADA, Vocabulario andaluz : abocado, abotargado, abusivo, ace-
día, aciguatado, (dar) alas, amanecido, amoscar, aplastarse, arrascar, arrollan,
asuntar, atorado, balumba, bandearse, barbudo, barquinazo, barraganada, bendeci-
do, bombín, cabresto, (a) cabrito, cajeta (de fósforos), canícula, cinchazo, cham-
bón, chaparrón 'reprensión', chiribitil, desgañotarse, desmonte, encluecar, entele-
rido, espumerío, indecencia, indino, infundio, jabado, jarlada, jartar, jeder, jc-
dor, jipar, lilaila (en Santo D o m i n g o , alilaya), macuto (voz americana), Malena,
manftorito, matado, melecina, negro (como cariño), ñañaras (en Santo Domingo,
'llagas pequeñas'), pantasma, payo, peo, picapica, pijotero (en Andalucía, 'tra-
vieso' ; en Santo D o m i n g o , 'avaro'j, pintón, pionono, piral!, porpartida (en Santo
D o m i n g o , propartida), prevclicar (en Andalucía, 'prevaricar'; en Santo Do-
mingo, 'contagiar* ; en Puerto Rico existe la forma esprevaliear), rajarse (llego
de Méjico a Santo D o m i n g o en este siglo), ruciar, saltón, siñuelo, sobar, ten-
dedero, tengueré, tigra, trastear, trinquis, trompezar, vahear, ventorrillero. ele.
vira, zabila, zaino, zamarrean.
S 12 Ausencia de regionalismos 53
1
BORAO, Diccionario de voces aragonesas: (no dar) .abasto, acontentar, agua
(al cuello), aguaitar, a(h)uchar, ahujerar, aliujero, alalimón, aplastarse, apura-
damente, arramblar, asina, bandearse, barbaridad 'gran cantidad', bollo, calmudo,
cocote, condenado 'violento', cubrecama, cuchitril, culeca, (de) cumplido, de an-
tes, desespero, desfachatado, desfachatez, desmadejado, encelar, enjaretar, escar-
latina, estropicio, excusado, fajar, fandango 'desorden', feúsco, gajo (de la na-
ranja), geta o jeta, guisopo. julepe 'esfuerzo', 'ajetreo', lloradera, manchoso,
marrano, marrón (color), más ( = tan : « ¡Qué pan m á s blanco! »), mesmamenle,
modoso, mollete (de brazo o pierna), morrocotudo, panel, pantasma, parranda,
pasamán, peíate ('liar el petate' : petate es palabra mejicana), pipirijaina, poso,
punchar, punchuzo, puntilloso, refitolero, sinjusticia, sofocación, sudar el quilo,
tarumba, trifulca, trinquis. C o m o se ve, estas « voces aragonesas » de Borao son
castellanas y m u y extendidas fuera de Aragón.
2
L A M A N O , El dialecto vulgar salmantino : abajar, (no dar) abasto, abotargado,
abaja, abujero, aburar, acedo, acezar, acezo, acucioso, afanar, agüelo, ahilado,
aína, ajocicar, ajogar, ajogo, ajuera, ajuntar, alamar, alambrado, alante, alar-
dear, almojá (almohada), aluzar 'alumbrar', amargoso, andancia, ande (donde),
anque, amina, antejuela, añidir, aonde, apodar (podar), árganas, arrebañar, arrem-
pujar, arreparar, arribita, asimesmo, asina, atajo (hatajo), atentar, atollar, ato-
rado, atorar, barraco, berrear, berrido, blancuzco, blandengue, borborito, botar,
buclie 'estómago', bujcro, buraco, cabrcsto, cachucha, caícuando (cada y cuando),
candela, canilla, cansado, cañuto, carcañal, categoría, cencía, cernir, clin, compa-
ña, comparanza, comunero, concencia, conchabar, conocencia, corcoma, cuido, cum-
brera, chapaletear, chirona. chivato, decumcnto, defunto, demonche, dende, desa-
minar, desapartar, desboronar, desgano, desinquieto, desparpajado, despotismo,
desloconar, (o) discreción, disimular, dtspués, dormida, emprincipíar, emprestar,
cmpuercar, enantes, encabestrar, encelar 'comenzar', engatusar, engorro, engu-
rruñar, enritar, enterizo, entresijo, escurecer, esgarrar, esgarro, esmirriado, estó-
gamo, estropear, estropicio, eslrumenlo, fagina, faldiquera, faltoso,fisgón,fritan-
ga, frunce, gorgorito, guarrear, güeno, guindar, guisopo, haber (en frases c o m o
« habernos cinco »), herejías, hondear, hondonada, llamarada, humero, husmear,
(ponerse) incómodo, jarina, jalo, jincar, jacico, joglar, juella, juyir, laborear,
lagañoso, lamber, lastimar, liquido 'solo', lirón, ma, malino, mallugar, manjlo-
rila, mantención, mañanero, mejunje, melecina, mesmamente, metimiento, miaja,
mojo, murria, nacencia, naide, nengún, ñudo, onde, oreo, pacencia, pachotada, pa-
54 Ausencia de regionalismos S 12
ralis, patidifuso, patrulla, pinta, pos, prebar, prencipiar, priesa, probé, punti-
lloso, puñete, querencia, (al) rape, raspas, rebumbio, reguilar, restregar, revolear,
revoletear, sofoco, soponcio, tiricia, tollina, toparse, trebejo, tremolina, tristura
(literario en Santo D o m i n g o ) , trompezar, trompiezo, tútano, tutiplén, cajear,
verija, zumo.
1
De las palabras que se citan en seguida en el texto, están señaladas como
arcaicas en el tomo I del Diccionario histórico de la lengua española, publicado
por la Academia, Madrid, K)34, acotejar, aguaitar, ajuntar, aifamale, ascuchar.
Muchas otras no están c o m o anticuadas en los diccionarios, porque se usan
todavía en tal o cual lugar, pero las considero obsolesccntes porque ya dejaron
de usarse en el habla culta de muchos de los países hispánicos : dizque, por
ejemplo, no se usa ya en gran parte de España ni de la Argentina; almirez no
se ove en Méjico; heder se conserva c o m o palabra literaria o c o m o palabra cam-
pesina, pero en muchas ciudades de América sólo se dice oler mal.
Buen número de ellas están en el Tesoro de la lengua castellana o española,
de Sebastián de Covarrubias Orozco, Madrid, 1611, reimpreso en 167/1-1673,
en el 1 ocabulario de refranes y frases proverbiales, de Gonzalo Correas, escrito
a principios del siglo xvu, Madrid, 192^, y en Don Quijote: v. el Diccionario
de l.n lengua de Cervantes, de Cejador, Madrid, 1906. Consúltense, también,
TISCORNIA, La lengua de « Martín Fierro » (Bibl. Dial. Hisp., III) ; M I R , Rebusco
de voces castizas; R O D R Í G U E Z M A R Í N , Dos mil quinientas voces; K E N I S T O N , 77IC syn-
lax of Caslilian prose ; C A R L O S M A R T Í N E Z VIGIL, Arcaísmos españoles usados en
América. Debo datos, además, al joven y erudito investigador argentino D.
Luis Alfonso.
Las citas de fuentes antiguas están hechas sobre las que he tenido a m a n o de
modo inmediato ; desde luego, podrían multiplicarse indefinidamente. Para
muí has palabras lie creído innecesario dar pruebas de antigüedad, porque son
bien conocidas : arcaísmos léxicos c o m o catar, bulo, brasil, galano, dizque, aína,
o arcaísmos de forma c o m o celebro, mesmo, atento, cuasi, dende.
Las m á s extensas listas de expresiones usadas en Sanio D o m i n g o están en el
Diccionario de criollismos, de D. Bafael Brito P., San Francisco de Macorís, ig3o
(la portada exterior dice 1 g31 : el vocabulario es de expresiones campesinas del
Cibao ; contiene, además, dos obras teatrales en lenguaje criollo;; en las Apun-
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